Está en la página 1de 3

El arte ante la globalización.

El fenómeno de la globalización modificó sustancialmente el ambiente cultural y el campo


del arte en las últimas décadas. Ante tal situación, es importante conocer cuáles son las
realidades del mercado del arte y cómo colocarse como artista en ese ambiente, lo que
implica el conocimiento de las formas en que opera la producción y la distribución de la
obra entre los públicos.

Según Robert Fleck, conocido director austriaco de museos de arte europeos, para que el
artista pueda determinar su posición dentro de la globalización es importante considerar
cuáles son las esferas de la globalización en el ámbito artístico.

El papel que han de jugar los artistas y curadores está determinado internacionalmente
por esos formas de operar dentro de los mercados internacionales y locales.

Para Robert Fleck, las esferas de los cambios introducidos por la globalización son tres :

1) A partir de la globalización el arte se asimiló a una red mundial, una versión


contemporánea de la “industria del arte”, definida a mediados de siglo XX por
Horkheimer y Adorno. Esto significa que el ritmo de circulación de obras de arte y
el de las carreras artísticas se intensificó, debido a la forma en que el mundo
artístico se enlazó con las grandes marcas comerciales y las empresas de capital
(bancos, telecomunicaciones) se vincularon con los museos, que enfrentaron la el
incremento en costos de operación y la ausencia de subsidio gubernamental. Las
nuevas exigencias de ese mercado que podríamos denominar categoría “A” son: la
innovación provocativa, la presencia global del artista, el elevado costo de la obra,
y el manejo del mercado desde de galerías multinacionales que tienen sucursales
en varias ciudades de todo el mundo.

2) En segundo lugar, el fenómeno de la circulación mundial generó dos nuevos


actores: las galerías de mediano formato que mueven obra internacionalmente, y
las bienales internacionales, que fungen como foros para que los artistas de esas
galerías tengan una visibilidad global. Estos dos fenómenos conforman el llamado
circuito “B”. Galerías y bienales internacionales llevan a la presentación
globalizada de artistas, los cuales no ganan mucho dinero en las bienales, pero les
permite adquirir el valor de circulación Internacional a su obra, el cual es más
importante que el valor artístico, estético y afecta positivamente la valuación
monetaria de la obra.

En las bienales surge el arte “crítico” de nuestra época. Incluso arte que
paradójicamente critica a la globalización es ofrecido en estas bienales y foros
artísticos como obras de corte “social”, consideradas entretenimiento cultural por
el público masivo visitante de las bienales y exposiciones antológicas, diseñadas
por curadores internacionales. La función del curador internacional es
concomitante a esta nueva estrategia de promoción global de las artes.

3) En cuanto a las temáticas y enfoques, en la globalización se observa el desarrollo


de un nuevo arte conceptual planteado para “comprensión global” basado en
algunos de los principios del arte conceptual de los 60 y el arte de medios no
convencionales de los 70 y 80. Para este arte neoconcpetual el valor de
exposición es mayor que el valor artístico, dejando de lado la valoración estética o
contextual del trabajo en pro de un discurso “crítico” del mismo arte.

Ante la circulación masiva de mensajes artísticos en todo el mundo. El


pensamiento puro, la satisfacción desinteresada y la expresión del espíritu,
asociados al arte moderno, dejaron de ser el motor de la creatividad. La
preminencia de la circulación internacional se convirtió es una de las trampas de la
condición global del arte.

Los artistas contemporáneos situados en países marginales no sienten la


necesidad de occidentalizar su trabajo para hacerlo más “accesible”. El mercado
busca artistas de países marginales que hagan una propuesta más “fresca” y
exótica.

El proceso de globalización ha transformado la recepción y la percepción del arte,


tanto para artistas como para el publico. Los artistas “globalizados” asumen la
necesidad de mezclar su vida artística cotidiana con el escenario estético global,
creando una “co-presencia”, donde se funden innumerables tradiciones estéticas de
Oriente y Occidente, Norte y Sur del mundo, lo local y lo global. El público, por su
parte, debe adaptarse a los contextos y simulaciones interpretativas (la feria de arte
o la exposición “blockbuster” del artista de moda) que le permitan afinar su
percepción del arte global.

4) Por otro lado, en su momento el universalismo del arte moderno fue un proyecto
utópico concreto que pretendió generar lenguajes artísticos universales, como la
abstracción, el concretismo o el arte cinético.

Este tipo de propuestas criticaron aspectos como el contexto centro-periferia, el


accionar de las instituciones museísticas o la recepción de la obra de arte. Puede
decirse que en alguna manera desde las vanguardias modernas ya existía una
internacionalización del arte. Sin embargo, en la producción artística
vanguardista, la voz de los artistas latinoamericanos o asiáticos, era
frecuentemente asimilada a una visión occidentalizante del arte. Los movimientos
latinoamericanos fueron considerados una variación de las propuestas europeas y
norteamericanas, aún cuando algunos de ellos hicieron aportaciones propias al
arte “internacional”.
Actualmente, es posible apreciar como varias tradiciones de la modernidad clásica están
co-presentes en el “mainstream”. La noción de patrimonio cultural artístico de un país se
ha fisionado, ha dejado de tener un locus geográfico, y ha sido sustituida por la idea de
un “patrimonio formal” constituido por el arte del presente: el arte global con-
temporáneo.

Las transformación profunda del arte que ocasiona la globalización afecta nociones
importantes como la noción de lo publico, el concepto de autoría, la autonomía del artista
con respecto al sistema de distribución y la noción de la academia.

Y es precisamente en la escuela donde se gestan los nuevos artistas donde se implantan


los paradigmas que se han de convertir en academia del arte. Es decir, se establece la
continuidad de cambios artísticos y estéticos, dado que es ahí donde el estudiante de arte
construye su actividad artística, que habrá de acomodarse a los engranes del mercado en
el futuro.

También podría gustarte