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Resumen Abstract

Agrupaciones de teatro, orquestas juveniles, talleres Theatre groups, youth orchestras, workshops in pho-
de fotografía, cine, video, artes plásticas. Estas y otras ex- tography, cinema, video and plastic arts. These and other
periencias de enseñanza y creación artístico-expresiva pa- experiences aiming at teaching and developing creative
ra jóvenes de barrios populares se han multiplicado en la and artistic skills among disadvantaged young people ha-
Argentina y en América Latina durante los últimos años. ve spread all over Argentina and Latin America in the last
¿Qué implica para los jóvenes participar de este tipo decade.
de experiencias? ¿Es la enseñanza de disciplinas de la “al- ¿What are the implications of participating in these
ta cultura” una práctica que reproduce esquemas de do- experiences for the youngsters? ¿Is the teaching of disci-
minación? ¿O más bien una experiencia que otorga ele- plines of the “high culture” a practice that reproduces do-
mentos para resistir a ella? mination? ¿Or participating in these spaces may help
En este artículo presento algunas tensiones que sur- young people to develop skills and abilities to resist it?
gieron en dos trabajos de investigación realizados en el se- In this article I present some tensions upraised in two
no de experiencias de “arte comunitario” para jóvenes: researches I conducted in community art experiences for
un taller de fotografía en Ciudad Oculta y dos orquestas young people in Argentina: the first one was carried out
juveniles de la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires. En in a photography workshop in a slum and the second one
esta oportunidad más que ofrecer respuestas tranquiliza- in two youth orchestras in disadvantaged neighbour-
doras, me propongo profundizar ambigüedades y, sobre hoods, all of them in Buenos Aires City. In this opportu-
todo, mostrarlas “en acción”. nity, more than offering answers I go into contradictions
in depth and, especially, I show ambiguities “in action”.

Palabras Clave: jóvenes-arte comunitario-fotografía-orquestas juveniles-hegemonía


Introducción roux, 1988; Apple, 1996; Freire, 2005; García
Canclini, 1987; Rubinich, 1993).
Agrupaciones de teatro, orquestas juveniles, ta- A esta primera tensión interpretativa entre “in-
lleres de fotografía, cine, video, artes plásticas. Du- clusión” y “reproducción de la dominación” se suma
rante los últimos diez años han proliferado en la Ar- otra identificada por Rosana Reguillo (2004) en los
gentina1 diversas experiencias de enseñanza y crea- estudios de juventud actuales. La autora observa en
ción artístico-expresiva para jóvenes de barrios po- estos trabajos una postura “instrumental” en oposi-
pulares. Gobiernos locales, provinciales, nacionales; ción a otra que denomina “desdramatizada” (P. 50).
ONG´s e incluso grupos de artistas se han propues- Los estudios que agrupa bajo la primera categoría se
to, en primer lugar, acercar algunas disciplinas artís- dedican a mostrar las crecientes limitaciones en el ac-
ticas a sectores sociales que en su mayoría no ha- ceso y la participación de los jóvenes en espacios tra-
bían tenido acceso a ellas y, en segundo lugar, ge- dicionales de socialización; principalmente la escuela,
nerar espacios para la creación e interpretación de el trabajo y la política. Preocupados por encontrar
obras que puedan mostrarse tanto adentro como elementos para recuperar y ampliar el acceso de los
–fundamentalmente– afuera de los barrios donde jóvenes a estos y otros ámbitos, estos estudios pro-
fueron producidas. Centros culturales, cines, tea- ponen según la autora “una incorporación a como
tros –desde el Colón hasta salas del circuito alterna- de lugar” y no se cuestionan si son esas las institucio-
tivo– así como clubes, escuelas e incluso iglesias se nes que los jóvenes necesitan en momentos en que
han convertido en espacios de exhibición de obras se debilita el Estado benefactor, irrumpen los medios
y producciones realizadas en el seno de experien- de comunicación, cobran fuerza el narcotráfico y el
cias de “arte comunitario”2 para jóvenes. crimen organizado, avanza el mercado, se multipli-
Por el tipo de actividad –educativa, cultural y can las migraciones y se hace cada vez más evidente
social– que estas experiencias promueven están la “crisis de la modernidad”. Sintetizando: esta ver-
inmersas en un mar de interpretaciones muchas tiente de estudios se centraría según Reguillo en la
veces opuestas. Celebradas por los medios de co- necesidad de ampliar los accesos a diversas institu-
municación, gestores, políticos y por el campo de ciones sin preguntarse: ¿inclusión para qué?
la educación a través del arte en tanto iniciativas En el otro extremo estarían las perspectivas
de “integración social” (GCBA, 2009b) para “jó- “desdramatizadas” que, centradas en el análisis de
venes en situación de vulnerabilidad” (GCBA, expresiones juveniles, consideran que la juventud ha
2008), serían blanco de reproches si las analizára- devenido hedonista, desinteresada, apolítica, nóma-
mos desde perspectivas críticas –tales como los es- de con prácticas cuyo único fin es la perpetuación
tudios culturales, la educación popular, los traba- del placer, en “un goce sin tiempo y sin espacio” (P.
