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A rthur S a n ec k i

La Biblia:
entre historia
y teologia
La exégesis canonica de B. S. Chili

ESTUDIOS Y ENSAYOS £
' BAG -
T E O L O G ÌA * '
BAC
El pan de nuestra cultura católica

B . S. Childs es el precursor de una de


las más recientes corrientes metodo­
lógicas en la teología bíblica actual: el acer­
camiento canónico. Este libro es un
estudio crítico de su propuesta metodoló­
gica desde el punto de vista católico. Se
desarrolla en tres partes. La primera pre­
senta la situación moderna de la exégesis
bíblica y analiza los problemas de la rela­
ción entre exégesis y teología, la cuestión
de la actualización y las dificultades del
empleo del método histórico-crítico en la
exégesis bíblica. La segunda parte se centra
en el acercamiento canónico dé Childs y
su recepción en el mundo de los estudios
bíblicos. La tercera parte valora la pro­
puesta metodológica de Childs desde el
punto de vista católico. Las conclusiones
abordan también el valor de la propuesta
canónica para la exégesis, la teología siste­
mática, litúrgica y pastoral católicas, y para
el diálogo ecuménico contemporáneo.

Artur Sanecki (Czestochowa, Polonia 1965),


sacerdote dehoniano, estudió en el Seminario
Mayor de los Dehonianos en Stadniki, en
L’École Biblique et Archéologique Française
de Jerusalén, en el Pontifìcio Instituto Bíblico
de Roma, donde obtuvo la licencia en Sa­
grada Escritura en 1996, y en la Pontifìcia
Universidad Gregoriana, donde logró el doc­
torado en teología en 2003. Actualmente en­
seña en el Seminario Mayor de los Dehonianos
en Stadniki.

B ib l io t e c a d e A u t o r e s C r is t ia n o s
L a B ib l io t e c a d e A u t o r e s
(BAC) fue fundada en
C r is t ia n o s
1944 con la finalidad de ofrecer
ai público en general un conjunto Arthur Sanecki, SCJ
de obras fundamentales que
le permitiesen conocer mejor
las fuentes del cristianismo.
Sus ediciones de la Biblia, santos
padres y doctores, autores
medievales y renacentistas,
fuentes del derecho, documentos
del magisterio de la Iglesia,
se cuentan entre las aportaciones LA BIBLIA:
más importantes de la Iglesia
española a la cultura y constituyen ENTRE HISTORIA
uno de los exponentes más
egregios de su patrimonio Y TEOLOGÍA
inmaterial. Así lo ha reconocido
el Gobierno de España, que la La exégesis canónica de B. S. Childs
declaró «De interés nacional»
en 1952 y la distinguió con la
Orden Civil de Alfonso X el Sabio
en 1955. La Biblioteca de Autores
Cristianos ha gozado siempre
del aprecio de la Santa Sede,
que no sólo ha expresado en
numerosas ocasiones su estima
por la labor realizada, sino
alentado también a cuantos se
afanan en llevar adelante tan
elevado proyecto cultural ESTUDIOS YENSAYOS
- BAC -
y espiritual. Ha reconocido,
T E O L O G Í A
además, su singularidad, la calidad
de su específico ministerio y su
destacada significación histórica.
B ib l io t e c a de A utores C r is t ia n o s
MADRID • 2012
E s t u d io s y E n sayo s

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Seis católicos evolucionistas
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Destrucción del patrim onio rdigioso
en la II República (1931-PÍ36)
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Los evangelios apócrifos en
la literatura española
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Santa María, la Virgen
F e l ic ia n o B l á z o u e z (ed.)

I.
Título original de la obra: Approccio Canonico: tra storia e teologia, alla ricerca
d i un nuovo paradigm a postcntico. Tesi Gregoriana Serie Teologia 104.
Traductor: AGUSTÍN GIMÉNEZ GONZÁLEZ
ÍND ICE GENERAL

Introducción ............................................... ix
1. El
canon. Una cuestión problemática .......................... ¡x
2. El
canon. Un fenómeno reencontrado ............................................. XVI
3. El
canon. Un fundamento de la nueva propuesta metodológica .... XX
4. El
esquema de la disertación ................................................................. XXIII
Bibliografía ....................................................................................................... xxix
Siglas y abreviaturas....................................................................................... xxxvu

CAPÍTULO I. El actual debate metodológico en el ám bito de la exegesis


b íb lica ............................................................................................................. 3
1.Exegesis y teología ................................................................................... 4
2.Exégesis y actualización .......................................................................... 10
3. Exégesis y método histórico-crítico ....................................................... 13
CAPITULO II. Presentación del acercamiento canónico de B. S. Childs . 25
1. Desarrollo del acercamiento canónico de B. S. Childs en lahistoria
de sus publicaciones....................................................................... 25
a) En búsqueda de la formulación de un nuevo proyecto bíblico:
de Interpretation in Faith ( 1964) a The Exegetical Significance
© de la edición original: Gregorian & Biblical Press o f Canon for the Study o f the Old Testament ( 1978) ................ 26
© de esta edición: Biblioteca de Autores Cristianos, 2012 b) Verificación y reconstrucción de los fundamentos metodológi­
Don Ramón de la Cruz, 57. 28001 Madrid cos: de la Introduction to the Old Testament as Scripture ( 1979)
Tel. 91 309 08 62 al The New Testament as Canon: an Introduction (1984).. .......... 53
www.bac-editorial.com c) Hacia la realización del proyecto teológico: de Old Testament
Theology in a Canonical Context (1985) a Biblical Theology
Depósito legal: M-17548-2012 o f the Old and New Testament ( 1992) .......................................... 86
ISBN: 978-84-220-1582-6 2. Presentación sistem ática de la propuesta metodológica de B. S.
C h ild s............................................................................................... 103
Preimpresión: BAC
Impresión: CLM Artes Gráficas, Eduardo Marconi, 3, Fuenlabrada (Madrid) a) Motivos de la iniciativa metodológica ........................................ 103
b) El canon: un fundamento del método propuesto ................. 112
Impreso en España. Printed in Spain c) Childs y la historia ......................................................................... 128
d) La característica general de la propuesta metodológica de B. S.
Ilustración de cubierta: Huida a Egipto (h. 1130), capitel de la catedral de San Lázaro (Autun, Childs ............................................................................... 134
Francia), del Maestre Gislebertus e) El contexto histórico y teológico de la propuesta canónica ..... 143
Diseño: BAC 3. La recepción de la propuesta metodológica de B. S. Childs \ ........ 161
a) Charles J. Scalise ....................................................................>....... 167
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta b) Mark G. Brett ......................................... 174
obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la c) Paul R. N o b le .......................................................................................... 182
ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, wunv.cedro.org) si necesita d) James B a rr....................................................................................... 189
fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. e) James A. Sanders ............................................................................ 197
VIII ÍNDICE GENERAL

Pàgs.

4.
Dos ejemplos del acercamiento canónico de B. S. Childs al texto
b íb lic o ......................................................................................................... 205
a) Génesis 22,1-19 ............................................................................ 205 INTRO DU CCIÓ N
b) Mateo 21,33-46 ............................................................................. 213
CAPÍTULO III. Una valoración de la propuesta de B. S. Childs desde el
punto de vista católico .................................................................................... 219
Una de las nuevas orientaciones del así llamado «periodo pos­
1. Childs y el método histórico-crítico.................................................... 220
a) «Dei Verbum» ................................................................................. 221 crítico» en las ciencias bíblicas se caracteriza por un interés renova­
b) La interpretación de la Biblia en la Iglesia ..................................... 230 do en el fenómeno del canon de la Biblia. Tras un periodo de indi­
c) J. G. PRIO R, The Historical Critical Method in Catholic Exegesis . 240
ferencia por parte de la escuela histórico-crítica, que ha dominado
d) T . R. C u r t in , Historical Criticism and the Theological Interpre­
tation o f Scripture................................................................................. 257 las ciencias bíblicas desde el siglo XVIII, el canon bíblico de nuevo
e) R. B. R o b in s o n , Roman Catholic Exegesis since Divino afflante atrae hoy el interés científico de los estudiosos contemporáneos h
Spiritu .................................................................................................. 273
2. El canon como principio interpretativo de la B iblia.......................... 291
a) Los presupuestos metodológicos: el contexto de funcionamiento
del c a n o n .............................................................................................. 292 1. El canon. Una cuestión problemática
b) El concepto de canon en la propuesta metodológica de B. S.
Childs ........................................................................... 335
c) El canon como principio interpretativo .......................................... 364 Hay que buscar el origen del término «canon» en las lenguas
3. L a cuestión de la form a fin al del tex to ...................................................... 390 semitas, donde la palabra «caña» se expresaba con qanü en asirio,
a) La forma final como problema teológico ........................................ 393
b) La form a lin eal com o problem a textual .................................... 413
1 El interés por el fenómeno del canon bíblico se ha reflejado en numerosas publicacio­
C o n c l u s ió n .............................................................. •:................................. 427 nes. Recordamos aquí algunos ejemplos importantes: J. B a rr, Holy Scripture. Canon, Aut­
1. El camino recorrido .................................................................................... 427 hority, Criticism, o.e.; J. BARTON, The Spirit and the Letter. Studies in the Biblical Canon
2. La definición de la propuesta canónica ................................................... 429 (Londres 1997); R. T. B e c k w ith , The Old Testament Canon o f the New Testament Church
3. El acercamiento canónico y la perspectiva católica................................ 430 and Its Background in Early Judaism, o.e.; J. BLENKINSOPP, Prophecy and Canon..., o.e.; F.
4. El valor de la propuesta canónica.......................................... 435 F. B ru ce , The Canon o f Scripture (Downers Grove IL 1988); H. F. VON CAMPENHAUSEN,
5. El acercamiento canónico y el diálogo ecuménico ................................ 442 The Canon o f Christian Bible (Filadelfia 1972); B. S. CHILDS, «Interpretation in Faith. The
6. El acercamiento canónico: una contribución para construir la teo­ Theological Responsability of an Old Testament Commentary», a.c., 432-449; ÍD ., Bibli­
logía poscrítica 445 cal Theology in Crisis (Filadelfia 1970); Id ., Introduction to the Old Testament as Scripture
(Filadelfia-Londres 1979); ÍD ., Biblical Theology o f the Old and New Testaments. Theological
Reflection on the Christian Bible (Minneapolis MN 1993); C. DoHM EN - F. M ußNER, Nur
die halbe Wahrheit?..., o.e.; C. DOHMEN - M. OEM ING, Biblischer Kanon - warum und
wozu? Eine Kanontheologie (QD 137; Friburgo-Basilea-Viena 1992); C. DoHM EN - T.
SöDlNG (eds.), Eine Bibel - zwei Testamente. Positionen biblischer Theologie, o.e.; W . R. F a r­
m er - D. M. F a rk a s fa lv y (eds.), The Formation o f the New Testament Canon..., o.e.; B. M.
M e tz g e r, The Canon o f the New Testament. Its Origin, Development, and Significance, o.e.;
D. F. M o rg a n , Between Text and Community. The «Writings» in Canonical Interpretation
(Minneapolis MN 1990); J. A. San d ers, Torah and Canon, o.e.; ÍD ., Canon and Commu­
nity. A Guide to Canonical Criticism, o.e.; A. C. Su nd b erg, The Old Testament o f the Early
Church (Cambridge MA 1964); ÍD., «The Protestant Old Testament Canon: Should it be
re-examined?»: Catholic Biblical Quarterly TO, (1966); ÍD ., «The “Old Testament”: a Chris­
tian Canon», en S. Z . Leim an (ed.), The Canon and Masorah o f the Hebrew Bible (Nueva
York 1974) 99-111; C. T h e o b a ld (ed.), Le canon des Ecritures, o.e.; R. W . W a ll - E. E.
Lem cio, The New Testament as Canon..., o.e. Véase también la bibliografía en R. E. B ro w n
- R. F. C o llin s , «Canonicity», a.c., y en J. W lCKS, «Canon of Scripture», a.c.
X INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN XI

qn en ugarítico y qaneh en hebreo. De aquí procede la translite­ Desde entonces el concepto de canon bíblico siempre ha esta­
ración griega: kanón. Este término fue empleado para indicar do presente en la teología cristiana. Una presencia constante,
una especie de bastón, un instrumento de medida. En su senti­ pero no exenta de problemas.
do metafórico el significado de kanón se extendió después al con­ Desde el periodo patrístico resultó problemática la definición
cepto de regla, de norm a2. del contenido del canon bíblico. La necesidad de elaborar esta
Con este sentido fue usado este término en la Iglesia de los pri­ definición crecía junto a la historia de la Iglesia. Metzger 5, por
meros siglos d.C. Kanón significaba la regla de la fe cristiana, el ejemplo, señala algunos elementos que podrían haber influido
modo concreto de entender la revelación divina. Con este sentido en el desarrollo del concepto de canon y haber convencido a la
se usa en 1 Clem 7,2 en los Stromata de Clemente de Alejandría Iglesia de la necesidad de establecer qué escrituras son las real­
(4,15,98; 6,15,124) y en el Adversas haereses de Ireneo (111,2,1; mente legítimas. Se refiere, sobre todo, a las herejías de los pri­
111,11,1; etc.). Posteriormente el término se emplea cada vez más meros siglos: el gnosticismo, el montañismo y la de Marción.
referido a la Sagrada Escritura3. Ya en el siglo IV Atanasio vincu­ Mientras que Marción y muchos gnósticos rechazaban el valor
laba expresamente el concepto de canon a los libros bíblicos. Dife­ del AT para los cristianos, el desarrollo del montañismo favore­
renciaba «los libros incluidos en el canon» de los apócrifos (39 cía más bien el ensanchamiento de la literatura sagrada debido a
carta festiva, Pascua, 367). A finales del siglo IV kanón designaba la insistencia de este grupo en el don permanente de la inspira­
ya con frecuencia la colección de libros bíblicos4. ción y la profecía. Junto al desarrollo de las herejías, en la histo­
ria de los primeros siglos cristianos, también podemos descubrir
2 Cf. BROWN-COLLINS, ibíd., 1035. Collins indica que el término también significaba
ocasionalmente serie o lista. Harrington ensancha todavía más la posible variedad de signi­ otros elementos que debieron de contribuir a la maduración de
ficados del término: «La idea de medida en canon abrió el término a varios usos metafóri­ la conciencia en la Iglesia sobre la necesidad de definir el canon
cos en la literatura, el arte y la música, así como en el comercio y al hacer tablas cronoló­ bíblico 6. No extraña, por tanto, que ya desde inicios del siglo II
gicas» (D. J. H a r r in g t o n , «Introduction to thè Canon», a.c., 7).
3 Junto a este contexto del empleo del término, kanón se aplicaba también a otras situa­ se den intentos por clarificar esta m ateria7.
ciones. Harrington escribe: «A pesar de la preeminencia de canon como regla o norma de Sin embargo, la tarea de definir el canon no era fácil. Los
fe, hay documentados otros usos cristianos de kanón. Pablo en 2 Cor 10,13-16 lo empleó
para referirse a los límites geográficos puestos por Dios al ministerio apostólico de Pablo. estudios científicos dedicados a este problema, como por ejem­
Desde el año 300 d.C. en adelante, el plural kanones se usó para designar los decretos o plo el de Beckwith8, Metzger9 o el más reciente de M. H engel10,
reglas promulgados por los concilios y sínodos eclesiales. El plural kanones también se refe­ muestran cuán complejo fue el desarrollo del concepto y del
ría a varias listas o tablas, como aquellas de los pasajes paralelos de los evangelios compila­
das por Eusebio. Las listas oficiales del clero perteneciente a una iglesia específica también contenido del canon bíblico cristiano.
se conocían como un kanón, según los decretos del Concilio de Nicea (cánones 16, 17 y
19)» (ibíd., 7). 5 Cf. M e t z g e r , The Canon..., o.c., 75-112.
4 Cf. BROWN-COLLINS, «Canonicity», a.c., 1035s. Aunque se pueden encontrar listas más 6 Metzger habla de la importancia de dos hechos: la introducción de la forma de códice (en
antiguas de los libros bíblicos, el término kanón obtuvo el segundo significado técnico de lugar del rollo) y la toma de decisiones semejantes por parte de los otros grupos culturales (ju­
modo permanente solo en el s. IV. Ya no se refería solamente de la norma, sino de la lista. En díos y paganos). Según Metzger, también las persecuciones influyeron. Cf. ibíd., 106-112.
el New Jerome Bible commentary leemos: «A finales del s. IV, tanto en Oriente como en Occi­ 7 Tenemos hoy varias listas de libros bíblicos provenientes del siglo II (Fragmento Mura­
dente se hizo común el empleo eclesial de canon como colección de libros de la Escritura. toriano, la lista de Melitón de Sardes), del s. III (Orígenes), del s. IV (Eusebio, Atan asió,
Antes hubo listas de libros bíblicos, por ejemplo, en el s. II, el Fragmento Muratoriano (EB Jerónimo, los concilios de Laodicea, Cartago, Hipona y otros), a las cuales podemos aña­
1-2) y Melitón; y en el s. III, Orígenes. Pero las listas adquirieron un status eclesiástico y se dir otras listas provenientes de periodos posteriores.
estableció mejor su contenido, dando así lugar al doble valor de canon que dominaría la teo­ 8 BECKWITH, The Oíd Testament Canon..., o.c.
logía posterior (norma para la iglesia y lista). Además de las de Eusebio y Atanasio, encon­ 9 M e t z g e r , The Canon..., o.c.
tramos listas en Cirilo de Jerusalén, Epifanio, Crisòstomo, Gregorio Nacianceno, Anfiloquio 10 M. HENGEL, The Septuagint as Christian Scripture..., o.c. (publicación original: ÍD .,
de Iconio, Jerónimo, el canon 59/60 del Concilio de Laodicea (ca. 360), y el decreto del «Die Septuaginta ais “Christliche Schriftensammlung”, ihre Vorgeschichte und das Pro-
papa Dámaso (382). Una lista básica fue acogida por los concilios de Hipona (393; EB 16- blem ihres Kanons», en M. H e n g e l - A. M. SCHWEMER [eds.J, Die Septuaginta. Zwischen
17), Cartago III (397) y Cartago IV (419)» (ÍD ., «Canonicity», 1036). Judentum und Christentum [WUNT 72; Tubinga 1994]).
XII INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN XIII

En lo referente al AT debemos subrayar la variedad de escritos El reconocimiento del valor canónico de los escritos del N T
usados en las diversas partes de la Iglesia. Los testimonios proce­ exigía igualmente un proceso de maduración de la opinión ecle-
dentes de la antigüedad cristiana y más tarde del Medievo nos sial. Si bien la aceptación de algunos libros, como los evangelios
muestran las diversas preferencias de las iglesias particulares y de y las cartas de San Pablo a los Romanos, a los Efesios, a los Gála-
los distintos autores en la elección de los libros concretos. Se trata tas o la Primera a los Corintios 12, no creaban muchos proble­
de la cuestión de los libros deuterocanónicos y de los apócrifos 11. mas, el reconocimiento general del valor canónico de otros llegó
más tarde 13. La historia de la formación del conjunto de escri­
11 No tenemos el espacio necesario para evaluar la cuestión de las citas patrísticas y de las
tos neotestamentarios entra por tanto de lleno en la cuestión
antiguas listas de libros bíblicos. Remitimos a los estudios detallados de Beckwith y Hen- planteada de la definición del contenido del canon bíblico l4.
gel. Para una exposición más concisa, c£ BROWN-COLLINS, «Canonicity», a.c., 1034-1054;
V. M a n n u c c .1, Bibbia come Parola di Dio, o.c., 197-208. Recordamos aquí solamente los
puntos más relevantes: 12 Cf. M ETZGER, The Canon..., o.c., 262.
— para los testimonios del canon católico completo (incluidos, en el mismo documen­ 13 Es interesante y característica, como ejemplo, la preferencia de Occidente por el Apo­
to, todos los deuterocanónicos) hay que esperar hasta el s. IV (Concilio de Hipona, 393; calipsis (que produjo muchas sospechas en Oriente) y la preferencia en Oriente por la Carta
Concilio de Cartago, 397); treinta años antes (ca. 360) el Concilio de Laodicea todavía a los Hebreos (dada de lado en Occidente) durante los primeros siglos del cristianismo.
defendía el canon breve; Esto no impidió, sin embargo, la aceptación de ambas en el canon católico.
— esto no significa que los deuterocanónicos se desconociesen antes del siglo IV; al con­ 14 Señalamos brevemente los puntos más importantes de esta historia:
trario, tenemos testimonios del uso de estos libros en los primeros siglos del cristianismo: — El cristianismo más primitivo empleaba el término «Escrituras» para los escritos vete-
la Didaché cita al Eclo y Sab; Clemente de Roma, en su Primera carta a los corintios, usa rotestamentarios y para algunos apócrifos judíos utilizados; sin embargo, desde el principio
Jds, Sab, Eclo, Dan y citas del Est griego; San Policarpo, escribiendo a los filipenses, cita las tradiciones que transmitían los hechos y dichos de Jesús gozaban de la autoridad supre­
Tob; el Pastor de Hermas, a su vez, parece conocer Eclo, Sab y 2 Mac; ma (cf METZGER, The Canon..., o.c., 72s).
— conviene recordar que la cuestión de la definición del contenido del canon bíblico, — El periodo más decisivo de maduración de la opinión de la iglesia con respecto al NT
en los primeros siglos del cristianismo, no se limitaba solo al problema de la aceptación de concluyó en la segunda mitad del s. IV y en el inicio del s. V; el primer documento que
los deuterocanónicos, que luego fueron acogidos en el canon católico y en cambio rechaza­ enumera exactamente estos (y solo estos) libros del NT que hoy reconocemos como canó­
dos por los protestantes; el problema es más amplio: había también otros libros, estimados nicos es del año 367 (la carta festiva 39 de Atanasio); el concilio de Hipona (393) y los con­
y usados eventualmente en algunas partes de la iglesia, que al final no fueron admitidos en cilios de Cartago (397 y 419) confirmaron esta elección;
el canon, como por ejemplo el libro de Henoc, la Asunción de Moisés o el Testamento de los — Al tomar sus decisiones sobre el canon, la iglesia empleó algunas reglas para determi­
Doce Patriarcas (cf. HENGEL, The Septuagint..., o.c., 70-74, 112s). nar la canonicidad de los escritos; se trataba de la procedencia apostólica, de la lectura
— la ambigüedad sobre el canon se mantiene más allá de los primeros siglos del cristia­ pública, de la lectura común en las distintas iglesias particulares y su adecuación a la regla
nismo: el Concilio Trulano II (692) acepta dos cánones diversos (el de Cartago y el de Lao­ de la fe;
dicea); aunque la opinión dominante era favorable al canon más largo (cf BROWN-COLLINS, — Las decisiones de los siglos IV y V no resolvieron definitivamente el problema para
«Canonicity», a.c., 1036, 1042) todavía en los siglos del medievo algunos autores seguían todo el cristianismo; se mantuvo la perplejidad en algunos lugares de la iglesia, especial­
teniendo dudas sobre el valor de algunos libros deuterocanónicos (san Gregorio Magno, mente en oriente; por ejemplo, en la versión siriaca del NT (la peshitta) faltan cinco libros:
Hugo de San Víctor, Nicolás de Lira, san Antonio de Florencia, hasta el cardenal Cayetano Ap, 2 Pedro, 2 y 3 Juan y Jds; el sínodo Trulano (691/692) aceptó los documentos eclesia-
en el s. xvi). les precedentes, que sin embargo se contradecían entre sí (bien este que optaba por el canon
— en la Iglesia católica la cuestión se clarificó en el año 1546 cuando el concilio de Tren- completo del NT, bien aquel que prefería el canon más cortofcf. Id., The Canon..., o.c.,
to, siguiendo la decisión de la bula Cántate Domino del concilio ecuménico de Florencia 216); las incertidumbres respecto al contenido del canon continuaron en oriente durante
(1442), decidió aprobar el canon largo, incluyendo así los deuterocanónicos; los protestan­ los siguientes siglos; según Westcott, en el s. X en la iglesia griega existían por lo menos seis
tes, en cambio, se declararon a favor del canon breve, siguiendo la tradición hebrea; incluso listas de las Escrituras del Nuevo y del Antiguo Testamento: cf. B. F. WESTCOTT, The Bible
las iglesias ortodoxas no han conseguido adoptar una posición clara respecto a la lista de in the Church (Grand Rapids MI 1980, *1864) 227; por consiguiente, en el oriente cristia­
libros canónicos; algunas de ellas han aceptado el canon más restringido (iglesia nestoriana), no encontramos aun hoy día distintos cánones del NT; así, por ejemplo, la iglesia siriaca
otras en cambio han decidido incluir los deuterocanónicos (iglesia bizantina y siriaca); hubo de Kottayam (Kerala) y de Trichur (Kerala) reconocen solo veintidós libros (cf METZGER,
incluso algunas que reconocieron libros apócrifos no aceptados ni en el canon católico, The Canon..., o.c., 220) y lo mismo sucede con los nestorianos (cf. M a n n u c c i, Bibbia come
expandiendo así su propio canon (coptos y etiópicos); en el canon de los etiópicos, por Parola..., o.c., 213), mientras que la iglesia etiópica posee treinta y cinco libros en su canon
ejemplo, podemos encontrar hoy mismo libros como 1 Henoc, 4 Esdras o el Pseudojosé. (este canon incluye, por ejemplo, el libro de la Alianza, Clemente y la Didascalía; cf. M ETZ­
Para la información ofrecida en este punto, véase HENGEL, The Septuagint..., o.c., 57-74, GER, The Canon..., o.c., 226-228);
105-127; B e c k w it h , The Oíd Testament Canon..., o.c., 386-395, 406-408; B r o w n - Occidente generalmente ha mantenido el canon de veintisiete libros, conocido desde
COLLINS, «Canonicity», a.c., 1041-1043; M a n n u c c i, Bibbia come Parola..., o.c., 204-208. os concilios de Hipona (393) y de Cartago (397 y 419); algunas variaciones posteriores
INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN XV
XIV

El fenómeno del canon bíblico suscitó por tanto discusiones el mensaje bíblico está estrechamente ligado a su transmisión en
y altercados desde los primeros siglos del cristianismo. También la Tradición autorizada de la Iglesia. Esto no significa que la
hoy la cuestión del canon bíblico presenta a la teología algunos cuestión no afecte en absoluto a la teología católica. J. Wicks
puntos problemáticos. Uno de ellos sigue siendo el de la deter­ (DFT) escribía en su artículo incluido en el católico Dictionary
minación de la lista de libros inspirados 15. Este problema, sin o f Fundamental Theology:
embargo, afecta a las discusiones entre las distintas confesiones
Todavía parece inevitable un establecimiento personal y confe­
cristianas, pues no todas comparten el mismo canon. sional de las prioridades dentro de la colección canónica. El mismo
O tra cuestión discutida es la del «canon dentro del canon»16. Jesús resumió toda la Torà en dos mandamientos, y Pablo declaró
¿Tienen todas las partes de la Biblia la misma autoridad e im por­ que la promesa a Abrahán de Gén 12,3 está por encima de la Ley del
tancia para la fe?, ¿hay algunas más «canónicas» que otras? La Sinaí (Gál 3,7-22). Se puede admitir que los individuos y las comu­
pregunta es importante, porque en la misma Biblia encontramos nidades tengan algo así como una hierarchia librorum (jerarquía de
libros), similar a una hierarchia veritatum (jerarquía de verdades) de
signos de diferente conciencia sobre la procedencia divina del UR 11 18.
mensaje bíblico. Como observa Brown 17, los profetas subrayan
mucho más el origen divino de su mensaje que, por ejemplo, los Así pues, el tema puede ofrecer material para una discusión
autores de los libros sapienciales. También la Iglesia hace distin­ teológica tanto en el am biente protestante como católico, si
ciones en la elección práctica de los textos bíblicos. Unos textos bien tiene mucha más relevancia, sin duda, en el contexto de la
se usan en la liturgia con más frecuencia que otros. La cuestión, Reforma.
por tanto, es evidente. Solamente se han citado dos ejemplos de problemas deriva­
El problema es especialmente im portante para el protestan­ dos del canon bíblico; la lista, sin embargo, se podría alargar.
tismo, que considera la Biblia como la única autoridad para la fe. Baste recordar el tema de la fijación del texto canónico 19, los
Desde esta perspectiva, la considerable variedad de material problemas vinculados a la procedencia de los textos bíblicos 20,
bíblico supone una insistente invitación a buscar el así llamado la discusión sobre el valor de los deuterocanónicos 21, o la rela­
«canon en el canon», un mensaje central en torno al cual se pue­ ción que hay entre el canon y la Iglesia22.
dan organizar todos los demás. No obstante, debemos indicar que en la teología moderna
En el catolicismo, naturalmente, el problema no es tan urgen­ muchos problemas sobre el canon bíblico han nacido a causa del
te. El papel atribuido a la Tradición y al Magisterio crea un clima desarrollo de la mentalidad histórico-crítica en el acercamiento a
eclesial diverso al acercarse a la Biblia. El canon está definido y la Biblia. Un efecto de la aplicación del método histórico-crítico
en el estudio bíblico era la fragmentación enorme de la Escritu­
afectaron a casos de omisión de la Carta a los Hebreos o de inclusión de la carta extra-canó­ ra. Se ha puesto en cuestión la unidad de la Biblia o, más aún,
nica a los de Laodicea (cf. Íd., The Canon, 238-240); para la iglesia católica la definición
final llegó en el Concilio de Trento (1546), que recogió el canon de veintisiete libros neo- ha sido habitualmente negada23. Al desmantelamiento de la uni­
testamentarios aceptado antes del Concilio ecuménico de Florencia (1442); el mismo dad bíblica ha seguido la demolición de la forma canónica del
canon fue aceptado también por distintas confesiones protestantes: recordamos aquí, por
ejemplo, la francesa Confesión de Fe (1559), los Treinta y nueve Artículos de la iglesia de
Inglaterra (1563) y la Confesión de Fe de Westminster (1647) (cf. HARRINGTON, «Intro- 18 W lCKS, «Canon...», a.c., 101.
*9 Cf. HARRINGTON, «Introduction to the Canon», a.c., 17s.
duction to the Canon», a.c., 16).
15 Cf. BROWN-COLLINS, «Canonicity», a.c., 1052; HARRINGTON, ibíd., 18s. Cf. B r o w n -Co l l in s , «Canonicity», a.c., 105ls.
16 Cf. W lC KS, «Canon...», a.c. lOOs; HARRINGTON, «Introduction to the Canon», a.c., Cf. H a r r in g t o n , «Introduction to the Canon», a.c., 18.
22 Cf. Ibíd., 20 .
19s; B r o w n -Co l l in s , «Canonicity», a.c., 1052-1054-
17 Cf. B r o w n -C o l l in s , ibíd., 1052. Cf. U. N e r i, La crisi biblica dell’età moderna: problemi e prospettive, o.c., 27.
XVI INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN XVII

texto que reconoce la Iglesia en la Escritura Sagrada. Hace algún El teólogo alemán presentó el problema del canon en la pers­
tiempo U. Neri observaba: pectiva de la unidad de la Iglesia. La principal pregunta de su
conferencia fue: ¿se puede encontrar en el canon del N T el fun­
Para algunos de los más autorizados representantes de la escuela damento de la unidad de la Iglesia? Respondió que no. Sus argu­
histórico-crítica el texto bíblico solo es accesible como ellos lo han
laboriosamente destruido y re,-construido: presentándolo o secciona­ mentos en la conferencia concluían que la variedad del material
do en sus fuentes [...] o cuasi-pulverizados en citas minúsculas y des­ bíblico fundamenta la legitimidad del pluralismo confesional
pués recolocadas en el orden pretendidamente «original», como dentro del cristianismo. Cada confesión tiene derecho a referir­
hacen Gunkel, Bultmann y tantos otros tras ellos 24. se al canon. Pero, como el material bíblico es tan diverso que a
veces parece internamente contradictorio, es necesario que cada
Lo que importaba no era la Escritura en su totalidad, sino más una encuentre su «núcleo del NT», o una especie de «canon den­
bien los fragmentos considerados más antiguos, las fuentes y las tro del canon». Para Käsemann este «núcleo» era la buena noti­
tradiciones pre-textuales. El canon bíblico y la forma canónica cia de la justificación del hombre. El material bíblico que se
del texto aparecían cada vez más como una realidad artificial, encontraba dentro del canon no llegaba a ser verdadera Palabra
poco digna de atención por parte de los estudiosos modernos. de Dios si no tenía una vinculación efectiva con este «núcleo de
Por otra parte, el concepto de canon de la Sagrada Escritura la Escritura».
permanecía presente en la vida y en la reflexión teológica de Esta tesis fue lo bastante provocativa como para suscitar
diversas denominaciones cristianas. La cuestión del canon seguía numerosas reacciones. En los años siguientes el problema del
siendo problemática. ¿Cómo definir el papel del canon en una canon bíblico se ha convertido en objeto de interés científico. El
teología totalmente abierta al estudio crítico de la Biblia? Después acercamiento a la cuestión ha continuado, bien en la perspectiva
de tantos años de estudio histórico-crítico, ¿se puede todavía sal­ teológica (H. Küng, G. Ebeling, K. Barth, H. Diem), bien en la
var el concepto de canon como tal? Y, si se puede, ¿nos ayuda real­ histórica (W. G. Kümmel, H. F. von Campenhausen, W. Marx-
mente el canon a descubrir la unidad interna de la Biblia? Todas sen). El propio Käsemann modificó su posición en 1970 publi­
estas preguntas han contribuido a hacer actual la cuestión pre­ cando en Gotinga su Das Neue Testament als Kanon 26.
sentada y juzgarla digna de un estudio contemporáneo. La discusión que se desarrolló entre 1959 y 1970 estaba liga­
da a la variedad de confesiones cristianas y a la existencia de
diversos cánones. Estaba unida, por tanto, a la cuestión confe­
2 . El canon. Un fenómeno reencontrado sional. Pero al inicio de los años 70 entró en la discusión sobre
el canon bíblico un nuevo elemento importante: el problema de
No tiene nada de extraño, por tanto, que el canon bíblico la identidad.
haya suscitado un interés considerable en los estudiosos de los Se consideró al canon bíblico como el resultado de la bús­
tiempos modernos. Durante el mes de junio de 1951, en Gotin- queda de identidad de la comunidad de fe, como algo im por­
ga, Ernst Kásemann dedicó una conferencia al problema del tante para mantener dicha identidad. El giro en la discusión con-
canon que posteriormente suscitó una de las mayores discusio­
C. THEOBALD, «Le canon des Ecritures: l’enjeu d’un “conflit des facultes”», en ÍD. (ed.), Le
nes teológicas del siglo X X 25. canon des Ecritures..., o.e., 13-59.
E. K ä sem a n n , Das Neue Testament als Kanon. Dokumentation und kritische Analyse zur
gegenwärtigen Diskussion (Gotinga 1970). Para una presentación de la posición de Käse-
24 Ibíd., 29. mann y de los demás autores mencionados, cf. THEOBALD, «Le canon des Ecritures...», a.c.,
25 Para la posición de Kásemann y la larga discusión que siguió a su conferencia, cf. 22-57.
XX INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN XXI

3. El canon. Un fundamento de la nueva propuesta logia Bíblica del Antiguo y del Nuevo Testamento (Biblical The­
metodológica ology o f the Old and New Testament)^, en 1992. Sin embargo,
esta publicación no supuso el fin de la actividad literaria del estu­
En esta perspectiva, caracterizada de una parte por las espe­ dioso americano. Un claro ejemplo de ello es su reciente libro
ranzas en una actualización eficaz de la Biblia, y de otra por la titulado Isaías (Isaiah) 45.
falta de consideración de la unidad y del canon bíblico por parte La propuesta metodológica de B. S. Childs se ha impuesto y
de la exégesis histórico-crítica moderna, hay que entender la apa­ ha suscitado interés en el ambiente de los estudios bíblicos. Las
rición de la propuesta metodológica de B. S. Childs. Esta pro­ reacciones han sido muchas y muy diversas 46. No han faltado
puesta es exactamente lo que queremos presentar en este trabajo. algunas voces duramente críticas; de otros, en cambio, la pro­
Defraudado por los resultados del método histórico-crítico 39, puesta de Childs ha recibido una acogida más favorable. Algunos,
B. S. Childs, profesor de la Divinity School de la Universidad de incluso, han acogido los postulados metodológicos de Childs y
Yale en EE.UU., propuso un acercamiento nuevo a la Biblia: el los han incorporado a su programa bíblico de trabajo47.
acercamiento canónico (canonical approach). Según el estudioso Junto a numerosos artículos y recensiones de sus obras48, la
americano, el método histórico-crítico ha circunscrito demasia­ propuesta de Childs fue el objeto estudiado en publicaciones
do el contenido de la Biblia al aspecto «histórico» y «original» más amplias. Cabe señalar aquí el libro de J. Barr, Holy Scrip­
anclándolo en un pasado inalcanzable. Por tanto, la actualiza­ ture'49. En él, Barr confronta la propuesta canónica con las exi­
ción fructífera de la Escritura se ha hecho imposible. Era nece­ gencias de la dimensión histórica de la Biblia. Al presentar el
sario proponer una nueva solución. Childs la ha vislumbrado en proyecto de Childs, Barr hace una crítica bastante dura del
el sistema metodológico basado en el fenómeno del canon bíbli­ mismo. Esta se basa precisamente en algunas lagunas de la pro­
co. En una de sus primeras obras anunciaba: «Nos gustaría puesta canónica con relación a la dimensión histórica de la Biblia
defender la tesis de que el canon de la Iglesia cristiana es el con­ y al uso del método histórico-crítico vinculado a ella. Volvere­
texto más adecuado desde el que hacer teología bíblica»40. mos de nuevo sobre la posición de Barr en el cap. II (punto 3)
Partiendo de la forma canónica del texto ha desarrollado una de este trabajo. J. Barton ha escrito otro libro im portante (Rea­
propuesta metodológica que pretende acentuar la dimensión ding the Old Testament) 50. Su objetivo es situar la propuesta
teológica de la Biblia y contribuir a su eficaz actualización. canónica en el contexto de la crítica literaria: entenderla en la
Childs ha desarrollado su propuesta a lo largo de treinta años. perspectiva del New Criticism y del estructuralismo. Intenta, por
Las primeras intuiciones y orientaciones se encuentran ya en las tanto, mostrar el valor del acercamiento canónico como una
publicaciones de 1964 41 y 197042. La formulación de su pro­
yecto siguió desarrollándose hasta 1979, al publicarse una de sus 44 ÍD ., Biblical Theology o f the Old..., o.c.
obras más im portantes4^. Pero la realización del proyecto teoló­ 45 B. S. C h il d s , Isaiah, o.c.
Para las numerosas reacciones y comentarios a la propuesta canónica, cf. el punto 3
gico se alcanzó solo con la publicación de su obra magna, la Teo- del cap. II de este trabajo (La recepción de la propuesta metodológica de B. S. Childs), dedi­
cado por completo a este asunto.
39 En 1970, al inicio todavía de su búsqueda metodológica, Childs apuntaba: «El méto­ 47 Cf. por ejemplo R . RENDTORFF, Das Alte Testament: eine Einführung (Neukirchen-
do histórico-crítico es un método inapropiado para estudiar la Biblia como las Escrituras Vluyn 1983); D. R. GAUTSCH, «The Words o f the Wise» and a Canon. A Canonical Critical
de la Iglesia, porque no se sitúa en el contexto requerido» (BTC, 141). Study o f Proverbs 22:17 to 24:22, o.c.; G. M . O ’NEAL, Interpreting Habakkuk as Scripture...,
40 BTC, 99- o.c.
41 C h il d s , «Interpretation...», a.c. 48 Cf. la bibliografía.
42 ÍD ., Biblical Theology in Crisis, o.c. B a r r , Holy Scripture..., o.c.
43 ÍD., Introduction..., o.c. J. B a r t o n , Reading the Old Testament. Method in Biblical Study, o.c.
XXII INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN XXIII

propuesta que nos enseña la lectura correcta de la Biblia en cuan­ bíblicas. Brett descubrió la clave de la solución apropiada ilus­
to obra literaria. trando el acercamiento canónico con los modelos típicamente
El proyecto metodológico de Childs también ha sido objeto literarios de la interpretación bíblica.
de algunas tesis doctorales. En 1987, en el Southern Baptist The­ En 1991 se defendió en la Universidad de Cambridge otra
ological Seminary, C. J. Scalise defendió una tesis titulada «Her­ tesis dedicada a la propuesta metodológica de Childs. Fue publi­
menéutica canónica. La base teológica y las implicaciones del cada cuatro años después una versión revisada y actualizada con
pensamiento de Brevard S. Childs» (Canonical Hermeneutics. el título «El acercamiento canónico. Una reconstrucción crítica
The Theological Basis and Implications o f the Thought o f Brevard de la Hermenéutica de Brevard S. Childs» (The Canonical
S. Childs). Scalise presentó el acercamiento canónico con el tras- Approach. A Critical Reconstruction o f the Hermeneutics o f Brevard
fondo de la hermenéutica de Karl Barth. Scalise encontró en esta S. Childs) 54. Su autor era P. R. Noble. También él, buscando
hermenéutica teológica la principal inspiración del trabajo de mejorar el acercamiento canónico, examina las opiniones de diver­
Childs. Así, después de exponer la propuesta canónica, el autor sos autores (Gadamer, Fish, Calvino). Pero, en sus indicaciones,
confrontó en su tesis doctoral las posiciones de Childs y de Noble no encuentra una ayuda útil para la propuesta de Childs,
Barth. Scalise investigó también la relación entre la postura de por lo que acaba con su propia propuesta de mejora del acerca­
Childs y las de Gadamer y Ricoeur. miento canónico. Esta se apoya en el fenómeno de la inspiración
Un año después, en la Universidad de Sheffield, M. G. Brett bíblica. Si la Biblia está inspirada, entonces se puede considerar
presentó su tesis: «El acercamiento canónico al estudio del Anti­ también en el orden metodológico como una antología de libros
guo Testamento» (The Canonical Approach to Old Testament de un único autor. Se trata, obviamente, del autor divino. Por eso,
S tu d y fl . De esta tesis salió después un libro publicado en 1991, a la Biblia se le podrían aplicar las reglas literarias usadas en el aná­
«¿La crítica bíblica en crisis? El impacto del acercamiento canó­ lisis de una antología. Por ejemplo, las reglas para interpretar el
nico en los estudios de Antiguo Testamento» (Biblical Criticism volumen de novelas de un autor humano se podrían utilizar tam­
in Crisis? The Impact o f the Canonical Approach on Old Testament bién en la verificación científica del significado bíblico. A la posi­
Studies)^1. Brett no se limitó a presentar y valorar la propuesta ción de Noble volveremos en el cap. II de nuestro trabajo.
canónica, sino que ofreció una reelaboración crítica del acerca­
miento canónico. El autor no ahorró críticas a Childs, algunas
incluso bastante duras 53, pero concluyó su trabajo con una 4. El esquema de la disertación
reconstrucción positiva de la propuesta m etodológica de
B. S. Childs. Ayudándose de las indicaciones de Hans-Georg También nosotros queremos dedicar este trabajo a la pro­
Gadamer, Hans-Robert Jauss y Karl Popper, Brett pretendía for­ puesta metodológica de B. S. Childs.' Pero el acercamiento a la
mular un acercamiento canónico que pudiese funcionar como materia será distinto al presentado en las publicaciones apenas
un método legítimo más en el campo moderno de las ciencias mencionadas.
El fin de nuestro trabajo es valorar el acercamiento canónico
desde el punto de vista católico. Dado que el sistema de Childs
51 M. G. BRETT, The Canonical Approach to Old Testament Study (Sheffield 1988): tesis
ha sido ya ampliamente comentado y valorado desde un punto
doctoral no publicada.
52 M. G. BRETT, Biblical Criticism in Crisis? The Impact o f the Canonical Approach on Old
Testament Studies, o.c.
53 A la valoración de Brett sobre el acercamiento canónico volveremos en el punto 3 del 54 P. R. NOBLE, The Canonical Approach. A Critical Reconstruction o f the Hermeneutics o f
cap. II (La recepción de la propuesta metodológica de B. S. Childs). Brevard S. Childs, o.c.
XXIV INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN XXV

de vista meramente m e t o d o l ó g i c o 5 en nuestro trabajo no nos La presente tesis se divide en tres capítulos. Comenzaremos
detendremos demasiado en este aspecto. Queremos más bien con la breve y tradicional introducción sobre la situación
presentar las ventajas y desventajas para la teología católica del moderna de la exégesis bíblicá (cap. I: «El actual debate meto­
sistema propuesto. La tarea principal de nuestro trabajo está, por dológico en el ámbito de la exégesis bíblica»). En la perspectiva
tanto, en investigar si la propuesta del autor americano — valo­ de esta situación será más fácil entender el desarrollo del nuevo
rándola desde el punto de vista católico— ofrece una solución proyecto bíblico de B. S. Childs.
plena y adecuada a los problemas procedentes de la aplicación En el punto 1 («Exégesis y teología») hablaremos de los pro­
del método histórico-crítico en el estudio bíblico; los problemas blemas actuales entre la exégesis y la teología sistemática. Como
— subrayemos— referentes a la dimesión teológica de la Biblia y se verá, estos problemas han jugado un papel importante en la
a la interpretación teológica de la Sagrada Escritura. Queremos motivación de la iniciativa metodológica de B. S. Childs.
ver en qué medida la propuesta teológica del famoso teólogo Lo mismo podemos decir de los problemas tratados en el
protestante (miembro de la confesión calvinista presbiteriana) punto 2 («Exégesis y actualización»). Estará dedicado a la pro­
puede ser útil para la teología católica en la búsqueda de solu­ blemática cuestión de la actualización del mensaje bíblico en los
ciones. Queremos evaluar su utilidad para la exégesis y la teolo­ tiempos modernos.
gía sistemática, para la liturgia y la teología pastoral, dentro del El punto 3 («Exégesis y método histórico-crítico») se centra
ámbito católico. Nos parece muy útil, igualmente, analizar el en los problemas procedentes de la aplicación del método histó­
valor ecuménico de la propuesta de Childs. rico-crítico en la exégesis bíblica. Puesto que el acercamiento
canónico de B. S. Childs nació como reacción a las lagunas de
55 Cf. las tesis doctorales de Scalise, Brett y Noble, y diversos libros como: B a r r , Holy este método, este punto nos introducirá en la propuesta misma
Scripture..., o.e.; B a r t o n , Reading the Old Testament..., o.e.; L. M. M c D o n a l d , The Forma­
tion o f the Christian Biblical Canon (Nashville TN 1988) 28-34; M . O e m in g , Gesamtbiblische
del autor americano.
Theologien der Gegenwart. Das Verhältnis von A T und N T in der hermeneutischen Diskussion Así, en el cap. II («Presentación del acercamiento canónico de
seit Gerhard von Rad, o.e., 186-209; SANDERS, From Sacred Story..., o.e.; C. J. SCALISE, Her­ B. S. Childs») nos ocuparemos directamente de la propuesta
meneutics as Theological Prolegomena. A Canonical Approach, o.e.; C. M. TuCKETT, Reading
the New Testament. Methods o f Interpretation (Londres 1987); así como numerosos artículos: metodológica de nuestro autor. La intención del punto 1 de este
H. M . BARSTAD, «Le canon comme principe exégétique. Autour de la contribution de Bre­ capítulo será mostrar el desarrollo del acercamiento canónico en
vard S. Childs ä une “herméneutique” de l’AT»: StTh 38 (1984) 77-91; J. BARTON, «Classif­
ying Biblical Criticism», a.c.; H. L. BOSMAN, «The Validity of Biblical Theology: Historical
la historia de las publicaciones de Childs.
Description or Hermeneutical “Childs’ play”?», a.c., 133-146; R. E. B r o w n - S. M. SCH­ Hemos dividido la historia de este desarrollo en tres partes.
NEIDERS, «Hermeneutics», en NJBC (apartado c: «Canonical criticism»); D. A. BRUEGGE- En la primera domina la búsqueda de la formulación de un
MANN, «Brevard Childs’ Canon Criticism. An Example of Post-Critical Naiveté», a.c.;
M. C. CALLAWAY, «Canonical Criticism», a.c.; S. CHF.ON, «B.S .Childs’ Debate with Scho­ nuevo proyecto bíblico (1.a). En la segunda parte se pretende
lars about his Canonical Approach»: Asia Journal o f Theology 11/2 (1997) 343-357; K. D. verificar y reconstruir los fundamentos metodológicos del acer­
C l a r k e , «Canonical Criticism: an Integrated Reading of Biblical Texts for the Community
of Faith», en S. E. PORTER - D. TOMBS (eds.), Approaches to New Testament Study (Sheffield
camiento canónico (l.b). En la última parte del desarrollo de la
1995) 170-221; C. DOHMEN, «Vom vielfachen Schriftsinn. Möglichkeiten und Grenzen propuesta canónica hablaremos finalmente de la realización del
neuerer Zugänge zu biblischen Texten», a.c.; F. F e r r a r io , «La proposta di B.S.Childs per proyecto teológico de nuestro autor (l.c).
l’interpretazione della Bibbia»: Protest. 42/1 (1987) 26-31; S. E. F o w l , «The Canonical
Approach of Brevard Childs», a.c., 173-175; N. K. GOTTWALD, «Social Matrix and Cano­ El punto 2 del cap. II, en cambio, está dedicado a la presen­
nical Shape», a.c., 307-321; R. MOSIS, «Canonical Approach und Vielfalt des Kanons. Zu tación sistemática del acercamiento canónico. Aprovechando el
einer neuen Einleitung in das Alte Testament»: TThZ 106 (1997) 39-59; M. OEM ING,
«Kanonische Schriftauslegung. Vorzüge und Grenzen eines neuen Zugangs zur Bibel»:
material indicado en el punto 1, mostraremos las características
Bibel und Liturgie (¡VIA (1996) 199-208; F. A. SPINA, «Canonical Criticism: Childs versus y los postulados más importantes de la propuesta canónica,
Sanders», a.c. ordenados de un modo sistemático.
XXVI INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN XXVII

Comenzaremos con los motivos de la iniciativa metodológica mente justificada. Es la cuestión que nos lleva al punto de parti­
de nuestro autor (2.a). Buscaremos responder a la siguiente pre­ da de la iniciativa metodológica de nuestro autor y que puede jus­
gunta: ¿por qué Childs ha realizado este acercamiento y qué quie­ tificar la presencia del acercamiento canónico como tal en el
re alcanzar con su propuesta? Después pasaremos al corazón de la campo bíblico. Por tanto, confrontaremos la propuesta de Childs
propuesta analizada, a la cuestión del canon (2.b). Aquí el objeto con las posiciones que presentan los documentos oficiales de la
de nuestro análisis será el concepto de canon — tal como lo Iglesia (DV y «La interpretación de la Biblia en la Iglesia») y la
entiende Childs— y la función que le atribuye nuestro autor. En literatura teológica contemporánea (J. G. Prior, The Historical
el siguiente punto analizaremos la postura de Childs con respec­ Critical Method in Catholic Exegesis; T. R. Curtin, Historical Cri-
to a la dimensión histórica de la Biblia y y su posición respecto al ticism and the Theological Interpretation ofScripture; R. B. Robin-
método histórico-crítico (2.c). Todo esto nos preparará a la for­ son, Román Catholic Exegesis since Divino afflante Spiritu).
mulación general de la propuesta metodológica de B. S. Childs. El punto 2 evaluará la idea central del sistema canónico, es
En el punto 2.d mostraremos todas las características significati­ decir, su postulado metodológico, según el cual habría que utili­
vas del proyecto canónico. Concluiremos este punto con nuestra zar el canon bíblico como principio interpretativo de la Biblia.
propuesta de definición del acercamiento canónico. Por último, Examinaremos los presupuestos metodológicos de nuestro autor
en el punto 2.e trataremos de situar el sistema metodológico, así que fundamentan el uso del canon como principio hermenéuti-
definido, en su contexto histórico y teológico. co (2.a). Después evaluaremos el concepto de canon usado en el
El punto 3 del cap. II está reservado a describir la recepción sistema de Childs (2.b). Deberemos recordar entonces cuál es
del acercamiento canónico por parte de los estudiosos. Tras la este concepto y cómo se puede evaluar. Por último tendremos
presentación general de las diversas reacciones surgidas en el que examinar si este canon puede realmente actuar de principio
m undo científico, nos concentraremos en los comentarios de interpretativo de toda la Biblia (2.c) y, por tanto, responder a la
cinco autores: Ch. J. Scalise, M. G. Brett, P. R. Noble, J. Barr, cuestión respecto a la esencia del sistema analizado.
J. A. Sanders. La elección de estos nombres no es casual. Los tres El tercer punto de este capítulo se reserva a la cuestión de la
primeros han dedicado sus trabajos de doctorado expresamente forma final del texto bíblico. Está íntimamente vinculada al pro­
al acercamiento canónico. Los dos últimos, en cambio, han blema anterior, el del canon bíblico como principio hermenéuti-
dedicado mayor atención al acercamiento canónico en sus diver­ co. Al hablar de laforma fin a l nos referimos, de hecho, a la forma
sas publicaciones. canónica del texto bíblico. Este problema hace referencia a una de
Después de haber presentado el acercamiento canónico, pasa­ las características más originales — y al mismo tiempo una de las
remos al núcleo principal de nuestro trabajo, esto es, a valorar la más controvertidas en el mundo de las ciencias bíblicas moder­
propuesta metodológica de B. S. Childs desde el punto de vista nas— de la propuesta canónica, que intentaremos examinar aquí
católico. Lo haremos en el cap. III que, como los dos anteriores, desde la perspectiva ya formulada de nuestro trabajo.
está estructurado en tres puntos, donde evaluaremos las bases sobre Dedicaremos la conclusión a un breve resumen de nuestra
las que se ha construido y se sostiene el acercamiento canónico. disertación. Recordando el camino recorrido (punto 1), subra­
En el primer punto analizaremos la posición de Childs con yaremos los aspectos más relevantes: la definición de la propues­
respecto al método histórico-crítico. La propuesta canónica ta canónica (pto. 2), su relación con la perspectiva católica (pto.
nació, como se ha insinuado más arriba, en reacción a las debili­ 3) y su valor (pto. 4). Intentaremos por último mostrar la utili­
dades de este método. En el primer punto examinaremos si la dad de la propuesta canónica para el diálogo ecuménico (pto. 3)
reacción de Childs a las prácticas histórico-críticas estaba real­ y para la construcción de la teología poscrítica (pto. 6).
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C a pítu lo I

EL ACTUAL DEBATE M ETODO LÓGICO EN


EL ÁMBITO DE LA EXÉGESIS BÍBLICA

La Biblia es como «el alma de la sagrada teología» (DV 24).


Esta frase expresa del mejor modo posible la estima de la Sagrada
Escritura en la teología, y también en toda la vida de la Iglesia
católica tras el Concilio Vaticano II. La Palabra de Dios ha reen­
contrado, durante el concilio, un papel fundamental en la vida de
la Iglesia y en la teología 1. Como fruto de la «primavera de la
Iglesia» se esperaba y percibía ya la «primavera de las ciencias
bíblicas» y la renovación de la teología sistemática2. El método
histórico-crítico, acogido ya desde la encíclica de Pío XII Divino
afflante Spiritu, tras años de lucha por el derecho a vivir en el seno
de la Iglesia católica, entraba con pleno vigor en las universidades
eclesiásticas 3 ayudando a la exégesis a convertirse en «el bastión
de la cientificidad en las ciencias religiosas» 4 y dándole un pues­
to fundamental en el proceso ecuménico tras el Vaticano II 3.
Nacía la esperanza de que la teología, la pastoral y toda la vida de
la Iglesia se fundase cada vez más en la Palabra divina.
Sin embargo, pronto surgieron no pocos problemas. Las críti­
cas de la metodología histórico-crítica se hacían cada vez más

1 Cf.DV 24; I. DE L a P o t t e r ie , «II Concilio Vaticano II e la Bibbia», a.c., 26.


Cf. H. M ERKLEIN, «Integrative Bibelauslegung? Methodische und hermeneutische
Asédete»: Bibel und Kirche 44 (1989) 117.
Cf. F. REFOULÉ, «L’esegesi in discussione», a.c., 1.
M. D. CERTEAU, «Lieux de transit»; Esprit 41 (1973) 615; cita tomada de REFOULÉ,
ibíd.
5 C f ibíd., 1. El estudioso francés cita al respecto una observación significativa del
P Congar: «Hoy [...] se dan entre los estudiosos de la Biblia, o entre los especialistas de la
Biblia, no solo unos cambios, sino una especie de república de los espíritus, dentro de la
cual se establece progresivamente y se extiende ininterrumpidamente un consenso, un
acuerdo sobre resultados a partir de ahora muy sustanciales y vastos» (Y. CONGAR, Les voies
du Dieu Vivant [París 1962] 49; perteneciente al capítulo titulado «La Bible, Livre de
téconciliation?»).
4 [A BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C. 1. DEBATE METODOLÓGICO EN LA EXÉGESIS BÍBLICA 5

agudas. En 1973 W. W ink proclamaba el fracaso real de la exé- legiado entre las ciencias eclesiásticas; la Biblia debía convertirse
gesis histórico-crítica, expresándolo de modo claro y provocativo: verdaderamente en el «fundamento, vida y alma»9 de la teología.
«Para una dogmática consciente de su tarea de investigación
La crítica histórico-bíblica está en bancarrota. Y uso «bancarrota»
en el sentido exacto de la palabra [...] Es en este sentido preciso en el
científica, tener en cuenta los resultados de la exégesis, hoy,
que se puede hablar del método histórico-crítico en general, y de su resulta una cosa obvia», afirmaba A. Ganoczy al inicio de los
aplicación a los estudios bíblicos en particular, como bancarrota. La años 80 en el fascículo Concilium dedicado a la «Biblia en el con­
crítica bíblica ha producido miles de estudios de cada cuestión que flicto de la interpretación»10. Al mismo tiempo, sin embargo, el
pareciese apta para sus métodos, con una multitud de posibilidades Concilio subrayaba la dimensión teológica de la Biblia y su papel
adicionales antes de ella [...] La crítica bíblica no está en bancarrota
como Palabra de Dios. De hecho, después de la aceptación de los
porque se haya quedado sin cosas que decir o sin campos por explo­
rar. Está en bancarrota simplemente porque es incapaz de alcanzar lo métodos histórico-críticos por parte de Pío XII en su encíclica
que la mayoría de sus usuarios consideraba ser su objetivo: interpretar Divino afflante Spiritu, el problema principal ha sido la relación
las Escrituras de tal modo que el pasado se hiciese vivo e iluminase de estos métodos con la teología11. Si la Biblia debía desarrollar,
nuestro presente con nuevas posibilidades para la transformación per­ de ahora en adelante, un papel tan fundamental e insustituible
sonal y social6. en toda la teología, más aún, en toda la vida de la Iglesia y en su
doctrina, debía convertirse antes de nada en una base accesible y
En el mismo año, por parte católica, A. Paul publicaba en segura para los cristianos de hoy. Para esto era necesario un desa­
Cahiers universitaires catholiques otro artículo titulado: «Por la rrollo enorme de las ciencias bíblicas en la Iglesia católica de los
Biblia, una anti-exégesis» (Pour la Bible, une anti-exégese) 7, últimos decenios. La exégesis científica esperaba ofrecer a la Igle­
donde, por su parte, denunciaba lagunas de la exégesis histórico- sia y a la teología una conciencia más exacta, más justa y más
crítica. Estas iniciativas fueron seguidas después por otros. profunda de la Biblia, para convertirla en el alma de la teología.
Podemos constatar que la crisis metodológica de la exégesis, La estrecha colaboración entre exégesis y teología sistemática tras
anunciada por algunos ya en los años cincuenta8, ha explotado el Concilio aparecía como algo obvio, prometiendo una renova­
del todo tras el Concilio. En los años posconciliares se concreta­ ción de esta teología y al mismo tiempo una nueva animación de
ron y verbalizaron los puntos más significativos de la discusión. toda la vida eclesial12.
En la primera parte de nuestro trabajo queremos recordar algu­
nos de estos puntos. Comenzamos con la relación entre exégesis
9 Cf. DV 12, 21,24.
y teología sistemática. 10 Cf. A. GANOCZY, «Fondamento bíblico del discorso dogmático»: Conc 16 (1980) 143.
11 Cf. D e L a P o t t e r ie , «II Concilio Vaticano...», a.c., 21.
12 Hace algunos años, Christoph Dohmen, en su'análisis de las relaciones entre la teo­
logía bíblica y la sistemática, constataba: «Parece que [...] desde el Concilio Vaticano II, al
1. Exégesis y teología menos en la parte católica, la teología sistemática y bíblica se han dirigido la una a la otra
con más fuerza. En una se ha reconocido la importancia teológica del análisis exegético para
El Concilio Vaticano II ha afirmado claramente el primado una Teología en las Sagradas Escrituras (Theologie in der Heiligen Schrift); en la otra se ha
reconocido también el significado de la historia de fe bíblica para la teología sistemática —
de la Sagrada Escritura. La exégesis ha recibido un puesto privi­ como historia de la comunidad, que produce los escritos y en relación con estos se mani­
fiesta portadora de la tradición— para una comprensión de la Sagrada Escritura, como lo
necesita actualmente una teología conforme a la Escritura (schriftgemafe Theologie)» (D o h -
6 W lN K , The Bible in Human Transformaron..., o.c., ls. MEN, «Vom vielfachen Schriftsinn...», a.c., 35s). En la observación de Dohmen se puede
7 En el número de marzo-abril 1973. Cf. REFOULÉ, «L’esegesi in discussione», a.c., 2. entrever el influjo de las opiniones de autores anteriores (K. Rahner por parte de los siste­
8 Se puede entrever ya en la obra de Alejandro Dumas, L’homme soumis. La morale apos­ máticos, H. Haag por parte de los exegetas), que ya previamente habían hablado por una
tolique et notre temps, aparecida en 1955. parte de la necesidad de una biblische Theologie (Teología bíblica), y por otra de una sch-
6 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C. 1. DEBATE METODOLÓGICO EN LA EXÉGESIS BÍBLICA 7

Sin embargo, una mirada a la historia de las relaciones entre náutica de la fe, que con frecuencia reflejan poca sensibilidad por la
exégesis y teología sistemática (también en el plano más amplio eclesialidad y el empleo pastoral de los resultados de su trabajo 15.
de exégesis y dogma en la Iglesia) en el periodo posterior al Vati­
cano II no muestra un panorama demasiado optimista. La Con David S. Yeago se puede extender esta problemática a
Sagrada Escritura, sometida a la acción de los métodos histórico- todas las relaciones entre exégesis y doctrina en la Iglesia16.
críticos y de otras nuevas metodologías, no ha conseguido con­ La crisis metodológica de la exégesis tras el Concilio y el naci­
vertirse en una fuente clara e inteligible de la revelación cristia­ miento de nuevas metodologías que cambian, a veces incluso de
n a 13. Al contrario, las relaciones entre exegetas y teólogos han un modo muy radical 17, la visión de la Sagrada Escritura, han
estado frecuentemente marcadas por una cierta desconfianza. En llevado a ser todavía más cautos ante la exégesis moderna. No es
1989 J. Ratzinger observaba: «Los teólogos sistemáticos más esta última la que está llamada a ser el alma de la teología, sino
prudentes intentan realizar una teología independiente, en la solo la Biblia. Pero ¿cómo entender bien la Biblia sin la ayuda de
medida de lo posible, de la exégesis. Pero, ¿qué valor puede tener la exégesis? El teólogo cauteloso con la exégesis bíblica corre el
una teología que se separe de sus propios fundamentos?» l4. peligro de caer en el fundamentalismo bíblico.
A. Ganoczy, en su artículo dedicado a las relaciones entre exége­ O tro problema es la confusión que se percibe en la línea
sis y teología, no podía ocultar que exégesis-hermenéutica. K. Berger, en uno de sus artículos,
observaba que «con frecuencia bajo la voz “hermenéutica” se
no pocos exegetas siguen recriminando a los dogmáticos que dedican encuentra camuflada una teología sistemática, la del exegeta en
más energía a legitimar las afirmaciones magisteriales que a escuchar
pacientemente los resultados de la investigación bíblica científica. De 15 GANOCZY, «Fondamento biblico...»: a.c., 150.
la otra parte a veces se critica que los exegetas se pierden en aspectos 16 «Una de las consecuencias en la Iglesia occidental de estar dos siglos jugueteando con
particulares y controversias de escuela, que de mala gana se asumen las las implicaciones del método histórico-crítico es la pérdida de cualquier sentido de vincu­
propias responsabilidades respecto a la teología bíblica y a la herme- lación entre las doctrinas clásicas de la Iglesia y el texto de la Escritura. Está asumido que
una interpretación verdaderamente científica de los textos bíblicos excluye metodológica­
mente cualquier referencia a la doctrina cristiana como un criterio hermenéutico, y como
riftgemäße Theologie (Teología conforme a la Escritura). Cf. C. DOHMEN, «Rezeptionsfors­ un dato histórico, aunque no de necesidad lógica, la empresa histórico-crítica con frecuen­
chung und Glaubensgeschichte. Anstöße für eine neue Annäherung von Exegese und Sis- cia se ha entendido como la liberación de la inteligencia racional y de la experiencia reli­
tematischer Theologie»: TThZ 96 (1987) 125; K. R a h n e r , «Heilige Schrift und Theolo­ giosa frente a la mano muerta del dogma. Las doctrinas, en tal contexto, aparecen como
gie», en H. FRIES (ed.), Handbuch theologischer Grundbegriffe, II (Múnich 1963) 524; H. una superestructura colocada sobre el texto por la especulación teológica, en el mejor de los
H a a g , «Die Buchwerdung des Wortes Gottes in der Heiligen Schrift», en Mysterium Salu- casos la expresión temporal de una experiencia espiritual en cierto modo distante del testi­
tis I, 458. go espiritual, y en el peor el indicio de la alienación cultural respecto al testigo de una Igle­
13 En las dificultades identificadas entre exégesis y teología no se puede ver una propia y sia “helenizada”» (D. S. Y ea g o , «The New Testament and the Nicene Dogma...», a.c., 87).
exclusiva de nuestro tiempo. C. Dohmen, en uno de sus artículos, recuerda: «La distinción 17 J. Ratzinger constata: «Hoy se manifiestan algunas formas de exégesis que no se pue­
implícita aquí, que simplificándola mucho se manifiesta con frecuencia en la confrontación den explicar sino como síntomas de la descomposición de la interpretación y de la herme­
entre “exégesis y teología”, ha acompañado a la exégesis histórico-crítica desde el principio. néutica. Las exégesis materialistas y feministas no pueden pretender ser una interpretación
Los primeros comentarios al respecto ya se encuentran en el siglo XVIII en el intento de del texto y de sus intenciones. Como mucho pueden expresar la convicción de que el sen­
Johann Philipp Gabler y Johann August Ernestis de consecuentemente emancipar a la exé­ tido propio de la Biblia es o completamente incognoscible, o sin ningún significado para
gesis de su atadura dogmática y establecerla como una disciplina propia. La implícita dife­ la realidad de la vida presente. Así pues, no se preguntan ya por la verdad, sino solo por
renciación científico-teórica, exacta y hasta hoy válida entre la “cuestión histórica y la sis­ aquello que pueda ser útil a la praxis que han elegido [...] Solo aparentemente las “inter­
temática”, frecuentemente es interpretada con una connotación negativa en detrimento de pretaciones” de la psicología profunda parecen más serias. Aquí los acontecimientos narra­
la exégesis como simple historia o filología». Y enseguida añade: «En el ambiente del Vati­ dos en la Biblia son reconducidos a imágenes míticas primordiales que habrían salido de la
cano II, precisamente del lado católico, se aprendió que la separación estricta de ambas dis­ profundidad del alma en formas cambiantes, a través de toda la historia de las religiones, y
ciplinas era un error teológico» (DOHM EN, «Rezeptionsforschung und Glaubensgeschich­ que deberían indicarnos el camino redentor hacia la profundidad salvadora de nuestra
te...», a.c., 125). alma. También aquí la Escritura se lee en contra de su propia intención: ya no es una invi­
14J. RATZINGER, «L’interpretazione bíblica in conflitto...», a.c., 95. Como ejemplos, Rat­ tación a rechazar los ídolos, sino el modo como se representa en occidente el mito eterno
zinger cita los casos de P. Tillich y K. Rahner. de la redención» («L’interpretazione biblica in conflitto», a.c., 97).
LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C. 1. DEBATE METODOLÓGICO EN LA EXÉGESIS BÍBLICA 9
8

cuestión»18. En este caso un intercambio de opiniones entre los zaría la situación contraria a lo que se esperaba tras la conclusión
exegetas corre el riesgo de convertirse en una discusión entre dis­ del Concilio. Una de las razones para explicar esta situación
tintas posiciones dogmáticas. La pregunta hermenéutica, como puede estar en el principio epistemológico recogido ya por
justamente indican muchos autores modernos 19, se hace cada R. Guardini y retomado después por otros: «Ningún objeto de
vez más urgente. Surge la cuestión de si todavía es hoy necesaria estudio puede comprenderse bien sin un modo de conocer adap­
una exégesis llamada cristiana. tado al objeto» 22. Si al acercarse a la Biblia — acción de fe para
Naturalmente, en algunas propuestas aparecen soluciones todo cristiano y judío— el papel decisivo lo jugase una metodo­
que podrían ayudar a resolver los problemas recíprocos entre logía que no exige la fe para alcanzar sus objetivos (véase el méto­
exégesis y teología20. Pero todavía no se percibe una solución do clásico histórico-crítico), el conocimiento de la Biblia corre­
plenamente convincente. ría el riesgo, conforme al principio arriba mencionado, de ser
Las voces más pesimistas siempre pueden encontrar argu­ muy parcial y seguramente incompleto.
mentos para decir que la exégesis moderna cada vez es menos Los problemas que surgen en la relación entre exégesis y teo­
útil para la teología y la vida de la Iglesia21. En tal caso se alcan- logía, los problemas que hacen de la Sagrada Escritura un fun­
damento inestable e incierto para la reflexión sistemática son los
18 K. B e r g e r , «Esegesi e teologia sistematica. Il punto di vista dell’esegeta», a.c., 122. mismos que hay entre la exégesis y el dogma en general. Parece
Berger añade esta reflexión: «Un caso interesante de esta situación insostenible es la adopción oportuna en este punto la opinión de J. Ratzinger:
acritica de posiciones sistemáticas protestantes en la exégesis de los así llamados católicos pro­
gresistas. Con la convicción de que la exégesis deba ser liberada de la [teología] sistemática,
El hecho de que de este modo hayan desaparecido prácticamente,
con frecuencia, a partir de posiciones críticas bien intencionadas, se adopta masivamente una
[teología] sistemática protestante, o incluso una filosofía protestante, sin darse cuenta de lo después del Concilio, las diferencias confesionales entre exégesis cató­
que se ha acogido o de aquello a lo que se ha vinculado. Un ejemplo es la valoración de las lica y protestante, se puede reconocer como una ganancia de semejan­
“obras” en la exégesis paulina católica, o incluso la crítica antimística. Por lo general, el te recepción unilateral del Concilio. La parte negativa de este proceso,
modernismo católico está ligado a un masivo racionalismo acritico. En el caso de la orien­ sin embargo, consiste en que ahora, también en el ámbito católico, el
tación a las ciencias humanas modernas, vienen presupuestas en su mayoría constantes hiato entre exégesis y dogma es total, y que también en él la Escritura
antropológicas inmutables, o bien estas mismas constantes se convierten incluso en una
nueva sistematización, como puede ilustrarse en la moderna exégesis psicológica con el
se ha convertido en una palabra del pasado que cada uno a su manera
ejemplo de la función dogmática de las tesis de S. Freud y C. G. Jung». trata de transportar al presente, sin poderse fiar demasiado de la balsa
19 Por ejemplo, S. Dianich, I. de La Potterie, J. Ratzinger, Schneiders. en la que se asienta para este propósito. La fe se desliza lentamente
20 Cf. BERGER, «Esegesi e teologia sistematica...», a.c., 123-133; J. A l e m a n y , «Esegesi e hacia un tipo de filosofía de la vida que cada uno, en la medida de sus
teologia dogmatica: un rapporto problematico?»: Conc 16 (1980) 135-145; T. SÖDING, posibilidades, trata de destilar de la Biblia. El dogma, privado del suelo
«Geschichtlicher Text und Heilige Schrift. Fragen zur theologischen Legitimität historisch­
de la Escritura, no se mantiene en pie. La Biblia, liberada del dogma,
kritischer Exegese», a.c., 79-80, 93-94; DOHMEN, «Rezeptionsforschung und Glaubens­
geschichte...», a.c., 133s; G a n o c z y , «Fondamento biblico...», a.c., 151-154; J. B l a n k , se ha convertido en un documento del pasado; ella misma pertenece,
«Autorità della Chiesa nell’interpretazione della Scrittura»: Conc 16 (1980) 130s. de este modo, al pasado 23.
21 F. Refoulé en 1974 recordaba: «El rechazo de la exégesis científica no aparece solo en
panfletos o novelas. Se expresa concretamente en circunstancias muy precisas. Hace tres o
cuatro años se decidió crear la sección francesa de la Féderation catholique mondialepour l ’a- En esta cita se percibe ya otro punto candente en la discusión
postolat biblique. En el espíritu de los organizadores, la reunión a la que fueron invitados metodológica de la exégesis moderna: el problema de la actuali­
los representantes de distintos movimientos, entre los que estaba la Acción Católica, debía zación, del cual pasamos a hablar.
ser una pura formalidad. No fue así. Varios catequistas y religiosos profesores rechazaron el
proyecto: “Vosotros nos ofrecéis vuestros servicios — dijeron sustancialmente a los exege­
tas— pero previamente habría que plantearse: ¿los necesitamos?, ¿por qué los cristianos tie­
nen que acudir siempre a vosotros?, ¿Cristo no está vivo hoy y nos sigue hablando también
hoy?”. Ante esta oposición imprevista, la sección francesa de la federación no se pudo crear
aquel día. Lo que se rechazaba era el magisterio de los exegetas, su “imperialismo”; y tam­ óf. L. P a c o m io (ed.), L’esegesi cristiana..., o.c., 12.
bién su misión, reducida a “reanimadores de cadáveres”» («L’esegesi in discussione», a.c., 4). J. R a t z in g e r , «L’interpretazione biblica in conflitto», a.c., 99s.
10 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C. 1. DEBATE METODOLÓGICO EN IA EXÉGESIS BÍBLICA

2. Exégesis y actualización El peligro de la falta de comunicación entre el texto sagrado


y el lector actual, percibido e indicado ya antes del Concilio 27,
Durante el Vaticano II el problema de la actualización fue cla­ justo al inicio de los años 70, creó uno de los factores que han
ramente indicado y verbalizado en la constitución dogmática conducido a la exégesis bíblica a la crisis metodológica. En Euro­
Dei Verbum. Todo el cap. VI, «De Sacra Scriptura in vita Eccle- pa se comenzó a hablar de una anti-exégesis2^, y en América un
siae», está dedicado a la aplicación de la Biblia en la vida de la libro famoso anunciaba el fracaso29 del método histórico-crítico
Iglesia. El Concilio afirmaba, como principio fundamental de la exégesis bíblica. Se recriminaba a los exegetas que su sabi­
orientativo24, que la vida de la Iglesia depende directamente de duría era «un saber reservado a una nueva casta de escribas y de
la Escritura, y que esta dependencia es igual a la de la Eucaristía. doctores de la ley, la de los exegetas competentes [...] un saber
Según F. Refoulé, el Vaticano ha cambiado toda la función de la “arqueológico”, preocupado sobre todo en mostrar cómo la Pala­
Biblia en la Iglesia: «Sobre todo la función de la Escritura ha bra de Dios tiene sus raíces en una cultura que ya no es la nues­
cambiado a partir del Vaticano II. El lugar que ha tenido en la tra, [...] un “saber cerrado” que tiene la pretensión de determi­
liturgia, en la catequesis, en la predicación, ha puesto de m ani­ nar “restrictivamente” lo que el texto quiere decir» 30. En su
fiesto la distancia cultural entre este texto y la experiencia del famoso artículo de 1975, Dreyfus señalaba la finalidad pastoral
hombre de hoy»25. El hecho de que el Concilio haya dado a la del exegeta y de la exégesis en la Iglesia, reconociendo que los
Escritura un puesto privilegiado en la vida de la Iglesia, por pastores, los catequistas, los teólogos, etc., tienen derecho a una
una parte, ha subrayado el papel fundam ental de la Sagrada actualización justa de la Palabra de Dios en el contexto de su
Escritura y, por otra, ha contribuido a descubrir más clara­ vida y de su interés actual 31. Al mismo tiempo, no obstante,
mente la distancia histórica, literaria y cultural entre los escri­ constataba que
tos bíblicos y el hombre moderno. La exigencia de una justa y
fructuosa actualización de la Escritura en la vida de la Iglesia se no sería posible negar la existencia de un malestar y de un malestar
grave. En primer lugar, de los pastores, que se quejan porque no
hacía evidente.
Sin embargo, tras el Concilio el tema de la actualización no
27 Junto a F. Dreyfus, conviene recordar aquí la voz de M. Noth que en 1952 pensaba
dejaba de crear verdaderos problemas a los exegetas. En 1987, en que «todo el contenido del Antiguo Testamento está ligado de modo rígido y estrecho a un
un estudio publicado con ocasión del 25.° aniversario del tiempo históricamente cumplido y no puede desligarse de las concepciones y representa­
ciones de aquella época. Por otra parte, el Antiguo Testamento, como parte integrante de
comienzo del Concilio, U. Vanni escribía: «Una mirada, simple­ la Biblia cristiana, forma parte de la base del mensaje cristiano al mundo contemporáneo y
mente panorámica, al desarrollo de la relación entre exégesis y debe, por tanto, tener con él una relación de inmediatez. De ahí el abismo catastrófico
actualización, así como se muestra partiendo de la promulgación (verhängnisvolle Kluft) entre la “exégesis histórico-crítica”, que considera una necesidad
ineludible mantener los ojos fijos en las profundas raíces del pasado, y una actualización
de la Dei Verbum hasta nuestro días, suscita un interés inmedia­ que afronta el problema partiendo de las exigencias actuales del anuncio del mensaje cris­
to, pero provoca al mismo tiempo alguna perplejidad»26. El arte tiano»: F. D r e y f u s , «Esegesi alia Sorbona, esegesi nella Chiesa», a.c., 42; M. N o t h , «Die
ergegenwärtigung des Alten Testament in der Verkündigung»: Evangelische Theologie 12
de explicar la Escritura de modo que sea inteligible e inspirado­ (1952-53) 6-17 (reimpreso por C. Westermann en Probleme alttestamentlicher Hermeneu-
ra para el hombre de hoy, m anteniendo al mismo tiempo el “UMünchen I960] 54-58).
rigor científico, parece una tarea muy difícil. 29 ^ PAUL, «Pour la Bible, une anti-exégèse»: CUCa (1973).
30 The Bible in Human Transformation.., o.c.
D r e y f u s , «Esegesi alla Sorbona...», a.c., 44s; Dreyfus, en la formulación de las obje­
ciones contra la metodología histórico-crítica, se basaba en el libro de M. BELLET - A. DE
24 C f. U . V a n n i, «Esegesi e attualizzazione alia luce della “ D ei Verbum” », a.c., 315. Crise du biblisme, chance de la Bible (París 1973) (cf. p.42) y en el libro de
25 E REFOULÉ, «L’esegesi in discussione», a.c., 8s. 31 Umas’ L’homme soumis, citado también más arriba por nosotros.
26 U . VANNI, «Esegesi e attualizzazione...», a.c., 308. Cf. D r e y f u s , «Esegesi alla Sorbona...», a.c., 41, 45, 47ss, 82.
12 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA
C. 1. DEBATE METODOLÓGICO EN LA EXÉGESIS BÍBLICA 13

encuentran en los trabajos exegéticos la ayuda necesaria para hacer


vivo, actual y significativo para sus fieles, el texto bíblico. Después, y van ecer el malestar» 35. Utilizando las palabras de F. Dreyfus, el
sobre todo, de los fieles, obligados a una lectura salvaje de la Biblia, «consumidor» del mensaje bíblico hoy día puede quedar insatis­
incapaz de encontrar la luz necesaria en aquellos que tendrían la fecho: «Él tiene en efecto, e intensamente, la desagradable impre­
misión de ofrecerla32. sión de que el exegeta no escribe para él, sea fiel o pastor, sino
para su colega exegeta»36. El problema como tal permanece como
Dos años antes, en América, W. W ink, en su revolucionaria un desafío para la exégesis de los años 80 y posteriores37. El méto­
obra La Biblia en la transformación humana. Hacia un nuevo do estructural, y después otras metodologías alternativas, ha mul­
paradigma en el estudio bíblico (The Bible in Human Transforma- tiplicado las posibilidades de la actualización, pero por otra parte
tion. Toward a New Paradigm fo r Biblical Study), consideraba evi­ han creado también más posibilidades de confusión38.
dente la separación de la exégesis moderna respecto de la vida de El problema de la actualización ha surgido en el ámbito de la
la comunidad de los creyentes, y quiso mostrar los motivos de metodología histórico-crítica, metodología científica aprobada
esta separación: con pleno derecho por la Iglesia católica en la encíclica Divino
ajflante Spiritu y confirmada por el Vaticano II. En los años 70,
Desvincular el estudio académico de una comunidad de vida
concreta tuvo consecuencias desastrosas para ambos. Para las comu­
sin embargo, se descubría «cada vez más que la exégesis racional
nidades fue desastroso porque quedaron privadas de contribuciones histórico-crítica es incapaz, pese a su carácter necesario e indis­
críticas y valiosas. Para el estudio académico fue desastroso porque pensable, de hacer leer la Escritura como la lee la Iglesia y, en con­
las cuestiones preguntadas a los textos rara vez tuvieron que ver con secuencia, de responder a lo que espera el pueblo cristiano»39. La
las vidas humanas, sino más bien con ganar el aprecio del gremio. La discusión metodológica en torno a la exégesis partía del rechazo
crítica histórica buscó liberarse de la comunidad para realizar su tra­
del modelo histórico, dominante en las ciencias bíblicas. En el
bajo sin censuras ni interferencias. Con esa libertad arduamente
conseguida se ganó también el aislamiento de cualquier significa­ próximo punto, pues, queremos recordar los momentos más sig­
do comprensible33. nificativos de esta discusión.

La voluntad de liberarse de la presión y de la autoridad de la


comunidad, según W ink, ha llevado a la exégesis a resbalar hasta 3. Exégesis y método histórico-crítico
la zona del desinterés para la vida de la comunidad, hasta una
posición desde la que es muy difícil llegar a ser útil para esta El Vaticano II aprobó el método histórico-crítico, pero evi­
comunidad, con consecuencias obviamente negativas, tanto para denciando al mismo tiempo la dimensión teológica de la Biblia
la comunidad como para la propia exégesis. y la necesidad de actualización ponía al método en una situación
Naturalmente no han faltado iniciativas para resolver o al difícil: el pensamiento crítico, si quería ser fiel al espíritu del
menos disminuir el problema de la falta de actualización34. Sin Concilio, debía prestar atención también a las indicaciones teo­
embargo, no han sido capaces de resolver el problema, de mostrar lógicas de los padres conciliares. Según J. Ratzinger, una de las
un camino metodológico confeccionado y convincente, de «des­ 35 Ibíd., 44.
f 7 Ibíd., 41.
38 ( T Vanni, «Esegesi e attualizzazione...», a.c., nota de la p.308.
32 Ibíd.,
45; cf. también J. H. SCHROEDEL, «Text, Leser und Methode. Zu Grund- und Cf. R a tz in g e r, «L’interpretazione bíblica in conflitto», a.c., 97;
R. AGUIRRE, «Rein-
Arbeitsfragen der Schriftauslegung»: BiKi 41 (1986) 125. etpretar la Palabra hoy. Cómo leer de forma creyente los textos fundamentales de la fe»;
33 W lN K , The Bible in Human Transformation..., o.c., lOs. W e r 82 (1994) 349-360.
34 C f. DREYFUS, «Esegesi alia Sorbona...», a.c., 42s, el texto y las notas 7-9. • D r ey f u s , «L’attualizzazione della Scritura. II posto della Tradizione», a.c., 303.
14 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C. 1. DEBATE METODOLÓGICO EN LA EXÉGESIS BÍBLICA 15

principales razones para preparar la constitución Dei Verbum era c ió n histórico crítica entraba cada vez más en la vida cotidiana
precisamente «el problema teológico que se derivaba de la apli­ de la exégesis bíblica, hasta nuestros días 44. Sin embargo, su
cación de los métodos históricos y críticos para interpretar la a t e n c ió n al valor teológico de la Sagrada Escritura siempre fue
Escritura»40. mínima. Siguiendo a H.-J. Kraus y U. Neri, conviene recordar
No obstante, el método histórico-crítico no era el adecuado aquí que la novedad del método histórico-crítico consistió desde
para responder a las exigencias teológicas. En el trasfondo estaba el principio en la radical exclusividad del método histórico-filo-
toda la historia de su desarrollo, junto a sus implicaciones meto­ lógico «marginando cualquier otro punto de vista»45. Con estos
dológicas. presupuestos resulta evidente la dificultad de llegar a cualquier
Nacido entre el final del siglo XVII y los primeros decenios del conclusión teológica.
X V lll41, el método se basaba fuertemente desde el principio en Sobre el desarrollo de este problema influyeron después otros
investigaciones históricas y lingüísticas 42. Algunos decenios presupuestos. El primero es el ya señalado por J. A. Turretini,
antes ya Johannes Drusius (1550-1616) observaba, a propósito que en 1728 escribió: «el criterio para la interpretación de la
de Éx 6 , que «los profetas, cuando se trata de cosas profanas y Escritura no es distinto al que sirve para la interpretación de los
temporales, de vez en cuando se abandonan a representaciones otros libros»46. El modo de estudiar la Biblia, para el método his­
fantasiosas»43, y Abrahán Schultetus, en un discurso pronuncia­ tórico-crítico, es el mismo que el usado con otros libros. La Biblia
do en 1618, reconocía como lícito para un teólogo recurrir a dis­ ya no es un libro divino, un libro singular que requiera una meto­
ciplinas no teológicas y a los autores profanos. Pero en 1677 el dología particular para conocerlo (cf. el principio de R. Guardini
oratoriano Richard Simón publicó en París su Historia crítica del citado al inicio de este trabajo).
Antiguo Testamento (Histoire critique du Vieux Testament), cuyo El segundo presupuesto que conviene recordar es el abando­
capítulo 6 se titulaba: «Moisés no puede ser el autor de todos los no de la idea del canon bíblico y de la Tradición como garantes
libros que se le atribuyen». El libro fue objeto de la famosa con­ de la determinación del propio canon. Ya Spinosa47 y Semler 48
troversia entre su autor y Bousset, para convertirse después en un estaban de acuerdo sobre este principio, que después entró en la
punto de referencia para toda la escuela histórico-crítica. Algún visión estándar de la Biblia en el método histórico-crítico.
año después de la publicación de la obra del católico Simón, el Como escribe U. Neri, «pasando así de la normatividad de la fe
protestante Pierre Bayle publicó un libro con el título Dicciona- y de la autoridad de la Tradición al discernimiento puramente
rio histórico y crítico (Dictionnaire historique et critique), donde racional, el criterio para la fijación del canon se ha práctica­
abiertamente ponía en duda incluso los acontecimientos históri­ mente abandonado a merced de cada arbitrio y de cada cambio
cos de la Biblia. Comenzando por estas dos obras, la investiga­

40 J. R a tz in g e r, «Dogmatische Konstitution über die göttliche Offenbarung. Einlei­ ^ Sobre la breve historia de los inicios del método histórico-crítico, cf. ibíd., 23-25.
tung», en Lexikon für Theologie und Kirche. Das zweite Vatikanische Konzil (Friburgo Br. , H--J. K r a u s , L’Antico Testamento nella ricerca storico-critica dalla Riforma ad oggi
1987) 499; texto en De L a POTTERIE, «II Concilio Vaticano...», a.c., 21. Merece la pena obnia 1975) 115; cita tomada de N e r i, La crisi bíblica..., o.c., 12.
recordar que precisamente en el momento de nacer el método histórico-crítico nacieron • . A' T u r r e t in i, De sacrae Scripturae interpretandae methodo, 196; texto en N e r i, La
también las preguntas y las dudas en la reflexión sobre la relación entre teología y exégesis trisi bíblica..., o.c., 19. La escuela histórico-crítica ha permanecido fiel a esta línea meto-
(cf. BERGER, «Esegesi e teología sistemática...», a.c., 121 s). dológica (cf. ibíd., 20).
41 Cf. N ER I, La crisi bíblica..., o.e., 11. J 3 dhñnidad de la Escritura debe residir solo en el hecho de que enseña la verdadera
42 Sobre el tema de los principios metodológicos empleados en el método histórico-crí- V1148HTractatus theologico-politicusVll, 85; cita tomada de ibíd., 20).
tico para comprender el texto como tal, véase por ejemplo la presentación sistemática de dad P l ° 1)10,411 4e Semler, «no todos los libros llamados santos» se pueden llamar en ver-
Th. Söding, en «Geschichtlicher Text und Heilige Schrift...», a.c., 81-93. « alabra de Dios», y por eso alguno de estos libros «ahora, para nosotros, deben salir
43 C. H ä RTLICH, «II método storico-critico é superato?»: Conc 16 (1980) 23. e canon» (Abhandlung, 35, 60; citas están tomadas de ibíd., 21-22).
16 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C. 1. DEBATE METODOLÓGICO EN LA EXÉGESIS BÍBLICA 17

de moda y de cada perspectiva cultural»49. Si el primer presu­ textos antiguos» (EB 1275). Sin embargo, por mucho tiempo la
puesto equiparaba un libro divino con cualquier otro libro, este Ig le sia católica miró con sospecha la metodología científica.
segundo subdivide un libro cualquiera en muchos libros cual­ S i g u i e n d o a I. de La Potterie53, podemos distinguir tres eta­
quiera, sin claros vínculos entre ellos. Las consecuencias para la pas diferentes en la posición de la Iglesia con respecto al método
visión teológica de la Biblia y para el principio de la inspiración histórico-crítico en el último siglo.
bíblica son evidentes. La primera etapa sería la que va desde la encíclica Providen-
Después de todo lo dicho hasta ahora, no se pueden olvidar tissimus Deus (1893) de León XIII hasta la vigilia de la encíclica
muchos resultados positivos del método, establecidos firmemen­ Divino afflante Spiritu (1943) de Pío XII. Lo característico de
te en las ciencias bíblicas. Los estudios filológicos, arqueológicos, este periodo fue la preocupación apologética: defender a la Biblia
históricos y literarios han producido frutos de gran valor, funda­ contra el modernismo. Sería difícil imaginar que la Iglesia de
mentales hoy para la interpretación de los textos. La individua­ entonces, con esta preocupación apologética, aceptase de buen
ción de los géneros literarios y los resultados de la crítica textual grado el método histórico-crítico, utilizado ampliamente en los
se han convertido en condiciones preliminares y esenciales para círculos modernistas53.
la comprensión de la Escritura. «No pocas categorías y dimen­ Podemos situar la segunda etapa en el periodo que va de la
siones históricas, literarias y teológicas — convertidas en instru­ encíclica de Pío XII ya mencionada al Vaticano II. Todo este
mentos hermenéuticos de capital importancia— han sido en la tiempo ha estado marcado por la aceptación de los métodos crí­
escuela histórico-crítica, si no “descubiertas”, sí particularmente ticos por parte de la Iglesia. La encíclica de 1943 reconocía estos
profundizadas y debatidas de modo vivo y fecundo: baste pensar métodos e incluso señalaba la necesidad de utilizarlos. Ponía así
en temas como el profetismo, el culto de Israel, la apocalíptica, fin a una etapa, «tras el oscuro periodo del modernismo y del
la propia “historia de la salvación”, y tantos otros»50. anti-modernismo»54, cuando la exégesis católica estaba radical­
Todos estos éxitos del método (y esta no es seguramente una mente limitada por la autoridad eclesiástica. La Divino afflante
lista completa) han llevado también a la Iglesia católica a reco­ Spiritu marcaba el mom ento del cambio y de la apertura.
nocer oficialmente su valor. «La exégesis histórico-crítica tuvo J. Black señala justamente:
que mantener una larga lucha antes de que se reconociese su legi­
Desde la aparición de la encíclica de Pío XII [...] es muy difícil
timidad. En 1943 con la encíclica Divino afflante Spiritu recibió
encontrar una disciplina teológica que haya conocido tanto impulso y
sus credenciales. Sin embargo, su situación todavía era precaria, ánimo por parte de la autoridad eclesiástica como la exégesis moder­
como lo demostraron graves incidentes durante el Concilio. La na. De hecho, esta encíclica ha acabado con el bando que hasta aquel
constitución Dei Verbum, de 1963, debía consagrarla definitiva­ momento, continuando el trauma antimodernista, paralizaba el tra­
m ente»51, recordaba E Refoulé. De hecho, el documento de la bajo exegético V
PCB de 1993 reconoció sin dudarlo el valor del método para la
exégesis católica afirmando: «El método histórico-crítico es el
método indispensable para el estudio científico del sentido de los
53 I-A POTTERIE, «Il Concilio Vaticano...», a.c., 39-41.
arauna presentación detallada de este periodo, cf., por ejemplo, M. GlLBERT, «Cin-
49 Ibíd., 22 . (194V7°°* magistero romano sull’ermeneutica biblica. Leone XIII (1893) - Pio XII
50 Ibíd., 32.El reconocimiento de algunos resultados de la escuela histórico-crítica lo lo d' Cn 1-AGHI ‘ M. GlLBERT - A. V a n h o ye (eds.), Chiesa e Sacra Scrittura. Un seco-
encontramos también de parte de convencidos pioneros de la crítica a la crítica (cf. por 54 ™pglstero ecclesiastico e studi biblici (SubBi 17; Roma 1994) 11-33.
ejemplo, R e f o u l é , «L’esegesi in discussione», a.c., 32s). 55 R A P o t t e r ie , «Il Concilio Vaticano...», a.c., 40.
51 Ibíd., 1. Lank, «Autorità della Chiesa...», a.c., 123s.
IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C. 1. DEBATE METODOLÓGICO EN LA EXÉGESIS BÍBLICA 19

La encíclica, aun siendo innovadora en el plano metodológi­ La crisis de la exégesis, con la discusión que la ha acompañado, ha
co, lo era mucho menos en el plano teológico 56. Para que se llevado a poner en cuestión su metodología. El así llamado método
histórico-crítico, el más difundido y aceptado en el momento de ela­
diese el desarrollo de esta dimensión había que esperar a la ter­ borarse y promulgarse la constitución, ha sido y es todavía hoy obje­
cera etapa de la relación entre la Iglesia y el pensamiento histó- to, bien de rechazo radical, bien de defensa igualmente apasionada.
rico-crítico 57. Por una parte se han hecho patentes sus límites, se ha hablado inclu­
La tercera etapa se abre con el Concilio Vaticano II y su cons­ so de su irreversible superación; por otra se intenta mostrar el valor
titución dogmática Dei Verbum. Si bien la constitución ha reco­ que para muchos estudiosos parece hoy especialmente actual61.
nocido y confirmado el uso de los métodos críticos en la exége-
sis bíblica58, al mismo tiempo ha llamado fuertemente la aten­ En América el libro de W. W ink, The Bible in Human Trans­
ción sobre el plano eclesial y teológico 59. La cuestión no estaba formation, al que hemos aludido en el punto precedente, se ha
en aceptar o no aceptar los métodos críticos. Se trataba más bien convertido en un símbolo para la crítica frontal a la exégesis his-
de establecer la relación entre estos métodos y la totalidad de la tórico-crítica, y en un manifiesto de la necesidad de elaborar un
visión teológica60. La constitución ha orientado así la investiga­ nuevo modelo para los estudios bíblicos.
ción metodológico-exegética para el futuro, despertando nuevas W ink ha dirigido muchas acusaciones al método. Sostenía
esperanzas. Porque la Sagrada Escritura debía convertirse en el que el método era desproporcionado a las intenciones del texto
alma de la teología, parecía obvio y seguro que la exégesis bíblica mismo, que ha estado muy influenciado por la ideología del
encontraría un puesto privilegiado en la vida de la Iglesia. Al objetivismo que limitaba el verdadero sentido de los textos solo
mismo tiempo, sin embargo, subrayando tan fuertemente el papel a los significados que encajaban en los previos esquemas meto­
de la Biblia y esperándose tanto del estudio exegético, el concilio dológicos histórico-críticos. El método histórico-crítico ha resul­
ha contribuido involuntariamente a la apertura del periodo de cri­ tado un fracaso y, según W ink, hacía falta buscar otro paradig­
sis exegética. ma para los estudios bíblicos62.
Los años posconciliares han visto el fenómeno del crecimien­ Con el paso de los años las voces contrarias se han m ultipli­
to de la crítica al método histórico-crítico. U Vanni señalaba este cado63. El método ha sido duramente criticado en el contexto
dato del modo siguiente: del debate sobre el tema de la actualización de la Biblia64. Desde
el punto de vista metodológico se ha puesto en cuestión, por
56 I. de La Potterie escribía: «La encíclica era una verdadera liberación en el plano de los ejemplo, la descomposición de los textos bíblicos en partículas
métodos científicos, pero sin duda no era inspiradora en el plano teológico» («II Concilio
Vaticano...», a.c., 40. Sobre el juicio del autor acerca de la dimensión teológica del docu­
hecha en el ámbito del m étodo65, la multiplicación sin fin de
mento de Pío XII, véanse también las líneas sucesivas de la misma página).
57 Para más detalles de la historia de la posición del M agisterio respecto al método his­
tórico-crítico tras la Divino afflante Spiritu, c£, por ejemplo, A . VANHOYE, «Dopo la “ D iv i­ 61 V a n n i, «Esegesi e attualizzazione...», a.c., 310.
no afilante Spiritu” . Progressi e problem i dell’esegesi cattolica», a.c. 63 ^ Wink, The Bible in Human Transformation..., o.e., 1-15.
58 En 1980 J. Blank escribía con satisfacción: «La constitución dogmática sobre la divina C f por ejemplo: artículos de Brown, Refoulé, De La Potterie, Dreyfus, Dohmen,
revelación del concilio Vaticano II ha hecho exactamente estas afirmaciones (las afirmacio­ ations, Söding, Welles, Zumstein; libros de Drewermann, Dohmen, Neri, Ratzinger,
nes de la encíclica de Pío XII Divino afflante Spiritu [nota del autor]) y las ha llevado ade­ Schneiders.
lante con gran entusiasmo. El tercer capítulo de la constitución dogmática sobre la divina R . ó£ el punto previo del trabajo; cf. también: J. ERNST, «Bibelexegese im Umbruch.
revelación contiene una síntesis de la hermenéutica interpretativa de la Escritura: se conce­ cricht über ein Gespräch zwischen den Professoren der Kirchlichen Hochschule Bethel
de a la exégesis, sin limitaciones, el espacio que necesite para su trabajo científico» («Auto- und der Theologischen Fakultät Paderborn am 1. Juli 1992 in Paderborn. Katholische
rita della Chiesa...», a.c., 124). &fe Y>>: Tijdschrift voor geestlijk leven 82 (1992) 457.
59 Cf. D e L a P o t t e r ie , «II Concilio Vaticano...», a.c., 40s; V a n n i, «Esegesi e attualiz- «Y sin embargo los propios iniciados ya no leían la Biblia, sino que más bien le hacían
zazione...», a.c., 313s. nna isección para alcanzar los elementos a partir de los cuales habría sido compuesta»
60 Cf. la opinión de J. Ratzinger en la n. 40. TZ in g e r , «L’interpretazione bíblica in conflitto», a.c., 94). «Para algunos de los repre-
20 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C. 1. DEBATE METODOLÓGICO EN LA EXÉGESIS BÍBLICA 21

hipótesis, incluso contradictorias entre ellas66, la comprensión a lc a n z a d o dimensiones universales partiendo de todo tipo de
del sentido original y la interpretación de su sentido desde den­ a r g u m e n to s y ambientes culturales y metodológicos.
tro del m étodo67. Desde el punto de vista teológico se denun­ Naturalmente tampoco han faltado en este último periodo
ciaba la exclusión a priori de la fe en el proceso de explicación de las voces defensoras del pensamiento histórico-crítico. Así, se
la Biblia (esto es, de un texto de fe)68, la reducción de la dimen­ su b r a y a b a la necesidad de la existencia del método histórico-crí-

sión teológica de la Escritura69 y la desintegración del canon tico como tal hablando de sus méritos y metas alcanzadas75.
bíblico70. Se ha culpado a la metodología histórico-crítica de la A h o r a bien, teniendo en cuenta la variedad y cantidad de crí­

«pérdida de todo sentido de vinculación entre las doctrinas clá­ ticas hechas, no se puede esperar que estas observaciones pue­
sicas de la Iglesia y el texto de la Escritura»71. Espontáneamente dan defender el m étodo en su forma clásica. Así, la exégesis
se planteaba la cuestión de si el método era todavía útil para la histórico-crítica «se encuentra colocada en el banquillo de los
Iglesia y la teología. acusados [...] porque sus frutos no parecen responder a sus
También se retomaron las objeciones indicadas por Wink, p r o m e s a s » 76.
como la del obvio influjo ideológico y filosófico del método 2 Las reacciones al método histórico-crítico se han canalizado
o del envejecimiento y desfase de la metodología crítica 73. La en dos direcciones: la de completar o modificar el método, y la
crítica a la crítica 74, desde el Concilio hasta nuestro tiempo, ha de una sustitución completa.
En la primera dirección se encuentran, por ejemplo:
sentantes más autorizados de la escuela histórico-crítica, de hecho, el texto bíblico solo es
accesible como ellos lo han laboriosamente de-construido y re-construido: presentándolo — las críticas referidas a la clara delimitación de las compe­
después o seccionado en sus fuentes [...] o casi pulverizado en citas minúsculas y poste­
tencias del método y su relación con la Iglesia y con la teología77,
riorm ente recompuesto en el orden pretendidamente “originario” , como hacen Gunkel,
Bultm ann y tantos otros después de ellos» (N e r i , La crisi biblica..., o.e., 29). — la búsqueda de superación de la dependencia de los sis­
66 Cf. RATZINGER, «L’interpretazione biblica in conflitto», a.c., 94, 124. temas filosóficos e ideológicos del historicism o y del positi­
67 Cf. J. ZUMSTEIN, «Les limites de l’interprétation», en P. BüH LER - C. KarakaSH
(eds.), Quand interpréter c’est changer. Pragmatique et lectures de la parole. Actes du Congrès
vismo78,
international d ’herméneutique, Neuchâtel, 12-14 septembre 1994 (Ginebra 1995) 77-81. — el postulado del desarrollo de la conciencia hermenéutica
68 Cf. N e r i , La crisi biblica..., o.e., 12-16, 20, 22; RATZINGER, «L’interpretazione bibli­
y teológica desde dentro del método 79,
ca in conflitto», a.c., 94, 122; SöDING, «Geschichtlicher Text und Heilige Schrift...», a.c.,
75-80; VANNI, «Esegesi e attualizzazione...», a.c., 314, 321.
69 Cf. SöDING, ibid., 77. Söding se basa aquí en los análisis de K. Barth en Römerbrief
Kommentar (1918/1921) y Kirchliche Dogmatik.1: Die Lehre vom Wort Gottes (1948) y de su interior, partiendo del potencial crítico que el pensamiento crítico posee» («L’interpreta-
H. U. von Balthasar en Theodramatik. I: Prolegomena (1973); II/1: Der Mensch in Gott zione bíblica in conflitto», a.c., 101).
(1976); II/2: Die Personen in Christus (1978); cf. también T. SöDING, «Historische Kritik Cf., por ejemplo, H a r t l ic h , «II método storico-critico é superato?»: a.c., 29-31;
und theologische Interpretation. Erwägungen zur Aufgabe und zur theologischen Kompe­ L in d e a n n , «Evangelische Reaktionen», citado en ERNST, «Bibelexegese im Umbruch...»,
tenz historisch-kritischer Exegese»: TGl 82 (1992) 199-205, 227-231. ax-, 464¡ R e f o u l é , «L’esegesi ¡n discussione», a.c., 32-35; VANNI, «Esegesi e attualizzazio-
ne._.^», a.c., 31 Os.
70 Cf. N e r i, La crisi biblica..., o.e., 20-22.
71 «Una de las consecuencias en la Iglesia occidental de estar dos siglos jugueteando con R e f o u l é , ibid., 35; cf. también L. S c h w ie n h o r s t -Sc h ö n b e r g e r , «Vorwort»: Bibel
las implicaciones del método histórico-crítico es la pérdida de cualquier sentido de vincu­ U jj *ur&e 62. (1989) 1; D o h m e n , «Vom vielfachen Schriftsinn...», a.c., 40.
lación entre las doctrinas clásicas de la Iglesia y el texto de la Escritura» (Y e a g o , «The New 227 231 6öD1NG’ «Historische Kritik und theologische Interpretation», a.c., 202-205,
Testament and thè Nicene Dogma...», a.c., 87).
72 Cf. ERNST, «Bibelexegese im Umbruch...», a.c., 457s; N e r i, La crisi biblica..., o.e., 16. •. C f. R a t z in g e r , «L’interpretazione biblica in conflitto», a.c., 114, 116; SÖDING, «Ges-
32s; RATZINGER, «L’interpretazione biblica in conflitto», a.c., 111-114, 116-118. 79 r ^ext und Heilige Schrift...», a.c., 115-116.
73 Cf. S. M. SCHNEIDERS, The Revelatory Text. Interpreting the New Testament as Sacred j G. L in d b e c k , «The Story-Shaped Church. Critical Exegesis and Theological
Scripture (San Francisco 1991) 110. GwTPretatÍOn>>’ en 8‘ k ^OWL (ed.), The Theological Interpretation ofScripture. Classic and
J. Ratzinger postula una crítica de la critica: una crítica que podría partir de dentro del tttemporary Readings (Oxford 1997) 46; RATZINGER, «L’interpretazione biblica in con-
propio método («no una crítica ejercida desde fuera, sino una crítica que se desarrolle desde o», a.c., 96, 99; S ö d in g , «Geschichtlicher Text und Heilige Schrift...», a.c., 117-122.
22 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C. 1. DEBATE METODOLÓGICO EN LA EXÉGESIS BÍBLICA 23

— el postulado del desarrollo del interés por la dimensión Una de las nuevas metodologías, surgida como reacción al
teológica de la historia y por la relación existente entre la histo­ método histórico-crítico, es la que estudiaremos en el presente
ria y la teología80. trabajo: el acercamiento canónico. Se fija de un modo especial
en una de las críticas a la crítica: la que denuncia la desintegra­
Entre estas propuestas para mejorar el método hay que men­ ción del canon bíblico y la fragmentación del texto. Basándose
cionar los postulados de Rezeptionsforschung de Ch. Dohmen 81, en el dato del canon cristiano de la Sagrada Escritura y en la uni­
el decálogo para exegetas de K. Berger82 o el integrative Bibelaus- dad teológica de la Biblia, Brevard S. Childs quiere presentar una
legung presentado por H. M erklein83. También habría que men­ nueva propuesta de interpretación bíblica. Esta propuesta debe­
cionar la propuesta de revisar el problema de la relación entre ría conducir a la solución de los problemas surgidos por la apli­
acontecimiento y palabra dentro del método 84 y toda la proble­ cación de los medios histórico-críticos a las Escrituras de la
mática de la hermenéutica del texto y la hermenéutica del autor8\ Biblia cristiana. En el siguiente capítulo intentaremos mostrar el
En la dirección de completar podemos situar también las nue­ desarrollo y los puntos importantes del pensamiento metodoló­
vas metodologías exegéticas que apuntan a la modificación d el gico de este autor.
método histórico-crítico. Estas metodologías, de algún modo,
necesitan el método histórico-crítico porque, al investigar los
aspectos y dimensiones de la Escritura que no alcanza el méto­
do, aceptan en general las conclusiones obtenidas previamente de
modo c r í t i c o .
En la dirección de sustituir entran en cambio todas las meto­
dologías actuales que rechazan los resultados del método históri­
co-crítico y se muestran como alternativas al mismo. Se pueden
mencionar aquí el método psicológico, el estructuralista e inclu­
so el fiindamentalista87.

80 Cf. ibid., 122-129.


81 Cf. DOHMEN, «Rezeptionsforschung und Glaubensgeschichte...», a.c., 123-134.
82 Cf. B e r g e r , «Esegesi e teologia sistematica...», a.c., 121-134.
83 Cf. M ERKLEIN, «Integrative Bibelauslegung?...», a.c., 117-123.
84 Cf. RATZINGER, «L’interpretazione biblica in conflitto», a.c., 118.
85 Cf. L. ALONSO S c h ö KEL - J. M. A r a g ó n , Appunti di ermeneutica (Bolonia 1994);
RATZINGER, «L’interpretazione biblica in conflitto», a.c., 122; DOHMEN, «Vom vielfachen
Schriftsinn...», a.c., 61-67.
86 Junto al ya mencionado método integrador, podemos indicar aquí, por ejemplo, el
método redaccional y el acercamiento canónico.
87 Sobre el tema de las diversas metodologías modernas y sobre su relación con el méto­
do histórico-crítico, podemos reenviar a J. C a b a , «Métodos exegéticos en el estudio actual
del Nuevo Testamento»; Greg 3 (1992) 611-669; H. K. B e r g , Ein Wort wie Feuer. Wege
lebendiger Bibelauslegung (Múnich-Stuttgart 1991); D o h m e n , «Vom vielfachen Schrift-
sinn...», a.c., 38-67; M. N ava rro P u e r t o , «Tendencias actuales de la exégesis bíblica»; Sal'
Ter 82 (1994) 361-375; PCB, L’interpretazione..., o.e.
C a pítu lo II

PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO


CANÓNICO DE B. S. CHILDS

1. Desarrollo del acercamiento canónico de B. S. Childs


en la historia de sus publicaciones

En esta parte de nuestro trabajo queremos observar el desa­


rrollo del pensamiento metodológico de Childs, presentando
cronológicamente las publicaciones de nuestro autor que contri­
buyen a profundizar en el tema elegido. Durante nuestra pre­
sentación nos ocuparemos sobre todo de las partes que puedan
ayudarnos a entender y explicar mejor su metodología canónica.
En la primera parte del capítulo pretendemos simplemente des­
cubrir y recoger los textos y expresiones importantes de nuestro
autor. Por el mom ento no queremos detenernos en el análisis y
organización de las reflexiones presentadas. De esto nos encarga­
remos en la segunda parte del capítulo, reservada a la presenta­
ción sistemática de la propuesta metodológica de nuestro autor.
Dividiremos nuestra presentación en tres partes, que respon­
den a los tres periodos del desarrollo de la metodología de
Childs. En la primera presentaremos el periodo de la formula­
ción del proyecto de Childs, después pasaremos al periodo de
verificación y reconstrucción de los fundamentos metodológicos
del nuevo sistema, y finalmente nos ocuparemos del periodo de
realización del proyecto bíblico1.

^ Hn
MOR i7 fundamentales la división propuesta coincide con la presentada por
líneas
E> The Canonical Approach..., o.c., 25-80.
26 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 27

a) En búsqueda de la formulación de un nuevo proyecto bíblico: Para remediar este problema, según el autor, hay que comen­
de «Interpretation in Faith» (1964) a «The Exegetical zar el trabajo del texto bíblico desde la perspectiva de la fe. Sin
Significance o f Canon fo r the Study ofthe Oíd Testament» esta perspectiva no se puede pasar de la parte descriptiva de la
(1978) exégesis a la realidad teológica de la que trata el texto4.
Pero ¿cómo hacer exégesis conforme al modelo de la fe?
— Interpretation in Faith (1964) Childs presenta tres pasos metodológicos:

En 1964 Childs publicó un artículo que posteriormente se 1. El texto particular se debe interpretar a la luz de todo el
convirtió en el primer manifiesto de su deseo de renovar las cien­ AT y, viceversa, la totalidad del AT se interpreta a la luz del texto
cias bíblicas. El artículo se titulaba «Interpretación en la fe» (Inter- particular. Estudiar el significado de un texto particular a la luz
pretation in Faith) y fue publicado en la revista Interpretation. de todo el testimonio del AT forma parte todavía de la labor des­
La pregunta general hecha por Childs al inicio de este artícu­ criptiva del exegeta. La tarea descriptiva pertenece, de hecho, al
lo fue muy clara: ¿qué características debería tener un buen y útil centro del trabajo teológico. No se puede intentar realizarlo
comentario bíblico del AT? como algo que simplemente precede a la parte teológica o que
Desde el inicio el autor manifiesta la convicción de que el ver­ está fuera de esa parte. La tarea descriptiva no es un trabajo
dadero problema está en el área de las cuestiones teológicas de la extraño a la fe del exegeta. AI contrario, es parte de su responsa­
Biblia y de su relación con el método histórico-crítico. Desde su bilidad estudiar la Sagrada Escritura para poder sentir la Palabra
posición Childs recurre a la de K. Stendahl, presentada en The de Dios. Durante la parte descriptiva del trabajo el exegeta debe
Interpreters Dictionary ofthe Bible 2. Stendahl subrayaba la nece­ aprovecharse de los métodos histórico-críticos, que siempre son
sidad de una operación descriptiva en el trabajo exegético, desa­ útiles y necesarios. Sin embargo, no puede obedecer a los postu­
rrollada con la base de los métodos históricos, que debía estable­ lados del historicismo metodológico, que no toma en considera­
cer el contenido de fe del Israel histórico. Sin embargo, indicaba ción el testimonio verdadero que dan las Escrituras.
que los problemas aparecen cuando se quiere pasar más allá de la
parte meramente descriptiva para construir los postulados teoló­ 2. El AT se interpreta a la luz del N T y, viceversa, el N T se
gicos. Y aquí está, también para Childs, el problema crucial. interpreta a la luz del AT. Ya en 1958, en un artículo titulado
Según el autor del artículo, un error fundamental se da al ini­
ciar el trabajo exegético. Antes de nada hay que establecer la ver­ ¡ - P ^ i ó n teológica, y trata con problemas textuales, históricos y filológicos de las fuentes
dadera definición de la labor descriptiva en la exégesis cristiana. i licas antes de introducirse en los temas teológicos. Pero, de hecho, al definir la Biblia como
una mente para la investigación objetiva ya se ha determinado la naturaleza del contenido a
Childs no está en absoluto de acuerdo con la tesis predominante escribir. A priori, se ha convertido en una gran cantidad de phenomena. La posibilidad de una
que niega en esta primera parte del trabajo exegético la dimensión exegesis teológica propia ha sido destruida desde el inicio [...] El tema fundamental en juego
c aramente está en el punto de partida»: CHILDS, «Interpretation...» (a.c., 437).
teológica de la Escritura. Esta visión errónea de la metodología
fa * ^UCsostenemos es que la tarea propiamente teológica solo puede realizarse satis-
bíblica es la culpable de la imposibilidad de realizar una exégesis oriamente cuando comienza desde un explícito marco de fe. Solo desde este punto de
teológica, una exégesis realmente fructífera para la Iglesia y para j- 1 Puede llevarse a cabo la tarea exegética que tenga por finalidad penetrar en la
Cns teológica del Antiguo Testamento. Los acercamientos que comienzan desde una
los cristianos particulares3. bilidad d nunca pueden hacer total justicia a la materia teológica, porque no hay posi-
lógica COnstru'r un puente desde el descriptivo contenido neutral hasta la realidad teo-
2 K. STENDAHL, «Biblical Theology», en The Interpreter’s Dictionary ofthe Bibla I, 4l8ss- funciona° N ^Ue un presupuesto del historicismo el pensar que las herramientas que
3 «La mayoría de los comentarios consideran que la tarea descriptiva pertenece completa­ ,..len en un área pueden reclamar igualmente el derecho de prioridad en la tarea
teológica» (ibíd., 438). 8 F
mente a una disciplina objetiva. Uno comienza en terreno neutro, sin estar comprometido con
28 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 29

«Profecía y cumplimiento» (Prophecy and Fulfillment), Childs fu e ra de las Escrituras, que han sido escritas en un ambiente his­
expresaba su interés por los problemas de relación entre el AT y Elaborar un comentario teológico de la Biblia
tó ric o c o n c r e t o .
el NT. Aquí dice claramente que el movimiento metodológico s u p o n e una labor que sobrepasa la simple descripción de los
de trabajo exegético que se realiza en el círculo hermenéutico d iv e rso s testimonios encontrados en la Biblia. No basta un obje­
formado por AT y N T es importante. Es necesario buscar la rela­ tiv o descriptivo del trabajo exegético. Hay que terminar en el
ción ontològica entre los distintos testimonios de la Escritura. El n o r m a t iv o .
principio hermenéutico de que la Biblia es la Sagrada Escritura
debe funcionar en el nivel ontològico. Las relaciones entre el AT Estas eran las ideas más características del artículo de Childs.
y el N T no son solo de orden histórico, sino también ontològi­ La siguiente publicación debía tomar ya una forma más amplia,
co. Al mismo tiempo hay que sostener el carácter específico de de libro.
los dos Testamentos como testigos independientes con caracte­
rísticas propias5. Un exegeta cristiano debe entender la intención — Biblical Theology in Crisis (1970)
de Dios que habla a los hombres atendiendo a los dos testimo­
nios: el del N T y el del AT. Y no basta con poner en relación Seis años después de Interpretation in Faith salió un libro con
diversas ideas encontradas en los textos, sino que hay que ir, las nuevas propuestas metodológicas de Childs: «Teología bíbli­
siguiendo el testimonio de los textos, hacia la realidad que los ca en crisis» (Biblal Theology in Crisis), publicado por West-
textos evocan. Este es el movimiento del testimonio a la sustancia. minster Press en Filadelfia.
Encontramos los puntos que desarrollan la metodología de
3. El testimonio de la Escritura (en el caso de Childs, el AT) nuestro autor en el cap. 6 del libro, titulado La forma de una
se interpreta a la luz de la realidad teológica de la que está nueva teología bíblica (The Shape o f a New Biblical Theology).
hablando y, viceversa, la realidad teológica se interpreta a la luz Childs comienza con una definición del contexto adecuado para
del testimonio de la Escritura. Así, existe también un movi­ interpretar la Biblia como Palabra de Dios. En la propuesta de
miento de la sustancia al testimonio. La labor teológica no puede Childs el concepto de contexto ocupa un lugar fundam ental6:
limitarse solo a analizar los testimonios históricos, sino que debe
ir hacia la realidad de la que estos testimonios hablan. Así Como una alternativa sugerente, nos gustaría defender la tesis de
q u e el
canon de la Iglesia cristiana es el contexto más apropiado desde
mismo, esto sucede dentro de un círculo hermenéutico: como la hacer teología bíblica7.
el q u e
realidad divina no está encerrada en el pasado, sino que forma
parte también del presente, así los medios históricos no bastan
Así, este postulado subraya la visión de conjunto de la Sagra­
para expresar todo el contenido del material bíblico; pero, por
da Escritura, formada por AT y NT. Childs acentúa que esta
otra parte, no hay posibilidad de entender esta realidad divina visión es una afirmación de fe cristiana. Y esta afirmación seña-
a el contexto del canon como normativo para los cristianos.
5 «Es de fundamental importancia ver la tarea exegética como un movimiento dentro del
círculo hermenéutico. Esto significa que de ningún modo las dos alianzas deben identifi­
carse o armonizarse. El carácter independiente del testimonio de ambos Testamentos debe ^ «El
gj estaj)j)nmer P350 Para Poner el fundamento a una nueva teología bíblica, en mi opinión,
mantenerse. Una exégesis que quiera retrotraer a Jesucristo al Antiguo Testamento es cul­ texto* CCeV el contexto adecuado para la interpretación teológica de la Biblia. Por “con­
pable de numerosos errores exegéticos. En primer lugar está confundiendo una afirmación de! ■ T c rehero a algo más que la simple “perspectiva” , que se centra en el ángulo de visión
ontològica, a saber, “Jesucristo actuó en la historia de Israel”, con una aseveración históri­ intem rIT ete’ ^ contexto, más bien, se refiere al ambiente que rodea a lo que está siendo
ca, “Jesucristo actuó en la historia de Israel”. El resultado es una mitologización de la his­ 7 Ibíd* 99 ^ CHILDS, Biblical Theology in Crisis, o.c. 97).
toria y una distorsión del texto del Antiguo Testamento» (ibíd., 441).
30 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 31

Más allá de la visión unitaria de la Biblia, el reclamo al canon La Biblia, entendida como las Escrituras de la Iglesia, sirve de vehículo
de las Escrituras implica la necesidad de tomar en consideración para que Dios se dirija de un modo especial a su Iglesia y al mundo. Esta
la relación de la Escritura con la comunidad de fe que conserva y comprensión de la unicidad de la Escritura es una afirmación de fe. Ni
requiere una escondida defensa apologética ni debe reformularse para
transmite la propia Escritura8. Recuerda también claramente que acomodarla a cada nueva fase del debate científico11.
es necesario prestar atención a la cualidad normativa de la Escri­
tura, olvidada con frecuencia por los especialistas de la Biblia9. Por tanto, el concepto de inspiración divina está unido estre­
Indica finalmente que no se deben buscar los mensajes teológi­ chamente al concepto de canon. De hecho, nuestro autor está
cos detrás del texto, sino solo en la forma canónica del t e x t o convencido de que solo dentro del canon se puede encontrar la
mismo, que ofrece — subrayado así por Childs— un valor nor­ palabra escrita inspirada por Dios.
mativo para los cristianos actuales10. El concepto de canon está, entonces, en la base del proceso de
Tomar seriamente en consideración el contexto del canon construcción de la teología bíblica. Aquí se encuentra como una
tiene su importancia para entender el concepto de inspiración de analogía hermenéutica. Tomar seriamente en consideración el
las Escrituras. Childs escribe: canon de las Escrituras, sin embargo, no obliga al estudioso al
La doctrina de la inspiración es un intento de tratar adecuadamen­ empleo de una única metodología exegética. Childs no quiere
te con el m edium de la revelación. El error de utilizar tal concepto como presentar un método exegético distinto. Solo quiere mostrar un
inerrancia, entre otras cosas, estuvo en definir el m edium sin tener en contexto necesario para hacer exégesis12.
cuenta su contexto canónico. En nuestra opinion, la pretensión de la Childs también responde en esta obra a la pregunta sobre la
inspiración de la Escritura es la pretensión por la unicidad del contexto relación entre el contexto canónico y otros contextos, presentes
canónico de la Iglesia a través del cual el Espíritu Santo actúa. Aunque
hay otra cantidad innumerable de contextos en los que situar a la Biblia
en la visión histórico-crítica de la Biblia. El estudioso de Yale no
— esto pertenece a la humanidad del testigo— la inspiración divina es duda en acoger los resultados del método histórico. Es muy
un modo de reclamar una prerrogativa especial para este contexto único. importante ver en todo detalle el contexto histórico del mensaje
bíblico para poder acoger su testimonio sobre la realidad divina.
8 «Hablar del canon como contexto implica que estas Escrituras deben interpretarse Childs decía abiertamente:
conforme a su función en la comunidad de fe que las ha custodiado. Las Escrituras de la
Iglesia no son archivos del pasado sino un canal de vida para la iglesia existente, a través del El testimonio de la Biblia lleva consigo todas las marcas de su con­
cual Dios enseña y alerta a su pueblo. El uso del canon como contexto de interpretación de dicionamiento histórico. Para ser correctamente entendidas deben ser
la Escritura implica rechazar cualquier método que quiera encarcelar a la Biblia en el con­
escuchadas en su particular periodo histórico, a través de los medios
texto del pasado histórico. Acudir al canon, más bien, supone entender la Escritura como
un vehículo de la realidad divina, que de hecho salió al encuentro de un pueblo antiguo en culturales y formales del lenguaje, y de los patrones de pensamiento,
el pasado histórico, pero que continúa interpelando a la iglesia a través de las páginas de la y de los trasmitidos por personalidades individuales y corporativas de
Escritura» (ibíd., 99s). autores y redactores. Esta característica de la revelación bíblica da legi­
9 «Hacer teología bíblica en el contexto del canon implica reconocer la cualidad nor­ timidad ai estudio histórico-crítico de la Biblia13.
mativa de la tradición bíblica. Las Escrituras de la iglesia proporcionan la palabra autoriza­
da y definitiva que continúa dando forma y vivificando a la iglesia» (ibíd., 100).
0 «En consciente oposición a este acercamiento hermenéutico, la confesión del canon cris­ Sin embargo, no basta con encontrar diversos testimonios bíbli­
tiano como el contexto donde hacer teología bíblica implica que “los datos teológicos” de la cos, ligados a cierto periodo de la historia y a cierto pasaje bíblico.
Biblia no se apoyan en alguna forma de positivismo más allá del texto, tal como la Heilsges-
chichte [historia de la salvación] o el lenguaje fenomenològico, ni en una especie de concien­ necesario poner estos testimonios juntos para ver qué dice la
cia ilustrada por el texto, tal como una existencia auténtica o algo similar. Aunque evidente­
mente hay una historia de desarrollo que subyace a la formación del canon, y aunque hay una !1 Ibíd., 104.
variedad de modos de conciencia involucrados en distintos niveles y períodos, la confesión del Cf. ibíd., 106s.
canon mantiene que este contexto es normativo para la fe cristiana» (ibíd., 102).
32 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 33

Biblia sobre la realidad de la que quieren hablar. Aquí es donde se lo g ra r sesobre la base de un sistema infalible. A veces las bases
hace necesario el contexto canónico. Este contexto es querido por b íb lic a ssolo sirven para delimitar un área donde buscar la deci­
la Iglesia, que ha conservado las Escrituras precisamente con esta sió n final. Childs dice al respecto:
forma. La relación entre el contexto histórico y el canónico es igual
Hemos subrayado el punto de que no hay un sistema que conduz­
a la relación entre la parte y el todo, entre el análisis y la síntesis. ca infaliblemente desde la garantía bíblica hasta la decisión adecuada.
Ambos son necesarios, pero solo este último da una visión com­ La revelación del plan de Dios a los profetas y apóstoles no funciona­
pleta del mensaje bíblico. El contexto canónico es una consecuen­ ba de este modo, ni la Biblia tiene este papel. La Iglesia, individual­
cia lógica de la visión teológica de la Biblia acogida por los cristia­ mente y corporativamente, más bien, estudia la Biblia en oración y
nos, la visión teológica de una Biblia que consta de dos partes expectación, frecuentemente en agonía y confusión, esperando la guía
de Dios por medio de su Palabra. El puente desde el pasado hasta el
juntas, una al lado de la otra: Antiguo y Nuevo Testamentol4.
presente no es irracional y arbitrario. No abroga la continuidad de la
En la séptima parte del libro, en el punto dedicado al proce­ única alianza de Dios que dirige y guía a su pueblo conforme a su
so de investigación bíblica de las bases para formular una decisión plan. Sin embargo, el movimiento desde el pasado hasta el presente
m o ral15, nuestro autor sigue hablando de la metodología que sigue siendo creativo, nuevo, y está lleno de posible sorpresa y miste­
nos propone. Para responder a una cuestión moral hay que, rio, porque depende de D ios17.
según Childs, pasar por dos fases de labor exegética. En la pri­
mera fase hay que conseguir una recopilación completa de los Si bien Childs quiere mostrar la dirección correcta para inter­
distintos testimonios bíblicos que hay en el canon sobre el pro­ pretar la Biblia, no quiere presentar un sistema exegético que
blema que nos interesa. El objetivo de esta etapa es determinar deba garantizar un único camino seguro para llegar a conclusio­
la variedad de acercamientos al problema en cuestión. Es nece­ nes teológicas correctas.
sario estudiar primero estos testimonios en su contexto original, Childs concluye su libro con una llamada, en el capítulo octa­
y después en el contexto de todo el canon. En la segunda fase, el vo, a recuperar la tradición exegética en el cristianismo antes de
estudioso bíblico debe intentar comprender el movimiento la aparición del método histórico-crítico. Childs no rechaza el
interno de estos testimonios dentro del can o n 16. Este segundo método en cuanto tal. Quiere acoger los resultados que ayudan
paso metodológico intenta descubrir y definir las relaciones a entender mejor el significado de los textos conservados en el
internas entre los diversos testimonios bíblicos. El estudioso canon. En cambio, aborda el problema en el postulado de cierta
debe examinar las semejanzas importantes, así como las tensio­ exclusividad del método histórico:
nes que haya entre los distintos testimonios.
Mientras que no solo no negamos sino que acogemos de corazón
La decisión final de parte de la Iglesia sobre el problema las grandísimas aportaciones procedentes del método crítico en ciertas
moral concreto, sin embargo, dice el estudioso de Yale, no puede areas, el peligro se ha dado al asumir que solo el método histórico es
válido para los estudios bíblicos18.
14 Con NOBLE, The Canonical Approach..., o.c., 27, hay que indicar que Childs, sin
embargo, no ofrece por ahora una solución plena al problema de encontrar la relación entre El gran problema aparece cuando se considera la dimensión
estos dos tipos diferentes en la búsqueda del significado de un texto. Ambos contextos se . o p e a de la Escritura. El método histórico-crítico se muestra
presentan en el libro como necesarios y simplemente enumerados en las indicaciones meto­
dológicas. plemente incapaz de abordar adecuadamente esta dimensión
15 Parte titulada The Reflective Process in Seeking Warrants (p. 130-138).
16 «Busca comprender el movimiento interno de los diversos testigos a lo largo de sus ejes,
cuando se interpreta desde el contexto del canon» (CHILDS, Bihlical Theology in Crisis, o.c., ¡sIbíd-’ 136.
Ibíd., 14o.
132).
34 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÌA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 35

de la Biblia que, para la Iglesia, es la dimensión más im portan­ dad de diálogo con el judaismo, como otra com unidad de fe
te. Childs escribe: que se basa en los textos del AT. Pero el estudioso de Yale for­
m u ló sus postulados de modo más claro y pleno en otro artícu­
El método histórico-crítico es un método inadecuado para estu­
lo importante del mismo año, titulado «El Antiguo Testamento
diar la Biblia en cuanto Escritura de la Iglesia porque no trabaja desde
el contexto requerido. Esto no quiere decir ni por asomo que el méto­ como Escritura de la Iglesia» ( The Oíd Testament as Scripture o f
do crítico sea incompatible con la fe cristiana — consideramos la posi­ the Church)21.
ción fundamentalista indefendible— , sino más bien que el método Childs presenta aquí su axioma fundamental, sosteniendo
crítico, al trabajar desde su propio contexto, no es capaz ni de alcan­ que el método histórico-crítico es inútil para la Iglesia si no trata
zar ni de responder a la totalidad de cuestiones que la Iglesia se ve obli­ a la Biblia como el Libro de la Iglesia, el libro donde la Iglesia
gada a plantear a sus Escrituras19.
busca la revelación divina. El estudioso de Yale conoce muy bien
el método. Pero este método, según Childs, no es un medio per­
Se puede ver muy bien hasta qué punto el método histórico
fecto para interpretar la Sagrada Escritura. No es ni siquiera el
no es adecuado para realizar tareas teológicas cuando se busca
único medio necesario para interpretarla. O tra afirmación pare­
un buen comentario bíblico. El objetivo fundamental es recu­
ce en cambio segura: la Biblia nunca ha sido objeto de tan gran
perar la tradición exegética que siempre ha existido en la Iglesia
especulación académica como hoy. El autor observa:
y que ha sido deformada y entendida mal a causa del desarrollo
del pensamiento histórico-crítico. Nuestro autor ve en el canon En cualquier caso, a mi juicio, la Biblia nunca ha sido más objeto
de las Escrituras un medio privilegiado para llevar a cabo esta de especulación científica que hoy. Nunca el desacuerdo ha sido tan
recuperación. Para tratar adecuadamente la dimensión teológi­ grande incluso respecto a los puntos más elementales de su mensaje.
ca de la Biblia, para interpretarla como Sagrada Escritura, es [...] Hay muy poco que estimule a la inteligencia, y nada que toque el
corazón 22.
necesario tom ar seriamente en consideración el concepto de
canon, conviene trabajar sobre todo con la forma canónica final
Para mostrar la posición de Childs hacia el pensamiento his­
del propio texto. Solo así la exégesis puede ser fructífera para la
tórico-crítico basta con citar las siguientes palabras:
Iglesia cristiana.
La crítica histórica iba a liberar la Palabra de Dios de la tiranía de
— The Oíd Testament as Scripture ofthe Church (1972) la tradición, pero ¿podría ser que haya surgido una nueva forma de tira­
nía? Hemos adoctrinado generaciones de estudiantes a los que hemos
Childs repitió su protesta contra la exclusividad del método convencido plenamente de la necesidad del método crítico. Con fre­
cuencia les hemos dejado paralizados ante nuestro descomunal apren­
histórico-crítico en el trabajo bíblico y sus dudas sobre el valor dizaje, como guerreros del evangelio inmovilizados en una armadura de
de este método para la construcción de la teología bíblica en Saúl que les ha quitado su libertad. [...] Por último, ¿nunca te ha pare­
1972, en el artículo «Una narración de dos Testamentos» (A cido desconcertante que los nuestros, en la época de los más bellos
Tale o f Two Testaments)2^. Subrayó el valor de la Biblia como mapas ilustrados de Palestina jamás vistos, de la mayor cantidad de bri­
Escritura de la Iglesia, acentuando al mismo tiempo la necesi­ llantes y novedosas ayudas visuales, de comentarios interminables, y al
mismo tiempo de una ignorancia sobre la Biblia casi sin parangón?
2l pj
19 Ibíd., 141. a , te« o publicado en el artículo fue presentado durante el simposio Abraham and
20 B. S. CHILDS,«A Tale of Two Testaments»: Interp 26 (1972) 28s; el artículo es una » celebrado en el Concordia Seminary (25/27-2-1972).
recensión al libro de Hans-Joachim KRAUS, Die biblische Theologie. Ihre Geschichte und Pro- ' ; T HILDS>«The Oíd Testament as Scripture of the Church»: Concordia Theologi-
blematik (Neukirchen-Vluyn 1970). calMontbly43 (1972) 710.
LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 37
36

Lejos de habernos acercado automáticamente al hombre de a pie, el justo de interpretación de la Biblia25. Así, el contexto
c o n te x to
método crítico se manifiesta inservible en nuestras iglesias secularizadas d o n d e desarrollar el trabajo bíblico vuelve de nuevo al primer
ante el sentido creciente de alienación. Ahora bien, nuestras modernas
p la n o en la visión metodológica de Childs:
asambleas tan bien formadas te saben decir que la Bilbia está llena de
mitos, pero ya no entienden su lenguaje de fe23. El canon cristiano reclama este contexto teológico desde el que
ambos testamentos deben entenderse por separado. [...] El concep­
El verdadero problema, según Childs, está en la situación d e to de canon implica que estos escritos tienen una función que no
los cristianos modernos, que han aprendido muy bien a leer la agota su papel original en la historia [...] Por su forma peculiar en la
Biblia como un libro secular, un libro como todos los demás. En tradición, el canon ofrece la llave hermenéutica a la generación
cambio, tienen una dificultad enorme para reconocer la Palabra siguiente de cristianos para que se apropie en sí misma el antiguo
testim onio26.
de Dios dentro de este libro.
Gran parte de las causas de esta difícil situación de la exége-
sis moderna proviene del ámbito histórico-crítico. Se han d a d o En la parte siguiente del artículo, el autor en primer lugar
intentos de sustituir el estudio de la forma canónica y final del muestra exegéticamente (en el ejemplo del Pentateuco) el signi­
texto bíblico por el de la reconstrucción del desarrollo histórico ficado del acercamiento canónico «como un camino por el que
de la literatura bíblica. Según Childs, es una confusión clara d e la Iglesia entiende su Escritura»27, para llegar después a las impli­
la labor histórica con la labor teológica. caciones hermenéuticas. Si bien Childs habla aquí del Pentateu­
Como ayuda útil para recuperar la capacidad de entrar en la co, las implicaciones en la visión metodológica del acercamiento
dimensión teológica de la Biblia, nuestro autor presenta sus pro­ canónico se pueden aplicar seguramente a los otros libros bíbli­
puestas metodológicas en conexión con el fenómeno del canon cos. Sus postulados son los siguientes:
de las Sagradas Escrituras. El estudioso de Yale subraya el proce­ 1. La forma final del Pentateuco constituye un profundo tes­
so de la formación canónica, como aquel que ofrece la única timonio teológico, que se pierde y destruye con las académicas
posibilidad de entender la verdadera naturaleza de la Biblia. La reconstrucciones histórico-críticas. Leer el AT como Escritura de
afirmación del canon debería estar al inicio del intento por recu­ la Iglesia significa intentar entender todo el contexto canónico
perar la dimensión teológica de la Biblia en las ciencias bíblicas. en su integridad. La Escritura ha sido conservada en la Iglesia
solo bajo esta forma canónica, que constituye un verdadero tes­
Childs avanza una petición:
timonio de la continua voluntad de Dios hacia su pueblo.
Me parece que aquí está el lugar para la Iglesia actual donde empe­
zar a buscar la recuperación de la comprensión de la Biblia como su
Escritura. También me parece claro que no podemos simplemente L«s palabras de Childs suenan como las de un credo académico: «Primero, creo que la
volver a la vieja e irreflexiva teoría del canon. Hay grandes obstáculos iglesia antigua tenía razón al confesar en la formación de un canon que la fe cristiana esté
jgada a un testimonio histórico particular [...] Nuestra fe se fundamenta en el testimonio
en el camino, pero aquí está dónde comenzar24. c los profetas y apóstoles, no en función de la historia per se ni de visiones filosóficas gene-
ef accesibles por igual a todos los hombres. Segundo, creo que la iglesia antigua tenía
Tras haber mostrado brevemente la función del canon en la r testimoniar la realidad de una comunidad de fe, la iglesia, que formó el canon
eomo una norma crítica para preservar la verdad del evangelio, al que ella debe su existen-
Iglesia de los primeros siglos, el autor presenta las razones fun­ iercero, creo que la iglesia antigua tenía razón al dar testimonio en la formación del
damentales para reafirmar el canon de las Escrituras como el de que el Espíritu de Cristo resucitado continúa haciendo su voluntad, conocida por
&esta a través de la Escritura, que no es simplemente un recuerdo del pasado sino trans-
26^ vída Para sostener el futuro» (ibíd., 713s).
Ibíd., 714
23 Ibíd., 71 Os. 27
Ibíd.
24 Ibíd., 711.
38 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA ca. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 39

