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hablar con toda la franqueza de que sea capaz. Ciencia. arte y filo- material que pretendía abarcares desesperada.

perada. Testimonio de
sofia crecen ahora tan juntos dentro de mí que en todo caso pariré ello son los constantes cambios de titulo. Asf, por ejemplo, dice
ccnttlllros[a Rohdc, febrero de 18701·
en LUU1 carta a Roltde:
y 11110 de esos centauros file El nacimiento de la tragedia. En cuanto tenga listos algunos pequeños ensayos (sobre materias
El otro vestigio escrito de que disponemos es el ensayo titu- antiguas), quiero concentrarme en un libro para el que se me ocu-
lado «La visión díonistaca del mundo», cuyo texto completo rren cuda vez más cosas. Temo que no producirá una impresión fi-
podrá e/lector ver también ",ds adelante. Este ensayo lo escri- lológica; mas ¿quién puede ir contra su naturaleza? Comienza aho-
bió Nietzsche en los meses de julío y agosto de 1870, durante ra par¡l mí el período del escandalo, después de haber despertado
las vacaciones veraniegas. La guerm francoaíemann que esta- durante algún tiempo una agradable complacencia, porque llevaba
lló por aquellos días yen la que Nietzsche participó fugaz- puestas las viejas y conocidas pantuflas. Tema y título del futuro li-
bro: Sócrates y el ;1I51;1l10.
mente como enfermero no le impidió seguir meditando sobre
los signos de interrogación que lmbía colocado en toril o a los
Pero otras veces el tItulo será La tragedia y los espíritus li-
griegos:
bres, o Lajovialidad griega. u Origen y meta de la tragedia.
El nacimiento de la tragedia parece un escrito muy intempestivo:
Wagller, sin embargo, está al acecho. Lo que él desea sin duda
nadie imaginaría que fue comenzada bajo los truenos de la batalla es que Nietzsche escriba un libro en que su propia obra musi-
de Wórtb. Yo medité a fondo estos problemas ante los muros de cal aparezca como el renacimiento verdadero de /a Antigüe-
Metz, en frías noches de septiembre, mientras trabajaba en el servi- dad. y Nietzsche 110 pudo ni supo resistirse, aunque cuando
cio de sanidad -, estaba redactando su obra habla dejado ya de ser wagneria-
no, como ha demostrado T. M. Campbell ". En este sentido ha-
Pero el «libro sobre los griegos» que Nietzsche proyectaba brin que decir que esta obra fue insincera.
fue estrechando cada vez más Sil horizonte. Lo que primitiva- Durante el invierno 1870-1871/a salud de Nietzsche em-
mente iba a denominarse Consideración sobre la Antigüe- peora de tal modo, que tiene que pedir una liberación de sus
dad, que abarcaba unos veinte temas (la personalidad de Ho- obligaciones académicas, y se retira a Lugano con su herma-
mero; la lírica griega; la estética de Aristóteles; ensayos na. Desde alll escribe a Rohde estas melancólicas palabras:
especiales sobre Democríto, Heráclito, Pitagoras y Empedo-
eles, sobre el Estado griego, sobre la mujer griega, sobre la es- Entre muchos estados de ánimo. de depresión y de indiferencia. he
tenido también algunos de verdadera exaltación y he dejado algu-
cíavítud griega. etc.}, iba quedando reducido a U11 ensayo so-
na huella de ellos en el pequeño escrito citado. Con respecto a la
bre la estética de los trágicos y sobre el pesimismo en la
filología vivo en un alejamiento tan insolente, que no se lo puede
Antígúedad. La lucha de Nietzsche en todos estos meses con el

