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El alquimista (novela)

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El alquimista

de Paulo Coelho 

Género Novela 

Subgénero Novela de aventuras, literatura fantástica y novela


esotérica 

Tema(s) Desarrollo y crecimiento personal

Ambientada en Andalucía, Tánger, Sahara, Fayún y Necrópolis
de Guiza o Gizeh 

Edición original en portugués 

Título original O Alquimista 

Editorial Editorial Planeta 

País Brasil 

Fecha de 1988 
publicación

Edición traducida al español

Título El alquimista

Traducido por Monserrat Mira

Editorial Editorial Planeta

Fecha de 1988
publicación
Serie

El peregrino  El alquimista Brida 

[editar datos en Wikidata]

El alquimista (O Alquimista, 1988) es una novela escrita por el brasileño Paulo


Coelho que ha sido traducida a más de 80 lenguas y publicada en 170 países,
y que ha vendido 65 millones de copias en todo el mundo (2012). 1 El libro trata
sobre los sueños y los medios que [aclaración requerida]utilizamos para
alcanzarlos[aclaración requerida], sobre el azar en nuestra[aclaración requerida] vida y las
señales que se presentan a lo largo de esta.
Está considerado cómo una paráfrasis del cuento Las mil y una noches: en
definitiva, las aventuras de un héroe que busca su tesoro, lejos de su hogar.
Con motivo del vigésimo aniversario de la publicación de la novela, se celebró
un homenaje en el Teatro Palacio Valdés de Avilés, organizado por el Centro
Cultural Internacional Oscar Niemeyer, con la presencia de Paulo Coelho.

Índice

 1Argumento
 2Inspiración
 3Temática
 4Publicación
o 4.1Traducciones
 5Teatro
o 5.1Cine
 6Referencias
 7Enlaces externos

Argumento[editar]

Las Pirámides de Guiza, elemento central de la novela.

En Andalucía, un joven pastor pasea por las llanuras contemplando la


naturaleza. El joven Santiago tiene un sueño repetido mientras descansa con
sus ovejas en un pasto andaluz, por lo que decide acudir a una gitana para que
le interprete el sueño. Después de quedar descontento con la respuesta que
recibe, se sienta en un banco de la plaza a leer un libro y conoce a un anciano
que dice ser el rey de Salem. Tras tener una conversación con él, en la que le
deja claro que es alguien muy especial, Santiago decide emprender un viaje
por el norte de África en busca de un tesoro. En su camino conocerá a un sinfín
de personas que, como él, buscan su propia Leyenda Personal.
Cuando llega a una ciudad del norte de África, decide buscar a alguien que lo
lleve a las pirámides. En un bar conoce a un hombre al que confía su dinero y
lo pierde todo, porque resulta ser un ladrón. El muchacho, desolado y
completamente indignado, decide buscar dinero para regresar a España con
sus ovejas. Así es que se encuentra un vendedor de vidrios para el que trabaja,
hace que mejore su negocio y consigue el dinero para regresar a España y
comprar ovejas, pero lo que quiere es ver realizada su Leyenda Personal,
razón por la cual se embarca en una caravana que lo llevará hasta Egipto,
exactamente a un oasis. Durante su viaje conoce a un estudiante de alquimia
inglés cuyo sueño es transformar el metal en oro; con él, aprende el idioma del
desierto, es decir, el idioma del mundo, el cual se compone de señales.
Durante el trayecto a Egipto se desata una guerra de clanes en el desierto, por
lo que la caravana viaja con miedo. Cuando llega al oasis ve que es un sitio
maravilloso, y allí conoce a una chica llamada Fátima, de quien se enamora
perdidamente. Un día decide dar una vuelta por el desierto y pasear por los
alrededores del oasis. De repente, cuando decide descansar, recibe una señal
en la forma del idioma del mundo: ve dos gavilanes enfrentándose y, como un
espejismo, un ejército. Se lo comunica al jefe del oasis y, seguidamente, dicho
jefe se prepara. El ejército efectivamente asalta el oasis, para victoria de los
locales, que ya estaban advertidos. El jefe del oasis premia al muchacho por su
hazaña y le da 50 monedas de oro.
Otro día, paseando por el oasis, conoce a un alquimista, quien lo prueba para
saber si en realidad conoce el idioma del mundo, y después de comprobarlo le
cuenta que le ayudará a realizar su Leyenda Personal. El muchacho ya había
conocido el amor por Fátima y no quería dejarla; al principio dice que no podría
continuar buscando su tesoro debido a su amor, pero recuerda que ella le
había dicho que toda mujer del desierto debe esperar a su hombre hasta que
vuelva. Santiago parte hacia el desierto con el alquimista.
Viajan por el desierto durante semanas, pensando en un posible asalto de los
miembros de la guerras de clanes. Cuando pasan por un campamento, unos
hombres los detienen y los acusan de ser espías. El alquimista les explica que
solamente viajan para encontrar la Piedra Filosofal, y que el muchacho es un
alquimista que puede transformarse en viento. Después de entregarle su oro, el
general del campamento accede a dejarle tres días para que se transforme en
viento. Al tercer día el general y sus hombres se acercan al muchacho, que se
encontraba en una montaña. Este les explica que tardara un poco en
transformarse en viento y el general accede. Ahora el muchacho comienza a
hablar con el desierto mediante el idioma del mundo; este le explica que no
tiene poder suficiente para transformarlo en viento y que tiene que hablar con
él. Este también le explica lo mismo y le indica que debe hablar con el sol. El
sol, avergonzado de no poder transformarlo, le dice que hable con la Mano que
lo escribió todo, y el muchacho, reflexionando, llega a la conclusión de que ni el
desierto, ni el viento, ni el sol sabían lo que era el amor, porque el amor no es
estar parado como el desierto, ni recorrer el mundo como el viento, ni verlo
todo desde lejos, como el sol. El amor es la fuerza que transforma y mejora el
Alma del Mundo. Después de esto el muchacho comprende todo, se sumerge
en el Alma del Mundo y ve que es parte del Alma de Dios, y esta última es su
propia alma. Y que puede, por lo tanto, realizar milagros. Por eso se convierte
en viento y el general lo deja marchar junto a su maestro.
Pronto llegan a un monasterio, lugar donde el alquimista le enseña cómo se
transforma el metal en oro, después de entregarle una barra al monje, otra a
Santiago, y para él, y la última barra se la vuelve a dar al monje en caso de que
Santiago volviera a perder su dinero. Seguidamente el alquimista le dice al
muchacho que de ahí en adelante debe seguir él solo y que solo le faltaban
tres horas. El muchacho camina tres horas por el desierto hasta que finalmente
llega a las pirámides de Egipto, su sueño. Una vez allí empieza a cavar en
busca de su tesoro. De repente, se acercan a él unos asaltantes y le dan una
paliza. El muchacho, tendido en el suelo, les cuenta su sueño y todo lo que
había pasado. Uno de los asaltantes, antes de irse, le cuenta que él también
había tenido un sueño repetido, en el que se encontraba en una iglesia
abandonada de España y encontraba un tesoro, pero que él no era lo
suficientemente tonto como para cruzar el desierto por un sueño repetido.
Ahora el muchacho había encontrado su tesoro.
Con el último pedazo de oro que el alquimista le había dejado, vuelve a
España, al lugar donde una vez había tenido ese sueño, comienza a cavar y
encuentra el tesoro. Seguidamente piensa que debía darle una décima parte a
la gitana como lo había prometido y después podría volver con su amada,
Fátima.

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