jos sobre políticas culturales en América Latina– 51). Para Reguillo, sin embargo, las culturas juveni-
por extender el acceso sólo a prácticas y produc- les expresan “el profundo malestar” (P. 51) de los jó-
1 Este fenómeno tiene su correlato tos de la “alta cultura”. Desde estas perspectivas, venes para con nuestras sociedades y quienes sólo
en la mayoría de los países de al no incluir un trabajo crítico a partir de los sabe- ven placer en sus prácticas ocultan esta dimensión
América Latina y en algunos países res y prácticas de las poblaciones a quienes están política. Las miradas desdramatizadas desatienden
del mundo industrializado.
dirigidas, estas iniciativas estarían reproduciendo “las dimensiones institucionales y del papel del mer-
2 Como han sido denominadas en
grillas de programación de festiva-
esquemas de dominación o, en el mejor de los ca- cado como rearticulador de los sentidos de perte-
les, centros culturales, teatros y sos, promoviendo la inclusión para unos pocos nencia y ciudadanía” (P. 52) y clausuran así el con-
medios de comunicación. (Williams, 2000; Grignon y Passeron, 1991; Gi- flicto que las prácticas juveniles expresan.


Enmarcado en estas inquietudes teóricas y con- dad Oculta y algunos jóvenes del barrio se acercaron
ceptuales –qué hacen los jóvenes, por qué lo hacen, a él con la inquietud de aprender fotografía. De es-
quieren o no estar “integrados”, a qué costo, en te modo surgió “taller oculto”, espacio pionero de
qué instituciones– en este artículo pongo a dialogar educación fotográfica para jóvenes de sectores po-
un par de escenas que surgieron en dos trabajos de pulares en la Ciudad de Buenos Aires.
investigación realizados en el seno de experiencias Muchas son las cosas que han cambiado desde
de “arte comunitario” para jóvenes. El primero de aquel entonces. En 2005 y 2006 –años en los cua-
ellos fue un estudio de caso de ph15, un taller de les realicé el trabajo de campo en el marco de esta
producción fotográfica para jóvenes gestionado por experiencia– ph15 lo conformaban 5 docentes y 26
un grupo de fotógrafos en Ciudad Oculta, la Villa jóvenes que vivían en la Villa N° 153. El taller se dic-
Nº 15 de la Ciudad de Buenos Aires. El segundo fue taba –y aún se dicta– todos los sábados por la ma-
una investigación de carácter etnográfico en dos ñana en un centro cultural comunitario y comedor,
orquestas juveniles administradas por diferentes dentro del cual ph15 tiene un espacio propio –au-
Ministerios del Gobierno de la Ciudad de Buenos las y un laboratorio blanco y negro–. Los jóvenes
Aires: La Orquesta Juvenil del Sur, gestionada por el producen alrededor de 20.000 fotografías anuales
Ministerio de Cultura en el barrio de Barracas y la y exhiben de manera periódica su trabajo en cen-
Orquesta Juvenil de Villa Lugano gestionada por el tros culturales, galerías y museos en Buenos Aires,
Ministerio de Educación. el conurbano, el interior del país y su obra ha viaja-
Los dos análisis que aquí presento no pretenden do también al extranjero (España y EE.UU.).
ser interpretaciones cerradas sobre las experiencias El taller propone una dinámica de aprendizaje
estudiadas sino relatos que permitan reflexionar y en la cual los jóvenes sacan fotografías durante la
abrir el debate sobre las tensiones que las mismas semana y cada sábado se reúnen para ver los re-
ponen en escena. En este artículo, más que respues- sultados de su trabajo. A través del análisis de las
tas tranquilizadoras profundizo ambigüedades y di- fotografías y la crítica de docentes y compañeros,
sonancias y, sobre todo, las muestro “en acción”. los jóvenes aprenden cómo mejorar la composi-
ción de sus imágenes. Así, la metodología de
La fotografía de ph 15 ¿tomar la palabra? aprendizaje principal es aprender de los propios
errores y la intención de los profesores es que con
Eso de… bueno, de tener artistas marginados y el correr del tiempo los chicos puedan desarrollar
3 En la actualidad ph15 ha logrado
presentar obras en lugares re cajetillas re formales un trabajo fotográfico sobre un tema en particu- replicar la experiencia en otros dos
de Buenos Aires es lo más, ¿me entendés? Es decir, lar. Estos temas son de lo más heterogéneos: ven- barrios del conurbano bonaerense
ese... ese pibito que está ahí, es de la villa y mirá la tanas del barrio, el fútbol, la escuela, la guardería, gracias a la obtención de un subsi-
foto que tiene, y viene un chabón más profesional las piletas, el agua, un cementerio, muñecos, ár- dio regular de una fundación ex-
tranjera, con lo cual se ha triplica-
y lo mira de acá, viste, siempre de abajo [...] eso es boles, por citar sólo algunos.
do el número de docentes, opera-
provocar. (Participante varón, 25 años) Cuando un nuevo joven se une al proyecto in- dores comunitarios y jóvenes parti-
Ph15 es tanto el nombre de un taller de fotogra- mediatamente recibe una cámara de bolsillo y un cipantes; así como se han diversifi-
fía para adolescentes y jóvenes de sectores popula- rollo fotográfico en blanco y negro. Sin recibir indi- cado sus actividades. Sin embargo
res como de la fundación que sus directores crearon caciones técnicas (sólo le dicen cómo prender y el espíritu del proyecto, así como la
metodología de intervención y la
con el fin de darle entidad legal al proyecto. La ini- apagar el flash) los docentes lo invitan a recorrer su
estrategia pedagógica siguen sien-
ciativa nació en el año 2000 cuando el fotógrafo barrio u otro lugar que le resulte familiar y tomar do las mismas que las relatadas en
Martín Rosenthal era voluntario en una ONG de Ciu- fotografías de aquello que se le ocurra. Cada clase este trabajo.


