¿Cuál es la incidencia del fenómeno de la globalización en una sociedad?
Por: Valentina Londoño Madroñero
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE OCCIDENTE
Cali A los treinta (30) días del mes de mayo de 2019 GLOBALIZACIÓN Y SOCIEDAD Un análisis sobre la incidencia de este fenómeno en los colectivos
La globalización es hasta ahora un fenómeno incipiente que requiere un
análisis multidimensional y profundo. Representa una forma de organización colectiva que positiva o no, tiene considerables efectos en la sociedad humana. Obtener una posición al respecto depende contundentemente de la microscópica labor que se desempeña dentro de este sistema, porque, aunque de una manera u otra nos vemos afectados, este fenómeno no se traduce ni impacta de igual manera para cada persona en una sociedad. Lo que quiere decir que es un fenómeno que, aunque visto de forma positiva por una gran mayoría, es un monstruo escurridizo y de doble filo. Prometedor, amenazante. Las definiciones del término representan una disputa entre autores que, teniendo diferente perspectiva e ideologías, ofrecen alternativas conceptuales que en muchos casos no concuerdan, no existe un consenso frente a su definición formal. Zygmunt Bauman en su obra: la globalización: consecuencias humanas, aborda la globalización, no como el término de moda que se invoca para dar cuenta de cualquier suceso contemporáneo, sino como un fenómeno abarcante y complejo que trae consecuencias a menudo olvidadas o ignoradas. Para el autor, la globalización no posee características rígidas sino que, al contrario, se caracteriza por ser “líquida” al igual que la modernidad. Es decir, que, en la medida que su manifestación objetiva o subjetiva se va transformando de manera constante y fluida (por esto líquida) en diversos aspectos, la mayoría de los individuos (a los que define como los locales) no tienen el manejo del tiempo ni la información suficiente como para asimilar las reales consecuencias que estos procesos pueda presentar, ante lo cual se ven limitados, por un lado, a vivir conforme a sus antiguas tradiciones y, por el otro, meramente a vivir las características y consecuencias de estos nuevos procesos, pudiendo escasamente reconocerse como parte del proceso globalizador y, por lo tanto, constituirse como agentes activos de los cambios. Es en este sentido se adivinan los reflejos producidos por el fenómeno en la sociedad. ¿Pueden o no las personas ubicarse en la situación? En el fondo de esta pregunta está la indagación acerca de la capacidad de la persona para diferenciar esferas como el consumo y la supervivencia, tan íntimamente relacionadas en la actualidad. Los objetos no se presentan a las personas como medios duraderos para satisfacción de necesidades, sino que, por el contrario, se les exige hacer uso de dichos objetos de forma rápida permitiendo que se desvanezca de forma fugaz el deseo que éste satisface. Es de esta forma que son adoctrinados de alguna forma para obedecer a la sociedad del consumo, son eximidos de su conciencia y terminar por hacer parte de un gran complejo social. Ahora bien, ¿cuáles son las consecuencias que genera ese movimiento competitivo que propone una sociedad globalizada? No hay otra respuesta, sino que el exilio de aquellos que no forman parte de la gran urbe, que han dejado de contribuir a este gran sistema. Sería prudente dividir este gran circo en una jerarquía invisible. Donde quienes aún hacen parte de ese factor productivo gozan de privilegios y quienes, motivados por sobrevivir, rechazados incluso por la misma esfera del consumo y la productividad son los nuevos “residuos humanos” apilados en los “vertederos” (conceptos atribuidos a un ejemplo metafórico de Bauman, en su libro: “vidas desperdiciadas”) donde aún reside la esperanza, angustiados por sobrevivir. Este fenómeno influye incluso en la política y en los asuntos de relaciones internacionales, puesto que entorpece la dirección autónoma de los espacios geográficos donde se erigen las sociedades. Las situaciones de inmigración exagerada a causa de regímenes sanguinarios, pobreza, dictaduras y esclavitud se han convertido en el pan de cada día en estos espacios fronterizos donde se excluyen a quienes no poseen ningún factor productivo necesario para la supervivencia en la sociedad del consumo. ¿Qué sucede en cuanto a economía? Hoy en día las interacciones globales son generadas por capitales globales que no tienen en cuenta los intereses territoriales, esto ha sido posible gracias a la incorporación de nuevas tecnologías que hicieron que el volumen e intensidad del movimiento del capital haya aumentado en forma exponencial. Este flujo desregulado de capitales sin patria se vuelve peligroso, Un ejemplo de esto es lo ocurrido en Corea en 1997 o lo que está sucediendo en Rusia con la implantación del modelo neoliberal que ha provocado niveles de pobreza de tal magnitud donde millones de personas no alcanza a cubrir sus necesidades básicas. Esta percepción de perversidad del modelo económico global, ha llevado al quiebre de las sociedades que no se