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Bases Psi
Bases Psi
Todos los que nos encontramos en este curso llegaremos en algún momento a tener que
afrontar una consulta e intentaremos ayudar al paciente en su caso de salud y enfermedad, en este
momento será estrictamente necesario saber adaptar nuestros conocimientos, habilidades y
comportamiento tal y como la situación lo requiera.
Tenemos que tener bien claro que el ser humano es diferente del resto de los seres vivos
debido a que éste es capaz de sentir y emocionarse, esta capacidad que nos caracteriza y nos
diferencia hay que tenerla muy en cuenta a la hora de tratar con pacientes pues interviene
directamente sobre su dolencia, es decir, el paciente como ser humano que sufre y padece posee
una determinada dolencia que produce un sentimiento de malestar y angustia, la curación del mismo
así como su caso de enfermedad no vienen determinados únicamente por su estado físico sino
también por su situación psicológica y mental; esto nos viene a decir que a la hora de encontrarnos
ante un paciente, ante un ser humano que sufre, no sólo tenemos que tratar y hacernos cargo de su
patología sino también de su estado emocional que tiene tanta importancia como el patológico pues
este estado psicológico interviene en el proceso del desarrollo y cura de la enfermedad pudiendo
acelerarlos o por el contrario frenarlos.
Resumiendo, en este trabajo trataremos de profundizar en las relaciones que llevará a cabo
el profesional sanitario en su trabajo, las habilidades necesarias que ha de manejar, las diferentes
técnicas que puede practicar y sobre todo el concepto de comunicación , su importancia en estas
relaciones y las consecuencias que acarrea una buena comunicación con el paciente ante las
diversas situaciones que el profesional precisará solventar.
1
Parte I
Comencemos esta primera parte con un ejemplo que deje ver de manera más visual y
comprensible la causa que posteriormente trataremos:
Muchos de nosotros en alguna ocasión hemos tenido que acudir a urgencias por alguna
dolencia, una vez que nos hemos encontrado allí y antes de ser atendidos tenemos que rellenar
unos papeles donde debemos contestar muchos tipos de cuestiones que lo más probable, en ese
momento, no son existenciales; posteriormente, has de esperar a que te atiendan sentado en una
silla de una sala de espera rodeado de gente que lleva allí incluso horas y aún no han sido
exploradas de su urgencia. Una vez que consigues que un médico pase a reconocerte, ya tienes la
esperanza de que tu espera ha acabado y que por fin te darán una solución para tu problema y lo
que es más, te tratarán con la dedicación y el respeto que mereces; por el contrario, te encuentras
en una situación en la que una fila de médicos pasan a explorarte, más bien a explorar tu patología,
con el fin de tratar de averiguar de que se trata, y tras pruebas y exploraciones te asignan un
número de habitación o una camilla donde deberás esperar hasta que curen la enfermedad.
Este es un ejemplo muy claro en el que es fácil concebir la idea de que en muchas
ocasiones los pacientes son tratados como patologías y no como personas; ese enfermo que ha
acudido a urgencias y ha dado toda su confianza a esos especialistas para que le ofrezcan una
solución se encuentra con una gran decepción pues lo único que realmente le han asignado es un
número de cuarto o un nombre de una patología por la que reconocerle, ha pasado de ser una
persona que sufre y cuyo estado físico y emocional oscila permanentemente a una cifra o un
nombre reconocible. De esta manera lo único que se consigue es deshumanizar la salud ya que al
tratar de solventar una patología olvidamos que quien la sufre es una persona, un ser humano y
como tal su estado le produce un cambio emocional que también debe tenerse en cuenta, con esto
queremos decir que cada persona consigue sobrellevar su estado de una manera y por ello el trato
que un profesional debe darle ha de ser un trato particular y personalizado, de esta manera
conseguiremos dejar de tratar a los pacientes como cosas para atenderlos como seres humanos.
