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Medio de Control: REPARACION DIRECTA - SEGUNDA INSTANCIA/Accidente de
Medio de Control: REPARACION DIRECTA - SEGUNDA INSTANCIA/Accidente de
“Teniendo en cuenta los efectos que según los tratadistas reseñados implica conducir bajo
los efectos del alcohol, para la Sala resulta sumamente reprochable el actuar irresponsable
que asumió el señor Hernández el día en que sucedió el siniestro fatal, pues quedó
evidenciado que se encontraba en el más alto nivel de alcoholemia, circunstancia que por sí
sola puso en peligro su integridad personal, ya que es bien sabido que la conducción de
vehículos constituye per se una actividad riesgosa, factor que conforme a los grados clínicos
de intoxicación a que se hizo alusión, se eleva de manera considerable aún en el primer
grado de embriaguez -40 y 99 mg de etanol /100 ml- , toda vez que desde 50 mg de etanol en la
sangre, conducir comienza a ser peligroso y a partir de 75 mg, ya es considerado como
efectivamente peligroso.
(…)
“En virtud de lo expuesto, esta Colegiatura no comparte la posición de la A quo, en el
sentido de considerar que en la producción del daño concurrió tanto el actuar de la víctima
directa, al conducir en estado de embriaguez, como el hecho de la administración,
consistente en la carencia de señalización en forma técnica de la obra pública contratada,
como quiera que el accidente de tránsito fue un hecho imprevisible, irresistible y exterior
para la entidad territorial, pues lo cierto es que de la prueba documental recaudada, como
de las declaraciones del agente de tránsito y del representante legal de la parte contratista,
encargada de realizar la respectiva obra pública, se vislumbra que en el sentido que se
movilizaba el motociclista, se había provisto una pancarta que informaba que la vía estaba
cerrada y adicionalmente se había habilitado una ruta alterna para evitar el paso de
vehículos, precauciones que fueron pasadas por alto por el hoy occiso, sin dubitación alguna
debido al estado de alicoramiento en que se encontraba y no ante la falta de cumplimiento de
las especificaciones técnicas requeridas.
“A la anterior conclusión se arriba, comoquiera que si bien las medidas implementadas para
evitar el tránsito vehicular por el sector en que se desarrollaba la obra, no obedecía a los
requerimientos de la norma técnica, dicha circunstancia no puede ser considerada como la
causa determinante, ni mucho menos concurrente en la concreción del daño, pues es claro
que el estado de embriaguez en el que estaba el señor Hernández, no le permitía percatarse
de señalización alguna, independientemente de sus características, por lo tanto, así hubiese
existido mayor señalización y en mejores condiciones, el resultado muy seguramente sería el
mismo; se itera su capacidad de percepción y reacción ante cualquier eventualidad era nula.
“En consecuencia, el hecho que el motociclista haya resuelto conducir bajo los efectos del
alcohol constituye la única causa eficiente, idónea y decisiva en la producción del accidente
que terminó con su vida, pues adicionalmente, no se puede pasar por alto lo consignado en el
informe de inspección técnica a cadáver, donde se aduce que el perjudicado directo vivía en
Caloto, de lo que se colige que en efecto, sabía de la realización de la obra, lo cual no admite
una conclusión divergente, en atención a que dada la magnitud de ésta y el tiempo de
ejecución que llevaba, resulta ilógico que no tuviera conocimiento que se había habilitado un
vía alterna para el tránsito vehicular, por consiguiente el daño deprecado no puede ser
atribuido a la entidad demandada de manera concurrente con el perjudicado directo, habida
cuenta que éste obedeció a la culpa exclusiva de la víctima, circunstancia que la exonera de
toda responsabilidad, motivo por el cual se revocará la sentencia rebatida”.
REPUBLICA DE COLOMBIA
Expediente 19001333100820130005201
Demandante ANA XIME HERNANDEZ
Demandado MUNICIPIO DE CALOTO- CAUCA
Medio de Control REPARACION DIRECTA – SEGUNDA INSTANCIA
Decide el Tribunal el recurso de apelación impetrado por las partes, contra la sentencia Nº
003 de 15 de enero de 2014, proferida por el Juzgado Octavo Administrativo del Circuito de
Popayán, dentro del proceso promovido por la Señora ANA XIME HERNANDEZ, en
contra del MUNICIPIO DE CALOTO- CAUCA, en la que se accedió a las pretensiones de
la demanda
I. ANTECEDENTES
1. La demanda1
cuando se movilizaba en una motocicleta en la vía Caloto la “Y” Puente Río Chiquito, Barrio
La Rivera y sufrió un accidente de tránsito por la deficiente señalización de la vía a la que se
le estaban haciendo reparaciones.
