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I
TRABAJO ESCRITO

DOCENTE
ROSE MARY

PRESENTADO POR
RAQUEL MONCADA CHACÓN

UNIVERSIDAD DE INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO- UDI


BARRANCABERMEJA SANTANDER
PSICOLOGÍA- EPISTEMOLOGIA DE LA PSICOLOGIA
SEPTIEMBRE – 2020

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RESUMEN

Este trabajo contiene la información detallada sobre la historia del alma


Según Aristóteles en el cual él se base sobre la lógica, y se aborda también sobre lo que
piensa platón sobre la inmortalidad del alma, complementada por un cuadro comparativo
entre ciertos filósofos Y algunas de sus teorías.

“la importancia de Los filósofos presocráticos concibieron el alma como el principio vital que


determina las actividades de los seres vivos, pero no alcanzaron una comprensión del alma
como una realidad independiente del cuerpo, divina e inmortal.” ©2020 — IMPORTANCIA

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ALMA EN LA ANTIGÜEDAD.

Cuando hablamos de la psyche, de la actividad humana, de la conducta o de la

iniciación de la conducta o del ánimo estamos entendiendo alguna de las dos posibilidades

o hipótesis. La primera hipótesis, el inicio de la raza humana mora en su materialidad

corporal, lo que nos lleva a pensar o a concluir que la materia es completamente activa.

Por lo cual se puede explicar sobre hilozoísmo que se encontró en los filósofos milesios,

quien piensa de la segunda hipótesis, el inicio de la acción humana no procede de su

materialidad corporal razón por la cual nos conlleva a pensar que la materia es

esencialmente activa. Es la explicación de la doctrina hilozoica que hallamos en los

filósofos milesios. Podemos ver que en la segunda hipótesis, el inicio de la creación

humana no viene de su materialidad ya que la materia es evaluada inactiva o muerta y

necesita, por tanto, de un inicio que lo mueva esta puede ser ajena a su propia materia.

Pero aun dentro de esta segunda hipótesis se necesita distinguir por lo menos otras dos

posibilidades: que todo lo que el cuerpo haga se lleve a un inicio inmaterial e inmortal de

carácter individual que introduce y que vive en el cuerpo, un principio al cual llamamos

alma. Es la explicación del orfismo, del pitagorismo y del platonismo; o que el

movimiento de los cuerpos se deba al dominio de fuerzas extrínsecas, siendo ellos simples

partes de una gran máquina. Por lo cual se puede explicar el ángulo del mecanismo que

hallamos por primera vez expresada en el atomismo (y que dentro de psicología actual

estaría representada por el conductismo).

El sentido etimólogo del vocablo psicología es el del estudio del alma. Alma, en

efecto es la versión única de la palabra psyche dando inicio de que la obra principal de la

ciencia a la cual hoy llamamos psicología, Peri- psyche de Aristóteles fuera traducida al

latín como de anima, y pasado al castellano como del alma. Pero con la traducción de

psyche a causa del alma hemos venido adelantando bien en pocos términos de la ciencia,

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porque el alma es un término evanescente que contiene un significado religioso y un poder

capaz de liberarnos de la angustia de la finitud, pero insuficiente para decirnos algo sobre

el contenido del saber que conocemos y estudiamos. El alma es, simplemente, un final

mágico que, por mostrar referencia a un inicio inapresable, huye de toda posibilidad de

comprobación o de control, siendo, por ello, desconocido por completo ámbito del saber

de la ciencia.

Pero, entonces, debemos preguntarnos a nosotros mismos, ¿qué es la psicología,

de que trata, cuál es su función o cual será su objetivo?; además podemos sobre pasar los

límites y preguntarnos si la psicología es, verdaderamente una ciencia. Sera que esas

preguntas las podríamos resolver o contestar satisfactoriamente o negativamente o la

afirmación o la negación dependerá nuevamente de una traducción global, el termino no

alma. Podemos traducir alma como mente como principio o inicio de volición, de acción o

de una conducta como entendimiento, como inconsciente, como identidad o personalidad,

y si dependemos del sentido que le anexamos al termino alma diremos que la psicología es

la ciencia de la mente la ciencia de la conciencia, del inconsciente, de la conducta, de la

forma de ser o personalidad y del conocimiento.

