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CONTROL SOCIAL Y CRIMINOLOGÍA

Sobre el control social

Denominamos control social a toda instancia de regulación respecto de los


cuerpos1 producida desde una situación de poder o en concordancia con él, en
beneficio del orden instituido. No toda instancia de regulación puede categorizarse
como “control social”; las instancias de contrapoder crean sus propias
regulaciones, registros, sin que por ello operen en el sentido del control social.
Este concepto de control social no supone una tendencia teleológica, ni una
intencionalidad; más bien se sustenta en la noción de teleonomía, vale decir, que
es ejercido, puesto en práctica, sin que haya necesariamente conciencia del
mismo; conciencia que, por otra parte, poco variaría el curso del análisis, ya que el
mismo se asienta en la acción de los hombres y no en lo que ellos piensan sobre
lo que hacen.
Regulación y poder en su articulación nos remiten tanto a la “funcionalidad social
de los cuerpos” cuanto a la concepción de “disciplina”.
Los cuerpos tienen una existencia concreta, por lo tanto sólo funcionan bajo
determinadas condiciones situadas en un tiempo y en un espacio dado. Si nos
quitan las condiciones de subsistencia perecemos. Entendiendo como éstas las
mínimas condiciones de existencia. Por tanto, diremos que las “condiciones de
existencia” constituyen el conjunto de relaciones sociales que articulan a un
cuerpo con el resto de la naturaleza, conformando de una parte una “persona” y
de otra un “orden social”, de modo de posibilitar la realización del intercambio
metabólico mínimo. ¿Cómo sería nuestra existencia si nos trasladaran a la
situación de un campesino del medioevo viviendo en una choza con su familia y su
buey? Seguramente nuestros recursos intelectuales y nuestro sistema
inmunológico hallaría enormes resistencias para adecuarse a tales condiciones de

1
La noción de “cuerpo” implica una triple significación: 1) la de una entidad individual que tiene una
extensión limitada y cualidades propias; 2) la de un conjunto o colectivo de tales entidades y 3) la de
densidad, grosor o espesura, aplicable tanto a la primera como a la segunda acepción.
2

existencia, disímiles de aquellas para las cuales hemos sido construídos. En las
Residencias en Salud Mental es conocido el caso de Gerónima, una mapuche de
Trapalco que, junto a sus cuatro hijos, fue internada en Río Negro en agosto de
1976, intentando que cambiara hábitos ancestrales; a los 3 meses, el 14 de
noviembre muere su hijo mayor, el 17 muere su hija y días después su tercer hijo,
poco tiempo pasó y murió la mujer que no tuvo defensas ante el desarraigo de sus
condiciones originarias de vida, a las que respondía su constitución.
La dimensión espacio – temporal en la constitución de los cuerpos se halla en
razón directa a las modalidades de relación establecidas por el orden social en la
época a la que pertenecen. El cuerpo es siempre una constitución en proceso, no
es un ente acabado, ni es un patrón de referencia; los registros antropológicos nos
muestran las cadenas de mutaciones que ha sufrido el cuerpo humano; pero,
además de soma, un cuerpo es sensibilidades, habilidades, horizontes de acción,
sensaciones; y todas ellas padecen significativas transformaciones a lo largo de la
historia.

“El individuo es sin duda el átomo ficticio de una representación “ideológica” de la


sociedad; pero es también una realidad fabricada por esa tecnología específica de
poder que se llama “disciplina”. Hay que cesar de escribir siempre los efectos de
poder en términos negativos:”excluye”, “reprime”, “rechaza”, “censura”, “abstrae”,
“disimula”, “oculta”. De hecho, el poder produce, produce realidad, produce
ámbitos de objetos2 y rituales de verdad. El individuo de conocimiento que de él se
puede obtener corresponden a esta producción.”3

En la instancia de regulación de los cuerpos, la “disciplina” se manifiesta como una


“tecnología política”, una técnica de ejercicio de poder cuyos principios

2
La epistemología tradicional caracteriza al campo del conocimiento a partir de tres momentos
instrumentales: sujeto, objeto y representación-conocimiento. De la confrontación de un sujeto con un objeto
externo surge una dimensión de conocimiento que traduce las propiedades del objeto al plano de la
representación. En la Arqueología, Foucault establece el carácter discursivo de todo objeto, no se trataría ya
de un ob-jectum como algo colocado delante del sujeto, sino como un momento lógico de los discursos y de
las prácticas de las cuales emergen. Un objeto discursivo no se constituye a partir de un descubrimiento sino a
partir de ciertas reglas de emergencia que determinan su aparición.
3
Foucault Michel – La Verdad y las formas jurídicas- Gedisa – México 1990 – p.133.
3

fundamentales se desarrollaron durante el siglo XVIII. Procedimiento destinado a


la inhibición de las posibilidades de cuestionamiento y rebelión del cuerpo y la
mayor utilización del aspecto económicamente útil del trabajo en la producción de
mercancías. Los mecanismos disciplinarios datan de tiempos antiguos, pero
existieron de manera aislada, fragmentada. Esa invención técnica de esa forma de
gobernar al hombre, controlar sus múltiples capacidades, utilizarlas al máximo y
mejorar el efecto útil de su trabajo y sus actividades, gracias a un sistema de
poder que permite controlarlo, data de apenas dos siglos.
Las disciplinas están recorridas, según el análisis que Foucault realiza, por cinco
características:

