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NUEVO

DICCIONARIO
LITURGIA

Ediciones Paulinas
Homilía 1038
predicación, Sigúeme, Salamanca 1966; La pre- predicación, Sigúeme, Salamanca 1972; Rahner
dicación a la comunidad cristiana, Verbo Divi- K.-Háring B., Palabra en el mundo. Estudios
no, Estella (Navarra) 1971; Grelot P., Palabra sobre teología de la predicación, Sigúeme, Sa-

I
de Dios y hombre de hoy, Sigúeme, Salamanca lamanca 1972; Rebok J., La homilía eucarística;
1965; Haensli E., Horñilética, en SM 3, Hender, su originalidad y sus dimensiones fundamenta-
Barcelona 1973, 525-533; Llopis J., Exégesis bí- les, en "Didaskalia" (Argentina) 38 (1984) 4-20;
blica y homilía litúrgica, en "Phase'" 66 (1971) Reixach M.( Homilías y celebraciones, en "Pha-
527-541; Maldonado L., El mensaje de los cris- se" 71 (1971) 27-41; VV.AA., La predicación
tianos, Flors, Barcelona 1965; La homilía, esa cristiana, en "Concilium" 33 (1968) 357-516-
predicación siempre vieja y siempre nueva, en VV.AA., La homilía hoy, en "Phase" 91 (1976)
"Phase" 56 (1970) 183-202; El menester de la 2-68.

IGLESIA (edificio) finir la liturgia en el ámbito de la


/ historia de la salvación, subraya
/ Arquitectura; / Arte; / Dedica- una de sus propiedades esenciales: el
ción de iglesias y de altares; / Luga- manifestar la genuina naturaleza de
res de celebración la verdadera iglesia, el ser epifanía
de la iglesia con sus características,
aparentemente contradictorias, pero
vitalmente unificadas en el plano del
misterio, presentadas según una ley
IGLESIA Y LITURGIA de subordinación que señala una je-
rarquía de valores. Al edificar día a
día a los que están dentro de la igle-
SUMARIO: 1. Introducción - 11. Correlación
entre eclesiología y liturgia - III. Iglesia y litur- sia para ser templo santo y al robus-
gia en el Vat. II - IV. La iglesia en la eucología: tecer sus fuerzas para predicar a Cris-
I. La iglesia en el plan de Dios; 2. "Ecclesiae to, la liturgia presenta a los que es-
mirabile sacramentum"; 3. Una iglesia necesita-
da de purificación; 4. Liturgia e iglesia local - V. tán fuera a la iglesia "como signo
La iglesia en las celebraciones litúrgicas: 1. La levantado en medio de las naciones,
iglesia reunida en asamblea; 2. La iglesia en para que bajo él se congreguen en
oración; 3. La iglesia que celebra la eucaristía y
los sacramentos - VI. Conclusión. la unidad los hijos de Dios que es-
tán dispersos hasta que haya un solo
rebaño y un solo pastor" (SC 2).
I. Introducción

Con sus ritos y sus palabras, con II. Correlación


la unidad y multiplicidad de sus for- entre eclesiología y liturgia
mas, la liturgia es una especial epifa-
nía de la iglesia: expresión y realiza- El tema es complejo y hasta su-
ción de su misterio de comunión y gestivo: aquí sólo podemos ahondar
salvación. Es sobre todo en las cele- en alguno de sus aspectos para no
braciones litúrgicas donde más cla- entrar en el ámbito de otras voces
ra y eficazmente aparece la iglesia [/ infra, VI]. Una mirada retrospec-
"como un sacramento, o sea, signo e tiva a la tradición nos va a servir
instrumento de la unión íntima con para valorar un primer tratamiento
Dios y de la unidad de todo el géne- sobre la correlación, constatable a
ro humano" (LG 1), "que manifiesta lo largo de toda la historia del cris-
y a veces realiza el misterio del amor tianismo, entre la eclesiología y la
de Dios al hombre" (GS 45). liturgia, entre el modo de compren-
La constitución SC, en la intro- derse a sí misma y de realizarse la
ducción, incluso antes de llegar a de- iglesia y el modo de comprender y
1040
iglesia y liturgia
1041 Iglesia y liturgia
realizar su liturgia, en especial la ce- de la formación y difusión del misal
lebración eucarística. plenario en el medievo; la relación
entre los aspectos eclesiológicos y li- las realidades últimas de dicho reino. principio la vinculación de tal movi-
A.L. Mayer-Pfannholz, que ha Pero son demasiado ricas estas rea- miento litúrgico con la eclesiología
dedicado varios estudios a las rela- túrgicos en las posiciones de la re-
forma; el desarrollo paralelo de la lidades para hallar su expresión ade- no resultase muy clara... ni conscien-
ciones entre el cambio de imagen cuada en un rito particular y con el te. Pero pronto se manifestaría su
de la iglesia y la historia de la litur- reflexión eclesiológica y litúrgica en
el / movimiento litúrgico (Beauduin, sello de una cultura determinada; de gran importancia: significaba activar
gia, escribe acertadamente:"... existe ahí la necesidad de apelar a todas las todo el cuerpo de la iglesia..., des-
siempre un destino común entre la Casel, Guardini); los méritos y las
creaciones litúrgicas de Oriente y pertar en los fieles el sentido de có-
iglesia y la liturgia; en ambos proce- medidas comunes de las encíclicas Occidente y de realizar un estudio mo son ellos la iglesia reunida que
sos históricos uno solo es el proble- Mystici corporis y Mediator Dei comparativo a fin de lograr una vi- adora a su Señor." 5
ma: cómo interpretan y viven los (Pío XII); los fundamentos eclesioló- sión sinóptica de lo que la iglesia,
gicos de la SC y los desarrollos Aun siendo el primer documento
hombres de un determinado tiempo con la conciencia que ella se ha for- del Vat. II, y como tal el único en los
el misterio de Cristo y de su igle- litúrgicos de la LG (Vat. II); y las mado de sí misma e intenta expresar
influencias de la eclesiología conciliar comienzos de una reflexión y de un
sia" 1 . Más recientemente, H. Fries en su liturgia4. 4) La observación an- intercambio de ideas que caracterizó
ha intentado efectuar una síntesis so- en la reforma litúrgica de Pablo VI. terior de Jungmann no significa que
Para comprender en toda su ri- todo el desenvolvimiento del conci-
bre el desarrollo de la idea acerca de se haya de subestimar la gran apor- lio, la constitución SC estaba ya ins-
la iglesia en las diversas épocas hasta queza de significado estas correla- tación que puede hacer a la eclesio- pirada en una eclesiología de comu-
nuestros días. Este Kirchenbild es ciones, es preciso tener muy en cuen- logía un estudio profundo y sistemá- nión y participación que iba mucho
ante todo una representación vital, ta algunas orientaciones metodoló- tico de la eucología cuando se estu- más allá de los documentos anterio-
una idea expresiva de lo que la igle- gicas: 1) Desde el momento en que, dian los textos litúrgicos con método res del magisterio eclesiástico. Pue-
sia ha pensado ser o deber ser, pero durante el último siglo, madura la apropiado, en su contexto originario den ante todo recordarse sus afirma-
también la figura concreta que en reflexión sistemática y explícita so- y en conexión con la celebración a ciones fundamentales sobre la igle-
las distintas épocas ha presentado bre el concepto de / liturgia, puede que pertenecen, buscando en tales sia: la liturgia muestra a la iglesia en
ella misma al observador, y presenta constatarse una verdadera correla- textos no unos dicta probantia me- su naturaleza divina y humana, la
por tanto hoy al estudioso. Se da ción entre la profundización del con- diante esquemas preconcebidos, sino edifica día tras día para ser signo de
aquí una constante relación interac- cepto de iglesia y el de la liturgia. las grandes perspectivas teológicas la unidad querida por Cristo (n. 2);
tiva y confluencial entre los dos as- Durante los siglos anteriores se trata por las que se siente animada la ora- en el ámbito de la historia de la sal-
pectos: la iglesia concreta se organi- más bien de comprobar cómo viene ción de la iglesia. Como en seguida vación, del misterio pascual de Cris-
za conforme a la imagen que tiene a comprenderse y realizarse la cele- mostraremos [/ infra, IV], queda to nació "el sacramento admirable
de sí misma, se expresa exactamente bración litúrgica, dentro de la pers- uno sorprendido al comprobar que de la iglesia entera" (n. 5); para rea-
en la concreción histórica de su ac- pectiva señalada por H. Fries. 2) las oraciones de los antiguos sacra- lizar la obra de nuestra redención
tuarse y su formarse; mas, por otra Como observa J. A. Jungmann, la mentarlos romanos aparecían conti- "Cristo está siempre presente a su
parte, esta imagen que la iglesia tie- celebración litúrgica se nos presenta nuamente inspiradas en las dimen- iglesia... Asocia siempre consigo a
ne de sí misma depende de su figu- como autorrevelación de la iglesia, siones eclesiológicas más vitales que su amadísima esposa la iglesia"; en
no tanto ni sólo en los textos y en las hoy hemos redescubierto y que si- la liturgia es donde "el cuerpo místi-
ra histórica efectiva y de su reali- guieron teniendo eco en las comuni-
dad concreta 2 . Tal reflexión implica rúbricas contenidas en sus libros li- co de Jesucristo, es decir, la cabeza y
túrgicos oficiales: en la celebración dades cristianas aun dentro de con- sus miembros, ejerce el culto público
igualmente a la liturgia tanto en sus textos eclesiales muy distintos.
textos como en sus ritos. de una comunidad concreta es don- íntegro. En consecuencia, toda cele-
de la iglesia se define localmente al bración litúrgica es obra de Cristo y
No son pocas las fuentes de la tra- concentrarse en un lugar determina- de su cuerpo, que es la iglesia" (n. 7);
dición que pudieran documentar esa do; donde se realiza en el pleno sen- las acciones litúrgicas son "celebra-
correlación entre eclesiología y litur- III. Iglesia y liturgia en el Vat. II ciones de la iglesia, que es sacramen-
tido de la palabra; donde se hace un
gia: bastaría citar la relación iglesia acontecimiento, un hecho. Es la ac- to de unidad, es decir, pueblo santo
local-celebración eucarística en la Di- "Entre los factores, al menos los congregado y ordenado bajo la di-
ción litúrgica concreta la que nos principales, que han cooperado a des-
dajé, en las cartas de Ignacio de An- ofrece una imagen viva de la iglesia rección de los obispos... Tales accio-
pertar la nueva conciencia eclesioló- nes pertenecen a todo el cuerpo de la
tioquía, en la Traditio apostólica de como sacramento de la salvación de gica, habría que otorgar el primer
Hipólito, en el Itinerarium Egeriae; Cristo •'. 3) La iglesia misma, pará- iglesia, lo manifiestan y lo implican"
puesto al / movimiento litúrgico. (n. 26); incluso la "principal mani-
a iglesia como asamblea litúrgica en bola y sacramento del reino, por el Desde comienzos del nuevo siglo se
los escritos de san Cipriano de Car- simple hecho de su existencia y se- festación de la iglesia" tiene lugar
manifestaba cada vez más la necesi- cuando todo el pueblo de Dios par-
tago; la concepción de la iglesia sub- gún las modalidades de tal existen- dad de una liturgia viva en la que la
yacente en el Ordo Romanus pri- cia, está ya expresando en el misterio ticipa en la liturgia, especialmente en
comunidad entera de creyentes pu- la eucaristía, bajo la presidencia del
mus; los presupuestos eclesiológicos diese tener parte activa. Quizá al
Iglesia y liturgia 1042
1043 Iglesia y liturgia
obispo, rodeado de su presbiterio y misma iglesia: reconocimiento, va-
ministros (n. 41). con Israel, contemplándola en una IV. La iglesia en la eucología
loración, asimilación, adaptación
Pero si aparecen subrayadas algu- (cf igualmente GS 44; 58). historia concreta y dominada por un
nas afirmaciones explícitas, no son designio divino de alianza y salva- La liturgia manifiesta a la iglesia
En el posconcilio la correlación en- ante todo, como veremos [/ infra,
menos notables las perspectivas ecle- tre eclesiología y liturgia, documen- ción en proyección hacia su plenitud
siológicas de fondo, confirmadas des- escatológica. Ello no sólo ha llevado V], en sus celebraciones, que son cul-
taba en todo el arco de la historia men etfons de su vida y, por tanto,
pués y desarrolladas en los siguientes de la iglesia, ha tenido nuevas expre- a una valoración litúrgica del AT
documentos: la idea de la unidad nueva y fructífera, sino que ha pro- también su expresión más significa-
siones y muy significativas. Ante tiva. Y asimismo se abren incesante-
continuamente destacada; la iglesia todo se puede observar cómo todas piciado además una mejor compren-
como comunidad de salvados (dig- sión de las diversas realidades litúr- mente a sorprendentes horizontes
las temáticas eclesiológicas más vi- doctrinales sobre el ministerio de la
nidad eclesial de los laicos, sentido vas del concilio han inspirado la gicas a la luz de la tradición bíblica:
espiritual de la institución, significa- piénsese en la eucaristía, particular- iglesia los textos de las oraciones,
reflexión litúrgica más reciente, tanto los de las diversas tradiciones
do eclesial de las asambleas cristia- así como no pocos textos litúrgicos mente en la plegaria eucarística;
nas); la iglesia asociada a la obra di- litúrgicas del pasado como los de los
creados por la reforma: cf, por ejem- actuales libros litúrgicos. "La litur-
vina de la salvación (finalidad salví- plo, el influjo del tema iglesia-sacra- b) la dimensión histórica, que
fica de la acción de la iglesia; espíritu nos hace más sensibles a la evolución gia —se ha escrito— es fundamen-
mento sobre la eucología del Misal talmente celebración del misterio de
misionero, exigencia eclesial de una de Pablo VI y de la liturgia de las de la iglesia a lo largo de los siglos,
participación activa); la iglesia como evolución mediante la cual llegan a Cristo. Es el misterio mismo, en el
Horas. Pero más interesante es toda- que un esfuerzo teológico ahonda-
estructura de salvación: estructura vía constatar cómo los rasgos más madurar más plenamente no pocos
colegial, estructura de las funcio- aspectos de su fe y de su vida, pero rá desarrollando sus coincidencias e
señalados de la nueva imagen de la implicaciones en una determinada
nes, estructura/tiempo: ritmo ternario iglesia son los que marcan más vigo- sobre la cual se han dejado sentir
(conversión, celebración, compromi- igualmente condicionamientos espa- cultura. Pero la liturgia lo expresa a
rosamente la problemática litúrgica su manera: evocativa, poética, sim-
so), correspondiente a la triple mi- de nuestros días: la iglesia-sacramen- cio-temporales y humanas limitacio-
sión de la iglesia. La eclesiología li- nes. De ahí la necesidad —particu- bólicamente y de forma directamen-
to; la iglesia local; la iglesia-comu- te existencial. Verdad es que los tex-
túrgica de la SC recibirá de la LG nión, la relación iglesia-mundo, etc. larmente notoria en la liturgia— de
unos fundamentos más sólidos y ho- una audaz reforma de ciertas fórmu- tos litúrgicos aparecen formulados
mogéneos, así como una mayor am- La reflexión sobre la iglesia, ex- las históricas de la institución, así siempre dentro de una / cultura y re-
plitud de perspectivas. La concep- traordinariamente rica y a la vez res- como de un continuo esfuerzo de flejan necesariamente una teología;
ción de la iglesia como misterio y petuosa ante el misterio, que el Vat. adaptación y de nueva creatividad; pero su finalidad primaria es expre-
como pueblo de Dios ha dado lugar II nos ha proporcionado con la vi- sar la fe y celebrarla..." 6 .
a una visión más bíblica, más sacra- sión múltiple y complementaria de c) la dimensión antropológica,
mental, más antropológica, más es- las diversas imágenes bíblicas, abre que presenta la realidad concreta de En su oración es donde la iglesia
catológica. La manifestación de la nuevos horizontes a nuestra com- una iglesia constituida por hombres, se autocomprende, se expresa con
iglesia en la celebración como uni- prensión de la liturgia de la iglesia. de una comunidad de fieles que ca- particular eficacia, dibuja de sí
dad diversificada y orgánica resulta La recuperación teológica de la Me- minan por las vías de la salvación. misma una imagen particularmente
más evidente con una comprensión diator Dei (1947), que tenía sus raí- De ahí, en el terreno litúrgico, una viva: "Cuando la liturgia —escribe
más honda de la asamblea cristiana ces en la Mystici corporís (1943), ha- atención más acentuada a los aspec- A. Stenzel — proclama con grandio-
y del ejercicio de los ministerios. Al- bía llevado al descubrimiento de la tos celebrativos, a los problemas de sa monotonía la unidad del plan de
gunos temas, ya implícitamente pre- liturgia como "culto integral del cuer- los signos y del lenguaje, así como salvación en los dos Testamentos...;
sentes en la SC, se reasumen y se po místico de Cristo"; pero al mismo un mayor interés por la contribu- cuando de la misma manera hace
tratan de una manera más completa: tiempo había dado lugar a una con- ción, por parte de las ciencias huma- comprender la historia de la salva-
el tema del sacerdocio común, con cepción estática, demasiado alejada nas, a la relación liturgia-vida. ción con su tensión orientada entre
una visión más equilibrada de la re- del hombre y de la historia. Toman- una promesa inicial y su cumpli-
do como punto de partida las mu- Pero la categoría pueblo de Dios
lación vida-culto ritual (cf LG 10; nos ha proporcionado además un miento definitivo; cuando realiza a
11; 34); la iglesia como sacramento chas valencias de la contemplación la iglesia como pueblo de Dios y
de la iglesia como pueblo de Dios, es subsuelo muy fecundo para llevar
de la salvación de Cristo (cf LG 1; 9; adelante el discurso sobre la función cuerpo de su cabeza, como un reino
48; GS 45: AG 5); la iglesia local (cf más difícil abrir la reflexión y la pra- de reyes y sacerdotes, como comuni-
xis litúrgica a algunos aspectos que presidencial y la ministerialidad, así
LG 23; 26; 28); la catolicidad de como sobre los carismas; ha favore- dad de santos, nadie puede negar
la iglesia, con una mayor atención son hoy de enorme actualidad: que su función en lo relativo a esta y
cido nuevas valoraciones catequéti-
a las múltiples tradiciones y a las cas y hecho posibles nuevas confron- demás verdades es la de un magiste-
diversas culturas en el seno de la a) la dimensión bíblica, que sub- taciones y convergencias ecuménicas, rio de carácter especial y muy pre-
raya la continuidad de la iglesia incluso en el terreno litúrgico. cioso"'.
Iglesia y liturgia 1044 1045 Iglesia y liturgia
Para valorar los textos litúrgicos tudinem gloriamque promissan / te lumen aeternum). La segunda frase: Los dos textos resultan muy se-
como locus theologicus en el sentido moderante perveniat. et opus salutis humanae, / perpetuae mejantes en estructura y contenido,
más pleno, sería menester aplicar un Esta visión mistérica y dinámica dispositionis effectu, / tranquillus pero con preciosas variantes para la
método comparativo a través de una de la iglesia, que se evoca en tantos operare, muestra el enlace del sacra- interpretación global de ambas ora-
verificación teológica con las demás textos agustinianos', representa hoy mentum ecclesiae con la obra salví- ciones. "Custodi, Domine, quaesu-
expresiones de la fe y de la vida de la una de las adquisiciones más fecun- fica de Dios y con la perpetua dispo- mus, ecclesiam tuam propitiatione
iglesia, tanto en el pasado como en das de la eclesiología del Vat. II: "La sitio que en ella y por medio de ella perpetua, et quia sine te labitur hu-
el presente 8 . Nosotros nos vamos a idea de pueblo de Dios introduce se actúa. En la frase final, la idea mana mortalitas, tuis semper auxiliis
limitar a algunas sugerencias en tor- algo dinámico en la doctrina de la explícita, cargada de resonancias bí- et abstrahatur a noxiis et ad saluta-
no a la riqueza doctrinal eclesiológi- iglesia. Este pueblo posee una vida blicas, es que el mundo entero llegue ria dirigatur". "Ecclesiam tuam, Do-
ca contenida en los sacraméntanos y un camino hacia un término esta- a restaurarse según la situación ori- mine, miseratio continuata mundet
Veronense y Gelasiano. blecido por Dios... (un pueblo) ele- ginaria anterior al pecado, por me- et muniat, et quia sine te non potest
gido, instituido y consagrado por dio de Cristo, en quien tienen su ori- salva consistere, tuo semper muñere
1. LA IGLESIA EN EL PLAN DE Dios para ser su siervo y su tes- gen todas las cosas. gubernetur". La iglesia entera (eccle-
DIOS. NO es difícil constatar cómo timonio..." I0 El texto es de una relevancia ex- siam tuam) se confiesa continua-
diversas oraciones romanas de las traordinaria en relación con la mo- mente necesitada del perdón y de la
más antiguas, en especial las salidas 2. "ECCLESIAE MIRABILE SACRA- derna concepción de la iglesia como misericordia de Dios (propitiatione
del scriptorium lateranense del s. v, MENTUM". La segunda oración que sacramento de la salvación de Cris- perpetua; miseratio continuata); de
están inspiradas en una profunda me- vamos ahora a analizar proviene del to. Llevando adelante la reflexión pa- que la guarde (custodi), purifique
ditación sobre la carta a los Efesios: sacramentario Gelasiano (GeV432), trística y dejándose guiar por la evo- (mundet) y fortalezca (muniat). Si
se contempla a la iglesia en la dis- pero es muy parecida a la anterior lución del pensamiento paulino, el en el primer texto se dice que sin la
pensatio del plan divino de salva- y está igualmente muy próxima al autor de Ge V 432 ha visto en la igle- intervención de Dios (sine te) nues-
ción, en el mysterium paulino, del que pensamiento leoniano. Es una ora- sia un signo concreto de la acción tra mortal condición (mortalitas) no
incluso es un momento y una reali- ción de la vigilia pascual —donde salvífica de Cristo, el lugar donde se puede sostenerse (labitur), en el se-
zación. la ha resituado la reciente reforma puede constatar la obra renovadora gundo tal debilidad se atribuye di-
Analizaremos brevemente la ora- como oración después de la séptima de Dios, el comienzo de la nueva rectamente a la iglesia (non potest
ción n. 921 del sacramentario Vero- lectura—, que tiene su origen en una creación en Cristo. salva consistere). Por eso se confía a
nense: "Dirige, Domine, quaesumus, tradición litúrgica muy compleja, y la ayuda (auxilio) y protección (mu-
ecclesiam tuam dispensatione caeles- que revela una clara dependencia ñere) del Señor, a fin de verse libre
3. UNA IGLESIA NECESITADA DE de cuanto puede perjudicarla (abs-
ti; ut quae ante mundi principium in de la carta a los Efesios, en especial PURIFICACIÓN. Con el fermento de
tua semper est praesentia praepara- de Ef 1,9-12.22 y 3,3-10": "Deus, trahatur a noxiis) y saberse guiada
ideas que han hecho madurar la ecle- con firmeza hacia la salvación (ad
ta, usque ad plenitudinem gloriam- incommutabilis virtus, lumen aeter- siología en el Vat. II, adquiere un
que promissam te moderante perve- num, réspice propitius ad totius ec- salutaria dirigatur).
destacado relieve la renovada aten-
niat". Se invoca a Dios como pastor clesiae tuae mirabile sacramentum et ción a la dimensión antropológica
opus salutis humanae, perpetuae dis- La imagen de la iglesia que se per-
(dirige, moderante) de su iglesia (ec- de la iglesia, tan bien expresada con cibe en estas dos oraciones es fuerte-
clesia Patris). El término dispensado positionis effectu, tranquillus opera- la categoría bíblica de pueblo de
re, totusque mundus experiatur et mente antropológica: acosada por
no podría traducirse simplemente Dios. Como han observado algunos la tentación y el pecado, la iglesia
por gracia, como si se invocase una videat deiecta erigi, inveterata nova- estudiosos l2, es la liturgia, con sus
ri, et per ipsum [Christum] rediré om- se pone en estado de penitencia y
intervención ocasional: es un térmi- textos y sus signos, la que ha venido confía enteramente en la bondad de
no en el que se sobrentiende la con- nia in integrum, a quo sumpseret a mantener vivo este sentido concre-
principium". En la primera frase (rés- Dios, a fin de participar, "con una
cepción histórico-salvífica de san Pa- to de la iglesia como una comunidad renovada juventud espiritual", en el
blo y la reflexión teológica de León pice ad totius ecclesiae tuae mirabile de pecadores animada por un ince-
sacramentum) el término sacramen- misterio pascual del Señor.
Magno y de Agustín. A la luz de la sante anhelo de purificación y de
carta a los Efesios se contempla a tum no posee ciertamente la riqueza crecimiento en el amor y en la fide-
que hoy se le atribuye, pero se refiere 4. LITURGIA E IGLESIA LOCAL. El
la iglesia en relación íntima con el lidad. Nos limitamos aquí a analizar
"mysterium" paulino, desde su pre- claramente a la iglesia, está califica- Sacramentarium Veronense por su
dos colectas, afines por su contenido particular origen, como colección de
sencia en el plan de Dios antes de la do con el adjetivo mirabile (frecuen- y origen (GeV 1213 y 1218), que en
creación del mundo —ante mundi temente referido a las obras de Dios "libelli missarum", transcritos en los
el Misal de Pablo VI vienen asigna- archivos lateranenses, nos ofrece el
principium / in tua semper est prae- en la historia de la salvación) y pre- das, respectivamente, al martes de la
sentia praeparata— hasta su panifi- parado con dos apelativos referidos extraordinario ejemplo de una euco-
segunda semana y al lunes de la ter- logía que respira la vida y los pro-
cación escatológica: usque ad pleni- a Dios (Deus, incommutabilis virtus, cera semana de cuaresma. blemas de una iglesia local, cuya cul-
1047 Iglesia y liturgia
Iglesia y liturgia 1046
tura, por otra parte, refleja en su pirar siempre profundamente la constatamos cómo lo primero y fun- un solo cuerpo, suscita diversos ca-
misma expresión literaria. Los tex- liturgia de la iglesia. damental en toda celebración cris- rismas al servicio de todos, hace efi-
tos del Veronense se abren frecuen- tiana es la reunión de los fieles en caz la palabra proclamada y presen-
Nos hemos limitado a algunos asamblea. La celebración constituye te y operante a Cristo en la comu-
temente a horizontes eclesiológicos textos de la más antigua tradición;
muy ricos, que en parte se han reco- el acto que revela la primacía de la nidad y en los sacramentos de la
pero sería fácil comprobar la riqueza acción de Dios, que hace operante la iglesia.
gido en el nuevo Misal: cf, por ejem- eclesiológica de la eucología del nue-
plo, los nn. 921, 1130, 951, 478, 657, salvación de Cristo, que representa Se puede igualmente afirmar que
vo Misal de Pablo VI, tanto en los el paso de la vocación a la realiza- toda celebración litúrgica expresa
etc. Aquí queremos más bien atraer textos recobrados o adaptados de las
la atención sobre una serie de textos ción: de la iglesia convocada a la algo de la iglesia: sería fácil ilustrarlo
fuentes antiguas (por ejemplo, el iglesia reunida. La / asamblea litúrgi- mediante los diversos tipos de cele-
que son de inspiración típicamente prefacio dominical I), como en las
ligada al espacio y al tiempo, expre- ca es convocación del pueblo de Dios bración. Nos limitamos aquí a sub-
nuevas composiciones inspiradas en —en medio del cual se hace Cristo rayarlo en relación con los diferen-
sión de la iglesia local de Roma en textos bíblicos, patrísticos y conci-
los ss. v-vi: no deja de ser sintomáti- presente (Mt 10,10)—, que realiza en tes modos de realizar la celebración
liares, entre las cuales merecen men- sí el "Qahal Jahweh" del AT y, como misma. Una comunidad revela sin-
co que tal modelo de textos se en- cionarse las relativas a la sacramen-
cuentre sólo en esta fuente, como tal, es máxima expresión de la comu- tomáticamente la concepción que
talidad de la iglesia (cf en particular nidad local, hecho concreto de la tiene de la iglesia y de su pertenencia
se puede comprobar por el instru- el formulario Pro sancta ecclesia).
mental que al pie de página recoge iglesia universal, preanuncio y antici- a la misma en la manera misma de
Mohlberg. pación de la Jerusalén celestial ". celebrar su liturgia.
En orden a la convocación de la El renovado sentido de la asam-
Citemos al menos tres aspectos de V. La iglesia asamblea cristiana y a su crecimien- blea que resurge en las comunida-
la iglesia de Roma que destacan en to en la fe, no deja de desempeñar des cristianas no es sólo efecto de
tales textos: a) una iglesia con fuerte en las celebraciones litúrgicas
un papel fundamental la proclama- una recuperada visión teológica, sino
conciencia de su misión y de sus pre- ción de la palabra de Dios, ya que también de una distinta situación
rrogativas en la iglesia universal: cf Si la eucología puede ofrecernos
testimonios eucológicos de gran in- Cristo "está presente en su palabra, socio-religiosa, en la que se profesa
n. 307, comparándolo con los "ser- pues cuando se lee en la iglesia la y se celebra la fe, y donde congre-
mones" de León Magno; b) una igle- terés, más preciosos son aún los re-
sultados que pueden obtenerse estu- Sagrada Escritura es él quien habla" garse en asamblea es ya una opción
sia afligida con problemas discipli- (SC 7). y un testimonio. Hoy, en una iglesia
nares y pastorales muy agudos: cf diando "la concreta actitud litúrgico-
vital propia de una comunidad cris- En la asamblea litúrgica es sobre misionera que vive en medio de un
los nn. 530 y 620, entre los que se mundo secularizado, la asamblea en-
alude probablemente a los lupercales tiana, la cual, al constituirse en asam- todo donde se expresa la iglesia
blea (= ecclesia), visibiliza y concre- como communitas sacerdotalis. En cuentra un nuevo significado, ya que
en tiempo del papa Gelasio I "; c) prácticamente sólo en la asamblea
una iglesia preocupada por las vici- ta, en determinadas coordenadas de efecto, si es verdad que el sacerdocio
tiempo y espacio, a la iglesia" ". Un del pueblo cristiano se ejerce prima- cristiana es donde los fieles se en-
situdes y circunstancias de Índole cuentran como cristianos en nombre
político-militar, con una clara ten- estudio orgánico del actuar litúrgico riamente en la vida (1 Pe 2,9), en la
en la iglesia podría proporcionarnos asamblea cristiana en acto de cele- de su fe. De ahí la creciente impor-
dencia a identificar su propio destino tancia de la asamblea litúrgica co-
con el del imperio: cf los nn. 553, una eclesiología dinámica con fuer- bración es donde se manifiesta y se
te impulso y aliento. Nos limitare- realiza este carácter sacerdotal de mo signo actual de pertenencia a la
660, 590 y 872, y establézcase un co- iglesia'".
tejo con Eusebio, Agustín, cartas de mos a alguna anotación sobre cier- todo el pueblo de Dios, que se ofrece
los papas, etc. '" Tras el análisis de tos aspectos de la vida litúrgica de la y da gracias al Padre por medio de
textos como los citados, se llega a iglesia. Cristo en el Espíritu Santo. La cele- 2. LA IGLESIA EN ORACIÓN. Con
dos conclusiones que iluminan nues- bración constituye, efectivamente, la frecuencia, la comunidad cristiana se
tra actual problemática: por una puesta en práctica más específica del congrega para orar, consciente de
1. LA IGLESIA REUNIDA EN ASAM- sacerdocio de todos los fieles, ya que que "la oración pública y comunita-
parte, se admira la frescura de una BLEA. La celebración litúrgica mani-
liturgia que interpreta una situación es entonces cuando se ejercen plena- ria del pueblo de Dios figura con
fiesta a la iglesia ya por el hecho mis- mente las funciones sacerdotales de razón entre los principales cometi-
eclesial, que expresa una iglesia lo- mo de estar exigiendo —como signo
cal; por otra parte, en dichos textos, los distintos miembros del pueblo dos de la iglesia" (OGLH 1), y de
y como su mejor realización— una de Dios: laicos y ministros consa- que el ejemplo y el mandato del Se-
tan desbordantes de actualidad, comunidad formada y reunida: lo
aparecen propiamente documenta- grados. ñor y de los apóstoles de orar siem-
deja entender el Vat. II (SC 14; 16ss; pre e insistentemente "pertenecen
dos los peligros de una improvisa- 41 ss) y lo supone la liturgia misma Es igualmente en la asamblea cris-
ción litúrgica que carece de esa uni- tiana donde sobre todo "florece el a la esencia íntima de la iglesia,
en sus textos y sus ritos. Por otra la cual, al ser una comunidad, de-
versalidad, de esa reserva escatoló- parte, si analizamos los textos del Espíritu", como subrayaba Hipóli-
gica, de ese espíritu que debiera res- to ": él unifica a todos los fieles en be manifestar su propia naturaleza
NT relativos a acciones cultuales,
Iglesia y liturgia 1048 Iglesia y liturgia
1049
comunitaria también cuando ora" su Señor, y llega por tanto a ser más Agustín, Contra Faustum 11, 20: PL
(OGLH 9). con Dios en Cristo, como manifes-
plenamente iglesia de Cristo. Obe- 42, 265). tación terrena de la misericordia de
Es sobre todo la / liturgia de las deciendo, contribuye a hacer llegar Ningún otro sacramento estructu- Dios para con los hombres, y "cola-
Horas, celebrada en la comunidad lo- el reino; viene a ser más eficazmente ra con más eficacia a la iglesia; nin- bora a su conversión con la caridad,
cal, el tipo y la plena realización de agente de realización del designio de gún acto de la iglesia la manifiesta con el ejemplo y las oraciones" (LG
la oración cristiana, entendida como Dios sobre el mundo; c) se presenta con mayor plenitud en su misión 11). En el sacramento de la / unción
respuesta a la escucha de la palabra ante Dios en nombre del mundo, evangelizadora y santificadora, en su de los enfermos, la iglesia revela su
de Dios, como ejercicio del sacerdo- ejerce su sacerdocio real, sustituyen- vocación de pueblo peregrino hacia solicitud ante los sufrimientos de los
cio de Cristo y como actuación y do al mundo a fin de que pueda éste la consumación escatológica, en la enfermos; ruega por ellos; los ayuda
manifestación de la iglesia. Las co- perdurar en la paciencia divina, y plural presencia de Cristo que se le a tomar parte en la pasión de Cristo
munidades cristianas es ahí donde se mostrando de este modo que sitúa ha dado, en su realidad ya actual de por su cuerpo; es el signo de la victo-
han reconocido desde los primeros en la oración el / compromiso ma- cuerpo de Cristo y templo del Espí- ria del Señor sobre la muerte y sobre
siglos, enriqueciéndola además pro- yor de su responsabilidad política y ritu n. Por lo que el Vat. II nos amo- la enfermedad, que continúa en la
gresivamente con tesoros de refle- su más fuerte preocupación por la nesta y recuerda cómo "ninguna co- iglesia como comienzo y promesa
xión y de vida y dándole una signi- llegada del reino *>. munidad cristiana se edifica si no tie- del reino futuro. El sacramento del
ficativa estructura y un aliento ver- ne su raíz y quicio en la celebración / matrimonio inserta en la alianza la
daderamente universal, para que 3. LA IGLESIA QUE CELEBRA LA de la santísima eucaristía" (PO 6). unión conyugal entre el hombre y la
pudiese ser así "sacrificio espiritual" EUCARISTÍA Y LOS SACRAMENTOS. LA En la eucaristía, como cima y fuente mujer, y la convierte en signo y par-
de todo el pueblo de Dios, "fruto de reflexión eclesiológica que hemos de toda la vida de la iglesia, conver- ticipación de la relación esponsal de
los labios que confiesan su nombre" hecho sobre la iglesia presente en la gen todos los demás sacramentos; y la iglesia con Cristo, por lo que la
(Heb 13,15). En esta oración llega a comunidad reunida y organizada todos, de alguna manera, vienen sig- familia cristiana bien puede denomi-
comprender la iglesia que su voca- adquiere una verdad más plena al nificativamente celebrados en el cua- narse iglesia doméstica, iglesia que
ción a ser cuerpo de Cristo y esposa considerar a la iglesia misma en el dro de la misa. se congrega en la casa (LG 11).
suya define su característica funda- acto de celebrar los sacramentos, y
mental de orante y portavoz de la sobre todo cuando celebra la euca- En los sacramentos de la / inicia- El septenario sacramental aparece
humanidad llamada a la redención ristía. ción cristiana, la iglesia se realiza así como la actuación de la plural
de Cristo ". como misterio y sacramento de la misión del pueblo de Dios en el
La iglesia, manifestación histórica mundo: cada sacramento nos intro-
de la salvación realizada por Cristo, salvación de Cristo para los hom-
La comunidad cristiana congrega- bres: injerta a éstos en el cuerpo de duce en una propiedad esencial de la
da en oración se realiza y manifiesta es iglesia en su sentido más eficaz iglesia, como presencia terrena de la
cuando actúa y se autorrealiza como Cristo transmitiéndoles el don del Es-
como iglesia en su estructura unita- píritu, los edifica como morada de salvación; cada sacramento nos re-
ria y orgánica, en unión espiritual sacramento de Cristo en el mundo, vela un aspecto del misterio de la
sobre todo a través de las siete Dios en el mundo, los hace reino sa-
con el pueblo de Dios de los tiempos cerdotal y pueblo de Dios, los man- iglesia.
pasados y del que ahora peregrina modalidades de gracia con que los
hombres entran en contacto con el tiene y guía con su misma fe. Por
en todas las naciones, pero también eso, como subrayan los nuevos ri-
en comunión con toda la iglesia ce- / misterio pascual del Señor en el
espacio y en el tiempo 2I. Pero todos tuales, toda la comunidad cristiana, VI. Conclusión
leste de los ángeles y los santos, con- con sus distintos ministerios y caris-
creta realidad de toda la iglesia cató- los sacramentos están orientados a
la eucaristía como a su consumación mas, está llamada a representar "a la Nos hemos detenido un poco en
lica y universal. iglesia madre" (RICA, Praenotanda,
y su fin: "La celebración de la misa, los sacramentos, si bien nuestra re-
En un profundo e incitante trata- n. 8, con referencia al padrino del flexión hubiera podido extenderse a
do sobre la oración común, el teólo- como acción de Cristo y del pueblo
de Dios ordenado jerárquicamente, bautismo). En el sacramento del todos los aspectos de la liturgia de la
go protestante J.-J. von Allmen, res- / orden, la estructura ministerial y iglesia; en particular al / año litúrgi-
pondiendo a la pregunta ¿qué hace es el centro de toda la vida cristiana
para la iglesia, universal y local, y orgánica del pueblo de Dios se ex- co, en el que la iglesia celebra "con
la iglesia cuando ora?, da la siguiente presa y realiza en línea de continui- un sagrado recuerdo" los misterios
triple contestación: a) expresa su para todos los fieles individualmen-
te" (OGMR 1), ya que "la unidad dad con el bautismo y la confirma- de la redención de tal suerte que "en
identidad más profunda, mostrando ción. En el sacramento de la re- cierto modo se hacen >presentes en
visiblemente lo que ella es misterio- del pueblo de Dios... está significada
con propiedad y maravillosamente conciliación [/ Penitencia], la iglesia todo tiempo" (SC 102) y "venera con
samente: pueblo de Dios congregado "santa y necesitada de purificación", amor especial" a la virgen / María,
en su presencia; se hace iglesia local, realizada por este augustísimo sacra-
mento" (LG 11). La eucaristía es por que "avanza continuamente por la contemplando en ella "lo que ella
revelándose, sin embargo, en una di- senda de la penitencia y de la reno- misma, toda entera, ansia y espera
mensión mucho más amplia, en el excelencia el sacramento "quo in hoc
tempore consociatur ecclesia" (san vación" (LG 8), se revela como sa- ver" (SC 103); o también en otros
espacio y en el tiempo; b) obedece a cramento de nuestra reconciliación ritos menores, como las / exequias,
1051 Iniciación cristiana
Iglesia y liturgia 1050
eucaristía en la vida de la religiosa, PPC, Ma- 2. La iniciación cristiana de los niños (OBP) -
la / dedicación de iglesias o la / pro- patristico-lilurgiche in riferimento alia conce- drid 1971, 55-77; Jossua J.-P., La constitución V. La eucaristía como sacramento de la inicia-
fesión religiosa. zione sacraméntale della chiesa, en Eulogio. Mis- "SC" en el conjunto de la obra conciliar, en ción - VI. Catequesis y pastoral litúrgica.
cellanea litúrgica in onore di P. Burkhard Neun- VV.AA., La Liturgia después del Vaticano II,
La liturgia no agota ciertamente heuser OSB, Roma 1979, 393-411 — l2 Entre Taurus, Madrid 1969, 127-167; Misser S., La
toda la actividad de la iglesia: re- los estudios más significativos, cf H.U. von liturgia en el misterio de Cristo y de la Iglesia, en I. Introducción
clama la / evangelización y la con- Balthasar, Casta meretrix, en VV.AA., Sponsa "Phase"20(1964) 140-148; Oñatibia 1., Renova-
versión y compromete en todas las Verbi, Morcelliana, Brescia 1969, 173-283 —
13
ción litúrgica e Iglesia catedral, ib, 3! (1966) 46-
1. EL TÉRMINO "INICIACIÓN".
obras de caridad, piedad y aposto- Cf G. Pomares, Célase I. Lettre contre les 56; La eclesiología en la "SC", en "Notitiae" 207
Lupercales et dix-huit messes du sacramentaire (1983) 648-660; Semmelroth O., La Iglesia como Hoy el término iniciación no nos re-
lado (SC 9); pero es "la cumbre a Léonien: SC 65 (1959) — '" Cf A. Chavasse, sacramento radical, en MS IV/1, Cristiandad, sulta ya habitual. Nos remite instin-
la cual tiende la actividad de la igle- Messes du Pape Vigile (537-555) dans le sacra- Madrid 1973, 330-362; Tena P., La palabra "ek- tivamente a las religiones mistéricas
sia y, al mismo tiempo, la fuente mentaire Léonien, en EL 64 (1950) 161-213 — klesía", estudio histórico-teológico, Casulleras,
de la época helenística, por ejemplo
15
de donde mana toda su fuerza" A.M. Triacca, "Mater omnium viven- Barcelona 1958; El lugar de la liturgia en nuestra
al culto de Mitra, casi contemporá-
(SC 10). tium", contributo metodológico ad una eccle- situación eclesial, en "Phase" 100 (1977) 277-
siologia litúrgica, dalnuovo Messale ambrosia- 306; Schulte R., iglesia y culto, en El misterio neo de la entrada del cristianismo en
"La iglesia concentra su vida en la no, en VV.AA., In ecclesia, LAS, Roma 1977, déla Iglesia, Herder, Barcelona I9662, 303-424; Roma. Esto no significa que la igle-
liturgia y por medio de la liturgia. 355 — l6 Cf Cl. Duchesneau, La celebrazione Vilanova E., Constitución sobre liturgia y cons- sia de Roma haya copiado los ritos
La obra de la salvación proseguida y nella vita cristiana, Dehoniane, Bolonia 1977, titución sobre la Iglesia en el mundo actual, en
especialmente la tercera parte — l7 B. Botte, "Phase" 34 (1966) 280-298; VV.AA., La presen- paganos para construir su iniciación.
actualizada por la iglesia se realiza cia del Señor en la comunidad cultual, en Ciertas semejanzas y ciertos simbo-
La tradition apostolique de si. Hippolyte, LQF
en la liturgia. La iglesia se edifica y 39 (1963) c. 41 ("... unusquisque sollicitus sit iré VV.AA., Actas del Cong. I. de Teología del lismos —piénsese en el bautismo con
se consolida a través de su participa- ad ecclesiam, locum ubi Spiritus Sanctus flo- Concilio Val. II. Flors, Barcelona 1972, 281-351. agua— son connaturales a toda cul-
ción en la liturgia, es decir, a través ret") — '" Cf J. Gélineau, // mistero dell'as- tura para expresar la purificación.
de la participación plena y activa del semblea cristiana, en VV.AA., Nelle vostre as- 2. Eclesiología litúrgica
pueblo santo de Dios en las celebra- semblee I, Queriniana, Brescia 1975, especial- En realidad, la iniciación cristiana
ciones litúrgicas, sobre todo en la mente 72-75 — " Cf S. Marsili, La liturgia, Aldazábal J., La doctrina eclesiológica del se refiere a las etapas indispensables
rnistagogia e culmine della preghiera cristiana, "Líber Orationum Psalmographus". Las colec- para entrar en la comunidad eclesial
eucaristía."23 en RL 65 (1978) 184-191. Cf también todo el tas de salmos del antiguo Rito Hispánico, Li-
brería Ateneo Salesiano, Roma 1974; Antolínez
y en su culto en espíritu y verdad.
fascículo de MD 135 (1978), dedicado al tema
"Prier en Église" —20 J.-J. von Allmen, Le sens A., La Iglesia en la Liturgia Hispánica y fuentes Sin querer exagerar el sentido de la
NOTAS: ' A.L. Mayer-Pfannholz, Das Kir- théologique de la priére commune. en MD 116 de su eclesiología, Ávila 1967; Diversos nom- disciplina llamada del arcano, no se
chenbild des spiiten Mittelalters und seine Be- (1973) 74-88 — 2' Cf E. Schillebeeckx, Cristo bres dados a la Iglesia en la Liturgia Hispánica, puede olvidar que, en la iglesia pri-
ziehungen zur Liturgiegesehichte, en Vom christ- sacramento dell'incontro con Dio, Edizioni Pao- en "Studium" 8 (¡968)45-59; Auge M., La asam- mitiva, los ritos de iniciación eran
lichen Mysterium. Gesammelte Arbeiten zum line, 1981s, 175-177 (Ragioni ecclesiologiche del blea cultual, propiedad sagrada del Señor, en secretos. Las catequesis de los pa-
Geddchtnis von Odo Casel OSB, Dusseldorf settenario sacraméntale) (trad. cas.: Cristo, sa- "Claretianum"9 (1969) 395-411; La comunidad
1951, 294. Cf también los numerosos estudios cramento del encuentro con Dios, Dinor, San eclesial colocada en la tensión entre el mundo dres nos demuestran que la explica-
recogidos en Die Lilurgie in der europáischen Sebastián) — -'2 Cf H. De Lubac, Meditación actual y el mundo futuro, ib, 10(1970) 139-162; ción particularizada de los ritos tenía
Geislesgeschichte. Darmstadt 1971 — 2 H. sobre la iglesia. Encuentro, 1984, 189-219 — Gil Atrio C , La Iglesia en los textos litúrgicos lugar cuando los catecúmenos ha-
23
Fries, Afutamenti dell'immagine deüa chiesa ed E. Theodorou, La phénoménologie des rela- orientales antiguos, en RET 9 (1949) 59-103; 10 bían hecho ya la experiencia vital
evoluzione storico-dogmatica, en Mysterium sa- tions entre l'église et la lilurgie, en VV.AA., (1950) 227-273; Neunheuser B., La Iglesia en el de los sacramentos de la iniciación.
lulis IV/I, tr. it., VII, Queriniana, Brescia 1972, L'église dans la lilurgie (Conférences st. Serge testimonio de la liturgia, en VV.AA., La Iglesia y
267-339 — 3 Cf J.A. Jungmann, La chiesa nella 1979), Edizioni liturgiche, Roma 1980, 292. el hombre de hoy, Guadarrama, Madrid 1963,63- Esta catequesis era especialmente
liturgia latina, en J. Daniélou-E. Vorgrimler, 90; Pascual A., IM imagen de la Iglesia en la mistagógica.
Sentiré ecclesiam — ' Cf I.H. Dalmais, La li- D. Sartore liturgia española. Inst. S. de Pastoral, Madrid Iniciación significa también co-
turgia come alto della chiesa, en VV.AA., La 1971; Tena P., Ecclesia en el sacramentarlo
chiesa in preghiera, Roma 19662, 229-232 — BIBLIOGRAFÍA: Leoniano, en IM palabra "ekklesia ", o.c, 295-315.
mienzo, entrada en una vida nueva,
5
P. Rousseau, La costituzione LG nel quadro justamente la del hombre nuevo en
I. La iglesia y la liturgia el seno de la iglesia. Como en toda
del movimenti rinnovatori della teología e della
pastorale degli ultimi decenni, en VV.AA., La Alcalá A., La Iglesia, misterio v misión, BAC vida, también aquí se tiene un pro-
chiesa del Val. II, Vallecchi, Florencia 1965, 226, Madrid 1963; Casel O., Misterio de la ek- greso con etapas, que en este caso
111-130 — * P. Declerck, "Lexorandi. lex cre- klesia, Guadarrama, Madrid 1964; Coffy R., Una están representadas por los sacra-
dendi". Sens originalet avatars historiques d'un
7
Iglesia que celebra y que ora, Sal Terrae, San- INICIACIÓN CRISTIANA mentos de la iniciación. Ninguno de
adage equivoque, en QL 58 (1978) 21 Is A. tander 1976; Congar Y.M.-J., El misterio del
Stenzel, La liturgia como lugar teológico, en templo. Estela, Barcelona I9672; La"ecclesia"o ellos permanece cerrado en sí mis-
Mysterium salutis 1/3, 670s ••- " G. Lukken, la comunidad cristiana, sujeto integral de la ac- SUMARIO. 1. Introducción; 1. El término "ini- mo, sino que está abierto a la se-
La lilurgie comme lieu théologique irremplaca- ción litúrgica, en VV.AA., La liturgia después ciación"; 2. Teología bíblica y litúrgica del nexo cuencia de un crecimiento dinámico
ble, en (2¿ 56 (1975) 111-112 — * Cf P. Borgo- del Vaticano 11. Taurus, Madrid 1969, 279-338; entre estos tres sacramentos - 11. El desarrollo
histórico de la iniciación cristiana: 1. Del s. i al hacia una perfección más profunda.
meo, L'église de ce temps dans la prédication Collantes J., La liturgia, revelación del misterio
de si. Augustin, Etudes augustiniennes, París eclesial, Granada 1965; Floristán C . La parro-
v: a) La época apostólica, b) Del s. II al v; 2. Se equivocaría aquella catequesis
1972 — i0 Y. Congar, La chiesa come popólo Del s. vi al x; 3. Del s. x al Vat. II - 111. La que los presentase a cada uno aisla-
quia, comunidad eucaristica, Marova, Madrid iniciación en Oriente - IV. El ritual del Vat. II:
di Dio, en Con 1 (1965) 28 — " Cf D. Sartore, 1961; González de Cardedal O., Presencia del 1. La iniciación cristiana de los adultos (OICA);
do, como una cosa que, una vez re-
Ecclesiae mirabile sacramenlum. Annotazioni Señor en la comunidad cultual, en VV.AA.. La
Iniciación cristiana 1052 1053 Iniciación cristiana

. cibida, está definitivamente cerrada que enlaza estos tres sacramentos de El verbo de Dios desciende a la ción; no hay ninguna descripción de
y pasada. Si el bautismo y la confir- la iniciación, el modo mejor no es, existencia según la carne, y nosotros una organización que se refiera a la
mación se reciben una sola vez, la aunque se use frecuentemente, el que somos elevados a la vida divina co- preparación para los tres sacramen-
eucaristía, que fue instituida para parte del análisis de los efectos, sino mo hijos de adopción. Como Cris- tos; sabemos, sin embargo, que toda
ser continuamente repetida, renueva más bien el que tiene presente la ac- to desde su nacimiento en la carne, la predicación de los apóstoles tiene
cada vez lo que se dio con los dos ción del Espíritu en la historia de la también nosotros, desde nuestro na- como fin la fe y el bautismo (Mt
primeros sacramentos. salvación y el designio de Dios para cimiento según Dios, poseemos la 28,19-20; Me 16,15-16; He 2,14-36;
La antigua tradición de la iglesia la restauración de la alianza. cualidad de profeta, rey y sacerdote, 8,12-36; 10,34-43; 16,13-14; 18,5;
vivió esta iniciación a los tres sacra- El Espíritu está tipológicamente como bien expresa la oración que 19,4-5). El bautismo entra obvia-
mentos precisamente como inicia- presente desde la creación del mun- acompaña a la unción posbautismal mente en la enseñanza de los após-
ción a los tres juntos: se conferían en do en unidad 2. La creación se pre- (OBP 62 [RBN 129])6. Pero el Espí- toles, que lo distinguen del de Juan
una única celebración, incluso a los senta ya como el signo del amor de ritu sigue obrando en la vida terrena (Mt 3,11; Me 1,8; Le 3,16; Jn 1,33;
niños. La sucesión de los tres ritos se Dios y de la alianza, como signo de de Cristo: en el bautismo en el Jor- He 19,1-5). El bautismo de Juan es
nos describe desde el s. n en un texto unidad: unidad entre las criaturas in- dán y en la transfiguración. La voz un rito de conversión (Mt 3,13-17;
ya clásico de Tertuliano: "Se lava el frahumanas; unidad entre el hombre del Padre, en presencia del Espíritu, Me 1,9-11; Le 3,21-22; Jn 1,32-34);
cuerpo para que sea purificada el y estas criaturas, que obedecen a la designa oficialmente a Jesús como pero Cristo, al recibirlo, lo transfor-
alma; se unge el cuerpo para que sea voluntad de Dios y le tributan ala- "aquel en quien se complace", como mó de rito de purificación en don de
consagrada el alma; se signa el cuerpo banza a través de la mediación del profeta, rey y sacerdote (Mt 3,13ss; la vida nueva (Jn 3,5-6). En cuanto a
[con el signo de la cruz] para que sea hombre; unidad del hombre consigo Me 1,9-11; Le 3,21-22). Después de los ritos, el evangelio de Mateo, aun
fortalecida el alma; se cubre con la mismo, siendo su cuerpo como la tra- haber recibido el propio ser-hombre, sin darnos la que será la fórmula,
sombra el cuerpo [por la imposición ducción del alma; unidad del hom- Jesús recibe el propio obrar. Efecti- dice que el objeto del bautismo es la
de las manos] para que sea iluminada bre con Dios, hasta el punto de ser vamente, Cristo comienza anuncian- fe y la inserción en el Padre, en el
el alma por el Espíritu Santo; se su imagen'. La intervención del pe- do la salvación con la palabra y con Hijo y en el Espíritu (Mt 28,19-20);
nutre el cuerpo con el cuerpo y la cado destruye esta unidad y es el ori- los milagros, y la realizará en el mis- los Hechos, por el contrario, nos
sangre de Cristo para que se nutra de gen de la división, de forma que Orí- terio pascual. En sintonía con la tra- describen mejor el rito bautismal
Dios el alma"1. genes concluye: "Ubi peccatum, ibi dición testimoniada por muchísimos (2,38-41) [/Bautismo, II, 5]. En
multitudo". Pero el AT no se cansa padres, podemos afirmar que en la cuanto a la confirmación, al leer el
El n. 2 de la Introducción general confirmación también nosotros reci- NT debemos olvidar nuestra menta-
contenida en el Ritual del Bautismo de mostrarnos a Dios comprometido
en restablecer la alianza y la unidad bimos, después del ser según Dios lidad contemporánea. Se tiene, en
de Niños (= RBN) y en el Ritual de (bautismo), el obrar según su volun- efecto, la impresión de que el Espí-
la Iniciación Cristiana de Adultos del mundo. Como estaba presente
en la creación del mundo en unidad, tad; es decir, somos designados para ritu viene dado, sea directamente,
(RICA), al que remitimos, se propo- anunciar con nuestro testimonio, y como en el caso de Cornelio (He
ne cabalmente esclarecer el sentido el Espíritu Santo prosigue su activi-
dad en la re-creación del mundo a sobre todo con la celebración de la 10,44), sea a través de la imposi-
de la iniciación cristiana, y une entre eucaristía —que es la actualización ción de las manos acompañada de
sí los tres sacramentos que ésta través de los patriarcas y los líderes
del pueblo de Dios: jueces, reyes y del misterio pascual—, la muerte y una oración (He 8,5-25; 19,1-6). En
comprende: bautismo, confirmación, la resurrección de Cristo, la recons- los Hechos también se menciona un
eucaristía. Aunque, por motivos his- profetas 4. Tras el fracaso de estos
innumerables intentos de alianza y trucción del mundo inaugurada por caso (el de los samaritanos) de una
tóricos o pastorales, en la iglesia la- el Espíritu el día de pentecostés con imposición de las manos netamente
tina no se continuó confiriendo estos de reconstrucción, el Espíritu no in-
terrumpe su acción, antes bien es él la constitución de la iglesia. Estas distinta del bautismo (8,15). La carta
tres sacramentos durante la misma consideraciones permiten compren- a los Hebreos tiene tendencia a dis-
celebración (cuando se trataba de ni- quien provoca en María la encarna-
ción del Verbo eterno (Le 1,26-38). der fácilmente cuan íntimamente tinguir el bautismo de la confirma-
ños), la catequesis de uno de ellos vinculados entre sí están los tres sa- ción (6,1-2). Sin embargo, Pablo no
requiere siempre que haya referencia La encarnación del Verbo eterno en
una existencia según la carne, tal cramentos de la iniciación. habla nunca de una imposición de
a los otros dos, que le están estre- las manos después del bautismo, po-
chamente vinculados. Por tanto, la como ven las cosas los padres y en
particular san León Magno 5 encuen- niendo el don del Espíritu dentro del
iniciación cristiana se presenta como mismo bautismo'.
un sacramento que comprende tres tra especial correspondencia en los
sacramentos, y sobre todo en el bau- II. El desarrollo histórico
etapas sacramentales. de la iniciación cristiana
tismo, en el que se constata la acción
del Espíritu en la fuente bautismal, b) Del s. u al v. En los escri-
2. TEOLOGÍA BÍBLICA Y LITÚRGI- sepulcro y útero que nos engendra a 1. D E L S. I AL V. a) La época tos de Justino —estamos en el año
CA DEL NEXO ENTRE ESTOS TRES SA- la vida según Dios. apostólica. Esta época nos ofrece 150— constatamos que para admi-
CRAMENTOS. Para estudiar el vínculo pocos datos precisos sobre la inicia-, nistrar el bautismo son necesarios
Iniciación cristiana 1054
1055 Iniciación cristiana
dos elementos: la catequesis y, cuan- ya que el Espíritu viene dado con la
do el bautismo está ya cercano, la imposición de la mano '6. Cipriano mitidos a escuchar el evangelio2!. del catecumenado. Encontramos la
oración y el ayuno ! . Este ayuno es- explícita ulteriormente la separación Más tarde se llamará a éstos electi, triple repetición de los escrutinios an-
taba probablemente prescrito para entre bautismo y don del Espíritu en mientras que en África, Galia y tes de pascua. Es importante subra-
el miércoles y el viernes, como ates- la confirmación ", y se remite a los España se les llamará competentes yar la formulación del diácono Juan:
tigua la Didajé'. En cuanto a la ins- Hechos, definiendo los efectos de la (= cum petere, correr juntos). A par- "quare tertio ante pascha scrutentur
trucción prebautismal, tenía por fin confirmación con el término consum- tir de este momento, los electi reci- infantes". Se trata, pues, de una ini-
la fe y sus consecuencias morales ">. matio l8. Orígenes concibe el catecu- ben cada día un exorcismo, antes de ciación que se hará en pascua; hay
Sin embargo, ni Justino ni la Didajé menado como una entrada en la fe a la noche de pascua, y ayunan el vier- tres reuniones, que toman el nombre
ofrecen elementos precisos sobre el través de una catequesis que presen- nes santo. El sábado santo los reúne de escrutinios. Sin embargo, el diá-
rito bautismal, y mucho menos so- te un breve compendio de la fe: en el obispo, ordenándoles que ayunen cono da a este término una interpre-
bre la confirmación ". ella se expone el misterio cristiano y oren de rodillas; luego les impone tación errónea: ve en el escrutinio
Ireneo de Lyon, en sus libros Con- en sus elementos esenciales; conser- la mano para el exorcismo y, des- una especie de examen en torno a la
tra los herejes, sólo tiene algunas re- vamos muchas homilías en las que pués de haberles soplado en la cara fe de los catecúmenos, mientras que
ferencias alusivas al bautismo; pero Orígenes exhorta a los catecúmenos y haber trazado la señal de la cruz según los textos se trata más bien de
se hace más explícito en la Demos- a la penitencia ". Describe los ritos en su frente, oídos y narices, les profundizar a través de los exorcis-
tración apostólica: aquí podemos for- bautismales, que conoce bastante mandará levantarse 2'. Durante toda mos la apertura del catecúmeno a
marnos una idea del contenido de bien 2°. la noche los catecúmenos velan en recibir la fe y la gracia bautismal.
una catequesis y de una preparación Pero si hasta aquí estamos en oración, escuchando las lecturas y Juan habla de "infantes": por tanto,
bautismal, pero sólo parcialmente; condiciones de conocer la iniciación las catequesis 21. Al canto del gallo se nos encontramos ya ante una praxis
tratándose de una catequesis mista- cristiana sólo a través de alusiones ora sobre el agua, y a continuación de iniciación que se dirige habitual-
gógica, se refiere más bien al mo- más o menos explícitas, con la Tra- tiene lugar el bautismo, luego la con- mente a niños; y puesto que Juan
mento posbautismal. Quizá es exa- dición apostólica de Hipólito entra- firmación y por último la celebra- alude a una catequesis que se ha de
gerado querer encontrar en esta obra mos en conocimiento de numerosos ción eucarística, en la que participan impartir, ésta va dirigida ciertamente
una fórmula bautismal "en el nom- detalles sobre el catecumenado, el por primera vez los neoiniciados 2K. a los padres o a los padrinos y ma-
bre del Padre y en el nombre de Je- bautismo, la confirmación y la euca- La sustancia de este rito 29 durará has- drinas de los futuros iniciados: en
sucristo y en el nombre del Espíri- ristía. Aquí nos limitaremos al cate- ta hoy y recibirá un importante des- ella se enseñarán los rudimento fidei.
tu"12. Hablando del Espíritu, en el cumenado. Lo que describe Hipólito arrollo. La entrada en el catecumenado está
Adversus haereses, Ireneo usa a me- sirve de base para el desarrollo ulte- marcada por la imposición de la
nudo el término perfección. Mien- rior, pero no se puede afirmar que mano, una especie de exorcismo que
tras que para Ireneo no se puede sus descripciones reproduzcan "ab- 2. DEL S. VI AL X. En este perío- muestra cómo el candidato no per-
afirmar una explícita referencia del solutamente el uso romano" 21 . Para do poseemos dos importantes fuen- tenece ya al demonio, sino a Dios.
término a la confirmación, Ambro- entrar en el catecumenado, el candi- tes sobre la iniciación cristiana en Con el rito posterior del soplo sobre
sio de Milán lo usa justamente en dato es sometido a un severo exa- Roma. La primera es una carta que el candidato se querrá significar que
referencia a ésta ". men; debe responder a preguntas pre- el diácono Juan —quizá el futuro el demonio es rechazado y el candi-
cisas sobre la moralidad, la pro- papa Juan I (523-526)— escribe a dato es preparado como una morada
En el s. ni el tiempo de prepara- Senario, funcionario de Rávena, res- para Cristo. Luego se le confiere la
ción al bautismo tiene una organiza- fesión, etc. n. Luego, durante tres
años, los catecúmenos reciben las ins- pondiendo a la petición de una ex- sal bendita para que se conserve en
ción propia; en efecto, los catecúme- posición sobre el tema. La otra es el la sabiduría y en la palabra que se le
nos se preparan al mismo general- trucciones de los catequistas, incluso
laicos, los cuales les imponen las ma- sacramentarlo Gelasiano, que con- ha enseñado. Las imposiciones de la
mente en el espacio de tres años: nos tiene, además de los textos para la mano se hacen frecuentes; y, después
lo atestigua Hipólito de Roma en nos después de la catequesis o en
aquellos momentos de crisis por los iniciación, también algunas indica- de un largo período catecumenal de
su Tradición apostólica ". Tertuliano ciones rituales. Va unido al Gelasia- tres años, se entrega al que es ya
exhorta a los catecúmenos a prepa- que pueden pasar los catecúmenos ".
Al término de este período, y tras un no un texto que es una adaptación electus o competens el símbolo apos-
rarse al bautismo "con oraciones suya y contemporáneo del mismo: el tólico. Esta "traditio" (entrega) es la
asiduas, ayunos, postraciones y nuevo examen, se decide la admisión
del catecúmeno a la preparación in- Ordo romanas XI. más antigua que conocemos. Luego
vigilias"". Distingue netamente el les llega el turno a los escrutinios; y
bautismo con el agua del don del mediata a los tres sacramentos de la
iniciación 24. Se tienen así dos clases a) La carta del diácono Juan a aquí es donde Juan se equivoca con-
Espíritu que se recibe con la imposi- Senario "' no sólo enumera los ritos, siderándolos un examen sobre la fe
ción de la mano; de suerte que en el de catecúmenos, la segunda de las
cuales comprende aquellos que, ya sino que intenta dar una interpreta- y el conocimiento de la religión cris-
bautismo parece ver sólo el efecto ción de los mismos: de ahí su gran tiana, mientras que se trata de exor-
negativo, la remisión de los pecados, cercanos a los sacramentos, son ad-
importancia. En esta carta se descri- cismos. En el último exorcismo se
ben con particular atención los ritos
Iniciación cristiana 1056 1057 Iniciación cristiana
tocan los oídos (para la adquisición cismos 3'. A lo largo de la semana se niños un rito hecho para los adultos, las tres personas de la Trinidad ,2; la
de la inteligencia), la nariz (para les convoca para la traditio del sím- el ritual del catecumenado (ésta es la confirmación se confiere mediante la
estar en condiciones de percibir el bolo de la fe ", del Paterli y de los hipótesis) se conserva con vistas a la imposición de la mano, acompañada
buen olor de Cristo); por último se cuatro evangelios ". Sólo se pueden instrucción de los padres, de los pa- por el texto de Isaías sobre el don
toca el pecho, que es la morada del hacer conjeturas sobre las lecturas drinos y de las madrinas. La catc- del Espíritu, y por la unción"; la
corazón. escogidas para las misas de los es- quesis se encuadra en una liturgia eucaristía concluye la iniciación 54.
En su De sacramentis san Ambro- crutinios ": parece que corresponden en la que éstos contraen un compro-
sio nos había presentado ya algunos aproximadamente a las del actual ci- miso con los niños, sobre los que d) Si el sacramentario Gregoria-
ritos del catecumenado. Partiendo clo A41. se practican exorcismos progresivos. no conserva sólo el primer escrutinio
de la última reunión de la mañana Quedan ahora tres interrogantes. Los responsables de la iniciación del suprimiendo los demás y mantiene
del sábado santo, Ambrosio describe ¿Por qué no se utiliza el segundo do- niño realizan junto a él una progre- la celebración de la mañana del sá-
estos ritos pero con cierto embarazo. mingo de la cuaresma? ¿En qué sen- sión hacia la luz de la fe. bado santo, que comprende la red-
Aquel día probablemente se leía la tido hay que tomar la rúbrica que ditio del símbolo de fe (que los can-
curación del sordomudo en la na- establece que los escrutinios deben c) Al ritual contenido en el Ge- didatos recitan tras haberlo recibi-
rración de Marcos (7,34). Jesús en celebrarse en un día de la semana ", lasiano hay que añadir el del Ordo do), el Effetá y la renuncia, los
aquella ocasión tocó los oídos y la si las misas de escrutinio se fijan en XI". El ritual aquí está claramente Gelasianos del s. vm siguen transcri-
boca del sordomudo, no la nariz. Evi- domingo? ¿Cómo explicar las fre- organizado para los niños, y no se biendo con pocas variantes de escasa
dentemente, san Ambrosio no tiene cuentes rúbricas que parecen probar trata de ocultarlo 45. Se desdoblan los importancia la celebración del Ordo
ya presente el significado de este úl- que todo el rito se celebra para ni- escrutinios, y por tanto pasan a los XI». Cuando Marténe (1654-1739)
timo rito (= seguir el buen olor de ños que todavía no tienen uso de días laborables, llevando consigo las visite Lieja, ciudad cercanísima a
Cristo) —que era ya practicado con razón? " lecturas previstas para los domingos Aix-la-Chapelle, donde había vivido
anterioridad a la elección del frag- A la primera pregunta se puede de los escrutinios; para los nuevos Carlomagno, gran difusor de la es-
mento evangélico del sordomudo—, responder fácilmente: la inserción de escrutinios se escogerán lecturas más tructura gregoriana y del sacramen-
por lo que da una interpretación fan- las cuatro témporas en cuaresma ha adaptadas a los niños50. Sobre los tario que le había enviado el papa
tasiosa del mismo, tanto en el De exigido la celebración de las mismas motivos del desdoblamiento de los Adriano, en los libros litúrgicos de
sacramentis como en el De myste- el segundo sábado; y puesto que a escrutinios difieren las interpretacio- la catedral encontrará todavía el
riis ", en su intento de explicar la di- las seis lecturas de la vigilia se añadía nes. Chavasse y Beraudy se inclinan Ordo XI».
vergencia entre rito y evangelio. la misa de la noche, la misa domini- a ver en esto una especie de compen- En Roma los escrutinios caen en
cal quedaba suprimida. Los copistas sación; es decir, se aumentan las in- desuso. El Suplemento de Alcuino
b) La segunda fuente, represen- de los manuscritos de esta época es- tervenciones de Dios porque el suje- —atribuido hoy preferentemente a
tada por el sacramentario Gelasia- criben a este respecto: Dominica to de la iniciación es totalmente pa- Benito de Aniane— reagrupa en una
no n, aun no siendo unitaria (las se- vacat44. sivo ". Pero se puede repetir también sola celebración la entrada en el ca-
siones catecumenales no son todas Más compleja es la segunda res- con respecto al Ordo XI la hipótesis tecumenado, los exorcismos, la cele-
de una misma época, ni son presen- puesta. El Ordo XI —como vere- hecha para el Gelasiano: se ha hecho bración de la mañana del sábado san-
tadas en el orden lógico), nos ofrece mos—, tras haber desdoblado los es- tal reorganización a fin de encuadrar to y el bautismo ".
sin embargo los textos de las misas crutinios, los ha trasladado a los días en el rito una catequesis dirigida a
los padres, padrinos y madrinas; pa- El Pontifical romano-germánico
de escrutinio, las diversas íraditiones laborables. La rúbrica del Gelasiano del s. x prevé dos rituales: el uno
(entregas), los ritos del bautismo y ra conseguir este objetivo no se ha
tiene las mismas intenciones, que sin
dudado en trastrocar el itinerario recoge a la letra el del Ordo XI s«; el
de la confirmación ". En el Gelasia- embargo contradicen el ordenamien- otro se presenta como ritual conti-
no, los domingos de cuaresma, del to de los domingos de cuaresma 45 . pascual presentado en las lecturas de
los domingos de cuaresma (que la nuo, en el que se encuentran re-
tercero al quinto, están organizados Es difícil decir si el Gelasiano ha in- agrupadas las diversas celebraciones,
con vistas a los escrutinios. Cada reciente reforma nos ha restituido
fluido en el Ordo XI*, o si es verdad
íntegramente). como en el Gregoriano !*.
misa tiene un Memento para los pa- lo contrario 47 . La argumentación de En el período que se extiende entre
drinos y las madrinas y un Hanc igi- Chavasse parece más convincente Pero, tanto en el Gelasiano como los ss. vi y x se producen algunas
tur para los catecúmenos 34. De las que la de Andrieu, induciéndonos a en el Ordo XI, la iniciación se realiza modificaciones y añadiduras. Entre
oraciones, sobre todo la colecta con- optar por el primado del Gelasiano con la administración de los tres sa- los ss. v y vil se modifica profun-
tiene referencias a los catecúmenos y sobre el Ordo XI. cramentos en una única celebración, damente la fórmula bautismal. Has-
a su situación •". El primer domin- Tercera pregunta: más que dar en la que se suceden bautismo, con- ta ahora el bautismo se realizaba con
go de cuaresma, los catecúmenos se una respuesta, se puede proponer firmación y eucaristía. El bautismo las tres inmersiones, cada una de las
reúnen para la inscripción; del terce- una hipótesis. Aunque las numero- se lleva a cabo con la triple inmer- cuales comprendía una interroga-
ro al quinto domingo, para los exor- sas rúbricas parecen destinar a los sión y el interrogatorio sobre la fe en ción sobre la fe, a la que seguía la
1059 Iniciación cristiana
Iniciación cristiana 1058
te, se hacía una catequesis consisten- en Oriente. En el rito bizantino, a la
respuesta Credo por parte del candi- otros Ordines muchos usos, y no te en un acto autónomo y cerrado, unción posbautismal, realizada ha-
dato o, tratándose de un niño, por faltan duplicados, que encontramos sin apertura a la iniciación, término bitualmente por el mismo sacerdote,
parte de los padres, o padrino y ma- puntualmente en el ritual de Alberto que ya había caído en desuso. se la considera el sacramento de la
drina. Ahora, por el contrario, al Castellani. También el card. Santori, confirmación.'También se da la euca-
multiplicarse el bautismo de los ni- ayudado por Belarmino, había re- ristía al bautizado, aun tratándose
ños, se piensa que es mejor interro- dactado un ritual. Recogía, en él un III. La iniciación en Oriente de un recién nacido. Hay que subra-
gar a los padres, a los padrinos y las doble ritual, del que formaba parte yar, por tanto, que Oriente ha sabi-
madrinas antes del bautismo, y para también el del Ordo XI con los siete La evolución histórica del ritual do conservar la fisonomía de la ini-
el bautismo como tal introducir la escrutinios. En el ritual de Santori del catecumenado refleja la expe- ciación como sacramento conferido
fórmula: Ego te baptizo... Este uso se dedicaba una parte a la catequesis riencia occidental. Cuando se bauti- en tres etapas sacramentales íntima-
está atestiguado en Roma desde el s. (elemento bastante importante para zaba exclusivamente a los niños, mente unidas M.
VIII. Desde el s. ix, en Galia el bau- la época), e indicaba los pasajes bí- desaparecieron los ritos del catecu-
tismo no está ya vinculado ni a la blicos y patrísticos que se deberían menado, que fueron integrados en el
pascua ni a pentecostés. leer a los catecúmenos, para los que ritual bautismal. A algunos ritos se
el cardenal había establecido una IV. El ritual del Vat. II
reservaba una particular atención;
3. DEL S. X AL VAT. II. Aun ha- disciplina bastante severa. Sin em- entre ellos, el de la renuncia fue co-
bargo, Pablo V, aun recogiendo (tal El Vat. II, al querer llevar a cabo
biendo abandonado las diferentes mentado por muchísimos padres de su reforma litúrgica en el campo de
"traditiones" (entregas), el Pontifical vez ad litteram) en la propia intro- la iglesia oriental. La renuncia com-
ducción al ritual de 1614 pasajes en- la iniciación, se ha encontrado ante
de la curia romana del s. xm conser- prendía dos momentos: el primero, la necesidad de una revisión profun-
va todavía el rezo del pater y del teros del ritual de Santori, no quiso negativo, consistía en rechazar al de-
oír hablar de este último, e incluso da; pero esta revisión, si bien por
credo"". Se constata, sin embargo, monio, y estaba simbolizado por el una parte podía ser facilitada por las
una serie de añadiduras de señales mandó destruir sus ejemplares. Por acto de escupir hacia occidente (apo-
fortuna se salvaron algunos, multi- ediciones existentes de muchísimas
de la cruz y multiplicaciones de taxis); el segundo, positivo, consistía fuentes litúrgicas, por la otra resul-
exorcismos y otros elementos dispa- plicados posteriormente por la fami- en la adhesión a Cristo, dirigiendo
lia de Santori <*. taba trabajosa debido a las discusio-
res tomados de diferentes Ordines. la mirada a oriente (syntáxis)61. nes teológicas —sobre todo a pro-
De este modo algunos ritos se repi- Así pues, hasta el Vat. II se han pósito de la confirmación— y a cier-
ten al menos dos veces 6I. En el s. xi, No faltan, sin embargo, diferen-
usado rituales adulterados: el de cias importantes. El óleo para la un- tas tomas de posición pastorales.
la entrega del vestido blanco al bau- adultos era el resultado de un reto-
tizado, que es un rito antiquísimo, ción prebautismal se bendice en cada Hasta el Vat. II el bautismo de
que de los escrutinios con las respec- bautismo, así como el agua bautis- adultos, y en particular la prepara-
va acompañada por una oración de tivas fórmulas; el de niños, que utili-
origen franco; y en el Ordo de Ju- mal. Hasta hoy ha permanecido el ción al mismo, no estaban insertos
zaba las fórmulas destinadas para uso casi exclusivo del bautismo por en un contexto litúrgico vivo: la ca-
miége, del mismo siglo, se entrega al los adultos, comprendía los tres exor-
bautizado un cirio a, rito que el Pon- inmersión con la fórmula: N... es tequesis prebautismal se producía
cismos del Gelasiano, puestos uno bautizado en el nombre del Padre, y fuera de la liturgia; el sacramento
tifical romano del s. xn pondrá de tras otro en una sola celebración, y
manifiesto w. En el s. xiv, el bautis- del Hijo, y del Espíritu Santo. Orien- estaba envuelto en una especie de
no adaptados a los niños. Así las co- te siempre ha poseído una liturgia falsa discreción, como si se tratase
mo por inmersión es raro, y se ha sas, había que pensar en una restau-
generalizado el bautismo por infu- de la palabra unida a la celebración de una práctica que no había que
ración de la iniciación cristiana, tan- de la iniciación, y la elección de los manifestar. La falta de un nexo, si-
sión. La confirmación está separada to para el bautismo de adultos y de
la mayoría de las veces del bautismo, fragmentos bíblicos se hacía de tal quiera mínimo, entre los tres sacra-
niños como para la confirmación, la modo que facilitara la explicación mentos, conferidos separadamente,
y hay una rúbrica que prescribe: Si cual, aislada del bautismo, se había
está presente el obispo, confírmese de los ritos que se celebraban. Sal- ocultaba su íntima vinculación. El
convertido en un rito hinchado: hin- mos e himnos favorecían la partici- desarrollo de la actividad misionera
al niño; en caso contrario, désele chado en el intento de restituirle una
sólo la eucaristía. Este uso se en- pación activa de los fieles. y la multiplicación, en nuestros mis-
importancia que la separación res- mos países, de las conversiones de
cuentra también en Roma, como nos pecto del bautismo le había hecho El rito comprende una unción pre-
testimonia un manuscrito de fines bautismal: se unge la cabeza y todo adultos han provocado indudable-
perder. Además: estos rituales sepa- mente un notable despertar y la ne-
del s. xui M; el uso se mantiene en rados del bautismo y de la confirma- el cuerpo. Para los orientales, este
Francia más tiempo, y se encuentra rito significa que el candidato ad- cesidad de una profunda revisión del
ción no contenían ya ningún lazo vi- ritual de la iniciación de adultos.
en muchos libros litúrgicos de los ss. sible con la eucaristía. Así la inicia- quiere la cualidad de rey y sacerdote.
xiv y x v 5 . ción cristiana había perdido su ca- En el rito romano, por el contrario, En cuanto al bautismo de niños,
rácter unitario, hasta el punto de que se atribuye este significado a la un- no bastaba ciertamente con ajustar
Como hemos podido constatar, el ción posbautismal, casi desconocida
ritual de la iniciación ha tomado de para cada sacramento, tratado apar- lo que se había realizado anterior-
Iniciación cristiana 1060 1061 Iniciación cristiana

mente en rituales como el de Pablo posición se ha inspirado globalmen- de folclore sacramental y de supers- didatos diciendo una fórmula de re-
V (1614). Más bien había que hacer te en la Traditio apostólica de Hipó- tición familiar y a toda tendencia a ciente composición (RICA 83)".
frente a una situación real que no lito y en el sacramentarlo Gelasiano. considerarlos como un medio para Concluye luego con la oración: "Es-
permite ya bautizar juntos a adultos Se han abandonado los siete escruti- adquirir un status social. Del preca- cucha, Señor, con clemencia nues-
y a niños, según el uso de otros tiem- nios del Ordo XI para disminuir el tecumenado se ocupan largamente tras preces..." (RICA 87), tomada
pos 69, con los mismos ritos y las mis- número de las reuniones, si bien con- las Observaciones previas (RICA 9- del Gelasiano ", o con la otra ad li-
mas fórmulas. Por lo demás, estas servando la reunión para la "tradi- 13). Se trata de instruir, de dar a bitum, teológicamente más pobre.
fórmulas con sus respectivos ritos re- tio" (entrega) del símbolo de fe, del conocer el evangelio, esforzándose La primera (texto latino: "Preces nos-
sultaban inadecuadas desde que se pater y de los evangelios. Han per- en construir un ámbito religioso y tras, quaesumus, Domine, clementer
comenzó a bautizar a los niños so- manecido las diversas etapas del ca- humano en torno a quien se siente exaudí, et hos catechumenos..., quos
los, a pesar de que los escrutinios se tecumenado, y los tres sacramentos atraído a la fe cristiana. crucis dominicae impressione signa-
reunieran en una sola vez. La iglesia de la iniciación se presentan final- La entrada en el catecumenado vimus, eiusdem virtute custodi, ut,
latina se encontraba además en esta- mente vinculados íntimamente entre (RICA 68-97) es un rito importante, gloriae tuae rudimenta servantes, per
do de inferioridad respecto a Orien- sí. Los formularios son por lo co- y es bueno que se lleve a cabo sólo custodiam mandatorum tuorum ad
te, ya que confería el sacramento sin mún los del Gelasiano, a los que se después de haber comprobado en el regenerationis gloriam pervenire me-
una liturgia de la palabra de Dios. han añadido nuevas fórmulas de re- candidato algún resultado, fruto de reantur") habla de los elementos de
Otro problema: había que restaurar ciente composición a elección del la preevangelización. Al entrar en el gloria que el catecúmeno, con su elec-
el sentido de la iniciación cristiana celebrante. Remitiendo al lector a catecumenado con un rito oficial, el ción, ha recibido ya ".
en su globalidad, es decir, redescu- las voces correspondientes para los candidato se ve desde ese momento Introducido el catecúmeno en la
brir el sentido de un sacramento detalles sobre el / b a u t i s m o y la comprometido en primera persona a iglesia, tiene lugar la celebración de
realizado en tres etapas sacramenta- / confirmación, profundizamos aho- una actitud de lealtad. Recuérdense ¡apalabra de Dios, seguida de la ho-
les, problema particularmente difícil ra en los ritos del catecumenado. a este propósito las instrucciones da- milía y de la oración universal. Tras
a causa de algunas situaciones pas- das por Hipólito y la severa investi- la lectura del evangelio, anticipando
torales 70. Por lo menos había que La estructura general del RICA
presenta tres grados. El primer gra- gación que precede a la admisión de la entrega de los evangelios prevista
provocar una toma de conciencia los candidatos "-. A partir de ahora por el Gelasiano 77, el celebrante pue-
acerca de la unidad entre los tres sa- do consiste en la admisión del candi-
dato al catecumenado y en el catecu- el candidato forma parte de la igle- de entregar al candidato un ejemplar
cramentos. sia, hasta el punto de que, si se casan del evangelio (RICA 93). La primera
menado mismo. Este grado presu-
Para responder a estas exigencias, pone una evangelización preliminar, entre sí dos catecúmenos o un cate- oración conclusiva (RICA 95) pro-
la reforma litúrgica posconciliar ha que se puede definir como precate- cúmeno y un no bautizado, existe viene del Gelasiano78; la otra, de li-
preparado el nuevo Ritual de la Ini- cumenado (RICA, Obs. previas 9- para esto un rito particular". El bre elección, más reciente y más ac-
ciación Cristiana de Adultos (RICA) 20). El segundo grado abarca la pre- catecúmeno tiene derecho a funera- cesible, es sin embargo menos rica.
y el Ritual del Bautismo de Niños paración inmediata del candidato a les cristianos. Hay que considerar, Despedidos los catecúmenos, puede
(RBN). Este último, en particular, los sacramentos de la iniciación, pre- por tanto, la entrada en el catecume- seguir la celebración eucarística.
es una creación totalmente nueva y, paración que normalmente se des- nado como un momento serio en la
vida de un hombre (RICA, Obs. pre- No hay que olvidar en este mo-
aun restringiéndose únicamente al arrolla en tiempo de cuaresma, en mento una regla que vale para todas
rito del bautismo, pone las premisas domingos fijos, haciendo uso de lec- vias 18).
las celebraciones catecumenales que
para una iniciación cristiana de los turas apropiadas (RICA, ib, 21-26). El rito de la admisión al catecu- se llevan a cabo durante la eucaris-
niños que abarque también la con- El tercer grado comprende los tres menado comprende ante todo un tía: cuando, después de la liturgia de
firmación y la eucaristía, como se sacramentos de la iniciación, confe- rito introductorio, que se desarrolla la palabra y los exorcismos, se des-
desprende del hecho de que se abre ridos en la misma celebración eventualmente fuera de la iglesia pide a los catecúmenos, no deben ser
con unas Observaciones generales (RICA, ib, 27-36). Veámoslos en sus (RICA 73), compuesto por varios ele- abandonados a sí mismos, sino que
sobre toda la iniciación cristiana. detalles. mentos: una monición inicial, un se puede organizar para ellos una
(Esta introducción general después diálogo con los candidatos, una pri- reunión fraterna, en la que tengan
se insertó también al comienzo del a) El primer grado va normal- mera adhesión; en caso de que fuera ocasión de intercambiar recíproca-
RICA.) mente precedido por un precatecu- necesario, se lleva a cabo el exorcis- mente la alegría de su entrada en el
menado. Esta institución correspon- mo y la renuncia a los cultos paga- catecumenado o del adelanto que se
1. LA INICIACIÓN CRISTIANA DE de a la voluntad de la iglesia de ob- nos, que se harán según las formas les ha concedido con vistas a su ini-
LOS ADULTOS (OICA). Una rápida tener para los sacramentos de la previstas por las conferencias epis- ciación sacramental (RICA 96).
lectura del Ordo Initiationis Chris- iniciación la máxima autenticidad y, copales locales. El celebrante hace Durante el tiempo del catecume-
tianae Adultorum7I es suficiente por tanto, de sustraerlos, en especial luego la señal de la cruz sobre la nado se prevén y recomiendan cele-
para darnos cuenta de que su com- en las tierras de misión, a toda forma frente y sobre los sentidos de los can- braciones de la palabra (RICA 106-
Iniciación cristiana 1062 1063 Iniciación cristiana

108), en las que se pueda instruir a presencia de los responsables del ca- donde abundó el pecado, ha sobrea- El cuarto domingo de cuaresma
los catecúmenos sobre el dogma y la tecumenado se examina el catecúme- bundado la gracia (RICA 139-141). se celebra el segundo escrutinio
moral cristiana, sobre la oración, no que debe pasar a la segunda eta- Cumplidos los ritos de la inscrip- (RICA 167-172), con la misma es-
sobre los tiempos litúrgicos y sobre pa, la de su preparación inmediata a ción del nombre el primer domingo tructura celebrativa (lecturas del ci-
los signos sagrados. La novedad del los sacramentos de la iniciación. A de cuaresma, del tercer domingo en clo A). El evangelio, también de
rito, a propósito de este momento, esta elección va unida la inscripción adelante se celebran los escrutinios. Juan (9,1-41), presenta la figura del
consiste en haber insertado los "exor- del nombre. La antigua praxis cate- El primer escrutinio (RICA 160- ciego de nacimiento y recuerda a
cismos menores" (RICA 109-118; cumenal ponía este último rito al 166) se celebra el tercer domingo de los elegidos que también ellos van a
373) y las "bendiciones" (RICA 119- principio del catecumenado, antes cuaresma, dejando así de lado el se- ser iluminados por la gracia bautis-
124; 374), recogiendo lo que Hipóli- del comienzo de la prueba trienal, y gundo domingo, como en la antigua mal. La primera lectura, tomada del
to preveía para el tiempo del catecu- se celebraba el primer domingo de tradición, a causa de la celebración primer libro de Samuel (16,1.4.6-7.
menado en la Traditio apostólica. Hi- cuaresma, como se aconseja hacer de las cuatro témporas la noche del 9-13), describe la unción de David,
pólito y el rito actual (RICA 109 y también hoy. Para el Gelasiano pa- sábado [/ supra II, 2, b]. Los formu- elegido rey de Israel. Como el ciego
119) encomiendan estos exorcismos rece, por el contrario, que la inscrip- larios son propios, y las lecturas son de nacimiento ha recibido una un-
y bendiciones también al catequista ción del nombre del niño se hacía las del domingo (ciclo A), escogidas ción de barro, también el catecúme-
laico. Tenemos así once fórmulas de sólo en el momento de la prepara- de modo que preparen al catecúme- no recibirá una unción que le dará la
exorcismos y nueve de bendición, ción inmediata a la iniciación sacra- no a su iniciación sacramental. El luz y lo hará rey. En respuesta, el
para usarlas en diversas circunstan- mental. Ésta es la praxis conservada evangelio es el fragmento de Jn 4,5- salmo responsorial (Sal 22) canta el
cias, y también al finalizar la cate- por el RICA. Los candidatos, una 42, y presenta el agua como vehículo camino pascual y bautismal. En este
quesis. vez presentados e interrogados, son de gracia y de renovación. Ya el salmo los padres han visto descrita
admitidos solemnemente. Sigue una fragmento de las bodas de Cana an- el agua bautismal, la unción y la
También a lo largo del catecume- oración del tipo de la universal, y se eucaristía: los tres sacramentos de la
nado se prevén otros ritos; por ejem- cierra la celebración con la oración: ticipaba esta renovación: el agua es
transformada en vino, y este vino iniciación cristiana, a los que el Pas-
plo, las diversas tradiíiones o entre- "Oh Dios, creador y restaurador del tor, que es Cristo, conduce a los ele-
gas, ya previstas por el Gelasiano ™ y género humano...", que se remonta nuevo es mejor que el viejo (Jn 2,1-
10). También Nicodemo deberá na- gidos. La segunda lectura (Ef 5,8-
que, aunque el nuevo rito las inserta al Gelasiano "', o con la más reciente: 14) anuncia de qué modo despertará
en el segundo grado (RICA 181- cer de nuevo si quiere participar en
"Padre amantísimo y todopodero- la vida eterna (Jn 3,1-6). En el evan- Cristo de entre los muertos a los que
192), pueden adelantarse en caso de so... ". Luego se despide a los elegidos están todavía en la muerte y en las
que el catecúmeno resulte maduro, gelio proclamado en este domingo
y comienza la liturgia eucarística. son nuevos el templo y el culto (cf tinieblas del pecado para iluminar-
por razón de la brevedad del segun- los. Después de la homilía viene la
do grado, que corresponde sólo al Jn 4,20-21). La primera lectura (Ex
Es preciso detenerse en la elección 17,3-7) insiste en el tema del agua: el oración por los catecúmenos; luego
tiempo de cuaresma (RICA 125). Si de las lecturas para este primer do- el exorcismo, en que se hace alusión
se considera oportuno, se puede ha- agua que brota de la roca del Horeb,
mingo de cuaresma, siempre que y el salmo responsorial (Sal 94) can- al ciego de nacimiento, y por último
cer también, al término de una cele- haya inscripciones: es mejor usar las la despedida de los elegidos.
bración de la palabra, una unción ta a la Roca de nuestra salvación.
del ciclo A, independientemente del La segunda lectura (Rom 5,1-2.5-8)
con óleo bendecido por el obispo, año en que nos encontremos, por El tercer escrutinio (RICA 174-
ungiendo al catecúmeno en el pecho, recuerda que el amor de Dios ha
tratarse de una tradición antigua y sido derramado en nuestros cora- 179) se celebra el quinto domingo de
en las manos o en otra parte del ser tales lecturas particularmente cuaresma. También en este caso las
cuerpo. Antes de la unción, el cele- zones.
adecuadas. El evangelio (Mt 4,1-11) lecturas (ciclo A) están escogidas de
brante puede llevar a cabo uno de propone el fragmento del ayuno de Después de la homilía se ora en modo admirable. El evangelio (Jn
los exorcismos menores previstos, y cuarenta días de Jesús en el desierto silencio antes de la oración por los 11,1-45) narra la resurrección de Lá-
acompañará la unción con las pa- y de la tentación por parte del dia- elegidos en la forma de la oración zaro, tipo de la resurrección de Cris-
labras: "Que os proteja"... Se prevé blo. Asistimos a la victoria de Cris- universal. Sigue el exorcismo, con to y de la nueva vida de los catecú-
el caso (y la fórmula correspondien- to, que se contrapone a la caída de una evocación del fragmento de la menos; también esta resurrección,
te) de que el sacerdote mismo bendi- Adán, narrada en la primera lectura samaritana. El celebrante, después como la de Lázaro, depende de la
ga el óleo (RICA 127-132). (Gen 2,7-9; 3,1-7), a la que sigue el de imponer las manos sobre cada fe. La primera lectura recuerda la
salmo responsorial tomado del Sal elegido, las extiende sobre todos, di- acción del Espíritu que devuelve la
b) El segundo grado comienza 50, bastante significativo. El inscrito ciendo la oración: "Señor Jesús, fuen- vida (Ez 37,12-14); mientras que
con los ritos de la elección o de la encuentra en la segunda lectura te a la que acuden estos sedientos... " la segunda (Rom 8,8-11) enseña que
inscripción del nombre (RICA 133- (Rom 5,12-19) una visión optimista, (RICA 164), o una de las otras dos el Espíritu de aquel que ha resucita-
151). La disciplina de la elección re- después de la situación realista que ad libitum (RICA 379). Despedidos do a Jesús de entre los muertos ha-
fleja la de Hipólito de Roma8". En le ha presentado la primera lectura: los elegidos, reanuda la eucaristía. bita también en nosotros. El exor-
Iniciación cristiana 1064 1065 Iniciación cristiana

cismo hace alusión a esta resurrec- no", en caso de que no se hubiera una preparación para la confirma- porque aquí los tres sacramentos de
ción. hecho antes (RICA 203-205), y la ción y para la eucaristía de los la iniciación no aparecen juntos en
"unción con el óleo de los catecúme- adultos bautizados en la primera in- la celebración. Fueron separados a
A los escrutinios les siguen las en- lo largo de la historia, como hemos
tregas. Escójanse los días más idó- nos", si la conferencia episcopal con- fancia y que no han recibido cate-
serva este rito y si, por falta de tiem- quesis (295-305). Prevé, por último, visto [/ supra, II, 3], y la pastoral
neos para la celebración (RICA contemporánea parece tener moti-
182). Ya hemos recordado [/ supra, po, no puede celebrarse durante la la iniciación para los niños que han
vigilia pascual (RICA 206-207). alcanzado ya una edad idónea para vos bastante serios para no volver a
a] que la entrega del evangelio pue- la tradición antigua. A pesar de esto,
de hacerse después del p r i m e r la catequesis; este ritual, bastante
cercano al de los adultos, lleva, sin la catequesis deberá preocuparse por
grado. c) El tercer grado corresponde a insertar el bautismo en el contexto
La entrega del símbolo compren- la iniciación sacramental. Los tres embargo, algunas adaptaciones
(306-309). de los otros sacramentos de la ini-
de una liturgia de la palabra, con sacramentos en este caso pueden ser ciación, como sugiere el nuevo rito
lecturas bastante sugestivas (RICA conferidos seguidamente, subrayan- con las referencias (mencionadas
183-185). Después de la homilía, el do su íntima unidad. Después de las 2. LA INICIACIÓN CRISTIANA DE
LOS NIÑOS (OBP). Se trata, como he- aquí arriba) a los otros sacramentos.
celebrante recita, solo o junto con la letanías (RICA 213-214), el cele- Para la problemática relativa al ca-
comunidad, el símbolo. Sigue la ora- brante bendice el agua usando una mos dicho [/ supra, IV, comienzo],
de una nueva creación "'. Aunque las rácter unitario de la iniciación cris-
ción sobre los elegidos: "Te suplica- de las tres fórmulas, a libre elección tiana de los no-adultos, cayafractu-
mos, Señor, fuente de luz y de ver- (RICA 215; 389)». Sigue la renun- Observaciones generales del Ritual
del Bautismo de Niños (que sirven ra depende también de la opción de
dad, que tu eterna y justísima pie- cia, con una de las tres fórmulas conferir la confirmación después de
dad...", tomada del Gelasiano82. El (RICA 217)8". Si no se ha hecho an- de Observaciones generales también
al RICA: cf A. Pardo, Liturgia de la primera eucaristía (cf nota 70),
RICA prevé también la "entrega de tes, se introduce en este momento la aconsejamos la lectura de toda la
la oración dominical". Después de unción con el óleo de los catecúme- los nuevos Rituales y del Oficio divi-
no, Ed. Paulinas, etc., Madrid 1980, voz / Confirmación.
la liturgia de la palabra, en que se nos (RICA 218). Después de la pro-
proclama Mt 6,9-13: "Cuando re- fesión de fe (RICA 219) los candida- 31-37) en los nn. 1-2 se hayan pre-
céis, hacedlo así: Padre nuestro...", tos reciben el bautismo por inmer- ocupado por subrayar el vínculo en-
y después de la homilía, el celebrante sión o por infusión (RICA 220- tre los tres sacramentos de la inicia- V. La eucaristía
recita una oración sobre los elegidos 221)87. Si al bautismo le sigue inme- ción, luego no se ha realizado con- como sacramento
(RICA 188-192). diatamente la confirmación, se omite cretamente esta vinculación, si se de la iniciación
la unción posbautismal (RICA exceptúan algunas referencias a la
Aquí concluye el tiempo de la confirmación únicamente (en la ora-
prueba. El RICA introduce para la 224)88. Se entregan entonces a los Como antiguamente, también hoy
candidatos el vestido blanco y el ci- ción de los fieles: RBN 117) y a la en el ritual para la iniciación de
mañana del sábado algunos ritos an- confirmación junto con la eucaristía
tiguos que se remontan a la Tradi- rio encendido (RICA 225-226). Por adultos se prevé y considera normal
último se celebra la confirmación (RBN 134). la participación de los neófitos en la
tio apostólica de Hipólito 83 y al Ge-
lasiano !". Se trata de la recitación (RICA 227-231) y la eucaristía El RBN (Observaciones generales eucaristía. En su camino hacia el al-
del símbolo y del rito "Effetá", (RICA 232-234). 7 y 13: o.c, 33-34; RBN 15; 16-20) se tar, conclusión obligatoria de su ini-
último exorcismo solemne (RICA El RICA contiene también algu- preocupa también de la catequesis ciación, antiguamente los .neófitos
193-202). nas instrucciones para lo que justa- para los padres, padrinos y madri- eran acompañados por el canto de
Para la recitación del símbolo se mente titula Tiempo de la mistago- nas, pero no da indicaciones para los Sal 22 y 44. San Ambrosio, co-
proponen tres perícopas evangélicas gia. Durante el tiempo pascual, en insertar estas catequesis en un ámbi- mentando el Sal 22, ve en la eucaris-
(Me 7,31-37; Mt 16,13-17 y Jn las misas dominicales, resérvense a to litúrgico y comunitario. Sin em- tía el sacramento que nos hace en-
6,35.63-71). La primera es indicada los neófitos puestos particulares en- bargo, esto no impide elaborar cele- trar definitivamente en el cuerpo de
cuando se celebra juntamente tam- tre los fieles; y, al final del mis- braciones que se inspiren en las de Cristo". El bautismo y la confirma-
bién el rito del Effetá. Después de mo, para cerrar el tiempo de la mis- los escrutinios, al objeto de ofrecer ción nos dan la posibilidad de incor-
una oración los elegidos recitan el tagogia, se organiza alguna celebra- una catequesis inserta en un contex- porarnos definitivamente al cuerpo
símbolo. El rito del Effetá se realiza ción. Es de desear que se celebre to litúrgico [/ infra, VI, 1]'°. del Señor: son la preparación indis-
después de la lectura de Me 7,31-37 también el aniversario del bautismo El rito del bautismo de niños no pensable para lo que en la eucaristía
(en que se narra la curación del sor- (235-239). difiere del de adultos. Para los deta- encuentra su pleno cumplimiento.
domudo); el sacerdote toca con el El RICA ha procurado prever un lles concernientes al primero, remiti- En Oriente, la costumbre antigua
pulgar los oídos y (no la nariz, sino) rito más sencillo de la iniciación de mos a la voz / Bautismo. ha permanecido intacta, y también
la boca cerrada. un adulto (240-277), y un rito más Por lo que se refiere a los niños, es el niño pequeño, nada más ser bau-
En el RICA encontramos también breve para los casos de peligro de difícil hablar de iniciación cristiana tizado y confirmado, recibe la euca-
la "imposición del nombre cristia- muerte (278-294). Contiene además propiamente dicha en el rito latino, ristía bajo la especie del vino. En Oc-
Iniciación cristiana 1066 1067 Iniciación cristiana

cidente, la comunión bajo la especie recibido antes la confirmación, se po- niño con solemnidad y haciendo que cias más explícitas a las lecturas de
del vino desaparece poco a poco dría decir que para él la eucaristía es refrenden la firma los padres, padri- los domingos de cuaresma, ciclo A,
para todos los fieles, y el concilio más bien un alimento, un sustento nos y madrinas. El contenido de la / supra, IV, 1 b\
Lateranense IV (1215), al hacer obli- que sostiene su ser-cristiano, su ser catequesis es claro. La segunda reu- Las cinco celebraciones sugeri-
gatoria la comunión sólo a la edad hijo-adoptivo-de Dios. Cuando, por nión explicará, por medio de la lec- das pueden enriquecerse con oracio-
del uso de la razón (DS 812), hizo el contrario, ha recibido la confir- tura de la vocación de Abrahán y su nes tomadas del RICA, procurando
que la eucaristía no se diera ya a los mación, su participación en la euca- respuesta, cómo Dios escoge a los adaptarlo todo a la situación con-
niños pequeños. ristía se hace positiva y activa: ofrece que destina a la salvación. El evan- creta de los padres. Algunas oracio-
Con el decreto Quam singulari del con Cristo el sacrificio de la alianza gelio de la transfiguración indicará nes que el RICA indica para que se
8-8-1910 (DS 3530-3536), san Pío X para la reconstrucción del mundo que con Cristo también el cristiano recen sobre el catecúmeno pueden
precisa la edad del uso de razón a [/ infra, VI, 2]. es transformado en la gloria. El tema adaptarse para la bendición de los
partir de la cual comienza la obli- puede ser ilustrado asimismo con la padres y de los niños cuando se visi-
gación de acercarse a la comunión: bendición de los vestidos blancos ta a la familia, cuidando que no se
hacia los siete años, cuando el niño VI. Catcquesis que pueden llevarse a esta reunión confundan con la celebración del
está en condiciones de distinguir la con vistas al futuro bautismo. La bautismo.
y pastoral litúrgica tercera reunión, por la referencia a
eucaristía del pan común y puede re-
cibir cierta formación religiosa. El las lecturas del tercer domingo, que 2. Como sacramento de la ini-
1. Como hemos recordado [/su- presentan el tema del agua, permite
decreto es recibido en el CDC de pra, IV, 2], el RBN ha insistido ciación, la eucaristía se administra a
1917, can. 854 (cf CDC de 1983, justamente en la necesidad de impar- una catequesis sobre el bautismo y los adultos en estrecha conexión con
cáns. 913-914). sobre sus efectos, recordando tam- el bautismo y la confirmación [/ su-
tir una catequesis preparatoria a los bién el tema de la transfiguración,
Atenta a la exigencia de la res- padres y a los padrinos de los candi- pra, IV, 1, c\. Para los niños, por el
que caracterizó a la reunión prece- contrario, el uso latino actual prevé
ponsabilidad, la pastoral actual ha datos al bautismo; pero, por desgra- dente. Es importante referirse tam-
optado porque también la confirma- cia, no ha dado ninguna indicación la primera comunión a la edad de la
bién a ia primera fórmuia de bendi- razón, y sóío más tarde la confirma-
ción sea recibida con plena concien- de contenido y de forma sobre el ción del agua y a la tipología que se
cia. En tal sentido hay que leer la tema. Estas indicaciones pueden ción. Pero se plantea el problema de
contiene en ella. Se puede concluir la confesión y de la comunión.
opción por desplazar la confirma- obtenerse mediante un uso inteligen- la celebración con la bendición del
ción a una edad más madura. Se te del RICA. Demos algún ejemplo La iglesia ha manifestado el deseo
agua lustral y la aspersión de los pre- de que antes de la primera comunión
considera que, si bien el niño peque- esclarecedor para los precedentes sentes, mientras se canta el Asperges
ño puede comprender qué es la euca- históricos [/ supra, II, 2, i y c]. celebren los niños la confesión. No
o el Vidi aquam. La cuarta reunión, hay ninguna dificultad para la cate-
ristía, le resulta más difícil compren- Se puede pensar en una serie de por referirse al evangelio del ciego
der qué es la confirmación. Así pues, cinco reuniones, para las que se uti- quesis sobre esta penitencia, enten-
de nacimiento, permite el tratamien- dida como segunda penitencia vin-
se ha introducido el uso de adminis- lizarán las liturgias de la palabra de to del tema de la luz, de la posibili-
trar la eucaristía hacia los seis-siete los cinco domingos de cuaresma del culada a la primera penitencia que
dad de discernir a la luz de Cristo lo es el bautismo.
años, y la confirmación más tarde, ciclo A, también fuera del tiempo que es duradero y lo que es pasajero,
en torno a los doce-catorce, trastro- cuaresmal. Cada domingo ofrece un y de leer con fruto la palabra de La dificultad atañe a la catequesis
cando así el orden de los sacramen- cuadro notable al que referirse para Dios, que abre los ojos y hace cami- sobre la eucaristía, cuando se trate
tos de la iniciación por motivos la catequesis. La primera reunión, nar expeditamente hacia la fe. Se po- de explicar la relación que une a la
pastorales, sobre lo cual es juez la basándose en las lecturas del primer dría tomar del RICA el rito de la primera comunión con el bautismo
iglesia. domingo, se centrará en el tema del entrega del evangelio y distribuir a y con la confirmación. Es evidente
Pero debemos recordar que en la pecado original, estado en que na- los padres el libro de los evangelios. que la eucaristía recibida por quien
iniciación cristiana dos sacramentos cen todos los hombres; pero la vic- Se podría asimismo celebrar la en- está sólo bautizado y por quien está
confieren carácter: el bautismo, que toria de Cristo sobre el mal ha hecho trega del pater, en caso de que no se también confirmado es siempre la
nos coloca en la condición de ser- que, donde abundó el pecado, sobre- la destine para la última celebración. misma. Sin embargo, el mismo santo
hijos-de-Dios [/ supra, I, 2], y la abundara la gracia. Se puede recu- La quinta reunión tiene por tema la Tomás enseña que cada uno tiene
confirmación, que nos sitúa en el perar el uso de la inscripción del plenitud de vida adquirida en la re- con la eucaristía una relación con-
obrar-como-hijos-de- Dios [/ supra, nombre, que en otro tiempo se prac- surrección, guiándose por el evange- forme a la situación en que se en-
I, 2]. La eucaristía, instituida para ticó este día. Un registro depositado lio de la resurrección de Lázaro. cuentra. El sacerdote tiene con la
ser repetida, consolida y ahonda el en el altar recordará a los padres su Esta celebración encuentra una jus- eucaristía una relación particular,
carácter recibido en el bautismo y en voluntad de sustraer su hijo al poder ta conclusión con el rito de la entre- aunque comulgue sin haber celebra-
la confirmación. Cuando un bauti- del mal, y el sacerdote confirmará ga del credo y del pater [referen- do. Lo mismo vale para el diácono y
zado recibe la eucaristía sin haber este deseo escribiendo el nombre del para los casados: cada uno tiene con
Iniciación cristiana 1068 1069 Iniciación cristiana
47
la eucaristía una relación que está Dimostrazione apostólica 3: por L.H. Froide- Ordines romani, por M. Andrieu, Les Ordi- catecúmeno. Los copistas han introducido
determinada por su posición sacra- vaux, SC 92,32 — " Id, Adversus haereses 5, nes romani du haut moyen-áge 2: Les textes, "tuae" después de "gloriae", modificando su
mental. Según esto, la catequesis 6, 1: SC 153, 72-81. Ambrosio de Milán, De sa- SSL 1960, Ordo XI396-399 — 48 Ordo XI (ver sentido. La edición actual del Ordo, tal ve/ por
cramentis 3, 7, 10: B. Botte, SC 25-Ai's, 96-97: nota ant.) 417-447 — "' Ordo XI 418, 2- distracción, no ha reproducido la lección del
preparatoria para la primera comu- "Post fontem superes! ut perfectio fíat" — 419, 6, 7; 425, 30, etc. — 50 Ordo XI 425, 31, GeV, que es más rica — " GeV 209-309
nión anterior a la recepción de la 14
Hipólito de Roma, Traditio apostólica 17: etc. — 5I A. Chavasse, Le caréme romain et les 78
GeV 290 — 7 ' GeV 299-328 — 8° Hipólito
confirmación podrá insistir en la por B. Botte, La Tradition apostolique d'Hyppo- scrutins préhaptismaux, avant le IXe siecle, en de Roma, Traditio apostólica 20; cit. en la nota
eucaristía como alimento del carác- lite de Rome, LQF 39,39 — " Tertuliano, De RSR 35 (1948) 361-375; R. Beraudy, Vinizia- 14, 42-43 — *' GeV 287 — "GeV 289 - -
baptismo 20,1: por R. Refoulé, SC 35, 94 — zione cristiana, en La chiesa in preghiera, Des- 83
Hipólito de Roma, Traditio apostólica 20:
ter recibido en el bautismo; mientras 16
Id, 7,2: SC 35, 76 — " El problema de (re) clée, Roma 1963, 565 — 52 GeV449 —" GeV cit. en la nota 14, 42-43 — 84 Ge V 419-424 —
que la catequesis con vistas a la pri- bautizar a los herejes lo muestra claramente. 451 — 54 Gev 452 — " Sacramentare Grégo- 85
Las dos nuevas fórmulas, creadas para intro-
mera eucaristía recibida después de En Roma y Egipto a los herejes que vuelven al rien (nota 44) 357, 358, 359, 360 — 56 A.-G. ducir aclamaciones que favorezcan la participa-
la confirmación verá la eucaristía seno de la iglesia se limitan a imponerles las Martimort, La documentation liturgique d'Ed- ción de los fieles, han abandonado la tipología
manos. En Cartago, Cipriano, que preside los
como actividad del sacerdocio de concilios del 251 y del 256, quiere que los herejes
mond
57
Marlene, ST 279, 260, 391 — del agua bautismal, que constituye la riqueza de
cada bautizado, explicitado en el Sacramentaire Grégorien, 1065-1089 —58 Le la primera fórmula — 86 Es fácil constatar la
sean rebautizados: cf Carta 74,1: PL 3, 1129;
Pontifical Romano-Germanique du X* siecle, riqueza de la tercera fórmula — 87 En algunas
confirmado a través de la unción del por G. Hartel, CSEL 3, 2, 799; Carta 72,1: PL
ed. C. Vogel-R. Else, Ciudad del Vaticano 1963, parroquias ha vuelto a imponerse el bautismo
Espíritu. 3, 1083, y Carla 73,9: PL 3, 1114-1115, CSEL 3,
2, 85-158, 336-341, 370-388 — 5 ' Ib, 2, 363- por inmersión. Con él se expresa mejor la muer-
[/ Catecumenado; / Confirma- 2, 775 y 784; se alude a los Hechos para subrayar 396 — ^ Le Pontifical Romain du moyen-áge te y la resurrección para la vida eterna — 88 El
la diferencia entre bautismo y confirmación — 2: Pontifical de la Curie Romaine au XIII' siecle, rito se aparta de la clara tradición propuesta en
ción]. " C i p r i a n o , Carta 73,9: PL 3, 1160, CSEL por M. Andrieu, S7"87 (1940) 22 — 6' Accipe la Traditio apostólica 21, cit. en la nota 14, 50-
3, 2, 785. B. Botte, Consummare, en Archi- signum crucis, en Rituale Romanum (= RR) 51, y por el Ge V 450 — 8 ' Ordo Baptismi Par-
vium Latinitalis Medii Aevi (1937) 43-45 — tit, 2, c. 4, I, n. 10a; 11, n. 9a; Signo Ubi, en RR vulorum (= OBP), editio typica 1969. Edición
" Orígenes, In Jud., hom. 5, 6: PG 12, 973. In tit. 2, c. 4,1, n. lia; II, n. 10a; Preces nostras, en española: Ritual del Bautismo de Niños
NOTAS: ' Tertuliano, De resurrectione 8: Lev., hom. 6, 2: PG 12, 468 — 20 Por ejemplo, la RR tit. 2, c. 4, I, n. 1 Ib; II, n. 10b; Domine, en (= RBN), 1970 — K Sería útil crear una litur-
CCL 2, 931 — 2 Es necesario releer en esta pers- consagración del agua: In Joan, Comentario RR tit. 2, c. 4,1 e II, n. 14; Deus Patrum, en RR gia apropiada para estas catequesis. Cf A. No-
pectiva los dos relatos del Génesis, teniendo pre- 6, 33: PG 14, 292; la renuncia y la profesión de tit. 2, c. 4, I e II, n. 15b — a E, Marténe, De cent, La préparation au baptéme des enfants,
sente que el capítulo segundo es anterior al pri- fe: Exortatio martyrum 17: PG 11, 584-585 — Antiquis Ecclesiae Ritibus, ed. Rouen 1700, lib. en Euntes docete 32 (1979) n. 2, 263-275
mero — 3 El hombre es icono de Dios, pero no 21
Hipólito de Roma, La Tradition apostolique, I, c. I, art. 18, Ordo 13, vol. I, 195; ed. Venecia 91
Ambrosio de Milán, De mysteriis 43: SC 25-
es idéntico a él; así se conjura cualquier tipo de cit. en la nota 14, XIV — 22 Id; la iniciación 1788, I, 73 — a Le Pontifical Romain du bis, 179.
panteísmo — 4 Para los Jueces véase, por ejem- cristiana se encuentra en las pp. 33-59, y el exa- moyen-áge 1: Le Pontifical Romain du XII* sie-
plo, Jue 3,10; 11,29; 14,6; 1 Sam 11,6. Para el men antes de la admisión en las pp. 33-39. Indi- cle, por M. Andrieu, .ST 86 (1948) 28 — A. Nocent
libro de los Reyes: 1 Sam 10,1; 16,13. Para los camos con el número primero la página, y con 64
Codex Vat. lat. 7818; G. Riggio, Liturgia e
Profetas: Is 8,11; Jer 1,9; 15,17; 20,7ss; Ez 3,14; el segundo el párrafo - 23 Id, 40, 19 — 24 Id,
pastorale della confermazione nei secc. XI-XII- BIBLIOGRAFÍA:
Am 3,8; 7,14ss. Recordemos en Isaías el poema 42, 20 — 2S Id, 42, 20 — 26 Id, 42-43, 20 —
27
Id, 44, 20 — 28 Id, 44-59,21 — 2 ' Se trata de XIII, en EL 87 (1973) 461-463 — « Por ejem-
de la edad de oro, donde el profeta imagina al 1. En general
cinco etapas: entrada, trienio catecumenal, pre- plo, el rito de Saint-André-des Arts, en París en
león como amigo del cordero, y al niño jugando el s. XV, París, B. N. ms. lat. 1212; A. Nocent, Aldazábal J., La figura del laico cristiano a la
con la serpiente: signo de la reconstrucción del paración inmediata para la iniciación, iniciación
sacramental, mistagogia — 30 latiré de Jean a Un fragment de sacramentaire de Sens au X* luz de los sacramentos de iniciación, en "Phase"
mundo en su primitiva unidad (Is 11,6-9) — siecle, en Miscellanea litúrgica in onore di 139 (1984) 105-126; Béraudy R., La iniciación
5
San León Magno, Sermones sobre la nativi- Senarius, por A. Wilmart, Analecta Reginensia,
ST 59, 171 — •" Ambrosio de Milán, De sacra- G. Lercaro, Desclée, Roma 1967, II, 768 — cristiana, en A.G. Martimort, La Iglesia en ora-
dad: CCL 138 — ' "Vi, eius aggregatipopulo, h6
G.A. Santori, Rituale sacramentorum roma- ción, Herder, Barcelona I9672, 565-622; Boro-
Christi sacerdotis, prophetae et regís membra mentis 1, 1, 3: SC25-bis, 60-61; Demysteriis 14:
SC2S-bis, 156-157 - , 2 Líber Sacramentorum num (hacia 1584) — 67 Coslituzione apostólica bio D., Proyecto de iniciación cristiana, Des-
permaneatis in vitam aeternam. " — 7 Sería pe- 7, 41: por F.X. Funk, 444-445, Teodoro de Mop- clée, Bilbao 1980; Castellano J., Catecumenado,
ligroso querer ver una sucesión precisa en el Romanae Aeclesiae Ordinis Anni Circuli (Sa-
cramentarium Gelasianum), por L.C. Mohl- suestia, Homilía catequética 13,12; ed. Ton- en DE 1, Herder, Barcelona 1983, 365-367; Ini-
discurso de Pedro, reproducido en los Hechos, neau, 389 — "8 Véase H. Denzinger, Ritus ciación cristiana, en NDE, Paulinas, Madrid
berg, Herder, Roma 1968 (= GeV). Para los
donde dice: "Arrepentios, y que cada uno de estudios sobre este sacramentado, cf A. Nocent, orientalium I, Wiirzburg 1863, 191-403 — 1979, 706-721; Chirat H., La asamblea cristiana
vosotros se bautice en el nombre de Jesucristo, Storia dei libri liturgíci romani, en Anamnesis
69
Hipólito de Roma, Traditio apostólica 21, en tiempo de los Apóstoles, Studium, Madrid
para remisión de vuestros pecados; y recibiréis 2, La liturgia, panorama genérale, Marietti, Tu- cit. en la nota 14, 44-45 — 70 En muchos países 1968; Floristán C , El catecumenado, PPC, Ma-
entonces el don del Espíritu Santo" (2,38): este rín 1978, 150-152 — " GeV 283-328; 419- se prefiere conferir más tarde la confirmación, drid 1972; Hamman A., El bautismo y la con-
entonces no quiere decir necesariamente des- 452 — M GeV 193-282 — B GeV 193, 225, hacia los doce-catorce años de edad, mientras firmación, Herder, Barcelona 1970; Lodi E.,
pués; indica más bien una contemporanei- 254 — "• GeV 285-298 — " GeV 310-318 — que la eucaristía es conferida hacia los seis-siete Iniciación - Catecumenado, en DTI 3, Sigúeme,
dad — 8 Justino, Apología / 61,2: por L. Pau- 18
GeV319-328 — 3 ' GeV299-309 — 40 Se las años — 7I Ordo Initiationis Christianae Adul- Salamanca 1982, 146-158; López J., Catecume-
tigny, Picard, París 1904, 1, 126 — ' Didaché puede encontrar utilizando el Ordo XI, con- torum, editio typica 1972, reimpressio emendata nado, en NDE, Paulinas, Madrid 1979, 150-
8,2: por J.P. Audet, La Didaché. Inslructions temporáneo al GeV — 4i Las lecturas del ciclo 1974 — 72 Hipólito de Roma, Traditio apostó- 167; Pascual A., Iniciación cristiana y proble-
des Apotres, Gabalda, París, 234-235 — A son obligatorias también hoy para las comu- lica 15-15, cit. en la nota 14, 32-39 — 73 OCM mas litúrgicos actuales en perspectiva ecuméni-
'° Justino, o.c, 61,2; 65,1; 66,1: 126, 138, 140; nidades en que hay catecúmenos (ver más ade- 55-56 = Sacramento del matrimonio 58-72 — ca, en "Phase" 102 (1977) 549-560; Ruffini E„
61,2; 66,1: 126, 140 — " Didaché 7,1-4: 232- lante) — 42 Ge F 283 - 4 3 Ge V 284, 289, 311, 74
La fórmula reciente se refiere sólo a la señal Iniciación cristiana, en NDT 1, Cristiandad, Ma-
233. Odas de Salomón, 4, 25, 26. Hermas, El 419, 449 — ** Sacramentare Grégorien, por J. en la frente; son más antiguas las que se refieren drid 1982, 755-786; Ruiz Díaz J., El catecume-
pastor, visión 3, símil 6 y 9. En sus catequesis Deshusses, S/ 7 1971, 141,202 — 45 GeK283;sin . a los sentidos: RICA 85 — " Ge V 287 — 7* El nado moderno o las nuevas maneras de anun-
estos textos hacen alusión a algunos ritos de embargo, 193 — 46 A. Chavasse, Le Sacramen- Ge V tiene como texto: "... ut magnitudinis glo- ciar y vivir la fe, en "Sinite" 15 (1974) 7-32;
iniciación de los que se estudian sobre todo los tare Gélasien, Desclée 1957, 159ss, 166 — riae rudimento servantes"; se trata de los ele- Stenzel A., Lo transitorio y lo perenne en la
simbolismos teológicos — l2 Ireneo de Lyón, mentos de la propia gloria adquiridos por el historia del catecumenado y del bautismo, en
Iniciación cristiana 1070

"Concilium" 22 (1967) 206-221; Vernette L- del "Ordo Initiationis Christianae Adultorum",


Bourgeois H., Perspectivas neocatecumenales, en "Concilium" 142 (1979) 225-232; Farnes P.,
Madrid 1980; VV.AA., Evangelización y caíe- Nota sobre los exorcismos bautismales, en "Pha-
se" 33 (1966) 253-256; Floristán C , El Ritual de