Para vencer la ambigüedad habrá que elevarnos a unos protocolos y ciertas series

bajo el término psyche. Pues son infinidades de relaciones pero en este caso la relación

psyche- muerte, dentro de las cuales forman relaciones con la vida y con el sueño, lo que

desde una perspectiva que vemos, es decir actual la que se puede relacionar con una teoría

inconsciente. En según plano la relación psyche – cuerpo pasándolo a estos tiempos actual

a una teoría de la identidad o personalidad o, si se quiere la conducta. En tercer lugar

obtendremos la relación psyche saber o conocimiento que podríamos juntar y relacionar

con las teorías cibernéticas de la tecnología.

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Antes de entrar en el análisis de estas relaciones es importante que recordemos un

texto de uno de los grandes mayores enemigos del alma, el filólogo y filósofo alemán

Nietzsche: lo que a mí me espanta (…) es  (…) que se aprendiese a despreciar los instintos

primerísimos de la vida, disfrazándose mentirosamente un ‘’alma‘’, un ‘’espíritu‘’, para

destruir el cuerpo, para que se aprenda a ver una cosa maldita e inmunda en la vida sexual,

en el presupuesto de la vida…

En el texto que he redactado e investigado Nietzsche se refiere al alma como un

‘’invento‘’ y como un ‘’invento‘’ ‘’contra el cuerpo‘’ para la negociación de la vida.

Habría que intentar tal vez que el alma, sea o no un ‘’invento‘’, es, desde luego un mito,

un mito que vive, como lo observa Wittgenstein en sus observaciones sobre ‘’la rama

dorada ‘’ de Frazer no se inventa una teoría científica, sino que son explicaciones ante una

verdadera realidad que solo se vuelve un poco humano es decir comprensible por medio

del medio  (o de la teoría científica). Explicaciones, pues, de una realidad que desde el

principio aparece una incomprensible la cual es un poco temible y terrorífica.

Según Platón y Aristóteles cuando se ubica en el asombro, en la sorpresa, el inicio

de la ciencia (de la filosofía). Porque, efectivamente sin ninguna dificultad o asombro no

mana el interés, la curiosidad, o alguna pregunta que surge durante el camino por orden de

la búsqueda e investigación y de la expresión de las respuestas que sirva por lo menos para

mitigar y aplacar ese asombro, esa sorpresa. Pero ¿que causa nos puede producir mayor

asombro, que cause un espanto que el hecho de la muerte ajena?, no existe no tenemos

experiencia empírica del antes de la vida del ser humano de igual manera que existe la

experiencia del después de la muerte. Es por ello, que contemplamos a la muerte como lo

otro absoluto de la vida nos sorprende a un más que ningún otro hecho, puesto a que

permanece dentro del orden de la vida, mientras la muerte se encuentra por el contrario

lejos de esta regla. La muerte es el silencio que sobreviene, de pronto, haciendo que la

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voz (la vida); la muerte es el frio que se presenta de pronto, suspendiendo la calidez del

cuerpo o de la vida, podemos decir que la muerte es la falta de mirada, es la oscuridad que

llega o nos sobreviene a cortar el brillo de los ojos los cuales miran y son mirados;

podemos decir que la muerte es la inmovilidad que interrumpe el movimiento (la vida). La

muerte es realmente inexplicable. No es nada comprensible y tan terrible en su grande

misterio que solo puede ser pensada por medio del recurso al mito. El alma podrá ser el

mito, la transparencia por medio del cual será el fruto soportable para pensar sobre la

muerte.

Razón por la cual tendríamos que corregir a Nietzsche, no solo en su concepción

del alma como mero “invento” y como invento “interesado” sino en el enfoque del interés,

pues el mito del alma no surgió como un deseo de negación hacia la muerte. Lo que nos

representa y sin ninguna duda, llevara, no obstante debemos darle la razón a Nietzsche a

una ética de renuncia y de desvalorización hacia la vida, a la vida de nuestro cuerpo, a la

vida que se acaba, a la vida que muere es decir (una vida mortal).

