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Damian Wayne: nacido para matar

Soy fan de Batman, es mi personaje mainstream favorito. Hago la aclaración respectiva para que
entiendas que no hay mala leche en lo que voy a decir a continuación: Robin me cae pal culo. Está
bien, nunca tanto, hay matices, pero quería una frase categórica para pasar luego a explicarte por
qué, y de paso comentar brevemente “Batman and Robin: Born to kill” (Batman y Robin: Nacido
para matar), el primer arco sobre el dúo luego de Flashpoint.

La verdad que me sentí identificado cuando en la introducción del recopilatorio de “Dark Victory”
(Victoria Oscura), Tim Sale comenta que odiaba a Robin; y es que si te pones serio con la figura de
Batman, el compañerit@ en mallas de colores brillantes, como que no va. No digo que no me
vacilen Dick Grayson, Jason Todd, Tim Drake, Carrie Kelly, y qué rayos, incluso Stepahnie Brown;
pero me vacilan en sus versiones más adultas ( Nightwing, Red Hood, Red Robin y Batgirl), y en el
caso de Carrie, a pesar de seguir pareciendo bien chibola, es entrañable dentro del universo de
Frank Miller. Porque bueno, a ese team lo entrenó un tipo que le hace bullying a Superman (El
regreso del caballero oscuro) y tiene un plan para bajarse a cada miembro de la JLA si se ponen
faltosos (Torre de Babel). Maestro.

El problema está con que un broder más matón que Chuck Norris entrene a preadolescentes y
adolescentes para enfrentarse a otro montón de broders tan matones como él. O sea ya, tiene sus
traumas y todo, pero esa vaina al menos genera un dilema moral (uno aunque sea). Y me estoy
situando dentro de la lógica misma que la fantasía te presenta. A Dick casi lo matan a golpes
(Robin Año Uno), a Stephanie y Carrie igual (Juegos de Guerra y El caballero oscuro contra ataca,
respectivamente), Jason no dejó las cosas a medias (Una muerte en la familia), y a Tim lo perseguía
una asesina profesional que mató a varios chibolos buscándolo (Tambores de guerra).

Entonces, para ser honesto, en mi opinión la figura de Robin solo encaja perfectamente en el estilo
de historias para niños de las primeras décadas del personaje (de la cual “Los archivos negros” son
una formidable muestra), en la cual realmente el pequeño Dick no estaba en peligro de una
muerte salvaje y gratuitamente brutal. Cuando en la versión contemporánea del personaje,
Batman lo saca a pasear por la ciudad de la locura, siempre me da la impresión de que no pensó
dos minutos lo que estaba haciendo.

Y es aquí donde entra Damian, cortesía de Grant Morrison (Batman e hijo). Situémonos otra vez en
la lógica de la fantasía. Este no es cualquier piraña, y no me refiero a que sea hijo biológico de
Bruce (que yo ya pensaba que se había hecho una Batisectomía, porque nica lleva condones en el
cinturón), nada que ver, eso es lo de menos. Este zamarro es nieto de Ra’s al Ghul, hijo de Talia al
Ghul, criado para matar y sabe Highfather qué cosas más, heredero de un genocida semi inmortal
que no tiene reparos en desaparecer civilizaciones. Así de dañado lo recoge Bruce.

Entonces, uno se pregunta, siempre dentro de la lógica de la historia, qué hacer con este chibolo.
No lo pierdes de vista y lo mantienes a raya, eso es lo que haces, y si eres Batman no te queda otra
que redirigir hacia el bien las habilidades superiores de esta pequeña máquina de matar. O sea, lo
haces tu compañero, lo haces Robin. Por cierto, ni se te ocurra compararlo con el inicio de Jason
Todd, sé consciente.

Es cierto que la dinámica de este dúo ya se había explorado antes, durante y después de “Batman
Reborn” (Batman renacido), pero su primera saga post Flashpoint es una de las pocas del
relanzamiento que me parece que realmente marca el inicio de algo. Son 8 números que tratan de
profundizar la relación problemática padre-hijo (no solo de los Wayne), incorporando muy bien
elementos del pasado de Bruce, la compulsión asesina de Damian, “Batman Incorporated” (no hay
traducción oficial, pero una posibilidad es “Batman internacional”) e incluso algunos guiños
simpáticos como la introducción de Titus (un perro muy similar al de Bruce en la serie animada
“Batman del futuro”). Todo esto sin saturar.

Personalmente, creo que es una historia mostra, tiene un ritmo que mantiene el suspenso y tiene
unos buenos giros que evitan que la lectura sea lineal. El desenlace es digno del dúo Bruce-
Damian. ¿Predecible?, mmmm… tal vez un poquito, pero solo porque los buenos siempre ganan,
aunque la última escena no me la esperaba, y eso es porque al final “la magia está en los detalles”
pe varón.

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