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El Círculo Completo de la Intervención Federal

El proceso de protección del republicanismo federal tras


el artículo 75 inciso 31 de la Constitución Nacional y la
reciente jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación

Juan Sebastián Orso

"No es la tiranía lo que deseamos, sino la paz justa, limitada y un


gobierno federal" - Alexander Hamilton

Resumen: A lo largo de la historia constitucional argentina, la intervención federal ha


sido un instituto sujeto a severos abusos. El propósito de este comentario es reseñar su
fuente constitucional, demostrar su uso discrecional para avasallar las distintas
autoridades provinciales, y proponer salvar su utilidad a través de un nuevo proceso de
aplicación. Estas nuevas pautas de la intervención federal, surgen de un esclarecimiento
normativo provisto por la reforma constitucional de 1994, y la reciente jurisprudencia de
la CSJN.

Palabras claves: Federalismo – Intervención federal – Reforma constitucional – Proceso


de intervención – Antecedentes en democracia.

Presentante: Juan Sebastián Orso. Estudiante de la Facultad de Derecho, Universidad


Nacional de Rosario, Argentina. 20 de marzo de 2019.

Contacto: orsojuanse@gmail.com y juanseorso.blogspot.com.ar


El Círculo Completo de la Intervención Federal – Juan Sebastián Orso

ÍNDICE

BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………………….3

ABREVIATURAS……………………………………………………………………...4

Introducción………………………………………………………………………5

1- El abuso histórico de la intervención federal…………………………………5

1.1- La intervención federal en los albores del federalismo argentino y en el


siglo XX……………………………………………………………………..5

1.2- La consagración constitucional de la intervención en la Constitución de


1853/1860…………………………………………………………………...6

1.3- La primera imprecisión: el órgano garantizador en épocas de máxima


deferencia judicial…………………………………………………………...7

2- La utilidad de la intervención frente al abuso de poder provincial. Los


impactos de la reforma constitucional de 1994………………………………….8

2.1- El artículo 75 inciso 31 de la Constitución Nacional……………………8

2.2- La situación posterior a la reforma: prácticas distorsionadoras del


federalismo………………………………………………………………….9

2.3- Su vigencia en la última intervención provincial: el episodio


santiagueño………………………………………………………………...10

3- El Círculo Completo de la intervención federal: su proceso……………….11

3.1- El cambio de paradigma: el control judicial previo……………………12

3.1.1- El término disponer del artículo 75 inciso 31 de la Constitución


Nacional………………………………………………………………...13

3.1.2- Los fallos en Santa Cruz y La Rioja: la intervención previa de la


Corte Suprema de Justicia de la Nación…………………………………14

3.1.2.1- UCR de Santa Cruz c/ Prov. de Santa Cruz s/ amparo……….14

3.1.2.2- Unión Cívica Radical de la Provincia de La Rioja y otro c/ La


Rioja, Provincia s/ amparo.…………………………………………..15

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El Círculo Completo de la Intervención Federal – Juan Sebastián Orso

3.2- El acto de disposición: las modalidades de la intervención…………….16

3.3- El garantir el federalismo republicano…………………………………18

3.3.1- La persona del interventor federal……………………………..18

3.4- El control judicial posterior……………………………………………19

4- La omisión legislativa: la cuadratura del círculo…………………………...21

Conclusión……………………………………………………………………….21

BIBLIOGRAFÍA

DOCTRINA

ZUCCHERINO, Ricardo M. y RITNHER, María Josefina. “Tratado de Derecho Federal,


Estadual, Estatuyente y Municipal”, Argentino y Comparado. Tomo I. Segunda edición.
Lexis Nexis. 2007.

BIDART CAMPOS, Germán J. “Manual de la Constitución Reformada”. Ediar. Tomo I.


1995.

RAMELLA, Pablo A. “Derecho Constitucional”, tercera edición. Depalma. 1986.

GELLI, María Angélica, “Constitución de la Nación Argentina: comentada y concordada:


4° edición ampliada y actualizada”. 4°ed.- 2° reimp. Buenos Aires: La Ley. Tomo II.
2009.

LETRAP. Redacción. “Cuando intervinieron Santiago del Estero por “grave deterioro
institucional”. Publicado el 17 de septiembre de 2015.

LORD ACTON. “John Emerich Edward Dalberg Acton, first Baron Acton”. 1887

GARGARELLA, Roberto. “Ley de lemas: el peor fallo del año”. Publicado en Seminario
Roberto Gargarella. 26 de diciembre de 2018.

GARGARELLA, Roberto. “Consulta popular en La Rioja”. Publicado en Seminario de


Roberto Gargarella. 26 de enero de 2019.

3
El Círculo Completo de la Intervención Federal – Juan Sebastián Orso

RIVAROLA, Rodolfo. “Diccionario manual de instrucción cívica y práctica


constitucional Argentina”. Coni. Buenos Aires. Edición 1934.

IBARLUCIA, Emilio A. “Intervención Federal a las Provincias - Acerca de la


conveniencia de una ley especial reglamentaria”. Publicado en la página oficial de la
Honorable Cámara de Diputados de la Nación Argentina.

JURISPRUDENCIA

CSJN, “Cullen, Joaquín M. c. Llerena, Baldomero”. Resuelto el 7 de diciembre de 1893.

CSJN. “Orfila, Fernando s/ Recurso de Habeas Corpus”. Resuelto el 12 de abril de 1929.

CSJN. “Unión Cívica Radical de la Provincia de Santa Cruz y otros c/ Estado de la


Provincia de Santa Cruz s/ amparo”. Resuelto el 11 de diciembre de 2018.

CSJN. “Unión Cívica Radical – Distrito La Rioja y otro s/ acción de amparo”. Resuelto
el 25 de Enero de 2019.

CSJN. “Unión Cívica Radical de la Provincia de Santiago del Estero c/ Santiago del
Estero, Provincia de s/ acción declarativa de certeza”. Resuelto el 22 de octubre de 2019.

Secretaría de Jurisprudencia, CSJN. Autonomía provincial-interventor federal.

