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REPORTE DE LECTURA:

“DESARROLLO PRENATAL”
LA FORMACION DE UNA NUEVA VIDA.

ELABORADO POR:
MTRO. CARLOS ALBERTO GUILLEN RODAS

UNIVERSIDAD MESOAMERICANA
PSICOLOGIA CLÍNICA

MATERIA: DESARROLLO PSICOLÓGICO I:


CATEDRATICO
LIC. MERCEDES DEL SOCORRO RUIZ RODAS

SAN CRISTOBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS.

DESARROLLO PRENATAL
Para muchas mujeres, la primera señal clara (aunque no necesariamente fiable) de embarazo es la
falta del periodo menstrual. Pero incluso antes de la falta del primer periodo, el cuerpo de una
mujer embarazada pasa por cambios sutiles pero perceptibles.
Durante la gestación, el periodo entre la concepción y el nacimiento, el niño nonato pasa por
procesos de desarrollo impresionantes. El rango normal de gestación fluctúa entre 37 y 41
semanas La edad gestacional se toma desde el primer día del último ciclo menstrual de la futura
madre.

Mamas o pezones La mayor secreción de las hormonas femeninas estrógenos y progesterona estimula el
adoloridos e hinchados crecimiento de las mamas como preparación para que produzcan leche (es más notable
en el primer embarazo).
Cansancio; necesidad El corazón de la mujer late más de prisa y con más fuerza para impulsar la sangre adicional
de dormir siestas que lleve nutrientes al feto. La producción acentuada de hormonas requiere más
esfuerzos. La progesterona deprime el sistema nervioso central y causa somnolencia. Las
preocupaciones por el embarazo minan la energía.
Alguna hemorragia o La hemorragia de la implantación ocurre de 10 a 14 días después de la fertilización,
cólicos cuando el óvulo fertilizado se adhiere en la pared del útero. Muchas mujeres también
sienten cólicos (parecidos a los menstruales) porque el útero comienza a crecer.
Antojos Los cambios hormonales alteran las preferencias alimenticias, en especial durante el
primer trimestre, cuando las hormonas ejercen el mayor efecto
Náuseas con o sin Como la placenta y el feto producen más estrógenos, el estómago se vacía con mayor
vómito lentitud. Además, se afina el sentido del olfato, de modo que ciertos olores, como los de
café, carne, lácteos o especias, causan náuseas. Los mareos matutinos pueden comenzar a
las dos semanas de la concepción, pero por lo general aparecen hacia las cuatro a ocho
semanas y pueden ocurrir a cualquier hora.
Micción frecuente El útero se agranda y, durante el primer trimestre, presiona la vejiga.
Frecuentes jaquecas Los cambios hormonales provocan el aumento de la circulación sanguínea.
leves
Constipación El incremento de la progesterona lentifica la digestión, por lo que la comida pasa más
lentamente por el aparato digestivo
Variaciones de ánimo Las oleadas de hormonas al comienzo del embarazo producen altibajos emocionales.
Desvanecimiento y La sensación de vértigo puede deberse a hipotensión y dilatación de los vasos sanguíneos
mareo o a bajada del azúcar.
Aumento de la La temperatura basal (la que se toma a la primera hora de la mañana) aumenta
temperatura basal normalmente todos los meses, poco después de la ovulación, y luego baja durante la
menstruación. Cuando la menstruación cesa, la temperatura se mantiene elevada

ETAPAS DEL DESARROLLO PRENATAL El desarrollo prenatal tiene lugar en tres etapas: germinal,
embrionario y fetal (en la tabla 3-4 se presenta una descripción mes tras mes). En estas tres etapas
de la gestación, el cigoto unicelular original se convierte en embrión y luego en feto. El crecimiento
y el desarrollo motriz ocurren en sentido descendente y del centro del cuerpo hacia afuera. La
cabeza y el tronco del embrión se desarrollan antes que los miembros, y los brazos y las piernas
antes que los dedos. Etapa germinal (fertilización a dos semanas) Durante la etapa germinal, que
transcurre desde la fertilización hasta las dos semanas de edad gestacional, el cigoto se divide,
gana complejidad y se implanta en la pared del útero.

