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El problema de la personalidad en los derechos de autor

Oscar Alejandro Gómez Suarez

Trabajo Final de introducción a la propiedad intelectual

Profesor: Edwin Cicery Vega

Universidad Nacional de Colombia

Sede Bogotá

2019
1. Introducción

Los derechos de autor son un tema crucial en el campo jurídico, pues estos están

dispuestos para proteger a los autores creadores de obras literarias o artísticas, y cuya

principal finalidad es la de alentar a los mismos a seguir creando con la certeza que serán

reconocidos y amparados por la ley. Los derechos de autor aunque significan un gran

adelanto para los autores, representa una gran dificultad para los que aplican las leyes, pues

deben definir que es una obra, si esta es original sobre todo la autoría de esta; para esto se

ha partido de la idea de que para definir la autoría de una obra esta debe reflejar mediante el

estilo la personalidad del autor, sin embargo, el aferrarse a un concepto que ha sido

definido de diferentes maneras a lo largo del tiempo representa un problema para el

derecho, por lo cual es necesario acercarse a la definición histórica de personalidad y su

impacto sobre el derecho de autor.

La personalidad ha sido estudiada desde diferentes perspectivas a lo largo del

tiempo, y su definición ha variado dependiendo del punto de vista desde el cual se esté

observando, lo que ha llevado a una continua discusión entre los que intentan

conceptualizar la personalidad, pero es posible el distinguir dos puntos de vista rivales: el

que dice que la personalidad innata por lo cual cada idea se generaría de manera espontánea

y no se vería influenciada por otras obras y el que dice que se va formando con las

vivencias lo cual sugeriría la dificultad para diferenciar la originalidad de cada obra pues

tendrá tanto el estilo y la personalidad del propio autor como fragmentos de la personalidad

de otros. Estas dos posturas tan opuestas representan un gran problema para el derecho pues

tiene muchas repercusiones al momento de atribuir la autoría de alguna obra, pues

dependiendo del origen de la personalidad esta delimita hasta donde una obra es original.
El presente trabajo busca señalar algunas incoherencias entre teorías de la

personalidad y sus repercusiones y problemas a nivel legal, enfocándose en los

relacionados con la atribución de la autoría de una obra. Esto para señalar la necesidad de

una teoría unificada de la personalidad o en su defecto la urgencia de que desde el derecho

se tome una postura clara acerca de lo que se entiende como personalidad.

2. Marco teórico

2.1 Derechos de autor

Cuando se habla de los derechos de autor se hace referencia a un conjunto de

normas que protegen a los autores creadores de obras literarias o artísticas, y cuya principal

función es la de remunerar e incentivar a los creadores (Vega, 2010), además, ante el

aumento de formas de producción, se han protegido diversas obras como lo son las bases de

datos, el software, el soporte lógico etc... (Vega, 2010). Estos derechos tienen como

antecedente principal la creación de la imprenta en el siglo XV, en donde los mismos

editores reglamentaron su oficio para evitar la piratería de las obras que producían, más

adelante se comenzaron a originar marcos jurídicos como Statute Anne de 1709 que tenía

como propósito el estimular el arte y la ciencia (Pulido Pavón, Palma Martos, & Aguado,

2016).

Mas adelante con la sofisticación de las normas se comienzan a clasificar y a

proteger diversas producciones en el campo literario y científico o en cualquier forma de

expresión (Pulido, Palma & Aguado, 2016), lo que lleva a la diversificación de las

creaciones en los diferentes ámbitos y también a la masificación de los autores y desde este
punto la necesidad de discernir no solo quien es autor sino también sobre que obra recae su

autoría.

En la actualidad los derechos de autor se dividen en dos categorías fundamentales,

los derechos morales y los derechos patrimoniales. Los primeros hacen referencia a los

derechos que protegen la personalidad del autor y su relación con su obra, estos son de

carácter irrenunciable, y le permiten al autor el tener el control sobre los cambios que se

quieran realizar sobre la obra y además le permiten conferirse la autoría de la obra

eligiendo si dar o no su nombre para dicha obra, estos protegen la integridad de la obra y la

reputación del autor (Bernal & Conde, 2017). Los derechos patrimoniales son aquellos que

protegen las facultades del autor de explotar económicamente su obra (Vega, 2010), estos a

diferencia de los derechos morales, pueden ser transferidos, tienen una duración temporal y

además tienen limitaciones y excepciones, pues se encuentran encadenados a derechos de

terceros (Guzmán, 2018).

Dentro de los aspectos importantes a señalar dentro de la protección de las obras se

resalta que se protegerán las obras y no las ideas, es decir, que la idea debe ser reproducible

mediante algún medio. Igualmente, otra de las disposiciones importantes es el que la obra

debe ser original, más no innovadora, lo que quiere decir que el contenido de la obra no

tiene por qué necesariamente ser novedoso, sin embargo, la forma en la que se está

presentando si lo debe ser; esto lleva a que la forma en la que se presenta la obra debe

corresponder con una expresión propia de la personalidad del autor (Vega.2010).