Toda persona que llega a una consulta para tratar su estado viene realmente pidiendo ayuda
y confía plenamente que la persona que se encuentra al otro lado de la mesa sea capaz de
escucharle, comprenderle y de ayudarle para así poder recobrar su salud, esto implica que a la hora
de atender a esa persona que te demanda ayuda no es lo mismo ver en ella un ser humano que
sufre a una patología que has de sanar. Es cierto que el conocimiento y la técnica es un porcentaje
muy importante en el trabajo del personal sanitario pero no hay que confundiese pues eso no es
todo, no es suficiente; la técnica al fin y al cabo sólo es eso, técnica y no vale nada si no
conseguimos situar al paciente en un entorno adecuado en el que se sienta cómodo y le tratemos y
respetemos como persona. Podrán preguntarse por qué es tan importante y la razón por la qué
hacemos tanto hincapié en el trato al personal y es que es real que la patología que una persona
sufre se ve directamente alterada por su estado emocional, por los sentimientos que la invaden y los
pensamientos que tenga.
Todo ser humano se mueve y se motiva para conseguir llegar a satisfacer unos
determinados deseos y proyectos y la enfermedad en ello es un obstáculo que le impide llegar a
cumplirlos; el miedo a la muerte, a lo desconocido y a la enfermedad proyecta en el enfermo una
inseguridad y una variación emocional que se incrementa aún más cuando éste ha de acudir a
consulta o al hospital. Los factores que satisfacen la necesidad de seguridad del enfermo dependen
Parece increíble que en el tiempo en que vivimos que se caracteriza por tantos avances y
un desarrollo espectacular domine un trato tan deshumanizado, esto podemos observarlo en la
diversidad de conceptos por los que algunos de los profesionales de la salud se refieren a sus
pacientes, palabras despectivas como cartilleros, ochobarras, poyaques o pastilleros.
Parece bastante notable que la sociedad ha cambiado en todo este tiempo y que es ésta la
que determina las necesidades y recursos, estos son algunos conceptos cuya variabilidad ha sido
más perceptible:
- Los valores de la sociedad y del sistema sanitario han cambiado y han evolucionado de tal
manera que el fin mayoritario es gestionar mejor los recursos de los que se dispone y rendir cuentas
cuando la situación lo precise, ello viene dado por el crecimiento del poder del ciudadano y el
incremento de la responsabilidad social que conlleva en trabajo sanitario.
Son todos estos cambios sociales y toda esta evolución las responsable de que el concepto
de salud y sus técnicas a la hora de realizar la praxis hayan dado un giro de 180º adaptándose por
tanto a las nuevas ideas y exigencias del momento, no todas ellas apropiadas y mucho menos
acertadas. La postura que ha adoptado el profesional sanitario y la del paciente producen que una
tarea tan esencial y necesaria como es la práctica médica se vuelva mucho más difícil de lo que
sería en realidad si ambas partes se comportaran de una manera lo más adecuada posible a la
situación, dando lo mejor de cada uno.
Un buen médico no debe tener únicamente conocimientos y técnicas aplicables sino que
tiene que ser mucho más, ha de representar y poseer las siguientes aptitudes:
-Una actitud positiva así como una conciencia capaz de tomar decisiones ante situaciones
límites; este es el caso de un cirujano al que se le presenta una complicación en una operación, en
este momento el cirujano ha de tomar la determinación más oportuna para llegar a solventar esta
adversidad y para ello es necesario mantener la cabeza fría y estar seguro de uno mismo y de
nuestras capacidades.
Pero esto no es todo porque estos requisitos perderían su sentido si la comunicación entre
el médico y el paciente no existiese o no fuese la que debiera. Una mala comunicación entre el
profesional sanitario y la persona que acude a él acarrea muchas consecuencias, pongamos un
ejemplo:
Una persona va a una consulta de un médico y comienza a expresarle las dolencias y los
síntomas que tiene, el médico subestima la capacidad del paciente para comprender realmente lo
que está diciendo de modo que omite muchas de las molestias que el paciente le está describiendo
o su actitud hará que el paciente se cohíba lo que repercutirá a la hora de expresarse; al final el
médico realizará un diagnóstico probablemente equivocado e incompleto y éste repercutirá en la
curación del paciente y todo ello por el convencimiento del médico que sostiene que la circunstancia
expresada por el paciente es exagerada.