Con fundamento en lo anterior, solicitó indemnización por perjuicios materiales por concepto
de lucro cesante la suma de cincuenta y cinco millones veintitrés mil seiscientos veintinueve
pesos ($55.023.629)
2. Los hechos
Relató que el señor Miguel Ángel Hernández, el 6 de noviembre de 2011, cuando se dirigía en
su motocicleta de placas JEP 61 A, de marca Suzuki, por la vía Caloto la “Y” Puente Río
Chiquito, Barrio La Rivera del Municipio de Caloto, la cual se encontraba en reconstrucción,
debido a la falta de señalización cayó al vacío, sufriendo politraumas en su cuerpo, que le
causaron la muerte de manera instantánea.
Aunado a lo anterior, manifestó que la señora Ana Xime Hernández, debido a la muerte de su
hijo se ha visto perjudicada al no contar con su ayuda, padeciendo así perjuicios morales,
económicos y psíquicos, los cuales deben ser reparados por la entidad demandada por la
omisión de mantener la red vial.
3. La contestación de la demanda.
Dentro del término legal previsto para tal fin, el Municipio de Caloto – Cauca, contestó la
demanda oponiéndose a la prosperidad de las pretensiones, por carecer de causa eficiente,
respaldo fáctico y probatorio, proponiendo las excepciones de culpa exclusiva de la
víctima, inobservancia de las normas de tránsito, y el hecho determinante de un tercero.
Como argumentos de defensa expuso que para la fecha de los hechos, conforme al
contrato de obra pública No. 096 de 2011, se encontraba en construcción un puente
vehicular sobre el Río Chiquito en la Vía Caloto-Villarica, kilómetro 1+500, siendo
contratista INVERSIONES CHL S.A.
2
Folio 50 a 59 del Cuaderno Principal.
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Expediente 19001-33-31-008-2013-00052-01
Demandante ANA XIME HERNANDEZ
Demandado MUNICIPIO DE ALOTO-CAUCA
Medio de Control REPARACION DIRECTA – SEGUNDA INSTANCIA
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Folios 23 a 26 Cuaderno Llamamiento en Garantía.
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Expediente 19001-33-31-008-2013-00052-01
Demandante ANA XIME HERNANDEZ
Demandado MUNICIPIO DE ALOTO-CAUCA
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Sostuvo que en el presente asunto se presenta la culpa exclusiva de la víctima, dado que a
pesar de tener pleno conocimiento de la construcción de la obra, de las señales
preventivas, de que la vía estaba cerrada en los dos sentidos para el tránsito de vehículos y
que se había dispuesto una vía por la vereda Santa Rosa, el hoy occiso de manera
imprudente y conduciendo en estado de embriaguez se expuso al peligro, siendo su
comportamiento decisivo, determinante y exclusivo en la causación del insuceso.
Finalmente, adujo que en caso de que existan otras pólizas de responsabilidad civil
profesional, la cobertura de la póliza de Seguros del Estado solo operará en el exceso a la
cobertura asegurada por las otras.
Mediante sentencia No. 003 del 15 de enero de 2014, el Juzgado Octavo Administrativo del
Circuito de Popayán, declaró administrativamente responsable al Municipio de Caloto, por los
perjuicios materiales, en su modalidad de lucro cesante, causados a la señora Ana Xime
Hernández Balanta, con ocasión de la muerte de su hijo Miguel Ángel Hernández, en hechos
sucedidos el 6 de noviembre de 2011.
debida forma la obra pública que se estaba adelantando en virtud del contrato No. 096 de
2011, donde expresamente en la cláusula décima primera se estipuló la obligación a cargo del
contratista, relacionada con la señalización y mantenimiento del tránsito en el sector
contratado, obligación contractual, respecto de la cual el municipio incumplió el deber de
vigilar que se efectuara.
En virtud de lo expuesto, resolvió condenar a la entidad demandada al pago de perjuicio
material por concepto de lucro cesante consolidado y futuro, sin embargo redujo el quantum
indemnizatorio en un treinta por ciento (30%), señalando que el señor Miguel Ángel
Hernández (Q.E.P.D), al decidir voluntariamente conducir la motocicleta bajo los efectos del
alcohol; circunstancia que se demostró con el dictamen médico forense, contribuyó
irrefutablemente en la causación de su propio daño.