han adaptado y apegado a esas “reglas de convivencia básica” Según Ulrick Bech, los empresarios han descubierto la nueva fórmula mágica de la riqueza, que no es otra que «capitalismo sin trabajo más capitalismo sin impuestos». Los países de la UE se han hecho más ricos en los últimos veinte años en un porcentaje que oscila entre el 50 y el 70%. La economía ha crecido mucho más deprisa que la población. Y, sin embargo, la UE cuenta ahora con veinte millones de parados, cincuenta millones de pobres y cinco millones de personas sin techo. ¿Dónde ha ido a parar este plus de riqueza? En Estados Unidos, es de sobra sabido que el crecimiento económico sólo ha enriquecido al 10% más acomodado de la población. Este 10% se ha llevado el 96% del plus de riqueza. Lo que nos lleva a pensar que un fenómeno como la globalización, cimentado en un sistema capitalista, ha satisfecho los intereses de unos cuantos, que se han apoderado del capital y se han apegado a un círculo donde siempre son beneficiados a costa de países más pequeños que aún se ven agonizantes a causa de las dificultades para crecer de forma tan acelerada. En cuanto a lo que a medio ambiente se refiere: es evidente que los esfuerzos de la globalización se encaminan a la eliminación de las fronteras entre países, para dar cabida a la movilidad de las transacciones financieras, el libre comercio y a nuevas formas de política internacional tendientes a “liberalizar” el flujo de los capitales y el intercambio de las tecnologías, sin importar las consecuencias que progresivamente se observan en la ampliación de la brecha entre la pobreza y la riqueza, así como el deterioro del hábitat y la estabilidad humana. La actual concepción económica impuesta por la globalización ha significado un serio deterioro en el medio ambiente, esto debido a que existen economías cuya base de su crecimiento ha sido la explotación irracional de recursos naturales. Cuando estas economías intentan desarrollar en algún nivel la capacidad de manufacturar sus propios recursos, las economías más desarrolladas imponen aranceles proteccionistas que no permiten el acceso de dicha manufactura a su territorio, dejándolos una vez sin fichas qué mover. Por otra parte, algunos países han otorgado licencias ambientales para el funcionamiento industrias que producen un serio deterioro medio ambiental esto argumentando la necesidad de inversiones en sus territorios. Siendo Colombia un caso no muy lejano, a esa economía extractivista que ha significado la pérdida de cientos de hectáreas de bosque, especies nativas de aves y anfibios, sin dejar de lado fuentes naturales agua y reservas subterráneas. La identidad cultural de los diversos pueblos en la actualidad se ha venido generalizando según ciertas pautas comunes en marcha hacia una cultura estandarizada. Este proceso es propiciado por los poderes generadores de nuevas necesidades de consumo, que manejan a su vez los medios de comunicación social y la producción ofrecida. Teniendo en cuenta la nueva escena sociocultural que se presenta ante nuestros ojos en este fin de siglo, dentro de la cual desfilan ciertos procesos reveladores del cambio, como una creciente pérdida de peso de las instituciones públicas locales y nacionales en beneficio de los conglomerados empresariales de alcance transnacional, la reformulación de los patrones de asentamiento y convivencia urbanos, la reelaboración de lo propio, debido al predominio de los bienes y mensajes procedentes de una economía y una cultura globalizadas. La redefinición del sentido de pertenencia e identidad cultural de los pueblos. Cabe cuestionarnos acerca del impacto negativo que éstos provocan sobre diversas realidades culturales, en particular sobre sus respectivas identidades, aceptando como un hecho ineludible la marcha hacia “la aldea global”, como paradigma de constitución del mundo con miras a la homogeneización del planeta en lo político, lo económico y lo social… Los grupos de poder, son una unidad social constituida por un número de individuos que poseen un estatus y unas relaciones mutuas estables, y que tienen un conjunto de valores o normas que regulan su conducta. Estos tienen las relaciones, bienes o elementos (políticas, económicas, sociales, etc.) suficientes para llevar a cabo sus logros e influir sobre el resto de los grupos y la sociedad por todos los medios posibles valiéndose de un hábil manejo de sus recursos. Ellos crean nuevas necesidades de consumo, que son un impulso irresistible que obliga a obrar a los incautos. La prioridad en este mundo se ha vuelto obedecer a unas causas motivadas por ideales codiciosos y conflictivos. Bibliografía
Bauman, Z., & Llazcano, P. H. (2005). Vidas desperdiciadas: la modernidad y
sus parias. Barcelona: Paidós Bauman, Z. (2006). La globalización. Consecuencias humanas. 1998. FCE, Buenos Aires, Argentina. Beck, U., Moreno, B., & Borrás, M. R. (1998). ¿Qué es la globalización? Barcelona: Paidós. Vargas Aguirre, M. (2000). Algunas reflexiones acerca de la globalización. Chile. Recuperado de: www. rcci. net/globalizacion/2000/fg139. htm.