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como teólogos. realidad del presente, para vis-
2. Se me ha propuesto que lumbrar las tareas que tiene por
hable sobre el futuro de la teolo- delante. El futuro no llega, sino
gía de la liberación. En esta línea, que se construye.
lo que verdaderamente importa Teniendo presentes estas
es interrogarse sobre la vigencia consideraciones previas, dividi-
y las consecuencias de la Palabra mos nuestra exposición en dos
de Dios revelada que la teología partes. En la primera, siguiendo la
de la liberación ha logrado intro- línea trazada por el Vaticano II de
ducir en la conciencia y en el co- discernir los signos de los tiem-
razón de los creyentes. Desde la pos, plantearemos los tres retos
óptica liberadora se trataría jus- que ha de afrontar hoy la fe cris-
tamente de preguntarse sobre el tiana: el mundo moderno y el de
proceso de liberación, sobre los la llamada postmodernidad, el
pobres de América y, en especial, pluralismo religioso y el consi-
sobre la opción preferencial por guiente diálogo interreligioso, y la
el pobre y oprimido, situaciones pobreza de las dos terceras par-
y temas todos ellos que están en tes de la humanidad. En la segun-
constante evolución. da parte señalaremos algunas ta-
Una buena manera de tratar reas que, dados los retos que se
del futuro de una teología puede nos plantean, ha de emprender la
ser confrontarla con otras pers- reflexión teológica y la acción de
pectivas teológicas actuales, los cristianos.
comparar sus objetivos con la
I. LOS TRES GRANDES RETOS
El mundo moderno y post- en el religioso.
moderno Según esta manera de ver las
cosas, la fe cristiana, de sesgo
Fue del siglo XVIII en adelan- autoritario y lindando con la
te, aunque hundiendo sus raíces superstición, debería desapare-
en los siglos anteriores, que la lla- cer o, en todo caso, quedar re-
mada mentalidad moderna causó cluida en el ámbito privado. La
impacto en las Iglesias cristianas. sociedad entra así en un acele-
Dicha mentalidad se caracteriza rado proceso de secularización
sobre todo por la razón crítica y hace perder a la Iglesia el
que no acepta sino lo que ha sido peso social y la influencia que,
sometido a su examen y juicio, y en otros tiempos, tenía en las
por la afirmación del individuo y personas. En este proceso uno
su derecho a la libertad en los de los factores punta fue el
más diversos campos. Es lo que pensamiento científico. Con el
Kant denominó estado adulto de desarrollo de algunas vertien-
la humanidad. Consecuencia: des- tes de la ciencia, como la bioge-
confianza frente a la autoridad nética, podemos darnos cuenta
tanto en el ámbito social como hoy de la urgencia de los inte-
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rrogantes que plantea a la fe quear por el miedo, han enfrenta-
cristiana. do con libertad evangélica y fide-
Distanciándose de quienes no lidad al mensaje de Jesús las inter-
veían en el mundo moderno sino pelaciones del mundo moderno
una pesadilla que había de pasar, y postmoderno, y no han tenido
el Vaticano II, no sin dificultades dificultad en reconocer todo lo
iniciales, buscó y logró responder que él podía aportar a la fe y a lo
a muchos de estos cuestiona- que no habíamos sido sensibles
mientos. Pero hay todavía un en el pasado.
