Está en la página 1de 11

CENTRO UNIVERSITARIO DE CHIMALTENANGO

PROFESORADO DE ENSEÑANZA MEDIA EN PEDAGOGÍA


Y TÉCNICO EN ADMINISTRACIÓN EDUCATIVA

CURSO: DERECHO ADMINISTRATIVO


CÓDIGO: E 502
SEXTO SEMESTRE “B”
CATEDRÁTICA: LICDA. SARA EVANGELINA QUEX GARCÍA

ACTO ADMINISTRATIVO.

ALUMNO: VICTOR ALEJANDROS ARAVIA GOMEZ.


REGISTRO: 201843002
DPI: 3452 78097 0401
INTRODUCCION.

Siendo la función administrativa en esencia el que hacer de la administración pública


que implican los pasos que la buena administración debe desarrollar para el
cumplimiento de su finalidad, en cualquiera de sus ejercicios, actos administrativos,
contratos administrativos, procedimientos administrativos, etc., como contraparte existe
el legítimo derecho de defenderse de los actos y resoluciones de la administración
pública que debe de prevalecer como principio general del procedimiento
administrativo, aplicando para tal efecto el principio de juricidad, podemos entender que
cabe mencionar a la defensa como principio del derecho administrativo, especialmente
del procedimiento administrativo. La presente investigación trata de lo relativo a
determinar la obligatoriedad que los órganos de la administración pública, deben aplicar
los principios generales del derecho en las resoluciones o actos administrativos, ya que
estos principios son parte del ordenamiento jurídico y como base del derecho vigente y
positivo.
CARACTERÍSTICAS DEL ACTO ADMINISTRATIVO.

Es necesario que para poder precisar, con alguna exactitud sobre el acto administrativo es
necesario detenernos para analizar las principales características del concepto; se considera
como caracteres del acto administrativo al conjunto de rasgos específicos que ocurren para
distinguirlo del acto jurídico reglada.

Características más importantes del acto administrativo son las siguientes:

 Presunción de legitimidad, legalidad y de juricidad: El acto consiste en la


suposición de que el acto fue emitido conforme al principio de juridicidad (acto apegado
a derecho), es decir, que su emisión responde a todas las prescripciones legales y a la
de los principios del Derecho Administrativo. Esa presunción de legitimidad sólo puede
hacer referencia al acto administrativo perfecto, o sea que tenga validez y eficacia.
 Ejecutoriedad –posibilidad de ejecución-: La ejecutividad del acto administrativo,
consiste en que produce todos sus efectos jurídicos e inmediatos y, por lo tanto, debe
ser cumplido aun en contra de la voluntad de los administrados a que va dirigido; es
decir, es la cualidad de producir sus efectos sin necesidad de una declaración posterior.
Ejecución directa: Cuando los propios órganos centralizados o las entidades
autónomas o descentralizadas del Estado, se encargan de ejecutarlo, pues el particular
voluntariamente lo acepta en su totalidad y empieza a cumplirlo.
Ejecución indirecta: Que se produce cuando debe pedirse la intervención de un
órgano jurisdiccional especial o privativo o común, para que coactivamente proceda a
la ejecución del acto.
La ejecución subsidiaria: Se trata de una ejecución efectuada directamente por el
propio órgano de la administración o encomendada por aquél a un tercero, con cargo al
obligado a cumplir el acto. Esta tiene lugar tratándose de obligaciones que no son
personalísimas y que impliquen una actividad material y fungible y, por lo tanto, puede
realizarla una persona distinta del obligado, pero siempre a nombre y por cuenta de
éste.
 Revocabilidad: La revocabilidad del acto administrativo, significa la posibilidad que un
determinado acto pueda ser dejado sin efecto, por la administración pública o por
impugnación, razón por la que se puede analizar desde dos puntos de vista, de manera
oficiosa o a petición del interesado a través de los recursos administrativos.
 Irretroactividad: La irretroactividad implica que el acto administrativo, en primer lugar,
puede ser dictado posterior al otorgamiento legal de una competencia administrativa del
órgano; en segundo lugar, debe surtir efectos a partir de la notificación o publicación, a
la persona a quien se dirige y nunca antes. De lo contrario, en cualquiera de los casos
se produce la violación constitucional.
 Unilateralidad: La nota de unilateralidad implica que los actos administrativos son
válidos por la mera voluntad de la administración pública. Con esto es posible excluir
del mismo la actuación bilateral, la que supone la integración de la voluntad de más de
un sujeto. Las decisiones administrativas corresponden con exclusividad al Estado a
través de sus órganos administrativos.