1- La disciplina es ante todo un análisis del espacio; es la individualización por


el espacio; la colocación de los cuerpos en un espacio individualizado que
permita la clasificación y las combinaciones.
2- La disciplina no ejerce su control sobre el resultado de una acción sino
sobre su desenvolvimiento4.
3- La disciplina es una técnica de poder que encierra una vigilancia perpetua y
constante de los individuos. Principio del “panóptico”5.
4- La disciplina es el conjunto de técnicas en virtud de las cuales los sistemas
de poder tienen por objetivo y resultado los individuos singularizados. Es el
poder de la individualización cuyo instrumento fundamental reside en el
exámen.
5- La disciplina en su aplicación no es inocua, genera resistencias. Debe
neutralizar los efectos de contrapoder que nacen de ella y que forman

4
El control se focaliza no sobre lo que se hace, sino sobre lo que se puede hacer, no sobre la acción, sino
sobre la probabilidad de la acción.
5
El panóptico es, en sentido estricto, una máquina arquitectónica diseñada por Jeremías Bentham, cuya
finalidad es hacerlo todo visible, tornando invisible al vigilante. El panoptismo es el dominio visual de los
gestos, más, lo importante no es la vigilancia efectiva, sino el efecto duradero en el cuerpo vigilado, de
sentirse permanentemente observado. El que está sometido a un campo de visibilidad, y que lo sabe,
reproduce por su cuenta las coacciones del poder.
4

resistencia al poder que quiere dominarla: agitaciones, revueltas,


organizaciones espontáneas, coaliciones6.

En este marco, así planteado, cobra relieve otro tratamiento de las dimensiones
“espacio” y “tiempo” constitutivas de los ámbitos de ejercicio de las disciplinas.
Con esta refundación operativa y resignificación conceptual aparecen nuevas
formas de tratamiento de los cuerpos. Hay una diversa “especialización” en el uso
del espacio (panoptismo) y del tiempo (taylorismo).
Aparecen con el siglo XVII en Europa una cantidad de Instituciones que se van
extendiendo hasta cubrirlo todo. Lentamente se van diferenciando, en función de
su especialización, en instituciones unitarias centradas en el “secuestro de los
cuerpos”, en el enclaustramiento; tales como la fábrica, la prisión, la escuela, el
hospital, el psiquiátrico, los reformatorios, el hospicio, los cuarteles, etc. Todas
ellas con un objetivo común: el control de las conductas y la construcción de los
cuerpos aunque con la especificidad propia de la implementación de micropolíticas
de poder destinadas a satisfacer el objetivo institucional pertinente7.
Formas políticas del tenor de la medicalización de la población, la educación
estatal, el control de los muertos con el establecimiento de los cementerios
públicos estatales, la planificación urbana, etc., estarán acompañadas por las
instituciones de encierro pertinentes. Se conforma así un eje que funciona como
un haz intermedio de relaciones, en cuyos extremos de encuentran la “anatomía
política”8 y la “bio-política”. La combinación de bio y anatomopolítica conlleva la

6
Michel Foucault “UN DIALOGO SOBRE EL PODER” – Poderes y Estrategias- Pp. 82/83 “-que no hay
relaciones de poder sin resistencias, que estas son tanto más reales y eficaces en cuanto se forman en el
lugar exacto en que se ejercen las relaciones de poder; la resistencia al poder no debe venir de afuera
para ser real, no está atrapada por ser la contrapartida del poder. Existe tanto más en la medida en que
está allí donde está el poder; es pues, como él, múltiple e integrable en otras estrategias globales”.
7
“La clausura delimita un espacio adecuado para una empresa de moralización al mismo tiempo que satisface
una triple exigencia de segregación, de punición y terapéutica del descarriado”. Donzelot “Espacio cerrado,
trabajo y moralización” en de Gaudemar Jean y otros ESPACIOS DE PODER- 1991- p.45- La Piqueta-
Madrid.
8
Por anatomía política Foucault define al poder individualizante, “una política que hace blanco en los
individuos hasta anatomizarlos, un poder centrado en el cuerpo como máquina: su educación, el aumento de
sus aptitudes, el arrancamiento de sus fuerzas, el crecimiento paralelo de su utilidad y su docilidad, su
integración en sistemas eficaces y económicos, todo ello quedó asegurado por procedimientos de poder
característicos de las disciplinas anatomopolíticas del cuerpo humano. La “bio-política” es la técnica de poder
que tiene por sujeto, no al individuo, sino a la población. Se forma a mediados del siglo XVIII, centrado en el
5