5. El recurso de Apelación5
Así mismo, el día 30 de enero de 2014, la parte demandada haciendo uso del recurso, solicitó
se revoque la sentencia proferida por la A quo.
7. Alegatos de conclusión.
5
Folios 180 a 188.
6
Folios 193 y 194.
7
Folios 201 y 202
6
Expediente 19001-33-31-008-2013-00052-01
Demandante ANA XIME HERNANDEZ
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1. Competencia.
Precisa la Sala que, al conocer del presente asunto en virtud del recurso de apelación
interpuesto por ambas partes, la competencia de esta Corporación, no se encuentra limitada
por los aspectos objeto de apelación, al tenor de lo dispuesto en el artículo 357 del Código de
Procedimiento Civil, aplicable por remisión del 306 del CPACA.
2. Caducidad.
3. El problema jurídico.
8
Folios 209 a 211
9
Folios 2 y 3
10
Folio 31
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Expediente 19001-33-31-008-2013-00052-01
Demandante ANA XIME HERNANDEZ
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4. Razones de Inconformidad.
Sostuvo que los argumentos expuestos en la sentencia frente a los perjuicios no constituyen
una debida motivación, ya que no es entendible que se falle declarándose que no se
solicitaron, lo cual vulnera la tutela judicial efectiva.
Luego de transcribir el artículo 157 del CPACA, atinente a la competencia por razón de la
cuantía y de hacer una serie de precisiones sobre la manera en que se determina la cuantía y
de transcribir el numeral primero de las peticiones de la demanda, insistió en que si solicitó
indemnización por esta clase de perjuicios, agregando que no los cuantificó por mandato
expreso del artículo 157 del CPACA, motivo por el cual considera que no es justificable que
no se hubiesen tasado en la sentencia de primera instancia, toda vez que las facultades del
juez deben estar en consonancia con lo pedido, agregando que la providencia fragmenta la
doble presunción de acierto y legalidad, ya que se omitió tasar el límite jurisprudencial de los
perjuicios morales que el Consejo de Estado ha establecido en 100 SMLMV.
11
Folios 171 a 173
12
Folios 175 a 180
8
Expediente 19001-33-31-008-2013-00052-01
Demandante ANA XIME HERNANDEZ
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que ello se demostró en el proceso con el testimonio del Agente de Tránsito Jorge Eliécer
Larrahondo.
Aunado a lo anterior, expuso que el siniestro tuvo como causa determinante la culpa exclusiva
de la víctima, pues se demostró que no tenía licencia de conducción, elemento que da la
idoneidad para conducir automotores, desplazándose además en estado tres de embriaguez,
quien desatendiendo la restricción del tránsito vehicular por el lugar de la obra, resolvió pasar
por el puente en construcción que solo estaba habilitado para el tráfico peatonal, a pesar de
que había otra vía alterna para los vehículos, circunstancias que condujeron finalmente al
resultado trágico ya conocido.
En el mismo sentido, argumentó que el accidente se produjo porque el occiso omitió el deber
objetivo de cuidado al que se encontraba obligado, por tratarse de la ejecución de una
actividad peligrosa, como lo es, la conducción de una motocicleta, resaltando que conocía del
peligro ya que vivía en Guachené y era lógico que para llegar a Caloto ya tenía que haberse
desplazado por el paso peatonal inicialmente y conocía del riesgo que representaba atravesar
por ese sitio, inobservando las normas de tránsito que prohibían hacerlo.
Finalmente planteó su inconformidad con la liquidación del perjuicio por lucro cesante,
señalando que adolece de prueba, debido a que solamente se tuvo en cuenta el interrogatorio
de parte practicado a la mamá de la víctima, quien informó que su hijo laboraba en una
empresa avícola, donde devengaba el salario mínimo y le colaboraba cada 15 días con cien
mil pesos, lo cual no se puede considerar como prueba idónea, ya que no se suministró el
nombre de la empresa, ni prueba documental que diera certeza de ello, así como tampoco
certificación de la oficina de personal donde constara que ganaba el salario mínimo aducido y
frente a la colaboración no se demostró que ello fuera cierto, motivos por los cuales, asegura
que el lucro cesante no fue debidamente probado para ser reconocido en la sentencia.
tratamiento distinto operó si la víctima del daño era el usuario o el tercero, porque en
estos casos el régimen adecuado sería el de la responsabilidad objetiva, y en este
escenario, en algunas oportunidades privilegió el título de imputación del riesgo creado
y en otros casos habló del daño especial por el rompimiento del principio de igualdad
antes las cargas públicas.