Un mes Durante el primer mes, el crecimiento es más rápido que en cualquier otro momento del
desarrollo prenatal o de la vida posnatal; el embrión alcanza un tamaño 10000 veces mayor
que el cigoto. Al final del primer mes, mide alrededor de 1.25 centímetros. La sangre fluye
por sus venas y arterias, que son muy pequeñas. Tiene un corazón minúsculo, que late 65
veces por minuto. Ya tiene los rudimentos de un cerebro, riñones, hígado y aparato digestivo.
El cordón umbilical, la línea vital que lo une a su madre, funciona. Si se mira con atención
mediante un microscopio, es posible ver las protuberancias de la cabeza que se convertirán
en ojos, oídos, boca y nariz. El sexo todavía no es detectable.
Siete Al final del segundo mes el embrión se convierte en feto. Mide menos de 2.5 centímetros y
semanas pesa 9 gramos aproximadamente. Su cabeza comprende la mitad del cuerpo. Las partes del
rostro están claramente desarrolladas, entre ellas la lengua y encías. Los brazos tienen manos
con dedos y las piernas tienen rodilla, tobillo, pies y dedos. El feto tiene una cobertura
cutánea delgada y huellas dactilares en pies y manos. Alrededor de las ocho semanas
aparecen las células óseas. Impulsos cerebrales coordinan la función de sistemas y aparatos.
Los órganos sexuales están en desarrollo; el pulso es estable. El estómago produce jugos
digestivos; el hígado, células sanguíneas. Los riñones eliminan el ácido úrico de la sangre. La
piel es lo bastante sensible para reaccionar a la estimulación táctil.
Tres Hacia finales del tercer mes, el feto pesa alrededor de 28 gramos y mide unos 7.5
meses centímetros. Tiene uñas, párpados (todavía cerrados), cuerdas vocales, labios y una nariz
prominente. La cabeza todavía es grande cuatro meses (alrededor de un tercio de la longitud
total cinco meses) y la frente es alta. El sexo se determina con facilidad. Los aparatos y
sistemas del organismo están en funcionamiento, de modo que el feto respira, aspira líquido
amniótico en los pulmones y lo expele; ocasionalmente, orina. Sus costillas y vértebras se han
convertido en cartílago. El feto puede dar respuestas especializadas. Mueve las piernas, pies,
pulgares y cabeza; la boca se abre y se cierra y traga. Si se toca los párpados, bizquea; si se
toca la palma, la cierra parcialmente; si se toca los labios, succiona, y si se toca la planta del
pie, extiende los dedos. Estos reflejos están presentes al nacer, pero desaparecen en los
primeros meses de vida.
Cuatro El cuerpo aumenta de tamaño con respecto a la cabeza, la cual tiene ahora una cuarta parte
meses de la longitud, la misma proporción que cuando nazca. El feto mide de 20 a 25 centímetros y
pesa 170 gramos. El cordón umbilical es tan largo como el feto y seguirá creciendo junto con
él. La placenta está totalmente desarrollada. La madre puede sentir que el bebé patea, un
movimiento llamado animación, que en algunas sociedades y grupos religiosos se considera
el principio de la vida. Las actividades reflejas que aparecen en el tercer mes son más
enérgicas porque aumenta el desarrollo muscula
Cinco El feto, que ahora pesa de 340 a 450 gramos y mide alrededor de 30 centímetros, comienza a
meses dar signos de personalidad individual. Tiene ritmos definidos de vigilia y sueño, adopta su
posición favorita en el útero (su postura) y es más activo: patea, se estira, se retuerce y tiene
hipo. Si se pone la oreja contra el abdomen de la madre, puede oírse el corazón del feto. Las
glándulas sudoríparas y sebáceas funcionan. El aparato respiratorio todavía no es capaz de
sostener la vida fuera del vientre; un bebé nacido a esta edad no sobrevive. Comienzan a
crecer vellos ásperos como cejas y pestañas, vello fi no en la cabeza, a la vez que una pelusa,
llamada lanugo, cubre el cuerpo.

A las 36 horas de la fertilización, el cigoto entra en un periodo acelerado de división y duplicación