J
cumenado en la Iglesia mundial, en "Concilium"
22 (1967) 325-364; VV.AA., El catecumenado, la Iniciación Cristiana de los Adultos, ib, 94
en "Phase" 64 (1971) 321-395; VV.AA., La ini- (1976) 259-267; Franquesa A., El rito de la ini-
ciación cristiana, ib, 94 (1976) 253-326; VV.AA., ciación cristiana y su repercusión ecuménica,
Crisis en ¡as estructuras de iniciación, en "Con- ib, 131 (1982) 363-383; Llabrés P., Celebración
cilium" 142 (1979) 165-279; VV.AA., Iniciación del neocatecumenado. A partir del "Ritual de la
al catecumenado de adultos, Secretariado N. de Iniciación Cristiana", ib, 118 (1980) 295-303;
Catequesís, Madrid 1979. Oriol J., El nuevo rito de la iniciación cristiana
de adultos, ib, 69 (1972) 291-297; Ramos M.,
¿Por institución de Cristo? Doble forma de cre-
2. Ritual de la Iniciación cer la Iglesia. Dos rituales y una opción, ib, 94
Aubry A., Celebrar el crecimiento de una Igle- (1976) 269-278; El bautismo de párvulos y la que Jeremías o uno de los profetas".
sia: Liturgia y catecumenado, en "Phase" 64 iniciación de adultos (Comparación de sus ri- JESUCRISTO
tuales), ib, 129 (1982) 187-199. Véase también
Jesús prosiguió: "Vosotros, ¿quién
(1971) 361-373; Beraudy R., Los escrutinios y decís que soy yo?" Respondió por
los exorcismos, en "Concilium" 22 (1967) 239- la bibliografía de Bautismo, Confirmación e Igle-
244; Della Torre L., Balance de las aplicaciones sia. SUMARIO: Nota previa: Cristo interroga al todos Simón Pedro diciendo: "Tú
hombre - I. El misterio de Cristo: 1. El misterio eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo"
divino de la salvación: a) Visión trinitario-cris-
tológica del misterio de Dios, bj La economía (cf Mt 16,13-16; Me 8,27-29; Le
de la salvación; 2. Jesucristo: la persona y la 9,18-20). También hoy Jesús, que-
obra: a) Carácter unitario del misterio de Cris- riendo comprometer a sus discípulos
to, b) Títulos salvíficos de Cristo: Mediador,
Sacerdote, Profeta, Rey, c) Encarnación-pasión a que asuman las propias responsa-
gloriosa; 3. Cristocentrismo: a) Cristo centro de bilidades en el plan divino de la sal-
todo, b) Por qué ocupa el puesto central, c) vación, cuyo centro es él, les dirige
Cristocentrismo y objetividad cristiana, d) Cris-
tocentrismo y espiritualidad; 4. Cristología, cris- las mismas preguntas: ¿Quién dice la
tologías: a) Teología - cristología, b) Cristología gente que soy yo? Y vosotros, ¿quién
de! NT, c) De la cristología del NT a las cristo- decís que soy yo? Estos interrogantes
logias contemporáneas, d) Cristologías contem-
poráneas, e) Cristología "desde abajo" o "desde tienen una resonancia especial en la
arriba" - II. Liturgia y misterio de Cristo: 1. La comunidad eclesial gracias a la ex-
liturgia, realización especial del misterio de periencia viva y vital de Cristo de
Cristo: a) La realidad del misterio de Cristo en
la liturgia, b) La liturgia memorial, c) La liturgia que ella goza en la liturgia. Y es pre-
sacramento, d) Modalidades de la re-presenta- cisamente esta experiencia litúrgica
ción del misterio; 2. La liturgia, presencia espe- de Cristo la que permite a la comu-
cial de Cristo: a) La presencia de Cristo en las
acciones litúrgicas: Noción genérica, sujeto, tí- nidad eclesial una valoración cada
tulo, variedad y multiplicidad de los modos, vez más profunda de todo lo que se
características, b) La reactualización de las ac- refiere a la identidad de Cristo. Tal
ciones históricas salvíficas de Cristo: Vat. II,
padres, libros litúrgicos, santo Tomás de Aqui- valoración facilita el conocimiento
no, Odo Casel, autores recientes; 3. Liturgia - de la identidad del hombre. La co-
cristocentrismo: a) Cristo, sujeto del culto, b) munidad realiza esta obra de discer-
Cristo, término del culto, c) Cristo y el año
litúrgico; 4. Liturgia - cristología o cristologías: nimiento prestando atención a los
a) Reseña histórica, b) El hoy de la situación. diversos contextos culturales en que
Conclusión: El hombre responde a Cristo en la se encuentra inserta y teniendo en
liturgia.
cuenta la compleja problemática del
hombre de hoy a la que intenta dar
una solución adecuada.
Nota previa:
Cristo interroga al hombre En este nuestro estudio nos pro-
ponemos facilitar los datos esencia-
"¿Quién dice la gente que es el hijo les para el conocimiento de la iden-
del hombre?" Ésta es la pregunta que tidad de Cristo dando un relieve par-
un día dirigió Jesús a sus discípulos. ticular a la experiencia litúrgica de
Ellos respondieron: "Unos, que Juan la iglesia, en conformidad con las lí-
el Bautista; otros, que Elias; otros, neas directrices de este Diccionario.
Jesucristo 1072 1073 Jesucristo
Un estudio, por tanto, de / teología procede del Padre, fuente de todo nocimiento los encontramos recogi- b) Títulos salvíficos de Cristo. El
litúrgica, atento a los requerimientos bien, por medio del Verbo encarna- dos sobre todo en tres fuentes, dis- valor salvífico de la encarnación
de la / pastoral litúrgica de hoy, an- do, Jesucristo, con la fuerza del Es- tintas pero relacionadas, de la teolo- queda explicitado por los títulos sal-
clada en la tradición, pero al mismo píritu Santo; de forma semejante, gía cristiana: los escritos del NT víficos que competen a Cristo desde
tiempo abierta a las exigencias siem- con la fuerza del Espíritu Santo, por (oportunamente conectados con los su encarnación. Pueden reducirse a
pre nuevas de la comunidad eclesial. medio del Verbo encarnado, Jesu- del AT), los escritos de los padres, cuatro principales.
En la primera parte presentaremos cristo, retorna todo al Padre'. los documentos del magisterio ecle-
en síntesis los elementos del misterio siástico. Dos son los temas centrales Mediador. Este título "expresa de
de Cristo cuyo conocimiento nos pa- b) La economía de la salvación hacia los que convergen tales datos: modo pleno y completo la obra sal-
rece necesario antes de afrontar el [/ Historia de la salvación]. Las re- la persona de Jesucristo y su obra. vífica realizada por el Verbo encar-
verdadero tema de nuestro estudio'. laciones ad extra de las tres personas El primero se refiere a la encarna- nado durante toda su misión terre-
Jesucristo y la liturgia. A la profun- divinas encuentran su ápice en la ción (cristología en sentido estricto), na, desde la encarnación hasta la as-
dización en este tema particular re- obra de la salvación humana. Así es el segundo a la redención (soteriolo- censión, sobre todo a través de su
servaremos la segunda parte. como a toda la economía divina en gía). En los manuales teológicos del pasión y muerte. Continúa ejercien-
relación con lo creado se la conside- pasado se estudiaban los dos temas do esta mediación salvífica desde el
ra economía de salvación. Es la gran en distintos tratados: "el Verbo en- trono celeste (cf Heb 7,25) y desde la
I. El misterio de Cristo realidad a la que san Pablo da a carnado", "Cristo redentor". La teo- eucaristía para la aplicación de la
menudo el nombre de / misterio, logía de hoy se ha decidido por la salvación a cada uno de los redimi-
"¡Jesucristo es el mismo ayer y "misterio escondido desde todos los superación de esta dicotomía y por dos, con la mediación visible de la
hoy, y lo será por siempre!" (Heb siglos en Dios" (Ef 3,9), revelado de la fusión entre la dimensión de en- iglesia"'.
13,8). ¡Él es el camino, la verdad, la modo particular por Dios en la ple- carnación y la dimensión soterioló-
vida; nadie puede ir al Padre sino nitud de los tiempos para que se les gica del misterio de Jesucristo, por Sacerdote. Cristo, desde el primer
por medio de él! (cf Jn 14,6). Jesu- anunciara a todas las gentes y se considerar necesaria la visión unita- instante de su encarnación, es tam-
cristo: en él se refleja plenamente el realizara (cf Rom 16,26; Col 1,26; Ef ria de tal misterio. Entran en esta bién sacerdote, además de mediador.
misterio divino de la salvación (1); 1,9-10; 3,3-12). En este misterio visión todas las verdades relativas al Su sacerdocio es calificado como úni-
su persona y su obra son garantía eterno de Dios ocupa Jesucristo un misterio de Cristo. co, verdadero, sumo, perfecto, eter-
fundamental para la realización in- puesto tan central que se puede sen- no. Cristo es también la víctima de
cillamente decir que el misterio de Para organizarías se propone
tegral de la humanidad (2); él cons- —entre otros— el siguiente esquema su sacerdocio, víctima ofrecida para
tituye el centro del misterio de Dios Dios es el misterio de Cristo. San la redención de los hombres. El sa-
Pablo afirma expresamente tal iden- ternario: la preexistencia del Verbo,
y de la historia (3); él es objeto de su anonadamiento (kénosis), su glo- crificio de Cristo alcanza su ápice
intenso y amoroso estudio hasta su tidad; llega a identificar el misterio
con Cristo (cf Col 1,27; 2,2; 1 Tim rificación 2. Dentro de este esquema sobre el altar de la cruz.
completa y definitiva revelación (4). encuentra legítima cabida todo lo
3,16). Lo confirmará san Agustín di-
ciendo: "No hay otro misterio de Dios que se refiere a la constitución onto- Profeta. Cristo es el Verbo de
1. EL MISTERIO DIVINO DE LA
sino Cristo" (Epist. 187, 34: PL 33, lógica de Cristo, y —en estrecha co- Dios, la palabra eterna del Padre
SALVACIÓN, a) Visión trinitario-cris- nexión con esto— todo lo que se re- que se manifiesta al mundo, median-
tológica del misterio de Dios. La re- 846). En realidad, en la economía de
la salvación todo se orienta a Cristo. fiere al valor salvífico de su encarna- te la encarnación, para que se co-
velación (sobre todo neotestamenta- ción, de su pasión y muerte, de su nozca plenamente el plan salvífico
ria) nos presenta el misterio de Dios, Antes de Cristo todo tiende a él,
después de Cristo todo depende de él. resurrección. La constitución onto- divino. Queda constituido así en el
globalmente considerado, según una lógica de Cristo resulta de la duali- gran profeta del Padre. Da cumpli-
visión trinitario-cristológica. En pri- dad de las naturalezas —divina y hu- miento a la revelación divina, y da a
mer plano está la distinción de las 2. JESUCRISTO: LA PERSONA Y LA mana— en la unidad de la persona la humanidad la verdad que salva.
tres personas divinas: el Padre; el OBRA, a) Carácter unitario del miste- del Verbo, unidad vinculada a su en-
Verbo encarnado, Jesucristo; el Es- rio de Cristo. El misterio de Cristo carnación. Existe, pues, una relación Rey. La realeza de Cristo se funda
píritu Santo. De las tres personas di- ha sido siempre objeto de la investi- íntima entre la constitución ontoló- primariamente en el misterio de la
vinas se presentan primariamente gación y del estudio del hombre, so- gica de Cristo y su obra salvífica. En admirable unión que vincula la na-
sus relaciones ad extra, con lo crea- bre todo —obviamente— en el ám- efecto, la misma encarnación del Ver- turaleza humana de Jesús, desde el
do (perspectiva económica), más que bito de la religión cristiana. Se ha bo tiene un valor salvífico funda- primer instante de su existencia, con
sus relaciones ad intra, entre sí mis- llegado así a un conocimiento cada mental. Es una manifestación pecu- la persona divina del Verbo (unión
mas (perspectiva ontológica). Las re- vez más profundo de Jesucristo, liar de la economía divina de la hipostática). A este motivo funda-
laciones ad extra de las tres personas bajo la continua guía del Espíritu salvación; más aún: es el admirable mental de la realeza de Cristo se le
divinas pueden sintetizarse así: todo Santo. Los datos relativos a tal co- compendio de tal economía. añaden otros. Cristo es rey por dere-
Jesucristo 1074
1075 Jesucristo
cho adquirido, a causa de la reden- nuestra futura glorificación total (re-
ción del género humano obrada por surrección corporal al final del mun- una humanidad pecadora que ha de En otras palabras: el núcleo esen-
él. Cristo es rey por la glorificación do). Cristo "fue resucitado por nues- redimir: Cristo es el primero por dig- cial y la característica permanente de
que recibe del Padre, en respuesta a tra justificación" (Rom 4,25). "Cris- nidad, pero no por predestinación" ! . toda espiritualidad cristiana hay que
su total oblación, en la resurrección to resucitó de entre los muertos No hace al caso exponer las diversas colocarlos en el encuentro personal,
y ascensión. Jesús ejercita esta reale- tentativas hechas para conciliar las íntimo, perseverante, experiencial
como primicia de los que mueren" sentencias opuestas de las dos escue-
za actualmente, por la eternidad, en con Jesucristo. Ha de atribuirse una
(1 Cor 15,20). las '. Bastará decir que hoy se tiende particular importancia al carácter
el cielo, donde está sentado con glo-
ria a la derecha del Padre. Tendrá a aceptar la primera sentencia como personal y experiencial del encuen-
3. CRISTOCENTRISMO. a) Cristo
una particular manifestación en el la que mejor cuadra con el plan eter- tro. El cristiano deberá saber "aco-
centro de todo. Jesucristo ocupa un no de Dios. En efecto, según esta ger a Cristo en la propia existencia,
juicio final. puesto central en el misterio de Dios, sentencia, el puesto central de Cris- penetrar profundamente en su mis-
Los cuatro títulos salvíficos de como ya hemos apuntado. Este he- to, considerado independientemente terio, identificarse cada vez más ínti-
Cristo que acabamos de examinar se cho tiene una notable resonancia en de la previsión del pecado, constitu- mamente con su persona" '\ Todo
funden en admirable síntesis en el la vida y en la reflexión cristiana. Se ye un primado verdaderamente ab- esto implicará en el cristiano una ex-
título de cabeza de la iglesia, tan im- trata de una realidad que en el len- soluto. De ahí se sigue un motivo de periencia viva y vivida de Cristo.
portante para explicar la presencia guaje teológico se expresa con el tér- mayor gloria para Cristo: también Cuanto más fundada esté en el ver-
de Cristo en la iglesia. Cristo "es la mino cristocentrismo'. Merece una como hombre, él es cabeza y fuen- dadero conocimiento de Cristo, tan-
cabeza del cuerpo de la iglesia" (Col consideración especial. "Cristo, cen- te de gracia no sólo en relación con to más será constante profesión de
1,18), a la que llena con su riqueza tro del plan divino de la creación y los redimidos, sino también en rela- fe en Cristo, decidida voluntad de
(cf LG 7), y en la que, "por medio de de la salvación, es por ello mismo el ción con los ángeles y con Adán ino- vivir cada vez más plenamente de él.
la humanidad, infunde sin cesar la centro de toda la realidad: cosmos e cente '».
vida divina" (PO 5). Por Cristo ca- historia, naturaleza y sobrenaturale- Para facilitar tal encuentro del
beza "todo el cuerpo (coordenado y za" 5 . "Cristo, hombre-Dios, aparece c) Cristocentrismo y objetividad hombre con Cristo, hoy es revalori-
unido...) obra el crecimiento para su entonces como la clave de todo. En cristiana. Existe una estrecha rela- zada la dimensión humana de Jesu-
edificación en el amor" (Ef 4,16). él podemos contemplar juntamente ción entre este puesto central de cristo. No obstante, hay que evitar
el misterio de Dios, el misterio del Cristo, verdaderamente único, uni- las desviaciones con que nos topa-
hombre, la estructura íntima de toda versal y singular, y el rico conjunto mos en el campo de la cultura laica,
c) Encarnación - pasión glorio- entre ciertos movimientos juveniles,
sa. La economía de la salvación, la obra divina"'. Esto explica la ten- de la objetividad cristiana. Esto in-
dencia actual a estructurar cristoló- duce a calificar el cristocentrismo entre ciertas formas de / religiosidad
manifestada en el misterio de la en- popular. Volveremos sobre el tema
carnación, se desarrolla ulteriormen- gicamente toda la teología cristiana. como objetivo. La fórmula cristo-
centrismo objetivo indica en general cuando hablemos de las cristologías
te en los sucesivos misterios de Cris- contemporáneas. Hoy, asimismo, se
to hasta llegar a su cumplimiento b) Por qué ocupa el puesto cen- la relación objetiva entre Cristo y la
realidad, relación central, que lleva mira con especial atención al / mis-
en los misterios de su pasión y muer- tral. Es importante conocer el ver- terio pascual de Cristo. Nos remiti-
te y de su resurrección. Con su pa- dadero motivo del puesto central de a descubrir una convergencia de la
realidad en Cristo y permite consi- mos con interés a la experiencia pas-
sión, que desemboca en el sacrificio Cristo y, en concreto, de la encarna- cual de la iglesia de los orígenes,
cruento de la cruz, Cristo da remate ción del Verbo. "Para la escuela derar toda la realidad como una ar-
ticulación o un momento de Cristo, para vivir en un verdadero clima
a la obra de la redención objetiva y franciscana... el puesto central de pascual la propia vida cristiana.
al ofrecimiento, infinitamente meri- Cristo en el mundo es una realidad es decir, en dimensión crística ".
Gracias a esta valoración existencial
torio, de su satisfacción vicaria por absoluta, por cuanto su presencia de la pascua de Cristo, se capacita el
el pecado. La resurrección constitu- histórica no está ocasionada por la d) Cristocentrismo y espirituali-
dad. Estas consideraciones sobre el cristiano para convertir todas las es-
ye la conclusión gloriosa de la obra caída de Adán, sino que es querida peranzas del hombre, a menudo va-
salvífica terrena de Jesús. Se excluye por Dios como razón primaria de la cristocentrismo de la objetividad cris-
tiana encuentran una especial apli- cías y utópicas, en la única verdade-
de ella, en cuanto comienzo de la misma encarnación: Cristo es el pri- ra esperanza, la fundada en Dios,
vida gloriosa de Cristo, todo valor mer predestinado por delante de to- cación en el campo de la espirituali-
dad. Ésta tiene una dimensión cris- confiada e ilimitada. El cristocentris-
meritorio, sacrificial, redentor y sa- dos..."'. "Para la escuela tomista, mo viene así a constituir la verdade-
tisfactorio. El valor salvífico de la que admite como motivo primario tocéntrica esencial. La exigencia
cristocéntrica es criterio general de ra clave de integración de toda la
resurrección está vinculado sobre de la encarnación la redención hu- realidad.
todo al hecho de su eficacia en orden mana, el puesto central de Cristo autenticidad de la vida y de la expe-
a nuestra justificación sobrenatural en el mundo es relativo al hecho re- riencia cristiana, si bien está sujeta a
(resurrección espiritual de la muerte dentor, por cuanto su venida está una legítima pluralidad de traduc- 4. CRISTOI.OGÍA, CRISTOl.OCiÍAS.
del pecado a la vida de la gracia) y a ocasionada por la presencia de ciones y tematizaciones en las diver- a) Teología - cristología. "La actual
sas espiritualidades cristianas n. renovación teológica, inspirándose
Jesucristo 1076 1077 Jesucristo

en el cristocentrismo de la revela- kerigmáticos de las epístolas, fórmu- encontramos bien formulada en los respuesta al requerimiento "de dar
ción, querría transformar toda la re- las exclamatorias (homologías), con- padres de la iglesia y en los concilios. de nuevo inteligibilidad a la figura y
flexión teológica en una cristología fesiones de fe, himnos; — la cristo- Piénsese en el giro decisivo marcado al mensaje de Cristo, recurriendo a
que ilustre el misterio del Padre y logía palestinense, es decir, de las en tal dirección por el concilio de un lenguaje, a una mentalidad y a
del hombre contemplando el miste- primeras comunidades cristianas de Calcedonia (451). A las aclaraciones una filosofía compartida por el hom-
rio de Cristo" u. Son indudables las Palestina. Elementos particulares de de la doctrina sobre el Verbo encar- bre de nuestro siglo" ". No es tarea
ventajas que presenta la teología con- tal cristología son la resurrección de nado les sigue el debilitamiento de la nuestra hacer ni siquiera una breve
siderada como cristología, es decir, Jesús y la parusía; — la cristología visión antropológico-histórico-salví- presentación y clasificación de tales
cuando se le asigna una estructura de la diáspora helenística. En ella, fica del misterio de Cristo. En el me- cristologías 20. Nos limitamos a algu-
cristológica. Pero esto no quita para además de a la resurrección y a la dievo, la teología presta una aten- nas indicaciones generales. Las cris-
que siga llamándose con el término parusía, se da relieve a la presente ción especial a la humanidad de tologías contemporáneas, insistimos,
propio de cristología la parte de la función mediadora de Cristo en el Cristo y, en consecuencia, a los mis- han surgido como respuesta concre-
teología que estudia la persona de cielo y se hace una primera alusión a terios de su vida terrena. Particular ta a los requerimientos del hombre
Jesucristo, su vida, sus acciones, su su preexistencia; — la cristología de expresión de esta orientación es la contemporáneo. Responden en par-
doctrina. las comunidades pagano-helenísti- cristología tomista, que se caracteri- ticular a su acentuada sensibilidad
La cristología tiene la característi- cas. Ésta da un mayor relieve a la za por el relieve dado a la humani- por los valores históricos del indivi-
ca de la gran unitariedad que le pro- preexistencia de Jesús. A los títulos dad de Cristo como instrumento del duo y de la sociedad. Se caracteri-
viene de estar centrada en Jesucristo, cristológicos funcionales (que ilus- Verbo. Hay que mencionar también zan, por tanto, por el realce que se
en su persona y en su obra. Pero, al tran la misión salvífica y las corres- la llamada cristología menor, que se da al aspecto antropológico-históri-
mismo tiempo, la cristología asume pondientes funciones de Cristo) se distingue por la particular acentua- co del misterio de Cristo. A esta luz
particulares diversificaciones según añaden, prevaleciendo, títulos espe- ción de determinados acontecimien- se reinterpreta todo el misterio de
los diferentes puntos de vista desde cíficamente ontológicos (que ilustran tos de la vida terrena de Jesús (naci- Cristo. Es visto especialmente so-
los que se la considera. Éstos están la persona misma de Jesús). Las cris- miento, infancia, pasión), y que dará bre el fondo de toda la economía de
vinculados a los diferentes contextos tologías mencionadas encuentran su origen a especiales devociones (al la salvación. Destaca la dimensión
culturales en que viene a encontrarse síntesis (o, con otras palabras, su co- niño Jesús, al Crucificado, a la coro- histórico-salvífica del misterio de
la cristología y, por tanto, a diferen- águlo o sedimento) en los escritos na de espinas, a la lanza y a los cla- Cristo, centrado en la pascua. El re-
tes mentalidades, a diferentes instru- del NT. Esta síntesis aparece indica- vos, a las cinco llagas, al corazón torno al Jesús histórico lleva al re-
mentos de interpretación de los da- da con la expresión de cristología traspasado...)'". A continuación se descubrimiento, desde varios puntos
tos teológicos, a diferentes lenguajes. del NT o cristologías del NT, según advierten una cierta disociación en- de vista, de Jesús como hombre nue-
Esto autoriza a hablar de diversas se quiera poner de relieve el carác- tre la humanidad de Cristo y su divi- vo, cuyo mensaje se considera válido
cristologías dentro de una única cris- ter unitario de tal síntesis o los di- nidad y un debilitamiento en la con- y auténtico para el hombre de hoy.
tología. Para una aproximación su- ferentes puntos de vista que conver- sideración de la función mediadora Es obligado observar que tal inter-
maria al tema damos alguna sobria gen en ella, propios de cada uno sacerdotal de Cristo. En tiempos pretación de la historicidad del mis-
indicación sobre el desarrollo de la de los autores sagrados (Mateo, más cercanos a nosotros se registra terio de Cristo se ve a menudo ex-
cristología. Marcos...). la mencionada dicotomía entre la puesta al peligro de exageraciones,
doctrina relativa al Verbo encarnado deformaciones y errores. Hay que
y la relativa al Cristo redentor. Hay señalar en particular el debilitamien-
b) Cristología del NT. De parti- c) De la cristología del NT a las que subrayar también la importan- to de la dimensión divina del miste-
cular importancia es el primer esta- cristologías contemporáneas. Dirija- cia del ya recordado concilio de Cal- rio de Cristo, el menoscabo de la fe
dio del desarrollo de la cristología, mos ahora una mirada de conjunto cedonia. Con él enlaza la que se lla- en el Cristo glorificado; la consi-
el registrado en los escritos neotesta- al posterior desarrollo de la cristolo- mará cristología clásica, que, ha- guiente contraposición entre el Jesús
mentarios l5. En la base de este pri- gía hasta las cristologías contempo- biéndose impuesto sobre todo en el histórico y el Cristo de la fe, la in-
mer estadio de desarrollo está la lla- ráneas ". En los primeros siglos, tiempo de la escolástica y de la neo- existente o deficiente dependencia
mada cristología del Jesús prepas- sobre la base de la cristología del escolástica, hará escuela hasta nues- respecto de la palabra de Dios, la
cual", es decir, la que resulta de NT se insiste en la misión salvífica tros días. impugnación de la dimensión ecle-
cuanto Cristo mismo dijo e hizo an- de Cristo (cristología soteriológica), sial del misterio de Cristo y, por tan-
tes de su pascua, todo ello releído a aunque sin descuidar la visión onto- to, de su presencia en la iglesia y en
la luz de su resurrección. Sobre esta lógica de su persona (cristología on- d) Cristologías contemporáneas. los sacramentos.
base se fundan: — la cristología ar- tológica). Sucesivamente, en conco- El último estadio del desarrollo de
caica. Es la contenida en el kerigma mitancia con las controversias trini- la cristología está constituido por las
primitivo: discursos de los Hechos tarias y cristológicas, se afirma la cristologías contemporáneas, elabo- e) Cristología "desde abajo" o
de los Apóstoles, diferentes textos línea ontológica de la cristología. La radas en las últimas décadas como "desde arriba". Para una compren-
Jesucristo 1078 1079 Jesucristo

sión más profunda de esta reseña es eterno. Concebido en el principio Esta tercera fase se llama cristiana, mental común a las tres realidades.
cristológica aludimos a las dos par- en la mente de Dios, manifestado de eclesial o místico-sacramental. En Jesucristo es el sacramento primor-
ticulares orientaciones cristológicas diferentes modos en el AT, revelado efecto, es la fase que se realiza en la dial y fontal de la salvación; la igle-
de carácter metodológico indicadas perfectamente en la plenitud de los sociedad de los cristianos, es decir, sia es el "sacramento universal de la
hoy por las expresiones cristología tiempos, que ha coincidido con el en la iglesia, a través de ese conjunto salvación" (LG 48) que ha brotado
desde abajo y cristología desde arri- comienzo de la era escatológica, per- de misterios o sacramentos (en sen- del costado de Cristo dormido en la
ba. En la cristología desde abajo (o petuado en la iglesia hasta su defini- tido amplio) que es cabalmente la cruz (cf SC 5); la liturgia es el sacra-
ascendente) se explica el misterio de tivo cumplimiento escatológico, este liturgia. En esta tercera fase de la mento global de la salvación estre-
Cristo partiendo del Jesús terrestre. misterio recibe una eficaz expresión historia sagrada, sobre todo en vir- chamente vinculado con Cristo y
Sobre esta base histórica se desarro- eclesial en la liturgia. La persona y tud de la liturgia, el misterio de Cris- con la iglesia22. También aquí hay
lla el conocimiento de la situación la acción redentora de Cristo con- to se identifica de modo especial con que precisar el significado del térmi-
gloriosa y metahistórica de Cristo y tinúan influyendo en la iglesia, en el misterio de la iglesia21. no / sacramento. Dicho término,
de su preexistencia eterna como Ver- la humanidad, en el cosmos, sobre "(que corresponde al vocablo de ori-
bo de Dios. Por el contrario, en la todo por medio de la liturgia. b) La liturgia memorial. La gen griego misterio), se entiende en
cristología desde arriba se sigue el comprensión de la especial identifi- el amplio y tradicional significado
procedimiento inverso: el discurso so- cación del misterio de Cristo con el patrístico-Iitúrgico de signo que con-
Ésta, por expresa voluntad de Cris- misterio de la iglesia producida en la
bre el misterio de Cristo arranca y se to, es irradiación especial de su pre- tiene, manifiesta y comunica reali-
desarrolla desde la contemplación de liturgia queda facilitada por el re- dades sobrenaturales. Éste es el sig-
sencia y de su acción, realización es- curso a la categoría de / memorial
Cristo glorificado. Estas dos orien- pecial, representación, reactualiza- nificado primitivo del término sacra-
taciones metodológicas diversas se aplicada a la liturgia. Ésta, conside- mento, usado luego por los teólogos
ción de su misterio de salvación para rada en su conjunto o en cada uno
encuentran sobre todo a propósito la santificación de los hombres y la de la escolástica para indicar sola-
de la cristología de los escritos neo- de sus elementos, es memorial del mente los siete mayores y principales
glorificación de Dios. En efecto, "se misterio de Cristo. El término me-
testamentarios. Pero aparecen cons- considera la liturgia como el ejerci- signos eficaces de la santificación. La
tantemente, aunque con diferentes morial (en hebreo zikkaron) ha de teología contemporánea y el Vat. II
cio del sacerdocio de Jesucristo. En tomarse en su rico significado bíbli-
acentuaciones y matices, en las fases ella los signos sensibles significan y han acreditado de nuevo el rico sig-
ulteriores de desarrollo de la cristo- co de recuerdo ritual de un aconteci- nificado primitivo del término, que
cada uno a su manera realiza la san- miento del pasado, que hace presen-
logía. Hoy se tiende a privilegiar la tificación del hombre, y así el cuerpo permite presentar en una maravillo-
cristología desde abajo, como más te dicho acontecimiento, orientado sa síntesis la obra de la salvación.
místico de Jesucristo, es decir, la ca- hacia su plena realización en el futu-
concordante con la sensibilidad y los beza y sus miembros, ejerce el culto Toda la economía de la salvación es
interrogantes del hombre moderno. ro. Esto vale también para la litur- sacramental en Jesucristo, en la igle-
público íntegro" (SC 7). Es la doble gia, en cuanto que recuerda ritual-
dimensión del misterio de Cristo sia y en la liturgia. Economía intrín-
mente (a través de los ritos) el mis- secamente sacramental en sus dife-
—la descendente (la santificación de terio de Cristo, lo hace presente y
II. Liturgia y misterio de Cristo los hombres) y la ascendente (la glo- rentes fases de realización y que...
eficaz, a la espera de su completa implica una admirable continuidad,
rificación de Dios)—, de la cual par- actualización escatológica. Y esto
Es muy estrecha la relación exis- ticipa la liturgia; la cual, por tanto, o, mejor, una inescindible unidad de
tente entre la / liturgia y el misterio sucede en la iglesia, en beneficio de las realidades que la componen" 25 :
viene a encontrarse sólidamente in- la misma iglesia, para su continuo
de Cristo. La liturgia es, en efecto, serta en el misterio de Cristo. Jesucristo (el gran sacramento de
una realización especial del misterio crecimiento y edificación, para su Dios y del encuentro de la humani-
de Cristo (1); el fundamento de di- configuración e identificación con dad con Dios), la iglesia (sacramento
cha realización está constituido por Por consiguiente, la liturgia viene Cristo cada vez más plenas. Éste es de Cristo), la liturgia (sacramento de
la presencia real y eficaz de Cristo a formar parte de la misma historia el significado pleno del memorial del la iglesia y de Cristo). Así pues, la
en la liturgia (2). Se trata de elemen- sagrada, historia de salvación, con misterio de Cristo celebrado por la liturgia realiza el misterio de Cristo
tos tan determinantes, que la litur- la que se identifica el misterio de liturgia en la iglesia y para la iglesia. al realizarse a sí misma como me-
gia misma se califica como cristo- Cristo, misterio de salvación. La li- morial y sacramento de tal misterio.
céntrica (3), y se establece un espe- turgia tiene así una dimensión estric- c) La liturgia sacramento. De es-
cial vínculo entre liturgia y cristolo- tamente histórico-salvífica [/ His- tas observaciones resulta que existe
gía o cristologías (4). toria de la salvación], colocándose una admirable conexión entre las d) Modalidades de la re-presen-
exactamente en esa tercera fase de la tres grandes realidades del plan sal- tación del misterio. Es legítimo plan-
1. L A LITURGIA, REALIZACIÓN ES- historia sagrada que sucede a la fase vífico divino: Jesucristo, la iglesia, tearse una pregunta: ¿Cómo se nos
P E C I A L DEL MISTERIO DE CRISTO, preparatoria (del AT) y a la fase cris- la liturgia. Hay que subrayar, en presenta el misterio de Cristo reali-
a) La realidad del misterio de Cristo tica (la vida histórica de Jesús) y pre- particular, uno de los fundamentos zado por la liturgia? Un examen a
en la liturgia. El misterio de Cristo cede a la estrictamente escatológica. de tal conexión: la estructura sacra- fondo de la compleja realidad litúr-
Jesucristo 1080 Jesucristo
1081
gica permite responder claramente: efecto, la pascua de Cristo constituye 25
cruz , sea sobre todo bajo las espe-
en la liturgia el misterio de Cristo se el centro de todo su misterio. Con sujeto a opacidad y a reducciones.
Así, por ejemplo, después de las con- cies eucarísticas. Está presente con
nos presenta tanto en su globalidad este elemento central del misterio de su virtud en los sacramentos, de
como en sus diversos elementos. La . Cristo enlaza, a modo de justifica- troversias eucarísticas medievales se
puso de relieve un aspecto particular modo que, cuando alguien bautiza,
globalidad del misterio de Cristo no ción suya, la realidad del ejercicio es Cristo quien bautiza26. Está pre-
la anula la consideración de sus del sacerdocio de Cristo, del ejercicio del tema, el de la presencia real de
Jesús en la eucaristía. sente en su palabra, pues cuando se
elementos particulares; ésta la tiene global de tal sacerdocio: tanto el des- lee en la iglesia la Sagrada Escritura,
siempre en cuenta, recibiendo de empeñado por él durante su vida te- Sólo después de consolidarse el
/ movimiento litúrgico contemporá- es él quien habla. Está presente, por
ella luz y solidez. rrestre, sobre todo en el momento último, cuando la iglesia suplica y
neo se ha reanudado el tema en toda
Hay que tener presente este prin- culminante de la muerte gloriosa, su amplitud y profundidad. Es méri- canta salmos, el mismo que prome-
cipio cuando del misterio de Cristo como el desempeñado después de su to indiscutible de Odo Casel (t 1948) tió: Donde están dos o tres congre-
la liturgia acentúa ora el aspecto per- entrada gloriosa en el cielo. En esta haberlo propuesto de nuevo a la gados en mi nombre, allí estoy yo en
sonal (la persona de Cristo: cristolo- globalidad de ejercicio del sacer- atención de los teólogos y haberlo medio de ellos (Mt 18,20)" (SC 7).
gía en sentido estricto), ora el aspec- docio de Cristo encuentra su funda- convertido en un tema decisivo del Esta doctrina exige toda una serie de
to soteriológico (la obra de salvación mento el ejercicio del sacerdocio de desarrollo del renacimiento litúrgico aclaraciones.
realizada por Cristo: soteriología). la iglesia. Nótese también que la li- de la iglesia. De esta forma, el tema
Esto es válido también para los in- turgia realiza el misterio de Cristo ha sido acogido, aunque sin una ver-
numerables títulos cristológicos y so- poniendo de relieve la dialéctica tri- Noción genérica de presencia. Los
dadera profundización doctrinal, en autores reconocen la dificultad de
teriológicos con los que la liturgia se nitario-cristológica que le es propia. autorizados documentos del magis-
refiere a Jesucristo para arrojar luz dar una definición exacta de presen-
terio, como la encíclica Mediator cia, válida para todos los casos, sobre
sobre su persona y sobre su obra 2. LA LITURGIA, PRESENCIA ESPE- Dei, de Pío XII (20-11-1947), y la
(Verbo de Dios, Hijo de Dios, me- CIAL DE CRISTO 2 \ Las consideracio- todo cuando del plano puramente
constitución Sacrosanctum conci- humano se pasa al divino, como en
diador, redentor, sacerdote...). Díga- nes hechas hasta ahora sobre la litur- lium (SC), del Vat. II (4-12-1963). En
se otro tanto cuando la liturgia se gia como realización del misterio de nuestro caso particular de la presen-
concomitancia con dichos documen- cia de Cristo, Dios-hombre, a los
refiere directamente a uno de los tres Cristo nos han hecho ver sólo algu-
grandes elementos del misterio de nos aspectos de la relación existente
tos y con posterioridad a los mismos, hombres27. Generalmente, por presen-
ha continuado el estudio verdadera- cia se entiende la relación real exis-
Cristo, ora a la preexistencia del entre la liturgia y el misterio de Cris- mente científico del tema. Nos pro-
Verbo, ora a su kenosis, ora a su to. Para arrojar plena luz sobre ella tente entre dos o más seres que están
ponemos presentar en dos puntos sus cercanos entre sí por cualquier título
glorificación, hablando de cada uno se necesita una ulterior profundiza- líneas esenciales: la presencia de Cris-
de ellos bien globalmente, bien te- ción. Hay que ilustrar sobre todo el o fundamento real. Se realiza de
to en las acciones litúrgicas y la reac-modo diferente según la naturaleza
niendo en cuenta sus diferentes par- verdadero tema central de nuestra tualización de las acciones históricas
tes. Piénsese, por ejemplo, en los epi- cuestión: la presencia de Cristo en la de los seres entre los que se establece
salvíficas de Cristo. la relación (por ejemplo, entre un ser
sodios de la vida histórica de Cristo liturgia. Las aclaraciones que ofrece-
que se presentan a lo largo del curso remos al respecto harán comprender espiritual y un ser corporal, entre dos
del / año litúrgico, otros tantos mis- mejor todo lo dicho sobre la liturgia a) La presencia de Cristo en las o más espíritus encarnados o perso-
terios del único gran misterio de Cris- como realización del misterio de acciones litúrgicas. Para una primera nas encarnadas). Adémaselas presen-
to. Amplíese el razonamiento a las Cristo, porque nos indicarán el ver- presentación de la temática nos re- cias son tantas cuantos son los fun-
diferentes cuestiones relativas al Je- dadero fundamento de la realización mitimos al conocido texto, funda- damentos reales de la cercanía; las
sús de la historia y al Cristo de la fe, del misterio de Cristo efectuada por mental en este asunto, que se contie- presencias son tanto más reales y per-
que repercuten en la liturgia y en- la liturgia, en particular de su eficacia. ne en la citada constitución SC. En fectas cuanto más perfecto es el fun-
cuentran en ella su síntesis en la afir-
El tema de la presencia de Cristo ella, después de la exposición de la damento de su 28
relación de contacto
mación de la identidad del Jesús de
en la liturgia se ha conocido en la obra de la salvación comenzada por o de cercanía .
la historia y del Cristo de la fe. Cristo durante su vida terrestre y El sujeto de la presencia de que
iglesia desde sus orígenes, por más
Hay que señalar que, dentro de que sólo en las últimas décadas se continuada por él en la iglesia (cf SC hablamos es Jesucristo, el Verbo de
esta rica y orgánica representación- haya tratado de darle una formula- 5-6), se dice: "Para realizar una obra Dios encarnado, Dios-hombre. El
realización del misterio de Cristo ción científica. Objeto de la fe viva y tan grande, Cristo está siempre pre- Verbo de Dios ha asumido, en la ple-
que nos ofrece la liturgia, goza de espontánea de las primeras genera- sente a su iglesia sobre todo en la nitud de los tiempos, la naturaleza
una posición privilegiada el gran ciones cristianas, ha estado sucesiva- acción litúrgica. Está presente en el humana. Así ha podido, hecho me-
acontecimiento de la pascua de Cris- mente expuesto a las cambiantes vi- sacrificio de la misa, sea en la perso- diador entre Dios y los hombres,
to (muerte y resurrección) [/ Miste- cisitudes de los otros grandes temas na del ministro, ofreciéndose ahora realizar la obra de la redención, so-
rio pascual]. ¡Y con toda razón! En de la cristología, viéndose también él por ministerio de los sacerdotes el bre todo mediante el misterio pascual
mismo que entonces se ofreció en la de su pasión, resurrección y aseen-
Jesucristo 1082 1083 Jesucristo

sión. Dice santo Tomás de Aquino: el ejercicio de la función sacerdotal rativa30. Consideramos suficiente la la liturgia; también ésta le compete a
"Cristo ha realizado la obra de nues- llevado a cabo por Cristo en la litur- siguiente síntesis: Cristo Dios en común con las otras
tra salvación en cuanto que era Dios gia debe ser separado del ejercicio dos personas divinas, por estar en el
y hombre: a fin de que en cuanto de la función real y de la función 1. La presencia de Cristo Dios en campo de las operaciones divinas ex-
hombre padeciese para nuestra reden- profética. En efecto, la persona de la liturgia es doble: sustancial (por ternas. Hay que adscribirla al orden
ción, y en cuanto Dios su pasión fue- Cristo y su misión han de conside- esencia física, ontológica) y operativa de la causalidad eficiente principal fí-
ra salvadora para nosotros" (Contra rarse siempre en su integridad y glo- (por causalidad eficiente), aa) La pre- sica en cuanto que Dios obra por sí
gent. 4,74). El mismo Verbo encar- balidad, aunque sigue siendo nece- sencia sustancial se distingue en: sus- mismo (causalidad principal) con in-
nado sigue realizando la obra de la sario distinguir los diferentes aspec- tancial natural, aquella por la que flujo físico (causalidad física).
redención, después de su ascensión, tos para una más plena comprensión Dios está presente en todas las cria-
haciéndose presente en la iglesia, es- del misterio. turas por su infinidad e inmensidad 2. También la presencia de Cris-
pecialmente en la liturgia. En el Ver- (cf S. Th. I, q. 6, a. 3 c); sustancial to hombre en la liturgia es doble: sus-
bo encarnado, presente en la iglesia y Variedad y multiplicidad de los mo- sobrenatural por simple inhabita- tancial y operativa (ambas en el or-
en la liturgia, la humanidad asumida dos de presencia. La presencia de ción, aquella por la que Dios habita den sobrenatural), aa) La presencia
(alma y cuerpo) es considerada en su Cristo en la liturgia es varia y múlti- por medio de la gracia en cada justo; sustancial se realiza exclusivamente
actual estado glorioso de existencia, ple. Pretendemos hablar de la varie- sustancial sobrenatural por unión hi- en la eucaristía, bb) La presencia
que tiene su fundamento en el miste- dad y multiplicidad fundadas en la postática, la que resulta de la asun- operativa se da en todos los elemen-
rio pascual realizado durante su vida diversidad de los signos litúrgicos ción de la naturaleza humana en uni- tos de la liturgia, incluida la eucaris-
terrena. No se sigue de ahí ninguna que aparecen en cada una dejas ac- dad de persona por parte del Verbo; tía. Esta presencia ha de adscribirse
oposición entre el Cristo glorioso y ciones litúrgicas y en los que se reali- ésta, que se realizó en el momento de al orden de la causalidad eficiente,
el Cristo histórico, porque en el Cris- za la presencia de Cristo. Los princi- la encarnación, perdura actualmente principal o instrumental, física o mo-
to glorioso, como veremos mejor a pales son la / asamblea, el ministro en el cielo; se produce también en la ral, según los casos. A modo de ejem-
continuación, está siempre presente [/ Ministerio], la proclamación de la tierra en la / eucaristía, elemento plo, reproducimos el conocido texto
todo su pasado histórico. Además, palabra [/ Celebraciones de la pala- central de la liturgia. Las dos prime- de santo Tomás en que se habla de la
en la presencia de Cristo en la liturgia bra, / Biblia y liturgia], la / oración, ras presencias sustanciales, natural y causalidad de los sacramentos: "Cris-
hay que distinguir entre lo que es los / elementos constitutivos de los sobrenatural por simple inhabitación to produce el efecto interior de los
propio de Cristo como Dios y lo que / sacramentos y de los / sacramenta- en las criaturas, competen a Cristo sacramentos en cuanto Dios y en
le es propio como hombre, dado que les. Todos estos diferentes modos de Dios en común con las otras dos per- cuanto hombre, pero de modo diver-
en la única persona del Verbo encar- la presencia de Cristo en la liturgia, sonas divinas, por seguirse de las so. En efecto, en cuanto Dios obra
nado, en el único sujeto agente (prin- vinculados a la diversidad del signo operaciones divinas externas (ad ex- en los sacramentos como causa su-
cipium quod), hay dos naturalezas, litúrgico, han de referirse al modo tra: la creación y la justificación). La prema. Por el contrario, en cuanto
la divina y la humana, y por tanto un como Cristo está presente, glorioso, presencia sustancial natural se en- hombre produce los efectos interiores
doble principio de acción (princi- en el cielo. Sólo éste es el modo pri- cuentra en todas las criaturas inde- de los sacramentos como causa meri-
pium quo operationis). mario y propio de existencia de Jesu- pendientemente de la liturgia. La toria y eficiente, pero instrumental-
cristo después de la ascensión; res- presencia sustancial sobrenatural por mente. En efecto..., la pasión de Cris-
pecto a este modo, los que se dan en simple inhabitación, que se da en to- to, sufrida por él según la naturaleza
Título de la presencia. Jesucristo dos los que viven en gracia, se acre-
está presente en la iglesia como cabe- la liturgia, comprendido el eucarísti- humana, es causa meritoria y eficien-
co —el principal entre los modos li- cienta por un título especial, a saber: te de nuestra salvación: no como cau-
za suya. Por el mismo título está pre- en virtud de la liturgia, en aquellos
sente en la liturgia. En efecto, la pre- túrgicos— son secundarios ". sa agente principal, o suprema, sino
que participan debidamente en la mis- como causa instrumental, en cuanto
sencia de Cristo en la liturgia es un Para la plena comprensión del ma, bb) La presencia operativa se
aspecto particular de su presencia en tema de la variedad y multiplicidad que su humanidad... es instrumento
distingue en: operativa natural (aque- de la divinidad. No obstante, al ser la
la iglesia. Se pueden reducir a tres las de los modos de la presencia de Cris- lla por la que Dios obra en el orden
funciones que competen a Cristo to en la liturgia se requiere alguna naturaleza de Cristo un instrumento
natural; está en estrecha relación con unido hipostáticamente a la divini-
como cabeza de la iglesia: la sacerdo- otra explicación. El tema ha de des- la presencia sustancial natural), ope-
tal, la real y la profética. La presencia arrollarse teniendo en cuenta una do- dad, tiene... cierta superioridad y
rativa sobrenatural (aquella por la causalidad sobre los instrumentos se-
de Cristo en la liturgia se caracteriza ble distinción: la ya recordada entre que Dios obra en el orden sobrena-
por un ejercicio especial de su fun- lo que en la presencia de Cristo en la parados, que son los ministros de la
tural). Esta doble presencia operativa iglesia y los sacramentos. Por eso,
ción sacerdotal. Precisamente por liturgia es propio de Cristo como se da también, y por un título espe-
eso "se considera la liturgia como el Dios y lo que es propio de Cristo como Cristo en cuanto Dios tiene so-
cial, en la liturgia, esto es, en las per- bre los sacramentos poder de autori-
ejercicio del sacerdocio de Jesucris- como hombre; la distinción entre sonas y en las cosas en que se realiza
to" (SC 7). Esto no quiere decir que presencia sustancial y presencia ope- dad, así en cuanto hombre tiene so-
Jesucristo 1084 Jesucristo
1085
bre ellos poder de ministro principal, amplio de signos de realidades so- fuera de su tiempo y de su espacio.
o sea, poder de excelencia" (S. Th. to modo, se hacen presentes en todo
brenaturales), que componen el sa- tiempo para que puedan los fieles La intuición de Casel ha sido recogi-
III, q. 64, a. 3 c). cramento total de la liturgia. Obsér- da sucesivamente por otros teólogos,
ponerse en contacto con ellos y lle-
vese también aquí que la presencia narse de la gracia de la salvación" oportunamente corregida y enlazada
Características de la presencia. de Cristo en la eucaristía es sacra- (n. 102)37. Se afirma claramente que con la enseñanza de santo Tomás de
1) Es única, aunque se realiza de va- mental por antonomasia, al ser la. se hacen presentes en todos los tiem- Aquino 38.
rios y múltiples modos. En efecto, es eucaristía el sacramento por excelen- pos los misterios de Cristo (los dife-
única la persona del Verbo encarna- cia. 4) Es personal. Cristo, en efecto, Varios autores recientes se fundan
rentes aspectos del único misterio de en general en el hecho de que Cristo
do, sujeto agente principal de la li- está presente en la liturgia "no como Cristo) en beneficio de los fieles.
turgia. Esta presencia única tiene una idea abstracta, sino como una es al mismo tiempo Dios y hombre
¿Cómo sucedió esto? ¿De qué modo (teandrismo). De ahí deducen que
varios aspectos, asume diversas for- persona viva y como una fuerza viva se reactualizan en la liturgia las ac-
mas y grados de intensidad. Los di- que emana de una persona viva"35. los actos históricos de Cristo son in-
ciones históricas salvíficas de Cristo, divisiblemente actos del Hijo de
ferentes elementos en que se expresa De ahí se sigue que es también per- ya pasadas, permitiéndoles que con-
son elementos reveladores o aspec- sonal la relación que se llega a esta- Dios. Por tanto, no están sujetos al
tinúen ejerciendo todavía, en el hoy límite del tiempo y del espacio, y se
tos prismáticos de una sola presen- blecer entre Cristo y los fieles en la de la iglesia, su influjo en el mundo?
cia 3I. Más aún, precisamente porque liturgia, al realizarse la misma en los puede hacer de nuevo presentes
Este es el verdadero nudo de la cues- siempre y por doquier. Más precisa-
son aspectos diferentes de una única una comunicación entre personas, de tión de la presencia de Cristo en la
presencia y por el hecho de que se modo insuperablemente personal». mente se fundan en la doctrina to-
liturgia. No se trata de una cuestión mista de la permanencia virtual de
dan a menudo en la misma acción Completemos este cuadro recor- nueva en la iglesia.
litúrgica, se cruzan, se atraviesan y los actos históricos salvíficos en
dando que la presencia de Cristo en Cristo glorificado. Estos actos están
se compenetran de tal modo que la liturgia puede ser también perma- Se hallan alusiones a dicha cues-
puede ser peligroso o perjudicial tión ya en la antigüedad en varios informados por una virtud divina.
nente o transitoria. Es permanente Precisamente esta virtud divina, de
tratar de aislarlos o separarlos 32. la presencia de Cristo en la eucaris- padres, a partir del s. iv, y en los
Se trata en realidad de modos com- / libros litúrgicos. La resuelven con la que fue y sigue siendo instrumento
tía, pues perdura fuera de la celebra- la humanidad de Cristo, es la que se
plementarios de la única presencia ción de la misa mientras perduran afirmaciones genéricas sobre la per-
del Cristo glorificado. Se completan manencia de la virtud de las acciones hace presente en todos los tiempos y
mutuamente, sea porque cada modo
las especies eucarísticas. En cambio,
históricas salvíficas de Cristo en las lugares 3 '.
las otras presencias de Cristo en la
más perfecto supone e incluye los liturgia, prescindiendo de sus efectos, celebraciones litúrgicas. Posterior- En particular, se afirma de la pa-
modos menos perfectos, sea porque son transitorias, es decir, dependen mente los estudiosos ignoran casi sión del Señor: "El acto cruento que
cada modo de presencia da a los mo- del desenvolvimiento de las diferen- por completo la cuestión. Constituye ha reconciliado a Dios y al mundo
dos precedentes un significado y, tes celebraciones durante las cuales una notable excepción santo Tomás estaba inmerso en el tiempo y en el
en cierta medida, una eficacia más se realizan, y cesan al cesar éstas. de Aquino con su doctrina funda- espacio. Sin embargo, obraba en vir-
grande 33 . Sin embargo, al distinguir- mental sobre la perenne causalidad tud de la divinidad que le estaba uni-
se los diferentes modos de la única instrumental salvífica de la humani- da. Por medio de ella podía partici-
presencia por notas totalmente pro- b) La reactualización de las ac- dad de Cristo, es decir, de los acon- par en la eternidad y en la ubicuidad
pias, se suele hablar también de va- ciones históricas salvíjicas de Cristo. tecimientos de su vida terrena. divina, como el instrumento partici-
rias presencias, correspondientes a Este segundo punto está íntimamen- pa en la dignidad de la causa princi-
te conectado con el primero. Jesu- Los estudios de Odo Casel
los diferentes modos de presencia. 2) (t 1948) y su doctrina de los miste- pal. La moción de la divinidad con-
Es real. Es decir, es verdadera y efec- cristo se hace presente en las accio- fería a este acto transitorio y locali-
nes litúrgicas para que en ellas se rios (Mysterienlehre) [/ Misterio]
tiva. Ello es válido de modo particu- han despertado un notable interés zado un influjo instrumental capaz
lar para la presencia de Cristo en la reactualice, en favor de los hombres, de alcanzar toda la sucesión del
el misterio de la salvación que ya por el tema. El punto central de tal
eucaristía. Pero ésta, advierte justa- doctrina es que las acciones litúrgi- tiempo y toda la amplitud del espa-
mente Pablo VI, "se llama real no realizó históricamente. cio"40. Se afirma también que el mis-
cas (los misterios del culto) hacen
por exclusión, como si las otras no También aquí podemos comenzar presente de nuevo, aunque sólo sea terio redentor de Cristo es como una
fueran reales, sino por antonoma- nuestro examen remitiéndonos a la en su sustancia, los actos históricos realidad eternamente actual. Se re-
sia, ya que es sustancial, pues por enseñanza del Vat. II. La constitu- salvíficos ya pasados de Cristo. Se- laciona su actualización en los sa-
ella ciertamente se hace presente ción SC, si bien en el preciso contex- gún los estudiosos, Casel no explica cramentos con el hecho de que "hay
Cristo, Dios y hombre, entero e ín- to del año litúrgico, dice que la igle- suficientemente cómo los actos his- ya en los actos históricos de reden-
tegro" 34 . 3) Es sacramental. En efec- sia, al recordar los misterios de la tóricos de Cristo, vinculados a un ción de Cristo un elemento de pe-
to, se ejerce a través de los diferentes redención, "abre las riquezas del po- determinado tiempo y espacio, y por rennidad o de duración, un elemen-
sacramentos (tomados en el sentido der santificador y de los méritos de tanto acabados y pasados ya, pue- to transhistórico, que se sacramen-
su Señor, de tal manera que, en cier- den ser hechos presentes de nuevo taliza en un hecho terrestre, con su
Jesucristo 1086
1087 Jesucristo
tiempo propio, en un acto visible de Hay que subrayar la consoladora
la iglesia"41. consecuencia, ya recordada, de la re- su fundamento ante todo en el hecho bautiza; si bautiza Pablo, es él quien
Recurriendo además a la doctrina actualización de los misterios de Cris- de que Cristo es el sujeto principal bautiza; si bautiza Judas, es él quien
tomista de los efectos de la visión to realizada en la liturgia: los fieles del / culto que se tributa a Dios en bautiza" (san Agustín, Trad. VI so-
beatífica, se va todavía más allá. entran en contacto con ellos y parti- la liturgia. Como ya hemos visto, el bre el evangelio de Juan 1,7: PL 35,
Aun dando el justo relieve a la virtud cipan en la salvación contenida en misterio de Cristo está particular- 1428). Gracias precisamente al pues-
divina presente en los actos históri- los mismos. Cada misterio de Cristo mente presente y operante en la li- to central de Cristo en la liturgia al-
cos de Cristo, se admite que éstos, ha sido un acto salvífico; es decir, ha turgia (cf SC 7; 35,2). Cristo es la canza ésta el doble objetivo de santi-
incluso sólo en cuanto humanos, con- sido eficaz para nuestra salvación primera gran realidad litúrgica. Su ficar a los hombres y de dar a Dios
tienen un elemento permanente que comunicándonos una gracia que le persona y su acción constituyen el el culto debido.
es hecho de nuevo presente en la li- es propia. Cada misterio de Cristo polo de irradiación de la sacramen- La iglesia apela a este puesto cen-
turgia. Se parte del principio tomista sigue siendo acontecimiento salvífico talidad de la liturgia. Con Cristo es- tral cuando al final de cada oración
según el cual quien goza de la visión y sigue comunicándonos la gracia tán relacionadas, en Cristo conver- interpone la mediación de Cristo:
beatífica está ya fijo en la eternidad, que le es propia, sobre todo en su gen, de Cristo dependen y reciben "Por nuestro Señor Jesucristo...",
participa de la eternidad, dominan- celebración litúrgica. En particular, eficacia todas las demás realidades "Por Cristo nuestro Señor". Del
do así el desenvolverse del tiempo. es la eucaristía la que obtiene este litúrgicas. mismo modo, al término de la ple-
Éste fue el caso de la humanidad de efecto. De hecho, mediante la euca- Todo en la liturgia está centra- garia eucarística eleva su alabanza
Cristo ya durante su vida terrena. ristía se establece una especial rela- do en Cristo, único, sumo y eterno al Padre diciendo: "Por Cristo, con
Hubo en sus actos, "además del des- ción del fiel con la persona misma sacerdote. Cristo es, en efecto, el él y en él...". La máxima expresión
envolverse en el tiempo del elemento del Verbo encarnado, en la que sub- único mediador entre Dios y los de tal puesto central de Cristo en la
exterior y del elemento interior en sisten y perduran todas las acciones, hombres (cf 1 Tim 2,5); Cristo está liturgia se da en la celebración litúr-
cuanto producto del psiquismo hu- todas las disposiciones vitales, todos constituido sacerdote por la gracia gica por excelencia, la eucarística, en
mano, un contenido permanente, es los estados de la obra salvífica reali- sustancial de la unción hipostática; la que Cristo se hace presente de
decir, el acto de la visión y el acto de zada por él durante su vida terrena. Cristo es la fuente de todo / sacer- modo particular como sacerdote en
caridad derivante de la visión. Este Es en su plena reactualización litúr- docio, al ser el sacerdocio de la anti- la persona del ministro visible para
acto inmóvil de caridad beatífica, gica, la eucaristía, donde cada uno gua alianza una simple prefiguración ofrecerse en sacrificio al Padre con
por el que Cristo quiso y mereció de los misterios de Cristo adquiere del sacerdocio de Cristo, y el de la la fuerza del Espíritu Santo. El ofre-
nuestra salvación, fue el alma del sa- una particular eficacia en el contexto nueva alianza la prolongación, la de- cimiento sacrificial de Jesús en la ce-
crificio redentor y de todos los de- de la eficacia global de todo —el úni- rivación, la participación en el mis- lebración eucarística se lo apropia la
más misterios realizados en la carne co— misterio de Cristo. mo sacerdocio de Cristo (cf S. Th. iglesia, que une el ofrecimiento de sí
del Salvador. Éste se expresó o se III, 22, a.4); Cristo ejerce su sacerdocio misma al de Cristo. A este ofreci-
manifestó sin renovarse, sino como El estudio de la estrecha relación en la liturgia como perfecta conti- miento de Cristo y de la iglesia se
acto permanente, en todos los actos existente entre la liturgia y el miste- nuación del ejercido durante su vida orientan todas las demás celebracio-
de Cristo durante su vida mortal... rio de Cristo recibe un desarrollo ul- mortal, como reflejo particular y nes litúrgicas y todas las actividades
Éste es el elemento permanente que terior a partir del examen de dos pleno del ejercido en el cielo. del pueblo de Dios, por lo que viene
explica la actualidad del contenido cuestiones bien precisas: el cristocen- a constituir verdaderamente la más
trismo de la liturgia y las relaciones De este modo Jesucristo es el mi-
de los misterios litúrgicos: este mis- nistro principal, aunque invisible, de expresiva y rica actualización del
mo acto de ofrecimiento estable, que entre la liturgia y la cristología o misterio de Cristo.
cristologías. la liturgia; se hace presente en los
se manifestaba en los actos históri- otros ministros secundarios y visi-
cos de nuestra salvación y se expresa 3. LITURGIA-CRISTOCENTRISMO. bles, que, como instrumentos en sus
todavía ahora, bajo otra forma, en b) Cristo, término del culto. El
El puesto central de Jesucristo en el manos, obran en dependencia de él puesto central de Cristo en la liturgia
la liturgia celeste celebrada por Cris- misterio de Dios (cristocentrismo) re- y dan visibilidad a su obra invisi-
to glorioso, se manifiesta también en queda particularmente subrayado
verbera con reflejos totalmente pro- ble. Por eso la liturgia es sobre todo cuando se considera que Jesucristo,
los misterios de la liturgia de la igle- pios en la liturgia, de tal modo que acto de Cristo, cabeza de la iglesia.
sia terrestre. Es el mysterion de los además de sujeto del culto elevado a
con justicia se califica a ésta de cris- "... Es precisamente él [Cristo] quien Dios por la iglesia, su cuerpo místi-
actos salvíficos... A través de los tocénírica. La liturgia cristiana es tal bautiza..., absuelve, une, ofrece, sa-
misterios alcanzamos el acto salvífi- co, en la liturgia, es también su tér-
no sólo porque tiene en Cristo su crifica, por medio de la iglesia"43. mino. En efecto, el culto de la iglesia
co histórico, sea en sí mismo en cuan- divino fundador, sino también, y so- "... cuando la iglesia administra con
to a su elemento permanente, sea tiene como término propio las tres
bre todo, porque Cristo es su centro. rito exterior los sacramentos, es él divinas personas, aunque se atribuye
por virtud divina respecto a lo que [Cristo] quien produce el efecto
de él ha pasado con el tiempo" 42 . a) Cristo, sujeto del culto. El cris- por apropiación al Padre. También
interior (S. Th. III, 64, a.3)"44. "Si a Jesucristo, Dios-hombre, le llega,
tocentrismo de la liturgia encuentra bautiza Pedro, es él [Cristo] quien en unidad con el Padre y con el Es-
1089 Jesucristo
Jesucristo 1088
los fieles a vivir la liturgia en espíritu cerse en la iglesia desde el comienzo,
píritu Santo, el culto de la iglesia. Nótese bien: cuando se dice que y en verdad. Por otra parte, sólo una y que en este primer período fue la
Ella "invoca a su Señor y por él tri- Cristo es el centro del año litúrgico liturgia verdadera y plenamente cen- liturgia la que influyó en la cristo-
buta culto al Padre eterno" (SC 7). no se pretende presentar a Cristo trada en Cristo podrá ofrecer la me- logía.
Jesucristo es, pues, al mismo tiempo como un elemento del que el año jor respuesta a tantos interrogantes Posteriormente, por el contrario,
el término del culto de la iglesia y el litúrgico recibe solamente consisten- como plantea la cristología al hom- fue la cristología la que influyó en la
camino por el que dicho culto llega cia material y decoro exterior. Se bre de hoy. La adhesión plena al úni- liturgia. Vemos así cómo a la orien-
a Dios. "... Cuando nos dirigimos a quiere más bien subrayar que el año co liturgo, Cristo, y a la única litur- tación soteriológica de la cristología
Dios con súplicas, no establecemos litúrgico asume el importante papel gia cuyo centro es Cristo, creará el de los primeros siglos cristianos le
separación con el Hijo,, y cuando es de memorial representativo del mis- clima de optimismo y de esperanza corresponde en la liturgia el uso de
el cuerpo del Hijo quien ora, no se terio de Cristo para la salvación de necesarios para que el hombre conso- términos preferentemente soterioló-
separa de su cabeza, y el mismo sal- los hombres. El año litúrgico "es lide, aunque entre esfuerzos y sufri- gicos, con la acentuación de la me-
vador del cuerpo, nuestro Señor Je- Cristo mismo que vive siempre en su mientos, el reino de Dios inaugura- diación sacerdotal de Jesús. Cuan-
sucristo, Hijo de Dios, es el que ora iglesia" *. do por Cristo con su pascua. do, por el contrario, se consolide
por nosotros, ora en nosotros y es Así pues, desde cualquier puntp más tarde una cristología de tenden-
invocado por nosotros. Ora por nos- que se considere la liturgia, ésta se cia más bien ontológica, se tendrá
4. LITURGIA - CRISTOLOGÍA O
otros como sacerdote nuestro, ora nos presenta siempre centrada en como reflejo en la liturgia la tenden-
en nosotros por ser nuestra cabeza, CRISTOLOGÍAS. a) Reseña histórica.
Cristo. Al ser Cristo centro, com- La liturgia realiza de modo entera- cia a preferir términos ontológicos.
es invocado por nosotros como Dios pendio, coronamiento de la econo-
nuestro" (san Agustín, Comentario mente especial el misterio de Cristo, En el medievo se registra una cier-
mía salvífica, lo es también de la li- que es objeto de esa ciencia particu- ta independencia de la liturgia res-
al salmo 85,1; CCL 39,1176; OGLH turgia, que es expresión privilegiada
7). Desde la más remota antigüedad lar que es la cristología. Por tanto, pecto de la cristología. Así, por
de la economía salvífica47. Admira- la liturgia viene a tener una especial ejemplo, es débil el influjo ejercido
ha dirigido la iglesia su oración a ble expresión de tal puesto central
Cristo 4i . relación con la cristología o las cris- sobre la liturgia por la cristología
de Cristo en la liturgia es la mayes- tologías. Esta relación ha sido, gene- menor, que tendrá en cambio una
tática imagen de Jesucristo, repre- ralmente, un elemento constante de profunda resonancia en la devoción
c) Cristo y el año litúrgico. Otro sentado a menudo como pantocrá- la historia de la iglesia. Las modali- popular. Sólo del s. XVII en adelan-
aspecto particular del puesto central tor, colocada en el arco central o en dades de su ejercicio han estado re- te aceptará la liturgia, sirviéndose
de Cristo en la liturgia: es el centro el ábside de tantas iglesias. Ésta es gidas, ordinariamente, por el princi- precisamente de la mediación de
del / año litúrgico. Baste pensar en una de las formas del rico y variado pio de la dependencia de la liturgia la devoción popular, las adquisicio-
el relieve que tiene en este último la lenguaje con que la liturgia traduce respecto de la cristología. Bastará nes más notables de la cristología me-
celebración de la pascua semanal el gran misterio del puesto central una breve reseña para proporcionar- nor ".
cada / domingo y de la pascua anual de Cristo en el mundo y de la recapi- nos los datos más característicos de Por lo que se refiere a la época
en el sacro / triduo pascual (cf SC tulación de todas las cosas en él (cf la cuestión. moderna, fuera del mencionado in-
102; 106). La gran realidad central Ef 1,9-10; Col 1,20. Cf también Ef flujo de la cristología menor, no hay
de la cristología, la pascua de Cris- 1,20-23; Flp 2,9-11; Col 1,15-19; Jn Las primeras comunidades cristia-
nas profesaron en las celebraciones que registrar ningún otro influjo de
to, recibe así el máximo relieve en 1,1-18; Heb 1,3). Para la liturgia, la cristología sobre la liturgia. Más
la estructuración del año litúrgico, Cristo es en verdad "el corazón del litúrgicas su fe en Jesucristo, consi-
derado al mismo tiempo como Jesús aún, se puede hablar de una separa-
como, por otra parte, en todas las mundo" 48 , la clave de lectura de to- ción cada vez más acentuada entre
celebraciones. Y la celebración de la dos los acontecimientos del vivir co- de Nazaret y Cristo Señor. Esta fe
ha tenido su rica y genuina expre- liturgia y cristología, consecuencia
pascua sigue estando en el centro de tidiano. de las nuevas orientaciones cultura-
la atención de la iglesia en el decurso sión en distintos textos litúrgicos
En las décadas que precedieron al (confesiones de fe, himnos). Así es les con que viene a encontrarse la fe
del año litúrgico, durante el cual dis- cristiana ".
tribuye ella la celebración de los de- Vat. II, el cristocentrismo fue la mo- como la liturgia vino a ser como la
más misterios de Cristo, íntimamen- tivación decisiva de la renovación matriz de los textos cristológicos de
te vinculados con su pascua (SC eclesial y, sobre todo, del movimien- los escritos neotestamentarios y, por b) El hoy de la situación. Queda
102). El mismo culto de la Virgen to litúrgico49. También hoy la exacta tanto, de la cristología naciente™. por ver cuál es el estado actual de las
Santísima [/ María] y de los / san- valoración del cristocentrismo de la Nótese, entre otras cosas, cómo la relaciones entre cristología y liturgia.
tos está subordinado y vinculado liturgia ayudará a identificar las lí- frecuencia del título Señor en la lite- Es necesario distinguir antes entre la
al culto de Cristo, profundamente neas directrices de la renovación li- ratura del NT es un reflejo del uso cristología clásica, todavía hoy ac-
inserto en la trama esencialmente túrgica, para que se pueda realizar • de este título en la liturgia 5 '. Merece tual, y las llamadas chstologías con-
cristológica del año litúrgico (cf SC por medio de él el salto cualitativo subrayarse que la relación entre li- temporáneas.
103; 104). que, como consecuencia de la refor- turgia y cristología vino a estable- Por lo que se refiere a las relacio-
ma querida por el concilio, lleve a
Jesucristo 1090
1091 Jesucristo
nes entre la cristología clásica y la mas, indicamos algunas líneas direc-
liturgia nos orientamos hacia una trices hoy mayormente subrayadas. Cristo fue explicado por los padres la iglesia y del individuo recibe así
valoración de ellas cada vez mayor. Se juzga ante todo necesario consi- durante las celebraciones litúrgicas orientaciones muy determinadas y
En particular se pone de relieve la derar la liturgia como la re-pre- en el marco de una amplia catequesis múltiples, sobre todo una inserción
capacidad de la liturgia para superar sentación-reactualización de las ac- centrada en Cristo presente y ope- cada vez más consciente y vital en el
los límites de la cristología clasica. ciones históricas salvíficas de Cristo. rante en la liturgia; las celebraciones misterio de Cristo y una voluntad
Esto se pone especialmente en rela- Estamos en la dirección indicada por litúrgicas fueron y son el lugar privi- cada vez más decisiva de anuncio y
ción con la atención dirigida por la Casel, que ha constituido, en las úl- legiado de una viva experiencia de la actuación del misterio pascual de
liturgia a la dimensión salvífica del timas décadas, una aportación deci- cristología patrísticaS8. Cristo, a fin de que Dios, por medio
misterio de Cristo en el contexto de siva a la cristología litúrgica". En de Cristo mediador, sea finalmente
toda la historia de la salvación, y consecuencia, se atribuye una gran todo en todos (cf 1 Cor 15,28).
con la gradual presentación-reac- importancia al puesto central del mis- Conclusión:
tualización de la gesta histórica de terio pascual en la cristología y en la el hombre responde a Cristo
Cristo llevada a cabo por la liturgia liturgia. El misterio de Cristo es mis- en la liturgia
en el decurso del año litúrgico. De terio eminentemente pascual. La li- NOTAS:' Cf C. Vagaggini, El sentido teológi-
co de la liturgia, BAC, Madrid 19652, 189-
esta forma se considera a la liturgia turgia es una especial re-presenta- 203 — 2 Cf G. Moioli, Cristología. en DTI 2,
como ambiente adecuado para una ción-reactualización del mismo. Este Jesús nos pregunta sobre su iden-
tidad: ¿Quién soy yo? La liturgia, pe- Sigúeme, Salamanca 1982, 192-207 — ! D.
reformulación de la fe, especialmen- puesto central es fuente de unitarie- Bertetto, Gesú Cristo autore delta salvezza, Pro
te de la fe en Cristo que salva M. dad en el misterio total de Cristo y renne reactualización del misterio de Sanctitate, Roma 1975, 311 — ' Cf G. Moioli,
en la misma liturgia. Esto lleva a con- Cristo, nos permite dar una respues- Crisíocentrismo, en NDE, Ed. Paulinas, Ma-
Respecto a las relaciones entre cris- ta segura: Tú eres el Hijo de Dios, el drid 1979, 301-310 — 5 G. Panteghini, Cristo
tologías contemporáneas y la liturgia siderar el misterio de Cristo y la li- centro delta liturgia, Messaggero, Padua 1971,
turgia en su globalidad, evitando la Ungido por el Padre (Cristo), envia-
se nos plantea la cuestión de si las do a salvar a la humanidad (Jesús) 5 — 6 O.c, le. — 7 A. Blasucci, Crisíocentris-
cristologías contemporáneas pueden fragmentariedad que deriva de un én- mo, en Diccionario de Espiritualidad (dirigido
fasis excesivo de los aspectos parti- en la fuerza del Espíritu Santo. por E. Ancilli), Herder, Barcelona 1983, 500
ejercer un influjo válido en la liturgia Es necesario, sin embargo, parti- R
O.c. le. — 9 Cf, entre otros, la reciente ten-
en orden a una participación verda- culares del misterio y de las devo-
ciones correspondientes. Se pone cipar consciente y activamente en la tativa de J. Galot en Jesús liberador, CETE,
deramente activa de los fieles. No liturgia. Sólo si se cumple esta con- Madrid 1982, 13-28 — l0 Cf D. Bertetto, o.c.,
podemos tratar detalladamente el también de relieve la humanidad de 182-193 — " Cf G. Moioli, "'Cristologismo".
Cristo, ininterrumpidamente pre- dición se puede conocer a Cristo en L'acquisizione del lema alia riflessione leologica
asunto. Parece que puede decirse su real identidad y se puede estable-
que las cristologías contemporáneas sente y activa en la iglesia y en la recente e il suo significato, en La teología italia-
liturgia, pero no disociándola de su cer una verdadera relación personal na oggi. Ricerca dedícala a Cario Colombo...,
tienen en común, como principales entre nosotros y él que nos permite La Scuola-Morcelliana, Milán 1979, 137 —
elementos positivos, una presenta- divinidad ". 12
Cf G. Moioli, Crístocentrismo, en NDE, 301-
una viva y vital experiencia de Cris-
ción del misterio de Cristo que tiene to, de su misterio, de la salvación de 310 — l3 Cf St. De Fiores, Jesucristo, en NDE,
En fin, se muestra un gran interés 751 — l4 VI. Boublik, Cristo negli orientamenti
en cuenta la sensibilidad del hombre por el reciente desarrollo de los estu- la que éste es portador. Gracias a della teología oggi, en Gesú Crisío mistero e
de hoy, sobre todo de los jóvenes, y dios patrísticos relativos a la cristo- esta rica experiencia litúrgica de Cris- presenza (por P.E. Ancilli), Pont. Ist. di Spiri-
que presta una atención especial al logía. Se subraya el gran relieve to puede decir cada fiel con plena tualitá Teresianum, Roma 1971, 601-602 —
Cristo histórico. Esto tiene su reflejo dado por los padres [/ Padres y li- verdad: "Oh Cristo..., yo te encuen-
15
Cf M. Bordoni, Cristología, en NDT\, 225-
en el campo de la participación en la turgia] a la dimensión histórico- tro en tus sacramentos" (san Am- 266; Pr. Grech, Sviluppo della. cristología nel
liturgia, celebración del misterio de NT, en Problemi attuali di cristología (por A.
soteriológica del misterio de Cristo. brosio, Apología del profeta David Amato), LAS, Roma 1975, 58-74 — l6 Cf Pr.
Cristo. No obstante, hay que reco- Y se considera que la liturgia tiene 12, 58: PL 14, 916). Cuanto más viva Grech, o.c, 61-67 — " Cf J A . Jungmann, La
nocer que no todas las cristologías mucho que ganar con la valoración y vital es la experiencia litúrgica de predicazione alia luce del vangelo, Edizioni
son igualmente idóneas para favore- de tal planteamiento. Se juzga ade- Cristo, tanto más se ahonda su co- Paoline, 1965,49-81, 119-142; K. Rahner, Cris-
cer una comprensión verdadera y vi- más importante la aportación de la nocimiento. Y esto no puede no in- tología oggi?, en Id, Teología dall'esperien-
tal de la liturgia. Se requiere, ade- za dello Spirito, Edizioni Paoline, 1978, 433-
cristología patrística para un cono- fluir cada vez más profundamente 452 — l8 Cf S. Marsili, Cristología e liturgia.
más, una especial cautela en la lectu- cimiento mayor de la liturgia. Se re- en la vida de la iglesia y de cada uno Panorama storico-liturgico, en VV.AA., Cris-
ra de esas cristologías que, por su cuerda, en particular, cómo están es- de los fieles, suscitando en ellos las tología e liturgia, Dehoniane, Bolonia 1980, 43-
estructuración, suscitan graves re- trechamente vinculadas con la cris- más variadas actitudes existenciales 51 — l<> B. Mondin, Panorama critico delle
servas. tología patrística la antigua / euco- en relación con Cristo. Se confiesa a cristologie coníemporanee, en Problemi attuali
di cristología (nota 15), 13 — 20 Para un buen
Al abordar, pues, en su conjunto logía litúrgica y la formación del año Cristo Señor presente y activo en la conocimiento del argumento cf B. Mondin, o.c,
la cuestión de las relaciones entre litúrgico ". Se habla también de in- liturgia; se proclama la singularidad 13-58; A. Amato, La figura di Gesú Cristo nella
cristología y liturgia en orden a una tercambio entre catequesis patrística de la persona y de la obra de Cristo; cultura contemporánea. 11 Cristo nel conflitio
mayor profundización de las mis- cristológica y liturgia. El misterio de se celebra a Cristo, reactualizando delle interpretazioni, en Annunciare Cristo ai
su misterio de salvación. La vida de giovani (por A. Amato y (i. Zevini), LAS,
Roma 1980, 41-77 — " Cf C. Vagaggini, El
Jesucristo 1092 1093 Jóvenes

sentido teológico de la liturgia, 18-25 — 22 Cf Sebastián), Edizioni Paoline, 1962, 86 — "2 J. Mercier G., Cristo y la liturgia, Ed. Rialp, Ma- observar esta obra de renovación, en-
A. Cuva, en VV.AA., La costituzione sulla sa- Gaillard, La théologie des mysteres, en Revue drid 1963; Moioli G., Cristocentrismo, en NDE, caminada también a la recuperación
cra liturgia, LDC, Turín 1967, 302-327 — 23 A. thomiste 57 (1957) 540-541 — " Pío XII, En- Paulinas, Madrid 1979, 301-Í10; Cristocentris-
Cuva, en o.c, 302-303 — M En el tratado de cícl. Mystici Corporis (29-6-1943), en Colección mo, en NDT 1, Cristiandad, Madrid 1982, 213- de ciertos valores esenciales, es pre-
este punto nos referimos a menudo a un estudio de encíclicas y documentos pontificios I, Publi- 224; Cristologia, en DTI 2, Sigúeme, Salamanca ciso evidenciar algunos que son su-
nuestro anterior: La présenla di Cristo nella caciones de la Junta Nacional, Madrid 1967, 1982, 192-207; Pou R., La presencia de Cristo mamente importantes, como: a) el
liturgia, Ed. Liturgiche, Roma 1973. Cf también 1026-1060 — u Pío XII, Encicl. cit., en o.c. en los sacramentos, en "Phase" 33 (1966) 177- puesto central de Cristo y el prima-
D. Sartore, La molteplice presenza di Cristo 189-190 — 45 Cf G. Panteghini, Cristo centro 200; Rahner K., Presencia de Cristo en el sacra- do del / misterio pascual en todas
nella recente riflessione teológica, en VV.AA., della liturgia (nota 5), 65-77 — " Pío XII, En- mento de la cena del Señor, en Escritos de Teo-
Cristologia e liturgia (nota 18), 231-258; S. Mar- cícl. Mediator Dei, o.c, l.c. Cf A.M. Triacca, logía 4, Taurus, Madrid 1962, 357-358; Rivera las modalidades de oración y de ce-
sili, La liturgia, celebrazione della presenza viva Cristo e il lempo, en VV.AA., Cristo ieri, oggi Recio J.F., San León Magno y la herejía de lebraciones litúrgicas: / domingo;
di Cristo, en Annunciare Cristo ai giovani (nota e sempre, CAL-Ecumenica Editrice, Bari 1979, Eutiques desde el Sínodo de Constantinopla has- / año litúrgico; / sacramentos; / li-
20), 251-264 — 2! Cita del Conc. Trid., Ses. 7-31 — "' Cf G. Panteghini, o.c, 132 — ta la muerte de Teodosío II, en "RET" 9 (1949) turgia de las Horas, como santifica-
48
XXII, 17 septiembre 1562, doctrina "Sobre Liturgia de las Horas, vol. III, Salterio, lunes 31-58; Schillebeeckx E., La presencia de Cristo ción del tiempo y de la vida de cada
el santísimo sacrificio de la misa", c. 2 — de la segunda y de la cuarta semana, tercera en la eucaristía. Fax, Madrid 1968; Solano J.,
26
Referencia a san Agustín, Trattato Vlsulvan- antífona ordinaria de las vísperas — 49 Cf B. El concilio de Calcedonia y la controversia adop- día; b) la estructura dialogal de la
gelo di Giovanni, c. I, n. 7: PL 35,1428 — " Cf Neunheuser, El misterio de Cristo en la visión cionista en España, en VV.AA., Das Konzil von nueva liturgia, que revela el carácter
A. Darlapp, Gegenwart (weisen), en LTK IV de Odo Casel. Cristologia de la Liturgia en el Chalkedon 2, Würzburg 1953, 866-871; Traets típico de la oración cristiana basada
(I9602) 588-589; K. Rahner, De praesentia Do- marco de la "Theologia de los misterios", en Ph C , Dios próximo y activo en los sacramentos, en la palabra de Dios. El Señor abre
mini in communitate cultus: synthesis theologi- 18 (1978) 260 — M Cf O. González de Carde- en "Selecciones de Teología" 75 (1980) 204-219; el diálogo dirigiéndonos su palabra;
ca, en Acta congressus internationalis de theo- dal, Cristologia y liturgia. Reflexión en torno a Vagaggini C , El sentido teológico de la liturgia,
logia Val. II... (por A. Schónmetzer), Typis los ensayos crislológicos contemporáneos, en BAC 181, Madrid 1959, 184-247; VV.AA., La nosotros respondemos a su invita-
Polyglottis Vaticanis, 1968, 330-331 — 2g CfA. Ph 18 (1978) 214-225 — 5I Cf M. Bordoni, Je- presencia del Señor en la comunidad cultual, en ción con la escucha, la alabanza, la
Ciappi, De praesentia Domini in communitate sucristo, en NDT I, 802 — s2 Cf S. Marsili, Actas del Congreso I. de Teología del Vaticano acción de gracias, el ofrecimiento. Al
cultus ratione characteris baptismatis, en Acta Cristologia e liturgia (nota 18), 43-51 — " Cf II, Flors, Barcelona 1972, 281-351; VV.AA., In- mismo tiempo que se procedía a esta
congressus..., 272; B. Fraigneau-Julien, Présen- O. González de de Cardedal, a.c, 226-241 — terrogantes a la Cristologia desde la liturgia, en obra de reforma litúrgica, los cre-
54
ce du Christ glorifté dans le genre humaine, en Cf C. Molarí, Cristologia attuale e liturgia, "Phase" 105 (1978) 197-296. Véase también la
RevSR 45 (1971) 3Q6-307 — M Cf J.A. Jung- en VV.AA., Cristologia e liturgia (nota 18), 65- bibliografía de Iglesia v Liturgia, Misterio y Mis-
yentes se han visto invadidos por
mann, De praesentia Domini in communitate 133 — 5S Cf B. Neunheuser, El misterio de terio pascual. una profunda crisis acerca del signi-
cultus et de rationibus, cur haec doctrina du- Cristo en la visión de Odo Casel (nota 49), 259- ficado de la oración. Las señales más
dum obscurata et hodie redintegranda sit, en 273 — 56 Cf F. Ruiz, Gesú Cristo, en Diziona- significativas de esta crisis han aflo-
Acta congressus..., 279-298 — M Cf A. Cuva, rio enciclopédico di spiritualitá (nota 7), I, rado en la asamblea del Consejo ecu-
La presenza di Cristo nella liturgia (nota 24), 831 —" Cf M. Serenthá, La centralita deH'inlera ménico de las iglesias, tenida en
152-161 — 3I Cf K. Rahner, De praesentia Do- vicenda síorica di Cristo: prospettive emergenli
mini..., en Acta congressus..., 333-334, 337 — dal dibattito piú recente sulla cristologia patrís- Uppsala en 1968, con los interrogan-
32
Cf A. Cuva, La presenza di Cristo nella litur- tica, en VV.AA., Cristologia e liturgia (nota 18), tes sobre el problema de la / oración
gia..., 169 — 3J Cf B. Fraigneau-Julien, a.c. 135-190 — 58 Cf B. Riccitelli, Gesú Cristo cen-
JÓVENES y del / culto en nuestro tiempo. ¿Por
(nota 28), 333-337 — » Encícl. Mysteriumfldei tro della celebrazione litúrgica, en Sussidiper la qué orar? ¿Para qué sirve el culto?
(3-9-1965) 20, en S.S. Pablo VI, Encicliche e catechesis 41 (1976) n. 3, 30-38; A.M. Triacca, ¿Qué importancia tiene la oración?
SUMARIO: I. Análisis socio-cultural de la reli-
discorsi, VII, Edizioni Paoline, 1966, 26 — Liturgia e catechesi neipadri: note metodologi- giosidad juvenil - II. ¿Qué liturgia ofrecer a los
35
C. Vagaggini, El sentido teológico de la litur- che, en Valori attuali della catechesi patrística ¿No pertenecen quizá la oración y el
jóvenes? Una pregunta planteada en términos
gia, 205 — 36 Cf P. De Haes, Les présences du (por S. Felici), LAS, Roma 1979, 51-66; Cristo- nuevos: 1. Principios generales tomados del Vat. culto a la infancia del hombre?
Christ-Seigneur. Différents modé daclualisa- logia nel sacramentarlo Veronese. Saggio me- II; 2. Primeras tentativas para una respuesta
tion dans la Liturgie, en LV20 (1965) 262-266; todológico sulV'interscambio" fra catechesi pastoral - 111. Un diálogo difícil: términos Entre este proceso de renovación
T.J. van Bavel, Christus'aanwezigheid in litur- patrística e liturgia, en Cristologia e catechesi para un contraste: 1. Creatividad; 2. Fiesta; 3. litúrgica impulsado por el Vat. II y
gie en sacrament, en QL 51 (1970) 180-185 — patrística I (por S. Felici), LAS, Roma 1980, Compromiso en la vida - IV. Hipótesis para la crisis del significado del culto que
" Cf también Pío XII, Encícl. Mediator Dei, 165-195. una educación litúrgica: líneas metodológicas y
pastorales: 1. Papel de la comunidad eclesial se ha manifestado en estas últimas
en Colección de encíclicas y documentos ponti-
ficios I, Publicaciones de la Junta Nacional, Ma- A. Cuva como sujeto y lugar de una liturgia "joven"; 2. décadas, se coloca singularmente el
Manifestación de la iglesia como "asamblea" y problema juvenil y el nuevo acerca-
drid 1967, 1079-1022 —3» Cf I.H. Dalmais, Li- recuperación de todos sus valores litúrgicos; 3.
turgia e mistero della salvezza, en A.-G. Marti- La presidencia litúrgica. miento de los jóvenes a la liturgia y
mort, La chiesa in preghiera. Introduzione alia BIBLIOGRAFÍA. Bernal J.M., La presencia de a la oración. En los jóvenes encon-
liturgia (ed. esp.: La iglesia en oración, Herder, Cristo en la liturgia en "Notitiae" 216-217(1984) tramos la expresión más llamativa
Barcelona 19672), Desclée, Roma 19662, 239- 455-490; Bordoni M., Cristologia, en NDT 1,
245 — 3 ' Cf B. Neunheuser, De praesentia Do- Cristiandad, Madrid 1982, 225-266; Jesucristo, I. Análisis socio-cultural de los problemas más cruciales vivi-
mini in communitate cultus: Quaestionis evolu- ib, 802-845; Borobio D., Cristologia y sacra- de la religiosidad juvenil dos por una época: ellos son los por-
tio histórica et difficultas specifica, en Acta con- mentología, en "Salmanticensis"31 (1984)6-48; tadores de las nuevas demandas y de
gressus..., 324 — * Ch. Journet, L'église du Casel O., El misterio del culto, Dinor, San Se- En los años siguientes al Vat. II, la necesidad de redescubrir desde el
Verbe Incarné II, Desclée de Brouwer, París bastián 1953; Caviglia G., Jesucristo, en DTI 3, comienzo los motivos profundos que
1951, 180 — 4I E.H. Schillebeeckx, Cristo sa- Sigúeme, Salamanca 1982, 159-174; Martimort es decir, de 1965 en adelante, la igle-
cramento dell'incontro con Dio (ed. esp.: Cristo A.G., El valor de la fórmula teológica "In per- sia católica ha realizado la mayor están en la base de la experiencia
sacramento del encuentro con Dios, Pinor, San sona Christi", en "Phase" 106 (1978) 303-312; / reforma litúrgica de su historia. Al cristiana; además, en estos últimos
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flexión general sobre las líneas pas- (SC 11). Esta participación debe ser
veinte años, con sus comportamien- necesidades concretas del hombre; torales para una educación de los jó- proporcionada a la edad, a la condi-
tos, han puesto al descubierto las gra- c) la consiguiente prosecución de los venes en la fe y en la vida cristiana; ción, al género de vida y de cultura
ves contradicciones de nuestra épo- grandes valores de la justicia y de la en consecuencia, interpelan también religiosa de los fieles (SC 19). Un
ca, haciéndolas estallar de forma tan libertad, no de un modo abstracto, sobre la educación en la liturgia y segundo principio es el de la adapta-
improvisa como inesperada. El mis- sino como traducibles en las necesi- sobre el significado que adquiere a bilidad de la liturgia. Palabra y rito
mo análisis de la crisis religiosa de dades reales del territorio y capaces los ojos de las nuevas generaciones. están íntimamente relacionados en
los jóvenes (dada por descontada y de anclar en una historia viva de una la liturgia; pero hay que adaptarlos
no siempre adecuadamente analiza- comunidad; d) la concepción del tra- a la capacidad de comprensión de
da) presenta elementos de novedad bajo como expresión del desarrollo II. ¿Qué liturgia ofrecer los fieles, que, generalmente, no de-
y de contradictoriedad: es un fenó- del hombre, y no sólo como medio a los jóvenes? ben tener necesidad de excesivas ex-
meno tan complejo y mudable, que de sustento; e) la responsabilidad y Una pregunta planteada plicaciones a lo largo del desarrollo
se quedan en gran parte anticuadas el compromiso personal como valo- en términos nuevos de la celebración (SC 34). Esto sig-
muchas categorías sociológicas que res constantes, con cuyo cultivo se nifica, para la reforma litúrgica, bien
se usaron y se siguen usando para realizan los individuos al participar 1. PRINCIPIOS GENERALES TOMA- la simplificación de los ritos, de
comprenderla. en la construcción de la historia y DOS DEL VAT. II. La pregunta acerca modo que resulten más esenciales,
De la crisis religiosa de los jóvenes del futuro de la humanidad; f) la de si es pensable una liturgia ade- más claros; bien una reescritura de
parecen aflorar síntomas de un cier- aceptación, por parte de los jóvenes, cuada para los jóvenes forma parte los textos litúrgicos que tenga en
to cambio de rumbo, en cuanto que de las instituciones creativas, es de- de una interrogante más vasta, que cuenta las costumbres y la índole de
manifiesta una rica fenomenología cir, que no sean fin a sí mismas ni no encontró eco particular en el Vat. los diversos pueblos (SC 37 y 38);
de comportamientos individuales y tampoco fixistas y repetitivas, aun- II, cuya concepción de reforma li- bien la concreta referencia a la co-
colectivos que de varias maneras se que procuren garantizar la continui- túrgica planteaba la problemática de munidad reunida, de forma que,
remiten a un significado religioso '. dad; por tanto, estructuras e institu- esta última todavía sobre la lengua habida cuenta de la naturaleza y de
Más allá de un análisis —que es más ciones sociales y eclesiales que sepan latina (SC 36, 1.2). Junto al proble- las demás características de cada
bien difícil— de la fenomenología liberar y no burocraticen la vida del ma del texto, el posconcilio ha susci- / asamblea, se ordene toda la cele-
que expresa la demanda religiosa de hombre a . tado progresivamente el de la inteli- bración de modo que conduzca a los
los jóvenes, es necesario tomar nota gibilidad de los textos y el de las fór- fieles a una participación consciente,
Junto a estas semillas de vida, la mulas litúrgicas en lengua hablada; activa y plena, externa e interna, ar-
de algunos datos que son indicado- condición juvenil presenta en su in-
res para la elaboración de un pro- ha aflorado la exigencia de crear nue- diente de fe, esperanza y caridad
sistente demanda religiosa otros sig- vos signos expresivos y de participa- (OGMR, c. I, n. 3)' [/ Adaptación].
yecto educativo-pastoral en el que nos, que es preciso analizar: a) el
pueda encontrar positiva y construc- ción en la vida litúrgica de la comu-
desarrollo de una creciente área de nidad que respondan mejor al dato
tivamente espacio también el tema religiosidad extraeclesial y de com- 2. PRIMERAS TENTATIVAS PARA
jóvenes y liturgia. Con otras palabras: cultural y estén más cerca de los sig- UNA RESPUESTA PASTORAL. No po-
portamientos no-religiosos altamen- nos con que se expresa la vida coti-
la experiencia juvenil, leída con una te ritualizados; b) la tentativa de en- demos ignorar que, por desgracia,
mirada de conjunto, deja entrever diana. en la pastoral juvenil el capítulo de
lazar directamente la experiencia
los signos de los tiempos o algunas religiosa con la militancia política, Pero no obstante el escasísimo re- la educación litúrgica nunca ha sido
semillas de vida que caracterizan la cultural y social o, más generalmen- lieve que nuestro tema tuvo en el con- suficientemente desarrollado. Todo
sensibilidad de las nuevas generacio- te, con los procesos históricos; c) el cilio, gracias a la sensibilidad pasto- lo más se ha dejado a alguna afortu-
nes que van creciendo en nuestro renovado interés por la dimensión ral que caracterizó a la redacción de nada improvisación. No se encuen-
tiempo. eclesial y la superación de una aprio- los documentos, podemos encontrar tra una seria reflexión teológico-
He aquí sintéticamente un cuadro rista disensión estéril y fracciona- en estos últimos algunos gérmenes pedagógica encaminada a elaborar
de valores o sensibilidades en que se dora; d) el abandono de una con- positivos de solución. El primer un proyecto coherente de educación
mueve el proyecto de los jóvenes cepción cultural del compromiso principio orientador es el de la par- litúrgica de los jóvenes. Hoy el silen-
para el futuro: a) el redescubrimien- religioso por una más precisa defini- ticipación. La atención pastoral no cio parece haber envuelto este tema
to del individuo como persona, el ción teorética del mismo en términos debe mostrarse solícita solamente pastoral. Hay una difusa impresión
valor de las potencialidades de cada de fe \ por una perfecta observancia de las de cansancio y una necesidad de re-
hombre y el respeto a las mismas, normas relativas a una celebración fugiarse en esquemas aprobados y
Son, éstos, datos de un desarrollo válida y lícita, sino que de modo par- de discreta aplicabilidad.
así como la importancia dada a la todavía por producirse, pero ya car-
riqueza de las experiencias de los in- ticular debe preocuparse de que los A partir de los años del concilio
gado de implicaciones para el pre- fieles participen en ella consciente-
dividuos; b) la comprensión de la sente. Se nota en ellos una nueva sen- hubo una primera orientación ten-
política, no como fruto de una ideo- mente, de modo activo y fructuoso dente a presentar la liturgia al hom-
sibilidad por la temática religiosa:
logía, sino como respuesta a las requieren, por tanto, una nueva re-
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bre de hoy, y en particular a los jó- por parte de algunos episcopados
venes, que podemos describir del nacionales o regionales 6 . en estas instituciones buscan reali- No será ciertamente el valor de la
modo siguiente. Gracias a la renova- Más tarde la crisis litúrgica de los dades a medida del hombre: institu- / creatividad el que interponga un
ción de la teología bíblica y patrísti- jóvenes fue interpretada más profun- ciones creativas con vistas al creci- foso imposible de salvar entre los jó-
ca se redescubrió la liturgia como damente desde el trasfondo de la miento del hombre, no de la propia venes y la liturgia de la iglesia. ¡Al
lugar privilegiado de la actualización crisis religiosa del hombre de nues- autoconservación; personas creati- contrario! La liturgia tiene detrás de
de la historia de la salvación, como tro tiempo, según revelan ciertos vas, capaces de afrontar con pronti- sí toda una historia de creatividad
misterio de la presencia de Cristo y momentos de la experiencia litúrgica tud las necesidades que afloran, y en el Espíritu, historia que ha pro-
anticipación de la plenitud salvífica del creyente, como la celebración que se hacen juzgar por lo que saben ducido expresiones siempre nuevas
del reino. La liturgia es presencia ob- del sacramento de la penitencia o la crear, no por sus principios abstrac- de alabanza y de acción de gracias
jetiva del misterio, participable por celebración del sacramento del ma- tos; los jóvenes quieren vivir aconte- por las maravillosas obras salvíficas
nosotros como don, como experien- trimonio. cimientos nuevos, preñados de no- del Señor y que ha asimilado nuevas
cia de salvación. Nacía de aquí el vedad para la vida y para el futuro, sensibilidades presentes en las cultu-
redescubrimiento pedagógico de la aunque tales acontecimientos ha- ras de los diferentes pueblos. La li-
categoría de iniciación como educa- III. Un diálogo difícil: yan pasado ya y deba hacerse me- turgia de la iglesia no teme dejar
ción del hombre para hacerlo entrar moria de ellos, pero para sacar pro- espacios a la creatividad que se
términos para un contraste traduzca en sabias propuestas ma-
conscientemente en el misterio de la yectos de cara al futuro.
salvación. Era un primer significado En esta relación de los jóvenes con duradas en la fe; desconfía más bien
¿Qué liturgia buscan los jóvenes? de la improvisación total, que a me-
de iniciación, que encontrará ulte- Es particularmente difícil dar una la comunidad es donde se deben in-
riores desarrollos en el redescubri- terpretar las sensibilidades que han nudo es fruto de superficialidad y de
respuesta; quizá es imposible: la sen- personalismos. La iglesia no teme el
miento de la tarea eclesial de educa- sibilidad juvenil, al expresar un re- aflorado [/ supra, I] y dar razón de
ción en la fe y en la vida cristiana. las líneas constructivas presentes en principio de la libertad litúrgica, exi-
chazo hacia una determinada reali- gencia de una fundada diversidad
En los años sucesivos, marcados dad, no llega a una formulación de la vida de la iglesia y en la liturgia
[/ supra, 11}. cultural de los pueblos; lo que teme
pot una visión más subjetiva sobre algo preciso como alternativa, limi- es una liturgia libre, fruto del gusto
el hombre, todo lo real fue visto a tándose a subrayar una exigencia de del momento o de las decisiones par-
partir de su significado funcional en algo diverso. Sólo la globalidad de 1. CREATIVIDAD. Es quizá la
ticularistas de un grupo. La iglesia
favor del crecimiento de la persona, la acción de toda una comunidad nota más significativa, la cual, si vive su liturgia y la presenta a los
es decir, como instrumento de auto- será capaz de descodificar el mensaje bien es propia de la juventud de todo jóvenes como la más pura celebra-
rrealización. En esta perspectiva la que llega de las nuevas generaciones, tiempo, hoy es sentida con exaspe- ción de \&fe; pero no fe individualis-
liturgia no era ya don —objeto de a modo de un continente desconoci- ración quizá porque las experiencias ta o de un grupo, sino de la iglesia,
acogida— del misterio, no era ya es- do. No obstante, se pueden reseñar de masificación y de repetitividad en la que siempre está presente el
pacio en que se experimenta el en- algunas señales', que no hay que ab- mecánica en una sociedad tecnifica- Resucitado. Frente a un posible ries-
cuentro con Dios. Así la visión an- solutizar, sino más bien someter a da han reducido los espacios reales go de anarquía destructiva, la iglesia
tropocéntrica conduce a presentar la un contraste serio y crítico con la de manifestación de la originalidad profesa su fidelidad al misterio.
liturgia a los jóvenes como una in- tradición viva de la iglesia. De un positiva y constructiva del espíritu
mersión en la vida del hombre a la diálogo desapasionado podrán nacer humano. También la liturgia es re-
búsqueda de un sentido último. La perspectivas fecundas de renovación chazada como componente de un ri- 2. FIESTA. El interés por la
liturgia como celebración de lo coti- para toda la comunidad e itinerarios tual pensado y decidido por otros, / fiesta, que en los adultos parece
diano pasa a ser experiencia de gru- positivos para la educación litúrgica en el que sólo hay sitio para la repe- coincidir con un revival de celebra-
po, fiesta y alegría del estar juntos. de los jóvenes. tición mecánica de gestos y fórmulas ciones populares bajo diferentes for-
Aquí hay que recordar que el delica- impuestos por un pasado al que ya mas, no es sólo un síntoma de la
El dato más positivo para este no se siente uno ligado. Acompaña
do equilibrio entre objetivo y subje- contraste está en la actual supera- vitalidad redescubierta de algunos va-
tivo en la liturgia debe salvaguardar- a esto la exigencia de libertad como lores humanos y religiosos indispen-
ción de un rechazo estéril de las for-
se siempre 5. mas institucionales de una comuni-
ideal supremo; no sólo como liber- sables para la existencia, sino que es
tad para, como proyecto positivo también la expresión de un sí dicho
En estos años han sido significati- dad. Los jóvenes viven ahora una que construir, sino como libertad de,
vas las problemáticas pastorales sus- actitud más constructiva en relación a la vida, de un juicio positivo sobre
como rechazo instintivo de la ley o nuestra existencia y sobre el mundo.
citadas por las misas de jóvenes, en con las estructuras sociales y eclesia- del precepto. La iglesia, en muchas
las que quizá cobraba la liturgia un les; por consiguiente, son capaces de La fiesta se reviste de la nota de la
de sus manifestaciones, forma parte alegría, y quizá también de las notas
sesgo unilateral en el sentido que aca- acoger cuanto forma parte de una de este mundo rechazado porque se
bamos de indicar, provocando inter- historia ya vivida, cuya riqueza de de la exuberancia, del exceso, de la
la ve como el baluarte de lo legal, espontaneidad, que rescatan del con-
venciones y directrices pastorales experiencia no debe perderse. Pero sea moral, canónico o ritual. vencionalismo social para introducir
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puntos de vista y de sentimientos pa- IV. Hipótesis
en el mundo la esperanza de una vos y rescatarlos de la banalidad de rece ofrecer mayores garantías; por para una educación litúrgica:
vida vivida en plenitud, en libertad. la rutina; es estar juntos en acepta- parte de algunos grupos juveniles líneas metodológicas
En formas originales, la exigencia de ción recíproca, en apertura entre in- nace el rechazo de las grandes asam- y pastorales
la fiesta caracteriza la sensibilidad dividuos y grupos; es poner signos bleas porque casi necesariamente .
juvenil también en relación con la que proféticamente rompan la mo- son masificantes. ¿Es posible hoy una nueva fase de
liturgia. La fiesta se sirve del movi- notonía e indiquen el sentido pro- La iglesia es bien consciente de renovación de la liturgia y una edu-
miento, del canto, de la fantasía, de fundo de la vida. La iglesia repropo- que uno de los peligros más graves cación de los jóvenes en la liturgia?
la imaginación y de la poesía para ne la fiesta —la solemnidad litúrgi- que llevan a la falsificación del culto En base a las experiencias de estos
expresar cosas nuevas con la plena ca— como compromiso de vida, no es la separación entre liturgia y vida años han madurado elementos nue-
participación del cuerpo. Así pues, como fuga. La fiesta litúrgica se ex- (GS 43). Reconoce la validez de una vos, que han modificado profunda-
la fiesta, como signo de libertad y de presa con signos que son dados, se integración entre liturgia y proble- mente análisis y valoraciones sobre
encuentro, contiene la exigencia de reciben como don del Resucitado y, mas humanos para sacar de ahí la la juventud y sobre su mundo de va-
expresar visiblemente, corporalmen- por tanto, renuevan la eficacia salví- luz y la fuerza que brota del misterio lores. Pero hay que tratar de elabo-
te, lo que uno lleva dentro y de ven- fica del misterio del amor de Dios de Cristo. Pero pretende defender la rar de modo más sistemático la ri-
cer las frustraciones que derivan de por el hombre. No puede la iglesia liturgia de cualquier riesgo de supe- queza de las intuiciones y las exigen-
la represión de los sentimientos y de suprimir ciertos signos —instrumen- ditarse a los intereses de ideologías, cias educativas realizadas a diversos
lo que hay en lo íntimo del hombre. tos de la presencia del Resucitado—; de partidos, de clases: la liturgia es niveles: grupos, comunidades, movi-
¿Es capaz la liturgia, con sus vie- aunque algunas incrustaciones cele- la celebración del misterio de Cristo mientos. Es necesario hacer una pri-
jos rituales, de crear un clima de fies- brativas, a veces más bien vinculadas muerto y resucitado para la salva- mera síntesis de las directrices pas-
ta en el que se rompa la rutina dia- al dato cultural, hay que distinguir- ción de todos los hombres. Por con- torales contenidas en los documen-
ria? ¿Son capaces los ritos transmi- las y purificarlas como es debido. siguiente, respetando y valorizando tos de la iglesia, a fin de llegar a una
tidos de expresar las situaciones itinerarios particulares de educación propuesta orgánica de pedagogía li-
nuevas vividas en nuestro hoy? La 3. COMPROMISO EN LA VIDA. en la fe, realizables en comunidades túrgica para los jóvenes. Para una
acentuación del clima festivo no va Una de las demandas más fuertes ex- pequeñas y bien caracterizadas, la hipótesis de tal pedagogía se pueden
contra la liturgia, antes bien consti- presadas por las comunidades juve- iglesia siente la liturgia como cele- recordar algunas líneas de carácter
tuye una recuperación del sentido niles es la de hacer entrar la vida en bración de toda la iglesia: no como metodológico y otras indicaciones
auténtico de la celebración de las fies- la liturgia (especialmente en la misa), experiencia de gueto, sino como co- pastorales.
tas litúrgicas. Estas últimas tal vez para que esta última pueda conver- munión en una comunidad abierta a
no parecen verdaderas porque están tirse en fuente y testimonio de servi- todos. La liturgia en los / grupos par-
sobrecargadas de hieratismo, de ri- 1. PAPEL DE LA COMUNIDAD
cio al hombre [/ Compromiso]. La ticulares es una realidad que debe
tos complejos y de cantos cuidados ECLESIAL COMO SUJETO Y LUGAR DE
neutralidad, el espiritualismo, tras el ser atentamente valorada en el plano
hasta la perfección, pero extraños a pastoral; pero es negativa si se con- UNA LITURGIA "JOVEN". Ésta es la pri-
que acaso se esconde una alianza mera línea metodológica para una
la sensibilidad de la gente. La fiesta con el poder político o económico, vierte en refugio de grupos intimistas
cristiana se alimenta en las fuentes o separatismo de grupos elitistas educación de los jóvenes en la litur-
son denuncias hechas contra la insti- gia: responsabilizar a toda la comu-
de la fiesta bíblica; memoria viva de tución, en favor del redescubrimien- que, contagiados por un antropo-
los acontecimientos maravillosos de to de una dimensión pro/ética que se centrismo exasperado, transforman nidad eclesial en la pastoral juvenil.
Dios realizados para la liberación ponga en defensa del pobre, del opri- la celebración del misterio de Cris- Obrar de otro modo significa volver
del hombre. Pero ¿qué fiesta cristia- mido, del marginado. La liturgia, se- to en celebración de la vida simple- marginales a los jóvenes; encerrarlos
na prolonga la fiesta bíblica? La que gún algunas expresiones juveniles mente. en espacios exclusivos, como si se
es alegría en el presente, y no fuga radicales, debe hacerse política si establecieran reservas eclesiales en
evanescente de la realidad; la que es quiere ser significativa para la vida, Entre estos extremos, que deter- las que ellos viven, pero desde las
encuentro de comunión abierto a la si quiere ejercer una influencia y te- minan una alternativa entre la litur- que no entran en comunicación con
universalidad de la experiencia hu- ner un eco en los problemas sociales gia oficial y la liturgia propuesta por toda la comunidad. Sujeto y lugar
mana, no la que es fiebre ansiosa o y políticos de la comunidad. La' las sensibilidades juveniles, ¿es posi- último de la evangelización y de la
autoclausura de pequeños grupos suma de todas estas demandas plan- ble un punto de encuentro? Nos pa- educación en la vida cristiana lo es
que se nutren de emociones intimis- tea concretamente el problema de rece que, más allá de endurecimien- toda la comunidad eclesial. Todo el
tas y evaden las demandas concretas. dónde, con quién y de qué modo tos preconcebidos, es posible y fruc- pueblo cristiano está llamado, en
Fiesta cristiana es también reflexión realizarlas. De ahí deriva como con- tuoso un punto de encuentro para cuanto pueblo, a celebrar en la vida
y celebración de los más fundamen- secuencia un hecho, de signo a veces ambas realidades, en la perspectiva y en la historia el misterio de Cristo,
tales valores de la existencia diaria pesimista: el de refugiarse en peque- unitaria de un camino que recorren obviamente respetando y promovien-
para encontrar sus aspectos positi- ñas asambleas donde la identidad de juntas como comunidad cristiana. do el papel de cada uno. Ahora bien,
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este protagonismo de la comunidad la comunidad cristiana debe encon- bien con otras personas que no for- confusiones o reduccionismos socio-
debe ser válido también en relación trar la forma de introducir a los fie- man parte de la asamblea. Ella es ya lógicos.
con la liturgia. Pero una comunidad les en un sistema de significatividad de por sí acción y situación litúrgica,
debe renovar su vida litúrgica y res- que sea comprensible para el tiempo d) La diversificación. Dios habla
es realidad sacramental por razón de por medio de signos, respetando la
ponder a la necesidad de educar a presente. Algunos signos son funda- la presencia operante del Señor. Esta
los jóvenes en la liturgia sin llevar a mentales y fundan la continuidad de gradualidad pedagógica. La asam-
manifestación de la iglesia como blea ve niveles diversos de participa-
cabo adaptaciones superficiales o la tradición de la fe: son los signos asamblea requiere, sin embargo, la
crear formas con marchamo juvenil histórico-salvíficos; otros son fruto ción, adecuados a la edad y al cami-
revalorización y la potenciación de no de fe de cada uno. Éste es un
(las cuales generalmente son más im- de una cultura viva, que busca las todas las dimensiones que la con-
provisadas que interiormente senti- formas más expresivas para poner aspecto pastoral que requiere, bajo
vierten en signo verdadero, comuni- la guía de los pastores, una seria pro-
das). Una comunidad protagonista en relación a las personas y vincu- cativo, capaz de crear comunión. És-
de educación de los jóvenes en la li- larlas a la comunidad: son signos vi- fundización con vistas a una adapta-
tas son las más significativas: ción concreta a las personas y a las
turgia se planteará algunos proble- tales y experienciales. La comunidad
mas de particular valor pedagógico. introduce en los signos y hace que a) La índole comunitaria. La diversas situaciones espirituales.
se vuelvan de nuevo comunicantes asamblea es un pueblo reunido en la e) La índole misionera. Cada ges-
a) La / catequesis. La ausencia cuando los vive y los celebra de ver- oración para recibir la salvación no
de participación en la liturgia, la ac- to litúrgico es anuncio de evangelio
dad, cuando sabe captar el íntimo individual, sino comunitariamente.
titud pasiva, es fruto de cierto tipo significado que deriva del contac- y envío para un testimonio en el mun-
El redescubrimiento de la índole co- do. En efecto, no hay dos iglesias: la
de catequesis: abstracta, conceptua- to de la fe con la historia de la sal- munitaria de la fe como dimensión
lista, repetitiva. Para vivir plena- vación. de la celebración litúrgica y la de la
que no sólo precede a la misma cele- misión; una para crear unidad en
mente la celebración litúrgica se pre- bración o la prepara, sino que marca
cisa una catequesis idónea que pre- torno a Cristo, la otra para disper-
2. MANIFESTACIÓN DE LA IGLE- el camino común de crecimiento de sarse por el mundo anunciando el
pare y acompañe la celebración. La la comunidad, es indispensable para
catequesis litúrgica y la valorización SIA COMO / "ASAMBLEA" Y RECUPERA- evangelio. Hay una sola iglesia, lla-
CIÓN DE TODOS SUS VALORES LITÚR- vivir en los horizontes de la univer-
de la celebración como catequesis en salidad de la iglesia. mada a participar en la vida y en la
acto son una primera opción de una GICOS. Una adecuada educación li- misión del Señor, en su muerte y re-
comunidad que educa en la liturgia. túrgica nace de una iglesia que vive surrección, en su lucha y en su victo-
su manifestación visible como asam- b) La índole ministerial. La
No se puede sentir la participación asamblea no es una masa amorfa, ria sobre el mal en el mundo. Cristo
en la eucaristía si no se conoce su blea y potencia todas sus dimen- nos comunica su vida, la vida nueva,
siones específicas. No puede haber siempre indiferenciada: es comuni-
valor profundo; y este valor se ad- dad compaginada de personas que para hacer de nosotros, misteriosa
quiere en un proceso educativo uni- liturgia sin asamblea, que es la re- pero realmente, un pueblo de testi-
unión visible de los que creen en Cris- tienen dones y carismas diversos y
tario, que lleva a conocer, celebrar y viven una variedad de / ministerios gos y colaboradores en la construc-
vivir el misterio eucarístico. to y han sido bautizados en su nom-
bre. En efecto, la asamblea constitu- jerárquicamente ordenados entre sí. ción del reino. Pues bien, esta índole
ye el primer signo de la presencia Esta índole ministerial, vivida en la misionera debe echar sus raíces en la
b) Los / signos. Si el hombre se- misma asamblea litúrgica.
cularizado ha perdido la clave para operante del Señor resucitado como / celebración, forma la asamblea y
cierta comunicación simbólica, ésta aquel que reúne y santifica a su pue- manifiesta a la iglesia como cuerpo
blo. La asamblea es una realidad del bien compaginado y vivo, con co- 3. LA PRESIDENCIA LITÚRGICA.
vuelve a aflorar en la sensibilidad ju- De notable importancia es también
venil como un lenguaje de lo pro- orden de la salvación: es signo sa- rresponsabilidades compartidas.
cramental de la salvación. La reu- el estilo del sacerdote presidente. Su
fundo, como palabra comunicativa 1
c) La encarnación. La asamblea
que busca nuevas expresiones. El nión de los discípulos de Cristo para equilibrio, su sintonía con los valo-
la celebración de la alianza no es es una realidad encarnada en el res del mundo juvenil, su capacidad
hombre necesita símbolos para ex-
presar su interioridad, para entrar simplemente una condición material mundo. Por lo mismo, la relación de comunicación excluirán, por un
en comunicación con Dios y con los del culto litúrgico: ella misma es ya entre liturgia y vida debe ser viva. lado, la fría actitud de funcionario
demás. Los símbolos, los signos, son manifestación visible y realización Cuando la liturgia se alia con la de los ritos y, por otro, el paternalis-
connaturales al hombre. Además, el histórica de la reunión de los salva- vida, la vida es verdaderamente viva mo con aires juveniles; sin abdi-
simbolismo es lenguaje de la fe, que dos en Cristo. La asamblea es signo en Cristo, y Cristo la transfigura y car de su ministerio de presidencia
encuentra en él un modo expresivo misterioso, hecho no de cosas o de diviniza. Los / sacramentos son en- [/ Formación litúrgica de los futuros
que evita la caída tanto en la ideolo- acciones y palabras en cuanto tales, tonces signos de una fe viva y de una presbíteros, IV ], se hace signo visi-
gía como en el intelectualismo, como sino ante todo de personas humanas, vida vivida con fe. Si se da esta uni- ble de Cristo. Capaz de educar en el
también la reducción a experiencia que tienen entre sí distintos tipos de dad profunda, de la liturgia brota trabajo en equipo, de suscitar una
de pura interioridad. Sin embargo, relaciones y están en contacto tam- una fuente de luz y de fuerza que corresponsabilidad animosa, de apre-
mantiene a los creyentes lejos de ciar lo positivo de las intuiciones ju-
Jóvenes 1102
4
veniles, el que tiene el cansma de 109-137 — Cf E. Valentini, Liturgia per la
presidir en la iglesia debe poseer una gioventú, en Fons Vivus. Miscellanea litúrgica
in memoria di don EM. Vismara (por A.
cualidad fundamental, el discerni- Cuva), Pas Verlag, Zurich 1971, 413-428 —
miento, que sabe distinguir lo que es 5
Cf F. Floris, Riscoprire il templo, la "memo-
fundamental e inmutable de lo que ria"e la festa per fare liturgia con i giovani, en
es accidental, histórico y variable.
De tal discernimiento nace en el in-
terior de la comunidad un pluralis-
mo respetuoso y comprensivo.
El tema jóvenes y liturgia es un
capítulo vivo: hay que afrontarlo
con una renovada pasión pastoral,
Note di Pastorale giovanile XIV/10 (1980) 3-
16 — 6 Cf W. Ruspi, Liturgia e catechismo dei
giovani. Educazione litúrgica dei giovani e ap-
porto pastorale del catechismo, en Catechesi
1979/12, 9-12 — 7 Cf D. Borobbio, ¿Posrefor-
ma litúrgica en los jóvenes frente a la reforma
litúrgica de la Iglesia?, en Ph 17 (1977) 33-51.

W. Ruspi
L
que sepa proceder en abierta comu-
nión con toda la iglesia, pero con BIBLIOGRAFÍA: Aldazábal J., Plegaria euca- No en vano desembocaron en e)
animosa disponibilidad para todo lo LECCI0NARI0 DE LA MISA
rística para jóvenes, en "Phase" 75 (1973) 247- Vat. II dos grandes movimientoss
que de bueno, bello, honesto y váli- 284; Eucaristía con jóvenes. Pistas para la catc- que han resultado extraordinaria\
do proviene de las nuevas generacio- quesis y la pastoral. Centro N. Salesiano de SUMARIO: I. El libro-signo de la palabra de mente beneficiosos para la iglesia: e)
nes. Debemos ser conscientes, como Pastoral Juvenil, Madrid 1974; Eucaristía con Dios - II. Historia del Leccionario de la misa: 1.
iglesia, de que tenemos que perma- jóvenes, "Dossiers del CPL"6, Barcelona 1979; El número de lecturas originario; 2. De los "co- movimiento bíblico y el movimiento
necer continuamente inmersos en La liturgia debe aprender de los jóvenes, en mes" y "capitularía" al "Missale Romanum" - litúrgico. El concilio, en efecto, re\
"Concilium" 182 (1983) 283-294; Alessio L., Li- III. El "Ordo Lectionum Missae" de 1969; 1. saltó la importancia objetiva de la^
una vida en tensión: ésta es signo de turgia joven. Instituto N. de Pastoral, Caracas Criterios generales del OLM; 2. Estructuras del
un camino, de un crecimiento en que 1975; Ayala V., Eucaristía para jóvenes, Perpe- Leccionario; a) Principios observados en la elec- presencia de la palabra de Dios en
las respuestas verdaderas pueden tuo Socorro, Madrid 1976; Borobio D.,¿Posre- ción de los textos, b) El Leccionario dominical la liturgia en las constituciones De$
y festivo, c) El Leccionario ferial, d) El Leccio- Verbum y Sacrosanctum conciliun\
también aflorar sólo después de lar- forma litúrgica en los jóvenes frente a reforma nario de los santos, e) Las restantes secciones
gas búsquedas, en que a veces un litúrgica de la Iglesia?, en "Phase" 97 (1977) 33- del Leccionario; 3. La segunda edición típica (cf DV 21; 23; 24; 25; SC 7; 24; 33 ;
51; Catalán J.-J., ¿Por qué se alejan? Juventud del OLM. 35; etc.). En este último documente^
canto imperecedero brota sólo des- y celebración. Verbo Divino, Estella (Navarra)
pués de muchas sonatas pasajeras. 1985; Danneels G., El problema planteado por afirmó lo siguiente: "A fin de que 1^
las "misas de jóvenes" y sus implicaciones pro- mesa de la palabra de Dios se prepa x
[/ Formación litúrgica (en parti- fundas, en "Phase" 54 (1969) 529-543; Galdeano I. El libro-signo re con más abundancia para los fie\
cular IV, 3-4); / Grupos particula- J.G., Eucaristías con adolescentes. Perpetuo So- de la palabra de Dios les, ábranse con mayor amplitud lo^
res; / Compromiso]. corro, Madrid 1976; Ginel A., Celebrar la Pas-
cua con los jóvenes, en "Phase" 127 (1982) 53-
tesoros de la Biblia, de modo que4
65; González D., Juventud y liturgia de los tiem- El libro-signo de la presencia de la en un período determinado de años^
pos nuevos, en "Misión Abierta" 5 (1976) 38- palabra de Dios en la liturgia es el se lean al pueblo las partes más sig\
NOTAS: ' Cf G.C. Milanesi, Per una lettura 45; Guérin P., La Palabra y el Pan. Cómo cele- Leccionario, recuperado como libro nificativas de la Sagrada Escritura'*
sociológica della religiositá dei giovani, en brar la eucaristía con adolescentes. Sal Terrae, litúrgico propio por la / reforma li- (SC 51).
W.AA., Condizione giovanile e annuncio della Santander 1977; Pie S., Juventud y liturgia, en
fede. La Scuola, Brescia 1980, 9-31 — 2 Cf I. "Phase" 90 (1975) 481-486; Secretariado N. de túrgica ordenada por el Vat. II. La
Castellani, Giovani, en VV.AA., Dizionario di Liturgia, La celebración de la eucaristía con los / Biblia no es todavía el Lecciona- Los tesoros bíblicos no son otra
pastorale della comunitá cristiana, Cittadella, jóvenes, en "Pastoral Litúrgica" 123 (1982) 3- rio, que supone ya una selección y cosa que la palabra de Dios fijada
Asís 1980, 267-269; P.G. Grasso y E. Rosanna, 22; Urdeix J., Los jóvenes frente a la refor- ordenación de los pasajes bíblicos de por escrito en las Escrituras bajo la
Jóvenes, en VV.AA., Nuevo Diccionario de es- ma litúrgica, en "Phase" 38 (1967) 168-171; cara a la / celebración. El concilio
piritualidad, Ed. Paulinas, Madrid 1983, 768- VV.AA., Cuaresma con Jóvenes, en "Misión
inspiración del / Espíritu Santo
786 — 3 CfG.C. Milanesi, Ipotesi sulla religio- Joven" 26-27 (1979) 1-144; Villarejo A., Cele- Vat. II ha hecho posible el que hoy Esta palabra, que es comunicaciórj
sitá dei giovani, en VV.AA., II futuro della fede bración de juventud de la fiesta de Cristo resu- podamos contar con el más grande y de Dios, revelación, promesa, profex
nelle atiese dei giovani, Cittadella, Asís 1978, citado, ib, 87(1975)205-212. rico Leccionario de la palabra de cía y sabiduría divinas, se ha hecht^
Dios de toda la historia de la litur- libro dispuesto para ser abierto y leíx
gia. Todo el NT y gran parte del AT do en medio de la asamblea. Dio^
se encuentran dispuestos para nutrir mismo presentó su palabra como /i\
la fe de las comunidades en todo el bro al profeta Ezequiel (cf Ez 3,lx
conjunto de leccionarios que están 11) y al autor del Apocalipsis (cf Aft
actualmente en vigor: Leccionarios 5). Jesús, en la sinagoga de Nazaret
de la misa, Leccionarios de los dife- tomó el libro del profeta Isaías y*
rentes rituales de sacramentos y sa- abriéndolo, leyó un pasaje en la cex
cramentales, Leccionarios del oficio lebración del sábado (cf Le 4,16-21)
divino. En el libro, bien sea la Biblia comx
Leccionario de la misa 1104
1105 Leccionario de la misa
pleta o el Leccionario, se contiene discípulos de Emaús, en el curso de
todo cuanto Dios ha tenido a bien la cual el Señor, "comenzando por tanto a lo que llamamos AT como a toles, los escritos que Justino llama
manifestar al hombre en orden a la Moisés y siguiendo por todos los pro- lo que llamamos NT o escritos apos- memorias de los apóstoles (I Apol.
salvación. fetas, les iba interpretando en todas tólicos. De ahí la necesidad de pro- 67), cabe pensar también que fueron
las Escrituras cuanto a él se refería" clamar por orden y de manera gra- incorporados a la lectura litúrgica.
Del libro-signo de la palabra de (Le 24,27; cf 24,44). Esta introduc- dual, en el curso de un año (cf SC Más tarde, aunque no se sepa
Dios dice el Vat. II: "La iglesia ha ción en el misterio de los aconteci- 102), todos los hechos y todas las cuándo ni dónde se hizo por vez pri-
venerado siempre las Sagradas Es- mientos finales de la vida de Jesús a palabras del evangelio, y de reorga- mera, se empezaron a escribir unas
crituras al igual que el mismo cuerpo la luz de las Escrituras (el AT), reali- nizar, en torno a estos hechos y pa- anotaciones en el margen de los li-
del Señor, no dejando de tomar de zada por el propio Señor, es tarea labras, las lecturas restantes y los bros sagrados para indicar el comien-
la mesa y de distribuir a los fieles el confiada a la iglesia, y que ésta reali- cantos que las acompañan. En esto zo y el final de cada lectura, así
pan de vida, tanto de la palabra de zó desde el principio escrutando los consiste la razón de ser y la esencia como el día en que debía leerse. El
Dios como del cuerpo de Cristo, so- libros santos (cf Jn 5,39). del Leccionario de la palabra de paso siguiente fue copiar la lista de
bre todo en la liturgia" (DV 21). El La / iglesia, bajo la iluminación Dios en la liturgia. estas anotaciones marginales, no por
respeto y el amor que la iglesia siente del / Espíritu Santo, recibido para Por consiguiente, el Leccionario el orden del libro bíblico, sino si-
por la Sagrada Escritura, compara- comprender las Escrituras (cf Le 24- es el modo normal, habitual y pro- guiendo el calendario, añadiéndose
do con la veneración hacia el miste- 45), debe poner a sus hijos, bautiza- pio que tiene la iglesia de leer en las además, para facilitar su localiza-
rio eucarístico, se ha manifestado en dos y confirmados por el Espíritu, Escrituras la palabra viva de Dios ción, las primeras y las últimas pa-
los honores que todas las liturgias en contacto vivo y eficaz con los he- siguiendo los hechos y las palabras labras del texto bíblico correspon-
reservan a la proclamación de la pa- chos y las palabras de salvación que de salvación cumplidos por Cristo y diente.
labra y, de modo particular, al evan- Jesucristo realizó en su vida terrena, narrados en los evangelios. El Lec- Estamos ya ante una sistematiza-
gelio. singularmente en la pascua redento- cionario es el resultado de la profun- ción de las lecturas bíblicas en fun-
ra de su muerte y resurrección. Esto dización e interpretación litúrgica ción de un / calendario litúrgico. La
En efecto, el Evangeliario es lleva- que la iglesia —entiéndase cada igle-
do entre luces, incensado, besado, co- lo hace la iglesia mediante la selec- selección del texto y la asignación a
ción de los textos bíblicos de la litur- sia particular o local— ha ido ha- un determinado día, con el fin de
locado sobre el altar, mostrado al ciendo y hace en cada tiempo y lu-
pueblo; con él se bendice a los fieles gia de la palabra (el orden de lectu- que el texto se repitiese todos los
gar, guiada por la luz del / Espíritu años al llegar la fecha, formaba par-
(liturgia bizantina), y para él se re- ras de cada celebración) y mediante Santo. Esto explica que cada iglesia
servan las mejores encuademaciones la homilía mistagógica, o sea, que te de lo que hoy se denomina lectura
o / rito litúrgico haya tenido no uno, temática, y que empezó a hacerse,
y las guardas o cubiertas más pre- merezca verdaderamente este nom- sino muchos leccionarios a lo largo
ciosas y artísticas. bre (cf SC 52). con seguridad, desde el s. iv en ade-
de su historia y, en ocasiones, varios lante, al mismo tiempo que se pro-
Ahora bien, la existencia del libro- No existe otro modo de recordar, simultáneamente. ducían los primeros desarrollos del
signo que es el Leccionario no es un celebrar y actualizar la presencia del año litúrgico.
hecho casual, y ni siquiera un recur- / misterio de la salvación en la igle- Los primeros indicios de un orde-
so práctico para disponer cómoda- sia que recordar, celebrar y actuali- II. Historia namiento fijo de lecturas nos han lle-
mente de las lecturas ordenadas de zar —lo que supone también vivir— gado a través de san Ambrosio de
del Leccionario de la misa
modo sistemático según el calenda- los hechos y las palabras realizados Milán (340-397) de san Agustín
rio de las celebraciones. El Leccio- por Cristo para salvarnos. Ahora Nos centramos, a partir de este (354-430), testigos del norte de Italia
nario es, ciertamente, el resultado de bien, estos hechos y palabras consti- momento, en el Leccionario destina- y del norte de África, respectivamen-
una labor de selección y sistematiza- tuyen el centro de toda la / historia do a la celebración eucarística, que te. Estudiando las homilías del santo
ción de los textos bíblicos. Sin em- de la salvación, el cumplimiento y la es el principal y el más constante obispo de Hipona se ha llegado a
bargo, es mucho más que todo esto. meta de una larga espera y prepara- a lo largo de la / historia de la li- reconstruir el Leccionario de esta
El Leccionario existe desde el mo- ción, que conocemos como el AT. turgia. iglesia, al menos en la época de su
mento en que la iglesia se dispone a Se comprende entonces que el pro- Al principio, en los orígenes, las autor. Otro tanto se ha hecho a par-
celebrar a su Señor no mediante grama celebrativo contenido en la li- comunidades cristianas no tenían tir de las homilías de san Cesáreo de
ideas abstractas, sino en los aconte- turgia de la palabra, y cuyo conjunto más libro litúrgico que las Sagradas Arles, pronunciadas en esta ciudad
cimientos históricos de su vida terre- forma el Leccionario, se base funda- Escrituras del AT. Se supone que su entre el 502 y el 503.
na, en los que llevó a cabo la sal- mental y esencialmente en el pasaje lectura en las celebraciones seguía el Las listas de perícopas bíblicas
vación. evangélico en torno al cual se estruc- mismo ritual y, probablemente, el con el comienzo y el final de las lec-
Injustificación del Leccionario en tura el resto de los textos bíblicos. mismo orden que en la sinagoga ju- turas, siguiendo el calendario litúr-
la liturgia está insinuada en la escena Cristo es el centro de toda la Es- día. Cuando empezaron a circular . gico, se llamaban capitularía: capi-
de la aparición del Resucitado a los critura, a la que da unidad y sentido, los evangelios y las cartas de los após- tularía lectionum, las que contenían
1107 Leccionario de la misa
Leccionario de la misa 1106
(imperio franco-germánico) adonde de Alcuino, compuesto hacia el 626,
la referencia a las lecturas no evan- cuando se rebasaba el número de han llegado los libelli missarum bajo el pontificado del papa Hono-
gélicas; capitularía evangeliorum, las dos lecturas, era la existencia de una compuestos en Roma parecían de- rio. Este manuscrito usó el Comes
que contenían los evangelios, y cota- oración asociada a cada lectura, ora- masiado sobrias e insuficientes las de Würzburgo.
tiones epistolarum el evangeliorum, ción que debía cantarse o recitarse colectas romanas; y, por eso, al co- Tipo 3. °: Representado por varios
las que reunían los dos tipos de lec- después del canto interleccional co- piarlas en nuevos formularios para manuscritos agrupados en dos fami-
turas. Hasta nosotros han llegado rrespondiente. Esta oración iba pre- ellos, no se contentaban con una, lias: una, llamada A, de origen ro-
manuscritos conteniendo listas de las cedida de la invitación del diácono a sino que añadían otra más u otras mano, y situada hacia el año 900; la
tres clases, que se remontan al s. vi. orar de rodillas (Pongámonos de ro- dos. otra, llamada familia B, es una adap-
Naturalmente, para hacer la lec- dillas; Levantaos). tación romano-franca de los sacra-
tura no bastaba el capitulare; había Los historiadores de la misa siem- 2. DE LOS "COMES" Y "CAPITULA- mentarlos gelasianos del s. vm. En
que acudir al libro de las Escrituras. pre se han preguntado cuál sería el RÍA" AL "MlSSALE ROMANUM". Den- esta segunda familia se encuentran
Por eso llegó un momento también número exacto de lecturas que tenía tro, como estamos, del ámbito de la los manuscritos Comes de Murbach,
en que, para facilitar la tarea del lec-
la misa romana ordinariamente, es liturgia romana, los manuscritos co- datado hacia el 790, y el Comes de
tor, se confeccionaron unos libros decir, fuera de los días que acaba- nocidos de los más antiguos leccio- Corbie, datado entre el 772 y el 780.
que contenían no solamente las indi- mos de señalar. El tema tiene su in- narios de la misa no llegan más allá El Comes de Murbach, derivado del
caciones del calendario y de la perí- terés, porque la introducción de tres del s. vi. Desconocemos, por tanto, Comes de Würzburgo y, en algunos
copa bíblica, sino también el texto lecturas en el Orden actual del Lec- la organización del Leccionario du- puntos, del Comes de Alcuino, con-
completo de las lecturas. Estos libros cionario de la misa, en los domingos rante los primeros siglos. No obs- tiene la serie de epístolas que aparece
aparecen a partir del s. vm y han y fiestas, debería considerarse como tante, las series de epístolas y de después en los misales plenarios para
recibido los más diversos nombres: una restauración, y no como una in- evangelios que han llegado hasta nos- desembocar en el / Misal Romano
Comes, Apostolus, Epistolare, etc., novación, en el caso de demostrarse, otros en los antiguos manuscritos po- de 1570.
para el de las lecturas no evangélicas;como se sospecha, que hasta el s. Vil nen de manifiesto una rara continui-
Evangelium excerptum, Evangeliare, la liturgia romana tenía tres lecturas dad y estabilidad en el ordenamiento Las colecciones de los textos evan-
Liber evangelii, etc., para el de los en la misa, y no dos como ha sido de los textos bíblicos. Puede decirse gélicos son aún más numerosas que
evangelios, y Comes, Epistolae cum hasta ahora. que el orden de lecturas del propio las de las epístolas. También han
evangeliis, Lectionarium, etc., para del tiempo del Missale Romanum de sido clasificadas en grupos, tipos y
los que reunían unas y otras lecturas. Los trabajos se han dirigido hacia 1570 es prácticamente el mismo que familias, que solamente en líneas ge-
Estos últimos libros son los que más los antiguos sacraméntanos, sobre se advierte en los más antiguos co- nerales coinciden con la clasificación
se parecen a nuestros actuales Lec- todo de la familia gelasiana, en los mes y capitularía romanos. Esto de los manuscritos del epistolario:
cionarios de la misa. cuales es frecuente que haya dos o quiere decir que, al menos durante
tres oraciones en cada formulario de Tipo 1.a: Hipotéticamente repre-
casi trece siglos (hasta el actual Or- sentaría la liturgia del Gelasiano an-
misas, además de la de ofrendas y la den de lecturas de la misa), la parte tiguo, pero no hay manuscritos,
1. EL NÚMERO DE LECTURAS ORI- poscomunión. Los antiguos capitu- más sustanciosa e importante del como en el caso del tipo I." de las
GINARIO. Antes de mencionar los lec- laría de las epístolas no aportan Leccionario de la misa permaneció epístolas.
cionarios romanos de la misa, es pre- nada en esta cuestión, porque los ma- invariable.
ciso aludir al problema del número, nuscritos son todos posteriores al s. Tipo 2.°: Es el tipo romano puro,
y naturalmente del orden, de lectu- vil y no tienen más que una lectura, Los manuscritos correspondientes gregoriano, llamado tipo II por Th.
ras que tenía la celebración eucarís- salvo el Epistolario de Würzburgo, a las lecturas anteriores al evangelio Klauser (cf bibliografía), y datado
tica en la liturgia romana antigua. que unas veces recoge una epístola y (las epístolas) han sido clasificados hacia el año 645. El manuscrito fun-
El Leccionario de la misa que ha otras veces una epístola y una lectu- en tres grandes grupos, correspon- damental es el Capitulare Evange-
llegado hasta nuestros días en el Mi- ra del AT, o una lectura del AT y dientes a otras tantas tradiciones de liorum de Würzburgo, que no hay
sal de san Pío V, y que ha sido sus- una epístola. los sacramentarlos romanos: que confundir con el Comes de las
tituido por el actual Orden de lectu- epístolas del mismo nombre. Dentro
La cuestión no está resuelta, por- Tipo l.°: Corresponde a la liturgia de este mismo tipo se sitúan las fa-
ras de la Misa (1969; 19812), no tenía que las últimas investigaciones sobre
más que dos lecturas para cada misa, de Roma de los ss. vi-VH, representa- milias A y 2 de Klauser, también
los sacraméntanos de la familia ge- da por el Sacramentario gelasiano romanas, pero formadas en el s. vm.
Epístola y Evangelio, a excepción de lasiana han sugerido la explicación
los miércoles y sábados de las cuatro antiguo. El único testimonio de este Tipo 3.°: Romano-franco, subdi-
de que, fuera de los días especiales tipo es el Comes de Würzburgo.
témporas, del viernes santo en la ac- de las témporas y las vigilias de pas- vidido también en dos familias: fa-
ción litúrgica de la pasión y de las cua y pentecostés, la existencia de Tipo 2. °: Corresponde a la liturgia milia A, formada en Roma hacia el
vigilias pascual y de pentecostés, en más de una oración antes de la ora- del Sacramentario gregoriano y tie- 700, y familia B, formada en los paí-
que el número de lecturas era mayor, ción sobre las ofrendas obedece a ne como único testimonio al Comes ses francos en el 746 para adaptarse
sobre todo del AT. Lo más notable, que en los ambientes galicanizantes
Leccionario de la misa 1108 1109 Leccionario de la misa

a los sacramentarlos gelasianos del No obstante, la estabilización se pro- completo de todos los textos que la reforma litúrgica, el grupo de ex-
s. viii. Dentro de la familia B, en la duce a finales del s. vm, y de ella es comprende el Leccionario de la pertos que se encargó del Lecciona-
que se encuentra el tipo A de Klau- testigo el Comes de Murbach. misa, es decir, las lecturas con sus rio de la misa —el coetus 11— llevó
ser, dependiente del tipo II, han lle- En cuanto a los criterios de elec- citas completas, los subtítulos y el a cabo un trabajo inmenso de estu-
gado hasta nosotros la lista de evan- ción y ordenación de las perícopas, íncipit de las misas, más las referen- dio de todos los sistemas de lecturas
gelios del Comes de Würzburgo (a el sistema romano puro de lecturas cias a los salmos responsoriales (cita de las diversas liturgias, de coordi-
continuación de la serie de las epís- de la misa aparece esencialmente te- y verso-respuesta completos) y a los nación de las propuestas de 31 escri-
tolas) y la lista de evangelios del Co- mático, es decir, eligiendo los textos versículos del aleluya. El Lecciona- turistas y 14 liturgistas que prepara-
mes de Murbach, que, al igual que en función de las celebraciones y en rio completo apareció en tres volú- ron los primeros proyectos, y de ex-
las epístolas de este manuscrito, pa- función de los tiempos litúrgicos. menes en edición típica latina, entre perimentos y de consultas, como la
saron a los misales plenarios y al Mi- Esto se aprecia en las grandes so- los años 1970-1971. La finalidad del que se hizo en 1967 a todas las con-
sal Romano de 1570. lemnidades, para las que se toman OLM era facilitar las ediciones del ferencias episcopales, a los padres
Entre los estudiosos de los manus- aquellos pasajes bíblicos que se re- leccionario en las lenguas modernas. del primer sínodo de los obispos y a
critos del epistolario y del evangelia- fieren a los acontecimientos celebra- El OLM es, de hecho, una versión unos 800 peritos en biblia, liturgia,
rio no han faltado intentos de com- dos; y en la cuaresma, en la que se moderna de los antiguos comes y ca- catequesis y pastoral de todo el mun-
parar las series entre sí y de esta- advierte una intención catequética y pitularía. do. En total, 20 esquemas de trabajo
blecer, a grandes rasgos, las líneas mistagógica. Sin embargo, en la se- La estructura de este libro, la pre- y miles de fichas con sugerencias y
maestras del sistema romano de las rie de domingos después de la epifa- sentación de los formularios de lec- enmiendas, que pertenecen ya a la
lecturas de la misa. Incluso se ha in- nía (antes de septuagésima) y des- turas y cantos interleccionales, los historia.
tentado reconstruir, sobre la base de pués de pentecostés, incluyendo los índices y los cuadros que compren- Interesa conocer los grandes prin-
los manuscritos del tipo 1.° y 2° del que más tarde constituirían el tiem- de, permiten y facilitan el estudio de cipios según los cuales transcurrió el
epistolario y del 2.° del evangeliario, po de adviento, hay huellas de una conjunto del Leccionario de la misa, trabajo de elaboración del Orden de
la ordenación de lecturas de la época lectura semicontinua en las epís- así como de cada una de sus partes. lecturas de la Misa.
de san Gregorio Magno, al cual se tolas.
El criterio fundamental fue el
atribuye precisamente una reforma El sistema romano-franco, que se 1. CRITERIOS GENERALES DEL / misterio de Cristo y la / historia
en este punto. Lo más claro, después produjo por mixtificación, es fiel a OLM. El concilio Vat. II había dis- de la salvación. Por tanto, en el nue-
de los estudios de Godu, Klauser, las líneas anteriormente descritas en puesto: "Organícese una lectura de vo orden de lecturas deberían tener
Chavasse y Vogel (cf bibliografía), cuanto al propio del tiempo, apar- la Escritura más rica y adaptada" cabida los grandes enunciados de la
es que el desarrollo genético del sis- tándose del modelo romano puro en (SC 35,1), y "a fin de que la mesa de predicación apostólica sobre / Jesu-
tema romano de lecturas de la misa, el santoral y en las celebraciones de la palabra de Dios se prepare con cristo, que llenó las Escrituras con
que, como se ha dicho, permanece las cuatro témporas. Las lecturas de más abundancia para los fieles, su vida, predicación y, sobre todo,
prácticamente invariable durante las misas de los santos siguen el cri- ábranse con mayor amplitud los te- con el misterio pascual, y que vivifi-
más de doce siglos, no se produjo de terio de leer los pasajes donde aqué- soros de la Biblia, de modo que en ca incesantemente a su iglesia hasta
una sola vez ni en todos los lugares llos aparecen —en el caso de los san- un período determinado de años se su retorno glorioso.
al mismo tiempo. tos del NT— o donde se habla de lean al pueblo las partes más sig-
sus virtudes más características. Por consiguiente, el OLM debería
En este sentido, la parte más esta- nificativas de la Sagrada Escritura" poner de manifiesto:
ble y antigua del sistema romano de CSC 51).
lecturas que llegó hasta nosotros en El mandato conciliar presuponía • Que la iglesia vive hoy todo el
el Misal de 1570 lo constituían las III. El "Ordo Lectionum de alguna manera la necesidad de / misterio de la salvación, completo
series de epístolas y de evangelios del Missae" de 1969 mejorar el antiguo sistema romano en Cristo, pero que debe completar-
tiempo entre septuagésima y pascua, de lecturas de la misa no sólo en can- se en nosotros.
período organizado probablemen- El 25 de mayo de 1969 se publica- tidad, sino también en la calidad de • Que todo el AT es presupuesto
te antes de san Gregorio Magno ba en Roma el Orden de lecturas de la selección y ordenación de los tex- de la predicación del Señor, de sus
(t 604). Otro de los estratos en los la Misa (= OLM), volumen de 438 tos. De hecho, el OLM significa, acciones y de su pasión.
que se aprecia una coincidencia ma- páginas de gran formato, preparado como se dijo al principio del artícu- • Que junto al tema unificador de
yor en todos los testimonios es la por el Consilium de la reforma litúr- lo, el más rico y completo orden de la pascua hay otros que no pueden
octava pascual, la semana de Pente- gica (coetus 11) y aprobado por el lecturas de toda la historia de la li- olvidarse, como el de reino de Dios,
costés y los domingos intermedios. papa Pablo VI en la constitución turgia romana. por ejemplo.
Las~ divergencias aparecen en el apostólica Missale Romanum, de 3 En un tiempo récord, desde 1964, • Que la / homilía debe exponer
tiempo anterior a navidad, posterior de abril del mismo año. El OLM no en que comenzó sus trabajos el Con- también los misterios de la fe y las
a epifanía y después de pentecostés. es un Leccionario, sino el elenco silium instituido para llevar a cabo normas de la vida cristiana.
Leccionario de la misa 1110
1111 Leccionario de la misa
• Finalmente, que el / año litúr- pre se han leído en determinadas
gico es el marco necesario e ideal fiestas y solemnidades. Se prepara la segunda edición tí- prende tres años (los ciclos A, B y
para presentar a los fieles, orgánica- d) Creación: el actual Orden de pica, que contiene el texto latino de C), la serie ferial se desarrolla en dos
mente, el anuncio de la salvación. lecturas de la Misa es cuantitativa y la Biblia Neovulgata, de acuerdo con en el tiempo ordinario y en uno, en
cualitativamente superior al prece- lo dispuesto por Juan Pablo II en la los tiempos de adviento, cuaresma y
Junto a estas grandes líneas de fon- pascua.
dente, y su originalidad y riqueza ha constitución apostólica Scriptura-
do, el Consilium tomó estas impor- rum Thesaurus, de 25-4-1979. Las lecturas para las celebraciones
tantes determinaciones: sido unánimemente elogiada por ca-
tólicos y hermanos separados. Esta La edición oficial española co- de los santos, para las misas rituales,
1. Introducir tres lecturas: pro- creatividad ha transcurrido por los menzó a publicarse en 1969, año en o por diversas necesidades, votivas y
fética, apostólica y evangelio, en los cauces siguientes: que correspondía el ciclo B del Lec- de difuntos han sido seleccionadas
domingos y fiestas. • Bíblico, atendiendo al estado cionario dominical, apareciendo en con criterios específicos.
2. Confeccionar un sistema de de los estudios exegéticos, a la hora el mismo volumen el Leccionario fe-
lecturas en tres o cuatro años —des- de seleccionar y "cortar" los pasajes rial de adviento, cuaresma y pascua. b) El Leccionario dominical y fes-
pués se optaría por el ciclo de tres bíblicos. En la actualidad se ha corregido tivo
años—. • Litúrgico, teniendo en cuenta aquella anomalía, y la serie de volú-
menes ha quedado como sigue: El conjunto de lecturas para los
3. Conservar el uso tradicional los tiempos y los días, es decir, el domingos y fiestas del Señor se ca-
de algunos libros de la Sagrada Es- año litúrgico y las fiestas. I. Dominical y festivo (ci- racteriza por dos cosas fundamen-
critura asignados a determinados • Pastoral, buscando la claridad clo A). talmente:
/ tiempos litúrgicos. y la coherencia del texto. II. Dominical y festivo (ci-
4. Dar preferencia a las lecturas • Catequético, a fin de facilitar clo B). • Toda misa comprende tres lec-
bíblicas del Misal, de forma que las la inserción del año litúrgico en la III. Dominical y festivo (ci- turas, que son obligatorias en prin-
lecturas principales fuesen éstas, y catequesis, en la predicación y otras clo C). cipio: la primera, del AT, excepto en
las de la liturgia de las Horas con actividades de tipo formativo o do- IV. Tiempo ordinario "per an- pascua, que es de Hechos de los
carácter complementario. cente. Apóstoles; la segunda, del apóstol, o
num ". sea, de las cartas y del Apocalipsis, y
• Homilético, para que el minis- V. Propio y común de san-
El trabajo de preparación del tro de la palabra pueda presentar los tos (y difuntos). la tercera, del evangelio. Ya conoce-
OLM se guió también por los si- contenidos de las lecturas de manera VI. Misas diversas y votivas. mos el significado de esta estructu-
guientes criterios operativos: ordenada y sintética. VIL Tiempo ferial (adviento, ración: historia/ profecía, ilumina-
ción, Cristo.
a) Corrección: El sistema roma- cuaresma y pascua).
no de lecturas de la misa presentaba 2. ESTRUCTURAS DEL LECCIONA- VIII. Leccionario de las misas • Ciclo de tres años: A, B y C,
importantes lagunas y fallos respecto RIO. No se trata de describir el con- rituales. estructurados, en cierto modo, te-
a otros sistemas; por ejemplo, ape- tenido del OLM, sino de presentar niendo en cuenta el evangelio sinóp-
nas se leían el libro de los Hechos y las estructuras fundamentales de a) Principios observados en la elec- tico, que se lee en lectura semiconti-
el Apocalipsis. El AT estaba muy todo el Leccionario de la misa alu- ción de los textos nua durante el / tiempo ordinario, y
poco representado. diendo brevemente a los principios que está presente también en algunas
observados en cada una de las partes En los domingos y fiestas se pro- de las principales solemnidades.
b) Recuperación de algunas se- que lo integran. Estos principios se ponen los textos más importantes, a Cada año tiene asignado un sinópti-
ries de lecturas que tuvieron gran encuentran en los praenotanda del fin de que se cumpla el mandato de co, habiéndose reservado san Juan
importancia en el pasado y que es- OLM con más amplitud. SC 51, de que en un determinado para parte de la cuaresma y pascua
taban relegadas; por ejemplo, los espacio de tiempo —tres años— se —en los tres años— y para comple-
evangelios de los escrutinios catecu- La edición completa y típica del lean a los fieles las partes más rele-
Leccionario del Misal Romano, en tar a san Marcos en el año B.
menales de los domingos III, IV y V vantes de la Sagrada Escritura. Nó-
de cuaresma (los famosos pasajes de latín, comprende tres volúmenes: tese que la mayoría de los cristianos La ordenación de las lecturas en-
la samaritana, del ciego de nacimiento I. De tempore: ab Adventu que llamamos practicantes no tienen tre sí se ha hecho siguiendo los prin-
y de Lázaro). ad Pentecostem (ed. 1970). otro contacto con la palabra de Dios cipios llamados de la composición
c) Consolidación de los usos tra- II. Tempus per annum post que la misa dominical. armónica —o lectura temática— y
dicionales de ciertos libros o períco- Pentecostem (ed. 1971). El resto de la Escritura que no se de la lectura semicontinua.
pas; por ejemplo, el evangelio de san III. Pro missis de Sanctis, Ri- lee los domingos o fiestas está asig- El primer principio se emplea siem-
Juan, que se leía desde la mitad de la tualibus, Ad diversa, Vo- nado a las ferias. Sin embargo, la pre entre la lectura del AT y el evan-
cuaresma hasta pentecostés; deter- tiva et Defunctorum (ed. serie dominical y la serie ferial son gelio, entre la segunda lectura y las
minados pasajes bíblicos, que siem- 1972). independientes entre sí. Más aún, otras dos en los tiempos de adviento,
mientras la serie dominical com- cuaresma y pascua y en las solemni-
1113 Lengua/Lenguaje litúrgico
Leccionario de la misa 1112
sas lenguas. En 1981 la Santa Sede 2. Estudios sobre el Leccionario antiguo
dades y fiestas. El segundo principio, de santos (mártires, pastores, vírge- creyó conveniente publicar una se- Capelle B., Note sur le lectlonnaire romaln
independiente del primero, se em- nes, etc.). gunda edición típica, de modo aná- de la messe avant Saint Grégoire. en "Rev. d'His-
plea cuando se usa un determinado • Los textos de la segunda serie logo a como se había hecho con toire Eccles." 34 (1938) 556-559; Chavasse A.,
libro bíblico dentro de una parte o el/ Misal Romano en 1975, es decir, Le calendrier dominical romain au VI siécle:
están agrupados por lecturas del AT, VEptstoller el l'homélier prégrégoriens, en
de todo un tiempo litúrgico. del NT y del evangelio, para que el incorporando nuevos textos y am- "Rech. de Science Reí." 38 (1951) 234-240; 41
celebrante elija a voluntad tenien- pliando y mejorando los praeno- (1953) 96-122; Les plus anciens lypes du lec-
c) El Leccionario ferial do en cuenta las necesidades de la tanda. tlonnaire el de lantlphonaire romains de la mes-
asamblea. Las principales novedades de la se. en "Rev. Bénédictine" 62 (1952) 1-91; Ri-
• La gran novedad de esta parte ghetti M., Historia de la liturgia 1, BAC 132,
del Leccionario de la misa consiste segunda edición típica del OLM son Madrid 1955, 274-280; 2, BAC 144, Madrid
en haber dotado de lecturas a las fe- e) Las restantes secciones del Lec- las siguientes: 1) El texto de \os prae- 1956, 198-227; Vogel C , Introduction aux sour-
rias de todas las semanas del año. cionario notanda incluye una reflexión teoló- ces de l'hlstolre du cuite chréílen au moyen age,
Cada misa tiene dos lecturas, toma- gica sobre el significado y la función Espoleto 1966, 239-328.
Las lecturas para las misas ritua- de la Sagrada Escritura en la litur-
das la primera del AT o del NT —en les, por diversas necesidades, votivas 3. Estudios sobre el Leccionario actual
el tiempo pascual, de los Hechos— y gia; 2) Las indicaciones bíblicas se
y de difuntos se hallan agrupadas de han hecho siguiendo el texto de la Bernal J.M., La lectura litúrgica de la Biblia,
la segunda del evangelio. modo análogo y con la misma fina- en "Phase" 91 (1976) 25^t0; Bugnini A., La ri-
Neo-Vulgata, de acuerdo con las dis-
• En adviento, cuaresma y pas- lidad del común de los santos. posiciones de la constitución apos- forma litúrgica (¡948-1975), Ed. Liturgiche,
cua, las lecturas son siempre las mis- Las lecturas para las misas rituales tólica Scripturarum Thesaurus; 3) Roma 1983, 401-419; Carideo A., Strultura e
mas todos los años, habiendo sido teología del nuovo Lezlonarlo Romano, en
se encuentran también en los respec- Se han incorporado todas las lectu- VV.AA., // messale del Vaticano II 1, LDC,
elegidas de acuerdo con las caracte- tivos ordines o rituales de sacramen- ras bíblicas y restantes textos de la Leumann (Turin) 1984, 25-35; Farnés P., El nue-
rísticas propias de cada uno de estos tos. Hay que notar que las lecturas liturgia de la palabra de los rituales vo Leccionario, en "Phase" 56 (1970) 159-176;
tiempos litúrgicos. del Ritual de la Penitencia no se en- de sacramentos aparecidos después Federici T., El nuevo Leccionario Romano, en
• En el tiempo ordinario, en las "Concilium" 102 (1975) 199-208; Oriol J., Prin-
cuentran en el Orden de lecturas de de 1969, así como los textos corres- cipios que inspiran el nuevo leccionario del mi-
ferias de las treinta y cuatro sema- la Misa debido a que, en ningún pondientes a las misas por varias ne- sal, en "Phase"45 (1968) 287-290; Triacca A.M.,
nas, las lecturas evangélicas se dis- caso, se debe unir la celebración de cesidades y votivas que se incluyeron In margine alia seconda edlzlone dell'OLM, en
tribuyen en un solo ciclo, que se re- la penitencia a la eucaristía. en la segunda edición típica del Mi- "Notitiae" 190 (1982) 243-280; VV.AA., Ordo
pite cada año. En cambio, la primera Los praenotanda del OLM expli- sal Romano en 1975; 4) Las celebra- Lectlonum Missae, en "Ephem. Lit." 83/4-5
lectura se reparte en dos ciclos, que (1969) 433-451; Presentación y estructura del
can también otros criterios menores ciones de la sagrada familia, bautis- nuevo Leccionario, Edit. Litúrgica Española,
se leen en años alternos: el ciclo I en la selección y extensión de las lec- mo del Señor, ascensión y Pentecos- Barcelona 1969; Messaggio bíblico per llnostro
en años impares, y el ciclo II en los turas, omisión de algunos versículos, tés disponen de formularios comple- tempo, Ed. Opera Regalitá, Milán 1971; Wiener
pares. etcétera, y ofrecen los principios que tos para los tres años del ciclo de C , Presentatton du nouveau Lectlonnaire, en
• El principio de la composición deben aplicarse en el uso del Leccio- lecturas dominicales. "La Maison Dieu" 99 (1969) 28-49.
armónica se usa solamente en ad- nario: facultad de elegir texto, nú-
viento, cuaresma, pascua; no así en mero de lecturas, forma larga o bre- J. López Martín
el tiempo ordinario, en el cual pre- ve de la lectura, qué lecturas se de-
valece el principio de la lectura se- ben tomar en las celebraciones de BIBLIOGRAFÍA:
micontinua. los santos, rituales, votivas, etc. De-
dican también un capítulo a descri- I. Fuentes del Leccionario de la misa (liturgia
romana) LENGUA/
d) El Leccionario de los santos bir el orden de lecturas de cada tiem-
po litúrgico —aspecto fundamental Missale Romanum ex Decreto...: Ordo Lec- LENGUAJE LITÚRGICO
• Hay que distinguir en él una do- tionum Missae. Ed. Typica, Typis Polyglottis
ble serie de lecturas: la que se en- para la catequesis litúrgica y para la
Vaticanis, 1969; Ed. Typica Altera 1981; Lec-
cuentra en el propio de los santos, homilía— y, por último, dan normas tionarium, 1-3, Ed. Typica, Typis Polyglottis
SUMARIO: I. Interpretación de la lengua litúr-
y sugerencias para las adaptaciones gica; I. En la perspectiva de la lingüística mo-
siguiendo las solemnidades, fiestas y Vaticanis, 1970-1971; Godu G., Epitres, en derna: a) La lengua como sistema, b) La dialéc-
memorias contenidas en el calenda- y traducciones a las lenguas mo- DACL 5, París 1922, 245-344; Evangiles, ib, tica "lengua"-"habla", c) Valores semánticos ob-
rio; y la que comprende los llamados dernas. 825-923; Klauser Th., Das romtsche Capitulare jetivos y subjetivos, d) La interlengua litúrgica,
Evangeliorum 1, Typen, LQF 28, Münster i.W. e) La "deriva" de la lengua; 2. En la perspectiva
comunes de los santos. En el primer 1935; Morin G., Le plus anclen Comes ou Lec- de la historia de las religiones; a) Diferenciación
caso se trata de textos propios o más 3. LA SEGUNDA EDICIÓN TÍPICA llonnalre de l'Égllse Romalne, en "Rev. Béné- de la lengua cultual respecto de la lengua co-
adecuados para la celebración de DEL OLM. La aparición del OLM dictine"27 (1910)41-74; Wilmart A., Le Comes mún, b) Fijeza de las lenguas cultuales, c) Poder
de Murbach, ib, 30 (1913) 124-132; Le Lectlon- mágico de la lengua cultual; 3. En la perspectiva
cada santo, y en el segundo de reper- en 1969 cumplió ampliamente su fi- de la teología litúrgica - II. Praxis de la lengua
nalre d'Alculn, en "Ephem. Lit." 51 (1937) 136-
torios de lecturas distribuidas de nalidad al facilitar la confección del 197.
litúrgica; 1. En la historia de la liturgia: a) El
acuerdo con las diferentes categorías Leccionario de la misa en las diver-
Lengua/Lenguaje litúrgico 1114
1115 Lengua/Lenguaje litúrgico
desarrollo de las interlenguas litúrgicas en la Muchos aspectos que resultan del
iglesia, b) La interlengua litúrgica de Occidente:
el latín; 2. En las disposiciones del Vat. II; 3. En análisis de una lengua pueden ser re- pero por las diferentes implicaciones tructurado, cuyas partes son inter-
la actual evolución posconciliar: la interlengua feridos a los otros sistemas de len- intervinientes, los equívocos a través dependientes entre sí. Tanto el as-
litúrgica castellana. guaje, es decir, a todos aquellos ele- de los cuales se ha procedido a veces pecto fonético como el semántico
mentos que concurren a realizar la y el carácter sistemático que debe son subdivididos de manera multi-
El término lenguaje se usa hoy comunicación en la liturgia'. Anali- tener la presente contribución, es forme y plasmados en otras tantas
para designar los muchos sistemas zando la lengua, y en particular la oportuno delinear antes una base ge- partes contiguas entre sí, de modo
de signos y de significaciones a tra- lengua litúrgica, es posible entrever neral tomada especialmente de la que donde acaba una comience la
vés de los cuales se produce la co- qué consideraciones comunes se lingüística moderna, para luego ir a otra, en una sutura armónica. Se pue-
municación; por eso "las definicio- pueden hacer para los otros sistemas la praxis. Trataremos de evitar la de parangonar el universo fonético,
nes de lenguaje se consideran a de signos o lenguajes litúrgicos; por terminología técnica, sobre todo así como el semántico, con la estruc-
menudo con escepticismo"1. F. De ejemplo, entre música y música li- porque a menudo cada autor de lin- tura de una red; cada lengua recorta
Saussure postula la existencia de túrgica pueden volver a proponerse güística ha creado una terminología y anuda la totalidad de una forma
una ciencia general de los signos: la de modo similar algunos fenómenos característica suya. Desarrollaremos que le es propia. Si se comparan dos
semiología, que estudia los diferen- que se descubren en el análisis de la ante todo el aspecto lingüístico, por- lenguas, se notará que las mallas hi-
tes sistemas, los diversos lenguajes o lengua y de la lengua litúrgica. que es el más propio para la inter- potéticamente correspondientes son
códigos de comunicación. En nues- pretación del fenómeno de la lengua diversas y no recubren la misma
tro caso, si por lenguaje entendemos litúrgica; las demás ciencias inter- área: sonidos y significados no son
un determinado sistema de signos I. Interpretación vendrán para integrar los datos. iguales y no se superponen, las len-
que sirve para realizar una comu- de la lengua litúrgica guas no son imagen especular la una
nicación, podemos decir que la se- de la otra.
miología litúrgica se ocupa de los 1. EN LA PERSPECTIVA DE LA LIN-
La vasta problemática relativa a GÜÍSTICA MODERNA. Afrontar los di- Deteniéndonos en el aspecto se-
diversos sistemas o códigos de comu- la lengua litúrgica ha apasionado a
nicación, cada uno diversamente versos problemas de la lengua litúr- mántico, se nota que en cada lengua
muchos en el período precedente al gica bajo el perfil estrictamente lin- el léxico está estructurado de modo
estructurado, de que se sirve la litur- Vat. II y se ha desarrollado por obra
gia misma; entre ellos podemos ca- güístico significa referirse a una muy diversificado, arbitrario, según
de diferentes instancias culturales, a ciencia positiva que "se funda so- una expresión de Saussure. El léxico
talogar el sistema de los / ritos, de veces con planteamientos no correc-
los / gestos, de los / símbolos en sus bre la observación de los hechos sacrificial del latín clásico, del latín
tos. Para llegar a conclusiones sufi- —escribe Martinet— y se abstiene litúrgico testimoniado por el Sacra-
diferentes especificaciones, de las ves- cientemente fundadas es necesario in-
tiduras, de los instrumentos [/ Obje- de proponer una selección entre es- mentarlo veronense, del castellano
tentar un acercamiento a esta pro- tos hechos en nombre de ciertos del nuevo Misal Romano tiene una
tos litúrgicos /vestiduras], del / can- blemática que tenga presentes las
to y de la música. Cada uno de estos principios; ... al ser el objeto de esta diversa estructuración en las diferen-
diferentes ciencias interesadas y tra- ciencia una actividad humana, hay tes lenguas, por lo que no hay co-
sistemas o lenguajes tiene ciertamen- baje según el método que es propio
te elementos comunes con los otros una gran tentación de abandonar el rrespondencia entre los términos, o
de cada una; también es necesario dominio de la observación imparcial bien es aproximativa. Lo que se ad-
y está sometido a leyes similares, es- no saltar continuamente de una cien-
pecialmente por lo que se refiere al para recomendar un determinado vierte a nivel lexical, se comprueba
cia a otra, para no comprometer las comportamiento; de no anotar lo también en el gramatical. Junto a
aspecto de la comunicación de un conclusiones; hay que cuidarse de no
determinado mensaje; sin embargo, que realmente se dice, sino de dictar lenguas que distinguen el plural y el
dar por obvio y evidente lo que pue- lo que es preciso decir" 4 . Por lo que singular, hay otras que tienen el pau-
tiene también muchas características de razonablemente ponerse en dis-
propias, sea por el modo como se se refiere precisamente a la lingüísti- cal, el trial, el cuadral, o bien no dis-
cusión. En particular, la lengua pue- ca, es posible poner de manifiesto tinguen en absoluto. La flexión ver-
construyen y estructuran, sea por el de ser analizada a la luz de la lin-
modo como realizan la comunica- aquellos fenómenos que interesan a bal distingue de forma diferente el
güística moderna [/I, 1] (que no hay la comunicación lingüística en la ce- tiempo y las modalidades de la ac-
ción misma; por consiguiente, se que confundir con la filosofía del
examinan específicamente en las res- lebración litúrgica tanto a nivel sin- ción; sigue siendo característica la
lenguaje), de la historia de las reli- crónico (lengua como sistema, la lengua hopi, en la que no se recurre
pectivas voces 2 . Aquí nos ocupamos giones [/ 2] y de la teología [/ 3].
principalmente de la forma de len- dialéctica lengua-habla, valores se- a la categoría temporal. Estos apun-
Limitando el estudio a estos tres as- mánticos subjetivos y objetivos, la tes sirven para indicar cómo cada
guaje más típica, llamada precisa- pectos, tendremos una imagen de len-
mente lengua, que se construye or- interlengua litúrgica) como diacró- lengua es algo vivo y original, que
gua litúrgica que puede ayudar a leer nico (la deriva de la lengua). puede encontrar en otras lenguas se-
gánicamente con lo que comúnmen- la historia y orientar la praxis [/ II]. mejanzas estructurales, pero no igual-
te se llaman las palabras; la ciencia Habría sido más correcto partir de dades totales.
correspondiente se llama lingüística. la praxis, es decir, del dato existente; a) La lengua como sistema. La
moderna lingüística concibe la len- Dentro de cada lengua, la más pe-
gua como algo orgánico y bien es- queña unidad lingüística portadora
Lengua/Lenguaje litúrgico 1116 1117 Lengua/Lenguaje litúrgico