La Sala Plena de la Sección Tercera en sentencia del 19 de abril de 2012 15, en torno a la
aplicación de los títulos de imputación decantados por la jurisprudencia, consideró:
“En lo que refiere al derecho de daños, como se dijo previamente, se observa que el
modelo de responsabilidad estatal establecido en la Constitución de 1991 no privilegió
ningún régimen en particular, sino que dejó en manos del juez la labor de definir, frente a
cada caso concreto, la construcción de una motivación que consulte razones, tanto
fácticas como jurídicas que den sustento a la decisión que habrá de adoptar. Por ello, la
jurisdicción contenciosa ha dado cabida a la adopción de diversos “títulos de
imputación” como una manera práctica de justificar y encuadrar la solución de los casos
puestos a su consideración, desde una perspectiva constitucional y legal, sin que ello
signifique que pueda entenderse que exista un mandato constitucional que imponga al juez
la obligación de utilizar frente a determinadas situaciones fácticas un determinado y
exclusivo título de imputación.
“En consecuencia, el uso de tales títulos por parte del juez debe hallarse en consonancia
13
Sentencia de 8 de noviembre de 2007, Expediente 15967. Consejero Ponente Dra. Ruth Stella Correa Palacio
14
Consejo de Estado. Sección Tercera. Sentencia del 29 de enero de 2009. Expediente 16689. MP: Myriam Guerrero de
Escobar.
15
Consejo de Estado, Sección Tercera, sentencia del 19 de abril de 2012, Exp. 21515, C.P. Hernán Andrade Rincón.
10
Expediente 19001-33-31-008-2013-00052-01
Demandante ANA XIME HERNANDEZ
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con la realidad probatoria que se le ponga de presente en cada evento, de manera que la
solución obtenida consulte realmente los principios constitucionales que rigen la materia
de la responsabilidad extracontractual del Estado, tal y como se explicó previamente en
esta providencia”.
“(…) En cuanto tiene que ver con (i) la irresistibilidad como elemento de la causa extraña, la
misma consiste en la imposibilidad del obligado a determinado comportamiento o actividad
para desplegarlo o para llevarla a cabo; en otros términos, el daño debe resultar inevitable
para que pueda sostenerse la ocurrencia de una causa extraña, teniendo en cuenta que lo
irresistible o inevitable deben ser los efectos del fenómeno y no el fenómeno mismo pues el
demandado podría, en determinadas circunstancias, llegar a evitar o impedir los efectos
dañinos del fenómeno, aunque este sea, en sí mismo, irresistible, caso de un terremoto o de un
huracán (artículo 64 del Código Civil) algunos de cuyos efectos nocivos, en ciertos supuestos
o bajo determinadas condiciones, podrían ser evitados.
(…)
11
Expediente 19001-33-31-008-2013-00052-01
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Y, por otra parte, en lo relacionado con (iii) la exterioridad de la causa extraña, si bien se ha
señalado que dicho rasgo característico se contrae a determinar que aquella no puede ser
imputable a la culpa del agente que causa el daño o que el evento correspondiente ha de ser
externo o exterior a su actividad, quizás sea lo más acertado sostener que la referida
exterioridad se concreta en que el acontecimiento y circunstancia que el demandado invoca
como causa extraña debe resultarle ajeno jurídicamente, pues más allá de sostener que la
causa extraña no debe poder imputarse a la culpa del agente resulta, hasta cierto punto,
tautológico en la medida en que si hay culpa del citado agente mal podría predicarse la
configuración al menos con efecto liberatorio pleno de causal de exoneración alguna,
tampoco puede perderse de vista que existen supuestos en los cuales, a pesar de no existir
culpa por parte del agente o del ente estatal demandado, tal consideración no es suficiente
para eximirle de responsabilidad, como ocurre en los casos en los cuales el régimen de
responsabilidad aplicable es de naturaleza objetiva, razón por la cual la exterioridad que se
exige de la causa del daño para que pueda ser considerada extraña a la entidad demandada es
una exterioridad jurídica, en el sentido de que ha de tratarse de un suceso o acaecimiento por
el cual no tenga el deber jurídico de responder la accionada”(…)19.
