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La Relación Terapéutica en Terapia Gestalt - Ética en Acción. JPPAVIA
La Relación Terapéutica en Terapia Gestalt - Ética en Acción. JPPAVIA
Resumen:
El siguiente trabajo propone una reflexión sobre la importancia de la Relación
Terapéutica en Terapia Gestalt, por ser un enfoque que se define como fenomenológico-
existencial. Se presenta a la Relación Terapéutica como el espacio en el que lo
terapéutico ocurre y donde se pone en juego la ética del ser terapeuta. La importancia
de esta consideración requiere del terapeuta de una constante reflexión epistemológica,
en un quehacer donde lo primordial es el encuentro entre personas. Se presentan estas
consideraciones como distintivas de la Terapia Gestalt. Por ende, se menciona la
importancia de observar dichas consideraciones para la formación de terapeutas
gestálticos, definiendo el ser terapeuta como un “oficio artesanal”.
Abstarct:
The following work proposes a reflection on the importance of the Therapeutic
Relationship in Gestalt Therapy, for being an approach that is defined as
phenomenological-existential. The Therapeutic Relationships is presented as the place
in which the therapeutic thing happens and where compromises the ethics of being a
therapist. The importance of this consideration needs from the therapist a constant
epistemnological reflection, in a task where the the basic one is the encounter between
persons. These considerations as distinctive of the Therapy Gestalt. Thus, it is
mentioned the importance of observing these considerations for the training of Gestalt
therapists, defining the being therapist as a "handcrafted trade."
vez los definen como tales. Estos rasgos serían: a) un Marco Teórico, que incluye la
delinea el camino para conocer, así como las técnicas propias de intervención; c) un
Respecto del primer rasgo (Marco Teórico) y tal como dice Frankl (1994): “No
hay ninguna psicoterapia sin una concepción del hombre y sin una visión del mundo”
(pág. 64). Por lo cual, cada psicoterapia, y por tanto cada terapeuta, lleva a la Relación
personalidad, por lo cual poder develar esta incógnita implica una responsabilidad ética,
actualiza en cada encuentro terapéutico (Oro, 2002). Para hacer consciente esta visión
se necesita ejercitar un pensamiento reflexivo. Tal pensamiento solo puede ser realizado
adhiere el profesional.
que los saberes que abarca la psicología, se enmarcan dentro de dos dimensiones
reduccionista. Esta carencia se haría mayor en los casos de desatención por parte de los
al ser el ámbito donde trasunta la concepción de hombre, por tanto lugar privilegiado
extensivo a cualquier psicoterapia, Yontef dice que: “parte del nuevo desarrollo de la
Terapia Gestáltica ha sido una creciente apreciación de la idea de Buber de ‘sanar por
medio del encuentro’, del compromiso persona-a-persona (2005, pág. 29). Esta
Esta postura existencial que comprende al ser del Hombre como un “ser con”,
expresión de un interrogante al propio ser del terapeuta, que surge al estar en contacto
terapeuta) es en relación con Otro. Esta conciencia de la existencia del otro otorga
conciencia del ser mediante la intencionalidad de esta conciencia, el que conoce tiene
entre terapeuta y paciente, en el diálogo entre ellos, se hace patente la facultad del Ser
de dar una respuesta a sí mismo y a los demás. Esta facultad lleva implícita una ética
reflexivo. Un ser que busca dar sentido a su propia existencia mediante el camino
se hace posible en el encuentro con otro. Y de este modo, en esta búsqueda, trasciende y
filosófico y antropológico.
1
Cursiva en el original
- el método propuesto es el fenomenológico (haciendo mención al caro concepto
gestáltico del “darse cuenta2”); método a aprender tanto por pacientes, como por
terapeutas.
(pág. 11)
que, al describir los modos de relación entre terapeutas y pacientes, se hace Garriga
qué, el por qué y el para qué de nuestras vivencias y valoraciones). Hay aquí un planteo
2
Awareness en el original
darse cuenta gestáltico) que el ser humano tiene de sí mismo, reconociendo la
gestálticos, Perls describía tres posibilidades: el terapeuta apático, que no tiene interés
por el campo relacional; el empático, con el interés solo en el paciente, con exclusión
campo relacional, hay una darse cuenta de sí mismo y del paciente, es decir, de la
construyendo este modo de relación me voy construyendo. Tal como el artesano se hace
mientras hace su artesanía, tal como voy siendo padre mientras mi hija va siendo. Tanto
puedo decir que estoy criando a mi hija como que ella me está criando. Tanto puedo
decir que construimos una relación de carácter terapéutico mientras nos relacionamos, y
así, en pleno acto de relación vamos co-creando reglas de lo que tal relación implica. Se
va estableciendo un marco ético particular para la relación. Este marco ético implica a
que se aprende con otros. En relación con otros terapeutas-pacientes (personas, bah),
vamos descubriendo que, eureka mediante, existe una actitud esencial para
profesión que puede ser metaforizada como un “oficio artesanal”. De este modo cobran
sobre los elementos y pasos que conforman los procesos terapéuticos, así como
las habilidades propias. Proceso idéntico al que realizamos con nuestros consultantes.