de significado (denominada y defini- traducción puede ser planteado de misma, puede, a la larga y con el uso mática de la lengua litúrgica para in-
da de forma diferente por los distin- modo correcto si se respeta la natu- por parte de cada vez más numero- terpretarla correctamente; bajo este
tos autores) es parte de un todo, y en raleza del hecho lingüístico. sos individuos, convertirse en un perfil ha de afrontarse el problema
cada momento y a cada nivel está en verdadero hecho de lengua y entrar de la / traducción litúrgica, especial-
relación con todas las demás unida- b) La dialéctica "lengua"-"ha- a formar parte del sistema merced a mente cuando nos encontramos ante
des. Su valor semántico total lo dan bla". Con De Saussure cobra una la nueva convención ratificada por lenguas que no disponen de elemen-
también el conjunto de las relaciones importancia central en la lingüística el uso. Históricamente, muchos he- tos lingüísticos necesarios o bien el
que viene a establecer con las demás la distinción entre lengua y habla, chos de habla preceden a los hechos léxico litúrgico no está todavía esta-
unidades de la lengua, el puesto que términos que en este párrafo usaré de lengua; la lengua viene a crearse bilizado.
ocupa en la lengua considerada en en sentido técnico, y que en los dife- sólo a través de infinitos actos de
su organicidad, el juego concreto de rentes autores reciben denominacio- habla. c) Valores semánticos objetivos
la frase y la situación en que se pro- nes diversas 7. Cada lengua, en sus Entre lengua y habla existe una y subjetivos. Las diferentes unidades
duce la comunicación. Cada unidad unidades individuales y en su orga- relación dialéctica. Se puede utilizar que constituyen una lengua, los di-
tiene su identidad semántica, pero nización y sistematicidad, es fruto de un término sólo si se toma de la len- versos signos o palabras, no son
su capacidad de significado va más un contrato colectivo, es una institu- gua; la lengua es posible sólo a partir nunca algo definido semánticamente
allá de ella; a delinearla y configu- ción, por lo que escapa al poder del del habla. La lengua es juntamente de forma rígida. Los vocabularios y
rarla concurre también todo un jue- individuo; éste por sí solo no puede el producto y el instrumento del ha- los diccionarios nos dan sólo una
go de relaciones, de oposiciones y de crearla o modificarla mínimamente, bla. Esta distinción dialéctica de len- parte del significado de una determi-
diferencias con las demás. "El meca- sino sólo someterse a ella, si quie- gua y habla coloca en la justa pers- nada palabra; éste variará en el jue-
nismo lingüístico —escribe De Saus- re comunicarse; puede disfrutar de pectiva el problema de la existencia go de los factores lingüísticos que
sure—, gira todo él sobre identida- ella sólo después de un proceso y significación de la lengua religiosa construyen la frase (variables objeti-
des y diferencias, siendo éstas la con- de aprendizaje. La lengua aparece y litúrgica. vas) y en el acto de la comunicación
traparte de aquéllas...; los elementos como el repertorio potencial de ins- misma por los modos en que se efec-
se mantienen recíprocamente en equi- trumentos lingüísticos; comprende Con facilidad se ha hablado a me-
nudo de este problema, poniendo de túa, por las situaciones en que se
librio según las reglas determinadas, todos los elementos de que nos po- realiza y por las potencialidades del
la noción de identidad se confunde demos servir en el hablar y las reglas manifiesto la carencia de significado
del lenguaje religioso y litúrgico o sujeto receptor (variables subjeti-
con la de valor y recíprocamente" 5 . según las cuales hay que servirse de
Todas las diferentes unidades que bien afirmando su perfecta inteligi- vas). El ejemplo del ajedrez puede
ellos; es un tesoro depositado por la ser iluminador. Tómese un elemento
concurren en una misma área se- práctica, una norma superior a los bilidad. La distinción mencionada,
mántica se limitan recíprocamente, individuos, un conjunto de tipos que tiene "importancia central"" en del ajedrez como el caballo. A lo lar-
se amplían o restringen por la falta o esenciales a que hacer referencia. la lingüística, nos dice que es necesa- go del juego, en las diferentes com-
la presencia de otras concurrentes. Habla son todas las posibles combi- rio matizar y articular las afirmacio- binaciones que vienen a producirse,
"Ya no tenemos ideas —ha escrito naciones que el hablante puede ha- nes. La llamada lengua litúrgica, que viene a asumir un valor suplementa-
recientemente V. Bertalot, quizá cer para comunicar su pensamien- en cuanto expresión de un grupo po- rio, por el que ora está en condicio-
acentuando excesivamente el proble- to, pero utilizando aquel repertorio dría ser sólo un acto de habla, puede nes de vencer, ora de perder. Así su-
ma—, sino valores semánticos defi- potencial, aquellas estructuras y ser un verdadero hecho lingüístico cede con cada palabra. Si se la con-
nidos negativamente: son lo que los aquellas normas superiores que son sólo si entra a formar parte del juego sidera en su área o campo semántico
otros no son" 6 . propias de la lengua. Habla es el de la lengua común, respetando to- junto con todas las demás palabras
proceso de producción del acto das sus reglas. Si, por el contrario, afines, o bien se la observa en una
Esta visión de la lengua nos lleva lingüístico; es entrar concretamente es un hecho individual (es individual frase determinada, aparecerá cómo
a decir que también la lengua litúr- en el juego, pero observando correc- aun siendo propio de un grupo) y su significado viene a asumir conti-
gica se presenta como algo orgánico, tamente sus reglas; el recurso a re- contrario al sistema de la lengua, aca- nuamente ampliaciones o restriccio-
diversamente estructurado de lengua pertorios no previstos por la institu- ba no siendo significante. Sin em- nes semánticas incluso de notable
a lengua, aunque por la semejanza ción y la ignorancia o el repudio de bargo, hechos individuales de habla valor.
con las lenguas técnicas tiende a es- todas o de parte de las reglas del en el ámbito de la comunicación li-
tructurarse de modo uniforme. Di- túrgica pueden acabar afectando al Cada palabra o frase puede recibir
juego hacen más o menos incompren- un ulterior suplemento de significa-
cha visión debe poder guiar en el aná- sible el acto lingüístico. Sin embar- sistema general de la lengua y entrar
lisis que se hace de los textos litúrgi- a formar parte del mismo, ocupando do de un conjunto de factores que
go, el acto lingüístico individual, que no dependen de la estructura de la
cos, sobre todo cuando se trata de no es producido según el sistema de un espacio propio y recibiendo con
construir una teología litúrgica par- ello una plena legitimación. Es en lengua y de su modo de proceder y
la lengua y, por tanto, no tendría de organizarse, sino de elementos
tiendo del análisis de las fuentes li- derecho de ciudadanía en la lengua esta perspectiva dialéctica de lengua-
túrgicas. También el problema de la habla donde hay que ver la proble- externos muy variables. Son los va-
lores subjetivos, emotivos y afecti-
1119 Lengua/Lenguaje litúrgico
Lengua/Lenguaje litúrgico 1118
determinado el hecho de que existan renciándose del clásico, se distinguió
vos, llamados por Bloomfield con- municación más veloz y apropiada, muchas lenguas litúrgicas, que ten- también del popular por cierto ca-
notaciones. Piénsese en el diverso inmediatamente perceptible, con po- drán características propias y comu- rácter noble, que no era, sin em-
valor afectivo con que puede pro- sibilidades mínimas de error. Entra nes; por tanto, habrá que analizarlas bargo, un vacío juego retórico. Ac-
nunciarse un término como izquier- en este fenómeno interlingüístico la singularmente. Más abajo [/ II, 3] tualmente, en las diferentes comu-
da, rojo, negro: según los sujetos que jerga, un modo de expresarse propio se analizará la interlengua litúrgica nidades lingüísticas la interlengua
reciben o producen el mensaje, los de grupos particulares, más o menos castellana; aquí se pone de manifies- litúrgica no se coloca en un registro
términos mencionados experimen- diferenciado de la lengua común. Ha- to lo que puede ser común. bien definido, sino que tiende a co-
tan connotaciones de signo opuesto, blan una jerga los soldados de los En general, una interlengua se di- locarse entre la lengua hablada y la
positivas o negativas. El mismo tér- cuarteles, los miembros de un grupo ferencia de la lengua hablada de escrita, entre la popular y la docta o
mino liturgia, usado en ciertas cró- juvenil o religioso, el hampa. La jer- toda la comunidad por el léxico y literaria.
nicas periodísticas, acaba por desig- ga está determinada por una comu- por leves particularidades estructu- Lo que impide a la lengua litúrgi-
nar una manifestación hecha de ges- nidad de vida y de intereses, por un rales. Todas estas diferenciaciones ca ser sólo popular parece ser el he-
tos repetitivos y consabidos, vacíos fuerte deseo de cohesión y de distin- respecto de la lengua común no cho de su relación con lo divino y la
de sentido, falsos o ambiguos. Un ción de los demás, por culturas y crean algo sagrado; son simplemente glorificación de Dios. Ya algunos
caso notable en que el fenómeno de modas de sabor particular. La inter- elementos lingüísticos útiles a la co- autores antiguos habían motivado
las connotaciones llega a ser impon- lengua cumple varias funciones: municación; son fenómenos recono- en esta línea la búsqueda de una len-
derable y vasto es el del texto poéti- hace precisa y fácil la comunicación cidos por la lingüística y que están gua digna y el rechazo de toda bana-
co. Con los juegos de palabras, los en el interior del grupo; se convierte bajo sus leyes. La introducción de lidad l0. Además, la lengua litúrgica
sonidos, los ritmos, la composición en un signo de identificación y de categorías sacralizantes a nivel de lin- no puede ser simplemente la habla-
desusada de términos y la secuencia pertenencia al grupo mismo; a veces güística complica la interpretación da, porque de hecho se lleva a cabo
de imágenes se evocan y construyen es el medio para hacer incomprensi- de los hechos. La lingüística registra a través del libro escrito. Sólo si se
significados que van más allá de la ble a los extraños el propio decir o y ve el funcionamiento de las pala- lleva a cabo de forma diversa (pién-
identidad de las palabras usadas. para significar la propia diversidad. bras sagradas como análogo al de sese en las creaciones eucológicas li-
las palabras que usa el médico o el bres, en las preces espontáneas de
Las observaciones que se han Cuando se habla de lengua sagra- botánico; se sale de su competencia los fieles), la lengua litúrgica asume
apuntado encuentran en la liturgia da, o religiosa, o cultual nos referi- determinar la relación de cada pala- más profundamente el registro del
una gran aplicación. Explican la va- mos al conjunto de particularidades bra con la realidad (asunto propio lenguaje hablado, determinando
riación del significado de una lectura lingüísticas usadas por un determi- de la filosofía, que estudia la relación problemas que no son, sin embargo,
bíblica cuando es leída en relación nado grupo que, en el interior de una entre pensamiento y realidad) o bien de carácter lingüístico.
con otra, o bien en un día litúrgico comunidad lingüística, tiene una cul- analizar la eficacia de las fórmulas
particular o en una determinada si- tura religiosa específica y determi- Las dificultades que se encuentran
sacramentales (asunto propio de la en la producción de una comunica-
tuación humana. Un texto eucológi- nados comportamientos y costum- teología). La verdadera eficacia lin-
co asume connotaciones diversas bres de vida. Incluso cuando toda la ción correcta, evitando lo más posi-
güística es la de la correcta comuni- ble toda forma de error, ha hecho
por el hecho de que varíen las asam- comunidad lingüística tiene una mis- cación. Las demás ciencias podrán
bleas, y en una misma asamblea por ma religión, existe una lengua reli- surgir la idea de recurrir también
integrar los datos de la lingüística, para la liturgia a modelos lingüísti-
razón de la diversidad de los sujetos giosa y cultual. En ámbito cristiano pero no contradecirlos; si sucediera
participantes. También el modo de existe la lengua religiosa llamada cos artificiales, como sucede con la
esto, no tendríamos ya un acto lin- matemática o la física "; los lengua-
realizarse el mensaje (presencia o eclesiástica o de la iglesia, o sagrada, güístico, sino algo que tiene las apa-
ausencia de ritos y gestos, o bien de en cuanto que es propia del grupo jes artificiales proceden con suma
riencias de tal, como sucede con las precisión, sin admitir factores semán-
otros elementos visuales: el lugar, la religioso llamado iglesia o atañe a lo palabras o fórmulas mágicas.
dicción, el canto y la música...) con- sagrado. Parte de esta interlengua ticos subjetivos, emotivos o en todo
tribuye a crear valores significativos eclesiástica es la cultual o litúrgica. En cuanto a los registros lingüísti- caso variables. En estas formas de
suplementarios. cos (lengua hablada o escrita, popu- lenguajes, según Brekle, "es posible
Hasta un pasado reciente todas es- prescindir de determinaciones, con-
tas especificaciones acababan por re- lar o docta o literaria...), para las
lenguas litúrgicas tiende a repetirse notaciones [...] inesenciales al con-
d) La interlengua litúrgica. Hom- ferirse globalmente al latín cristiano texto en cuestión, y presentar los con-
bres que ejercen una determinada y litúrgico, es decir, a la lengua usa- el fenómeno producido en el latín
litúrgico. Éste surgió después de for- textos de que en cada caso se trata
profesión u oficio acaban recurrien- da en los documentos oficiales de la limpios, en el sentido de la teoría de
do a un conjunto de términos pro- iglesia y en la liturgia. Actualmente, marse el latín cristiano, el cual a su
vez representa una evolución del la- la información, de redundancias y
pios suyos, a crear una lengua en la sin embargo, la difusión del cristia- distorsiones. Normalmente, seme-
lengua, una interlengua. Las diferen- nismo en comunidades lingüísticas tín popular o plebeyo, y no del latín
clásico'. El latín litúrgico, aun dife- jantes lenguajes artificiales están
tes ciencias tienen necesidad de este muy diversas y la introducción de
medio lingüístico para hacer la co- las lenguas vivas en la liturgia han
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construidos de forma que, en lugar como una lengua nueva" . El hom- religiosas y cultuales, lo describe y de estados confusionales de delirio
de complicadas expresiones del len- bre que pretendiese construir una len- trata de interpretarlo. Sin tomar en religioso o de fijación maníaca lleva
guaje natural de uso corriente, se in- gua inmutable "se parecería —dice consideración todos los aspectos, a proponer la hipótesis de una mis-
troducen otras construidas de mane- De Saussure— a la gallina que em- será útil poner de manifiesto algunos ma matriz patológica. Según esta in-
ra relativamente sencilla, bien claras, polla un huevo de pato: la lengua que afectan a la lengua litúrgica: la terpretación, formas particulares de
controlables. Un simple procedimien- construida por él sería arrastrada, diferenciación de la lengua cultual lenguaje en algunas asambleas litúr-
to aligera mucho el trabajo intelec- quieras que no, por la corriente que respecto de la lengua común, la fije- gicas (piénsese, por ejemplo, en el
tual y reduce decisivamente las fuen- abarca a todas las lenguas"15. Ac- za de las lenguas cultuales, el poder canto y en el hablar en lenguas de
tes de error en la representación de tualmente la misma lengua latina, mágico de algunas lenguas cultuales. algunos grupos) serían expresión de
los datos de hecho y en la efectua- que no es ya de uso común y a la que Estos aspectos pueden encontrarse alguna forma de enfermedad. Hay
ción de los procedimientos lógicos se querría fija en sus estructuras y en también en lingüística; pero no se les que observar, sin embargo, que
de prueba" '2. La tentación consiste su léxico, apenas se la usa experi- somete a examen, en cuanto que "mientras que el lenguaje religioso,
en construir según este modelo de menta necesariamente una evolu- constituyen fenómenos que se sus- incluso cuando es formalmente aná-
lenguaje el texto litúrgico, de modo ción, y no puede no recurrir a nue- traen al estatuto lingüístico. Están de- logo a las expresiones del lenguaje
que las diferentes fórmulas puedan vos términos y a modificaciones es- terminados no por las leyes propias patológico, llega a ser siempre co-
tener la misma precisión significativa tructurales. de la lengua, sino por factores exter- municación y corresponde a una
de las ciencias positivas. Querer conservar una lengua in- nos a la lengua misma. Representan realidad histórica y cultural solici-
Será útil aceptar la referencia y la mutable es obrar contra las leyes del casi anomalías lingüísticas, que en- tándola y modificándola, el lenguaje
comparación con los lenguajes arti- hecho lingüístico. Ha sucedido en cuentran su motivación fuera de la patológico está desarraigado del
ficiales, pero procurando no querer Occidente respecto a la liturgia, por lingüística. contexto social, corresponde a mun-
reducir la lengua litúrgica, que se des- causas muy complejas que la historia dos personales aislados, carece de
arrolla en una lengua natural, a len- de las religiones registra a menudo, a) Diferenciación de la lengua componentes de comunicabilidad"'».
gua artificial. Justamente ha obser- pero no puede ser justificado lingüís- cultual respecto de la lengua común. En particular, por lo que se refiere
vado Barthes: "Lo que en un lengua- ticamente. Más aún, precisamente Las diferentes religiones usan a me- a la lengua de la liturgia cristiana,
je construido artificialmente se gana por haberse sustraído a la lengua nudo en su culto una lengua más o hay que tener presentes las obser-
en precisión representativa para una [/ supra, b\ la interlengua litúrgica menos distante de la común; se llega vaciones que hacía Guardini". La
esfera de objetos circunscrita en me- latina ha acabado por no ser ya un incluso a tener una lengua totalmen- oración litúrgica tiende a ser su-
dida relativamente estrecha, está en verdadero hecho lingüístico, sino un te diversa hasta bajo el perfil de las prapersonal y objetiva y a referirse
correlación con la falta de general simple hecho de palabra. En el mo- estructuras más profundas. Lo que fuertemente a los contenidos. Preci-
utilizabilidad de semejantes lengua- mento actual, las lenguas vivas han determina esta situación es la per- samente esta característica se refleja
jes; dicho brevemente: las múltiples entrado en la liturgia, se repite la cepción de la inadecuación del len- en la lengua misma, sustrayéndola a
finalidades comunicativas que pode- tentación de fijar y hacer inmutable guaje normal para la comunicación toda posible interpretación que la re-
mos alcanzar sin más con los len- la lengua ". Intervienen las mismas de lo divino y con lo divino, la nece- duzca a hechos individuales y patoló-
guajes naturales, de hecho no se pue- causas que han determinado la fijeza sidad de utilizar medios lingüísticos gicos. Sin embargo, sigue siendo ver-
den alcanzar sino en menor medida del latín litúrgico. Será necesario to- apropiados, la exigencia de sustraer- dad que en algunas formas -margina-
usando los lenguajes artificiales"". mar en serio el fenómeno de la deri- se al error y a toda forma de conta- les de expresiones y en el apego a lo
va de las lenguas e insertarse en la minación del mensaje primitivo, el diverso en cuanto tal se pueden ocul-
e) La "deriva"de la lengua. Si se dirección que ella toma. Donde no presentimiento de que sólo aquella tar motivaciones y realidades no per-
la considera diacrónicamente, cada existe una lengua litúrgica o está en lengua tiene valor en orden a la pro- fectamente reducibles a hechos nor-
lengua tiene un movimiento de deri- formación, será posible crear situa- ducción de determinados efectos. males. Actualmente, no la lengua li-
va. "Si las lenguas no se fragmenta- ciones lingüísticas favorables, obran- túrgica, testimoniada por los / libros
ran en dialectos, si cada una de ellas do en la dirección de la lengua, te- El recurso a semejante lenguaje litúrgicos, sino más bien ciertas for-
se mantuviera como una unidad es- niendo presente que "sólo las va- particular suscita el problema de su mas de espontaneismo en que se ex-
table y completa —escribe Sapir—, riaciones individuales que siguen carácter lógico y de su valor de ver- presan sujetos no equilibrados, le-
no por eso dejaría de ir apartándose determinada dirección" realizan y dad; ante formas relevantes y des- vantan la sospecha de que la expre-
constantemente de las normas, ni de- transportan esta deriva ". acostumbradas piensa uno encon- sión lingüística litúrgica es un índice
jaría de desarrollar en todo tiempo trarse con comportamientos lingüís- de estados patológicos.
nuevos rasgos ni de transformarse ticos que tienen su origen no en
2. EN LA PERSPECTIVA DE LA HIS- motivaciones racionales, sino en al-
poco a poco en una lengua tan dife- TORIA DE LAS RELIGIONES. La histo-
rente de lo que fue en sus principios, gunos estados patológicos; la analo- b) Fijeza de las lenguas cultua-
ria de las religiones conoce el con- gía entre los lenguajes místicos, po- les. Las lenguas cultuales se originan
que en realidad puede considerarse junto del fenómeno de las lenguas sesorios, proféticos y los lenguajes al principio como todas las demás
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interlenguas, y deberían estar some- ha indicado el camino para un ver- combinado con sonidos diversos, se- espiritualidad. Esta intencionalidad,
tidas a una deriva, cuyo ritmo varía dadero y correcto proceso de secula- gún las diferentes lenguas. La lin- conocida por la teología sacramen-
con el desarrollo de la religión y las rización y desacralización; ha hecho güística no dice nada sobre la rela- tal, sustrae la palabra litúrgica a la
necesidades del grupo que se sirve que la liturgia no estuviera reservada ción que el significado tiene con la concepción mágica. Se puede decir
de ellas, en estrecha relación con el a una élite. realidad, tarea ésta de otras ciencias, que en la liturgia la palabra se reali-
movimiento cultural de la comuni- como la filosofía y la teología. Al za en el ámbito de la libertad, de la
dad lingüística a que pertenece. Por c) Poder mágico de ¡a lengua afirmar ésta la distinción y la liber- espiritualidad y del significado. Si la
un proceso de ritualización al que cultual. La historia de las religiones tad con que el binomio significante- presencia de Cristo en la palabra y
concurren varios factores, tales in- conoce el fenómeno de la magia y de significado se unen entre sí, se puede la eficacia de la fórmula sacramental
terlenguas tienen la tendencia a fi- las palabras o fórmulas mágicas. Se llegar a superar toda interpretación están en relación con el significado y
jarse y a hacerse inmutables. A de- trata de palabras o fórmulas cuyo mágica de la palabra litúrgica. En no con el sonido, queda por consi-
terminar este fenómeno concurren la sentido es con frecuencia nulo, o las palabras y fórmulas mágicas es derar de qué naturaleza es esta rela-
preocupación por conservar en la sólo lo conoce el celebrante; produ- inconcebible esta distinción entre ción. Se trata de un ámbito de inves-
transmisión el mensaje originario, cen un efecto determinado únicamen- significante-significado-realidad. Su- tigación abierto, que, sin embargo,
una veneración por aquella lengua te por su valor fonético y la conco- cede así que ni Dios ni el hombre no puede desembocar en la subjeti-
que se cree propia de Dios, la con- mitancia de otros elementos. Po- dominan la palabra o la fórmula. vidad.
cepción de que sólo esa lengua está drían dar paso a interpretaciones Son dadas como valor fonético, y se
en condiciones de transmitir adecua- mágicas las consideraciones sobre la encuentran en relación necesitante
damente un mensaje religioso típico eficacia de la palabra en los sacra- con la realidad: pronunciado un de-
o de producir el efecto requerido, el II. Praxis de la lengua litúrgica
mentos. En el ámbito teológico terminado sonido, no puede no se-
fenómeno de la tabuización. Algu- [/ infra, 3] se aclarará el problema. guirse el efecto preciso fijado, inde-
nas corrientes místicas del hebraís- 1. EN LA HISTORIA DE LA LITUR-
Aquí interesa sólo apuntar que el pendientemente de que se conozca el GIA, a) El desarrollo de las interlen-
mo consideran que la lengua hebrea uso de la lengua latina por parte de significado de dicho sonido. La pa-
es la lengua misma con que Dios se guas litúrgicas en la iglesia. La pri-
quien no la conocía podía engendrar labra y la fórmula mágica están en mera comunidad cristiana de Jeru-
expresa, crea el mundo y se revela; automatismos semejantes a los que condiciones de forzar el efecto. Se
por tanto, cambiar la lengua equi- salén celebró verosímilmente su
se encuentran en el mundo mágico. puede decir que en la magia nos mo- liturgia en la lengua aramea: quizá
valdría a cambiar el contenido vehi- vemos en el ámbito de la necesidad
culado por dicha lengua. A semejan- sólo la Escritura se leía en la lengua
3. EN LA PERSPECTIVA DE LA (Dios mismo se ve necesitado; nadie original hebrea. La difusión del cris-
te concepción se acerca el fundamen- TEOLOGÍA LITÚRGICA. En el ámbito puede cambiar a su arbitrio el soni-
talismo protestante; se determina así tianismo en las otras ciudades del
de la teología litúrgica se habla de la do), de la materialidad (lo que tiene imperio romano y la destrucción de
la aversión a la traducción, o se quie- presencia de Cristo en la palabra y valor es el sonido y el modo como se
re una traducción a equivalencias for- Jerusalén tuvieron por resultado que
de la eficacia de las fórmulas sacra- ha producido y articulado) y del no- para la liturgia se usara el griego de
males. mentales. Estos elementos, si no se significado (no es necesario que aque- la koiné, conocido en todo el impe-
La conservación de la lengua en entienden rectamente, pueden recibir llos sonidos sean significativos; más rio; durante unos dos siglos, también
el estado originario preserva de la una interpretación mágica e inducir aún, a menudo carecen de sentido). en la misma Roma se celebraba pre-
corrosión al mensaje primitivo; da a hacer inmutable la lengua litúrgi- En la liturgia cristiana, la presencia valentemente en griego, en la lengua
origen a una lengua de referencia o ca. Al remitir a las voces que pro- de Cristo y la eficacia de las fórmu- en que se formó el NT. A medida
universal; reserva a una élite la fundizan más ampliamente el aspec- las sacramentales no vienen dadas que el cristianismo pasa de las ciu-
comprensibilidad de los valores to teológico de la palabra [/ Biblia y por el sonido de las palabras. Preci- dades a los campos y sale de los con-
vehiculados por una lengua arcaica; liturgia; / Sacramentos, etc.], aquí samente por eso la iglesia desde el fines del imperio romano, entran en
determina la concepción mágica de nos limitamos a algunas observacio- comienzo no ha vacilado lo más mí- el uso litúrgico el armenio, el copto,
los mensajes. La fijación del latín nes, partiendo de conclusiones de la nimo en celebrar la liturgia en las el siriaco, el latín mismo. Hay en es-
como lengua de la iglesia y de su lingüística. diferentes lenguas, bien consciente tos tiempos una gran libertad, y no
liturgia entra en este fenómeno, con Esta enseña que en la más peque- de que no perdía nada de la realidad se afirma ningún principio para
todos los valores y los límites. La ña unidad lingüística, la palabra, se de los propios ritos. La fórmula sa- prohibir el uso de las lenguas vivas;
constitución litúrgica SC, al conser- deben distinguir dos elementos: sig- cramental encuentra su eficacia no en esto la nueva religión revela su
var el latín e introducir al mismo nificante (o sonido, o valor fonéti- en el sonido, sino a nivel del signifi- universalidad (lo que no sucedió con
tiempo las lenguas vivas en la litur- co) y significado. Estos dos compo- cado, en la amplitud del significado, el hebraísmo) y la capacidad de po-
gia, ha eliminado toda tentación de nentes no tienen una relación nece- en la intención que Cristo y el minis- der entrar a formar parte de la vida
una concepción mágica de lengua la- saria, sino arbitraria, por lo que un tro le anexionan: nos hallamos así cotidiana de cada pueblo y de cada
tina; en campo lingüístico-religioso determinado significado puede ser en una perspectiva de libertad y de cultura, asumiendo también su len-
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gua. El cambio lingüístico, además iglesia querido por el protestantismo nos de los ss. m y IV conocen cada dar origen a las diferentes lenguas
de ser expresión de la encarnación apunta también a pasar del latín a vez menos el griego, hasta que éste neolatinas; en la liturgia, sin embar-
de la iglesia en las diferentes culturas las diferentes lenguas vulgares22. La desaparece casi por completo. Du- go, continuó usándose el latín que se
y pueblos, está determinado por exi- verdadera reforma en este sector vie- rante aquel período se registran las había estabilizado en los cuatro pri-
gencias pastorales y por precisas in- ne a concluirse con el Vat. II, duran- diferentes tentativas de traducción meros siglos. La diversidad cada vez
tenciones evangelizadoras; en efecto, te el cual se afronta el problema en de la biblia. La latinización de la len- más acentuada entre la lengua ha-
la obra evangelizadora se lleva a un amplio debate y se decreta la po- gua litúrgica es progresiva y lenta; blada del pueblo y la de la liturgia
cabo plenamente en la liturgia. Has- sibilidad del uso de la lengua vulgar lleva consigo primeramente un régi- ha planteado el problema de un
ta el s. XII, mientras en Occidente se en la liturgia. men de coexistencia con el griego cambio de praxis. Los misioneros de
habla latín, en Oriente son de uso Considerando globalmente la his- (bilingüismo). En el 360, Mario Vic- la iglesia latina acusaban profunda-
litúrgico principalmente el siríaco, el toria, podemos percibir dos direccio- torino cita todavía en griego la aná- mente este problema; la historia nos
copto, el armenio, el georgiano, el nes siempre presentes una junto a fora, dando a continuación la tra- habla de las concesiones hechas por
gue'ez, el paleoslavo y el árabe. Hay otra: una tiende a hacer fija e in- ducción latina (PL 8,1094B); sin em- la Santa Sede para la utilización par-
testimonios de otras lenguas, espe- mutable la lengua litúrgica; la otra bargo, ya en el 382 un escritor cial de la lengua viva en algunas par-
cialmente en las iglesias no católicas. tiende a insertarse en el devenir y a anónimo, el Ambrosiaster, cita ya el tes de la liturgia. Los misioneros je-
Por varios factores, entre ellos la asumir las diferentes lenguas. Ha canon en latín (CSEL 50,268)». En suítas en China ensayaron un inten-
creación de libros litúrgicos y la ne- habido acentuaciones, incluso con- el s. vil tropezamos con el retorno al to muy vasto. El debate sobre la
cesidad de preservar la liturgia de siderables, pero las dos direcciones bilingüismo, debido al hecho del ori- oportunidad de usar la lengua viva
las herejías, aquellas lenguas origi- siempre han estado presentes una gen oriental de algunos papas del en la liturgia se hizo cada vez más
nariamente vivas acaban no siguien- junto a otra y han obrado dialéctica- tiempo. El proceso de formación del vivo inmediatamente antes del Vat.
do la evolución, se desgajan progre- mente, determinando un desarrollo latín ha entrañado una neta diferen- II, incluso con intentos de bloquear
sivamente del hablar común y pasan concreto, en beneficio de la evange- ciación del latín clásico y un acerca- toda ulterior discusión. El concilio,
a ser lenguas muertas 20. lización de los pueblos, de la pro- miento al latín popular o plebeyo. después de una amplia discusión, dio
fundización doctrinal, de la conser- Las antiguas traducciones bíblicas re- en la constitución sobre la liturgia
vación de la ortodoxia y de la uni- flejan esta tradición de lengua popu- (n. 36) las líneas principales de una
La iglesia no se sustrae a la ten- lar. El latín entra en la liturgia cuan- orientación pastoral: 1) Para los ri-
dencia, conocida por la historia de dad de la fe. Habitualmente la
traducción de la Escritura a las dife- do la lengua latina cristiana se ha tos latinos se conserva el uso de la
las religiones, de hacer inmutable la estabilizado relativamente. Por los lengua latina. 2) Razones pastorales
lengua del culto. Sin embargo, a lo rentes lenguas desempeña un papel
no indiferente para la mutación de documentos que nos han llegado se pueden exigir el uso de las lenguas
largo de toda la historia, especial- puede advertir que el latín litúrgico vivas. 3) Se permite a las autoridades
mente en Occidente, se registran sig- la lengua litúrgica y casi siempre la
precede. se distancia del latín clásico, pero di- locales decidir sobre la admisión y
nos de una voluntad de sustraerse a fiere también del latín cristiano co- sobre la extensión del uso de la len-
esta tendencia. Por ejemplo, en Áfri- rriente; es una lengua literaria, a me- gua viva. 4) Los libros traducidos
ca, cuando los cristianos no com- b) La interlengua litúrgica de Oc- nudo de notable valor, con cierta pá- deben recibir la aprobación de la
prendieron ya el griego, se pasó in- cidente: el latín. Parece que la intro- tina de arcaicidad que la abstrae del autoridad local. Ulteriores primeras
mediatamente del griego al latín. ducción del latín en la comunidad tiempo 2i . No es posible hacer una especificaciones vienen dadas por la
Los pueblos eslavos de la gran Mo- cristiana fue obra de los africanos consideración unitaria, si descende- SC misma en los nn. 54, 63, 101 y
ravia y de Panonia solicitaban en el Tertuliano, Cipriano, Arnobio, Lac- mos a detalles; algunos documentos 113 para la lengua litúrgica de la
s. IX pasar del latín a su lengua co- tancio y, después, Agustín; ellos ha- se acercan más que otros al lenguaje misa, de los sacramentos y sacra-
rriente eslava. Una tradición cano- brían forjado el primer léxico jurí- común y expresan mayormente la mentales, del oficio divino, de las
nista bizantina muy autorizada, apo- dico y cultual de la iglesia de Occi- genialidad del pueblo; las diferencias partes musicales. Para las iglesias de
yándose en Rom 3,29 ("¿O es que dente 2!. Sin embargo, no se puede estilísticas entre los libros hispáni- Oriente, el decreto sobre las iglesias
Dios es solamente Dios de los ju- excluir que al mismo tiempo tam- cos, galicanos y romanos son consi- orientales católicas deja al patriarca
díos? ¿No es también de los gentiles? bién en Roma se haya producido el derables. El recurso a la retórica es con su sínodo (o a organismos co-
Sí, también de los gentiles"), se ve mismo fenómeno. Los primeros es- constante, sobrio, equilibrado, más rrespondientes) el derecho de regular
llevada a concluir que "los que son critos oficiales en latín son del 250: acentuado que en los autores latinos el uso de las lenguas y de aprobar la
ortodoxos en todo, pero completa- las cartas de Novaciano, del papa cristianos 26. versión de los textos en lengua vul-
mente ignorantes de la lengua grie- Cornelio a Cipriano. Después de gar de acuerdo con la Santa Sede
ga, celebrarán en la propia lengua, esta fecha, la correspondencia de los (OE 23). El conjunto de las disposi-
con tal que tengan ejemplares sin va- obispos de Roma tiene lugar en la- 2. EN LAS DISPOSICIONES DEL ciones y las actuaciones graduales
riantes de las oraciones habitua- tín, también porque se va reducien- VAT. II. En el Occidente cristiano la que se están llevando a cabo de-
les"21. El intento de reforma de la do el influjo de Oriente. Los cristia- lengua latina ha evolucionado hasta
1127 Libros litúrgicos
Lengua/Lenguaje litúrgico 1126
Sapir, // linguaggio. Introduzione alia lingüisti- Madrid 1982, 857-893; Mounin G., Introduc-
muestran cada vez más el gran valor tad mayor se ha manifestado en la ca, Einaudi, Turín 1969, 151 — ,5 F. De Saus- ción a la semiología, Anagrama, Barcelona
pastoral de aquellas decisiones; re- estructura del lenguaje. Se ha procu- sure, Corso di lingüistica genérale (nota 5), 1972; Mondin B., ¿Cómo hablar de Dios hoy?,
presentan un viraje (no teológico, rado, al traducir, que existiera un 95 — ,6 Cf G. Venturi, Una nuova traduzione Paulinas, Madrid 1979; Murray P., El lenguaje
sino práctico) destinado a influir pro- mínimo margen entre la palabra del del "Messale Romano'?, en RL 64 (1977) 500- en el culto cristiano, en "Concilium" 52 (1970)
523 — " E. Sapir, // linguaggio (nota 14), 303-305; Palacios M., El género lírico y su len-
fundamente en la iglesia y en su ca- texto y la palabra traducida; pero 155 — " A.M. Di Ñola, Lingua e linguaggio guaje en la celebración litúrgica, en "Liturgia"
pacidad evangelizadora. ¿cómo formular una frase síntesis de religiosi, en Enciclopedia delle religioni 4 (Flo- 254 (1971) 224-241; Paterna P., El miércoles de
la oración romana a la lengua caste- rencia 1972), col. 1520 — " Cf R. Guardini, ceniza. Análisis lingüístico de la bendición e im-
3. EN LA ACTUAL EVOLUCIÓN POS- llana, que posee un modo de pensar Lo spirito della liturgia, Morcelliana, Brescia posición de la ceniza, en "Phase" 144 (1984)
CONCILIAR: LA INTERLENGUA LITÚR- muy distinto al ambiente latino? La 1930, 1-44 — 20 Cf C. Korolevskij, Liturgie en 541-547; Sastre A.R., Lenguaje y comunicación
Zangue vivante, Cerf, París 1955 — 2I Citado en la liturgia, en "Phase" 138 (1983) 457-472;
GICA CASTELLANA. Después del con- solución no es fácil, y el problema por C. Korolevskij, Liturgie en langue vivante, VV.AA., Problemas de lenguaje, en "Phase" 59
cilio Vat. II, las iglesias locales, mo- queda abierto para que la interlen- 31 — 22 Cf H.-A.-P. Schmidt, Liturgie et lan- (1970)421-516.
vidas por los criterios expresados en gua litúrgica castellana se vaya es- gue vulgaire. Le probleme de la langue liturgi-
la constitución Sacrosanctum conci- tructurando lingüísticamente hasta que chez les premiers réformateurs et au Concile
lium, han realizado un gran esfuerzo presentar un lenguaje litúrgico com- de Trent (Analecta Gregoriana 53), Roma
1950 — 23 Cf C. Vogel, Introduction aux sour-
para introducir en las celebraciones prensible para todo el pueblo cris- ces de l'histoire du cuite chrétien au moyen-áge,
litúrgicas las lenguas vernáculas. Ya tiano. Bottega di Erasmo, Espoleto 1966, 241-247 —
en el siglo pasado en España se hizo [/ Gestos; / Comunicación en la
24
T. Klauser, La liturgia nella chiesa occiden- LIBROS LITÚRGICOS
la traducción del Misal Romano al eucaristía; / Traducción litúrgica]. lale. Sintesi slorica e riflessione, LDC, Turín
castellano para uso de los fieles. La 1971, 31-38 — " Cf los estudios de la Mohr-
man cit. en la nota 9 — 2Í Cf M. Auge, Principi SUMARIO: 1. Nota previa - II. El tiempo de la
década de los años cuarenta, en di interpretazione dei tesli liturgici, en Anam- improvisación - III. El tiempo de la creativi-
nuestro siglo, se caracterizó por la nesis. Introduzione slorico-teologica alia litur- dad - IV. Los libros litúrgicos puros: 1. El Sa-
NOTAS: ' La lingüistica (por A. Martinet, J.
gran difusión de los misales para uso Martinet y H. Walter, Rizzoli), Milán 1972, gia (por S. Marsili) 1, La liturgia, momento nel- cramentarlo; 2. El Leccionario; 3. El Antifona-
del pueblo cristiano. Cada misal pre- la storia della salvezza. Marietti, Turín 1974, rio; 4. Los Ordines - V. Los libros mixtos o
189 — 2 Para una panorámica de los proble- plenarios: 1. El Pontifical; 2. El Misal; 3. El
sentaba su traducción propia, pro- mas, cf A. Pistoia, Linguaggio e liturgia: rasse- 157-179.
Ritual; 4. El Breviario - VI. Los libros tridenti-
curando un lenguaje acomodado a gna bibl, en EL 92 (1978) 214-237; Introduzio- G. Venturi nos - VIL Los libros del Vat. 11: I. El Misal
ne critica al dibattito recente sul linguaggio li- Romano; 2. El Leccionario; 3. La Liturgia de
la mentalidad de las personas que lo túrgico, en EL 94 (1980) 3-26 — ' Para una las Horas; 4. El Pontifical; 5. El Ritual - VIH.
usaban durante las celebraciones, ce- panorámica bibl. general, ver G. Venturi, Ele- Criterios para el uso de los libros litúrgicos.
lebradas en latín. De las primeras menti di bibliografía linguistico-liturgica con BiBLioGRAFfA: Aldazábal J., ¿Es válido el
traducciones no oficiales a las de hoy particolare riferimento ai problemi della tradu- lenguaje de los nuevos prefacios?, en "Phase"
zione litúrgica, Libr. Ed. Salesiana, Verona 63 (1971) 283-288; Alonso Schoekel L., La Pa-
el lenguaje litúrgico castellano ha su- 1977; además, Gli scopi della teoría lingüistica labra inspirada. La Biblia a la luz de la ciencia I. Nota previa
frido una gran evolución. Se ha per- (por Stanley Peters), Turín 1976; C. Pelizzi, del lenguaje. Herder, Barcelona 1966; Antiseri
feccionado la expresión y se ha me- Rilo e linguaggio, Roma 1965. Podría ser útil la D., El problema del lenguaje religioso. Cris- Por libro litúrgico, en sentido es-
jorado su calidad. Sin embargo, per- lectura de las actas del Simposio de Varsovia, tiandad, Madrid 1976; Argemi A., Problemas tricto, entendemos un libro que sirve
duran todavía hoy en día muchos Recherches sur les systémes signifiants. Sympo- de lenguaje en las oraciones litúrgicas, en "Pha- para una celebración litúrgica y está
sium de Varsovie 1968, La Haya 1973 — 4 A. se" 54 (1969) 545-556; Bentué A., Estructura y
problemas de lenguaje. El hombre Martinet, Elementi di lingüistica genérale. La- verdad del lenguaje mítico, en "Teología y Vida" escrito con vistas a ella. En sentido
en su comunicación oral emplea di- terza, Bari 1972, 13 — "• F. De Saussure, Corso 16 (1975) 17-39; Duquoc C.-Guichard J., Polí- más amplio, es tal también el libro
versos niveles de lenguaje: el lengua- di lingüistica genérale. Laterza, Bari 1970, 132, tica y vocabulario litúrgico, Sal Terrae, Santan- que, aun no habiendo sido escrito
je común, el literario, el familiar, el 134 — * V. Bertalot, Tradurre la bibbia. Pro- der 1977; Farnés P., Nominalismo litúrgico, en con vistas a la celebración, contiene,
blemi di traduzione della bibbia ebraica, LDC, "Phase" 46 (1968) 366-371; Fernández P., Es-
popular, regional, etc., y cambia, Turín, y ABU, Roma 1980, 25 • ' Cf G. Bes, sin embargo, textos y ritos de una
tructura semiológíca de la liturgia, en "Salman-
con frecuencia, los niveles según la "Langue"y "parole", en La lingüistica (nota I), ticensis" 22 (1975) 457-497; Haussling A., Len-
celebración, tanto si han sido usados
comunicación socio-ambiental. El 168-172 — " H.E. Brekle, Introduzione alia se- gua litúrgica, en SM 4, Herder, Barcelona 1973, como si no.
cristiano que habla con Dios en cas- mántica. II Mulino, Bolonia 1975, 53 — ' Cf 353-357; Llabrés P., Las lenguas vivas en la li- En el primer sentido, el libro es un
tellano, ¿a qué nivel lingüístico se C. Mohrmann, Eludes sur le latín des chrétiens turgia, en "Phase" 137 (1983) 411-432; Llopis
I, Le latín des chrétiens. Storia e letteratura, elemento de la celebración, y a él
debe expresar? El uso de la lengua J., La liturgia como lenguaje simbólico, ib, 138 también se le respeta e incluso se le
Roma 1962 2; III, Latín chrétien et liturgique, (1983) 447-456; Maldonado L., El menester de
latina en las celebraciones litúrgicas Storia e letteratura, Roma 1965 — l0 Cf Lac- la predicación. Sigúeme, Salamanca 1972; Poe- venera; en el segundo sentido, el li-
ha contribuido a frenar la organiza- tancio, Divinarum Instilutionum libri septem
sía litúrgica. Iniciación cristiana y canto festivo, bro se convierte en fuente para la
ción de una lengua litúrgica castella- 5, I, 15; san Hilario, Tracialus in Psalmos
13,1 — " Cf H. Schmidt, II linguaggio e la sua PPC, Madrid 1980; Manigne J.P.-Ladriére J - historia de la liturgia, y en particular
na propia. Al traducir los textos li- funzione nella liturgia, en RasT 15 (1974) 3- Gilkey L., Lenguaje y culto, en "Concilium" 82 del rito o de los elementos que con-
túrgicos del latín al castellano han 14 — l2 H.E. Brekle, Introduzione alia semán- (1973) 204-245; Mínguez D., Pentecostés. Ensa- tiene.
aparecido los problemas de vocabu- tica (nota 8), 19 — " R. Barthes, Elementi di yo de semiótica narrativa en Hch 2, Institución
semiología, Einaudi, Turín 1974', 13 — l4 E. San Jerónimo-P. Instituto Bíblico, Roma 1976; Además de estas fuentes directas,
lario, de estilo, etc., pero la dificul- Molari C , Lenguaje, en DTI 1, Cristiandad, existen también aquellos escritos que
Libros litúrgicos 1128
1129 Libros litúrgicos
nos informan sobre el hecho litúrgi- ritos litúrgicos con algunas fórmulas
co sin ser por ello libros litúrgicos, más importantes: consagración de tos se conservan, pero no para ser IV. Los libros litúrgicos puros
como textos de historia, escritos de los obispos, de los presbíteros, de los utilizados de nuevo.
los padres, documentos del magiste- diáconos y de los demás ministros; Cierta cantidad de tales libelli se A partir del s. vn aumenta la do-
rio, etc. esquema de plegaria eucarística, ca- encontró en Letrán, y se reunieron cumentación litúrgica. Tenemos li-
Por tanto, los libros litúrgicos tecumenado y bautismo; oraciones y en un códice que actualmente se en- bros litúrgicos propiamente tales en
contienen los ritos y los textos escri- normas para las vírgenes, las viudas; cuentra en la biblioteca capitular de uso. Se trata de libros puros, en el
tos para la celebración. Son un ve- la oración de las horas, los ayunos, Verona, cod. 85. Descubierto en sentido de que contienen cada uno
hículo de la tradición, en cuanto que bendición del óleo. 1713 por Escipión Maffei y publica- un elemento de la celebración, y que
expresan la fe de la iglesia, y gene- La importancia de este documen- do en 1735 por J. Bianchini, recibió por tanto sirven para cada ministro.
ralmente son fruto del pensamiento to es múltiple: nos da por primera de éste el título de Sacrarnentarium Así distinguimos:
no de un solo autor, sino de una igle- vez fórmulas de plegaria eucarística, Leonianwn, por considerarlo una
sia particular en comunión con las de ordenaciones, del bautismo...; tes- composición de León Magno (440-
timonia claramente que no es nece- 461). A continuación se descubrió 1. EL SACRAMENTARIO. Es el li-
demás iglesias. Pero son también bro del celebrante, obispo o presbí-
fruto de una cultura, determinada en sario que el obispo "pronuncie lite- que era obra de diversas manos;
ralmente las palabras citadas, como entre ellas, además de la del papa tero, y contiene las fórmulas eucoló-
cuanto al tiempo y al espacio geo-
gráfico. En efecto, si bien la liturgia esforzándose por recordarlas de me- León, la intervención de los papas gicas para la eucaristía y los sacra-
cristiana es sobre todo acción divina moria, sino que cada uno ore según Gelasio I (492-496) y Vigilio (537- mentos.
que se realiza en el signo sacramen- su capacidad. Si alguno es capaz de 555). La edición más reciente y me- El primero es el así llamado Sa-
tal, los libros litúrgicos contienen, orar largamente y con solemnidad, jor es la de L. C. Mohlberg (RED 1, cramentario gelasiano antiguo. Se
sin embargo, las palabras y los ges- está bien. Pero si pronuncia una ora- Roma 1956), con el nombre de Sa- conserva únicamente en el cod. Vat.
tos con que una cultura ve y expresa ción con mesura, no se le impida, crarnentarium Veronense. reg. lat. 316. Transcrito hacia el 750
esta acción divina. con tal que diga una oración de una El texto presenta unos 300 formu- en Chelles, cerca de París, fue publi-
Pero esto se verá más claramente sana ortodoxia" (c. 9). larios, más o menos completos, divi- cado en 1680 por G. Tomasi. La úl-
haciendo la historia de los libros li- El texto de Hipólito ha tenido didos en 43 secciones. El redactor tima edición de Mohlberg tiene
túrgicos. Podemos dividirla en cinco una influencia muy considerable en los ordenó por meses. Pero faltan como título Liber sacramentorum ro-
períodos. varios ambientes, como testimonian los primeros folios, y comienza con manae ecclesiae ordinis anni circuli
la traducción copta, árabe, etiópica el mes de abril. Normalmente cada (RED 4, Roma 1960). El título gela-
y latina. formulario comprende colecta, se- siano es impropio. Se debe al hecho
II. El tiempo de la improvisación creta, prefacio, poscomunión y su- de que se ha querido identificar este
per-populum. Falta todo el texto libro con las "Sacramentorum prae-
Se trata de los tres primeros siglos III. El tiempo de la creatividad del canon y toda la cuaresma y la fanones et orationes" que, según el
cristianos. En este tiempo no hay li- pascua. De las demás fiestas a veces Liber Pontificales (ed. Duchesne, Pa-
bros litúrgicos propiamente tales, Desde el s. iv se precisan los con- tenemos muchos formularios, mien- rís 1925, I, 225), Gelasio compuso
excepto, si así podemos llamarlo, el tornos de los diversos ritos litúrgi- tras que algunas celebraciones están "cauto sermone".
texto de la biblia. Para el resto, todo cos, tanto orientales como occiden- ausentes. Por todos estos motivos, El sacramentario está dividido en
se deja a la libre creatividad, salvo tales. Y esto se debe a la creación de no es exacto ni siquiera el término tres libros: I. Propio del tiempo (de
en los elementos esenciales. textos que cada iglesia compone y sacramentario. la vigilia de navidad a pentecostés),
Hallamos rastro de estos esque- comienza a fijar por escrito, aun- De todos modos, el códice reviste más los textos para algunos ritos,
mas y de esta libertad en textos no que no en forma oficial. Deteniéndo- una importancia fundamental para como las ordenaciones, el catecume-
propiamente litúrgicos, como la Di- nos en la iglesia de Roma, se había la eucología romana, porque se trata nado y el bautismo, la penitencia, la
dajé, que nos da indicaciones sobre producido un fenómeno importante: de las primeras composiciones segu- dedicación de la iglesia, la consagra-
el bautismo, sobre la eucaristía, so- el paso del griego al latín como ramente romanas. En efecto, se en- ción de vírgenes; II. Propio de los
bre la oración diaria y sobre el ayu- / lengua litúrgica. cuentra varias veces romana civitas, santos y el tiempo de adviento; III.
no; como los escritos de Clemente Se forma en este siglo el canon devotio, nomen, principes, urbs, se- Domingos ordinarios, con el canon,
de Roma y la I Apología de Justino. romano (la actual primera plegaria curitas. Muchas oraciones tienen en y celebraciones varias.
Hacia el 215 encontramos la Tradi- eucarística), y se empiezan a compo- cuenta situaciones contingentes de la Característica del gelasiano es la
ción apostólica' del presbítero ro- ner textos eucológicos en latín. Se ciudad de Roma, hasta el punto de presencia de dos o incluso tres ora-
mano Hipólito. En sentido amplio, continúa así hasta el s. vi, compo- que se puede reconstruir su tiempo, ciones antes de la oración sobre las
éste es el primer libro litúrgico, por- niendo cada vez los textos que sirven a veces también el año, de su com- ofrendas. Se discute si la segunda
que contiene sólo descripciones de para las diferentes celebraciones. És- posición. Signo éste de una liturgia hay que asimilarla a la super sindo-
viva. nem del rito / ambrosiano. Pero la
1131 Libros litúrgicos
Libros litúrgicos 1130
tos fueron marcados en el margen gne, Corbie, Senlis. Son todos del
discusión más amplia versa sobre el Los dos tipos principales del gre- del texto sagrado. En un segundo s. ix.
origen del gelasiano. Es claro que goriano son el Adriano y el Paduen- momento se hizo, primero como
hay en el códice influjos galicanos. se. El primero se llama así porque apéndice del libro y luego como có-
Pero si el núcleo es romano, ¿cómo deriva de una copia del auténtico gre- 4. Los ORDINES. Para una cele-
dice aparte, un elenco de perícopas bración litúrgica no bastan los dife-
explicar la presencia al mismo tiem- goriano, que el papa Adriano I (772- distribuidas para varios días. De ahí
po en Roma de dos sacraméntanos: 795) mando a Carlomagno, que se la rentes libros que contienen los tex-
el término capitularía, porque ha- tos, sino que se necesita conocer el
gelasiano y gregoriano? [/ infra]. La había pedido, y que éste conservó en cían la lista de los capitula con la
tesis más defendida, salvo detalles, Aquisgrán. De estas copias más o modo de estructurar el desarrollo de
indicación del comienzo y del fin de la celebración misma. Los libros
es la de A. Chavasse 2 , según el cual menos directas quedan muchos ma- cada fragmento (faltaba la actual di-
el gregoriano era de uso exclusivo nuscritos. El mejor es el cod. 164 de mencionados sólo rara vez llevan rú-
visión en capítulos y versículos). bricas (así llamadas por estar escritas
del papa, mientras que el gelasiano Cambrai. Pero al ser incompleto el
era de uso de los títulos (iglesias) gregoriano recibido de Roma (falta- Encontramos así leccionarios que en rojo = ruber). De éstas se encar-
presbiterales. ban, entre otras cosas, los formula- contienen sólo los evangelios (llama- gan libros especiales, que se llama-
rios de los domingos después de dos capitularía evangeliorum), o rán Ordo (plural, Ordines) u Ordi-
Pentecostés), fue necesario proveer sólo las lecturas no evangélicas (lla- narium.
El reg. 316 es de importancia fun- mados Comes, o Liber Comitis, o
damental para los ritos del, catecu- a un suplemento. Éste, que antes se El origen de tales libros se debe
atribuía a Alcuino, parece ser, por Liber commicus) o también ambos. sobre todo a la necesidad del clero
menado y del bautismo, distribuidos
en el ámbito de la cuaresma, con los el contrario, obra de Benito de De los primeros se ha ocupado franco, que quiere saber cómo se
tres escrutinios y las entregas de los Aniane J. Th. Klauser 4 , que ha cotejado un desarrollan en Roma las diversas ce-
evangelios, del símbolo y del padre- millar de manuscritos, clasificándo- lebraciones.
Un manuscrito adrianeo sin suple- los en cuatro tipos, designados con
nuestro, como también para la cele- mento es el de Trento. Después de las ediciones parciales
bración del triduo sacro. Encontra- las letras griegas, ü., A, X (romanos)
y A (franco-romano). En cuanto al de G. Cassander (1558-1561) y M.
mos además en él los ritos de la re- Otro tipo de gregoriano es el de Hittorp(1568), J. Mabillon-M. Ger-
conciliación de los penitentes y de la tiempo, van del 645 al 750. Hay que
Padua (bibl. capitular D 47), redac- emparentar el primero con el sacra- main (1687-1689), E. Marlene (1700-
misa crismal, etc. tado en Lieja hacia la mitad del s. ix 1702), L. Duchesne (1889), final-
mentario gregoriano, los demás con
y luego llevado a Verona, con adi- los gelasianos del s. vm. mente M. Andrieu publica la edición
Aludíamos al sacramentario gre- ciones de los ss. x y xi. No es del crítica de todos los Ordines romani
goriano. Deberíamos hablar más todo clara, entre los estudiosos, la Los Comes más antiguos son el de hasta ahora conocidos '. Contra los
bien de familia gregoriana, porque sucesión y la dependencia de los dos Würzburgo 5, que corresponde al ge- quince ordices de Mabillon, él dis-
hay muchos manuscritos. En gene- tipos: si viene antes la línea de Pa- lasiano antiguo, y el de Alcuino 6 , tingue cincuenta, divididos en diez
ral, derivarían de una fuente atribui- dua, como pensaba Mohlberg, o al que hay que relacionar con el grego- secciones, y reducibles a dos fami-
da al papa Gregorio Magno (590- contrario, como piensa Chavasse. riano. Siguen, para los gelasianos lias: A (romana pura) y B (romano-
604), pero redactada bajo Honorio del s. vm, los de Murbach ' (que lue- franca). Entre ellos los más impor-
(625-638). En general, la estructura Una tercera serie de sacraménta- go pasó al Misal) y de Corbie, como tantes son el I, que trata de la misa
gregoriana difiere de la gelasiana por nos está constituida por los que se principales. papal en el s. vil; el XI, que describe
tres aspectos: el gregoriano no está llamaban Missalia regis Pipini, y que los ritos del catecumenado (aquí los
dividido en libros, sino que el santo- hoy llamamos "gelasianos del s. 3. E L ANTIFONARIO. ES el libro escrutinios se convierten sin más en
ral está mezclado con el del tiempo, vin". Parece tratarse de una fusión que contiene los cantos de la misa, y siete y se trasladan a los días labora-
e incluso a veces los domingos to- de estructura gregoriana con textos está destinado al cantor o al coro. bles), y el L, llamado también Ordo
man la denominación de un santo gelasianos. Dichos sacramentarios romanus antiquus, que será el nú-
Los más antiguos antifonarios, cleo del Pontifical romano-germáni-
celebrado precedentemente (los após- son muchos. Por probable orden de que hay que emparentar con los ge-
toles Pedro y Pablo, Lorenzo...); tie- importancia: Gellone, Angulema, co del s. x.
lasianos del s. vm, no tienen todavía
ne sólo una oración antes de la ora- san Galo, el llamado Triplex, Rhei- notación musical. Se trata de seis có- Para la historia de la liturgia me-
ción sobre las ofrendas; indica la es- nau, Monza. dices, publicados en sinopsis por dieval no se subrayará nunca bas-
tación, o sea, el lugar en que el papa Hesbert ! , el primero de los cuales es tante la importancia de tales ordines,
celebraba en un determinado día. 2. EL LECCIONARIO. Al principio sólo un cantatorium o gradúale, por- junto con las Consuetudines monas-
Es, en general, un libro más sencillo se leían directamente de la biblia las que contiene sólo los cantos inter- ticae y los Capitularía (aquí en el
y menos rico que el gelasiano (muy lecturas para la celebración litúrgica, leccionales. Es el Cantatorio de Mon- sentido de decisiones administrativo-
reducido el número de prefacios, no de modo más o menos continuo. za. Los demás no son italianos: jurídicas, disciplinares de sínodos,
existen ya las bendiciones sobre el Cuando se comenzó a escoger frag- Rheinau, Mont-Blandin, Compié- concilios particulares, etc.).
pueblo más que en cuaresma). mentos para determinados días, és-
Libros litúrgicos 1132
1133 Libros litúrgicos
V. Los libros mixtos o plenarios do, preparó para su diócesis un pon-
tifical basándose en los precedentes, con nombres diversos: Agenda, Or- medievo fue reanudada en 1892 por
En los umbrales del año 1000 asis- pero con mayor claridad. Se divide dinarium, Manuale. Se trata común- U. Chevalier IS y por Dreves-Blume,
timos a un fenómeno de fusión de en tres libros: ritos sobre las perso- mente de libros privados, redactados que iniciaron la serie de Analecta
los diferentes libros por motivos fun- nas; sobre las cosas; celebraciones va- por los mismos sacerdotes con cura Hymnica. 4) El Antifonal del oficio,
cionales. Se comienzan a recoger en rias (acciones). de almas. que R.J. Hesbert ha publicado re-
un solo libro todos los elementos Con éste tenemos el primer ponti- El que tuvo mayor importancia cientemente '«. 5) El Oracional, del
que sirven para una celebración. Un fical, que será sustancialmente el que fue el Sacerdotale, de Alberto Cas- que encontramos huellas en el sacra-
primer paso se dará insertando por luego se apropiará toda la iglesia. tellani de 1555 l3, que, sin embargo, mentario de Verona y en el Gelasia-
extenso en los Ordines los textos no suprimirá la libertad de que cada no, que comprende las oraciones
eucológicos que antes sólo se men- 2. E L MISAL. Por la misma exi- cual continuara creándose su propio para las diversas horas canónicas.
cionaban. Nacen así los libros mix- gencia de orden práctico y en el mis- ritual. Todos estos libros, después del
tos o plenarios. mo período (finales del s. x) comien- año 1000, confluyen en uno solo, lla-
zan a aparecer libros que contienen 4. EL BREVIARIO. El mismo pro- mado Breviarium, porque era de he-
1. EL PONTIFICAL. Con este nom- todos los elementos para la celebra- ceso que hemos visto para el Misal cho una reducción de los diferentes
bre se designa el libro que contiene ción de la eucaristía (oraciones, lec- se produjo con el libro de las horas. elementos, especialmente de las lec-
fórmulas y ritos de las celebraciones turas, cantos, ordo missae). Antes había libros distintos: 1) El turas. El más conocido es el Brevia-
reservadas al obispo (pontífice), Se llama a ese libro Missale, o Lí- Salterio, que en el uso litúrgico ha rium secundum consuetudinem ro-
como la confirmación, las ordena- ber missalis, o Missale plenarium. tenido dos redacciones: la romana manae curiae, difundido también
ciones, las consagraciones de igle- La rapidez de difusión del Misal (por haberse usado en Roma hasta por obra de los Frailes menores, que
sias, de vírgenes, la bendición de (con la consiguiente extinción gra- el s. vin), que corresponde a la pri- lo adoptaron oficialmente en 1223 ".
abades, pero también la coronación dual de los sacraméntanos) se debe mera revisión de san Jerónimo sobre De este Breviario se hizo en 1525
de reyes y de emperadores... al hecho de la multiplicación de las el texto griego de los LXX, y la ga- una reforma desde el punto de vista
El primer libro de este género es el misas privadas, en que el celebrante licana (llamada así porque, usada pri- de la latinidad. Más importante es la
decía todo, incluso lo que correspon- mero en Galia, luego se difundió en reforma del card. Quiñones (llama-
Pontifical Romano-Germánico del
s. x (= PRG). Compuesto hacia el día a los otros ministros. Esto conti- todo el Occidente, excepto en la ba- do de la Santa Cruz, por su título
950 en Maguncia, es un interesan- nuará siendo normal incluso en las sílica vaticana), que reproduce el cardenalicio), por encargo de Cle-
te ejemplo de la obra de adaptación celebraciones comunitarias, en las texto de la segunda revisión jeroni- mente VIL Pero esta reforma, bien
de la liturgia romana a los paí- que tales ministros estaban presen- miana sobre la Hexapla de Orígenes, hecha bajo el aspecto racional, no
ses franco-germánicos. Se presenta tes. El Misal es así el libro en que y que luego entró en la Vulgata. A tenía en cuenta que el oficio divino
como una mina de ritos y de fórmu- confluyen el Sacramentario, el Lec- menudo en los salterios se insertan de suyo está destinado al coro, y no
las, pero también de partes didácti- cionario (de Murbach), el antifona- para uso litúrgico los cánticos bíbli- al rezo privado (como de hecho su-
cas, como sermones, moniciones, ex- rio y los primeros Ordines. cos, para los nocturnos y los laudes. cedía). Publicado en 1535 y reimpre-
posiciones de misa, con doscientos 2) Él Homiliario, o sea, el libro que so varias veces, fue acogido umver-
El más importante es el llamado recoge las lecturas patrísticas. El más salmente con entusiasmo, pero en
cincuenta y ocho títulos de celebra- Missale secundum consuetudinem 1556 Pablo IV lo suprimió por el
ciones diferentes ,0. El PRG, llevado importante, que luego pasó al Bre-
curiae l2, que tuvo una gran difusión viario, es el que Pablo el Diácono, motivo mencionado arriba, volvien-
a Roma por los Otones, luego fue por haberlo aceptado la orden de los
simplificado y reducido, especialmen- monje de Montecasino, preparó do al Breviario de la curia romana.
Frailes menores, que prácticamente para Carlomagno l4. 3) El Himnario,
te a partir de Gregorio VII (1073- lo llevaron en todas sus peregrina-
1085). Encontramos así algunos que recoge los himnos de composi-
ciones misioneras. Será el primer ción eclesiástica para las diversas ho- VI. Los libros tridentinos
pontificales reducibles a un tipo, lla- Misal impreso, como editio prin-
mado por el editor Andrieu "el pon- ras canónicas. Parece que el rito ro-
ceps, en Milán el año 1474. mano acogió los himnos sólo en el s.
tifical romano del s. xn"". El concilio de Trento tenía en pro-
xn; pero ya san Ambrosio los había yecto una reforma de la liturgia,
3. EL RITUAL. Como los obispos compuesto para la liturgia de Milán, pero no se consiguió llevarla a cabo
En el siglo siguiente, bajo Inocen- tenían en el Pontifical su libro, así y san Benito los había acogido en la durante su desarrollo, y en la sesión
cio III (1198-1216), se creó un ponti- también era necesario un libro que liturgia monástica. Así el más anti- 25.a (Corpus Tridentinum IX, 1106)
fical adaptado a las exigencias de la contuviese los ritos realizados por guo manuscrito de himnario es el
curia papal de Letrán. los presbíteros (además, claro está, se pidió al papa la tarea de realizar-
cod. Vat. regin. lat. 11, del s. vui, la. Los criterios a que se atendrán
A finales del siglo, durante el del Misal para la eucaristía). Desde publicado por Tomasi en 1683. La
tiempo de cautividad en Avignon, el el s. XII, y especialmente en el xiv, los papas son éstos: reformar, según
publicación de los himnos que se la tradición de la iglesia romana (es
obispo de Mende, Guillermo Duran- surgen muchos libros del género, fueron componiendo a lo largo del decir, en continuidad con el período
Libros litúrgicos 1134
1135 Libros litúrgicos
medieval); imponer los nuevos libros sitio martyrum y Depositio episco-
a toda la iglesia occidental, excepto porum, insertas en Cronógrafo del 1952, y nunca ha sido propiamente sacram, de 1967; Tres abhinc annos,
aquellas iglesias que pudieran hon- 354. Posteriormente los calendarios obligatorio, dejando sobrevivir los de 1967 (segunda instrucción); Eu-
rarse de tener ritos con más de dos- se insertan en los libros litúrgicos a Rituales de las iglesias locales que lo charisticum mysterium, de 1967, y
cientos años de antigüedad. Esto, modo de índice. Redactados aparte, quisieren. Liturgicae instaurationes, de 1970
debido a que la única autoridad en con la indicación del día y del lugar, El Caeremoniale episcoporum es (tercera instrucción). Con tales ins-
campo litúrgico de ahora en adelan- tomarán el nombre de martirolo- también un libro nuevo. Había naci- trucciones se daba la posibilidad de
te habría de ser la sede apostólica. gios. El más antiguo es el llamado do ya en 1455 de la necesidad de introducir la lengua vulgar en las di-
En concreto, la reforma fue más Martyrologium hieronymianum, de describir más detalladamente las ce- ferentes partes de la celebración, por
l8 lo que cada una de las conferencias
bien superficial, ya que se promul- la segunda mitad del s. v . Siguen remonias del papa, de los obispos y
garon en edición típica libros ya co- los martirologios históricos, que a de los presbíteros en la celebración episcopales toma disposiciones para
nocidos y usados antes del concilio, las indicaciones precedentes añaden litúrgica. Textos semejantes se ha- traducir el viejo Misal, prepara lec-
con ligeros retoques y simplificacio- noticias esenciales de la figura y de bían visto en 1516 y 1564, pero el cionarios ad experimentum, se tra-
nes, especialmente en las partes me- la obra de los santos, especialmente Caeremoniale pasó a ser libro oficial duce parte del Ritual, etc. Entretan-
nos sustanciales. respecto a su muerte. Entre éstos, el con la bula de Clemente VIII en to, el Consilium trabajaba, con gru-
Sin embargo, todos estos libros se de Beda, de Floro, de Usuardo ". 1600. Revisado y corregido varias pos especiales de expertos, en la
llamarán romanos en un sentido di- Estos últimos, sin embargo, daban veces en los siglos siguientes, ha lle- composición de los nuevos libros.
verso del que tenían precedentemen- cabida a muchas noticias legenda- gado hasta los umbrales del Vat. II. Así, de 1968 hasta hoy se han publi-
te, es decir, válidos no sólo para la rias, por lo que era necesaria una Hoy no se ve la oportunidad de un cado en la edición típica latina:
ciudad de Roma, sino para todo el revisión. El papa Gregorio XIII se libro semejante, dada la elasticidad
de las nuevas normas litúrgicas. • CALENDARIUM ROMANUM (1969)
Occidente latino. De hecho, además interesará por ella, ya que a partir (= CR).
del rito romano así ensanchado, per- del s. ix el martirologio se leía cada Desde el tiempo de su promulga-
manecieron en Occidente sólo el rito día en el officium capituli de los mo- ción, los libros tridentinos habían • MISSALE ROMANUM. Bajo este en-
ambrosiano y alguna diferencia en nasterios y después de las catedrales. permanecido casi inalterados, salvo cabezamiento tenemos, en volú-
el rito dominicano. Se le encarga al célebre historiador pequeños retoques en las sucesivas menes:
Inmediatamente después del con- card. César Baronio; el libro fue pu- ediciones. Nunca se les ha sometido
blicado en 1584 como Martyrolo- a una verdadera reforma. Tentativas Missale Romanum (1970; 19752)
cilio se promulgan el Breviario (en x (= MR);
1568), el Misal (en 1570), el Marti- gium romanum . La reforma del de este género, hechas por iniciativa
Vat. II no lo considera ya libro litúr- de algún obispo, serán condenadas Ordo Lectionum Missae (1970'
rologio (en 1584), el Pontifical (en 19810 (= OLM);
1595), el Caeremoniale episcoporum gico, aunque no es improbable una por Roma. Sólo en nuestro siglo,
nueva revisión. más aún, de 1950 en adelante, tene- Lectionarium (3 vols., 1970-1972);
(en 1600) y el Ritual (en 1614).
mos cambios de relieve, como el res- Ordo Cantus Missae (1973).
Respecto al Breviario, / Liturgia El Ritual tridentino nace tarde
de las horas, III, 5, c-d. por un motivo muy preciso. Grego- tablecimiento de la vigilia pascual en • OFFICIUM DIVINUM. Bajo este en-
El Misal, después de la bula Quo rio XIII se lo había encargado al 1951, la restauración de la semana cabezamiento tenemos, en volú-
primum tempore, de Pío V, contiene card. Julio Santori. Éste se puso a la santa en 1955, el nuevo código de menes:
dos instrucciones: un Ritus servan- obra, insertando en su Ritual tam- rúbricas en 1960, cuando ya estaba Liturgia Horarum (por ahora en
dus in celebratione missae y un De bién indicaciones de textos bíblicos anunciado el concilio Vat. II. 4 vols., 1971-1972; 1980") (= LH).
defectibus in celebratione missae oc- adaptados al catecumenado y a la
currentibus. Se trata de normas ru- mistagogia. Sin embargo, antes de • PONTIFICALE ROMANUM. Bajo
brícales para uso de los ministros. que se hubiera acabado de imprimir VIL Los libros del Vat. II este encabezamiento tenemos, en
No se hace ninguna alusión a la par- morían el papa y Santori (1602), y el fascículos:
te de los fieles. pontífice siguiente, Pablo V, mandó El concilio Vat. II quiso una re- De Ordinatione Diaconi, Presby-
El Martirologio es un libro que destruir los ejemplares. El Ritual de forma general de los libros litúrgi- teri et Episcopí (1968) (= ODPE);
encontramos ahora por primera vez. Santori fue impreso de nuevo por cos, con lá posibilidad de la traduc- Ordo Consecrationis Virginum
Pero tiene una larga historia. En- los herederos con la fecha que habría ción en las lenguas vernáculas. Por (1970) (=OCV);
cuentra su antecesor en el calenda- debido llevar (1583) [/Iniciación eso el papa Pablo VI, ya el 21-1- Ordo Benedicendi Oleum catechu-
rio, es decir, en la lista de las fiestas cristiana, II, 3]. Pablo V publicó lue- 1964, creaba un Consilium para la menorum et infirmorum et confi-
y de los santos que tienen una cele- go su Rituale romanum (1614), mu- recta ejecución de la constitución li- ciendi chusma (1971) (= OBO);
bración en un determinado lugar. El cho más reducido que el de Santori. túrgica [/ Reforma litúrgica]. Ordo Benedictionis Ábbatis et Ab-
más antiguo calendario litúrgico ro- Hay que señalar que este libro no El Consilium elaboró diversos do- batissae (197 \)(=OBAA);
mano está constituido por la Depo- fue impreso en edición típica sino en cumentos, entre los que figuran: ín- Ordo Confirmationis (1972)
ter oecumenici, de 1964; Musicam (= ocy,
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De Institutione Lectorum et Acoly- texto del Misal, dividido en propio turgia de las Horas (OGLH) que, a observar el celibato (= RLA). Ritual
torum... (1973) (= ILÁ); del tiempo, propio de los santos, co- semejanza de la OGMR, ilustra la de la consagración de vírgenes
Ordo Dedicationis Ecclesiae et Al- munes, misas rituales, misas y ora- teología, la espiritualidad, las diver- (— RCV). Ritual de la bendición de
taris (1978) ( = O DEA); ciones ad diversa, misas votivas, mi- sas partes, los diversos elementos y un abad o una abadesa (= RBnA).
Caeremoniale Episcoporum (1984). sas de difuntos. El rito de la misa cometidos de los ministros de la Li- Se trata de tres ritos diversos. Los
está colocado entre el propio del turgia de las Horas. Son dos las ministerios instituidos son los del
• RITUALE ROMANUM. Bajo este
tiempo y el propio de los santos, y a perspectivas nuevas (o renovadas) de lector y del acólito (se han abolido
título tenemos, en fascículos: su vez se distingue en rito para la este libro: 1) está destinado no sólo los del ostiario y del exorcista, como
Ordo Baptismi Parvulorum (1969) celebración con el pueblo (— misa a sacerdotes, diáconos y religiosos también el subdiaconado). Son dos
(= OBP); normativa) y rito para la celebración con votos solemnes (que siguen te- las novedades a este respecto: a) el
Ordo Celebrandi Matrimonium sin el pueblo. niendo la obligación de recitarlo), ministro no es ya el obispo, sino el
(1969) (=OCM); El MR ya no es un misal plenario, sino a toda la comunidad cristiana ordinario (esto significa que en las
Ordo Exsequiarum (1969) (= OE) porque ya no comprende las lectu- (religiosas y laicos); 2) se recomienda órdenes y congregaciones religiosas
Ordo Professionis Religiosae (1970; ras; pero no se le puede llamar sim- la celebración comunitaria, especial- puede serlo el superior mayor); b)
19752, pero ya no bajo el enca- plemente un sacramentario, porque mente de las dos horas más impor- los candidatos son laicos (que per-
bezamiento Rituale Romanum) incluye también las antífonas de en- tantes (laudes y vísperas). manecen tales), los cuales pueden as-
(= OPR); trada y de comunión; en efecto, éstas pirar o no a las órdenes. La consa-
Se espera todavía un quinto volu-
Ordo Unctionis Infirmorum eo- debe decirlas el mismo celebrante, men (himnos; cánticos de libre elec- gración de vírgenes es un rito anti-
rumque pastoralis curae (1972) en el caso en que no se haga un can- ción; oraciones sálmicas; textos para quísimo y venerable, por el que una
(=OUI); to o no las recite ningún otro. las celebraciones de vigilia, etc.). virgen (religiosa o no) consagra pú-
Ordo Initiationis Christianae Adul- Respecto al Misal de Pío V, la blicamente su virginidad como signo
torum (1972) (= OICA); parte eucológica está muy incremen- de la iglesia virgen que sólo tiene a
4. EL PONTIFICAL. Podemos or-
De Sacra Communione et de Cul- tada, comprendiendo alrededor de Cristo por esposo. La bendición de
denarlo así: un abad o de una abadesa se ha crea-
tu Mysterii Eucharistici extra Mis- ochenta prefacios (contra los quince
sam (1973); • Ritual de la Confirmación do ex novo, porque en el viejo Pon-
del precedente), cuatro plegarias (1976) (= RC). Se celebra normal-
Ordo Paenitentiae (1974) (= OP); eucarísticas (otras se autorizarán a tifical tenía más el aspecto de una
De Benedictionibus (1984) ( = B). mente durante la misa, o al menos ordenación episcopal. Los nuevos
continuación). Ha sido repensado ex después de una liturgia de la pala-
novo en su totalidad. textos expresan mejor la función del
• A éstos hay que añadir: bra. La renovación de las promesas padre y maestro de una comunidad
Gradúale simplex (19752); [/ Misal romano], bautismales pone de manifiesto su monástica.
Ordo Coronandi Imaginem Bea- relación con el bautismo. El ministro
tae Mariae Virginis (1981). 2. EL LECCIONARIO [/ Lecciona- es el obispo (o el sacerdote que tiene • Ritual de la bendición del óleo
rio de la misa). licencia especial para ello), pero pue- de los catecúmenos y enfermos y de
Presentamos brevemente los co- den ayudarle otros sacerdotes en la la consagración del crisma (— RBO).
rrespondientes textos oficiales en ver- 3. LA LITURGIA DE LAS HORAS crismación. Ritual de la dedicación de iglesias y
sión española (el año entre parénte- (1979) (= LH). Se llama así la ora- de altares (= DCA) (1980). El pri-
sis indica la primera edición). ción de alabanza de la iglesia, que • Ritual de ordenación del diáco- mer rito, que se ha de celebrar du-
tiene por objeto extender a las diver- no, del presbítero y del obispo (1977) rante la misa crismal de jueves santo
1. E L MISAL ROMANO (1971) sas horas (canónicas) de la jornada (= RO). Éstos son los ministerios or- (mañana) en las catedrales, donde el
comprende también la Ordena- aquella glorificación de Dios que al- denados. El conjunto de los ritos, obispo concelebra con su presbite-
ción General del Misal Romano canza su cumbre en la oración euca- aunque conserva los textos esencia- rio, trae los textos tradicionales (con
(= OGMR). Esta última es un texto rística. Este nuevo nombre especifica les de la tradición, resulta más orde- ligeras adaptaciones) de la bendición
muy denso, en el que se presenta la el de oficio divino (dado a la ora- nado, dando mayor relieve a la im- de los óleos santos. Los otros dos
teología de la misa, la articulación ción) y sustituye al de breviario posición de manos y a la oración con- ritos se han renovado y simplificado
del rito, los cometidos de cada uno (dado antes al libro). La edición está sagratoria, y menos a los ritos su- sustancialmente, de suerte que for-
de los ministros y de la asamblea, las dividida en cuatro volúmenes: I. plementarios. La restauración de man con la celebración de la euca-
normas para una correcta celebra- Tiempo de adviento y de navidad; la concelebración hace más sencillos ristía, que es cumbre del rito, una
ción y las posibilidades de una sana II. Tiempo de cuaresma y de pascua; los ritos de la ordenación del obispo sola acción ritual.
adaptación. Después de las Normas III. Tiempo ordinario (semanas 1-17); y de los presbíteros. /. Scicolone
universales sobre el año litúrgico y IV. Tiempo ordinario (semanas 18- • Ritual para instituir acólitos y
sobre el calendario (extractadas del 34). En el primer volumen se encuen- • Ceremonial de los Obispos
Calendarium Romanum), sigue el admitir candidatos al diaconado y al
tra la Ordenación General de la Li- presbiterado, y para la promesa de (= CO). Éste es uno de los últimos
Libros litúrgicos 1138 1139 Libros litúrgicos

libros promulgados por la reforma vez que tradicional es también un pios teológicos de la liturgia episco- a los que se consagra la sexta parte
general que decretó el Vat. II (1984). libro nuevo, porque en su mismo es- pal, presentada no a la manera de (así, la institución de acólitos y lec-
Se trata de un volumen en parte muy tilo lleva innegablemente la impron- ceremonias fastuosas, sino a la luz tores, por ejemplo, viene debida-
tradicional y en parte también bas- ta de los libros del Vat. II: las refe- de la constitución conciliar Lumen mente separada de las ordenaciones
tante novedoso. Hay que reconocer rencias doctrinales que justifican las gentium. Un aspecto particularmen- de ministros). La séptima parte con-
que el CO tiene unas características normas son continuas y explícitas; te importante y delicado de esta pri- templa las celebraciones extraor-
que lo distancian bastante de los con este estilo el CO —a pesar del mera parte ha sido el de aunar aque- dinarias del obispo desde su nom-
otros libros litúrgicos emanados de título de ceremonial que lo encabe- lla "noble sencillez" de los ritos de- bramiento y ordenación hasta su
la reforma litúrgica del s. xx. Su prin- za— se aleja de lo que podría ser cretada por el Vat. II (SC 34) con muerte, exequias y tiempo de sede
cipal característica frente a los de- una simple descripción de ceremo- los necesarios signos de respeto ins- vacante. También se trata de los ri-
más libros litúrgicos actuales es que nias, enlazando así, por lo menos en pirados por la fe que ve en el obispo tos del concilio plenario y provincial
no ofrece textos eucológicos; apa- cierta manera, con la visión que de la imagen o sacramento de Jesús, el y del sínodo diocesano. Finalmente,
rentemente, por lo menos, se presen- la liturgia tenían los padres (cf, por Señor. La segunda parte trata de la en el apéndice se sintetizan las varias
ta sólo como un volumen de simple ejemplo, las explicaciones de la Tra- participación y presidencia del obispo disposiciones posconciliares ya vigen-
normativa litúrgica, como su mismo dición apostólica de Hipólito sobre y de sus ministros en la misa. En tes antes del CO sobre las vestiduras
título —Ceremonial— parece ya su- el significado de las divefsas imposi- esta parte es importante el cambio de los prelados y se ofrece una tabla,
gerir. No obstante, leído a la luz de ciones de manos en las ordenacio- de perspectiva con que se presenta la esquematizando las normas propias
la historia y de la teología litúrgica, nes, o las Catequesis mistagógicas de celebración de la misa presidida por de las misas rituales, votivas y de
el CO debe situarse en el ámbito sa- Ambrosio, de Cirilo de Jerusalén, de el obispo, acción culminante de la difuntos. El libro concluye con un
cramental con tanta razón como pue- Juan Crisóstomo o Teodoro de Mop- liturgia cristiana (SCA\); de acuerdo extenso y pormenorizado índice de
dan colocarse en este ámbito los de- suestia. con los otros libros litúrgicos reno- un centenar de páginas que facili-
más libros litúrgicos, pues si los de- vados que ya no dan nunca a los ta encontrar cualquiera de los ritos
Al ser uno de los últimos libros obispos el título de pontífices",
más libros ofrecen los textos bíblicos publicados por la reforma litúrgica, contenidos en el volumen.
y eucológicos de la liturgia, es decir, tampoco el CO habla nunca de misa
al CO le ha sido fácil apoyar su nor- pontifical, sino de missa stationalis P. Farnés
las palabras sacramentales, éste pre- mativa en los libros litúrgicos publi-
senta los gestos simbólicos de los mis- (término de versión ciertamente difí-
cados anteriormente. No obstante, cil, pues si en latín cristiano statio 5. EL RITUAL, publicado tam-
terios cristianos. El CO es, pues, un hay que decir también que en algu-
libro que, en la misma línea que la significaba reunión plena de la igle- bién en fascículos, comprende:
nas pocas ocasiones presenta intere- sia local, en las lenguas modernas es
Institutio que encabeza el Misal de santes variantes, introducidas o bien • Ritual del bautismo de niños
Pablo VI [/ supra, VII], aleja el pe- difícil encontrar un término que ex- (1970) (= RB). Es un rito sustancial-
para unificar algunas rúbricas que prese esta misma realidad). La terce-
ligro de ver la celebración sólo como variaban de un Ordo o Ritual a otro mente nuevo, porque nunca había-
un conjunto de textos que se van pro- ra parte describe la celebración so- mos tenido un rito propio para el
o bien con vistas a mejorar algunos lemne del oficio divino y de la pala-
clamando unos después de otros, ritos o incluso algunos usos introdu- bautismo de niños que tuviese en
acompañados únicamente de gestos bra cuando preside el obispo; la cuenta su situación real. Antes era
cidos y que no siempre resultaban cuarta parte describe las diversas ce-
simplemente espontáneos del minis- correctos 2I. un rito de bautismo para adultos
tro. Uno de los principales valores lebraciones del año litúrgico: en esta adaptado a los niños. Ahora se tiene
del CO es el hecho de que sitúa los El CO está dividido en ocho par- parte merecen destacarse tanto las
tes, precedidas de un proemio y se- en cuenta que se los bautiza en la fe
gestos litúrgicos en su realidad más breves catequesis que introducen el de la iglesia, y principalmente de los
teológica: la de acciones sacramen- guidas de un apéndice. El proemio sentido de cada una de las fiestas
presenta una breve síntesis histórica padres y de los padrinos. La celebra-
tal-comunitarias de la iglesia, no principales como la insistencia con ción, prevista para el domingo, se
simplemente del ministro ni de la co- de lo que han sido las diversas des- que se subraya la importancia del
cripciones de los ritos litúrgicos que hace de forma comunitaria, inserta
munidad concreta que celebra la li- domingo, para el que se pide que su en una celebración de la palabra (o
turgia común de la iglesia. se elaboraron a través de los siglos celebración no quede recubierta con
hasta llegar al actual CO. Después también, aunque sólo excepcional-
la celebración de diversos días con- mente, durante la misa).
El CO es un volumen tradicional de una breve alusión a los Ordines sagrados a distintas necesidades de
en un doble sentido: a) porque con romani —verdadera raíz primitiva la comunidad cristiana (cf n. 223). • Ritual de la iniciación cristiana
la descripción de los gestos celebra- del CO—, el texto se refiere a los La quinta parte habla de la celebra- de adultos (1976) (- RICA). Es un
tivos mayores conserva y transmite distintos Ceremoniales papales, que ción de los sacramentos, presidida rito que, descuidado en los siglos
la tradición litúrgica de la iglesia, y fueron como el puente que ha enlaza- por el obispo; en esta parte se sepa- más recientes, recobra toda la praxis
b) porque se sitúa en línea de conti- do los antiguos Ordines con el nuevo ran claramente los sacramentos de catecumenal de la iglesia de los sie-
nuidad con los Ordines romani de la CO. En el cuerpo del volumen la pri- la celebración de los sacramentales, te/ocho primeros siglos. Después de
edad media [/ supra, IV]. Pero a la mera parte describe algunos princi- la introducción general sobre la ini-
Libros litúrgicos 1140 1141 Libros litúrgicos

ciación cristiana, y la particular para • Rito de la sagrada comunión y mienzo del noviciado, visto como El B consta de cuarenta y un Ordi-
la iniciación de adultos, siguen cinco del culto de la eucaristía fuera de la tiempo de preparación y de opción, nes o ritos de bendición; muchos de
capítulos dispuestos así: 1. Rito del misa (1974). El rito tiene en cuenta el rito de la profesión temporal y el estos ritos de bendición aparecen
catecumenado, dispuesto por gra- diversas situaciones cambiadas: a) la de la profesión perpetua, como tam- además desdoblados en rito habitual
dos, que son: a) el tiempo del cate- comunión fuera de la misa debe hacer bién un rito para la promesa que sus- y rito breve o bien presentan diver-
cumenado y su comienzo; b) tiempo siempre referencia a la celebración tituye a los votos religiosos. Los ri- sas posibilidades para ocasiones par-
de la elección y su comienzo; c) de la misma; b) debe insertarse en tos de profesión o de promesa se ha- cialmente distintas (por ejemplo, la
celebración de los sacramentos de la una celebración de la palabra; c) la cen durante la misa. bendición de niños ofrece un formu-
iniciación (bautismo, confirmación eucaristía puede ser distribuida tam- lario para los niños bautizados y
y primera eucaristía) y tiempo de la bién por ministros extraordinarios; • Ritual de exequias (1971) otro para los niños que se preparan
mistagogia; 2. Rito más sencillo d) se regulan las exposiciones y la (= RE). El rito se presenta como una al bautismo). La edición castellana
para la imitación de un adulto; 3. adoración de la eucaristía, las pro- mina de indicaciones, textos eucoló- del B añade aún a estas cuarenta y
Rito más breve para un adulto en cesiones y los congresos eucarísticos. gicos, bíblicos y cantos para utilizar, un bendiciones algunas otras o bien
peligro próximo de muerte; 4. Indi- según los diferentes usos de las igle- nuevas o en otros casos tradicionales
caciones para la preparación de • Ritual del matrimonio (1970) sias locales, en la casa del difunto, en algún país de América o en Espa-
adultos ya bautizados cuando niños (= RM). El rito, si bien conserva la en la procesión a la iglesia, en la ña; con ellas el número de bendicio-
a la confirmación y a la primera estructura precedente, presenta algu- misa exequial y en el acompaña- nes en esta edición alcanza a cuaren-
comunión; 5. Indicaciones para la nas perspectivas renovadas: se cele- miento al cementerio. La perspectiva ta y ocho formularios.
iniciación de los niños en edad cate- bra normalmente durante la misa (o, es claramente pascual: el cristiano
quística. Tras un sexto capítulo en al menos, durante una celebración que muere realiza su éxodo de este El conjunto de estas bendiciones
que se prevén textos alternativos, se de la palabra), da mayor relieve a la mundo con la esperanza de la resu- esiá precedido de una extensa intro-
tiene un apéndice para la admisión bendición solemne de los esposos, rrección. ducción y va seguida de tres índices
en la iglesia católica de cristianos prevé diversos formularios de textos alfabéticos —de bendiciones, de lec-
/. Scicolone turas bíblicas y de salmos responso-
válidamente bautizados en otras eucológicos, una riqueza de textos
confesiones. Este rito de iniciación bíblicos y destaca más la teología y riales—, de los cuales, en vistas al
de adultos, previsto principalmente la espiritualidad del sacramento. • Bendicional (— B). El B consti- uso del volumen, es particularmente
para las tierras de misión, tiene tuye de hecho una de las partes del útil el primero (un índice de este tipo
indicaciones útilísimas también para • Ritual de la unción y de la pas- Ritual romano reformado según los aparecía ya en las ediciones del anti-
nuestras regiones, con vistas a una toral de enfermos (1974) (= RUÉ). decretos del Vat. II (SC 79); su edi- guo Ritual romano).
revalorización y una mejor práctica Se ve el sacramento de la unción en ción típica latina fue promulgada en La Introducción, de carácter teo-
de los sacramentos de la iniciación. el contexto de la solicitud que la igle- 1984 y la castellana, común a todos lógico, pastoral y jurídico, expone
• Ritual de la penitencia (1975) sia tiene por el estado de debilidad los países de habla hispana, aparece sucesivamente la naturaleza y signi-
(= RP). El rito parte de una nueva de los enfermos. Ya no se llama ex- en 1986. En el conjunto de las partes ficado de la bendición tanto en la
concepción de este sacramento. Ya trema unción, y se puede conferir en del actual Ritual, el B es el capítulo historia de la salvación como en la
no se le llama confesión, que era la todas las enfermedades de cierta gra- más extenso, como lo era ya también vida de la iglesia, los ministros de las
parte por el todo, sino penitencia o vedad, también a los ancianos. Ha en la última edición del Ritual de mismas, su ordenamiento —desde lo
reconciliación. Por tanto, no se pone cambiado la fórmula (más ceñida al Paulo V, aumentada y reordenada que es la estructura fundamental de
ya el acento en el momento de la texto de la carta de Santiago); la ma- por mandato de Pío XII ". Hay que toda bendición hasta los signos que
acusación, sino en la conversión. Se teria es el aceite (ya no necesaria- decir que, sin duda alguna, en su ex- se emplean en las mismas y las ma-
prevén tres formas de celebración: mente de oliva, sino de cualquier tensión influye sobremanera el he- neras de unir las bendiciones con las
a) individual: es el modo que ha sido tipo vegetal), el cual, a falta del ben- cho de que el B es el libro litúrgico restantes celebraciones litúrgicas o
tradicional en los últimos siglos, decido por el obispo, puede bende- en el que la piedad popular más se entre sí— y, finalmente, las posibili-
pero se ha modificado en el plantea- cirse cada vez. Se prevé la concele- avecina a la celebración litúrgica2". dades que tienen las conferencias
miento (prevé también una lectura bración por varios sacerdotes, y la Conforme a los votos del Vat. II, episcopales en el campo de las adap-
bíblica, aunque breve) y en la fór- celebración comunitaria para varios frente a la anterior edición del Ritual taciones o de las incorporaciones de
mula; b) comunitaria, con confesión enfermos, también en la iglesia. romano, el nuevo B ha sido profun- nuevas bendiciones.
y absolución individual (es la forma damente reformado "teniendo en En el cuerpo mismo del libro, su
preferible); c) comunitaria, con con- • Ritual de la profesión religiosa cuenta la norma fundamental de la primera parte presenta las diversas
fesión y absolución general (para (1979) (= RPR). Es un texto que sir- participación consciente, activa y bendiciones que se refieren a las per-
usarse en casos determinados, y con ve de base y de modelo para los ri- fácil de los fieles y atendiendo a sonas (bendiciones relativas a la vida
el consentimiento del obispo). tuales de cada una de las familias las necesidades de nuestro tiempo" familiar, bendiciones de los enfer-
religiosas. Prevé un rito para el co- (SC 79). mos, de los misioneros enviados a
Libros litúrgicos 1142
1143 Libros litúrgicos
anunciar el evangelio, de las perso- uso al que £i veces se destinaba), y la
nas destinadas a impartir la catcque- bendición para diversas circunstan- previa y con eventuales moniciones ediciones de bolsillo o con hojas vo-
sis, de los peregrinos, de los que van cias, que ofrece unos formularios en breves. Se prevé cierta libertad para lantes. El respeto al libro se mani-
a emprender un viaje, etc.). En esta vistas a las bendiciones no previstas la elección de los textos eucológicos fiesta en la misma composición tipo-
parte la edición castellana añade las explícitamente en el B (en cierta ma- variables (las oraciones presidencia- gráfica; en la encuademación; en el
bendiciones de acólitos y lectores no les), especialmente en los días de la- modo de tener, llevar, usar el libro y
nera es la réplica de la antigua ben- bor. En cambio, sólo tienen valor de conservarlo.
instituidos. dición ad otnnia). ejemplos o modelos los textos de las
La segunda parte trata de las ben- P. Farnés moniciones previstas en los libros li- /. Scicolone
diciones que atañen a los edificios túrgicos. Respetando su función, es
no sagrados 25 y a las diversas activi- bueno que se expresen con palabras
dades de los cristianos (bendiciones VIII. Criterios para el uso vivas, no atadas al texto del libro NOTAS: ' B. Botte, La tradition aposloüque
de un nuevo edificio —que no sea de los libros litúrgicos litúrgico. Esto vale sobre todo para de st. Hippolyte. Essai de reconstitution (LQF
una iglesia— de una escuela, de una las celebraciones de los sacramentos. 39), MUnster 1963; Hipólito de Roma, La tradi-
universidad, de un hospital); bendi- Contrariamente al modo de con- En suma, el libro litúrgico, en lugar
ción apostólica, Sigúeme, Salamanca 1986 —
2
ciones de los medios de transporte cebirse los libros litúrgicos desde el A. Chavasse, Le sacramentaire gélasien, París
de ofrecer una serie de celebraciones 1957 — 3 La hipótesis es del último editor de
(automóviles, ferrocarriles, naves, concilio de Trento hasta el Vat. II, ya preordenadas, y por tanto inva- todos los tipos del gregoriano, J. Deshusses, Le
aviones, etc.); bendiciones de instru- es decir, como textos intocables riables, ofrece abundante material sacramentaire grégorien (SF 16,24 y 24), Fri-
mentos técnicos (central eléctrica, cuyo dictado había de ejecutarse es- para construir celebraciones diferen- burgo 1979 — 4 Th. Klauser, Das romische "ca-
acueducto, etc.); bendiciones de los crupulosamente, ahora los nuevos li- ciadas y responder así a exigencias
pitulare evangeliorum" (LQF 28), Münster
animales, de los campos, de los nue- bros se entienden como proyectos 1935 — 5 G. Morin, Le plus ancien "comes" ou
diversas. Es arbitro de las diversas lectionnaire de l'église romaine, en RevB 27
vos frutos, de la mesa. En esta parte que se han de realizar luego en la opciones el presidente de la asam- (1910) 41-74 — 6 A. Wilmart, Le lectionnaire
la edición castellana añade la tradi- celebración, teniendo en cuenta la blea, el cual, sin embargo, mirará al d-Alcuin, en EL 51 (1937) 136-197 ' A. Wil-
cional bendición de los términos de particular situación de la asamblea bien espiritual de su comutúdad, sa- mart, Le Comes de Murbach, en RevB 30 (1913)
K
una población. concreta. De aquí deriva la necesi- brá usar convenientemente el sentido 25-29 — J.-R. H ^ b t r t , An»j>hí>nal« Missa-
dad de estudiar bien las introduccio- rum Sextuplex, Bruselas 1935 ,— 9 M. Andrieu,
La tercera parte agrupa las bendi- eclesial y el respeto a las situaciones, Les "Ordines Romani" du haut moyen-áge, 5
ciones de las cosas que se destinan, nes, las posibilidades de adaptación no impondrá una idea personal y, so- vols., Lovaina 1931-61 — l0 C. Vogel-R. Elze,
en la iglesia, al uso litúrgico o a las que se dejan a las conferencias episco- bre todo, sabrá entender y realizar el Le Pontifical romano-germanique du Xe siécle,
prácticas de devoción (fuente bau- pales y también al presidente indivi- espíritu que anima a cada parte de la 3 vols. (ST226-227 y 269), Ciudad del Vaticano
tismal, sede, ambón, sagrario, cruz, dual de la asamblea. Estas posibili- celebración 2'. 1963 y 1972 — " M. Andrieu, Le Pontifical
dades se han de explotar luego en el romain au moyen-áge I, Le Pontifical romain
imágenes del Señor, de la Virgen Ma- du XIV siécle; II, Le Pontifical de la Curie ro-
ría o de los santos, etc.). En esta par- momento celebrativo. Los mismos Una última palabra se refiere al maine au XIII* siécle; 111, Le Pontifical de Gui-
te la edición castellana añade las textos y las rúbricas han de obser- respeto hacia el libro, considerado llaume Durand; IV, Tables alphabetiques (ST
bendiciones de la corona de advien- varse prestando mayor atención a lo en su materialidad. Hay que consi- 86-89), Ciudad del Vaticano 1938-41 — '2 Cf
to, del belén y del árbol de navidad. que quieren decir, a la nueva menta- derarlo como el sigho exterior y visi- M. Andrieu, Missale curiae romanae ou Ordo
lidad con que se han redactado y con ble de lo que contiene; hay que tri- missalis secundum consuetudinem romanae cu-
En la cuarta parte se presentan las riae du XIIV siécle (Miscellanea Ehrle II),
bendiciones que o bien sirven para el diverso valor que revisten los dife- butar al libro litúrgico el mismo res- Roma 1924, 348-376 — " Sacerdotale iuxta s.
fomentar la piedad (bebidas y co- rentes elementos de la celebración. peto y la misma veneración que la romanae ecclesiae et aliarum ecclesiarum con-
mestibles) o bien son objetos de de- Así, la palabra de Dios hay que pro- iglesia profesa a la palabra de Dios y suetudinem, Venecia 1555 — M R. Grégoire,
voción privada (objetos de devoción, clamarla y respetarla como tal: no se la oración de la iglesia. El Lecciona- Les hométiaires du moyen-áge. Inventaire et
permite modificar el texto de las lec- rio, especialmente, ha de venerarse anulyse des manuscrits (RED VI), Roma
rosarios, escapularios, etc.). La edi- 1966 n
U. Chevalier, repertorium hymnolo-
ción española añade en esta parte la turas, sino que se dan amplias posi- como la palabra de Dios: la liturgia
gicum, 6 vols., Bruselas 1892-1921 — l6 Corpus
bendición de los hábitos, tradicional bilidades de opción en las misas ri- misma nos lo enseña cuando rodea antiphonalium Officii I, Manuscripti "cursus ro-
sobre todo en Perú. tuales, en celebraciones particulares, al libro de los evangelios con tantas manus"; II, Manuscripti "cursus monasticus";
en los días festivos. Se ha de prestar señales de veneración (incensación, III, Invilaloria el antiphonae; IV, Responsoria,
Finalmente, en la quinta parte se mucha atención a los textos eucoló- beso, entronización sobre el altar y versus, hymni et varia (RED 7-10), Roma 1963-
contienen dos bendiciones de carác- gicos, especialmente a las fórmulas sobre el ambón). Sin embargo, esta 70 — " CF P. Salmón, L'office divin au
ter más bien genérico: la bendición consecratorias, tanto de la eucaristía veneración no debe limitarse al mo- moyen-áge (Lex orandi 43), París 1967; S.
de acción de gracias, que viene a su- Baumer-R. Biron, Hisloire du Breviaire, 2 vols.,
como de los demás sacramentos: son mento del uso litúrgico, sino que hay París 1905 (reimp. Roma 1967) — l8 Edición
plir los antiguos y poco apropiados textos cuidadosamente formulados, que cultivarla siempre, tanto durante con notas críticas en Acta Sanctorum Novem-
Te Deum (poco apropiados porque que hay que respetar y valorizar de- la celebración como fuera. El respe- bris, Propylaeum, Bruselas 1931 " Cí H.
el antiguo texto de este precioso can- bidamente, con oportuna catequesis to al Misal exige igualmente que se Quentin, Les marlyrologes historiques du
to no tiene demasiado que ver con el le honre, y no se le sustituya con moyen-áge, París 1907 — ^ Martyrologium ro-
manum... scholiis historiéis instructum, en Acta
1145 Liturgia
Liturgia 1144
nuestra experiencia cristiana; de una en el NT. Sin embargo, pronto re-
Sanctorum Decembris, Propylaeutn, Bruselas Madrid 1955, 249-328; Sancho Andreu J., Pe- perspectiva antropológica, etc. Pre- aparece el término en los escritos ex-
1940 — 21 El CO corrige, por ejemplo, la nor- dagogía de la presentación de los rituales de los ferimos seguir la progresiva toma de trabíblicos de oriden judeo-cristiano,
ma introducida por el Misal (Institutio, n. 337) sacramentos, en "Phase" 116 (1980) 125-133; como por ejemplo en Didajé 15,1,
según la cual la celebración del aniversario de la Tena P., Las ediciones típicas de la Liturgia de
conciencia por parte de la iglesia en
muerte del obispo se limita a sólo el primer año las Horas, ib, 115 (1980) 79-83; Id, Los libros los últimos decenios en relación con donde claramente se refiere a un ser-
y restaura la significativa práctica antigua de litúrgicos en la docencia de teología sacramen- la realidad misteriosa y compleja vicio ministerial; en la primera carta
celebrarlo todos los años (n. 1168); el CO pres- taría, ib, 116 (1980) 99-110; VV.AA., Estudios que indicamos con el término litur- del papa Clemente (passim), que
cribe que cuando un celebrante, a falta de diá- sobre el Ritual, en "Liturgia" 149-152 (1958) gia, realidad que va mucho más allá toma por modelo para el culto cris-
cono, proclama el evangelio, debe pedir la ben- 129-279. Véase también la bibliografía de Bau- de lo que el término pueda significar tiano el culto hebreo. Y es probable-
dición al que preside (n. 86); con ello corrige la tismo, Bendición, Confirmación, Consagración
práctica contraria, introducida al publicarse el de Vírgenes, Dedicación de iglesias. Exequias, desde un punto de vista etimológico mente por esta vía de la referencia a
primer Ritus concelebrationis (1965); a pesar de Iniciación cristiana, Leccionario, Liturgia de las e histórico. modelos exteriores como el término
que el Misal de Pablo VI ya nunca aludió a esta horas. Matrimonio, Misal Romano, Orden/Or- liturgia, despojado ya de su específi-
práctica, la costumbre la ha ido introduciendo; denación, Penitencia, Profesión religiosa. Un- co sentido cultual levítico, toma car-
el CO corrige esta costumbre y establece que el ción de los enfermos. ta de ciudadanía en la iglesia primi-
concelebrante pida también la bendición al que I. El término "liturgia"
preside; esta práctica no es exclusiva de la misa tiva, cuyo culto designa, culto que
presidida por el obispo, sino una corrección a la Proveniente del griego clásico lei- será totalmente nuevo en el conteni-
práctica indebidamente introducida (la Institu- tourgía, originalmente el término in- do, porque se produce en la realidad
tio del Misal dice que el concelebrante que suple
dicaba la obra, la acción o la inicia- nueva del sacerdocio de Cristo, aun-
al diácono lo hace todo igual que él, con la que en la forma permanecerá en mu-
única excepción de que no usa vestiduras diaco- tiva tomada libre y personalmente
nales) — n Los comunes de santos obispos ya
LITURGIA por una persona privada (individuo chos aspectos vinculado a su origen
no se titulan, como en los libros anteriores, de o familia) en favor del pueblo, del hebreo, origen por el que la iglesia
santos pontífices, sino de pastores, para obis- SUMARIO: I. El término "liturgia" - II. Defini- barrio, de la ciudad o del estado. apostólica se vio notablemente in-
pos; tampoco a los santos que ejercieron el mi- ciones de "liturgia" anteriores al Vat. 11:1. De- Con el paso del tiempo la misma fluida.
nisterio episcopal se les llama nunca pontífices, finiciones que han de rechazarse; 2. Definiciones
sino obispos — 21 En la edición publicada por que han florecido en el ámbito del movimiento obra, acción o iniciativa perdió, por Pero aun purificado así, el térmi-
Marietti en 1952 el título de Bendiciones tiene litúrgico: a) Por obra de L. Beauduin, b) Por institucionalización o por imposi- no no ha tenido igual fortuna en las
unas trescientas páginas, mientras que el que le obra de O. Casel; 3. La definición de la "Media- ción, su carácter libre, y así se llamó diversas partes de la iglesia. Mien-
sigue en extensión —el de Bautismo— alcanza tor Dei": a) En la liturgia se ejerce el culto per-
sonal de Cristo, que por participación se con- liturgia a cualquier trabajo de servi- tras que en la iglesia oriental de len-
sólo unas ochenta — 24 Cf Evanou, Bendicio-
nes y religión popular, en A.G. Martimort, La vierte en el culto de la iglesia, b) En el concepto cio más o menos obligatorio hecho gua griega liturgia sirve para indicar,
iglesia en oración, Herder, Barcelona 19672, de liturgia entra necesariamente la santidad del al estado o a la divinidad (servicio sea el culto cristiano en general sea,
hombre, c) En el concepto de liturgia entra ne-
855-860 — 25 Estas bendiciones se hallan en el cesariamente el rito - III. La liturgia en el Vat. religioso) o a un privado. en especial, la celebración de la euca-
Ritual de la dedicación de iglesias y altares — II: 1. De la "Mediator Dei" a la "Sacrosanctum En la traducción griega del AT lla- ristía, en la iglesia latina la palabra
26
Cf C. Braga, / libri ¡iturgici nel rilo romano, concilium"; 2. Las aportaciones de la SC para es prácticamente desconocida. Suce-
en VV.AA., Nelle vostre assemblee, Queriniana, una definición de "liturgia": a) La liturgia es el mada de los LXX, liturgia indica
Brescia 19752,1, 397-410. culto a nivel de revelación, b) Cristo con su siempre, sin excepción, el servicio re- dió, en efecto, que mientras que
sacerdocio propiamente no celebró una liturgia, ligioso hecho por los levitas a Yavé, otros muchos términos bíblicos neo-
sino que ofreció al Padre un culto en verdad, c) primero en la tienda y luego en el testamentarios —como ángel, profe-
La liturgia es el ejercicio de la obra sacerdotal
de Cristo a través de signos significativos y efi- templo de Jerusalén. Era, por tanto, ta, apóstol, epíscopo (obispo), pres-
BIBLIOGRAFÍA: Aldazábal J., El libro litúrgico bítero, diácono, etc.— pasaron
como pedagogía de la celebración, en "Phase" caces, d) La liturgia es la perpetua actuación del un término técnico que designaba el
116 (1980) 111-124; Álvarez A., Sobre la edición
misterio pascual de Cristo; 3. La definición de culto público y oficial conforme a como llevados en vilo a su traduc-
"liturgia" que se desprende del Vat. II - IV. La ción latina por simple translitera-
de libros litúrgicos en castellano, ib, 41 (1967) "celebración litúrgica" en el Vat. II - V. Liturgia las leyes cultuales levíticas, distinto
446-458; "Concilium" 198 (marzo 1985): todo el e iglesia - VI. Liturgia y culto privado: 1. Ora- del culto privado, al que en la misma ción, esto no sucede nunca con litur-
número está consagrado a las bendiciones; Far- ción privada; 2. Oración litúrgica - Vil. Con- traducción de los LXX nos referi- gia (leitourgia se tradujo desde el
nés P., Significado del nuevo Ceremonial de los clusión: ¿Hacia un nuevo concepto de liturgia? principio por officium, ministerium,
Obispos, en "Phase" XXV (1985) 199-218; Gra- mos principalmente con los términos
cia J.A., Formación del Ritual Romano, ib,33 latría o dulía. munus...), y así seguirá siendo un
(1966) 218-234; Libros litúrgicos publicados por En el NT (evangelios y escritos término extraño al lenguaje litúrgico
la Comisión Episcopal Española de Liturgia, en
apostólicos) liturgia no aparece nun- latino.
"Pastoral Litúrgica" 105-106 (1979) 30-32; Mar- Para ahondar en el concepto de
timort A.G., La Iglesia en oración, Herder, Bar- liturgia se podrían escoger diversos ca como sinónimo de culto del NT En el mundo occidental, liturgia
celona 19672, 318-344, 851-855; Le Ceremonial puntos de partida: se podría arran- (si se exceptúa He 13,2), evidente- no hará su aparición en el uso litúr-
des evéques, en "Notitiae" XXI (1985) 196-206; car, por ejemplo, de la / historia de mente porque en aquellos primeros gico; al principio (a partir del s. xvi)
versión española en "Phase" XXV (1985) 187- tiempos el término estaba demasia- aparece sólo en el plano científico,
197; Martín Patino J.M., Importancia y función
la salvación y de su estructura sacra-
pastoral del libro litúrgico, en "Sal Terrae" 60 mental; de la sacramentalidad de la do vinculado al culto del sacerdocio donde entra para indicar o los libros
(1972) 483-502; "Notitiae" XIX (1983) 320-322; iglesia en su explicitación concreta; levítico, que no encontraba ya sitio rituales antiguos ("Litúrgica": Cas-
Righetti M., Historia de la liturgia 1, BAC 132, de la problemática fe-sacramento; de
Liturgia 1146
1147 Liturgia
sander, 1558; Pamelius, 1571) o, en la exactitud en las rúbricas; pero con
general, todo lo que se refiere al cul- no menos decidida hostilidad había bía buscado una definición de litur- conocerse no sólo a través de un
to de la iglesia, también al presente oposición a todo esfuerzo tendente a gia que superara las precedentes, proceso lógico que se desarrolla des-
(cf card. Bona, Rerum liturgicarum dar a la liturgia un fundamento teo- aunque sin negarlas del todo, y que de el género (culto) hasta la diferen-
libri dúo, 1671). En este sentido, con lógico verdadero y un valor plena- por tanto se moviese en un plano cia especifica (iglesia), sino también
Mabillon se comienza a hablar de mente formativo para la vida espiri- teológico. en sí misma, es decir, estudiándola
liturgia como de un conjunto ritual tual del cristiano. tal como es y se manifiesta: como
a) Por obra de L. Beauduin. / celebración.
determinado (De liturgia gallicana Una definición brevísima, pero a su
libri tres, 1685), del que se hará eco Partiendo del hecho de que la ce-
modo completa, fue la proporciona- lebración litúrgica es constantemen-
L.A. Muratori con su Liturgia ro- II. Definiciones de "liturgia" da y explicada por L. Beauduin
mana vetus (1748), en la que publi- anteriores al Vat. II te llamada misterio tanto en el len-
(1873-1960): "La liturgia es el cultoguaje litúrgico como en el patrístico,
caba coleccionados los antiguos sa- de la iglesia". Toda la fuerza innova-
craméntanos romanos descubiertos y tomando esta palabra en el sentido
1. DEFINICIONES QUE HAN DE RE- dora de esta sencilla definición reside
con que aparece en el ámbito cultual
hasta entonces. Por desgracia, este CHAZARSE. Estando así las cosas, en la palabra iglesia, que especifica
legítimo uso del término, que permi- una definición de liturgia podía for- de la llamada "religión de miste-
en sentido formalmente cristiano el rios" 2 , Casel descubre que los com-
tía hablar de liturgia oriental, occi- mularse sólo en el plano exterior de culto. Éste, en efecto, recibe de la
dental, latina, galicana, hispánica, los ritos y de las rúbricas, aun cuan- ponentes esenciales de la celebración
iglesia su propio carácter público y o misterio, en cuanto término técni-
ambrosiana, etc., y quería indicar los do fuera según ópticas diversas. comunitario, pero no en un sentido
diversos modos en que se había ex- Para muchos, y en general para to- co cultual, son: 1) la existencia de un
que asimilara el culto cristiano a unacontecimiento primordial de salva-
presado el culto cristiano a lo largo dos los que no se ocupaban específi- culto cualquiera que emana de una
de los siglos en las diversas iglesias, camente de liturgia, ésta aparecía ción; 2) la presencia del mismo acon-
sociedad cualquiera que lo establece tecimiento por medio de un rito;
fue mal entendido por algunos, y se simplemente como la parte externa por ley, sino en el sentido de que la
acuñó la equivalencia "liturgia — ri- y sensible del culto cristiano, tenden- 3) gracias a su presencia ritual cada
iglesia, por ser en el mundo la conti-
hombre en cada tiempo actúa como
tualidad ceremonial y de rúbricas" te a revestir el culto mismo de for- nuación de Cristo, ejerce ese culto
(cf De Giorgi, Liturgia romani pon- mas exteriores que al mismo tiempo propio el acontecimiento primordial
enteramente especial y perfecto que de salvación. Con estos datos en la
tijicis in celebratione missarum so- fueran capaces de exaltar su conte- Cristo dio al Padre en su vida terre-
llemni, 1731-44). Esta equivalencia nido de fe para hacerlo más fácil- mano, Casel considera que la litur-
na. El culto de la iglesia es, por tan-
gia, por el hecho de presentarse
permaneció estable prácticamente mente perceptible y estéticamente to, ante todo culto cristiano en sen-
hasta el Vat. II, no sólo en el uso fruible. En cambio, para los que es- como misterio, se autodefine como
tido eminente, por ser continuación "el misterio de Cristo y de la igle-
común, sino en la misma organiza- taban más atentos a la liturgia en sí del de Cristo; es además culto comu-
ción de los estudios eclesiásticos, en misma, o sea, en cuanto celebración sia"', o más claramente: "La liturgia
nitario y público, porque en él se ex-
es la acción ritual de la obra salvífica
cuyo ámbito el estudio de la liturgia, (y entre éstos se deben señalar nom- presa la naturaleza propia de la igle-
como es notorio, no iba más allá del bres ciertamente merecedores de ser de Cristo, o sea, es la presencia, bajo
sia, que es comunidad visiblemente el velo de símbolos, de la obra salví-
conocimiento de las rúbricas que re- recordados por la aportación dada reunida en torno a Cristo >. Esta de-
gulan el ejercicio exterior del culto; al movimiento litúrgico y a la ciencia fica de la redención" 4 . Es claro que
finición, recogida en la "Rivista li-esta concepción de liturgia derrum-
sólo en tiempos más cercanos a nos- de la liturgia, como Callewaert, túrgica" de los monjes benedictinos
otros se le añadió el conocimiento Eisenhofer, Guardini), la liturgia era ba la idea misma de culto. En efecto,
de Finalpia por su primer director, éste, en la perspectiva mistérica, no
de algunas noticias históricas, en la la suma de las normas con que la E. Caronti (1882-1966), el año mis-
medida que servían para explicar y autoridad de la iglesia regulaba la es ante todo la acción del hombre
mo de su fundación (1914), hizo que que busca un contacto con Dios a
eventualmente justificar, en el pla- celebración del culto. Por tanto, una todo el movimiento litúrgico italiano
no de la tradición, el uso de ciertos definición veía toda la liturgia en el través del ofrecimiento de su home-
se viera gradualmente transformado naje y de su adoración, sino un mo-
ritos. plano exterior y estético; la otra la por este primer esbozo de teología
consideraba desde una óptica pura- mento de la acción salvífica de Dios
Todo esto hay que tenerlo presen- litúrgica, que de tal modo veía la luz
sobre el hombre, de modo que éste,
mente jurídica; en efecto, la liturgia en Bélgica y en Italia ya en el tercer
te si se quiere dar antes una primera era juzgada como parte del derecho una vez asumido en el misterio de
explicación de la fuerte oposición lustro de nuestro siglo. Cristo hecho presente en el rito, pue-
canónico.
que desde siempre ha encontrado el da alabar y adorar a Dios "en espíri-
movimiento litúrgico, comenzando b) Por obra de O. Casel. Sin tu y verdad". A nadie se le escapó la
por su aparición en los primeros de- 2. DEFINICIONES QUE HAN FLORE-
desconocer el valor objetivamente profundidad y la riqueza teológica
cenios del s. XX. En efecto, se acep- C I D O EN EL ÁMBITO DEL MOVIMIENTO
teológico de la definición de Beau- que esta visión mistérica aportaba a
taba con entusiasmo su empeño por LITÚRGICO. El /movimiento litúrgi- duin, el benedictino alemán O. Ca- la liturgia, aunque no todos se mos-
restituir a la liturgia todo el decoro y co, desde su primera aparición, ha- sel, de María Laach (1886-1948), es- traron siempre persuadidos del valor
tima que la liturgia puede y debe
Liturgia 1148 1149 Liturgia
probativo de los testimonios que Ca- como inadecuadas e insuficientes las acontecimiento exterior (cf Heb ran un medio para percibir una ver-
sel aducía del lenguaje de los padres concepciones de liturgia que hemos 9,11-12), sino como una "redención dad oculta y un elemento requerido
y de los textos litúrgicos antiguos, resumido [/ supra, 1], la encíclica se- eterna" (ib), que ha purificado nues- por la naturaleza sensible del hom-
tanto orientales como occidentales. ñala la posición precisa sobre el in- tra conciencia de las obras de muerte bre), sino en su naturaleza sacra-
Sin embargo, es indudable que la in- terrogante más candente del mo- de modo que así podamos "servir [es mental: son símbolos e imágenes
vestigación teológica sobre la litur- mento: ¿qué es la liturgia? Para la decir, dar culto] al Dios viviente" (v. reales de lo que representan, por lo
gia ya no puede prescindir de Casel encíclica, la liturgia, vista en su con- 14). Así pues, Cristo ha dado culto que nos ponen en contacto con Cris-
y de confrontarse con su pensamien- tenido, es "la continuación del oficio al Padre de tal modo que lo ha glo- to, de forma que podemos dar al Pa-
to, puesto que éste ha penetrado fuer- sacerdotal de Cristo" 6 ; o, sin más, rificado, y al mismo tiempo nos ha dre un culto numéricamente idéntico
temente en la conciencia litúrgica de "el ejercicio del sacerdocio de Cris- hecho dignos a nosotros de tributar al que Cristo mismo le dio.
la iglesia. to" 7 ; vista luego en la realidad com- gloria a Dios: a través de la gloria Por tanto, es de grandísima im-
Entretanto, el movimiento litúrgi- pleta de la celebración, se define que daba al Padre, Cristo glorificó portancia el hecho de que la liturgia,
co, al par que suscitaba nuevas ideas como "el culto público que nuestro personalmente al Padre y santificó a antes que acción de la iglesia hacia
en el plano de una profundización Redentor, cabeza de la iglesia, tribu- los hombres para transformarlos "en Dios, es acción de Cristo en la igle-
en el conocimiento de la liturgia, no ta al Padre y que la comunidad de alabanza de su gloria" (Ef 1,5-12). sia, de forma que la liturgia precede
había dejado de impulsar a alguno, los fieles tributa a su fundador y, De suerte que el culto sacerdotal de a la iglesia con prioridad de natura-
más voluntarioso e incluso más fan- por medio de él, al Padre; o bien, Cristo comprende un segundo ele-
más brevemente: la liturgia es el cul- leza y con prioridad lógica, en cuan-
tasioso de cuanto la prudencia acon- mento: la santidad del hombre, la to que la iglesia primero es sujeto
sejara, a introducir ciertas noveda- to público total del cuerpo místico cual entra así necesariamente en el
de Cristo, cabeza y miembros" 8 . pasivo de la liturgia y luego pasa a
des en el plano ritual, que además de concepto de liturgia. Como Cristo
revelarse como infracciones discipli- ser sujeto activo. Sería verdad lo con-
dio culto al Padre no con el ofreci-
narias podían tener aspectos doctri- a) Cristo, como sacerdote y me- miento sacrificial de toros y be- trario si el aspecto "social" fuera prin-
nales no siempre seguros. Al surgir diador del NT, no ha querido que se cerros, sino con el sacrificio de la cipal en la liturgia, en cuanto que
polémicas que estos puntos de vista interrumpiese el culto sagrado que propia voluntad en el cumplimiento esto implicaría la existencia de una
teóricos y prácticos contrastantes él había tributado al Padre durante perfecto de su beneplácito, así el iglesia como sociedad antes de poder
provocaban, implicando no sólo a su vida terrena. Por eso fundó la hombre ofrece a Dios "el sacrificio obrar como sociedad. Por el con-
personas particulares, sino también iglesia, es decir, edificó sobre sí a los del espíritu contrito", es decir, todo trario, la iglesia existe realmente
a todo el cuerpo episcopal llamado a fieles, los cuales, hechos templo san- su ser, "como sacrificio santo, agra- sólo en virtud de la acción cultual
tomar parte a favor de unos o de to en el Señor, "pudieran tener en dable a Dios en culto espiritual" de Cristo (bautismo-eucaristía), que
otros s , intervino el papa Pío XII con común con el Verbo encarnado el (Rom 12,1). une a los hombres en iglesia. Consi-
su encíclica Mediator Dei (20 de no- intento, la función y el deber" del guientemente: si la iglesia es sujeto
viembre de 1947). culto al Padre'. Por tanto, el primer en primer lugar pasivo de la liturgia,
elemento constitutivo y especificati- c) Pero puesto que la santidad la liturgia es elemento constitutivo
vo de la liturgia es que en ella se del hombre consiste en una transfor- de la (= que constituye a la) iglesia.
3. LA DEFINICIÓN DE LA " M E - ejerce el culto personal del mismo mación moral que es consecuencia
DIATOR DEI". En la encíclica de Pío La iglesia no nace en absoluto por
Cristo, que por comunicación se de la unión y participación del hom- una simple promulgación de la ley
XII, al tiempo que se insiste con ener- convierte en culto de la iglesia. Hay bre mismo en Cristo y en sus miste-
gía en la fidelidad a las formas tradi- nueva, sino sólo cuando los -apósto-
que tener bien presente este primer rios salvíficos a través de los sacra- les, yendo por el mundo, bautizan
cionales, se proscribe cualquier no- aspecto de la liturgia, ya que sobre mentos de la iglesia, esto es, a través
vedad en materia de lengua y de ri- en el nombre del Padre, y del Hijo, y
él se funda su nota absolutamente de los ritos que actúan la imagen o del Espíritu Santo (Mt 28,19), de
tos, se hace una llamada sobre el particular: la liturgia, por su natura- el símbolo del mismo Cristo santifi-
valor normativo obligatorio de las suerte que los hombres que creen se
leza íntima, es sacramental, al ser cador, se sigue que el rito entra ne- salven (Me 16,16; cf He 2,41).
disposiciones disciplinarias en mate- siempre signo de una efectiva pre- cesariamente como tercer elemento
ria de culto y a la vez se rompe más sencia de Cristo. en el concepto de liturgia.
de una lanza en favor de devociones
y de prácticas religiosas demasiado b) Cristo tributó culto al Padre De todo esto se derivan dos con- III. La liturgia en el Vat. II
a menudo nacidas fuera o incluso no sólo reconociendo y proclaman- secuencias: 1) el culto litúrgico en
contra todo espíritu litúrgico, se tra- do su gloria, sino constituyendo su tanto es comunitario en cuanto es Por lo que precede se puede ver el
ta también de sacar provecho de los reino de gloria, que es la iglesia en acción personal: en primer lugar de camino recorrido para llegar a una
progresos realizados en el conoci- cuanto "universal ciudad redimida" Cristo, y luego de la iglesia con Cris- comprensión cada vez más profunda
miento de la naturaleza teológica de (san Agustín). En efecto, el reino fue to y en Cristo; 2) el valor principal de la liturgia: iniciado hace unos
la liturgia. Reprobadas, en efecto, constituido por Cristo no como un de los ritos en la liturgia no reside en cuatro siglos, en los últimos veinte
su valencia psicológica (como si fue- años anteriores al concilio aceleró su
Liturgia 1150 1151 Liturgia

ritmo. El Vat. II es su punto de lle- luego en sobrenatural, porque el condido en Dios, que se convierte en como continuación (ejercicio) o ac-
gada, pero para convertirse inmedia- hombre ha sido elevado precisamen- misterio en la revelación que encuen- tuación última y permanente del
tamente en punto de partida. te del orden natural al orden sobre- tra en Cristo (misterio de la encar- mismo. Por tanto, la liturgia es el
natural. La SC, descartado este pro- nación); en este sentido es un hecho momento último, es decir, escatoló-
1. D E LA "MEDIATOR D E P A LA ceso fatigoso e incierto basado en teológico; y, sin embargo, se encuen- gico, de la encarnación bajo su mo-
"SACROSANCTUM CONCILIUM". El premisas filosóficas, parte directa- tra bajo la modalidad litúrgica, por- dalidad de misterio pascual.
concepto de liturgia que nos ha ofre- mente de una perspectiva de teología que la pascua, que de suyo es el
cido la SC es casi idéntico al de la bíblica: la del eterno designio salvífi- "paso para proteger y liberar"10, 2. LAS APORTACIONES DE LA SC
Mediator Dei. Lo demuestra una co de Dios, que se actúa gradual- consiste en un rito: es la misma re- PARA UNA DEFINICIÓN DE "LITUR-
comparación de los textos: Mediator mente en la revelación de Dios en el dención o salvación obtenida en y a GIA". La consideración analítica y sin-
Dei: "Cum liturgia nihil aliud sit, nisi hombre, tíasta concluirse en Cristo y través de un rito. tética de la SC conduce, por tanto, a
huius sacerdotalis muneris [Christi] continuarse en la iglesia por medio La SC, como primera cosa, inser- estudiar a fondo algunos puntos prin-
exercitatio"; SC 7: "Mérito igitur li- de la liturgia (SC 5-7). Este plan se ta de modo directo en la obra de cipales con vistas a una definición
turgia habetur veluti Jesu Christi revela en la historia de la salvación Cristo consumada a través del mis- de liturgia.
sacerdotalis muneris exercitatio, in por medio de los profetas, y última- terio pascual —o sea, en el orden
qua per signa sensibilia significa- cultual de la encarnación— el miste- a) La liturgia es culto a nivel de
mente por medio de Cristo y en Cris- revelación. La SC, sin detenerse en
tur..." Mediator Dei: "Sacra... litur- to, en cuya humanidad (misterio de rio de la iglesia: "Esta obra de la
gia... integrum constituit publicum redención... y de la... glorificación consideraciones de orden filosófico
la encarnación) se nos ha concedido y antropológico —consideraciones
cultum mystici Jesu Christi corporis, de una vez para siempre el sótérion, de Dios... Cristo, el Señor, la realizó
capitis nempe membrorumque eius"; principalmente por el misterio pas- que permanecen válidas en su plano
el "instrumento de la salvación" (Le también a propósito de la liturgia—,
SC 7: "... et efficitur sanctificatio ho- 2,30: cántico de Simeón). Pero esta cual... Por este misterio, con su muer-
minis et a mystico Jesu Christi cor- te destruyó nuestra muerte y con su presenta la liturgia inmediatamente
salvación en Cristo comprende dos como continuación/actuación del
pore, capite nempe eiusque membris realidades; en efecto, en Cristo "ha resurrección restauró nuestra vida
integer cultus publicus exercetur". (Misal Romano, Prefacio pascual, culto perfecto que Cristo tributó, en
tenido lugar la perfecta aplacación su humanidad, al Padre. Definido
Adviértase que tales palabras tanto de nuestra reconciliación y se ha I). Pues del costado de Cristo dor-
en la Mediator Dei como en la SC mido en la cruz nació el sacramento como "culto dado en plenitud" ("in
constituido entre nosotros la pleni- Christo... divini cultus nobis est in-
hacen de conclusión de lo que los tud del culto divino" ("nostrae re- admirable de la iglesia entera (Sa-
dos documentos afirman sobre la en- cramentario Gelasiano 432)" (SC 5). dita plenitudo": SC 5), es aquel por
conciliationis processit perfecta pla- Luego prosigue demostrando que el que Cristo se revelo como el ver-
carnación del Señor; en efecto, am- cado et divini cultus nobis est indita
bos documentos proponen la liturgia este mismo misterio pascual se actúa dadero y definitivo realizador del "sa-
como una cierta continuación real plenitudo": Sacramentario Veronen- ahora en la iglesia según dimensio- cerdocio" perfecto, esto es, interior
de la encarnación del Señor. Por se, ed. Mohlberg 1256). Estos dos nes históricas que ya poseía: a través y espiritual, que Dios pedía a Israel
tanto, ésta no es considerada en su hechos, que ya habían sido prepara- del ministerio profético de la iglesia en Ex 19,5-6. De este mismo culto es
constitución física, en cuanto unión dos en el AT y encontraron cumpli- (cf AT) que anuncia el misterio, y a el cristiano, por su participación y
de la naturaleza humana individual miento en la persona de Cristo, través de la actuación litúrgica de semejanza con Cristo, el continua-
con la naturaleza divina en la única constituyen el / misterio pascual, este último (SC 6). Concluye, por dor en la liturgia, hasta el punto de
persona del Verbo, sino más bien en que es la obra de la redención de último así: "Con razón, pues, se con- que en tal culto el rito no es ya direc-
su razón formal y teológica, esto es, Cristo, de la que nace la iglesia sidera la liturgia como el ejercicio tamente —como sucede en el culto
como un medio para un fin: unir al (SC 5). del sacerdocio de Jesucristo. En ella natural— la expresión simbólica de
hombre con Dios y a Dios con los Al introducir el concepto y la los signos sensibles significan y... rea- la relación con que el hombre trata
hombres. realidad del misterio pascual, la SC lizan la santificación del hombre, y de entrar en contacto con Dios, sino
pone el culto del NT como en un así el cuerpo místico de Jesucristo, que es ante todo símbolo de la ac-
Sin embargo, esta semejanza no lugar que es coextensivamente teo- es decir, la cabeza y sus miembros, ción con la que Dios efectúa la trans-
debe inducir a pensar que la SC no lógico y litúrgico, esto es, le confiere ejerce el culto público í n t e g r o " formación del hombre en Cristo. En
haya hecho otra cosa que repetir lo una dimensión particular. En efecto, (SCI).
que había dicho ya la Mediator Dei, efecto, como consecuencia de esta
el misterio pascual no es cierta de- transformación será el hombre para
puesto que la implantación de los terminación temporal que indicaría Con esta definición se pone la li-
dos documentos es fundamental- turgia en la misma línea del misterio Dios lo que Cristo era para el Padre:
sólo un día especial en el calendario el hijo que lo honra y lo glorifica
mente diversa. La Mediator Dei integral de la encarnación de Cristo
religioso, sino que es un hecho teo- en cuanto misterio de la redención con su misma existencia, hecha de
arranca del culto privado-público e lógico que tiene una modalidad li-
interno-externo, que existe primero de los hombres y de la glorificación obediencia y de amor por él.
túrgica. En realidad es aquel mismo de Dios; más aún, se la presenta
en el plano natural y se convierte plan de salvación, de redención, es- b) Cristo con su sacerdocio pro-
Liturgia 1152 1153 Liturgia

píamente no celebró una liturgia, expresar, haciéndolo presente y po- la ley "de nuevo en el temor", sino la santificación de los hombres y la
sino que ofreció al Padre un culto en sible para la iglesia, el culto mismo aquel "amor que hace que nos lla- glorificación de Dios".
verdad. A diferencia del sacerdocio que Cristo tributó al Padre en su memos hijos de Dios y en efecto lo
seamos" (1 Jn 3,1). Esta pascua de a) Acción sagrada: una acción
comúnmente entendido, que es una vida. En virtud del signo simbólico de culto. Acción, por tanto, no en
función/encargo por el que quien es como la liturgia, que se ha con- Cristo, hacia la que tendía todo el
AT y toda su vida, aunque ha tenido sentido exterior, sino en el sentido
está investido del mismo tiene el po- vertido en "misterio del culto de Cris- contenido en las palabras de Cristo:
der de interpretar y expresar autori- to", reviste naturaleza y función sa- lugar en la historia (es decir, en un
momento dado de la historia del "He cumplido la obra que tú [Padre]
tativamente en formas rituales ex- cramental. Sus ritos simbólicos son, me encomendaste". En efecto, en la
ternas el sentimiento religioso de ado- en efecto, lo que para Cristo era su mundo), no está condicionada his-
tóricamente (es decir, no está confi- liturgia "se ejerce [exercetur] la obra
ración del pueblo, el sacerdocio de humanidad, en el sentido de que el de nuestra redención" (SC 2). .
Cristo tiene un valor totalmente dis- culto dado por Cristo al Padre in- nada y cerrada en la historia); cele-
tinto. En Cristo, el sacerdocio es el mediatamente en su humanidad, aho- brada en la liturgia, es la aplicación b) A través de la cual: la expre-
momento en que Jesús, llevando al ra con la mediación del rito se le y la actuación en el tiempo, de modo sión indica la naturaleza instrumen-
plano del obrar la unión de la huma- comunica, para que se asocie a él, a diverso según las épocas, de la ac- tal de la liturgia, la cual es coexten-
nidad con la divinidad realizada en toda la humanidad redimida (igle- ción salvífica de Dios. En efecto, en sivamente un médium quo y un mé-
el plano del ser por la encarnación, sia). Y como el culto de Cristo se el AT la pascua realizaba en todas dium alicuius. No es una acción
da culto al Padre uniendo perfecta- expresa directamente en su santidad, las generaciones del pueblo hebreo sagrada genérica con la que se hace
mente la voluntad propia a la del el rito litúrgico es ante todo signo de la promesa de la salvación que se algo en orden a Dios; es, por el con-
Padre. De este modo, la mediación la santificación que Cristo obra en había dado mediante Moisés; en el trario, una acción cuya virtud deriva
que Cristo realiza entre el hombre y nosotros, y en cuanto tal es, en su NT la pascua realiza en todas las ge- del hecho de ser el medio a través
Dios por la unión de las naturalezas misma ritualidad, signo de nuestro neraciones cristianas la verdad de la del cual Cristo mismo se hace pre-
(mediación objetiva) se convierte en culto espiritual. En la liturgia se ejer- salvación que se ha efectuado me- sente como agente principal. En
mediación sacerdotal (mediación ce así la acción sacerdotal de Cristo, diante Cristo. efecto, la liturgia es una acción co-
subjetiva), porque en el culto propio y de este modo la celebración de la También por este motivo toda la municada por Cristo a la iglesia, y a
lleva a Dios el culto de toda la hu- iglesia adquiere la característica pro- liturgia de la iglesia está en la línea y través de la cual ésta realiza cuanto
manidad, haciéndose así "camino pia del culto de Cristo: ser glorifica- en la perspectiva pascual y constitu- Cristo mismo realizó.
nuevo y viviente" que permite a to- ción de Dios mediante la santifica- ye el último momento de la historia
dos el acceso al Padre (Heb 10,19- ción del hombre. c) Con un rito: el rito es el signo
de la salvación. En efecto, la liturgia sagrado que significa una realidad y
20). Pero aunque este culto era, en no es otra cosa que la actuación de
cuanto interior y espiritual, una "li- d) La liturgia es la perpetua ac- la realiza. Esta naturaleza ritual de
aquel "anuncio de la muerte del Se- la liturgia no ha de verse ante todo,
turgia mejor" (Heb 8,6) que el de tuación del misterio pascual de Cris- ñor hasta que venga", de que habla
cualquier otro sacerdocio, no reves- to. El misterio de Cristo se llama como se hace demasiado a menudo,
san Pablo (1 Cor 11,26). Es decir, es en la línea antropológica, en cuanto
tía sin embargo formas celebrativas pascual porque en la muerte de Cris- la anamnesis, memoria actual y real
externas de ninguna clase. En efecto, to encontró su cumplimiento la pro- que el hombre tiene necesidad de sig-
de las realidades que Cristo mismo nos externos. No se niega esto en
en él el sacerdocio se realizaba en la mesa con la que Dios había anun- obró; es la anamnesis, memoria real
plena identificación del oferente con ciado que quería establecer su "tes- absoluto; pero el rito como signo in-
y actual de su pascua, es decir, de su dica relación con Cristo, porque sir-
la ofrenda: Cristo era sacerdote vi- tamento" (diatéké, testamentum, éxodo "de este mundo al Padre" (Jn
viendo el ofrecimiento de sí mismo alianza) con su pueblo a fin de asu- ve para significar y actuar la memo-
13,1a) cuando amó a los suyos "has- ria y la presencia de Cristo; y como
al Padre. mirlo como pueblo "especial, real y ta el fin" (Jn 13,1b), total y eterna-
sacerdotal". Pascua, en efecto, fue la Cristo realizó una obra divina en la
mente, liberándolos de la muerte y humanidad unida al Verbo de Dios,
c) La liturgia es el ejercicio de la muerte de Cristo —es decir, su éxo- uniéndolos de nuevo con Dios.
do (tránsito)—, en cuanto que no así el rito litúrgico aporta en su ma-
obra sacerdotal de Cristo a través de terialidad el significado y la potencia
signos significativos y eficaces. En quedó prisionero de la muerte, sino
que fue resucitado por el Padre y, 3. LA DEFINICIÓN DE "LITURGIA" del Verbo de Dios; de este modo es
todo culto la forma ritual es siempre QUE SE DESPRENDE DEL VAT. II. Si- como una longa manus de Cristo,
expresión simbólica de una realidad por tanto, al subir al Padre, "llevó
consigo una multitud de cautivos", guiendo la intención y la expresión que nos hace tocar la misma divina
que está en un nivel superior a la del concilio, finalmente podemos de potencia de su humanidad.
forma. Pero mientras que en el culto o sea, liberó a los hombres prisione-
ros (del pecado y de la muerte) y les algún modo definir la liturgia. Es
natural el rito es símbolo de la reali- "una acción sagrada a través de la d) En la iglesia: se entiende la
dad religiosa del hombre, el régimen "dio dones", es decir, "otorgó el don iglesia como el cuerpo vivo y real de
del Dios altísimo", el Espíritu Santo, cual, con un rito, en la iglesia y me-
simbólico en que está constituida la diante la iglesia, se ejerce y continúa Cristo, en el que el mismo Cristo ca-
liturgia tiene ante todo la tarea de mediante el cual hemos recibido no beza está presente y es co-agente. Se
la obra sacerdotal de Cristo, es decir,
Liturgia 1154 1155 Liturgia
dice "en la iglesia", porque ella es el iure fue hecho en Cristo por la natu- ción se realiza sólo en el hombre re- sia" se entra en la lógica de la cono-
primer sujeto pasivo de la liturgia. raleza humana de todos, ahora de novado en Cristo (sobrenaturale- cida distinción/oposición entre culto
En efecto, la obra sacerdotal de Cris- fado se ejerce a través de la liturgia za)— y, por la otra, se presenta privado y culto público, distinción
to tiende a hacer de los hombres la por cada una de las personas agru- como culto de la iglesia. que se refiere no al modo de realizar
iglesia. Tomando la parte por el padas en la unidad del cuerpo de la Estudiar de forma penetrante el la acción de culto (en privado o en
todo —es decir, la eucaristía por la iglesia. sentido profundo de esta formali- público), sino al sujeto diferente que
liturgia—, podemos decir con los an- dad, que quiere poner de manifiesto realiza el culto, el cual puede ser el
tiguos: "La eucaristía hace a la igle- g) La obra sacerdotal de Cristo:
es la obra total de la encarnación la indispensable naturaleza eclesial individuo particular —que obra
sia", porque a través de la acción de la liturgia, siempre fue difícil, por como tal, esto es, en nombre pro-
litúrgica es realizada la iglesia, "ha- que Cristo realizó de modo sacerdo-
tal; es decir, como mediador que une las implicaciones jurídicas que se pio— o bien la sociedad, la cual pue-
biendo sido elegidos y llamados han descubierto en la fórmula culto de obrar por medio de un encargado
(— "hechos iglesia") para ser alaban- a Dios con los hombres y a los hom-
bres con Dios: todo ello mediante su de la iglesia. suyo, cuyas acciones, llevadas a cabo
za de Dios" (cf Ef 1). en nombre de la sociedad, revisten
sacrificio. Es la obra que realizó en Ya Beauduin, mientras por una
e) Mediante la iglesia: por tanto, su misterio pascual, a través de la parte afirma que el sujeto de soporte valor oficial. De este modo, la litur-
Cristo no obra ya ahora su propio cual él mismo, al recibir verdadera- de la liturgia es la iglesia —cuerpo gia sería culto público y oficial por-
misterio directamente y por sí solo, mente las promesas de Dios, liberó a místico de Cristo— en su integridad, que estaría hecho en nombre de la
sino mediante la iglesia. En efecto, todos los hombres y los constituyó por la otra afirma también que la iglesia-sociedad por quien por oficio
la obra sacerdotal de Cristo pasa a como "nación santa, pueblo pecu- liturgia no sólo en su ordenamiento, es diputado suyo. Poner, por tanto,
ser por participación la obra sacer- liar, linaje escogido, sacerdocio real" sino también en su ejercicio depende la liturgia en la categoría del culto
dotal de la iglesia en cuanto cuerpo (1 Pe 2,9). únicamente de la iglesia jerárquica, público significa no tanto insinuar
de Cristo, y por tanto la liturgia per- por la razón de que sólo en ésta se su aspecto externamente visible cuan-
tenece a la iglesia como su realidad h) Santificación y glorificación: ejerce en plenitud el sacerdocio de to más bien señalar su posición de
peculiar. La liturgia es la modalidad la de Cristo fue obra de glorificación Cristo. oficialidad, que la hace acción re-
particular del culto en la que, me- de Dios a través de la santificación Análoga es la posición de la encí- presentativa del culto que la comu-
diante la iglesia, acontece ahora en de los hombres. Cristo, en efecto, clica Mediator Dei, de Pío XII, la nidad (iglesia) da a Dios por medio
el mundo lo que en otro tiempo dio culto a Dios en el sentido de que cual, aunque define la liturgia como de alguien que obra en su nombre.
realizó Cristo en su misterio (Cristo en sí mismo recondujo hasta Dios a "culto integral del cuerpo místico de Una primera consecuencia de ello
tiene como propio su misterio; la igle- los hombres purificados, santifica- Cristo", en la práctica la considera sería ésta: si la liturgia es por defini-
sia tiene como propia la liturgia, que dos y reconciliados. Esta misma "principalmente cosa de los sacerdo- ción culto público-representativo, no
es ese modo determinado de actuar obra se actúa ahora en la liturgia: en tes que la ejercen en nombre de la puede darse sino en virtud de una
tal misterio a través de los ritos). ella es santificado el hombre, y de iglesia", porque "sólo ellos están sig- mediación, que en nuestro caso vie-
Puesto que la iglesia está "asociada" este modo puede dar gloria al Padre. nados con el carácter indeleble que ne dada por aquel que por oficio es
a Cristo en la ejecución de esta obra En realidad, los adoradores en espí- los configura con el sacerdocio de delegado para el culto en la iglesia.
sacerdotal, se dice con acierto que ritu y verdad existen sólo cuando los Cristo". Una segunda consecuencia sería que
ahora esta obra se cumple y se actúa hombres, sometiéndose totalmente a Como se ve, la liturgia, de culto de toda acción de culto hecha por un
en el mundo "mediante la iglesia". Dios, lo reconocen como su creador la iglesia pasa a ser culto en nombre privado nunca podrá tener valor y
y redentor. de la iglesia, fórmula por la que la sentido de liturgia, y toda acción de
f) Se ejerce y continúa: "se ejer- liturgia se inscribe en el área directa- culto que normalmente se considera
ce", es decir, es puesta en ejercicio, se mente jurídica de la oficialidad y se litúrgica dejará de ser tal si la realiza
hace actual; "se continúa", es decir, IV. La "celebración litúrgica" convierte así en una acción pública. un privado. Ejemplo clásico: antes
se actúa incesante y perennemente, en el Vat. II Era lo que el CDC de la época (can. de la reforma querida por el Vat. II,
sin interrupción. La obra sacerdotal 1256) había especificado ya definien- si un sacerdote, solo o en grupo, re-
de Cristo, que es la salvación del Si nos atenemos a la definición re- do a la liturgia como "culto públi- zaba el rosario no hacía liturgia,
mundo, no constituye en Cristo sólo ferida, el ser culto sacerdotal de co", porque es culto que se tributa a porque en este caso él era un priva-
un gran mérito en virtud del cual se Cristo comunicado a la iglesia y ejer- Dios "en nombre de la iglesia" por do, al no extenderse su delegación
reputa a los demás hombres santifi- cido por la iglesia constituye la doble personas legítimamente delegadas hasta el rosario; si un privado, solo
cados porque cuanto hizo Cristo se formalidad por la que la liturgia, por por la misma iglesia y según orde- o en grupo, rezaba el breviario
considera como hemos para ellos; un lado, se diferencia esencialmente namientos dispuestos institucional- —oración litúrgica por excelencia -
al contrario, todo lo que Cristo hizo de cualquier culto natural —en mente por ella. no hacía liturgia, porque no estaba
se considera como hecho por todos cuanto que, como culto a nivel de Al decir que la liturgia es "culto delegado para esta oración.
los hombres. Ahora bien, lo que de revelación y de historia de la salva- público hecho en nombre de la igle- Si consideramos todo el c. I de la
Liturgia 1156 1157 Liturgia

