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Cláusula Filioque

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Icono de la Santísima Trinidad en el Monasterio de Vatopedi del Monte Athos.


Filioque (en latín), que se traduce como «y del Hijo», es una cláusula insertada
por la teología cristiana en la versión latina del símbolo niceno-
constantinopolitano del Concilio de Constantinopla I del año 381. No está presente
en la versión griega, en la que simplemente se lee que el Espíritu Santo procede
«del Padre».

Καὶ εἰς τὸ Πνεῦμα τὸ Ἅγιον, τὸ κύριον, τὸ ζωοποιόν, τὸ ἐκ τοῦ Πατρὸς ἐκπορευόμενον1


Y en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre
Et in Spiritum Sanctum, Dominum et vivificantem, qui ex Patre Filioque procedit
Y en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo2
Se considera que la cláusula Filioque fue insertada en la versión latina del credo
niceno-constantinopolitano durante el III Concilio de Toledo en 589 y que se
extendió espontáneamente3 por todo el pueblo franco. En el siglo ix, el papa León
III aceptó la doctrina del origen del Espíritu Santo del Padre y del Hijo, aunque
se opuso a la adopción de la cláusula Filioque. Sin embargo, en 1014 en Roma, se
adoptó el canto del credo con Filioque en la misa.4

La posición a favor de la inserción de esta cláusula, llamada filioquismo, se


inspiró en la doctrina tradicional de Occidente, así como en la doctrina recogida
en Alejandría. Fue proclamado dogma de la Iglesia por el papa León I en 447.5 En
oposición a este dogma se encuentra la doctrina del monopatrismo, formulada por el
patriarca de Constantinopla Focio en el siglo ix. Focio sostuvo que la frase «que
procede del Padre» (τὸ ἐκ τοῦ Πατρὸς ἐκτορευόμενον) debe ser del credo niceno-
constantinopolitano, interpretado en el sentido de «quien procede solo del Padre»
(τὸ ἐκ μόνου τοῦ Πατρὸς ἐκπορευόμενον).678 Esta doctrina fue una de las causas que
llevaron al breve cisma de Focio, precedente del Gran Cisma de 1054.9 Las
diferencias entre los defensores de las dos doctrinas constituyen todavía un
obstáculo en los intentos de reunir a las Iglesias católica y ortodoxa.510

Índice
1 Cláusula
2 Controversia
3 Historia
3.1 Nuevo testamento
3.2 Padres de la Iglesia
3.3 Concilios ecuménicos
3.4 Primeras oposiciones orientales
3.5 Desarrollo posterior
3.6 Controversia de Focio
3.7 Adopción en el ritual romano
3.8 Después del Gran Cisma
3.9 Concilios ortodoxos de Jerusalén
3.10 Reforma protestante
4 Posición de las diferentes denominaciones cristianas
4.1 Iglesia católica
4.2 Iglesias de los dos concilios
4.3 Iglesia ortodoxa
4.4 Iglesias ortodoxas orientales
4.5 Protestantismo
4.6 Iglesias anglicanas
5 Situación actual
6 Referencias
7 Bibliografía
Cláusula
El texto del símbolo Símbolo Niceno-Constantinopolitano, confirmado por los Padres
de la Iglesia en el Concilio de Constantinopla I del año 381 recoge que el Espíritu
Santo procede «del Padre».1

Καὶ εἰς τὸ Πνεῦμα τὸ Ἅγιον, τὸ κύριον, τὸ ζωοποιόν, τὸ ἐκ τοῦ Πατρὸς ἐκπορευόμενον


Y en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre
Por su parte, la versión latina inserta la cláusula «y del Hijo», lo que significa
que el Espíritu Santo procede «del Padre y del Hijo»;25 este es el origen de la
controversia entre las diversas denominaciones cristianas. Todo ello se debe a que
la inclusión de la cláusula ha llevado a la postulación de diferentes
interpretaciones teológicas, que se traducen en desacuerdos entre las iglesias
cristianas.11

Et in Spiritum Sanctum, Dominum et vivificantem, qui ex Patre Filioque procedit


Y en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo
Controversia
La controversia en torno a la cláusula Filioque proviene de cuatro desacuerdos
diferenciados:

sobre el término en sí,


sobre la ortodoxia de la doctrina de la procesión del Espíritu Santo del Padre y
del Hijo, a la que se refiere,
sobre la legitimidad de insertar el término en el credo niceno-constantinopolitano,
y
sobre la autoridad del papa para definir la ortodoxia de la doctrina o para
insertar el término en el credo niceno-constantinopolitano.
Aunque el desacuerdo sobre la doctrina precedió a aquel sobre la inserción en el
credo, ambos se vincularon con el tercero cuando el papa aprobó la inserción de la
cláusula en el símbolo niceno-constantinopolitano en el siglo xi. «En última
instancia, lo que estaba en juego no era solo la naturaleza trinitaria de Dios,
sino también la naturaleza de la Iglesia, su autoridad docente y la distribución
del poder entre sus líderes».12

Se identifican dos opiniones ortodoxas orientales opuestas sobre la cláusula


Filioque. Una visión «liberal», considera que la controversia es, en gran medida,
una cuestión de falta de comunicación y malentendidos mutuos. Desde este punto de
vista, tanto Oriente como Occidente tienen la culpa de no permitir una mayor
«pluralidad de teologías». Cada parte se desvió al considerar su marco teológico
como el único que era doctrinalmente válido y aplicable. Por lo tanto, ninguna de
las partes acepta que la controversia no se trata tanto de un conflicto dogmático,
sino de un punto de vista diferente de un «teologoumenón» o perspectiva teológica.
A pesar de que todos los cristianos deben estar de acuerdo en cuestiones
dogmáticas, hay opción para la diversidad en los enfoques teológicos. Esta opinión
es rechazada por aquellos que tienen una visión «rigorista» dentro de la Iglesia
ortodoxa. Para ellos, al igual que para Focio o Marcos de Éfeso, la cláusula
Filioque es una cuestión dogmática que no pueden descartar como un simple enfoque
teológico diferente. Así, muchos consideran que la Iglesia latina subestima el
papel del Espíritu Santo, lo que conduce a un grave error doctrinal.13

Durante el siglo xi la cláusula Filioque fue utilizada como un arma en la lucha de


poder entre Roma y Constantinopla. Para muchos involucrados en la disputa, los
problemas teológicos superaron con creces las preocupaciones eclesiológicas. De
este modo, se cuestiona si el cristianismo oriental y el occidental han terminado
por desarrollar «enseñanzas diferentes e incompatibles sobre la naturaleza de
Dios», acentuado desde el siglo VIII o el siglo IX, cuando los cristianos de ambas
partes de la disputa, comenzaron a creer que las diferencias eran irreconciliables.
Así, desde el punto de vista latíno, el rechazo oriental a la cláusula Filioque,
suponía la negación de la consustancialidad del Padre y del Hijo, y era considerado
una forma oculta de arrianismo. Por su parte, en Oriente, la interpolación de la
cláusula Filioque, indicaba que Occidente estaba enseñando una «fe sustancialmente
diferente».A pesar de que el poder y la autoridad fueron temas centrales en el
debate, la fuerza de las emociones se elevaron incluso al nivel del odio,
atribuyendo la creencia de que la otra parte «destruyó la pureza de la fe negándose
a aceptar las enseñanzas de los padres sobre la procesión del Espíritu Santo».14

Historia
Nuevo testamento
Artículo principal: Nuevo testamento
En el Diccionario Oxford de la Iglesia cristiana a partir de Jn 16,13-15, en el que
Jesús dice que el Espíritu Santo «(...) recibirá y tomará de lo mío y os lo
anunciará» se interpreta que en las relaciones entre las Personas de la Trinidad,
uno de ellos no podría «tomar» o «recibir» (en griego: λήψεται) ninguno de los
otros, sino que «proceden» uno de los otros.15 Versículos como Jn 20,22: «Y, dicho
esto, sopló sobre ellos y les dijo: "Recibid el Espíritu Santo"», fueron vistos por
los Padres de la Iglesia, especialmente Atanasio de Alejandría, Cirilo de
Alejandría y Epifanio de Salamina, como base para decir que el Espíritu Santo
«procede sustancialmente de ambos», del Padre y del Hijo.16 Otros pasajes que se
han utilizado en el debate incluyen Rm 8,9, Gá 4,6 y Flp 1,19, en los que el
Espíritu Santo se identifica como «Espíritu de Cristo», «Espíritu de su Hijo» y
«Espíritu de Jesucristo». Del mismo modo, el Diccionario Oxford de la Iglesia
cristiana describe versículos del Evangelio de Juan (Jn 14,16, Jn 15,26 y Jn 16,7)
en los que Jesús envía el Espíritu Santo.15 Además, en Ap 22,1, el río del agua de
la Vida (identificando el Agua de la Vida como el Espíritu Santo de Jn 7,39) brota
del trono de Dios y del Cordero (siendo Cristo el Cordero en Jn 1,29), lo que se
puede interpretar como el Espíritu Santo que procede tanto del Padre como del Hijo.

El Nuevo Testamento no declara explícitamente el origen del Espíritu Santo como la


teología comprende y define la doctrina. A pesar de esto, hay ciertos principios
establecidos en el Nuevo Testamento que dieron forma a la teología trinitaria y, en
particular, textos que tanto latinos como griegos usaron para apoyar sus
respectivas posiciones frente a la controversia de la cláusula Filioque.
Anthony E. Siecienski17
Padres de la Iglesia
Artículos principales: Padres de la Iglesia, Padres capadocios y Pericóresis.
Desde el siglo III, antes de que se celebrara el Concilio de Constantinopla y de
que el Símbolo Niceno-Constantinopolitano se conociera en Occidente, teólogos
cristianos de Occidente hablaban explícitamente del Espíritu Santo como «del Padre
y del Hijo» o «del Padre a través del Hijo». Todo ello, mientras los Padres de la
Iglesia griegos debatían por encontrar un lenguaje capaz de expresar la naturaleza
misteriosa de la relación del Hijo con el Espíritu. Incluso durante la vida de
Cirilo de Alejandría, los teólogos latinos afirmaban que el Espíritu Santo procede
del Padre y el Hijo (ex Patre et Filio procedentem).18 Esta diferencia entre la
Iglesia latina y la griega permanece aún en debate.19

A principios del siglo III en la provincia romana de África, Tertuliano enfatizaba


que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo comparten una misma substancia divina, un
mismo grado y una misma potestad.20 Él concibe como que fluye del Padre y se
transmite por el Hijo a el Espíritu.21 Usando las metáforas de la raíz, el brote y
el fruto; la primavera, el río y la corriente; y el sol, el rayo y el punto de luz;
para la unidad con distinción en la Trinidad. Así, «el Espíritu, entonces, es
tercero de Dios y del Hijo...».22

A principio del siglo IV, Mario Victorino conectó fuertemente al Hijo y al Espíritu
en sus argumentos contra el arrianismo.2324 A mediados de siglo, Hilario de
Poitiers escribió que el Espíritu «proviene del Padre» y es «enviado por el
Hijo»,25 es enviado «del Padre a través del Hijo» y «tiene al Padre y al Hijo como
fuente».26 Por otro lado, cuestiona si «recibir del Hijo es lo mismo que proceder
del Padre», en referencia a Jn 16, 15.27 A finales de siglo, Ambrosio de Milán
afirmó que el Espíritu «procede del (procedit a) Padre y del Hijo», sin separarse
jamás de ninguno de los dos.28 Escribe, «Dios Todopoderoso, tu Hijo es la fuente de
la vida, es decir, la fuente del Espíritu Santo. Porque el Espíritu es vida...».29
Estos autores no reflexionan sobre el origen del Espíritu, sino que enfatizan la
igualdad de las personas de la Trinidad como Dios, reconociendo al Padre como
fuente de Dios eterno.30

En ese mismo siglo, los padres capadocios también escribieron sobre las tres
personas de la Trinidad. Así, Basilio de Cesarea indicaba que «a través del Hijo
único [el Espíritu Santo] se une al Padre»31 y «la bondad natural, la santidad
inherente y la dignidad real llegan del Padre a través del unigénito (διὰ τοῦ
Μονογενοῦς) al Espíritu».32 Sin embargo, sus textos no se pueden considerar
defensores del Filioque.33 Gregorio Nacianceno distinguió entre los dos verbos
griegos procedencia, ἐκπορεύεσθαι, tal y como se utiliza en la versión griega
original del símbolo Niceno-Constantinopolitano y προϊέναι. En su Oración sobre la
Candelaria indica que «El Espíritu Santo es el verdadero Espíritu que procede
(προϊέναι) del Padre, de hecho, pero no de la misma manera que el Hijo, porque no
fue por generación, sino por procesión (ἐκπορεύεσθαι)».34 Por su parte Gregorio de
Nisa, indica que «el uno (es decir, el Hijo) es directamente del Primero y el otro
(es decir, el Espíritu) es a través del que es directamente del Primero (τὸ δὲ ἐκ
τοῦ προσεχῶς ἐκ τοῦ πρώτου) con el resultado de que el Unigénito permanece en el
Hijo y no niega el ser del Espíritu del Padre ya que la posición media del Hijo
protege su distinción como Unigénito y no excluye al Espíritu de su relación
natural con el Padre».3536

En la primera mitad del siglo V, Cirilo de Alejandría legó en sus enseñanzas que el
Espíritu Santo procede del Padre y el Hijo utilizando los verbos griegos προϊέναι
(en latín procedere) y προχεῖσθαι (viene de), y no el verbo ἐκπορεύεσθαι que
aparece en el texto griego del símbolo de Nicea.1537 También habla del Espíritu
Santo que viene del Padre a través del Hijo, dos expresiones diferentes que para él
son complementarias: la procesión del Espíritu Santo del Padre no excluye la
mediación del Hijo y el Hijo recibe del Padre una participación en la venida del
Espíritu Santo.38 La Iglesia católica acepta ambas frases, y considera que no
afectan la realidad de la misma fe, expresando la misma verdad de maneras
ligeramente diferentes.113940