los docentes recolectan los rollos expuestos y a la Como ph15 se ha transformado en una iniciati-
clase siguiente vuelven con una hoja de contactos4 va cada vez más conocida por diversos actores de
por rollo y una selección de fotografías copiadas nuestra sociedad sus exhibiciones son, la mayoría
que serán el material de estudio, el punto de parti- de las veces, cubiertas por la prensa. Los medios de
da para la enseñanza. En las sesiones de visualiza- comunicación han sido una de las vidrieras más im-
ción y crítica de cada sábado los profesores se con- portantes para que ph15 sea hoy reconocido por
centran principalmente en el proceso de encuadre y diversos grupos, incluidos funcionarios y técnicos
en la composición de las imágenes. Además, tratan del gobierno y otras organizaciones. En este con-
de motivar a los jóvenes estudiantes a pensar las ra- texto, si bien todos los jóvenes mencionaron sentir-
zones por las cuales sacaron una determinada foto- se orgullosos de sus logros cuando exponen su
grafía y los sentimientos o emociones que recuer- obra, sólo algunos interpretaron esta práctica como
dan haber tenido al hacerlo. La fotografía es ense- una forma de resistir a los discursos dominantes so-
ñada como una disciplina artística que permite a los bre los habitantes de la villa en general y sobre los
jóvenes expresar una mirada basada en la emoción jóvenes en particular. Estos discursos, que circulan a
y percepción personal. diario en los medios masivos de comunicación y es-
Además de las reuniones semanales en las que tán instalados en la opinión pública vinculan de ma-
los participantes de ph15 muestran su producción, nera directa la pobreza –y en particular los jóvenes
hay otras dos actividades que el taller promueve. La pobres– con el delito, el tráfico y consumo de dro-
primera es visitar museos y galerías para ver exhibi- gas y la violencia física y verbal (Mancini, 2008; Ar-
ciones de fotografía (ninguno de los jóvenes había fuch, 1997; Ford y Longo, 1999).
visitado una exhibición antes de unirse a ph15). Los jóvenes de ph15 –y podría arriesgar que es-
Cuando los fotógrafos son argentinos, los docentes to ocurre en gran medida entre jóvenes de sectores
tratan de contactarlos para que estén presentes el populares– no aceptan silenciosos el lugar que la
día que los jóvenes irán de visita. Esto permite a los opinión pública y los medios de comunicación les
jóvenes tener contacto directo con los artistas y, otorgan. Algunos manifestaron, por ejemplo, des-
además de ver su obra, poder hacerles preguntas o preciar a la gente de sectores medios-altos por con-
plantearles inquietudes. La segunda actividad que siderarlos demasiado superficiales, hedonistas,
promueve ph15 es la visita al taller de otros profe- preocupados sólo por lo que ocurre en su pequeño
sores de fotografía ajenos al proyecto, de modo tal mundo y desconectados de los problemas más am-
que los jóvenes puedan aprender también del con- plios de la sociedad.
tacto con otros educadores. Enmarcado en estas tensiones y contradiccio-
Para los participantes de ph15 el hecho de exhibir nes, no es sencillo analizar las implicancias del inter-
sus fotografías –en particular en centros culturales, cambio entre los jóvenes y quienes asisten a las
galerías y otros espacios del circuito cultural de secto- muestras, entre ellos los medios de comunicación.
res medios y medios-altos– constituye una actividad Muchos participantes dijeron que el público debe
central del taller, altamente valorada. Sin embargo quedar sorprendido al ver fotografías de calidad he-
–retomando las tensiones planteadas en la introduc- chas por jóvenes de Ciudad Oculta. Algunos men-
ción de este trabajo– el contacto e intercambio entre cionaron que exhibir sus fotos es una manera de
4 Los contactos son los rollos ex-
los jóvenes y aquellos que visitan sus exposiciones construir un discurso alternativo sobre los jóvenes
puestos una vez revelados y copia-
dos en papel fotográfico al tamaño ocurre no sin contradicciones, en el marco de proce- de sectores populares: los participantes sienten que
del negativo de 35mm. sos sociales de discriminación y marginalización. a través de su obra demuestran a la sociedad que


los jóvenes de una villa pueden hacer cosas positi- sos específicos (un estudio, luces) en momentos
vas y, de este modo, contrarrestar en alguna medi- en que los necesitaron.
