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9 técnicas de vocalización para cantar

Publicado a las 10:30h en Canto, Consejos por Islamúsica 6 Comentarios Share

¿Te ha pasado alguna vez que al escuchar una canción no entiendes que se dice en cierta de
parte de ella? La mayoría de las veces esto ocurre, siempre que todo los elementos técnicos y
oído sean correctos, por una falta de vocalización de la persona que canta. Si no quieres que te
pase esto mismo al cantar, hoy queremos darte una serie de técnicas de vocalización que te
servirán de cara a mejorar tu técnica vocal.

Y es que tal y como hablábamos en nuestro artículo 9 tips para aprender a cantar, uno de los
pilares básicos para hacerlo perfectamente es articular cada letra, sílaba, palabra y sonido. Al
igual que para tocar bien la guitarra tienes que colocar correctamente tus dedos para hacer
sonar cada nota, con nuestro instrumento la voz ocurre igual.

Antes de pasar a los ejercicios de vocalización recuerda realizar ejercicios de respiración y


relajación para preparar tu garganta, cuerdas vocales, mandíbulas, posición… Durante los
ejercicios no debes sentir que fuerzas la garganta y si utilizas correctamente tus labios, nariz y
músculos faciales. Tener en cuenta todo ello provocará una correcta colocación al vocalizar
para no cantar de garganta y evitar la aparición de problemas como: afonía, nódulos, pólipos,
etc.

9 ejercicios de vocalización:

Coge un texto corto colócate frente a un espejo con buena postura y lee en voz alta, teniendo
en cuenta cada signo de puntuación, acentos y ritmo. Repite hasta que te sientas totalmente
seguro/a de cada sílaba, palabra, respiración, articulación y resonancia.

Si los trabalenguas ya quedaron lejos en tu día a día, y solo lo recuerdas como un juego de tu
infancia, es hora de recuperarlos. A parte de divertirte, podrás entrenar tus cuerdas vocales,
posición de la lengua y atención gracias a la mezcla de vocales y consonantes.

Hacer lectura silábica, eligiendo una palabra que te parezca de difícil pronunciación. Este
ejercicio trata de separar la palabra por sílabas y pronunciarlas abriendo de manera exagerada
la boca. Estas palabras de difícil pronunciación pueden ser palabras como:
esternocleidomastoideo, otorrinolaringólogo, paralelepípido,.. o cualquiera que te suponga
una dificultad.

Pronunciar todas las vocales de manera corta e independiente A E I O U, y luego igual, pero
alargándola: AAAAAAA EEEEEEE IIIIIII OOOOOOO UUUUUUU.

Coloca entre tus dientes un lápiz y mordiéndolo de manera suave, lee un texto durante unos 5
minutos todos los días.
Hacer escalas como cuando ibas al colegio repitiendo, midiendo el volumen y cambiando de la
escala central a la aguda y grave, para ello puedes utilizar un instrumento para ayudarte a
entonar el sonido.

Ejercicios donde uses sonido y aire como con FU o R de agudo a grave y de duración más corta
a más larga.

La letra N y L a veces cuesta pronunciarla, y como ya sabes estas se pronuncian dando un


toque en los dientes con la punta de la lengua, para poder dejarla en libertad y sin tensión un
truco puede ser sacar la lengua y tocar el labio superior al pronunciarla y verás como notas un
gran alivio de tensión.

Ma, me, mi, mo, mu. Con este ejercicio se trabaja una perfecta colocación, resonancia y
respiración relajada y diafragmática. Un truco para saber que estás realizando bien cualquier
ejercicio con la letra “m” es que sentirás cosquillas en tus labios, nariz y cara.

Acuérdate de grabar cada uno de estos ejercicios para poder ver donde debes mejorar e ir
viendo evolución.

Estas técnicas a parte de ayudarte a vocalizar bien te ayudaran a mejorar la respiración, la


colocación, la relajación muscular, y sobre todo a llegar de manera más sencilla a las notas
agudas y mejorarás entonación.

Aunque este artículo y cientos de vídeos que encuentres por internet te vendrán muy bien
para corregir tu vocalización, te recomendamos siempre que puedas, llevarlo a la práctica con
un/a profesor/a de canto que pueda revisar que estás haciéndolo correctamente y eliminar
errores.

Vocalización

Introducción: la voz

Antes de nada, necesitamos entender cómo se produce el sonido en nuestro cuerpo.

El órgano donde se inicia el sonido son las cuerdas vocales. Éstas son dos dobles ligamentos
que cruzan la laringe de adelante a atrás, recubiertos por una membrana muscular que los une
a las paredes del tubo. Podemos separarlos y juntarlos a voluntad, abriendo el tubo para
respirar o cerrándolo para impedir el paso del aire por la glotis.

Pero también podemos dejar las cuerdas casi en contacto una con otra, de forma que el aire
a presión que sale de nuestros pulmones las haga vibrar, produciendo un sonido. A mayor
tensión de las cuerdas vocales, más agudo es el sonido; a mayor relajación, más grave. Este
sonido va pasando por distintos espacios que llamamos resonadores, donde se amplifica; los
principales son la faringe, la cavidad bucal y los senos nasales. La lengua, los labios y el paladar
blando modifican la estructura de la cavidad bucal, potenciando la resonancia de
determinadas frecuencias y definiendo el timbre del sonido para crear las distintas vocales y
los distintos colores de la voz. Además, cuando alguno de estos elementos bloquea o
entorpece la salida del aire se producen los sonidos consonánticos.

Si queréis ver una explicación más extensa de qué son las cuerdas vocales y cómo funcionan,
haced clic aquí. Si preferís ver un vídeo donde se explica su funcionamiento, podéis hacerlo
aquí.

Plantear una vocalización

Lo primero de todo, como siempre, tenemos que tener en cuenta el coro que tenemos
delante y el repertorio que vamos a trabajar. A menos que las obras tengan pasajes largos
especialmente graves, no es preciso bajar hasta el límite del registro de los cantantes. Si se
trata de un coro con una formación vocal sólida bastará con un solo ejercicio que recorra todo
el registro (subiendo desde el Do 3 hasta lo más agudo y después bajando hasta lo más grave
que vayan a cantar), o incluso -excepcionalmente- podría no ser necesario ningún ejercicio si
empezamos con una pieza que no sea especialmente exigente. En cambio, si trabajamos con
un conjunto con una formación básica o media conviene dedicarle a la vocalización todo el
tiempo que haga falta.

Vamos a ponernos en el último caso. Yo recomiendo hacer tres o cuatro ejercicios cada día e
irlos cambiando al cabo de unas sesiones, igual que con los de respiración. Normalmente
empiezo con uno en tesitura media, después alguno que suba un poco, uno que trabaje los
graves y por último uno que alcance el registro más agudo. Dentro de esta clasificación,
podemos trabajar distintos aspectos técnicos y adaptar cada ejercicio a las necesidades del
coro.

Ejercicios

En cada uno de los siguientes ejercicios se indica la tonalidad inicial y se sugiere una
tonalidad final, pero eso depende siempre de nuestros cantantes: hay que adaptarse a lo que
sean capaces de hacer de modo que les resulte útil. Intentar forzarlos más allá de lo que
pueden hacer puede hacer más daño que bien. No obstante, la vocalización es el momento de
experimentar, cada vez debemos animarlos y ayudarlos a superar sus límites.

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