ACTOS INSTITUCIONALES

CN. Diputado por Córdoba, Período: 122 Reunion: 4. “Intervención Federal de la


Provincia de Santiago del Estero”. Celebrada el 31 de marzo de 2004.

Convención Nacional Constituyente. 21ª Reunión, versión taquigráfica. 3ª Sesión


Ordinaria (Continuación). Jueves 1 de Agosto de 1994. Núcleo de Coincidencias Básicas.
Orden del Día N° 6.
ABREVIATURAS

-CSJN: Corte Suprema de Justicia de la Nación

-PEN: Poder Ejecutivo Nacional

-CDLN: Congreso de la Nación

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Introducción

Uno de los asuntos más ríspidos del federalismo argentino, es y ha sido la


intervención federal. Detrás de este instituto, pesa una larga historia sobre su uso
discrecional para avasallar las distintas autoridades provinciales en nombre de las pautas
establecidas en el artículo 6 de la Constitución Nacional. Los acontecimientos de abuso
de poder y deliberado aumento del presidencialismo han colocado a la intervención en un
punto de esclarecimiento necesario, siendo ésta una tarea alcanzada parcialmente tras la
reforma constitucional de 1994.

Pero al mismo tiempo, la herencia histórica de esta figura ha provocado la supina


ignorancia de dos cuestiones fundamentales. La primera de ellas es su valiosa utilidad
como herramienta para prevenir y poner límites a una triste realidad que, desde no hace
mucho, nos afecta con nuevos matices: me refiero al deterioro paulatino de las bases
federativas provinciales por aquellos gobiernos que se extralimitan en su poder en nombre
de su pueblo e idiosincrasia. La segunda cuestión es que el artículo 75 inciso 31 de la
Constitución Nacional y la reciente jurisprudencia de la Corte Suprema, han pavimentado
el camino para un proceso de aplicación práctica de la intervención que mantiene su
rigurosa naturaleza excepcional bajo modalidades organizativas y controladas.

Es el propósito de este comentario exhibir sintéticamente la historia de la


intervención federal, luego desarrollar la situación paradojal de defensa y abuso de esta
institución, para concluir con un nuevo proceso de intervención desde la última reforma
constitucional a la actualidad. Y es que su convalidación hace 25 años y sus nuevas
perspectivas tras los trascendentes fallos en Santa Cruz y La Rioja, son base suficiente
para el dictado de una ley reglamentaria que, como nos enseñan los maestros Ricardo M.
Zuccherino y María J. M. Rithner, no nos permita resignarnos de su uso.1

1- El abuso histórico de la intervención federal

1.1- La intervención federal en los albores del federalismo argentino y en el


siglo XX

Podemos empezar definiendo el federalismo como la coexistencia de una unidad


coherente, compuesta por un cúmulo de otras unidades antecedentes que así la conforman

1
ZUCCHERINO, Ricardo M. y RITNHER, María Josefina. “Tratado de Derecho Federal, Estadual,
Estatuyente y Municipal”, Argentino y Comparado. Tomo I. Segunda edición. Lexis Nexis. 2007. Pág. 213

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El Círculo Completo de la Intervención Federal – Juan Sebastián Orso

y que gozan de autonomía en un mismo territorio, interactuando de modo respetuoso e


integrado. Como lo sostiene Alberto Natale, “el federalismo es el fruto de la armoniosa
coordinación de las fuerzas centrífugas y centrípetas de la sociedad”.2

En la República Argentina, el artículo 1 de la Constitución Nacional adopta para su


gobierno el republicanismo federal y representativo, mientras que en el artículo 5
encontramos las bases mínimas que esas unidades llamadas provincias deben respetar
para su propio gobierno. Restringir o afectar de modo grave esas bases, es lo que habilita
el ejercicio del instituto de la intervención federal prevista en el artículo 6. Este cúmulo
de artículos permite garantizar las formas de estado y gobierno mencionadas.

Tomando la definición de Bidart Campos, la garantía federal significa que “el


estado federal asegura, protege y vigila la integridad, la autonomía y la subsistencia de
las provincias, dentro de la unidad coherente de la federación a que pertenecen”. La
intervención federal, por ende, “es el recurso extremo y el remedio tal vez más duro que
se depara como garantía federal”.3

1.2- La consagración constitucional de la intervención en la Constitución de


1853/60

En el nacimiento de nuestra Nación, la intención de los convencionales


constituyentes era buscar un remedio que homogenice las autoridades centrales –ya
federales y republicanas- con las grandes porciones de tierras todavía despobladas y no
organizadas. El primer antecedente de la intervención podemos encontrarlo en el Pacto
Federal de 1831, donde las provincias asumían el rol de auxiliares del gobierno central
cuando este quería guardar la impronta federal frente ataques exteriores.4

Décadas después, era firmado el Acuerdo de San Nicolás en 1852 que incorporaba
la intervención en casos de sublevación interna. Ello sirvió de inspiración para el
anteproyecto de Juan Bautista Alberdi junto con la sección VII de la Constitución de los
Estados Unidos de América, que ya tenía previsto a cargo del Congreso una similar

2
Op. cit. 3) Pág. 190.
3
BIDART CAMPOS, Germán J. “Manual de la Constitución Reformada”. Ediar. Tomo I. 1995. Pág. 196.
4
Sr. PARDO. Convención Nacional Constituyente. 19ª Reunión, versión taquigráfica - 3ª Sesión Ordinaria
(Continuación). Jueves 28 de Julio de 1994. Núcleo de Coincidencias Básicas. Orden del Día N° 6. Pág.
2461 a 2463.

6
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facultad de intervención (también en Suiza, otorgando la posibilidad de intervención a la


Asamblea Federal).

No fue hasta 1860 que los convencionales por Buenos Aires observaron con recelo
la intervención federal de 1853. Los riegos de la vaguedad terminológica de palabras
como “orden” y “perturbación”, abrían una enorme puerta al gobierno nacional para
avanzar por sobre las provincias, tornándose imperioso un cambio de redacción en el
artículo 6 que encontramos vigente hasta hoy.