estructuración de un tipo de poder general, que constituye la denominada por


Foucault, “sociedad disciplinaria”, que es la que hecha las raíces para conformar
inicialmente la sociedad burguesa, cuyo núcleo de valores constituye el origen de
los prejuicios más arraigados de nuestro tiempo. Podríamos decir que nuestra
sociedad, levantada sobre el soporte de las disciplinas, posee una estructuración
mucho más compleja y las formas de control social más sutiles y desarrolladas
que en el auge de la sociedad disciplinaria de los siglos XVIII y XIX.
Toda la política disciplinaria se monta sobre la base de microdosis de castigo. No
se trata de la punición legal, sino de la infralegal, que se cuela en las fisuras que
no alcanza a cubrir el aparato judicial. Su función es reducir las desviaciones, por
lo que es esencialmente correctivo. Pequeñas dosis a gran escala: imperceptibles
humillaciones, ínfimas vergüenzas, minúsculas privaciones y toda una batería de
mínimas sanciones y moderados displaceres que apuntan a porciones de la
conducta, rangos de acción; se preserva la integridad actuando sobre una
parcialidad, un aspecto del cuerpo o la personalidad; la finalidad del castigo es la
construcción de un nuevo sujeto (cuerpo/personificación) a partir de un sujeto
preexistente. La clave es su accionar sobre lo adecuado o inadecuado; lo bueno o
lo malo, lo deseable o lo indeseable, en síntesis “la domesticación del deseo”.

“El poder está en la facultad de hacer pedazos los espíritus y


volverlos a construir dándole nuevas formas elegidas por ti.
¿Empiezas a ver qué clase de mundo estamos creando?
George Orweld 1984

En su Diccionario de Sociología, Theodorson define el control social como


“cualquier medio social o cultural utilizado para imponer restricciones sistemáticas
y relativamente consistentes a la conducta individual, y mediante la cual las

cuerpo – especie, el cuerpo atravesado por la mecánica de lo viviente y que sirve de soporte a los procesos
biológicos: proliferación; nacimientos y mortalidad; nivel de vida, su duración y longevidad con sus
condicionantes. Todos estos objetivos a cargo de intervenciones y controles reguladores de una bio-política de
la población.
6

personas son motivadas a adherir a las pautas de conducta que son importantes
para el funcionamiento pacífico de un grupo o sociedad”.
El “control social” al enunciar la posibilidad de vivir armónicamente “limitando las
conductas individuales desviadas”, establece una estrecha relación con la noción
de “delito”.
En la controversial relación control / delito, dos vertientes soportan su análisis:
1- la transgresión al contrato social y
2- los quiebres o fallas en el propio sistema sociopolítico.
Cuando Lola Aniyar de Castro da cuenta del control social, apunta al “conjunto de
sistemas normativos ( religión – ética- costumbres – usos- terapéuticas y
derechos) cuyos portadores, a través de procesos selectivos (estereotipia y
criminalización) y mediante estrategias de socialización (primaria y secundaria o
sustitutiva), establecen una red de contenciones que garantizan la fidelidad (o en
su defecto, el sometimiento) de las masas a los valores del sistema de
dominación; lo que por razones inherentes a los potenciales tipos de conductas
discordantes, se hace sobre destinatarios sociales diferencialmente controlados
según pertenencia de clase”9.
En su Diccionario de Sociología, Theodorson define el control social como
“cualquier medio social o cultural utilizado para imponer restricciones sistemáticas
y relativamente consistentes a la conducta individual, y mediante la cual las
personas son motivadas a adherir a las pautas de conducta que son importantes
para el funcionamiento pacífico de un grupo o sociedad”.La reacción del Estado
ante el “delito” se materializa en una Política Criminal y mediante las agencias de
control social. La cárcel es una agencia de este tipo. Tal Política Criminal está
conformada por la Política Social y la Política Penal, en tanto reacción socio-
estatal ante el comportamiento delictivo.
La Política Criminal encontrará su vía de aplicación en los mecanismos del control
social; a su vez, los agentes de Control Social, institucionales o no institucionales,
operan como reguladores de la vida social.

9
Cita extraída de “Una mirada alternativa al concepto de control socio-penal” de Silvia Ramírez – Opúsculos
de Derecho Penal y Criminología – Lenier Córdoba 1985.
7

La organización operacional y doctrinal del Control Social ha promovido dos


grandes variantes: el control social formal y el control social informal.
La “variante informal” se desarrolla en el seno mismo de la comunidad, implica la
vigencia de normas y valores, cuyo cumplimiento atraviesa al sujeto de esa cultura
convirtiéndose en un acatamiento imperativo o volitivo para el mismo. Sus
dispositivos operan en el núcleo de las instituciones comunitarias, esa la familia, la
educación, la ética, la religión, los medios de comunicación, etc.
Mediante el control social informal se construyen las representaciones sociales
personales y colectivas; se enseñan las actitudes socialmente aceptadas. Este
tipo de control, también llamado extra-penal resulta efectivo en la prevención de la
desviación, entendiendo que un adecuado proceso socializador debe garantizar el
respeto a las normas establecidas.
Ante el fracaso del control social informal, acude el control social formal,
estableciendo una red de esencia jurídica tendiente a contener la conducta
anómala.
El control social formal es ejercido sobre el tipo de sujetos que trasgrede las
normas de entidad legal, demostrando con sus acciones antijurídicas la ineficacia
de su socialización primaria.
El control social formal lo tiene el Estado exclusivamente como monopolio legítimo
de la fuerza. Lo materializa en el Sistema Penal cuya estructura comparte la
agencia legislativa y las agencias ejecutivas.
La agencia legislativa concibe las leyes que definirán el “deber ser” del Régimen
Penal, en tanto los ámbitos policial, judicial y de ejecución penitenciaria, se harán
cargo de la aplicación de dichas normas.
El Sistema Penal como forma de reacción social ante la criminalidad ha soportado
y soporta innumerables críticas, las que indefectiblemente apuntan a los efectos
paradojales de un control social formal en el que sus planos normativos y
ejecutivo, no sólo no cumplen un principio básico de la teoría de los sistemas
sociales, que es la retroalimentación, sino que además, ponen de manifiesto las
contradicciones entre las agencias que lo conforman, promoviendo desviaciones
en la aplicación del mismo.
8