3
Como dice Perls “aprender es descubrir que algo es posible”
Desde la materia prima (las habilidades y capacidades propias) se busca el cambio
dando forma y en el proceso, cambiamos. Sin darnos cuenta de esta capacidad no hay
entonces, quien puede, a partir de las capacidades del aprendiz, brindar experiencias
cosa privada de los titulados como terapeutas, pero sí condición para quienes se han
Con una relación apática, no hay contacto; con una relación empática, el contacto es sin
fricción y no hay cambio, con la relación simpática hay posibilidad de artesanía (Perls,
1976)
que apenas llegan a la cualidad de ser hipótesis desechables sobre el acto creativo, sobre
la construcción de la relación, y no son vivencias sobre el acto creador. Aquí hacen falta
cuenta el viejo cuento del maestro relojero, aprender donde y cuando soplar… Y como
bien dice Yontef: “no hay atajos para la formación de buenos terapeutas” (2005, pág.
23).
Ética y Psicoterapia: relación epistemológica
“conócete a tí mismo”.
Abro un paréntesis epistemológico: (Decir que “existe” tal cosa como la relación
“un marco conceptual para la acción práctica” (pág. 23). Por tanto establecer un marco
contextual para, con pretendida sencillez, construir una realidad mediante un concepto.
Si bien puedo establecer que hay dos personas, con ciertos rituales de interacción, la
para construir una realidad por la cual ir transitando. El desafío epistemológico de este
acto estético, está dado por el hecho de que, para poder concebir un otro mundo, se
requiere estar ya en ese otro mundo. En forma análoga, distinguir como “terapéutica” a
un modo particular de relación supone estar ya formando parte de esa relación.) Cierro
paréntesis
propiamente Gestáltica). Es decir, saber que lo observado es tal por las características
del observador (Keeney, 1994). Por consiguiente ya no solo es epistemológico sino que
ético, comprender que se tiene también responsabilidad sobre lo que se observa y que el
terapeuta es el instrumento de observación. Esta responsabilidad reflexiva implica una
persona, que necesita a la vez de una buena relación del terapeuta consigo mismo, para
constitutivo de la psicoterapia.
Gestalt, una síntesis dialéctica entre el terapeuta y el paciente, a la vez que síntesis entre
teoría y práctica.
Esta capacidad dialéctica sería expresión de lo que Jaspers define como una
(Oro, 2002). Esto evita que el terapeuta sea o bien un científico desorientado o una
aprendido lo más elevado que existe, y cuanto más se angustia, más se eleva el hombre”
Sería en este sentido que Rosenblatt (2009) sugiere que proveer terapia puede
de relación con los pacientes que experimentarían como saludables. En este encuentro,
entiende y reacciona a la disposición del terapeuta, así como lo que el paciente revela de
existencia.
debemos una atención especial y preferencial, por que es en este vínculo donde el acto
terapéutico se hace posible. Acto que puede ser iatrogénico cuando el profesional no
reflexiona sobre su rol y pretende desde una supuesta sabiduría, apropiarse del derecho
del consultante a conducir su salud. Saltarse esta obviedad contribuye al pernicioso uso
que puede hacerse del profesión para satisfacer neuróticas “necesidades” de poder,
y del paciente). De este modo se pervierte en impar una relación humana (García,
2009).
construir la paridad devolviendo el poder a quien consulta para que aprendan a construir
su salud desde su propia sabiduría. Estas son características propias de las terapias
existencialistas, que conciben a la terapia como una relación humana de doble mano
(Polster y Polster, 1974). Somos los profesionales de la salud los que debemos encontrar
las maneras de realizar esta devolución. Sin la conciencia explícita de esta postura ética,
difícilmente se aporte para que la construcción del encuentro entre dos personas se
inclusión fenomenológica del terapeuta por sobre la capacidad técnica. Tal inclusión nos
posibilita a los terapeutas poder discriminar entre la sabiduría del otro y la propia.
Acomoda los roles que se van dando en el fenómeno naturalmente, sin falsas posturas
logra la paridad, dentro de la cual, el que consulta puede observar su potencia para
relación pueden disfrutar de este beneficio. Esto está lejos de la asepsia pretendida del
terapeuta apático y del único interés en el beneficio para el paciente del terapeuta
empático.
Sin la conciencia explícita de esta postura ética, difícilmente se aporte para que
terapéutico, y se logre así trascender, tanto para el paciente como para el terapeuta, la
propia humanidad.
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