2. La revelación divina no ha quedado sepultada en la histo­ co, aunque no descuida todos los resultados del método históri-
ria como si dependiese solo de los descubrimientos científicos la co-crítico que pueden ayudar a una mejor interpretación del
posibilidad de mostrar verdades teológicas útiles para la Iglesia. libro.
La revelación tiene un carácter de continuidad, también en su Las observaciones metodológicas, útiles para nuestra investi­
aspecto literario. La forma final de la Escritura (en este caso del gación, las encontramos en la introducción del libro. Desde el
Pentateuco) es una forma canónica. Esto significa que es una principio Childs subraya que su objetivo es interpretar el libro
forma normativa para la vida de fe de los cristianos actuales, por­ del Éxodo como parte de la Sagrada Escritura, vista en su pers­
que presenta la forma plena, completa, del modo eclesial de pectiva teológica: «El fin de este comentario es tratar de inter­
entender la revelación divina. pretar el libro del Éxodo como escritura canónica en la discipli­
3. El factor decisivo en la formación de las tradiciones bíbli­ na teológica de la Iglesia cristiana»28.
cas fue la preocupación por plasmarlas en una forma tal que A continuación el autor nos recuerda que su visión de la
fuese correctamente entendida y asimilada por las siguientes interpretación de la Biblia no coincide con la de aquellos que sepa­
generaciones del pueblo de Dios. El fruto de esta preocupación ran claramente la parte descriptiva de la exégesis, rigurosamente
es el canon bíblico. Su decisivo papel hermenéutico está en su científica, de la parte constructiva (teológica). Según Childs, esta
capacidad de guiar a la Iglesia en su movimiento interpretativo división rígida es una equivocación metodológica. Es un error que
desde el pasado hacia el futuro. Si se destruye la forma canónica, impide descubrir la perspectiva teológica de la Biblia, que es la más
la tarea de actualizar la Palabra de Dios para la Iglesia de hoy se importante en la Sagrada Escritura2'2. Childs acentúa su posición,
pierde en la confusión. formulada como ya hemos visto, pero sin dejar de apreciar los
4. Hay que recuperar la riqueza de las tradiciones exegéticas méritos del método histórico-crítico30.
de la Iglesia que ha interpretado la Sagrada Escritura en la histo­ En la introducción Childs presenta las distintas partes de su
ria. El redescubrimiento del sentido del canon va parejo a la comentario, explicando al mismo tiempo su modo de entender
revalorización de estas tradiciones que investigaban la Palabra de la exégesis.
Dios dentro de la comunidad de fe. Y así, percibimos que la historia del desarrollo del texto tiene
Al final del artículo Childs concluye que todo tipo de exége- valor en la medida que nos ayuda a explicar mejor la forma final
sis bíblica cristiana debe valorarse desde un punto de vista fun­ del texto. La forma final, podemos añadir, ha sido acogida por la
damental: desde su relación con Cristo y con la voluntad divina Iglesia como forma canónica y autorizada31. Con la publicación
hacia los hombres. de The Book ofExodus, el análisis de la forma final del texto entra

— The Book ofExodus (1974) 28 B. S. Childs, The Book o f Exodus. A Critical Theological Commentary (OTL; Filadel-
fia 1974) x iii .
29 «El autor no comparte la posición hermenéutica de aquellos que proponen que la exé­
En 1974 Childs publicó un libro que posteriormente se con­ gesis bíblica es una empresa objetiva y descriptiva, controlada exclusivamente por la crítica
virtió en una de sus obras más conocidas. Era un comentario al científica, a la cual el teólogo cristiano puede —en el mejor de los casos— añadir algunas
libro del Exodo, The Book o f Exodus. A Critical Theological reflexiones homiléticas por devoción piadosa. En mi opinión, la separación estricta entre
los elementos descriptivos y constructivos de la exégesis daña la raíz de la tarea teológica de
Commentary. emprender la Biblia» (ibíd.).
Ya al comienzo del libro el autor subraya que el objetivo de su Veremos después que estos méritos son importantes para nuestro autor en la medida en
flne^ayudan a entender mejor la forma final del texto.
trabajo es presentar el libro del Exodo como Escritura de la Igle­ El interés de Childs se puede percibir incluso en el nivel tipográfico de su comentario:
sia. Quiere así presentar un comentario explícitamente teológi­ °s párrafos que hablan de la historia del texto llevan un tamaño de letra menor que los otros.
40 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 41

firmemente en la tarea descriptiva de la exégesis 32, en el pensa­ continuidad de la revelación y el desarrollo del modo de enten­
miento metodológico de Childs. der la Escritura a la luz del acontecimiento de Jesucristo.
Childs pone como centro de todo el comentario una parte También se reserva una parte distinta del comentario a la his­
titulada «Contexto del AT». Aquí, de hecho, se expone el análi­ toria de la exégesis del texto escogido en la Iglesia. Como en el
sis de la forma final del texto. Precisamente en la falta de un caso de la prehistoria del texto, tampoco esta historia de su pos­
modo adecuado para tratar la forma canónica es donde nuestro terior interpretación posee para Childs una importancia exegéti-
autor ve la debilidad más aguda de la exégesis m oderna33. ca inmediata. Sin embargo, permite dar más luz al proceso inter­
Childs indica también dos razonamientos a favor de su tesis. pretativo, porque indica cómo se interpretaba dicho pasaje en la
El primero proviene del campo de las ciencias literarias. Childs tradición viva de la Iglesia hasta hoy. De hecho, cada generación
subraya que para entender correctamente una composición lite­ de escuchadores de la Palabra, incluso contemporáneos, recibe
raria hay que captarla en su globalidad. Este argumento se opone en herencia, de modo más o menos consciente, la tradición de la
directamente al método crítico, que solo deja al lector unos frag­ interpretación de esta Palabra. Así, esta sección del comentario
mentos dispersos. El segundo razonamiento, más importante tiene la misión de mostrar la influencia de esta tradición exegé-
para Childs, es propiamente teológico. Se basa en el hecho de tica en nuestra actual interpretación de la Palabra.
que la Iglesia ha reconocido como normativa precisamente esta En la última sección de cada parte del comentario Childs
forma final del texto que encontramos hoy en la Biblia. Como hace una reflexión teológica sobre el tema del texto escogido en
conclusión obvia, surge la afirmación de nuestro autor, a saber, el contexto de toda la Biblia. Esto supone para nuestro autor una
que es esta forma final la que debe constituir el fundamento para importante operación de pasar del testimonio a la sustancia. Se
formular conclusiones teológicas y morales en el cristianismo. El trata de poner en m utua relación los distintos testimonios (los
estudio de la prehistoria del texto tiene valor solo en función de diversos pasajes) de la Escritura, que nos hablan del tema elegi­
su utilidad para explicar la forma final34. do, prestando atención a la historia de la exégesis ligada a estos
En este caso podemos observar tam bién las precisiones res­ pasajes, de tal modo que nos permita decir algo sobre el tema de
pecto al problem a de la relación entre el contexto original y el la realidad teológica testimoniada por estos textos inspirados. No
contexto canónico de un texto. En el BTC Childs subrayaba obstante, Childs quiere dejar muy claro que su deseo no es
la im portancia de ambos contextos, pero no precisaba la rela­ «arrancar de la Biblia las verdades eternas», invariables en el
ción que debía existir entre ellos. Ahora vemos que, según tiempo y en el espacio. Solo trata de mostrar un modelo que
nuestro autor, el contexto histórico debe estar subordinado al indique cómo los cristianos pueden adaptar y actualizar la Biblia
canónico. en su tiempo y en su situación vital.
Para Childs también es im portante el modo en que el N T ve Así, el comentario al Exodo constituye un punto importante
los pasajes tomados del AT. Por eso el autor reserva otra parte de en el desarrollo de la metodología de B. S. Childs. La publica­
su comentario al análisis de este tema. Quiere así acentuar la ción de este libro ofrecía la ocasión tanto de presentar sus pos­
tulados metodológicos como de intentar verificarlos en la prác­
tica exegética.
32 Antes, las operaciones que se debían desarrollar durante esta labor descriptiva se limi­
taban a estas acciones con las herramientas histórico-críticas.
33 «En mi opinión, la incapacidad de la mayoría de los comentarios críticos de afrontar
la forma final del texto sin caer en un midrash moderno es una gran deficiencia» (ibíd., xiv).
34 «En mi opinión, el estudio de la prehistoria tiene una función adecuada en la exége-
sis solo iluminando el texto final» (ibíd., xv).
42 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO C A NÓ NICO 43

— The Sensus Literalis o fScripture: A n Ancient en el contexto de la comunidad de fe, debe después
e s t u d ia d o
and Modern Problem (1977) verse en la perspectiva del canon b íb l i c o que esta comunidad
h ay a a c o g id o .
En este artículo, salido tres años después del comentario al 4. La actualización del texto en la situación actual de la Iglesia
Éxodo, Childs trató el problema del sentido literal en la Sagrada es importante. Pero debe tener su fundamento en el sentido literal
Escritura. Presentó aquí el desarrollo histórico del pensamiento del te x to acogido por la Iglesia como Sagrada Escritura. Hay que
teológico y metodológico en el ámbito de este tema. Al mismo d e fe n d e r a este texto (¡la forma final de la Biblia!) de los peligros de
tiempo ofreció, especialmente al final del artículo (más interesante d e stru c c ió n causados por las reconstrucciones histórico-críticas.
para nuestra investigación), sus conclusiones que, en algunos pun­ $. El papel del Espíritu Santo en el proceso de actualización
tos, fueron más allá del tema formulado en el título del artículo. es colaborar en que este proceso se haga correctamente en la
En su presentación histórica del tema, Childs concluye con situación contemporánea de la Iglesia, y no añadir cualquier otra
una crítica al empleo histórico-crítico del término sentido literal. dimensión al sentido literal del texto recibido.
Señala que en el periodo medieval el problema estaba en la Merece la pena indicar que el interés de Childs se dirige ahora
superposición del significado del texto sobre el texto mismo: la al sentido literal original del texto como aquel que puede ayudar
investigación buscaba los distintos sentidos de la Escritura. a la interpretación teológica de la Biblia. Bien planteado, según
Ahora el pensamiento histórico-crítico ha generado un problema las directrices apenas mencionadas y no según las normas histó­
análogo: el significado se pone debajo del texto: se buscan los dis­ rico-críticas, el sentido original puede ayudar en el proceso de
tintos pre-textos, textos previos al texto canónico. En ambos una correcta interpretación de la Escritura, en la misma medida
casos existe el peligro de destruir el significado del texto bíblico en que la perspectiva de la fe y el hallazgo de la dimensión teo­
en su forma canónica35. lógica de la Biblia ayudan al mismo proceso interpretativo. Estos
A la vista de este peligro, Childs propone buscar un nuevo sig­ dos últimos elementos estaban presentes en el pensamiento
nificado del sensus literalis de la Sagrada Escritura. En esta bús­ metodológico de Childs ya desde las publicaciones de IF y BTC.
queda nuestro autor precisa los siguientes puntos orientativos: Childs no consiguió aquí solucionar el problema de cómo esta­
1. El texto no puede separarse de la realidad de la que habla, blecer exactamente el sentido literal, pero ha mostrado la im por­
y la historia no puede separarse de la teología. tancia de la cuestión y la dirección por donde continuar la posi­
2. El tema de interés para la exégesis bíblica consta tanto del ble investigación futura.
propio texto como de la realidad objetiva (subject matter) de la
que habla el texto36. -— The Canonical Shape ofthe Prophetic Literature (1978)
3. El texto bíblico se debe estudiar en el contexto de la comu­
nidad que lo custodia. Solo esto puede garantizar que se trate el En este im portante artículo Childs presentó muchos de sus
texto como Escritura Sagrada. Consecuentemente, el texto bíbli- postulados metodológicos, poniendo ejemplos en los libros pro-
féticos de la Biblia.
35 C f. B. S. CHILDS, «The Sensus Literalis of Scripture: An Ancient and Modern Pro­ Al inicio, el autor muestra las principales lagunas del método
blem», en H. DONNER (ed.), Beiträge zur Alttestamentlichen Theologie. Festschrififiir Walt­
her Zimmerli zum 70. Geburtstag (Gotinga 1977) 92. histórico-crítico, con el que polemiza frecuentemente37. A cam-
36 «El objeto de la exégesis bíblica es el texto en sí mismo así como el contenido del que
habla el texto. El estudio del texto no se puede separar de su realidad, ni puede su realidad
divorciarse del texto. Con palabras de la teología cristiana clásica, cualquier apelación a una «De todas formas, en m i opinión, a pesar de algunos resultados impresionantes, la
doctrina distinta de la inspiración debe ser rechazada» (ibid., 92). aplicación del método histórico-crítico ha llevado a una profunda debilidad a la hora de
44 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO C A NÓ NICO 45

bio, Childs propone otro modo de acercamiento al texto bíblico naturalmente, tiene su raíz en la historia. Es más, un buen
que acentúa el valor de la fuerza interna del proceso canónico ^ o c im ie n to de la historia del texto puede ayudar a su inter­
fruto del cual son los actuales libros de la Biblia38. n a c i ó n . El análisis de esta historia, sin embargo, no es un tra-
En la visión metodológica del desarrollo de la Escritura en jfio exegético independiente: tiene su valor, como ya afirmó
Childs juega un papel muy im portante la m utua relación entre u e stro autor, en cuanto que puede ser útil para entender mejor
el texto y la comunidad, en la cual el texto es normativo. De la fo r m a final, canónica, del texto.
hecho, para nuestro autor, el fenómeno del canon de la Sagrada En el artículo, Childs también habla del proceso canónico.
Escritura supone el resultado final del proceso de este influjo S u b ra y a que este proceso constituía una parte real dentro del
m utuo entre la comunidad y el texto, en el cual se daba el creci­ proceso literario, y no se limitaba a una valoración externa del
miento del mismo texto. Es precisamente la forma final del texto texto bíblico. El resultado inmediato de este proceso, en cambio,
canónico la que posee (¡ella sola en toda la historia de creci­ era un texto capaz de tener autoridad para las generaciones futu­
miento del texto!) el privilegio de ser testigo de la historia com­ ras de creyentes40. Childs polemiza también con el principio his­
pleta de la revelación («the full history o f revelation», p.47). Así tórico-crítico que lleva a explicar el desarrollo literario de los
pues, hay que reivindicar con toda firmeza la exclusividad del libros bíblicos como adaptación (update) de la tradición original
papel del canon, que establece la única perspectiva correcta en la a la nueva situación. Para nuestro autor, aquí no se hacía una
que se debe ver la Biblia39. simple adaptación sino una actualización teológica. Si no se da
Subrayar la forma final no pretende perder de vista el carác­ un valor adecuado a este proceso de actualización, es fácil llegar
ter histórico del texto. Se trata mas bien de presentar la norma a una de las típicas equivocaciones del método histórico-crítico.
teológica de interpretación de todo el complejo proceso literario Este, buscando el texto más antiguo, echa fuera todos los ele­
mentos que entraron realmente en el proceso posterior de cons­
manejar la literatura bíblica. Lo primero de todo, el legado del método histórico-crítico de titución del texto bíblico, reconocido en la Iglesia como norma­
distinguir entre oráculos originales y no-originales” ha seguido introduciendo una cate­
goría peyorativa en la reflexión. En segundo lugar, el análisis crítico de las formas ha ato­ tivo para los creyentes. Esta operación crítica esta en el origen de
mizado cada vez más la literatura y ha seguido apoyando la mayor parte de su análisis en la descanonización del texto, e impide la adaptación fructífera de
hipótesis de estados originales frágiles y con frecuencia altamente especulativos. En tercer
lugar, los métodos redaccionales y sociopolíticos han tendido a politizar el material bíblico
su mensaje en la situación actual de la comunidad creyente.
y convertirlo en una especie de propaganda política. El resultado es que se ha conseguido En la siguiente parte del artículo Childs ofrece ejemplos, apo­
muy poco en la interpretación de los libros proféticos como Escritura de la iglesia, que otor­ yados en el análisis de los libros proféticos, que muestran diver­
ga a la Biblia un papel autorizado en la formación de la vida cristiana» (B. S. CHILDS, «The
Canonical Shape of the Prophetic Literature», a.c., 47). sos aspectos del proceso canónico, proceso que se realizó en los
38 «El propósito de este artículo es proponer un acercamiento distinto al material bíbli­ tiempos bíblicos y gracias al cual se ha constituido la Biblia E
co, que intentaré ilustrar a partir de los profetas. Comienza con el reconocimiento de que
una importante fuerza literaria y teológica trabajaba modelando la forma actual de la Biblia
Tras la presentación de estos ejemplos que confirman sus postu­
hebrea. La fuerza fue ejercida durante la mayor parte de la historia de formación de la lite­ lados metodológicos, el autor pasa a la última parte del articulo:
ratura, pero fue a más en el periodo posexílico, ejercitando su influencia en la recolección, la presentación de las conclusiones teológico-metodológicas.
selección y ordenamiento de las tradiciones bíblicas, de tal modo que el material llegase a
ser Escritura autorizada para la comunidad judía. En el proceso de transmisión, la tradi­ Aquí debemos detenernos un momento.
ción, una vez que había llegado a una situación particular y afrontado varias situaciones his­
tóricas, fue moldeada de tal modo que pudiese servir como expresión normativa de la
voluntad de Dios para las generaciones futuras de Israel que no habían tomado parte en «Las motivaciones subyacentes al proceso canónico fueron diversas y raramente dis­
aquellos acontecimientos históricos originales. En síntesis, los oráculos proféticos que fue­ cutidas en el propio material bíblico. En cualquier caso, un aspecto importante fue que una
ron dirigidos a una generación fueron actualizados y transformados en Sagrada Escritura tradición del pasado se transmitiese de tal modo que su demanda de autoridad fuese ofre­
por un proceso canónico para ser usados por otra generación» (ibíd., 47 ) cida a todas las generaciones futuras de Israel» (ibíd., 48).
39 Cf. ibíd. 48. Cf. ibíd., 49-53.
46 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 47

Childs llega a la conclusión de que la tarea del exegeta está en que, incluso aunque fuese posible alcanzar las palabras más
la interpretación de los textos en su forma canónica, aquella que • in a le s de un profeta del AT, estas tendrían un significado
presenta el fruto pleno de la experiencia de Dios hecha por el limita^0 para entender los textos proféticos que tenemos hoy en
pueblo de Israel. Este principio se hace todavía más obvio cuan­ la B ib lia . De hecho, estos textos son el fruto de un largo proce­
do se considera que los participantes en el proceso canónico pre­ so c a n ó n ic o , y son acogidos por la Iglesia como normativos solo
tendían dirigir la atención de los lectores al texto, no al proceso en la forma final de este proceso.
en sí42. Childs acentúa el valor fundamental de la perspectiva teoló­
En la siguiente conclusión Childs subraya el significado de la gica de los cristianos y judíos del siglo I para entender bien el uso
tradición en la transmisión y formación de la palabra escrita. neotestamentario del AT. Childs llama a esta perspectiva con el
Contra la tendencia tradicional del protestantismo, nuestro n o m b r e de perspectiva canónica. Si no se toma en cuenta será
autor no duda en decir abiertamente: «Escritura y tradición se difícil entender el uso del AT en el N T 45.
pertenecen mutuamente» 43. La Escritura y su recepción en la La última consideración que Childs quiere dejar al lector es
tradición de Israel son las que han trabajado juntas en el proce­ de carácter más general. Nuestro autor observa que su propues­
so canónico, bajo la guía común del Espíritu de Dios. De nuevo ta metodológica no se debe acoger como un modelo de crítica
vemos, por tanto, que el contexto de la comunidad creyente, en bíblica más (junto a la crítica de las fuentes, la crítica de las for­
la cual funciona la palabra escrita, ocupa un puesto importante mas o la crítica retórica). El interés y motivación de nuestro
en el pensamiento metodológico de Childs. autor están más bien en definir una perspectiva obligatoria desde
Nuestro autor reivindica también que la comprensión del la que leer la Biblia para que pueda funcionar como Sagrada
texto bíblico no depende solo de su lectura en el contexto histó­ Escritura. Esta perspectiva se constituye naturalmente por el
rico en que se ha compuesto. M ucho más im portante es poner canon de la Biblia y por todas las consecuencias metodológicas
el testimonio de este texto en el contexto de la totalidad de la que proceden del hecho de la existencia del canon.
literatura bíblica. En cambio, es el fenómeno del canon el que La perspectiva canónica juega un papel importante en la des­
determina el desarrollo y los límites de esta literatura. Precisa­ cripción del objetivo de la exégesis bíblica. Este papel posee
mente su existencia es la que garantiza que la literatura bíblica tanto un aspecto negativo como otro positivo. El negativo con­
no se vea solo como una colección de libros de anticuario, sino siste en la relativización de la importancia y pretendida exclusi­
que se reconozca como eterna Palabra de Dios, con autoridad vidad del método histórico-crítico. El positivo, en cambio, se
para cada nueva generación44. Con los límites del canon, el muestra en la valoración de esta forma del texto que ha sido aco­
material bíblico ya ha sido formado de tal modo que puede gida por la Iglesia como normativa (la forma final) y en la valo­
hacer el papel de representante de la voluntad de Dios ante las ración del significado de esta forma del texto para la comunidad
generaciones futuras.
En la siguiente conclusión Childs pone en duda el sentido de 5 «Gran parte del problema de entender el uso que el Nuevo Testamento hace de los
una parte considerable de la investigación histórico-crítica. Afir- profetas del Antiguo Testamento reside en la incapacidad de tomar en serio la perspectiva
^nónica común a judíos y cristianos en el siglo primero. Así, el Nuevo Testamento entien-
e. ^otológicamente el mensaje del “Segundo Isaías” como la proclamación del cumpli­
42 Cf. ibíd., 53. miento inminente de la nueva era prometida. Interpreta la visión de Joel en los radicales
43 Ibíd. rtninos escatológicos del Reino. Escucha la promesa de Oseas de una reconciliación divi-
44 «El canon sirve como garantía de que el material bíblico no se ha recogido por moti­ en la que Dios se adquiere un nuevo pueblo. Es casi imposible leer los profetas del Anti-
vos de anticuario, sino reivindicándose como la eterna Palabra de Dios para cada nueva j 0 testamento con los ojos de Duhm y Holscher y entender lo que el Nuevo Testamen-
generación» (ibíd., 54). P*tá escuchando en el Antiguo» (ibíd., 54).
48 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA 49
C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CA NÓ NICO

de los creyentes, dentro de la cual el texto funciona. Tomar en ando oráculos ocasionales se plasmaban en forma de Escritu-
serio la existencia del fenómeno del canon no equivale a la defi­ ° n a ra se r usados autorizadamente por otra generación»48.
nición inmediata del significado de los diversos fragmentos de la •J T a m b ié n es esencial para Childs la m utua influencia, dentro
Escritura. Acoger el postulado de la perspectiva canónica en la del p r o c e so canónico, entre el texto que crecía y la com unidad49.
exégesis no es el fin, sino el inicio de los estudios exegéticos46. Childs reserva el término canonización para el momento de la
e s t a b i l i z a c i ó n definitiva de los límites del canon (entendido
— The Exegetical Significance o f Canon for the Study c o m o colección de libros que entran en la literatura bíblica de la
ofthe Old Testament (1978) c o m u n i d a d creyente)50.
Nuestro autor precisa el contenido del término proceso canó­
En el siguiente artículo de Childs encontramos repeticiones de nico comparándolo con otros procesos cercanos, ya conocidos
sus postulados, ya vistos en las publicaciones anteriores, así como p o r la historia de la exégesis. Lo compara con la historia de la
precisiones terminológicas de su sistema. Vuelve a defender sus fo r m a c ió n del AT. Señala que estos dos procesos son muy seme­
axiomas sobre el valor del proceso canónico en la formación del ja n te s, pero no idénticos. La historia de la formación del AT
AT y sobre la incomprensión por parte del método histórico-crí- a b ra z a un campo mucho más amplio de problemas bíblicos con
tico del desarrollo histórico de las Escrituras que forman parte de re sp e c to a l proceso canónico. Childs escribe:
la Biblia.
Lo primero que cabe señalar es que en este artículo Childs En mi opinión, los dos procesos no se deben identificar, aunque
precisa el significado del término canon, fundamental para su ambos caminan muy juntos. El desarrollo de la literatura hebrea abar­
ca una historia mucho más amplia que la del canon. El primer proce­
metodología. Bajo este nombre Childs remite a todo el proceso
so es fruto de muchas fuerzas complejas tales como las reflejadas en las
histórico que se desarrollaba en el ambiente del antiguo Israel, leyes de crecimiento de leyendas, en el uso de modelos literarios here­
especialmente en el periodo postexílico. En este proceso se daba dados de prosa y poesía, en el establecimiento social de muchas insti­
la recogida, elección y ordenación de los textos en modp tal que tuciones, y en el cambio de técnicas de escriba, mientras que el segun­
pudiesen desarrollar su papel normativo de Escrituras Sagradas do proceso del canon está mucho más definido por las fuerzas que
en la historia de la comunidad de creyentes 47. influyen en la recolección, transmisión y uso de la literatura ^1.
Es esencial para Childs el mom ento del proceso canónico en
el cual un suceso concreto o un oráculo histórico recibía una Después Childs muestra la originalidad del proceso canónico
forma tal que le hacía un elemento normativo para las futuras comparándolo con la historia de la redacción de los libros bíbli­
generaciones de creyentes: «El paso canónico crucial se daba cos. También aquí ve algún punto común entre estos dos proce­
sos. El acercamiento canónico aprovecha sin dudarlo para su
46 Cf. ibid., 55. interpretación de textos los buenos resultados del análisis redac-
47 «Uso el término “canon” para referirme al proceso histórico dado en el antiguo Isra e l cional. Pero el interés del acercamiento canónico va en una
particularmente en el periodo postexílico— que implicaba la recolección, selección y dirección distinta que el de la historia de la redacción. El méto-
ordenación de textos para darles una función normativa como Sagrada Escritura en la
comunidad religiosa que continúa. En el proceso de transmisión, las tradiciones que en su
momento surgieron en un contexto particular y fueron dirigidas a distintas situaciones his-
49 Ibíd- 67.
tóricas se moldearon de tal modo que sirviesen como expresión normativa de la voluntad Childs emplea aquí el térm ino proceso canónico en lugar de canon y viceversa (cf. p.67).
de Dios a generaciones posteriores de Israel que no tomaron parte en aquellos aconteci­ e percibe ya la concepción dinám ica del canon, que se form ulará más claramente en las
mientos históricos originales» (B. S. CHILDS, «The Exegetical Significance of Canon for the Pr<^ ?mas publicaciones.
Study of the Old Testament», en J. A. E m er t o n [ed.], Coneress Volume, Göttinnen 1977 Cf. ibíd., 67.
[VT.Suppl. 29; Leiden 1978] 67).
50 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CA N Ó N ICO 51

do de Childs se interesa por la forma final del texto com o tai- p a r a Childs, tomar en serio el fenómeno de la existencia del
pone su atención en buscar de qué m odo los diversos niveles H I n o n significa también acoger, en consecuencia, el modo en
pre-textos podían tener influjo sobre esta forma final. El acerca­ e ste canon (entendido como proceso) se comportaba con
m iento canónico no se interesa demasiado, al contrario qUe ¿ e c to a los precedentes niveles de desarrollo del texto. Childs
historia de la redacción, por la información sobre los diversos -P esta afirmación, aun sabiendo que el proceso canónico
autores bíblicos y su contribución en la creación de las redaccio­ ha t r a b a ja d o frecuentemente con mucha libertad el material reci­
nes del texto. bido de la tradición53. Así, acoger la perspectiva del canon nos
Una palabra que aparece frecuentemente en los escritos de lleva a la aceptación de un modo canónico de ver el desarrollo del
Childs es la form a fin a l del texto. Pero puede surgir una pregun­ material bíblico, junto con aquel específico modo de ver y valo­
ta: puesto que nuestro autor identifica el canon con un proceso rar este material. Childs presenta aquí un ejemplo sencillo:
dinámico, ¿por que atribuye a un periodo de este proceso un
Distinguir la fuente yahvista de la sacerdotal en el Pentateuco
valor especial? Childs explica que el motivo está en la especifici­ con frecuencia permite al intérprete escuchar el texto elaborado con
dad de la relación que existe entre el texto y la comunidad cre­ nueva precisión. Pero el texto completo, elaborado, ofrece la deci­
yente. Esta relación, como hemos leído previamente, tiene un sión sobre la forma de tradición que continúa ejerciendo su autori­
significado constitutivo para el canon. El canon, entendido dad en la comunidad de fe54.
como un proceso canónico dinámico establece claramente el ini­
cio y el fin del periodo de encuentro especial de Israel con Dios. Tras la presentación de los ejemplos de injerencia canónica en
Precisamente esta parte específica de la historia se ha hecho nor­ textos bíblicos de la historia de Israel, en la tercera parte Childs
mativa para las futuras generaciones de creyentes. La plenitud de resume su artículo con las conclusiones teológicas.
esta historia se ha alcanzado en la forma final del texto bíblico. Comienza observando que para alcanzar la verdadera dimen­
Esta forma final no es fruto de una umca etapa de la historia sión de la historia bíblica es necesario tomar seriamente en consi­
bíblica. Es fruto de todo este periodo de encuentro especial de deración el carácter religioso de los textos bíblicos en su relación
Israel con Dios. Ya la existencia del canon nos sugiere que las con la comunidad. No se puede considerar el libro de la Biblia
futuras generaciones de creyentes no deben buscar los testimo­ como cualquier otro texto de la antigüedad. Childs observa:
nios de la experiencia divina de Israel en el proceso histórico
reconstruido — que, a decir verdad, en gran parte no se puede La frecuente costumbre en muchos estudios críticos de conside­
rar que cada texto del AT debe ser establecido con una ingente can­
reconstruir sino en el mismo texto bíblico, tal como ha sido tidad de referencias históricas para alcanzar su correcta interpreta­
recibido por la com unidad52. ción no logra reconocer las fuerzas históricas generadas desde dentro
de la comunidad de fe, que frecuentemente han transformado la
función original en otra más adaptada para la función canónica. El
52 Esta posición fundamental de la metodología de Childs la verbalizó del modo siguien­ intento de enfocar minuciosamente un pasaje bíblico por medio de
te: «La razón de dar tal énfasis a la forma canónica de la Escritura reside en la peculiar rela­ la reconstrucción histórica corre el gran peligro de destruir todas
ción entre el texto y la comunidad, que es constitutiva del canon. La forma del texto bíbli­
estas características que revelan como los transmisores historíeos
co refleja la historia de un encuentro entre Dios e Israel. El canon sirve para describir esta
relación peculiar y definir el alcance de esta historia estableciendo el principio y el fin de entendieron la tradición55.
este proceso. Asigna una cualidad especial a este particular momento de la historia huma­
na que se ha hecho normativo para todas las generaciones finuras de esta comunidad de fe.
El canon implica que el testimonio de la experiencia de Israel con Dios reside no en el pro­
ceso, que con frecuencia se ha perdido o intencionadamente difuminado, sino que es tes­ * u .u „ O ?.
timoniado en el efecto sobre el mismo texto bíblico» (ibíd., 69). 55 Ibíd., 78.
52 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 53

Una vez más vemos qué im portante es para nuestro autor C h ild s , el canon por sí s o l o basta para establecer el área y las
tomar en consideración el influjo m utuo entre el texto y la las que deberían andar los estudios teológicos de
d ir e c c io n e s e n
comunidad.
la Biblia.
Childs repite también aquí el postulado de la importancia del
problema de la actualización del texto. Esta actualización era Concluyendo este punto d e nuestra presentación, podemos
importante en los tiempos bíblicos, durante el proceso canónico. que en el periodo descrito el proyecto canónico ya ha
o b se rv a r
Pero también es importante hoy, en el proceso de aplicación del sido bien formulado. Lo que C hilds q u erría hacer en el futuro era
mensaje bíblico a la situación moderna de la Iglesia. Childs escribe: la interpretación teológica de la Biblia, entendida como la Sagra­
da Escritura de la Iglesia. Su proyecto debía basarse en el fenó­
La actualización proviene de un aspecto hermenéutico que esta­
ba presente en todo el proceso canónico. Está construido en la meno del canon y en la visión unitaria d e la Biblia, subrayando
estructura del texto mismo, y revela una gran riqueza de interpreta­ el valor de la forma final canónica del texto. De hecho, el objeti­
ción teológica, que hace al texto religiosamente accesible. El bloqueo vo de la interpretación canónica era precisamente explicar esta
de la hermenéutica moderna, que se encontró incapaz de cubrir forma textual, que ha sido reconocida com o autorizada por los
satisfactoriamente el espacio entre el pasado y el presente, ha surgi­ cristianos de hoy. Todo el proyecto estaba pensado para desarro­
do en gran medida por desatender la forma canónica. El usual méto­
do crítico de exégesis bíblica trata normalmente de reconstruir el
llarse dentro de la com unidad de fe. Respondiendo a sus expec­
estado histórico original excluyendo aquellos elementos que consti­ tativas, queriendo ofrecer buenas posibilidades de actualización
tuyen la forma canónica. Considera poco que, una vez que el texto de la Palabra dentro de la com unidad de ffe, el acercamiento canó­
bíblico ha sido firmemente anclado en el pasado histórico descano­ nico quería corregir el método histórico-crítico, que no ha conse­
nizándolo, el intérprete difícilmente tiene modo de aplicarlo al con­ guido una buena actualización de la Bibllia para la Iglesia de hoy.
texto religioso actual56.

En la última observación Childs acentúa la importancia del b) Verificación y reconstrucción de los fundam entos metodológicos:
canon bíblico en la definición de la perspectiva justa en la cual de la «Introduction to the O íd Testament as Scripture» (1979)
el pueblo de Israel, en su realidad histórica, leía la literatura
al «The New Testament as Canon: an'■Introduction» (1984)
bíblica. Naturalmente esta perspectiva tiene importancia para
establecer los objetivos del estudio bíblico, entendido como el Con el tiempo se hacía cada vez máss claro que el sistema de
estudio sobre la recogida de escritos religiosos que tienen carác­
Childs necesitaba algunas precisiones y una nueva reflexión
ter normativo para la comunidad de creyentes57. El hecho de sobre el tema de los principios metodollógicos 59, especialmente
subrayar el papel del canon y su perspectiva en la interpretación en lo referente al uso de los in stru m e n to s histórico-críticos para
del material bíblico ayuda también a evitar la necesidad de bus­
ta interpretación teológica d el texto. C o m o hemos visto, ya en
car cualquier categoría, no inmediatamente bíblica, que encau­ The Book ofiExodus y en el artículo T he' Sensus Literalis o f Scrip-
zase la teología bíblica hacia un denominador común 58. Según
, Childs mismo hablaba también de motivos para reeconstruir los fundamentos meto-
lógicos. En su respuesta auna recensión de Introductuon to the Oíd Testament as Scriptu-
56 Ibíd., 78s. re fiOTS) decía abiertamente: «Hace diez años, en un trs'abajo previo, intenté abarcar algu-
«Fija el objeto de su estudio como la colección de escritos autorizados en una forma P °s estos grandes temas. Solo después de la publicación del libro me di cuenta de que
establecida con parámetros fijos» (ibíd., 79). 38 bases no habían sido todavía suficientemente establecidas con precisión para sostener
Como, por ejemplo, Heilsgeschichte o categorías fundadas en la teología kerygmática Una te°lo g ía de ambos testamentos. Por tanto decidí revigsar los fundamentos antes de cons-
o en la sociología de la religión.
tfUlr una teología bíblica» («A Response», a.c., 199).
54 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CA NÓ NICO 55

ture, Childs comenzaba a tocar estos problemas. Sin embargo, el que forman parte de la Biblia. El concepto de canon
E s c r itu r a s
nuevo periodo de verificación y reconstrucción de los funda­ para Childs es diferente. Él mismo dice:
mentos metodológicos comenzó plenamente con la publicación
La Palabra autorizada dio a la comunidad su forma y contenido en
del libro que presentó como una introducción al AT.
obediencia al imperativo divino, y a la inversa, la recepción de la tra­
dición autorizada por sus oyentes dio forma a los mismos escritos a
— Introduction to the Oíd Testament as Scripture (1979) través de un proceso histórico y teológico de selección, recolección y
ordenación. La formación del canon no fue una validación tardía y
En 1979 apareció el primer libro de Childs que hablaba de extrínseca de un corpus de escritos, sino que involucró una serie de
todo el Antiguo Testamento. La Introduction to the Oíd Testa­ decisiones que afectaron profundamente al carácter de los libros. Aun­
que es imposible distinguir las diferentes fases dentro del proceso
ment as Scripture constituye un punto de referencia importante canónico — el término canonización debería por tanto reservarse para
en la historia del desarrollo del método de Childs. En más de la fijación final de los límites de la Escritura— las primeras decisiones
600 páginas nuestro autor intentó mostrar el desarrollo de la no fueron cualitativamente diferentes de las posteriores. Cuando se
Biblia como el desarrollo de la literatura religiosa que está en distingue entre Escritura y canon demasiado drásticamente, el ele­
relación vital con la fe y la práctica de la comunidad de creyen­ mento esencial del prqceso se pierde con facilidad61.
tes60. Junto a la repetición de las afirmaciones y postulados ya
conocidos por los artículos precedentes, el libro nos da la am­ Así pues, el canon es para Childs un proceso involucrado en
pliación y precisión de las cuestiones que forman parte de la meto­ la historia de la creacjon de la Biblia. Pero esto todavía no lo es
dología de Childs. Sobre estas ampliaciones y precisiones cen­ todo. Para nuestro autor también es importante la naturaleza de
traremos ahora nuestra atención. este proceso. Por ejemplo, Childs no puede estar de acuerdo con
El concepto de canon, por el método que nos interesa, posee las afirmaciones de otro estudioso que entiende el canon como
sin duda una importancia fundamental. Childs en su libro, tras un proceso. Se trata de J. Sanders, comúnmente considerado un
presentar brevemente el desarrollo de este concepto, muestra su representante de la misma corriente canónica de exégesis bíblica,
tesis. Confirma sus presentaciones anteriores, que concebían el el cual defiende que la esencia y punto de referencia en el desa­
canon como un proceso, enraizado firmemente en la historia de rrollo del proceso canónico es la búsqueda de identidad que se
la composición de la literatura bíblica; sin embargo, precisa su realizaba en el pueblo de Israel. Por tanto, el proceso canónico
concepto de canon oponiéndolo al presentado por Sundberg y de Sanders es claramente existencial y antropológico. En cambio
Swanson. Childs se aprovecha de sus posiciones para exponer Childs va en la dirección del teocentrismo y de la revelación. De
mejor la suya. hecho, Childs objeta a Sanders:
Lo primero que no agrada a Childs de las afirmaciones de De este modo sustituye la comprensión teocéntrica de la divina
estos autores es su clara distinción entre Sagrada Escritura y revelación por una historia existencial. En efecto, el canon implica
canon. Según Sundberg y Swanson hay que distinguir claramen­ una respuesta de parte de Israel al recibir una tradición autorizada,
te entre las Escrituras, que forman la Biblia, y la decisión dog­ pero la respuesta a la experiencia continua de Dios fue testimoniada
mática a través de la cual se ha llegado a limitar el número de las por una nueva comprensión de la Escritura. Israel no dio testimonio
de su propia comprensión de sí mismo, sino de la divina fuente de su
vida, por medio de un canon62.
60 A l final del libro, Childs precisa así el propósito de su presentación: «En contraste con
el típico acercamiento histórico-crítico, he tratado de analizar el crecim iento de la literatu­
ra bíblica en relación con su función de literatura religiosa dentro de la fe y práctica com u­
nitaria» (CHILDS, Introduction..., o.c., 661).
56 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓNICO 57

Para Childs la acción reveladora de Dios y la respuesta de critica la debilidad de la hermenéutica bíblica en sus
m b arg o
Israel — que ofrece el testimonio de la iniciativa divina— cons­ hacer una justa interpretación de esta historia.
p o s ib ilid a d e s d e
tituyen un punto central en torno al cual se desarrolla el proce­ Sus palabras lo demuestran del mejor modo:
so canónico. También es im portante el que este testimonio del
Todo el objetivo de enfatizar el canon es hacer hincapié en la natu­
pueblo de Israel se haya formulado en el proceso canónico de raleza histórica del testimonio bíblico. No hay revelación apartándose
modo que pueda realizar su función normativa para las genera­ de la experiencia del Israel histórico. Sin embargo, la hermenéutica
ciones futuras. De este modo, cada nueva generación de creyen­ general no es apropiada para tratar con el medio particular a través del
tes puede participar del mensaje de los acontecimientos salvífi- cual esta experiencia ha quedado registrada. El estudio de la forma
cos, portadores de la revelación divina, que encuentra en la canónica de la literatura es un intento de hacer justicia a la naturaleza
Biblia. de la historia única de Israel. Tomar en serio el canon es subrayar la
cualidad de la humanidad del Antiguo Testamento que se refleja en la
El canon constituye para Childs un proceso histórico del forma de la sagrada escritura de Israel65.
desarrollo de los textos sagrados. Este proceso tiene su significa­
do esencial en la recta interpretación de estos textos. Pero por Después de haber expuesto el problema, Childs presenta bre­
otra parte los estudios histórico-literarios no son capaces d e vemente la visión de la exégesis en el contexto canónico66. La prin­
explicar bien el desarrollo y las motivaciones importantes de este cipal tarea de esta exégesis es de carácter descriptivo. Consiste en
proceso. Childs, consciente de esta dificultad63, propone una analizar la literatura bíblica como testimonio de la fe de Israel.
solución a este callejón sin salida en el tercer capítulo de la pri­ No presupone una aproximación inmediata en la fe al texto
mera parte de su libro titulado Canon and Cnticism. Es el capí­ bíblico67: de hecho es el análisis de la fe de Israel, y no la de un
tulo más interesante de todo el libro. Allí hay mucho material lector moderno de la Biblia. Esta aproximación en la fe tiene su
que da más luz a la propuesta metodológica de Childs. puesto y su razón de ser en el paso que sigue al análisis descrip­
El modo de salir de la situación problemática propuesto por tivo. Es un paso de asimilación y actualización del texto. Este
Childs está vinculado naturalmente a la aceptación del canon paso debe conseguirse si el lector escoge la posición de auto-
como un elemento fundamental para entender bien el Antiguo identificarse con el texto autorizado.
Testamento. Es muy im portante en la propuesta del estudioso d e El objeto de análisis del acercamiento canónico es la forma
Yale definir la adecuada relación entre el hecho de la existencia final del texto. Al analizar esta forma del texto inspirado es
del canon y las conclusiones del método histórico-crítico, en lo importante la referencia a la comunidad del Israel bíblico, den­
que respecta a la historia de la formación de la literatura bíblica. tro de la cual ha nacido esta forma. El acercamiento canónico
Porque el acercamiento canónico no es una lectura antihistórica también evita todas las preguntas extratextuales de carácter dog­
de la Biblia. La cuestión aquí es mas bien definir la naturaleza de mático que podrían expresarse con respecto al texto bíblico. Se
historicidad bíblica y la búsqueda de una metodología plena­ concentra solamente en el texto mismo, con sus referencias his­
mente histórica, pero adaptada a esta naturaleza64. Childs subra­ tóricas y teológicas, en el contexto de la comunidad, en la cual
ya claramente el aspecto histórico de su visión de la Biblia. Sin el texto tenía su papel normativo. También es necesario tener en

-A3 Cf. ibíd., 67s.


64 *
j i u" aLJ,"COm?renS1Ón esencial del acercamiento canónico describirlo como una lec­ 65 Ibíd.,71.
tura de la Biblia no histórica. ¡Nada podría estar más lejos de la verdad! Más bien, lo que 66 Cf. ibíd., 72-74. . .
está en juego es la naturaleza de la historicidad de la Biblia y la búsqueda de un acerca­ 67 Podemos constatar aquí algún cambio con respecto a «Interpretation in Eaith». Vease
miento histórico que sea conforme a ella» (ibíd., 71). el punto dedicado a este artículo.
58 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CA NÓ NIC O 59

consideración el elemento de la conciencia de Israel respecto a la ción de la Biblia. No nos detendremos demasiado aquí porque
presencia de la realidad divina en su culto y en su historia. El en definitiva Childs repite lo que ya ha dicho en los artículos
texto bíblico se refiere directamente a esta presencia68. precedentes: «The Canonical Shape of the Prophetic Literature»
Childs intenta mostrar la originalidad de su método compa­ y «The Exegetical Significance of Canon for the Study o f the
rándolo con otros métodos en cierto modo cercanos al acerca­ Oíd Testament». Childs defiende aquí la forma final del texto
miento canónico. como la única que ofrece el testimonio de la historia plena de la
Junto al acercamiento canónico están los métodos bíblicos que salvación; nuestro autor está profundamente convencido de que
acentúan la integridad del texto bíblico, oponiéndose a la cada intento de destrucción de la integridad del texto canónico
reconstrucción diacrònica. Estamos pensando, por ejemplo, en debe acabar con la pérdida de un significado importante del
el análisis estructural o en la retórica. Un elemento que diferen­ texto bíblico 69; recuerda que el proceso canónico fue una parte
cia claramente la propuesta de Childs y estos métodos es su fuer­ integrante del proceso literario que ha producido la forma final de
te referencia a la comunidad de los creyentes, que custodia y usa la Biblia; habla del influjo recíproco de las Escrituras y la tradición
el texto, para la cual posee una autoridad divina. Así, para el de la comunidad en la cual la Escritura funciona como tal 70;
acercamiento canónico el aspecto teológico constituye un elemen­ subraya que su propuesta no es una de las nuevas críticas de
to mucho más im portante que el elemento literario o estético. metodología bíblica, sino solo un intento de definir una pers­
Childs diferencia claramente su proyecto bíblico de la así lla­ pectiva desde la cual hay que ver la Biblia si se la quiere tratar
mada exégesis kerygmática, que podemos encontrar en los escritos como Sagrada Escritura de la Iglesia71.
de von Rad, H . W. Wolff, C. Westermann o incluso W. Brueg- El capítulo cuarto de la primera parte del libro está reservado
gemann. Es cierto que en este tipo de exégesis, al igual que en el a la cuestión de la relación entre el canon y una parte im portan­
método de Childs, observamos dos pasos a seguir: primero el te del método histórico-crítico: la crítica textual. La relación arri­
análisis histórico-crítico, después la interpretación teológica. Sin ba mencionada está ligada directamente al problema de la forma
embargo el acercamiento canónico toma la dirección inversa. El final del texto, que es im portante para nuestro autor.
método de nuestro autor se basa en la forma final del texto, Childs presenta en este capítulo los problemas del desarrollo
mientras que la exégesis kerygmática busca el fundamento de sus literario y textual de los escritos canónicos, del propósito de la
conclusiones teológicas en el reconstruido contexto histórico del crítica textual, de las posibilidades de alcanzar el texto canónico
texto y en las intenciones originales escondidas en él. y del puesto privilegiado del texto masorético en el proceso de
En la parte restante del capítulo tercero Childs presenta cues­ obtener el texto canónico.
tiones importantes de su metodología, en relación, por ejemplo,
con la forma final del texto, al proceso canónico, a la relación
entre Escritura y tradición, al puesto del canon en la interpreta­ 9 Para un ejemplo de valoración positiva de este postulado sobre la base de un texto con-
creJ°’ 2 Sam 21-24, cf. N o b l e , The Canonical Approach..., o.c., 44-46.
Childs intenta situar su sistema entre las dos posiciones opuestas: «Admitiría, sin
68 «El acercamiento canónico a la Biblia hebrea no hace ninguna reclamación dogmáti­ e argo, que el método canónico aquí descrito va en contra de dos posiciones teológicas
ca para la literatura aparte de la literatura misma, como si estos textos contuviesen solo ver­ extremas. Es incompatible con una posición de extrema derecha que subrayase la iniciati­
dades atemporales o comunicasen en un único dialecto, sino que más bien la estudia como va divina en tal modo que quitase cualquier importancia teológica a la respuesta dada por
escritos condicionados histórica y teológicamente, a los que se atribuyó una función nor­ e pueblo de Dios a la Palabra divina. Es igualmente incompatible con una posición de la
mativa en la vida de su comunidad. También reconoce que los textos tuvieron una función trema izquierda teológica que entendiese la formación de la Biblia en términos pura-
religiosa muy cercana al culto y servicio del Dios confesado por Israel como la fuente de la ente humanos, tal como la búsqueda de Israel de su propia identidad, o un proceso de
palabra sagrada. El testimonio del texto no puede separarse de la realidad divina a la que aturaleza tal que Dios quede abolido» (C h ild s , Introduction..., o.c., 81 s).
Israel testimonia haber respondido» (ibíd., 73). Para las observaciones de Childs sobre estos puntos, cf. ibíd., 75-83.
60 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 61

Comenzando por el desarrollo literario y por la historia tex­ custodiaba. Pero por otra parte somete el texto recibido de esta
tual72 de los escritos canónicos, Childs observa su estrecha liga­ comunidad a los estudios críticos. Estos estudios implican opera­
zón con el proceso canónico: ciones típicas de la crítica textual: bien una descripción completa
de la historia del texto, que podía influir en la creación de la forma
Solo emerge el interés por el texto literario cuando la formación final, bien la comparación del texto recibido con otras tradiciones
de la literatura ha alcanzado la etapa final de desarrollo en el proce­
so canónico. La historia textual del Antiguo Testamento es, p o r textuales. Sin embargo es necesario indicar inmediatamente que
tanto, una derivación del concepto de canon73. en el acercamiento canónico el fruto de este trabajo no debe ser la
reconstrucción de la forma más antigua del texto (como ocurre
El hecho de que la historia textual constituya una etapa que es frecuentemente en la crítica histórica). Para el acercamiento de
temporalmente posterior a la historia literaria del texto tiene un Childs es importante alcanzar el texto canónico en su relación con
significado relevante. De hecho, comentarios bíblicos modernos, la comunidad histórica hebrea76. Con otras palabras, se trata de
como indica Childs, comienzan por lo general el análisis exegéti- responder a la pregunta de cómo ha sido formada la literatura
co por la búsqueda del texto crítico. Aunque esta operación tiene bíblica de modo que pueda cumplir su papel teológico de Sagra­
naturalmente gran valor exegético, al mismo tiempo hay que ser da Escritura en la comunidad de los creyentes77.
conscientes de que este movimiento constituye la inversión de la Una de las tesis fundamentales del método de Childs está pre­
secuencia histórica de la creación de la Biblia. El peligro de minus- sente en estas palabras:
valorar este hecho se agudiza cuando se busca establecer una forma
La tesis propuesta es que el texto masorético de la Biblia hebrea es
del texto adecuada para la exégesis, sin entender primero la fun­ el vehículo tanto para recuperar como para comprender el texto canó­
ción canónica del texto que existe hasta hoy. La historia textual, nico del Antiguo Testamento78.
preocupación de preservar la forma adecuada del texto, comienza
con la estabilización de la forma canónica final del texto, y no Así pues, el texto masorético es objeto de un interés especial
antes74. Tener presente la importancia de esta dependencia mutua para Childs. Este texto no es idéntico al texto canónico, aunque
entre el texto y su canon es para Childs el primer paso importan­ funciona como un mediador y portador (vehículo) que permite
te para entender bien el problema existente. descubrir y entender el texto canónico79.
¿Cuál es la función de la crítica textual en la visión del acerca­
miento canónico? La. respuesta es simple: «recuperar y comprender 76 Cf. ibíd., 96s.
el texto canónico» 75. Para realizar este trabajo el acercamiento 77 Cf. ibíd., 96.
78 Ibíd., 97.
canónico elige un camino caracterizado por el equilibrio entre los 79 Childs presenta algunos argumentos para apoyar su tesis:
elementos tradicionales y los críticos. Por una parte el método — La Biblia hebrea recibió su forma estable, tras el periodo precedente de inestabilidad
textual, al final del s. I. Esto estaba vinculado con la formación del canon hebreo. Es más,
canónico subraya la forma final del texto, expresada en el canon
solo el texto hebreo se ha estabilizado. El texto griego permaneció inestable y recibió su
hebreo, identificándose con la comunidad histórica hebrea que lo estabilidad solo en dependencia del texto hebreo.
■— La comunidad hebrea, que custodia el texto masorético, es la única comunidad que
ha sobrevivido en la historia como mediadora y portadora viviente del canon de la Biblia
72 Para Childs el desarrollo literario significa el proceso de formación, del crecimiento de hebrea y de la tradición oral de la vocalización de la Biblia.
la literatura bíblica; la historia textual, en cambio, es la historia de las tradiciones textuales — El texto masorético ha tenido cada vez más autoridad en la historia, incluso entre los
del texto bíblico (la crítica textual). judíos que hablaban griego.
73 Ibíd., 94. — La comunidad cristiana primitiva no desarrolló una doctrina sobre la Sagrada Escri­
74 Cf. ibíd. tura diferente a la de la comunidad judía, sino que se relacionaba con las mismas Escritu-
75 Ibíd., 96. ras que los judíos del s. I.
62 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA
C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓNICO 03

¿Cómo se concreta en los detalles esta relación especial entre Esto no se alcanza con la actual práctica de la crítica textual,
el texto masorético y el canónico? Childs lo explica en el siguien­ que con frecuencia quiere alcanzar el estadio más antiguo del
te punto del capítulo. desarrollo del texto. Viendo la cuestión desde la perspectiva canó­
Nuestro autor presenta antes de nada el concepto preciso de nica, esto supone un claro error metodológico. De este modo se
«texto canónico»: eliminan la mayor parte del proceso canónico, la experiencia de
fe de las generaciones de Israel y, en consecuencia, el desarrollo de
El término texto canónico designa al texto oficial hebreo de la
la revelación85. El acercamiento canónico no está en absoluto de
comunidad judia que había alcanzado un punto de estabilización en el
siglo I d.C., y así todo excepto el final es una larga historia de fluidez80. acuerdo con esta operación. El acercamiento de Childs también
tiene interés por la historia de la prestabilización del texto, pero
Después Childs añade: solo por su relación con el texto canónico, para comprenderlo
mejor. Por tanto el método canónico fija su interés en el texto
Desde aquel periodo en adelante, la única forma del texto hebreo canónico del judaismo del siglo I, mientras que los estudiosos his-
de la Biblia fue la expresión normativa y autorizada de la Sagrada tórico-críticos pretenden ir más allá del texto masorético.
Escritura de Israel. La estabilización marco el punto que separa la his­
El acercamiento canónico, que como sabemos subraya la rela­
toria del texto en dos periodos claramente diferenciados: un periodo
de pre-estabilización marcado por una amplia tolerancia de tipos de ción entre el texto y la comunidad, indica todavía un peligro
texto divergentes, y un periodo de post-establilización caracterizado importante en la práctica histórico-crítica de la crítica textual.
por solo pequeñas variaciones del único texto oficial81. Esta práctica conduce a una situación en la cual cada nueva
generación de creyentes posee en la práctica una visión diferen­
La. constitución del texto canónico marca pues una línea esen­ te de la forma de un texto bíblico, sin atender a la relación de
cial de frontera en la historia del texto. Sin embargo el problema este texto con la comunidad en la cual funcionaba y funciona
surge cuando se recuerda que hasta nuestros días no se ha preser­ como texto normativo. Para Childs, el punto no es apoyar cada
vado ningún texto canónico82. El texto masorético no puede interpretación del texto existente en la tradición de la com uni­
identificarse con él, solo es el mediador que puede ayudar a dad, sin espíritu crítico, sino tener en cuenta la existencia de esta
alcanzarlo. Childs indica: «Esto significa que el texto canónico tradición. Para nuestro autor es importante la voluntad de per­
del siglo primero del judaismo se contiene ahora en una tradi­ manecer en diálogo con la tradición de la com unidad86.
ción post-canónica» 83.
Se trata naturalmente de la tradición masorética de los siglos También supone ponderar las pruebas de la mejor tradición de vocalización usando los
siguientes. El primer trabajo de la critica textual consiste pues, conocidos criterios históricos y lógicos. Debería indicarse que en este esfuerzo los términos
mejor y original (referidos a texto) están plenamente eñ consonancia con un acercamiento
según Childs, en descubrir el texto canónico del judaismo del canónico. En el periodo de post-estabilización el esfuerzo por establecer un texto superior
siglo i. d.C., gracias a la mediación de la tradición masorética 84. y original está justificado por la preocupación del canon en distinguir entre un texto esta­
blecido y autorizado, y su subsiguiente elaboración» (ibíd., 101).
«Pero desde una perspectiva canónica esta decisión no logra tomar en serio las caracterís­
Más información sobre estos argumentos en ibíd., 97-99. ticas peculiares de la literatura bíblica. Así como en su fase literaria la literatura se desarrolló
80 Ibíd., 100.
ttias allá de su etapa original para reflejar un significado teológico diferente en su nueva forma
81 Ibíd.
clónica, del mismo modo la historia textual extendiéndose en varias generaciones también
82 Cf. ibíd.
entra en el proceso canónico. Al aplicar el criterio de superioridad al texto más antiguo y ori­
83 Ibíd.
ginal, uno no consigue mantener la integridad del proceso, que llega hasta la estabilización del
84 Childs también nos dice en qué consistiría este proceso para alcanzar el texto c a n ó n i ­ texto final. Cualquier alteración subsiguiente en el texto, sea mecánica o intencional, sirve para
co (o el texto más cercano posible al texto canónico): «Este proceso incluye establecer c r í ­ ^torsionar el texto original y por tanto es negativamente valorado» (ibíd., 104).
ticamente el mejor texto masorético que sea más cercano al texto original del primer siglo- Cf. ibíd., 105. Por esta razón Childs es crítico con el método filológico comparativo,
64 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓNICO 65

En la última parte del libro, Childs toca otra cuestión im por­ continuidad ontológica entre el judaismo y el cristia­
e s e n c ia l la
tante para su metodología. Trata de responder a la cuestión d e nismo.
en qué medida la Biblia hebrea — en su limitado número de Por otra parte Childs es consciente de los elementos de discon­
libros y en su contenido— debe seguir siendo la Sagrada Escri­ tinuidad entre las dos religiones. Obviamente se trata de los ele­
tura de los cristianos. Childs polemiza en este capítulo con los mentos relacionados con la persona de Jesucristo y con la convic­
autores que ponen el acento en la diferencia entre el canon cris­ ción cristiana de que tanto en el Nuevo Testamento como en el
tiano y el hebreo, principalmente con A. C. Sundberg y H. Gese. Antiguo se pueden encontrar testimonios sobre la persona de Jesús.
Según Childs no hay argumentos a favor de la posición que eli­ El acercamiento canónico es mucho más consciente que el método
mina el valor de la Biblia hebrea y de su canon (entendido aquí histórico-crítico de que la lectura unitaria del Antiguo y del Nuevo
como colección de libros) para la comunidad cristiana. Nuestro Testamento tomados en conjunto se diferencia esencialmente de la
autor ve la diferencia entre la comunidad cristiana y la hebrea d e l lectura de cada uno de estos Testamentos tomados por separado.
siglo I solo en la distinta interpretación de las mismas Sagradas Por último Childs nos propone una posición no muy precisa,
Escrituras. Childs escribe claramente: que debería situarse en los límites de la continuidad y la discon­
tinuidad:
La controversia de la iglesia cristiana con la sinagoga judía se cen­
tró en la interpretación de una escritura común. Cuando es vista a la Para acabar, quizá el problema de la teología cristiana para delinear
luz de todo el proceso canónico, las diferencias formales entre las dos la relación de su Biblia con el canon hebreo se resuma del mejor modo
Biblias — texto, propósito, orden— aparecen como variantes menores en términos de un delicado equilibrio entre los elementos de conti­
en el único cuerpo unificado de la sagrada tradición. El corazón del nuidad y discontinuidad, que ambos unen y separan. La cuestión no
argumento de la autoridad de la Escritura hebrea para la iglesia no se es defender una postura intermedia entre dos extremos, sino estable­
basa en la relación ocasionalmente controvertida entre judíos y cris­ cer la dialéctica teológica entre el Antiguo y el N uevo 8^.
tianos en el siglo primero d.C., o en la fecha exacta de la clausura del
canon, o incluso en la extensión de los límites canónicos, sino en la
forma decisiva que la sinagoga dio a las escrituras hebreas durante un Resumiendo, debemos ver la Introduction to the Oíd Testa-
largo periodo de crecimiento. El hecho crucial de que la revelación ment as Scripture como un paso im portante en el desarrollo
haya sido mediada a través de esta comunidad histórica es un tema metodológico de la propuesta de Childs. Por primera vez Childs
que no pone en cuestión una forma particular de su apropiación y ha dedicado un libro a todo el Antiguo Testamento, en el cual
subsiguiente ordenación de libros 87. ha precisado mejor su concepto de canon y ha argumentado la
cuestión fundamental para eí acercamiento canónico de la forma
Nuestro autor acentúa así la continuidad entre las sagradas
Escrituras de los hebreos y la Biblia cristiana, y presenta la
mantener la misma Escritura con el judaismo he sostenido que el alcance del canon hebreo
Biblia hebrea — junto con el límite de su canon— como obli­ ñeñe también un papel normativo para el Antiguo Testamento cristiano. Sin embargo,
gatoria también para los cristianos88. Pues para nuestro autor es quiza sería posible sostener la inclusión de un canon más amplio, con los Apocrypha [= deu-
ter°canónicos (n.d.t.)], sobre la base de que estos libros, como el Nuevo Testamento, testi­
monian la promesa del Nuevo sin destruir el vínculo común con el Antiguo. Aunque yo
que busca el significado del texto bíblico en el contexto de las otras lenguas semitas, y no personalmente estoy de acuerdo con la tradición de Jerónimo de optar por el uso cristiano
en el contexto del propio Israel. Sin embargo nuestro autor señala la utilidad de este méto­ e la Biblia hebrea, tampoco despreciaría las reclamaciones de aquellos cristianos que
do para el acercamiento canónico si se usa para comprender mejor el texto canónico. Para S1guen a Agustín defendiendo el canon largo. No obstante, el tema teológico básico para su
los detalles, cf. ibíd., 106. ciusion se centra en su habilidad para mantener la crucial relación canónica entre el cris­
87 Ibíd., 664. tiano y el judío. Al menos hasta ahora no he visto aún adecuadamente desarrollado el argu-
88 En la cuestión de la amplitud del canon cristiano (un aspecto importante en el caso m? ° canónico para la inclusión del canon largo» (ibíd., 666).
del catolicismo) Childs permite la posibilidad de una discusión teológica: «Con el fin de Ibíd., 670s. ^
66 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 67

final de la Biblia, poniéndola en el contexto de la crítica textual. su propia perspectiva, diferente a las perspectivas que se pueden
También ha intentado explicar la relación existente entre las r e s c a ta r en la prehistoria de los textos bíblicos. Childs escribe:
Escrituras del judaismo y la Biblia cristiana. «En s u forma final el escrito remite a su propia dinámica, que
Tras la aparición de la Introduction to the Oíd Testament as solo indirectamente está relacionada con la historia de su com­
Scripture surgieron naturalmente las opiniones de los biblistas posición»91.
sobre este libro. Childs respondió a las objeciones presentadas en No obstante sería un error identificar esta perspectiva canóni­
las revistas Journal for the Study o f the Oíd Testament (JSOT) y ca del método de Childs con la perspectiva de los últimos redac­
Horizons in Biblical Theology (HBT). Resultará útil para nuestro tores. Esto se ve todavía más claro cuando se recuerda que nunca
trabajo ver las afirmaciones de nuestro autor, pues pueden ayu­ existió un autor final humano de toda la Biblia, mientras que
darnos a conocer mejor su pensamiento metodológico. precisamente este contexto es el que particularmente cuenta en
el método de nuestro autor.
— Response to Reviewers o f «Introduction to Hay que indicar otra distinción presentada en esta parte del
the Oíd Testament as Scripture» (1980) artículo. Uno de los términos usados por Childs es integridad
canónica. Childs explica que no se debe identificar este término
En la respuesta dada a los autores de las recensiones de su con la unidad literaria, histórica o conceptual. Se trata más bien
libro Childs toca las cuestiones de las premisas preliminares de del hecho de alcanzar este nivel de desarrollo de la literatura
su metodología, de la definición de canon, del proceso canónico bíblica que le permita cumplir su función de autoridad en la
y también de la relación existente entre la Palabra y la Tradición, comunidad creyente92.
entre la fe y la razón, y entre el texto canónico y la realidad extra- En la parte dedicada a la relación entre Escritura y Tradición
textual. Childs habló también del objetivo de la interpretación Childs confirma su opinión respecto a la importancia de esta
bíblica, rechazó las acusaciones de inclinación conservadora de últim a93. Childs invoca la autoridad del Espíritu Santo como
su método y formuló preguntas que apuntaban ya al futuro del aquel que asegura el papel central de la tradición en la transmi­
acercamiento canónico. Encontramos nuevas precisiones metodo­ sión de la revelación.
lógicas merecedoras de nuestra atención en las partes dedicadas En la parte dedicada a la relación entre fe y razón Childs
al proceso canónico y a las relaciones: entre Escritura y Tradi­ habla del motivo de reconocer la perspectiva canónica. Respon­
ción, fe y razón, texto canónico y realidad extratextual. diendo a la cuestión planteada por J. Barr, nuestro autor subra­
En la parte dedicada al proceso canónico notemos que se ha ya el argumento de fe, fundamental para reconocer la existencia
precisado la relación entre la intención de la forma canónica del canon. Childs escribe:
final y la intención teológica del último redactor (editor) del
texto. Childs recuerda que no se debe confundir entre estas dos reflejada en el texto canónico» (CHILDS, «Response to reviewers of Introduction to the O T
Scripture», a.c., 54).
intenciones. El texto canónico refleja los influjos de toda la his­ 91 Ibíd., 55.
92
toria salvífica de Israel, y el análisis del texto en su dimensión l •
Childs escribe: «También enfatizaría que el uso del término integridad canónica no debe
canónica no se limita solo a analizar el pensamiento teológico del identificarse con unidad literaria, histórica o conceptual. Más bien se refiere a la efectividad
e*texto para funcionar coherentemente en una comunidad de fe. Mi análisis de Job ofrece
último redactor90. Es cierto que la forma final de la Biblia posee UI\ b uen ejemplo de múltiples funciones sin alcanzarse una unidad literaria» (ibíd., 55).
El estudioso de Yale constata: «En última instancia, la apelación al papel del Espíritu
90 «De nuevo, afirmar que la forma canónica final refleja solo la teología de la mano del anto no solo confirma la centralidad de la tradición como vehículo de instrucción conti­
último editor es no entender mi posición. Mi preocupación al mostrar el proceso de cano­ gua sino que también subordina la palabra escrita a Dios mismo como fuente de toda ver­
nización es demostrar que toda la historia de la interacción de Israel con sus tradiciones está dad» (ibíd., 55).
68 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓNICO 69

En mi opinión, la aceptación del canon como normativo inicial­ Ciertamente confirmo que la fe de Israel se fundó en una realidad
mente no es una posición que se derive de un argumento razonado. El anterior. Primero en la tradición oral y seguidamente en la forma
canon es el depósito de la sagrada tradición de una comunidad re li­ escrita, Israel dio testimonio de la intervención redentora de Dios en
giosa, que uno recibe como miembro de ese cuerpo. El reconoci­ su favor. Estos acontecimientos de salvación divina no fueron simple­
miento de una regla normativa funciona confesionalmente como tes­ mente recordados, sino continuamente reinterpretados a través de la
timonio de la propia creencia. Intentos anteriores de atribuir al canon historia. Israel modeló activamente sus tradiciones mientras al mismo
hebreo cualidades especiales de excelencia, como si fuese el mejor tiempo era formada por el material que se transmitía96.
texto, o reflejase una forma superior de literatura, o poseyese una pre­
tensión única de historicidad, parecen estar desubicados 9^. Es precisamente el texto canónico el que consituye hoy el tes­
timonio de esta historia de salvación que se ha desarrollado en el
Pero inmediatamente observa que el canon no se opone a la ambiente del antiguo Israel. Y hoy no tenemos otro modo de
razón; al contrario, va de acuerdo con la lógica interna de la fe: alcanzar la plenitud de esta realidad histórica sino por medio del
texto canónico existente en la actualidad. Childs expresa esto
Lo que está en juego es el clásico problema teológico de la relación
adecuada de la fe con la razón. El canon lo establece el testimonio de con las palabras siguientes:
fe, no la razón. Pero hay una lógica interna de fe en el marco de la con­
fesión95. A causa de la peculiar naturaleza de la tradición de Israel que se
refleja en el testimonio sobre esta historia sagrada en varias capas del
texto canónico, no hay un acceso directo a la plenitud de esa realidad
En la parte reservada a la relación del texto canónico con la extrínseca en la que la fe se basa a parte del propio testimonio de Isra­
realidad extratextual conviene fijarse en la respuesta de Childs a el. Un propósito importante de la fijación de un canon normativo fue
la observación de J. Barr. Este último decía en su recensión a marcar la especial relación de la comunidad con estos testigos97.
Introduction to the Oíd Testament as Scripture que Childs, recha­
zando el valor de todas las reconstrucciones históricas que van El punto esencial en la metodología de nuestro autor está en
más allá del texto canónico, priva al Antiguo Testamento de la convicción de que hoy solo podemos alcanzar los eventos sal-
todas las referencias reales a la historia extratextual del antiguo víficos de la historia de Israel de un modo teológicamente correc­
Israel. Según Barr, esto conduce a una situación en la que ya no to a través del texto canónico. Este texto es el que constituye hoy
cuenta lo que realmente haya sucedido en la historia de Israel, el testimonio autorizado de estos acontecimientos y nos permite
sino solo lo que haya pasado por la mente de los redactores verlos en su justo contexto y en la perspectiva correcta .
canónicos del texto. Childs, en su respuesta, acepta que la fe de
Israel tiene sus raíces y motivaciones en acontecimientos históri­ — A Response (1980)
cos extratextuales. Pero con el tiempo los propios acontecimien­
tos han sido incorporados a la literatura bíblica, donde han sido En este artículo Childs responde a cinco autores que expresa­
sometidos a continuas reinterpretaciones. Estas reinterpretacio­ ron sus observaciones respecto a Introduction to the Oíd Testa-
nes, como ya sabemos por las anteriores publicaciones de nues­ ment as Scripture: J. Mays, J. Sanders, B. Birch, D. Polk y
tro autor, jugaron un papel importante en el proceso canónico. D. Knight. Queriendo precisar la metodología de Childs, pare-
De hecho Childs dice:

94 Ibíd., 56. 98 Childs acentúa esto, incluso siendo consciente de que el testimonio religioso de Israel
95 Ibíd. se refiere continuamente a los acontecimientos históricos extratextuales. Cf. ibíd., 57.
70 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÌA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 71

ce útil indicar algunas respuestas de nuestro autor dirigidas a En su respuesta a D. Polk, Childs toma posición respecto a
J. Sanders, D. Polk y D. Knight. dos cuestiones importantes.
Polemizando con J. Sanders, Childs define claramente el punto La primera se refiere a la relación entre el Antiguo y el Nuevo
donde termina el proceso canónico, durante el cual todavía se T e s t a m e n t o . Parece im portante señalar aquí que nuestro autor
podían desarrollar reinterpretaciones de autoridad dentro de la r e c o n o c e que el canon cristiano crea un contexto teológico total­
Escritura. Según Childs no se puede llevar este punto más allá del m e n te nuevo respecto a las Escrituras del Antiguo Testamento.
periodo apostólico. Las actualizaciones posteriores de la Escritura Es un contexto diferente respecto a la función de canon en la
en la vida de la Iglesia ya no pertenecen a este proceso, aunque a comunidad hebrea. Childs afirma al mismo tiempo que en Intro-
priori no se puede desconocer el influjo del Espíritu Santo sobre duction to the Oíd Testament as Scripture no ha tratado este pro­
aquellas actualizaciones. La Iglesia siempre supo distinguir la tra­ b le m a en toda su am plitud101. No obstante nuestro autor subra­
dición apostólica de la tradición posterior, aunque durante esta ya que esto pertenece más al interés de la teología bíblica que al
última se constataba igualmente la actualización de la Palabra. de una introducción a la Sagrada Escritura.
Childs subraya después la visión global y unitaria (wholistic La segunda cuestión se refiere a la intención del texto canó­
understanding) de la Biblia como regla hermenéutica del periodo nico. Polk observa que no todos los cambios que se han realiza­
helenístico. Tanto los cristianos como los judíos en el periodo de do en el periodo que, según Childs, forma parte del proceso
la iglesia primitiva usaban la Biblia de este modo englobante". canónico han sido cambios conscientes y planificados por un
En la reflexión teológica de las generaciones posteriores de cris­ autor humano, o no poseían para él ningún significado teológi­
tianos y judíos se puede ver igualmente la presencia de la con­ co. Nace pues una pregunta: ¿en la interpretación moderna hay
ciencia canónica respecto a la Sagradas Escrituras. que tomar en consideración este tipo de cambios?
Finalmente Childs también precisa que el contexto canónico Childs reconoce la posibilidad de modificaciones no inten­
no es solo el contexto literario, como sugería Sanders en su recen­ cionales del texto dentro del proceso canónico. Pero esto no
sión. El contexto canónico también se refiere a la historia en su cambia su posición respecto a la autoridad de la forma final del
sentido propio, pero usa el material histórico de modo diverso. texto. El motivo es simple: precisamente a esta forma final y
Childs concluye su respuesta a Sanders con palabras que esclare­ canónica se le ha atribuido un nivel especial de intencionalidad,
cen su posición: que está vinculado con el papel de la Biblia como Sagrada Escri­
tura en la comunidad de los creyentes 102. El texto canónico
El contexto canónico hace diferentes usos del material histórico. A
veces el contexto maneja la historia muy libremente pues testimonia
tiene una relación viva no solo con la historia, sino también con
una realidad representativa que trasciende cualquier situación históri­ la comunidad, en cuyo contexto opera. Childs term ina su res­
ca. Otras veces el contexto canónico trabaja material histórico en su puesta a Polk con unas palabras que muestran su posición más
sentido puro y hace pleno uso del testigo público de una realidad his­ claramente:
tórica común [...] Desde mi punto de vista el proceso canónico de
ningún modo está divorciado del proceso histórico, pero ambos pro­
01 La cuestión, en el análisis del pensamiento metodológico de Childs contenido en
cesos mantienen su propia integridad y no deben fusionarse100. ntroduction to the Oíd Testament as Scripture, se podía de hecho ver como problemática.
^ Punto dedicado a este libro.
«Sin embargo, se atribuyó un nivel especial de intencionalidad al escrito total en vir-
99 «Una comprensión englobante de la colección canónica fue asumida del mismo Ucl de la aceptación de su papel como Escritura. La comunidad de fe —si judía o cristia-
modo por judíos y cristianos. Aunque no citasen con frecuencia el tema del canon formal­ na es afluí irrelevante— no se acercó a sus Escrituras con el propósito de discernir los ele­
mente, su comprensión básica se refleja en su práctica» («A Response»: a.c., 204). mentos verdaderos de los falsos. Cuando Marción intentó aplicar tales criterios al NT, la
100 Ibíd., 204. •glesia con razón lo rechazó como herético» (CHILDS, «A Response», a.c., 206s).
70 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 71

ce útil indicar algunas respuestas de nuestro a u to r dirigidas a En su respuesta a D. Polk, Childs toma posición respecto a
J. Sanders, D. Polk y D. Knight. dos cuestiones importantes.
Polemizando con J. Sanders, Childs define claram ente el punto La primera se refiere a la relación entre el Antiguo y el Nuevo
donde termina el proceso canónico, durante el cual todavía se T e s t a m e n t o . Parece im portante señalar aquí que nuestro autor
podían desarrollar reinterpretaciones de autoridad dentro de la re c o n o c e que el canon cristiano crea un contexto teológico total­
Escritura. Según Childs no se puede llevar este p u n to más allá del m e n te n u e v o respecto a las Escrituras del Antiguo Testamento.
periodo apostólico. Las actualizaciones posteriores de la Escritura E s u n contexto diferente respecto a la función de canon en la
en la vida de la Iglesia ya no pertenecen a este proceso, aunque a c o m u n id a d hebrea. Childs afirma al mismo tiempo que en Intro-
priori no se puede desconocer el influjo del Espíritu Santo sobre duction to the Oíd Testament as Scripture no ha tratado este pro­
aquellas actualizaciones. La Iglesia siempre supo distinguir la tra­ b le m a e n toda su am plitud101. No obstante nuestro autor subra­
dición apostólica de la tradición posterior, aunque durante esta y a q u e esto pertenece más al interés de la teología bíblica que al
última se constataba igualmente la actualización de la Palabra. de u n a introducción a la Sagrada Escritura.
Childs subraya después la visión global y unitaria (wholistic La segunda cuestión se refiere a la intención del texto canó­
understanding) de la Biblia como regla herm enéutica del periodo nico. Polk observa que no todos los cambios que se han realiza­
helenístico. Tanto los cristianos como los judíos en el periodo de do en el periodo que, según Childs, forma parte del proceso
la iglesia primitiva usaban la Biblia de este m odo englobante". canónico han sido cambios conscientes y planificados por un
En la reflexión teológica de las generaciones posteriores de cris­ autor humano, o no poseían para él ningún significado teológi­
tianos y judíos se puede ver igualmente la presencia de la con­ co. Nace pues una pregunta: ¿en la interpretación moderna hay
ciencia canónica respecto a la Sagradas Escrituras. que tomar en consideración este tipo de cambios?
Finalmente Childs también precisa que el contexto canónico Childs reconoce la posibilidad de modificaciones no inten­
no es solo el contexto literario, como sugería Sanders en su recen­ cionales del texto dentro del proceso canónico. Pero esto no
sión. El contexto canónico también se refiere a la historia en su cambia su posición respecto a la autoridad de la forma final del
sentido propio, pero usa el material histórico de m odo diverso. texto. El motivo es simple: precisamente a esta forma final y
Childs concluye su respuesta a Sanders con palabras que esclare­ canónica se le ha atribuido un nivel especial de intencionalidad,
cen su posición: que está vinculado con el papel de la Biblia como Sagrada Escri­
tura en la comunidad de los creyentes 102. El texto canónico
El contexto canónico hace diferentes usos del material histórico. A
veces el contexto maneja la historia muy libremente pues testimonia
tiene una relación viva no solo con la historia, sino también con
una realidad representativa que trasciende cualquier situación históri­ la comunidad, en cuyo contexto opera. Childs term ina su res­
ca. Otras veces el contexto canónico trabaja material histórico en su puesta a Polk con unas palabras que muestran su posición más
sentido puro y hace pleno uso del testigo público de una realidad his­ claramente:
tórica común [...] Desde mi punto de vista el proceso canónico de
ningún modo está divorciado del proceso histórico, pero ambos pro­
1 La cuestión, en el análisis del pensamiento metodológico de Childs contenido en
cesos mantienen su propia integridad y no deben fusionarse 10°.
oduction to the Oíd Testament as Scripture, se podía de hecho ver como problemática.
el Punto dedicado a este libro,
jy j-j (<^ 'n err>bargo, se atribuyó un nivel especial de intencionalidad al escrito total en vir-
99 «Una comprensión englobante de la colección canónica fue asumida del mismo n de la aceptación de su papel como Escritura. La comunidad de fe —si judía o cristia-
modo por judíos y cristianos. Aunque no citasen con frecuencia el tema del canon formal­ es aquí irrelevante— no se acercó a sus Escrituras con el propósito de discernir los ele-
mente, su comprensión básica se refleja en su práctica» («A Response»: a.c., 204). i . ntos verdaderos de los falsos. Cuando Marción intentó aplicar tales criterios al NT, la
100 Ibíd., 204. *&*esia con razón lo rechazó como herético» (CHILDS, «A Response», a.c., 206s).
72 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO C A NÓ NIC O 73

He intentado defender la posición de que interpretar el AT c0rTl que había desarrollado durante una compleja historia literaria en sus
Escritura tiene su propia integridad, que es de un orden diferente £5 categorías canónicas, y finalmente llevó todo el proceso a su fin 105.
constitutivo del hecho de tener un canon de Sagrada Escritura el que )0
datos teológicos sobre los que se fundamenta la identidad de la iglesia no Debemos señalar que para nuestro autor no es siempre muy
se apoyan en los acontecimientos mismos, o en el texto m ism o, sino en
el texto canónico que ha interpretado los acontecimientos y que recibe importante distinguir claramente entre la historia literaria y la
su significado en el contexto de la comunidad de fe. La recepción del historia canónica. Porque a menudo, en los textos concretos, es
texto por la com unidad constituye ahora una parte integrante de l0s difícil indicar esta distinción con claridad. En cambio es im por­
datos teológicos de la Escritura y no se puede separar del texto 103. tante observar atentamente cómo la específica perspectiva religio­
sa (particular religious perspective) formó con el tiempo la tradi­
Lo interesante desde el punto de vista metodológico en la res­ ción para que esta última pudiese realizar la tarea canónica106.
puesta de Childs a D . Knight es la presentación de la relación El momento de la canonización de la Biblia hebrea posee de
entre la historia canónica y la historia literaria. hecho una larga prehistoria en el proceso canónico107.
La historia literaria se interesa de todas las etapas del desarro­ En el siguiente artículo, On Reading the Elijah Narratives,
llo de la Biblia y de todos los factores que han influido en la for­ Childs intentó mostrar la necesidad de tener en consideración
mación del texto hasta su estabilización104. La historia canónica sus postulados metodológicos a la hora de interpretar un texto
se limita a u n cam po de cuestiones más reducido, au nque está bíblico. Pero nuestro autor no desarrolló aquí ninguna de sus
indisolublem ente entrelazada con la historia literaria. D e hecho, cuestiones metodológicas. Childs simplemente confirmó lo que
en la historia canónica se trata de aquellos aspectos del proceso ya sabíamos por sus publicaciones precedentes: el postulado de
del desarrollo del texto gracias a los cuales este se convierte en la necesidad de respetar la integridad de la forma final del texto,
Sagrada Escritura para la comunidad. Se trata por tan to del el postulado de la visión unitaria y englobante de toda la Biblia
aspecto teológico del desarrollo del texto. Childs lo presenta con y el postulado de la actualización de la Palabra de autoridad den­
las siguientes palabras: tro de la situación moderna. En cambio en el artículo siguiente,
titulado Some Reflections on the Search fior a Biblical Theology,
La historia canónica incluye características especiales de la más
amplia historia literaria. El proceso canónico deriva del e sfu erzo de
podemos encontrar muchas cosas.
Israel por hacer que sus tradiciones tomen una forma apropiada para
su papel como Sagrada Escritura. Con ello no me refiero sim p le m e n ­ — Some Reflections on the Search fior a Biblical Theology
te a historia religiosa en general, sino a un tipo particular de desarro­ (1982)
llo teológico dentro de Israel que se da cuando un creciente c u e rp o de
escritos normativos empieza a ejercer una influencia normativa en h
En este artículo, que trataba la cuestión de la metodología de
comprensión de sí mismo. La historia canónica no es u na historia
separada de la gran historia literaria, sino un aspecto del c o n j u n t o . a teología bíblica contemporánea, Childs tocó muchos proble­
Nunca sustituyó a la historia literaria, pero creció en i m p o r t a n c i a e mas que podían atormentarlo. Los problemas de los que habla
intensidad en el periodo postexílico. Cada vez más abarcó el m aterial ^nilds parecen referirse no solo a las ciencias bíblicas, sino tam-

Ibíd., 209s.
103 Ibíd., 207. 107 Cf. ibíd., 210.
104 «La historia literaria induye tanto las etapas oral y literaria del desarrollo de la lite ^ / vrnilds tra*a de nuevo la cuestión de este momento de la canonización diciendo: «No
tura e induye todas las diversas fuerzas que actúan en la formación de la literatura. Esta 1 inc, ; - vabdación tardía y extrínseca, básicamente periférica a su crecimiento, sino que
toria literaria de la Biblia hebrea nunca llegó a un fin hasta que la forma y p r o p ó s i t o e selló H U-na ‘ntenci°nalidad teológica que emergió pronto en la historia de Israel y dejó su
literatura fueron finalmente fijadas en la canonización» (ibíd., 209). ecisivo a lo largo del proceso» (ibíd., 210).
74 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 75

bien a la relación entre estas y la teología sistemática. Analizan­ Con frecuencia en el pasado se daba la impresión de que una teología
do el texto de nuestro autor podemos detectar los pensamientos bíblica solo era viable cuando estaba controlada por la exégesis pura­
mente objetiva del texto. De hecho la fuerza de mucha de la teología
que arrojan más luz sobre su metodología. Sobre ellos nos para­ bíblica moderna ha sido su esfuerzo por hacer justicia a la teología del
mos ahora. texto mismo. Fue esta metodología crítica la que hizo mucho por
Ya el contexto en el cual Childs sitúa el tema principal trai­ romper el retorno del viejo uso dogmático de la Escritura.
ciona las intenciones metodológicas del autor. Estas intenciones En cualquier caso, el problema del propio contexto del intérprete
metodológicas concuerdan muy bien con todo lo que sabemos es bastante más complejo de lo que con frecuencia pensamos. Está
muy lejos de ser evidente que una apelación a la objetividad resolverá
de las publicaciones precedentes de Childs. El estudioso de Yale
las cuestiones hermenéuticas. Tampoco es obvio que los presupuestos
sitúa de hecho la búsqueda de una nueva forma de teología bíbli­ subjetivos del intérprete solo pueden considerarse como un factor
ca entre dos fronteras: la procedente del interés de las ciencias negativo. Incluso la terminología del debate es bastante confusa. Más
bíblicas y la procedente de las expectativas actuales de la iglesia bien la historia de la disciplina parece sugerir que algunos de los ejem­
viviente. Se trata así de la relación entre dos polos: entre la teo­ plos más creativos de teología bíblica provienen en gran parte de su
ría y la práctica, entre la razón y la fe. Childs quiere encontrar visión de los poderes sintetizados que han llegado a influir en el mate­
rial. Recuerda los nombres de Káhler, Loisy, Schlatter y Ebeling, por
un área de mediación entre estos dos polos y en ella construir la no hablar de Bultmann y von Rad. Es una dicotomía falsa que con­
nueva teología bíblica. Este deseo de reconciliar los logros de las trapone análisis objetivo con presupuestos subjetivos. El tema es más
ciencias bíblicas (especialmente del método histórico-crítico) bien la calidad y habilidad con que los presupuestos llegan a influir en
con una visión de la Biblia en la fe, como texto de autoridad, el material bíblico. En suma, uno de los aspectos principales para
acompañaba a nuestro autor ya desde hacía mucho tiempo. desarrollar una teología bíblica está en repensar la drástica distinción
que Gabler por primera vez introdujo en el ambiente cuando separó
Childs divide los problemas metodológicos entre los proce­ la teología descriptiva de la constructiva. Ambos aspectos de la teolo­
dentes del polo universitario y los ligados a la vida de la iglesia. gía bíblica van de la mano, pero la naturaleza de su relación es muy
Entre los problemas universitarios, nuestro autor habla pri­ delicada y requiere mucha más reflexión108.
mero de la cuestión de las premisas preliminares de un biblista
que comienza el trabajo exegético sobre un texto bíblico. Childs El segundo problema académico se refiere a la visión de la
discrepa de la convicción histórico-crítica de que la libertad fren­ Biblia en su unidad y totalidad (holistic vieiu). Childs se declara
te a todas las premisas preliminares garantiza la solución de las completamente a favor de esta visión de la Biblia. Indica no obs­
dudas hermenéuticas. Según Childs la solución no se debe bus­ tante que la holistic view no se obtiene por la simple suma de las
car en el riguroso (y sin embargo vano) proceso de auto-limpie­ diferentes partes de la Biblia109. Una metodología bíblica justa
za de las premisas preliminares, sino en una valoración justa de debe tratar adecuadamente tanto las distintas partes de la Biblia
las mismas, de su género y de su involucración en la interpreta­ como la Biblia en su totalidad. Childs sugiere que esto es real­
ción del texto. Tanto la pura exégesis como los bien entendidos mente posible110. De hecho, como ya he visto en parte previa­
presupuestos de un biblista pertenecen, como dos aspectos para­ mente, la metodología de nuestro autor va en la dirección de
lelos, al proceso de construcción de la teología bíblica. Se trata
solamente de la visión justa de la delicada relación existente entre
108 B. S. CHILDS, «Some Reflections on the Search for a Biblical Theology»: H B T 4
estos dos aspectos. Childs escribe: (1982) 5s.
109 «Una visión elobalizante implica mucho más que la simple suma de las partes»
Primero, desde el lado académico, uno de los problemas persis­ (ibíd., 6).
tentes por resolver es la relación entre el análisis descriptivo del texto 119 «Implica una dinám ica entre un movimiento que tiene un sentido para el todo y otro
bíblico y los presupuestos sintéticos que el intérprete lleva al texto. 9ue busca hacer justicia a la particularidad de cada parte» (ibíd.).
76 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 77

hacer la paz metodológica entre la exégesis de las diversas perí- Teniendo en consideración los postulados procedentes de los
copas de la Biblia y la exégesis de la Biblia en su totalidad. dos polos arriba mencionados, nuestro autor muestra fmalmen-
El último problema académico indicado por Childs está en el el área metodológica donde se deben buscar las soluciones
papel normativo de los textos bíblicos. De las publicaciones ante­ c o rre c ta s. Childs ve esta área allí donde ambas corrientes — aca­
riores ya sabemos que el reconocimiento del carácter de autoridad d é m ic a y eclesial— corren juntas. Buscando soluciones, natural­
de estos textos ejerce una gran influencia en la formación del pen­ m e n te hay que dar la razón a los postulados correctos proceden­
samiento metodológico de Childs. El postulado fundamental es tes t a n t o de una parte como de la otra. Childs escribe:
este: un texto acogido en la comunidad creyente como «de auto­
ridad» en materia de religión y moral no se puede analizar del Hemos descrito las dos fuentes de donde brota la teología bíblica,
pero la gran esperanza está en el momento en que los dos riachuelos
mismo modo que cualquier otro texto antiguo. Childs no pre­ fluyen juntos. La tensión actual entre estas dos fuentes es uno de los
senta aquí la solución a este problema, sino solo la exhortación a principales síntomas de una profunda enfermedad en el cam po113.
los especialistas competentes a profundizar los estudios de esta
cuestión. De hecho, nuestro autor subraya la importancia de este Childs piensa que una buena ocasión para comenzar las bús­
problema para la teología bíblica en general111. quedas bíblicas entendidas de este modo estaría en los estudios de
Yendo a los problemas procedentes del hecho de que la Biblia las cuestiones religiosas y morales concretas, de las cuales la igle­
sea usada en la comunidad creyente, Childs subraya la necesidad sia actual se interesa de modo especial114. Precisamente desde esta
de considerar en la teología bíblica la reflexión sobre los m odos orientación de los estudios sería más fácil recibir en el área exegé-
de este uso de la Sagrada Escritura en la comunidad. Para nues­ tica los postulados de las dos perspectivas desde las que conside­
tro autor es im portante ver de qué modo los textos bíblicos rar la Biblia.
influyen en la tradición de la comunidad. Childs nos dice:

Sería importante estudiar cómo los textos bíblicos de ambos testa­


— Childs versus Barr (1984)
mentos son escuchados y recibidos por una asamblea. Frecuentemen­
te pensamos que solo hay un modelo legítimo de exégesis, pero de Dos años después salió un artículo presentando la polémica
hecho se da una escucha muy diferente de los textos bíblicos a p a rtir de Childs con otro famoso estudioso de la Biblia, J. Barr. Tam­
del culto en comunidad que incluye diferentes modos de p ercep ció n bién en este artículo podemos ver algunos elementos de la posi­
con respecto a los usualmente considerados en la interpretación 1C ción de Childs que pueden ser útiles para entender mejor su pro­
puesta metodológica.
111 Childs manifiesta este problema con las siguientes palabras: «La última cuestión diri­
gida desde el ámbito académico se refiere a la cuestión largamente debatida respecto al
En la discusión con Barr, Childs trata en primer lugar de pre­
papel normativo de los textos bíblicos. En algunos círculos académicos todavía se piensa cisar todavía más su concepto de canon. Como recordamos, en
para ser axiomático que la exégesis crítica y científica solo es posible cuando el intérprete se sus primeras publicaciones nuestro autor subrayó la visión del
distancia de cualquier compromiso personal y se esfuerza en separarse del contenido en sí.
En efecto, hay algo de verdad en la reclamación de que se necesita alguna distancia para que canon como un proceso dinámico y consecuente, en el cual la
la familiaridad no críe el desprecio y bloquee el verdadero discernimiento. Afortunada­ Acepción del texto por parte de la comunidad jugaba un papel
mente, se ha progresado mucho en los últimos años en el estudio del lenguaje religioso que
al menos apunta fuera de este callejón sin salida. Ciertamente hay caminos para superar las importante. También en este artículo Childs acentúa el papel de
estériles barricadas confesionales en el manejo del texto bíblico que no recurren al c r u d o la comunidad en la posibilidad de entender bien el concepto de
reduccionismo en nombre de la exégesis científica. Aquí es un desiderátum la necesidad de
los teólogos bíblicos de entrar en contacto con sus colegas en los campos del inglés, la lite­
ratura comparativa, la semántica, las ciencias sociales y la filosofía» (ibíd., 7).
112 Ibíd., 8.
Iu Childs
Ibíd-’8s-
ofrece ejemplos de algunas cuestiones en ibíd., 9.
78 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 79

canon. Childs menciona la regla de fe de los Padres de la Iglesia En el artículo Childs también profundiza su posición respec­
como algo que se acerca en muchos elementos a su idea de la to al pap^ de la forma final del texto. Childs mantiene el postu­
esencia y la función del canon. Childs escribe: lado de mantener la integridad de esta forma, que debe ser el
material primario del trabajo exegético. Sin embargo, al mismo
Mi comprensión del canon se ofreció como una crítica importante a
tiempo dice:
la ortodoxia de la Reforma de finales del siglo X V II y del X V III que tendía
a colocar la autoridad de un libro divinamente inspirado aparte de su Mi intención fue defender que la forma final funcionaría como
recepción por la comunidad a través del trabajo del Espíritu. Definien­ punto de partida para la exégesis. El intérprete no considera la forma
do el canon como aquellos escritos sagrados que fueron recibidos, custo­ final como una piedra intacta, sino que tiene la responsabilidad de
diados y moldeados por una comunidad de fe, propongo una dinámica intentar discernir la formación kerygmática del texto como medio
muy distinta, por ejemplo, a la de Charles Hodge, y en cambio seme­ para su testimonio en toda la composición. Mi presentación previa
jante a la visión de ía regla de fe de los primeros Padres de la Iglesia115. habría sido más clara si hubiese distinguido más fuertemente entre
estos dos aspectos de la tarea exegética. La forma canónica está abar­
Childs subraya el concepto dinámico del canon, porque es cada por la forma final, pero ofrece una peculiar realización kerygmá­
este concepto el que garantiza a nuestro autor mantener al tica del conjunto to tal1 .
mismo tiempo en vigor los dos puntos esenciales de su sistema
metodológico: por una parte la autoridad de la Escritura, por Así pues, no basta, según Childs, con presentar la forma final
otra su recepción activa dentro de la com unidad116. Hablar del del texto, en oposición a las reconstrucciones histórico-críticas,
canon significa, para nuestro autor, hablar bien de la autoridad como la que debe ser la materia de interés de la exégesis cristia­
de la Escritura, bien del proceso de su formación. Dentro de este na. Además hay que buscar, dentro de esta materia de interés, los
proceso la recepción e interpretación activa poseía un papel pri­ elementos de formación canónica que nos puedan ayudar a des­
vilegiado 117. Cuando nuestro autor habla del canon no piensa cubrir el verdadero mensaje (o los mensajes) del texto. En la
solo en la forma final del texto inspirado. Esta solo es la última metodología de Childs también está presente la creencia de que
etapa del canon, entendido como un proceso118. el proceso canónico ha dejado en el propio texto indicaciones
para una lectura correcta. Aunque en el artículo Childs precisa
que estas indicaciones no son suficientemente claras como para
115 B. S. CHILDS, «Childs Versus Barr. Review of “Holy Scripture: Canon, Authority,
Criticism”, by J. Barr», a.c., 67. guiarnos a la única interpretación justa. Todavía queda mucho
116 Childs quiere evitar lo que él llama trampas de la ortodoxia protestante: «Empleo el tér­ por gestionar para el exegeta moderno. Childs escribe sobre esto
mino “canon” para toda esta construcción teológica para evitar las trampas de la ortodoxia con las siguientes palabras:
protestante cuando habla de la autoridad de la Escritura. Tal autoridad podría entenderse
como permaneciendo en la mente de Dios sin relación a su recepción por parte de los hom­
bres. Elijo el término “canon” porque incluye tanto el concepto de autoridad como el de La modelación canónica ofreció contextos más amplios de inter­
recepción, para expresar el proceso y efecto de esta transmisión de una tradición religiosa por pretación, estableció el nivel semántico, y dejó importantes claves
una comunidad de fe hasta cierto final en todos sus diversos aspectos. Está claro que influ­ estructurales y materiales para la comprensión. Sin embargo, la exége­
yeron distintas cosas en esta realización desde el nivel oral hasta los que actuaron en los nive­ sis también implica la actividad del intérprete que desde su contexto
les literarios y redaccionales, pero en mi opinión los elementos de hecho comunes, en tér­ moderno debe también construir el material. Hay una dimensión
minos de agente y propósito, son suficientemente fuertes para justificar este uso» (ibíd., 68).
1 «Siento que es importante mantener el término “canon” para enfatizar que el proce­
importante de «competencia del lector» que reacciona ante la restric­
so de interpretación religiosa por una comunidad de fe histórica deja su marca en el texto ción ejercida por el propio texto 12°.
literario, que no continuó evolucionando y se convirtió en la interpretación normativa de
los acontecimientos de los que da testimonio. Más aún, el término protege la fa c tu a lid a d
del texto sagrado y no permite que sea cambiado por un tipo de conocimiento» (ibíd., 68). l ’’ Ib íd..68s.
118 Cf. ibíd., 68 . 20 Ibíd., 69.
80 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 81

En cambio la interpretación canónica de la Sagrada Escritura ción de la metodología. Ahora se forma de los escritos del Nuevo
en la situación contemporánea debe tomar en consideración las T e sta m e n to .
experiencias de la época de la crítica histórica en el acercamien­ Así, en el capítulo II, El canon como un problema histórico y
to a la Biblia. La comunidad creyente contemporánea vive de teológico, Childs desarrolla el tema del significado del canon
hecho en una época poscrítica. Childs afirma abiertamente: como un proceso largo y complicado que se produjo dentro de
la comunidad de los creyentes.
Por un acercamiento canónico a la exégesis yo entiendo una inter­
pretación que está en consonancia con la forma que Israel dio a su En el capítulo III, titulado La Justificación del Acercamiento
Sagrada Escritura, pero que también implica la actividad interpretativa Canónico, Childs se opone a las aspiraciones de exclusividad del
del lector moderno en confrontación con el antiguo canon que es escu­ método histórico-crítico. Una vez más Childs acentúa el carácter
chado de un modo renovado por cada nueva generación. En este sen­ de autoridad de la Biblia. Esta tarea, según nuestro autor, no
tido la exégesis canónica moderna debe ser poscrítica por naturaleza. consiste solo en reconstruir la intención original del autor bíbli­
No pretende retomar la interpretación cristiana del siglo primero, sino
que intenta investigar la naturaleza de las escrituras canónicas para una co, sino en descubrir de hecho cómo el texto concreto funciona
comunidad de fe que vive al otro lado de Baur y Wellhausen 1. en el contexto en el cual ha encontrado finalmente su lugar en la
totalidad de la Sagrada Escritura. Childs escribe:
En la última parte del artículo Childs se opone a la propues­
Lo que se pide es un análisis que combine la descripción tanto his­
ta de Barr de poner el único criterio de la exégesis en la búsque­ tórica como teológica. Trata de alcanzar no solo los motivos para dar
da «de lo que el texto de hecho dice»122. La oposición de Childs al escrito su forma peculiar, sino también la función que el escrito rea­
se funda en la historia de la exégesis, de la cual se puede clara­ liza ahora de forma especial dentro de las unidades más pequeñas y
mente deducir que la interpretación del texto no se puede sepa­ más grandes de la colección 123.
rar del contexto en el cual este texto es leído. En su respuesta a
Barr, Childs subraya naturalmente que el canon es el contexto Todo esto debe llevar a la así llamada intencionalidad canóni­
correcto para la lectura de la Biblia en la comunidad creyente. ca. Esta última ocupa el puesto central en el proceso de una justa
interpretación del texto desde la perspectiva metodológica del
— The New Testament as Canon. An Introduction (1984) acercamiento canónico.
En esta parte del libro merece la pena indicar también la
En 1984 Childs publicó un libro que era un intento de pre­ distinción que hace Childs de los tres modos de entender el
sentar la utilidad de su metodología en el campo del Nuevo Tes­ concepto de canon. Childs dice aquí que usa este térm ino para
tamento. Aunque la obra es muy amplia, no encontramos definir:
mucha información útil para conocer el desarrollo del pensa­ 1. la colección de literatura sagrada, definida por la iglesia
miento metodológico de nuestro autor. Lo que encontramos en primitiva como una colección de escritos normativos para la
las páginas de The New Testament as Canon. An Introduction es com unidad124;
en su mayor parte repeticiones y la confirmación de lo que ya
sabemos por las publicaciones precedentes de Childs. De forma ^ B. S. CHILDS, The New Testament as Canon..., o.c., 38.
importante lo único que ha cambiado ha sido el área de aplica­ Childs rechaza sin embargo todos los postulados de infalibilidad en la definición del
canon de los libros sagrados: «Este proceso tardó cientos de años hasta completarse, y supu-
sp muchas controversias e incertezas. Cualquier pretensión de infalibilidad para estas deci­
121 Ibíd., 69. siones están fuera de lugar. La autoridad del canon, al igual que un credo, procede de su
122 Ibíd., 70. testim onio privilegiado de Jesucristo, el Señor de la Iglesia. La Iglesia vive de la promesa de
82 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 83

2. una especie de principio, de movimiento teológico (theolo­ Encontramos otros detalles interesantes respecto a esto, es
gical construal) de la tradición bíblica, presente en la literatura decir, cómo desarrollar en concreto la exégesis del método canó­
Bíblica; este movimiento teológico se expresa en la dirección defi­ n ico. Se encuentran en el capítulo IV del libro, titulado Metodo­
nida del desarrollo de esta literatura y en la posibilidad de influir logía de exégesis canónica.
intertextualmente dentro de la Biblia (este uso del término canon Antes de nada Childs define claramente el punto de partida
está ligado a la identificación del canon con el concepto de pro­ y de llegada de todo estudio exegético: la forma final canónica
ceso canónico); del texto bíblico. Childs dice:
3. la actividad interpretativa de un cristiano contemporáneo
que busca identificarse con la tradición recibida y actualizarla en La interpretación comienza con la forma canónica del texto [...] El
movimiento es obvio porque hablar del canon del Nuevo Testamento
la situación moderna. es identificar ese corpus recibido como escritura. La forma canónica no
Childs no nos dice que el canon se pueda entender en uno de solo marca el lugar desde el que empieza la exégesis, sino que también
los tres modos arriba descritos. Su afirmación es que el concep­ marca el lugar donde la exégesis termina. La pre-historia y post-histo-
to de canon debe incluir estos tres elem entos125. Por tanto, tra s ria del texto están subordinadas a la forma considerada canónica. El
estas afirmaciones de Childs, no podemos identificar su concep­ objetivo del trabajo es iluminar los escritos que han sido y continúan
siendo recibidos como de autoridad para la comunidad de fe129.
to de canon con una única realidad, por ejemplo, con el proce­
so canónico, frecuentemente acentuado antes por el propio
Childs. Por el contrario, nuestro autor dice también claramente: Entre el punto de partida y el de llegada se da todo el proce­
so de estudio bíblico, cuya finalidad es buscar el mensaje del
El proceso por sí mismo no tiene una importancia teológica inde­ texto en el contexto de su carácter kerygmático: dar testimonio
pendiente del texto canónico en el cual dejó sus interpretaciones. A l de la obra divina de salvación en la persona de C risto130. Se defi­
mismo tiempo, el texto no puede aislarse de los actuales portadores de ne así la perspectiva teológica desde la cual hay que leer la Sagra­
la tradición que participó en el proceso canónico 126.
da Escritura.
Hay dos conceptos en el método canónico que ocupan un
El texto y el proceso, por tanto, forman parte de una unidad puesto central: el canon y la formación canónica. El canon,
indivisible, según este modo de entender el canon. usado ahora por Childs como la colección de libros sagrados,
Después Childs coloca su metodología en la perspectiva de muestra los límites del área de nuestro interés. En cambio, la for­
una relación dialéctica127 «entre el pasado y el presente, entre lo mación canónica del texto lleva al intérprete bíblico a descubrir
descriptivo y lo constructivo, entre lo condicionado al tiempo y el modo y la lógica de construcción del material bíblico dentro del
lo trascendente»128. canon, de modo que pueda (de acuerdo con la lógica de esta for­
Esto concuerda con su voluntad de poner paz entre la acade- mación canónica) descubrir y presentar correctamente el mensa­
mia y la Iglesia, la razón y la fe, los méritos del método históri- je del texto131.
co-crítico y la tradición de la Iglesia. Por tanto, la definición de la formación canónica es muy
a p o rta n te para todo el proceso de la interpretación. Para des­
Dios que continúa revelando su voluntad por este medio, mundano y frágil en su propia cubrir la formación canónica del texto ayuda precisar tanto la
esencia» (ibid., 44).
125 Cf. ibid., 41.
126 Ibid., 43.
130 Ib íd ' 48 -
127 Cf. ibid., 41. ° C fib íd .
128 Ibid. 31 Cf. ibíd.
84 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 85

intención del au to r original (si es posible) como el influjo Estas se han formado de modo que puedan testimoniar el plan sal-
form a presente del texto ejerce sobre s u contenido, en el c ^Üe'a 'fico de Dios a las generaciones cristianas que no han encontra­
to del canon. D e hecho, en algunos casos, el texto recibe un ^ do a Cristo en la tierra. Precisamente el modo de formarse las
nificado nuevo en el contexto en que se encuentra ahora E sc ritu ra s recibidas nos ayuda a su justa interpretación136.
Biblia. Pero este significado no se p u ed e vincular directarrT1 £n este capítulo de su libro, Childs también toca el problema
con la intención del autor original 32. ¿e jos autores de los diversos libros del Nuevo Testamento. C on­
En la búsqueda de la formación canónica es importante d firm a que el problema entra en el área de interés de su método,
tar atención a algunos elementos del texto recibido. Estos eh a u n q u e de un modo diferente al método histórico-crítico. El
m entos son: la estructura del libro y la intención del autor (con acercam iento canónico concentra su atención sobre el problema
frecuencia expresada en el preám bulo o en la conclusión dei de la función teológica que posee el postulado del testimonio de
libro). También podem os entrever la intención del autor obser­ los propios ojos. El método de Childs no busca, en cambio, una
vando cómo trata el material
i 1
literario e histórico, en cuvn
. 2 2 ; u u j i i - re lació n inmediata de este testimonio bíblico con la pregunta
texto coloca su mensaje . por el carácter puramente histórico, respecto al autor bíblico. Al
El material histórico juega un papel im portante, porque la final Childs no nos dice claramente si la cuestión ¿quién es el
experiencia de fe es una experiencia histórica. Por esta razón el autor d e l libroi en el sentido histórico le interesa de verdad.
acercamiento canónico acepta el valor del m étodo histórico-críti­ En cambio, para el acercamiento canónico es importante esta­
co en el análisis de este material. A u n q u e Childs polemiza con blecer cómo las distintas partes de la Escritura funcionan en el
los estudiosos histórico-críticos sobre la modalidad de uso de contexto de las unidades más grandes, o incluso en el contexto
este método. Para el acercamiento canónico no es aceptable todo de toda la Biblia. Se trata de descubrir el influjo de la formación
aquello que desm antele la forma final. E n cambio es apreciable canónica sobre las distintas partes de la Biblia. Algunas veces, la
todo lo que perm ita entender mejor esta forma del tex to 134. En lectura compleja y unitaria (holistic) en un contexto nuevo lleva
prim er lugar, el m étodo histórico-crítico bien usado ayuda a a descubrir un significado nuevo de los textos bíblicos137.
diferenciar «distintas voces dentro de u n texto» 135, que se opo­ Estos serían los elementos más significativos de su propuesta
nen a la tentación de hacer armonizaciones demasiado fáciles en metodológica presentes en The New Testament as Canon. An Intro-
el contexto del canon. Porque el canon del Nuevo Testamento duction. Con la publicación de este libro Childs concluyó la pre­
no funciona, según nuestro autor, com o un bloque monolítico, sentación de los fundamentos metodológicos necesarios para
con una única solución interpretativa adecuada. El hecho del construir una teología bíblica, sea respecto al Antiguo Testamento
canon solo establece la materia, los lím ites y la dirección de los (Introduction to the Oíd Testament as Scripture, 1979), sea respecto
estudios exegéticos libres y responsables de un exegeta cristiano. al Nuevo Testamento (The New Testament as Canon. An Introduc-
Sin embargo es im portante que el exegeta descubra de qué tion, 1984). La próxima dirección de trabajo debería ya estar fija­
modo el material bíblico se ha formado en las Sagradas E s c r i t u r a s . da en la construcción de la teología bíblica de la Biblia cristiana.
Durante el periodo comprendido entre la publicación de Intro-
132 «La cuestión es tomar en serio la intencionalidad expresa de un escritor, pero sin lle­
var aparte el texto y la intención. A veces el texto canónico recibe un significado que se deri­
duction to the Oíd Testament as Scripture y de The New Testament
va de su función dentro de un corpus mayor, pero que no se puede vincular d i r e c t a m e n t e a M Canon. An Introduction podemos observar una precisión de las
la intención del autor original» (ibíd., 49).
133 Cf. ibíd., 49s.
134 Cf. ibíd., 50-52. Cf. ibíd., 51.
135 Ibíd., 50.
Para más detalles sobre este tema, cf. ibíd., 52s.
86 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACtRCAMIENIO CANÓ NICO 87

bases sobre las que se debía construir la interpretación canónica d a rtíc u lo s. Pero estas publicaciones no aportaron nada importan-
la Sagrada Escritura. Se precisó el concepto de canon com o pr¡n te al desarrollo de la metodología canónica. En la gran mayoría
cipio teológico, una especie de regla de fe, que actuaba y a en la his ¿e los casos se trataba de repeticiones y confirmaciones de prin­
toria de la creación de la Biblia y que es capaz de g u iar también cipios y postulados ya conocidos por nosotros. No obstante,
hoy u n a interpretación correcta de la Sagrada Escritura. Este prin­ esto s años de Childs estuvieron marcados por un trabajo de pre­
cipio, durante la formación de la Biblia, estaba involucrado en la p a r a c ió n para realizar la parte constructiva de su proyecto: una
historia, pero también — en relación con esta historia— domi­ propuesta de teología bíblica de la Biblia cristiana.
nante. Porque la historia narrada en la Biblia es una historia espe­ Así, en el libro titulado Oíd Testament Theology in a Canonical
cífica. Es una historia marcada por la única experiencia de fe vivi­ Context Childs confirmó su tesis sobre la importancia fundamen­
da por el pueblo de Dios. Es incluso una historia que ya forma tal de la forma final canónica de la Sagrada Escritura. Solo esta
parte del canon, con su propia perspectiva teológica. Esta especi­ forma del texto bíblico es objeto en sentido estricto y directo de
ficidad de la historia bíblica, que la diferencia de la historia enten­ los estudios exegéticos. Al mismo tiempo Childs repite la obser­
dida en el modo ordinario, debe ser tenida seriamente en cuenta vación de que para entender bien la forma final del texto es abso­
durante el proceso de interpretación bíblica. lutamente necesario atender cuidadosamente al proceso canónico
Resumiendo, hay que indicar que, aunque Childs reconoce el de la formación de la Biblia. No cambia, por tanto, su complejo
aspecto histórico de la revelación, su concepto de la interpretación concepto de canon, con varios niveles de significado 138. En este
de la Biblia en la historia está claramente subordinada al interés teo­ libro Childs también subraya la visión del Antiguo Testamento
lógico. El uso de las prácticas histórico-críticas están sometidas a la en la perspectiva de la totalidad de toda la Biblia y del aconteci­
interpretación teológica de la forma final canónica del texto. miento salvífico ligado a la persona de Jesucristo.
En el periodo apenas expuesto se dio también una distinción El papel fundamental de la forma final del texto, como una
más clara entre el acercamiento canónico y los demás modos de especie de regla de fe, se confirmó también en el artículo «Die
interpretación bíblica que podían verse como más cercanos a la theologische Bedeutung der Endform eines Textes». Este artícu­
propuesta de Childs. Nuestro autor intentó mostrar las diferen­ lo constituye una presentación de los postulados de Childs sobre
cias existentes entre su propuesta y otros acercamientos a la este tema en el ámbito de lengua alemana.
Biblia, com o por ejemplo el retórico o el kerygmático. También en alemán fue publicado un artículo titulado
Se ha confirmado, por último, el valor de la Biblia h e b r e a (en «Biblische Theolog ie und christlicher Kanon». Aquí encontra­
su lím ite de número de libros y en su contenido) que debe man­ rnos una confirmación de la convicción de Childs respecto al
tener su autoridad también para los cristianos. Así ha q u e d a d o gran influjo del proceso canónico sobre la forma actual de la
delim itado el material de interés metodológico de nuestro autor. Sagrada Escritura y el postulado de la aprobación positiva de
estos resultados del método histórico-crítico, que ayudan a la
exegesis de la forma canónica del texto139. Sin cambios subraya
c) Hacia la realización del proyecto teológico: de «Oíd Testament también aquí la unidad de toda la Biblia. De acuerdo con la línea
Theology in a Canonical Context» (1985) a «Biblical
Theology o f the Oíd and New Testaments» (1992) 139 ^ ase el punto dedicado a The New Testament as Canon. An Introduction.
^ Childs acentúa su posición favorable a los resultados positivos del método histórico-
tco en las ciencias bíblicas. Escribe: «El nuevo camino no es menos crítico que los tra-
En los años siguientes a la publicación del The New T e s ta m e n t 1} ^ métodos histórico-críticos, aunque dirige otras preguntas al texto»: B. S. CHILDS,
as Canon. A n Introduction Childs escribió otro libro y a lg u n o s 1 lsc“e Theologie und christlicher Kanon» (a.c., 14).
88 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 89

de esta unidad, se acentúa el acontecimiento salvífico vinculado mer y fundamental postulado metodológico se presenta aquí el
a la persona de Cristo, del cual dan testimonio tanto el Antiguo postulado de la unidad de la Biblia.
como el Nuevo Testamento. Childs habla de esta unidad en diversas partes del libro l40.
En el artículo «James Barr on the Literal and the Allegorical», No tiene miedo de repetir la fórmula tradicional: «El Antiguo se
publicado en 1990, Childs expresó la necesidad de elaborar un entiende por su relación con el Nuevo, pero el Nuevo es incom­
método bíblico que fuese capaz de conjugar los resultados posi­ prensible separado del Antiguo»141.
tivos del método histórico-crítico con la inclinación actual hacia Sin embargo indica enseguida que la existencia de esta unidad
la creación de métodos alternativos, que buscan su fundamento no destruye para nada la integridad de cada uno de los Testa­
en el aspecto literario de la Sagrada Escritura. Nuestro autor mentos tomados a parte. La voz de cada testimonio (del Antiguo
insistía en que era necesario restablecer la paz entre estos buenos o del Nuevo Testamento) es escuchada en su propia especificidad
resultados histórico-críticos con la autoridad teológica de la aunque todas se refieren a la misma realidad. Por esta razón
Sagrada Escritura como auto-revelación de Dios. Childs rechaza la afirmación de que los cristianos deberían acep­
Por último, en el artículo «Die Bedeutung der hebräischen tar el testimonio del Antiguo Testamento solo como fue acogido
Bibel fiir die biblische Theologie», Childs recordaba el problema por la iglesia primitiva (la expresión de este modo de ver el A nti­
de la unidad de la Biblia y del acontecimiento salvífico de la per­ guo Testamento es su uso en las Escrituras del Nuevo Testamen­
sona de Jesucristo, a la que conducen los dos Testamentos de la to). Entre los testimonios del Antiguo y del Nuevo Testamento
Sagrada Escritura. Nuestro autor subrayaba en el artículo que el hay tantos elementos de continuidad como de discontinuidad.
testimonio pleno de Cristo no puede construirse solo sobre la base Aunque una cosa es segura para nuestro autor. La unidad de la
del Nuevo Testamento. Hay que considerar el mensaje del Anti­ Biblia no se funda en los elementos formales de continuidad o
guo Testamento, que habla de Cristo con voz propia. No se debe discontinuidad. La unidad tiene sobre todo un carácter teológi­
cristianizar artificialmente esta voz diversa del Antiguo Testamen­ co. Los dos Testamentos se refieren, en sus testimonios, a la
to. Es necesario ponerla junto al testimonio neotestamentario para misma realidad divina142. Colocar el problema en esta perspec­
poder tener la imagen completa. Childs hablaba también en este tiva permite a nuestro autor subrayar el principio de la unidad
artículo de la importancia de los presupuestos adecuados en el de la Biblia con la posibilidad, al mismo tiempo, de reconocer la
estudio exegético, y de la necesidad de tener en cuenta las motiva­ existencia de voces diferentes dentro del canon:
ciones de fe que están tras el proceso de formación de la Biblia.
Para la materia sobre el desarrollo de la metodología de El problema hermenéutico básico de la Biblia, por tanto, no se for­
mula adecuadamente usando la terminología de unidad y diversidad.
Childs había que esperar, sin embargo, hasta 1992, cuando se La unicidad del objetivo de la Escritura.no es un rival de las múltiples
publicó una obra de más de 700 páginas titulada Biblical Theo- voces dentro del canon, sino un puntero constante, como la brújula de
l°gy o f the Old and New Testaments. Theological Reflection on the
Christian Bible.
140 Cf. CHILDS, Biblical Theology ofthe Oíd..., o.c., 77s, 85, 91, 93, 721, 725.
j41 Ibíd., 77 -
— Biblical Theology o f the Oíd and New Testaments. Theological 2 «El argumento teológico esencial desarrollado en esta Teología Bíblica es que la uni­
dad de los dos testamentos es en primer lugar teológica. Los intentos por fijarse simple­
Reflection on the Christian Bible (1992) mente en los elementos formales de continuidad o discontinuidad religiosa me parecen ina­
decuados [...] Más bien lo que une indisolublemente los testamentos es su testimonio a la
Como se ve en el título del nuevo libro, Childs se ha ocupa­ misma realidad divina, al contenido esencial, que subyace a ambas colecciones y no puede
contenerse en las domesticables categorías de la religión. Además la Escritura no se refiere a
do esta vez de la teología de toda la Biblia cristiana. Como pri­ s*misma, sino que apunta más allá de sí, a la realidad de Dios» (ibíd., 721).
C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CA N Ó N ICO 91
90 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA

un barco, centrando en un solo objetivo, a pesar de los muchos y varia­ ope o f Scripture). Precisamente en su dirección se dirigen los
dos caminos de Dios (Heb 1 , 1 ), hacia el que el creyente es dirigido [ distintos testimonios de la Sagrada Escritura. Childs escribe
Reconocer el único objetivo de la Escritura, que es Jesucristo, no sobre esto con unas palabras que ya hemos citado una vez:
restringe el amplio abanico de voces bíblicas. No resume el mensaje
ni pretende cambiar un abrigo de muchos colores por un vestido gris Reconocer el único objetivo de la Escritura, que es Jesucristo, no
sin costura143. restringe el amplio abanico de voces bíblicas. No resume el mensaje,
ni pretende cambiar un abrigo de muchos colores por un vestido gris
El postulado de la unidad de la Biblia está vinculado al cris- sin costura147.
tocentrismo del método presentado en el libro. Cristo es el prin­
cipio de la unidad de la Biblia cristiana. Hablando sobre la teo­ Al tema de la unidad de la Biblia y del cristocentrismo se une
logía bíblica, Childs escribe: también la cuestión del puesto del testimonio del Antiguo testa­
mento en la teología bíblica cristiana. Como ya hemos indicado,
El objetivo fundamental de la disciplina es comprender las diver­ este testimonio es diferente del testimonio del Nuevo Testamen­
sas voces que hay en toda la Biblia cristiana, Antiguo y Nuevo Testa­ to, y como tal debe considerarse al construir la teología de toda
mento, como testigo del único Señor Jesucristo, la realidad divina en
la Biblia148. En la construcción de esta teología hay que poner
sí misma. El Antiguo Testamento da testimonio del Cristo que aún no
ha llegado; el Nuevo del Cristo que se ha manifestado en la plenitud los testimonios procedentes de los dos Testamentos, uno junto
de los tiempos . al otro. El Antiguo Testamento habla con su voz; el Nuevo, con
la suya. Incluso aunque este último se refiere frecuentemente al
Según Childs, la sola existencia del canon está dominada por Antiguo Testamento y lo entiende a su modo, normalmente des­
el aspecto cristológico: cubre en él otro nivel de significado, diferente del sentido origi­
nal o literal. Childs dice:
Aunque la iglesia adoptó de la sinagoga un concepto de Escritura
como colección autorizada de escritos sagrados, la instancia básica de En el corazón del problema de la Teología Bíblica está hacer plena
su canon se modeló por su cristología. La autoridad otorgada al testi­ justicia a la sutil relación canónica de los dos testamentos en la única
monio apostólico se derivaba de su único testimonio de la vida, muer­ Biblia Cristiana. Por una parte, el canon cristiano afirma la continui­
te y resurrección de Jesucristo. De modo semejante, el Antiguo Testa­ dad integral del testimonio del Antiguo Testamento. Debe ser oído
mento funcionó como Escritura cristiana porque daba testimonio de con sus propias categorías [...]
Cristo. Las Escrituras del Antiguo y del Nuevo Testamento tenían Por otra parte, el Nuevo Testamento da su propio testimonio.
autoridad en la medida en que apuntaban a la intervención redentora Cuenta su propia historia de la nueva intervención redentora de Dios
de Dios para el mundo en Jesucristol45. en Jesucristo. El Nuevo Testamento no es solo una extensión del Anti­
guo, ni el último capítulo de un relato épico. Con el evangelio ha
Cristo es el Objeto de la Biblia por excelencia, sea del Nuevo entrado algo totalmente nuevo. De hecho, la complejidad del problema
surge porque el Nuevo Testamento ofrece su testimonio totalmente
o del Antiguo Testamento. Él es el verdadero contenido esencial nuevo con las categorías del Antiguo, y de este modo transforma al
(subject matter) de am bosl46. En la persona de Cristo se debe ver Antiguo Testamento. Con frecuencia escucha al Antiguo Testamento
finalmente la única verdadera área de interés de la Biblia (the
147 Ibíd., 725.
148 «Los dos testamentos se han fijado como Antiguo y Nuevo, pero esta designación no
143 Ibíd., 725. significa que la integridad de cada testamento individual haya sido destruida. El Antiguo
144 Ibíd., 85. Testamento da su testimonio verdadero como Antiguo, siendo distinto del Nuevo. Es pro­
145 Ibíd., 64. cesa, no cumplimiento. Su voz todavía sigue sonando y no ha sido acallada por el cum­
146 Cf. ibíd., 91. plimiento de la promesa» (ibíd., 77).
92 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 93

en un nivel diferente al del sentido original o literal, y en incontables El problema de definir solo confirma que la tarea decisiva de la
caminos figurativos reinterpreta el Antiguo para testimoniar a Jesucris­ Teología Bíblica está en dar contenido a la terminología teológica. Es
to. Esta descripción no quiere sugerir que el Nuevo Testamento siem­ una caricatura engañosa presentada por algunos estudiosos de la Biblia
pre desatienda el sentido directo del Antiguo Testamento, sino solo q Ue defender que cualquier preocupación por la realidad bíblica debe ter­
lo más característico del Nuevo Testamento es abordar el Antiguo Tes­ minar con un depósito estático, un round o f being, o una abstracción
tamento desde la perspectiva del evangelio que, con libertad, hace del de ideales atemporales. Cualquier decisión teológica tomada respecto
Antiguo una transparencia del Nuevo. al método debe finalmente valorarse por su capacidad de hacer justi­
En consecuencia, una tarea im portante de la Teología Bíblica es cia a esta dimensión profundísima de la Biblia Cristiana1T
reflexionar en toda la Biblia Cristiana con sus dos voces tan dife­
rentes, las cuales son confesadas por la Iglesia como testigos de Jesu­ Para nuestro autor es esencial tratar de definir en la teología
cristo l49.
bíblica el objeto material (the subject matter o contenido esencial)
del testimonio bíblico. Naturalmente, Childs está de acuerdo con
Los testimonios que proceden de las diversas partes de la
el postulado histórico-crítico de la necesidad de usar todos los
Biblia deben confrontarse observando su m utua dinámica. N o se
instrumentos históricos o literarios posibles para descubrir
trata de una yuxtaposición puramente literaria de los textos
correctamente el sentido de un texto. Pero es importante, según
escogidos. Se trata más bien de presentar los testimonios que se
nuestro autor, no pararse en este momento descriptivo, sino andar
refieren directamente a la realidad extratextual. Solo al nivel de
hacia el contenido testimoniado por el texto. Ni la etapa descripti­
esta realidad extratextual, que constituye el objeto de los testi­
va (explanation) ni la constructiva (understanding) deben verse
monios bíblicos, se puede llegar a una reflexión creativa sobre el
como dos etapas separadas, sino como las dos caras de la misma
material bíblico que conduzca a la construcción de la teología
operación, que permanecen en relación m utua entre ellas152.
del Antiguo y del Nuevo Testamento. Childs presenta esto como
El problema de la relación entre explicar y comprender un
uno de los postulados metodológicos más importantes del libro: texto se complica todavía más cuando recordamos que el signifi­
Una tesis importante de este libro es que este problema básico de cado de un fragmento podría modificarse con el crecimiento de
la Teología Bíblica solo puede resolverse con una reflexión teológica la literatura bíblica. El exegeta debe considerar los dos niveles del
que vaya de la descripción del testimonio bíblico hasta el objeto hacia testimonio bíblico, porque los dos forman parte del proceso
el que estos testigos apuntan, es decir, hasta su contenido esencial canónico de desarrollo de la Sagrada Escritura153.
(subject matter), su sustancia o su m 150.

