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Pontificia Universidad Javeriana

Facultad de Psicología
Clínica Psicoanalítica
Profesor: Andrés Santacoloma
Por: Mariana Conde
Abril 15 de 2016

“Hombre mirando al Sudeste”

Esta es una película bastante interesante que expone el caso de un


paciente llamado Rantes, quien presenta un trastorno psicótico delirante, según
los psiquiatras del hospital mental en donde llega a residir. Este tipo de trastorno
se define como una enfermedad mental psicótica que incluye mantener una o más
ideas delirantes en ausencia de cualquier otra psicopatología significativa. En
particular, la persona con este trastorno no ha cumplido los criterios para la
esquizofrenia y no tiene alucinaciones marcadas, sin embargo, se pueden
presentar alucinaciones táctiles u olfativas si éstas están relacionadas con el tema
del delirio. Una persona con trastorno delirante puede ser bastante funcional y no
tiende a mostrar un comportamiento extraño excepto como resultado directo de la
idea delirante. Sin embargo, con el tiempo la vida del paciente puede verse
abrumada por el efecto dominante de las creencias, las cuales lo llevan a ser
capaz de vivir en la sociedad, ya que sus delirios no son aceptados ni
comprendidos, llevándolo al aislamiento o a la internación. Esta situación se refleja
en el caso Rantes cuya internación hospitalaria fue voluntaria, debido a que si
presentaba su teoría de ser una especie de extraterrestre, nadie le creería sus
palabras, y por lo tanto sería internado de todas formas.

Desde los comienzos de su obra, Freud busca diferenciar estructuras


clínicas a partir de delimitar la operatoria relativa a cada una. Así, diferenciará en
los primeros tiempos las neuropsicósis de defensa de las neurosis actuales en
función de la presencia o ausencia de la defensa con respecto a representaciones
psíquicas. Más adelante, delimitó las neurosis de transferencia de las
psiconeurosis narcisistas en función del lugar que ocupa el analista en la cura.
(Freud, S.,1924).

En "La pérdida de la realidad en las neurosis y en las psicosis”, Freud lleva


adelante una diferenciación que tiene su eje en cuanto a las funcionalidades del
yo. En lo que concierne a las psicosis, el alejamiento inicial de la realidad, en este
caso resultado del conflicto entre el yo y la realidad, es seguido por una etapa en
la que la realidad es reconstruida. Mientras que en la neurosis nada se quiere
saber de la realidad y la desmiente, la psicosis se aboca al intento sustitutivo de
darse una realidad nueva en las formaciones delirantes y en las alucinaciones.
(Freud, S.,1924). En ultimas, en la psicosis hay un conflicto entre el yo y la
realidad; es decir, que hay una negación de la percepción de todo lo exterior,
mientras que en la neurosis lo que se da es una negación interna, de las propias
representaciones. (Freud, S.,1924). En el caso de Rantes, se da una psicosis, la
cual como trastorno es mas grave, por todas las deficiencias que se presentan en
funciones del ego, las ideas delirantes o alucinaciones repetitivamente dadas y el
poco contacto con la realidad que llega a presentarse.

En el tratamiento de la psicosis, se estima que debe haber una forma de


manifestación precisa del inconsciente psicótico, de la estructura psicótica; no es
suficiente aceptar la urgencia del inconsciente para presuponer el remedio
mediante el acto de la escucha; ahora, se hace necesario cerciorarse de qué
manera habla el psicótico para poder intervenir adecuadamente en procura de la
modulación en las relaciones que éste instaura con el Otro. Entre otras cosas, un
elemento que aporta a la comprensión de una estructura psicótica es la presencia
de trastornos del lenguaje; un delirio de persecución, una alucinación, pueden ser
propios de cualquier estructura; solamente se podrían ubicar del lado de la
psicosis siempre que se encuentren en relación con trastornos del lenguaje. Es,
por ejemplo, esa exteriorización del lenguaje interior, en frases o monólogos, lo
que podría poner al escucha en el rastro de la presencia de una psicosis. 1

1
Intervención en la Psicosis desde el Psicoanálisis. Baez, J. (2007).
La utilización de psicofármacos no es molestia para llevar a cabo un
tratamiento de la psicosis desde el psicoanálisis; en algunas ocasiones, puede ser
favorable, en la medida en que permite el acceso al símbolo y disminuye las
fuerzas pulsionales. Sin embargo, en el caso de Rantes esto no parece haber
favorecido en lo más mínimo al paciente sino todo lo contrario. Los psiquiatras del
hospital deciden que es necesaria una medicación antipsicótica diaria y muy fuerte
para el paciente, a pesar de que el paciente obtuviera resultados completamente
satisfactorios en todas y cada una de las pruebas psicométricas que le realizaron;
salvo por su insistencia por provenir de otro planeta, y que además hasta el
momento no hubiera presentado ningún comportamiento que pudiera ser una
amenaza ni para los otros ni para el mismo.

