Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Los pobladores de la antigua aldea prehispánica del clásico tardío (600 – 900 d. C.), hoy
sitio arqueológico de Joya de Cerén, ubicada en las inmediaciones del Valle de Zapotitán,
hicieron uso de los recursos naturales para resolver problemas de subsistencia configurando
una cultura que giraba alrededor de la agricultura algo que se sabe sobradamente por medio
de excavaciones arqueológicas realizadas en el último cuarto del siglo XX [ CITATION
She13 \l 17418 ].
Dentro de los recursos naturales de los que hicieron uso se encuentran: el subsuelo
arcilloso, la tierra blanca y el agua elementos que no solamente sirvieron para realizar
actividades de tipo agrícola y labores constructivas sino que también podría considerarse la
producción de cierta cerámica utilitaria para el desempeño de sus labores diarias en algún
momento del relativamente breve tiempo de actividad humana en el sitio [ CITATION She18 \l
17418 ].
Uno de los tipos cerámicos más comunes en los resultados de las excavaciones en el sitio
de Joya de Cerén es el Guazapa Engobe Raspado, el cual presenta ciertas características
físicas y morfológicas que guardan relación con los recursos anteriormente señalados y que
sugieren que este tipo de cerámica estaba hecha para cumplir con faenas diarias en
contextos originalmente domésticos.
Ante esta evidencia cabe realizar la siguiente pregunta: ¿produjeron los antiguos habitantes
de Joya de Cerén la cerámica Guazapa Engobe Raspado con base en la utilización de sus
recursos locales de tipo natural para resolver tareas diarias relacionadas con la actividad
agrícola?
Esta pregunta no tiene una respuesta rápida ni fácil, ya que si bien se ha encontrado
abundante muestra de este tipo cerámico, presente también en Chalchuapa y San Andrés,
así como en otros puntos del área de Zapotitán, no se ha encontrado una prueba
contundente de una producción local en el sitio en estudio, dicha prueba puede consistir en
fogones en donde se quemaban las piezas en estado de cuero, fase previa al quemado para
convertir el barro en cerámica, ni tampoco uno o más hornos que indique inequívocamente
que el sitio fue productor de este material cerámico.
El ser humano ha aprendido a adaptarse a estas condiciones en estos lugares originando una
intensa interacción con su medioambiente construyendo sociedades que se han basado en la
explotación de recursos mayormente obtenidos de la agricultura, actividad presente en el
valle de Zapotitán desde hace más de 2 mil años (Ibíd., 2013) (anexo 1).
Este ensayo no pretende señalar al sitio de Joya de Cerén como el único, original o
principal productor de Guazapa Engobe Raspado, sino sugerir que al igual que Joya de
Cerén muchos otros lugares aledaños dentro del área del Valle de Zapotitán pudieron haber
aprovechado los recursos que su hábitat ecológico ofrecía para articular una producción
material imbuida de su visión cultural moldeada por esta misma esfera ecológica.
Una de las corrientes antropológicas que pueden explicar de una mejor manera este
fenómeno es el materialismo cultural, corriente de pensamiento antropológico surgida a
mediados del s. XX la cual propone que la producción cultural en una sociedad humana
determinada está sustentada por medio de las relaciones de explotación y distribución
económica de los recursos naturales de un área geográfica en particular, este puede ser el
caso de Joya de Cerén.
Estudiar un sitio como Joya de Cerén en el cual todavía se puede encontrar mucha
evidencia arqueológica de tipo no solamente lítico o cerámico, sino vegetal, textil,
faunístico, entre otros en contextos sumamente originales [ CITATION Far17 \l 17418 ] , nos
acerca enormemente a los habitantes y a sus formas de vida, así como a su cotidianidad por
medio de la cual se adaptaron y produjeron cambios culturales que se reflejaron no
solamente en su producción cultural sino en el nicho ecológico propio del valle (anexo 1).
Este pensamiento tiene antecedentes en cuanto a su presupuesto teórico: Leslie White, que
fue un reconocido antropólogo, ideó el concepto, a partir de los aportes de Boas, que el ser
humano desarrollaba su cultura a partir de la naturaleza que le rodeaba, aquí se observa una
veta de particularismo cultural boasiano, ya que fue Franz Boas quien elaboró la idea de
que la cultura del ser humano evolucionaba de acuerdo a su entorno geográfico, sentando
las bases para el particularismo histórico.