SC, se diría que se delinea otra si- como un hecho eclesial cuando se De cuanto precede se derivan al- En este sentido la liturgia, acción
tuación, debido a que en la constitu- produce bajo la presidencia del obis- gunas consecuencias que nos parece sacerdotal de Cristo, se llama con
ción litúrgica nunca aparece explíci- po (ib, 20) —definido en nuestro pueden ayudar a comprender mejor razón "culto de la iglesia".
ta ni la idea de oficialidad ni la de caso como aquel que "deberá sobre- la liturgia en su relación con la igle- La liturgia es, pues, el culto de la
delegación para el culto, aun cuando salir por su oración entre todos los sia y con el culto privado. iglesia no porque se ejerce "en nom-
en SC 7 la definición de liturgia miembros de la iglesia" (ib, 28)— y bre de la iglesia" que manda u orde-
coincide hasta en el uso del término del párroco, "pastor que hace las ve- na el culto, sino porque se ejerce in
público con la de la Mediator Dei. ces del obispo" (ib, 21). De éstos se V. Liturgia e iglesia persona ecclesiae, es decir, por quien
Si el aspecto jurídico de la oficiali- dice que, además de haber recibido como comunidad (a) o como indivi-
dad se hace todavía repetidamente la "misión canónica" de convocar y La liturgia, en cuanto ejercicio del duo (b) personifica a la iglesia.
manifiesto en el c. IV de la SC (ofi- dirigir la oración (ib, 23), "se les con- sacerdocio de Cristo actuado en la
cio divino) con la atribución, de nue- fía" también como "obligación per- iglesia, es acción conjunta de Cristo a) La comunidad que personifi-
vo, a la liturgia de la delegación sonal" (ib, 28) y por "mandato espe- y de la iglesia, en el sentido de que ca o encarna a la iglesia es ante todo
como elemento constituyente del cial" (ib, 17; 29) la celebración de la "Cristo asocia siempre consigo a su la comunidad que constituye la igle-
culto de la iglesia, esto probable- misma oración: obligación que ha de esposa la iglesia" en la realización de sia local. Por consiguiente, la liturgia
mente se debe sobre todo a la falta cumplirse asimismo con la celebra- "esta obra tan grande, por la que de la iglesia local es aquella en la
de perfecta coordinación entre las ción en privado, en caso de que estu- Dios es perfectamente glorificado y que propiamente la liturgia se revela
diversas comisiones de estudio que viera ausente la comunidad (ib, 28). los hombres santificados" (SC 7). y se ejerce como liturgia de la iglesia.
realizaron la constitución conciliar. Aunque al respecto aparezca todavía Sin embargo, aun siendo la liturgia La determinación local, así como no
Es lo que se debe deducir del he- el término delegación (ib, 28), su sig- acción común de Cristo y de la igle- quita a cada una de las comunidades
cho de que el documento de aplica- nificado ya no es el de antes. En efec- sia, Cristo conserva siempre en ella su característica de ser verdadera-
ción de dicho c. IV de la SC, es decir, to, la diputación de que hablaba el la propia posición de cabeza, y la mente iglesias (LG 26), más aún, la
la Ordenación general de la Liturgia CDC de 1917 era aquella por la que iglesia se actúa como cuerpo suyo. aumenta, porque les confiere una
de las Horas (OGLH) reconoce ple- una acción de culto se convertía por De esta doble posición deriva una cierta visibilidad (A G 37) y carácter
namente a la liturgia de las Horas, vía oficial en liturgia, o sea, culto de distinción de papeles —papel de ca- concreto (LG 11), tampoco dismi-
aun poniéndola fuera de toda idea la iglesia, por ser hecha "en nombre beza (Cristo) y papel de cuerpo (igle- nuye, antes al contrario pone de ma-
de oficialidad y de delegación, el gra- de la iglesia". Ahora, por el contra- sia)— que en la liturgia se concretan nifiesto la nota eclesial de su liturgia.
do y la naturaleza de liturgia por el rio, la "misión canónica" y el "man- en los ministros (cabezas-vicegeren- En efecto, ésta sólo existe como li-
mero título de ser oración de la co- dato" fundan el deber de "convocar tes de Cristo cabeza) y en la comuni- turgia en acto cuando es local, o sea,
munidad (OGLH 9; 17), de la iglesia y dirigir" y la obligación de "cele- dad (real cuerpo de Cristo). cuando hay una comunidad que la
(ib, 15; 17). Se explicita así la sen- brar" la liturgia de las Horas, a fin de celebra en un determinado lugar ".
que "al menos ellos aseguren... el des- Cristo ejerce su propio papel de
tencia conciliar que declara a las ac- cabeza en la liturgia: primero, cuan- Pero una celebración local de la
ciones litúrgicas "acciones que per- empeño de lo que es función de toda
la comunidad, y se mantenga en la do, comunicando —por medio de liturgia es prevista como verdadera
tenecen a todo el cuerpo de la igle- los ministros sagrados— a los hom- y auténtica liturgia también cuando
sia" (SC 26), y la liturgia se convierte iglesia sin interrupción la oración
de Cristo" (ib, 28). Con otras pala- bres su propia gracia (Jn 1,16), con la hace cualquier comunidad ecle-
por sí misma en "misión" de la igle- esta obra suya de santificación los sial, es decir, situada en el interior,
sia (OGLH 27) y tarea de toda la bras: el mandato se refiere sólo a la
obligación de ejecutar una oración hace pueblo santo de Dios, o sea, pero como parte —aunque sea míni-
comunidad (ib, 28). iglesia; segundo, cuando comunica ma— de la iglesia local. Es el caso
que es ya en sí misma liturgia de la
Por consiguiente, la celebración iglesia. a la iglesia, así constituida, aquella de las comunidades monásticas,
de la liturgia de las Horas revela misma alabanza que él elevaba al masculinas o femeninas, cuya ora-
como iglesia no sólo —de manera En coherencia con este conoci- Padre. ción es verdaderamente liturgia de
particular— a la comunidad reunida miento más profundizado de la rea- La iglesia cumple su propio papel las Horas, porque en ella representan
con el obispo, con quien le sustituye lidad eclesial de la liturgia, el nuevo de cuerpo de Cristo en la liturgia "de modo especial a la iglesia oran-
(ib, 20) o con el párroco (ib, 21), CDC de 1983 (can. 1173) pone tam- cuando, aceptando la acción santifi- te" (OGLH 24). Igualmente una co-
sino también cualquier otra asam- bién la liturgia de las Horas directa- cadora de Cristo, continúa la ora- munidad, aunque sea ocasional, for-
blea de fieles reunida para la cele- mente como acción de la iglesia, que ción y la alabanza que él ofreció al mada sólo por laicos, si celebra, aun-
bración comunitaria de la liturgia de ejerce el sacerdocio de Cristo; el nue- Padre en los días de su vida terrena que sólo sea parcialmente, la liturgia
las horas (cf ib, 21; 22), sean laicos vo código no alude, a propósito de (Heb 5,7) y que, ofrecida por la igle- de las Horas, realiza "la misión de la
(ib, 27) o comunidades religiosas (ib, los ministros sagrados, a una de- sia, sigue siendo la oración que Cris- iglesia"; y es liturgia de la iglesia
24). Es evidente que la oración de legación litúrgica de los mismos to —pero hoy con su cuerpo, la igle- también la deseada celebración de
las comunidades aparece tanto más (can. 276). sia— presenta al Padre (cf SC 84). las horas que se da en el ámbito
Liturgia 1158 1159 Liturgia

restringido de la familia, visto que dirección de los obispos" (SC 26), se primera la característica de liturgia, bién es reconocida como vocación
por tal celebración la familia "se hace más evidente, en cuanto que tal que se niega, por el contrario, a la propia del cristiano), sino que ade-
siente más insertada en la iglesia" comunidad representa "a la iglesia segunda (santo Tomás, S. Th. II-II, más presenta la oración incesante (in-
(OGLH21). visible establecida por todo el orbe" 83-12; cf los antiguos tratados de culcada por 1 Tes 5,17) como sinó-
(SC 42). Si la comunidad está ausen- teología moral, por ejemplo, Mer- nimo de oración privada, mientras
b) El individuo que personifica te, en el obispo y en el presbítero kelbach, Summa theologiae moralis que para SC 86 (cf OGLH 10; 15)
o encarna a la iglesia es propiamente está de todos modos presente Cristo II, París 1932, 692s; Noldin-Heinzel, precisamente la oración litúrgica
el ministro sagrado, es decir, aquel en su específica función de cabeza Summa theologiae moralis II, Inns- será la que realiza la oración ince-
que, constituido "en el orden" por de la iglesia, y por tanto en la cele- bruck 195731, 129). La distinción se sante recomendada por Pablo. Pero
un sacramento especial, recibe el "Es- bración litúrgica tienen ellos en Cris- basa en una consideración teológica hay más: en SC 12, el ofrecimiento
píritu de cabeza" (Spiritus principa- to asociada consigo, personificándo- del hombre, según la cual la realidad de sí mismos —que se realiza en el
lis) que lo hace "obispo, pastor y la, a la propia iglesia. cristiana de éste, calificada como so- sacrificio de la misa (liturgia máxi-
sumo sacerdote" en la iglesia, o al Como conclusión de cuanto se ha brenaturaleza, es vista sólo como ma de la iglesia)— es presentado
recibir "el segundo grado del minis- dicho se ve claramente que el verda- algo que se superpone al ser natural como una de las cosas que demues-
terio" se convierte en presbítero y dero sujeto de la liturgia es propia- del hombre mismo. tran que ¡la "participación en la sa-
"colaborador" del obispo en su ofi- mente hablando sólo la iglesia, tanto El movimiento litúrgico desde su grada liturgia no abarca toda la vida
cio pastoral y, por tanto, también en sí está personificada —a título di- nacimiento ha chocado contra esta espiritual"! Sin querer negar la difi-
el sacerdocio. verso— en la comunidad como si lo consideración, pero sin lograr supe- cultad que deriva de verse forzados
En ambos casos el orden comuni- está en el ministro/cabeza de la co- rarla, habiéndose tenido que conten- a moverse en una situación de hecho
ca la gracia sacramental por la que munidad. No existe, por tanto, una tar con afirmar el valor superior de y de mentalidad con siglos de anti-
el obispo y el presbítero adquieren liturgia en nombre de la iglesia, sino la oración litúrgica recurriendo ora güedad, nos parece grave que la SC
la capacidad de obrar como vicege- sólo una liturgia de la iglesia. a la constatación de hecho de que no haya hecho esfuerzos mayores
rentes de Cristo, cabeza del cuerpo. ésta era la oración oficial de la igle- por salir de ella.
Por consiguiente, hay que reajus-
En efecto ellos, que por el bautismo tar el valor de mediador que a me- sia (visión jurídica), ora a la afirma- En la base de todo el problema
eran, como todos, miembros del nudo se da al ministro sagrado en la ción que reconocía en ella la oración está la falta de comprobación del va-
cuerpo de Cristo, por el sacramento celebración litúrgica. Aparte el he- de la iglesia cuerpo de Cristo, ora al lor que en el plano cristiano tienen
del orden han sido hechos cabezas cho de que parece que debe excluirse redescubrimiento de la sentencia bí- las expresiones oración privada y
en el cuerpo de Cristo (PO 2). Así de los ministros sagrados toda me- blica: "Donde hay dos o tres reuni- oración litúrgica.
como Cristo cabeza "lleva a todos diación en sentido teológico —en dos en mi nombre, allí estoy yo en
en sí mismo" (Cipriano, Ep. 63,13), cuanto reservada a Cristo—, tampo- medio de ellos" (Mt 18,20). I. ORACIÓN PRIVADA. Yendo
también el obispo y el presbítero en co es exacto atribuirles la mediación A estas dos últimas consideracio- por delante que la expresión puede
cuanto cabezas-vicegerentes de Cris- que se encuentra en quien, revestido nes de orden teológico se les recono- indicar el modo (en privado) y el su-
to llevan en sí toda la comunidad de de oficialidad, ocupa el puesto del cía ciertamente una importancia de jeto (como persona privada) de la
la que, en dependencia de Cristo, que está ausente: en el ministro primer plano en favor de la liturgia, oración, se debe decir que la oración
son cabezas. Por consiguiente, como —sea que personifique a Cristo ca- como sucedía por ejemplo en la en- en privado tiene sus raíces en la mis-
Cristo en la celebración litúrgica, beza, sea que, en cuanto cabeza, per- cíclica Mediator Dei, de Pío XII, y ma naturaleza humana; en efecto,
que también es actuación de su pro- sonifique al cuerpo de Cristo, la igle- más recientemente, con fuerza, en entra en ese modo de obrar con que
pia acción sacerdotal, no está nunca sia— obran, respectivamente, Cristo SC 7, donde leemos que "toda cele- el hombre se expresa tanto en rela-
solo, sino que "asocia siempre consi- y la iglesia. Con otras palabras: en la bración litúrgica, por ser obra de ción con Dios como en relación con-
go a su esposa la iglesia" (SC 7), has- liturgia, cuando por ejemplo el mi- Cristo sacerdote y de su cuerpo, que sigo mismo y con los demás en los
ta el punto de que la liturgia resulta nistro obra como presidente, no es es la iglesia, es acción sagrada por momentos de profunda intimidad.
ser conjuntamente "obra de Cristo mediador de la propia iglesia, sino excelencia, cuya eficacia, con el mis- Es una actitud inextirpable del
sacerdote y de su cuerpo que es la que en su oración ora la iglesia. mo título y en el mismo grado, no la hombre.
iglesia" (ib); así el obispo y el presbí- iguala ninguna otra acción de la igle- La oración como persona privada
tero al realizar la liturgia personifi- sia". Pero esto no quitaba la distin- es aquella en que el hombre se pone
can siempre a la iglesia, tanto si ella ción, y por tanto la existencia/valor delante de Dios ignorando a los de-
está presente como si está ausente. VI. Liturgia y culto privado
de la oración privada, como recono- más. Este tipo de oración, que bien
Naturalmente, si la comunidad está ce SC 12, que sin embargo, con ex- puede situarse en el natural egoísmo
presente, entonces el "sacramento de La conocida distinción entre culto
público y culto privado opone desde traña exégesis, no sólo opone la ora- del hombre, no es admisible en el
unidad" que es la iglesia, "pueblo san- ción en secreto (recordada por Mt cristiano. De hecho, en el cristiano
to congregado y ordenado bajo la siempre la oración de la iglesia y la 6,6) a la oración en común (que tam-
oración privada reconociendo a la que ora como cristiano no existe nun-
1160
Liturgia 1161 Liturgia
ca, porque no puede existir. Si se da de una vocación del cristiano a una
oración común ("christianus enim ad to—, tiene consigo la garantía de catequesis y de formación cultual en
tal oración, no es oración cristiana. que siempre la acoge el Padre: 1.° el pueblo, este último, aunque conti-
Hablando de cómo debe ser la communiter orandum vocatus..."),
por la que incluso cuando ora en pri- porque a la iglesia como tal se le han nuaba observando la liturgia en su
oración cristiana, san Cipriano (De hecho las promesas y se le ha dado oficialidad, se entregó a nuevas for-
orat. dom. 8) escribe: "Los cris- vado no será nunca la suya una ora-
ción como persona privada, porque la alianza que la hace esposa de Cris- mas cultuales: las llamadas devocio-
tianos tienen una oración pública to para siempre; 2.° porque, como nes, que, inspiradas asimismo en el
[= universal] y común, y así cuando su oración se producirá siempre den-
oración de la iglesia, la suscitará misterio cristiano, nacieron sin em-
oramos no oramos por uno sólo, tro del cuerpo de Cristo, la iglesia, bargo fuera, y en parte en sustitu-
como oración en y por el cuerpo de siempre el Espíritu para que esté en
sino por todo el pueblo, porque nos- conformidad con el pensamiento del ción de la liturgia, o bien como
otros somos todo el pueblo, una sola Cristo. Y esto sin que tal oración adaptación de ella a un nivel de com-
Padre; 3.° porque la santidad inde-
cosa". Y añade que esto viene de pierda el propio carácter personal. fectible de la ecclesia-sponsa purifica prensión más popular. Así, las cien-
Cristo mismo, "maestro y doctor de El cristiano alaba y da gracias o bien siempre la oración de la ecclesia- to cincuenta avemarias del rosario
la unidad, el cual no ha querido que suplica por un don personal que ha meretrix, es decir, de cada uno de son la reproducción de los ciento
los suyos orasen como individuos y recibido o que desea recibir; pero de los pecadores que componen la co- cincuenta salmos del salterio litúrgi-
como personas privadas, cual si ora- hecho por medio de él dan gracias y munidad. co de los clérigos, y la triple oración
sen sólo para sí, sino que ha querido suplican todos, puesto que él en la diaria del ángelus repite también en
que cada uno orase por todos, del propia oración —como Cristo en la la forma (sólo que sustituyendo los
mismo modo que él llevó a todos suya— se hace voz de cada hombre. salmos por avemarias) a la oración
congregados en sí mismo". Todo esto es la consecuencia na- VIL Conclusión:
de la mañana (prima), de mediodía
tural del hecho de que cada cristiano ¿Hacia un nuevo concepto (sexta) y de la tarde (completas) que,
La oración del cristiano es, pues, de liturgia?
de todos al tiempo que es suya, y no participa con todos en el único y co- al toque de la campana, se hace en
por presupuestos sociológicos, sino mún sacerdocio de Cristo, que es ne- los monasterios.
cesariamente universal no sólo en la En este sentido no se puede acep-
por razones de antropología teológi- tar la idea todavía subyacente al De este modo las devociones, de
ca. El cristiano participa en la reali- extensión (en todos), sino también
modo común de pensar cuando, al hecho y en la intención, se han en-
dad de Cristo y, por tanto, también en la acción (que es de todos). contrado formando pareja con un
hablar de liturgia, se la entiende siem-
en su acción: como Cristo "en su hu- pre como una forma de culto oficial cuerpo litúrgico ya formado, pero
manidad llevaba a todos los hom- 2. ORACIÓN LITÚRGICA. En el de una iglesia igualmente oficial, un no tan cerrado en sí mismo que no
bres" para comunicarles a todos la cristiano, la que se llama oración li- culto oficial que se distingue por un experimentara, desde la edad media
salvación, así el cristiano lleva a to- túrgica de hecho no añade nada, en ordenamiento particular del mismo hasta hoy, el influjo de aquéllas. Ve-
dos en la propia oración, para co- cuanto al valor de universalidad, a que atribuye su ejercicio a los minis- mos así surgir fiestas que hacían que
operar en la salvación de todos. la común oración cristiana arriba tros sagrados. Históricamente es éste se convirtieran en liturgia las devo-
La formulación plural que el Se- descrita. Su particularidad es la de el sentido originario del término li- ciones, simplemente dando a éstas la
ñor da a la oración que enseña a los ser el sacramento de ésta. Definida turgia que aparece en el texto griego forma de aquélla; aceptando que pa-
apóstoles no se debe a razones de como oración de la iglesia, explícita del AT según los LXX [/ supra, I] l 2 ; sara a ser patrimonio de la iglesia lo
estilo, sino que es revelación de la a través del signo sagrado de la co- y en este sentido ha reaparecido en que seguía siendo propiedad del pue-
mentalidad del Señor. Todavía san- munidad reunida la realidad de la el cristianismo, falseando así la pri- blo, como si iglesia y pueblo, por
to Tomás (S. Th. II-II, 83-7 ad 1) se oración cristiana, que consiste en ser mitiva concepción cultual de este úl- efecto de una extraña eclesiología
remite a la motivación encarnacio- siempre oración de todo el cuerpo timo, ya que de este modo se pro- divisionista, fueran cosas diversas.
nista de Cipriano, cuyas palabras de Cristo. Esta explicitación eclesial longaba un dualismo cultual que el Piénsese, por nombrar sólo algunas
cita, al explicar el plural del padre- se da sobre todo por el hecho de NT no conoce ni admite. entre las mayores, en las fiestas del
nuestro; y continúa diciendo (ib, 16 que en la oración de todos el cuerpo Corpus Christi, de la Virgen del Ro-
ad 3) que la "oración del Señor se Hecha así forma clerical del culto sario, del Sagrado Corazón, de la
se hace evidente, por la presencia vi- cristiano, la liturgia se ha encontra-
pronuncia en la persona común de sible o presunta del sacerdote cabeza Preciosísima Sangre de Cristo, etc.,
toda la iglesia", por lo que —¡y esta- do encerrada en una lengua cada vez y en las innumerables y a veces ex-
de la comunidad y la presencia de más ignorada por el pueblo, vincu-
mos ante la naturaleza sacramental Cristo cabeza de todo el cuerpo de céntricas (fiesta de María, Madre del
de la oración cristiana!— es siem- lada a formas rituales cada vez más Corazón eucarístico de Jesús, Madre
la iglesia. Con otras palabras: la su- ajenas al pensamiento y a la cultura,
pre verdad para la iglesia lo que en perioridad de la oración litúrgica so- del sacramento de la eucaristía, Ma-
ella ora el orante, aun en el caso de de los que sin embargo en tantos dre del Divino Amor) dedicadas a la
bre la oración cristiana común pro- aspectos formaba parte y vivía la
que él no lo entendiera personalmen- cede de que, al ser la proyección y la Virgen.
te así. iglesia.
hermeneusis sacramental de la igle- Como consecuencia de esto y con La iglesia se encuentra todavía
Por tanto, SC 12 habla con razón sia —comunidad sacerdotal de Cris- la añadidura de una fuerte falta de hoy en su propio seno ante este dua-
Liturgia
1162 1163 Liturgia
lismo cultual, cuya verdadera matriz de la liturgia, el antiguo dualismo
es sobre todo histórica, y como tal 8), Munich 1963, 157ss — " Cf S. Marsili, una Iglesia renovada, PPC, Madrid 1971; Bou-
cultual. Anamnesis I, Marietti, Turín 1974, 120s; K. yer L., Piedad litúrgica, Ed. Benedictinas, Cuer-
hay que juzgarla y valorarla. Pero a Esto de suyo quiere decir que en Rahner, en Rahner-Ratzinger, Episkopat und navaca 1957; Casel O., El misterio del culto
la formación de tal dualismo ha con- la iglesia todo lo que es culto cristia- Primal, Friburgo de B. 1961, 27; Chiesa e sa- cristiano, Dinor, San Sebastián 1953; Della To-
tribuido seguramente cierta concep- no es liturgia, y por tanto el vínculo cramenti, Brescia 1966, 82ss — n Cf S. Marsili, rre L., Curso de liturgia, Studium, Madrid
ción jurídica de la liturgia, por la que todavía se establece entre litur- o.c. 33-45. 1966; De Pedro A., Misterio y fiesta. Introduc-
que ésta era reconocida como tal gia y forma determinada de culto no ción general a la liturgia, EDICEP, Valencia
sólo si correspondía a requisitos pre- puede aducirse ya como elemento S. Marsili 1975; Eisenhofer L., Compendio de liturgia ca-
tólica, Herder, Barcelona 19635; Garrido M.,
cisos: 1.° tener una determinada for- constitutivo —aunque sólo sea en el La liturgia en la vida cristiana, Abadía de Santa
ma, fundamentalmente tradicional, plano práctico— de la liturgia. Pero BIBLIOGRAFÍA: Cruz del Valle de los Caídos s/f; Garrido M.-
pero de hecho cerrada en una fijeza si se quiere establecer una distinción Pascual A., Curso de liturgia romana, BAC 202,
esclerotizante, merced a la cual todo entre el culto cristiano común y la 1. Naturaleza de la liturgia Madrid 1961; Gelineau J., Liturgia para maña-
na. Sal Terrae, Santander 1977; Guardini R., El
debía corresponder a cánones pre- liturgia, entonces esta distinción sólo Arns E.P., La liturgia centro de la teología y espíritu de la liturgia, Araluce, Barcelona 19623;
determinados, tanto en la formula- puede fundarse en el hecho de que la de la pastoral, en G. Barauna, La sagrada litur- Hamman A., Liturgia y apostolado, Herder,
gia renovada por el concilio, Studium, Madrid
ción de una oración como en la com- liturgia es el momento en el que el 1965, 353-375; Castellano J„ Liturgia, en DE 2,
Barcelona 1967; Yáñez J.G., Quédale con nos-
posición y en la ejecución de los ri- culto cristiano común, cobrando va- otros. Camino sacramental de la comunidad
Herder, Barcelona 1983, 489-507; Congar Y.M.- cristiana, PPC, Madrid 1979; Jean-Nesmy Cl.,
tos; 2.° liturgia era sólo la que nos lor "sacramental", se presenta como J., La "ecclesia"o la comunidad cristiana, sujeto Práctica de la liturgia, Herder, Barcelona 1968;
venía, en la forma mencionada, de culto de la iglesia en cuanto tal, es integral de la acción litúrgica, en VV.AA., La Jungmann J.A., El culto divino de la Iglesia,
la antigüedad; y este principio supo- decir, culto del cuerpo de Cristo, liturgia después del Vaticano II, Taurus, Ma- Dinor, San Sebastián 1959; Las leyes de la li-
drid 1969, 279-338; De Castro J., El sacerdocio turgia, Dinor, San Sebastián 1960; Herencia li-
nía —hasta el Vat. II— que se reali- mientras que el común es culto en el regio de los fieles, en G. Barauna, La sagrada túrgica y actualidad pastoral, Dinor, San Se-
zase sólo en la antigua lengua latina. cuerpo de Cristo. liturgia renovada por el concilio, Studium, Ma- bastián 1961; Leclercq J., La liturgia y las para-
drid 1965, 289-311; Fernández P., ¿Qué es la dojas cristianas. Mensajero, Bilbao 1966;
Estos dos elementos, ya vistos Tercero: si Informa determinada liturgia en nuestra cultura secular?, en "La Cien- Llopis J., Itinerari litúrgic, Estela, Barcelona
como constitutivos de la liturgia y no es ya elemento constitutivo de la cia Tomista" 98 (1971) 377-414; La liturgia, 1968; Martimort A.G., IÁI Iglesia en oración.
que ponían a la liturgia misma en un imagen de este siglo que pasa, en "Studium" 14 Herder, Barcelona 19672; Mateos J-, Cristianos
liturgia, se debe estimar —no obs- (1974) 97-117; Hess J„ Servicio (latreúo-
plano netamente jurídico en cuanto tante la afirmación contraria de SC enfiesta. Cristiandad, Madrid I9752; Mercier
leitourgéo), en DTNT 4, Sigúeme, Salamanca G., La liturgia culto de la Iglesia, Paulinas,
a comprensión y praxis celebrativa, 13— que cualquier otra forma de cul- 1980, 216-219; Jungmann J.A., Liturgia: natu- Madrid 1965; Pascual de Aguilar J.A., Liturgia
eran cabalmente los que en el AT to, como por ejemplo los "ejercicios raleza e historia de la liturgia, en SM 4, Herder, y vida cristiana, Studium, Madrid 1962; Precht
habían dado origen al culto levítico- piadosos" de que habla precisamente Barcelona 1973, 324-353; Maldonado L., Litur- B. Cr., Acción de Dios, fiesta del pueblo. Fiesta
sacerdotal, a diferencia del culto del gia, en CFP, Cristiandad, Madrid 1983, 580- de Dios, acción del pueblo. Apuntes para una
la SCen el lugar citado, pueden con- 594; Marsili S., Liturgia, en DETM, Paulinas,
pueblo. siderarse como liturgia cuando los teología de la celebración. Paulinas, Santiago
Madrid 19752, 591-599; Martimort A.G., La de Chile 1981; Vagaggini C , El sentido teológi-
La reforma litúrgica promovida realiza la comunidad eclesial con la Iglesia en oración, Herder, Barcelona 19672, 29- co de la liturgia. BAC 181, Madrid 1959;
presencia efectiva o presunta del mi- 36; Mosso D., Liturgia, en DTI 1, Sigúeme, Vandenbroucke F., Iniciación litúrgica. Alde-
por el Vat. II ha pretendido superar Salamanca 1982, 62-83; Rodríguez F., El térmi-
esta posición: nistro sagrado, cabeza de la comuni- no "liturgia": su etimología y su uso, en "La
coa Burgos 1965; VV.AA., La celebración en la
dad, porque también ellos son, en Iglesia 1, Liturgia y sacramentologia funda-
Primero: reconociendo a la litur- este caso particular, sacramento de Ciencia Tomista" 97 (1970) 147-163; Sastre mental. Sigúeme, Salamanca 1985; Verheul A.,
A.R., Anotaciones para una comprensión del Introducción a la liturgia, Herder, Barcelona
gia el carácter de celebración, que la iglesia. hecho litúrgico, en "Phase" 90 (1975) 469-480; 1967; Von Allmen J.-J., El culto cristiano. Su
pertenece indistintamente "a todo el Stenzel A., El servicio divino de la comunidad esencia y su celebración, Sigúeme, Salamanca
cuerpo de la iglesia'" (SC 26), si bien reunidaen Cristo. Culto y liturgia, en MS IV/2, 1968.
la constitución jerárquica de la igle- Cristiandad, Madrid 1975, 26-52; Vagaggini C.„
NOTAS: ' L. Beauduin, La piété de ¡'église, El sentido teológico de la liturgia, BAC 181,
sia misma atribuye cometidos litúr- Lovaina 1914, rist. en Melanges liturgiques, Lo- Madrid 1959; Van del Valle A., Encuentro con
gicos distintos a los diversos compo- 2 vaina 1954; Essai de manuel de liturgie. ib — Cristo y comunidad litúrgica, en "Concilium"
N. Turchi, Fontes historiae religionis myste-
nentes del cuerpo eclesial (ib). riorum aevi hellenistici, Roma 1930 — 3 O. Ca-
12 (1966) 182-196; Vilanova E., La liturgia des-
de la ortodoxia y la ortopraxis, en "Phase" 133
Segundo: dando a esta superación sel, Umistero del culto cristiano, Turín 1966, 73 (1983) 9-27; VV.AA., El futuro de la liturgia, en
LITURGIA, HISTORIA DE LA
de la concepción veterotestamenta- (trad. cast.: El misterio del culto cristiano. Di-
nor, San Sebastián, 1953) - - " Cf O. Casel,
"Concilium" 42 (1969) 173-352.
ria, que había reaparecido en la Mysteriengegenwart. en JLW % (1928) 145 —
/ Historia de la liturgia
iglesia, su raíz y razón en el hecho 5 Cf H.A. Schmidt, Introduclio in liturgiam oc-
cristiano mismo; es decir, al ser el cidentalem, Herder, Roma 1960, 170s —* Ene. 2. Introducciones a la liturgia. Manuales de
cuerpo de la iglesia partícipe y de- Mediator Dei. en A AS 39 (1947) 522 — ; Ib. liturgia
LITURGIA/LITURGIAS
529 — 8 Ib. 528s — ' Ib. 527s — i0 El hebreo Aubry A., ¿Ha pasado el tiempo de la litur-
positario del único sacerdocio de pesah (griego pascha) significa simplemente li-
Cristo, no puede subsistir en él, en beración y protección: cf N. Füglister, Die Heils- gia?, Atenas, Madrid 1971; Azcárate A., La flor / Ambrosiana, Liturgia; / Hispana,
de la liturgia renovada. Manual de cultura y
el plano teológico de comprensión bedeutung des Pascha (Studien zum A. und NT, espiritualidad litúrgicas, Ed. Claretiana, Buenos Liturgia; / Liturgias locales anti-
Aires 1976; Bernal J.M., Una liturgia viva para guas; / Orientales
Liturgia de las Horas 1164
1165 Liturgia de las Horas
LITURGIA Y BELLAS ARTES ciamientos del magisterio eclesiástico; 2. Actua-
ción del prototipo de santidad; 3. Prolongación OGLH 20); de las Horas, por ser nitario e incluso un valor oficial re-
sacramental; 4. Potenciación ascético-mística y
/ Arte; / Arquitectura; / Canto gre-; " apostólica. esencialmente oración destinada a conocido por la autoridad. La ora-
goriano; /Canto y música; /MassS santificar las horas del día y de la ción cristiana comunitaria puede li-
media noche, es decir, todo el tiempo (SC mitarse a una forma devocional
En esta voz emplearemos las si- 84; OGLH 10). propia de estratos más o menos am-
guientes siglas; plios, es decir, a una expresión reli-
LITURGIA Y CIENCIAS 2. OFICIO DIVINO. Adopta este giosa vinculada únicamente a deter-
HUMANAS OGLH = Ordenación general de nombre, junto con el anterior, el or- minadas contingencias históricas po-
la Liturgia de las Horas, que figura denamiento posconciliar (cf OGLH pulares o a factores culturales. En
/ Antropología cultural; / Comuni-¡. al comienzo del vol. I del libro de la 2, etc.). Antiguamente designaba este caso se llama ejercicio piadoso
cación; / Psicología; / Sociología;,. Liturgia de las Horas (coeditores li- cada uno de los actos cultuales; lue- o forma de piedad popular, más o
/ Cultura; / Fiesta; / Lengua/ Len-' túrgicos, Barcelona 1979) 27-104, y go se limitó a la oración litúrgica de menos acreditada por la autoridad.
guaje litúrgico; /Religiosidad po- que es la instrucción sobre el Oficio la iglesia. A veces se quiso ver subra- Los documentos eclesiásticos, y en
pular; / R i t o ; /Sagrado; / S i g - Divino reformado por mandato del yada en él la obligación canónica particular la SC, aun mostrando
no/Símbolo; / Traducción litúrgica concilio Vaticano II y promulgado (del latín officium, deber). gran respeto por los ejercicios pia-
por su santidad el papa Pablo VI dosos, mejor dicho, aun recomen-
para el rito romano. 3. BREVIARIO. Este nombre está dando vivamente algunos, ponen en
abandonado ahora, porque ponía de un plano diferente y bastante más
manifiesto un aspecto que sólo es alto la liturgia (SC 13 y passim)
LH — Liturgia de las Horas.
El Offtcium divinum renovado fue ocasional y totalmente exterior. Ve- [/ Liturgia, IV-V]. En la liturgia de
promulgado por Pablo VI con la nía de breviarium, equivalente de su- la iglesia tenemos la misa, los sacra-
mario, compendio, abreviación, sín- mentos, el año litúrgico, acciones sa-
LITURGIA DE LAS HORAS const. apost. Laudis canticum, del
tesis, codificación de libros, y había cramentales menores con las bendi-
1 de noviembre de 1970 (texto caste-
surgido principalmente por el hecho ciones o las consagraciones, pero
llano, o.c, 15-25).
SUMARIO: I. Nomenclatura: 1. Liturgia de las de que en la baja edad media co- también la LH.
Horas; 2. Oficio divino; 3. Breviario; 4. Otros menzaron a reunirse en uno solo los La oración, incluso la no cristia-
nombres - II. La LH, expresión privilegiada de diferentes libros manuscritos nece- na, es un acto religioso de alto valor,
la oración cristiana - III. La LH en las iglesias I. Nomenclatura sarios para el rezo coral, lo cual im-
a través de los siglos: 1. Origen y fundamento; que tiene sus raíces en el fondo de
2. Variedad de planteamientos; 3. Tiempos de plicaba reducciones notables de al- todo ser humano en cuanto criatura
oración; 4. Estructuración; 5. Las etapas más Las denominaciones, al menos en gunos componentes, o por lo menos
el sector de la liturgia de que nos de Dios, independientemente de sus
significativas: a) Ss. vn-x, b) Breviario de la la simple indicación de su incipit.
Curia, c) Reforma tridentina, d) San Pío X; 6. ocupamos, manifiestan la óptica con creencias. En efecto, "ya que el hom-
Las principales líneas programáticas del Vat.
que se vio la Liturgia de las Horas bre proviene todo él de Dios, debe
II: a) Oración de todo el pueblo de Dios, b) 4. OTROS NOMBRES. Entre los reconocer y confesar este dominio
Nuevo salterio litúrgico, c) Nuevo leccionario en los diferentes momentos cultu-
bíblico, patrístico y hagiográfico, d) Adaptabi- rales. autores o en los documentos circula- de su Creador, como en todos los
lidad, e) Subsidios para la interiorización, f) ban expresiones como: cursus, pre- tiempos hicieron, al orar, los hom-
Variedad y riqueza; 7. El oficio en las iglesias ces horariae, opus Dei, pensum ser- bres piadosos" (OGLH 6). En esta
orientales - IV. Naturaleza y espíritu de cada 1. LITURGIA DE LAS HORAS. ES vitutis, horae canonicae. En el rito
una de las horas: 1. Laudes; 2. Vísperas; 3. Ofi- oración hay o puede haber un víncu-
el nombre del oficio divino editado bizantino se designa con el término lo, consciente o no, del orante con
cio de lecturas; 4. Tercia, sexta, nona u hora
intermedia; 5. Completas - V. Estructura actual por primera vez en 1959', acogido Horologion al libro del oficio divi- Cristo salvador, y entonces es cierta-
delaLH: 1. Invitatorio; 2. Laudes y vísperas; 3. sucesivamente en diferentes publica- no: obvia referencia al carácter ho- mente válida ante Dios, también en
Oficio de lectura; 4. Tercia, sexta, nona u hora ciones, escogido como altamente ex- rario de esta oración. orden a la salvación. "La oración,
intermedia; 5. Completas - VI. Los diversos com- presivo por las comisiones del Con-
ponentes de la LH: 1. Salmos y cánticos; 2. que se dirige a Dios, ha de establecer
Lecturas; 3. Responsorios; 4. Himnos; 5. Invo- silium para la puesta en práctica de conexión con Cristo, Señor de todos
caciones, intercesiones y oraciones; 6. Silencio - la constitución Sacrosanctum conci- II. La LH, expresión privilegiada los hombres y único Mediador, por
VIL Celebración de la LH - VIII. Valor esencial lium [ / Reforma litúrgica, II, 1] y
de la LH en la vida de la iglesia: 1. Máxima de la oración cristiana quien tenemos acceso a Dios. Pues
realización de la iglesia, comunidad orante; 2. consagrado finalmente por los do- de tal manera él une a sí a toda la
Acto de Cristo, sacerdote celestial; 3. Oración cumentos y por la edición oficial. Existe la oración de los bautiza- comunidad humana, que se estable-
vitalizada por el Espíritu Santo; 4. Participación Liturgia, por ser parte del culto pú-
en la alabanza mutua de las personas divinas; 5. dos y la de los no bautizados. Una y ce una unión íntima entre la oración
Fuerza de cohesión en el cuerpo místico; 6. Rea- blico de la iglesia (SC 83-101), per- otra pueden ser estrictamente priva- de Cristo y la de todo el género hu-
lización del hombre; 7. Santificación cósmica - tenecer a todo el cuerpo eclesial, das e individuales o bien revestir un mano. Pues en Cristo y sólo en Cris-
IX. La LH, factor de santificación: I. Pronun- manifestarlo e implicarlo (SC 26; carácter social, un desarrollo comu- to la religión del hombre alcanza su
Liturgia de las Horas 1166

valor salvífíco y su fin" (OGLH 6). ejercicio piadoso u otra forma de ora- 1167 Liturgia de las Horas
Pero la oración de los bautizados ción, por muy venerable que sea
que viven su bautismo tiene sin duda (prescindimos obviamente de la euca- que decisivo en el ejemplo y el man- y su contenido salmódico, que se
una relación más íntima y profunda ristía y de las demás acciones sacra- dato de Cristo. De los evangelios se ampliaba a veces con el uso de los
con Cristo, que los ha habilitado mentales), ha merecido tanta aten- desprende que la oración jalonaba cantos bíblicos y con las lecturas de
ción por parte de la iglesia: la ha toda la vida del Salvador, hasta el la Escritura; pero no había unidad
para conferir vitalidad divina a su para el número de los tiempos de
actividad. Ésta es la oración cristia- experimentado como válida y nutri- punto de formar el alma de su mi-
nisterio mesiánico y de su éxodo oración diaria, para la distribución
na o de los cristianos. "Una especial tiva para la vida cristiana y la ha pascual (OGLH A). Además, está ex- cíclica de los salmos y de eventuales
y estrechísima unión se da entre comunidado, al menos en principio, plícitamente documentado su pensa- lecturas bíblicas, para el recurso a
Cristo y aquellos hombres a los que como la que mejor congenia con miento sobre la iglesia, comunidad himnos o a otras fórmulas de ex-
él ha hecho miembros de su cuerpo, ella, aquella en que mejor se recono- de oración (OGLH 5). Es lo que re- tracción eclesiástica. Además, existía
la iglesia, mediante el sacramento ce a sí misma (OGLH 18; 20). cibieron plenamente los apóstoles y una diferencia profunda entre el ofi-
del bautismo. Todas las riquezas del La recomendación u obligación los primeros cristianos, que no sólo cio celebrado en las catedrales o en
Hijo se difunden así de la cabeza a con que la ha inculcado a lo largo de se hicieron eco de los mandatos de las iglesias parroquiales, llamado a
todo el cuerpo: la comunicación del los tiempos no hay que juzgarlas orar siempre, dados por el divino veces catedralicio, y el estrictamente
Espíritu, la verdad, la vida, y la par- como el elemento fundante de su ca- Maestro, sino que efectivamente monástico, que respondía a afanes
ticipación de su filiación divina, que rácter litúrgico, es decir, de oración perseveraron en la oración, así como ascéticos más elevados. Al no poder
se hacía patente en su oración mien- eminente de todo el cuerpo eclesial, en la escucha de la palabra, junta- entrar en los particulares de esta
tras estaba en el mundo" (OGLH 7). sino más bien como la consecuencia. mente con la celebración eucarística compleja evolución, nos contenta-
El bautismo es además una forma La iglesia ha pretendido garantizarse y la comunión fraterna (cf OGLH mos con unas pocas alusiones acerca
de compartir el sacerdocio de Cristo, el cumplimiento de lo que considera 1). Es convicción profundamente en- de los tiempos de oración y a algu-
que habilita para compartir su ejer- raizada en la conciencia de la iglesia nos aspectos estructurales.
uno de sus cometidos principales
cicio sacerdotal, y por tanto su mis- (OGLH 1) incluso vinculando jurí- que la función horaria del oficio di-
ma oración, que fue precisamente dicamente a los sacerdotes y a mu- vino se remonta fundamentalmente 3. TIEMPOS DE ORACIÓN. La co-
una función sacerdotal suya (OGLH a la oración continua recomendada munidad apostólica observaba el
chos religiosos. Fue probablemente y también practicada por Jesús
7; 15). Por tanto, la dignidad de la la comprensión errónea de este as- uso nacional de los hebreos de la tri-
(OGLH 10 y const. apost. Laudis ple oración: por la mañana, a me-
oración cristiana es grande, por- pecto la que acabó haciendo que se canticum, comienzo y n. 8 2) y por la
que participa de modo especial en atribuyera a la institución de la de- diodía y por la tarde. Pero no se des-
comunidad apostólica. Si, además, conocía la oración nocturna (Le
el amor del Hijo hacia el Padre legación canónica una fuerza cons- se recuerda que Jesús, los apóstoles
(OGLH 7). titutiva de valores que, por el con- 6,12; He 16,25).
y la comunidad primitiva oraron A partir del s. iv se difundió mu-
Sin embargo, la iglesia, entre to- trario, tienen su fuente sólo en el también con los salmos (cf Mt 27,46; cho la costumbre de los cinco tiem-
das las formas de oración cristiana, misterio de la iglesia en cuanto co- Le 23,46; Col 3,16)3, como el pueblo pos, recordada ya por Tertuliano' y
privilegia la litúrgica, reconociendo munidad esencialmente de culto y hebreo al que pertenecían, se deduce por otros: laudes, tercia, sexta, nona,
que, "por su naturaleza, está muy de salvación [/ Liturgia, IV, 2-3]. que el mismo carácter salmódico de vísperas. Sin embargo, algunos am-
Por encima" de las demás (SC 13). la LH empalma, al menos en cierto bientes añadieron otros dos: prima,
Efectivamente, la iglesia ha elabora- sentido y hasta cierta medida, con señalada para Belén y otros lugares
do su estructura, la ha compuesto Cristo y con los primeros cristianos. por Casiano ! , y completas, de las
III. La LH en las iglesias
con textos bíblicos y patrísticos y, a a través de los siglos que habla el mismo Casiano«y antes
menudo, a lo largo de los siglos, ha 2. VARIEDAD DE PLANTEAMIEN- todavía san Basilio'. Es frecuente
dedicado un empeño especial para Una ojeada histórica es indispen- TOS. La historia de la LH es comple- también un tiempo estrictamente
reformarla y adecuarla a las diferen- sable no sólo para captar las grandes ja, porque durante muchos siglos nocturno, colocado y configurado
tes exigencias históricas, ha contro- líneas evolutivas que han llevado a gran cantidad de iglesias locales y de forma diferente. En la multiplici-
l o diligentemente sus plantea- centros monásticos la organizaban dad de esquemas, entre los que algu-
las formas con que estamos familia-, nos alcanzaban extremos de doce
mientos teológicos y espirituales, ha rizados ahora, sino también para va- de manera propia, y también porque
ouscado su decoro y dignidad litera- la documentación a menudo es de- tiempos de oración e incluso más, y
a y mu lorar la colocación de la LH en el otros que se limitaban sólo a la ma-
" sical, ha redactado minucio- cuadro de la existencia y de la mi- masiado insuficiente para recons-
sem e n y SU n o r mativa. Si se tiene pre- sión de la iglesia. truir, al menos en parte, la multitud ñana y la tarde, se hizo común el de
de modelos que se crearon en el vas- ocho tiempos, correspondientes a los
nte el panorama universal de la siguientes oficios: nocturnos, laudes,
siesia> en sus variedades de pueblos to panorama de las comunidades oc-
1. ORIGEN Y FUNDAMENTO. La cidentales y orientales. Común a to- prima, tercia, sexta, nona, vísperas,
DrP,,v?' y l a t r a d ¡ ción milenaria, im- historia de la LH, como oración es- completas, aunque las fuentes siguen
presiona el hecho de que ningún dos era el ideal de la oración horaria
pecífica de la iglesia, tiene su arran-
Liturgia de las Horas 1168
1169 Liturgia de las Horas
hablando a veces de siete horas, en nero. Este tipo de oficio, hacia el s.
atención al Sal 118,164: "Siete veces IX, se va convirtiendo también en de- b) Breviario de la Curia. El papa gibilidad de su Breviario se juzgan
al día te celebro". Por respeto a este ber del clero, al menos del sujeto a la y todos sus curiales, hacia los ss. x- hoy más bien negativamente.
número simbólico, algunos no ha- vida canónica, es decir, que vive se- xi, adoptaron una de las formas co-
cían entrar en la cuenta los noctur- gún una norma o estatuto y está vin- rrientes del oficio monástico-eclesiás- d) San Pío X. La reforma, pro-
nos, como san Benito (Reg. 16), o culado a la iglesia local. Por esta vía tico, profundamente influida ya por mulgada con la const. apost. Divino
consideraban una las dos horas de pasa poco a poco al horario de ora- la liturgia franco-germana. La adop- afflatu, de Pío X, del 1 de noviembre
nocturnos y laudes, por ejemplo Ca- ción propuesto a cada clérigo. Era ción papal sirvió para dar gran cré- de 1911, se propuso conciliar el rezo
siano ». inevitable que en esta situación el dito a esta estructura, que por tal semanal del salterio y la lectura de
Uno de los vehículos más deter- oficio, que había llegado a ser tan motivo fue recomendada por san parte considerable de la Escritura en
minantes para la divulgación del sis- imponente y prolongado, exigiera Francisco de Asís a sus frailes, obte- el espacio de un año, con el culto a
tema octonario en Occidente fue la dispensas o abreviaciones y reformas niendo así una difusión extraordina- los santos y un aligeramiento del ofi-
Regla de san Benito, que recibió am- diferentes. Las muchas intervencio- ria hasta convertirse en la forma pre- cio. El inconveniente del crecimiento
plia difusión a partir del s. vm. El nes privadas o de autoridades locales dominante en el ámbito de las igle- anormal del santoral en la liturgia,
número permaneció en el oficio ro- corrían el riesgo de introducir abu- sias de Occidente. Sin embargo, este que ya otras veces se había lamenta-
mano hasta el Vat. II, que suprimió sos de todo género y la anarquía. modelo no excluía variantes secun- do en la historia, había cobrado tales
la hora de prima. Esto favoreció el propósito de Tren- darias según los ambientes religiosos proporciones que hacía sumamente
to de avocarlo todo a la autoridad y clericales. Hay que subrayar en exiguo el número de los días en que
central. este tiempo el nuevo fenómeno del se respetaba el salterio y la lectura
4. ESTRUCTURACIÓN. El oficio
rezo individual, que tendía a susti- bíblica corriente. Por otra parte, al
catedralicio, que comprende por lo tuir al comunitario y a convertirse
regular sólo laudes y vísperas, se ser el oficio de la feria y del domingo
5. LAS ETAPAS MÁS SIGNIFICATI- en la manera más normal. notablemente más largo que el de
componía de pocos salmos y algún VAS. Las principales fases históricas
cántico bíblico, por lo común fijos y los santos, su frecuencia habría
(anteriores a la reforma del Vat. II) constituido un impedimento para el
escogidos con criterios pastorales del oficio romano respecto a su es- c) Reforma tridentina. La bula
apropiados al momento celebrativo. Quod a nobis, de san Pío V, del 9 de trabajo pastoral, que se había hecho
tructura son las siguientes: gravoso por la disminución del nú-
Se completaba con las intercesiones julio de 1568, que llevaba a término
y eventualmente con algún fragmen- la reforma preconizada por el conci- mero de sacerdotes, como señala la
a) Ss. vn-x. El oficio de la Re- constitución apostólica. Por eso se
to bíblico, la homilía correspondien- gla de san Benito incluía ya el salte- lio de Trento, no cambiaba la es-
te y algún himno. El canto y la eje- tructura fundamental del oficio cu- procuró una distribución radicalmen-
rio semanal, pero todavía no la lec- te nueva de los salmos, reduciendo
cución alternante, entre solista y tura anual de la Escritura, atestigua- rial romano, pero aportaba algunas
asamblea, de los salmos (forma res- simplificaciones y aligeraba al oficio su cantidad diaria para cada hora y
da explícitamente en el Ordo XIV, haciéndolos variables también en las
ponsorial) hacía fácil y agradable la de los ss. VII-VIII, proveniente de mo- de algunos elementos parasitarios
celebración. El oficio monástico, pro- que lo hacían pesado. Además esta- horas en que antes eran fijos, es de-
nasterios romanos». La Regla habla cir, en laudes y en las horas menores.
gramado con arreglo a un horario también de las lecturas patrísticas blecía normas para garantizar mejor
más denso, mostró pronto la tenden- el principio del rezo semanal del sal- Se sometieron los oficios de los san-
que hacen de comentario a las bíbli- tos a una norma tal que respetara
cia a multiplicar el número de tex- cas (Reg. 9). Entre el oficio de la terio y de la lectura más amplia de la
tos, llegando al rezo semanal, o in- Escritura, comprometidos muchas comúnmente el salterio, la lectura
Regla de san Benito y el antiguo ofi- bíblica corriente y la dignidad del
cluso más frecuente, del salterio y a cio romano había ciertamente mu- veces por el oficio tomado del co-
la lectura anual de toda la Biblia o mún de los santos. La novedad más domingo. La reforma de Pío X, que
chas cosas en común, como se dedu- afectaba a una tradición más que mi-
gran parte de ella. En muchos mo- ce en parte de la Regla misma (Reg. llamativa fue que se impuso a toda
nasterios se adoptaron también for- la iglesia de rito romano, salvo pocas lenaria, se autodefinió como un pri-
10) y de otros testimonios antiguos. mer paso hacia la reforma más gene-
mas cada vez más sofisticadas de eje- Sin embargo, se discute cuál de los excepciones, el mismo Breviario,
cución musical de salmos, antífonas, con la prohibición absoluta de toda ral y completa, que se consideraba
dos ha servido de modelo al otro. ya totalmente necesaria.
responsorios y otras fórmulas. Con De todos modos, es cierto que el ofi- modificación, por leve que fuera. Se
el correr del tiempo encontramos el cio romano de tipo monástico-ecle- consigue por esta vía una unidad
oficio monástico todavía más pro- siástico de los ss. VII-VIII comprendía monolítica desconocida hasta enton- 6. LAS PRINCIPALES LÍNEAS PRO-
longado con oficios adicionales co- el rezo semanal del salterio y la lec- ces y considerada necesaria en aquel GRAMÁTICAS DEL VAT. II. Aquí in-
mo el de la Virgen, de los difun- tura anual de la biblia. La distribu- tiempo a causa del peligro protes- dicamos sólo algunos de los aspectos
tos, de los salmos graduales y peni- ción salmódica de este oficio, salvo tante, de los muchos abusos y de la más característicos de la obra pos-
tenciales, sufragios, conmemoracio- algunas modificaciones para la hora anarquía litúrgica que se había crea- conciliar auspiciada por la gran
nes, letanías y preces de distinto gé- de prima, duró hasta san Pío X. do. La rígida uniformidad impuesta asamblea ecuménica, porque la pre-
por el concilio de Trento y la intan- sentación de la nueva estructura y
1171 Liturgia de las Horas
Liturgia de las Horas 1170
canticum 1). Por ejemplo, los res- tinadas a compendiar, en clave de
de sus significados se hará en los pá- mitir una organización más articula- ponsables de la celebración pueden, oración, la perspectiva cristológica y
rrafos siguientes. da, más variada, más abierta a la dentro de ciertos límites, escoger him- eclesiológica de los salmos. Todo
a) Oración de todo el pueblo de lectura bíblica (cf SC 89c), a los es- nos, salmos, lecturas, cantos sustitu- esto promueve aquella celebración
Dios. Se concibe el oficio divino no pacios de silencio y al canto. Así es tivos de los responsorios y fórmulas consciente y personal que estaba en
como oración propia del clero y de posible insertar eventualmente en adicionales o alternativas a las pre- los deseos del concilio (cf SC 11; 30;
los monjes, tal como había acabado laudes y vísperas una lectura más ces intercesorias. Se ensancha la 33; 90, etc.; OGLH 19).
siendo en una época de decadencia larga y la homilía en las celebracio- gama de ejecución de los salmos y
litúrgica, sino conmemoración de to- nes con el pueblo. Las oraciones de de los cánticos: por estrofas, por ver- f) Variedad y riqueza. La nueva
dos los bautizados. Por eso gira intercesión pueden ampliarse. La ce- sículos, en forma propia de solista LH ofrece generalmente estructuras
principalmente en torno a laudes y lebración puede desarrollarse con (en forma seguida), alternada entre con rotaciones a largo plazo, de
vísperas, definidos como el doble qui- más calma, más participación inte- solista y coro (responsorial) o entre suerte que evita el retorno a poca
cio del oficio diario (SC 89a) y reela- rior y más fruto. coro y coro (antifonal), con repeti- distancia de textos iguales, con la
borados completamente sobre todo ción de antífonas al final del salmo y consiguiente monotonía, cansancio
c) Nuevo leccionario bíblico, pa- del cántico o también entre las es-
para la celebración popular. Los lai- tristico y hagiográfico. El concilio so- y decaimiento de la atención. La va-
cos, como grupos y como indivi- trofas o grupos de estrofas, con in- riedad lleva consigo mayor fuerza de
licitó que también en el oficio se serción de oraciones sálmicas, con
duos, que celebren aunque sólo sea abrieran con mucha amplitud los te- estímulo para quien está animado
una parte de la LH ejercen la misión espacios de silencio, etc. Es libre, en por buenas intenciones. A tal fin se
soros de la palabra de Dios (SC 92). las memorias, la opción entre textos
de la iglesia orante, se insertan más Es lo que ha querido llevar a cabo la han creado, o se han vuelto a utilizar
íntimamente en ella (SC 85), llevan del común y textos de la feria. A (tomadas del patrimonio tradicio-
reforma. La nueva LH tiene una dis- veces se puede organizar un oficio
a cabo una acción litúrgica y un cul- tribución muy copiosa de pasajes bí- nal), largas series de oraciones, in-
to público y contribuyen no poco votivo (cf OGLH 244-252). Se pre- vocaciones, intercesiones, lecturas,
blicos, tanto de los largos en el oficio vén soluciones alternativas para el
a la salvación de todo el mundo de lectura como de los más breves responsorios, antífonas, versículos,
(OGLH 27). Desaparece la discrimi- rezo individual o sin canto (cf, por etcétera.
en las otras horas. No se ha cuidado ejemplo, OGLH 171; 190; 203). Se
nación entre personas delegadas y sólo la cantidad, sino la elección cir-
no delegadas para la oración litúrgi- dan facultades para la elección de
cunspecta, la adecuación a los tiem- las lecturas y también para una lec-
7. EL OFICIO EN LAS IGLESIAS
ca, y se exhorta vivamente a los lai- pos y días litúrgicos y la línea lógica ORIENTALES. Al ser imposible bos-
cos a hacer de la LH, total o parcial, tura con el sistema de la lectio semi- quejar en pocas líneas la evolución
de desarrollo de la historia de la sal- continua o continua de algún padre
su oración (SC 100; OGLH 22; 23; vación en el transcurso del año. Se histórica del oficio divino en los
27). (cíOGLH 248-251). ocho ritos orientales y en las nume-
nota siempre el esfuerzo de respon-
der a un conjunto de exigencias te- rosas iglesias que los siguen, baste
b) Nuevo salterio litúrgico. Nos niendo en cuenta nuestras generacio- aquí una alusión al número de las
referimos a la nueva distribución de e) Subsidios para la interioriza-
nes. Se estudió mucho la formación ción. La elección de las antífonas es- horas y a algunos de sus compo-
los salmos en un ciclo de cuatro se- del nuevo dispositivo de lecturas pa- nentes.
manas, excepto para las completas, tuvo guiada por el propósito de ayu-
trísticas, entre las cuales se encuen- dar a los orantes en la relectura li- El Horologion, el libro litúrgico
que sólo tienen un cuadro semanal tran no rara vez auténticas joyas, no del oficio bizantino, tiene estas ho-
por tratarse de un oficio breve de túrgica de los salmos. Salmos y
utilizadas antes. En el leccionario del cánticos están ilustrados por un do- ras: medianoche (mesonyktikón),
preparación al descanso nocturno, santoral se excluyó categóricamente maitines (órthros), prima, tercia,
en el que se prefiere la repetición de ble título sobre el contenido bíblico
todo lo que tuviera sabor a leyenda y la interpretación cristiana. Prece- sexta, nona, vísperas (esperínon o
los mismos salmos. El esquema de y se adoptó el criterio de recurrir, lychnikon), completas (apódeipnon
cuatro semanas ha requerido una den también didascalías a las lectu-
siempre que fuera posible, a los es- ras largas. La normativa es más sen- = después de la cena). En los días
nueva serie de cantos bíblicos, tanto critos de los santos celebrados. alitúrgicos de cuaresma se añade,
del AT como del NT, y la repetición cilla, menos rígida, y atiende sobre
todo a la celebración y a la partici- después de sexta, el oficio de los
de algunos de los salmos preferidos d) Adaptabilidad. El monolitis- lypica, que ocupa el puesto de la
por la piedad. El Vat. II impuso el pación interior. Es inestimable la
mo rígido de antes cede el paso a Ordenación general de la Liturgia de misa. En las llamadas cuaresmas de
alargamiento del período de la sal- una moderada flexibilidad, de forma navidad y de los santos apóstoles,
modia (SC 91) no sólo a causa de las Horas, que destaca los tesoros
que permite diferentes soluciones, en espirituales del oficio divino y pone las horas diurnas tienen un oficio in-
la supresión de prima y la nueva re- base al espíritu del Vat. II (SC 87; termediario llamado mesórion.
glamentación de tercia, sexta y nona de relieve los significados vitales de
90). Efectivamente, se ofrece la posi- cada una de las horas y de cada uno
(SC 89e), sino también para que bilidad de adecuar el oficio a los El rito armenio tiene además la
cada uno de los oficios con un nú- de los elementos. Se prevé también hora pacífica entre vísperas y com-
diversos tipos de asamblea que lo una serie de oraciones sálmicas des-
mero menor de salmos pudiera per- celebran (cf const. apost. Laudis pletas. En cambio, son siete las ho-
1173 Liturgia de las Horas
Liturgia de las Horas 1172
la LH dice: "Las laudes matutinas lidad específica. La observación na-
ras en el oficio antioqueno, maronita los salmos, letanías de formas dife- tural vale también para las vísperas,
(sin la prima), copto y etiópico (sin rentes (sinapté, ekténia, áitésis). Añá- están dirigidas y ordenadas a san-
tificar la mañana, como salta a la las demás horas diurnas y las com-
completas), y cuatro en el caldeo y dase: el trisagio, el símbolo niceno-
malabar: hora vespertina, matutina, constantinopolitano, el padrenues- vista en muchos de sus elementos" pletas.
nocturna y completas. Tercia y sexta tro, los stichéros (especie de tropa- (OGLH 38). Efectivamente, muchas
se celebran los días feriales de cua- rios insertos en los versículos finales fórmulas de las laudes se refieren a 2. VÍSPERAS. Las vísperas están
resma, y las completas a menudo se de los salmos de vísperas y de maiti- la mañana, a la aurora, a la luz, a la íntimamente unidas a la tarde, que
trasladan o se unen a las vísperas. nes), los apósíichos (troparios y ver- salida del sol, al comienzo de la jor- es al mismo tiempo conclusión del
Falta por completo nona en el rito sículos salmodíeos) y otras fórmulas. nada. Se puede comprobar en los día y comienzo de la noche. En la
genuino. Se concede un espacio no muy am- himnos ordinarios, en muchos sal- división antigua, en uso entre los ro-
plio a las lecturas bíblicas, y figuran mos, antífonas, versículos, respon- manos, la vigilia vespertina (es decir,
En los ritos orientales, el oficio es la tarde) era la primera de las cuatro
la oración más importante de la igle- también, en las fiestas de los santos, sorios, invocaciones, oraciones y en
lecturas hagiográficas contenidas en el cántico Benedictus. partes de la noche: tarde, mediano-
sia, y está organizada fundamental-
mente, al menos según las tradicio- el synaxario. Las laudes matutinas evocan la re- che, canto del gallo, mañana. Lla-
nes antiguas, tomando como base surrección de Cristo, que se produjo maban Véspero también al astro lu-
Entre las ceremonias señalamos la minoso de la tarde (Venus), que em-
los salmos. Sin embargo, con el paso procesión (lité), las bendiciones de al alba. Cantan a Cristo, sol nacien-
del tiempo, éstos han sufrido en al- te, luz que ilumina al mundo y que pieza a hacerse visible cuando caen
personas y de cosas: pan, vino, acei-
gunos ritos desvalorizaciones más o te, trigo (artoklasma), las incen- viene a "visitarnos de lo alto" y las sombras.
menos fuertes en la práctica celebra- saciones, las señales de la cruz y a guiarnos en todas las actividades "Se celebran las vísperas por la tar-
tiva. Por ejemplo, en el rito antioque- las metanías (inclinaciones y postra- de la jornada y en la peregrinación de, cuando ya declina el día, en ac-
no los han sustituido casi por com- ciones). diurna. ción de gracias por cuanto se nos ha
pleto los himnos. En el bizantino per- Las laudes recuerdan también la otorgado en la jornada y por cuanto
manece el salterio semanal; y en creación (mañana del cosmos) y el hemos logrado realizar con acierto"
cuaresma, dos veces por semana, di- mandato que Dios dio al hombre (OGLH 39).
IV. Naturaleza y espíritu La iglesia, al final de una jornada,
vidido en veinte káthismos (grupos de cada una de las horas de dominar el mundo junto con la
de cuatro a quince salmos, según la orden de plasmar, con su actividad pide también perdón a Dios por las
longitud) o en otros grupos, como el libre e inteligente, la historia (maña- manchas que pueden haber quitado
El carácter horario de la LH se
hexasalmo de maitines. Sin embar- destaca no sólo por el hecho de que na o génesis de la humanidad). blancura a su vestido inmaculado a
go, fuera de los monasterios se ad- cada uno de los oficios está escalo- Las laudes son un sacrijicium lau- causa de los pecados de sus hijos
vierten reducciones a veces radicales nado a lo largo del día, sino también dis también porque son un ofreci- (cf oraciones vespertinas del lunes y
o se encomienda su ejecución a un por el contenido temático referido a miento de primicias, dedicación a jueves de la tercera semana).
lector que los recita rápidamente. las horas o a los misterios de la sal- Dios Padre de la jornada de trabajo, La oración de las vísperas conme-
Por el contrario, se privilegian mu- vación vinculados históricamente a propósito de seguir una ruta precisa mora el misterio de la cena del Señor
cho las composiciones poéticas ecle- ellas. (la señalada por el evangelio), vo- (celebrado por la tarde) y recuerda
siásticas más o menos largas y rit- luntad de comerciar con el talento la muerte de Cristo, con la que cerró
madas según el acento tónico y precioso del tiempo. su jornada terrena (OGLH 39). Las
llamadas genéricamente troparios. 1. LAUDES. Las laudes son una
oración estrechamente vinculada, A la oración de laudes hay que vísperas expresan la espera de la
Cuando los troparios están reunidos reconocerle una acción sacramental, bienaventurada esperanza y de la lle-
en serie, se llaman cánones. Célebre por tradición, ordenamiento explíci-
to de la iglesia y contenido contex- en el sentido de que constituye una gada definitiva del reino de Dios,
en este género hímnico es el akáthis- súplica de toda la iglesia para pedir que se producirá al final del día cós-
tos, que forma un oficio particular y tual, con el tiempo que cierra la no-
che y abre el día. Es la voz de la aquellos auxilios divinos que están mico. Tienen, por tanto, un sentido
está también vivo en la devoción po- en estrecha relación con su fin de escatológico referido a la última ve-
pular, aproximadamente como nues- esposa, la iglesia, que se levanta para
"cantar la alborada al esposo". santificación horaria y su función nida de Cristo, que nos traerá la gra-
tro rosario. Consta de un kontá- conmemorativa de los misterios de cia de la luz eterna (OGLH 39).
kion (estrofa inicial) y veinticuatro La tradición histórica más avisa-
da, al acuñar el nombre de laudes salvación. Las vísperas son el símbolo de los
estrofas (ikos). El espíritu característico de las
matutinas, oración de la mañana, obreros de la viña eclesial, los cuales
El oficio bizantino contiene diver- pero sobre todo al colocarlas crono- laudes hay que tenerlo siempre pre- al final de su jornada se encuentran
sas especies de fórmulas eucológicas lógicamente en el momento de la sente para darse cuenta de que, si se con el Amo divino para recibir el
de origen eclesiástico: colectas, ora- aurora, ha querido caracterizar este cambia su colocación horaria preci- don liberal de su amor, más que la
ciones sacerdotales dichas en voz oficio inequívocamente como ora- sarse desfigura su fisonomía carac- recompensa debida al trabajo (Mt
baja tal vez mientras el solista recita ción mañanera. La instrucción sobre terística y se lesiona su sacramenta- 20,1-16). La iglesia, que ha sido
Liturgia de las Horas 1174 1175 Liturgia de las Horas

acompañada por Cristo en su cami- so del día precedente, después de vís- mienzo se pide perdón por todas las para la escucha de la palabra de
no de la jornada, llegada a la última peras, hasta la mañana temprano faltas de la jornada. Dios ("Ojalá escuchéis hoy su voz").
hora, le dice: "Quédate con nosotros antes de laudes), con una serie de Como Simeón al final de su jor-
porque es tarde" (Le 24,29; cf ora- himnos nocturnos. Si no, se puede nada terrena expresó la alegría y la 2. LAUDES Y VÍSPERAS. Después
ción de vísperas del lunes de la cuar- colocar en cualquier hora del día gratitud a Dios por haber encontra- del versículo introductorio, el himno
ta semana). (OGLH 58-59). do a Cristo, luz de salvación, así la especifica y crea el clima de la cele-
Estos y otros significados se pue- iglesia es feliz por alabar a Dios a bración, realizando una íntima fu-
den documentar a partir de las ora- 4. TERCIA, SEXTA, NONA U HORA
causa de los encuentros con Cristo y sión de los corazones si se trata de
ciones y de otras fórmulas, y debe- INTERMEDIA. El Vat. II no ha supri-
su experiencia de redención tenidos celebración comunitaria, y en todo
rían impedir que se hiciera de este mido las horas de tercia, sexta y a lo largo del curso del día. caso estimulando y orientando a los
oficio un acto de culto de la primera nona, antes bien las aconseja tam- orantes a la glorificación de Dios en
parte de la tarde en el espacio de la bién a aquellos que no están obliga- el contexto del día litúrgico (OGLH
V. Estructura actual de la LH 42; 173; 268). En laudes, el primer
hora de nona. dos a ellas por ley particular (OGLH
76). Ofrece, sin embargo, la posibili- salmo generalmente es matutino o
El oficio divino, fruto de la refor- está en particular relación con la
3. OFICIO DE LECTURAS. El mar-. dad de celebrar sólo una, adoptando ma del Vat. II, se presenta comple-
gen muy amplio dado a las lecturas la que más cuadre con el momento hora matutina. Sigue un cántico del
tamente reelaborado, y une los dis- AT y un salmo de alabanza (OGLH
bíblicas y a autores eclesiásticos ca- escogido. Este oficio, gracias a la es- tintos componentes en un cuadro
racteriza a este oficio como tiempo tructura de que se hablará [/ infra, 43). Los criterios de elección de los
repensado con criterios más fun- dos salmos (o partes) de vísperas
de escucha de Dios que habla, mo- V, 4], puede asumir tres colocacio- cionales en orden a la celebración
mento de meditación sobre las reali- nes y tres funcionalidades diversas, son: el carácter lucernario, el tema
comunitaria y a la participación in- de la esperanza en Dios, la acción de
dades reveladas por él, de contem- manteniendo el mismo núcleo sal- terior.
plación de la historia salvífica y, en módico. Se llama hora intermedia gracias, la petición de perdón, refle-
particular, del misterio de Cristo. porque ocupa un lugar intermedio 1. INVITATORIO. Por lo regular, xiones sapienciales, el sentido esca-
Crea el ámbito espiritual favorable entre laudes y vísperas (OGLH el oficio viene introducido por el in- tológico u otros conceptos de este
para la atención a la voz de la iglesia, 76-78). vitatorio. Está constituido éste por tipo, naturales a la conciencia cris-
que se hace anunciadora, maestra y una antífona, variable según los tiem- tiana en este momento de cierre de
guía espiritual. Pero la escucha que La tradición ha puesto las tres ho- pos y los días, y por el Sal 94 (inter- la jornada. En efecto, es entonces
caracteriza a este oficio no debe ha- ras en relación con las tres personas cambiable con el 99; 66; 23); y se cuando vienen a la mente los benefi-
cer olvidar la nota general de toda la divinas, con la triple oración de Da- recita al comienzo, es decir, antes del cios divinos y las infidelidades hu-
LH, la de la alabanza, que se pone niel, de los hebreos, de los apóstoles oficio de lectura o de las laudes, des- manas, cuando aflora el sentido de
de relieve sobre todo en el himno y y de los primeros cristianos. Sin em- pués del versículo: "Señor, ábreme la precariedad de las cosas y el pen-
en los salmos. Más aún, las lecturas bargo, tienen también un significado ios labios / y mi boca proclamará tu samiento corre al futuro ocaso de la
mismas entran en este clima, porque particular en relación con la historia alabanza". El solista enuncia la antí- propia vida terrestre y de la historia.
estimulan, alimentan y revigorizan de la salvación (OGLH 75). fona y ejecuta las estrofas del salmo La salmodia de vísperas se con-
la celebración de la alabanza median- Tercia recuerda principalmente la con el Gloria final. El coro repite la cluye con el cántico del NT, que es
te la evocación de las maravillas venida del Espíritu Santo y la cruci- antífona y la intercala (OGLH 34; cf eminentemente de alabanza y una
realizadas por Dios. La iglesia y el fixión de Cristo. Sexta evoca la ora- Ordinario de la LH). Si el invitatorio apoteosis de la obra de Dios Padre
orante continúan la glorificación del ción de Pedro en casa del curtidor, hubiera de preceder a las laudes, se en Cristo.
Altísimo admirando su sabiduría en la agonía de Cristo y su ascensión al puede omitir eventualmente (OGLH "La lectura breve... inculca con in-
lo que ha dicho y su poder en lo que cielo. Nona trae a la memoria la ora- 35) para no oscurecer el carácter tensidad algún pensamiento sagrado
ha hecho, entonando himnos a su ción de Pedro y Juan en el templo, inaugural del himno (cf OGLH 42), y... ayuda a poner de relieve deter-
amor, porque una y otra cosa se la curación del tullido, la sacudida al menos en esta hora, que con ma- minadas palabras, a las que posible-
han obrado para la salvación del de la tierra recordada por los evan- yor frecuencia se celebra con el pue- mente no se presta toda la atención
hombre. gelios y la muerte de Cristo. blo y se canta. En este caso se co- en la lectura continua de la Sagrada
mienza con: "Dios mío, ven en mi Escritura" (OGLH 45).
El oficio de lecturas es el heredero auxilio..., Gloria", himno. El invita-
de los antiguos nocturnos, pero libre 5. COMPLETAS. Es la oración El responsorio breve que sigue es
torio preanuncia la orientación de una respuesta de la asamblea y de
de su primitivo condicionamiento ho- que se dice antes del descanso noc- alabanza y fiesta de todo el oficio
rario. Sin embargo, siempre que se turno, aunque éste comience después cada uno a la palabra de Dios
("Venid, aclamemos al Señor"), pero (OGLH 49).
pueda y se quiera, puede recobrar el de medianoche. Toda ella respira hace también un llamamiento a las
aspecto tradicional. Entonces se de- confianza en Dios. Tiene también un El Benedictus en laudes y el Mag-
disposiciones interiores necesarias níficat en vísperas son cánticos evan-
berá decir de noche (a partir del oca- sentido penitencial. En efecto, al co-
Liturgia de las Horas 1176 1177 Liturgia de las Horas

gélicos que expresan la alabanza y la 3. OFICIO DE LECTURAS. Después tienen antífonas temáticamente rela- en domingo, los salmos son los gra-
acción de gracias por la redención de la introducción, constituida por cionadas con ellos. Por el contrario, duales (119-121; 122-124; 125-127)0
(OGLH 50). el invitatorio, o después del versículo en las fiestas, solemnidades y tiem- bien especiales, como en navidad, en
Las invocaciones de laudes quie- inicial ("Dios mío, ven en mi auxi- pos fuertes cada hora tiene una sola epifanía y en la ascensión.
ren encomendar al Señor el día y el lio..., Gloria"), sigue el himno y la antífona, antífona que suele estar re- Quien debe o quiere añadir a la
trabajo (OGLH 51; 181); las preces salmodia. Está compuesta casi siem- lacionada con la fiesta o el período hora intermedia también las otras
de vísperas piden por las diversas in- pre de tres fragmentos de salmos, es- litúrgico. dos, recurre a la salmodia comple-
tenciones de la humanidad, de la igle- cogidos según el sistema del psal- Las memorias no tienen nada pro- mentaria, formada por un esquema
sia, de la nación y de todas las demás íerium currens, es decir, en orden pio en las horas menores, salvo casos fijo de salmos graduales, divididos en
categorías de personas (OGLH 51; numérico. Sin embargo, se omiten excepcionales (OGLH 236). los tres grupos indicados arriba, con
180; 182-183). La última intención algunos salmos usados en otras ho- El primer salmo de la hora inter- antífonas propias (OGLH 81-83).
de vísperas es siempre por los difun- ras; otros se colocan en el lugar re- media (si se exceptúan los domingos, La hora menor diurna se cierra, al
Aos (OGLH IU). querido por motivaciones diversas; las solemnidades y el viernes de la menos en la celebración comunita-
En el rezo en común, el sacerdote por ejemplo, en atención al domin- tercera semana) es siempre una de ria, con la aclamación: "Bendigamos
o el ministro u otro encargado pro- go, al viernes, al sábado, o también las veintidós estrofas del Sal 118, al Señor / Demos gracias a Dios"
nuncia la invitación que precede a para evitar que confluyan en el mis- distribuidas en otros tantos días e (OGLH 79).
las invocaciones de laudes y a las pre- mo oficio salmos demasiado largos. integradas, para el primer lunes, con
ces de vísperas, sugiriendo también Después del versículo, que consti- el Sal 18B. El Sal 118 y también el 5. COMPLETAS. Después del ver-
la respuesta, que es repetida inme- tuye el paso entre la salmodia y la 18B cantan la belleza de la ley de sículo introductorio, común a otras
diatamente por la asamblea. La lectura, se leen dos fragmentos: uno, Dios y la sabiduría de quien la ob- horas, viene el acto penitencial, es
enunciación por parte del ministro y bíblico; el otro, de un padre de la serva. La reiteración frecuente de decir, el examen de conciencia, que
la repetición por parte de la asam- iglesia o escritor eclesiástico o de ca- este motivo es bastante útil para que puede estar precedido o seguido por
blea de la frase escrita en cursiva evi- rácter hagiográfico. Los dos respon- el cristiano oriente su jornada: por fórmulas apropiadas, tal vez según
tan el achatamiento de estas fórmu- sorios repiten el contenido de las dos eso la tradición utilizaba el largo sal- el modelo de las de la misa. Antes de
las y respetan el género literario pro- páginas, con el que están enlazados. mo de la ley en las horas diurnas acabar la jornada de trabajo se pide
pio de la introducción. Las preces Se concluye con la oración del día y, (cf OGLH 132). perdón a Dios por las faltas even-
pueden recitarse de varias maneras: al menos en el rezo en común^con la El domigno de las semanas prime- tuales. Así han hecho siempre los fie-
el que dirige recita las dos partes, y aclamación: "Bendigamos al Señor / ra y tercera tenemos el Sal 117, que les dotados de cierta sensibilidad re-
el coro repite la respuesta enunciada Demos gracias a Dios" (OGLH 69). la LH, siguiendo la tradición, refiere ligiosa. En los monasterios se con-
al principio; el que dirige propone la al Mesías, piedra desechada por los virtió en una costumbre institucio-
primera parte, y el coro responde 4. TERCIA, SEXTA, NONA U HORA constructores y convertida en piedra nalizada y acogida por las diversas
con la segunda; el que dirige ejecuta INTERMEDIA, El que dice una sola de angular (v. 22). El v. 26 es también reglas.
ambas partes, y el coro ora un ins- las tres horas diurnas usa la salmo- mesiánico: "Bendito el que viene en La edición castellana de la LH pro-
tante en silencio (OGLH 190-193). dia de la hora intermedia, es decir, nombre del Señor". El v. 24 lo refie- pone un himno para cada día de la
Se recomienda añadir intenciones li- una de las veintiocho secciones del re la liturgia al domingo: "Éste es el semana, menos después de las segun-
bres, con tal que estén bien prepara- salterio situadas en el ciclo salmódi- día en que actuó el Señor". das vísperas del domingo y de las
das y sean concisas (OGLH 188). co de cuatro semanas. En efecto, se solemnidades, en que trae dos a libre
Es un modo de hacer más actual y El domingo de las semanas segun-
prevé para las tres una sola e idénti- da y cuarta tenemos el Sal 22, apli- elección. El contenido de los himnos
más participada esta oración. ca sección diaria del salterioicorrien- es el específico de completas: la peti-
cado a Cristo buen pastor, y el Sal
El padrenuestro, llamado "com- te, que luego va acompañada de 75, considerado como el canto de la ción confiada para obtener la pro-
pendio de todo el evangelio" l0, es la himnos, antífonas, lecturas breves, victoria escatológica de Cristo, con- tección divina durante el reposo
culminación de la celebración; y, versículos, oraciones correspondien- seguida por su muerte y resurrec- nocturno.
precisamente para no disminuir este tes a tercia, a sexta o a nona, según ción. Como se ve, la salmodia domi- Los salmos han sido escogidos o
carácter, la oración enlaza inmedia- el momento: mañana, mitad del día, nical de la hora intermedia tiene un por la alusión a la noche, o bien, y
tamente con él como si se tratara de después de mediodía. Por tanto, es- claro corte pascual. El viernes se en- preferentemente, porque expresan el
un embolismo, sin la invitación de tas partes son apropiadas a cada una cuentra el clásico salmo de pasión, abandono confiado en las manos
costumbre: "Oremos" (OGLH 52- de las tres horas, y en consecuencia el 21. Los demás salmos siguen el de Dios y la invocación de su ben-
53; 194; 197). La fórmula de despe- forman tres grupos diversos. criterio del orden numérico cuando dición.
dida o, si preside un sacerdote o un En tercia, sexta y nona de las fe- no lo impiden razones de equilibrio A los cuatro salmos (4; 30,2-6; 90;
diácono, la bendición concluye la ce- rias, domingos y memorias ordina- cuantitativo. 133) que rezó cada día la iglesia ro-
lebración (OGLH 54; 256; 258). rias todos los salmos o sus partes En las solemnidades que no caen mana durante más de doce siglos
Liturgia de las Horas 1178 1179 Liturgia de las Horas
(hasta san Pío X, que interrumpió la VI. Los diversos componentes ción. Esta perspectiva confirma que rios (57; 82; 108, y cierto número de
tradición), se añaden otros cinco (85; de la LH la oración con los salmos es de ac- versículos de unos cuantos más), y
142; 129; 15; 87), necesarios para tualidad en todos los tiempos entre esto en consideración a las dificulta-
completar el ciclo semanal, teniendo La LH se compone de salmos (con todos los fieles y en todas las situa- des psicológicas de algunas catego-
en cuenta que en dos días se encuen- títulos, antífonas, oraciones sálmi- ciones. Cada uno de los orantes o rías de personas (OGLH 131), no
tra un par de ellos. cas), cánticos bíblicos, lecturas bí- cada una de las asambleas son mi- ciertamente por una carencia intrínr
Los siete pasajes bíblicos que for- blicas, patrísticas, de otros autores nistros de la oración de la iglesia y seca de los salmos mismos.
man la lectura breve de cada día pro- eclesiásticos (con didascalías pro- de Cristo, llamados a manifestar no La LH sitúa otros salmos en los
longan la línea de la esperanza, pero pias), responsorios, himnos, preces sólo sus problemas existenciales del tiempos fuertes (adviento, tiempo de
estimulan también el amor de Dios y oraciones. Se prevén también es- momento, sino sobre todo a hacerse navidad, cuaresma, tiempo pascual)
y del prójimo. El responsorio está pacios de silencio meditativo. eco del alma de Cristo y de la iglesia porque los califica como históricos
formado con las palabras del Sal 30,6 en el encuentro con Dios Padre en el (77; 104; 105); y por tanto, por sus
dichas por Jesús en la cruz: "En tus 1. SALMOS Y CÁNTICOS. Puesto Espíritu. El hombre no se salva ex- referencias a las peripecias más de-
manos encomiendo mi espíritu". que este Diccionario estudia en otro teriorizándose a sí mismo y su mun- terminantes del pueblo elegido to-
Tienen también una resonancia par- lugar el aspecto bíblico-exegético de do, sino entrando en comunicación madas como tipo de las del NT,
ticular en el corazón del cristiano, los / salmos, bastarán aquí algunas con Cristo salvador a través de la empalman mejor con los períodos
que se abandona confiada y total- indicaciones más estrechamente vin- iglesia. En efecto, la vida del cristia- litúrgicos más marcadamente conme-
mente a Dios. culadas con su función en la LH. no, por definición, consiste en soli- morativos (OGLH 130). Por eso no
El cántico de Simeón, pronuncia- Los salmos constituyen la verdadera darizarse lo más posible con Cristo. fue aceptada la valoración de que
do por él en el atardecer de su vida, médula de la LH, a la que confieren Entonces es cuando el hombre se per- estos salmos no son adecuados para
se convierte en el canto del cristiano la nota característica de alabanza di- sonaliza en cuanto cristiano. Por la oración. Al contrario, lo son por
al final de su jornada entregada a la vina profundamente impregnada de consiguiente, la oración de los sal- un título especial. Sin embargo, hay
actividad. lirismo religioso. Aunque los expre- mos no será nunca despersonalizada que reconocer que fue precisamente
Las oraciones de compíetas son só una cultura históricamente bas- y separada, porque con eiía se asume esa va/oración, expresada errónea-
siete, una para cada oficio, más la tante lejana de nosotros, son apro- y se hace propia la personalidad de mente por algunos, la que condujo a
fórmula "Visita" para las solemni- piados para transformar en coloquio Cristo y de la iglesia. Por otra parte, la solución que hemos recordado.
dades extradominicales. Ven el des- con Dios los sentimientos, las emo- Cristo se ha revestido de la existen- En el salterio litúrgico están tam-
canso nocturno en función de un ser- ciones y las situaciones connaturales cia humana con todas sus connota- bién entrelazados con los salmos
vicio a Dios más diligente y compro- del hombre de todos los tiempos: el ciones, salvo el pecado; por eso el treinta y cinco cánticos bíblicos, de
metido. En este contexto también la dolor, la alegría, el miedo, la con- que reza con verdadera participa- los que veintiséis son del AT y nueve
fórmula final: "El Señor todopode- fianza, la petición, la acción de gra- ción interior los salmos, aun sintién- del NT, a los que hay que añadir los
roso nos conceda una noche tran- cias. Reflejan la condición del hom- dose llamado a identificarse comple- tres evangélicos. Otros cánticos del
quila y una muerte santa", es pro- bre ante la enfermedad, la muerte, la tamente con Cristo y con la iglesia, AT se utilizan en las vigilias alarga-
fundamente cristiana, porque consi- persecución, los peligros, las humi- al mismo tiempo se sentirá valorado das o celebraciones de vigilias, desti-
dera la recuperación normal de las llaciones, el bien y el mal. Reflejan al máximo en la propia esfera perso- nadas a prolongar el oficio de lectu-
energías en orden al trabajo y al asimismo las más íntimas e irrepri- nal humana y religiosa. ras para los contemplativos u otros
buen combate por el reino de Dios. mibles aspiraciones del corazón hu- que lo deseen (OGLH 73).
mano. Sin embargo, la iglesia privi- No hay que ignorar ciertamente
Es la perspectiva del Apóstol (1 Cor las dificultades, a veces incluso gran- Los salmos y los cánticos están
10,31). El sueño y el despertar del legia a los salmos no tanto por su acompañados de antífonas, que pro-
carga humana, aunque es fuerte y des, para llegar a esta perfecta ar-
cristiano son además símbolos de la monía entre lo personal y lo objetivo porcionan generalmente su clave in-
solidaridad mística con Cristo muer- vibrante, sino sobre todo porque es- en los salmos; pero el hecho de que terpretativa litúrgica. Se tienen tam-
to, sepultado y resucitado (oración tán inspirados, en orden a la ora- bién los dos títulos, el primero de los
ción, por el Espíritu Santo, los usa- escuadrones de orantes de todas las
del viernes). generaciones y también de las nues- cuales evoca más bien el contexto
ron Cristo mismo y los apóstoles, y bíblico, y el otro la perspectiva más
La LH, según una piadosa tradi- la tradición cristiana los ha conside- tras los hayan encontrado plena-
ción, atestiguada ya al menos desde mente satisfactorios es prueba de propiamente litúrgica. La reforma
rado como voz de Cristo (o de la ha previsto también las oraciones sál-
los ss. XII-XIII, se cierra con un salu- iglesia unida a él) al Padre, o bien que con el ejercicio, las disposiciones
do a la Virgen, la Madre celestial, interiores y las meditaciones se pue- micas.
voz de la iglesia al esposo, voz del
que velará el sueño de sus hijos. Por Padre sobre Cristo o, en todo caso, de llegar a ello (cf OGLH 100-109). Los salmos y los cánticos, sin ex-
eso se recita o se canta la Salve Re- siempre como canto divino sobre las La LH valoriza todos los salmos, cepción alguna, son composiciones
gina u otro canto mariano previsto realidades más vitales de la salva- excepto los considerados por algu- líricas destinadas al canto, y sólo con
por el ordinario. nos más marcadamente imprecato- éste pueden desplegar plenamente
Liturgia de las Horas 1180 1181 Liturgia de las Horas

las peculiaridades propias de su gé- Una parte de ellas son las destinadas ligencia espiritual y en el amor a la nen un vínculo temático puntual con
nero literario (OGLH 103; 269; 277). para las celebraciones de los santos. Sagrada Escritura; para hacer entre- las líneas leídas.
Para los cánticos, esta observación La elección se ha extendido a todos ver sus infinitos aspectos posibles y Las lecturas breves de tercera, sex-
relativa al canto podría ser menos los períodos de la historia, excluyen- sus tesoros inagotables; para mos- ta y nona van seguidas simplemente
evidente, en especial para los neotes- do sólo los autores vivos no papas, y trar el valor inestimable de la tradi- por un verso y por una respuesta. Es
tamentarios; pero no hay duda de ha acudido a muchas culturas. Ofre- ción eclesiástica y para poner en como un versículo responsorial en-
que en el espíritu de la reforma su ce, por tanto, un panorama altamen- contacto, al menos hasta cierto pun- lazado temática o estructuralmente
elección estuvo determinada por su te representativo no sólo en la cali- to, con el patrimonio de los grandes con el pequeño lema bíblico que pre-
contenido lírico y, precisamente por dad, sino también desde el punto de testimonios y de las más variadas ex- cede.
eso, con vistas al canto. Hay que te- vista cronológico y geográfico. Se periencias relativas a la revelación
ner presente que quien ha inspira- prevé también un leccionario facul- cristiana (OGLH 163-165). En el rezo sin canto se pueden evi-
do los salmos como pieza de canto tativo según las diversas naciones tar las repeticiones del responso-
La literatura hagiográfica inserta rio (= R) (OGLH 171). Los respon-
ha inspirado también su naturaleza (OGLH 162). en la LH aspira sobre todo a favore-
cantable. Más aún, san Juan Crisós- sorios de laudes y vísperas pueden
Los tres géneros de lecturas con- cer el verdadero provecho espiritual sustituirse por cantos idóneos apro-
tomo dice incluso que el Espíritu tenidos en la LH (patrístico, pospa- del lector, poniendo generalmente de
Santo es autor de su melodía, y que bados por las conferencias episcopa-
trístico y hagiográfico), especialmen- manifiesto los rasgos de la espiritua-
Dios mismo es su cantor ". Esto vale lidad de los santos que más acepta- les, o por un instante de silencio
te en la selección cuidadosa y auto-
por analogía también para los cán- rizada presentada por la iglesia, ción tienen entre las actuales genera- (OGLH 49).
ticos. adquieren, aunque sea en grado ciones y mostrando su importancia
diferente, un significado típico o para la vida y la piedad de la iglesia 4. HIMNOS. En relación con la
2. LECTURAS. La LH contiene programático de carácter teológico, (OGLH 167). También las lecturas composición de los salmos y de los
un ciclo anual de pasajes bíblicos en pero también eucológico. no bíblicas de la LH, al promover cánticos bíblicos, también el himno
el oficio de lecturas. Son los insertos Las lecturas bíblicas están orde- una comunión más viva con Dios, representa una creación lírica desti-
en la edición de la LH en cuatro vo- nadas de tal modo que forman un hacen más sentida la necesidad de la nada a la alabanza divina y al canto.
lúmenes. Sin embargo, el proyecto gran cuadro de la historia salvífica, oración y hasta se insertan como ele- Sin embargo, a diferencia de los pri-
de la comisión apuntaba al ciclo bie- cuadro que la iglesia pretende poner mento tonificante en su circuito. meros, expresa con cierta libertad el
nal, destinado ahora a un quinto vo- ante los ojos de los fieles en el año genio cultural y el gusto, entendido
lumen, en el que debería figurar tam- litúrgico. Con ello se propone ayu- 3. RESPONSORIOS. El responso- en sentido justo, de la generación pre-
bién una serie correspondiente de darles a entrar cada vez más profun- rio es como un apéndice de las lectu- sente y de la asamblea celebrante.
lecturas patrísticas o de escritores damente en el misterio de Cristo ras, la resonancia y la prolongación Es, por tanto, uno de los elementos
eclesiásticos. Las dos series de lectu- para hacer que disfruten de sus be- conceptual del mismo. Es un recurso poéticos de la LH que, lejos de ser
ras tendrían también naturalmente neficios. Para la iglesia, la palabra estético, pero se coloca más particu- intangible e inmutable, puede abrirse
los responsorios apropiados. de Dios, ahora tan abundante en la larmente en la esfera mística en a las legítimas formas expresivas del
Aparte de las lecturas largas hay LH, no debe ser sólo luz y escuela de cuanto expresa el eco suscitado en el tiempo que se vive. El himno tiene
que considerar las breves de una o sabiduría divina, sino también oca- alma por la palabra de Dios o por también la finalidad de conferir una
más semanas para laudes, vísperas, sión propicia para la verificación o otra realidad espiritual que la atañe. mayor explicitación y una concre-
tercia, sexta, nona y el grupo ya re- examen de la vida, alimento para la A veces aclara el sentido de la lec- ción más fuerte al motivo dominante
cordado de completas. Así en la LH, contemplación que ensalza los mira- tura bíblica o la coloca en el con- de la hora litúrgica, de la fiesta o del
teniendo en cuenta el ciclo bienal, se bilia Dei, y por tanto oración. Debe texto general de la historia salvífica, tiempo celebrativo anual (OGLH
leería todo el NT y del AT más del intensificar la potencia de elevación releyendo sus hechos veterotesta- 173). En la edición latina se encuen-
38 por 100. Del evangelio, sin em- a Dios inherente en alguna medida a mentarios en perspectiva cristiana tra un cuerpo de himnos notables
bargo, se leen sólo algunos pasajes todos los demás textos del oficio di- (OGLH 169). por su arte y contenido, aunque esto
en las celebraciones de vigilia o vigi- vino, para verse a su vez favorecida no se da en todos los casos. General-
El responsorio de la segunda lec- mente, los antiguos aparecen con el
lias alargadas (OGLH 73). De este e iluminada por ellos en orden a una tura es sobre todo una ayuda para la
modo, junto con la misa y las demás acción más eficaz (cf OGLH 140). ropaje literario precedente a los re-
reflexión, un subrayado de algún toques o refundiciones ordenados
acciones litúrgicas, casi toda la Es- La literatura eclesiástica conteni- concepto importante, una actualiza-
critura reaparece cíclicamente en la por Urbano VIII (1623-1644). El
da en la LH tiene una notable fuerza ción o una personalización de algu- despojo excesivo del ropaje literario
liturgia. para formar en el sensus ecclesiae na temática, la expresión de alguna humanístico urbaniano lo han con-
El oficio de lecturas contiene unas más auténtico; para educar, si no pre- emoción suscitada (cf OGLH 170). siderado muchos como un empo-
seiscientas páginas escogidas de pa- cisamente en una exégesis sistemáti- Los responsorios de laudes, víspe- brecimiento estético, extraño a
dres o de escritores eclesiásticos. ca y científica, sí en la genuina inte- ras y completas generalmente no tie-
Liturgia de las Horas 1182 1183 Liturgia de las Horas

las verdaderas miras del Vat. II género del que se usa en la misa, se todo lo que realiza haciendo concor- plena y activa del pueblo bajo la pre-
(cf SC 93). ha escogido una forma literaria y un dar, cuando ora, la mente con la voz, sidencia del propio obispo, acompa-
En la edición castellana se han in- estilo diverso en cuanto que, salvo y cuando obra, el corazón con lo que ñado por los presbíteros y por los
cluido doscientos cuarenta himnos. en la introducción, son enteramente realiza (OGLH 19). ministros. En ella está verdaderamen-
A pesar de este elevado número, el palabras dirigidas a Dios, admiten El / silencio, llamado "sagrado" te presente la iglesia de Cristo, una,
himno se encuentra, en la actuali- una respuesta variable y se pue- por el concilio (SC 30), es un espacio santa, católica y apostólica (SC 41;
dad, todavía en las lenguas vernácu- den ejecutar con modalidades dife- sumamente precioso para la interio- OGLH 20; 254). Si el que preside la
las en un estado embrionario. Es rentes. Además, no tienen la conclu- rización contemplativa. Los momen- celebración fuese el papa, rodeado
muy difícil, por no decir imposible, sión sacerdotal, porque se cierran tos de silencio quieren favorecer ma- de muchos obispos, presbíteros y
improvisar en pocos años una anto- con el padrenuestro y la oración yormente la resonancia del Espíritu otros ministros con la participación
logía himnódica que sustituya deco- (cf OGLH\%Q). Santo en los corazones y promover numerosa y activa del pueblo, brilla-
rosamente la riquísima selección hím- La serie de las oraciones para el una más estrecha unión interior con ría todavía con más claridad el signo
nica latina que han acumulado los oficio de la lectura (siempre), de lau- la palabra de Dios y la voz pública de la iglesia universal; pero, obvia-
siglos. Los himnos en castellano se des, de vísperas (en los tiempos fuer- de la iglesia (OGLH 202). mente, esto no puede suceder más
pueden catalogar en ocho grupos, tes, en las solemnidades, fiestas y En la celebración comunitaria, los que de tarde en tarde, mientras que
que responden a criterios y caminos memorias) y de las horas menores espacios de silencio deben interca- en las iglesias locales podría ser dia-
que se han seguido para la selección: diurnas (sólo en las solemnidades y larse con prudencia, de modo que ria o poco menos la asamblea presi-
1) los traducidos literalmente del la- fiestas, así como en los tiempos fuer- no creen inadmisibles fracturas en dida por el obispo o por un repre-
tín; 2) los que conservan buena parte tes) están constituidas por las colec- partes que deben permanecer uni- sentante suyo con la intervención ac-
del texto original latino; 3) recrea- tas del Misal. Hay, sin embargo, das. Se aconsejan después de cada tiva del clero y del pueblo, aunque
ciones libres de himnos latinos; 4) otras setenta oraciones aproximada- salmo, nada más repetirse la antí- limitado a grupos restringidos.
himnos originales en castellano ex- mente, por lo general de nueva com- fona; después de las lecturas, tan- Un puesto eminente tiene la cele-
presamente compuestos para la LH; posición, que se encuentran sólo en to breves como largas; antes o des- bración de la comunidad parroquial
5) traducciones de himnos modernos laudes, en vísperas (en las ferias or- pués del responsorio (OGLH 202). presidida por el párroco, que hace
escritos en otras lenguas; 6) tomados dinarias), en tercia, sexta, nona (en "Cuando la recitación haya de ser las veces del obispo. También ella
de la antología castellana de todos las ferias ordinarias y en las memo- hecha por uno solo, se concede una representa en cierto modo a la iglesia
los tiempos; 7) textos de cantos muy rias) y en completas. mayor libertad para hacer una pausa visible establecida por toda la tierra
queridos del pueblo; 8) poemas in- en la meditación de alguna fórmula (OGLH 21). La iglesia orante que
troductorios a la oración. El himno Este grupo de oraciones, caracte- que suscite sentimientos espirituales,
rísticas del oficio divino, tiene la fun- celebra la LH está presente también
responde perfectamente a su fun- sin que por eso el oficio pierda su en las asambleas de los canónigos,
ción, que es la de crear un intenso ción de destacar la idea específica de carácter público" (OGLH 203); ca-
la hora litúrgica. de los sacerdotes, de los monjes y de
clima de oración comunitaria e in- rácter que, por el contrario, queda- los religiosos; pero lo está en modo
troducir desde el principio a la asam- Hay que dar también mucho peso ría comprometido con intervencio- notable también en la de los laicos, e
blea en la onda sugestiva y festiva de al padrenuestro, la oración dictada nes subjetivas indebidas en la cele- incluso en las celebraciones de fami-
la alabanza divina (OGLH 42). por Jesús. Representa la culmina- bración comunitaria. lia (OGLH 21-27).
También el que ora en privado reci- ción de toda la estructura de laudes
y vísperas y, con el rezo que se tiene Las formas de celebración deben
birá un impulso fuerte y benéfico. estar en conexión y coherencia con
en la misa, cumple la triple repeti-
ción diaria solemne (OGLH 195) de VII. Celebración de la LH el tipo de asamblea que celebra, de
5. INVOCACIONES, INTERCESIO- que hablaba la Didajé (c. 8). modo que la manifestación de la
NES Y ORACIONES. El conjunto de es-
Celebración del oficio divino es iglesia entera se produzca con ver-
tas fórmulas de laudes y vísperas se 6. SILENCIO. En toda asamblea, sobre todo la realizada por una asam- dad y autenticidad.
ha juzgado justamente como la parte incluso la más numerosa y compac- blea litúrgica, legítimamente convo- El principio fundamental de la ce-
verdadera y totalmente nueva de la cada y que actúa bajo la presidencia lebración es que cada uno perma-
ta, el orante individual sigue siendo de un ministro ordenado, con la par-
LH. Se trata de unos docientos for- el soporte indispensable de toda la nezca en perfecta armonía con el pro-
mularios distribuidos en los diferen- ticipación de otros ministros y con pio cometido según la naturaleza del
acción; el actor concreto, vivo, cons- una ejecución orgánica y articulada,
tes tiempos litúrgicos, en las fiestas y ciente; el beneficiario más directo e rito, del propio ministerio y de todas
en el ciclo del salterio. Estos textos de forma que sea auténtica expre- las normas litúrgicas, sin usurpacio-
inmediato. Los valores de la celebra- sión sensible de la iglesia, comuni- nes, abdicaciones y autoseparaciones
se han programado para ofrecer un ción no se pueden realizar sin la apor-
momento rico y muy variado a la dad de culto (OGLH 20). de la comunión eclesiástica; es decir:
tación del individuo. De ahí la nece- La celebración más cualificada es que cada uno haga todo y sólo lo
oración petitoria. Sin embargo, para sidad de que todo componente de la
que no constituya un duplicado del la que se realiza con la participación que le corresponde, de acuerdo con
comunidad personalice al máximo
Liturgia de las Horas 1184
1185 Liturgia de las Horas
quien ha sido puesto por Dios para para poner de relieve los géneros di-
dirigir la iglesia (SC28; OGLH 253). versos de los componentes del oficio, clásica de los cristianos; es decir, se eminente de la dignidad sacerdotal
Una celebración arbitraria es una li- y por tanto hace entrar mejor en el tratará de identificar mejor sus valo- de la iglesia, si los sacramentos son
turgia falsa u. espíritu de cada una de las partes res, a fin de determinar la relación la actuación principal del aspecto sa-
El que preside es siempre en cier- (OGLH 269; 273). existente entre el oficio divino y la cramental de la iglesia, la LH es
to modo símbolo visible de Cristo, En la celebración solemne, reali- misión de la iglesia. el ejercicio y la actuación más alta
verdadero presidente de cualquier zada en la iglesia, los ministros ocu- de la misión de orante perenne en-
asamblea litúrgica. Si es obispo, pan su puesto en el presbiterio, lle- 1. MÁXIMA REALIZACIÓN DE LA comendada por Cristo a su iglesia
sacerdote o diácono, es el más cuali- vando los ornamentos oportunos, a IGLESIA, COMUNIDAD ORANTE. LA (cf SC 83; OGLH 10; 13). Es verdad
ficado para representar a Cristo, en saber: el sacerdote o el diácono pue- iglesia es comunidad orante; más que toda la liturgia es oración, y en
cuanto que participa, mediante la den revestirse de estola sobre el alba; aún, es una comunidad que no pue- primerísimo lugar la eucaristía, y
ordenación (sacerdotal) y en un gra- quien lleva vestido talar, sobre la so- de vivir sin una oración continua, y luego los sacramentos; y oración son
do superior, de su sacerdocio. Por brepelliz; el primero, también la por tanto es siempre orante (const. asimismo todos los ejercicios piado-
eso, en principio, sería bueno que capa pluvial (OGLH 255). Los de- apost. Laudis canticum 8; OGLH 9- sos y toda devoción popular, y por
fueran ministros ordenados los que más ministros se revestirán de la for- 10). La oración pública, que parece- tanto la iglesia es orante en toda esta
presidieran la LH. En su ausencia, ma apropiada. ría prerrogativa de la asamblea limi- esfera de piedad religiosa. Pero si se
también un laico puede presidir; Si se usa el incensario, mientras se tada únicamente al acto de la cele- dirige la atención a la oración en
pero lo hace como uno entre iguales, ejecuta el cántico evangélico se in- bración, es, por el contrario, nota cuanto horaria y destinada por insti-
y no puede hacerlo desde el presbite- ciensa el altar, al sacerdote y al pue- identificadora estable de toda la igle- tución y propósito a consagrar todo
rio (OGLH 258). blo (OGLH 261). sia. Ésta no es una idea abstracta, el tiempo, entonces sólo la LH ha. de
sino real y concreta; no sólo porque considerarse la expresión más típica
Al presidente le corresponde en- Hay que cuidar también la postu- y característica de la comunidad, en
tonar el versículo introductorio y el ra de la asamblea: de pie, en la intro- comprende todas las iglesias locales
y todas las asambleas de culto, aun- cuanto alabadora perenne de Dios.
padrenuestro, recitar la oración final ducción del oficio, en el cántico evan- Y es esta oración la que la iglesia
y, si es sacerdote o diácono, dirigir gélico con la antífona correspon- que sin ser el simple resultado de su
suma, sino sobre todo porque es una considera suya por título especial, es
el saludo a la asamblea y dar la ben- diente, en las invocaciones e interce- decir, en cuanto cuerpo místico total
dición (OGLH 256). siones, en el padrenuestro y en la entidad presente y orante en cada
comunidad eclesial y en cada re- de Cristo (cf SC 26). A este respecto
Las demás partes han de distri- oración conclusiva con la bendición hay que recordar de nuevo la tradi-
y la despedida (OGLH 263). En la unión litúrgica por una especie de
buirse entre salmistas, cantores, lec- ubicuidad y omnipresencia, al me- ción milenaria, la universalidad y la
tores (OGLH 259-260), monitor, salmodia en España (según una cos- continuidad, que han de considerar-
tumbre difundida) se está sentados, nos por lo que concierne a su ámbito
maestro de ceremonias y otros mi- (cf CD 11; SC 41; OGLH 20; 21 -27). se en su conjunto.
nistros, en analogía con otras accio- salvo usos particulares (cf OGLH
265). No es tanto la asamblea celebrante Ninguna oración horaria es más
nes litúrgicas (cf OGLH 254; 257; la que totaliza, por su virtud y natu-
261). Tomarán las posiciones y las Entre los gestos que hay que hacer tradicional en la iglesia que el oficio
raleza, a toda la comunidad planeta- divino. Ninguna oración horaria se
posturas más adecuadas. se encuentran la señal de santiguarse ria cuanto la iglesia universal la que,
Las invocaciones y las intercesio- en el versículo inicial y al comienzo practica en mayor medida, aunque
en Cristo y en el Espíritu Santo, se sea en estructuras diversas, por cos-
nes, si no las enuncia el presidente, de los tres cánticos evangélicos. En hace viva y operante en todas las en-
puede hacerlo otra persona (OGLH la fórmula "Señor, ábreme los la- tumbre o por ley, entre el clero, entre
tidades eclesiales, aun pequeñas, y los religiosos y entre muchos laicos
257). bios" se hace la señal de la cruz sobre también en las personas, sirviéndose
El canto es la manera que mejor los labios (OGLH 266). en todos los ritos de Occidente y de
de ellas como de instrumentos para Oriente y también entre las confe-
cuadra a la celebración, especial- Las posturas y los / gestos son su ser y su obrar. Sin embargo, si
mente por lo que se refiere a los him- una prueba de la capacidad de la siones protestantes. Además, en el
bien cada oración, hecha por cual- panorama planetario, considerando
nos, los salmos y los cánticos con las asamblea de expresar la unidad, la quier cristiano individual o cualquier
respectivas antífonas y responsorios compostura, el espíritu comunitario los diversos husos horarios, se reali-
grupo, es asumida en cierto modo za efectivamente una cierta rotación
(OGLH 103; 260; 269; 277). El canto y la participación interior en la ac- como propia por la iglesia, sólo la
no es sólo un elemento de solemni- ción litúrgica. y continuidad entre las asambleas y
LH expresa plenamente a toda la las personas que en los diferentes
dad, sino un importante factor de iglesia orante como tal y su perma-
cohesión de los corazones y de las puntos de la tierra celebran el oficio
VIII. Valor esencial de la LH nencia constante en la oración, y divino.
voces; además potencia el carácter sólo ella tiene la fuerza de realizarla
comunitario de la alabanza (OGLH en la vida de la iglesia Estos hechos, de suyo extrínsecos,
en la forma más connatural y conge-
268-270). El canto, sabiamente uni- Se quiere ahondar aquí en las ra- nial en las personas y en los lugares. dan mayor relieve a la naturaleza de
do con otras formas, sirve también zones que hacen de la LH la oración la iglesia, que es la de ser no sólo
Si la eucaristía es el ejercicio más comunidad orante, sino establemen-
1187 Liturgia de las Horas
Liturgia de las Horas 1186
origen trinitario porque es el himno ferentes comunidades divididas. Las
te orante y orante por doquier (SC hecha por Jesús. También esta últi- que resuena eternamente en el ámbi- reúne a todas, incluso a las que no
83; OGLH 7; 10; 13; 15), que preci- ma forma parte de las acciones de to de las tres personas divinas, traído tienen la eucaristía y la totalidad de
samente en virtud de la LH se hace Cristo que la liturgia conmemora y por el Verbo a la tierra cuando se los sacramentos, en una comunión
viva como tal en cada asamblea o representa para que los fieles, po- hizo hombre. Entonces, de pura ala- de oración y de beneficios espiritua-
persona que la celebra. niéndose en comunión con ellas, ob- banza que era, pasó a ser también les (cf LG 15). Es sobre todo en el
La laus perennis de la iglesia, es- tengan su salvación (OGLH 12). adoración, propiciación, intercesión oficio divino, después de la eucaris-
tablecida con la LH, se convierte en (SC 83; OGLH 3). Sin embargo, en tía, donde el Espíritu Santo hace
anticipación de la alabanza eterna 3. ORACIÓN VITALIZADA POR EL ninguna oración estamos asociados madurar en la súplica a Dios la con-
más allá de la parusía. Así la LH, ESPIRITU SANTO. NO puede haber a Cristo cantor de este himno trini- secución de la fusión perfecta de to-
con su carácter horario, pone de ma- oración cristiana sin la acción del tario como en la LH, al ser ésta la dos en el único cuerpo de Cristo.
nifiesto también otro aspecto especí- Espíritu Santo (OGLH 8). En parti- oración por excelencia de su cuerpo,
fico de la iglesia, el escatológico. La cular, la LH no podría tener como de su esposa, de su pueblo (SC 83; 6. REALIZACIÓN DEL HOMBRE.
liturgia, en su materialidad sacramen- sujeto operante a la iglesia entera OGLH 15-16).
tal y en su eficacia regeneradora, ce- La cultura moderna hace del hom-
si el Espíritu Santo no uniese a to- bre el polo gravitacional del univer-
sará en el paraíso, pero la alabanza dos los miembros entre sí o no los La salmodia de la iglesia es llama-
perenne de Dios será la eterna tarea da "hija de aquella himnodia que re- so; pero luego lo esclaviza de diver-
compaginase con la cabeza, Cristo sas formas cuando lo aparta de
gozosa de la asamblea celeste. La (OGLH 8). Es el Espíritu el que hace suena incesantemente ante el trono
LH corre por este riel de glorifica- de Dios y del Cordero" ". Dios, mientras que en realidad sólo
vivir a este cuerpo con su presencia: en comunión con él puede mante-
ción continua que, sublimada y trans- es el alma de toda su actividad salví-
figurada, no cesará nunca. Por eso 5. FUERZA DE COHESIÓN EN EL nerse como centro y cima de todo.
fica, y particularmente de la oración. La LH garantiza el privilegio del
la LH actúa a la iglesia en su alaban- El Espíritu Santo establece la unión CUERPO MÍSTICO. La LH es la única
za perenne y universal sobre la tierra oración que tiene un equivalente, sus- hombre porque lo inserta, en cuanto
perfecta entre la oración de la iglesia bautizado, en el coro eclesial de ala-
y anticipa la iglesia estable y eterna- y la de Cristo, y es él quien hace que tancialmente semejante, en todas las
mente alabante del cielo, mantenién- confesiones cristianas. Todas las banza divina, lo asocia vitalmente a
fluya en el corazón de la iglesia Cristo y al Espíritu Santo, y por tan-
dose ya ahora unida a la alabanza la alabanza trinitaria que resonaba iglesias orientales tienen su oficio di-
divina de los bienaventurados (cf LG vino, con denominaciones y estruc- to, lo pone en el plano de la eterna
desde toda la eternidad en el cielo y alabanza trinitaria. El hombre que
50; OGLH 15-16). que Cristo trajo a la tierra (OGLH turas propias ciertamente, pero or-
ganizado casi siempre con la salmo- celebra la LH se libra de todo género
3). Es él quien hace presente y viva a de soledad, porque siente en torno a
toda la iglesia orante en las asam- dia, los textos bíblicos, oraciones
2. ACTO DE CRISTO, SACERDOTE tradicionales y, sobre todo, siguien- sí a todos los miembros de la iglesia
CELESTIAL. Cristo está siempre pre- bleas y personas que celebran la LH. terrestre y también a los elegidos del
El Espíritu Santo, informando con do el carácter horario de santifica-
sente en toda verdadera oración, ción de las horas. Los hermanos se- cielo. Se siente potenciado al máxi-
pero lo está sobre todo en la oración su ser la oración de la iglesia, la hace mo en su petición de elevación de sí
grata al Padre. parados de Occidente, aun no acep-
litúrgica de la iglesia, en la cual y tando toda la doctrina sobre la y de todos sus semejantes, y encuen-
con la cual también él suplica y en- Los textos principales de la LH, eucaristía, los sacramentos y los sa- tra en la oración, como comunión
tona salmos (SC 7; OGLH 13). En- como los salmos y las lecturas bíbli- cramentales de la iglesia romana y con Dios, uno de los medios más
tonces es cuando se verifica por títu- cas, los ha inspirado el Espíritu San- rechazando en general gran parte de válidos de la propia realización per-
lo supremo su función de orante to. Por eso la LH es principalmente sus ejercicios piadosos, tienen un ofi- fecta.
sumo de la comunidad universal. oración dictada por él a nuestra ig- cio divino vinculado en diferente
Durante su vida terrena, Cristo norancia y debilidad (OGLH 100). medida al oficio divino de la tradi- 7. SANTIFICACIÓN CÓSMICA. La
fue sacerdote también por su ora- Por lo demás, el que reza la LH lo ción antigua común. Según esto, en LH, en cuanto oración esencialmen-
ción de alabanza a Dios y de súplica hace con la asistencia y la moción el plano de la alabanza eclesial a te horaria, consagra todo el tiempo
por los hombres. El continúa ahora del Espíritu Santo (OGLH 102). To- Dios se encuentra cierta unidad, nun- (SC 84; 88; OGLH 10). Pero ¿qué
su tarea en el cielo (Heb 7,25; OGLH das las formas de acción del Espíri- ca rota, que es obra del Espíritu San- son el tiempo y las horas sino las
4). Pero esta su forma orante de sa- tu, por lo que se refiere a la oración, to, principio unificante (LG 7; 13). realidades cósmicas en su duración,
cerdocio encuentra el ejecicio más tienen un grado eminente en la LH Esta función aglutinante es todavía en el sucederse imperceptible de los
cualificado en la oración litúrgica de por la presencia eminente de Cristo, más íntima y profunda porque el Es- instantes fugitivos de su existencia y
la iglesia (SC 7), la cual es prolonga- dador del Espíritu (OGLH 13). píritu Santo es el mismo principio de su curso, a los que el hombre, con
ción y actuación del sacerdocio úni- dinámico que vivifica toda oración criterios diversos, trata de imponer
co del fundador (SC 83; OGLH 13). 4. PARTICIPACIÓN EN LA ALABAN- (OGLH 8), pero particularmente la una medida? El tiempo no tiene una
La LH tiene un carácter anamné- ZA MUTUA DE LAS PERSONAS DIVI- del oficio divino celebrado en las di- sustancia: según Aristóteles y santo
tico respecto a la vida de oración NAS. La oración cristiana tiene un
Liturgia de las Horas 1188 1189 Liturgia de las Horas