Yo personalmente, comparto en cierta medida la posición que fue


asumiendo el médico psiquiatra Julio Denis, que toma el caso de Rantes
inicialmente, en donde asume que el paciente si puede que tenga una cierta
neurosis, negando sus propias representaciones internas de la realidad en la que
está, pero que tiene conciencia completa de lo que ocurre en él y en su mundo, y
que no necesita medicación. Es cierto que tal vez la enfermedad mental pudiera
avanzar negativamente convirtiéndolo en una amenaza para los otros y para el
mismo, pero mientras no mostrara signos de agresividad peligrosos no tenían
porque optar por la medicación; que a mi parecer es la salida más fácil. No tengo
nada en contra de la psiquiatría, al contrario, la considero una parte fundamental
para muchos tratamientos mentales; sin embargo, no estoy para nada de acuerdo
con su afán por callar a los pacientes simplemente por tener conductas y
pensamientos diferentes a los que catalogamos como “normales”.

Si la persona no es un peligro para la sociedad ni para ella misma, por


ningún motivo pienso que se deba acudir a la medicación como primera y casi
única medida para “curar” al paciente; cuando en realidad lo que quieren estas
personas es ser entendidas, no “curadas”, como mencionaba Rantes a lo largo de
la película. Esta película me llevo a considerar cuántas personas deben haber
internadas en hospitales psiquiátricos por el hecho de percibir y entender más allá
de los límites de la realidad, que las personales “normales” están dispuestas a
aceptar.

A lo largo de la película, el psiquiatra Julio Denis encargado de Rantes,


afirma que el cerebro de todos los seres humanos era igual entre si, luego de que
Rantes le confesara su interés por investigar acerca de este. A lo cual Rantes le
responde: “Si es igual el cerebro del terapeuta al del “loco”, ¿por qué usted está
vestido de cuerdo y yo de loco?”. Esta pregunta me causó mucho interés y me
dejó pensando por un momento en qué tan cierto era esto, y llegue a la conclusión
de que en cierta medida Rantes estaba en lo correcto. Puede que en algunas
enfermedades mentales como la esquizofrenia o el Alzheimer, hayan estructuras
cerebrales diferentes en cuanto a tamaño y grado de funcionalidad, pero en
ultimas es en modo general el mismo cerebro el de terapeuta y el del “loco”.

Luego de hacer un análisis a todas los aspectos mencionados y expuestos


a lo largo de la película, pude confirmar la importancia que tiene el hacer un buen
análisis detallado y minucioso del paciente, antes de establecer un diagnostico y
una tratamiento. Por muy salido de lo “normal” que pueda parecer una persona, en
ultimas es eso: una persona, que merece ser tratada como ello con el derecho de
ser escuchada y en la medida de lo posible entendida, sea cual sea su condición.
como terapeutas no solo estamos enseñándole cosas diferentes al paciente que
puedan mejorar su calidad de vida, sino que el paciente no enseña también. El
psiquiatra Julio Denis, con la aparición de Rantes, recupera su pasión por la
profesión, por la vida y se reencuentra con su soledad y tristeza, la llegada de
Rantes a su vida, significa volver a vivir. El extraño ser venido de otro universo,
cumple con su misión de salvar un alma especial como es la de Julio Denis. Por
esto, como terapeutas es nuestro deber dedicarle de nuestro tiempo y
conocimiento a todos estos pacientes que buscan desesperadamente ser
entendidos.
Referencias Bibliográficas

Película: “Hombre mirando al Sudeste” 1986. Escrita y dirigida por Eliseo


Subiela. https://www.youtube.com/watch?v=MDT0t7nVP_Q

Baez, J. (2007). Intervención en la Psicosis desde el Psicoanálisis. Tesis


psicológica: Revista de la Facultad de Psicología, (2), 101-107.

Freud, S. (1924) La perdida de la realidad en la neurosis y en la psicosis.


BN, Tomo III. Pág. 2745-2747 // AE, Tomo XIX. Pág. 189.

Freud, S. (1924) Neurosis y Psicosis. BN, Tomo III. Pág. 2742-2744 // AE,
Tomo XIX. Pág. 151.

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