A las enseñanzas de Cirilo de Alejandría se opuso Teodoreto de Ciro que se negaba a


respaldar la deposición de Nestorio en el Concilio de Éfeso de 431.41 Además, acusó
a Cirilo de enseñar que el Hijo tiene un papel en el origen del Espíritu Santo,42
negando que el Hijo tuviera alguna participación en la procedencia del Espíritu
Santo.4344 Teodoreto también atacó los Doce Anatemas de Cirilo. El noveno afirmaba
que el Espíritu Santo es el Espíritu de Jesús,45 lo cual era considerado blasfemia
por Teodoreto, puesto que esta consideración inspiraba la idea de que el Espíritu
tiene su origen a través del Hijo.46 Ante este planteamiento Cirilo reafirmó que
este mismo Espíritu, que es el Espíritu de Dios Padre, es también el Espíritu del
Hijo: procede del Padre, pero no como si fuera ajeno al Hijo.47 Finalmente, bajo la
presión de los Padres de la Iglesia presentes en el Concilio de Calcedonia de 451,
Teodoreto pronunció anatema contra Nestorio.4849 Falleció seis años después, en
457. Casi un siglo después, el Concilio de Constantinopla II de 553 declaró anatema
sobre cualquiera que defendiera los escritos de Teodoreto contra Cirilo y sus Doce
anti-Anatemas, incluyendo su ataque al noveno anatema de Cirilo.435051

Véase también: Cisma de los Tres Capítulos


Las obras de Agustín de Hipona son la base de la teología trinitaria occidental y
de la cláusula Filioque.5253 Agustín hizo popular la frase «producto del Padre a
través del Hijo» en todo occidente.54 También fue utilizado en oriente «a través
del Hijo», aunque fue abandonado o rechazado posteriormente por ser equivalente a
«del Hijo» o «y el Hijo».55 Del mismo modo, Epifanio de Salamina recoge en sus
escritos que el Espíritu Santo es del Padre y del Hijo, sin el Padre y del Hijo,
del Padre y sin el Hijo, de ambos, de una misma esencia como el Padre y el Hijo, y
así sucesivamente. De esta forma, «la enseñanza patrística del siglo IV carece de
la exclusividad que caracterizó a la teología ortodoxa después de Focio para la
repulsa de la doctrina Filioque. Aunque aquí no se encuentra el Filioque puro que
consideran los teólogos católicos, tampoco (...) se encuentra esa oposición al
Filioque que se convirtió en una especie de dogma ortodoxo o, más bien,
anticatólico».56 Por su parte, los escritos del papa León I57 son ambiguos en
cuanto a la cláusula, ya que fueron utilizados tanto por latinos como por griegos
para defender sus posturas. En una de sus epístolas indica que el Espíritu Santo
procede del Padre y del Hijo.558 Además, probablemente a mediados de este siglo V59
surgió el Símbolo Quicumque.6061

El papa Gregorio I,62 en la Homilía 26 del Evangelio, señala que el Hijo es


«enviado» por el Padre, tanto en el sentido de una generación eterna como de una
encarnación temporal. Así, indica que el Espíritu es «enviado» por el Hijo desde el
Padre tanto para una procedencia eterna como para una misión temporal. «El envío
del Espíritu es esa procedencia por la cual procede del Padre y del Hijo».63 En su
comentario Moralia, sive Expositio in Job escribió: «El mediador entre Dios y los
hombres, el Hombre Cristo Jesús, en todas las cosas lo tiene (el Espíritu Santo)
siempre y continuamente presente. Porque el mismo Espíritu, incluso en sustancia,
procede de Él (quia et ex illo isdem Spiritus per substantiam profertur). Y así,
aunque Él (el Espíritu) permanece en los santos profetas, se dice justamente que
permanece en el Mediador de una manera especial, por eso en ellos Él procede de la
gracia de forma particular, pero en Él permanece sustancialmente para todos los
fines».64 Posteriormente, en Dialogues, dio por sentada la cláusula Filioque al
citar Jn 16, 7, «es cierto que el Espíritu Paráclito siempre procede del Padre y
del Hijo, ¿por qué dice el Hijo que está a punto de irse para que [el Espíritu] que
nunca deja al Hijo pueda venir?».65 El texto propone una procesión eterna tanto del
Padre como del Hijo mediante el uso de la palabra «siempre» (sempre). El uso de
recessurumy recedit es significativo para la divina procedencia porque aunque el
Espíritu siempre procede (semper procedat) del Padre y del Hijo, el Espíritu nunca
deja (numquam recedit) al Hijo por esta procedencia eterna.66 Los textos de
Gregorio fueron traducidos erróneamente al griego por el papa Zacarías, ya que
sustituyó «proceder del Hijo» por «persistir en el Hijo». Este hecho provocó que
los teólogos orientales definieran a Gregorio como contrarío a la cláusula
Filioque.67

Ninguno de estos autores hizo del origen de Espíritu Santo un objeto de especial
reflexión. Todos están interesados en enfatizar el estatus igualitario de las tres
personas divinas como Dios y todos reconocen que solo el Padre es la fuente del ser
eterno de Dios.30 A pesar de que los sacerdotes orientales sabían que en Occidente
se estaba enseñando el origen del Espíritu Santo del Padre y del Hijo, generalmente
no consideraban el tema como herético,68 «toda una generación de escritores
occidentales, incluidos los papas que fueron venerados como santos por la iglesia
oriental, confesaron el origen del Espíritu también del Hijo; no existiendo
prácticamente desacuerdo sobre esta teoría».69

Concilios ecuménicos

Icono del Concilio de Nicea. Aparece el texto original del Símbolo Niceno-
Constantinopolitano en griego.
Artículo principal: Concilio ecuménico
El primer concilio ecuménico fue el Concilio de Nicea en el año 325. En el se fijó
el primer credo litúrgico, el Símbolo Niceno. Este símbolo intentaba presentar la
doctrina de la Iglesia en lo referente a la figura de Jesucristo frente al
arrianismo.23 Por ello, se incluyeron frases como «engendrado, no creado»70 y
«consubstancial al Padre». No hacía más que una simple mención del Espíritu Santo,
sin referencia a su origen, con las palabras «y en el Espíritu Santo».7172
Creemos en un Dios Padre todopoderoso, creador de todas las cosas, tanto visibles
como invisibles. Y en un solo Señor Jesucristo, el Hijo de Dios, el unigénito
engendrado del Padre, que es de la sustancia [Gr. ousias, Lat. substantia] del
Padre, Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado [Gr.
gennethenta, Lat. natum] no hecho [Gr. poethenta, Lat. factum], CONSUBSTANCIAL [Gr.
homoousion, Lat. unius substantiae (quod Graeci dicunt homousion)] con el Padre, a
través del cual todas las cosas llegaron a ser, tanto las del cielo como las de la
tierra; para nosotros los humanos y para nuestra salvación, él bajó y se encarnó,
se hizo humano, sufrió y se levantó al tercer día, subió al cielo, viene a juzgar a
los vivos y a los muertos. Y en el Espíritu Santo.
La profesión de los 318 Padres.
El segundo, fue el Concilio de Constantinopla en 381,73 concebido inicialmente como
sínodo local,74 Fue convocado por Teodosio I, entonces emperador solo del Imperio
romano de Oriente,75 Participaron 150 obispos únicamente de su dominio. No se
convocó a los obispos occidentales, entre ellos al de Roma, que hasta el siglo VI
no reconoció este concilio como ecuménico.7677 Este concilio amplió la cita al
Espíritu Santo con «procede del Padre» (en griego: ἐκ τοῦ Πατρὸς ἐκπορευόμενον).
Esta ampliación se basa en la cita de Jn 15, 26 (en griego: ὃ παρὰ τοῦ πατρὸς
ἐκπορεύεται). Se incluyó la variación ἐκ en lugar de παρά del evangelio.78

Πιστεύομεν εἰς ἕνα θεὸν [...] καὶ εἰς τὸ Πνεῦμα τὸ Ἅγιον [...] τὸ ἐκ τοῦ Πατρὸς
ἐκπορευόμενον
Creemos en un solo Dios [...] y en el Espíritu Santo [...] que procede del Padre
Este texto es conocido como Símbolo Niceno-Constantinopolitano.73 Sin embargo, no
tuvo carácter normativo, puesto que en el Concilio de Éfeso del año 431,79 se citó
el credo en su forma original de 325 y no de 381.80

Es ilegal que cualquiera presente, escriba o componga un credo diferente que


rivalice con el establecido por los santos sacerdotes reunidos con el Espíritu
Santo en Nicea. Y aquellos que se atreven a componer una profesión de fe diferente
o presentarla u ofrecerla a las personas que desean convertirse para reconocer la
verdad, ya sea del paganismo o el judaísmo o cualquier otra herejía, deben ser
depuestos, ya sean obispos o clero; obispos episcopados y clérigos del sacerdocio;
y si son laicos, deben ser anatemas.79

III Concilio de Toledo. Conversión de Recadero, Antonio Munoz Degrain (1888).


A pesar de la prohibición del Concilio de Éfeso, fue el credo del segundo concilio
el que se adoptó litúrgicamente en oriente y, más tarde, con una variación latina,
en occidente. La variación occidental contenía dos adiciones: «Dios de Dios» (en
latín: Deum de Deo) y «y del Hijo» (en latín: Filioque).81

Recientes descubrimientos demuestran que la cláusula Filioque se utilizó en el


Concilio de Seleucia-Ctesifonte en Persía en el año 410.82Esto lo sitúa con
anterioridad al cisma nestoriano, por el que la Iglesia del Oriente, Iglesia
cristiana del Imperio sasánida, se separó de la Iglesia católica.83 La Iglesia del
Oriente no incluye la cláusula en su versión del credo.84

El cuarto concilio ecuménico fue el Concilio de Calcedonia de 451. En sus actos


cita el Símbolo Niceno-Constantinopolitano, como «el credo ... de los 150 padres
santos reunidos en Constantinopla», y lo trató formalmente como obligatorio junto
con el Símbolo Niceno, siendo recibido y reconocido por León I.3085868788

A principios del siglo VI, este símbolo fue ampliamente utilizado en la liturgia
oriental y, a fines del mismo siglo, en partes de occidente, algo que pudo haber
comenzado con el III Concilio de Toledo en 589.30 En este concilio, los visigodos
renunciaron al arrianismo, aceptando el catolicismo. Este concilio toledano mandó
el canto del Símbolo en la misa, como ya era costumbre en el Oriente. Se le
atribuye la inserción de la cláusula Filioque en el Símbolo Niceno-
Constantinopolitano, pero no todos los manuscritos de los actos del concilio
incluyen esta cláusula en el texto del Símbolo. Mientras que si la incluyen en la
profesión de fe que los conversos del arrianismo debían pronunciar.899091 La
inclusión de la cláusula se extendió desde el reino visigodo al Reino Franco, que
adoptó la fe católica en 496,92 y a Inglaterra, donde el Concilio de Hatfield lo
acepto en 680 como respuesta al monotelismo.93 Sin embargo, no fue adoptado en
Roma.

Primeras oposiciones orientales

Icono de Máximo, el Confesor.


Artículos principales: Monotelismo y Máximo el Confesor.
En 638, el emperador bizantino Heraclio, con el apoyo del patriarca Sergio I de
Constantinopla, publicó Ekthesis, que definió la forma imperial del monotelismo
como la oficial del cristianismo, una doctrina que afirma que Jesús tiene dos
naturalezas, la humana y la divina, y una única voluntad, la divina.9495 Antes de
que Ekthesis llegara a Roma, falleció el papa Honorio I, que parecía apoyar el
monotelismo. Su sucesor, Severino, condenó la doctrina de inmediato por lo que no
pudo tomar el trono hasta 640, por la negativa del emperador. Su sucesor, el papa
Juan IV, también rechazó completamente la doctrina. Esto condujo a un gran cisma
entre Occidente y Oriente, que fue resuelto en Tercer Concilio de Constantinopla de
681.9697

Mientras tanto, Máximo el Confesor, un monje que desarrollaba su servicio en


África, emprendió una fuerte campaña contra el monotelismo. Declaró que estaba mal
condenar el uso romano de «y el Hijo». También indicó que las diferencias entre el
latín y el griego eran un obstáculo para el entendimiento mutuo, ya que «ellos no
pueden reproducir su idea en un idioma y en palabras que les son extrañas como
pueden hacerlo en su lengua materna, tal como nosotros tampoco podemos hacerlo».16

Ellos [los romanos] produjeron evidencia unánime sobre los padres latinos y también
de Cirilo de Alejandría, a partir de su estudio del Evangelio de Juan. En base a
estos textos, mostraron que no hicieron del Hijo el origen del Espíritu; saben en
verdad que el Padre es el único origen del Hijo y el Espíritu, el primero por
generación y el otro por procedencia, sino que manifestaron solo la procedencia a
través de Él y, de este modo, mostraron la unidad e identidad de la esencia. Por lo
tanto, han sido acusados de exactamente lo que estaría mal hacer, mientras que los
primeros [los bizantinos] han sido acusados de lo que estaría bien hacer [ser
monotelitas].
Carta a Marinus. Máximo el Confesor.16
En 646, convenció a los concilios africanos para que propusieran un manifiesto
contra la doctrina. Envió este manifiesto a Teodoro I, quien, a su vez, escribió al
patriarca Pablo II de Constantinopla explicando la naturaleza herética de la
doctrina. Pablo por su parte, era un devoto monotelita, y ordenó al papa adherirse
a la doctrina de la voluntad única, acusándolo de utilizar la cláusula Filioque.98
La respuesta papal llegó en 649 con la excomunión del patriarca,99 declarándolo
herético por haber publicado en nombre del emperador Constante II, en 647 o 648, el
edicto Tipos. En este edicto, Pablo prohibía cualquier mención de uno o dos
voluntades en Cristo. El resultado del edicto fue el contrario al que proponía
Pablo, ya que implicaba que ninguna de las dos doctrinas era mejor que la otra. El
papa Teodoro convocó, al margen del emperador, el Concilio de Letrán de 649 que
estuvo presidido su sucesor Martín I. Este concilio condenó tanto la doctrina
monotelita, como Typos. El papa informó al emperador de las conclusiones del
concilio exigiéndole su adhesión al mismo.100 Por su parte, el emperador ordenó la
detención tanto del papa como de Máximo el Confesor, siendo trasladados a
Constantinopla. El papa fue condenado a muerte y desterrado al Quersoneso Táurico
donde falleció a causa de la tortura sufrida, por lo que es el último papa venerado
como mártir.101102 Por su parte, Máximo también fue condenado y exiliado tras
cortarle la lengua y la mano derecha.103
Desarrollo posterior

Carlomagno, Agostino Cornacchini (1725).