Tomás, es la medida de ese devenir máxima eficacia para la santifica- sencia de Cristo, la creatividad del ción hecha en común. La /.// les
cósmico según un antes y un después ción de los hombres y la glorifica- misterio pascual, el compromiso de ayuda a hacer cada vez más claro el
que afecta a toda criatura, y al que ción de Dios (SC 7; 10; 14). Expre- la alianza que el orante está invitado signo sacramental entre Cristo y la
sólo el eterno se sustrae. Por eso la siones semejantes se leen en los do- a renovar especialmente en varios sal- iglesia con la vida conyugal de per-
LH santifica el mundo en su desplie- cumentos del más alto magisterio mos, la actitud oblativa, el sacrificio fecta entrega mutua y de fecundidud
gue. Lo santifica, no exorcizándolo relativas a la LH: "La santificación de alabanza, la adoración, la inter- espiritual en los hijos.
de algo inmundo, como si hubiera humana y el culto a Dios se dan en cesión, etc. (cf PO 5; OGLH 12). Los religiosos en la LH verifican
sido creado intrínsecamente malva- la liturgia de las Horas de forma tal Del bautismo, que ha dado origen un aspecto fundamental de su con-
do, sino haciendo tomar conciencia que se establece aquella especie de a la nueva creatura, la LH prolonga sagración a Cristo; en efecto, la ora-
al hombre del verdadero fin del mis- correspondencia o diálogo entre el canto nuevo en la alabanza y el ción es comunión y donación a Dios
mo y haciéndole acoger en la fe, en Dios y los hombres, en que Dios ha- compromiso del camino en novedad en Cristo. La consagración religiosa,
la caridad y en la esperanza la rela- bla a su pueblo... y el pueblo respon- de vida, de los que los salmos y además, es signo y anticipación de
ción existente entre todo el universo de a Dios con el canto y la oración. otros textos, leídos en clave cristia- los bienes eternos. Ahora la LH an-
creatural y la vida, por un lado, y la Los que participan en la liturgia de na, son estupenda expresión y conti- ticipa aquí, en la tierra, la alabanza
obra de la Trinidad, el misterio de las Horas pueden hallar una fuente nuo estímulo. eterna, que es uno de los principales
Cristo redentor y la iglesia que obra abundantísima de santificación en la bienes de los elegidos. Las religiosas,
en la tierra, por el otro. La LH des- palabra de Dios, que tiene aquí prin- De la confirmación, la LH pro-
rroga la experiencia del Espíritu esposas de Cristo, personifican en la
taca y recuerda, en clave de adora- cipal importancia" (OGLH 14). LH de modo especial a la iglesia,
ción y de alabanza, la conexión con- Santo, que enseña a orar; más aún,
él mismo sostiene la debilidad y la esposa de Cristo que celebra al Es-
memorativa que media entre las ho- 2. ACTUACIÓN DEL PROTOTIPO poso.
ras y las obras del Salvador y, al incapacidad del orante, al que pro-
DE SANTIDAD. Para el fiel, la realiza- porciona también los textos inspira- Así, toda la vida sacramental re-
insertar a los seres infrarracionales ción perfecta del ideal humano-divi-
en la esfera de la salvación cristiana, dos de la oración, como pueden ser verbera en el oficio divino y empapa
no tiene su concreción absoluta en los salmos. todas las horas a través de la alaban-
contribuye a su liberación y a su par- Cristo. La santidad cristiana consiste
ticipación en la gloria de los hijos de La LH se mantiene en el movi- za y la contemplación, y de esta ma-
en conocerlo y en asimilarlo. Tam- miento de conversión de la peniten- nera santifica el tiempo precisamente
Dios (Rom 8,19-21). bién la LH, por su parte, hace revivir cia sacramental, particularmente con porque santifica a las personas, que
En la LH resalta grandemente la ante los ojos de los orantes la figura los salmos de humilde confesión, son medida del tiempo y tiempo ellas
dignidad del hombre como sacerdo- de Cristo a través de las páginas del con el acto penitencial de completas mismas con su perdurar en el ser. El
te de lo creado, es decir, mediador NT, las otras lecturas y, aunque me- y con muchísimos otros textos en que se hace dócil a la acción del Es-
de alabanza entre las cosas creadas y nos directamente, a través de las pá- que el orante reconoce las propias píritu removiendo animosamente to-
Dios. Así, la LH, a través del orante, ginas del AT, los salmos y todos los culpas y pide humildemente perdón dos los obstáculos y creando en sí
se convierte en un gigantesco cántico demás textos. Además, Cristo está a Dios por ellas. las disposiciones idóneas, recibe por
de las criaturas que bendicen a su siempre presente en la LH (OGLH medio de la LH una gran fuerza para
creador. 13) para reproducirse a sí mismo con La LH es ejercicio del sacerdocio
recibido por los fieles en el bautis- poder escalar la santa montaña de la
la acción del Espíritu Santo en la perfección.
persona de los orantes y en la iglesia, mo, y particularmente del de los pres-
efectúa la obra de la redención hu- bíteros y diáconos recibido en el sa-
IX. La LH, cramento del orden. La oración, 4. POTENCIACIÓN ASCÉTICO-MÍS-
factor de santificación mana y de la perfecta glorificación
de Dios (OGLH 13) y confiere la como en Cristo, también en el cris- TICA Y APOSTÓLICA. La LH alimenta
abundancia de los bienes mesiánicos tiano es acción sacerdotal (SC 7; el espíritu de piedad y la oración per-
El valor de la LH se mide en últi- OGLH 13; 15). sonal (SC 90), la cual no es sólo ora-
mo término por su aportación en or- (OGLH 14).
Los esposos viven en la LH, que ción individual extralitúrgica, sino
den a la elevación espiritual de los es voz de la esposa al Esposo Cristo, también ese espíritu de comunión
hombres, es decir, a su santificación. 3. PROLONGACIÓN SACRAMEN- su matrimonio como signo sacramen- con Dios en la alabanza, en la ado-
Pues bien, esta contribución es muy TAL. La LH, por su característica ho- tal del amor entre Cristo y la iglesia. ración y en la súplica que debe ani-
alta. raria, prolonga en el tiempo la po- Como el amor entre Cristo y la igle- mar en todo instante el corazón de
tencialidad santificadora que desen- sia se expresa también en la oración quien celebra la LH. Así pues, ésta
1. PRONUNCIAMIENTOS DEL MA- cadena su desarrollo en la eucaristía que elevan juntamente al Padre ce- no es sólo acción comunitaria, sino
GISTERIO ECLESIÁSTICO. El Vat. II y en las demás acciones sacramen- lestial, así también el amor mutuo actividad de toda la esfera interior de
afirma explícitamente que la liturgia tales. de los esposos cristianos encuentra los individuos, estimulada por el en-
es la fuente primera e indispensable De la eucaristía, la LH extiende, una fuerte manifestación, pero tam- cuentro con Dios y penetrada de su
del espíritu cristiano, y que posee la aunque sea de modo diverso, la pre- bién un potente estímulo, en la ora- Espíritu divino.
Liturgia de las Horas 1190 1191 Liturgia en el NCDC
La LH, en cuanto oración, forta- florecimiento y la fructificación de 1967; López Martín J.L., La Liturgia de las
lece en todas las luchas y dificultades LITURGIA
la santidad en el campo de Dios. Horas y el sacerdote. Separata del "Boletín O.
que se encuentran en el áspero cami- [/ Oración; / Religiosidad popu- del Obispado", Santander 1980; La santifica- EN EL NUEVO CÓDIGO
no de la santidad. Hace crecer las ción del tiempo 2, Instituto Internacional de
lar, II; / Salmos; / Espiritualidad li- Teología a Distancia, Madrid 1984; La oración DE DERECHO CANÓNICO
virtudes teologales (OGLH 12) con túrgica]. de las horas. Historia, teología y pastoral del
la palabra de Dios y con todos los Oficio Divino, Ed. Secretariado Trinitario, Sa-
demás momentos de coloquio con SUMARIO: I. El pueblo de Dios: 1. Los fieles:
lamanca 1984; Llabrés P., La oración de las a) Los fieles en general, b) Los laicos, c) Los
él. Es oración, que purifica, ilumina, NOTAS: ' Véase bibl., comienzo — 2 En Li- horas: tradición y futuro, en "Phase" 60 (1970) clérigos; 2. La constitución jerárquica de la igle-
enriquece con gracias (OGLH 14). turgia de las Horas I, Coeditores Litúrgicos, 547-555; Neunheuser B., Oficio Divino, en DE sia: a) Los obispos, b) Los párrocos, c) Otras
La LH, entendida en su verdadero Barcelona 1979 — ' De los libros del AT, el 2, Herder, Barcelona 1983, 722-726; Oriol J., personas eclesiásticas; 3. Los institutos de vida
salterio es el más citado en el NT. Es fácil en- Hacia un nuevo breviario, en "Phase" 52 (1969) consagrada y las sociedades de vida apostólica:
significado y en su función genuina, tenderlo si se piensa que el uso de los salmos en 412^419; Pinell J., El número sagrado de las a) Los institutos religiosos, b) Los institutos se-
tiene todas las capacidades de abrir la oración los hacía muy familiares a los auto- horas del Oficio, en VV.AA., Miscellanea in culares y las sociedades de vida apostólica - II.
a la vida contemplativa y de hacer res, por lo que acudían espontáneamente a sus onore di SE. il Card. Lercaro 2, Roma 1967, El poder de la iglesia de enseñar - III. El poder
labios y a su pluma ^ De oral. 23, 24: PL I, 887-934; Raguer H.M., La nueva Liturgia de de la iglesia de santificar: 1. Los cánones intro-
avanzar en ella (OGLH 28), como lo ductorios; 2. Los sacramentos: a) Bautismo, b)
1191 — 5 De inst. coen. III, 4: por J.-C. Guy, las Horas, Mensajero, Bilbao 1972; Righetti M.,
muestra el ejemplo de grandes místi- SC 109; 102-106 - <• O.c. IV, 19, 2; SC 109;
Confirmación, c) Eucaristía (celebración: mi-
Historia de la liturgia 1, BAC 132, Madrid 1955, nistro, participación, ritos y ceremonias, tiempo
cos y contemplativos. 146 — 7 Reg.fus. tract. 37,5: PG 31, 1015 — 1078-1341; Salmón P., La oración de las horas, y lugar; custodia y veneración), d) Penitencia,
" De inst. coen. III, 4, 3; cf I; IV, 19,2: SC 109; en A.G. Martimort, La Iglesia en oración, Her- e) Unción de los enfermos, y) Orden, g) Matri-
En fin, no podemos olvidar, al con- 102-106; 146 ' M. Andrieu, Les Ordines Ro- der, Barcelona 19672, 855-955; Tena P., Para monio; 3. Otros actos del culto divino: a) Sa-
mani du haut moven-áge, SSL 3 (1951) 39- que la Liturgia de las Horas sea viva hoy, en cramentales en general, b) Liturgia de las Horas,
cluir, la aportación preciosa de la 41 - '"Tertuliano, De oral.: PL 1, 1153 — c) Exequias; 4. Los lugares y tiempos sagrados:
"Phase" 65 (1971) 411-415; VV.AA., Orar con
LH para el trabajo apostólico, espe- 11
Exposii. in Ps. 8, 1: PG 55, 106 — l2 Instr. la iglesia, en "Liturgia" 254 (1971) 107-174; a) Los lugares sagrados, b) Los tiempos sa-
cialmente hoy cuando, dada la abun- Inaestimabile donum de quibusdam normis cir- VV.AA., Reforma del breviario, en "Phase" 31 grados.
dancia de la mies y el exiguo número ca cultum mysterii eucharistici (3 aprile 1980), (1966) 3-44; VV.AA., El Oficio Divino hoy, Ed.
Premessa. en AAS 72 (1980) 333 - - " Const.
de los obreros (Mt 9,37), sería de apost. Divino afflalu, de Pío X, en AAS) (1911)
Litúrgica Española, Barcelona 1969; VV.AA.,
desear que el ministerio pastoral de 633-638.
El Oficio Divino y su celebración en las comu- El Código de Derecho Canónico
nidades religiosas, PPC, Madrid 1969; VV.AA., (CDC) de 1983 no establece por lo
esos pocos fuese de más elevada efi- Pastoral de la Liturgia de las Horas, en "Phase"
cacia. Ahora bien, para el verdadero general nada sobre los ritos que han
V. Raffa 130(1982)265-335.
de ejecutarse en la celebración de las
éxito en este campo no son determi-
nantes tanto el dinamismo humano 2. Elementos de la Liturgia de las Horas acciones litúrgicas; por ello siguen
y las cualidades de las estructuras, BIBLIOGRAFÍA: siendo válidas las leyes litúrgicas vi-
Cañáis J.M., Las colectas de salmos de la gentes en el momento de la promul-
por útiles y quizá también en parte I. En general serie " Visita Nos ". Introducción, edición crítica
necesarias que sean, sino más bien la e índices, Publicaciones Claretianas, Madrid
gación del código mismo, a menos
intervención divina (Jn 15,5; 1 Cor Alameda S., Nociones fundamentales sobre 1978; Farnés P., Moniciones y oraciones sátmi- que alguna de ellas sea contraria
el Oficio Divino, Ed. Eléxpuru, Bilbao 1924; a sus cánones: así lo leemos en el
3,6-7; SC 86; OGLH 18). Y Dios Baroffio B., Liturgia de las Horas, DTI 3, Si-
cas, Regina, Barcelona 1978; El Leccionario bí-
quiere que se le solicite también en gúeme, Salamanca 1982, 345-365; Barsotti D.,
blico bienal de la Liturgia de las Horas, en can. 2 del nuevo CDC, que recoge
"Phase" 125 (1981) 409-425; Grández R., Lec- sustancialmente el can. 2 del prece-
este sector con la oración (Mt 7,7- Introducción al breviario. Sigúeme, Salamanca
turas breves de laudes. Guía espiritual para la
10). Cristo animó su ministerio me- 1967; Bellavista i., ¿Una nueva perspectiva de
jornada, en "Oración de las Horas" 2 (1984) 63-
dente CDC, de 1917.
la oración eclesial del oficio?, en "Phase" 54
siánico con la oración (OGLH 4), y (1969) 557-567; Bernal J.M., Apuntes para una 68; JMS preces oblativas del día en los laudes A pesar de esto, la / liturgia ocupa
los apóstoles siguieron el ejemplo del historia de la Liturgia de las Horas, en "Oración matutinos, ib, 7-8 (1984) 231-236; Lecturas bre- un puesto notable en el nuevo CDC:
Maestro (He 6,4). La iglesia lo sabe, de las Horas" 1 (1983) 27-30; 7 (1983) 197-203; ves de vísperas en el Tiempo Ordinario, ib, 6 no tanto por lo que se refiere a las
11 (1983) 300-307; 1 (1984) 19-25; 4 (1984) 123- (1984) 191-196; Grández R.-Aizpurúa F., Him-
y por eso no cesa de recomendar la nos para el Señor, Regina, Barcelona 1983; In-
normas estrictamente litúrgicas, es
128; 6 (1984) 202-207; 10 (1984) 291-297; 2 decir, directamente relacionadas con
oración; pero hace una recomenda- (1985) 65-68; El éxito de la Liturgia de las Ho- sistiendo sobre el sentido de la himnodia, en
ción especial a propósito de la LH ras, en "Phase" 137 (1983) 403-410; Cois D., "Oración de las Horas" 12 (1984) 382-385; Oli- la ejecución de los ritos de las diver-
(OGLH 18; cf 17; 27; 28), y está per- Celebración cantada de la Liturgia de las Horas, var A., El himno en la celebración del Oficio, sas celebraciones, cuanto más bien
suadida de que puede ser de válida Regina, Barcelona 1972-1974; Delicado J., El en "Phase" 65 (1971) 447-454; Pinell J., Las por lo que se refiere a otras disposi-
breviario recuperado, Madrid 1973; De Pedro oraciones del Salterio "per annum " en el nuevo ciones, que sólo de forma indirec-
ayuda también para el anuncio de la A., Orar con la Iglesia, ED1CEP, Valencia libro de la Liturgia de las Horas, en "Epheme-
palabra (OGLH 55; 165). 1979; Diez Presa M., Relación entre la Liturgia rides Liturgicae" 86 (1972) 354-389, 417-448; ta se relacionan con dichos ritos
de las Horas y la eucaristía, en "Vida Religiosa" Raguer H., Cánticos para las vigilias dominica- [/ Derecho litúrgico].
Sería, pues, un error sentirse legi- 36 (1974) 67-74; Parnés P., En torno a la refor- les, en "Oración de las Horas" 2 (1985) 57-62; 4
timados a restringir el espacio y el Esto sucede dentro del pleno res-
ma del Oficio Divino, en "Phase" 32 (1966) 125- (1985) 130-135; Velado B., Los himnos castella-
empeño debidos a la LH, ignorando, 146; Algunos aspectos de la nueva Liturgia de nos del nuevo Oficio Divino, en "Pastoral Li-
peto a los principios establecidos por
al menos en la práctica, la parte im- las Horas, ib, 93 (1976) 175-200; Iraburu J.M., túrgica" 118-120 (1981) 6-45; Los himnos de la el Vat. II, sobre todo a los que se
portante que le corresponde para el La oración pública de la Iglesia. PPC, Madrid Liturgia de las Horas en su edición española, en contienen en la constitución Sacro-
"Phase" 130 (1982) 325-335. sanctum concilium sobre la liturgia,
Liturgia en el NCDC 1192 1193 Liturgia en el NCDC

en los diferentes documentos aplica- gico prescrito; de los oficios de lec- Al tratarse luego de las obligacio- nidades (can. 389); debe vigilar para
tivos de la misma y en los nuevos tor, comentarista, cantor y de otros nes de los clérigos, se dice que deben que no se introduzcan abusos en la
/ libros litúrgicos. A menudo se re- oficios, para los que puede delegarse alimentar su vida espiritual en la do- disciplina eclesiástica, especialmente
cogen, a la letra o sustancialmente, temporalmente a los laicos; de la po- ble mesa de la Sagrada Escritura y en lo que se refiere al ministerio de
textos contenidos en tales fuentes. sibilidad que tienen los laicos, cuan- de la eucaristía; se dirige a los sacer- la palabra, la celebración de los sa-
Merecen una particular atención los do faltan los ministros y en caso de dotes la invitación de celebrar cada cramentos y de los sacramentales, el
textos que son expresión de la teo- necesidad, de ejercer el ministerio de día la eucaristía, y a los diáconos la culto a Dios y a los santos (can. 392,
logía del Vat. II en su multiforme di- la palabra, de presidir la oración li- de participar en ella igualmente §2).
mensión dogmática, ascética y pas- túrgica, de conferir el bautismo y de cada día; para los sacerdotes y los
toral. distribuir la comunión (can. 230). diáconos aspirantes al sacerdocio se b) Los párrocos. Después de los
El examen detallado de todos los Para el recto cumplimiento de todos afirma la obligación de celebrar obispos, se reserva a los párrocos un
puntos del CDC que tratan de litur- estos distintos oficios se requiere que cada día la liturgia de las Horas, y puesto especial en el ejercicio de la
gia en la forma indicada requeriría los laicos tengan una preparación para los diáconos permanentes la liturgia (cáns. 515-552). Se insiste en
un tratamiento muy amplio, sobre conveniente (can. 231, § 1). obligación de celebrarla en la medi- los siguientes puntos: el párroco tie-
todo si se quisiera indicar sus fuentes da que haya sido establecida por las ne la obligación de proveer a que se
y esbozar un comentario, por senci- c) Los clérigos. El título III conferencias episcopales (can. 276, § anuncie en su integridad la palabra
llo que fuese. Nos limitamos, por tan- 2, 2.°, 3.°). de Dios, entre otras cosas mediante
(cáns. 232-293) trata de los ministros
to, a una sencilla visión de conjunto la homilía que debe tenerse los do-
sagrados, es decir, de los clérigos. Es mingos y las fiestas de precepto;
que permita un primer conocimiento interesante lo que se dice de la for- 2. LA CONSTITUCIÓN JERÁRQUI-
CA DE LA IGLESIA. Se habla de ella en debe procurar que la eucaristía sea
del asunto. Nos interesa sobre todo mación clerical, subrayando las nor- el centro de la comunidad parro-
el examen de los libros II, III y IV mas contenidas en la Instrucción de la parte segunda del libro II (cáns.
330-572). quial; debe lograr que los fieles se
del nuevo CDC. Los describiremos la Congregación para la educación alimenten mediante la devota cele-
ateniéndonos al orden que se sigue católica (3-6-1979) sobre la forma- bración de los sacramentos y se acer-
en ellos. ción litúrgica en los seminarios. Por a) Los obispos. Los puntos más
importantes relativos a nuestra ma- quen, en particular, frecuentemente
lo que se refiere a la vida litúrgica de teria son aquellos en que se habla de a los sacramentos de la eucaristía y
los seminaristas, se habla de la cele- los obispos (cáns. 375-411). Es bella de la penitencia; debe procurar que
I. El pueblo de Dios bración eucarística diaria, que debe la definición que se da de ellos. Entre los fieles cultiven la oración también
considerarse el centro de toda la vida otras cosas se dice que los obispos, en sus familias y participen activa-
El libro II del CDC (cáns. 204- del seminario; de la formación para en virtud de la misma consagración mente en la liturgia; debe regular el
746) trata de la iglesia considerada la celebración de la liturgia de las episcopal, son maestros de doctrina, ejercicio de la liturgia en la parro-
como pueblo de Dios. Horas, que es la acción litúrgica con sacerdotes del culto sagrado y mi- quia y vigilar para que no se intro-
la que los ministros oran a Dios, en nistros del gobierno de la iglesia duzcan abusos; debe preocuparse de
1. Los FIELES. Se habla de ellos nombre de la iglesia, por el pueblo (can. 375). Se les recomienda que la los enfermos, sobre todo de los mo-
en la parte primera del libro II que tienen encomendado, más aún, toma de posesión de la diócesis ten- ribundos, confortándolos solícita-
(cáns. 204-329). por todo el mundo; del culto maria- ga lugar, con el acto litúrgico pres- mente con los sacramentos y reco-
crito, en la iglesia catedral, en pre- mendando sus almas a Dios (can.
no; de la frecuencia en el sacramento 528; can. 529, § 1). Se da también la
a) Los fieles en general. En el tí- sencia del clero y del pueblo (can.
de la penitencia (can. 246). Por lo lista de las funciones que quedan
tulo I (cáns. 208-223), que trata en 382, § 4). Entre las obligaciones del
general de los fieles, se destaca su que se refiere a la enseñanza de la encomendadas de forma especial al
liturgia a los seminaristas, se hace obispo se señalan las siguientes:
derecho a dar culto a Dios según las como principal dispensador de los párroco (can. 530) y se confirma la
prescripciones de su propio rito apro- una alusión a las clases de liturgia en obligación de la misa "por el pueblo"
el plan de estudios (can. 252, § 3). misterios divinos, debe procurar que
bado por los legítimos pastores de la los fieles encomendados a sus cuida- (can. 534).
iglesia (can. 214). Éstas han de ser impartidas por pro-
fesores titulados con el grado de dos crezcan en la gracia mediante la
celebración de los sacramentos, co- c) Otras personas eclesiásticas.
b) Los laicos. En el título II doctor o licenciado, distintos de los nozcan y vivan el misterio pascual
(cáns. 224-231), que trata de las obli- profesores de las demás disciplinas Se habla también de las obligaciones
(can. 387); debe presidir frecuente- y de los derechos de otras personas
gaciones y de los derechos de los lai- teológicas (can. 253). Como objeto mente la celebración eucarística en
cos, merecen particular atención los particular de la enseñanza se indica eclesiásticas: de los capítulos de los
la iglesia catedral y en otras iglesias canónigos de las iglesias catedrales
cánones que tratan de los ministerios todo lo que se refiere al sagrado mi- de la diócesis, especialmente en las
de lector y acólito, a los que pueden nisterio, especialmente al ejercicio o de las colegiatas: les corresponde
fiestas de precepto y en otras solem- realizar las funciones litúrgicas más
ser promovidos establemente los lai- del culto divino y a la celebración de
cos varones por medio del rito litúr- los sacramentos (can. 256, § 1).
Liturgia en el NCDC 1194 1195 Liturgia en el NCDC
solemnes (can. 503); de los vicarios de la comunidad (can. 608). Otros II. El poder de la iglesia (cáns. 834-839), trata en tres partes
foráneos o arciprestes: deben pro- puntos determinados: a los religiosos de enseñar distintas de los sacramentos (cáns.
veer a que las funciones religiosas en general se les reconoce el derecho 840-1165), de los demás actos del
se celebren según las prescripciones a realizar los ministerios sagrados en Trata de este poder de la iglesia el culto divino (cáns. 1166-1204), de
litúrgicas y se observe cuidadosamen- sus iglesias y oratorios (can. 611, libro III del CDC (cáns. 747-833). los lugares y tiempos sagrados
te todo lo que se refiere al decoro y 3.°); a los superiores se les recuerda También en este sector se encuen- (cáns. 1205-1253).
esplendor de las iglesias y de los ob- el deber de alimentar frecuentemente tran algunas indicaciones que inte-
jetos y ornamentos sagrados [/ Ob- a los hermanos con el pan de la pa- resan a la liturgia. Se la llama una
jetos litúrgicos/ Vestiduras], sobre 1. Los CÁNONES INTRODUCTO-
labra de Dios y de inducirlos a la de las fuentes en que debe surtirse el RIOS son particularmente importan-
todo en la celebración eucarística y celebración de la liturgia (can. 619); ministerio de la palabra (can. 760).
en la custodia del santísimo sacra- tes. En el primero (can. 834) ante
de los novicios se dice que deben ser Se da un relieve particular a la ho- todo se lee que la iglesia ejerce su
mento (can. 555, § 1, 3.°); de los rec- formados en la contemplación del milía: ésta destaca entre las diferen-
tores de las iglesias: ellos también poder de santificación de modo es-
misterio de la salvación y en la lectu- tes formas de predicación; es parte pecial por medio de la liturgia; luego
deben proveer a la digna celebración ra y meditación de la Sagrada Escri- de la liturgia; está reservada al sa-
de las funciones sagradas y a la con- se recoge la definición conciliar de
tura y preparados para dar culto a cerdote o al diácono; en ella se deben liturgia (cf SC 7) como ejercicio de
servación y el decoro de los objetos Dios en la liturgia (can. 652, § 2); presentar en el curso del año litúrgi-
y ornamentos sagrados y de los lu- la función sacerdotal de Jesucristo,
también de los religiosos se dice: sus co, partiendo del texto sagrado, los mediante la cual se significa con sig-
gares sagrados (can. 562); de los ca- deberes principales y especiales son misterios de la fe y las normas de la
pellanes: en atención a los fieles que nos sensibles y se realiza, del modo
la contemplación de las realidades vida cristiana; se dan también nor- que le es propio a cada uno de ellos,
tienen encomendados les correspon- divinas y la asidua unión con Dios mas particulares sobre los días en
de oír confesiones, predicar la pala- la santificación de los hombres, y el
en la oración; cada día deben parti- que es obligatoria la homilía (do- cuerpo místico de Cristo, es decir, la
bra de Dios, administrar a los que cipar en el sacrificio eucarístico, re- mingos y fiestas de precepto) y sobre
están en peligro de muerte el viático cabeza y los miembros, ejerce el cul-
cibir el cuerpo del Señor y adorar al los días en que se recomienda (can. to público íntegro; se precisa, en fin,
y la unción de los enfermos, y tam- mismo Señor presente en el sacra- 767, §§ 1-3). Donde se habla de
bién la confirmación, en caso de que que se debe considerar público el
mento; deben celebrar dignamente la la enseñanza catequética se insiste culto ejercido en nombre de la iglesia
no la hubieran recibido todavía (can. liturgia de las Horas conforme a las en que los párrocos aseguren una
566, § 1), así como celebrar y regular por personas legítimamente delega-
prescripciones del propio derecho conveniente catequesis sacramental das y con actos aprobados por la
las funciones litúrgicas (can. 567, (salvo la obligación impuesta por (can. 777, 1.°, 3.°). Donde se habla
§2). autoridad eclesiástica.
derecho común a los clérigos), reali- de la acción misionera de la iglesia
zar todos los demás ejercicios de El can. 835 trata de los sujetos del
se recomienda a los catequistas que poder de santificación. Los obispos
3. LOS INSTITUTOS DE VIDA CON- piedad y honrar con un culto espe- organicen, entre otras cosas, la acti-
cial a la Virgen santísima (can. 663, son los grandes sacerdotes, princi-
SAGRADA Y LAS SOCIEDADES DE VIDA vidad litúrgica (can. 785, § 1), y se pales dispensadores de los misterios
APOSTÓLICA. Se trata de ellos en la §§ 1-4); están sometidos al poder dan normas sobre el ordenamiento
jurisdiccional de los obispos, entre de Dios, moderadores, promotores
parte tercera del libro II (cáns. 573- litúrgico del catecumenado (can. y custodios de toda la vida litúrgica
746). otras cosas, en todo lo que se refiere 788). Prescripciones particulares se
al ejercicio bíblico del culto divino de las iglesias que tienen encomen-
refieren a la publicación de los libros dadas (§ 1). Los presbíteros son par-
a) Los institutos religiosos. Se re- (can. 678, § 1). litúrgicos, de sus versiones y de los tícipes del sacerdocio de Cristo y mi-
fiere a ellos la mayor parte de las libros de oración (can. 826). nistros suyos bajo la autoridad del
indicaciones litúrgicas contenidas en b) Los institutos seculares y las obispo, y son consagrados para cele-
la parte tercera. Donde se habla de sociedades de vida apostólica. De los brar el culto divino y para santificar
la vida religiosa en general, se dice primeros se dice que sus miembros al pueblo (§ 2). Los diáconos actúan
que el religioso vive plenamente su deben participar, si es posible, cada III. El poder de la iglesia
de santificar en la celebración del culto según las
donación como un sacrificio ofrecido día en la celebración eucarística y disposiciones del derecho (§ 3). Los
a Dios, lo cual le permite hacer de que deben también acercarse fre- demás fieles tienen una parte propia
toda la propia existencia un conti- cuentemente al sacramento de la Se-trata de él en el libro IV del
CDC (cáns. 834-1253). Aquí es, na- en el ejercicio del poder de santifica-
nuo acto de culto a Dios celebrado penitencia (can. 719, § 2-3); de las ción, participando activamente, a su
en el amor (can. 607, § 1). En cuanto segundas, en cambio, se dice que sus turalmente, donde abundan las indi-
caciones de carácter litúrgico, estan- modo, en las celebraciones litúrgi-
a las casas religiosas, se dice que de- miembros están sometidos al obispo cas, especialmente en la celebración
ben tener al menos el oratorio en diocesano en todo lo que se refiere, do el poder de santificar de la iglesia
en estrecha relación con.el ejercicio eucarística (§ 4).
donde se celebre y se conserve la entre otras cosas, al culto público Los demás cánones introducto-
eucaristía de modo que sea el centro (can. 738, § 2). de la liturgia. El libro IV, después
de algunos cánones introductorios rios: el can. 836 examina la relación
Liturgia en el NCDC 1196 1197 Liturgia en el NCDC
entre el culto cristiano, en el que se grados óleos requeridos [/ Elemen-
ejerce el sacerdocio común de los fie- las primeras semanas a partir del na- y se ordenan a ella. El can. 898 re-
tos naturales] para la administración cimiento (can. 867). comienda que los fieles tributen la
les, y la fe: el culto procede de la fe de ciertos sacramentos (can. 847).
y se funda en ella; el can. 837 da la b) Confirmación. Se confiere me- máxima veneración a la eucaristía,
Luego se pasa revista, en siete tí- participen activamente en su cele-
noción de acción litúrgica, insistien- tulos distintos, a cada uno de los sa- diante la unción del crisma sobre la
do en la dimensión comunitaria y en frente, hecha con la imposición de la bración, la reciban con la máxima
cramentos. Para cada sacramento se devoción y frecuentemente, y la ve-
la participación activa de los fieles procede por lo general con el si- mano y con la fórmula prescrita en
en ella; el can. 838 habla de aquellos los libros aprobados (can. 880, § 1); neren con suma adoración. Estos
guiente orden: celebración del sacra- principios se desarrollan en los dos
a quienes corresponde el ordena- mento, ministro, los que reciben el el crisma debe ser consagrado por el
miento de la liturgia (sede apostóli- obispo, aunque el sacramento sea capítulos siguientes, que tratan ex-
sacramento (y padrinos), normas de presamente de la celebración de la
ca, obispos diocesanos, conferencias otra índole (inscripción en el regis- administrado por un presbítero (can.
episcopales), determinando algunas 880, § 2); conviene administrar la eucaristía y de su custodia y vene-
tro, etc.). De cada sacramento sub- ración.
de sus competencias; el can. 839 tra- rayamos las normas que nos parecen confirmación durante la misa (can.
ta de las oraciones y de las demás más interesantes. 881); su ministro ordinario es el Celebración de la eucaristía. Tam-
prácticas piadosas (de penitencia y obispo; puede administrarla válida- bién el canon preliminar a este tema
de caridad): son otros tantos medios a) Bautismo. Debe administrar- mente también un presbítero autori- (can. 899) es particularmente rico en
para el ejercicio del poder de santifi- se según el rito establecido en los zado en virtud del derecho común o doctrina: la celebración eucarística
cación. libros litúrgicos aprobados, salvo si por una concesión especial (cáns. es acción del mismo Cristo y de la
se trata de necesidad urgente (can. 882-883); por causa grave y en casos iglesia; en esta acción Cristo, pre-
2. Los SACRAMENTOS. Se trata 850); su celebración debe ser opor- particulares al obispo y al presbíte- sente sustancialmente bajo las espe-
de ellos en la parte I del libro IV, la tunamente preparada: mediante las ro autorizado pueden asociarse otros cies del pan y del vino, a través del
más larga del libro. Antes del trata- diversas etapas del catecumenado, si sacerdotes en la administración del ministerio del sacerdote se ofrece a
miento de cada uno de los sacramen- se trata de adultos, o mediante la sacramento (can. 884, § 2); la confir- sí mismo al Padre y se da como ali-
tos, se encuentran algunos cánones conveniente instrucción de los pa- mación se ha de administrar a los mento espiritual a los fieles que aso-
preliminares (cáns. 840-848). Es fun- dres y de los padrinos, si se trata de fieles en torno a la edad de la discre- cia a la propia ofrenda; en la sinaxis
damental el can. 840, que da la no- niños (can. 851); lo que los cánones ción, a no ser que la conferencia eucarística se convoca al pueblo de
ción de los sacramentos. Interesa dicen del bautismo de adultos vale episcopal determine otra edad, o Dios [/ Asamblea] bajo la presiden-
también lo que se dice inmediata- también para todos los que, habien- haya peligro de muerte, o a juicio cia del obispo o del presbítero de-
mente después: sobre la autoridad do salido de la infancia, han alcan- del ministro, una causa grave acon- pendiente de él, que personifican a
competente en la disciplina sacra- zado el uso de razón (can. 852, § 1); seje obrar de otra forma (can. 891). Cristo; todos los fieles que asisten,
mental (can. 841); sobre la íntima fuera del caso de necesidad, el agua clérigos y laicos, participan en la ce-
unión existente entre los tres sacra- que se use para el bautismo debe ben- c) Eucaristía. Son particularmen- lebración cada uno a su modo según
mentos de la / iniciación cristiana decirse según las prescripciones de te interesantes los dos cánones preli- la diversidad de los órdenes y de los
(can. 842, § 2); sobre la necesidad de los libros litúrgicos (can. 853); el bau- minares. El can. 897 es una síntesis oficios litúrgicos; la celebración debe
la debida preparación de los fieles tismo debe conferirse por inmersión teológica sobre la eucaristía. Se pre- disponerse de tal modo que todos
para los sacramentos (can. 843, § 2); o por infusión (can. 854); se puede senta la eucaristía en primer lugar los participantes perciban frutos
sobre la posibilidad para los fieles celebrar cualquier día; se recomien- como sacramento augustísimo, en el abundantes, para cuya consecución
católicos de recibir, en ciertos casos da, sin embargo, celebrarlo ordina- que se contiene, ofrece y recibe al instituyó Cristo el sacrificio eucarís-
y con ciertas condiciones, los sacra- riamente en domingo o, si es posible mismo Cristo Señor, y del que con- tico.
mentos de la penitencia, de la euca- durante la vigilia pascual (can. 856)' tinuamente vive y crece la iglesia;
ristía y de la unción de los enfermos luego, como sacrificio eucarístico La reflexión sobre la celebración
se dan normas particulares respecto se desarrolla en torno a cuatro te-
de manos de ministros no católicos, al lugar de la celebración y a la fuen- —memorial de la muerte y resurrec-
y sobre la análoga posibilidad para ción del Señor, en el que se perpetúa mas: ministro de la eucaristía, parti-
te bautismal (cáns. 857-860); tam- cipación en ella, ritos y ceremonias,
los fieles pertenecientes a iglesias que bién es ministro ordinario, además a lo largo de los siglos el sacrificio
no están en comunión con la iglesia de la cruz—, que es cumbre y fuente tiempo y lugar.
del obispo y del presbítero, el diáco-
católica de recibir los sacramentos no (can. 861, § 1); a la celebración de todo el culto y de la vida cristia- Ministro. Los sacerdotes pueden
mencionados de manos de ministros del bautismo de adultos le sigue in- na: es signo eficaz de la unidad del concelebrar [/ Concelebración euca-
católicos (can. 844) [/ Ecumenismo]; mediatamente la celebración de la pueblo de Dios y medio con el que rística], a no ser que la utilidad de
sobre la observancia de los libros li- confirmación y de la eucaristía (can se realiza la edificación del cuerpo los fieles requiera o aconseje otra
túrgicos en la celebración de los sa- 866); los niños, fuera del peligro de de Cristo; los demás sacramentos y cosa, quedando siempre a salvo la
cramentos (can. 846); sobre los sa- muerte, deben bautizarse dentro de todas las obras apostólicas de la igle- libertad de cada sacerdote de cele-
sia están vinculados con la eucaristía brar individualmente, pero no al
Liturgia en el NCDC 1198 1199 Liturgia en el NCDC
mismo tiempo en que se está conce- i- grave debe acudir a confesarse antes munión los sacerdotes y los diáconos del obispo diocesano (can. 935); las
lebrando en la iglesia u oratorioo de comulgar, a no ser que haya una deben llevar los ornamentos sagra- iglesias en que se conserva la euca-
(can. 902); se invita a los sacerdotes ;s razón grave para comulgar y no dos [/ Objetos litúrgicos/ Vestidu- ristía estén abiertas a los fieles todos
a celebrar frecuentemente; más aún, i, haya oportunidad de confesarse; en ras] prescritos (can. 929); los sacer- los días al menos durante algunas
cada día, aunque no pueda tenerse le tal caso es preciso hacer antes un dotes enfermos o de edad avanzada, horas, para que aquéllos puedan de-
con la asistencia de fieles, porque laa acto de perfecta contrición, que in- si no pueden estar de pie, pueden dicarse a la oración ante el sacra-
celebración eucarística es siempree cluye el propósito de confesarse lo celebrar la eucaristía sentados, ob- mento eucarístico (can. 937); habi-
acto de Cristo y de la iglesia y, al il antes posible (can. 916); quien ya ha servando para lo demás las leyes li- tualmente, la eucaristía debe conser-
realizarla, los sacerdotes cumplen suu recibido la comunión puede recibirla túrgicas; para poder hacerlo ante el varse en un solo sagrario de las
principal ministerio (can. 904); see de nuevo el mismo día durante la pueblo deben tener la licencia del or- iglesias u oratorios; por causa grave,
puede celebrar una sola vez al día, i, celebración eucarística en que parti- dinario del lugar (can. 930, § 1); los sobre todo de noche, puede conser-
exceptuados los casos en que segúnn cipa (can. 917); se recomienda que sacerdotes ciegos o enfermos pueden varse en un lugar más seguro, con
las disposiciones del derecho es lícitoo los fieles reciban la comunión du- celebrar la eucaristía usando un for- tal que sea decoroso; el sagrario
celebrar o concelebrar varias vecess rante la celebración eucarística; por mulario cualquiera de misa aproba- de estar colocado en una parte de la
el mismo día (can. 905, § 1); el ordi-i- justa causa pueden también recibirla do; les pueden asistir, si el caso lo iglesia u oratorio destacada, visi-
nario del lugar puede conceder, conn fuera de la misa (can. 918); la comu- requiere, un sacerdote, un diácono ble, decorosa, adornada y apropiada
determinadas condiciones, la facul-I- nión ha de ir precedida del ayuno o un laico debidamente instruido para la oración; debe ser inamovible,
tad de binar cada día y, por necesi-i- eucarístico de una hora, es decir, hay (can. 930, § 2). hecho con material sólido no trans-
dad pastoral, de celebrar tres misass que abstenerse durante ese tiempo parente y cerrado de manera que se
los domingos y fiestas de precepto0 Tiempo y lugar. La eucaristía pue- evite al máximo todo peligro de pro-
de cualquier alimento y bebida, a ex- fanación; quien cuida de la iglesia u
(can. 905, § 2); sin causa justa y ra- cepción del agua y de las medicinas de celebrarse y distribuirse en cual-
zonable, no celebre el sacerdote el:1 quier día y hora, exceptuados los ex- oratorio ha de proveer a que se guar-
(can. 919, § 1); el sacerdote que bina de con la máxima diligencia la llave
sacrificio sin la participación de al- o celebra tres misas puede tomar cluidos por las normas litúrgicas (can.
gún fiel (can. 906); los diáconos y loss 931); debe celebrarse en un lugar sa- del sagrario; ante el sagrario ha de
algo antes de la segunda o de la ter- lucir siempre una lámpara especial
laicos no pueden decir las oraciones, grado, a no ser que una necesidad
cera misa, aunque no medie una particular exija otra cosa: en tal caso para indicar y honrar la presencia de
especialmente la / plegaria eucarís- hora antes de la siguiente comunión
tica, ni realizar las acciones que soni celébrese en un lugar conveniente Cristo (cáns. 938; 940); en las iglesias
(can. 919, § 2); las personas de edad (can. 932, § 1); debe celebrarse en un y oratorios en que se conserva la
propias del sacerdote celebrante; evanzada, los enfermos y los dedica- eucaristía se puede hacer la exposi-
(can. 907); se prohibe a los sacer- altar dedicado o bendecido; pero
dos a atenderles pueden recibir la co- fuera de los lugares sagrados puede ción eucarística, tanto con el copón
dotes católicos concelebrar con loss munión aunque hayan tomado algo como con la custodia, pero no en el
sacerdotes o ministros de las iglesiass celebrarse en una mesa apropiada,
durante la hora anterior (can. 919, § usando el mantel y el corporal (can. mismo local en que se esté celebran-
que no están en plena comunión coni 3); los fieles, una vez que han recibi- do en esos momentos la eucaristía;
la iglesia católica (can. 908); no de- 932, § 2).
do la eucaristía, están obligados a se recomienda una exposición anual
jen los sacerdotes de prepararse de- comulgar por lo menos una vez al solemne prolongada durante cierto
bidamente con la oración para la ce- año en el tiempo pascual, pero por Reserva y veneración de la euca- tiempo, aunque no sea continuo
lebración y de dar gracias a Dios al ristía. Los cánones relativos a la re- (cáns. 941-942); ministro de la expo-
terminar (can. 909); son ministros1 justa causa pueden hacerlo en otro serva vienen detrás de los que tratan sición y bendición eucarística es el
ordinarios de la comunión el obispo,> tiempo dentro del año (can. 920); los de la celebración, para poner de re- sacerdote o el diácono; en casos es-
el presbítero y el diácono; ministro fieles pueden participar en el sacrifi- lieve el vínculo existente entre la peciales pueden exponer y luego ha-
extraordinario es el acólito u otroi ció eucarístico celebrado según cual- conservación y veneración de la euca- cer la reserva de la eucaristía, pero
fiel legítimamente delegado (can.> quier rito católico; lo mismo vale ristía y su celebración. En los lugares sin impartir la bendición, el acólito,
910). para la recepción de la comunión en que se reserva la eucaristía debe el ministro extraordinario de la co-
(can. 923). haber siempre alguien a su cuidado munión u otro fiel delegado por el
y, en la medida de lo posible, en tales ordinario del lugar (can. 943); ajui-
Participación. Procúrese que los Ritos y ceremonias. Adminístrese lugares se celebrará la misa al menos cio del obispo diocesano y atenién-
niños que han alcanzado el uso de la comunión bajo la especie del pan dos veces al mes (can. 934, § 2); no dose a sus órdenes, se pueden hacer
razón estén debidamente preparados solamente o, de acuerdo con las le- está permitido conservar en la pro- las procesiones eucarísticas por las
para recibir la eucaristía y recíbanla yes litúrgicas, bajo las dos especies; pia casa o llevar consigo en los viajes calles públicas, especialmente en la
luego cuanto antes, si están suficien- en caso de necesidad, también bajo la eucaristía, excepto en caso de una solemnidad del cuerpo y sangre del
temente dispuestos, previa confesión la especie del vino solamente (can. urgente necesidad pastoral: en tal Señor (can. 944).
sacramental (can. 914); quien tenga 925); durante la celebración de la caso, obsérvense las prescripciones
conciencia de hallarse en pecado eucaristía y la distribución de la co-
Liturgia en el NCDC 1200 1201 Liturgia en el NCDC

d) Penitencia. La confesión in- dad (can. 1003, § 3); el sacramento ésta debe poner de manifiesto que nas indicaciones sobre los sacramen-
dividual e íntegra, con la absolución, se administra a aquellos fieles que, los esposos se constituyen, partici- tales en general, y luego sobre los
constituye el único modo ordinario tras haber alcanzado el uso de razón, pando de él, en signo del misterio de sacramentales especiales de la litur-
con que el fiel consciente de estar en comienzan a estar en peligro a causa unidad y amor fecundo entre Cristo gia de las Horas y de las exequias.
pecado grave se reconcilia con Dios de enfermedad o de vejez (can. 1004, y la iglesia (can. 1063, 3.°); los cató-
y con la iglesia (can. 960); en ciertos § 1); la celebración del sacramento licos que no han recibido todavía la a) Sacramentales en general. En
casos especiales se puede dar la ab- puede repetirse si el enfermo, una confirmación, deben recibirla antes la administración de los sacramen-
solución general a varios penitentes vez recobrada la salud, contrae nue- de ser admitidos al matrimonio, si tales se deben observar cuidadosa-
sin que preceda la confesión indivi- vamente una enfermedad grave o si, esto es posible sin dificultad grave mente los ritos y las fórmulas apro-
dual (cáns. 961-963); el lugar propio durante la misma enfermedad, el (can. 1065, § 1); para que los esposos bados por la autoridad de la iglesia
para celebrar el sacramento es la peligro se hace más grave (can. 1004, puedan recibir con fruto el sacramen- (can. 1167, § 2); el ministro de los
iglesia o el oratorio; las confesiones §2). to, se les recomienda encarecida- sacramentales es el clérigo provisto
se oyen en el confesonario, a no ser mente que se acerquen a los sacra- de la debida potestad; algunos sa-
que por justa causa se deba obrar de f) Orden. Son tres los grados del mentos de la penitencia y de la euca- cramentales, sin embargo, según lo
otro modo; las normas prácticas re- sacramento del orden: episcopado, ristía (can. 1065, § 2); el matrimonio establecido en los libros litúrgicos y
lativas al confesonario han de fijar- presbiterado y diaconado (can. 1009, se celebra en la parroquia de uno de a juicio del ordinario del lugar, pue-
las las conferencias episcopales; pro- § 1); las órdenes se confieren me- los contrayentes; para que se pueda den administrarlos también laicos
véase, no obstante, a que haya siem- diante la imposición de manos y la celebrar en otra parte se requiere la dotados de las debidas cualidades
pre en lugar visible confesonarios oración consecratoria que los libros licencia del ordinario del lugar o del (can. 1168); las consagraciones y de-
provistos de rejilla fija entre el peni- litúrgicos prescriben para cada gra- párroco (can. 1115); el matrimonio dicaciones pueden realizarlas los
tente y el confesor, a los que puedan do (can. 1009, § 2); la ordenación entre católicos o entre un católico y obispos o los presbíteros a quienes
acceder libremente los fieles que lo se celebra durante la misa, en do- un no católico bautizado debe cele- esté permitido por el derecho o por
deseen (can. 964); los que tienen la mingos o en fiestas de precepto, brarse en la iglesia parroquial; con concesión legítima; puede impartir
facultad de oír confesiones habitual- pero por razones pastorales también la licencia del ordinario del lugar o las bendiciones cualquier presbítero,
mente, tanto por razón del oficio otros días (can. 1010); generalmente del párroco se puede celebrar en otra a excepción de las reservadas al ro-
como por razón de la concesión del se hace en las iglesias catedrales, iglesia u oratorio; el ordinario del
pero por razones pastorales también mano pontífice o a los obispos; el
ordinario del lugar en que tienen el lugar puede también permitir que se diácono puede impartir sólo las ben-
domicilio, pueden ejercer tal facul- en otras iglesias u oratorios (can. celebre en otro lugar conveniente
1011, § 1); fuera del caso de dispensa diciones que el derecho le permite
tad en cualquier parte, a no ser que (can. 1118, §§ 1-2); el matrimonio expresamente (can. 1169); las bendi-
el ordinario del lugar, en un caso por parte de la sede apostólica, en entre católicos y no bautizados se
la consagración episcopal el obispo ciones se han de impartir sobre todo
particular, lo haya prohibido (can. podrá celebrar en la iglesia o en otro a los católicos; se pueden impartir
967, § 2); los fieles, una vez llegados consagrante principal asocia a sí al lugar conveniente (can. 1118, § 3);
menos a dos obispos consagrantes; también a los catecúmenos y, si la
al .uso de razón, tienen la obliga- fuera del caso de necesidad, en la iglesia no lo prohibe, a los no cató-
ción de confesar los pecados graves pero es muy conveniente que junto celebración del matrimonio se deben
con ellos consagren al elegido todos observar los ritos prescritos en los licos (can. 1170); los exorcismos so-
al menos una vez al año (can. 989); bre los posesos sólo puede realizar-
los fieles pueden confesarse también los obispos presentes (can. 1014); libros litúrgicos aprobados por la
para los aspirantes al diaconado y al iglesia o introducidos por legítima los quien tenga licencia especial y ex-
con un confesor de otro rito, legíti-
mamente aprobado (can. 991). presbiterado se requiere el rito litúr- costumbre (can. 1119); las conferen- presa del ordinario del lugar (can.
gico previo de la admisión entre los cias episcopales pueden elaborar ri- 1172).
candidatos a tales órdenes; no están tos propios del matrimonio que res-
e) Unción de los enfermos. En obligados a esto los que, habiendo b) Liturgia de las Horas. Además
pondan a los usos de los lugares y de de aludir a la obligación de celebrar-
caso de necesidad, cualquier presbí- emitido los votos religiosos, forman los pueblos, adaptados al espíritu
tero puede bendecir durante la cele- parte de un instituto clerical (can. la a que están sujetas determinadas
cristiano; estos ritos deben someterse personas (can. 1174, § 1), se invita
bración del sacramento el óleo que 1034). a la revisión de la sede apostólica
se emplea para la unción (can. 999); encarecidamente a los demás fieles a
(can. 1120). que participen en la liturgia de las
se puede hacer la celebración común g) Matrimonio. Entre los distin-
del sacramento para varios enfer- tos medios con que la comunidad Horas, por ser acción de la iglesia
mos, ateniéndose a las prescripcio- cristiana debe ofrecer una conve- (can. 1174, § 2); en la celebración de
3. OTROS ACTOS DEL CULTO DI la liturgia de las Horas obsérvese, en
nes del obispo diocesano (can. 1002); niente asistencia a los fieles en orden
todo sacerdote puede llevar consigo al estado matrimonial se indica tam- VINO. Terminado el tratamiento de la medida de lo posible, el tiempo
el óleo bendito para poder adminis- bién la fructuosa celebración litúrgi- los sacramentos, el CDC, en la parte propio de cada hora (can. 1175).
trar el sacramento en caso de necesi- ca del sacramento del matrimonio: II del libro IV, se ocupa de los demás
actos del culto divino. Damos algu- c) Exequias. Se han de celebrar
Liturgia en el NCDC 1202 1203 Liturgias locales antiguas

según las leyes litúrgicas (can. 1176, el rito prescrito en los libros litúrgi- que corresponde a la sensibilidad Código de Derecho Canónico. Edición anotada,
§ 2), generalmente en la iglesia pa- cos (can. 1229); en los santuarios se eclesial de hoy, determinada por la EUNSA, Pamplona 1983; Variaciones que se
rroquial del difunto (can. 1177, § 1). debe favorecer oportunamente la reforma litúrgica, y en primer lugar han de introducir en las ediciones de los libros
litúrgicos para ajustarlos al nuevo Código de
vida litúrgica, especialmente me- por la índole pastoral-espiritual del Derecho Canónico, en "Phase" 138 (1983) 497-
4. LOS LUGARES Y LOS TIEMPOS diante la celebración de la eucaristía Vat. II, que la quiso. 510; Comentario: ib, 510-515; VV.AA., Nuevo
SAGRADOS. Se habla de ellos en la y de la penitencia, y se deben cuidar Para poder comprender de verdad Código: Comentarios a los cánones sobre litur-
parte III del libro IV. las formas de piedad popular apro- las normas litúrgico-jurídicas del nue- gia, en "Phase" 141 (1984) 181-282; 142 (1984)
285-359.
badas (can. 1234, § 1); los altares vo CDC, hay que leerlas prestando
a) Los lugares sagrados. Son lu- fijos se deben dedicar, y los móviles, atención precisamente al espíritu que
gares que se destinan al culto divino dedicar o bendecir, según los ritos las anima y las vivifica, así como pa-
o a la sepultura de los fieles median- prescritos en los libros litúrgicos rando mientes en su texto y contex-
te la dedicación o bendición prescri- (can. 1237); se deben bendecir los ce- to. La frecuente alusión contenida
ta por los libros litúrgicos (can. menterios eclesiásticos o los sectores en ellas a los libros litúrgicos recuer-
1205); la dedicación de los lugares destinados a los fieles difuntos en los da la necesidad de un conocimien- LITURGIAS LOCALES ANTIGUAS
sagrados le corresponde al obispo cementerios civiles; a falta de tales to adecuado de los mismos, sobre (ORIGEN Y DESARROLLO)
diocesano y a aquellos que se le equi- lugares se ha de bendecir individual- todo de sus preciosas introducciones
paran por el derecho; éstos pueden mente cada sepultura (can. 1240). teológico-litúrgicas, pastorales y es- SUMARIO: I. Liturgias locales, fenómeno his-
dar el encargo de realizar la dedica- pirituales. tórico: 1. Para una justa comprensión de la li-
ción en el territorio propio a cual- b) Los tiempos sagrados. El do- La liturgia aparecerá entonces sario conocerturgia, incluido el rito romano actual, es nece-
quier obispo y, en casos excepciona- mingo, día en que se celebra el mis- sus antecedentes; 2. Sentido de la
como la gran realidad que, profun- "tradición" litúrgica en la antigüedad; 3. Diver-
les, a un presbítero (can. 1206); co- terio pascual, por tradición apos- damente anclada en la fe y alimenta- so grado de desarrollo, diversa suerte de los
rresponde al ordinario la bendición tólica ha de observarse en toda la da por la palabra de Dios (cf can. antiguos ritos locales -11. Fases de la formación
de los lugares sagrados; sin embar- iglesia como fiesta primordial de 836), encuentra su más genuina ex- de un rito local: I. Período de gestación; 2. Tiem-
go, queda reservada al obispo dioce- po de creatividad; 3. Codificación - III. Orígenes
precepto (can. 1246); se cumple el presión en la celebración de los sa- y primeros desarrollos del rito romano: 1. De
sano la bendición de las iglesias; am- precepto de participar en la misa to- cramentos, fuente principal de la san Dámaso a san León Magno; 2. De san León
bos pueden delegar a otro sacerdote mando parte en ella en cualquier vida y de la comunión de la iglesia Magno al papa Vigilio; 3. Codificación del sa-
(can. 1207); en los lugares sagrados parte donde se celebre con rito cató- (cf can. 840). Y alrededor de la es- cramentado romano - IV. Otros ritos latinos: 1.
profanados no es lícito celebrar el En la iglesia africana; 2. El rito ambrosiano; 3.
lico, el mismo día festivo o bien el tructura sacramental, fundamental El rito galicano; 4. El rito céltico; 5. El rito
culto antes de haberse reparado la día anterior por la tarde (can. 1248, para la iglesia, se desarrollarán or- hispánico.
injuria con un rito penitencial a te- § 1); si es imposible participar en la gánicamente las demás estructuras,
nor de los libros litúrgicos (can. celebración eucarística por falta del las cultuales y las que no lo son, en I. Liturgias locales,
1211); en la edificación y restaura- ministro sagrado o por otra causa las que se realiza la iglesia misma.
ción de las iglesias se deben observar grave, se recomienda vivamente que fenómeno histórico
los principios y normas de la liturgia los fieles participen en la liturgia de Las mismas normas litúrgicas, ob-
y del arte sacro (can. 1216); las nue- la palabra celebrada en la iglesia pa- servadas y vividas según su espíritu, 1. P A R A UNA JUSTA COMPREN-
vas iglesias se deben dedicar o al me- rroquial o en otro lugar sagrado se- serán fuente de fidelidad a aquella S I Ó N DE LA LITURGIA, INCLUIDO EL
nos bendecir según las leyes litúrgi- gún las prescripciones del obispo dio- renovación a que se ve continuamen- RITO ROMANO ACTUAL, ES NECESA-
cas (can. 1217, § 1); las iglesias cate- cesano, o que permanezcan en ora- te llamada la iglesia, y de la que ha RIO CONOCER SUS ANTECEDENTES.
drales y parroquias se deben dedicar ción durante un tiempo conveniente sido particular signo providencial el En el estado actual de la liturgia,
(can. 1217, § 2); en las iglesias legíti- personalmente, en familia o, si es Vat. II. cuando en todo el mundo católico
mamente dedicadas o bendecidas se oportuno, en asambleas familiares occidental el rito romano —revisado
pueden realizar todos los actos del (can. 1248, § 2). A. Cuva y reformado varias veces— represen-
culto divino, quedando a salvo los ta un papel preponderante, no es
La larga serie de temas enumera- fácil imaginar cómo se produjo la
derechos parroquiales (can. 1219); dos, considerada en su generalidad,
en los oratorios legítimamente cons- composición de los textos litúrgicos,
puede dar la impresión de que se tra- BIBLIOGRAFÍA: Manzanares J., Principios in-
la consiguiente definición de las es-
tituidos se pueden realizar todas las ta de un conjunto de normas de ca- formadores del nuevo derecho sacramental, en
celebraciones sagradas, a excepción VV.AA., 18 Semana Española de Derecho Ca- tructuras celebrativas y en qué me-
rácter puramente técnico-jurídico. dida hay que relacionar la formación
de las exceptuadas por el derecho o Para superar esta impresión hay que
nónico, Universidad P. de Salamanca, Sala-
por el ordinario del lugar (can. manca 1984, 235-252; Universidad P. de Sala- de la liturgia con circunstancias ecle-
tener en cuenta el espíritu totalmente manca (Facultad de Derecho Canónico), Códi- siales y socioculturales muy precisas.
1225); conviene que los oratorios y nuevo que impregna todas las nor- go de Derecho Canónico. Edición bilingüe
las capillas privadas se bendigan con comentada. BAC 442, Madrid 1983; Universi- Sin embargo, todo el que quiera em-
mas arriba expuestas. Es el espíritu prender un estudio histórico o doc-
dad de Navarra (Instituto Martín Azplicueta),
1205 Liturgias locales antiguas
Liturgias locales antiguas 1204
tiones teológicas y logros culturales tudio, de reflexión personal y de
trinal sobre el misal-leccionario, so- rico nos ha quedado un precioso pa- se han ido acumulando o estratifi- oración.
bre el ritual-pontifical o sobre el li- trimonio de cultura cristiana. Todo cando, y condicionarán ciertamente Sabedores de la dimensión pasto-
bro de las horas no debería ignorar este tesoro de doctrina, que hay que el estilo y las ideas que emergerán en ral de la liturgia, los grandes autores
la trayectoria histórica que han se- adjuntar al corpus de la literatura los productos de la futura escuela componen los textos litúrgicos pen-
guido los textos y los ritos hasta patrística, aunque se emplea sólo en eucológica. sando concretamente en una deter-
llegar a ser incorporados al patrimo- parte mínima en la liturgia viva de Lo que dio el impulso inicial, de- minada comunidad cristiana y, al me-
nio litúrgico de la iglesia de nuestro hoy, nos sirve para profundizar en el nos en una primera fase del período
sentido de los signos sacramentales cisivo, al período de gestación puede
tiempo. haber sido el paso de una lengua a creativo, destinándolos para una fe-
de la iglesia. cha específica. No prevén que esos
2. SENTIDO DE LA "TRADICIÓN" LI-
otra; por ejemplo, del griego al latín,
en Roma. La adopción de una nueva textos se empleen en otras partes y
TÚRGICA EN LA ANTIGÜEDAD. Hay
lengua lleva consigo un intento de en tiempos sucesivos. Por eso la pro-
que aclarar ante todo que en la anti- II. Fases de la formación
güedad no habría sido concebible adaptación al nuevo contexto cultu- ducción de los formularios litúrgicos
de un rito local ral, adaptación no reducible a un es abundante y no está necesariamen-
que el conjunto de normas de tradi-
ción apostólica, sobre las que en un simple trabajo de traducción. te vinculada a una programación glo-
Usamos el término rito restringien- bal del año litúrgico.
primer momento se fundaba la im- do su significado a una de sus posi-
provisación de la / plegaria eucarís- 2. TIEMPO DE CREATIVIDAD. La
bles acepciones: el conjunto de tex-
tica y de otras oraciones sacramen- tos y disposiciones que una determi- aparición del nuevo rito demuestra 3. CODIFICACIÓN. Totalmente
tales, y más tarde la redacción litera- nada iglesia produjo y organizó para que la comunidad cristiana en la que diversa es la actitud de los compila-
ria de los textos litúrgicos, pudiera sí misma al objeto de interpretar y se produce tal fenómeno ha alcanza- dores de los / libros litúrgicos. Estos
concretarse en un repertorio estable- llevar a efecto del mejor modo posi- do un grado de madurez que le per- últimos pretenden establecer para la
cido que hubiera que imponer a to- ble, según las exigencias del momen- mite asimilar de modo peculiar la posteridad el ordenamiento de las
das o casi todas las iglesias cristia- to, las normas de la tradición apos- tradición sacramental apostólica. La celebraciones litúrgicas y textos des-
nas, y mucho menos durante un lar- tólica referentes a la vida sacramen- celebración de la liturgia entraña ya, tinados a tales celebraciones. El que
go período de tiempo. La liturgia de tal de la iglesia. Así podríamos para tal comunidad, una revelación ordena un libro litúrgico demuestra
los primeros siglos, fidelísima a la hablar de divergencias entre el rito de sí misma en cuanto iglesia de tener la idea de una programación
tradición, fue en cierto modo uni- romano y el rito ambrosiano, y de Cristo, aplicada a ejecutar fielmente global de la distribución de los tex-
versal, precisamente porque no se convergencias entre los ritos galica- el mandato del Señor. tos litúrgicos; de todos los textos, y
quería aceptar el hecho de que las no e hispánico. Aunque responde a una necesidad no sólo de los que entran en la com-
normas apostólicas pudieran ser Nos limitamos a tratar de los ritos —a saber: para que la comunidad posición del libro que intenta com-
formuladas definitiva e inalterable- latinos, y más en particular del rito cristiana pueda encontrarse más per- pilar. Este plan de ordenamiento li-
mente. romano, aunque todo lo que dire- fectamente identificada con el modo túrgico presupone un conocimiento
mos genéricamente de la formación de contemplar el misterio de la sal- más o menos completo de las di-
y del desarrollo de los ritos se podría vación—, la empresa de realizar una ferentes tentativas que se han he-
3. DIVERSO GRADO DE DESARRO-
aplicar igualmente a los ritos orien- liturgia propia se concibe también cho precedentemente para enriquecer
LLO, DIVERSA SUERTE DE LOS ANTI-
tales [/ Orientales, Liturgias]. implícitamente como una misión en las celebraciones locales con textos
GUOS RITOS LOCALES. Cuando a par-
el interior de la iglesia católica. Cada nuevos.
tir del s. iv algunas iglesias orienta- Los ritos que alcanzaron en pleni- iglesia local que tenga posibilidades
les, y desde el s. v las iglesias de tud su desarrollo debieron pasar por Tratándose de libros, por ejemplo,
para hacerlo está llamada a enrique- sacramentario, leccionario, antifo-
Roma y de Milán [/ Ambrosiana, Li- tres fases sucesivas: 1) un largo pe- cer con las propias búsquedas y ex- nario..., estructurados según el or-
turgia], dedicaron sus recursos cul- ríodo de gestación; 2) el gran mo- periencias el tesoro de la doctrina den del año litúrgico, la tarea esen-
turales a la formación de una liturgia mento de la creatividad; 3) la hora litúrgica de la iglesia universal.
peculiar, estalló en todo el mundo de la codificación litúrgica. cial del compilador consiste en la
cristiano el fenómeno de las liturgias La verdadera creatividad tiene lu- distribución de los textos eucológi-
locales. Algunas de estas liturgias se 1. PERÍODO DE GESTACIÓN. Sólo gar cuando esa determinada iglesia cos —respectivamente: de las perí-
extinguieron apenas nacidas, otras a posteriori se podrá establecer puede contar con hombres particu- copas bíblicas o de los cantos— se-
no alcanzaron el pleno desarrollo cuánta ha sido la duración de este larmente dotados: escritores que se- gún un calendario preestablecido.
que sus comienzos habrían hecho es- período y cuáles los factores que lo pan expresarse en un lenguaje noble Para la configuración de los libros
perar, y muchas otras, una vez des- han caracterizado. La creatividad, y eficaz, y que sean al mismo tiempo cuyo orden no depende estrictamen-
arrolladas, permanecieron en vigor que inesperadamente estallará en un pensadores capaces de redescubrir te del año litúrgico —por ejemplo,
sólo por poco tiempo. No obstante, determinado momento, no vendrá con ideas nuevas las verdades eter- ritual, pontifical—, el compilador
de aquel particular momento histó- de la nada. Peripecias humanas, cues- nas. Su doctrina será fruto de es- sigue una sucesión lógica de las par-
Liturgias locales antiguas 1206 1207 Liturgias locales antiguas

tes, que obviamente será lógica se- revisión de la versión latina de la Es- institución, los dípticos por la igle- posición de textos variables dis-
gún la mentalidad de su época. critura, que san Dámaso encomendó sia, por la jerarquía eclesiástica, por tintos para cada celebración^ , que
Durante el período de creatividad, a san Jerónimo. los oferentes y para la memoria de se colocarán en diversos puntos del
los autores componían varias misas Dámaso era de origen hispano. los, santos. Ésta es una peculiaridad esquema de la celebración eucarísti-
para una misma fiesta, mientras que Las iglesias de España estaban más exclusiva del rito romano. ca. Una misa completa comprende
omitían componer, o quizá no con- vinculadas a la iglesia de Cartago Una frase de la misma carta cinco oraciones —primera y segunda
servaban, los textos para otras fies- que a la de Roma. En tiempos de ("prius ergo oblationes sunt commen- colecta, super oblata, posteommunio
tas menores. El compilador debe san Cipriano (249-258) tenía ya una dandae, ac tune eorum nomina quo- y super populum— y el prefacio.
colmar estas lagunas del fondo de liturgia latina. No se ha de excluir, rum sunt edicenda") puede referirse La máxima novedad consiste en
los libelli. Se producen así los textos por tanto, que, en la decisión de a la presentación de los dones, que la variabilidad del prefacio. Repre-
complementarios, derivados o adap- adoptar el latín para la liturgia de luego fue integrada en el Te igitur senta una verdadera revolución den-
tados de textos que estaban destina- Roma, Dámaso se haya visto impul- del canon "... uti accepta habeas et tro de la historia de la plegaria euca-
dos a otras celebraciones. sado por la experiencia vivida en Es- benedicas haec dona, haec muñe- rística. También la adopción de ora-
paña, que le había revelado las ven- ra..."), pero podría también repre- ciones variables, breves pero densas
Habitualmente, el compilador se sentar un precedente de lo que pasa-
atribuye el derecho-deber de corregir tajas de una liturgia latina en una de contenido, que insertan en el es-
sociedad latinizada. rá a ser un texto variable típicamen- quema de la celebración eucarística
los textos que incluye en su libro. La te romano: la oración super oblata.
revisión, que puede referirse al estilo la temática del año litúrgico, consti-
Nunca podremos determinar has- tuye una novedad absoluta, que ten-
(pero a menudo también a los conte- ta qué punto el impulso inicial que
nidos), causa siempre graves daños 2. DE SAN LEÓN AL PAPA drá gran repercusión en la forma-
imprimió san Dámaso prefiguró las ción y desarrollo de los ritos latinos.
literarios o doctrinales a los textos características de la futura escuela VIGILIO. Una importante colección
originales. eucológica romana de los ss. vvi. de la producción eucológica romana Hay que recordar que la obra lite-
Sin embargo, el hecho es que las es- de este período se ha conservado pro- raria más importante de san León
tructuras sumamente sintéticas de videncialmente en el códice LXXXV Magno es el conjunto de sus sermo-
las oraciones romanas responden de la Biblioteca Capitular de Vero- nes, destinados a exponer su doctri-
III. Orígenes na, en el cual, entre finales del s. vi y
y primeros desarrollos perfectamente al estilo damasiano de na sobre la actuación del misterio de
los orígenes —lenguaje noble, for- comienzos del vu, alguien transcri- Cristo mediante las fiestas cristianas.
del rito romano bió los libelli missarum del archivo
mas epigramáticas. San León era sin duda consciente de
papal que se habían compuesto des- la originalidad e importancia de su
Para ilustrar históricamente la Entre la plegaria eucarística que de la mitad del s. v hasta la mitad
formación y constitución del rito ro- san Ambrosio (339-397) reproduce contribución: una síntesis teológica
del vi. Reprodujeron el códice, Bian- de la obra de la salvación, fruto de
mano, se hace referencia a los nom- en su De sacramentis (IV, 5, 21-22; chini (1735) y Muratori (1748) como
bres de san Dámaso (366-384), el 6, 26-27) y el canon romano, de fac- su búsqueda personal en la contem-
Sacramentario leoniano; Mohlberg plación de las diferentes fases del
papa Inocencio I (401-417), san tura leoniana (que luego encontrare- (1956), como Sacramentarium vero-
León Magno (440-461), san Gelasio mos en los sacramentarios), hay una año litúrgico, síntesis que iba elabo-
nense. Le faltan los primeros cua- rando progresivamente para respon-
(492-496), el papa Vigilio (537-555) evolución que no es meramente lin- dernos. Con las debidas cautelas crí-
y san Gregorio Magno (590-604). güística. Admitimos, sin embargo, der a las exigencias de su deber pas-
ticas, es preciso recuperar, al menos toral de predicar durante la celebra-
Tendremos que distinguir los diver- con Ch. Mohrmann que uno de los en parte, los textos correspondientes
sos modos según los cuales cada uno aspectos más interesantes de tal evo- ción de la eucaristía.
a epifanía, cuaresma y pascua tomán-
de estos seis personajes contribuyó a lución consiste precisamente en la dolos del Gelasiano, primer intento Si no hubiera existido la tentativa
la formación del rito romano y a su progresiva adopción de un lenguaje romano de codificación. de introducir con mayor claridad e
caracterización en relación con los sagrado latino —terminología y ex- insistencia la teología del año litúr-
demás ritos. presiones provenientes del latín de No se puede excluir que antes de gico dentro de la celebración euca-
los ritos paganos— en la plegaria san León Magno alguien haya com- rística, probablemente no se habría
eucarística de la iglesia de Roma. puesto textos que luego, a su vez, llegado nunca al sistema romano de
1. D E SAN DÁMASO ASAN LEÓN
sirvieron a León como un modelo la variabilidad de las oraciones y del
MAGNO. La noticia del Líber Ponti- La carta del papa Inocencio I al inmediato. Pero lo que es cierto es
ficalis según la cual san Dámaso ha- prefacio. El año litúrgico, que hasta
obispo Decencio de Gubbio, escrita que la obra litúrgica de san León, aquel momento había irradiado la
bría dispuesto que se emplease el la- el 19 de marzo del 416, afirma que por su genialidad, originalidad y
tín en la liturgia de Roma hay que luz de la presencia del misterio de
los nombres deben enunciarse ínter grandeza, fijó de una vez para siem- Cristo sólo a través de las lecturas y
colocarla en el contexto de toda la sacra mysteria. Este testimonio hay pre las características esenciales del
obra de san Dámaso: sus inscripcio- el comentario de las lecturas, ejerci-
que ponerlo en relación con el hecho rito romano. tará su fuerza sacramental también
nes poéticas destinadas a decorar las de que el canon romano insertó, en-
tumbas de los mártires y la obra de Nos encaminamos hacia la com- por medio de la eucología.
tre el prefacio y la narración de la
Liturgias locales antiguas 1208
1209 Liturgias locales antiguas
La rica capacidad creativa que san y a veces inconveniente; por el con-
León Magno desplegó en la exposi- trario, las reflexiones de Vigilio son ción natural basada en el carácter cramentario encontrará allanado el
ción de la teología del año litúrgico moralizantes y espiritualistas. Sin contingente de los textos. camino. El experimento de la codifi-
sirviéndose de los textos eucológi- embargo, debemos considerar como El momento histórico de la com- cación gelasiana ha hecho posible la
cos, lo conduce a otras novedades muy digno de destacarse el hecho de pilación del Gelasiano es de capital decisión de san Gregorio Magno de
estructurales del rito romano: el con- que ambos expresaron en los textos importancia. Probablemente se trata emprender un trabajo de gran en-
junto eucológico inserto entre las eucológicos inquietudes derivadas de del primer caso en la historia, en que vergadura: una nueva codificación
lecturas del AT de la vigilia pascual situaciones muy concretas de su igle- se ha llegado a una compilación li- del sacramentario tras una revisión
(conservado en el Gelasiano, ed. sia local. Es simbólico el ejemplo del túrgica plenamente codificada. de toda la eucología romana.
Mohlberg, nn. 431-442), conjuntos prefacio, que hace referencia al ma- La idea de un liber totius anni cir- Naturalmente, los principios de
eucológicos análogos para las vigi- lestar experimentado por los roma- culi revela la conciencia de que el tal revisión los han dictado las ten-
lias de la ascensión (Veronense, nn. nos al ver, desde lo alto de los mu- año litúrgico está ya sustancialmente dencias personales del mismo san
169-173), de pentecostés (Veronense, ros, cómo los asediantes recogían el constituido. El año litúrgico que, to- Gregorio. Los textos —oraciones y
nn. 187-190; 200-201) y del sábado trigo que los mismos romanos ha- davía en fase de formación, había prefacios— de san León eran quizá
de los grandes ayunos estacionales bían sembrado y cultivado (Vero- impulsado a san León a la composi- muy breves (cf Veronense, nn. 183 y
(Veronense, nn. 192-195; 916-921). nense n. 446). La cuestión resulta mu- ción de los textos, ahora, al conver- 1250; Gelasiano, nn. 458 y 462);
cho más importante si se considera tirse en realidad lograda, conduce a otras veces, por el contrario, eran
San Gelasio y Vigilio compondrán la creación del primer sacramenta-
nuevos textos aceptando los mode- que la temática fundamental del pre- muy desarrollados (cf Veronense,
facio es la historia de la salvación: se rio. Los textos destinados a la cele- nn. 416; 428; 530). El estilo de Vigi-
los dejados por san León. Manten- bración eucarística y a la adminis-
drán el principio de una distribución dan gracias a Dios porque ha salva- lio había sido más regular, con una
do a su pueblo. En este momento se tración de los demás sacramentos se clara propensión a la concisión, tan-
de textos variables en torno a un ca- ordenan sobre la base del calendario
non fijo. Las normas estructurales ve cómo también hechos contempo- to en los prefacios como en las ora-
ráneos que atañen a la comunidad de las fiestas y de los tiempos del ciones (cf Veronense, nn. 533-549;
para la composición de las oracio- año. Se pasa, pues, de los libelli a un
nes, consagradas con la obra ge- cristiana de un determinado tiempo 553-568; 610-619; 626-670).
pueden verse y considerarse como pá- libro bien estructurado, que trata de La primera impresión puede ser
nial de san León, permanecerán en recoger toda la eucología, compren-
vigor. ginas de la historia de la salvación. que el estilo de san Gregorio es bas-
didas las series de oraciones com- tante semejante al del papa Vigilio.
Una novedad que trata de intro- puestas para la liturgia de las Horas.
ducir san Gelasio —quizá él compo- 3. CODIFICACIÓN DEL SACRA- Las oraciones gregorianas son casi
ne la parte central del prefacio en MENTARIO ROMANO. Pocos años des- En el contexto de la codificación siempre de la misma longitud, bre-
forma deprecativa (cf Veronense, nn. pués del pontificado de Vigilio debía gelasiana hay que colocar algunos ves, estructuralmente muy sencillas.
376 y 623)— no será imitada ni se- producirse el primer intento de com- repertorios eucológicos menos origi- Pero, por una tendencia personal del
guida por Vigilio. Otra invención de pilación del sacramentario romano, nales que los otros, que podríamos autor, el tema de las oraciones gre-
san Gelasio —referirse, dentro de los llegando así al llamado Gelasiano. llamar textos eucológicos de autor. gorianas es mucho más abstracto;
textos eucológicos, a hechos contin- San León, san Gelasio y el papa Por ejemplo, alguien compone las ta además la profunda cohesión es-
gentes que atañen a la iglesia o a la Vigilio no se habían limitado a llenar oraciones para la vigilia de pente- tructural que exhibían las oraciones
población de Roma— la aceptará unos formularios preestablecidos. costés (Gelasiano, nn. 618-623) imi- de los autores precedentes.
Vigilio, aunque con las debidas res- En todo caso, la composición de los tando el conjunto leoniano com- Algunos repertorios más típica-
tricciones. Gelasio polemizaba con- nuevos textos llevaba consigo la in- puesto para la pascua (ib, nn. 431- mente gregorianos contienen textos
tra los abusos de las lupercalia, abu- vención de estructuraciones celebra- 442). Remitiéndose a menudo a tex- que pueden considerarse joyas de la
sos en que incurrían también ciertos tivas, de géneros literarios y de argu- tos preexistentes, se llenan las casi- eucología romana, aunque no son pa-
cristianos (cf Veronense, nn. 620- mentos todavía inéditos. El carácter llas correspondientes a la octava de rangonabas a los textos de la tradi-
625). En los textos del papa Vigilio experimental, de verdadera búsque- pascua (ib, nn. 463-515). ción antigua (cf Gregoriano, ed.
se refleja la angustia de la población da, que ha quedado impreso en sus Se establece así un método de com- Deshusses, Ha, nn. 42; 175; 435;
durante un asedio sufrido por la ciu- textos explica que los autores mis- posición de textos litúrgicos que 474). Pero Gregorio, quizá por que-
dad, y la sensación de respiro que mos hayan considerado los propios puede haber tenido precedentes en rer unificar demasiado el estilo de
experimentaron los romanos cuando textos como algo provisional. La las sucesivas reelaboraciones de las todo el sacramentario y rehacer per-
se alejaron los invasores. evolución de León a Gelasio y Vigi- anáforas antiguas, pero que ahora sonalmente todo el cuerpo eucológi-
San Gelasio y Vigilio divergen pro- lio, por la que la eucología se con- se fija un objetivo nuevo: ampliar co, cayó a menudo en el defecto del
fundamente en el modo de tratar los vertía cada vez más en el espejo de los repertorios para llenar todas las formulismo: en el Sacramentario gre-
acontecimientos contemporáneos: el los problemas contingentes de la secciones previstas en la estructura- goriano, un mismo texto se repite,
tono de Gelasio es áspero, agresivo iglesia local romana, era una evolu- ción global del libro litúrgico. idéntico o con poquísimas variantes,
La compilación gregoriana del sa- para celebraciones muy diversas.
Liturgias locales antiguas 1210 1211 Lugares de celebración

En su obra de reelaboración, Gre- a consecuencia del exilio voluntario atención son los himnos, cuyos auto- LUGARES DE CELEBRACIÓN
gorio se sirvió en parte de los textos del alto clero y de parte de la ciuda- res se han beneficiado de una tradi-
de la tradición anterior; pero casi danía milanesa en Genova, vio alte- ción poética local. SUMARIO: I. El marco de la celebración y su
siempre alteró su sentido original, rada y perturbada su segunda fase génesis: I. El templo del Dios viviente; 2. Las
5. EL RITO / HISPÁNICO. El único casas de oración del s. III; 3. El florecimiento de
empobreciendo notablemente su con- (de creatividad): por mucho que en las basílicas cristianas: a) La basílica, b) Los
tenido y lesionando gravemente su él influyera también el Oriente litúr- rito que, después del romano, pudo anejos de la basílica (baptisterio, "martyrium",
expresividad literaria. Con su revi- gico, desde el principio el rito de Mi- desarrollarse según el ritmo conna- torres y campanarios, cementerio); 4. Teología
lán se encontró condicionado por tural de sus tiempos en las tres fases de la basílica: a) La estructura basilical, b) Los
sión de la eucología y con su siste- instrumentos de la celebración (cátedra episco-
matización del sacramentario, san modelos romanos mucho más de de su constitución fue el rito hispá- pal, ambón, altar) - II. Tiempos nuevos, formas
Gregorio pretendía actualizar la li- cuanto lo fueron los otros ritos lati- nico. Cuando se produjo la invasión nuevas: 1. La edad media: a) Evolución de la
nos, en parte porque había sido el de los árabes (711), el arco de su for- celebración, b) Adaptación de los edificios; 2.
turgia de la ciudad de Roma, pero Los tiempos modernos: a) Las orientaciones del
de hecho la redujo culturalmente al primero en erigirse después del ro- mación estaba ya cerrado. La ocu- concilio de Trento, b) Adaptación de las iglesias
nivel de decadencia que era ya tan mano, en parte por la proximidad pación árabe y el consiguiente blo- - III. La legislación del Vat. II: 1. Las prescrip-
sensible en su tiempo. geográfica de Roma, con su ascen- queo de la cultura eclesiástica en ciones del concilio; 2. La renovación de las igle-
sias: a) La instrucción ínter oecumenici, b) El
El Sacramentario gregoriano, so- diente moral sobre Milán, ascendien- España contribuyeron más bien a im- edificio-iglesia, epifanía de la "iglesia" (el marco
bre cuya base se compondría luego te que no se sentía en igual medida en pedir que la liturgia de la España de una celebración comunitaria, el altar único,
las demás sedes mediterráneas. visigótica se desarrollase de forma la sede del que preside, el lugar donde se anun-
el Missale Romanum y que subsiste cia la palabra de Dios, las misas para grupos
todavía como fuente principal del decadente, paralelamente a lo que su- particulares, el culto de la santísima reserva
Se discute sobre la génesis de la cedió al rito romano.
Misal de Pablo VI, no refleja en ab- eucarística, el baptisterio, el lugar de la reconci-
primera codificación, la verdadera- liación).
soluto el verdadero tesoro de la me- mente autóctona, de los libros litúr-
jor escuela eucológica romana. gicos ambrosianos (tercera fase). Los J. Pinell
que han llegado hasta nosotros fue- Los lugares de celebración del cul-
ron sistematizados, sobre la base de to cristiano son múltiples. Han co-
IV. Otros ritos latinos materiales preexistentes, durante el BIBLIOGRAFÍA: Aldazábal J., Influencia de brado, a lo largo de los siglos y
período carolingio, cuando ya no le Gregorio de Elvira y de Justo de Urgel en el en las divergencias de las culturas,
era posible al rito local sustraerse a "Líber Psalmographus" hispano, en VV.AA., formas diferenciadas entre sí, aun
No todos los ritos latinos han po- Fons Vivus. Miscellanea Vismara, PAS-Ver-
dido recorrer plenamente las tres fa- la liturgia franco-romana imperante. lag, Zürich 1971, 143-161; Arce A., Itinerario conservando los mismos elementos
ses [/ supra, II] necesarias para ce- de la virgen Egeria (38I-3S4), BAC 416, Madrid constitutivos. Basílicas romanas; igle-
rrar naturalmente el arco de su evo- 3. EL RITO GALICANO. El rito ga- 1980; Blázquez J.M., Imagen y mito. Estudios sias siríacas y bizantinas, abaciales
lución y constitución. licano comenzó espléndidamente la
sobre religiones mediterráneas e ibéricas. Cris- carolingias y otonianas; catedrales
tiandad, Madrid 1977,467-494: Origen africano de España, de Francia, de Alemania
segunda fase, pero se vio ahogado del cristianismo español; Fernández Alonso J.,
1. EN LA IGLESIA AFRICANA. La de repente por la penetración del rito La cura pastoral en la España romanovisigoda, y de Inglaterra; chozas de ramas en
liturgia que se celebraba en el África romano, que acabó sustituyéndolo. Iglesia Nacional Española, Roma 1955; García la selva tropical..., todas cumplen la
latina desde los tiempos de san Ci- Los diferentes intentos de codifica- del Valle C , Jerusatén, un siglo de oro de vida misma función litúrgica: albergar a
priano de Cartago quedó bloqueada ción, de los que son testimonio sus
litúrgica, Studium, Madrid 1968; Janini, J., Li- la / asamblea de los fieles para la
turgia Romana, en DHEE 2, Consejo S. de In- / celebración de los / misterios. En
por los acontecimientos políticos libros litúrgicos, se vieron faltos de vestigaciones Científicas, Madrid 1972, 1320-
que provocaron el desenraizamiento ese mínimo indispensable de centra- 1324; Pinell J., Liturgia Hispánica, ib, 1303-
el intento de captar sus estructuras
total de aquellas iglesias, sumamente lización que habría hecho posible 1320; Van der Meer F., San Agustín, pastor de fundamentales en la diversidad de
florecientes. Hubo una fase de ges- una constitución más fuerte del mis- almas, Herder, Barcelona 1965. las respectivas formas es oportuno
tación que habría podido desembo- mo rito, dotándolo de una mayor considerar cómo el cristianismo ha
car en un rito local bien constituido. resistencia frente a la invasión ro- suscitado el surgimiento de lugares
Residuos de la desaparecida liturgia mana. Por eso los resultados de la específicos para su culto, y cómo
LITÚRGICO/LITÚRGICA/LI- éstos se han diversificado según las
arcaica de África han sobrevivido en codificación fueron muy dispares. TÚRGICOS
las liturgias de las Galias y de Espa- necesidades de cada lugar y cada
ña. Pero el rito afro-latino en cuanto / A ñ o ; / D e r e c h o ; /Formación; tiempo.
4. EL RITO CÉLTICO. El rito irlan-
tal no pudo pasar de la primera a la dés, en el que se pueden descubrir / Formación... de los futuros presbí-
segunda fase, y obviamente no llegó signos peculiares de una fase inicial, teros; / Libros; / Lengua/Lenguaje; I. El marco de la celebración
nunca a la fase constitutiva. debió cerrarse precipitadamente en /Movimiento; /Objetos; /Orga- y su génesis
una tercera fase, sin haber tenido un nismos; / Pastoral; / Espiritualidad;
2. E L RITO /AMBROSIANO. El período de creatividad autóctona. / Teología; / Traducción; / Vestidu- Cuando se constituyeron las pri-
rito que tuvo a Milán como centro, Los únicos textos propios dignos de ras meras comunidades cristianas, sus re-
Lugares de celebración 1212 1213 Lugares de celebración

laciones con el ambiente religioso del del Dios viviente consistía en su mis- han edificado "amplísimas salas en para reaparecer sólo en la época mo-
entorno no fueron las mismas en el ma asamblea. La comunidad de los que se reúnen para orar". Treinta derna.
mundo judío de Palestina o de la creyentes, local y universal, consti- años más tarde, en vísperas de la Cartago ofrece el primer testimo-
diáspora y en el mundo pagano. La tuye el cuerpo de Cristo, del que gran persecución, el historiador Euse- nio sobre el ambón. Cipriano hace
ruptura con el judaismo se manifestó Juan declara que es el templo del bio testimonia que en todas las re- subir hasta él al confesor de la fe al
pronto en el plano de la fe, ya que el Señor (Jn 2,21). Cuando Pablo afir- giones "se veía una notable afluencia que ha nombrado lector: "Así, do-
universalismo cristiano y la libertad ma: "El templo de Dios, que sois de personas a las casas de oración". minándonos desde aquel podio ele-
de Jesús frente a la ley se mostraron vosotros, es santo" (1 Cor 3,17), ha- A causa de esto, prosigue, "no nos vado, visible para todo el pueblo,
pronto incompatibles con el particu- bla ante todo de cada bautizado; contentábamos ya con las construc- ... proclama la ley y el evangelio del
larismo y el legalismo judío. Pero pero se dirige a la iglesia de Éfeso ciones del pasado, y en cada ciu- Señor" (Ep. 39,4).
los modos de expresión del culto cuando escribe: "... también vosotros dad se erigían amplias e imponentes En varias ocasiones habla Cipria-
siguieron siendo semejantes: los sois coedificados... para ser la habi- iglesias". Por tanto, según Eusebio, no también del altar. Debía de tra-
cristianos de Jerusalén continuaron tación de Dios" (Ef 2,22). Pedro em- hacia el 300 estamos en la segun- tarse de una mesa móvil, de madera,
frecuentando el templo hasta su pleará el mismo lenguaje: "Disponeos da generación de los edificios cris- colocada en el momento de la cele-
d e s t r u c c i ó n en el año 70. Esta de vuestra parte como piedras vi- tianos. bración eucarística, o de una mesa
destrucción, al provocar la desapari- vientes a ser edificados en casa espi- El desierto de Siria ha conservado de mármol idéntica a las mesas que
ción de la liturgia sacrificial, quitó ritual" (1 Pe 2,5). Es al mismo tiem- en Dura Europos, a orillas del se usaban en las casas privadas. En
de en medio un elemento capital de po en la asamblea de los bautizados Eufrates, un testimonio de la prime- el siglo siguiente, Gregorio de Nisa
ruptura entre judaismo y cristianis- y en el corazón de cada uno de sus ra generación de los lugares de culto. dirá que "nada distingue al altar de
mo, lo cual explica la persistencia de miembros donde se ofrece a Dios el Se trata de un edificio construido las losas de mármol con que se revis-
comunidades judeo-cristianas hasta culto en espíritu y verdad. hacia el 230 y que permaneció en ten las paredes de las casas" (PG
la mitad del s. iv. uso durante veinte años. De este 46,581).
Así pues, es comprensible que los
Así también los cristianos conti- cristianos de los dos primeros siglos complejo, de planta cuadrangular
con patio interno, se han sacado a la 3 . E L FLORECIMIENTO DE LAS BA-
nuaron frecuentando las sinagogas, no hayan pensado en construirse lu- SÍLICAS CRISTIANAS. D e l S. IV al VI
que entonces proliferaban (Roma gares específicos para el culto. Una luz el baptisterio y verosímilmente
la sala litúrgica. La pila bautismal todas las provincias del imperio ro-
contaba con trece en el s. i). Quizá amplia sala doméstica bastaba para
poseían sinagogas propias, como está cubierta por un techo de bóveda mano hecho cristiano vieron un gran
acoger a la iglesia local, a la asam- florecimiento de iglesias, que por su
deja entender la carta de Santiago blea de la pequeña grey de los lla- decorado de estrellas, mientras que
(2,2-4: reunión = sinagoga). La vi- en las paredes se representan diver- modelo arquitectónico se llamaron
mados, cuando celebraban la cena basílicas.
vienda de un hermano u otro se eucarística después de haber leído sas escenas bíblicas, entre las que
abría a la comunidad de los creyen- los escritos de los apóstoles. A veces campea la imagen del buen Pastor. a) La basílica. Ésta deriva sin
tes para la oración en común y para parece que se pasaba de una sala a En Dura todo el esfuerzo icono- duda de los palacios reales de Persia,
la fracción del pan, como sucedía en- otra, del lugar de la palabra o del gráfico se concentra en el baptiste- y es la sala de las audiencias del rey
tre los judíos para la comida ritual ágape al de la cena del Señor. Para rio, mientras que ningún elemento o basileus. Gracias a sus característi-
de fraternidad. Con el mundo paga- el bautismo era suficiente reunirse caracteriza la sala destinada para la cas de funcionalidad, estas inmensas
no, por el contrario, la ruptura fue cerca de una corriente de agua o eucaristía. ¿Podemos conocer algo salas de varias naves, sostenidas por
inmediata y total: "¿Qué relación aprovechar las termas privadas. de la disposición interna del lugar pilastras, habían sido adoptadas por
hay entre el templo de Dios y los reservado para la asamblea? el mundo romano, que encontraba
ídolos? Porque nosotros somos tem- 2. LAS CASAS DE ORACIÓN DEL Un directorio siríaco, la Didasca- en su ábside, situado en una de las
plos de Dios viviente" (2 Cor 6,16). S. ni. El s. ni conoció largos períodos lia de los Apóstoles, prescribe que se extremidades, el marco ideal para
Templos, sacrificios y comidas sa- de paz con intervalos de brutales coloque a oriente un sitial para el los tribunales de justicia. La basílica
gradas estaban envueltos en la mis- pero breves persecuciones. Al ampa- obispo, rodeado de otros sitiales ofrecía en el foro un espacio resguar-
ma condena. Los cristianos no te- ro de la paz, los últimos cuarenta para los presbíteros. Así pues, tenemos dado, en el que se podía perorar una
nían, pues, otro marco para su ora- años vieron una gran expansión de aquí atestiguados, desde aquella causa, pero también anunciar las no-
ción común que la asamblea de los la fe cristiana, hasta el punto que época, la orientación del local y el vedades, cerrar negocios o conversar
hermanos. suscitó la sangrienta persecución de lugar de la presidencia. En Dura, los días de lluvia. En los primeros
Diocleciano. Las casas privadas no una peana elevada puede haber siglos de nuestra era, ciertos grupos
1. EL TEMPLO DEL DIOS VIVIEN- bastaron ya para contener a la mul- constituido el escabel del sitial epis- religiosos, como los pitagóricos, ha-
TE. Los fieles de Cristo no erigieron titud de los nuevos fieles. Fue nece- copal. Frente al clero, también para bían escogido el edificio basilical
templo contra templo. Estaban con- sario construir. En el 268, el pagano los laicos había bancos; pero és- como el lugar más apto para sus re-
vencidos de que el verdadero templo Porfirio atestigua que los cristianos tos desaparecieron bastante pronto, uniones iniciáticas.
Lugares de celebración 1214
1215 Lugares de celebración
La adaptación de la basílica al cul- nas; profusión de lámparas, sin olvi-
to cristiano trajo pocas modificacio- dar el esplendor de los pavimentos. da u octogonal. La rotonda, de ori- erigido al lado de las tumbas de los
nes en la planta del edificio. El áb- gen funerario, recuerda que el bau- mártires, pero no sobre las mismas.
side encajaba perfectamente como b) Los anejos de la basílica. La tismo es la muerte y la resurrección Oriente y África ofrecían numero-
sede para la cátedra del obispo y asamblea dominical constituye el vér- en Cristo; el octágono evoca el octa- sos martyria, que conmemoraban no
para el banco semicircular del pres- tice del culto cristiano en la celebra- vo día, el de la eternidad, ya que el sólo el recuerdo de los mártires, sino
biterio. El ambón se erigió al comien- ción de la eucaristía, pero no lo ago- bautismo es también nacimiento a la también el de los grandes ascetas del
zo de la nave principal. El lugar del ta. Sólo los bautizados tienen acceso vida eterna. Pero encontramos asi- desierto y, en Palestina, sobre todo
altar era diverso según las regiones. a la mesa del Señor; por eso el lugar mismo la sala cuadrada, cuyas pare- los lugares teofánicos del AT y del
En Roma, el altar se colocaba prefe- del bautismo recibe una importancia des se amplían en cuatro ábsides. En NT. Los martyria orientales están
rentemente cerca del ábside, entre el primordial. Además, al día siguiente todo caso, estaba excavada en el pa- ordinariamente situados al lado de
clero y el pueblo. En África a veces de la paz constantiniana, cuando por vimento la pila bautismal en función la basílica destinada para la asam-
se fijaba más adelante en la nave, de todas partes se tributaron honores a de la inmersión total o parcial. Se blea eucarística, mientras que Occi-
modo que permitiera a los fieles for- los mártires, los martyria atrajeron descendía y subía a través de gradas. dente optará pronto por su inserción
mar círculo en torno a él. Las dos multitudes de peregrinos a sus reli- La piscina podía medir de dos a cin- en el interior de la misma. Pero ha-
novedades de la basílica cristiana quias. Cada uno de estos lugares co metros de diámetro y un metro brá excepciones por una parte y por
consistieron en la puerta de entrada, marcó duraderamente el ordena- cuarenta centímetros de profundi- otra. Por eso encontramos en Siria
que se abría en frente del ábside en miento de la liturgia. dad. Como se ve en Rávena, el bap- la basílica vieja de San Simeón Esti-
vez de en la pared lateral más larga, Un conjunto monumental único tisterio estaba decorado con la mis- lita, en Qalaat Semán, constituida
y en la frecuente adopción del atrio, pone bien de manifiesto la relación ma suntuosidad que la basílica, tan- por un amplio edificio en forma de
que ofrecía un espacio favorable entre los diversos lugares de la cele- to en la cúpula como en las paredes cruz, en cuyo centro se yergue la co-
para las abluciones, al hallarse inter- bración: es el edificado por Cons- de la sala central. A veces ésta co- lumna en que el santo transcurrió su
puesto entre el mundo exterior y el tantino en Jerusalén, sobre el Gól- municaba con el consignatorium, vida penitente.
lugar de oración. En Siria y en Me- gota, y solemnemente dedicado en el donde los neófitos recibían del obis- A fines del s. vi, san Gregorio qui-
sopotamia se adoptó una disposi- 335 [/ Dedicación, I, 2]. La rotonda po la confirmación, antes de ser con- so unir del modo más íntimo, en el
ción totalmente diversa, que se ins- de la resurrección (anástasis) englo- ducidos en procesión a la basílica Vaticano, basílica y martyrium, de-
piraba en la sinagoga judía. El altar baba el sepulcro de Cristo; una ba- para participar en la eucaristía, co- cidiendo que el altar se erigiera sobre
se colocó en el ábside, vuelto hacia sílica de cinco naves, llamada el ronamiento de su iniciación cris- la tumba del apóstol. Llevó así el
oriente; en el centro de la nave se martyrium, se erigió sobre el lugar tiana. pavimento del ábside a la altura de
erigió una amplia peana destinada a en que se había descubierto la cruz la parte superior de la tumba. Al
los lectores, con el trono del evange- del Señor, mientras la roca del Cal- El "martyrium". En en el s. IV el tiempo que una ventanilla permitía
lio, el sitial del obispo y los escaños vario se dejó al descubierto. En las culto a los mártires estaba todavía seguir viendo el monumento funera-
de los presbíteros. También en la ba- proximidades de la anástasis se unido a sus tumbas en los cemente- rio, dos rampas de escaleras daban
sílica bizantina, sometida más tarde construyó el baptisterio, indispensa- rios suburbanos. Estas tumbas se de- acceso al presbiterio. Esta opción,
a importantes innovaciones arqui- ble para las celebraciones pascuales, coraron con cuidado; posteriormen- destinada a ser imitada en todo el
tectónicas, el altar ocupa el ábside, mientras un amplio porticado deli- te, sobre las más importantes, se Occidente y especialmente en Italia,
mientras que la liturgia de la palabra mitaba el espacio sagrado en torno erigieron basílicas memoriales, los parece haber acarreado como efecto,
se celebra todavía en el que era el al conjunto. martyria, donde se apiñaba la multi- no tan deseado, el de separar ulte-
lugar de la peana siríaca, desapare- tud de los peregrinos en los aniver- riormente al pueblo de los miembros
cida desde hacía mucho tiempo, si es El baptisterio. Al comienzo, los sarios de los santos. En Roma, don- de la jerarquía, que se movían en un
que existió alguna vez. baptisterios tenían asiento en termas de la basílica episcopal lateranense plano más elevado respecto a la
privadas, como en el caso del baptis- con su baptisterio era el lugar habi- nave. Galia, sin embargo, prefirió a
La calidad estética de las basílicas terio lateranense en Roma. Cuando tual de las celebraciones pascuales, menudo situar el presbiterio delante
no resultaba sólo de su estructura, cobraron formas más elaboradas, una constelación de basílicas-mari- de la tumba del santo, a la que se
armoniosa en sus dimensiones, con encontraron una gran variedad de na —San Pedro, San Pablo extra- accedía por un deambulatorio.
la nave de anchura igual a la altura. expresiones. Ciertos baptisterios con- muros, San Lorenzo, Santa Inés,
La belleza provenía sobre todo de su sistían en una serie de pequeñas ha- San Pedro y Marcelino..., por no ci-
fastuosa decoración: los mosaicos bitaciones cuadradas o rectangula- Las torres y los campanarios. La
tar más que las principales— ceñía a basílica cristiana no se vio exenta,
del ábside, del arco de triunfo y de res, integradas en un sistema de de- la urbe como una corona. Las dos
las paredes; el ciborio sobre el altar pendencias adyacentes a la basílica. en el curso de los siglos, de reestruc-
basílicas del Vaticano y de la vía Os- turaciones arquitectónicas. Así es
y las balaustradas alrededor; los cor- Otros eran autónomos. La estructu- tiense servían de cofre a las tumbas
tinones bordados entre las colum- ra más repetida era la de sala redon- como, desde el s. iv, se ve aparecer el
de los apóstoles; las otras se habían crucero. Más tarde, especialmente
1217 Lugares de celebración
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bóveda del ábside se admira la cruz adornada de paños. Evocación del
en Galia, el cruce del transepto y de terio que se desarrolló cerca de la en gloria o a Cristo pantocrátor en trono elevado en el cielo y sobre el
la nave mayor sirvió a menudo de basílica de San Lorenzo. En la edad medio de los santos. El Cordero in- que había "Uno sentado" (Ap 4,2),
base para una torre de planta poli- media, cuando no estaba en vigor la molado y viviente del Apocalipsis la cátedra no es la exaltación de un
gonal o redonda, mientras que en norma de sepultar a los muertos fue- aparece rodeado de doce corderos, hombre, sino la expresión visible de
Bizancio se adornaba con una cúpu- ra de los recintos urbanos, las igle- sus apóstoles; el río de la vida, re- la función del obispo en la iglesia: el
la, y en Siria con torres cuadradas, sias mismas eran lugares de sepultu- presentado por el Jordán, discurre obispo, escribe Ignacio de Antio-
que hacían de marco para la facha- ra, y esto no dejó de provocar abu- en medio de un jardín lujuriante de quía, ocupa el puesto de Dios; los
da. Si bien estas torres no aportaban sos que la ley debió reglamentar. flores y de pájaros. En el centro del presbíteros representan el senado de
nada nuevo desde el punto de vista Pero tanto si está situado cerca de arco triunfal, el trono adornado es- los apóstoles, y los diáconos el servi-
de la celebración, no se puede decir una iglesia o en una zona totalmente pera el retorno de Cristo; a una y cio de Jesucristo (Ad Magn. 6,1).
otro tanto de las que albergaban las distinta, el cementerio sigue siendo otra parte velan los símbolos evan- Por tanto, hay que mirar al obispo
campanas. Éstas son al mismo tiem- un lugar santo. Es objeto de una gélicos con alas irisadas, y los vein- como al Señor mismo (Ad Efes. 6,1).
po una señal de convocación para la bendición solemne en el momento ticuatro ancianos presentan sus co- "Alrededor del trono había veinti-
asamblea del pueblo y un instrumen- de su inauguración. Por mucho ronas. En las paredes laterales se cuatro tronos, sobre los que estaban
to musical que canta la gloria de tiempo los no bautizados fueron ex- despliega la representación de los sentados veinticuatro ancianos ves-
Dios y el reino de Cristo. cluidos de él. Hoy la regla de la hos- acontecimientos principales del AT tidos de blanco y teniendo sobre sus
A partir del s. v, las basílicas co- pitalidad vige también para los muer- y del NT, acercados a menudo en cabezas coronas de oro" (Ap 4,4). A
mienzan a estar dotadas de campa- tos, y los cristianos van a orar en él paralelo para significar la profecía y imagen de los tronos de los ancianos
narios. Los más antiguos, como el al Señor por todos los que descansan su cumplimiento. El conjunto de la y de los tronos prometidos por Jesús
de San Apolinar Nuevo, en Rávena a la sombra de la cruz. decoración subraya el carácter esca- a sus apóstoles, los escaños de los
(s. vi), son de forma cilindrica. Ha- tológico de la liturgia. La liturgia de presbíteros están dispuestos en se-
cia la mitad del s. vin, el papa Este- 4. T E O L O G Í A DE LA BASÍLICA. la tierra anuncia y realiza anticipa- micírculo a los dos lados de la cáte-
ban II construyó uno en San Pedro, a) La estructura basilical. La basílica damente la del cielo. El Cristo que dra episcopal.
pero en aquella época se encuentran presenta dos características: una ar- enseña al pueblo y lo congrega para
por todas partes. Las campanas, que quitectura sencilla y una decoración la cena eucarística es el que fue in- El ambón. Es el heredero de la
sustituyen en Occidente el uso de la interna ostentosamente rica. Vista molado sobre la cruz; pero es tam- "tribuna de madera levantada al efec-
matraca o de la carraca, por las que desde fuera, Santa María Mayor, en bién el Cristo de la pascua y de la to", en que el escriba Esdras "en la
sienten predilección los monjes orien- Roma, es bien modesta si se compa- ascensión, el Señor de la historia, el plaza de la Puerta del Agua" leyó el
tales, añaden un suplemento de fes- ra con Notre-Dame de París; y la principio y el fin de todo. libro de la ley. "Esdras abrió el libro
tividad a la liturgia. Todavía hoy el cúpula de la actual basílica de San a la vista de todo el pueblo, porque
sonido de las campanas —mañana, Pedro es de una imponente majestad b) Los instrumentos de la cele- dominaba a toda la multitud" (Neh
mediodía y atardecer— para el ave- que el edificio construido por Cons- bración. Todos los objetos utilizados 8,4-5). En la basílica, la sencilla pea-
maria marca con una nota cristia- tantino no conocía en absoluto. Sin en la celebración tienden a la misma na de madera se ha convertido en
na el ritmo diario de la vida en los embargo, la belleza arquitectónica evocación: los ornamentos del obis- tribuna de mármol, decorada con
pueblos. de la basílica estriba en la perfección po, de los presbíteros, de los diáco- mosaicos y rejillas, sostenida a me-
de sus volúmenes. La esbeltez de la nos y de los ministros; los lecciona- nudo por columnas esculpidas o ta-
El cementerio. También el cemen- construcción subraya un aspecto de rios y los evangeliarios; las lámparas; raceadas. Nada se ha descuidado
terio es un lugar de la celebración. la iglesia cristiana. Sus filas de co- los cálices y las patenas [/ Objetos para subrayar su importancia. La ra-
Aquí es donde la iglesia envuelve lumnas, sus paredes sencillas, sus ar- litúrgicos/ Vestiduras]. Quizá con- zón es que el pulpito, en el que el
con su oración la sepultura de un maduras a la vista evocan la tienda viene resaltar el cuidado con que se lector deposita el libro, se ha con-
fiel llegado al término de su éxodo. del nómada en el desierto o la sala han dispuesto en la basílica la cáte- vertido en una especie de trono. El
No es posible tratar aquí de la histo- de las asambleas populares. En ellas dra del obispo, el ambón de las lec- diácono abre con respeto el evange-
ria y de la iconografía de los cemen- el pueblo de Dios aprende a ser un turas y el altar, de forma que se ex- liario, en un despliegue de luces y de
terios antiguos de Roma o de Ñapó- pueblo peregrino, y su asamblea do- prese su significado. incienso, al canto del aleluya, por-
les. Señalemos sólo que los cristia- minical semeja una parada en el ca- que el rito es una verdadera teofanía
nos no tuvieron nunca deseo más mino hacia la tierra prometida. La cátedra episcopal. En el centro del Cristo Maestro de verdad.
acariciado que el de descansar ad del ábside, bajo la representación del
Pero el interior de la basílica lanza Cristo glorioso y del trono escatoló- El altar. El de la basílica es de di-
sanctos, es decir, junto a los santos. el destello de sus mosaicos; está ador-
Así es como el martyrium atrae al gico, se yergue la cátedra del obispo, mensiones modestas y de forma cú-
nado de mármoles preciosos y de cor- sitial del que preside y enseña. Se bica, como se puede observar sobre
cementerio, como testimonia en tinones suntuosos, de candelabros
Roma el Campo Verano, el cemen- alza sobre algunos escalones y está el mosaico de San Vital, en Rávena.
colgados de cadenas de plata. En la
Lugares de celebración 1218
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Las mesas móviles del pasado han rios (ss. xi-xin) sigue siendo la de las
dado paso pronto a los altares de basílicas. Hay que esperar al renaci- llenarán internamente de represen- acentuar la clericalización de la li-
piedra. En realidad, si el altar es ante miento para ver el nacimiento de taciones pictóricas que expresan, en turgia. Mientras el pueblo permane-
todo la mesa del Señor, la mesa del una concepción nueva: será la Roma el aspecto festivo de las imágenes y ce en silencio, sólo el clero se hace
cenáculo y de la casa de Emaús, es de las cúpulas. Más allá de los Alpes, de los colores, la certeza de la salva- oír. La celebración eucarística y la
también el símbolo de Cristo, la roca en los países francos y alemanes, ción en Jesucristo. Los ángeles y los salmodia de las horas pasan a ser
viva, de que habla el Apóstol (1 Cor como también en España y en Ingla- santos llegarán a ser palpablemente cometido exclusivo de los monjes,
10,4). Para los cristianos no hay más terra, se elaboran otras formas para compañeros de los creyentes. de los canónigos y de los beneficia-
que un altar, como no hay más que permitir el desarrollo de la liturgia Pero no hace al caso estudiar aquí rios. Las iglesias tenderán, pues, a
un solo templo, Cristo, al mismo de los monasterios y de los capítulos una sucesión de estilos. Lo que im- modelarse en función de las exigen-
tiempo víctima, sacerdote y altar de catedralicios o colegiales, y para res- porta es ver cómo, de la edad media cias de los clérigos y de su como-
su sacrificio. Es el mismo Cristo que ponder también a exigencias inéditas a la época moderna, el modelo de didad.
parece debemos reconocer en el "al- de la piedad cristiana. A partir de la las iglesias se fue adaptando a las Notemos, en fin, que mientras la
tar de oro colocado delante del tro- época carolingia se encuentran a lo exigencias de la liturgia y de la devo- liturgia queda reservada a los cléri-
no" evocado por el Apocalipsis (8,3). largo de las orillas del Rin iglesias ción individual. gos, los edificios del culto, hasta en-
Se comprende entonces por qué el rematadas en agujas (Volwestwerke) tonces poseídos por las comunidades
altar es objeto de tantos signos de e iglesias con doble ábside. Con el 1. LA EDAD MEDIA. La evolución parroquiales, pasan a ser un feudo
homenaje. El sacerdote se acerca a segundo milenio se difunde la bóve- de las formas del culto a partir del en todas las regiones en que, en los
él sólo después de haberse inclinado da, inspirada en las iglesias siríacas s. IX se manifiesta de muchas ma- ss. x-xi, se impone la estructura feu-
ante el mismo y haberlo besado. Al antiguas; el arco de medio punto de neras. dal. La iglesia es propiedad de un
decir de Juan Crisóstomo, está a me- la época románica (ss. xi-xn); luego señor, por la misma razón que lo es
nudo revestido de un velo de oro. el crucero ojival de la ars francigena, a) Evolución de la celebración. el horno o el molino, y el propietario
Un ciborio sostenido por cuatro co- que en el s. xvn se llamará despecti- La primera novedad es la multipli- se comporta en consecuencia, es de-
lumnas de mármol pone de mani- vamente arte gótico. Las iglesias ro- cación de las misas privadas. A la cir, como amo.
fiesto su carácter sagrado. Balaustres mánicas son a menudo de inspira- asamblea dominical y festiva viene a
o colañas taraceadas lo separan del ción monástica, y su penumbra invi- añadirse la misa celebrada por un b) Adaptación de los edificios.
resto de la nave. Símbolo de Cristo, ta al recogimiento. En las iglesias sacerdote por una intención particu- Estas diversas líneas evolutivas no
el altar antiguo no tarda en albergar, góticas, contemporáneas del des- lar: por uno o varios difuntos; por la podían no influir en la construcción
en el momento de su / dedicación, arrollo urbano, los muros hacen salud de un enfermo; en honor de un y en la disposición interna de las
las reliquias de los mártires, asocian- hueco a los ventanales, por los que santo protector. Una de las conse- iglesias. Aunque en Roma se sigue
do al sacrificio de Cristo el de sus entra el sol a borbotones; las vidrie- cuencias de tal innovación es la mul- prefiriendo la planta basilical, esto
testigos. Por eso recibe también su ras de San Denis (París) o de Char- tiplicación de los altares. Hasta en- no se hace sin inconvenientes. Di-
significado del Apocalipsis, donde el tres reflejan los mosaicos de Rávena. tonces se había construido un solo fícilmente habría reconocido san
vidente evoca el altar bajo el que vio Románica o gótica, la arquitectura altar en el mismo edificio, en razón León Magno el noble ordenamiento
"las almas de los que habían sido de estas iglesias es docta, hecha de de su simbolismo: un solo Cristo, un de la basílica de San Pedro en que
degollados a causa de la palabra de cifras simbólicas. El símbolo se ins- solo altar. En adelante los altares solía dirigirse al pueblo, ahora que
Dios y por el testimonio que habían cribe tanto en las esculturas de los van poblando las iglesias: sólo en la la ocupan setenta altares erigidos a
dado" (6,9). La teología de la basíli- capiteles y de los tímpanos como en basílica vaticana se cuentan más de lo largo de las paredes del edificio, a
ca cristiana sólo se comprende a la las estatuas de bulto entero que pue- treinta en el s. xn, y casi setenta en el los pies de las columnas o en verda-
luz del Apocalipsis. blan las fachadas. xvi. deras capillitas insertas dentro de
La transición cultural en los ss. X- una u otra de las naves. Imaginemos
El renacimiento, alimentado de an- la actual basílica de San Pablo, llena
tigüedades, y luego la reforma cató- xi hace la liturgia latina ininteligible
para el pueblo, el cual ya no puede de altares votivos.
II. Tiempos nuevos, lica preferirán los amplios edificios
formas nuevas con nave única, capaz de acoger a asociarse a la celebración con un En otras partes, los altares se co-
una asamblea de fieles ávidos de es- diálogo consciente, comprendiendo locaban en capillas laterales, en pe-
En la mayor parte de las regiones cuchar la palabra de Dios y de forta- los textos leídos o cantados. La li- queños ábsides sacados de las pare-
italianas, la estructura basilical se lecer la propia fe en la asiduidad a turgia se convierte casi en espectácu- des o del crucero, o bien dispuestos
conservó durante todo el medievo, las lecciones de catequesis. La reac- lo, juego sagrado, en que la gente en semicírculo en el deambulatorio.
con algunas variantes, como la sus- ción contra la desnuda austeridad cobrará gusto en descubrir las diver- Éste permitía también acceder a las
del protestantismo estallará en el sas fases de la pasión del Señor. reliquias del santo venerado en la
titución del atrio por el nártex o el
triunfo del barroco: las cúpulas se El retroceso de la participación po- iglesia, colocadas a menudo en el eje
pronaos. La Roma de los campana- central del edificio, en el espacio
pular tuvo como consecuencia el
Lugares de celebración 1220 1221 Lugares de celebración

ocupado antes por la cátedra del jado el ábside, la cátedra pasó al de cofrecillo o de paloma. Donde so- bien de manifiesto como elemento
obispo. lado del altar y no tardaría mucho brevive el ciborio, se cuelga la santa principal del edificio. Los altares se-
El presbiterio experimentó nota- en transformarse en un verdadero reserva en su interior. Habrá que es- cundarios están situados a los dos
bles modificaciones. Se desarrolló trono del obispo-señor feudal. En el perar al s. xvi para encontrar el sa- extremos del crucero o en capillas
ante todo en profundidad, para reci- renacimiento, el trono aparecerá pro- grario fijo sobre un altar, y a más sobre las naves laterales. Cada una
bir los asientos de los monjes o de visto de baldaquino y apañaduras, a tarde todavía para verlo colocado en de estas capillas, dedicada a un san-
los canónigos que celebraban en él imitación del trono regio en el salón el centro del altar mayor. to, constituye un local bien distinto,
el oficio. Puesto que éstos pasaban de gala de las residencias principes- Del s. ix en adelante también el propicio para la celebración de las
mucho tiempo allí, tanto de noche cas. Al sacerdote que celebra la baptisterio experimenta notables mo- misas privadas y para la oración. A
como de día, salmodiando las horas, eucaristía se le reservará un pequeño dificaciones. Éstas vienen inducidas menudo es propiedad de un particu-
se procuró protegerlos del frío, sobre sitial al otro lado del altar. por la praxis ya generalizada de bau- lar o de una cofradía. En cada iglesia
todo en los países de inviernos rigu- La proclamación de la palabra de tizar a los niños pequeños y por la se encuentra la capilla del santísimo
rosos, alzando una pared alrededor Dios en latín no constituía ya una preferencia dada al bautismo por in- sacramento, en la que se desarrolla
del coro. El altar mayor ya no que- enseñanza accesible a todos, sino un fusión en vez de por inmersión, total el culto de la adoración eucarística.
daba visible más que a través de la rito. También el ambón experimentó o parcial. En Italia permanecen ge- Aparecen también muebles nuevos:
puerta central de la parte oeste. To- un doble cambio. En la casi totali- neralmente fieles al uso antiguo del el pulpito, a cierta altura en la nave
davía hoy numerosas catedrales han dad de las iglesias desapareció, sus- baptisterio distinto de la iglesia, si- principal, y los confesonarios, dis-
conservado estas paredes divisorias, tituido por un simple atril, en que el tuándolo a la izquierda de la entrada cretamente alineados en las naves la-
adornadas con esculturas. Sólo la re- subdiácono cantaba la epístola vuel- principal, de forma que signifique terales. La schola se distancia del
novación litúrgica de los ss. xvn- to a oriente, y el diácono el evangelio que el bautismo es la entrada en el pueblo, y se sitúa en una tribuna ele-
xvni llevó a menudo a la supresión en dirección al norte, la región de las pueblo de Dios. Asimismo la anti- vada, mientras el órgano cobra una
del muro de separación entre la nave tinieblas, a la que era preciso dirigir gua rotonda bautismal, caída en des- importancia creciente. La casa del
y el presbiterio. la buena nueva. Pero el ambón co- uso, se convierte en una iglesia aneja pueblo de Dios, que en la edad me-
En el coro, el altar, privado de su noció al mismo tiempo una amplifi- para adoptar su baptisterio. En todo dia daba a menudo cabida a múlti-
ciborio, gana progresivamente el fon- cación exagerada: se colocó por en- caso, la pila a que el catecúmeno ples actividades profanas, se convier-
do, cerca del repositorio de las reli- cima del muro divisorio entre la descendía para la inmersión es sus- te cada vez más en la casa de Dios,
quias, del que representa a menudo nave y el coro, amplia plataforma tituida por un pequeño cuenco, en casa de la oración.
de lejos como el pedestal. El altar adornada de una cruz monumental. forma de copa, sacado ordinariamen-
adquiere además dimensiones más Se accedía a ella por una doble ram- te de un bloque de piedra y decorado a) Las orientaciones del concilio
amplias en comparación con el pa- pa de escaleras. Como el lector de con sumo cuidado: columnas de so- de Trento. En el campo de la liturgia '
sado, de modo que ofrece espacio completas comenzaba pidiendo la porte, escenas evangélicas esculpi- el concilio tridentino subrayó ante
también a la cruz y a los candela- bendición del presidente con la fór- das, caulículos, inscripciones. Pode- todo el carácter sacrificial de la misa
bros, que en adelante constituyen un mula "Jube, domine, benedicere", se mos concluir las consideraciones so- y recordó la dignidad con que hay
duplicado con la cruz y las velas traí- llamaba al ambón jube. A los pies bre los cambios producidos durante que participar en él. A tal fin, el
das en la procesión de entrada. Se áeXjube, por la parte de la nave, ha- la edad media en los lugares de la papa Pío V insertó al comienzo del
habían introducido cambios nota- bía dos altares, puestos a los dos la- celebración aludiendo a la amplitud Missale Romanum un ritual de la
bles en la celebración de la misa. En dos de la puerta de acceso al presbi- adquirida en aquel período por el celebración, en el que el sacerdote
particular, se había difundido am- terio, de forma que se permitiera a fenómeno de las torres, de los cam- encontraba una guía particularizada
pliamente la costumbre, por parte los fieles asistir a misas privadas. panarios y de las agujas. Los campa- de lo que debía realizar. Desafortu-
del sacerdote, de orar vuelto a orien- narios con elegantes bíforas o trífo- nadamente, esta guía se había con-
A partir de los ss. xn-xui adquie- ras son para Italia lo que represen-
te en las iglesias con el ábside orien- ren importancia las custodias euca- cebido ante todo en función de la
tado de esa forma; de suerte que, al tan en los países transalpinos las misa privada; la cantada con minis-
rísticas. El cuerpo de Cristo, en lugar agujas que apuntan hacia el cielo.
hallarse en el altar, el celebrante de conservarlo en la sacristía con vis- tros se consideraba sólo como un su-
daba la espalda a la asamblea, y el tas a la comunión de los enfermos, plemento de solemnidad, mientras
espacio que separaba el altar del áb- se prefiere colocarlo en un nicho ex- 2. Los TIEMPOS MODERNOS. Pese que, por el contrario, representa la
side podía reducirse ulteriormente cavado en el muro y cerrado por una a la diversidad de los estilos, las igle- verdadera asamblea del pueblo de
sin inconvenientes. portezuela. Ésta está a menudo de- Dios alrededor de la mesa del Señor.
sias construidas después del concilio
Esta nueva posición del celebrante corada con columnitas o mosaicos. de Trento presentan todas ellas al- El concilio invitaba a la comunión
había acarreado también el despla- La eucaristía se coloca también en gunas características comunes. La frecuente, pero las rúbricas no pre-
zamiento de la cátedra episcopal y un recipiente suspendido sobre el al- nave es amplia; el presbiterio, más veían la distribución de la eucaristía
de los sitiales de los presbíteros. De- tar y modelado en forma de torre, durante la misa. Los fieles que que-
bien despejado; el altar mayor está
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1223 Lugares de celebración
Lugares de celebración
rían comulgar debían dirigirse a la y estatuas encuadran la pintura o el la mañana, está decorada con parti- tenida en germen en la misma cons-
capilla del santísimo sacramento. grupo de mármol que está sobre el cular esmero. La capilla del Crucifi- titución litúrgica. La razón es que la
Con la teología de la eucaristía, el altar. Anticipado por las modestas cado y la de la santísima Virgen Ma- liturgia edifica "día a día a los que
concilio puso de manifiesto el carác- peanas de fines del medievo, el reta- ría atraen también la devoción de están dentro (de la iglesia) para ser
ter propio de cada sacramento. Me- blo cobra una amplitud cada vez los fieles. templo santo en el Señor", mientras
dio siglo más tarde, el Rituale Ro- mayor y llega a ocupar toda la pared En las capillas o en el fondo de la que presenta "la iglesia, a los que
manum (1614) transvasará la ense- de fondo. Es verdad que a menudo iglesia se divisa un mueble nuevo, están fuera, como signo levantado
ñanza conciliar al ordenamiento de constituye una obra de arte indiscu- el confesonario, que san Carlos Bo- en medio de las naciones" (SC 2).
la liturgia sacramental. Entre todos tible, pero tiene el inconveniente de rromeo contribuyó a difundir. De Las acciones litúrgicas no son, pues,
los sacramentos, el de la penitencia disminuir ante la vista de los fieles la ser simple reclinatorio provisto de "acciones privadas, sino celebracio-
reviste una importancia tanto mayor importancia del altar. Éste se reduce una rejilla para la confesión de las nes de la iglesia"; y "pertenecen a
a los ojos de los padres cuanto que a un simple elemento arquitectónico, mujeres, el confesonario ha pasado todo el cuerpo de la iglesia, lo mani-
ha sido el más discutido por los pro- y la mesa del Señor ya no es recog- a tomar el aspecto de una caseta pro- fiestan y lo implican" (SC 26).
testantes. noscible. Como en los siglos prece- vista de techo y de puerta y equipa-
da con cortinillas para favorecer el Los principios destinados a regu-
El concilio recordó también el va- dentes, el sitial del celebrante se re- lar toda la renovación de la liturgia
duce a un modesto taburete lateral, anonimato. El arte barroco desplegó
lor didáctico de la liturgia, pero in- en él toda su imaginación creadora no podían no tener una repercusión
sistió todavía más en la necesidad de y el lugar de la palabra es un atril profunda sobre la disposición inter-
móvil. Al conservar el uso integral para conferirle un decoro decidida-
una catequesis sistemática de los mente fastuoso. na de las iglesias.
cristianos para fortalecerlos en la fe del latín en la liturgia, el concilio de
católica. El Catecismo del Concilio Trento no ha destacado el valor de Los ss. xvi-xvn ven difundirse la
la escucha de la palabra de Dios. devoción franciscana al Via crucis, y 1. LAS PRESCRIPCIONES DEL
de Trento fue un elemento cardinal CONCILIO. La constitución conciliar
de la reforma postridentina. Si la nave es espaciosa, es para las paredes de las iglesias se adornan
de escenas de la pasión para las ca- sobre la liturgia trata explícitamente
Preocupados por la evangeliza- que se pueda reunir en ella un vasto de la adaptación de los lugares a las
ción de los países de vieja cristian- auditorio alrededor del pulpito. Dis- torce estaciones prescritas.
exigencias nuevas de la celebración
dad como de las tierras recientemen- tinto del antiguo ambón, el pulpito en el c. VII, que está dedicado al
te descubiertas en América y en adquiere una importancia primaria. arte sagrado y a los objetos sagra-
Extremo Oriente, los papas favore- Su uso no está necesariamente vin- III. La legislación del Vat. II
dos. Habla de ello en dos artículos.
cieron el surgimiento de familias re- culado a la liturgia; el diácono no se En el primero se lee: "Al edificar los
ligiosas, como la Compañía de Je- acerca a él para proclamar el evan- La normativa del Vat. II marca
una fecha capital en la historia de la templos, procúrese con diligencia
sús, que no estaban obligadas al ofi- gelio. Se utiliza sobre todo fuera de que sean aptos para la celebración
cio coral. La liturgia perdía así algo la misa, para la catequesis, y espe- estructuración de los lugares de la
celebración. Procede de las normas de las acciones litúrgicas y para con-
del carácter monástico y canonical cialmente para el sermón doctrinal; seguir la participación activa de los
que había cobrado en el medievo. en el s. xvn, éste se convertirá en un establecidas por la constitución Sa-
crosanctum concilium para la parti- fieles "(SC 124).
punto de cita para la sociedad. En
Italia, a los pulpitos monumentales cipación activa del pueblo cristiano El segundo establece: "Revísense
b) Adaptación de las iglesias. en la liturgia: una liturgia jerárquica
Sin embargo, las connotaciones de se prefiere a menudo una amplia tri- cuanto antes, junto con los libros li-
buna, en que el predicador tiene a y comunitaria (SC 26), didáctica y túrgicos, ... los cánones y prescrip-
la enseñanza tridentina que acaba- pastoral (SC 33), en la que "cada
mos de recordar se reflejan en la es- disposición una silla y una mesita ciones eclesiásticas que se refieren a
sobre la que está entronizado el cru- uno, ministro o simple fiel" desem- la disposición de las cosas externas
tructuración de las iglesias construi- peñe la función propia (SC 28) y en
das de aquel período en adelante. cifijo. del culto sagrado, sobre todo en lo
la que "la mesa de la palabra de Dios referente a la apta y digna edifica-
Una amplia nave conduce al presbi- A ambos lados de la única nave, o se prepare con más abundancia para
terio, menos profundo que en el pa- ción de los templos, a la forma y
en las naves laterales, se abren las los fieles" (SC 51), leyéndola en la construcción de los altares, a la no-
sado. Al fondo surge el altar, pero capillas, bien aisladas una de otra lengua propia de cuantos escuchan
éste forma a menudo un solo con- bleza, colocación y seguridad del sa-
para permitir la celebración simultá- la proclamación (SC 54). grario, así como también a la fun-
junto con el retablo y la pared. El nea de las misas con recogimiento.
retablo del altar tiene la función de Estas normas son expresión de cionalidad y dignidad del baptiste-
Muchos altares de estas capillas es- rio, al orden conveniente de las
crear un marco de gloria para la ce- tán dotados también de un retablo una eclesiología que en 1963, cuando
lebración de la eucaristía, como ha- se promulgó la Sacrosanctum conci- imágenes sagradas, de la decoración
que glorifica al santo en cuyo honor y del ornato. Corríjase o suprímase
cía el ciborio de las basílicas. Su con- se han erigido. La capilla del santísi- lium, no se había formulado todavía
cepción es diversa según las regio- completamente en la Lumen gen- lo que parezca ser menos conforme
mo sacramento, en la que se distri- con la liturgia reformada y consér-
nes: columnas, frontones, guirnaldas buye la comunión a lo largo de toda tium (1964), pero que ya estaba con-
Lugares de celebración 1224
1225 Lugares de celebración
vese o introdúzcase lo que la favo- elaborar la instrucción tenían ya
rezca" (SC 128). ante sus ojos un precioso esbozo de ornato de las iglesias para la cele- Por eso "la disposición general del
este capítulo en el esquema aportado bración eucarística" (nn. 253-280). edificio sagrado conviene que se
La adaptación de las iglesias a las Es preferible, en cambio, mostrar
exigencias de la liturgia renovada por la comisión litúrgica preparato- haga de tal manera que sea como
ria del concilio, con fecha del 13 de cómo la transformación de las igle- una imagen de la asamblea reunida,
puede realizarse cualquiera que sea sias manifiesta de manera palpable
el estilo en que se construyeron, ya enero de 1962. Este esquema conte- que consienta un proporcionado or-
nía juntamente los artículos de la fu- el espíritu del Vat. II, su eclesiología, den de todas sus partes y que favo-
que, como afirma también el conci- su teología eucarística y del sacerdo-
lio, "la iglesia nunca consideró como tura constitución y algunas declara- rezca la perfecta ejecución de cada
ciones destinadas a explicitar su cio, su concepción de los ministerios. uno de los ministerios" (OGMR
propio estilo artístico alguno, sino Si la nueva disposición del edificio
que, acomodándose al carácter y las mens. Estas últimas se omitieron en 257).
el texto sometido a los padres de la recuerda la de las basílicas antiguas, Unidad en la diversidad, "pueblo
condiciones de los pueblos y a las esto no deriva de una inclinación ar-
necesidades de los diversos ritos, comisión central, pero en el curso congregado en unidad con su sacer-
del debate los padres mismos reca- queológica, sino del hecho de que, dote", según la expresión de san Ci-
aceptó las formas de cada tiempo... con el Vat. II, la iglesia del s. xx,
También el arte de nuestro tiempo y baron su comunicación. Ahora bien, priano (Ep. 66,8): ¿no es quizá éste
una de estas declaraciones se refería enraizándose más profundamente en uno de los temas fundamentales de
el de todos los pueblos y regiones ha la tradición de los padres, ha redes-
de ejercerse libremente en la iglesia, a la revisión de la disciplina canóni- la Lumen gentium? El lugar propio
ca concerniente al arte sagrado. Se cubierto el tipo de celebración cuyos del sacerdote y de sus ministros debe
con tal que sirva a los edificios y artífices fueron ellos.
ritos sagrados con el debido honor y trataba en ella del buen ordenamien- ser distinto del de los fieles, para
reverencia" (SC 123). to de las iglesias para la sinaxis euca- "poner de relieve la disposición je-
rística, de los sitiales para la presi- b) El edificio-iglesia, epifanía de rárquica y la diversidad de ministe-
Era el lenguaje usado ya por san rios" (OGMR 257); pero la unidad
Pío X y por Pío XII. Aquí se ofrece dencia, del altar mayor y de los alta- la "iglesia". El marco de una cele-
res secundarios, de la conservación bración comunitaria. Mientras que del presbiterio con la nave deberá
un vasto programa a los arquitectos percibirse también, ya que sacerdote
y a los decoradores del mundo ente- de la eucaristía, del ambón, del lugar la misa descrita en el Missale triden-
para la schola y del lugar para los tino era la misa celebrada por un y ministros forman con los fieles un
ro. Estamos lejos del s. xix francés, solo pueblo de los bautizados. Se
alemán o inglés, según el cual el me- fieles, del baptisterio, de los confe- sacerdote acompañado de su minis-
sonarios, de las imágenes sagradas y tro, sin referencia a la presencia de evitará particularmente todo lo que
dievo había creado un estilo cristia- podría impedir a los fieles la vista
no, mejor adaptado que ningún otro del arte funerario. Era ya todo el pro- los fieles, la liturgia de la misa del
grama de la ínter oecumenici. Misal del Vat. II comienza con estas del altar y del ambón: la ausencia de
para las celebraciones de los miste- comunicación ocular provoca una
rios; lejos de la época en que se in- palabras: "Reunido el pueblo, mien-
Con la aparición del documento tras entra el sacerdote con sus minis- ruptura en la celebración. Se evitará
tentaba, en América, en Asia y en surgieron por doquier iniciativas además separar demasiado la schola
Europa, construir con enorme dis- tros, se da comienzo al canto de en-
para adaptar las iglesias a las nuevas trada" (Rito de la misa con el pue- de la asamblea. Es necesario que los
pendio iglesias de imitación, góticas exigencias de la celebración. Ordi- cantores puedan orar con sus her-
o románicas, en las que no faltase ni blo, rúbrica inicial; cf OGMR 25).
nariamente se contentaron, al co- La SC había declarado ya que "la manos, escuchar con ellos la palabra
una agujita ni un arcaduz. mienzo y muy justamente, con un de Dios, acercarse juntos a la mesa
principal manifestación de la iglesia
moblaje provisional: se colocó un al- se realiza en la participación plena y del Señor (cf OGMR 274).
2. LA RENOVACIÓN DE LAS IGLE- tar móvil a la entrada del presbiterio activa de todo el pueblo santo de
SIAS, a) La Instrucción "ínter para que el sacerdote pudiera cele- Dios en las mismas celebraciones li-
oecumenici". Los padres habían pres- brar vuelto a la asamblea; el ambón El altar único. La constitución li-
túrgicas, particularmente en la euca- túrgica hace alusión al "unum alta-
crito que las adaptaciones reglamen- de la palabra sustituyó al pulpito ristía, en una misma oración, junto
tarias se efectuaran "cuanto antes". para las lecturas y la homilía; se bus- re" (SC 41). Una celebración comu-
al único altar, donde preside el obis- nitaria restituye al altar mayor su
Se les obedeció a la letra. De hecho, có la mejor colocación para el sitial po rodeado de su presbiterio y mi-
el 26 de septiembre de 1964, el orga- del celebrante principal, a fin de que puesto principal. Por eso "los altares
nistros" (41). Igualmente había en- menores sean pocos, y en las nuevas
nismo constituido para la aplicación éste resultase bien visible, pero sin señado que en la concelebración "se
de la SC publicaba, por mandato del aparecer demasiado distante de los iglesias, coloqúense en capillas que
manifiesta apropiadamente la uni- estén de algún modo separadas de la
papa Pablo VI, la importante ins- fieles, dado que juntos constituyen dad del sacerdocio" (57). He aquí,
trucción ínter oecumenici (AAS 56 el pueblo de Dios. nave de la iglesia" (OGMR 267). Se
pues, el objetivo al que debe aspirar vuelve, pues, a la concepción de los
[1964] 877-900), cuyo c. V se titula: No vamos a recoger aquí las di- el diseño de la iglesia: una liturgia
"La construcción de las iglesias y de primeros siglos, a la que el Oriente
rectrices de la instrucción. Basta solemne concelebrada por los sacer- ha permanecido siempre fiel. Ni si-
los altares de modo que facilite la consultar su texto, que ahora se lee dotes, rodeados por los diáconos y
participación activa de los fieles" quiera la reserva eucarística requiere
en la Ordenación General del Misal por los demás ministros, con la par- un altar especial. Simplemente, "el
(90-99). Los expertos encargados de Romano, en el c. V: "Disposición y ticipación unánime de la asamblea. santísimo sacramento se pondrá... o
Lugares de celebración 1227 Lugares de celebración
1226
en algún altar o fuera del altar, en que cada uno ocupa un puesto de- nifiesto "la dignidad de la palabra
10). Por tanto, no debería asombrar- terminado, es necesario prestar aten-
una parte más noble de la iglesia, nos el hecho de que la celebración de Dios" y favorecer su anuncio.
bien ornamentada'YOGMT? 276). La ción a que no resulte difícil "la co- Será el lugar "hacia el que, durante
de la eucaristía vueltos al pueblo municación entre el sacerdote y la
unicidad devuelve al altar toda su haya entrado en pocos años en el la liturgia de la palabra, se vuelva
fuerza simbólica. Construido ordi- asamblea" (OGMR 271). espontáneamente la atención de los
uso universal.
nariamente en piedra (OGMR 263), La / concelebración plantea un fieles" (OGMR 272).
El Misal no trata sobre el modo problema particular. El celebrante
el altar es el icono más santo, pues de valorar el carácter sagrado del al-
representa a Cristo, fuente que mana principal ocupa el primer puesto, Las misas para / grupos particu-
tar. Conviene, sin embargo, que, "se- pero no debería estar demasiado ais- lares. Aun dedicando la máxima
vida, como la roca golpeada por gún las diversas tradiciones y cos-
Moisés en el desierto. "El altar, en el lado de los demás celebrantes. En atención a la disposición de las igle-
tumbres de los pueblos" (OGMR efecto, la concelebración no comien- sias en función de la participación
que se hace presente el sacrificio de 264), se procure crear un marco de
la cruz bajo los signos sacramenta- za en la plegaria eucarística; la par- activa de los fieles en la eucaristía, el
decoro en torno a la celebración del ticipación de los concelebrantes en Misal Romano no ignora, sin em-
les, es, además, la mesa del Señor...; memorial de la pascua de Cristo,
es también el centro de la acción de la liturgia de la palabra es parte inte- bargo, la misa celebrada "sin el pue-
como contribuían a crearla, en los grante del rito en su conjunto. Es el blo" (cuyo rito describe), ni las misas
gracias que se realiza en la eucaris- siglos pasados, el ciborio, el retablo
tía" (OGMR 259). El simbolismo del conjunto el que manifiesta la unidad celebradas para grupos particulares,
fastuoso, los balaustres, los cortino- del sacerdocio. de las que se ocupa la instrucción
altar tumba de los mártires no des- nes preciosos y las lámparas.
aparece, pero ya no es esencial. Se Actiopastoralis (AAS61 [1969] 806-
conservará el uso de encerrar en él El lugar donde se anuncia la pala- 811) (A. Pardo, Liturgia de la euca-
La sede del que preside. En lugar ristía, col. Libros de la comunidad,
las reliquias de los santos, si se juzga del trono episcopal con baldaquino bra de Dios. "En la liturgia Dios ha-
oportuno, pero a condición de que bla a su pueblo; Cristo sigue anun- Paulinas, etc., Madrid 1979, 199-
blasonado, y del taburete en que el 203). Es evidente que el lugar de la
"conste con certeza la autenticidad sacerdote se sentaba entre el diácono ciando el evangelio" (SC 33). Es,
de tales reliquias" (OGMR 266). pues, importante que la asamblea de presidencia y el de la palabra deben
y el subdiácono, tenemos el sitial del adaptarse a las circunstancias. Así,
obispo o del sacerdote. Su coloca- los bautizados se ponga a la escucha
Mesa del Señor como es, el altar de la palabra, la comprenda y res- "fuera del lugar sagrado, sobre todo
no requiere grandes dimensiones. ción debe expresar el cometido del si se hace en forma ocasional (la ce-
celebrante, que es el "de presidente ponda a ella con sus cantos. La fa-
Desde el momento en que la cruz y cultad de adoptar la lengua del pue- lebración eucarística) puede también
los candelabros pueden colocarse de la asamblea y director de la ora- celebrarse sobre una mesa decente,
ción" (OGMR 271). La mención de blo ha hecho posible este retorno a
también fuera del mismo (OGMR las fuentes de la liturgia cristiana. usándose siempre el mantel y el cor-
269-270), basta que su superficie la presidencia se encuentra ya en la poral" (OGMR 260). "No existe nin-
pueda acoger, además del misal, las descripción de la liturgia dominical La importancia de la proclama-
ción de la palabra de Dios por parte guna obligación de tener una piedra
formas necesarias para la comunión hecha por san Justino hacia la mitad consagrada... en la mesa sobre la
y los cálices destinados a la concele- del s. n (Apología I, 67). "El que del ministro y de su recepción por
parte de la asamblea tiene como co- que, en forma ocasional, se celebra
bración. preside" es también el que enseña y la misa fuera del lugar sagrado"
el que ofrece el sacrificio. Él habla y rolario la valoración del lugar desde
En fin, el altar deberá estar dis- el que se anuncia la palabra. Se im- (OGMR 265).
puesto de modo que "se le pueda ro- obra en nombre de Cristo y con su
autoridad. Cristo está presente en él, ponía obviamente abandonar el atril
dear fácilmente" (para la incensa- móvil y volver a la antigua peana El culto de la santísima reserva
ción), y sobre todo "la celebración como remacha la constitución litúr-
gica (SC 1). elevada desde la que el lector es visto eucarística. Fuera de la celebración
se pueda hacer de cara al pueblo" y oído por todos, o ai ambón de las del memorial del Señor, la santísi-
(OGMR 262). Así es como sacerdote La sede del obispo o del sacer- antiguas basílicas desaparecido en el ma eucaristía es objeto de culto co-
y fieles son verdaderamente "circums- dote debe, por tanto, realzarse del medievo. Su necesidad apremiaba mo sacramento permanente. La ins-
tantes", de pie alrededor del altar (ca- modo que mejor cuadre con la es- tanto, que reapareció en las iglesias trucción Eucharisticum mysterium
non romano). Entonces es cuando tructura del edificio. La solución an- antes que se publicara la instr. ínter (AAS 59 [1967] 539-573) (A. Pardo,
se manifiesta en plenitud la armonía tigua, que situaba la cátedra al fon- oecumenici, es decir, cuando se co- o.c, 167-198) expone los fines para
entre el sacerdocio ministerial de los do del ábside, no es necesariamente menzó a proclamar la lectura en los que se conserva la eucaristía y
presbíteros y el sacerdocio común de la mejor hoy, con una asamblea más lengua hablada (cuaresma de 1964). recomienda la oración ante el santí-
los fieles, puesta de manifiesto por bien estática. En tiempos de Agus- simo sacramento. Luego describe el
la LG: "Aunque diferentes esencial- tín, la gente se agolpaba alrededor Teniendo presente la estructura de
cada iglesia, el ambón "debe estar lugar donde conservarla. Coheren-
mente y no sólo en grado, se orde- del obispo y de su sitial sobreeleva- temente, el Misal recomienda "que
nan, sin embargo, el uno al otro, do, para no perder una palabra suya; colocado de tal modo que permita al
pueblo ver y oír bien a los minis- el lugar destinado para la reserva
pues ambos participan a su manera luego le acompañaba cuando des- de la santísima eucaristía sea una ca-
del único sacerdocio de Cristo" (LG cendía al altar. En nuestros días, en tros". Deberá siempre poner de ma-
Lugares de celebración 1228 1229 Lugares de celebración

pilla adecuada para la adoración y El lugar de la reconciliación. Se- la comodidad de los fieles, lo mismo uso del altar, de la sede y del ambón, en "Ora-
la oración privada de los fieles" gún el Ritual de la Penitencia, co- que se tienen en cuenta en los sitios ción de las Horas" 2 (1981) 35-39; Ellugardela
(OGMR 276). No conviene, en efec- normales de reunión" (OGMR 280). asamblea, ib, 4 (1983) 101-116; El baptisterio,
rresponde a las conferencias episco- ib, 9 (1984) 272-278; 2 (1985) 37-42; 4 (1985)
to, conservar el santísimo sacramen- pales "determinar normas concretas Estas adaptaciones concretas mani- 123-129; El lugar de la reserva eucarística, ib, 2
to sobre el altar mayor porque la en cuanto al lugar apto para la ordi- fiestan el enraizamiento de la casa (1984) 41-48; 7-8 (1984) 217-222; Farnés F.-
presencia eucarística de Cristo sobre naria celebración del sacramento de de Dios entre las viviendas de los Aldazábal J., El lugar de la celebración, "Dos-
el altar no debería preceder a la la penitencia" (38, b). Si nos atene- hombres. siers del CPL" 14, Barcelona 1982; Filthaut Th„
apertura de la celebración, sino, al mos al modo como el Ritual descri- Los cementerios como lugares de proclamación,
[/ Arquitectura; / Arte; / Cele- en "Concilium" 32 (1968) 237-246; Martimort
contrario, coronarla. La presencia be el desarrollo de la reconciliación bración; / Iglesia y liturgia; / Dedi- A.G., Los lugares sagrados, en La iglesia en
del Señor en la asamblea en oración, individual de los penitentes, el lugar cación de iglesias y de altares; oración, Herder, Barcelona 19672, 205-213; Pa-
en el sacerdote celebrante, en la pro- escogido debe facilitar la toma de / Mass-media]. lacios M., El altar y sus servicios "de sacra su-
clamación de la palabra, prepara contacto personal y el diálogo entre pellecúle", en "Liturgia" 19 (1964) 269-292; Al-
para acoger su presencia sustancial el sacerdote y el fiel, permitiendo a P. Jounel tar, sede, ambón, ib, 20 (1965) 5-20; Righetti
M., Historia de la liturgia 1, BAC 132, Madrid
en el signo del pan y del vino (SC 7). uno y otro adoptar la postura más 1955, 382-504; Savioli A., La última morada de
conveniente: de pie, sentados, de ro- los cristianos difuntos, en "Concilium" 32 (1968)
El baptisterio. Según la instruc- dillas. Más bien que proponer para BIBLIOGRAFÍA: De Aguilar J.M., Lugar y sede 223-236: VV.AA., Escenario de la celebración
ción ínter oecumenici, "en la cons- la confesión un lugar oscuro de la para la celebración del sacramento de la Peni- eucarística, en "Phase" 32 (1966); VV.AA., Las
iglesia, conviene escoger para ella un tencia, en"Ara"44(1975)44-5l; Diekmann G., casas de la Iglesia, ib, 111 (1979) 177-269. Véase
trucción y ornamentación del bap- El lugar de la celebración litúrgica, en "Conci- también la bibliografía de Arquitectura, Arte y
tisterio procúrese diligentemente po- espacio discreto, pero bien a la vista. Signo ISímbolo.
lium" 2 (1965) 67-110; Farnés P., Sobre el buen
ner de relieve la dignidad del sacra- En este espacio, delimitado si es pre-
mento del bautismo, y que el lugar ciso por una barandilla, se colocará
sea idóneo para las celebraciones co- por una parte una mesita con dos
munitarias" (n. 99). Convendría di- sillas, para el coloquio entre el
señar una verdadera sala bautismal, sacerdote y el penitente, y por la
que pudiese servir también para los otra un asiento con rejilla y reclina-
escrutinios del catecumenado de torio.
adultos [/ Iniciación cristiana, IV, El Misal no se detiene mucho so-
1]. Se podría también disponer la in- bre la decoración de las iglesias. Se
serción del baptisterio en la iglesia limita a recordar la legitimidad del
misma, en cabecera de una nave la- culto a las imágenes del Señor, de la
teral o bien en la nave única, a la b. / Virgen María y de los / santos,
derecha o a la izquierda, con tal que si bien recomendando que el número
el área del baptisterio sea netamente de tales imágenes no sea excesivo "y
distinta del presbiterio y esté sobre que su disposición... no distraiga la
un plano más bajo respecto a éste. atención de los fieles de la celebra-
Esta elección conviene particular- ción" (OGMR 278). Mosaicos y pin-
mente para la celebración del bau- turas, vidrieras y esculturas han en-
tismo durante la misa dominical. riquecido enormemente la belleza de
La liturgia habla de la fuente bau- las iglesias en el pasado. Hoy, como
tismal. En ciertas iglesias se ha vi- ha enseñado el concilio, todas las cul-
sualizado esta idea del baptisterio- turas están invitadas a expresarse en
fuente haciendo que brote un verda- la creación de un sistema decorativo
dero chorro de agua manantial. ¿No que sepa evocar la liturgia del cielo.
es acaso ésta el agua viva prometida Pero el mismo edificio sagrado
por Jesús a la samaritana? ¿Y no fue hay que situarlo en un conjunto más
en el agua-manantial donde la iglesia vasto, que va más allá del campo de
bautizó durante siglos? Nada se opo- la liturgia, para invadir el antropo-
ne a tal opción, desde el momento lógico: "Una oportuna disposición
en que fuera del tiempo pascual el de la iglesia y de todo su ambiente...
sacerdote bendice el agua inmedia- requiere que... se prevean además to-
tamente antes del uso. das las circunstancias que ayudan a
1231 MMNK media

mite un menor distanciamiento crí- turas comunitarias de las iismnblcas


tico durante el espectáculo que la te- eclesiales); c) relación lainilin valo-
levisión, con su pantalla mucho más res: en Occidente la televisión luí
pequeña, sus imágenes mucho me- transformado la diversión comercial
nos definidas, etc. Resultó claro, en en objeto de consumo doméstico,
fin, que el uso frecuente de tales ins- trastornando la vida familiar y ati o-
trumentos produce nuevos hábitos pellando el diálogo que no eslé
de percepción: en particular, en sen- mediado por instrumentos técnicos,
tido negativo, suscita una alergia por mientras el uso difundidísimo del
el discurso abstracto y de carácter transistor, incluso en la sociedad con
lógico; en sentido positivo, hace na- bajísima renta per cápita, afecta a
cer una nueva sensibilidad y apertu- las raíces de su cultura y pone en
MARÍA campo de la comunicación humana ra al lenguaje simbólico y al com- crisis las instituciones tradicionales
fue invadido por los llamados mass portamiento mítico-ritual'. para la transmisión de las ideas (sin
/ Virgen María media (los principales son la prensa, excluir las adoptadas por las iglesias
el cine, la radio y la televisión, aun- cristianas y por el islam)2.
2. EN EL PLANO SOCIAL. Los
que otros muchos medios pueden
considerarse tales), los cuales trans- efectos socioculturales de los mass
formaron la comunicación humana media van más allá de la suma de las 3. EN EL MAGISTERIO DE LA IGLE-
en comunicación social. Durante de- transformaciones psicológicas indi- SIA. En la perspectiva pastoral del
cenios, la atención y la preocupación viduales. Citamos tres, que ponen de Vat. II, el decreto ínter mirifica
MASS MEDIA de las autoridades-civiles y eclesiás- manifiesto su ambivalencia: a) rela- (1963) definió el uso de los medios
ticas se centraron sobre todo en los ción ricos-pobres: la transmisión casi de comunicación social como un de-
SUMARIO: I. Importancia e influjo de los contenidos vehiculados por los nue- instantánea de noticias sobre cuanto ber para la iglesia (n. 3). La instruc-
"mass media" hoy: 1. En el plano psicológico; vos media, y particularmente por sus acontece en cualquier parte de la tie- ción pastoral de la Pontificia comi-
2. En el plano social; 3. En el magisterio de la
repercusiones morales; pero con el rra podría promover el desarrollo de sión para las comunicaciones socia-
iglesia - II. Relaciones de esta problemática con una conciencia planetaria y de la so-
la liturgia: 1. Imagen y palabra; 2. Iconografía tiempo cobraron un relieve cada vez les Communio et progressio (1971),
cinética: a) Simbolismo tecnológico, b) Veloci- mayor las implicaciones —sea de ín- lidaridad humana; pero sólo las na- que complementa al decreto conci-
dad y silencio, c) Perspectiva móvil - III. Cómo
dole psicosociológica, sea en orden ciones tecnológicamente más avan- liar, ha indicado las estructuras idó-
han recibido los "mass media" la reforma litúr- zadas han podido adueñarse de los
gica: 1. Reflejándola; 2. Comentándola - IV. a la evangelización— de la forma (o neas para la puesta en práctica de
Cómo valora o podría valorar la reforma litúr- formas) de la comunicación llevada llamados mega-media, como los sis- este deber (nn. 126-134), aludiendo
gica la aportación de los "mass media": experi-
a cabo a través de los medios mecá- temas de comunicación vía satélite particularmente a la liturgia, cuando
mentos y perspectivas: 1. Los "group media"; 2. (que, por lo demás, hacen posibles
Para un ambiente festivo; 3. Homilías audiovi- nicos y electrónicos. exhorta al uso de los mass media
suales - V. Los problemas de las transmisiones las transmisiones litúrgicas en mun- que "permiten a los cristianos inter-
radiotelevisadas de las acciones litúrgicas: 1. dovisión); b) relación ciudad-campo: venir, a pesar de las distancias, en
Mostrar honestamente; 2. Presencia y partici- 1. EN EL PLANO PSICOLÓGICO. A l el desarrollo de la telemática hace
pación - VI. Valoraciones conclusivas: 1. Una
comienzo aparecieron constatacio- las solemnes ceremonias de la igle-
aventura apenas iniciada; 2. Técnica, teología, posibles las fábricas difusas típicas
nes genéricas; por ejemplo, que una de las grandes empresas multinacio- sia, y así la comunidad cristiana en-
arte.
forma de comunicación que impli- nales, los cursos universitarios a dis- tera se siente más estrechamente uni-
caba un soio sentido —la vista o tancia, la rápida consulta de la opi- da" (n. 128). La Pontificia comisión
I. Importancia e influjo bien el oído— provoca una expe- nión pública en las determinaciones para las comunicaciones sociales, ins-
de los "mass media" hoy riencia de participación menos total de ciertas decisiones políticas, etc.; tituida con el motu proprio In frite*
que una forma que actúe sobre la pero en el tercer mundo se agravan tibus multis, de Pablo VI (2 de abril
En cualquier acto de comunica- estructura psíquica del hombre casi los problemas humanos causados de 1964), en ejecución del voto con-i
ción humana, o sea, en la jerga de en su integridad, como hace el cine. por las presiones que cada vez con ciliar expresado por 1M 19, tiene la ,
sus teóricos, en la transmisión de un Las observaciones se fueron hacien- más fuerza impulsan a la concentra- tarea de ayudar a los episcopados \
mensaje, un factor determinante es do poco a poco más específicas: el ción de las actividades productivas, locales a promover el interés de los
siempre, junto con el emisor, el re- cine, por exclusión de cualquier otro educativas y políticas en los restrin- fieles por toda la problemática de
ceptor y el contexto físico-social, el objeto que no sea la gigantesca ima- gidos espacios urbanos en que se han los mass media, entre otras cosas
médium empleado. Cambiado el mé- gen proyectada sobre la pantalla, instalado modestos sistemas de co- con la celebración, señalada para el
dium, se transforma la relación hu- por el aislamiento psicológico del es- municación moderna (con gravísi- domingo entre la ascensión y Pente-
mana. Es lo que sucedió cuando el pectador en la sala oscura, etc., per- mas repercusiones en las infraestruc- costés, de una jornada mundial de
las comunicaciones sociales (querida
Mass media 1232 1233 Mass media