151 Ibíd., 82s.


Childs es consciente de que para muchos este postulado apa­ 152 «En mi opinión, erklären (explicar) y verstehen (comprender) no deberían verse como
recerá como un peligro de retorno a las categorías dogmáticas y dos etapas distintas y separadas, sino como dos partes de la única empresa, que se realiza
estáticas del acercamiento a la literatura bíblica. Sin embargo, dialógicamente» (ibíd., 83).
! ^ «El tema de la relación entre explicación y comprensión en exégesis es, de hecho, toda­
gracias a su metodología se debería evitar el peligro. Childs está vía más complicado. La reciente crítica redaccional ha mostrado que con frecuencia un
profundamente convencido de la necesidad de retornar al conte­ texto bíblico ha sido posteriormente interpretado en un marco literario que tiene el efecto
de reinterpretar el texto en modo diverso a su significado original. En otras palabras, un
nido teológico de la terminología usada en la teología bíblica. tedactor posterior interpretó el texto de acuerdo a un referente distinto, es decir, de acuer­
Terminando la discusión sobre el tema de la contribución de do a otra comprensión de su realidad. Se puede pensar, por ejemplo, en el marco redaccio-
Ebeling en este campo, Childs concluye: nal tardío de los capítulos 6-9 de Isaías, que ahora interpreta el término Emmanuel de
Jtiodo muy mesiánico, que no era claro en los primeros niveles de la tradición (cf. Is 7,14)
!•••] La tarea de la exégesis crítica implica un análisis cuidadoso de la relación entre ambos
149 Ibíd., 78. tttveles del testimonio del texto, pero también un análisis del efecto del texto redactado en
150 Ibíd., 80. su cornprensión de los referentes» (ibíd., 84).
94 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA
C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓNICO 95

En la valoración del uso neotestamentario del Antiguo Testa­ Me parece verdad que después que la tarea de la reflexión bíblico-
mento tenemos el mismo problema. El Nuevo Testamento inter­ teológica ha comenzado habiendo respetado la original integridad de
preta el Antiguo a la luz de Cristo ya exaltado, sin prestar aten­ ambos Testamentos, viene una importante función de escuchar a la
totalidad de la Escritura cristiana a la luz de la realidad completa de
ción al contexto original. Childs indica que entre los exegetas se
Dios en Jesucristo. En otras palabras, hay un legítimo lugar para vol­
pueden observar dos tipos de comportamiento respecto a esta ver desde una reflexión teológica y cristiana plenamente desarrollada
situación: si un biblista acentúa la parte descriptiva de la exége- a los textos bíblicos de ambos testamentos 15 .
sis (explanation: explicación), entonces valorará negativamente la
práctica del Nuevo Testamento respecto al Antiguo; si en cam­ Childs permite incluso hacer uso de la alegoría y de la tipolo­
bio un biblista incorpora la dimensión constructiva de la exége- gía, si estas pueden ayudar a descubrir esta relación interna entre
sis (understanding: comprensión) en el proyecto de su trabajo, la realidad y el texto:
intentará tratar seriamente también el testimonio del hecho de
usarse el Antiguo Testamento por parte del Nuevo precisamente Las razones son muy diferentes a las del intento bíblico de recu­
de este modo perar la única interpretación verdadera según la cual el orden del día
escondido del Antiguo Testamento era siempre Jesucristo. Más bien
Ya hemos dicho que en la metodología de Childs este movi­ tiene que ver con la habilidad del lenguaje bíblico de resonar en un
miento es importante, que va desde el testimonio de un texto a ámbito nuevo y creativo cuando es leído desde el punto ventajoso de
la realidad, a la que remite este testimonio. Esta Realidad es una comprensión más completa de la verdad cristiana. Tal lectura no
intensamente cristológica, «la plena realidad de Dios en Jesucris­ pretende amenazar el sensus literalis del texto, sino ampliar por la figu­
to» 1 Después nuestro autor hace la pregunta de si es legítimo ración una realidad que ha sido escuchada solo parcialmente. Es por
esta razón por la que la alegoría o la tipología, entendidas y practica­
hacer también un movimiento de retorno', de la realidad al texto. das adecuadamente, siguen siendo una parte esencial de la interpreta­
Generalmente Childs dice que sí. Pero este movimiento puede ción cristiana y reflejan una comprensión diferente de cómo la reali­
realizarse después de una escucha atenta de los diversos testi­ dad bíblica se presenta a, por ejemplo, cómo lo hace el midrash en el
monios, en su integridad veterotestamentaria o neotestamenta- judaismo 157.
ria. Cuando se cumple esta condición y los testimonios están ya
vinculados con la realidad y puestos en un sistema de ideas teo­ En su libro Childs también recuerda lo que ya conocemos
lógicas, se hace necesario el retorno de la realidad al texto. respecto al proceso canónico, al papel de la comunidad creyente
Nuestro autor dice claramente: y al papel del intérprete cristiano contemporáneo en la lectura de
la Biblia.
Childs subraya la importancia del largo proceso de desarrollo
154 Con el ejemplo de Pablo, Childs escribe: «Si un intérprete entiende la tarea e x e g é t i '
ca como principalmente descriptiva (erklären), tenderá a descartar la interpretación de
de las Escrituras, cuyas características eran: la actividad herme­
Pablo por considerarla un desacierto. Si un intérprete incluye también la dimensión d e la néutica de los transmisores de la tradición bíblica con el fin de
comprensión (verstehen), intentará defender la interpretación de Pablo como una p r e s e n t a ­ permitir a estas Escrituras alcanzar el carácter normativo para las
ción verdadera del verdadero referente del texto, aunque sea diferente del sentido o r ig i n a l
del Antiguo Testamento» (ibid., 84). Aquí Childs no nos dice claramente qué opción pre­ generaciones futuras de creyentes. Habla del significado herme-
fiere él. Por una parte, sabemos que seguramente no estará de acuerdo con uno que se pare
en la etapa descriptiva de la exégesis; pero por otra parte nuestro autor se muestra d e c is i ­ 156 Ibíd.
vamente contrario, por ejemplo, a la lectura paulina, que ve contenidos cristianos b a s t a n t e 157 Ibíd., 87s. Al final del libro encontramos otro ejemplo de la posición favorable de
desarrollados ya en el Antiguo Testamento, libremente interpretado. Childs presenta a r g u ­ Childs hacia los diversos sentidos de la Escritura: «Cuando el sentido figurativo esta basado
mentos históricos, teológicos y hermenéuticos contra una lectura del Antiguo Testamento en el literal y es una representación fiel tanto del contenido como del testigo de la palabra
de este tipo (cf. ibid., 84s). perita, no hay ninguna razón teológica para negar la legitimidad de varios sentidos en la
155 Ibid., 87. v>da creciente de la iglesia» (ibíd., 725).
96 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 97

néutico del emparejamiento del Nuevo Testamento junto al h acer una interpretación fructífera de la Escritura conforme a las
Antiguo y de los cambios teológicos en la Biblia cristiana, orga­ preguntas de los cristianos de hoy161.
nizada de este m o d o 158. E n el libro encontramos muchas reflexiones de Childs que

Respecto al papel de la comunidad, Childs recuerda que la a p u n t a n , por una parte, al problema de la unidad y, por otra, al

Iglesia constituye un contexto correcto para la Biblia: r e s p e t o por la diversidad de los testimonios. De hecho, comen­
z a n d o uno de los capítulos del libro, Childs escribe:
La insistencia católico-romana en el papel decisivo de la tradición
en la formación de la Biblia cristiana reconoce correctamente el papel En un capítulo anterior sosteníamos que la característica específi­
del uso eclesial actual de su Escritura tanto en la predicación como en ca de la formación canónica de los dos testamentos en una Biblia Cris­
la liturgia. La práctica cultual de la iglesia ofrece el contexto en el que tiana se apoya en preservar los dos diversos testigos de un contenido
el mensaje bíblico fue recibido, conservado y transmitido. La regla de esencial común que es Jesucristo. La naturaleza peculiar del canon
fe de la iglesia, posteriormente expresada en credos, no trató de impo­ cristiano deriva de unir el testimonio íntegro del Antiguo Testamento
ner una tradición eclesial extraña sobre las escrituras, sino más bien con el testimonio del Nuevo Testamento en su propia integridad162.
buscó preservar la unidad de palabra y tradición al tiempo que el Espí­
ritu continuamente avivaba la verdad del Evangelio del que la Iglesia
vivía159.
Nuestro autor subraya el aspecto histórico de la revelación
divina y el gran valor de los postulados históricos metodológicos
Precisamente en la comunidad viva de los creyentes, donde de las ciencias bíblicas165. Pero está convencido de que la impor­
actúa el Espíritu Santo, se debería realizar el proceso de inter­ tancia fundamental en la interpretación correcta de la Biblia está
pretación y de actualización de la Palabra160. Unida a esto, está en la necesidad de considerar la especificidad de la orientación
la misión del intérprete contemporáneo de la Escritura, que debe de esta historia dada por los autores y transmisores de la tradi­
ción en la comunidad creyente164.
158 «La iglesia no solo juntó sus nuevos escritos a las escrituras judías, sino que preten­
dió presentar el Antiguo Testamento como testigo de Jesucristo. Una variedad de diferen­
tes movimientos teológicos se realizaron por los que se articuló la relación teológica de las 161 Childs subraya la necesidad de la parte constructiva del trabajo exegético, cuyos resul­
dos realidades: el único plan de Dios, la única historia de redención, el único pueblo de tados podrían ser útiles para la Iglesia de hoy (cf. ibíd., 88).
Dios, profecía y cumplimiento, ley y evangelio, sombra y sustancia, etc. Ninguna interpre­ 162 Ibíd., 91.
tación teológica se hizo absoluta para la teología, pero la simple yuxtaposición de los dos 163 «Me parece compatible con la estructura canónica describir el testimonio del Anti­
testamentos como las dos partes de la única Biblia continuó permitiendo una rica diversi­ guo Testamento sobre la voluntad redentora de Dios en el contexto de la historia de Israel»
dad teológica» (ibíd., 74). (ibíd., 91).
159 Ibíd., 66s. 164 «Hay otras características del Antiguo Testamento que dejan claro que su testimonio
160 «La Teología Bíblica no solo busca alcanzar la naturaleza de la única realidad divina no es simplemente el de un libro de historia. Más bien, los rasgos peculiares de la revela­
entre las distintas voces bíblicas, sino que también forcejea teológicamente con la relación ción de Dios en la historia de Israel han dado lugar a una forma de respuesta bíblica mucho
entre la realidad testificada en la Biblia y esa realidad viviente conocida y experimentada como más complicada e intensa [...]
el Cristo exaltado por el Espíritu Santo en la actual comunidad de fe. Estos dos vehículos de Otra característica central del Antiguo Testamento es que su testimonio de la historia de
revelación —Palabra y Espíritu— no deben identificarse, separarse y ponerse uno contra el encuentro de Dios con Israel se conservó en tradiciones vivas que fueron constantemente
otro. moldeadas por generaciones de transmisores. En una variedad de caminos diversos, el acon­
El cometido de la Teología Bíblica es teológico porque, buscando comprender por fe la tecimiento fundacional irrepetible de la historia de Israel siguió siendo escuchado y rein-
relación con la realidad divina, los imperativos divinos ya no están anclados en el pasado terpretado como testigo continuo de la vida de Israel con Dios [...]
sino que continúan confrontando al oyente actual con la verdad. Por tanto es constitutivo Parecería que es una tarea fundamental de la Teología Bíblica -—hecha de acuerdo con
de la Teología Bíblica que sea normativa y no simplemente descriptiva, y que dé r e s p u e s t a b estructuración canónica— describir cuidadosamente las funciones teológicas de los gran­
a los imperativos en el presente, y no solo en el pasado. des acontecimientos reveladores en la historia de Israel, y su posterior apropiación por la
[...] La reflexión teológico-bíblica no es una especulación atemporal sobre la naturaleza tradición. Esta empresa compartiría, por ejemplo, con von Rad la convicción de que hay
del bien, sino la lucha a vida o muerte de las comunidades históricas concretas de la iglesia Ur>camino fructífero en la teología del Antiguo Testamento siguiendo la continua reflexión
cristiana que intenta ser fiel en su particular contexto histórico a los imperativos del evan­ de Israel de los grandes acontecimientos redentores de su historia. Se diferenciaría de von
gelio en una misión para el mundo» (ibíd., 86). Rad en escuchar la voz de Israel no en la forma de corrientes de tradición científicamente
98 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 99

La posición de Childs respecto a la forma final del texto se Más allá de los postulados metodológicos ya mencionados,
presenta seguramente im portante en el libro. Nuestro autor ha antes de terminar nuestra presentación de este libro, parece
insistido en la propia opinión que veía la forma final como la importante indicar todavía algunas observaciones de Childs.
que constituye por sí el objeto directo y definitivo de los estudios Antes de nada hay que decir claramente que, en el caso de
bíblicos165. Al mismo tiempo se declaró decididamente a favor nuestro autor, en la visión global de las ciencias bíblicas el texto
de la utilidad de los estudios diacrónicos de los textos bíblicos, bíblico posee un carácter privilegiado y extraordinario que lo dife­
explicitando esto con varios argumentos. Estos argumentos, no rencia decisivamente de los demás textos, incluso religiosos167. El
obstante, se refieren a la utilidad de los estudios diacrónicos para texto bíblico se ve aquí como un testigo de la realidad divina y no
entender mejor la forma final del texto166. como una fuente de la ciencia de la realidad hum ana168. Aunque
este testimonio tiene carácter histórico, no se trata aquí de una his­
reconstruidas, sino en la literatura canónicamente formada del Antiguo Testamento como toria por sí misma. Es una historia presentada en la forma en que
vehículo de la Heilsgeschichte (historia salvífica) de Israel. Ambos acercamientos tienen en ha sido acogida y custodiada por la comunidad creyente169.
común escuchar la forma peculiar del testimonio del Antiguo Testamento a través de la
forma que dieron al material los transmisores históricos de la tradición, más que viendo los
acontecimientos históricos en sí mismos, sin interpretar, como los caminos hacia la com­
prensión de la intención de Dios» (ibíd., 92). 4. Finalmente, los textos bíblicos de diferentes épocas, incluso habiendo recibido una
165 «También incluí en el término canónico un importante componente adicional que era forma canónica normativa posterior, continúan reflejando cierta cualidad de su vida origi­
una extensión teológica de su significado primario. La forma canónica de esta literatura nal. Este potencial de una lectura en varios niveles del texto bíblico no ha sido borrado por
también afecta a cómo el lector moderno entiende el material bíblico, especialmente en la su forma canónica final, sino más bien colocado bajo ciertas restricciones canónicas. El exe-
medida en que él o ella se identifica religiosamente con la fe comunitaria de los transmiso­ geta recibe así el desafío de la forma del texto mismo, tanto para no reducir su voz a un solo
res originales. La moderna función teológica del canon reside en su afirmación de que la tono, como tampoco reclamar tales signos de disonancia en los niveles del texto que ponga
norma de autoridad está en el propio escrito como ha sido conservado, transmitido y trans­ en cuestión cualquier significado coherente o papel de autoridad en la comunidad de fe»
formado —por supuesto, en constante relación con su objeto, del que da testimonio— y (ibíd., 104s).
no en etapas del proceso objetivamente reconstruidas. El término canon apunta al material Además, en el capítulo introductorio a la parte del libro que trata el Nuevo Testamento,
de la Iglesia recibido, coleccionado e interpretado, y así establece el contexto teológico en Childs añade todavía:
el que la tradición sigue funcionando con autoridad para hoy» (ibíd., 71). En otra parte, al «Primero, la recuperación crítica de una dimensión profunda ayuda al intérprete a enten­
final del libro, el autor mostró su motivación metodológica de este modo: «Nuestro estu­ der la dirección en la que el texto ha crecido [...]
dio comenzó intentando hacer justicia a la forma final recibida, de los dos testamentos, a Segundo, recuperar la dimensión histórica dentro del kerygma puede ayudar a relacio­
la luz de sus trayectorias históricas de tradición. El contexto para el Antiguo Testamento nar el testimonio de la vida concreta de la iglesia naciente con su cambiante situación his­
fue la historia de Israel. El contexto para el Nuevo fue el ministerio de Jesús y el comienzo tórica y cultural [...]
de la iglesia primitiva» (ibíd., 719). Tercero, la recuperación de la profunda dimensión histórica en el kerygma ayuda al
166 Childs enumera estos argumentos en el capítulo dedicado a los problemas metodo­ intérprete a entender el rango de diversidad carismàtica así como a establecer la naturaleza
lógicos del Antiguo Testamento: de su unidad» (ibíd., 2 l 6s).
«1; La forma final del texto bíblico marca el final de un desarrollo histórico en la tradi­ 167 «La voz de Israel ha conseguido un status privilegiado que sitúa la empresa más allá
ción de Israel. Es el final de un trayecto que se extendió durante siglos en la vida de Israel. de la supuestamente situación neutral de las religiones comparadas» (ibíd., 98).
Parece obvio que esta forma final se puede entender mucho mejor, especialmente en su cru­ 168 «El acercamiento sugerido se construye sobre la distinción entre tratar el texto bíbli­
cial papel teológico de testigo, si uno estudia detenidamente esos cientos de decisiones que co como un testigo más que como una fuente. Escuchar al texto como un testigo implica
modelaron la totalidad [...] identificar la intención teológica de Israel de testimoniar la realidad divina, que ha entrado
2. La relación interna transversal entre los diferentes testimonios con frecuencia puede en el tiempo y el espacio. Por el contrario, escuchar el texto como fuente es considerarlo un
captarse mejor por el intérprete si las distintas etapas del crecimiento del testimonio de Israel vehículo de expresión cultural que manifiesta a través del análisis crítico útiles datos feno-
pueden correlacionarse históricamente [...] ecológicos respecto a la vida social de Israel» (ibíd., 98).
3. No todos los grupos de Israel participaron en la transmisión de las tradiciones de Isra e l «La historia que se está estudiando es la historia canónica de Israel, es decir, la histo­
hasta el momento de su canonización. Es teológicamente significativo ver hasta qué punto ria que fue escuchada y recibida como portadora de autoridad por los transmisores de Israel.
las primeras etapas de la tradición llegaron a ser normativas para grupos particulares [..-i Hablar de una historia interna no es describir su interiorización, sino más bien un punto
Por ejemplo, Jeremías y Ananías estaban en profundo desacuerdo con respecto a los pri­ úe referencia. La perspectiva desde la que estos eventos se ven es la de Israel, más que una
meros oráculos de juicio contra las naciones. La naturaleza del conflicto se clarifica cuando 9Ue se fija en una reconstrucción objetiva establecida críticamente desde una posición neu­
se recupera esta dimensión profunda dentro del testimonio [...] tral» (ibíd., 87).
100 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 101

Childs admite que su propuesta metodológica no se presenta Resultó igualmente evidente desde el comienzo de esta empresa
que hablar de las raíces históricas de la fe bíblica sirve solo para plan­
como un sistema plenamente realizado, capaz de dar soluciones tear el problema, no para resolverlo 170.
a todos los problemas procedentes del modo histórico-crítico d e
tratar la Biblia. Según Childs, todavía no existe un sistema de 1a
Y después añade:
metodología de corrección. Lo que urge hacer es definir la d irec­
ción de la búsqueda de un sistema metodológico correcto en las De hecho los problemas hermenéuticos asociados con una com­
ciencias bíblicas. En el capítulo dedicado a los problemas m e to ­ prensión de la historia han tendido a hacer cautiva a la Teología Bíbli­
dológicos del Antiguo Testamento, Childs presenta cuatro d irec­ ca por al menos un siglo [...] Basta con citar los diversos intentos por
formular un concepto de Heilsgeschichte, o la dicotomía de
ciones del desarrollo necesario:
G. E. Wright entre historia objetiva y apropiación subjetiva (G od Who
1. Atender a la dimensión tanto interna como externa de 1a Acts), o la reducción del significado de la historia del Antiguo Testa­
historia de Israel. Al hablar de la dimensión interna o externa d e mento de Baumgártel a una confesión propositiva de fidelidad de
la historia, Childs piensa en la perspectiva desde la cual se ve esta Yahvé a su palabra (Verheissung)- Tras todas estas formulaciones estaba
historia: la perspectiva de la fe en oposición a la perspectiva de 1a el reconocimiento genuino de que los dos testamentos que forman la
reconstrucción crítica. En las ciencias bíblicas es necesario u n Biblia Cristiana están unidos de un modo teológico que no se agota
con una secuencia histórica formal. Incluso el elemento crucial del
equilibrio medido entre estas dos perspectivas. cumplimiento de una promesa, o la irrupción del Reino de Dios
2. La historia de Israel es específica: dentro de esta historia podría no ser plenamente comprendido aislado de su contexto histó­
actúa tanto el elemento humano como el divino. Hay que estar rico. Quizá ninguno ha formulado el problema hermenéutico de la
preparados para reconocer la originalidad de estos elementos, y historia bíblica más sucintamente que Barth cuando escribió: «La
no unificar todo a la misma interpretación, por ejemplo, a las revelación no es un predicado de la historia, sino la historia un predi­
cado de la revelación» (CD 1 / 2 , 6 4 )171.
reglas generales de la causalidad histórica.
3. Hay que proteger la historia bíblica de las dos posiciones
Por tanto, Childs acepta la historia, pero pone su valor en la
extremas: por una parte, de la tentación de hacer de ella una his­
perspectiva de la prioridad de la revelación. La historia sirve para
toria totalmente separada de la cultura extrabíblica (algo al
entender mejor la revelación y no viceversa. En síntesis, en la
modo de la Heilsgeschichte de Káhler o von Rad); por otra parte,
interpretación cristiana de la Biblia la historia debe estar someti­
en cambio, de la posición de la historia reconstruida, depen­
da a la teología.
diente totalmente de modelos extrabíblicos.
Concluyendo la presentación de los elementos metodológicos
4. La perspectiva bíblica subraya algunos elementos de su
presentes en este libro de C hilds, debemos subrayar que la publi­
historia, poniendo al mismo tiempo en segundo plano las demás
cación de Biblical Theology o f the Oíd and New íestaments marca
perspectivas. Las ciencias bíblicas deben respetar esta dinámica
un punto crucial en el desarrollo del acercamiento canónico. Con
interna de la Biblia si quieren reconocer correctamente el men­
esta obra Childs cumplió su proyecto de presentar una teología
saje bíblico.
fie toda la Biblia cristiana. Escribió un libro que trataba de toda
Por tanto, la intención de Childs se basa en una seria consi­
la Biblia, y lo hizo no a modo de introducción (como en el caso
deración del aspecto histórico de los textos bíblicos, aunque en
fie Introduction to the Oíd Testament as Scripture o de The New
relación con la especificidad de esta historia. Ai final de su libro
Testament as Canon. An Introduction), sino como una verdadera
Childs escribe abiertamente:
102 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA 103
C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO

teología bíblica: Biblical Theology o f the Old and New Testaments 2 Presentación sistem ática de la propuesta m etod ológica
Podía así desarrollar las cuestiones importantes de su propuesta de B. S. Childs
metodológica: el problema de la unidad de la Biblia, ligada estre­
chamente al aspecto cristocéntrico, y la cuestión de la relación a) Motivos de la iniciativa metodológica
entre el testimonio del texto y la Realidad extratextual.
De todo lo que ya sabemos por sus publicaciones, podemos
En los años siguientes a la publicación de Biblical Theology 0f concluir que Childs propone sus postulados metodológicos
the Old and New Testaments se publicaron todavía algunos artícu­ como una búsqueda de solución a los problemas surgidos en el
los y, recientemente, un libro de Childs 172. Sin embargo, estas ámbito de la exégesis histórico-crítica. Nuestro autor siente que
publicaciones no han aportado un desarrollo o una modificación la exégesis bíblica, dominada por el pensamiento crítico, se
significativa de la propuesta metodológica de nuestro a u to r173. encuentra en un callejón sin salida. Parece imposible dar un paso
Podemos por tanto parar aquí nuestra presentación cronológica fructífero de la fase descriptiva preparatoria de la exégesis a la
de la historia del desarrollo de la metodología canónica de frase constructiva de la teología bíblica. Se ha creado un abismo
B. S. Childs y pasar ahora a la presentación sistemática más deta­ demasiado grande entre la literatura bíblica reconstruida crítica­
llada de su propuesta metodológica. En ella queremos ordenar mente y las Escrituras escuchadas y custodiadas en la Iglesia
de modo temático los postulados más importantes de la meto­ como fuente de autoridad. Según Childs, la exégesis moderna
dología analizada. está apresada por los presupuestos filosofico-hermeneuticos del
método nacido hace dos siglos. Ya es imposible encontrar la
solución trabajando según el modelo elaborado en el ámbito his-
B. S. C h ild s , «Biblical Scholarship in the Seventeenth Century: A Study in Ecume- tórico-crítico. Por esta razón, hay que buscar otro camino.
nics», en J B a rto n - S. E . B a le n tin e (eds.), Language, Theology, and the Bible. Essays in
f° ™ UN fJc meS. Bcair (0xf° rd 1994) 325' 333; ÍD- «Old Testament in Germany 1920-
Sin embargo, este nuevo camino debe mantener los buenos
940. 1 he Search for a New Paradigm», en Altes Testament Forschung und Wirkung Fs H. resultados del método histórico-crítico y ponerlo en paz con la
G. Reventloiv (Francfort M. 1994) 233-246; Í D ., «Die Beziehung von Altem und Neuem
Testament aus kanonischer Sicht», en D o h m e n - S ö D IN G (eds.), Eine Bibel..., o.e., 29-34; visión teológica de la Biblia. Se trata por tanto de la necesidad
‘E ’/ O 'd Testament Theology», en J. L. M a y s - D. L. PE T ER SEN - K. H. R i c h a r d s (eds.)! de buscar solución a los problemas existentes entre la teología
Old Testament Interpretation: Post, Present, and Future. Essays in Honor o f Gene M. Tucker bíblica y el método histórico-crítico. Nuestro autor quiere cons­
(Nashville T N 1995) 293-301; Í d ., «On Reclaiming the Bible for Christian Theology», a .c .;
I d ., «Retrospective Reading of the Old Testament Prophets»: Z A W 108 (1996) 362-377; truir una teología bíblica en el m undo poscritico, una teología
I d ., «Does the Old Testament Witness to Jesus Christ?», en J. Á D N A - S. J. H a f e m a n n - útil «para una com unidad de fe que vive al otro lado de Baur y
O. H o f i u s (eds.), Evangelium - Schriftauslegung - Kirche. Festschrift fu r Peter Stuhlmacher
Wellhausen»174.
Zn T r £ n S ^ tó€ (9 0tÍnga 1997) 57‘64: ÍD- <<Toward Recovering Theological Exegesis»:
PE 6 (1997) 16-26; Íd ., «The Genre of the Biblical Commentary as Problem and Cha- Childs quiere indicar la perspectiva correcta, establecer un
1enge» en M. CoGAN - B. L. EiCHLER - J. H. TlGAY (eds.), Tehillah le-Moshe. Biblical and
punto de vista desde el cual hay que ver la Biblia para poder con­
Judaic Studies in Honor ofMoshe Greenberg (Winona Lake IN 1997) 185-192; ÍD ., «Inter­
preting the Bible Amid Cultural Change»: ThTo 54 (1997) 200-211; CHILDS, Isaiah, o.c. servar su dimensión teológica, sin renunciar al mismo tiempo a
(N.d.t.: Posteriormente a la redacción de nuestro libro, Childs publicó otras obras: «C riti­ los resultados positivos de la exégesis moderna (identificada aquí
que of Recent Intertextual Canonical Interpretation»: ZA W 115 [2003] 173-184; The
Struggle to Understand Isaiah as Christian Scripture [Grand Rapids MI 2004]; «The Canon
con el método histórico-crítico). Diciéndolo con otras palabras,
in recent Biblical Studies. Reflections on an Era»: PE 14 [2005] 26-45). el objetivo de la búsqueda de nuestro autor está en la voluntad
173 No obstante, merece la pena señalar el artículo del año 1997 titulado ¿Da el Antiguo de encontrar una respuesta positiva a la pregunta formulada por
Iestamento testimonio de Jesucristo! (Does the Old Testament Witness to Jesus Christ!). Aquí
encontramos las observaciones ya conocidas, pero bien presentadas en una exposición bas­
tante clara y sistemática.
174 C H IL D S , «Childs Versus Barr...», a.c., 69.
104 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓNICO 105

él mismo en Introduction to the Oíd Testament as Scripture: «;£$ La interpretación con fe se presenta como una garantía del
posible entender el Antiguo Testamento como escritura canóni­ descubrimiento de la dimensión teológica de la Biblia. Pero falta
ca y seguir haciendo uso completo y consistente de las herra­ una cuestión: en qué punto del proceso exegético hay que
mientas histó rico-críticas?»175. comenzar a tener en consideración el punto de vista de la fe 177.
Childs está convencido de que encontrar una respuesta posi­ En este tema observamos una evolución del pensamiento de
tiva a esta pregunta y elaborarla de modo metodológico signifi­ Childs. En Interpretation in Faith (1964) nuestro autor estaba
ca encontrar un modo de acercamiento a la Biblia que permita a convencido de que el trabajo con el texto bíblico comenzaba
la exégesis ser fructífera para la Iglesia. Este nuevo acercamiento desde la perspectiva de la fe ya en la parte descriptiva178. Toda­
debería dar a la exégesis cristiana la capacidad de preparar las res­ vía en 1972 Childs indicaba que el puro método histórico-críti­
puestas autorizadas a las preguntas que los fieles hacen al texto co puede paralizar totalmente la interpretación de fe 179. Pero
bíblico, y de realizar una actualización adecuada de la Palabra de con la publicación de Introduction to the Oíd Testament as Scrip­
Dios en la situación moderna de la Iglesia. Se trata por tanto de ture (1979) introdujo una distinción: la perspectiva de la fe no
reconducir la Biblia de la universidad a la Iglesia de los creyen­ sería necesaria en la primera parte descriptiva del trabajo. Sería
tes. Childs también tiene la esperanza de que este nuevo acerca­ requerida solo en la segunda parte, si el lector del texto bíblico
miento bíblico pueda poner paz entre los resultados positivos del quisiera identificarse con la fe de Israel descubierta en la parte
método histórico-crítico con las crecientes tendencias de cons­ descriptiva de la exégesis180. De todas formas este cambio sobre
truir metodologías bíblicas alternativas, basadas en el aspecto esta cuestión no duró mucho tiempo. Ya en 1984, con la publi­
puramente literario de la Biblia. cación de The New Testament as Canon. An Introduction, Childs
Se puede notar fácilmente que lo que aquí está en juego es el subrayó de nuevo el papel de la fe en la realización de todo el pro­
viejo problema de la relación entre la fe y la razón. La iniciativa ceso exegético181. La perspectiva de fe permanece entonces como
metodológica de Childs va en la dirección de poner paz entre un punto esencial de la metodología de Childs. Entender la
ambas. La fe constituye un fundamento irrevocable de todo el Biblia como una fuente para la historia de la religión, y no como
sistema de Childs. Nuestro autor reconoce que solo basándose un documento teológico, constituye — según Childs— un error
en la fe se puede aceptar plenamente el fenómeno del canon, en la comprensión de la función fundamental de la Biblia182.
fundamental para su m etodología176. Gracias a la fe reconoce­
mos el testimonio de los dos Testamentos como testimonio del 177 El tema de la fe y la razón está estrechamente ligado con el de la división entre la opera­
mismo Dios. Gracias a la fe podemos alcanzar la Realidad a la ción descriptiva y la constructiva en el proceso exegético. Childs subrayaba constantemente la
cual los textos bíblicos se refieren. necesidad de mantener la armonía y mutua penetración entre estas dos partes de la exégesis. Ya
en Interpretation in Faith escribía que el inicio de la operación teológica pertenece ya a la parte
descriptiva, porque esta no puede quedar libre de la perspectiva de la fe. Esto lo confirmó pos­
teriormente en The Book o f Exodus y en The New Testament as Canon. An Introduction. Final­
175 Íd., Introduction to the Oíd..., o.c., 45. Este deseo de Childs ha permanecido i n m u ­ mente, en Biblical Theology o f the Oíd and New Testament defendió la unidad de la parte des­
table durante años. De hecho, en 1990, en la polémica con J . Barr escribía con respecto a criptiva y constructiva como dos lados de la misma operación que permanecen en mutua relación.
toda la Biblia: «Soy mucho menos optimista que [Barr] respecto a creer que los temas teo­ 1/8 Cf. el punto dedicado a este artículo.
lógicos centrales de la Teología Bíblica ya están bien tratados. Más bien sostengo que el pro­ WJ Cf. el punto dedicado al artículo «The Oíd Testament as Scripture».
blema crucial de la Teología Bíblica permanece en gran parte sin resolver, a saber, el d e s a ­ B ]g] Cf. el punto dedicado a este libro.
fío de utilizar las herramientas histórico-críticas comunes de nuestra época en el estudio d e Childs admite que, en teoría, la parte descriptiva de la exégesis se podría realizar sin
la Biblia y al mismo tiempo hacer completa justicia al único contenido esencial teológico Una perspectiva de fe, pero en la práctica, según él, es casi imposible que uno que desde el
de la Escritura como la auto-revelación de Dios» ( C h i l d s , «Critical Reflections on J a m e s Pjmcipio no ha participado de la perspectiva de fe pase a la parte constructiva (cf. C H IL D S ,
Barr’s Understanding of the Literal and the Allegorical», a.c., 8). ^\%2 W Testament as Canon..., o.c., 38s).
176 C h i l d s , «Response...», a.c., 56. Cf. C l a r k e , «Canonical...», a.c., 195.
106 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 107

Sin embargo, por otra parte, Childs no quiere — como hemos descanonización ligada con el hecho de encarcelar a
E s c r i t u r a 184,
visto más arriba— rechazar los méritos del método histórico-crí- la B ib lia en el pasado (y por eso con la imposibilidad de una
tico. Nuestro autor, bien educado en la escuela histórico-crítica, fr u c tífe r a actualización en el presente) y de desmenuzar la Sagra­
sin duda quiere presentar su propuesta como bien fundada en la da Escritura en pequeños fragmentos, con pocas posibilidades de
tradición académica de las ciencias bíblicas; bien fundada, resu­ p o n e r lo s después juntos bajo una perspectiva sincrónica de la
miendo, en la perspectiva de la razón. Por eso, su finalidad es S a g r a d a Escritura. Childs quiere ahora alcanzar un equilibrio
construir la nueva teología bíblica en el campo de las mediaciones, p o s c r ít ic o respecto a este problema. Quiere restablecer la autori­
entre la razón y la fe, entre la universidad y la Iglesia. Su m éto­ dad de la Biblia manteniendo al mismo tiempo todos los méri­
do debe pacificar la academia con la Iglesia, la razón con la fe, to s de las ciencias bíblicas.
los méritos del método histórico-crítico con la tradición de la D. A. Knight, en su recensión a Introduction to the Oíd Tes-
comunidad creyente. tament as Scripture, observó acertadamente que no es fácil esta­
A la cuestión de la fe y la razón está vinculada también la de blecer la fuente de la autoridad de la Biblia en la visión meto­
las premisas preliminares de un biblista que comienza su trabajo dológica de C h ild s185: ¿esta autoridad viene de una caracterís­
sobre un texto. También ahí, naturalmente, la fe juega un papel tica especial de la propia Escritura, de la com unidad que la
importante. Childs se opone a la visión histórico-crítica según la acoge y la custodia o quizá de otra realidad (por ejemplo divi­
cual pretender la rigurosa libertad frente a todas las premisas pre­ na)? Pero como nuestro autor es claramente teológico en su
liminares sería la garantía para una exégesis adecuada. Según metodología — ve la Biblia como un testimonio que apunta
nuestro autor, las premisas y los presupuestos son inevitables. Lo hacia la Realidad Divina— la fuente de la autoridad de la Escri­
realmente im portante del problema es de qué género son estas tura se ve en su relación con Dios mismo. Sin duda es una auto­
premisas. Para Childs está claro que las premisas preliminares de ridad teológica186.
un exegeta cristiano deben estar de acuerdo con el contexto pre­ En el sistema metodológico de Childs la autoridad de la
liminar de la exégesis cristiana. Este contexto es precisamente el Escritura está ligada estrechamente con la inspiración. La Biblia
contexto de la Iglesia, de la tradición de la comunidad de cre­ se ve aquí como la Escritura autorizada187 de la comunidad cre­
yentes 183. Está claro que la fe debe ocupar un puesto privilegia­ yente. Es una Escritura normativa, procedente de la voluntad
do en un contexto definido así. divina y, como tal, inspirada. En el pensamiento metodológico
O tro propósito im portante del proyecto metodológico de de nuestro autor la Biblia debe ser, de hecho, un médium de
Childs es restituir la autoridad de la Biblia. Childs recordó transmisión de la voluntad divina a la comunidad.
muchas veces la im portancia de la autoridad y del carácter nor­
mativo de la Biblia. La Biblia es para él un libro de autoridad 184 El término es utilizado por un discípulo de Childs, G. Sheppard, y citado posterior­
en la com unidad de los creyentes. Es un libro que debe ser mente por él mismo en CHILDS, Introduction..., o.c., 79.
185 Cf. D. A. K n i g h t , «Canon and the History of Tradition: A Critique of Brevard S.
capaz de dar respuestas adecuadas a las preguntas de esta Childs’ Introduction to the Oíd Testament as Scripture», a.c., 140.
com unidad, un Libro que debe ser inspiración para los creyen­ La confirmación de esta elección podemos encontrarla en el reciente artículo de C.
tes. Una de las consecuencias de la aplicación del pensamiento J- S c a l i s e , «Canonical Hermeneutics...»: a.c., 85, donde el autor subraya el carácter teoló-
gico de la propuesta de Childs, oponiéndolo al carácter existencial de la de J. A. Sanders.
crítico a la Biblia se manifestó en la descanonización de la Sagrada Scalise pone en paralelo la discusión Childs-Sanders con aquella de Barth-Bultmann. De
“echo, en ambas ocupó un papel central la pregunta respecto al carácter de la hermenéuti-
03 t $7 lcacla: ¿te°lógica o existencialista?
183 Esta idea estaba constantemente presente en el pensamiento de Childs. Cf. el p u n t o Algo que se puede percibir incluso en los títulos o en las introducciones de muchas
1.° de este capítulo. e sus publicaciones.
108 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 109

P. R. Noble justamente indicó que ya desde el tiempo de Bibli- sia, quiere interpretar la Biblia como la Escritura de la Iglesia.
cal Theology in Crisis el concepto de contexto canónico, funda­ £ sto ya muestra el papel de la comunidad en el pensamiento de
mental en el proceso de la interpretación canónica, estaba vincu­ Childs. Precisamente las necesidades de esta comunidad, como
lado con el presupuesto de la inspiración del texto bíblico188, que por ejemplo la necesidad urgente de una actualización fructífera
es visto por Childs como un testigo de la Realidad d ivina189. de la Biblia en la situación actual de la Iglesia, están entre los
Aceptar el postulado de la inspiración, de hecho, explica los otros motivos más importantes de la búsqueda metodológica de nues­
elementos del sistema de Childs y los ordena en una perspectiva tro autor.
lógica190. En cambio, sin aceptar este postulado es difícil m ante­ En la visión de Childs, la Biblia como tal llega a nosotros no
ner la lógica interna de todo el sistema propuesto191. por individuos, sino por la antigua comunidad de fe. En este
El proceso metodológico que Childs quiere desarrollar se basa sentido el acercamiento canónico, como lo indica justamente en
en la reconciliación del método histórico-crítico con la visión de uno de sus artículos J. A. Sanders, está totalmente de acuerdo
la Biblia como revelación divina, como la Escritura inspirada por con la Formgeschichte (historia de las formas):
D ios192. Esta intención de nuestro autor está en la misma línea
con la voluntad de reconciliar la fe con la razón y la Iglesia con La totalidad de la Biblia, el todo al igual que todas sus partes, llega
hasta nosotros procedente de la vida litúrgica e instructiva de las pri­
la universidad en el proceso de interpretación bíblica.
meras comunidades creyentes193.
Una preocupación grande del sistema metodológico está tam­
bién en redescubrir el papel de la comunidad creyente en la exé-
La comunidad realiza un papel fundamental respecto a la
gesis bíblica. Childs quiere realizar una interpretación en la Igle­
Biblia en todos los periodos conectados con la historia de esta
última: en el tiempo del crecimiento, en el momento de acoger­
188 «Reclamar la inspiración de la Escritura es reclamar la unicidad del contexto canóni­ la y reconocer la Escritura y en el periodo de custodiarla e inter­
co de la iglesia por el que actúa el Espíritu Santo» (C H IL D S , Biblical Theology in Crisis, o.c., pretarla.
104).
189 Childs, ya desde sus publicaciones más antiguas, subrayó el carácter de testigo del
Es muy importante en todo el sistema de Childs la función
texto bíblico, en oposición a la práctica de tratarlo como una fuente para la investigación de la comunidad en el proceso de crecimiento de la Biblia. Es un
histórico-crítica. Para Childs la Biblia nó es una fuente, es un testigo. periodo del proceso canónico, durante el cual el m utuo influjo
190 Noble escribía: «Aunque oficialmente el principio fundamental de su acercamiento
es el contexto canónico, lo que con frecuencia parece estar haciendo el trabajo real (aunque del texto y de la com unidad dio sus frutos en el crecimiento de
justo desde debajo de la superficie) es la creencia en la inspiración (en un sentido bastante la experiencia de la comunidad y en el crecimiento del texto de
fuerte) del texto canónico. Si tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento están inspirados
por Dios, entonces se sigue inmediatamente que el intérprete debe leerlos como un doble
las Escrituras autorizadas. De hecho, dentro de la comunidad se
testigo de la única realidad divina, aceptarlos como teológicamente normativos, evitar bús­ realizaron procesos de interpretación y de actualización de los
quedas positivistas de lo que hay tras el texto, etc. En otras palabras, aceptada una adecuada textos ya recibidos del pasado, que dieron la base para el desa­
doctrina de la inspiración, el resto del programa de Childs brota naturalmente de ahí»
( N o b l e , The Canonical Approach..., o.c., 30s).
rrollo de las mismas Escrituras. Como decía J. A. Sanders en su
191 La inspiración también está detrás de otro tema predilecto de nuestro autor: la inten­ recensión a Introduction to the Oíd Testament as Scripture, «la
ción canónica del texto. Como ya hemos visto antes, Childs cree que hay que aceptar t o d o
lo que entra en la intención canónica de la forma final del texto bíblico, incluso si algo
comunidad modeló el texto al llevarlo hacia el canon, y el texto
viniese de cambios inconscientes o involuntarios de los transmisores del texto en el proce­ 0 la tradición modeló las comunidades al encontrar su camino a
so canónico. En el fundamento de este postulado debe estar, por tanto, la convicción pro­ lo largo de su peregrinar hacia el canon»194.
funda de nuestro autor de que la intención canónica, desarrollada en el contexto canónico,
está garantizada por la inspiración de la forma final del texto. Esta forma final, de h e c h o ,
posee valor normativo para los cristianos de hoy. J- A . Sa n d e r s, «Canonical Context and Canonical Criticism», a.c., 182.
192 C f . C H IL D S , «Critical Reflections on James Barr’s...», a.c., 8 . 194 Ibíd., 182.
LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓNICO

La comunidad realiza también un papel insustituible en el niñeado de un texto uno debe estar dentro de una tradición.
mom ento de acoger y reconocer la forma final del texto bíblico, Childs ha escogido la tradición de la Iglesia, que lee su Sagrada
custodiado después en la Iglesia. Sabemos ya desde el prim er E s c r itu r a en la forma del canon bíblico198.
capítulo de esta parte de nuestro trabajo cuánta importancia da P a r a Childs es im portante tener un contacto dialógico con la

nuestro autor a la forma final del texto bíblico. Así es fácil ver t r a d i c i ó n de la comunidad, aunque esto no tenga una necesidad

desde esta perspectiva la importancia de la comunidad que ha i n m e d i a t a para la interpretación de un texto concreto de la

acogido precisamente esta forma del texto y la ha custodiado195. B i b l i a . E s importante desarrollar la reflexión sobre los diferentes

Del mismo modo el concepto de canon, sobre el que se basa m o d o s d e usar la Sagrada Escritura en la comunidad creyente

toda la metodología de Childs, está estrechamente ligado a la p a r a entender cómo se escuchaba, entendía y acogía la Biblia por

comunidad creyente. El hecho del canon refleja de hecho la rela­ la I g l e s i a durante su historia. Este postulado parece acercarse

ción específica que hay entre el texto y la comunidad. C hilds m u c h o a las posiciones de la Wirkungsgeschichte (historia de la

admitió abiertamente que su principio del canon se acercaba interpretación).


fuertemente al principio de la regla de fe de la comunidad de la Resumiendo: la comunidad de los creyentes juega un papel
Iglesia, la regla conocida por los escritos de los Padres de la Igle­ importante en la metodología de nuestro autor, y seguramente
sia196. El concepto de canon, junto al concepto de proceso canó­ Childs quiere llevar al mundo exegético a redescubrir la impor­
nico, sería incomprensible sin considerar la relación especial que tancia de este problem a199. Podemos percibir lo importante que
existía entre el texto y la comunidad de los creyentes. es la tradición de la comunidad para el estudioso de Yale en estas
La comunidad es, en definitiva, el único lugar adecuado para palabras suyas: «La recepción del texto por la comunidad consti­
hacer hoy la interpretación de la Biblia, si se quiere hacer una tuye ahora una parte integral de los datos teológicos de la Escritu­
interpretación autorizada de la Sagrada Escritura. La Iglesia es el ra, y no se puede separar del texto»200; y también: «La Escritura y
único contexto apropiado para hacer exégesis cristiana. En este l a tradición se pertenecen la una a la otra»201.

contexto «la dialéctica entre el texto antiguo y el mundo contem­ P o r tanto, los motivos de la iniciativa metodológica de

poráneo se puede realizar del modo más fructífero posible» 197. B . S. Childs están en la perspectiva de la búsqueda de soluciones

De hecho, la interpretación dentro de la comunidad de los cre­ a l o s problemas nacidos en el ámbito de la exégesis histórico-crí-
yentes da la garantía de tratar correctamente la dimensión teoló­ t i c a . Nuestro autor quiere encontrar un modo de obtener la fruc­

gica de la Biblia sin el peligro de reducir la Sagrada Escritura al t í f e r a reconciliación entre fe y razón, restituir la autoridad de la

nivel de fuente para las investigaciones históricas. El contexto Biblia y hacer redescubrir el papel de la comunidad de fe en la
justo donde hacer exégesis bíblica ocupa un puesto importante interpretación de la Sagrada Escritura.
en la metodología canónica. En este punto, como indica en su
artículo S. Fowl, Childs está de acuerdo con H. G. Gadamer.
198 Cf. s. E. F o w l , «The Canonical Approach...», a.c., 174. Fowl señala en su artículo
Ambos están convencidos de que para poder comprender el sig- muchos puntos comunes entre Childs y Gadamer respecto a la tradición, a los presupues-
tOS]99 ^lector Y al mutuo influjo entre texto y comunidad.
195 Poniendo, por ejemplo, las razones de la elección del texto masorético para la e x é g e - Acentuando el papel de la tradición de la comunidad en el proceso interpretativo de
sis del Antiguo Testamento, Childs subraya el uso continuo de este tipo de texto por p a r t e a biblia, Childs se acerca a los postulados típicamente católicos. Así lo indican los comen-
de una comunidad de creyentes que ha pervivido en la historia (cf. C H IL D S , Introduction.. - píistas de s u pensamiento; cf G . F . H a s e l , «Recent Models of Biblical Theology: Three
o.c., 97s). I aj°r Perspectives»: a.c., 69. El propio Childs también reconoce explícitamente el valor de
U6 Cf., por ejemplo, el punto dedicado al artículo «Childs Versus Barr...», a.c. a § r ÍÓn cat®í'ca (cf- ¿H ILD S, Biblical Theology ofthe Oíd..., o.c., 66s).
197 Es una traducción libre de una expresión usada por R. W. L. M O B ER LY , « T h e ' 2Qj ÓHILDS, «A Response», a.c., 207.
Churchs Use of the Bible: The Work of Brevard Childs», a.c., 106. Id ., «The Canonical Shape...», a.c., 53.
112 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 1 13

b) El canon: un fundamento del método propuesto podemos distinguir tres niveles, o tres aspectos distin-

La realidad del canon constituye el fundamento por sí mismo 1. el proceso canónico,


del método propuesto por Childs. Nuestro autor está convencido 2. la colección de literatura sagrada,
de que el canon crea el contexto más apropiado para construir 3. la actividad interpretativa de un cristiano contemporáneo.
teología bíblica, y solo el conocimiento profundo del proceso Childs entiende por proceso canónico el proceso histórico y
canónico posibilita entender bien la naturaleza de la Sagrada l i t e r a r i o que se realiza en el ámbito de la comunidad creyente. Este
Escritura e interpretarla del modo correcto. El canon también p r o c e s o consistía en recoger, elegir y ordenar los textos, de modo
garantiza que los libros bíblicos no sean tratados como descubri­ q u e pudiesen luego ejercer el papel de autoridad de Escrituras
mientos de anticuario, sino que los acoge como Sagrada Escritu­ S a g r a d a s en la historia de la comunidad creyente205. Durante este
ra autorizada. De hecho, dentro del canon, el-material bíblico se p r o c e s o hermenéutico desarrolla un papel crucial la recepción
ha formado del modo adecuado para poder realizar su papel nor­ a c t i v a , la actualización y la interpretación por parte de los trans­
mativo ante todas las generaciones de creyentes. El canon ayuda m i s o r e s , dentro de la comunidad. Las tradiciones y acontecimien­
a actualizar correctamente la Biblia en la situación actual de la t o s , que estuvieron en su momento vinculados a un ambiente his­
Iglesia, porque libera a la Escritura de su anclaje en el pasado. t ó r i c o concreto y a un tiempo preciso, se acogían de tal forma que
Buscando lo esencial del programa de Childs podemos repetir las p u d i e s e n realizar su papel normativo, como medio de transmisión
palabras de I. Provan, que en un artículo reciente definía la idea d e l a voluntad divina, ante las generaciones de creyentes que no
esencial, el motivo dominante de todo el programa del estudio­ p u d i e r o n participar de los acontecimientos originales.
so de Yale: Como hemos indicado en el punto anterior del trabajo, el pro­
ceso canónico no se debe identificar ni con la historia de forma­
No es fácil resumir este programa en poco espacio, particularmen­
ción literaria ni con la historia de la redacción. Es de carácter
te porque no ha mantenido la misma forma durante las tres últimas
décadas, sino que inevitablemente se ha ido ajustando a la luz de ulte­ estrictamente teológico, aunque se realiza en la historia : se
riores pensamientos y de la critica. Permítaseme sin embargo mencio­ trata de una especie de principio hermeneutico, una «perspectiva
nar su columna vertebral, particularmente en lo referente al Antiguo religiosa particular» 202, que guía a la comunidad y al texto en un
Testamento. La idea maestra es esta: que el concepto de canon, deja­ influjo recíproco. Esta relación entre el texto y la comunidad
do de lado en la Ilustración en nombre de la libertad académica y reli­ posee, en la visión de Childs, un significado constitutivo para el
giosa, debe resituarse en el centro de la tarea de los estudios veterotes-
tamentarios202. propio canon. De este modo el proceso canónico establece el ini­
cio y el fin del periodo de encuentro especial de Israel con Dios.
Childs ve en el canon una especie de regla hermenéutica. Una Entender el proceso canónico significa para Childs la necesi­
regla que se acerca en muchos aspectos a la regla de fe de los dad de rechazar una distinción neta entre Sagrada Escritura y
Padres de la Iglesia205; podemos casi decir: una regla del canon. canon. El canon no es una decisión dogmática tardía de la
Entonces, ¿cuál es el concepto de canon de B. S. Childs? En comunidad. Es un proceso firmemente inscrito en la historia de
el pensamiento metodológico de nuestro autor, dentro de este
204 Cf. Íd., The Neu> Testament as Canon..., o.c., 41.
203 Cf. ÍD., «The Exegetical...», a.c., 67. f
202 I. W. PROVAN, «Canons to the Left of Him: Brevard Childs, His Crides, and the 206 Childs indica las dos dimensiones del proceso canónico: teológico e histórico (el. ID .,
Future or Oíd Testament Theology», a.c., 3 . httroduction to the Oíd..., o.c., 58).
203 Cf. C h i l d s , «Childs Versus Barr...», a.c., 67. 207 Íd., «A Response», a.c., 210.
LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO C A NÓ NICO 115

composición de la literatura bíblica, una consecuencia interna El proceso canónico termina en el mom ento de la canoniza­
que nos puede guiar también hoy a la interpretación correcta del c i ó n . Con este término define Childs el momento de la estabili­
texto. z a c i ó n de los límites del canon en el sentido de colección de

El proceso canónico tal como lo ve Childs es un proceso teo- libros. La canonización está unida a este periodo de la historia de
céntrico en el que se desarrolla la revelación divina2 . El proce­ encuentro de Dios con los hombres, que se ha hecho normativo
so mismo ha dejado en el texto canónico que hoy tenemos indi­ p a r a las futuras generaciones de creyentes que no han participa­

caciones de cómo hay que interpretar el texto 299. Descubrir el do directamente en los acontecimientos salvíficos dentro del
modo en que los textos bíblicos se han formado durante el pro­ a n t i g u o Israel y de la Iglesia primitiva.

ceso canónico ayuda a la interpretación correcta de estos textos. A la canonización está vinculado otro nivel de la realidad del
¿Cuándo comienza y cuándo termina el proceso canónico? Es canon, que es la recopilación de la literatura sagrada. Esta reco­
más fácil indicar el final. Según Childs no se puede trasladar el pilación es, de hecho, el resultado del largo proceso canónico y
final del proceso canónico más allá del periodo apostólico. El permanece normativa para las futuras generaciones de creyentes.
inicio, en cambio, hay que buscarlo allá donde se comenzó la La colección incorpora todos los libros del Antiguo y del Nuevo
recogida, selección y ordenamiento de los textos del Antiguo Testamento que han entrado en el canon cristiano2 L El canon
Testamento, quizá ya en el siglo VI o incluso antes. Aunque so lo tomado en este sentido establece la materia y los límites de los
se percibe una intensificación significativa del proceso al estudios exegéticos cristianos.
comienzo del periodo postexílico210. Finalmente, el tercer nivel de significado del término canon está
El concepto de proceso canónico de Childs posee tanto la vinculado a la actividad interpretativa del cristiano contemporá­
dimensión teológica y confesional como la dimensión histórica. neo. Se trata aquí de buscar la identificación con la tradición bíbli­
El proceso canónico presenta, en el pensamiento de Childs, un ca por parte de un creyente de hoy y de la actualización del men­
concepto dinámico del canon que garantiza a nuestro autor te n e r saje bíblico en la situación actual. Como indica P. R. N oble212,
al mismo tiempo en alza los dos puntos esenciales de su sistema acentuando este modo de entender el canon, Childs se acerca a los
metodológico. Por una parte puede mantenerse la autoridad de la postulados de la reader-response theory, que insiste en que el signifi­
Sagrada Escritura con su valor normativo para la comunidad de cado del texto depende de cómo se lea. De hecho, en New Testa­
creyentes. Por otra parte también se conserva el postulado de la ment as Canon. An Introduction, Childs admitía:
recepción activa de las Escrituras dentro de esta comunidad.
La tarea hermenéutica de interpretar la Escritura requiere también
un acto de construcción por parte del lector. Esta interacción entre el
Cf. la polémica de Childs con la visión existencialista del proceso canónico de texto y el lector concierne a cada interpretación verdadera213.
J. A. Sanders (cf. el punto dedicado a Introduction to the Oíd Testament as Scripture). El
acento sobre el elemento teocentrico, frente al existencial, pertenece al fondo barthiano de
Childs; cf. C. J. SCALISE, Canonical Hermeneutics..., o.c., 82-85. 211 Childs, obviamente, usa la Biblia protestante, que no ofrece problemas con la cató­
No obstante, como hemos visto en el punto I.° de este capítulo, según Childs estas lica respecto al Nuevo Testamento (Childs habla de los veintisiete libros). En cambio hay
indicaciones no son suficientemente claras como para poder guiarnos a la única interpre­ diferencias con el número de los libros del Antiguo Testamento. Nuestro autor opta por el
tación correcta. canon hebreo, excluyendo los deuterocanónicos. Aunque ya en Introduction to the Oíd Tes-
210 J. A. Sanders, en uno de sus artículos, indica justamente que en la visión de C hilds toment as Scripture Childs permitía la posibilidad de una discusión teológica sobre el canon
el proceso canónico parece comenzar no antes de la redacción final de los libros o de las más largo, dejando abierto en cierto sentido el problema (cf. el punto dedicado a este libro).
partes originalmente independientes de los libros actuales de la Biblia. La visión del proce­ La discusión será retomada más adelante por Ch. J. Scalise en su Hermeneutics as Theologi-
so canónico del propio Sanders abraza un periodo más amplio, poniendo el inicio todavía calProlegomena..., o.c.
antes de los redactores finales de los libros o de sus partes significativas (cf. SANDERS, 2 Cf. N oble, The CanonicalApproach..., o.c., 56s.
«Canonical Context...», a.c., 187). 3 C h il d s , The New Testament as Canon..., o.c., 40.
LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 117

Desde esta perspectiva la necesidad de una interpretación en la tórico'crítico. Le ayuda, al mismo tiempo, a valorar esta forma
fe, fundamental para el sistema de Childs, estaría metodológica­ del texto bíblico, que está presente ahora en la vida de la Iglesia
mente justificada como un rasgo de la reader-competence o de la c o m o texto de autoridad. Acoger el hecho de la existencia del
reading strategy ofthe faith community 214. c a n o n establece en consecuencia la materia, los límites y la direc­
El concepto de canon en el pensamiento de Childs es, por c i ó n d e las investigaciones exegéticas 217. También ayuda a evi­
tanto, un concepto compuesto de diversos niveles de significado. tar la necesidad de buscar las categorías, no inmediatamente
Esto no quiere decir que cuando nuestro autor usd. el término bíblicas, que debería conducir la teología bíblica a un denom i­
esté siempre pensando en todos los niveles al mismo tiempo. n a d o r común. El canon es quien, con su perspectiva hermenéu­
Unas veces, por ejemplo, emplea el término con el significado tica, puede servir como denom inador común de las ciencias
dinámico de proceso canónico; otras, en cambio, con el sentido bíblicas cristianas.
mas estático de la colección de libros216. Pero ahora lo que que­ A la cuestión del canon — en la metodología de Childs— está
remos indicar es que en su sistema como tal están presentes los estrechamente vinculada la cuestión de la forma final del texto.
tres niveles de significado de este término. Ya desde las Sprunt Lectures (1972) 218, la acentuación de la
El término canon, ligado indisolublemente a la comunidad forma final canónica del texto entró firmemente en la m etodo­
en la que la Sagrada Escritura surgió y donde fue posteriormen­ logía del estudioso de Yale 219. Nuestro autor, contra muchos
te custodiada, es sin duda un fundamento de la propuesta meto­ que ven la canonización solo como uno de los muchos periodos
dológica de Childs. Es un principio formal en torno al cual del proceso de formación de la Biblia220, distingue claramente
Childs propone construir la nueva teología bíblica216. Acoger el entre la forma canónica del texto y su prehistoria o historia pos­
hecho de que exista el canon ayuda a Childs a relativizar la terior221. Las palabras de Introduction to the Oíd Testament as
importancia y la reivindicación de exclusividad del método his­ Scripture: «El análisis canónico centra su atención en la forma
final del propio texto»222, presentan una de las características
214 N O B L E ,The CanonicalApproach..., o.c., 57. más notables del pensamiento metodológico de Childs. Según
Conviene indicar enseguida que, aunque Childs habla mucho del proceso canónico, nuestro autor, la forma final del texto canónico es la normativa
su metodología pone el acento en la forma final del texto. Esto significa que para Childs es
mas interesante el texto del canon entendido como colección de libros recibidos y custo­ para la comunidad creyente y para la elaboración de una teolo-
diados en la Iglesia. Así pues, debemos ver el concepto de canon de Childs como más está­
tico y literario que, por ejemplo, el de J. A. Sanders, dinámico e histórico. Empleando las
palabras de K. D. Clarke, Childs pone el acento en el producto, en cambio Sanders lo hace 217 De hecho, Childs acentúa la función del canon, y no su forma o su estructura. Para
en el proceso. Aunque ambos subrayan tanto el producto (el texto en su forma final, cerra- nuestro autor es más importante la función del canon en la definición de los objetivos exegé-
da en el canon entendido como colección de libros) como el proceso (proceso canónico, ticos y de la perspectiva desde la cual hay que ver y valorar la Biblia. En este punto Childs y
durante el cual el texto creció dentro de la comunidad creyente). Cf. CL A RK E, «Canoni- Sanders están exactamente de acuerdo. Cf. SANDERS, «Canonical Context...» (a.c., 185).
cal-y"> a-c-> 192; W a l l - L e m c i o , The New Testament.., o.c., 142. 218 Aunque ya en Biblical Theology in Crisis se notaba la oposición entre el contexto del
J. Barr sitúa este postulado de Childs en la perspectiva del American Biblical Theology canon, preferido por Childs, y las búsquedas pre-textuales histórico-críticas (cf. el punto
Movement, al cual, con un alto grado de simpatía, Childs ha dedicado mucho espacio en su dedicado a este libro).
libro Biblical Theology in Crisis. Barr indica que en el intento de construir una teología bíbli­ 219 Childs, al igual que otro famoso autor que desarrolla un acercamiento a la Biblia
ca, en vez de proponer un principio material (como se hizo en el American Biblical Theolog)' desde el punto de vista canónico (J. A. Sanders), se opone con decisión al presupuesto his­
Movement), como por ejemplo la historia de la salvación o la búsqueda existencial de la iden­ tórico según el cual solo lo original es auténtico. Para Childs lo autentico es la forma plena
tidad, Childs propone un principio formal, a saber, el canon. Las investigaciones del American del texto recibido como autorizado por parte de la Iglesia, a saber, el texto canónico.
Biblical Theology Movement no han tenido resultados duraderos. Childs ahora quiere llevar a 220 Cf. R. B. L a u r i N , «Tradition and Canon», en D. A. KNIGHT (ed.), Tradition and
cabo muchos de los postulados de este movimiento (que, como ya hemos dicho, gozaba de su Theology in the Oíd Testament (Filadelfia 1977) 272; SANDERS, «Canonical Context...», a.c.,
más sincera simpatía) proponiendo el principio formal del canon. En este sentido, como dice 193; S. E. M cEvEN U E, «The Oíd Testament, Scripture or Theology?», a.c., 236s.
Barr, «el canon fue el Santo Grial de lo que había supuesto la búsqueda del American Biblical 221 Cf. H a s e l , «Recent Models...», a.c., 71.
Theology Movement» (B a r r , Holy Scripture..., o.c., 136). 222 C h i l d s , Introduction..., o.c., 73-
118 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓNICO

gía bíblica. Es precisamente esta forma del texto la que entonces ra en su forma canónica. Por tanto, no se puede destruir esta
debe guiarnos en la interpretación teológica de la Biblia. forma, sino que se debe estudiar e interpretar. El estudio de la
¿Qué significa para Childs la forma final de la Biblia? Es el prehistoria del texto tiene su valor, pero solo en la medida en que
producto final del proceso canónico, y de la canonización, del a y u d a a entender mejor la forma final del texto.
cual hemos hablado antes. Para el Antiguo Testamento este pro­ Ahora bien, ¿por qué favorecer de este modo la forma final
ducto es la Biblia hebrea con los límites establecidos en el siglo i d e l texto oponiéndola a su prehistoria?225 En la historia del desa­

d.C.; para el Nuevo, son los escritos cristianos en su plena forma r r o l l o de su método, Childs ha presentado varios argumentos a

canónica desarrollada en el periodo de la Iglesia primitiva. Los favor de su tesis:


dos Testamentos, puestos uno junto al otro, componen la forma Primero: su aspecto literario. Childs subraya que para enten­
canónica final de la Biblia cristiana. der correctamente una composición literaria hay que escucharla
El problema surge cuando constatamos que en nuestro tiem­ en su integridad. Construir la exégesis sobre las fuentes y la
po no existe un documento original conservado en la forma ape­ prehistoria del texto lleva consigo el gran riesgo de perder
nas descrita. Childs dice que debemos usar la crítica textual para muchos aspectos del texto recibido como autorizado. Por tanto
poder seguir con la búsqueda del texto canónico. Para el texto es inaceptable la práctica crítica que despedaza enormemente el
del Antiguo Testamento se trata de la búsqueda del mejor texto texto canónico.
masorético (es decir, el texto hebreo más cercano al siglo I d.C.), Segundo argumento: el valor teológico. Childs indica que la
para el texto del Nuevo Testamento hay que establecer los textos Iglesia ha reconocido y escuchado como autorizada precisamen­
más cercanos a los manuscritos griegos originales. Gracias a la te la forma final del texto bíblico, y no las posibles reconstruc­
mediación de estos textos podemos conseguir la forma final ciones histórico-críticas. Si esto es cierto, entonces hay que ver
canónica de la Biblia. en esta forma del texto el fundamento para formular conclusio­
Según Childs, solo la forma final de la Biblia es objeto propio nes teológicas y morales, útiles para los cristianos de hoy.
del estudio exegético cristiano. La exégesis cristiana debería Tercer argumento: Childs subraya el hecho de que solo la
comenzar su trabajo con esta forma del texto, y terminar con forma final tiene el privilegio de ser testigo de la historia plena de
ella. La forma final define, por tanto, el punto de partida y de la revelación226. Es el fruto completo de la experiencia de Dios
llegada de la exégesis, si esta última quiere ser cristiana y teoló­ hecha por los hombres. El texto canónico esta al final del perio­
gica. Buscar el objeto del estudio exegético en las reconstruccio­ do de encuentro especial entre Dios y los hombres, del periodo
nes histórico-cnticas del texto original es para Childs confundir durante el cual se desarrolla el influjo mutuo entre el texto y la
totalmente entre el trabajo teológico y el histórico, porque la comunidad, durante el cual el texto crecía222. En su interior el
forma final presenta un testimonio teológico propio que no se texto canónico encierra el influjo de todo el proceso canónico.
puede perder 223. Perdemos este testimonio cuando se quiere
tíferamente el pasado con el presente, proviene de la excesiva preocupación de los biblistas
sustituir la forma final por las reconstrucciones histórico-críticas. por la prehistoria de los textos y la inadecuada atención prestada a la forma canónica de la
Si se destruye la forma del texto recibida y custodiada en la Biblia. Cf. C H IL D S , Introduction..., o.c., 79; K N IG H T , «Canon and the History...», a.c.,
142s.
Iglesia, se pone un gran obstáculo a la actualización de la Biblia 225 Podemos observar que esta es una modalidad de la oposición general entre el méto­
dentro de esta Iglesia22^. La Iglesia custodia la Sagrada Escritu­ do canónico y el histórico-crítico.
226 Cf. C h i l d s , Introduction..., o.c., 76 . Aquí se reconoce en la persona de Childs un dis­
224 ^ BlRCH> «Tradition, Canon and Biblical Theology», a.c., 118. cípulo de K. Barth. Cf. J.-L. V E S C O , La critique canonique, o.c., 3.
Cf. C h i l d s , Introduction..., o.c., 7 9 ; B i r c h , «Tradition...», a.c., 1 1 6 . Childs está c o n ­ 227 Cf. el punto dedicado al artículo de Childs titulado «The Canonical Shape...», a.c.,
vencido de que la actual crisis hermenéutica, que consiste en la imposibilidad de ligar f r u c - en cap. II, punto 1.a.
120 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 121

Así, solo en la forma canónica se puede percibir verdaderamente en el interior del proceso canónico. Estas acciones tuvieron
el efecto completo de la historia de la revelación228. como consecuencia que la formación de la Biblia pudiese otor­
Childs también observa que todas las reconstrucciones histó- gar a la Sagrada Escritura un papel normativo en la comunidad
rico-críticas solo tienen valor de hipótesis. Elaborar la exégesis o creyente. De esto ya hemos hablado, al describir el proceso canó­
la teología bíblica sobre un fundamento tan inestable sería como nico232. Pero por otra parte el concepto de intención canónica
construir una casa sobre arena. La teología que quiera enraizarse puede vincularse con el contexto canónico. En tal caso la inten­
en la Biblia no puede permitirse ser tan hipotética como por ción canónica se opone a la intención original de un texto aisla­
ejemplo pueda serlo una ciencia histórica229. do. La intención canónica estaría entonces ligada al significado
Resumiendo: para Childs la forma final de la Biblia es la descubierto en el contexto literario de la Biblia; la intención ori­
forma normativa. Es una forma que ha sido reconocida como de ginal, en cambio, sería la del autor humano del texto bíblico par­
autoridad en la práctica de la Iglesia y como tal ha sido custo­ ticular, en su primera redacción. Llegamos así a otro punto
diada en esta Iglesia. Solo esta forma del texto bíblico puede pre­ importante de la metodología canónica, que se refiere al contex­
sentar el contexto justo para buscar las respuestas a las preguntas to canónico.
de los cristianos modernos que se refieren a su fe230. El canon es presentado en la metodología de nuestro autor
Childs admite al mismo tiempo que la forma final no es un como el único contexto plenamente adecuado a la elaboración
monolito que nos habla con voz unánime. En los diversos nive­ de una teología bíblica. El canon se muestra aquí también como
les del texto se pueden escuchar voces diferentes. En estos casos un nuevo contexto teológico para cada texto particular dentro de
Childs habla de multilayered text (texto de varios niveles). Sin la Biblia. Childs subraya la posibilidad de descubrir un signifi­
embargo, la forma final del texto bíblico realiza siempre un papel cado nuevo de un texto si es leído en un contexto literario más
de control necesario en el proceso de interpretación de los diver­ amplio: sea en el contexto de todo el libro, como en el del Tes­
sos niveles231. La forma final es la que decide la actualización del tamento correspondiente (Nuevo o Antiguo), como en el con­
texto. texto de toda la Biblia233. En Oíd Testament Theology in a Cano­
nical Context Childs observaba:
Al concepto de forma final canónica del texto, en la metodo­
logía de Childs, está vinculado el concepto de intención canóni­ Uno de los aspectos importantes en el proceso de formación del
Antiguo Testamento es el modo en el que diferentes partes del canon
ca. Entendemos aquí este concepto de dos formas posibles. Por
fueron interactuando cada vez más produciendo un ángulo nuevo de
una parte, Childs entiende la intención canónica como una fuer­ visión en la tradición. El proceso canónico implicó la formación de la
za interna de las acciones, más o menos consciente, desarrollada
232 De hecho, la forma final de la Biblia siempre es vista por Childs como una forma
228 Cf. J. L. Mays, «What is Written: A Response to Brevard Childs’ Introduction to the intencional. En esta visión todas las acciones redaccionales que tuvieron alguna influencia
Oíd Testament as Scripture», a.c., 155. en el proceso canónico y contribuyeron de algún modo a la elaboración de la forma final
2-'1Cf. M o b e rly , «1 he Church’s Use...», a.c., 107; K n ig h t , «Canon and the History...». del texto tienen su significado. C f D. P. POLK, «Brevard Childs’ Introduction to the Oíd Tes­
a.c., 134. tament as Scripture», a.c., 1 6 7 .
230 C f C h il d s , Introduction..., o.c., 76. Acoger la forma final del texto como la forma 233 Cf. por ejemplo C h i l d s , Introduction..., o.c., 671; ÍD., The New Testament as
normativa significa acoger también el modo en que esta forma ha tratado el material del Oanon..., o.c., 52. Una buena exposición del papel del micro-contexto inmediato y del
que está compuesta. La forma final puede, por ejemplo, subrayar algunos hechos citados, tnacro-contexto de todo el canon bíblico en el pensamiento metodológico de Childs se
poniendo al mismo tiempo los otros en el trasfondo. Puede poner acentos diversos a los del Puede encontrar en C l a r k e , «Canonical...», a.c., 197-202. Los términos micro-canonical y
contexto original, siguiendo la intención canónica. En la visión canónica de Childs todo esto tnacro-canonical fueron usados en referencia al análisis canónico por primera vez en D. F.
hay que respetarlo, como se respeta la forma del texto acogida por la Iglesia. M o r g a n , «Canon and Criticism. Method or Madness?»: Australasian Theological Review
23 C f BlRCH, «Tradition...», a.c., 123. 68 (1986) 87s.
122 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 123

tradición no solo de libros independientes, sino también de unidades Lo que le interesa a nuestro autor no es la intención original
canónicas más amplias, tales como la Torá, los Profetas y los Escritos. del autor humano, sino el significado del texto conservado en la
Por ejemplo, la ley fue vista desde la perspectiva de la sabiduría; la sal­
forma canónica en la comunidad creyente. Si bien Childs no
modia y la profecía se interrelacionaron; y las tradiciones narrativas de
Israel se sapiencializaron [...] Así, el proceso canónico fue elaborado rechaza totalmente el valor de la intención original, quiere leer el
con una dimensión de flexibilidad que anima constantemente a nue­ texto en sus propios términos, sin fijarse demasiado en su proce­
vas formas de actualizar el material. dencia238. Nuestro autor se interesa más bien por las intencio­
Hay algunas implicaciones importantes que se derivan de este pro­ nes comunicativas presentes en el propio texto y no a las inten­
ceso canónico para la estructuración de una moderna teología del
ciones originales, precedentes al texto239. Se llega así a una opo­
Antiguo Testamento. Esta estructuración canónica otorga la garantía
para aplicar un elemento semejante de flexibilidad en su actualización sición presente en el pensamiento metodológico de nuestro
moderna que sea acorde con su forma [...] Por tanto, independiente­ autor: una oposición entre el contexto original y el contexto
mente de la relación histórico-literaria original entre el Decálogo y las canónico, entre la hermenéutica del autor y la hermenéutica del
secciones narrativas del Pentateuco, es posible un intercambio teoló­ texto. Según Childs, es más im portante el contexto canónico. El
gico dentro del nuevo contexto canónico que aporta una ayuda mutua contexto original debe someterse al canónico240.
para la interpretación234.
El hecho de que Childs subraye el valor del contexto canóni­
co parece hacernos entrever su idea de inspiración del texto
Así, la propuesta de Childs está de acuerdo con la tesis her­
bíblico. Esto lo indica claramente P. R. Noble en su libro dedi­
menéutica conocida en la historia de la interpretación bajo el
cado a la metodología canónica241. La afirmación de la inspira­
nombre de círculo hermenéutico: «la parte comprendida en la
ción de la Biblia concuerda muy bien con la visión unitaria y
totalidad, la totalidad comprendida en la parte»235. El contexto
canónica de la Sagrada Escritura presentada por Childs. Si se
canónico juega aquí un papel de guía en la dirección de una
toma en consideración el concepto de inspiración bíblica, se
interpretación correcta de la Biblia236. Se llega así a la posibili­
hace más clara la lógica interna de la propuesta metodológica del
dad de separar el significado del texto de la intención del autor
estudioso de Yale.
originario. Se legitima encontrar el significado nuevo de un texto
cuando es leído en un contexto más amplio dentro de la Biblia.
Childs escribe:
238 Cf. N o b l e , The Canonical Approach..., o.e., 49-53. Noble cita un texto característi­
co de Childs sobre la separación entre el significado del texto y la intención del autor: «No
Independientemente de los diferentes niveles de intencionalidad está claro hasta qué punto el ordenamiento del material oral y escrito en una forma canó­
que influyeron en la formulación histórica del material, el escrito fue nica implicó siempre una decisión intencionada. A veces hay clara evidencia de haber difu-
recibido en un contexto religioso y le fue asignada una función de minado intencionadamente las circunstancias históricas originales [...] Otras veces la for­
autoridad por diferentes comunidades de fe y práctica [...] un nivel mación canónica depende en mucho de lo que parecen ser factores no intencionales [...]
Peto independientemente de la intencionalidad el efecto del proceso canónico fue hacer acce­
especial de intencionalidad fue asignado al escrito como un todo en
sible la tradición a la generación futura por medio de la intencionalidad canónica, que es
virtud de su reconocido papel de Escritura237. coextensiva al significado del texto bíblico» (C H IL D S , Introduction..., o.e., 78s).
239 Cf. P r o v a n , «Canons...», a.c., 19.
240 Esta acentuación del contexto canónico puede verse como una especie de protesta
234 B. S. CHILDS, Oíd Testament Theology in a Canonical Context, o.c., 12s. contra la práctica histórico-crítica de considerar unas partes de la Escritura como secunda-
235 C f. R. P. CARROLL, «Canonical Criticism: A Recent Trend in Biblical Studies?», a.c., tias y menos importantes (cf. SANDERS, «Canonical Context...», a.c., 186). Tampoco se
74. Carroll se refiere aquí al pensamiento de W. Dilthey y F. Schleiermacher. Puede huir de la impresión de que precisamente en la percepción de la forma final y del
236 Cf. PROVAN, «Canons...», a.c., 17. contexto canónico Childs vea la posibilidad de mejora dentro de las relaciones entre la
237 C h i l d s , «A Response», a.c., 206s; cita tomada de SCALISE, Hermeneutics..., o.c., 69- Biblia y la teología (cf. PROVAN, «Canons...», a.c., 4). Sin duda la preocupación teológica
En su libro, Scalise trata de defender el concepto de intención canónica de Childs, ponién­ está desde el inicio en el centro de la búsqueda metodológica del estudioso de Yale.
dolo en relación con la propuesta metodológica de P. Ricoeur. C f ibíd., 68-71. 1 Cf. N o b l e , The Canonical Approach..., o.e., 123, n.190.
124 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 125

La importancia que Childs da en su método al contexto canó­ cia presentar clara y trasparente precisamente esta Realidad teo­
nico proviene de su visión global de la Biblia. La unidad de la lógica testimoniada por las Escrituras, a cuyo nivel es posible
Biblia, ligada estrechamente al fenómeno del canon, es un postu­ descubrir la verdadera dimensión unitaria de la Biblia246. Porque
lado que se sitúa en el fundamento de la propuesta metodológica la unidad bíblica posee antes de nada un carácter teológico:
de Childs. Desde el inicio de sus investigaciones metodológicas tanto los testimonios de los libros del Antiguo Testamento
Childs vio la unidad de las Escrituras como una afirmación de fe cuanto los de los libros del Nuevo apuntan a la misma Realidad
cristiana, que hay que tener en seria consideración para un teológica. Para poder realizar una reflexión creativa sobre el
correcto proceso exegético242. Para nuestro autor la Biblia forma material bíblico y construir después una teología de la Biblia
una unidad compuesta de dos Testamentos, puestos uno junto al cristiana hay que llegar al nivel de esta Realidad. Hay que atra­
otro. Ambos Testamentos se iluminan recíprocamente: «El Anti­ vesar el nivel del testimonio para alcanzar el de la sustancia.
guo es entendido por su relación con el Nuevo, pero el Nuevo es Tomar en consideración la Realidad es una condición para
incomprensible separado del Antiguo»243. entender la Biblia y realizar teología bíblica247. Esta Realidad en
Aunque estos dos Testamentos hablan con sus voces propias, sí misma es una Realidad extratextual, aunque constituye el
cuya especificidad hay que respetar, hablan siempre del mismo objeto de los testimonios bíblicos, que apuntan precisamente
tema. Precisamente esto es lo que está en la base de la unidad de hacia ella. Aquí observamos un movimiento bidireccional: los
toda la Biblia. También gracias a esto es legítimo reunir los dis­ testimonios de la Escritura son interpretados a la luz de la Reali­
tintos testimonios (las voces diversas de las distintas partes de la dad, y la Realidad se interpreta a la luz de los testimonios. Childs
Biblia), que se refieren a la misma Realidad teológica, y ponerlos llama a la Realidad con los nombres de «subject matter, substan-
después en m utua relación. Gracias a la unidad de la Biblia es ceo res»248 [contenido esencial, sustancia o cosa/materia] de los
legítimo leer después un texto bíblico en un contexto más testimonios bíblicos.
amplio, el contexto canónico. ¿De qué tema se trata aquí? Para Así, gracias a la relación entre el texto y la Realidad, el sistema
responder antes hay que decir algo sobre un tema ligado al de la metodológico de Childs puede mantener el postulado de la uni­
unidad: el tema de la relación entre el texto y la realidad extra- dad de la Biblia sin renunciar a la enorme variedad de formas de
textual244. testimonios bíblicos y a la diversidad de voces diferentes dentro de
Para Childs un texto bíblico no es una fuente para la ciencia, la Escritura. Descubrir esta relación también permite a nuestro
sino un testimonio para la fe245. Es un testigo de la Realidad. El autor valorar la interpretación tipológica del Antiguo Testamento.
texto apunta hacia la Realidad. Por tanto, es de gran importan-
246 R. A. Harrisville ha designado con el nombre de nervio del proyecto de Childs a su
~42 Cf. el punto dedicado a Interpretation in Faith, en cap. II punto 1.a. intento de hacer transparente la realidad reflejada en el texto: «the nerve os his project», en
243 CHILDS, Biblical Theology o f the Oíd..., o.c., 77. La tesis ya es conocida de Interpre- H a r r is v il l e , «What I believe my Oíd Schoolmate is up to», a.c., 17.
tation in Faith. 247 Mark G. Brett, que en 1991 presentó su tesis sobre Childs, escribió en 1994: «Para
244 El problema de la relación entre el texto y la realidad, de la que el texto habla, estu- Childs, el verdadero referente de teología bíblica solo puede ser la realidad trascendente [...]
vo presente en el pensamiento de Childs desde el inicio de su investigación metodológica En este último libro [a saber, Biblical Theology o f the Oíd and New Testament], la inciden­
(cf. el punto dedicado a Interpretation in Faith, en cap. II punto 1.a). El postulado ha segui­ cia en el referente divino, externo al texto bíblico, es más fuerte que en obras previas, y esto
do siendo actual y fue confirmado en Biblical Theology ofthe Oíd..., o.c. está en parte relacionado con el objetivo de la tarea: solamente cuando la diversidad de los
245 Hay una clara correspondencia con el pensamiento de K. Barth, que ejerció una testimonios de ambos Testamentos se conecta a su subject matter (res) [contenido esencial]
notable influencia sobre nuestro autor. C f SCALISE, «Canonical Hermeneutics...», a.c., 76. podemos empezar “a comprehender la naturaleza de la coherencia de la Biblia”» (M. G.
También el Biblical Theology Movement, del cual Childs habla mucho en Biblical Theology B r e t t , «Against the Grain: Brevard Childs’ Biblical Theology o f the Oíd and New Testa-
in Crisis, presentaba una visión de la Biblia como testimonio (cf H a s e l , « R e c e n t tnents: Theological Reflection on the Christian Bible», a.c., 282).
Models...»: a.c., 66 ). 248 C h ild s , Biblical Theology ofthe Oíd..., o.c., 80.
126 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓNICO 127

Desde la perspectiva del movimiento entre el texto y la Realidad, En el caso de nuestro autor, por tanto, la visión unitaria de la
la interpretación tipológica significaría el proceso de búsqueda de Biblia se basa en la cristología. La cristología tiene aquí una pre­
un sentido pleno cristiano de un texto, leído a la luz de la Reali­ cedencia con respecto a la eclesiología ^ 5, aunque de hecho
dad descubierta y, en cierto sentido, definida previamente249. Childs subraya muchísimas veces el papel de la comunidad cre­
Pero ¿de qué estamos hablando cuando decimos la Realidad? yente en el proceso de la creación e interpretación de las Escri­
¿Qué es este tema o acontecimiento central, al cual se refieren los turas. En Biblical Theology ofthe Old and New Testament Childs
testimonios de la Biblia cristiana? La respuesta es: Cristo. La no nos ha dejado dudas al respecto, declarando que él mismo es
Realidad teológica de la que habla la Biblia, en la visión de nues­ «muy crítico con cualquier posición teológica en la que la ecle­
tro autor, tiene un carácter profundamente cristológico 250. La siología tome precedencia sobre la Cristología»256.
condición última para encontrar la unidad interna de las Escri­ El cristocentrismo de Childs en ningún modo es menor que el
turas está precisamente en encontrar la relación entre el texto y teocentrismo de su metodología. Su propuesta ya ha sido reco­
el acontecimiento salvífico de Cristo. Como indica G. F. Haseí, nocida como una visión teológica, vertical, de la interpretación
«Childs se opone a cualquier noción o idea que no tome la cris- bíblica, en oposición a la horizontal y antropológica visión exis­
tología como la clave del concepto de interrelación y unificación tencialista 25 . Para Childs, para quien el aspecto teocéntrico se
de los Testamentos»251. concentra en el acontecimiento salvífico de Cristo, teocéntrico sig­
Puesto que Jesucristo es el verdadero «common subjet nifica en realidad cristocéntrico. G. F. Hasel apuntaba con razón:
matter» 252 [contenido esencial común] de toda la Biblia y el
principio de unidad de la Biblia cristiana, tanto los testimonios Para Childs el aspecto teocéntrico se focaliza en Jesucristo, por lo
del Antiguo Testamento como los del Nuevo se refieren a él, y que teocéntrico significa en realidad cristocéntrico. No desea que
entendamos la unidad de la Escritura en términos teocéntricos. Él
a su luz, a la luz del acontecimiento de Jesucristo hay que refle­ habla de la u n id a d esencial de la Escritura como testigo del Señor vivien­
xionar sobre todos estos testim onios253. Childs no duda cuan­ te y afirma que hay una voz singular y unificada en la Escritura, la de
do escribe: «ambos testamentos dan un testimonio distinto de Jesucristo 2 .
Jesucristo que debe ser escuchado, ambos por separado y en
armonía»254. La interpretación de Childs es, por tanto, ceñidamente cris-
Su Persona presenta la única iré a de interés verdadera de la tocéntrica. Nuestro autor está convencido de que el verdadero
Biblia. contenido esencial [subject matter] son la persona y la obra de
Jesucristo.
Resumiendo, podemos terminar con alguna conclusión. El
249 C f NOBLE, The Canonical Approach..., o.c., 69s.
250 Cf. CHILDS, Biblical Theology o f the Oíd..., o.c., 87. Ya antes del desarrollo de su fenómeno del canon bíblico y de la unidad de la Biblia son sin
metodología canónica Childs mostró una fuerte acentuación cristológica. Véase su artícu­ duda los fundamentos de la propuesta de B. S. Childs. El con-
lo de 1969, «Psalm 8 in the Context of the Christian Canon», reimpreso después en Bibli­
cal Theology in Crisis.
251 Hasel, «Recent Models...», a.c., 62. 255 Cf. H a sel, «Recent Models...», a.c., 62.
252 CHILDS, Biblical Theology ofthe Oíd..., o.c., 91. 236 C h i l d s , Biblical Theology ofthe Old..., o.e., 23; cita tomada de H a s e l , ibíd.
253 «El reto de la teología bíblica es realizarse en la actividad continua de la reflexión con­ 257 Ch. J. Scalise ha comparado la oposición entre el sistema teológico de Childs y la
tinua que estudia el texto canónico en una exégesis detallada, y busca hacer justicia al tes­ propuesta existencialista de J. A. Sanders con la oposición entre la visión teológica de
timonio de ambos testamentos a la luz de su contenido esencial [subject matter], que es K- Barth y la metodología existencialista de R. Bultmann (cf. SCALISE, «Canonical Herme­
Jesucristo» (ibíd., 78s). Aquí podemos reconocer el movimiento de la sustancia al testim onio , neutics: Childs and Barth», a.c., 82-85).
ya mencionado por Childs en Interpretation in Faith. H a s e l , «Recent Models...», a.c., 63. Las citas de Childs están tomadas de Biblical
254 Ibíd., 78. Theology ofthe Old..., o.e., 724s.
128 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 129

cepto de canon para nuestro autor es complejo; se refiere al se r e a l i c e , por decirlo así, de modo indirecto2^1. Childs quiere de
periodo de la formación de la Biblia, de la aceptación de su h e c h o revalorizar la dimensión teológica de la Biblia. Sin duda,
forma final y también de su interpretación posterior. La función n u e s t r o autor ve la conexión entre esta dimensión y la histórica;
metodológica del canon está ligada además con otros elementos p e r o n o está de acuerdo con cualquier tipo de sometimiento de
importantes del acercamiento propuesto, como la forma final lo teológico a lo histórico.
del texto, la intención canónica y el contexto canónico. Todos Childs ve su propuesta metodológica como una propuesta
estos elementos deben colaborar en la realización del objetivo poscrítica262. Por una parte, nuestro autor aprecia la tradición
principal de Childs: la interpretación teológica de la Biblia como exegética precrítica, olvidada con frecuencia por los especialistas
Sagrada Escritura de la Iglesia. de las ciencias bíblicas; por otra parte, tiene claro que no se pue­
den ignorar los méritos del método histórico-crítico. Se abre así
ante nuestro autor una tercera vía, que lo guía por la pasarela
c) Childs y la historia añadida entre la historia y la teología, entre la interpretación his-
tórico-crítica y la teológica263.
Seguramente no se puede calificar a B. S. Childs con el nom ­ Esta perspectiva de la relación entre el texto y la historia de la
bre de exegeta antihistórico. Childs está profundamente conven­ que nos habla el texto tiene unas consecuencias inmediatas en el
cido de la dimensión histórica de la experiencia religiosa y del uso del método histórico-crítico en la metodología canónica.
testimonio bíblico 259. En Introduction to the Oíd Testament as Childs limita la influencia del método histórico a la exégesis,
Scripture afirma claramente: «Trabajar con la última etapa del aunque sin rechazar el método como tal. En el artículo The Oíd
texto no es perder su dimensión histórica» 26°. Testament as Scripture o f the Church Childs precisó su posición:
Al leer los escritos de nuestro autor se puede notar, sin
embargo, que para él esta historia bíblica es una historia total­ La cuestión no es si emplear la crítica o no, sino qué tipo de com­
prensión crítica puede servir mejor a la iglesia cristiana en su tarea teo­
mente especial. Es una historia que no se puede equiparar lógica de anuncio al mundo del siglo XX264.
demasiado fácilmente a la historia profana. La historia vincula­
da a la Biblia, aunque inmersa en la historia común, posee su Además, en Introduction to the Oíd Testament as Scripture
propia especificidad. Los acontecimientos históricos han tom a­ escribía:
do aquí parte de la literatura bíblica, lo que significa que ya for­
man parte del proceso de reinterpretación y relectura que se rea­ A lo largo de esta Introducción criticaré el fracaso del método his­
lizó dentro del proceso de desarrollo de los textos bíblicos. Si se tórico-crítico, como se suele practicar, a la hora de tratar adecuada-
quiere entender bien el mensaje de los textos, no se pueden des­
cartar ahora los acontecimientos puros del resto del cuerpo del 261 En su análisis de la metodología de Childs, P. R. Noble afirmaba: «A grandes rasgos,
su posición es que el valor teológico del texto está generalmente relacionado, en el mejor
texto bíblico. Así, la historia está presente y es importante; la teo­ de los casos, solo indirectamente a cuestiones de veracidad histórica». Después añadía más
logía de la Biblia depende de la historia, aunque parezca que esto abiertamente: «Childs rechaza explícitamente la idea de que hay una relación directa entre
la historia y la teología» (citas tomadas de NOBLE, The Canonical Approach..., o.c., 59s).
262 Cf. CHILDS, «Childs Versus Barr...»: a.c., 69.
232 C f M o b e r l y , «The Church’s Use...», a.c., 107: «Childs no está serrando los víncu­ 263 Sin embargo, hay que indicar enseguida que Childs parece someter siempre lo histó­
los entre teología e historia, ya que de ningún modo desea negar la naturaleza histórica de rico a lo teológico (cf. N o b l e , The Canonical Approach..., o.c., 54; SCALISE, «Canonical Her-
la revelación bíblica. Está modificando la conexión, no negándola. La interpretación debe­ naeneutics...», a.c., 74s; G a u t s c h , The Words..., o.c., 61).
ría seguir siendo histórica». 264 C h i l d s , «The Oíd Testament as Scripture of the Church»: Concordia Theological
260 C H IL D S , Introduction..., o.c., 76. Monthly 43 (1972) 711.
130 [A BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C .2 . PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓNICO 131

mente la literatura canónica del Antiguo Testamento. Sin embargo, Debemos recordar aquí que el acercamiento canónico nació
describir el acercamiento canónico como una lectura no histórica de
precisam ente como una reacción a las carencias del método
la Biblia es no haber entendido nada del mismo. ¡Nada podría estar
más lejos de la verdad!2(^ histórico-crítico. M. C. Parsons lo indicaba con las siguientes
palabras:
Tampoco se puede ignorar el hecho de que él mismo posee La crítica canónica surgió, en parte, como respuesta al sentimien­
un amplio conocimiento histórico-crítico26' . Childs selecciona to creciente de inadecuación del método histórico-crítico al tratar el
y acoge los resultados del método que se presentan como correc­ mensaje de los textos bíblicos. Esta insatisfacción ha aparecido entre
tos. Estos resultados le ayudan a entender mejor los textos bíbli­ aquellos que desean abandonar el método histórico-crítico junto a
cos presentes ahora en la Biblia cristiana, y le ayudan en la lec­ aquellos que desean subordinar la crítica histórica a alguna otra matriz
tura teológica de la Biblia267. interpretativa (tal como el canon)269.
Aquí se trata más bien de la pregunta sobre el modo de
Childs constató que el método histórico-crítico no era capaz
empleo de los resultados del método, más que de la utilidad del
método en sí. Con razón observa J. L. Mays con unas palabras d e explorar bien la dimensión teológica de la Biblia. Quiso
que merece la pena recordar: entonces introducir en las ciencias bíblicas una perspectiva teo­
lógica que llevase a la revalorización de esta dimensión pero, al
Childs ha situado su acercamiento sinceramente en medio de la m ism o tiem po, sin renunciar a la investigación científica de la
tradición histórico-crítica. Dicho con simpleza, la propuesta reclama histo ria y de la literatura.
reordenar las prioridades. Atender al canon como concepto y realidad Antes de nada Childs rechazó categóricamente el postulado
es situarse en el principio en vez de en el final, tanto metodológica­ d e exclusividad del pensamiento histórico en la metodología
mente como formalmente. El desarrollo histórico de las Escrituras
como canon es repensado y la importancia de este desarrollo revalori- bíblica. Siguiendo a G. A. Reyes, habría que decir:
zado. Esta nueva visión de la historia del canon del Antiguo Testa­
mento y la renovada valoración de sus implicaciones forman la base En primer lugar, Childs cuestiona categóricamente que la meto­
del intento por refundar la relación entre el estudio histórico-crítico dología crítica sea la manera más adecuada, por lo tanto obligada o
del Antiguo Testamento y su uso como Escritura 268. universal de interpretar o conocer correctamente el texto bíblico.
Reconoce sus aportes, pero a la vez señala su falta de aprecio por el texto
/ • 270
canomco
Por tanto, se trata del modo general de ver las Escrituras bíbli­
cas. Teniendo esto en consideración, se entienden mejor las críti­ Childs tam bién rechaza una afirmación típica del pensamien-
cas que nuestro autor formula contra el método histórico-crítico. to histórico, a saber, que hay que tratar los escritos bíblicos del
Veamos brevemente qué críticas ha formulado Childs al método m isin o modo que todos los demás documentos antiguos. Tratar
histórico. Biblia de este modo conduce al peligro de encerrarla en el
265 Íd., Introduction..., o.c., 71.
Pasado. De hecho, Childs reprocha al método histórico el no ser
266 B. C. Birch, por ejemplo, en su recensión a Introduction to the Oíd Testament as Scrip- Cg-paz de acercar el texto al lector moderno, de enclaustrar al
ture, no dudó en decir: «Childs está profundamente en deuda con los resultados del estu­
dio histórico-crítico. De hecho, hay pocos que puedan manejar la amplitud de conoci­
miento sobre los resultados de la investigación histórico-crítica que Childs expone en este j 269 M . C. PARSONS, «Canonical Criticism», en D. A. B l a c k - D. S. ÜOCKERY (eds.),
volumen» («Tradition...»: a.c., 113). Testament Criticism and Interpretation (Grand Rapids MI 1991) 255: cita tomada de
“ 67 Cf., por ejemplo, el punto dedicado a New Testament as Canon. An Introduction, C t t k e , «Canonical...», a.c., 174.
cap. II punto l.b; M o b e r l y , «The Church’s Use...», a.c., 106s. __ 0 G. A. R e y e s , «Hacia una comprensión y evaluación evangélica de la crítica canóni-
268 M AY S, «What is Written...», a.c., 154. ^ a.c., 232.
132 C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 133
LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA

texto en un pasado ya remoto. Ya en Biblical Theology in Crisis Así, Childs protesta categóricamente contra todos los inten-
Childs no nos dejó dudas sobre este tema: oS de* desmontar la forma final del texto y sustituirla por las
econstrucciones histórico-críticas. Esta práctica conduce a la
En la medida en que el uso del método crítico pone una cortina 1d e sc a n o n iza c ió n de los textos bíblicos 275 y crea con frecuencia
de hierro entre el pasado y el presente, es un método inadecuado para u n abismo entre los textos históricamente reconstruidos y el
estudiar la Biblia como Escritura de la iglesia271.
t e x t o de la Biblia presente en la Iglesia 276. Esta práctica condu­

Childs está aquí exactamente en la misma línea que otro ce al mismo tiempo a una situación en la cual la Iglesia de hoy
t i e n e prácticamente la forma de un texto bíblico diferente al que
representante del pensamiento canónico en metodología bíblica
t e n í a el texto en la Iglesia de ayer. De tal modo que aquí se igno­
J. A. Sanders. Según este último, la interpretación de la Biblia
r a completamente la importantísima relación que hay entre el
«pasó de ser el fuero particular de los sacerdotes a ser el sujeto
t e x t o y la comunidad, en la cual el texto actuaba — y siempre
especial de los investigadores, que lo convirtieron en una especie
de tellarqueológico que solo los expertos podrían excavar»272. actúa— como un texto normativo.
Según nuestro autor, también es inaceptable tratar de dividir
Para un texto que debe actuar en una comunidad viva obvia­
mente es una propuesta inaceptable. Precisamente el método crí­ los textos y los niveles de los textos bíblicos entre originales y no
tico ha contribuido a la situación actual de fractura entre la originales. Para Childs toda la literatura bíblica, que está dentro
Biblia y la Iglesia con su enseñanza273. del canon, tiene el mismo atributo de validez y autoridad. Tam­
Una de las críticas más fundamentales de Childs al método bién achaca al método histórico haber conducido a una situa­
histórico-crítico afecta al problema de la forma final del texto. ción de despedazamiento total de la Biblia 277, y señala que el
Childs sostiene que el método histórico busca el significado no método criticado se funda, con frecuencia, en sus conclusiones
en el texto mismo, sino debajo de o detrás de él. En el artículo que son solo hipótesis, y algunas veces muy dudosas.
The Sensus Literalis ofScripture: A n Ancient and Modern Problem,
observaba:
275 Cf. ÍD ., «The Canonical Shape...», a.c., 49: «El bloqueo hermenéutico moderno ha
El surgimiento del método historico-crítico trajo una nueva com­ surgido en gran medida por desatender la formación canónica. La metodología crítica usual
prensión del sentido literal del texto bíblico como el sentido histórico de restaurar una situación histórica original frecuentemente implica deshacerse de los ele­
original. Pero lo que se entendió como un intento de liberar al texto mentos propios que constituyen la forma canónica. ¡Poco importa que, una vez que se ha
de la supuestamente pesada mano de la tradición y el dogma se mani­ anclado al texto en el pasado histórico descanonizándolo, el intérprete tenga dificultades en
festó como un arma que cortó ambos caminos. El efecto fue de hecho aplicarlo al contexto religioso actual!».
27f’ Childs indicaba esto claramente en ÍD ., Introduction..., o.c., 40: «una Introducción
destruir la importancia, integridad y confianza en el sentido literal del histórico-crítica, como se ha desarrollado desde Eichhorn, no tiene como objetivo analizar
texto. Mientras que durante el periodo medieval el tema crucial estu­ la literatura canónica de la sinagoga y de la iglesia, sino más bien describir la historia del
vo en el empleo realizado de los múltiples niveles de significado por desarrollo de la literatura hebrea e indicar las etapas anteriores y posteriores de esta histo­
encima, del texto, ahora la cuestión se desplaza a los múltiples niveles ria. Como resultado, siempre queda un enorme hiato entre la descripción del texto críticamen­
p o r debajo del texto. El paralelismo está en la amenaza de ambas direc­ te reconstruido y el texto canónico actual que ha sido recibido y usado como escritura autoriza­
da por la comunidad» (la cursiva es nuestra).
ciones de fulminar el sentido literal del texto bíblico 274. 77 Aquí Childs está de acuerdo con J. A. Sanders, que ha verbalizado bien este reproche
si método histórico-crítico, en J. A. SANDERS, «The Bible as Canon»: The Christian Cen-
271 C H IL D S , Biblical Theology in Crisis, o.c., 14 ls. tury 98 (1981) 1250: «El criticismo bíblico no puede ignorar por más tiempo los cargos de
272 SANDERS, «Canonical Context...», a.c., 175. haber atomizado a su especial modo la Biblia, y luego recolocado las piezas en la antigüe­
M o b e r l y , «The Churchs Use...», a.c., 104s,
desarrolla este aspecto del problema dad, a la vez que con frecuencia actuando irresponsablemente con respecto a la naturaleza
existente, en el contexto de la propuesta metodológica de B. S. Childs. de la Biblia misma. La pretensión de objetividad y minuciosidad se queda vacia cuando se
27 Childs, «The Sensus Literalis...», a.c., 91s. ignora la Biblia como canon».
134 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 135

Resumiendo, hay que indicar cierta tensión dentro del siste­ La descripción de N. K. Gottwald es más larga:
ma metodológico de Childs. Por una parte, nuestro autor decla­
ra claramente la importancia de la historia en el proceso de La crítica canónica se fija sobre todo en aspectos de teoría literaria
y hermenéutica con el fin de ir más allá del interés de la crítica de la
entender los textos bíblicos. Él mismo es discípulo de los histó-
redacción en libros individuales y series de libros hasta el examen de la
rico-críticos y tiene un amplio conocimiento de este campo. forma final del texto como una totalidad, así como al proceso que ha
Pero por otra parte es difícil quitarse la impresión de que Childs conducido hasta ella, y de plantear cuestiones de autoridad teológica y
se interesa poco por esta historia278. Para encontrar el camino a hermenéutica sobre el modo en que crece orgánicamente fuera de la
fin de entender esta tensión, hay que tener presente que, para descripción histórico-literaria de la canonización de la Escritura 281.
Childs, lo que verdaderamente cuenta es el texto presente actual­
mente en la Iglesia279. Aunque Childs nos habla de la impor­ De hecho, a la luz de las páginas precedentes, no exige dema­
tancia de las ciencias históricas, en definitiva, solo es importan­ siados argumentos la afirmación de que la propuesta de Childs
te lo que nos ayuda a entender el texto leído hoy en la Iglesia. es un sistema fundado sobre el dato del canon y de la unidad de
Constatamos pues cierta relativización de la posición histórica la Biblia. Con esta afirmación hemos cerrado el punto 2.2.
en la interpretación de la Biblia. Childs posee una visión unitaria de la Biblia en cuanto que ve la
colección de todos los libros bíblicos como una totalidad inte­
riormente unificada. El canon es quien crea el contexto adecua­
d) La característica general de La propuesta metodológica do para desarrollar una exégesis correcta; en este contexto hay
de B. S. Childs que comprender e interpretar la Sagrada Escritura 282. El canon
es quien cumple el papel de principio hermenéutico, paralelo
Después de haber visto las características generales del acerca­ al de la regla de la fe. El canon es quien tom a la forma de prin­
miento canónico queremos ahora resumir la descripción del siste­ cipio formal, que unifica toda la Biblia, en oposición a un prin­
ma de Childs con una breve característica general. ¿Cómo podría cipio material (o temático) que fue presentado previamente en
definirse la propuesta canónica como tal? formas diversas por los distintos autores. Después, como ya
En las publicaciones ya existentes podemos encontrar, natu­ hemos observado, varias veces en nuestro trabajo, la forma nor­
ralmente, distintas propuestas de definición. K. D. Clarke defi­ mativa del texto para Childs es la canónica final de la Biblia. Ella
ne, por ejemplo, el acercamiento canónico del siguiente modo: es la que debe tomarse en consideración al inicio y al final del
proceso de construcción de una teología bíblica283. Esta es,
La crítica canónica es un método de estudio que busca, como
incluso, en su extensión canónica, la que debe guiarnos en la
objetivo principal, interpretar el texto bíblico en su contexto canóni­
co y en relación con la comunidad creyente de fe280.
281 G o t t w a l d , «Social Matrix...», a.c., 310.
282 Como escribía, en su característica del canonical approach, P r o v a n , «Canons...»,a.c.,
4: «El canon provee el escenario en el que la lucha por una comprensión actual tiene lugar»
(cf. C h il d s , Oíd Testament..., o.c., 15).
228 Cf. N o b l e , The Canonical Approach..., o.c., 97. Noble recuerda que para Childs el 283 La acentuación de la forma final del texto ha sido reconocida como una de las carac­
texto bíblico no es una fuente, sino un testimonio. Los acontecimientos salvíficos mencio­ terísticas principales (y sin duda como una característica controvertida para gran parte del
nados en la Biblia, aunque plenamente históricos, se encuentran ahí ya inmersos en el tes­ rnundo bíblico) del proyecto de B. S. Childs. En 1994, M. G. Brett escribía: «Childs ha
timonio teológico, del cual no pueden separarse si se quiere interpretar correctamente el sido bien conocido, por más de dos décadas, como un prolífico y controvertido pionero del
texto bíblico. acercamiento canónico a la interpretación bíblica, cuyo principal distintivo es el énfasis en la
279 Cf. F o w l , «The Canonical Approach...», a.c., 175. forma final del texto como contexto controlador tanto para la exégesis como para la teolo­
280 CLARKE, «Canonical...», a.c., 171. gía bíblica» (B r e t t , «Against the Grain...», a.c., 281).
136 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 137

interpretación teológica de la Biblia. Toda la propuesta de Childs c rític o y teológico. Childs quiere encontrar el área de mediación
se presenta como un sistema que acentúa y pone en el centro de en tre la historia y la teología287, el punto de mediación entre la
su interés la forma canónica del texto bíblico, con su intención fe y la razón. Repitiendo las palabras de P. R. Noble, «parece que,
canónica, entendida en el área del contexto canónico. Siguiendo e n to n c e s , en el corazón de la propuesta de Childs está la versión
a R. A. Harrisville, podemos decir que m o d e r n a del antiguo problema de la Fe y la Razón»288.
P e r o no puede escapar a nuestra atención que Childs favore­
para Childs canon es el lugar en el que los aspectos descriptivos y cons­
c e a la teología, aunque hable de la importancia de la historia.
tructivos de la interpretación se combinan, funcionando el término
canon como una cifra para el proceso por el cual los escritos sagrados I. P r o v a n tenía razón al afirmar:
de la Iglesia se formaron y por el cual ejercieron su papel en la vida de
cada generación de creyentes 28“f Childs se describe a sí mismo como negociando la reconciliación
de dos naciones soberanas. En cualquier caso, su propia cosmovisión
claramente se inclina por una de ellas, y con frecuencia se le encuen­
Por tanto, sin duda, el hecho del canon y la visión unitaria de tran sermones que implícita o explícitamente minan a la otra 289.
la Sagrada Escritura están en la base de toda la propuesta m eto­
dológica de nuestro autor. Childs acepta la dimensión histórica de la Biblia, aunque
Intentando definir el sistema de Childs no podemos pasar quiere utilizar los medios histórico-críticos con un objetivo pre­
por alto algunas otras características que tienen una importancia c i s o : clarificar la forma final del texto, que en el caso de nuestro
fundamental en la descripción de la propuesta canónica. a u t o r significa hacer posible una mejor comprensión de la
Antes de nada debemos indicar que el acercamiento canónico dimensión teológica de la Biblia.
es una propuesta que está en el punto de encuentro donde se De esta perspectiva de la propuesta canónica entre la historia
cruzan la historia con la teología, y la fe con la razón285. Pode­ y l a t e o l o g í a procede también otra relación dialéctica que existe
mos decir que el método propuesto es un sistema que cuelga d e n t r o de este acercamiento. Con la orientación teológica está la
entre la historia y la teología28 . Nuestro autor quiere ser a la vez afirmación de la fe en el acercamiento a la Biblia, mientras que
c o n l a perspectiva histórica está la voluntad de argumentar esta
284 H a r r i s v i l l e , «What I believe...», a.c., 11. f e de modo poscrítico.
285 Según la opinión de Scalise, que decía: «El acercamiento canónico de Childs se forma
en el crisol creado por la tensión entre los aspectos históricos y teológicos de la Biblia» (Sca-
LISE, «Canonical Hermeneutics...», a.c., 74). blecer una relación adecuada entre historia y teología en la teología bíblica, en la que la
286 Merece la pena recordar en este punto las palabras de R. W. L. Moberly, que descri­ integridad y los aspectos legítimos de cada disciplina sean respetados» («The Churchs...»,
bía así el problema de la relación entre la teología y la historia en el pensamiento de Childs: a.c„ 106).
«Childs se acerca a la Biblia como un teólogo que desea reinstaurar en ella la teología como 287 Childs ve en este punto la mayor dificultad-a resolver en el proceso de construcción
una disciplina con un orden del día y una integridad por sí misma en el estudio bíblico. de una teología bíblica: «Más bien sostengo que el problema crucial de la Teología Bíblica
Childs cree que en los últimos 200 años aproximadamente la teología se ha subordinado permanece en gran parte sin resolver, a saber, el desafío de utilizar las herramientas históri-
con mucho a la historia. La teología ha sido con frecuencia reducida a un comentario inter­ co-críticas comunes de nuestra época en el estudio de la Biblia y al mismo tiempo hacer
pretativo para redondear la investigación histórica. El pastel ha sido la historia, la guinda la completa justicia al único contenido esencial teológico de la Escritura como la auto-revela-
teología. Childs defiende que sin una adecuada agenda teológica toda la tarea de interpre­ ción de Dios» («Critical Reflections on James Barr’s...», a.c., 8).
tación se construye defectuosamente. Esto significa que Childs desea abajar la importancia 288 N o b le , The Canonical Approach..., o.c, 18.
de la crítica histórica en los estudios bíblicos. Este abajamiento, sin embargo, no debería ser 89 P r o v a n , «Canons...», a.c., 28. Desde la misma perspectiva describía el acercamien­
exagerado. Si la subordinación de la teología a la historia es Escila para la crítica bíblica to canónico C a l l a w a y , «Canonical...», a.c., 126: «aunque usa métodos literarios e histó-
moderna, la negligencia de una adecuada conciencia histórica sería Caribdis. La completa Hcos, la crítica canónica es principalmente teológica en su naturaleza. Su interés subya­
aceptación de Childs de los métodos y resultados de la crítica histórica distancia drástica­ cente es encontrar el lugar de autoridad en los textos bíblicos analizando los caminos en
mente su posición de la de aquellos estudiosos conservadores que han restringido explícita o los que los textos fueron de autoridad para las comunidades creyentes que los recibieron
implícitamente la investigación histórica de los documentos bíblicos. Childs trata de esta- c°m o Escritura».
138 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓNICO 139

Ya hemos visto, al analizar la propuesta de Childs, que el acer 1 La última frase de esta cita nos introduce en el segundo punto
camiento canónico lee la Biblia desde la perspectiva de la fe . ja dialéctica que se da dentro del sistema analizado. Childs,
Nuestro autor está convencido de que no existe un área neutral C ue manteniendo la perspectiva de la fe, quiere construir la
en la que se pueda comenzar el trabajo exegético para luego pasar te o lo g ía bíblica de modo poscrítico, quiere preparar una teología
a la parte teológica confesional290. El intérprete se acerca al texto útil «para una comunidad de fe que vive al otro lado de Baur y
recibido ya con sus presupuestos que, en el caso de la exégesis
cristiana, deben coincidir con los de la tradición de la com unidad ^ P o r esta razón debe mantener todos los resultados razonables y
cristiana. Estos presupuestos están de hecho inmersos en la fe suficientemente argumentados del método histórico-crítico, e
cristiana. Childs es consciente de ellos y de toda la tradición de la incorporarlos en su sistem a294. La propuesta metodológica de
comunidad cristiana, y los acepta abiertam ente291. Por tanto Childs, que ya desde el principio surge como una reacción a la
podemos concluir que el acercamiento canónico es un sistema impotencia del método histórico-crítico para tratar y explorar ade­
que trabaja con los presupuestos de la comunidad, en cuya tra­ cuadamente la dimensión teológica de la Biblia295, quiere conser­
dición quiere permanecer. También es un sistema que afirma var del método histórico-crítico todo lo que pueda ser útil a la
esto abiertamente. R. W. L. Moberly ha verbalizado esto de un explicación de la forma canónica de la Sagrada Escritura. Esto lo
modo exacto y preciso: lleva a asumir una propuesta que podemos llamar poscrítica296.
Otra característica muy significativa del acercamiento canó­
Childs se acerca a la Biblia como cristiano en cuanto que subraya nico es su fuerte inclinación a la comunidad creyente. Su aspec­
que la Biblia es un libro religioso, escrito explícitamente para el pro­
pósito práctico de guiar a los creyentes. Childs ve esto no como una
to comunitario, por llamarlo así, se manifiesta de formas diversas,
mera perogrullada sino como una guía vital para comprender la natu­ tanto respecto al pasado como al presente.
raleza de la Biblia. No es solamente la referencia de la Biblia a una Si hablamos del pasado, en seguida se hace evidente la im por­
comunidad de fe lo que explica varios de los factores que más han tancia que Childs da a la comunidad en el proceso canónico de
influido en el desarrollo del texto, sino también que es en el contex­ la formación de las Escrituras y en el hecho fundamental de aco­
to de la comunidad de fe donde su testimonio se escucha y se entien­
gerlas y custodiarlas en la forma establecida. Si en cambio pen­
de. Es decir, Childs cuestiona el haber sacado a la Biblia de un con­
texto de interpretación específicamente cristiano, que es lo que se ha samos en el presente, basta con recordar el postulado canónico
encontrado en el corazón del acercamiento crítico moderno. No se de la necesidad de estar dentro de la tradición de la comunidad
pretende con esto restablecer una visión de la Biblia tradicional y pre- para poder interpretar hoy correctamente la Biblia como Sagra­
ilustrada. Se trata más bien de un intento por establecer una visión da Escritura de esta comunidad. También se puede entrever el
posliberal y postilustrada292.
aspecto comunitario de la propuesta de Childs en la preocupación

293 C h ild s,Introduction..., o.c., 45.


29^ Aunque ya hemos visto más arriba que Childs hace esto con un objetivo preciso: ayu-
dar a entender mejor la dimensión teológica de la Biblia. Asi, lo histórico esta sometido a lo
290 C f. HARRISVILLE, «What I believe...», a.c., 15. teológico.
291 La posición de nuestro autor está en paralelo a la delos Padres de la Iglesia. M O B E R I Y, En Biblical Theology in Crisis, un libro-manifiesto que está al inicio de la búsqueda
«The Churchs Use...», a.c, 106 observa con razón: «Hombres como Ireneo o Atanasio insis­ metodológica de nuestro autor, Childs motivaba así la necesidad de buscar alternativas al
tieron en que las cuestiones planteadas por los gnósticos, los marcionitas y los arríanos método histórico-crítico: «En la medida en que el uso del método crítico pone una corti-
nunca podrían resolverse por el solo texto de la Escritura, sino que la Escritura debía inter­ na de hierro entre el pasado y el presente, es un método inadecuado para estudiar la Biblia
pretarse desde la perspectiva de la regía de la fe, es decir, desde el contexto de la Iglesia. C° 29? Escritura de la iglesia» (p.Iáls).
Childs debe ser entendido en continuidad general con esta clásica posición cristiana». Cf. también las paridades entre la naturaleza poscrítica de la propuesta de Childs y
292 Ibíd., 105. la de Barth, vistas por SCALISE, «Canonical Hermeneutics...», a.c., 64s.
140 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓNICO 141

pastoral del acercamiento canónico, en su voluntad de construir Siendo fiel a la perspectiva barthiana, Childs ve la Biblia
una teología bíblica fructífera y útil para la comunidad creyente com o un testimonio de la Realidad teológica300. Repitiendo las
para sus preguntas y necesidades 297. Justamente observaba p a la b r a s de M. G. Brett, conviene indicar que: «para Childs el
C. Patton en su artículo: v e r d a d e r o referente de la teología bíblica solo puede ser una rea­
lid a d trascendente»301.
La crítica canónica, en el sentido de estudio de la formación y fun­ El texto bíblico apunta a la Realidad. El texto quiere hacer
ción continua del canon, supone una comunidad de fe que ha deter­
t r a n s p a r e n te esta Realidad, y la exégesis y la teología bíblica
minado tanto el contexto comunitario contemporáneo para la inter­
pretación como el canon en sí mismo 2^8. deben ayudar fructíferamente a cumplir esta voluntad. Como el
te x to es un testimonio de la Realidad teológica, nuede conver­
De hecho, la propuesta metodológica de nuestro autor sería tirse e n un instrumento del encuentro con D ios3 2.
impensable sin su orientación al interior de la comunidad. Además, la Realidad teológica a la que apuntan los textos
Como preparación a la definición de la propuesta canónica bíblicos está en el fundamento de la unidad de toda la Biblia303.
nos falta todavía una pregunta importante a la que queremos Gracias a esta Realidad única la Biblia es capaz de mantener su
ahora dar una respuesta. La pregunta es la siguiente: ¿cuál es la unidad. Así, los temas de la Biblia como unidad y de la Biblia
visión general de la Biblia en el acercamiento canónico? ¿Cómo como testimonio se encuentran.
ve nuestro autor este Objeto principal en su proceso de elabora­ La Biblia también es para nuestro autor una obra de autori­
ción de la exégesis y de la teología bíblica? dad. La Biblia ha ejercido esta autoridad dentro de la com uni­
dad de fe en el pasado y lo hace todavía en la comunidad con­
Obviamente ya hemos abordado antes este problema al temporánea. Por eso hay que considerarla e interpretarla como
hablar del papel del canon y de la unidad de la Biblia en la pro­ obra de la comunidad que desempeña siempre el papel de auto­
puesta analizada. Sin duda la visión bíblica de Childs es una ridad para la vida de esta comunidad. Es una visión que quiere
visión unitaria de las Escrituras. Pero este aspecto no da una res­ ponerse en oposición a la perspectiva académica, que considera
puesta plena a la pregunta antes formulada. En la visión general
de la Biblia del acercamiento canónico hay que subrayar también
otros elementos. 390 R. A. Harrisville ha descrito de un modo muy sugerente la importancia de esta carac­
terística de la visión de la Biblia de Childs. Quizá vale la pena citar ahora sus palabras:
Para nuestro autor la Biblia es antes que nada un testimonio. «Hemos llegado al corazón del interés de Childs, al nervio de su proyecto: hacer transpa­
Lo indicaba G. F. Hasel cuando decía: «la naturaleza de testigo de rente la realidad reflejada en el texto. En cada lugar que ha impreso, Childs ha recitado,
la Escritura emerge como un tema nuclear en la exposición de repetido, acentuado, trompeteado, elucubrado, iluminado esta preocupación, como si esto
Alese una cosa elusiva que su lector estuviese siempre preparado a pasar por alto o a perder.
Childs»299. F En medio del volumen de crítica y análisis, de recolección histórica y reflexión dogmática,
de exégesis e interpretación, el tema perenne y único de Childs es el del canon como ins­
Esta preocupación pastoral del acercamiento canónico se puede interpretar como una trumento de encuentro con Dios» («What I believe...», a.c., 17s).
parte (respecto a la contemporaneidad) de su inclinación a la comunidad. Se podría suge­ 301 B r e t t , «Against de Grain...», a.c., 282.
rir la tesis de que el hecho de trabajar con la Biblia para la comunidad pudo ayudar a Childs 392 Esto está vinculado al hecho de que Childs acentúa las intenciones comunicativas del
a redescubrir y revalorizar el papel de la comunidad creyente en el proceso del d e s a r r o l l o texto presentes en el canon bíblico; en cambio, evita las especulaciones sobre las posibles
canónico de las Escrituras. Especialmente si pensamos en la reinterpretación y actualización intenciones primarias de los autores y contextos originales o preoriginales. Desde esta pers­
de las Escrituras. pectiva puede desarrollarse de modo dinámico una visión de la Biblia como instrumento
298 C. PATTON, «Canon and Tradition: The Limits of the Oíd Testament in S c h o l a s t i c flel encuentro actual e inmediato con Dios y con su voluntad (cf. PROVAN, «Canons...»,
Discussion», en C . S E IT Z - K . G r e e n e - M c C r e i g h t (eds.), Theological Exegesis. Essays in a-c., 19).
Honor o f Brevard S. Childs (Grand Rapids MI 1999) 77. 303 Cf. el apartado dedicado a Biblical Theology o f the Oíd and New Testament, cap. II
299 Hasel, «Recent Models...», a.c., 66 . Punto l.c.
142 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 143

la Biblia una fuente para sus libres estudios, no ligados necesa­ para concluir este punto de la exposición, queremos resumir
riamente con el contexto comunitario de las Escrituras304. todo lo dicho con una propuesta de definición del acercamiento
Antes de intentar definir el acercamiento canónico, todavía canónico de B. S. Childs:
hay que recordar una pequeña observación preliminar. El mismo El acercamiento canónico es un acercamiento teológico a la
Childs es muy reacio a describir su propuesta con el nombre de Biblia, que la interpreta como la Sagrada Escritura autorizada de
método 305. Nuestro autor no quiere presentar el acercamiento la comunidad cristiana; es un acercamiento poscrítico, que quie­
canónico como uno de los métodos exegéticos, que se podría re poner en colaboración dialéctica la dimensión histórica y teo­
poner al mismo nivel con los demás métodos (la crítica de las lógica de la revelación bíblica; lo quiere hacer asumiendo el canon
fuentes, la crítica de las formas, la crítica de la redacción, etc.) 306. bíblico como principio hermenéutico formal, interpretando así la
Childs quiere más bien establecer la perspectiva correcta para el Biblia en su forma final en el contexto canónico global.
proceso de realizar teología bíblica. El estudioso de Yale quiere
presentar un elenco de normas necesarias sobre la estabilización
de un contexto obligatorio para el desarrollo de la exégesis y de la e) El contexto histórico y teológico de la propuesta canónica
teología bíblica, de la Biblia vista como Sagrada Escritura de la
comunidad 307. Aunque intenta hacerlo de un modo sistemático La propuesta metodológica de B. S. Childs surgió en un con­
y razonado metodológicamente, sería muy impropio calificar su texto histórico y teológico bien preciso. En el punto presente nos
propuesta con el nombre de método. La denominación más ade­ fijaremos en este contexto para poder percibir su posible influjo
cuada, por tanto, para presentar el sistema metodológico de en el pensamiento de nuestro autor. Hay que indicar que los
Childs parece ser simplemente: un acercamiento a la Biblia308. influjos posibles pudieron ser muchísimos. Childs estudió con
profesores famosos del m undo bíblico, como G. von Rad,
3l^ Uno de los objetivos de la propuesta metodológica de Childs es precisamente la res­ W. Baumgartner, K. Barth, W. Eichrodt o W. Zimmerli. El ejer­
titución de la autoridad de la Biblia para la Iglesia moderna, poscrítica: la restitución de la
autoridad que le ha sido robada en el periodo crítico de la exégesis. Cf. cap. II punto 2.a. cicio de su profesión se fue desarrollando en un periodo de fuer­
305 En el Festschrift [libro homenaje] publicado con ocasión del 75.° aniversario de te crecimiento de las ciencias bíblicas en los Estados Unidos, en
Childs, Harrisville recordaba: «Childs rechaza poner a todo esto el nombre de método. Él
evita sistemáticamente términos como canon criticism [crítica del canon] o canonical criti- el periodo del Biblical Theology Movement. Hay que indicar, ade­
cism [crítica canónica] precisamente porque sugieren la formulación de un método que más, que es un autor que ha leído mucho y ha conocido bien las
completa o reemplaza a otros de su categoría. El término canon (sin el artículo) no sugiere
una nueva técnica exegética sino un contexto desde el cual el escrito debe ser entendido e
propuestas de los dem ás309. Así pues, queremos dirigir nuestra
interpretado. Haber atendido a este punto podría haber ahorrado a sus críticos espacio Y
esfuerzo» («What I believe...», a.c., 13). 309 En el Festschrift dedicado a Childs con ocasión de su 75.° aniversario se indicó esto
30<^ A pesar de lo cual, algunos autores querrían ver la propuesta canónica como un paso mismo abiertamente. R. A. Harrisville no temió reconocer allí: «Desde el principio admi­
más tras la historia de la redacción. Cf. CALLAWAY, «Canonical...», a.c., 123; G O TTW A LD , to mi incapacidad de ofrecer nada parecido a un análisis minucioso del trabajo de mi viejo
«Social Matrix...», a.c., 310. amigo compañero de estudios, Brevard Springs Childs. Pero me anima el hecho de que no
307 Cf. C h ild s , Introduction..., o.c., 82s. soy el único. En una cosa la mayoría de los intérpretes bíblicos de este país no son capaces
308 Moberly describe este punto del siguiente modo: «Está claro que crítica canónica refe­ de igualar a Childs, en la cantidad de territorio recorrido. ¡Él simplemente ha leído más que
rida a Childs no implica ningún método particular o herramienta de interpretación, aun­ nosotros!» ( H a r r i s v i l l e , «What I believe...», a.c., 7). Por otra parte, K . D. Clarke, en su
que la crítica canónica fuese el siguiente paso a la crítica de la redacción. Más bien Childs Presentación del acercamiento canónico, escribió esto sobre la persona del mismo Childs:
está interesado en establecer un contexto y una perspectiva para la interpretación, en la que ^Aunque es en primer lugar profesor de Antiguo Testamento, ha leído más estudios de
todos los métodos existentes y herramientas puedan ser empleados adecuadamente. Este Nuevo Testamento que muchos investigadores del Nuevo Testamento» (CLARKE, «Canoni-
contexto es un contexto de fe, por el que se remite no a la piedad del individuo sino a la *£•••*> a-c., 180). Incluso uno de los más firmes críticos de la propuesta de Childs —James
vida, testimonio y búsqueda de comprensión corporativa de la Iglesia cristiana, en cuyo arr'— admitió en un artículo: «Naturalmente, como otros investigadores yo respeto el
corazón yace el uso de la Biblia como Escritura canónica» (MOBERLY, «The C h u r c h s muy diligente trabajo de Childs en la historia de la investigación, que es mucho más exten-
Use...», a.c., 108). 80 y detallado de lo que yo nunca he hecho o desearía hacer. Admiro sin reservas el cono-
144 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA 145
C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓNICO

atención solo a las fuentes ciertas y más características de p o s i­ necesidades de la Iglesia contemporánea. Vale la pena, sin
bles influjos y contextos favorables para entender mejor la p r o ­ embargo, ver con qué postulados del movimiento, ya finalizado,
puesta canónica. C h i l d s está de acuerdo, y con cuales n o 312.
El primer elemento que hay que indicar es el movimiento Como ya hemos indicado más arriba, el Biblical Theology
teológico que, con Childs, podemos llamar con el nombre de Movement apuntaba a la dimensión teológica de la Biblia, y esta
Biblical Theology Movement. En su libro Biblical Theology in Cri­ o p c ió n fundamental armonizaba muy bien con el proyecto de
sis, que data del periodo inicial de la construcción del acerca­ C h i l d s 3 1 3 . Ni el movimiento ni Childs rechazan al método his-
miento canónico, Childs habla mucho, y sin duda con simpatía, tórico-crítico en la realización de la teología bíblica314: ambos
de este movimiento. d e s e a n reconciliar los méritos del método con el valor teológico
El Biblical Theology Movement, tal como indica Childs en d e l a s Escrituras315. Pero hay que indicar enseguida que Childs es
Biblical Theology in Crisis, nació en el periodo posterior a la mucho más restringido en el uso real de los resultados historico-
Segunda Guerra Mundial. Childs señala que, a parte de algunos críticos. No obstante, volveremos sobre este punto al hablar de las
influjos y relaciones con el pensamiento europeo, el movimien­ diferencias entre nuestro autor y el movimiento teológico316.
to permaneció al nivel de una iniciativa típica de la teología ame­ También es com ún a la posición de Childs y del movimiento
ricana310. El movimiento apuntaba a un redescubrimiento y americano la preocupación pastoral 317. La Biblia debe ser útil
renacimiento de la teología bíblica. Subrayaba por tanto la para la Iglesia de hoy, debe tómar en esta Iglesia su lugar privile­
dimensión teológica de la Biblia. Al mismo tiempo se redescu­ giado. La acentuación de la comunidad viva de los creyentes que
brió la perspectiva eclesial, que subrayaba el puesto principal y custodia las Escrituras y la acentuación de la actualización de la
privilegiado de la Biblia en la vida de la Iglesia. La Biblia, en el Biblia en esta comunidad — elementos importantes del acerca­
m undo del protestantismo americano, se hacía así más cercana a miento canónico— están exactamente en la misma linea que las
la formación de los futuros pastores y a la vida pastoral en gene­ preocupaciones del Biblical Theology Movement.
ral. Nacido en un clima de gran entusiasmo y con la esperanza O tra semejanza clara se refiere al problema de la unidad de la
de poder ofrecer a los cristianos contemporáneos una teología Biblia. El movimiento intentó promover una visión unitaria de
fructífera fundada en la Biblia, tras 15-20 años el movimiento la Biblia y se opuso a la fractura demasiado profunda entre los
llegó a su fin. En Biblical Theology in Crisis Childs presenta estudios del Antiguo Testamento y los del N uevo318. No hay
algunas explicaciones de este hecho311, manteniendo al mismo
tiempo la convicción de la necesidad de construir una t e o lo g ía 312 La presentación del movimiento, además de en Biblical Theology in Crisis de Childs,
bíblica adecuada a la Iglesia de hoy. De este hecho ya se puede se puede encontrar por ejemplo en G. E. W RIG H T, God who acts (Londres 1958); J. B a r r ,
constatar que Childs quiere mantener e incorporar en su pro­ The Semantics o f Biblical Language (Nueva Y orkl96l).
313 Cf. C h i l d s , Biblical Theology in Crisis, o.c., 33.
yecto el objetivo principal del Biblical Theology Movement: ela­ 314 Cf. ibíd., 34.
borar una teología bíblica fructífera y pastoral, adecuada a las 3*3 Respecto al Biblical Theology Movement, cf. C l a r k e , «Canonical...», a.c., 177; R e y e s ,
«Hacia una comprensión...», a.c., 227.
31í*Por una parte, Childs subraya su aceptación de los resultados positivos del método
histórico-crítico, pero al mismo tiempo mira al método con sospecha. Esto hay que enten­
cimiento y la dedicación empleados en una pieza exquisita como su Biblical Scholarship in derlo en el contexto de su dependencia ideológica del movimiento. Su preocupación nace de
the Seventeenth Century: A Study in Ecumenics, que él amablemente presentó en mi volu­ ú voluntad de permanecer crítico y teológico al mismo tiempo. Permanecer crítico signifi­
men homenaje. En ningún momento he supuesto saber tanto sobre ello como él sabe» (J- ca probablemente para nuestro autor permanecer científico. Sin esto el diálogo con las
B a r r , «Allegory and Historicism», a.c., 108).
demás ciencias de la Biblia sería para él más difícil.
31® Cf. C h il d s , Biblical Theology in Crisis, o.c., 13.
317 C f. CHILDS, Biblical Theology in Crisis, o.c., 28.
311 Cf. ibíd., 61-87.
318 Cf. ibíd., 36-39.
146 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 147

necesidad de explicar la importancia del postulado de la unidad d ife r e n c ia s entre ambas posiciones? De algunas ya hemos dicho
de la Biblia en la propuesta de Childs. Nuestro autor eligió pre­ afgo más arriba.
cisamente este camino para poder proponer una nueva visión Hemos dicho que tanto el movimiento como nuestro autor
poscrítica de la teología bíblica. Aunque también en este tema q u i e r e n reconciliar la dimensión teológica de la Biblia con los

podemos ver una diferencia, de la que hablaremos. r e s u l t a d o s del método histórico-crítico aplicado a la Sagrada

En la cuestión de la unidad de la Biblia podemos esbozar otra E s c r i t u r a . Ambos quieren ser considerados teológicos y críticos

semejanza entre los dos proyectos analizados. Es cierto que el a l mismo tiempo. Pero la diferencia está en la medida y en el

Biblical Theology Movement presentaba una visión unitaria de las o b j e t i v o con los cuales se quieren utilizar los resultados históri-

Escrituras. Pero al mismo tiempo el movimiento intentó no co-críticos de los estudios bíblicos. El Biblical Theology Move­
oscurecer la diversidad presente en la Biblia. Como dice Childs ment se basaba y confiaba mucho más en el pensamiento crítico
en la presentación del movimiento, q u e nuestro autor321. En Biblical Theology in Crisis Childs des­
c r i b i ó la posición del movimiento así: «En general, daba la impre­
la rúbrica más frecuentemente usada para describir de modo positivo s i ó n de que el método histórico-crítico era convincente»322.
la unidad de la Biblia fue u n id a d en la diversidad. Este acercamiento Sobre su visión del problema nos puede informar mejor una
parecía permitir al teologo bíblico afirmar el trabajo analítico detalla­
do de sus predecesores, y al mismo tiempo mantener una unidad319.
frase tomada de la introducción de Introduction to the Oíd Testa-
ment as Scripture:
Si volvemos a la propuesta de Childs encontraremos claros Habiendo experimentado el fallecimiento del Biblical Theology
indicios de afinidad. Childs acentúa la unidad de la Biblia, pero M o vem ent en América, la disolución del amplio consenso europeo en
eso no significa que esta última tenga que ser vista como un el que fui preparado, y la amplia confusión respecto a la reflexión teo­
monolito. Al contrario, nuestro autor habla de voces diversas n- lógica en general, empecé a darme cuenta de que había algo funda­
tro de la Biblia cristiana. La expresión unity in diversity [unidad mentalmente erróneo en los fundamentos de la disciplina bíblica3“3.
en la diversidad] seguramente agradaría a nuestro autor.
O tro punto de afinidad entre el movimiento y nuestro autor La diferencia entre el movimiento y nuestro autor esta preci­
puede verse en el hecho de subrayar la originalidad del mundo samente en la diferencia entre esta frase: «en general [...] el méto­
de la Biblia. El movimiento señalaba la perspectiva peculiar de la do histórico-crítico era convincente» y esta otra frase: «había algo
Biblia al ver y narrar la realidad. Hablaba de la originalidad del fundamentalmente erróneo en los fundamentos de la disciplina
m undo bíblico, que era entendido en sus propias categorías320. bíblica».
También Childs ve la Biblia como un m undo peculiar. Podemos El movimiento se basaba en los resultados históricos, y Childs
notarlo en su exposición del proceso canónico (la originalidad de en cambio quiere utilizarlos en la medida en que puedan ser úti­
las Escrituras, que portaban el valor de la autoridad en la comu­ les para realizar el objetivo hermenéutico. Cómo hace esto nues­
nidad) o en su modo de tratar la historia narrada en la Biblia (la tro autor y dónde pone el puesto de los resultados histórico-cn-
originalidad de la historia bíblica respecto a la historia profana). ticos en la interpretación de la Biblia como Sagrada Escritura ya
Estas son las semejanzas existentes entre la posición de Childs lo hemos visto más arriba, en la parte dedicada al método histo-
y la del Biblical Theology Movement. ¿Cuáles son, en cambio, las rico-crítico en la propuesta metodológica de Childs.
321 Cf. Reyes, «Hacia una comprensión...», a.c., 228.
319 Ibíd., 37s. 322 C H IL D S , Biblical Theology in Crisis, o.c., 35.
320 Cf. ibíd., 44s. 323 Í D ., Introduction..., o.c., 15-
148 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CA NÓ NIC O 149

Si hablamos del método histórico-crítico, la diferencia entre pero con otros medios. Se podría decir que la disolución del
Childs y el movimiento está también en la visión del papel de la Biblical Theology Movement creó un vacío metodológico que
historia como tal en la interpretación bíblica. El Biblical Theo­ Childs quiso llenar con su propuesta327. G. A. Reyes ha indica­
logy Movement estuvo mucho más ligado a la historia. La histo­ do esto y descrito bien en su artículo:
ria era vista como una mediadora de la revelación. Así, descubrir
del modo más detallado posible la historia de la que nos habla la [...] la crítica canónica, tal como la propone Childs, no surgió en un
Biblia era muy importante. Childs en cambio no quiere ser tan vacío; por el contrario, surgió dentro de un contexto teológico patro­
cinado por el Movimiento de Teología Bíblica supeditado a los méto­
dependiente de la historia en sí misma. Afirma que la revelación dos histórico-críticos, a los cuales Childs considera inadecuados para
está enraizada en la historia y posee una dimensión histórica, la tarea teológica y de contextualización. Una vez que los mismos
pero lo que más nos interesa es el texto autorizado presente hoy hubieron fracasado en la década de los años sesenta, Childs lanza su
en la Iglesia. Este texto es el que para los hombres actuales repre­ propuesta la cual aspira ser diferente, teológica y, según nuestra opi­
senta una mediación de la revelación y de la voluntad divina. nión, poscrítica, como un llamado a retornar a la totalidad del canon
y a la forma final del texto328.
Para nuestro autor, buscar esta voluntad divina detrás, debajo o
encima del texto mismo es un fallo metodológico.
Por tanto, se puede concluir que el Biblical Theology Move­
O tra diferencia afecta al problema de la unidad de la Biblia.
ment ocupa un puesto im portante en el contexto en el que nació
El movimiento buscaba mostrar esta unidad sobre la base de un
la propuesta metodológica de B. S. Childs. El movimiento ame­
tema teológico que unificase las Escrituras324. Childs va en otra
ricano preparó el espacio metodológico favorable al crecimiento
dirección: la unidad de la Biblia sí, pero no fundada en un prin­
del acercamiento canónico.
cipio temático, sino formal. Este principio toma la forma del
Si en cambio queremos buscar a los autores que pudieron
canon bíblico, sobre el que Childs quiere fundar una nueva pro­
tener cierto influjo en el pensamiento metodológico de Childs,
puesta metodológica.
antes de nada hay que mencionar a Karl Barth. Childs encontró
Poniendo juntas las semejanzas y las diferencias existentes en
a Barth durante sus estudios en Basilea (1950-1954). Durante
ambas propuestas, podemos sacar algunas conclusiones. Aunque
cuatro años asistió a sus clases, y seguramente este tiempo dejó
hay diferencias entre el Biblical Theology Movement y la nueva
muchas huellas en la formación científica de Childs. Pero en este
propuesta metodológica de Childs, es difícil rechazar la impre­
tiempo, como después admitió el propio Childs, nuestro autor
sión de que Childs esté fuertemente influenciado por el pensa­
no tomó muy en serio las posturas de Barth329. Solo con los años
miento vinculado al movimiento. Esto se nota no solo en el elen­
co de semejanzas entre las dos propuestas, sino también en los
327 Sus intenciones se entrevén bien ya en el prefacio a Biblical Theology in Crisis, donde
objetivos establecidos por nuestro autor 325, en la atmósfera escribía: «Mi propósito al escribir este libro es intentar entender una fase de la situación cam­
general y en el trasfondo de su propuesta326. La disolución del biante, concretamente la relacionada con los estudios bíblicos. Está generalmente aceptado
movimiento creó una buena ocasión para el nacimiento del acer­ que el interés por la Biblia ha sido característico del periodo posterior a la Segunda Guerra
Mundial. Creo que se puede ir más allá de esta afirmación e incluso hablar de un Movimiento
camiento canónico. Childs quería alcanzar el mismo objetivo, Bíblico Teológico [Biblical Theology Movement], Mi interés inicial es describir este movi­
miento. Así, intento trazar su nacimiento, evaluar sus puntos fuertes y sus debilidades, y
sugerir por qué algo nuevo está surgiendo en su lugar» (ibíd., 9s; la cursiva es nuestra).
324 Íd., Biblical Theology in Crisis, o.c., 38s. 328 R e y e s , «Hacia una comprensión...», a.c., 230.
325 Se trataba de revalorizar la dimensión teológica de la Biblia y el desarrollo del estu­ 329 En un artículo del año 1969 encontramos una confesión de Childs: «Pienso que yo
dio de esta dimensión. era como la mayoría de los hombres de Biblia, no solo de Basilea sino de toda la situación
326 Hay que recordar aquí la preocupación pastoral y el postulado de una exégesis al ser­ de aquel periodo, que no tomaron a Barth realmente en serio, y quizá lo que estoy dicien­
vicio de la Iglesia viviente. do es una confesión de los pecados de mi juventud» (B. S. CHILDS, «Karl Barth as Inter-
150 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓNICO 151

se dio un cambio que Childs llamó cambio del corazón respecto so lo puede ayudar en la preparación de esta fase fundamental. Es
al pensamiento y a la persona de Karl Barth330. Lo profundo que com ú n a Barth y Childs la convicción de que la dimensión teo­
fue de hecho este cambio del corazón lo podemos constatar ras­ l ó g i c a de la Biblia (y especialmente la norma teológica del canon
treando las numerosas afinidades entre los pensamientos meto­ c r i s t i a n o ) debe tener precedencia respecto a las propuestas y
dológicos de ambos autores331. reconstrucciones históricas.
En su artículo titulado Canonical Hermeneutics: Childs and Tanto la posición de Barth como la de Childs nacen y parten
Barth, Ch. J. Scalise acentuó las dos semejanzas principales entre del mismo punto. Es el punto de encuentro entre la dimensión
ambos proyectos. La primera se refiere al problema de la forma teológica y la histórica de los textos bíblicos334. Ninguno de los
final del texto, y la segunda en cambio a la cuestión de la natu­ dos quiere rechazar completamente el pensamiento histórico-crí­
raleza poscrítica de las dos propuestas hermenéuticas. tico. Pero, por otra parte, su gran preocupación común es no
Algo importante para Barth es sin duda la necesidad de leer dejar que la dimensión teológica de la Biblia sea puesta en peli­
el texto exactamente en la forma en la que está ahora en la Biblia. gro. Esta dimensión es para ellos la más im portante335. Por esta
Como hace Childs, también Barth acepta el uso del método his- razón es común a ambos la búsqueda de una perspectiva de
tórico-crítico en la primera fase (Beobachtung) del trabajo exegé- metodología bíblica que esté libre de las hipotéticas afirmaciones
tico 332. El uso de este método debe conducir, sin embargo, a de las ciencias históricas. Así, tanto Barth como Childs quieren
facilitar la lectura del texto bíblico en su forma actual. Basta con poner una clara diferencia entre la autoridad canónica de los tex­
citar las palabras de la Kirchliche Dogmatik: tos bíblicos y la historicidad verificable de las ciencias humanas
de los hechos narrados336.
Una representación (D arstellung) basada en tal examen (Beo­ Todo lo dicho hasta ahora presenta naturalmente una clara
bachtung) permitirá incluso hablar de las detalladas palabras del
semejanza entre la metodología de Childs y el pensamiento bart-
texto tal como están (die Texte genau z u Worte ko m m en lassen, wie
sie lauten) 333. hiano. La acentuación de la forma final del texto es una de las
tesis principales de la propuesta canónica. La aceptación del
Lo que al final cuenta es la lectura del texto en la forma que método histórico-crítico, en la medida en que ayuda a entender
presenta actualmente en la Biblia. El método histórico-crítico la forma final del texto, también es un elemento común a tener
en cuenta, tanto en el pensamiento de Childs como en el de
preter of Scripture», en D . L. DlCKERMAN (ed.), Karl Barth and the Future o f Theology (New Barth.
Haven 1969) 31; cita tomada de SCALISE, «Canonical Hermeneutics...», a.c„ 70).
330 Cf. HARRISVILLE, «What I believe...», a.c., 9. Como ya hemos dicho, la segunda afinidad indicada por Sca­
331 El siguiente análisis de las relaciones entre Childs y Barth está basado, sobre todo, en lise se refiere a la naturaleza poscrítica que caracteriza a las dos
el artículo de Ch. J. Scalise dedicado precisamente a este tema («Canonical Hermeneu­
tics...», a.c., 61-88). Las demás informaciones útiles, además de otros escritos del propio posiciones presentadas. Childs, como propagandista de la nueva
Childs, se pueden encontrar también por ejemplo en los artículos de HARRISVILLE, «What teología bíblica que quiere redescubrir la dimensión teológica de
I believe...», a.c., 7-25; D. A. B r u e g g e m a n n , «“The Childs Proposal”. A Symposium with la Biblia — pasada por alto por los críticos modernos— , se sitúa
Ralph W. Klein and Gary Stansell on “Introduction to the Old Testament as Scripture”, by
B. S. Childs»: Word and World 11 (1981) 105-115; J. A. W h a r t o n , «Karl Barth as Exe- claramente en esta línea. Esta característica poscrítica del pensa-
gete and His Influence on Biblical Interpretation»: USQR 28 (1972) 5-13; J. A. SANDERS,
«Review of The Book of Exodus. A Critical, Theological Commentary”, by B. S. Childs»:
JBL 95 (1976) 286-290; B. W. ANDERSON, «Tradition and Scripture in the Community 334 Cf. Ibíd., 74.
of Faith»: JBL 100 (1981) 5-21, o P. D. M il l e r , «Review of “Biblical Theology in Crisis »: 35 Cf. H a r r isv il l e , «What I believe...», a.c., 10.
JBL 90 (1971) 209s. 36 Cf. D. MOODY SMITH, «Why Approaching the New Testament as Canon Matters,
332 Cf. K. B a r t h , Die Kirchliche Dogmatik, o.e. 1/2, 810. review of “The New Testament as Canon. An Introduction”, by B. S. Childs»; Interp 40
333 Ibid., 814; cita tomada de S c a l is e , «Canonical Hermeneutics...», a.c., 63. (1986) 407; SCALISE, «Canonical Hermeneutics...», a.c., 74.
152 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 153

miento de Barth está igualmente reconocida con bastante fre­ tiempos están llamados a conocer, se encuentra dentro de este
cuencia entre los comentaristas. Esta semejanza entre ambos c a n o n . Pero Barth va todavía más allá. Según él, el canon cris­
autores está vinculada obviamente a la indicada más arriba qUe tia n o forma un verdadero contexto para la exégesis poscrítica. El
se refiere a la forma final del texto: la preocupación dominante p r o c e so de interpretación bíblica debe realizarse dentro de este
de la visión poscrítica de los estudios bíblicos es precisamente la contexto canónico, no sobrepasándolo y quizá terminando más
de revalorizar la dimensión teológica en el proceso de actualiza­ allá ¿el propio texto340. Este canon propiamente crea un hori­
ción de la Biblia en la situación actual de la Iglesia y de los cris­ zonte de sentido (Sinnhorizont) del texto bíblico 341. Es difícil
tianos contemporáneos. encontrar una afinidad más clara a la propuesta de Childs, para
En su artículo, Scalise muestra también otras afinidades entre q u ie n el contexto canónico es una de las condiciones funda­
el pensamiento de Childs y el de Barth. Hay que señalar sobre mentales para realizar un análisis exegético correcto.
todo el que afecta al problema del canon bíblico, seguramente de Para encontrar la Palabra divina dentro del contexto canónico
gran importancia para nuestro autor. hay que asumir ya desde el principio del trabajo exegético un pre­
Tanto para Barth como para Childs, el hecho de la existencia supuesto correcto respecto a la naturaleza de los textos bíblicos.
del canon tiene sus raíces en las mismas Escrituras. Childs ve la Es inevitable establecer al inicio este punto de partida de la exé­
procedencia del canon en el consiguiente proceso canónico, rea­ gesis. Childs está completamente de acuerdo con Barth en que
lizado dentro de la comunidad creyente. También Barth subraya definir metodológicamente la Biblia como una fuente para la
que la explicación de la existencia del canon hay que buscarla investigación histórico-crítica es el error principal. En Interpreta­
dentro de la Biblia misma: tion in Faith Childs alude abiertamente al pensamiento de Barth
al presentar su posición en este punto342. Tanto para Barth como
¿Que forma a la Biblia del Antiguo y Nuevo Testamento en un para Childs la Biblia no es, sobre todo, una fuente para las cien­
canon? [...] La Biblia se constituye a sí misma (m atch sich selbst) en cias humanas, sino un testimonio que apunta a otra Realidad. En
canon. Es el canon porque se ha impuesto a sí misma como tal sobre
la Iglesia e invariablemente hace eso 337. uno de sus artículos343, Childs subrayaba este aspecto del pensa­
miento de Barth, que mostraba el texto bíblico de un modo teo­
Childs también está de acuerdo con Barth en la visión teológi- lógicamente transparente, de tal modo que el lector moderno
ca (y no solo histórica) del hecho del canon. Barth ve la conexión podía encontrar, gracias a la mediación del texto, la Realidad a la
del canon con la doctrina de la Iglesia, con la regla de la fe338. cual el texto hacía referencia. Childs desarrolló después la cues­
También Childs acentúa el valor teológico del hecho de la exis­ tión de esta transparencia barthiana en su metodología canónica,
tencia del canon bíblico. En el sistema metodológico de n u e str o elaborando la teoría del movimiento dialéctico entre la sustancia
autor el canon se convierte de hecho en un principio teológico y el testimonio en el proceso de interpretación bíblica344.
formal, una norma teológica en el proceso de interpretación
bíblica. Tanto para Barth como para Childs el canon posee antes 340 Cf. H a r r i s v i l l e , «What I believe...», a.c., 15.
que nada un valor teológico, y solo después un valor histórico339- 341 Cf. SCALISE, «Canonical Hermeneutics...», a.c., 68 ; F.-W. MARQUARDT, «Exegese
und Dogmatik in Karl Barths Theologie. Was meint Kritischer müßten mir die Histo­
La verdadera palabra de Dios, que los cristianos de todos los risch-Kritischen sein!”?», en H. K r a u s e (ed.), Karl Barth, Die Kirchliche Dogmatik. Regis-
terband unter Mitarbeit von Wolfgang Eck und Marcel Pfandler (Zürich 1970) 666.
33/ K. BARTH, Die Kirchliche Dogmatik, o.c. 1/1, 109s; cita tomada de SCALISE, «Cano­ 342 Cf. C h i l d s , «Interpretation...», a.c., 437.
nical Hermeneutics...», a.c., 66. 343 Cf. I d ., «Karl Barth as Interpreter of Scripture», a.c., 33s.
338 Cf. B a r t h , Die Kirchliche Dogmatik, o.c. 1/2, 524. 344 Cf. SCALISE, «Canonical Hermeneutics...», a.c., 77. En Interpretation in Faith, cuan­
339 S c a lise , «Canonical Hermeneutics...», a.c., 67. do Childs en el segundo punto de la presentación de sus postulados metodológicos habla
154 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA
C .2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 155