En occidente se generalizó el uso del la cláusula Filioque, lo que fue cuestionado
por los enviados del emperador bizantino Constantino V al Concilio de Gentilly del
año 767.104105 Debido a las protestas de los enviados existen dudas de la inclusión
de la misma en las conclusiones del concilo.106 El uso de la cláusula fue defendido
por el patriarca Paulino de Aquilea durante el concilio de Friuli de 796 o 797.107

Durante el siglo VIII se extendió por todo occidente la práctica de cantar el Credo
latino durante la misa, por lo que la cláusula Filioque se convirtió en parte del
rito romano. Inicialmente, esta práctica fue adoptada en la corte del emperador
Carlomagno desde 798.90108

Los esfuerzos occidentales para lograr que el papa León III aprobara la
incorporación de la cláusula Filioque al símbolo, se debían al deseo de Carlomagno
de acusar a oriente de herejía. La negativa del papa a aprobar la interpolación
impidió que estallara un conflicto con el imperio oriental. Posteriormente,
Carlomagno acusó al patriarca Tarasio de Constantinopla de no ser fiel al símbolo
de nicea, ya que no profesaba la fe de la procedencia del Espíritu Santo del Padre
«y del Hijo», sino solo «por el Hijo». Esta acusación fue rechazada ferozmente por
Roma. Después de un intercambio de correspondencia, en torno a 790, el emperador
encargó el texto Libri Carolini para refutar las posiciones tanto del concilio de
Hieria de 754 como del Segundo concilio de Nicea de 787 sobre la iconodulia y la
iconoclasia.109 Las conclusiones del segundo concilio de Nicea no fueron
correctamente entendidas en occidente, puesto que la traducción fue de baja
calidad. El texto enfatizaba de nuevo en el punto de vista de Carlomagno sobre la
cláusula Filioque, reforzando la tesis occidental de que fue incluida en el símbolo
niceno-constantinopolitano en el concilio de 381.30110111112

El papa León III declaró ortodoxo lo que la cláusula Filioque profesa, pero se
opuso a agregarla al Credo, indicando que no es necesario exprimir todas las
verdades en el Credo y sugiriendo seguir el ejemplo de Roma al no incluir el Credo
en la celebración de la misa.4113114 También ordenó grabar en griego y en latín el
Símbolo Niceno-Constantinopolitano, sin la cláusula, en dos discos de plata que
expuso en la Basílica de San Pedro,30115 añadiendo la inscripción «Haec Leo posui
amore et cautela orthodoxae fidei (Yo, León, coloqué estos discos por amor y para
proteger la fe ortodoxa)».116117

Paralelamente, en el año 808, la controversia resurgió en Jerusalén entre los


monjes griegos de un monasterio y los monjes benedictinos francos de otro. Los
griegos amonestaron a los benedictinos por cantar el credo con la cláusula
Filioque, entre otras cosas. En el concilio de Aquisgrán de 809, convocado por el
emperador, se ordenó la inclusión de la cláusula en la liturgia,4 fijando así la
práctica y dando respuesta a los monjes griegos de Jerusalén.30113116118119 Desde
entonces, se extendió por el Sacro Imperio Romano Germánico. A pesar de que también
se utilizada en algunas partes de Italia, la Santa Sede no la aceptó hasta 1014.90
108

Controversia de Focio

Icono de Ignacio de Constantinopla.


Artículo principal: Cisma de Focio
Con anterioridad a Focio, en torno al año 750, Juan Damasceno trató la relación del
Espíritu Santo con el Padre y el Hijo. La posición de Juan es que el origen del
Espíritu es solo el Padre, con el Hijo como mediador.120 Por lo que difiere de
Focio, mientras que no respalda la cláusula Filioque.55

Con respecto al Espíritu Santo, ambos decimos que Él vino del Padre y lo llamamos
el Espíritu del Padre. Al mismo tiempo, tontamente, decimos que vino del Hijo y lo
llamamos solo el Espíritu del Hijo.
Juan Damasceno.
En torno al año 860, la controversia sobre la cláusula Filioque llegó a su punto
más álgido durante las disputas entre los patriarcas de Constantinopla, Focio e
Ignacio. En 867 Focio, como patriarca, emitió una Encíclica al resto de Patriarcas
Orientales y los convocaba a un concilio en Constantinopla. En este concilio, Focio
acusó a la Iglesia Occidental de herejía y cisma, debido a las diferencias en
diversas prácticas, en particular, en relación al uso de la cláusula Filioque9 y a
la autoridad papal.121 Estas acusaciones llevaron a un cambio en el enfoque del
concilio, trasladando las cuestiones de jurisdicción y costumbre a otra sobre
dogma. Este concilio declaró un anatema contra el papa Nicolás I, llevando a
excomulgarlo y deponerlo.122

Focio excluyó «y al Hijo» y también «a través del Hijo» con respecto al origen
eterno del Espíritu Santo. Para él, «a través del Hijo» se aplicaba solo a la
misión temporal del Espíritu Santo (enviándolo al tiempo).55123124 Sostuvo que el
origen eterno del Espíritu Santo es «solo del Padre». Esta frase fue, verbalmente,
una novedad. Sin embargo, los teólogos ortodoxos orientales generalmente sostienen
que, en esencia, la frase es solo una reafirmación de la enseñanza tradicional.125
126 Focio argumenta en Mistagogia del Espíritu Santo que cualquier adición al
símbolo de Nicea complicaría y confundiría una definición ya muy clara y simple de
la ontología del Espíritu Santo que el consejo ecuménico ya nos había dado. Esta
doctrina de Focio es «una novedad para la iglesia oriental».127

El punto de vista de Focio ha sido visto como una reafirmación de la doctrina de la


monarquía del Padre. Su posición de que el Espíritu Santo vendría solo del Padre
también se ha descrito como una reafirmación de los pensamientos de la Escuela de
Antioquía de los Padres Capadocios,125128 (en contraste con la Escuela neoplatónica
de Alejandría)129130131 sobre la «monarquía del Padre».125 «Los Capadocios
expresaron una sola idea: la monarquía del Padre y, en consecuencia, la procesión
del Espíritu Santo precisamente del Padre. Sin embargo, nunca transmitieron en esta
idea, la exclusividad que adquirió en la época de las disputas de Filioque después
de Focio, en el sentido de ek monou tou Patros (solo del Padre)».132133 En este
contexto, el término «monarquía» se refiere al Padre no en el sentido de que Él es
único gobernante sino el único origen, el único principio (ἀρχή, arche) de todo. En
este sentido, la Iglesia occidental también mantiene la monarquía del Padre, así el
Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos indica que «La
doctrina del Filioque debe ser entendida y presentada por la Iglesia católica, de
tal manera que parezca que no puede contradecir a la Monarquía del Padre, ni el
hecho de que Él es la única fuente (ἀρχή, αἰτία) de la ἐκπόρευσις del Espíritu».129
Igualmente, el Catecismo de la Iglesia Católica recoge que «el orden eterno de las
personas divinas en su comunión consubstancial implica que el Padre sea el origen
primero del Espíritu en tanto que "principio sin principio"».11

El Concilio de Constantinopla de 867 fue convocado por Focio. A continuación, la


Santa Sede convocó el Concilio de Constantinopla de 869-870, cuarto para la Iglesia
católica, que anulaba el anterior.134 Por su parte, Focio convocó el Concilio de
Constantinopla de 879-880, cuarto para la Iglesia ortodoxa oriental. En ellos se
trató la decisión del emperador bizantino Miguel III de cesar a Focio y nombrar
patriarca a Ignacio I, se abordó la cuestión de la primacía papal sobre todas las
iglesias y sus patriarcas, además del uso de la cláusula Filioque.135136137138 Al
último concilio asistieron como legados apostólicos el cardenal Pietro de San
Crisogono, Paulus obispo de Ancona y Eugenio obispo de Ostia, quienes aprobaron los
cánones del concilio aunque no está claro si llegaron a ser promulgados por la
Santa Sede.139

Coronación de Enrique II como emperador.


Adopción en el ritual romano
En 1014, Enrique II fue coronado emperador del Sacro Imperio Romano Germánico en
Roma por el papa Benedicto VIII. La coronación tuvo lugar en Roma por la ayuda
prestada por Enrique II a la restauración en el trono papal de Benedicto VIII, tras
el golpe del antipapa Gregorio. El emperador pidió al papa recitar el símbolo con
la cláusula Filioque, siendo así la primera vez que se utilizó en Roma.90 Desde
entonces quedó incorporado en el rito romano,129 no siendo así en las Iglesias
católicas orientales.140

Después del Gran Cisma


Artículo principal: Cisma de Oriente
La oposición oriental a la cláusula Filioque quedó reforzada el Gran Cisma de 1054.
Por su parte, la posición occidental fue reforzada en los concilios de Letrán.

El Padre no se origina de nadie; el Hijo se origina solo del Padre; y el Espíritu


Santo se origina tanto del Padre como del Hijo por igual.
IV Concilio de Letrán.141142
Para tratar de resolver las diferencias, se celebraron los concilios de Lyon y de
Florencia.

Emperador Miguel VIII.


El Segundo Concilio de Lyon de 1274 aceptó la profesión de fe del emperador
bizantino Miguel VIII Paleólogo sobre el Espíritu Santo «procedente del Padre y del
Hijo».143 Los participantes griegos, incluido el patriarca José I de
Constantinopla, cantaron tres veces el símbolo con la cláusula Filioque incluida.
La mayoría de los cristianos bizantinos se negaron a aceptar los acuerdos de Lyon,
puesto que aún se encontraban disgustados y recuperándose de la conquista de
Constantinopla por parte de los cruzados latinos en 1204. Por lo que el patriarca
abdicó. El sucesor de José I fue Juan XI de Constantinopla, quien estaba convencido
de que la enseñanza de los sacerdotes griegos era compatible con la de los latinos,
se vio obligado a renunciar en 1282 con el fallecimiento del emperador Miguel VIII.
Fue reemplazado por Gregorio II de Constantinopla, un firme opositor de la
reunificación.144

El concilio acordó que las iglesias orientales que deseaban reunirse con Roma
aceptaran la cláusula Filioque como expresión legítima de la fe. Por el contrario
no obligaba a acoger la costumbre litúrgica de recitar el credo durante la misa. El
acuerdo también condenó a «todos aquellos que presumen negar que el Espíritu Santo
procede eternamente del Padre y del Hijo, o que afirmen que el Espíritu procede del
Padre y del Hijo como dos principios y no uno solo [doble procedencia]».30145146

El obispo Gregorio Palamás trató el tema de la cláusula Filioque en 1351. Remarcó


claramente las distinciones entre las opiniones de las iglesias occidentales y
orientales sobre el origen del Espíritu Santo. Continuó la tradición oriental sobre
lo que se había tratado en el símbolo de Nicea, aclarando también lo que algunas
frases divergentes en las que los teólogos orientales parecían apoyar la cláusula
Filioque, así como, cuál era la distinción que realmente hicieron los autores
orientales que se oponían a la cláusula:147

El gran Máximo, el sagrado Tarasio e incluso San Juan (Damasceno) reconocieron que
el Espíritu Santo procede del Padre, de quien subsiste en términos de su hipóstasis
y es la causa de su ser. Al mismo tiempo, reconocen que el Espíritu es dado,
revelado y manifestado, viene y es conocido por el Hijo.
Gregorio Palamás.
En el siglo XV se realizó un nuevo intento de reunificación en el Concilio de
Florencia. Al mismo, asistieron el emperador bizantino Juan VIII Paleólogo, el
patriarca José II de Constantinopla y otros obispos orientales con la esperanza de
obtener ayuda militar occidental contra el amenazante Imperio Otomano. Se
celebraron trece sesiones públicas en Ferrara entre el 8 de octubre y el 13 de
diciembre de 1438 y se discutió la cuestión de la cláusula Filioque sin llegar a un
acuerdo. Los griegos argumentaron que cualquier adición al credo, incluso si era
doctrinalmente correcta, estaba prohibida por el Primer Concilio de Éfeso de 431.
Por su parte, los latinos afirmaban que esta prohibición hacia mención solamente al
significado y no las palabras escogidas.148149

Laetentur Caeli: Bulla Unionis Graecorum.