La violencia legitimada intrínseca a una sanción penal, consecuencias que ni son


enunciadas, ni perseguidas por la reacción formal ante el delito: no está en el
espíritu de la norma la imposición de un “sufrimiento doloroso” al penado y
colateralmente a su familia y sus allegados; tampoco la “estigmatización” como
consecuencia social que permanece visible en el medio y en el tiempo, dado que
trasciende el cumplimiento de la pena formal y deviene en sanción cuasi perpetua;
como consecuencia de este estigma que impone la pena, disminuye la autoestima
del sujeto y la apropiación consecuente de una automarginación que deriva
posiblemente en marginalidad.
Muchas de estas críticas han dado origen a la corriente “abolicionista” del Derecho
Penal como articulador de la privación de la libertad como pena.
Álgidos debates se producen en el seno de la Doctrina Jurídica y particularmente
de la Sociología del derecho, entre quienes tienden a una actitud “abolicionista”
del derecho Penal como fundamento del Control Social Formal y aquéllos que
plantean la “maximización” del Derecho Penal – leyes más duras, más penas, más
encierro.
Ambas posiciones resultan extremas; el uso hipertrófico de la respuesta punitiva
característica de la maximización del Derecho Penal, aumentaría la criminalidad
como respuesta lógica de la ampliación de la represión penal. La abolición del
Derecho Penal, es un valioso enunciado, que no puede validarse en la práctica,
habida cuenta que la sociedad no está en condiciones “aún” de promoverse en un
mecanismo de “responsabilización” que permita el tránsito hacia las formas
participativas que propone un sistema reparatorio de las ofensas. Este camino
implica un Derecho Penal Mínimo que ejerza la tutela de los bienes jurídicos de la
mayor trascendencia y que sancione ataques graves a esos bienes. Las restantes
ofensas transitarían por otras vías jurídicas o extrajurídicas.
Despojado el Control Social Punitivo de la hipertrofia normativa y
consecuentemente de los efectos lesivos de su uso indiscriminado, con su secuela
de violencia y estigmatización, el Derecho Penal podrá ser adecuado instrumento
de defensa de la sociedad.
9

Procedimientos participativos del tenor de la Mediación, la Conciliación, la


Negociación Colaborativa en situaciones de crisis, el Arbitraje y otras formas de
intervención sobre los conflictos sociales no litigiosa; la Mediación Penal y aún la
Suspensión del Juicio a Prueba, se manifiestan como modos posibles de
contrarrestar el malestar que genera en una sociedad la paradojal aplicación de un
Derecho Penal que como control social formal, se encuentra contaminado de las
motivaciones político- económicas del discurso de poder, otrora capitalismo y
actualmente neoliberalismo global.

De los dispositivos del Control social y la criminología


La criminología basada en los desarrollos de la escuela lombrosiana, afirmaba que
la delincuencia era determinada por propensiones hereditarias y los estigmas del
criminal aparecían cristalizados en rasgos antropomórficos.
La disciplina médica, como metáfora de la organización social, entendía a la
sociedad como organismo y a las crisis que en ella se producían como
enfermedades.
Los imaginarios del contagio y la inmunización, la detección temprana de las
patologías y las medidas profilácticas serán habituales en el discurso de la
delincuencia.
El discurso criminológico soportado en el discurso psiquiátrico encuentran su
coherencia doctrinaria en las teorías de la herencia y la degeneración, dando a las
mismas la amplitud necesaria para que la degeneración, matríz fundamental a la
locura moral delictiva pueda manifestarse no sólo como herencia genética sino
también adquirida por efecto del ambiente. Las leyes de la herencia, derivan así,
en una consideración genérica acerca de la miseria y el vicio: alcohol,
desnutrición, fallas de educación, traumas morales.
La intervención de la psiquiatría en el terreno del derecho penal surgió a
comienzos del siglo XIX, con una serie de casos que tuvieron lugar entre 1800 y
1835 y que presentaban, más o menos, la misma forma.
10