Esto ejemplifica la falta de comunicación y ello trae como consecuencia que muchas de las
quejas y molestias que el paciente describe no sean detectadas por el médico, además esta falta de
atención conlleva que en numerosas ocasiones el médico y el paciente no se pongan de acuerdo en
el motivo que le ha llevado a este último a realizar una visita a la consulta; las interrupciones
constantes impiden que la conversación se realiza de una manera fluida y la falta de interés del
médico produce que no se formulen preguntas que puedan ayudar al paciente a sentirse cómodo o
que faciliten la consulta. En su conjunto una mala comunicación termina en la insatisfacción por
parte del paciente sobre el trato recibido.
Por otro lado, una buena comunicación desencadenaría un gran número de beneficios tanto
para el médico como para el paciente:
Por último, hay que recalcar que el mensaje que el paciente trata de transmitir de forma
verbal al especialista no es único sino que la comunicación lleva consigo un segundo mensaje que
emite la actitud con la que se está desarrollando el mensaje, una comunicación no verbal que
también merece nuestra atención en estas circunstancias; este tipo de comunicación no verbal se
percibe observando la entrada del paciente a la consulta, sus gestos, el tono de su piel(si está
amarillento, pálido), el tono de voz con el que se comunica o la actitud que defiende.
Parte II
2.- El constructivismo.
Es un modelo defendido por muchos autores que no ven la comunicación como un acto
consciente y voluntario sino que existe una teoría de la comunicación humana, que pasaremos a
explicar seguidamente, que se complementa con la teoría de los constructor personales de Kelly
según la cual cada persona crea sus propias versiones de la realidad.
Un ejemplo de ello es: un médico con ciertas molestias acude a la consulta para ser
atendido esperando recibir una atención privilegiada por el simple hecho de ser médico pero cuando
llega a la consulta se encuentra que es tratado como cualquier otro paciente de modo que si quiere
ser atendido debe esperar su torno.
En este caso el médico se anticipó a los hecho creyendo firmemente que simplemente por
ejercer la misma profesión sería tratado de manera diferente, sin embargo, una vez que se
encuentra allí y vive la realidad de otra manera se da cuenta de su error; gracias a la resolución de
la hipótesis este médico evaluará su anticipación y según el grado de implicación que haya ofrecido,
el aprendizaje será de diferente amplitud.
Con todo esto podemos definir el acto asistencial como la confluencia de dos experiencias
diferentes, para el paciente la enfermedad es algo excepcional y para el médico un caso más; el reto
del médico es entender el punto de vista del paciente, ser empático, y ofrecer el suyo propio. Pero
no existe una única postura a tomar en este encuentro sino que hoy en día se está intentando
superar un modelo asistencial biomédico, en el que se ve la medicina desde un enfoque curativo de
tal manera que únicamente tratan la enfermedad y no el malestar del paciente, a una medicina
biopsicosocial que de lugar a una visión holística; en esta visión holística del individuo enfermo se
trata de incluir la enfermedad y la situación psicológica del paciente respetando que tanto el médico
como el paciente podrán tener percepciones y pensamientos distintos pues ocupan diferentes roles
en el encuentro asistencial; por ello de este encuentro intersubjetivo es necesario sacar en claro un
objetivo y una determinación conjunta para que ambos construyan el proceso de salud y de
enfermedad convergiendo el conocimiento de la ciencia con la necesidad. Este visión holística
intenta remarcar la idea de que cuerpo y alma enferman y curan juntos, son un conjunto
Son muchos los profesionales que respaldan cada uno de estos modelos, la defensa y la
postura que se toma tras estar sujeto a uno de ellos se ve reflejada en la consulta y en la actividad
desempeñada por el profesional sanitario de modo que cada uno ha de elegir cual es el puesto que
quiere ocupar.
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