Posteriormente Julien Steward, otro reconocido antropólogo autor del evolucionismo
multilineal, basándose en las ideas de White, ideó el concepto de que el ser humano
desarrollaba su cultura de acuerdo a su entorno, ese entorno que el mismo creaba en orden a
cumplir necesidades de subsistencia [CITATION Har96 \t \l 17418 ]
Establece que hay una esfera de producción y entorno físico, esta producción está sostenida
por una tecnología de explotación, esta es la relación más primordial para comprender las
raíces de cada cultura, ya que aquí es donde se observa el aprovechamiento de los recursos
naturales de determinada región geográfica por el ser humano y los métodos que emplea
para obtenerlos o para transformarlos en las materias primas para producir bienes que le
facilitarán la subsistencia o que le permitirán procurarse otros bienes de los que carece la
región por medio de un intercambio comercial [ CITATION Cev13 \l 17418 ].
El segundo aspecto o área es la conducta que la sociedad establece y sus relaciones internas
y externas en pos de esta explotación por medio de la aplicación de una tecnología
determinada. Esto quiere decir que es aquí donde los seres humanos, como componentes de
esta sociedad, entablan relaciones sociales para explotar y comercializar esta producción,
así como la distribución y redistribución de la riqueza generada por este intercambio. Estas
relaciones sociales expresan una jerarquía y un orden comunicacional por medio del cual se
expresa su naturaleza grado organizacional. Es decir que se organizan socialmente para
cumplir cometidos ya no solamente de supervivencia sino también de economía e
intercambio tanto a nivel interno del grupo como a nivel externo con otros grupos del área
geográfica en donde se encuentran.
Para el materialismo cultural, que desarrolla una estrategia investigativa igual que su teoría
predecesora: la ecología cultural, existen tres grandes esferas: infraestructura, estructura y
superestructura [CITATION Har94 \t \l 17418 ] cada una interconectada a la otra y las dos
primeras sirven de base a la última.
La súper estructura: Esta se asienta sobre la anterior y es la que contiene todos aquellos
aspectos simbólicos como el lenguaje, la literatura, los lenguajes artísticos y sus distintos
códigos (visuales, auditivos, etc.) y la religión así como aquellos valores espirituales que
animan el resto de relaciones sociales que los seres humanos que pertenecen a tal o cual
sociedad comparten [ CITATION Boh93 \l 17418 ].
Discusión.
En este sentido es preciso señalar que los asentamientos humanos responden a la selección
de un lugar específico que reúna o aúpe las condiciones necesarias para desarrollar una
habitación de forma perenne, por tanto la elección de ese lugar no es aleatoria ni está hecha
al azar, sino que se corresponde con una serie de satisfacción de necesidades materiales
para subsanar a su vez necesidades espirituales estableciendo una serie de relaciones
sociales tanto dentro del sitio como fuera del mismo [CITATION Har94 \t \l 17418 ].
El autor de este ensayo cree posible un análisis por medio del materialismo cultural podría
explicar cómo el ambiente ecológico influyó en la producción cultural de los antiguos
habitantes de Joya de Cerén y porqué hicieron explotación y uso de los recursos naturales a
su disposición además de cómo esta producción incluyó o englobó una visión cultural de la
que no solamente participaron estos antiguos pobladores del sitio sino también quizá toda el
área de Zapotitán y sus habitantes sostuvieron una intensa interacción con su hábitat
ecológico (anexo 3).
Durante ese tiempo sus antiguos pobladores se ocuparon de erigir una serie de estructuras
construidas a base de tierra y bloques de adobe creando un paisaje que dividía su
espacialidad entre las estructuras y su correspondiente uso y las actividades de carácter
agrícola [CITATION She13 \t \l 17418 ]. El uso de estas estructuras tenía un carácter diverso
pues iba desde el habitacional, almacenamiento, reunión o carácter comunal y uso
simbólico [CITATION She18 \l 17418 ].
Para desarrollar esta arquitectura así como planificar el uso de los espacios fue preciso que
contaran con una serie de recursos que permitieran su permanencia estable en el lugar y
cubrir desde necesidades alimenticias hasta posiblemente comerciar con el resto de lugares
aledaños, mencionando también el que debían de ser tributarios de algún centro de poder
[ CITATION Cob93 \l 17418 ].
El subsuelo de Zapotitán.