da los discursos dominantes sobre ellos. En paralelo a estas visiones, dos de los entrevis-
La mayoría de los jóvenes dijo que el hecho de tados trajeron a colación una pregunta que ilustra
ser reconocidos por otros –especialmente gente la complejidad y ambigüedad de estos procesos de
que vive afuera de la villa– les generó bienestar y diálogo entre grupos y sectores sociales que –en la
confianza en sí mismos y en su obra. Algunos has- Argentina de principios de siglo XXI– comparten
ta mencionaron que este reconocimiento los ayudó muy pocos o ningún espacio de socialización (Auye-
a sentir menos vergüenza de decir que viven en ro, 2001). Los dos se preguntaron si la obra de
Ciudad Oculta. En este punto, cualquier analista ph15 es celebrada por el público –y por los medios–
podría preguntarse en qué medida estas percepcio- porque es fotografía artística de calidad o porque
nes implican resistencia o reproducción de la domi- son jóvenes “pobres” haciendo fotografía, refor-
nación, debido a que, pareciera, es el reconoci- zando una perspectiva paternalista y etnocéntrica
miento de esos otros el que, en última instancia, de celebración de aquello que los sectores popula-
ayuda a los jóvenes a modificar las representaciones res hacen a imagen y semejanza de los dominantes.
que tienen sobre sí mismos y sobre el lugar en el La respuesta a esta pregunta es difícil de cons-
que viven. Sin embargo, considero que una postu- truir. Aun haciendo un estudio de los procesos de
ra ética implica responder a esta pregunta no sólo recepción y reconocimiento que tienen lugar en las
desde las discusiones académicas sino –y este es el exhibiciones de ph15 sería complejo aislar la acep-
aporte de este trabajo– a partir de las percepciones tación paternalista del “verdadero” gusto ya que,
y discursos de los mismos jóvenes, que son quienes como explican Williams (2000) y Bourdieu (2003),
viven en primera persona estos procesos. la estética no está por fuera de las estructuras so-
La mayoría de los jóvenes evalúa la vinculación ciales que la producen.
con otros sectores sociales como enriquecedora. Hasta aquí una primera escena: jóvenes fotó-
Algunos dijeron que antes tenían una actitud algo grafos de sectores populares negocian, intercam-
desafiante cuando se cruzaban con gente de sec- bian, aceptan y a la vez resisten las miradas que se
tores medios y medios-altos, actitud que los do- posan sobre ellos. Si bien valoran ciertas dimensio-
centes interpretaron como una forma de autode- nes integradoras que el proyecto les ofrece –el re-
fensa ante posibles situaciones de discriminación. conocimiento de su obra, el contacto con otros sec-
Algunos jóvenes –en particular los más grandes y tores sociales– su mirada no es ingenua ni cuando
los que están hace más tiempo participando de se perciben a ellos mismos ni cuando miran a los
ph15– dijeron que el taller los ayudó a construir demás. La “inclusión” que el proyecto se propone
puentes con personas que viven afuera de la villa, lograr se topa con esquemas de interpretación de
y a darse cuenta de que estas personas no siempre los jóvenes acerca del lugar que ocupan tanto ellos
son superficiales o “caretas” como creían. Un par como esos otros en el espacio social. Y estos esque-
dijo también que, por ejemplo, los vínculos que lo- mas median –y por lo tanto modifican– las intencio-
graron construir con fotógrafos profesionales –a nes de aquellos que con sus intervenciones intentan
partir de las visitas de ph15 a sus muestras, de las transformarlos.
visitas de los fotógrafos al espacio del taller y de la En el próximo apartado analizaré una segunda
presencia de los fotógrafos en las muestras de trama –con elementos similares a la narrada aquí– pe-
ph15– les fueron muy útiles para conseguir recur- ro en el marco de dos orquestas juveniles gestionadas


por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Si bien Cultural de la Secretaría de Cultura del Gobierno de
los reclamos son diferentes, subyacen ambigüedades la Ciudad crearon en el barrio de Barracas la Orques-
y tensiones equivalentes a las aquí problematizadas. ta Juvenil del Sur. Con el objetivo de “promover la
inclusión de jóvenes que por diversas situaciones
Vulnerables pero no tanto: la mirada de los partici- económicas y sociales no tuvieron acceso a activida-
pantes de dos orquestas juveniles de la Ciudad de des culturales” (GCBA, 2009a) en agosto de aquel
Buenos Aires año comenzó a funcionar esta nueva orquesta, cuya
convocatoria estaba centrada no en niños que van a
La Orquesta Juvenil de Villa Lugano se creó en la escuela sino en adolescentes y jóvenes mayores
1998 a partir de una propuesta que su actual direc- de 13 años vinculados a instituciones comunitarias
tor –pianista y ex director del Conservatorio Manuel de la Villa N° 21-24 y barrios aledaños (San Telmo,
de Falla– presentó al Programa Zonas de Acción Constitución, Barracas). El proyecto se desarrolló ba-
Prioritaria de la entonces Secretaría de Educación jo la dirección musical del mentor de la orquesta de
del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Con el Lugano pero con una coordinación diferente, que
objetivo de acercar la educación musical académica priorizaba el trabajo de “cuestiones sociales” en pa-
a barrios “históricamente postergados” (ZAP, 2007) ralelo al aprendizaje específicamente musical.