Los primeros filósofos de Grecia, los mismos que vivieron en el siglo VI a.c. en la

ciudad de Mileto, la cual se ubica en de la Magna Grecia marítima la que además era

comercial y se le reconoce bajo el epíteto de  “los físicos”. Los físicos, quienes se

preguntaron y estudiaron la razón de la physis, o sean de la naturaleza organizada,

buscando en ella, dentro de ella, el motivo de este conocimiento, la lógica, de esa clase

lógica en uno mismo pero el motivo de su pregunta no es nada más ni menos que el del

movimiento, o para que me entiendan mejor aquello o todo que está en constante

movimiento, por medio de la generación y de la putrefacción, por medio del nacimiento y

de la muerte, es decir, aquella materia que nunca muere, que permanece vivo aunque las

figuras personales mueran. Pero el termino psyche nos lleva más al fondo de uno de los

primeros filósofos, a Homero.

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La teoría de platón sobre la inmortalidad del alma

En primer lugar existen los contrarios que se originan en los opuestos. La vida y la

muerte son contrarios y la vida produce la muerte, se puede suponer entonces que la

muerte produce la vida, en un proceso cíclico eterno.

El contrario es un derivado de la misma materia de que está hecho su opuesto, otro

argumento que se puede hallar es que menciona la misma fuente, se refiere al

conocimiento “a priori” que posee el hombre que no pertenece al mundo sensible, como

las normas y los modelos absolutos, los cuales deben provenir de un estado anterior de

existencia. Los jóvenes pueden ser inducidos a enunciar verdades matemáticas aunque no

hayan recibido ninguna educación, por lo tanto el aprendizaje es sólo un recuerdo de lo

que ya se conoce.

El tercer argumento de Sócrates se fundamente en la característica espiritual del

alma, que es capaz de contemplar las formas invisibles del mundo espiritual, que los ojos

no pueden ver.

El cuarto argumento trata sobre el gasto de la energía del alma. Al respecto, Cebes

supone que a lo largo de muchas vidas, el alma puede agotar su energía y llegar a perecer.

Pero el alma es una forma y no admite la existencia de otra forma contraria, o sea

la muerte, de modo que cuando el cuerpo muere hay que admitir que el alma no perece, ya

que un principio espiritual es inagotable.

El quinto argumento nos dice que no hay nada que pueda destruir el alma, ni la

injusticia, ni la cobardía, ni la ignorancia, dado que estos males tampoco pueden destruir al

hombre injusto o ignorante, más que al que es justo y sabio.

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El sexto argumento es que el alma es fuente y principio de movimiento, que tiene

que ser increada porque si fuera creada no sería un principio; y además es indestructible y

su movimiento ha existido siempre, porque si no fuera así, todo terminaría.

Tanto en el “Fedón, como en la “República”, Platón parece revelar su creencia en

la inmortalidad de los hombres. Hay pasajes en sus escritos donde Sócrates menciona que

esta vida es una preparación para la eternidad; y también observaciones sobre lo que decía

Eurípides, que podría tener razón al afirmar que esta vida en el mundo, en realidad, es la

muerte; y que la muerte es la verdadera vida. Lo cierto es que Platón quería transmitir que

el alma sigue existiendo después de la muerte del cuerpo y tendría una vida después de la

muerte, acorde a como haya sido su conducta en este mundo.

La doctrina de las sucesivas reencarnaciones que Platón propone en los mitos no se

sabe hasta que punto eran tomadas por él en serio, aunque parece ser que el alma podría

escapar de ese ciclo y también que podrían ser arrojados para siempre al Tártaro, los

pecadores que no se corrijan a tiempo.

El cuerpo humano, el ser humano, el yo, para los griegos del tiempo antiguo, una

persona paralizada por ello. Un cuerpo, un yo, arreglado por la muerte en todos los

momentos y no solo como línea final, pues ese final es propio y constituido del ser

humano desde el momento mismo de su nacimiento nacimiento y se manifiesta en la

necesidad constante de realimentarse, de recuperarse después del esfuerzo, en la necesidad

continua de descanso para reponerse. La debilidad, el agotamiento, son características

humanas, y por ello el cuerpo humano es concebido como efímero.

