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LA PERSONA Y LA RELEVANCIA DE SU DINAMISMO

DE INTEGRACIÓN PARA LA TERAPIA PSICOLÓGICA1

THE PERSON AND THE RELEVANCE OF ITS DYNAMISM


OF INTEGRATION FOR PSYCHOLOGICAL THERAPY

R. P. Jorge Olaechea Catter


Asistente general de instrucción del Sodalicio de Vida Cristiana.
Director del Instituto Cultural “Vida y Espiritualidad”.

Correspondencia: R. P. Jorge Olaechea Catter


Campus Urb. Campiña Paisajista s/n Quinta Vivanco. Arequipa, Perú.
Correo electrónico: jolaechea@gmail.com

1 Ponencia presentada en el III Congreso Internacional de Psicología organizado por la


Escuela Profesional de Psicología de la Universidad Católica San Pablo, Arequipa, 2013.

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Rev. Psicol. (Arequipa. Univ. Catól. San Pablo) / Año 2015 / Vol 5 / N° 2 / pp. 83-96 / ISSN 2306-0565

LA PERSONA Y LA RELEVANCIA DE SU DINAMISMO


DE INTEGRACIÓN PARA LA TERAPIA PSICOLÓGICA

THE PERSON AND THE RELEVANCE OF ITS DYNAMISM


OF INTEGRATION FOR PSYCHOLOGICAL THERAPY

R. P. Jorge Olaechea Catter


Sodalicio de Vida Cristiana, Lima, Perú

Resumen
El presente documento es una ponencia en la que se analiza la concepción
de «persona» desde una visión trascendente que sugiere profundizar en el
sustrato ontológico del hombre, no entendido como objeto sino como sujeto.
Se parte de la obra de Karol Wojtyła para abordar esta temática en concor-
dancia con los principios teológicos, filosóficos y ontológicos de la Iglesia
Católica. Se derivan de ello, varias implicancias para la labor terapéutica en
el campo de la psicología.

Palabras clave: Persona, dinamismo, ontología, terapia psicológica.

Abstract
The present document is a speech, in which we analyze the conception of
«person» from a transcendent vision that suggests getting deep into the
ontological substance of man, not understanding such as object, instead
subject. We start from Karol Wojtyła’s work to treat the theme in concordance
with theological, philosophical and ontological principles of the Catholic
Church. It derives in several considerations for the therapeutic labor in the
field of psychology.

Keywords: Person, dynamism, ontology, psychological therapy.

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La persona y la relevancia de su dinamismo de integración para la terapia psicológica / Olaechea.

Quiero, para empezar, agradecer a las tan importante para el pensamiento


autoridades de esta querida universidad, y antropológico del tercer milenio.
especialmente a los organizadores de este
III Congreso Internacional de Psicología, La persona en el horizonte del
por haberme invitado a compartir con quehacer del psicólogo
ustedes algunas reflexiones sobre el tema
que nos reúne: la terapia psicológica. El psicólogo —y especialmente el psico-
terapeuta— dirige completamente su
Me aproximo guiado, en primer lugar, acción a buscar el bien de otra persona.
por una inquietud apostólica y pasto- Hagámonos la pregunta: ¿qué significa
ral: como sacerdote he acompañado y para la acción del psicólogo que el otro
sigo acompañando a personas que se sea una «persona»? Decir que aquel que
encuentran, por diversas razones, en el psicólogo tiene ante sí y hacia quien
terapia psicológica. Esto hace que me su acción está dirigida es una persona
ponga a reflexionar constantemente en significa afirmar muchas cosas, según el
el problema del lugar que debe ocupar sentido que se le dé a esta palabra.
este tipo de terapia en el conjunto de
una vida humana. De esta experiencia La palabra «persona» es empleada
surgen también preguntas sobre el tipo muchas veces simplemente como
de terapia más adecuado, sobre el papel sinónimo de «ser humano». Lamenta-
del psicoterapeuta y los medios a los que blemente, este uso hace perder el rico
puede recurrir para ayudar mejor a la bagaje de contenido que la palabra trae
persona que se encuentra ante él. consigo, fruto de la reflexión de siglos
sobre quién es Dios y sobre quién es
En segundo lugar, me aproximo desde el hombre, especialmente a la luz de
consideraciones de tipo filosófico y la revelación sobre estas dos verdades
teológico, y especialmente desde las traídas por el Señor Jesús.
luces que arroja el texto Persona y
acción (originalmente publicado en No es este el lugar para recorrer la historia
1969) de Karol Wojtyła —quien algu- de la noción de persona, ni tampoco para
nos años después llegaría a ser el beato ensayar una aproximación fenomeno-
Papa Juan Pablo II—, en ese momento lógica a la realidad a la que esta noción
arzobispo de Cracovia. Además de sus hace referencia, para eso se pueden
agudas ref lexiones sobre la persona consultar otros materiales (Echava-
humana y su trascendencia, Wojtyła rría, 2008). Permítanme enunciar, en
dedica algunos capítulos de su obra modo casi esquemático, algunas notas
al dinamismo complementario de que apuntan a evidenciar qué es lo que
«integración» de la persona. Centraré estamos diciendo del ser humano cuando
la segunda parte de mi exposición afirmamos de él que es una «persona».
en lo que se afirma sobre la psique Trataré de acompañar cada una de estas
humana en dicha sección de esta obra notas —que suponen una meditación

