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Estrés académico en relación a la disponibilidad de recursos para el ejercicio de

aprendizaje en estudiantes del programa de psicología de la Universidad Santo Tomás


en época de confinamiento

Laura Alejandra Maldonado


Laura Vanessa Parra
Paula Daniela Pérez

Universidad Santo Tomás


Facultad de Psicología
División Ciencias de la Salud
4 de Septiembre del 2020 - Bogotá D.C.
Justificación
La presente investigación surge a partir de las vivencias, propias y ajenas, con las
clases virtuales donde se tiene la percepción de que el estrés, que comúnmente se siente en la
temporada escolar ha aumentado. Para ello se realizó una búsqueda de información tanto del
contexto a estudiar como de los estudios referentes a esta problemática, teniendo en cuenta
que los ajustes implementados por el confinamiento que de por sí pueden ser críticos y
estresantes.
Primero que todo, dentro del contexto nacional, uno de los factores que se han
encontrado en medio de la pandemia es la conectividad ya que se considera como un
obstáculo para lograr acceder a las clases virtuales, adicionando la falta de equipos
(computadores, portátiles). Sin embargo, la secretaría de educación ha buscado apoyar a
quienes tienen esta problemática, donando computadores, móviles u otras herramientas que
permitan el acceso a internet.
Por ejemplo, en la ciudad de Medellín se observa que la calidad de vida que tienen los
estudiantes según su estrato socioeconómico, siendo un factor de preocupación para los
docentes, ya que, en los sectores “altos” los estudiantes cuentan con buen acceso a internet,
mientras que, por otro lado, en los barrios “populares” no se tiene esta conectividad. La
secretaria de Educación de Medellín plantea encuestas y un censo los cuales arrojan una cifra
de que 8.241 niños abandonaron sus estudios durante la pandemia. Así mismo, gracias a estas
encuestas, se logró identificar que una de las razones de la deserción es la desmotivación, ya
que, por diversos motivos el niño en el momento de recibir sus clases no cuenta con el apoyo
de sus padres o tutor legal.
También, la secretaria de educación de Barranquilla encontró que 5.000 estudiantes
desertaron de sus clases por la pandemia. Se añade que en esta población muchos de los casos
que se presentan es por falta de recursos económicos, por lo que, no existe facilidad en poder
adquirir un dispositivo, y además de esto que cuente con acceso a internet, y para que así, los
niños y jóvenes puedan acceder y realizar sus actividades educativas eficientemente.
Por otro lado, después de realizar la revisión de investigaciones, se encontró que en
Bogotá no se ha realizado ninguna acción para identificar la deserción escolar. Según la
secretaría de educación ha aumentado la cifra de matrícula siendo esta de 3976 estudiantes
nuevos, de igual forma se realiza un seguimiento telefónico a los usuarios que no tienen la
posibilidad de acceder a esta modalidad, con el fin de aumentar el crecimiento educativo. (El
Tiempo, 14 de agosto del 2020)
En relación al confinamiento, un estudio realizado en España por Castillo y Velasco,
(2020) dio como resultado que los síntomas relacionados con diagnósticos de depresión,
ansiedad y estrés postraumático aumentaron en población joven. Algunos de los efectos
negativos son la limitación de las relaciones, la pérdida de hábitos dirigidos al autocuidado y
la limitación de espacios para realizar actividad física, además del aumento de probabilidad
de sufrir de un acto de violencia familiar, disminución de la economía familiar y
repercusiones físicas a causa de la exposición constante con nuevas tecnologías.
Ahora, es importante recalcar que la Universidad Santo Tomás, según su página web,
cuenta con 30.252 estudiantes de pregrado inscritos, de los cuales 467 pertenecen al
programa de psicología. Teniendo en cuenta la virtualidad que se está manejando
actualmente, es probable que algunos de los estudiantes puedan presentar complicaciones en
el desarrollo de su proceso académico, tales como como las condiciones mencionadas
anteriormente, como la falta de conectividad o la calidad de esta, o la falta de herramientas
digitales como un computador o un celular. También es importante mencionar que dentro de
la vida universitaria muchos de los estudiantes requieren del apoyo económico de sus padres,
por esta razón, en caso de que se presente una ausencia de esta, aumenta la posibilidad de que
el estudiante entre en una situación estresante o de desmotivación, haciendo que abandone su
proceso académico.
Antes del confinamiento, el estrés académico ya era una problemática en diversos
países debido a los efectos físicos, psicológicos y emocionales que tiene en alumnos y
maestros, tanto en la educación básica como en la superior, siendo importante recalcar que
una de las alteraciones más frecuentes a causa de este factor es la somnolencia, la cual es un
signo de trastornos del sueño (Mendoza, Ortega, González, Quevedo, Aguilar y Hernández,
2010)
Por otro lado, existen diversas situaciones que pueden considerarse estresores para los
estudiantes universitarios como los exámenes, la actitud y disposición de los profesores, la
carga académica y la entrega de trabajos en tiempos cortos (Toribio y Franco, 2016),
sumándole ahora mayor cantidad de horas de trabajo independiente y un entorno
posiblemente no favorecedor para el proceso de aprendizaje.
Sobre esta variable del estrés académico se encuentran diversos estudios y
planteamientos, donde se le relaciona con la salud mental (Feldman, Goncalves, Chacon-
Puignau, Zaragoza, Bages y De Pablo, 2008) la depresión (Velez, Gutiérrez y Toro, 2010)
deserción y estrategias de retención (Suarez y Díaz, 2015) funcionalidad familiar (Díaz,
Arrieta y González, 2014), apoyo social-escolar (Barraza, 2015; Barraza, 2014), entre otras.
Sin embargo, no se encontró información previa de un estudio correlacional entre el estrés
académico y la disponibilidad de recursos.
También se observa el vacío y la poca relevancia que hay con respecto a la
disponibilidad de recursos pues los estudios hacia esta son pocos, por no decir nulos, y en
diversas ocasiones no es un elemento central, sino emergente o secundario. Sin embargo, esto
no significa que sea irrelevante la investigación sobre él, es más, gracias a las condiciones