Childs también está de acuerdo con Barth en su visión cris- hermenéutica claramente teológica, Sanders en cambio una her­
tológica de la exegesis. Cristo está en el centro de la interpreta­ menéutica existencialista, centrada en los problemas y experien­
ción bíblica, y esta regla vale tam bién para el Antiguo Testamen­ cias de la com unidad creyente. Scalise indica, además, que esta
to. En su persona todo el m ensaje del AT recibe su perspectiva diferencia es idéntica a la que existió una vez entre las propues­
ju s ta 345. tas de Barth y de Bultmann. Barth presentó una hermenéutica
En la última parte del artículo dedicado a la relación entre el decididamente teológica, y Bultmann en cambio existencialista.
pensamiento de Childs y de Barth, Ch. J. Scalise muestra los En la discusión entre Childs y Sanders se puede entrever toda­
típicos temas barthianos presentes en la discusión de los diversos vía el reflejo de la discusión entre Barth y Bultmann. De nuevo
autores sobre la propuesta canónica de Childs. La presencia de Childs se encuentra del lado de Barth en la reflexión sobre el
estos temas en la discusión significa naturalmente su presencia mismo problema.
en el programa de Childs m ism o e indica las semejanzas exis­ El último tema afecta a la fuerte oposición, tanto por parte de
tentes entre las propuestas de ambos autores. Barth como de Childs, a la teología antropocéntrica3 . En su
El primero de los temas tratados es el de la Biblia como testi­ artículo Scalise muestra la crítica dirigida por parte de ambos
monio de la revelación divina. Este tema barthiano presente en autores, cada uno en su tiempo y en su ambiente, al mismo
la metodología canónica fue ocasión de crítica contra Childs por adversario: la teología antropocéntrica que amenazaba a la teo­
parte de James Barr346. C om o Barr ya había criticado el modelo logía cristocéntrica, preferida por ambos autores. También este
de revelación presentado por B arth347, no tiene nada de extraño tema nos demuestra claramente cómo Barth y Childs se encuen­
que haya dirigido la misma crítica también a nuestro au to r348. tran unidos contra otros autores, con sus posiciones teológicas y
En cualquier caso, la crítica recibida — sobre el mismo tema y metodológicas.
procedente del mismo autor— refuerza todavía más la impresión Conviene añadir a las observaciones de Scalise otro elemento de
del fuerte influjo de Barth sobre la propuesta canónica de afinidad entre las posiciones de Barth y Childs. Ambos autores
B. S. Childs. tienden a revalorizar la tradición exegética que se realizó dentro de
El segundo tema se refiere al problema de la característica la Iglesia, incluso en sus líneas precríticas 35L Esta tradición no
principal de la hermenéutica presente en la metodología canó­ debe olvidarse, porque es un testimonio de interpretación del texto
nica. Scalise observa que en la discusión de Childs con bíblico en la vida de la Iglesia. Childs, junto a Barth, se opone a la
J. A. Sanders se ve claramente la diferencia entre las dos herme­ convicción histórico-crítica de que lo único que es válido en la exé-
néuticas propuestas por estos autores 349. Childs presenta una gesis bíblica comenzó en el siglo XVII. La orientación del papel de
ya de la sustancia y del testimonio, él mismo se refiere explícitamente a Barth (cf. CHILDS, la tradición exegética dentro de la Iglesia es sin duda otro punto de
«Interpretation...», a.c., 443). afinidad entre las posiciones de ambos autores.
345 Cf. S c a l i s e , «Canonical Hermeneutics...», a.c., 72-74.
346 Cf. ibid., 80-82; Barr presentó su crítica en Holy Scripture..., o.e.
Teniendo todo esto en cuenta, es difícil no dar la razón a
347 Lo hizo en J. B a r r , Old and New in Interpretation (Londres 1966). Ch. J. Scalise cuando dice: «la hermenéutica de Karl Barth pro­
348 Childs, por su parte, defendió a Barth de esta crítica de Barr. Cf. CHILDS, «Karl Barth porciona el contexto teológico apropiado para entender el acer­
as Interpreter of Scripture», a.c., 34.
349 Cf. SCALISE, «Canonical Hermeneutics...», a.c., 82-85. Para la posición de camiento canónico de Childs»35 .
B. S. Childs véase el artículo B. S. CHILDS, «A Call to Canonical Criticism. Review of
“Torah and Canon” by James A. Sanders»: Interp 27 (1973) 88-91 y el libro CHILDS, Old
350 Cf. S c a lise , «Canonical Hermeneutics...», a.c., 85-87.
Testament..., o.e., 137. Para la posición de J. A. Sanders véanse los artículos J. A. SANDERS.
351 Cf. por ejemplo CHILDS, «On Reclaiming...», a.c., 16, donde Childs se refiere explí-
«Childs and Canon»: a.c.; SANDERS, «Canonical Context...», a.c., 173-197; ÍD ., «The
citamente a Barth.
Bible», 1250-1255, y también su libro ÍD ., Canon and Community..., o.e.
S ca lise , «Canonical Hermeneutics...», a.c., 87.
C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 157
156 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA

el proceso de interpretación hay que partir del interior de una


Como hemos visto más arriba, en la propuesta de Childs se
r a d ic ió n . Para nuestro autor esta tradición toma la forma de un
pueden ver muchos elementos barthianos, acogidos, incorpora
hecho concreto, el hecho de la existencia del canon bíblico. Este
dos y desarrollados por Childs en su sistema m etodológico
hecho procede de la tradición de la comunidad de fe. La fe
Childs mismo no duda en citar muy frecuentemente las obras de
misma presenta otro elemento de esta tradición. Así, la interpre­
Barth, y no esconde su simpatía hacia sus posturas353. Por tanto
ta c ió n justa debe partir de una posición de fe, que caracteriza a
no se puede negar la influencia del pensamiento de Karl Barth
la tradición de la Iglesia358.
en la propuesta canónica de B. S. Childs.
Al problema de la tradición está unida la cuestión de los pre­
Sin embargo, esto no quiere decir que toda la metodología
supuestos preliminares de aquel que quiera interpretar un texto.
canónica se pueda describir como una simple apropiación de las
Tanto para Childs como para Gadamer, en el trabajo interpretati­
ideas de Barth y su utilización en el campo más estrecho de las cien­
vo no se puede evitar el partir de algunos presupuestos dados.
cias bíblicas. Por una parte, en el acercamiento canónico encontra­
También el método histórico-crítico tiene sus postulados, aunque
mos ya el claro desarrollo de algunas ideas barthianas (por ejem­
no siempre quiera admitirlo abiertamente. Para nuestro autor, los
plo, el problema del papel de la forma final del texto bíblico, o
presupuestos adecuados para uno que quiere interpretar la Biblia
del movimiento dialéctico entre sustancia y testimonio); por otra
como Sagrada Escritura están unidos obviamente a la tradición de
parte, también existen diferencias entre las posiciones de Barth y
C hilds354. la Iglesia (que vincula a la Biblia con el concepto del canon bíbli­
co) y a la perspectiva de la fe, existente dentro de esta tradición.
O tro autor digno de ser mencionado seguramente es Hans
Esta tradición posee además cierta fuerza purificante 359.
Georg Gadamer. Tanto P. R. Noble como M. G. Brett, autores
Gadamer creía que el proceso de transmisión e interpretación del
de monografías dedicadas a la metodología canónica, han visto
texto dentro de la tradición purificaba la interpretación del
una vinculación entre el pensamiento del famoso filósofo ale­
mismo junto al propio texto. De este proceso, el texto sale puri­
mán y la propuesta bíblica de Childs 355. De hecho, se pueden
ficado de todas las intenciones e intereses ocasionales y secunda­
descubrir fácilmente algunas semejanzas entre las dos posturas.
rios, dejando más claro el modo de interpretarlo. Exactamente lo
Childs, junto a Gadamer, acentúa por ejemplo el papel de la
mismo nos dice Childs cuando, por ejemplo, habla del proceso
tradición en el proceso de interpretación de un texto. Para
canónico dentro de la comunidad. Basta con citar sus palabras
Gadamer, el influjo de la tradición en la comprensión de un
de Introduction to the Oíd Testament as Scripture:
texto es algo obvio. Considerar un texto dentro de su tradición
es la única posibilidad de comprenderlo adecuadamente356, por­ [...] las diferencias sociológicas e históricas originales en la nación de
que precisamente esta tradición ofrece al lector el horizonte de Israel — Reino del Norte y del Sur, partidos pro- y anti-monárquicos,
significado correcto 357. Childs también está convencido de que círculos apocalípticos contra teocráticos— se perdieron, y surgió una
comunidad religiosa que encontró su identidad en la sagrada escritu­
353 Scalise enumera, en su artículo de 1994, numerosas presencias barthianas en las p u b l i ­ ra [...] Cuando se hace que la exégesis crítica se base en la recupera­
caciones de Childs. Cf. también C h il d s , «On Reclaiming...», a.c., 2, 4. ción de estas distinciones sociológicas que han sido oscurecidas, se va
354 Cf. SCAUSE, «Canonical Hermeneudcs...», a.c., 72s, respecto al problema de la his­
directamente contra la intención del canon 36°.
toria dentro de la exégesis bíblica; cf. también B a rr, Holy Scripture..., o.e., 140-142.
355 Cf. B r e t t , Biblical Criticism in Crisis..., o.e., 135s; N o b le , The C anonical Appro-
ach..., o.e., 219-289. 358 Cf. ibíd., 174.
356 Cf. J.-J. L u h , Gadamers Hermeneutik. Ihre Entwicklung, ihre systematische Bedeutung 59 C f B r e t t , Biblical Criticism in Crisis..., o.c., 141-143.
und ihr Verhältnis zu Hegels Dialektik. Inaugural Dissertation zur Erlangung des Doktorgra­ 360 C h ild s , Introduction..., o.c., 78. La cita está tomada de BRETT, Biblical Criticism in
des der Philosophischen Fakultät der Universität zu Köln (Colonia 1998) 103-121. Crisis..., o.c., 143.
357 Cf. F o w l, «The Canonical Approach...», a.c., 174.
158 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓNICO 159

Por tanto, Childs está convencido — y en esto está de acuerdo r la autoridad de la tradición en el proceso de interpretación
con los postulados de Gadamer— de que el proceso canónico de un texto.
realizado dentro de la tradición de la comunidad de fe purificó el Otra semejanza entre ambos autores se refiere a la perspecti­
texto de todas las intenciones secundarias y preparó la perspecti­ va general de un texto clásico. Gadamer ve la Biblia como un
va correcta de interpretación. e je m p lo de este tipo de textos, y la perspectiva de Childs va tam ­
P. R. Noble y S. Fowl muestran todavía otra afinidad entre el bién en esta dirección. M. G. Brett describe así la afinidad entre
pensamiento de Gadamer y el de C hilds361. Childs, yendo en los dos autores:
la misma dirección que el filósofo alemán, prefiere dejar aparte
la regla crítica de la duda científica en el trabajo exegético. Este conjunto gadameriano de textos clásicos y eminentes está
Ambos están unidos en la crítica común dirigida al uso de esta muy cerca de la visión de Childs de la tradición bíblica. El acerca­
miento canónico no busca detrás del texto un dicho más auténtico o
regla en las ciencias humanistas. Evidentemente la regla carte­
una experiencia religiosa. No hay ningún pasado perdido (relevante)
siana es legítima en las ciencias experimentales, pero en las cien­ que necesite ser interpretado; más bien, el texto es tratado como si
cias humanas simplemente no funciona, y además amenaza la pudiese hablar p o r sí mismo a cada nuevo presente con una verdad
dimensión teológica de la Biblia. Childs está convencido de que valiosa que continúa manifestándose en las comunidades para las que
el gran desarrollo de la mentalidad histórico-crítica en las cien­ la Biblia es canónica 363.
cias bíblicas ha contribuido a que exista un serio problem a
moderno en la exégesis: el problema del abismo profundo entre La característica principal del texto clásico, según Gadamer,
la Escritura autorizada de la com unidad y el texto reconstruido está en su capacidad de auto-interpretación por sí mismo. Esta
y entendido críticamente. La consecuencia de esta separación es capacidad se traduce después en la posibilidad de que un texto
grave: se trata de haber vaciado a la Sagrada Escritura de su vita­ ofrezca indicios seguros que indiquen la dirección en la que
lidad y capacidad de aplicarse a la situación actual de la Iglesia. interpretar el texto mismo 364. Se puede señalar que el acerca­
Gadamer habla exactamente del mismo problema en las cien­ miento canónico ve la Biblia precisamente desde esta perspecti­
cias hum anistas362. Como remedio, los dos proponen m anifes- va gadameriana. La Biblia, dentro de su canon, forma en sí
misma un m undo propio, diferente (afinidad con Barth), que
361 Cf. NOBLE, The Canonical Approach..., o.c., 282; F o w l, «The Canonical Appro- ofrece en su secuencia interna indicios claros para las direcciones
ach...», a.c., 173. de la interpretación (afinidad con Gadamer).
362 Cf. ibíd., 173. Gadamer escribía en H.-G. GADAMER, Wahrheit undMetode. Grund-
zeuge einer philosophischen Hermeneutik (Tubinga 21965) 158s: «¿Cómo se determina
Porque este texto clásico o canónico vive luego en una com u­
entonces la tarea de la hermenéutica? [...] Schleiermacher [...] en esto está totalmente acer­ nidad, es importante ver el influjo del texto sobre la comunidad
tado, en restaurar con comprensión el sentido originario de un trabajo. Porque el arte y la y el influjo de la comunidad sobre el texto. En Introduction to the
literatura, las que nos han llegado desde el pasado, se han tomado de su mundo originario.
[...] ¿No se sigue de esto que la obra de arte solo allí tiene su verdadero significado, donde Oíd Testament as Scripture Childs observaba: «Es constitutivo de
ella fue originalmente percibida? ¿Es así la plasmación de su sentido un tipo de recons­ la historia de Israel que la literatura formó la identidad de la
trucción de las circunstancias originales? [...] Así, el restablecimiento de las condiciones
bajo las cuales una obra tradicional alcanzó su sentido original es ciertamente una opera­
comunidad religiosa que, a su vez, formó tal literatura»363.
ción esencial para su comprensión. Uno solo se pregunta si eso que aquí hemos logrado
realmente es lo que nosotros buscamos como significado de la obra de arte, y si la com­
prensión correcta se determina cuando nosotros vemos en ella una segunda creación, la 363 B r e t t , Biblical Criticism in Crisis..., o.c., 143.
reproducción del producto original. Por último, si hay alguna determinación de la herme­ Cf. G a d a m e r , Wahrheit und Metode..., o.c., 273s; A. DULLES, Models ofRevelation
néutica no menos absurda que toda restitución y restauración de una vida pasada. La (Nueva York 2001) 209s; SCALISE, Hermeneutics..., o.c., 28.
reconstrucción de las condiciones originarias es, como toda restauración, a la vista de la his­ 5 C h ild s , Introduction..., o.c., 40s; cita tomada de FOWL, «The Canonical Appro-
toricidad de nuestro ser, un comienzo impotente». ach--.», a.c., 173.
160 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA
0 2 . PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 161

Se trata aquí de la afinidad entre Childs y Gadamer, referida o p in ió n de que no existen interpretaciones perfectas y extratem-
a la relación entre el texto y aquel que lo recibe (effective-history). p o r a l e s d e un texto bíblico: la actualización de un texto debe rea­
Childs y Gadamer están de acuerdo en que hay que ser cons­ l i z a r s e dentro de la comunidad contemporánea de fe y para sus
cientes de la historia del empleo del texto en el ambiente donde necesidades. También en este punto se ve la afinidad entre el
el texto actúa. Para Gadamer, la conciencia de la effective-history pensamiento de los dos autores368.
juega un papel esencial en la interpretación de un texto. Childs Así pues, junto al Biblical Theology Movement, las posiciones
va en la misma dirección cuando habla de la necesidad de estu­ hermenéuticas de Karl Barth y Hans Georg Gadamer ofrecen
diar la historia del uso de la Biblia en la comunidad del pueblo otro contexto para entender mejor la propuesta canónica de
elegido y la historia de la interpretación de la Biblia en la Iglesia B. S. Childs369. Para concluir este punto, sin embargo, debemos
36 . La historia del uso de la Sagrada Escritura en el pueblo de observar que ninguno de los contextos presentados puede expli­
Israel muestra cómo la comunidad de fe se fue formando pro­ car e iluminar completamente el acercamiento canónico. El acer­
gresivamente a partir de las Escrituras, y cómo las Escrituras, en camiento de Childs permanece intacto en su integridad, y así es
el proceso canónico, estuvieron influenciadas por las diversas tra­ visto por los autores contemporáneos, como una propuesta inde­
diciones de la comunidad. La historia de la interpretación de la pendiente. Como tal debe demostrar entonces su plausibilidad
Biblia en la Iglesia muestra en cambio el impacto de la Biblia en dentro de sí mismo. De este problema, visto desde la perspecti­
la vida de la comunidad cristiana y las direcciones de su inter­ va católica, hablaremos en la parte III de nuestro trabajo. Pero
pretación en esta comunidad. antes queremos mostrar cómo fue recibida la propuesta canóni­
M. G. Brett indica todavía dos afinidades entre el pensa­ ca en el m undo contemporáneo de las ciencias bíblicas.
miento de Gadamer y el de C hilds367. La primera afecta al esta­
tus de la Biblia como texto clásico. Tanto Gadamer como Childs
dicen que un texto clásico (o eminente) conserva su originalidad 3. La recepción de la propuesta metodológica
(eminencia) solo en su forma final. En este sentido el valor de un de B. S. Childs
texto clásico no puede residir en la historia de su formación (en
el caso de la Biblia: effective-history del periodo del proceso canó­ Un programa tan provocativo para el pensamiento crítico, ya
nico hasta la formación del Nuevo Testamento), ni en la histo­ bien instalado en el campo de las ciencias bíblicas, no podía per­
ria de su interpretación (en el caso de la Biblia: la historia de la manecer ignorado en el m undo bíblico. El desarrollo del acerca­
exégesis tras la estabilización del texto bíblico). En este punto, miento canónico estuvo acompañado de numerosas publicacio­
por tanto, la posición de Gadamer le va muy bien a Childs, que nes que comentaron la propuesta de Childs370. Sus libros encon-
acentúa con fuerza el papel de la forma final del texto bíblico.
La segunda afinidad se refiere, en cambio, al concepto de ver­ 368 Además de Brett, cf también SCALISE, Hermeneutics..., o.c., 67s; NOBLE, The Cano-
dad en la interpretación bíblica. Ambos autores están convenci­ nicalApproach..., o.c., 250s.
369 Este contexto ha sido preferido por M. G. Brett. En su obra dedicada a la metodo­
dos de que no hay un modo pleno y adecuado de interpretar un logía de Childs, Brett ha mostrado claramente su preferencia: «Yo defiendo que una com­
texto. Gadamer ve la interpretación como un proceso que se paración con la filosofía de Gadamer ofrece el camino más claro de comprensión de la her­
desarrolla y cambia constantemente. Childs sostiene también la menéutica del acercamiento canónico» (BRETT, Biblical Criticism in Crisis..., o.c., 146).
370 En este capítulo queremos presentar una panorámica de las reacciones más significativas
a la propuesta metodológica de B. S. Childs. No pretendemos desarrollar aquí una valoración
de las posiciones de Childs y de sus comentaristas. En el siguiente capítulo ofreceremos mayor
366 Cf. ibíd., 175.
atención a estas observaciones de los diversos autores que nos puedan ayudar a realizar el obje­
367 Cf. B r e t t , Biblical Criticism in Crisis..., o.c., 144-146. tivo de nuestro trabajo: valorar la propuesta canónica desde el punto de vista católico.
162 C .2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓNICO 163
LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA

traron respuesta en numerosas recensiones. En las revistas bíbli­ C h i l d s ha sido acusado de perseguir una simplificación y

cas aparecieron artículos dedicados a su programa. Finalmente armonización artificial de la Biblia, sin tener en cuenta la natu­
también publicaciones más amplias reflexionaron sobre la cues­ r a l e z a plural de los textos bíblicos375. Según los autores de este

tión canónica371. t i p o d e crítica, el material bíblico es demasiado rico en su varie­

La propuesta de Childs encontró varias respuestas. Algunos d a d y e n la historia de su desarrollo como para ser tratado del

quisieron rechazar totalmente el acercamiento canónico, viendo m o d o propuesto por Childs.

en él más un peligro para el desarrollo de la exégesis que algo que Childs también ha sido duramente criticado por su elección
podría contribuir positivamente a este desarrollo. En el mismo d e l t e x t o masorético y del canon hebreo de las escrituras del

bando estaban los que afirmaban que Childs, a decir verdad, no A n t i g u o Testamento como el más adecuado para hacer exégesis

había propuesto nada nuevo o significativo372. Otros intentaron c r i s t i a n a 3 7 6 . Sus críticos sostenían que esta elección era una elec­

asumir una postura bastante indiferente formulando críticas c i ó n típicamente autoritaria, sin estar suficientemente fundada

serias al programa, pero al mismo tiempo buscando profundizar n i e n l a historia ni en la teología 377.

en los elementos que podrían ser útiles y estimulantes para las


ciencias bíblicas. Estaban, finalmente, aquellos que acogieron la
propuesta canónica en general de modo positivo. World.., o.e., 37; ÜYCK, «What do we mean...», a.c., 21; BRETT, Biblical Criticism in Cri­
sis..., o.e., 121s, 143, 146; H a r r is v ille , «What I believe...», a.c., 12s; P ro va n , «Canons...»,
¿Cuáles son las críticas más frecuentemente repetidas contra a.c., 22-24, 31s; R. R e n d to rff, «Welche Folgerungen hat der Wandel in der Pentateuch­
el acercamiento canónico? Intentaremos mencionar brevemente forschung für unsere Sicht der Geschichte Israels?», en G. M a ie r (ed.), Israel in Geschichte
und Gegenwart. Beiträge zur Geschichte Israels und zum jüdisch-christlichen Dialog (Wup-
las voces más características. pertal-Basilea 1996) 54.
Muchos consideran verdaderamente exagerado el énfais que 375 Cf. BOSMAN, «The Validity...»: a.c., 142; O EM ING, «Gericht Gottes...», a.c., 299;
Childs pone en la forma final del texto bíblico 373. Según estos, Id., «Text - Kontext - Kanon: Ein neuer Weg alttestamentlicher Theologie? Zu einem
Buch von Brevard S. Childs», a.c., 249s; GOTTWALD, «Social Matrix...»: a.c., 318-320;
en el estado actual de las ciencias bíblicas un acento tan fuerte es C a r r o ll, «Canonical...», a.c., 76; CALLAWAY, «Canonical...», a.c., 131s; KNIGHT, «Canon
inaceptable 374. and the History...», a.c., 141; R. RF.NDTORFF, «Rezension Brevard S. Childs “Biblical
Theology of the Old and New Testaments. Theological Reflection on the Christian
Bible”»: JBTh 9 (1994) 356, 367s; W. BRUEGGEMANN, «Against the Stream: Brevard
371 Para las publicaciones que trataron este tema, cf. la bibliografía. Childs’ Biblical Theology»: ThTo 50 (1993) 282s. Para una defensa de la posición de
372 Cf. CLARKE, «Canonical...», a.c., 185s; Reyes, «Hacia una comprensión...», a.c., 241; Childs, cf. C a lla w a y , «Canonical...», a.c., 132; BRETT, Biblical Criticism in Crisis..., o.e.,
H a r ris v tlle , «What I believe...», a.c., 12; K n ig h t,
«Canon and the History...», a.c., 136. 99s.
La opinión de J. Barton es decididamente contraria. Cf. B a rto n , Reading the Old Testa­ 376 Cf. B a r to n , Reading the Old Testament..., o.e., 91s; CLARKE, «Canonical...»,
ment..., o.e., 90s, 153s; ÍD., «Classifying Biblical...», a.c., 27. a.c., 202; BOSMAN, «The Validity...»: a.c., 142; BRUEGGEMANN, «Brevard Childs’
373 Cf. Reyes, «Hacia una comprensión...», a.c., 249; Bru eg g em ann , « B r e v a r d Canon Criticism...», a.c., 317-319; F. WATSON, Text and Truth.., o.e., 212, 215s; H.
Childs’ Canon Criticism...», a.c., 321; GAUTSCH, The Words..., o.e., 57; E. D yck , «What Gese, «Der auszulegende Text»: TC¿ 167 (1987) 253; O em in g , «Gericht Gottes...»,
do we mean by Canon?»: Cr25/1 (1989) 20s; M. O EM ING, «Gericht Gottes und Ges­ a.c., 297s; J. A. F itz m y e r, Scripture, the Soul o f Theology (Nueva York - Mahwah
chichte der Völker nach Zef 3,1-13», a.c., 299s; P ro v a n , «Canons...», a.c., 22s, 30s; 1994) 48; J. D. G. D u n n , «Levels of Canonical Authority», a.c., 26; PROVAN,
G. M. Lan d es, «The Canonical Approach to introducing the Old Testament: Prodigy «Canons...», a.c., 11s, 15; A. BUDD E, «Der Abschluss des alttestamentlichen Kanons
and Problems», a.c., 35; R. E. M URPH Y, «The Old Testament as Scripture», a.c., 44; und seine Bedeutung für die kanonische Schriftauslegung»: Biblische Notizen 87
R. Sm end, «Questions about the importance of the Canon in an Old Testament I n t r o ­ (1997) 42-54; R. J. CLIFFO RD , «Review of “Biblical Theology of the Old and New
duction», a.c., 48s; KNIGHT, «Canon and the History...», a.c., 136, 144; M ays, «What is Testaments. Theological Reflection on the Christian Bible”, by B . S. Childs»: Reli­
Written...», a.c., 161; D. P. P o lk , «Brevard... », a.c., 170; W. ZlM M ERLI, «Brevard S. gious Studies (1993) 729; M URPHY, «The Old Testament...», a.c., 41; J.-C. Hae-
Childs “Introduction to the Old Testament as Scripture”», a.c., 237; J. J. COLLINS, «His­ LEW yck, «“Introductions” ä l’Ancien Testament»: Revue théologique de Louvain 16
torical Criticism and the State of Biblical Theology», a.c., 745; B a rth ÉLEM Y , La critique (1985) 461; ZlM M ERLI, «Brevard S. Childs...», a.c., 238; CARROLL, «Canonical...»,
canonique, o.e., 25. a'C., 77; G a u ts c h , The Words..., o.e., 58.
374 Para las direcciones de las posibles defensas de las posiciones de Childs, cf. BRUEG - 377 Para una opinión más favorable a Childs en este aspecto, cf. P ro va n , «Canons...»,
GEMANN, «Brevard Childs’ Canon Criticism...», a.c., 321; F. WATSON, Text, Church and a-c-, 12-14.
164 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA 165
C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓNICO

Muchos ven a Childs como demasiado poco histórico 378 io n e s y presupuestos personales que en una metodología bien
Según estos, Childs no tom a en consideración de un modo sufi­ argumentada383.
cientemente serio la dimensión histórica de la revelación379. Pero los comentaristas del pensamiento metodológico de
También se han dirigido críticas contra el concepto de con­ C h ild s , naturalmente, han visto también los aspectos positivos de
texto canónico, que es uno de los elementos fundamentales de la su propuesta. Se ha subrayado la buena contribución de Childs a
propuesta de Childs 38°. Sus opositores han repetido con insis­ b u sc a r una solución al problema de la actualización de la Biblia en
tencia que el contexto definido así no actuó en la Iglesia como la sit u a c ió n moderna de la Iglesia. El acercamiento canónico ha
un principio de interpretación durante la mayor parte del tiem ­ sid o reconocido como el que más puede ayudar a acercar la inter­
po, incluidos los primeros siglos381. p re ta c ió n escolástica de la Biblia a la interpretación pastoral 384.
Finalmente, se han levantado muchas voces que echaban en También se ha indicado que las propuestas de Childs pueden
cara a Childs la falta de una elaboración adecuada de su pro­ resultar muy útiles para corregir los vacíos del método histórico-
puesta, la falta de claridad y precisión, el ser metodológicamen­ crítico385. El acercamiento canónico de hecho ayuda a redescu­
te poco consecuente 382. La propuesta canónica se ha definido brir y revalorar el papel de la comunidad de fieles, no demasia­
como una propuesta puramente teorética, basada más en intui- do apreciado por el pensamiento crítico, que se concentra más
en los trabajos de los autores individuales386. También puede ser
378 Cf. W . BRUEGGEMANN, «Unity and Dynamic in the Isaiah Tradition»: JSOT 29 recibido como una especie de antídoto a la excesiva fragmenta­
(1984) 90s; M c E ve n u e , «The Old Testament...», a.c., 235; GOTTWALD, «Social Matrix...», ción del texto, otro fruto del desarrollo del pensamiento crítico
a.c., 315-321; C a r r o ll, «Canonical...»: a.c., 76; CLARKE, «Canonical...», a.c., 185; Reyes,
«Hacia una comprensión...», a.c., 241; GAUTSCH, The Words..., o.e., 6 ls; OEMING, en las ciencias bíblicas387.
«Gericht Gottes...», a.c., 298; Gese, «Der auszulegende...», a.c., 262; P. BERTHOUD, «L’au- Al ser un acercamiento centrado sobre el contexto bíblico en
torité et l’interprétation de l’Ancien Testament»: RRéf34 (1983) 105; B r e t t , Biblical Cri­ su forma final, la propuesta de Childs contribuye además a la
ticism in Crisis..., o.e., 140s; COLONS, «Historical Criticism...», a.c., 745, 747; ZlMMERLI,
«Brevard S. Childs...», a.c., 237s, 243; H ae le w yck , «“Introductions”...», a.c., 461; H. restitución del valor de la forma textual actualmente conservada
CAZELLES, «The Canonical Approach to Torah and Prophets»: JSO T 16 (1980) 29-31;
CLIFFORD, «Review of “Biblical Theology...” », a.c., 730.
379 Para las opiniones más favorables a Childs en este punto, cf. el capítulo 4.° del tra­ Brett», a.c., 135; R. Bauckham , «Review of “Biblical Theology of the Old and New Ies-
bajo de doctorado de BRETT, Biblical Criticism in Crisis..., o.e., 76-115; cf. también ÍD., tamencs” by B. S. Childs»: Biblical Interpretation 2 (1994) 249s; HAELEWYCK, «‘ Introduc­
«Against», 281, 284; B a rto n , Reading the Old Testament..., o.e., 84-86; C a lla w a y, «Cano­ tions”...»: a.c., 461s; ZlM M ERLI, «Brevard S. Childs...», a.c., 239, 241; LANDES, «The Cano­
nical...», a.c., 131; MOBERLY, «The Church’s Use...», a.c., 107; WATSON, Text, Church..., nical Approach», a.c., 38; SMEND, «Questions...», a.c., 49; KNIGHT, «Canon and the His­
o.e., 37; B irc h , «Tradition...», a.c., 113; P o lk , «Brevard...», a.c., 169; B. C . O l l e n b u R- tory...», a.c., 138-141; POLK, «Brevard...», a.c., 167; VESCO, La critique canonique, o.c., 14.
GER, «Review of “Biblical Criticism in Crisis? The Impact of the Canonical Approach on Cf. H a s e l, «Recent Models...», a.c., 68s; BOSMAN, «The Validity...», a.c., 143; R- P.
Old Testament Studies”, by M. G. Brett»: MoTh 8 (1992) 404. C a r r o ll, «Review of “Biblical Criticism in Crisis? The impact of the canonical approach
380 Cf. S a n d e r s , «Canonical Context...»: a.c., 188; BOSMAN, «The Validity...», a.c., 142; on Old Testament studies”, by M. G. Brett», a.c;, 396; G a u ts c h , The Words..., o.c., 59;
M c E v e n u e , «The Old Testament...»: a.c., 238; R e y e s , «Hacia una comprensión...», a.c., 240; F o w l, «The Canonical Approach...», a.c., 176; MOBERLY, «The Church’s Use...», a.c., 108;
J. J. C o l l in s , «The Exodus and Biblical Theology»: Biblical Theology Bulletin 25 (1995) 156; M u rp hy, «The Old Testament...», a.c., 43; BRETT, «Against the Grain...», a.c., 283-285;
BUDDE, «Der Abschluss...», a.c., 54; B a r t h é LEMY, La critique canonique, o.e., 25. Oem ing, «Text - Kontext...», a.c., 249; RENDTORFF, «Rezension Brevard S. Childs...», a.c.,
381 Para una defensa de la posición de Childs, cf. R e y e s , «Hacia una comprensión...»,
365, 367s; BRUEGGEMANN, «Against the Stream...», a.c., 283.
a.c., 239; D y c k , «What do we mean...»: a.c., 21s. 384 Cf. G. F. H asel, Old Testament Theology. Basic Issues in the Current Debate (Grand
382 Cf. G . F. H a s e l , «Proposals for a Canonical Biblical Theology»: AUSS 34 (1996) 25; Rapids MI 1991) 111; VESCO, La critique canonique, o.c., 13; M ays, «What is Written...»:
C l a r k e , «Canonical...», a.c., 196; R e y e s , «Hacia una comprensión...»: a.c., 242; BRUEG­
a c., 159s; POLK, «Brevard...», a.c., 166.
GEMANN, «Brevard Childs’ Canon Criticism...», a.c., 321; GAUTSCH, The Words..., o.e., 385 Cf. O em ing, «Text - Kontext...», a.c., 248; VESCO, La critique canonique, o.c., 12s;
56-60; F o w l , «The Canonical Approach...», a.c., 176; B r e t t , Biblical Criticism in Crisis..., and ers, «Canonical Context...», a.c., 175-179.
o.e., 144s; OEM ING, «Gericht Gottes...», a.c., 298; B o s m a n , «The Validity...»: a.c., 141, 386 Cf. K n ig h t, «Canon and the History...», a.c., 132s; SANDERS, «Canonical Con­
143; M o b e r l y , «The Church’s Use...», a.c., 108; J. B a r r , «Review of “Biblical Criticism in text...», a.c., 183; VESCO, La critique canonique, o.c., 13.
Crisis? The Impact of the Canonical Approach on Old Testament Studies”, by Mark G. 387 Cf. SANDERS, «Canonical Context...», a.c., 178s.
166 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 167

en la Iglesia. Esto está unido también a la posibilidad de rehabi­ está en el límite opuesto: sus opiniones y su valoración de la pro­
litar los fragmentos bíblicos calificados por el pensamiento críti­ p u e s t a de Childs se han hecho casi canónicas para un buen núme­
co como no originales> o‘secundarios, cuyo valor ha estado m argi­ ro de representantes de la oposición a la propuesta de Childs 391.
nado por este pensam iento588.
Finalmente, la propuesta metodológica de Childs sirve bien
para redescubrir y valorar positivamente el fenómeno del canon. a) Charles J. Scalise
Este fenómeno, elemento fundamental de la propuesta de
Childs, estuvo desvalorizado en la perspectiva crítica. El acerca­ En 1972 Ch. J. Scalise comenzó un estudio bajo la guía de
miento canónico llama de nuevo la atención hacia él y contri­ B. S. Childs en la Yale Divinity School. Como escribió más tarde
buye a restituir su valor teológico389. en el prefacio de su trabajo de doctorado, dedicado a la pro­
El acercamiento contrario ha suscitado tanto voces contrarias puesta metodológica de Childs, no se esperaba que en aquel
como favorables 39°. Los siguientes puntos tratarán de mostrar momento hubiese comenzado «un peregrinaje intelectual y espi­
brevemente cómo ha sido valorada la propuesta de Childs por ritual que culminaría quince años después en este estudio» 39 .
autores diversos que han estudiado de modo especial este acerca­ Scalise verdaderamente ha dedicado mucho tiempo y aten­
miento. Los tres primeros puntos estarán dedicados a los libros ción a la propuesta de Childs. Fruto de este tiempo fue su tesis
procedentes de trabajos de doctorado que trataron precisamente de láurea393 y otras publicaciones394.
el acercamiento canónico. Nos estamos refiriendo a los trabajos Como discípulo de Childs, Scalise acogió muy positivamen­
de Ch. J. Scalise, M. G. Brett y P. R. Noble. Los dos últimos pun­ te el acercamiento canónico. De hecho, en la mayoría de los
tos, en cambio, estarán dedicados a la reacción de J. Barr y de casos Scalise tiende a defender a Childs de sus críticos395. Ade­
J. A. Sanders frente a la propuesta de Childs. Estos dos autores más, en la construcción de su propuesta para el desarrollo de la
parecen de hecho delimitar el campo de interés posible hacia el teología evangélica, Scalise se basa en el programa de Childs 396.
acercamiento canónico. La posición de J. A. Sanders es muy cer­ Pero esto no significa que acoja la propuesta canónica sin nin­
cana a la de Childs. Sanders es conocido como un representante guna observación crítica.
de la misma corriente canónica en la interpretación bíblica. J. Barr En su libro titulado Hermeneutics as Theological Prolegomena.
A CanonicalApproach, Ch. J. Scalise formula cuatro críticas par­
ticulares contra la propuesta metodológica de Childs 397.
388 Cf. RENDTORFF, «Welche Folgerungen...», a.c., 52s; J. BLENKINSOPP, «A New Kind
of Introduction: Professor Childs’ Introduction to the Oíd Testament as Scripture»: JSO T\6
(1980) 26; M ays, «What is Written...», a.c., 158s; SANDERS, «Canonical Context...», a.c.,
186; OEM ING, «Text - Kontext...», a.c., 248; Barth ÉLEM Y , La critique canonique, o.c., 23- 391 Cf. OLLENBURGER, «Review of “Biblical Criticism in Crisis?...”», a.c., 403-
389 Cf. G a u ts c h , The Words..., o.c., 29; M ays, «What is Written...», a.c., 155, 157; SAN­ 392 S ca lise , Canonical Hermeneutics..., o.c., vii.
DERS, «Canonical Context...», a.c., 176s; VESCO, La critique canonique, o.c., 14. 393 Ibid.
390 También es cierto que algunas partes del trabajo de Childs han sido valoradas más 94 Sca lise , «Canonical Hermeneutics...», a.c.; ÍD., Hermeneutics-, ÍD., From Scriptureto
favorablemente que otras. Como especialmente logradas han sido acogidas, por ejemplo, Theology. A Canonical Journey into Hermeneutics, o.c.
sus análisis de los libros proféticos. C f BLENKINSOPP, «A New Kind...», a.c., 26; BRUEG- Cf. por ejemplo SCALISE, Canonical Hermeneutics..., o.c., 124-160, 200.
GEMANN, «Unity and Dynamic...», a.c., 89. La opinión más típica del modo en que gran Lo hace en su libro ÍD., Hermeneutics.
parte del mundo bíblico ha acogido la propuesta de Childs se podría identificar con la opi­ Para presentar la posición de Scalise hemos elegido su libro del año 1994 en vez de
nión expresada por POLK, «Brevard...», a.c., 165s: «Creo que la futura historia de los estu­ su fesis de láurea del año 1987. El motivo está en que las observaciones críticas presentadas
dios bíblicos ni exaltará el trabajo de Childs como un punto de inflexión ni lo rechazará Hermeneutics as Theological Prolegomena (1994) son más amplias y están más elabora­
como un cambio erróneo de dirección. Supongo que más bien tomará su lugar como un bas, incluyendo al mismo tiempo las críticas formuladas antes, en la conclusión de la tesis
correctivo necesario y valioso en una disciplina que cada vez más se enredó en las ramas de e láurea (1987). A decir verdad, Scalise no saca estas críticas de sí mismo, sino que solo
los árboles (y a veces en sus raíces) a la vez que perdía la perspectiva del bosque». esc°ge de entre las críticas ofrecidas por otros autores. Las cuatro críticas formuladas son
C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 169
168 [A BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA

Teniendo presentes estas dificultades de la posición de


La primera crítica afecta al problema del canon escogido p0r
C h ild s , Scalise propone «adoptar una visión más flexible sobre
Childs. El canon se entiende aquí como la lista de libros autori­
l o s límites exactos del canon»403.
zados. Childs, como ya sabemos, elige el canon hebreo en su
Esto significa que Scalise quiere admitir la legitimidad de
texto masorético. Excluye por tanto los libros deuterocanónicos
i n c l u i r a los deuterocanónicos en el análisis canónico. De hecho,
Scalise se opone a esta decisión y muestra la debilidad de los
la s mismas reglas de interpretación canónica se pueden aplicar a
argumentos en los que se basa Childs.
c á n o n e s diversos. Las diferencias en la delimitación del número
Childs ofrecía dos argumentos a favor de su tesis. El prim ero
d e libros autorizados no amenazaría el valor de la propuesta de
recordaba que la com unidad hebrea era la única que había sobre­
C h i l d s 4 0 4 . Ahora bien, la inclusión de los deuterocanónicos sería
vivido hasta nuestros tiempos «como el vehículo viviente de todo
u n a posibilidad, no una necesidad obligatoria. Scalise lo formu­
el canon de la escritura hebrea»398. Pero Scalise se opone a esta
l a d e l siguiente modo:
afirmación diciendo: «la debilidad de este argumento está en la
identificación del dominio histórico con la determinación teoló­ «Asumida una noción funcional de la formación del canon — viz.,
gica de las fronteras de todo el canon» ^ . al usar las comunidades cristianas estos libros, descubrieron la Palabra
Scalise recuerda que la historia de la Iglesia prim itiva400 indi­ de Dios en ellos— debería ser posible conceder que históricamente
ca más bien la necesidad de incluir los libros deuterocanónicos. diferentes grupos de cristianos escucharon la Palabra de Dios o no
escucharon la Palabra de Dios en diferentes libros de la periferia del
El segundo argumento de Childs se basa en la convicción de canon. En otras palabras, el canon tiene un núcleo fir m e y un más bien
que el texto masorético se utilizaba en el periodo helenístico borroso p e r í m e t r o » ^ .
como el único punto de referencia obligada para los judíos,
incluso para aquellos que usaban frecuentemente la versión La siguiente crítica presentada por Scalise toca el problema
griega . También aquí Scalise acepta las críticas dirigidas con­ del concepto de tradición bíblica. Scalise está convencido de que
tra la posición de Childs y muestra su debilidad recordando la este concepto se ha entendido mal en el acercamiento canónico.
m ultitud de versiones hebreas existentes en este periodo. Scalise La idea de tradición en la propuesta de Childs está dominada
cita la opinión de K. G. O ’Connell, que escribió en su recensión por el pensamiento histórico-crítico, contra el que el propio
a Introduction to the Oíd Testament as Scripture: Childs ha presentado duras críticas. Esto le lleva a dar demasiada
atención a las tradiciones que estuvieron detrás de la forma final
Como en los primeros siglos a.C y d.C estaban d isp o n ib les
numerosas versiones hebreas distintas, y como más de una versió n del texto. Esto es exactamente lo que rechazaba Childs en sus pos­
fue objetivo de la actividad griega de recensión, es difícil ab so lu tiz a r tulados teóricos. Sostener esta posición significa para él ir hacia la
la autoridad canónica de la versión hebrea finalmente elegida por la incoherencia y la confusión metodológica. Scalise indica:
comunidad ju d ía 402.

aquellas «de particular importancia», según Scalise (cf. Ibíd., 6 4 ) . Para la p r e s e n t a c i ó n d e


las críticas y de las modificaciones propuestas, cf. ibíd., 6 4 - 6 7 .
398 C h ild s , Introduction..., o.c., 98; cita tomada de SCALISE, Hermeneutics..., o.c., 65- Ibíd., 66. Scalise también indica cierta ambigüedad en la posición de los reformados
399 Ibíd., 65. e*siglo xvi respecto a la antigua tradición de la Iglesia occidental. Calvino, por ejemplo,
400 Basta con recordar la elección de esta Iglesia por la LXX. *ceptó ampliamente la interpretación bíblica de Agustín, al mismo tiempo que rechazaba
401 Cf. CHILDS, Introduction..., o.c., 98s.
a ?o>4c'4n 4e este Padre de la Iglesia hacia los deuterocanónicos.
402 K . G . O ’CONNELL, «Review of “Introduction to the Oíd Testament as S c r i p t u r e > > I ófi F it z m y e r , Scripture, the Soul o f Theology, o.c., 47s.
B. S. Childs»; BiblicalArchaeologist 44 (1981) 188; cita tomada de S c a lise , H e r m e n e u t i c s - ’ SCALISE, Hermeneutics..., o.c., 98.
o.c., 65s.
170 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CA N Ó N ICO 171

Mucho de la comprensión de la tradición de Childs procede de su Ja B i b l i a como Sagrada Escritura, operante en la comunidad.
experiencia y trabajo inicial como exegeta histórico-crítico. Conforme
S c a lise indica:
a este método, el objetivo de la exégesis es tratar de reconstruir críti­
camente las tradiciones originales que hay tras el texto. Mientras qUe El énfasis de Gadamer en la comunidad refuerza el tema de Childs
Childs cambió su atención a los temas hermenéuticos en torno al con­ de interpretar la Biblia como Escritura por comunidades de fe. Tal
cepto de canon, su idea de tradición todavía se mantuvo por mucho perspectiva centrada en la comunidad ofrece un correctivo a las nocio­
interesada en la reconstrucción de la prehistoria del texto [...] A veces nes individualistas de interpretación, que son un peligro de los mode­
la atención en la reconstrucción histórico-crítica de la tradición es tan los poscríticos408.
grande que tiene más peso que los esfuerzos de Childs por especificar
la forma canónica de un libro bíblico y sus principales implicaciones
teológicas y hermenéuticas. El concepto de tradición de Childs está La tercera crítica se refiere a la cuestión de la intención canó­
sobrecargado por su herencia histórico-crítica406. nica. Scalise afirma que este postulado de Childs no está detalla­
damente definido: «sigue sin quedar claro cómo la noción de
Como remedio, Scalise propone acoger algunas ideas d e la intención canónica está vinculada al proceso de lectura de los
visión de tradición según Hans-Georg Gadamer. No es la pri­ libros de la Biblia como Escritura»409.
mera vez que diversos comentaristas del pensamiento de C h ild s Ya que la intención del texto y su recepción dependen siem­
proponen recurrir al pensamiento gadameriano. Esta vez lo q u e pre del contexto sociolingüístico, hay que proporcionar este
se pone en juego es mejorar la noción de la tradición bíblica en también al sistema de Childs. Los postulados de este último
el acercamiento canónico. necesitan orientarse en la perspectiva de una teoría lingüística
Como indica Scalise, en el concepto gadameriano de la t r a d i­ coherente. La teoría lingüística de Ricoeur parecería dar más fia­
ción referente a un texto clásico (la Biblia estaría clasificada en esta bilidad a la propuesta de Childs. Scalise escribe:
categoría de textos) la prehistoria del texto clásico está p r e s e n te
La noción de Childs de intención canónica necesita una clarifica­
junto a todos los niveles de apropiación del texto, incluida n a t u ­ ción precisamente en este punto de su arraigo en la mas amplia situa­
ralmente la apropiación contemporánea. Esta visión de la t r a d i­ ción socio-lingüística. En el segundo capítulo de la dialéctica de Paul
ción aprecia y da más importancia a la reinterpretación de los tex­ Ricoeur la teoría de la lectura y su visión mimética de la intención his­
tos en la historia de la comunidad creyente y a la interpretación tórica han sido estudiadas. Tomadas juntas, estas teorías proporcionan
moderna del texto. Según Scalise, adoptar el pensamiento d e un modo de unir la intención canónica a las dinámicas del proceso
mismo de lectura. La comprensión de Ricoeur del texto como un tra­
Gadamer supondría dos ventajas para Childs. En primer lugar
bajo que queda distanciado de su autor lleva a una noción de intención
liberaría su concepto de tradición de las limitaciones histórico- textual410.
críticas (la estrecha ligazón con la prehistoria del texto). El acer­
camiento canónico podría recibir una nueva noción de tradición, El pensamiento de Ricoeur sería particularmente útil para la
mas adecuada al carácter de todo el proyecto. Scalise escribe: « t r a ­ legitimación del proceso de creación de la intención canónica
dición llega a ser un concepto dinámico, centrado en el texto, q u e dentro de los textos bíblicos:
acompaña a toda la historia de la interpretación»40'7.
En cambio, la segunda ventaja afectaría al soporte que recibi­ El acercamiento de Childs mantiene que la canonicidad cambia el
ría de la visión de Gadamer el postulado canónico de interpretar n ivel semántico original de gran parte del material bíblico, creando así

408 Ibíd.
406 Ibíd., 67. 409 Ibíd., 69.
407 Ibíd., 68. 410 Ibíd.
172 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA
C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓNICO 173

un nivel especial de intención canónica. [...] La teoría de lectura de


Ricoeur ofrece una descripción detallada de cómo puede ocurrir tal bach. Gran parte de la dinámica filosófica que subraya este reduccio­
cambio de nivel semántico. Puesto que el lenguaje está compuesto p 0r nismo teológico reside en la obsesión hegeliana por el conocimiento
jerarquía de niveles, (moviéndose del nivel de la palabra, al de la frase
absoluto. Cuando el cambio al sujeto humano se alia con la preten­
al del discurso) la exégesis en un contexto canónico podría entender­ sión del conocimiento absoluto, puede derivar en la deificación del
se como la correspondencia de un movimiento a lo largo de esta jerar­ sujeto hum ano412.
quía. Cada contexto sucesivo de interpretación en un comentario crí­
tico y teológico, como el del Éxodo de Childs — que comienza con la Childs corre el peligro de cierto reduccionismo (siguiendo
investigación textual de las palabras individuales y culmina con la f ie lm e n te a Barth) para huir de otro reduccionismo (el de Feuer-
reflexión teológica en el contexto de todo el canon cristiano a través
b a c h ) . ¿Cómo evitar este peligro?
de la historia de la exégesis— podría así situarse a lo largo de un espec­
tro hermenéutico de significado411. La receta de Scalise se basa de nuevo en el pensamiento de
R i c o e u r . Según el autor americano, «la hermenéutica del testi­
m o n i o de íÜcoeur proporciona un posible camino de evitar tal
Scalise reconoce por tanto la necesidad de definir m ejor el
concepto de intención canónica dentro de la propuesta de reduccionismo teológico»413.
Childs. Aunque ve enseguida la posibilidad real de esta mejora ¿Por qué? Porque la teoría de Ricoeur ofrece, por una parte,
recurriendo a la teoría lingüística de Ricoeur. las bases para rechazar la pretensión hegeliana de una ciencia
La última crítica dirigida a Childs habla de la cerrazón a los absoluta (la ciencia absoluta descrita en la cita anterior) y, por
nuevos acercamientos contemporáneos a la Biblia, como por otra parte, ofrece también los fundamentos para considerar el
ejemplo los sociológicos o literarios. Scalise ve aquí un peligro de texto en sus diversos niveles de significado:
reduccionismo que podría privar al acercamiento canónico de El arco hermenéutico de Ricoeur proporciona un modelo al pro­
un posible desarrollo futuro que lo pondría fuera de la reflexión ceso de lectura como la recuperación de significado por diversos — y
bíblica en una parte del campo escolástico moderno. con frecuencia conflictivos— niveles de interpretación414.
Según Scalise, estas reservas de Childs hacia los nuevos acer­
camientos bíblicos y su interés monotemático hacia el método crí­ Esto significa que Childs habría podido aprovecharse de los
tico proceden naturalmente de la profunda formación histórico- resultados de estos métodos — resultados procedentes de un traba­
crítica del estudioso de Yale y de su fuerte implicación realizada jo al nivel del significado del texto precisamente en estos méto­
precisamente dentro de este método. Pero eso no es todo. La dos— y mantener al mismo tiempo la legitimidad de trabajar en su
explicación hay que buscarla también en la elección teológica de propio nivel de significado (nivel teológico: la Biblia como Sagrada
Childs. Scalise anota: Escritura) 415. Aunque Scalise no indica esto explícitamente, el
hecho de acoger los resultados positivos de estos métodos alterna­
Siguiendo el rechazo de Barth a la teología antropocéntrica, tivos habría seguramente ayudado a Childs a rechazar las acusacio­
Childs desconfía de cualquier acercamiento a la teología bíblica que
no enfatice el papel cristológico del canon cristiano. Childs parece
nes de totalitarismo metodológico que de vez en cuando se formu­
temer — y no sin alguna garantía histórica— que cualquier acerca­ laron contra él. Scalise concluye por tanto con optimismo:
miento hermenéutico que se abra completamente al desarrollo huma­
no con perspectiva, social, psicológica o política, ya habrá tomado
aquellos primeros pasos fatídicos del claro camino que lleva a Feuer-
412 Ibíd., 72.
413 Ibíd.
411 Ibíd., 70s. 414 Ibíd., 73.
415 Para los detalles de su exposición, cf. ibíd., 72s.
174 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 175

Así, la apropiación de la crítica de Ricoeur a Hegel en el contexto Brett no intenta demoler a Childs (como tanta reciente oposición
de la teoría de lectura de Ricoeur como recuperación de significado a Childs parece que quiere hacer), sino que [...] desea ordenar el pen­
ofrece un camino al acercamiento canónico de interpretación bíblica samiento confuso de Childs para mantener lo que está bien y expul­
que evita el reduccionismo teológico asociado a los acercamientos her- sar los elementos confusos .
menéuticos tanto idelistas como críticos. La hermenéutica canónica
sería capaz de exhibir mucha más apertura a las visiones de los estu­ El autor mismo escribía en su libro: «Intento mostrar cómo
dios críticos sociológicos y literarios de la Biblia, sin temor de sucum el acercamiento canónico puede llegar a ser un modo coherente
bir a una perspectiva reduccionista de la Escritura416.
de interpretación bíblica» 9.
Teniendo presente esta intención general de Brett, veamos las
No es difícil notar que todas las críticas hechas por Scalise no
críticas ofrecidas por él y sus propuestas de solución a los pro­
tienden a destruir el sistema propuesto sino, al contrario, a
blemas por él descubiertos.
mejorarlo. Esto coincide con nuestra observación al inicio de la
La primera crítica digna de señalarse es estrictamente meto­
presentación de la posición de Scalise hacia el acercamiento
dológica. La propuesta de Childs, según Brett, no está elaborada
canónico: Scalise aprecia mucho la propuesta canónica y ve en
con precisión en todos los detalles necesarios. La propuesta de
su desarrollo una oportunidad de profundizar en la dimensión
Childs todavía no es una «teoría exegética coherente» 42°. Brett
teológica de la Biblia.
subraya que Childs «todavía no ha proporcionado una reflexión
suficientemente clara y explícita de los intereses y conceptos
r
interpretativos que forman eli acercamiento
• -
canónico» 421
b) M ark G. Brett
Concluyendo su estudio de Oíd Testament Theology in a
Canonical Context, Brett ponía como ejemplo:
En su libro417, basado en su tesis de láurea defendida en la
Universidad de Sheffield, M. G. Brett presentó críticamente la Childs nunca nos dice exactamente cómo las verdades y valores
propuesta de B. S. Childs. El libro salió en 1991, por lo que no teológicos pueden ser recuperados de los textos antiguos. La solución
pudo tener en cuenta la Biblical Theology ofthe Oíd and New Tes- más simple sería, por supuesto, decir que la Biblia contiene verdades
tament, que fue publicada un año más tarde. y valores que son válidos para todo tiempo, pero él rechaza esto explí­
citamente. [...] Debemos concluir, por tanto, que a pesar del intento
En su libro Brett desarrolla una valoración crítica del acerca­ de Childs por hacer el Antiguo Testamento más accesible a la iglesia
miento canónico. Muestra los puntos más débiles de la propues­ cristiana, no ha manejado adecuadamente el tema de la apropiación
ta canónica y concluye con una reconstrucción positiva del teológica 422.
método canónico. Brett también se dirige a las críticas, algunas
veces muy duras, contra el acercamiento canónico, pues quiere Todo esto, naturalmente, lleva a la conclusión de que el
mejorar la propuesta de Childs (con la ayuda de Hans-Georg método canónico no está todavía adecuadamente elaborado.
Gadamer, Hans-Robert Jauss y Karl Popper) y presentarla del En algunos puntos el acercamiento canónico no es de hecho
modo más claro posible. Retomando lo que afirma uno de los claro 423. Brett muestra, por ejemplo, que la relación entre el
recensores del libro de Brett, se podría decir:
418 CARROLL, «Review of...», a.c.
419 B re tt, Biblical Criticism in Crisis..., o.c., 5-
420 Ibíd., 27.
421 Ibíd.
416 Ibid., 73. 422 Ibíd., 74s.
417 B r e tt , Biblical Criticism in Crisis..., o.c. 23 Cf. por ejemplo ibíd., 18.
C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 177
176 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA

acercamiento canónico y la metodología de la escuela histórico- mundo escolástico pueden existir diversos intereses interpretati­
crítica es más bien confusa 424. Childs presenta aquí una gran vos. Estos intereses diversos pueden coexistir y no tienen por qué
e s t a r necesariamente en conflicto entre ellos.
incoherencia. Por una parte, postula la necesidad de subrayar la
L a elección plural de Brett y su crítica al monismo herme­
dimensión sincrónica del texto,; por otra, de basarse en sus argu­
n é u t i c o de Childs se muestra claramente también en la reflexión
mentos en la diacrònica425. Este hecho puede deberse a la com­
d e l problema de la intención canónica del texto (la intención
plejidad del significado del concepto de canon en el pensamiento
de Childs. El estudioso de Yale quiere trabajar con la forma final comunicativa del texto, independiente de la intención del autor
o r i g i n a r i o ) . Brett, aunque defiende la posibilidad de una inten­
y canónica del texto, pero al mismo tiempo acentúa fuertemente
c i ó n puramente textual, la quiere poner junto a la intención del
la importancia del proceso canónico (entendido como parte del
a u t o r originario, y no en contra de ella, diciendo que en el pro­
canon). Esto lo lleva a aprovechar los resultados histórico-críticos
c e s o de interpretación las dos son igualmente válidas428.
de las ciencias bíblicas (contra su dura crítica contra este método),
pero al mismo tiempo conduce su propuesta a una situación de La tercera crítica suena así: el acercamiento canónico es
cierta confusión. Comentando Introduction to the Oíd Testamentas demasiado poco histórico, no considera adecuadamente la
Scripture, Brett se lamentaba de que «en la práctica exegética actual dimensión histórica de la Biblia y, lo que es más, se caracteriza
Childs está constantemente cambiando de sombrero hermenéuti- por la polémica antihistórica429.
co, incluso en las secciones tituladas forma canónica»426. Según Brett, Childs combate demasiado frecuentemente
El veredicto de Brett está claro: la propuesta metodológica de posiciones que no necesariamente son antitéticas a su acerca­
Childs todavía está en un estado bastante confuso, incoherente miento a la Biblia. Más allá de esto, intenta incluir en un único
y no elaborado. programa hermenéutico demasiadas tareas por cumplir. Todo
O tra objeción es esta: la propuesta de Childs se muestra a esto lo lleva a tomar posiciones intransigentes e incoherentes430.
veces como decididamente totalitaria, sin admitir otros acerca­ Brett indica varios puntos débiles de la propuesta canónica.
mientos a la Biblia. Este totalitarismo del acercamiento canóni­ Por otra parte, este autor defiende a Childs de algunas críticas.
co está unido al hecho de que Childs con frecuencia toma la Defiende, por ejemplo, su tesis fundamental de la intención
posición de un cierto monismo hermenéutico, en vez de estar en canónica. Brett, invocando los argumentos presentes en el pen­
la perspectiva justa de pluralismo. Este monismo hermenéutico samiento de Popper y Gadamer, quiere mostrar que «el texto
consiste en la voluntad de obligar a todos los exegetas a un único bíblico a veces preserva un tipo de significado que es relativa­
objetivo hermenéutico, el aceptado por el propio Childs (en este mente independiente de los agentes individuales que lo produ­
caso: la interpretación teológica de la forma final del texto). El jeron»431.
pluralismo hermenéutico supondría, en cambio, la aceptación Pero antes de nada, aparte de todos los problemas particula­
de los diversos intereses hermenéuticos y exegéticos dentro del res, Brett quiere reconstruir el acercamiento canónico del modo
estudio bíblico 427. Brett quiere recordar a Childs que en el
428 Ibíd., 117, I43s.
424 Cf. ibíd., 3s. 429 Cf. ibíd., 6 .
425 Hablando del comentario de Childs al libro del Éxodo, Brett pone los ejemplos de
Cf. ibíd., 11, 13. Hablando del comentario de Childs al Éxodo, Brett da algunos
Éx 1 y Éx 6 como muy claros por la tendencia arriba mencionada; cf. ibíd., 39-41. ejemplos exegéticos de la confusión entre los medios diacrónicos y sincrónicos presente en
42 Ibíd., 68 . ej pensamiento de Childs. Por una parte, Childs critica duramente el método histórico-crí-
427 Cf. ibíd., 41 s. Brett reconoce que Childs algunas veces acepta el pluralismo, per0
tíco y apela a la necesidad de la interpretación sincrónica, pero por otra parte se basa en
muy frecuentemente se dirige a posiciones que Brett llama monismo hermenéutico. Estas argumentos típicamente histórico-críticos. Cf. ibíd., 43-47.
posiciones son inaceptables para Brett. Cf. ibíd., 71. 431 Ibíd., 21.
178 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA
C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 179

más claro posible. Está claro que Brete generalmente presenta un


al acercamiento canónico de la acusación de fideísmo o
d e fe n d e r
trato favorable a la propuesta canónica y quiere mejorarla.
dogmatismo. Para poder hacer esto, Childs debería haber defen­
Entonces, ¿cómo mejorar el acercamiento canónico? La pro dido el valor teológico de la Biblia contra todas las críticas, y no
puesta de Brett va en la dirección de combatir el totalitarismo v huir de ellas hacia el puro análisis de la forma final, como ya le
a imprecisión metodológica de Childs. Brett quiere reconstruí e c h ó en cara una vez M. O em ing434. La propuesta de Childs se
la propuesta metodológica de Childs de tal modo que pueda basa, por ejemplo, en el presupuesto de que las motivaciones de
estar en el campo del estudio bíblico, no contra todas las demás
los colaboradores del proceso canónico son teológicas y, por eso,
metodologías, sino junto a ellas. Brett dice:
también la forma final del texto, salida de este proceso como su
Primero C hilds, algunas veces, ha aparecido metodológicamente
producto final, sería teológicamente la más perfecta de todas las
totalitario: parece com o si quisiera abrumar a toda la disciplina v fases del desarrollo del texto. Brett indica que, analizando la
poner a todos a su servicio. En sus mejores m om entos, sin embargo forma final, no se pueden aportar pruebas ciertas para decidir si
incluso ha expresado sentim ientos más pluralistas. M i propia pro­ los motivos acogidos por los diversos redactores han sido siem­
puesta es que el acercamiento canónico, adecuadam ente clarificado
pre teológicos (y no, por ejemplo, sociológicos, como pretende
podría llegar a ser un acercamiento a la Biblia entre otros [.. ] Así la
respuesta a prim er problem a con el acercamiento canónico, su ten­ Gottwald).
dencia totalitaria, es colocarlo en un contexto p lu ral432. Brett propone a Childs aprovechar el pensamiento metodoló­
gico de Gadamer y el teológico de Ronald Thiemann, Hans Frei
■ E1 r^ 0 ,Pr°pueSto por Brett sería atenuar la posición crí­ y George Lindbeck (este último el primero de todos) para mejo­
tica de Childs hacia el método histórico-crítico. Esto podría ayu­ rar su acercamiento canónico. Childs podría aludir, por ejemplo,
dar a reducir, por ejemplo, la incoherencia y la confusión m eto­ al principio hermenéutico de Gadamer, que nos asegura que los
dológica respecto al uso de los resultados histórico-críticos en el influjos secundarios e imperfectos, que estuvieron presentes en el
ar¡aÍ1S1jS J í ma ^ina* ^ texto- Se trataría de admitir la plu­ proceso de creación de un texto clásico, han sido — dentro del
ralidad de los intereses exegéticos y de la cooperación entre las desarrollo de este proceso— eliminados. El texto clásico final ya
diversas escuelas. Brett indica, por ejemplo, la utilidad de es siempre un texto purificado, adaptado a cumplir el papel de
muchas conclusiones del acercamiento crítico a la Biblia para la texto clásico para las generaciones siguientes. Aunque Brett admi­
interpretación de su forma final, tan importante para Childs433. te que la regla de Gadamer es demasiado general para poder usar­
La última crítica de Brett dirigida a Childs apuntaba al hecho la como un argumento convincente en el caso de la Biblia. Según
e no a ucir argumentos suficientemente convincentes para él: «la hermenéutica de Gadamer aporta solo una etapa prima
facie para confiar en los textos clásicos»435.
432 Ibíd., 5s. Por esta razón Brett propone otros caminos para la deseada
mejora: unir la propuesta de Childs a la de los teólogos intertex­
róriel rlíHrn haCC| 0tr° íant° ’ y f ° bableme" te P°r esta razón se basa en los resultados his-
“ r In expp C1,°n de la forr fmaL Pero Para Bre« esto es un indicio de con­ tuales arriba mencionados. Brett va más allá: propone, en primer
fusión metodológica. Postula asi una clara distinción entre los intereses metodológicos:
lugar, liberar al acercamiento canónico de su inclinación teoló­
Íb e r a a .SU§enria \ UC d ° bjetÍV° de la interpretación de la forma f in a l no
d m in d o t11? 1^ Cf°n ™ oblenvos de la crítica histórica [...] Si reconocemos d e s d e gica — según él— demasiado fuerte, y aproximarlo más a los
diferentes objetivos perseguidos, entonces podemos ser capaces de evitar acercamientos formalísticos literarios. Esto podría ayudar al
' TI C° m°u, 105 CntlCOS de la forma final s°n incapaces de tener en cuenta
t ° : ios - ítícos de la, forma final son incapaces de tener en cuenta el
S° ClologlCO ° los “ ncos sociológicos fallan en la atención detallada al texto”.
Tales argumentos están cerca de ser tautologías» (ibíd., 52). Cf. OEMING, Gesamtbiblische Theologien..., o.c., 209.
B r e t t , Biblical Criticism in Crisis..., o.c., 154.
C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 181
180 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA

estudio de la forma final del texto (típico de la propuesta de ando estos diversos intereses quieren tener su influencia en la
Childs) y hacerse más convincente en el m undo plural de los in te r p re ta c ió n teológica.
estudios bíblicos modernos. Según Brett, esto también p o d i/ Brett, por tanto, ve el acercamiento canónico como una pro-
dar más legitimidad a una interpretación de la Biblia indepen­ uesta metodológica que tiene todavía confusiones e incon­
g ru e n c ia s . Pero esto no priva al acercamiento canónico de todo
diente de las reconstrucciones histórico-críticas escolásticas "*36
fu valor. Basta con indicar que Brett mismo se ha declarado a
Resumiendo, hay que indicar que Brett ve la propuesta de favor de este valor y del futuro desarrollo posible de la propues­
Childs como una propuesta todavía no elaborada adecuadamen­ ta de Childs. Por esta razón vio la utilidad de proponer las mejo­
te. Difícil no estar de acuerdo con Brett. Quizá Childs no quie­ ras que hemos esbozado más arriba437.
re dar una solución a todos los problemas de la exégesis y de la 437 En este punto proponemos algunas observaciones. Brett achaca a Childs ser dema­
teología bíblica (como pretenden sugerir algunos de sus críticos), siado anti-histórico. Pero aquí el problema no es el mismo que el de los críticos que se
sino que seguramente quiere presentar una solución tan im por­ lamentan del hecho de que Childs ignore las conclusiones históricas del estudio bíblico. A
Brett no le molesta que Childs no considere demasiado las propuestas históricas (recorde­
tante y universal que debería influir en todos los problemas vin­ mos que Brett mismo quiere llevar el acercamiento canónico todavía con más fuerza hacia
culados a la interpretación teológica de la Biblia. De hecho es los típicos acercamientos literarios al texto); para él la actitud errónea está en el hecho
mismo de polemizar con la escuela histórico-crítica. La posición de Brett parece encerrarse
una intención del estudioso de Yale establecer la perspectiva en el postulado: hay que reconocer la existencia de intereses diversos en las ciencias bíblicas
correcta general desde la que habría que ver toda la Biblia si se la y considerar el propio trabajo específico como uno de los acercamientos legítimos entre
quiere interpretar como Sagrada Escritura. Considerando la tantos otros.
Pero al final no se puede esconder que el mismo Childs no estaría seguramente conten­
amplitud y generalidad de un proyecto definido así, se puede to de esta visión de unus ínter pares (probablemente no estaría contento ni con el original
imaginar fácilmente un gran número de detalles por elaborar, si primus inter pares). No estaría contento por la simple razón de que, según él, la situación
de la exégesis moderna reclama una reforma. Añadir otra metodología y situarla entre as
se quiere traducir este programa hermenéutico a un método exe- demás ya existentes no resuelve el problema. Por tanto es difícil que Childs acoja la Pr°"
getico y teológico completo. El número de cuestiones por clari­ puesta de Brett. Más bien hay que dar la razón a la observación de Barr, que comentando
ficar o todavía por elaborar es sin duda notable. Pero todo esto la propuesta de Brett escribía: «Si esto es así, no hay ninguna crisis en la crítica bíblica de
la que preocuparse. Con algún ajuste caritativo y una iluminación de Gadamer, podemos
no anula el valor del proyecto de Childs, especialmente su parte trabajar todos juntos. Pero aquí Brett, sorprendentemente, no acierta a afrontar la even­
teologico-hermeneutica, que nos interesa de modo especial en tualidad más probable, a saber, que el propio Childs rechace este acercamiento caritativo»
nuestro trabajo. (Barr, «Review of “Biblical Criticism in Crisis?... », a.c., 137).
El diagnóstico de Childs es que la exégesis bíblica, dominada por el pensamiento críti­
A esta generalidad del proyecto de Childs está unida su ten­ co, está enferma y necesita recibir remedios radicales para sanar. Hay que buscar otra pers­
dencia al totalitarismo metodológico. Childs quiere mostrar una pectiva general sobre la Biblia, otro punto de partida, para poder continuar de un modo
efectivo con la interpretación de la Biblia como la Sagrada Escritura de la Iglesia.
perspectiva obligatoria en el acercamiento a la Biblia. Si es así, Por la misma razón también es difícil imaginar que. Childs acoja con entusiasmo las
no puede ceder al pluralismo. Pero hay que tener siempre pre­ direcciones de mejora propuestas por Brett. Lodos quieren reconciliar la propuesta de
Childs con la situación moderna de la exégisis, que el estudioso de Yale ve como profun­
sente que Childs establece una perspectiva obligatoria solo para damente equivocada.
el acercamiento teológico a la Biblia (la Biblia como Sagrada Además, Childs ha rechazado claramente la posibilidad de conectar su propuesta con el
pensamiento de Gadamer o con el de Lindbeck, que Brett quiere aproximar al acerca­
Escritura), y no para todos los acercamientos posibles en el
miento canónico. Para Childs, que quiere promover una teología bíblica, ambos son dema­
campo científico. Aceptar los distintos intereses científicos, de los siado humanistas. Cf. J. J. COLLINS, «Review of “Biblical Criticism in Crisis? The Impact
cuales Brett habla favorablemente, probablemente no crearía of the Canonical Approach on Oíd Testament Studies , by Mark G. Brett»: JTS 44 (1973)
340. También Barr, en su recensión al libro de Brett, indica que «Brett omite alertarnos del
muchos dificultades al estudioso de Yale. El problema comienza hecho de que las verdaderas simpatías propias de Gadamer en la interpretación bíblica se
apoyan sobre todo en Bultmann, cuya teoría exegética está en su mayor parte muy alejada
436 Cf. ibíd., 156s. de la de Childs» (cf. B a rr, «Review of “Biblical Criticism in Crisis?... », a.c., 138).
C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 183
182 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA

c) Paul R. Noble Una de las críticas más importantes que Noble dirige a la
propuesta metodológica de Childs es la de no poder resolver el
problema de la relación entre fe y razón. M antener juntos los
El libro de P. R. Noble titulado The Canonical Approach. A
Critical Reconstruction of the Hermeneutics ofBrevard S. Childs438 postulados de la fe y la razón era un objetivo im portante del
a c e r c a m i e n t o canónico desde su inicio. Una crítica de este tipo
es la versión revisada y extendida de su tesis de láurea, defendida
en la Universidad de Cambridge en marzo de 1991. Como se golpea el corazón del proyecto de Childs.
Después de haber hecho el análisis de todos los trabajos
puede ver en varias ocasiones en diferentes partes de su libro439,
importantes de Childs, Noble considera precisamente este aspec­
Noble valora generalmente de modo positivo la propuesta canó­
to como verdaderamente problemático en el proyecto de nuestro
nica de Childs. Naturalmente, también señala los problemas a
autor. En el punto titulado Canonical Hermeneutics in Crisis?,
resolver existentes dentro del acercamiento canónico, y ofrece sus
propuestas de mejora (o —y esto sucede muy frecuentemente— Noble concluye así:
ofrece la propuesta de la dirección en la cual deberían ir las posi­ N uestro largo análisis del trabajo de C hilds finalmente nos ha lle­
bles búsquedas de mejora de la propuesta canónica)440. Pero todo vado a un círculo cerrado. C uan d o estudiam os el program a para una
esto no cambia su opinión generalmente positiva del acercamien­ nueva teología bíblica que C hilds presentó en Interpretation in F a itb y
to canónico. en Biblical Tbeology in Crisis vim os que se enfrentó con tensiones no
resueltas entre la fe y la razón, entre la tarea descriptiva y la tarea nor-
m ativa-constructiva, y entre el contexto descriptivo y el canónico. En
Además de esto, Brett quiere privar al acercamiento canónico de su fuerte acento teoló­ las Introductions, sin em bargo, la gravedad de estos problem as fue sus­
gico y llevarlo hacia un acercamiento literario típicamente formal. Esto siginificaría, como
tancialm ente enm ascarada por la naturaleza restringida de la tarea que
lo indico justamente J. J. Collins, quitar de la propuesta de Childs su razón de ser. Cf.
COLI.INS, «Review of Biblical Cridcism...”», a.c., 340. Igualmente Reid en su recensión: estaban abordando [...] La totalidad de los tem as, en cualquier caso,
«el proyecto de Brett de introducir la teoría literaria y la teología filosófica en la reflexión es retom ado en las Theologies canónicas [...] Esto conduce rápidam en­
de la crítica canónica claramente va más allá de los compañeros de diálogo queridos por te a los problem as m etodológicos no resueltos previamente que vuel­
Childs. Por tanto, Brett abdica de uno de los principales objetivos de Childs, la teología ven a asomar. Así, a la vista de esto, no es ir dem asiado lejos decir que
bíblica»: S. B. Reíd, «Review of “Biblical Criticism in Crisis? The Impact of the Canoni­ el program a de C hilds está en estado de crisis: tiene perm anentes pro­
cal Approach on Oíd Testament Studies”, by M. G. Brett»; JTSAA (1993) 351.
438 Biblical Interpretation Series 16, Leiden 1995.
blem as m etodológicos que im piden grandem ente su jm plem entación
Cf” P° r e^emPl0) P-106’ ^53, 352s, 359, 367, 369. y que ha hecho pocos progresos de cara a resolverlos
440 Noble recoge las respuestas a los problemas identificados en la propuesta metodoló­
gica de Childs al final de su trabajo:
«Los principales elementos en la hermenéutica canónica revisada que he propuesto son:
Por tanto, Noble ve el problema de la relación entre la fe y la
(i) Mucha mayor orientación hacia las cuestiones históricas o qué sucedió realmente; razón como algo que acompaña de modo permanente al acerca­
(ii) Una metodología histórica revisada, que (1) permita al historiador cristiano empezar miento canónico. Según él, Childs niega demasiado precipitada­
desde una postura de fe específica, (2) rechace la distinción entre hecho e interpretación, y
que (3) rechace la analogía Troeltiana como un principio crítico, reemplazándola por el mente el valor de los argumentos de razón a favor de la unidad
principio de coherencia; del canon bíblico: «Que la unidad canónica sea una pretensión
(iü) Una aceptación de la dicotomía de Stendahl, en la medida en que reconoce que hay
dos tipos de preguntas muy diferentes que los teólogos necesitan abordar;
(iv) Una concepción objetiva, independiente del lector, del significado textual, con los cados pancanónicos y cristianos de un texto veterotestamentario, y (2) de una guia exegé-
presupuestos situados del lector siendo examinados y corregidos a través de una espiral her­
menéutica convergente; ñca a tal búsqueda; y . , , ,
(viii) Una nueva forma de interpretación typologica, como un ejemplo de tal exegesis»
(v) La aceptación de la intención del autor y del contexto intencional como criterios exe-
géticos; (N o b le, The Canonical Approach..., o.c., 369).
Las observaciones más características del análisis de Noble, acentuadas por el en su tra­
(vi) El reconocimiento de que un texto puede tener múltiples significados, y que los acer­
camientos literarios a la Biblia pueden ser de gran ayuda para descubrirlos; bajo, serán presentadas arriba de modo más detallado.
(vii) Un modelo formal de inspiración bíblica que (1) justifique la búsqueda de signifi' 441 Ibíd., 76s.
184 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA
C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 185

de fe inmediatamente conlleva para Childs que no puede demos­ [...] en varios puntos de nuestras reflexiones hemos alcanzado conclu­
trarse» 442. siones que, aunque potencialmente son de algún valor para el progra­
Para Noble esta postura es un buen ejemplo de cómo se ma de Childs, solo podrían sostenerse si su hermenéutica estuviese
puede tratar de modo equivocado el problema de la relación apoyada por algún tipo de doctrina de inspiración bíblica 44°.
entre fe y razón. Retoma este problema varias veces en su traba­
jo 443. Noble admite que el propio Childs ha dado muchas vuel­ Childs no habla mucho de la inspiración. Pero Noble obser­
tas a la cuestión de reconciliar la fe con la razón. Por desgracia va que el principio canónico de Childs presupone, de hecho, la
sus observaciones abordaban con frecuencia solo objetivos por inspiración bíblica:
alcanzar y direcciones por recorrer, pero faltaba la consecuencia
A la luz de nuestro estudio sobre la intención del autor, podemos
metodológica y las especificaciones de cómo se podía llegar a un ahora ver que el principio canónico de interpretación de Childs (esto
objetivo bien definido. La frase ejemplar, típica de esta valora­ es, que el significado de cada texto debería descubrirse interpretándo­
ción de Noble, podría ser esta: lo en el contexto del canon completo) es formalmente equivalente a
creer que la Biblia está de tal modo inspirada que es en última instan­
Las reflexiones de Childs sobre estos temas, hay que decirlo, son cia obra de un único Autor: puesto que un texto solo manifestará su
mejores al establecer los objetivos del programa que al mostrar cómo máximo significado si es interpretado en relación con su contexto
estos podrían alcanzarse intencional, el principio canónico de Childs está implícitamente
reclamando que el canon completo es (una parte de) el contexto
Y esto es otra crítica a Childs: la incoherencia y la falta de ela­ intencional para cada una de sus partes; y como el único tipo de inten­
cionalidad que puede ejercerse sobre el canon en su totalidad es la de
boración de su proyecto445.
la voluntad divina, el principio canónico es equivalente a la divina ins­
Al mismo tiempo, por su cuenta, Noble trata de encontrar piración de la Biblia .
una solución satisfactoria. Y, así, primero examina el pensa­
miento de otros autores que podrían ser útiles en la búsqueda de Basándose en el concepto de inspiración, Noble propone ade­
mejorar el pensamiento de Childs. Ni G adam er446, ni Fishq l más un modelo form al (formal model), que se refiere al carácter
ni Calvino 48, cuyas posturas examina Noble en su trabajo, o fr e ­ general de la Biblia. Según este modelo, los libros del canon
cen según él una ayuda válida a Childs. Queda entonces propo­ bíblico se pueden comparar a una antología de libros de un solo
ner otra solución. Y Noble lo hace en el capítulo duodécimo de autor. Este Autor sería naturalmente el mismo Dios, fuente de la
su disertación449. inspiración. El Autor principal asumía en la cooperación de su
El fundamento de la propuesta de Noble está en el c o n c e p t o obra a los distintos autores humanos, cada uno con sus caracte­
de inspiración bíblica. Noble indica: rísticas típicas por su ambiente espacial y temporal. Pero, como
en el fondo el Autor divino es solo uno, para alcanzar el pleno
significado hay que leer los diversos libros como un único canon
442 Ibíd.,351.
unificado452.
443 Cf., por ejemplo, ibíd., 55s, 61, 76s, 350-353.
444 Ibíd., 99.
445 Cf., por ejemplo, ibíd., 66 , 73, 107, 290, 306, 326, 341. 4* Ibíd., 340.
446 Cf. ibíd., 235-289. . 451 Ibíd., 340.
447 C f ibíd., 206-218. Cf. ibíd., 341. Noble retiene el significado canónico de un texto como un significa­
448 C f ibíd., 290-301. do posible, pero no como el único justo. El significado del contexto original es igualmen-
449 C f ibíd., 340-353.
te váüdo para él. Noble reconoce la multiplicidad posible de los significados del texto bíbli-
Co- Cf., por ejemplo, sus conclusiones al final del libro, p.369.
186 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CA NÓ NICO 187

Este modelo permitiría tratar la Biblia como una obra unifi­ Otro punto im portante del acercamiento canónico con el que
cada también en el orden de la razón (no de la fe), a nivel litera­ N o b le no está totalmente de acuerdo es el referente a la forma
rio. De hecho, las reglas que guían la interpretación del volumen final. Más concretamente, el problema afecta a la normatividad
de los relatos de un autor humano podrían también utilizarse en d e e s t a forma del texto. Noble no niega que a veces se pueda
la verificación científica del significado bíblico 453. Acoger una m o s t r a r que es la forma final la que hay que tomar como nor­
visión unitaria de la Biblia tendría naturalmente sus consecuen­ m a t i v a en la exégesis cristiana. Pero no está de acuerdo con que
cias para las conclusiones exegéticas. Pero estas conclusiones no se e s t o suceda siempre (como quiere Childs). Noble escribe;
verían privadas de la posibilidad de entrar en diálogo tam bién
Por una parte, Childs ha dado una cantidad de persuasivas razones
con las científicas que no acogen el presupuesto de la fe. Esto, que
por las que, en algunos casos, ir detrás de la forma final sería un retro­
contaría a nivel científico, sería la consecuencia lógica e interna ceso; y construyendo sobre el trabajo de Moberly, yo he argumentado
del argumento, verificable de modo exegético. La fe y la razón que la forma final a veces puede ser mucho menos manejable para los
podrían entonces ir bien de la mano. La propuesta de Childs investigadores de su prehistoria de lo que generalmente se ha recono­
habría recibido más legitimidad y consecuencia lógica454. cido. Por otra parte, no puedo ver que Childs haya hecho lo suficiente
para justificar su pretensión de que invariablemente la forma final es la
Noble también muestra las consecuencias de un modelo for­
que debe considerarse en el nivel teológicamente importante. Prim a
mal de la Biblia así definido para las posibilidades de la exégesis: facie, hay algunos casos en los que la forma final no está marcada por
una estructuración literaria o por tensiones productivas, sino por oscu­
Primeramente, el punto de partida para toda exégesis debe ser el ridades improductivas y confusiones no literarias. A no ser que tales
texto en su contexto histórico original: si uno toma en serio el hecho de valoraciones puedan ser desbancadas por una exégesis más cuidadosa,
que Dios habló a través de Isaías, entonces lo que fue dicho debe ser no parece tener mucho sentido insistir en que la forma final de estos
entendido, en primera instancia, en función del estado del lenguaje en textos es sin embargo teológicamente normativa 456.
los días de Isaías, y su alusión explicada con referencia a las institucio­
nes sociales y religiosas con las que Isaías tenía familiaridad. Pero en
segundo lugar, si uno toma en serio el hecho de que Dios habló por Por tanto Noble no puede estar de acuerdo con la tesis fun­
medio de Isaías, entonces descubrir el significado original solo puede ser damental del acercamiento canónico sobre la prioridad absoluta
el punto inicial de la exégesis, no la tarea completa. El conocimiento de de la forma final. Según él, en el estado presente de la ciencia
Isaías estaba limitado a las circunstancias de su propia época, pero el de bíblica, es precisamente a la exégesis bíblica competente a la que
Dios no; así, un modelo de canon que sitúa a Dios como su último
autor al menos abre la posibilidad de que el libro de Isaías hable de cosas
toca mostrar, de modo convincente, caso a caso, qué nivel del
que vayan más allá del conocimiento natural del profeta histórico; por texto bíblico hay que tomar en consideración como el adecuado
ejemplo, que anticipe el nacimiento y la muerte de Jesús455. para la interpretación.
Noble también indica que en la- preferencia de Childs por la
Tomando esta dirección en la mejora del acercamiento canó­ forma final está implicada su convicción de que esta forma final
nico, Noble ve una posible ventaja relevante para la p r o p u e s t a es producto de un proceso dominado por motivaciones religiosas.
metodológica de Childs. De hecho, Childs parece estar muy preocupado por defender la
tesis de que estas motivaciones eran realmente de este tipo 457;
453 Cf. ibíd., 341. parece que amenazar la religiosidad de estos motivos estimulan­
454 Cf. ibíd., 352. Noble escribe: «en un marco objetivista, puede haber un debate r a c i o ­ tes del proceso canónico signifique para Childs amenazar su
nal entre supernaturalistas y ateos, o entre inspiracionistas y no-inspiracionistas, sobre qué
acercamiento obtiene las mejores interpretaciones. Sobre esta base, entonces aparece que
una de las pretensiones más propias y radicales de Childs puede realizarse» (ibíd., 352s). 1* Ibíd., 333.
455 Ibíd., 342s. 57 Cf. ibíd., 152-155.
188 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA
C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 189

modelo teológico de canon. Pero ¿qué hacer si la exégesis críti oSitivamente. De hecho, en el últim o punto de su trabajo
demostrase que en algunos casos esto no es cierto?, ¿si se m0s concluye:
trase que además las motivaciones inmediatas eran más bien
políticas o sociológicas? Childs no puede defender todos l0s Este libro defiende que, aunque hay debilidades fundamentales en
casos concretos enum erados por la exégesis crítica m o d ern a458 la propia concepción del programa de Childs, puede ser reelaborado de
modo que sea capaz de casi alcanzar todos sus objetivos principales [...]
Así, Noble opta por una clara distinción: ahí donde se puedan
!’ En resumen: creo que Childs ha hecho una contribución a los estudios
defender las motivaciones religiosas del proceso canónico459, se bíblicos de la máxima importancia, tanto en resucitar una serie de temas
puede reivindicar la norm atividad de la forma final; en cam bio metodológicamente fundamentales como en reorientar el trabajo histó­
donde la exégesis m oderna indique de modo convincente otras rico y exegético hacia un importante bloque de cuestiones nuevas 463.
motivaciones, habrá que adm itir la necesidad de un análisis de
los otros niveles del texto 46°. Sin duda podemos reconocer en estas palabras de Noble una
Para poder entender m ejor la crítica de Noble, quizá merece valoración en general favorable de la propuesta canónica de
la pena señalar aquí la diferencia que hay entre el motivo de B. S. Childs.
reconocer la norm atividad de la forma final en el caso de Noble
y en el de Childs. La respuesta a la pregunta: ¿Por qué la forma
fin a l es normativa para la exégesis? no sería igual en ambos casos. d) James Barr
Noble une estrechamente la autoridad de la forma final con la
exégesis del texto concreto, mientras que para Childs esta auto­ Describiendo la reacción del m undo de las ciencias bíblicas a
ridad viene ante todo del lugar de la forma final en la noción teo­ la propuesta de Childs, no podemos dejar de lado a la persona
lógica general del canon bíblico461. Así pues, Noble acoge com o de James Barr. Es verdaderamente interesante ver la larga discu­
exegéticamente posible el postulado de Childs de la prioridad de sión metodológica que se ha desarrollado entre Barr y Childs en
la forma final; pero no está de acuerdo con que este postulado el arco de los últimos casi treinta años 464.
sea invariablemente válido para todos los casos que se encuen­ Barr es generalmente conocido como uno de los adversarios
tran en la Biblia. más decididos del programa de Childs. Pero su postura no ha
Tras haber indicado las direcciones de las correcciones nece­ sido siempre constante; se iba modificando según avanzaba el
sarias, Noble no pretende negar de modo general la c o h e r e n c i a tiempo. En un artículo de 1974465, Barr mostraba «una consi-
interna de la propuesta m etodológica de C h ild s462 y la v a lo r a
^ Ibíd., 369s.
J. Barr presentó sus opiniones, entre otras publicaciones, en: «Trends and Prospects in
458 «Contrariamente a las frecuentes afirmaciones de Childs de que las tradiciones fue­ oiblical Theology», a.c.; Í D ., «Childs’ Introduction to the Old Testament as Scripture», a.c.;
ron primeramente formadas por motivos religiosos, hay de hecho varios casos en los que T>., «Jowett and the Reading of the Bible “Like Any Other Book”»: H B T 4 (1985) 1-44;
actualmente respetadas teorías críticas pretenden haber detectado, por lo menos, una con­ P'> «The Theological Case against Biblical Theology», a.c.; ÍD., «The Literal, the Allego-
siderable mezcla de influencias sociales y políticas que han dejado su marca en la forma Jjcal, and Modern Biblical Scholarship», a.c.; Í D ., «The Synchronic, the Diachronic and the
final. Para Childs, abatir paso a paso estas reconstrucciones alternativas, abordando las ^'storical: A Triangular Relationship?», en J. C. D E M O O R (ed.), Synchronic and Diachro-
cuestiones críticas de cada caso individual, sería un trabajo hercúleo» (ibíd., 187). g f M Debate on Method in Old Testament Exegesis (Leiden 1995) 1-14; Í D ., «Allegory and
459 Childs lo hace en algunos casos muy bien, y Noble lo señala: cf. ibíd., 156s. st°ricism», a.c.; y sobre todo en su libro: Í D ., Holy Scripture (1983). Childs respondió en
460 Cf. ibíd., 158.
^ publicaciones, por ejemplo en los artículos: C h i l d s , «Response...», a.c. (1980); Í D .,
461 Aunque también Childs esté preocupado por la exégesis histórico-crítica, pues esta
j'Childs Versus Barr» (1984); Í D ., «Critical Reflections on James Barr’s» (1990); o en los
podría confirmar o amenazar su modelo teológico de canon. Cf. el problema de las moti­ h r° s ÍD ., The New Testament as Canon (1984); Í D ., Biblical Theology o f the O Id and New
vaciones implicadas en el proceso canónico, mencionado arriba. ^am ents (1992).
462 Cf. ibíd., 359-368. B a r r , «Trends and Prospects...», a.c.
190 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA
C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓNICO 191

derable simpatía con el acercamiento general, incluyendo el inte­ el estudio histórico-crítico de la Biblia y su uso teológico como
rés por la canonicidad y la forma final del texto, así como por la literatura religiosa necesita ser completamente repensada»470.
relación positiva hacia la exégesis pre-moderna»466. La diferencia en el punto de partida está por tanto bastante
Esta postura (parcialmente) positiva hacia el proyecto de claro, para diferenciar radicalmente la valoración posterior de
Childs la mantuvo Barr hasta la publicación de Introduction to todo el proyecto.
the Oíd Testament as Scripture. Pero en este primer periodo Barr Lo que no agrada mucho a Barr es la fuerte crítica que Childs
era claramente contrario a la idea del canon como principio dirige al pensamiento histórico-crítico. Barr observa que Childs
hermenéutico de interpretación de toda la Biblia467. usa frecuentemente los argumentos elaborados en el ámbito de
El periodo de la clara y fuerte oposición de Barr al proyecto las ciencias críticas, y lo ve contradictorio con su posición anti­
canónico comenzó en 1979, tras la publicación de Introduction crítica, tan firmemente m anifestada471. Este uso de los argu­
to the Oíd Testament as Scripture. Como escribe el mismo Barr en mentos críticos también indica, a decir verdad, que son muy
Holy Scripture: pocos en realidad los elementos innovadores de la perspectiva
canónica, y en cambio muchos los que se pueden reconocer
El efecto de la Introduction de C hilds fue convencerm e de que el
programa de la crítica canónica era esencialm ente confuso y contra­
como una simple continuación del trabajo histórico-crítico 472.
dictorio consigo m ism o en su form ulación co n ceptu al468. También es difícil decir si la propuesta de Childs conducirá a
resultados más teológicos que otros proyectos ya conocidos473.
¿Por qué una posición tan crítica? Lo que tampoco gusta en absoluto a Barr es el totalitarismo
Ante todo, Barr no está de acuerdo con la visión fatalista de metodológico de Childs. Childs quiere encontrar una perspectiva
una exégesis dominada por el método histórico-crítico presenta­ general de la Sagrada Escritura que deba ser obligatoria para
da por Childs469. Este último está convencido de que la situa­ todos los que quieran interpretar teológicamente la Biblia. Para
ción se puede considerar como una crisis que necesita absoluta­ Barr, la propuesta de Childs podría ser aceptable solo como una
mente ser superada. Barr en cambio piensa que la exégesis de las vías metodológicas posibles, o como una parte posible del
moderna (incluido su aspecto histórico-crítico) está generalmen­ trabajo bíblico474. Childs seguramente es demasiado radical para
te bien orientada. Por tanto, lo que se podría esperar del proyec­ Barr. Según Barr, Childs quiere mostrar su propuesta como la
to de Childs sería que propusiese otra perspectiva junto a las ya solución a todos los problemas importantes de las ciencias bíbli­
existentes, quizá proponer una modificación, pero seguramente cas y comenzar una nueva era, una nueva época poscrítica. Barr
no una revolución metodológica. En cambio, es precisamente
esto último lo que quiere proponer el acercamiento canónico. 470 CHILDS, «Response...», a.c., 58; C f ÍD ., Introduction to the Oíd..., o.c., 15.
Childs está profundamente convencido «de que la relación entre 471 C f B a r r , Holy Scripture...,
o.c., 133, 140. Barr subraya frecuentemente la incohe­
rencia interna del proyecto de Childs, también en los puntos teóricamente más importan­
tes, como el de la centralidad de la forma final. Childs la acentúa en su parte teorética, pero
466 Íd., Holy Scripture..., o.c., 13 ls. en la parte práctica no desarrolla de modo significativo sus postulados metodológicos. C f
467 Cf. ibíd., 132; Íd., «Trends and Prospects...», a.c., 274s. ibíd., 158.
468 B arr, Holy Scripture..., o .c., 132. 472 C f ibíd., 13ls, 135, 138.
469 Barr no dudó en afirmar: «A pesar de las muchísimas lecturas realizadas por C h i l d s 473 «A pesar de las varias pretensiones hechas por la crítica canónica de ser un acerca­
sobre la historia de la investigación y de su amplio conocimiento del campo, su p r e s e n t a ­ miento a la escritura verdaderamente más teológico de lo que lo han sido otros acercamien­
ción de la escena de la investigación en las últimas décadas debe calificarse como muy d i s ­ tos científicos, su producción hasta la fecha no ha mostrado resultados que podamos decir
torsionada» (ibíd., 163; cf. también p,170s). También en otras publicaciones Barr m o s t r ó que justifiquen esas pretensiones. Decir simplemente que es más teológico no prueba nada»
su desacuerdo con la valoración de la historia y de la situación moderna de la exégesis h e c h a (ibíd., 102; cf. también p. 170).
por Childs. Cf. por ejemplo ÍD., «Jowett and the Reading...», a.c., 26. 474 B a r r , «The Theological Case...», a.c., 4.
C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 193
192 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA

•An los estados del texto anteriores al final son ciertamente


rechaza con decisión este tipo de epocalismo^7^, que pone a la
propuesta canónica en oposición a todo lo que sucedió en la exé CaC' ’os»481
legp!ua°Barr la posición de Childs es un ejemplo de idealización
gesis m oderna antes de ella. *L un único nivel de la historia del desarrollo del texto.
Barr tam bién considera m uy problemático el fuerte acento Barr también es contrario a la propuesta fundamental de
que Childs pone en la forma final del texto: C h ild s : considerar el canon bíblico como el principio herme-
n é u tic o para interpretar toda la Biblia. Ya en 1974 escribía.
Este es el principal peligro práctico que el surgimiento de la críti­
ca canónica ha traído: ha producido rápidamente un fuerte legalismo
C ontra esto, yo m ism o dudo si el canon puede absolutizarse com o
celotípico del texto final, que insiste: tú tienes que, tienes que, tienes que
un principio herm enéutico hasta el punto que parece pretender
trabajar desde la forma final del texto. Pienso que esto es totalmente
C hilds; dudo de hecho si alguna vez así fue entendida la naturaleza de
erróneo, y que el predicador es perfectamente libre para trabajar con
una sección representante de una etapa anterior del texto 476. la Escritura en la tradición de la iglesia, a no ser quizá en circuios pro­
testantes m ás bien estrictos en los que nada externo a la Escritura
escrita era acep tad o482.
Para Barr, por tanto, el postulado de la normatividad de la
forma final es una limitación inaceptable en la exégesis bíblica. El motivo de oposición de Barr contra el postulado canónico
Igualmente, del mismo modo que la excesiva acentuación del se hace más claro cuando se considera su concepto de canon.
fenómeno del canon como principio hermenéutico es una limi­ Para él, la noción de canon es mucho más estrecha y menos sig­
tación de la teología m oderna477, así también el postulado de la
nificativa:
normatividad de la forma final es una limitación injustificable en
la interpretación bíblica. Esto no significa que Barr rechace la Para mí el canon parece haber sido una delim itación de los m ar­
legitimidad del estudio de la forma final. Al contrario, tanto en genes de la Sagrada Escritura, un listado de los libros que se deben leer
un artículo suyo de los años 70 478 como en un libro de los años en la liturgia y usar en el establecim iento de la doctrina. D e esto no se
sigue necesariamente que el canon constituya un contexto normativo
80 479, Barr expresó su interés por este tipo de estudio. Los pro­
del tipo que C hilds parece pretender 8.
blemas empiezan cuando se anuncia que la legitimidad del estu­
dio teológico de la Biblia está unido estrechamente a la forma La diferencia entre Barr y Childs en la cuestión presentada se
final. Para Barr es igualmente legítimo construir la teología tanto refiere también a otro aspecto importante: para Childs la acepta­
sobre los estratos más antiguos del texto bíblico como sobre su ción del canon es materia de fe, y para Barr no . Consecuente­
forma final480. Para Barr está claro: «Para la teología y la predi- mente Barr afirma: «la autoridad de la Biblia ya no puede darse

475 Barr atribuye este nombre a Childs en un artículo de 1996, ÍD., «Allegory and His-
481 Ibíd., I69s.
toricism», a.c., 112. El nombre no fue inventado por Barr, lo usó ya —con el mismo sig­
482 B a r r , «Trends and Prospects...», a.c., 274.
nificado— E. Farley en su libro de 1990, Good and £ W (p .l 8). Barr, repitiéndolo, presen­
ta a Childs como un ejemplo ideal del epocalismo definido por Farley. 484 Childs- «El canon es el depósito de la sagrada tradición de una comunidad religiosa
476 ÍD., Holy Scripture..., o.c., 92. que uno recibe como miembro de ese cuerpo. El reconocimiento de una regla normativa
477 «Si tal posición está de hecho implicada, a pesar de su aparente apertura, es en reali­ actúa confesional mente como el testimonio de la propia creencia. L-l testimonio
dad profundamente restrictiva: su esencia es la negación del derecho de la teología a traba­ y no de razón, establece el canon» («Response...»: a.c., 56). Barr: «Childs parece estar con­
jar evalutivamente sobre los materiales del canon» (ibíd., 149). vencido de que el canon es diferente porque es de fide; pero por supuesto, el canon no
478 Cf. B a r r , «Trends and Prospects...», a.c., 274. defide, o al menos no en un sentido muy importante. Un principio probado de la mas
479 Cf. ÍD., Holy Scripture..., o.c., 169. gua teología bíblica como es la historia de la salvación tenía muchas mas aspiraciones a
480 «Así, el texto previo no es, por ser anterior, automáticamente superior al p o s t e r i o r ;
de fide que el canon» (Holy Scripture..., o.c., 135).
pero el último, justo por ser final, ciertamente no es superior al previo» (ibíd., 93).
194 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓNICO 195

por supuesta, sino que debe demostrarse con sólidas bases»485. Es camiento canónico de ser un aliado natural del fundamentalis­
una perspectiva diametralmente opuesta a la del precursor del mo es pues su gran desventaja.
acercamiento canónico, que ante todo quiere interpretar la Biblia Barr generalmente valora el acercamiento canónico como un
como Escritura sagrada de la Iglesia. acercamiento simplista. Al final de su reflexión sobre el acerca­
Por tanto, el juicio sobre la propuesta canónica por parte d e miento canónico en Holy Scripture, concluye:
Barr solo puede ser este:
Los críticos canónicos a veces han defendido que los antiguos crí­
Tanto desde el punto de vista de la doctrina de la Escritura como ticos bíblicos plantearon las cuestiones de un modo demasiado sim­
desde el punto de vista de la forma del texto a interpretar, creo que ple: las cuestiones históricas en particular eran demasiado simples para
podemos y debemos tomar el canon más a la ligera de como lo hace abordar la complejidad del material. El contrario es cierto. Las cues­
Childs486. tiones históricas son de una inmensa complejidad [...] De hecho es la
crítica canónica la que es simplista. Básicamente solo tiene una idea:
el lugar controlador del canon. Para otros esto puede derrumbarse en
Barr también ve la incoherencia de Childs en el esfuerzo d e varias ideas conflictivas, pero para el propio crítico canónico todo ello
mostrar el fenómeno del canon como algo que une al cristianis­ es una sola idea. Por supuesto, hay complejidad incluso en el canon,
mo con el judaismo. Al contrario, el canon divide a estos dos pero toda la complejidad puede gestionarse con la única idea simple.
grupos religiosos: Es simple porque a ningún otro principio se le permite interferir con
él, y es de tal naturaleza que juzga otros tipos de conocimiento como
Si el canon ha de ser la base central para la fe, entonces debe ser o irrelevantes. Esto probablemente sintoniza con un sentimiento reli­
el canon judío de la Biblia hebrea o el canon cristiano del Antiguo y gioso muy popular: los estudios bíblicos son horriblemente comple­
Nuevo Testamento juntos. Esta oposición puede, de hecho, reducirse jos, requieren experiencia técnica, están llenos de fuentes diversas,
y superar algo del distanciamiento: pero solo si no subrayamos dem a­ épocas e hipótesis: el principio canónico deja al creyente en paz, solo
siado el canon 487. con su Biblia489.

Otro peligro claro que Barr ve en el desarrollo del acerca­ Así pues, la valoración que hace Barr del acercamiento canó­
miento canónico es su excesiva aproximación al fundamentalis- nico es del todo negativa. Naturalmente el propio Childs no ha
mo bíblico 488. Aunque Childs no presenta explícitamente la quedado indiferente a esta crítica contra su proyecto. En sus
posición del fundamentalismo bíblico, sus afirmaciones pueden publicaciones trató de defender sus tesis, y también de clarificar
ser fácilmente usadas por verdaderos fundamentalistas para apo­ su posición. Pero todo ello no convenció a Barr de cambiar su
yar sus tesis. La posición anticrítica de Childs gustará segura­ postura hacia la propuesta canónica.
mente a este grupo de intérpretes de la Biblia. El peligro del acer­ Para poder entender mejor la crítica de Barr hay que tener
presentes las profundas diferencias metodológicas, que contra­
ponen los dos modos de ver la exégesis bíblica en dos perspecti­
485 B a r r , «Trends and Prospects...», a.c., 282.
486 Ibíd., 274. vas totalmente diversas490. Según Barr, las ciencias bíblicas tie-
487 B a r r , Holy Scripture..., o.c., 152; cf. también Íd„ «Childs’ Introduction...», a.c., 22.
En este punto J.-L. Vesco, OP, y J. Barton también están de acuerdo con Barr. Cf. V E SC O ,
La critique canonique, o.c., 14; B a r t o n , Readingthe Oíd Testament..., o.c., 92. 489 Ibíd., I 68s.
88 Cf. B a r r , «Childs Introduction...», a.c., I4s, 22s. Comentando las tesis de C h i l d s , 490 Por esta razón, algunas veces parece que la discusión entre Childs y Barr se desarrolla
Barr emplea frases del tipo: «Esto es exactamente lo que quieren oír los oídos conservado­ paralelamente, en dos niveles de significado esencialmente diversos: usan las mismas pala­
res», «La visión de una era poscritica. es el sueño conservador», «Todo esto sería p r o f u n d a ­ bras, pero hablan de conceptos distintos. C f, por ejemplo, B a rr, «The Literal, the Allego-
mente acogido por la opinión conservadora», o : «todo ello será citado por los p o l e m i s t a s rical...»: a.c., 8, donde Barr sitúa el problema del sentido literal de la Biblia dentro del pro­
conservadores durante los siguientes cien años»; cf también ÍD„ Holy Scripture, 148. blema de la verdad histórica de los hechos mencionados en esta Biblia, mientras que Childs
C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 197
196 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA

nen como objetivo principal preparar el futuro trabajo de la teo­ Childs sería más teológico o, mejor, más inmediatamente teológi­
logía sistemática. El carácter de una exégesis orientada así es típi­ co. Su pregunta más im portante sería esta: ¿qué nos dice el texto
camente descriptivo491. El perfil de esta exégesis lo podemos sobre este o aquel aspecto de nuestra fei, o ¿qué respuesta nos puede
también llamar con el nombre de cooperativo, porque presupone dar el texto a la pregunta referente a esta o aquella cuestión proce­
la estrecha cooperación con las demás partes de la teología492. dente de nuestra fe? La respuesta positiva (y convincente) a este
Childs, en cambio, subraya la necesidad de trabajar desde el ini­ tipo de preguntas podría conducir a la elaboración de una teolo­
cio en la perspectiva teológica de la fe, con el objetivo de descu­ gía constructiva fundada profundamente sobre la Biblia.
brir y elaborar de modo constructivo el mensaje teológico de la Todas estas diferencias existentes en los fundamentos metodo­
Biblia. Dejar de lado esta perspectiva teológica de la fe pone en lógicos de los dos autores seguramente han contribuido a la valo­
peligro la posibilidad de descubrir la plenitud del mensaje bíbli­ ración negativa que Barr hace del proyecto canónico. Pero su
co, que es profundamente teológico493. Según Childs, si alguno posición no impide al propio Barr ver en el acercamiento canó­
se niega a trabajar desde la perspectiva de la fe, no conseguirá ver nico un fenómeno bastante im portante e interesante, hasta el
buena parte del mensaje bíblico. Y esta buena parte del mensa­ punto de merecer su atención durante muchos años495.
je, ignorada en la primera parte del trabajo con el texto, ya no se
podrá recuperar nunca, en ninguna de las fases siguientes.
Barr parece entonces ser más histórico que apologético. Su e) James A. Sanders
principal pregunta al texto sería esta: ¿es esta la verdad?o ¿cuál es
la verdad?49 . Respondiendo a estas preguntas, la exégesis podría B. S. Childs no es el único representante del modo canónico de
— según Barr— preparar un buen material para el trabajo de la interpretar la Biblia. Otro estudioso importante es sin duda
teología constructiva, con la cual esta exégesis quiere colaborar. J. A. Sanders, profesor de literatura intertestamentaria y de ciencias
bíblicas en la Escuela Teológica de Claremont y profesor de religión
en el Graduate School de Claremont, California496. El pensamien­
(con quien Barr quiere aquí polemizar) ve la cuestión del sentido literal desde otra perspec­
tiva: la de la oposición entre el sentido literal (original) y el sentido alegórico o tipológico. to de Sanders se desarrolló paralelamente al de Childs 497. Como
491 Cf. ÍD., «The Theological Case...», a.c., lOs.
492 Cf. ÍD., «Trends and Prospects...», a.c., 28 ls.
495 Cf. el inicio de este punto (sobre Barr). Siguiendo nuestro plan de trabajo, no pre­
493 Para Barr la posición de Childs supone una injustificable idealización de la teología:
sentamos ahora la valoración crítica de la discusión entre los dos científicos. Para esta valo­
«Ninguno cuestionará la devoción de Childs hacia la teología como el centro principal de
ración, cf. G . T. Sheppard, «Barr on Canon and Childs»: Theological Students Fellowship
la exégesis. Pero esto no significa que él sea más teólogo que la media de estudiosos bíbli­
Bulletin7 (1983) 2-4; SCALISE, Canonical Hermeneutics..., o.c., 104-106, 144, 152s, I 68s,
cos. Lo que él parece hacer es idealizar la teología. Mientras que el estudio histórico está
212ss; B r e t t , Biblical Criticism in Crisis..., o.c., especialmente el cap. 5.°: «Textual Inten­
plagado de incertidumbre, especulación y reconstrucción, la teología parece estar, en su
tions and Histories of Reception» (p. 116- 148);.P. R. N o b le , «The Sensus Literalis: Jowett,
opinión, libre de todo esto. Este es el sueño positivista de la teología» ( Í D ., «Review o f
Childs, and Barr»: JT S 44 (1993) 1-23; C O L L IN S , «Historical Criticism...», a.c., 747;
“Biblical Criticism in Crisis?...”», a.c., 140).
N o b le , The Canonical Approach..., o.c., especialmente p.359-369.
494 J. A. Sanders, reflexionando sobre la perspectiva metodológica de Barr, escribe así:
496 J. A. Sanders también es el presidente del Ancient Biblical Manuscript Centerfor Pre­
«El crítico más directo de Childs y mío es James Barr. Uno casi diría, dada la fuerte retórica
servation and Research también en Claremont, California.
de Barr contra los acercamientos canónicos de la Escritura, que él siente que la verdadera
497 Su llamada al canonical criticism vio la luz en 1972 con la publicación de Torah and
búsqueda por la verdad está siendo amenazada. Para Barr la verdad reside en los momen­
Canon. Después siguieron otras publicaciones, como J. A. SA N D E RS, «Reopening old ques­
tos históricos que produjeron la historia bíblica, y en la intención de aquellos que en la anti­
tions about Scripture»: Interp 28 (1974) 321-330; ÍD., «Adaptable for Life: The Nature and
güedad dijeron y escribieron lo que hay en la Biblia (Barr 1983, 1988). Es un verdadero
Function of Canon», en F. M. C R O S S - W . E. Lem ke - P. D. M IL L E R (eds.), Magnalia Dei:
discípulo de la llamada de Spinoza. Expresa bien la ofensa que aparentemente sienten algu­
The Mighty Acts o f God Essays on Bible and Archaeology in Memory o f G. E. Wright (Garden
nos histórico-críticos de la Biblia. Su retórica, sin embargo, traiciona a un tipo de sensibi­
City n y 1976) 531-560; J. A. SA N D E RS, «Biblical Criticism and the Bible as Canon»: USQR
lidad hacia la irrupción de la indeterminación en el posmodernismo deconstructivo y de las
32 (1977) 157-165; Í D ., «Hermeneutics of True and False Prophecy», en G. W. C o a ts -
considerables dudas que ahora se arrojan sobre las reconstrucciones teóricas de la historia
B. O. Lo n g (eds.), Canon and Authority. Essays in Old Testament, Religion and Theology
de la formación de la literatura bíblica» (SA N D ER S, «Scripture as Canon...», a.c., 60).
198 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 199

representante de la misma perspectiva de acercamiento a la abierto y predispuesto al método histórico-crítico: «En contras­
Biblia, Sanders acogió naturalmente de un modo muy positivo te con Childs, quiero decir bien alto y claro que considero la
la propuesta de Childs. Pero esto no significa que Sanders esté de crítica histórica y literaria de la Biblia un regalo de Dios, en dos
acuerdo en todo con Childs y no dirija ninguna crítica a su posi­ sesiones»501.
ción. Al contrario, la propuesta canónica de Sanders se diferen­ Prefiere llamar a su acercamiento con el nombre de canonical
cia claramente de la del estudioso de Yale en algunos puntos bas­ criticism, y lo ve en la perspectiva de continuación de los otros
tante im portantes498. Por eso no es raro que Sanders, junto a las métodos críticos:
muchas palabras de alabanza, formule también críticas al acerca­
miento canónico de B. S. Childs. Childs no quiere usar el término criticism en absoluto. Siente que
usar esa palabra relega lo que está haciendo a la categoría de otra téc­
Entonces, ¿cuáles son las diferencias entre los dos represen­ nica, como él dice, del estudio humanista de la Biblia. Yo no tengo ese
tantes de la corriente canónica de interpretación moderna de la temor. Por el contrario, yo veo lo que está teniendo lugar como una
Biblia? Ante todo, Sanders está mucho más inclinado hacia la evolución del estudio crítico de la Biblia y como la siguiente etapa de
posición histórica. El mismo dice: «Cuando Childs dice contex­ su desarrollo 502.
to [pensando en el contexto canónico], se refiere al contexto lite­
rario; cuando lo digo yo, casi siempre me refiero al contexto his­ Está claro que Sanders no quiere presentar su posición como
tórico»499. contraria al pensamiento crítico. Su canonical criticism debería
Para Sanders el térm ino contexto canónico significa más bien corregir, pero no impedir en ningún modo, el trabajo del méto­
el contexto histórico en el cual el proceso canónico se desarro­ do histórico-crítico tal como ha sido practicado hasta hoy503. Al
lló. Sanders, de hecho, está más interesado en el proceso mismo
que en el efecto de este proceso (la forma establecida del canon sus síntesis. El acercamiento canónico, en cambio, acepta las elecciones y ajustes que han
tenido lugar y presta su atención al resultado final: el canon hebreo del siglo primero d.C.»
bíblico) 5Ü0. El estudioso de Claremont está, por tanto, más
(o.c., 21).
501 S a n d e r s , «Canonical Context...»: a.c., 192. Desde su propio punto de vista, Sanders
(Filadelfia 1977) 21-41; Íd., «Text and Canon. Concepts and Method»: JBL 98 (1979) ve así la posición de Childs hacia el método histórico-crítico: «Aquí hay una de las princi­
5-29; ÍD., God has a Story too. Sermons in Context (Filadelfia 1979); SANDERS, «Childs and pales diferencias entre Childs y yo. Childs no abandona la crítica histórica, pero el valor
Canon», a.c.; ÍD., «Canonical Context», 173-197; ÍD., «The Bible», 1250-1255; ÍD., «Text que le otorga está limitado a reconocer las costuras de la formación del texto. Para él, los
and Canon. Oíd Testament and New», en P. CASETTI - O. K e e l - A. SCHENKER (eds.), puntos marcados en los momentos históricos de esa formación no tienen valor o espacio en
Melanges Dominique Barthélemy. Études bibliques offertes a l ’occasion de son 6Cf anniversaire su teología, que se centra en los movimientos hermenéuticos descubiertos en las junturas y
(Orbis Biblicus et Orientalis 38; Friburgo 1981) 373-394; ÍD., «Canonical Criticism: An actividad editorial del texto. Así, su posición es calificada por alguno como la revitalización
Introduction», a.c.; SANDERS, Canon and Community..., o.c.; ÍD., From Sacred Story..., o.c.; posmoderna de la teología reformada pre-Spinoziana de la Palabra, tal como la perciben
ÍD., «Scripture as Canon...», a.c., 56-64; C . A. Evans - J. A. SANDERS (eds.), Early Chris- Barth y los barthianos» (Íd., «Scripture as Canon...», a.c., 61).
tian Interpretation o f the Scriptures o f Israel. Investigations and Proposals (JSNT.Sup.S. 148; 502 SANDERS, «Canonical Context...», a.c., 18-7. Cf. también p.192 del mismo artículo.
Sheffield 1997). Pero hay que añadir inmediatamente que Sanders ve el canonical criticism como una meto­
498 Basta con escuchar a Sanders, que, hablando de la relación entre Childs y él, admi­ dología que no solo sigue los otros métodos críticos, sino que también los corrige. En uno
te: «Pero hay diferencias cruciales entre nosotros, tan cruciales que los dos creemos impor­ de sus libros Sanders escribía: «Por tanto, la crítica canónica no es solo otra práctica críti­
tante que los estudiantes no asocien nuestro trabajo más allá de cierto punto» (SANDERS, ca. N o es solo una evolución lógica de etapas anteriores en el crecimiento de la crítica, sino
«Canonical Context...», a.c., 186). Para una comparación entre las propuestas de ambos que también reflexiona mirando atrás a todas las disciplinas de la crítica bíblica y afecta a
autores, cf. ibíd., 173-197; Spina, «Canonical...», a.c. todas ellas en cierta medida. La crítica canónica depende de todo lo que ha sucedido antes
499 SANDERS, «Canonical Context...», a.c., 186s. La explicación entre paréntesis es nuestra. en esta línea, pero lo que ha llegado antes puede ahora ser dependiente hasta cierto punto
500 Childs pone más el acento en la forma final del texto que en su proceso anterior de de la crítica canónica. Si la crítica bíblica debe redimirse de sus propios fallos y de los serios
desarrollo. M. Brett, en Biblical Criticism in Crisis?, concluye así: «Los críticos históricos, y cargos que se han puesto contra ella, debería abrazar esta disciplina adicional e instancia
también los críticos canónicos como Sanders, son unos intelectuales que consideran la autocrítica» (ÍD., Canon and Community..., o.c., 19).
complejidad del canon hebreo como una fuente de estimulación e interés; quieren identi­ ^ Este hecho explica por qué, por ejemplo, J. Barr es mucho más favorable a la pro­
ficar los orígenes de todas sus tradiciones culturales, y reconstruir los detalles y el orden de puesta canónica de Sanders que a la de Childs. F. Kermode; de hecho, ha sugerido que la
200 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓNICO 201

contrario, su propuesta debería reconciliar, de un modo más efi­ Biblia de la historia. Y, por tanto, si Childs teóricamente subra­
caz que la propuesta de Childs, la perspectiva crítica de la Biblia ya la importancia de la unión existente entre el texto y la com u­
con su perspectiva canónica, la perspectiva de la Biblia como nidad, de hecho disocia la Biblia de la comunidad, porque no
Sagrada Escritura5o4. quiere tomar seriamente en consideración las circunstancias his­
Sanders critica que Childs se concentre solamente en la forma tóricas en las cuales crecieron las Escrituras507.
final del texto. Para Childs la forma final del texto siempre es la O tra crítica de Sanders se refiere también a la forma final del
normativa para los cristianos de hoy. La posición de Sanders es texto. Childs escoge el texto masorético como el más adaptado
más flexible y ha sido bien descrita por J.-V. Vesco: para trabajar con la forma final. Sanders se opone a esta elección:
La forma final de un libro puede ser importante, en efecto, o Esto ya es para mí un inmenso problema. Supone releer en la his­
puede no serlo, y la autoridad no tiene por qué estar concentrada en toria canónica una forma del texto poscristiana y muy rabinizada. Por
el texto canónico, sino en el pueblo y los acontecimientos que han sus­ m uy rabinizada me refiero a un texto desvinculado de las comunida­
citado el texto 505. des cristianas hasta relativamente tarde. ¡Aunque Jerónimo aprendió
mucho de su rabino de Belén, la Vulgata de hecho está muy lejos del
Para Sanders, vincular estrechamente el concepto de la nor- TM! Centrarse en el TM deja a la mayor parte del N T — cuya Escri­
matividad solo con una etapa del desarrollo del texto, aunque sea tura fue la Septuaginta— aislada en el frío 508.
la etapa final, es una operación inaceptable. Sanders dice:
Como se ve por la cita, ni la consecuencia histórica ni las pre­
Ciertamente uno puede y debe ver la Escritura tanto sincrónica ferencias de la Iglesia primitiva conducen a la elección del texto
como diacrònicamente. Y seguramente uno puede teorizar sobre el masorético como el único texto válido.
hipotético momento en que una redacción canónica final dio al texto Sin embargo, todas estas críticas al programa de Childs no
la forma que finalmente obtuvo, con el fin de verlo entonces sincró­
nicamente. Pero disociarlo de la historia como si la redacción canó­ impiden a Sanders apreciar el valor de la propuesta canónica y
nica final tuviese en mente una teología atemporal para todas las acogerla por lo general de modo positivo 7°9. Este aprecio pro­
generaciones y siglos venideros es irrealista. Es una sobre-reacción al viene del hecho de que Sanders está de acuerdo con Childs en la
exceso de crítica histórica. Uno debería trabajar tanto sincrónica visión y valoración de la situación de la exégesis moderna.
como diacrònicamente. Al moverse por la historia de la formación
del texto y el canon diacrònicamente, se debería trabajar en cada
etapa sincrónicamente. Y esto requiere todas las herramientas de la 507 C f ÍD., «Canonical Context...», a.c., 188-191. Sanders observa que el contexto canó­
exégesis bíblica y de la crítica histórica al servicio de uno para cada nico, así como lo comprende Childs, no actuó nunca en las comunidades cristianas como
periodo de formación 506. principio hermenéutico hasta los tiempos de la Reforma protestante. Sanders ve en el caso
de Childs el influjo de la perspectiva de los reformadores, tanto en su acento sobre el con­
texto canónico pleno, como en su preferencia por el TM (contra la LXX y la Vulgata). C f
Sanders indica que el fuerte acento de Childs en la forma p. 188.
final, como forma ideal para la exégesis, lo lleva a disociar la 508 Ibíd., 187.
509 Sanders no esconde su simpatía por Childs y su opción metodológica. En uno de sus
artículos escribía: «Una de las cosas hermosas que sucedieron en mi último año de ense­
posición de Sanders podía ser una vía media entre la posición de Childs y Barr. Cf. F. KER- ñanza en el Union Seminary de Nueva York antes de cambiarme a Claremont, fue que el
MODE, «The Argument about Canons», en An Appetite for Poetry (Cambridge MA 1990) seminario inviró a Childs en la primavera de 1977 desde Yale para tener una conversación
189; SANDERS, «Scripture as Canon...», a.c., 61. abierta sobre el canon. Creo que ambos disfrutamos celebrando las diferencias entre noso­
504 Cf. B a r t h é l EMY, La critique canonique, o.c., 28. tros tanto como las semejanzas [...] Siento mi espíritu profundamente afín al de Bard
505 J.-L. VESCO, La critique canonique, o .c., 12. Childs. Nuestras raíces van hondo en la fe. Verdaderamente creo que él también es un plu­
506 S a n d e r s , «Canonical Context...», a.c., 190s. Cf. también ÍD., Canon and Commu- ralista monoteizante; y eso es, como saben todos mis alumnos, el cumplimiento más gran­
nity..., o.c., 25. de que puedo hacer a alguien» (ibíd., 186).
202 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓNICO 203

Ambos parten de la misma perspectiva y señalan los mismos pro­ una salida a esta situación. Hay que indicar la dirección en la que
blemas existentes en la interpretación bíblica contemporánea. debería moverse la exégesis y la teología bíblica, y mostrar los
El problema principal al que los dos quieren dar solución es medios para alcanzar el objetivo indicado. Y también en la cues­
el hecho de que el desarrollo del método histórico-crítico ha aca­ tión de esta dirección y medios, Childs y Sanders están en
bado encerrando a la Biblia en su pasado: muchos casos de acuerdo entre ellos.
Los dos ven una salida a los problemas nacidos del desarrollo
Uno de los cargos que se han levantado cada vez con más fre­ del pensamiento histórico-crítico en el redescubrimiento y reva­
cuencia al gremio de la crítica bíblica es que hemos encerrado a la
Biblia en el pasado. El Protestantismo pudo haber roto las cadenas que loración del fenómeno del canon bíblico 513. Ambos están de
habían atado la Biblia al atril de la iglesia, pero pasó a patrocinar, al acuerdo en que hay que considerar todo el texto del canon. Esto
menos en cierto grado, el estudio ilustrado de la Biblia, que pareció a significa que hay que reconocer la misma autoridad a todos los
su vez encadenar la Biblia al pupitre del investigador. Pasó de ser el textos, sin diferenciar entre los originales y los secundarios^ ^ .
recinto particular del sacerdote a ser la materia de especialidad de los Ambos, finalmente, ven la importancia de la comunidad creyen­
investigadores, ¡que lo convirtieron en una especie de tell arqueológi­
co que solo los expertos podían excavar! 510
te, dentro de la cual ha surgido la Escritura y donde ahora es cus­
todiada^15. La interpretación de la Biblia que quieren desarrollar
Es más, el pensamiento crítico ha descanonizado la Biblia. Lo presupone considerar seriamente el papel y las expectativas de la
ha hecho porque ha encarcelado el significado bíblico en el pasa­ comunidad.
do. También lo ha hecho porque ha redefinido el concepto de Como ya hemos dicho arriba, viendo muchos puntos en
canon con términos meramente históricos, sin prestar atención común entre ambos estudiosos y la simpatía con la que Sanders
a su significado teológico. Y además el método histórico-crítico comenta el desarrollo del acercamiento canónico, podemos reco­
es culpable de otro daño hecho al texto: lo ha fragmentado de nocer una acogida generalmente positiva de esta opción meto­
modo excesivo. Sanders escribe: dológica por parte de J. A. Sanders. Este siempre ha sido crítico
respecto a algunos aspectos del acercamiento canónico 516, lo
Otro problema que la crítica histórica ha extendido es el de la frag­
mentación del texto, incluso atomización. [...] Childs tiene mucha dificultad p ara aplicarlo al con texto religioso m o d e rn o » (cf. ib íd ., 176; CHILDS, Introduc-
razón. A pesar de los esfuerzos crecientes hechos en los últimos veinte tion..., o.c., 7 9 ).
años por rehabilitar las manos tardías de los textos — por medio de la 513 Ambos enfatizan más bien la función del canon que su forma o su estructura (cf.
crítica de la redacción y la atención al Nachleben (vida posterior) o a la Sa n d e r s , «Canonical Context...»: a.c., 185); para Childs el canon es un principio herme-
Nachgeschichte (historia posterior) de ciertos mensajes— la inclinación a néutico formal de interpretación intertextual de todos los textos dentro de la colección de
libros bíblicos (acento en la sincronía), para Sanders el canon es el principio para descubrir
atribuir mayor autoridad a los (con frecuencia hipotéticamente recon s­
la hermenéutica operante dentro de las comunidades siguientes de creyentes (acento en la
truidos) núcleos y formas originales todavía está en nosotros 511 diacronía).
514 «También estamos de acuerdo en el texto completo del canon de cualquier comuni­
dad. Aquí Childs es muy insistente. La expresión fu ll canonical context (contexto canónico
Todo esto ha contribuido a hacer muy difícil la tarea de completo) siempre estará asociada a su posición. También estamos de acuerdo en que los tér­
actualizar la Biblia en la Iglesia de h o y 512. Hay que e n c o n t r a r minos espúreo, secundario y no original deberían desaparecer del estudio bíblico serio. Ellos
debieron empezar teniendo una función válida, pero se han convertido en símbolos de la
peculiar doctrina de autoridad de la crítica: solo lo original es auténtico. Ver cómo las comu­
510 Ibíd., 175. nidades primitivas dieron forma a lo que recibieron y lo revaloraron para dirigirlo a sus situa­
511 Ibíd., 178s. ciones y problemas posteriores es muy importante para comprender cómo y por qué tene­
512 Tanto Sanders como Childs citan las palabras de G. T. Sheppard (nota bene: discí­ mos en primer lugar un canon. La crítica de la redacción no es suficiente» (ibíd., 186).
pulo del propio Childs) al respecto: «Sorprende poco que una vez que el texto bíblico ha Cf. ibíd., 183-185.
sido firmemente anclado en el pasado histórico a base de descanonizarlo, el intérprete tenga Cf. S a n d e r s , «Scripture as Canon...», a.c., 60-62.
204 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CA NÓ NICO 205

que no le impide señalar su verdadero aprecio por el programa acogieron e incluso incorporaron en su trabajo las pro­
A lg u n o s

de Childs. puestas desarrolladas por B. S. Childs522.


Resumiendo, podemos deducir algunas conclusiones. Sin Orientado de este modo en la perspectiva de las ciencias
duda se puede lanzar la observación de que la propuesta de bíblicas, el acercamiento canónico se presenta como una pro­
Childs ha sido acogida en el m undo bíblico como una pro­ puesta independiente y a considerar seriamente en la reflexión de
puesta provocativa e interesante, incluso por sus adversarios517. los problemas actuales de la teología bíblica. En el próximo capí­
El acercamiento canónico ha encontrado un amplio abanico de tulo intentaremos examinar su valor para la teología católica.
reacciones universitarias, comenzando por las favorables hasta
las decididamente contrarias 518. Seguramente no se puede
decir que el acercamiento canónico haya pasado como una 4. Dos ejemplos del acercamiento canónico
propuesta insignificante. Su presencia en las ciencias bíblicas de B. S. Childs al texto bíblico
ha sido considerada incluso por el docum ento de la P ontificia
Comisión Bíblica cuando trató el problema de la interpreta­ a) Génesis 2 2 ,1 -1 9 523
ción bíblica519.
También hay que recordar que las ideas del acercamiento canó­ Childs divide la exposición del texto elegido en cuatro pará­
nico ya han influido en los trabajos de varios autores 52°. Quizá es grafos. En el primero presenta el texto analizado en el contexto
demasiado pronto para hablar de una escuela canónica, pero es del Antiguo Testamento. En el segundo parágrafo el texto se
cierto que las ideas de Childs ya han encontrado seguidores 52h sitúa en el panorama teológico del Nuevo Testamento. El tercer
punto se dedica a la historia de la exegesis del pasaje analizado.
517 Cf., la postura de Barr. Finalmente, el cuarto parágrafo presenta el texto en el contexto
Es interesante indicar cómo en algunos puntos los comentaristas del pensamiento de de la teología de toda la Biblia.
Childs han ofrecido críticas exactamente opuestas respecto a los mismos problemas. Cf.,
por ejemplo, la cuestión de la interpretación cristológica del AT: Rendtorff critica a Childs
por el hecho de su cristianización del AT; Oeming y Watson, por el contrario, critican al
mismo Childs porque según ellos no desarrolla satisfactoriamente precisamente este ele­ — El Antiguo Testamento
mento de la interpretación, que ellos consideran importante (cf. R E N D T O R F F , « R e z e n s io n
Brevard S . Childs...», 368s; O E M IN G , «Text-Kontext...», a.c., 250s; W a t s o n , Text and
Truth..., o.c., 212-219). Lo mismo se puede percibir respecto a la relación entre la pro­ En el punto dedicado al Antiguo Testamento empieza recor­
puesta canónica y el método histórico-crítico. Hemos visto más arriba que muchos acha­ dando algunos datos importantes procedentes del estudio histó­
can a Childs no ser suficientemente histórico. Pero, por ejemplo, la crítica de I. Provan va
en una dirección totalmente opuesta: según él, Childs está demasiado influenciado por el rico-crítico de la Biblia. Childs recuerda los méritos de Gunkel
pensamiento crítico. Provan [en su recensión a Biblical Theology in Crisis, p.392-393] está y von Rad. Reconoce también la contribución de Lutero y Kier­
convencido de que Childs debería rechazar los presupuestos histórico-críticos de un m odo kegaard a estimular el estudio teológico del texto elegido, y el
más radical.
519 Cf. J. A. FlTZM YF.R, The Biblical Commissions Document «The Interpretation o f the trabajo realizado desde la perspectiva judía por S. Spiegel.
Bible in the Church». Text and Commentary (SubBi 18; Roma 1995) 68-74.
^20 Cf., por ejemplo, otro estudioso famoso, Rolf Rendtorff, que en un artículo admitió
abiertamente: «Pero a continuación querría decir que doy muchas gracias a Childs. Su
Introduction to the Oíd Testament as Scripture, al tiempo que iluminaba el trabajo de mi pro­ Micah. A Literary Analysis (SBL.DS 89; Atlanta 1988); SCALISE, From Scripture to Theo-
pia Introducción, me dio un impulso esencial para ello, para plantear consecuentemente la l°gy..., o.c.; G. T. S h e p p a r d , Wisdom as a Hermeneutical Construct. A Study in the Sapien-
pregunta por la forma final canónica de cada libro bíblico y de su colección más p r o b a b l e » tializing o f the Old Testament (Berlin-Nueva York 1980).
( R e n d t o r f f , «Rezension Brevard S. Childs...», a.c., 367). 522 Cf., por ejemplo, G A U T S C H , The Words..., o.c.; O ’N e a l , Interpreting Habakkuk as
521 Cf., por ejemplo, E. Dyck, Canon and Interpretation. Recent Canonical Approaches Scripture..., o.c.; SCALISE, Hermeneutics..., o.c.
and the Book o f Jonah (Montreal 1987); D. G. H A G S T R O M , The Coherence ofthe Book of Basado en Biblical Theology ofthe Old..., o.c., 325-336.
204 [A BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓNICO 205

que no le impide señalar su verdadero aprecio por el programa Algunos acogieron e incluso incorporaron en su trabajo las pro­
de Childs. puestas desarrolladas por B. S. Childs 522.
Resumiendo, podemos deducir algunas conclusiones. Sin Orientado de este modo en la perspectiva de las ciencias
duda se puede lanzar la observación de que la propuesta de bíblicas, el acercamiento canónico se presenta como una pro­
Childs ha sido acogida en el mundo bíblico como una pro­ puesta independiente y a considerar seriamente en la reflexión de
puesta provocativa e interesante, incluso por sus adversarios517. los problemas actuales de la teología bíblica. En el próximo capí­
El acercamiento canónico ha encontrado un amplio abanico de tulo intentaremos examinar su valor para la teología católica.
reacciones universitarias, comenzando por las favorables hasta
las decididamente contrarias 518. Seguramente no se puede
decir que el acercamiento canónico haya pasado como una 4. Dos ejemplos del acercamiento canónico
propuesta insignificante. Su presencia en las ciencias bíblicas de B. S. Childs al texto bíblico
ha sido considerada incluso por el docum ento de la Pontificia
Comisión Bíblica cuando trató el problema de la interpreta­ a) Génesis 2 2 ,1 -1 9 523
ción bíblica519.
También hay que recordar que las ideas del acercamiento canó­ Childs divide la exposición del texto elegido en cuatro pará­
nico ya han influido en los trabajos de varios autores 52°. Quizá es grafos. En el primero presenta el texto analizado en el contexto
demasiado pronto para hablar de una escuela canónica, pero es del Antiguo Testamento. En el segundo parágrafo el texto se
cierto que las ideas de Childs ya han encontrado seguidores 52]. sitúa en el panorama teológico del Nuevo Testamento. El tercer
punto se dedica a la historia de la exegesis del pasaje analizado.
517 Cf., la postura de Barr. Finalmente, el cuarto parágrafo presenta el texto en el contexto
518 Es interesante indicar cómo en algunos puntos los comentaristas del pensamiento de de la teología de toda la Biblia.
Childs han ofrecido críticas exactamente opuestas respecto a los mismos problemas. Cf.,
por ejemplo, la cuestión de la interpretación cristológica del AT: Rendtorff critica a Childs
por el hecho de su cristianización del AT; Oeming y Watson, por el contrario, critican al
mismo Childs porque según ellos no desarrolla satisfactoriamente precisamente este ele­ — El Antiguo Testamento
mento de la interpretación, que ellos consideran importante (cf. R E N D T O R F F , « R e z e n s io n
Brevard S. Childs...», 368s; O E M IN G , «Text-Kontext...», a.c., 250s; W a t s o n , Text and
Truth..., o.c., 212-219). Lo mismo se puede percibir respecto a la relación entre la pro­ En el punto dedicado al Antiguo Testamento empieza recor­
puesta canónica y el método histórico-crítico. Hemos visto más arriba que muchos acha­ dando algunos datos importantes procedentes del estudio histó­
can a Childs no ser suficientemente histórico. Pero, por ejemplo, la crítica de I. Provan va
en una dirección totalmente opuesta: según él, Childs está demasiado influenciado por el rico-crítico de la Biblia. Childs recuerda los méritos de Gunkel
pensamiento crítico. Provan [en su recensión a Biblical Theology in Crisis, p.392-393] está y von Rad. Reconoce también la contribución de Lutero y Kier­
convencido de que Childs debería rechazar los presupuestos histórico-críticos de un m odo kegaard a estimular el estudio teológico del texto elegido, y el
más radical.
519 Cf. J. A. FlTZMYER, The Biblical Commissions Document «The Interpretation o f the trabajo realizado desde la perspectiva judía por S. Spiegel.
Bible in the Church». Text and Commentary (SubBi 18; Roma 1995) 68-74.
520 Cf., por ejemplo, otro estudioso famoso, Rolf Rendtorff, que en un artículo a d m i t i ó
abiertamente: «Pero a continuación querría decir que doy muchas gracias a Childs. Su
Introduction to the Oíd Testamentas Scripture, al tiempo que iluminaba el trabajo de mi pro­ Micah. A Literary Analysis (SBL.DS 89; Atlanta 1988); SCALISE, From Scripture to Theo-
pia Introducción, me dio un impulso esencial para ello, para plantear consecuentemente la kgy--., o.c.; G. T. SH EPPA R D , Wisdom as a Hermeneutical Construct. A Study in the Sapien-
pregunta por la forma final canónica de cada libro bíblico y de su colección más p r o b a b l e » tializing o f the Old Testament (Berlin-Nueva York 1980).
(R E N D T O R F F , «Rezension Brevard S. Childs...», a.c., 367).
522 Cf., por ejemplo, G A U T S C H , The Words..., o.c.; O ’N e a l , Interpreting Habakkuk as
521 Cf., por ejemplo, E. D y c k , Canon and Interpretation. Recent Canonical Approaches Scripture..., o.c.; SCALISE, Hermeneutics..., o.c.
and the Book ofjonah (Montreal 1987); D. G. H a G STR O M , The Coherence o f the Book of 5 3 Basado en Biblical Theology o f the Old..., o.c., 325-336.

