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Sístole ventricular
Eyección reducida, la salida de sangre desde la aorta a los vasos periféricos supera la velocidad del
gasto cardíaco, de forma que se reduce la presión aórtica. La sangre que regresa desde las venas
periféricas a las aurículas condiciona un incremento progresivo de la presión auricular.
Eyección rápida la presión ventricular izquierda supera ligeramente la presión aórtica, y el flujo de
sangre por la aorta se acelera (sigue aumentando), mientras que durante la fase de eyección
ventricular reducida se observa el fenómeno inverso.
Diástole ventricular
Acoplamiento excitación-contracción .
El músculo cardíaco se excita cuando una onda de excitación se disemina con rapidez por
el sarcolema del miocardio de una célula a otra a través de las uniones en hendidura. La
excitación también se extiende hacia el interior de la célula por los túbulos T, que se
invaginan hacia el interior de las fibras cardíacas en las líneas Z. La estimulación eléctrica a
nivel de la línea Z o la aplicación de Ca++ en la línea Z en una fibra cardíaca pelada (a la
que se quita el sarcolema) desencadena una contracción localizada de las miofibrillas
adyacentes. Durante la fase de meseta (fase 2) del potencial de acción, la permeabilidad
del sarcolema para el Ca++ aumenta, y se produce un flujo de Ca++ a favor de su gradiente
electroquímico, con entrada del mismo a la célula a través de canales del Ca++ presentes
en el sarcolema y los túbulos T. Durante el potencial de acción, el Ca++ entra en la célula a
través de los canales de Ca++ (de tipo L). Sin embargo, la cantidad de calcio que penetra
en la célula desde el líquido intersticial extracelular no es suficiente para inducir la
contracción de las miofibrillas. Por el contrario, actúa como un estímulo gatillo (Ca++
gatillo) para que se libere Ca++ del RS, lugar en el que se almacena el Ca++ intracelular (fig.
16-37). El calcio abandona el RS a través de unos canales de liberación del Ca++, que se
denominan receptores de rianodina, porque la proteína de los canales, conocida también
como proteína de los pies o prolongaciones de la unión, se liga a la rianodina con gran
avidez. La [Ca++] citoplasmática aumenta desde unos valores en reposo de 10–7 M hasta
10–5 M durante la excitación. Este Ca++ se liga después a la proteína troponina C, y este
complejo Ca++-troponina C interacciona con la tropomiosina para desbloquear los sitios
activos entre los filamentos de actina y miosina. Este desbloqueo inicia el ciclo de enlaces
cruzados y la contracción de las miofibrillas. Los mecanismos que incrementan la [Ca++]
citosólica aumentan la fuerza generada, y los que la reducen, disminuyen la fuerza
generada. Por ejemplo, las catecolaminas aumentan la entrada de Ca++ en la célula por
fosforilación de los canales del Ca++ del sarcolema a través de una proteincinasa
dependiente del AMPc. Esto, a su vez, libera más Ca++ del RS y, en consecuencia, la fuerza
contráctil aumenta. El aumento de la [Ca++]o incrementará la cantidad de calcio que entra
a la célula a través de los canales del Ca++ y ello aumentará la fuerza contráctil, según se
acaba de describir. Una reducción de los gradientes de Na+ a través del sarcolema
aumenta también la fuerza contráctil, un efecto mediado por el sistema de transporte
inverso 3Na+ -1Ca++, que se encarga en condiciones normales de sacar calcio de la cé –
lul.
Vías parasimpáticas
Las fibras cardíacas parasimpáticas se originan en el bulbo raquídeo, en células localizadas en el
núcleo motor dorsal del vago o en el núcleo ambiguo (v. capítulo 11). La localización exacta de las
fibras parasimpáticas es distinta según la especie. En las personas, las fibras nerviosas vagales
centrífugas se dirigen en dirección inferior atravesando el cuello cerca de las arterias carótidas
comunes, y luego atraviesan el mediastino para establecer sinapsis con las células vagales
posganglionares. Estas células se localizan en la superficie epicárdica o dentro de las paredes del
corazón. La mayor parte de las células ganglionares vagales se localizan en almohadillas de grasa
epicárdica cercanas a los nódulos SA y auriculoventricular (AV). Los vagos derecho e izquierdo se
distribuyen a distintas estructuras cardíacas. El nervio vago derecho afecta principalmente al
nódulo SA; la estimulación de este nervio retrasa la velocidad de disparo del nódulo SA y puede,
incluso, llegar a detenerlo durante varios segundos. El vago izquierdo bloquea principalmente el
tejido de conducción AV, y determina diversos grados de bloqueo AV (v. capítulo 16). Sin embargo,
la distribución de las fibras vagales eferentes se solapa, de forma que la estimulación vagal
izquierda también deprime el nódulo SA y la derecha dificulta la conducción AV. Los nódulos SA y
AV son ricos en colinesterasa, una enzima que hidroliza con rapidez el neurotransmisor acetilcolina
(ACh). Los efectos de una estimulación vagal determinada desaparecen con mucha rapidez (fig. 18-
2, A) cuando ésta se interrumpe, porque la ACh se destruye con rapidez. Además, los efectos
vagales sobre la función de los nódulos SA y AV tienen una latencia muy corta (50-100 ms), porque
la ACh liberada activa con rapidez unos canales del K+ especiales regulados por la ACh (KACh) en
las células cardíacas. Estos canales se abren con rapidez porque el receptor muscarínico se acopla
directamente con estos canales KACh a través de una proteína que se une al nucleótido guanina
(Gi). Estas dos características del nervio vago (corta latencia y rápida reducción de la respuesta) le
permiten ejercer un control latido a latido de la función de los nódulos SA y AV. Las influencias
parasimpáticas suelen dominar sobre las simpáticas a nivel del nódulo SA, como se muestra en la
figura 18-3. Cuando se aumenta la frecuencia de estimulación simpática de 0 a 4 Hz, la frecuencia
cardíaca aumenta hasta unos 80 lpm en ausencia de estimulación vagal (Vag = 0 Hz). Sin embargo,
cuando se estimula el nervio vago a 8 Hz, el aumento de la estimulación simpática de 0 a 4 Hz no
tiene efecto apreciable sobre la frecuencia cardíaca.