Desde ese entonces, la intervención fue un riesgoso requisito obligatorio con el que
debía contar la Nación para garantizar que las provincias se adecuen a la estructura propia
del Estado Federal, pues como bien señala Pablo Ramella, “si existiera el federalismo sin
intervención sería una organización sin capacidad de resistencia ni estructura sólida”.5

1.3- La primera imprecisión: el órgano garantizador en épocas de máxima


deferencia judicial

Por el artículo 6 de la Constitución Nacional, “El Gobierno federal interviene en el


territorio de las provincias para garantir la forma republicana de gobierno”. Sin
perjuicio de que ciertas imprecisiones terminológicas serán tratadas en este escrito más
adelante, desde su vigencia ha sido todo un desafío de la doctrina y la jurisprudencia
precisar qué o cuáles órganos del gobierno federal son los más aptos para intervenir una
provincia.

La amplitud de la norma hizo de la intervención un acto eminentemente político,


discrecional, sin un adecuado proceso que revistiera forma de ley y en consonancia con
la doctrina tradicional de estricta separación de poderes. Para resolver la naturaleza de la
decisión por primera vez, la Corte Suprema de 1893 en el caso Cullen, Joaquín M. c/
Llerena, Baldomero 6 consideró que la intervención federal era una función privativa del
departamento político del Estado para resolver los conflictos provinciales suscitados.

En disidencia, cabe destacar el iluminado voto del Dr. Varela, quien sostuvo que la
intervención federal por supuesto está sujeta a una etapa de revisión judicial posterior ya
que los jueces tienen “el conocimiento y decisión de todas las causas que versen sobre

5
RAMELLA, Pablo A. “Derecho Constitucional”, tercera edición. Depalma. 1986. Pág. 131.
6
CSJN, “Cullen, Joaquín M. c. Llerena, Baldomero”. Resuelto el 7 de diciembre de 1893.

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puntos regidos por la Constitución y por las leyes de la Nación". Citando el caso “Rhode
Island v. Massachusetts, Peters” de la Suprema Corte de Estados Unidos, argumenta que
“no existe algo así como puntos no regidos por la Constitución”. Por el contrario, hay
agravios procedimentales que revisten interés federal y tienen estado judicial concreto.

En un segundo caso, la Corte Suprema tuvo una nueva oportunidad para poner
límites a la utilización discrecional de la Intervención federal en el caso Orfilia,7 Fernando
en 1929, precisando esta vez que órgano del gobierno federal era pertinente para disponer
la intervención. Si bien mantuvo lejos el control judicial de lo que observó era una
decisión esencialmente política, aseguró que el Congreso de la Nación era el órgano
indicado para disponerla, haciéndolo por medio de una ley que limitase el accionar del
interventor territorial como finalmente se positivizó en la reforma constitucional de 1994.

2- La utilidad de la intervención frente al abuso de poder provincial. Los


impactos de la reforma constitucional de 1994

2.1- El artículo 75 inciso 31 de la Constitución Nacional

Para el año 1994, en la Argentina se habían efectuado más de 170 intervenciones,


de las cuales el 70 por ciento no fueron consideradas por el Congreso. Como se ha dicho,
las pautas, la naturaleza o que órgano del gobierno federal disponía de la intervención
provenían del comentado caso Llerena, Orfilia y de los dictámenes del Consejo para la
Consolidación de la Democracia durante el gobierno de Alfonsín. No obstante, no existía
norma ni proceso sistematizado que obligara al gobierno federal a actuar acorde.

Frente a esta problemática, el asunto que se sometió a discusión dentro del Núcleo
de Coincidencias Básicas fue el artículo 75 inciso 31, el cual hasta hoy faculta al Congreso
a: “Disponer la intervención federal a una provincia o a la ciudad de Buenos Aires.
Aprobar o revocar la intervención decretada, durante su receso, por el Poder Ejecutivo.”

Como sostiene María Angélica Gelli, “por fin, el ya citado inc. 31 del art. 75 le
asigna al congreso aprobar o revocar la intervención decretada durante su receso por el
poder ejecutivo”.8 Y en la misma línea, el convencional constituyente Sr. Mestre
comparte que al cubrir “la necesidad de constitucionalizar con precisión y cubrir el vacío

7
CSJN. “Orfila, Fernando s/ Recurso de Habeas Corpus”. Resuelto el 12 de abril de 1929.
8
GELLI, María Angélica, “Constitución de la Nación Argentina: comentada y concordada: 4° edición
ampliada y actualizada”. 4°ed.- 2° reimp. Buenos Aires: La Ley. 2009. Tomo II, pág. 254.

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que tiene nuestra Constitución en lo que se refiere a quién le competen las intervenciones
federales, permitiremos que se terminen con los abusos que ha vivido la sociedad
argentina”9.

Habiéndose aclarado y constitucionalizado que el Congreso de la Nación, como


órgano representativo, es por regla quien dispone de la intervención federal, se abrió el
camino para que el instituto satisfaga nuevas expectativas y se establezca un nuevo
proceso. Compartió esta opinión el convencional constituyente y actual juez de la Corte
Suprema Sr. Horacio Rosatti, quien consideró “que el instituto de la intervención federal
satisface también las expectativas del federalismo en la medida en que ahora se ve claro
que debe actuar el Congreso para disponer aquella medida de excepción”.10

2.2- La situación posterior a la reforma: prácticas distorsionadoras del


federalismo

El fin general de la reforma constitucional fue cambiar el paradigma respecto de las


ecuaciones de poder. Resultaba necesario -como lo remarcó con brillantez durante sus
sesiones otro convencional constituyente y actual Juez de la Corte Suprema Sr. Juan
Carlos Maqueda- dejar atrás el hiper presidencialismo que paulatinamente crecía
menoscabando las autonomías locales, de la mano de un nuevo “check and balance” para
tener un gobierno más participativo y controlado.11