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larga sobre el contenido que fue adqui- de pensamiento humanista, presentes


riendo esta noción en la tradición del todavía en la cultura y en la sociedad,
pensamiento occidental— con algunas para abrazar un futuro que la tecnocien-
reflexiones sobre la práctica psicológica, cia ya estaría haciendo actual: un futuro
teniendo en mente siempre la pregunta donde caen la centralidad, unicidad,
inicial: ¿qué significa para la acción del particularidad, pureza y autosuficiencia
psicólogo que el otro sea una «persona»? del hombre en el mundo para recompren-
derlo humano a partir de su interacción
a) El ser humano es persona, es decir, con lo no-humano, sea esto lo animal o
tiene un estatuto ontológico que lo lo tecnológico.
distingue del resto del mundo visible.
Ser persona es ser irreductible a elemento b) El ser humano es persona, es decir,
del cosmos o a individuo de una especie. es señor de sí mismo: se autopertenece
Es lo que se expresa intuitivamente en y se autodetermina. Por este motivo, a
la distinción entre «algo» y «alguien». la persona le corresponde un modo de
actuar propio, que se llama actuar libre,
Si esto es verdad, entonces significa que y que sigue su modo de existir propio (in
no puedo aproximarme a una persona se subsistens).
como si me aproximara a un elemento
cualquiera del cosmos: no comprendo Esta afirmación del ser humano como ser
a alguien estudiando detenidamente libre, capaz de poseerse y gobernarse a
la especie Homo sapiens sapiens, ni sí mismo, es de importancia capital para
descomponiéndolo en sus elementos, el tema que aquí nos ocupa: el psico-
sus mecanismos o sus operaciones. Esto terapeuta puede tener en esta libertad
es otro modo de decir que la persona que su principal aliado; y en cierto sentido
tengo ante mí es verdaderamente un —como trataremos de mostrar en la
misterio que me supera y que se encuen- segunda parte de nuestra exposición— su
tra más allá de mis recursos cognoscitivos, trabajo consistirá propiamente en ayudar
sean estos los que sean (observación, a la persona a crecer en esta dimensión de
introspección, intuición, etc.). libertad, no pocas veces limitada por los
distintos obstáculos a nivel psicológico
Me parece que hoy se hace cada vez más que se presentan.
importante esta afirmación inequívoca
de la irreductibilidad del hombre al Hoy es relevante considerar asimismo que
cosmos ante el avance —por ahora, en con el aumento del uso de psicofármacos
el campo filosófico— de corrientes que para coadyuvar la terapia, se puede presen-
se autodenominan «post-humanistas» y tar la tentación para el psicoterapeuta (y
cuyo punto de partida, para dejar atrás lo para el paciente) de dejar de lado este
humano, es la reducción del ser humano punto interior de apoyo para «ponerse
a pura biología. Se trata —según esta en las manos» del equilibrio dado por el
postura— de eliminar los últimos rezagos medicamento.

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c) El ser humano es persona, es decir, es querer, con todo lo simple que esto pueda
constituido en modo único e irrepetible, sonar, se convierte no pocas veces en la
no relativamente (a otros individuos) senda de recuperación y fortalecimiento
sino absolutamente. De aquí su dignidad de quienes el psicoterapeuta está llamado
inalienable y la inefabilidad de su ser a acompañar.
más propio.
e) El ser humano es persona, es decir, se
Una persona es inclasificable por defini- realiza en el amor, en la sincera donación
ción. Cuando creo que la he comprendido de sí mismo a otra persona y en la sincera
porque, sobre la base de un conjunto de acogida de otra persona en su vida. Esta
síntomas, la he hecho entrar en un cierto dinámica de encuentro y comunión no
paradigma clasificatorio, entonces la lo disminuye, sino que lo hace ser más
persona se me escapa completamente. él mismo.