enorme trabajo por hacer en
este campo. El pluralismo religioso
La postmodernidad ha com-
plicado todavía las cosas. Hace La pluralidad de religiones es
una acerba crítica a la moderni- un hecho milenario. Tanto las
dad, a la que acusa de derivar fá- grandes religiones como las me-
cilmente en totalitarismos (fas- nos extendidas no son de ayer. En
cismo, nazismo, estalinismo) y de el pasado, su existencia estimula-
confinarse en una visión pura- ba más bien la acción misionera
mente instrumental de la razón. de las Iglesias cristianas. Pero en
Por el contrario, ella reivindica la las últimas décadas su presencia
libertad y acentúa todavía más el se ha convertido en un interro-
individualismo propio de la men- gante de envergadura. Pese a ello,
talidad moderna. Pero cae en una la teología de las religiones es re-
actitud desganada frente a las po- lativamente reciente. La cuestión
sibilidades de cambiar las cosas y no deja de ser delicada, pues a la
tiene una enorme desconfianza cantidad de estudios teológicos
frente a las convicciones firmes. al respecto aparecidos estos últi-
De aquí al escepticismo que lo mos años hay que contraponer
relativiza todo y para el que todo textos del magisterio más bien
vale, hay un paso. Con lo que se restrictivos. La existencia de mi-
explica el desinterés por lo social les de millones de seres humanos
y lo político al que asistimos en que encuentran en esas religio-
nuestros días. Con todo, no deja nes su relación con Dios y/o un
de tener aspectos positivos que profundo sentido para sus vidas
habrá que calibrar en el futuro, cuestiona la teología cristiana en
como, por ej., la valoración de la puntos centrales de ella y, a la vez,
diversidad étnica y cultural. le proporciona elementos para
Poco importa que la postmo- volver sobre ella misma y some-
dernidad sea el rechazo de la ter a un nuevo examen la signifi-
modernidad o su prolongación. El cación y los alcances de la salva-
conjunto constituye un gran reto ción en Jesucristo.
para la conciencia cristiana. Y así En una cuestión tan nueva
se ha tomado hasta ahora por como exigente, la tentación es
parte de lo mejor de nuestra replegarse y aferrarse a opciones
teología y de la militancia cristia- consideradas como seguras. De
na, las cuales, sin dejarse blo- ahí que sean bienvenidos gestos
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vísperas del Concilio, situando a de comprender la fe cristiana. Ella
la Iglesia ante la pobreza del mun- conforma un campo hermenéuti-
do, afirmaba que ella debía ser «la co que nos conduce a una relec-
Iglesia de todos y especialmente tura del mensaje bíblico y a una
de los pobres». revisión del camino a emprender
El mensaje del Papa Juan fue como discípulos de Jesús.
escuchado y ulteriormente pro- 2. Un eje de la vida cristiana: la
fundizado en América Latina. «opción preferencial por los po-
Su condición de continente po- bres». Esta expresión surgió en
bre y al mismo tiempo cristiano las comunidades cristianas y en la
lo hacía perticularmente sensible reflexión teológica lationameri-
a la interpelación procedente de cana durante el período que va
la pobreza. Una perspectiva que, de Medellín a Puebla (1968-
en el siglo XVI, habían iniciado fi- 1979). Puebla la recogió y le dio
guras como Bartolomé de las carta de ciudadanía. Pero se ins-
Casas y el indio peruano Guamán pira en experiencias de solidari-
Poma, pero que aún hoy está le- dad con los pobres y en la com-
jos de ser comprendida por to- prensión del sentido de la pobre-
dos. De ahí las dificultades que za en la Biblia a partir de los años
todavía encontramos para hacer sesenta. Hoy la encontramos a
ver el significado de las afirmacio- menudo en el magisterio de Juan
nes básicas de la teología de la li- Pablo II y en documentos eclesia-
beración y del mensaje de Mede- les católicos y de otras confesio-
llín y Puebla. nes cristianas. La opción prefe-
Pese a los obstáculos, el tema rencia es un eje fundamental en
de la pobreza se abre, pues, paso el anuncio del Evangelio, en la
para ser considerado un proble- pastoral y en la espiritualidad
ma de vida cristiana y de re- cristiana.Y lo es, naturalmente en
flexión teológica. En el caso del esa inteligencia de la fe que llama-
pluralismo religioso, es cierto mos teología.
que, aunque no falten recalcitran- En el fondo, esta expresión
tes, el carácter teológico es per- nos ayuda a ver cómo enfocamos
cibido más rápidamente. Por otra en nuestro tiempo un dato fun-
parte, es obvio que el carácter damental de la revelación bíblica
teológico de las preguntas que que, de una u otra forma, ha esta-
suscita la pobreza humana no dis- do siempre presente en el uni-
minuye lo más mínimo su dimen- verso cristiano: el amor de Dios
sión económico-social, sino que por toda persona y en especial
más bien la recalca. Pero la aten- por los más abandonados. Sólo
ción que se le debe prestar no que hoy estamos en condiciones
proviene únicamente de las pre- de constatar que la injusticia, la
ocupaciones por los problemas pobreza y la marginación no son
sociales y políticos. Tal como la hechos fatales, sino que están
conocemos hoy, la pobreza lanza producidas por causas humanas.