Metzger relata que un antiguo oficial retirado se había encariñado con el hijo de su
patrona; más un día, sin mediar cólera o cualquier otro tipo de fuerte emoción, le
propinó dos fuertes martillazos en la cabeza.
En París, año 1827, una criada de nombre Henriette Corner, insiste a la vecina de
la casa en la que trabajaba, que le permita llevarse a su hija por un rato para que
la acompañe; al ir la mujer a retirar a su niña, se encuentra con que la criada le dio
muerte, le cortó la cabeza y la arrojó por la ventana.
En Viena, Catherine Ziegler mató a su hijo bastardo. Dijo al tribunal, que había
sido presa de una fuerza irresistible que la obligó a matarlo, por lo que fue
considerada loca y absuelta. Frente a este fallo, la mujer dijo que sería mejor que
la encerraran pues estaba segura que volvería a hacerlo. No fue escuchada y diez
meses más tarde dio a luz a un niño al que mató de inmediato. En el juicio dijo que
se había embarazado con el propósito de matar a su hijo. Fue condenada a
muerte y ejecutada.
A estos y otros casos del mismo tipo, hacen referencia constante los psiquiatras
de la época: Metzger; Hoffbauer; Esquirol; Georget, Williams Ellis y Andrew
Combe. ¿Porqué estos casos han constituído el centro de las discusiones entre
médicos y juristas? Es interesante el modo en que Foucault da cuenta de las
condiciones socioculturales que aplican al fenómeno del crimen-locura expresión
llana de “contranatura”.
“Estos grandes crímenes tienen también en común el hecho de que se desarrollan
en la esfera doméstica. Son crímenes de familia, del hogar o vecindad. Padres
que matan a sus hijos, hijos que matan a sus padres o a sus protectores, criados
que matan a hijos de los señores de sus vecinos................Estas relaciones de
edad, de lugar, de parentesco son en esta época a la vez las relaciones más
sagradas y más naturales, las más inocentes y también aquellas que deben estar
menos cargadas de interés y de pasión. No son tanto pues crímenes contra la
sociedad y sus reglas cuanto crímenes contra la naturaleza, contra las leyes que
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se cree que están inscriptas en el mismo corazón humano, las leyes que rigen los
lazos familiares y generacionales...”10
La nueva psiquiatría junto con los principios de la reforma penal, que se aplica en
toda Europa y América, dan forma a la locura criminal o el crimen patológico, bajo
la paradojal forma de la “monomanía”, esa alineación que tendría como único y
exclusivo síntoma el crimen mismo, desapareciendo tras su ejecución.
¿Pero, cual sería el interés de la psiquiatría por transformar en enfermos a
aquellos a quienes hasta ese momento se los habría considerado criminales?
¿Porqué hechar por tierra la tarea de Pinel llevada a cabo en las instituciones de
internamiento y con la expresa intención de abolir la mezcolanza entre enfermos y
criminales?
Las conclusiones que se pueden extraer al respecto son varias. Que la
intervención de la medicina mental en la institución penal rompe la teoría
tradicional de la irresponsabilidad del demente o del furioso para introducir un
condicionante que traslada el valor del acto al autor y se define como
“peligrosidad”. Esta intervención se debe al encuentro de dos necesidades: el
funcionamiento de la medicina como higiene pública y el funcionamiento de la
punición legal como técnica de transformación individual.
El tema del hombre peligroso se encuentra inscripto en la institución psiquiátrica
así como en la institución judicial. Es esta cuestión del individuo peligroso la que
dio lugar al nacimiento de la antropología criminal elaborada por la escuela
italiana, como la teoría de la defensa representada inicialmente por la escuela
belga.
¿En que consiste la paradoja que se instala a partir de la aceptación de la ficción
de la monomanía? En que cuanto más indeterminado y gratuito sea el acto
cometido, más tendencia se tendrá a eximir de responsabilidad al sujeto del
mismo y por otro lado la libertad jurídica del sujeto se prueba por el carácter
determinado del acto cometido.

10
Michel Foucault LA VIDA DE LOS HOMBRES INFAMES – Editorial Altamira – Bs.As. Argentina 1996-
pp.162/163.
12

En 1821 se publica posmortem la obra maestra de Denis Diderot Le neveu de


Rameau, de la que Goethe traduce el famoso diálogo que dice “Si el pequeño
salvaje quedase librado a sí mismo y si conservase toda su imbecilidad; si uniera a
la escasa razón de un niño de un niño de pecho la violencia de las pasiones de un
hombre de treinta años, por cierto que le retorcería el cuello a su padre y
deshonraría a su madre”.
Este párrafo da cuenta que los caracteres esenciales y la universalidad del
Complejo de Edipo fue reconocido mucho antes del surgimiento del psicoanálisis.
Esto dice Freud cuando cuestiona la peritación emitida por la Facultad de
Medicina de Innsbruck en el parricidio imputado a Philipp Halsmann. Al respecto
escribe ...“Si se hubiera demostrado objetivamente que Philipp Halsmann mató a
su padre, tendríase, en efecto, el derecho de invocar el complejo de Edipo para
motivar una acción incomprensible de otro modo. Dado que tal prueba no ha sido
producida, la mención del complejo de Edipo sólo puede inducir a confusión, y en
el mejor de los casos es ociosa......Precisamente por su existencia universal, el
complejo de Edipo no se presta para derivar conclusiones sobre la culpabilidad.
De hacerlo, llegaríase fácilmente a la situación admitida en una conocida
anécdota: ha habido un robo con fractura; se condena a un hombre por haber
hallado en su poder una ganzúa; leída la sentencia se le pregunta si tiene algo que
alegar, y sin vacilar exige ser condenado además por adulterio, pues también
tendría en su poder la herramienta para el mismo”.11
Vale entender a la familia en su forma contemporánea como una estructura social,
económica y política de alianza, que incluye la sexualidad y constituye su soporte
permanente.
El hecho de prender con alfileres el dispositivo de alianza y el de sexualidad en la
familia, da cuenta de que a partir del siglo XVIII se haya constituído como un lugar
obligatorio de afectos, de sentimientos, de amor; que el dispositivo de sexualidad
eclosione en su seno, da razón de que la familia nazca ya “incestuosa”.