“Por otra parte, a efectos de que opere el hecho de la víctima como eximente de
responsabilidad, resulta necesario aclarar, en cada caso concreto, si el proceder
activo u omisivo de aquélla tuvo, o no, injerencia y en qué medida, en la producción
del daño. En ese orden de ideas, es dable concluir que para que el hecho de la víctima
tenga plenos efectos liberadores de la responsabilidad estatal, se requiere que la
conducta desplegada por la víctima sea tanto causa del daño, como la raíz determinante
del mismo, es decir, que se trate de la causa adecuada, pues en el evento de resultar
catalogable como una concausa en la producción del daño no eximirá al demandado de
16
Nota original en la sentencia Citada: ROBERT, André, Les responsabilites, Bruselas, 1981, p. 1039, citado por TAMAYO
JARAMILLO, Javier, Tratado de responsabilidad civil, cit., p. 19.
17
Nota original en la sentencia Citada: Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, sentencia del 20 noviembre de
1989, Jurisprudencia y Doctrina, tomo XIX, Bogotá, Legis, p. 8.
18
Nota original en la sentencia Citada: Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, sentencia del 26 mayo de 1936,
Gaceta Judicial, tomo XLIII, p. 581.
19
Consejo de Estado. Sentencia del 26 de marzo de 2008, Expediente No. 16.530.
12
Expediente 19001-33-31-008-2013-00052-01
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su responsabilidad y, por ende, del deber de indemnizar, aunque, eso sí, habrá lugar a
rebajar su reparación en proporción a la participación de la víctima. 20”21
7. El caso concreto.
En el Sub lite se pretende la reparación de los perjuicios padecidos por la señora ANA XIME
HERNANDEZ, con ocasión de la muerte de su hijo MIGUEL ANGEL HERNANDEZ, en
hechos acaecidos el 6 de noviembre de 2011, en el barrio La Rivera- Puente Río Chiquito- vía
Caloto a Villa Rica, cuando se movilizaba en una motocicleta.
La Sala encuentra debidamente acreditado el daño alegado, pues en el plenario obra la copia
auténtica del registro civil de defunción 22, en el que consta que el señor MIGUEL ANGEL
HERNANDEZ, murió el 6 de noviembre de 2011, siendo las 6: 30, y la causa de la muerte
según el protocolo de necropsia No. 25 del 6 de noviembre de 201123, fue:
22
Folio 18 Cuaderno principal
23
Folios 20 a 24 Cuaderno principal
13
Expediente 19001-33-31-008-2013-00052-01
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Así las cosas, teniendo en cuenta los argumentos de inconformidad frente a la sentencia de
primera instancia, en que se centra la alzada, la Sala en esta instancia deberá establecer si el
daño alegado tuvo como causa determinante la falla en el servicio o la culpa exclusiva de la
víctima.
Para la comprensión del resultado transcrito, es preciso indicar que de conformidad con la
Resolución 414 de 2002 "Por la cual se fijan los parámetros científicos y técnicos
relacionados con el examen de embriaguez y alcoholemia", proferida por el Instituto Nacional
de Medicina Legal y Ciencias Forenses, la prueba de alcoholemia consiste en “la medición de
la cantidad de etanol en sangre y se expresa en mg de etanol /100 ml de sangre total”. En este
sentido, el artículo 2 de la citada resolución dispone:
24
Folio 116 Cuaderno principal
14
Expediente 19001-33-31-008-2013-00052-01
Demandante ANA XIME HERNANDEZ
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- Resultados entre 100 y 149 mg de etanol /100 ml de sangre total, corresponden al segundo
grado de embriaguez.
De la norma transcrita y del resultado del examen de alcoholemia, se desprende que el señor
Hernández al momento de su deceso, se encontraba en tercer grado de embriaguez y aun así
de manera imprudente resolvió conducir la motocicleta, exponiéndose al peligro que ello
representaba e infringiendo adicionalmente el Código Nacional de Tránsito, específicamente
el artículo 131, literal d), que establece, “Será sancionado con multa equivalente a treinta (30)
salarios mínimos legales diarios vigentes (smldv) el conductor y/o propietario de un vehículo
automotor que incurra en cualquiera de las siguientes infracciones: (…) E.3. Conducir en estado de
embriaguez o bajo los efectos de sustancias alucinógenas, se atenderá a lo establecido en el artículo
152 de este código”. Este último artículo consagra para quienes estén en tercer grado de
embriaguez además de la multa, “suspensión entre tres y diez años de la licencia de conducción, y
la obligación de prestar servicios gratuitos comunitarios en establecimientos que determine la
autoridad de tránsito por cuarenta (40) horas”.