Consecuencia de esta verdad sobre el ser Es fundamental mantener el desafío que


humano es también la importancia de esta verdad plantea a lo largo de cualquier
considerar reverentemente su historia ayuda psicoterapéutica, especialmente
(que es única e irrepetible en cuanto en situaciones de fragilidad o dificulta-
historia de esta persona aquí), así como des relacionales. La persona humana se
su modo único de estar en el mundo, de realiza en el amor, no en el egoísmo, ni en
verlo y de vivirlo. la propia serenidad, ni en la adaptación al
medio. Es verdad que no se puede amar
d) El ser humano es persona, es decir, a otros si no amamos primero a nuestro
vive referido a una verdad y a un bien que prójimo más cercano, es decir, si no nos
lo superan, que están más allá de él, pero amamos a nosotros mismos. El problema
que al mismo tiempo son la condición de es cuando el horizonte del amor, con
posibilidad de su existencia y su desarrollo todo lo que tiene de sacrificio, entrega y
como persona. La capacidad de conocer «pérdida» no se plantea como el horizonte
y de querer, la inteligencia y la voluntad auténtico de realización humana.
(como características del ser espiritual)
son una consecuencia de este ser persona f ) El ser humano es persona, es decir,
del hombre. ha sido constituido por un acto crea-
tivo único de Dios, que lo ha hecho a su
Esta afirmación delinea para el psicote- imagen y semejanza, y que lo mantiene
rapeuta un punto de apoyo fundamental constitutivamente en esta relación con
en su práctica: lo bueno y lo verdadero — Él. Esta relación de Dios —quien es
como dimensiones de lo real— liberan a la Comunión de Personas— con cada
persona. Gran parte de las enfermedades hombre y cada mujer constituye la raíz
mentales de nuestros días tienen como última, la fuente viva y la explicación
base una ruptura con la realidad o una fuga necesaria de toda la realidad y de todo
de ella. Aprender a conocer y aprender a el dinamismo de su ser personal.

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Esta afirmación, que aquí se encuentra al Por último, no puedo dejar de mencionar
final, en la realidad es la verdad primaria, otro elemento sobre el que habría mucho
la que funda todas las demás: somos que reflexionar: el papel de Dios —Comu-
personas porque hemos sido creados nión de Personas: Padre, Hijo y Espíritu
a imagen y semejanza de Dios. No por Santo— en el camino de sanidad psico-
nuestra inteligencia ni nuestra voluntad, lógica del paciente. Y esto no solamente
ni por nuestra conciencia ni por nues- como «tema» presente en la terapia, o
tra alta perfección en el conjunto de la como horizonte de vida de la persona
realidad. Todo ello es consecuencia, no (su religiosidad, su trascendencia), sino
es la raíz de nuestro ser persona. como actor real y operante. Si alguien está
interesado en que la persona esté sana a
Si esto es verdad, entonces no podría todo nivel, incluido el psicológico, ese es
darse una psicoterapia que promueva Dios. La pregunta que surge es: ¿cómo
de modo auténtico a la persona, sin que el terapeuta debe hacerse también él
apunte en cierta manera a promover su intermediario para esta acción?
vida espiritual, es decir, sin que considere
seriamente la relación fondal del ser La persona y su integración
humano: el encuentro con Aquel que lo
constituye como persona en el tiempo y Luego de haber profundizado brevemente
para toda la eternidad. en algunos aspectos de la realidad personal
del hombre y haberlos relacionado con el
Teniendo en consideración todos estos quehacer del psicólogo y, especialmente,
elementos sobre lo que significa ser con su actuar terapéutico, podríamos
persona, añado un par de reflexiones quedarnos con la sensación de que en
que dejo abiertas: el fondo estos elementos son, sí, impor-
tantes, e incluso decisivos, en cualquier
Sea cual sea la terapia que el psicólogo relación interpersonal, pero no llegan
lleve a cabo, esta se coloca siempre en el a tocar lo que es específico de la acción
contexto de una relación entre personas. psicoterapéutica. Y en cierto modo la
Se trata de una relación a un cierto nivel observación es correcta. Ello exige de
asimétrica, por los roles o competencias nosotros una mayor reflexión sobre lo que
de cada uno de los presentes. Esto no entra más propiamente en juego de la reali-
elimina, sin embargo, lo fundamental dad personal en el quehacer psicológico.
del «ser persona» del psicoterapeuta, y el
papel que esta dimensión de su realidad Mi propuesta es que ese elemento lo
tiene en el acompañamiento y en la ayuda encontramos en el dinamismo que
que es capaz de ofrecer a la otra o a las Karol Wojtyła, en la obra antes citada,
otras personas involucradas. Pregunto: Persona y acción (Wojtyła, 2011), llama
¿qué importancia tiene el crecimiento o «integración de la persona». Nos deja-
la madurez del psicólogo, no solo a nivel mos conducir por las ideas contenidas
psicológico, sino a nivel personal? especialmente en los capítulos V y VI de

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La persona y la relevancia de su dinamismo de integración para la terapia psicológica / Olaechea.