por IM 18), para la que el papa pro- la misma luz eléctrica en las iglesias espectador se identifique con el ob- de las pequeñas comunidades parro-
pone un tema específico cada año 3 . era acogido con cautela por la Con- jetivo de la máquina de toma: ésta se quiales y familiares"'.
En una perspectiva más general, gregación de ritos de 1895 (en cuan- acerca o se aleja de los objetos según
una más precisa toma de conciencia to que no podía evocar el simbolis- el grado de implicación deseado, de
del modelo de comunicación que la mo del aceite y de la cera que, ar- forma que los detalles se agrandan o III. Cómo han recibido
iglesia está llamada a realizar no diendo, se consumen). En cambio, se empequeñecen en función de su los "mass media"
puede prescindir de las repercusiones hoy muchos ven la red de comunica- importancia en determinados mo- la reforma litúrgica
profundas que la llegada de los mass ciones eléctricas, que recubre ya la mentos (como, en la pintura medie-
media y de la era electrónica tiene superficie de la tierra, como una es- val, las dimensiones de las figuras a 1. REFLEJÁNDOLA. El mejor ser-
para la liturgia. tructura —en la perspectiva de una menudo reflejan más la importancia vicio que han prestado los mass me- •
humanidad reintegrada— análoga al que les corresponde que no las pro- dia a la reforma litúrgica ha sido el
sistema nervioso en el organismo hu- porciones reales); o bien se ven los de hacer ver y oír —desde la cere-
II. Relaciones de esta mano individual; para éstos, encen- objetos según su percepción y com- monia de apertura del concilio mis-
problemática con la liturgia der un medio eléctrico evoca mejor prensión por parte de un personaje mo en adelante— a millones de per-
la temática bíblica de la relación luz- más bien que de otro (como en la sonas (que de lo contrario no ha-
1. IMAGEN Y PALABRA. Una pri- vida que encender el antiguo candil. liturgia bizantina el punto de vista a brían tenido nunca la posibilidad de
mera consecuencia de evidente im- Pero esto supone la posesión de una menudo da la vuelta a los diversos asistir personalmente), por medio de
portancia litúrgica del predominio noción, aunque sea elemental, de fí- personajes de un episodio bíblico). imágenes a menudo de extraordina-
actual de los mass media en la co- sica y de fisiología, si no de ciberné- Por tanto, en el ámbito litúrgico el ria belleza, la celebración de algunos
municación social es el papel no auxi- tica; de lo contrario, se trataría de hombre condicionado por los mass momentos-clave de la vida eclesial
liar, sino primario que ha cobrado un acto banal o mágico. media, como ha mostrado con pe- que ponen por obra la reforma litúr-
la imagen visual respecto a la pala- netrantes análisis William Kuhns, se gica misma. Por ejemplo, es muy di-
bra; incluso en la prensa, hoy fotos encuentra a disgusto si debe mante- fícil que se pueda conocer el rito de
b) Velocidad y silencio. El carác- nerse siempre en una posición fija a
de colores y tebeos inundan espacios ter cinético de los mass media condi- exequias renovado con la misma efi-
cada vez más amplios, en desventaja lo largo de toda la duración de un cacia que se logró en las transmi-
ciona la mente a obrar cada vez más rito, forzado a participar en una pers-
cuantitativa de los contenidos ver- a flashes, a preferir por tanto "un siones televisivas del funeral de Pa-
bales, pero a menudo en ventaja de pectiva que no permite desplazamien- blo VI (agosto 1978) —con la añadi-
pensamiento brevemente expresado tos *. Esto lleva aneja, entre otras co-
la eficacia comunicativa de las mis- pero no desarrollado" y dejado a pro- dura del efecto simbólico improgra-
mas palabras que han sobrevivido, sas, la exigencia de revalorar las pro- mable del viento que pasaba las ho-
pósito incompleto —de forma que cesiones y los cambios de lugar en
pocas pero esenciales *. exija la "participación en el esfuerzo jas del evangeliario abierto sobre el
los diversos momentos de una cele- ataúd— y del de Aldo Moro, aunque
La iglesia, oponiéndose a los di- de aquel que quiere comunicar una bración litúrgica. Además, para te-
idea sin insistir" obtenida mediante en ausencia del cadáver del difunto,
versos movimientos iconoclastas ner en cuenta el altísimo índice de durante el cual el Santo Padre dio
surgidos en diferentes épocas, ha la alternancia de pausas silenciosas importancia que tienen las distancias
con la expresión aforística de intui- un ejemplo inolvidable de oración
sostenido siempre el valor de la ima- —como demuestran los estudios de personal intensa y en relación con la
gen visual, con tal que sea comple- ciones seminales—, más bien que el Hall y de otros antropólogos 1 —, se
desarrollo pleno de un tupido razo- circunstancia, pero íntimamente vin-
mentaria y nunca sustitutiva de la ha propuesto el uso de pantallas y culada con el rito litúrgico. Así tam-
palabra, en el mismo ámbito litúrgi- namiento articulado en largos perío- de sistemas televisivos de circuito ce-
dos. Parece que los hábitos mentales bién la noche de navidad de 1974, en
co. Sin embargo, las imágenes típi- rrado que permitan el agrandamien- la apertura de la puerta santa de la
cas de los mass media presentan as- engendrados por los medios cinéti- to de gestos particularmente signifi-
cos no son ajenos a la renovada po- basílica de San Pedro, el rico simbo-
pectos nuevos y problemáticos. cativos y su clara visión por parte de lismo bíblico-litúrgico de la puerta
pularidad de las oraciones jaculato- quien se encuentra distante del cen-
rias u oraciones flash, como cierta- se comunicó a mil millones de teles-
2. ICONOGRAFÍA CINÉTICA, a) tro de la acción en las grandes asam- pectadores conectados en mundovi-
Simbolismo tecnológico. La nueva mente no lo son a la reaparición en bleas de los fieles'. Si se hace así, ya
pintura y escultura de aquellas es- sión, despertando una emoción que
, iconografía se funda en complejas no resultaría verdadero que los te- no habría sido posible alcanzar sin
tecnologías que, al tiempo que per- tructuras ya típicas de los iconos bi- lespectadores hoy tienen "una parti-
zantinos, y hoy llamadas abiertas las imágenes de los cascotes que, al
/ miten evocar más de cerca la vida, cipación psicológica quizá mejor que caer, rozaban la persona del papa '".
' requieren para llegar a ser elocuentes en la jerga de la crítica contempo- la normalmente posible en comuni-
una "mentalidad abierta a las suge- ránea 5. dades locales que superen demasia-
rencias de un lenguaje simbólico di- do (grandes catedrales y santuarios, 2. COMENTÁNDOLA. Mucho me-
Verso del tradicional inspirado en la c) Perspectiva móvil. La icono- plaza de San Pedro...) la intimidad nos eficaces en comunicar el verda-
naturaleza". Por ejemplo, el uso de grafía cinética requiere que el ojo del dero sentido de la reforma litúrgica
1235 Mass media
Mass media 1234
diovisual, o bien mini-media, multi- ban diversos medios —tapices, ico-
han sido en general las crónicas y los drieras historiadas o el rollo ilumi- media, media-ligeros o pobres —ex- nos portátiles, aparatos de diferente
comentarios de tipo periodístico; de- nado del Exsultet en otros siglos. Si presiones con acepción aproximada- color, etc.— para señalar el tono
masiadas las concesiones a las tenta- en la primera prohibición hubo tam- mente sinónima—. Como observó particular y el diverso clima espiri-
ciones inherentes a la naturaleza de bién cierta prevención contra el uso en el sínodo de obispos de 1977 tual de los momentos sucesivos del
los mass media, es decir, a la atrac- de instrumentos técnicos en cuanto mons. Deskur, presidente de la Pon- ciclo litúrgico. Los nuevos medios
ción de lo anecdótico, de lo polémi- no-naturales, tal prevención hoy está tificia comisión para las comunica- son capaces de crear efectos análo-
co y a veces de lo escandaloso. Sin ciertamente superada, con tal que no ciones sociales, "el problema de los gos, pero todavía más flexibles. Su
embargo, mientras los mass media se trate de sustituir, en el ámbito de mass media y el de los group media pleno disfrute en este sentido podría
siguen dando una importancia exa- la oración común, la presencia per- están estrechamente ligados, aun quizá llegar a obtener resultados pa-
gerada a las posiciones extremistas, sonal con máquinas. En efecto, ade- cuando la técnica, psicológica y so- rangonabas a los obtenidos en otras
quizá la expresión (sobre todo a tra- más del uso de amplificadores, se ad- ciológicamente, es diversa"'". Tales épocas por la invención de nuevas
vés de la prensa) de toda la gama de mite ya el uso de la radio en la igle- medios —vídeo-cassettes, audio- técnicas: un uso particular del mo-
las reacciones viscerales, cerebrales, sia, "con tal que sea fuera de las cassettes, diapositivas, filminas, dis- saico marca el momento del naci-
extraviadas —o, viceversa, que en- acciones litúrgicas y de los ejercicios cos, cintas magnéticas, fotomonta- miento del arte bizantino; las vidrie-
tonan hosannas— a la reforma litúr- de piedad... para escuchar la voz del jes, etc.— se usaron primero mera- ras polícromas, el del arte gótico:
gica era necesaria para que los res- papa, del obispo local o de otros mente como ayuda para la catcque- dos momentos históricos en que el
ponsables pudieran adivinar el esta- oradores sagrados; y también para sis verbal; pero a continuación se valor simbólico de la luz, reflejada
do de ánimo del pueblo de Dios y enseñar la doctrina cristiana, el can- halló y analizó un lenguaje (dotado por los mosaicos, refractada por las
aportar las aclaraciones útiles para to sagrado o bien cantos religiosos de una gramática propia) suyo es- vidrieras, fue explotado al máximo
evitar las incomprensiones acumula- populares a los fieles, así como para pecífico, particularmente adaptado con el empleo de nuevas tecnolo-
das durante siglos. La participación dirigir y apoyar el canto de los fieles para estimular diálogos de profun- gías. Quizá las potencialidades foto-
de la opinión pública, a través de los en las procesiones fuera de la igle- dización de temas escogidos en pe-
queños grupos homogéneos, en con- icónicas del s. xx son de mayor ri-
mass media, ha contribuido no poco sia" l2. Con ocasión de la visita del queza, pero para llevarlas a la prác-
a la acogida de la reforma con ma- papa Juan Pablo II a España (octu- traste con el mutismo y las manipu-
laciones a que está expuesto el gran tica se necesitarían la intuición
yor consentimiento cada vez". bre de 1982) se sirvieron también de tecnológico-pastoral de un abate Su-
grandes pantallas en la concentra- público de los mass media. Típica-
mente, los utilizadores de los group ger y la genialidad estético-litúrgica
ción de los jóvenes en el estadio San- de los artistas medievales, tanto oc-
tiago Bernabeu para que participa- media aspiran: 1) ante todo a captar
IV. Cómo valora en imágenes visuales y acústicas as- cidentales como orientales.
o podría valorar ran mejor en la celebración los jóve-
nes que no habían podido entrar en pectos de las diversas realidades con-
la reforma litúrgica cretas de la vida de los participantes; 3. HOMILÍAS AUDIOVISUALES. El
la aportación el estadio ". uso de los audiovisuales es más con-
2) luego, a través del análisis de la
de los "mass media": colección, a descubrir analogías es- veniente cuando se trata más bien de
experimentos y perspectivas 1. LOS "GROUP MEDIA". El USO de tructurales con las imágenes-clave transmitir un mensaje que de reali-
los media llamados grandes o ricos bíblicas —cosa que puede permitir zar una acción. En el Directorio
Ya en 1900, es decir, inmediata- (películas de producción costosa o su ordenamiento (o montaje) según para las misas con / niños, la Con-
mente después de la invención del bien instalaciones televisivas de cir- el sentido descubierto—; 3) en fin, se gregación para el culto divino, en la
cine, se proyectaron algunas pelícu- cuito cerrado), también en forma produce su traducción en oración sección dedicada a los elementos vi-
las en iglesias católicas y protestan- claramente subsidiaria y no sustitu- audiovisual ". Tales ejercicios espiri- suales (35-36), además de la valora-
tes; pero en 1912 la Congregación tiva de la presencia personal, plantea tuales encajan mayormente en el ción del ambiente y de los gestos li-
consistorial "prohibió absolutamen- problemas diversos y de no fácil so- ámbito paralitúrgico: vigilias bíbli- túrgicos, recomienda la introducción
te" tales proyecciones. Sin embargo, lución. En cambio, en los años pos- cas, celebraciones penitenciales, pro- de otras imágenes "preparadas por
la prohibición, reiterada en 1958, se teriores al concilio, al tiempo que se cesiones, peregrinaciones, encuen- los mismos niños, como, por ejem-
funda en la impropiedad del uso de difundía en el campo artístico el lla- tros ecuménicos, etc. En efecto, los plo, para ilustrar la homilía, para
las iglesias como salas para espec- mamiento al arte llamado pobre o experimentos realizados con medios presentar las intenciones de la plega-
táculos, aunque sea con fines educa- mínimo, muchos en la iglesia, y des- eléctricos y electrónicos han tenido ria universal, para inspirar la medi-
tivos e incluso catequísticos. Quizá, tacadamente los mayores organis- resultados interesantes. tación" (n. 36; cf A. Pardo, Liturgia
entonces, ni siquiera se pensaba en mos católicos responsables de las de la Eucaristía: Directorio para las
la posibilidad de secuencias fílmicas comunicaciones sociales (OCIC y misas con niños, p. 234). Algunas
(todavía inexistentes) ideadas y pro- UNDA), se comprometieron en la 2. PARA UN AMBIENTE; FESTIVO. conferencias episcopales han puesto
ducidas expresamente en función de promoción del uso de los llamados En el pasado, en las iglesias, se usa- algunas reservas en la utilización de
la liturgia, en analogía con las vi- medios grupales o de animación au-
Mass media 1236 1237 Mass media
los medios audiovisuales por miedo impedidos de estar físicamente pre- con el ritmo de la danza, vestirse no de grabaciones. El uso del teléfo-
"a que no se sepa conservar la justa sentes en la iglesia. Ya en 1948 aco- de forma carnavalesca, es cierto, no para la confesión sacramental se
medida en uso" ,6. gió Pío XII con aplauso la misa tele- pero sí como conviene a quien tiene considera, en teoría, de validez du-
Se debe reconocer que una homi- visada ,8. Le ha hecho eco, antes de una función específica en una acción dosa por la casi totalidad de los mo-
lía audiovisual requiere una forma la Communio et progressio, la SC de índole coreográfica, etc.; 2) dispo- ralistas, pero que no se debe omi-
de co-expresividad verbal-visual di- (n. 20) con la recomendación de que ner de los espacios y las ocasiones tir en la práctica en casos de extre-
versa de la que se experimenta en tales transmisiones televisadas "se ha- por los que el acto del cineasta pu- ma necesidad con absolución sub
contextos puramente didácticos, ya gan discreta y decorosamente, bajo diera formar parte del rito 21 . En conditione. La cercanía local, sin
que, además de poner en relación los la dirección y la responsabilidad efecto, una misa televisada no debe embargo, parece necesaria para la
textos de la misa con la vida cotidia- de una persona idónea a la que los ser una misa ordinaria espiada por realización de ciertas formas de co-
na, debe efectuar el paso de la litur- obispos hayan destinado a este me- la telecámara y en la que se ruega municación; por ejemplo, para la
gia de la palabra a la eucarística; y la nester" ". cortésmente a los participantes que participación en un banquete convi-
gramática de un lenguaje mistagógi- finjan no saberlo, sino una misa es- val; por eso la autoridad de la iglesia
co desarrollado con los media de 1. M O S T R A R HONESTAMENTE. pecial, precisamente en cuanto que ha excluido hasta ahora que haya
nuestro tiempo todavía no se ha ela- Esta recomendación responde a la su desarrollo tiene en cuenta el he- una verdadera asistencia a la misa a
borado lúcidamente ". En cualquier primerísima objeción planteada con- cho de que participar en ella, junto distancia a través de la televisión.
caso, como no se debe ciertamente tra las transmisiones radiotelevisa- con el presidente, los lectores, los mo- Los enfermos están obviamente exen-
transformar el santuario en un bazar das de las acciones litúrgicas, es de- naguillos, etc., también el equipo de tos de tal obligación. Algunos teólo-
electrónico, se debería pensar en una cir, el riesgo de exponerlas a la in- televisión y los telespectadores, si gos (entre ellos, ya desde 1931, antes
arquitectura con posibilidades de re- comprensión de muchos, y acaso al bien a su modo. Este principio vale de la existencia de la televisión, H.
troproyecciones o que, de otros mo- escarnio de algunos. Radicalizando también para los fotógrafos, que se du Passage) consideran que la iglesia
dos, explotase estética y simbólica- la objeción, se puede decir que llevar han convertido ya en actores inevi- podría modificar el precepto even-
mente los aparatos necesarios —lo a cabo una acción ritual bajo la mi- tables en las celebraciones litúrgicas tualmente transformando en obliga-
que ya se puede y debe hacer con el rada de no-participantes corre siem- de matrimonios, primeras comunio- ción la actual recomendación de par-
micrófono, del que las rúbricas li- pre el riesgo de reducir el acto reli- nes, etc. (se debe reconocer que el ticipar, en la medida de lo posible, a
túrgicas hablan ya lo mismo que de gioso a espectáculo teatral. Y, sin álbum de fotos-recuerdo no carece través de los mass media en la cele-
los candelabros o del incensario, embargo, responde dom Jean Le- de potencialidades catequéticas y re- bración de la misa dominical en caso
pero que por desgracia todavía de- clercq, "si debemos servirnos de los ligiosas en modo alguno desdeña- de que fuera imposible la presencia
masiado a menudo parece olvidado mass media, hay que saber también bles). local en la iglesia22.
por los que diseñan nuevos altares y someterse a ellos. Debemos ser lo
ambones. bastante humildes como para pasar Pero no es éste el nudo de la cues-
a través de ellos, aceptar ser vistos, 2. PRESENCIA Y PARTICIPACIÓN. tión. Desde el punto de vista espe-
con tal que se nos vea como somos: El problema teológico más espinoso culativo se plantean interrogantes
sin hacer de comparsas en una pelí- que plantean las transmisiones ra- como el siguiente: En el caso (que
V. Los problemas diotelevisivas de las acciones litúrgi- en modo alguno pertenece a la cien-
de las transmisiones cula de producción" 20 . La lección ca-
pital sobre cómo superar las dificul- cas se centra en la definición del bi- cia-ficción) de sistemas televisivos
radiotelevisadas nomio presencia-participación. Para de circuito cerrado que permiten
de las acciones litúrgicas tades la ha proporcionado el cine et-
nológico. Un maestro del arte, Jean los fines prácticos de los moralistas, la reciprocidad de comunicación, el
Rouch, se dio cuenta de que podía en el pasado bastaba a menudo un instrumental, aunque sea complejo,
La respuesta del Santo Oficio a filmar los ritos paganos africanos sin criterio de distancia para decidir si cumple funciones que no son esen-
una primera petición para la trans- falsear su autenticidad a pesar de su en determinadas circunstancias una cialmente diversas de las de espejos,
misión radiofónica de la misa, en presencia y del instrumental (reduci- persona estaba o no presente; pero lentes y objetos semejantes: sirve tam-
1926, fue negativa; pero en 1936 se do, sin embargo, al mínimo) con dos es claro que el concepto de presencia bién para regular el itinerario de las
concedió la autorización con tal que condiciones: 1) abandonar la impo- es análogo; y se puede admitir una ondas luminosas (y sonoras), o sea,
no se diese la impresión de que la sible pretensión de mantenerse escon- presencia de modos y en grados di- para preparar el ambiente con vistas
escucha por la radio satisfacía el pre- dido; era preciso, por el contrario, versos. La iglesia reconoce como su- a la explotación más eficaz de las
cepto festivo y no se mezclase la incorporarse a la celebración, parti- ficiente, al menos para ganar las in- normales operaciones de las leyes de
transmisión de la misa con otras cipar en ella de algún modo como dulgencias en los casos de la bendi- causalidad natural; ahora bien, ¿se
transmisiones "de índole demasiado un actor al que correspondía un papel ción pontificia urbi et orbi (1939) y puede decir que dos personas que se
profana o ligera". En la encíclica Mi- particular y reconocido, lo cual im- del rezo del rosario (1958), la com- comunican a través de tal sistema no
randa prorsus (1957) se recomendó plicaba a veces moverse en sintonía presencia a través de la radio o la se perciben precisamente la una a la
la escucha a los enfermos y a otros televisión, con tal que no se trate otra, sino sólo algo diverso y distinto
Mass media 1238
1239 Mass media
de sus personas? ¿Cuál es exacta- explotar lo más posible tal lenguaje 1980, es el único modo en que los católicos de la bambinr.tn RPLll (1975)78 -• ,7 Cf N.Tad-
mente la diferencia, en términos de también en las celebraciones que no China continental han podido escucharla hasta dei, La predicazione nell'epoca dcll'immagine,
presencia, entre la transmisión direc- aparecen reverberadas en las ondas ahora en la forma posconciliar y en su lengua. LDC, Turín 1964; P. Serracino Inglott, Nuove
ta, es decir, obtenida sólo con la re- etéreas. Para encaminarse hacia esta Reseña crítica de las investigaciones sobre los prospettiveper l arte sacra, en Arte cristiana 578
gulación (bien que por medio de má- meta, se necesita una larga fase de efectos socioculturales de los mass media en D. (1970) 279-286 — ,8 Documentación históri-
Mac Quail, Sociología della comunicazione, II ca y amplia discusión en D. Mosso, La messa
quinas) de los medios naturales de la experimentos hechos críticamente. Mulino, Bolonia 1973. Para los problemas cita- teletrasmessa, Dehoniane, Bolonia 1974 —
vista y del oído, y la transmisión de dos, cf S. Nora y A. Mine, Convivere con il 19
Comentado por A.M. Roguet, en MD n. 77
filmaciones, es decir, de improntas o 2. TÉCNICA, TEOLOGÍA Y ARTE. calcolatore, Bompiani, Milán 1979; E. Katz y (1964) 41 -42. El Secretariado N. de Liturgia ha
huellas dejadas por operaciones del Entre tanto, no se puede dudar de G. Wedell, La radiodiffusión dans le tiers mon- publicado en Pastoral Litúrgica un Directorio
tipo mencionado arriba sobre mate- los servicios que los mass media y de, MacMillan, Londres 1978; G. Concetti, La litúrgico para la retransmisión de la misa por
los afines group media pueden pres- famiglia e la comunicazione sociale, en Studi radio y televisión — 20 Loe. cit. en la nota 5 —
riales idóneos predispuestos para la Pastorali 4 (1974) 9-51, con bibl. — 3 Los do- 21
VV.AA., Principies of Visual Anthropology
impresión de imágenes? La dificul- tar en la catequesis litúrgica y en las cumentos del magisterio de la iglesia relativos a (por Paul Hockings), Mouton, La Haya 1975,
tad de responder a tales problemas fases preparatorias de las acciones la comunicación social están recogidos en E. en particular los artículos de J. Rouch y D.
(y también de formularlos correcta- litúrgicas centrales. Diversos centros Baragli, Comunicazione, comunione e chiesa, MacDougall; VV.AA., Anthropology, Reali-
mente) justifica ampliamente la má- de producción audiovisual propor- Studio romano della comunicazione sociale, ty, Cinema, British Film Institute, Londres
cionan material apto (llamado soft- Roma 1973; en particular: para el motu proprio 1979 _. 22 p a r a las fuentes de este párrafo, has-
xima prudencia por parte del magis- citado, cf ib, nn. 2435-2447; para la instrucción ta aquí, cf E. Baragli, a.c. (nota 9) — 23 En
terio eclesial u . ware) en todo el mundo; en ciertas pastoral, cf ¿6, nn. 3345-3531 —4 Una persona cualquier caso ha de subrayarse que es una ac-
diócesis es la misma comisión de de normal percepción hoy recibe el 83 por 100 ción tan típica del ser corporal como es el comer
pastoral litúrgica la que proporcio- de la información por vía visual, el 11 por 100 juntos, signo esencial de la misa, no parece con-
na cada año media-kit (diapositivas, por vía auditiva, el 6 por 100 por vía de los cebible sin la proximidad local. En algunos ser-
VI. Valoraciones conclusivas posters, discos, etc.) y organiza cur- demás sentidos, si sirve el cálculo del Instituto vicios religiosos televisivos de la BBC, los es-
para la comunicación e investigación de la Stan- pectadores "son invitados a partir el pan, en un
sos para animadores ". Es claro, en ford University, cit. en BLN 36 (1972) 227 — gesto que no es celebración eucarística, pero
1. UNA AVENTURA APENAS INI-
efecto, que todo el que desee utilizar 5
J. Leclercq, Preghiera monástica e accoglien- que quiere ser signo de fraternidad, a imitación
CIADA. Quizá el hecho más merece- el nuevo lenguaje eficazmente y en del pan distribuido a los fieles en la liturgia
za, en Vita monástica 109 (1972) 113-119 -
dor de un estudio a fondo es la ex- continuidad armoniosa con la tradi- 6
W. Kuhns, The Electronic Cospel, Religión bizantina" (L'Osservatore Romano, 9 enero
traordinaria fascinación ejercida por ción litúrgica ha de poseer gran pre- and Media, Herder 1970 — 7 E.T. Hall, II lin- 1981, 5). Aunque fuera posible la consagración
las transmisiones televisadas de la li- paración. Además del saber-hacer guaggio silenzioso e la dimensione nascosta, a distancia, y existiera la reciprocidad de la co-
turgia, averiguada por sondeos cien- Bompiani, Milán 1969; M.O. Watson, Compor- municación verbal, la situación no correspon-
técnico, se necesitan la teología y el tamento prossemico, Bompiani, Milán 1972; dería al concepto de "personas que comen jun-
tíficos y otros indicadores (cartas en- arte. No son aceptables prestaciones tas" — u ínter, boletín de la oficina para las
VV.AA., Paralingüistica e cinesica, Bompiani,
viadas por telespectadores) en diver- de cualidad mediocre. Si no hay be- Milán 1970 — * Propuestas de este género son comunicaciones sociales de la Conferencia epis-
sos países; en Canadá, por ejemplo, lleza, no habrá ni oración auténtica explicadas e ilustradas, por ejemplo, por los ar- copal canadiense, HI, 8 —25 En España se pue-
la misa resulta la más popular de ni ayuda válida para ella!6. quitectos Quinn-Mathieson, en Liturgical Arts, de encontrar con facilidad la producción de San
todas las transmisiones (el deporte U.S.A. 2 (1970) 54, y V. Vigorelli en Arte cris- Pablo Films — 26 Cf Hans Urs von Balthasar,
está en segundo lugar); en España, tiana 668 (1980) 137-146 — 9 E. Baragli, L'uso Gloria I, Jaca Book, Milán 1975, para una
dei "mass media"nelie azioni liturgiche, en CC amplia justificación teológica de esta última
aunque no goza de un interés paran- 2990 (1975) 156 - ,0 Cf V. Fantuzzi, Teleca- aserción.
gonable, tiene un índice de escucha NOTAS: ' A pesar de la discutible opción he- mere per tre papi, CC 3082 (1978) 368-376; F.
elevado. Los analistas de Radio- cha por Marshall McLuhan de expresarse en
eslóganes abiertamente hiperbólicos, sus pro-
Berthet y P. Sollers, en Conversation a Notre P. Serracino Inglott
Canadá, al notar que la aceptación vocaciones suscitaron un vastísimo eco mundial
Dame, en Communications 30 (1979) 235-
de la misa televisada es altísima tam- 249 " Cf E. Lodi, Saggio panorámico delle
(reseña crítica en E. Baragli, II caso McLuhan, reazioni della stampa italiana alia riforma litúr-
bién entre aquellos que participan La Civiltá Cattolica, Roma 1980) e influyeron gica, en RL 52 (1965), 386-394; E. Baragli, Un BIBLIOGRAFÍA: Baragli E., Medios de comu-
regularmente en la misa en la iglesia, en las opciones pastorales en el campo ca- infortunio di opinione al Vat. II, en Saggi e nicación social, en NDT2, Cristiandad, Madrid
lo atribuyen a la mayor adecuación tequético-litúrgico de no pocos operadores y studi di pubblicistka 17-18 (1968) 55-78
autores (cf al respecto R.F. Esposito, La massi- 12
1982, 1051-1065; Comisión Episcopal Suiza de
del lenguaje total televisivo a la psi- ficazione non esisle, Edizioni Paoline, 1978, y 11
Cf E. Baragli, a.c. (nota 9) 145s — Liturgia, Liturgia y medios audiovisuales, en
cología del hombre de la edad elec- Ilustración en L'Osservatore Romano, 4 nov. "Phase" 106 (1978) 335-347; Esposito R.F.,
P. Babin-M. McLuhan, Uomo nuovo, cristiano 1982 — l4 Citado en G. Caprile, U Sínodo dei
trónica respecto a los otros modos nuovo neü'era elettronica, Edizioni Paoline, Mass media, en NDE, Paulinas, Madrid 1979,
vescovi, La Civiltá Cattolica, Roma 1978, 880-893; Fernández L, Televisión y liturgia, en
de comunicación típicos de culturas 1979, en part. el c. 7, "Liturgia e media"). El 368 — l5 Cf VV.AA., L'audiovisivo e la fe de "Phase" 71 (1972) 465-467; Pardo A., La misa
más literarias !4. Si la conclusión es tratado más científico de la psicología de los (por P. Babin), LDC, Turín 1971; Multimedia televisada en domingo, en "Communio" 3
mass media es el de M.A. Croce, Gli cjfelti dei
válida, de ahí se desprende, además mezzi di comunicazione di massa (Nuove Ques-
International, varios fase, Roma, de 1971 en (1982) 186-194; Secretariado N. de Liturgia, Di-
del deber de prestar la máxima aten- adelante; VV.AA., Catechesi e pastorale attra- rectorio litúrgico para la retransmisión de la
tionidiPsicologiallI), Brescia 1971; J.T. Klap- verso i "mass media", Edizioni Paoline, 1973;
ción y cuidado a las celebraciones per, Gii effetii dellu comunicazione di massa, misa por radio y televisión, en "Pastoral Litúr-
L V 1 (1978); cf también Comisión episcopal sui- gica" Véase también la bibliografía de Arte,
litúrgicas transmitidas por los medios ETAS, Milán 1974\ y en las obras indicadas en za para la liturgia, Liturgia e mezzi audiovisivi, Arquitectura, Cu/tura y liturgia. Lengua I len-
de comunicación, el compromiso de sus bibl. - 2 Por ejemplo, la radiodifusión de en RL 1978, n. 3, 381-393 '" E. Lodi, Tre
la misa en chino, iniciada el 26 de octubre de guaje. Comunicación en la eucaristía y Sig-
nuove preghiere eucaristiche per le "Messe con no j Símbolo.
1241 Matrimonio
Matrimonio 1240
casarse recurriendo al llamado ma- dad de la relación interpersonal. En
MATRIMONIO el hoy de la comunidad cristiana.
Por tanto, analicemos ante todo los trimonio de prueba (que está más fin, las han vuelto particularmente
factores que están en el origen de la difundido en Francia, pero que co- vulnerables nuevas conquistas, toda-
SUMARIO: I. El matrimonio en el contexto crisis antes mencionada de la insti- mienza a aparecer también en Espa- vía no perfectamente integradas,
socio-cultural contemporáneo: 1. Sociedad in-
tución matrimonial. ña), dado que la ley civil prevé el vinculadas al crecimiento y a la evo-
dustrial y nuevas relaciones entre familia y so- divorcio. lución de la mujer, a la nueva valo-
ciedad; 2. La unión frágil; 3. Interrogantes plan-
teados a la iglesia - II. Datos bíblicos: 1. Anti- ración de la sexualidad, a una toma
1. S O C I E D A D I N D U S T R I A L Y NUE- de conciencia más aguda del valor
guo Testamento: a) La reflexión de Gen 2-3 2. LA UNIÓN FRÁGIL. Las unio-
(yavista), b) La reflexión de Gen 1 (sacerdotal), VAS RELACIONES ENTRE FAMILIA Y de la persona y de la necesidad de
c) La reflexión profética; 2. Nuevo Testamento:
nes matrimoniales resultan hoy más
SOCIEDAD. El advenimiento de la frágiles que en el pasado. En el ori- tener éxito en la propia vida. Evi-
a) "j Este misterio es grande; mas yo lo digo en sociedad industrial ha favorecido
orden a Cristo y a la iglesia!", b) El matrimonio: gen del fenómeno está un gran cam- dentemente, a largo plazo, todas es-
respuesta a una vocación, c) Conclusión - III. ciertamente la instauración de una bio social, consistente en la incapa- tas realidades conducirán a una nue-
Tradición litúrgica: 1. Ss. l-III (¡V); 2. Ss. iv-xiv nueva relación entre familia y socie- cidad de la actual generación para va calidad de las uniones matrimo-
(XV): a) Matrimonio y consentimiento, bj El dad. La familia ha visto recortados
velo y la bendición nupcial durante la eucaristía; aceptar una relación definitiva con niales; hoy, sin embargo, desde el
3. El Ritual de 1614 - IV. El nuevo Ritual del no sólo el número de los propios todas las limitaciones para la liber- momento en que llevan a un mayor
Matrimonio: 1. Los límites de la reflexión teo- componentes (se ha pasado de la fa- tad que de ella derivan. La joven ge- número de fracasos, desafían a la
lógica precedente; 2. La reflexión teológica re- milia patriarcal a la familia nuclear),
ciente; 3. Análisis del RM: a) Desde el punto neración que vive en nuestro con- iglesia a comprometerse urgente-
de vista celebrativo, b) Desde el punto de vista sino también la diversa y múltiple texto social de acentuada inestabili- mente en la evangelización del ma-
teológico - V. Orientaciones pastorales: 1. Evan- articulación de las propias funciones dad se ha habituado de tal forma al trimonio.
geíización y sacramento del matrimonio; 2. Ta- (ha perdido las funciones asistencia-
reas de la comunidad cristiana; 3. Los esposos cambio, a la dinámica, que ha roto
cristianos, llamados a anunciar el evangelio. Íes y educativas, asumidas ahora por los vínculos con la tradición, con lo
instituciones extrafamiliares); se ha 3. INTERROGANTES PLANTEADOS
antiguo, con todo lo que es estático A LA IGLESIA. Las transformaciones
visto además despojada de toda po- (piénsese, por ejemplo, en la fuerte
sibilidad de influencia social, y se ha socioculturales que acabamos de de-
I. El matrimonio en el contexto permisividad en e\ campo sexual, en linear no pueden ser pacíficamente
socio-cultural contemporáneo descubierto funcionalizada e instru- la elección de la unión provisional y
mentalizada al servicio del modelo y aceptadas con un juicio totalmente
no legalizada: síntomas claros de positivo. Sin embargo, ciertamente
En estos últimos treinta años he- de la lógica de la sociedad de consu- una dificultad suma para aceptar un
mo. Es decir, la familia ha ido ce- deben considerarse como fuertes pro-
mos asistido, si no a una verdadera compromiso definitivo). Es decir, se vocaciones para que la iglesia redes-
y propia impugnación radical de la rrándose en el interior de su pequeño va transfiriendo al plano de las rela-
mundo, privatizándose en la intimi- cubra y reinterprete los valores de la
institución matrimonial (limitada, ciones entre las personas esa diná- existencia cristiana en el matrimo-
por el momento, a algunos ámbitos dad del matrimonio, favorecida e mica social de movilidad en sentido
impulsada en esta dirección por la nio, superando el riesgo muy fácil,
precisos, representados por ejemplo psicológico que es típica de las so- que en parte está también en el ori-
por H. Marcuse y por alguna franja ideología burguesa, y en parte tam- ciedades industriales. Por otro lado,
bién por cierto intimismo cristiano. gen de la pobreza en la teología y en
del movimiento feminista), al menos son diversas y de diverso peso las la catequesis del matrimonio (y, por
a una crisis de la misma. Todo esto A un desenlace fuertemente negativo otras causas que ciertamente contri-
en relación con los llamados víncu- tanto, de la escasez de existencias
debe convertirse, en relación con la buyen a la fragilidad de las uniones testimoniales), de identificar el cómo
comunidad cristiana, en una provo- los institucionales y, por tanto, con matrimoniales; en efecto, éstas, en
el matrimonio llega también una o lo específico del matrimonio cris-
cación y un estímulo a interrogarse razón de la caída de la mortalidad tiano a nivel ético o sociológico en
de nuevo (y a darse una respuesta parte del actual movimiento feminis- adulta, y consiguientemente de la
ta, que ve en el modelo de la familia vez de hacerlo a nivel teológico. En
positiva) sobre lo específico del ma- elevación de la duración media de la efecto, como creyentes no poseemos
trimonio cristiano: ¿existe un modo reproductiva una causa de la actual vida, están sometidas a una prueba
condición de no-liberación y de no- una revelación sobre la familia, sino
específico de vivir la existencia cris- de duración más que doble respecto más bien sobre el matrimonio como
tiana en el matrimonio? Éste es el realización de la mujer. En conclu- al pasado; están además cargadas de
sión: nos encontramos con señales base de la familia. A lo largo de la
motivo de fondo que guía la presente toda una serie de expectativas, que historia se ha asistido al paso de la
contribución, la cual, aunque parte que atestiguan el rechazo del matri- objetivamente un matrimonio no
monio como institución, considera- familia patriarcal a la nuclear; ahora
del hoy, no obstante se confronta puede satisfacer. Más aún: se ven también la familia nuclear parece
con el dato de la palabra de Dios, do por algunos como la institución privadas de todos aquellos apoyos
que permite a la sociedad reprodu- atravesar una crisis o al menos se la
primero escrita y luego vivida en la sociológicos que en el pasado ayu- somete a discusión, mientras que
experiencia de la iglesia, en la que se cirse y garantizar la permanencia de daban a su permanencia y estabili-
los propios modelos. De ahí el pro- aparecen nuevos modelos comunita-
hace tradición en busca de lo que es dad, de suerte que están llamadas a rios en parte recogidos del pasado,
constante e irrenunciable para la fe, gresivo difundirse del rechazo deli- sostenerse sólo en virtud de la cali-
berado de casarse (unión libre) o de pero en amplia medida profunda-
que habrá que expresar de nuevo en
Matrimonio 1242
1243 Matrimonio
mente nuevos. Análogamente, el ma- mente éste el tema que destaca, aun-
trimonio, en cuanto estructura fun- que también aquí se señala la digni- realidad del amor fiel a pesar de revive en el matrimonio. Asi el ma-
dante de la familia, es sometido con- dad igual de hombre y mujer, am- todo y sin arrepentimiento de Dios, trimonio cristiano se sitúa en el co-
tinuamente a discusión en su modo bos imágenes de Dios), que es un sino también abrir al pueblo a la es- razón del misterio de Cristo y vive
de constituirse y de ser. No se trata, modo de expresar la imagen de Dios peranza escatológica, a la idea de las de la gratuidad y de la fidelidad del
por tanto, de sacralizar ciertos mo- y condición para realizar el dominio bodas mesiánicas (Jer 31,21-22. amor de Cristo; es decir, vive del
delos de matrimonio, y mucho me- de Dios sobre el mundo (recuérdese, 26.31-34; Is 54,1-8; 61,8-10; 62,4-5). riesgo de la alianza (especialmente a
nos de familia. Hoy, como en toda sin embargo, que la actividad pro- propósito de la indisolubilidad), por-
época, la comunidad cristiana está creadora tiene un sentido religioso, 2. NUEVO TESTAMENTO. El NT, que en adelante las actitudes respec-
llamada a reinventar y a proponer no sólo en el ámbito de la creación, proclamación del "evangelio de Je- tivas de Cristo y de la iglesia impo-
de nuevo los valores permanentes sino también en el ámbito de la es- sucristo, Hijo de Dios" (Me 1,1), es nen las del esposo y de la esposa.
del modo cristiano de ser del matri- peranza mesiánica; se casan para en último término el anuncio de las El matrimonio, por tanto, no está
monio y de vivir el matrimonio. Es aumentar la posteridad de Abrahán, bodas de Dios con la humanidad. ya dominado, como en el AT, por
decir, debe responder de modo crea- y por tanto para acrecentar la pos- En efecto, se designa a Jesús varias el deber religioso de asegurar una
tivo y al mismo tiempo fiel a la pre- teridad [esperanza] de Israel). Así veces como el esposo por excelencia: descendencia, sino por la constitu-
gunta con la que hoy se la interroga: pues, el matrimonio es visto como ante todo por boca de Juan Bautista ción de una comunidad de amor y
¿Qué significa casarse "en el Señor"? don bueno de la creación, encomen- (Jn 3,29); pero Jesús mismo se llama de fidelidad, que tiene como funda-
dado a la responsabilidad del hom- así (Mt 9,15); Pablo por dos veces mento y modelo la de Cristo y de la
bre; y, conforme a las vigencias so- atribuye el término a Jesús (2 Cor iglesia.
cioculturales del tiempo, aparece 11,2 y Ef 5,21-23); lo mismo hace el
II. Datos bíblicos más vinculado a la tarea de asegurar Apocalipsis (22,17-20); sin citar las b) El matrimonio: respuesta a
una posteridad y de salvaguardar un referencias explícitas que se encuen- una vocación. En efecto, el matri-
Incluso una rápida aproximación patrimonio que hay que hacer fruc- tran en las parábolas escatológicas monio está al servicio del reino y es
a la Escritura (según se admite en tificar ulteriormente que a la exi- del reino (Mt 22,1-10 y 25,1-12). Je- un modo de vivir el reino. Es, por
una investigación de este género) nos gencia de una realización en la reci- sús es, pues, el esposo que invita a tanto, realidad válida y salvífica, que
permite captar como inmediatamen- procidad del amor. todos a la fiesta nupcial, a las bodas sin embargo es sólo anticipo de la
te evidente el hecho de que Dios se del Cordero (Ap 19,7-9). plenitud del reino. En el pasaje de
ha servido de algunos aspectos de la Mt 19,11-12 no se devalúa en abso-
experiencia matrimonial (sobre todo c) La reflexión profética. Los La Escritura se abre y se cierra
con la alegría de las bodas: las del luto el matrimonio (más aún, su
en los libros proféticos y en el Can- profetas se sirven de la experiencia gran riqueza se derrama y rebosa so-
tar de los Cantares) para manifestar matrimonial para conducirnos a la hombre y de la mujer en el jardín del
Edén, las del nuevo Adán (Rom 5) y bre la condición de cada creyente,
su designio de salvación, el misterio comprensión del amor de Dios. A que está "desposado" con Cristo
de su amor. este respecto es ejemplar la experien- de la nueva Eva (Ap 12) al final de
los tiempos. como "con esposo único": 2 Cor
cia de Oseas, que ejerce influjo tam- 11,2): simplemente ahí se toca el
1. ANTIGUO TESTAMENTO, a) La bién en Jer 2,2; 3,4; 3,6-10; 31,3-4.31; tema del celibato por amor al reino.
Ez 16 y 23. Dios se presenta como a) "¡Este misterio es grande; mas
reflexión de Gen 2-3 (yavista). El ho- yo lo digo en orden a Cristo y a la A lo largo de siglos el celibato, en
rizonte temático del texto está dado un esposo que con ternura y fideli- lugar de iluminar el matrimonio en
dad sin medida sabrá ganar final- iglesiaf'Con esta visión de las cosas,
por la complementariedad-comu- Pablo, después de haber citado Gen su valor de anticipación de la pleni-
nión del hombre y de la mujer, que mente a Israel, el cual al comienzo tud del reino, se presentará como al-
ha sido infiel al amor inmenso con 2,24 ("Por este motivo el hombre de-
tienen la misma dignidad; pero el jará a su padre y a su madre y se ternativa, leída, por desgracia, en
proyecto de vida ha fracasado a cau- que Dios lo había amado. Son riquí- términos de desprecio de la realidad
simas, en efecto, las expresiones ma- adherirá a su mujer y los dos serán
sa del pecado que acarrea a la pareja una sola carne"), añade: "Este ma- terrena, y por tanto también de la
la experiencia del desorden (Gen trimoniales con que se describe el realidad matrimonial. Por el con-
misterio de la alianza: fidelidad, trimonio es grande; mas yo lo digo
2,25 y 3,7), de la soledad-división en orden a Cristo y a la iglesia" (Ef trario, el matrimonio, visto como
(Gen 3,12), de la pasionalidad (Gen bondad, misericordia, amor de pre- respuesta a una vocación, aparece
dilección gratuita, amor constante, 5,32). La revelación del misterio es-
3,16b). condido de Dios encuentra en el mis- como lugar de gracia y de salvación,
celoso, exclusivo y total, amor pro- precisamente por ser anticipación en
fundo (en el sentido de la intimidad terio su figura simbólica. Por eso el
b) La reflexión de Gen l (sacer- amor de Cristo por la iglesia se con- el reino. Inserto, por tanto, en la di-
dotal). La pareja humana es creada matrimonial). Y la experiencia del námica nueva del reino, se convierte
límite, que se configura como ruptu- vierte en punto de referencia obliga-
por Dios como sexuada: la unión en- do y sacramental de la sociedad con- en el lugar en que la pareja está lla-
tre hombre y mujer es buena y está ra, infidelidad, traición, permite no mada a vivir el amor según las exi-
sólo penetrar y profundizar en la yugal; en efecto, de ahora en adelan-
destinada a la fecundidad (es cierta- te es la relación Cristo-iglesia la que gencias del reino mismo.
Matrimonio 1244 1245 Matrimonio

c) Conclusión. El matrimonio, trimonio como un acontecimiento mente los elementos de la celebra- todos los demás usos, incluidos los
que forma parte de los valores de la profano con inspiración cristiana; en ción litúrgica mediante una gradual eclesiásticos, sin que esto menoscabe
creación, se encuentra, como toda efecto, los cristianos celebran su ma- evolución desde el matrimonio como mínimamente la sustancia de las nup-
otra realidad terrena, "en el punto trimonio "como los demás hombres" acontecimiento profano-civil con ins- cias (DS 643). Es a partir de los si-
de encuentro de tres fuerzas: la ten- (Ad Diognetum 5,6), ajustándose a piración cristiana al matrimonio glos sucesivos a la época carolingia"
dencia de la creación hacia el fin que los usos civiles: lo celebran bajo la como acontecimiento cristiano en la cuando la iglesia reivindica compe-
le ha asignado el Creador, la fuerza presidencia del padre de familia, iglesia. (Recuérdese y téngase pre- tencia jurídica sobre el matrimonio
del pecado que la aleja y la trastor- realizando únicamente los gestos y sente la recíproca pertenencia de y dispone que el consentimiento y la
na, la fuerza de la gracia que la reor- ritos domésticos, como por ejemplo iglesia y sociedad, que se va volvien- consiguiente entrega de la prenda
dena reconduciéndola hacia Dios e el de unir las manos de los futuros do cada vez más marcada desde los nupcial se declaren expresamente
insertándola en el misterio de Cris- esposos. Sin embargo, los cristianos ss. vii-viu en adelante.) Dos son los en presencia del sacerdote (ss. IX-X
to" 1 . Por eso la experiencia matri- siempre han tenido presentes "las le- polos en torno a los cuales gira el [XI])s, en la iglesia o, más a menudo,
monial, en la Escritura, se convierte yes extraordinarias y verdaderamen- desarrollo de la celebración: ante las puertas de la iglesia, como
no sólo en el medio con que Dios te paradójicas de su sociedad espiri- indican varios Rituales de los ss. XI-
revela su alianza con el hombre, sino tual" (Ad Diognetum 5,4), sintiendo a) Matrimonio y consentimien- xiv *; a este acto le seguirá luego la
también en el lugar en que se vive, se con profundidad la urgencia de la to. En primer lugar, es posible cons- celebración de la misa con la bendi-
experimenta la alianza tanto en la novedad que ellos traían a la histo- tatar el profundo influjo del derecho ción de la esposa. (Esto nos permite
dimensión de amor gratuito, de ága- ria; por eso eliminaron de su liturgia romano en relación con el pensa- subrayar un hecho: aunque los actos
pe, como en la dimensión de amor doméstica todo aspecto de la reli- miento cristiano, que acoge el valor jurídicos del matrimonio han pasado
fiel, de modo obstinado y a pesar de gión pagana (por ejemplo, el sacrifi- del consentimiento como hecho cons- a ser actos litúrgicos, se realizan sólo
todo. cio a los dioses familiares y los exce- titutivo del matrimonio; en efecto, "ante valvas ecclesiae"; esto viene a
sos licenciosos del cortejo nupcial). según el derecho romano sólo el con- demostrar el primado litúrgico, por
Dieron particular importancia a la sentimiento es estrictamente necesa- largo tiempo conservado, de la ben-
III. Tradición litúrgica procreación y a la educación de los rio para el matrimonio, cualquiera dición nupcial.) El intercambio de
hijos (Ad Diognetum 5,6). La im- que fuese su forma (es decir, se con- los consentimientos tuvo sanción li-
portancia eclesial del matrimonio es sideraban elementos secundarios las túrgica por primera vez en Norman-
La historia de la evolución de las subrayada por Ignacio de Antio- día. Para conferirle la mayor publi-
formas celebrativas del matrimonio, diversas costumbres nupciales con
quía, que casi invita a los cristianos que se celebraba el matrimonio y cidad posible, se convino que el acto
bajo muchos aspectos ya estudia- a casarse sólo con la aprobación del tendría lugar no ya en la casa de la
da 2 , espera todavía una interpreta- se expresaba el consentimiento). La
obispo (Ad Polycarpum 5,2). Tam- iglesia se preocupaba de que el con- novia, sino a la puerta de la iglesia,
ción completa y correcta, que tenga bién Tertuliano alude al hecho de ante la casa de Dios; por este motivo
en cuenta sobre todo la innegable sentimiento humano libre se expre-
que los cristianos, con ocasión del sara y fuera una realidad, sobre todo la expresión "in facie ecclesiae" tuvo
influencia de los modelos de pensa- matrimonio, a veces participan en la primero un sentido puramente ma-
miento y de cultura en que se ha ex- en el caso del matrimonio de los po-
celebración del sacrificio eucarístico bres. Entre tanto, sin embargo, los terial. Los dos Ordines más antiguos
presado el cristianismo, y las diver- y obtienen una bendición particular del matrimonio "in facie ecclesiae"
sas acentuaciones que afloran en la diferentes ritos (relativos al anillo, la
(Ad uxorem 2,9: CSEL 70,123). El dote, la entrega de la esposa, el tes- están testimoniados por un-Misal de
comprensión que la iglesia ha tenido obispo estaba también presente en el Rennes y por un Pontifical usado en
de su misión y de su relación con timonio de padres y amigos) se se-
matrimonio de los esclavos, de los guían realizando en el ámbito fami- la abadía normanda de Lire'. En
el mundo. La ausencia de síntesis catecúmenos, de los huérfanos y del Italia, en cambio, habrá que llegar
histórico-interpretativas capaces de liar, si bien bajo la mirada vigilante
clero. Ciertamente, todas estas indi- del sacerdote: todavía no se habían al concilio de Trento, que exige obli-
poner de relieve las líneas que han caciones habría que releerlas, para gatoriamente la presencia del párro-
determinado tal evolución hace cier- transformado en ritos litúrgicos,
una mejor interpretación puntual de como sucederá más tarde. Así, para co para ver imponerse tal praxis,
tamente más difícil el trabajo. Aquí las mismas, dentro de la lógica de mientras que hasta aquel momento
tenemos presentes con particular Gelasio I, la velatio es la prueba evi-
una comunidad cristiana que se es- dente del mutuo consentimiento •'; en el consentimiento era recibido por el
atención los desarrollos litúrgicos fuerza por ser signo dentro de un notario. En fin, la fórmula "Ego co-
del área romana. esta línea se coloca también la inter-
mundo que es y sigue siendo pagano, vención del papa Nicolás I en rela- niungo vos" (con la invitación a es-
tanto en sus estructuras como en su ción con los búlgaros (13 de noviem- trecharse la mano derecha) está ates-
1. Ss. i-n (IV). No se tienen in- mentalidad. bre de 866), cuando evoca el gran tiguada por primera vez en un Ordo
dicaciones claras y probatorias sobre principio de que sólo se necesita el de Rouen de finales del s. xiv ". Sin
la existencia de una celebración li- consentimiento para el matrimonio, embargo, no se puede interpretar la
túrgica propiamente tal del matri- 2. Ss. iv-Xiv (XV). En estos si- mientras que se puede prescindir de fórmula como la traducción ritual
monio: casi se podría definir el ma- glos se van delineando progresiva-
1247 Matrimonio
Matrimonio 1246
IV. El nuevo "Ritual y en la lógica de la alianza, y por
de las preocupaciones de la escolás- la esposa se hace comprensible si se del Matrimonio"12 tanto, como acontecimiento de la
tica relativas a la esencia y validez pone en relación con la velación de gracia y del amor de Dios, que se da
del sacramento; responde más bien las vírgenes consagradas a Dios ("vir- Este nuevo libro litúrgico, nacido a los esposos en la comunidad de
a la preocupación y voluntad de gines Deo sacratae"), consagración en el surco fecundo de la reforma santidad que es la iglesia, para que
traspasar de los padres al sacerdote de la que las nupcias constituyen el litúrgica del Vat. II, se aprovecha de puedan vivir en plenitud su comu-
la traditio puellae, de forma que sacramento o realización simbólica la reflexión teológica suscitada por nión de pareja.
pueda garantizar la libertad a la es- en la vida en el mundo. En efecto, en el fermento conciliar en torno al mis-
posa. este período se va afirmando la vela- terio del matrimonio cristiano. 3. ANÁLISIS DEL RM. La consti-
lio virginis, que es cabalmente la so- tución litúrgica SC (77-78) no sólo
b) El velo y la bendición nupcial lemne consagración de una virgen. 1. LOS LÍMITES DE LA REFLEXIÓN había reconocido la necesidad de
durante la eucaristía. A partir de la Ahora bien, la esposa cristiana, me- TEOLÓGICA PRECEDENTE. Debiendo una reforma del rito del matrimonio,
mitad del s. ív está atestiguada una diante la velación, era colocada jun- aquí proceder sintéticamente, los po- sino que había indicado también al-
bendición presbiteral que acompaña to a la virgen consagrada en la demos articular en torno a algunas gunos criterios. El nuevo ritual, en
a la entrega del velo durante la euca- misma perspectiva de la unión con temáticas fundamentales. Ante todo, sus líneas teológico-litúrgicas, se pre-
ristía ': estamos frente a un rito que Cristo; unión que, mientras en la vir- por el notable influjo cultural (pla- senta ahora como una fuerte contri-
quiere simplemente expresar honor ginidad va directa a su fin, a través tonismo, estoicismo), no tenía en bución a la comprensión de la índole
(en efecto, es obligatorio para los del signo de las nupcias, en la vida consideración la realidad del amor típica del casarse en el Señor.
clérigos, y se niega a las prostitutas y conyugal llega mediatamente. Es de- dentro del matrimonio, sino que po-
a los fornicarios con ocasión de las cir, el matrimonio visibiliza la reali- nía en primer lugar la procreación,
dad nupcial del misterio de Cristo, a) Desde el punto de vista cele-
segundas nupcias). No se trata del con el fin de asegurar la posteridad y brattvo. Ciertamente, el hecho más
flammeum de Roma, que cubre la la virginidad visibiliza el más allá de la administración del patrimonio.
esta realidad. notable es que el nuevo RM inserta
cabeza de la novia ya al comienzo de En segundo lugar, había en ella un la celebración del matrimonio du-
la ceremonia en la casa paterna; es, juicio fundamentalmente pesimista rante la misa, facilitando así la lec-
por el contrario, un velamen sacer- 3. EL RITUAL DE 1614. Este Ri- sobre la sexualidad como valor, jui- tura-comprensión-anuncio de la rea-
dotal, porque lo extiende el obispo tual, que permaneció en vigor hasta cio cuyas raíces, que se remontan a lidad celebrada como realidad estre-
de modo que cubra completamente 1969, contiene y codifica el Ordo la época patrística (dualismo gnósti- chamente unida a la alianza, cuya
a la esposa y los hombros del esposo, medieval acerca del intercambio de co y maniqueo), todavía en nuestro celebración vértice es la eucaristía:
cuya cabeza queda descubierta. Son los consentimientos in facie eccle- siglo hace difícil una adecuada colo- de jurídico, el acento se ha hecho
diversos los testimonios que nos do- siae, la unión de las manos con la cación de la sexualidad dentro del teológico. En segundo lugar, la
cumentan el texto de la bendición de fórmula sacerdotal "Ego coniungo matrimonio y la determinación de eucologio del nuevo RM —que en
la esposa (junto con los textos de la vos", la bendición del anillo nupcial un valor propio que no sea el instru- sus dos tercios aproximadamente
misa nupcial): el Sacramentarlo ve- de la esposa y la fórmula de conclu- mental de la procreación, al par que consiste en nuevas composiciones y,
ronense, recogido luego y retocado sión. Sin embargo, no pretende abo- reduce la noción de amor conyugal respecto al resto, en reelaboraciones
por el Sacramentarlo gelasiano y lir formularios y "costumbres loa- a la categoría de un amor de amistad de textos antiguos— logra revelar la
por el Sacramentarlo gregoriano'". bles" en uso en aquel tiempo. En efec- carente de toda relación con la reali- riqueza de la realidad matrimonial ".
El puesto central de la esposa en la to, recogiendo los términos mismos dad y manifestación sexual. El mismo leccionarlo, además de
oración de bendición " parece deber- del decreto tridentino Tametsi (DS ofrecer una selección de lecturas más
se, aparte de a la influencia de las 1814), el Ritual hace seguir a las pa- bien abundantes en la cantidad
costumbres —legislación longobar- 2. LA REFLEXIÓN TEOLÓGICA RE-
labras "Ego coniungo vos..." la rú- CIENTE. La superación de los condi- (veintiocho perícopas, ocho del AT,
do-franco-germánico-romana—, brica "vel alus utatur verbis iuxta re- diez de los escritos de los apóstoles,
también a la teología paulina expre- cionamientos precedentes se ha pro-
ceptum uniuscuiusque loci ritum", ducido gracias a que se ha afirmado, diez de los evangelios) y en la varie-
sada en 1 Cor 11,2-5 (sobre todo 7- precisando asimismo más adelante: dad de los temas tratados, ayuda a
8), según la cual el hombre, imagen en el plano cultural, una interpreta-
"Ceterum sicubi aliae laudabiles ción personalista del matrimonio, y colocar el matrimonio en un contex-
de Cristo, es cabeza de la mujer, consuetudines et caerimoniae in ce- to más amplio de vida cristiana y de
imagen de la iglesia: para la mujer, gracias a la recuperación, en el plano
lebrando matrimonii sacramento ad- teológico, de la significatividad sa- historia de la salvación, en cuyo in-
por tanto, el marido se convierte en hibentur, eas convenit retineri" (Rit. terior resalta más claramente su va-
figura Christi ("nubat in Christo": cramental del mismo. En este último
Rom., tít. Vil, c. II, nn. 2 y 6). El nivel, el sacramento se ve no como lor de signo sacramental. Ciertamen-
Sacramentarlo gregoriano), por lo Misal, en cambio, contiene la anti- te, los fragmentos son diversos en la
que la fidelidad y sujeción de la es- algo que se añade desde fuera: es el
gua liturgia romana, en la tradición mismo matrimonio visto en la pers- inspiración y en el contenido. Es asi-
posa al marido es un servicio presta- gregoriana (las lecturas bíblicas son mismo evidente que diversos textos
do a Cristo. Además, la velación de pectiva de la fe, es decir, en la óptica
Ef 5,22-23 y Mt 19,3-6).
Matrimonio 1248 1249 Matrimonio
no son de inmediata comprensión, la realidad del matrimonio se lee a la
luz de la relación Cristo-iglesia (pri- nio) remiten con fuerza: "En el en situaciones bastante diversas bajo
no hablan de por sí, no entran por sí amor, el hombre siente la experien- el punto de vista de la fe. En el cam-
solos en sintonía con el acontecimien- mera colecta), pascua-iglesia-matri-
monio (segundo prefacio), eucaristía cia de la plenitud, de la generosa be- po eclesial, por ahora, la cosa se
to que se está realizando: estas lectu- nevolencia, de la convivencia y del afronta de un modo que no parece
ras exigen una contextualización y y matrimonio (primera oración des-
pués de la comunión), matrimonio y encuentro unificador. Sin embargo, resolver los problemas, sino más
no pueden ser interpretadas de for- percibe también que el amor está bien complicarlos o al menos dife-
ma moralizante; indican todo el via- procreación (primer prefacio), ma-
trimonio y nacimiento en la fe y en siempre amenazado por la infideli- rirlos: "La tendencia a hacer confluir
je que el tema matrimonial ha reco- dad, por la separación y la muerte; en el momento de la elección del ma-
rrido en la biblia, hasta que, en Cris- el amor (segunda y tercera colecta,
tercer prefacio). En un estudio muy siente que el otro no es la respuesta trimonio religioso una larga serie...
to, el amor de Dios se ha hecho plena y exhaustiva de los anhelos del de problemas pastorales de fondo
visible, se ha puesto al alcance de detallado, A.M. Triacca indica otras
temáticas teológicas, fruto de un corazón. El hombre suspira por un no puede razonablemente constituir
todos. La persona de Cristo, el mis- amor eterno y profundo. Ciertamen- —por sí sola— una perspectiva de
terio del reino son el punto de obser- examen de los textos del nuevo rito:
el matrimonio es anamnesis del mis- te que lo que él ama no es solamente trabajo verdaderamente idónea para
vación exacto de todo el leccionario. otra persona, sino el misterio de la aportar soluciones. Hasta ahora esta
La liturgia del matrimonio se articu- terio de la creación, del misterio de
la alianza, del misterio nupcial de persona, misterio que se revela y se orientación ha pretendido manifes-
la en cuatro momentos: las pregun- encarna en ella, pero que también se tar la voluntad de afrontar en tonos
tas, el consentimiento, la bendición Cristo y de la iglesia, del misterio
pascual en su globalidad; es oblación oculta y se retrae... Las religiones serios y correctos un momento pas-
y entrega de los anillos, la oración llaman Dios a ese misterio supremo toral de innegable importancia, he-
de los fieles. Es ciertamente posible, del don recíproco y responsable de
la propia persona, de la fidelidad e inefable que todo lo penetra y cir- cho todavía más central por la situa-
a través del fluir mismo del rito y de cunda, que en todo se revela y se ción cultural y política de hoy; pero
su expresión verbal, captar la reali- conyugal; es santificación (celebra-
ción de la obra del Espíritu Santo y oculta. El tú al que el hombre está ella no puede bastar ya para dirigir
dad de los esposos como protago- abierto radicalmente no es, por tan- la acción pastoral en el campo sa-
nistas de la celebración: el ministro del permanente amor donado); es
acto de culto por varios motivos- to, el tú hermano, sino el tú divino. cramental en un momento histórico
(que recibe el consentimiento) se con- Por eso, en lo profundo, el hombre como éste. Hay que decir más bien
figura como expresión de la iglesia, teológico-litúrgicos; es vida (celebra-
ción que aspira a la integración entre está desposado por y con Dios. La que la tendencia a reconocer como
testigo de tal realidad, que se asocia otra persona es el sacramento de problemas sólo con ocasión del ma-
luego al rito con la oración común. vida y misterio, al entendimiento y a
la maduración recíprocos en la vida Dios: el lugar personal de la comu- trimonio algunos nudos pastorales
La antigua oración de bendición (en nicación epocal e histórica del amor que en realidad tienen en otro lugar
un tiempo sobre la esposa únicamen- diaria) ". En el leccionario, los temas
bíblicos se pueden articular así: la divino. Uno es sacramento para el sus comienzos, y deben por tanto te-
te) se presenta ahora como oración otro, donde Dios se manifiesta como ner en otro lugar una primera solu-
de bendición "de la esposa y del es- relación Cristo-iglesia se reactualiza
en el matrimonio; el aspecto comu- próximo, porque es sentido en la ex- ción, no puede ser una perspectiva a
poso". (La primera es el antiguo tex- celencia del amor, y al mismo tiem- largo plazo; el resultado consiguien-
to "Deus, qui potestate virtutis nional del matrimonio (ayuda mu-
tua, amor indiviso, caridad); el ma- po como distante, porque se oculta te de cargar con peso pastoral enor-
tuae...", que ahora ha experimenta- bajo el sacramento" 17 . me el momento del matrimonio po-
do sustanciales retoques; la segunda trimonio es respuesta a una voca-
ción, es por el reino, está al servicio dría tener —paradójicamente y por
y la tercera son nuevas.) La actual razones opuestas— efectos irrelevan-
colocación litúrgica de la oración de del reino y es un modo de vivirlo;
matrimonio y misión; matrimonio y tes o destructivos" ". Entre tanto, se
bendición manifiesta de modo claro V. Orientaciones pastorales han multiplicado las tomas de posi-
el vínculo entre matrimonio y euca- procreación. Estamos sin duda ante
ción, las voces que invocan la sepa-
ristía l4. una temática vastísima, que se ha ins- Es vasta y diversa la problemática ración de las competencias civiles de
pirado en la reflexión teológica con- que se ha desatado en torno al tema
temporánea posconciliar y que no las religiosas (para poner más de re-
del matrimonio. lieve el significado de salvación del
b) Desde el punto de vista teoló- sólo es susceptible de nuevas y posi-
gico. Cierta disonancia de acento y tivas profundizaciones, sino que matrimonio cristiano), una celebra-
de perspectiva entre los textos euco- puede entrar en diálogo positivo y 1. EVANGELIZACIÓN Y SACRA- ción efectuada de modo gradual en
lógicos (ciertamente más ricos) y los constructivo con las instancias per- MENTO DEL MATRIMONIO. El proble- el tiempo o bien diferenciada según
praenotanda se ha puesto ya de re- sonalistas de la cultura contemporá- ma fe-sacramentos encuentra con- la situación espiritual y de fe de los
lieve en diversos estudios l5. Sin em- nea para hacerles redescubrir el mis- cretamente en el capítulo del matri- esposos y de la asamblea. Cierta-
bargo, es posible descubrir la rique- terio de lo sobrenatural, al que cier- monio un momento agudo y fuerte mente, una tarea se hace cada vez
za del casarse en el Señor si se presta tos momentos nodales de la vida del del actual debate y camino de la igle- más urgente: la de definir las condi-
atención a la exuberante temática hombre (por ejemplo, el matrimo- sia española'". En efecto, el matri- ciones de eclesialidad que competen
eucológico-bíblica. En la eucologio monio religioso es solicitado hoy por al matrimonio cristiano, de forma
parte de personas que se encuentran
Matrimonio 1250 1251 Matrimonio
que se pueda afrontar la actual si- misterio del matrimonio cristiano"; Cristo— en todos sus componentes esposos se comprometen, en primer
tuación de modo más correcto, pre- 2. "Al apreciar las diversas situacio- (negándose así a realizar únicamente lugar, con Cristo, a quien prometen
cisamente porque el problema pas- nes de fe, no se trata de valorar la iniciativas de defensa), privilegiando fidelidad para vivir desde él y signi-
toral no atañe sólo al ámbito litúrgi- moralidad o la bondad de una per- sin embargo la presencia de parejas ficarle en la nueva situación de su
co celebrativo, sino que se plantea sona, ni siquiera la práctica externa de esposos y de novios en la línea de vida; se comprometen en fidelidad el
en un plano teológico-pastoral que de actos religiosos, sino de si sus aquella intuición, en gran parte nue- uno con el otro para vivir, desde la
se puede referir, en último término, convicciones cristianas se manifies- va en el plano tanto teológico como perspectiva de la fe, un amor de en-
al tema fe-sacramento del matri- tan más o menos claramente en un pastoral, del ministerio conyugal27. trega absoluta y sacrificada, capaz
monio. comportamiento individual y social de perdonarse y recrearse siempre;
A este propósito, la Comisión epis- consecuente"; 3. "Cuando surjan ca- 3. LOS ESPOSOS CRISTIANOS, se comprometen con la iglesia, cuyo
copal española para la doctrina de sos de contrayentes descristianiza- LLAMADOS A ANUNCIAR EL EVANGE- misterio revelan en su entrega y fide-
la fe en el documento citado (nota dos, será preciso discernir las causas LIO. Una tarea inaplazable de la co- lidad, y la cual acrecientan con su
18) se plantea el grave problema pas- con vistas a un tratamiento pastoral munidad cristiana hoy es la de in- fecundidad y compromiso apostóli-
toral de la admisión o no al sacra- adecuado. Si el motivo es la igno- ventar un modo nuevo de vivir la co... El sacramento del matrimonio
mento del matrimonio a los de du- rancia de la fe o la indiferencia, es vida matrimonial y familiar en el hace así presente, en el seno de la
dosa fe. "¿Hasta qué punto se puede imprescindible una catequesis básica marco de la actual realidad histórica comunidad eclesial y entre los hom-
admitir a quienes se encuentran en o catecumenado. Solamente en ca- y socio-cultural. Ante todo hay que bres, la realidad de la unión solidaria
estas situaciones a la celebración de sos extremos de rebeldía o alarde de subrayar que la novedad de la reve- de Jesús con la iglesia y con toda la
un sacramento que como tal implica falta de fe, se procurará hacerles lación cristiana no se refiere tanto a humanidad. Jesús, al hacer del ma-
una verdadera profesión de fe por comprender que el sacramento del la familia cuanto al matrimonio, es trimonio lugar de su presencia sal-
parte de los contrayentes? Es nece- matrimonio supone la fe, y que sin decir, a aquella relación fundamen- vadora y encuentro de los esposos
sario evitar decisiones precipitadas, fe no es lícito celebrarlo. Sin embar- tal hombre-mujer sobre la que se con el Espíritu, con la comunidad
actuar con prudencia y discerni- go, antes de tomar una decisión, construye la vida familiar. La Escri- cristiana y con el mundo, lleva la
miento, tener una gran comprensión recúrrase al parecer del obispo" 21 . tura no nos ofrece un modelo único experiencia humana del amor, de
con todos, esforzarse por ayudar a Se trata de indicaciones concretas de familia (en cada ocasión se asu- suyo ya significante y abierta, a su
los esposos a alcanzar las disposicio- orientadas a una pastoral prematri- men modelos histórico-sociológicos más alto grado de eficacia y a su
nes espirituales adecuadas" 20 . Preci- monial y a una renovación espiritual de las diversas épocas y lugares); nos perfección. El matrimonio, que ya
samente para responder a la grave- de los contrayentes con vistas al cre- invita a vivir la realidad familiar asu- era santo por su creación y desde su
dad de la situación descrita se ofre- cimiento cualitativo de su testimonio miendo ciertamente las connotacio- origen, se hace realidad nueva en
cen criterios capaces de orientar de en la comunidad cristiana. nes que el contexto socio-cultural toda su dimensión espiritual y cor-
modo correcto la praxis e indicacio- propone, pero en la perspectiva del poral: santificada, por su participa-
nes aptas para garantizar y valorar 2. TAREAS DE LA COMUNIDAD reino. Ahora bien, es tarea de la pa- ción del misterio de Cristo, y santifi-
las condiciones de fe, y por tanto de CRISTIANA. A la luz de cuanto se ha reja proclamar, mediante opciones cadora, por la acción sacramental
posibilidad de celebrar el rito mismo dicho resulta evidente la urgencia, concretas, el significado de la exis- del Señor. La nueva realidad cristia-
en las orientaciones doctrinales y pas- para la comunidad cristiana, de una tencia cristiana en el matrimonio, re- na del matrimonio confiere nueva
torales contenidas en la introducción decidida toma de conciencia en or- chazando toda identificación entre profundidad, sentido y eficacia a las
del RM: 1. "Conviene distinguir den a la evangelización del matri- valores que duran y estructuras que actitudes, gestos y palabras de la
aquellas personas de fe viva (perso- monio, que ha de llevarse a cabo me- pasan, mostrando suma disponibili- vida cotidiana, al amor y al dolor
nal, activa), de otras de fe ambiental diante instrumentos pastorales ade- dad para lo nuevo y manteniendo compartidos. Cristo los hace suyos
(infantil, heredada no personal) y de cuados. Ya no es posible dar la constante atención a los signos de para darles toda la eficacia liberado-
aquéllas, descristianizadas (que han preferencia a iniciativas más o me- los tiempos. Esto implica, por parte ra, transformadora y santificadora
perdido la fe o no influye en su vida). nos episódicas, fragmentarias y oca- de los esposos cristianos, gran capa- que tuvo su misma vida. El matri-
Estas circunstancias se pueden dar sionales en el plano del anuncio; se cidad crítica frente a los nuevos mo- monio cristiano aparece así ante los
en los dos contrayentes por igual o debe apuntar, mediante el instrumen- delos propuestos, de suerte que se- hombres como signo y presencia del
distintas en cada uno, creando situa- to de los itinerarios de fe, a la pro- pan intuir en cada ocasión su com- amor del Padre, revelado en Jesús.
ciones complejas que se han de tener moción permanente de una concien- patibilidad o su incompatibilidad, Signo de la fuerza liberadora del
en cuenta en la celebración y en la cia conyugal y familiar que caracte- con vistas al anuncio del novum que amor. Signo de la apertura universal
catequesis previa, para no aplicarles riza no sólo a los esposos y a las exige la sacramentalidad de la rela- de un amor que empuja a la cons-
una pastoral indiscriminada o una familias, sino a toda la comunidad ción interpersonal y del encuentro trucción de un mundo nuevo. Signo
celebración indiferenciada, como si eclesial —llamada a expresar y a tra- específico de dos seres humanos: de fidelidad, vivida también como
todos fueran capaces de entender el ducir en la historia la novedad de "En el matrimonio sacramento, los perdón y comienzo nuevo. Signo de
1253 Memorial
Matrimonio 1252
Conc, t. III, n. 87, 1973, 23-24 — " Cf Espiri- Ritual del Matrimonio, en "Phase" 86 (1975)
la donación total, en la que la entre- praesenti". Ésta es la época del desmoronamien- tualidad del matrimonio, documento de la Co- 93-104; Floristán C , La preparación al matri-
ga mutua expresa en profundidad y to del imperio carolingio, cuya primera víctima monio, en "Phase" 124(1981) 315-323; Oriol J.,
misión Episcopal Española para la Doctrina de
fue la familia — 6 Véanse las diversas fuentes
autenticidad la realidad nueva de los publicadas por H. Schmidt, Rituel et sacramen- la fe, en Documentos de la CEE, BAC, Madrid El nuevo Ritual de matrimonio, en "Phase" 51
que se han hecho una sola carne. 1984, nn. 27-28, pp. 419-420 — " F. Brovelli, (1969) 293-295; Rodríguez del Cueto C , Litur-
tante du mariage chrétien, en QL 1 / 2 (1975) 20.
Evangelizzazione e sacramenti: analisi, criteri gia del matrimonio, en "Colligite" 93 (1978) 53-
Signo de la fuerza creadora de Dios Recuérdense además las intervenciones del con-
62; Sastre A.-R., Aspectos del nuevo derecho
cilio Lateranense, de 1215, que declara ilícitos di valutazione, oriemamenti nei documenti della
manifestada en la procreación de los conferenza episcopale italiana. Contributo per matrimonial, en "Phase" 142 (1984) 291-318;
hijos"23. Dentro de esta perspectiva los matrimonios clandestinos (DS 817), y el de-
creto Tametsi, del concilio de Trento, que los una pastorale dei sacramenti, en RL 2 (1980) Sustaeta J.M., El nuevo Ritual del Matrimonio,
es como hay que releer las diversas declara inválidos (DS 1813-1816) — 1 P. Jou- 197-198 y nota 88 — *> O.c, n. 28, p. 419 - en "Phase" 57 (1970) 251-266; Useros M., Nue-
21
manifestaciones del amor interper- nel, // matrimonio, en La chiesa in preghiera. RM, nn. 10, 11, 12 — 22 Cf RM, nn. 84-86; vo ritual y pastoral de la celebración del matri-
sonal, en su significado más profun- Imroduzione alia liturgia (por A.-G. Marti- CEE, Matrimonio y familia, en Documentos de monio, PPC, Madrid 1969; VV.AA., El matri-
mort), Desclée, Roma 1963, 649 (trad. cast.: La la CEE, BAC, Madrid 1984, nn. 122-127, pp. monio: preparación y celebración, en "Phase"
do y en sus connotaciones fundamen- iglesia en oración. Herder, Barcelona 19672) —• 557^558 - 23 CEE, o.c, nn. 44^16, pp. 532- 86(1975)83-143.
tales, incluida la misma dimensión 8
J.B. Molin y P. Mutembe, Le rituel du maria- 533.
sexual. En esta perspectiva, la expe- ge en France du 12e au 16e siecle, Beauchesne,
riencia de la pareja cristiana se con- París 1974, 124 y 127 (303-305 en el texto del G. Colombo
vierte también en lugar de impugna- Misal) — ' H. Schmidt, a.c. (en la nota 6), 21-
22, recoge los testimonios del Ambrosiaster,
ción de todas las formas alienantes Commentarius in XIII epistulas paulinas 7,40:
BIBLIOGRAFÍA:
con que se vive y se expresa la reali- PL 17, 238, y Quaestiones Veteris el Novi Testa- 1. En general
dad de la sexualidad en el matrimo- menti: CSEL 1, 400; del papa Siricio, Epistula MEMORIAL
ad Vigilium: PL 13, 1171; de Ambrosio, Exame- Adnes P., El matrimonio, Herder, Barcelona
nio (sexo sin amor y privatización 19732; Auer A., Matrimonio, en CFT 2, Cris-
ron 5, 8: CSEL 32, 1, 153; de Paulino de Ñola,
de la experiencia matrimonial libre Carmina 25, 199-232: CSEL 30, 244-245 — tiandad, Madrid 1966, 602-614; Baldanza G„ SUMARIO: I. La problemática - II. Reseña de
de "vínculos institucionales"). En ,ü
L.C. Mohlberg, Sacramentarium Veronense, Matrimonio, en CFT 3, Sigúeme, Salamanca los estudios sobre el tema: I. Primeros comien-
conclusión: hay que redescubrir el Herder, Roma 1966, nn. 1105-1110; J. Deshus- 1982, 476-496; Borobio D., Sacramentalidad e zos; 2. Investigación protestante: a) Rudolf
matrimonio como lugar de salva- ses, te Sacramentare Grégorien, Ediúons Uni- indisolubilidad del matrimonio, en "Phase" 124 Otto, b) Joachim Jeremias y Wilhelm Stáhlin,
versitaires, Friburgo 1971, nn. 833-839; L.C. (1981) 271-291; Conferencia E. Española, Ma- c)Peter Brunner; 3. Contribución católica: a) J.
ción, de gracia, de servicio, y todo Mohlberg, Líber Sacramentorum Romanae trimonio y familia hoy, PPC, Madrid 1979; A. Jungmann, b) Viktor Warnach y Johannes
esto en perspectiva esencialmente teo- Aeclesiae ordinis anni circuli (Sacramentarium Kasper W., Teología del matrimonio cristiano, Betz; 4. Tomas de posición ecuménicas: a) Lund
lógica, en cuanto que no es el matri- Gelasianum), Herder, Roma 1968, nn. 1443- Sal Terrae, Santander 1980; Duquocq Ch., Ma- 1952; b) Montreal 1963 - III. Síntesis teológica:
trimonio: amor e institución, en "Selecciones de 1. Los fundamentos bíblicos del concepto cul-
monio el que se hace, con sus solas 1445 — " Con mucha probabilidad la evolu-
tual de "memorial"; 2. El mandato de celebrar
fuerzas, realidad salvífica, sino que ción de la forma litúrgoica ha visto el paso de la Teología" 32 (1969) 285-294; Duss-Von Werdt
bendición de las nupcias (es decir, de la bendi- J., El matrimonio como sacramento, en MS el "memorial" en el NT; 3. El "memorial" en la
es Dios quien lo hace tal, a condi- ción de la forma litúrgica ha visto el paso de la 4/2, Cristiandad, Madrid 1975, 410-436; Larra-
tradición eclesiástica: a) En los textos doctrina-
ción de encontrar hombres y mujeres les, b) En los textos litúrgicos; 4. La realidad
bendición de la esposa (cf E. Schillebeeckx, // be J.L., El matrimonio cristiano y la familia, del memorial eucarístico: a) El "cómo", b) Su
que sepan acoger y vivir su palabra matrimonio. Realta terrena e mistero di salvez- BAC 346, Madrid 1973; Leclercq J., El matri- contenido - IV. Recapitulación.
en actitud de obediencia. Vivir el za, Edizioni Paoline, 19712, 350ss; para las monio cristiano, Rialp, Madrid 1962; Matri-
reflexiones siguientes, 348-359 — u Ordo Ce- monio natural y matrimonio cristiano, Herder,
matrimonio llega a ser entonces vivir lebrandi Malrimonium, Typis polyglottis va- Barcelona 1967; Martimort A.G., Contribución
la experiencia del amor humano en ticanis 1969 {—Ritual del Matrimonio, de la historia litúrgica a la teología del matri- I. La problemática
el horizonte de la fe. Conferencia Episcopal Española, Madrid
l3 monio, en "Phase" 122 (1981) 87-107; Piva P.,
1970) — Cf F. Brovelli, La celebrazione del Matrimonio, en DETM, Paulinas, Madrid
[/ Familia; / Evangelización y li- matrimonio. Analisi del nuovo rituale, en II ma- 1975, 636-646; Pompei A., Matrimonio, en
En la eucaristía, el sacramento del
turgia]. trimonio cristiano. Studi biblici, teologici e pas- NDT 2, Cristiandad, Madrid 1982, 1033-1051; altar, poseemos un memorial de la
torali. II nuovo rituale, LDC, Turín 1978, 275- Rincón T., El matrimonio, misterio y signo. Si- pasión del Señor; tal es la convicción
278 — l4 Algunos habrían preferido, como me-
jor solución, la colocación de la plegaria de ben-
glos IX-XII1, EUNSA, Pamplona 1971; Saldón antiquísima y obvia de la fe, como
E., El matrimonio, misterio y signo. Desde el s. afirma en términos clásicos la colec-
dición tras la manifestación del consentimiento,
NOTAS: ' P. Grelol, La coppia umana nella I hasta san Agustín, EUNSA, Pamplona 1971;
para darle a esta última una connotación menos
Schillebeeckx E., Matrimonio, realidad terrena
ta de la solemnidad del santísimo
sacra scrittura, Vita e Pensiero, Milán 1968, jurídica — l5 Véase en particular A. Carideo,
14 — 2 Cíen bibl. el párrafo sobre los estudios y misterio de salvación, Sigúeme, Salamanca Cuerpo y Sangre de Cristo según el
Teología della celebrazione litúrgica del matri- Misal latino de Pablo VI: "Deus, qui
histérico-litúrgicos — 3 K. Ritzer, Le mariage monio cristiano, en VV.AA., La celebrazione 1968; Tejero E., El matrimonio, misterio y sig-
dans les églises chrétiennes du Ier au IIe siecle, del matrimonio cristiano, Dehoniane, Bolonia no. Siglos XIV al XVI, EUNSA, Pamplona nobis sub sacramento mirabili pas-
Cerf, París 1970, 228, nota 450 — 4 Es conoci- 1977, 163-202 — " A.M. Triacca, La "celebra- 1971; VV.AA., Nuevos planeamientos sobre el sionis tuae memoriam reliquisti..." 1
da la desmesurada intervención legislativa de zione" del matrimonio: aspetti teologici-liturgi- matrimonio cristiano, Mensajero, Bilbao 1978; (el Misal español traduce: "Oh Dios,
los carolingios en relación con el clero, el cual ci. Contributo alia spiritualitá sacramentaría e VV.AA., Cuestiones fundamentales sobre ma-
adquiere relevancia y función notables en un alia pastorale litúrgica, en Realtá e valori del trimonio y familia, EUNSA, Pamplona 1980. que en este sacramento admirable
cuadro eclesiológico distinto; en efecto, de la sacramento del matrimonio (por A.M. Triacca nos dejaste el memorial de tu pa-
eclesiología de comunión se va evolucionando y G. Pianazzi), LAS, Roma 1976, 111-147 - 2. Pastoral y celebración sión..."). Es verdad que el concilio
17
hacia una eclesiología de tipo societario, mode- L. Boff, El sacramento del matrimonio, en de Trento anatematizó la idea de que
lada en la socielas feudal — 5 Son los "spon- Aznar Gil F., El nuevo derecho matrimonial
canónico, UPS., Salamanca 1984; Farnés P., El el sacramento es una "nuda comme-
salia de futuro" convertidos ya en "sponsalia de
Memorial 1254 1255 Memorial

morado"; pero pretendía condenar versia que se suscitó en torno a la a ciertas teorías orientales sobre la re-presenta el sacrificio cruento del
una concepción falsa y restrictiva del concepción caseliana 4 nos han ense- epíclesis, la afirmación final del inte- Señor en la cruz. Naturalmente, Jus-
memorial, ya que en el mismo con- ñado a comprender y a valorar de resante artículo merece toda nuestra tino no lo dice nunca con palabras
texto declaraba que por medio del nuevo el concepto de memorial en atención: "Desde el punto de vista explícitas; sin embargo, tiene todas
sacrificio de la misa se debía "repre- su sentido pleno: la realidad de teológico y litúrgico, la anamnesis las premisas de esta deducción". Cier-
sentar aquel sacrificio cruento" rea- aquello a que se refiere el memorial reviste una importancia de primer or- tamente, a lo largo del trabajo Casel
lizado "una sola vez (semel) sobre la no sufre menoscabo por ello, sino den, y hay que estudiarla con el ma- cita también a otros autores 6 ; pero
cruz", de forma que "su memoria per- que por el contrario se expresa cla- yor afán en las liturgias como una sólo él insiste en el motivo del me-
durase hasta el fin del tiempo" 2 . ramente; el memorial es un memo- de las notas características"; y con- morial en el trabajo mencionado de
Todo esto no extraña. Encontramos rial-real, la re-praesentatio de lo que cluye: "Este rito [el relato de la cena 1912, vuelve sobre él repetidamente
el memorial ya en los relatos de la se conmemora, la presencia real de del Señor y las palabras de la insti- y lo convierte en una de las colum-
institución de la coena dominica: lo que históricamente ha pasado y tución, seguidas del mandato de re- nas sobre las que descansa su con-
"Haced esto en memoria mía: eis ten que aquí y ahora se nos comunica de novar la cena], reducido así a sus cepción. Primer testimonio explícito
emén anámnesin" (1 Cor 11,24-25; modo eficaz. elementos esenciales, constituye pro- de este dato de hecho es el volumen
cf 22,19). Por eso el Vat. II en la SC bablemente el núcleo primitivo de la que sigue a pocos años de distancia
47 afirma: "Nuestro Salvador... ins- misa" (1895). (1918): Das Gedachtnis des Herrn in
tituyó el sacrificio eucarístico..., con II. Reseña de los estudios Pero por importantes que sean der altchristlichen Liturgie'. En res-
el cual iba a perpetuar por los si- sobre el tema estas afirmaciones, no provocaron puesta a la primera crítica consisten-
glos hasta su vuelta, el sacrificio de ninguna discusión teológica sobre la te dirigida contra su concepción por
la cruz, y a confiar así a... la igle- Una ojeada a los trabajos que ex- naturaleza de la anamnesis. Por lo J. B. Umberg en 1926, hace él del
sia el memorial de su muerte y resu- plican el significado de memorial/ que sabemos, y sin dejar de tener en memorial el punto central de sus ex-
rrección". anamnesis, muestra que hay un cre- plicaciones: Das Mysteriengedácht-
cuenta la importancia de otros tra-
Sin embargo, el significado pleno ciente interés por la interpretación bajos sucesivos, debemos constatar nis der Messliturgie im Lichte der
de este término no siempre se ha teológica del mandato del Señor que Odo Casel, el cual con sus tra- Tradition (1926)". Podríamos decir
comprendido y apreciado como me- "haced esto en memoria mía" y de la bajos publicados más tarde sigue que la idea, entonces, se cernía en el
recía. En el contexto de la reflexión celebración de la eucaristía, que en siendo el punto central de la discu- aire; sin embargo, fue Casel el pri-
sobre el alto grado de realidad que cuanto ejecución de tal mandato es sión, fue también cronológicamente mero en aferraría y formularla con
compete al sacramento de la euca- un memorial. el primero en formular en términos vigor. En los trabajos sucesivos la
ristía, la teología medieval no tuvo explícitos la tesis decisiva. En él no desarrolló con coherencia, recogió
en cuenta los términos conmemora- 1. PRIMEROS COMIENZOS. Entre los encontramos cita alguna de otras en una primera síntesis unitaria cada
tio, memoriale, memoria, como me- numerosos trabajos de este tipo en- fuentes (recientes): cita sólo su estu- uno de los motivos esparcidos acá y
nos apropiados. Los reformadores contramos un primer estudio explí- dio sobre los textos antiguos. En su allá en la tradición, y que también
del s. xvi, en su polémica contra el cito del concepto de anamnesis en el tesis de doctorado en Roma, de otros habían detectado, y supo dar-
carácter sacrificial de la eucaristía, artículo homónimo de F. Cabrol en 1912 5, sobre la Doctrina eucarística nos una interpretación de la eucaris-
interpretaron y valoraron en el sen- DACL 1/2 (1907). A decir verdad, el de san Justino mártir dice: "La santa tía dogmáticamente correcta. En re-
tido más débil su carácter de me- autor estudia sólo la parte de la misa eucaristía es, por tanto, la celebra- lación con nuestro tema, debemos
morial. que sigue a la consagración, "Unde ción memorial, mejor dicho, es la re- mencionar entre los trabajos sucesi-
Por eso en la teología católica de et memores", y sus paralelos en las presentación mística y por tanto en vos sobre todo Liturgie ais Myste-
la contrarreforma, durante los siglos liturgias no romanas (cois. 1880- cierto sentido la continuación de la rienfeier (1922); Mysterium, con tres
sucesivos, el concepto de memorial 1896), pero en tal contexto hace obra de la redención..., a fin de que importantes contribuciones suyas
pasó todavía más a segundo plano \ algunas afirmaciones importantes sus frutos se apliquen a los hom- (1926); Mysteriengegenwart (1928);
La situación cambiará sólo en los para nuestra cuestión: "Sólo recien- bres". Esto sucedería concretamente Art und Sinn der christlichen Oster-
últimos decenios. El estudio renova- temente en liturgia se ha aplicado el a través de la "confección de la euca- feier (1938), y la gran obra editada
do e intenso de las fuentes en el cam- término anamnesis a esta parte de la ristía". "Ésta, por tanto, es la cele- postumamente, Das christliche Op-
po de la exégesis y de la patrística, el misa posterior a la consagración... bración memorial, más aún, la re- fermysterium (1968)'. V. Warnach,
ahondamiento en la doctrina autén- En todo caso, el término es cómodo presentación de la encarnación y de que se encargó de la edición, dice en
tica de la alta escolástica y los traba- y merece ser conservado" (1880). la pasión del Señor: en otras pala- la introducción: "La idea de la
jos de Odo Casel sobre el "memorial Aunque el tema se mueve sólo en el anamnesis siguió estando en el cen-
marco de las discusiones sobre la uni- bras, de la obra de la redención".
del Señor en la liturgia cristiana an- "Parece, por tanto, que, según Justi- tro de sus tentativas, ordenadas to-
tigua" (como reza el título de un li- dad de la plegaria eucarística (del ca- das ellas a una teología profundiza-
non), sobre todo en contraposición no, la confección de la eucaristía es
bro suyo de 1918) y la gran contro- da de la celebración eucarística".
un sacrificio en cuanto representa y
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2. INVESTIGACIÓN PROTESTANTE. en un volumen de 1932 ". Allí remite la vez todo en el presente y se con- lili— Averbeck, 651). A propósito
Entre tanto, el mundo teológico ha- expresamente a Casel, cuyas expli- vierte en sentido pleno y estricto en de esto, Brunner cita expresamente
bía empezado a fijarse en la fecundi- caciones corresponderían exactamen- un acontecimiento actual" 12 . Resu- a R. Otto y su reconocimiento pio-
dad del motivo de la anamnesis. te al sentido de su tesis, y concluye: miendo, podemos decir con Aver- nero de la anamnesis cultual, "el
Aquí no vamos a ir más allá de re- "Un crítico ha definido mi concep- beck: "La investigación... dirigió en Gólgota, llega a ser en la cena acon-
cordar los datos más importantes, ción como católica. A mi me parece medida creciente su atención al hin- tecimiento aquí y ahora" (Averbeck,
sirviéndonos de la excelente panorá- que es la propiamente evangélica. Y terland veterotestamentario-judío de 652). "La cena instituida por Jesús...
mica trazada por W. Averbeck en su esas palabras de un católico [es de- la cena y descubrió en el culto el Sitz se coloca en el punto en que la ac-
libro Der Opfercharakter des cir, de Casel] hacen esperar que, so- im Leben de muchos textos del AT" ción salvífica histórica de Jesús en la
Abendmahls in der neueren evange- bre la base de esta concepción, pue- (p. 316). Ahora se habla de repre- cruz pone fin al antiguo eón y se
,0
lischen Theologie . dan un día ponerse nuevamente de sentación, actualización mediante hace ahora presente en la celebra-
acuerdo las confesiones separadas". anamnesis (entendida en el sentido ción de la acción memorial de la igle-
a) Rudolf Otto. Los primeros veterotestamentario) en la palabra y sia" (Averbeck, 652).
trabajos de Otto al respecto habían b) Joachim Jeremías y Wilhelm en el culto (Averbeck, 316-335).
aparecido ya en 1917 (Averbeck, Stáhlin. Entre los numerosos teólo- 3. CONTRIBUCIÓN CATÓLICA. En
119-126), pero ha seguido siendo un gos que han recogido la invitación c) Peter Brunner. Punto culminan- este momento la situación era, por
punto de referencia de la máxima de Otto recordamos a J. Jeremías, te de todas estas investigaciones y estu- tanto, la siguiente: partiendo de las
importancia para la investigación ul- Die Abendmahlsworte Jesu 1935', dios fue "el gran tratado de P. Brunner fuentes de la tradición eclesiástica,
terior en el ámbito de la teolo- 1967" (trad. esp.: La última cena. Pa- en el manual Leiturgia I, una síntesis y Casel había explicado insistentemen-
gía protestante. Remitiéndose a P. labras de Jesús, Cristiandad, Ma- una valoración clarificadora e irénica te la presencia de la acción salvífica
Brunner (Leiturgia I, 231, nota 172), drid, 1980). Trata el tema en el pá- de investigaciones y discusiones de de- de Cristo en la eucaristía con la ayu-
Averbeck afirma: "Las nociones de rrafo "... para que Dios se acuerde cenios, que arriba a una nueva pers- da del concepto de memorial, subra-
R. Otto sobre el acontecimiento de mí" (trad. esp., 261-281). Señala pectiva general sistemática... Entre los yando al mismo tiempo la realidad
anamnesis, aunque están necesitadas justamente que la fórmula deriva del autores católicos citados ocupan un verdadera y objetiva de la presencia
de correcciones en sus detalles, ha- lenguaje cultual litúrgico del judais- puesto especial los trabajos de O. Ca- dada mediante un memorial seme-
bría que considerarlas incluso como mo tardío (p. 271), para luego pro- sel, quien habría tratado infatigable- jante. La misma concepción se había
una anticipación adivinatoria de los poner una interpretación personal mente de comprender qué creyó la sostenido ampliamente también en
resultados de una investigación que no compartida por muchos: "eis iglesia antigua sobre la esencia del ambiente protestante, sobre todo
hoy está todavía en curso sobre pun- anámnesin se dice preferentemente culto eclesial"". En su ensayo "Zur bajo el impulso de R. Otto, que por
tos particulares, pero cuya idea fun- con referencia a Dios; designa siem- Lehre vom Gottesdienst der im su parte recuerda expresamente a Ca-
damental (re-presentación del acon- pre y sin excepción un hacer valer Ñamen Jesu versammelten Gemein- sel. Ahora también teólogos católi-
tecimiento salvífico a través de la algo ante Dios e implica una llama- de", Brunner dice que la palabra cos se abren al punto de vista de
anamnesis cultual) ha de darse por da a que Dios actúe" (p. 274). Más dirigida a la comunidad, es decir, Casel.
adquirida" (p. 126). Averbeck las re- importante todavía, aunque limitado intracomunitaria, es esencialmente
sume así: "El pensamiento sacral- al campo de la renovación litúrgi- "anamnesis de Cristo". Ésta a su vez
es "presencia del acontecimiento sal- a) J. A. Jungmann. Ya en su
numinoso ha de distinguirse de un ca en el interior del luteranismo, es gran obra Missarum Solérrima había
simple acordarse profano en el que, W. Stahlin. En su intento por mos- vífico irrepetible efectuada por el Es-
píritu". Se remite a las "investigacio- dicho Jungmann que, para explicar
mirando hacia atrás, nos hacemos trar que "el sacrificio de Cristo es el sentido pleno de la celebración de
de nuevo presente una cosa. En una hecho presente" en la cena, se basa nes de S. Mohwinckel, J. Pedersen,
A. Weiser, G. von Rad, P. Biller- la misa, "no podemos desde un prin-
celebración es más bien el objeto que sobre todo en el sentido bíblico de cipio limitarnos a sólo el concepto
celebramos cultualmente el que está anamnesis y de katanguéllein de beck, W. Marxen, etc. Mediante el
memorial, pasado y futuro entran en de sacrificio" (trad. esp.: Edica, col.
presente por sí mismo para nosotros. 1 Cor 11,24-26. Este último no ha- BAC, Madrid 19532, 240). "Hemos
La distancia y la distinción del tiem- bría que interpretarlo como un im- el presente" (Averbeck, 648s). "Se-
gún su opinión [de Brunner] la últi- de tomar por base de nuestra inves-
po quedan eliminadas de modo mís- perativo, como un mandato de pre- tigación un concepto más amplio...
tico: el una vez pasado y el futuro un dicar, sino que significaría procla- ma cena de Jesús revistió expresa-
mente y desde el principio un carác- El mismo Señor nos lo indica al in-
día se hacen presentes, acontecimien- mar la muerte del Señor. "Aquel sinuarnos, después de la primera con-
to, hic et nunc, están atemporalmen- memorial... no es sólo un acto de ter de anamnesis, que se vinculaba
no con las celebraciones conmemo- sagración, el sentido de su institu-
te aquí" (y. 123). Otto había expre- retrospección histórica, una especie ción: Haced esto en recuerdo mió.
sado estos pensamientos por prime- de jubileo o algo semejante, sino una rativas helenísticas, sino con el cul-
to veterotestamentario, especialmen- La misa es una función religiosa de-
ra vez en un breve ensayo de 1917, y genuina repraesentatio, en la que un dicada al recuerdo de Cristo" (240).
los había propuesto luego de nuevo acontecimiento de la historia entra a te con la cena pascual" (Leiturgia,
La misa es "una función religiosa en
Memorial 1258 1259 Memorial

memoria de Jesucristo, una acción de la cruz, los protestantes parecen la tradición y el magisterio de la tica, qué significa anamnesis (memo-
sagrada, que reaviva, en medio de la estar en amplia medida de acuerdo. iglesia"l6. ria, memorial, conmemoración). La
comunidad, los hechos de la historia En cambio, por lo que se refiere a la bibl. nos presenta muchísimos nom-
de nuestra salvación" (243). En su cuestión de cómo (Wie), estarían to- 4. TOMAS DE POSICIÓN ECUMÉNI- bres ilustres, comenzando por el es-
último libro, Messe in Gottesvolk. davía demasiado lejos de haber al- CAS. Entre tanto, la gran importan- tudio de N. A. Dahl, Anamnesis. Mé-
Ein nachkonziliarer Durchblick canzado un consenso... Tanto más cia del concepto de memorial la sos- moire et commémoration dans le
durch Missarum Sollemnia, dice digno de relieve es, por ello, el hecho tienen no sólo teólogos particulares christianisme primitif (1948), has-
como conclusión: "La conciliación de que no pocos teólogos protestan- católicos y protestantes; las Confe- ta la contribución de H. Patsch so-
clarificadora de los conceptos ha tes... se muestren favorables a la rencias mundiales de "Faith and Or- bre la anamnesis en el Exegetisches
sido encauzada en nuestro tiempo doctrina de los misterios, porque les der" también se han expresado posi- Wóterbuch zum NT\ (1980). Se re-
por el retorno a la idea de la reprae- parece la más idónea para expresar tivamente al respecto. conoce la gran importancia del con-
sentatio, y precisamente en el sentido la presencia genuina del aconteci- cepto. Se está de acuerdo en amplia
a) Lund 1952. El borrador pre- medida acerca de la cuestión de su
pleno del repraesentare, del hacer de miento de Cristo, sin atacar a su uni- paratorio de la Comisión litúrgica
nuevo presente, del poner de nuevo cidad tan insistentemente testimo- hinterland de origen y sobre el grado
está dispuesto a hablar de un sacrifi- de realidad de la cosa entendida con
de forma presente... El impulso de- niada por el NT. A diferencia de las cio eucarístico, "con tal que se susti-
cisivo ha venido... sorprendentemen- usuales teorías del sacrificio de la el concepto. En fin, se ha cobrado
tuya la idea de repetición por la de conciencia de que tales conocimien-
te no de la dogmática o de la historia misa, está incluso en condiciones de re-presentación", y se remite en
de los dogmas o de la liturgia en sen- justificar el carácter sacrificial de la tos son de no poco valor para la so-
particular a la teología de O. Casel lución de muchas cuestiones discuti-
tido estricto, sino —a través de Ca- eucaristía de un modo conforme con de Maria Laach. El informe oficial
sel— de la historia de la religión an- la Escritura" l5 . El "modo conforme das entre las iglesias separadas.
de la Conferencia manifiesta: "En
tigua. La tesis de los misterios de con la Escritura" significa esto: pre- la cuestión del elemento sacrificial
O. Casel ha pasado entre tanto a tra- cisamente el memorial que el Señor de la cena hemos alcanzado un gra- 1. LOS FUNDAMENTOS BÍBLICOS
vés del fuego de la critica, y en sus invita a celebrar, entendido en senti- do de consenso tal, que ninguno DEL CONCEPTO CULTUAL DE "MEMO-
rasgos esenciales ha sido acogida por do bíblico, hace presente la realidad de nosotros se lo hubiera esperado RIAL" Hoy existe un amplio acuerdo
parte católica y ha suscitado interés conmemorada sin hacerla salir de nunca"". en considerar que el hinterland del
y amplio consenso también por par- su irrepetibilidad histórica. Esto lo mandato de Cristo "haced esto eis
te protestante" '*. ha puesto claramente de manifiesto b) Montreal 1963. En esta Con- ten emén anámnesin " hay que bus-
J. Betz, a quien podemos considerar ferencia mundial todo esto se expre- carlo en el mundo bíblico-judaico
representativo de la teología dogmá- sa en términos todavía más claros: del AT y no en fenómenos del mun-
b) Viktor Warnach y Johannes tica propiamente tal. En el "nuevo do helenístico, por ejemplo en los
Betz. Tomas de posición correspon- "En la santa eucaristía... proclama-
curso de dogmática como teología mos y celebramos el memorial de las banquetes funerarios o en los "docu-
dientes encontramos ahora también de la historia de la salvación" Myste- mentos de fundación de antiguas aso-
en otros autores católicos. Warnach, acciones salvíficas de Dios. Dios no
rium salutis, al tratar del fundamen- repite lo que realizó en Cristo (en su ciaciones cultuales", como sostenía
en un largo artículo: "Das Messop- to bíblico-teológico de la eucaristía, por ejemplo Lietzmann (1907, y con
fer ais ókumenisches Anliegen", ha muerte y resurrección...) Sin embar-
Betz escribe: "Como la antigua pas- go, en la celebración memorial de mayor precisión en 1926) ". También
ilustrado las cuestiones candentes cua judía, la nueva pascua instituida Casel había insistido en estos últi-
que dividen a las confesiones, y dice, la eucaristía no recordamos sólo
por él [Cristo] no sólo es un recuer- acontecimientos pasados: Dios se mos paralelos. Sin embargo, él veía
entre otras cosas: en cuanto a la de- do hecho por los participantes en la en ellos sólo paralelos y no elemen-
terminación de la relación entre el hace presente a través del Espíritu
celebración de la misma, sino objeti- Santo '". tos causales, es decir, veía ejemplos
sacrificio de Cristo y el de la iglesia, va actualización cultual de la reali- de un eidos cultual que, apuntado
sólo el sacrificio de Cristo sería "en dad escatológica de la salvación". En vagamente en las acciones cultua-
el sentido verdadero del término sa- su "Reflexión sistemática", la "pre- les helenísticas, había encontrado
crificio expiatorio y salvífico, mien- sencia memorial del sacrificio de III. Síntesis teológica
en el campo cristiano plena y autó-
tras que el sacrificio hecho de ofren- Cristo" constituye el punto central noma realidad en virtud de la auto-
das y de oraciones de la iglesia, es de su explicación del carácter sacri- Sobre el fondo de tan numerosos ridad de Cristo. Sin embargo, el ma-
decir, la eucaristía, proporcionaría ficial de la eucaristía. "Que la euca- estudios debemos ahora considerar terial que el Señor ha utilizado y
sólo el recipiente o la forma en que ristía es presencia activa y memo- el intento de los teólogos, los cuales puesto al servicio de sus objetivos, el
se hace presente y aparece el sacrifi- rial del sacrificio de Cristo consti- en número creciente se preguntan humus de su nueva institución, se-
cio del Señor sobre la cruz, que es tuye la afirmación fundamental de expresamente, en el contexto de la gún el parecer de casi todos los estu-
irrepetible y el único propiciatorio... toda la doctrina sobre la misa. Este investigación científica litúrgica y diosos, es el mundo bíblico del AT.
Sobre la realidad, sobre el hecho juicio está avalado por la Escritura, teológica general, sobre todo en el "Si se quiere valorar el significado
(Dass) de la presencia del sacrificio campo de la exégesis y de la dogmá-
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permanente de O. Casel para el mo- 228). De forma semejante, cuando el proclamar. "Se trata siempre de una do del memorial veterotestamenta-
vimiento litúrgico, hay que buscar hombre es el sujeto de esta memoria comunicación, de una transmisión rio. Tanto si es Dios como si es el
los fundamentos bíblicos del concep- no se trata de un simple acordarse. de datos y acontecimientos... De la hombre el sujeto de tal recuerdo, se
to cultual de memorial... Esta inves- La memoria tiende siempre "a sacar importancia del mensaje y de la trata siempre de una memoria llena
tigación tiene la ventaja de situar en las consecuencias del recuerdo, sea autoridad que está detrás de él deri- de realidad: en su acordarse Dios en-
su justa luz la verdadera voluntad de por lo que se refiere al cumplimiento va su solemne carácter dramático. tra en acción y concede salvación y
O. Casel... y, al mismo tiempo, de de promesas hechas, sea por lo que En todo caso, la proclamación es co- gracia; de forma semejante, acordar-
corregir sus exageraciones, debidas se refiere a la conversión y al retorno municación de un acontecimiento se significa para el hombre, en con-
al influjo de la historia de las religio- a Dios" (ib, 231). Esto reviste parti- cronológica y objetivamente anterior secuencia, el propio volverse a Dios
nes, en la exposición del misterio del cular importancia en aquellos pasa- a ella, acontecimiento que no es pues- o bien el cumplirse de las promesas.
culto cristiano"20. "Haced esto en me- jes en que zkr "expresa la obligación to de nuevo, sino sólo dado a cono- El AT está totalmente jalonado de
moria mía, toüto poieite eis ten que tiene Israel de dedicarse a la me- cer. Por otra parte, tal toma de con- semejantes memoriales, en particular
emén anámnesin. El sentido profun- moria cultual, a la celebración cul- ciencia es de gran importancia para en los Salmos: Dios se acuerda, es
do de la santa cena no puede com- tual en general" (ib, 231). "La insti- todos los destinatarios. A través de decir, "hace de modo que, en fuerza
prenderse fuera del marco de la tra- tución cultual de Dios, que para el esta comunicación el hecho aconte- de su potencia creadora, tal memo-
dición litúrgica del AT"21. Punto de hombre es un memorial, en el re- cido se hace presente, es decir, su rial alcance la eficacia necesaria"25;
partida de todas nuestras reflexiones cuerdo de los hombres se convierte presencia se muestra (H. Schlier, Die y si es el hombre el que se acuerda,
es, por tanto, el AT. En el NT el por así decir en una perennización Zeit der Kirche, 249)". Ahora bien, éste "puede tener confianza, porque
término griego anamnesis figura de la acción salvífica histórica reali- todo esto es verdad de forma espe- acordándose se abre a la actualidad
sólo en contextos litúrgicos cultuales zada antaño por Dios, perenniza- cial en la celebración del memorial. de la acción salvífica de Yavé". La
y precisamente en Le 22,19; 1 Cor ción que pone a disposición de los "En toda religión de revelación orien- acción de Yavé, que representa el
11,24.25; Heb 10,3. "Al establecer su hombres la salvación siempre que tada a la historia el motivo del me- fundamento ontológico de tal con-
significado hay que tener presente celebran el memorial de aquella ac- morial representa un gran papel, y fianza, se hace sentir de la manera
el contenido veterotestamentario-ju- ción salvífica" (ib, 233). H. Gross así también en el AT". "Hay que re- más vigorosa "en el recuerdo actua-
daico del campo semántico de la dice como conclusión: "El contenido presentarse con trazos muy fuertes lizante del culto". "El memorial ju-
raíz zkr, en el sentido de una repre- y la profundidad que el vocablo cul- este memorial". No es preciso cierta- daico se concretaba de la manera
sentación o reactualización del pa- tual zkr tiene en el AT, las disposi- mente difuminar "la irrepetibilidad más intensa en la fiesta de los taber-
sado que no se queda simplemente ciones y la actitud que requiere del pasada del acontecimiento histórico- náculos (Lev 23,33ss), en la fiesta de
en pasado, sino que se hace eficaz- israelita creyente revisten una impor- salvífico... a favor de una confusa los purim (Est 9,28) y sobre todo en
mente presente (cf el memorial pas- tancia en modo alguno despreciable identidad entre pasado y presente"; la de la pascua"2*.
cual en Ex 12,14; 13,3.8 y passimj". para la comprensión del mandato sin embargo, "el particular no perci-
Así resume la opinión convergente dado por Cristo en Le 22,19; 1 Cor biría distinción alguna entre el favor El significado del memorial para
de la investigación moderna H. ll,24s"(/¿, 237). de Dios concedido en otro tiempo a la celebración de la pascua hebrea
Patsch 22. sus antepasados y la celebración de ha sido ilustrado a fondo por N. Fü-
Estas ideas están hoy difundidísi- tal acontecimiento en el culto". Se glister 2\ La celebración anual de la
Como demuestran las concordan- mas. J. Jeremías las había expresado trata de un "memorial eficaz y real pascua israelita es, en cuanto día fes-
cias, formas de la raíz zkr aparecen ya en La última cena. Palabras de en la repetición cultual de \o que su- tivo, un memorial (zikafon). "En
en la biblia hebrea del AT unas dos- Jesús, aun cuando su explicación cedió en otro tiempo". El mismo este concepto de memorial, que se
cientas treinta veces. "Un examen particularmente matizada la recha- Neuenzeit, desde esta perspectiva, aplica de modo particularísimo a la
de los textos en que Dios aparece zan casi todos ". Concordes en remi- concluye así a propósito de la con- pascua, podemos ver sin más el nú-
como sujeto de zkr permite recono- tirse a este fondo veterotestamenta- cepción paulina de la eucaristía: cleo de la liturgia pascual, al que en
cer que este verbo juega un papel rio son en principio estudiosos como "Este memorial no es un acordarse cierto modo pueden referirse o redu-
esencial en la autorrevelación de P. A. H. de Boer, H. Haag, J. Schil- subjetivo, sino que lleva los rasgos cirse los ritos... Su objeto es el de
Dios y dibuja un trazo fundamental denberger, M. Thurian, H. Gross, del acontecimiento objetivamente vá- impedir que las acciones salvíficas
en la representación veterotestamen- N. Füglister, E. Haag, H. Patsch. lido y vinculante. Como en el caso de Yavé caigan en el olvido, el de
taria de Dios" (H. Gross [vide bibl.], Resumimos sus ideas siguiendo a de la proclamación solemne, así me- traerlas continuamente a la memoria
227). Esta memoria de Dios no es un P. Neuenzeit24, precisamente porque diante el memorial objetivo el acon- y, de este modo, el de renovarlas y
simple acordarse, "sino más bien un este autor se distancia expresamente tecimiento salvífico... se hace real- actualizarlas año tras año ante todo
comportamiento de Dios que con- de la interpretación caseliana de este mente eficaz y presente". en el pensamiento y en el sentimien-
duce a Dios mismo a intervenir de dato de hecho. Neuenzeit subraya to". Luego, Füglister utiliza el moti-
nuevo en la realidad histórica... y ante todo el sentido pleno del ver- vo de J. Jeremías —"para que Dios
que por tanto pasa a la acción" (ib, bo katangéllein = predicar, anunciar, Los autores no se cansan de ilus- se acuerde..."—; pero las conclusio-
trar en toda su amplitud el significa-
Memorial 1262 1263 Memorial
nes que saca son válidas también sin testamentaria de la eucaristía: a tra- logia con instituciones memoriales anuncio y el anuncio real, que hace
tal soporte explícito: "Por tanto, en vés del memorial objetivo, Dios y su paganas y con la tradición festiva y realmente presente lo que se anuncia
la noche de pascua no sólo se acuer- salvación se hacen presentes aquí y especialmente pascual judía induce Con la acción o la palabra, en con-
da Israel de Yavé y de sus acciones ahora. Y en la medida en que Dios a pensar que aquí se establece una traposición a un anuncio mental que
salvíficas, sino que también Yavé se se hace presente en Cristo, en cierto institución destinada a ser objetiva- establece sólo una relación intencio-
acuerda de Israel y de sus devotos. modo se va haciendo presente tam- mente en sí misma una institución nal con la cosa anunciada". Luego
Este recuerdo por parte de Yavé sig- bién la acción salvífica realizada en memorial. En el contexto de Le 22,7- cita a numerosos autores que admi-
nifica, en correspondiencia con las otro tiempo". 18.19-20, el v. 19b podría ser desde ten una acción-anuncio, mientras
concepciones bíblicas y del judaismo Todas estas explicaciones nos di- luego explicado en este sentido: la por su parte se muestra vacilante en
tardío..., un cierto hacerse presente cen que la acción salvífica se hace consumación del cordero pascual admitir un memorial real en el sen-
de Dios y un cierto actualizarse de presente en cieno modo. La inter- está abolida ahora (Le 16,18); en su tido de una "presencia cultual mís-
su salvación. Sólo así se explica que pretación del memorial neotesta- lugar entra una nueva acción (Le 19- tica de la cosa pensada", como ha-
en el judaismo la pascua no fue sólo mentario sobre la base de los para- 20)... En el contexto de Pablo, la brían tratado de hacer De Boer,
una celebración conmemorativa que lelos veterotestamentarios no nos orden de Jesús cobra más marca- Otto y especialmente Marxsen. Al-
evocaba el pasado, sino que ha po- permite todavía conocer a fondo y damente el carácter de un mandato gunos años más tarde, sin embargo,
dido incluso convertirse en un signo plenamente esta misteriosa acción memorial: una acción ya conocida Schürmann modificó esta opinión,
indicador del futuro y garante de la salvífica divina. Aquí abajo no la y ritualmente establecida es aho- y en una exposición recapituladora
salvación final... Por tanto, la litur- comprenderemos nunca en plenitud. ra plasmada o reexaminada de tal afirma: "Se trata de una acción me-
gia pascual encierra en sí como signo Sin embargo, junto con J. Schilden- modo que se convierte en un memo- morial (Tatgedáchtnis) que es al mis-
y memorial el pasado, el presente berger podemos y debemos recordar rial del Señor". En cuanto a 1 Cor mo tiempo un memorial real (Real-
y el futuro salvífico, mientras año que el NT posee una mayor realidad, 11,20-34, "todo el tenor de las consi- gedáchtnis), porque cuanto aquí se
tras año obra de nuevo, actualiza y que se alza muy por encima de la deraciones... tiende a recordar que piensa está presente. El cuerpo sa-
hace fecunda la salvación pascual realidad sólo umbrátil de la antigua en la eucaristía se trata del Señor y crificial y la sangre sacrificial pre-
(Pascha-Heil)". Todo esto no es sólo alianza. La muerte sacrificial de de su memorial... [Para Pablo] se tra- sentes, como ve la iglesia con su mi-
una "representación subjetiva", sino Cristo, sellada por el Padre en la re- ta del carácter memorial de la cena rada profunda, representan de modo
una "actualización objetiva". "Con surrección, "es el correlato infinita- del Señor". Las afirmaciones del particular la muerte sacrificial del Se-
ocasión de la celebración de la pas- mente más grande del cordero pas- v. 26 comentan luego el segundo ñor. En efecto, ya hemos visto que
cua y mediante ella, Yavé actualiza cual de Egipto: es más grande por la mandato de repetir el gesto, "es de- en los relatos de la institución la
y hace presente de nuevo cada año eficacia ínsita en él y por la salvación cir, indican el motivo (gár) por el muerte sacrificial se experimenta
la salvación pascual; exactamente más grande que obra..." 2 '. que la eucaristía en su actuación como presente. Verosímilmente en
como en el hoy de la fiesta deutero- subjetiva ha de considerarse un me- 1 Cor 11,26 Pablo piensa en esta re-
nómica de la renovación de la alian- morial: es objetivamente en verdad presentación cultual cuando llama a
za no se trataba de un 'acontecimien- 2. EL MANDATO DE CELEBRAR EL la cena del Señor en cuanto tal
un anuncio de la muerte del Señor",
to puramente subjetivo —de un "MEMORIAL" EN EL NT. El mandato y precisamente una acción-anuncio —probablemente la acción con las
como si sin fundamento objetivo—' del Señor "haced esto en memoria acompañada por la palabra. El me- palabras memoriales que la consti-
sino de una 'actualización de la mía: eis ten emén anámnesin" (Le morial objetivo puede sin más "con- tuyen— anuncio de la muerte del Se-
alianza del Sinaí que perdura por los 22,19 = 1 Cor 11,24.25, con amplia- sistir también en una palabra-anun- ñor. Esta presencia de la muerte sa-
siglos', 'de forma semejante la acción ción en el v. 26: "Cuantas veces co- cio litúrgicamente establecida y per- crificial de Jesús es el presupuesto
salvífica divina de la liberación de máis este pan... anunciáis la muerte teneciente al rito ". Espontáneamente para que en la eucaristía podamos
Israel de Egipto en cierto modo se del Señor") puede y debe interpre- concebimos tal memorial objetivo ser alimentados con el cuerpo y san-
renueva continuamente en la cele- tarse en el sentido pleno que el tér- "como palabra-anuncio y acción- gre sacrificial del Señor, como la igle-
bración de su memoria'" 2 ". Es evi- mino anamnesis (y sus sinónimos anuncio, como una acción que tiene sia ha entendido siempre"31.
dente que el concepto de memorial como mnemósynon, mnéme) ha te- ínsita en sí una palabra memorial".
así entendido es de la máxima im- nido en el lenguaje y en el ambiente En nota añade Schürmann un deta- M. Thurian ve de modo semejante
portancia para la plena valoración veterotestamentario-judío. Como tes- lle importante: "Sería aconsejable el significado del mandato de la
del mandato de hacer memoria deja- timonio de este punto de vista, hoy distinguir más netamente de cuanto anamnesis, y por tanto de toda la
do por Cristo. "Lo que... en cierto ampliamente compartido por los exe- en general se hace los conceptos de acción de la cena del Señor: "Hacer
modo está ya en la base de la temá- getas (aunque luego en la interpreta- acción-anuncio y anuncio real (Tat- esto significa, por tanto, realizar con
tica de la fiesta veterotestamentaria ción teológica persisten diferencias verkündigung y Realverkündigung). palabras y gestos un acto eucarísti-
de pascua, se hace realidad plena en más bien notables), citemos las pro- Entendemos aquí la acción-anuncio co, una acción de gracias, una cele-
mayor medida en la celebración neo- fundas investigaciones de H. Schür- en contraposición a una palabra- bración litúrgica. La orden de reali-
mann >°, el cual escribe: "Ya la ana- zar un acto eucarístico con las pa-
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labras tan ricas de sentido [en la "hay que pensarlo de- modo seme- da por Cristo". Por muy diversas convertido en objeto de controver-
primera parte de su libro Thurian ha jante a la haggadha pascual judía; que sean tales tradiciones, "todas sias teológicas, y por tanto también
examinado el significado del memo- pero con más probabilidad hay que ven en la eucaristía una anamnesis de decisiones doctrinales dogmáti-
rial en el AT]: en vista de mi memo- pensar sobre todo en un memorial de la salvación traída por Cristo". cas" (Kretschmar).
rial, en memorial de mí, como me- de la muerte del Señor realizado en Naturalmente, queda todavía por es- Pero aunque del dato de hecho de
morial de mi... Este memorial no se el marco de la plegaria eucarísti- tablecer qué significa en concreto la anamnesis no se sacó ninguna
reduce a un mero recuerdo subjeti- ca. Ya las fórmulas hebreas de las esta anamnesis de Cristo; hay que conclusión teológica, es digno de no-
vo, es un acto litúrgico; no es sola- oraciones recitadas alrededor de la preguntarse bajo el punto de vista tarse el esfuerzo realizado por expli-
mente un acto litúrgico que presenta mesa, que en cuanto a la sustancia teológico, objetivo, "si y cómo la car la acción eucarística a través de
al Señor, que lo hace presente; es un se remontan al tiempo de Jesús, son anamnesis de Cristo realizada en la una interpretación tipológica con re-
acto litúrgico que evoca en memorial en su núcleo anamnesis de las accio- eucaristía de la iglesia, en su retro- ferencias a tipos veterotestamenta-
ante el Padre el sacrificio único del nes salvíficas realizadas por Dios en conexión con la Escritura, se ha ex- rios, así como también a través de
Hijo, que lo hace presente en su me- la creación y en la redención" ,4 . perimentado, comprendido y orde- comparaciones con los cultos misté-
morial"32. Estamos así en el umbral de la nado dentro de las condiciones espi- ricos paganos, a los que se define
Aunque todas estas afirmaciones realización litúrgica del mandato del rituales, culturales y sociales de la (cf Justino, Apología I, 66,4) como
en el fondo no digan nada claro so- Señor en las plegarias eucarísticas de época y frente a ellas". un remedo diabólico de los ritos cris-
bre el cómo específico de tal presen- la iglesia. Aunque libres en sus deta- tianos. Kretschmar delinea un "des-
cia, son sin embargo unánimes: si ya lles, recalcan en su forma fundamen- a) En los textos doctrinales. Ya arrollo de la anamnesis de Cristo"
en el AT el memorial contenía una tal las oraciones de la berakah judía: el documento más antiguo, la Dida- notando cómo aparecen lentamente
realidad salvífica misteriosamente invocación del nombre de Dios jé, presenta textos de oraciones, cuya y de modo creciente alusiones a la
grande, ¡cuánto más es verdad es- acompañada de gratitud y alabanza naturaleza, sin embargo, se discute. presencia de Cristo en los dones, al
to en el NT! Sobre el fondo de la —indicación del motivo, de la causa En todo caso, se trata de ejemplos significado de su "bendición" (con-
costumbre veterotestamentario-j udía por la que se hace esto (¡cabalmente de oraciones de alabanza (berakah) sagración); cómo se tiende a definir
"se comprende que el memorial asu- la anamnesis!)—, alabanza renovada cristianamente modificadas: Te da- el conjunto como sacrificio (de Cris-
me un carácter completamente nue- (doxología final). Quizá también del mos gracias, Padre santo, por (la sal- to), y cómo los dones terrenos del
vo, en caso de que la acción salvífica hecho de que para la oración recita- vación que se nos ha dado mediante pan y del vino se ven como sacrificio
de Dios que está en la base del mis- da en la mesa se introduce el vocablo Jesús); a ti sea la gloria (c. 9); luego, de la iglesia (a partir de Ireneo). Sólo
mo se distinga cualitativamente de griego eucharistein, es lícito deducir la acción de gracias se amplía: por Cipriano ve con gran claridad y pre-
su prototipo [en el AT]. Ahora bien, que el contenido de la plegaria euca- medio de Jesús se nos ha dado el cisión el nexo que enlaza la acción
tal es precisamente el caso de la obra rística en las comunidades apostóli- conocimiento, la fe y la vida; damos eucarística como memorial con la
redentora realizada por Dios en su cas estaba constituido por una ac- gracias por cuanto se nos ha dado acción salvífica del Señor: Cristo
Hijo Jesucristo, que forma el conte- ción de gracias que se basaba en una en la creación, rogamos por la uni- "est summus sacerdos Dei Patris et
nido de la pascua neotestamenta- memoria" •". dad de la iglesia (c. 10). La.celebra- sacrificium Patri se ipsum primus ob-
ria... El memorial cultual de esta ac- ción dominical debe ser un "sacrifi- tulit et hoc fieri in sui commemora-
ción redentora de Dios tiene, por tan- cio puro" (c. 14). Justino nos dice tionem praecepit"; la celebración es
to, un contenido y una realidad 3. EL "MEMORIAL" EN LA TRADI- "dominicae passionis et nostrae re-
CIÓN ECLESIÁSTICA. G. Kretschmar, más en sus Apologías y en su Diálo-
diversos de los de la pascua vetero- go con Trifón. Sobre los dones del demptionis sacramentum" (Ep. 63,
testamentaria, en razón del acto de en su exposición "de la interpreta- 14). "Passionis eius mentionem in
ción de la cena en la historia (de la pan y del vino mezclado con agua
insuperable autocomunicación divi- que se han traído, se pronuncia la sacrificiis ómnibus facimus - passio
na que lo sostiene. Si allí se trataba iglesia antigua)" 1 ', afirma que el pe- est enim Domini sacrificium quod
ríodo preniceno vio en la cena pro- eucaristía (la oración de acción de
del alcance de un acto salvífico his- gracias, la berakah cristiana); son offerimus" (Ep. 63,16). Sin embargo,
tórico realizado por Dios en favor nunciadamente una "anamnesis de sólo en el período posterior, después
Cristo". Existen al respecto las tra- "eucaristizados" (Apología I, 66,2) y
de su pueblo en el pasado, aquí se son así "carne y sangre de Jesús en- de Constantino, se pone más fuerte-
trata de la presencia personal de diciones más diversas, desde la Di- mente de relieve el rico significado
dajé y los Hechos apócrifos de los carnado" (66,2). Esto sucede en con-
Dios en el Hijo, que permanece formidad con el mandato de Cristo del motivo del memorial. Casel lo
siempre presente en su iglesia como apóstoles, a través de Ignacio y Jus- ha ilustrado con profusión •", y es
tino, hasta la Tradición apostólica (haced esto en memoria mía) (Apo-
el Señor crucificado y resucitado"". logía I, 66,3), "en memoria de su pa- cosa suficientemente conocida. En
de Hipólito y hasta Orígenes y Ci- nuestro contexto es más importante
priano. "Común a todas estas diver- sión" (Día/. 41,2 y 117,1). Todo esto
Este memorial real es al mismo se dice —y afirmaciones semejantes documentar el modo vigoroso en
tiempo un memorial en acciones y sas tradiciones es la referencia de la que la idea de memorial se ha expre-
cena a Cristo, más precisamente la se encuentran en otros escritos— sin
en palabras. Schürmann dice justa- que el "tema propiamente tal se haya sado concretamente en los textos de
mente que el memorial en palabras referencia global a la salvación obra-
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las anamnesis de la celebración euca- de su muerte y resurrección, y así la teología de los padres contra el ais- ron en simple teoría e ideología, sino
rística de aquellos siglos. iglesia ofrece al Padre el propio sa- lamiento occidental-escolástico de la que fueron traducidos por ellos a la
crificio; en segundo lugar: por razón presencia del cuerpo y sangre de Cris- praxis, a la liturgia. Ésta se hace por
b) En los textos litúrgicos. Al del influjo que ha ejercido, dado que to respecto a la cruz y resurrección primera vez tangible en su forma con-
comienzo de una reseña semejante constituye el modelo de casi todas del Señor... ha impulsado y contri- creta en Hipólito, y ahí posee ya una
hay que poner naturalmente el anti- las anáforas de la iglesia oriental y buido poderosamente a ver bajo una forma clásica. Todos estos principios
guo e importante texto de la plegaria contiene también momentos esencia- luz nueva la disputa del s. xvi"44. "La estructurales se desarrollan ulterior-
eucarística contenido en la Tradición les del antiguo canon romano algo cuestión del origen y del desarrollo mente y se llevan a pleno florecimien-
apostólica de Hipólito (que se remon- posterior (además, en la reforma li- de la anamnesis se revela al respecto to y maduración en el tiempo pos-
ta al comienzo del s. Iil)J8. Podemos túrgica llevada a cabo después del como un tema histórico-litúrgico y terior".
decir que toda ella es anamnesis, ya Vat. II se ha reasumido, con leves teológico central (Ligier). Así, la he-
que después de las palabras centrales modificaciones, como plegaria euca- rencia veterotestamentario-judía se 4. LA REALIDAD DEL MEMORIAL
de Cristo se inserta todavía la anam- rística II). toma en consideración no sólo por EUCARÍSTICO Las palabras de la Sa-
nesis en el sentido estricto del térmi- lo que se refiere a la situación origi- grada Escritura, las afirmaciones de
En forma más ampliada encontra- la tradición eclesiástica, en particu-
no. "Te damos gracias, oh Dios, por mos de nuevo el texto en las Consti- naria, sino también por la historia
medio de tu amado siervo (puerum) sucesiva de la cena, cosa que la in- lar el testimonio de la liturgia en la
tuciones apostólicas ". Las plegarias celebración de la eucaristía y, en fin,
Jesucristo, que en estos últimos eucarísticas de Oriente y de Occiden- vestigación anterior no había visto
tiempos nos enviaste como salvador, con tanta claridad... También bajo el creciente interés de la teología ac-
te, aunque son diversas en los deta- tual nos han permitido ya reconocer
redentor y mensajero (angelum) de lles, siguen esta forma fundamental: el punto de vista teológico es senci-
tu voluntad, que es tu Verbo..., por llamente justo encontrar la unidad cuan importante es el motivo del me-
"En todas partes, después del diálo- morial para la comprensión de la
medio del cual creaste todas las co- go de introducción, viene en primer de la cena en la anamnesis de Cristo,
sas...; a quien enviaste del cielo al que es referencia a la cruz y a la re- eucaristía. Ahora bien, cuando ba-
lugar la oración con la que se hace la sándonos en todos estos testimonios
seno de una Virgen... Para cumplir acción de gracias y se tributa ala- surrección de Jesús, alaba al Señor
tu voluntad y para conquistarte un presente, espera su venida y comuni- hablamos de la eucaristía como del
banza a Dios Padre por la creación memorial de la muerte y de la resu-
pueblo santo extendió los brazos en del universo y la redención del géne- ca así los dones de la eucaristía en la
la pasión... Y aceptando voluntaria- comunión" 45 . rrección del Señor, ¿qué pretende-
ro humano. Las oraciones siguien- mos decir?
mente el sufrimiento..., tomando el tes, es decir, el relato de la institu- Recapitulando, podemos decir
pan te dio gracias y dijo: Tomad ción de la eucaristía, la anamnesis, con J. Betz "6: la iglesia de los prime- a) El "cómo ". Ante todo preten-
y comed, esto es mi cuerpo que la epíclesis y las intercesiones, están ros siglos ha puesto en claro los ricos demos decir: en la celebración de la
será entregado por vosotros... Cuan- dispuestas de modo triple, como se momentos que contiene en sí el mis- eucaristía, es decir, en aquella acción
do hacéis esto, hacéis memoria mía desprende ya claramente de las aná- terio: acción de gracias, memorial, sagrada en que la iglesia (el pueblo
(meam commemorationem facitis). foras del s. IV transmitidas por escri- sacrificio, epíclesis, presencia real, co- de Dios bajo la dirección del obispo
Así pues, al recordar su muerte y to..." 40 L. Lígier41 y L. Bouyer42 va- munión. Al mismo tiempo, ha trata- [o de su representante], el cual re-
resurrección, te ofrecemos el pan y loran bien la importancia de todo do de determinar el nexo intrínseco presenta a Cristo) pronuncia sobre
el cáliz, dándote gracias por haber- esto. Bouyer destaca con palabras de tales aspectos y de hacer, dentro el pan y el vino la plegaria eucarísti-
nos juzgado dignos de estar en tu fuertes que toda la investigación teo- de los límites de lo posible, una sín- ca para luego distribuir como santo
presencia y de servirte (tibí ministra- lógica debería partir de este texto tesis de los mismos. Como motivo alimento a los fieles estos dones
re). Además te pedimos que envíes central de la celebración eucarística, que abraza a los otros se perfila la transformados en el cuerpo y sangre
tu Espíritu sobre la ofrenda de tu y que las restricciones y las unilate- anamnesis de la obra salvífica de Je- del Señor, estamos cumpliendo lo
iglesia, que congregues en la unidad ralidades de los siglos siguientes han sús, anamnesis que se hace con las que el Señor nos mandó hacer: "Ha-
a todos los que participan en ella..., de verse como una consecuencia del palabras de acción de gracias y con- ced esto en memoria mía". Tal ac-
para que te alabemos y te glorifique- hecho de no haber procedido así. secratorias pronunciadas sobre el ción es, por tanto, un memorial ob-
mos por Jesucristo tu siervo (pue- Kretschmar, en su valoración de las pan y el vino, y que hace presente la jetivo, y no sólo (aunque naturalmen-
rum), por el que tú... recibes el ho- recientes interpretaciones teológicas acción salvífica de Jesús no sólo en te lo es) un recuerdo subjetivo de lo
nor y la gloria ahora y por los siglos de la cena, afirma que O. Casel abrió la conciencia de los participantes, que el Señor hizo por nosotros. Con
de los siglos. Amén". una vía nueva, precisamente porque sino objetivamente en los símbolos. otras palabras: es un memorial real,
vio que en la comprensión que de la El memorial se extiende a toda la no sólo mental; no un recuerdo pu-
El texto es de la máxima impor- cena tenía la iglesia antigua, el "pun- obra salvífica de Dios, comenzando
tancia, primero: por la clara afirma- ramente conceptual, no una "nuda
to central... era la re-presentación por la encarnación del Logos e in- commemoratio", como definió el
ción de que la acción sagrada al dar del acontecimiento salvífico en el
gracias hace memoria de toda la ac-
cluso por la creación... Los conoci- concilio de Trento contra Lutero 4 '.
culto" 41 . "Este retorno crítico a la mientos de los padres no se queda- Por el contrario, el término y el con-
ción salvífica de Cristo, sobre todo
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cepto de memorial tiene un conteni- poráneo. El núcleo providencial de Como es natural, también hay que salvífica revivificada por la liturgia,
do tan denso y pleno ya en su aplica- esta nueva concepción es natural- profundizar en esta afirmación. Se y luego también basándose en el fu-
ción en el AT y sobre todo en el NT, mente también el núcleo de la difi- ha tratado de explicar la presencia turo salvífico todavía por venir y en
que, aplicado a la celebración euca- cultad teológica: ¿cómo concebir de de la acción salvífica partiendo de el estado actual de salvación." 51
rística, expresa "en cierto modo" la modo racional la actualización y Dios, de tal modo que "Dios se acor- ("Tridimensional es también la litur-
presencia de la realidad conmemo- presencia objetiva de un aconteci- daría del Hijo" y haría que su acción gia cristiana, que se funda en la [ce-
rada, su "actualización objetiva", su miento que no se repite y sin embar- salvífica produzca efecto (J. Jere- lebración veterotestamentaria de la
presencia "hic et nunc", de suerte go es hecho accesible a quien vive mías). Según otros, el acto sacrificial pascua] y la prolonga: memorial de
que para él y para el sacrificio de hoy? Para explicar esta realidad y su de Cristo perduraría en el cielo y en- la acción salvífica realizada de una
Cristo presente en él valen las afir- plenitud paradójica se han hecho los traría continuamente en nuestro pre- vez por todas, re-presentación de la
maciones hechas por el mismo con- ensayos más variados y se ha tratado sente a través de la acción eucarísti- salvación así obrada y visión antici-
cilio de Trento para defender la doc- ante todo de definirla desde el punto ca. Pero se trata de ensayos poco padora de la plena posesión de ella
trina católica: "In missa... offerri de vista terminológico y conceptual. felices, aunque contienen momentos todavía por venir."52)
Deo verum et proprium sacrifi- Se trataría de una re-praesentatio de verdad. Más justa es la explica-
cium"; "Christum... ordinasse, ut solemne, de la proclamación de un ción de V. Warnach: éste subraya el
ipsi [apostoli] aliique sacerdotes of- fenómeno válido también hoy, aquí b) Su contenido. El contenido
carácter de kairós de la acción sacri- del memorial, lo que se hace presen-
ferrent corpus et sanguinem suum"; y ahora; de una "intervención y de ficial de Cristo, que es ciertamente
"Missae sacrificium... esse... pro- una acción salvífica de Dios objeti- te en virtud del Espíritu Santo, es la
una acción pasada desde el punto de acción salvífica de Cristo, ante todo
pitiatorium"; con ello en absolu- va, eficaz, poderosa y creadora de vista histórico, pero que en cuanto
to "blasphemiam irrogari... sacrificio realidad" 4 '. Tal presencia de lo que y directamente su muerte sacrificial
acción humano-divina está por enci- y la resurrección que la corona, pero
in cruce peracto... aut illi... dero- históricamente es algo pasado y no ma del tiempo, y por tanto en cuan-
gan" "". obstante permanece es posible por luego también toda la obra salvífica
to acción puede desarrollarse diná- en cuanto única gran unidad, que
la intervención de Dios: por medio micamente también hoy, ahora, en
Al que pregunte por qué se ha re- de la fe y en virtud del Espíritu San- tiene su centro cabalmente en el
cuperado precisamente este concep- nuestro tiempo. N. Füglister, remi- "transitus paschalis", en el paso del
to se comunica al creyente la acción tiéndose a datos exegéticos, pero
to (que en el fondo fue malentendido salvífica de Cristo, del Hijo de Dios Señor de la muerte a la vida; es de-
a partir de la teología de los refor- también a ideas escolásticas medie- cir: también su entrada en el mundo,
encarnado, su acción sacrificial en la vales, ha formulado esto de manera
madores del s. xvi, y en general pue- cruz, de modo que pueda tomar par- su encarnación como epifanía del
de ser malentendido también en el extraordinariamente feliz: "En co- Dios salvador; epifanía que, después
te en ella, insertarse en ella para rrespondencia con la voluntad insti-
lenguaje moderno), respondemos: se ofrecer en Cristo, con Cristo y por del paso pascual a la vida a la dere-
trata de una palabra usada por el tuyeme de Cristo, el culto eucarístico cha del Padre, un día se realizará
medio de Cristo al Padre el único es esencialmente una anamnesis...
Señor; de una expresión importante sacrificio. Esto es algo más que una también para nosotros en la parusía
empleada por los evangelistas y por Tal memorial está vuelto ante todo del Glorificado; entre tanto, nos-
presencia simplemente "efectual". al pasado: recordando, uno mira ha-
el apóstol Pablo para indicar la na- Obviamente es también una presen- otros, mediante la presencia de su
turaleza de la cena. Además, es así cia atrás al Jesús histórico y a su acción sacrificial, participamos en su
cia de naturaleza dinámica: el acto acción salvífica. Ya este acordarse
de densa ya en el uso lingüístico del de Cristo hace sentir su efecto aquí y muerte y resurrección, recibimos la
AT, de modo que expresa la realidad subjetivo, pero sobre todo la ejecu- luz y la vida de su epifanía y la pren-
hoy, e implica o envuelve en sí al ción objetivo-cultual del rito insti-
del acontecimiento y la "actualiza- que hace memoria de él. Pero Tomás da de la gloria futura. En el memo-
ción objetiva" y presencia de la cosa tuido entonces, presencializan (ver- rial real de la eucaristía se lleva a
de Aquino, a propósito de la acción gegenwártigen) la salvación. Esta pre-
conmemorada, pero al mismo tiem- redentora de Cristo en la cruz, afir- cabo de forma concentrada aquella
po —entendida en el sentido de la sencialización, a su vez, se convierte obra de la redención de los hombres
mó en términos clásicos: "Virtute di- en una mirada vuelta a la salvación
tradición antigua (contra Lutero y vina praesentialiter attingit omnia y de la glorificación de Dios que la
los reformadores)— dice expresa- futura, de la que la acción salvífica constitución litúrgica del Vat. II des-
loca et témpora" (S. Th. III, 56-1, ad conmemorada es prenda y que en la
mente que la cosa conmemorada no 3; cf 48-6, ad 2). La acción salvífica cribe así: "Esta obra... Cristo el Se-
se repite, no se la saca de su haber- presencialización de esta última se ñor la realizó principalmente por el
de Cristo está activamente presente encuentra ya anticipada en cierto
sido-puesta-históricamente "de una de tal modo que, por parte de Cristo, misterio pascual de su bienaventura-
vez por todas: ephápax", y, sin em- modo. Al mismo tiempo el memorial da pasión, resurrección de entre los
hay que hablar de "identidad numé- cultual determina y plasma toda la
bargo, hace sentir su efecto en el pre- rica", de un único acto sacrificial, muertos y gloriosa ascensión" (SC
sente, está presente. Ésta es la rique- vida cristiana, en cuanto que lleva a 5); los apóstoles fueron enviados por
mientras que toda la novedad se deducir y motivar de manera decisi-
za de nuestro concepto. Haberla en registra por parte de la iglesia que el Señor "no sólo... a predicar el
cierto modo redescubierto es el gran va todas las acciones morales, sobre evangelio a toda criatura y a anun-
realiza el rito 5". todo basándose en la pasada acción
mérito del trabajo teológico contem- ciar [la obra de la salvación]..., sino
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también a realizar la obra de salva- ra con el volumen del hermano Max ca la anamnesis de Flp 2,6-11 y ría sobre la unicidad y unidad de la
ción que proclamaban. Y así, por el Thurian L'Eucharistie. Memorial du como lo ha hecho propio el segundo acción salvífica del sacrificio de la
bautismo... Asimismo, cuantas veces Seigneur (1959). Ya la Conferencia artículo del símbolo apostólico, es el cruz, que excluye un ulterior acto
comen la cena del Señor, proclaman mundial de Lund de 1952 había alu- acontecimiento salvífico que me- sacrificial expiatorio verdadera y
su muerte hasta que vuelva... La dido al gran consenso establecido diante la celebración de la cena se propiamente tal" 65 . Y al término del
iglesia nunca ha dejado de reunirse poco a poco entre las confesiones hace presente en una presentación ensayo leemos esta justa afirma-
para celebrar el misterio pascual: le- acerca del carácter sacrificial de la real que obra salvación, para que la ción: "Por lo que se refiere a las
yendo cuanto a él se refiere en toda eucaristía. En este contexto, la con- comunidad pueda entrar en contacto demás cuestiones, sin duda las teo-
la Escritura, celebrando la eucaris- ferencia mundial de Montreal de con él y apropiárselo. El centro de logías católica y evangélica se en-
tía, en la cual se hacen de nuevo pre- 1963 había subrayado más expresa- tal camino de Cristo, en el que se cuentran ante (sólo) un problema
sentes la victoria y el triunfo de su mente todavía la importancia del encierra el giro de todas las cosas, es común" 66 .
muerte..." (SC 6). "Para realizar una concepto de memorial [/ supra, II, el Gólgota. Por eso el Gólgota está
obra tan grande, Cristo está siempre 4]. Lo mismo testimonia la excelente también en el centro de la cena, ro-
presente a su iglesia... Con razón, y detallada exposición teológica de deado y envuelto por todo el aconte-
pues, se considera la liturgia como el P. Brunner [/ supra, II, 2, c]". Ya IV. Recapitulación
cimiento que se encierra en el nom-
ejercicio del sacerdocio de Jesucris- en la predicación de la palabra ve él bre de Jesucristo"".
to... Cabeza y... miembros... En con- "la anamnesis de Cristo como pre- Constatamos un consenso muy
secuencia, toda celebración litúrgi- sencia del acontecimiento salvífico Al concluir, recordemos la impor- amplio, una sententia communis
ca... es acción sagrada por excelen- pasado obrada por el Espíritu"5''. tante toma de posición de la nueva (por así decir): el memorial es un con-
cia, cuya eficacia, con el mismo Pero luego continúa: "Todo lo que enciclopedia protestante Theologi- cepto que expresa de modo excelen-
título y en el mismo grado, no la hemos dicho del carácter de anam- sche Realenzyclopádie en el amplio te la doctrina de toda la tradición
iguala ninguna otra acción de la igle- nesis de la predicación del evangelio ensayo Abendmahla. El debate in- eclesiástica sobre el sacrificio de la
sia" (SC 7). Todo esto, que hace que es verdad en particular para la pala- tracatólico "sobre el carácter sacrifi- misa en su relación con el sacrificio
la liturgia y en particular la eucaris- bra pronunciada en la cena. No po- cial de la cena... ha influido fuerte- de la cruz. Nuestro culto es el me-
tía sean cumbre y fuente de la acción demos comer el pan bendito... sin mente en las reflexiones que se lle- morial del Señor hecho con palabras
de la iglesia (SC 10), se puede expre- proclamar la muerte del Señor como van a cabo en campo evangélico, sea y con una acción sacramental. Esto
sar en términos y conceptos: la ac- el acontecimiento salvífico que ins- en ambiente luterano, sea en am- es verdad, en primer lugar, a propó-
ción litúrgica —y ante todo, en gra- taura la nueva alianza y su salva- biente calvinista y en el unido" 6 '. sito de la acción de la eucaristía: ésta
do sumo, la eucaristía— es un me- ción. Esta proclamación, en todo Común a todos los teólogos de esta es memorial de la muerte y resurrec-
morial de la única acción salvífica caso, acontece también mediante la corriente seria la tesis siguiente: "Por ción del Señor. Tal memorial —en
de Cristo; conmemora esta acción palabra, que resuena durante esta medio de la oración, del memorial virtud del Espíritu Santo, conforme
salvífica del Señor realizada históri- comida en que se come y se bebe... y explícito (ante Dios) y de la celebra- a la promesa del Señor, por medio
camente de una vez para siempre, que se pronuncia como oración. ción de la cena, el sacrificio de la de la fe— es un memorial real, que
sin repetirla (como si no hubiera Ésta palabra que anuncia, alaba y cruz se hace presente por obra del hace presente de manera eficaz y di-
sido suficiente), sino haciéndola da gracias, posee en plenitud el ca- mismo Cristo celeste para nuestra námica la acción salvífica de Cristo
obrar en el presente para salvación rácter de anamnesis. Ya en esta pa- salvación"; sin embargo, ellos seña- (muerte y resurrección, es decir, el
de los celebrantes, haciendo partici- labra se lleva a cabo —así como en lan expresamente que no comparten ofrecimiento sacrificial de Cristo
par a éstos en la única acción del la predicación intracomunitaria del la concepción católica del carácter como núcleo de toda su acción salví-
Señor, en prenda del cumplimiento evangelio— la anamnesis que hace expiatorio de la misa y de una "repe- fica) no sólo en el recuerdo subjeti-
todavía futuro, pero ya pregustado presente de nuevo el evento salvífico tición" incruenta del sacrificio de la vo, sino en la realidad objetiva. Nos-
anticipadamente (cf SC 8). realizado en otro tiempo"". La cena cruz *2, lo mismo que no quieren oír otros, al hacer este memorial, por
es, por tanto, predicación en el sen- hablar de un ofrecimiento del sacri- medio de él tomamos parte en la do-
Esta concepción de la eucaristía tido pleno de ía palabra, "predica- ficio (de Cristo) por parte de la igle- nación sacrificial de Cristo, somos
como memorial en el sentido pleno ción dramática" 5 '', "representación sia 6 '. Pero en la valoración de la insertados en ella; más aún, en Cris-
del término —presencia del sacrificio eficaz"57. "Lo hemos visto: palabra y contribución católica señalan correc- to, con Cristo y por Cristo ofrece-
de Cristo, sin que el sacrificio de Cris- acción constituyen en la cena una tamente la concepción de Casel, que mos su sacrificio al Padre, ahora
to realizado históricamente una sola unidad indisoluble. La celebración ha "iniciado una nueva época del diá- como sacrificio nuestro. El sacrificio
vez se repita, de tal modo que la igle- de la cena es por eso en su conjunto logo sobre la eucaristía"64. A dife- único de la cruz no se repite; sin em-
sia celebrante toma parte en él y así anamnesis"5". "Todo el ser de Cristo, rencia de las teorías sacrificiales pos- bargo, en el memorial está él presen-
lo (co)-ofrece a su vez— es de suma todo el camino salvífico de Cristo, tridentinas de la misa, "en la teoría te, se nos da hic et nunc para nuestra
importancia también en el diálogo como lo exalta en adoración hímni- caseliana de la presencia mistérica salvación y para gloria de Dios
ecuménico. La cosa ha quedado cla- (Mysteriengegenwart), el acento cae- Padre.
Memorial 1272 1273 Ministerio/ Ministerios