Durante el concilio de 1439, el acuerdo continuó resultando imposible, hasta que,
entre los propios griegos, prevaleció la idea de que, aunque los santos latinos y
griegos profesaban su fe de manera diferente, coincidían en lo esencial, ya que los
santos no podían equivocarse en la fe.150 Finalmente, el 8 de junio, los griegos
aceptaron la doctrina latina. El 10 de junio falleció el patriarca José II. El
decreto de la unión, Laetentur Caeli,151 incluyó un afirmación sobre la cláusula
Filioque.152 Se firmó debidamente el 5 de julio de 1439 y se promulgó al día
siguiente, con la única oposición de Marcos de Éfeso que se negó a firmar.148149153

El Padre no fue engendrado; el Hijo fue engendrado por el Padre; el Espíritu Santo
procede del Padre y del Hijo. [...] El Espíritu Santo es eternamente del Padre y
del Hijo y tiene su naturaleza y subsistencia a la vez (en latín: simul, junto) del
Padre y del Hijo. Procede eternamente de ambos como de un principio único y a
través de una inspiración (...) Y, dado que el Padre dio a Su Hijo Unigénito, al
generarlo, todo lo que Él tiene, excepto ser el Padre mismo, así el Hijo recibió
del Padre, por quien fue engendrado eternamente, esto también, a saber, el hecho de
que el Espíritu Santo procede del Hijo. [...] Declaramos que cuando los santos
sacerdotes y doctores afirman que el Espíritu Santo procede del Padre a través del
Hijo, esto implica que, por lo tanto, el Hijo también debe ser entendido, de
acuerdo con los griegos como una causa, y con los latinos como un principio
subsistencia del Espíritu Santo, al igual que el Padre.154155
Por su parte, la Iglesia del Este se negó a considerar el acuerdo alcanzado en
Florencia como obligatorio, debido a que el fallecimiento de José II los había
dejado sin la representación del patriarca de Constantinopla. En oriente hubo una
fuerte oposición a la declaración y acrecentada cuando en 1453, catorce años
después del acuerdo, la ayuda militar prometida por occidente no había llegado y
Constantinopla cayó frente a los turcos. De este modo, ni los cristianos orientales
ni sus nuevos gobernantes deseaban más la unión con occidente.148149156157

Concilios ortodoxos de Jerusalén


El Concilio de Jerusalén de 1583 condenó a aquellos que no creían que el Espíritu
Santo procede del Padre en esencia, y del Padre y del Hijo en el tiempo. Además,
este sínodo se reafirmó en las decisiones de del primer Concilio de Nicea. Más
tarde, el Concilio de Jerusalén de 1672 reafirmó de manera similar la procedencia
del Espíritu Santo únicamente del Padre.158

Reforma protestante
A pesar de que la Reforma protestante desafió una serie de doctrinas de la iglesia,
aceptaron la cláusula Filioque sin reservas. Sin embargo, no tenían una insistencia
polémica en la visión occidental de la Trinidad.

En la segunda mitad del siglo XVI, los teólogos luteranos de la Universidad de


Tübingen iniciaron conversaciones con el patriarca ortodoxo de Constantinopla
Jeremías II Tranos, en ellas, los luteranos defendieron la cláusula Filioque
argumentando que, sin ella, «la doctrina de la Trinidad perdería su justificación
epistemológica en la historia de la Revelación». En los siglos siguientes, los
teólogos protestantes, consideraron la cláusula Filioque un componente clave de la
doctrina de la Trinidad, sin ser un pilar de la teología protestante.159 Así,
algunos autores indican que los protestantes se encuentran «en la misma confusión
que los teólogos del siglo IV que no pudieron distinguir entre los dos tipos de
procesión, "procediendo de" y "enviado por"».160

Posición de las diferentes denominaciones cristianas

Disputa sobre la Santísima Trinidad, Andrea del Sarto.


Iglesia católica
La doctrina de la Iglesia católica indica «que el Espíritu procede del Padre y del
Hijo». Esto fue afirmado dogmáticamente ya en el año 447 por el papa León I el
Magno, se basa en el testimonio de los Padres de la Iglesia tanto latinos como
alejandrinos5 y significa que el Espíritu Santo procede del Padre en cuanto Padre
del Hijo.11161 Las Iglesias católicas orientales por su parte, aunque no usan la
cláusula Filioque en el Credo, están en plena comunión con la Santa Sede.162

La Iglesia católica reconoce como justas tres maneras de hablar del origen del
Espíritu Santo:163164165166

El Espíritu Santo procede del Padre (la fórmula en el texto original del Símbolo
niceno-constantinopolitano),73
El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo (definición de, por ejemplo, el
Concilio de Lyon II)145 y
El Espíritu Santo procede del Padre por medio del Hijo (definición de, por ejemplo,
el Concilio de Florencia).149
La Iglesia católica enseña que las expresiones de fe griegas y latinas sobre este
tema no son contradictorias, sino complementarias:

La tradición oriental expresa en primer lugar el carácter de origen primero del


Padre por relación al Espíritu Santo. Al confesar al Espíritu como "salido del
Padre" (Jn 15,26), esa tradición afirma que éste procede del Padre por el Hijo (cf.
AG 2). La tradición occidental expresa en primer lugar la comunión consubstancial
entre el Padre y el Hijo diciendo que el Espíritu procede del Padre y del Hijo
(Filioque). Lo dice "de manera legítima y razonable" (Concilio de Florencia, 1439:
DS 1302), porque el orden eterno de las personas divinas en su comunión
consubstancial implica que el Padre sea el origen primero del Espíritu en tanto que
"principio sin principio" (Concilio de Florencia 1442: DS 1331), pero también que,
en cuanto Padre del Hijo Único, sea con él "el único principio de que procede el
Espíritu Santo" (Concilio de Lyon II, año 1274: DS 850). Esta legítima
complementariedad, si no se desorbita, no afecta a la identidad de la fe en la
realidad del mismo misterio confesado.
Canon 248 del Catecismo de la Iglesia Católica.11
La Iglesia católica no pretende que la expresión Filioque sea parte del texto
original del Símbolo Niceno-Constantinopolitano: no lo incluye cuando cita el
Símbolo, como por ejemplo en el documento Dominus Iesus,167 publicado el 6 de
agosto de 2000. En la liturgia, la Iglesia católica no incluye la frase
correspondiente a Filioque (καὶ τοῦ Υἱοῦ) en el texto en idioma griego del símbolo,
incluso para los católicos de rito latino.129 Lo papas Juan Pablo II y Benedicto
XVI recitaron el Símbolo Niceno-Constantinopolitano, junto con los patriarcas de
Constantinopla Demetrio I y Bartolomé I respectivamente, en griego y sin la
cláusula Filioque.168 Además, las Iglesias católicas orientales no necesariamente
incluyen a Filioque en sus versiones del Símbolo Niceno-Constantinopolitano.
Incluso aquellas Iglesias católicas que no son de tradición griega y que
incorporaron a Filioque en su recitación del credo están oficialmente animadas a
omitirlo. Entre ellas, la Iglesia católica caldea, derivada del cisma de la Iglesia
del Oriente en 1552 y una de las 24 Iglesias sui iuris integrantes de la Iglesia
católica, ha solicitado recientemente a la Santa Sede eliminar la cláusula Filioque
de su versión del credo.162

El acuerdo alcanzado en la Unión de Brest de 1595, recogió expresamente que todos


los que entraron en plena comunión con Roma «deberían quedarse con todo lo que les
fuera legado en la Biblia, en el Evangelio y en las obras de los santos doctores
griegos, es decir, que el Espíritu Santo procede, no de dos fuentes y no por doble
origen, sino de un origen, del Padre a través del Hijo».11140

La creencia de que el Espíritu Santo procede, en este sentido, «del Padre y el


Hijo» se mantuvo en occidente en las primeras etapas del conflicto. Hilario de
Poitiers, que era conocido como el «Atanasio de Occidente», y Agustín de Hipona son
«las principales fuentes patrísticas de la doctrina latina de Filioque».169 Incluso
antes de que Roma y el Concilio de Calcedonia de 451 recibieran y reconocieran el
Símbolo Niceno-Constantinopolitano con su expresión «del Padre»,868788 el papa León
I declaró en 446, que el Espíritu Santo procede tanto del Padre como del Hijo.5
Así, la doctrina de la procedencia del Espíritu Santo del Padre y del Hijo ya se
profesaba por unanimidad en occidente.16170171 La Iglesia católica reconoce que, en
idioma griego, la palabra usada en el Credo Niceno-Constantinopolitano para definir
la procedencia del Espíritu Santo no se puede usar correctamente con respecto al
Hijo, sino solo con respecto al Padre, una dificultad que no aparece en otros
idiomas.129

El papa León III estaba repitiendo así, las enseñanzas de León I. El Concilio de
Calcedonia adoptó como decisiva la forma del Tomus Leonis escrito por el papa León
I en 447, de modo que, la doctrina de la cláusula Filioque se había confesado como
dogma, con anterioridad a que lo establecieran los merovingios.5

La Iglesia católica defiende, del mismo modo, la doctrina de la monarquía del


Padre. Esta doctrina es defendida tanto por lo que teólogos que definen que el
Espíritu Santo proviene del Padre, como los que definen que provienen del Padre y
del Hijo y los que definen que proviene del Padre a través del Hijo.172173 Así, lo
defendieron también Máximo el Confesor,174 el Concilio de Worms,175 Buenaventura de
Fidanza176 o Basilio Besarión.177178 Por ello, la Iglesia católica, rechaza la
noción de que el Espíritu Santo procede juntos e igualmente de dos principios
(Padre e Hijo), en cambio, enseña dogmáticamente que «el Espíritu Santo procede
eternamente del Padre y del Hijo, no como dos principios, sino como uno solo».145
Así esta recogido en el Catecismo de la Iglesia Católica, el Padre es el primer
origen del Espíritu, como un «principio sin principio», pero también, como Padre
del Hijo Único, es con él «el único principio del que procede el Espíritu Santo».11

Iglesias de los dos concilios


Dos de las iglesias actuales derivadas del cisma de la Iglesia del Oriente en 1552,
la Iglesia asiria del Oriente179 y la Antigua Iglesia del Oriente,180 no utilizan
la cláusula Filioque cuando recitan el símbolo de Nicea.

Iglesia ortodoxa

El Espíritu Santo enviado en Pentecostés. Pentecostés, El Greco.


En el cristianismo ortodoxo, la teología comienza con la persona o hipóstasis del
Padre y no con la esencia de Dios,181 ya que en la Biblia el término «Dios» casi
siempre se usa como un nombre para el Padre, Hijo como «Hijo de Dios», y el
Espíritu Santo como «Espíritu de Dios». El Hijo nace del Padre y el Espíritu
procede del Padre, cada uno en la misma acción atemporal y eterna en el ser del
Padre.182 El ser o esencia de Dios, no creado, se define en griego como ousia.183
El Hijo y el Espíritu Santo comparten la misma naturaleza que el Padre, son
«consustanciales» al Padre. Todos los atributos de la divinidad que pertenecen al
Padre también pertenecen absoluta e idénticamente al Hijo y al Espíritu: vida,
amor, sabiduría, verdad, etc.184

En terminología ortodoxa, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son las tres


personas divinas. En este contexto, la palabra «persona o «hipóstasis» significa
«sujeto de existencia». Cada persona o hipóstasis es divina con la misma divinidad,
pero cada una es divina a su manera. Como la divinidad no creada tiene tres sujetos
divinos, también cada acción divina tiene tres actores divinos. Hay tres sujetos
divinos para cada acción de Dios, pero la acción sigue siendo la misma. Los tres
viven y actúan por la misma perfección divina, pero cada uno de acuerdo con su
propia distinción personal y singularidad.181

Es esta inmanencia de la Trinidad la que se definió en el Símbolo Niceno-


Constantinopolitano del año 381. La actividad y la realidad de la Trinidad en la
creación son nombradas como las energías de Dios, porque Dios, como creador, es la
luz y esta luz no creada (energía) es la fuente de la cual todas las otras cosas
derivan su existencia.185 La «economía de Dios», la forma en que se expresa en la
realidad (sus energías), no fue el tema directo del credo, así como no lo fueron
los detalles de las interrelaciones entre los sujetos de la existencia de Dios, las
personas divinas.186 El intento de usar el Símbolo de Nicea para explicar las
energías de Dios reduciendo las hipóstasis a meras energías (realidades,
actividades, potencialidades) puede percibirse como una forma de herejía
semimodalista.187188 Algunos teólogos ortodoxos afirman que aquí radica el problema
en la enseñanza de los teólogos católicos sobre el llamado actus purus.189

La interpretación de la Iglesia ortodoxa es que el Espíritu Santo procede solo del


Padre.182190 Focio afirmó que Filioque confunde la teología como se define en el
primer concilio de Constantinopla.191 La idea de que la frase «el Espíritu procede
del Padre y del Hijo», significa que el Espíritu Santo tiene dos orígenes, y fue
rechazada por los occidentales en el Concilio de Florencia. En ese momento, la
Iglesia católica declaró que la expresión «por el Hijo» debe entenderse en el
sentido de que el Espíritu Santo tiene la causa de su subsistencia en el Padre y
también en el Hijo.192

La cláusula Filioque fue calificada como herejía por algunos santos de la Iglesia
ortodoxa, como Focio,9 Gregorio Palamás o Marcos de Éfeso, los considerados «tres
pilares de la ortodoxia».193 Actualmente, el metropolitano Hierotheos (Vlachos) de
Nafpaktos, teólogo ortodoxo, afirma que la elección de las palabras del símbolo
sobre el Espíritu Santo son parte de la tradición ortodoxa. Estas palabras, tal y
como se utilizan en oriente, son las redactadas y presentadas por Gregorio de Nisa
durante el Concilio de Constantinopla de 381.194 Fueron aceptadas por el concilio,
sin embargo, Gregorio de Nisa no realiza ninguna indicación explícita en el símbolo
que indique que respaldara la cláusula Filioque tal y como se entendió
posteriormente en occidente.195