esta obra, cuyo objetivo, como afirma En segundo lugar, el dinamismo de tras-
el autor, es ser «un estudio de la acción cendencia no es suficiente para explicar la
que revela a la persona, o sea, un estu- unidad de la persona en su actuar, porque
dio de la persona a través de la acción» no da cuenta de la dinámica de unificación
(Wojtyła, 2011, p. 42). que hace posible esa experiencia de tota-
lidad y sus distintos grados. En efecto, la
Integración y desintegración persona —sobre la base de una unidad que
ella encuentra ya dada, recibida de otro en
El ser humano, cuando actúa, está todo su existencia—, se va realizando o desple-
en su acción, en esa «dinamización del gando en un dinamismo que atraviesa todo
propio “yo”» que él mismo ha causado su ser—«espíritu, psique y cuerpo» (1 Tes
como agente. Esa totalidad de presencia 5:23)— y que en la medida en que se encuen-
en el actuar humano se explica, en parte, tre dirigida hacia la verdad y el bien que están
por el dinamismo de trascendencia de la más allá de ella, es decir, en sintonía con el
persona, que revela —en el autodeter- dinamismo de trascendencia, va haciendo
minarse y autoposeerse del ser humano a la persona cada vez más «una», más ella
a sí mismo— al sujeto como señor de misma, la va unificando o integrando.
esa acción y como señor de sí mismo.
Este dinamismo de trascendencia, sin ¿Qué es, entonces, esta integración de la
embargo, no explica completamente la persona de la que habla Wojtyła (2011)?
totalidad en la que el hombre se expe- El concepto de «integración» —como se
rimenta en cada acción que realiza deduce también de lo que hemos seña-
(Wojtyła, 2011). lado hasta aquí— es complementario
al de «trascendencia», «en cuanto que
Y no lo hace por dos razones. permite captar y definir un segundo
aspecto de la realidad, contenido en la
En primer lugar, porque no da cuenta experiencia “el hombre actúa”», y sin el
de la complejidad inscrita en esa tota- cual la trascendencia se convertiría «en
lidad (Wojtyła, 2011). La totalidad y una estructura vacía». El campo en el
unidad de la persona experimentada en que este dinamismo de integración se
la acción no es reflejo de una ausencia de manifiesta es el de la subjetividad del
complejidad. Por el contrario, esa expe- yo humano, así como la operatividad es
riencia de totalidad revela una riqueza en el que se manifiesta el dinamismo de
de estructuras y dinamismos, que le trascendencia (Wojtyła, 2011).
pertenecen al ser humano de modo
propio y sin los cuales no se realiza en La integración —afirma Wojtyła (2011)—:
cuanto persona. Esta complejidad no se «indica un todo o la totalidad de una cosa
muestra en la trascendencia, que más dada», pero más precisamente «parece
bien nos coloca ante el acto simple del señalar no tanto el proceso de unificación
tenerse a sí misma de la persona y ante en un todo de lo que antes estaba separado,
las expresiones de este acto. cuanto la realización y manifestación de

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la totalidad y la unidad sobre la base de Estos grados responden a la visión diná-


una cierta complejidad» (p. 278). mica del hombre (p. 283).

Nuestra exposición se concentrará sola- Sabemos bien cuánto es importante en


mente en la dimensión psíquica de la psicoterapia la comprensión de la persona
persona y apuntará a iluminar desde esta que se encuentra en ese momento ante
dinámica de integración el crecimiento y nosotros. Sabemos también lo arraigado
maduración de la persona, y como conse- que está en la práctica psicoterapéutica
cuencia buscará iluminar también la tarea el paradigma diagnóstico que reduce
del psicoterapeuta por colaborar con este al paciente a un conjunto de síntomas,
crecimiento y maduración. reducibles a su vez muy probablemente
a una descompensación neuroquímica.
En el quehacer del psicoterapeuta, el
contacto se suele dar con una persona Sin negar los avances realizados en los
necesitada de integración a un cierto últimos años por la neurología y la bioquí-
nivel, es decir, que vive y experimenta mica acerca de la somática del sistema
un cierto grado de desintegración. Esta nervioso humano, nos parece que la
desintegración —como la entiende mirada de Wojtyła (2011) —como la de
Wojtyła (2011)— «se muestra como falta otros pensadores que se toman en serio
o como insuficiencia en las estructuras el misterio del ser personal del hombre y
de autoposesión o autodominio, que la mujer— plantea un importante desafío
son específicas de la persona» (p. 281), al psicoterapeuta de nuestros días.
es decir, como «una incapacidad, más o
menos profunda, para poseerse y domi- Por un lado, esta mirada confronta al
narse mediante la autodeterminación» psicoterapeuta con una cierta estruc-
(p. 282). tura de la subjetividad: una estructura
compleja no tanto por los mecanismos
Podemos distinguir diversos grados de biológicos que se ponen en movimiento
desintegración psíquica. Wojtyła (2011) cuando la persona actúa, como por la
esboza una idea que puede ser suge- riqueza de interacciones propias de una
rente para la psicología y psiquiatría de interioridad psíquica desde sus faculta-
nuestros días: des, sus relaciones con aquello que está
más acá o más allá de lo propiamente
La desintegración de la persona en la psíquico (el cuerpo y el espíritu), su indi-
acción presenta no sólo numerosas viduación en este ser humano concreto
formas concretas, que merecen una y su mundo.
descripción, una clasificación y una cali-
ficación por parte de las ciencias particu- Por otro lado, las afirmaciones de Wojtyła
lares, manifiesta también, en el sentido (2011) ponen un particular acento en
fundamental que nos interesa siempre lo que llama una visión dinámica del
aquí, distintos grados de intensidad. hombre. Esta consideración nos parece

