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Enrique Frías

Frases y breves poesías

Editado en noviembre, 2016.


I

Oímos que nada de voces nos llamaban.


Oímos en el alma que los ojos se comunicaban.
Una especie de radar en el alma nos indica.
De otro mundo vienen las miradas,
de un lago de cielo.
Lo cósmico en uno; ahí está
II

Lago cósmico en tus ojos.


Precipicio por donde cae mi alma.
Nada duele cuando de placer se cae.
Ahí donde hundirse no es susto.
Ahí donde una especie de animación de amor nace.

Ahí donde se responden las primeras palabras sin lenguaje.


Prefiero no remar y hundirme,
a golpear con mis uñas tus pupilas.
Una lágrima; la gota que cae en nombre del eco.
La conversación es infinita,
se expande en ondas tu mirada.
III

Dentro de ti, dulce muchacha,


hay algo que incita a probar.
Dentro de ti bella muchacha,
hay algo que excita probar.
En lo profundo de tu mirada,

el detalle infinito.
En la longitud de tus cabellos
el detalle blando que se ha de tocar .
La gravedad de tu cintura,
el detalle que hará flotar.
Única especie que todo lo contiene;

hasta a mí en ella, sin tenerme.


IV

Con los ojos cerrados también se mira


Con la mirada también se acaricia
Con la mirada también se habla
Con la mirada se observa y se sospecha
Qué belleza en las miradas hay.
V

Silencio… te está hablando el silencio.


El silencio no es ausencia de sonido,
es presencia de sutiles verdades.
Es un espacio donde los ruidos mínimos se purifican.
Para quien escribe, el silencio son danzas de bellas palabras.
VI

Debajo de la delicadeza
de la hoja seca, la dureza del concreto.
Detrás de nuestros huesos; la suavidad del alma.
Somos la ligereza con que muere y danza
una hoja en el viento.
VII

Cuando llega tu madre


Cuando la espera de quien amas se deshace
Cuando llegas a tu sitio
Qué belleza estar.
VIII

Escribía, hasta el comienzo de las ganas de dormir;


éso era saber ponerse a soñar.
Antes de dormir, escribir, fue la belleza de la tranquilidad.
La belleza de pensar.
Escribir hasta muy noche bastaba

para alegrar la mañana al despertar.


Nos íbamos victoriosos a la cama,
y hoy, nuevamente aquí, eso se da.
IX

Al esconder mi mal y mentirme, me dañaba.


Como al esconder mi navaja filosa entre mis manos.
El miedo que se enfrenta: miedo que se va.
X

Tú, que habías huido desesperado,


ningún sitio te compuso.
Salvo cuando te diste cuenta
de que el sitio que tenía que mejorarse
eras tú mismo.
XI

Si yo te llevo conmigo,
que vaya también tu cuerpo.
Si yo te tengo de cuerpo,
que vaya también tu alma.
XII

Que te quieras ir,


y que yo te retenga
y te quedes,
no es que te quedes,
es que te marchas,

y yo me abandono.
XIII

Es tu compañía
y le llamas soledad.
A tu propia compañía,
le llamas soledad.
Viene la soledad acompañada

de grandes cosas,
en pequeñas cosas.
Y las pensamos llena de ausencias,
a la soledad.
XIV

Escribo por partes.


Mi alma no se desbarata.
Por partes se contiene un todo.
XV

Con la cara de aburrimiento,


con esa cara desanimo a mi existencia.
Digo a veces –pobre de mi alma
que me tiene que soportar-.
Y siento reír a mi alma dentro de mí,

como una madre que siente en su vientre


a su hijo vivir.
XVI

No se ha sabido cómo han nacido los poemas,


como no nos hemos dado cuenta
de cómo nace la flor.
XVII

El enamoramiento es la trampa
a la que cualquiera cae.
El amor es el juego al que a todos
nos gustaría jugar
y nunca flaquear.
XVIII

No es libre quien anda suelto


andando por ahí.
Es libre quien sabe qué hacer
con su andar.
Es libre quien se sabe dirigir.
XIX

Un beso a una rosa,


que comienza a mostrar
sus primeros pétalos,
su primer perfume.
Un beso a una rosa con gotas breves

de lluvia

A mis labios se les dio


por encontrar otros labios.
Suavidad y humedad.
El beso a una rosa,

fue el beso a una muchacha,


de breves aromas
aromas de rosas.
XX

Ahora en mis visitas a los parques,


me olvido de mí
y me acuerdo de nosotros.
Ahora que escribo me he inventado tantas cosas.

Ahora que me hablan no sé a quién escucho;


si a quien habla o a mí.
Ahora que lo pienso: siempre pienso.
Ahora es momento de dejar de pensar que pienso.
Ahora pues, es momento de escribir.
XXI

Pobre muchacha, le ha quitado la alegría


una emoción.
Se ha llevado todo; las flores, la sonrisa
y el palpitar emocionante del corazón.