Dentro de todo este universo de recursos, que son varios, suelo más o menos fértil,
disponibilidad cercana del agua por medio del Río Sucio, vegetación comestible ya
domesticada, fauna vernácula y domesticada que fuese comestible; destaca tres elementos
que en particular determinan la naturaleza constructiva de las estructuras en las cuales
habitaron y desarrollaron su cotidianidad así como algunos de los objetos que utilizaron
cotidianamente: la arcilla, la tierra blanca de origen volcánico y el agua. Aquí se estudiaran
estos elementos naturales en función de la facturación de un tipo de cerámica arqueológica
en particular: Guazapa Engobe Raspado (anexo 5).
Ubicada a tan solo unos centímetros debajo de la capa secundaria de TBJ, es decir la capa
de interacción de los agricultores prehispánicos con el suelo, se haya un subsuelo
compuesto por una arcilla de color café oscuro muy plástica y con un desgrasante muy fino,
esta arcilla se encuentra en la totalidad del que alguna vez fue el subsuelo de la antigua
aldea, hoy, tras las erupciones de los volcanes Loma Caldera (650 d. C.) y Quezaltepeque
(900 d. C.) dicha capa se localiza a más de 7 metros de profundidad (anexo 4).
En tiempos del clásico tardío pudo haber sido extraída por los habitantes y aprovechada por
éstos para no solamente la construcción de sus casas y demás estructuras (cocinas, casas
comunales, temazcal, etc.) sino para la fabricación de algún tipo de cerámica que cumpliera
con determinadas especificaciones para desarrollar actividades diarias como mantenimiento
de los cultivos, procesamiento de alimentos, contención o transporte de líquidos.
Después de Ilopango hubo otros eventos de carácter más local como las erupciones de
Loma Caldera, año 650 d. C., que fue la que afectó a la antigua aldea de Cerén y la del
Quezaltepeque dada en alrededor del 900 d. C. (Ibíd. 2013). De manera que el Valle de
Zapotitán ha sido formado a base de vulcanismos (anexo 1).
La tierra blanca.
Se encuentra por casi toda la totalidad del centro occidente de El Salvador, lo que evidencia
la magnitud de la catástrofe provocada por un evento volcánico sucedido alrededor del
siglo V d. C.: la erupción del Caldera Ilopango, que formó una capa de ceniza volcánica
que alcanza un espesor de hasta 60 metros en algunas zonas cercanas a este volcán,
localizado en el centro de El Salvador, y un espesor de 40 cm en el área de Chalchuapa, al
occidente del país; es decir que los suelos pertenecientes al período clásico temprano (250
a.C. – 250 d. C.) quedan por debajo de esta capa [ CITATION She13 \l 17418 ].
Pero al parecer la tierra blanca no pudo haber sido solamente utilizada para actividades
agrícolas y de tipo constructivo sino también para ser utilizada posiblemente como
desgrasante y engobe, como se ha hecho en otros tipos cerámicos en tiempos posteriores en
los que estilos cerámicos como el Marihua, del posclásico temprano, lleva como
desgrasante y engobe tierra blanca triturada a niveles muy finos dejando ver en la superficie
de dicho estilo una delgada capa de engobe blancuzco grisáceo [ CITATION Hab78 \l 17418 ] .
Es probable que los engobes y desengrasantes a base de tierra blanca y arcilla se hayan
conocido desde tiempos como el clásico tardío, así lo muestra al parecer el engobe grisáceo
que distingue al estilo Guazapa engobe raspado.
La capa secundaria de TBJ refleja la intensiva interacción que los antiguos pobladores de
Joya de Cerén tuvieron con este medio ambiente creado por el vulcanismo al usarla como
suelo agrícola (anexos 3 y 4).
La cerámica Guazapa Engobe Raspado suele ser uno de los materiales más comunes con
porcentajes estadísticos mucho mayor que los de otros tipos cerámicos que componen el
panorama objetual cerámico en las excavaciones de Joya de Cerén en cuanto a conteo de
tiestos [ CITATION Lóp17 \l 17418 ].
Es un tipo un tipo cerámico que se encuentra abundantemente en el área de Zapotitán y de
Chalchuapa así como en el resto de la zona centro occidental del país [ CITATION Lóp17 \l
17418 ]. En el caso de Joya de Cerén las investigaciones han dado resultados en los que se
observa un amplio porcentaje de tiestos o fragmentos de esta cerámica en relación a otros
pertenecientes a estilos o tipos cerámicos del contemporáneos en el momento de ocupación
y actividad humana en el sitio tales como el Copador, Gualpopa y Arambala, todos
polícromos y encontrados con relativa minoridad en comparación con el Guazapa
[ CITATION Lóp17 \l 17418 ].