Otros santos orientales de la Iglesia ortodoxa, como Epifanio de Salamina o Cirilo


de Alejandría indicaban que el Espíritu Santo procedía del Padre y del Hijo.
Además, la Iglesia ortodoxa reconoce como santos a Padres de la Iglesia Occidental
como Hilario de Poitiers, Ambrosio de Milán, Agustín de Hipona o el papa León I, el
último de los cuales admitió la doctrina Filioque como dogmática en 447.5
Posteriormente, antes de la inserción de la cláusula en el símbolo, otro santo
oriental, Máximo el Confesor defendió la doctrina occidental.4468

Michael Pomazansky argumenta que el Símbolo de Nicea, como símbolo de fe y dogma,


debe abordar y definir la teología de la iglesia, específicamente la comprensión
ortodoxa de la trinidad de Dios. La hipóstasis del Padre en el Símbolo de Nicea es
el origen de todo. De hecho, durante el período bizantino, los ortodoxos acusaron a
los latinos que apoyaron la cláusula Filioque, de introducir «dos dioses»,
precisamente porque creían que la cláusula implicaba dos causas, no solo dos
fuentes o principios, en la Santísima Trinidad. Tradición patrística griega desde
los padres capadocios, identifica a Dios con la persona del Padre, mientras que
Agustín de Hipona parece identificarlo con la «substancia divina» (deitas o
divinitas).52196 Los teólogos ortodoxos también afirman que los pasajes del Nuevo
Testamento, citados generalmente por los latinos, tratan sobre la economía en lugar
de la ontología del Espíritu Santo y que, para resolver este conflicto, los
teólogos occidentales han realizado otros cambios en la doctrina, incluida la
declaración de que todas las personas en la Trinidad tiene su origen en la esencia
de Dios (lo que sería la herejía del sabelianismo).197

El Padre es la realidad eterna, infinita e increada. Tanto Cristo como el Espíritu


Santo también serían eternos, infinitos y no creados, en el sentido de que su
origen no está en la «sustancia» (ousia) de Dios, sino en la hipóstasis de Dios
Padre. El doble origen del Espíritu es similar a las enseñanzas de Macedonio I de
Constantinopla y su secta de los pneumatómacos, en el sentido de que el Espíritu
Santo sería creado por el Hijo, siendo así, inferior al Padre y al Hijo.198 Esta
posición de Macedonio fue lo que provocó que Gregorio de Nisa eligiera
específicamente las palabras en la sección sobre el Espíritu Santo que se recogen
en la versión final del Símbolo de Nicea.199

A juicio de estos ortodoxos, la Iglesia católica, enseña como dogma que el Espíritu
Santo deriva su origen y su ser igualmente del Padre y del Hijo, haciendo de
Filioque la expresión del doble origen.200201 Esto es exactamente lo que Máximo el
Confesor defendió como un error, ya que es algo que occidente no estaría
haciendo.202

No todos los teólogos ortodoxos comparten la opinión de Vladimir Lossky, Dumitru


Stăniloae, John Romanides y Michael Pomazansky, quienes condenan el uso de la
cláusula Filioque. Hay una visión liberal en la tradición ortodoxa que es más
receptiva a Filioque.203 La Enciclopedia de la Teología Cristiana, obra de Vasily
Bolotov, Paul Evdokimov, I. Voronov y Sergei Bulgakov, define Filioque como una
opinión teológica permisible, o theologoumenon.204205 Como un theologoumenon es una
opinión sobre lo que se define fuera del dogma, en el caso de los teólogos
ortodoxos receptivos a Filioque, no está claro si alguna vez aceptarán que se
agregue al Símbolo para toda la Iglesia o si lo entienden solo como algo exclusivo
de la Iglesia católica.173 Para Vasily Bolotov, esta opinión es confirmada por
otras fuentes,206 al igual que las que no defienden explícitamente esta posición.
Sin embargo, Bolotov rechaza firmemente Filioque, puesto que, defiende que el
Espíritu procede del Padre.207

«a través del Hijo» y «por el Hijo» son opiniones teológicas que se dogmatizaron
prematura y erróneamente. No existe un dogma sobre la relación del Espíritu con el
Padre y, por lo tanto, las opiniones particulares sobre este tema no son herejías,
sino solo hipótesis dogmáticas que fueron transformadas en herejías por el espíritu
cismático establecido en la Iglesia y que explora todas las formas de diferencias
litúrgicas e incluso culturales.
The Conforter, Sergei Bulgakov.208
Boris Bobrinskoy observa que Filioque tiene un contenido teológico positivo.206209
El obispo Kallistos Ware sugiere que el problema radica en la semántica más que una
diferencia teológica básica.203210

Varios teólogos ortodoxos estudiaron la cláusula Filioque nuevamente, con el


objetivo de posibilitar la reconciliación entre Oriente y Occidente. Theodore
Stylianopoulos propuso en 1986, una visión general, extensa y académica de esta
discusión contemporánea.173 El metropolitano Kallistos Ware cambió de opinión,
veinte años después de escribir la primera edición de su libro La Iglesia ortodoxa
(en 1975), afirmando que «El problema está más en el área de la semántica y en el
énfasis diferente que en las diferencias doctrinales básicas: 'el Espíritu Santo
procede solo del Padre' y 'el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo' pueden
'ambos' tener significados ortodoxos si la palabra 'proceder' tiene diferentes
significados».211 Por lo tanto, para algunos ortodoxos, Filioque, aunque todavía es
un tema de disputa, no sería un obstáculo para la comunión completa de las iglesias
católica y ortodoxa si se resuelven los elementos restantes de la contienda. Pero
muchos otros creen que Filioque está en contradicción flagrante con las palabras de
Cristo en el Evangelio, fue específicamente condenado por la Iglesia ortodoxa y
sigue siendo una enseñanza herética que divide a Occidente y Oriente.212
Los cristianos ortodoxos también argumentan que, incluso si se puede defender la
doctrina Filioque, su interpolación en el Símbolo es anti-canónica.212 La Iglesia
católica, al igual que la Iglesia ortodoxa, considera que las enseñanzas de los
consejos ecuménicos son infalibles, «reconoce el valor conciliar, ecuménico,
normativo e irrevocable, como una expresión de la única fe común de la Iglesia y de
todos los cristianos, del Símbolo profesado en griego por el Segundo Concilio
Ecuménico celebrado en Constantinopla en 381. Ninguna profesión de fe propia de una
tradición litúrgica particular puede contradecir esta expresión de fe enseñada y
profesada por la Iglesia indivisa»,129 pero considera admisibles las adiciones que
aclaran la enseñanza, sin contradecirla de ninguna manera y que no pretendan tener,
con base en su inserción, la misma autoridad que pertenece únicamente al
original.213 También permite el uso del Símbolo de los Apóstoles además del Símbolo
Niceno-Constantinopolitano y no ve ninguna diferencia esencial entre recitar en la
liturgia un símbolo con adiciones ortodoxas y una profesión de fe fuera de la
liturgia como la del patriarca Tarasio de Constantinopla, quien presentó una forma
del Credo Niceno-Constantinopolitano como sigue: el Espíritu Santo, el Señor y
dador de vida, que procede del Padre a través del Hijo.129

Iglesias ortodoxas orientales


Todas las Iglesias ortodoxas orientales usan el texto original del símbolo niceno-
constantinopolitano,214215 sin la cláusula Filioque.216217

Protestantismo
Los teólogos protestantes del siglo XX están divididos entre los que quieren
eliminar la cláusula, los que quieren dejarla de usar para favorecer la unión de
las Iglesias cristianas y los defensores que quieren mantenerla. Por su parte, la
Iglesia de Moravia nunca ha utilizado la cláusula Filioque.204218

Iglesias anglicanas
Las Iglesias anglicanas actualmente incorporan la cláusula Filioque en el símbolo
Niceno-Constantinopolitano, puesto que no se ha implementado el consejo de las
Conferencias de Lambeth de 1978 y 1988,219220 ni la resolución de los primados
anglicanos y el Consejo Consultivo Anglicano de 1993. Las conferencias Lambeth de
1998 y 2008 no incluyeron la recomendación.221

La Convención General de la Iglesia episcopal en los Estados Unidos de 1985


recomendó eliminar la cláusula Filioque del símbolo si la conferencia Lambeth de
1988 lo aprobaba.222 En consecuencia, la Convención General de 1994 reafirmó su
intención de eliminar la cláusula próxima revisión de su Libro de Oración Común.223
La última revisión del libro fue en 1979 y no ha sido revisado desde entonces. Por
su parte, la Iglesia episcopal escocesa no incluye la cláusula de Filioque en sus
liturgias lingüísticas modernas.

Situación actual

Dios Padre es el origen de las personas de la Santísima Trinidad según católicos y


ortodoxos. Visión de Ezequiel, Rafael Sanzio.
En las últimas décadas se ven pasos significativos hacia una situación en la que la
cláusula Filioque no sea un obstáculo para la plena comunión entre las Iglesias
católica y ortodoxa.224 El Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los
Cristianos publicó en 1995 Las tradiciones griega y latina en relación a la
procesión del Espíritu Santo, que clarifica la posición católica y explica su
contexto.129 En general fue bien recibida en los círculos ortodoxos,225 aunque
también teólogos ortodoxos que han refutado minuciosamente los argumentos del
documento.129226 En 2003, una declaración conjunta de teólogos católicos y
ortodoxos en los Estados Unidos,30 reiteró que para los católicos el Filioque se
refiere no a la ἐκπόρευσις del Espíritu emitido del Padre, única fuente de la
Trinidad, sino a su προϊέναι (processio) en la comunión consustancial del Padre y
del Hijo, y además se preguntó si sería posible para la Iglesia ortodoxa aceptar
esta interpretación de la processio del Espíritu Santo y para la Iglesia católica
omitir el Filioque.227228

En un simposio celebrado en la Ciudad del Vaticano en el año 1982, se prestó


especial atención a la idea de omitir la cláusula Filioque, lo que concretamente
hicieron algunos papas al recitar el Símbolo en griego, idioma en el que el texto
del Símbolo usado por los católicos en Grecia es idéntico al de los griegos
ortodoxos.229

La Encyclopedia of Eastern Orthodox Christianity señala que los teólogos ortodoxos,


mientras se oponen por unanimidad a la inclusión de la cláusula Filioque en el
Símbolo niceno-constantinopolitano, han encontrado posibilidades de conciliación en
los campos fraseológico y doctrinal.230 La mayoría231232 de los teólogos ortodoxos
consideran que la cláusula Filioque no se debe considerar ni un dogma, ni una
herejía, sino una «theologoumenon», es decir, una opinión teológica aceptable.233

No todos los teólogos ortodoxos comparten esta opinión. Según el obispo ortodoxo
Kallistos Ware, que por algún tiempo fue un feroz oponente de la cláusula Filioque,
el problema no radica tanto en el área de las diferencias doctrinales fundamentales
como en el campo de la diversidad semántica y de énfasis; indica que además de
muchas «palomas», hay también «halcones» para los que el Filioque es una
herejía.188234235236 Algunos autores ven en la cláusula Filioque la raíz de todos
los problemas de las relaciones dogmáticas entre Oriente y Occidente,237 siendo la
cuestión de la procesión del Espíritu Santo, la única razón dogmática para la
separación entre Oriente y Occidente, así, el resto de desacuerdos doctrinales no
serían más que el resultado de esta.238239