I
206 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 207

Después de haber reconocido los méritos del estudio ya reali­ Childs descubre otra información canónica importante en el
zado, Childs indica que todo esto todavía no es suficiente para v j 4 526. Childs, a diferencia de Gunkel, ve en esta locución una
proveer los datos necesarios para la construcción de un análisis A portante función para la narración del presente texto. Nues­
teológico adecuado de Gén 22,1-19 524. Es precisamente en este tro autor observa que mediante el verbo proveer este texto se vin­
punto donde se abre la necesidad de presentar los datos proce­ cula a la explicación dada por Abrahán a su hijo Isaac. Este otro
dentes del acercamiento canónico al texto. texto emplea, de hecho, el mismo verbo: «Respondió Abrahán:
En primer lugar Childs recuerda que el capítulo 22, del cual “¡Dios solo se proveerá el cordero para el holocausto, hijo
se está tratando, forma parte del contexto narrativo más am plio tnío!”». Esta vinculación subraya la importancia del tema de la
del libro del Génesis. El tema principal de este contexto es la intervención de Dios, fiel a su promesa, a favor de Abrahán.
promesa dada a Abrahán respecto a su descendencia. Teniendo Además, el mismo verbo en el AT llega a ser un término técnico
esto en consideración, no se puede compartir la opinión de para describir las teofanías de Dios en la historia de su pueblo
Gunkel y de otros histórico-críticos que han querido reconstruir (Gén 12,7; 17,1; 18,1; Éx 3,2.16 y otros). Childs ve aquí la con­
la saga original de este texto sin considerar los versículos 15-18, firmación de la continuidad del plan salvífico dentro de la his­
tan importantes para una coherencia canónica525. Todo esto es toria del pueblo hebreo 527.
evidente cuando se tiene presente el papel propio de estos versí­ Situando el texto analizado en el contexto literario más
culos en el desarrollo del tema central del texto analizado, el de amplio, Childs llega a descubrir otra importante característica
la promesa divina hecha a Abrahán. canónica. Nuestro autor observa que la relación específica exis­
Después, Childs señala el significado teológico de la indica­ tente en Gén 22,1-19 entre las tres palabras clave (carnero: ’ayil,
ción inicial del texto analizado (v.l): «Después de estas cosas. holocausto: ‘olah, manifestar: rh) se repite en el libro del Levíti-
Dios probó a Abrahán diciéndole: “Abrahán, Abrahán”. R espon­ co, en los capítulos 8-9 y 16. Por tanto, la historia personal de
dió: “Aquí estoy”». Y gracias a esta indicación canónica el lector Abrahán no parece ser una historia aparte, al contrario, el lector
está informado desde el principio de la intención divina y puede atento a la Biblia puede percibir la afinidad existente entre la
así asistir al desarrollo de la acción desde una perspectiva distin­ experiencia personal del Patriarca y el culto público de Israel.
ta a la del propio Abrahán. Nuestro autor observa que el texto del Génesis se puede leer en
el contexto del Levítico, pero también es posible el movimiento
524 «En este punto puede citarse mi propio estudio crítico del .Antiguo Testamento. E n
contrario. Si vemos el culto público de Israel a la luz de la expe­
el debate moderno parece haber poca dirección o incluso conciencia de cómo moverse exe- riencia del Patriarca, resulta difícil ignorar la centralidad del
géticamente al tomar en cuenta toda la Biblia cristiana. Con frecuencia el intérprete se sien­ tema de la confesión de Abrahán: «Dios solo se proveerá el cor­
te obligado a trabajar con categorías existenciales, citando a Kierkegaard o retomando un
versículo de Pablo, antes de sugerir alguna vaga vinculación con el Nuevo Testamento. El dero para el holocausto».
presupuesto subyacente a la incertidumbre es que, en el mejor de los casos, el Nuevo Tes­ En el relato del Génesis Dios mismo es el que se procura una
tamento está vinculado carismáticamente con el Antiguo. En cualquier caso, a no ser que
se pueda aportar más precisión exegética y teológica para tratar precisamente esta conexión,
ofrenda para sí. En cambio, en el Levítico son los israelitas quie-
es difícil ver cómo se pueda desarrollar una Teología Bíblica en la disciplina actual»
(CH ILD S, Biblical Theology ofthe Oíd..., o.c., 326). 526 V.l4: «Abrahán llamó aquel sitio “El Señor ve”, por lo que se dice aún hoy “En el
^ «El ángel del Señor llamó a Abrahán por segunda vez desde el cielo y le dijo: "Juro m°()te el Señor es visto”».
por mí mismo, oráculo del Señor: por haber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo, «El Dios que apareció en la única historia de Abrahán continúa ahora dándose a
tu hijo único, te colmaré de bendiciones y multiplicaré a tus descendientes como las estre­ conocer a Israel. El punto se hace doblemente claro por la conclusión del versículo. “Toda-
llas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de sus * h o y se d ic e en la montaña de Yahvé, él es visto [n.d.t.: ‘él provee’]”- La narración no
enemigos. Todas las naciones de la tierra se bendecirán con tu descendencia, porque has celebra un antiguo lugar santo, sino que más bien garantiza la continua presencia de Dios
escuchado mi voz”». en m e d io d e su pueblo» (CH ILD S, Biblical Theology ofthe Oíd..., o.c., 327).
208 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA
C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO 209

nes ofrecen un holocausto digno de Dios. Childs ha visto esto, que hay entre este texto neotestamentario y el texto del Génesis.
pero no quiere contraponer un testimonio de la Escritura contra O tro texto aportado por Childs es Heb ll,17ss. Este frag­
el otro. Concluye que hay que acoger como diversos, y plena­ mento de la Carta a los Hebreos menciona explícitamente la his­
mente legítimos, estos dos modos de testimoniar la misma toria de Abrahán decidido a ofrecer a Dios su hijo primogénito.
acción salvífica de Dios en la historia de su pueblo. En este caso el relato se sitúa en el contexto más amplio del tema
Estos son los elementos canónicos descubiertos por nuestro de la fe, que se ilustra con diversos ejemplos bíblicos. Uno de
autor en el punto dedicado al contexto veterotestamentario de la estos ejemplos es precisamente este de Abrahán e Isaac. En el
escena escogida. En el segundo punto Childs pasa a un nuevo fragmento de la Carta a los Hebreos Abrahán es presentado
contexto: el Nuevo Testamento. como un héroe de la fe que, incluso afrontando la posible muer­
te inminente de su hijo, no deja de creer en la promesa dada por
el Señor.
— El Nuevo Testamento

En este breve punto nuestro autor limita su tarea a señalar las


— Historia de la exégesis
posibles apropiaciones e influjos del texto escogido dentro del
Nuevo Testamento. Casi todo el punto está dedicado a la litera­
Después de haber mostrado estos ejemplos de lectura de
tura paulina.
Gén 22 en el Nuevo Testamento, Childs pasa a la historia de la
En primer lugar, Childs estudia la conexión de la doctrina
exégesis. En este punto de su exposición el autor enumera dis­
paulina sobre el sacrificio expiatorio de Cristo con la tradición
tintas interpretaciones del texto analizado, realizadas durante los
judía de la atadura de Isaac. Recordando los trabajos de diversos
siglos de esta historia, para descubrir los posibles vínculos entre
estudiosos (Lévi, Schoeps, Spiegel, Vermes), Childs señala que es
el Antiguo y el Nuevo Testamento precisamente a través del
muy difícil mostrar un influjo directo evidente de esta tradición
sobre la doctrina de San Pablo. Es más fácil atribuir las posibles texto de Gén 22,1 -1 9 529.
Como primer ejemplo, Childs trae la exégesis alegórica de
semejanzas al conocimiento común de la tradición judía en el
Filón. Recuerda que en esta interpretación, alegórica y filosófica
ámbito histórico-cultural al que pertenecía también San Pablo.
al mismo tiempo, la voluntad de Abrahán de matar a su hijo sig­
La posibilidad más evidente de influjo sería la de Rom 8,32. De
nificaba la prontitud de renunciar a todo aquello que es mortal,
hecho la afirmación «Él, que no se reservó a su propio Hijo» se
subrayando el único valor de lo que es inmortal. Pero Childs no
asemeja mucho al Gén 22,16 de la LXX. Sin embargo, apoyán­
ofrece demasiada atención a esta interpretación debido a su escasa
dose en las propuestas de N. Dahl, Childs no opta por el influ­
presencia en la exégesis cristiana.
jo en sentido tipológico (relación tipológica entre la atadura de
Mucho más im portante es la exégesis de Melitón de Sardes,
Isaac y la muerte de Jesús), sino que más bien ve en el sacrificio
del siglo II. En este caso el sacrificio de Isaac se leía como un tipo
del Hijo de Dios un cumplimiento perfecto de la fidelidad divi­
de la crucifixión de Cristo. Después se desarrolló esta tipología,
na a su promesa; la promesa referida a Abrahán y a su descen­
dencia 5 . En cualquier caso, es posible ver la correspondencia
q*tnplimiento de lo que Dios había prometido por juramento. Él no se reservó a su propio
‘J°. La crucifixión de Jesús fue así explicada a la luz de Gén 22 como la recompensa ade-
528 «Dahl reconoce que Pablo concibió que había una correspondencia, pero r e c h a z a la
°U52y 3 Promesa’ Y no como una tipología entre Isaac y Cristo» (ibíd., 327s).
comprensión general de que esta correspondencia era una relación tipológica entre e l atai Childs se apoya en el trabajo de D. LERCH, Isaaks Opferunf. Christlich gedeutet eine
a Isaac y la muerte de Jesús [...] Para Pablo, la muerte de Cristo fue interpretada c o m o e auslegungsgeschichtliche Untersuchung (BHTh 12; Tubinga 1950).
210 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓ NICO

permitiendo ver en Isaac un tipo del mártir cristiano, y en Abra- — Gén 22,1-19 en el contexto de la Biblia cristiana
hán a un héroe de la fe. Finalmente, la interpretación de Oríge­
nes, basada en la contraposición entre el amor de Dios por una El fin del último apartado de la presentación de Childs es
parte y el amor corporal de este m undo por la otra, abrió la posi­ concluir con la interpretación del pasaje elegido en la perspecti­
bilidad de una interpretación de carácter antropológico 33°. va teológica de toda la Biblia. La tarea es por tanto estrictamen­
El siguiente punto im portante para Childs en la historia de la te teológica. Childs lo admite esplícitamente, acentuando que en
exégesis cristiana coincide con el inicio de la reforma protestan­ su interpretación se presupone la existencia de una realidad teo­
te. Nuestro autor observa que en el caso de los reformadores la lógica, de la cual el texto bíblico da su propio testimonio 533.
interpretación alegórica y tipológica del texto analizado es recha­ Esto no significa que los datos histórico-críticos no sean impor­
zada. Para Calvino y Lutero el punto esencial está en el valor teo­ tantes. Nuestro autor está convencido de que el mandamiento
lógico de la fe de Abrahán. El patriarca no pierde la fe en Dios, divino de sacrificar a Isaac hay que entenderlo en la perspectiva de
ni siquiera cuando este último reclama la ofrenda de su hijo. la historia de las religiones del Oriente antiguo. Pero al mismo
Abrahán se convierte en un modelo de vida cristiana precisa­ tiempo Childs observa que todos los elementos descubiertos en
mente por su fe en el cumplimiento de la promesa divina. esta perspectiva han sido subordinados e incorporados a la totali­
En el periodo posterior a la época de los reformadores pro­ dad del testimonio teológico de la Escritura. Las cuestiones histó-
testantes Childs observa un cambio importante en la manera de rico-críticas o psicológicas, por tanto, poseen solo un valor auxiliar
interpretar el texto escogido. Un ejemplo de este cambio se en una adecuada interpretación teológica, y no pueden impedir al
encuentra en el libro de J. Clericus (1657-1736) 531. Este autor exegeta descubrir la intención teológica del texto 534.
introduce en la interpretación del texto de Gén la perspectiva de Según nuestro autor, el mensaje teológico crucial está en el
la historia de las religiones. El acto religioso de Abrahán se com­ cumplimiento de la promesa divina dada a Abrahán. La prome­
para con las prácticas de los pueblos vecinos del Patriarca y es sa se debía cumplir a través de Isaac. Cuando Isaac iba a morir
visto como una expresión de la máxima devoción de Abrahán a parecía que fuese a fallar incluso la propia promesa. Toda la rela­
su Dios 532. ción de Abrahán con su Dios estaba amenazada. Pero el Antiguo
Testamento testimonia que Dios permaneció fiel. El mismo pro­
curó un animal para el sacrificio a cambio de Isaac.

533 «Un presupuesto inicial de trabajo es que hay una substancia teológica, un conteni­
do de la Escritura, hacia el que apunta el testigo, y la preocupación por esta materia esen­
cial pertenece al scopus de la investigación. Todos los demás temas que necesitan un refina­
530 «Orígenes dirigió una nueva atención a la naturaleza de la tentación y la p e r c i b i ó miento hermenéutico tendrán que emerger del ejercicio exegético concreto, tales como la
como una lucha entre el amor a Dios y el amor a la carne. La prueba de Abrahán se hizo relación de los dos testamentos, la función del lector, y el papel creativo del lenguaje» (ibíd.,
paradigmática para el cristiano espiritual que huye del mundo y asciende al cielo. En s u m a , 333s).
el centro teológico dominante del pasaje bíblico abrió el camino a un interés antropológi­ 534 «También se da el caso de que la naturaleza del mandamiento divino de sacrificar al
co que nutrió la vida interior del cristiano» (CHILDS, Biblical Theology o f the Oíd..., o.c., propio hijo como ofrenda a la divinidad nace en las circunstacias del antigo Oriente próximo.
331). Sin embargo, se debe indicar enérgicamente que estos rasgos de la historia de las religiones
531 J. C L E R IC U S , Mosis Prophetae Libri Quinqué (Ámsterdan 1735). han sido subordinados al ser colocados en el distante trasfondo del testimonio veterotesta-
532 «Para Clericus fue decisivo colocar el problema de la prueba de Abrahán en el con­ mentario, y no actúan en el texto como los testigos esenciales. Más bien, el mandamiento se
texto de la historia de las religiones. Abrahán vio a sus vecinos manifestar su piedad sacri­ presenta en Gén 22,2 como un imperativo directo de Dios a Abrahán. Plantear la cuestión
ficando a los ídolos. ¿Cómo podría la devoción a su Dios ser menos? La cuestión, por tanto, psicológica de cómo supo Abrahán que procedía de Dios, o la cuestión histórica de si el
fue interpretada como un problema de religión y vista como un conflicto de piedad con sacrificio de niños formó alguna vez parte de la religión de los hebreos, es distraer al intér­
moralidad» (CHILDS, Biblical Theology o f the Oíd..., o.c., 332). prete del testimonio del texto» (ibíd., 334).
212 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA
C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓNICO 213

Además, la redacción canónica de este capítulo ha perm i­ tado dedicado al Antiguo Testamento, pueden ilum inar todo
tido actualizar su mensaje para cualquier generación del pue­ el culto de Israel 535.
blo de Dios. El Señor no solo ha provisto un digno holocaus­ Al final nuestro autor señala todavía la legitimidad del uso de
to a Abrahán; él siempre es capaz de proveer. De hecho, el v.14 la teoría reader response [respuesta del lector] en la exégesis bíblica.
asegura que todavía «hoy se dice: “Sobre el m onte el Señor Sin duda, esta teoría tendría algo que añadir también a la inter­
provee”». pretación del texto escogido. Childs está convencido de que un
Después Childs analiza los testimonios previamente indivi­ lector cristiano de la Biblia debe incorporar el mensaje del texto
dualizados (cf. apartado 2) en el Nuevo Testamento y descubre dentro de su experiencia de la revelación, de toda la revelación,
allí el mismo tema principal. De hecho, según Rom 8,32, Dios incluida la de la nueva alianza. Pero por otra parte Childs ve el
ha mostrado una fidelidad perfecta a su promesa porque «no se peligro de una lectura subjetiva de la Biblia. Solo una exégesis
ha reservado a su propio Hijo, sino que lo ha dado en sacrificio fiel al texto puede garantizar que esto no suceda 536. Sin embar­
por todos nosotros». Según Childs, los dos Testamentos testi­ go, Childs no ofrece en este lugar ejemplos concretos de las con­
monian la fidelidad divina, antes de nada demostrada a Abra­ clusiones a las que se podría llegar gracias a la aplicación de la
hán, pero también entendida como dirigida a «todos nosotros» teoría reader response a Gén 22,1-19. Se limita a justificar, de
(cf. Rom 8,32). modo general, el uso correcto de esta teoría en la exégesis 537.
O tro tema dom inante en el texto es el de la fe heroica del
Patriarca. También este tema se confirma y desarrolla, si se
aplica al fragmento elegido la exégesis propuesta por Childs. Ya b) Mateo 2 1 ,3 3 -4 6 ™
en el apartado dedicado al N T Childs citaba Heb 11,1 7ss
como el fragmento en el que la historia de Abrahán se presen­ Childs prosigue con el análisis del pasaje elegido en cinco
taba como un gran modelo de fe. Es verdad que el texto de apartados:
Heb 11 atribuye anacrónicamente a Abrahán el conocimiento
de la doctrina de la resurrección, pero también es verdad que
desde la perspectiva neotestamentaria la vinculación entre la fe 535 «El Dios que pidió e incluso suplió su propio sacrificio a Abrahán, actúa de modo
semejante en el culto institucionalizado de Levítico. Aunque los dos testigos están relacio­
en la promesa divina y la resurrección tiene una lógica clara. nados solo indirectamente, Gén 22 apunta en una dirección que invita a una reflexión teo­
Childs observa que desde esta nueva perspectiva la verdadera fe lógica más plena sobre el completo sistema sacrificial de Levítico a la luz de la revelación de
gracia de la voluntad divina a Abrahán» (ibíd., 335).
en Dios significa la fe en su fuerza, capaz de resucitar a su H ijo 536 «Hay una reader response requerida por cualquier reflexión teológica responsable.
de entre los muertos. Debido a su experiencia del evangelio, un cristiano considera el Antiguo Testamento en últi­
O tro elemento del mensaje teológico de Gén 22, expuesto ma instancia de modo diferente a como lo haría un judío [...] Es crucial para la reflexión teo­
lógica que las restricciones canónicas sean usadas y que la respuesta del lector sea crítica­
del mejor m odo posible en el contexto más amplio del análi­ mente probada a la luz de los diferentes testimonios de la Biblia completa» (ibíd., 335).
sis canónico, es el de la gracia divina. Este elemento ya está 537 «En el lado positivo, si la prueba de la fe de Abrahán es firmemente situada en su
marco teológico del Antiguo Testamento, es muy apropiado para una respuesta moderna
claramente presente en el texto de Gén: el mismo Dios que de fe cristiana ser escuchado en armonía con este testigo antiguo. El punto es reconocer el
exige el holocausto provee, gracias a una intervención extraor­ papel legítimo de la respuesta del lector en la actividad de tanto la exégesis como la subsi­
guiente reflexión teológica sin comprometer la originalidad del testigo asignando un papel
dinaria, la ofrenda necesaria. Si después se ve el puesto del
autónomo a la imaginación humana. Una vez que la tarea de discernir el contenido kerig-
fragmento analizado en el contexto de la formación canónica mático del testigo ha sido lograda, es totalmente correcto ofrecer una extensión analógica
del Pentateuco, es posible observar sus reminiscencias en el de este mensaje kerigmático por medio de una moderna reader response [respuesta del lec­
tor]» (ibíd., 336).
libro del Levítico. Estas reminiscencias, vistas ya antes en el apar­ 538 Basado en Biblical Theology o f the Oíd..., o.c., 337-347.
214 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO C A NÓ NICO 215

1. Análisis sinóptico tradición llega a ser cualitativamente diferente del nivel más tempra­
2. Interpretación alegórica no de hecho testimoniado en los Evangelios 542.
3. Trayectoria histórico-tradicional
4. El papel del Antiguo Testamento Por tanto, es el mom ento de presentar la otra vía de interpre­
3. Reflexión teológica en el contexto de la teología bíblica tación del texto, basada en los principios canónicos. En el apar-
Los tres primeros apartados tienen un carácter más bien tado 4, El papel del Antiguo Testamento, Childs empieza a mos­
introductivo. En esta parte todavía no se encuentran los ele­ trar la práctica de su exégesis canónica.
mentos claros del acercamiento canónico a la Biblia. El primer
apartado enumera las diferencias y semejanzas existentes entre
los sinópticos respecto a la parábola de los viñadores homicidas — El papel del Antiguo Testamento
(M t 21,33-46). El segundo recuerda algunos datos procedentes
de la historia de la exégesis del texto elegido 539. El tercer apar­ El Antiguo Testamento tiene un papel importante para
entender la parábola neotestamentaria. Mateo usa explícitamen­
tado presenta los dos principales problemas histórico-críticos
que se refieren al pasaje analizado. El primero afecta a la prehis­ te Is 5,2 como introducción a su relato. La manera de represen­
toria del texto canónico, al desarrollo de la parábola comenzan­ tar literariamente Is 5,1-2 está claramente presente en la parábo­
do desde su forma más antigua540. El segundo problema crítico, la neotestamentaria. Childs indica que el texto de Is 5,1-7 forma
en cambio, se refiere a la cuestión del Sitz im Leben de la pará­ el contexto introductivo a la parábola de Mateo, es decir, asegu­
bola. Se cuestiona aquí si la parábola como tal proviene del ra que la historia debe ser acogida por parte de la comunidad
como la representación de otra realidad, escondida de modo
ambiente palestinense 54h Ambas cuestiones problemáticas tie­
nen como preocupación común buscar la forma más antigua de metafórico en el relato bíblico.
la parábola, que se pudiese atribuir al mismo Jesús. Pero Childs Pero, por otra parte, la parábola de Mateo es netamente dife­
no esta convencido de que este sea el camino adecuado para rente a la de Isaías. La viña en Mateo no puede representar sim­
interpretar el texto. Nuestro autor observa: plemente a Israel porque va a ser dada a otros (v.4l). El versícu­
lo 43, de hecho, la identifica con el Reino de Dios. La parábola
Mi principal crítica a la mayoría de las reconstrucciones críticas de Isaías parece estar dirigida a los jefes de Israel; la parábola de
— tanto liberales como conservadoras— es que no se distingue entre Mateo, en cambio, a todo el pueblo judío. Por tanto, la parábo­
trazar el crecimiento del testimonio kerygmático del texto entre los la de Mateo es distinta a la de Isaías. Y esto se ve ya al inicio del
diversos Evangelios y reconstruir un nivel supuestamente no-kerymá-
texto: en Mateo desde el inicio está claro que la viña tiene una
tico e histórico sin tener en cuenta su recepción de fe por los testimo­
nios del Nuevo Testamento. El así llamado nivel más temprano de la función metafórica, mientras que en Isaías está presente un ele­
mento de sorpresa al tener que pasar de la realidad directa (la
539 Childs observa que hasta el siglo XIX la interpretación común de este pasaje fue la ale­ viña) a la metáfora (Israel).
górica, que buscaba establecer la correspondencia estrecha entre el texto y los aconteci­ Otros detalles del texto neotestamentario confirman la nove­
mientos de la historia de la salvación. Después recuerda las posiciones de Jülicher, Dodd y
Jeremías, que optaron por una distinción clara entre el género literario de la parábola (uti­ dad del mensaje evangélico. Si leemos la parábola en el contexto
lizada por Jesús) y el de la alegoría (introducido más tarde por la comunión eclesial). Seña­ más amplio del Nuevo Testamento, se hace más claro el elemen­
la finalmente los trabajos mas recientes de Klauck, Crossan, Flusser y Weder, que muestran
la mutua relación existente entre la parábola y la alegoría dentro del Evangelio y que no to cristológico del mensaje. Childs escribe:
permiten rechazar fácilmente el valor de la alegoría como una forma más antigua.
540 Childs recuerda, por ejemplo, los trabajos de Crossan, Shrage y Snodgrass.
541 Esta vez Childs recuerda las aportaciones de Kümmel, Jeremías y Snodgrass. 542 Ibíd., 341.
216 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.2. PRESENTACIÓN DEL ACERCAMIENTO CANÓNICO 2 17

Mientras que Marcos tiene una secuencia de mensajeros individua­ xión de la iglesia primitiva sobre el significado de la parábola exten­
les, la descripción de Mateo de dos grupos de siervos sirve para presen­ diendo su testimonio hacia atrás en el Antiguo Testamento y hacia
tar una analogía con los profetas del Antiguo Testamento — los antiguos delante en la resurrección 544.
y los escritores— cuyo desastre culminó con la muerte del Mesías
(Hch 7,5lss). De nuevo, la identificación del hijo con el Mesías es explí­ Sin embargo, Childs subraya de nuevo que esta nueva histo­
cita por la referencia al hijo amado (Me 12,6; Le 20,13), que ha sido pri­ ria en el Evangelio no está separada de la historia antigua en
mero expulsado de la viña y después asesinado (Mt 21,39) para encajar
mejor con la tradición de la pasión. Finalmente, la cita del pasaje de la
Isaías. Precisamente en el tema de la continuidad entre Antiguo
piedra angular rechazada (Sal 118,22ss) extiende la historia de la pasión y Nuevo Testamento los evangelios canónicos se diferencian
de Jesús hasta la victoria del Cristo exaltado en la resurrección notablemente de los gnósticos. El evangelio de Tomás pierde
(Hch 4,11; 1 Pe 2,7, etc.) y confirma el contexto desde el que la pará­ tanto la referencia con el Antiguo Testamento como las exten­
bola fue universalmente escuchado dentro de la iglesia primitiva 5 . siones metafóricas de los evangelios canónicos. Es una diferencia
que está vinculada con otra más esencial, que se refiere a la rela­
Childs observa que todas las formas de la parábola en los ción con el Antiguo Testamento: la diferencia está en el im por­
Evangelios (tanto esta de Mateo como la de Marcos y Lucas) han tante tema de la continuidad de la historia de la salvación entre
sido elaboradas desde la perspectiva neotestamentaria de la el pueblo de la Nueva y de la Antigua Alianza.
muerte y resurrección de Jesús como el Mesías rechazado por su El acercamiento canónico ayuda a descubrir la consecuencia
pueblo. Es un dato que muestra la trayectoria del desarrollo teológica dentro de esta continuidad. Se trata de descubrir el
canónico. Es un indicio im portante para la correcta interpreta­ modo en el que los dos Testamentos dan testimonio de la misma
ción del texto de Mateo y para la orientación adecuada de su realidad teológica. Nuestro autor lo explica:
relación con la parábola veterotestamentaria de Isaías.
El puro hecho de que el vínculo con el Antiguo Testamento fuese con­
tinuamente intensificado y expandido en el crecimiento de la tradición
indica claramente que la pretensión va más allá de proveer un trasfondo
— Reflexión teológica en el contexto de la teología bíblica
apropiado para una fábula. Más bien, el vínculo reside en el testimonio
consciente del Nuevo Testamento sobre una realidad teológica común
Resumiendo cuanto se ha descubierto en el punto preceden­ compartida por ambos testamentos. Una relación tipológica emerge de la
te, hay que indicar dos elementos esenciales. Por una parte, el yuxtaposición que el Nuevo Testamento desarrolla en los términos de su
contexto del Antiguo Testamento es verdaderamente im portan­ contenido compartido, que va más allá de una analogía formal. El cuida­
do y la atención de Dios por su viña aparece en ambas historias, así como
te: la parábola neotestamentaria ha sido intencionalmente pues­
la búsqueda de frutos de justicia. Mientras que en el Antiguo Testamen­
ta bajo la perspectiva del relato metafórico de Isaías. Pero esto es to la respuesta al cuidado de Dios fue recibirlo con desobediencia, y la
solo el punto de partida. La parábola neotestamentaria nos expo­ matanza fue sustituida por justicia y rectitud (Is 5,7), la rebelión en el
ne una historia totalmente nueva y diferente. Se trata de una Nuevo Testamento fue más allá de matar a los mensajeros de Dios, lle­
clara perspectiva cristológica. Childs escribe: gando incluso hasta el asesinato del Mesías prom etido545.

En cualquier caso, inmediatamente el Nuevo Testamento partió Así pues, está clara la relación de continuidad y de desarrollo.
del Antiguo Testamento y reescribió la historia del Antiguo Testa­ La reflexión teológica realizada en el contexto de ambos Testa-
mento a la luz de su testimonio de Jesucristo. Esta nueva historia de
los evangelios se desarrolló por medio de un largo proceso de la refle­
544 Ibíd., 344.
543 Ibíd., 343. 545 Ibíd., 345.
218 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA

mentos permite descubrir la relación ontològica existente e n tr e


ambos relatos. Las dos historias hablan de la llamada divina y de
la rebelión humana, aunque en la neotestamentaria la rebelión
C a p ít u l o III
llega incluso hasta el asesinato del Hijo. Nuestro autor concluye:

El contenido que ambos testamentos abordan es el propio com­ UNA VALORACIÓN DE LA PROPUESTA
promiso divino hacia su pueblo y la increíble respuesta humana de DE B. S. CHILDS DESDE EL PUNTO DE VISTA
rechazo, el pecado que alcanza su clímax en el asesinato del U ngido de CATÓLICO
Dios. En este sentido, los dos testamentos son parte del mismo drama
redentor de elección y rechazo 546.
En el punto 2.d de la presentación sistemática de la propues­
Childs indica después que en el libro de Isaías hay otro testi­ ta de Childs (cap. II) hemos concluido con una definición del
monio respecto al canto de la viña. Se trata de Is 27,2-6. Este tes­ acercamiento canónico. Como siguiente paso de nuestro trabajo
timonio, desde la perspectiva escatològica, es mucho más favo­ proponemos proseguir con la valoración del acercamiento canó­
rable al pueblo elegido. Conforme a ella, el pueblo de Dios se nico desde el punto de vista católico, partiendo precisamente de
reconciliará con su Creador y dará buenos frutos de justicia. Por esta definición, a la cual hemos llegado en el capítulo II. Recor­
tanto, nuestro autor indica que ya el Antiguo Testamento ha damos pues en primer lugar la definición misma:
ensanchado la visión de la suerte de la viña de Dios más allá del
simple hecho de la destrucción de los viñadores malvados y ha El acercamiento canónico es un acercamiento teológico a la Biblia,
entrado en la perspectiva de la reconciliación definitiva del pue­ que la interpreta como la Sagrada Escritura autorizada de la comuni­
dad cristiana; es un acercamiento poscrítico, que quiere poner en cola­
blo; una perspectiva que es conforme al contexto del mensaje boración dialéctica la dimensión histórica y teológica de la revelación
neotestamentario. Todo esto hace más evidente la unidad de bíblica; lo quiere hacer asumiendo el canon bíblico como principio
todo el plan divino con los hombres. hermenéutico formal, interpretando así la Biblia en su forma final en
Al concluir su análisis, Childs subraya que la función de la el contexto canónico global.
parábola de Mateo no es mostrar la superioridad del cristianis­
mo sobre el judaismo, sino invitar a la reconciliación en la per­ No pretendemos pararnos en el contenido de la primera pro­
sona de Cristo. Y por tanto está dirigida a una actualización posición de la definición. Tanto la dimensión teológica de la
continua. Cada generación de cristianos debe responder a la pre­ Biblia como su fundamental valor eclesial son componentes
gunta de si es capaz de producir los frutos esperados por Dios; obviamente reconocidos como presupuestos necesarios en una
si no, debe hacer cuentas con la triste alternativa de perder el perspectiva católica. En este capítulo queremos disertar de modo
Reino de Dios. especial sobre dos aspectos comprendidos en la última frase de la
definición: el canon como principio hermenéutico de interpre­
tación y el papel de la forma final del texto bíblico. Estos dos ele­
546 Ibíd. mentos están, de hecho, en el corazón de la propuesta canónica
de B. S. Childs.
Como introducción, sin embargo, nos proponemos sobre
todo valorar desde el punto de vista católico la cuestión relacio­
nada con la segunda frase de la definición. La propuesta de
220 [A BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 221

Childs se presenta como una propuesta poscrítica porque nació documento de la PCB La interpretación de La Biblia en la Iglesia.
como una reacción explícita a la metodología histórico-crítica. Después pasaremos a analizar las publicaciones teológicas con­
Antes de valorar los postulados fundamentales del acercamiento temporáneas, ordenadas de modo temático. Presentaremos las
mismo debemos ver cómo hay que considerar desde el punto de obras de tres estudiosos contemporáneos: J. G. Prior (The Histo­
vista católico el punto de partida del acercamiento canónico. rical Critical Method in Catholic Exegesis), T. R. Curtin (Histori­
Debemos ver de cerca y valorar su posición sobre el uso del cal Criticism and the Theological Interpretation o f Scripture) y
método histórico-crítico en el campo de las ciencias bíblicas. R. B. Robinson (Roman Catholic Exegesis since Divino ajflante
Spiritu). Comenzamos, pues, por el documento fundamental de
la exégesis católica contemporánea: la Constitución dogmática
1. Childs y el método histórico-crítico sobre la divina revelación Dei Verbum del Concilio Vaticano II.

Como ya hemos dicho antes, en este punto de nuestro traba­


jo queremos analizar el mismo punto de partida de la propuesta
a) Dei Verbum
metodológica de Childs. Queremos observar cómo debería valo­
rarse desde el punto de vista católico su reacción al método his­ La DV no aborda el método histórico-crítico como tal, aun­
tórico-crítico. que indica su presencia, pues habla de los distintos elementos del
Así, la pregunta que queremos plantear al principio es la método. La Constitución ve estos elementos como necesarios
siguiente: ¿Está de acuerdo el modo que tiene Childs de ver el
para la exégesis. La necesidad de su uso viene del hecho de que
método histórico-crítico con la visión católica de la exégesis y de «Dios en la Sagrada Escritura ha hablado por medio de hombres
la teología bíblica? ¿Cómo ver desde el punto de vista católico su a la manera humana» (DV 12). Así, para descubrir bien la inten­
valoración de este método y su convicción de que necesita modi­ ción de los autores inspirados, hay que apoyarse en estos ele­
ficarse?
mentos históricos y literarios, cuyo valor para entender mejor los
Hay que indicar que las preguntas así formuladas afectan a textos antiguos ha sido com únmente reconocido. En la DV
todo lo que contribuya a mostrar el valor del análisis de Childs podemos ver la presencia de los elementos de las diversas partes
respecto a la situación de la exégesis moderna y que encuadra del método histórico-crítico: la crítica de los géneros y de las for­
toda su propuesta, justifica su existencia en el campo exegético y mas, la crítica filológica y gramatical, la crítica textual, la crítica
decide al mismo tiempo sus características y las direcciones de su de las fuentes y, finalmente, la crítica histórica1.
desarrollo. En el n.° 12 la constitución acepta la crítica de los géneros y
Para poder responder a las preguntas arriba formuladas debe­ de las formas. En este párrafo leemos:
mos examinar primero cómo se podría caracterizar la posición
católica respecto al método histórico-crítico. Como fuentes úti­ Para descubrir la intención de los hagiógrafos hay que prestar aten­
les para descubrirla utilizaremos los documentos oficiales de la ción, entre otras cosas, a los géneros literarios. Pues la verdad se propo­
Iglesia católica y las publicaciones católicas, de especial ayuda ne y expresa de una u otra forma en los textos históricos (en sus diver­
sas modalidades), proféticos o poéticos, o en otras clases de discurso. Es
para realizar el objetivo de este punto de nuestro trabajo. En pri­ necesario además que el intérprete busque el sentido que en determi­
mer lugar, queremos proponer una lectura de los documentos nadas circunstancias el hagiógrafo, según la condición de su tiempo y
del Magisterio, presentándolos en orden cronológico. Analizare­
mos el documento del Concilio Vaticano II Dei Verbum y el 1 Cf. J. G. P r io r , The Historical CriticalMethod in Catholic Exegesis, o.c., 155.
222 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C .3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 223

su cultura, haya pretendido expresar y haya expresado valiéndose de y los conceptos usados en la Biblia. Este estudio histórico tam ­
los géneros literarios empleados en aquel tiempo (EB 689).
bién es necesario para entender bien el proceso de crecimiento
de los textos bíblicos. Los números 17-19 tratan expresamente el
En el mismo n.° 12 podemos ver también la aceptación de la Nuevo Testamento, pero su perspectiva metodológica es en la
crítica filológica. La DV dice claramente: «Pues para entender misma medida válida también para los demás libros de la Biblia.
rectamente lo que el autor sagrado quiso afirmar en sus escritos, Por tanto, la DV ve la necesidad de usar el método histórico-
hay que atender cuidadosamente tanto a las formas nativas usa­ crítico en los estudios bíblicos. El método es necesario porque el
das de pensar, de hablar o de narrar vigentes en los tiempos del mensaje bíblico está históricamente condicionado, es necesario
hagiógrafo, como a las que en aquella época solían usarse en el para descubrir el sentido literal de la Escritura ligado a la inten­
trato m utuo de los hombres». Como justamente indica P rior2, ción del autor humano, y es finalmente necesario para el traba­
la aceptación de los estudios filológicos se debe percibir también jo relacionado con las traducciones modernas de la Biblia4.
en el impulso dado por parte de la DV a las traducciones de la Aun aceptando el valor del método histórico-crítico, la Cons­
Biblia partiendo de las lenguas originales (DV 22). Para prepa­ titución lo pone al mismo tiempo en una perspectiva teológica
rar estas traducciones obviamente es necesario el estudio lingüís­ más amplia, necesaria para un uso correcto del método en la exé-
tico y filológico. gesis católica. En el n.° 12 leemos:
En el n.° 22 encontram os tam bién la alusión a la crítica
tex tu al3. Esta crítica no es llamada aquí expresamente con su Pero, dado que la Sagrada Escritura hay que leerla e interpretarla
nombre, aunque su presencia se presupone en la reflexión con el mismo Espíritu con el que fue escrita, para descubrir recta­
sobre las versiones antiguas de la Biblia. La D V 22 habla de la mente el sentido de los textos sagrados hay que prestar una atención
no menos diligente al contenido y unidad de toda la Escritura, tenien­
LXX, la Vulgata y las otras versiones orientales y latinas. Preci­
do en cuenta la Tradición viva de toda la Iglesia y la analogía de la fe.
samente para trabajar con todas estas versiones es necesaria la Es tarea propia de los exegetas trabajar según estas reglas para enten­
crítica textual. der y exponer más profundamente el sentido de la Sagrada Escritura,
La D V tampoco menciona expresamente la crítica de las de manera que gracias a este estudio cuasi preparatorio madure el jui­
fuentes, pero en el n.° 19 habla del trabajo de los evangelistas, cio de la Iglesia (EB 690).
los cuales «escribieron los cuatro Evangelios escogiendo algunas
cosas de las muchas que ya se trasmitían de palabra o por escri­ Así pues, el Concilio recuerda que en el trabajo exegético hay
to, sintetizando otras, o explicándolas atendiendo a la condición también otras reglas más allá de las histórico-críticas ya mencio­
de las Iglesias». Al aceptar esta descripción del proceso del desa­ nadas. Además, estas reglas no son menos importantes. La DV
rrollo del texto evangélico, la Constitución abre la puerta ai uso dice: «hay que atender no menos diligentemente...» (n.° 12) a
de la crítica de las fuentes y le reconoce su legitimidad. estas reglas, según las cuales hay que considerar seriamente la
En el n.° 19 y en los dos números anteriores, el 17 y el 18, totalidad del contenido y unidad de toda la Biblia. Además, hay
encontramos la afirmación que legitima también la crítica histó­ que «tener en cuenta» debidamente la tradición eclesial y la ana­
rica. Es necesario estudiar el contexto histórico de los escritos logía de la fe, las cuales forman un contexto necesario del traba­
bíblicos, su Sitz im Leben compuesto por las condiciones políti­ jo exegético católico. Si no se tienen en consideración todas estas
cas, sociales o culturales, para poder entender mejor el lenguaje reglas, el trabajo exegético no es correcto o, cuanto menos, no es
completo.
2 Cf. ibíd.
3 Cf. ibíd. 4 Cf. ibíd., 157s.
224 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 225

Conviene explicar bien esta última observación. La DV dice lo en el contexto de toda la Escritura. Por tanto, también es
claramente que es «deber de los exegetas» trabajar «según estas importante el contenido de toda la Biblia y el fenómeno de la
reglas». Esto significa que la perspectiva teológica de la unidad d e unidad de la Escritura como tal.
la Biblia, de la tradición eclesial y de la analogía de la fe pertene­ ¿Cuál es la posición de Childs respecto a la analogía de la fe?
ce al campo de trabajo de los exegetas. Por tanto, no se acepta una La fe cristiana como tal ocupa un puesto metodológico im por­
división entre la parte puramente descriptiva y explicativa d e l tante en el acercamiento canónico. Para Childs, el proceso exe-
texto en términos propios (que podría ser un área del trabajo exe- gético debe realizarse, desde el inicio hasta el fin, dentro de los
gético) y la parte teológica y constructiva (que podría ser un área presupuestos de la fe. Si entendemos el uso de la analogía de la
del trabajo teológico, también el bíblico). La explicación del sig­ fe en la exégesis como un proceso de confrontación de esta exé-
nificado del texto bíblico debe realizarse, según la Constitución, gesis con el depósito de la fe, que vive en la Iglesia, entonces el
dentro de la perspectiva de las reglas hermenéuticas arriba men­ acercamiento canónico iría muy bien con esta regla. De hecho,
cionadas. Childs acentúa con fuerza el papel de los presupuestos de fe del
Resumiendo nuestra presentación de la posición de la DV exegeta cristiano y de la comunidad creyente, que forma el con­
respecto al método histórico-crítico, podemos indicar una con­ texto adecuado para la exégesis bíblica. Decir que la comunidad
clusión general: la DV reconoce el valor y la legitimidad del de fe es el contexto donde hacer exégesis significa que esta exé­
método, pero al mismo tiempo subraya la importancia de un uso gesis debe desarrollarse en armonía con la fe de esta comunidad.
adecuado de este método. Este uso adecuado se puede realizar Por tanto, observamos aquí el mismo proceso de confrontación
solo desde una perspectiva hermenéutica caracterizada por la entre la exégesis y la fe viva de la comunidad que está vigente en
regla de la unidad y totalidad de la Biblia, de la tradición eclesial el caso de la analogía de la fe 5.
y de la analogía de la fe. Queda pendiente todavía la cuestión de la tradición de la
Comparando ahora la doctrina de la DV con la posición Iglesia. Childs desarrolla su propuesta en el contexto de una
metodológica de B. S. Childs, ¿qué semejanzas y diferencias s e comunidad protestante y es obvio que su visión eclesiológica sea
pueden ver entre ellas? El modo general de percibir el problema diferente de la católica. En consecuencia debe ser también dife­
parece bastante semejante. Tanto la DV como Childs reconocen rente su posición respecto al papel de la tradición eclesial. Pero
el valor del método como tal, pero al mismo tiempo acentúan la debemos señalar que, a pesar de su contexto eclesial, , Childs
importancia fundamental de un uso adecuado de este método. concede mucha atención a la cuestión de la tradición de la
En ambos casos el uso adecuado está relacionado con una p e r s ­ comunidad de los creyentes.
pectiva hermenéutica correcta. Childs ha visto el gran papel de la tradición en el proceso de
¿Y cuál es la perspectiva correcta según la DV y cuál según formación de la Biblia. Para nuestro autor, en este proceso
Childs? La DV menciona tres elementos en la construcción d e «Escritura y tradición van de la mano» 6. Ambas entran con
esta perspectiva: la unidad y totalidad de la Biblia, la analogía d e pleno derecho en el concepto del proceso canónico, en torno al
la fe y la tradición eclesial. La posición de Childs ¿está de acuer­ cual Childs construye su sistema metodológico.
do con estos tres elementos?
Con el primero seguramente sí. El acercamiento canónico s e 5 Recordemos que Childs conoce y aprecia la regla de la analogía de la fe. Al proponer el
basa precisamente en el fenómeno de la unidad y totalidad d e l can°n como principio hermenéutico, veía su esencia y su función en términos muy cerca­
o s a la regla de fe de los Padres. Cf. capítulo II punto 2.2. En este punto se puede recono­
contenido de toda la Biblia. Childs está absolutamente de acuer­ cer en Childs la influencia de K. Barth. Cf. la parte dedicada a Barth en el cap. II. punto 2.e.
do en que el significado de un texto bíblico hay que establecer­ C h i l d s , «The Canonical Shape...», a.c., 53.
226 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 227

Además el fundamento del acercamiento canónico, el propio De todo esto debemos constatar que Childs considera seria­
canon, está estrechamente vinculado a la tradición de la comu­ mente también el tercer elemento mencionado en la DV: la tradi­
nidad7. Childs considera el canon como un dato de la fe cristia­ ción eclesial. Y si bien, por razones de su contexto eclesiástico, sus
na. Y este dato no puede provenir de ninguna otra parte sino de convicciones pueden no estar conformes con el contenido doctri­
la tradición de la fe. nal de esta afirmación conciliar, en el orden estrictamente meto­
El principio de la necesidad de orientar el trabajo exegético dológico el acercamiento canónico concuerda muy bien con ella.
dentro de la fe de la comunidad, acentuado por Childs, reclama Concluyendo con nuestra búsqueda de las semejanzas existen­
el principio de la necesidad de trabajar dentro de la tradición d e tes entre la posición de la DV y del acercamiento canónico, pode­
esta comunidad. Childs ha subrayado muchas veces la im por­ mos observar que las similitudes son bastante claras e importantes.
tancia de una adecuada precomprensión de la fe, que debe acom­ Es similar el acercamiento general al uso del método histórico-crí-
pañar a la exégesis cristiana. Es im portante que los presupuestos tico en la exégesis: el método es válido y necesario, pero su uso
de los exegetas sean conformes a la fe de la comunidad. Por debe hacerse con una adecuada perspectiva hermenéutica. Tam­
tanto, es necesario acercarse al texto con la tradición de la fe d e bién es similar la descripción de esta perspectiva, caracterizada por
la comunidad. La tradición de la fe de esta comunidad presenta una visión unitaria de la Escritura, por una precomprensión de fe
por tanto una verdadera precomprensión exegética8. y por la importancia de la comunidad de fe con su tradición.
O tro elemento a señalar es la atención prestada por parte d e ¿Cuál es en cambio la diferencia entre la posición de Childs y
nuestro autor a la tradición exegética de la Iglesia9. Childs ve en la presentada por la DV en la cuestión del uso del método his-
la tradición de los Padres de la Iglesia, en los grandes maestros tórico-crítico? La DV habla de la intención de los autores bíbli­
medievales y en los famosos exegetas de la historia eclesial un tes­ cos, que hay que descubrir utilizando las técnicas histórico-críti-
timonio im portante de la interpretación del texto bíblico. Junto cas. Por tanto, la constitución se interesa por la intención de los
a su maestro K. Barth, Childs quiere redescubrir y revalorar la autores originales del texto y pide el empleo del método para
tradición precrítica de la exégesis cristiana. poder entender mejor esta intención. La constitución dice:
La tradición eclesial ocupa, por tanto, un puesto importante «Habiendo, pues, hablado Dios en la Sagrada Escritura por
en el sistema de Childs. Este puesto está unido a la posición de hombres y a la manera humana, para que el intérprete de la
la comunidad creyente en este sistema. El concepto de influjo Sagrada Escritura comprenda lo que él quiso comunicarnos,
recíproco entre la Escritura y la comunidad (tan querido para debe investigar con atención lo que pretendieron expresar real­
Childs, vinculado tanto a la cuestión del proceso canónico como mente los hagiógrafos» (DV 12). La intención de los autores ori­
a la interpretación de la Biblia en la comunidad contemporánea) ginales es por tanto importante. Es vehículo de la revelación
requiere, de hecho, el influjo m utuo entre la Escritura y la tradi­ divina. El objetivo del uso del método histórico-crítico es descu­
ción de la com unidad10. Subrayar el papel de la comunidad cre­ brir bien esta intención importante.
yente en la interpretación bíblica tiene como consecuencia acen­ Childs, en cambio, no está demasiado interesado por la cues­
tuar la tradición de fe de esta comunidad. Y este es precisamente tión de la intención original de los autores humanos. El estudio­
el caso del sistema metodológico de Childs. so americano acepta el valor de esta intención para la exégesis,
pero la somete al contexto de todo el canon en su forma final 11.
7 Cf. ibíd., cap. II, punto 2.a.
8 Cf. ibíd.
9 Cf. ibíd. 11 Para la cuestión de la relación entre la intención del autor humano y el contexto canó­
10 C f ibíd. nico en la perspectiva metodológica de Childs, cf nota 58 en este mismo capítulo (infra).
228 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 229

Lo más importante para Childs es el significado del texto como de nuestro trabajo), sino que depende más bien de una diferen­
tal, según está ahora en el canon bíblico y así custodiado en la cia en el área de interés metodológico y de un concepto diferente
Iglesia. El estudioso de Yale utiliza, por tanto, la metodología de la Biblia como vehículo de la revelación divina. Para Childs
histórico-crítica en la medida en la que puede ayudarlo a enten­ solo tiene autoridad para el cristiano contemporáneo la forma
der mejor la forma final del texto bíblico. El fin del uso del final de la Biblia, reconocida y custodiada ahora por la Iglesia
método histórico-crítico es pues diferente. como Sagrada Escritura, vista en el contexto de todo el canon.
Aunque aquí hay que recordar que la DV también está abier­ Por tanto la exégesis, también la histórico-crítica, debería con­
ta a la posibilidad de buscar el significado vinculado con la centrarse en el esfuerzo de profundizar en el significado de esta
intención textual. La cita de la DV 12 que hemos mencionado forma del texto, teniendo en consideración la dinámica interna
antes no termina donde la hemos interrumpido en el texto ante­ de todo el contexto canónico.
rior. La constitución, después de haber confirmado: «Ya que En el acercamiento general al método histórico-crítico la
Dios en la Sagrada Escritura ha hablado por medio de hombres posición de la DV y la de Childs son, en cualquier caso, nítida­
al modo humano, el intérprete de la Sagrada Escritura, para mente cercanas. El método es legítimo y necesario porque el tes­
comprender qué es lo que él ha querido comunicarnos, debe timonio bíblico es un testimonio histórico; pero el uso correcto
investigar atentamente qué pretendieron decir realmente los de este método requiere la colaboración de una perspectiva her­
hagiógrafos...», añade enseguida: «... y plugo a Dios manifestar menéutica caracterizada, como hemos dicho más arriba, por una
en las palabras de estos» (EB 688). Esto implica la posibilidad de visión unitaria de la Escritura, por una precomprensión de fe y
que Dios pudo querer manifestar con el texto bíblico algo que por la importancia de la comunidad de fe con su tradición. Esta
no estaba necesariamente ligado a la intención del autor hum a­ opinión es compartida tanto por la DV como por el estudioso de
no. De hecho, en la segunda parte del mismo n.° 12 encontra­ Yale.
mos esta idea desarrollada en conexión con las reglas hermenéu­ En este punto, dedicado a la relación entre la posición de la
ticas que deberían caracterizar el acercamiento católico a la DV y la de B. S. Childs sobre el acercamiento con respecto al uso
Biblia. Son las reglas que hemos analizado más arriba: la unidad del método histórico-crítico en la exégesis bíblica, hemos llega­
de la Biblia, la tradición y la analogía de la fe. La aplicación de do a descubrir una semejanza im portante entre ambas posicio­
estas reglas crea la posibilidad de trabajar con los significados nes. A pesar de las diferencias existentes en los intereses meto­
textuales de la Biblia, yendo más allá de los significados ligados dológicos y en la perspectiva teológica general de la Biblia, en la
estrechamente a las intenciones de los autores humanos. relación entre ambas posiciones prevalecen decisivamente las
Concluyendo, podemos observar que la constitución tiene en semejanzas. Veamos ahora si esta observación, que ya nos anima
cuenta una perspectiva exegética más amplia que la de B. S. Childs. a valorar positivamente la posición de Childs hacia el método
La constitución se interesa tanto por el sentido literal original histórico-crítico desde el punto de vista católico, puede ser con­
como por los otros sentidos del texto. Childs concentra su aten­ firmada a partir del análisis de otro documento católico, funda­
ción sobre esta segunda parte: los sentidos textuales existentes mental para la metodología de la exégesis bíblica hoy. Este docu­
dentro del contexto canónico de la Biblia. La diferencia, por mento es la instrucción de la Pontificia Comisión Bíblica sobre
tanto, es notoria. la interpretación de la Biblia.
En cualquier caso, merece la pena tener presente que esta
diferencia no se refiere directamente a la relación con el método
histórico-crítico como tal (esta relación es el objeto de este punto
230 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 231

b) La interpretación de la Biblia en la Iglesia Testamentos expresan en palabras humanas, que llevan la marca de su
tiempo, la revelación histórica que Dios hizo, por diferentes medios,
de sí mismo y de su designio de salvación. En consecuencia, los exe­
El documento de la Pontificia Comisión Bíblica, de 1993, getas deben servirse del método histórico-crítico. No pueden sin
ofrece una atención notable al método histórico-crítico 12. El embargo atribuirle la exclusividad (EB 1474).
documento reconoce de hecho este método como el más difun­
dido en la interpretación científica de la Biblia (EB 1268). El carácter histórico de la revelación divina es un signo claro
El documento reconoce también el valor y la necesidad de de la necesidad de uso del método histórico-crítico en la exége­
emplear este método en la exégesis bíblica. Nada más comenzar sis bíblica. El documento señala esta peculiaridad histórica de la
la parte dedicada al método leemos: Biblia varias veces y vincula a ella la necesidad de emplear el
método histórico-crítico 13.
El método histórico-crítico es el método indispensa­ Una exégesis correcta debe, pues, tom ar en consideración el
ble para el estudio científico del sentido de los textos acercamiento crítico a la Biblia. Debe hacerlo a causa de diver­
antiguos. Puesto que la Sagrada Escritura, en cuanto sos motivos. Este acercamiento ayuda por ejemplo a descubrir
«Palabra de Dios en lenguaje de hombre», ha sido com­ el sentido literal del texto. Es un sentido que ya la Divino ajflan-
puesta por autores humanos en todas sus partes y todas te Spiritu reconoció como esencial para la e x é g e s is D e s c u b rir
sus fuentes, su justa comprensión no solamente admite el sentido literal es necesario también para proseguir con la
como legítima, sino que requiere la utilización de este actualización del mensaje bíblico. El docum ento no tiene dudas
método (EB 1275). en cuanto a que «la actualización presupone una exégesis correc­
ta del texto que determine su sentido literal. Si la persona que
La indispensabilidad del método en el acercamiento a la actualiza no tiene ella misma una formación exegética, debe
Biblia está claramente afirmada. El estudio histórico-crítico no recurrir a buenas guías de lectura que permitan orientar bien la
es solo plenamente legítimo, sino verdaderamente necesario. interpretación» (EB 1513). Finalmente, el método histórico-
El método histórico es necesario porque toda la Biblia está crítico es indispensable para el conocimiento de las antiguas
inmersa en la historia humana y, al mismo tiempo, está condi­ técnicas de exégesis; un conocimiento que es muy útil para la
cionada por esta. La Escritura ha sido realizada por hombres interpretación justa de los textos bíblicos 15.
diversos, en tiempos y áreas geográficas distintas, bajo el influjo Todo esto muestra claramente que el documento de la PCB
de condiciones de ambientes varios. Es verdaderamente una acepta el método histórico-crítico y lo considera necesario en la
Palabra de Dios en lenguaje humano. Por esta razón, su interpre­ exégesis bíblica. Se confirma el valor del método y su posición en
tación requiere un buen conocimiento de las condiciones histó­ las ciencias bíblicas es reconocida de modo positivo.
ricas del lenguaje humano. Pero esto no significa que el documento no indique ningún
Además, la propia revelación divina posee carácter histórico. límite o falta del método. Al contrario, la PCB dice abiertamen-
El documento afirma:

Aplicándose a su tarea, los exegetas católicos deben tomar en seria 13 Cf. ibíd., 97-98, 102. PRIOR, The Historical Critical Method..., o.c., 249.
14 «Según Divino afflante Spiritu, la búsqueda del sentido literal de la Escritura es una
consideración el carácter histórico de la revelación bíblica. Pues los dos
tarea esencial de la exégesis y, para realizar esta tarea, es necesario determinar el género lite­
rario de los textos, lo cual se lleva a efecto con la ayuda del método histórico-crítico» (IBI
12 Para una presentación del método histórico-crítico en el documento de la P C B , cf. la en EB 1286).
presentación de PRIOR, The Historical Critical Method..., o.c., 229-263. 15 Cf. IBCh., 82s; PRIOR, The Historical Critical Method..., o.c., 25 ls.
232 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 233

te que el método es limitado y no puede pretender aportar la Este texto confirma que el método está concentrado exclusiva­
única y completa interpretación de la Biblia. En el documento mente en un único sentido literal. Al mismo tiempo esta limitación
leemos: de interés metodológico se ve como contraria a «las conclusiones de
las ciencias del lenguaje y de las hermenéuticas filosóficas». Resulta
Ningún método científico para el estudio de la Biblia está en con­
obvio que el método no puede responder a todas las cuestiones
diciones de corresponder a toda la riqueza de los textos bíblicos. Por
válido que sea, el método histórico-crítico no puede pretender ser referentes a la interpretación de un texto.
suficiente para todo. Deja forzosamente en la sombra numerosos El método no puede, por ejemplo, ser útil para la búsqueda
aspectos de los escritos que estudia. No es de admirarse, pues, si del sentido espiritual de la Biblia, cuando este sentido sea dife­
actualmente se proponen otros métodos y acercamientos para profun­ rente del literal. El documento de la PCB reconoce el sentido
dizar tal o cual aspecto digno de atención (EB 1291). espiritual, sin embargo, como plenamente legítimo para la inter­
pretación bíblica. La PCB observa:
Según el documento, el método histórico-crítico es limitado.
¿Pero en qué consiste esta limitación? La PCB señala algunos ele­ Como regla general se puede definir el sentido espiritual, com­
mentos. prendido según la fe cristiana, como el sentido expresado por los tex­
El primer elemento a indicar está unido al sentido del texto. tos bíblicos cuando se leen bajo el influjo del Espíritu Santo en el con­
texto del misterio pascual de Cristo y de la vida nueva que proviene
La PCB observa:
de él. Este contexto existe efectivamente. El Nuevo Testamento reco­
noce en él el cumplimiento de las Escrituras. Es, pues, normal releer
Ciertamente, el uso clásico del método histórico-crítico manifies­
las Escrituras a la luz de este nuevo contexto, que es el de la vida en el
ta límites, porque se restringe a la búsqueda del sentido del texto bíbli­
Espíritu (EB 1413).
co en las circunstancias históricas de su producción y no se interesa
por las otras potencialidades de sentido que se han manifestado en el
curso de las épocas posteriores de la revelación bíblica y de la historia Si el sentido literal se identifica con el espiritual, el método es
de la Iglesia (EB 1287). capaz — naturalmente— de ayudar en la interpretación. Pero si
ambos sentidos son radicalmente distintos, el acercamiento his­
Por tanto el método es limitado debido a su estrecho interés tórico-crítico resulta inútil. Es sin duda una carencia del método.
metodológico. El método se concentra en el sentido literal, unido Lo mismo sucede con respecto a la posibilidad del método de
al contexto histórico de la literatura bíblica. Aparte de esto, el trabajar con la dimensión cristológica, canónica y eclesial de la
método siempre tiende a conectar un texto a un único significa­ B iblial6. Son las tres dimensiones que deben tenerse en cuenta
do literal. No hay pues lugar a una pluralidad de significados. Y en la interpretación católica de la Biblia17. El método histórico-
esto seguramente es una carencia. El documento nos dice: crítico, en cambio, por su vinculación al sentido literal del texto,
no alcanza a profundizar en el estudio de estas dimensiones.
En reacción contra esta multiplicidad de sentidos, la exégesis his- El método no posee los elementos necesarios para poder res­
tórico-crítica ha adoptado, más o menos abiertamente, la tesis de la
unicidad de sentido, según la cual un texto no puede tener simultá­ ponder a las otras exigencias de la interpretación bíblica. Estas
neamente varios significados. Todo el esfuerzo de la exégesis histórico- exigencias están mencionadas en el documento de la PCB. Se
crítica se centra en definir «el» sentido de tal o cual texto bíblico en las trata de la necesidad de tener en cuenta la relación que hay entre
circunstancias de su producción. el texto y su lector, el carácter inspirado de la Escritura como
Pero esta tesis choca en el presente con las conclusiones de las cien­
cias del lenguaje y de las hermenéuticas filosóficas, que afirman la 16 Cf. P r i o r , The Historical CriticalMethod..., o.c., 256s.
polisemia de los textos escritos (EB l403s). 17 Cf. IBCh, 94s.
234 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 235

Palabra de Dios y la posibilidad de desarrollo del significado d e diversas dimensiones de la Biblia. Está unido al sentido espiri­
un texto bíblico . tual, cristológico, canónico o eclesial de la Escritura. Un texto
Siguiendo a Ricoeur, el docum ento recuerda que la verdade­ puede alcanzar un sentido nuevo si es leído en un contexto dis­
ra actualización de un texto solo puede realizarse sobre la base d e tinto. El método, centrado en el sentido histórico original, pasa
la relación existente entre el texto y el lector. Y sin la actualiza­ por alto fácilmente estos aspectos de la Biblia.
ción el texto no resulta fructífero para el lector 19. Como e l Finalmente, el acercamiento histórico-crítico puede estar
método histórico-crítico está demasiado preocupado por colocar limitado por los presupuestos del exegeta que lo aplique en su
el texto en su contexto histórico original, con facilidad pasa por estudio. Aunque de hecho el método no posee por sí mismo pre­
alto la relación viva del texto con su destinatario moderno. supuestos propios, el uso concreto del método siempre está
El método puede olvidar fácilmente también que la Biblia e s unido a alguna precomprensión. Por este motivo, es importante
el Libro privilegiado del cristianismo, es la Palabra de Dios. E l que las premisas del exegeta estén adaptadas a la finalidad del tra­
método tiende, de hecho, a tratar la Biblia como cualquier otro bajo: la interpretación de la Biblia en la Iglesia. Si no es así, la
libro. La PCB advierte: exégesis puede resultar defectuosa20.
En su trabajo de interpretación los exegetas católicos no deben Concluyendo, podemos afirmar que el acercamiento del
jamás olvidar que lo que ellos interpretan es la Palabra de Dios. Su
tarea común no está terminada cuando han distinguido las fuentes, documento al método histórico-crítico se caracteriza por dos ele­
definido las formas o explicado los procedimientos literarios. El obje­ mentos, que presentan cierta tensión.
tivo de su trabajo no se alcanza más que cuando han iluminado el sen­ Por una parte, el método está claramente reconocido como
tido del texto bíblico como palabra actual de Dios. Para ello deben legítimo y necesario. La dimensión histórica de la Biblia y de la
tomar en consideración las diversas perspectivas hermenéuticas que revelación requieren el uso de este método. El método también
ayudan a percibir la actualidad del mensaje bíblico y le permiten res­
ponder a las necesidades de los lectores modernos de las Escrituras
es indispensable en la búsqueda del sentido literal. Es un senti­
(EB 1475). do fundamental para la exégesis bíblica y absolutamente necesa­
rio para el importante proceso de actualización de la Biblia en el
El método histórico-crítico, al tratar a la Biblia como a cual­ tiempo moderno.
quier otro libro, corre el riesgo de pararse a mitad de camino e n Por otra parte, sin embargo, el método es considerado en el
el proceso interpretativo. Sus procedimientos son útiles y l e g í t i ­ documento como un método limitado. Es un acercamiento
mos, pero «su tarea común no está terminada» aquí. Hay q u e corto de miras en su interés metodológico. Busca descubrir un
seguir adelante hasta esclarecer el «sentido del texto bíblico único sentido de la Escritura, el sentido literal. Coloca el senti­
como actual Palabra de Dios». Y porque la versión clásica d e l do de la Biblia exclusivamente en el contexto histórico del naci­
método no posee los medios adecuados para cumplir e s t a miento del texto. Desatiende, pues, el contexto cristológico,
misión, su utilidad en el campo bíblico es limitada. canónico y eclesial, y no resulta suficientemente útil en la bús­
Como ya hemos indicado, otra insuficiencia del método e s t á queda del sentido espiritual de la Biblia. El método no toma en
unida a la carencia de apertura a un posible desarrollo del s i g n i ­ cuenta tampoco la posibilidad de desarrollo de significado de un
ficado de un texto bíblico. Este desarrollo se puede constatar e n texto, y con frecuencia corre el riesgo de no respetar la especifi­
cidad de la Biblia como Palabra de Dios. Igualmente, no consi-
18 Cf. PRIOR, The Historical CriticalMethod..., o.c., 257-259.
19 Cf. IBCh, 67s. 20 Cf. ibid., 69.
236 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 237

dera la relación dinámica existente entre el texto y el lector Conviene estar particularmente atentos al aspecto dinám ico de
moderno, importantísima para la actualización de la Biblia. muchos textos. El sentido de los salmos reales, por ejemplo, no se
debe limitar estrechamente a las circunstancias históricas de su pro­
Además, las conclusiones concretas del trabajo del método pue­ ducción [...] La exégesis histórico-crítica ha tendido demasiado fre­
den fácilmente derivarse de los presupuestos personales de los cuentemente a detener el sentido de los textos, ligándolos exclusiva­
exegetas, no siempre conformes con la perspectiva cristiana o mente a circunstancias históricas precisas. Debe más bien tratar de
católica. precisar la dirección de pensamiento expresada por el texto, dirección
Así pues, la posición general del documento es esta: el méto­ que, en lugar de invitar al exegeta a detener el sentido, le sugiere por
do histórico-crítico es necesario, pero al mismo tiempo es limita­ el contrario percibir sus extensiones más o menos previsibles (EB
1409).
do. Por tanto, se exige completarlo con otros métodos exegéticos.
Ninguno de los métodos es exclusivo y absolutamente completo
Prestar atención al aspecto dinámico de los textos bíblicos sig­
para hacer exégesis. Y esto es válido también para el método his­
nifica no unir su significado demasiado reducido, de modo
tórico-crítico. Los otros métodos son, así, muy útiles para com­
pletar el trabajo exegético. exclusivo, a las circunstancias históricas de su formación. Según
También se pide la vinculación con las otras partes de la teo­ el documento, hay que admitir la posibilidad de desarrollo del
logía. De hecho, estas últimas están estrechamente ligadas a la significado. Este desarrollo procede del aspecto dinámico de los
exégesis bíblica. El documento, por ejemplo, observa: textos, que les permite mantener su valor comunicativo en diver­
sas situaciones, posteriores a la formación de los mismos textos.
Siendo ella misma una disciplina teológica, «fides quaerens intellec- Después de haber analizado la visión de IBI con respecto al
tum», la exégesis mantiene con las otras disciplinas de la teología relacio­ método histórico-crítico, es el momento de compararlo con la
nes estrechas y complejas. Por una parte, en efecto, la teología sistemáti­ posición de Childs. ¿Son cercanas ambas visiones o son opuestas?
ca tiene una influencia en la precomprensión con que los exegetas
abordan los textos bíblicos. Pero por otra parte la exégesis proporcio­
Sin duda, las semejanzas son notorias. En ambas posiciones se
na a las otras disciplinas teológicas datos que son fundamentales para puede percibir la dialéctica de dos elementos opuestos: el de la
estas. Relaciones de diálogo se establecen por tanto entre la exégesis y utilidad y necesidad de usar el método, y el de su insuficiencia.
las otras disciplinas teológicas, en el respeto mutuo de su especificidad El documento de la PCB nos dice — sintetizando— que el
(EB 1488). m étodo es necesario, pero al mismo tiem po lim itado.
B. S. Childs admitiría que el método es indispensable, pero que
La vinculación indicada arriba es clara. Por tanto, no se puede no consigue por sí mismo interpretar adecuadamente la Biblia
oscurecer en el trabajo exegético. El hecho de la conexión exis­ como Sagrada Escritura de la Iglesia. Ambas posiciones respecto
tente entre la exégesis y las demás disciplinas teológicas obliga a al uso del método histórico-crítico en la exégesis son, por tanto,
una colaboración entre ellas. Esta colaboración presenta otro ele­
muy cercanas.
mento que puede completar la estrecha práctica histórico-crítica Podemos notar la cercanía de ambas posiciones también en la
de la exégesis.
explicación de por qué el método es necesario y limitado al
Finalmente, el tercer elemento que debería corregir al méto­
mismo tiempo.
do histórico-crítico sería prestar atención al aspecto dinámico d e
El método es necesario porque la revelación bíblica tiene un
los textos bíblicos. El documento de la PCB indica esto d e l
carácter histórico. Tanto Childs como la PCB consideran que el ca­
siguiente modo:
rácter histórico de la revelación requiere el uso de instrumentos
histórico-críticos al interpretar la Biblia.
238 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE IA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 239

Pero el método es insuficiente, ya que está demasiado ligado El documento acentúa además el aspecto dinámico de los tex­
a esta búsqueda del sentido vinculado a la orientación original tos bíblicos. Observa que el método está demasiado ligado a una
histórica del texto. Este vínculo estrecho con la dimensión his­ interpretación exclusiva del texto en su contexto histórico origi­
tórica impide al método descubrir los otros niveles de significa­ nal. Es la misma crítica que Childs dirige al método. Según él, el
do y percibir su desarrollo. En este diagnóstico de la debilidad del método histórico-crítico nunca consigue desarrollar una inter­
método Childs coincide con la instrucción de la PCB. pretación teológica plena y correcta, porque no logra liberarse de
Ambos, Childs y la PCB, se oponen a tratar la Biblia como cual­ la excesiva dependencia del contexto histórico original, del cual
quier otro libro. La Biblia es la Palabra de Dios y cualquier inter­ el propio texto — gracias a su posición en la comunidad creyen­
pretación correcta de la Sagrada Escritura debe respetar este hecho. te— ya se ha liberado. Tanto el documento como Childs están
Las dos posiciones acentúan también la relación dinámica convencidos de que la mejora está unida a la búsqueda de un
entre el texto y el lector. Tanto Childs como la PCB deben, en sentido que va más allá de las condiciones históricas del texto.
consecuencia, ser críticos respecto al método, que no toma en con­ Sin embargo, existe una diferencia im portante entre la posi­
sideración demasiado seriamente este aspecto de la interpretación. ción de Childs y la de la PCB. El documento eclesial considera
La interpretación puede estar notablemente influenciada por las el sentido literal como el sentido fundamental para el trabajo
condiciones personales del intérprete, especialmente por sus pre­ exegético. Así, el método histórico-crítico se ve como el que
supuestos. Childs y la PCB, frente al método analizado, subrayan puede ofrecer la ayuda más importante a la hora de establecer
la importancia de este aspecto de la hermenéutica bíblica. este sentido del texto. La PCB critica el método únicamente por­
Finalmente, encontramos semejanzas interesantes también en que se limita al nivel de este sentido (en sí mismo, sin embargo,
las direcciones propuestas por el documento eclesial y por Childs fundamental) y no logra alcanzar otros niveles de significado del
para mejorar el método. texto. La posición de B. S. Childs en este punto es diferente.
El documento habla de la necesidad de colaboración entre la Para Childs el único sentido verdaderamente importante es
exégesis y las demás disciplinas teológicas. Se reconoce el influjo naturalmente el sentido canónico. El valor del método histórico-
que la teología sistemática ejerce en el campo de las premisas de crítico, aunque reconocido, se sitúa más bien en la perspectiva de
los exegetas. Se confirma así que el movimiento hermenéutico la preparación para la interpretación propia del texto, la realiza­
no va solo en la dirección exégesis - teología, sino también en la da en el contexto canónico. Por tanto, lo que diferencia de algún
dirección opuesta: teología - exégesis. Precisamente en este punto modo las dos aproximaciones arriba mencionadas es la distinta
podemos ver una clara cercanía a la posición de Childs. Nuestro opinión respecto al papel del sentido original.
autor siempre subrayaba que no se puede realizar una exégesis Conviene recordar aquí que Childs entiende el concepto sen­
indiferente, hecha desde fuera de un sistema de premisas preli­ tido literal de un modo diverso a como lo hace el método his­
minares. Los presupuestos de un exegeta cristiano deberían en tórico-crítico. Para Childs el sentido literal no se identifica
cambio ser conformes a la fe cristiana. Su artículo programático completamente con el sentido original, como dice el método
de 1964 llevaba un título indicativo: «Interpretation in Faith». histórico-crítico 22. Recordando esto, se puede entender mejor
La exégesis cristiana debe desarrollarse dentro de la fe cristiana, por qué la búsqueda del sentido del texto bíblico por parte de
con los presupuestos de esta fe. Se trata de la fe que se verbaliza
y se sistematiza en el campo de la teología21. arriba: de la exégesis hacia la teología. Es una opinión firme suya que la exégesis debe con­
cluirse en la teología, y que una verdadera interpretación de la Biblia es una interpretación
teológica.
21 Para Childs también es muy importante la otra dirección de la cooperación descrita 22 Cf. su artículo «The Sensus Literalis of Scripture».
240 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 241

Childs no lo lleva a reconocer su valor fundamental del método mentó de la PCB La interpretación de la Biblia en la Iglesia
histórico-crítico con tanta fuerza como en el caso del documen­ (1993) (capítulos V y VI), concluyendo con el tiempo más
to de la PCB. reciente — tras la publicación del docum ento de la PCB—
A pesar de esta diferencia, podemos reconocer una notable (capítulo VII). El último capítulo, el VIII, lo ha reservado el
cercanía entre ambas posiciones. Como ya hemos visto, esta autor para un resumen y las conclusiones finales de su análisis
semejanza se manifiesta no solo en la valoración del método, histórico.
sino también en las direcciones propuestas para su perfecciona­ Constatamos que Prior presenta la posición católica basán­
miento. Podemos, pues, concluir que la lectura del documento dose en los documentos oficiales de la Iglesia católica (como
de la PCB nos confirma la valoración positiva de la posición de Divino afflante Spiritu, Dei Verbum y la más reciente Interpreta­
B. S. Childs respecto al método histórico-crítico desde el punto ción de la Biblia en la Iglesia) que mejor definen la posición de
de vista católico. esta Iglesia respecto al problema analizado. Si además añadimos
a esto las obras de numerosos teólogos católicos presentadas en
esta disertación, seguramente podemos definir las opiniones
c) J. G. P R I O R , The Historical Critical Method in formuladas sobre esta base sólida como opiniones típicamente
Catholic Exegesis católicas. Como tales, las conclusiones de Prior deberían resul­
tar muy útiles para nosotros a la hora de valorar la posición de
Resulta muy útil para nuestra investigación el trabajo de doc­ Childs con respecto al método histórico-crítico desde el punto
torado de J. G. Prior, defendido en la Universidad Pontificia de vista católico.
Gregoriana el año 1999, The Historical Critical Method in Cat­ Las dos preguntas importantes para Prior (las preguntas que
holic Exegesis23. Como ya sugiere el título, el trabajo se dedica encontramos con frecuencia al final de los diversos capítulos
precisamente a lo que nos interesa en este punto de nuestro aná­ dedicados a un cierto periodo histórico, y que encontramos tam ­
lisis, la valoración del método crítico desde el punto de vista bién en su capítulo final) son las siguientes:
católico 24. ¿Por qué el método histórico-crítico es necesario?
Prior presenta la práctica del método histórico-crítico dentro ¿Por qué el método histórico-crítico es limitado?
de la Iglesia católica en la perspectiva de su desarrollo histórico. Prior dirige su búsqueda intentando precisamente encontrar
Después del capítulo I introductivo, que describe el método t a l la respuesta a estas preguntas. De hecho, desarrolla su análisis
como es practicado hoy día, Prior continúa con la presentación histórico del método de modo tal que le perm ita formular las
del método en el periodo patrístico y medieval (capítulo II), en respuestas adecuadas a estas dos preguntas .
los siglos X I X y X X — desde Providentissimus Deus (1893) h a s t a Prior resume sus análisis histórico-teológicos en las conclu­
Divino afflante Spiritu (1943)— (capítulo III), durante el C on­ siones finales de su trabajo. Estas conclusiones son lo más inte­
cilio Vaticano II — documentos Sancta Mater Ecclesia y Dei Ver- resante para nosotros, pues emergen del análisis de todo el libro,
bum— (capítulo IV), en el tiempo posconciliar hasta el docu­ encerrando en sí las conclusiones que se refieren tanto a los

23 Cf. PRIOR, The Historical Critical Method..., o.c. (véase la nota 2 de este mismo 25 Ya en la formulación de las preguntas principales hecha de este modo se puede entre­
capítulo). ver cierta semejanza con la posición de Childs. Este último, de hecho, está bien formado
24 En la introducción a su trabajo, Prior escribe: «El objetivo de esta disertación es des­ en las técnicas histórico-críticas y seriamente convencido de su valor científico. Pero, por
cribir el lugar del método histórico-crítico en la exégesis católica, identificando su necesi­ otra parte, Childs no duda de que las posibilidades del método, respecto a una explicación
dad y sus límites» (ibíd., 9). teológica del texto, son muy limitadas.
242 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 243

documentos importantes de la Iglesia mencionados más arriba, 6. el método posee finalmente un gran valor para la
como a las publicaciones teológicas católicas26. reflexión ecuménica; el método ya ha contribuido y puede
A la primera pregunta, ¿por qué el método histórico-crítico es seguir contribuyendo al movimiento ecuménico entre
necesario?, el autor responde en seis puntos 27: católicos y las demás denominaciones cristianas, para las
1. el método es necesario para determinar el sentido cuales los libros bíblicos poseen un valor fundamental.
literal28; Respondiendo a la segunda pregunta, ¿por qué el método his­
2 . el método es necesario para la lectura, el estudio y l a tórico-crítico es limitado?, Prior formula cinco puntos 32:
traducción de los textos originales29; 1. el método es limitado porque solo está vinculado a
3. el método es necesario para determinar el texto más un único sentido de la Biblia, el sentido literal 33;
original (la crítica textual); 2. el método es limitado porque está condicionado por
4. el método es necesario par poder trabajar adecuada­ los presupuestos de los exegetas ,
mente con la dimensión histórica de la Biblia y con l o s 3. el método es limitado porque no toma en seria con­
problemas procedentes de la inmersión de la Biblia en l a sideración el aspecto eclesial de la Biblia; la Biblia es un
historia30; libro de la Iglesia: ha sido acogido en la Iglesia, en ella ha
5. el método es necesario para buscar soluciones a los sido reconocido como canon y en la Iglesia (es decir, en su
problemas procedentes de la gran complejidad del texto vida y en su fe) debe interpretarse;
bíblico, de la historia de su composición y de su trans­ 4. el método es limitado porque su interpretación del
m isión31; texto es demasiado estrecha; tanto en su exclusiva búsque­
da del sentido original, como en la delimitación textual de
su área de interés35;
26 Prior presenta las publicaciones de autores católicos famosos, tales como por ejemplo
R. E. Brown, I. de La Potterie, J. A. Fitzmyer, P. Grech, J. Ratzinger, S. M. Schneiders y
U. Vanni. requieren un acercamiento crítico. En diferentes ocasiones de la historia de la exégesis estos
27 Cf. ibíd., 299-301. problemas surgieron. El acercamiento crítico ofrece una visión a la posible solución de estas
28 Prior observa que el modo de entender el sentido literal ha cambiado con el tiempo: dificultades» (ibíd., 300).
1. en el periodo patrístico asumió tres significados, el verbal, el histórico y la intención del 32 Cf. ibíd., 30ls.
autor; 2. desde el final del periodo patrístico hasta el periodo moderno se identificó con la 33 «El sentido literal, tal como se ha reflexionado más arriba, es un sentido inspirado; en
intención del autor; 3. en el documento de la PCB, La interpretación de la Biblia en la Igle­ cualquier caso, no es el único sentido del texto, ya que el Espíritu Santo por medio de la
sia, se describe como el sentido directamente expresado por el autor humano (cf. ibíd., 299) inspiración puede permitir a las palabras adquirir un significado más profundo en com­
29 Esto significa que las técnicas histórico-críticas, por ejemplo las que pertenecen a la prensiones posteriores [...] Además, debido a la limitación del sentido literal, el método his­
crítica literaria o a la crítica de las formas, son necesarias para un estudio correcto de los tórico-crítico no consigue identificar adecuadamente los aspectos cristológicos, canónicos
textos de la Biblia (cf. ibíd., 300). y eclesiales del texto. Una integración de los resultados de la exégesis sincrónica puede ayu­
30 «Aunque hoy la mayoría de los estudiosos están de acuerdo en que la Biblia no fue dar a suprimir estas limitaciones» (ibíd., 301).
escrita como historia en el sentido moderno del término, la Biblia sigue siendo un testigo 34 El autor admite que el método como tal es neutral, aunque los resultados del trabajo exe-
de la historia de la salvación. Las cuestiones históricas concernientes a acontecimientos de gético obtenidos con este método pueden estar seriamente influenciados por los presupuestos
la Biblia nacidas tanto dentro como fuera de la iglesia necesitan ser abordadas seriamente. con los que el exegeta se acerca al texto. Por esta razón es importante que el exegeta católico pres­
Estas cuestiones con frecuencia requieren un estudio histórico-crítico de la Biblia. Por te atención a sus propios presupuestos cuando se dirija al texto. El documento de la PCB de
ejemplo, las excavaciones arqueológicas continúan en Tierra Santa obteniendo mucha 1993 identifica cinco presupuestos característicos de la perspectiva católica: 1.- reconocer la
información de sus análisis. A veces los descubrimientos entran en conflicto con las narra­ Biblia como Palabra de Dios; 2.- tomar en cuenta el hecho de la inspiración bíblica (esto pre­
ciones bíblicas. No se pueden ignorar estos estudios, sino que sus resultados deberían ser supone reconocer las dos dimensiones de la Escritura la dimensión humana junto a la divina);
contrastados y evaluados junto a los estudios bíblicos histórico-críticos» (ibíd., 300). 3.- considerar el hecho del canon bíblico; 4.- acoger el papel del magisterio en la interpretación
31 «El texto bíblico por sí mismo propone cuestiones sobre la interpretación. Cuestiones bíblica; 5-reconocer la tradición también como testigo de la obra de la revelación (cf. ibíd., 301).
referentes a problemas tales como conflictos históricos, cuestiones basadas en las diferen­ 35 «El método histórico-crítico tiende a interpretaciones estrechas. El método está limi­
cias entre manuscritos, o cuestiones referidas a la forma y contenido que surgen del texto tado a causa de su focus demasiado estrecho. La pregunta por el significado histórico-lite-
244 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE IA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 245

5. el método está finalmente limitado porque no o f r e ­ Volviendo ahora a la propuesta de Childs, que hemos anali­
ce la posibilidad de percibir la historia de los efectos d e l z a d o en el capítulo anterior, y comparándola con las observacio­
texto dentro de la Iglesia, incluso aunque estos efectos nes antes presentadas, no podemos negar la impresión de una
puedan ser importantes para el significado del propio semejanza muy acentuada.
texto (Wirkungsgeschichte) . Childs no tiene dudas sobre la legitimidad y necesidad de las
La conclusión más general, que Prior pudo formular al f i n a l prácticas histórico-críticas en la exégesis moderna. Para confir­
de su evaluación del método histórico-crítico desde el punto d e mar esto basta con ver brevemente la bibliografía que presenta
vista católico, sería simplemente esta: el método es necesario, en sus libros38. Childs también está convencido de que tanto los
pero al mismo tiempo limitado. acontecimientos y palabras salvíficas como las Escrituras que los
No es difícil percibir que esta opinión está muy de acuerdo contienen están marcadas por su dimensión histórica. Todos los
con la posición de B. S. Childs. Childs reconoce la utilidad d e puntos enumerados por Prior a favor del método histórico-criti-
los instrumentos histórico-críticos, se aprovecha ampliamente d e co serían, por tanto, seguramente aceptados por C hilds39.
los argumentos obtenidos con la ayuda del método crítico, pero Todavía más interesantes son las semejanzas en los puntos de
ve también claramente la insuficiencia de este método para t r a ­ la crítica dirigida al método por parte de Prior (que quiere pre­
tar la Biblia como Escritura Sagrada de la Iglesia. Por este moti­ sentar, recordemos, la posición católica) y por parte de Childs.
vo, las técnicas histórico-críticas necesitan, según Childs, s e r El primer punto de la crítica decía: el método es limitado
combinadas y utilizadas con una nueva perspectiva teológico- porque está vinculado solo a un único sentido de la Biblia, el
hermenéutica. La perspectiva del canon es una propuesta de ta l sentido literal. Es difícil encontrar otra crítica hecha al método
perspectiva sanadora. La utilidad de esta visión de Childs ha sido tan semejante a la posición de Childs. Esto es exactamente lo
además reconocida en el libro de Prior, en la parte dedicada a l
documento de la PCB, La interpretación de la Biblia en la Iglesia. 38 También merece la pena leer uno de sus textos, como el que sigue: «El testimonio de
Al presentar la opinión de la PCB respecto a la naturaleza limi­ la Biblia porta todas las marcas de su condicionamiento histórico. Para ser correctamente
tada del metodo histórico-crítico, Prior menciona la observación entendidas deben ser escuchadas en su particular periodo histórico, a través de los medios
culturales y formales del lenguaje, y de los patrones de pensamiento, y trasmitidos por per­
de la comisión, según la cual el método necesita colaborar con sonalidades individuales y corporativas de autores y redactores. Esta característica de la
otros acercamientos complementarios. El acercamiento canóni­ revelación bíblica da legitimidad al estudio histórico-crítico de la Biblia» (CHILDS, Biblical
co es mencionado ahí explícitamente como uno de los acerca­ Theology in Crisis, o.c., 112).
39 La única diferencia significativa sería la referente a la búsqueda del sentido literal ori­
mientos útiles para cumplir esta misión 37. ginal, entendido como el sentido de la intención original del autor. La posición descrita por
Prior acentúa que el sentido literal es un sentido importante per se para la exégesis, como
sentido inspirado (cf. p.301 de su libro). Childs no niega la importancia del sentido literal
rario original limita el método a un significado del pasado. La búsqueda por el significado así entendido, pero también este sentido es visto en la perspectiva del contexto canónico
histórico-literario también tiende a centrarse en pasajes particulares y textos aislados sin lle­ en su forma final. En cualquier caso es cierto: Childs reconoce la importancia de descubrir
gar a implicaciones más amplias de significado dentro del canon. El método histórico-crí­ el sentido original del texto, ligado a la intención del autor original, y no quiere separar esta
tico también puede tender a enfatizar los aspectos técnicos de la exégesis frente a la desa­ intención del significado del texto. En su «Response to Reviewers» de Interpretation to the
tención de las dimensiones espirituales y pastorales del texto» (ibíd., 302). Oíd Testament as Scripture escribía: «Por supuesto, soy consciente del debate moderno en
36 «La interacción entre el lector y el texto puede proporcionar una visión del significado torno al problema de la intencionalidad. No tengo ningún deseo de separar la así llamada
del texto. Los resultados de esta interacción para la actualización o la inculturación actual o "intención real del autor” del significado del texto. Sigo pensando que la referencia a la
el estudio de la historia de los efectos del texto (Wirkungsgeschichte) puede llevar a entender intención es útil, si no se insiste demasiado en distinguir los diferentes grados de concien­
cómo el texto ha sido comprendido a lo largo de la historia. Estas interpretaciones pueden cia reflejados en la composición de un texto» (p.54). Por tanto, Childs está de acuerdo con
ser desarrollos validos del significado original y pueden tener aplicaciones prácticas hoy día, la posición de Prior, que ve en el sentido original un dato importante. La diferencia está en
pero el método histórico-crítico no proporciona ningún modo de investigarlas» (ibíd., 302). el fuerte acento de Childs sobre la perspectiva canónica, como una perspectiva exclusiva,
37 Cf. ibíd., 260. en la que hay que ver incluso un sentido más original de un texto concreto.
246 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 247

que Childs reprocha al pensamiento crítico. Lo que el estudioso Los presupuestos con los que el exegeta se acerca al texto son: las
Escrituras son la Palabra de Dios en palabras humanas; las Escrituras
de Yale quiere hacer es precisamente abrir la exégesis, dominada
son inspiradas y tienen autoridad; las Escrituras se contienen en un
por el pensamiento crítico y cerrada en la búsqueda del sentido canon cerrado; las Escrituras solo son adecuadamente expuestas en
original, a los otros sentidos de la Escritura que actúan dentro relación con la tradición, y se interpretan en la fe y vida común de la
del canon. Las cuestiones del contexto canónico y de la inten­ Iglesia42.
ción canónica han sido desarrolladas por Childs precisamente
como respuesta a la vinculación demasiado grande del pensa­ ¿Encuadrarían bien estos presupuestos en el sistema de Childs?
miento crítico al sentido original. Seguramente sí. El fenómeno del canon (el tercer presupuesto)
El segundo punto de la crítica de Prior acentuaba el influjo está precisamente en el fundamento de toda la propuesta del
que los presupuestos ejercían en el proceso de interpretación de estudioso de Yale. Childs ve la Biblia como Palabra de Dios, que
un texto. Para Childs es algo obvio y fundamental. Por esta hay que interpretar como Escritura autorizada para la comunidad
razón su propuesta subraya tanto la importancia de la fe en el de los creyentes (primer y segundo presupuestos). Y por fin, esta
proceso exegético 40. Para Childs es claro que uno se acerca al interpretación se desarrolla en relación con esta comunidad; para
texto con sus premisas, incluso aunque pueda ser que no tenga Childs la Biblia es la Escritura de la Iglesia (el cuarto presupues­
conciencia de ello. Por eso es im portante que estas premisas sean to). Todas estas afirmaciones son tan importantes y características
las adecuadas para realizar la interpretación de la Biblia entendi­ de la posición de Childs que encontraron su propio puesto en las
da como Palabra de Dios. características generales de la propuesta metodológica de
Acerca de los presupuestos característicos de un exegeta cató­ B. S. Childs del capítulo II de nuestro trabajo 43. De nuevo apa­
lico, Prior habla también en el punto octavo (La crisis en la rece manifiesta la cercanía entre las posiciones de Childs y las
interpretación bíblica, 1988-1989) del capítulo V de su tesis. En aportadas por Prior en su disertación, dedicada a la presentación
este punto el autor estudia las publicaciones de los autores cató­ de la perspectiva católica en los asuntos investigados.
licos presentadas desde 1988 hasta 1991: las publicaciones de El tercer punto mencionado arriba reprochaba al método his-
J. Ratzinger, R. E. Brown, J. A. Fitzmyer y J. W icks41. En el tórico-crítico olvidarse de que la Biblia es un libro de la Iglesia:
resumen del estudio presentado, Prior indica los presupuestos en la Iglesia ha sido acogido, por la Iglesia ha sido acogido en un
exegéticos señalados en la reflexión anterior: canon y en la Iglesia (es decir, en su vida y en su fe) debe ser
interpretado. La semejanza con la postura de Childs es aquí cla­
40 Esto, además, está muy de acuerdo con la convicción de la DV de que la Biblia debe rísima. Se podría insertar la última frase citada en cualquier obra
interpretarse en el mismo Espíritu en el que ha sido escrita. La Biblia, como obra de la fe, de Childs. Daría igual si se hiciese en alguna del inicio del desa­
debe ser leída en la perspectiva de esta fe (cf. PRIOR, The Historical Critical Method..., o.c.,
285). rrollo de su pensamiento en los años 70, o en otra del tiempo de
41 J. RATZINGER, «Biblical Interpretation in Crisis. On the Question of the Foundations la madurez de su proyecto en los años 90, pues seguramente el
and Approaches of Exegesis Today», en R. J. N e u h a u s (ed.), Biblical Interpretation in Cri­
sis. The Ratzinger Conference on Bible and Church (Grand Rapids Ml 1989) 1-24; R. E.
autor no tendría nada que cambiar. Es una convicción fuerte de
B r o w n , «The Contribution of Historical Biblical Criticism to Ecumenical Church D is­ Childs que la Biblia es un libro de la comunidad creyente, de la
cussion», en R. J. NEUHAUS (ed.), Biblical Interpretation in Crisis. The Ratzinger Conferen­ Iglesia, que necesita además ser interpretado como Sagrada
ce on Bible and Church (Grand Rapids Ml 1989) 24-49; J. A. FlTZMYER, «Historical C riti­
cism. Its Role in Biblical Interpretation and Church Life»: Theological Studies 50 (1989) Escritura de la Iglesia. Esto significa para Childs que la interpre-
244-259; J. W lCKS, «Biblical Criticism Criticized»: Greg72 (1991) 117-128. Los dos pri­
meros artículos fueron originalmente presentados durante la jornada ecuménica organiza­
da por el Rockford Institute Center o f Religion and Society en Nueva York, en el año 1988, The Historical Critical Method..., o.c., 222.
42 P r io r ,
que trató de la crisis de la interpretación bíblica moderna. 43 Cf. cap. II, punto 2.d.
248 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 249

tación solo debe ser realizada con el presupuesto de la fe y acom­ resultados de los análisis histórico-críticos a una perspectiva teo­
pañada por esta fe. Basta con recordar que su comentario clási­ lógica general, que proviene del hecho de la existencia del canon
co al AT lleva el título de Introduction to the Oíd Testament as bíblico. Los medios propuestos, por tanto, son distintos. El obje­
Scripture (Introducción al Antiguo Testamento como Escritura,)44 y tivo principal, sin embargo, es el mismo: conseguir ofrecer una
el artículo que inició el periodo de su investigación metodológi­ actualización fructífera de la Biblia a la Iglesia actual.
ca se llama «Interpretation in Faith». El cuarto punto de la crítica de Prior denunciaba la estrecha
Es muy importante para Childs que la exégesis bíblica sea ú t i l perspectiva de trabajo del método histórico-crítico. El método es
y fructífera para la comunidad creyente. Uno de los objetivos demasiado estrecho porque se interesa solo de un sentido (origi­
principales de todo el proyecto canónico es precisamente l a nal) de la Escritura, y no consigue ver un texto concreto en el
actualización de la Palabra divina para la Iglesia de hoy. Vale la contexto más amplio del canon bíblico. Especialmente la segun­
pena indicar que esta preocupación de Childs es compartida por da parte de esta crítica le encantaría a Childs: el contexto canóni­
dos autores católicos, cuyas contribuciones Prior investiga en e l co es precisamente el concepto esencial de su pensamiento. No
capítulo V de su trabajo, titulado «The Situation Preceeding hace falta, pues, pararse mucho en la explicación de esta seme­
IBC»45. Se trata de S. Schneiders46 y de U. Vanni47. Tanto Sch- janza. La reflexión sobre la primera crítica de Prior ha demostra­
neiders, en «Church and Biblical Scholarship in Dialogue», do ya el acuerdo existente entre ambas posiciones respecto a la
como Vanni, en «Esegesi e attualizzazione alia luce della ‘ D e i insuficiencia de una exclusiva concentración sobre el sentido lite­
Verbum’», identifican una de las características de la crisis de l a ral original, en detrimento de los demás sentidos de la Escritura.
exégesis dominada por los presupuestos histórico-críticos, en l a Este cuarto punto de la crítica de Prior está unido estrecha­
división existente entre la interpretación académica de la Biblia mente a la opinión expresada en el reciente documento de la
y lo que espera la Iglesia. Esta división parece, de hecho, muy PCB La interpretación de la Biblia en la Iglesia. En este docu­
difícil de superar. En ambos casos los autores buscan encontrar mento encontramos, de hecho, la crítica dirigida contra la exclu­
una solución a la necesidad de elaborar un sistema de actualiza­ sividad del interés del método histórico-crítico, dirigido solo
ción fructífera de la Escritura en la vida de la Iglesia. En este hacia el estrecho significado histórico del texto, y contra la exce­
punto, los objetivos a alcanzar presentados por estos dos teólo­ siva inclinación del método hacia un análisis literario de las fuen­
gos católicos y por B. S. Childs coinciden claramente. La actua­ tes sin prestar atención a la forma presente de la Biblia. En el
lización es precisamente lo que quiere Childs también para su capítulo VI de su tesis, dedicado al documento de la PCB, Prior
comunidad de creyentes. Schneiders ve el camino para la mejo­ dice:
ra en la unión metodológica entre los análisis histórico-críticos y
El término general usado para describir las carencias de la practi­
la aplicación pastoral. Vanni muestra las ventajas de una eventual ca clásica es hyper-crítica. En esta crítica están incluidos dos puntos.
colaboración entre el método histórico-crítico y la escuela del Primero, hubo una atención restringida al significado histórico, sin
estructuralismo. Childs ve la solución en la sumisión de los espacio para ulteriores comprensiones — «porque [el uso clásico del
método histórico-crítico] se restringe a la búsqueda del sentido del
44 El articulo del año 1972 lleva un título todavía más significativo en la caracterización texto bíblico en las circunstancias históricas de su producción y no se
de la posición de Childs respecto a este problema: «The Oíd Testament as Scripture of the interesa por las otras potencialidades de sentido que se han manifesta­
Church».
do en el curso de las épocas posteriores de la revelación bíblica y de la
45 Con la abreviatura IBC Prior se refiere al documento IBI.
historia de la Iglesia» (EB 1287). Segundo, hubo un excesivo énfasis
46 S. M. S c h n e i d e r s , «Church and Biblical Scholarship in Dialogue»: ThTo 42 (1985)
353-358. en aspectos particulares del método, por ejemplo, el documento des­
47 V a n n i, «Esegesi e attualizzazione...», a.c., 309-323. cribe los extremos de una crítica literaria que «se limitaba a un traba­
250 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 251

jo de fragm entación y de descom posición para distinguir las diver­ reconocer una cercanía entre las dos posiciones presentadas por
sas fuentes, y no prestaba una atención suficiente a la estructura final
del texto bíblico y al m ensaje que expresa en su estado actual» (EB
los dos autores. Tanto Prior (resumiendo la postura católica)
1277)48. como Childs invitan a los exegetas a prestar atención también al
modo en que el texto bíblico fue leído en el desarrollo de la his­
Aunque Childs, como representante de una Iglesia protestante, toria de su interpretación.
podría tener problemas con la historia de la iglesia, seguramente Como ya hemos dicho, Prior presenta en su disertación las
acogería con entusiasmo todo lo demás firmado en la cita men­ publicaciones de numerosos autores católicos. Entre otros
cionada. Especialmente la última frase, que acentúa el papel de la encontramos los artículos de S. Schneiders 51, U. V anni52, I. de
forma final de la Biblia, sería sin duda recibida con aplausos. Las La Potterie53, D. Farkasfalvy54, M. D A m brosio55, P. G rech56
posiciones de la PCB y de Childs son en esto muy cercanas. y J. Ratzinger57. La cercanía entre las posiciones católicas y la de
En el último y quinto punto Prior critica el método históri- Childs, respecto a la postura hacia el método histórico-crítico, se
co-crítico porque no consigue apreciar el influjo que el propio puede apreciar en las diversas partes del libro de Prior. Por ejem­
texto ha ejercido dentro de la comunidad que lo ha custodiado plo, el tercer punto («Llamada a una exégesis espiritual») del
y leído en la historia. Prior observa que el modo en que el texto capítulo V, en el cual Prior analiza las publicaciones de I. de
fue leído en las diversas situaciones y en los distintos momentos La Potterie, D. Farkasfalvy y M. D Ambrosio, el autor concluye
de la historia puede ser útil para descubrir un significado posible con la siguiente observación:
del texto. ¿La posición de Childs está de parte del método histó-
La llamada a una reforma de las prácticas exegéticas católicas nace
rico-crítico o más bien de parte de la opinión referida por Prior? de una insatisfacción con el método histórico-crítico. Los autores cri­
El hecho de que Childs atienda a la tradición exegética que se ha tican el trasfondo filosófico en el que el método se ha desarrollado, su
desarrollado en las diversas denominaciones cristianas durante la falsa pretensión de objetividad, su pre-ocupación con el pasado y su
historia sugiere que el estudioso de Yale se acerca a la posición de fracaso para hablar al presente A
Prior. La posición de Childs sobre este punto ha sido firme,
Estaría totalmente de acuerdo en que se necesita una preparación especial, así como una
incluso con el paso del tiempo. De hecho, uno de los capítulos empatia inusual, para ser capaz de superar el sentido inicial de extrañeza con la exégesis de los
de su libro Biblical Theology in Crisis (1970) llevaba un título Padres más antiguos y de los autores medievales. Uno no puede plantear a Crisóstomo las cues­
significativo: «Recovering an Exegetical Tradition» (Recuperan­ tiones de Gunkel, ni dirigir los problemas de Bultmann a Calvino. De igual importancia es el
reconocimiento, tristemente malentendido por los tradicionalistas, de que el pasado no puede
do una tradición exegética)49. Y en un artículo reciente (1995), ser simplemente repetido. Nuestra relación con la tradición exegética de la iglesia debe ser de
al concluir Childs postulaba con insistencia la necesidad de reva- analogía. ¿Podemos interpretar la Biblia con la misma seriedad teológica en nuestra era posmo-
derna como lo hicieron nuestros precursores en la suya? Así, si tenemos la habilidad suficiente y
lorizar la tradición exegética dentro de la Iglesia50. la empatia, los grandes exegetas cristianos del pasado pueden servirnos de valiosísimos guías para
Concluyendo, también en este último punto de la crítica diri­ el íuturo en incontables modos» (CHILDS, «On Reclaiming...», a.c., 16; la cursiva es nuestra).
gida al método histórico-crítico por parte de Prior podemos 51 S C H N E ID E R S , «Church and Biblical...», a.c., 353-358.
52 VANNI, «Esegesi e attualizzazione...», a.c., 309-323-
53 I. D E La P O T T E R IE , «Reading Holy Scripture “In the Spirit”; Is the patristic way of
reading the Bible still possible today?»: Communio. International Catholic Review (US) 13
48 P R IO R ,The Historical Critical Method, o . c . , 254. (1986) 308-325.
49 Son las páginas 139-147 del libro. 54 D. M. FARKASFALVY, «The Case for Spiritual Exegesis», ibíd. 10 (1983) 332-350.
30 «Querría concluir este artículo reclamando la Biblia para la teología cristiana con una 55 M. D ’AMBROSIO, «Henri de Lubac and the Critique of Scientific Exegesis»; Comm 19
motivación tanto a los estudiosos bíblicos como a los teólogos para recuperar la tradición (1992) 365-388.
exegética de la iglesia. Frecuentemente, como hijos de la Ilustración, continuamos asumien­ 56 P. S. G R E C H , «Hermeneutics», en DFT 416-425.
do que nada exegéticamente importante ha aparecido antes del siglo diecinueve [...] ¡Qué 57 RATZINGER, «Biblical Interpretation in Crisis», a.c.
osadía hablar de Basilio, Agustín y Tomás como pre-críticos! 58 P r io r , The Historical Critical Method..., o.c., 183.
C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 253
252 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA

ciones seguras y permanentes. El método parece afirmar que sus


Basta con volver al capítulo II de nuestro trabajo, donde se
conclusiones son ciertas hasta el punto de poder ser puestas en
describía la posición de Childs, para encontrar exactamente las
cuestión por ninguna otra autoridad que no sea la del propio
mismas direcciones de crítica dirigidas al pensamiento históri-
método. Tanto Ratzinger61 como D ’Am brosio62 ven esta afir­
co-crítico 59.
mación como muy dudosa. De hecho si por una parte se tiene
En el punto 9 del mismo capítulo, Prior podía ya ofrecer u n a
en consideración la m ultitud de hipótesis propuestas por el
conclusión procedente del análisis de los artículos de todos los
método, y por otra la complejidad de presupuestos implicados
autores mencionados arriba. De hecho, todo el capítulo V se
en la historia de la interpretación, la reivindicación hecha por
había dedicado, y no solo, a sus publicaciones. Entre estas con­
parte del método es seguramente exagerada.
clusiones encontramos los siguientes problemas respecto al
Exactamente en este punto Childs está de acuerdo con estos
método histórico-crítico, ordenados en ocho puntos:
dos teólogos católicos. Para él, las aportaciones del método his­
Los principales problemas con el método que hemos identificado tórico-crítico tienen la mayoría de las veces un valor hipotético,
en el debate se encuentran aquí resumidos. Primero, la exégesis críti­ más o menos fundado. Por eso no pueden considerarse una solu­
ca, tal como ha sido practicado en el pasado, pretendió la capacidad ción cierta y absoluta 63. Precisamente aquí está la razón que
de alcanzar conclusiones definitivas respecto a la interpretación. Rat- explica por qué Childs no quiere construir una teología bíblica
zinger y D ’Ambrosio han señalado los problemas de esta pretensión.
Los estudios hermenéuticos modernos deberían concurrir. Segundo,
basándose en las conclusiones de la búsqueda histórica, y por
la exégesis crítica no considera seriamente el aspecto espiritual o pneu­ qué reprocha haber hecho esto a von Rad. Childs quiere encon­
mático de las Escrituras. Como ya se ha mencionado, el Sínodo de los trar su fundamento en la forma canónica del texto bíblico, aun­
obispos de 1985 señaló este aspecto. De La Potterie lamentaba que la que reconozca el valor de los medios histórico-críticos para
división entre la letra y el espíritu en la exégesis crítica hoy no se haya entender mejor la dimensión plena de la forma final del texto.
solucionado en la práctica exegética. Tercero, la crítica histórica se preo­
El tercer problem a64 está unido al estudio demasiado detalla­
cupa de los hechos más que de la verdad; esto conduce a un estudio
sobreparticularizado de los textos. Cuarto, el método histórico-crítico do del texto bíblico. Esto conduce naturalmente a perder la pers­
está demasiado aislado de otros estudios teológicos. Quinto, el acer­ pectiva sincrónica de la Escritura y la capacidad de comprender
camiento crítico no ha considerado el canon seriamente. Sexto, Rat- la verdad revelada de modo sintético 63. No es difícil ver aquí la
zinger argumentaba que el método está corrompido por su radical misma preocupación que acompaña la investigación metodológi­
división entre forma/contenido por una parte y kerygma/aconteci­ ca de Childs. Lo que él quiere obtener es precisamente la pers­
miento por otra. Séptimo, también él dirigió dos críticas al método tal
como fue practicado en el pasado: el método ha desintegrado el texto,
pectiva sincrónica de la Biblia como Palabra de Dios. Ayudan a
y la fe ha sido repudiada por el método. Octavo, el método es inade­ realizar este objetivo el principio hermenéutico del canon y la
cuado para dirigirse a las necesidades pastorales del fiel. Vanni formu­ regla de la intención canónica. Aquí juega un papel importante
ló esto desde la perspectiva de las directrices de la DV sobre exégesis y también el presupuesto metodológico de Childs: que todos los
actualización. Schneiders aludió a ello en su artículo sobre la academia textos de la Biblia testimonian una Realidad extratextual. Esta
y la iglesia 60.
«Biblical Interpretation in Crisis», a.c., 6ss.
61 R A T Z IN G E R ,
El primer problema mencionado por Prior concierne a la 62 M . D ’A m b r o s io ,«Henri de Lubac...», a.c., 377ss.
infundada reivindicación por parte del método de ofrecer solu­ 63 Cf. cap. II punto 2.c.
64 Por ser los puntos segundo y sexto los más difíciles, los trataremos juntos al final de
nuestro análisis.
65 C f P r io r , The Historical Critical Method...., o.c., 18 ls, donde el autor presenta el artícu­
59 Cf. cap. II punto 2.c. lo de M. D ’Ambrosio, «Henri de Lubac and the Critique of Scientific Exegesis», a.c.
60 PRIOR, The Historical CriticalMethod..., o.c., 224s.
254 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 255

Realidad es el verdadero contenido esencial [subject matter] de la final el objeto propio del estudio exegético. La segunda conse­
Escritura, que está en la base de su unidad66. cuencia negativa identificada por Ratzinger también ha sido
El cuarto problema toma la forma de una breve afirmación: el tomada en cuenta en la perspectiva metodológica de Childs.
método histórico-crítico está demasiado aislado de otros estudios Uno de sus postulados es que la perspectiva de fe no puede eli­
teológicos. Esto puede significar tanto que la exégesis crítica no minarse de ninguna fase del trabajo exegético. De hecho, según
presta suficiente atención a las exigencias de otras disciplinas teo­ Childs, trabajar con el texto bíblico desde la perspectiva de la fe
lógicas, como que sus resultados no satisfacen a estas disciplinas. es la única garantía para descubrir la dimensión teológica de la
En ambos casos, el problema indicado por los teólogos católicos Biblia67. Por tanto, también ante este problema los acercamien­
es visto del mismo modo por B. S. Childs. Como reacción a esta tos de ambos autores se acercan claramente.
carencia del método histórico-crítico, Childs propone su acerca­ El último punto mencionado en la cita señalada más arriba,
miento. Su fin es construir una teología bíblica. Su acercamien­ el octavo, denunciaba lo inadecuado del método histórico-críti­
to al texto se caracteriza por un gran interés teológico. En el co para responder a las necesidades de los creyentes, para los cua­
acento puesto sobre este interés podemos reconocer un intento les la Biblia es un libro de autoridad de su fe. El método no llega
de rectificación a la estrecha perspectiva histórico-crítica, preci­ a realizar la im portante tarea de actualizar la Palabra de Dios
samente en el punto criticado por los teólogos católicos. para los hombres de hoy. Por tanto no puede ser suficientemen­
El quinto punto parece estar preparado especialmente para el te útil para la Iglesia. Childs ve claramente el mismo problema.
precursor del acercamiento canónico: el método histórico-críti­ Para él, el método ha cerrado el significado del texto en el pasa­
co es problemático porque no considera seriamente el fenómeno do. Esta era la consecuencia natural de tener demasiada preocu­
del canon bíblico. Es la crítica que Childs hizo tanto al método pación por el significado original más antiguo. Ahora hay que
histórico-crítico como a los intentos de profundización teológi­ construir una teología bíblica capaz de indicar, del modo más
ca de la exégesis científica hechos ya antes del Biblical Theologi- eficaz, el significado del texto actual para el hombre moderno.
cal Movement. Su propuesta canónica tiene como objetivo ayudar a resolver este
El punto séptimo señala dos consecuencias negativas del uso problema.
del método histórico-crítico en la exégesis. La primera consiste Los únicos dos puntos en los que la semejanza no es tan obvia
en la desintegración del texto bíblico, y la segunda en la división son los siguientes: el segundo, que acentúa el sentido espiritual
radical entre el método y la fe. Tampoco Childs vacila en que o pneumático de la Escritura, y el sexto, que habla de la división
uno de los más grandes errores del método es la desintegración inaceptable entre forma y contenido, y entre kerygma y aconte­
del texto y su división en millares de subtextos o pretextos. Para el cimiento, realizada por el método histórico-crítico. En sus publi­
estudioso de Yale es algo inaceptable. Su sistema, fruto de la caciones, Childs de hecho no desarrolla de modo significativo
reacción a las exageraciones del pensamiento crítico, se basa en estos temas. Pero también aquí, de un modo quizá indirecto, se
la forma final del texto en su integridad. De hecho es la forma puede ver cierto interés común.
Seguramente Childs no acentúa tan fuertemente el sentido
66 Es interesante comprobar que D’Ambrosio utiliza la misma terminología que Childs. espiritual o pneumático como hace De La Potterie, y no critica
En su artículo sobre Henri de Lubac, D ’Ambrosio hablaba de «un verdadero contenido
esencial [subject matter] de los diferentes textos y de la única historia que ellos relatan» tan claramente la división moderna entre la letra y el espíritu de
( p . 3 7 7 ; la cita está tomada de P R IO R , The Historical CriticalMethocL..., o.c., 1 8 1 ) . Más que la Escritura. Pero por otra parte, la oposición entre el significa-
buscar el posible influjo de uno sobre otro, hay que indicar que ambos (o incluso los tres,
si incluimos al propio Henri de Lubac, del que habla D ’Ambrosio) conocen y citan una
fuente común: KarI Barth. 67 Cf. cap. II punto 2.a.
256 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA
C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 257

do originario y el canónico, sobre la que Childs desarrolla sus geta católico como para el protestante, en lo referente al proble­
investigaciones acerca del significado, está en la misma perspec­ ma del uso del método histórico-crítico en la interpretación de
tiva que la oposición entre letra y espíritu, subrayada por el autor la Biblia. En este problema, como ya hemos visto, ambos están
belga. Además, los conceptos de intención canónica y de signifi­ de acuerdo tanto en la valoración y en la identificación de las
cado canónico son suficientemente amplios como para permitir debilidades más relevantes del método, como en las posibles
eventualmente a Childs incluir también el significado subrayado direcciones de mejora. Si recordamos que Prior presenta la posi­
por De La Potterie. ción católica respecto a este problema, nos vemos impulsados a
Ratzinger, recordado en el punto sexto, criticaba una especie valorar muy positivamente desde el punto de vista católico la
de dualismo radical existente en la perspectiva crítica, entre el posición de Childs hacia el método histórico-crítico.
acontecimiento salvífico por una parte y la referencia a este even­
to en el texto o en el kerygma de la Iglesia por otra. Obviamen­
te Childs está demasiado centrado en el papel de la forma final d) T. R. CURTIN, Historical Criticism and the Theological
existente ahora en la Iglesia como para poder dirigir su investi­ Interpretation ofScripture
gación a profundizar en el tema de la relación entre el aconteci­
miento primario y el texto inspirado. Pero merece la pena recor­ En el año 1987, en la Universidad Pontificia Gregoriana de
dar que en la reflexión sobre el problema de la relación entre la Roma, se defendió otra tesis doctoral que trataba de un tema cer­
historia y el texto, Childs acentuó siempre una visión unifican­ cano al de Prior. La tesis fue escrita por T. R. Curtin y su título
te, no dualista. Para Childs los acontecimientos y el texto forman era: Crítica histórica e interpretación teológica de la Escritura. La
ya una estrecha unidad en la forma de la Biblia, que hoy posee reflexión católica de una hermenéutica bíblica: 1958-1983 [Histo­
la Iglesia. rical Criticism and the Theological Interpretation o f Scripture. The
Resumiendo, podemos constatar que la gran mayoría de los Catholic Discussion o f a Biblical Hermeneutic: 1958-1983]. De
puntos problemáticos referentes al método histórico-crítico, nuevo nos encontramos con una publicación que quiere expre­
referidos en la tesis de Prior como conclusión de un análisis de samente presentar una visión católica del problema de la utili­
las publicaciones de diversos teólogos católicos, está claramente zación del método histórico-crítico en la exégesis bíblica. Su
de acuerdo con la posición de B. S. Childs. contenido, pues, podría ser muy útil para continuar con nues­
Todos los análisis presentados hasta ahora, basados en la tesis tra presentación de la relación existente entre la posición católi­
doctoral de J. G. Prior, conducen a reconocer las semejanzas tan ca y la de B. S. Childs.
estrechas entre Childs y los autores católicos a la hora de ver y de C urtin desarrolla su trabajo, primero siguiendo un orden cro­
valorar el método histórico-crítico. ¿Significa esto que las dos nológico, después según diversas zonas geográficas de la Iglesia,
posiciones son idénticas? Seguramente no. Detrás de las respues­ y por fin en la última parte ofrece una presentación temática de
tas dadas por los dos autores están naturalmente las diversas ecle- los problemas involucrados en el objeto del trabajo.
siologías generales, diversas opiniones referentes a la relación En el primer capítulo el autor muestra la situación existente
entre la Escritura y la Tradición, etc. En fin, en el campo de las antes de la Constitución Dogmática Dei Verbum del Vaticano II.
diferencias debemos encontrar todo lo que diferencia a un teó­ Se trata del periodo 1958-1964. En esta parte son presentadas
logo protestante de un teólogo católico. Pero debemos señalar las opiniones de algunos autores católicos, como P. Grelot,
que estas diferencias no son tales que dividan a los dos teólogos O. Semmelroth, K. Rahner, R. Schnackenburg, O. Kuss,
en su postura hacia el objeto común de interés tanto para el exe- L. Alonso-Schókel, R. E. Brown y R. Schlier. También presenta
C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 259
258 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA

aquí la posición de la instrucción de la PCB sobre la verdad his­ do por fin del tema de la metodología crítica y del significado
tórica de los evangelios (1964). El segundo capítulo ya está dedi­ presente de la Escritura, recuerda las publicaciones de B. Mag-
cado al documento conciliar Dei Verbum. C urtin comenta el gioni y F. Dreyfus.
punto 11 de la Constitución (la cuestión de la inspiración y de En el último y séptimo capítulo, Curtin formula las conclu­
siones finales. Al igual que en el caso de la tesis de Prior, quere­
los autores de la Biblia, de la verdad y de la inerrancia), el punto
12 (la exégesis crítica y el sentido literal de la Biblia, los princi­ mos también aquí pararnos en estas conclusiones, en las que
Curtin presente puntos finales importantes, surgidos del análisis
pios de la interpretación teológica, la exégesis y la interpretación
eclesial de la Escritura) y el punto 13 (la relación entre la ine­ de todo su trabajo. Como ya hemos visto, estas conclusiones
rrancia de la Escritura y las limitaciones humanas, entre la Escri­ están fundadas en los escritos de muchos autores católicos y en
tura y la Encarnación). la doctrina conciliar (Dei Verbum).
A partir del tercer capítulo Curtin comenta el periodo poste­ En sus conclusiones finales, Curtin observa que en la bús­
queda de la justa interpretación de la Biblia se han incorporado
rior al Concilio (1965-1975), dividiendo su presentación entre
las diversas zonas geográficas de la Iglesia. En el tercer capítulo tres áreas diversas de la actividad científica:
presenta las posiciones de los autores anglófonos (J. L. McKen- La búsqueda por el camino adecuado para interpretar la Escritura
zie, B. Vawter, P. J. Cahill, R. E. Brown, R. E. Murphy, en los veinticinco años que van de la muerte de Pío XII en 1958 al cua­
C. J. Peter, T. Guzie). En el cuarto capítulo ofrece la reflexión de renta aniversario de su encíclica sobre interpretación de la Escritura en
los autores francófonos (X. Léon-Dufour, P. Grelot, P. Fruchon, 1983 ha sido difícil y a veces dramático. Ha incluido tres áreas prin­
cipales del esfuerzo y pensamiento humano, el estudio histórico y lite­
R. Lapointe, R. Marlé, A. Feuillet, H. Cazelles, P. Beauchamp,
rario de textos antiguos, la cuestión filosófica de qué significa inter­
F. Refoulé, F. Dreyfus). En el capítulo quinto presenta las opi­ pretar, y la necesidad cristiana de encontrar la palabra de Dios. Cada
niones de los autores de lengua alemana (G. Voss, F. Mussner, una de estas táreas tiene sus propios criterios que establecen el objeti­
A. Vógtle, N. Lohfink, R. Pesch, J. Sudbrack, J. Scharbert, vo a alcanzar y los medios para alcanzarlo 68.
H . Zimmerm ann, J. Blank, G. Hasenhüttl, M. Limbeck,
B. Dreher, O. Loretz, R. Schnackenburg, K. Lehmann, A. Smit- Al mismo tiempo C urtin indica que el verdadero problema
mans, O. Kuss, J. Gnilka). está en la pregunta de cómo reconciliar estas tres áreas diversas
En el capítulo sexto C urtin pasa al periodo de 1976-1983. El en un modo satisfactorio para cada una de ellas:
autor presenta aquí las opiniones de los autores procedentes de
distintas nacionalidades, esquematizadas según el orden de los El problema de la interpretación bíblica ha sido reconciliar las tres
áreas de tal modo que se haga justicia a cada una, sin privar a las
diversos temas. Hablando de la necesidad y de los límites del demás de todo su ejercicio e investigación69.
m étodo histórico-crítico, C urtin analiza las posiciones de
W. Vogels y R. E. Brown. Hablando de la relación entre la exé­ Del hecho de encontrar un equilibrio perfecto que reconcilie
gesis y la teología presenta las publicaciones de X. Léon-Dufour, los tres componentes arriba mencionados depende también la
J. Blank, W. Kasper, A. Ganoczy y H. Schürmann. Intentando posibilidad de encontrar el modo adecuado de interpretar las
considerar la metodología histórico-crítica desde una perspecti­ Escrituras. Es particularmente im portante la búsqueda de equi-
va más amplia, utiliza las opiniones de P. Grelot y de Schneiders.
Poniendo la interpretación histórico-crítica de la Biblia en rela­ 68 T. R. C u r t in , Historical Criticism and the Theological Interpretation o f Scripture...,
ción con la interpretación común, presenta las ideas de F. Schier- o.c., 295.
se, N. Lohfink, G. M ontague y E. Schlüsser Fiorenza. Hablan­ 69 Ibíd., 295.
260 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 261

librio entre las prácticas histórico-críticas y la visión teológica de tico; una teología útil «para la comunidad de fe que vive al otro
la Escritura: lado de Baur y Wellhausen» 73. La pregunta formulada una vez
por el estudioso de Yale: «¿Es posible entender el Antiguo Testa­
Lo ideal a través de estos cambios es alcanzar un equilibrio. En los
últimos años aparecen expresiones como «tensión fértil», «extrañezas mento como escritura canónica y seguir haciendo uso completo
productivas» y «mutuamente crítico». Describen la relación entre los y consistente de las herramientas histórico-críticas?» 74, transmi­
distintos significados que emergen del uso de la exégesis histórico-crí- te la misma perspectiva que domina el interés metodológico de
tica y la teología en la interpretación de la Escritura. Expresan este Curtin, presentado en las conclusiones finales de su trabajo. El
deseo de mantener ambas disciplinas en un servicio activo de interpre­ interés y la perspectiva general, en ambos casos, son pues iguales.
tación de la Escritura y de abordar las necesidades que subyacen en
ellas. Las experiencias de los primeros años han revelado ahora las defi­
Es hora de pasar a las propuestas concretas de Curtin, que
ciencias de un acercamiento que ignore alguna de estas disciplinas 70. deberían indicar el camino de la reconciliación entre el método
histórico-crítico y la interpretación teológica de la Biblia. Curtin
Podemos constatar, por tanto, que el puesto privilegiado en ofrece estas propuestas en el siguiente punto de sus conclusiones.
las conclusiones del trabajo de Curtin, dedicado a la reflexión Veamos si también ahí podemos encontrar alguna semejanza con
católica de la metodología bíblica, aborda la cuestión de la rela­ la propuesta canónica.
ción entre el método histórico-crítico y la interpretación teoló­ El inicio parece muy prometedor. Curtin introduce las carac­
gica de la Biblia. Dejamos por el momento aquí la presentación terísticas importantes del acercamiento adecuado a la Biblia con
de las conclusiones del autor australiano para señalar enseguida las siguientes palabras: «Equilibrio significa una visión holística de
la clara semejanza con el proyecto de B. S. Childs. la interpretación de la Escritura» 75. La palabra holística es, natu­
Como hemos visto en el capítulo anterior71, el objetivo que ralmente, una de las preferidas del acercamiento que se refiere
Childs quiere alcanzar es la realización de un proyecto de teolo­ tan fuertemente a la unidad de todo el canon bíblico, tal como
gía bíblica poscrítica. Childs quiere mantener los resultados bue­ el propuesto por B. S. Childs. Esta impresión positiva se refuer­
nos del método histórico-crítico, pero al mismo tiempo profun­ za todavía más si se considera que, en la afirmación citada más
dizar en la dimensión teológica de la Biblia. Esto significa que arriba, C urtin se apoya en opiniones de famosos autores católi­
debe tratar de reconciliar el método histórico-crítico con la cos, como por ejemplo Cazelles, Gnilka, Brown, Grelot, Lohfink
visión teológica de la Biblia72. Como ya hemos dicho en el capí­ y D reyfus 76.
tulo dedicado a las características de la propuesta canónica, ¿Qué elementos debe encerrar, pues, esta visión holística de la
Childs quiere construir una teología bíblica en el m undo poscrí­ interpretación bíblica? El primer elemento consiste en el reco­
nocimiento de que la Escritura es una obra divina y hum ana al
mismo tiempo . Esto significa que los medios historico-criticos
70 Ibíd., 295s.
71 Cf. cap. II punto 2.c.
son necesarios para llegar al conocimiento justo del sentido lite­
72 En uno de sus artículos, que formaba parte de su larga reflexión metodológica con ral (identificado con la intención del autor originario de un
J. Barr, Childs escribía: «Mi segundo desacuerdo con Barr se refiere a la dirección presente
y futura de la investigación bíblica. Soy mucho menos optimista que él respecto a creer que
los temas teológicos centrales de la Teología Bíblica ya están bien tratados. Más bien sos­ 73 Es la traducción libre de la frase de Childs: «for a community of faith living on the
tengo que el problema crucial de la Teología Bíblica permanece en gran parte sin resolver, other side of Baur and Wellhausen» («Childs Versus Barr...», a.c., 69).
a saber, el desafío de utilizar las herramientas histórico-críticas comunes de nuestra época 74 ÍD., Introduction..., o.c., 45.
en el estudio de la Biblia y al mismo tiempo hacer completa justicia al único contenido 75 C u r t in , Historical Criticism..., o.c., 296.
esencial teológico de la Escritura como la auto-revelación de Dios» (CHILDS, «Critical 76 Cf. ibíd., 399, n.6.
Reflections on James Barr’s...», a.c., 8).
77 Cf. ibíd., 296.
262 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 263

texto) de la Escritura. Y sin conocimiento de este sentido no se El último, el cuarto elemento de la interpretación bíblica des­
puede conocer el mensaje auténtico de los escritos bíblicos. Cur- crita por Curtin, se refiere al papel activo del lector del texto
tin reconoce pues la importancia fundamental del sentido literal bíblico, el papel de su intérprete actual. El autor australiano
de la Escritura y el valor y la necesidad del empleo del método reconoce la importancia de los presupuestos del lector del texto.
histórico-crítico para poder descubrirlo 78. El que se acerque al texto debe ser consciente de sus premisas,
Pero justo a continuación encontramos algo que chirría con pues estas influyen en el modo de entender el texto mismo.
el método. El segundo elemento a tener en cuenta en una inter­ Debe estar también dispuesto a corregir sus presupuestos, con­
pretación correcta de la Biblia concierne al hecho del canon. Las forme a lo que surja de su diálogo con el texto 81.
Sagradas Escrituras funcionan en la Iglesia como una colección Estos son los cuatro puntos que, según Curtin, deberían
literaria unificada en el canon, por lo que el significado de un caracterizar a una interpretación correcta de la Biblia. Confron­
texto concreto hay que verlo en el contexto de todo el canon. temos pues estos postulados con la posición de B. S. Childs.
Solo esto conduce a una interpretación plena79. El primer punto reconocía la necesidad del uso del método
El tercer elemento de una interpretación católica correcta se histórico-crítico y la importancia del sentido literal, ligado a la
refiere al papel de la Iglesia. Es la Iglesia la que reconoce las Escri­ intención del autor original. En la reflexión del doctorado de
turas inspiradas y la que posee además un papel privilegiado en el J. G. Prior ya hemos visto este argumento. Solo podemos pues
proceso de comprensión del sentido de la Biblia. La Biblia, de recordar que para Childs, como exegeta bien formado en el
hecho, es un Libro de la Iglesia. A través de los siglos la Iglesia ha campo de la investigación histórico-crítica, ambos postulados
interpretado la Escritura, y a ella le corresponde seguir haciendo son una cosa obvia que no exige demasiadas reflexiones. Para
lo mismo también hoy. El papel de la Iglesia es leer la Biblia, hoy, Childs el verdadero problema está en la distribución m etodoló­
de modo fructífero para la vida de sus fieles80. gica de los acentos e intereses exegéticos. Esto se percibe bien
cuando se observa el modo de tratar, por parte de Childs, el sen­
78 «La inspiración bíblica apunta a una autoría divina y humana de las Escrituras. Da a tido textual vinculado a la intención original. También esto lo
cada uno su importancia y reconoce el carácter humano del escrito. Este carácter humano podíamos ya observar en el punto dedicado al trabajo de Prior.
requiere que el examen de las circunstancias ayude a descubrir la intención del autor ins­
pirado, el sentido literal, y en él, el mensaje que quería transmitir a sus oyentes originales. El contenido del segundo elemento acentuado por Curtin es
Pues el trabajo de Dios en la formación de la Escritura vincula la intención humana de sus lo que también Childs siempre subrayaba: el canon bíblico y la
autores con la intención divina. Dios hace conocer su verdad salvífica a través de sus pala­
bras y de la intención que las guía. Esto da un énfasis especial al sentido literal en cualquier perspectiva canónica. Las frases formuladas por Curtin en este
intento por descubrir el significado de la Escritura» (ibíd., 296).
79 «La Escritura, sin embargo, es más que un texto, pasaje o libro individual. Tiene una como tarea de la Iglesia busca encontrar el significado presente de la Escritura para la vida
forma canónica como colección de escritos que la Iglesia reconoce como entregados bajo de fe. Al mismo tiempo, el trabajo interpretativo de la Iglesia busca la continuidad de esta
inspiración divina. El conjunto de toda la Biblia muestra la variedad de sus orígenes pero comprensión presente con el depósito original de la fe» (ibíd., 297).
manteniendo una unidad en el propósito bajo esta autoría divina. La inspiración preserva 81 «La visión holística de una interpretación bíblica también atiende al papel del intér­
la revelación divina en palabra y obra por el medio de las Escrituras canónicas. Una inter­ prete en la búsqueda del significado de la Escritura. Reconoce la influencia de la com­
pretación plena consulta la más amplia visión canónica de la divina revelación con el fin de prensión previa del propio intérprete en la investigación. Reconocida desde el principio,
colocar el significado de una parte individual de la Escritura en el contexto de la totalidad» esta precomprensión es críticamente revisada a la luz de los descubrimientos del intérpre­
(ibíd., 296). te. La previa comprensión y su alteración indican un proceso de integración personal que
80 «El canon de la Escritura apunta al papel de la Iglesia en el reconocimiento de los ve al intérprete como al recipiente, más que como al observador del significado. Esta
escritos inspirados y también en continuar haciendo su interpretación. La Escritura es el visión da un fundamento hermenéutico al objetivo de conversión de la propia lectura ecle-
libro de la Iglesia confiado a ella por Dios. La Iglesia disfruta de una amplia experiencia de sial de la Escritura y a la búsqueda de su mensaje salvífico. En cualquier caso, la conver­
la Escritura vista en las interpretaciones de la tradición a través de los siglos. La tradición sión no es resultado únicamente de los esfuerzos de la iglesia o de los individuos, y por eso
testimonia la necesidad de la Iglesia de entender y escuchar el mensaje salvífico en cada el intérprete permanece abierto al don de la guía del Espíritu en la búsqueda del sentido»
época. La iglesia del presente tiene la misma necesidad, y la interpretación de la Escritura (ibíd., 297).
C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 265
264 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA

intérpretes católicos competentes en materia bíblica. Pero vale la


punto como, por ejemplo: «La Escritura, sin embargo, es más
pena percibir esta diferencia porque refleja las existentes en el
que un texto, pasaje o libro individual. Tiene una forma canó­
campo de los presupuestos de un exegeta católico y de un exege­
nica como colección de escritos que la Iglesia reconoce como
ta protestante. Childs, si quiere permanecer fiel a los principios
entregados bajo inspiración divina» 82; o esta otra: «Una inter­
de la reforma protestante, no puede apoyarse en el concepto de
pretación plena consulta la más amplia visión canónica de la
un magisterio interpretativo, o en el concepto de una Tradición
divina revelación con el fin de colocar el significado de una parte
viva de la Iglesia. No puede, decimos, aunque su perspectiva
individual de la Escritura en el contexto de la totalidad 83, segu­
metodológica lo querría conducir por lógica precisamente en
ramente serían confirmadas por el estudioso de Yale. La cercanía
esta dirección. Lo que a él le queda es por tanto la misma Biblia.
entre ambas posiciones aquí es clara.
O mejor dicho: el mismo texto de la Biblia. Decir, pues, que la
El tercer elemento afirmaba que la Biblia es un libro de la
Biblia es un Libro de la Iglesia no puede significar para Childs
Iglesia. Sabemos que Childs también está de acuerdo con esto.
que algún órgano o institución eclesial deba interpretarla. Solo
Su deseo fundamental de interpretar la Biblia como Sagrada
puede referirse a lo que concierne inmediatamente a la Biblia. El
Escritura significa de hecho interpretar la Biblia como la Escri­
único elemento eclesial que permanece es el concepto de canon.
tura autorizada de una comunidad de fe. La diferencia está en la
Para Childs el canon es simplemente el dato de hecho de la fe
cuestión de a qué Iglesia se refieren. Childs, como representante
cristiana. Al decir que la Biblia es un libro de la Iglesia, Childs
de una comunidad protestante, naturalmente no puede entender
afirma que este libro se lee con los ojos de la fe, de un modo ade­
esta afirmación con todas las conclusiones que proceden de una
cuado a los intereses de la comunidad de fe, y con los presu­
visión católica de la Iglesia, como las relativas al Magisterio o a
puestos propios de esta comunidad. El presupuesto fundamen­
la Tradición. Pero esta diferencia está en la orientación eclesial
tal respecto a la Biblia concierne al hecho del canon. Así Childs
del teólogo, y no en la metodología propia del acercamiento
llega al canon bíblico como un principio hermenéutico para
propuesto. A nivel de esta metodología, aplicable tanto para la
interpretar la Biblia, el cual vincula a la misma Biblia con la
situación católica como para la protestante, las posiciones de los
comunidad creyente y permite desarrollar un modelo de inter­
dos autores son de hecho muy cercanas.
pretación de la Biblia como Sagrada Escritura de la Iglesia.
En cualquier caso, en este punto debemos indicar alguna
El cuarto elemento identificado por Curtin hablaba de la
diferencia entre Childs y Curtin. Este último acentúa que es la
necesidad de prestar atención al papel del intérprete en el proce­
Iglesia quien debe interpretar la Escritura. Esta convicción guía
so de la interpretación. Basta con recordar el énfasis puesto por
el pensamiento, por ejemplo, respecto al Magisterio o el sentido
Childs en el papel del intérprete moderno de la Biblia para poder
común de los fieles de la Iglesia. La posición de Childs es más
ver la cercanía entre las dos perspectivas 84. Como particular­
bien esta: que el intérprete, a saber, un exegeta cristiano, es el que
mente importantes para Curtin son los presupuestos con que
debe interpretar la Biblia, aunque deba hacerlo en la perspectiva
uno se acerca al texto. La interpretación integral promovida por
de la Iglesia, con los presupuestos propios de esta Iglesia. En
el autor australiano subraya las premisas exegéticas porque ve en
muchos casos concretos esta diferencia puede naturalmente dis­
ellas un factor fuerte que influye en las conclusiones del trabajo
minuirse por el hecho de que en la interpretación del Magisterio
interpretativo. ¿Cómo ve Childs este problema? En el capítulo
influyen, obviamente, las opiniones y estudios hechos por los
84 Merece la pena recordar que la actividad interpretativa de un cristiano contemporá­
neo entra en la definición amplia de canon en el sistema metodológico de Childs. En el
82 Ibíd., 296.
acercamiento canónico, tiene sin duda un puesto privilegiado.
83 Ibíd.
266 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 267

segundo hemos observado que el papel del intérprete y de sus El fenómeno del canon está vinculado además con el papel de
presupuestos encuentra la misma atención en el acercamiento la Iglesia a la hora de interpretar la Escritura. La Biblia es un libro
canónico que en el sistema propuesto por C urtin 85. Ya hemos de la Iglesia es una frase compartida plenamente tanto por Childs
abordado este problema al reflexionar más arriba el elemento como por Curtin. La interpretación de la Biblia debe pues ocu­
anterior. Para Childs es algo im portante que el intérprete traba­ par un puesto dentro de la vida de esta Iglesia. La Iglesia es el
je, ya desde el inicio de su encuentro con el texto, con los pre­ contexto para el desarrollo de esta interpretación. Podemos cons­
supuestos de la fe de su comunidad de creyentes. Como hemos tatar, pues, así como el canon forma el contexto para entender
visto en el capítulo segundo 86, Childs está seguro de que no es cada texto individual, así también la Iglesia forma el contexto
posible indicar un área neutral desde la que se pueda comenzar para entender la Biblia entera.
el trabajo exegético, para pasar después a la parte teológica, con­ Entender la Biblia en el contexto de la Iglesia significa ade­
fesional. Un exegeta no puede liberarse de sus presupuestos. Es más acercarse al texto con los presupuestos propios de la fe de
importante pues que sea consciente de ellos y que estén de acuer­ esta Iglesia. Tanto Curtin como Childs reconocen el valor del
do con la fe de la Iglesia. De nuevo debemos reconocer una cer­ intérprete concreto y de los presupuestos que lo acompañan en
canía notable entre Childs y la posición católica presentada por su trabajo con el texto. El intérprete debe ser consciente de sus
Curtin. premisas, debe deliberadamente aceptarlas o modificarlas, con­
forme al desarrollo de su encuentro con la Palabra de Dios.
Resumiendo nuestra reflexión sobre la confrontación entre Comparando la posición metodológica de Childs con la des­
las posiciones de Childs y C urtin, podemos obtener algunas con­ crita por Curtin, vemos pues muchos puntos similares. Esto nos
clusiones. A pesar de la diferencia señalada en el punto que se permite constatar una cercanía notable entre el acercamiento
refiere al papel de la Iglesia en la interpretación de la Biblia, exis­ canónico y la perspectiva católica.
te una clara semejanza entre las dos posiciones. C urtin todavía presenta una especie de resumen de la posi­
Para los dos es algo obvio que hoy no se pueden ignorar las ción católica respecto a la interpretación bíblica en otro punto
conclusiones de la reflexión histórico-crítica sobre la Biblia. Hay de las conclusiones finales de su trabajo. En el punto séptimo,
que apreciarlas e incorporarlas al trabajo exegético. Ya vivimos, titulado Líneas de convergencia (Lines o f Convergence), el autor
como dice Childs, «al otro lado de Baur y Wellhausen» 87. Cada determina los puntos de acuerdo entre los diversos teólogos cató­
prueba de profundización de la dimensión teológica de la Biblia licos sobre la cuestión hermenéutica de la Biblia. Veamos si tam ­
debe tener esto en cuenta. bién aquí podemos ver la misma igualdad con la posición de
Pero los medios histórico-críticos solos no bastan para com­ B. S. Childs.
prender la Sagrada Escritura. Los dos autores están de acuerdo en El primer punto afirma la necesidad del uso continuo del
que para entender bien la Biblia también hay que prestar aten­ método histórico-crítico:
ción al fenómeno del canon bíblico. Este canon, que expresa la
La crítica histórica no ha llegado a su fin a pesar de sus evidentes
unidad interna de las Escrituras inspiradas por Dios mismo,
problemas y limitaciones. El sentido literal continúa reclamando una
forma el contexto en el que hay que entender cada texto singular. autoridad, pero dentro de una perspectiva más amplia de interpreta­
ción bíblica que reconozca que hay otros significados legítimos de la
Escritura 88.
85 Cf. cap. II punto 2.a.
86 Cf. ibíd.
87 C h il d s , «Childs Versus Barr...», a.c., 69. 88 CURTIN, Historical Criticism..., o.c., 306.
268 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA
C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 269

La necesidad del uso del método es la misma que ha sido


En la siguiente parte del punto segundo Curtin describe la
indicada como primer elemento de una interpretación integral,
relación entre los diversos sentidos de la Escritura:
descrito más arriba. Es pues la misma semejanza con la posición
de Childs. Percibimos además que C urtin ahora vincula, en este No se requiere que estos significados estén en perfecta armonía
punto, el valor continuo del método histórico-crítico con el entre sí, sino que su relación es vista como beneficiosa para la com­
reconocimiento de la búsqueda de diversos niveles de significa­ prensión de la Escritura precisamente a causa de esta interacción y
do de la Biblia. Estos niveles sobrepasan naturalmente la pers­ desafío m utuos91.
pectiva metodológica histórico-crítica. Notemos que poner estos
dos elementos juntos se corresponde muy bien con la posición Si volvemos a la propuesta de Childs, también allí encontramos
del acercamiento canónico. De hecho, el acercamiento canónico la afirmación de que la Biblia no es un monolito que habla con
quiere encontrar estos diversos significados del texto bíblico en voz unánime 92. A pesar de su acentuación de la forma final del
el contexto de todo el canon, sin evitar aprovecharse amplia­ texto, Childs se opone a una simple armonización. Para él la Biblia
mente de las conclusiones del estudio histórico-crítico. habla con voces diversas. Hay que respetar la especificidad de estas
Curtin habla más de los diversos sentidos de la Escritura en el voces diversas, que es un testimonio de la riqueza interna de la
punto segundo: Escritura. Existe, no obstante, una Realidad teológica hacia la cual
el texto apunta. La existencia de esta Realidad permite buscar la
Podría decirse que el objetivo de la interpretación bíblica es ahora unidad interna de la Biblia; permite poner las distintas voces de la
la palabra total de la Escritura. Esto incluye el sentido histórico literal Escritura en mutua relación entre ellas 93. También en esta para­
del autor original inspirado, el sentido canónico procedente de la dójica relación, entre la unidad y la diversidad de la Biblia, encon­
Biblia completa en relación con los dos Testamentos y la centralidad
de Cristo, y el significado presente de cómo la Iglesia lee la Escritura
tramos una perspectiva común entre Childs y Curtin.
a la luz de los tiempos y de su experiencia de Cristo 89. En el tercer punto el autor australiano vuelve a la validez del
sentido literal y de la práctica histórico-crítica:
Curtin habla de la potencia interna de la Biblia, que puede
La autoridad del sentido literal se define en términos de protec­
ofrecer sentidos diversos sobre la base del mismo texto. Si lo com­ ción. El sentido literal establece los parámetros para atribuir un senti­
paramos con Childs, nos viene inmediatamente a la mente su do a un texto, pero no agota su significado. Reclama la autoridad de
discusión con el método histórico-crítico, en la cual el autor ame­ la inspiración y constantemente remite la interpretación bíblica al
ricano subrayaba la posibilidad, exegéticamente legítima, de acontecimiento original de la revelación divina. Los esfuerzos por
conocer y comprender los acontecimientos originales de la salvación
alcanzar distintos sentidos de la Escritura. Es verdad que Childs
todavía son necesarios, pero como estos intentos nunca pueden estar
no se ocupa demasiado del sentido original, mencionado por del todo seguros de sus resultados, se necesita algo más que el sentido
Curtin arriba en el primer puesto. Pero esto se entiende teniendo literal94.
en cuenta su polémica con el pensamiento crítico, basado preci­
samente en este sentido. En cualquier caso, hemos visto que De nuevo vemos el papel tan especial atribuido al sentido
Childs no quiere negar la existencia de este sentido como un dato literal. Y de nuevo debemos admitir que en el sistema de Childs,
para la exégesis90.
91 CURTIN, Historical Criticism..., o.c., 306.
89 Ibíd. 92 C f. cap. II punto 2.b.
90 Cf. nota 39 de este capítulo. 93 Cf. ibíd.
94 CURTIN, Historical Criticism..., o.c., 306s.
270 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 271

centrado en el contexto canónico, el sentido literal no recibe una La necesidad de ir más allá del sentido literal de la Escritura,
atención tan acentuada. Seguramente es una diferencia. Pero ya aceptada tanto por Childs como por Curtin, se confirma. Cur­
hemos observado arriba el contexto del desarrollo del acerca­ tin menciona además otros elementos estimados por Childs.
miento canónico, como reacción al postulado de exclusividad Uno de estos es la relación entre el texto y la Realidad hacia la
del método histórico-crítico. El papel de la propuesta de Childs, que apunta el texto. Curtin habla del misterio de la divina pre­
como reacción que debía más bien rellenar los vacíos dejados por sencia, con el cual el texto está vinculado. De hecho, el texto se
el viejo sistema dominante, puede explicar el motivo de la falta convierte en un medio para la comunicación con este misterio.
de interés en Childs respecto al sentido original, bien estudiado Podemos reconocer aquí la misma intuición metodológica que
ya en la escuela histórico-crítica. obligó a Childs a dar un puesto privilegiado en su propuesta a la
Otros dos elementos señalados por C urtin son ya más cerca­ visión del texto como un testimonio, un medio, que remite a la
nos a la perspectiva de Childs. C urtin dice que el sentido literal Realidad teológica96. O tro elemento común entre los dos auto­
original no cubre todos los posibles significados de un texto res es la acentuación del papel hermenéutico de la Iglesia. Para
bíblico. Precisamente esto es lo que Childs subrayaba en su dis­ ambos la búsqueda del encuentro con el misterio divino operan­
cusión con el método histórico-crítico. En cambio, al final del te en las Escrituras debe realizarse dentro de la comunidad de fe.
punto, Curtin admite que todos los esfuerzos histórico-críticos Esta dimensión eclesiológica también es objeto del quinto y
por recuperar los acontecimientos salvíficos originales no pue­ último punto formulado por Curtin. En este punto leemos:
den dar un resultado absolutamente seguro. Por esta razón, la
Las sugerencias para la actualización de la Escritura van más allá
necesidad de descubrir los otros sentidos de la Escritura se hace
de los límites de la crítica, del estudio analítico. Tienen una dimen­
todavía más clara. Recordemos que también Childs veía la sión eclesial explícita que se ha perdido desde las primeras propuestas
misma incertidumbre en los resultados histórico-críticos, y por que confiaron en el contenido teológico del sentido literal y lo consi­
esta razón se negaba a construir su teología bíblica sobre las deraron la fuente de la actualización. Esta dimensión eclesial es más
reconstrucciones histórico-críticas. No es pues una exageración que el papel del magisterio y se dirige a toda la comunidad de fe, a su
entrever aquí la misma preocupación y los mismos intereses teo­ celebración y a su experiencia de vida de fe. Apunta a la presencia den­
tro de la Iglesia del misterio divino y del evangelio viviente. En cual­
lógicos en el encuentro con el texto. quier caso la Escritura mantiene su propia autoridad porque la Iglesia
Con la cuestión de los diversos sentidos de la Escritura, Cur­ nunca se apropia completamente este mundo interior, y solo lo man­
tin prosigue en el punto cuarto: tiene en grados variables [...] La actualización de la Escritura requiere
la experiencia de la conversión. Acepta la pretensión de que el verda­
En una teología sana, la interpretación bíblica tiene que ir más allá dero conocimiento y comprensión llegan cuando se viven las realida­
del sentido literal. Dios continúa dándose a conocer. En relación con des que las Escrituras testimonian 97.
este misterio de la presencia divina el texto tiene una potencialidad [...]
El texto escriturístico se convierte en un medio para la comunicación ¿Qué temas comunes con Childs podemos descubrir en esta
de este misterio que es reflejado en la variedad de sus tradiciones teo­
lógicas. El intérprete también disfruta de una relación presente con el cita? El primero de todos, la importancia de una actualización
misterio divino a través de la Iglesia. El acceso a su significado no está fructífera de la Palabra de Dios para las necesidades actuales de
asegurado solo por un retorno al pasado95. lalg l esia. Salir al encuentro de estas necesidades forma parte de

96 Cf. cap. II punto 2.d.


95 Ibíd., 307. 97 C u rtin , Historical Criticism..., o.c., 307s.
C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 273
272 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA

la dimensión eclesial de la interpretación bíblica. Childs, de de nuestro trabajo (la postura hacia el método histórico-crítico),
forma análoga a Curtin, está preocupado por este problema. Es la visión holística de la interpretación de la Escritura descrita por
más, encontrar una respuesta satisfactoria a esta necesidad era Curtin posee muchos elementos comunes con el acercamiento
uno de los motivos que estimularon el nacimiento del acerca- canónico de Childs. El análisis de las cuestiones referentes al
• / 98•
papel del canon bíblico, de la Iglesia, y de los presupuestos exe-
miento canónico .
También es común a las dos posiciones la desconfianza hacia géticos, de la multiplicidad de sentidos de la Escritura y de su
el postulado de exclusividad del sentido literal como base para la actualización, nos han ayudado a descubrir esta cercanía en las
actualización. Tanto Curtin como Childs están de acuerdo en perspectivas y en los intereses metodológicos. La lectura del tra­
que el sentido literal no consigue cumplir adecuadamente el bajo de Curtin nos confirma pues en la valoración positiva de la
papel de única fuente para la actualización. Para Childs esto fue posición de Childs hacia el método histórico-crítico desde el
un dato convincente para partir hacia la dimensión canónica de punto de vista católico.
la Biblia.