actuales por el confinamiento ha surgido como un tema importante conectado al recurrente
discurso de “no estábamos preparados para esto” que hace referencia tanto a las clases
virtuales como al teletrabajo, compras online, transporte, entre otros elementos de la “nueva
normalidad”, pues no todos cuentan con los recursos necesarios.
Uno de los ejemplos más preocupantes es el acceso a la educación donde el 63% de
estudiantes de grado quinto de primaria y once de bachillerato, y el 57% de estudiantes que
cursan noveno de bachillerato, mencionan no contar con conectividad ni con medios físicos
(Abadía, 2020). Sin embargo, la dificultad no solo radica en la falta de herramientas, sino
también en que tan eficientes son estas, pues una conexión a internet deficiente o
intermitente, o el uso de dispositivos poco cómodos para el estudiante (celulares prestados,
con poca memoria de almacenamiento) muy probablemente genere una situación de estrés
mucho mayor que la vivida en la modalidad presencial.
En adición a lo anterior, los maestros también se ven afectados por esta modalidad ya
que no desconocen o cuentan con las estrategias académicas para llevar a cabo el proceso de
enseñanza por medios digitales, generando situaciones estresantes que se comprenden dentro
del estrés laboral.
En síntesis, es relevante estudiar el estrés académico en relación a la disponibilidad de
recursos en este momento de contingencia por diferentes razones, una de estas es que su
contexto de aplicación no ha sido explorado en nuestro país y, por lo encontrado en los
antecedentes, tampoco en Latinoamérica. También, entendiendo que, al presentarse una
situación estresante en la modalidad virtual, y en un contexto de incertidumbre, se deben
contar con nuevas estrategias de afrontamiento, y el registro de estas puede perpetuar su uso
más allá del confinamiento. Además, la validación de la hipótesis propuesta, la cual señala
que a mayor disponibilidad de recursos disminuye la presencia del estrés, puede ser usada
como referente informativo para la Universidad Santo Tomás respecto a los estudiantes
pertenecientes a la facultad de Psicología y posiblemente, para promover una política pública
que favorezca diferentes estrategias para el desarrollo del proceso educativo de los niños y
jóvenes, la disponibilidad de los recursos, y la salud mental.
Problematización
Esta investigación surge de la reflexión de las prácticas pedagógicas implementadas
en la actualidad, a causa de la contingencia mundial denominada Covid - 19, lo que implicó
una serie de cambios en todos los sistemas de relación en los que estamos inmersos
cotidianamente, específicamente en el ámbito educativo, uno de los mecanismos instaurados
fueron las clases virtuales, las cuales para su fin están directamente relacionadas con los
Recursos educativos digitales definidos por la red de conocimiento Colombia aprende cómo
“La información digital que hace referencia a los diferentes formatos como imágenes, audios,
videos, textos enriquecidos, páginas web, juegos interactivos, e ilustraciones, y su función es
ofrecer información a través de distintos formatos (audiovisual, textual, visual, multimedia,
etc.).” Colombia aprende (2018)
Así mismo, como el conocimiento diseñado desde estos mecanismos de difusión
pueden fortalecer y apoyar el marco del proceso educativo; sin embargo, esta definición no
contempla la accesibilidad que se pueda tener a estas y los diferentes factores que puedan
dificultar su efectiva finalidad.
Sulmont (2005) define los Recursos educativos como “Vehículos e insumos
facilitadores de contenido e información en el proceso de construcción del conocimiento, son
instrumentos de mediación del conocimiento.” (p. 6). Haciendo referencia en gran parte a los
dispositivos electrónicos que competen la práctica de la educación virtual, y cómo estos han
podido generar nuevos caminos de difusión y de interacción con las entidades educativas y
los estudiantes.
Es importante resaltar que previo a esta contingencia mundial, las personas que
accedían a este tipo de educación exclusivamente virtual, tenían los medios necesarios para
llevar a cabo el proceso educativo, es decir, tenían acceso a dispositivos, como un
computador o un celular, y que estos tenían acceso a internet.
Ahora, partiendo de la realidad colombiana, y teniendo en cuenta las problemáticas
contextuales, así como la pobreza según la Comisión Económica para América Latina y el
Caribe “los índices de pobreza son extremos y subirán al 14,3% en 2020, desde el 10,9%
registrado en 2019” (10 de Agosto del 2020) y según el DANE la “Tasa de desempleo
nacional fue del 20,2%, lo que significó un aumento de 9,5 puntos porcentuales frente al
mismo mes del año anterior (10,7%).” (25 de agosto del 2020). Implican una reflexión de la
implementación de la educación virtual y de la disponibilidad de recursos y necesidades
actuales de la población colombiana, y así mismo, como aumentan las complicaciones para
tener un proceso educativo efectivo y adecuado; y un estado óptimo de la salud mental en los
niños y jóvenes pertenecientes a alguna entidad educativa.
También es importante definir la disponibilidad, entendida como el conjunto de
bienes y dispositivos electrónicos para su uso óptimo en el proceso educativo en la modalidad
virtual.
Estrés Académico
El estrés es un fenómeno estudiado en diversos contextos y con diversos modelos para
explicarlo, sin embargo para el campo académico es difícil encontrar un teoría novedosa, por
eso para la conceptualización de esta variable se tendrá en cuenta el modelo sistémico-
cognoscitivo propuesto por Barrazas (2006) que, con base en los postulados de la Teoría
general de los sistemas, comprende al alumno como un sistema abierto que tiene constantes
intercambios con el ambiente (input y output) para llegar a un estado de equilibrio.
Sumado a esto, con la idea de complementar el proceso interno (input), se plantea
desde el supuesto cognocitivista que, ante una situación de desequilibrio, peligro o amenaza,
el sistema desarrolla una valoración de la situación y de los recursos con los que cuenta para
afrontarla, y cuando estos no son suficientes se busca emplear estrategias de afrontamiento
con el fin de manejar la situación estresante. Ante estos planteamientos, el estrés académico
se define como:

Un proceso sistémico de carácter adaptativo y esencialmente psicológico que se


presenta de manera descriptiva en tres momentos:
• Primero: el alumno se ve sometido, en contextos escolares, a una serie de demandas
que, bajo la valoración del propio alumno son consideradas estresores (input),
• Segundo: esos estresores provocan un desequilibrio sistémico (situación estresante)
que se manifiesta en una serie de síntomas (indicadores del desequilibrio)
• Tercero: ese desequilibrio sistémico obliga al alumno a realizar acciones de
afrontamiento (output) para restaurar el equilibrio sistémico. (Barrazas, 2006, p.126)

Para la operacionalización de esta variable se cuenta con el inventario SISCO del


estrés académico que está compuesta por 31 ítems, construido y validado por Barraza (2007)
en México. Estos ítems se distribuyen de la siguiente manera: un primer ítem con respuesta
de sí-no que funciona como filtro para considerar a la persona como candidato del estudio, un
ítem tipo Likert con valores de 1 a 5 que mide la intensidad del estrés, ocho ítems tipo Likert
con cinco categorías (nunca, rara vez, algunas veces, casi siempre, siempre) para identificar
la frecuencia de situaciones que fueron valoradas como estresantes; quince ítems tipo Likert
con las mismas cinco categorías anteriores, para evaluar la regularidad con la que se
presentan respuestas de orden físico, psicológico y comportamental; y seis ítems tipo Likert
con las cinco categorías anteriores, para medir la frecuencia del uso de las estrategias de
afrontamiento.
Adicionalmente, el inventario SISCO del estrés académico fue validado en Colombia
por Malo, Cáceres y Peña (2010) que al ser aplicado a 300 estudiantes de la Universidad
Pontificia Bolivariana que oscilan en las edades de 18 a 22 años, dan cuenta de una
consistencia interna alta e indicando que el instrumento es fiable en esta población.

