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SUMARIO: I.- Introducción II.- Protección legal de los derechos de propiedad intelectual
en Chile; 1.- Propiedad intelectual en la ley chilena, 2.- Protección internacional, III.-
Responsabilidad civil por infracción a los derechos de autor; 1.- Objeto de protección, 2.-
1
Estudiante de Ciencias Jurídicas. Universidad Andrés Bello. Correo electrónico:
s.ourcilleonvillanueva@gmail.com.
1
Titularidad de la acción civil, 3.- Responsabilidad civil extracontractual, 4.-
Responsabilidad civil contractual, 5.- Responsabilidad civil de los prestadores de servicios
de internet, IV.- Responsabilidad civil por infracción a los derechos de propiedad
industrial; 1.- Objeto de protección, 2.- Titularidad de la acción civil, 3.- Responsabilidad
civil extracontractual, 4.- Responsabilidad civil contractual, V.- Reflexiones en torno a la
suficiencia de la protección presente en el ordenamiento jurídico chileno; 1.- Estándares
internacionales, 2.- Efectividad de la protección nacional, VI.- Conclusiones, VII.-
Bibliografía.
INTRODUCCIÓN
Lo que conocemos como propiedad intelectual son los derechos morales o patrimoniales
relativos a obras literarias, artísticas o científicas, a las interpretaciones y ejecuciones a
invenciones en todos los campos de la actividad humana, a los descubrimientos científicos,
entre otros. En el fondo, la propiedad intelectual consiste en creaciones universalmente
novedosas o innovadoras.
Las creaciones del hombre fueron evolucionando con el paso del tiempo y la
propiedad intelectual acompañó ese desarrollo, a lo que los derechos inherentes a dichas
creaciones fueron reconocidos y considerados como propiedad intangible o incorporal 2.
Si bien no es materia del presente trabajo hacer una análisis acabado de los
principios y generalidades que rigen a la propiedad intelectual en Chile
2
En general, la propiedad intelectual se divide en dos grandes ramas: la llamada
propiedad intelectual propiamente tal y la propiedad industrial; aquélla puede ser definida
como el conjunto de derechos que recaen sobre obras artísticas, literarias o científicas
producidas por sus autores o artistas producto de su capacidad inventiva o talento, como
también a los derechos morales y patrimoniales de que goza el autor de una obra, siendo
integrada por el derecho de autor, los derechos conexos y las variedades vegetales; y esta,
la podemos definir como los ‘’…derechos exclusivos que otorga el Estado para usar o
explotar invenciones, modelos de utilidad, diseños y dibujos industriales, esquemas de
trazado o topografía de circuitos integrados, marcas comerciales, indicaciones
geográficas, denominaciones de origen, que realizan y crean personas naturales o
jurídicas en un territorio’’ 4.
Para acotar el tema de la tutela, podemos decir que existen dificultades prácticas
para tratar el tema de la responsabilidad civil que surge al momento de que un derecho
intelectual es, de una u otra forma, infringido, dificultades que se han incrementado en las
últimas décadas con el auge de las nuevas tecnologías y la globalización, fenómenos que,
sin perjuicio de contribuir en sobremanera al desarrollo económico y cultural ya a la
innovación en todo ámbito, sea científico, tecnológico o artístico, también de forma casi
paradójica, facilita todo tipo de infracción a los derechos intelectuales, dificultando su
protección jurídica.
Por su parte, en lo que respecta a los derechos de propiedad industrial y sus reglas
de responsabilidad, la Ley N°19.039 de Propiedad Industrial las contempla en el Párrafo 1°
del Título X, artículos 106 y siguientes. Como se verá en su oportunidad, las acciones que
4
INSTITUTO NACIONAL DE PROPIEDAD INDUSTRIAL (2018) Propiedad Intelectual en la Sociedad
del Conocimiento. En: Inacap.cl [En línea]: http://www.inacap.cl/web/2018/documentos/direccion-
transferencia-tecnologica/IINAPI_PI_2018.pdf (Última visita: 02 de mayo de 2020), p. 7.
5
BERKEMEYER, Hugo, op. cit., p. 123.
3
deriven de estas responsabilidades no serán conocidas por el Instituto Nacional de
Propiedad Industrial, sino que por los Juzgados Civiles, al ser aquél un tribunal especial de
carácter registral y no infraccional.
Desde los poderes del estado chileno se consideró que el antiguo régimen
sancionatorio de protección que establecía la ley, tanto en sede civil como penal, era
6
SANTA CRUZ, Maximiliano (2017) El sistema de indemnización en materia de propiedad industrial. En:
Educación Continua UC, p.1. [En línea]: http://repositorio.educacioncontinua.uc.cl/handle/123456789/20
(Última visita: 24 de abril de 2020).
7
Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio, artículo
45.
4
insuficiente, ante lo cual la Ley N°20.435 sustituyó el anterior Capítulo II del Título III por
el actual Capítulo II del Título IV de la Ley N°17.336, que establece un marco de sanciones
civiles y penales a las infracciones a los derechos de autor y derechos conexos, además de
establecer nuevos mecanismos y herramientas procesales aplicables a los casos de
utilizaciones realizadas fuera del marco legal.
8
Artículo 85 B. Ley N°17.336, promulgada el 28 de agosto de 1970. Chile.
9
Artículo 85 K. Ley N°17.336.
10
BARROS, Enrique (2006) Tratado de responsabilidad extracontractual, Editorial Jurídica de Chile,
Santiago de Chile, p. 221.
5
determinado negocio, distribuyendo una obra intelectual ajena sin autorización de
su titular, usando un signo distintivo con objetivos comerciales que ha sido
previamente registrado legalmente como marca comercial, etc.
c) Si bien el presente trabajo busca sentar ciertas bases sobre la aplicación de los
estatutos indemnizatorios a los daños a derechos intelectuales, la legislación
nacional otorga una férrea protección a los derechos de propiedad intelectual,
cumpliendo con los criterios internacionales.
El objetivo general de este trabajo consiste en dilucidar el momento a partir del cual se
genera daño a la propiedad intelectual, es decir, si éste coincide o se produce desde el
momento mismo de la infracción o si por el contrario, es posible disociar o distinguir entre
la infracción a un derecho de propiedad intelectual y el daño al patrimonio de su titular.
Junto a lo anterior, casi de la mano con tal objetivo, resulta menester determinar en qué
momento se verifica el perjuicio que será objeto de indemnización, situación que, como se
verá, ha sido ampliamente discutido en la doctrina y la jurisprudencia.
II
6
Industrial, todo siguiendo los parámetros establecidos y recomendado por los numerosos
pactos internacionales firmados y suscritos por nuestro país.
No podemos dejar de lado que, pese a sus diferencias, es un tipo de propiedad, por
lo tanto, al igual que sobre la propiedad corporal, no se puede hacer diferencias arbitrarias
respecto de ella, debiendo existir la misma protección legal en su ejercicio, pudiendo ser
defendida ante los tribunales de justicia y amparada por los principios de supremacía
constitucional y legalidad, no obstante pudiendo tales derechos ser expropiados por razones
de utilidad pública, previo pago de indemnización por parte del Estado.
El Código Civil, en el Título II del Libro II, se encarga de establecer los principios y
reglas básicas sobre el derecho real de dominio ejercido sobre los bienes. Dentro de este
título, el artículo 584 dispone sobre la propiedad del autor sobre sus obras intelectuales,
11
Artículo 19 N°25. Constitución Política de la República. Chile.
12
Artículo 19 N°25. Constitución Política de la República.
13
Artículo 20. Constitución Política de la República.
7
derivando expresamente su regulación a legislación especial, concretamente, a la Ley
N°17.336 de Propiedad Intelectual y a la Ley N°19.039 de Propiedad Industrial.
La ley de propiedad intelectual, vigente desde el año 1970, año desde el que ha sido
modificada numerosas ocasiones, protege los derechos que, por el solo hecho de la creación
de la obra, adquieren los autores de obras de la inteligencia en los dominios literarios,
artísticos y científicos, cualquiera que sea su forma de expresión, y los derechos conexos
que ella determina 14. Este derecho de autor no solo incluye la faz patrimonial y la
explotación de los activos intelectuales, sino que también comprende los derechos morales.
Esta ley, en su Capítulo IV, consagra y regula el derecho moral, el cual le pertenece
de forma exclusiva al autor de las obras protegidas. El artículo 14 entonces establece lo
siguiente: ‘’El autor, como titular exclusivo del derecho moral, tiene de por vida las
siguientes facultades:
El derecho moral del autor debe ser protegido tanto en su sentido formal, ante las
alteraciones materiales como la modificación, destrucción, mutilación o fragmentación de
la obra en partes, como en el sentido de resguardar el espíritu de la obra y las intenciones
que ha tenido su titular moral al crearla, lo que implica resguardar tal derecho ante las
alteraciones de fondo que cambian la obra en su esencia 16.
14
Artículo 1. Ley N°17.336.
15
Artículos 15 y 16. Ley N°17.336.
8
Por otro lado, la faz patrimonial del derecho de autor deviene en las facultades de su
titular para explotar económicamente los activos intelectuales, lo que implica ‘’la facultad
de uso directo, o bien, de autorizar su uso por parte de terceros, lo que generalmente se
hace por medio de una licencia de uso. En este sentido, la ley reconoce al autor de una
obra intelectual las facultades de utilizar directa y personalmente la obra, de transferir,
total o parcialmente, sus derechos sobre ella y de autorizar su utilización por terceros.’’ 17
9
emana de los daños provocados a estos derechos, normas que serán analizadas en su
oportunidad.