11
Sigmund Freud –OBRAS COMPLETAS- La peritación forense en el caso Halsmann –Tomo III –
Biblioteca Nueva – Tercera edición – pág.3072.
13

En una sociedad como la nuestra donde la familia es el foco más activo de la


sexualidad y donde las exigencias de esta misma sexualidad mantienen y
prolongan su existencia, el incesto ocupa un lugar central.
La célula familiar, tal como fue valorada en el curso del siglo XVIII, permitió que en
sus dos dimensiones principales: el “eje marido – mujer” y el “eje padres – hijos,
se desarrollaran los elementos principales del dispositivo de sexualidad (el cuerpo
femenino, la precocidad infantil, la regulación de los nacimientos y en menor
medida la especificación de los perversos)12
Si durante más de un siglo occidente se interesó tanto en la prohibición del
incesto, si se vió en él, con mayor o menor acuerdo, un universal social, punto
obligatorio del pasaje a la cultura, quizá se debió a que sirvió como defensa contra
el propio dispositivo de sexualidad que se había erigido allí y que presentaba el
inconveniente de ignorar las leyes y las formas jurídicas de la alianza. Esa regla
de reglas podría garantizar la conservación del viejo dispositivo de la alianza, en
pos de equilibrar algunos extraños efectos del dispositivo de la sexualidad, como
por ejemplo la intensificación afectiva del espacio familiar.
Si se admite que la prohibición del incesto es el umbral de toda cultura, la
sexualidad se encuentra desde siempre colocada bajo el signo de la ley y el
derecho.
El entramado que produce el dispositivo de alianza con el de sexualidad en el
seno de la familia y en relación a los discursos que del exterior la sacuden y
estremecen, dan nacimiento a esos personajes de la modernidad contenidos en el
interior del saber psiquiátrico y psicológico: la mujer nerviosa, la esposa frígida, la
madre indiferente o asaltada por pensamientos criminales, el marido impotente,
sádico, perverso, la hija neurasténica, el hijo homosexual.......”Constituyen (dice
Foucault) las figuras mixtas de la alianza descarriada y la sexualidad anormal”.
Llevan la perturbación de la sexualidad al orden de la alianza. La familia profiere a
todos los “expertos” que quieran escucharla la extensa queja de su sufrimiento
sexual.....”Todo sucede como si de pronto descubriese el temible secreto de lo que

12
Foucault M. “La historia de la sexualidad” – Tomo I La voluntad de Saber – Cap. “Nosotros los
victorianos” – Siglo XXI editores – España 13° edición Año 1986..
14

se le inculcó y que no se dejaba de sugerirle: ella, arca fundamental de la alianza,


era el germen de todos los infortunios del sexo”.
¿Será este entramado paradojal de los dispositivos de control social generados en
la modernidad victoriana promotores culposos de las múltiples manifestaciones
trasgresoras e incestuosas que socavan el basamento de la familia en esta
posmodernidad que nos toca vivir?
Casi podríamos percibir un hilo conector entre la familia y las organizaciones
criminales. En Argentina, según una estadística de la Suprema Corte Provincial
del primer semestre de 1997, son internados setecientos menores por hechos
delictivos; quinientos fueron autores de violaciones y treinta y cinco de abuso
sexual, entre los quince y dieciséis años, de los cuales, un 92% fue maltratado y /
o abusado en su infancia; más del 90% de los ingresados al sistema penal tienen
alguna relación con droga o alcohol. La marginación, que muchas veces es
promotora de la marginalidad familiar, a su vez es capaz de generar o facilitar la
explotación laboral de los niños y jóvenes vehiculizando un incremento de la
vulnerabilidad que se intensifica ante el poder del crimen organizado, el
narcotráfico y el terrorismo, promoviéndolos como instrumentos de actividades
delictivas.

Sobre la criminalidad y sus formas


Hay dos tipos de criminalidad: el crimen ordinario y el crimen organizado.
En el siglo XX el crimen organizado fue creciendo gradualmente a la sombra de
grandes y violentos acontecimientos sociopolíticos.
Modo de organización criminal:
1. Actividad criminal planificada por lucro.
2. Estructura jerárquica con división del trabajo.
3. Sanciones y acciones disciplinarias.
4. Uso de la violencia e intimidación.
5. Tráfico de influencias – Corrupción.
Hay varios ejemplos paradigmáticos: “la cosa nostra” siciliana en EEUU. La “tríada
china” (hombre, cielo y tierra) inicialmente la resistencia política , luego traficantes
15

