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ATREVETE A PENSAR

Catequesis juvenil de orientación cristiana


Tenemos necesidad de reflexión, silencio, meditación
El gran profeta Jeremías indicó que la
causa de las desgracias del hombre sobre la
tierra era la falta de reflexión (Jr 12, 10-13)...
Ya Pío XI observa que la ‘’enfermedad más
grande de la época moderna es la falta de
reflexión’’. Y los síntomas de tal enfermedad
se manifiestan como ‘’constante e intenso
desbordamiento hacia las cosas exteriores” y
como ‘’insaciable deseo de riquezas y
placeres’’. El hombre, ‘’arrastrado por la
corriente de las cosas exteriores’’, no examina
su interioridad y no piensa en Dios, que es
nuestro principio y nuestro fin (Pío XI, Mens
nostra). La enfermedad del hombre
contemporáneo se encuentra, en gran medida,
en la falta de reflexión y es ‘’fuente de
abundantes males’’. Bertrand Russel declaró:
‘’El mal existe porque estamos devorados por
la fiebre del hacer; sobre todo la humanidad
tiene más necesidad del silencio, de la
reflexión y de la meditación’’.

Detente, reflexiona. Un hombre que no


delibera será juguete de sus pasiones, sus
instintos, sus deseos, sus sentimientos, sus
locas imaginaciones; no será jamás un hombre
de voluntad.

ATREVETE A PENSAR:
 Atrévete a pensar con tu propia cabeza
 “Para asumir responsablemente la existencia lo primero que se debe aprender es el
difícil arte de pensar correctamente y con cabeza propia” (Juan Pablo II)
 Serás tú mismo, sin dejarte manipular por los “amigos”, por el ambiente, por la
televisión o la publicidad.
 Sabrás desenmascarar los eslogans, los falsos valores, los espejismos, los caminos
sin salida.
 Atrévete a pensar con la cabeza, no con el corazón
 Si la sensiblería y el sentimentalismo se adueñan de tu persona, cegarán tu
inteligencia y te impedirán juzgar con rectitud, haciéndote “perder la cabeza”.
 Atrévete a pensar correctamente
 Has de buscar lo que es verdadero, lo recto, lo perfecto; es decir lo que coincide con
el pensamiento y la voluntad de Dios.

EL DESAFIO DE LOS 10 MINUTOS


Sí me gustaría desafiarte. A ver si eres valiente para hacer cada día 10 minutos de reflexión.
Se trata de algo que parece pequeño, pero que es muy grande; que parece fácil, pero cuesta mucho.
Yo creo en los 10 minutos. Podrían transformar tu vida. Han transformado otras. Más aún; es
imposible hacerlos bien, sin que transformen la vida.
Diez minutos ¿de qué? Diez minutos diarios de lectura-reflexión-oración. ¿Sólo diez minutos?
Sí, pero... diarios. Es de valientes, muy valientes. Te saldrán mil excusas cada día para no hacerlos.
Y los dejarás. Y entonces seguirás como hasta ahora, del montón, con la conciencia dormida, con tus
vicios sin tocar. Y tu vida... ¡una birria!
A ver si eres valiente. Se trata de leer un punto. Y enseguida te paras a reflexionar: ‘’¡Sí que
estoy yo lejos de esto!... ¿No podría ser yo así?’’...etc. Y tras esto viene el pedir ayuda: ¡Señor,
ayúdame! ¡Ven a luchar conmigo contra mí!’’
¡Oh, si te aficionaras a estos diez minutos de lectura meditada. El mundo está mal –y nuestra vida
nada bien- por eso, porque huimos todos de la reflexión y la oración. Y así, aun en los mejores, todo
es rutina y nada más.
Por eso el desafío de los 10 minutos. Así como la luz y las tinieblas no pueden estar juntas, del
mismo modo la reflexión y la rutina no pueden estar juntas jamás.
Si reflexionas, te atraerá la verdad reflexionada y pedirás gracia al Señor para vivirla. Y El te la dará.
Juan XXIII decía: “De la doctrina a la vida sólo se puede pasar en virtud de un prolongado
esfuerzo personal de reflexión y de oración”.
¿Aceptas el desafío de los 10 minutos?

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