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que es fundamental para el psicote- La estructura de la subjetividad


rapeuta, ya que la persona que tiene psíquica
ante sí no es solamente una estructura
compleja, sino que es alguien llamado a Lo primero que debemos decir, buscando
realizarse en la acción. Y esta realización comprender la estructura de la subjeti-
pasa a través de lo que venimos llamando vidad psíquica, es que se encuentra en
dinámica de integración o unificación estrecha relación con la dimensión somá-
de la persona. Así, será fundamental tica, pero que se distingue claramente de
que el psicoterapeuta conozca bien esta ella. Como afirma Wojtyła (2011),
dinámica, que va mucho más allá de lo
«técnicamente» psicológico, implicando …en el concepto de «psique» y en el de
—si es verdad que el ser humano es su atributo «psíquico» se mezclan los
persona— una aproximación fina a las elementos de la naturaleza humana y de
estructuras de su libertad y, en general, cada hombre concreto, que en la expe-
de su vida espiritual. riencia del hombre descubrimos como si
estuvieran de alguna manera conectados
Queda delineado, de este modo, algo así e integrados con el cuerpo y que, a la vez,
como un esquema con dos ejes: la estruc- no están de suyo en el cuerpo. (p. 321)
tura de la subjetividad y la dinámica de la
integración. Nos parece que conociendo Esta verdad sobre la naturaleza humana —
en profundidad estos dos ejes, un psico- que antes hubiera parecido una afirmación
terapeuta se encuentra con un primer evidente e incluso inútil— hoy es importante
nivel de capacidades para ayudar a la reafirmarla ante la fuerte tendencia biolo-
persona que sufre por la desintegración gista de la psicología, para la cual la psique
que experimenta. Es obvio que, a este humana sería últimamente reductible al
primer nivel, se deben sumar otros más cuerpo y sus dinamismos más complejos.
de conocimientos, habilidades huma-
nas, habilidades técnicas, experiencia, La dimensión psíquica de la persona
hondura espiritual, etc. está ciertamente condicionada en buena
medida por su dimensión somática, que
Volvamos ahora a la obra de Wojtyła debe contar con un grado de integridad
(2011), y consideremos brevemente cada en sí misma: no solo como conjunto de
uno de los ejes que hemos señalado. No miembros y órganos coordinados entre
pretendemos extendernos en los detalles, sí, sino también como organismo con
sino solamente dejar anotados algunos una capacidad de reacción «normal»
elementos que puedan luego ser profun- y eficiente (Wojtyła, 2011). Al respecto,
dizados por quienes estén llamados a señala Wojtyła (2011):
decir una palabra acerca de la psique,
su lugar en el conjunto del ser humano, El hombre, en su complejidad psico-so-
y también acerca de cómo colaborar en mática, posee una multiplicidad y una
su integración. diversidad en la que cada uno de los

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elementos singulares se encuentran rrollo de Persona y acción se pueden