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Espíritu fue proclamada por el segundo Concilio Ecuménico en el año 381 en
Constantinopla: "Creemos en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede
del Padre" (DS 150). La Iglesia reconoce así al Padre como "la fuente y el origen
de toda la divinidad" (Concilio de Toledo VI, año 638: DS 490). Sin embargo, el
origen eterno del Espíritu Santo está en conexión con el del Hijo: "El Espíritu
Santo, que es la tercera persona de la Trinidad, es Dios, uno e igual al Padre y al
Hijo, de la misma sustancia y también de la misma naturaleza [...] por eso, no se
dice que es sólo el Espíritu del Padre, sino a la vez el Espíritu del Padre y del
Hijo" (Concilio de Toledo XI, año 675: DS 527). El Credo del Concilio de
Constantinopla (año 381) confiesa: "Con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria" (DS 150).
246 La tradición latina del Credo confiesa que el Espíritu "procede del Padre y del
Hijo (Filioque)". El Concilio de Florencia, en el año 1438, explícita: "El Espíritu
Santo [...] tiene su esencia y su ser a la vez del Padre y del Hijo y procede
eternamente tanto del Uno como del Otro como de un solo Principio y por una sola
espiración [...]. Y porque todo lo que pertenece al Padre, el Padre lo dio a su
Hijo único al engendrarlo a excepción de su ser de Padre, esta procesión misma del
Espíritu Santo a partir del Hijo, éste la tiene eternamente de su Padre que lo
engendró eternamente" (DS 1300-1301)».
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el símbolo confesado el año 381 en Constantinopla. Pero sobre la base de una
antigua tradición latina y alejandrina, el Papa san León la había ya confesado
dogmáticamente el año 447 (cf. Quam laudabilitier: DS 284) antes incluso que Roma
conociese y recibiese el año 451, en el concilio de Calcedonia, el símbolo del 381.
El uso de esta fórmula en el Credo fue poco a poco admitido en la liturgia latina
(entre los siglos VIII y XI). La introducción del Filioque en el Símbolo Niceno-
Constantinopolitano por la liturgia latina constituye, todavía hoy, un motivo de no
convergencia con las Iglesias ortodoxas».
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lugar el carácter de origen primero del Padre por relación al Espíritu Santo. Al
confesar al Espíritu como "salido del Padre" (Jn 15,26), esa tradición afirma que
éste procede del Padre por el Hijo (cf. AG 2). La tradición occidental expresa en
primer lugar la comunión consubstancial entre el Padre y el Hijo diciendo que el
Espíritu procede del Padre y del Hijo (Filioque). Lo dice "de manera legítima y
razonable" (Concilio de Florencia, 1439: DS 1302), porque el orden eterno de las
personas divinas en su comunión consubstancial implica que el Padre sea el origen
primero del Espíritu en tanto que "principio sin principio" (Concilio de Florencia
1442: DS 1331), pero también que, en cuanto Padre del Hijo Único, sea con él "el
único principio de que procede el Espíritu Santo" (Concilio de Lyon II, año 1274:
DS 850). Esta legítima complementariedad, si no se desorbita, no afecta a la
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de las Escrituras ilustradas en relación con la pluralidad de personas y la unidad
de sustancia. Aquí no hay politeísmo, ya que se insiste en la unidad como remedio
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Teodoreto que fueron compuestos contra la verdadera fe, contra el primer sínodo
sagrado de Éfeso y contra el santo Cirilo y sus Doce Capítulos, y también defiende
lo que Teodoreto escribió para apoyar a los herejes Teodoreto y Nestorio y otros
que piensan de la misma manera que los mencionados Teodoreto y Nestorio y los
aceptan a ellos o su herejía y, si alguien, por ellos, acusarán de ser heréticos a
los médicos de la iglesia que han declarado su creencia en la unión de acuerdo con
la subsistencia de Dios la palabra; y si alguien no anatematiza estos libros
heréticos y aquellos que han pensado o ahora piensan de esta manera, y todos
aquellos que han escrito contra la verdadera fe o contra el santo Cirilo y sus doce
capítulos, y que persisten en tal herejía hasta que mueren: deja que sea anatema.»
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visibles como invisibles. Y en un solo Señor Jesucristo, el Hijo de Dios, el
unigénito engendrado del Padre, que es de la sustancia [Gr. ousias, Lat.
substantia] del Padre, Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado [Gr. gennethenta, Lat. natum] no hecho [Gr. poethenta, Lat. factum],
CONSUBSTANCIAL [Gr. homoousion, Lat. unius substantiae (quod Graeci dicunt
homousion)] con el Padre, a través del cual todas las cosas llegaron a ser, tanto
las del cielo como las de la tierra; para nosotros los humanos y para nuestra
salvación, él bajó y se encarnó, se hizo humano, sufrió y se levantó al tercer día,
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Santo.»
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tierra, y de todas las cosas tanto vistas como invisibles. Y en un solo Señor
Jesucristo, el Hijo unigénito de Dios, engendrado del Padre antes de todas las
edades, luz de la luz, Dios verdadero del Dios verdadero, engendrado no hecho,
consustancial con el Padre, a través del cual todas las cosas llegaron a ser ; para
nosotros, los humanos y para nuestra salvación, descendió de los cielos y se
encarnó del Espíritu Santo y de la virgen María, se hizo humano y fue crucificado
en nuestro nombre bajo Poncio Pilato; sufrió y fue enterrado y resucitó al tercer
día de acuerdo con las Escrituras; y subió al cielo y está sentado a la diestra del
Padre; él viene otra vez con gloria para juzgar a los vivos y a los muertos; Su
reino no tendrá fin. Y en el Espíritu, el santo, el señor y dador de vida, que
procedía del Padre, adoraba y glorificaba junto con el Padre y el Hijo, el que
habló a través de los profetas; en una, iglesia santa, católica y apostólica.
Confesamos un bautismo para perdonar pecados. Esperamos la resurrección de los
muertos y la vida en la era venidera. Amén.»
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está permitido producir, escribir o componer ningún otro credo, excepto el que fue
definido por los santos padres que se reunieron en el Espíritu Santo en Nicea.
Cualquiera que se atreva a componer o presentar o producir otro credo en beneficio
de aquellos que deseen pasar del helenismo o el judaísmo o alguna otra herejía al
conocimiento de la verdad, si son obispos o clérigos deben ser privados de sus
respectivos cargos. y si son laicos , deben ser anatematizados.
Del mismo modo, si se descubriera alguno, ya sean obispos, clérigos o laicos,
pensando o enseñando las opiniones expresadas en su declaración por el sacerdote
Charisius sobre la encarnación del unigénito Hijo de Dios o las opiniones
desagradables y perversas de Nestorio, que subyacen en ellos, estos deberían estar
sujetos a la condena de este sínodo sagrado y ecuménico. Un obispo claramente debe
ser despojado de su obispado y depuesto, un clérigo debe ser depuesto del clero, y
un laico debe ser anatematizado, como se dijo antes.»
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abril de 2020. «Decretamos que:
la preeminencia pertenece a la exposición del credo correcto e inmaculado de los
318 padres santos y bendecidos que se reunieron en Nicea cuando Constantino de
memoria piadosa era emperador; y que
esos decretos también siguen vigentes y fueron emitidos en Constantinopla por los
150 santos padres para destruir las herejías que entonces abundan y confirmar este
mismo credo católico y apostólico.
El credo de los 318 padres en Nicea.
Y lo mismo de los 150 padres santos reunidos en Constantinopla.»
Riestra, 2002, p. 391 «Jesús no es Dios en sentido metafórico o místico, sino que
es el Dios vivo y verdadero que existe antes de la creación del mundo, "Dios de
Dios" y "luz de luz", como ya se había señalado anteriormente en el Concilio de
Nicea».
Sánchez Ortiz, 2018, §1 «El 1500 aniversario del Concilio de Calcedonia contribuyó
a resaltar el valor de la humanidad de Jesucristo».
Tavolaro, 2014, §1 «Poco después del Concilio de Calcedonia, el emperador Zenón
(425-491) emitió el llamado Henotikon -482-, intento de conciliación- entre el
monofisismo eutiquiano y la doctrina ortodoxa, tratando de apaciguar las diferentes
facciones. Esto no fue suficiente para resolver disputas».
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Consultado el 11 de abril de 2020. «El emperador Constante II, proclive al
monotelismo, consideró que esta postura del Papa constituía una infidelidad
política al Imperio y acabó por hacerlo por llevar, el 17 de junio de 653, a
Constantinopla, donde le retuvo en un régimen de duros tratos para doblegarlo.
Cargado de cadenas y en un estado deplorable, fue condenado a muerte y Constante
quiso incluso hacerlo ejecutar, pero a última hora le conmutó la pena y lo desterró
al Quersoneso Táurico. El 10 de agosto de 654 era elegido en su lugar el romano
Eugenio I. Martín no se opuso a ella, con lo que se dio por sentada su renuncia. El
16 de septiembre del año siguiente moría en su exilio como consecuencia de las
graves privaciones sufridas en él, razón por la que se le considera mártir,
festejándosele el 12 de noviembre».
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abril de 2020. «El único Hijo y Palabra de Dios el Padre, que se hizo hombre como
nosotros en todo menos en el pecado, Cristo nuestro verdadero Dios, proclamado
claramente en las palabras del evangelio; Soy la luz del mundo; cualquiera que me
siga no caminará en la oscuridad sino que tendrá la luz de la vida, y nuevamente,
mi paz te dejo, mi paz te doy. Nuestro emperador más apacible, defensor de las
creencias correctas y adversario de las creencias erróneas, guiado con sabiduría
divina por esta enseñanza de la paz hablada por Dios, ha reunido esta asamblea
santa y universal nuestra y ha puesto a la una todo el juicio de la iglesia.»
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9780199264575. doi:10.1093/acprof:oso/9780199264575.001.0001. «Focio podría admitir
que el Espíritu procede a través del Hijo en su misión temporal en el orden creado
pero no en su ser eterno».
Meyendorff, 1986, §2 «Nicéforo Blemmidas [...] estaba comprometido con la [...]
unidad de la iglesia y defendió la idea de que la imagen de la procesión del
Espíritu "a través del Hijo", puede servir como un puente entre las dos teologías.
[...] Él recopiló textos patrísticos usando la fórmula 'a través del Hijo' y atacó
a aquellos griegos que por celo anti-latino, se negaban a darle suficiente
importancia. En general, y ya desde Focio, la posición griega consistía en
distinguir la procesión eterna del Hijo del Padre, y el envío temporal del Espíritu
a través del Hijo y por el Hijo. Esta distinción entre las procesiones eternas y
las manifestaciones temporales fue entre los bizantinos la explicación estándar de
los numerosos pasajes del Nuevo Testamento, donde se describe a Cristo como "dar" y
"enviar" el Espíritu, y donde se habla del Espíritu como el "Espíritu de el Hijo".
En sus cartas, [...] Blemmidas [...] evitaba la distinción entre eternidad y
tiempo: la fórmula patrística "a través del Hijo" reflejaba tanto las relaciones
eternas de las Personas divinas como el nivel de la "economía" en el tiempo.»
Papadakis, 1997, p. 113
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punto de vista, pero brindan su apoyo voluntario a Focio, si son obispos o
clérigos, deben ser depuestos para siempre; anatematizamos a los monjes o laicos,
hasta el momento en que se convierten de sus falsos caminos y maldad.»
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que hay una disputa entre los romanos y los griegos acerca de la procesión del
Espíritu Santo, que realmente impide la unidad realmente por ninguna otra razón que
no sea que no nos comprendamos, pedimos que no seamos obligados a cualquier otro
credo, pero que debemos permanecer con lo que nos fue transmitido en las Sagradas
Escrituras, en el Evangelio y en los escritos de los santos doctores griegos, es
decir, que el Espíritu Santo procede, no de dos fuentes y no por una doble
procesión, pero de un origen, desde el Padre hasta el Hijo.»
Padres conciliares (1215). «Fourth Lateran Council: 1215» [Cuarto Concilio de
Letrán: 1215]. www.papalencyclicals.net (en inglés). Consultado el 15 de abril de
2020. «1. Confesión de fe
Creemos firmemente y simplemente confesamos que hay un solo Dios verdadero, eterno
e inconmensurable, todopoderoso, inmutable, incomprensible e inefable, Padre, Hijo
y Espíritu Santo, tres personas, pero una esencia, sustancia o naturaleza
absolutamente simple {1}. El Padre no es de nadie, el Hijo solo del Padre, y el
Espíritu Santo de ambos por igual, eternamente sin principio ni fin; el Padre
genera, el Hijo nace y el Espíritu Santo procede; consustancial y coequal, co-
omnipotente y coeterno; un principio de todas las cosas, creador de todas las cosas
invisibles y visibles, espirituales y corporales; quien por su poder todopoderoso
al principio del tiempo creó de la nada criaturas tanto espirituales como
corporales, es decir, angelicales y terrenales, y luego creó seres humanos
compuestos como si fueran de espíritu y cuerpo en común. El diablo y otros demonios
fueron creados por Dios naturalmente buenos, pero se volvieron malos por su propia
acción. El hombre, sin embargo, pecó a instancias del diablo.»
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2020. «1. Profesamos fiel y devotamente que el Espíritu Santo procede eternamente
del Padre y del Hijo, no como dos principios, sino como uno solo; no por dos
espiraciones, sino por una sola espiración. La santa iglesia romana, madre y amante
de todos los fieles, hasta ahora ha profesado, predicado y enseñado; esto lo
sostiene firmemente, predica, profesa y enseña; Esta es la creencia inmutable y
verdadera de los padres y médicos ortodoxos, latinos y griegos por igual. Pero
debido a que algunos, debido a la ignorancia de dicha verdad indiscutible, han
caído en varios errores, nosotros, deseando cerrar el camino a tales errores, con
la aprobación del sagrado concilio, condenamos y reprimimos a todos los que
presumen negar que lo santo El Espíritu procede eternamente del Padre y del Hijo.»
Goyau, Pierre-Louis-Théophile-Georges (1913). «Second Council of Lyons (1274)».
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concilio ecuménico de Florencia, que produjo buenos frutos ecuménicos,
particularmente en el campo de la teología trinitaria (el decreto Laetentur Caeli,
el autor demuestra cómo incluso entre los Padres orientales siempre había estado
presente desde las etapas iniciales, la doctrina se correlacionó con el Filioque