se convocó a niños y niñas de entre 6 y 12 años de Las dos orquestas analizadas en este trabajo
una escuela primaria del barrio por medio de volan- cuentan con un plantel docente similar, tienen un
tes repartidos por los maestros. repertorio casi idéntico6, la misma dirección musical
Así comenzó, en octubre de aquel año, el pri- y proponen el mismo tipo de formación musical.
mer proyecto de orquestas infanto-juveniles de Ambas ofrecen clases de instrumentos, clases de
5 En el año 2003 el Programa ZAP nuestro país, inspirado en el Sistema de Orquestas lenguaje musical, práctica de filas (según el instru-
lanzó también una primera orques- Infantiles y Juveniles Venezolano. A partir de aquel mento: cuerdas, maderas, metales, percusión) y
ta infantil en el barrio de Retiro, en
momento el proyecto se desarrolló y creció en inte- práctica de orquesta. Ambas orquestas ofrecen los
la Villa Nº 31.
6 Las orquestas poseen un reperto- grantes, siendo la demanda de vacantes siempre instrumentos en comodato a aquellos participantes
rio que incluye, en un primer mo- mayor a la cantidad de lugares que el proyecto po- que tengan interés de practicar en sus casas y dan
mento, ejercicios y partituras bási- día ofrecer. A medida que los niños avanzaban en conciertos adentro y –en mayor medida– afuera del
cas compuestas para este proyec- su formación musical comenzaron a mostrar su tra- barrio. Ambas orquestas cuentan con docentes de
to, para luego agregar piezas de
bajo en conciertos tanto en el barrio como afuera primera línea, músicos de las orquestas más recono-
música popular (tangos, carnavali-
tos), música de películas, rock (Los del mismo, en centros culturales, escuelas, teatros cidas del país –La Orquesta Filarmónica del Teatro
Beatles) y, por supuesto, música –entre los que se cuentan encuentros en los teatros Colón, La Orquesta Sinfónica Nacional, por ejem-
clásica y barroca. Colón y Coliseo– y espacios al aire libre. Dada la cre- plo– y docentes de los conservatorios.
7 En 2004 se estrenó un documen- ciente demanda de la población local –y el avance Quizá más que en el caso de ph15, los proyec-
tal sobre la orquesta de Lugano
en términos musicales de los primeros participan- tos de Orquestas Juveniles han sido fuente de innu-
que hacía foco en la vida de tres de
sus integrantes llamada “Cuando tes– en el año 2003 el programa ZAP creó una se- merables artículos y notas en diarios, revistas y pro-
los santos vienen marchando”, de gunda orquesta en Villa Lugano5. A partir de ese gramas televisivos de circulación nacional. El caso
Andrés Habberger. En 2007 se es- año hubo en Lugano una orquesta infantil –para los de Lugano, además, ha sido objeto de dos películas
trenó otro documental Ángeles que recién se iniciaban en la música– y otra juvenil, de cine documental7. Ver y escuchar a jóvenes de
caídos de Pablo Reyero, esta vez
con un repertorio más complejo. sectores populares empuñando instrumentos or-
sobre tres jóvenes músicos de sec-
tores populares, de los cuales dos Inspirados en la experiencia de Villa Lugano, en questales genera en periodistas, directores y pro-
pertenecen a dicha orquesta. 2004 los funcionarios de la Dirección de Promoción ductores incredulidad y en algunos casos admira-


ción. Como los medios de comunicación fueron los bia: con cada nota van construyendo una escalera a
que otorgaron visibilidad a estos proyectos, los jó- otro lugar. Al llegar al final de la partitura, ni recuer-
venes participantes conocieron a través de ellos los dan que están en un gimnasio mal calefaccionado.
objetivos de las orquestas, muy vinculados a aspec- Se sienten en otro mundo” (revista Viva, 2007).
tos sociales. Y allí comenzaron las disidencias: “no En relación a este tipo de intervenciones mediá-
estamos más integrados en la sociedad por la or- ticas la mayoría de los jóvenes protesta. Reconocen
questa; si yo me quiero integrar en la sociedad voy, rasgos estilísticos que distorsionan lo que para ellos
me busco un trabajo y listo”, protesta uno; “a mí es la experiencia orquestal. Sobre el fragmento cita-
me iba peor en la escuela porque me la pasaba es- do arriba, por ejemplo, un grupo de participantes
tudiando música”, aduce otro. dijo:
El asunto se hace más complejo porque los me- Mujer 1: La nota decía “no hay calefacción y
dios de comunicación romantizan y esencializan8 la cuando empiezan a tocar se les va todo... se callan
perspectiva de estos proyectos. Y esta esencializa- todos y abunda el silencio”, y es mentira porque...
ción se basa en dos estrategias de enunciación. En Varón 1: ¡Lo último que hacemos es callarnos!
primer lugar, la de ligar los pretendidos efectos del (risas)
proyecto a las condiciones de vida de los participan- Mujer 2: Nosotros empezamos a quejarnos el
tes. Titulan las notas con frases tales como “Músi- doble porque tenemos frío (risas)... te quedás como
ca para romper el círculo de pobreza” (La Nación, no sé... pintan todo color de rosa.