El cuerpo humano, el yo plural humano, está pues dominado por fuerzas, por

impulsos que le vienen de fuera; las acciones humanas y sus motivaciones están sometidas

por un lado a los caprichos de los dioses y por otro a la fuerza del destino de muerte, a la

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Moira. No existe, pues, no se tiene conciencia de la existencia de una realidad interior, de

un núcleo que pueda entenderse como sustrato de la conducta y las motivaciones. Y puesto

que no existe una concepción unitaria del cuerpo, sino en todo caso "articulada", tampoco

existe una realidad interna distinta a la orgánica plural, y no puede hablarse, por tanto,

propiamente, de una identidad del yo, o de una personalidad tal y como hoy la

concebimos.

La identidad del hombre homérico es objetiva, su personalidad le viene

conferida por la mirada de los otros, por su convivencia con los otros; la identidad, la

personalidad del hombre homérico le viene conferida desde el exterior. Como señala

Dodds, el hombre homérico vive en el contexto de una "cultura de vergüenza" y no en una

"cultura de culpabilidad", entendiendo que en una "cultura de vergüenza" el máximo bien

consiste en la aceptación y en la estima de los otros y el mayor de los males en el

desprecio o la burla de sus semejantes. Una "cultura de culpabilidad", por contra, es

aquella en la que la conciencia tranquila prevalece sobre la opinión pública. Se trataría, en

resumen, de una diferencia en el peso entre lo exterior en la "cultura de vergüenza" y de lo

interior en la "cultura de culpabilidad". Más tarde, sin embargo, y como un fenómeno

ligado a la consolidación de la idea de la inmortalidad del alma, hallaremos

manifestaciones propias de una "cultura de culpabilidad". Así ocurre, por ejemplo ya en

Platón.

Después de Homero, según Vernant en L´individu, la mort, l´amour, nos

vamos a encontrar con dos concepciones del cuerpo. Una concepción religioso-filosófica,

basada en la idea del sôma-sêma, o cuerpo-cárcel, que lleva implícita la creencia en la

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oposición cuerpo-alma y en la inmortalidad y en la divinidad del alma, que se desarrolla

dentro de la tradición órfica, pitagórica y platónica y que contiene la idea de un cuerpo

inerte desprovisto de vida. Y otra concepción, que lleva implícita una idea del cuerpo

como realidad viva, presente en una práctica y en una literatura médicas a través de las

cuales se desarrolla un conocimiento empírico del cuerpo, de su anatomía y de su

funcionamiento, así como de los humores que circulan en él y condicionan los estados de

salud o enfermedad. Los testimonios escritos de esta concepción fisiológica, anatómica y

orgánica del cuerpo han llegado hasta nosotros con el nombre de Corpus hippocraticum.

Respecto a la concepción del alma divina e inmortal, existe acuerdo entre los

distintos especialistas en que las primeras referencias escritas a la psyché como alma en

este sentido, el mismo en el que hoy la entendemos, se remontan al siglo VI a.C.

Concretamente Píndaro, en la segunda Oda Olímpica, alude a la creencia del personaje

Terón de Agrigento en una vida después de la muerte, en la que habría un castigo o una

recompensa. Píndaro, siguiendo las explicaciones de W. Jaeger en La teología de los

primeros filósofos griegos, no haría sino hacerse eco de los mitos y teogonías órficas que

proclaman la divinidad del alma. Dentro de esta tradición el alma ya no es aquel soplo de

vida que escapa volando del cuerpo muerto para sumergirse definitivamente en las

sombras del Hades o reino de las tinieblas propia de la tradición homérica. El alma, en el

siglo VI a.C. es ya concebida, dentro de las creencias órficas, como aquello que, por su

origen divino, queda o sobrevive después de la muerte del cuerpo. Pero al mismo tiempo

aún se detecta una huella de la primitiva explicación animista, pues el alma sigue

apareciendo como un doble del sujeto albergado en su cuerpo, como un "segundo e

invisible yo", o como un "ídolo" que, esta es la novedad, deriva de los dioses y sigue vivo

cuando el cuerpo muere. Una novedad en la que se nos enuncian dos principios: la

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divinidad del alma, y, el dualismo cuerpo-alma concebidos como dos sustancias

irreconciliables.

