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Diana Carolina Gómez Ortiz

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Androginia
Las representaciones artísticas que se producen a lo largo de la historia nos han demostrado
la forma de pensar y ver el sexo y los géneros en determinadas culturas. Lo cual, a su vez,
nos permite leer la plataforma de pensamiento en la cual se asientan y los discursos de
inclusión y/o exclusión que forma su sociedad. Es decir, existen muchas culturas en las
cuales podemos encontrar la creación de su mundo desde una entidad dual, como lo es la
cultura mexica, en la cual tendrá un gran pensó el dualismo (pero no como dicotomías
axiologizantes). O, por el contrario, dentro de la plataforma judeocristiana podemos ver que
la creación del Hombre es a la imagen y semejanza de su Dios (Imago Dei), lo cual, tomará
base como una forma de representación de lo masculino y lo femenino.
El arte a lo largo de la historia ha estado plagado de sexualidad, es uno de los temas
que más se producen para marcar un ideal de belleza (femenino y masculino) y, como se
mencionó anteriormente, demostrar lo que se pensaba de estos términos (en ocasiones,
machismo y misoginia al representar el cuerpo femenino). Debido a esto, si lo estudiamos
más a fondo, podemos ver que no sólo están presentes los conceptos de géneros binarios,
encontramos presentes otros lenguajes, los cuales, han llegado hasta nuestra actualidad: el
andrógino y el hermafrodita.
El primero de estos términos, lo podemos ver en su mayor parte en los cuerpos
masculinos desnudos de escultura y/o pintura de la antigüedad clásica y hasta el
Renacimiento, donde nos presentan guerreros y semidioses jóvenes, fuertes y bellos que
son aquellos que van a luchar para defender a su pueblo -el físico está
relacionado con una connotación filosófica-:
“Esta androginia, los marcaba como seres idealizados, cercanos
a la divinidad y a la espiritualidad celestial. La estética
andrógina se hace presente en el período de juventud, donde la
sexualidad y los impulsos están a flor de piel. […] una explosión
de seducción y belleza acompañada con la máxima ambigüedad.
Ilustración 1 Sin embargo, esta androginia presente en los retratos masculinos
David
1440 estaba ausente en los femeninos. Quizás porque la belleza, por
Donatello
ser considerada cualidad femenina, obligaba a los seres a
feminizarse, sean varones como mujeres.” (Canillas, 2008)
Diana Carolina Gómez Ortiz
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Por otro lado, la representación de la mujer será diferente, ya que se asocia con dos
dicotomías en el arte: lo bueno-malo, ángel-demonio. Por lo tanto, el cuerpo femenino
puede ser retratado con algunas cualidades masculinas que demuestran “la fuerza de
maldad que tienen contenida”.
En cambio, si hablamos del concepto hermafrodita, podemos ver que no se
representa de la misma forma. Si lo vemos en pintura o escultura, puede estar presente con
senos y pene, para mostrar esa unión de los dos sexos, y, debido a esto, su apariencia es
vista de forma despectiva. “Si en términos conceptuales, el andrógino y el hermafrodita se
acercan, lo mismo no se da en términos de representación plástica. El hermafrodita suele
ser representado como una aberración mientras que el andrógino suele resultar atractivo
tanto para hombres como para mujeres. […] El andrógino es, muchas veces, representado
como un ser asexual, mientras que al hermafrodita se le atribuye la plurisexualidad”
(Rodrígues, 2010)
Por lo tanto, si comparamos la visión que se tiene de dichos conceptos, podemos ver
que el andrógino es un género de “idealización”, ya que es visto, hasta cierto punto, con un
ideal de belleza y “perfección” al no reducir la belleza del cuerpo a una femenina o
masculina, sino que junta las características más “bellas” de ambos sexos. Mientras que el
hermafrodita, aun cuando su historia se remonta a una creación mitológica, es visto de
manera contraria. El andrógino ha sido un medio por el cual puedes vestirte o actuar de la
forma en que el género opuesto es, en el caso de la mujer, vestirse y comportarse como el
género masculino ha sido el medio por el cual se ha abierto camino, sin embargo,
podríamos preguntarnos si en la actualidad ¿sigue siendo válido este término?.
Referencias

 Canillas, L. (2008) Señales de la androginia en la cultura y el arte (Tesis de


licenciatura) Instituto Universitario Nacional del Arte, Argentina.
 Lilith, H. (2010) El andrógino, ideal de perfección. Recuperado de
https://es.scribd.com/doc/32471357/EL-ANDROGINO-ideal-de-perfeccion
 Rodrígues, C. (2010) La recreación del andrógino y sus representaciones en
el arte y los mass media: un estudio etnográfico sobre roles de género . (Tesis doctoral)
Universidad Complutense de Madrid, España.
Diana Carolina Gómez Ortiz
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