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Los pobladores de Biajo del Cacarica, con una población perdida en Colombia vivieron

crímenes atroces, donde solo experimentaron dolor, pérdida y angustia de sentir que la
muerta es cada vez cerca de ellos; vivieron un partido de fútbol que para todos puede ser
algo tranquilo y solo una muestra de deporte pero no lo es fue la presencia de un crimen
donde el autor principal en este escenario deportivo fue la cabeza de un pobre campesino
que días antes había muerto a manos de los paramilitares y militares que realizaban
acciones en conjunto. Esto fue un crimen atroz contra Mariano López, que fue asesinado
vilmente por parte de los militares y paramilitares que sin cruzar palabra le cortaron la
cabeza, todo se torna en un silencio sepulcral donde la muerte es un juego de azar.
Este hecho fue el inicio de una ola de terror donde militares y paramilitares arrasaron con
las personas sin ningún porque lo único importante era dan cifra de bajas de guerrilleros y
de terroristas. 
Estos son algunos de los ejemplos que se pueden dar por parte de la “Operación génesis”
que fue ideada por el general Del Río que lo llaman el “Pacificador del Urabá”, pero de
pacificador solo tiene la palabra porque está expuesto a cargos de crímenes considerados
de lesa humanidad y por conformación de grupos paramilitares y de la guerra formada por
autodefensas ilegales y guerrilla en el Urabá antioqueño.
La avanzada militar y paramilitar contra las comunidades del río Atrato formó parte del
desplazamiento sistemático al que han sido condenados en afrontar millones de
colombianos. Es una pelea de intereses entre los paramilitares, militares y el
narcoterrorismo, desde los primeros testimonios se supo que el ejército y los paramilitares
iban juntos y esto causó zozobra ante la población ya que no podían opinar o decidir por
sus zonas que eran azotadas por masacres.
El general Rito Alejo del Río, tuvo condena de cárcel por 25 años por el homicidio de
Mariano López Mena en 1997, todo esto fue un juicio complicado ya que pasó por omitir
investigaciones e información hasta no categorizar como un crimen de lesa humanidad.
En la última negativa contra el caso fue corregida por la Corte Constitucional al revisar
una sentencia de Acción de Tutela por denegación de justicia, eso llevó a la búsqueda de
la verdad y justicia frente a crímenes tan horrendos. pero este es un país lleno de
paramilitares, guerrilla, narcotráfico que está regido por un gobierno corrupto e igual de
sucio que los actores de crímenes, en el momento del gobierno de Alva Uribe se habla de
cómplice ante las acciones de los paramilitares y que era manejado por el coronel
Castaño que decidía los pasos a seguir por este país lleno de atrocidades y vejámenes.
Ese es un gobierno, un gobierno represivo, aliado con la delincuencia y que pone sus
mecanismos de justicia a órdenes de ellos para así tener una lucrativa participación en los
crímenes y masacres realizadas, solo busca que los encabezados hablen de muertes de
paramilitares para así desvincularse de todos los malos actos cometidos por el gobierno y
estos grupos al margen de la ley.
Colombia agoniza en manos de los que dicen ser los dirigentes que hablan de gobierno
justo pero lo único que tiene es violencia, mentiras y casos de injusticia, un país a base de
salvajes que se dedican a asesinar, masacrar, robar y desalojar a sus compatriotas que
solo viven en pobrezas y en un país de zozobra y miedo. 
Por parte un oficial del ejército se dio a conocer documentos donde se podía observar que
todo lo que rige las Autodefensas Unidas de Colombia fue a base de un reglamento de
Régimen Disciplinario para las Fuerzas Militares y le borraban donde decía fuerzas
militares y le colocaban “Para los Miembros de las AUC”, en este computador donde se
redactaron estos textos se hicieron contraseñas, códigos de comunicación para el jefe de
los paramilitares, un cabo primero del ejército retirado que estaba en el Urabá antioqueño,
las declaraciones de este policía son hechos que dejaron a más de uno perplejo y se
pudo ver los atroces crímenes que se realizaron contra el pueblo colombiano buscando
solo lucrarse con dinero y hacer del narcotráfico lo más fuerte del país.
La trágica situación en la que agoniza Colombia exige que al pan lo llamemos pan, y al
vino, vino.

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