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PARROQUIA SAN PABLO APÓSTOL

PREPARACIÓN PARA LA INDULGENCIA PLENARIA

Queridos hermanos de la Parroquia: Reciban un fraternal saludo. Deseo que este


tiempo esté siendo muy fecundo en la vida de cada una de las familias que hacen
parte de esta porción del Pueblo de Dios. En este momento envío un pequeño texto
para informar sobre la Indulgencia Plenaria que el Papa Francisco ofrecerá para
toda la Iglesia.

Mañana 27 de marzo el Papa Francisco dará a las 6:00 p.m. de Roma (12
meridiano, Colombia) la bendición Urbi et Orbi –a la ciudad y al mundo– ante una
Plaza de San Pedro que estará vacía debido a la pandemia del coronavirus, pero que
será una oportunidad para que los fieles puedan obtener la indulgencia
plenaria si siguen la transmisión por los medios de comunicación. Él mismo lo ha
anunciado así:

“Presidiré un momento de oración en el atrio de la Basílica de San Pedro. Con la


plaza vacía. Desde ahora invito a todos a participar espiritualmente a través de los
medios de comunicación. Escucharemos la Palabra de Dios, elevaremos nuestra
súplica, adoraremos al Santísimo Sacramento, con el cual al término daré la
bendición Urbi et Orbi y a la cual se añadirá la posibilidad de recibir la indulgencia
plenaria”. (Alocución Papal del domingo 21 de Marzo).

Se tratará de una bendición Urbi et Orbi extraordinaria, pues los pontífices suelen
impartirla solo el 25 de diciembre y el Domingo de Pascua.

¿Qué es una indulgencia? Es un perdón de los pecados que sólo puede ser
otorgado por la Iglesia a través de su representante legítimo. El origen de esta
palabra está en el vocablo latino “in - dultum”; el prefijo in significa sin y el sufijo
dultum, deuda. Literalmente significaría sin deuda; por tanto, se trata de un
proceso espiritual mediante el cual se recibe por Misericordia de Dios la remisión
de la culpa que ha originado el pecado.

El Catecismo de la Iglesia Católica explica que la indulgencia “es la remisión ante


Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a la culpa, que
un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación
de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con
autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos”.

Las indulgencias, que pueden ser parciales o plenarias, pueden obtenerse para uno
mismo o para un difunto. No se puede ganar una para otra persona viva.

Para ganar la indulgencia plenaria hay que cumplir alguna de estas tres
condiciones: confesión de los pecados, o participar presencialmente o por medios
de comunicación de la absolución que da el Papa. Esta oración, indica el Vaticano,
“queda a elección de los fieles, pero se sugiere un ‘Padrenuestro’ y un ‘Avemaría’”.
El Vaticano precisa además que “es conveniente, pero no necesario, que la
confesión sacramental, y especialmente la sagrada Comunión y la oración por las
intenciones del Papa, se hagan el mismo día en que se realiza la obra
indulgenciada; pero es suficiente que estos sagrados ritos y oraciones se realicen
dentro de algunos días (unos veinte) antes o después del acto indulgenciado”.

Por todo lo anterior invito a toda nuestra comunidad parroquial para que nos
preparemos para vivir este momento de oración intensa de toda la Iglesia.

Para prepararnos como Parroquia para vivir el encuentro con Papa a través de los
medios les propongo lo siguiente:

1. Orar con el salmo 50 llamado El miserere. Si estamos en familia se puede


hacer a dos coros: un coro los hombres y el otro las mujeres.
3
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
4
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
5
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
6
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.

En la sentencia tendrás razón,


en el juicio resultarás inocente.
7
Mira, en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
8
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
9
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
10
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
11
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
12
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
13
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
14
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
15
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
16
Líbrame de la sangre, oh Dios,
Dios, Salvador mío,
y cantará mi lengua tu justicia.
17
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
18
Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
19
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias.
20
Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
21
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo


Como era en un principio, ahora y siempre
Por los siglos de los siglos. Amén.

2. Meditar el silencio el salmo. Podemos dialogar sobre lo que más nos llama la
atención del salmo, o de aquello que nos llegó al corazón.

3. Pido perdón de corazón por todos mis pecados en silencio.

4. Me trazo un modo concreto de reparación. Qué puedo hacer para reparar el


daño hecho.

5. Terminar con el Padre Nuestro

6. Participar de la Celebración del Papa que se transmitirá por diversos medios


de comunicación.

Buena celebración. Un abrazo grande, su hermano

Arley Guarín Sosa

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