del Símbolo de Niceno-Constantinopolitano.»
Orlandis, 2004, p. 254 «El máximo intento en el camino de la reunificación tuvo
lugar a mediado del siglo XV, en el marco del concilio de Ferrara-Florencia. (...)
Los dos principales teólogos de la época, eren fervientes partidarios de la Unión.
Todas las dogmáticas y disciplinares que separaban a las dos Cristiandades de
oriente y occidente -desde el Filioque hasta el Primado papal- fueron examinadas,
debatidas y aclaradas de modo exhaustivo; y el propio patriarca de Constantinopla,
José II, que falleció en Florencia durante el concilio, suscribió antes de morir
una profesión de fe en el Primado del "Soberano Pontífice y Vicario de Nuestro
Señor Jesucristo". El 7 de julio de 1439, fue fue proclamada el acta de la Unión y
todos lo padres latinos y griegos, con la excepción del metropolita Marco Eugenio
de Éfeso, dieron su placet.»
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Orlandis, 2004, p. 254 «Constantino XI, promulgó el acta de Unión en Santa Sofía,
el 12 de diciembre de 1452. La agitación popular lanzó a las masas a las calles de
la ciudad al grito de "¡antes el turbante de los turcos que la mitra de los
latinos!". Eslogan que se hizo realidad el 29 de mayo de 1453, los turcos asaltaron
Constantinopla, Constantino XI murió en la pelea y el Imperio Cristiano de Oriente
desapareció para siempre.»
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3 de abril de 2020. «la Santa Sede que nos pide que "regresemos a nuestras raíces".
La forma original del Credo de Nicea dice que el Espíritu Santo procede "del
Padre". La frase "y el Hijo" se añadió, en Occidente, en los siglos siguientes.
Aunque es bastante cierto decir que el Espíritu procede tanto del "Padre como del
Hijo", la Iglesia del Este, alentada por la Santa Sede, nos ha pedido que
regresemos a la forma original del Credo.»
Mateo-Seco, 2005, pp. 186–197
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Hijo"». www.vatican.va. Consultado el 16 de abril de 2020. «8. Así, parecían
superadas las dificultades de orden terminológico y aclaradas las intenciones,
hasta el punto de que ambas partes ―griegos y latinos― en la sesión sexta (6 de
julio de 1439) pudieron firmar la definición común: “En el nombre de la Santa
Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, con la aprobación de este sagrado y
universal concilio Florentino, establecemos que esta verdad de fe sea creída y
aceptada por todos los cristianos: y, por ello, todos deben profesar que el
Espíritu Santo es eternamente del Padre y del Hijo, que tiene su esencia y su ser
subsistente juntamente del Padre y del Hijo, y que procede eternamente del uno y
del otro como de un único principio y de una única espiración” (Denz-S., 1300).
He aquí una ulterior puntualización, a la que ya santo Tomás había dedicado un
artículo de la Summa (“Utrum Spiritus Sanctus procedat a Patre per Filium”: I, q.
36, a. 3): “Declaramos ―se lee en el concilio― que lo que afirman los santos
Doctores y Padres, ―(o sea) que el Espíritu Santo procede del Padre por medio del
Hijo― tiende a hacer comprender y quiere significar que también el Hijo, como el
Padre, es causa, según los griegos, principio, según los latinos, de la
subsistencia del Espíritu Santo. Y, dado que todas las cosas que son del Padre, el
Padre mismo las ha dado al Hijo con la generación, menos el ser Padre: esta misma
procesión del Espíritu Santo del Hijo, el Hijo mismo la tiene eternamente del
Padre, del que también ha sido engendrado eternamente” (Denz-S., 1301).»
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la Iglesia nace del mandato de Jesucristo y se cumple en el curso de los siglos en
la proclamación del misterio de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, y del misterio
de la encarnación del Hijo, como evento de salvación para toda la humanidad. Es
éste el contenido fundamental de la profesión de fe cristiana: “Creo en un solo
Dios, Padre todopoderoso, Creador de cielo y tierra [...]. Creo en un solo Señor,
Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de
Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado,
consustancial con el Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros los hombres
y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de
María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos
de Poncio Pilato: padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día según las
Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo
vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en
el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre, que con el Padre y
el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en
la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo
Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la
vida del mundo futuro”».
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[Filioque: Dogma, ¿theologoumenon o error?]. The Greek Orthodox Theological Review
(en inglés) 31 (3-4): 255-288. «De manera similar, Jürgen Moltmann señala que
"Filioque nunca fue dirigido contra la monarquía del Padre y que los principios de
la monarquía nunca fueron cuestionados por los teólogos de la Iglesia occidental".
Si los teólogos occidentales aceptaran hoy estas frases, en todo su sentido, al
hacer justicia al principio de la monarquía del Padre, que es tan importante para
la triadología oriental, entonces los temores teológicos de los orientales sobre
Filioque serían completamente negados. En consecuencia, los teólogos podrían
aceptar virtualmente cualquiera de las fórmulas alternativas del 'Memorando' en
lugar de Filioque sobre la base de la evaluación positiva anterior de ella, que
está en línea con la interpretación de Máximo el Confesor de ella. Como Juan
Zizioulas concluye, la "regla de oro" debe ser la explicación de Máximo de la
neumología occidental: cuando profesan Filioque, nuestros hermanos occidentales no
desean introducir otro αἴτονla existencia de Dios más allá de la del Padre y un
papel mediador del Hijo en el origen del Hijo no debe estar limitada por la
economía divina, sino por la divina οὐσία».
Siecienski, 2010, p. 81 «Máximo afirmó que la enseñanza latina no violaba en modo
alguno la monarquía del Padre, que seguía siendo la única causa ( μία αἰτἰα ) tanto
del Hijo como del Espíritu».
Siecienski, 2010, p. 105 «Aunque la monarquía del Padre afirma claramente, que
sigue siendo la "fuente y origen de toda la Trinidad", también lo es la doctrina
latina».
Siecienski, 2010, p. 127 «Al abogar por el filioque, Buenaventura tuvo cuidado de
proteger a la monarquía del Padre, afirmando que el "Padre es propiamente el que no
tiene un creador, ... el Principio que no procede de ningún otro, el Padre como
tal"».
Siecienski, 2010, p. 163 «Esta enseñanza no niega la monarquía del Padre (que
sigue siendo la causa principal) y ni siquiera implica dos causas, ya que los
latinos afirman que el Hijo es, con el Padre, un principio inspirador único».
Todisco, Orlando (2019). «Il platonismo di Bessarione e di bonaventura. Riflessi
nella vicenda del "Filioque"» [El platonismo de Besarión y Buenaventura.
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Consultado el 30 de junio de 2020. «Quien procede del Padre, el Espíritu
vivificante:
Lucas 11:13 - Si entonces, que eres malvado, sabes cómo dar buenos regalos a tus
hijos, ¡cuánto más dará el Padre celestial el Espíritu Santo a quienes lo pidan!
Juan 15:26 - Pero cuando el Consejero viene, a quien te enviaré del Padre, incluso
el Espíritu de verdad, que procede del Padre, él me dará testimonio; 1 Corintios
15:45 - Así está escrito: "El primer hombre Adán se convirtió en un viviente
siendo"; El último Adán se convirtió en un espíritu vivificante.»
Antigua Iglesia del Este - Parroquia de San Jorge, Glendale, Arizona (30 de junio
de 2020). «Prayers - Creed» [Oraciones - Credo]. www.stgeorgearizona.com (en
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Santísima Trinidad. Las tres personas Divinas]. En Iglesia ortodoxa en América, ed.
The Orthodox Faith (en inglés) (SVS Press). I - Doctrina y Escritura. ISBN 978-0-
86642-087-7. Consultado el 25 de abril de 2020. «La persona se define aquí
simplemente como el sujeto de la existencia y la vida: hipóstasis en el lenguaje
tradicional de la iglesia.
Como el ser, la esencia o la naturaleza de una realidad responde a la pregunta
"¿qué?", La persona de una realidad responde a la pregunta "¿cuál?" ¿o quién?"
Entonces, cuando preguntamos "¿Qué es Dios?" Respondemos que Dios es lo divino,
perfecto, eterno, absoluto... y cuando preguntamos "¿Quién es Dios?" Respondemos
que Dios es el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.»
Hopko, Thomas John (1981). «The Holy Trinity. One God, One Father» [La Santísima
Trinidad. Un solo Dios, un solo Padre]. En Iglesia ortodoxa en América, ed. The
Orthodox Faith (en inglés) (SVS Press). I - Doctrina y Escritura. ISBN 978-0-86642-
087-7. Consultado el 25 de abril de 2020. «En la Biblia, el término "Dios" con muy
pocas excepciones se usa principalmente como un nombre para el Padre. Así, el Hijo
es el "Hijo de Dios", y el Espíritu es el "Espíritu de Dios". El Hijo nace del
Padre, y el Espíritu procede del Padre, tanto en la misma acción eterna como eterna
del propio ser del Padre.
Desde este punto de vista, el Hijo y el Espíritu son uno con Dios y de ninguna
manera están separados de Él. Por lo tanto, la Unidad Divina consiste en el Padre,
con Su Hijo y Su Espíritu distintos de Él y aun así perfectamente unidos en Él.»
McGuckin, John Anthony (2010). «Fatherhood of Good» [Paternidad de Dios]. The
Encyclopedia of Eastern Orthodox Christianity (en inglés). Nueva York: John Wiley &
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Hopko, Thomas John (1981). «The Holy Trinity. One God: One Divine Nature and
Being» [La Santísima Trinidad. Un Dios: una naturaleza y ser divinos]. En Iglesia
ortodoxa en América, ed. The Orthodox Faith (en inglés) (SVS Press). I - Doctrina y
Escritura. ISBN 978-0-86642-087-7. Consultado el 25 de abril de 2020. «Lo que es el
Padre, el Hijo y el Espíritu también lo son. Esta es la enseñanza de la Iglesia. El
Hijo, nacido del Padre, y el Espíritu, proveniente de Él, comparten la naturaleza
divina con Dios, siendo "de una esencia" con Él.
Así, como el Padre es "inefable, inconcebible, invisible, incomprensible, siempre
existente y eternamente el mismo" (Divina Liturgia de San Juan Crisóstomo), así el
Hijo y el Espíritu son exactamente lo mismo. Cada atributo de la divinidad que
pertenece a Dios el Padre (vida, amor, sabiduría, verdad, bendición, santidad,
poder, pureza, alegría) pertenece igualmente al Hijo y al Espíritu Santo. El ser,
la naturaleza, la esencia, la existencia y la vida de Dios el Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo son absoluta e idénticamente uno y lo mismo.»
Efthymios, Nicolaidis (2011). Science and Eastern Orthodoxy: from the Greek
Fathers to the Age of Globalizatio [Ciencia y ortodoxia oriental: de los padres
griegos a la era de la globalización] (en inglés). Baltimore, Maryland: The Johns
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History, Doctrine, and Spiritual Culture [La iglesia ortodoxa: una introducción a
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del Espíritu Santo solamente del Padre.»
Focio (1987). The Mystagogy of the Holy Spirit [Mistagogía del Espíritu Santo] (en
inglés). Universidad de Míchigan: Holy Cross Orthodox Press. ISBN 9780916586881.
«89. Así, estos hombres brillaron con piedad, dando fe de que el Espíritu procede
del Padre, como lo hizo mi Juan [Papa Juan VIII, 872-882, quien firmó los decretos
del Octavo Sínodo Ecuménico que se reunió en Constantinopla, 879-880 y acordó
prohibir al Filioque del Símbolo de la Fe, terminando con el cisma], él es mío
porque, además de otras razones, estaba más en armonía con otros que son nuestros
Padres. Nuestro Juan, siendo valiente en mente y piedad, y valiente porque aborrece
y rechaza la injusticia y toda clase de impiedad, pudo prevalecer tanto en las
leyes sagradas como civiles y transformar el desorden en orden. Este hombre,
favorecido entre los arzobispos romanos por sus legados más que ilustres y que
sirven a Dios, Pablo, Eugenio y Pedro (obispos y sacerdotes de Dios), quienes
estuvieron con nosotros en el sínodo [el Octavo Sínodo Ecuménico que se reunió en
Constantinopla, 879-880], este obispo lleno de gracia de la [antigua] Roma aceptó
el Símbolo de la Fe de la Iglesia católica de Dios, como los obispos de la
[antigua] Roma lo había hecho antes que él. Lo confirmó y suscribió con dichos
maravillosos y notables, con lengua y mano sagradas a través de esos hombres muy
ilustres y admirables antes mencionados. Sí, y después de eso, el santo Adriano
III, su sucesor, nos envió una carta sinódica según la prescripción de la antigua
costumbre, enviándonos la misma doctrina, testificando por la misma teología, a
saber, que el Espíritu procede del Padre. En consecuencia, esos obispos sagrados y
bendecidos de la [antigua] Roma creyeron y enseñaron así durante toda su vida y
permanecieron en la misma confesión hasta que pasaron de esta vida perecedera a lo
imperecedero. ¿Cuál de estos obispos de la [antigua] Roma, por vida, pensamiento o
enseñanza, alteró la profesión de la vida inmortal al decir la palabra herética y
enferma [Filioque]? ¿Pueden los enfermos de enfermedad herética afirmar que
bebieron el veneno mortal de una impiedad tan grande de cualquiera de los
mencionados sin convertirse inmediatamente en adversarios de aquellos que
iluminaron triunfalmente las tierras occidentales con la ortodoxia?»
Eugenio IV (6 de julio de 1439). «Laetentur caeli: Bolla sull'unione con i greci»
[Laetentur caeli: Bula de la unión con los griegos]. www.vatican.va (en italiano).
Ciudad del Vaticano. Consultado el 25 de abril de 2020. «Después de haber informado
los testimonios extraídos de las Sagradas Escrituras y de muchos pasajes de los
santos doctores: del este y del oeste, ya que algunos dicen que el Espíritu Santo
procede del Padre y del Hijo, y el otro, en cambio, procede del Padre a través de
el Hijo, pero queriendo que todos expresen lo mismo con diferentes formulaciones,
los griegos han asegurado que, al decir que el Espíritu Santo procede del Padre, no
tienen la intención de excluir al Hijo; pero al parecer, como dicen, que los
latinos profesaron que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo como por dos
principios y dos espiraciones, se abstuvieron de decir que el Espíritu Santo
procede del Padre y del Hijo. En cuanto a los latinos, declararon que al decir que
el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, no tenían la intención de negar que
