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Foto 1
Foto 2
Inicio de la marcha.
Es frecuente que cuando una persona empieza a guiar, por inseguridad y falta
de práctica, tensione su hombro, manteniéndolo contraído y elevado, que lleve
el codo flexionado y se gire constantemente a mirar a la persona guiada. Es
conveniente que el guía intente ser consciente de su propia posición corporal,
así como del estado de tensión (cuerpo rígido) o relajación que posee.
Es necesario que mantenga su cuerpo relajado, ya que de esta forma trasmite
mejor las variaciones en los movimientos, que es lo que informa a la persona
sordociega de los cambios en el entorno.
Posición corporal:
- el brazo por el que le agarran con el codo extendido
- caminar con su cuerpo orientado hacia delante
- girar su cabeza para comprobar cómo le sigue la persona sordociega. No
debe girar su cuerpo, ya que se interpretaría como un cambio de dirección,
como un giro, y le confundiría.
Aunque es el guía quien debe adaptarse, no quiere decir que deban caminar
siempre a la misma velocidad; en situaciones concretas de mayor urgencia, el
guía debe indicárselo y durante ese tiempo caminar más rápido.
También puede ocurrir que la persona sordociega camine a una velocidad más
rápida que la que puede o considera adecuado seguir el guía, intentando
adelantarle en todo momento. En este caso es necesario frenarle y avisarle,
para que camine más despacio y no se adelante, ya que, de otro modo, no se
guiaría con seguridad. Esta situación es frecuente cuando la persona
sordociega posee resto visual y se desplaza por un entorno conocido para él.
Foto 3
Foto4 Foto7
Una vez que se acaba la situación de paso estrecho, el guía vuelve a colocar
su brazo en posición normal, caído a un lado de su cuerpo, y la persona
sordociega pasa a colocar de nuevo su mano encima del codo en técnica guía.
Foto 8 Foto 9
Foto 10 Foto 11
Subida y bajada de bordillos
Foto 26 Foto 27
Foto 28 Foto 32
Si es necesario hacer un cambio de lado para que la persona sordociega se
coloque a la derecha, es más fácil cuando se está a unos pasos de la escalera,
porque si se hace justo en el inicio, luego hay que dar pasos laterales, que son
mucho más incómodos. Mientras el guía sube (o baja) el primer escalón, la
persona sordociega se aproxima al inicio de la escalera (v. fotos 29 y 33);
Foto 29 Foto 33
Foto 30 Foto 31
Foto 34 Foto 35
Existen diferentes formas de asientos: con o sin respaldo, con o sin brazos,
sillón, etc. También varía la situación en la que pueden estar: unidos,
separados, en hileras, permitiendo el acceso desde diferentes lugares.
Foto 40 y 41
Cuando el guía y la persona sordociega se aproximan por detrás a una silla, el
guía debe disminuir la velocidad de la marcha hasta estar junto a esta.
Entonces sitúa su mano debajo de la de la persona sordociega y la coloca en el
respaldo (v. foto 41). Manteniéndose la persona sordociega agarrada al guía,
esta gira alrededor de la silla hasta situarse frente al asiento. Una vez que
conoce donde está su asiento y la orientación para sentarse, antes de hacerlo,
la persona sordociega deberá tocar el asiento comprobando que no haya nada
en él.
Para facilitar la localización de un asiento, si es un sillón y se aproximan desde
el lateral, el guía puede situar la mano libre de la persona sordociega en el
brazo del sillón (v. foto 42), para dirigirla luego hacia el respaldo. De esta
forma, la persona sordociega conoce rápidamente cuál es la orientación.
Foto 42