Resumiendo nuestras observaciones respecto al elenco de e) R. B. R O B IN S O N , Román Catholic Exegesis since


puntos de acuerdo entre los diversos teólogos católicos en la Divino afflante Spiritu
cuestión hermenéutica de la Biblia, presentados por C urtin en la
conclusión de su trabajo, podemos confirmar nuestra afirmación Cinco años antes de la disertación de Curtin, en el año 1982,
inicial de que hay muchos puntos de encuentro y una semejan­ en la Universidad de Yale de New Haven (Connecticut) en los
za entre la posición católica y la de B. S. Childs. Hemos descu­ Estados Unidos, fue defendida otra tesis doctoral, cercana en su
bierto esto en diversas cuestiones particulares: en la cuestión de temática a las dos que ya hemos visto en nuestro trabajo. El
los sentidos de la Escritura, de la dimensión eclesiológica de la autor de esta tesis fue R. B. Robinson, y su trabajo se tituló Exé­
interpretación, de la actualización, de la Realidad teológica a la gesis católica romana desde «Divino afflante Spiritu». Implicaciones
que el texto se refiere, etc. La postura frente al método histórico- hermenéuticas99.
crítico, tanto en el caso de la posición de C urtin como en el caso Robinson dividió su tesis en cinco capítulos. En el primer
de Childs, se desarrolla en la misma perspectiva y con los mis­ capítulo (Introducción: La reflexión hermenéutica católica hasta
mos intereses metodológicos. Divino afflante Spiritu) presentó la situación de la hermenéutica
católica en los siglos XIX y XX, hasta la encíclica de Pío XII D ivi­
Concluyendo nuestra presentación de la contribución de no afflante Spiritu (1943). Aquí presentó, por ejemplo, las cues­
T. R. Curtin, podemos reconocer la cercanía de la posición cató­ tiones relacionadas con el periodo del modernismo, con la encí­
lica descrita por el autor australiano con la posición de clica Providentissimus Deus (1893) de León XIII, y con autores
B. S. Childs. De hecho, las dos posiciones están influenciadas como A. Loisy y M.-J. Lagrange, para llegar finalmente a la ense­
por un gran tema común: la búsqueda de un equilibrio perfecto ñanza de la propia Divino afflante Spiritu de Pío XII. El capítu­
entre el uso del método histórico-crítico en la exégesis bíblica y lo segundo trata la cuestión del sensus plenior, en gran parte apo-
el respeto hacia la dimensión teológica de la Biblia. Como
99 La tesis fue publicada después, en el año 1988, por la Scholar’s Press en Atlanta, Geor­
hemos visto más arriba, si pensamos en el tema de este capítulo gia, en la Dissertation Series de la Society ofBiblical Literature: R . B . ROBINSON, Román Cat­
holic Exegesis since Divino afflante Spiritu. Hermeneutical Implications (SBL.DS 111; Atlan­
ta G a 1988).
98 Cf. cap. II punto 2.a.
274 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA
C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 275

yándose en las publicaciones de R. E. Brown. La hipótesis del pretación bíblica, basado en el análisis de los capítulos prece­
sensusplenior se presentó aquí como una reacción a la necesidad dentes. Este modelo debería contribuir a resolver los problemas
creada con la publicación de Divino affiante Spiritu: la necesi­ existentes en la interpretación bíblica católica. Robinson indica,
dad de un compromiso. Este compromiso consistía en la volun­ de hecho, que la encíclica Divino affiante Spiritu ha dejado
tad de ser compatible con el método histórico-crítico y, al muchos problemas exegéticos y teológicos sin resolver103. Todos
mismo tiempo, no perder el espacio necesario para una exégesis estos problemas giraban en torno a la difícil relación entre el
tradicional 1 . El tercer capítulo presentaba la propuesta her­ pensamiento histórico-crítico y la interpretación teológica de la
menéutica desarrollada por L. Alonso Schokel. Robinson pre­ Biblia. Brown, Alonso-Schokel y Lohfink trataron de encontrar
sentó esta propuesta como un sistema concentrado en torno a una solución, queriendo ensanchar los límites de la exégesis más
dos principios hermenéuticos: el concepto de la autonom ía de allá de los impuestos por el uso exclusivo del método histórico-
significado de un texto por una parte, y por otra el concepto de crítico. Brown desarrolló la teoría del sensus plenior, para poder
la capacidad del texto a referirse a una realidad extratextual101. afirmar al mismo tiempo la validez del sentido vinculado a la
En el capítulo cuarto el autor se ocupó de la posición herme­ intención originaria del autor humano y la del sentido vincula­
néutica de N. Lohfink. Esta posición se caracteriza por su gran do a la intención divina, que va más allá de la del autor humano.
interés por el sentido obvio del texto («the plain meaning o Alonso-Schokel acentuó fuertemente la autonomía del significa­
texts»)1 2, que tiene unas consecuencias inmediatas en la posi­ do del texto en sí mismo, para poder hacerlo menos vulnerable
ción de Lohfink respecto a la relación entre el texto y la histo­ a los efectos negativos de las operaciones histórico-críticas y
ria. Para el autor alemán, de hecho, el significado del texto en sí dejarlo más preparado para el trabajo teológico. Lohfink se con­
mismo siempre posee la precedencia respecto a la historia. centró en el sentido básico del texto bíblico, sometiendo a él la
Finalmente, en el quinto y último capítulo (Conclusión: hacia dimensión histórica para poder conservar un orden favorable a
un modelo literario consistente) Robinson presentó sus conclu­ la interpretación teológica de las Escrituras.
siones y las propuestas de mejora de las posiciones analizadas en Todos estos intentos, aunque obviamente diferentes entre
los capítulos precedentes. ellos, estaban dirigidos a la fuerza hacia un modelo literario de
Como hemos visto, el trabajo de Robinson se dedicó en su interpretación bíblica10^. El objetivo era claro: encontrar el equi-
mayor parte a las publicaciones de tres famosos autores católicos:
R. E. Brown, L. Alonso-Schokel y N. Lohfink. Sus conclusiones
finales estaban fundadas, pues, en las posiciones desarrolladas de 103 Ibíd., 149.
104 La inclinación hacia el modelo literario no era, naturalmente, de igual fuerza en
estos tres famosos representantes del acercamiento católico a la todos los autores analizados. Pero en cualquier caso, estaba claramente presente en los
Biblia. Para el objetivo de este capítulo proponemos de nuevo tres. Robinson señala que este elemento se puede reconocer incluso en el pensamiento de
un estudioso tan dedicado a la investigación histórico-cntica como R. E. Brown. En el
leer estas conclusiones más atentamente y buscar las compara­ trabajo de Robinson leemos: «El giro hacia una crítica intrínseca es más claro y está más
ciones posibles con el pensamiento de B. S. Childs. desarrollado teóricamente en el trabajo de Alonso-Schokel, que es bastante explícito en
El último capítulo de la tesis de Robinson lleva por título la propuesta de sustituir el modelo histórico con el literario. Los presupuestos funda­
mentales de la crítica intrínseca están lejos de ser obvios en el trabajo de Raymond Brown
Conclusión: hacia un modelo literario consistente. Como sugiere el sobre el sensus plenior. Agrupar a Brown con Alonso-Schokel en la crítica intrínseca
título, el autor quiere proponer aquí un modelo para la inter­ podría cambiar sus papeles. Ciertamente, en la medida en que Brown se involucró acti­
vamente en la reflexión sobre el sensus plenior, sostuvo la formulación de una teoría que
atribuía un significado a los dos autores de la Escritura. La autoría como explicación del
100 Ibíd.,31.
texto es una categoría extrínseca. Pero hay que señalar dos cosas. La primera, que el sen-
101 Ibíd., 103.
sus plenior está unido a la conciencia de Dios como su causa solo en un sentido pura­
102 Ibíd., 146.
mente formal. No hay ningún intento por demostrar esa unión. La segunda, que en la
C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 277
276 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA

librio entre la exégesis moderna y el uso teológico de la Escritura. Además, el desarrollo de este modelo en los estudios bíblicos
La interpretación literaria de la Escritura parece de hecho muy ayudaría a evitar las bases tan problemáticas que el pensamiento
prometedora para encontrar la solución justa. Robinson escribe: histórico-crítico ofrece a la teología107.
El modelo literario es pues bastante atrayente, como para
El hecho es que los tres estudiosos se dirigieron hacia la crítica convertirse en el objeto de la investigación hermenéutica. De
intrínseca con el fin de solucionar los problemas de compatibilidad de hecho, como ya se ha indicado más arriba, los tres autores cató­
la exégesis moderna con la teología tradicional y la aplicabilidad teoló­ licos se han dirigido de algún modo hacia este modelo. Pero nin­
gica de la Escritura. Esto no es sorprendente. La exégesis tradicional es
guno de ellos, señala Robinson, ha conseguido liberarse sufi­
mucho más literaria que histórica. Antes de que apareciesen las cues­
tiones de la autoría, la historia literaria, la referencialidad histórica y cientemente de la influencia del método histórico-crítico. Por
cosas por el estilo, la Biblia fue leída como un todo, apareciendo su sig­ esta razón ninguno de ellos pudo ofrecer un sistema metodoló­
nificado literario en el proceso de lectura [...] La lectura holística esta­ gico coherente. Las tres propuestas se presentaron como híbri­
ba enraizada en la convicción de que Dios era el autor de la Escritura dos, incluyendo elementos de perspectivas muy diversas. Así, no
[...] En última instancia, constituía una regla de lectura informal: el resultó nada extraño que estas propuestas estuviesen marcadas
texto debía leerse como un todo porque tenía un único autor.
Del mismo modo, el uso de la Escritura en la liturgia es más lite­ por numerosos problem as108. A su vez, Robinson quiere propo­
rario que histórico. El simple hecho de leer las lecciones de Escritura ner ahora un modelo propio, que debería regir mejor la con­
en un servicio litúrgico es más un hecho literario que una instancia de frontación con la realidad de la Biblia.
investigación o reflexión histórica [...] La mayor parte del uso litúrgi­ Pero al mismo tiempo, el autor admite que las causas que
co de la Escritura es de carácter literario 105. convencieron a los tres autores a mantener dentro de sus siste­
mas tanto los componentes literarios como los histórico-críticos
El autor también menciona otros argumentos a favor del eran válidas e importantes. Robinson describe estas causas del
acercamiento literario a la Biblia. Observa que este acercamien­ modo siguiente:
to parece abordar mejor el problema de la coincidencia de tan­
tos y tan diversos géneros literarios presentes en la Biblia: En cada caso individual también parece haber una razón central
concreta para retener las categorías críticas, algún problema funda­
No todo en la Biblia es historia, como Lagrange pronto reconoció. mental que el modelo literario no gestiona adecuadamente, de tal
Concentrarse en aquellos géneros más similares a la moderna histo­ modo que el investigador retorna al modelo histórico. En el caso del
riografía o en aquellos aspectos de un texto más explicables en cate­ sensusplenior, el tema central es la determinación del texto. Si el texto
gorías históricas representa una reducción enorme e injustificada 106.
107 «Yendo aun más allá, la adopción de un modelo intrínsecamente literario evita la tyi
problemática base que la crítica histórica ofrece a la teología. En el modelo histórico la relación
practica Brown cada vez más tendió a rebajar el papel del autor. Sin duda fue porque la entre la situación histórica y el significado textual es, en algún sentido, de causa y efecto. La
mayoría de las objeciones a la teoría se dirigieron al papel propuesto para el autor huma­ causa es siempre una reconstrucción histórica que por su propia naturaleza es hipotética. El
no. Se suponía que el autor humano actuaba de un modo no análogo a la usual autoría efecto, el significado de la Escritura, es por tanto también siempre hipotético y supuesto, como
humana, mientras que Dios asumía el papel humano normal. Así, Brown cada vez más cualquier reflexión teológica basada en ella. Algo de suposición es aceptable en la teología como
dejó de referirse al autor humano para referirse a lo que antes designé como observación un control frente al dogmatismo. Pero la situación a la que ha llegado la crítica histórica va
de significado a posteriori en el texto. Su principal contraargumento a las objeciones era mucho más allá de este control necesario. Muy pocas reconstrucciones históricas de la mayo­
simplemente a prestar atención al hecho observable de que había un significado mayor o ría de los más triviales detalles han conseguido alcanzar un consenso duradero entre los espe­
adicional cuando un pasaje del AT se leía en unión a otro pasaje del NT que cuando se cialistas. La ausencia de consenso en la situación histórica se ha extendido a una falta de con­
leía solo. En la práctica su atención pasaba de causa putativa a efecto literario, y esto era senso en el significado del texto, que es dependiente de esta situación. Incluso sin una base
entrar en el ámbito de la crítica intrínseca, aunque por supuesto, no introducirse en ella relativamente firme en el texto, la reflexión teológica se ha pospuesto. Demasiado frecuente­
plenamente» (ibíd., I49s).
mente el posponerse es indefinido. La reflexión teológica es retrasada sine die» (ibíd., 151).
105 Ibíd., 150.
106 Ibíd. 108 Cf. ibíd., 151.
278 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 279

presenta la revelación de Dios debe determinarse lo que Dios de - D e e s te axioma brota una conclusión muy práctica: si el sig­
revelar, y eso solo. [...] seo n ific a d o del texto bíblico no es una cosa fija y determinada,
Lo que llevó a Alonso-Schókel a mantener categorías críticas fue I n to n c e s toda la exégesis previa al método histórico-crítico,
deseo de anclar firmemente el texto en el mundo exterior, real
in c lu s o cuando se refería a otro significado del texto diferente al
este deseo hay cierta disconformidad con la tópica identificación d *
literatura con ficción [...] Alonso-Schókel mencionaba al autor púa e s ta b le c id o por la perspectiva crítica, era realmente válida y se
proveer una conexión entre el texto y el mundo real que certificase la re fería a l sentido actual del texto bíblico. Robinson escribe:
seriedad y relevancia del texto. El autor era una figura histórica bien
asentada en la realidad histórica [...] La conexión con el a u to r históri­ Una segunda implicación es que los primeros exegetas, los autores
co prevenía una laguna desde el comienzo entre el mundo del texto y del Nuevo Testamento, los Padres de la Iglesia, los exegetas previos a
el mundo real fuera del texto. la era actual, explicaron el significado real del texto. El significado afir­
Lohfink se ocupó en primer lugar con el tema de la validación, mado por la Iglesia de los Padres, por ejemplo, ciertamente no era
cómo se podría garantizar que el significado sugerido de un pasaje de nuestro significado, pero sí era todavía el significado del texto. No hay
hecho era el significado. Para Lohfink, el tema de la validación se fundamento para denigrar la exégesis del pasado. La tradición repre­
resolvía por sí mismo en la cuestión de la metodología adecuada. Loh­ senta la reflexión de los exegetas del pasado sobre el significado de la
fink se unió al consenso de los investigadores pos-Divino afflante Spi- Biblia, de su experiencia de ella, y no falsas conclusiones apoyadas en
ritu que reconocía los métodos apropiados para verificar un hecho his­ un defectuoso proceso de investigación 113.
tórico como el paradigma para validar significados. La cuestión de si
este modo de validación era igualmente apropiado para los significa­ Pero, si pusiésemos un acento tan grande en la posibilidad de
dos literarios no se planteó. La validación era simplemente una cues­
tión de demostración históricaI09.
una multitud de significados, ¿no entraríamos en el terreno del
subjetivismo total? El autor es consciente de este problema11 . Por
esta razón, señala que hay que compartir las preocupaciones de
Y ya que las causas para retener los componentes mezclados
Lohfink y resolver el problema de la verdad de la interpretación.
dentro del sistema de interpretación eran importantes, al elabo­
¿Cómo se puede sostener la tesis de que una lectura del texto bíbli­
rar otro modelo de interpretación hay que tener en cuenta estas
co vale para más de un lector? El problema de la objetividad juega
causas. Robinson espera hacerlo al presentar su modelo de acer­
camiento literario al texto bíblico. un papel fundamental en la interpretación de la Biblia, porque es
un libro de autoridad no solo para los individuos, sino también
Para Robinson es un axioma que el punto de partida de la inter­
para toda la comunidad creyente. Esta comunidad tiene derecho a
pretación esta en el significado del texto literario: «el punto de par­
tida obvio para cualquier consideración posterior es el significado saber qué tiene que decir la Biblia a todos sus miembros.
¿Dónde encontrar pues la solución a este problema? Robin­
del texto literario» 11 . Pero este significado no es fijo e inmutable:
son se opone al convencimiento de que la validez del significado
«el significado del texto es fluido, no una cosa fijada» 111. El texto
de un texto bíblico debe construirse conforme al paradigma his­
bíblico ofrece la posibilidad de descubrir muchos significados, y R
actividad interpretativa del lector juega también un papel im por­ tórico-crítico. Para él es un ejemplo del malentendido:
tante en el proceso de la interpretación. Así, una cosa es cierta: «el
significado de un texto bíblico no es una cosa determinada» 1
1,3 Ibíd.
114 «Al sugerir que el significado cambia a causa de los cambios que el lector aporta al
109 Ib íd ., 152. texto parece de nuevo dejar la puerta abierta a la anarquía exegética. La interpretación sufre
110 Ibíd., 153. disturbios, cada lector se vuelve un pequeño tirano del texto. En teología, enfatizar el papel
111 Ibíd., 154. del lector que crea significado parece el principio protestante elevado a la maxima poten­
112 Ibíd., 155. cia» (ibíd., 159).
280 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA
C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 281

Los críticos literarios han ido demasiado deprisa a otorgarse el rango


Los convenios de lectura no funcionan como las leyes naturales de
de científicos. El significado literario en numerosas ocasiones, de hecho,
acuerdo con la naturaleza de su objeto, sino que entran en juego con­
no constituye un objeto determinado, sino un proceso controlado, de
forme al juicio del lector. El juicio del lector puede variar a causa de
tal modo que los métodos de validación apropiados para los objetos
la ambigüedad natural de las reglas de lectura, o por las diferencias sis­
aquí no sirven. Y pertenece a la naturaleza de la mayor parte de la lite­
temáticas en la situación en la que el texto es leído, o por el conjunto
ratura estar abierta a mas de una lectura, y lo que es más, resistirse a la
de convenios que el lector domina 119.
pretensión de tener un único, cierto y no ambiguo significado 115.

¿Cómo establecer, pues, las reglas para una lectura correcta en De todas estas observaciones emerge una conclusión clara res­
una comunidad? Robinson apunta a la naturaleza del proceso de pecto al significado del texto: no existen elementos dentro del
lectura, como aquella que ofrece la clave para una validación texto que puedan validar un único significado. Por tanto, no se
adecuada. El autor escribe: puede validar directamente el significado de un texto. Esto solo
se puede hacer respecto al proceso de lectura de dicho texto. El
La clave para la validación de un significado literario es el recono­ proceso puede ser bueno o equivocado. Robinson describe pre­
cimiento de que el proceso de lectura es un procedimiento ordenado cisamente esta diferencia con las siguientes palabras:
y gobernado por leyes. La analogía de la lectura con el ajedrez es de
nuevo iluminadora. Las leyes del ajedrez no determinan estrictamen­ Lo que es absolutamente claro, creo, es que por principios internos
te el juego; el juego es infinitamente variable. Pero las reglas actúan en no es posible validar una lectura particular como el significado del
cada movimiento individual (el jugador solo moverá el alfil diagonal­ texto. Asumir que esto es el objetivo de la critica es, en cualquier caso,
mente) e identifican los movimientos incorrectos (si el jugador mueve una equivocada trasposición a la literatura de stundurds aplicables quiza
el alfil dos cuadrados adelante y uno a la izquierda). Los convenios y solo a las matemáticas y a las ciencias físicas más basadas en la mate­
reglas actúan de modo similar en la literatura para dirigir y controlar mática. Lo que puede validarse más directamente en literatura es el
el proceso de lectura116. proceso en el que un significado es creado. El lector o sigue las reglas
de lectura o no las sigue. La lectura es entonces válida o inválida. Pero
Estos convenios y reglas no son absolutamente subjetivos. D e incluso aquí es necesario recordar que el juicio de validez tiene lugar
por referencia a reglas que gobiernan la lectura en una situación parti­
hecho es posible equivocarse en la lectura, ir en contra de una
cular de uso y actúan para un grupo específico de lectores 120.
regla de esta lectura. Robinson está convencido de que «tanto la
determinación de patrones estructurales en el texto como la
Pero como es cierto que un texto puede tener muchos signi­
naturaleza reglada de los convenios que gobiernan el proceso de
ficados, es igualmente cierto que un grupo puede escoger legíti­
lectura construyen unos límites más allá de los cuales una lectu­
mamente solo algunos de ellos como validos para este grupo.
ra es idiosincrática, perversa, o simplemente errónea» 117.
Encontramos aquí un tipo de convalidación que proviene de
De hecho, después añade que «no es posible, bajo ningún
fuera del texto mismo. Este tipo de convalidación del significa­
convenio en vigor, leer Génesis 22 como una farsa»
do juega un papel especial en el caso de la Biblia, considerada
Al mismo tiempo conviene observar, sin embargo, que al
como la Escritura de la Iglesia. Robinson señala esto cuando
aplicar estas reglas existe cierta fluidez. La aplicación de las reglas
no es automática, depende del juicio actual del lector: escribe:

115 Ibíd., 159.


116 Ibíd., 160.
117 Ibíd., 164.
118 Ibíd. 119 Ibíd., I64s.
120 Ibíd., 165.
282 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 283

Hay, pues, un tipo de validación que tiene lugar fuera de los lími­ c o n e x ió n real con el m undo exterior al texto (conexión de refe­
tes de los principios estrictamente literarios. De nuevo, esto es parti­ re n c ia ) 124. Por tanto, se mantiene la integridad y la precedencia
cularmente verdad para la Escritura. Las lecturas propuestas de la d e l t e x t o bíblico para la reflexión teológica, y al mismo tiempo se
Escritura se prueban contrastándolas con las tradiciones de fe [...] La
conserva el vínculo de este texto con el mundo extratextual.
validación final de una lectura literaria de la Escritura está en la prác­
tica de fe que potencia121. Robinson presenta así las ventajas de este modelo hermenéutico:

El gran atractivo del modelo literario es precisamente que puede


Esto está unido a otra cuestión importante, referente a la rela­ abarcar la congruencia del mundo bíblico con el mundo cotidiano sin
ción del texto con el m undo exterior. Según Robinson, dicha reducir el mundo bíblico a las dimensiones del mundo experimenta­
relación se debe entender como una relación de referencia122. El do. El mundo bíblico no es ni fantástico ni mundano. Ni está limita­
texto, con sus sentidos, es una cosa real, el lector es una cosa real do por lo que sabemos del mundo físico e histórico ni revolotea ajeno
a la experiencia humana normal. El mundo bíblico revelado en la lec­
y también el proceso de lectura es real. La relación de todo esto
tura de la Biblia tiene su propia integridad; esto no puede subrayarse
con otra realidad — que es el m undo exterior al texto— no demasiado fuertemente. Es este mundo bíblico el que constituye un
puede ser pues otra cosa que una relación de referencia. Robin­ punto de inicio adecuado para la reflexión teológica125.
son observa:
i
Y después, oponiendo su perspectiva metodológica a la presen­
He intentado mostrar, aunque no lo he argumentado explícita­
mente, que el significado literario es completamente real por propio
tada por la escuela histórico-crítica, continúa del modo siguiente:
derecho. El texto es real, el lector es real, y el proceso de lectura es real.
Comenzar con todo el significado literario no reduce la tensión
Solo cuando uno supone que el significado del texto es un objeto
entre el mundo bíblico y el mundo exterior colapsando el mundo
similar a los objetos físicos es cuando el significado literario parece
bíblico en el mundo de la experiencia cotidiana [alusión al modo típi­
deficiente. Se debe insistir en que el significado literario tiene su pro­
co de tratar la Biblia en el método histórico-crítico]. Eso sería negar la
pio modo de existencia, no derivado de una realidad concreta, física,
importancia teológica del mundo bíblico. El modelo literario que
y con la que no debe contrastarse desfavorablemente. La cuestión de
defiendo toma precisamente el rumbo opuesto al reconocer la natura­
la relación del texto con el mundo exterior no es propiamente una
leza productivamente teológica de la tensión entre el mundo bíblico y
cuestión de ontologia y no puede resolverse intentando colocar el
el mundo de la experiencia común, y colocar al lector en el punto cen­
texto en el mismo plano ontològico que el mundo extratextual123.
tral de la tensión [...] La tensión entre el mundo bíblico y el mundo
experimentado por el lector se resuelve proyectando un mundo que
El autor señala que la aceptación del modelo literario pro­ abarca a ambos, sin negar la integridad del mundo bíblico.
puesto puede ayudar a encontrar la solución al problema de la Al rechazar la reducción del significado teológico del texto bíblico
relación entre el texto y la realidad a la que el texto se refiere. y al colocar al lector directamente en la intersección entre el mundo
Dentro de este modelo hay suficiente espacio metodológico, bíblico y el mundo de la experiencia cotidiana, el modelo literario ase­
gura su relevancia teológica 126.
tanto para mantener la originalidad de la lógica interna del texto
(sin necesidad de buscar la hipotética convalidación histórico-crí-
tica, procedente del m undo exterior al texto), como para tener la
124 «He estado defendiendo el modelo literario como el más apropiado a la naturaleza del
texto. Hay espacio dentro del modelo, creo, para la referencialidad del texto, de tal modo
que la simple identificación de significado literario con mundo ficticio pueda romperse. Se
121 Ibíd. puede afirmar tanto que el texto es referencial como que la categoría apropiada a su signifi­
122 «La relación del texto para con el mundo es más propiamente una cuestión de refe- cado es la literaria» (ibíd., 167).
rencialidad» (ibíd., 166). 125 Ibíd., 176.
123 Ibíd., 166. 126 Ibíd., 177.
284 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 285

El acercamiento literario se presenta pues como el mejor para n a c ió n en los tres casos de teólogos católicos. El acercamiento
tratar la especificidad de la Biblia en su enfrentamiento con el c a n ó n ic o se caracteriza por la misma inclinación. El objeto prin­
m undo exterior. Al concluir su trabajo, Robinson expresaba de cipal de interés para Childs está de hecho en el significado del
hecho su convicción de que la propuesta por él presentada ofre­ texto actualmente presente en la Biblia, y no en la intención ori­
ce la posibilidad real de construir un modelo literario coherente. ginaria del autor humano. Pero en este punto podemos percibir
una semejanza todavía más grande entre la posición de Childs y
La propuesta de R. B. Robinson es sin duda interesante y la de los teólogos católicos.
merece atención por sí misma. Pero en nuestro trabajo la hemos Robinson ha percibido que los tres autores mencionados por
estudiado para poder identificar las semejanzas con la propuesta él, aun dirigiéndose hacia el modelo literario, han mantenido
canónica de B. S. Childs, el objeto principal de esta disertación, demasiadas categorías histórico-críticas dentro de sus programas.
con respecto a la postura hacia el método histórico-crítico. Robinson, que quiere mejorar sus propuestas, sugiere ir del
Ahora trataremos de confrontar las tesis de Robinson con el modo más radical posible hacia el modelo literario de interpre­
acercamiento canónico. tación bíblica. Si volvemos al trabajo de doctorado de
Ya en las posiciones de los tres autores católicos, presentadas M. G. Brett, encontraremos allí observaciones muy similares,
por Robinson, podemos reconocer semejanzas importantes con el dirigidas esta vez al acercamiento de Childs. La propuesta de
acercamiento de Childs con respecto al método histórico-crítico. mejora del acercamiento canónico presentada por Brett incluía
Los tres, junto a Childs, aceptan el valor del método en cuanto tal, la sugerencia de alejarse del método histórico-crítico (y de la
y aprovechan sus resultados. Sin embargo, los cuatro, Childs continua polémica con él) y de un cambio más radical hacia un
incluido, perciben que el método no logra tratar adecuadamente acercamiento literario form al127. Podemos, pues, constatar que
la dimensión teológica de la Escritura, y que hace falta buscar las los comentaristas tanto de las propuestas hermenéuticas católicas
posibilidades de superar los límites del método. Así, Brown desa­ como de Childs las ven similares y además las quieren mejorar
rrolla la teoría del sensusplenior; Alonso-Schókel, la tesis de la auto­ de modo análogo. Podemos así sin duda reconocer aquí un indi­
nomía del texto; Lohfink, la superioridad del texto sobre la histo­ cio de la cercanía entre las posiciones analizadas.
ria, y finalmente Childs, el acercamiento canónico. El modo de A la inclinación por el modelo literario de interpretación
reaccionar a la utilización del método en el campo bíblico es muy bíblica está unida otra semejanza entre Childs y los teólogos
semejante en todos los casos. Naturalmente, puede ser diversa la católicos. Este acercamiento consiste en la prevalencia dada al
extensión actual del uso del método histórico-crítico en el trabajo texto, con sus significados propios, en oposición al postulado de
de los diversos autores. Pero esta diferencia no solo existe entre exclusividad y prioridad de las prácticas histórico-críticas. Para
Childs y cualquiera de los teólogos católicos arriba mencionados, Childs, interpretar la Escritura significa interpretar su forma
sino también entre los distintos teólogos tomados aparte. El uso del final. El método histórico-crítico es útil en la medida en la que
método por parte de Alonso-Schókel, que acentúa la intención tex­ ayuda a entender esta forma del texto. Alonso-Schókel subraya la
tual, es diferente al uso del método que hace Brown, concentrado autonomía del texto y Lohfink acentúa la precedencia del signifi­
en la intención del autor. En cualquier caso, la perspectiva general, cado textual respecto de la historia. Los tres comparten la estima
en la que los cuatro ven un problema de relación entre el acerca­ por el valor del texto bíblico en sí mismo, en oposición a la prio­
miento histórico y teológico a la Biblia, es muy similar. ridad de la convalidación histórico-crítica. Si pensamos en la
O tra semejanza procede de la común inclinación hacia un
modelo literario de interpretación. Robinson ha visto esta incli­ 127 Cf. cap. II p u n to 3.b.
286 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 287

cuestión de la postura hacia el método histórico-crítico, la carac­ un único sentido original. Para los dos es importante el sentido
terística común de estos tres autores se referiría al problema de la ¿el texto como tal, el sentido del texto actualmente existente
autonomía del texto (con su lógica interna y coherencia), en su dentro de la Biblia. Y este texto, visto en la perspectiva de su
oposición al método histórico-crítico, que intenta situar la lógica lógica interna, puede tener varios sentidos.
del texto exactamente en el mismo nivel ontològico que la reali­ Robinson está convencido de que el significado del texto es
dad física del mundo extratextual, conocido actualmente por el fluido. Para él no existe un significado del texto de una obra lite­
lector. De hecho, los tres están en desacuerdo con este uso y en raria único y universal para todos los tiempos y todas las cultu­
cambio acentúan el valor y la legibilidad del texto en cuanto tal. ras. Esta observación está de acuerdo con la tesis de Childs, de
Además, esto conduce a la posibilidad de buscar otros senti­ que el texto de la Biblia no es un monolito que nos habla con una
dos de la Biblia, más allá del originario. Al final Brown, a pesar voz unánim e128. Para Childs, la Biblia no contiene las verdades
de ser más cercano a la perspectiva crítica, se acerca aquí a Childs reveladas de un modo claro como el catecismo, y por eso la acti­
en su polémica con el método histórico-crítico. Las posiciones vidad interpretativa del lector moderno es tan importante.
de los tres teólogos católicos, abiertas a la posibilidad de diversos Childs refuerza incluso esta posibilidad de distintos significados
sentidos de la Escritura, están sin duda en mayor sintonía con la del texto, subrayando el papel del intérprete moderno hasta el
perspectiva de Childs que con la puramente histórico-crítica, punto de incluir su actividad interpretativa en la definición del
que quiere aceptar solamente el preciso significado original del canon. En el capítulo II hemos visto distintos niveles del con­
texto. cepto de canon en la visión metodológica de C hilds129. La acen­
Las posiciones de los tres autores católicos, ofrecidas por tuación de la actividad interpretativa del lector es, pues, otra
Robinson, ya muestran varias semejanzas con la posición de característica común entre los dos autores.
Childs, respecto al problema que nos interesa actualmente (el O tro indicio que une a los dos autores, en oposición común
modo de acercarse al uso del método histórico-crítico en la inter­ a la perspectiva histórico-crítica, es el aprecio por la exégesis pre-
pretación bíblica). Puede esperarse, por tanto, que también la crítica. Robinson ve en ella una reflexión plenamente válida
propuesta de Robinson, que se ha presentado como una conclu­ sobre el significado actual de la Biblia. También Childs es firme
sión final del trabajo dedicado al análisis del pensamiento de los en la posición de revalorizar y redescubrir esta exégesis 13°. Así,
autores mencionados, encajará bien con la posición de Childs. los dos están de acuerdo en el hecho de que no se puede delimi­
Buscando las coincidencias entre ambas propuestas, comen­ tar el periodo de la exégesis válida solo al periodo de dominio de
zamos con su orientación general. El modelo de Robinson es un la perspectiva histórico-crítica en las ciencias bíblicas.
modelo literario. Es cierto que el modelo de Childs no lo es ple­ Todavía hay otro punto en el que los dos autores muestran
namente, pero su inclinación hacia este modelo es notoria (la una oposición común a la perspectiva histórico-crítica. Se trata
acentuación de la sincronía del texto, en oposición a su diacro­ de la no aceptación del postulado de la necesidad de una confir­
nia; la búsqueda del significado del texto como tal, en oposición mación histórico-crítica del significado del texto bíblico. Ambos
al significado vinculado con la intención del autor). Esta incli­ están de acuerdo en que el texto participa en cierto modo del
nación es especialmente clara en una cuestión im portante para la mundo extratextual, a pesar de formar en sí un mundo específi-
relación con el método histórico-crítico: la cuestión de los senti­
dos de la Biblia. Los dos, Robinson y Childs, sostienen la posi­ 128 Cf. cap. II punto 2.b.
ción de la autonomía del texto. Esto significa que ambos están 129 Ibíd.
130 Cf., por ejemplo, los puntos dedicados a Biblical Theology in Crisis y a The Book o f
de acuerdo en oponerse al postulado histórico-crítico de buscar Exodus, en el cap. II punto 1.a.
288 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 289

co. Las referencias y los elementos de participación en el mundo délo literario de interpretación 131. El análisis del doctorado
extratextual, existentes dentro de este m undo específico, forman R o b in s o n favorece pues, de nuevo, una valoración positiva de
ya parte del mismo. Subordinar el valor del significado bíblico a A p o s t u r a de B. S. Childs hacia el método histórico-crítico desde
la confirmación histórico-crítica sería pues un malentendido el p u n t o de vista católico.
pues se trata aquí de dos niveles ontológicamente diversos.
* * *
Finalmente, hay que señalar todavía otra semejanza en la pos­
tura de los dos autores respecto a la metodología histórico-críti­
ca. Esta semejanza se refiere al papel de la comunidad creyente El objetivo de esta parte de nuestro trabajo era valorar desde
en la interpretación de la Biblia. Robinson reconoce como legí­ el punto de vista católico la posición de B. S. Childs respecto al
tima la elección de significados precisos del texto literario por uso del método histórico-crítico en la exégesis bíblica. Para for­
parte de sus lectores. Una comunidad de creyentes puede con­ mular esta valoración, hemos confrontado su posición con dos
firmar estos significados cuando se corresponden con su pre­ documentos eclesiales (Dei Verbum, del Concilio Vaticano II, y
comprensión comunitaria. En el caso de la Biblia, el significado La interpretación de la Biblia en la Iglesia, de la Pontificia Com i­
debe corresponder a la precomprensión de la fe, custodiada en la sión Bíblica) y con otras tres publicaciones (J. G. PRIOR, The
Iglesia. También Childs está convencido de que la comunidad Historical Critical Method, T. R. CURTIN, Historical Criticism,
creyente forma el contexto propio para interpretar la Sagrada R. B. R o b i n s o n , Román Catholic Exegesis), muy útiles para esta­
Escritura. Un exegeta cristiano debe trabajar con los presupues­ blecer la posición típicamente católica.
tos de la fe existentes dentro de esta comunidad. Ambos autores En consecuencia, hemos llegado a descubrir la clara semejan­
se encuentran pues en la oposición al postulado histórico-críti- za que hay entre la posición de Childs y la católica. En el caso de
co, según el cual el intérprete de la Biblia debe estar vacío de la confrontación con la DV esto se manifestaba en el acuerdo
todo presupuesto que pueda influir en su investigación pura­ completo en torno a la siguiente posición: el método es necesa­
mente científica. rio, pero su empleo correcto requiere la colaboración estrecha
Concluyendo el punto dedicado al trabajo doctoral de con una perspectiva hermenéutica. La igualdad entre las dos
R. B. Robinson, podemos afirmar que entre el modo de acer­ posiciones se podía ver también en la característica de la pers­
carse al método histórico-crítico presentado en su tesis y el pectiva hermenéutica necesaria: los tres elementos necesarios,
modo de tratar este método por parte de Childs existen impor­ acentuados tanto por la DV como por Childs, eran la visión uni­
tantes semejanzas. Tanto Brown, Alonso-Schokel, Lohfink, el taria de la Escritura, la precomprensión de la fe y el papel de la
mismo Robinson, como B. S. Childs perciben la insuficiencia comunidad de fe. La comparación de la posición de Childs con
del método histórico-crítico para considerar adecuadamente la la instrucción de la PCB (La interpretación de la Biblia en la Igle­
dimensión teológica de la Biblia y tratan de buscar soluciones. sia) nos llevó a descubrir una semejanza formulada de modo aná­
Sus propuestas se pueden ver como reacciones metodológicas, logo a la apenas mencionada: tanto Childs como la PCB están
provocadas precisamente por esta incapacidad del método his­ convencidos de que el método es necesario aunque al mismo
tórico-crítico. Es interesante que los autores no solo ven de tiempo es limitado. Hemos visto que las semejanzas se pueden
modo similar el problema general, creado por el uso del método
histórico-crítico en la exégesis bíblica, sino que prosiguen su 131 Al decir esto no pretendemos naturalmente sugerir que las propuestas de estos auto­
res son iguales. Son sin duda propuestas distintas. Lo que queremos decir es que la posi­
investigación de mejora por caminos bastante parecidos. De ción con respecto al método histórico-crítico presenta muchas características similares en
hecho hemos visto que todos tienden de algún modo hacia un rodos los casos.
290 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 291

observar también en los motivos y en las explicaciones de por qué Childs, es plenamente compartida por el acercamiento católico.
el método es necesario y limitado al mismo tiempo. Hemos des­ Concluyendo este punto, podemos reconocer pues el origen del
cubierto, finalmente, claras analogías en relación con la necesa­ acercamiento canónico como una justa reacción a las carencias
ria mejora del método. Además, el análisis del trabajo doctoral del método histórico-crítico. Pero esto no garantiza que tal reac­
de J. G. Prior nos ha confirmado la opinión de que la posición ción justa tenga que plasmarse en un sistema metodológico ple­
de Childs está de acuerdo con la católica en la cuestión de iden­ namente correcto. En el siguiente punto trataremos de examinar
tificar las debilidades más significativas del método y las posibles el postulado central del sistema propuesto: el concepto de canon
mejoras. En cambio, en el punto dedicado a la publicación de como principio interpretativo de la Biblia.
T. R. Curtin, hemos concluido afirmando que Childs y el autor
australiano coinciden en la búsqueda de un equilibrio entre el
uso del método histórico-crítico en la exégesis bíblica y el respe­ 2. El canon como principio interpretativo de la Biblia
to por la dimensión teológica de la Biblia. La insuficiencia del
método histórico-crítico para considerar adecuadamente esta La propuesta metodológica de B. S. Childs tiene su funda­
dimensión teológica de la Biblia ha sido señalada, por último, en mento en el canon bíblico. Este fenómeno representa el princi­
el punto dedicado a la publicación de R. B. Robinson. En la afir­ pio en torno al cual Childs construye su propuesta. Al mismo
mación de esta insuficiencia, Robinson y Childs están de acuer­ tiempo, la existencia del canon crea una plataforma sobre la que
do. Además, los dos autores también lo están en sus propuestas se puede realizar la interpretación canónica de los textos bíblicos.
de la mejora necesaria, reforzando más la impresión de cercanía El hecho del canon se presenta pues como un elemento consti­
existente entre ambas posiciones. tutivo de la propuesta de Childs; sin él, el acercamiento pierde
Comparando las posiciones de los distintos autores con el su razón de ser. En este punto examinaremos el uso de este fenó­
acercamiento de Childs, también hemos visto alguna diferencia. meno por parte del estudioso de Yale y lo valoraremos desde el
Esta última se refiere, por ejemplo, a la importancia dada a la punto de vista católico.
cuestión del sentido original literal (los puntos dedicados a la DV En nuestra presentación nos detendremos en tres puntos. Pri­
y al documento de la PCB). Pero las diferencias vistas no podían mero examinaremos los presupuestos, dentro de los cuales, en el
impedir el reconocimiento de una afinidad esencial entre la posi­ sistema de Childs, actúa el principio hermenéutico del canon.
ción católica y la de Childs respecto al uso del método histórico- Son los presupuestos generales que se refieren a la naturaleza de
crítico en la exégesis. la Biblia, a partir de los cuales emerge por sí misma la posibili­
Todo esto nos permite valorar positivamente, desde el punto dad de la existencia del canon como principio hermenéutico.
de vista católico, el acercamiento de Childs al problema aborda­ En el siguiente punto nos ocuparemos directamente del
do. Su valoración del método histórico-crítico se encuadra bien canon bíblico. Analizaremos el concepto de canon. Trataremos
en la perspectiva que emerge de los documentos y de las publi­ de observar cómo lo entiende Childs y cómo es normalmente
caciones católicas. Su reacción a las carencias del método, con la comprendido en el mundo católico.
que Childs quiere desarrollar el estudio de la dimensión teológi­ El tercer punto lo dedicaremos finalmente a valorar la idea de
ca de la Biblia, se sitúa igualmente bien en la línea de m e jo r a canon como principio hermenéutico para interpretar toda la
necesaria del método (mejora, recordemos, reconocida como Biblia. Aquí, de hecho, deberemos valorar la tesis central del sis­
necesaria por la parte católica). La convicción de la necesidad de tema metodológico que es objeto de nuestro trabajo.
modificar el método, fuertemente presente en el pensamiento de
C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 293
292 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA

a) Los presupuestos metodológicos: el contexto Si es así, también es posible y legítimo entender un texto
de funcionamiento del canon bíblico en el contexto de otro texto bíblico. Se hace así legítima
la interpretación intertextual135. Para Childs las diversas Escri­
El primer elemento a tener en cuenta en este punto de nuestro turas recogidas dentro de la Biblia están esencialmente vincula­
análisis es sin duda el de la unidad de la Biblia. El acercamiento de das entre ellas. Pero esto no impide a nuestro autor sentir las
Childs a la Biblia está fuertemente marcado por una comprensión diversas voces dentro del canon. Childs afirma que los textos y
totalizante (wholistic understanding)1^2 de esta Biblia. Para Childs libros bíblicos se diferencian verdaderamente entre ellos, hablan
es uno de los grandes datos de la tradición cristiana que la Sagra­ verdaderamente con voces distintas. La idea de la unidad de la
da Escritura recogida en la Iglesia sea leída en su totalidad. Esta Biblia no puede convertirse en causa de destrucción de la inte­
visión unitaria de la Biblia acompaña fielmente el desarrollo del gridad del testimonio diverso de las distintas partes de la Sagra­
acercamiento de nuestro autor a la Biblia133. da Escritura. Hay que respetar la especificidad de cada Testa­
Esta unidad es un hecho, aunque dentro de la Sagrada Escri­ mento y acoger tanto al Nuevo como al Antiguo en el contexto
tura encontremos diversos libros, agrupados en dos partes dis­ de sus propias características. Childs es consciente de que en la
tintas: el Antiguo y el Nuevo Testamento. Estos dos Testam en­ lectura unitaria de unas Escrituras tan diversas existe el peligro
tos se han puesto dentro del canon uno junto al otro. La unidad de armonizarlas artificialmente. Por esta razón insiste en que la
de la Biblia no está vinculada con ninguna operación artificial Biblia no es un monolito. U na de las características principales de
que pudiese haber tenido en su día como objetivo unir literaria­ la Biblia, según él, es precisamente la variedad de su contenido.
mente los dos Testamentos. Esta unidad viene simplemente del La unidad no puede establecerse sobre una base literaria o temá­
hecho de la presencia de dos Testamentos, uno junto al otro, tica. ¿Dónde buscarla entonces?
dentro de la misma colección de Escrituras autorizadas, dentro La unidad de la Biblia se descubre en otro nivel, el concep­
del canon. tual, en vez de en el literario. Childs está convencido de que la
Ambos Testamentos están en m utua relación entre ellos. De unidad se descubre al nivel de la relación existente entre el texto
hecho, los dos se iluminan recíprocamente. Esta convicción está y la Realidad, a la que el texto se refiere. El texto bíblico es un
presente en el pensamiento metodológico de Childs, comenzan­ testimonio. El texto bíblico apunta a una Realidad extratextual.
do por sus publicaciones de los años 60 y 70 hasta su obra más La unidad de la Biblia se ha de reencontrar precisamente en esta
completa, Biblical Theology ofthe Oíd and New Testament1>4. dinámica de las Sagradas Escrituras. Es una unidad típicamente
teológica136.
Si es así, es posible m antener al mismo tiempo dos postula­
132 La expresión está tomada de CHILDS, «A Response»: a.c., 203. dos que podían parecer totalm ente opuestos: por una parte la
133 Cf. las diversas publicaciones de Childs, como «Interpretation in Faith» (1964), «A
Response» (1980), «Some Reflections» (1982), The New Testament as Canon. An Introduc- multiplicidad interna de temas y formas existentes en la Biblia;
tion (1984), «Biblische Theologie» (1988), para encontrar la plena confirmación y el desa­ por otra parte, su verdadera unidad. Childs ve el problema pre-
rrollo de la idea en su Biblical Theology o f the Oíd and New Testament (1992).
134 En IF, Childs escribía: «El exegeta interpreta el Antiguo Testamento a la luz del Nuevo
Testamento y viceversa, él entiende el Nuevo Testamento a la luz del Antiguo. Toma en serio 135 En IF Childs postulaba: «El exegeta interpreta el texto particular a la luz de todo el
la confesión cristiana de que Antiguo y Nuevo Testamento juntos forman el vehículo para testimonio del Antiguo Testamento y, viceversa, comprende la totalidad del Antiguo Tes­
la revelación de Dios. En el marco de la fe, Antiguo y Nuevo Testamento ocupan una posi­ tamento a la luz del texto particular. El círculo exegético se mueve de lo específico a lo gene­
ción única, no como meros documentos religiosos, sino como el camino de la divina reve­ ral y de nuevo de vuelta a lo específico, y en el proceso uno busca una iluminación cada vez
lación» (p.440). En BTONT podemos constatar que el tiempo no ha cambiado la p o s ic i ó n mayor [...] Se debe estudiar el texto particular a la luz de todo el testimonio del Antiguo
de nuestro autor. Después de casi 30 años Childs repetía: «El Antiguo se entiende por su Testamento» (p.438).
relación con el Nuevo, pero el Nuevo es incomprensible separado del Antiguo» ( p .7 7 ) . 136 Cf. BTONT 721.
294 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 295

cisamente de este modo 137. Nuestro autor está convencido de tiva para el mismo canon. El canon nace precisamente de esta
que las dimensiones de la diversidad y de la unidad en la Biblia relación. Esta relación no puede, por tanto, interrumpirse en los
no se excluyen la una a la otra. Al contrario, pueden comple­ tiempos m odernos141. El proceso de interpretación bíblica debe
mentarse y cooperar. realizarse dentro de la Iglesia, teniendo en cuenta los presupues­
O tro presupuesto fundamental para el funcionamiento del tos de la fe de la Iglesia y sus necesidades. Sin duda, el acerca­
canon como principio hermenéutico es la inspiración divina de miento canónico nace de una visión de la Biblia como la Sagra­
las Escrituras. La Biblia es vista en la perspectiva canónica como da Escritura de la Iglesia.
un Libro de autoridad de la com unidad creyente. Es un médium ¿Cómo juzgar desde el punto de vista católico estos presu­
para la transmisión de la voluntad y de la revelación divina. S i puestos metodológicos de Childs, dentro de los cuales es posi­
las Escrituras, así de diversas, quieren decirnos algo sobre un ble el postulado del canon como principio interpretativo? Para
mismo tema, deben encerrar en sí la intención divina, que las responder a esta pregunta examinaremos la posición católica,
unifica. Aunque Childs no desarrolla el tema de la inspiración expresada en los documentos oficiales de la Iglesia, en los escri­
de la Biblia, este presupuesto juega un papel im portante en su tos de los Padres de la Iglesia y en las publicaciones católicas
sistema desde el inicio 38. Como ya hemos indicado en el capí­ contemporáneas.
tulo I I 139, la cuestión de la inspiración en el sistema de C hilds
está estrechamente unida a la cuestión del contexto canónico y
de la intención canónica. Este presupuesto deja la posibilidad del — Documentos de la Iglesia
desarrollo de la metodología basada en el concepto del contexto
y de la intención canónica. La inspiración juega un papel tan Comenzamos por el documento fundamental para describir
im portante en la propuesta de Childs que P. R. Noble podía la posición católica actual respecto a la interpretación de la
decir: «En otras palabras, aceptada una adecuada doctrina de la Biblia: la Constitución dogmática del Concilio Vaticano II Dei
inspiración, el resto del programa de Childs brota naturalmente Verbum.
de ahí» l4°. ¿Cuál es la posición de la DV respecto al presupuesto de la
O tro presupuesto metodológico, que prepara el uso d e l c o n ­ unidad de la Biblia? La observación sobre la im portada de esta
cepto de canon en el sistema de Childs, se refiere a la r e l a c i ó n cuestión seguramente está presente en el documento. De hecho,
entre el texto bíblico y la comunidad creyente. Para n u e s t r o en el n.° 12 de la DV leemos:
autor está claro que la Biblia es un Libro de la Iglesia. La r e l a c i ó n
Pero, dado que la Sagrada Escritura hay que leerla e interpretarla
existente entre el texto y la comunidad es una relación c o n s t i t u ­ con el mismo Espíritu con el que fue escrita, para descubrir recta­
mente el sentido de los textos sagrados hay que prestar una atención
137 Basta con recordar lo que escribía en BTONT: «El problema hermenéutico básico de no menos diligente al contenido y unidad de toda la Escritura, tenien­
la Biblia, por tanto, no se formula adecuadamente usando la terminología de unidad V do en cuenta la Tradición viva de toda la Iglesia y la analogía de la fe
diversidad. La unicidad del objetivo de la Escritura no es un rival de las múltiples voces
dentro del canon, sino un puntero constante, como la brújula de un barco, centrando en (EB 690).
un solo objetivo, a pesar de los muchos y variados caminos de Dios (Heb 1,1), hacia el que
el creyente es dirigido [...] Reconocer el único objetivo de la Escritura, que es Jesucristo, no
restringe el amplio abanico de voces bíblicas. No resume el mensaje, ni pretende c a m b i a r
un abrigo de muchos colores por un vestido gris sin costura» (p.725).
138 Cf. el punto dedicado a IF, cap. II punto 1.a.
139 Cf. cap. II punto 2.b. 141 Childs ha señalado continuamente la importancia de la relación que existe entre el
140 N O B L E , The Canonical Approach..., o.c., 31. texto y la comunidad. Cf., por ejemplo, BTC 99s; IOTS 81s; BTONT 66s, 86.
296 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 297

La unidad de la Biblia, junto a la tradición y la analogía de la de sus obras ya lo que habían aprendido por sugerencia del Espíritu
fe, es pues señalada aquí como un dato hermenéutico absoluta­ Santo; como por obra de aquellos Apóstoles y varones apostólicos que,
por inspiración del mismo Espíritu Santo, pusieron por escrito el
mente necesario a tener en cuenta en la interpretación bíblica. Es
anuncio de la salvación (EB 677).
una condición para «descubrir rectamente el sentido de los tex­
tos sagrados». La formulación «no menos diligentemente» se
Se atribuye aquí al Espíritu Santo la asistencia activa, tanto en
refiere aquí a los instrumentos histórico-críticos, señalados antes
la comprensión de los misterios de la revelación («habían apren­
(en el mismo n.° 12) como necesarios para una exégesis correc­
dido por la inspiración del Espíritu Santo»), como en la fijación
ta. Conectar ahora esta expresión con la unidad de la Biblia nos
de estos misterios por escrito («bajo la inspiración del mismo
recuerda que mantener la perspectiva unitaria de la Escritura no
Espíritu, escribieron el mensaje de la salvación»). Los escritos
es menos im portante que el uso adecuado de los medios moder­
bíblicos son por tanto el fruto de la acción inspiradora de Dios,
nos de interpretación científica.
son inspirados por él.
En el n.° 16, además, la DV habla expresamente de la unidad
En el n.° 8 la DV habla todavía más claramente de los libros
existente entre los dos Testamentos. Repitiendo la famosa in d i­
bíblicos como de libros inspirados: «Así, pues, la predicación
cación de San Agustín, el Concilio confirma:
apostólica, que está expuesta de un modo especial en los libros
Así pues Dios, inspirador y autor de los libros de uno y otro Tes­ inspirados, debía conservarse hasta el fin de los tiempos por una
tamento, dispuso en su sabiduría que el Nuevo estuviera latente en el sucesión continua» Para el Concilio, por tanto, el atributo de
Antiguo y en el Nuevo el Antiguo se hiciera patente. Pues, aunque la inspiración se refiere no solo a los hombres que «escribieron el
Cristo en su sangre fundó una Nueva Alianza (cf. Le 22,20; 1 Cor mensaje de la salvación», sino también a los libros bíblicos en sí
11,25), sin embargo los libros del Antiguo Testamento, asumidos en mismos. Son inspiradas no solo las personas que han colaborado
su integridad en la predicación evangélica, adquieren y muestran su
completa significación en el Nuevo Testamento (cf. Mt 5,17; Le
en el proceso de transmisión de la revelación por escrito, sino
24,27; Rom I6,25s; 2 Cor 3,14-16), y a su vez lo iluminan y explican también las Sagradas Escrituras, el fruto de su trabajo.
(EB 694). Todo esto está confirmado de un modo aún más explícito en
el n.° 11 de la DV, donde se lee:
Por tanto, el Concilio confirma el principio de la unidad de
Las cosas divinamente reveladas, que en la Sagrada Escritura se
toda la Biblia. Los dos Testamentos están esencialmente unidos
contienen y presentan literariamente, fueron consignadas por inspira­
entre ellos. El vínculo es tan fuerte que cada uno es indispensa­ ción del Espíritu Santo. Pues la santa Madre Iglesia, en virtud de la fe
ble para entender el otro («el Nuevo estuviese escondido en el apostólica, tiene por sagrados y canónicos los libros íntegros tanto del
Antiguo y el Antiguo fuese patente en el Nuevo»), El presu­ Antiguo como del Nuevo Testamento, con todas sus partes, por el
puesto de la unidad interna asume pues un claro valor herme­ hecho de que, escritos p o r inspiración del Espíritu Santo (cf. Jn 20,31; 2
néutico. Tim 3,16; 2 Pe 1,19-21; 3,15s), tienen a Dios por autor, y como tales
han sido transmitidos a la misma Iglesia [...] Así que «toda Escritura
La D V también habla claramente del hecho de la inspiración inspirada por Dios es también útil para enseñar, para argüir, para corre­
bíblica (n.° 7). Explicando el papel de los apóstoles y de sus suce­ gir, para instruir en la justicia: para que sea perfecto el hombre de Dios,
sores en la transmisión de la divina revelación, el Concilio dice: instruido para toda obra buena» (2 Tim 3,l6s gr.) (EB 686s) l4L

Lo cual se hizo fielmente: tanto por obra de los Apóstoles, que con
la predicación oral, con sus ejemplos y con sus instituciones transmi­ 142 tLa cursiva es nuestra.
tieron ya lo que habían recibido de boca de Cristo, del trato con él y 143 tLa cursiva es nuestra.
298 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 299

La asistencia del Espíritu Santo es de nuevo reconocida. La órgano privilegiado de la Iglesia que es su Magisterio. Este
inspiración está unida aquí con la paternidad divina de la Biblia. Magisterio, en com unión con toda la Iglesia, «escucha con pie­
Los escritos bíblicos han sido elaborados bajo la inspiración divi­ dad» la Escritura, «la custodia santamente y la expone con fide­
na, por eso tienen a Dios por autor 144. De nuevo vemos que la lidad». Todas estas acciones se realizan dentro de la Iglesia. La
cuestión de la inspiración afecta tanto al autor bíblico como a su Biblia es considerada aquí como Libro de la Iglesia, custodiado
obra. El proceso de la escritura se ha realizado «bajo la inspiración e interpretado dentro de la comunidad de fe.
del mismo Espíritu». Esto significa que los autores bíblicos goza­ La convicción de que entre la Biblia y la Iglesia hay una cone­
ban de esta inspiración a través de su trabajo. Al mismo tiempo xión estrechísima se muestra todavía más evidentemente en las
es legítimo repetir las palabras de la segunda carta a Timoteo: siguientes palabras de la Constitución (n.° 10):
«toda la Escritura es divinamente inspirada...». Y esto manifiesta
otra referencia del carisma de la inspiración: una referencia a la Es claro por tanto que la Sagrada Tradición, la Sagrada Escritura y
el Magisterio de la Iglesia, según el sapientísimo designio de Dios,
obra literaria, que es fruto del trabajo de los autores inspirados. están conectados y relacionados entre sí de ta l manera que una realidad
En el mismo documento del Concilio Vaticano II podemos no puede subsistir sin las otras; y que todas juntas, cada una a su modo
encontrar también la confirmación de la presencia en la pers­ bajo la acción del único Espíritu Santo, cooperan eficazmente para la
pectiva católica del tercer presupuesto metodológico de Childs. salvación de las almas (EB 6 8 5 )l46.
Este presupuesto considera la Biblia en su contexto eclesial, la
Biblia como Libro de la Iglesia. La Biblia se presenta aquí en estrecha conexión con dos ele­
El n.° 10 de la DV muestra la Sagrada Escritura junto a la Tra­ mentos fundamentales de la Iglesia: con la Tradición y con el
dición, como un depósito confiado precisamente a la Iglesia: «La Magisterio. Un vínculo tan estrecho con elementos absoluta­
Sagrada Tradición, pues, y la Sagrada Escritura constituyen un mente fundamentales de la Iglesia significa, naturalmente, una
solo depósito sagrado de la palabra de Dios, confiado a la Iglesia». unión fuerte con la misma Iglesia, con su vida (la Tradición en
Además, la interpretación de este depósito está firmemente las tradiciones) y con su enseñanza (el Magisterio).
vinculado a la Iglesia. La Constitución continúa: Además, la Sagrada Escritura se menciona aquí como una
realidad que forma parte de estos fundamentos de la Iglesia. La
Mas la misión de interpretar auténticamente la Palabra de Dios Biblia es mencionada entre la Tradición y el Magisterio, lo que
escrita o transmitida le ha sido confiada solo a l Magisterio vivo de la Igle­ significa que ocupa un puesto igualmente im portante en la pers­
sia, cuya autoridad se ejerce en nombre de Jesucristo. Este Magisterio no
está por encima de la Palabra de Dios sino a su servicio, enseñando solo pectiva eclesiológica, al ocupado por la Tradición y el Magiste­
lo que ha sido transmitido, en cuanto que por mandato divino y asisti­ rio. Esto confirma la segunda parte de la frase citada más arriba,
do por el Espíritu Santo la escucha piadosamente, la custodia santamente al observar que los tres elementos «juntos, cada uno a su modo,
y la expone fielm ente; y obtiene de este único depósito de la fe todo lo bajo la acción del Espíritu Santo, contribuyen eficazmente a la
que propone para ser creído como revelado por Dios. (EB 68 4 )l45. salvación de las almas». Es difícil negar la conexión estrechísima
entre la Biblia y la Iglesia cuando la Sagrada Escritura es recono­
El lugar de la interpretación de la Escritura se sitúa por tanto cida como un elemento tan fundamental e indispensable para la
dentro de la Iglesia. Esta interpretación debe vincularse a un vida de esta ú ltim al47.

144 El mismo pensamiento lo encontramos en el n.° 24: «Las Sagradas Escrituras con­ 146 La cursiva es nuestra.
tienen la palabra de Dios y, por ser inspiradas, son en verdad la palabra de Dios». 147 De esta importancia fundamental de la Escritura en la vida de la Iglesia habla la DV
145 La cursiva es nuestra. también en el sexto y último capítulo. De hecho, el capítulo se titula La Sagrada Escritura
300 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 301

Concluyendo, podemos observar que los tres presupuestos Estas relaciones tienen un peso totalm ente especial en la
identificados en el sistema de Childs están presentes en la visión de vinculación entre Antiguo y Nuevo Testamento. En el docu­
la Biblia ofrecida por la DV. Tanto para Childs como para el docu­ mento leemos:
mento conciliar, la unidad de la Biblia, su inspiración y su fuerte
Las relaciones inter textual es adquieren una densidad extrema en
vinculación con la Iglesia son características importantes de la los escritos del Nuevo Testamento, totalmente amalgamados con alu­
Sagrada Escritura. Si no se tomasen en consideración, la interpre­ siones al Antiguo Testamento y con citas explícitas. Los autores del
tación de la Biblia correría el riesgo de no ser adecuada. Nuevo Testamento reconocen al Antiguo Testamento valor de revela­
O tro documento im portante para describir las características ción divina. Proclaman que esta revelación ha encontrado su cumpli­
de la interpretación católica de la Biblia es el documento de la miento en la vida, la enseñanza y sobre todo la muerte y la resurrec­
ción de Jesús, fuente de perdón y vida eterna. «Cristo murió por nues­
Pontificia Comisión Bíblica, La interpretación de la Biblia en la tros pecados según las Escrituras y fue sepultado; resucitó al tercer día
Iglesia. ¿Señala también este documento la importancia de los según las Escrituras y se apareció...» (1 Cor 15,3-5): este es el núcleo
tres presupuestos metodológicos fundamentales para el acerca­ central de la predicación apostólica (1 Cor 15,11) (EB 1433).
miento canónico? Comencemos por el problema de la unidad de
la Biblia. La unidad interna existente entre los distintos escritos bíbli­
Antes de nada, el documento señala el fenómeno de las relec­ cos concierne pues no solo a uno u otro Testamento, sino tam ­
turas dentro del material bíblico: bién a la Biblia entera, constituida por los dos. Esta unidad, ade­
más, no consiste solo en las relaciones textuales, sino también en
Lo que contribuye a dar a la Biblia su unidad interna, única en su
la dimensión teológica. El Antiguo Testamento ha encontrado
género, es el hecho de que los escritos bíblicos posteriores se apoyan a
menudo en los escritos anteriores. Aluden a ellos, proponen «relectu­ su cumplimiento en la persona de Cristo. El elemento cristolo­
ras» que desarrollan nuevos aspectos del sentido, a veces muy diferen­ gia) es otro elemento importante que contribuye a la unidad
tes del sentido primitivo, o incluso se refieren a ellos explícitamente, interna de la Biblia. Es un elemento tan fuerte que lleva a la
sea para profundizar en su significado, sea para afirmar su cumpli­ relectura y a precisar el significado de muchos textos veterotesta-
miento (EB 1428).
mentarios. Se atribuye un nuevo significado a los salmos reales y
a los oráculos mesiánicos. A la luz del acontecimiento de Cristo
Se señala aquí la relación interna que hay entre los diversos todo el mensaje del Antiguo Testamento alcanza otro nivel. Por
textos de la Biblia. Los textos son conscientes de los demás textos una parte se confirma su valor profètico, aunque por otra parte
ya existentes en las Escrituras, los comentan o incluso proponen se relativiza su valor de institución salvifica 1 . Todo su valor
desarrollos de su significado. Se trata pues de relaciones inter­ depende ahora fuertemente de su relación con el acontecimien­
textuales l48. to salvifico de Cristo.
La Biblia posee, pues, una unidad interna. Pero esta unidad
en la vida de la Iglesia. El Concilio dice: «La Iglesia siempre ha venerado las Escrituras divi­ no asegura a la Escritura el privilegio de estar libre de tensiones
nas como también el Cuerpo mismo del Señor, cuando, sobre todo en la sagrada Liturgia, internas. La PCB no tiene dudas: «Una de las características de
no deja de tomar de la mesa tanto de la Palabra de Dios como del Cuerpo de Cristo, y d£
ofrecer a los fieles, el pan de la vida. Junto con la Sagrada Tradición siempre las ha tenido
y tiene como regla suprema de su fe [,..]Por tanto, es necesario que toda predicación ecle-
sial, al igual que la misma religión cristiana, se nutra y se rija por la Sagrada Escritura» (DV Abrahán (Gén 15,7.18), a través de la participación en el verdadero santuario de Dios
21 = EB 701). (Éx 15,17) y en el reposo de Dios (Sal 132,7-8), hasta la entrada en el santuario celeste
148 El documento muestra algunos ejemplos de estas relaciones. Y así, el significado del (Heb 6,12.18-20), que es la «herencia eterna» (Heb 9,15). Para otros ejemplos, cf. IBCh, 80.
hecho de heredar una tierra sufre un desarrollo notable: de la promesa hecha por Dios a 149 Cf. IBCh, 82.
302 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 303

la Biblia es precisamente la ausencia de espíritu de sistema y ]a El documento recuerda la posición de la Iglesia, que ve a Dios
presencia, por el contrario, de tensiones dinamizantes. La Biblia m ism o como el último Autor de la Biblia. Sus libros han sido
ha acogido diversos modos de interpretar los mismos aconteci­ e s c r it o s bajo inspiración divina, y la Iglesia los recibe como tales.
mientos o de pensar los mismos problemas. Invita así a rechazar El hecho de la inspiración posee una consecuencia inmediata
el simplismo y la estrechez de espíritu» (EB 1439). La unidad de para el proceso de interpretación bíblica. El documento habla de
la Biblia no puede entenderse al modo de un acercamiento esto en la parte dedicada a la tarea de los exegetas:
armonizante de la Escritura. En una interpretación correcta de la
Biblia ambas deben mantenerse: tanto la característica fu n d a­ En su trabajo de interpretación los exegetas católicos no deben
jamás olvidar que lo que ellos interpretan es la Palabra de Dios. Su
mental de la unidad interna como la afirmación de «tensiones tarea común no está terminada cuando han distinguido las fuentes,
dinámicas» entre los diferentes acercamientos. En cualquier caso, definido las formas o explicado los procedimientos literarios. El obje­
la unidad permanece como una característica esencial en el pro­ tivo de su trabajo no se alcanza más que cuando han iluminado el sen­
ceso de una actualización justa de la Biblia. Sin tenerla en consi­ tido del texto bíblico como palabra actual de Dios (EB 147 5) 152.
deración sería difícil entender el mensaje salvífico de la dinámi­
ca divina de la revelación 15°. La inspiración tiene importancia para la interpretación de la
Podemos pasar ahora al segundo presupuesto del sistema de Biblia. Esta característica de la Escritura adquiere claramente un
Childs, el referente a la inspiración de la Biblia. Veamos cómo es valor hermenéutico; los exegetas católicos deben tenerlo seria­
abordado en el documento de la PCB. mente en cuenta durante su trabajo. Además, el hecho de la pro­
Como podía esperarse, la comisión bíblica no evita verbalizar cedencia divina de la Biblia contribuye a la definición del obje­
su fe en la inspiración de la Biblia. De hecho, el documento tivo del trabajo exegético. Los que explican la Escritura deben
habla en diversas partes de la Biblia como una obra inspirada por intentar proseguir con una explicación actualizante, fructífera
Dios, llamándola explícitamente con el nombre de «Escritura para la vida de los fieles. Hecho esto, su trabajo puede conside­
inspirada»151. rarse terminado.
La comisión recuerda además la famosa afirmación de la DV En otro lugar, finalmente, la comisión habla explícitamente
del Concilio Vaticano II: de la inspiración bíblica como de una parte im portante de la
precomprensión de los exegetas católicos: «Cuando abordan los
Guiada por el Espíritu Santo y a la luz de la Tradición viviente que textos bíblicos, los exegetas tienen necesariamente una precom­
ha recibido, la Iglesia discernió los escritos que deben ser considerados
prensión. En el caso de la exégesis católica se trata de una pre­
como Sagrada Escritura en el sentido de que «escritos por inspiración
del Espíritu Santo tienen a Dios por autor, y como tales han sido comprensión basada en certezas de fe: la Biblia es un texto ins­
transmitidos a la misma Iglesia» (DV 11) y contienen «la verdad que pirado por Dios y confiado a la Iglesia para suscitar la fe y guiar
Dios, por nuestra salvación, quiso que fuera consignada en las sagra­ la vida cristiana» (EB 1489). No hay, pues, ninguna duda: la fe
das Letras» (ibíd.) (EB 1448). en la inspiración bíblica es una precomprensión obligatoria de
la exégesis católica.
¿Qué se puede decir de la tercera precomprensión del acerca­
150 En la parte dedicada al problema de la actualización, el documento dice: «La actua­
lización debe tener constantemente en cuenta las relaciones complejas que existen, en la miento canónico, la que considera la Biblia desde una perspecti­
Biblia cristiana, entre el Nuevo Testamento y el Antiguo, por el hecho de que el Nuevo Tes­ va eclesiológica? ¿El axioma de Childs — la Biblia es Libro de la
tamento se presenta a la vez como cumplimiento y superación del Antiguo. La actualiza­
ción se efectúa en conformidad con la unidad dinámica así constituida» (IBI en EB 1508).
151 Cf., por ejemplo, IBCh 63s, 86, 100, 109, 119, 121. 152 La cursiva es nuestra.
304 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA
C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 305

Iglesia— viene también confirmado en el documento de la PCB? vilegiado del que Dios se sirve para guiar, aún hoy, la construcción y
La lectura del documento nos invita a dar una respuesta posi­ el crecimiento de la Iglesia en cuanto Pueblo de Dios (EB 1478).
tiva. Basta con leer, por ejemplo, las reflexiones de la comisión
sobre el tema de la formación del canon: El documento recuerda que la explicación de la relación que
hay entre la Iglesia y su Sagrada Escritura pertenece a la tarea de
Al discernir el canon de las Escrituras, la Iglesia discernía también los exegetas. Esto significa que la explicación de esta relación
y definía su propia identidad, de modo que las Escrituras son en ade­
lante un espejo en el que la Iglesia puede redescubrir constantemente
corresponde a los que se ocupan por profesión de la explicación
su identidad y verificar, siglo tras siglo, la forma en que responde sin del sentido del texto bíblico. El vínculo entre la Escritura y la
cesar al Evangelio y se dispone a ser su medio de transmisión (cf. DV Iglesia es pues im portante para la explicación del texto mismo;
7) (EB 1452). en otras palabras, adquiere un aspecto hermenéutico.
La comisión también muestra diversos aspectos del fuerte
Es difícil encontrar una expresión más clara de la convicción vínculo entre la Iglesia y la Biblia. La Biblia ha nacido en la
de que entre la Escritura y la Iglesia hay un vínculo fortísimo. Es comunidad de los creyentes. La Biblia se basa en la tradición de
un vínculo que se refiere a la base y fundamento de la Iglesia fe de la comunidad y es expresión de esta fe. La Biblia constitu­
misma. La Escritura, que acompaña a la Iglesia desde su inicio, ye, finalmente, un instrum ento que debe actuar en la com uni­
constituye una especie de documento fundacional, un libro de dad hasta el final de su historia; Dios se sirve de este instrum en­
referencia continuo, que contiene la identidad más profunda de to «para guiar [...] la construcción y el crecimiento de la Iglesia,
la Iglesia. El vínculo existente entre la Iglesia y la Escritura no es en cuanto pueblo de Dios».
un vínculo facultativo. Para la comunidad creyente es una obli­ La conexión entre la Biblia y la Iglesia está pues claramente
gación mantenerse siempre confrontándose críticamente con el reconocida. El hecho de la existencia de esta conexión recibe un
espejo de su identidad y «verificar, siglo tras siglo, el modo como valor hermenéutico. Hay que tenerlo en cuenta en el proceso de
ella responde sin cesar al evangelio, del cual se dispone a ser el interpretación bíblica. La dimensión eclesiológica de la Escritu­
medio de transmisión». ra entra, de algún modo, también en la precomprensión de la
La conexión entre la Iglesia y la Escritura se manifiesta pues en exégesis católica. Cuando hemos hablado arriba de la inspiración
dos pasos consecutivos. En primer lugar, esta conexión fue esen­ bíblica y de su puesto en la precomprensión de los exegetas,
cial en el periodo fundante del cristianismo. Pero después, en hemos recordado las siguientes palabras del documento: «Cuan­
segundo lugar, precisamente a causa del vínculo tan estrecho en do abordan los textos bíblicos, los exegetas tienen necesariamen­
el periodo privilegiado del nacimiento de la Iglesia, esta conexión te una precomprensión. En el caso de la exégesis católica se trata
debía mantenerse viva y eficaz en toda la historia del cristianismo. de una precomprensión basada en certezas de fe: la Biblia es un
La dimensión eclesial de la Biblia posee naturalmente conse­ texto inspirado por Dios y confiado a la Iglesia para suscitar la fe
cuencias para el trabajo de los exegetas. El documento habla de y guiar la vida cristiana» (EB 1489). Se ve ahora que, en la pre­
esto en la parte dedicada a la tarea de los exegetas católicos: comprensión de la exégesis, junto a la inspiración bíblica, entra
también la fe que se refiere al destinatario principal y el objetivo
Los exegetas deben también explicar la relación que existe entre la
Biblia y la Iglesia. La Biblia llegó a la existencia en comunidades cre­ de la acción de la Escritura. Ambos afectan a la Iglesia. La Igle­
yentes. Ella expresa la fe de Israel, y luego la de las comunidades cris­ sia es el destinatario de la Escritura, la Biblia le ha sido a ella con­
tianas primitivas. Unida a la Tradición viviente, que la ha precedido, fiada. El objetivo de la Sagrada Escritura es en cambio suscitar la
la acompaña y se nutre de ella (cf. DV 21), la Biblia es el medio pri­ fe de los miembros de la Iglesia (o de aquellos llamados a con­
306 C.3. VALORACIÓN DE [A PROPUESTA DE B. S. CHILDS 307
IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA

vertirse en tales) y guiar su vida. Según el documento de la PCB, dad bíblica «se manifestaba como una evidencia primera y estu­
la relación existente entre la Biblia y la Iglesia forma parte de la penda, experimentada en la admirable sinfonía de cada una de
precomprensión de la exégesis católica. sus partes» 155. No hay nada de extraño, pues, en que Orígenes
Concluyendo, debemos reconocer que la dimensión eclesio- pudiese decir simplemente: «toda la Biblia inspirada divinamen­
lógica de la Escritura se considera im portante en el docum en­ te es un único libro» 156. Para los Padres estaba claro que los
to analizado. La relación existente entre la Escritura y la Iglesia escritos bíblicos procedían todos del mismo Autor — el divino—
posee un valor hermenéutico que hay que tener en cuenta al y poseían todos un único tema principal: Cristo. Cristo era de
interpretar los textos. La Biblia ha nacido dentro de la comu­ hecho reconocido como la síntesis de las Escrituras, el centro y
nidad creyente y debe actuar dentro de la com unidad hasta el el objeto principal de la revelación divina, y el fundamento de la
fin de su historia. La Iglesia se presenta como el lugar ordina­ unidad de los dos Testam entos157.
rio de la lectura de la Biblia. D entro de la Iglesia, en colabora­ Esta interpretación cristológica de las Escrituras contribuyó a
ción con sus distintos miembros, se realiza también la inter­ la visión unitaria de la Biblia. Encontramos numerosos ejemplos
pretación de la B iblia153. en la lectura patrística. Para Justino la Ley veterotestamentaria
Como en el caso de la DV, la lectura del documento de la estaba constituida por tipos y referencias a Cristo y su Iglesia.
PCB nos confirma en la valoración positiva de los presupuestos Como se subraya en el Diálogo con el judío Trifón ( Tryph. 100,
metodológicos del acercamiento canónico, sobre los que se 112), solo en Cristo se puede encontrar la clave para entender
funda la propuesta de B. S. Childs. La unidad de la Biblia, su adecuadamente el Antiguo Testam ento158.
inspiración y su dimensión eclesial son las características reco­ En esta interpretación tipológica del Antiguo Testamento Jus­
nocidas como esencialmente importantes para una interpreta­ tino es seguido por Ireneo. Este último compara a Cristo con el
ción correcta de la Biblia; tanto por parte de la Iglesia católica tesoro escondido en el campo mencionado en M t 13,44. Asi
como por parte del autor americano. Así pues, los dos docu­ como el tesoro estaba escondido en el campo, también Cristo esta­
mentos analizados, DV e IBI, que ofrecen la posición oficial ba escondido en el AT. El Antiguo Testamento lo había preanun-
actual de la Iglesia católica respecto a la interpretación bíblica, ciado ampliamente (Adversus haereses 4,20,8), pero él mismo se ha
nos permiten valorar positivamente los tres presupuestos funda­ hecho descubrir solo a través de su venida al mundo (4,26,1)137.
mentales del sistema metodológico de B. S. Childs. En el ambiente alejandrino es Clemente quien muestra el
acontecimiento de Cristo como el que desvela los misterios del
— Los Padres de la Iglesia
155 N e r i ,La crisi bíblica..., o.c., 27.
¿Cómo se adecúan los tres presupuestos metodológicos de 156 ORIGENES, Philocalia (Sources chrétiennes 302) 284; cita tomada de N ER I, Leggere la
Childs a la lectura patrística? Como en el punto anterior, comen­ Bibbia..., o.c., 17.
157 Cf. N E R I , La crisi bíblica..., o.c., 27s; M. S lM O N E T T I, Lettera elo allegoria..., o.c, 269.
zamos por la cuestión de la unidad de la Biblia. 158 C f S lM O N E T T I, ibíd., 37s.
El presupuesto de la unidad interna de la Biblia está clara­ 159 £>£ ¡bíd., 40. En Adversus haereses, Ireneo escribía: «Si se leen así las Escrituras, se
encontrará en ellas la enseñanza referente a Cristo y la prefiguración de la nueva llamada.
mente presente en el acercamiento patrístico a las Escrituras 1 Esto es, de hecho, el tesoro escondido en el campo [Mt 13,44], es decir, en el mundo; por-
Como dice en su libro U. Neri, a los Padres de la Iglesia la uni­ tiue el campo es el mundo [Mt 13,38]. Está escondido, pues, en las Escrituras, porque esta­
ba indicado mediante figuras y parábolas, que humanamente no podían comprenderse
antes de que llegase a su cumplimiento lo que había sido profetizado, es decir, la venida del
153 Cf. IBCh, 46, 84-93. Señor» (IV,26,1. La cita está tomada de la edición de E. Bellini y G. Maschio [Milano
154 Cf. U . N e r i , Leggere la Bibbia perché e come..., o.c., 17s. 1981; Como 21997] 360).
308 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA 309
C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS

AT (Stromata 4,134). Clemente, de hecho, está convencido de reco m en d ab a interpretarlos a la luz de los textos más claros
que el Evangelio cristiano es la realización y el cumplimiento de (Adversus haereses 11,27,1; 11,28,3). Ireneo estaba convencido de
la Ley antigua 160. Aquí encontramos también a Orígenes, qUe aue la Escritura podía interpretarse correctamente solo en su glo-
está en la misma línea interpretativa. En el pensamiento de este b a lid a d (Adversus haereses 1,9,4; IV,3 3 ,1 0 )l65. Clemente de Ale­
escritor de la antigüedad cristiana, el Antiguo y el Nuevo Testa­ ja n d r ía consideraba a los dos Testamentos una unidad coheren­
mento están en una relación tipológica. Lo que en el A ntiguo te, porque ambos estaban en la perspectiva del desarrollo del
está escondido en la sombra y en la imagen es finalmente revela­ m i s m o plan salvífico. Este plan procede del único Dios, a través
do en el Nuevo 161. Atanasio, también alejandrino, al comentar de su Hijo (Stromata 11,29)166.
los salmos, señala claramente su dimensión cristológica. A tana­ Concluyendo, debemos reconocer que el presupuesto de la
sio, de hecho, no evita decir: «cuando quieras explícitamente unidad — tan querido y fundamental para B. S. Childs— está
cantar lo que se refiere al Salvador, lo encontrarás casi en cada firmemente presente en el acercamiento de los Padres a la Sagra­
salmo» (Psalmi, 3 7 b )162. da Escritura. La unidad bíblica es un dato «ontológicamente pri­
Son solo algunos ejemplos del presupuesto cristológico, mario», como claramente indicaba O rígenes167. Para los Padres,
característico del acercamiento patrístico a las Escrituras 16L La las Escrituras poseen verdaderamente una unidad interna, cen­
dimensión cristológica de la Biblia fue vista por los Padres como tran el plan salvífico unificante en la persona de Cristo y proce­
un gran elemento unificante de toda la Escritura. Lo que Oríge­ den del único Autor divino l68. Esta procedencia nos encamina
nes, sobre la base del presupuesto cristológico, llamaba con el ya hacia el segundo paso de nuestra comparación entre la her­
nombre de sinfonía de las Escrituras fue com únmente reconoci­ menéutica patrística y la de B. S. Childs: hacia el tema de la ins­
do en el acercamiento patrístico a la Biblia164. piración.
Los Padres, naturalmente, percibieron también otros indicios También este segundo presupuesto metodológico del acerca­
de la unidad interna de las Escrituras. Ireneo, por ejemplo, en su miento de Childs concuerda muy bien con el acercamiento
polémica antignostica, vio y subrayó la continuidad unificante patrístico a la Biblia. La convicción tan clara respecto a la uni­
de la economía bíblica, tanto del Antiguo como del Nuevo Tes­ dad de las Escrituras — resumida más arriba— es posible para los
tamento. Ireneo señalo que los dos Testamentos, con sus econo­ Padres precisamente gracias a su fe en la inspiración divina de la
mías salvíficas, proceden del mismo y único Dios, y se han desa­ Biblia 169. Así, sobre este presupuesto importantísimo del acer­
rrollado en la dirección preestablecida por él. El mismo autor camiento patrístico a la Biblia, escribe U. Neri:
suponía también la unidad bíblica al explicar las reglas de in ter­
pretación de los textos. De hecho, ante los textos oscuros Ireneo
165 Ibíd., 39s, 42.
166 Ibíd., 66 . „ , _ _
'67 j-j Dp LUBAC, Histoire et esprit. L’intelligence de l ’Ecriture sainte dapres (Jngene
160 C f S lM O N E T T l, Lettera e/o allegoria..., o.c., 66. (París 1950) 301; N ER I, La crisi bíblica..., o.c., 41.
161 Cf. ibíd., 88s. Merece la pena recordar aquí las palabras de Cirilo de Jerusalen: «Estas doctrinas nos
La cita está tomada de ibíd., 203. También en el caso de otro representante de Ale- han sido enseñadas por las Escrituras divinamente inspiradas, por el Antiguo y por el
jandría, Didimo, encontramos la misma inclinación fuerte hacia la interpretación c r i s t o l ó ' Nuevo Testamento. El Dios de los dos Testamentos es de hecho uno solo: en el Nuevo nos
gica de los salmos (cf. ibíd., 213s). ha anunciado a Cristo y en el Antiguo lo ha preanunciado a través de la Ley y los Profetas,
163 Hay numerosos ejemplos de la interpretación cristológica de los Padres en el libro como un pedagogo que debía guiarnos hasta Cristo» (Catechesi IV, 32; la traducción está
citado de Simonetti. tomada de la edición italiana de C. Riggi [Roma 1993] 102).
J Incluso en el ambiente antioqueno, famoso por su tendencia al reduccionismo her­ No tiene nada de extraño que en la edad moderna el alejamiento de la perspectiva uni­
menéutica, podemos encontrar, en el ejemplo de Teodoreto de Ciro, la confirmación de la taria de la Biblia haya estado unido a la disminución de la fe en la inspiración bíblica.
difusión de este modelo de interpretación bíblica (cf ibíd., 190-200). U. Neri lo presenta así: «La unidad sustancial de las Escrituras, unánimemente reconocida
310 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS

La Biblia es palabra de Dios. base común para el diálogo en su presupuesto compartido de la natu­
Y lo es de un modo único e incomparable, en un sentido mi raleza divina de la Escritura. La Iglesia no había introducido ninguna
riosamente propio y literal. innovación con respecto a tal presupuesto cuando se autodefinió como
Orígenes, el padre de la exégesis cristiana, no solo sostenía qUe 1 un cuerpo autónomo de creyentes separado de la sinagoga. El cambio
Escrituras eran «divinas y escritas por el Espíritu Santo» (In E x o d u % radical en la hermenéutica, inaugurado por el apóstol Pablo, creó la
IV,2 172), sino que subrayaba con fuerza su naturaleza peculiarísima novedad de un focus cristológico en el reconocimiento preestablecido
diciendo que «los libros sagrados no han sido escritos por hombres3 de la Escritura divina. El mismo carácter sagrado de la Escritura toda­
sino que solo han sido compuestos... por inspiración del Espíritu vía se presupuso hasta medio milenio más tarde, en el uso más narra­
Santo, por voluntad del Padre de todos y por obra de Jesucristo» (D* tivo y popular de Gregorio Magno 1' 1.
principiis IV, 2 308). [...]
De manera no distinta, el gran Basilio afirmaba no solo que las En la perspectiva patrística, la Biblia constituía un libro pro­
palabras de la Escritura están «divinamente inspiradas» — que todavía cedente del mismo Dios. Además, este libro era una mediación
podría dar lugar a equívocos, por el alcance efectivo de aquel influjo
inspirante— sino que «proceden de la boca de Dios» (D e baptismo
entre la realidad divina y la humana, una vía en la cual el hom ­
11,4,). Y León Magno hablaba de los evangelios como de libros no solo bre se encontraba con Dios. Kannengiesser lo formula de un
«sagrados», sino tales en cuanto «escritos por el dedo de Dios» (Sermo modo muy preciso:
6 9 ,3 )170.
El mensaje era la palabra viva de Dios de forma escrita; cambiaba
la vida de los que la recibían. No era solo una reliquia canonizada de
En el caso de los Padres, esta fe en la inspiración constituía de
tiempos antiguos, era la presencia poderosa del Espíritu inspirador,
hecho el presupuesto más fundamental en la interpretación de listo para actuar en medio de la comunidad creyente. Así, la relevan­
las Escrituras. Las Escrituras teman en última instancia un único cia de la Escritura no era percibida como una norma teórica, como
Autor: Dios mismo. La Biblia era para los Padres verdaderamen­ una cuestión de principio; era experimentada inmediatamente en la
te divina, lo que significa que era un medium directo entre Dios acción litúrgica y en la oración privada172.
y los hombres. Ch. Kannengiesser expresa esto con claridad en
su artículo dedicado a los presupuestos de la exégesis patrística: Los Padres presuponían la inspiración de las Escrituras y
hablaban explícitamente de esta inspiración. En el primer trata­
El primero y más fundamental de todos los presupuestos que regu­ do técnico de teoría hermenéutica cristiana, escrito en siglo III
lan la exegesis patrística era considerar la Escritura como divina. La (220-230 d.C.) por Orígenes, encontramos ya una clara defensa
Sagrada Escritura proporcionaba un acceso a Dios, un modo de comu­
de la inspiración de la Biblia.
nicación con Dios, que era en sí mismo disposición divina. No se cues­
tionaba que en ultima instancia era Dios la fuente del Libro, el que Este tratado es el libro IV de su obra De Principiis (Peri
decidió su contenido y autorizó su relevancia. Entre el rabino Trifón y Archon). Orígenes consideraba la Biblia como dada por Dios
el filosofo cristiano Justino, a mediados del siglo segundo, se daba una para bien de cualquier lector que se acercase al texto sagrado. Por
eso, ya al principio de su exposición trata de convencer al lector
por los antiguos, comenzó a ser habitualmente negada después de la gran crisis de la edad
de que la Biblia goza del carisma de la inspiración divina. El
moderna. Fue sobre todo el abandono de la fe en la inspiración la que adjudicó a ta biblia autor señala el rápido desarrollo de la Iglesia (IV, 1,2), el cumpli­
[los libros] un inequívoco sentido plural y la vació la misma delimitación del canon de c u a l ­ miento de las profecías (IV, 1,3-6) y la experiencia personal de
quier significado no contingente o convencional. Porque, si las Escrituras no tienen un ori­
gen divino, tampoco hay ninguna razón para que sea un corpus unitario de libros sagrados,
recopilados y distintos en cuanto sagrados —aunque los libros individuales puedan to d a v í a
juntarse, pero de un modo puramente extrínseco, con obras análogas por género literario, o 171 C. KANNENGIESSER, «The Bible as Read in the Early Church. Patristic Exegesis and
cercanos por temática, área o época de composición» (Neri, La crisi bíblica..., o.c., 27). its Presuppositions»: Conc (1991) 29.
170 Ibid., 13. 172 Ibíd.
312 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 313

cada uno de los lectores del texto sagrado (IV, 1,6), en los qUe ve bales. No me creas ni siquiera a mí [...] Cree a quien te lo anuncia lle­
las pruebas de la procedencia divina de la Biblia 173. Su convic vando las pruebas que deduce de la Sagrada Escritura 175.
ción de la inspiración bíblica y su razonamiento están expresa­
dos con las siguientes palabras: Finalmente Agustín, al debatir la cuestión de la autoridad de
la LXX, muestra claramente su presupuesto principal de la ins­
Demostrando brevemente la divinidad de Jesús y aduciendo las p ir a c ió n bíblica. Basta con oír sus palabras:
profecías sobre él, nosotros juntos demostramos que están inspiradas
por Dios las escrituras que le profetizan, las palabras que anuncian su Por consiguiente, si, como es debido, no vemos en aquellas Escri­
venida y su enseñanza, pronunciadas con poder y autoridad, y que por turas sino lo que ha dicho el Espíritu de Dios por medio de los hom­
eso han conquistado la flor y nata de las naciones [...] Y quien con cu i­ bres, cuanto se encuentra en el texto hebreo y no en los Setenta, se ve
dado y atención se ocupa de los escritos proféticos, probando por esta que el Espíritu de Dios no quiso decirlo por medio de éstos, sino por
lectura el sentido de la inspiración divina, por esta sensación se con­ medio de aquellos profetas. En cambio, cuanto se encuentre en los
vencerá de que no son obra de humanos los escritos que nosotros cree­ Setenta, y falta en hebreo, quiso el mismo Espíritu decirlo por medio
mos de origen divino 174. de aquellos mejor que por estos, manifestando así que unos y otros
fueron profetas 176.
Los demás Padres acogen igualmente sin dudar el presupues­
to fundamental de la inspiración bíblica. Ireneo defiende la uni­ Todo esto nos obliga a reconocer en la fe en la inspiración de
dad de la Biblia, subrayando precisamente el hecho de la inspi­ la Biblia un presupuesto fundamental del acercamiento patrísti-
ración divina tanto del Nuevo como del Antiguo Testamento co a las Sagradas Escrituras. La Biblia está inspirada por Dios, la
(Adversus haereses IV,32). Aunque la diversidad de ambos Testa­ Biblia proviene de Dios mismo. En este presupuesto la posición
mentos es evidente, los dos han sido dados por el mismo y único d e los Padres de la Iglesia y la de B. S. Childs están exactamente
Dios, por el bien de los que deben ser llamados a la fe en él. La d e acuerdo. Pero la semejanza no se limita solo a esto. Las dos
misma doctrina encontramos en el pensamiento de Clemente de posiciones concuerdan también en la cuestión del efecto inme­
Alejandría (StToynatct 11,29). Cirilo de Jerusalén ve en la inspira­ diato de esta inspiración. Tanto para Childs como para los
ción bíblica la garantía para mantener la autoridad primordial de Padres, la Biblia, desde el momento en que es inspirada, es reco­
las Escrituras en cada modalidad de reflexión teológica. En sus nocida como un mediador entre Dios y los hombres. La Biblia
Catequesis Cirilo escribe: es considerada un canal de transmisión de la voluntad divina.
Concluyendo, podemos ver que el presupuesto metodológico de
Uno es el que todo lo santifica y diviniza, el Espíritu Santo que ha Childs, referente a la inspiración de la Escritura, está completa­
hablado tanto a través de la Ley como a través de los Profetas, tanto
mente de acuerdo con la interpretación patrística de la Biblia.
en el Antiguo como en el Nuevo Testamento [...] Cuando tratamos de
los sacrosantos y divinos misterios de la fe, debemos no decir palabras Nos queda todavía el tercer presupuesto de Childs, el unido a
a la ligera sino tomar las pruebas de la Sagrada Escritura, sin falsear su la dimensión eclesial de la Biblia. Debemos responder a la pre­
sentido con discursos infundados o argumentaciones puramente ver- gunta de si los Padres están de acuerdo con la tesis de Childs de
que la Biblia es un Libro de la Iglesia; un Libro que hay que inter­
^ 173 Cf. K. FROEHLICH (ed.), Biblical Interpretation in the Early Church. Sources ofEarly pretar en la Iglesia, prestando atención a su fe y a sus necesidades.
Christian Thought (Filadelfia 1984) 17, 48-54.
174 O r í g e n e s , De Principas IV, 1,6. La traducción está tomada de la edición p r e p a r a d a
por M. Simonetti (Turín 1968) 490s. Para Orígenes la Sagrada Escritura no está solo ins­ 175C i r i l o d e J e r u s a l é n , Catechesi IV, 15-16; la traducción está tomada de la edición de
pirada por Dios, sino que, como palabra divina, se identifica con Cristo (Logos = p a l a b r a ó . Riggi (Roma 1993) 92.
de Dios). Cf. S im o n e tti, Lettera e/o allegoria..., o.c., 78. 176A g u s t í n , La ciudad de Dios XVIII,43 (traducción: BAC 2009).
314 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 315

La respuesta solo puede ser una: seguramente sí. Para l0s Por eso se debe escuchar a los presbíteros que están en la Iglesia:
Padres resulta obvio que las Escrituras están estrechamente uni­ ellos son los sucesores de los apóstoles, como hemos demostrado, y
con la sucesión en el episcopado han recibido el carisma seguro de la
das a la Iglesia. Será oportuno ahora oír de nuevo la voz de
verdad conforme al beneplácito del Padre 179.
Ch. Kannengiesser, que ve en la necesidad del uso eclesial otro
presupuesto fundamental de la exégesis patrística. En su artícu­
También Tertuliano, en su De Praescriptione (ca. 200 d.C.),
lo dedicado a los presupuestos de la interpretación bíblica de los
ve así la relación entre la fe y la Escritura:
Padres, Kannengiesser escribía:
Por tanto, no se debe desafiar al adversario a competir contigo
Otra categoría básica determinó el nacimiento y todo el desarrollo en el plano de las Escrituras, ni litigar en los campos en los que la
posterior de la exégesis patrística: la Escritura tiene sentido solo cuando victoria o no existe o es incierta o es poco cierta. Ya que, aunque la
se interpreta en y para la Iglesia. En síntesis, la Escritura es eclesiástica. [...] confrontación de las Escrituras no llevase a un resultado de empate
El lote completo de escritos del Antiguo y Nuevo Testamento fue entre los dos contendientes, sin embargo, el orden natural de las
recibido por muchos grupos cristianos, esparcidos por el vasto impe­ cosas requeriría tratar primero el problema que es el único que
rio romano. Constituía, cerca del final del siglo segundo, el más ín ti­ ahora se debe discutir: en concreto, quién es el responsable de la fe
mo tesoro de la Iglesia, su corazón y su alma. [...]
a la que pertenecen las Escrituras, por quién y a través de quién y
La Sagrada Escritura como tal no solo se consideraba que había cuándo y a quién ha sido encomendada esa doctrina por la cual son
sido confiada por Dios a la Iglesia, sino que se la declaraba como el formados los cristianos. De hecho, donde resulte que ha sido depo­
mensaje primario de la Iglesia. De hecho, lo que la Iglesia tenía que sitada la verdad de la doctrina y de la fe cristiana, allí se encontra­
anunciar era la Escritura; y lo que toda la Escritura articulaba de rá la verdad de las Escrituras y de la exégesis y de todas las tradi-
modo divino era la Iglesia [...] El principio básico de la recepción in i­ ■I . . 1 OA
ciones cristianas 1 .
cial y de interpretaciones posteriores de la Sagrada Escritura en la
Iglesia era siempre el mismo: la Sagrada Escritura es eclesiástica por
propia naturaleza 177. La regla de la fe actuaba de hecho en el tiempo de los Padres
como un principio hermenéutico en el acercamiento a la Biblia.
Desde la perspectiva patrística es pues absolutamente necesa­ Su desarrollo lo podemos observar en las obras de los más famo­
rio que la exégesis se realice dentro de la Iglesia. Esto significa sos escritores de la antigüedad cristiana: Ireneo, Clemente de
que la exégesis se debe realizar dentro de la fe de la Iglesia, es Alejandría, Orígenes, Tertuliano, Basilio, Agustín 181 y Vicente
decir, prestando atención a su regla de fe. de Lerins. Según los Padres, la Biblia no podía explicarse pres­
Ireneo, por ejemplo, construyó toda su teología sobre la base cindiendo de la fe común de la Iglesia. La Escritura no podía
de la Escritura y de la regla de la fe 178. Alabando la lectura actuar como una realidad autosuficiente y aislada 182. La Biblia
correcta de la Escritura, Ireneo señalaba al depósito de la fe exis­
tente en la Iglesia y custodiado por los sucesores de los apóstoles 179 I r e n e o , Adversas haeresesYd,26,\-2. La cita está tomada de la edición de Bellini-Mas-
chio (Como 21997) 360s.
como aquel que asegura la validez a dicha lectura: 180 T e r t u l i a n o , De praescriptione XIX. La cita está tomada de la edición de C. Mores-
chini (Roma 2002) 52.
Así, quien lee las Escrituras como hemos indicado [...] será un dis­ 181 Agustín puede recibir con justicia el título de teólogo de la regla de fe. En su artículo
cípulo perfecto y «semejante al administrador de una casa que saca de ‘The Regula fidei» (1998), P. S. Grech observa: «él [Agustín] puede llamarse el teólogo de
su tesoro las cosas nuevas y las antiguas» [Mt 13,52]. la Regla de Fe, que él menciona, directamente o en sus equivalentes, como regula pietatis,
regula ecclesiastica, regula veritatis, analogía fidei, alrededor de un centenar de veces, e incor­
pora todo lo que sobre ella había sido dicho antes, añadiendo su propia contribución»
177 K a n n e n g i e s s e r , «The Bible as Read...», a.c., 30s. (p-593).
178 Cf. P. S . G r e c h , «The “Regula Fidei” as a Hermenéutica! Principie in Patrisric Exe- 182 Aquí sirve de ejemplo la posición de Tertuliano, que en De praescriptione sandia que
gesis», a.c., 590. c°n los herejes no se puede dialogar invocando solo la Sagrada Escritura. Sin la regla de fe
316 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÌA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 317

era interpretada dentro de la regla de la fe, dentro de la fe trans­ patrística. Ambos acercamientos a la Biblia subrayan el vínculo
mitida y custodiada en la Iglesia183. esencial existente entre la Escritura y la Iglesia. Los dos señalan
Decir que la exégesis se debe realizar dentro de la Iglesia, en que esta conexión afecta tanto a la doctrina como a la vida ecle­
el caso de los Padres, significaba también que la exégesis debía sial en sus diversas expresiones. Los dos están de acuerdo en que
hacerse para la Iglesia, respondiendo a sus necesidades y a sus sin fijarse seriamente en este vínculo no se puede interpretar
expectativas. Continuar con una exégesis privada, estrictamente correctamente la Biblia.
científica, limitada a los círculos de los expertos, es una idea En este punto nuestro objetivo era comparar la perspectiva
totalmente contraria a la perspectiva patrística 184. La Biblia metodológica de B. S. Childs con la de los Padres de la Iglesia,
debía leerse e interpretarse en un contexto eclesial. Debía estu­ teniendo en cuenta los tres presupuestos del acercamiento canóni­
diarse con el objetivo de nutrir y guiar a la Iglesia 185. Tanto la co: la unidad de la Biblia, la inspiración y la dimensión eclesial de la
Biblia como el estudio de la misma debía ser verdaderamente Escritura. En los tres casos hemos llegado a la conclusión de que las
eclesial. Kannengiesser lo describe con las siguientes palabras: dos posiciones están de acuerdo. De hecho, los tres presupuestos de
Childs, que fundamentan toda su propuesta, poseen también un
En positivo, la naturaleza eclesiástica de la exégesis patrística exigía
líderes intelectuales que sirviesen exclusivamente a sus com unidades
papel fundamental en la hermenéutica bíblica de los Padres. En este
eclesiales. Con sus compañeros cristianos, estos líderes com partieron caso, los presupuestos metodológicos de B. S. Childs son exacta­
una experiencia de grupo firmemente regulada. La Biblia circulaba en mente iguales a los presupuestos de los Padres de la Iglesia.
todas las circunstancias de la vida comunitaria. [...] Puesto que Childs conoce a los Padres y los cita en sus publica­
Las reuniones litúrgicas, la oración común o individual, los proce­ ciones, podemos sin duda hablar de cierto influjo del pensamiento
sos catequéticos, las festividades, las visitas y comunicados de un grupo
a otro marcaron el movimiento cristiano en sus primeras etapas, duran­
patrístico en la metodología del estudioso de Yale. Concluyendo,
te el primer y segundo siglo d.C. Como la única fuente de la revelación parece pues no ser exagerado llamar a estos tres presupuestos fun­
divina, la Biblia aseguró la regulación esencial de toda la estructuración damentales del acercamiento canónico con el nombre de presu­
intelectual e institucional de los estilos de vida cristianos 186. puestos verdaderamente patrísticos.

La unión de la interpretación bíblica con la Iglesia c o n s i s t í a — La teología católica contemporánea


no solo en el vínculo con la fe de esta Iglesia, sino también en
una fuerte conexión con la vida eclesial, en sus diversas expre­ En los puntos precedentes hemos recorrido la presencia de los
siones particulares y en sus expectativas. tres presupuestos metodológicos, importantes para la orienta­
Resumiendo todo lo dicho más arriba, sería difícil no p e rc ib ir ción del concepto de canon en el sistema de Childs, en los docu­
la clara semejanza que hay entre la posición de B. S. Childs y la mentos oficiales de la Iglesia católica y en la literatura patrística.
En el punto presente queremos buscar la presencia de estos pre­
la Escritura puede ser ambigua y los herejes pueden interpretarla a su manera. Por eso, la supuestos en las publicaciones teológicas contemporáneas de los
regla de fe es necesaria para entender correctamente la Escritura. Cf. TERTULIANO, De príl' teólogos católicos.
escriptione XV-XIX, XXXVII-XL.
1 3 Para una presentación del desarrollo del concepto de regla de fe y de su a p l i c a c i ó n en
Según nuestro esquema precedente, comenzamos con el pre­
la exégesis patrística, cf. GRECH, «The “Regula Fidei” [...] in Patristic Exegesis», a.c.» supuesto de la unidad de la Biblia. The International Bible Com-
589-601. nientary^7, publicado recientemente, lleva por subtítulo A Cat-
184 Cf. K a n n e n g i e s s e r , «The Bible as Read...», a.c., 31.
185 Cf. ibíd., 3 ls.
186 Ibíd., 32. E 7 w . R . F a r m e r (e d .), The International Bible Commentary..., o .c .
318 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 319

holic and Ecumenical Commentary for the Tiventy-First Centur te m a s están naturalmente conectados con la única historia de la
(Un comentario católico y ecuménico para el siglo veintiuno). Pare­ que se desarrolla dentro de toda la Biblia, atravesando
s a lv a c ió n ,
ce pues oportuno comenzar por esta publicación, tanto porque lo s distintos libros191. Todo esto nos empuja a considerar y aco­
es una publicación intencionadamente católica, tanto porque es ge r la colección de libros bíblicos como un único libro, inter­
realmente reciente (aspira de hecho a ser un comentario para el p r e t a d o como tal por sus lectores. Levoratti escribe:
siglo veintiuno).
El artículo dedicado a las reglas de interpretación de la Para el cristiano, el AT y el N T son movimientos de una gran sin­
fonía, en que un movimiento llama al otro. El mensaje profètico de
Biblia 188, que forma parte del comentario, ha sido escrito por salvación anuncia un nuevo acto salvador fundamental de Dios que
A. J. Levoratti, profesor de Antiguo Testamento en el seminario apunta más allá del AT. Por tanto, el verdadero acercamiento católico
mayor de La Plata, Argentina, y miembro de la Pontificia C om i­ a la Biblia toma en serio el canon completo de las Escrituras: por una
sión Bíblica. En su artículo, Levoratti trata de diversas cuestiones parte, ningún texto individual debería tomarse aisladamente de la
hermenéuticas. Junto al problema de la unidad de la Biblia, habla totalidad del mensaje bíblico, y por otra parte, el intérprete católico
debe darse cuenta de que el mensaje bíblico completo encuentra en
de la dimensión histórica de la Escritura, de los problemas vin­
última instancia su significado en relación con el misterio pascual de
culados a la Biblia vista como una obra literaria, del significado y la muerte y resurrección de Cristo 192.
de los diversos sentidos de la Escritura, de los presupuestos inter­
pretativos, del papel del lector en el proceso de la interpretación, Del hecho de la unidad bíblica proviene una exigencia her­
de la relación entre Escritura y Tradición, y de la actualización. menéutica concreta: cada texto bíblico particular está orientado
El autor habla de la unidad de la Biblia justo después de la en la perspectiva general de toda la Biblia. Cada texto forma
introducción de su artículo, en el punto I. Se puede percibir la parte de la totalidad. Por eso, el mensaje de un texto también
importancia dada a este problema al tratarlo el primero, y, de debe participar del mensaje de todo el conjunto de la Escritura.
hecho, es llamado el Primer Principio (First P r in c ip ie )^ . Al mismo tiempo hay que recordar que el acontecimiento cen­
Levoratti abre este punto con la afirmación de la unidad esen­ tral de la historia de la salvación — e igualmente un elemento
cial de toda la Biblia: unificante de toda esta historia— es el acontecimiento pascual
Es uno y el mismo Dios quien revela su divino deseo salvífico y
de Jesucristo.
plan redentor en cada uno de los Testamentos. Consecuentemente Pero Levoratti no quiere negar que dentro de la Biblia encon­
hay una similitud fundamental entre el AT y el N T que reside en tramos una gran diversidad. Por eso observa que la unidad bíbli­
ideas, creencias y lenguaje comunes. Todos los grandes temas bíblicos ca no es una cosa obviamente percibida. Es más bien algo a
— Dios, Templo, elección, alianza, sacrificio, justicia, redención, peca­ investigar. La unidad de la Biblia es una unidad en la diversidad:
do— están presentes en ambos Testamentos, y puede demostrarse que
unidad a encontrar en la variedad de testimonios bíblicos y en la
la presencia de estos temas comunes no es accidental sino orgánica
dinámica del proceso de crecimiento del texto y de la revelación
en la historia. Por eso, el autor observa:
La unidad de la Biblia procede, pues, del común Autor prin­
cipal, que es Dios.También viene del compartir los mismos c o n ­ Esto significa que para una comprensión satisfactoria de toda la
ceptos religiosos y de la presencia de temas comunes. E s t o s Biblia es esencial mantener el sentido histórico junto a una percepción
del hilo continuo que corre a través de todos los libros del AT y del
188 A. J . L e v o r a t t i , «H ow to Interpret the Bible», en ibíd., 9-35.
189 Cf. ibíd., 11. 191 C f. ibíd., 12s.
190 Ibíd., 1 ls . 192 Ibíd., 13.
320 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 321

NT. La diversidad y la unidad deben percibirse juntas en la Biblia una atención notable a la cuestión de la unidad de la Escritura.
el esfuerzo por hacer decir la misma cosa al AT y al N T es falsificar £ sta cuestión es tratada aquí como el primer principio interpre­
ambos Testamentos 193. ta tiv o (p. 11-13), y retomada más adelante en puntos sucesivos
del artículo (p. 13-15; 30-32). La cuestión no solo está presente,
En esta afirmación el autor quiere relacionar la unidad inter­ s in o que es verdaderamente esencial.
na de la Biblia con la variedad de material de la literatura bíbli­ La unidad de la Biblia también es considerado un tema
ca. Alguno podría fácilmente descubrir aquí una afinidad con la im portante en el artículo del famoso teólogo americano
preocupación de Childs: mantener la unidad interna de la A. Dulles s.j. El artículo «The Authority of Scripture: A Catho-
Biblia, percibiendo al mismo tiempo las voces diversas de los tes­ lic Perspective» (La autoridad de la Escritura: una perspectiva
timonios varios del Nuevo y Antiguo Testamento. La semejanza católica) forma parte del libro Scripture in the Jewish and Chris-
no es casual. Levoratti conoce la propuesta de Childs y en otro tian Traditions (La Escritura en las tradiciones judía y cristiana),
punto ofrece bastante espacio de su artículo a una reflexión editado por F. E. Greenspahn 197. Merece la pena prestar aten­
explícita sobre el acercamiento canónico194. Es otro indicio evi­ ción al artículo de Dulles aquí recogido, porque el libro trata de
dente de la importancia que el autor da al problema de la uni­ definir las características más significativas del acercamiento de
dad de la Biblia. las diversas denominaciones religiosas a la Biblia. La presenta­
En este punto, titulado The Bible as a Whole (La Biblia como ción de Dulles quiere mostrar las características más importantes
una totalidad), el autor presenta y comenta la lectura unitaria de del acercamiento católico.
la Biblia. Aunque es escéptico respecto a la exclusividad del valor En el artículo del autor americano el tema de la unidad bíbli­
del sentido canónico de los textos195, Levoratti acepta la necesi­ ca está naturalmente presente. En la parte dedicada a la inter­
dad de tener en cuenta la totalidad de la revelación, en la totali­ pretación Dulles escribe:
dad de la Biblia. Esto significa que es necesario entender la parte
a la luz de la totalidad. En el artículo leemos: Finalmente, varios teólogos sostienen que el canon une a los libros
bíblicos en una colección única, en la que cada libro puede ser legíti­
Además, la Iglesia acepta la armonía de toda la Biblia, que brota mamente interpretado a la luz de los otros. En cierta medida, los edi­
de su inspiración por Dios y de unidad testimonial de la única revela­ tores del canon pretendieron que las diversas tradiciones debieran
ción de Dios. Se debe investigar toda la revelación en toda la Biblia. leerse con referencia a las otras. El significado de la Escritura, enton­
El criterio para comprender las partes de la Biblia es el testigo escritu- ces, no sería necesariamente el significado de un texto dado tomado
rístico completo. Este es un principio de la catolicidad de la Iglesia196. aisladamente, sino más bien el significado resultante de todos los tex­
tos, del mismo modo que el significado de una película-documental
Se confirma, pues, la importancia de la lectura unitaria de la no sería el significado de las secciones particulares hechas bajo un
aspecto o bajo otro 198.
Biblia y consecuentemente la importancia de la unidad de la Es­
critura como tal.
El hecho de la unidad bíblica hace posible la interpretación
El artículo de Levoratti, que quiere reflexionar sobre las reglas
intertextual dentro del canon bíblico. El significado de la Biblia
más importantes de la interpretación católica de la Biblia, presta

193 Ibíd. 197 F. E. GREENSPAHN (ed.), Scripture in the Jewish and Christian Traditions. Authority,
194 Cf. ibíd., 30-32. Interpretation, Relevance (Nashville 1982). El artículo de A. Dulles está en las p.14-40.
195 Cf. ibíd., 31s. 1 A. D u l l e s , «The Authority of Scripture. A Catholic Perspective», en GREENSPAHN
196 Ibíd., 31. (ed.), ibíd., 29.
322 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA 323
C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS

es el significado de todos los libros vistos en su totalidad y es en d e s a r r o llo de la revelación, la unidad de la Escritura y su ine­
última instancia el significado de la Biblia acogida como un único rr a n c ia . A nosotros nos basta con ver que el concepto de la uni­
Libro. Dulles cita la DV (n.° 12 y 16) para apoyar esta opinión d a d bíblica juega un papel fundamental en su propuesta, y la
El hecho de poner la reflexión del problema, por parte de ir n p o r t a n c ia de esta unidad está claramente señalada.
Dulles, entre las características importantes de la interpretación También en las publicaciones católicas más recientes pode­
católica se apoya no solo en los documentos oficiales de la Igle­ m o s constatar la atención dada a la cuestión que nos ocupa. Un
sia, sino también en las publicaciones teológicas católicas. Por e je m p lo es la obra colectiva salida bajo el título Lesegesi cristiana
ejemplo, en el último año del Concilio Vaticano II (1965), oggi (La exégesis cristiana hoy) 204. De los cinco autores que con­
N. Lohfink s.j. publicó un libro basado en la idea de la unidad t r ib u y e r o n en este volumen, tres señalan expresamente la impor­
de la Biblia. El libro se llamaba Das Siegeslied am Schilfmeer (El t a n c ia del tema tratado.
cántico victorioso en el M ar Rojo)1^ , pronto traducido al francés, En sus deseos finales, que concluyen su artículo sobre los
italiano, español e inglés. La regla hermenéutica principal, problemas de la exégesis contem poránea205, el cardenal Ratzin­
defendida en esta publicación, era la convicción de que cada ger escribe: «Finalmente, el exegeta debe darse cuenta de que no
libro de la Biblia se debe interpretar en todo el contexto del pisa un terreno neutral, por encima o desde fuera de la historia
canon, así como cada texto particular a la luz de la totalidad. La y de la Iglesia. Pretender que se pueda acceder directamente a lo
semejanza con la posterior posición de Childs es notable. que es puramente histórico no puede producir sino cortocircui­
Lohfink había presentado la teoría de su propuesta un año tos. El prim er presupuesto de toda exégesis es aceptar la Biblia
antes en el artículo «Über die Irrtumslosigkeit und die Einheit como un único libro» 206. El valor hermenéutico de la unidad
der Schrift» (Sobre la inerrancia y la unidad de la Escritura) 200, bíblica es de nuevo confirmado. Como en el artículo de Levo-
incluido después tam bién en el libro Das Siegeslied am Shilf- ratti, abordado más arriba, la unidad de la Biblia se define como
meer201. Conectando el problema de la inerrancia con el de la el primer principio, así que también aquí es definida como el pri­
unidad de la Biblia, Lohfink subrayaba que la Biblia es plena­ mer presupuesto.
mente verdadera solo como unidad y totalidad202: I. De La Potterie dedica un punto entero de su artículo a la
cuestión de la unidad de la Escritura 207. Según este autor el
El proceso de la inspiración empezó muy atrás en el pasado de la
historia de Israel. En cualquier caso, continúa en el Nuevo Testamen­ hecho de la unidad bíblica es un elemento fundamental en la
to y apunta finalmente a un libro solo, la Biblia. Este libro, pues, es el interpretación de la Biblia:
que tiene inerrancia 203.
Del principio teológico que apenas hemos enunciado se deriva
una consecuencia fundamental para la interpretación, a saber, que
No pertenece a nuestro objetivo pararse ahora en el p r o b le m a
toda la Biblia constituye una unidad. Además del trabajo inmediato
más im portante que Lohfink revisa: el de la relación entre el sobre este o aquel pasaje, que supone la primera tarea del exegeta, se
le impone un principio de una unidad más amplia, la cual, más allá
199 N. LOHFINK, Das Siegeslied. am Schiljmeer (Francfort 1965). de los textos particulares, más allá de los diversos libros, más allá de
200 Íd., «Über die Irrtumslosigkeit und die Einheit der Schrift»: S Z 174 (1964) 161-181-
En nuestro trabajo nos servimos de la traducción inglesa del artículo: ÍD., «The Inerrancy
and the and the Unity of Scripture», en D. J. M c C a r t h y - W. B. C a l l e n (eds.), Modern 204 P A C O M IO (ed.), L’esegesi cristiana oggi, o.c., en donde encontramos artículos de I. de
Biblical Studies. An Anthology from Theology Digest (Milwaukee 1967) 31-42. La Potterie, R. Guardini, J. Ratzinger, G. Colombo y E. Bianchi.
201 Páginas 44-80. 205 R A T Z IN G E R , «L’interpretazione biblica in conflitto», a.c., 93-125.
202 Cf. ibíd., 38s. 206 Ibíd., 124s.
203 Ibíd., 38. 207 Cf. I. DE L a P o t t e r i e , «L’esegesi biblica scienza della fede», a.c., 147-150.
C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 325
324 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA

los dos Testamentos, acoge en sí a toda la Escritura, que está re muestra como una condición imprescindible para conseguir
en Cristo208. ‘ ntrada Sna interpretación plena y fructífera de la Escritura213.
La última publicación que queremos mencionar como ejem-
El autor encuentra la doctrina de la unidad bíblica en la he lo es el libro de U. Neri, La crisi biblica dell'età moderna: pro­
menéutica de los autores del Nuevo Testamento, de los Padres d~ blemi e prospettive (1996). De hecho, el libro parece útil para el
la Iglesia y de la Constitución conciliar D V 209. Señala tambié6 objetivo de este punto de nuestro trabajo, pues trata de apuntar
el redescubrimiento de la unidad bíblica en los estudios literario^ lo s problemas más agudos de la exégesis moderna y de buscar
contem poráneos210. Su opinión respecto a la cuestión q u e nos posibles soluciones.
interesa es por tanto clara: el presupuesto de la unidad de la El libro se ocupa del efecto surgido de la aplicación del méto­
Biblia tiene un valor esencial en el proceso de la interpretación do histórico-crítico en el estudio de la Biblia. Uno de los efectos
También E. Bianchi reserva un punto completo de su artículo negativos, señalados en la primera parte del libro, es la enorme
al tema en cuestión21 b El artículo está dedicado al problema de la fragmentación de la Escritura214. Así, en la segunda parte, dedi­
lectura espiritual de la Biblia hoy, y Bianchi ve claramente el g ra n cada a las perspectivas de la exégesis, como remedio y antídoto a
papel de la unidad bíblica en la realización de esta lectura. Al ini­ este problema, propone prestar una atención mayor a la unidad
cio del punto dedicado al fenómeno de la unidad de la Escritura, de la Escritura. Neri escribe:
refiriéndose a la enseñanza del Vaticano II, el autor escribe:
Si hoy de hecho — com o ha sido justam ente observado— «se
La postura de «escucha religiosa de la Palabra de Dios» (D V 1) que im pone a la com unidad creyente la tarea de construir algo así com o
se expresa con «la interpretación de la Escritura en el m ism o Espíritu una teología de la exégesis» [P. ToiNET, Pour une théologie, p. 10], de
con el que ha sido escrita» (DV 12) implica la consideración de la esa teología, o más elem entalm ente, de cualquier posibilidad de com ­
«unidad de toda la Escritura» (DV 12). Solo esta unidad de la Escri­ prensión verdadera de la Escritura, la recuperación de su u n id a d es el
tura, sobre la que se funda su uso litúrgico, permite concebir y salva­ presupuesto primero y la condición imprescindible 215.
guardar su aspecto sacramental, su cualidad reveladora, inspirante, y
su ser encarnación de la Palabra. Puesto así el primado de la escucha Es difícil encontrar una expresión más clara de la convicción de
para una interpretación espiritual y eclesial de la Escritura, conviene la importancia fundamental de la unidad bíblica en el estudio de
especificar que la Biblia a escuchar es la que se nos presenta a nosotros
como el texto actual y canónico212.
la Escritura. Neri recuerda que esta importancia ha sido firme­
mente reconocida en la Iglesia desde los Padres hasta el Concilio
Vaticano II. Muestra también las manifestaciones de unidad den­
Bianchi señala después las diversas manifestaciones de esta
unidad interna de la Biblia. La ve en el fenómeno del canon bíbli- tro de la Biblia216. Todo esto lo conduce a una conclusión que
todavía aquilata más su seria consideración de la cuestión de la
co, en la posibilidad de tipología, en el fenómeno unificante de la
persona de Jesucristo y de su misterio pascual. Todo esto m uestra unidad bíblica:
el peso que el autor otorga a este problema. La unidad de la Biblia Si en efecto — podem os concluir— la B iblia aparece com o «un
único libro», «revestido de unidad interna sobre todo para la teolo-

208 Ibíd., I47s.


209 Cf. ibíd., I48s.
210 Como ejemplo, De La Potterie indica el libro de N. F rye , The Great Code. The Bible 213 Cf. ibíd., 253, 257-261.
and Literature (Londres - Nueva York 1982). 214 Cf. ibíd., 27-31.
211 E. B i a n c h i , «La lettura spirituale della Scrittura oggi», a.c., 251-264 215 Ibíd., 40. La cursiva es nuestra.
212 Ibíd., 251. 216 C f ibíd., 4ls.
326 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 327

gía» 217, conviene sin embargo subrayar que tal unidad — que la merece la pena dirigir ahora nuestra atención es a la cuestión de
invade en cada una de sus partes, explica sus desarrollos y sus cone­ la actualidad del tema en sí. ¿La inspiración de la Biblia es algo
xiones, y constituye su contenido más específico y relevante es demasiado obvio como para atraer la atención de los autores
algo ampliamente verificable en cada nivel, que se impone a la aten ­
ción de todo lector sensible y preparado: n in g ú n comentario serio e
católicos? ¿O podemos percibir algún ejemplo del interés por la
im parcial debería p o r tanto ignorarla o dejarla ensombrecida, desde el inspiración bíblica en la literatura católica contemporánea?
m om ento en que — p o r lo que se ha dicho — ella constituye uno de los Naturalmente, la inspiración bíblica es señalada por los autores
valores esenciales tanto de todo texto bíblico como de la m ism a B iblia en
710 1
católicos contemporáneos. En uno de los más recientes comenta­
su conjunto 10. rios católicos a la Biblia, The International Bible Commentary 222,
A. Levoratti muestra que tener en cuenta la inspiración de la Biblia
De nuevo podemos constatar que la cuestión de la unidad de es una condición necesaria para comprenderla bien:
la Biblia es reconocida como esencial. La posición de U. Neri
respecto a este tema es clara, confirmada todavía más en otras Así, para comprender el mensaje bíblico de un modo verdadera­
publicaciones219. Se podrían multiplicar los ejemplos de publi­ mente comprehensivo tenemos que tomar la Biblia como lo que real­
mente es: la palabra de Dios en lenguaje hum ano. El lector u oyente que
caciones interesadas en el fenómeno de la unidad bíblica, o
ignora los condicionamientos humanos de la palabra de Dios se queda
incluso basadas en este fenómeno 22°. Concluyendo, podem os hiera de la Escritura introduciendo interpretaciones arbitrarias; el lec­
constatar que se presta atención al problema de la unidad de la tor u oyente que no reconoce en las palabras de la Escritura la palabra
Biblia en las publicaciones católicas contemporáneas. El presu­ de Dios, también permanece en la superficie externa del libro sagra­
puesto de la unidad bíblica, tan im portante para la propuesta de do. [...] Solo de este modo puede establecerse, en el fundamento de
B. S. Childs, es reconocido — junto a la enseñanza oficial de la una exégesis que considere cada factor humano de los textos bíblicos,
una exégesis teológica y espiritual que descubra las intenciones y ense­
Iglesia y a la literatura patrística— también por los autores cató­ ñanzas más profundas de Dios 22L
licos contemporáneos.
Pasamos ahora al segundo presupuesto metodológico del acer­ También A. Dulles, en su presentación dedicada a la perspec­
camiento canónico, la inspiración bíblica. No queremos parar­ tiva católica de la autoridad de la Biblia, dedica un punto a este
nos demasiado en este punto, porque la doctrina y el presupues­ problem a224. En cambio, en una obra colectiva dedicada a los
to de la inspiración bíblica están firmemente presentes en el acer­ problemas de la exégesis cristiana contem poránea225, el proble­
camiento típicamente católico a la Biblia 221. A lo que quizá ma es abordado por I. de La Potterie226 y E. Bianchi227.
Paradójicamente, la importancia de la cuestión de la inspira­
217 La cita hecha por Neri está tomada de P. G R E L O T , La Bible, parole de Dieu (Tournai ción bíblica se reconoce junto a la constatación de que por
1968) 313.
218 Ibíd., 43. La cursiva es nuestra. muchos esta inspiración hoy simplemente no es tenida en cuen­
219 Cf. N e r i , Leggere la Bibbia..., o.c., 17s, 23-25. ta. I. de La Potterie, en su artículo «L’esegesi bíblica scienza della
220 Cf., por ejemplo, D O H M E N -S ó D I N G (eds.), Eine Bibel..., o.c.; D O H M E N -M u fiN E R ,
Nur die halbe Wahrheit?..., o.c.; L. S A B O U R IN , The Bible and Christ. The Unity o f the Two fede» (Exégesis bíblica ciencia de la fe), denuncia este hecho:
Testaments (Nueva York 1980); P. G R E L O T , Bible et Théologie. Ancienne Alliance - Écriture
Sainte (París 1965); Í D ., «Relations between the Oíd and New Testament in Jesús Christ»,
en R. L a t o u r e l l e - G . O ’C o l l i n s (eds.), Problems and Perspectives o f Fundamental Theo- (ed.), The International Bible Commentary..., o.c.
222 F a r m e r
logy (Nueva York 1982) 186-205; Í D ., La Bible, parole de Dieu; H. S lM IA N -Y O F R E , «Oíd 223 L e v o r a t t i ,
«Fíow to Interpret the Bible», a.c., 23s.
and New Testament: Participation and Analogy», en R. L a t o u r e l l e (ed.), Vadean IT 224 Cf. DULLES, «The Authority of Scripture...», a.c., 23-25.
Assessment and Perspectives Twenty-five Years After (Nueva York 1989) 267-298. 225 PACOMIO (ed.), L’esegesi cristiana..., o.c.
^21 Cf. R. FlSICHELLA, «Inspiration», en DFT 515-518, con la bibliografía allí e x p u e s t a ; 226 D e L a P o t t e r i e , «L’esegesi bíblica...», a.c., 127-165.
R. F. COLLINS, «Inspiration», en NJBC 1023-1033, con su bibliografía. 227 BlANCHI, «La lettura spirituale...», a.c., 215-277.
328 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 329