El Convenio protege a todas las obras intelectuales en los países partes de aquel, lo
que trae una enorme ventaja financiera a los autores de dichas obras, ya que estos pueden
obtener beneficios de índole financiera explotando los activos intelectuales más allá de las
fronteras de su país de origen. Junto a esto, ‘’la posición competitiva de los autores
nacionales en el mercado interno podrá verse mejorada porque una vez que el país sea
miembro del Convenio de Berna, las obras de los autores extranjeros sólo podrán
distribuirse con su permiso y ya no a precios inferiores a los de las obras nacionales, para
las cuales se exigiría una autorización de distribución.’’ 20
19
RAMÍREZ, Johvanka (2014) Aplicabilidad de la responsabilidad extracontractual en los derechos de
autor de propiedad intelectual en Chile: Una perspectiva del siglo XXI. En: Revista Estudios Jurídicos
Democracia y Justicia, N°3, 2014, p. 82.
20
Ídem.
10
El convenio en cuestión tiene como objeto ‘’asegurar los derechos los artistas
intérpretes o ejecutantes, así como de los productores de fonogramas y los organismos de
radiodifusión de los Estados Contratantes, pero deja excluida la protección de Derechos
de Autor sobre obras literarias y artísticas. La Convención regula las responsabilidades de
la protección de cada una de las áreas y establece que los Estados tomarán medidas
concretas para su protección que pondrán en la legislación nacional’’ 21.
Data en el campo internacional desde fines del siglo XIX, específicamente desde el
20 de marzo de 1883, siendo promulgado en Chile tardíamente en 1991 por el Decreto
Supremo N°425 del Ministerio de Relaciones Exteriores, casi en paralelo con la entrada en
vigencia de la ley de propiedad industrial. Es el tratado internacional más relevante en
materia de protección de la propiedad industrial al entenderse esta en su sentido amplio,
incluyendo, además de la industria y el comercio propiamente tal, la actividad agrícola y
extractiva, junto con todos los productos fabricados y naturales 22.
En términos generales, el PCT busca otorgar protección por patente para una
invención en varios países al mismo tiempo cuando medie una solicitud de patente
internacional. La solicitud en cuestión puede ser presentada por los nacionales o residentes
de los estados contratantes del PCT ante la oficina nacional de patentes respectiva o ante la
oficina internacional de la OMPI, ubicada en Ginebra.
21
NARANJO, Sergio, op. cit., p. 37.
22
Artículo 1.3., Convenio de París para la protección de la propiedad industrial.
23
ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA PROPIEDAD INTELECTUAL, Reseña del Convenio de París
para la protección de la propiedad industrial. En: wipo.int [En línea]:
https://www.wipo.int/treaties/es/ip/paris/summary_paris.html.
11
esfuerzo de los países desarrollados por procurar mejores estándares de protección de los
derechos de propiedad intelectual 24.
El ADPIC se encuentra vigente en Chile desde el año 1995 tras ser promulgado por
el Decreto Supremo N°16 del Ministerio de Relaciones Exteriores. No es más que el uno de
los acuerdos anexos de la Organización Mundial del Comercio, específicamente el anexo
1C. Se trata del tratado internacional más completo en materia de propiedad intelectual,
incluyendo tanto derecho de autor como propiedad industrial.
Los principales objetivos de los ADPIC expresados en su preámbulo son: reducir las
distorsiones del comercio internacional, fomentar una protección eficaz y adecuada de los
derechos de propiedad intelectual, asegurarse de que las medidas y procedimientos
destinados a hacer respetar dichos derechos no se conviertan a su vez en obstáculos al
comercio legítimo 25.
Terminada esta síntesis, toca analizar más a fondo la responsabilidad generada por
infringir los derechos de propiedad intelectual, sean estos entendidos en sentido estricto
(derecho de autor) o en sentido amplio, lo que implica que también se analizará la
responsabilidad civil derivada por infringir derechos de propiedad industrial.
III
24
RODRÍGUEZ, Nadiafina (2011) El acuerdo de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el
comercio (ADPIC) y las normas ADPIC PLUS. En: Revista de Derecho. Escuela de Postgrado de la
Universidad de Chile, N°1, diciembre 2011, p. 80.
25
RODRÍGUEZ, Nadiafina, op. cit., p. 81.
26
NARANJO, Sergio, op. cit., p. 38-41.
12
DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL POR INFRACCIÓN A LOS
DERECHOS DE AUTOR
La responsabilidad civil puede tener dos fuentes: el incumplimiento de un contrato o
la generación de un daño sin que exista un vínculo contractual previo, aplicando los
estatutos contractual y extracontractual, respectivamente, siendo este último el que presenta
mayores particularidades en la materia de derechos de autor 27.
13
Esta teoría, que es la más aceptada por el pensamiento de Europa continental y
Latinoamérica, deriva de los paradigmas ideados por Kant y Hegel. Sugiere que los
derechos privados de propiedad son cruciales para la satisfacción de algunas necesidades
humanas fundamentales; los legisladores deben, por tanto, esforzarse para crear y otorgar
los derechos sobre los recursos en la manera que permita mejor a la población llenar dichas
necesidades 30. Entonces, conforme a la teoría de la personalidad, la protección se justifica
al ser una defensa contra la apropiación o modificación de las obras a través de las cuales
los artistas y los autores han expresado su voluntad.
Se explica por medio del concepto de ‘’propiedad’’ desde la óptica hegeliana, donde
ella es la forma por medio de la cual un individuo puede expresar objetivamente su
voluntad de manera personal y singular, y que en la propiedad una persona existe por
primera vez como razón.
Para explicar lo anterior, Kant expone lo siguiente, poniendo como ejemplo a la obra
literaria: la concibe como un verdadero discurso del autor al público, narrando sus
pensamientos. Por lo tanto, si una persona distribuye esa obra de forma ilícita, está
vulnerando la libertad del verdadero autor, ya que está hablando en nombre del autor. Es
tarea del editor el difundir el trabajo a nombre del autor, teniendo como destinatario al
público general. El trabajo del editor se define como una simple comisión para dar a
conocer al público el discurso o pensamiento del autor. En consecuencia, si el trabajo
artístico es un derecho inherente a la personalidad del autor, entonces no es alienable ni
transferible.
Ahora, para Hegel esto no es tan así, ya que distingue entre habilidad mental como una
parte inalienable del ser, pero no el acto de la expresión. Es decir, para este autor la
propiedad privada está justificada debido a que el individuo ha establecido su voluntad
sobre una cosa, por lo tanto, para Hegel los derechos de autor no son una extensión de la
personalidad, sino algo externo.
30
SOLORIO, Óscar (2010) Derecho de la propiedad intelectual. Oxford University Press, Ciudad de México,
p. 41.
31
SOLORIO, Óscar, op. cit., p. 42.
14
interpretación establecen que los derechos de autor se otorgan sólo sobre obras que han sido
exteriorizadas, por tanto, los derechos de autor protegen la voluntad del mismo 32.
Con todo, el argumento más fuerte en favor de esta teoría es expuesto por el jurista
norteamericano William Fisher III, quien deriva del pensamiento hegeliano los siguientes
principios en cuanto a la correcta forma sistemática de la protección legal al derecho de
autor 33:
1. Debemos estar más dispuestos a proveer protección legal a los frutos de actividades
intelectuales altamente expresivas, tales como las novelas, que los frutos de
actividades menos expresivas, tales como la investigación genética.
2. Debido a que la persona de un individuo es un receptáculo importante para su
"personalidad", merece una protección legal generosa, a pesar del hecho que
ordinariamente no resulta del trabajo.
3. A los autores e inventores les debe ser permitido que ganen respeto, honor,
admiración, y también dinero del público mediante la venta o donación de copias de
su trabajo, pero no debe permitírseles renunciar a sus derechos para impedir que
otros mutilen o se atribuyan incorrectamente la autoría de sus obras 34.
32
SOLORIO, Óscar, op. cit., p. 43.
33
FISHER III, William (2003) The Growth of Intellectual Properfy: A History of Ownership of Ideas in the
United States. Harvard University Press, Boston, Massachusetts, E.E.U.U., p. 6.
34
SOLORIO, Óscar, op. cit., p. 44.
35
Artículo 16. Ley N°17.336.
36
WALKER, Elisa (2007) Responsabilidad extracontractual en el derecho de autor. Referencias específicas
a las redes digitales. En: Repositorio Universidad de Chile [En Línea]:
http://repositorio.uchile.cl/handle/2250/113449 (última visita: 30 de mayo de 2020), p. 14.
15
Por otro lado, como otra consecuencia del reconocimiento del vínculo autor-obra,
consiste en que las facultades que tiene el autor para ejecutar la explotación patrimonial de
su obra tienen como única limitación las excepciones que la ley establece expresamente 37.
Es decir, el carácter patrimonial del derecho de autor será siempre de carácter genérico, en
contraposición a sus limitaciones, que son siempre específicas.
La ley establece que es ‘’titular original del derecho el autor de la obra’’ 39. Sin
embargo, el legislador no nos entrega una definición de lo que debemos entender por autor,
por tanto, acudiendo a la doctrina, este se puede definir como ‘’la persona natural que crea
la obra literaria, artística o científica que es objeto de protección legal’’ 40. Son razones de
fondo las que nos permiten excluir del concepto de autor a las personas jurídicas, puesto
que la propiedad intelectual se justifica en tanto esta se vincula a la personalidad de la
persona, siendo a su vez una manifestación de la misma, siendo una suerte de vinculación
emocional que liga al autor con su obra 41.
