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¡Hola!

A medida que voy leyendo el artículo periodístico de Diego Levis,


se me hace imposible no pensar en los dos sistemas instalados en la
sociedad y que repercuten en las instituciones escolares: el patriarcado
y el capitalismo.

Vivimos en un estado donde somos regidxs por un sistema binario,


capitalista y heteropatriarcal, los medios de comunicación masivos nos
crían con extrema violencia, con mandatos sociales, con cultura
machista. Aquellas personas que no respondan ante estos mandatos
sociales y, sin ningún tipo de cuestionamiento ni empatía, son acosados
y perseguidos sistemáticamente hacia sus identidades.

Como futura trabajadora de la educacion, mujer y militante de los


derechos humanos me parece que es necesario empezar a resolver el
problema del sexismo y el machismo desde la educación. Creo que es
necesitario educar en justicia, libertad e igualdad para que nuestra
sociedad mejore; eliminar la violencia machista, las diferencias sociales
y los estereotipos, para que sean libres de expresarse como prefieran;
educar en la diversidad, para que vean que hay muchas maneras de ser.

Deberíamos tener un enfoque de la Diversidad en la educación, dentro


del aula, tanto en el discurso como en las acciones, si sostenemos que
las masculinidades y feminidades son construcciones en las que
participan diversas instituciones sociales, y entre ellas, la escuela,
posiblemente podamos imaginar una escuela libre de prácticas sexistas.
Pero para eso es necesario que tanto docentes, como nosotras, futuras
docentes podamos hacer el mismo recorrido y pensemos nuestras
propias prácticas. Si bien este año cursaré Campo de la Práctica 3, me
parece importante poder tener presente estas cuestiones en cuanto a
las elecciones de los métodos, las teorizaciones producidas y la elección
de las problemáticas que abordaremos, como también la propuesta
didáctica.

La violencia se (re)produce, se enseña, e incluso se introduce


ideológicamente en cada resquicio social, en nuestros cuerpos, a través
de los medios de comunicación, internet, redes sociales y videojuegos,
son de hecho, el espacio cultural de reproducción de este sistema.
Desde ahí construyen la opinión pública y el sentido común y su poder
es persuasivo y mediato. Y, ese sentido son el vehículo más eficaz en la
educación y el disciplinamiento patriarcal y violento de todas las
personas.

Creo que estamos cambiando el paradigma, y cada vez más hay


docentes que enseñan a solucionar cualquier conflicto sin violencia,
fomentan en sus estudiantes la sensibilidad y la comunicación para que
aprendan a gestionar correctamente sus emociones. La empatía, para
poder ponerse en el lugar del otrx. Fundamentalmente la autonomía,
que sean capaces de cuidarse y responsabilizarse de sus propias cosas.
Hay que educar a las nuevas generaciones para que sean críticxs. Niñas
y niños tienen que saber que vivimos en una sociedad patriarcal que
favorece a la parte masculina, tienen que saber qué es un estereotipo y
cómo romperlo.

Espero poder llevar todo esto a la acción en el transcurso de este año,


tanto en mis planificaciones, como en mis prácticas (tal vez virtuales).
Agradezco a docentes que nos acompañan, nos alientan e icentivan
desde la bibliografía, la teoría y el ejemplo. Una cosa es pensar nuestras
cursadas en un año normal y otra en el medio de una pandemia que
nos obliga a re-configurar toda nuestra vida, nuestra educación y
nuestras formas de vincularnos. Por el momento nos queda cuidarnos y
cuidar a lxs demás, para que podamos retomar nuestras actividades
habituales lo más pronto posible.

¡Lxs abrazo desde la virtualidad!

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