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CIANOTOXINAS
1. Cianobacterias
Las cianotoxinas son consideradas los compuestos más tóxicos y preocupantes en las
masas de agua, tanto por su elevada distribución como por su alta toxicidad. Son
metabolitos secundarios que se generan y acumulan durante la producción de
fotopigmentos. Ante condiciones ambientales desfavorables las cianobacterias mueren y
liberan sus contenidos al medio. La naturaleza química de las toxinas puede ser muy
diversa: péptidos cíclicos, alcaloides y lipopolisacáridos, aunque normalmente se
clasifican por los efectos que producen: Toxinas Irritantes, Citotoxinas
(Cilindrospermopsina), Dermatotoxinas (Aplisiatoxina y Lyngbyatoxina), Neurotoxinas
(anatoxina-a, anatoxina-a (s) y saxitoxina) y Hepatotoxinas (microcistinas y nodularinas).
Las cianobacterias son capaces de generar dos compuestos volátiles, la geosmina y el
metilisoborneol, los cuales suelen contribuir a importantes cambios en las características
organolépticas del agua e incluso de los organismos acuáticos. Asimismo, una serie de
sustancias suelen acompañar la descomposición de las cianobacterias. Pueden ser
metabolitos producidos por ellas o productos de su degradación. Entre éstos se
encuentran: triahalometanos, benceno, tolueno, etilbenceno y xilenos.
Las cianotoxinas pueden localizarse tanto dentro de las células de cianobacterias como
disolverse en el agua, dependiendo de la naturaleza de la toxina y la etapa de crecimiento
(Chorus y Bartram, 1999; van Apeldoorn et al., 2007).
4.1. Clasificación de cianotoxinas
Las cianotoxinas pueden clasificarse en categorías que reflejan sus efectos biológicos
en los sistemas y órganos que afectan más fuertemente (Codd et al., 2005).
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que también actúa sobre otros órganos, además de inhibir la síntesis de proteínas
(Froscio et al., 2001).
a) Microcistinas y Nodularinas
Las microcistinas y los NOD son péptidos cíclicos que consisten en siete (MC) o
cinco (NOD) aminoácidos. Una característica común de ambas hepatotoxinas es el
aminoácido Adda, que es único para las cianobacterias. Las variaciones
estructurales se producen al cambiar dos aminoácidos (MC) o uno (NOD) y varios
otros cambios en grupos secundarios pequeños: estas diferencias dan lugar a más
de 70 variantes MC y aproximadamente 6 variantes NOD (Sivonen y Jones, 1999).
La estructura química de MC-LR se muestra en la Figura 3; Este es el congénere
MC más común, caracterizado por la presencia de leucina (L) y arginina (R) como
L-aminoácidos en las posiciones 2 y 4 (Carmichael, 1988). Sobre la base de la
toxicidad aguda, MC-LR se considera una de las hepatotoxinas más potentes dentro
de las diferentes variantes y es, con mucho, la más estudiada.
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Las toxinas de las cianobacterias (algas azules y verdes) todavía constituyen una
fuente importante de toxinas de productos naturales ("biotoxinas") que se
encuentran en los suministros superficiales de agua dulce. A pesar de que
aproximadamente 40 especies de cianobacterias están implicadas en floraciones
tóxicas (Skulberg et al., 1993), solo dos géneros, que producen la misma toxina, se
han agregado a la lista en los últimos cinco años. Ambos producen una nueva
hepatotoxina alcaloide de guanidina llamada cilindrospermopsina (CY) (Ohtani et
al., 1992).
4.1.2. Neurotoxinas
Aunque con diferentes mecanismos, todas las neurotoxinas conocidas actúan sobre
el sistema neuromuscular, al bloquear los músculos esqueléticos y respiratorios, lo
que lleva a la muerte por insuficiencia respiratoria. Los grupos principales son
anatoxinas y saxitoxinas, cuyas principales características toxicológicas se
describen a continuación:
a) Anatoxina-a
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Los géneros Aphanizomenon (Rapala et al. 1993, Wood y col. 2007), Arthrospira
(Ballot et al., 2004), Cylindrospermum (Sivonen et al. 1989a), Oscillatoria (Edwards
et al. 1992), Phormidium (Gugger et al., 2005), Planktothrix (Viaggiu et al. 2004),
Anabaena (Chorus & Bartram 1999) y Raphidiopsis (Namikoshi et al. 2003) fueron
reportados como productores de anatoxina-a.