Robert Sharer (1978) la ha clasificado en los complejos cerámicos Vec, Xocco y Payu,
todas fases culturales desarrolladas dentro de la región centro occidental del país y
pertenecientes al período clásico (Cobos, 1993; López, 2017).
De ser así Guazapa Engobe Raspado antecede con mucho tiempo al período de existencia
de Cerén, lo que puede indicar que los pobladores del sitio llegaron una vez que el valle fue
habitable tras la erupción del Ilopango y que ofrecía los recursos naturales propicios para
erigir un asentamiento de carácter permanente así como continuar con sus tradiciones
culturales y por ende asumir la producción y consumo de artículos cerámicos, entre ellas la
cerámica Guazapa, que ya traía un antecedente desde el clásico temprano [ CITATION
Sha781 \l 17418 ] por lo que existe la posibilidad de que pudieran producir localmente un
estilo cerámico que ya conocían o que quizá ya producían.
No se sabe a ciencia cierta que este tipo de cerámica haya sido producida en la zona del
valle y que su esfera nuclear o primaria de distribución se ubicaba en este mismo lugar en
tiempos anteriores al evento Ilopango, pero es muy evidente que durante el período clásico
tardío casi todos los sitios investigados reportan este tipo de cerámica en dos contextos:
doméstico y ritual, destacando Joya de Cerén como uno de los que más material cerámico
Guazapa ha arrojado en contextos domésticos [ CITATION Lóp17 \l 17418 ].
Características morfológicas.
Un aspecto que llama mucho la atención es el tamaño de algunas vasijas que se han
encontrados en contextos domésticos y que da señales de no ser objetos portables por su
peso y gran formato, parecen más apropiados para el almacenamiento de granos o de
líquidos o quizá el transporte de agua, aspecto muy sugerente en Joya de Cerén dada la
cercanía del sitio con respecto al río especialmente cuando ya se han detectado cultivos
alrededor del sitio en dirección sur oeste siguiendo la línea del río [ CITATION Dix11 \l
17418 ], lo que apunta a que este estilo pudo haber tenido un uso específico: el transporte de
agua hacia los cultivos durante la época seca, cuando no hay lluvias y es necesario
mantener irrigados los terrenos en los que crecen la milpa y el frijolar [ CITATION Far17 \l
17418 ].
Otro aspecto morfológico que refuerza esta propuesta es el espesor de las paredes que
miden hasta 12 mm casi el doble de los espesores de algunos estilos cerámicos
contemporáneos como Copador, Gualpopa, Arambala que tienen como espesor máximo 6 7
mm y como mínimo 4 o 5 mm así como la robustez y tamaño de sus asas que sugieren una
vez más que esta cerámica se ocupaba para contener y trasladar granos, alimentos ya
preparados y líquidos bebibles o agua.
Los cántaros son las formas más frecuentes del conjunto de morfologías encontrados en
contextos domésticos, se ha localizado un número grande de cántaros en el sitio de Joya de
Cerén, seguidos por las ollas [ CITATION Lóp17 \l 17418 ], por su morfología se sabe que el
cántaro es una de las variaciones morfológicas de cuerpos cerámicos que sirven para
transportar agua desde las quebradas, ríos, lagos y otros accidentes geográficos
relacionados con la hidrología de cada región específica [ CITATION Bal92 \l 17418 ].
En cuanto al engobe de las muestras encontradas es de color gris claro a gris oscuro opaco
con un mínimo espesor y ubicado casi siempre en la parte superior de las piezas (del cuello
al hombro de cada vasija o cántaro). En el engobe se sitúan una serie de líneas paralelas que
recorren la pieza de forma circundante, estas líneas son onduladas y van desde pequeñas
formas en zig – zag hasta formar una voluta en forma del signo omega concatenado (Ω).