A solicitud del señor convencional Alfonsín, se incorporó taxativamente como


necesidad de reforma combatir el abuso indiscriminado de la doctrina de “las cuestiones
políticas no justiciables” para revisar la actuación del Poder Ejecutivo en la intervención
federal. También lo destaca Zuccherino, pues no se puede emprender “una intervención
de carácter “represiva”, sin control alguno, en detrimento de los poderes y facultades
locales bajo la paradójica defensa del federalismo”.12

9
Sr. MESTRE. Convención Nacional Constituyente. 21ª Reunión, versión taquigráfica. 3ª Sesión Ordinaria
(Continuación). Jueves 1 de Agosto de 1994. Núcleo de Coincidencias Básicas. Orden del Día N° 6. Pág.
2604 a 260.
10
Sr. ROSATTI. Op cit. 11) Pág. 2573 y 2574.
11
Sr. MAQUEDA. Op. cit. 11) Pág. 2619.
12
Op. cit. 3) Pág. 201 y 202..

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El Círculo Completo de la Intervención Federal – Juan Sebastián Orso

Sin perjuicio de lo dicho, no es menos cierto que así como hay que combatir el
abuso indiscriminado del presidencialismo y otras doctrinas, también existe una
imperiosa necesidad de proteger la autonomía de los ciudadanos provinciales afectada
por aquellos gobernantes que en el poder abusan de sus facultades en nombre de su localía
federalista.

El ya citado Horacio Rosatti advertía en 1994 que “la defensa del federalismo
argentino se basa hoy en el sostenimiento de normas jurídicas que permiten determinados
actos en una provincia, mientras que en otra los prohíben, como es el caso de la
reelección de los gobernadores. Entonces, si seguimos defendiendo al federalismo de esta
manera pronto estaremos no en los funerales de la República —como se ha dicho aquí
en alguna ocasión— sino en los del federalismo, y todos nos estaremos preguntando por
qué”.13

Así como “una serie de circunstancias fueron incrementado las facultades del
Poder Ejecutivo en desmedro de los otros poderes”,14 hoy encontramos que la falta de
control sobre la autonomía de los gobiernos provinciales ha distorsionado el fin último
del republicanismo federal. Los superpoderes presidenciales, entonces, se duplicaron
paralelamente en menor escala, comprometiendo el control recíproco de dos
competencias integrativas la una de la otra. A continuación, se citará un episodio histórico
como ejemplo, para luego precisar el proceso y las modalidades de una intervención
eficaz ante semejantes descuidos.

2.3- Su vigencia en la última intervención provincial: el episodio santiagueño

Al día de la fecha, la última intervención federal dispuesta fue a la provincia de


Santiago del Estero el 1 de abril del año 2004. Durante el mandato de Néstor Kirchner,
se presentó un proyecto ante el Congreso de la Nación votado por todo el arco político.
Los motivos, expuestos en la ley, consistieron en “una violación sistemática por parte
del poder provincial en ejercicio, de derechos y garantías resguardados por la

13
Op. cit. 12).
14
Op. cit. 9) Pág. 2716 a 2717.

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Constitución federal, afectando ineludiblemente la vida republicana en sus principios


fundamentales".15

Como resultado, se sancionó la ley 25.881 que dispuso la intervención por 180 días
de la provincia (prorrogables por el mismo período) y la caducidad de los mandatos del
Poder Ejecutivo y de los miembros del Poder Legislativo. Además declaró “en comisión
a los miembros del Poder Judicial”. El interventor designado por el Poder Ejecutivo fue
Pablo Lanusse, quien se hizo cargo del poder santiagueño un día después de que el
Congreso aprobara la ley de intervención. Tras agitados meses, en febrero de 2005 los
santiagueños volvieron a elegir a sus autoridades de manera democrática resultando
triunfante el radical Gerardo Zamora.

En las sesiones legislativas previas, el diputado por Córdoba, Mario Raúl Negri,
sostuvo que “estamos en mora en el dictado de la reglamentación de las facultades
constitucionales de la intervención federal. Se ha querido dar una ayuda en el caso de
Santiago del Estero, pero en términos constitucionales no tiene ninguna viabilidad. A
esto se suma una cuestión que ha tenido fuerte penetración en Santiago del Estero y en
otras provincias argentinas. En democracia la gente vota y eso es legitimidad, pero las
sucesivas reformas constitucionales han generado en Santiago del Estero un sistema
electoral que ha ido maniatando el funcionamiento de los poderes y restringiendo su
independencia”.16

3- El Círculo Completo de la intervención federal: su proceso

La historia que hemos expuesto sobre la intervención federal nos ha dejado una
gran enseñanza: no existe tal cosa como una sola órbita de garantía federal que no requiera
de control. Por el contrario, hay una doble garantía que es recíproca: sus destinatarios son
tanto la Nación como las provincias, encomendados a proteger los republicanismos
federales, necesitados de control para no desbordar su poder.

También hemos visto que la garantía federal tiene receptáculo en manos del
gobierno federal para bregar porque las provincias cumplan con las pautas mínimas

15
LETRAP. Redacción. “Cuando intervinieron Santiago del Estero por “grave deterioro institucional”.
Publicado el 17 de septiembre de 2015.
16
NEGRIO, Mario Raúl. CN. Diputado por Córdoba, Período: 122 Reunion:4. “Intervención Federal de
la Provincia de Santiago del Estero”. Celebrada el 31 de marzo de 2004.

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enunciadas en el artículo 5 de nuestra Constitución y que se han obligado a obedecer. La


crucial diferencia entre estas competencias es que el gobierno federal, así como controla
el acatamiento de las bases mínimas federales, también es un sujeto que puede vulnerarlas
y distorsionarlas en el intento de protegerlas. Parte de la culpa de lo último lo hemos
hecho recaer en la vaguedad terminológica del articulado constitucional, en la falta de ley
y en la estricta separación de poderes que admite la discrecionalidad política.