el Padre es la fuente y el principio de toda divinidad, es decir, del Hijo y del
Espíritu Santo; ni querían argumentar que el Hijo no tiene del Padre el hecho de
que el Espíritu Santo procede del Hijo, ni finalmente admitir dos principios o dos
espiraciones, sino afirmar un principio único y una sola espiración del Espíritu
Santo, como siempre han afirmado. Y dado que de todas estas expresiones fluye una
verdad única e idéntica, finalmente han entendido y acordado, por unanimidad, con
el mismo espíritu y en una interpretación igual, la siguiente fórmula de unión
santa y agradable a Dios. pero para afirmar un principio único y una sola
espiración del Espíritu Santo, como siempre lo han mantenido. Y dado que de todas
estas expresiones fluye una verdad única e idéntica, finalmente han entendido y
acordado, por unanimidad, con el mismo espíritu y en una interpretación igual, la
siguiente fórmula de unión santa y agradable a Dios. Pero para afirmar un principio
único y una sola espiración del Espíritu Santo, como siempre lo han mantenido. Y
dado que de todas estas expresiones fluye una verdad única e idéntica, finalmente
han entendido y acordado, por unanimidad, con el mismo espíritu y en una
interpretación igual, la siguiente fórmula de unión santa y agradable a Dios.»
Eparquía serbia de Buenos Aires (20 de febrero de 2016). «San Focio, patriarca de
Constantinopla. Pilar de la Ortodoxia». www.iglesiaortodoxaserbiasca.org.
Consultado el 26 de abril de 2020. «San Focio, San Gregorio Palamas y San Marko de
Efeso son considerados los Pilares de la Ortodoxia».
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[Vida después de la muerte]. www.pelagia.org (en inglés). Archivado desde el
original el 9 de abril de 2019. Consultado el 26 de abril de 2020. «En el Segundo
Concilio Ecuménico fue reconocido por todos como el teólogo por excelencia. Leyó el
discurso de apertura en el Sínodo, pronunció la oración fúnebre a Melecio de
Antioquía, quien era presidente del Consejo, pronunció el discurso en la
entronización de San Gregorio el Teólogo en Constantinopla y, como se cree, fue
quien dio la forma final al Credo y formuló el artículo sobre el Espíritu Santo: "Y
en el Espíritu Santo, el Señor, el dador de la vida; quien procede del Padre; quien
con el Padre y el Hijo es adorado y glorificado, quién habló por los profetas". En
particular, se dice que en la iconografía del Segundo Concilio Ecuménico se
presenta a San Gregorio como el secretario del Concilio.»
Siecienski, 2010, pp. 44-45
Zizoulas, John. «One single source: an orthodox response to de clarifcation on the
Filioque» [Una sola fuente: una respuesta ortodoxa a la aclaración de Filique].
www.orthodoxresearchinstitute.org (en inglés). Archivado desde el original el 13 de
enero de 2013. Consultado el 26 de abril de 2020. «En el período bizantino, el lado
ortodoxo acusó a los cristianos de habla latina, que apoyaban a Filioque, de
introducir dos dioses, precisamente porque creían que Filioque implicaba dos
causas, no simplemente dos fuentes o principios, en la Santísima Trinidad. La
tradición patrística griega, al menos desde los Padres Capadocios, identificó al
único Dios con la persona del Padre, mientras que San Agustín parece identificarlo
con la única sustancia divina (las deitas o divinitas).»
Lossky, Vladimir (1976). The Mystical Theology of the Eastern Church [La teología
mística de la iglesia oriental] (en inglés). St. Vladimir's Seminary Press. pp. 48-
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Focio (1987). The Mystagogy of the Holy Spirit [Mistagogía del Espíritu Santo] (en
inglés). Universidad de Míchigan: Holy Cross Orthodox Press. ISBN 9780916586881.
«32. Y nuevamente, si el Espíritu procede del Padre y así se discierne la propiedad
hipostática del Espíritu; y el Hijo es engendrado por el Padre y así se discierne
la propiedad hipostática del Hijo; entonces si -¡si tuviera el este mismo delirio
que ellos!- el Espíritu también procede del Hijo, entonces el Espíritu se
diferencia del Padre por más propiedades hipostáticas que el Hijo del Padre. Ambas
emanan del Padre, y aunque el Hijo es engendrando y el Espíritu en procesión, sin
embargo, uno de las dos formas diferencia a ambos de la hipóstasis del Padre. Pero
si el Espíritu se diferencia aún más por dos distinciones producidas por la
procesión dual, entonces el Espíritu no solo se diferencia por más distinciones que
el Hijo del Padre, sino que el Hijo está más cerca del Padre la esencia y la
dignidad igual del Espíritu serán blasfemadas como inferiores al Hijo con respecto
al parentesco consustancial con el Padre, debido a dos propiedades específicas que
distinguen al Espíritu. Así, la locura macedonia contra el Espíritu surge
nuevamente; sin embargo, su renacimiento también recordará la derrota de su
impiedad.»
Pomazansky, Michael (1984). Orthodox Dogmatic Theology: A Concise Exposition
[Teología dogmática ortodoxa: una exposición concisa] (en inglés). Saint Herman of
Alaska Brotherhood. ISBN 9780938635697. «Sin embargo, el principal hereje que
distorsionó la enseñanza apostólica sobre el Espíritu Santo fue Macedonio, que
ocupó la presidencia de Constantinopla como arzobispo en el siglo IV y encontró
seguidores entre los antiguos arios y semiarrios. Predicó que el Espíritu Santo
sería una creación del Hijo y un sirviente del Padre y del Hijo. Los opositores de
esta herejía fueron los Padres de la Iglesia de la talla de San Basilio el Grande,
San Gregorio Nacianceno, San Atanasio, San Gregorio de Nisa, San Ambrosio, San
Anfiloquio de Iconio, Diodoro de Tarso y otros, que escribieron contra los herejes.
La falsa enseñanza de Macedonio fue refutada primero en una serie de consejos
locales y, finalmente, en el Segundo Consejo Ecuménico (381) en Constantinopla. Al
preservar la ortodoxia doctrinal, el Segundo Concilio Ecuménico completó el Símbolo
de Nicea y creó el Símbolo Niceno-Constantinopolitano».
Lossky, 1974, p. 78 «Si el Espíritu Santo procede únicamente del Padre, como la
causa hipostática de las hipóstasis consustanciales, concluimos que la "Trinidad
simple", donde la monarquía del Padre condiciona la diversidad de las personas de
la Trinidad mientras expresa su unidad esencial.»
Witte, John; Alexander, Frank S. (2007). The Teachings of Modern Orthodox
Christianity on Law, Politics, and Human Nature [Las enseñanzas del cristianismo
ortodoxo moderno sobre derecho, política y naturaleza humana] (en inglés). Columbia
University Press. ISBN 9780231142656.
Romanides, John S. (1981). «The Filioque». Franks, Romans, feudalism and doctrine
(en inglés) (Holy Cross Orthodox Press). Consultado el 26 de abril de 2020.
«Durante los siglos siguientes a la controversia, los francos no solo forzaron la
tradición patrística a adoptar un molde agustiniano, sino que confundieron la
terminología trinitaria de Agustín con la del Padre del Primer y Segundo Sínodo
Ecuménico. Esto no es tan evidente en el manejo latino de la descripción de Máximo
el Confesor, compuesta en 650, de la Filioque ortodoxa romana occidental en el
Concilio de Florencia (1438-42). Los romanos orientales dudaron en presentar la
carta de Máximo a Marinos sobre este Filioque ortodoxo romano occidental porque la
carta no sobrevivió en su forma completa. Sin embargo, quedaron gratamente
sorprendidos cuando Andrés, el obispo latino de Rodas, citó la carta en griego para
demostrar que en la época de Máximo no había objeción a que Filioque estuviera en
el Credo. Por supuesto, Filioque aún no estaba en el Credo. Luego Andrés procedió a
traducir Máximo al latín en beneficio del Papa. Sin embargo, el traductor oficial
intervino y desafió la interpretación. Una vez que se estableció la traducción
correcta, los francos cuestionaron la autenticidad del texto. Asumieron que su
propio Filioque era el único en Occidente, por lo que rechazaron por este motivo el
texto de Máximo como base de la unión.
Cuando Máximo habló sobre el Filioque ortodoxo, con el apoyo de los pasajes de los
Padres Romanos, no se refería a aquellos que llegaron a ser conocidos como Padres
Latinos, y por eso incluyeron entre ellos a San Cirilo de Alejandría.
(...) Es obvio que Anastasio el Bibliotecario no entendió al principio al franco
Filioque, ya que en esta pregunta reprende a los "griegos" por sus objeciones y los
acusa de no aceptar la explicación de Máximo el Confesor de que hay dos usos del
término; el que por procesión significa misión esencial, en donde el Espíritu Santo
procede del Padre y del Hijo (en cuyo caso el Espíritu Santo participó en el acto
de enviar, de modo que este es un acto común de toda la Trinidad), y el segundo,
por el cual procesión significa relación casual en la que se deriva la existencia
del Espíritu Santo. En este último sentido, Máximo asegura a Marinos (a quien le
está escribiendo) que los romanos occidentales aceptan que el Espíritu Santo
procede casualmente del Padre y que el Hijo no es la causa.
(...) Esta interpretación del Filioque, dada por Máximo el Confesor y Anastasio el
Bibliotecario, es la posición consistente de los papas romanos, y claramente en el
caso de León III. Las actas de la conversación celebrada en 810 entre los tres
apocrisiario de Carlomagno y el papa León III, mantenidas por el monje franco
Esmaragdo, confirman esta coherencia en la política papal. León acepta la enseñanza
de los Padres, citada por los francos, de que el Espíritu Santo procede del Padre y
del Hijo, como lo enseñaron Agustín y Ambrosio. Sin embargo, el Filioque no debe
agregarse al Credo como lo hicieron los francos, quienes obtuvieron permiso para
cantar el Credo de León, pero no para agregarlo al Credo.»
Ware, Kallistos (1980). Hubert Cunliffe-Jones, ed. A History of Christian
Doctrine. Christian Theology in the East [Una historia de la doctrina cristiana.
Teología cristiana orientel] (en inglés). Filadelfia: Fortress Press. p. 208. «Una
Declaración Común Luterana-Ortodoxa sobre la Fe en la Santísima Trinidad, párrafo
11: Esto parece ser lo que Kallistos Ware llama una posición "estricta" dentro de
la Iglesia ortodoxa. Ware sostiene que también se mantiene una posición más
"liberal" sobre el asunto por muchos ortodoxos de hoy. Escribe que "Según la visión
liberal, la doctrina de los griegos y latinos sobre la procedencia del Espíritu
Santo también puede considerarse como teológicamente defendible. Los griegos
afirman que el Espíritu procede del Padre a través del Hijo, los latinos que viene
del Padre y del Hijo. Pero cuando se aplican a la relación entre el Padre y el
Espíritu, estas dos preposiciones, 'a través' y 'hacer' significarían lo mismo".»
Jean-Yves Lacoste, ed. (2005). «Filioque». Enciclopedia de teología cristiana 1.
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Collins, Kenneth J. «Theologoumenon». www.kencollins.com (en inglés). Consultado
el 29 de abril de 2020. «Un theologoumenon es una opinión teológica. Esta palabra a
menudo se aplica a argumentos opuestos en un debate teológico, donde ambas partes
son rigurosamente ortodoxas. Esto sucede porque poseemos suficiente conocimiento
para asegurar nuestra salvación, pero no poseemos todo el conocimiento y no podemos
satisfacer nuestra curiosidad sobre cada asunto.»
Del Cole, Ralph (1997). «Reflections on the Filioque» [Reflexiones sobre
Filioque]. Journal of Ecumenical Studies (en inglés) 34 (2).
Moltmann, Jürgen (1981). The Trinity and the Kingdom [La Trinidad y el Reino] (en
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inglés). Universidad de Míchigan: Clarendon Press. p. 236. ISBN 9780198261858.
Zoghby, Elias (1992). A Voice From the Byzantine East [Una vox en el este
bizantino]. p. 43. «La controversia sobre el filioque, que nos separó durante
tantos siglos, es más que un simple tecnicismo, pero no es insoluble. Calificando
la posición firme que tomé cuando escribí "La Iglesia ortodoxa" hace veinte años,
ahora creo, después de más estudios, que el problema está más en el área de la
semántica que en alguna diferencia doctrinal básica. Obispo Kallistos Ware.»
Ware, Kallistos (1996). «The Father as the Source of the Whole Trinity» [El Padre
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rusa] (en inglés). International Universities PressInc. p. 87. ISBN 978-0-8236-
8074-0. «El formalismo legal y el racionalismo lógico Iglesia católica tiene sus
raíces en el estado romano. Estas características han desarrollado con más fuerza
que nunca cuando la iglesia occidental sin el consentimiento del Este, introdujo el
Credo Niceno la cláusula Filioque. Este cambio arbitrario de credo es una expresión
de orgullo y falta de amor por los demás creyentes no debe ser considerada un cisma
en la Iglesia, el romanismo se vio obligado a dar al obispo de Roma infalibilidad
absoluta. De esta manera, el catolicismo se separó de la Iglesia en su conjunto y
se convirtió en una organización basada en una autoridad externa. Su unidad es
similar a la unidad del este: no es súperracional, sino racional y legalmente
formal. El racionalismo condujo a la doctrina de las obras de superrogación,
estableció un equilibrio de derechos y deberes entre Dios y el hombre, sopesando en
el equilibrio los pecados y las oraciones, las transgresiones y los actos de
expiación; adoptó la idea de transferir deudas y créditos de una persona a otra y
legalizó el intercambio de méritos supuestos; en resumen, introdujo el mecanismo de
una casa bancaria en el santuario de la fe.»
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el 3 de abril de 2020. «el Espíritu Santo es el "Espíritu de Dios; el dador de vida
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paulosmargregorios.in (en inglés). Consultado el 3 de abril de 2020. «Nos oponemos
a ciertas adiciones posteriores hechas por los católicos romanos, por ejemplo, la
adición de la palabra filioque en el credo latino. Ellos, por ejemplo, enseñan que
el Espíritu Santo, una de las Tres Personas de la Trinidad, procede del Padre y del
Hijo (filioque significa "y del Hijo"). Nosotros no enseñamos eso. El Hijo es
engendrado por el Padre; El Espíritu procede del Padre. Las palabras "engendrado" y
"proceder" delinean la diferencia entre el Hijo y el Espíritu en su relación con el
Padre. En siglos posteriores, especialmente después del siglo V, cuando la Iglesia
occidental se separó de los amarres asiático-africanos, no entendió la palabra
'proceder' en relación con la venida del Espíritu en la Iglesia en Pentecostés.
Esta venida, por supuesto, es del Padre y del Hijo, pero eso no es lo que se
entiende por 'proceder'. En la dimensión eterna no podemos decir que el Espíritu
procede del Padre y del Hijo. Por lo tanto, 'filioque' está fuera de lugar,
equivocado y engañoso.»
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