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CONCIENTIZACIÓN AMBIENTAL
La Educación Ambiental se entiende como un proceso de aprendizaje que tiene como
propósito facilitar la comprensión de las realidades del ambiente, del proceso socio
histórico que ha conducido a su actual deterioro; y su finalidad es la de generar una
adecuada conciencia de dependencia y pertenencia del individuo con su entorno, que
se sienta responsable de su uso y mantenimiento, y que sea capaz de tomar
decisiones en este plano. La educación ambiental está dirigida a promover la
adopción de un modo de vida compatible con la sostenibilidad, y para lograr esta
aspiración, es imprescindible elevar el nivel de conocimiento e información, de
sensibilización y concientización de los ciudadanos, científicos, investigadores,
gobiernos, la sociedad civil, instituciones y organizaciones. El desarrollo de actitudes,
opiniones y creencias ¿debe apoyar la adopción sostenida de conductas que guíen a
los individuos y a sus grupos, para que cultiven, fabriquen, compren sus bienes,
desarrollen tecnología, etc. de forma que minimicen la degradación del paisaje y/o
características geológicas de una región, la contaminación del aire, agua o suelo, y
las amenazas a la biodiversidad.
Proceso Evolutivo De La Educación Ambiental Formal En El Perú
Nuestro país es uno de los pioneros en educación ambiental formal en América
Latina, algunos hitos importantes así lo demuestran: En 1972, el Programa Nacional
de Mejoramiento de la Enseñanza de la Ciencia, desarrolló acciones de capacitación,
elaboración de materiales y difusión de la educación ambiental. En 1976, se llevó a
cabo el Taller Sub Regional de América Latina en Educación Ambiental para
Educación Secundaria, como una acción preparatoria a la Conferencia de Tbilisi.
Entre los años 1981 y 1983, se desarrollaron diversas experiencias piloto en
educación ambiental que sirvieron de sustento para la creación del Comité Técnico
Permanente de Educación Ambiental. Este comité desarrolló importantes acciones
como el Seminario Nacional Intersectorial sobre educación ambiental, donde se inició
la elaboración de los lineamientos para una política de educación ambiental. Entre los
años 1984 y 1987, a través de una alianza entre el Ministerio de Educación y el
Ministerio de Agricultura, se ejecutó el Programa de Educación Forestal, dirigido
principalmente a escuelas andinas, y entre los años 1988 y 1995, se desarrolló el
Programa de Educación Ecológica para Escuelas Rurales, que permitió desarrollar
una propuesta curricular ambiental apoyada en sistemas agroecológicos productivos
que articulan escuela con comunidad.
La educación ambiental es fundamental para conducir al país a un nivel distinto de
encuentro con el medio ambiente. Es un desafío de gran envergadura que significa
transformar el comportamiento y prácticas que, a todo nivel, favorecen la
degradación, la contaminación y el abuso de los recursos naturales en el país.
Revertir la severa degradación ambiental y reducir la vulnerabilidad ante el cambio
climático nos exige desarrollar capacidades individuales y colectivas para enfrentar la
problemática.
En tal caso, el propósito de la educación ambiental es fomentar las habilidades,
destrezas, valores y conocimientos que favorezcan una cultura de respeto al medio
ambiente; de esta manera, se constituye en un tema clave para impulsar y sostener
los ejes propuestos en la Estrategia Nacional del Medio Ambiente.
El MARN (Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales) a través de la
sensibilización promueve acciones de educación no formal, participación ciudadana y
diálogo con diversos actores. Estas acciones se orientan a los siguientes aspectos:
Sabemos que nuestro planeta no es eterno, que hay muchas zonas contaminadas,
que sufren desforestación y los efectos del clima. El concepto de huella ambiental hoy
es algo que preocupa. La huella ambiental es el impacto que recibe la naturaleza al
usar de ella recursos y verter residuos, en el aire, la tierra o el agua. Las actividades
como el cultivo de la tierra, la ganadería la fabricación de energía o productos todas
ellas generan una huella ambiental.
En el Informe Planeta Vivo de WWF, se expuso que cada vez desgastamos más el
planeta sin darle tiempo a recuperarse. Lo que nosotros gastamos en un año de
recursos naturales o impactos a la naturaleza al medio ambiente le cuesta al menos
un año y seis meses recuperarse. ¿Cómo sabemos cuántos recursos estamos
utilizando y cuantos tenemos para utilizar? A través de mediciones constantes los
científicos saben que desde la década de 1970 la huella ambiental se ha
incrementado.
Las consecuencias de la huella ambiental o esta presión excesiva sobre los recursos
de la naturaleza se traducen en disminución de recursos y amento de basuras y
residuos. La quema de combustibles fósiles ha sido mucha a lo largo de estos 40
años, al igual que la emisión de gases efecto invernadero a la atmosfera.
Cada uno desde su casa puede hacer gestos diarios para cuidar el medio ambiente.
Por ejemplo usando la regla de las tres R. Reducir, reciclar y reutilizar.
Reutilizaras: Antes de comprar cosas, piensa si en no tienes en casa algo que pueda
cubrir la función de lo que puedas comprar. Hablo de ropa, zapatos, muebles y todo
tipo de objetos que a veces tenemos en casa y no les sacamos ‘provecho’. Por
ejemplo muebles que podemos reutilizar y usar para decorar en lugar de comprar
otros. Prendas de ropa de un hermano que pueden pasar a otro. Se trata de
desarrollar una cultura de tratar de aprovechar lo que tenemos, desde la comida que
nos ha sobrado del día anterior, hasta objetos que tenemos en nuestras casas.
Reutilizar es ecológico, en lugar de tirar algo le damos un nuevo uso y además nos
ayuda a ahorrar dinero.
Recuerda dividir los residuos en plástico, papel o cartón, Puedes tener un cubo
especial con varios compartimentos, que ahora encuentras en cualquier tienda tipo
bazar. De esta manera si tú reciclas tus hijos aprenderán desde pequeños.
CULTURA AMBIENTAL