Con la caída del muro de Berlín , la derrota de la unión soviética y el fin de la guerra fría

apareció un fenómeno llamado globalización culla finalidad por la cual se caracterizaba era el de

integrar a naciones e individuos en una nación internacional, superando la barrera de espacio y

tiempo, es decir, el poder llegar de una forma eficaz a cada rincón del mundo haciendo así de él

una casa en donde la comunicación primé, permeando de esta manera todos los aspectos

sociales, culturales, político, y financieros, generando una alta variabilidad en el ámbito

económico. Este fenómeno logró dar una vuelta de 360° haciendo que la forma de negociación e

interacción entre naciones sea más cercana, desapareciendo las fronteras culturales, económicas y

sociales, con ayuda del desarrollo tecnológico y las telecomunicaciones se ha logrado la finalidad

de este fenómeno a tal punto que podemos obtener productos con un solo clic y en unos cuantos

días tenerlo en la puerta de nuestras casas.

Hasta aquí todo suena bien ¿no? Pero al hacer una investigación un poco más profunda y

exhaustiva encontramos que este fenómeno ha logrado desequilibrios económicos,

socioculturales y financieros. Gracias a que países famosamente llamados tercermundistas

depende de las grandes potencias. Ahora las torturas se llaman apremios ilegales. La traición se

llama realismo. El oportunismo se llama pragmatismo. El imperialismo se llama globalización. Y a

las víctimas del imperialismo se las llama países en vía de desarrollo. (El orden criminal del mundo,

Galeano Eduardo, 2012). Tal cual como afirma Galeano Eduardo, durante este proceso se ha

observado que durante la época de la globalización solo han cambiado los nombres, ya que las

acciones siguen siendo iguales, en donde se evidencia al rey de este imperio, aquellos países como

Estados unidos, China, España, etc. Que se encuentran posicionados gracias a sus desarrollos

tecnológicos e industriales, los cuales son alimentados por aquellos países que intentan salir de su

situación ‘apoyados’ esta supremacía, en otras palabras la globalización ha logrado un régimen

opresivo en donde aquellos que no se encuentren desarrollados y quieran ir por esta vía se hallan
en la obligación de suministrarle o aportarles algo al engordamiento de dichas potencias a cambio

de un apoyo mínimo