En este orden de ideas, la Sala estima pertinente, en aras de dilucidar las implicaciones que
conlleva conducir bajo los efectos del alcohol, hacer alusión a la doctrina especializada en el
tema.
Según el tratadista Carlos Alberto Olano Valderrama 25, no está en buenas condiciones para
conducir quien se halle en estado de embriaguez, por cuanto dicha circunstancia, así no
alcance un nivel muy elevado, incide desfavorablemente en la prontitud de los reflejos y en la
evaluación de las contingencias del tráfico, factores indispensables para la segura conducción
de vehículos.
Por su parte, Mario Arango Palacio, señala que: “El alcohol, incluso en dosis pequeñas,
deprime los centros coordinadores del cerebro y retarda sensiblemente las reacciones
normales del conductor experto. En consecuencia, a pesar de su lucidez mental aparente y de
su habilidad en el volante, el conductor que ha ingerido bebidas embriagantes tarda mucho
más de lo normal en actuar ante circunstancias imprevistas, lo que es causa constante de
numerosos y graves accidentes de tránsito. Hecho que torna irresponsable conducir vehículos
después de haber ingerido licor, es que los trastornos neuromusculares (como retardos en las
reacciones sicomotoras, disminución de la atención y perturbación de los reflejos con
alargamiento de tiempo de reacción), ocurren mucho antes de que aparezcan los síntomas de
ebriedad, de modo que ni el conductor ni quienes lo acompañan se dan cuenta del trastorno
25
OLANO VALDERRAMA, Carlos Alberto, Tratado Técnico Jurídico sobre Accidentes de Circulación, Librería Ediciones
del Profesional Ltda., Octava Edición, Bogotá, 2006, pag 322.
15
Expediente 19001-33-31-008-2013-00052-01
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hasta que irrumpe una circunstancia imprevista, que demanda decisión y reacción rápidas de
parte del conductor, pero ya entonces las decisiones y reacciones rápidas son imposibles,
porque hay alcohol en el organismo, así sea en pequeña cantidad 26. (Obra citada por el
Consejo de Estado en la Sentencia del 10 de noviembre de 2005, Radicado interno. 19376)
“Con cifras en sangre hasta de 20 mgs. % no existe ninguna alteración; entre 20 y 50 mgs.
%, puede haber alguna locuacidad y merma de reflejos; entre 50 y 85 mgs. %, hay
disminución de los reflejos y alteración en la percepción. Entre 85 y 100 mgs. % en una
tercera parte de las personas ya puede haber síntomas de embriaguez, y las inhibiciones
sociales están disminuidas; las respuestas se tornan lentas y ya existe incoordinación. A
niveles de 100 a 150 mgs. %, la mitad de las personas... ya están ebrias, y hay una definida
merma de los reflejos y de la coordinación motora.
Con cifras de 150 a 200 mgs. %, el 80% está francamente ebrio y existe percepción
defectuosa en sentidos tan importantes como la visión, disminución del dolor y la voz es
arrastrada. De 200 mgs.% en adelante, cualquiera estará completamente ebrio; de 250 a
300 mgs.%, existe disminución de los estímulos, notoria incoordinación muscular que
difícilmente permite a la persona mantenerse en pie. Cifras de 300 mgs. % en adelante
hacen que el individuo esté en estupor y variará de superficial a profundo. Cifras por encima
de 400 mgs. %, llevan a coma, hipotermia e hiporreflexia, anestesia y colapso, y ya son
frecuentemente fatales. De 500 mgs. % en adelante sobreviene depresión del centro
respiratorio y vasomotor y rápidamente la muerte.
Entre 600 y 700 mgs. %, hay un coma profundo con muerte rápida. Alcoholemias por encima
de 700 mgs. %, son incompatibles con la vida”.
(...)
(...)
Respecto de los niveles circulantes, en general por debajo de 50 mg% de alcohol en sangre,
no podrán ser tenidos como evidencia de embriaguez; de 50 a 100 mg% irán a constituir un
estado de alicoramiento que no impide a todas las personas la conducción de un vehículo y,
por lo tanto, no puede afirmarse que todas las personas con esos niveles de alcoholemia estén
embriagadas. De 100 mg% en adelante, cualquier persona está impedida para conducir
adecuadamente un vehículo automotor...