unidos entre sí, se condicionan mutua- distinguir tres niveles, que nos limi-
mente y dependen unos de otros. Se trata tamos aquí a señalar: las sensacio-
aquí sobre todo del condicionamiento nes, las excitaciones y las conmocio-
de lo psíquico por lo somático, de la nes. La descripción de esta sección
dependencia del dinamismo específico de la obra de Wojtyła realizada por
de la psique respecto al soma y a su dina- Buttiglione, aunque utilizando una
mismo propio. (p. 291) nomenclatura diversa, confirma esta
triple distinción (Buttiglione, 1992).
Sin embargo, la trama de la vida psíquica, Vale la pena, sin embargo, señalar el
como afirma Wojtyła, «transcurre de valor que tiene para el psicoterapeuta
alguna manera entre la corporalidad ganar una comprensión precisa de la
y la espiritualidad» (2011, p. 329). El vida interior de la persona. Para esto
rasgo propio de esta vida es lo que pode- se necesita una mirada antropológica
mos llamar en general «emotividad», aguda, que pueda al mismo tiempo
que no se reduce a la «reactividad», distinguir las vivencias y sus niveles,
en cuanto la potencialidad del cuerpo así como reconocer el papel de las
es superada sustancialmente tanto diversas facultades y sus múltiples
en su cualidad como en sus conteni- interacciones.
dos, revelando la existencia de hechos
cualitativamente distintos, que Wojtyła Esta mirada, por otro lado, no pierde
(2011) llama «hechos psíquicos». Esta de vista la unidad fundamental de la
posición intermedia entre el cuerpo y naturaleza humana y sus dinamismos.
el espíritu, no hace a la vida psíquica Y el motivo es porque mantiene todo
menos importante. Todo lo contrario: el tiempo la clave del dato personal (o
esta vida, con su dinamismo emotivo, personalista) como punto de partida.
cumple una «función concentradora de
las vivencias humanas», y hace posible La experiencia total del hombre consiste
que el conjunto de la acción humana en que, justamente en la acción, el todo
gane una cierta nitidez. psico-somático se convierte cada vez en
unidad específica de la persona y la acción.
Además de identificar la vivencia Se trata de una unidad superior tanto
emotiva y su estatuto propio en el respecto a esa composición, como respecto
conjunto de la experiencia humana, a la unidad psico-física, si consideramos
Wojtyła (2011) distingue en ella grados esta última como una suma de soma y de
de profundidad así como niveles de psique y de los dinamismos naturales de
centralidad o periferia, teniendo como ambos. […] La acción humana no es solo
punto de referencia el interior de la una simple suma de los dinamismos; es un
persona. No nos detenemos en las nuevo dinamismo, superior, en el que ellos
sugerentes ref lexiones del filósofo encuentran también un nuevo contenido y
polaco, baste decir que en el desa-

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La persona y la relevancia de su dinamismo de integración para la terapia psicológica / Olaechea.

una nueva cualidad: justamente la perso- miento. No obstante, la respuesta cons-


nal. (Wojtyła, 2011, pp. 286-287) ciente a unos valores de modo particular
se incluye en la acción humana mediante
La dinámica de la integración en la la integración del conjunto psico-emotivo
vida psíquica del hombre. (Wojtyła, 2011, p. 327).

Esta última afirmación de Karol Wojtyła En el seno de la vida emotiva se encuentra


nos coloca ante lo que hemos denomi- una direccionalidad intencional propia
nado el segundo eje de coordenadas de la captación y respuesta a los valores,
para una correcta comprensión de la esencial para la realización de la persona
vida psíquica de la persona: la dinámica en la acción. Esta direccionalidad inten-
de integración o unificación. cional vive nutriéndose de la esponta-
neidad de las emociones, que «suceden»
Cada acción auténticamente personal — de modo natural en nosotros. Al mismo
digámoslo una vez más— es una unifica- tiempo que constituye una fuerza natu-
ción, en la que participan los dinamismos ral del actuar humano, —y en cuanto el
somáticos y psíquicos del ser humano, ser humano no se realiza sino desde su
que son así introducidos en una unidad dimensión más personal, es decir, desde
superior (el nivel de la persona). «Gracias su capacidad de autoposeerse y autogo-
a la integración —afirma Wojtyła (2011)—, bernarse consciente y libremente— esta
estos dinamismos participan en la autode- direccionalidad emotiva genera «una neta
terminación, o sea, en la realización de la tensión entre la operatividad espontánea
libertad de la persona humana» (p. 289). del psiquismo humano y la operatividad
Páginas más adelante, añade: de la persona» (Wojtyła, 2011, p. 353). Lo
había expresado también así:
La integración de la persona en la acción
significa estrictamente una concreta y, Cuando el hombre tiene la vivencia de
en cada caso, irrepetible introducción de diversos sentimientos o pasiones, con
la reactividad somática y de la emotivi- frecuencia se da cuenta con gran preci-
dad psíquica en la unidad de la acción: sión de que no es él quien actúa, sino
en la unidad con la trascendencia de la que algo sucede en él, e incluso más aún,
persona, que se expresa en la autode- que algo sucede con él: como si él no
terminación operativa, que es también fuera señor de sí mismo, como si hubiera
una respuesta consciente a unos valo- perdido el dominio de sí o no pudiera
res. Esta respuesta consciente a unos alcanzarlo. (Wojtyła, 2011, p. 351)
valores se incluye en la acción humana
mediante una integración, específica en Esta tensión puede ser entendida en
cada ocasión, de la somática del sujeto modo negativo y resuelta a favor de uno
humano, como hemos intentado mostrar de los dos polos que la hacen existir. Es
en el anterior capítulo, en concreto al decir, puede ser resuelta a favor de un
tratar de la síntesis de la acción y el movi- rechazo malsano de la vida emotiva y su

