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Voz en off
El sumo sacerdote Caifás sabiendo que su tribunal religioso era incompetente para poner la
pena capital a nadie, envía a Jesús donde el propio procurador romano ¨Poncio Pilato¨
Gobernador de la provincia de Judea, el procurador romano tratara de eludir una insurrección
popular, declinando el juicio en Herodes, un reyezuelo Judío, al servicio del imperio, que por
aquellos días se encontraba en Jerusalén y que reinaba precisamente en la región de Galilea,
La tierra de Jesús.
Sin embargo Pilatos no podrá librarse tan fácilmente de una condena tan incomoda
Soldado: ¡señor, señor.. Hay revueltas en…
Soldado: las chusmas se reúnen en las calles, Caifás ha aprendido a cierto profeta
Pilatos: ¿a quién?
Soldado: a un galileo Jesús de Nazaret, se llama así mismo rey de los judíos
Pilatos: y quien no tiene delitos en este país de bandidos y rameras, júzguenlo ustedes, que yo
no tengo nada que ver con sus asuntos religiosos
Caifás: no gobernador, lo hemos traído a usted por que es un asunto político, este galileo se ha
revelado contra roma y es a roma ha quien le corresponde juzgarlo, además nosotros no
podemos dictar la pena de muerte que es el castigo que se merece.
Jesús: preguntas eso por ti mismo, o por que otros te lo han dicho de mí
Pilatos: ¿acaso yo soy judío?, tu propia nación y los principales sacerdotes te entregaron a mi
¿Qué has hecho?.
Jesús: tu dices que soy rey, para esto he nacido, para esto he venido al mundo, para dar
testimonio a la verdad, todo aquel que es de la verdad oye mi voz
Claudia: ¡poncio!
Pilatos: no interrumpas Claudia, ahora no puedo, vete
Pilatos: que quieres, no ves que estoy ocupado con este maldito judío
Pilatos: está bien, este hombre es galileo, llévenselo a Herodes, y que sea el quien decida
sobre su vida
Claudia: poncio por favor, no firmes nada contra este hombre, es un enviado de dios,
Pilatos: lo siento Claudia, ha conspirado contra roma y eso, es un delito muy grave contra el
estado romano
Pilatos: no puedo
Claudia: no te manches con la sangre de este hombre. Yo creo en Jesús, él dice la verdad
Pilatos: Mi verdad, es que llevo seis largos años aplacando revueltas en esta tierra y ahora
tengo las manos atadas, si no condeno al profeta, Caifás empezara una rebelión y si lo
condeno entonces serán sus seguidores los que la comiencen, haga lo que haga habrá
derramamiento de sangre de cualquier manera. Y cesar ya me lo advirtió, si hay otra rebelión
la primera sangre derramada va a ser la mía, esa es la única verdad que conozco.
Muerte a Jesús
Es un blasfemo
Herodías: tu profeta, (risa) acaso no tenías curiosidad de conocer la cara de tu rey. Parece
mentira Herodes que súbditos tan ingratos tienes.(Risas)
Herodes: si galileo, yo soy tu rey, mando sobre ti, no lo sabias, ¡valla veo que te han dado una
buena tunda en casa de Caifás!, (Risas) o fue Poncio Pilatos, te han hecho mucho daño los
soldaditos extranjeros. Bueno pero tu eres fuerte y aguantaras esto y mucho mas, no es asi
Herodías.
Herodes: No hables así Herodías, recuerda que Jesús es nuestro visitante, a ver profeta
alégranos la mañana, me han dicho que tienes buena lengua para contar cuentos y entretener
a la gente, vamos anímate un poco, estoy seguro que si a Herodías le gusta tu historia
conseguirás un indulto.
Herodías: siempre es lo mismo, hablan por todas partes, pero cuando llegan al palacio se
quedan mudos
Herodes: Es natural Herodías, los campesino son tímidos, por cierto me han dicho que también
sabes hacer milagros, es eso cierto profeta o también son cuentos.
