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Piel (Barc., Ed. impr.) 2011;26(3):150–157
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Figura 2 – Histopatologı́a: epidermólisis de los
queratinocitos de las capas espinosa y granulosa
(H-E, T20).
Unna-Thost, que muestra ausencia de epidermólisis, ası́ como
con las QPP adquiridas: climatérica, dermatosis inflamatorias
(psoriasis, eccema, liquen plano), infecciosas, por fármacos,
enfermedades sistémicas (diabetes mellitus, linfoma T) y
neoplasias4.
El tratamiento es sintomático con agentes queratolı́ticos
tópicos como primera elección (ácido salicı́lico, propilenglicol
al 40-60% en forma oclusiva por las noches). También se puede
Dermatitis facticia como manifestación de acontecimiento
psicopatológico traumático
Factitial dermatitis as a manifestation of a traumatic
psychopathological event
Caso clı́nico
Presentamos un caso de dermatitis facticia de abordaje
complicado, en el cual ha sido fundamental la participación
tanto de dermatólogos como de psiquiatras.
Se trata de una paciente de 38 años, con antecedentes de
lumbocialtalgia, que acudió a consultas de dermatologı́a en
enero de 2010 por presentar lesiones erosivas en el tobillo
derecho. La paciente referı́a que las lesiones habı́an aparecido
tras la retirada del vendaje con tensoplast hacı́a 3 meses por
un esguince de grado I en dicho tobillo y no terminaban de
cicatrizar, a pesar de las curas tópicas pautadas por su médico
de atención primaria. A la exploración fı́sica se apreciaban
lesiones de morfologı́a ovalada, bordes netos y fondo erosivo-
153
optar por el desbridamiento fı́sico o utilizar retinoides
(acitretina, 10-20 mg/dı́a), pero el tratamiento prolongado
con estos últimos favorece el riesgo de complicaciones1.
b i b l i o g r a f í a
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Camino Prada Garcı́a*, Sonsoles Delgado Vicente,
Inmaculada Ruiz González y Leticia Sempau Dı́az del Rı́o
Servicio de Dermatologı́a, Complejo Asistencial Universitario de León,
León, España
* Autor para correspondencia.
Correo electrónico: caminoprada@gmail.com
(C. Prada Garcı́a).
0213-9251/$ – see front matter
# 2010 Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.
doi:10.1016/j.piel.2010.09.027
sangrante, localizadas en región pretibial y tobillo derecho (fig.
1). La piel de alrededor era normal. Se tomó un cultivo para
hongos y bacterias que fueron negativos, ası́ como una biopsia
del borde de una de las lesiones. La histologı́a mostraba
necrosis de la epidermis y escasa inflamación en la dermis,
pero no indicaba afección dérmica. Dado el empeoramiento
progresivo y la aparición de nuevas lesiones en las siguientes
dos visitas a nuestra consulta, se decidió su ingreso hospita-
lario con el diagnóstico de dermatitis facticia y con el objetivo
de realizar curas oclusivas, ası́ como solicitar valoración
psiquiátrica.
Durante la primera entrevista con el servicio de psiquiatrı́a
la paciente se encontraba colaboradora, aunque no aportó
muchos datos acerca de la aparición de las lesiones, sin
mostrar preocupación ante su extensión. En su historia
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psicobiográfica destacaba la muerte de su madre a los 5 años,
escasas relaciones interpersonales y trastornos alimentarios
durante su adolescencia (importante obesidad). Los psiquia-
tras, en su primera intervención, no confrontaron la posible
autorı́a autoinflingida de las lesiones y centraron la atención
en datos sintomáticos (hipotimia, ansiedad e insomio de
segunda fase). Durante su ingreso en nuestra planta, las
lesiones de la pierna mejoraron con curas oclusivas; sin
embargo, aparecieron repentinamente nuevas lesiones en la
zona periocular y la cara anterior de los brazos de un dı́a para
otro (figs. 2 y 3). La paciente fue dada de alta tras mejorı́a del
cuadro dı́as después y remitida a las consultas de psiquiatrı́a
donde confesó que hacı́a un año habı́a sufrido un robo con
agresión sexual. Desde entonces, referı́a la pérdida de hasta
20 kg de peso, conductas evitativas, fenómeno de reexperi-
mentación y aumento notable de ansiedad. Dos semanas
después del alta hospitalaria la paciente acudió a urgencias
por ideación autolı́tica estructurada y 3 dı́as antes habı́a
ingerido 8 comprimidos de olanzapina. Debido al alto riesgo de
suicidio, se decidió su ingreso en psiquiatrı́a. El diagnóstico
final por parte de psiquiatrı́a fue de trastorno por estrés
postraumático crónico (TEPT), trastorno adaptativo mixto,
trastorno de la conducta alimentaria y trastorno facticio con
predominio de signos y sı́ntomas fı́sicos. El pronóstico actual
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Figura 1 – Lesiones ovaladas y erosivas en la región
pretibial derecha.
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Figura 2 – Lesiones costrosas en la zona periocular.
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Figura 3 – Lesión en la cara anterior del antebrazo
izquierdo.
de la paciente es incierto, a la espera de revisiones sucesivas
por parte de psiquiatrı́a. La paciente no ha reconocido en
ningún momento la autorı́a de las lesiones, persistiendo
algunas en zona pretibial derecha.
La dermatitis facticia es un trastorno poco frecuente en que
el paciente se produce lesiones cutáneas, negando su autorı́a y
sin querer admitirlo con facilidad, no pretende sacar provecho
de ello. Durante años, han sido conocidas en dermatologı́a con
el término de patomimias. Frecuentemente, el paciente
desconoce los motivos que lo llevan a provocarse las lesiones
y su comportamiento está motivado por la necesidad de
asumir el papel de enfermo y ası́ obtener atención y cuidado.
