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Situación actual de la economía colombiana

la actividad económica colombiana abrió el año estrenando normas tributarias, salario mínimo e
incrementos de precios y tarifas en algunos bienes y servicios.

Sin embargo, en medio de la cascada de alzas que ha generado molestias en algunos sectores
empresariales y de consumidores, el país está ante expectativas favorables en frentes claves como
la inflación, las tasas de interés, el recaudo de impuestos (gracias a la reforma tributaria), el
incremento de los precios del petróleo, el despegue de la inversión en infraestructura, el
dividendo de la paz, la producción agropecuaria y la dinámica de la actividad turística.

Por esas razones, los expertos pintan en el 2017 un panorama mejor que el del 2016. Y es que
además de los aspectos señalados, hay otros que hacen ver al país con cierto nivel de optimismo,
frente a lo sucedido el año pasado. Por ejemplo, el comercio exterior es otra de las noticias con
tendencia positiva para el periodo que comienza, si se tiene en cuenta que en el cierre del 2016
mostró una leve recuperación.

Sin embargo, no está claro cómo despejar nubarrones liderados por el menor ritmo de
crecimiento del Producto Interno Bruto, los altibajos en la producción industrial, el estancamiento
de las ventas del comercio, la incertidumbre generada en la actividad edificadora debido a la
reducción de las licencias de construcción, y el impacto que podría tener en la demanda interna la
entrada en vigor de la reforma tributaria, especialmente en lo que tiene que se refiere al aumento
del IVA general del 16 al 19%.

Además, el rumbo del precio del dólar es una de las grandes incógnitas, debido a que la tasa de
cambio puede ser influenciada por factores externos, como la llegada de Donald Trump a la
presidencia de los Estados Unidos, y la alta tensión en la geopolítica internacional, que además
podría frenar de nuevo el leve despegue de las exportaciones colombianas. De igual manera, la
crisis económica y política de Venezuela sigue siendo un factor importante para Colombia,
especialmente en sus poblaciones fronterizas.

En términos generales, si se comparan los resultados del 2016 con las señales que marcan el inicio
del 2017, todo indica que este será un mejor año que el anterior, aunque los retos son de gran
magnitud. Incluso, hay quienes afirman que los factores externos jugarán un papel determinante
en el rumbo de la economía nacional, lo que genera incertidumbre, ya que, por no ser del resorte
de las autoridades locales, será más difícil tomar medidas para enderezar ese camino o evitar un
impacto mayor.
Infraestructura

Después de la desaceleración de la economía en el 2016, se espera que el sector de la


infraestructura sea el que impulse el crecimiento del PIB del 2017.

Por eso, la Cámara Colombiana de la Infraestructura (CCI) considera que en el año que comienza
es clave mantener la dinámica de los proyectos que están en marcha e iniciar las obras que han
sido programadas. De esta manera, el sector no solo se convertirá en uno de los grandes
generadores de empleo, sino que, junto a la vivienda, pasaría a ser jalonador del crecimiento del
PIB del país.

Uno de los aspectos que contribuirá a que el sector de la infraestructura le ponga ritmo al
crecimiento económico es terminar los cierres financieros de la segunda y tercera ola de las vías
de cuarta generación (4G), así como las iniciativas privadas que estudia la Agencia Nacional de
Infraestructura (ANI).

“Aunque 7 proyectos de la primera ola 4G cuentan ya con desembolsos en firme por parte de
entidades financieras locales y extranjeras, en el 2017 los proyectos de la segunda y tercera ola 4G
junto con las iniciativas privadas deberán completar este trámite para así garantizar la cabal
ejecución de los proyectos”, explicó la CCI.

PIB: APUESTAS DIVIDIDAS

Los pronósticos sobre el crecimiento de la economía en el presente año muestran grandes


diferencias entre los analistas.

El Gobierno insiste en que el PIB aumentará 3%, mientras que otros sectores creen que será muy
similar al del 2016, es decir que posiblemente se ubique por debajo del 2%. Las apreciaciones de
quienes apuestan por una cifra inferior a la oficial están soportadas en la tendencia que mostró la
actividad productiva el año pasado. Además, factores como el incremento del salario mínimo del
7% y la reforma tributaria, son los argumentos de quienes hablan de un PIB moderado para el
2017. Por su parte, el Gobierno confía en el 3% debido a la expectativa de la paz, la menor
inflación, el descenso en las tasas de interés y el ajuste fiscal, que le permitirán mantener el grado
de inversión.
Desempleo podría subir a dos dígitos

Para Stefano Farné, director del Observatorio del Mercado de Trabajo de la Universidad
Externado, “a las ya modestas previsiones de crecimiento para el próximo año (2 por ciento) habrá
que sumar los efectos negativos de corto plazo de la reforma tributaria, que al bajar los ingresos
reales de las familias empujará a parte de sus miembros a dejar la inactividad y buscar empleo.
Esto, frente a una demanda de trabajo estancada (por el bajo crecimiento) implicará
necesariamente un aumento del desempleo”.

Jaime Tenjo, director del Departamento de Economía de la Universidad Jorge Tadeo Lozano,
señala que “las tendencias de la economía no generan mayor optimismo en cuanto al crecimiento
del empleo. Se habla de problemas en el ámbito internacional que pueden limitar nuestra
capacidad exportadora. Tampoco creo que vaya a ser un gran aumento, pero en algunos meses
estaría por encima de los dos dígitos”.