2004), “Música en los márgenes” (Página/12, Mujeres 1 y 2: Y no es tan así.
2005) o “Esperanzas en Villa Lugano” (Clarín, Mujer 2: ... no hace falta exagerar, si el proyec-
2005a) y explican que participar en las orquestas to es bueno en sí. No tenés por qué decir que es to-
mejora diversos aspectos de la vida de los jóvenes do bueno... es muy exagerado todo.
tales como la autoestima y contribuye a superar el Los “efectos” que los medios atribuyen a parti-
fracaso escolar, a la vez que estimula la solidaridad cipar en orquestas juveniles están vinculados a este-
mediante el trabajo en equipo. Explican que en los reotipos basados en el sentido común sobre las vi-
barrios “vulnerables” o “en riesgo” un proyecto co- llas, los barrios populares, y la gente que vive en
mo el de orquestas puede hacer que los jóvenes pa- ellos. Según estos estereotipos, que son siempre es-
sen su tiempo libre ocupados y no en la calle junto tigmatizantes, en estos barrios se condensan los de-
a otros jóvenes –práctica que asocian al delito, a la lincuentes, los consumidores y traficantes de dro-
violencia, al consumo de alcohol y/o drogas–. La se- gas, la violencia –familiar, grupal, a mano armada–
gunda estrategia involucra relatar las actividades de y sus habitantes son en su mayoría desocupados,
la orquesta con un estilo casi melodramático, como poco instruidos y carecen de posibilidades de inser- 8 Entiendo por romantización y
lo ilustra este fragmento: “Cada sábado, el gimna- tarse laboralmente (Mancini, 2008; Arfuch, 1997; esencialización de una expresión
artística a las ideas que conciben al
sio de la Escuela Nº 1 de Villa Lugano se transfor- Ford y Longo, 1999). En la proliferación de artículos
arte como “una esfera de acción
ma. Desaparecen las colchonetas, las pelotas, los en diarios y revistas sobre ambas orquestas, así co- especial, definida por la ‘imagina-
gritos y es el día en que decenas de chicos y chicas mo en las apariciones televisivas, se han puesto en ción’ y la ‘sensibilidad’” (Williams,
ríen con sus instrumentos a cuestas. Algunos car- juego todos estos estereotipos y estigmas como 2000: 65) sin tener en cuenta el
gan violines; otros caminan haciendo sonar clarine- fondo de una práctica –la orquestal– que desenca- mundo social que produce y hace
circular dichas expresiones artísti-
tes, trompetas o flautas. De improviso, se acomo- ja en esos espacios.
cas. Es decir, que separan la expre-
dan frente a los atriles y manda el silencio. Pero co- Como los jóvenes entran en contacto con los sión artística de las estructuras so-
mienzan a tocar; los ojos entrecerrados y todo cam- objetivos formales de los proyectos de orquestas ciales en las que se producen.


básicamente a partir de los medios de comunica- gos. La orquesta como espacio para la socialización
ción, en su discurso aparecen mezcladas las críticas fue mencionada por casi todos, aunque también el
a los discursos mediáticos con los reclamos a los hecho de que no hay un grupo homogéneo sino va-
gestores de los proyectos: “hablan de nosotros co- rios grupos de amigos que no necesariamente se
mo si fuéramos salvajes que en vez de un arco y una llevan bien –aunque esto no implique que peleen–.
flecha tenemos un violín”, protesta uno; “nosotros Las palabras que más surgieron fueron “diversión”,
no estamos en riesgo, en mi casa nunca nos faltó “distensión”, “otro conocimiento”. Valoran que
nada”, explica otra; “nosotros no nos sentimos vul- sea una actividad sólo para jóvenes, con una estruc-
nerables porque somos fuertes, vivimos acá y pode- tura de aprendizaje determinada (basada en tres
mos trabajar, estudiar, salir adelante”, argumenta instancias: técnica del instrumento, lenguaje musi-
un tercero. cal y ensayos grupales), que brinda la posibilidad de
Los discursos de los jóvenes tampoco pueden armar un repertorio complejo y tocarlo en público
interpretarse de forma ingenua. Sus reacciones son –a diferencia de los talleres de instrumentos barria-
consecuencia del modo en que la sociedad los les–. Sólo dos de las participantes complementaban
nombra, los observa, los trata. Hay en ellos una ne- la actividad orquestal con formación musical adicio-
cesidad de afirmarse como sujetos capaces, en sus nal (una en el Conservatorio y otra en una escuela
propias palabras “de ser alguien en la vida”, “de de música), aunque ninguna de las dos decía que-
salir adelante”. Están permanentemente intentan- rer dedicarse a la música de manera profesional.