Vías simpáticas
Las fibras simpáticas cardíacas se originan en las columnas intermediolaterales de los 5-6
segmentos torácicos superiores o los 1-2 segmentos cervicales inferiores de la médula espinal (v.
capítulo 11). Estas fibras abandonan la columna vertebral a través de las ramas comunicantes
blancas y entran en las cadenas paravertebrales de ganglios. Las neuronas preganglionares y
posganglionares establecen sinapsis principalmente en los ganglios estrellado o cervical medio,
según las especies. En el mediastino, las fibras simpáticas preganglionares y posganglionares se
unen para crear un complicado plexo de nervios eferentes mixtos para el corazón. Las fibras
simpáticas cardíacas posganglionares de este plexo se aproximan hasta la base del corazón
siguiendo la adventicia de los grandes vasos. Desde la base del corazón estas fibras se distribuyen
hacia las distintas cámaras en forma de un extenso plexo epicárdico. Después, entran en el
miocardio, por lo general acompañando a los vasos coronarios. A diferencia de la terminación
brusca de la respuesta tras la actividad vagal, los efectos de la estimulación simpática disminuyen
de forma gradual cuando se detiene la estimulación (v. fig. 18-2, B). Las terminaciones nerviosas
captan hasta el 70% de la noradrenalina liberada durante la estimulación simpática, y la mayor
parte de la restante es eliminada por la corriente circulatoria. Estos procesos son lentos. Además,
los efectos facilitadores de la estimulación simpática sobre el corazón alcanzan un estado
estacionario mucho más lentamente que los efectos inhibidores de la estimulación vagal. La
aparición de la respuesta cardíaca frente a la estimulación simpática se produce lentamente por
dos motivos fundamentales. En primer lugar, parece que la noradrenalina se libera lenta18-370-
392kpen.indd 371 24/2/09 10:06:34 372 Berne y Levy. Fisiología 250 200 150 100 50 50 75 100
125 150 Presión arterial (mmHg) Frecuencia cardíaca (lpm) 100 50 0 60 100 140 180 220 Presión
en el seno (mmHg) Actividad vagal (% de la máxima) 100 50 0 Actividad simpática (% de la máxima)
● Figura 18-4. Frecuencia cardíaca en función de la presión arterial media. ● Figura 18-5. Efecto de
los cambios en la presión en los senos carotídeos aislados sobre la actividad neural de las fibras
eferentes simpáticas y vagales cardíacas. (Adaptado de Kollai M, Koizumi K: Pflügers Arch 413:365,
1989.) mente de las terminaciones nerviosas simpáticas. En segundo lugar, los efectos cardíacos
de la noradrenalina liberada en los nervios están mediados principalmente por sistemas de
segundos mensajeros relativamente lentos, que implican al AMPc (v. capítulo 3). Por tanto, la
actividad cardíaca altera la frecuencia cardíaca y la conducción AV mucho más lentamente que la
actividad vagal. Aunque la actividad vagal puede controlar la actividad cardíaca latido a latido, la
simpática no puede hacerlo.
Reflejo barorreceptor
Los cambios súbitos en la presión arterial ponen en marcha un reflejo que induce un cambio
inverso en la frecuencia cardíaca (fig. 18-4). Los barorreceptores localizados en el cayado aórtico y
los senos carotídeos son responsables de este reflejo. La relación inversa que existe entre la
frecuencia cardíaca y la presión arterial suele ser más marcada, en general, en los valores
intermedios de la presión arterial. Por debajo de este conjunto de valores intermedios, la
frecuencia cardíaca se mantiene en valores constantes altos, mientras que por encima de estos
valores de las presiones, la frecuencia cardíaca se mantiene constante, pero baja. Los efectos de
estos cambios en la presión del seno carotídeo sobre la actividad de los nervios autónomos
cardíacos se muestra en la figura 18-5, que representa que, para valorar intermedios de presión en
el seno carotídeo (100 a 180 mmHg), se inducen cambios recíprocos por la actividad vagal eferente
y simpática. Por debajo de estos valores de presión en el seno carotídeo, la actividad simpática es
intensa, y la actividad vagal, prácticamente inexistente. Por el contrario, por encima de estos
valores de presión, la actividad vagal es intensa y la simpática, mínima.