Por este motivo, los pasos a seguir para aplicar la intervención en el futuro deberían
representan un círculo continuo de control. Como sostenía Lord Acton, “el poder
absoluto se corrompe absolutamente”.17 A continuación se expondrá un proceso inédito
avalado por la redacción del artículo 75 inciso 31 de la Constitución Nacional y la reciente
jurisprudencia de la Corte Suprema, asegurando una mirada retrospectiva e introspectiva
para una justa federación republicana.

En síntesis, se requiere un control judicial previo para precisar la afectación de


derechos y acreditar la gravedad interna. De persistir el daño, se ameritará la disposición
de la intervención propiamente dicha a cargo del Congreso, qué designará a un interventor
para luego garantizar su cometido. Finalmente, el control judicial posterior es
indispensable para que los límites constitucionales sean respetados en las instancias
políticas del proceso.

3.1- El cambio de paradigma: el control judicial previo

Como precisa Bidart Campos, para la intervención federal debe reconocerse como
punto de partida una grave violación de los principios, declaraciones y garantías de la
Constitución Nacional, pues aquella “basada en la invocación de alteración de la forma
republicana en la provincia (sin que realmente haya existido siempre esa alteración)
implica una mutación constitucional transgresora de la constitución formal”18 y de las
autonomías provinciales.

No obstante lo dicho, ha sido uno de los grandes desafíos de la doctrina y


jurisprudencia determinar la gravedad institucional local que de paso a la intervención
federal. Qué poderes se encuentran comprometidos, qué derechos se han vulnerado y cuál

17
LORD ACTON. “John Emerich Edward Dalberg Acton, first Baron Acton (1834–1902)”. La
traducción me pertenece.
18
Op. cit. 5) Pág. 201.

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es la capacidad de resolución interna de las autoridades locales, son tan sólo algunas de
las preguntas que han resonado desde la consagración de esta figura.

Acercándonos un poco más a nuestro cometido, en el año 1994 el convencional


Pardo consideró que la intervención federal no tenía por qué ser “injerencia extraña desde
el punto de vista político y jurídico sino que es un derecho que ha sido reconocido
expresamente al gobierno central por los estados al momento de incorporarse a la
federación, dándole al gobierno central facultades legislativas, ejecutivas, judiciales y
militares”.19 Esta exposición es digna de resaltar porque reconoce que la intervención,
sin perjuicio de su excepcionalidad, es una injerencia política y jurídica que se ejerce
como derecho de los ciudadanos afectados.

Y ello porque no hay proceso previo más óptimo que el judicial para determinar
con precisión -re agraviándose las partes en las distintas instancias internas agotándolas
hasta la nacional- cuando se han vulnerado derechos, garantías o principios republicanos,
federales o representativos. Aún con las limitaciones del caso concreto, no hay otra pauta
clara y fehaciente que controle la constitucionalidad de los actos y omisiones como las
sentencias informativas del accionar de los poderes públicos provinciales y nacionales.

3.1.1- El término disponer del artículo 75 inciso 31 de la Constitución Nacional

Pero no es sólo por el hecho de precisar con mayor rigor cuando han sido violados
los derechos, garantías o principios republicanos federales en el orden provincial interno
que el control judicial debe ser previo a la intervención, sino que la letra del artículo 75
inciso 31 incorporado a la Constitución Nacional en el año 1994 también da pie para tal
etapa previa.

En efecto, el artículo citado reza que el Congreso dispone de la intervención federal


a una provincia o a la ciudad autónoma de Buenos Aires. Según la Real Academia
Española, se dispone cuando se “tiene algo” o se “prepara algo” para servirse de ello.
Resulta, por ende, plenamente concordante con la naturaleza excepcional de la
intervención que exista previamente un control judicial de las normas afectantes para
reducir la discrecionalidad y sentar bases sólidas de una decisión interventora.

19
Op. cit. 6) Pág. 2461 a 2463.

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El Círculo Completo de la Intervención Federal – Juan Sebastián Orso

En mi opinión personal, la intervención no sólo está en manos del Congreso –sí lo


está la intervención federal propiamente dicha en virtud del artículo 75 inciso 31- sino
que para llegar a tal punto se requiere una intervención de modalidad judicial, espontánea,
con carácter antecedente y demostrativa del agotamiento de recursos internos: me refiero
a la intervención última de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Los fallos citados
a continuación demuestran los resultados del proceso intervención como control judicial
previo e interno.

3.1.2- Los fallos en Santa Cruz y La Rioja: la intervención previa de la Corte


Suprema de Justicia de la Nación

3.1.2.1- UCR de Santa Cruz c/ Prov. de Santa Cruz s/ amparo

El 11 de diciembre de 2018, la Corte Suprema decidió en el caso UCR de Santa


Cruz c/ Prov. de Santa Cruz s/ amparo 20 que la Ley de Lemas 2052 de la provincia era
una cuestión de Derecho Público Local. También entendió que no violentaba el artículo
114 de la Constitución Provincial ni la forma representativa y republicana de gobierno
del artículo 1 y 5 de la Constitución Nacional.

Ante el alegato del presunto agraviado sobre que la ley de lemas permitía que resulte
ganador individual quien no era el candidato más votado sin ser elegido directamente por
el pueblo, la Corte argumentó que la interpretación realizada en las instancias inferiores
era razonable conforme al común sentido de las palabras. Así, se encuentra alcanza por
la prohibición de intervenir en la forma en que las provincias organizan su vida autónoma.

De modo unánime, la Corte consideró que si bien el gobierno federal es garante del
sistema representativo y republicano, su particular intervención está limitada de modo
directo por un efectivo caso judicial -no político- en donde se demuestre un manifiesto
apartamiento de la normativa local en detrimento del piso mínimo de derechos, garantías
y principios de la Constitución Nacional.

Parafraseando el fallo, por más inconveniente o poco inocente que resulte una ley,
ello no la convierte en inconstitucional. Hay decisiones políticas fuera de su alcance y
“si, so capa de la invocada violación a los principios democráticos del art. 1 y 5° de la
Constitución Nacional, o su insuficiente tutela, la Corte pudiera traer a sus estrados

20
CSJN. “Unión Cívica Radical de la Provincia de Santa Cruz y otros c/ Estado de la Provincia de Santa
Cruz s/ amparo”. 4851/2015/RH1, 11 de diciembre de 2018. Considerando 3).