de heroína en el triángulo de oro. Los Yacusa en Japón, organizaciones cuasi


legales que operan en el tráfico de armas y mujeres. La Mafiya rusa, con
desarrollo global, trabaja en el tráfico de armas, sexo, drogas, objetos de arte y
extorsión. Los carteles del narcotráfico, principalmente Medellín y Cali protagonista
de una historia trágica.
En una economía global, el Estado sufre la erosión de su Soberanía; pasa a
transitar un proceso donde toma gran importancia la negociación entre el derecho
nacional y los actores externos, dando lugar a conceptos como “desregulación”,
“privatización”, “liberalización”, compartiendo, a veces, espacios con entes
supranacionales o transnacionales. La regulación y control del Estado, elementos
de la expresión tradicional de seguridad y certidumbre, desaparecen gradualmente
ante el avance de los negocios transnacionales. Las organizaciones criminales se
presentan en este contexto como agentes e intermediarios de actividades ilícitas
de distinta índole, dentro de un espacio más abierto de transacciones comerciales
desreguladas.
Estas organizaciones criminales debilitan el poder del Estado con el objeto de
burlar sus mecanismos de control y aumentar los beneficios de sus actividades.
En los países con un Estado debilitado, que en términos de Mittelman se
transforma en “cortesano” de la elites económicas, se genera un caldo de cultivo
propicio al desarrollo de la industria del sexo, debido a la ausencia de la protección
social necesaria a niñas, niños y jóvenes adultos de ambos sexos, con abandono
de la cultura local por las fuerzas globales del mercado.
La explotación sexual, representada en el tráfico y comercio de mujeres, niños y
pornografía, ha adquirido expresiones globales y dramáticas. Hay un contrabando
humano de países como Tailandia, Rusia o República Dominicana hacia Canadá,
Estados Unidos, Francia y Alemania. Se estima una ganancia de siete mil millones
de U$S por cuatro millones de personas que pasan por esa situación en un año.
En EEUU se estima que existen más de cincuenta mil mujeres traficadas e
indocumentadas, puestas a trabajar en prostitución. Naciones Unidas ha reportado
que entre doscientas y quinientas mil personas han entrado en la Unión Europea
como trabajadores sexuales ilegales que en algún momento fueron violados y
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luego explotados. Se considera que cincuenta mil mujeres rusas han formado
parte de este tráfico, de las que estarían quince mil en Alemania, mil quinientas en
Japón y otras miles en EEUU:
Se considera la vulnerabilidad, producto de los sistemas económicos
contemporáneos generadores de marginación, una causa fundamental de
debilidad para resistir al crimen organizado.

Una experiencia de alto voltaje


El Pais – Domingo 4 de abril de 2004 – Investigación de Horacio Verbitsky
Policías y penitenciarios bonaerenses – Crimen Organizado
“Los carceleros son quienes organizan delitos desde la cárcel. La corrupción del
Servicio Penitenciario Bonaerense iguala a la que impera en la Policía de la
Provincia de Buenos Aires. La organización de actividades delictivas desde las
cárceles bonaerenses no corre por cuenta de los presos....sino de la mafia
penitenciaria protegida por los sucesivos gobiernos desde 1999” escribe Horacio
Verbitsky.
El Servicio Penitenciario Bonaerense utiliza a los detenidos como mano de obra
esclava. El que se resiste es asesinado en alegadas peleas entre reclusos.
En 2003 un grupo de fiscales y defensores de la justicia de la provincia, en una
visita de rutina a la U.P 29 de Melchor Romero (de máxima seguridad) los presos
entregaron a los funcionarios sustancias estupefacientes de uso prohibido para las
autoridades sanitarias, que los guardias les dieran para traficar y precarios pero
filosos cuchillos caseros (facas) para que mataran al “uruguayo”, Rafael Fabián
Begini Flores de 37 años. Su causa N° 60590 se encuentra en la Sala II de la
Cámara de Apelaciones de San Isidro, donde se narra el viaje al infierno del
sujeto. Begini fue trasladado a la U.P.15 de Batán, allí, el alcaide Gauna y el Jefe
del penal le ofrecieron un trabajo que consistía en asaltar a un prestamista que
estaría en un lugar con 100.000 U$S. Para la comisión del ilícito fue trasladado en
un Peugeot 504 que conducía el chofer del Director; quien en el camino le entrega
un arma; llevado a cabo el hecho, vuelve con todo lo que la víctima portaba 85.000
U$S. El mismo Gauna lo traslada a la U.P. 9 de La Plata y le ofrece la libertad a
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cambio de un nuevo trabajo, consistente en matar a un juez molesto para el


Servicio. El 14 de octubre de 2003 se encuentra en un departamento de Quilmes
con el Comisario Marino del cual obtiene la tramitación de la documentación y
aprovecha la ocasión para fugarse y no realizar el hecho. Lo recapturan en medio
de un tiroteo en San Miguel y Gauna y el Director de la U P 29 lo golpearon y
amenazaron con matar a sus familiares si no confirmaba la versión del Servicio
Penitenciario (debía decir que se había fugado de una de las cárceles más
seguras y vigiladas del país). Al tener que concurrir a Tribunales por las causas
pendientes, Begini pidió que lo encerraran en una prisión federal. Los jueces
accedieron a medias, ordenaron que no fuera ni a la UP 9, UP:15 ni UP 29 y que
en la Unidad Penitenciaria que fuera alojado le hicieran un exámen físico y
psicológico cada 24 hs.
Dice Verbitsky que “No hubo sanciones de ningún tipo para el Servicio
Penitenciario”.
Desde la publicación de este artículo no se ha publicado nada que ponga en
entredicho este relato, ninguno de los nombrados ha efectuado descargo alguno
respecto de los hechos que se le adjudican.