La incidencia es difı́cil de precisar y es más frecuente en el sexo
femenino, con tasas mujer/hombre que varı́an desde 2,8/1
hasta 20/1. Este trastorno es más frecuente en pacientes
jóvenes, solteros y con un nivel de educación medio-bajo.
Algunos autores resaltan la relación con la medicina, ya que
estos pacientes pueden haber desempeñado trabajos en el
medio sanitario o bien haber sufrido una larga enfermedad en
la infancia1,2. Las lesiones suelen localizarse en zonas
accesibles, en ocasiones bilaterales y simétricas, y general-
mente aparecen en diferentes estadios de curación. Adoptan
formas geográficas, con bordes netos a veces angulados y con
morfologı́a variada: úlceras (la más frecuente), ampollas,
excoriaciones, induraciones y edema. Las lesiones habitual-
mente aparecen de forma brusca por la noche y sobre piel
sana. Los métodos de producción son muy variados: las
propias uñas, instrumentos punzantes3 (elementos afilados
bajo la piel, que crean granulomas a cuerpo extraño),
sustancias quı́micas aplicadas sobre la piel o inyectadas. La
cara es la localización preferente de la enfermedad. Para
algunos autores la localización de las lesiones tiene un
significado psicológico. Se han relacionado los malos tratos,
abuso o incesto durante la infancia, entre los que dañan las
extremidades; las autolesiones en cabeza y cuello con largos
periodos hospitalarios durante la infancia y la afectación del
área genital y las mamas con un evento vital traumático4. El
diagnóstico puede ser difı́cil en algunos casos, sumando a las
lesiones otros sı́ntomas variados5. Este debe ser tanto
dermatológico como psiquiátrico. El protocolo de estudio y
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las pruebas complementarias deben adaptarse a cada situa-
ción y diagnóstico diferencial posibles. Son útiles los cultivos y
la biopsia cutánea. Un dato enormemente indicativo es la
mejorı́a de las lesiones cuando estas se cubren y se aı́slan de la
manipulación del enfermo. El diagnóstico diferencial psiquiá-
trico incluye la simulación (en la que el paciente busca
beneficio económico, evitar responsabilidad legal o mejorar el
bienestar fı́sico), las excoriaciones psicógenas (neuróticas), el
trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), el sı́ndrome de Muchau-
sen y los delirios de parasitación. En el caso de las
excoriaciones psicógenas el paciente reconoce ser el causante
de sus lesiones, y no puede evitarlo. En la mayorı́a de los casos,
los pacientes presentan rasgos de personalidad previa
alterada. Sólo en casos aislados la dermatitis facticia es una
respuesta maladaptativa transitoria a una situación de estrés.
En el caso de nuestra paciente existı́an rasgos de personalidad
alterados y, además, un fuerte acontecimiento traumático
como desencadenante del cuadro6.
Hasta el 50% de las mujeres agredidas sexualmente
experimentan un TEPT7. Esto conlleva numerosas somatiza-
ciones y mayor utilización de servicios médicos. Las personas
con historia de agresión sexual están más predispuestas a
desarrollar sı́ntomas de anorexia o sufrir un cambio de peso
súbito, como fue el caso de nuestra paciente8. Como
conclusión, hemos presentado este caso con el fin de resaltar
la necesidad de un abordaje conjunto entre dermatólogos y
psiquiatras. Es importante adoptar una actitud empática hacia
el enfermo y tener en cuenta el riesgo de conductas autolı́ticas.
Por último, destacar la actuación psicoterapéutica a largo
plazo como la mejor opción de tratamiento para las vı́ctimas
de agresión sexual.
b i b l i o g r a f í a
1. Nielsen K, Jeppesen M, Simmelsgaard L, Rasmussen M,
Therstrup-Pedersen K. Self-infected skin diseases. A
Mujer con eritrodermia
Erythroderma in a woman
La pitiriasis rubra pilaris (PRP) es un raro trastorno de la
queratinización de etiologı́a desconocida, manifestada por
pápulas queratósicas de localización folicular, en algunos
casos confluentes, y que pueden afectar a grandes áreas de la
superficie corporal, con eritrodermia extensa.
Caso clı́nico
Mujer de 58 años de edad, procedente de medio urbano que
consulta por un cuadro de 1 mes de evolución que se inicia con
155
retrospective analysis of 57 patients with dermatitis artefacta
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Victoria Fuentelsaz del Barrioa,*, Cristina Corredera Carrióna,
Marta Lorda Espésa y Cristina López-Ortizb
a
Servicio de Dermatologı́a, Hospital Clı́nico Lozano Blesa, Zaragoza,
España
b
Servicio de Psiquiatrı́a, Hospital Vall d’Hebron, Barcelona, España
* Autor para correspondencia.
Correo electrónico: victoriafuentelsaz@hotmail.com
(V. Fuentelsaz del Barrio).
0213-9251/$ – see front matter
# 2010 Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.
doi:10.1016/j.piel.2011.01.003
prurito y descamación en cuero cabelludo de intensidad
moderada. Dı́as después dichas lesiones se extienden a la cara
y con el tiempo se generalizan. Fue tratada con antihistamı́-
nicos v.o. sin mejorı́a.
Al examen fı́sico se constatan múltiples placas eritemato-
descamativas, de distribución generalizada, confluentes, de
variadas formas y tamaños, lı́mites netos, bordes irregulares
que en la superficie presentan pápulas foliculares, confor-
mando un cuadro eritrodérmico. Tumefacción de manos y
pies. Uñas de manos y pies hiperqueratósicas y amarillentas
(fig. 1). Analı́tica: hemograma: hemoglobina, 11,4 mg/dl;