14
El Círculo Completo de la Intervención Federal – Juan Sebastián Orso

todos los actos administrativos, legislativos o judiciales de las provincias, imperaría un


régimen unitario en lugar del federal que ordena el art. 1° (arg. Fallos: 236:559 y
‘Partido Obrero’ Fallos: 336:1742)”.21

En respuesta al fallo, el reconocido constitucionalista Roberto Gargarella consideró


que el federalismo no puede ser un argumento para mantener vigentes leyes locales de
“baja calidad institucional o que resulten inconvenientes”.22 Hacerlo implicaría juzgar
al federalismo provincial en base a sus fines y no en base a los medios que procuren esos
fines de modo fraudulento.

Así, rechaza el criterio de deferencia de la Corte porque se ha diseñado un esquema


de frenos y contrapesos que busca la interferencia en las funciones. En sus palabras, no
es que no exista la decisión política discrecional, sino que “la principal tarea de la Corte
es la de salvaguardar las reglas procedimentales de la democracia, para que luego la
política tome las decisiones sustantivas que considere apropiadas”.23

3.1.2.2- Unión Cívica Radical de la Provincia de La Rioja y otro c/ La Rioja,


Provincia de s/ amparo

En poco menos de 2 meses, la Corte Suprema volvió a resolver un asunto público


local en un contexto con pocos precedentes. El 25 de enero de 2019, habilitó la feria
judicial para tratar el amparo presentado por la Unión Cívica Radical de la Rioja contra
su Distrito. Los mismos pretendían declarar la inconstitucionalidad de ley y decretos que
convocaban a una consulta popular por entender que la fórmula del artículo reemplazante
y la convocatoria para ratificarlo eran violatorios de la Constitución Provincial, de la
Constitución Nacional y últimamente atentaban contra el espíritu de la última reforma
constitucional provincial al extender la posibilidad de reelección.24

Para resolverlo, el voto mayoritario de la Corte sostuvo su competencia originaria


por existir una incertidumbre jurídica necesitada de pronto esclarecimiento “en el

21
Op. cit. 24) Considerando 11)
22
GARGARELLA, Roberto. “Ley de lemas: el peor fallo del año?”. Publicado en Seminario Roberto
Gargarella. 26 de diciembre de 2018.
23
Íbidem.
24
CSJN. “Unión Cívica Radical – Distrito La Rioja y otro s/ acción de amparo”. 25 de Enero de 2019.
Considerando 1 a 3).

15
El Círculo Completo de la Intervención Federal – Juan Sebastián Orso

entendimiento de que le corresponde al Poder Judicial de la Nación buscar los caminos


que permitan garantizar la eficacia de los derechos”25. Sin embargo, entendió que no
existía caso judicial permisible de análisis, pues la consulta popular y posterior enmienda
constitucional todavía no habían tenido efecto y resolver sobre su fondo atentaría contra
la división de poderes.

En minoría, Carlos Rosenkrantz ratificó que existía una “nítida cuestión federal”
requerida de intervención inmediata de la Corte, pero difirió respecto a la inexistencia de
agravios concretos. Por el contrario, el hecho de que pretenda modificarse una
constitución por un procedimiento que justamente la violenta, provoca “interés jurídico
directo que da lugar a un auténtico "caso" o "controversia judicial".26

Esta tesitura minoritaria también fue apoyada por Roberto Gargarella, quien
consideró que la tentativa del gobernador Casas en la Rioja era un conflicto político grave
en donde la intervención judicial resultaba indispensable. Ante las posibilidades de las
autoridades locales de distorsionar las reglas del juego a su favor, la revisión judicial
resulta apropiada y debe ejercerse oportunamente para evitar daños posteriores 27.

1 mes después, la Corte se encontró en condiciones de resolver el fondo de la


cuestión porque la consulta ya había ocurrido. En primer lugar, remarcó que si bien “las
provincias conservan su autonomía absoluta en todo lo relativo a los poderes no
delegados, se dan sus propias instituciones y se rigen por ellas sin intervención del
gobierno de la Nación”, también deben acatar “aquellos principios superiores que las
provincias han acordado respetar al concurrir al establecimiento de la Constitución
Nacional (Fallos: 310:804), y que la Nación debe garantizar”.28

Los artículos 84, 120 y 177 de la constitución riojana no pueden avalar la


interpretación de que todos los ciudadanos que no alcanzaron a votar hayan aprobado
tácitamente la reforma por no alcanzar el NO un 35%, ni que las elecciones generales
sean otras que las del cargo cuya reforma va a afectar. Así, la base fáctica del fallo resultó

25
Op. cit. 27) Considerando 6).
26
Op. cit 27) De su voto en disidencia. Considerando 4) y 6).
27
GARGARELLA, Roberto. “Consulta popular en La Rioja”. Publicado en Seminario de Roberto
Gargarella. 26 de enero de 2019.
28
Op. cit. 27) Con fecha 22 de marzo de 2019. Considerando 5).

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El Círculo Completo de la Intervención Federal – Juan Sebastián Orso

disímil del de Santa Cruz por existir allí una decisión jurídica razonable en el ámbito
interno.

3.2- El acto de disposición: las modalidades de la intervención

Una vez que en un caso concreto –de legitimación individual o colectiva- se ha


realizado un exhaustivo análisis constitucional de los derechos vulnerados en el ámbito
local, podemos pasar con seguridad a la disposición de la intervención federal si las
afectaciones persisten. Por ejemplo: perjudicar masivamente a la población local al no
derogar la norma declarada inconstitucional o reemplazarla por otra con los mismos
efectos.