Pitágoras y sus escuelas.

La escuela Pitágoras forma una religión llamada, los acusmaticos, la cual es

también una escuela netamente filosófica, los matemáticos reconocen las que las sectas

religiosas, creadas en el orfismo y en los movimientos místicos como sur- itálico, penetra

las teorías científicas.

Un pedazo de jenofanes le asigna a Pitágoras la doctrina de la metempsicosis, lo

que representa que es un pensamiento totalmente propio de las ciudades primitivas que

dicen, que cuando se nace es porque se reencarna en sí mismo. Esta doctrina, el espirito o

alma que Yo del individuo, sobrevive a la muerte del cuerpo y se acopla gradualmente en

otros cuerpos hasta su definitiva liberación. La fórmula del cuerpo como cárcel temporal

del alma inmortal tiene en la teoría de la metempsicosis una perfecta explicación, pues la

estancia en el cuerpo se considera como un periodo transitorio en el que el alma está

atrapada y sometida a las imperfecciones del cuerpo. La liberación del alma se entenderá

así como la culminación de una serie de purificaciones encaminadas a lograr la liberación

definitiva del alma respecto a sus encarnaciones.

En la necesidad de las purificaciones para alcanzar la liberación del alma

está implícita la idea de la necesidad de una salvación personal a través del modo de

conducta. Sin embargo, en la metempsicosis está también contenida la idea del parentesco

entre todos los seres vivos o de la congenerita de todos los seres animados, pues el alma de

un hombre puede encarnarse en cualquier otro animal según haya sido su conducta.

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Naturalmente esta teoría no resiste el análisis lógico implícito en la pregunta de cómo

habría de comportarse un animal, pongamos por ejemplo un cerdo, que pasa por ser un

animal despreciable, por despreciado, para convertirse en un ser humano. Pero no

debemos someter una teoría propia de una mentalidad primitiva a un análisis lógico propio

de una mentalidad más exigente.

Heráclito, Parménides, Empédocles y Anaxágoras.

De estos cuatro filósofos, que no forman grupo o escuela, pero que tienen

evidentes puntos en común, Heráclito de Éfeso afirma que el alma es de fuego y sufre las

mismas transformaciones que éste. Es decir, se enciende, se apaga y se transforma en otros

elementos. El mejor estado del alma para Heráclito es la sequedad: cuando está seca el

alma goza de salud. Consecuentemente, cuando en el alma existe algún grado de humedad,

el alma está enferma y su conversión en agua conlleva la muerte.

Probablemente dentro de esta curiosa relación del alma con lo seco y lo

húmedo (que, recordemos, está en la antítesis de lo que afirmaba no mucho antes Tales de

Mileto) hay en Heráclito un rechazo al disfrute de los placeres, que posiblemente relaciona

con el estado de ebriedad que sin duda consideraba impropio de una conducta acorde con

la dignidad aristocrática y propio de la conducta del populacho. El ceder a los deseos es

causa para Heráclito de pérdida del alma, pues concibe a ésta como ilimitada y dotada del

grado máximo de razón o de lógos. Esta alma racional o mejor dicho, estas almas

racionales, van husmeando la muerte en vida y tienen su mayor enemigo en los deseos.

Aquellas que cedan a los deseos perecerán, pero las que no cedan y por ello alcancen el

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conocimiento de la verdad, de la ley o del lógos que rige al universo, podrán tener un

nuevo destino tras la muerte del cuerpo o su desecación. Pues, al parecer, lo que es bueno

para la salud del alma, lo seco, es malo para la salud del cuerpo e implica su muerte y

viceversa. Queda claro, pues, que Heráclito liga la inmortalidad del alma al conocimiento.

A partir de esta doble y opuesta relación entre alma y cuerpo, que podemos

deducir de los enigmáticos fragmentos de Heráclito, llamado el "oscuro", se podría

formular la hipótesis de un dualismo y de una oposición fundamentada en la existencia de

dos naturalezas distintas: una naturaleza seca para el alma, la cual permaneciendo en su

sequedad podría sobrevivir, y una naturaleza húmeda para el cuerpo, para el que la

carencia inevitable de humedad implicaría la muerte. Tal oposición, y continuando con las

hipótesis, la podríamos inscribir dentro del contexto de la lucha o dialéctica de contrarios

por la que Heráclito explica la realidad física.