un cuestionamiento radical a la Por si fuera poco, estamos so-
conciencia humana y a la manera brecogidos por la inmensidad de
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pobres son personas sin peso so- condición del pobre como
cial, que cuentan poco en la so- «otro» en toda su desafiante rea-
ciedad y en la Iglesia. Es así como lidad. Gracias a que nos hemos
son vistos, o más bien no vistos. comprometido con el mundo de
Pues, como excluidos, resultan la pobreza, en ese proceso nos
invisibles en el mundo actual. Los encontramos con la vivencia -de
motivos son diversos: por su- un modo u otro- de la fe cristia-
puesto los de orden económico, na. La reflexión teológica se nu-
pero además el color de la piel, tre de esa experiencia cotidiana
ser mujer, pertenecer a una cul- y, a su vez, la enriquece.
tura despreciada o apreciada Hoy se está trabajando ardua-
sólo por su exotismo, que viene a mente en algunos aspectos im-
ser lo mismo. Al hablar, desde de- portantes de esa complejidad.
cenios, de los «derechos de los En esta línea se sitúan los esfuer-
pobres» nos referíamos a todas zos por pensar la fe a partir de la
esas dimensiones de la pobreza. situación secular de despojo y
Una segunda perspectiva, pre- marginación de los diversos pue-
sente también desde los comien- blos indígenas de nuestro conti-
zos, fue la de ver al pobre como nente y de la población negra in-
«el otro» de una sociedad que se corporada violentamente a nues-
construye contra sus derechos tra historia desde hace siglos.
más elementales, ajena a sus valo- Hemos sido testigos del vigor
res. Así resulta que la historia leí- que adquiere la voz de estos pue-
da desde ese «otro», por ej. a blos, de la riqueza cultural y hu-
partir de la mujer, se convierte en mana que son capaces de aportar,
otra historia. Pero ese re-leer la así como de las facetas del men-
historia se convertiría en pura saje cristiano que nos permiten
especulación si no incluyese el descubrir. Sin contar con el diálo-
re-hacerla. En ese orden de cosas go con otras concepciones reli-
y pese a los obstáculos y limita- giosas que pudieron sobrevivir y
ciones que se oponen a ello, es que, pese a ser hoy minoritarias,
firme el convencimiento de que son igualmente respetables, pues
son los mismos pobres los que son seres humanos los que están
deben asumir su destino. Al res- comprometidas con ellas y que,
pecto habría que retomar el hilo sin recrearlas artificialmente, las
de la historia desde que un hom- conservan en su propio acerbo
bre y teólogo -Bartolomé de las cultural y religioso.
Casas- se planteaba ver las cosas Son también particularmente
«como si fuese indio». Sólo libe- exigentes y nuevas las reflexio-
rando nuestra mirada de prejui- nes teológicas que provienen de
cios y de inercias podremos des- la inhumana y, por consiguiente,
cubrir al «otro». inaceptable condición de la mu-
No basta, pues, con tener jer en nuestra sociedad, en espe-
conciencia de esa complejidad. cial la que pertenece a los estra-
Hay que advertir su fuerza inter- tos sociales y étnicos a los que
peladora y hay que considerar la acabamos de referirnos. Dichas
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circuito económico y de los be- tificación teológica del neolibera-
neficios de la sociedad del bien- lismo que compara, por ej., las
estar. Millones de personas son multinacionales con el siervo de
convertidas así en inservibles o Yahvé: ellas serían atacadas y vili-
desechables después de uso: to- pendiadas, cuando de ellas ven-
das las que han quedado fuera dría la justicia y la salvación.