• F.Nietzsche, Ecce-homo. Introducción, traducción y notas de Andrés Sán- .• Véase «Nietzsche-Wagner to Jan. 1872••, en Publicaticns of me Modern
LanguageA.ssociation ofAmerica, 1941,pp. 544-577.
chez Pascual, Alianza EdiloriaJ, Biblioteca de autor-Nietzsche, p. 76.
pensar peor. La alabunza y cl reproche. e inclus~ todas las más altas síadas las cosas que en tan breve obra había tocado éste. y al-
glorias por ese lado me hacen temblar. Y así me Introduzco cada vez gunas. muy íncidentnles, estaban dichas de cara a la g~/.e,:ía.
mas en mi filosofía y creo ya en mí; mñs aún. si alguna vez debiera
Por ejemplo. el mundo de losfilólogos alemanes estaba dl~/dtdo
convertirme en un poeta. estoy dispuesto a ello ... Este estado de
entonces en dos írreconcilíables partidos. De 1111 lado. Ritschl,
ánimo me permite mirar hacia la posición universitaria entera
como hacia algo secundario. más aún, con frecuencia penoso. y
su método y sus seguidores. De otro Jada ... los enemigos de
hasta aquella catedra de filosofí •.\ me atrae propiamcntc sobre todo Ritschl, que también eran poderosos. El nuís joven, el mds brí-
por ti, dado que también es •.\ cñtcdru la considero tan sólo como liante, e/ más genial profesor que había salido de la escuela de
algo provtslonul lza de marzo de 1871 J. Ritschl era Nietzsche. Pero Nietzsche era. por esencia. el 011"'-
Ritschl, Pocos años antes, cuando Nietzsche estudiaba en
Al" I'uelta de Lugano para reincorporarse en Basiíea a sus BOII". los dos filólogos principales de aquella universidad.
tnrcns universitarias, Nietzsche se detiene en Tríbsclten y dis- atto [aim y F. Ritschl, habían mantenido 1IIU1 polémica espec-
ellle largamente ccn Wag1lcr la estructura de/libro; esta visita tacular, a cOllsecuencia de la cual Ritschí abandonó Bonn y
de Nietzsche a wagner.funesto e" cierto modo para el prime- marchó a Leipzig. Y lHmqllc en nqueí!a época Nietzsche habla
ro. imprimirá su ltu ella definitiva a la obra, que a partir de dado la razón ti atto tohn, ahora en este libro. CI1 el lugar me-
este momento sigue ulla marcha prefijada. Bajo el influjo 1105esperado, tnrrzalm cOl/tra él cieno. El asunto es tanto más
de Wagner. Nietzsche se decide ti rectabomr totalmente sus desagradable cllanto (1'1e [ahrt habla muerto, y Nietzsche. pro-
pensamientos sobre los griegos ya enfocarlos hacia la obra wag- bablentente, 110 quiso ca,., este exabrupto mds que halagara su
neriana. Pocos dtas después de la mencionada visita Nietzsche maestro. Otro ejemplo: la orgullosa Alemania vencedora de
busca editor. y el día 20 de abril ofrece a W. Engelntann, de Francia en la guerra del 70 despreciaba con bastantes malos
Leipeig, un libro bajo el ttt ulo de Músico y tragedia. Tms mu- modos todo lo ((lal;1I0)1.Y Nietzsche. incitado sin duda por los
chas dudas. Bngelniann 110 se decide a publicar la obra. Por ello Wagner. contrapone también. en algunos pasajes nada perti-
mm tes, la «cultura» aíemana a la «cívílizacion» francesa. En
Nietzsche, COII ocasión de una visita a Leipzig. a mediados de
todo caso. el libro de Nietzsche ofrecla a los enemigos de
octubre de 1871. elllrega 1" obra a/ editor E. W. Fritsch, aun si"
Ritschl íu ocasión propicia para retorcerle a éste el cuello -¡n
estar completa. El 18 (le noviembre le envía nuis material. y por
cffigie-. Y así se hizo. Fue una verdadera ejecución. seguida
fin. e/12 de diciembre. le manda los ti/timos capítulos. En lus úl-
de descuartizamiento.
limos días del ll1io 1871 el libro está publicado.
Por lo pronto. Usener declará en Don" a sus alumnos que el
autor de El nacimiento de la tragedia estaba «científicamente
muerto, •. Y Ríbbeck, desde Kiel, pedía «pruebas», «aunque
La polémica y las causas del equívoco
s~/o sea tul testimonio», de que es verdad lo que Nietzsche
Como se ha dicho al comienzo, la primera respuesta a este li- dice. A lo que éste respondía malhumorado a través de Rohde:
bro fue el silencio total. Pero este silencio encubria en su oque- «Se ~sfuerza uno en acercarse al origen de las cosas más eníg-
mátícas - y ahora el estimado lector pide "testimonios"), Lo
dad una tormenta amenazadora para Nietzsche, Eran dema-

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