Algunos datos sobre el nivel de operación de estas organizaciones


TELAM – 11 de diciembre de 2006
El crimen organizado en busca de háckers jóvenes.
Según un informe de Greg Day, analista de seguridad de Mc Afee, el auge del
crimen en el ciberespacio está forzando a los criminales a no escatimar esfuerzos
en el reclutamiento de piratas informáticos hábiles.
Greg Day en su informe “Criminología virtual” intentó dar cuenta de cómo y dónde
los mundos del crimen y la alta tecnología se encuentran. Dice Day “...los
criminales tradicionales tienen la habilidad de mover fondos y utilizar toda la
experiencia que tienen en ello, pero no tienen la pericia técnica.....los criminales se
han concentrado en apuntar a estudiantes universitarios por todas partes del
mundo......algunos estudiantes son patrocinados durante sus estudios
tecnológicos......una vez que logran su grado los nuevos profesionales van a
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trabajar para las pandillas criminales.....el crimen cibernético ya no está en sus


años infantiles, se trata de un negocio grande”.

En Brasil se ha conformado el PCC – Primer Comando de la Capital, una


organización criminal de ramificación carcelaria que utiliza los ataques como
demostración de poder contra el Estado brasileño.
En mayo de este año (2007) lanzaron una ola de ataques con bombas molotov y
disparos en señal de protesta por el traslado de los líderes de la organización a
una prisión federal en el interior del Estado de San Pablo; fueron 299 incursiones
donde mataron a 40 agentes de seguridad del Estado.
Los atentados fueron dirigidos a supermercados, agencias bancarias, cuarteles de
la policía militar, casas de policías y comisarías; los disparos fueron hechos con
fusiles y ametralladoras, además incendiaron 16 unidades de transporte colectivo.
El PCC es conocido como “el sindicato del crimen” por los presidiarios y
delincuentes que, estando en las calles, pagan una cuota mensual a la
organización a cambio de protección en caso de ser detenidos. Muchas veces
también, los líderes del PCC exigen porcentajes en los asaltos y en la venta de
drogas y eliminan sin miramientos a los miembros del grupo que no obedecen el
“salve”, una especie de arenga transmitida a través de celular, desde las cárceles
hacia las bandas de delincuentes.
El último “salve” fue terminante: provocar el caos para forzar una negociación con
el Estado. Si la administración penitenciaria es flexible, permite en las cárceles la
entrada de drogas y celulares con los que los jefes controlan sus negocios desde
dentro de las celdas, la tranquilidad vuelve a reinar.
En mayo la hola de ataques se detuvo después de que el Jefe de Policía de San
Pablo negociara una tregua con el líder del PCC Marcos Willians Herbas
Camacho. Algo quebró el acuerdo, la tregua se rompió y el caos estalló de nuevo:
71 atentados en 17 municipios incluyendo San Pablo. (Sobre un artículo de Luis
Esnal, Corresponsal en Brasil del diario La Nación).

Adn.mundo.com – 18 de mayo de 2007


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En el norte de México, la policía incautó más de 100 armas y 13 vehículos en un


operativo en la frontera con EEUU, donde murieron 22 personas en un choque
armado entre narcos y policías.
El operativo tuvo lugar en la Sierra de Arizpe en el Estado de Sonora. El
procurador Gral. Del estado, Abel Murrieta Gutiérrez, señaló que de los 22
fallecidos eran 5 policías, 2 civiles y 15 narcos.

El Mundo – Pablo Biffi


Crimen organizado y Narcotráfico
El brutal asesinato de tres diputados salvadoreños y el no menos brutal crimen de
los cuatro policías guatemaltecos acusados de ser los autores materiales sacó a la
luz los vínculos de los organismos de seguridad de Guatemala con bandas de
criminales y de narcotraficantes que operan en Centroamérica y México.
Se especula que una banda de policías esperaba un cargamento de drogas y se
confundieron de “caravana”, con lo que decidieron borrar huellas matando a los
diputados. El ajusticiamiento de los agentes apunta a cortar la cadena de
sospechosos e intenta evitar que la investigación llegue a los autores intelectuales,
algo que podría complicar a las autoridades al desnudar el grado de corrupción
policial.

El Mundo – Italia 25 de junio de 2007


En una masiva redada contra el crimen organizado, detienen en Nápoles a ciento
noventa y nueve personas, presuntamente mafiosos
Serían integrantes de la Camorra (la mafia napolitana) . Entre los detenidos se
encuentran familias enteras. La ciudad fue escenario de batallas entre varios
clanes a fines del 2006 y obligó al Premier italiano a poner en marcha un Plan de
Seguridad para frenar la violencia. Más de mil policías participaron del operativo.

Naciones Unidas aprobó en diciembre de 2000 el Protocolo de la Convención


contra el crimen transnacional organizado con énfasis en el Tráfico de Personas.
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Respuesta a los desafíos que representa el mundo globalizado, más las


complejidades de la vida contemporánea.

Beatríz Regueiro – Profesora Asociada del departamento de Sociología y del


Departamento de Derecho Privado de la Universidad Argentina John F. Kennedy.
Profesora Adjunta de la 1° Cátedra de Psicología Jurídica de Facultad de
Psicología de la Universidad de Bs.As.
Profesora a cargo de la asignatura electiva Técnicas Psicológicas en el Ambito
Jurídico – Área Justicia – facultad de Psicología de la Universidad de Bs.As.

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