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siempre es lo más
conocido. Una gran
mayoría de mallorquines,
menorquines o ibicencos,
han viajado a Europa,
Egipto o el Caribe. Sin
embargo, apenas se han
acercado a la isla de
enfrente. No conocen
muchos de sus paisajes y
ncones. Por eso, a
veces conviene coger la
cámara y ponerse los
ojos de turista, para
descubrir nuestra propia
tierra. He aquí el objetivo
de esta pequeña serie de
reportajes que hoy
comenzamos. La panorámica sobre el Cap Nun6 -arriba- es impresionante desde la cueva, que
el misterio de
Aquí comienza la costa brava de Es
Amunts, la cornisa septentrional de
Eivissa. Llena de acantilados y bos-
ques oscuros. Todavía virgen y jalo-
nada por historias y leyendas.
El camino llega desde Cala Salada,
levantando polvo entre pinares y
pequeñas vaguadas. De vez en cuan-
do, una casa blanca y cubicular.
las pinturas
invisibles
Rodeada de un pequeño huerto, con
su higuera y unas cabras. Nadie
diría que a diez kilómetros de aquí se
encuentra Sant Antoni con su "West
End". Los coches, las discotecas y el
"hooliganeo". El aire y el silencio principios de siglo, sirvió para alma- san algunas inscripciones modernas,
saben a siglos. cén de todos estos viñedos, recibien- incluso unas manos de gamberro
Al borde mismo del acantilado, do así el nombre de Cova d'es Vi. estampadas en los muros. Ni un
antiguos bancales donde crecían En el curso de las obras de la carre- letrero, ni un recuerdo a las pinturas
viñas. Una pista de tierra, construida tera, se derruyó parte de su entrada. rupestres que causaron el asombro
en los años sesenta para las inevita- Y hoy se da la circunstancia de que de los investigadores. La erosión de
bles urbanizaciones, originó la des- unas rejas parecen guardar un teso- la intemperie, al derribarse su pro-
trucción' de uno de los lugares ro invisible. El visitante contempla tección, las ha borrado.
arqueológicos más enigmáticos de las paredes calcáreas, tapizadas por Fueron descubiertas en 1917 por el
todas las Islas. Una cueva que, a un depósito amarillento. Sólo se divi- famoso abate Sreuil, para quien
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La entrada de la cueva, custodiada por unas rejas.