16
Con todo, tenemos ciertas excepciones a esta regla general de que el titular originario es
el autor de la obra, permitiendo la ley que el titular pueda ser una persona distinta al autor, e
incluso que pueda ser una persona jurídica. Basta, para efectos del presente trabajo, una
somera enunciación de tales excepciones:
17
parte del dominio público, salvo que la obra se haya desarrollado ‘’en el contexto de
la actividad propia de las empresas públicas o en las que el Estado tenga
participación, cuando la obra tenga un sentido estratégico para sus fines o cuando
la ley que la crea y regula lo establezca expresamente’’ 50.
g) Publicación de obras creadas en diario, revista y otras publicaciones
periódicas: La excepción se vincula únicamente al derecho de publicación. La ley
distingue dos situaciones: (1) Cuando media una relación asalariada con contrato de
trabajo, el derecho a publicar la obra será de la empresa periodística, y (2) Cuando
se realiza una obra por encargo, será el medio de difusión que realizó el encargo que
tenga el derecho de publicación, el cual se agotará en la primera publicación,
momento después del cual volverá el derecho de publicación a la titularidad del
autor 51.
h) Fotografías realizadas en virtud de encargo: La ley establece que si las
fotografías realizadas en virtud de un encargo, los derechos de reproducción,
exposición, publicación y venta corresponderán a quien ha encargado la obra. Con
todo, si las fotografías fueron encargadas por un periódico o revista, rigen las reglas
de la excepción del punto anterior 52. Junto a esto, el inciso segundo del artículo 34
de la Ley N°17.336 establece que si ha mediado una cesión de derechos sobre el
negativo o medio de reducción de la fotografía, esta también comprenderá los
derechos exclusivos de reproducción, exposición, publicación y venta.
50
Artículo 88, inciso 2°. Ley N°17.336.
51
Artículo 24 letra c). Ley N°17.336.
52
Artículo 34. Ley N°17.336.
53
Artículo 7. Ley N°17.336.
54
ALESSANDRI, Arturo y SOMARRIVA, Manuel (1998) Tratados de los derechos reales, Tomo I.
Editorial Jurídica de Chile, Santiago de Chile, p. 101.
18
a) Intransferibilidad de derechos morales: La ley de propiedad intelectual destaca
como ‘’inalienables’’ los derechos morales y sancionando con nulidad ‘’cualquier
pacto en contrario’’ 55. Por lo tanto, ningún derecho moral puede ser objeto de
transferencia, lo que encuentra su fundamento en el vínculo que existe entre la
persona y sus derechos morales.
b) Transmisibilidad limitada de los derechos morales: Los derechos morales son
transmisibles de forma limitada a ciertas personas, pudiendo transmitirse
únicamente ‘’por causa de muerte al cónyuge sobreviviente y a los sucesores ab
intestato del autor’’ 56.
1. La conducta lesiva,
2. El daño,
3. La capacidad delictual,
4. El elemento subjetivo, y
5. El nexo o vínculo causal.
55
Artículo 16. Ley N°17.336.
56
Artículo 15. Ley N°17.336.
57
CORRAL, Hernán (2003) Lecciones de responsabilidad civil extracontractual. Editorial Jurídica de Chile,
Santiago de Chile, p. 112.
58
Ídem.
59
WALKER, Elisa, op. cit., p. 289.
60
CORRAL, Hernán, op. cit., p. 148-149.
19
otro, es obligado a la indemnización; sin perjuicio de la pena que le impongan las leyes
por el delito o cuasidelito’’ 61, la que, por supuesto, es plenamente aplicable a nuestro ramo.
Como tercer requisito está la capacidad delictual, según la cual se exige que el acto
dañoso sea ejecutado con voluntad. El requisito en cuestión se satisface con constatar la
edad y discernimiento del sujeto, evaluación que consiste en analizar si el sujeto tiene un
grado mínimo de aptitud de deliberación para discernir lo correcto de lo incorrecto 62.
La reforma del año 2010 viene a completar la noción del artículo 19, agregando el
nuevo artículo 84, el cual dispone lo siguiente:
‘’Incurrirá en responsabilidad civil el que, sin autorización del titular de los derechos o de
la ley y, sabiendo o debiendo saber que inducirá, permitirá, facilitará u ocultará una
infracción de cualquiera de los derechos de autor o derechos conexos, realice alguna de
las siguientes conductas:
61
Artículo 2314. Código Civil, promulgado el 12 de noviembre de 1855. Chile.
62
BARROS, Enrique, op. cit., p. 34.
63
ALESSANDRI, Arturo, op. cit., p. 172.
64
Artículo 44. Código Civil.
20
a) Suprima o altere cualquier información sobre la gestión de derechos.
El que realice alguna de las conductas descritas en los literales precedentes, será
sancionado con pena de multa de 25 a 150 unidades tributarias mensuales.’’
El artículo 85 del mismo cuerpo legal establece a su vez, que se entiende por
información sobre gestión de derechos refiriéndose expresamente en la letra a) a la
información que identifica a la obra, a la interpretación o ejecución o al fonograma; al autor
de la obra, al artista interprete o ejecutante, o al productor del fonograma; o al titular de
cualquier derecho sobre la obra, interpretación o ejecución o fonograma 65.
Cabe destacar que la comisión de un delito civil por omisión tiene plena cabida en
materia de propiedad intelectual. En efecto, la ley de propiedad intelectual les otorga a
algunos terceros el deber de confeccionar planillas de ejecución, las que, conforme a la
propia ley, consisten en ‘’la lista de las obras musicales ejecutadas mencionando el título
de la obra y el nombre o pseudónimo de su autor’’ 66, en cuyo sentido, todas aquellas
personas que omitan su deber de confeccionar las planillas, teniendo la obligación de pago
en retribución por la ejecución o comunicación al público de obras protegidas, comete
delito contra la propiedad intelectual 67, conducta que, además de generar responsabilidad
penal, generará responsabilidad civil extracontractual por el daño generado a los autores y
titulares de los derechos.
En la Ley N°17.336 encontramos como vestigio del momento del daño al ya citado
artículo 84, en tanto dispone que será responsable quien ‘’…sabiendo o debiendo saber que
65
NARANJO, Sergio, op. cit., p. 54.
66
Artículo 5 letra r). Ley N°17.336.
67
Artículo 80 letra c). Ley N°17.336.
21
inducirá, permitirá, facilitará u ocultará una infracción de cualquiera de los derechos de
autor o derechos conexos…’’. La norma evidentemente es clave, por cuanto dispone que
cualquier infracción constituye daño, lo que nos da luces de que, al parecer, la voluntad del
legislador ha sido establecer que el daño es constatado desde el momento mismo en que la
ley y, por ende, los derechos intelectuales, han sido violados.
Parece seguir la misma línea la doctora Woolcott, quien postula que ‘’el daño […]
resulta de la conducta infractora del derecho de autor’’, agregando que ‘’el criterio de
imputación […] debe determinarse en la ejecución de la infracción misma’’ 69.
Siguiendo el mismo criterio, el 29° Juzgado Civil de Santiago, en una causa sobre
uso no autorizado de repertorio de obras musicales, falló en su décimo considerando ‘’Así y
habiéndose establecido la infracción de la demandada y el uso no autorizado y por tanto
indebido de las obras musicales, necesariamente corresponderá a ésta indemnizar a la
demandante los perjuicios ocasionados por no haber obtenido la licencia o autorización
respectiva, omisión que por sí sola se entiende generadora de los perjuicios previstos y
68
LIPSZYC, Delia (1993) Derecho de Autor y Derechos Conexos. Editorial UNESCO, Buenos Aires,
Argentina, p. 577.
69
WOOLCOTT, Olenka y CABRERA (2018) Las infracciones al derecho de autor en Colombia. Algunas
reflexiones sobre las obras en internet y la influencia de nuevas normativas. En: Revista chilena de Derecho,
vol. 45, N°2, p. 513.
70
DE FREITAS, Eduardo (2006) XII Curso Académico Regional OMPI/SGAE Sobre Derecho de Autor y
Derechos Conexos para Países de América Latina. Recursos OMPI, Código: OMPI-SGAE/DA/ASU/05.
71
ILMA. CORTE DE APELACIONES DE SAN MIGUEL (Rol N°1919-2015) Sociedad chilena del
Derecho de Autor con Olguín, 28 de enero de 2016.
22
sancionados en la Ley 17.336.- es decir, su omisión es fuente de responsabilidad
objetiva’’ 72.
El daño material en derechos de autor contempla tres requisitos: que recaiga sobre
un derecho protegido por la ley, que sea realizado por quien no estaba autorizado a su uso
y, por último, que afecte al valor de la obra protegida o no permita obtener de ella la
explotación esperada.
En otro sentido, cuando los objetos no tengan valor de venta legítimo, el juez deberá
prudencialmente determinar el monto de los perjuicios para efectos de aplicar la pena. Por
lo que en este caso, supletoria y facultativamente el juez determinará el monto de los
perjuicios, ocurriendo que los montos de las indemnizaciones varíen considerablemente
respecto de las que tienen un valor de venta al detalle, pudiendo existir diferencias
desmedidas en el quantum de las indemnizaciones 75.
72
29° JDO. CIVIL DE SANTIAGO (Rol N°17573-2012) Sociedad chilena del Derecho de Autor con
Agencia Novedades Patricio Sánchez Gutiérrez E.I.R.L, 24 de abril de 2014.