(mitosis) celular. A las 72 horas se ha dividido primero en 16 y luego en 32 células; un día después
tiene 64 células. A la vez que se divide, el óvulo fertilizado se desplaza por la trompa de Falopio
hacia el útero, un viaje que se lleva tres o cuatro días. Su forma cambia a la de un blastocito, una
esfera llena de líquido que flota libremente en el útero hasta el sexto día posterior a la
fertilización, cuando empieza a implantarse en la pared uterina. Sólo alrededor de 10 a 20% de los
óvulos fertilizados completan la tarea de implantación y continúan su desarrollo. Antes de la
implantación se inicia una diferenciación celular, de modo que algunas células del borde del
blastocito se acumulan de un lado y forman el disco embrionario , una masa celular engrosada de
la que empieza a formarse el embrión. Esta masa se diferencia en tres capas. El ectodermo, la capa
superior, se convertirá en la capa externa de la piel, uñas, pelo, dientes, órganos de los sentidos y
sistema nervioso, lo que incluye el cerebro y la médula espinal. El endodermo, la capa inferior, se
convertirá en el aparato digestivo, hígado, páncreas, glándulas salivales y aparato respiratorio. El
mesodermo, la capa intermedia se desarrollará y diferenciará en la capa interna de la piel,
músculos, esqueleto y aparato excretor y circulatorio. Otras partes del blastocito comienzan a
formar órganos que nutrirán y protegerán el desarrollo uterino: la cavidad amniótica o saco
amniótico, con sus capas externas, el amnios y el corion; la placenta y el cordón umbilical. El saco
amniótico es una membrana llena de líquido que encierra al embrión en desarrollo, lo protege y le
da espacio para que se mueva y crezca. La placenta deja que pasen oxígeno, nutrientes y
desperdicios entre la madre y el embrión. También conecta al embrión con el cordón umbilical.
Los nutrientes de la madre pasan de su sangre a los vasos sanguíneos embrionarios, que los llevan
al embrión a través del cordón umbilical. Además, los vasos embrionarios del cordón llevan los
desechos del embrión a la placenta, para eliminarlos a través de los vasos sanguíneos de la madre.
El aparato circulatorio de la madre y el embrión no están unidos de manera directa; el intercambio
ocurre por difusión a través de las paredes de los vasos sanguíneos. La placenta también combate
infecciones y confiere al feto inmunidad contra diversas enfermedades. Produce hormonas que
sostienen el embarazo, y preparan los pechos de la madre para la lactancia y, al final, estimulan las
contracciones uterinas que arrojarán al bebé del cuerpo de la madre.

Etapa embrionaria (dos a ocho semanas) Durante la etapa embrionaria, la segunda etapa de
gestación, que va aproximadamente de la segunda a la octava semanas, se forman con rapidez los
principales aparatos y sistemas orgánicos: aparato respiratorio, aparato digestivo y sistema
nervioso. Es un periodo crítico, durante el cual el embrión es más vulnerable a influencias
destructivas del ambiente prenatal.

Un aborto espontáneo es la expulsión de un embrión o feto que no puede vivir fuera del útero. Se
estima que, sólo en Estados Unidos, esto resulta en alrededor de un millón de muertes fetales
cada año (MacDorman y Kirmeyer, 2009). Casi todos los abortos son de embarazos anormales;
alrededor de 50 a 70% consisten en anomalías cromosómicas (Hogge, 2003). Tabaquismo,
alcoholismo y drogadicción aumentan los riesgos de sufrir un aborto espontáneo. La mayor
vulnerabilidad de los niños se extiende después del nacimiento: son más los que fallecen a
temprana edad, o bien, son más susceptibles a muchos trastornos.

Etapa fetal (ocho semanas hasta el nacimiento) La aparición de las primeras células óseas,
alrededor de las ocho semanas, marca el comienzo de la etapa fetal, la última fase de la gestación.
En este periodo, el feto crece rápidamente hasta unas 20 veces su longitud anterior y los aparatos
y órganos incrementan su nivel de complejidad. Hasta el nacimiento, continúa el desarrollo de las
uñas y los párpados. Los fetos no son pasajeros pasivos en el vientre de su madre. Respiran,
patean, giran, se flexionan, se sobresaltan, bizquean, tragan, cierran el puño, les da hipo y se
chupan el dedo.

Los científicos pueden observar los movimientos fetales por medio del ultrasonido, un método de
ondas sonoras de alta frecuencia que permite detectar el contorno del feto. Con otros
instrumentos se vigila el pulso, cambios en el nivel de actividad, estados de sueño y alerta y
reactividad cardiaca.

Durante la gestación, el feto masculino, sin que importe su talla, es más activo y se mueve con más
vigor que el feto femenino. Por ello, la tendencia de los niños a ser más activos que las niñas es, al
menos en parte, innata.

A partir de más o menos la duodécima semana de gestación, el feto traga y aspira el líquido
amniótico en el que flota. Dicho líquido contiene compuestos que, luego de cruzar la placenta,
pasan del torrente sanguíneo de la madre al del feto. La asimilación de estos compuestos estimula
los sentidos rudimentarios del gusto y el olfato y contribuirían al desarrollo de órganos necesarios
para la respiración y la digestión (Mennella y Beauchamp, 1996a; Ronca y Alberts, 1995;
Smotherman y Robinson, 1995, 1996).

El feto responde a la voz y los latidos de la madre y a las vibraciones de su cuerpo, lo que indica
que oye y siente. Cuando sienten hambre, los lactantes, cualquiera que sea la posición que tengan,
giran hacia el pecho en la dirección en la que oyen la voz de su madre (Noirot y Algeria, 1983;
citado en Rovee-Collier, 1996). La familiaridad con la voz de la madre indica que puede tener una
función evolutiva de supervivencia: hacer que los recién nacidos localicen la fuente de alimento.

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