(...)
Es importante hacer notar que el concepto embriaguez aguda, abarca estados en los cuales
sólo hay merma de reflejos, de percepción y de coordinación, que impiden la conducción
normal de un vehículo, hasta francas borracheras en las cuales la persona no puede ni
tenerse en pie. Atendiendo al principio de la causalidad, existe definida relación de ésta y la
26
ARANGO PALACIO, Mario, Control de Conductores Alicorados, Minsalud, Medellín, 1974, pag.2
16
Expediente 19001-33-31-008-2013-00052-01
Demandante ANA XIME HERNANDEZ
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inadecuada conducción de un vehículo, cuando los niveles de alcohol alteran las funciones
de coordinación motora, reflejos y percepción, lo cual se logra con alcoholemias por
encima de 100 mgs. %”.27 (Subraya la Sala)
Ahora, en la Guía de Intoxicación por etanol de la Doctora María Clara Pinzón Iregui, se
describen los grados clínicos de intoxicación que se presentan en los individuos según el
grado de ingesta de alcohol, así:
“FASE DE EXCITACIÓN:
FASE DE EMBRIAGUEZ:
Teniendo en cuenta los efectos que según los tratadistas reseñados implica conducir bajo los
efectos del alcohol, para la Sala resulta sumamente reprochable el actuar irresponsable que
asumió el señor Hernández el día en que sucedió el siniestro fatal, pues quedó evidenciado
que se encontraba en el más alto nivel de alcoholemia, circunstancia que por sí sola puso en
peligro su integridad personal, ya que es bien sabido que la conducción de vehículos
constituye per se una actividad riesgosa, factor que conforme a los grados clínicos de
intoxicación a que se hizo alusión, se eleva de manera considerable aún en el primer grado de
embriaguez -40 y 99 mg de etanol /100 ml- , toda vez que desde 50 mg de etanol en la sangre,
conducir comienza a ser peligroso y a partir de 75 mg, ya es considerado como efectivamente
peligroso.
27
GIRALDO G., César Augusto. Medicina Forense. Estudio biológico de ciencias forenses para uso de
médicos, juristas y estudiantes. 6ª edición, Señal Editora, Medellín, 1991, p. 348 a 352. Cita tomada de la sentencia
dictada el 6 de septiembre de 2001, exp. 13.232-15.646. M.P. Alier Eduardo Hernández Enríquez.
28
Consulta realizada en la página de internet,
www.aibarra.org/Apuntes/criticos/Guias/Intoxicaciones/Intoxicacion_por_etanol.pdf
17
Expediente 19001-33-31-008-2013-00052-01
Demandante ANA XIME HERNANDEZ
Demandado MUNICIPIO DE ALOTO-CAUCA
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En consecuencia, ante los 258 mg de etanol que el occiso tenía en su sangre al momento del
accidente; estado que genera incapacidad para caminar, proseguir una conducta orientada,
disminución de los estímulos, notoria incoordinación muscular que difícilmente permite a la
persona mantenerse en pie29, es palmario que no estaba en la posibilidad de conducir la
motocicleta en la que se transportaba, pues sus sentidos estaban totalmente alterados,
situación que evidentemente incidía en sus reflejos, haciendo nula su capacidad de reacción
ante cualquier circunstancia imprevista, por mínima que fuera.
De tal suerte, que esta violación al deber objetivo de cuidado y a las normas de tránsito, por
parte del señor Miguel Angel, no le permitió percatarse de que como lo afirmó el agente de
tránsito en la inspección técnica al cadáver y en la declaración rendida ante la Juez de
conocimiento, en el lugar de los hechos a 200 mts del puente en reconstrucción, había una
pancarta que informaba que la vía estaba cerrada, omisión que lo llevó a transitar por dicho
lugar, sometiéndose de manera voluntaria al peligro que ello representaba para su vida.
En efecto, el alto grado de alcohol que tenía en su organismo hacía nugatoria la capacidad de
advertir la obra que se adelantaba y con ello el peligro que corría, lo que permite colegir que
muy seguramente no observó la más mínima precaución en ese instante para evitar sufrir
cualquier tipo de accidente, debido a que su estado de conciencia estaba bastante alterado, por
lo tanto para la Sala es claro que su comportamiento, fue la causa determinante, eficiente e
idónea del perjuicio padecido.