Una emoción disfrazada de hombre,


que no lo era todo, pero que todo se llevó.
-¿De qué estás hecha?
(Pálida y seca de aspecto. Húmeda de nariz y de ojos).
-Ya no estoy hecha. Estoy deshecha.
Responde otra emoción.

Pobre muchacha, se dejó llevar por una emoción.


XXII

Como lágrima de alegría,


escurre de la hoja
una gota de agua.
Como son las gotas, son las lágrimas;

riegan algo en uno,


para luego florecer.
XXIII

Con palabras le emocionas y anticipas.


Con caricias le haces sentir.
Con palabras acaricias sus emociones.
Con caricias le tientas el alma.
XXIV

Ahora que he entonado palabras claras


en plena oscuridad.
Ahora que he dicho que me gusta estar en soledad.
Ahora es cuando sería bello tener la compañía.

Una mano, que, más que piel, otorgue compañía.


Una piel, que, más que mostrarme su tacto,
otorgue sensaciones.
Ahora que he soportado mi soledad
y disfrutado de mi absoluta compañía,
ahora también me gustaría acompañar.
XXV

Se siente la caricia,
la mentirosa es seca,
la, verdadera florece.
La primera quema,

la segunda da sombra.
La sombra no es mal.
XXVI

Pensé, que al mirar profundamente al mar


me olvidaría del cielo; y el mar no sería azul
sin la belleza del cielo.
Pensé, que al mirar profundamente tu mirada

me olvidaría del cielo; y en tu mirada se halla


la misma belleza estelar.
La belleza me parece hallarla
en todo lo que amo.
XXVII

Tu beso,
no ando esperando,
pero ando queriendo.
Tu beso, rojo, bello,

veloz y lento.
Tu beso bello, rojo,
veloz y lento,
Fugaz como tú.
Como tú, que venga,
como tú, bella,

bello, tu beso,
XXVIII

Si no soy yo quien te asista, lo hace el cielo,


agrandando tu belleza.
Si no soy yo, lo hace el viento
esparciendo tu aroma.

Si no soy yo quien te desvista


estás tú, con tus preciosas y suaves manos.
Tú que eres bella no te comprendo,
cómo es que te sientes sola, si no lo estás.
XXIX

-Para mí estás muerto-, me dijo.


De pronto comencé a vivir.
Toda mi existencia rodeada de una capsula de silencio
me contaba el qué es vivir.
Todo un segundo parecía la eternidad.
Todo se vino de golpe; lo vivido, lo de aquél ahora,
y lo que vendría.
Todos esos tres puntos en mí.
Y yo, rodeado aún de aquel enorme silencio.
Todo me pareció raro, mas no grave.
Un paso adelante acabé con el silencio.
Ahí, de inmediato comencé a vivir.
XXX

Para el mar el silencio es el sonido de sus olas.


Para el viento el silencio es el sonido de las hojas.
Para la mente el silencio es la aparición de sutiles verdades.
XXXI

Comprender que todo se pierde porque nada se tiene.


Comprender que nos vamos disolviendo en la eternidad de la muerte.
Lo que se pudo tocar, todo aquello fue necesario
y gratuitamente tocado. La luz que nos permitió vivir.
Si miramos atrás, ya no encontramos el mañana de ayer.
Si miramos adelante, nos es dada la vista que aún no tocamos.

Si miramos, si tan sólo miramos.


Nos vamos disolviendo en el presente de una muerte y una vida incesante.
En sueños tocamos la vida del ayer, la de mañana y la de hoy.
En el soñar nos es dada, una a una, todas las vidas.
En el vivir se presume el eterno sueño que se despierta con y frente a la mirada.
Vivir y soñar, disolverse en el auténtico momento prestado por lo eterno.

Comprender que todo es un sueño, comprender que todo sueño,


es carga de ilusión y vivencia.
XXXII

Recuerdos que se muestran de pronto en la memoria,


como una fotografía encontrada en un cajón;
recordamos, como si todo lo vivido se haya soñado.
Recuerdos que de pronto se esfuman,
como una fotografía hecha pedazos.
XXXIII

El dolor que no es tuyo


y no se puede disminuir,
ese dolor se vuelve uno,
en los dos.
XXXIV

Después de cierto tiempo


se nos olvida
que tenemos que olvidar,
y ahí nos es dado
el verdadero olvido.
XXXV

La música se toca, pero no se puede palpar;


sólo puedo llegar a tu alma con el alma.
XXXVI

He sido un hombre fuerte:


me he mostrado débil
ante ella.
XXXVII

Con la carne sientes,


con el alma sientes que sientes.
Con la mentes sabes,
con el corazón sabes que sabes.
XXXVIII

Nuestra existencia está conectada


a la eternidad del instante.
La existencia es nuestro cordón umbilical.
De aquí al cosmos
lo sagrado está.
XXXIX

Quiero que mi yo
se disuelva en nosotros.
XL

Olvidaré las palabras que aquí he dejado.


Mi memoria serán las libretas y lo que hice sentir.
El incendio que se provoca en los huecos
de la memoria va disolviendo palabras.
En cada duda cabrán frases dispuestas a las hojas.
XLI

Lloramos a veces de alegría,


¿por qué no reírnos a veces
por la tristeza?
XLII

Así es; pisas mierda


y te desquitas con el pasto.
XLIII

En uno está lo que afuera está.