Si bien la historia expuesta demuestra un peligroso uso discrecional de la


intervención para supuesto que no lo ameritan, también hemos aclarado en el punto 3.1.1
del presente comentario que la reforma constitucional, el artículo 75 inciso 31 y el control
judicial previo tras la construcción jurisprudencial citada, son una sólida base para el
siguiente paso de disposición. A su vez, esta acción llevada a cabo por el Congreso admite
modalidades y alcances que la tornan menos invasiva y más controlada.

Se necesita de una seria alteración local como lo son los “conflictos que
distorsionan gravemente la separación de poderes, el régimen electoral” o “el
incumplimiento de cualquiera de las tres obligaciones provinciales de asegurar: el
régimen municipal, la administración de justicia, la educación primaria”. Ekmekdjian,
por su parte, suma el criterio de la afectación “habitual”.29

En cuanto a la ocupación material en la intervención, mientras el art. 6 habla de


intervenir “en el territorio de las provincias”, el inc. 31 -y su correlativo art. 99-
mencionan la intervención “a” una provincia. Y es esta distinción clave, pues no es lo
mismo ocupar territorialmente un espacio autónomo para deponer a las autoridades
locales como sucedía en el siglo XIX y parte del XX, que sostener organizativamente y
sin mayor intromisión el reajuste de los poderes provinciales por un límite de tiempo
como sucedió en el caso citado de Santiago del Estero.

Con respecto a la solicitud de intervenir, si bien la decisión de intervención puede


provenir del Congreso de la Nación por motu propio, es recomendable que otro órgano

29
Op. cit. Citado por Bidart Campos y el diputado Vanossi en 5) y 17).

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El Círculo Completo de la Intervención Federal – Juan Sebastián Orso

provincial o federal presente un proyecto fundamentado y con pautas de actuación claras


que demuestren real interés. Recordemos que la intervención federal, después de todo, es
el fruto de otras herramientas de intervención previas que han, presuntamente, fallado.

Afirma Zuccherino que no es posible la intervención preventiva, pues una


intervención per se desnaturaliza el instituto y sería ilógica jurídicamente por limitar su
juicio de valor a circunstancias que no han acontecido. De mi parte, no comparto el
criterio. Tomando lo lógica argumentativa de Carlos Rosenkrantz en el fallo de la Rioja
(punto 3.1.2.1), los procesos políticos en ejecución pueden representar peligros
inminentes; frente a ellos, la inconstitucionalidad puede “presumirse” porque esperar a
su concreción podría provocar graves conflictos de difícil o imposible solución.30

En síntesis, si la intervención federal es un recurso, el Congreso procurará limitarla


en el tiempo, en los poderes a reorganizar, evitará su carácter sancionatorio y se esforzará
alterar lo menos posible a las autoridades locales. Durante la intervención, por ende, la
relación con la provincia debe ser de cooperación para dejar de ser de subordinación. De
lo contrario, “si se persiste en defender al federalismo con armas que no son aptas iremos
seguramente por mal camino”.31

3.3- El garantir el federalismo republicano

Por el artículo 6, “el gobierno federal interviene en el territorio de las provincias


para garantir la forma republicana de gobierno”, entre otras causales. El término
garantir, poco utilizado en los vocablos cotidianos, alude a garantizar, cuyo principal
sinónimo es asegurar.

Desde el caso “Sarmiento, Carlos v. interventor Nacional en la Provincia de


Buenos Aires”, fallado en 1893, la doctrina considera de modo pacífico que la función de
garantir es desempeñada a posteriori por el interventor federal. A continuación,
mencionaremos esta tercera etapa del proceso de intervención con sus características
política-ejecutivas.

3.3.1- La persona del interventor federal

30
Op. cit. 3) Pág. 206.
31
Op. cit. 11) Pág. 2573 y 2574.

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El Círculo Completo de la Intervención Federal – Juan Sebastián Orso

El interventor federal es un representante directo de la función ejecutiva federal.


Ello no quiere decir que sea representante del presidente, sino que puede ser representante
del Estado intervenido, del Congreso de la Nación, de los agraviados, entre otros. La tarea
del interventor es de gestión y tiene por objeto lograr la finalidad de la intervención que
se le ha encomendado.

El interventor es designado por el Congreso de la Nación, quien mantiene las


facultades de removerlo, reemplazarla o suspenderlo durante su gestión. También puede
compartir funciones con la Auditoría General de la Nación o el presidente y sus ministros.
Rodolfo Rivarola considera que el éxito de la intervención está en “el acierto en el
diagnóstico, que corresponde principalmente al Congreso, y la habilidad del cirujano,
que es el presidente de la Nación”32 por medio del interventor.

En su accionar, el interventor toma sus funciones al instante de prestar juramento y


firmar el acta respectiva. Se maneja por decretos, puede designar otros sub interventores
con facultades administrativas y, por supuesto, puede solicitar la cooperación de las
autoridades locales afectadas y no afectadas por la intervención.

Es discutible si el interventor es una figura propia del Estado federal central, pues
existen disposiciones constitucionales en las distintas provincias que rigen su accionar.
Lo cierto es que su trabajo debe ajustarse a la normativa de ambas órbitas siempre que la
normativa local no impida llevar a cabo la tarea de reorganización republicana y federal.
Si la normativa local lo impide o no lo impide, deberá determinarse por medio del control
judicial posterior.

3.4- El control judicial posterior

Tal como se ha demostrado al comentar el caso Llerena y Orfelia, con el propósito


de evitar la “judicialización de la política” el Poder Judicial pocas veces ejercía sobre la
decisión de intervenir un control judicial posterior. En simples palabras, “si lo que está
en debate es la facultad de los contratantes para hacer un tratado, la cuestión es política,
como cuestión que afecta a la soberanía, y los tribunales no tienen acción sobre ella;
pero si el pleito se hace sobre la constitucionalidad de las cláusulas de ese tratado, la
cuestión es judicial, y las Cortes de justicia pueden pronunciarse sobre su validez”.

32
RIVAROLA, Rodolfo. “Diccionario manual de instrucción cívica y práctica constitucional Argentina”.
Coni. Buenos Aires. Edición 1934. Pág. 131.