ELEMENTOS DEL ACTO ADMINISTRATIVO.

Los elementos del acto administrativo son el sujeto, la competencia, la voluntad, el objeto, el
motivo, el mérito y la forma. El acto administrativo se entiende como la autoridad que ejerce un
poder público o el estado haciendo uso de sus potestades administrativas. Para que se pueda
concretar un acto administrativo, el estado debe consolidar una serie de pasos y factores. Los
elementos necesarios son siete:

 El sujeto: Es el individuo que como figura del estado anuncia la declaración de


voluntad gracias a las competencias que le han sido otorgadas.
 La competencia: Se entiende como la cantidad de poder o atribuciones que son
conferidas a un ente y con las cuales cada órgano puede emitir decisiones. La
competencia se mide por las cantidades de poder atribuidas y no por las cualidades.
 Voluntad: Se entiende como la intención objetiva o subjetiva por parte del funcionario a
cargo de decretar las acciones administrativas. Estas pueden provenir de la simple
intención particular o de conocimiento de las circunstancias específicas de cada caso.
 El objeto: Para que pueda ejecutarse el objeto debe ser palpable y también posible
desde el ámbito jurídico. El objeto debe analizar todas las propuestas que son
presentadas sin que sus conclusiones afecten los derechos ya adquiridos.
 El motivo: El motivo es el cuestionamiento sobre la discrecionalidad por parte del
funcionario público encargado. El motivo representa la justificación y el por qué y para
qué de la acción.
 El mérito: El mérito se encarga de ordenar y proporcionar todos los medios para
conseguir con éxito todos los fines públicos que el acto administrativo se proponga
como objetivo. El mérito es uno de los elementos fundamentales del acto
administrativo.
 La forma: Representa la culminación del acto administrativo donde se registra la
declaración final ya formulada y constituida, es decir la elaboración externa del acto.

VICIOS.

Los vicios del Acto Administrativo, son aquellos defectos o irregularidades, con que el
acto se materializa en el mundo jurídico y que, afectan su existencia, sea en su validez
o en su eficacia, por lo que impiden su subsistencia y ejecución.

La presunción de validez de los Actos Administrativos permite que estos produzcan sus
efectos mientras no se demuestre que se encuentran afectados por algún vicio, al
carecer de algún elemento o requisito.

Esta presunción juris tantum obliga a los afectados a promover los medios de defensa
que la ley establece para combatir los Actos Administrativos demostrar que el acto es
ilegal y por ende anulable o revocable, al carecer de algún elemento o requisito.

La ilegalidad del Acto Administrativo se puede generar por cualquier violación a las
disposiciones legales que norman su creación inclusive alguna ilegalidad en el
procedimiento administrativo del cual emana (ausencia de testigos de asistencia-
liquidación de impuestos), lo cual permite que de manera provisional produzcan sus
efectos hasta en tanto son anulados o revocados.
ACTO ADMINISTRATIVO.

Los actos administrativos son el vehículo de la actuación de las Administraciones


Públicas.
“toda manifestación de voluntad, de deseo, de conocimiento o de juicio realizada por la
Administración Pública en el ejercicio de una potestad administrativa”.
Los actos administrativos, como declaración unilateral del órgano, son los actos típicos
del derecho administrativo, puesto que es el conducto por el cual se manifiesta hacia
los particulares la administración. Mientras que en el derecho privado predomina
fundamentalmente el acuerdo de voluntades entre las partes, en el derecho público se
impone principalmente la voluntad de la administración, declarada en forma unilateral.
La administración pública, en su concepción dinámica, implica el ejercicio de las
funciones que, en general le asigna el ordenamiento jurídico, en especial la norma
jurídica, para la realización de los fines que se propone el Estado. La función
administrativa se va a manifestar a través de los actos administrativos que tienen
diferente connotación y contenido, especialmente con los hechos administrativos.