Al respecto de las líneas o patrones decorativos de este estilo, Sharer en 1978 propuso que
las líneas paralelas sobre el engobe blanco son una continuación de la tradición Negativo
Usulután lo cual parece aventurado al comparar una tradición en la que los patrones tienen
más diferencias que semejanzas están dibujados con técnicas distintas y más complejas
[ CITATION Ser12 \l 17418 ] . Aunque el resultado sea semejante no significa que sea haya una
continuidad entre Negativo Usulután y Guazapa Engobe Raspado. Algo que podría ser
verdadero es que haya existido una influencia de un estilo a otro, ya que este autor sitúa al
Guazapa Engobe Raspado en fases o complejos cerámicos anteriores al asentamiento de
Joya de Cerén, fases Vec y Xocco propias del clásico temprano antes del evento volcánico
de Ilopango, y se sabe que Negativo Usulután llegó hasta la fase Vec, en donde fue
gradualmente suplantado por otros estilos cerámicos de la fase Huiscoyol [ CITATION
Sha781 \l 17418 ].
Un dato muy sugerente es el encontrado en el códice de Dresde que presenta en una de sus
páginas (página 39 (72) de la edición del Fondo de Cultura Económica de 1972) a la diosa
vieja O, que en la mitología maya es la diosa del tejido, vaciando un cántaro de agua, el
líquido está representado por una serie de líneas paralelas onduladas muy parecidas a las
líneas del Guazapa Engobe Raspado y el cántaro guarda relación con la acción de contener
líquido, por todo este importante documento prehispánico de origen maya se observan
representaciones del agua lluvia y del agua almacenada en cantaros por medio de líneas
paralelas ondulantes encerradas en recipientes redondos, algo que se observa en los
contextos domésticos estudiados en Joya de Cerén [ CITATION She13 \l 17418 ] (anexo 6).
Las líneas onduladas pudieron haber formado parte de un imaginario colectivo de las
sociedades del período clásico que estaba asociado a las aguas y sus ondulaciones,
especialmente cuando este elemento natural está asociado a la vida y al desarrollo de los
cultivos y por ende, de la subsistencia.
Guazapa Engobe Raspado fue reportada por primera vez por Stanley Boggs en 1944,
durante la tercera temporada de excavaciones en el sitio de Tazumal en un contexto
funerario en las tumbas 3, 6, 8, 14 y 14 C [ CITATION Lóp17 \l 17418 ], posteriormente Payson
Sheets reportó más cerámica Engobe Raspado en Joya de Cerén, específicamente en las
estructuras 1, 3, 4, 6, 10, 11, 12 en contextos domésticos con las variantes de
almacenamiento de granos y procesamiento y consumo de alimentos (Ibíd.; 2017). Otro
reporte es el realizado por el arqueólogo Marlón Escamilla en el sitio de El Chahuite en
contexto doméstico (Ibíd.; 2017).
Aunque hay otras formas morfológicamente diferentes como sahumerios y picheles no son
exactamente numerosas en comparación con la frecuencia de los cántaros, pero esto podría
constituir una variación o diversificación debido a una necesidad de una sociedad ya
compleja con funciones rituales, en el caso de los sahumerios, no así en el pichel que
solamente es una variación del concepto de almacenamiento de líquidos.
Guazapa siempre aparece con una frecuencia bastante alta en Joya de Cerén de acuerdo a
conteos estadísticos que tomen en cuenta morfologías, contextos domésticos y contextos
temporales [ CITATION Lóp17 \l 17418 ] esto subraya una relación muy cercana entre el sitio y
la cerámica en estudio, lo que puede sugerir que la cerámica Guazapa pudo haber tenido su
punto de producción en el Valle de Zapotitán.
De manera que el Valle de San Andrés puede haber constituido una esfera de producción
con factores tecno ecológicos como la arcilla, la tierra blanca joven y el agua que
posibilitaron la producción de expresiones culturales como la cerámica en análisis. El
carácter de dicho material estaría dado por la naturaleza de los recursos que el valle ofrecía
a los antiguos habitantes de forma constante y con un mínimo de energía para poder
explotarlos y desarrollar una cultura agraria con un sentido comercial bastante fuerte lo
suficiente como para intercambiar excedentes de producción llegando a constituir la
cerámica un factor tecno económico que permitiera a esta comunidad una capacidad
consuntiva amplia. Es aquí en donde la producción del material puede diversificarse en
cuanto a morfologías y diseños debido a una demanda ocasionada por la inserción de la
comunidad en circuitos comerciales del área.
Conclusiones.
Los asentamientos humanos son el resultado de la relación entre el ser humano y su medio
ambiente.