NOTAS: ' La oración, compuesta expresa- más del mismo Betz, Eucharistie in der Schrift 1960, 139-151 — M O.c, en la nota 27, 288 —
mente para esta fiesta que surge en el medievo, und Patristik, Herder, Friburgo de B. 1979 —
52
Ib, 232 — " En Leiturgia (nota 13) 83- MINISTERIO/MINISTERIOS
se encuentra ya en el Missale secundum usum 17
Textos citados por V. Warnach, a.c, en la 364 — 54 Ib, 210 - " Ib, 288 — 56 Ib —
57
Curiae: P. Bruylants, Les oraisons du Missel nota 15, 85s; también por Averbeck, o.c. en la Ib, 229-232 — 58 Ib, 229 - 59 Ib, 232 - SUMARIO: I. Aproximación eclesial-existen-
60
Romain I (1952) n. 393 - 2 Sessio XXII, c. I: nota 10, 666s — l8 Citado en Teologische Re- En Theologische Realenzyklopddie I (1977) cial: 1. Estado actual de la reflexión teológica;
DS 1740; cf can. 3: DS 1753 — J Cf al respecto alenzyklopádie Vil (1981) 462 — " En su co- 43-229 — 6I Ib, 157 — 62 Ib, 159 — " Ib, 2. Una perspectiva más global - II. Fundamen-
E. Iserloh, Der Kampf um die Messe in den mentario An die Korinther I, Tubinga 1907; 160 - M Ib, 164 — h5 ib, 165 — 66 76,17!. tos bíblicos de los ministerios: 1. Terminología:
ersten Jahren der Auseinandersetzung mil Lu- Messe und Herrenmahl. Eine Studie zur Ge- díaconía, ministerios, ministros: a) Ministerio
iher, Münster i.W. 1952; B- Neunheuser, L'eu- schichte der Liturgie, Marcus y Weber, Bonn B. Neunheuser cristiano, b) La ministerialidad del Cristo histó-
charistie II, Au moyen-áge et a l'époque moder- 1926, 223s; cf al respecto también J. Jeremías, rico y del Cristo místico-eclesial; 2. La designa-
ne. Cerf, Paris 1966; F. Pratzner, Messe und Die Abendmahlsworte Jesu, 230-235 — 20 E. BIBLIOGRAFÍA: Bernal J.M., Eucaristía, pas- ción de los ministerios eclesiales; 3. Cuadro si-
Kreuzesopfer. Die Krise der sakramentalen idee Haag, "Gedáchtnis" im AT, besonders in den cua y año de la Iglesia,, en "Phase" 115 (1980) nóptico de la variedad de los ministerios - III.
bei Luther und in der mittelalterlichen Scholas- Psalmen und beim Pascha, en jahresgabe des 9-25; Casel O., El misterio del culto cristiano, La tradición eclesial en su desarrollo histórico:
tik, Herder, Viena 1970 — ' Cf Th. Filthaut, Abl-Herwegen-Instituts, Maria-Laach, 1979, Dinor, San Sebastián 1953; Castro C , La fiesta 1. Patrística antenicena; 2. Patrística clásica; 3.
La théologie des mystéres. Exposé de la contro- 3 - 2 I M. Thurian, La eucaristía, Sigúeme, Sa- cristiana y el memorial del Señor, en "Phase" Época medieval; 4. La escolástica - IV. Las fun-
2 22 ciones específicas de cada grado: 1. Distribución
verse, Desclée, Paris 1954 — 5 Die Eucharistie- lamanca 1967 , 23 — En Exegestiche Wór- 63 (1971) 257-266; Gesteira Garza M., La euca-
de las funciones: a) Desde la iglesia de los már-
lehre des hl. Justinus Martyr, publicada en la terbuch zum ATI (1980) 203 — 23 Cf D. Jones, ristía, memorial del sacrificio de Cristo, en La tires hasta la iglesia de los padres, b) La praxis
revista Der Katholik, 4.a serie, 12 (1914); cf la Anamnesis in the LXX (cf bibl.) 191 — 24 P. eucaristía, misterio de comunión, Cristiandad, medieval; 2. Ordenes menores y praxis actual:
bibl. de Casel: O.D. Santagada, Dom Odo Ca- Neuenzeit, Das Herrenmahl. Studien zum pau- Madrid 1983, 393-420; Léon-Dufour X., Euca- a) Tradición antigua, b) Del concilio de Trento
se!. Contributo monográfico per una bibl. gene- linischen Eucharistieauffassung, Kosel, Munich ristía y memoria, en "Selecciones de Teología" al Vat. II - V. Problemática teológico-litúrgica
rale delle sue opere..., en ALW 10/1 (1967) 10, 1960; las cit. ss. están tomadas respectivamente 85 (1983) 40-43; La fracción del pan. Culto y de los ministerios: 1. Una nueva eclesiología
n. 2 — ' Algún estimulo podría venir de P. Bat- delaspp. 129, 143, 144, 144, 146 —2S E. Haag, existencia en el N. 7*., Cristiandad, Madrid 1983; ministerial; 2. Redescubrimiento de los caris-
tifol, Études d'histoire et de théologie positive: "Gedáchtnis" im AT... (nota 20), 8; las cit. ss. Ligier L., De la cena de Jesús a la anáfora de la mas: a) Cristarquía y apostolicidad, b) Ministe-
l'eucharistie, 19052, l-52s, 19135. Se citan además están tomadas respectivamente de las pp. 9 y Iglesia, en VV.AA., El canon de la misa, Ed. rio pastoral y otros ministerios, c) Objeto e in-
F.S. Renz, F. Wieland y su controversia con E. II — a P. Neuenzeit, Das Herrenmahl... (nota Litúrgica Española, Barcelona 1967, 139-200; vestidura del ministerio pastoral - VI. Perspec-
Dorsch, G. Rauschen. Pero ninguno de éstos 24) 144 — 27 N. FUglíster, Die Heilsbedeutung De la cena del Señor a la eucaristía, en VV.AA., tivas celebrativas y pastorales: I. Para el
subraya de modo particular el motivo del me- des Pascha, Kosel, Munich 1963, 132-136, 226- La plegaria eucarística, Ed. Litúrgica Española, episcopado; 2. Para el presbiterado; 3. Para el
morial — ' Le memorial du Seigneur dans la 232, 285-289; las cit. ss. están tomadas respecti- Barcelona 1970, 29-82; Maldonado L., La ple- diaconado; 4. Para los ministerios instituidos.
liturgie de l'antiquité chréúenne: cf Santagada vamente de las pp. 133, 136, 227ss, 229-232, garia eucarística, BAC 273, Madrid 1967, 94-
11, n. 7 — " Faites ceci en mémoire de moi: cf 231, 232 — 2a Las frases entrecomilladas en este 118; Martimort A.G., En memoria mía. Misa y
Santagada 18, n. 88; sobre la crítica de Umberg: fragmento de FUglíster están tomadas de J. sacramentos, Ed. Vilamala, Barcelona 1959; Ni-
Santagada 45s, n. 312 y n. 314 — ' Cf Santaga- Schildenberger, Gedáchtniskarachter (cf bibl.) colau M., Los sacramentos, "memoria" de la I. Aproximación
d a l 2 , n. 23; 18, n. 86; 21, n. 116; 33, n. 240 (La 83 — 2 ' Ib, 88 — ,0 H. Schürmann, Der Ein- pasión, en "Burgense" 18 (1977) 241-252; Oña- eclesial-existencial
féte de Paques dans l'Église des Peres: Santaga- setzungsbericht II (1955) 30-34 — " H. Schür- tibia I., Recuperación del concepto de "memo-
da 33, n. 241); 45, n. 308a — ,0 Bonifacius- mann, Der Abendsmahlsbericht Lukas 22,7-38, rial" por la teología eucarística contemporánea, 1. ESTADO ACTUAL DE LA REFLE-
Druckerei, Paderborn 1967; cf al respecto la Schóning, Paderborn 1957, 44s — ,2 M. Thu- en "Phase" 70 (1972) 335-345; Pinell J., "Legiti- XIÓN TEOLÓGICA. La teología de los
recensión de B. Neunheuser, en Theol. Revue rian, L'eucaristia... (nota2l) 193 — " E. Haag, ma eucharistica". Cuestiones sobre la anamnesis
64 (1968) 426-430 — '' Vom Abendmahl Chris- o.c. en la nota 20, 13 — '" H. Schürmann, Ein- y la epíclesis en el antiguo Rito Galicano, en ministerios eclesiales se ha desarro-
ti, en Christliche Welt 31 (1917) n. 13, 246-249; setzungsbericht..., 33s — " Ib, 34 — 36 G. VV.AA., Mélanges B. Botte, Lovaina 1972,445- llado especialmente después del Vat.
vuelto a publicar con algunas modificaciones y Kretschmar, Das Abendmahlsverstandniss in 460; Anamnesis y epíclesis en el antiguo Rito II, merced a que se ha fundado de
añadiduras en Sünde und Vrschuld, C.H. Beck, der Geschichte (der alten Kirche), en Teologis- Galicano, en "Didaskalia"4 (1974) 3-130; sepa- nuevo una eclesiología que ha en-
Munich 1932, 96-122, con el título: "Sakrament che Realenzyklopddie I (1977) 60; 65-74 — rata: Lisboa 1974; Ramis G., La plegaria de la
ais Ereignis des Heiligen". La cita siguiente es " En su gran ensayo Das Mysteriengedachtnis Iglesia, plegaria memorial, en "Ephemerides Li- contrado en la const. conciliar LG
de la p. 122 — l2 En el ensayo Liturgische Er- der Messliturgie im Lichte der Tradition, en turgicae" 94 (1980) 113-144; Los misterios de su formulación más completa. No se
neuerung ais ókumenische Frage und Aufgabe, JLW(1926-27), 144-184 (= Faites ceci en mé- pasión, como objeto de la anamnesis en los tex- puede negar que ha contribuido a
en Symbolon 1958, 300s, citado por Averbeck, morie de moi, Cerf, París 1962) — -1* B. Botte tos de la misa del Rito Hispánico. Estudio bí- esta nueva perspectiva también la cri-
o.c. 192s — " Averbeck, o.c, 641; el impor- (por), La tradition apostolique de st.-Hippolyte. blico y teológico, Iglesia Nacional Española,
tante ensayo de P. Brunner se encuentra en K.F. Essai de réconstitution, LQF 39 (19663) 12-16, Roma 1980; La anamnesis en la liturgia euca-
sis del sacerdocio ministerial, es de-
Müller-W. Blankenburg (por), Leiturgia. Hand- c. 4 - " VIII, 12,4-51; Hanggi-Pahl, Prex rística hispánica, en VV.AA., Liturgia y música cir, la discusión sobre la esencia del
buch des evangelischen Oottesdienstes I. Jo- eucharistica, SF 12 (1968) 82-95 — 40 Hang- mozárabes (I Congreso de Estudios Mozára- ministerio y de sus formas, que la
hannes Stauda, Kassel 1954, 83-364 — ,4 Cf al gi-Pahl, 99 — "' De la cene de Jésus a l'ana- bes), Instituto de Estudios Visigótico-Mozára- situación actual parece volver a pro-
respecto B. Neunheuser, J. A. Jungmann und phore de l'église, en MD 87 (1966) 7-51 — bes de San Eugenio, Toledo 1978, 65-86; El me- poner. Pero hay también una crisis
42
die Anliegen der Mysterientheologie, en B. Eucharistie. Théologie et spiritualité de la morial eucarística: concepto, contenido y for-
Fischer-H.B. Meyer(por), /• A. Jungmann. Ein priére eucharistique, Tournai 1966 — 4J O.c. mulación en los textos de las anáforas, en personal del clero en la moderna fase
Lebenfür Liturgie und KerVgma. Tyrolia, Inns- en la nota 36, 85 — ** Ib — 45 Ib, 86 — "Ephemerides Liturgicae" 96 (1982) 189-208; de transición cultural de una civili-
bruck 1975, 111-114 — '" En Liturgie und 46
Eucharistie in der Schrift... (nota 16) 52 — Thurian M., La eucaristía. Memorial del Señor. zación posindustrial, en la que la ur-
Monchlum 17 (1955) 65-90; cit. de p. 88 — 47
Sessio XXII, can. 3: DS 1753 — 4» Cáns. I, Sacrificio de acción de gracias y de intercesión, banización creciente de las áreas ha-
16
Mysterium salutis IV, 2: La iglesia: El acon- 2, 3,4: DS 1751-1754 - « Flügister, Die Heils- Sigúeme, Salamanca 19672; Von Allmen J.J.,
tecimiento salvifico en la comunidad cristiana. El culto cristiano. Su esencia y su celebración,
bitativas tiende a instaurar la preva-
bedeutung... (nota 27) 230 — 50 Cf B. Neun- lencia de diócesis urbanas (con la
Cristiandad, Madrid 1975, c. Vil: "La eucaris- heuser, Die numerische Identital von Kreuzop- Sigúeme, Salamanca 1968. Véase la bibliografía
tía, misterio central", pp. 193, 273-274, respec- fer und Messopfer, en Id (por), Opfer Christi de Eucaristía, Misterio, Misterio pascual y Ple- desaparición de las agrupaciones ru-
tivamente (Reflexión sistemática), 260. Cf ade- und Opfer der Kirche, Schwann, Dusseldorf garia eucarística. rales), donde la problemática socio-
Ministerio/Ministerios 1274 1275 Ministerio/ Ministerios
económica y moral es cada vez más centrada en Cristo. Pero este méto- pectivas nos indica ya un punto de nisterios como poderes, recuperando
aguda. do puede dejar asimismo en la som- partida irrenunciable: la presencia de así también la línea de la evangeli-
El cambio de las estructuras tanto bra algunas facetas del sacerdocio Cristo sacerdote en la iglesia, com- zación.
eclesiásticas como civiles después del reveladas por Cristo; tanto más cuan- prendiendo en ella la realidad sacer-
concilio, con las consiguientes nue- to que está en crisis el concepto de lo dotal aplicada a Cristo (concepto de
vas praxis pastorales, ha influido sagrado (distinguido en místico-reli- sacerdocio, realidad sacerdotal uni-
ciertamente en hacer más vivas las gioso-secular) aplicado al sacerdo- versal, sacerdocio del AT), o la par- II. Fundamentos bíblicos
investigaciones sobre la identidad de cio. Se puede partir también del dato ticipación directa en el sacerdocio de de los ministerios
los ministerios; tanto más cuanto bíblico veterotestamentario, consi- Cristo (sacerdocio ministerial o lai-
que la teología ecuménica considera derándolo como revelado y prepara- cal), o el motivo estimulante de la Una aproximación a la biblia pue-
este nudo crucial de la eclesiología torio o figurativo del del NT; pero realidad humana actual (mentalidad de realizarse con dos orientaciones
como uno de los puntos de desacuer- esto contrasta con el hecho de que el y problemas del hombre de nuestro metodológicas diferentes: con una
do de las diferentes confesiones cris- sacerdocio de Cristo supera en án- tiempo). transposición del presente eclesial a
tianas. Aflora así una concepción se- gulo de mira la perspectiva del AT, las primeras comunidades cristianas,
cular del ministerio, que tiende a dis- comprendiendo también la respon- 2. UNA PERSPECTIVA MÁS GLO- para descubrir la estructura consti-
tanciarse del modo monástico de sabilidad de Cristo respecto a los BAL nos parece que puede partir de tucional de la iglesia; con la diferen-
comprender el tipo sacerdotal, que intereses del Padre y de los hombres, la realidad del kerigma esencial de ciación de los ministerios, para des-
hacía de él un género de vida separa- como pastor y cabeza del cuerpo mís- Cristo muerto y resucitado por nues- cubrir su identidad sustancial con la
do del mundo (una especie de clero tico; y también su prolongación en tra salvación; también la realidad sa- ministerialidad en la iglesia a lo lar-
regular como de segunda clase). el sacerdocio de la iglesia (sacerdocio cerdotal de Cristo presente y ope- go de sus fases históricas. Un exa-
ministerial). Parece lógico partir de rante en la iglesia bajo los signos sa- men de los primeros documentos
En fin, una nueva conciencia del la realidad del sacerdocio ministerial
laicado en la iglesia, agudizada to- cramentales deriva en el fondo de tal cristianos de la época apostólica, cen-
del presbiterado-episcopado, pero centro focal. El Cristo mediador-pon- trado en las designaciones jerárqui-
davía más por el descenso casi gene- con el riesgo de poner en segundo
ralizado de las vocaciones sacerdo- tífice y sacerdote está presente en la cas (sacerdocio ministerial y sus gra-
plano el sacerdocio de los fieles, y iglesia: de esta realidad personal dos) reagrupadas también bajo las
tales, encuentra en la const. GS el por tanto también de los ministerios
impulso que la promueve. directa (no aplicada a Cristo con categorías de los tria muñera (regen-
subordinados (incluido el diacona- ideas categoriales), que alcanza en el di, sanctificandi, docendi), puede ser
do). La perspectiva del sacerdocio / misterio pascual su cumbre de ser- ambivalente porque supone una pre-
No han faltado las intervenciones del pueblo de Dios, por su globali-
del magisterio eclesiástico sobre este vicio fiel a Dios y a los hombres, se comprensión del problema y una
dad comprensiva, aparece como el puede deducir una teología fundada concepción estática de la realidad vi-
asunto; y es útil hacer un análisis punto de partida más bíblico; sólo
previo del estado actual de la refle- de los ministerios, no sujeta al pro- tal del cristianismo. Por el contrario,
que esta noción de sacerdocio uni- ceso crítico de la secularización mo- un análisis cuidadoso de las prime-
xión teológica sobre el sacerdocio en versal podría confundirse con el mo-
general. derna, que ataca más a una idea his- ras fuentes bíblicas, aunque sea im-
delo democrático-demagógico, po- tórica del sacerdocio que a la reali- parcial, presenta el peligro de consi-
El primer dato es el descubrimien- niendo así en segundo plano el sa- derarlas como un bloque monolíti-
to del punto de partida de esta teo- dad de la persona de Cristo, fuente
cerdocio de Cristo, que es en cambio de todo sacerdocio que obra bajo los co, sin discontinuidad. Una síntesis
logía de los ministerios. Hay quien el que funda el sacerdocio de los fie- de los dos métodos parece preferible
sigue partiendo del concepto de sa- signos sacramentales y eclesiales.
les. Se puede partir, en fin, también para las designaciones de los minis-
cerdocio en una concepción de his- de la problemática del hombre de terios eclesiales en su rica variedad,
toria de las religiones (sacerdocio- hoy a través de una relectura de los La solución de la relación entre con vistas a una percepción de la
culto-religión) para aplicar el con- signos de los tiempos; pero también misterio sacerdotal y sacerdocio co- realidad de estos signos prolongados
cepto al sacerdocio de Cristo. Aun- aquí existe el riesgo de no discernir mún de los fieles se encuentra, pues, de Cristo en el mundo sin esquema-
que así se parte de un dato general el significado salvífico de estos sig- en esta fuente personal del Cristo tismos rígidos y absolutos.
dentro de una cierta filosofía del len- nos, tanto más si se tiene en cuenta sacerdote sumo y único, que vive en
guaje, se corre sin embargo el riesgo el hecho de que muchas virtualida- la iglesia y por medio de su Espíritu
de no captar el misterio cristiano es- des del sacerdocio cristiano no se des- obra los carismas. La línea iglesia- 1. TERMINOLOGÍA: DIACONÍA, MI-
pecífico. Otro acercamiento es el de cubren ni siquiera a través de un cui- ministerio-sacramentos es la que NISTERIOS, MINISTROS. La voz dia-
partir de la realidad sacerdotal uni- dadoso análisis sociológico, que de prevalece en la teología ecuménica konía (lat. ministerium) significa mi-
versal, con la ventaja de anclarse no suyo necesitaría una precompren- de hoy, porque se inspira en el as- nisterio, no sólo en el sentido espe-
tanto en conceptos cuanto en esta sión teológica. pecto carismático y viviente del Cris- cífico de los diáconos, sino como
realidad histórica que puede com- to que obra en la iglesia, más que en realidad del servicio. Este concepto
prender también la historia salvífica Un balance sumario de estas pers- el estrictamente jurídico de los mi- griego, que se consideraba como si-
Ministerio/ Ministerios 1276 1277 Ministerio/Ministerios

nónimo de esclavitud-servidumbre los que están constituidos en autori- también en el NT (1 Pe 2,5), no ex- 1 Cor 1,2: "Los que invocan en todo
en sentido despectivo (Platón, Gor- dad eclesial (LG 10). cluye, sin embargo, la existencia de puesto y cargo el nombre de nuestro
gias 429b), se convierte en el emble- sacerdotes jerárquicos en la iglesia. Señor": topos aquí no significa lu-
ma de Cristo, que es el diácono por b) La ministerialidad del Cristo Ante todo, en la primera generación gar) ni referencias al culto específi-
excelencia del Padre y de los hom- histórico y del Cristo místico-ecle- cristiana se trataba de diferenciar el camente litúrgico (He 13,1-2; cf /. a
bres (He 1,17.25; 6,4; 20,24; Rom sial. El ministerio de Cristo en su sacerdocio cristiano del sacerdocio Clementis ad Cor. 40,5); pero preva-
11,13; 2 Cor 4,1; 6,3; Tim 1,24, etc.). vida histórica es el punto central de levítico (la carta a los Hebreos con- lecen los términos de episcopi (ins-
Se aplica también al apostolado, sea la ministerialidad, y culmina en el sidera el sacerdocio levítico sólo pectores), de presbiteri (ancianos),
de la palabra (He 6,4; 20,4), sea de la misterio pascual: él vino para servir como punto de partida, como ele- de diaconi (Flp 1,1) aplicados a fun-
reconciliación (2 Cor 5,18), e indica (Mt 20,28; Me 10,45). Los otros tí- mento analógico), porque ni Cristo ciones más o menos identificadas.
en general el ministerio apostólico tulos que se le dan son: apóstol (Heb ni los apóstoles pertenecían a una Esta terminología, que luego se hará
(He 1,25; Col 1,7). Este uso de la voz 3,1), pastor (Jn 10,14; 1 Pe 2,25; Heb tribu sacerdotal como la de Leví. En clásica, aparece también asociada
servicio, que cualifica al ministerio 13,20), maestro (Jn 13,3), obispo sustancia, el sacerdocio de Cristo y a otras voces: colaboradores (Flp
cristiano, lleva a evitar los términos (1 Pe 2,25), sacerdote (Heb 5,6; de sus ministros no es ni étnico, ni 2,25), presidentes (1 Tes 5,12), guías
que en griego significan autoridad, 7,17.21), sumo sacerdote (Heb 10,21; nacional, ni hereditario, sino un sa- (Heb 13,7; 17,24), pastores (Ef 4,11),
poder, mandato, prefiriendo más 4,14-15). Policarpo, a finales del s. i, cerdocio nuevo. Pero entonces hay
bien los términos de diakonía o de diáconos (Pablo usa treinta veces el
llamará a Cristo el "diácono siervo que explicar por qué se llama a Cris- término esclavo, más fuerte que el
leitourgueia. de todos" (Ad Phil. 5,2). Pero esta to sumo sacerdote: el culto nuevo de d i á c o n o , usado treinta y un
ministerialidad de Cristo se extiende inaugurado por el sacrificio de Cris- veces).
En el mundo romano, las cate- a todo su cuerpo místico; en efecto, to, en el que hay unicidad e identi-
gorías de base no son servitium- la iglesia tiene por fin intrínseco este dad tanto del sacerdote como de la
víctima, funda un contenido nuevo 3. CUADRO SINÓPTICO DE LA VA-
ministerium, sino las de dignitas- servicio escatológico fundamental,
en tensión entre el mundo en que del sacerdocio, incluyendo en él no RIEDAD DE LOS MINISTERIOS. Se pue-
honor, es decir, propias de la carrera den distinguir las funciones eclesiales
(cursus honorum) que los funciona- está encarnada y el reino a que está sólo la relación con el sacrificio (Heb
destinada (Heb 13,10). 5,1; 8,3; Agustín, Confesiones 10,42: según el lugar de pertenencia: supra-
rios públicos debían hacer; por tan- local o local de las iglesias. Los mi-
to, cuando se habla de ministeria ec- "sacerdos quia sacrificium"), sino
también la relación con la evangeli- nistros con funciones supralocales
clesiastica, éstos se deben entender 2. LA DESIGNACIÓN DE LOS MINIS- más o menos universales o regiona-
en sentido parcial, es decir, del dia- zación, la predicación, el magisterio.
TERIOS ECLESIALES. Una cierta im- Cristo, en efecto, no ha ofrecido víc- les son: los apóstoles, que compren-
conado en ayuda de los presbíteros- precisión terminológica caracteriza den bien a los doce, bien más tarde a
obispos; y sólo un siglo después del timas cruentas (Heb 9,1 lss); y por eso
los primeros escritos cristianos, por su sacerdocio es celeste, es decir, un los otros enviados, como Bernabé,
edicto de Milán el título de minister lo que es difícil hallar títulos técnicos
se aplica a los sacerdotes cristianos. ofrecimiento permanente, eterno, de Silas, Tito, Timoteo (cf He 14,4);
para los diferentes ministerios. La su mismo sacrificio histórico de la otras personas dignas de confianza
Esta transposición de las funciones diversa situación de las iglesias y de
sacerdotales de ministeriales a ho- cruz (Heb 9,7.14; 10,10, etc.), del que (2 Tim 2,2); profetas (Didajé 10,7);
los destinatarios de los escritos neo- hacemos el memorial eucarístico personas eminentes (7.a Clem. 44,3);
noríficas se debe, pues, a la concep- testamentarios puede explicar el des-
ción romana de la autoridad del (1 Cor 11,24). En el NT se usa más mientras que los ministros con fun-
arrollo de la terminología en el espa- bien la frase offerre muñera en vez ciones de alcance local son-: los epis-
ordo directivo de los colegios y de cio de dos tercios de siglo, es decir,
las entidades públicas fuera de de emplear el término sacrificio (thu- copi, sea en Éfeso (He 20,28; 1 Tim
hasta Clemente Romano e Ignacio sia), usado en los LXX un total de
Roma, así como de los ordines de la de Antioquía. 3,2), sea en Filipos (Flp 1,1), sea en
capital del imperio. ciento treinta veces para indicar el Creta (Tit 1,7), sea en Corinto (7.a
A ningún ministro se le llama sacrificio cruento (a veces también Clem. 42,4-5); presbíteros, en Jeru-
sacerdote; el título de sacerdote (hie- incruento). La especificidad del sa- salén (He 11,30; 15,2ss) o en la diás-
a) Ministerio cristiano. Esta voz, reus) aplicado a los ministros cris- cerdocio de Cristo y de su sacrificio, pora (Sant 5,14), luego en Asia Me-
que se refiere a la misión de servir a tianos deriva sólo del paralelismo llamado "fracción del pan" (He 2,42- nor (He 14,23; 20,17; Tit 1,5); guías
los hombres para los misterios de con el ministerio y el culto del AT. 44), memorial del Señor (Le 22,19), (hegúmeni); auxiliares (prohegúme-
Dios (1 Cor 4,1) y de cooperar en la El motivo de tal ausencia consiste en eucaristía (1 Cor 14,16-18), explica, ni: /. a Clem. 21,6); presidentes o pri-
acción salvífica de Dios (2 Cor 5,18- el hecho de que el pueblo de Dios se pues, esta reserva terminológica apli-
6,1), se especifica por las siguientes micias (1 Cor 16,15); pastores; pilo-
caracterizaba, respecto a las distintas cada a los ministros del culto cristia- tos (1 Cor 12,28); liturgos (1 Cor
condiciones: estar al servicio eclesial naciones paganas, como un pueblo no designados según sus funciones.
de Dios y de los hombres; de manera 1,2). Dentro de estas funciones se in-
sacerdotal, una nación santa (Ex No faltan, sin embargo, las designa-
permanente, es decir, no transitoria 19,6). Esta terminología sacerdotal, dica a las personas dotadas de caris-
ciones cultuales (cf la fórmula de la mas para la edificación del cuerpo
en sí; de competencia específica de referida a todo el pueblo de Dios
de Cristo, que, además de los após-
Ministerio/ Ministerios 1278 1279 Ministerio/ Ministerios

toles, comprendé: los profetas, los Sin duda, con la tradición bíblica en- IVI. La tradición eclesial cramental de las personas y de
pastores y los doctores (1 Cor 12,1- laza la preeminencia de la función en su desarrollo histórico las actividades de los ministros ecle-
13.28; Rom 12,3-8; Ef 4,11). La di- pastoral (He 20,28; 1 Pe 5,2; Ef 4,11; siales.
rección de la iglesia apostólica y sub- 1."- Clem. 44,3; etc.), mientras que en El estudio de la tradición histórica
apostólica en esta primera época re- las cartas pastorales se encuentran tanto oriental como occidental per- 1. PATRÍSTICA ANTENICENA. An-
sulta, pues, constituida por los após- también categorías que evocan la mite esclarecer mejor los términos te todo, no se encuentra un cuerpo
toles (los doce, más Pablo), por los concepción doméstica de la casa de de lo que se ha llamado el problema compacto y homogéneo de doctrina.
obispos, por los misioneros (apósto- Dios (1 Tim 3,5: cabeza de familia) ecuménico por excelencia. Ya desde Pero se pueden describir algunas lí-
les, es decir, enviados), por los pro- con las consiguientes funciones de el tiempo de la Reforma los teólogos neas de desarrollo. La expansión
fetas (Didajé 10,7), por personas emi- administración (Tit 1,7; 1 Tim 3,45). se habían dedicado a investigar los originaria del cristianismo llamada
nentes y por obispos residenciales En definitiva, la potestad jurisdiccio- documentos de la tradición patrís- misionera en las primeras comuni-
(Santiago en Jerusalén, Timoteo en nal no aparece nunca como distinta tica; posteriormente se detuvieron dades cristianas privilegió cierta-
Éfeso, Tito en Creta, Clemente en de la autoridad sacerdotal-pastoral; más en el aspecto propiamente dog- mente la función profética y la tarea
Roma, Ignacio en Antioquía, Poli- la misma actividad de evangeliza- mático o sistemático de los ministe- de unidad que competía sobre todo
carpo en Esmirna, y los demás obis- ción tiene valor fundamentalmen- rios. Pero el objetivo común era el al episcopado (cf Ignacio, 7.a Cle-
pos destinatarios de las cartas de te sacerdotal (Rom 15,16; Flp 2,17); de demostrar que, desde los prime- mentis), dejando en segundo plano
Ignacio); junto a ellos están otras las funciones sacerdotales son las ros siglos, se atribuyó a los ministe- el aspecto cultual de los ministerios.
personas que ejercen una dirección mismas funciones apostólicas (Mt rios jerárquicos un carácter sacerdo- Con la aparición de las primeras he-
colegial de cada comunidad local. 28,18; 1 Pe 2,5.9). Mientras que en tal-cultual, aun teniendo en cuenta rejías, sobre todo de la gnóstica, se
Entre los ministros auxiliares se pue- Israel el sacerdocio y el profetismo la reserva en la terminología recor- imponía la necesidad de una regla
den indicar: los siete (He 6,3; 21,8), eran instituciones distintas, aunque dada ya arriba. La profundización de fe que permitiese discernir entre
los diáconos (Flp 1,1, 1 Tim 3,8-13), no opuestas; mientras que también patrística de esta tradición insiste la tradición auténtica y las noveda-
los jóvenes (neoteroi: He 5,6; 1 Pe en las religiones paganas (por ejem- hoy más en las relaciones del minis- des: así, el criterio de la sucesión
5,5; neaniscoi: He 5,10); en fin, todos plo, en Roma, Cicerón, Leyes 2,8) terio con el profetismo, mientras que apostólica les pareció decisivo a Ire-
los fieles, a los que se llama santos había dos géneros de sacerdotes, uno en el campo ecuménico surge el pro- neo y a sus contemporáneos, porque
(He 3,32-41, etc.) nada menos que para presidir, el otro para interpretar blema de la sucesión apostólica del la figura del obispo se coloca en la
doscientas treinta y tres veces. Esta (augures), o bien los diáconos (servi- ministerio episcopal. Para las rela- línea de esta misión recibida y trans-
variedad nos permite captar la línea dores de \a polis) eran perfectamente ciones de estricta interdependencia mitida por los apóstoles para asegu-
constante que une la estructuración distintos de los sacerdotes del sacri- entre la eclesiología y el sacerdocio, rar la continuidad de las funciones
vertical de la jerarquía eclesiástica ficio (Platón, Política 290), en la co- el estudio de los ministerios en el con- apostólicas en la iglesia. La crisis
de estas comunidades primitivas en munidad cristiana las funciones mi- texto del organismo eclesial se dirige montañista en África, con sus con-
su desarrollo histórico hasta Ignacio nisteriales son intercambiables y es- a la profundización de la naturaleza traposiciones: entre la iglesia muñere
("un solo obispo junto con los pres- tán entreveradas inescindiblemente y de la evolución histórica de cada episcoporum y la ecclesia Spiritus;
bíteros y los diáconos": Filadelfios porque derivan de una elección divi- uno de los ministerios y de sus fun- entre la disciplina y la potestas; entre
4; Efesios 4; Magnesios 2; Tralianos na (Gal 1,1: "Apóstol, no de parte de ciones específicas, así como de la el ministerio y el carisma, sobrevalo-
2,3) con la realidad eclesial de base, los hombres ni por mediación de los gracia propia de cada uno de ellos. rando los elementos carismáticos a
aunque no nos es posible determinar hombres, sino por Jesucristo"). La De este modo se ha puesto cada vez expensas de los elementos institucio-
exactamente cada una de las funcio- trascendencia de la llamada al mi- más de manifiesto la relación que los nales, llevó a los padres a insistir en
nes de la categoría sacerdotal jerár- nisterio habrá de prever al máximo padres descubrían entre la apostoli- la existencia de un poder exclusivo
quica de los miembros del colegio que se presenten los posibles candi- cidad de las iglesias, la misión jerár- de la jerarquía eclesial, pasando un
directivo de cada comunidad. De to- datos (He 1,3), que mediante la suer- quica y el misterio de pentecostés; y poco por alto los elementos de la
dos modos, es cierto que las funcio- te (He 1,24-26) o sin ella se conside- sobre todo son indicativas las rela- gracia o carisma del Espíritu. Así se
nes presidenciales de dirección y de ran directamente constituidos por ciones entre carisma y ministerio. En explica la frecuencia del uso de una
gobierno de la comunidad no se pue- Dios (por ejemplo, 1 Cor 9,1; 15,8- la tradición de la iglesia antenicena terminología de tipo casi profano
den separar, sea de las funciones 10). Por tanto, no hay ninguna dele- (desde los padres apostólicos hasta aplicada a los ministerios en Roma:
doctrinales (kerigmáticas, didácti- gación de parte de la comunidad, la 7.a Clementis y hasta Ignacio), y honor, dignitas, auctoritas. Pero una
cas, evangelizadoras), sea de las sa- como si los ministerios fueran repre- también en tierras africanas (Tertu- vez alejado el peligro de confusión
cramentales (1 Cor 1,2; 11,20; etc.), sentantes de ella; están a su servicio liano, Cipriano) y en Alejandría (Cle- entre el sacerdocio del AT y el cris-
sea de las caritativas, sea de las re- y la representan (cf /. a Clem. 44,2-4; mente, Orígenes), no se pueden pa- tiano, se empezó a usar con mayor
presentativas (de representación ofi- 42,4) en nombre de los apóstoles, y a sar por alto los temas de la colegia- libertad la terminología cultual-sa-
cial de la comunidad: 1 Tim 3,2). la postre en nombre de Cristo. lidad y de la índole simbólico-sa- cerdotal, como aparece ya en el rito
Ministerio/ Ministerios 1280 1281 Ministerio/ Ministerios

y en las oraciones de ordenación concedidos a la jerarquía (en es- sacerdotes y de los diáconos en las Oriente). La praxis de las ordena-
de Hipólito (Tradición apostólica), pecial a los obispos, considerados parroquias distantes del centro ur- ciones universales encuentra aquí su
donde la idea del sacerdocio es pre- como dignatarios del estado) y el re- bano. El abandono de la predicación principio: el ministro válidamente or-
eminente con referencia al sacerdo- conocimiento de la audientia episco- en las mismas ciudades episcopales, denado puede ejercer en cualquier
cio del AT. Las controversias sobre palis del tribunal eclesiástico, lleva- en los ss. VI-VH, acentuará la cultua- iglesia.
las tradiciones contrastantes de las ron a la irrupción en la liturgia de lización de los ministerios; y esto se En sustancia se puede decir que la
diferentes iglesias (por ejemplo, en elementos ceremoniales derivados de reflejará en los escritos de la última teología patrística de los ministerios,
la celebración de la pascua, en el tra- los usos de la corte imperial (la cáte- patrística (por ejemplo, Isidoro de -aunque no revela un orden sistemá-
to que debía darse a los apóstatas y dra del obispo se convierte en tro- Sevilla, De ecclesiasticis officiis II, tico, contiene una profundidad y va-
respecto a la validez del bautismo de no), con una transformación de la 5,2-6: PL 83, 780-782), donde el ver- riedad de perspectiva que, con la ri-
los herejes) favorecieron frecuentes terminología (dignitas, potestas) que dadero tipo del sacerdocio no es ya queza de los acentos sucesivos de
intercambios entre las diversas igle- se ajusta bien a la nueva idea del Cristo, ni siquiera Moisés, profeta- escuela, explican las tendencias y
sias y una intensa actividad conci- cursus honorum, en el que los dis- sacerdote-legislador, sino Aarón con también las deficiencias de la ulterior
liar, en beneficio de la conciencia de tintos ministerios se conciben co- los levitas del templo de Jerusalén. evolución de la teología de los mi-
la colegialidad episcopal (cf la doc- mo promociones (gradus) necesarias Los ritos que se introducen en el Pon- nisterios.
trina de Cipriano) y de la profundi- para ascender al grado supremo del tifical de la época carolingia conva-
zación de las relaciones entre las fun- episcopado (cf can. 10 del concilio lidarán esta tendencia al asemeja- 3. ÉPOCA MEDIEVAL. A través de
ciones ministeriales y el misterio de de Sárdica del 393: "Nadie puede ser miento con las figuras del AT. La Gregorio Magno, Isidoro de Sevilla
la iglesia. elevado a este grado supremo del reacción contra las pretensiones de y Beda, la corriente patrística llegó a
episcopado, que es un honor muy los diáconos, que ya bajo el papa Occidente en un período en el que la
grande, y participar en el sacerdocio Dámaso habían intentado una in- iglesia estaba empeñada en el esfuer-
2. PATRÍSTICA CLÁSICA. Los ser- subordinación hasta pretender cele-
mones y los tratados de los padres divino sin haber ejercido durante al- brar los divinos misterios y conside-
zo de asimilación y de adaptación a
sobre el tema del sacerdocio consi- gún tiempo el lectorado, el diacona- rarse iguales o incluso superiores a
las culturas llamadas bárbaras. Sin
derado ex professo (por ejemplo, de do o el presbiterado". El principio los presbíteros, llevó a la tesis soste-
embargo, se nota que, incluso en la
san Juan Crisóstomo), así como las del organismo con pluralidad de nida por un anónimo (Ambrosiás-
cumbre de la teología medieval de
homilías para el aniversario de la funciones cede así el paso al princi- ter), y luego por Jerónimo (Ep. 146;
los ss. XII-XIV, la teología del sacer-
propia ordenación, contribuyeron a pio de la jerarquía: el clericalismo de 69,3), de la igualdad entre sacerdotes
docio no se desarrolló como los de-
la profundización de la doctrina en la carrera eclesiástica queda así ya y obispos en el sacerdocio, precisa-
más sectores; la carencia de una teo-
relación con cada una de las tres fun- sancionado; y el estatuto distinto, y mente en el plano cultual, que ejer-
logía satisfactoria se debe a una ecle-
ciones: profética, litúrgica, pastoral; a menudo contrapuesto, de clero y ció gran influjo en la teología medie-
siología reductiva y empobrecida
pero sobre todo hicieron emerger la laicado adquiere su valor jurídico. val.
por los condicionamientos apologé-
unidad del ministerio cristiano en el La idea primitiva de ministro apare- ticos. La prevalencia de los estudios
sentido de la economía de la salva- ce en cierto modo oscurecida. Esta controversia sobre tal dife- y de la mentalidad jurídica, por la
ción. Los puntos sobresalientes de rencia de los ministerios contribuyó que la iglesia se define coetus cleri-
La ulterior difusión del cristianis- corum, y el recurso a la Xeoría del
esta doctrina más evolucionada son: mo desde las ciudades a los pagos a fijar cada vez más la atención en
el simbolismo de los ritos consecra- (de donde viene el término paganos), los elementos (potestas) distintivos pseudo-Dionisio (con la simetría en-
torios para descubrir la gracia pro- con la consiguiente multiplicación de entre los diversos grados jerárquicos, tre iglesia triunfante e iglesia mili-
pia de cada ministerio; la función de los ministerios en tantas comunida- y no en los elementos comunes. La tante) llevan a aplicar la teología del
la jerarquía como órgano del Espíri- des dispersas, llamó la atención so- reacción agustiniana contra los do- orden sacramental más a cuestiones
tu para la edificación de la iglesia; el bre la necesidad de una consagra- natistas llevó a acentuar el principio prácticas de renuncia personal y de
carácter de representantes de Cristo ción y de una potestas exercitii (por de que la eficacia de los sacramentos servicio a los demás, dando por su-
atribuido a los ministros en sentido ejemplo, Atanasio precisa que nadie no depende de la santidad personal puestas las diferencias sociales entre
fuerte, en cuanto que éstos tienen puede ofrecer válidamente la euca- de los ministros, sino delvalor obje- las diversas clases del clero.
una responsabilidad pastoral frente ristía sin la imposición de manos de tivo del ministerio en general: esto
al pueblo de Dios (la caridad pasto- un obispo: se trataba de un cristiano ha influido en la evolución de la doc- 4. LA ESCOLÁSTICA. LOS escolás-
ral es uno de los temas preferidos de que en un pueblo sin sacerdote pre- trina de los ministerios, porque su ticos reanudarán las teorías antiguas
los padres). El cambio de condicio- tendía celebrar: Apología contra validez o invalidez se hacía depender de la negación de una sacramentali-
nes sociopolíticas que condujo a la Arium 11: PG 26,269). Se favorece de la condición objetiva personal, es dad específica para el episcopado,
alianza entre iglesia y estado modifi- así la concepción del sacerdocio en decir, del curriculum jerárquico del considerado como perfección del sa-
có este equilibrio doctrinal: los pri- términos de poder cultual eucarístico ministro, y no del vínculo con la igle- cerdocio, siempre desde el supuesto
vilegios, los honores y los símbolos y sacramental, en especial de los sia local (principio de economía en de que la potestas sacramentalis, en
Ministerio/ Ministerios 1282 1283 Ministerio/ Ministerios
especial en relación con la eucaristía, 1. DISTRIBUCIÓN DE LAS FUNCIO- gracia y consejo para gobernar al colaboración con el obispo, aunque
es idéntica en los dos grados del NES. Se puede afirmar que hay una pueblo y celebrar el sacrificio (n. 7); reconocida en los ritos de ordena-
obispo y del presbítero; tanto más continuidad sustancial entre las fun- al diácono, que está ordenado no al ción a los presbíteros, de hecho la
cuanto que la potestas regendi apa- ciones reconocidas por el Vat. II al sacerdocio, sino al ministerio del ejerce el arcediano, que tiende a ex-
rece devaluada a causa de los abusos obispo (LG 21; 25; 27), al presbítero obispo para hacer lo que se le man- tender sus funciones más allá de la
o prevaricaciones de no pocos obis- (LG 28; PO 4-6) y al diácono (LG de, el espíritu de gracia, de solicitud asistencia caritativa, la organización
pos. Santo Tomás, aun aceptando la 29), y la praxis ya atestiguada en el y de industria (n. 8) para el servicio de las ceremonias, la presentación de
tesis de Pedro Lombardo acerca de s. ni; pero existen notables reservas de la iglesia y del altar. La clave de los ordenandos, el gobierno sustitu-
la duplicidad de los poderes sobre el de funciones por parte de los obispos la supremacía del obispo no parece tivo de la diócesis en ausencia del
cuerpo real y sobre el cuerpo místico a expensas del ejercicio de los minis- residir tanto en sus funciones de pre- obispo o en caso de sede vacante. La
de Cristo (de los que sólo este último terios por los grados inferiores. sidencia de las celebraciones cultua- rebelión de los diáconos romanos en
es propio del obispo, que sin embar- les y de cabeza de la comunidad, el s. iv es un signo claro de ello (cf F.
go constituye un orden supremo en a) De la iglesia de los mártires a sino en el hecho de que sólo él tiene Prat, Les prétentions des diacres ro-
el sacerdocio), no llega nunca a las la iglesia de los padres. El esquema el poder de ordenar. En los ss. iv-v, mains au quatrieme siecle, en RSR 3
conclusiones de algunos teólogos mo- dualista de obispos-sacerdotes (dada a la doctrina del primado del obispo [1912] 463-475). La misma limita-
dernos, que han considerado sólo al la anfibología de los términos en la ("pastorale fastigium et gubernatio ción del número de los diáconos a
obispo como verdadero sacerdote, primera literatura cristiana: cf Dida- ecclesiae": León Magno, Ad Ep. siete y la administración de los bie-
ya que también el presbítero partici- jé 15,1), por un lado, y diáconos, por Mauritaniae Cesar. 44,6, c. 1: PL nes eclesiásticos que tenían enco-
pa de los poderes de gobierno del el otro, lo supera Ignacio, que dis- 54,646) se añaden las reservas de mendada contribuyen al eclipse de
obispo (cf In IV Sent. d. 7, q. 3, a. 1, tingue claramente las funciones epis- funciones con especial importancia los presbíteros: la mayor parte de los
sol. 2, ad 3). copales de las presbiterales. La or- intraeclesial y social, como consa- papas anteriores al s. vm, en Roma,
ganización tripartita de los ministe- gración de iglesias, bendición del cris- fue elegida de entre los diáconos.
rios mayores en el NT, en analogía ma, consagración de vírgenes, recon- Las excepciones expresamente auto-
IV. Las funciones específicas con la del AT (sumo pontífice-sacer- ciliación de los penitentes, y sobre rizadas a los presbíteros para orde-
de cada grado dotes-levitas: cf /. a Clem. 40,5), res- todo la predicación homilética. Fue- nar (DS 1145; 1146; 1290; 1435) se
ponde al esquema de las cartas pau- ra de la iglesia de Alejandría, donde fundan en el hecho de que el poder
El ejercicio de las funciones mi- linas y de las pastorales. A los obis- predicaban también presbíteros e in- papal supremo puede hacerlos partí-
nisteriales ha registrado notables di- pos-presbíteros les compete la litur- cluso diáconos (cf Orígenes), los pres- cipes de este poder de gobernar, que
ferencias en la evolución histórica gia (leiturgein: funciones cultuales- bíteros no predicaban ni en Roma ni de suyo no pertenece a los sacerdotes
arriba esbozada en relación con cada rituales), sobre todo el ofrecimiento en Constantinopla (aquí sólo con la secundi ordinis (fórmula de ordena-
uno de los grados del orden. Pode- del sacrificio (prosforein), y también delegación del obispo), aunque ya en ción romana del presbítero); así vale
mos distinguir dos grandes etapas: alimentar a la grey (poimainein). A tiempos de Agustín y de Gregorio para la consagración del crisma, de
la primera, que tiende a concentrar los diáconos no les compete un ser- Magno se abrieron brechas en esta las iglesias, y para otros actos pres-
los ministerios de mayor trascenden- vicio sacerdotal (como sucedía con rígida praxis (cf la reacción de Jeró- biterales, cuya validez quedaba con-
cia social en el obispo; la segunda, los levitas); la progresiva degrada- nimo para reivindicar en pro de los dicionada a la licencia del obispo, a
que una vez consolidada la figura ción de los diáconos no se puede presbíteros tal oficio de predicado- quien pertenecían auctoritate cano-
del obispo, procede inversamente a ciertamente atribuir al inñujo del res: Ep. 53,7: PL 22,534). Pero las num. Pero las praxis son diver-
una descentralización de forma gra- AT. Cuando el término diácono co- circunstancias históricas, como la sas; así, por ejemplo, en España los
dual de los ministerios en favor del bró un significado específico, el epis- defensa contra las herejías, la con- presbíteros confirmaban con crisma
presbítero y a veces del diácono. Ba- copado aparece ya en su forma mo- ciencia más viva de la sucesión apos- bendecido por ellos mismos.
sándose en el principio de la teología nárquica con funciones plenarias tólica, la falta de preparación doc-
clásica según el cual cada grado in- consolidadas (cf Ireneo, Adversus trinal de muchos presbíteros, la úni-
cluye la potestas de los grados infe- Haereses 3, 3,1), si bien perdurando ca concelebración presidida por el b) La praxis medieval. En el
riores, podía suceder que una disci- la fluctuación de la terminología obispo, mantuvieron tal reserva de Pontifical romano-germánico del
plina contingente que impedía a los obispo-presbítero en algunas igle- hecho hasta la dispersión geográfica s. x, la praxis se funde con la disci-
grados inferiores ejercer sus funcio- sias. En la Tradición apostólica de de los presbíteros por las iglesias de plina antigua en la determinación de
nes específicas se transformase en Hipólito (s. ni) las funciones de los los pagos o aldeas rurales, en las que las funciones: "Al diácono le compe-
doctrina, causando una limitación tres órdenes expresadas en los ritos la necesidad de evangelizar a los te servir al altar y bautizar; al sacer-
disciplinar en el ejercicio de tal po- de ordenación atribuyen al obispo el pueblos invasores impuso la licentia dote, ofrecer, bendecir, presidir, pre-
der, que se confundió así luego con espíritu de principalidad o soberanía de predicar, obtenida del obispo. dicar; al obispo, juzgar, interpretar
la simple carencia del mismo. (nn. 3-4); el presbítero, el espíritu de Para las funciones de gobierno, la (discernir, etc.), consagrar, consum-
mare, ordenar, ofrecer, bautizar".
Ministerio/ Ministerios 1285 Ministerio/ Ministerios
1284

Los presbíteros, que hasta Carlomag- conam faciendam (sacramentarlo palabra de Dios, se habla de la fun- nos realicen estas funciones ministe-
no se llamaban sacerdotes de segun- Gregoriano-Adrianeo, 214) (cf A.-G. ción de ceroferario), y ciertamente riales ha contribuido a reducir estos
do grado, son reconocidos como Martimort, Les diaconesses, Roma el subdiácono se corresponde con órdenes a ministerios instituidos, es
"próvidos cooperadores del orden 1982). nuestro acólito. En la iglesia latina, decir, no conferidos con ordenación,
episcopal", con funciones que en el por debajo del diaconado, hasta el indicando así el cambio de significa-
pasado no se ejercían de hecho; los Vat. II, los órdenes menores eran cin- do de sus funciones. Se trata ahora
2. ÓRDENES MENORES Y PRAXIS
diáconos son reducidos sólo a fun- co: el subdiácono (considerado or- de ministerios laicales propiamente
ACTUAL. En la jerarquía de orden no den mayor sólo a partir del s. xm),
ciones litúrgicas, hasta el punto de se comprendían los órdenes meno- tales, a diferencia de los antiguos
correr el riesgo de extinción en Occi- el acólito, el exorcista, el lector y el órdenes menores, porque los fieles
res, aun teniendo el nombre de tales; ostiario. Estos órdenes menores se
dente por carencia de ejercicio. La pero existían desde la antigüedad que los ejercen no asumen ya fun-
reserva de los actos al obispo no sólo consideraban obligatorios ya en el ciones de suplencia respecto a los
varias categorías de personas que documento de los Statuta Ecclesiae
para la licitud, sino también para la tenían funciones subalternas no clérigos, sino que ejercen un derecho
validez, que crea evidentes limitacio- Antiqua, del s. v (476-485: galicano), fundado en el sacerdocio común de
siempre bien distintas de las de los al presentar el cursus completo de la
nes del poder de los presbíteros y de diáconos. Las listas antiguas nos los cristianos. También en el caso de
los diáconos, se justifica, sin embar- iglesia romana antigua. los candidatos al presbiterado o al
presentan diversidades no siempre re-
go, con el argumento de la unidad ducibles a funciones homogéneas. diaconado, la obligación impuesta a
eclesial (con referencia a Ignacio), o b) Del concilio de Tremo al los clérigos de recibirlos no rebasa el
con el recurso al ecclesiasticus or- Vat. II. El concilio T r i d e n t i n p significado de preparación pedagó-
a) Tradición antigua. Junto a los gica ("para mejor disponerse a las
do et concentus (cf Constituciones confesores, a las viudas, a los asce- (Sess. XXIII, c. 17), queriendo hacer
apostólicas III, 9; VIII, 27-28), o corresponder los órdenes menores futuras tareas de la palabra y del al-
tas, a los exorcistas y a los sanado- tar"). Pero el nuevo significado re-
bien con la atención ad honorem po- res, encontramos en el s. iv el siguien- con los ministerios efectivos, a me-
tius sacerdotii quam ad legem neces- nudo ejercidos sin institución eclesial conocido a estos ministerios institui-
te orden de acceso a la comunión dos con vistas a un servicio más es-
sitatis (Jerónimo, Altercatio lucife- eucarística, dado por las Constitu- alguna, no salió airoso en su objeti-
riani 9: PL 23,164-165). Respecto a vo reformador, sea porque no se re- table en el seno de la comunidad
ciones apostólicas (VIII, 13, 14 y 23): eclesial tiene por corolario la crea-
la función diaconal, se puede afir- "Obispo, presbíteros, diáconos, sub- definía la atribución de cada minis-
mar sintéticamente que por su forma terio, sea porque no llevaba a cabo ción de nuevas funciones, que no te-
diáconos, lectores, cantores, ascetas; nían su correspondiente exacto en la
abierta, según los datos del NT, a la y entre las mujeres, las diaconisas, su propuesta de suprimir los minis-
mayor libertad, tiende a evolucionar terios de ostiario y de exorcista, que disciplina antigua. Así, a título de
las vírgenes y las viudas; luego los ejemplo, el documento pontificio in-
después del s. IV: en Oriente, como niños, y sólo después todo el pue- se habían vuelto inútiles. En síntesis,
función clerical local, centrada en la se puede decir que los únicos dos ór- dica como nuevos ministerios posi-
blo". En otra lista de la misma fuen- bles el de catequista u otros servicios
asistencia litúrgica al presbítero; en te (III, 11,3), pero más antigua (Di- denes inferiores al diaconado, que se
Occidente, como una fase del cursus encuentran por doquier desde la an- caritativos en la iglesia, ensanchando
dascalía siríaca del s. ni), el orden la esfera de estos ministerios al ser-
sacerdotal. En la tradición siríaca es el siguiente: diaconisas, lectores, tigüedad, son: el subdiaconado, que
existían las diaconisas (cf Constitu- en Occidente corresponde al acolita- vicio del mundo. Si bien el lectorado
subdiáconos y ostiarios. Eusebio y el acolitado permanecen como ser-
ciones apostólicas VIII, 28,6): "Sin (Historia eclesiástica I, 1-2) no tiene do, y el lectorado; para estas dos
embargo, la diaconisa no bendice, funciones se hablaba en los docu- vicios comunes a todas las iglesias
escrúpulos en poner junto a la jerar- (en las iglesias orientales será el sub-
no hace algo que hagan el presbítero quía a los didáscalos, los mártires y mentos litúrgicos de ordinari (ser or-
y el diácono; sólo guarda las puertas, denados), pero nunca de imponere diaconado correspondiente al acoli-
los príncipes civiles (¡es de sobra co- tado), el número de los ministerios y
y sirve a los presbíteros cuando se nocido el carisma divino que atri- manus, reservado a los órdenes ma-
bautizan las mujeres, por motivos de yores. La reforma vaticana (motu el campo de su ejercicio será regula-
buía al emperador!). Por eso no es do por las conferencias episcopales,
decencia". Pero hay que añadir que fácil distinguir, especialmente en proprio Ministerio quaedam, del 15-
aunque estuvieran ordenadas con la 8-1972) ha superado los puntos de a las que también se invita a hacer
Oriente, entre carismas y órdenes propuestas para otros ministerios
imposición de las manos (cheiroto- ministeriales, tanto más cuanto que vista restringidos del primitivo pro-
nia), como los diáconos, no pertene- yecto de reestructuración, que se li- necesarios para las exigencias pasto-
en los ritos siro-orientales el arce- rales que van surgiendo. Con esta
cían al clero en el gobierno de la igle- diano es miembro del orden presbi- mitaba a proponer la supresión del
sia; en Occidente, ciertos privilegios exorcistado-ostiariado y subdiaco- nueva disciplina, que distingue me-
teral, mientras que en los ritos siro- jor los ministerios ordenados de los
reservados a monjas, como lectura occidentales las diaconisas tienen nado, manteniendo, sin embargo,
del evangelio o distribución de la co- para el lectorado-acolitado el signi- instituidos, bien que teniendo en
funciones de acólito: en las iglesias cuenta las diversas realizaciones his-
munión, son quizá un residuo de una bizantinas el salmista es confundido ficado de órdenes menores, reserva-
costumbre que permanece como ór- dos por ello a los clérigos. En cam- tóricas en cada iglesia, también los
de hecho con el acólito (antes de in- ministerios instituidos se caracteri-
gano rudimentario en el rito ad dia- vitarlo a su oficio de proclamar la bio, el hecho de que hoy los diáco-
Ministerio/ Ministerios 1286 1287 Ministerio/ Ministerios

zan mejor respecto a los ministerios obispos, ¿está ya definida en su valor y de ontología sobrenatural (funda- Dentro de este conjunto apostólico
de hecho; en efecto, la institución sacramental (diferencia sólo de gra- da en los sacramentos básicos de la de la iglesia y para su servicio se es-
tiene por objeto significar cierta per- do), hasta el punto de considerarla vida cristiana) sobre los valores de pecifica la sucesión apostólica en el
manencia de tales servicios en razón no susceptible de ulteriores especi- estructuras institucionales: así los mi- ministerio instituido por el Señor.
de las necesidades y las actividades ficaciones históricas? ¿Sobre qué nisterios que corresponden a estas Remitiéndose a los tres criterios de
habituales de la iglesia. [Precisiones bases podría reformularse, y sobre estructuras institucionales encuen- san Ireneo respecto a la plenitud de
terminológicas sobre los ministerios todo ejercerse, en la perspectiva de tran mejor sus cualidades funciona- la sucesión apostólica (la continui-
y enumeración completa: / Asam- una teología más ecuménica de la les, sobre todo si se los considera a dad de la ordenación a través de per-
blea, III, 2, a-d.] iglesia, la relación entre pontificado la luz de la categoría de misión, que sonas a su vez ordenadas; la fide-
supremo del obispo de Roma, que atraviesa toda la teología poscon- lidad a la enseñanza apostólica;
"preside en la caridad" la iglesia uni- ciliar. la conformidad de la vida con el
V. Problemática teológico- versal, y el episcopado, sobre todo evangelio), se afirma la normal indi-
Htúrgica de los ministerios en su organismo colegial de tipo si- 2. REDESCUBRIMIENTO DE LOS solubilidad de estos tres elementos,
nodal o conciliar? Todos estos inte- CARISMAS. Esta segunda aportación en cuanto que esta sucesión es el sig-
El problema de los ministerios rrogantes nacen del hecho de que el de la teología posconciliar concierne no ministerial que atestigua la apos-
hoy, después de esta panorámica his- llamado derecho divino está someti- al valor y a la importancia de los tolicidad de la iglesia y abre la co-
tórica, se presenta sin duda con nue- do a cierta historicidad, y por tanto carismas, y se debe a la eclesiología munidad a la venida y a la acción
vas líneas y exigencias, porque el es- goza de una relativa reformabilidad, de comunión y de servicio en el con- del Señor mismo. El presupuesto de
tado histórico de la investigación ha que deja siempre abierta la proble- texto del diálogo ecuménico, en or- esta doble sucesión apostólica es el
modificado o relativizado la simpli- mática dentro de límites evidente- den a superar los excesos de clerica- doble significado del grupo de los
cidad de ciertos esquemas fixistas de mente determinados por la fidelidad lismo y juridicismo que se acentua- doce en los evangelios: estos hom-
los manuales de tipo apologético o esencial a la voluntad de Cristo, que ron en los siglos de cristiandad, en bres son, por un lado, la personifica-
escolástico. Ya hemos subrayado ha instituido en su iglesia ministerios los que se consideraba al laicado en ción de todo el pueblo de Israel en
que el NT presenta momentos suce- en continuidad con la misión enco- posición subalterna y sin autonomía sentido escatológico, con las doce
sivos de organización de los ministe- mendada en origen a los doce. cultural. Las investigaciones del diá- tribus reconstruidas (Gal 6,16); por
rios, ligados a veces a zonas geográ- logo ecuménico (Pour une réconci- otro lado, son los jueces de las doce
ficas diferentes (Corinto y las prime- liation des ministéres, Taizé 1972), tribus (Mt 19,28). Frente al mundo
1. UNA NUEVA ECLESIOLOGÍA MI-
ras iglesias paulinas, el ambiente que llevaron a los acuerdos de Dom- representan a la iglesia en misión;
NISTERIAL. Esta revalorización de los pero frente a los demás, es decir, a la
judío de Mateo, Hechos y las Pasto- ministerios laicales, que afecta tam- bes, arribaron a estas perspectivas
rales) y también un pluralismo de comunes a los católicos y protestan- grey, representan al único pastor.
bién a la / mujer, es fruto de la ecle-
formas en función de las necesidades siología conciliar caracterizada por tes, que no se pueden ignorar (cf Bau-
pastorales (por ejemplo, los siete en dos movimientos: el recentramiento tismo, Eucaristía, Ministerio, FC, b) Ministerio pastoral y otros mi-
He 6,1-6). Además, los numerosos sobre Cristo de los ministerios; el des- Lima 1982, nn. 1-55). Los puntos nisterios. A cada uno de los dos ti-
títulos de estas personas califican a centramiento hacia la iglesia como esenciales se pueden reducir a tres: pos de sucesión apostólica debe co-
funciones o acciones, en el sentido tal (según una feliz fórmula de Schil- la cristarquía y la apostolicidad; la rresponder un orden de ministerios
de que son los servicios los que cali- lebeeckx) en el sentido pastoral, es relación entre ministerio pastoral y de tipo global y específico. Sólo la
fican a los ministerios. Los concilios decir, desde el centro hacia estructu- otros ministerios; objeto e investidu- colocación exacta del ministerio pro-
no han resuelto de forma irrevocable ras más colegiales. De la concepción ra del ministerio pastoral. pio de los pastores en el conjunto de
todos los problemas, que siguen to- dualista jerarquía-fieles, dominante los ministerios cristianos permite
davía enmarañados; por ejemplo, en la teología postridentina, se pasa a) Cristarquía y apostolicidad. esta teología correcta del sacerdocio.
sobre la naturaleza de esta institu- a una teología que comprende tres La afirmación de base de este seño- No existe, por tanto, en el cuerpo
ción divina, considerada origen de términos: el sacerdocio de Cristo, río de Cristo, siervo y ministro único eclesial un miembro que no esté do-
los ministerios (cf DS 1776 para el único sumo sacerdote, en cuanto que de su iglesia, es que su ministerio se tado de una función propia en virtud
Tridentino y LG para el Vat. II): ¿se comprende tanto el sacerdocio mi- convierte en norma de toda la doc- del bautismo y de su participación
trata del simple hecho de su existen- nisterial como el sacerdocio común trina y de toda la práctica del minis- en la eucaristía, porque cada uno tie-
cia?, ¿se trata de una distinción esen- de los fieles. La prioridad dada por terio cristiano. De este principio bro- ne asignada su parte en la misión
cial de tipo ontológico, como la que el Vat. II al capítulo sobre el pueblo ta el criterio de la apostolicidad de global de la iglesia: el servicio a la
se admite entre el sacerdocio minis- de Dios en la constitución LG sobre la iglesia, que es apostólica en su misión y el testimonio de Cristo son
terial o jerárquico y el común de los la iglesia (c. 2), respecto al capítulo mismo ser, porque Cristo, enviado un compromiso de responsabilidad
fieles (LG 10), o de tipo funcional? sobre la jerarquía (c. 3), significa la por el Padre, la envía a su vez al de todos los cristianos. En el ámbito
La diferencia entre sacerdotes y prioridad de los valores de existencia mundo con la potencia del Espíritu. de los ministerios que el Espíritu San-
Ministerio/ Ministerios 1288 1289 Ministerio/Ministerios

to suscita en la iglesia, el servicio pro- siempre vinculados entre sí: anuncio ponsabilidad efectiva de los cristia- fieles (aceptando la teoría antigua de
pio de los pastores es el de congregar de la palabra, celebración de los sa- nos. La aplicación del principio de los reformados, para la que la iglesia
a la iglesia. En la interdependencia cramentos y reunión de la comuni- la reciprocidad disimétrica (ya ex- sería sujeto del conjunto de los mi-
afirmada entre la apostolicidad glo- dad. Las tres funciones clásicas, que puesto) a las diversas formas de mi- nisterios, que organiza según las ins-
bal de la iglesia y la apostolicidad se denominaban potestas docendi, nisterio induce a considerar que la piraciones del Espíritu Santo sólo en
específica del ministerio existe una sanctificandi et regendi, encuentran acción de Cristo hacia los discípulos cuanto se la considera global e indis-
reciprocidad de dependencia, es de- una clarificación mayor en el con- es la de guiarlos al sacrificio espiri- tintamente), sino más bien de reco-
cir, de remisión a Cristo Señor, de texto de esta eclesiología de ministe- tual, al testimonio y al servicio, de nocer positivamente el carácter sa-
tipo disimétrico, ya que los cometi- rialidad apostólica. En efecto, el mi- forma diversa según la especificidad cerdotal de todos los fieles, el carác-
dos no son intercambiables (como nisterio de la palabra no se limita a histórica de los distintos servicios ter funcional del sacerdocio ministe-
tampoco lo son los del esposo y de repetir lo que se ha dicho en el pasa- eclesiales, aunque con una conver- rial y la estrecha conexión entre mi-
la esposa, o los de los padres y los do, sino que debe interpretar y ac- gencia final hacia la eucaristía, que nisterios instituidos y comunidad. Se
hijos); pero cada uno de los dos po- tualizar, bajo la guía del Espíritu sigue siendo la cumbre y la fuente de trata, en fin, de superar cualquier
los remite a Cristo. En esta relación, Santo, el depósito de la fe apostólica la vida eclesial. En este sentido, el concepción del sacerdocio según la
más que insistir en la diversidad de y los signos de los tiempos, en co- ministerio es denominado en sentido categoría absoluta de la potestas
las funciones que corresponden a los munión con toda la iglesia. La fun- fuerte, por así decir, si bien no ya personalmente recibida y ejercida de
pastores, históricamente variables, ción profética del ministerio resulta exclusivamente como en el pasado, modo absoluto; pero, al mismo
se subraya la relación particular que así más armonizable con los caris- con la categoría cultual de ministerio tiempo, de no limitarse a vincular
tiene con el resto de la comunidad, y mas proféticos de todos los tiempos sacerdotal. En este contexto, la or- los ministerios sólo al Espíritu Santo
esto respecto a los diversos ministe- y también de los nuestros, sin riva- denación ministerial asume el valor o a la voluntad general de Cristo sin
rios que ejercen. Lo propio del mi- lidades ni exclusivismos. También de signo eficaz, que vincula a los hacer de ellos una participación en
nisterio pastoral es asegurar y signi- para el ministerio cultual de los sa- pastores con la sucesión apostólica, su autoridad de enviado del Padre y
ficar la dependencia de la iglesia res- cramentos comunica Cristo el don sea por el carácter de los ministros de siervo del pueblo de Dios. La do-
pecto de Cristo, fuente de su misión de su persona y de su vida; y a través que la celebran en cuanto que deben ble relación dentro del cuerpo de
y fundamento de su unidad. Pero los de la presidencia de sus ministros, a su vez estar ordenados, sea por la Cristo, sea de interioridad, que va
ministros ordenados tienen también hechos signo sacramental de tal pre- respuesta infalible del Cristo resuci- hasta la identificación mística (1 Cor
el cometido de significar el vínculo sencia de Cristo, da y garantiza la tado, que comunica su Espíritu en 12,12) de sus miembros, sea de supe-
de comunión establecido por el Es- eficacia prometida a la participación respuesta a la epíclesis de su iglesia. rioridad-autoridad, que se expresa
píritu entre las diversas comunidades en sus misterios litúrgicos. Por fin, La recuperación de la epíclesis pneu- con el término cabeza (1 Cor 13,3,7)
en la unidad de la iglesia. Este come- el ministerio de gobierno se identifi- matológica, que quita todo valor a para la guía y animación de este cuer-
tido implica la unión de los minis- ca mejor con el oficio o servicio de la traditio instrumentorum del pasa- po, presupone un diverso nivel on-
tros con los pastores de otros tiem- congregar la comunidad, para re- do en la iglesia latina (elaboración tológico de profundidad entre estos
pos (éste es el valor de la tradición) construirla sin interrupción y repa- más de los teólogos juristas que de servicios en la comunidad y para ella
y de otros lugares (las relaciones in- rar la unidad, siempre tan difícil y la tradición litúrgica expresada en y la cualidad de miembros del cuer-
tereclesiales) en el ámbito de un mis- comprometida por el pecado y por las fórmulas de la oración consecra- po de Cristo, que pertenece a todos
mo colegio derivado de los apósto- las divisiones del pueblo en camino toria nunca cambiada), no debe ser los cristianos. El problema, que siem-
les. Esta recuperación de la colegia- hacia el reino. Si se considera el go- infravalorada en una teología de los pre reaparece, de la relatividad his-
lidad del ministerio pastoral nos bierno de los responsables de la igle- ministerios, que logra así también tórica de las categorías de los mi-
parece muy importante para situar sia desde este ángulo de mira del ser- fundar la irreversibilidad de la orde- nisterios en relación con la estruc-
el problema del primado del minis- vicio a la unidad, se elimina todo nación, y por tanto su no-reiterabili- turación de la iglesia, no puede
terio en la caridad, reservado al obis- riesgo de autoritarismo en la jerar- dad. En síntesis, este acuerdo (que resolverse con el simple recurso al
po sucesor de Pedro en la iglesia ro- quía eclesiástica, que a menudo ha así se ha explicitado) logra formular estadio primitivo de la iglesia, don-
mana, y el problema de la autoridad llegado en el pasado a parangonar la una eclesiología muy bíblica y pa- de los ministerios locales surgieron
del obispo monárquico en el análogo potestas regiminis con el tipo de po- trística, superando cuestiones parti- como servicios internos a la comuni-
colegio presbiteral de la iglesia local. der temporal, que Cristo, en cambio, culares que pueden estar todavía dad, mientras que sólo el apóstol
contrapuso en el evangelio al servi- abiertas. No se trata ciertamente de aparece como anterior a ella y cons-
cio apostólico (Le 22,25-26). El mi- renunciar, en la teología católica y titutivo de la misma (negando así la
c) Objeto e investidura del mi- nisterio de dirección así entendido ortodoxa, al título propio" de los mi- distinción entre ministerios carismá-
nisterio pastoral. El problema más para la edificación del reino de Dios nisterios para participar en el sacer- ticos y funciones locales institucio-
delicado es el de la especificación de se realiza dentro del respeto a la li- docio de Cristo en nombre de la afir- nales); pero hace falta superar la
los elementos transmisibles del mi- bertad del Espíritu y en la corres- mación del sacerdocio común de los perspectiva jurídica y centrada en la
nisterio apostólico, porque aparecen
Ministerio/ Ministerios 1290 1291 Ministerio/ Ministerios

validez de los ministerios como va- ponden plenamente a esta naturale- a salvo siempre la confirmación del formulario que hace, sin embargo,
lores autónomos por encima y fuera za de los signos sacramentales, no obispo de Roma, que preside en la referencia expresa a ello.
de la comunidad. ¿Cómo se puede tanto a nivel de esencialidad, sino al caridad a todas las iglesias. Las co-
de hecho valorar la existencia y la de plenitud expresiva. munidades que reciben a un obispo 3. PARA EL DIACONADO. Tam-
originalidad de los carismas no ins- como pastor y padre no quedarían bién en la elección del diácono, que
titucionales sin fijarlos en los de la 1. PAR A EL EPISCOPADO. Se pue- así marginadas de esta presentación, en la antigüedad era presentado por
jerarquía? ¿Cómo dar ala naturaleza de observar que la eliminación de porque al menos a través de sus pas- el pueblo (cf He 6,5), se podrían pre-
fundamentalmente diaconal de la todo aspecto triunfalista de una teo- tores actuales se sentirían respon- ver ulteriores enriquecimientos ri-
existencia cristiana su auténtica va- logía de los poderes parece suficien- sabilizadas en una elección que no tuales para los diáconos permanen-
loración, sin reducir los ministerios temente adecuada a la importancia se les puede sustraer totalmente tes respecto de los provisionales, con
a categorías meramente instituciona- dada a la figura del obispo como (como sucede todavía a menudo). unas referencias más concretas a las
les? ¿Qué ministerios reconocer en la pastor, significativamente descrita De este modo, en el rito de presenta- funciones del diácono, especialmente
estructura esencial de la iglesia, en- en la monición introductoria del rito ción del candidato, también los re- a las de ser el responsable ideal de la
tendida como la que le atribuye su de ordenación, si bien se podía ex- presentantes del consejo presbiteral pastoral de las familias y de las pare-
identidad (H. Küng parece negar la plicitar más la temática de la cole- y del consejo pastoral (en tal caso, jas en cuanto tales; evocar con su
identidad entre estructura e institu- gialidad, en lugar de insistir en la algún laico) podrían ser llamados a estado normalmente de casado el sen-
ción jerárquica), para que las iglesias relación entre obispo y papa. Aquí expresar la triple ratificación, junto tido de la iglesia como familia; ser el
respondan al plan de Dios en un mo- se plantea el problema de la relación con toda la asamblea, que hemos re- signo de una iglesia no tanto ya dada
mento histórico dado: utfiant, como entre el obispo y su iglesia local res- cordado arriba. cuanto en proceso de hacerse y ser el
decía Tertuliano (De Praescriptione pecto a la designación y presenta- encargado eclesial (por misión espe-
20: PL 2,32)? ción de los candidatos. La Tradición 2. PARA EL PRESBITERADO. El cífica) de comunidades humanas a
apostólica (2-3) preveía la elección nuevo rito ha adecuado ciertamente medida humana. La relación del diá-
del obispo por parte de todo el pue- las formas ceremoniales a la visión cono con la comunidad local debe-
VI. Perspectivas celebrativas blo. En las Constituciones apostóli- más pastoral del ministerio especifi- ría, pues, encontrar también una ex-
y pastorales cas siríacas del s. iv se añade una co, que asocia al presbítero a todas presión celebrativa.
triple ratificación por parte de la las funciones (excepto la de la trans-
Los interrogantes anteriores nos asamblea, como complemento de la misión de la apostolicidad) del obis- 4. PARA LOS MINISTERIOS INSTI-
ofrecen ya la clave de esta reflexión elección por parte de todo el pueblo po en la edificación de la iglesia TUIDOS Las indicaciones de los nue-
ulterior. Si lo que estructura a la (IV, 2). Hoy no se pueden ignorar (cf PO 6; LG 28). También aquí la vos ritos son sobre todo indicativas,
iglesia es el conjunto de los servicios las dificultades de tal criterio de elec- responsabilidad del presbiterio como y por tanto susceptibles de adapta-
y ministerios que Dios suscita en ella ción popular, que estaría expuesto a tal está suficientemente expresada ciones por parte de cada comunidad
para cumplir su misión, nos pode- todas las vicisitudes de divisiones y por el gesto de imposición de las ma- local. Las experiencias que se están
mos preguntar qué es lo que impide contiendas propias de las elecciones nos después de la del obispo, para llevando a cabo sugieren que estas
que los ministerios típicamente ecle- civiles. Pero no se puede ignorar que indicar que hay un Espíritu común y celebraciones gozan de bastante par-
siales estructurados a tiempo pleno las nuevas exigencias de una eclesio- semejante de su ministerio (Tradi- ticipación de las respectivas comuni-
se reconozcan a través de una orde- logía local, como base de la ecle- ción apostólica 7). Pero para el pue- dades, a cuyo servicio están ya los
nación propiamente dicha (Rahner). siología universal (LG 26), podrían blo parece que hay todavía demasia- laicos; será preciso especificar cada
De hecho, hemos encontrado en la aconsejar que la designación de los do poco espacio. Si en las fuentes vez mejor la relación entre ministerio
tradición eclesial una distinción neta obispos vuelva a encomendarse a las antiguas (Constituciones apostólicas de la caridad y extralitúrgico y el
entre los ritos ordenados transmiti- iglesias locales en sus expresiones XXVI, 2-5) se habla de cooptación oficio cultual de estos ministerios,
dos por medio de la imposición de colegiales y federativas de las confe- para el presbiterio por la elección y para que se evite el riesgo de su cle-
manos (cheirotonia) y los ritos insti- rencias episcopales regionales. El he- por el juicio de todo el clero, hoy se ricalización o ritualización. Para los
tuidos a través de una simple institu- cho de que la ordenación del obispo podría igualmente prever algún ges- ministros extraordinarios de la euca-
ción o investidura autoritativa (chei- deba hacerse en la medida de lo po- to sencillo de los fieles para expresar ristía (instrucción Immensae carita-
rothesia). Pero ahora se trata de ver sible con la participación colegial de esta corresponsabilidad en la iglesia; tis, del 29-1-1973) que están suplien-
si la nueva reestructuración de los los obispos limítrofes de la misma al menos el gesto de la entrega de la do a los ministros ordinarios, se re-
ritos de ordenación y de institución región eclesiástica parece requerir, patena con las ofrendas de los fieles quiere un mandato por parte del
es adecuada a esta nueva significati- para una mayor verdad de los ritos, y del cáliz debería producirse des- obispo y del presbítero: se puede ob-
vidad eclesial y ministerial. Algunas que también su designación se haga pués de la presentación de los dones servar que están destinados a des-
perspectivas sugeridas aquí tienen el a través de estos organismos ya ca- por parte de los fieles, y no, como aparecer si se lleva a cabo en las igle-
objeto de captar aspectos que no res- nónicamente reconocidos, quedando ahora, antes de la misma, con un sias una verdadera pastoral de res-
Ministerio/ Ministerios 1292 1293 Misal romano

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Pío V para distinguirlo del misal de
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cón R., Ministerio, en DETM, Paulinas, Ma- como carisma y ministerio, en "Anales Valenti- este último, pero existen entre am-
drid 1975, 662-680; Roux J.J., Los ministerios nos" 3/5 (1977) 1-23; Centro "Pro mundi vita", / Familia; / Grupos particulares; bos diferencias muy notables. La
en la discusión actual, en "Theologica Xaveria- El diaconado permanente: su restablecimiento / Jóvenes; / Niños primera afecta al carácter específico
na" 25/1 (1975) 69-84; Royón Lara E„ Los mi- y su evolución, en "Phase" 76 (1973) 353-375;
nisterios en una iglesia toda ministerial, en "Sal Guerra M., Diáconos helénicos y bíblicos. Bur-
del libro: el Missale Romanum de
Terrae" 9 (1977) 21-33; Sánchez Chamoso R., gos 1962; Jubany N., Diaconado, en SM 2, 1570 era un misal plenario; el actual
Eunción mediadora de la Iglesia y ministerios, Herder, Barcelona 1976, 254-259; Oriol J., La ya no lo es, al estar compuesto de
en "Seminarios" 30 (1984) 311-348; Los minis- restauración del diaconado permanente, en varios volúmenes: el libro del altar u
terios en perspectiva eclesial, ib, 367-426; Sar- "Phase" 42 (1967) 546-563; Instauración del dia- oracional, el Leccionario y el Gra-
tori L., Carismas y ministerios, en DTI 2, Si- conado permanente en la diócesis de Barcelona,
gúeme, Salamanca 1982, 9-23; Schillebeeckx E., en "Phase" 127 (1982) 75-84; Tortras A.M., No-
MISAL ROMANO dúale Simplex. No obstante el título
El ministerio eclesial. Responsables en la comu- tas para un diaconado renovado, en "Phase" Missale Romanum ex decreto... que
nidad cristiana, Cristiandad, Madrid 1983; Tena 116 (1980) 151-159; Urdeix J., Qué es un diáco- SUMARIO: I. Historia del Misal Romano: 1.
encabeza el Leccionario (desde el
P., Comunidad, infraestructura y ministerio, en no, en "Phase" 83 (1974) 407-411; Congreso In- Antecedentes del "Missale Romanum"; 2. La Ordo Lectionum Missae hasta cada
"Phase" 83 (1974) 389-406; Opciones de Iglesia ternacional del Diaconado permanente, Kor- preparación del "Missale Romanum" de 1970: uno de los tomos de que consta) y el
para un ministerio renovado, en "Phase" 108 trijk (Bélgica), en "Phase" 113 (1979) 444-448; aj El "Ordo Missae", bj El misal u oracional - Gradúale, la expresión misal roma-
(1978) 523-542; Valí H., Los ministerios en la VV.AA., El diaconado en la Iglesia y en el mun- II. Descripción del "Missale Romanum" de
Iglesia, en "Actualidad Bibliográfica" 24/12 do, Península, Barcelona 1968; VV.AA., Eldia- 1970: I. La sección documental; 2. El cuerpo
no se viene dando de hecho al libro
(1975) 258-305; Vogel C , El ministerio litúrgico conado permanente. Estudios y documentos, en del misal: a) El "Proprium de tempore", b) El de altar u oracional.
en la vida de la Iglesia, en "Concilium" 72 (1972) "Seminarios" 65-66 (1977); VV.AA., Diáconos "Ordo missae", c) El "Proprium de sanctis", d)
151-166; VV.AA., Los ministerios en la Iglesia, para la comunidad, "Dossiers del CPL" 7, Bar- Los "Communia", e) Las "Missae rituales",/) Otras diferencias entre el misal de
en "Seminarios" 80 (1972); VV.AA., Hacia una celona 1979. "Missae et oraciones ad diversa", g) "Missae- 1570 y el actual se refieren a la am-
Misal romano 1294 1295 Misal romano
plitud del contenido, a la utilización sae, pronunciada en la basílica vati- en los monasterios en virtud de las punto de llegada de una ordenación
del material eucológico anterior y a cana el 19 de noviembre de 1969. obligaciones que contraían con los del calendario y de los textos de la
los criterios de distribución y selec- No es justo, por tanto, contrapo- fundadores o sostenedores, especial- misa que se remonta, en lo esencial,
ción de textos, etc. Estas diferencias ner ambos misales, y menos aún pre- mente en sufragio de los difuntos. al papa san Gregorio Magno y al
tienen su origen no sólo en los con- tender descalificar uno en nombre La facilidad práctica, la celebración arquetipo del llamado Sacramenta-
dicionamientos históricos y doctri- del concilio, o de la autoridad del en silencio y la comodidad influye- rio Gregoriano, cuyo manuscrito
nales de 1570, sino sobre todo en el papa que está detrás del otro. Del ron en la aparición, primero, de li- más completo y representativo de
gran avance moderno de los estudios mismo modo que Trento tiene ver- belli missae o fascículos con una serie esta tradición eucológica es el Sa-
litúrgicos y sobre las fuentes de la dadera continuidad en el Vat. II, el de misas completas, votivas o de di- cramentario Gregoriano Adrianeo
tradición eucológica occidental. misal promulgado por san Pío V, funtos, y más tarde de todo el con- (Cambrai, Bibl. municip., cod. 164),
El Missale Romanum promulga- que alimentó la piedad litúrgica de junto de formularios siguiendo el or- copiado el año 812 a partir del ejem-
do en 1969 por Pablo VI fue publi- cuatro siglos, tiene también conti- den del libro principal. Hacia el plar enviado por el papa Adriano I a
cado un año después (decreto Cele- nuidad en el misal de Pablo VI. Las s. XIII puede decirse que el proceso Carlomagno hacia el 785.
brationis Eucharisticae, de 26 de circunstancias históricas y la finali- del paso del sacramentario al misal Este sacramentario papal y esta-
marzo de 1970). En 1969 tan sólo se dad inmediata de las reformas litúr- plenario alcanzó la culminación. cional, es decir, adaptado a la / li-
había dado a la luz el Ordo Missae gicas de Trento y del Vat. II no son No es difícil imaginar el éxito de turgia local de la ciudad de Roma,
juntamente con la Institutio Genera- las mismas, pero la autoridad apos- este tipo de libro litúrgico en una fue provisto de un suplemento por
lis Missalis Romani (Ordenación ge- tólica de san Pío V y de Pablo VI es época en que se había perdido el sen- san Benito de Aniano, y no por Al-
neral del Misal Romano) y el Ordo idéntica; y uno y otro papa la ejer- tido comunitario y participativo de cuino, como se sostenía hasta hace
Lectionum Missae, con el fin de que cieron legítimamente al promulgar la celebración eucarística, aparecien- poco '. La finalidad de este suplemen-
el 30 de noviembre, domingo I de el misal. do ésta como una acción reservada to fue dotar de formularios aquellos
adviento y fecha de entrada en vigor al sacerdote, el cual, por si fuera días litúrgicos en que la liturgia pa-
del nuevo Calendarium Romanum, poco lo que tenía que hacer como pal carecía de ellos. El Sacramenta-
se pudiese poner en práctica la reno- I. Historia del Misal Romano presidente, asumía todos los restan- rio Gregoriano con Suplemento al-
vación de la estructura de la misa y tes papeles: lector, cantor, ministro, canzó gran difusión, pero coexistió
se empezase a usar el orden de lectu- El término missale y las expresio- etcétera. junto con otros sacramentarios mix-
ras con el comienzo del / año litúr- nes líber missalis, missale plenarium tos, que forman la familia de los Ge-
gico. Por otra parte, al faltar una auto-
o plenum indican, a partir del s. x, ridad que ordenase y unificase todo lasianos del s. vm.
Lamentablemente, en el tiempo los / libros litúrgicos que contienen el proceso de confluencia de los an- La situación, cuando empiezan a
que media entre la promulgación del todos los textos necesarios para la tiguos libros litúrgicos en el misal, aparecer los primeros misales plena-
misal por Pablo VI y la publicación celebración de la misa: lecturas, can^ los abusos y los particularismos se rios, es de total confusión. Sin em-
de la edición típica se produjo una tos y oraciones, con sus rúbricas co- multiplicaban a pesar de las disposi- bargo, por la fuerza de la sencillez y
verdadera tempestad contra el Ordo. rrespondientes. Este tipo de libro ciones de algunos concilios particu- del carácter práctico, a finales del
Missae y la IGMR (= OGMR), des- vino a sustituir a los sacramentarios lares. La necesidad de corrección y s. xiii se empezó a adoptar por toda
encadenada por los sectores más propiamente dichos, en los cuales de reforma de los misales se hizo Europa un misal preparado por los
opuestos a la reforma litúrgica em- únicamente se encontraban las ple- sentir a lo largo de la baja edad me- frailes franciscanos, que resultó ser
prendida por el Vat. II. Los princi- garias destinadas a la eucaristía y a dia y durante todo el s. xv. Esta ne- el Missale secundum consuetudinem
pales ataques, en los que no faltaron la administración de los sacramen- cesidad se agudizó en extremo al apa- Curiae, el misal usado en la capilla
opúsculos anónimos y la utilización tos. Los restantes textos se encon- recer el protestantismo. El concilio papal hacia la mitad del siglo. Este
del nombre de eminentes personali- traban en los respectivos libros litúr- de Trento (1545-1563) tenía concien- misal es heredero directo del Grego-
dades eclesiásticas, contenían la gra- gicos. cia de este grave problema; pero no riano Adrianeo con el Suplemento,
vísima acusación de que la "nueva Varias fueron las causas que die- llegó a abordarlo, dejando en manos y tuvo el honor de ser impreso por
misa" significaba una ruptura con ron origen a la fusión de todos los del papa Pío IV la reforma proyec- primera vez en 1474, constituyendo
la doctrina católica sobre la santa libros en uno, el misal. En primer tada. Como se verá en seguida, el por tanto la "edición príncipe" del
misa, tal como ésta fue formulada lugar, la multiplicación de las misas fruto de aquella decisión conciliar, misal romano.
en la sesión XXII del concilio de privadas no sólo en las iglesias gran- por lo que a la misa se refiere, fue el La comisión creada por Pío IV
Trento. Varios liturgistas, historia- des y bien dotadas de clero, sino Missale Romanum de 1570. para la reforma del misal, de acuer-
dores y teólogos salieron al paso de también en las pequeñas iglesias ru- do con los deseos del concilio de
estos ataques, interviniendo incluso rales, en las que no había más que 1. ANTECEDENTES DEL "MISSA- Trento, ampliada después por san
el propio Pablo VI en una enérgica un sacerdote. Esta multiplicación de Pío V, trabajó fundamentalmente
alocución en defensa del Ordo Mis- LE ROMANUM" El misal promulgado
misas privadas se produjo también en 1570 por san Pío V significa el sobre los ejemplares impresos de
Misal romano 1296 1297 Misal romano
1474. El Missale Romanum ex De- órdenes religiosas de rito latino, con gnini 2 . La comisión creada por artículo vamos a centrarnos única-
creto Sacrosancti Concilii Tridentini la única excepción de aquellas zonas Pío XII tuvo doce años de vida, rea- mente en dos de estos grandes capí-
restitutum Pii V Pont. Max. iussu que pudiesen contar con peculiari- lizando su tarea en el más absoluto tulos: los que se refieren al Ordo Mis-
editum, promulgado mediante la dades litúrgicas propias con una an- secreto. Fruto de sus trabajos fue la sae y al oracional (eucología y anti-
bula Quo primum, del 14 de julio de tigüedad no inferior a los doscientos restauración de la vigilia pascual en fonario).
1570, reproduce prácticamente la edi- años. De este modo se logró, por 1951, la reforma de toda la sema-
ción príncipe impresa cien años an- primera vez en la / historia de la li- na santa en 1955 y la publicación a) El "Ordo Missae ". Sin duda,
tes. No obstante, la comisión redac- turgia, la existencia de un misal uni- del Código de Rúbricas en 1960, el punto más delicado de toda la re-
tora había incluido también las Ru- ficado y común a toda la iglesia lati- esto último por mandato del papa forma litúrgica. La constitución Sa-
bricae generales Missalis y el Ritus na. Las circunstancias del momento Juan XXIII. crosanctum concilium había deter-
servandus in celebratione Missae, sir- y el mismo proceso que se obser- La reforma de la semana santa se minado: "Revísese el ordinario de la
viéndose para este apartado del va en los siglos precedentes así lo incluyó en la última edición típica misa, de modo que se manifieste con
Ordo Missae del maestro de las ce- pedían. del Missale Romanum de 1570, efec- mayor claridad el sentido propio de
remonias pontificias Juan Burcardo, Después de 1570 el Missale Ro- tuada en 1962. Ésta es la edición ob- cada una de las partes y su mutua
asegurando así la uniformidad del manum sufre algunas modificacio- jeto del indulto dado el 3 de octubre conexión y se haga más fácil la pia-
rito y la desaparición de la mayor nes bajo los pontificados de Clemen- de 1984 para usar el misal de san Pío dosa y activa / participación de los
parte de los abusos, objetivos larga- te VIII (1605), Urbano VIII (1634) y V a juicio del obispo diocesano fieles. En consecuencia, simplifíquen-
mente perseguidos desde mucho Benedicto XV (1920). Estas modifi- (AAS 76/1984, 1088-1089). se los / ritos, conservando con cui-
tiempo antes. caciones consistieron, generalmente, dado la sustancia; suprímanse aque-
Es preciso destacar también algu- en cambios de rúbricas, en la adición 2. LA PREPARACIÓN DEL " M I S - llas cosas menos útiles que con el
nos ajustes realizados en el santoral, de las misas de los nuevos santos y SALE ROMANUM" DE 1970. Todavía correr del tiempo se han duplicado o
la organización del Commune sanc- en la inclusión de algunos prefacios. está por hacer la historia de cada añadido; restablézcanse, en cambio,
torum, la eliminación de secuencias Durante el s. xvm, bajo el influjo de uno de los libros litúrgicos promul- de acuerdo con la primitiva norma
y la restricción de misas votivas. No la ilustración, especialmente en Fran- gados después del Vat. II, historia de los santos padres, algunas cosas
faltó tampoco la consulta de manus- cia y en Italia, se hicieron intentos que comienza, ciertamente, en el que han desaparecido a causa del
critos litúrgicos —dentro de las po- de renovación de la celebración aula conciliar, durante los trabajos tiempo, según se estime conveniente
sibilidades de la época—, como ase- eucarística y de reforma del misal. de debate y aprobación de la consti- o necesario" (SC 50).
gura san Pío V en la bula Quo pri- Se deseaba una mayor participación tución Sacrosanctum concilium. Des- Para dar cumplimiento a este man-
mum. Esta consulta proporcionaba del pueblo, la introducción de la len- pués de la promulgación de este do- dato fue constituido el coetus n. 10
una base científica a la reforma del gua vernácula, un mayor uso de la cumento, verdadera piedra miliar en del Consilium, el primero de los gru-
misal; pero, sobre todo, confería car- Escritura, la revisión de algunos tex- la / historia de la liturgia, la investi- pos que habrían de trabajar en la
ta de antigüedad y de entronque con tos del misal, una mayor sobriedad gación tendrá que rastrear todos los reforma del misal. El coetus, en el
la tradición litúrgica, aspecto impor- de los ritos y la desaparición de las documentos de aplicación de la re- que se encontraban los mejores es-
tantísimo, que permitía afirmar al prácticas de piedad durante la misa, forma litúrgica y meterse a fondo en pecialistas en la historia de la misa,
papa que la revisión del misal lo ha- objetivos que después volvió a tomar los esquemas de trabajo y en las re- basta citar al P. Jungmann y a mons.
bía restituido ad pristinam sancto- el / movimiento litúrgico y que se laciones de los distintos coetus que Righetti, se puso en seguida a traba-
rum Patrum norman ac ritum. han hecho realidad en la / reforma funcionaron en el seno del Consi- jar en abril de 1964; de manera que
Esta expresión de la bula Quo pri- litúrgica del Vat. II. lium ad exsequendam constitutio- en septiembre de 1965, después de
mum fue recogida por el Vat. II San Pío X quiso hacer una revi- nem de Sacra Liturgia, creado por seis sesiones de estudio en diferentes
como criterio fundamental de la re- sión general del misal, similar a la Pablo VI en 1964'. lugares, se presentó el primer esque-
forma del Ordo Missae (cf SC 50), y reforma realizada en el breviario, Por lo que se refiere al misal, la ma de lo que entonces se llamó la
por Pablo VI en la constitución apos- pero su muerte en 1914 le impidió historia de su elaboración compren- missa normativa. Se denominaba así
tólica de promulgación del misal, in- impulsar la tarea. Hasta Pío XII no de cuatro grandes capítulos: las re- a la forma de celebración eucarística
vocando la necesidad de aprovechar volverá a haber más cambios. En formas parciales que se introdujeron que debía servir de base (de norma)
todo el riquísimo caudal que ofrecen efecto, este papa instituyó en 1948 antes de la promulgación del Missale para las restantes formas de celebra-
hoy las fuentes litúrgicas, mucho una comisión para la reforma litúr- Romanum de 1970 (concelebración, ción. Más tarde se desechó la citada
mejor conocidas hoy que hace cua- gica, en la que figuraba ya un hom- comunión bajo las dos especies, nue- denominación, prefiriéndose la que
tro siglos. bre que sería clave en los trabajos vas plegarias eucarísticas), el Ordo ha quedado en el misal de misa con
La bula Quo primum imponía el preparatorios del Vat. II en el campo Missae, el conjunto de la eucología el pueblo.
Missale Romanum como obligato- litúrgico, y después del concilio, en y el antifonario, y el orden de lectu- El esquema de la misa normativa
rio para todas las iglesias locales y la reforma litúrgica: P. Aníbal Bu- ras y cantos interleccionales. En este era muy sencillo y transparente. De
1298 1299 Misal romano
Misal romano
tre las dos grandes partes de la misa, paron de la preparación del misal: el
hecho, el actual Ordo Missae sigue titutio generalis Missalis Romani, do-
cumentos que habrían de figurar liturgia Verbi y liturgia eucharistica coetus 13, que trató de las misas vo-
fielmente aquel esquema, salvo al- (cf SC 56), las cuales tienen como tivas; el 14, de los cantos; el 18, de
gunos puntos que entonces no esta- también en la edición típica del misal
en 1970. puntos de referencia sendos lugares los formularios comunes (de santos,
ban claros, como, por ejemplo, el de celebración: el ambón y el al- etcétera); el 18 bis, de las oraciones y
puesto del Kyrie, o los retoques del Mientras se preparaba el Ordo tar, la misa encontró una línea más
Missae, se realizaron reformas par- prefacios, y el 19, de las rúbricas del
canon romano. En junio de 1966, dinámica y participativa. Los ritos misal. Estos tres últimos grupos tra-
Pablo VI dispuso que se buscase una ciales en el ordinario de la misa del iniciales se simplificaron, el padre-
Missale Romanum de 1570, en cum- bajaban también para el oficio divi-
fórmula para integrar el Kyrie en el nuestro se convirtió en plegaria de
acto penitencial y que no se tocase el plimiento de algunas disposiciones no, dado que muchos textos habrían
preparación de la comunión, se de ser compartidos en la misa y en la
canon romano. En cambio ordenó conciliares y de los primeros docu- simplificó la fórmula de la distribu-
también que se buscasen o elabora- mentos de la reforma litúrgica: la in- / liturgia de las Horas. Naturalmen-
ción de la comunión y la misa se te, buena parte de los trabajos de
sen dos o tres nuevas plegarias euca- troducción de la / lengua vulgar, la concluyó con la bendición del sacer-
rísticas. Pablo VI tomó también por diversificación de / ministerios, la estos coetus dependía también de la
dote. Importantísima fue también la revisión del / calendario litúrgico
entonces otra gran decisión: la de simplificación de / ritos, la distin- determinación de la obligatoriedad
que se consultase a las conferencias ción entre la liturgia de la palabra y (coetus 1) y de la revisión de algunos
de la / homilía y la introducción de ritos del año litúrgico, como la se-
episcopales sobre el proyecto de la del sacrificio, las formas de celebra- la oración de los fieles (cf SC 52-53).
misa normativa. La consulta se ca- ción, etc., motivaron la aparición de mana santa (coetus 17). Tenía que
Ahora bien, los aspectos más es- ver también con los trabajos del mi-
nalizó a través de la Secretaría del los siguientes ordines, que estuvieron pectaculares de la reforma del Ordo
Sínodo de los Obispos, de manera en vigor hasta la aparición del misal sal la tarea del coetus 12, que se ocu-
Missae, sobre algunos de los cuales pó de la restauración de la oración
que en la primera asamblea del Sí- en 1970: Ordo Missae. Ritus servan- se centraron los ataques de los opo-
nodo, en 1967, los padres sinodales dus in celebratione Missae et de de- de los fieles.
nentes a la reforma litúrgica, fueron
pudieron expresar su parecer perso- fectibus in celebratione Missae oc- éstos: a) los ritos del ofertorio, jamás Para la historia del misal, los as-
nal sobre una serie de cuestiones. Al currentibus, Typis Polyglottis Vati- tocados hasta ese momento. Se trató pectos más interesantes son los rela-
mismo tiempo pudieron asistir a una canis 1965; Ritus servandus in de eliminar todo lo que pareciese an- cionados con la / eucología, es decir,
celebración experimental de la misa concelebratione Missae et Ritus ticipación de los elementos sacrifi- con las oraciones y prefacios. El mi-
normativa en la Capilla Sixtina el 24 Communionis sub utraque specie, ciales y ofertoriales propios de la sal contiene mil seiscientas oraciones
de octubre. La celebración fue prác- Typis Polyglottis Vaticanis 1965; plegaria eucarística; b) los ritos ini- y ochenta y un prefacios, más del
ticamente un fracaso, y la impresión Variationes in Ordinem Hebdoma- ciales se estructuraron para hacer doble que el Missale Romanum de
negativa que produjo en muchos pa- dae Sanctae inducendae, Typis Poly- más patente la intervención de la, 1570. De hecho, prácticamente to-
dres influyó sin duda en las votacio- glottis Vaticanis 1965; Variationes in / asamblea y destacar también la fun- dos los textos eucológicos del misal
nes a las preguntas formuladas sobre Ordinem Missae inducendae ad nor- ción presidencial del celebrante prin- anterior se encuentran en el actual,
el mantenimiento del canon romano man Instructionis S. R. C. diei 4 maii cipal. El acto penitencial dejó de ser aun cuando muchos han sufrido re-
sin retoques, sobre algunos cambios 1967, Typis Polyglottis Vaticanis un acto privado de los ministros, toques.
en las palabras de la consagración, 1967; Preces eucharisticae et praefa- para convertirse en un rito de toda El coetus 18 bis, al que se le confió
sobre la estructura de la misa, sobre nones, Typis Polyglottis Vaticanis la asamblea; los ritos preparatorios la eucología del misal, estaba presi-
el acto penitencial, sobre el número 1968. de la comunión se hicieron más par- dido por el P. Plácido Bruylants,
de lecturas y sobre las antífonas de ticipativos, especialmente en la con- autor de varias obras sobre esta ma-
entrada, ofertorio y comunión. La reforma del Ordo Missae se
guió por el principio conciliar gene- clusión del embolismo del padrenues- teria. El coetus comenzó sus trabajos
A finales de 1967 se reemprendie- ral de introducir "nuevas formas tro y en el rito de la paz. en 1965 con las oraciones del propio
ron los trabajos, asumiendo los re- desarrollándolas orgánicamente a del tiempo, viniendo después las co-
sultados de la consulta al Sínodo y partir de las ya existentes" (SC 23). rrespondientes a las misas votivas, a
sometiendo a la decisión del papa Este principio, que indudablemente b) El misal u oracional. Como los comunes, etc. Las grandes líneas
una serie de puntos. Durante 1968, alargó el proceso y produjo, no sólo ya se ha dicho, comprende no la to- de todo el trabajo fueron expuestas
el esquema del Ordo Missae fue tam- aquí, sino en otros campos, la im- talidad del Missale Romanum, sino por el P. Bruylants al pleno del Con-
bién examinado por las congregacio- presión de que los cambios no aca- los textos eucológicos y los cantos silium en octubre de 1966. Se pre-
nes romanas, hasta que, finalmente, baban nunca, permitió afianzar fir- de entrada y comunión, además del tendía aumentar el número de textos
en el consistorio del 28 de abril de memente todos los pasos sobre bases Ordo Missae y de los restantes do- para evitar repeticiones; revisarlos
1969, Pablo VI anunció la publica- seguras. Prueba de ello es que nin- cumentos a los que se aludirá más de acuerdo con las fuentes, restitu-
ción del Ordo Missae. Juntamente guna reforma introducida hubo de adelante en la descripción del libro. yéndoles su sentido original, cuando
con él se publicaron la constitución ser retractada. Fueron varios los coetus o grupos fuera necesario, y sustituir expresio-
apostólica Missale romanum y la ¡ns- Sobre la base de la distinción en- de trabajo del Consilium que se ocu- nes difícilmente comprensibles hoy.
Misal romano 1300 1301 Misal romano
Se quería también recuperar una bue- crítico —fidelidad a las fuentes— turgia / hispánica, liturgia galicana, C) Las bendiciones solemnes: El
na parte del depósito eucológico de como en sentido funcional —fideli- liturgia / ambrosiana. 4) Creación misal ha recogido en un apéndice al
los antiguos sacramentados y com- dad al tipo de plegaria o género de textos nuevos, empleando diver- ordinario de la misa un grupo de ben-
poner textos nuevos. En cuanto a eucológico—, sin olvidar los aspec- sos procedimientos: 1. Centoniza- diciones que constituyen una nove-
los prefacios, la intención era dotar tos teológico-doctrinales —fidelidad ción de frases procedentes de varios dad en la liturgia romana. Junto a
de ellos a los principales formularios a la doctrina eclesial— y los aspectos textos (dos o tres) eucológicos, a ve- ellas se encuentran las tradicionales
del misal por tiempos litúrgicos, do- históricos —en el caso de las oracio- ces originarios de tradiciones dife- bendiciones u oraciones super popu-
mingos y solemnidades. nes de las misas de los santos—. 2) rentes; 2. Transposición de textos bí- lum. Las bendiciones solemnes, de
Estos criterios para comenzar a Sencillez y claridad, que en la prác- blicos, patrísticos, conciliares (Vat. origen hispánico y galicano, tenían
trabajar fueron definidos mejor con- tica consistían en cuidar el estilo y la II) o de algún papa; 3. Composicio- lugar antes de la comunión como pre-
forme se avanzaba en la tarea. El precisión de los textos eucológicos nes totalmente nuevas. paración de los que iban a participar
Consilium examinó por última vez más modernos, evitando la retórica en ella y despedida de los que no
los trabajas del misal en 1968, conti- y la artificiosidad. 3) Lenguaje adap- B) Las antífonas: El misal sólo comulgaban. Él breve puñado de tex-
nuando éstos, hasta la víspera mis- tado a la mentalidad de nuestro contiene una doble serie de antífo- tos, apenas uno por cada tiempo li-
ma de la publicación del misal, de la tiempo, lo cual exigía mantener la nas, las del introito y las de la comu- túrgico o grupo de solemnidades,
mano de otro gran experto, el P. C. riqueza de matices de las expresiones nión. Se omitió la serie de antífonas tiene una presencia más bien testi-
Braga —el P. Bruylants había fa- litúrgicas consagradas, introducir del ofertorio, porque éstas se justifi- monial, aunque consiguen enrique-
llecido en 1966, apenas presentado expresiones que respondan a conte- can cuando hay procesión de ofren- cer el rito de despedida. Los textos
el primer esbozo del misal—. Vale la nidos recuperados por la teología de das. Los criterios empleados para se- han sido tomados de la edición del
pena conocer en detalle los criterios los sacramentos (por ejemplo, me- leccionarlas fueron los siguientes: 1) Corpus Benedictionum Pontificalium
de elaboración del Conjunto de la moriale, signum, etc.), o modificar Elección de textos funcionales, ricos y del Suplemento del Sacramentarlo
eucología del misal. todo lo que pudiese sonar a despre- en teología y en sentimientos huma- Gregoriano con muy pocos retoques
cio de las realidades humanas (por nos, especialmente en las antífonas meramente estilísticos.
El Vat. II había ofrecido ya unos ejemplo, terrena despicere). 4) Mu-
principios generales, que se aplica- de entrada. Las antífonas de la co-
sicalidad del cursus para facilitar el munión han sido buscadas por sus
ron al misal de modo particular: canto. 5) Sentido pastoral, es decir,
"Para conservar la sana tradición y referencias eucarísticas, respetándo-
facilidad para que al traducirse los se el criterio tradicional de tomarlas II. Descripción
abrir el camino a un progreso legí- textos a las / lenguas modernas se del "Missale Romanum"
timo, debe preceder siempre una del evangelio del día. Cuando son
pudiesen captar los grandes temas tres los ciclos de lecturas, a veces son de 1970
concienzuda investigación teológica, de la / plegaria litúrgica no sólo tra-
histórica y pastoral acerca de cada también dos o tres las antífonas de
dicional, sino también de nueva comunión. 2) Conservación de todos El libro del altar, o libro del cele-
una de las partes que se han de revi- creación (por ejemplo, en las oracio- brante, o el oracional, en su primera
sar" (SC 23). Esta investigación se los textos bíblicos del antifonario
nes del santoral y en las misas por anterior. 3) Recuperación de textos edición típica de 1970, comprende
hizo en orden a garantizar la pureza diversas necesidades). una sección introductoria con los
doctrinal de los textos (lex orandi- procedentes de los antiguos antifo-
narios de la misa e, incluso, del ofi- documentos de promulgación del li-
lex credendi); la recuperación del pa- En cuanto a las fuentes de donde bro y las respectivas normas, el cuer-
trimonio eucológico de la misa ro- se habían de tomar las oraciones y cio. 4) Creación de textos nuevos to-
mados del salterio o del Antiguo po del misal donde están los formu-
mana, sin olvidar la apertura a otras prefacios, se produjo la siguiente larios litúrgicos y un apéndice, al
tradiciones como la / hispánica y la gradación de criterios: 1) Reutiliza- Testamento para la antífona de en-
trada, y del evangelio para la antífo- que siguen los índices.
/ ambrosiana, y finalmente la revi- ción de los textos del Missale Ro-
talización del libro del ministro prin- na de comunión; también se han he- El volumen se abre con una pági-
manum de 1570. 2) Recuperación de na en blanco, a la que sigue otra en
cipal de la eucaristía, es decir, del textos antiguos que habían quedado cho antífonas independientes, es de-
presbítero presidente. cir, no bíblicas. 5) Se ha procurado la que figura solamente la frase Mis-
relegados a la tradición litúrgica; sale Romanum, como en el lomo del
estos textos se han buscado en los que los textos no sólo puedan ser
Concretando aún más, y de forma cantados, sino también ser recitados libro. Después viene un bello graba-
esquemática, he aquí los criterios primitivos sacraméntanos romanos; do a toda página, de corte moderno,
pero no se han olvidado testimonios individual o comunitariamente, e in-
que presidieron la elaboración del cluso ser incorporados a la monición que representa la última cena, del
oracional de la misa: como los misales de las órdenes reli- mismo autor que los otros once gra-
giosas y algunos misales locales, de entrada por el celebrante. En el
misal no figuran los salmos que pue- bados distribuidos por todo el misal,
A) Oraciones y prefacios: En como el famoso misal de París' de sin contar los de las guardas interio-
1736. 3) Utilización de textos proce- den cantarse con las antífonas; éstos
cuanto a los principios de la revi- están indicados en el Ordo Cantus res. A continuación del primer gra-
sión: 1) Verdad y autenticidad de los dentes de todas las tradiciones euco- bado está la página del título com-
lógicas occidentales no romanas: li- Missae y en el Gradúale Simplex.
textos, tanto en sentido histórico- pleto del libro: Missale Romanum
Misal romano 1302 1303 Misal romano

ex Decreto Sacrosancti Oecumenici hasta el actual misal, al tiempo que mismo tiempo se hace descansar mingos. Es en todos ellos, dotados
Concilii Vaticani II instauratum se explican algunas realizaciones y toda la fuerza de cada tiempo litúr- de prefacio propio, donde se advier-
auctoritate Pauli PP VI promulga- cambios, recordando cómo la acen- gico en los / domingos, revaloriza- te mejor la renovación de la cuares-
tum. Editio Typica. Typis Polyglot- tuación del aspecto / memorial no dos y elevados de categoría litúrgica, ma; si bien las ferias, comenzando
tis Vaticanis MCMLXX. El volu- significa exclusión del / sacrificio o especialmente en adviento y pascua por el miércoles de ceniza, contienen
men está encuadernado en material de la presencia real. Para no dar lu- (cf SC 106). también una gran riqueza eucológi-
plástico, mide 25 X 18 cm. y tiene gar a dudas se introducen algunas El adviento tiene tres grupos de ca, aunque se han reutilizado en
968 páginas. En 1971 se hizo la pri- modificaciones de lenguaje en los formularios: el formado por los cua- gran parte las oraciones del misal de
mera reimpresión del misal con idén- nn. 7, 48 y 55d de la IGMR. El do- tro domingos, el formado por las fe- 1570. Los formularios son comple-
ticas características técnicas, si bien cumento consta de ocho capítulos rias hasta el 16 de diciembre y el que tos y siguen el orden normal de su
se utilizó un papel de menor grosor, que describen todos los elementos de comprende las ferias desde el 17 has- utilización, estando los formularios
con lo que el volumen resultó más la celebración de la misa y exponen ta el 24 en la misa de la mañana. de las ferias a continuación del do-
manejable y menos pesado. todas las principales normas para su Este grupo y el primero contienen mingo que abre la respectiva sema-
desarrollo ritual. formularios completos; el segundo na. El domingo de ramos y la misa
1. LA SECCIÓN DOCUMENTAL. El Como complemento a las normas ofrece una colecta propia para cada crismal aparecen dentro de la cua-
primer documento que figura es el de la misa se publican también el día de la semana, siendo comunes resma.
decreto de la S.C. para el Culto Di- motu proprio Mysterii paschalis y los textos restantes. La orientación Los formularios del triduo pas-
vino de 26-111-1970, por el que se las Normae Universales de Anno Li- de los textos está marcada por el cual hacen de gozne entre la cuares-
declara típica la edición. Este decre- túrgico et de Calendario, así como el predominio del tema de la última ve- ma y el tiempo de pascua, que co-
to figura obligatoriamente en todas Calendarium Romanum Genérale. nida de Cristo en la primera parte mienza, destacado tipográficamente,
las ediciones oficiales del misal en También se incluye una página con del adviento, y por la preparación con la vigilia pascual. Los formula-
lenguas modernas. las principales fiestas movibles desde de la navidad a partir del 17 de di- rios presentan una simplificación ma-
1970 hasta 1999. ciembre. Destaca el domingo IV de yor incluso que la del Ordo de la
Después aparece la constitución adviento por su colorido mariológi-
apostólica "Missale romanum", de semana santa de 1955, habiendo bas-
co y, en general, la temática cristo- tantes textos nuevos y estando mo-
Pablo VI, por la que se promulga el 2. EL CUERPO DEL MISAL. Com-
lógica de todos los textos.
conjunto del Missale, o sea, todos prende ocho grandes bloques: el dificados algunos, como las oracio-
los libros que se usan en la misa, y se Proprium de tempore, el Ordo Mis- El tiempo de navidad-epifanía nes solemnes del viernes santo. La
especifican las palabras esenciales de sae, el Proprium de sanctis, los comprende una serie de formularios vigilia pascual, estructurada más cla-
la plegaria eucarística que constitu- Communia, las Missae rituales, las festivos y otra serie para las ferias. ramente que en la reforma de 1951,
yen la consagración. En este impor- Missae et orationes ad diversa, las La serie festiva reutiliza bastantes separa cada parte, indicándolo ex-
tante documento, el papa justifica la Missae votivae y las Missae de- textos del misal anterior, especial- presamente y conteniendo unas mo-
reforma del misal y hace historia de functorum. La distribución es idén- mente el día de navidad en las cuatro niciones antes de la primera y de la
ésta desde san Pío V hasta el concilio tica a la del Missale de 1570, si bien misas, pero incorpora bellísimas pie- segunda. Las oraciones reutilizan tex-
Vat. II. Después explica las princi- hay grupos de formularios que este zas del Sacramentarlo Veronense tos procedentes de las vigilias de pas-
pales innovaciones: plegarias euca- misal no tenía, como las misas ritua- atribuidas a san León Magno. Las cua y de Pentecostés del misal de
ristías, simplificación del Ordo Mis- les. Al repasar cada bloque, tan sólo novedades mayores de este ciclo es- 1570, y ofrecen, siguiendo'el orden
sae, homilía, oración de los fieles, es posible señalar las características tán en las misas de los dos domingos de lecturas, la posibilidad de elegir
acto penitencial, ampliación del lec- más sobresalientes. de navidad, en la solemnidad del entre dos o tres fórmulas. La plega-
cionario y del gradual. Termina 1 de enero y en la fiesta del bautismo ria de bendición del agua es una re-
ofreciendo el Missale Romanum a a) El"Proprium de tempore". Es del Señor, el domingo que cierra el fundición de la antigua plegaria con-
toda la iglesia como un instrumento la parte fundamental del misal, el ci- ciclo. La serie ferial contiene una do- tenida en el Sacramentarlo Gela-
de unidad aun dentro de la diversi- clo que desarrolla el misterio salva- ble serie de colectas, una para las siano.
dad de lenguas en las que iba a ser dor en su totalidad en torno al sa- ferias antes de la epifanía y otra para El tiempo pascual contiene dos se-
traducido. grado recuerdo de la vida y de la los días siguientes. La temática es la ries de misas: una dominical, en la
obra de Cristo (cf SC 102). Todas propia del ciclo. que se incluye también la solemni-
Sigue la Institutio generalis Mis-
salis Romani, el mismo documento las secciones han sido enriquecidas La cuaresma representa una recu- dad de la ascensión —trasladable a
aparecido en 1969, pero ahora dota- al máximo, dotando de formulario peración de los elementos bautisma- domingo—, y otra ferial. Esta última
do de un Proemium de quince pun- completo, o al menos de colecta, a les, especialmente desde el domingo serie comprende tres bloques de for-
tos, en el que se muestra histórica- todas las ferias de adviento, navidad III. Ha desaparecido el tiempo de mularios: para las ferias de las sema-
mente la identidad y continuidad de y pascua, ya que el misal anterior pasión y todo el conjunto ofrece una nas II, IV y VI de pascua, para las
la tradición católica desde Trento sólo hacía esto en la cuaresma. Al mayor unidad centrada en los do- semanas III y V y para la semana
Misal romano 1304 1305 Misal romano

VIL De este modo se incluyen colec- de el Ordo Missae cum populo, con de su carisma teniendo en cuenta la pascual, procediendo los restantes
tas propias para cada día, siendo co- los cincuenta y un prefacios que no mentalidad moderna. Son muchos del misal anterior, e incluso de otros
munes las otras dos oraciones (su- tienen un lugar propio en el misal y también los textos nuevos inspirados lugares del misal actual, especialmen-
per oblata y poscomunión) dentro de las cuatro plegarias eucarísticas, el incluso a la letra en textos de los te de adviento y navidad.
cada día de la semana. Hay que des- Ordo Missae sine populo, el apéndi- propios santos para destacar mejor Los restantes comunes responden
tacar la riqueza eucológica de todo ce con fórmulas de saludo, de acto el mensaje que poseen. En las fiestas a la nueva clasificación establecida
el tiempo, advirtiéndose una gran penitencial, etc., y las bendiciones y memorias de la Virgen se ha queri- en el curso de la reforma litúrgica,
reutilización del material de los anti- solemnes y oraciones super popu- do resaltar, ante todo, el misterio de clasificación seguida también por la
guos sacramentafios, dado que el lum. El conjunto del Ordo Missae se María, por encima de notas legen- liturgia de las Horas: en primer lugar,
misal de 1570 no ofrecía textos más encuentra situado hacia la mitad del darias o devocionales: esto es obser- los mártires (los apóstoles no tienen
que para los domingos de pascua, la misal, entre el Proprium de tempore vable en las misas del 11 de febrero, común en este misal, ya que tienen
octava de pascua y la octava de Pen- y el Proprium de sanctis, salvando el 16 de julio, 15 de septiembre, 7 de formularios propios); siguen los pas-
tecostés. Por cierto, al desaparecer octubre, 21 de noviembre. Respecto tores, doctores, las vírgenes y los
inconveniente del misal de 1570, que de las fiestas de los apóstoles, cuan- santos y santas. En estos últimos apa-
esta última en la reforma del calen- lo tenía entre la vigilia pascual y el
dario y del año litúrgico, buena par- do no ha sido posible individualizar recen, además de los formularios
domingo de resurrección. el carisma personal del apóstol, se verdaderamente comunes, unos for-
te de sus textos han pasado a las
ferias de la semana VII de pascua. ha destacado el papel eclesial de su mularios más específicos para reli-
c) El "Proprium de sanctis ". Ocu- figura, por ejemplo, Felipe y Santia- giosos, educadores, etc. El común de
Hay que notar también el reforza- pa un bloque compacto, distribuyen-
miento de la temática bautismal no go,'Matías, etc. pastores recoge formularios para pa-
do los formularios por meses, a par- pas y obispos, pastores (presbíteros
sólo en la octava de pascua, y la in- tir de enero, y no desde el 29 de no-
sistencia con que se alude al misterio d) Los "Communia". Esta parte y abades —esta categoría ha desapa-
viembre, como en el viejo misal. En recido en el misal de 1970—), funda-
pascual y a los sacramentos pascua- conjunto, es más reducido, dada la del misal comprende siete conjuntos
les. Los formularios de la ascensión de formularios, comunes a otras tan- dores de iglesias y misioneros.
revisión del calendario romano ge-
y de pentecostés resultan extraordi- neral, que ha remitido a los calenda- tas categorías de santos. Ahora bien,
nariamente ricos. rios particulares aquellas celebracio- la serie se abre con el Común de la e) Las "Missae rituales ". Es una
nes de santos que no tienen tanto dedicación de la iglesia, que aparen- sección nueva en el misal, justificada
La última sección del Proprium temente no parece encajar bien aquí,
de tempore la comprenden los for- relieve universal. Sin embargo los desde el momento en que el Vat. II
textos son de una riqueza extraordi- sino entre las misas rituales. No obs- dispuso que los sacramentos de la
mularios de los domingos del tiempo tante, se ha preferido respetar esta
per annum y los de las solemnidades naria, siendo normalmente la colecta confirmación y el matrimonio se ce-
el texto clave. Algunos santos cuen- colocación, que procede del misal an- lebrasen dentro de la misa (cf SC 71
del Señor que tienen lugar en este terior, porque la utilización más fre-
tiempo: Santísima Trinidad, Corpus tan con formulario completo (super- y 77), así como la profesión religiosa
oblata, poscomunión y, en casos con- cuente de este común es sin duda (SC 80). Dentro de la celebración
Christi, Corazón de Jesús y Cristo la fiesta aniversario de la dedicación
Rey. Los formularios de los treinta tados, prefacio), y otros con formu- eucarística'ya tenían lugar las orde-
lario para la vigilia además del de la catedral. Viene a ser de hecho naciones, la consagración de vírge-
y cuatro domingos —en realidad, un común de una celebración del
treinta y dos, ya que el domingo I es propio del día: san Juan Bautista, nes, la dedicación de la iglesia, la
san Pedro y san Pablo y la Asunción Señor. consagración del crisma, etc. Actual-
la fiesta del bautismo del Señor, y el
treinta y cuatro la solemnidad de de María. Muy significativa es, en cambio, mente es todo el organigrama sacra-
Cristo Rey; en su lugar hay un for- Para preparar el Proprium de sanc- la colocación a la cabeza de todos mental —excepto el sacramento de
mulario para la semana correspon- tis, que comprende, no hay que olvi- los comunes de los santos del Co- la penitencia— el que tiene cabida
diente— forman un bloque sucesivo, darlo, las fiestas fijas del Señor (2 de mún de la Santísima Virgen, que en en la celebración de la eucaristía,
de manera que se resuelve fácilmente febrero, 25 de marzo, 6 de agosto, el misal de 1570 figuraba al final de manifestando asi la íntima unidad y
la interrupción de la serie al llegar la 14 de septiembre y 9 de noviembre) la serie con el nombre genérico de relación de todos los ritos sacramen-
cuaresma. Los textos proceden del más todas las solemnidades, fiestas Missae de Sancta María in sabato. tales con el misterio eucarístico
antiguo misal en su mayor parte. En y memorias de la santísima / Virgen Los siete formularios de que consta (cf PO 5; Santo Tomás, S. Th. III,
cuanto a los formularios de las so- (excepto el 1 de enero), se revisó el actual común de la / Virgen están 73-3c). Ahora bien, se trataba de
lemnidades del Señor, ofrecen pocas todo el material del misal anterior distribuidos por tiempos litúrgicos, ofrecer también formularios adecua-
novedades, entre las que hay que para conservar todos los textos que y su utilización no está restringida a dos para ser usados cuando la litur-
destacar los textos de la misa del Co- mereciesen ser conservados, aunque los sábados, sirviendo también para gia del día no obliga a tomar los tex-
razón de Jesús. en no pocos hubo que realizar reto- las misas votivas. En cuanto al ori- tos propios del domingo o solemni-
ques terminológicos referentes al ca- gen de los textos, los más originales dad. He aquí el resultado:
lificativo del santo o a la descripción son los correspondientes al tiempo Siete grupos de formularios bajo
b) El "Ordo Missae". Compren-
Misal romano 1306
1307 Misa) romano
a
las siguientes denominaciones: En la cuatro formularios; sección 2. : Por
las necesidades públicas, siete gru- sal anterior sólo contaba con tres for- III. La segunda edición típica
celebración de los sacramentos de la mularios: para el día del fallecimien- del Misal Romano
iniciación cristiana (escrutinios y pos, alguno con varios formularios;
sección 3. a : En diversas circunstan- to, para el aniversario y para las mi-
bautismo; la 2.a edición típica del sas cotidianas de difuntos. El actual
misal, en 1975, añadió la misa para cias públicas, dieciséis grupos con El Missale Romanum de 1970
otros tantos formularios; sección 4.a: cuenta con once formularios com- tuvo una primera reimpresión con
la inscripción del nombre); En la ce- pletos y con catorce series de oracio-
lebración de la confirmación; En la Por algunas necesidades particula- algunas "enmiendas" en 1971 (cf No-
res, siete grupos. nes por diversos tipos de difuntos. titiae 9 [1973] 41-43). Sin embargo,
administración de las órdenes; En la Una novedad importante y signifi-
administración del viático; Por los La segunda edición del misal aña- con el fin de poner al día algunos
cativa es la distinción de formularios puntos de la Ordenación general del
esposos (en la celebración del matri- dió antífonas a algunos formularios para el tiempo pascual y fuera del
monio y en los aniversarios); En la y adjudicó diversos prefacios para Misal Romano (= OGMR) e incor-
tiempo pascual, y la duplicidad de porar varias reformas introducidas
consagración de vírgenes; En la pro- algunas misas. colectas en algunos formularios,
fesión religiosa (varios formularios). en los sacramentos y sacramentales
g) "Missae votivae". Esta sec- para elegir. entre 1970 y 1974, se procedió a
La segunda edición típica del misal
añadió también las misas en la dedi- ción del misal recoge casi todos los Gran parte de los formularios editar una segunda edición típica en
cación de la iglesia o del altar. títulos de misas del Señor y de los contienen todos los textos totalmen- 1975 (Editio Typica altera). El de-
santos que se hallaban en el misal te nuevos, creados para el misal, con creto de la S.C. para los Sacramen-
Misas rituales son también la misa anterior. Las misas votivas "se eligen tos y el Culto Divino, fechado el 27
crismal, que podría tener su lugar un lenguaje más adaptado a la men-
libremente, según la piedad de los talidad de hoy. Las misas de difun- de marzo de 1975, lleva por título
aquí, y la misa exequial. La unción fieles, sobre los misterios del Señor Cum Missale Romanum (cf Notitiae
de los enfermos y la comunión para tos forman los siguientes grupos: 1.°
o en honor de la santísima Virgen o En las exequias: cuatro formularios 11 [1975]290ss)\
un enfermo permiten la celebración de los santos" (cf OGMR 329c). Ha
de la misa en casa de éstos o en la y "otras oraciones"; 2.° En el ani- La edición se presentó idéntica a
desaparecido, no obstante, la rela- versario: cinco formularios; 3.° En la primera, con más páginas (mil
iglesia. Sin embargo, para estos ca- ción de las misas con los días de la
sos es preciso acudir a las misas vo- diversas conmemoraciones: cinco exactamente). A primera vista no se
semana, de forma que los formula- formularios; 4.° Oraciones por los aprecian diferencias entre la primera
tivas de la eucaristía o por los en- rios actuales están distribuidos si-
fermos. difuntos: catorce formularios com- y la segunda edición. Sin embargo
guiendo un orden jerárquico. Para pletos. Después hay dos formularios éstas son muy abundantes, clasifica-
algunos títulos (Santísima Trinidad, para las exequias de un niño bauti- das en tres grupos:
f) "Missae et orationes ad diver- Santa Cruz, Virgen María) se remite
sa " (pro variis necessitatibus). Otra zado y uno para las exequias de un
simplemente al propio o al común niño no bautizado. En total, treinta 1. VARIACIONES A LA OGMR.
importantísima novedad del misal correspondiente. Hay que tener en Las más significativas afectaban a
de 1970, inmersa en el espíritu de la y seis formularios completos o in-
cuenta la posibilidad de celebrar la completos (cuando tienen sólo co- los ministerios en la celebración, una
presencia de la / iglesia en el mundo, misa votiva de cualquier santo que vez que desapareció el subdiaconado
según el Vat. II. El misal anterior lecta) con un total de ciento trece
esté en el martirologio del día en los oraciones, a las que hay que añadir y las órdenes menores en 1972: los
tenía algunas misas votivas por ne- días de memoria libre o en las ferias nn. 142 a 152 fueron sustituidos por
cesidades particulares, de corte de- los cinco prefacios de difuntos que
del tiempo ordinario (cf OGMR están en el ordinario de la misa. completo para recoger las funciones
vocionalista, que ahora han desapa- 334). del acólito y del lector. Ésta fue la
recido. Sin embargo, subsisten los tercera vez que la OGMR sufría
títulos más generales. Los textos, Las misas votivas forman la si- modificaciones.
guiente serie: grupo 1.°, misterios del 3. EL APÉNDICE. El Missale Ro-
inspirados en su mayoría en varios manurñ de 1970 recoge al final algu-
documentos del Vat. II, como LG, Señor: Eucaristía, Nombre de Jesús, 2. VARIACIONES EN LAS NORMAS
Preciosísima Sangre, Corazón de Je- nos elementos de interés: el rito de la
GS, AG, UR, etc., son en gran parte bendición y aspersión del agua ben- DEL AÑO LITÚRGICO. Afectaban a cua-
nuevos, como ocurre también con sús, Espíritu Santo; grupo 2.°, ánge- tro números y consistían en cambios
les y santos: Santos Angeles, san dita, once esquemas de oración de
los que integran los formularios del los fieles, las oraciones de prepara- de títulos.
bloque de las misas rituales. José, Todos los apóstoles, san Pe-
dro, san Pablo, un solo apóstol, To- ción y de acción de gracias de la misa 3. VARIACIONES EN LOS TEXTOS
Las misas y oraciones ad diversa, dos los santos. La segunda edición —que estaban al comienzo en el mi-
tituladas en la segunda edición del DEL MISAL. Son las más importantes,
típica del misal añadió dos misas de sal anterior— y los cantos del ordi- sobre todo cuando comprenden la
misal "por varias necesidades", se la santísima Virgen: Madre de la Igle- nario de la misa.
agrupan en cuarenta y seis títulos, inclusión de formularios nuevos. Un
sia y Nombre de María, y una misa Finalmente aparecen los índices: grupo de variaciones afectaba a las
divididos en cuatro secciones: Sec- de san Pedro y san Pablo.
ción 1 .a: Por la Santa Iglesia, dieci- alfabético de celebraciones (del Se- rúbricas de algunas misas, otro a los
séis grupos con un total de veinti- ñor, de la Virgen y de los santos), de títulos de los prefacios que carecían
h) "Missae defunctorum ". El mi- prefacios y general. de ellos en la primera edición y otro
Misal romano 1308 1309 Misal romano

a diversos retoques en las misas libros litúrgicos es otro inmenso cam- sión detallada del mismo. Esta co- resa de Jesús (tienen todos los textos
del bloque 6 (Missae et orationes po para el estudio y la investigación, misión trabajó entre 1975 y 1977. propios los dos primeros), cuatro me-
pro variis necessitatibus). Los tex- al margen de lo que suponen para la 3. a Aprobación por la Conferen- morias obligatorias y quince memo-
tos nuevos fueron siete formularios pastoral litúrgica de cada país o área cia Episcopal Española y Confirma- rias libres (para todas se compuso la
—algunos múltiples— destinados a lingüística. Hasta ahora la S. Con- ción por la S. C. para los Sacramen- colecta). La feria mayor de petición
los bloques de las misas rituales (ins- gregación para el Culto Divino viene tos y el Culto Divino: El decreto ro- y de acción de gracias se encuentra
cripción del nombre; bendición de publicando cada año la lista de li- mano tiene fecha de 18 de mayo de el día 5 de octubre.
abad y abadesa; aniversario de la bros litúrgicos oficiales aprobados y 1977, y el decreto del presidente de Entre las Misas votivas aparece la
profesión religiosa; dedicación de la confirmados por la Santa Sede. Des- la Conferencia Episcopal Española, de Jesucristo sumo y eterno Sacer-
iglesia y del altar), a las misas por conocemos cuántos son los misales de 1 de enero de 1978. Ambos de- dote (con el número 6 bis), que se
diversas necesidades (un formulario actualmente en uso en las trescientas cretos figuran al principio del misal. celebra el jueves siguiente al domin-
por la reconciliación y antífonas de cuarenta y tres lenguas litúrgicas re- Después se hizo una presentación pú- go de pentecostés con la categoría
entrada y comunión para todos los conocidas hasta 1979 \ Algunos mi- blica del libro ante representaciones de fiesta.
formularios que carecían de ellas), y sales comprenden enriquecimientos de la iglesia y de la Real Academia En el Apéndice II se encuentran
a las misas votivas (con dos formu- muy notables, como el Misal alemán Española de la Lengua y medios de los textos musicalizados en español.
larios de la Virgen). Por último, en y la segunda edición oficial del Misal comunicación social, y se entregó un Y por último figura el Appendix Mis-
el Apéndice se añadía el Rito para italiano6. Es preciso, por tanto, ce- ejemplar a S.S. el papa'. salis Romani para los sacerdotes que
designar ministro extraordinario de ñirse únicamente al área de las len- no hablan español, y que reprodu-
la comunión ad actum. guas españolas para reseñar, al me- El Misal Romano reformado por ce el Ordo Missae, y una selección
nos, las ediciones existentes. Falta mandato del concilio Vat. II y pro- de formularios completos. En este
también un estudio comparativo de mulgado por Su Santidad el papa apéndice se encuentran también, en
IV. Ediciones oficiales del misal estas ediciones. Pablo VI. Edición típica aprobada latín, las oraciones de preparación y
en lenguas españolas Dejando a un lado la edición ofi- por la Conferencia Episcopal Espa- de acción de gracias de la misa.
cial española del misal de 1970, edi- ñola y confirmada por la Sagrada La edición, por tanto, sigue fiel-
El Missale Romanum, en su edi- ción que permitió celebrar toda la Congregación para los Sacramentos mente a la típica latina. Hubiera sido
ción típica, es un libro abierto y uni- misa en lengua vernácula desde 1966 y el Culto Divino (Coeditores Li- deseable una mayor adaptación y
versal. El hecho de constituir la base (el canon romano se tradujo en túrgicos, 1978) es un volumen de aportación originales, en la línea de
que garantiza la unidad de la cele- 1967), nos centramos en la que apa- 25 X 18, con 1.116 páginas, impreso las efectuadas por los misales de
bración eucarística en el rito romano reció en 1978 sobre la base de la edi- a dos tintas en papel "bibloprint", otros países. No obstante, han apa-
no impide el que a la vez reúna la ción típica del Missale Romanum de con ilustraciones a plumilla de Fran- recido posteriormente otros libros
pluralidad de lenguas y de adapta- 1970, recogiendo también las modi- cisco Izquierdo. con una creatividad mayor en cuan-
ciones legítimas en las iglesias parti- ficaciones de la segunda edición típi- Las principales aportaciones que to a moniciones, invocaciones del
culares. Los libros litúrgicos promul- ca de 1975. Esta edición fue prepa- contiene, respecto de la edición típi- acto penitencial, oración de los fieles
gados después del Vat. II han nacido rada durante varios años de acuerdo ca latina, son las siguientes: y otras fórmulas, como el Libro de
para ser traducidos y adaptados den- con las siguientes etapas: En el Propio del tiempo sitúa los la Sede (1983) y La oración de los
tro de unos límites bien definidos. El 1.a Publicación provisional de formularios de las ferias de adviento fieles (4.a edición en 1984).'
paso de una lengua a otra, en toda la textos: Se publican así los nuevos y pascua intercalados por semanas Por su parte, varios países latino-
historia de la liturgia, ha supuesto prefacios y las plegarias eucarísticas entre los domingos respectivos, evi- americanos de lengua española dis-
siempre un enriquecimiento de la ex- en 1968, los textos de la vigilia pas- tando el tener que estar saltando pá- ponen también de ediciones propias
presividad eucológica y, en definiti- cual en 1969, la OGMR y el Ordina- ginas y volviendo para atrás. del Missale Romanum. Son las si-
va, de las celebraciones. El misal o rio de la Misa el mismo año, la En el Ordinario de la misa, la in- guientes, por orden de antigüedad
Libro del altar está hoy traducido a totalidad de los textos del misal en clusión de las fórmulas variables del en la confirmación de la edición por
las principales lenguas del mundo, dos volúmenes entre 1971 y 1972. acto penitencial no en apéndice, sino la Santa Sede: Colombia (29-VII-
como la biblia y el Leccionario de la Esta edición incorpora los formula- en su lugar entre los ritos iniciales. 1972), México (13-XI-1974), Chile
palabra de Dios. Por tanto, es el rios del propio de España. En el Propio de los santos se en- (13-XI-1974 y 4-1-1975) y Argentina
mismo e idéntico oracional de la (1981). Perú adopta en 1985 la edi-
iglesia adornado por la pluralidad 2.a Revisión teológica y literaria cuentran los formularios de las cele-
de la edición experimental: Una co- braciones del calendario particular ción española.
de matices y de enriquecimientos pro- de España: una solemnidad, la de En cuanto a las ediciones oficiales
pios de cada lugar. misión especial examinó las obser-
vaciones y enmiendas de obispos, Santiago apóstol (tiene un prefacio en las lenguas catalana y vasca, éstas
La traducción y adaptación no sacerdotes y fieles a los textos del propio), tres fiestas: san Isidoro, aparecieron en 1975 y 1984, respec-
sólo del misal, sino de los restantes misal, haciendo, además, una revi- Nuestra Señora del Pilar y santa Te- tivamente:
1311 Misiones y liturgia
Misal romano 1310