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Fig. 6. Estructura química de la anatoxina-a (s).
c) Saxitoxinas
Fig. 7. Estructura general de la toxina PST. R4-1: toxinas de carbamato, incluidas STX y neo-
saxitoxina; R4-2: toxinas de N-sulfocarbamoilo (o sulfamato), que incluyen GTX5 y GTX6;
Toxinas de descarbamoilo R4-2 y R4-3, incluyendo dcSTX.
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cianobacterianas vivas, aunque no hay datos disponibles sobre el perfil toxicológico
de esta toxina en mamíferos (Rohrlack et al., 2003, 2004).
Recientemente se ha demostrado que una amplia variedad de cianobacterias de
vida libre y simbiontes pueden producir β-N-metilamino-L-alanina (BMAA), un
aminoácido no esencial, a niveles significativos (Cox et al., 2005). Aunque con
opiniones opuestas, los efectos neurotóxicos se han atribuido a BMAA (Miller, 2006;
Lobner, 2007). Su consumo dietético se ha asociado con una enfermedad
neurodegenerativa atípica conocida como esclerosis lateral amiotrófica-
complejismo parkinsonista-demencia (ELA/ PDC) del Pacífico occidental.
Curiosamente, hallazgos recientes han sugerido que aunque BMAA por sí solo es
poco probable que cause déficits neurológicos a menos que se dosifiquen niveles
muy altos, las concentraciones tan bajas como 10-30 µM pueden potenciar la acción
de otros agentes neurotóxicos (Lobner et al., 2007), que conduce al desarrollo de
enfermedades neurológicas después de una exposición crónica a largo plazo. Sin
embargo, se justifica más investigación para determinar el papel de BMAA
producido por las cianobacterias en enfermedades neurodegenerativas.
5. Evaluación del riesgo asociado a la exposición a la cianotoxina
Los humanos pueden estar expuestos a las cianotoxinas a través de varias rutas: la oral
es, con mucho, la más importante, ya que se produce por el consumo de agua o alimentos
contaminados (incluidos los suplementos) o por la ingestión de agua durante actividades
recreativas. Sin embargo, también puede ocurrir exposición cutánea e inhalación. Estas
rutas de exposición están asociadas con actividades recreativas, deportivas y profesionales
(es decir, pesca) en aguas infestadas, o con el uso doméstico de agua que contiene
cianotoxina, como en el caso de la ducha. También se ha descrito la posibilidad de la vía
de exposición parenteral, cuando el agua de cuerpos de agua superficiales contaminados
se ha utilizado para hemodiálisis.
La identificación del escenario apropiado y la ruta de exposición pueden afectar
fuertemente la biodisponibilidad que determina la cantidad de dosis interna de cianotoxinas
en humanos. Por esta razón en lo siguiente, los posibles riesgos para la salud humana se
presentan agrupando los diferentes escenarios de exposición y las fuentes de cianotoxinas.
5.1. Hemodiálisis
Cuando las aguas superficiales infestadas por cianobacterias se usan para hemodiálisis,
pueden representar un riesgo notable para los pacientes; de hecho, la ruta paterna de
exposición aumenta considerablemente la dosis interna de toxinas, ingresando
directamente al torrente sanguíneo. Por lo tanto, aunque este es un evento de muy baja
frecuencia, representa una ruta de exposición extremadamente relevante con respecto
a la evaluación de riesgos para la salud humana.
5.2. Agua potable
Las cianotoxinas pueden ocurrir en el agua potable, dependiendo de su nivel en el agua
superficial cruda y la efectividad de los métodos de tratamiento para eliminar las
cianobacterias y las cianotoxinas. En todo el mundo, particularmente en los países en
desarrollo, muchas personas necesitan usar aguas superficiales sin filtrar / sin tratar, por
lo que están expuestas al mismo tiempo a las cianotoxinas disueltas y unidas a las
células. Dependiendo de los niveles de cianotoxina en el agua potable, pueden ocurrir
efectos agudos / a corto plazo y crónicos en humanos (Coro y Bartram, 1999).
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Los efectos agudos a corto plazo están asociados con el consumo de aguas crudas
infestadas por cianobacterias o con altas concentraciones disueltas de cianotoxina en
el agua potable como consecuencia de la descomposición de una floración de
cianobacterias naturales o su lisis artificial seguida por el fracaso de los tratamientos de
agua.
6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
- Funari, E. y Testai, E. (2008). Evaluación de riesgos para la salud humana
relacionada con la exposición a cianotoxinas. Critical Reviews in Toxicology, 38 (2),
97-125. doi: 10.1080 / 10408440701749454