En el caso de Joya de Cerén hubo tres elementos o recursos naturales que se explotaron
para lograr una mayor perennidad en cuanto a ocupación y actividad humana: la arcilla, la
tierra blanca y el agua.
El agua es el primero y más vital recurso natural necesario para la vida humana y su
ocupación, que aparece relacionado con la producción cultural de Joya de Cerén. Dada la
importancia que tiene no solo para la vida humana sino también para la agricultura; el agua
está asociada a la fertilidad y al crecimiento de cultivos y debió ser transportada desde las
orillas de los cuerpos de agua de la zona como el Río Sucio y la laguna de Chanmico
existentes en la zona por medio de contenedores adecuados tanto en tamaño como en
robustez para soportar la presión del líquido contenido, esto podría ser la razón por la que el
estilo Guazapa Engobe Raspado podría haber tenido las paredes muy gruesas y las asas
muy gruesas así como el formato mediano y grande en comparación con otros estilos
cerámicos del clásico tardío como Copador, Gualpopa, Cashal, Arambala entre otros, los
cuales solamente presentan piezas cerámicas en pequeño formato y en alguna excepción en
tamaño mediano pero con paredes muy delgadas de tan solo 7 mm o menos en algunos
casos y cuyas funciones deben haber sido más relacionadas con el consumo de alimentos ya
procesados.
Para muchos otros asentamientos puede que el agua haya tenido una importancia igual o
superior dada la posible distancia que existía entre los cuerpos de agua como el Río Sucio y
la laguna de Chanmico dadas sus actividades cotidianas de subsistencia y agricultura así
como de producción de bienes para su comercialización.
La arcilla tuvo un lugar clave en el desarrollo de este asentamiento humano así como de la
cultura producida en él. La perennidad o el deseo de esta por parte de los seres humanos
que poblaron la antigua aldea de Joya de Cerén se refleja no solamente en su arquitectura
en tierra en la que la arcilla desempeñó un papel clave, pero además de eso también la
cerámica, cuya materia prima muy probablemente haya sido obtenida del subsuelo arcilloso
debajo de las dos capas de TBJ (primaria y secundaria) que constituyen el suelo cultural de
la antigua aldea dadas las características físicas de la arcilla.
A pesar de que la tradición del Guazapa Engobe Raspado haya sido conocida mucho
tiempo atrás [ CITATION Sha781 \l 17418 ], antes de la fundación de la Joya de Cerén
arqueológica es muy probable que los habitantes de la antigua aldea ya conocían dicha
tradición cerámica pudiéndola haber reproducido en ese asentamiento, eso podría explicar
la presencia frecuente de Guazapa Engobe Raspado en este lugar.
Por todos estos factores es muy posible que muchos sitios del Valle de Zapotitán se hayan
dado a la tarea de producir cerámica de este tipo dados los recursos mencionados
anteriormente, lo que podría significar una explotación de recursos naturales sistematizada
con el objetivo no solamente de resolver problemas de subsistencia, propios de una
infraestructura producto de una relación con el medio ambiente; sino también poder
ingresar a circuitos comerciales, generando una economía y la cerámica Guazapa Engobe
Raspado podría haber funcionado como un factor tecno económico [CITATION Har96 \t \l
17418 ] para obtener un poder adquisitivo que le permitiera procurarse un excedente de
bienes de consumo y materiales o tecnologías que pudieran facilitar su cotidianidad.
La TBJ también sirvió como suelo agrícola en el área del sitio, se observan surcos con el
característico color blanco grisáceo propio de la ceniza volcánica y puede que haya sido
revuelta con arcilla para evitar su deslave por no tener por sí sola una consistencia adecuada
y soportar el arrastre de la precipitación pluvial, lo que puede representar un factor tecno
ecológico de acuerdo al materialismo cultural [CITATION Har94 \t \l 17418 ]. Con la arcilla
propia del área la tierra blanca pudo haber tenido más consistencia evitando la erosión de
tipo hidráulico.
Es importante señalar que la tierra blanca de origen volcánico no solamente haya sido
ocupada para nivelar algunas partes del suelo natural de Cerén o que haya sido utilizada
cerca de las estructuras habitacionales con el fin de hacer el terreno lo más transitable
posible, sino que también es posible que haya servido como materia prima en la
elaboración de cerámica u otras utilidades. Este es el tercer elemento distintivo de la
cerámica Guazapa Engobe Raspado y sirvió como capa soporte a los diseños ondulados que
caracterizan a este estilo cerámico. Estos diseños tal vez podrían estar relacionados
simbólicamente con el agua, dada la proximidad del río con respecto a la aldea así como la
existencia de otros cuerpos de agua como la laguna de Chanmico.