73
EXCMA. CORTE SUPREMA (Rol N°16627-2016) Microsoft Corporation con Agencia de Aduanas
Hernán y Cristián Pizarro Limitada, 16 de mayo de 2017.
74
CABRERA, Karen (2014) Consideraciones sobre la determinación del monto del daño por infracciones al
derecho de autor en entornos digitales, En: Revista Ius et Praxis, Año 21, N°1, 2015, p. 509.
75
RAMÍREZ, Johvanka, op. cit., p. 97.
23
a) La titularidad del derecho corresponde a una entidad de gestión colectiva, sobre esto
establece que ‘’…quien tenga en explotación un local público en el cual se
representen o ejecuten piezas musicales o fonogramas, podrá obtener la
autorización que detenta el titular del derecho de autor, a través de la entidad de
gestión colectiva correspondiente, mediante una licencia no exclusiva, siendo
obligado al pago de la correspondiente remuneración’’, lo que se relaciona con
que, en la especie, un local restorán utilizó obras musicales sin autorización de su
titular, y sin pagar la remuneración que la ley ordena 77. Solo con esta premisa, se
cumplen los tres requisitos antes señalados para considerar que ha existido un daño
material respecto del derecho de autor, puesto que estamos frente a un derecho
protegido por la ley (obras musicales), el cual ha sido utilizado por quien no tenía
autorización para ello (el restorán) y, finalmente, se ha afectado a la legítima
ganancia esperada (no se pagó la remuneración exigida por la ley).
b) En cuanto a los elementos que permiten la determinación del monto por daño
material, la sentencia en cuestión hizo aplicación de la norma especialísima del
artículo 85 K de la Ley N°17.336, cuyas características, como se verá, son muy
particulares en nuestro ordenamiento jurídico. Sin embargo, dentro del aspecto
resarcitorio de esta norma es posible contemplar que ‘’su aplicación está
determinada por una infracción establecida a priori judicialmente. Si la
determinación está dada por un delito penal contra la propiedad intelectual, la
aplicación no muda la estructura aquiliana del 2314 del Código Civil. Ahora, si la
infracción fue previamente determinada por el juez civil, y en la misma causa
sancionada, ello incidirá –además- en la culpa como factor de imputación de la
responsabilidad civil, morigerando la prueba de la negligencia, pues se presentará
ésta ahora bajo la modalidad de culpa contra reglamento’’ 78.
Sin perjuicio de lo anterior, los daños materiales también podrán recaer sobre los
derechos morales, ‘’en estos escenarios la reparación también debe ser económica, puesto
que todas las facultades que integran al derecho de autor no pueden descomponerse y
conforman un conjunto que a pesar de ser de diferente naturaleza terminan por estar
conectados uno con el otro’’ 79. La ley de propiedad intelectual reproduce lo anterior
perfectamente en el segundo inciso del artículo 1, en tanto dispone que el derecho de autor
comprende los derechos patrimonial y moral, que protegen el aprovechamiento, la
paternidad y la integridad de la obra.
76
8° JDO. CIVIL DE SANTIAGO (Rol N°9141-2017) Sociedad chilena del Derecho de Autor con Delgado,
3 de julio de 2019.
77
Artículo 21. Ley N°17.336.
78
MORETTI, Rodrigo (2017) Tutela y protección civil de la propiedad intelectual: una mirada reflexiva
desde el ejercicio profesional. Diario Constitucional, Santiago de Chile, 27 de diciembre de 2017.
79
CABRERA, Karen, op. cit., p. 510.
24
determinación del daño moral, el tribunal considerará las circunstancias de la infracción,
la gravedad de la lesión, el menoscabo producido a la reputación del autor y el grado
objetivo de difusión ilícita de la obra.’’
80
Artículo 14 N°5. Ley N°17.336.
81
14° JDO. CIVIL DE SANTIAGO (Rol C-4252-2013) Garrido con Conecta Ingeniería S.A., 27 de enero de
2017.
25
A fin de cerrar este punto, cabe preguntarnos qué tipos de daños morales quedan
cubiertos por la norma del artículo 85 E. La doctrina mayoritaria, al respecto, ha
establecido que solo quedarían cubiertas las infracciones a derechos morales de autor, lo
que equivale a aquellos derechos enumerados en el artículo 14 de la Ley N°17.336. Ello
implicaría en primer lugar que quien pretenda incoar la acción de perjuicios por daño moral
no cubierto por el derecho moral de autor no podrá hacerlo fundado en esta norma, por lo
que deberá acudir a las normas generales de la responsabilidad civil contractual o
extracontractual. De modo tal que, por ejemplo, si la infracción cometida le causa un daño a
la reputación del autor, la indemnización correspondiente a este daño no podría perseguirse
invocando la Ley N°17.336, sino que debe fundarse en el estatuto general del Código Civil,
principalmente los artículos 2314 o 2329 82.
Desde luego, el hecho de que el Código Civil no contemple una norma que regule la
procedencia ni avaluación del daño moral hace que esta interpretación no sea del todo
convincente. Junto a ello, para el titular del derecho esto traería el inconveniente de
encontrarse obligado a demandar los perjuicios vía un procedimiento ordinario de lato
conocimiento, y no a uno sumario 83.
La reforma del año 2010 introdujo una norma prácticamente única en nuestro
ordenamiento jurídico en materia de responsabilidad civil, tal es el artículo 85 K de la Ley
N°17.336 que dispone ‘’El titular de un derecho podrá solicitar, una vez acreditada
judicialmente la respectiva infracción, que las indemnizaciones de los daños y perjuicios
patrimoniales y morales causados sean sustituidas por una suma única compensatoria que
será determinada por el tribunal en relación a la gravedad de la infracción, no pudiendo
ser mayor a 2.000 unidades tributarias mensuales por infracción.’’
La ley de propiedad intelectual con este artículo se aleja de los criterios generales
para la determinación del monto de indemnizatorio. Ante esto, la ley establece dos
condiciones para hacer valer la indemnización predeterminada:
a) Que sea solicitada por el titular del derecho afectado. De esto podemos inferir que
opera únicamente a petición de parte, no pudiendo nunca ser aplicada de oficio por
el tribunal.
b) Que sea solicitada una vez se acredite judicialmente la infracción, de modo tal que
el titular solo podrá solicitar la indemnización predeterminada una vez que la
infracción a derecho de autor haya sido acreditada por el tribunal.
26
infringidos tienen la facultad de recuperar el importe real de los daños, así como los
beneficios obtenidos, indemnización que es conocida en aquel país como damages and
profits. A su vez, el titular está además facultado para prescindir de la reparación real de los
daños ocasionados y beneficios obtenidos, pudiendo acudir a la cuantificación del
resarcimiento contenida en un sistema llamado statuory damages, que consiste en que el
tribunal podrá establecer el monto de la indemnización entre un mínimo y un máximo 85. El
juez tiene plena discrecionalidad para fijar el monto indemnizatorio, dentro de los márgenes
legales. Cuando el afectado acude a este medio, está impedido de acumular a este la
indemnización por daño reales 86.
85
Los montos varían entre los 500 y los 20.000 dólares.
86
WALKER, Elisa, op. cit., p. 306.
87
PINO, Alberto, op. cit., p. 49.
88
Ídem.
27
Por principio, toda persona es capaz de obligarse, salvo aquellos que la ley declare
como incapaces 89. En materia de responsabilidad civil extracontractual establece dos
causas de incapacidad, tales son la falta de razón y la minoría de edad, establecidas por el
artículo 2319 del Código Civil. Esta norma señala lo siguiente:
‘’No son capaces de delito o cuasidelito los menores de siete años ni los dementes; pero
serán responsables de los daños causados por ellos las personas a cuyo cargo estén, si
pudiere imputárseles negligencia.
28
infraccional. Por regla general, la determinación legal o reglamentaria de ciertos deberes no
supone una regulación exhaustiva de la materia; aún en casos de una regulación legal, el
juez está facultado para determinar deberes de cuidado no previstos por el legislador 92. Sin
embargo, la orgánica de la Ley N°17.336, junto a su extensa regulación conductual, no da
lugar para apreciarse deberes de cuidado fuera de la misma.
En materia de derechos de autor se exige que haya mediado culpa infraccional para
hacer exigible la responsabilidad civil, principio que se desprende del inciso segundo del
artículo 19 de la Ley N°17.336, el cual dispone que ‘’La infracción de lo dispuesto en este
artículo (la utilización de obras intelectuales protegidas sin la autorización de su titular)
hará incurrir al o los responsables en las sanciones civiles y penales correspondientes.’’
92
BARROS, Enrique, op. cit., p. 101.
93
WALKER, Elisa, op. cit., p. 294.
94
RAMÍREZ, Jhovanka, op. cit., p. 96.
95
WALKER, Elisa, op. cit., p. 294-295.
29
La jurisprudencia ha reconocido generalmente la culpa infraccional. En una causa
sobre difusión radial de obras musicales protegidas, la Corte de Apelaciones de Rancagua
sostuvo en la tercera consideración que ‘’…el hecho antes descrito contraviene la
normativa sobre Propiedad Intelectual, desde que la comunicación al público de obras
musicales del repertorio que administra dicha Sociedad, se ha efectuado sin haber
obtenido su autorización previa y menos la de cada uno de los titulares de tales derechos,
vulnerándose con ello lo dispuesto en los artículos 17 a 21 de la Ley 17.336’’. Continúa en
el fallo estableciendo, en el considerando cuarto, que ‘’si la demandada ha utilizado un
receptor de radio y uno de televisión a fin de difundir música ambiental en su local abierto
al público, obviamente del repertorio que representa la actora, debió haber obtenido la
respectiva autorización y cancelar el tarifado general aplicable a los locales del giro y,
como no la obtuvo ni tampoco pagó la tarifa respectiva, ha incurrido en contravención y
debe ser sancionada’’ 96. Con lo decidido, la Corte dejó en claro que la conducta diligente
exigida por la ley y que ha sido infringida por el demandado consistía en la obtención de la
autorización y pago de las tarifas correspondientes por el uso de las obras musicales ajenas,
haciendo plena aplicación de los estándares establecidos por el artículo 19 de la Ley
N°17.336.