EL HECHO ADMINISTRATIVO.

Los hechos administrativos, se pueden definir como todo acontecimiento del cual surge
o se producen efectos: también existen hechos a los que el orden jurídico no les asigna
efectos directos.

Los hechos se pueden dar en comportamientos materiales de la administración


pública. Este ejemplo se puede dar dentro de los dictámenes técnicos o jurídicos,
estos son verdaderos hechos administrativos, también denominados actos jurídicos sin
consecuencias jurídicas. Algunos hechos pueden tener o no efecto jurídicos, por
ejemplo loe hechos naturales, pero estos se producen sin la voluntad de la
administración, salen de la esfera de la función administrativa. Así, también pueden ser
conceptualizados como hechos de la administración, pues la ejecución de los actos,
dependen si la ejecución es potestad de la administración o bien si tiene que acudir a
un órgano jurisdiccional.
ACTOS REGLADOS Y DISCRECIONALES

Dentro de la clasificación de los actos administrativos podemos señalar como los más
importantes, los actos reglados y los actos discrecionales.

Actos Reglados:
Todos sus elementos aparecen definidos en la norma (ej.: concesión de licencia de apertura
de un establecimiento de restauración).

El ejercicio de las potestades regladas limita la actuación de la Administración pública a


comprobar que se cumplen con los requisitos establecidos por el ordenamiento jurídico y
establecer la correspondiente consecuencia jurídica.

Hay una previsión normativa, cuyo contenido se encuentra agotadoramente tipificado por la
ley, de manera que la actividad administrativa se produce en un marco delimitado por criterios
objetivos en el que la Administración comprueba el cumplimiento, o no, de los requisitos
establecidos contrastando con lo establecido para determinar un resultado.

La predeterminación normativa es tan precisa que la actividad de la Administración, en el


ejercicio de las potestades regladas (que ha de entenderse como aquellas que se encuentran
reguladas hasta el más mínimo detalle) se limita a constatar unos datos y atribuirles el
resultado que, de manera previa y precisa, ha sido establecida por el legislador.

Ello supone que el órgano jurisdiccional, en el control de la actuación administrativa (artículo


106.1 de la Constitución Española –CE-) puede determinar el contenido del acto reglado
anulado (en aplicación, en sentido contrario, de lo establecido por el art. 71.2 de la Ley
29/1998, de 13 de julio, reguladora de la jurisdicción contencioso-administrativa (LJCA) que
impide la determinación de los actos discrecionales que resulten anulados).

 Actos Discrecionales: el acto discrecional dice Fraga, tiene lugar cuando la ley deja
a la administración un poder libre de apreciación para decidir si debe obrar o
abstenerse o en qué momento debe obrar o como debe obrar o en fin que contenido va
a dar a su actuación. Por lo general, de los términos mismos que use la ley podrá
reducirse si ella concede a la autoridad una facultad discrecional. Así, normalmente,
cuando la ley use términos que no sean imperativos si no permisivos o facultativos se
estará frente al otorgamiento de un poder discrecional. Igual cosa ocurrirá en todos
aquellos casos que la ley deja a la autoridad libertad de decidir su actuación por
consideraciones principalmente de carácter subjetivo tales como la de convivencia,
necesidad, equidad, razonabilidad, suficiencia, exigencia del interés u orden publico
etc., lo mismo que cuando las leyes se prevean dos o más posibles actuaciones en un
mismo caso y no imponga ninguna de ellas con carácter obligatorio.

El acto discrencional se dicta de acuerdo a la oportunidad y conveniencia del Estado,


por el contrario de los actos reglados, los discrecionales fluyen de normas jurídicas en
las cuales existen fórmulas elásticas que permiten al funcionario encargado del órgano
administrativo, aplicar su criterio al resolver, una vez concluido el procedimiento
administrativo.