del ámbito de la información. Se impone, pues, una re-
Con el agravante de que esta po- flexión teológica a partir de los
larización se produce por el pobres. Si ella ha de tener en
modo como estamos viviendo cuenta la autonomía propia de la
hoy un fenómeno como la globa- disciplina económica, no puede
lización que no tiene por qué to- olvidar su relación con el conjun-
mar necesariamente el curso ac- to de los seres humanos y, por
tual de una desigualdad creciente. consiguiente, las exigencias éti-
Y sabemos que sin igualdad no cas. No hay que perder de vista
hay justicia. que el rechazo más firme a las
El neoliberalismo postula un posiciones neoliberales se da por
mercado sin restricciones, que se razón de los contrasentidos de
regule por sí mismo. Y acusa a la una economía que olvida cínica-
solidaridad social no sólo de in- mente y, a la larga, suicidamente
eficaz frente a la pobreza, sino de al ser humano y, en especial, a los
ser una de sus causas. Nos en- que carecen de defensa en este
contramos ante un rechazo de campo, o sea, a la mayoría de la
principio que deja a la intemperie humanidad. Está en juego la ética
a los desposeídos de la sociedad. que exige descubrir los mecanis-
Una de las más duras consecuen- mos perversos que distorsionan
cias de esa ideología es la deuda desde dentro esa actividad hu-
externa, que tiene maniatadas a mana que llamamos economía y
las naciones pobres y que creció que no tiene por qué causar es-
desmesuradamente gracias a las tragos en la humanidad.
tasas de interés fijadas por los A este capítulo pertenecen
mismos acreedores. La condona- también las perspectivas abiertas
ción de la deuda externa consti- por las corrientes ecológicas
tuye el punto más importante ante la destrucción, suicida tam-
propuesto por Juan Pablo II para bién, del medio ambiente. Ellas
celebrar, en todo su profundo nos han hecho más sensibles a
sentido bíblico, el jubileo del año todas las dimensiones del don de
2000. la vida y nos han ayudado a am-
La deshumanización de la pliar el horizonte de la solidari-
economía que tiende a convertir- dad, que comprende un respec-
lo todo, incluso las personas, en tuoso vínculo con la naturaleza.
mercancías ha sido denunciada
por una teología que señala el ca- Profundización en la espiri-
rácter idolátrico, en sentido bíbli- tualidad
co, de este hecho. Curiosamente
asistimos hoy a un intento de jus- Desde sus primeros pasos, la
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pobres del Perú nuestros amigos za a América Latina y África y el
Víctor (hoy fallecido) e Irene a del pluralismo religioso a Asia.
Juan Pablo II durante su visita al Naturalmente hay énfasis
país (1985): «Con el corazón propios, según las diversas áreas
roto por el dolor, vemos que de la humanidad. Pero, en la ac-
nuestras esposas gestan en la tu- tualidad, estamos llamados a una
berculosis, nuestros niños mue- tarea teológica que emprenda
ren, nuestros hijos crecen débiles nuevas rutas y mantenga con
y sin futuro», y añadían: «pero, a mano firme tanto la particulari-
pesar de todo esto, creemos en dad como la universalidad de la
el Dios de la vida». situación que vivimos. Ese come-
Para concluir: aunque hemos tido no podrá llevarse a cabo sin
puesto el acento en la interpela- una gran sensibilidad a las diver-
ción que viene del mundo de la sas interpelaciones y con un diá-
pobreza, pensamos que la re- logo -respectuoso y abierto- que
flexión teológica del mundo cris- asuma como punto de partida las
tiano tiene que enfrentar los tres condiciones de vida y la dignidad
retos mencionados e incluso ha- de los seres humanos, en particu-
cer ver sus relaciones mutuas. lar, la de los pobres y excluidos.
Para ello hay que evitar la tenta- Ellos son para nosotros, cristia-
ción de encasillarse asignando di- nos, reveladores de la presencia
chos desafíos a los diversos con- de Dios en Jesucristo, en medio
tinentes: el de la modernidad al de un mundo que es fruto del
mundo occidental, el de la pobre- amor de Dios.