96
ILMA. CORTE DE APELACIONES DE RANCAGUA (Rol N°22.396-2004) Sociedad chilena del
Derecho de Autor con Fuente de Soda La Boca Loca, 7 de noviembre de 2005.
97
ILMA. CORTE DE APELACIONES DE SANTIAGO (Rol N° Civil 4244-2011) Sociedad chilena del
Derecho de Autor con Comercial Los Arcos Ltda., 25 de septiembre de 2012.
98
EXCMA. CORTE SUPREMA (Rol N°5130-2013) Sociedad Chilena del Derecho de Autor con Sociedad
Hotelera y Servicios Gastronómicos Oasis Ltda., 27 de agosto de 2013.
30
Finalmente, resulta interesante analizar y tener en cuenta un fallo del 4° Juzgado
Civil de San Miguel, confirmado por la Corte de Apelaciones, que se pronuncia sobre una
infracción al derecho moral de paternidad sobre una obra.
El tribunal concluye que el autor del error al tener plena capacidad delictual, es
culpable de no haber tenido la diligencia necesaria en la confección de su trabajo, error que
le ocasionó graves perjuicios al derecho moral de paternidad sobre la obra que tiene el
demandante, siendo de importancia tener presente que a la fecha, dicho error fue corregido
por la demandada, reconociendo de esta forma el error en que incurrió 100.
31
su responsabilidad por los daños causados a su autor en los aspectos que demanda. Y, esta
acción cobra plena legitimidad y es plausible de ser acogida atendido lo dispuesto en el
artículo 14 del mismo cuerpo legal. Esta norma confiere al autor de la obra, como titular
del derecho moral, el ejercicio de por vida de cualquiera de las facultades contenidas en
sus numerales 1 a 5. Así, puede reivindicar la paternidad de la obra, asociando a la misma
su nombre o seudónimo conocido según el numeral 1º o bien, entre otras, conforme al
numeral 2º oponerse a toda deformación, mutilación u otra modificación hecha sin expreso
consentimiento’’ 101.
La Ley N°17.336 no cuenta con una noción especial sobre el nexo causal en casos
de responsabilidad civil en derechos de autor, por tanto, debemos hacer aplicables los
criterios relativos a este elementos presentes en el estudio del Derecho Civil. Al efecto, el
artículo 2329 del Código Civil dispone que ‘’Por regla general todo daño que pueda
imputarse a malicia o negligencia de otra persona, debe ser reparado por ésta’’, lo cual se
complementa con el artículo 84 de la ley de propiedad intelectual, en tanto, quien demande
responsabilidad civil en nuestro ramo deberá armar una hipótesis que vincule el daño
(infracción) a alguna de las conductas descritas en los literales del artículo 84.
3.5.1.- Cómplice
El artículo 84 de la Ley N°17.336 señala que “el que inducirá permitirá, facilitará
u ocultará una infracción de cualquiera de los derechos de autor o derechos conexos,
realice alguna de estas conductas…’’.
Lo citado hace entender que la norma eleva la calidad de cómplice a la de autor, sin
perjuicio que en virtud de las normas civiles generales, en el daño civil el cómplice siempre
responderá igual que el autor, ya que se establece responsabilidad solidaria por el daño 102.
101
ILMA. CORTE DE APELACIONES DE SAN MIGUEL (Rol N°261-2011) Montero con Fabrica Guyani
Ltda., 15 de junio de 2011.
102
RAMÍREZ, Jhovanka, op. cit., p. 98.
103
NARANJO, Sergio, op. cit., p. 65.
32
Ante el incumplimiento de un contrato o licencia que contiene obligaciones
recíprocas entre el titular de los derechos de autor y su contraparte, bastará para aquel para
demandar la responsabilidad contractual con acompañar el contrato o licencia de
autorización en que consta la obligación de pago por la utilización de derechos de autor y
conexos si corresponde 104, aplicando, de esta forma, la regla general en materia contractual
encontrada en el artículo 1698 del Código Civil que prescribe "incumbe probar las
obligaciones o su extinción a quien alega aquellas o ésta". Del tenor literal de la norma, la
doctrina civilista sostiene que sobre el acreedor pesa la carga de probar la existencia de la
obligación, bastándole alegar que el deudor la ha incumplido, mientras que el deudor debe
probar el cumplimiento de la obligación, que equivale a su extinción por medio del pago 105.
33
da para el uso de todo un repertorio, y la remuneración es también un precio global por la
autorización otorgada, sin atender el empleo efectivo que el usuario haga de dicho
repertorio autorizado. Así, el contrato opera por su celebración, y la obligación
pecuniaria en él pactada se debe de todos modos, como la renta de arrendamiento de un
vehículo o de un inmueble no depende del efectivo uso que de ellos haga el
arrendamiento’’ 108.
El acceso prácticamente universal a internet crea la idea del libre acceso a la cultura
y al contenido digital en general, sin tomar en cuenta la protección de los derechos de autor
que puede mediar. Actualmente, los sistemas de comunicación P2P 110, las redes sociales,
los servicios de cloud computing y otras aplicaciones informáticas permiten reproducir,
compartir y almacenar la información, lo que, evidentemente, facilita la vulneración a los
derechos de propiedad intelectual 111.
Los tratados en cuestión han influido y se han incorporado sus principios en las
legislaciones nacionales de los países de la Unión Europea, en los Estados Unidos de
Norteamérica y en diversos países de la comunidad internacional. En Chile, se incorporaron
nuevas normas atingentes al desarrollo y expansión de la internet en el año 2010 por medio
108
ILMA. CORTE DE APELACIONES DE VALPARAÍSO (Rol N°1144-2003) Sociedad chilena del
Derecho de Autor con Los Corrales S.A., 25 de enero de 2003.
109
NARANJO, Sergio, op. cit., p. 69.
110
El sistema P2P es un tipo de conexión con una arquitectura destinada a la comunicación entre nodos, que le
permite a los usuarios o a los ordenadores compartir información y archivos de uno a otro sin necesidad de
intermediarios.
111
RICO, Mariliana (2018) El intercambio obras digitales en la nube: la responsabilidad de las empresas
tecnológicas por infracciones al copyright. En: Revista del Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla, Vol. 12,
N°41, p. 190.
112
RICO, Mariliana, op. cit., p. 191.
34
de la reforma a la Ley N°17.336 113, tomando especial relevancia las normas que regulan y
limitan la responsabilidad de las empresas proveedoras de servicios de internet, y cuyo
origen se encuentra en el Tratado de Libre Comercio celebrado con Estados Unidos.
En Chile, la Ley N°17.336 establece una serie de condiciones para que los
prestadores de servicios no se encuentren obligados a indemnizar el daño producido por
terceros que han infringido la propiedad intelectual a través de sistemas, redes u operadores
manejados por estos prestadores. Por tanto, en tanto se cumplan las condiciones legales
pertinentes, la empresa prestadora de servicios de internet podrá quedar libre de la
obligación de indemnizar al usuario perjudicado, sin perjuicio de las medidas prejudiciales
y judiciales de las que pueda ser objeto y que se revisarán en su oportunidad 115.
113
Ley N°20.435. Artículo 1 N°11, promulgada el 23 de abril de 2010. Chile.
114
Ídem.
115
Artículo 85 L. Ley N°17.336.
35
a) No modifique ni seleccione el contenido de la transmisión. Para estos efectos no se
considerará modificación del contenido, la manipulación tecnológica del material
necesaria para facilitar la transmisión a través de la red, como la división de
paquetes;
b) No inicie él la transmisión, y
c) No seleccione a los destinatarios de la información.
En efecto, el artículo 85 N señala las siguientes condiciones en sus literales a), b), c)
y d) para que el proveedor de internet no sea responsable de los datos almacenados:
116
Artículo 85 M, inciso final. Ley N°17.336.
117
WALKER, Elisa, op. cit., p. 316.
36
Como últimas condiciones especiales están las señaladas por el artículo 85 Ñ en sus
literales a), b), c) y d), según el cual los prestadores de servicios que a petición de un
usuario almacenan, por sí o por intermedio de terceros, datos en su red o sistema, o que
efectúan servicios de búsqueda, vinculación y, o referencia a un sitio en línea mediante
herramientas de búsqueda de información, incluidos los hipervínculos y directorios, no son
considerados responsables de los datos almacenados o referidos a condición de que el
prestador:
a) Haber establecido condiciones generales y públicas, bajo las cuales éste podrá hacer
uso de la facultad de poner término a los contratos de los proveedores de contenido
calificados judicialmente como infractores reincidentes de los derechos protegidos
por esta ley.
b) No interferir en las medidas tecnológicas de protección y de gestión de derechos de
obras protegidas ampliamente reconocidas y utilizadas lícitamente.
c) No haber generado, ni haber seleccionado el material o a sus destinatarios. Se
exceptúa de esta obligación a los proveedores de servicios de búsqueda, vinculación
o referencia a un sitio en línea mediante herramientas de búsqueda de información.