Referencias
Amaroli, Paul. (2017). Arqueología de El Salvador. San Salvador: Fundación Nacional de
Arqueología (FUNDAR).
Balfet, H., Fauvet - Berthelot, M. -F., & Monzón, S. (1992). Normas para la descripción de vasijas
cerámicas. México D. F. : Centre dÉtudes Mexicaines et Centraméricaines (CEMCA).
Bohannan, P., & Glazer, M. (1993). Antropología. Lecturas. Madrid: McGraw Hill.
Dixon, C. (2011). rethinking southeast Mayan agriculture: A view from the manioc fields in Joya de
Cerén . La Universidad, 215 - 228.
Farahani, A., Chiou, K., Harkey, A., Hastorf, C., Lentz, D., & Sheets, P. (14 de Agosto de 2017).
www.cambridge.org/core. Obtenido de www.cambridge.org/core:
https://www.cambridge.org/core/journals/antiquity/article/identifying-plantscapes-at-
the-classic-maya-village-of-joya-de-ceren-el-
salvador/5D212CEF22A5F42ACF1A6C031D685147
Fowler Jr., W. (1995). El Salvador. Antiguas Civilizaciones. San Salvador: Banco Agrícola de El
Salvador.
Haberland, W. (1978). Marihua rojo sobre beige y el problema pipil. San Salvador: Dirección de
Publicaciones e Impresos.
Harris, M. (1996). El desarrollo de la teroía antropológica. México D.F.: Siglo XXI Editores.
López, K. R. (2017). Análisis de los contextos de la cerámica Guazapa engobe raspado en los sitios
Tazumal, San Andrés y Joya de Cerén, El Salvador . Estudios de arqueología: México y
Centroamérica, 57 - 74.
Sermeño López, H. A., Granillo G., F., & Cruz Esperanza, Y. (18 de Mayo de 2012). Estudio y
aplicación de cenizas de origen vegetal para la obtención de la tonalidad naranja similar o
característico de la cerámica precolombina Izalco - Usulután. Estudio y aplicación de
cenizas de origen vegetal para la obtención de la tonalidad naranja similar o característico
de la cerámica precolombina Izalco - Usulután. San Salvador, San Salvador, El Salvador:
Universidad de El Salvador.
Sheets, P. (2013). Joya de Cerén. Patrimonio Cultural de la Humanidad. San Salvador: Editorial
Universitaria, Universidad de El Salvador.
Sheets, Payson. (2018). Joya de Cerén 25 aniversario Patrimonio Mundial 1993 - 2018. San
Salvador: Ministerio de Cultura.
Anexos
Anexo 1.
Mapa de Joya de Cerén en el Valle de Zapotitán. El recuadro negro es el sitio arqueológico.
Anexo 2
Joya de Cerén y su proximidad con el Río Sucio. Vista actual de los complejos 1, 2,3 y 4
excavados desde 1978 al presente.
Anexo 3
Capas de TBJ primaria y secundaria en el sitio de Joya de Cerén. Fotografía tomada durante
las excavaciones del proyecto de nuevas cubiertas para el sitio de Joya de Cerén en 2019.
Anexo 4
Arcilla localizada debajo del antiguo suelo cultural de Joya de Cerén. Puede observarse la
inmediatez de la arcilla con respecto a las capas de tierra blanca.
Anexo 5
Vasijas Guazapa Engobe Raspado procedentes de Joya de Cerén. Período clásico tardío
(600 – 900 d. C.).
Anexo 6
Dibujo de la diosa vieja del tejido, diosa “O” en el códice de Dresde. Obsérvense las líneas
paralelas ondulantes representando el agua y su asociación a un cántaro.
Anexo 7
Vista parcial del sitio arqueológico de Joya de Cerén durante la temporada de excavaciones
de 2019.
Anexo 8
Arcilla café oscuro extraída del sondeo 9 del complejo 2 del sitio Joya de Cerén
Anexo 9
Tierra blanca propia de la capa primaria y procedente de la erupción del Ilopango alrededor
del siglo V d. C. Sondeo 13, temporada de excavaciones 2019 en Joya de Cerén.