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La razón del corazón

Nuestros orígenes se remontan a Francia. Eran las primeras décadas del siglo XVII y se vivían
cambios en nuestro País.
Perú tenía una población de un millón y medio de habitantes. La población indígena era
mayoritaria, casi 70% y se concentraba en las llamadas “comunidades indígenas”.
Trascurridos 225 años desde su fundación, la compañía de las hijas de la caridad seguía
expandiéndose por el mundo. Las muestras de amor y servicio que brindaban a los pobres
sobre todo en salud y educación, eran recompensadas, por la gente, con la admiración y
agradecimiento.
El carisma de las hijas de la caridad era conocido y valorado por instituciones relacionadas a
la labor asistencial. Eran frecuentes las noticias provenientes de Chile, Brasil y otros países
sobre la fructífera presencia de las Hermanas en los Hospitales, las Casas de Misericordia,
hospicios y escuelas.
Así surgió un enorme deseo por la llegada de la Compañía a nuestras tierras, donde una
joven de la aristocracia limeña de nombre Virginia Carassa cuyo padre es Francisco Carassa,
Vicedirector de la Beneficencia Pública, fundo con un grupo de amigas la “Asociación de
Siervas de los Pobres” y sintiéndose cada día más cercana a las Hijas de la Caridad.
Virginia, al no lograr ir a Francia y entrar a la Compañía, hizo lo imposible para que la
Compañía llegase al Perú. Por su parte el Arzobispo de Lima, José Manuel Pasquel, apoyo e
impulso el pedido al Estado para la llegada de las Hijas de la Caridad.
El 3 de Abril de 1856, el Presidente Constitucional Ramón Castilla autorizo a la Sociedad de
Beneficencia de Lima para que contrate, traslade, y entregue a dichas Hermanas los
establecimientos que corren a su cargo.
El contrato se firmó en parís el 29 de mayo de 1857. Participando por parte de la
Congregación de la Misión y Compañía de las hijas de la Caridad, el Reverendo Padre
Juan Bautista Etienne, y por parte del gobierno peruano, el Ministro Francisco de
Rivero. Por otra parte de las Hermanas lo firmaron Sor Isabel Montcellet (Superiora
General), Sor L. Huret (Asistenta), Sor F. Laquette (Ecónoma) y Sor M. Coste.
El 14 de setiembre de 1857, un grupo de cuarenta y cuatro Hijas de la Caridad y tres
Misioneros acompañados por el Superior General R. P. Etienne y la Superiora General
R. M. Devos, las hermanas procedían de muy distintas Casas y no se conocieron hasta
la víspera. No todas era francesas: había una española, una italiana, una suiza y una
austriaca. Al frente se encontraba el Padre Antonio Damprum, como Director Nacional
de las Hijas de la Caridad y superior de las Misioneros, y Sor Teresa Bourdat como
Visitadora.
En el puerto de Burdeos, la despedida fue emotiva, era notoria la emoción que se
dibujaba en los rostros de las 44 Hijas de la Caridad y los 3 Misioneros, igual que los
Superiores.
Después de 136 días de viaje, llenos de peripecias y con escalas, la embarcación
“Saint Vicent de Paul” arribo al Callao.
Durante un periodo corto las Hermanas vivieron juntas en Santa Teresa y desde ahí se
dirigían a diario a cumplir su obra de caridad.
En el Convento de Santa Teresa, quedo la Visitadora con su comunidad y se estableció
el Seminario para la formación de las futuras Hermanas. La señorita Virginia Carassa
de 28 años se convirtió en la primera seminarista y futura Hija de la Caridad en el
Perú.
La Casa Provincial se instaló en el ex convento de Santa Teresa(Lima). Sor Teresa
Bourdat (1858 – 1892) fue la primera Visitadora Provincial.
El 8 de setiembre de 1858 se inauguró en el ex convento, el seminario de las Hijas de
la Caridad. La primera Directora fue Sor Marie Cretin.
En 1871, tanto las Hijas de la Caridad como los sacerdotes de la misión, sientan sus
reales en Arequipa.
En esta ciudad del Sur peruano, existe la más pe¬queña comunidad de nuestra
Provincia y quizá la de mayor his¬toria. Hubo años en que la congregación tuvo aquí
tres comunidades: el seminario, el colegio y la capellanía de las hermanas. Hoy tan
sólo existe la modesta casita de la Beneficencia, cedida para morada de los
capellanes de las Hijas de la Caridad.
El 19 de octubre de 1903 llego a nuestra ciudad la congregación de las hijas de la
Caridad para compartir su amor con la gente más necesitada de Mollendo, llego la
superiora Sor Juana Revilla y las hermanas Margarita Navarrete y María Rul, quienes
regentaron el hospital de Mollendo Manuel de Torres Muñoz.
al frente de medio centenar de hermanas de la caridad, se constituyeron en un factor
de primerísima importancia para la ciudad, demostrando en su acción una
inquebrantable vocación de servicio y un profundo y desinteresado amor al prójimo. Al
ver que en Mollendo no había un colegio religioso decidieron fundar en 1907 el
colegio primario San Vicente de Paul, fue mixta hasta el cuarto de primaria, en 1958
se funda la Academia de Corte y Confección para señoritas, y el 1 de abril de 1964 se
creó la Sección Secundaria, pero se oficializó el 12 de setiembre de 1966 ley 16232.
participaron en la formación de la Parroquia de San Martín, crearon el Club Católico
Niño de Jesús de Praga. En la actualidad nuestra I.E es considerando uno de los

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