El decir que la obra es una expresión propia de la personalidad deja abiertas un

espacio para el debate y las decisiones cambiantes por la misma naturaleza del concepto de
personalidad, pues este no es fácil de definir y se ha propuesto desde diferentes

perspectivas teóricas como se verá a continuación.

2.2 La personalidad

La personalidad es vista como ese conjunto de características que definen a una

persona, también puede ser vista como rasgos que se mantienen a través del tiempo y que

predisponen para la realización de determinada acción frente a alguna situación específica

(Andrés, 2016; Montaño, Palacios, & Gantiva, 2009). En lo que respecta a los aspectos

jurídicos, con especial interés en la atribución de una obra a uno u otro autor, al examinar la

personalidad es necesario centrarse en su origen, para lo cual existen diversas teorías.

El enfoque psicodinámico indica que la personalidad se conforma de una

estructura innata que existe en todos los individuos, pero que se desarrolla de manera

diferente en cada uno dependiendo de la estimulación ambiental y de las relacione

socioafectivas, esta estructura esta conformada por lo que él llamó el ello, yo y superyo; en

donde cada el yo es el encargado de mediar con la realidad, mientras que el ello intenta

satisfacer sus necesidades y el superyo es quien imponen las reglas morales. La

personalidad se va desarrollando en la interacción del ello y el superyo, mientras que estos

presionan al yo y este a su vez recibe estimulación del ambiente en donde se encuentra lo

que el individuo desea, pero también lo que se le impide obtenerlo (Díaz-Benjumea, 2002).

Desde esta perspectiva, la conformación de la personalidad se da con los estímulos

externos, es decir que las acciones de unos tendrán repercusiones sobre la conformación de

la personalidad del otro.


La teoría de la personalidad de Eynseck (Schmidt et al., 2010) parte de tres

dimensiones fundamentales que se encuentran determinados por componentes biológicos

los cuales son inalterables, estas son: psicoticismo, neuroticismo y extraversión. Cada uno

de estos rasgos se mueve entre un continuo en donde la personalidad de cada persona se

evalúa al conocer su posición en cada una de estas dimensiones. Al ser esta configuración

de las dimensiones dadas por predisposición genética que altera la organización y el

funcionamiento cerebral (Pedrero, Ruiz & Llanero, 2015). Desde esta perspectiva, la

personalidad de un sujeto no se puede alterar demasiado por la influencia de otro, ni es

posible que su personalidad sea el conjunto de otras de la expresión de las ideas de otros

sujetos, pues la forma que en la que se configuran sus respuestas ya estaba predeterminada

por su configuración cerebral.

Desde el planteamiento socio cognitivo, la personalidad ya no es vista como la

unión de rasgos que se mantienen en el tiempo, sino como patrones que se desarrollan a

través del tiempo basándose en la actividad social y cognitiva (Shunck, 1997), de los

cuales se puede escoger para responder a una situación dada (Bermúdez, Pérez & Ruiz,

2011), esto indica que aunque estos patrones sean coherentes entre ellos pues se han

desarrollado en un entorno social coherente, estos no se desplegaran a nivel conductual de

la misma manera en todas las ocasiones, pues en el sujeto hay un elemento cognitivo que

le lleva a discriminar entre situaciones. Igualmente, de este conjunto de teorías es posible

el interpretar que la personalidad del individuo no será constante, sino que se esta se podrá

expresar de diversas maneras aun frente al mismo estimulo y en un periodo de tiempo

corto, esto porque el individuo podrá discriminar la situación y escoger la respuesta que

más le convenga, y estas respuestas serán creadas en el individuo a partir de las

experiencias con otros individuos.


La teoría psicosocial de la personalidad es otra de las cuales asegura que la

personalidad del individuo se va formando con sus experiencias con el mundo, sin

embargo, en esta teoría lo que se va a ganar de los demás se encuentra más relacionado con

respuestas emocionales y no tanto racionales frente al mundo. Esta teoría divide el proceso

de desarrollo en etapas que van desde el nacimiento hasta la muerte de la persona, en donde

en cada etapa, se genera un tipo de respuesta que se relaciona con las situaciones cotidianas

de la edad en la que se desarrolla la etapa, por ejemplo en el primer año de vida se aprende

se desarrolla la confianza o la desconfianza hacia los demás basándose en las relaciones que

se hayan tenido en el primer año de vida, y de esa forma se desarrollan todas las etapas

(Bordigon, 2005). En esta teoría, no se adquieren como tal rasgos o características de otras

personas sino la experiencia de como reaccionar frente a los demás, y la vez frente a las

situaciones en las que se vea involucrado un contacto social.

Estas son unos ejemplos de teorías de la personalidad que se contradicen entre sí, y

estas contradicciones pueden tener repercusiones a nivel legal y sobre todo al momento de

definir la autoría de una obra.