118
Artículo 85 Ñ, inciso final. Ley N°17.336.
37
tribunales de justicia para decretar el desarrollo de ciertas actividades en orden a investigar,
detectar y perseguir delitos o prácticas abusivas de los derechos de autor y conexos 119.
‘’a) El retiro o inhabilitación del acceso al material infractor que sea claramente
identificado por el solicitante de acuerdo a lo dispuesto en el inciso segundo del artículo
85 Q;
119
Artículo 85 P. Ley N°17.336.
120
WALKER, Elisa, op. cit., p. 322.
121
Artículo 85 R, inciso primero. Ley N°17.336.
122
Sin perjuicio de que se deben también dar cumplimiento a los requisitos del artículo 254 N°1, 2 Y 3 del
Código de Procedimiento Civil, a saber: 1°. La designación del tribunal ante quien se entabla; 2°. El nombre,
domicilio y profesión u oficio del demandante y de las personas que lo representen, y la naturaleza de la
representación, y 3°. El nombre, domicilio y profesión u oficio del demandado;
38
Cumplidos estos requisitos, el tribunal deberá decretar el retiro o bloqueo de los
contenidos infractores. La resolución en cuestión se debe notificar por cédula al prestador
de servicios respectivo y por el estado diario al solicitante.
Los titulares de derechos intelectuales que hayan solicitado e iniciado alguna de las
medidas prejudiciales señaladas pueden, a su vez, solicitar al tribunal que ordene la entrega
de la información que permita identificar al supuesto infractor por el prestador de servicios
respectivo 123.
Tal facultad tiene por finalidad la identificación del infractor de los derechos, para
que su titular pueda accionar directamente contra esta persona y hacer valer la
responsabilidad por los daños ocasionados, es decir, la norma cobra sentido en tanto gran
parte del estatuto especial de responsabilidad del ISP establece las limitaciones de esta en la
medida que colaboren con la protección a los derechos de propiedad intelectual. De esta
forma, el ISP no tendrá la legitimidad pasiva de la acción de perjuicios en tanto colabore de
la forma que la ley establece 124.
Con todo, la norma finaliza estableciendo que ‘’el tratamiento de los datos así
obtenidos se sujetará a lo dispuesto en la ley N°19.628, sobre protección de la vida
privada’’ 125.
‘’a) Reciba en forma electrónica o de otra forma escrita del titular de los derechos o de su
representante, aviso de la supuesta infracción;
123
Art. 85 S. Ley N°17.336.
124
WALKER, Elisa, op. cit., p. 325.
125
Artículo 85 S. Ley N°17.336.
39
e) Contenga datos que permitan al prestador de servicios identificar al usuario proveedor
del supuesto material infractor’’ 126.
IV
Remitiéndome al primer título, se puede dar por sentado que el objeto de toda
responsabilidad civil es resarcir el daño provocado a un determinado bien jurídico. Y
nuevamente, dada la amplitud del principio general del artículo 2314 del Código Civil, vale
decir, que aquel ‘’que ha cometido un delito o cuasidelito que ha inferido daño a otro, es
obligado a la indemnización’’, nada obsta para aplicar la responsabilidad civil ante los
eventuales perjuicios que sufra un titular de derechos de propiedad industrial.
Por otro lado, lo que distingue a la propiedad industrial del derecho de autor – o
propiedad intelectual propiamente tal –, entre otros aspectos, es el momento en que nace la
protección de la ley a tales bienes incorporales. En efecto, la propiedad industrial tendrá su
origen solo cuando ella se produzca el acto registral por parte de su titular, acto que deberá
ser concedido por un órgano del estado, que en nuestro país es el Instituto Nacional de
126
Artículo 85 U. Ley N°17.336.
127
Artículo 85 U, inciso final. Ley N°17.336.
128
Ley N°19.996. Artículo único N°74, promulgada el 25 de febrero de 2005. Chile.
40
Propiedad Industrial 129. Ante esto, al parecer resulta mas sencillo determinar el objeto de
protección de este ramo en relación con el estatuto especial de responsabilidad civil.
La titularidad de la acción civil viene de la mano, al igual que en el caso del derecho
de autor, con la titularidad sobre el derecho, sin embargo, a diferencia de la titularidad
sobre los derechos de autor, los derechos de propiedad industrial solo nacen en virtud de un
acto del estado, tal es la concesión del registro, con excepción de los secretos
empresariales, los cuales no requieren registro para su protección legal.
Al efecto, la Ley N°19.039 establece que las acciones civiles que esta consagra
corresponderán a cualquiera que tenga interés en deducirlas, sin perjuicio de la eventual
procedencia de la acción penal 134. Ante esto, toca definir qué debemos entender por
‘’interés’’ para deducir una acción, cuestión que ha sido principalmente desarrollada por
autores pertenecientes a la dogmática del Derecho Civil. Como se puede predecir, la ley no
define lo que debemos entender por ‘’interés’’ y cierto paralelismo se puede establecer con
la acción de nulidad absoluta estudiada en la teoría general del acto jurídico, y en efecto,
según el Código Civil, la nulidad absoluta de un acto o contrato ‘’puede alegarse por todo
129
Artículo 2. Ley N°19.039.
130
Artículo 19 bis D. Ley N°19.039.
131
Artículos 31, inciso segundo, y 49. Ley N°19.039.
132
Artículo 76. Ley N°19.039.
133
Artículo 86. Ley N°19.039.
134
Artículo 107. Ley N°19.039.
41
el que tenga interés en ello, excepto el que ha ejecutado el acto o celebrado el contrato,
sabiendo o debiendo saber el vicio que lo invalidaba’’.
135
VIAL, Víctor (2006) Teoría General del Acto Jurídico, 5ta Edición. Editorial Jurídica, Santiago de Chile,
p. 249.
136
Con todo, en la práctica, una marca comercial puede tener una verdadera protección indefinida, puesto que
la ley no pone obstáculo alguno para que su vigencia sea renovada antes de que se cumplan los diez años
iniciales, renovación que puede ser practicada ilimitadas veces.
42
3.- RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
1. La conducta lesiva,
2. El daño,
3. La capacidad delictual,
4. El elemento subjetivo, y
5. El nexo o vínculo causal.
A la luz de las conductas sancionadas en sede penal, es posible establecer que las
conductas lesivas consisten principalmente en actos de falsificación o imitación, de uso no
autorizado de derechos industriales previamente registrados y de comunicación de
información confidencial, en el caso de los secretos empresariales. No está demás recalcar
que todas estas conductas son de carácter activo, no encontrando en la ley alguna hipótesis
de comisión del daño por omisión.
137
Artículo 28, letra a). Ley N°19.039.
138
Artículo 105, letra a). Ley N°19.039.
139
Artículo 52, letra a). Ley N°19.039.
140
Artículo 61, letra a). Ley N°19.039.
141
Artículo 67, letra a). Ley N°19.039.
142
Artículo 85, letra a). Ley N°19.039.
143
Artículo 284. Código Penal, promulgado el 12 de noviembre de 1874. Chile.
43
El artículo 106 de la Ley N°19.039 se manifiesta positivamente en los siguientes
términos: ‘’El titular cuyo derecho de propiedad industrial sea lesionado podrá demandar
civilmente: a) La cesación de los actos que violen el derecho protegido. b) La
indemnización de los daños y perjuicios. c) La adopción de las medidas necesarias para
evitar que prosiga la infracción. d) La publicación de la sentencia a costa del condenado,
mediante anuncios en un diario a elección del demandante. Esta medida será aplicable
cuando la sentencia así lo señale expresamente’’.
Ahora cabe preguntarnos, ¿la sola contravención a la ley es razón suficiente para
establecer que ha existido un daño? Al respecto, el criterio jurisprudencial es distinto al ya
estudiado en el capítulo anterior, no siendo unánime o ampliamente mayoritaria la
144
SANTA CRUZ, Maximiliano, op. cit., p. 2.
145
Ver el primer título del capítulo III del presente trabajo.
146
SANTA CRUZ, Maximiliano, op. cit., p. 3.
44
aceptación de la responsabilidad objetiva como ocurre con la infracción a los derechos de
autor.
147
EXCMA. CORTE SUPREMA (Rol N°21620-2014) Claro Lyon con Viña Casa Silva S.A., 9 de marzo de
2015.
148
EXCMA. CORTE SUPREMA (Rol N°26850-2014) Spirits International N.V. con Importadora y
Comercial Norsur S.A., 21 de julio de 2015.
45
utilidades que dejó de percibir la actora o el equivalente a las utilidades que obtiene la
demandada ya no tendrán por causa la infracción al derecho marcario’’.
Para finalizar con los fallos de la Corte Suprema, se empieza a dilucidar el criterio
jurisprudencial en cuanto al momento del daño. En un nuevo juicio sobre marcas en el que
la pretensión del demandante fue confirmada en segunda instancia y por el máximo tribunal
al rechazar el recurso de casación en el fondo interpuesto por la demandada, ha resuelto en
el considerando quinto que ‘’el daño, a la luz de lo prevenido por el artículo 106 de la ley
del ramo, debe afectar al derecho de propiedad industrial al tenor de la normativa
especial, que en cuanto a marcas registradas confieren a su titular el derecho exclusivo y
excluyente de utilizarla en el tráfico económico, y lo facultan a impedir que cualquier
tercero, sin su consentimiento, utilice marcas idénticas o similares para productos,
servicios o establecimientos comerciales o industriales idénticos o similares, siempre que
el uso pueda inducir a error o confusión, según establece el artículo 19 bis D de la Ley
N°19.039’’ 149. Continúa y concluye la Corte aclarando cuál fue la conducta que dio origen
al daño en la especie, estableciendo en el fallo que ‘’los presupuestos del daño –esto es, la
lesión de un derecho de propiedad industrial- son hechos del proceso, a saber, la
producción e internación de vodka con la misma denominación que el registrado sin el
consentimiento del dueño de la marca, con un envasado que induce a confusión al público
consumidor. De este modo, nace el deber de los demandados de indemnizar los perjuicios
sufridos’’.
