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Este documento discute las problemáticas en la orientación vocacional. Indica que la vocación es una inclinación para dedicarse a un trabajo y que elegir una carrera es un proceso complejo. Señala que en Chile la universidad es costosa y que solo el 16% de los estudiantes terminan su carrera a tiempo. Esto representa un problema ya que el estado financia becas como inversión para futuros profesionales, pero si la deserción es alta, esto significa un gasto sin retorno para el país.
Este documento discute las problemáticas en la orientación vocacional. Indica que la vocación es una inclinación para dedicarse a un trabajo y que elegir una carrera es un proceso complejo. Señala que en Chile la universidad es costosa y que solo el 16% de los estudiantes terminan su carrera a tiempo. Esto representa un problema ya que el estado financia becas como inversión para futuros profesionales, pero si la deserción es alta, esto significa un gasto sin retorno para el país.
Este documento discute las problemáticas en la orientación vocacional. Indica que la vocación es una inclinación para dedicarse a un trabajo y que elegir una carrera es un proceso complejo. Señala que en Chile la universidad es costosa y que solo el 16% de los estudiantes terminan su carrera a tiempo. Esto representa un problema ya que el estado financia becas como inversión para futuros profesionales, pero si la deserción es alta, esto significa un gasto sin retorno para el país.
Asignatura: Seminario de Investigación I Profesora: Macarena Silva Carrera: Pedagogía en música Facultad de Humanidades Introducción.
Para tratar lo que serían las problemáticas en la orientación vocacional hay
que empezar por definir lo que sería la vocación. Esta podemos definirla como: “Inclinación o interés que una persona siente en su interior para dedicarse a una determinada forma de vida o un determinado trabajo”. Por lo general la vocación no es algo que llegue naturalmente a nuestro interior así como si nada, si no que resulta ser un proceso muy complejo y lleno de dudas para una persona el hecho de decidir para donde remar su futuro. Cuando somos niños y nos hacen la pregunta ¿Qué quieres ser cuando seas grande? Por lo general lo tenemos claro y por lo general sucede que nombramos más de un solo oficio o profesión, pero a medida que vamos creciendo, esa seguridad con la que contestamos a esa pregunta se va perdiendo. Es por esto último que existe la orientación vocacional, la cual la podríamos definir como: “Proceso de ayuda en la elección de una profesión, la preparación para ella, el acceso al ejercicio de la misma y la evolución y progreso posterior.” [ CITATION Vir01 \l 3082 ]. En nuestra última etapa escolar es recurrente vivir procesos de este tipo, los establecimientos educacionales deben tener un orientador vocacional a disposición para poder guiar a los estudiantes en este proceso que como podemos darnos cuenta, es vital, ya que nuestra elección podría convertirse en la actividad que desarrollaremos y realizaremos durante gran parte de nuestra vida. Esto último sería lo ideal para cualquier persona, pero también es muy normal que nos equivoquemos en nuestras decisiones y nos tome mucho más tiempo darnos cuenta de nuestra “vocación” o simplemente a que dedicarnos luego de nuestra etapa escolar. En el caso de nuestro país Chile, esta decisión no es fácil de tomar, principalmente porque la universidad no es gratuita, si no que tiene un costo muy elevado por el cual muchos estudiantes piden créditos para poder pagarla endeudándose con sumas millonarias. Por otro lado, existe la gratuidad, beneficio destinado a los estudiantes más vulnerables del país y que otorga gratuidad absoluta en las matriculas y aranceles mensuales de la universidad. Lamentablemente este beneficio solo dura los años que se estima para terminar la carrera en cuestión, por lo que, si alguien se atrasa, los años extra no los cubrirá y tendrán que ir directamente del bolsillo de cada estudiante. Aún con todo lo que conlleva desertar o atrasarse con la universidad, las cifras no son alentadoras cuando hablamos de estudiantes que terminan sus carreras universitarias. Según un informe de la OCDE en un artículo de CNN Chile nos muestra que: “En el caso de Chile, se destaca que solo el 16% de los estudiantes que ingresan a la universidad concluyen su carrera en la duración formal, la tasa más baja entre los 23 países que tienen sus datos disponibles.” [ CITATION CNN19 \l 3082 ] . Pero ¿Por qué esto es un problema? Si bien Chile no es un país que invierta mucho dinero en educación a comparación de países desarrollados u otros países del continente, si financia becas como la gratuidad, bicentenario, entre otras, las cuales representan un gasto para el estado y que está pensado como una inversión en post de los futuros profesionales y técnicos para el país. Si se diera el caso y el proceso constituyente avanza dejando estipulada la educación como derecho fundamental, esto sería una problemática a tratar, ya que la inyección de recursos en educación aumentaría y lo que se esperaría es que el país tenga los profesionales y técnicos necesarios para hacer avanzar el país. Pero, si la deserción universitaria es alta, o los cambios de carreras son una constante en los estudiantes, la inyección de recursos en la educación superior se vuelve un despropósito, esto debido a que representaría un sobre gasto para el estado, sin mencionar los problemas de salud mental que suelen traer las crisis vocacionales a los estudiantes cuando estas suceden.