Se ha perdido el sentido del misterio de la Palabra de Dios, el sen­ exégesis moderna de la inspiración, tanto más hay que hablar y
tido de su unidad y de su trascendencia; y si alguna vez se repite, por
profundizar en el tema. Hay que actuar de este modo, pues es un
costumbre, la teoría del hagiógrafo-instrum ento, se piensa más bien
que él sea instrumento de la cultura de su tiempo y expresión históri­ tema importantísimo sin el que no se puede interpretar correc­
ca de su ambiente: ya no es un instrumento de la revelación. En la tamente la Biblia231.
práctica, la doctrina de la inspiración queda eliminada 228. Otro contexto, en el que se reconoce la actualidad de la cuestión
de la inspiración bíblica, es el de la autoridad de la Biblia. Es una
Y después añade: tarea urgente e importante para los que reconocen en la Sagrada
Escritura una fuente fundamental para la fe y la moral evidenciar
Sobre todo es necesario darse cuenta de un hecho: existe hoy una
el valor de autoridad de la Biblia desde la perspectiva de las ciencias
incomodidad creciente en la exégesis bíblica. Un indicio: se habla
mucho de la Biblia, y nada de la Sagrada Escritura, es decir, de la bíblicas modernas. En un libro reciente, titulado The Bible, the
Biblia como libro inspirado. [...] Church and Authority (La Biblia, la Iglesia y Autoridad) 232, Joseph
En nuestros días los exegetas siguen estudiando ciertamente la T. Lienhard s.j. muestra la mutua relación y el apoyo recíproco que
doctrina religiosa de los escritos bíblicos desde un punto de vista a la hay entre la inspiración y la autoridad de la Biblia.
vez histórico y teológico; pero no se sienten para nada interpelados Después de haber reflexionado sobre el problema de la natu­
por el hecho de que la Escritura esté inspirada; no se cuestionan ya el
problema clásico del sentido espiritual de la Escritura; la tradición de raleza de la autoridad en general233 y de la autoridad en la Igle­
una interpretación propiamente cristiana de la Biblia es juzgada como sia y en el estado civil23 , Lienhard pasa a la cuestión de la auto­
inoportuna229. ridad de la Biblia235. Nada más iniciar el punto dedicado a esta
cuestión, queda claro que la autoridad bíblica está estrechamen­
De La Potterie ve el problema de haber dejado de lado la ins­ te unida a la inspiración de la Biblia:
piración bíblica. El problema es especialmente agudo porque el
Concilio Vaticano II ha abierto, según nuestro autor, nuevas ¿Qué es la autoridad de la Biblia? Se podrían recoger una gran
variedad de respuestas [...] La mayoría de los cristianos estarían de
perspectivas para un desarrollo de la doctrina en cuestión. El acuerdo con la afirmación «La Biblia tiene autoridad», es decir, puede
Concilio ha ofrecido un nuevo uso del concepto de autor de los pedir lealtad y obediencia con derecho y dignidad. Pero decir que la
textos bíblicos y un nuevo v estrecho vínculo entre la inspiración Biblia tiene autoridad es comenzar un reflexión que no tiene fin.
y la verdad en la Biblia23 . Pero estas perspectivas no han sido La teología cristiana tiene varios términos para hablar de la auto­
aprovechadas nunca: no es de extrañar si consideramos la ten­ ridad de la Biblia. Uno es «canon». O tro es «inspiración». Otro es
«inerrancia» e «infalibilidad». «Inspiración» es la categoría fundam ental.
dencia a la marginación [de la inspiración] arriba indicada. La
La inerrancia y la in falibilidad son consecuencias que se derivan de la
conclusión es obvia: es necesario renovar nuestra atención a la afirm ación de la inspiración, las cuales se m anifiestan como aspectos p a r­
importante cuestión de la inspiración bíblica. ticulares e implicaciones de la inspiración1^ .
La importancia y la actualidad de la cuestión de la inspiración
de la Biblia es reconocida aquí en el contexto de la situación de 231 La misma importancia al acercamiento a la Biblia como Palabra de Dios inspirada se
la exégesis moderna. Cuanto más frecuentemente se olvida la da claramente en el segundo artículo del mismo volumen, escrito por E. Bianchi, titulado
«La lettura spirituale della Scrittura oggi», 215-277.
232 J. T. L IE N H A R D , The Bible, the Church, and Authority. The Canon o f the Christian
«L’esegesi bíblica...», a.c., 139.
228 D e L a P o t t e r ie , Bible in History and Theology, o.c.
229 Ibid., 139, 141. como apoyo a su tesis, el autor pone los ejemplos de O. LORETZ, 233 Cf. ibíd., 73-76.
Das Ende der Inspirationstheologie. Chancen eines Neubeginns I-II (Stuttgart 1974-19 / 6) >' 234 Cf. ibíd., 76-78.
de H. H a a g , «Streit um die Bibel unter fünf Päpsten»: ThQ 170 (1990) 241-253. 233 Cf. ibíd., 78-86.
230 Cf. D e L a P o t t e r ie , «L’esegesi bíblica...», a.c., 141-144. Ibíd., 78s; la cursiva es nuestra.
330 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE A PROPUESTA DE B. S. CHILDS 331

El autor ve en la inspiración de la Biblia la fuente más impor­ se dentro de la fe de la Iglesia. En el punto dedicado a los pre­
tante de su autoridad. De hecho, algún párrafo más adelante 10 s u p u e s t o s de los exegetas, escribe:
expresa de un modo aún más evidente:
Por otra parte, cada exegeta o lector de la Biblia se acerca al texto
El modo más común para hablar de la autoridad personal de Dios con preguntas específicas y una idea concreta del tema básico del que
presente tras la Biblia es el término «inspiración». Porque D ios la ins­ trata el texto. Si esto es cierto para la tarea más puramente histórica y
piró, la Biblia habla con la autoridad de Dios 237. crítica de la exégesis, cuánto más no jugarán un papel central nuestros
presupuestos en la amplia empresa hermenéutica de relevancia teoló­
gica y aplicación práctica. Es simplemente imposible para nosotros no
Si no se considera el hecho de la inspiración, la autoridad de llevar nuestra propia experiencia de fe y de Iglesia a los textos bíblicos.
la Biblia disminuye inmediatamente 23 . La pura selección de nuestra hermenéutica está en gran parte depen­
Si es así, la preocupación actual por reafirmar la autoridad de diendo de nuestras tradiciones, no de nuestra exégesis24 .
la Biblia debe vincularse con la preocupación por reafirmar su
inspiración. También desde esta perspectiva la cuestión de la ins­ El lugar normal para realizar la exégesis bíblica es por tanto la
piración bíblica aparece como una cuestión importante y actual. Iglesia, con su fe y con los presupuestos procedentes de esta fe.
Basándonos solo en estos ejemplos elegidos de la literatura Levoratti excluye, como hace Childs, la posibilidad de una exe-
católica contemporánea, podemos afirmar que hay un acuerdo gesis bíblica fuera de la fe de la Iglesia. De modo aún más claro,
entre la posición católica y el segundo presupuesto metodológi­ Levoratti expresa su opinión en un punto dedicado a la lectura
co del acercamiento canónico. Este presupuesto de la inspiración unitaria de la Biblia:
de la Biblia está en completa armonía tanto con la constante
doctrina católica como con la perspectiva teológica de las publi­ Esta perspectiva canónica incluye elementos de innegable valor. Es
indudablem ente cierto que la com unidad creyente provee el contexto más
caciones católicas contemporáneas.
adecuado para leer la Biblia como Sagrada Escritura. Porque los escritos
Nos queda todavía el tercer presupuesto de la propuesta de sagrados del pasado son el medio por el que Dios continua haciendo
Childs, el unido a la dimensión eclesial de la Escritura. ¿También presente su divina revelación, cualquier intento de acercarse al texto
este presupuesto, análogamente a los dos anteriores, es compar­ bíblico desde algún punto inicial supuestamente neutral y objetivo es
tido y subrayado en la literatura teológica contemporánea? Ya inapropiado para comprender su significado teológico. La exegesis teo­
lógica solo puede hacerse en un marco de f e 1¿iX.
hemos visto su presencia en los documentos oficiales de la Igle­
sia y en la perspectiva patrística. Podemos esperar, pues, que
también en las publicaciones teológicas católicas el tercer presu­ De nuevo, decir que la Iglesia representa el mejor contexto
puesto de Childs encuentre un apoyo. Trataremos de mostrar para hacer exégesis bíblica significa que esta exegesis debe reali­
brevemente algún ejemplo. zarse dentro de la fe de la Iglesia. La última frase citada arriba lo
El ya citado A. J. Levoratti, en su artículo perteneciente al afirma explícitamente.
The International Bible Commentary 239, está de acuerdo con El papel de la Iglesia, como lugar apropiado de interpretación
Childs en que un acercamiento normal a la Biblia debe realizar­ de la Biblia, también es subrayado en el DFT. Uno de los artícu­
los de J. Wicks, incluido en este diccionario, está dedicado a la
cuestión de la Iglesia como intérprete de la Escritura 242. Wicks
237 Ibíd., 79.
238 Para el tema de la inspiración como una fuente de autoridad de la Biblia, cf. también 240 Ibíd., 27.
COLLINS, «Inspiration», a.c., 1033- 241 Ibíd., 31. La cursiva es nuestra.
232 L e v o r a t t i , «H ow to Interpret the Bible», a.c., 9-35. 242 J . W i c k s , «The Church as Interpreter of Scripture», en DFT 175-177.
332 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 333

comienza su exposición afirmando la estrecha relación que hay £n este artículo el autor confirmó la obviedad, para la posición
entre la Biblia y la Iglesia: católica, de hablar de la Biblia como del Libro de la Iglesia:

En cuanto asamblea de creyentes, la Iglesia vive de la Palabra de Decir que las Escrituras son el Libro de la Iglesia no es nada nuevo.
Dios [...] Por tanto, la interpretación de la Escritura es de vital impor­ Aquí uno podría transformar la tan conocida formulación de De
tancia, y el Concilio Vaticano II se esforzó en establecer los principios Lubac, «La Iglesia hace la Eucaristía y la Eucaristía hace la Iglesia» y
de una «exégesis integral» de la Biblia. La principal afirmación her­ decir «La Iglesia hace la Biblia y la Biblia hace la Iglesia». La forma­
menéutica del concilio, D ei Verbum 12, exhorta a la recuperación his- ción conjunta del canon de la Escritura y de la Iglesia muestra esto con
tórico-crítica del sentido original o literal de los textos, pero a conti­ suficiente claridad, pero ninguna actividad en la actual vida de la Igle­
nuación sigue insistiendo en una interpretación teológica más amplia sia lo muestra mejor que la celebración de la liturgia248.
del significado de la Biblia en la perspectiva de la fe 243.
Vidal muestra la relación estrechísima entre la Iglesia y la
Aunque el autor señala la necesidad de una búsqueda cientí­ Escritura: «la Iglesia hace la Biblia y la Biblia hace la Iglesia».
fica del sentido de la Biblia, confirma al mismo tiempo la nece­ Vemos enseguida que la propuesta de Childs (interpretar la
sidad de trabajar en la perspectiva de la fe de la Iglesia. Wicks Biblia en la fe de la Iglesia y para las necesidades de la Iglesia)
desarrolla después el tema de esta m utua relación entre la comu­ encuadra muy bien en esta perspectiva así definida. De hecho,
nidad de fe y la Biblia, analizando el papel de la Tradición de la en la última frase Vidal presenta la liturgia como aquella realidad
Iglesia y del Magisterio en la interpretación de la Escritura244. que ofrece la mejor posibilidad de verificar la dimensión eclesial
Lo mismo indica A. Dulles en su artículo 245 dedicado a la de la Biblia. La preocupación de Childs por la actualización de
descripción del acercamiento católico al problema de la autori­ la Palabra de Dios va en la misma dirección.
dad de la Biblia. Dulles llama explícitamente a la Biblia con el El autor observa también el fenómeno del redescubrimiento
nombre de Libro de la Iglesia, y recuerda la posición católica, contemporáneo de la relación que hay entre la Iglesia y sus Escri­
según la cual la Iglesia, a través de su Magisterio, posee el dere­ turas. Vidal escribe:
cho y, lo que es más, la obligación de realizar los juicios referen­
tes al significado de la Biblia246. Hoy también redescubrimos la relación mutua entre Escritura y el
pueblo de Dios, o la Iglesia, de dos modos: por nuevos puntos de
En el año 1992, M. Vidal dedicó uno de sus artículos precisa­ vista en la historia de la formación de la Biblia, de su canonización,
mente al problema de la relación entre la Escritura y la Iglesia242. y de su interpretación, y a través de nuestro mayor conocimiento
respecto al texto y a la producción de significado en las interaccio­
nes con el texto mismo...249.
243 Ibid., 175.
244 Cf. ibid., 175-177. Merece la pena señalar también estos dos modos de redescu­
243 D u l l e s , «The Authority of Scripture...», a.c., 14-40.
brir la relación m utua que hay entre la Biblia y la Iglesia. Ambas
Cf. ibid., 30. Childs, en su acercamiento, no habla naturalmente del Magisterio de
la Iglesia. Pero es importante percibir la misma preocupación de tener en cuenta la pers­ concuerdan muy bien, de hecho, con el planteamiento del acer-
pectiva de la fe de su comunidad. En la Iglesia católica el Magisterio posee precisamente el camineto canónico. El primero subraya el papel de la com uni­
papel principal a la hora de definir y verbalizar esta fe. La referencia al Magisterio, por
tanto, hay que verla desde la perspectiva de la referencia a la misma fe. Y en esto ambas
dad de fe en la historia de la creación e interpretación de la Biblia
posiciones coinciden. — un papel igualmente subrayado con claridad por parte de
247 M. V id a l, «The Relationship between Scripture and Church»: Catholic Biblical Fede­
ration Bulletin «Dei Verbum» 22 (1992) 4-7. El artículo refleja la ponencia del autor duran­
te las jornadas organizadas en 1991 por la asociación bíblica Évangile et Vie, con o c a s i ó n 248 Ibíd., 4.
del 25.° aniversario de la constitución conciliar Dei Verbum. 249 Ibíd.
334 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 335

Childs. El segundo se refiere a la posibilidad de la Iglesia de tres presupuestos importantes del acercamiento canónico. Los
encontrar diversos sentidos de la Escritura dentro de la totalidad p o stu lad o s de la unidad de la Biblia, de su inspiración y de su
del texto inspirado. Esta lectura intertextual de la Biblia es obvia­ estrecha vinculación con la Iglesia como comunidad creyente
mente un tema predilecto para Childs, que promueve la visión están reconocidos y aceptados en la posición católica. Estamos
unitaria de la Escritura. pues obligados a valorar muy positivamente, desde el punto de
Se podría continuar con estos ejemplos de la atención presta­ vista católico, estos tres presupuestos metodológicos que funda­
da a la cuestión de la estrecha relación existente entre la Biblia y m e n ta n la propuesta canónica.
la Iglesia 250. Todos ellos testimonian una convicción siempre
viva en el pensamiento teológico católico: la convicción d e que
la Biblia es el Libro de la Iglesia. Es totalmente correcto, pues, b) E l concepto de canon en la propuesta metodológica
acentuar la necesidad de interpretar la Biblia dentro de los pre­ de B. S. Childs
supuestos de la fe de la Iglesia (cf. la posición de Levoratti más
arriba). También es im portante subrayar el valor del trabajo exe- En el punto anterior hemos demostrado, desde el punto de
gético para las necesidades de la Iglesia (cf. la posición d e Vidal vista católico, el valor de los presupuestos metodológicos de
mas arriba). Porque la Biblia es el Libro de la Iglesia, unido estre­ B. S. Childs que fundamentan su propuesta. Habiendo valorado
chamente tanto con su pasado como con su futuro. positivamente estos postulados preliminares del sistema, podemos
Al final de esta rápida presentación de las publicaciones cató­ pasar ahora a la parte central de la propuesta canónica, al fenóme­
licas modernas, debemos confirmar la presencia de los tres pre­ no del canon bíblico y a su uso en el acercamiento canónico.
supuestos metodológicos de Childs en la perspectiva católica. La En la parte dedicada a la descripción sistemática de la pro­
unidad de la Biblia, su inspiración y la dimensión eclesial de la puesta de Childs (capítulo II) hemos visto la complejidad de su
Escritura, las tres están presentes y son aceptadas en las publica­ concepto de canon bíblico. Antes de examinar la tesis principal
ciones católicas contemporáneas. de Childs, la de la función del canon como principio herme-
néutico para interpretar toda la Biblia, queremos abordar en este
* * *
punto de nuestro trabajo el concepto mismo de canon.
Recordamos brevemente el concepto de canon de la Biblia en
Concluyendo este punto introductorio dedicado a lo s tres el pensamiento metodológico de B. S. Childs. Como hemos
presupuestos metodológicos de Childs, que le permiten d e s a r ro ­ visto en el capítulo II 251, este concepto abarca tres realidades
llar su propuesta construida en torno al fenómeno d e l c a n o n bastante diferentes:
bíblico, podemos sacar las conclusiones finales. B a s á n d o n o s 1. el proceso canónico,
tanto en los documentos oficiales de la Iglesia, como en la lite­ 2. la colección de literatura sagrada,
ratura patrística y en la teológica contemporánea, podemos re c o ­ 3. la actividad interpretativa de un cristiano contemporáneo.
nocer la plena aceptación por parte de la posición católica d e los ¿Cómo se entiende aquí el proceso canónico? Para una des­
cripción más detallada remitimos al punto 2.b del capítulo II.
250 Cf., por ejemplo, las tres aportaciones presentes en P A C O M IO (ed.), L’esegesi cristiana Pero ahora debemos recordar brevemente que en la perspectiva
oggi, o . e . ; G U A R D IN I, «Sacra Scrittura e scienza della fede» (p.86-91); D e L a P O T T E R IE , «L’e­ metodológica de Childs este proceso se identifica con el proceso
segesi biblica scienza della fede» (p.l62s); B ia n c h i , «La lettura spirituale della S c r i t t u r a
oggi» (p.220-230). Cf. también N e r i , Leggere la Bibbia..., o.e., 31-36; F. K ö n ig , «Die Kat­
holiken und die Bibel»: Internationale katholische Zeitschrift 15/3 (1986) 200-203. 251 Cf. cap. II punto 2.b.
336 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA
C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 337

histórico y literario que se desarrolló en el ámbito de la co m u n i­ Observamos así una lógica conexión entre las dos realidades
dad creyente. Durante este proceso se realizó la recopilación, presentes en el concepto del canon, tal como se entiende en la
selección y ordenación de los textos, de modo que pudiesen ejer­ propuesta de Childs: entre el proceso canónico pretextual y la
cer un papel de autoridad en la historia de la comunidad cre­ a c t i v i d a d interpretativa postextual del lector cristiano. La reali­
yente. El proceso canónico tuvo una naturaleza típicamente her­ dad textual, el canon como colección de libros de autoridad,
menéutica: dentro de este proceso se realizó de hecho una activa constituiría un elemento de mediación entre estas dos realida­
recepción, actualización e interpretación de los textos por parte des pertenecientes al concepto de canon bíblico y al mismo
de sus transmisores. También fue im portante el efecto de este tiempo un elemento unificante de las tres realidades presentes
proceso: las tradiciones y acontecimientos, que una vez estuvie­ en este concepto ^252 .
ron vinculados con un ambiente histórico concreto y con un Como hemos señalado más arriba, el concepto de canon pre­
momento preciso, fueron puestos en un modo tal que permitie­ sentado por Childs es verdaderamente complejo. Además,
se a la Sagrada Escritura realizar su papel normativo, como Childs no usa sistemáticamente este concepto de modo ordena­
medio de transmisión de la voluntad divina, ante las generacio­ do, sino que en sus publicaciones cambia bastante libremente
nes futuras de creyentes. entre los distintos niveles conceptuales. Se puede tener, pues, la
En resumen, el proceso canónico fue el proceso de la creación impresión de una cierta confusión 253. También, Childs parece
de las Sagradas Escrituras, un proceso profundamente herme- no tener problemas con denominar a muchos aspectos del canon
néutico, realizado dentro de la comunidad creyente. Este proce­ y de su función con el mismo nombre y usarlo después libre­
so ha dejado muchos signos hermenéuticos dentro de la Biblia, mente, sin demasiada preocupación por los diversos sentidos.
que hoy hay que tener en cuenta para interpretar correctamente Basta con ver la impresión de Barr tras su lectura de IOTS:
la Sagrada Escritura. En este sentido, el concepto dinámico del
canon (traducido como regla), descrito arriba, podría definirse Canon en este libro es tratado vagamente y nada analíticamente.
como una regla de interpretación. A veces es el canon en el sentido de los limites de la Escritura; a veces
La segunda realidad escondida bajo el concepto de canon es es la forma final de un libro, en contraste con fuentes anteriores. A
veces es un abstracto, canon sin artículo determinado: Childs parece
la colección de literatura sagrada. Es un resultado del proceso no enterarse de que el comportamiento lógico del término cambia
canónico. D entro del canon, así entendido, se encuentran todos cuando el artículo se quita. A veces canon es más un contexto que un
los libros reconocidos con autoridad en la comunidad creyente. grupo de libros o la forma de unas palabras; y esto sugiere que a veces
El canon establece pues los límites, mostrando qué libros son y puede ser algo en la mente del espectador mas que algo externo real
qué libros no son reconocidos como sujetos de la autoridad y presente en el mundo. A veces es una especie de Santo Grial, un prin-
como materia principal del interés exegético cristiano. Indican­
do los límites, el canon define también al mismo tiempo el obje­ 252 e m b a r g o , esta síntesis nunca ha sido descrita asi por Childs. Queda pues como
to de interés esencial del trabajo de un exegeta cristiano. una opinión personal del autor de este trabajo.
253 Q ^ Brueggemann, en uno de sus artículos, observaba: «El lenguaje sobre el canon
El ultimo modo de entender el canon, presente en el pensa­ de Childs es resbaladizo. Algunos recensores estaban frustrados por sus términos excesiva­
miento de Childs, está unido a la actividad interpretativa del mente amplios —incluso indefinidos— : proceso canónico, (el) canon. La respuesta de
cristiano contemporáneo. No es otra cosa que un intento de Childs era decir que cuando él habla de proceso canónico solo trata de tener en cuenta la his­
toria de formación del canon, que se formó a partir del canon. Si alguien le malinterpreta,
actualización del mensaje bíblico en la situación actual. Es pues eso se da “por reemplazar mi amplio uso del término por un empleo tradicional mucho más
un proceso igual a la actualización e interpretación de los textos estrecho, haciendo así perder la fuerza a la explicación (C h ild s , «Response...», a.c., 53).
con autoridad que se realizó dentro del proceso canónico. Pero esto apenas resuelve la cuestión de qué entiende él realmente con estos términos»
( B r u e g g e m a n n , «Brevard Childs’ Canon Criticism...», a.c., 315s).
338 C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 339
IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA

cipio de finalidad y autoridad. Todos estos difícilmente se distin­ Jo la terminología arriba propuesta, en la práctica Childs no
guen... 25 . concentra su atención en la fase pretextual o en la postextual, sino
en el propio texto bíblico. Y esto significa una concentración
Por continuar con nuestro proyecto de valorar la propuesta de práctica en el canon entendido como la colección de literatura
Childs desde el punto de vista católico, nos proponemos ahora
definir un concepto de canon bíblico que tenga su correspon­ ^cra258-
¿Cómo valorar entonces el concepto de canon de la literatu­
dencia tanto en la propuesta de Childs como en la perspectiva ra bíblica, presente en la propuesta de Childs, desde el punto de
católica. De las tres realidades diversas designadas por Childs vista católico? Lo primero que viene a la mente seguramente es
con el nombre de canon, una es evidentemente la que se corres­ la lista de libros incluidos en el canon del Antiguo Testamento.
ponde con el uso ordinario con que se usa en la perspectiva cató­ Childs usa el canon protestante, excluyendo los deuterocanóni-
lica. Se trata de la colección de literatura con autoridad. De cos. A la luz de la perspectiva católica, esta posición no puede
hecho, precisamente de este modo se usa normalmente el térmi­ encontrar un gran consenso. Veamos a continuación las caracte­
no de canon en las publicaciones católicas255. En este punto de rísticas de la posición de Childs y los argumentos que aduce para
nuestro trabajo prestaremos nuestra atención en la noción de poder seguir después con nuestra valoración.
canon entendido como la colección de libros bíblicos 256. Según Childs, el canon adecuado para el trabajo exegético
^La elección de la noción de canon, entendido como la colec­ cristiano es el canon hebreo. Childs presenta la posición típica de
ción de libros bíblicos, posee argumentos a su favor también la perspectiva protestante. Pero sería una simplificación explicar
dentro de la misma propuesta canónica. De hecho, Childs, aun­ la elección de nuestro autor solo en razón de su denominación
que habla del concepto dinámico del canon (el proceso canóni­ confesional.
co), en la práctica pone el acento absolutamente predominante Un problema muy preocupante para Childs es la continuidad
en la colección de libros bíblicos presentes en el canon, en su entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Para él, los dos Testa­
forma final. En su comentario al libro de Isaías, publicado mentos dan testimonio de la misma Realidad teológica, unida
recientemente, apuntaba ya claramente al texto canónico como estrechamente a la persona de Cristo. Cada uno de los Testa­
la única realidad de autoridad, distinguiéndolo tanto del proce­ mentos habla con su voz (y hay que respetar las características
so cuanto de la actividad de interpretar la Escritura252. Utilizan- propias de estas voces), pero los dos hablan de la misma Realidad.
Los dos forman una unidad ontològica. Ademas, para Childs,
254 B a r r , «Childs’ Introducción...», a.c., 13. esta relación ontològica se refiere no solo a las dos partes de la
255 Cf., por ejemplo, B ro w n - C o llin s , «Canonicity», a.c., 1034-1054; D. J. H a r r i n g - Biblia, sino también a los dos mundos religiosos escondidos
T O N , «Canon of Scripture», en M. GLAZIER - M. K. H e l l w ig (eds.), The Modern Catholic
Enciclopedia (Collegeville M N 1994) 122s; Catecismo de la Iglesia Católica 3.IV.
detrás de estas últimas. Esta relación ontologica se refiere al judais­
Las otras dos realidades (el proceso canónico y la actividad interpretativa del lector mo y al cristianismo259.
moderno) de las cuales Childs habla conectándolas con la noción de canon, en la perspec­
tiva católica normalmente son vistas como pertenecientes a otras temáticas. Lo que Childs
entiende con el concepto de proceso canónico se ve como parte de la historia de la forma­ usarse para enriquecer el libro como un todo, mas que para fragmentarlo en voces conflic­
ción del canon (cf., por ejemplo, B r o w n -Co l l in s , «Canonicity», a.c.). La actividad del tivas de editores individuales, cada uno con su proyecto privado. Al final, es el texto canó­
lector moderno en cambio esta normalmente unida con la temática de la teoría h e r m e n é u ­ nico el que tiene autoridad, no el proceso, ni la propia comprensión del intérprete»
tica o la metodología exegetica. En nuestro trabajo no pretendemos ocuparnos directa­ (C h il d s , Isaiah, o.c., 4).
mente de estas problemáticas. En el siguiente punto se tocarán solo en la medida en que 258 En el capítulo II hemos identificado esta fuerte tendencia de Childs como un ele-
están vinculadas con el problema fundamental de la propuesta canónica: el problema del mento que lo diferencia claramente de otro representante de la corriente canónica de inter­
canon como el principio hermenéutico en la interpretación bíblica. pretación bíblica, James A. Sanders. Cf. cap. II punto 3.e.
«En última instancia, el análisis de distintas capas y crecimiento composicional debe 259 Cf., IOTS 671.
340 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA 341
C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS

Childs se opone firmemente a cualquier tentación de debili­ hebreo. Así, este canon debe tener autoridad también para los
tación de la relación de continuidad entre el m undo hebreo y el cristianos de hoy.
cristiano. La Escritura común entre cristianos y judíos (se trata La pregunta fundamental se refiere por tanto al momento de
naturalmente de los libros del Antiguo Testamento) es vista por la clausura del canon hebreo. ¿Verdaderamente se cerró este
él como un elemento im portante de esta continuidad260. Y pre­ canon antes de la llegada del cristianismo? Childs es consciente
cisamente en esta perspectiva, junto a su denominación confe­ del hecho de que varios autores son contrarios a esta opinión (cf.
sional, hay que ver su elección por el canon restringido a los Sundberg, Gese, Eissfeldt). Entonces, en B T O N T 263 presentó
libros reconocidos por el judaismo. cuatro argumentos que debían hacer plausible la tesis de la clau­
Aquí hay todavía otro elemento por señalar. Se entiende mejor sura del canon hebreo antes de la llegada del cristianismo.
la elección del canon hecha por Childs si se tiene en cuenta su El primer argumento se refiere al escritor judío Flavio Josefo. En
fuerte preocupación por establecer la forma final del texto: una Contra Apionem, Josefo habla de la colección de 22 libros de auto­
forma del texto que supondría una oposición a las reconstruccio­ ridad del judaismo. Childs entrevé en esta afirmación de Josefo la
nes literarias histórico-críticas. Si por ejemplo se pudiese probar posición del fariseísmo de los años 50, cuando el joven Josefo for­
la clausura del canon hebreo (en los límites que conocemos en maba parte de esta escuela y podía aprender fácilmente la tradición
nuestros días) antes de la venida del cristianismo, esto tendría una unida a la Sagrada Escritura. La opinión del fariseísmo de los años
gran importancia para el problema de la forma final del texto. La 50 indicaría pues la probabilidad de la clausura del canon hebreo
búsqueda de la forma final estaría estrechamente unida al texto antes de la llegada del cristianismo.
hebreo, cerrado en los límites del canon hebreo. Y esto concor­ Respecto a este argumento, sin embargo, hay que recordar
daría bien con las preferencias de Childs: con su preferencia por que se está tratando aquí la opinión de un autor particular de la
el texto masorético, como vehículo para alcanzar el texto canóni­ antigüedad 262. Además, la obra citada por Childs se data nor­
co, y con su preferencia por el canon hebreo como de autoridad malmente hacia finales del siglo I d.C. De ser así, sería difícil
también para los cristianos. La forma final estaría definida no solo comprobar si la opinión testimoniada por Josefo era reconocida
en sentido diacrònico (cerrada en el texto hebreo del siglo I d.C., más ampliamente en el periodo anterior a la caída de Jerusalén o
en oposición a los estados precedentes del desarrollo del texto) si en cambio era posterior al año 70. Hay que indicar también
sino también en sentido sincrónico (el texto cerrado en los lími­ que la referencia de Josefo a los libros que todavía no poseían un
tes del canon hebreo). Esto constituiría sin duda un apoyo signi­ nombre preciso no es suficientemente claro y manifiesta más
ficativo a la propuesta metodológica de Childs. bien la falta de un canon verdaderamente definido 263.
Veamos ahora qué argumentos presenta Childs para poder Al formular el segundo argumento, Childs presupone que el
defender su elección del canon hebreo. El argumento principal canon hebreo no se desarrolló en el orden de la secuencia históri-
que aporta es que el canon hebreo ya estaba cerrado en el
momento de aparecer el cristianismo. Y como el canon estaba 261 Cf. BTONT 59-60. Exactamente los mismos cuato argumentos fueron presentados
por Childs cuatro años antes de la BTONT, en CHILDS, «Biblische Theologie...», a.c., 17s.
cerrado y al mismo tiempo la Sagrada Escritura de los judíos fue 2^2 Además, hay que recordar que Josefo usa en el mismo libro argumentos bastante
reconocida con autoridad por los primeros cristianos, la conclu­ dudosos, como el de que el canon hebreo se cerró en el tiempo del rey persa Artajerjes (Con­
sión solo puede ser una: el cristianismo primitivo reconoció tra Apionem 1.8).
26^ La PCB señalaba esto en su reciente documento sobre las Escrituras judías: «En su
como autorizada a la Sagrada Escritura encerrada en el c a n o n Contra Apión (1.8), escrito entre el 93 y el 95, Josefo se acerca mucho a la idea de un canon
de las Escrituras, pero su vaga referencia a ciertos libros que todavía no habían recibido un
nombre (designados más tarde como “Escritos”) permite ver que el judaismo no había lle­
260 Cf. ibíd., 666. gado todavía al estadio de una colección de libros claramente definida» (EB 1701 n.31).
342 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C .3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 343

ca: Torá, Profetas y por último Escritos. Según Childs, es muy Respecto al tercer argum ento, nuestro autor observa que los
probable que los Escritos hayan salido de la subdivisión interna deuterocanónicos nunca fueron citados, ni por los libros del
de la colección no-mosaica de los Profetas, ya reconocidos como Nuevo Testamento, ni por la literatura hebrea de la época. Los
de autoridad. En tal caso sería explicable la falta de referencias a Padres de la Iglesia alejandrina (Orígenes y Atanasio), en cam­
los nombres de los Escritos, usada como argumento para retardar bio, testimonian la existencia en Alejandría de un canon com­
la datación de la clausura del canon. Los testimonios, en cambio, puesto por no más de veintidós libros. Childs ve aquí una ana­
del uso hebreo del número fijo de 22 libros (estos testimonios logía con la elección hebrea.
aparecieron en los años 90-400 d.C.) indicarían la tendencia a la Respecto a este argumento debemos señalar que al hablar de
estabilización del canon ya en el judaismo del primer siglo. Orígenes266 y Atanasio nos situamos ya en el siglo III y IV. Desde
Childs acentúa el hecho de que, aunque el contenido del canon los problemas textuales del siglo I y desde las selecciones prácticas
podía ser cambiado, el número fijo de los 22 libros se mantuvo. hechas en este tiempo en las diversas comunidades religiosas (las
Sin embargo, debemos observar enseguida que Childs aquí hebreas y las cristianas) han pasado ya varias generaciones. Ade­
solo presenta una hipótesis, a favor de la cual puede citar el nom­ más Childs solo habla de una Iglesia particular, la alejandrina.
bre de solo dos autores (Swanson y Beckwith). Además, el Si en cambio consideramos la perspectiva más amplia en el
número fijo de 22 libros puede interpretarse fácilmente como un uso de las Escrituras por parte de los Padres, llegamos a conclu­
número simbólico y no formal (22 es, de hecho, el número de siones netamente diferentes a las presentadas por Childs. El
las letras del alefato, el alfabeto hebreo). Este uso simbólico del reciente documento de la PCB, El pueblo hebreo y sus Escrituras
número 22 viene apoyado también del hecho de que varias veces Sagradas en la Biblia cristiana, observa al respecto:
los libros concretos se unían entre ellos o se separaban precisa­
E n Oriente, a partir de la época de Orígenes (entre el 185 y el
mente para poder alcanzar el número deseado. R. C. Fuller, en
253), se procuró conformar el uso cristiano al canon hebreo de 22/24
su artículo del International Bible Commentary escribe así: libros, utilizando para ello distintas combinaciones y estratagemas. El
mismo Orígenes era consciente además de la existencia de numerosas
Aunque una colección de escritos con autoridad se estableció en el diferencias textuales, a veces considerables, entre la Biblia hebrea y la
judaismo, sin embargo, el judaismo como tal no conoció ni un con­ griega. A este problema se añadía el de las distintas listas de libros. Los
cepto de canon ni el de un proceso de canonización en sentido estric­ esfuerzos realizados para adaptarse al canon y al texto hebreo no impi­
to (James B a r r , H oly Scripture: Canon, Authority, Criticism [Oxford dieron a los autores cristianos de Oriente la utilización en sus escritos
1983] 49-30). Se podría añadir que la elección arbitraria de un total de libros que no habían sido admitidos en el canon hebreo, ni el
de veintidós [...] sugiere más un simbolismo que un total exacto, empleo del texto de los Setenta para los demás. La idea de que el
como puede verse por los distintos intentos de alcanzar el total com ­ canon hebreo debía ser preferido por los cristianos no parece haber
binando o separando libros — una especie de lecho de Procusto— . La
tradición judía también propone veinticuatro como el total de libros
.266 pu(ier ^ mucho más optimista respecto a la aceptación de los deuterocanónicos por
de la colección sinagogal (cf. 2 Esd 14,18). Sirácida fue excluido, pero
parte de Orígenes. En su artículo escribe: «Aproximadamente un siglo más tarde, Orígenes
continuó como si hubiese sido incluido (tYad. 2,13) 265. (t254) también da una lista de las Escrituras, pero deja claro que la lista está “como la dic­
tan los hebreos” (Eusebio, Historia Eclesiástica 6,25). El añade, en cualquier caso, el libro de
los Macabeos. Aquí y en todas partes se preocupa en especificar que es la lista de los hebre­
Debemos admitir, pues, que el argumento de Childs se basa os. Frecuentemente cita los libros deuterocanónicos del mismo modo a como cita los pro-
en fundamentos bastante inciertos. tocanónicos, estando contenidos ambos (proto- y deuterocanónicos) en las Biblias de uso
general. “Orígenes no vio ninguna razón de por qué la Iglesia debía desprenderse de ellos
[los deuterocanónicos] solo porque los judíos no los reconociesen. Eran Escrituras de la Igle­
F a r m e r (ed.), The International Bible Commentary.,., o.c. sia” (M. F. WlLES, «Origen as a Biblical Scholar», Cambridge History o f the Bible, I, 455s)»
265 R. C. F u l l e r , «The Deuterocanonical Writings», a.c., 182. (ibíd., 184).
344 C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 345
LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA

producido en la Iglesia de Oriente una impresión profunda ni dura­ : Todos estos libros y partes de libros son de una fecha más recien­
dera (EB 1705). te que el canon hebreo, y ya hemos visto que el proceso de canoniza­
ción pudo llevar mucho tiempo. Una consecuencia sería que bastantes
oyentes estarían menos familiarizados (o incluso nada familiarizados)
El documento preparado por los exegetas católicos reconoce con estos libros. Pero mucho más importante es que este argumento
la existencia del intento por adaptar el uso cristiano de la Biblia [el argumento de que los libros deuterocanónicos deben excluirse del
al canon hebreo. Pero esta observación se considera junto a otras canon debido a la ausencia de citas de estos libros en el NT] asume
dos. Sobre todo, hay que situar el inicio de estos intentos hacia que ya existía el reconocimiento de un canon cerrado. Esto, como
hemos visto, no lo sostienen los hechos268.
el siglo III. En segundo lugar, la opinión favorable al can o n
hebreo en la Iglesia de Oriente no fue com únmente aceptada, ni
fue duradera. Y luego añade todavía:
La situación de la Iglesia en Occidente confirma la falta de Además, podemos preguntarnos razonablemente: ¿Por °lué ^ay
preferencia por el canon hebreo. El documento añade: que suponer que los escritores del N T debían estar obligados a citar
cada libro inspirado y canónico? Es interesante señalar que no menos
En Occidente se mantuvo igualmente una utilización más amplia de diecinueve de los treinta y nueve libros del canon hebreo (Josué,
de los libros sagrados, que encontró en Agustín su defensor. Cuando Jueces, 1 Samuel, 2 Reyes, 1 y 2 Crónicas, Esdras-Nehemías, Ester,
se trató sobre la selección de los libros que había que incluir en el Rut, Eclesiastés, Cantar de los Cantares, Ezequiel, Lamentaciones,
canon, Agustín (354-430) basó su juicio en la práctica constante de la Jonás, Abdías, Nahum, Sofonías y Ageo) no son citados por Jesús ni
Iglesia. A principios del siglo V algunos concilios aceptaron su posi­ los apóstoles. ¿Arroja esto dudas sobre su canonicidad ?26
ción para fijar el canon del Antiguo Testamento. Por más que aquellos
concilios fueron solo regionales, la unanimidad expresada en sus listas Así, tanto la difusión y la costumbre de los oyentes (cf. la prime­
los hace representativos del uso eclesial en Occidente (EB 1706). ra cita de arriba), como la elección libre de los autores del N T (cf. la
segunda cita) pueden ayudar a entender por qué las referencias tex­
Debemos concluir pues que la praxis constatada tanto en tuales se concentran solo en algunos libros del Antiguo Testamento.
Oriente como en el Occidente cristiano no favorece la obliga­ El cuarto y último argumento aducido por Childs se refiere a
ción de aceptar el canon hebreo por parte de los cristianos. la historia del texto masorético. Según nuestro autor, los descu­
El argumento de la falta de referencias a los deuterocanónicos brimientos de los manuscritos antiguos (por ejemplo de Qum -
tampoco es muy fuerte. Se pueden indicar referencias implícitas rán) apoyan la tesis de un alto nivel de estabilización del texto
a estos libros en el NT, como por ejemplo 1 Pe 1,6 a Sab 3,5-7, hebreo ya antes del año 70. Además, Childs señala que algunas
Heb 11,35 a 2 Mac 7,9.11.14.23.29.36 o en Rom 1,18-21 a recensiones de traducciones griegas (la recensión proto-Luciana
Sab 13,1-9 267. Pero hay también otras explicaciones razonables del siglo I a.C. y la recensión proto-Teodociana del siglo I d.C.)
sobre el problema tratado. R. C. Fuller, en su artículo «The Deu- intentaron acercar el texto griego al hebreo. Para nuestro autor la
terocanonical Writings», escribe así, por ejemplo, sobre el tema conclusión es obvia: «El texto de un libro no habría sido corre­
de los libros deuterocanónicos: gido y establecido si el libro no hubiese recibido previamente
267 El documento de la PCB ya citado observa respecto a este problema: «Más tarde los
algún tipo de status canónico» 220.
escritos del Nuevo Testamento dejan entrever que en las comunidades cristianas circulaba
una literatura sagrada más extensa que el canon hebreo. Tomados globalmente, los autores 268 Fiiit .fr, «The Deuterocanonical Writings», a.c., 182.
del Nuevo Testamento muestran un conocimiento de los libros deuterocanónicos y de algu­ 269 Ibíd., 182s.
nos no canónicos, pues el número de libros citados en el Nuevo Testamento sobrepasa no 270 IOTS 60. Respecto a la tendencia a unificar variantes textuales, se pueden fácilmen­
solo los del canon hebreo, sino también los del hipotético canon alejandrino» (EB 1703). te encontrar voces opuestas a la posición indicada por Childs. R. C. Fuller escribe, por
346 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 347

Pero el problema está precisamente en el modo de entender En el artículo incluido en NJBC, R. E. Brown señala tres
este «algún tipo de status canónico». Nadie duda de que algunos períodos de la historia, con los cuales la tradición judía vincula­
libros gozaban de autoridad reconocida en el judaismo del siglo i ba la cuestión de la clausura del canon271.
d.C. Obviamente debía de existir una preocupación por mantener El primero está vinculado a la persona de Esdras. En la tradi­
los libros de autoridad en el mejor estado textual. Pero esto no ción judía podemos encontrar una opinión que atribuye la clau­
implica necesariamente la existencia de un canon cerrado como sura del canon al propio Esdras (h. 400 a.C.). La opinión de Fla-
tal. Basta con tomar el ejemplo de Qumrán, señalado por Childs vio Josefo, que hablaba también del siglo V a.C. como el tiempo
como un lugar de estabilización del texto masorético. En el artí­ de completar el canon, podía estar unida a todo esto. La primera
culo sobre el tema del canon en NJBC, R. E. Brown escribe: prueba directa, sin embargo, solo la encontramos en el libro 4.°
de Esdras, escrito entre el 90 y el 120 d.C. Pero a esta referencia
El factor realmente importante respecto al canon es que la secta de no podemos darle más credibilidad que a la leyenda tardía que
Qumrán preservó copias de muchos otros libros. De los libros deute-
rocanónicos, la Carta de Jeremías (= Bar 6), Tobías y Sirácida están
existía en la tradición judía. Además, hoy es comúnmente acep­
representados, y los dos últimos en varias copias. Además, hay varias tado que varios libros bíblicos han sido escritos después del tiem­
copias de Jubileos, 1 Henoc, y numerosos documentos de la secta. No po de Esdras. También sería difícil aceptar la atribución del canon
podemos estar seguros de que se hiciese una distinción esencial entre a la actividad de un solo hombre. Brown pone el ejemplo de
estas obras y las obras bíblicas. [...] La conclusión de Skehan merece Beckwith, como el único que ha tenido el suficiente valor para
ser citada: «Teniendo todo en cuenta, la biblioteca de Qumrán da la
impresión de cierta selección, pero difícilmente de una distinción
proponer una cosa semejante 272 ' .
clara entre un canon cerrado y todos los demás textos» (p. 1041). El segundo periodo indicado en la tradición judía como posi­
ble para la clausura del canon está unido a la así llamada Gran
La colección de libros en Q um rán no es seguramente la más Sinagoga. Esta sinagoga debía existir en los años siguientes al
apropiada para sostener la tesis de la clausura del canon hebreo tiempo de Esdras y habría sido ella la que habría decidido la
antes de la llegada del cristianismo. clausura del canon hebreo. Esta teoría fue presentada por pri­
Concluyendo, debemos afirmar que los argumentos aducidos mera vez por un autor judío, Elias Levita, en su libro Massoreth
por Childs no consiguen probar de modo convincente la clau­ ha Massoreth (1538). La propuesta fue mantenida hasta el siglo
sura del canon hebreo antes de la llegada del cristianismo. El XIX, especialmente en los círculos protestantes, que veían aquí la
tema es muy complejo y suscita diversas opiniones entre los estu­ justificación de su elección del canon breve. Pero hoy hay dema­
diosos. Beckwith, Swanson o Leiman pueden ser más favorables siados argumentos contra la teoría de la clausura del canon en el
a la postura de Childs; pero Sundberg, Jepsen, Eissfeldt o Gese tiempo de la Gran Sinagoga. No se pueden dar razones convin­
serán contrarios. Parece pues que en la cuestión de la clausura del centes a favor de una clausura en este tiempo. Además, hay
canon hebreo hay que buscar una definición más equilibrada. incluso dudas sobre la existencia misma de la Sinagoga. El A nti­
guo Testamento, Josefo, Filón y los apócrifos no dicen nada de
este tema. La primera referencia se puede encontrar solo en el
ejemplo: «Aunque Josefo mantiene que el texto fue preservado sin cambios, Paul Kahlc ha segundo siglo d.C. (Mishná: Pirqé Aboth 1,1). La datación de la
mostrado que el texto subyacente a la LXX difiere notablemente de los manuscritos descu­
biertos en Qumrán y también del texto masorético de un tiempo posterior» (FULLER, «The
Deuterocanonical Writings», a.c., 181). Fuller apoya su exposición en las publicaciones de 271 Cf. ibíd., 1040.
P. E. Kahle (The Cairo Geniza [Oxford 21959]) y de F. J. Stendebach («The Oíd T e s t a m e n t 272 Beckwith atribuyó el canon hebreo a Judas Macabeo. Pero Brown indica que en este
Canon in the Román Catholic Church», en S. M e u r e r , TheApocrypha in Ecumenical Pers- caso el libro de Daniel habría sido reconocido como canónico ¡tres años después de su com­
pective [Reading, UK - New York 1992] 33-45). pilación final!
348 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C .3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 349

Gran Sinagoga en el siglo IV a.C. (!) es otro argumento contra­ d e n te y equilibrada que acepte la posibilidad de situar esta clau­
rio a la clausura del canon completo del AT en este tiempo 2?3 sura hacia finales del siglo segundo275.
El tercer periodo posible podría ser el del así llamado Conci­ Siguiendo a Brown, pues, hay que situar la fecha posible de
lio deJamnia 274. Se ha propuesto que este concilio judío, en los c la u su ra del canon hebreo más allá del periodo del nacimiento
años 90-100 d.C., definió la lista de libros de autoridad para el del cristianismo. Hay que admitir la posibilidad de que este
judaismo. En este caso se trataría del así llamado canon palesti- c a n o n se fijase un siglo (o todavía más tarde) después de la divi­
nense. sió n que se dio entre el pueblo de la Antigua y de la Nueva
Esta teoría, sin embargo, posee varios puntos débiles. A lia n za .
R. E. Brown enumera cuatro de ellos: En la misma dirección se mueve también R. C. Fuller, en su
— A decir verdad, nunca se convocó un verdadero concilio de artículo del reciente The International Bible Commentary 276.
Jamnia. Lo único suficientemente cierto es que en Jamnia exis­ Fuller indica que los primeros indicios de una posible clausura
tía una escuela rabínica. del canon hebreo proceden de Josefo (finales del siglo I d.C.).
— No hay pruebas de que alguna lista de libros de autoridad Pero los detalles sobre la clausura que Josefo aporta son muy
haya sido definida en Jamnia. Aunque en este centro de estudios dudosos 277. Las listas de libros canónicos presentes en el Talmud
bíblicos algunos libros fueran reconocidos como tales, esto fue proceden, como muy temprano, del siglo III d.C. Fuller opta,
naturalmente una práctica común, conocida más allá de Jam nia. entonces, por situar las decisiones judías respecto a los deutero-
Flavio Josefo y 4 Esdras son ejemplos de esto. canónicos en el tiempo posterior al nacimiento del cristianismo.
— Existen pruebas de algunas reflexiones realizadas en Jam­ El autor escribe:
nia, referentes a la autoridad de libros concretos. Pero estas prue­
Llegamos a la conclusión de que las afirmaciones sobre la clausu­
bas afectan solo a dos libros: Eclesiástico y Cantar de los Canta­
ra, ninguna de las cuales son anteriores a Josefo, fueron en parte moti­
res. Además, las dudas sobre estos libros no terminaron con las vadas por el creciente distanciamiento judío respecto de la Biblia
reflexiones de Jamnia. Estas continuaron en el siglo II d.C. LXX, que los cristianos usaban contra ellos al discutir las sentencias de
— Tampoco hay pruebas de que se haya hecho alguna exclu­ Jesucristo278.
sión en Jamnia. Un buen ejemplo es aquí el caso del libro del
Sirácida. Este libro finalmente no fue incluido en el canon Fuller vincula de algún modo el problema de la clausura del
hebreo, el canon que debería haberse basado en el canon del con- canon hebreo con el uso cristiano de la versión de la LXX. Se pre­
cilio de Jamnia. Pero existen pruebas de que precisamente este supone por tanto el nacimiento previo del cristianismo como tal.
libro se leyó y copió por los judíos también después del tiempo Podemos añadir en este punto que, si tenemos en cuenta este
de Jamnia. uso de la Escritura por parte de los cristianos, el argumento a
Concluyendo, respecto al mom ento de la clausura definitiva favor del texto masorético y del canon hebreo se hace todavía
del canon hebreo, Brown propone una postura más bien p ru ­
273 «La afirmación más segura respecto a la clausura del canon judío es reconocer que
aunque en el primer siglo d.C. se aceptaban 22 o 24 libros como sagrados, no hubo un
273 Cf. ibíd., 1040. canon hebreo exclusivo rígidamente fijado hasta el final del siglo segundo. En este periodo
274 En Yamnia, una ciudad cercana al Mediterráneo, a unos 50 km de Jerusalén, se tras­ varios grupos judíos continuaron leyendo como sagrados libros no incluidos en la lista de
ladó la escuela de Rabbí Johanan ben Zakkai tras la caída de la capital judía. En los años 22/24» (ibíd., 1040).
80-117, Johanan ben Zakkai y Eleazar ben Azariah fueron los principales maestros de la 276 FULLER, «The Deuterocanonical Writings», a.c., 179-192.
escuela. En este periodo pudo haber sido convocado el Concilio de los rabinos judíos. Cf. 277 Cf. ibíd., 181.
ibíd., 1040. 278 Ibíd.
350 [A BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 351

más problemático. Ya hemos visto esto anteriormente al presen­ Volviendo al artículo de Fuller, el autor rechaza después los
tar la posición del documento de la PCB, E l pueblo judío y sus argumentos de R. T. Beckwith 2 8 que quería ver la clausura del
Escrituras Sagradas en la Biblia cristiana. Se debe pensar antes de canon antes de la división del judaismo y del cristianismo. Beck­
nada en el uso litúrgico cristiano de la Biblia, donde sin duda with propuso el pasaje de Le 24,44 («Moisés, los profetas y los
dominaba la versión de la LXX, con un número más amplio de salmos») como una indicación de que ya Jesús aceptaba el canon
libros. Childs habla poco de la función de la liturgia en la for­ hebreo, con su división en tres partes. En este caso, los salmos
mación del canon. En cambio, la relación que hay entre la Biblia debían representar los libros hagiográficos [los Escritos]. Fuller
y la liturgia es una de las más vivas e importantes. Esto lo recor­ es contrario a esta opinión. Recuerda que otros textos (M t 5,17;
daba E. H. van Olst en su libro dedicado enteramente a este pro­ 7,12; 11,13; 22,40; Le 16,29-31; H ch 13,15; 24,14; 28,23;
blema, The Bible and Liturgy 279. Del mismo tema ha hablado Rom 3,21) hablan de solo dos grupos: la Ley y los Profetas. El
también últimamente N. Bonneau, en su artículo incluido en argumento de Beckwith, basado en texto aislado, no es demasia­
The International Bible Commentary. Merece la pena recordar su do convincente.
intervención: Beckwith presentó también otros argumentos. Ya hemos
hablado de la respuesta de Fuller al argumento de que solo los
La cercana relación entre liturgia y Biblia puede verse, por ejem­
plo, desde su interacción como fuentes recíprocas. La Biblia contiene libros del canon hebreo son citados en el Nuevo Testamento282.
una multiplicidad de pasajes que tienen como fuente y lugar propio la Beckwith recordaba además que las interpretaciones rabínicas no
liturgia (los salmos, himnos, cánticos). La práctica litúrgica ha dejado cambiaban con el pasar de las generaciones. De lo que se podía
trazas en la forma y contenido en narraciones tan fundacionales como concluir que las opiniones presentadas por ellos (también las
la Pascua (Éx 12,1-13,6), la revelación de la alianza en el Sinaí (Éx 19- referentes al canon bíblico) permanecían inmutables. Según la
24), la conquista de la tierra prometida (Josué, especialmente el capí­
tulo 6), el bautismo de Jesús y la última cena en los evangelios, por
opinión de Beckwith, se podía retrotraer hasta el tiempo de los
mencionar solo los más obvios. En otros casos, sin embargo, los aspec­ Macabeos y encontrar allí generalmente el mismo judaismo que
tos litúrgicos han influido en la composición de libros enteros (por en el tiempo del Talmud. En tal caso, las decisiones respecto al
ejemplo, Josué, Deuteronomio, quizá el Apocalipsis). Finalmente, el canon se podrían remontar hasta el periodo macabeo.
uso litúrgico fu e uno de los elementos decisivos en el proceso que llevó a la Pero esta opinión, que presupone un judaismo así de dura­
definición del canon de la Escritura, tanto ju d ío como cristiano280.
dero e inmutable, hoy es muy dudosa. Fuller recuerda, por
ejemplo, la opinión de W. D. Davies, que apoyándose en los
Nos interesa especialmente esta última observación, re sp e c to descubrimientos del M ar M uerto mostró qué diferente era el
a la formación del canon. Si el papel de la liturgia es tan n o t a b le judaismo anterior al año 70 d.C. y en el periodo previo283. Si,
en el proceso de definición del canon, habría que tratarla c o m o entonces, no se puede mostrar la estrecha continuidad entre los
uno de los puntos importantes en la reflexión sobre la f o r m a c ió n diversos periodos de la historia del judaismo, es difícil defender
canónica. Es una lástima que Childs no afronte este problema la hipótesis de la clausura del canon antes de la llegada del cris­
con más atención. tianismo, basándose exclusivamente en las opiniones del perio­
do tardío.

2'7t) Cf. E. H. VAN O l s t , The Bible and Liturgy (Granel Rapids MI 1991), e s p e c ia lm e n t e 281 B e c k w i t h , The Oíd Testament Canon..., o.c. El mismo Childs se apoyaba en
las p. 1-46. BTONT en la posición de Beckwith.
0 N. B o n n e a u , «The Bible and Liturgy», en W. R. F a r m e r (ed.), The I n t e r n a t i o n a l 282 Cf. las notas 268 y 266 de este capítulo, junto al texto al que remiten.
Bible Commentary..., o.c., 138. La cursiva es nuestra. 283 Cf. FULLER, «The Deuterocanonical Writings», a.c., 183.
352 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÌA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 353

Parece pues razonable seguir a Brown y Fuller, y acoger una En cualquier caso, Childs considera otro aspecto de la cues­
posición más equilibrada que la querida por B. S. Childs 284. tión debatida, en el que reconoce una clara indicación de la
Hay que situar la posible frontera temporal para la clausura del necesidad de aceptar el canon hebreo. Se trata de la continuidad
canon hebreo más allá del siglo I d.C. Esta datación concuerda teológica entre el judaismo y el cristianismo.
con la posición presentada recientemente en el documento de la Es un problema muy importante para nuestro autor. La rela­
PCB dedicado al pueblo judío y a sus Sagradas Escrituras en la ción existente entre el judaismo y el cristianismo es para él ver­
Biblia cristiana. El documento, comentando la decisión definiti­ daderamente fundamental. Childs no tiene miedo de llamar a
va del Concilio de Trento, admite claramente: esta relación ontológica. En IOTS escribía:

Así la Iglesia católica ha recibido su canon definitivo. Para deter­ La amenaza que plantea la sobreenfatizadón de la discontinuidad
minar este canon, el Concilio se basó en el uso constante de la Iglesia. entre la Biblia cristiana y la Escritura judía es la de romper la relación
Adoptando este canon más amplio que el hebreo, ha preservado una ontológica entre Cristianismo y Judaismo. El Antiguo Testamento se
memoria auténtica de los orígenes cristianos, puesto que, como hemos convierte en un simple material como trasfondo del Nuevo que debe
visto, el canon hebreo más limitado es posterior a la época de la for­ ser o ignorado o cristianizado si quiere permanecer en la Biblia cris­
mación del Nuevo Testamento (EB 1708). tiana 5.

Para nosotros no es demasiado im portante si esta frontera se M antener la continuidad teológica significa para Childs m an­
sitúa en el siglo II o en el IV d.C. Más im portante es otro dato: tener la misma Sagrada Escritura (para los cristianos como una
debemos reconocer que no se puede probar de modo convin­ parte de su Biblia, el Antiguo Testamento). En IOTS nuestro
cente la clausura del canon hebreo antes del nacimiento del cris­ autor explicaba claramente que, precisamente, la voluntad de
tianismo. Una posición equilibrada debe aceptar cierta fluidez de mantener la misma Escritura con los judíos era para él un moti­
este canon en el periodo tratado. vo para proponer el canon hebreo como normativo también a
Si no se puede defender la tesis de que la Escritura del judais­ los cristianos. Childs escribía:
mo estaba seguramente completada en el siglo I d.C., el argu­
Con el fin de mantener una Escritura común con el Judaismo, he
mento de Childs pierde su fundamento. Si el canon no estaba
mantenido que la extensión del canon hebreo tiene también un papel
todavía definido completamente, los cristianos, aun aceptando normativo para el Antiguo Testamento cristiano 286.
generalmente la procedencia divina de las Sagradas Escrituras,
podían tener más libertad en la elección de los libros concretos. Pero ¿por qué es tan importante tener una Escritura común con
La clausura del canon hebreo antes del nacimiento del cristia­ el judaismo? En el artículo «Biblische Theologie und christlicher
nismo no puede tomarse, pues, como un argumento cierto para Kanon» (Teología Bíblica y canon cristiano), Childs observaba:
la aceptación de este canon por parte de los cristianos.
El intento de distinguir los escritos apostólicos y la tradición ecle-
sial posterior fue el punto de partida de la canonización. El esfuerzo
284 Merece la pena aportar también aquí la opinión de H. Hunt que, sobre la base de los
descubrimientos del Mar Muerto, postuló la fluidez textual del canon bíblico en el periodo por conservar la verdad de los testimonios bíblicos se plasmó, en lo
abordado: «El material escrito del Mar Muerto (datado desde el 100 a.C hasta el 100 d.C.) referente al Antiguo Testamento, en la proclamación hecha por Jeró­
sugiere una gran variedad de tradiciones textuales (familias) accesibles a la comunidad de fe. nimo y otros sobre la prioridad del canon hebreo también para la igle-
[...] El hallazgo de muchas de estas variantes textuales en Qumrán indica que diferentes sec­
tas o grupos podrían haber mantenido diferentes tradiciones textuales así como el hecho de
que no había un texto superior universalmente aceptado» ( H . H U N T , «An Examination oí 285 IOTS, 671.
the Current Emphasis on the Canon in the Oíd Testament Studies», a.c., 62). 286 Ibíd., 666.
354 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 355

sia cristiana. Se concluye pues que la Palabra de Dios en Israel se con­ voces diferentes del Antiguo y del Nuevo Testamento, las cuales,
servó del mejor modo en el canon hebreo, del que las distintas traduc­ de modo paradójico, contribuyen a esta unidad teológica del
ciones eran dependientes. Otro argumento igualmente importante fue
la ocasión teológica de solidarizarse con los judíos, los transmisores ele­
conjunto bíblico.
gidos de esta tradición (Rom 9,4-5)287. Pero hay todavía otra perspectiva por señalar sobre el tema en
c u e s t ió n . Esta se refiere al diálogo con la comunidad judía. Es un

Según nuestro autor, el motivo de la aceptación del canon diálogo que se encuentra en el corazón de Childs. No por casua­
hebreo está no solo en el hecho de que este canon garantice el lidad en BTONT, al final del punto dedicado a la teología bíbli­
mejor acercamiento a la Palabra de Dios. O tro motivo es la nece­ ca judía, nuestro autor escribía:
sidad de solidaridad con los judíos, los «transmisores elegidos» En esta etapa solo se puede apelar a una comprensión mayor entre
de la tradición bíblica. Este último es un motivo importante. Se judíos y cristianos, cuya historia y experiencia difieren tan amplia­
indicó también en otro artículo, «Die Bedeutung der hebräis­ mente. Los cristianos tienden a rechazar como pelagiana la reflexión
chen Bibel für die biblische Theologie» (El significado de la judía sobre el ser humano, el pecado y el libre albedrío que no tiene
Biblia hebrea para la teología bíblica), donde Childs escribió: ninguna relación con la tradición de Agustín, mientras que los judíos
consideran mucha de la teología bíblica cristiana embebida del idea­
Cuando los reformadores de la tradicional Vulgata retornaron al lismo filosófico alemán y muy unida al triunfalismo cristiano 289.
texto hebreo del Antiguo Testamento, fue esta una decisión teológica
por la verdad de los testimonios y por la solidaridad con Israel, que era Childs señaló también la importancia del diálogo con la
el portador de la antigua alianza288. comunidad judía en sus artículos «Die Bedeutung der hebräis­
chen Bibel für die biblische Theologie» (El significado de la
El problema de la solidaridad con los judíos está obviamente Biblia hebrea para la teología bíblica) 90 y «Toward Recovering
ligado a la cuestión de la continuidad teológica entre el judaismo Theological Exegesis» (Hacia la recuperación de una exégesis teo­
y el cristianismo. Un motivo probable de que Childs esté tan pre­ lógica)"-91. En el primero de estos artículos, por ejemplo, decía:
ocupado por esta continuidad es que ve en ella una garantía de la
unidad del testimonio bíblico. Las diversas voces del Nuevo y del Sigue siendo una parte esencial de la reflexión teológica de la igle­
Antiguo Testamento que Childs reconoce claramente en la Biblia sia sobre el Antiguo Testamento permanecer en diálogo constante con
la sinagoga, la cual mantiene los mismos escritos bíblicos. De hecho,
(aunque generalmente la trata de un modo unitario) se pueden
con frecuencia las dos comunidades han propuesto su texto común de
relacionar con el contenido esencial de la revelación (una relación un modo muy diferente. No hay un camino sencillo que lleve a con­
unificante de toda la Escritura) solo después de haber reconocido cretar juntos una tarea común bajo el objetivo de una teología bíblica
la continuidad teológica entre el testimonio del Antiguo y del común. Pero ambas, la exégesis cristiana y la judía, deben siempre res­
Nuevo Testamento. Parece pues razonable juzgar la insistencia de ponder a la demanda de un texto común, que ayude a comprobar cual­
quier interpretación y a plantear las cuestiones. Cuando cualquier refle­
Childs sobre la continuidad teológica y sobre la solidaridad con
xión bíblica tenga una visión que no se pueda apoyar en el texto bíbli­
el pueblo judío como aquel que transmite la revelación, precisa- co, sino solo en tradiciones posteriores, entonces es un signo de una
mente a la luz de sus decisiones metodológicas. Estamos refirién­ grave deficiencia, tanto en el judaismo como en el cristianismo292.
donos a la unidad teológica de la Biblia y a la diversidad de las
289 BTONT 26.
287 CHILDS, «Biblische Theologie...», a.c., 25s. 290 C H IL D S, «Die Bedeutung...», a.c., 279, 281.
288 B. S . C h i l d s , «Die Bedeutung der hebräischen Bibel für die biblische Theologie»: 291 C H IL D S, «Toward Recovering Theological Exegesis»: PE 6 (1997) 25s.
Theologische Zeitschrift 48 (1992) 389s. 292 Í D ., «Die Bedeutung...», a.c., 281.
356 C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 357
LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA

Antes de nada, nuestro autor indica aquí el valor del diálogo como una relación con los transmisores elegidos de la tradición
teológico con el judaismo. Pero después muestra también la bíblica. Finalmente pone el acento en la importancia del diálogo
importancia, para este diálogo, de tener la misma Escritura que teológico con los hebreos. En todo esto nuestro autor encuentra
los hebreos. En el diálogo teológico la Escritura común entre la confirmación de su opción por el canon hebreo como obliga­
judíos y cristianos es un punto de referencia más estable y auto­ torio también para los cristianos.
rizado. No será pues exagerado entrever en estas palabras de Nos detenemos un momento en estos razonamientos especu­
Childs otro motivo de su insistencia en la necesidad de mante­ lativos. ¿Qué decir, por ejemplo, del problema de la continuidad
ner la normatividad del canon hebreo también para los cristia­ teológica? La intención de Childs es obviamente la de mantener
nos. La lógica interna del razonamiento de Childs parece seguir la unidad teológica de los testimonios de los escritos bíblicos.
el siguiente orden: el diálogo con los judíos posee un gran valor Continuidad teológica con el judaismo significa para Childs la
— este diálogo se fundamenta necesariamente en las Escrituras continuidad de los diversos testimonios bíblicos (expresados con
bíblicas— por tanto, lo más deseable es mantener un canon bíbli­ sus propias voces, en el modo propio del Antiguo y del Nuevo
co común (en otras palabras, un fundamento de diálogo común). Testamento), que se refieren a la misma Realidad teológica.
La importancia del diálogo teológico con el judaismo es, pues, Como para nuestro autor el principio de la unidad bíblica es cris-
otro motivo que confirma a nuestro autor en su decisión por el tológico295, se trata aquí en última instancia del testimonio del
canon hebreo como el normativo para los cristianos293. Antiguo y del Nuevo Testamento dado a Cristo. Childs quiere
La importancia del diálogo con el judaismo es sin duda reco­ mantener la continuidad teológica entre judaismo y cristianismo,
nocida en la postura católica. El mejor ejemplo lo ofrece el docu­ entre el pueblo de la Antigua y el de la Nueva Alianza, para poder
mento publicado por la PCB, citado anteriormente, que se mantener la unidad teológica del testimonio dado a Cristo.
publico con un titulo significativo: el pueblo judío y sus Escrituras Pero debemos preguntarnos: para hacer esto, ¿es verdadera­
Sagradas en la Biblia cristiana 294. Respecto a la posición de mente necesario tener un canon bíblico definido de un modo
Childs apenas presentada se puede hacer de todos modos alguna idéntico con el judaismo? La continuidad teológica de la reve­
observación. Conviene notar que hay varios elementos detrás de lación divina se puede mostrar fácilmente basándonos en las
esta posición. Está naturalmente el trasfondo de la tradición pro­ diversas Escrituras procedentes de la com unidad hebrea antes
testante. Pero también hay argumentos especulativos. Childs de la llegada del cristianismo (para el Antiguo Testamento) y de
aborda la cuestión de la continuidad teológica con el judaismo. la com unidad cristiana (para el Nuevo Testamento), sin la nece­
Habla de una relación ontológica con el judaismo. Ve esta última sidad de acoger la definición de los límites de la colección pro­
pios del canon hebreo. Toda la teología católica es un gran
ejemplo de esto. ¿Por qué pues esta insistencia de Childs en el
293 La misma preocupación que Childs lleva dentro del corazón podemos verla en otra
parte del articulo anterior: «La pregunta teológica que está en juego es la siguiente, si hay canon hebreo?
una colección común de Escrituras con autoridad que compartan el judaismo y el cristia­ La respuesta parece estar presente en un tema vinculado al
nismo, a pesar de las distintas formas de interpretarlas. Yo me integraría con fuerza en el
intento de conseguir una colección común de Escrituras, minado con ataques procedentes diálogo interreligioso. Como ya hemos visto, Childs esta bastan­
de ambas partes: un ataque viene de parte cristiana, cuando disuelve esta relación por susti­ te preocupado por mantener un diálogo teológico con la com u­
tuir la Biblia hebrea con una construcción cristiana de la Septuaginta o de otro canon pos­ nidad judía. Una de las citas ya indicadas terminaba con las
terior. El otro ataque procede del lado de los judíos, que niegan la posición única de toda la
Biblia hebrea y relativiza su autoridad por medio de tradiciones rabínicas tardías. Ambos aca­ siguientes palabras de Childs:
ban así con la posibilidad de un diálogo teológico profundo entre judaismo y cristianismo sobre
la base de una Escritura común» (ibíd., 279; la cursiva es nuestra).
294 Fue publicado a finales de 2001. 295 Cf. cap. II punto 2.b.
358 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 359

Ambos [judaismo y cristianismo, llevados por las tentaciones de Debemos señalar, en cualquier caso, que todo esto no basta
debilitar la posición de la Escritura común entre judíos y cristianos] para justificar el postulado del canon hebreo como obligatorio
acaban así con la posibilidad de un diálogo teológico profundo entre
judaismo y cristianismo sobre la base de una Escritura común 2%.
para los cristianos. De llegarse a esta conclusión, se cometería
un error igual al descrito en la cita anterior, donde Fuller decía:
Esta frase muestra un aspecto importante de la preocupación «Los libros que no se podían usar en las controversias para
metodológica de Childs. Nuestro autor necesita una Escritura demostrar la doctrina a los judíos fueron entonces considerados
común con los judíos, no tanto por mantener la integridad del libros que no tenían autoridad en sí mismos y así fueron Escri­
testimonio bíblico mismo cuanto por mantener la integridad de tura no canónica»298.
un diálogo teológico con los judíos sobre el tema de estos testi­ Pero el uso o no uso de algunos libros en el diálogo con otro
monios. Una Escritura autorizada común ofrece una referencia grupo religioso no puede ser el argumento definitivo para incluir
estable en la prosecución del diálogo interreligioso. o excluir estos libros del canon. Supondría la confusión de órde­
Pero esto es algo bastante distinto; no se trata ya de la integri­ nes diversos: el de la elección práctica con el teológico y norm a­
dad del testimonio bíblico en sí mismo. Podemos ver aquí una tivo. Así, tanto el argumento de la continuidad teológica, como
semejanza con algunos aspectos del uso patrístico de la Biblia, en el de la necesidad de un diálogo teológico con los judíos, no son
la discusión teológica de los Padres con los judíos. Hablando de suficientemente convincentes como para aceptar el postulado de
las consecuencias de este diálogo, R. C. Fuller decía, por ejemplo: Childs respecto a la importancia del canon hebreo para el cris­
tianismo.
Pero se dio una consecuencia práctica del rechazo judío de los Pero nos queda todavía el argumento de Childs, que subraya
libros deuterocanónicos que no puede ignorarse. Los apologetas cris­ la relación ontològica existente entre el judaismo y el cristianis­
tianos se vieron obligados a evitar citarlos porque su autoridad no era mo. Según nuestro autor, es una relación importantísima, una
reconocida por sus oponentes. La cuestión tuvo que plantearse: ¿Qué
relación con los transmisores elegidos de la tradición bíblica. Cual­
libros no deberían usarse en la controversia con los judíos? [...]
La exclusión de los libros deuterocanónicos por motivos de con­ quier peligro de debilitamiento de esta relación debe por tanto
troversia gradualmente llevó a muchos estudiosos a creer que la dife­ rechazarse decisivamente.
rencia en el uso implicaba una diferencia en el status o en la autoridad. La lógica del razonamiento de Childs parece ser bastante clara.
Los libros que no se podían usar en las controversias para demostrar El mismo Dios ha actuado en la historia del Antiguo y del N ue­
la doctrina a los judíos fueron entonces considerados libros que no vo Testamento, en la historia del pueblo de la Antigua y Nueva
tenían autoridad en sí mismos y así fueron Escritura no canónica 29 .
Alianza. Hay pues obviamente una relación ontològica entre la
historia salvifica que se desarrolla dentro de uno y otro pueblo.
La semejanza con la posición de Childs es notoria. Algunos
Sin tener en cuenta esta relación ontològica no es posible com­
Padres podían dejar a un lado los deuterocanónicos debido a su
prender adecuadamente el desarrollo de la revelación. Sin reco­
inutilidad en las disputas con los judíos. También Childs se
nocer el papel de los judíos como transmisores de la tradición
orienta hacia un valor exclusivo de la Escritura común con la
bíblica, no se puede comprender la Biblia como tal.
comunidad judía, porque ve en esta Escritura una referencia fu n ­
Pero debemos preguntarnos: ¿de qué periodo de la historia del
damental en el diálogo con ellos.
pueblo judío se trata? Por ejemplo, ¿el del primer siglo antes de
296 CHILDS, «Die Bedeutung...», a.c., 279. Cristo o el de los siglos II y III d.C.? Childs parece, al menos e n sus
297 FULLER, « T h e Deuterocanonical Writings», a.c., 183s. Fuller pone los e j e m p l o s de
Melitón de Sardes y de Orígenes, como algunos de los que debían limitarse al uso de los
libros reconocidos por los judíos en las disputas teológicas con ellos. 298 Ibíd., 184.
360 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 361

explicaciones teóricas, no ver aquí ninguna diferencia grande definido completamente antes de la llegada del cristianismo.
Habla simplemente de los judíos como transmisores de la tradi­ Hemos visto antes que es más prudente hablar de la clausura defi­
ción bíblica. Pero la diferencia, naturalmente, existe. Y no se trata nitiva del canon hebreo en un periodo más tardío. Si, por ejem­
solo de la diferencia ligada a la catástrofe del año 70 d.C., con el plo, el canon hebreo se cerró en el siglo II o III, es inaceptable exi­
posterior dominio fariseo y el desarrollo rabínico. Para un teólogo gir a los cristianos la necesaria aceptación de un canon definido
cristiano el acontecimiento más importante de este periodo está así. Hemos señalado anteriormente que la historia del judaismo
unido a la persona de Jesucristo. Como Cristo ha sido reconocido tras el nacimiento del cristianismo estuvo dominada por aquellos
solamente por una parte del pueblo judío (y la historia del judais­ que no aceptaron a Cristo. Exigir, pues, a los cristianos que acep­
mo como religión después de Cristo ha sido definida por aquellos ten necesariamente el canon hebreo, que podría haber sido defi­
que no lo han aceptado) es de una importancia fundamental tener nido bastante tiempo después de la división definitiva entre las
presente de qué judaismo se trata: pre- o poscristiano. dos religiones (a causa de las controversias referentes a la persona
Es posible percibir la voluntad de subrayar la misma distin­ de Cristo), equivaldría a exigir a los seguidores de Cristo que
ción por parte de la PCB, que en el documento E l pueblo judío acepten una definición de canon bíblico que ha sido elaborada
y sus Escrituras Sagradas en la Biblia cristiana observa: por los negadores de la mesianidad del mismo Cristo. Segura­
mente no es una propuesta muy atractiva para los cristianos.
¿Deberían pues ahora los cristianos leer esta Biblia como los judíos, En el contexto de la cuestión presentada, la aceptación del
para respetar realmente su origen judío?
canon hebreo por parte de Childs podría ser problemática inclu­
Razones hermenéuticas nos obligan a dar una respuesta negativa a
esta ultima pregunta. Porque leer la Biblia como la lee el judaismo so para él mismo. Childs es muy cristológico. Su concepto de
implica necesariamente la aceptación de todos sus presupuestos, es unidad de la Biblia (¡el fundamento de su propuesta!) es íntim a­
decir, la aceptación integra de lo que hace el judaismo, especialmente mente cristológico 2" . Aceptar el canon definido por los que se
la autoridad de los escritos y tradiciones rabínicas, que excluyen la fe han opuesto a Cristo sería una clara contradicción interna con
en Jesús como Mesías e Hijo de Dios (EB 1730s).
su propuesta metodológica300.
De nuevo descubrimos, pues, lo im portante que es el
Queremos subrayar en este punto que no pretendemos refe­ momento de la clausura del canon hebreo. Si la clausura tuvo
rirnos al problema de la intención salvífica de Dios respecto al lugar antes de la llegada del cristianismo, la lógica interna del
pueblo elegido o al problema del diálogo interreligioso. Solo nos razonamiento de Childs se mantiene. Si en cambio el canon se
interesa ver como todo esto está ligado a la cuestión de la acep­ cerró en el judaismo posterior, el argumento pierde su funda­
tación del canon hebreo por parte de los cristianos. Así, solo nos
mento necesario. En tal caso, referirse al judaismo y a su canon
interesa la historia unida al desarrollo de la Biblia como colec­
como los transmisores de la tradición canónica sería un ejemplo de
ción de Escrituras con autoridad.
anacronismo teológico. Childs construye su razonamiento pre­
Tener presente de qué judaismo se trata (pre- o poscristiano)
suponiendo que la clausura del canon sucedió realmente antes
es fundamental para establecer la importancia del canon hebreo
para los cristianos. No se puede decir simplemente: porque los
299 Cf. cap. II punto 2.b.
judíos son los transmisores de la tradición bíblica, entonces hay 3°° Naturalmente es un problema más amplio, que afecta a las decisiones hechas clara­
que aceptar su canon, como el mejor modo de entender el Anti­ mente en el ámbito protestante. En el presente trabajo no pretendemos entrar en esta pro­
funda discusión teológica. Solo queremos señalar todo esto que afecta a la decisión meto­
guo Testamento para los cristianos. No se puede decir esto por­ dológica hecha por Childs: la elección del canon hebreo como aquel que define el área de
que no es de ningún modo seguro que el canon hebreo haya sido interés del acercamiento canónico respecto a las Escrituras del Antiguo Testamento.
362 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 363

del nacimiento del cristianismo. Pero hemos ya observado que es a la formación del canon largo, Childs concluía con las siguientes
un presupuesto para nada cierto y, por tanto, es el principal observaciones:
punto débil de la posición de Childs.
Parece claro que dos actitudes principales hacia el canon judío han
prevalecido en la iglesia cristiana a lo largo de su historia. El acerca­
Concluyendo, debemos afirmar que la decisión de Childs,
miento que optó por un canon corto identificó el AT cristiano con la
que considera el canon hebreo como el más adecuado para la extensión literaria y la forma textual del canon hebreo de la sinagoga.
misma exégesis cristiana, no encuentra el apoyo necesario en la El otro eligió un canon más amplio y añadió al canon hebreo otros
historia y en la teología. Parece legítimo proponer una posición libros que hacía tiempo que atesoraban algunas partes de la Iglesia [...]
más flexible y admitir la posibilidad de trabajar exegéticamente En síntesis, la naturaleza exacta de la Biblia cristiana respecto a su
dentro de un canon más amplio que el propuesto por Childs. De extensión y texto sigue sin decidirse hasta el día de hoy 302.
hecho, Childs mismo parece estar bastante abierto a una pro­
En esta cita ni siquiera vemos una clara preferencia metodo­
puesta de este tipo. En IOTS nuestro autor observaba:
lógica por el canon hebreo. Childs habla de dos cánones cristia­
Con el fin de mantener la misma Escritura con el judaismo he sos­ nos (largo y breve), ambos como legítimos: «Parece claro que dos
tenido que el alcance del canon hebreo tiene también un papel nor­ actitudes principales hacia el canon judío han prevalecido en la
mativo para el Antiguo Testamento cristiano. Sin embargo, quizá sería iglesia cristiana a lo largo de su historia».
posible sostener la inclusión de un canon más amplio, con los Apocryp- Childs parece no querer decidir definitivamente qué canon
ha [= deuterocanónicos (n.d.t.)], sobre la base de que estos libros,
como el Nuevo Testamento, testimonian la promesa del Nuevo sin des­ hay que aceptar. La cita anterior termina, de hecho, con una afir­
truir el vínculo común con el Antiguo. Aunque yo personalmente estoy mación de incertidumbre, que caracteriza la cuestión tratada:
de acuerdo con la tradición de Jerónimo de optar por el uso cristiano «En síntesis, la naturaleza exacta de la Biblia cristiana respecto a
de la Biblia hebrea, tampoco despreciaría las reclamaciones de aquellos su extensión y texto sigue sin decidirse hasta el día de hoy».
cristianos que siguen a Agustín defendiendo el canon largo. No obs­ La conclusión lógica es, por tanto, que el acercamiento canó­
tante, el tema teológico básico para su inclusión se centra en su habili­
dad para mantener la crucial relación canónica entre el cristiano y el
nico de B. S. Childs se puede aplicar también a un canon más
judío. Al menos hasta ahora no he visto aún adecuadamente desarro­ amplio respecto al hebreo. El acercamiento propuesto por nues­
llado el argumento canónico para la inclusión del canon largo 30h tro autor puede también ser útil al trabajar con el canon reco­
nocido en la Iglesia católica 303. La aplicación de su acercamien­
Childs no considera su afirmación sobre el valor de autoridad to al canon católico es por tanto posible, y nuestro autor consi­
del canon hebreo como un postulado absolutamente inmutable. dera legítima esta posibilidad. Él mismo, en BTONT, trabaja
Nuestro autor declara estar abierto a cualquier argumento razo­
nable que pueda abrir la posibilidad a trabajar con un canon más
302 BTONT 63.
amplio. Para Childs, la decisión por uno u otro canon posible 303 Childs mismo aprueba esta idea cuando dice: «Parte de la tarea de una teología bíbli­
no lleva a cuestionar la existencia misma del acercamiento canó­ ca es implicarse en la búsqueda de la Biblia cristiana. La empresa no se resolverá de una vez
por todas, sino que aparece como constitutiva para la fe cristiana. Los polos dialécticos, his­
nico. Las reglas de su propuesta metodológica se pueden aplicar tóricamente representados por la posición protestante y católica, trazan el escenario entre
tanto al canon protestante como al católico. Palabra y Tradición, que se refleja en la controversia referente a la extensión del canon cris­
Esta apertura de Childs al ensanchamiento metodológico del tiano. De igual importancia es la tensión crítica entre la forma y la sustancia del testigo de
la iglesia en la Escritura, que reclama un esfuerzo continuo por la interpretación verdadera.
canon fue confirmada después en BTONT. En el punto dedicado Uno de los objetivos de este intento de teología bíblica es aplicar estas directrices herme­
néuticas al trabajar teológicamente con las formas corta y larga del canon en la búsqueda de
301 IOTS 666. la verdad y catolicidad del testimonio bíblico a la Iglesia y al mundo» (BTONT, 67).
364 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 365

desde la perspectiva del canon largo. Childs hace referencias mal, en torno al cual quiere construir su propuesta metodológi­
explícitas a libros deuterocanónicos como Sirácida, Baruc o ca. Este principio formal debería tener una fuerza unificante,
Macabeos304. El valor de su propuesta metodológica para la teo­ que permitiría a nuestro autor desarrollar una teología de toda la
logía católica también se confirma por el uso de esta metodolo­ Biblia cristiana. El canon, como principio formal, sustituye de
gía hecho por autores católicos305. hecho en el sistema de Childs al principio temático, empleado
Podemos concluir que el concepto de canon presente en el por otros intentos de construir una teología propiamente bíbli­
acercamiento canónico no es un obstáculo insuperable para usar ca, como por ejemplo el tema de la historia de la salvación o el
la propuesta de Childs en un ambiente católico. Aunque el pro­ de la alianza.
pio Childs prefiere el canon protestante del AT, su propuesta Según Childs, el canon bíblico constituye una plataforma
metodológica es igualmente válida para el canon católico. Del sobre la cual debe desarrollarse un buen acercamiento al material
concepto de canon pasamos ahora al uso de este canon como bíblico. Se trata de un área sobre la cual debe realizarse la teolo­
principio hermenéutico para interpretar toda la Sagrada Escritu­ gía bíblica correcta. Tenía razón I. Provan cuando decía que para
ra. Es sin duda el centro y un verdadero punto crucial de toda la Childs «el canon provee el escenario en el que la lucha por una
propuesta metodológica de B. S. Childs. Su valoración, desde el comprensión actual tiene lugar»308.
punto de vista católico, debería indicar con mayor claridad el El canon es el ámbito más apropiado para la exégesis y la teo­
valor (o la falta de validez) del acercamiento canónico para la logía bíblica. Un ámbito, añadamos, no solo apropiado y útil,
teología católica. sino también obligatorio. El canon constituye, de hecho, la pers­
pectiva correcta para el acercamiento a la Biblia, obligatoria para
quien quiera interpretar la Biblia como Sagrada Escritura.
c) El canon como principio interpretativo Finalmente, en el pensamiento metodológico de Childs, el
fenómeno del canon se pone en paralelo con el concepto de regla
Al inicio de este punto dedicado a la valoración de la idea de fe309. En la propuesta de Childs, la concepción de la función
central del sistema propuesto por Childs, debemos recordar bre­ del canon se acerca mucho al de la función de la regla de fe y,
vemente su visión del canon, tomado como regla hermenéutica. además, quiere sustituirla 31°. Según nuestro autor, el hecho
Antes de nada, hay que decir claramente: para Childs, el mismo del canon bíblico debería aportar las bases hermenéuticas
hecho del canon forma parte de la fe cristiana 306. Esta fe nos necesarias para poder realizar una interpretación cristiana eficaz
enseña que los textos concretos, recogidos dentro del canon, tie­ de la Biblia. En tal caso, no habría necesidad de otros elementos
nen una autoridad muy especial para la comunidad de fe. Basán­ o de otras ayudas hermenéuticas, procedentes de fuera del texto
dose en este hecho, es legítimo privilegiar los textos encontrados
dentro del canon bíblico en el trabajo teológico.
Como hemos señalado en el segundo capítulo de nuestra 4; cf. CHILDS, Oíd Testament..., o.c., 15.
308 p Ro v A N , «Canons...»: a.c.,
309 En la polémica con J. Barr, nuestro autor precisó su posición: «Definiendo el canon
disertación 307, el canon bíblico es para Childs un principio for­ como aquellos escritos sagrados que fueron recibidos, custodiados, y moldeados por una
comunidad de fe, propongo una dinámica muy distinta, por decir, a la de Charles Hodge,
304 Cf., el índice de referencias bíblicas, en BTONT 743. y en cambio semejante a la visión de la regla de fe de los primeros Padres de la Iglesia»
305 C f j por ejemplo, W. S. K u r z , «2 Corinthians: Implied Readers and C a n o n i c a l («Childs Versus Barr...»: a.c., 67).
Implications»: J S N T 62 (1996) 43-63. 3*9 Creemos que en esta operación metodológica de Childs se puede entrever su tras-
306 Cf., por ejemplo, los puntos dedicados a BTC y el artículo de Childs «Response to fondo protestante: la regla de fe, que es sustituida, está demasiado vinculada a la noción de
Reviewers of Introduction to the Oíd Testament as Scripture», cap. II punto 1. la Tradición de la Iglesia; en cambio el principio del canon, unido estrechamente a la Escri­
307 c f , cap. II punto 2.b. tura, concuerda bien con la centralidad y exclusividad de la Biblia para la fe cristiana.
366 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 367

bíblico actualmente custodiado por la Iglesia. La antigua regla de fenómeno son importantes para entender en qué modo, según
fe se transforma así en una regla del canon poscrítica. El canon Childs, el canon decide la materia y los límites de los intereses
entendido así contribuye a precisar los límites de la materia y de exegéticos En el mismo artículo leemos:
la dirección de las investigaciones bíblicas. En BTC Childs decía:
[...] tomar en serio el canon es también tomar en serio la función crí­
[...] el tema teológico en juego es el contexto para hacer la propia exé- tica que él ejerce con respecto a etapas anteriores de la formación lite­
gesis. Tomando en serio el canon, uno confiesa junto con la iglesia la raria. Ejerce un juicio crítico en la medida en la que las etapas ante­
única función que estos escritos han tenido en su vida y fe como riores son tratadas. A veces el material se transmite completo, con toda
Sagrada Escritura. Así, cada nueva generación de intérpretes trata de su particularidad histórica original. Otras veces el proceso canónico
ser fiel buscando en estas Escrituras una iluminación renovada al selecciona, reorganiza o amplía las tradiciones recibidas 313.
tiempo que emplea hasta el fondo las mejores herramientas disponi­
bles para abrir los textos. En última instancia, estar en la tradición de En estas palabras de Childs se entrevé su modo de entender
la iglesia es una estancia no hecha con espíritu de restricción dogmá­ la función del canon, tanto el dinámico como el estático. Según
tica de la revelación de Dios, sino con la alegría maravillosa y siempre
sorprendente de cómo las Escrituras se vuelven el pan de vida para
nuestro autor, el proceso canónico, con su hermenéutica inter­
otra generación 31L na, es responsable del hecho de que hoy poseamos exactamente
esta forma final del texto bíblico; este material y no otro, para
Más tarde, en cambio, en uno de sus artículos nuestro autor el trabajo exegético, organizado precisamente de este modo, y
añadía: no de otro, dentro del canon. Esta hermenéutica operante den­
tro del proceso canónico debió de dejar sus trazas también en el
La forma canónica sirve no tanto a fijar un significado dado a un canon actual de la Biblia (este último entendido ya de modo
pasaje particular cuanto a trazar el escenario en el que la tarea exe- estático, como el texto establecido y recibido en la Iglesia). Para
gética debe llevarse a cabo. La atención al canon no es el final, sino
Childs, reconocer el canon como principio interpretativo signi­
solo el inicio de la exégesis. Prepara el terreno para la realización real
limpiando el camino de distracciones innecesarias y dirigiendo la fica considerar seriamente las indicaciones hermenéuticas pro­
atención del oyente a la escena principal que está a punto de experi­ cedentes del canon en sentido dinámico (el proceso) y presen­
mentarse312. tes de modo constitutivo en el canon en sentido estático (el
texto aceptado) 3l4. Los dos conceptos de canon se entrecruzan
Childs define así la materia de interés exegético, las direccio­ en la cuestión de las bases hermenéuticas presentes en el texto
nes y las demandas respecto al trabajo con el texto bíblico. Todo bíblico, que deberían ayudar a la interpretación correcta de la
esto, como hemos visto, está unido al fenómeno del canon. Pre­ Sagrada Escritura. Descubrir estas bases y construir sobre ellas la
cisamente el canon es quien forma «el escenario en el que la tarea interpretación bíblica: precisamente esto es la tarea de la exége­
exegética debe llevarse a cabo». sis, que utiliza el canon bíblico como principio interpretativo de
Como hemos visto en el capítulo precedente, Childs confun­ la Sagrada Escritura.
de con frecuencia el aspecto dinámico del canon (el proceso
canónico) con su aspecto estático (el canon como lista de libros 313 Ibíd., 48.
reconocidos y la forma final de estos libros). Ambos aspectos del 314 El mismo aspecto indica bien W. Brueggemann, observando que la crítica canónica
«se apoya en la conciencia de que cómo llega el material bíblico a su forma presente (proce­
so canónico) y de que la forma presente que ha alcanzado (forma canónica) son aspectos teo­
lógicos importantes que nos hablan de la intención de la comunidad bíblica»: W. BrüEG-
311 BTC 106s. GEMANN, The Creative Word. Canon as a Model for Biblical Education (Filadelfia 1982) 3;
312 C h i l d s , «The Canonical Shape...», a.c., 55. L cita está tomada de G a u t s c h , The Words..., o.c., 37.
368 lA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 369

Childs precisa dónde hay que buscar estas bases hermenéuti­ — finalmente, hay que considerar la posición del libro bíbli­
cas315. Y así: co en toda la colección del canon; también aquí se puede encon­
— hay que prestar atención a la estructura del libro bíblico; trar alguna información útil para la interpretación318.
la comprensión de la estructura del libro posee una gran impor­ El hecho del canon bíblico también da la posibilidad de
tancia para la comprensión de su contenido; emplear el contexto canónico. El texto particular de la Biblia
— son importantes las dedicatorias, las conclusiones y los puede recibir un nuevo significado en un contexto literario y
títulos; precisamente en las dedicatorias y en las conclusiones se teológico más amplio que el original. Se puede tratar de la pers­
ven, de un modo más claro, las intenciones y los objetivos de los pectiva de un libro, de un Testamento o de toda la Biblia.
autores bíblicos; también los títulos, incluidos probablemente al Este contexto canónico es para Childs el único contexto ple­
final del proceso canónico, pueden dar información útil respec­ namente adecuado para construir una teología bíblica319. Es así
to a la función del libro y al modo de entenderlo dentro de la porque es el único que puede mostrar el significado pleno de los
comunidad de fe316; textos bíblicos. Solo la totalidad de la literatura bíblica, recogida
— hay que atender también a los destinatarios de los diversos en su forma final dentro del canon, da testimonio pleno de la
escritos; para Childs es interesante la función teológica de estos revelación divina.
destinatarios; de hecho, siempre es posible mostrar el vínculo En el sistema de Childs el concepto de canon en el sentido de
lógico de los primeros destinatarios con los destinatarios actua­ regla hermenéutica se traduce en esto, al menos en gran parte, en
les de los escritos bíblicos; el concepto de contexto canónico. Es el funcionamiento del con­
— también es im portante ver a quién se reconoce como autor texto canónico quien expresa el funcionamiento hermenéutico
del texto bíblico; no se trata de la típica investigación histórico- del canon. Childs señala la función de este contexto tanto a nivel
crítica del autor; la preocupación de Childs se refiere al papel de teológico como a nivel literario.
la imagen canónica del autor aceptado; se trata por tanto del A nivel literario la función del contexto se manifiesta en que
Pablo canónico o del Isaías canónico, sin prestar demasiada aten­ un texto concreto de la Biblia puede adquirir un nuevo signifi­
ción a la exactitud histórica de esta atribución; se trata de la fun­ cado en el contexto más amplio de la Escritura: de todo el libro,
ción canónica del hecho de que los escritos han sido atribuidos de todo el Testamento, o de toda la Biblia. La función del nivel
precisamente a ellos317; teológico se descubre cuando el mensaje de un texto bíblico se
pone a la luz de los otros y, finalmente, a la luz del mensaje teo­
lógico de toda la Biblia. Se trata de la unidad teológica de la
315 Cf. ibíd., 48-50; CHILDS, The New Testament as Canon..., o.c., 48-53; CLARKE,
«Canonical...», a.c., 197-202.
Biblia, que fundamenta el funcionamiento del contexto canóni­
316 «La intención del autor frecuentemente está más claramente expresada en el proemio co a nivel teológico.
o en la conclusión (Le 1,1-4; Hch 1,1-5). A la inversa, la falta de una introducción en la
lectura de una epístola puede dar importantes indicios de cómo actúa ahora la carta (por gos oculares (Le 1,3; Jn 21,24) sin convertir inmediatamente el testimonio bíblico en una
ejemplo, Hebreos). De igual modo, las conclusiones con frecuencia indican la intención dei cuestión de referencialidad histórica» (ibíd., 52).
escritor (Jn 20,30), o dan una importante configuración canónica (Heb 13,22; 318 En esta perspectiva, Childs habla por ejemplo del papel de la conclusión más larga
2 Tim 4,6ss). Finalmente, la importancia de los sobreescritos no debería desestimarse. Fue­ del evangelio de Marcos o del papel del evangelio de Mateo, que está entre el AT y el NT.
ron añadidos durante las etapas finales de la canonización, pero frecuentemente dan una 319 Esto lo describe bien M. C. Callaway: «la crítica canónica insiste en que esa autoridad
clave valiosa de cómo la primera iglesia escuchó el mensaje (cf. Hebreos, Apocalipsis)» reside solo en todo el canon, que es el contexto en el que cada texto bíblico debe finalmen­
(CHILDS, The New Testament as Canon..., o.c., 49). te ser leído. La voz de una tradición particular es leída canónicamente frente a otras voces y
317 «El acercamiento canónico al Nuevo Testamento se preocupa por la autoría, pero de puntos de vista; ninguna posición es absoluta. La crítica canónica ve la Escritura no como
un modo diferente al de los debates generalmente entablados entre conservadores y libera­ un tesoro de historias sino como una reflexión viva en la que las ¡deas teológicas están sien­
les. Yo trato de prestar mucha atención a la función teológica de la atribución de ser tesa- do reformuladas constantemente en respuesta a los nuevos datos» («Canonical...», a.c., 126).
370 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 371

Así, el canon se presenta como una base para construir la teo­ La delimitación del material privilegiado, que constituye la
logía bíblica. Buscando respuestas a las preguntas teológicas fuente principal de la reflexión teológica, es sin duda otro mérito
hechas al texto, hay que descubrir y recopilar todos los testimo­ del principio propuesto. Además, el acento puesto por Childs en
nios bíblicos referentes al problema o tema tratado, analizarlos el valor de la totalidad del material bíblico hace más clara la auto­
en sus diferentes contextos (recordando que el canónico es el ridad de todos los textos bíblicos reconocidos en la Iglesia 321,
más completo y adecuado) y después confrontarlos, para descu­ oponiéndose al peligro de hacer una selección infundada322.
brir la dinámica interna de la revelación. B. S. Childs ha perma­ El principio del canon recuerda que todos los textos bíblicos
necido fiel a este esquema general a través de todo el desarrollo tienen en última instancia un único Autor, el Autor divino. Por
de su propuesta metodológica, comenzando desde BTC hasta la esta razón es legítimo tratarlos como una unidad teológica323. En
B T O N T 320. este sentido, el principio hermenéutico del canon puede verse
De este modo podemos describir la visión del canon, según como el que expresa la precomprensión cristiana más profunda, y
Childs, como un principio hermenéutico. ¿Cómo se puede valo­ naturalmente católica, en el acercamiento a la Biblia324.
rar desde el punto de vista de nuestro trabajo? La propuesta
canónica ¿encuadra bien con la visión católica de la Biblia y con 321 Por parte católica, la autoridad de todos los textos bíblicos ha sido recordada últi­
su acercamiento a la metodología de interpretación bíblica? mamente en el IV simposio internacional de la facultad de teología de la Pontificia Uni­
versidad de la Santa Cruz (12/13-3-1998). G. Aranda observaba: «Una interpretación que
Sin duda, antes de nada debemos poner en clara evidencia las tome en serio el canon no puede dejarlo en penumbra o rechazar una parte, como no puede
ventajas y las deficiencias de la solución propuesta. Comence­ prescindir del hecho mismo de su existencia, porque cada texto refleja su valor —ante todo,
mos por las ventajas. su valor como Palabra de Dios— en cuanto que pertenece al canon y tiene su sentido pleno
y último en el conjunto del canon»: G. A r a n d a PÉREZ, «II problema teologico del canone
Es verdad que el principio del canon asegura la delimitación biblico», en M. A. TÁBET (ed.), La Sacra Scrittura anima della teologia. Atti del IVSimposio
del material privilegiado del trabajo teológico, que es la Escritu­ Internazionale della Facoltà di Teologia (Ciudad del Vaticano 1999) 34.
322 Así lo indica G. A. Reyes: «El énfasis en tomar la totalidad del canon o contexto lite­
ra inspirada. Muestra claramente qué textos hay que reconocer rario canónico total para la tarea teológica es también un aporte sustancial de Childs para
con autoridad para la fe de la comunidad de fieles y, en conse­ poder entender mejor la naturaleza del canon. Pero también es sustancial, no solo porque
cuencia, dónde buscar el material fundamental para la reflexión así Childs concede igual peso a todos los textos, sino también, por el mismo hecho, por­
que vendría a ser un correctivo a la tendencia conservadora de solo hacer listas de citas y a
teológica. Así dice sobre este tema la instrucción de la PCB: la liberal de despedazar los textos bíblicos» (REYES, «Hacia una comprensión...», a.c., 239).
323 Durante el simposio mencionado en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz
Al discernir el canon de las Escrituras, la Iglesia discernía tam bién (12/13-3-1998), G. Aranda observaba: «Es evidente que la consideración de la Biblia como
y definía su propia identidad, de modo que las Escrituras son en ade­ canon incide en primer lugar en la misma exégesis bíblica en cuanto que esta es también
lante un espejo en el que la Iglesia puede redescubrir constantemente una disciplina teológica. El estudio del canon como hecho implica el reconocimiento del
principio hermenéutico de la unidad de la Escritura (DV 12) como su fundamento, y exige
su identidad y verificar, siglo tras siglo, la forma en que responde sin una metodología adecuada, ya que “un libro no se convierte en bíblico más que a la luz del
cesar al Evangelio y se dispone a ser su medio de transmisión (cf. DV entero Canon” (EB 1329)» («II problema teologico del canone biblico», a.c., I4s).
7). Esto confiere a los escritos canónicos un valor salvífico y teológico 324 Del puesto y valor de la precomprensión de la unidad bíblica en la perspectiva cató­
completamente diferente del de otros textos antiguos. Si estos últim os lica ya hemos hablado en el punto 2.1. Recordemos ahora brevemente solo la opinión de
pueden arrojar mucha luz sobre los orígenes de la fe, no pueden nunca U. Neri: «Por eso la Iglesia siempre ha sido tan unánime en profesar la unidad de la Biblia:
desde Orígenes, para el cual ella constituye el dato ontològicamente primario, hasta el con­
sustituir la autoridad de los escritos considerados como canónicos y por
cilio Vaticano II, que en la percepción de esta unitasvt una condición fundamental para la
tanto fundamentales para la comprensión de la fe cristiana (EB 1452). recta comprensión de los textos sagrados (DV III, 12)» (NERI, La crisi biblica..., o.c., 41).
Desde esta perspectiva se puede sostener que también el hecho mismo del canon bíblico
pertenece a la precomprensión del exegeta católico. G. Aranda señala, por ejemplo: «Pero
de hecho, el exegeta acepta el canon como una precomprensión desde la cual accede a la
Escritura. A la sistematización teológica corresponde la tarea de elaborar científicamente
320 Cf. los puntos dedicados a estos libros de Childs, cap. II punto 1. dicha comprensión, demostrando cómo la forma en la cual la Iglesia percibe hoy su propia
372 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 373

El canon, como principio de interpretación, ofrece un fun­ El canon crea, por último, un contexto literario y teológico
damento para la construcción de las relaciones entre los testi­ ¿entro del cual es posible el progreso de los diversos sentidos y
monios y los mensajes de las diversas partes de la Biblia. Esta significados de los textos bíblicos 33°. También esto lo indica la
posibilidad, procedente del hecho de la existencia del canon, se pCB cuando habla del sensus plenior:
señaló en el documento de la P C B 325. La comisión habló de las
relecturas intrabíblicas y de la relación entre el Antiguo y el Su fundamento es el hecho de que el Espíritu Santo, autor princi­
pal de la Biblia, puede guiar al autor humano en la elección de sus
Nuevo Testamento como algo que hay que tener en cuenta en la expresiones de manera que expresen una verdad cuya profundidad él
interpretación católica de la Biblia326. A. J. Levoratti, además, no percibe del todo. Esta es más completamente revelada en el curso
en un artículo incluido en el reciente comentario católico y ecu­ del tiempo, gracias por una parte a realizaciones divinas ulteriores que
ménico^27, escribía: manifiestan mejor el alcance de los textos, y gracias también a la inser­
ción de los textos en el canon de las Escrituras. Asi se constituye un
Para el cristiano, el AT y el N T son movimientos de una gran sin­ nuevo contexto , que revela potencialidades de sentido que el contexto p r i­
fonía, en que un movimiento llama al otro. El mensaje profético de m itivo dejaba en la oscuridad (EB 1422)331.
salvación anuncia un nuevo acto salvador fundamental de Dios que
apunta más alia del AT. Por tanto, el verdadero acercamiento católico Además, el hecho de las relecturas y de las reinterpretaciones
a la Biblia toma en serio el canon completo de las Escrituras: [...] nin­
en el proceso canónico invita a profundizar en los distintos nive­
gún texto individual debería tomarse aisladamente de la totalidad del
mensaje bíblico [...]328. les del significado bíblico. Aceptar el canon como principio
interpretativo significa, en la practica, aceptar el estudio de los
Considerar seriamente todo el contexto doctrinal del canon se diversos sentidos de la Escritura332.
presenta como una exigencia para una adecuada interpretación alguna esperanza de éxito, algo imposible en los niveles precedentes. Precisamente podemos
católica de la Biblia. En este sentido, el canon contribuye, sin hacer abstracción de las cuestiones del contexto histórico de cada escrito porque estamos
duda, a posibilitar el desarrollo de una teología bíblica, la profun- trabajando en el nivel de la Biblia como tal» (a.c., 24s).
330 Levoratti escribe en su artículo: «Un trabajo literario debería leerse como una uni­
dizacion de la reflexión teológica sobre la revelación divina32^. dad. Sus partes deberían primero interpretarse desde el conjunto literario que las contiene
y no desde su referente externo inmediato. Así, el análisis del lenguaje revela en cada caso
la articulación que está peculiarmente adaptada a la unidad orgánica de la obra literaria. En
identidad está verdaderamente en armonía con el canon bíblico en su conjunto» («II pro­ vista de esta unidad orgánica, el significado de la obra está en la forma y contenido de la
blema teológico del canone bíblico», a.c., 33). totalidad. La forma y el contenido semántico empiezan a producir significado» («How to
325 Cf. IBCh, 79-85. Interpret the Bible», a.c., 20). c .
La reflexión sobre las cuestiones mencionadas está incluida en la parte del documen- 33* La cursiva es nuestra. El documento también habla del nuevo contexto que oírece el
to titulada Dimensiones características de la interpretación católica. canon a los textos bíblicos en la parte dedicada a las tareas del exegeta: «Aunque cada libro
PARMER (ed.), The International Bible Commentary, o.c. de la Biblia haya sido escrito con una finalidad diferente y tenga su significado especihco,
8 LEVORATTI, « H o w to Interpret the Bible», a.c., 13. se manifiesta portador de un sentido ulterior cuando llega a ser parte del conjunto canóni­
En su artículo «Levels of Canonical Authority», J. D. G. Dunn presenta bien el valor co. La tarea de los exegetas incluye pues la explicación de la afirmación agustimana:
del contexto canónico para el desarrollo de la teología bíblica: «Desde los primeros siglos “Novum Testamentum in Vetere latet, et in Novo Vetus patet” (cf. SAN AGUSTÍN, Q uest_ y
de la era común los documentos bíblicos individuales solo han tenido autoridad para la fe Hept., 2,73)» (EB 1477). La afirmación de la PCB está en sintonía con la constitución LJV
y la vida en cuanto partes del canon de la Escritura. En este nivel, las cuestiones del con­ del Concilio Vaticano II: «Dios, pues, inspirador y autor de los libros de ambos Testamen­
texto histórico, si procedía del autor original o de la composición final, se hacen más leja­ tos, dispuso las cosas tan sabiamente que el Nuevo estuviese escondido en el Antiguo y el
nas y menos importantes; lo que más cuenta es la autoridad que el documento tuvo en la Antiguo fuese patente en el Nuevo. Porque, aunque Cristo fundó la Nueva Alianza en su
etapa de su canonización formal [...] En este nivel podemos tratar Eclesiastés más fáci- sangre (cf. Le 22,20; 1 Cor 11,25), no obstante los libros del Antiguo Testamento recibi­
lemnte a la luz del resto de las escrituras judías; el Pablo polémico de las principales cartas dos íntegramente en la proclamación evangélica adquieren y manifiestan su plena signifi­
paulinas se hace una figura más tratable cuando estas cartas se colocan en el marco de cación en el Nuevo Testamento (cf. Mt 5,17; Le 24,27; Rom I6,25s; 2 Cor 3,14- ), i us-
Hechos y de las Pastorales, proporcionando así un contexto más amplio. En este nivel el trándolo y explicándolo al mismo tiempo» (DV 16).
ideal de una teología bíblica se llena de sentido por primera vez y puede emprenderse con 332 U. Neri, por ejemplo, ilumina del siguiente modo el vínculo entre la unidad de la
374 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 375

Resumiendo estas observaciones, podemos dar la razón a Por parte católica, la misma objeción fue presentada por
Childs cuando afirma que el canon crea una plataforma sobre la D. Barthélemy. En el material preparatorio al documento de la
que se puede desarrollar una teología bíblica. Pero queda abierta PCB sobre el tema de la interpretación de la Biblia (1993) repi­
la pregunta de si es efectivamente posible concluir el desarrollo tió que una de las objeciones que se puede hacer a la propuesta
de esta teología permaneciendo fiel solamente a esta plataforma. de B. S. Childs es la de «conferir al contexto canónico global un
Con otras palabras, hay que preguntarse si el canon bíblico basta papel tranquilizante de deus ex machina que no parece haberse
(como pretende Childs) como única regla hermenéutica en la ejercido nunca antes de la Reforma» 334.
interpretación de la Biblia. Se trataría pues de una idea relativamente moderna. Si es así,
El hecho de presentar esta pregunta se explica por las serias es difícil considerarla como única regla de interpretación en la
críticas dirigidas a la propuesta de Childs. Recordemos algunas Iglesia, nacida quince siglos antes y que por todo este tiempo ha
de ellas. vivido siempre con su Sagrada Escritura.
Sanders y Barthelemy subrayaban, en su crítica a la propues­ Además, el principio del canon no puede dar bases estables para
ta de Childs, que el contexto canónico, el ámbito fundamental la exégesis reconocida en las diversas partes del cristianismo, a causa
de la función de la regla del canon, nunca antes de la Reforma de la existencia de varios cánones en las confesiones cristianas. Es
protestante funcionó como una regla hermenéutica. Tras la difícil quitar la razón a D. A. Brueggemann cuando afirma:
publicación de IOTS, Sanders observaba:
El único contexto que cuenta para Childs es el contexto canónico.
Realmente no veo ninguna evidencia clara de que lo que él consi­ Ni el contexto histórico del escritor u oyente original ni el de los
dera contexto canónico funcionase como tal en alguna de las comuni­ redactores o sus lectores tiene autoridad para determinar el significa­
dades creyentes hasta quizá la Reforma. Posiblemente se podría extra­ do del texto. Como uno no puede trabajar en un contexto abstracto,
polar de algunas piezas de literatura intertestamentaria la certeza de que y como el único contexto que cuenta es el canónico, la cuestión que
algunas partes de la Biblia se leían como una historia continua, tales brota es: ¿Qué canon? ¿Es opcional siempre y cuando eliges uno y te
como Jubileos, el Génesis apócrifo, reconstrucciones de Filón, y otro adhieres a él? [...] La cuestión básica realmente es: ¿Qué hace a un pro­
tipo de paráfrasis, y de que el contexto canónico de grandes unidades ceso o producto canónico más legítimo que otro? Childs pasa por alto
fue muy honrado. Pero no está claro que ninguno de los escritores de esta cuestión, que debería estar en el corazón de su sistema 33 .
tales documentos dedujeran la hermenéutica con la que leyeron el
texto a partir del contexto canónico. Por el contrario, cada relato de Queda pues abierta la pregunta: ¿Cuál es el canon adecuado?
estos refleja una hermenéutica importada de algún sitio [...] No sería ¿El mismo canon es capaz de responder a esta pregunta, de mos­
hasta la entrada en escena de los comentarios de la Reforma cuando se trar su auto legitimación? Parece que, en el caso de dar una res­
pudo argumentar este punto, me parece a mí [...] Uno está tentado de
ver en el canon de Childs la perspectiva de la Reforma tanto en la opo­
puesta afirmativa, la regla protestante Scriptura sui ipsius interpres
sición de la forma de TM versus LXX (Vulgata) como en su insisten­ (La Escritura se interpreta a sí misma) quedaría aquí ensanchada
cia sobre el contexto completo 333. hasta las fronteras de la paradoja.

Biblia y la cuestión del sensus plenior: «Se trataría de un sentido literal segundo, o posterior,
mucho más rico y abarcante que el de la prima littera [primera letra] histórico-gramatical 334 BARTHÉLEMY, La critique canonique, o .c ., 25.
[...] esta littera altior o plenior se puede acoger tanto más eficazmente cuanto más —sobre 335 BRUEGGEMANN, «Brevard Childs’ Canon Criticism...», a.c., 317. El problema también
todo si se cree en la unidad esencial de la Escritura— se refiere un determinado texto bíbli­ lo indica Barr cuando habla de la relación entre el canon cristiano y el judío: «Si debemos
co a la Escritura en su conjunto: “se puede llegar desde otros textos de la Biblia” escribe De tomar el canon seriamente como la base para la fe, entonces debe ser o el canon judío de la
Vaux “que es toda ella obra del mismísimo Dios”» ( N e r i , La crisi bíblica..., o.c., 55). Biblia hebrea o el canon cristiano del Antiguo y del Nuevo Testamento. Si una exégesis teo­
333 S a n d e r s , «Canonical Context...», a.c„ 188. Cf. también B a r r , «Trends and Pros- lógica cristiana debe estrictamente basarse en el canon como guía, entonces ese debe ser la
pects...», a.c., 274. forma canónica de la entera Biblia cristiana» (B a rr, «Childs’ Introduction...», a.c., 22).
376 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 377

El principio del canon se debilita también por el hecho de [...] no está claro qué límites a la interpretación pone la perspectiva
que en la Biblia se encuentran teologías muy diversas. ¿Cómo canónica. Mientras que es valioso acentuar la libertad y el potencial
para la interpretación que debería caracterizar el compromiso de la
podemos confiar al canon, como único principio interpretativo, Iglesia con la Biblia como Escritura, Childs da poca atención a la
si dentro de este hay una tan rica variedad de opciones interpre­ amplia diversidad de miradas en la iglesia, y el resultante problema de
tativas posibles sugeridas por las diversas teologías? ¿La así lla­ interpretaciones conflictivas e inaceptables. Mientras que el fuerte
mada intención canónica es suficientemente clara como para sentido histórico y la sensibilidad teológica del propio Childs ejercen
poder guiarnos a través de esta diversidad? A. J. Levoratti es muy un control en sus propios escritos, hay muchos otros cristianos que no
escéptico al respecto: poseen estos atributos, especialmente la conciencia histórica, del
mismo m odo338.
Finalmente, hay otro factor que merece mencionarse, a saber, la
existencia en la Biblia de una pluralidad de tradiciones teológicas. En Parece muy difícil esperar que el canon provea una solución
estas tradiciones hay diferencias doctrinales al igual que diferentes len­ convincente al problema de la ambigüedad de las diversas posi­
guajes. Como consecuencia, puede haber, y de hecho hay, una variedad ciones preliminares y de su influjo en el mismo proceso de inter­
de teologías bíblicas. Siempre han existido y siempre existirán diferen­
pretación. ¿Cómo reservar entonces al canon bíblico el papel
tes visiones, no solo de los trazados finales de una teología bíblica sino
también de los puros principios con los que el tema puede abordarse. exclusivo de único principio de esta interpretación? Sin duda es
Esto nos lleva de nuevo a manifestar dudas sobre la absolutización del una duda válida.
canon como el único principio hermenéutico. Ningún acercamiento es Analizando las funciones del canon como principio herme­
suficiente para la tarea completa de la interpretación bíblica 336. néutico, también parece importante entender la cuestión en
conexión con la diferencia entre el contexto canónico literario y
Con otras palabras, el canon parece ser demasiado rico en su el contexto canónico doctrinal. Es sin duda justo afirmar que la
variedad para poder actuar como único principio hermenéutico Biblia tiene su unidad teológica interna. Es la consecuencia de la
capaz de garantizar la realización del proceso interpretativo 337. inspiración y de la procedencia divina de las Escrituras. Por
Los problemas interpretativos pueden surgir no solo de la tanto, es necesario ver el mensaje teológico de un texto en el con­
variedad existente dentro de la Biblia, sino también de la proce­ texto del más amplio panorama teológico de la Escritura. El
dente del m undo exterior. Hay muchos modos de acercarse al principio canónico entendido como el contexto canónico doc­
texto y muchas precomprensiones. Es difícil quitar la razón a trinal puede aspirar a ser el postulado de necesaria aplicación en
Moberly cuando dice: la hermenéutica bíblica339.
Pero la cuestión cambia cuando hablamos del contexto canó­
336 LEVORATTI, « H o w to Interpret the Bible», a.c., 31; la cursiva es nuestra. Igualmente nico literario. ¿Es verdaderamente obligatorio establecer la vali-
B a rr,Holy Scripture..., o.c., 9 9 . En cambio, otro aspecto del mismo problema lo i n d i c a b a
F. Watson en su libro Text, Cburch and World: «En la forma final y canónica del texto, los
redactores la prepararon para un papel de autoridad en el contexto de la comunidad. Una tomado como un absoluto, en el sentido de proveer de un modo directo una legitimación
descripción fenomenológica de las escrituras sagradas de las dos comunidades r e lig io s a s integral o una regula fidei normativa. Pues el mismo canon surgió de la necesidad de resol­
pueden hacer este hecho visible, y también puede extenderse al hecho de que estos textos ver las pretensiones conflictivas de autoridad en la esfera religiosa, y la resolución no se dio
siguen cumpliendo ese papel comunitario hasta hoy. Lo que Childs no percibe es el hecho de en la forma de un veredicto final» (BLENKINSOPP, Prophecy and Canon..., o.c., 142).
que el canon no es capaz de hacer noción abstracta de un “papel de autoridad”concreto. Lejos 338 MOBERLY, «The Churchs Use...», a.c., 108s.
de darfin al conflicto interpretativo excluyendo textos aberrantes, el canon simplemente estable­ 33^ Levoratti escribe en su artículo: «la Iglesia acepta la armonía de toda la Biblia, que
ce un nuevo campo para el conflicto interpretativo» (o.c., 43; la cursiva es nuestra). brota de su inspiración por Dios y de unidad testimonial de la única revelación de Dios. Se
337 Quizá merece la pena ofrecer aquí la opinión del profesor de la Universidad de Notre debe investigar toda la revelación en toda la Biblia. El criterio para comprender las partes
Dame, J. Blenkinsopp, que en su libro Prophecy and Canon escribía: «Sin duda debe con­ de la Biblia es el testigo escriturístico completo. Este es un principio de la catolicidad de la
cluirse que, si el argumento enunciado tiene algún peso, el canon bíblico no puede ser Iglesia» («How to Interpret the Bible», a.c., 31). Igualmente, W lCKS, «Canon...», a.c., 99.
378 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 379

dez de cada mensaje teológico de un texto bíblico en el contex­ Podemos decir, pues, que el canon es un medio hermenéuti-
to canónico (literario) más amplio que el original? ¿El hecho de co necesario para interpretar la Biblia, pero no suficiente. Es
la unidad teológica interna de la Biblia exige siempre la búsque­ bueno recordar aquí la opinión precisa de F. Watson, que
da del mensaje teológico de cada texto (mensaje válido para comentó así una vez la posición de Childs:
construir una teología bíblica) en el contexto literario más
amplio que el original? Con otras palabras, ¿el mensaje teológi­ En el mundo armonioso y ordenado construido por Childs, los tex­
tos canónicos son infaliblemente útiles para transmitir la plural volun­
co de un texto nunca puede pasar de su contexto literario origi­
tad de Dios al lector u oyente de la comunidad de fe. En realidad, el
nal directamente al contexto canónico doctrinal, pero, para acto de leer o escuchar siempre estará inmerso en conflictos interpreta­
entendernos, debe pasar siempre por el contexto canónico lite­ tivos sobre cómo el papel de autoridad debe actualizarse. El canon, en
rario? ¿El contexto canónico es el único contexto autorizado otras palabras, es una mediación necesaria pero no suficiente entre los
donde recoger los mensajes teológicos legítimos para la cons­ textos originales y el presente. Nos ofrece los textos para usarlos en el
trucción de una teología bíblica cristiana? Es verdad que el presente, nos dice que debemos usarlos en nuestras propias tareas teo­
lógicas, pero no nos dice cómo debemos hacerlo [...] No da una res­
hecho de la unidad interna de la Biblia (que procede del mismo puesta clara a si su autoridad es única y absoluta o si debe coordinarse
Autor divino) crea la posibilidad de interpretar en un contexto con otro tipo de autoridad. Aunque puede ser hermenéuticamente
literario más amplio y de buscar legítimamente los diversos sen­ importante, no nos dice a qué comunidad deberíamos pertenecer para
tidos de la Escritura. Pero ¿se puede igualmente decir que esta recibir los beneficios completos de su testimonio, ni nos capacita para
unidad crea la necesidad universal (respecto a cada texto singu­ escapar de los dilemas interpretativos con los que la pertenencia comu­
nitaria real ya nos ha cargado [...] La importante propuesta hermenéu­
lar) de interpretar de este modo? La falta de claridad respecto a tica de Childs coloca a los textos en su adecuado contexto eclesial, pero
la relación y a la diferencia entre el aspecto doctrinal y literario malinterpreta ese contexto como un lugar auto-contenido, autónomo
del principio canónico debilita sin duda la posición del canon y aislado del mundo 340.
como único principio interpretativo de la Escritura.
Resumiendo cuanto hemos dicho sobre las ventajas y defi­ ¿Cómo evitar entonces el riesgo de aislar la Biblia, con su
ciencias del canon, visto como el principio de interpretación de canon, del mundo exterior? ¿Cómo salvar la contribución posi­
la Biblia, podemos llegar a algunas conclusiones. El canon es un tiva de la propuesta de Childs evitando el peligro de un fácil y
concepto im portante en la interpretación bíblica. No se puede total rechazo del acercamiento canónico? ¿Dónde buscar un
dejar de lado si se quiere hacer una interpretación completa de posible refuerzo de la posición de Childs? Queremos hacer una
la Sagrada Escritura. Pero, por otra parte, es difícil sostener la propuesta que concuerda muy bien con el postulado fundamen­
tesis de que el canon representa la única regla hermenéutica de tal de Childs: el postulado de la Biblia como la Sagrada Escritu­
la Biblia, suficiente para ofrecer una interpretación plena y ade­ ra de la Iglesia. Nuestra propuesta es reforzar la idea hermenéu­
cuada. Es difícil esperar que el canon consiga por sí mismo guiar tica del canon con la noción de regula fidei. En este caso, la regla
al intérprete moderno a través de la notable variedad del mate­ del canon podría encontrar un apoyo en la regla de fe.
rial bíblico hasta llegar a una actualización correcta de la Palabra El canon es, en cierto sentido, el fruto de la regla de fe, ope­
de Dios. Además, es difícil esperar que esta actualización se reco­ rante en la comunidad creyente. Es el fruto de esta regla, tanto
nozca por otros muchos contemporáneos del primer intérprete, pensando en la elección y el consolidamiento del material bíblico
si estos últimos disponen solo del canon como único principio como en su posterior reconocimiento. Por esta razón, el canon
interpretativo. El problema se agudiza todavía más si pensamos
en la existencia contemporánea de diversos cánones. 340 W A T S O N , Text, Church..., o.c., 43-45.
380 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 381

quizá da la impresión de poder sustituir a la regla de fe. Pero los erróneas y promuevan las aptas. Gracias a la actualización realiza­
argumentos ofrecidos arriba no permiten aceptar esta sustitución. da según estos indicios, las preguntas hechas al texto por parte de
Dichos argumentos nos desaniman a hacer esto, aunque el los cristianos actuales podrían encontrar respuestas adecuadas.
mismo Childs lo hace. Comparando la posición de Childs con En la perspectiva católica, esta función hermenéutica está
la perspectiva católica, parece que nuestro autor quiera encontrar unida al Magisterio. La DV (n.° 10) clarifica el problema:
en la noción de canon cuatro elementos (tomados conjunta­
Mas la misión de interpretar auténticamente la Palabra de Dios
mente) importantes para la hermenéutica católica: el canon, la escrita o transmitida le ha sido confiada solo al Magisterio vivo de la
Tradición, la regla de fe y — unido a esta regla— el Magisterio. Iglesia, cuya autoridad se ejerce en nombre de Jesucristo. Este Magis­
Todo esto en un único concepto, el del canon. Si lo consiguiese, terio no está por encima de la Palabra de Dios sino a su servicio, ense­
quedarían a salvo dos postulados fundamentales para Childs. Por ñando solo lo que ha sido transmitido, en cuanto que por mandato
una parte se mantendría el postulado de la suficiencia exclusiva divino y asistido por el Espíritu Santo la escucha piadosamente, la cus­
de la Biblia, importantísimo para un representante de la comu­ todia santamente y la expone fielmente; y obtiene de este único depó­
sito de la fe todo lo que propone para ser creído como revelado por
nidad protestante. Por otra parte, se mantendría también el pos­ Dios (EB 684).
tulado de la importancia de la tradición de fe de la comunidad
— el canon podría reconocerse concreción autorizada de esta tra­
Así, en la Iglesia católica es el Magisterio quien puede ofrecer
dición de fe— . Para Childs este último postulado es tan funda­
más claras indicaciones para la actualización correcta de la Pala­
mental como el primero: toda la propuesta metodológica de
bra. A él le corresponde rechazar las interpretaciones erradas y
nuestro autor se basa en la fe de la comunidad, tanto en el pro­
promover las justas. Su mandato está unido con la misma Tradi­
ceso de formación de la Biblia como en su interpretación actual.
ción de la Iglesia, con la que Childs vincula el valor hermenéu-
Si el sistema propuesto quiere ser internamente coherente, no
tico del canon. La DV lo subraya con las siguientes palabras:
puede evitar la cuestión de la tradición341. La noción de canon
debería mantener todas estas perspectivas diversas — tan difíciles Es claro por tanto que la Sagrada Tradición, la Sagrada Escritura y
de armonizar entre ellas y, al mismo tiempo, tan importantes el Magisterio de la Iglesia, según el sapientísimo designio de Dios,
para la lógica interna del acercamiento canónico— dentro del están conectados y relacionados entre sí de tal manera que una reali­
sistema propuesto por Childs. dad no puede subsistir sin las otras; y que todas juntas, cada una a su
También hay que señalar cómo está implicada aquí la cuestión modo bajo la acción del único Espíritu Santo, cooperan eficazmente
de la autoridad interpretativa de la Biblia. Para Childs, que quie­ para la salvación de las almas (EB 685).
re restituir la autoridad a la Biblia y al mismo tiempo subraya la
importancia de la actualización de la Escritura en la Iglesia, es En la teología católica están presentes tres elementos funda­
importante establecer un medio para continuar la actualización mentales que colaboran entre sí en la búsqueda de conclusiones
autorizada, es decir, correcta, para los cristianos. Aunque Childs teológicas: la Tradición, la Escritura y el Magisterio. Childs reco­
no tiene la intención, a través de su exégesis, de establecer un noce la función de los dos primeros elementos. En cambio, en el
único significado correcto de un texto concreto, quiere sin lugar del tercero (obviamente inaceptable en la perspectiva pro­
embargo precisar indicios claros que excluyan las interpretaciones testante) propone la noción del canon. Ya hemos observado que
esta noción está estrechamente vinculada a la Tradición y la
341 No por casualidad, el documento de la PCB, La interpretación de la Biblia en la Igk' Escritura, tal como lo está el Magisterio en la cita anterior. El
sia, incluye el acercamiento canónico en el grupo de los acercamientos basados en la t r a d i ­
ción. Cf. IBCh, 45-47.
canon parece, pues, el más adecuado para tomar el puesto del
382 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 383

Magisterio en una perspectiva eclesiológica que no admita la la importancia de la tradición de la comunidad, quiere encontrar
existencia de este último como tal. en el canon un medio para la interpretación correcta de la Biblia.
La elección de nuestro autor se puede entender bien con el Pero como ya habíamos constatado más arriba, la idea de canon
trasfondo de su polémica con el método histórico-crítico. La como principio hermenéutico único no funciona. El canon por sí
semejanza con el funcionamiento del Magisterio es también solo no basta para llevar a su término el proceso de interpretación
digna de tenerse en cuenta. Así como el Magisterio en la Iglesia bíblica. Quizá baste para comenzarlo, para establecer — como
católica puede ofrecer una ayuda notable para superar las incer- quiere Childs— una plataforma sobre la que deba desarrollarse la
tidumbres del método histórico-crítico referentes a las interpre­ interpretación, pero no es suficiente para concluirla con una
taciones de los textos concretos de la Biblia (c£, por ejemplo, la actualización autorizada, importante para la comunidad creyen­
opinión de R. E. Brown) 342, así también para Childs el canon te. El canon tampoco basta porque, entendido de un modo tan
bíblico, con su intención canónica y el contexto canónico, debe­ absoluto y literario, está estrechamente limitado al texto, perma­
ría ayudar al lector moderno a superar los mismos problemas. neciendo en consecuencia separado de la comunidad. Es difícil
En la fuerte acentuación hermenéutica del canon se puede evitar la sensación de que Childs, aunque teóricamente subraya la
entrever la intención, quizá inconsciente por parte de nuestro interpretación de la Biblia en la comunidad, en la práctica per­
autor, de sustituir el Magisterio con el canon bíblico. Pero aún mite cierta separación entre la Biblia y esta comunidad.
queda la pregunta de si el canon es verdaderamente capaz de La regla del canon no puede por tanto sustituir la regla de la
ocupar este puesto y actuar además como único principio inter­ fe. Es así a pesar de que el canon esté esencialmente ligado a esta
pretativo de la Biblia. Hemos visto antes que es una cuestión última y pueda verse con justicia como su más importante con­
muy problemática. secuencia. Volvemos, pues, a la necesidad ya mencionada: la
Por esta razón debemos volver a la propuesta de complemen­ necesidad de tener seriamente en cuenta el valor hermenéutico
tar el acercamiento analizado. No pretendemos, obviamente, de la regla de la fe344.
proponer a un sistema que procede del ámbito protestante un La cuestión de la regla de la fe como principio hermenéutico
complemento que pertenecería directamente a una noción tan de la Biblia ha sido presentado últimamente por P. Grech345. En
típicamente católica como es el Magisterio. Pero sí queremos su artículo «The “Regula fidei” as Hermeneutical Principie Yes-
volver al papel de la regla de fe, sin duda estrechamente unida al terday and Today», Grech presenta el papel de la regla de fe en
M agisterio343. la interpretación patrística de la Biblia. Es un papel fundamen­
Childs, por una parte, queriendo ser fiel a la tradición protes­ tal. Se puede descubrir analizando el uso de la regla en la prácti­
tante de la autosuficiencia de la Escritura y, por otra, percibiendo ca de los Padres. El autor muestra el desarrollo de la regla desde
Ireneo hasta Vicente de Lerins 346, y su aplicación en la inter-
342 En un artículo incluido en NJBC, Brown observaba: «El significado que la Iglesia
encuentra en un verso puede no ser el único significado que uno podría deducir por el 344 Quizá vale la pena recordar aquí las palabras de J. Barton, que en uno de sus libros
método crítico, pero es un significado posible. R. E. Brown (Biblical Exegesis and Churcb admitía: «Si quien define de un modo esencial los límites del canon del Antiguo Testa­
Doctrine [NY 1985] 36s) mantiene que la Iglesia católica insiste doctrinalmente en que mento es la comunidad cristiana o judía, ¿no significa esto que el intérprete está obligado,
Jesús fue concebido de una virgen sin padre humano. La historicidad de la concepción vir­ no solo a leer la forma concreta del AT que su comunidad acepta, sino también a leerla en
ginal no es la única interpretación crítica posible de Mt 1 y de Le 1, pero es una interpre­ el modo que su comunidad considera normativo?» (B a r t o n , Reading the Oíd Testament...,
tación posible e incluso probable. Al aceptar la enseñanza de la Iglesia en este punto, al o.c., 95).
interpretar Mt y Le, los exegetas católicos no están negando la exégesis histórico-crítica sino 345 G r e c h , «The “Regula Fidei” [...] in Patristic Exegesis», a.c., 589-601; P. S. GRECH,
complementándola y yendo más allá de sus incertidumbres» (p.l 164). «The “Regula fidei” as Hermeneutical Principie Yesterday and Today», a.c., 208-224.
Los enunciados del Magisterio en la perspectiva católica pueden verse con justicia 34<* Son presentadas las posiciones de Ireneo, Clemente de Alejandría, Orígenes, Tertu­
como actualizaciones y concreciones de la regla de fe. liano, Basilio, Agustín y Vicente de Lerins. Cfi, ibíd., 208-217.
384 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 385

pretación bíblica. La conclusión que se puede extraer de los tes­ Por tanto, se puede defender la tesis de que la regla de fe jugó
timonios patrísticos es clara: en este im portante periodo de la un papel fundamental tanto en el periodo apostólico como en el
historia eclesiástica la regla de fe ocupó siempre el puesto princi­ patrístico 35°. Naturalmente, se impone la pregunta de si la
pal en la interpretación actualizada de la Escritura. Grech con­ regla, tan importante en estos periodos privilegiados de la histo­
cluye esta parte del artículo con un resumen: ria de la Iglesia, puede aplicarse con éxito también en la inter­
pretación bíblica moderna. Grech es claramente favorable a esta
Para resumir nuestros descubrimientos sobre el desarrollo del con­
opinión, viendo el lugar de la regla dentro de la cuestión por los
cepto de Regla de Fe en los cinco primeros siglos, podemos decir que
viene a abarcar, junto a la Escritura, esa tradición transmitida por los presupuestos interpretativos y la tradición de la comunidad, en
obispos de la sucesión apostólica, los escrutinios y credos bautismales, la cual el texto ha nacido y donde se realiza su lectura. La her­
el modo de vivir y de creer aprobado, la oración de la Iglesia, los Padres menéutica moderna subraya la importancia de estos elementos,
ortodoxos, la antigüedad, la universalidad y el asentimiento. Tal regla que no deben dejarse a un lado en ningún proceso interpretati­
fue usada para distinguir la doctrina católica de la herética; para la
vo. Tampoco se pueden marginar en la hermenéutica bíblica351.
interpretación espiritual de la Biblia; para determinar el sentido de los
pasajes ambiguos, el canon y la inspiración de la Escritura; para sose­ Es precisamente la regula fidei quien debe entrar en el campo de
gar entusiasmos como el de los montañistas; para mantener el desa­ los presupuestos y de las tradiciones, si pensamos en la interpre­
rrollo de la doctrina en el recto camino; para ayudar a explicitar algu­ tación desarrollada dentro de la Iglesia.
nas verdades bíblicas implícitas. Existía para salvaguardar la Escritura, La regla de fe tiene sin duda su valor 352. Debe entrar en la
no para reemplazarla34 . hermenéutica bíblica moderna, donde puede contribuir nota­
blemente en la definición del texto bíblico. Lo puede hacer tanto
Pero el autor no se limita al empleo patrístico de la regula en sentido negativo como positivo 353. En sentido negativo, la
fidei. Muestra su funcionamiento incluso antes, en la comuni­ regla defiende a la Escritura del peligro de las falsas interpreta­
dad apostólica. De hecho, la lectura de los escritos paulinos y ciones. Una interpretación correcta de la Biblia no puede con­
joánicos permite descubrir la existencia de una regula en e ste tradecir la regula fiidei. En sentido positivo, en cambio, la regla
tiem po3 . En los textos del Nuevo Testamento podemos recono­ forma un amplio contexto para la interpretación de los textos
cer el papel de la autoridad apostólica y la importancia del keryg- bíblicos; un contexto todavía más amplio que el literario y el
ma original. Los textos neotestamentarios critican a los que se opo­
nen a estos valores aceptados comúnmente. El autor concluye:
350 Cf. también la opinión muy semejante de J. T. Lienhard, en su reciente libro The
¿Qué es la ortodoxia en el Nuevo Testamento? Es el área encerra­ Bible, the Church, andAuthority, o.c., 95-100.
351 Grech recuerda al respecto las posiciones de la PCB (IBI) por la parte exegética y de
da en los límites de la predicación inicial de los apóstoles con las H. G. Gadamer (Wahrheit undMethode) por la parte filosófica y lingüística.
correspondientes confesiones de fe, la autoridad apostólica y la de sus 352 Merece la pena recordar también la opinión de J. T. Lienhard, presentada en un
sucesores, el depósito dejado por los fundadores de varias iglesias, la lex libro reciente: «La regla de fe es tradición en el sentido original de la palabra, es decir, la
orandi, los signos del Espíritu, el sensus fid e liu m y la apelación al testi­ fe que se ha mantenido desde el principio. Históricamente, fue la regla de fe —o más
monio del AT reinterpretado a la luz del acontecimiento de Cristo. ampliamente, la tradición ortodoxa— la que guió la formación del canon del Nuevo Tes­
tamento. Durante un siglo y medio la Iglesia no tuvo Nuevo Testamento, pero confesó su
Encontramos por tanto todos los criterios que descubrimos en los
fe. Y entonces, cuando el Nuevo Testamento ya estaba establecido, la regla de fe actuó
Padres para establecer la Regla de Fe contra el error doctrinal349. como norma de su recta interpretación. Ireneo y Tertuliano fueron los primeros en apelar
a la regla como norma de interpretación, pero difícilmente los últimos. Y yo creo que la
regla de fe puede realizar la misma función hoy. La regla de fe fue la guía de la Iglesia desde
347 Ibíd., 217. el principio, y sigue siendo su mejor guía» ( The Bible, the Church..., o.c., 100; la cursiva es
348 El autor habla de Gál, Col, Heb, 1 Cor, 1-2 Tim, Jn y 1-2 Jn. nuestra).
349 Ibíd., 218. 353 Cf. GRECH, «The “Regula fidei” [...] Yesterday and Today», a.c., 222.
386 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 387

canónico. En este contexto es posible realizar la interpretación a una síntesis teológica. Pero también es importante el movi­
actualizante del texto bíblico, pues incluso hoy el texto puede miento contrario. Hay que tener el valor de volver al texto con
seguir siendo ambiguo, a causa de las distintas interpretaciones y las conclusiones teológicas ya descubiertas y formuladas. Este
de la capacidad del texto de ofrecer diversas posibilidades de sig­ segundo movimiento también forma parte del trabajo herme­
nificado 354. El texto por sí mismo, aunque se encuentra dentro néutico. Y de nuevo aquí encontramos un modo de pensar muy
de la literatura inspirada, puede permanecer ambiguo. cercano al empleo teológico de la regula fidei. Precisamente den­
Volvemos así a nuestra conclusión respecto al canon como tro de la regla podemos encontrar la síntesis teológica, que forma
principio hermenéutico, subrayada más arriba: el texto, tomado el contexto, en la cual es lícito leer los textos bíblicos.
aisladamente, aunque se encuentra dentro del canon, puede per­ Considerando estas semejanzas de la orientación general de la
manecer ambiguo. El canon necesita un soporte. ¿Dónde bus­ interpretación bíblica, se comprende mejor por qué la idea de la
carlo sino en la regla de fe, que ocupa un lugar tan importante regla de fe (aunque se identifique con el canon) es tan estimada
en la interpretación de la Biblia en la Iglesia, y con la cual el por nuestro autor. Es natural que, al trabajar desde una perspec­
canon mismo está tan estrechamente unido? Además, esta solu­ tiva protestante, Childs tienda a concentrarse exclusivamente en
ción concordaría muy bien con las características de la propues­ el texto bíblico355. Lo hace, aunque se siente obligado a recono­
ta metodológica de Childs. Recordémoslas brevemente. cer abiertamente el papel fundamental de la tradición de fe, cus­
Childs quiere interpretar la Biblia como la Sagrada Escritura todiada en la comunidad cristiana 356. Vemos, pues, una clara
de la Iglesia, quiere ver la Biblia en el contexto de la comunidad tensión dentro de su pensamiento metodológico. Por una parte
creyente. En consecuencia, Childs admite la necesidad de inter­ Childs quiere permanecer fiel al presupuesto protestante de la
pretarla dentro de la fe de la comunidad. Pero si hablamos de la suficiencia absoluta de la Escritura. Pero, por otra parte, ve que
fe de la comunidad, entendida como contexto de la literatura la lógica interna de su sistema lo lleva al necesario reconoci­
bíblica, es difícil no vincularla a la tradición de la fe. Es precisa­ miento del papel de la comunidad, con su tradición de fe.
mente ahí donde actúa la regula fidei. ¿Cómo conciliar estos postulados tan diversos? Childs quiere
Childs habla de los presupuestos (de fe), que deben interve­ hacerlo proponiendo el canon bíblico como principio herme­
nir en la hermenéutica bíblica. Según nuestro autor, el exegeta néutico. El canon no va más allá de las fronteras de la Biblia, está
cristiano debe acercarse al texto con unos presupuestos adecua­ estrechamente unido al texto. Su valor hermenéutico no destru­
dos a la fe de su comunidad. Como hemos visto antes, la regla ye directamente, pues, el postulado de la suficiencia absoluta de
de fe es la primera que otorga unos presupuestos adecuados al la Escritura. Pero al mismo tiempo, el canon es un producto pri­
exegeta cristiano. En la regla se transmite la esencia de la fe com­ vilegiado de la interacción entre el texto y la comunidad, desde
partida en la comunidad creyente.
Childs, en su metodología, ve como necesario el movimiento
355 En el capítulo II hemos visto que en el sistema de Childs el canon cumple el papel
desde la Realidad teológica hacia el texto bíblico para poder de principio formal. Es consecuencia lógica de la perspectiva protestante. Baste con recor­
interpretarlo correctamente. Según nuestro autor, existen diver­ dar la posición de Melantón, según el cual la doctrina protestante encuentra su principio
sas etapas en una interpretación plena y teológica de la Sagrada material en el principio de la sola fe y su principio formal en el de la sola Escritura. Cf.
P. O ’C a l l a g h a n , «“Sola Scriptura” o “Tota Scriptura”? Una riflessione sul principio for­
Escritura. Naturalmente, en el trabajo exegético es esencial par­ male della teologia protestante», en M . A . T à B E T (ed.), La Sacra Scrittura anima della teo­
tir de los diversos textos bíblicos para llegar a las conclusiones y logia. Atti del IV Simposio Internazionale della Facoltà di Teologia (Ciudad del Vaticano
1999) 148.
356 Cf., por ejemplo, el punto dedicado al artículo de Childs «The Canonical Shape...»,
354 Ibíd., 222-224. a.c., cap. II punto l.a.
388 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 389

el momento en que es un testimonio escrito de la fe de esta y el mensaje que se encuentra en él creó y todavía regula a la Iglesia.
comunidad. Subrayando el papel del canon, se evidencia el papel Un círculo de interdependencia es la fuente de la autoridad357.
de la comunidad y de su tradición de fe. Así, también el segun­
do postulado de Childs se mantendría. La regla de fe encaja muy bien en esta relación entre el texto
El postulado del canon como principio hermenéutico parece y la com unidad, entre la Biblia y la Tradición. Si buscamos la
ser, por tanto, la solución ideal para un exegeta de tradición pro­ autoridad en esta relación, antes que nada se debe pensar en
testante que se sienta obligado a reconocer el papel fundamental dos realidades: el canon y la regla de fe. El canon manifiesta
de la comunidad y de su tradición de fe. Es precisamente el caso una mayor cercanía al texto, mientras que la regla de fe pre­
de Childs. Por esta razón, nuestro autor quiere acentuar el canon senta una mayor cercanía a la com unidad. Pero ambas se en­
y ponerlo en el lugar de la regula fidei. Se trataría de una regula cuentran dentro de la relación mencionada, y por esta razón las
fidei literaria, más adaptada a la perspectiva protestante que la dos deben entrar en la cuestión de la hermenéutica de la Biblia.
Descubrimos así otro argumento que favorece la colaboración
perspectiva clásica, vinculada necesariamente a la noción de Tra­
herm enéutica entre el canon y la regla de fe.
dición. Pero el problema está en el hecho de que el canon no es
La regula fidei se presenta, pues, como una posible ayuda al
capaz de sustituir a la regla de fe. Los argumentos aportados nos
canon. La colaboración entre los dos elementos puede ofrecer a
impiden decisivamente aceptar el canon (tomado aisladamente)
la interpretación bíblica más claridad en la dirección del trabajo
como regla suficientemente clara y segura para interpretar cada
y puede dar más certeza de que el trabajo podrá concluir con una
texto de la Biblia.
actualización fructífera de la Palabra divina en la situación
En cambio, considerando el acercamiento canónico desde el
moderna. La variedad del material y de las teologías bíblicas,
punto de vista católico, que es el elegido en nuestra disertación, en
aunque todas se encuentran dentro del mismo canon bíblico, no
las mismas inclinaciones metodológicas de nuestro autor encon­
permite aceptar el canon como el único medio interpretativo
tramos otra invitación a recurrir a la regulafidei. Esta podría dar la
absoluto. Esta variedad orienta, en consecuencia, la construcción
ayuda necesaria a la función hermenéutica del canon. Podría
canónica de la teología bíblica hacia la solución del canon dentro
hacerlo, como hemos visto en la presentación de P. Grech expues­ del canon358. ¡Pero es el propio Childs quien rechaza esta solu­
ta arriba, tanto en sentido negativo como positivo.
ción! 359 La apertura al papel de la regula fidei, en cambio, per-
Además, la solución propuesta estaría sin duda de acuerdo
con la visión moderna de la autoridad de la revelación en la Igle­
sia. Esta autoridad se reconoce precisamente en la relación entre 357 R. G n u s e , The Authority o f the Bible. Theories oflnspiration, Revelation and the Canon
o f Scripture (Nueva York 1985) 119s.
la Biblia y la Tradición. Lo ha expresado de un modo muy pre­ 358 En el caso de Childs, la cuestión del canon dentro del canon está obviamente unida
ciso R. Gnuse, en su libro The Authority ofithe Bible: a su fuerte cristocentrismo. Pero basándose en el canon como único principio hermenéu­
tico es difícil no asumir las posiciones a las que ha llegado D. L. Bartlett. En su libro 7he
Shape o f Scriptural Authority (Filadelfia 1983), en el capítulo dedicado al problema del
Varios estudiosos han percibido la dificultad de declarar dónde canon y de la comunidad («Canon and Community»), Barlett observaba: «Todo lo que
reside la autoridad, pero han sostenido que de algún modo está en la hemos dicho sobre la diversidad de la Escritura y los problemas particulares que hemos
relación de Biblia y tradición. Esta tradición incluye no solo la teolo­ visto arriba respecto a los muy diferentes énfasis de Santiago y Romanos, o de Marcos y
gía oficial de la Iglesia, sino también la conciencia humana, la razón, Lucas, sugiere que la búsqueda de un canon dentro del canon es una parte necesaria de la
la práctica litúrgica, y la comunión personal con Dios. Todas estas tarea de interpretar la Escritura, una tarea que la interpretación canónica necesita tener en
cuenta» (p. 142). El canon dentro del canon es una consecuencia natural de limitar la inter­
fuerzas unidas influyen entre sí y sobre los creyentes, imprimiendo en pretación canónica — como ya hemos mencionado— al fenómeno del canon como único
ellos la autoridad de la Biblia. Estos factores aprovechan la Biblia para principio hermenéutico.
tener autoridad, pero a cambio le dan validez. La Iglesia creó el canon, 359 Cf., por ejemplo, BTC 102, 107.
390 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE IA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 39 1

mite defender al sistema canónico de esta decisión hermenéuti­ parte, sin embargo, es una cuestión muy estimulante. No por
ca, inaceptable para Childs. casualidad, un famoso estudioso de Oxford, John Barton, escri­
bía en un artículo reciente de modo muy sugerente:
* * *