do hacer frente a procesos de estigmatización y En Lugano la orquesta ha calado hondo. Y si
marginación que ven acentuarse cuando son nom- bien para la gran mayoría la música es disfrute, dis-
brados como “chicos que le ganan a la pobreza con tensión y diversión, en esta orquesta muchos dicen
su música” (Clarín, 2005b). querer dedicarse a la música de manera profesio-
Así, los jóvenes rechazan los objetivos, resulta- nal. Algunos incluso lo están haciendo: tocan en
dos y “beneficios secundarios” que tanto los me- orquestas sinfónicas, en orquestas de tango u otras
dios como los proyectos atribuyen a su participa- formaciones y varios se han transformado en do-
ción en la orquesta. Sin embargo, la gran mayoría centes de nuevas orquestas del programa ZAP en
considera que concurrir al proyecto ha influenciado otros barrios. Un 20% de los jóvenes ha ingresado
sus vidas de manera positiva. Es decir, rechazan ex- a algún conservatorio y para el resto su instrumen-
plícitamente los objetivos explícitos de las orquestas to es “un hobbie pero con responsabilidad”. La
pero encuentran en ellas un espacio que valoran y gran mayoría mencionó también el espacio central
del que se han apropiado. Ahora bien, ¿cuáles son de socialización que la orquesta constituye para
los beneficios percibidos por los jóvenes? ¿En qué ellos, aunque el grupo no implica lo mismo para
se diferencian de los objetivos formales de los pro- todos: hay quienes tienen sus mejores amigos den-
yectos? ¿Coinciden las percepciones en las dos or- tro de la orquesta y quienes se sienten parte de la
questas analizadas? orquesta pero tienen “amigos en otras partes”. Pa-
Si bien en algunos aspectos coinciden los jóve- ra la mayoría de los jóvenes de Lugano la orquesta
nes de ambas orquestas, cada una presentó sus es una experiencia disparadora de procesos que,
particularidades. En Barracas la orquesta implica, según ellos, no hubieran ocurrido de otro modo:
para la mayoría de los jóvenes, disfrute. Disfrute de haber aprendido a tocar un instrumento de or-
estar en contacto con la música pero fundamental- questa, haber conocido y tocado en grandes tea-
mente de tocar con otros como ellos y hacer ami- tros de la Ciudad de Buenos Aires (Colón, Coliseo)


pero fundamentalmente la posibilidad, en sus pro- versos de creencias de los jóvenes actúan como me-
pias palabras, “de abrirte más... a otras formas”, diadores de concepciones y discursos hegemónicos,
de “seguir una carrera”, de “vivir haciendo algo y modifican los modos en que son recibidas las pro-
que te gusta”. Aún aquellos que no piensan dedi- puestas de intervención.
carse a la música de manera profesional asocian su En el próximo y último punto voy a discutir al-
interés en estudiar alguna carrera terciaria o uni- gunas implicancias de lo analizado hasta aquí.
versitaria con su paso por la orquesta, como ilustra Tanto ph15 como las orquestas juveniles son expe-
este testimonio: “… te abre caminos, o sea... por riencias que encarnan, al menos desde su pro-
lo menos te abre la cabeza para pensar que hay co- puesta, el discurso que Rosana Reguillo (2004: 51)
sas diferentes e incluso desde ahí podés llegar a califica de “integración a como de lugar”. Sin em-
pensar no en la música pero en otra cosa” (Partici- bargo, estas experiencias no se construyen sólo a
pante mujer, 17 años). partir de la propuesta sino que son apropiadas por
Las diferencias en las percepciones y los relatos los “destinatarios” y en ese proceso resignificadas.
de la propia experiencia entre los jóvenes de Barra- A enunciar estos procesos me dedicaré en el pró-
cas y de Lugano son consecuencia de una multipli- ximo apartado.
cidad de factores que, por razones de espacio, no
analizaré en profundidad aquí. Pero sí me interesa A modo de cierre. Dominación o resistencia, ¿falso
subrayar las distancias entre los objetivos formales dilema?
de los proyectos y la experiencia orquestal narrada
por los jóvenes. Sin dejar de lado que todo discurso Ambigüedades, contradicciones, tensiones. Los
es siempre una estrategia de posicionamiento fren- dilemas de la inclusión se cruzan en las experiencias
te a otro para que este vea en nosotros lo que que- aquí analizadas con una discusión clásica en los es-
remos mostrarle (Goffman, 2006), es preciso consi- tudios culturales: extender o democratizar el acceso
derar que los jóvenes y algunas familias rechazan el a la “alta cultura”, ¿implica reproducir la domina-
“discurso oficial” de las orquestas. Reconocen que ción o brindar herramientas para resistir a ella?
la orquesta impactó en mayor o menor medida en ¿Son la murga y la cumbia las expresiones autócto-
sus vidas cotidianas pero aseguran que el marco de nas de las mayorías y “el arte” el terreno de unos 9 Estos son los reclamos de los au-
referencia que le da forma a sus valores y a la ma- pocos? Si las intervenciones culturales con sectores tores de la pedagogía crítica (Frei-
re, 2005; Apple, 1996; Giroux,
yoría de sus prácticas proviene de otro lado: de las populares no proponen una reflexión explícita sobre
1998) y de algunos del campo de
enseñanzas familiares y, en menor medida, de sus el lugar que los participantes ocupan en la socie- las políticas culturales (Rubinich,
creencias religiosas. dad9, ¿son espacios de reproducción de las desi- 1993; García Canclini, 1987).