Herodías: las manos Herodes, suéltale las manos para que pueda hacer un milagro
Herodes: que te pasa, habla, di algo. ( al soldado) tu, porque me miras así, acaso no me tienes
miedo, maldito Nazareno. (al soldado) tú, ve y dile al gobernador poncio Pilatos que Herodes,
el Petrarca de galilea le devuelve a su prisionero y ratifica todo lo que para él se decida, dile
que haga lo que quiera con el.
Tienen por costumbre que yo ponga en libertad un preso por la fiesta de la pascua ,este año
tenemos a un famoso asesino en serie llamado “Barrabas”. A cuál quieren que deje libre al
asesino barrabas o a Jesús el que dice llamarse el Mesías.
Pilatos: Les pregunto de nuevo a quien quieren que libere a Jesús o barrabas.
Pilatos: Ahora les pregunto qué quieren que haga con Jesús de Nazaret
Caifás: Crucifíquenlo
(Al mirarlo a los ojos Pilatos solo llama a uno de sus súbditos y le dice que traiga un poco de
agua y una toalla y se lava las manos delante la multitud diciendo:
Pilatos: ¡Yo soy inocente de la sangre de este hombre! ¡Sera vuestro asunto! ¡Hagan los que
ellos piden, CRUCIFIQUENLO!
SEGUNDA ESTACION
TERCERA ESTACION
CUARTA ESTACION
María: Hijo mío estoy aquí, cuando, donde, te liberaras de este sufrimiento.
QUINTA ESTACION
Centurión: ayúdenle
Soldado 1: tu
Simón el sirene: yo
Soldado 2: si tu
Soldado 1: ayúdale
Soldado 2: vamos.
SEXTA ESTACION
Narración
En el camino que Jesús recorre hacia el calvario se encuentra con una mujer que la tradición
popular llamo la verónica, que con su paño limpia el rostro del señor dejando en en la prueba
de que realmente él es el hijo de Dios.
La verónica: Permíteme, Mi señor (La verónica limpia el rostro de Jesús con su paño de la
cabeza)
La verónica se levanta y se queda de pie con el manto en sus manos mostrando la imagen.
SEPTIMA ESTACION
OCTAVA ESTACION
NOVENA ESTACION
DECIMA ESTACION
Simón el sirene, no sabe qué hacer no sabe cómo irse y dejar a Jesús
Soldado 2: Vete, ya puedes irte, vamos, que tanto dudas, lárgate, vamos
Soldado 1: Ya te puedes levantar, su majestad, vamos (Lo azota) no tenemos todo el día.
Jesús mira a maría lentamente deja caer su cabeza rendido y se levanta los soldados rasgan
las vestiduras y ponen la cruz
UNDECIMA ESTACION
María se acerca a la cruz, el soldado 1 le impide el paso por un momento y se aparta maría
le besa los pies
María: Carne de mi Carne, Corazón de mi corazón. Hijo mío…. Déjame morir contigo
Jesus: Padre en tus manos encomiendo mi espíritu (Baja la cabeza y suspira profundo y
muere)
Abenader: (Al soldado 1) Tu revisa si está muerto, Toma. (Le entrega una lanza)
DUODECIMA ESTACION
DECIMOTERCERA ESTACION
María: No hay dolor más grande que el mío, el hijo más bueno, el único hijo bueno de verdad,
destrozado, habiendo soportado toda la maldad del mundo, el inocente, cargando con todo el
dolor y el sufrimiento de los hombres, esta era su voluntad, la voluntad del padre, que sufriera
más allá del límite, para pagar por todos. Padre santo aquí tienes a tu hijo hecho pedazos y
aquí tienes mi corazón de madre hecho trizas, hágase como siempre tu voluntad. Yo se que
esta no es tu última palabra, espero que intervengas señor y que venga el bien sobre el mal, el
amor sobre el odio y la vida antes que la muerte.
Déjame ahora sostener con mi amor y mi dolor el cuerpo roto de tu hijo, mientras espero que
rompas tu silencio, mi hijo….hijo…hijo mío.
DECIMOCUARTA ESTACION
Los apóstoles yacen en la mesa, acomodando todo para dar inicio a la celebración de la pascua