Mientras que Juan Carlos Guataquí, del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario,
coincide con estas afirmaciones y proyecta que “es muy posible que el desempleo esté en niveles
superiores al 10 por ciento, pero no superará valores del 11 por ciento”.

Situación actual de la política colombiana

El país acaba de presenciar un nuevo fracaso en las negociaciones para determinar el salario
mínimo legal que regirá en el 2017, y por segundo año consecutivo, el Gobierno lo fijó por decreto.

De hecho, desde cuando la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y


Laborales fue creada en 1996, solo en siete de 21 ocasiones se ha conseguido un acuerdo entre las
partes.

Ante ese panorama, EL TIEMPO consultó a los diferentes actores involucrados en esos diálogos
tripartitos, con el fin de conocer si para ellos existen alternativas que lleven a que en el futuro, la
mesa de concertación pueda ser más efectiva y logre su propósito.

Julio Roberto Gómez, presidente de la Confederación General de Trabajadores (CGT), sugirió, en


primer lugar, cambiar la época en que se realiza la negociación de la política salarial, porque
considera que diciembre es el peor mes del año para este propósito.

“En ese mes ya está aprobado el presupuesto, ya tienen toda clase de pretextos para no resolver
los problemas de la gente, por lo que considero que julio sería un mes en el cual valdría la pena
adelantar esas conversaciones y que sea colateral, no con proyectos de reforma tributaria, sino
con los de presupuesto”, señaló Gómez.

En cuanto al indicador de inflación, cree que lo que se puede tener en cuenta es el acumulado
hasta el séptimo mes del año y con base en el comportamiento histórico. Agregó que incluso se
puede dejar una previsión, un párrafo transitorio que diga que en caso de que el costo de vida
vaya más allá de lo proyectado, se ajuste la cifra en la medida que corresponda.
Pero la ministra del Trabajo, Clara López, no ve que el problema de estas negociaciones tenga que
ver con la época del año en la cual se llevan a cabo, sino con que el salario mínimo legal de hecho
es realmente la única gran negociación colectiva y tripartita que hay en Colombia.

Algo similar opina Guillermo Botero, presidente de Fenalco, para quien el mes de diciembre sí es el
indicado, y dice que prueba de ello es que sí se ha llegado a concertaciones en ocasiones
anteriores.

“Y de otro lado, ahora en la primera reunión de la Comisión Permanente de Concertación sería


importante que nosotros analicemos el modelo económico en el que está sustentado el país;
seguro que hay que apuntar a variaciones fundamentales”, sostuvo Julio Roberto Gómez.

Según la ministra del Trabajo, el país ya está maduro para pasar a la negociación colectiva por
ramas de actividad, y no quedarse en una sola negociación grande y seria de carácter tripartito
para fijar el salario mínimo legal, que hoy cubre a menos del 10 por ciento de la fuerza laboral.

“Se estaría pasando a las grandes ligas del tripartismo, con sindicatos de industrias fuertes,
gremios fuertes y un Gobierno participante en un diálogo social más amplio que generaría
espacios de negociación según la rama de actividad, de acuerdo con la productividad sectorial y las
necesidades de cada sector económico, con lo que además se cubriría a un mayor número de
trabajadores”, explicó López.

A inicios del próximo año, la jefa de la cartera laboral piensa llevar su propuesta a la mesa de
concertación.

‘Que se cumpla la ley’

Por su parte, Guillermo Botero afirmó que antes de pensar en los cambios que se podrían
implementar para futuras negociaciones, lo que tiene que suceder es que asistan a esas
conversaciones los que deben asistir, los que forman parte de la Comisión, y darle a eso la mayor
importancia posible, porque al no ser así, las cosas no salen bien.

“Ahí hay varios ministros que son miembros y nunca van; entonces, que vayan y las cosas serían
mucho más fáciles, que cumplan con su función o que modifiquen la ley y que digan que solo debe
ir el ministro del Trabajo. Aquí lo que hay que hacer es cumplir la ley”, recalcó el presidente de
Fenalco.
A eso hace referencia el dirigente gremial porque, señaló, eso era lo único que tenía
empantanadas las conversaciones, porque el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, no había
ido a las reuniones.

Botero añade que hay buena voluntad de los trabajadores y de los empresarios, pero los primeros
querían conocer –y con toda la razón– cuál sería el impacto que tendría la reforma tributaria sobre
el salario mínimo, y considera que era una respuesta a la cual tienen derecho.

“Que el Ministro diga su apreciación: ‘No, eso no impacta en nada’, y dé las explicaciones del caso:
‘No se preocupen por eso, sube el IVA el 19 por ciento pero eso no encarece las cosas, aquí todo
va a bajar’. Y ellos verán si aceptan esa respuesta o no”, anotó el presidente de Fenalco. (Además:
Reforma tributaria es ahora la Ley 1819 de diciembre del 2016)

A futuro reconoce que hay muchas otras cosas que se podrían estudiar para mejorar esas
negociaciones, pero prefiere que los esfuerzos en este momento se dediquen a arreglar primero
las que tienen empantanado el proceso actual.

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