Segunda escena: jóvenes que participan de un gualdades? 10 Según Giddens (1994) “La
proyecto que pretende “integrarlos” en la sociedad Como sugerí en los apartados de análisis de las agencia se refiere no a las intencio-
nes que la gente tiene de hacer co-
pero ellos rechazan esa pretensión. Otra vez la su- dos experiencias, los jóvenes participantes de ph15
sas, sí a su capacidad de hacer esas
bordinación camina codo a codo con la negocia- y de las orquestas no son ingenuos consumidores cosas en primer lugar (por eso la
ción. Nadie podría decir que el poder de los discur- de discursos y prácticas culturales hegemónicas. Es- agencia implica poder). Agencia se
sos mediáticos es contrarrestado por los testimo- to no implica ignorar las condiciones estructurales refiere a los eventos de los cuales
nios de los jóvenes. Sin embargo, ellos no aceptan que rodean y limitan sus decisiones y su agencia10 un individuo es autor, en el sentido
de que un individuo podría, en
de forma pasiva aquello que políticos, gestores y pero sí introducir la idea de que estas constricciones
cualquier fase de una secuencia
periodistas construyen sobre su propia práctica. no siempre tienen el sentido y la dirección que los dada de conducta, haber actuado
Aquí también los esquemas de interpretación y uni- analistas solemos imaginar. diferente”.


En un abarcativo estado del arte sobre los estu- -AUYERO, Javier. “Introducción. Claves para pensar
dios de juventud en la Argentina algunos autores la marginación”, en Parias urbanos. Marginalidad
identifican que las investigaciones han dado “... po- en la ciudad a comienzos del milenio, Manatial,
ca atención a la experiencia relacional de clase de los Buenos Aires, 2001.
jóvenes, a cómo explican y dan sentido a la estruc- -ARFUCH, Leonor. Crímenes y pecados: de los jóve-
tura desigual de la sociedad Argentina y a las inter- nes en la crónica policial, UNICEF, Buenos Aires,
pretaciones que puedan tener sobre su posición y la 1997.
de otros” (Chaves, Rodríguez, Faur, 2006: 63). En -BOURDIEU, Pierre. Creencia artística y bienes sim-
un intento por superar tanto las posturas “instru- bólicos. Elementos para una sociología de la cultu-
mentales” como las “desdramatizadas” (Reguillo, ra, Aurelia Rivera, Córdoba-Buenos Aires, 2003.
2004: 50), lo expuesto hasta aquí pretende comen- -CHAVES, Mariana; Rodríguez, María Graciela y
zar un debate sobre cómo los jóvenes que participan Faur, Eleonor. Investigaciones sobre juventudes en
de proyectos con contenidos sociales y culturales se Argentina: estado del arte en ciencias sociales, In-
ubican en el espacio social, cómo y dónde ubican a forme del proyecto “Estudio Nacional sobre Juven-
esos otros con quienes interactúan a partir de dichos tud en la Argentina”, Instituto de Altos Estudios So-
programas y qué es lo que media entre la propues- ciales, Ministerio de Desarrollo Social, Dirección Na-
ta de los programas y las apropiaciones que de los cional de Juventud, Buenos Aires, 2006.
mismos realizan los “destinatarios”. -CLARÍN (2005a). “Esperanzas en Villa Lugano”,
En relación con este último punto, son los es- Sección Espectáculos, 3 de marzo de 2005.
quemas de interpretación, los universos de creen- -CLARÍN (2005b). “Los chicos que le ganan a la po-
cias, las memorias –individuales y colectivas– y los breza con su música”, Sección Ciudad, 4 de sep-
saberes prácticos de los participantes –y de sus fa- tiembre de 2005.
milias y comunidades– los que estarán siempre me- -FORD, Aníbal y Longo Elía, Fernanda. “La exaspe-
diando entre los objetivos de los programas y las ración del caso. Algunos problemas que plantea el
apropiaciones que de ellos hagan los jóvenes. creciente proceso de narrativización de la informa-
Por eso, creo que las discusiones en el campo de ción de interés público”, en FORD, Aníbal (editor).
las intervenciones socioculturales podrían ir más allá La marca de la bestia. Identificación, desigualdades
de buscar la reproducción de la dominación o la posi- e infoentretenimiento en la sociedad contemporá-
bilidad de resistencia en las propuestas para sumergir- nea, Norma, Buenos Aires, 1999.
se en las posibles apropiaciones que cada iniciativa -FREIRE, Paulo. Pedagogía del oprimido, Siglo XXI,
pueda generar; apropiaciones que dependerán, co- México, 2005.
mo sugieren los estudios culturales ingleses (Hall, Jef- -GARCÍA CANCLINI, Néstor. “Políticas culturales y
ferson, Clarke, Roberts, 2002), de aspectos estructu- crisis de desarrollo: un balance latinoamericano”,
rales, culturales y biográficos de quienes participan en en GARCÍA CANCLINI, Néstor (editor). Políticas cul-
ellas. Y estos aspectos, con seguridad, hablarán por sí turales en América Latina, Grijalbo, México, 1987.
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