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espontaneidad en nombre de una «pura autodeterminación. Por tanto, también


trascendencia» (Wojtyła hace referencia la vivencia de los valores, que es una
al estoicismo y a la ética de Kant), o a función de la propia sensibilidad del
favor de una aproximación subjetivista, hombre, y por eso una función de las
donde la espontaneidad del sentimiento sensaciones, debe referirse a la captación
es elevada a norma última de la acción de la verdad en la esfera de la persona y
humana. Pero la tensión puede también de la acción. La penetración de la sensibi-
ser entendida positivamente como una lidad en la verdad es una condición para
realidad que le plantea al ser humano una que la persona tenga la vivencia de los
peculiar tarea de integración, la cual «no valores. Solamente sobre la base de esa
se realiza sin un esfuerzo particular, que vivencia puede haber una decisión o una
se puede definir como el esfuerzo más elección que sean auténticamente tales.
específico de la interioridad del hombre» La autenticidad indica en este caso una
(Wojtyła, 2011, p. 353). realización de la libertad tal, que está
condicionada por la convicción, o sea, la
¿En qué consiste este esfuerzo de inte- referencia madura, a la verdad. Se trata
gración, que el filósofo polaco identifica, en este caso de un verdadero valor y, por
en cierta medida, «con la obra de forma- lo tanto, de la verdad del objeto sobre el
ción del carácter y de la personalidad que se decide o que se elige. (Wojtyła,
psico-moral» (Wojtyła, 2011, p. 365)? ¿Y 2011, p. 338)
qué aporta a la comprensión y práctica
psicoterapéuticas? Esta integración en la verdad «direc-
ciona» o «convierte» (por decirlo de
Nos parece que la propuesta de Wojtyła en algún modo) a la persona hacia la reali-
Persona y acción plantea la introducción dad. Llega a ser también así un excelente
de dos grandes líneas integradoras de la antídoto contra cualquier autorreferen-
vida psíquica en la realidad personal: la cialidad, que en este ámbito preciso
referencia a la verdad y el ejercicio de podemos calificar de «subjetivista»,
la virtud. y que llevada al extremo introduce a
la persona en las hoy tan conocidas
La referencia trascendente a la verdad derivas narcisistas.

La primera línea plantea la superación En la vivencia de los valores, por el


de un simple «entrar» de las emociones contrario, este dinamismo integrador
en el ámbito de la consciencia, donde se «racional», «conduce a la persona hacia
hacen presentes los valores, a través de su realización en la acción, no por la
una auténtica integración en la verdad. vía de la pura espontaneidad emocio-
nal, sino mediante la relación trascen-
La trascendencia de la persona en la dente con la verdad, y con el deber y la
acción consiste en su referencia a la responsabilidad que están ligados a ella»
verdad, que condiciona la libertad de (Wojtyła, 2011, p. 359).

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La persona y la relevancia de su dinamismo de integración para la terapia psicológica / Olaechea.

Una consecuencia de lo dicho anterior- campos la voluntad puede acoger y hacer


mente es que cualquier psicoterapia que suya de modo seguro la espontaneidad
niegue esta referencia trascendente a que es propia de los sentimientos y de
la verdad, se encuentra por ello mismo toda la emotividad en general. También
incapacitada para llevar a la persona es una de las características de la habili-
más allá de la vivencia espontánea de sus dad gozar de un cierto grado de esponta-
emociones, y por lo tanto limitada para neidad, que no es originaria, sino alcan-
ayudarla en su proceso de maduración zada a través de ese proceso continuo que
personal. denominamos trabajo sobre uno mismo.
En cuanto a la referencia a los valores,
El ejercicio de las virtudes este proceso de integración perfecciona
la propia psique y conduce gradualmente
Además de la referencia a la verdad, a la voluntad, guiada por la luz del cono-
Wojtyła (2011) profundiza como segunda cimiento intelectual, para que, en la refe-
línea la superación integrativa de la rencia espontánea a la emoción, o sea, en
«orientación espontánea de la subjeti- la atracción o repulsión espontánea, sepa
vidad psíquica humana “hacia” el bien acoger y elegir lo que es verdaderamente
o “contra” el mal» (p. 362) a través del bueno. Y sepa también rechazar lo que es
ejercicio de las habilidades, que «desde verdaderamente malo. (p. 364)
el punto de vista ético, reciben el nombre
de virtudes» (p. 363). La aproximación de Wojtyła recoge
la riqueza de la filosofía clásica sobre
Las virtudes tienen la capacidad de reali- las virtudes y el crecimiento de la vida
zar la estructura personal sobre la base moral del ser humano, pero se preo-
de la subjetividad psíquica, porque por cupa por mostrar la dinámica que se
esencia «tienden a subordinar la emoti- instaura en relación con las fuerzas
vidad espontánea del “yo” subjetivo a la emotivas del sujeto.
autodeterminación de ese “yo”» (Wojtyła,
2011, p. 364), pero lo hacen sin amortiguar En términos negativos, esta aproxi-
ni dejar de lado la energía emotiva. mación pone en evidencia la situación
interior desintegrada en la que puede
Afirma Wojtyła (2011) en una de las pági- llegar a encontrarse quien no haya nunca
nas más agudas de esta sección de Persona realizado (o haya realizado de modo
y acción: defectuoso) ese ejercicio de subordina-
ción voluntaria de las propias tenden-
La energía emotiva oportunamente cias y reacciones sentimentales a un
asimilada fortalece notablemente la ener- bien verdadero. ¿No podría verse en la
gía de la voluntad misma. Esto es tarea sistemática claudicación del hombre al
y obra de la habilidad. Por este camino ejercicio alto de su propia libertad —
se alcanza gradualmente algo más aún: llamada estructuralmente a responder
gracias a las habilidades de diversos al bien y a la verdad—, una importante