3. Problemas asociados a la personalidad

Desde el punto de vista jurídico, resulta importante el poder definir la autoría de

una obra a una persona pues como ya se vio, los derechos de autor protegen por un lado la

reputación del autor y por el otro la explotación económica de la obra (Bernal & Conde,

2017; Vega, 2010). Las decisiones que deben ser tomadas respecto a la autoría de una obra

deben ser tomadas desde un marco teórico que las sustente, pero esto no es posible al haber

un marco teórico extenso y contradictorio en algunos aspectos, lo cual lleva al

planteamiento de problemáticas al momento de tomar decisiones.


Cuando se aborda únicamente la personalidad desde el enfoque de Eynseck, el

ámbito jurídico con respecto al derecho de autor se simplifica pues se esperaría que la obra

de un autor siempre se manifieste de formas similares, además, de poseer características

únicamente intrínsecas del individuo, al venir su desarrollo dado únicamente por su

genética (Pedrero, Ruiz & Llanero, 2015). Esto quiere decir que se dudaría de la autoría de

alguna obra si esta se sale del marco que el mimo autor ha propuesto para su obra.

Si se abordara la personalidad desde la teoría psicodinámica (Díaz-Benjumea,

2002), o desde la perspectiva psicosocial (Bordigon, 2005), se tendría como resultado el

que las obras no tengan que ser estáticas o similares, sino que se pueden ir modificando de

acuerdo con las experiencias que van surgiendo en el individuo y van moldeando su

personalidad, entonces será necesaria la exploración de las circunstancias que llevaron a el

autor a la realización de la obra pues no se podrá discriminar con facilidad la autoría

partiendo de las obras posteriores. A pesar de esto la obra debería tener un proceso

reflexivo diferente al de cualquier otro individuo pues la forma en la que se modifica la

personalidad no es directa, es decir no asimila rasgos de otros individuos, sino que su

experiencia con los otros tendrá repercusiones emocionales que con el tiempo modificaran

su respuesta.

Las teorías socio cognitivas de la personalidad son tal vez las que mas dificultad

representan para definir la autoría de una obra, pues si la personalidad se modifica con el

ambiente social y además es cambiante por el efecto de este (Shunck, 1997), no se puede

definir la autoría de una obra partiendo de sus obras pasadas pues un ambiente diferente

puede significar un cambio drástico en la personalidad del autor expresada en cada obra.

Además, el mismo entorno social puede significar un desarrollo de la personalidad muy

parecido, pues al no haber predisponentes genéticos todo queda bajo el moldeamiento


social, es decir que se podría llegar a confundir la autoría de una obra con otro autor que se

encuentre en condiciones ambientales y sociales similares. De la misma manera, la

expresión de la misma personalidad en ambientes cotidianos puede ser considerado como

una obra en si misma, y si es así, esta puede estar influyendo en la creación de otras obras

al modificar la personalidad de otros autores mediante el contacto social, en este sentido la

autoría de las obras o no se podría delimitar al tener la expresión de la personalidad de

muchos individuos en sí misma, y esto repercutiría de manera clara sobre la originalidad de

la obra o por otro lado al crear un obra de cualquier tipo se debería citar o reconocer el

aporte que han tenido los otros autores que han influido en el desarrollo de la obra, tal y

como se hace en las publicaciones científicas.

Es necesario tener en cuenta que al hablar de originalidad se puede hacer

referencia a dos tipos específicos de esta, pues por un lado se señala la originalidad

subjetiva, en la cual se hace referencia a el origen de la obra, es decir a su autor, por lo cual

el elemento importante a tener en cuenta es la personalidad del mismo plasmada, y se

relaciona con la singularidad; por otro lado se encuentra la originalidad objetiva en la cual

el autor pierde importancia frente a su obra, dándole más importancia a que esta no sea

copia de otra y que tenga un esfuerzo patente (Márquez, 2004).

Es evidente que desde la perspectiva de la personalidad objetiva no se cae en los

problemas planteados por la personalidad, pues la titularidad de una obra se podría probar

por medios más diversos y relativamente fáciles de demostrar cómo lo puede ser el proceso

creativo, en donde si se demuestra un esfuerzo creativo y se reafirma la originalidad de la

obra. Pero en este caso se está haciendo referencia únicamente a la originalidad subjetiva

pues está según Márquez (2004), es un parámetro valido aun en las legislaciones actuales.
4. Conclusión

Al considerarse una obra como la expresión de la personalidad del autor, desde el

derecho se está dejando el espacio para que se interprete este concepto de la manera más

conveniente según sea el caso, lo que trae vacíos e incongruencias en las decisiones

tomadas por parte de los que aplican las leyes, es por esto que hace urgente el estudio de la

personalidad para llegar a la integración de las teorías que se justifique con resultado

experimental inequívoco, y con esto poder establecer con mayor certeza la autoría de una

obra. En la practica esto no es tan viable pues en el momento es necesaria la aplicación de

la justicia en temas de derechos de autor, por lo que también se podría considerar por parte

del derecho el tomar una postura clara frente a una definición de personalidad.
Referencias

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