El acto también integra la voluntad de la Administración (ej.: concesión de


subvención de forma directa por razones humanitarias).

En el ejercicio de las potestades discrecionales la Administración no está abocada en


su actuación a una única posibilidad lo que supone la existencia de un marco de
funcionamiento en el que caben interpretaciones al intervenir un margen de
subjetividad.

La potestad discrecional implica una facultad de opción entre dos o más


soluciones igualmente válidas, según la Ley, pero como la discrecionalidad
no equivale nunca a arbitrariedad, se puntualiza que el ejercicio de la potestad
discrecional exige que el acto en que se concreta el ejercicio de esa potestad sea
razonado
EJECUCIÓN DIRECTA E INDIRECTA DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS.

La ejecución indirecta

Es cuando a los particulares se les impone una obligación o actos en los cuales se pueda
afectar los derechos e intereses de los mismos y el acto no es voluntariamente cumplido por el
particular, entonces la administración recurre al juicio económico-coactivo.

EJECUCIÓN DIRECTA

La ejecución directa por la Administración es un atributo de la función administrativa.

Ahora bien, en nuestra opinión, ese esfuerzo de inventiva no hace más que confundir las
cosas, pues, la ejecución directa de los actos administrativos, es un atributo que se explica y
justifica, únicamente, cuando la Administración ejerce su función natural de dar satisfacción a
los intereses colectivos. Por lo tanto, los actos administrativos que produce la Administración
en ejercicio de otras funciones públicas, y específicamente, los que dicta actuando en ejercicio
de función jurisdiccional, esto es, decidiendo, como un árbitro, una controversia entre
particulares, no son susceptibles de ejecución forzosa en vía administrativa.

Debe recordarse, en efecto, que la emisión de actos administrativos no es monopolio de la


Administración Pública (entendida en su acepción orgánica), sino que se trata de una actividad
formalmente compartida con los órganos judiciales y legislativos del Estado , e incluso, con
personas ajenas a la estructura general del Estado .
CONCLUSIÓN:

 No todos los actos administrativos pueden ser ejecutados forzosamente. Este atributo
es exclusivo de aquellos actos que establecen ordenes de dar, hacer o no hacer hacia
los administrados, los cuales -por esa circunstancia- se dice que gozan de
ejecutoriedad.
 Desde el momento que está implementado un órgano Contralor de la juridicidad de los
actos administrativos, existe la obligación de los órganos administrativos de basar sus
actuaciones en este principio, aplicando la norma que le de competencia para la
emisión de un acto o resolución.
 Debemos buscar en los principios generales del derecho, cuando no exista una norma
que le de competencia, para resolver a un órgano administrativo, cuidando que la
resolución o acto administrativo no altere el orden público, para que no afecte a
terceros y a los intereses del Estado.
 Cuando los órganos de la administración pública, no aplican en las resoluciones y actos
administrativos el principio de juridicidad, quedan sometidas al control a la Sala del
Tribunal de lo Contencioso Administrativo, que como contralor de la juridicidad, debe
señalar la violación a este principio y como consecuencia el acto o resolución no tiene
legitimidad, quedando sin ningún efecto jurídico.
BIBLIOGRAFIA.

-Por Grupo Servilegal Abogados | 20 marzo, 2019 | A comision, A cuota litis, A exito, A
porcentaje, A resultado, Abogado, alegaciones, alzada, Barato, Cita gratuita, Contencioso
administrativo, Ignacio Palomar Ruiz, inspeccion, Madrid, multa, Negligencia médica, recurso,
sancion

-ACOSTA ROMERO, Miguel, Teoría del derecho administrativo. México: Universidad Nacional
Autónoma de México, México D:F, Editorial Porrua, 1975.

CALDERÓN MORALES, Hugo Haroldo, El silencio administrativo y sus efectos en Guatemala.


Guatemala, Facultad de Derecho, USAC, , Editorial el Planeta 1984.

También podría gustarte