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Rev. Psicol. (Arequipa. Univ. Catól. San Pablo) / Año 2015 / Vol 5 / N° 2 / pp. 83-96 / ISSN 2306-0565

causa del panorama psicopatológico de cial en el ámbito terapéutico— la riqueza de


nuestros días, con sus muchas variantes realidad contenida en la noción de persona,
de interioridades desintegradas: adic- como ha sido entendida y profundizada
ciones de diversa índole, ansiedades y durante siglos en la tradición del pensa-
depresiones, desequilibrios humorales miento antropológico cristiano. Frente a
fosilizados, etc.? las diversas reducciones del ser humano a
alguna de sus dimensiones, nos parece que
En términos positivos, en cambio, plantea no basta con postular una cierta integrali-
el horizonte de la educación de la volun- dad, sino que se hace necesario repensar la
tad a través del ejercicio de las virtudes realidad humana y sus numerosas manifes-
como un camino de realización de la taciones desde el fundamento mismo de su
persona y de salud psicológica. A la base ser y existir, es decir, desde su ser persona.
de esta educación, como hemos señalado, Creemos que los frutos para la psicología,
se encuentra una mirada esencialmente tanto desde el punto de vista teórico como
positiva de la emotividad humana y sus práctico, podrían ser inmensos.
fuerzas, y por lo tanto no se trata para
nada de la promoción de una represión Dentro de esta labor, y pensando espe-
moralista de la vida psíquica, como cíficamente en la práctica psicotera-
tampoco de un voluntarismo sin corazón. péutica, nos parece que puede abrirse
un horizonte fecundo a partir de la
En palabras de Buttiglione (1992): ref lexión y profundización del dina-
mismo de integración de la persona,
…al favorecer la conversión de la excita- como lo hemos tratado siguiendo el
ción en emoción profunda y la formación pensamiento de Karol Wojtyła. El desa-
de cristalizaciones emocionales apro- fío que plantea para quienes dedican su
piadas e incluso en estados emotivos, la vida a la tarea de acompañar hermanos
voluntad puede conducir al verdadero y hermanas que sufren psicológica-
bien al utilizar la atracción espontánea mente es grande: comprender, por un
o la repulsión que se manifiestan en las lado, la estructura de la subjetividad
emociones, las ilumina y las corrige. En humana y la dinámica de unificación
esta esfera, es decir, en la esfera moral, la personal que pasa a través de ella, y,
integración dura hasta la muerte y es, en por otro lado, llevar de modo cohe-
cierto sentido, la tarea de la vida: tarea rente esta comprensión a la realidad
mediante la que la persona se engendra concreta de una relación interpersonal
o se crea a sí misma. (p. 196) con rasgos propios, como es la relación
psicoterapéutica.
Conclusión

Esperamos haber mostrado de modo sufi-


ciente la importancia de recuperar para la
psicología y su desarrollo—y de modo espe-

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La persona y la relevancia de su dinamismo de integración para la terapia psicológica / Olaechea.

Referencias

Buttiglione, R. (1992). El pensamiento de Karol Wojtyła. Madrid: Ediciones Encuentro.

Echavarría, M. (2008). De Aristóteles a Freud. Ensayo filosófico de la historia de la


psicología. Lima: Vida y Espiritualidad.

Wojtyła, K. (2011). Persona y acción. Madrid: Ediciones Palabra.

Recibido: 28 de mayo de 2015


Aceptado: 28 de noviembre de 2015

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