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Según el artículo 227 del Código Procesal Penal, procede aplicar medidas de

coerción, cuando concurran todas las circunstancias siguientes:

1) Existen elementos de prueba suficientes para sostener, razonablemente, que el


imputado es, con probabilidad, autor o cómplice de una infracción;

2) Existe peligro de fuga basado en una presunción razonable, por apreciación de


las circunstancias del caso particular, acerca de que el imputado podría no
someterse al procedimiento;

3) La infracción que se le atribuya esté reprimida con pena privativa de libertad.

Cumplido estos requisitos el artículo 284 del Código Procesal Penal, establece
que el Ministerio público puede solicitar al juez la aplicación de una medida de
coerción. Recibido el requerimiento, el juez cita a las partes a una audiencia que
se realiza en un plazo no mayor de tres días hábiles. Es indispensable la
presencia del Ministerio Público, del imputado y su defensor. Si el Ministerio
Público no concurre, se tiene el requerimiento como no presentado. En la
audiencia, el ministerio público expone los motivos de su requerimiento y se invita
al imputado a declarar en su defensa.

Si el imputado ha sido arrestado, será puesto a disposición del juez sin demora
innecesaria y siempre dentro del plazo máximo de cuarenta y ocho horas de su
arresto. De lo contrario, el ministerio público dispone su libertad, sin perjuicio de
continuar con la acción penal.

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