El criterio utilizado por la Excelentísima Corte Suprema parece ser claro y evidente;
el daño a los derechos de propiedad industrial se verifica cuando en la realidad el interés
legítimo de su titular ha sido efectivamente lesionado, como es en la jurisprudencia citada,
cuando un tercero ajeno al registro marcario ha utilizado dicha marca sin el consentimiento
del titular y, con ello y a su consecuencia, ha sacado un provecho económico provocado
por el error o confusión que ha causado en el publico consumidor, se produce
efectivamente un daño, cuestión que, por supuesto, debe ser probada por el legitimado
activo de la acción de indemnización de perjuicios.
Se puede llegar a tal conclusión al observar la redacción del articulo 106 de la Ley
N°19.039, en tanto el legislador establece que el titular podrá ejercer las acciones civiles
que tal norma dispone cuando su derecho haya sido lesionado, lo que no nos da a entender
que la lesión se provoca por la infracción, sino que cuando efectivamente se lesione le
interés legítimo del titular del derecho. En mi opinión, el criterio es inequívoco por una
razón más de fondo que se puede explicar haciendo un paralelismo con el derecho de autor;
el derecho de propiedad industrial protege intereses principal y mayormente económicos,
los cuales se manifiestan en el mercado de bienes y servicios y en los procesos de
innovación industrial, estos últimos que, finalmente, suelen afectar positivamente en el
ámbito comercial, mientras que, por su parte, el derecho de autor protege intereses mas bien
morales, por cuanto su protección se justifica, en gran parte, por el vínculo entre el autor y
su obra, materializado en los derechos morales, sin perjuicio de la explotación comercial de
la que puede ser objeto la obra protegida. En efecto, el derecho de autor, al tener un objeto
de protección mas difuso, requiere una protección mas favorable para su titular, mientras
EXCMA. CORTE SUPREMA (Rol N°1926-2015) Spirits International N.V con African and Eastern BVI
149
46
que el derecho de propiedad industrial protege aspectos mas concretos, ligados enteramente
a la actividad mercantil, ante lo cual la ley exige un daño concreto y materializado en la
realidad, siendo un criterio mucho mas exigente para determinar el perjuicio. Sin embargo,
y pese a este razonamiento, en la práctica resulta en una extrema dificultad para el titular el
perjuicio sufrido por la infracción a su derecho, situación que ha sido sistemáticamente
defendida por la doctrina.
Con todo, una doctrina mas minoritaria asimila el mismo criterio utilizado en
derecho de autor para los daños en propiedad industrial, en efecto, la llamada doctrina ex re
ipsa consiste en entender que existen ciertos perjuicios, concretas infracciones, que
devienen en perjuicios de forma automática, a instancias que la sola infracción a la ley
determina su existencia, la que se desprende de un necesario agravio a los intereses de la
víctima del daño. Esta teoría opera de forma excepcional y dentro de la carga de la prueba
que se impone a quien alega el perjuicio 150. Siguiendo la misma línea doctrinaria, se
denuncia que es directamente casi imposible probar estos perjuicios en la realidad, por
tanto, ‘’se hace necesario entonces recurrir a estimaciones de base objetiva. El lucro
cesante mismo se muestra como un factor de incertidumbre en el que la prueba no otorga
certeza, evaluándose situaciones probables, no posibles’’ 151.
c) El precio que el infractor hubiera debido pagar al titular del derecho por el
otorgamiento de una licencia, teniendo en cuenta el valor comercial del derecho infringido
y las licencias contractuales que ya se hubieran concedido’’.
47
dista mucho de ser uno de carácter estrictamente indemnizatorio, por el contrario, adopta al
menos dos formas de enriquecimiento sin causa 152.
La norma permite al actor (el titular del derecho de propiedad industrial que fue
infringido) optar entre solicitar que se calcule la indemnización de perjuicios conforme a
las reglas generales de responsabilidad extracontractual –en cuyo caso podrá solicitar el
daño emergente, lucro cesante y daño moral– o bajo una de las tres fórmulas contenidas en
los literales de la norma sometida a análisis. La primera fórmula, el literal a) no presenta
mayores dificultades: constituye una hipótesis compensatoria de lucro cesante, según la
cual el infractor debe resarcir en virtud de los beneficios o utilidades que el titular del
derecho dejó de percibir como consecuencia de la infracción al mismo. Sin embargo, las
otras dos formas de cómputo establecen mecanismos de cálculo que no parecen
corresponder a una naturaleza compensatoria sino restitutoria, a pesar de los términos
empleados por la norma 153.
Tal ha sido la controversia generada por esta norma, que incluso el Tribunal
Constitucional se ha referido a ella, en una causa en la que medió un requerimiento de
inaplicabilidad por inconstitucionalidad, en tanto, según el requirente, la norma del artículo
108 letra b) infringe en el caso particular el principio de proporcionalidad consagrado en el
artículo 19 N°2 de la Constitución Política de la República 155.
152
SANTA CRUZ, Maximiliano, op. cit., p. 5.
153
PINO, Alberto (2015) Sobre la (Des)proporcionalidad de la acción indemnizatoria. En: Revista de
Derecho, Escuela de Postgrado, N°8, diciembre 2015, p. 208.
154
BARRIENTOS, Marcelo, op. cit., p. 128.
155
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL (Rol N°2365-2012-INA) Astudillo Capetillo con Corporación
Nacional del Cobre División Norte, 14 de enero de 2014.
48
El tribunal parte su análisis señalando que la norma en cuestión cumple con su
objetivo en tanto tutela el derecho de propiedad industrial garantizado por la misma
Constitución Política, y al efecto, dispone en su trigésimo quinto considerando que ‘’en
cuanto a la determinación adecuada e idónea para incentivar la protección del objetivo
constitucional, hay que mencionar que el artículo sí cumple cabalmente con tal propósito,
puesto que es un mecanismo efectivo contra la vulneración, sea para prevenirla como para
resolver el parámetro en caso de infracción’’. Sin embargo, el Tribunal Constitucional
utiliza el razonamiento utilizado por el juez de la primera instancia para determinar la
desproporcionalidad en la especie causada por la aplicación del precepto, y al respecto, en
el siguiente considerando cita a la sentencia de primera instancia en los siguientes términos:
‘’…en la especie no exista correspondencia entre el enriquecimiento del patrimonio del
infractor y el empobrecimiento del dueño de la patente infraccionada, existiendo una
notable desproporción entre los beneficios obtenidos por el primero y los que
previsiblemente hubiera obtenido el segundo; no obstante es la propia ley la que establece
la fórmula de cálculo basada en las utilidades mal habidas y no en relación al daño que
causó’’, por tanto, a juicio del Tribunal Constitucional, el propio juez de la instancia
reconoce la desproporcionalidad de la acción en concreto, la que evidentemente no pudo
hacer valer en su sentencia por exceder sus competencias. Con este razonamiento, el
tribunal termina acogiendo parcialmente el requerimiento de inaplicabilidad, rematando en
su considerando trigésimo noveno exponiendo que ‘’el artículo 108, literal b), de la Ley de
Propiedad Industrial establece diferenciaciones en el régimen indemnizatorio que,
aplicadas a este caso, devienen en consecuencias jurídicas desproporcionadas para el
requirente’’.
49
Corresponde ahora referirse a la hipótesis del literal c) del artículo 108, en el que la
ley señala que se debe restituir el lucro cesante obtenido a costa de la explotación del
derecho de propiedad industrial, en definitiva, la restitución de un daño emergente que
supone no haber recibido una regalía a cambio de la explotación de la patente o marca, lo
que es verdaderamente una restitución de un enriquecimiento negativo 158.
En general, se considera que el concepto de daño moral solo tiene sentido al aplicar
en el ser humano, y no a las personas jurídicas. Solo las personas naturales poseen aquella
dignidad que envuelve toda su personalidad y moralidad. En cambio, la persona jurídica es
ajena a tales conceptos, se centra en las utilidades y pérdidas, en los perjuicios
158
BARRIENTOS, Marcelo, op. cit., p. 130.
159
SANTA CRUZ, op. cit., p. 9.
160
BARRIENTOS, Marcelo, op. cit., p. 130-131.
161
Ídem.
50
patrimoniales que eventualmente sufrirá, que una vez acreditados, deberán ser
indemnizados 162.
Por regla general, un hecho no solo debe consistir en una conducta activa u omisiva
que causa un daño, sino que también debe ser culpable, el sentido de que ha de poder dirigir
un juicio de reproche personal al autor, el cual podrá fundarse en un actuar doloso o
culposo 164.
162
Ibidem, p. 139.
163
Ibidem, p. 140.
164
CORRAL, Hernán, op. cit., p. 207.
165
SANTA CRUZ, Maximiliano, op. cit., p. 3.
166
Ibidem, p. 4.