29
GIRALDO G., César Augusto. Medicina Forense. Estudio biológico de ciencias forenses para uso de médicos, juristas y
estudiantes. 6ª edición, Señal Editora, Medellín, 1991, p. 348 a 352. Cita tomada de la sentencia dictada el 6 de septiembre
de 2001, exp. 13.232-15.646. M.P. Alier Eduardo Hernández Enríquez.
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Expediente 19001-33-31-008-2013-00052-01
Demandante ANA XIME HERNANDEZ
Demandado MUNICIPIO DE ALOTO-CAUCA
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A la anterior conclusión se arriba, comoquiera que si bien las medidas implementadas para
evitar el tránsito vehicular por el sector en que se desarrollaba la obra, no obedecía a los
requerimientos de la norma técnica, dicha circunstancia no puede ser considerada como la
causa determinante, ni mucho menos concurrente en la concreción del daño, pues es claro que
el estado de embriaguez en el que estaba el señor Hernández, no le permitía percatarse de
señalización alguna, independientemente de sus características, por lo tanto, así hubiese
existido mayor señalización y en mejores condiciones, el resultado muy seguramente sería el
mismo; se itera su capacidad de percepción y reacción ante cualquier eventualidad era nula.
En consecuencia, el hecho que el motociclista haya resuelto conducir bajo los efectos del
alcohol constituye la única causa eficiente, idónea y decisiva en la producción del accidente
que terminó con su vida, pues adicionalmente, no se puede pasar por alto lo consignado en el
informe de inspección técnica a cadáver30, donde se aduce que el perjudicado directo vivía en
Caloto, de lo que se colige que en efecto, sabía de la realización de la obra, lo cual no admite
una conclusión divergente, en atención a que dada la magnitud de ésta y el tiempo de
ejecución que llevaba31, resulta ilógico que no tuviera conocimiento que se había habilitado
un vía alterna para el tránsito vehicular, por consiguiente el daño deprecado no puede ser
atribuido a la entidad demandada de manera concurrente con el perjudicado directo, habida
cuenta que éste obedeció a la culpa exclusiva de la víctima, circunstancia que la exonera de
toda responsabilidad, motivo por el cual se revocará la sentencia rebatida.
8. Costas.
Por su parte, el artículo 392 del Código de Procedimiento Civil dispone lo siguiente:
30
Folio 11 del Cuaderno Principal
31
En el acta de inicio visible a folio 70 del expediente, se indica que la obra cuyo objeto era la construcción de un puente
vehicular sobre el rio chiquito en la vía Caloto Villa Rica Km 1+ 500, inició el 28 de septiembre de 2011.
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2. La condena se hará en la sentencia o auto que resuelva la actuación que dio lugar a la
condena. En la misma providencia se fijará el valor de las agencias en derecho a ser
incluidas en la respectiva liquidación.
3. (…)
3. Para la fijación de las agencias en derecho, deberán aplicarse las tarifas que establezca el
Consejo Superior de la Judicatura. Si aquellas establecen solamente un mínimo o éste y
máximo, el juez tendrá además en cuenta la naturaleza, calidad y duración de la gestión
realizada por el apoderado o por la parte que litigó personalmente, la cuantía del proceso y
otras circunstancias especiales, sin que pueda exceder el máximo de dichas tarifas”
Así las cosas, en razón a que la alzada se resolverá de manera desfavorable a la parte demandante,
se condenará a ésta, a reconocer la suma del cero cinco por ciento (0.5%) de las pretensiones de la
demanda, por concepto de agencias en derecho de segunda instancia.
Por otro lado, si bien la norma permite condenar en expensas del proceso en la presente
instancia, una vez revisado el proceso, no hay prueba arrimada al plenario que demuestre su
causación, por lo tanto no se ordenará su liquidación.
III. DECISION
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FALLA
PRIMERO: REVOCAR la sentencia No. 003 del 15 de enero de 2014, proferida por el
Juzgado Octavo Administrativo del Circuito de Popayán,
SEGUNDO. NEGAR las pretensiones de la demanda por las razones expuestas en la parte
considerativa de esta providencia.
CUARTO.- NOTIFIQUESE la presente sentencia a las partes dentro de los tres días
siguientes, mediante el envío del texto de esta providencia al buzón de correo electrónico para
notificaciones judiciales.
Se hace constar que el proyecto de sentencia fue considerado y aprobado por la Sala, en sesión
de la fecha.
Los Magistrados,
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