Vemos las cosas de acuerdo
a cómo nos sentimos por dentro.
Desde adentro vamos
construyendo nuestra propia
realidad,

mas no la realidad.
Solo hay que preguntar;
¿cuál es la verdadera realidad?
¿o es que nos componemos de puro
imaginario,
de pura ilusión

de átomos, sentimientos y pensamientos


entre carne y huesos?
XLIV

Imágenes como recuerdos


que no están en nuestras manos
y que habitan en nuestros pensamientos.
Ojalá
que como en algunas libretas
se conserven los sueños

que devienen en realidad.


XLV

Remamos en un mar de arena


teniendo pies.
Surgen las complicaciones por no darnos cuenta
de lo que tenemos
para podernos ayudar.
XLVI

Porque no nos acordamos de haber dado


y nos alegramos de lo que hemos recibido
porque dar es olvidar
porque dar es recibir
porque recibir es agradecer
y agradecer

también es dar.
XLVII

Voy caminando, pensando y oliendo


y sintiendo
y tratando de hallar qué escribir.
A veces, caminar es como escribir.
A veces escribir, es llegar a sitios.
XLVIII

Me distraigo mirando árboles.


o mirando el vuelo de un pájaro.
En la distracción, se encuentra la alegría.
De pequeñas alegrías está hecho el mundo.
Hay quienes observan
pero no aprenden a apreciar.
XLIX

Lo quiero, lo busco, lo obtengo.


Lo sigo buscando
para no perdernos.
Lo que obtengo lo ocupo,
le soy útil,
lo pierdo y agradezco,

y seguir.
L

El poema de una rosa


se halla en su aroma,
en el violento y dulce violeta
de su rastro en mis manos.
El dolor de una rosa inocente
se halla en sus espinas,
las espinas sólo son violentas

cuando son violentas las manos.


Agita las rosas el violento viento,
su aroma violento y fresco inunda el espacio.
El tronar de su sequedad también es violento,
sin embargo es bella esa violencia.
Violento el viento,

violento el violeta color de su piel.


LI

La soledad se siente incomoda


en lugares desesperados.
La soledad es apacible
en lugares donde la saben tratar.
LII

Dale de comer belleza a tus ojos


Dale de comer delicia a tu boca
Dale de comer amor a tu corazón
Dale de comer placer a tu sexo
Dale de comer movimiento a tu cuerpo
Y poesía, poesía a cada una de ellas
La danza más completa es esta.
LIII

Como en la oscuridad andas,


crees que cualquier brillo en unos ojos
es la luz para los tuyos.
Como en la desesperación andas,
crees que quieres en cualquier sitio refugiarte.
Llegará el momento en que uno se encuentre.
Llegará el momento en que uno se encuentre

en su sitio, su centro.
Llegará el momento cuando uno se vuelva a encontrar
LIV

Lo terrible se minimiza

cuando se ama.
LV

En donde quiera que te encuentres

sólo estás de paseo.


LVI

No basta sólo con decir

tener fe,

hay que tener también

voluntad, esfuerzo, dedicación,

alegría y valentía.
LVII

A veces, los sitios mejoran o empeoran

tu sentir,

ayudan o empeoran lo que haces

Pero cuando el sitio que hay dentro de ti,

te ayuda, no hay sitio malo

que te pueda afectar.


LVIII

Qué lindo es recordar

sin hundirse en la tristeza.


LIX

Quien no compite

llega siempre acompañado.


LX

Que lo tengas no significa que sea tuyo;

la bandera se siente más del viento

que del asta.


LXI

Aunque oculte mi voz,

mi corazón te sigue llamando.


LXII

Aceptar ser vencido,

también es triunfar.
LXIII

Así como cada quien lleva su propia cruz,

cada quien también lleva

su propia luz.
LXIV

Veo la belleza de la muerte

cuando una hoja seca cae

y comienza a danzar.
LXV

Qué equivocados estamos

cuando creemos tener siempre la razón.


LXVI

No hay perdón

si no se entrega con una sonrisa,

o con absoluta tranquilidad.


LXVII

Lo bello es muy fácil de sentir

y difícil de decir.

Hay belleza en el mundo

cuando hay belleza en uno.


LXVIII

Aun sin reloj

tengo tiempo.

Aun sin pareja

tengo amor.
LXIX

La utilidad que da un libro

al momento de leerlo

deberíamos llevarla el resto del tiempo.


LXX

El temor a la muerte

no es más que nada, la tristeza de todavía no haber vivido

lo que hemos soñado.

El temor a la muerte es la falta de vivir.


LXXI

Luego de separarte de alguien

te unes a ti.
LXXII

Las palabras crueles también hieren.

Las palabras bellas también acarician.


LXXIII

Quiero hacerte tuya.


LXXIV

Lo trágico no es caer,

sino no querer levantarse.


LXXV

Leer y escribir

también cura.

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