Antecedentes
Como parte de los antecedentes investigativos se encontraron estudios que plantean
una relación entre los recursos tecnológicos y la educación, pues se evalúa el conocimiento
de profesores y alumnos sobre TICS, dando como resultado poco manejo, pero iniciativa por
implementarlos (Zarate, Garza y Zermeño, 2016); a su vez, dos estudios obtuvieron en sus
resultados que la calidad educativa mejoraba considerablemente al implementar herramientas
tecnológicas en los procesos de enseñanza-aprendizaje (Mari, 2016; Gros, Maina, Johnson y
Adams, 2012) y que estas estrategias son favorables para que el estudiante construya el
conocimiento (Guerrero, Saldivia, Gallardo, 2012). Incluso un estudio que plantea un
cuestionario para registrar los recursos tecnológicos con los que cuentan las instituciones
como herramientas didácticas (Talavera y Marin, 2015). Lo anterior nos da una visión de lo
que se investigaba con respecto a la virtualidad, exponiendo que, ante el interés existente por
la modalidad virtual, eran pocos los recursos con los que se contaban, prediciendo que las
instituciones no estaban preparadas para la virtualidad.
De esto último, también se han realizado estudios donde se exploran los efectos del
confinamiento en estudiantes, el impacto que tienen las clases virtuales sobre ellos y la
realidad de la educación virtual frente a la expectativa teórica (Wang, Zhang, Zhao, Zhang y
Jiang, 2020; Aucejo, French, Araya y Zafar, 2020; Hasan y Bao, 2020). Adicional a esto,
surgen estudios que plantean nuevos retos educativos (Mendiola, Hernández, Carrasco,
Servín, Romo, Lara, Cazales y Vergara, 2020), y cómo esta modalidad permite ver la brecha
de desigualdad en un derecho fundamental como la educación (Saraguro, 2020).
Con respecto al estrés en la educación superior, se encuentran estudios dirigidos a los
factores que desencadenan el estrés académico (Monzòn, 2007; Mendoza, Ortega, Aguilar y
Hernández, 2010; Rull, Sánchez, Cano, Méndez, Montiel y García, 2011), y las estrategias
de afrontamiento emergentes en estas situaciones (Boullosa, 2013; Berrio y Mazo, 2011;
Barraza, 2011; Cabanach, Valle, Rodriguez, Piñeiro y Freire; 2009), siendo los programas de
Licenciatura de sistemas, traducción, diseño gráfico, arquitectura, contaduría y comunicación
quienes presentan mayores niveles de estrés (Sánchez, Méndez y García, 2011).

Pertenencia disciplinar
Como es expresado por los autores de los diferentes artículos revisados, el estrés
académico es un fenómeno que se ve ligado a otro tipo de intereses para la psicología, como
lo es la depresión, la ansiedad, alteraciones del sueño, entre otros diagnósticos y situaciones
que amenazan la salud mental de las personas. Es esto último una de las razones por las
cuales es relevante esta investigación, pues basándonos en el principio de la equifinalidad
propuesto por la teoría general de los sistemas, el estrés académico pues ser uno de los
factores que desemboque en un problema mayor si no se afronta en el momento, siendo el
campo clínico de nuestra disciplina beneficiado de la información que se genere.
Así mismo, para el campo de la psicología social también es muy pertinente abordar
estas dos variables, teniendo en cuenta las condiciones contextuales de la población
colombiana y todas las problemáticas sociales que tienden a ser transversales a los diferentes
sistemas de relación del individuo, siendo estas situaciones de gran influencia para la salud
mental y el bienestar del individuo. Es importante resaltar también la manera en cómo la
sociedad está siendo significativamente afectada por la pobreza y los índices de desempleo
están demasiado altos, lo que dificulta la accesibilidad a los recursos para un adecuado
ejercicio de aprendizaje requerido para la modalidad virtual actual, y de esta manera, como se
puede consolidar la implementación de políticas públicas que garanticen metodologías para
asegurar una buena conectividad y la disponibilidad de dispositivos para los estudiantes que
no tengan este privilegio.

Finalmente, la pregunta que guía esta investigación es ¿cómo la disponibilidad de


recursos para el ejercicio de aprendizaje puede disminuir o aumentar el estrés académico en
estudiantes del programa de psicología de la Universidad Santo Tomás en época de
confinamiento?
Objetivos

Objetivo general
Analizar cómo la disponibilidad de recursos para el ejercicio de aprendizaje puede
disminuir o aumentar el estrés académico en estudiantes del programa de psicología de la
Universidad Santo Tomás en época de confinamiento

Objetivos específicos
1. Identificar los recursos que favorecen los procesos de aprendizaje.
2. Evaluar el estrés académico de los estudiantes en relación con los recursos disponibles
para su proceso de aprendizaje.
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