EL ALMA Y LA LÓGICA SEGÚN, ARISTÓTELES

Bueno en primer lugar debemos de recordar que según el pensamiento de

Aristóteles según el afirma de que nosotros los seres humanos somos, alma, cuerpo y

corazón es decir, debe haber algo que nos mueva al iniciar algo, algo que no sea movido

por nadie y que sea lo que desencadene el proceso. Este primer ‘motor inmóvil’ es lo que

él relaciona con algún tipo de ser divino, responsable, además, de la unidad del mundo y

del orden y las reglas que lo rigen.

En lo referente a la física, Aristóteles explicará el movimiento, característico de los

seres naturales, en términos de acto y potencia. Acto será el cumplimiento, realización y

pleno desarrollo de las potencialidades de una sustancia, mientras que potencia, la

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posibilidad de llegar a ser algo que todavía no se es (por ejemplo, una semilla: semilla en

acto, pero árbol en potencia).

Aristóteles y las experiencias sensibles

Cuyo tema del conocimiento sería el primer paso hacia el método científico tal y

como lo conocemos. Es por esto que Aristóteles puede ser considerado uno de los

primeros empiristas, pese a que siempre someterá el conocimiento sensible a la razón. La

base de su sistema era encontrar una explicación racional y cierta del mundo que nos

rodea.

Organon: principio y fin de la lógica

Una de las más grandes aportaciones de Aristóteles fue la invención de la Lógica,

recogida en su obra Organon. Este conjunto de libros constituyen la primera investigación

sistemática acerca de los principios que ha de tener un razonamiento para ser válido y

correcto, y su impactó será vital para la historia del pensamiento Como dijo Immanuel

Kant, desde Aristóteles la lógica no ha dado un paso atrás… ni hacia delante. Por tanto,

concluía el filósofo alemán, era un tema que se podía haber dado por concluido.

Ética: el justo medio

La ética de Aristóteles es teleológica, es decir, que identifica el bien con un fin. El

filósofo defiende esta idea porque entiende que cuando los hombres actúan es porque

buscan alcanzar un objetivo concreto, principalmente, la felicidad en la vida.

Aristóteles identifica la felicidad con las virtudes, y divide las mismas en dos

ramas, las éticas (aquellas que están destinadas a dominar la parte irracional de nuestra

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alma) y las dianoéticas (que se corresponden con la naturaleza racional del ser humano).

Entre las

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COMPLEMENTACION

CUADRO COMPARATIVO ENTRE SOCRATES,PLATON Y ARISTOTELES.

Filosofo SOCRATES PLATON ARISTOTELES

Características
Nnguna, lo que se Los dialogos No son libros
Obras escritas conoce de el, fue terminados, son en
escrito por platon. general apuntes para
leccion.
Medio para Razon Razon Razon y sentidos
obtener la verdad
Orienacion Racionalisa Innatista y Empiritista
racionalista
En el pensamiento En elpensamiento En la cultura
Influencia europeo y de deoccidente europea
occidente
Conversaba con Diálogo y debatecon Contacto contodo lo
Forma lagente que se susaprendices que nosrodea
deaprendizaje topabay meditaba
yenseñanza durantehoras
La Mayéutica y La Teoría de Creó el
laIronía Socrática lasIdeas lenguajeprofesional
Principal aporte dedistintas
ciencias,fundó y
ordenólas distintas
ciencias
Cuerpo y alma Se encuentran Se encuentran Dualismo
separados separados
Lugar de Las calles deAtenas. La Academia El Liceo
enseñanza
Alma Inmortal Inmortal Forma
Cuerpo Cárcel el alma Cárcel el alma Materia

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BIBLIOGRAFIA

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VIDEOSOBREELALMASEGÚNPLATON:
https://www.youtube.com/watch?v=pytSohOUqj0&feature=youtu.be
VIDEOSOBRE LA LOGICA SEGÚN ARISTOTELES:
https://www.youtube.com/watch?v=kY-NmO5D0E4&feature=youtu.be

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