51
El artículo 109 de la Ley N°19.039 dispone ‘’Sin perjuicio de las otras acciones
contempladas en este Título, no responderán por daños y perjuicios las personas que
hubieran comercializado productos que infrinjan un derecho de propiedad industrial,
salvo que estas mismas personas los hubieran fabricado o producido, o los hubieran
comercializado con conocimiento de que estaban cometiendo una infracción a un derecho
de propiedad industrial’’.
Por lo tanto y a la luz del análisis anterior, es posible decir que ‘’las hipótesis
lesivas consagradas conforme a las disposiciones de la Ley N°19.039 como perseguibles
por la vía de las acciones civiles, en particular la acción indemnizatoria, corresponden a
situaciones de culpa infraccional, donde por la sola lesión del derecho de exclusiva del
titular del derecho de propiedad industrial, existe daño imputable al infractor, quien sólo
podría eximirse de responsabilidad si acredita la procedencia de la causal de exención
establecida en el artículo 109’’ 168.
167
La naturaleza y el contexto de dichos actos hace plenamente procedente cualquiera de las cuatro acciones
que consagra el artículo 106 de la ley de propiedad industrial, a recordar: a) la acción de cesación, b) la acción
de indemnización de perjuicios, c) las medidas cautelares y d) la acción de publicación de extracto de
sentencia condenatoria.
168
SANTA CRUZ, Maximiliano, op. cit., p. 5.
169
Artículo 1446. Código Civil.
170
Artículo 2319. Código Civil.
52
En cuanto al nexo causal, solo dos son los atisbos de regulación de tal elemento en
la ley de propiedad industrial, encontrados en el artículo 108, en los literales a) y b).
53
demandado habría divulgado a un tercero, proveedor del actor, encontrándose ausente,
entonces, el presupuesto fáctico de la acción que se ha intentado’’ 171.
Junto a esto, es menester que el actor pruebe el elemento subjetivo (culpa o dolo).
Al respecto, la norma del artículo 87 de la Ley N°19.039 en su parte final exige, como
requisito para que se configure la infracción, la existencia del ‘’ánimo de obtener provecho,
propio o de un tercero, o de perjudicar a su titular’’, condición que lleva envuelta en sí,
aparentemente, el dolo. El mismo tribunal, al respecto, resolvió que ‘’para que se
materialice la violación del secreto empresarial o industrial, ésta (la violación) debe
concurrir con el ánimo de obtener provecho, propio o de un tercero, o de perjudicar a su
titular; requisito éste último que tampoco fue acreditado en autos, limitándose la
demandante a señalar que la conducta fue realizada por el demandado con “dolo”,
impidiendo el demandado que su parte pudiera aprovechar las legítimas ventajas que se
derivan de mantener en secreto la información relativa a su plan de negocios…’’.
171
1° JDO. CIVIL DE SANTIAGO (Rol N°C-20058-2011) Promedon Chile S.A. con Díaz Castaño, 20 de
mayo de 2014.
172
RAMÍREZ, Jhovanka, op. cit., p. 82.
54
protección más amplia que la exigida por el presente Acuerdo, a condición de que
tal protección no infrinja las disposiciones del mismo”.
2) La incorporación de mecanismos de observancia de esos derechos. Contenidos en la
Parte III del tratado, acarrean obligaciones generales y específicas en torno a los
procedimientos recursos civiles y administrativos; medidas provisionales,
procedimientos en frontera; y los procedimientos penales 173.
Por otro lado, como obligaciones especiales relativas a los procedimientos de carácter
civil, el Tratado de Libre Comercio, entre otras, dispuso 174:
1) Poner al alcance del titular de los derechos procedimientos judiciales para lograr la
observancia de sus derechos.
2) Facultar a la autoridad judicial para determinar el monto del daño en razón del valor
legítimo de venta de la mercancía infringida y para ordenar al infractor del derecho:
(1) una indemnización adecuada para compensar el daño que éste haya sufrido
debido a una infracción de su derecho de propiedad intelectual, causada por un
infractor que haya desarrollado una actividad infractora, y (2) al menos en el caso
de infracciones de marcas de fábrica o de comercio, derechos de autor o derechos
conexos, las ganancias obtenidas por el infractor, atribuibles a la infracción, que no
hayan sido considerados al calcular los daños.
3) Establecer, en casos de obras protegidas y falsificación de marcas, indemnizaciones
predeterminadas conforme a la legislación interna de cada país y que las autoridades
judiciales consideren razonables a la luz de la finalidad del sistema de propiedad
intelectual.
4) Facultar a la autoridad judicial para ordenar al infractor que proporcione cualquier
información que pudiera tener respecto de las personas involucradas en la infracción
y respecto de los circuitos de distribución de estas mercancías. Las autoridades
judiciales estarán también facultadas para imponer multas o arrestos al infractor
rebelde, de acuerdo con la legislación interna.
5) Facultar a la autoridad judicial para ordenar a su discreción, la destrucción, salvo en
casos excepcionales, de las mercancías que hayan sido determinadas como
mercancías infractoras.
6) Disponer que, respecto de las mercancías con marca de fábrica o de comercio
falsificadas, la simple retirada de la marca de fábrica o de comercio apuesta
ilícitamente no bastará para que se permita la colocación de las mercancías en los
circuitos comerciales. Sin embargo, dichas mercancías podrán ser donadas con fines
caritativos cuando el retiro de la marca de fábrica o de comercio elimine el carácter
173
RODRÍGUEZ, Nadiafina, op. cit., p. 86.
174
TLC Chile-Estados Unidos. Artículo 17.11, Procedimientos y recursos civiles y administrativos.
55
infractor de las mercancías y las mercancías ya no sean identificables con la marca
de fábrica o de comercio retirada.
A la luz de la jurisprudencia citada a lo largo del presente trabajo y del simple cotejo
entre las exigencias de los tratados internacionales ratificados por Chile con la legislación
vigente en nuestro país, podemos decir que la ley ha sido efectiva en cuanto a su
protección, puesto que las leyes que versan sobre la materia, especialmente la Ley
N°17.336 junto a sus reformas, han sido aplicadas al pie de la letra por parte de los
tribunales de justicia.
Sobre la Ley N°19.039 el tema ha sido un poco mas controversial, puesto que se
haya dividida la doctrina de la jurisprudencia; por parte de esta última, se ha instado en
aplicar la teoría clásica sobre responsabilidad civil, en cuanto el onus probandi recaerá
principalmente en el actor de la acción civil, debiendo acreditar el perjuicio ocasionado en
la realidad, junto con todos los demás elementos de la responsabilidad civil, en
contraposición a lo que la doctrina alega, puesto que, teniendo en cuenta la naturaleza
inmaterial de los derechos de propiedad industrial, resulta extremadamente difícil tal prueba
para quien pretende hacer valer sus derechos protegidos por la misma ley. Sin embargo, la
situación cambia en el caso del polémico artículo 108 letra b) de tal cuerpo legal, ya que
acá volvemos a aplicar un criterio objetivo para determinar el perjuicio y, por ende,
realzando la culpa infraccional o contra ley; resulta mucho más fácil para el actor,
probatoriamente hablando, acreditar el beneficio ilícito del infractor, que accionar por otro
mecanismo, como el general de responsabilidad civil.
Sin embargo, hay un tema en el que todo nuestro ordenamiento jurídico de derechos
de autor y de propiedad industrial ha quedado en deuda: la piratería y la falsificación,
fenómenos que se ven fortalecidos en razón del desarrollo del internet y las nuevas
tecnologías. Es más, la palabra ‘’piratería’’ ni siquiera es mencionada en todo el cuerpo de
175
TLC Chile-Estados Unidos. Artículo 17.11., Limitación de la responsabilidad de los proveedores de
servicios de Internet.
56
las leyes de propiedad intelectual e industrial. El internet, producto de la globalización y el
progreso, ha influido en la falsificación de marcas y, sobre todo la vulneración de obras
musicales, películas, y en particular los programas de ordenador o software 176. Ante estos
fenómenos, la persona afectada se ve obligada a recurrir a reglas de carácter mas general,
sobre todo en materia marcaria, al no existir una regulación expresa.
VI
CONCLUSIONES
Sobre la base del análisis llevado a cabo en le presente trabajo, dando cumplimiento
a los objetivos generales y específicos expuestos y, finalmente, respondiendo a las
preguntas formuladas en un inicio, se puede concluir lo siguiente.
176
RAMÍREZ, Jhovanka, op. cit., p. 85.
177
Ibidem, p. 86.
57
que, por supuesto deberá ser probado 178. Por lo tanto, la hipótesis planteada es mayormente
correcta, habiendo errado solo en el segundo punto distinguido en este párrafo.
Con todo, el gran desafío de nuestro ordenamiento jurídico y que deberá ser tratado
en las próximas reformas, es el internet: considero que, pese a establecer un procedimiento
especial en lo relativo a la responsabilidad de los proveedores de internet, ello es
insuficiente frente a un fenómeno que es caldo de cultivo para falsificaciones y piratería de
todo tipo de obras intelectuales y activos industriales, especialmente los de naturaleza
digital. Por lo tanto, la hipótesis, nuevamente, es parcialmente correcta; la normativa
vigente es suficiente para cubrir la mayoría de los conflictos sobre protección a los
derechos de propiedad intelectual, sin perjuicio de que surgen problemáticas para proteger,
principalmente, las obras digitales ante actos de piratería y falsificación en internet.
VII
BIBLIOGRAFÍA
DOCTRINA
El asunto es mas complejo en materia marcaria, puesto que habrá perjuicio cuando, además, la infracción
178
haya provocado error o confusión en el público objetivo (art. 19 bis D de la Ley N°19.039).
58
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61