Pienso que la propuesta de una exégesis de la forma final tanto en


Resumiendo este punto de nuestro trabajo, recordemos bre­ los fundamentos literarios como en los teológicos suscita un gran núme-
' ro de cuestiones importantes y fascinantes para nosotros. A primera
vemente las principales conclusiones. El canon de la Biblia cris­
vista parece simple y casi obvio decir al intérprete: Lee lo que tienes ante
tiana tiene un valor hermenéutico. Hay que considerarlo seria­ ti en el texto, en vez de profundizar en todo tipo de cuestiones hipoté­
mente en la interpretación bíblica. Pero el canon, por sí solo, no ticas sobre él. Solo lee lo que hay ahí. Pero tan pronto como empezamos
basta como única regla interpretativa. Dentro de la comunidad a realizar esta propuesta, se vuelve todo menos simple. Nos enfrenta a
de fe, esta regla debe entrar en diálogo metodológico con otras preguntas tales como: ¿Qué libros pertenecen a la Biblia? [...] ¿Cuál
realidades, que puedan tener valor hermenéutico. Se ha pro­ tiene autoridad para el creyente, qué escribió Isaías, o qué pensó la Igle­
sia que había escrito Isaías, o qué codificaron los masoretas como escri­
puesto la tesis de que el canon puede encontrar el apoyo que to por Isaías? En última instancia, ¿existe algo así como la forma final de
necesita en la regla de fe. Esta última puede dar más claridad y un texto, de cualquier texto? Si la hay, ¿por qué tiene un puesto privile­
certeza en las decisiones interpretativas del trabajo canónico. La giado para el intérprete? [...] Así, al mirar a esta propuesta elemental y
apertura a la regula fidei aumentaría la posibilidad de una con­ quizá obvia, de que deberíamos leer lo que encontramos cuando abri­
clusión fructífera de la exégesis canónica. Por tanto, parece opor­ mos nuestras Biblias, nos encontramos mirando fijamente a algunas de
las mayores cuestiones de cualquier teoría de lectura362.
tuno considerar la necesidad del desarrollo del estudio sobre el
valor hermenéutico del canon junto al estudio del valor inter­
Al mismo tiempo, la cuestión de la forma final es la cuestión
pretativo de la regula f i d e i ^ .
fundamental del sistema canónico. El proceso de interpretación
parte precisamente de la forma final del texto y se debe concluir
con la explicación de esta forma. Así, en nuestro trabajo no
3. La cuestión de la forma final del texto
podemos huir de valorar el postulado de Childs concerniente a
la precedencia absoluta de la forma final del texto.
La cuestión de la forma final del texto es una de las más con­
Para limitar el panorama de las posibles soluciones, podemos
trovertidas de la propuesta canónica. El fuerte acento puesto por
indicar inmediatamente que la posición totalmente opuesta a la de
Childs en esta forma del texto ha suscitado muchas reacciones
Childs (la que quiere basar la teología solo en las reconstrucciones
desfavorables en el mundo de los biblistas modernos361. Por otra
de los estados precedentes del texto) está claramente criticada por
los teólogos católicos y no es aceptable desde la perspectiva católi­
360 Sería sin duda oportuno un estudio más profundo de la regulafidei, entendida como ca. Aquí es típica la postura del cardenal J. Ratzinger, el Prefecto
regla metodológica. Se trata no solo de la dimensión teológica de la regla, que puede con­
siderarse —también por aquellos que la aceptan— como algo obvio, pero no demasiado de la Congregación de la Fe. En una reflexión sobre la interpreta­
obvio para la exégesis moderna. Es su dimensión metodológica la que parece ser interesan­ ción bíblica, Ratzinger criticaba así las exageraciones del acerca­
te para la hermenéutica bíblica poscrítica. Profundizar en la dimensión metodológica de la
regla de fe, en el contexto de las metodologías modernas de exégesis, sería sin duda desea­ miento histórico-crítico al texto:
ble. Pero sería materia de otra investigación.
361 Cf., por ejemplo, B a r r , Holy Scripture..., o.c., 92s; N o b l e , The Canonical Appro- a.c., 48-49; K N IG H T , «Canon and the History...», a.c., 136, 144; M a y s , «What is Writ-
ach..., o.c., 156-158, 333; S a n d e r s , «Canonical Context...», a.c., 186s, 190s; G a u t s c h , ten...», a.c., 161; POLK, «Brevard...», a.c., 170; ZlM M ERLI, «Brevard S. Childs...», a.c., 237.
The Words..., o.c., 57; O e m in g , «Gericht Gottes...», a.c., 299s; L a n d e s , «The Canonical 362 J. B a r t o n , «Looking back on the 20th Century - 2. Oíd Testament Studies», a.c.,
Approach», a.c., 35; M u r p h y , «The O íd Testament...», a.c., 44; S m e n d , «Questions...», 351.
392 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 393

Sin embargo, como en la presentación bíblica de la historia todo La conclusión que se deriva de las opiniones citadas es pues
está empapado de la acción de Dios, el método debe desarrollar una clara: no es aceptable tratar la forma final solo como un medio
complicada disección de la palabra bíblica [...] Se debe, por tanto, para alcanzar los estados precedentes del desarrollo del texto. No
construir, frente a la historia tal como se nos presenta, otra historia
es correcto fiarse solo de lo que es previo en sentido histórico,
real; encontrar detrás de las fuentes existentes — los libros bíblicos—-
las fuentes primigenias, que se conviertan en regla de la interpreta­ dejando aparte la integridad y el mensaje del texto actualmente
ción. Nadie se puede sorprender de que, con este modo de proceder, presente en el canon.
las hipótesis se multipliquen cada vez más hasta formarse una jungla Pero esta clarificación todavía no da respuesta a la cuestión de
de contradicciones. Al final no se atiende ya a lo que el texto dice, sino si la misma forma final del texto posee un status privilegiado.
a lo que el texto debería decir, y a qué partes integrantes se puede Está claro que no se puede ignorar. Pero ¿es igualmente obvio
reducir 363.
que este estado del desarrollo del texto se posiciona de modo
particular frente a otros estados de la historia textual? En otras
La misma preocupación, respecto a las prácticas histórico-crí-
palabras, ¿la forma final es igual de im portante que los estados
ticas podemos verla en el artículo de A. J. Levoratti, incluido en
precedentes del texto, o en cambio es más importante? Recorde­
el reciente comentario católico 364:
mos que precisamente en este punto, donde Childs acentúa muy
[...] concentrarse en las unidades pequeñas tiene una importancia exe- fuertemente el papel exclusivo de la forma final en oposición a
gética considerable, pero al mismo tiempo, el desmenuzamiento del los estados textuales precedentes, se han concentrado muchas
texto en sus partes constituyentes puede llevar a la falsa conclusión de críticas al acercamiento canónico367. Son, por tanto, las cuestio­
que recuperar el contexto histórico original es la última etapa de la nes a las que debemos tratar de dar respuesta, siguiendo la pers­
labor hermenéutica. Por una parte, los exegetas a veces se limitan a la
tarea de diseccionar los libros bíblicos para identificar sus fuentes y pectiva general asumida en nuestro trabajo.
establecer la fecha de composición de los distintos documentos. Por
otra parte, en ciertos círculos de investigación bíblica hay una ten­
dencia a dar un valor exagerado a lo supuestamente original y antiguo, a) La forma fin a l como problema teológico
como si solo esto fuese antiguo 365.
Desde el inicio podemos observar que lo que está en juego en el
En fin, exactamente la misma posición se expresa en el libro tema tratado es naturalmente la cuestión de la autoridad. ¿Dónde
de U. Neri, donde leemos: se funda la autoridad de la Biblia? ¿La forma final del texto es la
única que tiene autoridad para el cristiano actual, o quizá los esta­
[...] las fuentes de un texto — aunque estuviesen todas recuperadas y
reconstruidas con precisión— nunca son el mismo texto, y mucho dos precedentes del texto poseen en la misma medida esta autori­
menos su forma más auténtica. El alcance de cada texto, de hecho — ¡y dad? Y si la forma final verdaderamente posee un status especial, ¿su
más aún si se cree en la inspiración del texto de la Escritura!— , va autoridad es exclusiva (es decir, al final solo cuenta el mensaje teo­
mucho más allá de sus fuentes originales, de tal modo que quien diri­ lógico de la forma final) o solo reguladora (es decir, cuentan los
giese su atención primordialmente a ellas acabaría dejando escapar el
significado más verdadero del propio texto 366.
367 Un buen ejemplo de estas críticas lo formuló J. Barr: «Este es el principal peligro
práctico que la aparición de la crítica canónica nos ha traído: ha sido rápido en generar un
363 R a t z in g e r , «L’interpretazione biblica in conflitto», a.c., 94s. fuerte legalismo celoso del texto final, que insiste: tú debes, debes, debes trabajar a partir de
364 F a r m e r (ed.), The International Bible Commentary..., o.c. la forma final del texto. Creo que es completamente equivocado, y que el predicador es per­
365 LEVORATTI, « H ow to Interpret the Bible», a.c., 30. fectamente libre de trabajar con una sección que represente una etapa previa del texto»
366 Neri, La crisi biblica..., o.c., 29. (B a r r , Holy Scripture..., o.c., 92).
394 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 395

mensajes teológicos de los distintos estados de desarrollo del texto, No parece apropiado, como ha hecho O. Loretz, hablar del final
pero ante un eventual conflicto entre ellos, prevalece el mensaje de de la teología de la inspiración. Es cierto que ha habido un claro cam­
bio de acento y una reorientación de la problemática en función del
la forma final)? Ahora queremos ocuparnos de estos problemas, tra­
texto inspirado. Un cambio análogo se percibe en el documento de la
tando de encontrar soluciones coherentes a la perspectiva canóni­ PCB, La interpretación de la Biblia en la Iglesia, que se interesa por el
ca. Por tanto, ¿cómo orientar y valorar la forma final de la Biblia en texto bíblico en cuanto obra literaria inspirada [...] Es una reducción
el contexto hermenéutico católico? arbitraria asignar al lenguaje una función únicamente indicativa o
Es significativo que en la teología católica podemos recono­ informativa, ignorando sus otras funciones (alocutoria y perlocutoria).
cer un interés creciente por la cuestión de la forma final del texto En suma, se redescubre la potencialidad del texto con la consiguiente
implicación del lector, cuya aportación es codeterminante para deci­
bíblico. Según E Ardusso, este interés procede del impacto del dir el sentido del texto mismo 370.
Concilio Vaticano II 368, en el que se puede percibir claramente
el cambio del interés por el autor del texto hacia el texto mismo. N o es extraño, por tanto, que en las publicaciones de los
Ardusso lo indica del siguiente modo: teólogos católicos contemporáneos podamos encontrar muchas
La atención al texto final se impone hoy también gracias a la revuel­ opiniones favorables respecto al papel de la forma final del
ta producida por el Vaticano II que alguno propone sintetizar con el texto bíblico. El ya citado Ratzinger, por ejemplo, pedía pres­
slogan: de «Dios, autor de los libros sagrados» a «la Escritura como obra tar una atención privilegiada al texto actualmente presente en
literaria» (A. M. Artola). A partir del Vaticano I, y especialmente en la el canon:
encíclica de León XIII (1893), todo giraba en torno a la idea de Dios
como autor de la Biblia en el sentido propio del término. El autor De ahí que debería ser válido para la exégesis aquello que
humano era reducido a un puro instrumento [...] El Vaticano II, M. Buber contaba a propósito de su labor de traducción de la Biblia
habiendo escogido como tema de la D ei Verbum la revelación, tuvo que en colaboración con F. Rosenzweig. En dicha traducción prestaron
afrontar directamente el tema de la Escritura que contiene la revela­ gran atención a la división en fuentes establecidas actualmente,
ción. En la D ei Verbum «surge un claro interés por la Sagrada Escritu­ señalando cada fuente con las abreviaturas usuales. Pero no querían
ra en su identidad o formalidad de obra literaria» (G. Colombo)369. traducir solamente voces aisladas; lo que para ellos era normativo en
último término era la totalidad concreta del texto bíblico, que ellos
La revuelta de la que hablaba el autor se ha transformado des­ denominaron con la sigla R. Exegética y técnicamente tendría que
pués en una tendencia bastante estable. También el documento significar simplemente redactor. Sin embargo, tradujeron la R para sí
mismos como R abbenu (nuestro Maestro). El texto en su totalidad
de la PCB sobre la interpretación de la Biblia en la Iglesia (1993) es nuestro Maestro. Expresa, en su totalidad, un propósito que se
afronta el problema de modo semejante, como indica Ardusso: eleva por encima de las supuestas intenciones de las fuentes particu­
lares. La interpretación, sin duda, puede (y quizá debe) ocuparse de
J, P, E, etc.; pero la meta final de' una correcta interpretación debe
368 Podemos ver, en efecto, que el hecho de poner el acento en la forma final del texto ser R 371.
puede ser muy útil para realizar lo que quería alcanzar el mismo Concilio. Ratzinger, por
ejemplo, hablando de las intenciones de la DV, decía: «La Constitución sobre la revelación
divina intentó unir equilibradamente las dos caras de la interpretación, es decir, la explica­
ción histórica y la comprensión global» (R A T Z IN G E R , «L’interpretazione bíblica in conflitto»,
a.c., 98). Reconocer su valor, que no debe perderse, y la preferencia por la forma final, en 370 Ibíd., 59s.
la cual el texto ha sido aceptado en la Iglesia y en la cual funciona teológicamente — en 371 R a t z i n g e r , «L’interpretazione biblica in conflitto», a.c., 122s. En otro libro, Ratzin­
cuanto «global» dentro del canon— puede ser muy útil para reconducir las diversas apor­ ger criticaba explícitamente la postura opuesta a la presentada arriba: «Buscando el ele­
taciones de la explicación histórica a una mejor comprensión de esta globalidad. mento primitivo, juzgado como el único seguro y fiable, nos encontramos con las fuentes
363 F. ARDUSSO, Perché la Bibbia éparola di Dio. Canone, ispirazione, ermeneutica, metodi más antiguas reconstruidas a partir de la Biblia, de modo que al final estas se consideran
di lettura (Cultura e fede; Milán 1998) 58s. más importantes que la Fuente» (Trasmettere la fede, 136).
396 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 397

De modo semejante ven el problema muchos otros teólogos — la cuarta razón, finalmente, trata el hecho de que la forma
católicos. En el segundo volumen de la Introducción al estudio de final del texto contiene «el significado más pleno y el mensaje
la Biblia372, Sánchez Caro escribe: más actual, que le han merecido ser conservado y transmitido
En cierto modo se puede afirmar que el sentido bíblico es el senti­ hasta nosotros» 376; en consecuencia, centrarse en los estados
do canónico del texto. Esto no quiere decir, naturalmente, que se deba previos, en vez de en el texto canónico, llevaría a empobrecer el
prescindir del estudio particularizado de cada libro, de cada pasaje, de texto bíblico como tal.
cada tradición e incluso de cada forma literaria, tratando de recons­ Las opiniones favorables a la forma final de la Biblia (en opo­
truir su historia hasta llegar al texto literario concreto en que nos sición a las diversas reconstrucciones de los estadios previos) se
situamos. Todo ello es necesario para una mejor comprensión de la
Escritura (cf. DV 12 ). Pero no se debe olvidar que el sentido bíblico
podrían multiplicar 377. Todos ellos muestran que desde la pers­
último nos viene dado por el contexto canónico global y que hasta él pectiva teológica católica de hoy, el valor de la forma final del
debe llegar, en último término, el intérprete373. texto bíblico está sin duda confirmado. Esta forma textual, junto
a su mensaje propio, debe considerarse seriamente en la inter­
Todavía hay otro argumento más a favor de la forma final, pretación exegética. No es aceptable que ninguna práctica exe-
que fue presentado por U. Neri en su libro 374, donde formuló gética la desmantele y dé de lado.
cuatro razones para reorientar la atención de los exegetas desde Es el momento de avanzar un paso más e investigar si esta
los estados previos del desarrollo textual hacia la forma final: im portante forma del texto bíblico es una forma con autoridad.
Podemos dar una respuesta positiva, no solo gracias a la confir­
— la primera es la difcultad de alcanzar el pre-texto; por eso, mación de su importancia exegética vista más arriba, sino tam ­
construir conclusiones teológicas sobre la base de unas fuentes bién teniendo en cuenta otro hecho fundamental. Se trata de la
anteriores a la forma actual del texto es arriesgada y, a fin de decisión teológica de la Iglesia.
cuentas, inverificable; El documento de la PCB (1993), en el punto dedicado al
— la segunda razón recuerda que el texto que el lector con­ acercamiento canónico, abordó con claridad el problema de la
temporáneo encuentra en la Biblia es el texto final; es este texto forma final. Es muy significativa la opinión expresada en las
el que el lector lee y cuyo significado quiere conocer; ningún conclusiones finales de este punto, donde leemos:
método de interpretación puede permitirse el hacer desaparecer
precisamente esta forma textual, aunque las intenciones del exe- El acercamiento canónico reacciona con razón contra la valoriza­
ción exagerada de lo que se supone ser original y primitivo, como si
geta en cuestión fuesen justas y correctas;
ello fuera lo único auténtico. La Escritura inspirada es ciertamente la
— como tercera razón, Neri alude al hecho de que precisa­ Escritura tal como la Iglesia la ha reconocido como regla de su fe. Se
mente la forma final de la Biblia tuvo una importancia mayor en puede insistir a este propósito, ya sobre la forma final en la que se
la formación de la fe de la comunidad, «y ha ejercido el papel encuentra actualmente cada uno de los libros, ya sobre el conjunto
más determinante en la historia de las ideas y los acontecimien­ que constituyen como Canon. Un libro no se convierte en bíblico más
tos transmitida por la Escritura» 375; que a la luz del entero Canon (EB 1329).

372 A. M . A r t o l a - J. M. SÁNCHEZ C a r o , Biblia y Palabra de Dios (IEB 2; Estella


31992). 376 Ibid.
373 Ibíd., 120. 377 Cf., por ejemplo, W lC K S , «Canon...», a.c., 100; R. E. BR O W N , An Introduction to the
374 Cf. N e r i , La crisi bíblica..., o.c., 43s. New Testament (New York 1997) 40; BIA N C H I, «La lettura spirituale...», a.c., 251-253;
375 Ibíd., 44. M a n n u c c i , Bibbia come Parola..., o.e., 166.
398 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 399

El documento de la PCB recuerda que, en la búsqueda de la gunta más im portante es la siguiente: ¿esta autoridad es exclusi­
forma de autoridad de la literatura bíblica, hay que tener en va? En otras palabras, para un cristiano actual, ¿tiene autoridad
cuenta la elección hecha dentro de la comunidad creyente, den­ solo la forma final canónica o también las formas previas del
tro de la Iglesia. La Iglesia no solo ha acogido como sagrados texto?
ciertos libros bíblicos, sino que los ha acogido con una cierta La cuestión parece muy im portante precisamente hoy, en un
forma. Se trata de la forma final, canónica, presente después en contexto de enorme desarrollo de los estudios histórico-críticos.
la historia de la Iglesia. Es la Sagrada Escritura en esta forma la Estos estudios han dedicado una parte importante de su tiempo
que ha servido para construir y verificar la fe de la Iglesia. Es la e interés precisamente a los estadios precedentes del texto. Poner
Sagrada Escritura en esta forma la que acompaña a la Iglesia en hoy en duda su autoridad para los cristianos modernos parecería
su caminar por la historia. Por tanto, no se puede negar a la equivalente a disminuir netamente el valor de estos estudios.
forma final su valor de autoridad. Repetir las palabras de Childs, que la forma final tiene un status
A las mismas conclusiones llegó en su libro U. Neri. Neri, en absolutamente privilegiado en la interpretación bíblica, no
su exposición, se sirvió de las opiniones de diversos autores. A puede suscitar mucho entusiasmo en la exégesis histórico-crítica.
favor de la forma final citó autores como Orígenes, Barthélémy, Y no podemos olvidar que la escuela histórico-crítica como tal es
Becker, Dreyfus, Buber, Grelot y Lohfink378. El autor concluye la escuela dominante en el acercamiento a la Biblia380.
su presentación con las siguientes palabras: Por otra parte, es un hecho también que la Iglesia católica ha
reconocido la legitimidad y el valor del método. El periodo pos­
Se concluye, obviamente, que el exegeta creyente no podrá realizar terior a la encíclica Divino afflante Spiritu y al Concilio Vatica­
adecuadamente su tarea — científica y eclesial— más que esforzándo­
se en comprender y explicar sobre todo el sentido que tiene el texto no II se ha caracterizado por una gran apertura al uso del méto­
final en su actual contexto: «una cosa es cierta», declara Dreyfus sin do en la exégesis católica. Reconociendo el valor del método y la
ambigüedades, «y es que el texto recibido por la Iglesia es el de su esta­ necesidad de su empleo en las ciencias bíblicas, la Iglesia reco­
do actual, y que este mismo texto ella lo confía a sus exegetas con la noció también indirectamente la importancia del objeto de inte­
misión de explicarlo 379. rés del método. Pero queda abierta la pregunta — que quizá se
formuló demasiado poco frecuentemente en el periodo de la
El texto final es, por tanto, el texto recibido por la Iglesia. apertura entusiasta (en sí misma absolutamente justa) al método
Este texto es el que posee autoridad para los miembros de la Igle­ histórico-crítico— de si importancia es sinónimo de autoridad.
sia. Por esta razón, la misión de los exegetas consiste, en primer En el caso de las ciencias religiosas, son sin duda conceptos cer­
lugar, en explicar la Biblia en su forma canónica actualmente canos, ¡pero no totalmente equivalentes! Por tanto, tratemos
conservada en la Iglesia. ahora, orientando la discusión desde la perspectiva católica, de
Hasta este punto, hemos tratado de descubrir si la forma final descubrir el papel de autoridad de la forma final del texto bíbli­
del texto bíblico, en un contexto en el que haya estados prece­ co en relación con el valor de sus estados anteriores.
dentes (a veces más originales) del desarrollo textual, posee un También aquí nos puede venir una ayuda importante del
valor de autoridad para el lector de hoy. Hemos dado una res­ documento de la PCB (1993). El documento presentó, en pri­
puesta positiva: la forma final tiene este valor. Pero ahora debe­ mer lugar, el método histórico-crítico. Al final, en la valoración
mos aclarar las consecuencias prácticas de esta autoridad. La pre­ del método, encontramos una opinión referida a la forma final
378 Cf. N e r i , La crisi bíblica..., o.c., 44-46.
379 Ibíd., 46. La cita de Dreyfus está tomada de su artículo «Exégèse en Sorbonne», 351- 380 Cf. IBCh, 26, 30-36.
400 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 401

del texto. Es una opinión muy importante para nuestro proble­ supuesto descubrimiento del original hebreo del segundo libro de los
ma. La comisión bíblica dice: «Respecto de la inclusión, en el Macabeos, o del Mateo arameo, no permitiría sustituir — como textos
bíblicos canónicos— los actuales textos griegos de estos dos libros por
método, de un análisis sincrónico de los textos, se debe recono­ los nuevos y preciosos hallazgos. Del mismo modo, por analogía, que
cer que se trata de una operación legítima, porque es el texto en un texto haya servido de base para elaborar una encíclica no es toda­
su estado final, y no una redacción anterior, el que es expresión vía la encíclica: también en este caso, el documento que goza de auto­
de la Palabra de Dios» (EB 1289). En cambio, algunas páginas ridad es solo el final, del cual el Pontífice asume la responsabilidad
más adelante, en la parte dedicada al acercamiento canónico, promulgándolo y autentificándolo con su propia firma 3 .
encontramos unas palabras ya citadas más arriba: «La escritura
inspirada es ciertamente la Escritura tal como la Iglesia la ha reco­ El autor identifica aquí sin vacilaciones la forma final del texto
nocido como regla de fe. A propósito de esto se puede insistir, sea bíblico con la que, repitiendo las palabras de Orígenes, «por
sobre la forma final en la cual se encuentra acualmente cada uno voluntad del Padre de todos ha llegado hasta nosotros». Esta
de los libros, sea sobre el conjunto que ellos constituyen como forma del texto debe considerarse Palabra de Dios. La autoridad
canon. Un libro no es bíblico sino a la luz de todo el canon» 38 h está vinculada, por tanto, a este estado textual. Además: lo está de
La posición de la PCB es clara. La comisión no tiene miedo modo exclusivo. La comparación que hace Neri no deja lugar a
de decir abiertamente: «es el texto en su estado final, [...] el que dudas: como en el proceso de la elaboración de una encíclica solo
es expresión de la palabra de Dios»; con otras palabras: es la su edición final posee la autoridad del Pontífice, así también, en
forma final del texto la que posee la autoridad de la Palabra de el proceso de la elaboración de la Biblia solo su forma final posee
Dios. Y además la comisión añade, sin dejar ninguna duda sobre para el cristiano actual la autoridad propia de la Palabra Divina.
la exclusividad de esta autoridad: ¡«y no una redacción anterior»! Neri también incluye las opiniones de otros autores que abor­
Comparando la forma final con las formas precedentes, la PCB daron la cuestión. Es significativa la posición de J. Becker, que
sitúa la autoridad de la Biblia como Palabra de Dios exclusiva­ en su libro dedicado a Isaías decía:
mente en la forma final. El hecho de que la Iglesia haya recono­ La palabra de Dios de la Sagrada Escritura no llega hasta nosotros
cido los textos sagrados con esta forma textual está, además, en en las palabras auténticas de Isaías recuperadas con esfuerzo y a veces
clara armonía, precisamente con su autoridad como Palabra reconstruidas, sino en el libro de Isaías en el que las palabras de Isaías
Divina. Son exactamente estos textos los que cumplen el papel están contenidas. Es el libro quien habla directamente al lector, no el
de regla de la propia fe de la Iglesia. profeta. Y el libro habla como una unidad: cuando se leen los prime­
ros capítulos, ya es necesario tener presentes las últimas páginas 383.
Esta es la posición de la PCB. Pero la idea de exclusividad de
autoridad de la forma final para el cristiano actual tiene apoyo
también por parte de las publicaciones teológicas católicas. Muy F. Dreyfus ha dicho lo mismo de un modo todavía más explí­
claramente habla al respecto U. Neri, citado anteriormente: cito: «En pocas palabras: es a través del profeta Isaías cómo Dios
habló a los hombres de Jerusalén. Es a través del libro de Isaías
El texto que debe considerarse palabra de Dios — que es objeto de como Dios nos habla hoy» 384.
fe y, por tanto hace fe — no puede ser otro que aquel «que por volun­
tad del Padre de todos... ha llegado hasta nosotros»: aquel que, efecti­
vamente, ha sido confirmado por el sello de Dios y como tal consig­ 382 N e r i , La crisi bíblica..., o.c., 44s.
nado a la Iglesia. Así, Barthélemy hace caer en la cuenta de que el 383 J. BECKER, Isaías, der Prophet undsein Buch (Stuttgart 1968) 7; cita tomada de N e ri,
ibíd., 45.
384 DREYFUS, «Esegesi alia Sorbona...», a.c., 76. Sorprendentemente hay que indicar que
381 Ibíd., 46. Childs tiene exactamente la misma convicción. En uno de sus artículos, dedicado a la lite-
402 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 403

Para ambos autores es fundamental el libro de la Biblia como Paralelamente a la unidad canónica de la Scriptura tota, se debe
tal, en la forma en que hoy está frente al cristiano contemporá­ recordar que la escucha de la Palabra leyendo la Escritura acontece con
el texto en su redacción definitiva. La redacción fin a l de un texto, así
neo, y no todo lo que lo ha precedido (aunque Dios haya actua­
como el Canon tienen un valor hermenéutico, y es a través de ellos
do en todo el proceso; cf. las palabras de Dreyfus citadas). Solo donde se alcanza el mensaje, la Palabra de Dios. El estudio de las
la forma final goza de la autoridad de la Palabra de Dios. A tra­ redacciones sucesivas de un texto, de las diferentes tradiciones que lo
vés de esta forma, reconocida y aceptada en la Iglesia, Dios nos componen, nos muestra el camino de la revelación, la acción del Espí­
habla hoy. ritu en la historia, pero es mediante el texto en su redacción final
donde Dios nos habla hoy, no en hipotéticos textos originales recons­
La conclusión a la que llega Neri, apoyado en los análisis de
truidos 387.
la cuestión tratada, no deja incertidumbre alguna respecto a la
opinión del propio autor. Neri escribe:
De nuevo vemos la oposición entre el nivel redaccional
Solo en el estado de su redacción final, acogida en el canon reci­ actualmente presente en la Biblia y los estados precedentes. La
bido por la comunidad de los creyentes, la Biblia — por mencionarla forma final se reconoce como la única que tiene hoy la autoridad
todavía con Buber— es «verdaderamente Biblia»: en la fe que «funde de la Palabra de Dios. Bianchi dice claramente: «es mediante el
en unidad los tiempos» pasados, y en aquella última «calma de la Pala­ texto en su redacción final donde Dios nos habla hoy, no en
bra» en la cual se sitúan todas las variantes precedentes385.
hipotéticos textos originales reconstruidos».
Basándonos en el material presentado, podemos ahora for­
Es difícil formular una opinión más clara a favor de la forma
mular las conclusiones. Las posiciones de la IBI y de los autores
final de la Biblia como la única, de entre todos los estados del
arriba mencionados nos obligan a reconocer en la forma final del
desarrollo textual, que es fuente de autoridad para la Iglesia de
texto bíblico la única forma literal que goza del estatuto de Pala­
hoy. Neri no tiene miedo de repetir incluso las palabras de
bra de Dios para los cristianos. Los niveles precedentes del texto
Buber, que solo la forma final es «verdaderamente Biblia».
no tienen esta autoridad. Pueden decir mucho del proceso de la
Otro apoyo para considerar la forma final como de exclusiva
formación bíblica, del modo de actuar de Dios y de la madura­
autoridad, lo encontramos también en la obra colectiva dedica­
ción de los hombres, pero considerados en sí mismos no son la
da a la exégesis cristiana de h o y 386. En un artículo titulado «La
Sagrada Escritura de la Iglesia. Llegamos pues a la conclusión de
lettura spirituale della Scrittura oggi», E. Bianchi ha abordado,
que, en el caso de los estados precedentes del texto bíblico, el tér­
entre otras cosas, la cuestión de la unidad de la Biblia y de su
mino importancia no es igual que el término autoridad. Las
forma final. Respecto a esta última escribía:
reconstrucciones de las tradiciones y de las fuentes pueden ser
verdaderamente importantes, pero, no tienen consigo la autori­
ratura profètica del AT, Childs señala que lo más importante para la exégesis moderna no es dad de la Biblia como Palabra de Dios.
alcanzar las palabras más originales de un profeta del antiguo Israel, sino entender del m e j o r
modo el mensaje profètico vinculado al profeta, un mensaje ya incorporado a todo el con­ Queda por mencionar, sin embargo, otro elemento bastante
texto de la Biblia: «Cualquier intento de escribir una teología de los profetas que desatienda cercano al problema tratado. Este elemento se refiere a la cuestión
su forma canónica, tanto por buscar las verba ipsissima de los profetas, como por perseguir
la autocomprensión del profeta, solo puede concluir en una formulación que tenga poco q u e de la inspiración de la Biblia. En la historia de la interpretación
ver con los profetas del Antiguo Testamento. Así, aunque fuese posible reconstruir al A m o s bíblica se han presentado diversas teorías sobre la inspiración. No
original, su retrato tendría poco en común con el mensaje profètico que tanto la sinagoga pretendemos discutirlas en este lugar. Pero para nuestra cuestión
como la iglesia han escuchado en este libro» («The Canonical Shape...», a.c., 48).
385 N E R I, La crisi biblica..., o.c., 45; cita de Buber tomada de Zu einer neuen Verdeuts- es importante señalar que la tendencia actual de la teoría católica
chung, 7.
38 P a c o m i o (ed.), L’esegesi cristiana..., o.c. 387 B IA N C H I, «La lettura spirituale...», a.c., 253.
404 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 405

de la inspiración bíblica es atribuir este carisma a las numerosas Todavía algunas preguntas: el así llamado Yahvista o Elohista, o
incluso «Q», en el caso de que sean documentos escritos, ¿están inspi­
personas que contribuyeron a la formación de un libro bíblico
rados? Del Yahvista procede la revelación del pecado original, y de Q
concreto en diversos lugares y momentos. Se ha ensanchado, por la transmisión de las parábolas de Jesús, por tanto, también ellos están
tanto, el carisma de la inspiración, y se ha reconocido en las englobados en el proceso de donar la palabra de Dios, desde su prime­
diversas etapas del proceso canónico. En el manual sobre la ra revelación hasta el texto bíblico. En una lectura sincrónica del Géne­
introducción a la Biblia escrito por V. Mannucci, por ejemplo, sis o de Lucas, participan de la inspiración de todo el libro, pero son
también ellos los que han infundido su inspiración a los redactores para
leemos:
fijar las revelaciones fundamentales. ¿No sería mejor, entonces, hablar
de inspiración progresiva, más que analizar cada etapa del proceso?390
Limitar la inspiración al último autor sin más equivaldría en algu­
nos casos a transformar en figuras de primera magnitud a colabora­
dores de un análisis secundario, y a excluir en la práctica la inspiración Está claro, pues, que las posiciones presentadas presuponen la
directa de una buena parte del texto de algunos libros, aquello que el presencia de la acción inspiradora de Dios en el largo proceso
redactor simplemente usó como fu e n te limitándose a hacerla propia y canónico. Para el problema de la exclusiva autoridad de la forma
asegurándose su inspiración solo a través de este procedimiento. Pero
parece más correcto expandir la inspiración a los diversos autores que
final del texto bíblico, esta presencia de la acción inspiradora de
han participado en la formación del libro, en la medida de su contri­ Dios no es algo que deba ignorarse. Los adversarios de los pos­
bución: Dios habría guiado todo el proceso de la formación literaria tulados de Childs podrían presentar una objeción lógica: si es
del libro, sobre todo en sus momentos decisivos 388. verdad que las diversas etapas del desarrollo textual han sido
acompañadas por el mismo carisma de la inspiración divina que
La misma posición ha adoptado P. Grech. En un artículo acompañó la formación del texto final, ¿cómo se puede atribuir
reciente, dedicado a la inspiración bíblica, el autor observaba: autoridad solo a la forma final y negarse a concederla a los esta­
dos precedentes? Es importante aclarar, por tanto, si la visión
¿Cómo se entiende la actividad divina que va desde el primer
moderna de la inspiración, que implica a varios hombres, espa­
hagiógrafo y el último que, quizá siglos después, dio el toque final al
texto? Debemos tener en mente que la Iglesia considera inspirados los cios y tiempos, y habla de las distintas etapas de formación tex­
textos sagrados tal como los ha recibido en el canon. ¿Significa eso que tual, está en contradicción con el postulado de la autoridad
solo estuvo inspirado el que redactó el libro completo de Isaías pero exclusiva del texto final de la Biblia.
no el propio Isaías? Esto sería absurdo. Es más plausible la hipótesis de La convicción del autor de este trabajo es que la teoría de la
que la obra del Espíritu Santo haya acompañado la transmisión y el inspiración presentada puede coexistir sin problemas con el pos­
crecimiento del texto, del mismo modo que acompañó la transmisión
de la revelación, hasta alcanzarse el texto definitivo, y ello no solo en
tulado de la exclusiva autoridad de la forma final para los cris­
el caso de añadidos o revisiones positivas, sino también en las revisio­ tianos de hoy día. Es esencial tener presente que la inspiración
nes o derogación de disposiciones obsoletas, especialmente en los tex­ divina, aunque haya acompañado a las diversas etapas de la for­
tos legales389. mación bíblica, lo hizo dentro de un proceso que estaba orien­
tado hacia su etapa final. Así, existen al menos dos motivos para
Y más adelante añade: justificar la autoridad de la forma final incluso en el contexto de
la teoría moderna de la inspiración.
En primer lugar, debe observarse que al proceso de desarrollo
388 M AN N UCCI, Bibbia come Parola..., o.c., 166.
está unida la posibilidad del cambio. Un estado del desarrollo
389 P. S. G R EC H , «Che significa oggi “ispirazione”? Una visione globale», en Atti del sim­
posio sull’ispirazione promosso dall’Ateneo Regina Apostolorum (Ciudad del Vaticano 2002)
123. 390 Ibid., 124.
406 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 407

textual podía, por una parte, tener un gran valor para los hom ­ Para Lohfink es fundamental percibir la finalidad de la inspi­
bres de un cierto lugar y tiempo, pero, al mismo tiempo, podía ración que ha acompañado el largo proceso de formación bíbli­
ofrecer las bases necesarias para un desarrollo, dentro de la his­ ca y que se ha concentrado en el «resultado final». Con otras
toria de la salvación, orientado a otro estado textual, destinado a palabras, todas las etapas del desarrollo textual fueron acompa­
receptores de otro lugar y tiempo. Un estado del texto podía, ñadas por el carisma de la inspiración, pero este carisma actuó
pues, considerarse de autoridad en un cierto momento, y otro siempre con la perspectiva de alcanzar el estado final. Es posible,
estado en otro momento; todo dentro de la misma historia de por tanto, sostener al mismo tiempo los dos postulados: el de la
salvación y dentro del mismo proceso de formación bíblica. El inspiración divina, de la cual gozaron las distintas etapas de desa­
carisma de la inspiración progresiva podía asegurar, contemporá­ rrollo textual de la Biblia, y el del carácter totalmente especial de
neamente, tanto el valor de un estado concreto del texto para los la forma final del texto para los cristianos actuales392.
hombres de un cierto periodo bíblico, como el papel de este esta­ Resumiendo, podemos constatar que la teoría de la inspira­
do en el proceso de una formación textual orientada hacia su ción bíblica que reconoce la acción divina durante las diversas
forma final. Obviamente esta forma textual última es la de auto­ etapas de la formación textual de la Biblia no se contradice con
ridad para los hombres de nuestro periodo de la historia de la sal­ el postulado de Childs de la exclusiva autoridad de la forma final
vación, que viven dentro de la Iglesia, aquella que ha reconoci­ para los cristianos modernos. Se puede respetar la presencia del
do y custodia la Biblia precisamente con esta forma textual. carisma de la inspiración en los diversos estados del desarrollo
En segundo lugar, hay que señalar el aspecto de la finalidad textual y, al mismo tiempo, mantener el postulado que ya hemos
de la inspiración y del proceso canónico. La inspiración divina formulado: las reconstrucciones de las tradiciones y de las fuen­
actúa con un objetivo, y este objetivo no debe limitarse al tiem­ tes pueden ser verdaderamente importantes, pero no acarrean
po inmediato de la intervención misma. La plena realización del consigo la autoridad de la Biblia como Palabra de Dios para los
propósito divino se manifestaría solamente al final del proceso cristianos de hoy.
de la formación bíblica, cuando el texto ya ha llegado a su forma Si esto es así, ¿cuál es la razón de ser de un estudio histórico-
final. Esta es de hecho la postura de Valerio Mannucci, que en crítico de los estados precedentes del desarrollo textual? Nadie
relación con esta cuestión cita las palabras de N. Lohfink: duda de que gran parte de la exégesis moderna se ha desarrolla­
do, y todavía se desarrolla, en el ámbito de la escuela histórico-
Así, si un libro se ha formado poco a poco, se debe hablar de más crítica. Por eso debemos preguntarnos en qué consiste la im por­
autores inspirados. La inspiración de estos individuos no afectaría a su
tancia del estudio histórico-crítico desde la perspectiva metodo­
obra inmediata, tomada en sí misma, sino que la implicaría en cuan­
to que estaba ordenada por Dios, en el tenor y en el sentido, al libro lógica general, en la cual la única forma de autoridad del texto es
bíblico definitivo [...] La inspiración de todos los que han colaborado su forma final. Con otras palabras, ¿cómo compaginar la impor-
en un escrito bíblico, sería vista así como un todo único y, por esto,
produciría su efecto de inerrancia una sola vez, en el momento del
resultado final de esta colaboración m últiple391. 392 También P. Grech reconoce la especificidad de la forma textual reconocida en la Igle­
sia, aceptando igualmente la inspiración del largo proceso de desarrollo de la Biblia. En un
artículo, Grech escribe: «Recapitulando, la inspiración se debe estudiar globalmente dentro
de un proceso diversificado que, en el contexto de la actuación del Espíritu en una comu­
nidad creyente, se extiende desde la maduración del hagiógrafo hasta la composición de su
391 N. L o h f i n k , «Il problema dell’inerranza», en I. DE L a P O T T E R IE (ed.), La verità' libro, acompaña al texto en su crecimiento y reinterpretación, es repensado al recibirse den­
della Bibbia nel dibattito attuale (Brescia 1968) 31. La cita está tomada de M a n n u c c i , Bib­ tro del canon y continúa en la interpretación de la Iglesia. Pero en un sentido estricto de la
bia come Parola..., o.e., 166. En nuestro trabajo hemos abordado la posición de N. Lohfink palabra, la inspiración es la cualidad de un texto sagrado recibido como tal por la Iglesia,
en el cap. III punto 2. que lo reconoce como palabra de Dios» («Che significa oggi “ispirazione”?...», a.c., 128).
408 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 40 9

tancia de la dimensión histórica de la Biblia con la exclusiva Antes de seguir, sin embargo, debemos aclarar más una dis­
autoridad teológica de su forma final? tinción que ayuda a comprender esta cuestión. Cabe señalar en
Estamos tocando una cuestión fundamental de la exégesis cató­ este punto que la comparación entre el problema de la manifes­
lica tras el Concilio Vaticano II. En el capítulo I de nuestro traba­ tación de Dios en la historia y la cuestión de la autoridad teoló­
jo, siguiendo a Ratzinger y a De La Potterie 393, hemos podido gica de la forma final de la Biblia puede clarificar mejor la rela­
identificar el problema de la relación entre la dimensión histórica ción entre la revelación en la historia y la revelación en el texto.
de la Biblia y la teológica, como uno de los que más afloraron en el El hecho de poner el acento en la forma final lleva consigo la
tiempo de la redacción de la DV e incluso después. Ahora vemos necesidad de poner de relieve la diferencia que hay entre estos
que la cuestión de la forma final del texto bíblico forma parte, con dos tipos de acción divina.
pleno derecho, precisamente de este problema. Las preguntas for­ De nuevo, la distinción es muy im portante en el contexto del
muladas arriba adquieren así un peso todavía más relevante. desarrollo de las ciencias histórico-críticas en el campo bíblico.
La convicción profunda del autor de este trabajo es que un Estas últimas, al favorecer la dimensión histórica, no tuvieron
sano compromiso — entre la posición que subraya con fuerza la ningún interés en hacer esta distinción, que las habría llevado a
importancia del estudio diacrònico de la Biblia, y la que acentúa la necesidad de ofrecer más atención a la forma del texto como
la exclusividad de autoridad teológica de la forma final para la tal. La Biblia vista desde la perspectiva histórico-crítica se con­
Iglesia de hoy— es posible. La clave para la solución está natu­ vertía más bien en un testimonio y en una narración de la reve­
ralmente en definir adecuadamente las competencias y utilidad lación hecha en la historia, más que la revelación en sí misma. La
del estudio histórico-crítico aplicado a la Biblia. Biblia podía llegar a ser cada vez más un material — necesario,
Desde una perspectiva metodológica que acepte la autoridad pero entendido más bien en sentido instrumental— para alcan­
teológica de la forma final del texto, se pueden señalar de hecho zar la revelación realizada en la historia. Este cambio, quizá no
varias tareas del estudio histórico-crítico que muestran su utili­ siempre hecho con plena conciencia metodológica, se manifestó
dad; es más, su necesidad. Indicamos las más significativas. en las diversas operaciones histórico-críticas, tanto en las que
El estudio diacrònico de la Biblia posee un valor esencial: usaron el material bíblico para alcanzar la verdadera historia (de
ayuda a descubrir y entender mejor la historia de la revelación. Israel o de Jesús), como en las que quisieron descubrir las fuen­
Como escribe A. J. Levo ratti, «uno debe respetar cada etapa de tes auténticas y las tradiciones originales que precedieron a la
la historia de la revelación, y esto significa que la dimensión his­ actual forma textual de la Biblia.
tórica de la Escritura no puede ignorarse» 3 . La cuestión es obviamente delicada, pues el texto está estre­
El estudio histórico ayuda a descubrir la acción de Dios en los chamente unido a la historia. Con frecuencia la autoridad del
diversos tiempos y en los diferentes ambientes. El descubrimien­ texto depende de la autenticidad de los acontecimientos de los
to de esta progresiva acción divina, que se desarrolla a través de que el texto habla. Todo el cristianismo es una religión concen­
la historia humana, sin duda nos ayuda a conocer a Dios mismo. trada en torno a un acontecimiento dominante: la entrada de
Por tanto, es im portante395.
esencial darse cuenta de que puede haber distintas fuentes (o razones) de la importancia (¡y
también de la autoridad!) de una realidad religiosa: esta autoridad puede venir por la per­
393 C f e ) cap i punto 3.
tenencia a la Sagrada Escritura o, por ejemplo, por la pertenencia a la historia de la salva­
394 LEVORATTI, « H o w to Interpret che Bible», a .c ., 31. ción. No son cosas del todo equivalentes. En este punto de nuestro trabajo es esencial tener
395 La historia de la salvación, sin duda, juega un papel fundamental en la obra de la presente esta distinción que, en la exégesis histórico-crítica, demasiado frecuentemente ha
revelación divina. Dios se revela en la historia. Es un problema que está cercanísimo a la desaparecido del horizonte metodológico. En nuestra presentación limitamos nuestro inte­
Sagrada Escritura, pero que no coincide en todo con la cuestión de la misma. Nos parece rés solamente a la autoridad procedente de la pertenencia a la Sagrada Escritura.
410 lA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS

Dios en la historia humana en la persona de Jesucristo. Pero por acción de Dios en la historia y, por esto, nos ayuda a conocer a
otra parte, si confesamos que la Biblia es Palabra de Dios, no Dios mismo. Teniendo presente la distinción hecha entre la reve­
podemos evitar la pregunta de si la Sagrada Escritura ¿solo puede lación en la historia y la revelación en el texto, el hecho de subra­
transmitir la historia de la salvación o también puede propia­ yar la importancia del estudio diacrònico ya no amenaza el pues­
mente interpretarla? La fe en la Biblia como Palabra de Dios nos to privilegiado de la forma final en la exégesis bíblica.
permite obviamente afirmar que la Sagrada Escritura puede La importancia del estudio diacrònico de la Biblia viene tam­
hacer ambas cosas. Esto significa que el texto inspirado posee la bién de su valor para el conocimiento de la misma forma final
potencialidad no solo de custodiar y transmitir la revelación del texto. El conocimiento de la prehistoria del texto puede ayu­
cumplida en las vivencias de un pueblo o de hombres particula­ dar a interpretar mejor la forma final. También Childs indicaba
res, sino también de añadir algo a esta revelación, por así decir­ esto explícitamente397. Nuestro autor acepta, de hecho, las apor­
lo, a partir de sí misma. Esta aportación puede consistir, por taciones de las investigaciones histórico-críticas, viendo al
ejemplo, en el modo de interpretar, en la comprensión más pro­ mismo tiempo su valor para hacer una explicación más rica y
funda de los eventos, en la aparición de nuevos significados den­ adecuada de la forma actual del texto presente en la Biblia. Pero
tro de nuevos contextos literarios, etc. como elemento más im portante queda el texto canónico398.
Llegamos así a una conclusión importante: la revelación en el El estudio histórico-crítico es im portante especialmente para
texto puede añadir algo im portante a la revelación en la historia. determinar el significado de los diversos fragmentos concretos
La distinción no es pues solamente escolástica. Hay que consi­ del texto bíblico, aunque estos formen ahora parte del conjunto
derarla seriamente si se quiere mantener la perspectiva plena de de la Biblia. Hay que entender bien su mensaje para poder aco­
la revelación. Y si es así, no se puede destruir el texto para llegar gerlo después con toda la perspectiva de la forma final del texto
a la historia. No se puede desmantelar la forma final del texto,
reconocida con autoridad por la Iglesia, y confiarse solo a lo que 397 En la introducción a su comentario a Isaías (2001) escribía: «Estoy de acuerdo con el
se pueda recuperar de la historia de la salvación. Da la impresión actual interés redaccional en la cualidad multicapas del texto bíblico. En cualquier caso, en
de que la escuela histórico-crítica, en la búsqueda apasionada de mi opinión, es completamente inadecuado encontrar la unidad de este libro en una sucesión
de capas redaccionales, cada una con su propia organización, que en última instancia nunca
la revelación en la historia, ha sacrificado demasiado frecuente­ se escuchan concertadas como un todo. Finalizar un análisis crítico sugiriendo una sucesión
mente la revelación en el texto como ta l396. El redescubrimien­ redaccional de los siglos séptimo, sexto y quinto, cada una con una datación absoluta, es
incapaz de tener en cuenta la autoridad canónica del libro como un testigo coherente en su
to del valor de la autoridad de la forma final de la Biblia cristia­ recibida forma final de los caminos de Dios con Israel. En última instancia, el análisis de dis­
na puede servir bien a la necesaria corrección. tintas capas y del crecimiento composicional debe usarse para enriquecer el libro como un
Una vez dicho esto, podemos repetir ahora que el estudio dia­ todo, más que para fragmentarlo en voces conflictivas y editores individuales, cada uno con
su propio interés y organización. Al final, es el texto canónico el que tiene autoridad, no el
crònico de la Biblia es im portante para la teología, porque ayuda proceso, ni la propia comprensión del intérprete» (p.4).
a entender mejor la historia de la revelación y a descubrir la 398 Childs ha manifestado la misma convicción sobre el valor del estudio diacrònico de
la Biblia para una correcta interpretación de la forma final, un valor, en cualquier caso,
unido a la clara prevalencia del texto canónico, en su respuesta a las recensiones de IOTS.
396 Parece que la aceptación de la distinción propuesta podría servir para evitar algunos Respondiendo a B. Birch, Childs observaba: «En segundo lugar, Birch aborda la cuestión
malentendidos y conflictos entre los representantes de la escuela histórico-crítica y los de relativa al valor exegético de recuperar la prehistoria del texto. Estaría de acuerdo con su
otras orientaciones metodológicas. No es difícil encontrar discusiones exegéticas en las que formulación de que la tradición pre-canónica puede actuar como un agente de control en
una posición se apoya en la perspectiva de la revelación en el texto, y la otra en cambio en la misma medida en que lo hace la tradición poscanónica. He tratado de demostrar este
la perspectiva de la revelación en la historia, a pesar de que ambas quieren tratar del mismo principio exegéticamente en mi comentario al Éxodo. En cualquier caso, el punto herme-
tema: de la Biblia. No es extraño que en estos casos sea difícil alcanzar conclusiones cons­ néutico decisivo es indicado por Birch cuando dice: «todas las capas perceptibles de la
tructivas. Cf., la discusión entre el propio Childs y J. Barr sobre el tema del sentido literal, prehistoria del texto deben interpretarse en diálogo con la forma final normativa del texto»
reflejada en nuestro trabajo en la nota 637 del capítulo II. ( C h i l d s , «A Response», a.c., 205).
412 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 413

bíblico. Pero esto no es posible sin un buen conocimiento del tancia fundamental para la actual interpretación teológica de la
contexto histórico y literal del fragmento del texto. El estudio Biblia. Las observaciones dadas más arriba nos permiten demos­
histórico-crítico ofrece así de nuevo su valor para interpretar la trar que este equilibrio es posible.
forma final de la Biblia399.
Podemos pues concluir que el estudio histórico-crítico puede
encontrar su lugar en una perspectiva hermenéutica que conside­ b ) . La forma fin a l como problema textual
re la forma final como la única forma bíblica con autoridad para
los cristianos contemporáneos. Pero para realizar esto es indispen­ La cuestión de la forma final del texto bíblico tiene todavía
sable que el estudio diacrònico acepte por sí mismo un papel sub­ otro aspecto que atrae la atención de los estudiosos y exige una
sidiario en la interpretación bíblica: indispensable, pero siempre clarificación. Se trata de la forma final vista como problema de
auxiliar. El valor del estudio diacrònico está en su importancia la crítica textual. Para un especialista de crítica textual, ¿qué es la
para explicar con más precisión la forma canónica de la Biblia 400. forma final del texto bíblico? La pregunta, todavía más primaria,
En la interpretación de la Biblia como Sagrada Escritura de la Igle­ podría sonar así: ¿existió verdaderamente la así llamada forma
sia, el estudio de la prehistoria del texto debe estar metodológica­ final? Sin duda es una cuestión fundamental para toda exégesis
mente sometido al significado de la forma final y la historia debe que quiera acentuar el papel de esta forma textual de la Biblia.
estar sometida (¡metodológicamente!) a la teología. Si la historia Los autores citados arriba (Neri, Bianchi o Ardusso), que son
acepta esto, su importancia no debería ponerse en tela de juicio, partidarios de la forma final de la Biblia, no reflexionan sobre
ni siquiera desde la perspectiva de la exclusiva autoridad de la este problema. Pero la pregunta seguramente es válida. Si la crí­
forma canónica de la Biblia. Sería incluso más alcanzable el equi­ tica textual demostrase de hecho que nunca existió una única
librio del que hablaba la IBI: «Es el texto en su estado final, y no forma final en los primeros siglos del cristianismo, ¿cómo podría­
una redacción anterior, el que es expresión de la Palabra de Dios. mos confiarnos a ella en el trabajo exegético?
Pero el estudio diacrònico sigue siendo indispensable para permi­ Esta es exactamente la dificultad que presentaba J. Sanders al
tir captar el dinamismo histórico que anima la Sagrada Escritura y acercamiento canónico, el otro gran representante de la corrien­
para manifestar su rica complejidad: por ejemplo, el código de la te canónica en la exégesis moderna. Ya hemos hablado de su pos­
Alianza (Éx 21-23) refleja un estado político, social y religioso de tura en el capítulo II 401. En muchos puntos Sanders está de
la sociedad israelita diferente del que reflejan las otras legislaciones acuerdo con Childs. Él mismo aceptó el papel hermenéutico
conservadas en el Deuteronomio (Dt 12-26) y en el Levítico fundamental del canon bíblico, convirtiéndose en el prom otor
(código de Santidad, Lev 17-26)» (EB 1289). del así llamado canonical criticism (crítica canónica). Pero San­
Alcanzar este equilibrio entre la importancia del estudio dia­ ders no podía aceptar el fuerte acento dado por Childs a la forma
crònico y la autoridad de la forma final puede tener una impor­ final del texto. No es baladí el hecho de que J. A. Sanders fuese
un estudioso fuertemente implicado en el desarrollo de la crítica
399 Childs veía el problema de forma similar, cuando por ejemplo escribía en «The Oíd Tes- textual402. En su libro Canon and Community observaba:
tament as Scripture of the Church»; «Ahora que hemos intentado establecer las líneas generales
de la edición canónica del Pentateuco, es necesario mirar más detenidamente a la forma canóni­
ca de cada uno de los libros por separado, pardcularmente a la luz de la historia de la tradición
que subyace a cada uno de los libros, con el fin de descubrir una intención teológica» (p.717). 401 Cf. el cap. II punto 3.e.
400 Es difícil no recordar aquí la posición de Childs, que en la introducción a su comen­ 402 J. A. Sanders es el presidente del Ancient Biblical Manusscript Center for Preservation
tario al libro del Éxodo escribía: «A mi juicio, el estudio de la prehistoria tiene su función and Research en Claremont, California. También es autor de numerosas publicaciones dedi­
propia en la exégesis solo para iluminar el texto final» (p. xv). cadas a los manuscritos palestinenses. Sanders ha dedicado mucha atención a los descubri-
414 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 415

La crítica canónica está muy interesada en lo que la comunidad Las diferencias entre las variadas versiones de los libros del AT tales
creyente tenía en mente en ese momento pasajero cuando la forma como Jeremías son una prueba clara de la fluidez del texto del AT
final fue alcanzada, pero no se centra en esa forma tanto como lo hace antes del cambio de era. ¿Ha habido alguna vez una versión original
Childs. Porque el texto se estabilizó en las formas que hemos hereda­ de, por ejemplo, Jeremías, o entramos en un periodo en el que las dife­
do (algunos libros tenían varias formas y algunas comunidades tuvie­ rentes ediciones de lo que luego serán los libros bíblicos estaban en
ron libros diferentes en diferentes órdenes) no antes de considerarse uso como escritura sagrada sin ningún texto fijado? Nuestra respuesta
adaptable por medio de numerosas técnicas hermenéuticas empleadas a esta pregunta tendrá unas consecuencias de largo alcance para la
en él con el fin de mantenerlo abierto una vez más para extraer de él investigación exegética. Podría suceder perfectamente que la crítica
el valor necesario 403. textual y la crítica literaria se fundiesen en una única disciplina. Las
consideraciones literarias pueden tomar la última palabra en nuestro
En la motivación para rechazar la fijación en la forma final trabajo con varios libros en el AT, cuando resulta evidente que la crí­
tica textual nos hace encontrarnos con una variedad de textos en vez
por parte de Sanders se puede entrever el trasfondo de su nota­ de con un único texto original405.
ble implicación en la crítica textual. Sanders está convencido de
las dificultades existentes del intento de esteblecer una única Fornberg considera muy problemática la determinación tex­
forma final ideal, desde su perspectiva de la existencia de un gran tual de la forma final del texto aceptada comúnmente. La pre­
número de posibles variantes textuales. Sin duda, esta precom- sencia de muchas versiones, que se usaban y eran aceptadas, y la
prensión crítico-textual influye también en sus elecciones metodo­ fluidez de la forma textual nos empujan a este tipo de posiciona-
lógicas. Y así, al proponer su crítica canónica, Sanders ha preferi­ mientos. Esto es válido especialmente en el caso del AT. La situa­
do subrayar el proceso canónico en vez de una forma establecida ción de los manuscritos del N T es mejor, pero tampoco aquí se
del texto canónico. Igualmente, propone subrayar más bien la pueden evitar todos los puntos problemáticos. Fornberg observa:
hermenéutica canónica que guió el proceso, antes que la inten­
ción canónica del texto. En este caso, las dificultades suscitadas En el N T los problemas son menos candentes. Normalmente
por la crítica textual no tendrían una importancia tan decisiva podemos llegar a un texto original, y hoy hay un amplio consenso de
como en el caso de la propuesta de Childs. que el texto griego de los papiros procedentes del ca. 200 a.C. como
P75 y los grandes unciales del siglo IV a.C. son cercanos a los origina­
T. Fornberg, por ejemplo, escribió en un artículo algunas les. Esto, sin embargo, no significa que el texto fue fijado en el mismo
dificultades que la crítica textual ofrece a toda la cuestión del principio. La libertad mostrada por Mateo y Lucas al reescribir el
canon bíblico. El artículo nos interesa de modo especial porque texto de Marcos nos muestra que la fijación exacta de la tradición de
está dedicado precisamente a los problemas existentes entre la Jesús no era tan importante. Esta tradición, sin duda, fue vista como
crítica textual y el concepto de canon 404. Fornberg puso ejem­ inspirada, pero no fue canónica en el sentido estricto de la palabra.
Incluso en la primera mitad del segundo siglo d.C. encontramos la
plos de diferentes lecturas de manuscritos y de diferencias exis­
fluidez de esta situación. Evidentemente, los Padres apostólicos usaron
tentes entre los diversos niveles del desarrollo textual de textos una tradición de Jesús que aún no estaba fijada406.
concretos. En la parte dedicada a los manuscritos del AT, el autor
concluyó con las siguientes palabras: Parece que también en el caso del N T la crítica textual no
consigue establecer una forma final concreta del texto bíblico,
una forma textual que fuese comúnmente aceptada en los inicios
mientos de Qumrán. En 1967 publicó el famoso libro The Dead Sea Psalms Scroll (Cornell
University Press, Ithaca).
403 S a n d e r s , Canon and Community..., o.c., 25. 405 Ibid., 48.
404 y FO R N B E R G , «Textual Criticism and Canon»: StTh 40 (1986) 45-53. 406 Ibid.
416 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 417

del cristianismo. Según Fornberg, los primeros transmisores de ción de la Iglesia. Pero, si esta no nos saca de dudas, quizá habría que
la tradición evangélica simplemente no se sintieron obligados a tomar ambas variantes como canónicas y considerarlas en realidad
preservar todos los detalles textuales, tal como nos sentimos hoy como textos distintos transmitidos en un mismo canon 409.
nosotros, tras el reconocimiento de la canonicidad de ciertos
escritos por parte de la Iglesia. Las dificultades para definir la variante textual adecuada pue­
Por parte católica, el problema se ha indicado también en el den ser tan grandes que ¡el autor no duda incluso de proponer la
libro de A. M. Artola y J. M. Sánchez Caro, Biblia y Palabra de aceptación de las dos variantes como diversos textos canónicos!
Dios, que forma parte de la colección Introducción al Estudio de Es la mejor ilustración de la existencia y actualidad del problema
la Biblia407. En el apartado dedicado a la relación entre el canon abordado.
bíblico y el texto canónico Sánchez Caro observaba: El problema se hace todavía más claro si recordamos que tam ­
bién hoy existen varias formas finales del texto bíblico, debido a
La pregunta es inevitable: ¿cuál es el texto normativo para el cris­ la existencia de diversos cánones en las Iglesias cristianas. Debe­
tiano? La respuesta no es fácil. En cuanto a la Biblia hebrea, la cues­ mos recordar que la cuestión de la definición de los límites del
tión quedó saldada para los judíos con el establecimiento del texto
canon bíblico siempre ha sido problemática.
masorético. Pero, aparte de que en el judaismo se usaron como nor­
mativos otros textos diferentes en épocas anteriores (por ejemplo, en El problem a del canon bíblico tuvo su im portancia desde
el caso de Qumrán y de la comunidad alejandrina), en la Iglesia el los primeros siglos para los cristianos, e incluso antes para los
asunto es más complicado. De hecho, en ella pervivieron, y en parte judíos410. Para estos últimos se trataba tanto de disputas externas
perviven, varios textos: el que está en la base de la traducción de los (con los samaritanos) como internas (entre los diversos grupos del
LXX, el texto de la Vetus Latina (que refleja en no pocos casos tradi­ judaismo mismo). El objetivo de las mismas era naturalmente
ciones textuales premasoréticas), y la Vulgata, basada sustancialmente
en el texto masorético. Con relación al NT, de todos es conocida la
establecer qué libros debían reconocerse como de autoridad.
gran variedad de textos existentes 408. Para el cristianismo los problemas más agudos surgieron ya en
el contexto del rechazo del AT por parte de Marción (siglo II).
La conclusión de estas observaciones es bastante clara: la críti­ D urante todo el periodo patristico y medieval se desarrolló una
ca textual no consigue identificar una única forma final del texto polémica entre los que sostenían un canon más largo y los que
bíblico. La variedad de tipos textuales usados en el periodo de la optaron por un canon más breve del AT. Las listas de los libros
Iglesia primitiva impide una elección segura. Sánchez Caro dice bíblicos las encontramos en numerosos documentos de la anti­
lo mismo todavía más explícitamente con las siguientes palabras: güedad cristiana: en las obras de Eusebio, Atanasio, Cirilo de
Jerusalén, Epifanio, Crisòstomo, Jerónimo, Agustín, en los docu­
La crítica textual puede ciertamente ayudarnos a rechazar deter­ mentos del Concilio de Laodicea (ca. 360), Hipona (393), Car-
minadas composiciones, pero en algunos casos no es posible tomar tago III (397), Cartago IV (419) y Constantinopolitano (692),
una decisión absolutamente segura. Además, en casi todos ellos las
distintas variantes han sido usadas como texto autorizado por nume­ en el decreto del papa Dámaso (382), en la carta del papa Ino­
rosas Iglesias locales. ¿Qué criterio seguir? Partiendo de que es impo­ cencio I (405) y en otros lugares411. Aunque la opinión domi­
sible llegar al texto original, es claro que hay que atender en primer nante era favorable al canon más largo412, muchos autores prefi-
lugar a lo que nos diga la crítica textual. Cuando esto no soluciona la
duda, habría que estudiar el uso de cada variante textual por la tradi­
409 Ibíd., 118s.
410 BECKWlTH, The Oíd Testament Canon..., o.c., ls.
407 A r t o l a - S á n c h e z C a r o , Biblia y Palabra de Dios, o .c . 411 Cf. B r o w n - C o l l i n s , «Canonicity», a.c., 1036.
408 Ibíd., 118. 412 Ibíd., 1036, 1042.
418 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 41 9

rieron el canon breve o expresaron abiertamente sus dudas sobre (1566), por el Sínodo Holandés en D ort (1618-1619) y en la
la autoridad de los libros deuterocanónicos413. El problema de la Confesión de Westminster (1648) 4l6. De hecho, en el protes­
delimitación del canon bíblico fue un punto de interés y de refle­ tantismo actual, al menos en la mayoría de los casos, el AT es
xión dentro del cristianismo a lo largo de los siglos de su historia. reconocido con autoridad para la fe en su forma más breve, la
El siglo XVI fue después testigo de decisiones importantes que se identifica con la tradición de Jerónimo.
referentes al canon bíblico. En 1546, en el contexto de la apari­ En la historia de las Iglesias ortodoxas encontramos posturas
ción del protestantismo, el Concilio de Trento decidió establecer diversas respecto al problema del canon bíblico. Algunas de ellas
una lista de los libros reconocidos como inspirados y canónicos han aceptado el canon más largo, incluyendo los deuterocanó­
en la Iglesia católica. En la lista de libros canónicos, el Concilio, nicos (Iglesia bizantina y siriaca). Otras, en cambio, han elegi­
siguiendo la decisión de la bula Caritate Domino del Concilio do el canon más breve (Iglesias nestorianas). Otras incluso han
ecuménico de Florencia (1442), incluyó también los deuteroca- intentado ensanchar el canon más allá de los límites aceptados
nónicos. Los concilios posteriores, Vaticano I y Vaticano II, per­ en última instancia por los católicos (coptos y etiópicos), y han
manecieron fieles a esta decisión de Trento . reconocido algunos libros apócrifos. En 1672 en el Sínodo de
En cambio, los protestantes aceptaron la autoridad del canon Jerusalén, una expresión significativa del cristianismo ortodoxo
hebreo y acogieron su lista de libros de autoridad. Esta elección decidió reconocer el canon más largo de la Biblia (a excepción
se produjo también por la aguda situación conflictiva existente del libro de Baruc). Pero esta decisión no resolvió definitiva­
dentro del cristianismo occidental del siglo X V I415. La posición mente el problema de la delimitación del canon. Las posturas
protestante respecto a los libros deuterocanónicos, sin embargo, dentro del cristianismo oriental continúan siendo muy diferen­
permaneció ambigua por un largo periodo. Algunas ediciones de tes entre las hasta nuestros días417.
Biblias protestantes incluyeron los deuterocanónicos, como una En consecuencia, hoy se tienen diversas listas canónicas del
especie de apéndice del AT — como, por ejemplo, la Biblia de A T418. El canon hebreo está compuesto por 24 libros, divididos
Zwinglio (Zúrich 1529), la Biblia Olivetana (1534-1535) o la en tres categorías: la Torá, los Profetas y los Escritos. El canon
segunda edición de la Gran Biblia inglesa (1540). Pero por otra protestante recoge el mismo material bíblico, pero organizado
parte, los deuterocanónicos fueron claramente excluidos de la — bajo la influencia de los LXX— de otro modo. Los treinta y
Biblia en diversos documentos oficiales: en la Confesión Galica­ nueve libros aquí son divididos en cuatro grupos diversos: la Ley,
na (1559), Belga (1561), Anglicana (1563), Segunda Helvética los Libros históricos, los Libros sapienciales y los Profetas. Tam­
bién la Iglesia católica reconoce todos los libros de la Biblia
hebrea. Pero añade otros siete libros (Tobías, Judit, 1-2 Macabeos,
413 R. E. Brown enumera nueve famosos autores cristianos, que merece la pena citar:
Cirilo de Jerusalén, Gregorio Nacianceno, Epifanio, Rufino, Gregorio Magno, Juan Sabiduría, Sirácida y Baruc) y algún añadido en los libros de
Damasceno, Hugo de San Víctor, Nicolás de Lira y el cardenal Cayetano. Cf. ibíd., 1042. Ester y Daniel. Las Iglesias ortodoxas reconocen diversos cáno­
414 Cf. ibíd., 1036. nes bíblicos incluso más largos que el católico. La Iglesia griega,
415 R. E Collins escribe: «fue Lutero quien rompió con la tradición de la Iglesia y empe­
zó una nueva era en la discusión sobre el canon del AT [...] Cuando se le presentó por ejemplo, añade 3 Macabeos y 2 Esdras. La Iglesia etiópica
2 Mac 12,46 (Vulgata) como una prueba de la Escritura a favor de la doctrina del purgato­ reconoce muchos otros libros con autoridad, como 1 Henoc,
rio, Lutero rechazó 2 Macabeos como Escritura. Él negó el derecho a la Iglesia de decidir
la canonicidad, argumentando que la propia cualidad interna del libro bíblico atestigua su
status canónico y escriturístico. Las polémicas endurecieron a Lutero en su posición hasta 416 Cf. Ibíd., 1042s.
que reconoció como libros del AT solo a los 39 citados en la lista de Jerónimo [...] Publi­ 417 Cf. Ibíd., 1043; H u n t , «An Examination of the Current Emphasis on the Canon in
cando los apócrifos [id est, deuterocanónicos] inmediatamente detrás del AT, Lutero pro­ the Oíd Testament Studies», a.c., 63.
clamó el canon protestante» (ibíd., 1042). 418 Cf. ibíd, 56s; H a r r i n g t o n , «Introduction to the Canon», a.c., 8.
420 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE IA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 421

Jubileos o el Pseudo-José. El problema de la delimitación del Resumiendo, debemos reconocer que hasta hoy existen d istin ­
canon sigue siendo, pues, un tema de discusión interconfesional: tos cánones bíblicos aceptados en diversas comunidades cristia­
algunas comunidades cristianas prefieren una forma más larga, y nas. La situación es análoga a la que encontrábamos en la defini­
otras, una más breve. ción de la forma final de los distintos libros bíblicos en el sentido
Para el Nuevo Testamento la situación parece más simple. Los de la crítica textual. Así como es difícil establecer una variante
protestantes aceptan generalmente los veintisiete libros recono­ textual perfecta de la forma final de diversos libros, así tam bién es
cidos por los católicos. La Iglesia católica reconoció estos libros difícil definir el canon bíblico preciso, aceptable de forma bas­
como canónicos durante el Concilio de Trento (1546). Los tante común entre los cristianos como para poder convertirse
representantes de muchas confesiones protestantes también han para ellos en la única forma y autosuficiente norma de fe.
declarado oficialmente la aceptación de estos libros. Lo han El problema, pues, existe. Las observaciones de Sanders, Forn-
hecho, por ejemplo, la francesa Confesión de Fe (1559), los Tren- berg o Sánchez Caro están sólidamente basadas en las aportacio­
tainueve Artículos de la Iglesia de Inglaterra (1563) y la Confesión nes de los estudios crítico-textuales de la Biblia. No podemos
de Fe de Westminster (1647)4l9. ignorarlos. ¿Significa esto que hay que abandonar el concepto de
Pero si miramos al O riente cristiano encontramos diversas la forma final de la Biblia y todo el modo de interpretación bíbli­
posiciones tam bién con respecto a los libros del NT. Las Igle­ ca basado en el valor de esta última? Seguramente no. Ya hemos
sias sirias, por ejemplo, en su versión del N T (Peshitta), reco­ recordado que tanto el concepto mismo como su valor funda­
nocieron solo 22 libros. D entro de este canon faltan: Apoca­ mental para la interpretación bíblica ha sido claramente aceptado
lipsis, 2 Pedro, 2 y 3 Juan y Judas420. Estos mismos cinco libros por la posición católica. Nos parece que es más importante clari­
tampoco son reconocidos hoy por los Nestorianos, cuya secta ficar la terminología empleada en la discusión.
tuvo su origen en Antioquía 21. B. Metzger recuerda que tam ­ El problema presenta muchas características análogas a la
bién hoy los leccionarios oficiales de la Iglesia siria ortodoxa de cuestión más amplia de la relación entre la historia y la teología
Kottayam (Kerala) y de la Iglesia sirio-caldea de Trichur (Kerala) en la interpretación bíblica. Ya hemos subrayado que este últim o
contienen solo veintidós libros canónicos . En el canon más es un problema fundamental para la hermenéutica bíblica pos­
largo de la Iglesia etiópica, en cambio, encontramos treinta y conciliar. También hemos señalado que la cuestión de la forma
cinco libros. Este canon incluye algunos libros como el libro de final constituye parte de este problema. Nos parece lógico, por
la Alianza, Clemente o la Didascalia423. Por tanto, en el O rien­ tanto, proponer ahora una clarificación terminológica sobre la
te cristiano podemos encontrar todavía hoy tanto listas de libros forma final precisamente en esta perspectiva más amplia.
canónicos del N T más cortas como listas más largas, respecto a En la cuestión de la forma final de la Biblia, la relación entre
la aceptada en la Iglesia católica. la historia y la teología podemos traducirla en la relación entre la
forma final entendida en el sentido de la crítica textual424 y la
entendida en el sentido teológico. En este último, el teológico, la
419 Cf. ibíd., 16. forma final es entendida en oposición a los estados precedentes
420 Cf. W. R. F a r m e r , «A Study of the Development of the New Testament Canon», en del desarrollo del texto bíblico. En este sentido, es una forma
F a r m e r -Fa r ka sfa lv y (eds.), The Formation o f the New Testament Canon..., o.c., 9.
421 C f MANNUCCI, Bibbia come Parola..., o.c., 213. Mannucci observa que «la Iglesia textual privilegiada desde la perspectiva de la autoridad de la
Antioquena sufrió el influjo de la cercana Iglesia Siria, y parece ignorar la existencia de 2 Pe,
2-3 Jn, Judas y Apocalipsis» (ibíd., 9).
422 C f M e t z g e r , The Canon..., o.c., 220. 424 No es insignificante aquí el hecho de que la crítica textual forme parte precisamente
423 Para el contenido de este canon largo, cf ibíd., 226-228. del método histórico-crítico.
422 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 423

Biblia. Es, pues, una forma privilegiada para hacer exégesis, ración previa de la visión del mismo B. S. Childs. Si hemos teni­
construir una teología bíblica y formular conclusiones teológicas do que criticar algunos elementos de su acercamiento al problema
referentes a la fe de la Iglesia. Es precisamente por este segundo del canon y de la forma canónica, ha sido precisamente en cone­
modo de entender la forma final del texto bíblico por la que xión con sus elecciones de concretas variantes textuales425. Childs
optamos en este trabajo. En este sentido, y no en el sentido de eligió el canon hebreo, con su texto masorético.
los detalles textuales de un manuscrito ideal descubierto por las Pero por otra parte, en el mismo acercamiento de Childs
ciencias históricas, queremos usar el término en la discusión her­ podemos ver una clara inclinación hacia el sentido teológico del
menéutica. término. En primer lugar, nuestro autor desarrolla este concep­
Aceptamos, por tanto, el uso del término en sentido teológi­ to en oposición a las reconstrucciones histórico-críticas de los
co. La perspectiva teológica en el acercamiento a la Biblia ha con­ estados precedentes426. En segundo lugar, Childs quiere tratar
ducido, de hecho, al reconocimiento del valor de la forma final los manuscritos del texto masorético solo como médium, a través
en general en la exégesis; consecuentemente, la misma perspecti­ del cual hay que intentar alcanzar la verdadera forma final del
va dirige ahora esta forma hacia el sentido teológico (un estado texto 427. Así, nuestro autor no identifica totalmente la forma
final del desarrollo textual, aceptado y reconocido en la Iglesia, en canónica con una variante textual concreta o un manuscrito. En
oposición a las reconstrucciones de los estados precedentes). tercer lugar, por último, el concepto de forma final está estre­
El hecho de acoger la forma final en sentido teológico nos chamente unido en el acercamiento de Childs con el de la inten­
permite evitar al mismo tiempo todos los equívocos que suscita al ción canónica y del canon como principio interpretativo de la
respecto la crítica textual. Es obvio que no se pueden cerrar los Biblia428. Todos estos elementos deben estar comprendidos en
ojos a los resultados de las investigaciones histórico-textuales. Es
importante saber cuál es el texto concreto que debe ser objeto del 425 Cf. el cap. III punto 2.b.
426 En uno de sus artículos, por ejemplo, Childs escribía: «La importancia de la forma
trabajo exegético. Pero si en la discusión metodológica usamos el final de la literatura bíblica reside en que es la única que testimonia la historia completa de
concepto de forma final en el sentido teológico propuesto, las la revelación. Dentro del AT, ni el proceso de formación ni la historia de su canonización
aportaciones de la crítica textual podrán modificar al máximo el tienen asignadas una integridad independiente. Estas dimensiones, o se han perdido o
intencionadamente se han difuminado. Más bien, el canon afirma que el testimonio de la
material, al cual conviene aplicar siempre la misma perspectiva experiencia de Israel con Dios es testificado en el efecto sobre el mismo texto bíblico. El
hermenéutica. La esencia del principio propuesto — la exclusiva efecto completo de esta historia de la revelación puede percibirse solamente en la forma
final del texto bíblico en el que la historia normativa ha alcanzado su fin. Ciertamente las
autoridad de la forma canónica de la Biblia, respecto a los estados etapas previas del desarrollo de la tradición bíblica con frecuencia se consideraron canóni­
precedentes del desarrollo del texto— es coherente en sí misma. cas antes del establecimiento de la forma final. De hecho, la forma final con frecuencia con­
Concluyendo, podemos confirmar que la crítica textual no siste en una forma previa y recibida por la tradición que la ha transmitido inalterada desde
su situación original. Pero considerar el canon seriamente es también tomar en serio la fun­
destruye el valor del concepto de la forma final. Pero es im por­ ción crítica que ejerce con respecto a etapas anteriores de la formación del texto» («The
tante no identificar la forma final en el sentido teológico con una Canonical Shape...», a.c., 42s). En otro artículo, «The Oíd Testament as Scripture of the
Church», Childs en cambio observaba: «la forma presente del Pentateuco es un testigo pro­
única forma o variantes textuales, o con un manuscrito ideal. fundamente teológico que perderíamos si se destruye su forma con el fin de reconstruir el
Este tipo de identificaciones ofrecería la misma situación de con­ objetivo así llamado de su secuencia histórica. Por razones teológicas, un material histórico
fusión entre las competencias, como en la relación entre la his­ posterior presente en Levítico y Números fue retroproyectado hasta el Sinaí, y el Deutero-
nomio recibió una constitución no histórica. La composición actual preserva la norma crí­
toria y la teología en la interpretación bíblica. tica básica de cómo debía entenderse la tradición en la vida del pueblo de Dios. [...] La
Quizá merece la pena señalar aquí que la distinción hecha entre forma final del Pentateuco es canónica, es decir, normativa para la vida de fe, porque refle­
ja la forma más plena de entender la Iglesia la revelación de Dios» (p.721).
los dos modos de entender el concepto de forma final y la opción 427 Cf. el cap. II punto 2.b.
por el sentido teológico del término concuerdan con nuestra valo­ 428 Cf. ibíd.
424 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA C.3. VALORACIÓN DE LA PROPUESTA DE B. S. CHILDS 425

la perspectiva teológica, en el contexto del intento de construir parte la atención más seria prestada en los estudios bíblicos de
una teología bíblica por parte del autor americano. los últimos años a la forma del texto actualmente presente en la
La posición de la forma final como única forma de autoridad Biblia de la Iglesia. Lo ha señalado con mucha precisión el pro­
de la Sagrada Escritura para la Iglesia contemporánea queda pues fesor de Oxford, J. Barton, con cuyas palabras queremos con­
confirmada. Las objeciones histórico-críticas, nacidas del desa­ cluir este punto de nuestro trabajo:
rrollo de la crítica textual, no afectan el núcleo de la hermenéu­
Según leo la actualidad del ámbito de habla inglesa, especialmen­
tica basada en la forma final. La forma final del texto debe seguir te de la investigación en Norteamérica, no hay tantas personas que
siendo el objeto propio de la interpretación bíblica y el material sean partidarias acreditadas de Childs; no hay mucho de una escuela
fundamental para presentar conclusiones teológicas. de Childs. Pero lo que Childs ha conseguido es, como dice la gente,
Resumiendo todo lo dicho en este punto de nuestro trabajo, mover los postes de la portería [el objetivo del punto de mira], que a
recordemos las conclusiones más significativas. D urante nuestra la larga es más importante. Cada vez más los investigadores sienten
que la forma final del texto es más interesante e importante que las
presentación hemos confirmado que la forma final del texto etapas primitivas en su crecimiento, incluso aunque no tengan una
bíblico no es un simple medio para llegar a los estados más ori­ teoría teológica desarrollada de ello. La forma final está a la orden del
ginales del desarrollo textual. La forma final posee su integridad día [...] La cultura en nuestra disciplina ha virado hacia la dirección
y su mensaje, que hay que respetar. de la forma final, y tanto Childs como J. A. Sanders, con su muy
Además, la forma final es una forma teológicamente privile­ diversa versión de la crítica canónica, pueden reclamar una gran parte
del mérito de este hecho 429.
giada. Es la forma del texto en la cual los libros bíblicos han sido
reconocidos en las comunidades cristianas y recogidos en la
Biblia. 429 B a r t o n , «Looking back...», a.c., 348.
Después hemos llegado a afirmar que la posición católica
concuerda con el postulado más característico de B. S. Childs: el
postulado de la autoridad exclusiva de la forma final del texto
para los cristianos actuales. Solo esta forma textual, y no las tra­
diciones o fuentes precedentes, posee la autoridad de Palabra de
Dios escrita para la Iglesia de hoy. Ni el tema de la inspiración
progresiva en el proceso de formación de la Biblia ni los proble­
mas crítico-textuales han podido poner en peligro la conclusión
formulada.
Para concluir este punto, debemos acoger muy positivamen­
te desde la perspectiva católica el postulado de una fuerte reva­
lorización de la forma final del texto bíblico presentado por
B. S. Childs. El redescubrimiento del valor teológico de la forma
canónica tiene importancia también para el estudio bíblico en la
Iglesia católica, desde hace ya años sometido al mismo influjo de
la escuela histórico-crítica que muchas comunidades protestan­
tes. Precisamente al acercamiento canónico de B. S. Childs,
junto a la crítica canónica de J. A. Sanders, debemos en gran
CONCLUSIÓN

Hemos llegado a la última parte de nuestro trabajo. Es el


mom ento de recordar brevemente el recorrido de la tesis y de
resumir las conclusiones.

1. El camino recorrido

Hemos dividido nuestra presentación en tres partes. Hemos


comenzado con un breve esbozo de la actual discusión metodo­
lógica sobre la interpretación de la Sagrada Escritura (cap. I).
Hemos hablado de los problemas nacidos en la difícil relación
entre la exégesis y la teología (punto 1.°) y en la búsqueda de una
actualización de la Biblia (pto. 2.°). Después hemos prestado
una atención especial a la cuestión de la aplicación del método
histórico-crítico en la interpretación bíblica (pto. 3.°). De
hecho, este método es el más difundido en el campo bíblico.
Pero su aplicación a la exégesis también genera algunos proble­
mas serios. Con un trasfondo histórico y metodológico fuerte­
mente caracterizado por estos problemas se entiende mejor el
origen de la propuesta que es objeto de nuestro trabajo, a saber,
el acercamiento canónico (canonical approach) de B. S. Childs.
Hemos abordado esta propuesta metodológica en el capítu­
lo II de nuestro trabajo. El punto 1.° tenía como objetivo mos­
trar el desarrollo del acercamiento de Childs en la historia de sus
publicaciones. Hemos recorrido unos treinta años, en cuyo arco
Childs ha publicado sus obras más significativas e importantes
para conocer su pensamiento metodológico. Acompañando a
nuestro autor en la historia de sus publicaciones, hemos intenta­
do descubrir y recoger textos, expresiones e ideas del estudioso
americano que pudiesen después ayudarnos a explicar y enten­
der mejor el acercamiento canónico.
CONCLUSIÓN 429
428 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA

En el 2.° punto de este capítulo hemos ordenado el material mer lugar, hemos discutido la cuestión de la forma canónica
descubierto en el capítulo precedente, haciendo una presenta­ como problema teológico (3.a). En segundo lugar, se ha analiza­
ción sistemática. En esta parte hemos hablado de los motivos de do el aspecto textual de este problema (3.b).
la inciativa metodológica de Childs (2.a) y de los conceptos fun­
damentales de su propuesta (2.b). También hemos visto cómo
sitúa nuestro autor la posición de la historia en la interpretación 2. La definición de la propuesta canónica
bíblica y en qué relación la pone con la teología (2.c). Todo esto
nos ha llevado a la posibilidad de definir de un modo general el El recorrido de la tesis nos ha llevado por último a la C on­
acercamiento canónico (2.d), para situarlo finalmente en la pers­ clusión, donde pretendemos resumir el pensamiento metodoló­
pectiva más amplia del contexto histórico y teológico (2.e). gico de B. S. Childs, que ha sido objeto de nuestra presentación.
El punto 3.° del capítulo II se dedicó a la presentación de la Llegamos a la definición del acercamiento canónico al final
recepción de la propuesta canónica en el m undo de los estudios del punto 2.d del capítulo II. Los análisis que precedieron a la
bíblicos. Nos hemos detenido en concreto en las posiciones de definición nos permitieron descubrir los puntos más caracterís­
cinco autores: Ch. J. Scalise, M. G. Brett, P. R. Noble, J. Barr y ticos del acercamiento propuesto.
J. A. Sanders. La primera característica que debe indicarse en la presenta­
Por último, el capítulo III ha tratado la valoración de la pro­ ción del acercamiento canónico es su fuerte índole teológica. Es
puesta metodológica de Childs, descrita y definida ya en el capí­ verdaderamente un acercamiento teológico a la Biblia, que se ha
tulo anterior, desde el punto de vista católico. En el punto 1.° desarrollado precisamente con la intención de construir una teo­
hemos examinado el punto de partida de la iniciativa metodoló­ logía bíblica.
gica de Childs, es decir, su valoración del empleo del método Pero también es un acercamiento que no quiere ignorar el
histórico-crítico en la exégesis bíblica, la identificación por parte enorme desarrollo de las ciencias histórico-críticas en el campo
de Childs de los problemas surgidos en el ámbito del acerca­ bíblico. Al contrario, Childs trata de proponer una solución para
miento histórico-crítico a la Biblia y sus propuestas de mejora. los cristianos de la época poscrítica, es decir, para los cristianos
En el 2.° punto hemos afrontado el postulado central del acer­ que son conscientes de todo lo que el estudio histórico-crítico ha
camiento de Childs: la idea del canon como principio interpreta­ aportado a la interpretación de la Sagrada Escritura. Childs reco­
tivo de la Biblia. Hemos examinado aquí el contexto del posible noce los méritos del método histórico-crítico, pero sus esfuerzos
funcionamiento del canon como principio hermenéutico; un se dirigen a ponerlos en un sano servicio de la dimensión teoló­
contexto caracterizado por tres presupuestos metodológicos: la gica de la Biblia. Desde esta orientación dominante emerge una
unidad de la Sagrada Escritura, su inspiración y su dimensión tensión, presente en el sistema propuesto: la tensión entre la his­
eclesial (2.a). Después hemos sometido a valoración el concepto toria y la teología, entre la fe y la razón. Podemos decir que el
de canon, tal como lo usa nuestro autor (2.b). Al final, hemos acercamiento canónico es un sistema suspendido entre la histo­
examinado el concepto de canon entendido como principio her­ ria y la teología.
menéutico en la interpretación de la Biblia (2.c). Es más original el concepto principal que Childs quiere
El último punto del capítulo III se ha dedicado a la otra idea emplear en su propuesta metodológica para profundizar en la
característica del acercamiento canónico: al concepto de la forma dimensión teológica de la Biblia. Se trata del canon bíblico,
final del texto bíblico y a su valor normativo. En este punto la entendido como el único principio interpretativo. Childs quiere
forma final se ha visto desde dos perspectivas distintas. En pri­ construir un acercamiento a la Biblia a partir de este principio
430 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA CONCLUSIÓN 431

hermenéutico formal (en oposición a los principios temáticos, nocer muchas veces estrechas semejanzas entre la posición de
conocidos ya en la historia de la teología bíblica). Este acerca­ Childs y la perspectiva católica. Las afinidades se podían descu­
miento, debido a su estrecho vínculo con el canon, funciona brir, por ejemplo, en la visión global de la Biblia, en la cuestión
sobre la base del contexto canónico global, acentuando el papel de los presupuestos necesarios para los que la quieran interpretar
de la intención canónica presente en este contexto. como Sagrada Escritura, y en el problema de las tareas principa­
Tanto el concepto canónico como la intención canónica actúan les de la exégesis cristiana.
dentro de la forma final de la Biblia. Es otro concepto muy apre­ Quizá sea útil para mostrar las semejanzas, al final de nuestro
ciado por Childs y ciertamente fundamental en su propuesta trabajo, recordar la relación que hay entre la posición presenta­
metodológica. Según nuestro autor, todo el proceso interpretati­ da por Childs y el documento fundamental para la interpreta­
vo debe partir de esta forma y debe concluirse con la explicación ción católica contemporánea: la Constitución dogmática del
de esta forma del texto. Childs subraya el valor exclusivo de Concilio Vaticano II Dei Verbum. De hecho, hay varios e im por­
autoridad de la forma canónica, oponiéndola a las reconstruc­ tantes puntos en común.
ciones histórico-críticas de las fuentes y de las tradiciones. No Y así, empezando por el punto de partida de la iniciativa
hay duda de que para Childs interpretar la Biblia significa inter­ metodológica de Childs, encontramos allí el siguiente problema:
pretarla en su forma final canónica. el correcto uso del método histórico-crítico en la interpretación
Por último, es im portante indicar el carácter comunitario o teológica de la Biblia. ¿Cómo profundizar fructíferamente en la
eclesial del acercamiento analizado. El acercamiento canónico dimensión teológica de la Sagrada Escritura teniendo presente el
quiere interpretar la Biblia en la Iglesia, dentro de los presu­ desarrollo histórico-crítico del estudio bíblico y los datos proce­
puestos de fe de esta última, y para la Iglesia, es decir, respon­ dentes del mismo? Esta es la pregunta fundamental para Childs,
diendo a sus necesidades y preguntas planteadas al texto bíblico. que le da también la motivación necesaria para proponer su pro­
En síntesis, el acercamiento canónico quiere interpretar la Biblia pia solución. Si dirigimos ahora nuestro interés al documento del
como Sagrada Escritura de la Iglesia. Vaticano II, encontramos en su punto de partida exactamente la
Estas son las características principales del acercamiento misma preocupación: el uso correcto del método histórico-crítico
canónico que hemos descubierto en nuestro análisis del sistema en la interpretación teológica de la Biblia. Según J. Ratzinger, fue
propuesto. Pero el objetivo principal de esta tesis era ver esta pro­ precisamente la necesidad de clarificar la relación entre la pers­
puesta metodológica así definida desde la perspectiva hermenéu­ pectiva teológica y la histórico-crítica una de las razones princi­
tica católica. En el siguiente punto resumimos las observaciones pales para preparar la Constitución 1. No se trataba ya de aceptar
más relevantes. o no el método histórico-crítico como tal. Desde la Divino afilan­
te Spiritu habían pasado unos veinte años. Lo que le importaba al
Concilio era establecer la relación adecuada entre el método, de
3. El acercamiento canónico y la perspectiva católica sobra reconocido como legítimo, y la visión teológica global de la
Biblia y de los estudios bíblicos. Vemos pues cómo las dos posi­
Antes de nada debemos señalar que la tarea de valorar la pro­ ciones, en sus puntos de partida y en sus motivaciones, son sor­
puesta canónica desde el punto de vista de la teología católica prendentemente cercanas. Las une una preocupación común: la
nos ha permitido descubrir y verbalizar la relación existente voluntad de reconciliar la historia con la teología.
entre la teología católica y la enseñanza de la Iglesia católica por
una parte, y la posición de Childs por otra. Hemos podido reco­ 1 Cf. el cap. I punto 3.
432 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA CONCLUSIÓN 4 33

En cualquier caso, las dos posiciones privilegian la dimensión Pensemos por ejemplo en el problema de la actualización. El
teológica de la Biblia. Esto procede naturalmente de la visión Concilio, cuya índole fuertemente pastoral es comúnmente
global de la Biblia, que es muy similar en Childs y en la DV. reconocida, dirigió obviamente la exégesis hacia el problema de
Ambas posiciones coinciden en que la Biblia es Palabra de Dios, la actualización. La Sagrada Escritura debía tomar el puesto cen­
la Sagrada Escritura de la Iglesia, cuya función principal reside tral en la liturgia, en la catequesis y en la predicación. Debía con­
en la transmisión de la revelación divina. Además, las dos reco­ firmarse como el fundamento principal de la teología, tanto la
nocen en la Biblia una Escritura con autoridad, normativa para sistemática como la pastoral. Pero para hacer esto era necesario
los cristianos. En el capítulo IV, La Sagrada Escritura en la vida lograr una actualización fructífera de la Palabra de Dios. En la
de la Iglesia, la DV subraya: fuerte perspectiva pastoral del Concilio, la importancia de la exé­
gesis bíblica se traducía en la importancia de su actualización. La
Junto con la Sagrada Tradición [la Iglesia] siempre las ha tenido y
DV dedicó, de hecho, todo el capítulo VI (¡el último!) a la cues­
tiene como regla suprema de su fe, puesto que, inspiradas por Dios y
consignadas por escrito de una vez para siempre, comunican inmuta­ tión de la Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia. Merece la
blemente la palabra de Dios mismo, y en las palabras de los profetas y pena recordar aquí la hermosa frase del n.° 23, donde el Conci­
los Apóstoles hacen resonar la voz del Espíritu Santo (DV 21: EB lio afirma:
701).
[...] los exegetas católicos y otros cultivadores de la Sagrada Teología,
Debemos recordar aquí que, por parte de Childs, uno de los aunando diligentemente sus fuerzas, se dediquen bajo la vigilancia del
sagrado Magisterio a la tarea de investigar y explicar con medios ade­
motivos de su iniciativa metodológica era precisamente el de
cuados las divinas Letras, de manera que el mayor número posible de
profundizar en la dimensión teológica de la Biblia, de situar de ministros de la Palabra divina pueda proporcionar con fruto al pueblo
nuevo esta dimensión en el lugar central de los estudios bíblicos de Dios el alimento de las Escrituras, que ilumine las mentes, forta­
y de restablecer el aspecto normativo de la Sagrada Escritura. Su lezca las voluntades y encienda los corazones de los hombres al amor
propuesta se desarrolló por tanto en el espíritu de la perspectiva de Dios (EB 703)
de la DV.
O tro elemento característico que une el acercamiento canó­ Después de haber conocido la propuesta metodológica de
nico a la enseñanza de la DV es su clara inclinación eclesial. Para B. S. Childs, podemos ver cuán cercano está nuestro autor de la
el documento conciliar es fundamental ver la Biblia en el con­ visión de la exégesis propuesta por la DV. Recordemos que lo
texto de la Iglesia. La interpretación de la Sagrada Escritura debe que reprochaba al método histórico-crítico era precisamente su
realizarse en la Iglesia, dentro de su Tradición, teniendo en cuen­ fracaso en la tarea de actualizar eficazmente la Palabra divina. Al
ta los presupuestos de su fe. Al mismo tiempo, esta interpreta­ describir los motivos de la iniciativa metodológica de nuestro
ción debe ser hecha por la Iglesia, prestando atención a sus autor (III, 2.a), descubrimos que su objetivo era elaborar una
expectativas y respondiendo, gracias a una fructífera actualiza­ interpretación de la Biblia fructífera para la Iglesia. Su acerca­
ción, a las preguntas que los fieles hacen al texto. Recordamos miento canónico fue elaborado con la intención de hacer más
aquí las mismas expresiones que hemos empleado antes en la fácil la adecuada interpretación de la Biblia en la Iglesia moder­
descripción de los aspectos más característicos del acercamiento na, de hacer posible la preparación de las respuestas a las cues­
canónico. Y no es por casualidad. La semejanza de la perspecti­ tiones dirigidas por parte de los cristianos contem poráneos2. La
va general en la que se quiere continuar en ambos casos con la
exégesis es clara. 2 Cf. el cap. II punto 2.a.
434 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA CONCLUSIÓN 435

idea central que guió a Childs en su investigación fue la de reconocido, junto a Childs, el valor hermenéutico del canon,
reconducir la Biblia de la universidad a la Iglesia de los creyen­ mientras que no hemos compartido su tesis según la cual el
tes, y de hacerla viva e inspiradora para esta Iglesia. Exactamen­ canon por sí mismo se basta como la exclusiva regla de interpre­
te esto quería también el Concilio Vaticano II. tación. Nos hemos visto obligados a proponer un complemento
Hemos recordado al final de nuestro trabajo todas estas afini­ a la regla canónica, basado — siguiendo la orientación del prin­
dades entre la propuesta de Childs y de la DV para poner de cipio canónico— en el contexto más amplio de otros im portan­
relieve las claras semejanzas existentes entre el acercamiento tes elementos hermenéuticos, operantes dentro de la Iglesia3.
canónico y la enseñanza de la Iglesia católica3. Estas semejanzas Pero estas dos críticas no han podido cambiar nuestra positi­
nos han permitido, en las diversas partes de nuestra presenta­ va valoración general del acercamiento canónico. Los puntos de
ción, valorar muy positivamente el acercamiento analizado. afinidad importantes son demasiados entre la postura de Childs
Podemos valorar así la posición de Childs respecto al uso del y la típicamente católica como para no reconocer el valor de la
método histórico-crítico en la exégesis (III, 1), a los presupues­ propuesta canónica desde el punto de vista acogido en nuestro
tos metodológicos dentro de los cuales es posible desarrollar la trabajo.
propuesta canónica (III, 2.a), a la confirmación del valor herme- Si nuestra valoración ha sido positiva en muchos puntos tan
néutico del canon (III, 2.b) y al redescubrimiento del valor teo­ importantes para el acercamiento canónico, la propuesta meto­
lógico de la forma final del texto y de su autoridad (III, 2.c). dológica de Childs podría sin duda ofrecer su utilidad también
En el recorrido de nuestra tesis, sin embargo, no siempre en la perspectiva católica. Esta parte conclusiva de nuestro tra­
hemos podido estar de acuerdo con Childs. En esta conclusión bajo es el lugar para mostrar más claramente esta utilidad del
de nuestro trabajo debemos recordar también las principales crí­ acercamiento canónico: para la exégesis, la teología, la liturgia y
ticas dirigidas a la propuesta canónica. la pastoral católica.
Las críticas principales son dos. La primera se refiere a la
aceptación por parte de Childs del canon hebreo como válido y
obligatorio también para los cristianos. No estamos de acuerdo 4. El valor de la propuesta canónica
con esta elección de Childs, que debe entenderse obviamente en
el trasfondo general de la perspectiva protestante, y también de Comenzamos por el valor de la propuesta canónica para la
la preocupación de nuestro autor por el diálogo teológico con el exégesis católica. El acercamiento canónico nació como reacción
judaism o4. a los problemas surgidos del uso del método histórico-crítico en
La segunda crítica se dirige a la tesis de Childs que ve en el la interpretación bíblica. Su valor para la exégesis consistirá pues
canon bíblico la única regla interpretativa de la Biblia. Hemos en todo lo que ha conseguido hacer para corregir las carencias del
método. Los buenos éxitos de la investigación de Childs segura­
3 No es nada extraño, por tanto, que algunas veces se encuentre el nombre de Childs en mente también son interesantes para la exégesis practicada en la
la literatura teológica junto a los nombres de famosos teólogos católicos. Uno de ellos,
A. Vanhoye [hoy cardenal (n.d.t.)], al hacer su conferencia sobre los problemas de la exé­ Iglesia católica, que ya desde hace años se ha abierto al examen
gesis católica al Pontificio Instituto Bíblico (18-11-1993), hizo referencia explícita a la posi­ crítico de los textos bíblicos (con todas sus ventajas, pero también
ción de B. S. Childs, buscando en él una confirmación de sus tesis (cf. VANHOYE, «Dopo
la “Divino afilante Spiritu”», a.c., 45, 51). U. Neri, en su libro La crisi bíblica, citando las con sus inconvenientes). Basta con recordar las observaciones de
palabras del cardenal Ratzinger, observa que además hay otro autor que tiene exactamente los autores que hemos visto en los capítulos I y III (punto 1.°) de
la misma posición que el prefecto de la Congregación de la Fe. ¡Este autor es precisamen­
te B. S. Childs! (cf. p.37, n. 154).
4 Para la argumenación véase el cap. III punto 2.b. 3 Cf. el cap. III punto 2.c.
436 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA CONCLUSIÓN 437

la disertación, para mostrar la actualidad del problema. Resumi­ Biblia, amenazada por las convicciones histórico-críticas de la
mos ahora los elementos descubiertos en la perspectiva canónica, necesidad de recurrir a las reconstrucciones pretextuales6.
que nos muestran su utilidad para la exégesis bíblica. 6. Revalorizando exegéticamente la forma canónica de la
1. El acercamiento canónico contribuye a redescubrir el aspec­ Biblia, y poniendo un claro acento en el servicio de la exégesis en
to comunitario, eclesial de la Biblia, en cuanto Libro de la Igle­ la Iglesia y para la Iglesia, la propuesta de Childs puede ofrecer
sia. Lo hace de un modo metodológico, partiendo del texto una buena ayuda a la cuestión de la actualización de la Biblia,
mismo y de la historia de su formación, y no de las conclusiones tan acuciante en la Iglesia tras el Concilio Vaticano II. Puede ser
de la teología sistemática. Es de ayuda, pues, para contrastar las verdaderamente útil en la liberación de la Biblia del así llamado
tentaciones histórico-críticas de separar el texto de la comunidad, encerramiento en el pasado, fruto de una preocupación exclusiva
para interpretarlo después sin atender a la fe de esta comunidad. del acercamiento crítico por el sentido original y las primeras
condiciones históricas del texto.
2. Al unir tan estrechamente la Biblia con la comunidad cre­
yente, la propuesta canónica posee un gran valor en la búsqueda 7. También hay que señalar la utilidad del acercamiento
de la revaloración de los presupuestos de la exégesis cristiana. Se canónico en la cuestión de la variedad de sentidos de la Escritu­
trata de la revalorización metodológica de la legitimidad o, lo ra, un problema importante en la exégesis precrítica, pero que
que es más, de la necesidad de unos presupuestos concordes a la ahora no encuentra dentro de la moderna exégesis científica
fe de esta comunidad. muchos argumentos verdaderamente convincentes, favorables a
una multiplicidad de sentidos metodológicamente verificables.
3. El acercamiento canónico ayuda a restablecer la autoridad La elaboración de la cuestión del canon y del contexto canónico
de la Biblia como Palabra de Dios. Muestra así a la exégesis la ayuda sin duda a ensanchar el espacio metodológico en el que se
especificidad del objeto principal de su trabajo. Es útil tanto para pueden buscar soluciones a este problema.
redescubrir la autoridad como la originalidad del material que el
exegeta encuentra dentro de la Biblia. El acercamiento canónico tiene, por tanto, utilidad para la
exégesis en varios puntos. Se puede ver lo importantes que son
4. La propuesta de Childs pone de nuevo en relieve la cues­ estos puntos problemáticos también para la exégesis católica
tión del canon y de la unidad de la Sagrada Escritura, cuestiones comprobando que los siete han encontrado un lugar en el docu­
ignoradas en la perspectiva histórico-crítica. El acercamiento mento de la PCB sobre la interpretación de la Biblia en la Igle­
canónico recuerda que las cuestiones mencionadas son im por­ sia (1993). Lo hemos podido observar en las distintas partes de
tantes no solo para la hermenéutica teológica, con sus reglas, nuestra presentación 7.
sino también para la exégesis, al nivel de su metodología.
^ U. Neri, por ejemplo, ve en el desprecio de la forma final del texto bíblico uno de los
problemas más agudos de la exégesis contemporánea: «El tema de la relación entre el texto
5. El acercamiento canónico restablece el valor primario de bíblico y sus fuentes, y del valor prevalente de la comprensión del texto final respecto a la
individuación y a la interpretación de sus estados precedentes, ya ha sido señalado. Pero es
la forma final (canónica) del texto bíblico. Se opone así al peli­ oportuno retomarlo ahora de un modo más directo: porque pocos problemas parecen influir
gro del desmantelamiento crítico del texto, presentando a la más que este en las decisiones concretas de la exégesis bíblica contemporánea» (La crisi bíblica...,
forma canónica como la que debe ser el verdadero objeto de o.c., 43; la cursiva es nuestra).
7 Cf. por ejemplo los puntos dedicados a La interpretación de la Biblia en la Iglesia (l.b),
interés y explicación exegética. Da, por tanto, a los intérpretes a Los documentos de la Iglesia (2.a. 1) y a la forma final como problema teológico (3.a), en el
cristianos, más confianza en la forma actualmente presente en la cap. III.
438 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA CONCLUSIÓN 439

El acercamiento canónico es un acercamiento típicamente Otro tipo de exégesis, la propuesta por Childs, puede contribuir
teológico a la Biblia. Esta orientación general nos hace entrever ahora a renovar la atención a esta característica de la Sagrada Escri­
su posible fecundidad también para la teología. Recapitulemos tura, que es tan propicia para el uso de la Biblia en la teología.
los puntos más importantes:
3. El redescubrimiento del valor de la forma canónica del
1. El acercamiento canónico favorece el redescubrimiento de texto da más claridad sobre la materia principal del trabajo teoló­
la dimensión teológica, no solo de la Biblia, sino también de la gico y de su punto de referencia fundamental. Es una clarifica­
interpretación bíblica. Se trata de la necesidad de una atención ción importante para la teología que quiere ir más allá de la con­
prioritaria a la naturaleza teológica, tanto de la misma Sagrada fusión (un efecto colateral del necesario examen histórico-crítico
Escritura, como de las tareas y objetivos de la exégesis bíblica o de la Biblia) en la cuestión de la relación entre la forma canónica
de las expectativas de los destinatarios de la Palabra de Dios. Una y los estados precedentes del desarrollo textual. El fuerte acento
renovación poscrítica de esta conciencia teológica es sin duda dado por Childs sobre la forma final de la Biblia puede ser muy
importante para la teología. Una exégesis orientada teológica­ útil para la necesaria recuperación del sentido del vínculo entre la
mente es más favorable a una cooperación con la teología. Los teología y la interpretación de la Biblia. Es un problema funda­
frutos del trabajo de una exégesis orientada de este modo son mental: más ampliamente, se trata del vínculo entre la Biblia y la
más accesibles para la teología sistemática8. doctrina de la Iglesia. La teología católica y la enseñanza de la
Iglesia se han desarrollado a lo largo de los siglos en constante
2. Tampoco es indiferente a la teología el hecho de revalorar el referencia a la forma canónica del texto bíblico. La razón de la
canon y la unidad de la Biblia por parte de la exégesis. La teología desconfianza10 de la teología respecto de la exégesis bíblica en el
quiere ver en la Biblia su fuente principal y un punto de referen­ tiempo moderno hay que buscarla precisamente en el desprecio
cia definitivo9, pero lo hace siempre con el presupuesto de su uni­ de la forma final por parte de la exégesis. El redescubrimiento
dad teológica, al menos aquella más profunda, referente a la pro­ metodológico del valor esencial de la forma canónica para la exé­
cedencia divina. La mentalidad histórico-crítica en la exégesis gesis puede dar un fundamento más estable al diálogo entre la
moderna ha puesto en cuestión la unidad de la Sagrada Escritura. teología y la exégesis, restableciendo una relación más estrecha y
eficaz11.
8 Este valor del acercamiento canónico está en armonía con la necesidad señalada por
A. Van hoye, quien observa que la famosa expresión de DV 24, según la cual el estudio de 4. El desarrollo del acercamiento canónico contribuye a re­
la Biblia debe ser «como el alma de la sagrada teología», «no se entiende unilateralmente, descubrir la autoridad y especificidad de la Biblia como Palabra
es decir, como una obligación impuesta solo a los teólogos de estar al corriente de las inves­
tigaciones exegéticas, sino que incluye también consecuencias para los propios exegetas
católicos: deben practicar la exégesis de modo tal que pueda efectivamente ser como el alma 10 De esta desconfianza hablaba por ejemplo J. Ratzinger que, evocando los casos de
de la teología: deben tener un concepto tal de la exégesis que sea adecuado a esta alta misión P. Tillich y K. Rahner, observaba: «Los más prudentes entre los teólogos sistemáticos bus­
y emplear los modos de estudio adecuados» («Esegesi biblica e Teologia. La questione dei can producir una teología lo más independiente posible de la exegesis. Pero, ¿qué valor
metodi»: Seminariuml [1991] 268). puede tener una teología que se separe de sus propios fundamentos?» (RATZINGER, «L’in-
9 Esto lo subrayaba el cardenal Pio Laghi, en su conferencia dada en el Pontificio Insti­ terpretazione biblica in conflitto», a.c., 95).
tuto Bíblico el 18-11-1993. Uno de los puntos más relevantes de su presentación fue el ' '1 Sería pues más fácil que sobrepasar la situación denunciada por D. S. Yeago: «Una de
siguiente: «La Sagrada Escritura, siendo el alma de la Teología, debe ser un punto constan­ las consecuencias de los dos siglos en que la Iglesia Occidental ha estado hurgando en las
te de referencia para la reflexión teológica»: P. L a g h i , «I riflessi del progresso biblico, par­ implicaciones del método histórico-crítico ha sido la pérdida de cualquier sentido de la
ticolarmente della Costituzione Dogmatica Dei Verbum, per la teologia», en P. L a g h i - M . conexión existente entre las doctrinas clásicas de la Iglesia y el texto de la Escritura» («The
GlLBERT - A. V a n h o y e (eds.), Chiesa e Sacra Scrittura. Un secolo di magistero ecclesiastico e New Testament...», a.c., 87). Cf. también el relieve dado al mismo problema por parte de
studi biblici (SubBi 17; Roma 1994) 54. J. Ratzinger, en el cap. I punto 1.
440 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA
CONCLUSIÓN 441

de Dios. Son elementos muy importantes para la teología con­ 1. En primer lugar, debemos señalar de nuevo la fuerte incli­
temporánea. Por una parte, estos dos aspectos de la Sagrada Escri­ nación eclesial de la propuesta de Childs. Se trata de la concen­
tura son absolutamente necesarios para alcanzar una teología tración prioritaria de una exégesis propuesta sobre las expectati­
católica posconciliar, que quiera reconocer en la Biblia «el alma vas y preguntas de los creyentes contemporáneos. Es el tema
de la Sagrada Teología» (DV 24); por otra parte, la situación pos­ emergente de la actualización de la Palabra de Dios, tan impor­
crítica no es demasiado favorable ni al concepto de autoridad ni tante para la liturgia, la homilética y la catequesis. El acento y el
al de la especificidad de la Biblia. El desarrollo de una mentalidad interés metodológico respecto a todo lo que sea más útil para la
histórico-crítica en el acercamiento a la Sagrada Escritura favore­ Iglesia de hoy han acompañado el desarrollo del acercamiento
cía más bien el desprecio hacia estos dos aspectos de la Biblia. El canónico desde sus inicios. Es esta clara inclinación eclesial, que­
acercamiento canónico puede servir como una corrección nece­ rida y deliberadamente incorporada en su propuesta, la que da al
saria, tan buscada por la teología contemporánea. acercamiento de Childs un valor notable para la liturgia y la pas­
toral. Este valor se debe subrayar sin duda también en el contex­
5. El acercamiento canónico posee un gran valor para la teo­ to católico, donde la cuestión de la actualización de la Biblia en
logía, al ser un acercamiento que subraya la importancia de la la vida de la Iglesia — tras el Concilio Vaticano II— se ha vuelto
comunidad de fe en la interpretación bíblica. Se trata pues del todavía más esencial, aunque también más problem ática12.
aspecto eclesial de la Biblia y de su interpretación. Es interesan­
te que este acento provenga de un teólogo y exegeta protestante. 2. El mérito central del acercamiento canónico es im portan­
Childs subraya que la Biblia debe ser entendida en el contexto te y muy positivo para la liturgia y la pastoral: la revalorización
de la comunidad, atendiendo a su fe y a sus expectativas. Es un del canon y de la unidad de la Sagrada Escritura. Precisamente
im portante mensaje metodológico que llega a los teólogos por sobre esta unidad se funda el uso litúrgico y pastoral de la Biblia
parte de un exegeta. Ayuda no solo a la interpretación adecuada en la Iglesia13. Su confirmación por parte de la exégesis tiene un
de la Sagrada Escritura, sino también a la orientación justa de gran valor para este tipo de uso de la Biblia. Este valor se hace
esta interpretación en el contexto de la tradición y de la vida de todavía más claro en el contexto del desarrollo dominante del
la Iglesia. método histórico-crítico, poco atento a la cuestión de la unidad
de la Sagrada Escritura.
La índole teológica de la propuesta de Childs, por tanto, es
conforme a su utilidad para la teología, incluso católica. Los pun­ 3. Digna de señalarse es también la insistencia del acerca­
tos arriba mencionados muestran los elementos notorios que dan miento canónico en la forma final del texto. De nuevo, el uso
valor al acercamiento canónico para la teología contemporánea. litúrgico y pastoral de la Biblia está unido a esta forma textual.
La interpretación y la actualización están basadas en la forma
Concluyendo nuestro trabajo, merece la pena recapitular al canónica. El mensaje — la Palabra de Dios— normalmente llega
final los aspectos del acercamiento canónico que muestran su a los destinatarios actuales bajo esta forma del textol4. Teniendo
utilidad para la pastoral y la liturgia. De hecho, estos campos esto en consideración, se entiende la medida del problema pro­
prácticos de la vida de la Iglesia son los que han influido con fuer­ vocado involuntariamente por el acercamiento crítico al texto,
za en las motivaciones de la propuesta canónica desde sus inicios,
y los que han dirigido la investigación metodológica de nuestro 12 Hemos hablado de esto en el capítulo I punto 2.
autor. Recordemos pues los puntos más significativos: 13 Cf. BlANCHl, «La lettura spirituale...», a.c., 251.
14 Cf. ibíd., 253.
442 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA CONCLUSIÓN 443

apasionado por su prehistoria y por las posibles reconstrucciones Pero ¿en qué consiste el valor de la propuesta de Childs para
de los diferentes estados del desarrollo textual. Una perspectiva el ecumenismo? Resumámoslo en los puntos siguientes:
exegética tan diferente, propuesta ahora por Childs, posee en
esta situación un valor nada despreciable. 1. Ya el hecho mismo de una cercanía tan clara entre la posi­
ción del autor protestante y la católica en importantes puntos
Resumiendo, podemos confirmar el valor del acercamiento teológicos y metodológicos de la interpretación bíblica tiene un
canónico para la liturgia y la pastoral. El desarrollo del acerca­ evidente valor para el ecumenismo. Este hecho resulta todavía
miento canónico ayuda a la exégesis, desde luego, a estar más más significativo si recordamos que los puntos de afinidad exis­
abierta a las expectativas de los cristianos contemporáneos y a ser tentes pertenecen a los temas que tradicionalmente dividieron el
mas fructífera para la Iglesia de hoy. Podemos concluir que la m undo católico del protestante, como la Biblia en la Iglesia, el
propuesta canónica favorece la reconducción de la Biblia desde papel interpretativo de la comunidad cristiana y de su fe, el valor
la universidad y desde el estudio privado de los científicos hacia hermenéutico de la tradición, o incluso la regla de fe y la interpre­
el aula de catequesis y hacia la Iglesia. tación de la Biblia.
La propuesta metodológica de B. S. Childs tiene por tanto un
valor notable, tanto para la exégesis y la teología católica como 2. La aparición del acercamiento canónico en el contexto
para la liturgia y la pastoral. Este valor concuerda con la valora­ protestante es verdaderamente interesante para la reflexión ecu­
ción positiva del acercamiento canónico desde el punto de vista ménica sobre la cuestión de la tradición de la Iglesia. Es verdad
católico, del cual ya hemos hablado. Pero todavía hay otra con­ que Childs quiere mantener la típica posición protestante de la
secuencia de esta valoración positiva del acercamiento canónico suficiencia de la Biblia como único mediador de la revelación y
que queremos subrayar al final de nuestra tesis. Si el acerca­ de la voluntad divina, pero por otra parte se siente obligado a
miento presentado procede de un exegeta protestante y tiene reconocer el papel esencial de la tradición, tanto en la formación
valor además para los distintos sectores de la teología católica, al de la Biblia como en su preservación e interpretación. El fuerte
ser tan cercano en numerosos puntos a la visión católica de la acento por parte de Childs en el fenómeno del canon está lógi­
Biblia y de su interpretación, todo ello nos lleva a constatar tam­ camente unido a este reconocimiento del papel de la tradición.
bién el relieve ecuménico de la propuesta de Childs. El canon es, de hecho, un fenómeno que vincula y une las dos
cuestiones: la Escritura y la Tradición. Podemos atrevernos a
señalar, pues, que el postulado fundamental de Childs — del
5. El acercamiento canónico y el diálogo ecuménico canon como único principio interpretativo— es la consecuencia
lógica de descubrir el valor de la tradición por parte de un teó­
Podemos percibir que Childs está casi inevitablemente orien­ logo protestante. Se trata de una posible forma de compromiso,
tado hacia el diálogo ecuménico a causa de la existencia de diver­ quizá la única, entre la voluntad de permanecer dentro de la
sos cánones cristianos. Nuestro autor, que quiere fundamentar
toda la interpretación de la Biblia en el fenómeno del canon, polos dialécticos, históricamente representados por la posición protestante y católica, tra­
debe considerar este hecho. Y Childs, naturalmente, lo hace15. zan el escenario entre Palabra y Tradición, que se refleja en la controversia referente a la
extensión del canon cristiano [...] Uno de los objetivos de este intento de teología bíblica
es aplicar estas directrices hermenéuticas al trabajar teológicamente con las formas corta y
15 Merece la pena recordar otra vez las palabras de Childs, citadas anteriormente: «Parte larga del canon, en la búsqueda de la verdad y catolicidad del testimonio bíblico a la igle­
de la tarea de una teología bíblica es implicarse en la búsqueda de la Biblia cristiana [...] Los sia y al mundo» (BTONT 67).
444 IA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA 445
CONCLUSIÓN

perspectiva eclesiológica protestante (la Biblia como único y ménica sobre el problema del Magisterio. Basta con recordar lo
suficiente mediador) y la obligación de ser científicamente que es el canon bíblico, tan enfatizado por Childs. Nuestro autor
honesto y consecuente en su estudio histórico y teológico. Esto encontró un principio interpretativo en el producto (el canon
requiere, naturalmente, de un estudio más profundo de la cues­ bíblico) de la acción divina actuante en la comunidad de fe a tra­
tión. Pero aquí podemos reconocer el gran valor de la propuesta vés de la tradición y la regla de fe. Ambos elementos están estre­
metodológica de Childs para la reflexión ecuménica sobre el pro­ chamente vinculados tanto con el canon como con el Magiste­
blema de la relación entre la Escritura y la Tradición. rio. Además, en la práctica Childs ha encontrado en el canon un
principio de autoridad. Y esto lo sitúa todavía más cercano a la
3. En la propuesta canónica también podemos notar su valor cuestión del Magisterio.
para una eventual reflexión sobre el Magisterio de la Iglesia. Childs Seguramente todo esto provoca por el mom ento más pre­
obviamente no acepta el Magisterio como tal. Pero ¿en su pers­ guntas que respuestas satisfactorias, pero el valor de la propues­
pectiva metodológica no hay algo que podríamos llamar búsqueda ta canónica para una eventual reflexión ecuménica respecto a la
de una autoridad en la interpretación? ¡Seguramente sí! Childs existencia y a la función del Magisterio en la Iglesia nos parece
quedó profundamente decepcionado por el método histórico-crí- notable.
tico precisamente por la confusión que creó en la interpretación
bíblica y por su incapacidad de actualizar adecuadamente el men­ Habiendo visto los puntos presentados arriba, podemos con­
saje de la Palabra divina para la Iglesia contemporánea. La pro­ cluir que la aparición del acercamiento canónico dentro de la
puesta canónica nació como reacción a estas carencias. Desde el confesión protestante tiene un valor positivo para el ecumenis-
inicio el objetivo de Childs fue descubrir el modo de interpretar la mo contemporáneo. La posición metodológica de Childs acorta
Biblia correctamente, como Sagrada Escritura de la Iglesia; un la distancia entre la perspectiva católica y la protestante en pun­
modo metodológicamente adecuado, pero también teológica­ tos tan esenciales como, por ejemplo, la cuestión de la tradición
mente bastante cierto, para poder concluir con una actualización de la Iglesia, de la regla de fe, o de la búsqueda de autoridad en
fructífera para los cristianos. Además, esta actualización debía ser la interpretación bíblica.
bastante cierta, para respetar el papel de la Biblia como Libro de
autoridad para la Iglesia. Es obvio que la dinámica de todos estos
elementos e intereses nos lleva hacia el problema de la autoridad 6. El acercamiento canónico: una contribución para
interpretativa, que en la Iglesia católica se traduce en el fenóme­ construir la teología poscrítica
no del Magisterio.
Childs, al desarrollar su investigación metodológica dentro de Todo lo que hemos dicho respecto a la utilidad del acerca­
una perspectiva protestante, se concentró en el fenómeno del miento canónico para los diversos sectores de la vida y de la teo­
canon bíblico. Esperaba encontrar allí una especie de principio logía de la Iglesia refuerza todavía más nuestro aprecio por la
interpretativo que pudiese ser bastante cierto, que sirviese como propuesta de Childs como tal. Debemos reconocer al autor ame­
la única y suficiente regla hermenéutica. De su insuficiencia ricano haber dado un paso im portante en el intento por superar
hemos hablado en el capítulo III (punto 2.c). Ahora hay que los problemas fundamentales de la exégesis y teología modernas.
indicar, no obstante, que la elección del canon como principio Y debemos hacerlo también desde el punto de vista católico. La
de autoridad de la interpretación refuerza más la impresión de Divino afilante Spiritu y la DV dejaron sin resolver el problema
que el acercamiento canónico puede ser útil en la reflexión ecu­ de la relación entre la historia y la teología en la interpretación
446 [A BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA CONCLUSIÓN 447

bíblica 16. Y precisamente Childs trata de este im portante pro­ «al otro lado de Baur y Wellhausen» 18. Pero, al mismo tiempo,
blema de la teología católica actual. Su propuesta aborda los pro­ la lectura propuesta por Childs está inmersa en la hermenéutica
blemas esenciales y comunes a la exégesis y teología modernas: la de la larga tradición cristiana, la que, como escribe Neri, es con­
relación entre la fe y la razón, entre la interpretación teológica y forme «a las indicaciones esenciales de la hermenéutica patrísti­
la interpretación crítica de la Biblia, entre la tradición continua ca», y la que ha sido «mantenida en vigor por más de dieciséis
de fe de la Iglesia y la hermenéutica moderna de su contenido. siglos». El autor americano quiere desarrollar el estudio metodo­
En el acercamiento canónico, visto desde esta perspectiva, pode­ lógico de la dimensión teológica de la Biblia, con su unidad
mos reconocer un intento por construir un puente metodológico, interna, inspiración y pertenencia a una comunidad de fe. Es de
un puente entre la exégesis pre- y poscrítica, que debería asegu­ veras un intento de construir un puente metodológico entre dos
rar la continuidad de la tradición de la fe cristiana, respetando mundos diversos, un vínculo entre dos mundos diversos, una
(algunos quizá añadirán: «por desgracia») la evolución crítica del conexión entre dos perspectivas, que para muchos parecen estar
acercamiento a la Sagrada Escritura. La convicción de la necesi­ en las antípodas.
dad de elaborar un vínculo así definido se trasluce en las palabras El cardenal J. Ratzinger definió hace tiempo lo que ahora
de U. Neri, que hace unos años escribía: parece ser lo más importante para la exégesis moderna. El pre­
fecto de la Congregación de la Fe indicaba:
[...] las aportaciones de la investigación contemporánea
No necesitamos en este momento nuevas hipótesis sobre el S itz im
podrán ser verdaderamente útiles solo si permanecen fieles
Leben, sobre posibles fuentes o sobre los procesos inherentes a las tra­
a las indicaciones esenciales de la hermenéutica patrística. diciones. Necesitamos una mirada crítica al paisaje de la exégesis
Con otras palabras, seguirá siendo la gran Tradición la que actual, para regresar de nuevo al texto y poder separar las hipótesis que
defina las orientaciones fundamentales de la lectura bíbli­ nos hacen progresar de aquellas inútiles. Solamente con estos presu­
ca que, hecha hoy por hombres de nuestro tiempo, quiera puestos puede desarrollarse una nueva y fructífera colaboración entre
exégesis y teología sistemática; solamente así puede ser la exégesis real­
continuar siendo auténticamente cristiana: por el motivo
mente un servicio para la comprensión de la Biblia C
significativo, entre otros, de que solo la hermenéutica tra­
dicional, mantenida en vigor por más de dieciséis siglos,
Después de haber analizado en nuestra tesis la propuesta canó­
corresponde al juicio que la Biblia da repetidamente sobre
nica, podemos ver que la posición de B. S. Childs se encuentra
sí misma, y a las sugerencias que ella misma otorga para su
muy bien en el campo de interés científico delimitado por Rat­
propia interpretación 17.
zinger. Es precisamente de una «mirada crítica al paisaje de la exé­
gesis actual», dominado por el acercamiento histórico-crítico a la
¡Qué cercanas resultan las palabras de Neri a la postura de
Biblia, de donde nació la iniciativa metodológica de Childs. Esta
Childs! Lo que quiere conseguir el autor americano es precisa­
iniciativa, recordemos, desde sus inicios pretendió un retorno
mente una lectura bíblica «hecha hoy por hombres de nuestro
metodológico «al texto» actualmente presente en la Biblia, y
tiempo», es decir, como escribe Childs, por hombres que viven
«separar las hipótesis» diversas, procedentes de la exégesis moder­
na, eligiendo las que mejor podían ayudar a entender la forma
16 Cf. R a t z i n g e r , «L’interpretazione bíblica in conflicto», a.c., 99; J. G n i l k a , «Die
biblische Exegese im Lichte des Dekretes über die göttliche Offenbarung»: Münchener the-
ologische Zeitschrifi 36 (1985) 1-9. 18 C H IL D S, «Childs Versus Barr...», a.c., 69.
7 N f.r i , La crisi bíblica..., o.e., 39s. 19 RATZINGER, «L’in te r p r e ta z io n e b íb lic a in c o n flitto » , a .c ., 124.
448 LA BIBLIA: ENTRE HISTORIA Y TEOLOGÍA

canónica de la Sagrada Escritura. Las conclusiones de nuestra


disertación nos permiten esperar que el desarrollo del acerca­
miento canónico favorezca la profundización de la dimensión
teológica de la Biblia y pueda servir bien a una «fructífera cola­
boración entre exégesis y teología sistemática».
No podemos terminar nuestro trabajo sino con palabras de
aprecio hacia el estudio bíblico hecho por Childs. Sin duda, el
autor americano merece gratitud por su inmenso trabajo, reali­
zado en el marco de estos últimos treinta años. En su propuesta
metodológica debemos reconocer un paso im portante hacia la
construcción de la exégesis y de la teología poscrítica. Como la
mejor honra al trabajo de Childs por parte de la perspectiva
católica, sirvan unas palabras de A. Vanhoye que, como secreta­
rio de la PCB no dudó en reconocer el gran valor de la propues­
ta metodológica del estudioso protestante. Con estas palabras
SE T E R MI N Ó DE IMPRIMIR ESTE VOL UMEN
queremos concluir también nuestro trabajo: DE «LA BIBLIA: E N T R E H I S T O R I A Y
T E O L O G Í A » , D E LA B I B L I O T E C A
D E AUTORES CRISTI ANOS, EL DÍA
Todavía más útil para la relación entre exégesis y teología es el 18 D E MAYO DE 2012, F E S T I ­
acercamiento llamado canónico, surgido hace una veintena de años en V I D A D D E S A N J U A N I,
los Estados Unidos, y que invita a interpretar cada texto bíblico a la PAPA Y M Á R T I R , E N
LOS TA LLE RES DE
luz del canon de las Escrituras, es decir, de la Biblia recibida como CLM ARTES
norma de fe en la comunidad de los creyentes. Efectivamente, cuan­ GRÁFICAS.
do un texto forma parte de un Corpus, su interpretación debe tener en MADRID
cuenta este hecho. Por eso, la exégesis de cualquier texto bíblico no es LAUS DEO VIRGINIQUE M ATRI
completa ni exacta hasta que no haya considerado las relaciones del
texto estudiado con la Biblia completa. Lo ha dicho la D ei Verbum:
«para descubrir rectamente el sentido de los textos sagrados hay que
prestar una atención no menos diligente al contenido y unidad de
toda la Escritura». No deja de tener su humor el hecho de que no
hayan sido los exegetas católicos los que se hayan iniciado en esta
dirección conciliar con un manifiesto, sino algunos protestantes 20.

20 VANHOYE, «Dopo la “Divino afilante Spiritu”», a.c., 51. La cita mencionada pertene­
ce a DV 12 (EB 690).

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