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El Círculo Completo de la Intervención Federal – Juan Sebastián Orso

En disidencia, Bidart Campos y Zuccherino/Rithner apuntalan que la facultad de


someter a revisión la utilización de la Intervención federal obedece a sus antecedentes
históricos: la práctica ha dado lugar a situaciones de seria gravedad, como eliminar las
autoridades estaduales que les resultaban desafectadas. Ahora bien, por no ser el poder
judicial un órgano lesgiferante, la revisión dependerá del recurso respectivo en los
estrados jurisdiccionales.

Un caso claro de control judicial posterior se encuentra en el episodio relatado en


el punto 2.3 del presente comentario. Meses después de la intervención santiagueña, la
Corte Suprema tuvo que decidir sobre la suspensión o no de la reforma constitucional
impulsada por el interventor Federal Lanusse en fecha 21 de septiembre de 2004.33

El amparo, presentado por derecho propio por el senador nacional santiagueño José
Luis Zavalía, pretendía que se declare inconstitucional la ley 6667 por la cual el
interventor podía declarar la necesidad de reforma parcial de la constitución local. La
Corte sostuvo su competencia originaria en los términos del artículo 117 de la
Constitución Nacional e hizo lugar a la medida cautelar solicitada.

En línea con el presente comentario, dispuso que las modalidades de “las


intervenciones no se han instituido para cercenar derechos a los habitantes de las
provincias sino para garantizarlos plenamente en su ejercicio, ni causan cesantía de la
personería jurídica de los estados, que son de existencia necesaria”.34 En primer lugar,
entonces, informó sobre los límites necesarios de la figura comentada para resguardar el
federalismo que dice proteger.

En segundo lugar, “el hecho de que los interventores no sean funcionarios legales
de las provincias, en cuanto su designación emana del gobierno nacional y sus
atribuciones y responsabilidades se relacionan con el poder que representan y no con los
poderes locales, implica que la función de tales funcionarios federales no puede
extenderse más allá de los límites que les asigna la Constitución y la ley, pero ello no

33
CSJN. “Unión Cívica Radical de la Provincia de Santiago del Estero c/ Santiago del Estero, Provincia de
s/ acción declarativa de certeza”. 22 de octubre de 2019.
34
Secretaría de Jurisprudencia, CSJN. Autonomía provincial-interventor federal. Pág. 2.

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El Círculo Completo de la Intervención Federal – Juan Sebastián Orso

obsta al ejercicio de sus funciones de representantes necesarios del Estado intervenido,


mientras se organizan los poderes locales”.35

En opinión de la Corte, los actos del interventor revisten una doble naturaleza al
igual que su personalidad. Los primeros porque caen bajo la jurisdicción de los tribunales
locales salvo prescripciones constitucionales federales (como la de este caso), y la
segunda porque representa al gobierno federal mientras realiza actos en cooperación con
la estructura organizativa de la provincia. Así instrumentada, la decisión de reformar la
constitución provocaría graves vicios de nulidad y serios trastornos futuros que exigen
frenarla.

4- La omisión legislativa: la cuadratura del círculo

Entre imprecisiones, abusos y desentendimientos del instituto de la intervención


federal, hemos aclarado los tantos valiéndonos de una necesaria reforma constitucional
en el año 1994 y de los recientes fallos de nuestra Corte Suprema. No significa, sin
embargo, que una ley reglamentaria especial no resulte útil y necesaria.

Aconsejamos, en consecuencia, sobre las conveniencias de una ley que reglamente


el proceso de la intervención federal en las provincias de la manera en que la hemos
plasmado en este comentario. Particularmente, qué órganos federales hacen el
seguimiento previo y posterior de la intervención, bajo qué forma se lleva a cabo la misma
y, finalmente, quién controla al interventor federal y cuáles son las consecuencias de su
accionar.

A juicio de Emilio A. Ibarlucía, “si quiere preservarse un texto constitucional


parco y breve, bueno sería que, al menos, estuviera prevista entre las atribuciones del
Congreso la sanción de una ley especial reglamentaria del instituto por medio de una
mayoría especial, que requiriera, naturalmente, igual mayoría para ser modificada”.36

Conclusión

Tras recorrer la historia de la intervención federal, las decisiones tomadas en su


nombre han sido peligrosas. Bajo términos vagos y ambiguos, la protección de los

35
Op. cit. 37) Pág. 3.
36
IBARLUCIA, Emilio A. “Intervención Federal a las Provincias - Acerca de la conveniencia de una ley
especial reglamentaria”. Publicado en la página oficial de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación
Argentina. Sin fecha.

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El Círculo Completo de la Intervención Federal – Juan Sebastián Orso

derechos, las garantías y los principios republicanos y federales han devenido en


atropellos por parte de la Nación que la aplica y por parte las provincias que, abusando
de su margen de maniobra local, no son alcanzadas por esta valiosa herramienta.

Afortunadamente, pero no de modo suficiente, hemos observado como la última


reforma constitucional ha dado un paso más hacia el cuidado y control tanto de las
autonomías federativas como del gobierno federal, ubicando al Congreso en la posición
nodal de su disposición a través del artículo 75 inciso 31. Sin embargo, la pesada herencia
de la intervención y los viejos paradigmas de separación de poderes han quitado la vista
de su utilidad ante nuevos fenómenos de concentración del poder provincial que, bajo el
velo autonómico local, han vulnerado los derechos esenciales de quienes allí habitan.

Para poner fin a estas afrentas sin descuidar los riesgos de la intervención, hemos
sentado las bases de un proceso para que dicha figura pueda aplicarse con reducida
discrecionalidad, amplio control y consistente reciprocidad organizativa. Y a pesar de la
omisión de una ley reglamentaria, la reforma constitucional de 1994 y los nuevos
paradigmas jurisprudenciales han transformado en realidad lo que desde sus orígenes
pretendió la garantía federal: el cuidado armonioso de las órbitas federales, republicanas
y representativas en cumplimiento del mandato constitucional de asegurar la libertad
nacional, la libertad local, la libertad colectiva y la libertad individual.

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