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El bicampeonato italiano Futboll

Italia organizó la segunda Copa Mundial en 1934. Como respuesta al boicot realizado en 1930 por
los países europeos, Uruguay y otros países americanos se retiraron del torneo.12 La Copa
Mundial se había convertido en muy poco tiempo en un gran acontecimiento que recibía las
miradas de todo el mundo, por lo que el caudillo fascista Benito Mussolini usó el torneo para la
exaltación del nacionalismo, buscando publicitar el poder italiano con una victoria en la
competición.18 Para ello no dudó en asegurar la naturalización de varios jugadores argentinos,
como Luis Monti, Raimundo Orsi, Enrique Guaita y Attilio Demaría, y también del brasileño
Anfhiloquio Marqués Filo, italianizado como Anfilogino Guarisi. Italia llegó a la final del torneo
donde se enfrentó a Checoslovaquia. Tras una serie de errores arbitrales, Angelo Schiavio anotó el
gol del triunfo italiano durante la prórroga, que coronó a Italia como campeona del mundo.19
Varios jugadores de aquel equipo reconocieron haber jugado la final bajo amenazas del Duce. El
naturalizado Monti declaró:20

«En 1930, en Uruguay, me querían matar si ganaba, y en Italia, cuatro años más tarde, si perdía».

En los años posteriores el advenimiento de la Segunda Guerra Mundial se hacía cada vez más
presente. La Copa Mundial de Fútbol de 1938 realizada en Francia contó con las deserciones de
España, debido a la Guerra Civil, China y Japón, debido al estallido de la Segunda Guerra Sino-
japonesa, mientras la clasificada Austria no participó en el torneo al ser incorporada a Alemania
tras el Anschluss.21 Ya en el torneo propiamente, Alemania fue repudiada por el público mientras
los jugadores realizaban el saludo nazi. Además, los equipos americanos (a excepción de Brasil y
Cuba) nuevamente boicotearon el torneo, luego de que fuera otorgada la sede a un país europeo a
pesar del compromiso inicial de alternar la sede entre ambos continentes.21

En el ámbito deportivo, Italia mostró su capacidad ofensiva llegando a la final del torneo tras
derrotar a Brasil de Leônidas, una de las figuras del torneo. Los italianos se enfrentaron a la
potente Hungría y la derrotaron con 4:2, convirtiéndose en el primer equipo en alcanzar el
bicampeonato. Mussolini, al igual que en 1934, no estaba dispuesto a ver perder a su equipo. El
seleccionador italiano, Vittorio Pozzo, recibió un telegrama antes del partido final en el que solo
podía leerse «Vencer o morir». Además, obligó a sus jugadores a vestir para la final camisetas
negras, símbolo del fascismo italiano.22

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