Missal Roma reformat d'acord BIBLIOGRAFÍA: Además de los títulos citados


vo "Ordo Missae", en "La Civiltá Cattolica" 4 claridad la unión entre misión o en-
(1969) 567-574; Hermans J., La celebrazione vío y liturgia. Los apóstoles son en-
amb els Decrets del Concili Vaticá en las notas, pueden consultarse:
dell'eucharistia. LDC, Ixumann (Turín) 1985, viados a todo el mundo no sólo para
II aprovat pels Bisbes de les Diócesis 1. Historia del Misal Romano 137-454; Kaczynski R., Der Ordo Missae in den
de Parla Catalana..., Ed. típica, Bar- Teilskirchen Rómischen Rilus, en "Liturgisches dar "el primer anuncio" (Me 16,15;
celona 1975 ! . Brovelli F., Per uno studio dei messali fran- Jahrbuch"25 (1975) 99-136; Lengeling E.J., Die Lc 24,47) y para "enseñar" (Mt
cés! del XVIII secólo, en "Ephemerides Liturgi- neue Ordnung der Eucharistiefeier, Münster 28,20), sino también para bautizar
Erromako Meza - Liburua Vati- . cae" 96 (1982) 279-406; 97 (1983) 482-549; Bruy- 1970; Neunheuser B.-Cattaneo E., L'«Ordo (Mt 28,19; Me 16,16) y "hacer discí-
canoko II Kontzilioaren aginduz lants P., Les oraisons du misselromain, 2 vols., Missae» e le partecipazione altiva deifedeli, en pulos" de Jesús (Mt 28,19) creando
eraberritua eta Paulo VI Aita San- Lovaina 1952; Cabrol F., Missel Romain, en "Riv. Lit." 62/4-5 (1975) 459-490; Roguet A.-
Dict. Arch. Chret. et Lit. 11/2(1934) 1468-1494; M., La Cena del Signore. La messa oggi, OR, comunidades de creyentes en él. El
tuak argitara emana, Euskalerriko Ferreres I.B., Historia del misal romano, Bar- rito del bautismo y la formación de
Milán 1977; VV.AA., Ordo Missae, en "Ephe-
elibarrutietako gotzaiek onartua..., celona 1929; Fontaine G., Présentation des mis- merides Liturgicae" 83 (1969) 313^21; VV.AA., la comunidad, que tendrá como cen-
Aldareko Liburua, Iruñea eta Tute- seis diocésains francais du I7e au 19' siecle, en El nuevo "Ordo Missae", en "Phase" 51 (1969) tro la eucaristía, son elementos esen-
ra, Baiona, Bilbo, Donostia, Gas- "La Maison Dieu" 141 (1980) 97-166; Frutaz 221-268; VV.AA., Le nouvel"Ordo Missae", en cialmente litúrgicos de la misión.
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El misal en lengua gallega está en und die Reform des Rómischen Messbuches, en dua 1969; VV.AA., // nuovo rito della messa. Padre, él a su vez envió a los apósto-
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Storia dei libri liturgici romani, en VV.AA., VV.AA., Celebrazione e partecipazione all'eu- sólo los envió a predicar el evangelio
Anamnesis 2, Marietti, Cásale 1978, 147-183; caristia, en "Riv. Lit." 62 (1975) 427-527;
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Madrid 1955, 307-345; Schmidt H.A., Hebdó- se"92 (1976) 81-148; VV.AA., LWrdo Missae» Hijo de Dios, con su muerte y resu-
NOTAS: ' La atribución del Suplemento a san mada sánela, 2 vols., Herder, Roma 1956-1957; rrección, nos libró del poder de Sa-
Benito de Antaño ha sido hecha por el más nei missaíi in lingua nazionale, en "Riv. Lit."
reciente editor del Sacramentarlo Gregoriano:
Vogel C , Introduction aux sources de Vhistoire 65/1 (1978)55-81. tanás y de la muerte y nos condujo
du cuite chrétien au Moyen Age, Spoleto 1966. al reino del Padre, sino también a
J. Deshusses, Le Sacramentaire Grégorien. Ses
principales formes d'apres les plus anciens ma- realizar la obra de salvación que
2. El "Missale Romanum "de 1970
nuscrits 1, "Spicilegium Friburgense" 16, Fri- proclamaban mediante el sacrificio
bourg Suisse 1971, 66-70 — 2 Cf A. Bugnini, Bugnini A., De editioni Missalis Romani ins- y los sacramentos, en torno a los
La riforma litúrgica (1948-1975), "Bibliotheca taurati: "Paulus Episcopus Plebi Dei, en "Noti-
Ephemerides Liturgicae Subsidia" 30, Roma
cuales gira toda la vida litúrgica"
tiae" 54 (1970) 161-168; Dumas A., Les sources MISIONES Y LITURGIA
1983, 20-24. Mons. Bugnini falleció inesperada- du nouveau Missel Romain, en "Notitiae" 7 (SC 6).
mente en Roma el 3 de julio de 1982; véanse las (1971) 37-42, 74-77, 94-95, 134-136, 276-280,
siguientes semblanzas sobre su persona y con- 409-410; Farnés P., El nuevo "Missale Roma-
tribución a la reforma litúrgica: C. Braga, en num". en"Phase"61 (1971) 7-15; Jounel P., Le
SUMARIO: 1. Misiones y liturgia en el NT: I. El día de pentecostés, que marcó
El mandato misionero; 2. La actividad misione- el comienzo de la misión de la igle-
"Notitiae" 193-4 (1982) 441 -452; G. Pasqualetti, missel de Paul VI, en "La Maison Dieu" 103 ra como liturgia - II. La liturgia en la primitiva
en "Riv. Litúrgica" 69/4 (1982) 553-574; y las (1970) 16-45; López Martín J., El don de la catequesis misionera - 111. La reforma litúrgica sia, "los que acogieron su [de Pedro]
que aparecen en VV.AA., Liturgia, opera divina Pascua del Señor. Pneumatología de la Cin- en las misiones a partir del Vat. II: I. Los prin- palabra se bautizaron, y se agrega-
e umana. Studi... offerti a S.E. Mons. A. Bug- cuentena pascual del Misal Romano, Ed. Alde- cipios relativos a la reforma; 2. La reforma li- ron aquel día unas tres mil almas.
nini..., Roma 1982, y en "Ephemerides Liturgi- coa, Burgos 1977, 211-246; Schnitker Th. A.- túrgica en África; 3. La reforma litúrgica en
cae" 97/1 (1983) 1-40 — ' La lista de todos Slaby W.A., Concondantia verbalia Missalis Asia - IV. La liturgia, fuente y cumbre de las Perseveraban en la enseñanza de los
estos esquemas ha sido publicada en "Notitiae" Romani. Parles euchologicae, Aschendorff, misiones - V. Problemas y perspectivas. apóstoles, en la comunión, en la
195-6 (1982) 453-772 por P. Mariani — 4 Un Münster Westfalen 1983; Sustaeta J.M., Misal fracción del pan y en las oraciones"
estudio pormenorizado de esta edición en y eucaristía. Estudio teológico, estructural y pas- (He 2,41-42). Desde el comienzo la
F. Dell'Oro, La seconda edizione típica del MR, toral del nuevo Misal Romano, Valencia 1979; I. Misiones y liturgia en el NT misión de la iglesia tiene esta dimen-
en "Riv. Litúrgica" 64/ 3 (1977) 378-444 - 5 Cf VV.AA., Missale Romanum instauratum, en
J. Gibert, Le lingue nella liturgia dopo il Con- "Ephemerides Liturgicae" 84 (1970) 225-350,
sión kerigmática y litúrgica junta-
La relación entre misiones y litur- mente: los misioneros anuncian el
cilio Vaticano II. en "Notitiae" 156-8 (1979) 385- 401-446; VV.AA., Le nouveau missel, en "Ques-
520 - 6 Cf sobre el misal alemán: J. Aldazábal,
gia ha de estudiarse a partir del con- evangelio y bautizan, los neófitos for-
tions Liturgiques" 52 (1971) 271-325; VV.AA.,
en "Phase"98 (1977) 159-168; sobre la segunda // messale romano del Vaticano II. en "Riv. tenido del NT, que es teología e his- man una comunidad en torno a la
edición típica del misal italiano: VV.AA., Cele- Litúrgica" 58/4 (1971) 443-539; VV.AA., IInuo- toria. Misiones y liturgia no son eucaristía y a la enseñanza de los
brare l'eucarislia con il nuovo messale italiano, vo messale. Atti della XXII Sett. Lit. Naz., Pa- conceptos abstractos, sino aconte- apóstoles. Al mismo tiempo, las nue-
en "Riv. Litúrgica" 71/3 (1984) 291-406. Véanse dua 1972; VV.AA., II nuovo messale. proposte cimientos de la historia de la sal-
también los interesantes estudios comparativos per una valorizzazione pastorale. Milán 1974; vas Comunidades reunidas y reforza-
de los misales italiano (de 1973), inglés, norte-
vación. El NT nos ofrece los elemen- das por la vida litúrgica se abren al
VV.AA., // messale romano del Vaticano II
americano, francés y alemán, en "Riv. Litúrgi- Orazionale e Lezionario, 2 vols., LDC, Leu- tos fundamentales para ahondar en universalismo de la misión. En la co-
ca" 65/1 (1978) 1-126 — 7 Cf "Pastoral Litúr- mann (Turín) 1981-1984. el significado de su relación recí- munidad de Antioquía, "mientras
gica" 97/99 (1978) 6-13; 100 (1978) 77-102; "Pha- proca. ellos [profetas y doctores] estaban
se" 106 (1978) 365-367 — » Cf J. Fábregas, en
"Riv. Litúrgica" 65/1 (1978) 127-129.
3. Sobre el "Ordo Missae"de 1969
1. EL MANDATO MISIONERO. En
celebrando el culto del Señor y ayu-
Cuva A., // nuovo rilo della messa. PAS, el mandato misionero aparece con nando, el Espíritu Santo dijo: Sepa-
J. López Martín ioma 1970; Galot J., Polemiche inlorno al nuo-
Misiones y liturgia 1312 1313 Misiones y liturgia
radme a Bernabé y a Saulo para la ofrenda santificada por «1 Espíritu y este tiempo se llamará catecumena- turgia catecumenal se ilustraba el
obra a que los he llamado (He acepta a Dios. do, y catequesis la instrucción im- significado del agua, de la unción y
13,2), y los dos nuevos misioneros partida en forma sistemática durante de la eucaristía, es decir, de los
"bajo la moción del Espíritu" co- El fundamento de esta concepción este tiempo. De la catequesis misio- llamados sacramentos de la inicia-
menzaron a anunciar el evangelio en de la misión como liturgia se encuen- nera formaba parte también una se- ción cristiana'.
el Asia Menor. Cada vez que cele- tra en el hecho de que el misionero rie de ritos litúrgicos, ordenados a
bramos la eucaristía, "anunciamos la no sólo es partícipe, como todo cris- explicar el significado de este tiempo
tiano, de la muerte y resurrección de Históricamente, el primer rito de
rnuerte del Señor hasta que venga" de maduración y a preparar a los esta liturgia era la entrada en el cate-
(1 Cor 11,26). Para explicar este Cristo (Rom 6,3), sino que además neófitos a la plena participación en
lleva consigo y en sí, de una forma eumenado, que hoy inculca el Vat.
anuncio, Pablo utiliza el mismo ver- las celebraciones litúrgicas cristia- II a todos los misioneros: "Los que
bo (katangéllo) que describe la acti- nueva, el misterio de la redención nas. Prescindiendo de su valor sa-
que debe anunciar y comunicar a los han recibido de Dios, por medio de
vidad misionera de la iglesia primiti- cramental —en la liturgia es el Señor la iglesia, la fe en Cristo, sean admi-
va (Rom 1,8; He 13,5.38; 16,17; demás. "Ahora me complazco en el que obra—, estos mismos ritos li-
mis padecimientos por vosotros y en tidos con ceremonias litúrgicas al ca-
17,3.23). En un primer momento, la túrgicos se convertían en una fuente tecumenado" (/I G 14). Sabemos que
misión ha llevado a la liturgia; aho- compensación completo en mi carne de catequesis y de enseñanza para
lo que falta a las tribulaciones de a partir del s. III los neófitos entra-
ra, partiendo de la liturgia, la co- los neoconversos, porque hablaban ban (accedentes) en el catecumenado
munidad se pone en actitud de servi- Cristo por su cuerpo que es la igle- concretamente a la mente y a los sen-
sia, de la que fui hecho ministro se- acompañados de un garante, que
cio al Espíritu y de partida para el tidos. Al mismo tiempo, la liturgia, más tarde se llamará padrino preci-
anuncio. gún la misión que Dios me dio para nueva para ellos, postulaba una ca-
bien vuestro con el fin de dar cum- samente porque participa en la fun-
tequesis, porque exigía una nueva y ción materna de la iglesia; luego se
plimiento a su mensaje divino" (Col cada vez más profunda participación
2. LA ACTIVIDAD MISIONERA
1,24-25). Una de las notas caracte- sometían a un examen consistente
COMO LITURGIA. San Pablo presenta que hiciese vivir las realidades cele- en una serie de interrogaciones sobre
su trabajo misionero no sólo como rísticas del trabajo del misionero es bradas.
esta íntima participación en la cruz su vida y su actividad social; todo
una diakonía (servicio), sino tam- ello se concluía con la inscripción.
bién como una auténtica liturgia. de Cristo, "crucificado con Cristo"
(Gal 2,19) en favor de los hombres La liturgia catecumenal misionera Las ceremonias de este rito son sig-
"Doy culto a Dios en mi espíritu tenía sus notas peculiares. Ante todo nos sensibles de la entrada en una
anunciando el evangelio... e incesan- (cf 2 Cor 4,10.12). Cristo, el enviado
y el sacerdote que se ofreció por to- era la liturgia de una iglesia que te- comunidad que pretende cerciorarse
temente os recuerdo" (Rom 1,9). nía intención de acoger en su seno a de que el neófito está en condiciones
Dos verbos litúrgicos definen la obra dos, permanece para siempre con los
misioneros hasta el fin del mundo. Y nuevos miembros e hijos. Esta litur- de recibir con fruto la catequesis.
misionera. Pablo da culto (latréuo) gia celebraba el itinerario de una con- Después de todo esto, la iglesia dele-
anunciando la palabra a aquellos de por otra parte el / Espíritu Santo,
que ocupa un puesto tan importante versión a Dios e implicaba a toda la gaba a su representante el ministerio
quienes se acuerda (de los que hace comunidad: neófitos, padrinos, ca- de la enseñanza (doctor audien-
memoria). La actitud apostólica es en la liturgia, está presente en el mi-
sionero y lo impulsa a la misión en- tequistas y fieles. Tenía una dimen- tium = catequista). En un primer
siempre de alegría, "aunque tuviera sión de esperanza, porque manifes- tiempo, el rito más reiterado durante
que derramar mi sangre como liba- tre los no-cristianos, donde el Espí-
ritu está también presente y prepara taba la aceptación del reino por par- el catecumenado eran los /exorcis-
ción sobre el sacrificio y servicio de te de los catecúmenos y orientaba mos: pretendían manifestar la acción
vuestra fe" (Flp 2,17): aquí la vida la futura ofrenda que se hará cristia-
na. La misión se convierte así en una hacia la celebración de los sacramen- de Dios, el cual prepara al neófito
del Apóstol se convierte en una liba- tos pascuales, de los que era un an- para la nueva consagración, como
ción sacrificial. La vocación misio- verdadera celebración.
ticipo. Es propio de la liturgia cate- en otro tiempo había preparado a su
nera entre los paganos se describe cumenal abrir el espacio para el diá- pueblo con las pruebas del desierto.
como una gracia "de ser ministro (lei- logo entre Dios y el neoconverso, A partir del s. iv tenemos noticias
tourgón éinai) de Jesucristo para los II. La liturgia en la primitiva entre la iglesia madre y sus nuevos del rito de la insuflación (con fór-
gentiles, ejerciendo la tarea sagrada catcquesis misionera hijos. Gradualmente enseñaba a mulas de exorcismo), de la consig-
del evangelio de Dios, para que la aceptar los valores de los nuevos sig- nación (con el signo de la cruz), de
ofrenda de los gentiles sea agradable Desde el comienzo, en la praxis nos y ritos litúrgicos, con los que la imposición de la mano, de los ayu-
a Dios, santificada por el Espíritu misionera de la iglesia se reservó un Dios se comunica al hombre cristia- nos, de la degustación de la sal (en
Santo" (Rom 15,16). Pablo, misio- tiempo de preparación para el bau- no, insistiendo no tanto en su sim- Occidente) y de la imposición del
nero entre los paganos, es un liturgo; tismo, tiempo destinado a llevar a bolismo natural cuanto más bien en nuevo nombre (en Siria): estos dos
la evangelización es una función li- madurez la fe que brotaba en el co- el valor expresivo que había cobrado últimos ritos pasarán luego a la li-
túrgica, sagrada y, con su conversión razón de los neófitos con la acepta- en la historia de la antigua y de la turgia bautismal. Todas estas cere-
a Cristo, los neófitos llegan a ser una ción del primer anuncio. Más tarde nueva alianza. En concreto, en la li- monias jalonaban el progreso en el
Misiones y liturgia 1314 1315 Misiones y liturgia
itinerario de la fe y en la lucha por simbiosis operativamente fructuosa parar cuanto antes los rituales parti- culturales, de suerte que puedan
parte del catecúmeno, que había y misionológicamente dinámica en- culares adaptados a las necesidades conseguir de común acuerdo este ob-
aceptado vivir según el nuevo estilo tre catequesis y liturgia es la de los de cada una de las regiones (SC 63); jetivo de la adaptación" (AG 22).
de vida. Al final había un examen padres" 2 . En el tiempo de los gran- la facultad de instituir una comisión
último sobre el comportamiento mo- des descubrimientos, y cuando tu- litúrgica y un instituto de liturgia pas- 2. LA REFORMA LITÚRGICA^ I-N
ral del catecúmeno. vieron de nuevo comienzo las misio- toral, de los que no se excluyan, si es ÁFRICA. Las nuevas iglesias de Áfri-
nes (s. xvi), el catecumenado cono- necesario, miembros laicos particu- ca son las que más se han empeñado
Más tarde se hará coincidir el úl- ció un nuevo florecimiento, sobre larmente expertos (SC 44; ínter oecu- en la renovación litúrgica. Esto se
timo período del catecumenado con todo en el terreno de la enseñanza y menici 46). En particular, en los lu- debe, en parte, a la estructura psico-
el tiempo de cuaresma, en la que los de la adaptación. Por desgracia, en gares de misión se tiene la facultad lógica, cultural y religiosa del hom-
catecúmenos eran promovidos al ran- el campo de la liturgia permaneció de admitir, junto a los elementos pro- bre africano. Tanto los etnólogos
go de competentes y elegidos. La cua- demasiado fijo y sin producir apor- pios de la tradición cristiana, tam- como los misioneros han definido al
resma era un tiempo de preparación taciones de relieve. Este fixismo li- bién elementos de la iniciación en hombre africano como un ser cul-
sacramental: la catequesis misionera túrgico, que de hecho es pobreza, ca- uso entre cada pueblo (SC 65); pre- tual, que tiene necesidad de exterio-
pasaba a ser mistérica, en cuanto racterizó también a la catequesis mi- parar un rito propio para la celebra- rizar en la comunidad y con ella sus
que daba a conocer los misterios y sionera del s. xix 3 . ción del matrimonio que responda a experiencias religiosas. El cristianis-
los sacramentos de la iglesia. En este los usos de los lugares y de los pue- mo africano, o se convertirá en un
marco tenemos los nuevos ritos, blos (SC 77); animar a la práctica cristianismo preferencialmente li-
como la entrega del Símbolo y del III. La reforma litúrgica penitencial según las posibilidades túrgico o no llegará nunca a ser un
Pater (en Roma y en España existe en la misiones de las diversas regiones, y también verdadero cristianismo. Todos los
también la entrega de los evangelios) a partir del Vat. II según las condiciones de los fieles miembros de las jóvenes iglesias se
y los escrutinios, que tienen por ob- (SC 110); revisar el año litúrgico, han dedicado con gran empeño a la
jeto probar la consistencia de la fe 1. LOS PRINCIPIOS RELATIVOS A con tal que se mantenga su carácter renovación litúrgica, que exigirá cier-
del catecúmeno. En la vigilia pascual LA REFORMA. La promulgación de la original, para alimentar debidamen- tamente tiempo, por tratarse de un
se colocaba luego el rito del bautis- constitución Sacrosanctum conci- te la piedad de los fieles en la cele- proceso de asimilación y de expre-
mo. El Vat. II recuerda a todos los lium (4 de diciembre de 1963) señaló bración de los misterios de la reden- sión. La liturgia es algo más profun-
misioneros que "es de desear que la el punto de partida de una verdadera ción (SC 107); revisar cuanto se do que una simple asunción de ritos,
liturgia del tiempo cuaresmal y pas- renovación litúrgica en las misio- refiere a la construcción digna y y supone una mentalidad cristiana
cual se restaure de forma que prepa- nes '. Una sección entera de la cons- apropiada de los edificios sagrados, que sea capaz de cambiar y cristia-
re las almas de los catecúmenos para titución (SC 37-40) ofrece normas la forma y la erección de los altares, nizar el significado de estos ritos
la celebración del misterio pascual, concretas para la / adaptación de la la funcionalidad del baptisterio, la asumidos. No pocos liturgistas afri-
en cuyas solemnidades se regeneran liturgia a la mentalidad y a las tradi- materia y la forma de las vestiduras canos están convencidos de que la
para Cristo por medio del bautismo" ciones de los pueblos, con una refe- sagradas (SC 128); admitir nuevos solución mejor sería no la de aban-
(AG 14). Después del don de la nue- rencia explícita a las misiones (SC instrumentos musicales (SC 120; Mu- donar la liturgia occidental, sino la
va vida mediante el bautismo co- 38). De ahora en adelante la facultad sicam sacram I, 12). Estas son las de buscar su intuición más profunda
menzaba para los iluminados un nue- de decidir sobre la introducción y tareas que el concilio encomendó a y sus valores más auténticos, para
vo tipo de enseñanza. La catequesis extensión de la lengua vulgar (na- las conferencias episcopales de las enriquecerlos e integrarlos luego con
misionera ahora estaba abierta a la cional) en la liturgia (SC 36) no está misiones. una ideología africana y expresarlos
dimensión mistagógica, que se pro- ya reservada a la Santa Sede, sino 1 con ritos propiamente africanos (in-
ponía manifestar las profundidades Además, el decreto A G sobre las culturación). Ésta parece ser tam-
que es competencia de las conferen- misiones recuerda que las nuevas
y las bellezas de los sacramentos re- cias episcopales nacionales 5; así co- bién la mens del concilio (AG 22).
cibidos. [Para una descripción pun- iglesias particulares, conservando
mo la facultad de determinar las toda la riqueza de sus tradiciones jun- En el ámbito de las realizaciones
tual histórico-genética de los ritos adaptaciones, especialmente respec-
del catecumenado, / Iniciación cris- to con las cualidades específicas de prácticas, los institutos de liturgia,
to a la administración de los sacra- cada comunidad nacional, tendrán de pastoral y de catequesis han dado
tiana, II]. mentos, a los sacramentales, a las su puesto propio en la comunión una contribución excepcional. Por
procesiones, a la música sagrada y a eclesial. Ante este hecho teológico y ejemplo, el Instituto de Butare
Cuando en la iglesia de los prime- las artes (SC 39); la facultad de ad- pastoral, "es de desear, más todavía, (Rwanda) ha trabajado para realizar
ros siglos se agotó el período pro- mitir en el culto divino eventuales es de todo punto conveniente que la unión entre el catecumenado y la
piamente misionero, el catecumena- elementos provenientes de las tradi- las conferencias episcopales se unan liturgia con óptimos resultados. Los
do y su liturgia decayeron. Esto de- ciones y de la índole de los diferentes entre sí dentro de los límites de cada ritos de los exorcismos han tenido
muestra "que la época áurea de la pueblos (SC 40); la facultad de pre- uno de los grandes territorios socio- una amplia acogida porque respon-
Misiones y liturgia 1316 1317 Misiones y liturgia
den mejor al ambiente religioso del en la selva o en otros lugares veci- Las grandes dificultades que la li- IV. La liturgia, fuente
africano, que vive hasta cierto punto nos, de donde retornan a menudo turgia cristiana ha encontrado en y cumbre de las misiones
en la angustia religiosa al sentir- para visitar a los familiares. Perte- Asia, especialmente si las compara-
se rodeado de espíritus malos que necen a la familia, pero en la catego- mos con las de África, se deben prin- La liturgia no es la única actividad
quieren atormentarlo física y moral- ría de los antepasados. cipalmente al carácter religioso del de la iglesia; sin embargo, está ínti-
mente. En la liturgia cristiana se ha inte- hombre asiático y a la naturaleza de mamente vinculada a todas las de-
En la renovación de la liturgia de grado con gran éxito la música afri- las grandes religiones existentes en más, y se la considera fuente y cum-
los sacramentos, las iglesias africa- cana con instrumentos y expresiones aquel continente. Una de las dificul- bre de todo apostolado (SC 10), y
nas han encontrado un campo abier- propias, como la danza. De todos tades más sentidas es la de la traduc- por tanto también de las misiones.
to, y los resultados obtenidos hasta modos, no pocos sacerdotes africa- ción de los textos. Por una parte, el Cumbre, porque todo en la actividad
ahora son positivos. Todo el simbo- nos son del parecer que los cantos vocabulario religioso asiático tiene misionera está ordenado a que los
lismo africano, purificado de la men- litúrgicos deben madurar ulterior- una connotación más que bimilena- hombres, mediante el bautismo, se
talidad mágica, puede servir eficaz- mente, porque los de hoy manifies- ria, y es difícil aceptar sus palabras inserten en la iglesia, donde, reuni-
mente para la encarnación del mis- tan una serie de sentimientos a veces sin aceptar su contenido, conservado dos en comunidad, puedan alabar a
terio de Cristo y su celebración en opuestos, y con frecuencia su conte- en una larga tradición escrita. Por Dios y participar en la mesa del Se-
África. Como experimento, se han nido teológico es pobre. En estos úl- otra parte, en India, por ejemplo, ñor. Todos los sacramentos se reve-
elaborado algunos rituales para la timos años se ha redescubierto el va- hay muchos dialectos y diversas len- lan como cumbre del trabajo misio-
celebración del matrimonio, que han lor de la religiosidad popular, en es- guas; en Japón hay estilos diversos nero. El fin de la misión es la forma-
tenido en cuenta las características pecial de las fiestas comunitarias; y (literario y vulgar), y la terminología ción de una comunidad o iglesia
comunitarias, dinámicas y rituales ahora se trabaja intensamente para es demasiado concreta, por lo cual particular, y sólo con la viva partici-
del matrimonio africano. Estos ri- integrar esta religiosidad en la li- resulta tarea muy difícil traducir pación en los sacramentos se puede
tuales comprenden diversas etapas, turgia. conceptos abstractos. conseguir este fin.
como el noviazgo (que en la tradi- Además, la liturgia es fuente de
ción africana tiene un relieve muy 3. LA REFORMA LITÚRGICA EN Actualmente se está todavía en el toda actividad misionera, y sobre
importante), las nupcias y las ce- ASIA. En las misiones de Asia la re- tiempo de la búsqueda y de la siem- todo de todo fruto misionero. La glo-
lebraciones complementarias; por novación litúrgica se desarrolla a un bra. El tiempo de la cosecha y de los rificación de Dios en Cristo, la con-
ejemplo, los aniversarios 6 . También ritmo mucho más lento. Las mismas frutos vendrá más tarde. La música versión de los hombres y su santifi-
los demás sacramentos son objeto de conferencias episcopales advierten indígena, con sus instrumentos, ha cación "se obtiene con la máxima
investigación, en constante apertura esta lentitud y el papel poco relevan- encontrado un buen puesto en la li- eficacia" por medio de la liturgia, y
para acoger cuanto de válido ofrecen te de la liturgia en sus jóvenes igle- turgia de Java, por ejemplo, mien- sobre todo por medio de la eucaris-
el ritualismo africano y el sentido de sias. Gracias a Dios, en la India, y tras que en algunas regiones de la tía, porque aquí se encuentra la fuente
solidaridad comunitaria del hombre más precisamente en Bangalore, hay India se cantan salmos en talmid con de la gracia (SC 10). No podemos
africano. Sin embargo, sigue siendo un centro cargado de dinamismo y tono indio. En Japón hay sólo in- olvidar que Cristo, el apóstol, el en-
verdad que en los sacramentos hay de creatividad. En 1968 se celebró el tentos, a pesar del genio musical de viado del Padre, está presente en las
elementos instituidos por Cristo, so- primer encuentro indio de liturgia, los japoneses *. En la joven iglesia de acciones litúrgicas para continuar su
brenaturales, y por tanto suprana- que fue el punto de arranque de nu- este país algunos misioneros han es- obra salvífica universal: "Para reali-
cionales, que no pueden ser sacrifi- merosas iniciativas7. Al año siguien- tructurado el catecumenado de adul- zar una obra tan grande, Cristo está
cados. te, en un nuevo encuentro, se trabajó tos dentro de una auténtica dimen- siempre presente a su iglesia sobre
Las celebraciones funerarias son con el fin de encontrar los caminos sión litúrgica. Se ha querido adaptar todo en la acción litúrgica" (SC 7).
uno de los momentos más significa- para que "la liturgia pudiera asumir a la mentalidad del país también el Después de la ascensión al cielo, Cris-
tivos de la vida africana, donde aflo- los valores culturales y las aspiracio- acto penitencial y la confesión. Uno to no ha olvidado su obra ni la ha
ran muchos elementos culturales que nes religiosas del pueblo indio"". A de los intentos más interesantes ha dejado sólo en las manos de la igle-
deben ser cristianizados. En este cam- partir de este momento se habla ya sido la aprobación por parte de la sia. Él permanece siempre con nos-
po, la liturgia cristiana está todavía de Indian Liturgy y se abandonan Conferencia episcopal de un ritual otros, y con nosotros realiza hoy la
dando sus primeros pasos. Para mu- otras expresiones como Indian Ri- para el matrimonio de los no-cristia- salvación. De esta inserción en Cris-
chos pueblos la verdadera muerte, o tes. Los principales objetivos han nos. En efecto, son muchos los no- to misionero y salvador, a través de
liberación de los espíritus de la ma- sido la creación de una liturgia cate- cristianos que, atraídos por la litur- la liturgia y concretamente a través
teria y del cuerpo, se produce sólo cumenal y la búsqueda de las bases gia cristiana, piden casarse en la igle- de los sacramentos, brota el derecho
progresivamente, y está casi siempre para una liturgia común de la India sia. Para estos matrimonios se ha ela- y el deber de todo cristiano al traba-
íntimamente vinculada a los ritos. ("a basically common Indian Li- borado un rito de lecturas bíblicas, jo misionero: "Todos los fieles, como
Una vez liberados, los espíritus viven turgy"). bendiciones, etc.'" miembros de Cristo vivo, incorpora-
Misiones y liturgia 1318 1319 Misiones y liturgia

dos y asemejados a él por el bautis- ción de toda la predicación evangéli- hace presente en la eucaristía a Cris- posible un enriquecimiento comple-
mo, por la confirmación y por la ca" (PO 5). En el misterio del sacri- to, autor de toda salvación que to (SC 37-38), a condición de que el
eucaristía, tienen el deber de coope- ficio eucarístico se ejerce ininterrum- transforma el mundo. La eucaristía significado del rito cristiano se man-
rar a la expansión y dilatación del pidamente la obra de la redención misma se presenta como la realidad tenga siempre bien y que el aspecto
cuerpo de Cristo para llevarlo cuan- del mundo. "Toda misa, aun la cele- en que se ha obrado una auténtica universal, católico de la iglesia apa-
to antes a la plenitud" (AG 36). brada privadamente por un sacer- transformación de los elementos na- rezca claramente (unidad sustancial
La liturgia es anamnesis [/ Me- dote, no es privada, sino acción de turales cultivados por el hombre. La del rito romano) en unión con las
morial], o sea, memoria de la alianza Cristo y de la iglesia, la cual, en el iglesia misionera contempla en la demás iglesias locales y de acuerdo
y del / misterio pascual, no sólo en sacrificio que ofrece, sabe que se ofre- eucaristía estas realidades de la na- con la Santa Sede" (Ecclesia n. 1982,
cuanto acontecimiento del pasado, ce a sí misma como sacrificio uni- turaleza y de la cultura en cuanto 17-5-1980; 12 [588]). El papa habla
sino para hacerlo presente hoy y po- versal, y aplica a la salvación del que han sido transfiguradas, y perci- también de una futura exploración
der aplicar sus frutos al mundo. mundo entero la única e infinita vir- be en ellas la capacidad del mundo en este campo. Son cuestiones ar-
Para precisarlo mejor: la gracia divi- tud redentora del sacrificio de la para ser recapitulado en Cristo. duas, cuya solución vendrá sólo de
na, que sostiene y hace fructificar el cruz. Pues cada misa que se celebra una verdadera y profunda colabora-
apostolado misionero, encuentra su se ofrece no sólo por la salvación de ción a nivel nacional y del diálogo
fuente en la liturgia. La caridad es el algunos, sino también por la salva- V. Problemas y perspectivas con Roma, que se traduzca en una
alma de toda obra apostólica, repite ción de todo el mundo" (Mysterium comunicación confiada con la sede
el concilio (AA 3; LG 33), porque la fidei 32). Este texto demuestra la di- Uno de los problemas más urgen- apostólica. No se puede olvidar la
caridad edifica la iglesia; sin la cari- mensión universal y misionera de la tes hoy es el redescubrimiento de la solidaridad de cada iglesia particular
dad no hay verdadera misión y par- misa y su gran capacidad salvífica. dimensión misionera de la liturgia. con la iglesia universal.
ticipación en la misión del Hijo, que En fin, la meta de la misión, como Hasta ahora la liturgia se ha con-
fue enviado por el amor sin principio hemos indicado, es la formación de templado y vivido más bien como Más concretamente, se deben exa-
del Padre (AG 2), y que por amor una iglesia, porque "plugo a Dios un hecho cultual. No se ha advertido minar de nuevo las traducciones de
salvó al mundo. En los sacramentos, llamar a los hombres a participar de su dimensión misionera. La celebra- los textos litúrgicos. En muchas mi-
y particularmente en la eucaristía, en- su vida no sólo individualmente, sin ción eucarística, "para ser sincera y siones el vocabulario actual no está
contramos el manantial de esta cari- mutua conexión alguna entre ellos, plena debe conducir tanto a las va- en consonancia con el lenguaje cul-
dad que "enciende y arrastra a los sino constituirlos en un pueblo en el rias obras de caridad y a la mutua tual (Evangelii nuntiandi 63). Junto
fieles a la apremiante caridad de Cris- que sus hijos, que estaban dispersos, ayuda como a la acción misional y a al tema del lenguaje está el problema
to" (SC 10). También el Espíritu San- se congreguen en unidad" (AG 2; LG las varias formas de testimonio cris- de los signos, y hoy se estudia aten-
to, que hoy es el agente principal de 9). Podrá existir una comunidad- tiano" (PO 6). Quizá la actual refor- tamente el simbolismo y los pro-
la misión y que fue enviado por Cris- iglesia sólo cuando haya eucaristía, ma litúrgica ha ignorado esta dimen- blemas semióticos de los diversos
to para que los misioneros pudieran porque "la unidad de los fieles, que sión misionera. Gracias a Dios, sin países. El redescubrimiento de la
colaborar eficazmente, siempre y constituyen un solo cuerpo en Cris- embargo, en las misiones se trabaja /fiesta ha abierto nuevos caminos
por doquier, en la realización de la to, está representada y se realiza por por descubrir y vivir todos los as- para una integración en la liturgia
salvación (AG 4), se nos da en los el sacramento del pan eucarístico" pectos misioneros de la liturgia. de las fiestas tradicionales, a menu-
sacramentos. (LG 3). En las misiones no será po- do vinculadas a los acontecimientos
sible formar una nueva comunidad de la naturaleza. En las misiones se
Todo lo que la teología y el conci- cristiana si no se tiene como quicio y En todas las misiones se habla hoy
de inculturación, es decir, de los ha subrayado un nuevo problema, el
lio han dicho sobre la liturgia como raíz la celebración eucarística, de la de la / psicología de la liturgia. La
fuente y cumbre de la misión, lo apli- que nace todo movimiento tendente modos de asimilar y vivir en las pro-
pias categorías culturales el mensa- teología considera la liturgia como
can no pocos textos conciliares más a formar el espíritu verdaderamente el misterio de la presencia del Dios
concretamente a la eucaristía. "Los cristiano y católico. je de Cristo y la liturgia cristiana
[/ Adaptación, IV, 2]. En su viaje a trascendente. La psicología no mira
otros sacramentos, así como todos a esta realidad, sino que observa la
los ministerios eclesiásticos y obras La misión aspira a realizar en el África, Juan Pablo II explicó que la
africanización abarca contextos vas- actitud del hombre y sus experien-
de apostolado, están íntimamente mundo y en la historia el designio de cias en la liturgia, y, por ejemplo, las
trabados con la sagrada eucaristía y Dios, en virtud del cual todo elemen- tos y profundos que "todavía no han
sido suficientemente explorados", y del hombre africano y las del hom-
a ella se ordenan. Y es que en la to de verdad y de gracia presente en- bre asiático son diferentes. La litur-
santísima eucaristía se contiene todo tre los paganos, lejos de perderse, entre éstos cita el de la "expresión
más congenial en la liturgia". En el gia tiene sus motivaciones psicológi-
el bien espiritual de la iglesia, a sa- queda purificado y devuelto a su cas; y, de nuevo, la diversidad y va-
ber: Cristo mismo, nuestra pascua y autor, es decir, a Cristo (AG 9). Para mismo discurso (a los obispos del
Zaire) añadía: "En el campo de los riedad de estas motivaciones es muy
pan vivo... Por lo cual la eucaristía obtener esta dimensión histórica y grande, según las culturas. Así,
aparece como la fuente y la culmina- escatológica, la iglesia misionera gestos sagrados y de la liturgia es
1320 1321 Misterio
Misiones y liturgia
mientras el silencio atrae al hombre Ínter oecumenici 23, teniendo presente la res- MISTERIO mysterium I mysteria. Fue sobre todo
asiático, el ruido pone al africano en puesta de la comisión para la interpretación de Odo Casel quien mostró en numero-
los decretos, AAS 60 (1968) 362 — 6 V. Mula- sos trabajos que, para comprender
contacto con la divinidad. En conse- go, Simbolismo religioso africano. Estudio SUMARIO: I. Terminología bíblica; lenguaje
cuencia, ha surgido un nuevo inte- bien el significado de sacramentum,
comparativo con el sacramentalismo cristiano, helenístico - II. Los padres y la liturgia antigua:
rrogante: ¿está psicológicamente BAC, Madrid 1979. Las actas de una semana 1. Afirmaciones de los padres; 2. Testimonios
había que tener siempre presente
motivada la liturgia en las misiones?, litúrgica celebrada en Kinshasa sobre nuestros de la liturgia antigua - III. Afirmaciones en la que, con este término, el latín de los
¿responde a las estructuras del hom- temas, en Revue du Clergé Africain 20 (1965) edad media - IV. Retorno al significado origi- ss. II-III y del período siguiente había
547-564 — 7 D.S. Amalorpavadass, Liturgy nario: 1. Casel; 2. "Mediator Dei"; 3. El Vat. II; querido reproducir el griego mysté-
bre de los nuevos países? La liturgia and Catechetics in India today, en Teaching all 4. Reforma litúrgica posconciliar - V. Contri-
catecumenal puede ser renovada a la bución de la teología actual: 1. Vagaggini; Neun- rion; por tanto, había que recuperar
Nations 6 (1969) 373-388. T. Balasuriya, Rene- el rico contenido del término griego
luz de esta psicología. wal of the Liturgy in Asia, en Logos 8 (1968) heuser; 2. Guardini; 3. Warnach; 4. Marsili;
24-47, 121-129 — 8 Las actas en The Clergy
5. "Mysterium salutis" - VI. Valoración conclu- originario '. Esta hipótesis de trabajo
siva. marcó el comienzo de una larga y a
Monthly 33 (1969) 219-223; Repon of the
La liturgia en las misiones debe Third all-India Liturgical Meeling, en Word veces violenta controversia, que al
cobrar un carácter creativo, fruto de and Worship 5 (1972) 41-85 — ' P. Fernando, final condujo a la adquisición de nue-
su íntima relación con el Espíritu Towards the Development of Liturgical Music
Formando parte de la expresión
mysterium paschale, también el tér- vos y preciosos conocimientos, si
Santo. La creatividad no se opone a in Asia, en Logos 6 (1965) 1-32; L. Tigga, Role
bien la crítica acabó modificando al-
la uniformidad sustancial y a cierto of Indian Music in Liturgy, en Paths Margah 3 mino mysterium (originariamente en
(1968) 61-65; R.C. Asenheimer, Liturgical Mu- griego mystérion, en español miste- gunas posiciones iniciales \ Querría-
orden, que debe ser determinado por sic and communal Joy, en Japan Missionary mos exponer aquí los resultados per-
la jerarquía. Habrá siempre una rio) viene a ocupar una posición cen-
Bulletin 24 (1970) 462-469 — l0 J. López-Gay, tral en la constitución sobre la litur- manentes de tales trabajos y de la
puerta abierta para que la estructura Un rito cristiano para los no-cristianos. Una nueva concepción que presentan.
de la celebración responda mejor a experiencia de la Iglesia del Japón, en EL 93 gia Sacrosanctum concilium (nn. 5 y
la naturaleza profunda de aquello (1979) 493-502 — " W . A A . , Créativité el li- 6; 2) y en la reforma litúrgica pos-
que la celebración misma proclama turgie.en MD 111 (1972). conciliar. Justamente la instrucción
y obra " . E n fin, la liturgia debe ac- ínter oecumenici señala como meta I. Terminología bíblica:
J. López-Gay de tal reforma el compromiso pasto- lenguaje helenístico
tualizar el misterio de Cristo no sólo
en los ritos, sino también en la vida, ral que, a través de la debida cele-
y así debe volver al centro de la vida bración de la liturgia, lleve a esto: El NT, en los evangelios, emplea
cristiana y de cada comunidad. La BIBLIOGRAFÍA: Dournes J., Las culturas étni- "Ut mysterium paschale vivendo ex- el término sólo en Me 4,11 y par.:
liturgia no puede quedar ausente de
cas en la liturgia. Investigaciones y observacio- primatur" '. Con la expresión myste- "misterio del reino de Dios"; en cam-
nes sobre el binomio actividad misionera-acción rium paschale los padres del con-
la vida del neoconverso y de la nueva litúrgica, Ed. Litúrgica Española, Barcelona bio, en las cartas del Apóstol asume
iglesia todavía en vías de desarrollo 1969; Ela J.M., Los antepasados y la fe cristia- cilio, sin meterse en una discusión una posición centralísima para indi-
y expansión. na: un problema africano, en "Concilium" 122 teológica todavía abierta, quisieron car el acontecimiento salvífico en
(1977) 174-195; López-Gay J., El catecumenado indicar algo muy central: acogían Cristo; cf, por ejemplo, 1 Cor 2,1
[/ Adaptación; /Creatividad; en la misión del Japón del s. XVI, Roma 1966; una formulación "ya de uso común",
/ Iniciación cristiana; / Catecume- La liturgia en la misión del Japón del s. XVI,
(¡en caso de que mystérion sea aquí
hacían referencia a "una sacratísima la lección justa!) y 2,7; sobre todo en
nadó]. Roma 1970; Liturgia y misión. Un decenio de
estudios y experiencias, en "Ephemerides Litur-
tradición doctrinal patrístico-litúrgi- las cartas tardías, como en Ef y Col,
gicae" 68 (1974) 221 -231; Un rito cristiano para ca: la liturgia, en el misterio, hace mystérion llega a ser incluso un con-
matrimonios no cristianos. Una experiencia de presente para cada creyente, de cual- cepto básico, capaz de expresar todo
la Iglesia en Japón, ib, 93 (1979) 505-514; Mai- quier época, la plena realidad del el contenido de la predicación de
NOTAS: ' C. Floristán, // catecumenato, Edi- tre H.B., La cuestión de los ritos chinos y ma- opus salutis"1. Cristo: el Apóstol quiere proclamar
zioni Paoline, 1974, 145-170 — 2 A.M. Triacca, labares, en "Concilium" 27 (1967) 76-85; Mas-
Liturgia e catechesi nei padri: note metodologi- son J., Liturgia y misiones, en G. Barauna, La Que las realidades centrales que el "misterio de Dios", "la sabiduría
che, en Sal 41 (1979) 261; J. Daniélou, La Ca- sagrada liturgia renovada por el concilio, Stu-
se nos han dado en Cristo se indi- de Dios en el misterio" (1 Cor 2,7);
techesi nei primi secoli, LDC, Turín 1970 — dium, Madrid 1965, 385-412; Mulago V., Sim- "descubrir cuál es la riqueza de la
' J. Beckmans, L'initiation el la célébralion bolismo religioso africano. Estudio comparati- quen con el término misterio es sin
baptismale dans les missions de XVIr siécte a vo con el sacramentalismo cristiano, BAC 407, duda un dato tradicional, pero nos- creencia de este misterio entre los
nosjours, en MD 58 (1959) 48-70 — 4 1. Tubal- Madrid 1979; Puthanangady P., Inculturación otros hemos adquirido de nuevo cla- gentiles, el cual es Cristo entre vos-
do. La Costituzione sulla s. liturgia e la missio- de la liturgia en la India a partir del Vaticano ra conciencia de él sólo en el curso otros, la esperanza de la gloria" (Col
logia, en Euntes Docete 19 (1966) 258-278; J.A. II, en "Concilium" 182 (1982) 260-269; Sanon 1,27); y poco más adelante dice to-
Jungmann, Liturgy in the Mission after Coun- A.T., Arraigo cultural de la liturgia en África
del movimiento litúrgico de este si-
cil, en Teaching all Nations 4 (1967) 3-14; J.M. glo. Fue ocasión concreta para ello davía más expresamente que quiere
desde el Val. II. ib, 245-259; W.AA., Evange- introducir en el "conocimiento del
Sustaeta, Principios misioneros de la constitu- lización y catecumenado en la Iglesia mundial, la reflexión sobre la traducción pre-
ción sobre s. liturgia, en Iglesia y Misión. 23.' en "Concilium" 22 (1967) 343-348 (África); 348- cisa de conceptos del Missale Ro- misterio de Dios, que es Cristo"
Semana de misiones. Aldecoa, Burgos 1967, 73- 360 (Asia). Véase también la bibliografía de (2,2). Al punto se ve que aquí se tra-
83 — 5 SC 22, según la interpretación de! motu munum, en particular de los tér-
proprio Sacram liturgiam X y la instrucción
Adaptación, Antropología cultural y Cultura y minos sacramentum I sacramenta y ta del contenido central de la predi-
liturgia.
Misterio 1322 1323 Misterio

cación apostólica sobre Cristo; pero El significado originario del término que levantar acta, sin embargo, del término latino mysterium, tomado
¿por qué se emplea el término mysté- resuena también en los LXX y en la paralelismo (Justino lo llama un re- del griego, se conoce ya desde los
rion?, ¿cuál es su sentido? En el len- literatura apocalíptica y general. medo diabólico). Clemente es ya tiempos de Cicerón; aquí, sin em-
guaje profano del helenismo, cierta- mucho más desenvuelto en la pre- bargo, ha perdido forma más neta
mente el término significaba ante sentación del misterio cristiano su significado cultual, y en el campo
todo las celebraciones rituales de di- II. Los padres y la liturgia antigua como cumplimiento supremo de los cristiano indica más bien la verdad
ferentes cultos que prometían la sal- presagios paganos y en su explica- revelada y la prefiguración (typos)
vación a través de la iniciación en el 1. AFIRMACIONES DE LOS PA- ción estableciendo comparaciones. veterotestamentaria. Sin embargo,
destino de sus dioses (míticos). Los DRES. Este significado originario El carácter de ocultamiento ocupa dado que en cierto modo sigue evo-
cristianos, sin embargo, dada su de- permite la sorprendente utilización aquí una posición secundaria; la ac- cando el significado cultual, y por
cidida oposición a las costumbres del término griego mystérion en el ción salvífica arranca de Dios, él la tanto recordando los ritos paganos,
paganas, no lo tomaron de allí, sino período inmediatamente posapostó- manifiesta y revela, y luego de nuevo sobre todo en el campo de la prime-
de los LXX, del texto griego de la lico y en toda la época patrística. la proclama y comunica de forma ra formación de un latín cristiano
Sagrada Escritura, del lenguaje de la También aquí es Bornkamm, en su velada en la celebración cultual. (en África), se dio la preferencia a
apocalíptica y principalmente del ju- calidad de observador neutral, el que Para Orígenes, toda la historia de la una traducción latina del mismo: al
daismo contemporáneo. Aquí signi- nos proporciona un cuadro objetivo. salvación es misterio. Dios obra la término sacramentum. Tertuliano,
ficaba un "arcano escatológico, la El término es usado todavía rara- salvación en el símbolo profético, en aunque no es el autor de tal traduc-
predicación velada de los aconte- mente por los padres apostólicos; sin el typos del AT; la lleva a cabo en la ción, sintió por él una decidida pre-
cimientos futuros establecidos por embargo, "a partir de los primeros vida, muerte y resurrección de Cris- ferencia. Partiendo del significado bí-
Dios" 5 . Enlazando con tal sentido apologistas" se convierte en un con- to, y la comunica a través de la pala- blico, el término sacramentum cobra
y desarrollándolo, mystérion viene cepto "de capital importancia para bra y los ritos cultuales de la iglesia una rica variedad de sentidos: en el
luego a significar en el NT "el desig- la teología y la liturgia bajo el im- hasta que todo esto encuentre cum- plano litúrgico concreto significa sa-
nio escondido de Dios, manifestado pulso de las controversias con la plimiento escatológico en la mani- crificio y rito sagrado (en el sentido
sólo mediante la revelación y desti- gnosis y la religiosidad mistérica"'. festación ciara de la realidad de actual de sacramento y sacramen-
nado a ser llevado a cabo al final... Dios, que estaba y está detrás de tal); de modo especial indica el bau-
El mystérion de Dios es, por tanto, cada uno de los misterios. Los pa- tismo con sus obligaciones de fideli-
en definitiva Jesús mismo como Me- Recapitulando, podemos decir dres posteriores se mueven todos en dad (evocando el sentido profano de
sías", "una historia preparada en la que mystérion indica acciones salví- la misma dirección. Bajo el punto de sacramentum, es decir, de juramento
esfera de Dios y llevada a cumpli- ficas, especialmente figuras (typoi), vista sistemático, Gregorio de Nisa del recluta mediante una consagra-
miento". Siempre se pone un acento acontecimientos y personas vetero- representa en algún modo el vértice. ción a la divinidad). Luego, en un
especial en la perspectiva escatológi- testamentarios de carácter tipológi- El mystérion es, en el sentido de la plano más abstracto, significa el
ca en que tal historia se cumplirá, co, que aluden al futuro cumpli- teología paulina, la acción salvífica typos del AT, la revelación del NT,
como aparece de modo clarísimo, miento en Jesucristo; especialmente de Dios en Cristo, y precisamente en es decir, la economía de la salvación
por ejemplo, en Ef 1,9: Dios nos ha en los alejandrinos indica también su triple gradación: AT-Cristo-igle- obrada en Cristo, la religión cristia-
dado a "conocer el misterio de su las verdades de la religión cristiana sia. Luego, en sentido todavía más na, una verdad escondida. Así Ter-
voluntad según su beneplácito, que que se refieren a la actuación de la general, es la realidad salvífica es- tuliano habla del "felix sacramentum
se propuso en él [en Cristo] en la salvación en Cristo; en fin, sirve ha- condida bajo el signo, símbolo o aquae nostrae" (De bapt. 1); del
economía de la plenitud de los tiem- bitualmente también para indicar los typos externo, sea en las formas his- "eucharistiae sacramentum" (De co-
pos al recapitular todas las cosas en sacramentos. Misterio es el concepto tóricas del AT y del NT, sea en su rona 3); afirma que "caro abluitur...,
Cristo". Para comprender y valorar que abarca tanto la acción salvífica reproducción cultual, destinada a ungitur..., signatur..., vescitur...,
estos nexos no hace falta remitirse (de Dios en Cristo) como su repre- comunicar a los fieles la participa- quam Deus..., sacramentis suis dis-
al significado cultual del término, sentación cultual». Por tanto, ahora ción en la misma acción salvífica re- ciplinisque vestivit" (De resurr. 9);
como quería la tesis exagerada de indica a Cristo, tal y como él y su producida. Éste sigue siendo, si bien "vocati sumus ad militiam Dei vivi
Casel. Sin embargo, también es ver- obra salvífica han sido preanuncia- con matices diversos, el sentido y el iam tune, cum in sacramenti verba
dad que tal referencia al significado dos en el AT, su vida y su muerte significado de mystérion en los pa- respondemus" (Ad martyres 3).
cultual permite comprender el senti- para salvación nuestra; luego, la ac- dres griegos: acción salvífica de Dios
do concreto de la palabra, que indica tualización de todo esto en la iglesia en Cristo y su reproducción comuni- Sin embargo, poco a poco fue-
en primer lugar una acción salvífica y en sus ritos salvíficos. Aun recono- cadora de salvación al creyente a tra- ron desapareciendo completamente
de Dios y no, ante todo, sólo el ca- ciendo la distancia que media entre vés del rito. las sutiles distinciones entre el la-
rácter de ocultamiento en el sentido esta salvación (del AT y del NT) tín mysterium y su traducción sacra-
de un misterio doctrinal abstracto 6. querida y realizada por Dios y los Entre tanto, la predicación ha in- mentum.
cultos mistéricos helenísticos, hay vadido el área lingüística latina. El En el tiempo posterior reviste una
Misterio 1324 1325 Misterio
importancia particular Agustín, que que indican. Para los griegos (por los términos mysterium y sacramen- salvíficas de Cristo, celebración me-
con el término sacramentum indica ejemplo, para Orígenes) tal aspecto tum indican las acciones salvíficas morial de tales acciones, símbolo
cada vez más hechos, acciones, ritos realista del símbolo era más intenso históricas y su celebración litúrgica, (typos), ritos del AT y del NT, con-
cristianos y también ritos del AT. Él e importante; pero también Agustín el último sentido escondido de tales tenido de fe y doctrina que transmite
desarrolla de manera autónoma y era todavía tan neoplatónico como acciones y la doctrina cristiana que tal contenido, santa obligación '".
creativa cuanto había afirmado la para percibir, en el sacramento y en nos habla de ellas y de la salvación
teología griega —y particularmente su carácter de signo, de imagen, la que se nos ha conferido por su me- 2. TESTIMONIOS DE LA LITURGIA
la alejandrina— y orienta toda la teo- participación en la realidad origina- dio. Con tales términos se entiende ANTIGUA. Este lenguaje se encuentra
logía latina posterior a ver en el sa- ria de Cristo. Esto tanto más cuanto toda la obra de la redención, el plan también en los antiguos sacramen-
cramentum un rito sagrado, un sig- que para él el símbolo material se salvífico y su realización en la histo- tarlos romanos, siendo indiferente
no santo, un signo visible (signum) completa con la palabra: "Accedit ria, su celebración cultual, la fiesta, que León y otros obispos hayan com-
de cosas divinas, en el que se nos verbum ad elementum, et fit sacra- el rito, el signo sagrado. "Excellens puesto las oraciones recogidas en los
muestran realidades invisibles. Esto mentum" (In Joh. 80,3). Esta pala- Passionis dominicae sacramentum sacramentarios, o bien que las hayan
ha de entenderse ante todo en un bra es la palabra de Cristo, transmi- celebramus" (Sermo 42,1); "Cele- encontrado ya compuestas. Se trata
sentido muy intelectualista: "[El sig- tida por medio de la iglesia y de su brantes paschalis festi inaestimabilis del patrimonio común de la iglesia
no] da a conocer, algo diverso de fe, de suerte que es Cristo quien, en sacramentum" (66,4); "Baptismi romana en el campo de la oración.
sí" (Doctr. christ. 2, 1.35). Estos sig- el fondo, obra en el signo y hace par- sacramentum celebretis" (16,1); En el Veronense leemos: "Omnipo-
nos son, sin embargo, de tal natura- tícipes de su acción salvífica. Agustín "Solemnitatum vicina sacramenta" tens sempiterne Deus, qui paschale
leza que poseen también una seme- no dice todavía que el signo sea un (31,1); "De salutis suae sacramen- sacramentum quinquaginta dierum
janza ontológica con la cosa indica- "signum efficax". Su concepto de tis gaudeat ecclesia" (25,5); "Caeles- voluisti mysterio contineri: praesta,
da: "En efecto, si los sacramentos no sacramento es demasiado amplio tis militiae sacramenta servaveris" ut gentium dispersio... congregetur"
tuvieran cierta semejanza con aque- como para limitarse a este aspecto; (22,5); "In dispensationibus sacra- (n. 191); "Adesto... populo tuo, et
llas cosas de las que son sacramen- el sacramento alude, indica la reali- mentorum Christi" (37,1); "Sacra- quem mysteriis caelestibus imbuis-
tos, no serían en absoluto sacramen- dad salvífica de Cristo en todo su mentorum non est neganda commu- ti... defende" (n. 214); "... hoc die,
tos" (Ep. 98,9). Pero la cosa indica- alcance y hace partícipes en ella'. nio" (Ep. 12,11). En fin, una singular quo ipsum salutis nostrae sacramen-
da, la res, la realidad, en el fondo es Este rico concepto de sacramen- combinación de los dos conceptos: tum in lucem gentium revelasti..."
siempre la misma, es decir, Cristo y tum (mysterium) reaparece con par- "Ut sacramentorum paschalium di- (n. 1247); "... mysterium, quod exti-
su acción salvífica. Y aquí Agustín ticular frecuencia en León Magno. vina mysteria digno suscipiantur of- tit mundo salutare, principalis re-
se coloca plenamente en la línea de Él es el predicador festivo que mues- ficio" (Sermo 45,2). Estos pocos cordatione muneris adsequamur"
la antigua concepción del misterio: tra con insistencia cómo en la ce- ejemplos bastan para mostrar cómo (n. 1255); "Deus, qui nos sacramenti
los misterios/sacramentos son aque- lebración cultual, en el "hodie" del León, con la ayuda de los conceptos tui participatione contingis, virtutis
llos signos arcanos que aluden a la culto divino, el memorial de las ac- fundamentales de mysterium (myste- eius effectus in cordibus nostris ope-
última realidad salvífica de Cristo. ciones salvíficas pasadas nos hace ria) y sacramentum (sacramenta), r a r e . . . " (n. 1256); "...conscien-
Los typoi del AT son los sacramen- participar precisamente en ellas. "Sal- está en condiciones de sintetizar la tiam..., quae salutaris mysterii veri-
tos de la futura acción salvífica de vator noster, dilectissimi, hodie na- unidad del acontecimiento salvífico tatem toto etiam mundo testificante
Cristo, de su pasión, muerte y resu- tus est, gaudeamus" (Sermo 21,1); que a lo largo del tiempo se ha des- non sequitur. Ut enim in principio
rrección; a su vez, también los ritos "Hodie... auctor mundi editus est úte- plegado de muchos modos. El mys- difficile videretur, cum ad hoc sacra-
del NT son sacramenta que aluden a ro virginali" (Sermo 26,1); "Cuius terium (sacramentum) del plan sal- mentum genus humanum diceretur
Cristo, a la economía salvífica global facti memorian mérito placuit hono- vífico de Dios se realiza en los acon- esse venturum..." (n. 1262); "Da no-
de Cristo, en cuanto que ella espera re annuo celebrari" (35,1). La cele- tecimientos de la historia del AT; bis, Domine, quaesumus, ipsius re-
todavía verse realizada plenamente bración memorial hace en cierto tales acontecimientos son los signos censita nativitate vegetari, cuius cae-
en el futuro. Por tanto, los sacra- modo revivir aquel acontecimiento: (sacramenta) de la acción salvífica lesti nativitate pascimur et potamur"
menta son, por un lado, "signa prae- "Renovat tamen nobis hodierna fes- de Cristo y de todos sus misterios. (n. 1267).
nuntiativa" (en el AT), y en conse- tivitas nati Jesu ex Maria virgine sa- Éstos a su vez nos salen al encuentro
cuencia "promissiva" (en el NT) de cra primordia" (26,2); "Reparatur en los sacramenta de la iglesia, en Añadamos todavía algún ejemplo
la salvación escatológica; pero tam- enim nobis salutis nostrae annua re- los que se celebra su memoria, y así del Gelasiano antiguo: "... réspice
bién, desde ahora, "signa contempla- volutione sacramentum, ab initio se comunican en el presente a los propitius ad totius ecclesiae tuae mi-
tiva", "dantia salutem" (Ctr. Faust. promissum, in fine redditum, sine fieles; el evangelio los anuncia; la rabile sacramentum et opus salutis...
19,14). Por ello, no son simplemente fine mansurum; in quo dignum est doctrina de la fe los da a conocer. operare, totusque mundus experia-
signos intelectuales alusivos, sino nos... divinum adorare mysterium" Misterio es todo esto: plan salvífico, tur et videat deiecta erigi, inveterata
que en cierto modo comunican lo (22,1). En una mezcla característica, acción salvífica, acciones históricas novari, et per ipsum rediré omnia in
integrum, a quo sumpseret princi-
Misterio 1326 1327 Misterio
l5
pium" (n. 432); "Deus, qui nos ad vina en la historia de la salvación" . cano entendido en sentido doctrinal inicial a la llamada "teología de los
celebrandum paschale sacramentum En el contexto de sus afirmaciones y abstracto ". misterios"20, que aparecerá posterior-
utriusque Testamenti paginis im- sobre la relación entre fe y razón, el mente. Casel subraya que los anti-
buisti, da nobis intelligere misericor- concilio Vat. I (ses. XIII) tiene un guos, cuando hablaban de misterios,
dias tuas, ut ex perceptione praesen- texto clásico: "La iglesia católica ha IV. Retorno no entendían sólo doctrinas teológi-
tium munerum firma sit exspectatio sostenido siempre y sostiene (perpe- al significado originario cas, verdades reveladas y nociones
futurorum" (n. 437)". tuus consensus ecclesiae catholicae teológicas deducidas de éstas, sino
tenuit et tenet) también esto: existe La recuperación de la concepción "también algo completamente diver-
un doble orden de conocimiento, histórico-salvífica de nuestra exis- so, algo que les afectaba y cautivaba
III. Afirmaciones distinto no sólo en cuanto al princi- tencia es fruto de varios factores: por todavía más profundamente que
en la edad media pio, sino también en cuanto al obje- ejemplo, de reflexiones exegéticas, aquellas verdades o, mejor, algo en
to: en cuanto al principio, porque en de una más profundizada conciencia lo cual solamente tales verdades lle-
La antigua herencia patrística, aco- uno conocemos mediante la razón de la interpretación escriturística gaban a ser vida, acción y realidad
gida así en el lenguaje de la liturgia natural, en el otro mediante la fe di- medieval ls , así como de un renovado eficaz; es decir, [entendían] la cele-
(romana), siguió siendo un patrimo- vina; en cuanto al objeto, porque, retorno a las fuentes por parte de bración litúrgica de las realidades sal-
nio vivo de la gran teología medie- además de las cosas a que puede lle- una teología dogmática que hace víficas cristianas, la sagrada acción
val l2, aunque no se haya expresado gar la razón humana, se proponen a prospecciones más hondas. Pero el mistérica, por tanto una realidad
con idéntica claridad terminológica. nuestro asentimiento creyente los hecho de que esta perspectiva histó- muy concreta, visible, tangible y
La identidad e intercambiabilidad misterios escondidos en Dios, los rico-salvífica se haya concebido es- audible, consistente no sólo en obje-
originaria y casi pendular de los con- cuales no pueden conocerse a menos pecialmente a través del concepto de tos concretos, sino también en una
ceptos de mysterium y sacramentum que sean divinamente revelados. A misterio, hay que adscribirlo en me- acción que se desarrolla ante los ojos
se hizo cada vez más rara. El térmi- propósito de esto afirma... el Após- dida decisiva a la indagación teoló- de los espectadores y en la que ellos
no sacramentum empezó a indicar tol: Predicamos una sabiduría divi- gica efectuada en el marco del mo- mismos toman parte activamente"
cada vez más, aunque no de modo na, misteriosa (in mysterio), oculta, derno / movimiento litúrgico, sobre (Die Messe ais..., en Mysterium
exclusivo, el aspecto ritual; más aún, que Dios predestinó antes de los si- todo al simple ahondamiento en el [/ nota 19], 32s). "El espectáculo sa-
en una progresiva clarificación, se glos... (1 Cor 2,7-8)... Pero la razón, sentido pleno de las expresiones co- grado (heilige Schauspiel), en el que
reservó para aquellos ritos que son iluminada por la fe..., por gracia de rrespondientes de las oraciones ro- se representa la acción salvífica divi-
los siete sacramentos en el senti- Dios (Deo dante) alcanza una cierta manas. na, es un memorial (anamnesis,
do verdadero y propio del término inteligencia fructuosísima de los mis- commemoratio). Sujeto del culto es
(como estamos acostumbrados a lla- terios... En efecto, los misterios divi- 1. CASEL. O. Casel ha llamado originariamente todo el pueblo... El
marlos sobre todo de Trento en ade- nos por su naturaleza rebasan de tal la atención insistentemente sobre la memorial se convierte... en el miste-
lante) ". En cambio, mysterium co- modo (sic excedunt) el entendimien- riqueza encerrada en tales oraciones. rio. La acción mistérica, por tanto,
menzó a indicar cada vez más, si to creado..." (DS 3015s). Tales ver- El estudio de textos patrísticos, por es sólo un tipo particular de acción
bien tampoco de modo exclusivo, las dades son fundamentales para la ejemplo de las afirmaciones conteni- sagrada y precisamente la que cele-
acciones salvíficas históricas de Je- teología católica, pero en la teología das en las Apologías de san Justino bra un círculo elegido, habilitado
sús, así como los arcanos de la fe de la edad moderna se las ha visto a mártir sobre la celebración de la para ello por una iniciación particu-
que superan toda capacidad de com- menudo de forma demasiado aisla- eucaristía, las analogías entre cele- lar, y que permanece absolutamente
prensión l4. da. La "sabiduría divina, misteriosa" braciones cultuales helenísticas y cris- inaccesible a los profanos. Cuanto
(1 Cor 2,7, que ha de leerse en el tianas, así como el estudio de la tra- más sagrada es una acción, tanto
Para la historia ulterior del térmi- contexto más amplio de 1 Cor 1,18- más introduce en la vida de la divi-
no mysterium fue determinante la ducción del término griego mysté-
2,16) es mucho más vasta: "El objeto rion con el latino sacramentum ", le nidad según la fe de los participan-
orientación de nuestra teología es- o contenido del misterio de la sabi- tes, tanto más se guarda el hombre
pecíficamente católica hacia el co- habían llevado a comprender más a
duría de Dios no es (o al menos no fondo las celebraciones litúrgicas y de exponerla ante los ojos del mun-
nocimiento ontológico de la esencia en una perspectiva primera y directa) do profano... Así, tanto en la anti-
de Dios. Se trata indudablemente de su expresión lingüística en el Missale
la naturaleza del ser divino, sino la Romanum y luego a formular a gran- güedad como en el cristianismo, las
una posibilidad legítima, pero pode- voluntad salvífica de Dios, la estruc- acciones sagradas más profundas y
mos decir con G. Sóhngen: "Isaías y des líneas su propia concepción en
turación y organización temporal escritos como Die Liturgie ais Myste- complejas toman el nombre y el ca-
Pablo no ven en el ocultamiento de dentro de la historia de la salvación, rácter de los misterios; a través de
Dios —o, al menos, no en primer rienfeier, Mysterium und Martyrium
del plan salvífico eterno" '\ De todos in den rómischen Sakramentarien, una santa iniciación el hombre es ha-
término— los misterios de la esencia modos, la edad moderna ha visto en bilitado para acercarse a los miste-
divina, sino el ocultamiento de los Die Messe ais heilige Mysterienhand-
el misterio I misterios casi sólo el ar- lung, escritos que darían el impulso rios más altos, para entrar en una
caminos de Dios, de la actividad di-
Misterio 1328 1329 Misterio
unión mística con la divinidad y ha- haber discutido algunos otros ejem- claridad este pensamiento: Dejadas en el mysterium, es decir, en la sa-
llar en ella la salvación para la eter- plos, continúa Casel: "Una oración a la espalda las imágenes y sombras grada acción simbólica, en la acción
nidad" (l.c, 38). Esto es verdad en breve pero extraordinariamente pre- de los sacrificios de carne [de anima- mistérica, en la que, bajo los signos
grado sumo precisamente en el caso ñada de sentido —que se encuentra les], ofrecemos en humilde servicio a exteriores, se hace presente la acción
de la celebración de la misa (ib). El ya en el mismo Veronense, y por tan- ti, sumo Padre, una víctima espiri- salvífica.
acontecimiento que en ella "se re- to pertenece a la más antigua liturgia tual, que por un misterio maravillo- La idea de que en la acción misté-
presenta y se lleva a cabo..., es nada romana, figura dos veces en el Gela- so e inefable se inmola continuamen- rica se hace presente el misterio sal-
menos que la obra de la redención sianum y falta en el Gregorianum; te y continuamente se ofrece en su vífico, la acción salvífica de Cristo,
realizada por Cristo, que tuvo su co- pero, tomada del Gelasianum, ha identidad"(l.c, 50; Ge V679). no está ciertamente expresada con
mienzo en la encarnación, su cima sido introducida en el actual Missale En las oraciones del nuevo Mis- toda claridad, pero está no'obstante
en la muerte y resurrección del Se- Romanum como secreta del noveno sale Romanum de la reforma pos- aludida de modo que hace que apa-
ñor y su cumplimiento en la iglesia. domingo después de pentecostés— conciliar encontramos el mismo len- rezca justificada la interpretación
Se trata, pues, de una acción históri- dice: Concédenos, te rogamos, oh Se- guaje. Lo demuestran estos pocos dada por Casel en una amplia visión
ca única, que sin embargo, al haber ñor, celebrar con frecuencia estos ejemplos (no siempre la edición de conjunto. El miércoles de la se-
sido realizada por el más noble de misterios; ya que cada vez que se ce- castellana corresponde a la edición mana santa oramos (super oblata):
todos los hombres, por el segundo lebra la memoria de este sacrificio típica latina). "Mysteria tua, Domi- "Suscipe... munus oblatum, et dig-
Adán, por el progenitor espiritual agradable a ti se lleva a cabo la obra ne, debitis servitiis exsequentes..., nanter operare, ut, quod gerimus Fi-
del nuevo género humano, reviste de nuestra redención. Por tanto, el rogamus ut quod... offerimus, nobis lii tui mysterio passionis, piis effecti-
una importancia para todo el género mysterium que se celebra continua- proficiat" (7. a dom. per annum, su- bus consequamur": lo que celebra-
humano; y puesto que este hombre mente (frequentare) consiste en una per oblata). El sentido de las pala- mos en el mysterium de la pasión de
era al mismo tiempo Dios, alcanza celebración sacrificial, la cual es un bras es: "La realización de tus miste- Cristo, en la acción mistérica, en la
la esfera de la santidad divina, es una memorial; tal memorial es al mismo rios...", es decir, la acción sagrada sagrada acción simbólica, nos suce-
acción divina..." (l.c, 38s). Casel se tiempo la ejecución actual de la obra en la que se realiza el sacrificio como da a nosotros en realidad y plena-
pregunta: "¿Se autodefine la misma de la redención" (l.c, 49) 2I \ "El me- sacrificio de Cristo presente (cf 9.a mente. El lunes santo oramos (super
liturgia como misterio? Y en caso morial no es un simple recuerdo, dom., super oblata; 13.a, super obla- oblata): "Réspice... propitius sacra
afirmativo, ¿en qué sentido?" (l.c, sino un símbolo preñado de realidad ta; 15.a, post comm.). mysteria quae gerimus": dirige tu
46). "Incluso el que utiliza sólo el en el sentido antiguo del término. mirada propicia a los sagrados mis-
actual Missale Romanum puede res- Por tanto, contenido y objeto de la "Altaribus... muñera... inferimus,
quae, placatus assumens, sacramen- terios que celebramos. El martes
ponder afirmativamente" (l.c, 46). celebración cristiana de los misterios santo, en la colecta: "... da nobis ita
tum nostrae redemptionis efficias"
Basándose en sus estudios, afirma es la redención obrada por Cristo" (4.a dom. per annum, super oblata). dominicae passionis sacramenta per-
ante todo que el término sacramento (l.c, 49). Puesto que la oración se Sentido: nuestro don, acogido por agere, ut indulgentiam percipere me-
no significa otra cosa que misterio. pronunció originariamente en la Dios, se convierte en sacramento de reamur": concédenos celebrar la ac-
"Sacramento tiene el mismo... signi- fiesta de pascua, de ello se deriva nuestra redención, es decir, signo efi- ción mistérica (los sacramenta, los
ficado de misterio y en los textos li- que "la celebración de la pascua, la caz (signum sacrum efficax) (cf 5.a mysteria, la acción simbólica) de tal
túrgicos posee el mismo amplio sen- cual encuentra su vértice en la misa, dom., super oblata; 11.a, super obla- modo que obtengamos la remisión
tido". "Originariamente no indicaba es un verdadero misterio redentor. ta; 19.a, super oblata; 23. a , super de los pecados. Esta perspectiva des-
sólo los siete medios de gracia que Por eso ruega así la iglesia el jueves taca todavía con más claridad en la
2I b oblata).
obran ex opere opéralo; más bien de la semana de pascua : Concéde- "Mysteriis caelestibus imbuisti"
liturgia pascual. Las oraciones de la
para los antiguos todos los ritos li- nos, Señor, alegrarnos siempre por vigilia pascual hablan de "paschale
(16.a dom. per annum, post comm.).
túrgicos, también los sacramentales, estos misterios pascuales (mysteria Sentido: nos has colmado, saciados
sacramentum" (después de la segun-
mejor dicho, toda la liturgia, son sa- paschalia...). La liturgia cristiana... con los misterios celestes, es de-
da lectura); "praesentium temporum
cramenta, misterios" (l.c, 48). Se es, pues, una acción sagrada mistéri- cir, con el alimento mistérico, con el
declarasti mysteria" (después de la
puede ver ante todo ya por algunos ca, en la que el sacrificio de Cristo y pan eucarístico (cf 19.a dom., post
quinta lectura); "réspice propitius ad
textos del sacramentario Veronen- su obra redentora —que culmina en comm.; 23. a , post comm.; 25. a , post
totius ecclesiae sacramentum" (des-
se 2I: "Veré dignum...: quamvis enim el sacrificio de la cruz y en la resu- pués de la séptima lectura); "nos ad
rrección, así como en la consiguiente comm.; 27.a, post comm.; 31. a , post celebrandum paschale sacramentum
semper in tui gaudeamus actione comm.; 33. a , post comm.).
mysterii, copiosius tamen eius mu- glorificación de la iglesia— se hace utriusque Testamenti paginis ins-
ñere gratulamur, cum pro martyrum continuamente presente; es un sím- "Quod agit mysterio, virtute per- truís" (otra oración ad libitum, ib);
solemnitate... offertur" (Ve 806). bolo pleno de realidad divina. Una ficiat" (22.a dom. per annum, super "adesto magnae pietatis tuae sacra-
"Siempre nos gozamos por la acción secreta del Gelasianum en la octava oblata): la acción sagrada (= sacra mentis" (después de las letanías de
de tu misterio". Luego, después de de pentecostés expresa bien y con semper oblatio) realice poderosamen- los santos). En la liturgia eucarística
te en nosotros cuanto lleva a cabo
Misterio 1330 1331 Misterio
reza así la oración super oblata: ad celebranda principia suae redemp- sagrada de carácter cultual, en la que nificado que está estrechamente uni-
"... paschalibus initiata mysteriis... tionis desideranter occurrat et eius un acto salvífico se hace presente do a los dos primeros, los cuales, a
proficiant"; y la oración post comm.: dona perseveranter acquirat" 23 . Ca- bajo forma de rito; por el hecho de su vez, son una sola cosa... Encon-
"... quos sacramentis paschalibus sa- sel expresó estos pensamientos en llevar a cabo este rito, la comunidad tramos en los misterios del culto su
tiasti...". Sábado de la octava de pas- primer lugar para ilustrar el sentido cultual toma parte en el acto salví- [de Cristo] persona, su obra salvífi-
cua, super oblata: "... semper nos per profundo de los sacramentos de la fico y obtiene de este modo la sal- ca, su eficacia de gracia, como dice
haec mysteria paschalia gratulad...". iniciación y sobre todo de la celebra- vación"». san Ambrosio: Yo te encuentro en
En un lenguaje algo fluctuante, ción de la misa. Pero de ellos deriva Partiendo del estudio del lenguaje tus misterios (Apología prophetae
pero con suficiente claridad, con los también una interpretación profun- de la liturgia romana, Casel había David 58)".
términos clásicos de mysteria y sa- da de la liturgia en su conjunto: ampliado su perspectiva. Habla de Dios-Cristo/ iglesia-acciones sacra-
cramenta se indican aquí las acciones "Toda la liturgia no es otra cosa que "vía del retorno al misterio". Se bus- mentales: ésta es la tríada que el
sagradas de la liturgia pascual: la ac- un / memorial, en sentido objetivo, ca de nuevo "la antigua figura de término mysterium (sacramentum)
ción salvífica pascual de la muerte y de las acciones del Señor, y por tan- Dios, que en majestad sublime y quiere comprender y compendiar.
resurrección del Señor; la participa- to un despliegue y un efecto de la grandeza infinita deja ampliamente Casel ha tratado de ilustrar en
ción en ella mediante los sacramen- anamnesis de la misa. Cristo y la tras de sí todo lo que es humano... muchos trabajos la riqueza de tal
tos de la iniciación, bautismo, con- iglesia, en la liturgia, realizan juntos El Dios poderoso, como lo descri- concepción27. Su punto de vista ha
firmación y sobre todo eucaristía; y la obra de la redención, santificación bieron los profetas, y el infinito provocado discusiones, pero preci-
aquí el acento a veces cae más sobre y glorificación de Dios"24. La impor- amor de Dios, como se manifestó en samente esta controversia larga y di-
las acciones, singulares o en su con- tancia decisiva de esta concepción, la cruz de Cristo, revelan de nuevo fícil le ha permitido madurar y de-
junto, mientras que otras veces se según Th. Filthaut, estriba en esto: al espíritu atónito del hombre su es- mostrar su validez. El punto que to-
significa el sagrado alimento de la "Esta concepción ha expuesto con plendor... El misterio divino está de davía hoy más se discute es el intento
eucaristía. El nuevo Missale Roma- sorprendente seguridad toda la rea- nuevo ante nuestros ojos provocan- de Casel de explicar el significado
num hace suya esta concepción en lidad de Cristo en una única visión do temblor y, al mismo tiempo, lleno del misterio, del eidos cultual miste-
las palabras introductorias de la ce- unitaria, en un concepto que subra- de atracción y de invitación". "Tri- rio, remitiéndose a los misterios pa-
lebración de la vigilia pascual (antes ya lo esencial y abarca al mismo tiem- ple, y sin embargo único, es el senti- ganos helenísticos. Casel partió cier-
de la bendición del fuego) cuando po todos los detalles"25. Este con- do del misterio divino". "Misterio es tamente también de aquí; para él el
dice: "Si ita memoriam egerimus Pas- cepto es el de misterio cultual, mis- ante todo Dios en sí, Dios como misterio pagano era sumamente im-
chatis Domini, audientes verbum terio del culto. La exposición más aquel que está infinitamente lejos..." portante para comprender el sentido
et celebrantes mysteria eius, spem conocida del misterio cultual figura El anhelo de los hombres por acer- genuino de las acciones cultuales cris-
habebimus participandi triumphum en el volumen de Casel, Das Christ- carse a este Dios fue satisfecho por tianas. Comoquiera que sean las co-
eius de morte...". En la introducción liche Kultmysterium, donde leemos, el advenimiento de Dios en la carne. sas, tal posición no es en absoluto
a la renovación de las promesas entre otras cosas: "La religión del "En ese momento, la palabra miste- esencial para explicar la liturgia cris-
bautismales se dice: "Per paschale evangelio, la religiosidad del NT, el rio cobra un significado nuevo, pro- tiana, incluso en el sentido dado por
mysterium... in baptismo consepulti servicio litúrgico de la iglesia no pue- fundizado. Para Pablo, el misterio Casel.
sumus cum Christo, ut cum eo in den subsistir sin el misterio del culto. por excelencia es la maravillosa re-
novitate vitae ambulemus". Si concebimos la liturgia en su signi- velación de Dios en Cristo... Cristo 2. "MEDIAIÜR DEI". También
ficado antiguo y auténtico, no en el es el misterio en su forma personal...
Casel ha tratado incesantemente sentido de un ritualismo amplificado Pío XII, en la encíclica Mediator
Las acciones de su existencia humi- Dei, se expresó de forma crítica cuan-
de poner de manifiesto la realidad y estetizante o de una ostentación llada, y sobre todo su muerte sacrifi-
significada con estas palabras. En un llena de magnificencia y calculada, do, después de haber valorado posi-
cial sobre la cruz, son misterios...
ensayo 2; resume así el resultado con- sino en el sentido de una actuación Pero sobre todo son misterios su re-
tivamente el propósito esencial de la
seguido: "En el mysterium... el sacri- y realización del misterio neotesta- teología de los misterios, dice: "El
surrección y su glorificación, porque año litúrgico... no es una fría e inerte
ficio de Cristo, punto culminante de mentario de Cristo en beneficio de en el hombre Jesús se hace manifies-
su obra salvífica en el que se recapi- toda la iglesia a través de los siglos, representación de hechos que perte-
ta la majestad de Dios... Este miste- necen al pasado o una simple y des-
tulan todas sus acciones, se hace pre- para su santificación y transfigura- rio de Cristo fue anunciado por los
sencia, y precisamente una presencia ción, entonces la liturgia mistérica nuda reevocación de realidades de
apóstoles a la iglesia primitiva, y la otros tiempos. Es más bien Cristo
que siempre se renueva... Copia mis- constituye la actividad central y iglesia lo transmite a todas las gene-
térica e imagen originaria se funden esencial de la religión cristiana". mismo que... prosigue el camino de
raciones... no sólo a través de la pa- inmensa misericordia por él inicia-
de tal modo, que a la misa se la lla- labra, sino a través de las acciones
ma redención originaria en una be- En el mismo libro de Casel, la si- do..., a fin de poner a las almas hu-
sagradas... Así llegamos al tercer sig- manas en contacto con sus misterios
nedictio super populum post comm. guiente breve definición del misterio nificado de la palabra misterio, sig-
[GeV 1280]: "Familia tua, Deus, et defculto: "El misterio es una acción y hacerlas vivir por ellos, misterios
Misterio 1332 1333 Misterio

que están perennemente presentes y paschale sacramentum esse praeci- presentes la victoria y el triunfo de riosae resurrectionis, toda la obra sal-
operantes, no en la forma incierta y puum" (Tract. 47; Chavasse, 274); su muerte" (SC 6). Luego, reanudan- vífica de Cristo: el misterio de la vo-
nebulosa de que hablan algunos es- "passionis dominicae sacramentum do estas afirmaciones, la constitu- luntad salvífica divina (conforme a
critores recientes, sino... como nos celebremus. Debebatur quidem tan- ción habla de la presencia del Señor Ef 1,9), los misterios de los magnolia
enseña la doctrina católica..."28. La tis mysteriis ita incessabilis devotio" y cita el pasaje de la Mediaíor Dei Dei en el AT, el misterio de la encar-
discusión que se desató en torno a (Tract. 42,1; Chavasse, 238). arriba mencionado desarrollándolo: nación, el misterio del paso de la
este pasaje ha hecho ver que piensa "Para realizar una obra tan grande, muerte a la vida en la pasión, resu-
en las oscuridades y dificultades de 3. EL VAT. II. La expresión Cristo está siempre presente a su rrección y elevación a la derecha del
la misma concepción caseliana. La mysíerium paschale se la apropió la iglesia sobre todo en la acción litúr- Padre, el misterio de la efusión del
crítica ha sido y es un estímulo para constitución conciliar sobre la litur- gica. Está presente en el sacrificio de Espíritu Santo y el misterio de la pa-
ahondar en el modo de la presencia, gia, SC, en los artículos fundamen- la misa... Está presente con su virtud rusía del Señor (que aguardamos es-
que en cuanto presencia es reconoci- tales que tratan de la naturaleza de en los sacramentos... Está presente peranzadamente); todo ello hecho
da sin más, y para llegar a una ma- la liturgia, en los que está bien ex- en su palabra... Está presente, por ahora presente a los fieles en los mis-
yor certeza y claridad. Podemos afir- presado lo esencial de la teología de último, cuando la iglesia suplica y terios del culto, en los sacramentos
mar esto tanto más cuanto que el los misterios. Dios quiere la salva- canta salmos... En consecuencia, de la iniciación, en el misterio del
mismo papa, con palabras que reco- ción de todos los hombres y, después toda celebración litúrgica, por ser memorial eucarístico, en los sacra-
gerá el Vat. II (SC 7), subraya con de haber hablado por medio de los obra de Cristo sacerdote y de su cuer- menía paschalia, en una palabra, en
fuerza la idea de la presencia de Cris- profetas, en la plenitud de los tiem- po, que es la iglesia, es acción sagra- las actiones sacrae de todas las cele-
to: "En toda acción litúrgica..., jun- pos envió a su Hijo como instrumen- da por excelencia" (SC 7). braciones litúrgicas. "Toda la litur-
tamente con la iglesia, está presente to de nuestra salvación para recon- Recientemente se ha pensado que gia, globalmente, está al servicio del
su divino fundador. Cristo está pre- ciliarnos plenamente y para instituir los padres conciliares, al preferir ha- cumplimiento del designio salvífico
sente en el augusto sacrificio del al- un culto perfecto. "Esta obra de la blar de mysíerium paschale (en vez de Dios en la vida de la iglesia, en la
tar, bien en la persona de su minis- redención humana y de la perfecta de mysíerium), habrían escogido vida de cada hombre que, habien-
tro, bien, en forma máxima, bajo las glorificación de Dios, preparada por una "locución innocua... que era ya do escuchado el mensaje de Cristo,
especies eucarísticas; está presente en las maravillas que Dios obró en el de uso común", para no entrar en quiere aceptar la vocación divina
los sacramentos con la virtud que en pueblo de la antigua alianza, Cristo conflicto con la Mediaíor Dei, "ex- que lo llama a una vida eterna"".
ellos transfunde..." (Mediator Dei, el Señor la realizó principalmente plícitamente reacia a aceptar la teo-
l.c, en la nota 28). por el misterio pascual de su bien- ría caseliana"31. Es verdad que los 4. REFORMA LITÚRGICA POSCON-
No en último término, por razón aventurada pasión, resurrección de padres conciliares no quisieron me- CILIAR. Esta concepción de la vida
de esta exhortación papal, las ideas entre los muertos y gloriosa ascen- terse en una controversia teológica cristiana, que tiene por eje el término
sobre las que se apoyaba la teología sión... Pues del costado de Cristo acerca de cuestiones todavía abier- y el sentido de misíerio, sigue siendo
de los misterios se examinaron de dormido en la cruz nació el sacra- tas; sin embargo, asumieron en toda determinante para toda la reforma
nuevo críticamente, y en este trabajo mento admirable de la iglesia entera" su importancia teológica el concep- litúrgica posconciliar. Así reza con
adquirieron un mérito particular di- (SC 5). La constitución afirma luego to preparado por Casel, madurado toda claridad la intención del conci-
versos estudios franceses 2'. que este "opus salutis" no sólo de- ahora en el diálogo entre los teólo- lio: éste "se propone acrecentar de
Aquí se reveló de particular im- bían los apóstoles, enviados por Cris- gos y reconocido universalmente, día en día entre los fieles la vida cris-
portancia la conexión entre misterio to, anunciarlo con la palabra, sino para transmitir con él, como el autor tiana... Por eso cree que le corres-
y pascua/celebración pascual, cone- también realizarlo (exercerent) "me- que acabamos de citar afirma justa- ponde... proveer a la reforma... de la
xión que ya Casel había advertido: diante el sacrificio y los sacramentos, mente, "una sacratísima tradición liturgia" (SC 1). "En efecto, la litur-
"La antigua celebración pascual cris- en torno a los cuales gira toda la doctrinal patrístico-litúrgica: la litur- gia, por cuyo medio se ejerce la obra
tiana en su conjunto es la fiesta de la vida litúrgica... Y así, por el bautis- gia, en el misterio, hace presente a de nuestra redención, sobre todo en
redención mediante la muerte y la mo los hombres son injertados en el todo creyente, de cualquier época, la el divino sacrificio de la eucaristía,
glorificación del Señor, es decir, la misterio pascual de Jesucristo: mue- plena realidad del opus salulis"'2. contribuye en sumo grado a que los
fiesta de la oikonomia, del plan sal- ren con él, son sepultados con él y fieles expresen en su vida y manifies-
resucitan con él...". Y tras haber Por tanto, aunque persisten dis-
vífico de Dios con los hombres..., la tinciones teológicas de matiz, por lo ten a los demás el misterio de Cristo
fiesta de Cristo por excelencia"'". La mencionado los otros sacramentos y la naturaleza auténtica de la ver-
de la iniciación, prosigue: "Desde en- que se refiere al núcleo están todos
formulación que define esta fiesta de acuerdo: la expresión mysíerium dadera iglesia" (SC 2). En esta pers-
como mysíerium paschale (sacramen- tonces, la iglesia nunca ha dejado de pectiva la iglesia desea que "se lleve
reunirse para celebrar el misterio pas- paschale pretende abarcar, concen-
tum paschale en su forma latina) apa- trándose expresamente en el vértice a todos los fieles a aquella participa-
rece por primera vez en León Mag- cual: leyendo..., celebrando la euca- ción plena, consciente y activa en las
ristía, en la cual se hacen de nuevo de la acción salvífica de Cristo, el
no, por ejemplo: "Non ignoramus mysíerium bealae passionis eí glo- celebraciones litúrgicas que exige la
Misterio 1334 1335 Misterio

naturaleza de la liturgia misma y a tizar el plan histórico salvífico de y ha significado desde el comienzo tahistórica del Redentor que existió
la cual tiene derecho y obligación, Dios, su realización en la historia del que la liturgia es acción sagrada de históricamente, con el presente entra
en virtud del bautismo, el pueblo cris- pueblo de Israel y, llegada la pleni- la iglesia, y precisamente de la iglesia en la realidad de una manera parti-
tiano, linaje escogido, sacerdocio tud de los tiempos, en Jesucristo, en que está congregada aquí como pue- cular. Y esta manera particular no
real, nación santa, pueblo adquirido particular en su muerte y resurrec- blo de Dios, como cuerpo de Cristo, se deduce a priori, sino que se toma
(1 Pe 2,9; cf 2,4-5)" (SC 14). ción, y luego la actualización de tal bajo Cristo cabeza suya, en el Espí- de la liturgia misma... Estamos ante
En perfecta sintonía con tal inten- realización en la iglesia y en las ac- ritu-Santo, en el Espíritu de Cristo. el elemento más íntimo de la liturgia,
ción conciliar se expresa, por tanto, ciones sagradas de su liturgia: el mis- En la celebración comunitaria y je- ante la realidad del misterio. Quiero
también la instrucción ínter oecume- terio de Dios en Cristo y en la iglesia rárquicamente ordenada de tal ac- decir con esto que en una forma de-
nici, citada al comienzo de esta voz: para salvación nuestra y gloria de ción sagrada la comunidad celebran- terminada, precisamente la cultual-
"Ante todo es conveniente que todos Dios. te hace propios los misterios salvífi- litúrgica, se lleva a cabo una re-pre-
se convenzan de que la constitución Sin necesidad de adherirse a una cos de Cristo, se hace partícipe del sentación real —no una duplicación
del concilio Vat. II sobre la sagra- determinada escuela y conservando misterio de Cristo. Aquí, misterio de histórica— del Redentor y de su
da liturgia no tiene como finalidad plena libertad por lo que se refiere a Cristo es la síntesis de todo lo que el vida, que en otro tiempo existieron
cambiar sólo los ritos y los textos la formulación y solución última de Padre ha realizado en Cristo para históricamente. Así afirmamos que,
litúrgicos, sino más bien suscitar en cuestiones particulares todavía con- nuestra salvación". Una vez más, además del modo de existencia his-
los fieles una formación y promover trovertidas, podemos decir que este Casel ha explicado así el significado tórico-concreto y del representado
una acción pastoral que tenga como concepto clave y el despliegue de su de la expresión: "El cristianismo, en psicológicamente, hay también otro
punto culminante y fuente inspira- contenido ha dado un nuevo impul- su significado pleno y originario, es modo de existencia". Partiendo de
dora la sagrada liturgia" (n. 5). "El so a la comprensión del mensaje de el evangelio de Dios o el evangelio aquí escribió aquellas obras que lo
esfuerzo de esta acción pastoral cen- la fe y a su exposición teológica, de Cristo, y por tanto no es una vi- dieron a conocer por toda Europa:
trada en la liturgia ha de tender a aparte de conferirle una extraordi- sión del mundo (Weltanschauung) El Señor (1937; Rialp, Madrid
hacer vivir el misterio pascual, en el naria unidad sin menoscabo de su con fondo religioso, ni un sistema 1954'), La imagen de Jesús, el Cristo,
que el Hijo de Dios, encarnado y amplitud. doctrinal religioso o teológico, ni me- en el NT (1936; Guadarrama, Ma-
obediente hasta la muerte de cruz, es ramente una ley moral. Es, por el drid 1960). La introducción teológi-
exaltado de tal manera en la resu- contrario, misterio en el sentido pau- ca a ellas es en cierto modo el libro
rrección y en la ascensión que puede lino de la palabra, una revelación de La esencia del cristianismo (1939;
V. Contribución
comunicar al mundo su vida divina, Dios a la humanidad a través de Guadarrama, Madrid 1959), como
de la teología actual dice el autor mismo. Sus reflexiones
para que los hombres, muertos al pe- acciones humano-divinas llenas de
cado y configurados con Cristo, ya vida y de fuerza; es el paso, hecho aspiraban a captar lo que es especí-
1. VAGAGGINI; NEUNHEUSER. En- fico en el cristianismo. "El análisis,
no vivían para sí, sino para aquel que posible por esta revelación y partici-
murió y resucitó (2 Cor 5,15). Esto tre las obras que, aunque conservan sobre todo, de las palabras Jn 14,6
la propia libertad y autonomía en pación de gracia, de la humanidad a
se obtiene por medio de la fe y de los Dios; es el encuentro de la iglesia ha puesto de manifiesto que no se
sacramentos de la fe, principalmente puntos particulares, van sin embar- trata de algo psicológico o pedagó-
go en la misma dirección, recorde- redimida con el Padre eterno a tra-
por el bautismo y por el misterio de vés del ofrecimiento de la entrega to- gico-didáctico, sino de la forma mis-
la eucaristía, al que son ordenados mos en primer lugar la ya clásica ma en que lo cristiano es cristiano.
obra de C. Vagaggini // senso teoló- tal y de la glorificación que de ahí
los otros sacramentos y sacramenta- deriva..."" Se puede rechazar lo expuesto en las
les, y el ciclo de las celebraciones, gico della liturgia M. En un marco páginas anteriores, e incluso se pue-
mediante el cual la iglesia desarrolla, más modesto, pero rico en indica- de declarar que se trata de un absur-
durante el año, el misterio pascual ciones bibliográficas, traza el camino 2. GUARDINI. De otro modo nos do total. Ello querrá decir, empero,
de Cristo" (n. 6). que se puede recorrer en busca de la guía en la misma dirección R. Guar- que o bien no se ha entendido exac-
unidad de la teología a la luz de la dini. Su primer escrito, Vom Geist tamente lo expuesto o bien se ha su-
Recapitulando, podemos decir historia de la salvación, del misterio der Liturgie ", fue un verdadero fo- frido escándalo con ello. Lo que no
que, más allá de ciertas opiniones de de Cristo, el ensayo de B. Neunheu- gonazo. En 1922 había resumido el se puede, sin embargo, es extraerlo
cada escuela y más allá de las cues- ser Der Beitrag der Liturgie zur desarrollo teológico de aquellos años de la totalidad de lo cristiano y afir-
tiones teológicas controvertidas, la theologischen Erneuerung,s, donde, en la conocida frase: "La iglesia se mar que el resto sigue siendo cristia-
palabra clave misterio —patrimonio entre otras cosas, el autor afirma: despierta en las almas". Guardini no". "Aquí... se trata... de la apari-
común de la tradición eclesiástica y "La renovación litúrgica ha perse- afronta expresamente esta proble- ción de una realidad especial: del mis-
de la liturgia romana tanto en sus guido desde el comienzo como su pri- mática en el ensayo Vom liturgischen terio. En ella lo histórico-individual
textos originarios como en los res- mer y supremo objetivo la concele- Mysterium, donde dice: en la cele- se transforma en un transhistórico-
taurados de la reforma posconci- bración de la liturgia por parte de la bración eucarística, "aquella rela- permanente, que surge, sin embargo,
liar— está en condiciones de sinte- comunidad creyente. Esto significa ción directa, aquella coexistencia me-
Misterio 1336
1337 Misterio
de nuevo en la historia, siempre que se reduciría a nada". Warnach sigue
los ministros realizan la ceremonia las indicaciones de Casel; define el 4. MARSILI. S. Marsili ha cons- derse de momentos en la historia de
instituida por el Señor, al que com- misterio, según el NT, como "la ac- truido de otro modo una síntesis en la salvación. Hemos llegado final-
pete todo el poder, cuando dijo: Ha- ción creadora y salvífica de Dios en el manual Anamnesis, dirigido por mente a la teología de la liturgia. In-
ced esto en memoria mía. En la Cristo y en la iglesia hacia la huma- él39. Destaquemos los motivos que sertando ésta como misterio cultual
realización de la acción litúrgica, nidad histórica, acción que constitu- nos interesan. En el párrafo "La li- en el mismo misterio de Cristo, que
C r i s t o , con su v i d a , m u e r t e y ye el contenido del consejo eterno, turgia, misterio de la salvación" par- constituye el punto de llegada y la
resurrección, se encuentra pneumá- de la revelación divina, de la prome- te del punto de vista teológico de realidad misma de toda la revela-
tica-realmente entre aquellos que se sa veterotestamentaria, así como de Casel, toma posición frente a él y lo ción, Casel hace de la liturgia un mo-
reúnen en su nombre, es comido por la predicación apostólica, y que se valora. "En la posición teológica que mento que actualiza siempre la mis-
ellos y se halla en ellos. Es el fenó- hace accesible a los creyentes a tra- la liturgia había tomado con Beau- ma revelación, y por tanto le confie-
meno del culto cristiano. Ya en san vés del símbolo cultual, para condu- duin, si bien muchos habían inter- re un puesto central en la teología.
Pablo se muestra la íntima relación cirlos al cumplimiento escatológico". pretado de forma diferente el com- Más aún, por esta vía relanza Casel
entre la fe y el misterio. Todavía más "En síntesis [él] distingue, desde el ponente eclesial, ninguno había poderosamente la visión económica
claramente, sin embargo, en san punto de vista objetivo, los siguien- ahondado en una idea que el mismo de la teología en general, es decir,
Juan" (La esencia del cristianismo, tes significados principales del tér- autor había presentado y no sola- lleva a ésta a ser antes que nada re-
respectivamente 59 y 80-81). mino mystérion en el NT: 1) el mis- mente rozado, aunque luego no ha- flexión, no sobre una determina-
terio como designio divino sobre el bía insistido en ella. Nos referimos a da cantidad de verdades abstractas,
Cuanto Guardini ha ilustrado sino sobre la actuación progresiva
aquí desde el punto de vista del filó- mundo y sobre la salvación, el mis- la obra de la salvación, vista como
terio originario; 2) el misterio de la realidad sobrenatural siempre presen- del designio divino de salvación"41.
sofo de la religión (obviamente en Estas ideas serán valoradas y com-
cuanto creyente y teológicamente creación; 3) la obra salvífica de Cris- te y activa en la liturgia. Aunque no
to o el misterio de Cristo en sentido se refiera a esta afirmación de Beau- pletadas en lo sucesivo. Marsili ilus-
preparado), es decir, la realidad inti- tra "la historia de la salvación" ", "la
mísima del misterio, del misterio estricto; 4) el misterio de la iglesia; duin, y procediendo por vías total-
5) el misterio del culto en la palabra mente propias, será precisamente liturgia, último momento en la his-
como acción cultual, del misterio de toria de la salvación" 4 ', "la liturgia,
Cristo, que en tales acciones es he- y en el sacramento; 6) la realidad éste el aspecto de la liturgia que ocu-
salvífica en los fieles; 7) la consuma- pará durante largos años la investi- presencia de Cristo" 44 . Este último
cho accesible en toda su amplitud, párrafo es particularmente importan-
ahora lo considera también la teolo- ción escatológica; 8) el misterio del gación del benedictino alemán O. Ca-
mal como antagonista del misterio sel (1886-1948)... Casel... quedó im- te. En él se dice, entre otras cosas:
gía propiamente tal como el tema "La liturgia está totalmente orienta-
central y el punto de partida de todo divino". presionado por el hecho de que la
acción litúrgica recibe, en las fuentes da hacia la historia de la salvación,
el sistema teológico. que no es sino el misterio de Cris-
litúrgicas, los nombres de myste-
En el sentido de tal interpretación rium-sacramentum"*>. Marsili ilus- to, y sus ritos son siempre signos
3. WARNACH. Partiendo del mo- neotestamentaria ordena luego War- tra brevemente el punto de partida de este misterio... Tenemos así: a) a
tivo del misterio, V. Warnach ha tra- nach los capítulos de su libro: el mis- de Casel, sobre todo sus análisis his- Cristo, que es signo-realidad, o sea,
tado de trazar una vasta síntesis de terio originario; el misterio de la crea- térico-religiosos, y luego dice: "La realización de la palabra profética
la teología en su obra Christusmys- ción; el hombre y el misterio del mal, importancia de esta posición de Ca- de anuncio; b) el rito profético del
terium n. "Lo que nos interesa no es la obra salvífica de Cristo; el miste- sel es enorme, si bien en un primer AT, signo-sombra del Cristo venide-
tanto una teoría sobre el sentido de rio de la iglesia; el misterio del culto; momento no todos lo comprendie- ro; c) el rito-imagen del NT, realidad
la vida y del mundo o sobre la rela- el misterio de la salvación; el cum- ron. En efecto, haciendo que la li- en signo del Cristo que ha venido.
ción entre Dios y el hombre cuanto plimiento de la salvación. Y, como turgia se remonte, como a punto de En suma, el rito litúrgico cristiano
la persona viva de Jesucristo y la sal- conclusión, resume: en la consuma- partida suyo, al acontecimiento sal- tiene como elemento diferenciador
vación obrada por él. Del núcleo de ción de la eternidad, Cristo es, "a vífico de Cristo, la liturgia no es sólo de toda otra forma ritual el hacer
la realidad cristiana no forman parte través del misterio de su iglesia, el una institución que nos ha venido de siempre referencia a una realidad ple-
ni demostraciones exteriores de po- pléroma que lo llena todo en todos. Cristo, sino que es la continuación na, o sea, a nivel de acontecimiento
der ni una ciencia sublime, sino el En él el gran misterio del ágape llega ritual del misterio de Cristo. En que ya se ha realizado, y de esa mis-
mensaje de la salvación de los peca- a la conclusión, que supera todas otras palabras, en la liturgia —es de- ma realidad es él propiamente la ima-
dores mediante la cruz de Cristo... nuestras presuposiciones más atrevi- cir, en la forma ritual (signo-reali- gen... El rito-imagen del NT no es
El misterio de Cristo, más precisa- das, aquel misterio sublime que el dad)— el acontecimiento mismo de sólo signo, sino que es presencia real
mente el misterio de la cruz y resu- Padre estableció al comienzo, el la salvación es hecho presente y acti- del acontecimiento de salvación al
rrección del Señor, está en el centro Hijo ha revelado en el tiempo y el vo para los hombres de todo tiempo que se refiere"45. Esto se concreta lue-
de la predicación apostólica, ya que Espíritu Santo lleva a plenitud en la y lugar, y consiguientemente toda go en el párrafo "La liturgia, actua-
sin estos acontecimientos nuestra fe eternidad". acción litúrgica representa un suce- ción del misterio pascual". Partiendo
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de SC 5, Marsili sostiene: "Introdu- completa posible los misterios de la tiva: "Estamos ahora en disposición cada vez más diferenciados de la
ciendo la idea de misterio pascual y salvación, aprendan los alumnos a de referirnos nuevamente al tema del cristología y de la soteriología, los
especificándolo con los genitivos de profundizar en ellos y a descubrir su fundamento unitario de la cristolo- autores de esta dogmática siguen
la pasión, de la resurrección y de la conexión...; enséñeseles a reconocer gía del NT, la resurrección de Jesu- siendo conscientes de que hace falta
ascensión, el concilio prácticamente estos misterios siempre presentes y cristo, el crucificado y, partiendo de "una visión retrospectiva constante,
da a estos momentos de la obra de operantes en las acciones litúrgicas y aquí, a los hechos y palabras de Je- tal como se nos ofrece en la predica-
Cristo el común denominador de en toda la vida de la iglesia... Las sús de Nazaret, tal como los guardó ción de la iglesia primitiva y en la
misterio pascual. Con esta afirma- restantes disciplinas teológicas de- e interpretó la iglesia primitiva a la teología patrística más antigua" 58 y
ción la pascua de Cristo, o sea, la ben ser igualmente renovadas por luz de su fe. Tal es el principio origi- se insiste conscientemente en "la co-
realidad de la redención obrada por medio de un contacto más vivo con nario sobre el que se levanta toda la herencia de los distintos temas"".
Cristo, se pone: a) en el centro de la el misterio de Cristo y la historia de cristología más primitiva y sobre el Esto resalta en particular en el vol.
historia de la salvación, y b) en el la salvación" (OT 16). Toda la obra que fueron creciendo y estructurán- IV/2, que habla del culto y de los
centro de la liturgia"46. Por último, está construida según estas directri- dose las varias ideas cristológicas sacramentos como de los modos
concluye: "La liturgia consiste fun- ces. Vol. I: Los fundamentos de la que hemos estudiado. En todas ellas concretos de la actualización de la
damentalmente en la actuación de la dogmática como historia de la sal- se mantiene la confesión de Jesucris- acción de Cristo. Aquí hay que ha-
salvación realizada por Cristo. Pero vación. "El vol. II trata de Dios to, es decir, la confesión de que el blar necesariamente "ante todo y por
como esta salvación realizada en como fundamento primero de la his- Jesús histórico es también el Cristo principio del misterio cultual de Je-
Cristo no es otra cosa que la pascua toria de la salvación, de los orígenes de la fe pascual, sean cuales fueren sucristo, cabeza de su cuerpo" 60 . En
como hecho real, es claro que la li- de la historia de la salvación y de la los intentos de formulación, desarro- la segunda sección, R. Schulte trata
turgia será la actuación de la pascua historia de la humanidad antes de llo y comprensión concreta de dicha de "Los sacramentos de la iglesia
por medio del misterio, o sea, por Cristo. El vol. III estudia la realidad fe"51. Para poder hacer esto, como como desmembración del sacramen-
medio de signos reales, es decir, efi- central, que es Cristo. En el vol. IV bien dice A. Hamman ", hay que bus- to radical" 6 ' (del sacramento radical,
caces". se habla del acontecimiento salvífico car en el NT "enunciados" con los es decir, de la iglesia, había tratado
en la comunidad del Dios-hombre. cuales se intenta "expresar en pala- ya O. Semmelroth en el vol. IV/I) M .
5. "MYSTERIUM SALUTIS". LO El vol. V se ordena a la exposición bras el misterio de Cristo"; al mismo Aquí se ilustra ampliamente "la his-
que el estudioso de liturgia dice so- del camino que recorre el hombre tiempo hay que concretar y desarro- toria del término y del concepto
bre la importancia del término mis- salvado en el tiempo intermedio y llar el acontecimiento de Cristo co- mystérion y sacramentum" " en rela-
terio para la valoración teológica de estudia los problemas básicos de la mo obra del Hijo, reflexionando so- ción con la teología de los sacramen-
la liturgia y para su colocación den- moral cristiana. Se pone término a bre "los misterios de la vida de Jesús, tos. Aunque algunos detalles po-
tro de la teología general se desarro- la obra con una mirada a la con- ya que el acontecimiento-Cristo en drían explicarse diversamente, el
lla ahora en amplia medida en la ex- sumación de la historia de la sal- cuanto obra del Hijo no se reduce a autor dice justamente que en los sa-
posición de toda la teología a la luz vación"48. su venida a la historia, sino que cramentos de la iniciación, "cada
de la historia de la salvación. Este abarca también su paso por la histo- uno en la forma que le es propia,
Es obvio que los motivos de la ria y su vuelta al Padre en el misterio sólo realizan cultualmente el único
trabajo se ha emprendido sobre to- teología de los misterios en el senti-
do en la obra en varios volúmenes pascual". La tarea se desarrolla de mystérion. Y con él se refieren, en
do verdadero y propio del término manera excelente en el capítulo "Los suma, al único acontecimiento-Cris-
Mysterium salutis. Grundriss heils- se expresan sobre todo en los volú-
geschichtlicher Dogmatik ". Ya en el misterios de la vida de Jesús"", con to, llamado enfáticamente mystérion
menes III: Cristo, y IV: La iglesia: el una primera sección dedicada a la en el NT" 64 . Un punto culminante
título manifiesta la obra su intención acontecimiento salvífico en la comu-
de hacer teología explicando el mis- "Panorámica histórica de los miste- de tal perspectiva es el capítulo "La
nidad cristiana. rios de Jesús en general", de A. Grill- eucaristía, misterio central", de
terio histórico-salvífico, que tiene en
su centro el acontecimiento Jesucris-
Naturalmente, los especialistas, meier' 4 , con una segunda sección J. Betz65, "ya que el misterio de la
interesados preferentemente por la sobre "Los misterios de la prehisto- iglesia alcanza su mayor densidad en
to. En la introducción al vol. I se investigación, encuentran a veces
nos remite a una afirmación de los ria de Jesús", de R. Schulte ", y con la eucaristía" <*; la eucaristía es el mis-
difícil reconocer el hilo que une una tercera sección sobre "Los mis- terio central. "El término presencia
trabajos preparatorios del Vat. II, todo. Al exponer la "Cristología del
que en la redacción definitiva del de- terios de la vida y actividad pública es apropiado para desarrollar toda
NT" 4 ', se pregunta R. Schnacken- de Jesús", de Chr. Schütz 56, y en el la realidad del sacramento... La pre-
creto conciliar "sobre la formación burg: "¿Puede hablarse, a la vista de
sacerdotal" reza así: "Dispóngase la siguiente capítulo sobre el tema cen- sencia de Cristo en la eucaristía pre-
semejante profusión y variedad, ante tral del "Mysterium Paschale", es- senta tres aspectos: 1) presencia es-
enseñanza de la teología dogmática semejante riada evolutiva, de que
de manera que en primer lugar se crito por H.U. v. Balthasar". Aun piritual y personal de Cristo glori-
hay una cristología neotestamentaria teniendo en cuenta la necesidad de ficado como agente principal...;
propongan los temas bíblicos... Tras homogénea, la cristología del NT?"X.
esto, para ilustrar de la forma más una profundización de los temas 2) presencia memorial de su obra de
Pero al final da una respuesta posi-
Misterio 1340 1341 Misterio

salvación...; 3) presencia corporal unitaria de la fe cristiana y de toda val. Les quatre sens de L'Écriture, París 1959- (1926) 113-204; aquí: 115 (Faites cea en mé-
sustancial de la persona de Cristo la existencia cristiana: "Esta obra de 1964. El mundo medieval desarrolló a su mane- moire de moi, París 1962, lOs) — 2S Die Kon-
ra la semilla echada por Orígenes; cf H. de Lu- troverse über die Mysterienlehre, Warendorf
bajo las especies"67. "Es convicción la redención humana... Cristo el Se- bac, Histoire et esprit. L'intelligence de l'Ecritu- 1947, 100 (La théologie des mysteres. Exposé
antiquísima de la iglesia que en la ñor la realizó principalmente por el re d'aprés Origéne, París 1950. Sobre esta idea de la controverse, París 1954) — ^ O. Casel,
eucaristía está presente y actúa como misterio pascual" (SC 5); "los hom- de De Lubac, cf la recensión de ALW9(l (1965) Das Christliche Kultmysterium, 19321, 1960*.
agente principal el mismo Cristo glo- bres son injertados en el misterio pas- 322-324 — l3 Cf, por ejemplo, B.G. Geyer, Die respectivamente 46 y 79, con nota 2 (trad. cast.:
rificado. Esta convicción, que se ha- cual de Cristo"; "la iglesia nunca ha Siebenzahí der Soleramente in ihrer historischen El misterio del culto cristiano, Dinor, San Se-
Entwicklung, en TG 10 (1918) 325-348 - bastián 1953). Las citas del párrafo s. están to-
bía debilitado en la época moderna dejado de reunirse para celebrar el 14
Sobre Tomás, cf A. Hoffmann, Der Begriff madas respectivamente de las pp. 21, 22 y 23 de
y fue fortalecida de nuevo por la teo- misterio pascual" (SC 6). Fin supre- des Mysteriums bei Thomas von Aquin in Di- la ed. orig. y de las pp. 30 y 31-33 de la vers. it.
logía de los misterios, tiene su más mo de toda la reforma litúrgica pos- vus Thomas (Friburgo de B.) 17 (1939) 30-60 — (II mistero del culto cristiano, Borla, Turín
sólido fundamento en la Escritura, conciliar es, en el fondo, éste: "Ut 15
En Mysterium salutis I, Cristiandad, Madrid 1966, 58 y §9-96, con nota 2) — 27 Para la bibl.
en la tradición y en el magisterio de mysterium paschale vivendo expri- 1969, 982 — l6 Ib, 984; cf toda la sección (980- en general, cf la ya citada de Santagada (nota
23); introducción excelente: V. Warnach, Ein-
la iglesia"68. "La eucaristía se mues- matur" (ínter oecumenici 6). 1011): "El 'saber de Dios en el misterio' de que
habla Pablo, fundamento bíblico y origen espi- führung in die Théologie O. Caséis, en O. Casel,
tra así como suma del cristianis- [/ Misterio pascual; / Memorial]. ritual de toda la teología cristiana"; Sóhngen Das Christliche Opfermysterium, Graz 1968,
mo" w y, en el lenguaje de la teología logra enmarcar magistralmente el aspecto abs- XIV-LV; sobre la controversia, cf Th. Filthaut
de los misterios, el mysterium-sacra- tracto (ontológico) del saber de Dios en el con- (nota 25) — n AAS 39 (1947) 521-600; aquí:
mentum en que se actualiza, de la texto bíblicamente garantizado del "miste- 580 (cita sig.: 528). Para el comentario de este
manera más plena y densa, el miste- NOTAS: ' Instructio I "ad exsecutionem rio" — ,7 Un bello ejemplo y a su manera clá- pasaje, cf B. Neunheuser, Derpositive Sinn der
Constitutionis de sacra Liturgia, recte ordinan- sico es M.J. Scheeben, Die Mysterien des papstlichen Grenzsetzung..., en Vom christli-
rio de Cristo, el acontecimiento sal- dam", del 26-9-1964: EDIL 203-204 — ! Así se Christentum{m5% Friburgo de B. 19512 (trad. chen Mysterium (Gedáchtnisschrift Casel), Du-
vífico irrepetible Jesucristo. expresa J. Pinell, / tesíi liíurgici, voci di autori- cast.: Los misterios del cristianismo, Barcelona sseldorf 1951, 354-357; S. Marsili, Anamnesis
tá, nella Costituzione "Sacrosanctum Conci- 1950). Cf K. Rahner, Geheimnis, en LTK IV (nota 2), 83s — 29 Mencionemos ante todo MD
lium". en Not 15 (1979) 77-108; aquí: 91; cf (1960) 593-597 y Mistero, en Dizionario teoló- 67 (1961), sobre el "Mystére pascal", con apor-
también S. Marsili, Anamnesis 1, Marietti, Tu- gico II, Queriniana, Brescia 1967. 326-332 — taciones de P.-M. Gy, Le mystérepaschal. Bilan
VI. Valoración conclusiva rín 1974, 76-81 — 3 Casel asentó la base de su 18
Císupra, nota 12 — 19 Estos estudios de Ca- historique (23-32); J. Gaillard, Bilan doctrinal
método en la disertación en latín presentada en sel están publicados en Der Kathoiik, 4.a serie, (33-87); asimismo los volúmenes de L. Bouyer,
la Universidad de Bonn e intitulada De Philo- Liturgical Piety, 1955; Le mystére pascal, 1945;
Sea cual fuere el modo como la sophorum Graecorum silentio mystico, Giessen
12 (1914) 1, 153-176, 243-263, 331-355, 414-436;
etimología explique los últimos orí- cf además los estudios siguiente: De Philoso- J. Hild, Dimanche et vie pascal, 1949 — ,0 Art
1919. La problemática que aquí nos interesa fue phorum graecorum silentio mystico, Giessen und Sinn der altesten christl. Osterfeier, en JL W
genes del término mystérion (y del afrontada por él por primera vez en Mysterium 1919; la recensión de la obra de J. de Ghellinck 14 (1938) 1-78; aquí: 46-47 (= Laféte de Paques
latín sacramentum), la palabra grie- und Martyrium in den rómischen Sakramenta- dans l'Église des Peres, París 1966) — 3i J. Pi-
(Pour ¡'histoire du mot sacramentum, Lovaina
ga sirvió ya a los apóstoles para ex- rien. en JLW 2 (1922) 18-38. Él sostuvo expre- nell, a.c, en la nota 2, 91 — 32 Cf al respecto el
samente su tesis en Theol Revue 24 (1925) 41- 1924), en Theol. Revue 24 (1925) 41-47; Die
plicar la voluntad salvífica del Dios Liturgie ais Mysterienfeier (Ecclesia orans 9), equilibrado juicio de S. Marsili, Anamnesis
47. Sobre toda la cuestión, cf infra — 4 Cf Th.
eterno y las acciones salvíficas divi- Filthaut, Die Kontroverse..., Warendorf 1947 Friburgo de B. 1922; Mysterium und marty- (nota 2), 81 y 92-100 — 33 J. Pinell, a.c, en la
rium..., en JLW 2 (1922) 18-38; Die Messe ais nota 2, 90 —34 C. Vagaggini, llsenso teológico
nas en Cristo Jesús. En la teología (La théotogie des Mysléres. Exposé de la con-
hl. Mysterienhandiung, en BM 5 (1923) 20-28, del/a liturgia. Saggio di liturgia teológica gene-
de los padres llegó a ser muy pronto moverse, París 1954) — 5 Bornkamm, Mysté-
rion, en GLNTVU, 645-716. A este artículo se 97-104, 155-161, reproducido en Mysterium. Ge- rale, Edizioni Paoline, 19571, 1965" (trad. cast.:
un concepto central, que logró abar- refieren también las citas ss. — 6 Esto puede sammelte Arbeiten Laacher Mónche, Münster El sentido teológico de ¡a liturgia. BAC, Madrid
car todo el fenómeno de la realiza- considerarse como el resultado permanente de de W. 1926, 29-52 - 2Ü Cf V. Warnach, Mvste- 19652). El mismo Vagaggini ha resumido de for-
ción de la salvación divina en Cristo la controversia Casel-Prümm. Sobre el signifi- rientheologie, en LTK Vil (1962) 724-727 ma magistral la problemática subyacente en su
21 discurso inaugural para el Pontificio Instituto
y en la iglesia, especialmente en las cado del término en el AT y en el NT, cf espe- Los textos que en el ensayo citado aduce Ca-
cialmente Bornkamm (nota ant.) — 7 Born- sel de ediciones más antiguas, hoy pueden en- Litúrgico: Liturgia e pensiero teológico recente,
acciones cultuales de ésta, y al mis- kamm, a.c, 708 - - 8 Cf Ib, 706-707; para lo contrarse con más facilidad en las ediciones de Roma 1961. Sobre el conjunto, cf hoy M. Lóh-
mo tiempo indicar la grandeza de que sigue, cf también LTK Vil (1962) 729s - Mohlberg, Veronense (~ Ve), Gelasianum Ve- rer, // modello gnostico-sapienziale della teolo-
tales acciones salvíficas divinas y su ' Cf P. Visentin, en Studia Patavina 4 (1957) tus (— GeV) — 2la La conocida oración se en- gía. La prospettiva di base della metodología
inescrutabilidad (cf Ef 3,8). Por eso 406-408. Cf también B. Neunheuser, Baptéme cuentra en el Ve 93 = Ge V 170 y 1096; ha sido teológica di C. Vagaggini, en Lex orandi - Lex
et conflrmation (Hist. des Dogmes), París 1956, recogida por el Misal de Pablo VI como oración credendi (Sacramentum 6), Studia Anselmiana
no es de extrañar que los teólogos 117-125 — l0 Cf sobre el particular B. de Soos, 79, Roma 1980, 19^7 - 35 En Greg 50 (1969)
sobre las ofrendas del 2.° dom. per annum y de
actuales y el mismo magisterio Le mystére liturgique d'aprés st.-Léon le Grand, la misa "in Coena Domini" del jueves santo — 589-615; aquí: 598 — 36 O. Casel, o.c, en la
hayan reasumido este concepto, si- LQF 34 (1958); además, Y.M. Duval, Sacra- 21 b
Hoy: sábado de la octava de pascua, super nota 26, 29 — 37 Vol. I de la colección "Ecclesia
guiendo sobre todo las afirmaciones mentum et mysterium chez st.-Léon le Grand, oblata — 22 Mysterium und Martyrium in den orans", I9181 (trad. cast.: El espíritu de la litur-
de la liturgia romana, para ilustrar Lille 1959, y mi recensión en ALW 7¡2 (1962) rómischen Sakr amentar ien, en JLW 2 (1922) gia, Araluce, Barcelona 1945); la expresión si-
559-564 — " E l Gelasianum Vetus contiene un 23 — 23 Cf entre los primeros trabajos de Casel guiente: "La iglesia se despierta en las almas",
la acción salvífica de Cristo y su pro- número importante de otros textos pertinentes: es el título del cap. de Vom Sinn der Kirche,
también Actio in liturgischer Verwendung, en
clamación y realización en el culto por ejemplo, nn. 434, 441, 442, 444, 456, 462, JLW \ (1921) 34-39; cf asimismo toda la bibl. 1922', 1-19; I9353, 11-33. El ensayo Vom litur-
de la iglesia, en toda la actividad ecle- 468, 469, 471, 472, 486, etc. — u Esto ha sido sobre la "teología de los misterios", especial- gischen Mysterium, publicado por primera vez
sial y en la vida diaria de los cristia- ilustrado de modo superior por H. de Lubac en en 1929, fue reproducido en Liturgie und iitur-
mente la incluida por Santagada en ALW 10/1
los poderosos volúmenes de su Exégése medié-
nos, como gran realidad central y (1967) 7-77 — 24 Das Mysteriengedachtnis der gische Bildung, Würzburg 1966, 122-177, del
,!1
Messliturgie im Lichteder Tradition, en JLW6 que citamos la p. 144 Styria, Graz 1977;
Misterio pascual 1342 1343 Misterio pascual
citamos respectivamente las pp. 15, 25, 23s,
MISTERIO PASCUAL carnado como cumplimiento antití- también durante el año litúrgico, sea
256 — 39 Vol. I, La liturgia, momento síorico pico de la liberación y de la alianza en el retorno anual de la pascua (SC
della salvezza, Marietti, Turín 1974, sobre todo 102), sea cada ocho días en el día
en el II cap.: "Verso una teología della liturgia"
que la pascua veterotestamentaria
(47-84); en el III cap.: 'La teologia della litur- SUMARIO: I. La pascua, misterio nuevo y an- significaba y preparaba tipológica- justamente llamado desde la edad
tiguo: 1. El misterio pascual en el Vat. II; 2. El mente: asigna a este acontecimiento apostólica "del Señor" (SC 106), e
gia del Vat. II" (85-105), y en el cap. IV: "La término "misterio pascual" - II. La pascua en el
liturgia, culto della chiesa" (107-136) —
40 AT: 1. Las fuentes de la pascua; 2. Origen y el puesto central que en la historia incluso en la memoria del día natali-
Anamnesis I, 76s — " Ib, 78 — 42 Ib, 88- desarrollo de la pascua; 3. La celebración de la salvífica del AT ocupaba la pascua; cio de los santos (SC 104).
91 — « Ib, 91-92 — « Ib, 92-96 — 4! Ib, pascua: a) El memorial, b) Anuncio de la histo- declara que este acontecimiento cons-
95s — * Ib, 97 — 4 ' Benziger, Einsiedeln ria de la salvación, c) Alabanza, acción de gra- La expresión aparece también en
1965-76 (trad. cast.: Mysterium salutis. Manual cias e intercesión, d) La comunidad celebrante; tituye el misterio pascual cristiano, el decreto sobre el oficio pastoral de
de teologia como historia de la salvación, Cris- 4. La pascua, centro de toda la vida litúrgica de del que pueden participar, en conse- los obispos CD. En cuanto dispen-
tiandad, Madrid 1974). Cf las recensiones en Israel - III. El acontecimiento pascual en el NT: cuencia, por vía mistérica [/ Miste- sadores de los misterios de Dios,
ALW 13 (1971) 172-195, y 19 (1978) 118-132. 1. Pablo; 2. Los Sinópticos; 3. La carta a los
Hebreos; 4. 1 Pedro; 5. Juan y el Apocalipsis - rio], a través de ritos memoriales deben procurar que los fieles, por
Citaremos la obra según la versión castella- [/ Memorial], todos los hombres y
na — " I, t. I, 45 — "' III, t. I, 245-409 —
IV. El misterio pascual en la iglesia: 1. La cele- medio de la eucaristía y de los sa-
50 bración del misterio pascual; 2. La comunidad las mujeres de las generaciones futu- cramentos, conozcan cada vez más
III, t. I, 401 — 5I Ib, 409 — 52 Ib, 105 — celebrante; 3. El memorial de la pascua; 4. Mis-
" III, t. II, 21-141 — » Ib, 21-39 — » Ib, 40- terio pascual y existencia cristiana. ras, que de este modo tienen acceso, profundamente y vivan coherente-
71 - 5" Ib, 72-141 — " Ib, 143-335 — 5S Ib, en la fe, a la reconciliación perfecta mente el misterio pascual de modo
383 - s" Ib, 383, nota 4 — <" IV, t. II, 23 — y al culto verdadero y pleno que se que crezcan cada día más como
" IV, t. II, 53-159 - « IV, t. I, 321-370 - realizaron de una vez para siempre
63
IV, t. II, 70-159 — M Ib, 97 — « Ib. 185- I. La pascua, cuerpo de Cristo (CD 15). Por eso el
310 — * Ib, 185 — 67 Ib, 264 — 6" Ib. 264- en la muerte-resurrección-ascensión decreto sobre la formación sacerdo-
misterio nuevo y antiguo de la humanidad del Hijo de Dios '.
265 — " Ib, 308. tal OT quiere que los candidatos al
1. E L MISTERIO PASCUAL EN EL
De este modo se pone el misterio presbiterado vivan el misterio pas-
B. Neunheuser VAT. II. La categoría misterio pas- pascual como fundamento y clave cual de Cristo de modo que sepan
cual es una de las recuperaciones interpretativa de todo el culto cris- iniciar en él un día al pueblo que les
más felices del movimiento litúrgico tiano. Que tal sea el pensamiento de será encomendado (OT 8). En efec-
de nuestro siglo. Aparece desde el la SC se deduce de la continuación to, como explica la constitución pas-
comienzo y repetidamente en los do- del discurso. En efecto, según la cons- toral sobre la iglesia en el mundo de
BIBLIOGRAFÍA: Álvarez A., Las religiones titución litúrgica, la liturgia actuali- hoy, GS, es vocación de todo cristia-
mistéricas, Revista de Occidente, Madrid 1974; cumentos del Vat. II. La SC la pone
Barsotti D., Misterio cristiano y año litúrgico. como base de su reflexión teológica za tal misterio sobre todo en el sa- no, asociado por el bautismo al mis-
Sigúeme, Salamanca 1965; Misterio cristiano y sobre la liturgia. En el art. 5, después cramento del bautismo, por el que terio pascual, realizar en la propia
Palabra de Dios. Sigúeme, Salamanca 1965; de haber resumido la historia de la se realiza en los fieles la muerte-re- existencia la conformidad con la
Casel O., El misterio del culto cristiano, Dinor,
salvación, toda ella tensa hacia la surrección de Cristo y ellos reciben muerte de Cristo para participar en
San Sebastián 1953; El misterio de la cruz, Gua- el Espíritu Santo, en el que tienen su resurrección (GS 22). Más aún, se
darrama, Madrid 1961; Cuesta R., Misterios realización del misterio escondido
redentores y sacramentos según Santo Tomás por los siglos en Dios, a saber: el acceso al Padre, Espíritu que los llama a todo hombre de buena vo-
de Aquino, en "Escritos del Vedad" (1973) 281- designio de conducir a todos los consagra sacerdotes del Dios altísi- luntad a entrar en contacto con él
298; Daniélou J., Mitos paganos, misterio cris- hombres a la salvación y al conoci- mo; y en la eucaristía, que hace pre- (ib), y toda actividad humana alcan-
tiano. Casal y Vals, Andorra 1967; Díaz de Tues-
miento de la verdad, afirma que esta sentes la victoria y el triunfo de Cris- za su perfección en él (GS 38).
ta J., Los misterios litúrgicos, en "Liturgia" 3 to sobre la muerte, para que los cre-
(1948) 237-241; 274-277; Filthaut Th., Teología obra —que, dado el incidente del pe- Con ello el misterio pascual tras-
cado, además de la modalidad de la yentes, participando en ella con
de los misterios. Exposición de la controversia,
alegre acción de gracias, puedan pone los límites de la liturgia para
Desclée, Bilbao 1963; Neunheuser B., Misterios, adoración-culto, ha tomado también convertirse en el fundamento y el cri-
Teología de los, en SM 4, Herder, Barcelona la de la liberación-reconciliación con anunciar la muerte del Señor hasta
1973, 718-723; Misterio, en DE 2, Herder, Bar- que venga (SC 6). Por tanto, el con- terio inspirador de toda la vida mo-
Dios—, preparada y prefigurada en ral y de las opciones del creyente en
celona 1983, 614-619; Oñatibía I., La presencia
las grandes obras realizadas por vite eucarístico constituye de un
de la obra redentora en el misterio del culto, modo totalmente particular el me- cualquier nivel, así como de toda la
Eset, Vitoria 1954; Participar en el misterio sal- Dios en el AT, se ha realizado en espiritualidad cristiana.
vador, en "Phase" 144 (1984) 471-486; Prümm la muerte-resurrección-ascensión de morial del misterio pascual (SC 47).
K., Misterio, en DTB, Herder, Barcelona 1966, Cristo, acontecimiento al que la SC, Pero de él obtienen eficacia y signi-
664-679; Rahner K., Misterio, en SM 4, Herder, ficado todos los sacramentos y los 2. EL TÉRMINO "MISTERIO PAS-
con expresión tomada de la antigua CUAL". El término, aunque fue re-
Barcelona 1973, 710-718; Rubio Moran L., El
eucología romana (sacramentado mismos sacramentales, por medio de
misterio de Cristo en la historia de la salvación. los cuales la gracia contenida en él descubierto por el movimiento litúr-
Sigúeme, Salamanca 1967; Schulte R., Los tér- Gelasiano, ant. 468.471), llama "mis- gico que desembocó en el Vat. 11, no
minos "mystérion" y "sacramenlum". en MS terio pascual". Al hacer esto, la fluye sobre todos los acontecimien-
tos de la vida santificándolos (SC es de todos modos creación reciente.
IV/2, Cristiandad, Madrid 1975, 76-97. Véase constitución litúrgica pone la obra
también la bibliografía de Iglesia. Jesucristo. 61). El misterio pascual se celebra Se encuentra por primera vez, y con
Memorial, Misterio pascual y Sacramentos.
redentora sacerdotal del Verbo en- notable frecuencia, en la homilía so-
Misterio pascual 1344 1345 Misterio pascual

bre la pascua de Melitón de Sardes, Madrid 1954, 495), todo el conteni- nio de primavera y quince veces el mental importancia para el conoci-
descubierta por C. Bonner en 19362. do teológico que Pablo había resu- cordero inmolado en tal ocasión. El miento de la praxis pascual en tiem-
Ya en el exordio de su homilía, que mido en la categoría de "misterio de término parece haber significado pos de Jesús y de los primeros des-
puede fecharse entre el 165 y el 185, Cristo" (Col 4,3; Ef 3,4) se encierra originariamente la danza (o el saltar) arrollos de la liturgia cristiana se
Melitón afirma que "el misterio de en la pascua. Pero por la frecuencia ritual que se desarrollaba con oca- contienen en el libro apócrifo de los
la pascua es nuevo y antiguo, eterno con que el término misterio se em- sión de la fiesta. Este significado fue Jubileos (ce. 18.49), empapado del
y temporal, perecedero e imperece- plea y por la terminología que le asumido por la teología israelita, por espíritu de las comunidades de Qum-
dero, mortal e inmortal" (Homil. so- acompaña (teletai = realizar, amye- cuanto en coincidencia con una me- rán; en las obras de Flavio Josefo
bre la pascua 2: Cantalamessa [nota ion = no iniciado, asfragiston = no morable fiesta primaveral, Yavé Antigüedades judaicas y La guerra
2], 25). Este misterio es identificado marcado, etc.) revela una clara refe- "saltó más allá de" las casas de los judaica; en numerosos pasajes de los
con "el misterio del Señor", antiguo rencia a los cultos mistéricos, "a los israelitas marcadas por la sangre del escritos de Filón, en el cual se en-
según la prefiguración, nuevo según que se contrapone el misterio cris- cordero sacrificado, perdonándolas cuentra la tendencia a interpretar ale-
la gracia (ib, 58; l.c, 38), prefigurado tiano como el único verdaderamente (Ex 12,13.23.27). góricamente la pascua, como paso
en Abel, Isaac, José, Moisés, los salvífico, en lugar de ser asimilado a En el NT el término paschá apare- de la bajeza de los sentidos a la altu-
profetas perseguidos y en el cordero ellos"". ce veintinueve veces, para indicar ra del espíritu, y los diversos ritos de
sacrificado, anunciado en la predi- como en el AT toda la fiesta, el rito la fiesta. Nos llegan también precio-
Como se desprende de estas pri- sas indicaciones de los targumim pa-
cación de los profetas (ib, 59.61; l.c, meras homilías pascuales, el concep- y la víctima inmolada.
38.39) y realizado en los últimos lestinenses (paráfrasis amplificadas),
to de misterio de la pascua o pas- de los midrashim (comentarios rabí-
tiempos. Más aún, Melitón dice ex- cual, a partir de su primera apari- 1. LAS FUENTES DE LA PASCUA.
presamente que "el misterio de la pas- El AT, por lo que se refiere a la pas- nicos a las Escrituras) a Ex 12, y
ción, recapitula toda la economía sobre todo de la Mishná (repetición
cua es Cristo" (ib, 65; l.c, 39). salvífica realizada en Cristo y comu- cua, contiene textos narrativos, le-
gislativos y proféticos 5. El texto fun- o tradición), en la que el tratado Pe-
Está emparentada con la homilía nicada a la iglesia a través de los sachim, quitados los añadidos tar-
de Melitón, si bien es independiente sacramentos. Por eso pasará a los damental es Ex 12,1-13,16, texto
muy complejo y resultante de la fu- díos, ofrece el cuadro más seguro de
de ella, la homilía sobre la santa pas- sacraméntanos romanos y de éstos a la celebración pascual en tiempos de
cua, del anónimo Cuartodecimano, los libros litúrgicos del Vat. II, par- sión de elementos provenientes de la
tradición J, en algunas partes reela- Jesús".
también del s. n y del Asia Menor 3 . ticularmente al Missale Romanum,
También ella habla del "misterio de donde el término aparece frecuente- borada en sentido deuteronomista,
la pascua" (Sobre la santa pascua mente para indicar tanto la econo- y de la tradición P, más reciente, 2. ORIGEN Y DESARROLLO DE LA
13; l.c, 59), el cual comprende toda mía que se ha realizado en la muerte pero de contenido a veces muy ar- PASCUA. La génesis y el devenir his-
la peripecia de Jesús, que se extiende y resurrección de Cristo como el re- caico. Describe la lucha de Yavé por tórico de la pascua son muy comple-
por toda la historia de la salvación, torno anual de la pascua y los sacra- la liberación de su pueblo de la es- jos por las diferentes estratificacio-
y al que se llama incluso "misterio mentos del bautismo y de la eucaris- clavitud de Egipto para conducirlo nes y transignificaciones que la fies-
cósmico de la pascua" (ib, 40; l.c, tía, centro de toda la liturgia cristia- como sobre alas de águila al encuen- ta, pagana en su origen, experimentó
67), "festividad común de todos los na, mediante los cuales tal economía tro del Sinaí y a la alianza (Ex 19,1- a través de los siglos. La fiesta, tal
seres, envío al mundo de la voluntad se actualiza en la iglesia. 24,11)'. como se la conoce en la época del
del Padre, aurora divina de Cristo El carácter literario de la narra- NT, es resultado de dos elementos
sobre la tierra, solemnidad perenne ción, más que referir un aconteci- de origen diverso, que se desarrolla-
de los ángeles y de los arcángeles, II. La pascua en el AT miento histórico acaecido de una vez ron juntos hasta componer una uni-
vida inmortal del mundo entero, ali- para siempre, pretende grabar en la dad: la celebración nocturna propia-
mento incorruptible para los hom- Si la expresión misterio de la pas- memoria y ofrecer el motivo históri- mente tal en torno al cordero (pe-
bres, alma celeste de todas las cosas, cua o misterio pascual es una crea- co-salvífico de la celebración memo- sah), y la semana de los massot o de
iniciación sagrada (gr. télete) del ción cristiana que se remonta al s. II, rial que debe repetirse cada año y los ácimos.
cielo y de la tierra, anunciadora de mucho más antiguo es el término del ritual que se debe observar en Ambas celebraciones eran en su
misterios antiguos y nuevos" (ib, 10; pascua, transliteración griega del ella. Los elementos del rito están re- origen festividades de primavera,
l.c, 57). arameo paschá, y del hebreo pesah lacionados con un acontecimiento propias de ambientes culturales di-
Con la expresión misterio de la (y no derivación del griego paschein, del pasado de la historia de Israel, versos.
pascua, que representa una ulterior como pensaban los escritores cris- de suerte que los ritos reciban senti- Los ritos que están en el origen
profundización del tema paulino de tianos anteriores a Orígenes). do y valor del relato etiológico-cul- del pesah, como indican paralelos de
"Cristo nuestra pascua" (1 Cor 5,7) De las cuarenta y nueve veces que tual de la pascua, que está puesto en otras religiones del ambiente semíti-
hecha ya por Justino (Dial. 111,3: figura en el AT, treinta y cuatro ve- el centro de la celebración '. co ', se remontan a una antiquísima
Padres apologistas griegos, BAC, ces indica el rito del primer plenilu- Textos extrabíblicos de funda- celebración familiar, con la que los
Misterio pascual 1346 1347 Misterio pascual
pastores solemnizaban el comienzo celebra en primavera porque al co- sión ya producida (Ez 4,21; 2 Crón les está bastante bien resumido en
del nuevo año en el mes de abib mienzo de esta estación Israel salió 30,1-2.5.13.21). En el período pose- las palabras institutivas de Ex 12,14:
(posteriormente nisan), la noche in- de Egipto; y es fiesta nocturna por- xílico se llegó a usar los términos "Este día será memorial (hebr. le-
mediatamente precedente a la parti- que el éxodo tuvo lugar una noche pesah y massot sin distinción para xikkazon, gr. eis mnemósynon) para
da para los pastizales de verano: al clara de luna llena (Dt 16,1). una única celebración: en 2 Crón 30, vosotros y lo celebraréis como fiesta
claro de la luna llena se inmolaban Massot, en cambio, parece haber la misma fiesta se llama pascua (vv. de Yavé, como institución perpetua
los primeros nacidos del rebaño, sido en su origen una fiesta, también 1-2.5) o bien ácimos (vv. 13-21). Así, de generación en generación". El pa-
cuya sangre se empleaba con fines de primavera, pero propia de un am- en la época del NT pascua y ácimos ralelismo entre fiesta y memorial,
apotropaicos y propiciatorios para biente agrícola, como podía ser el de tienen el valor de una sola institu- que equivale a una identificación, es
proteger a pastores y rebaños de in- Canaán. Esto explica por qué su ce- ción cultual que se indica ora con un característico de la concepción litúr-
fluencias demoníacas y asegurar la lebración inicialmente no estaba fi- nombre, ora con el otro ". gica de Israel y se encuentra en la
fecundidad, mientras que la carne se jada en un día determinado del mes, Por lo que se refiere a la forma de liturgia convival judía, en la bendi-
consumía en una comida cultual que sino que dependía de las condiciones la celebración, se pueden distinguir ción sobre la primera copa que in-
tenía por objeto fortalecer los víncu- de la cosecha (Dt 16,1). En cuanto tres períodos, y por tanto tres tipos troduce el día de sábado: "Bendito
los de parentesco de la familia y de fiesta agraria, massot celebraba el co- de celebración M. La celebración fa- seas, Señor, Dios nuestro, rey del
la tribu. Quizá era ésta la fiesta que mienzo solemne de la siega, conside- miliar doméstica de los primeros si- mundo, que has dado a tu pueblo
los hebreos seminómadas en Egipto rada sagrada. Característica suya era glos, descrita en Ex 12-13, con pos- Israel días de fiesta para la alegría y
tenían intención de celebrar en ho- el ofrecimiento de la primera gavilla terioridad a la centralización deute- para el memorial". La tarde de pas-
nor del Dios de sus padres, Yavé, en en el santuario (por lo que era una ronomista del culto se trasladó al cua, la bendición de apertura dice
Ex 3,18. Las circunstancias providen- fiesta de peregrinación, hebr. hag) y templo de Jerusalén, convirtiéndose así: "Bendito seas, Señor..., que nos
ciales en que el rito se desarrolló en comer durante toda una semana pan en fiesta del pueblo con carácter na- has elegido entre todos los pue-
vísperas del éxodo, circunstancias no fermentado de la nueva cosecha cional. En el período posexílico, por blos..., que nos has dado en tu amor
descritas en forma épica por las de cebada. último, se produjo la síntesis entre momentos de alegría, fiestas y tiem-
fuentes más antiguas (Ex 12,21- También este rito, que quizá en su las dos formas precedentes: el corde- pos destinados al regocijo, así como
23.27b.29-39), hicieron que se enco- origen preisraelita tenía un fin apo- ro seguía siendo inmolado en el tem- esta fiesta de los ácimos, fiesta de
mendara a este rito el recuerdo de tropaico y de propiciación", inme- plo, mientras que la comida volvió a nuestra liberación, para que sea sa-
aquel acontecimiento salvífico fun- diatamente después de la ocupación consumirse en el restringido círculo grada reunión festiva como memo-
damental" ">. La fiesta fue historiza- de la tierra, y quizá precisamente en doméstico, si bien ya dentro de los rial de la salida de Egipto" (Hagga-
da, y con ella todos los elementos conexión con ella, fue historizado muros de Jerusalén. Esta última for- dah di pasqua: Toaff [ed.], Roma
que la constituían. Incluso el nom- y puesto en relación con el éxodo ma, atestiguada por la Mishná, es la 1960, 7). Pero ya en el Sal 111,4 "la
bre pesah, que inicialmente se refería (cf Jos 5,10-12). El hecho de que ya pascua que existía en tiempos de Je- memoria de sus maravillas" indica
a un saltar sagrado, quedó implica- en la protohistoria de Israel tanto la sús. Como lo demuestra el número la celebración pascual, que debe
do en este proceso de nueva funda- celebración de la pascua como la fies- elevado de pasajes en los que se ha- mantener despierta la gratitud por
ción: vino a significar que Yavé "sal- ta de los ácimos tuvieran el mismo bla de ella en el NT, era la fiesta más los grandes beneficios de Yavé. No
tó más allá de" las casas de los israe- contenido y significado, y la circuns- importante, y con mucho. En el con- sólo la fiesta en su conjunto, sino
litas, perdonándolas (Ex 12,13). La tancia de caer ambas en el primer texto de su celebración, "con el re- todos sus elementos tienen función
sangre con que se marcaban las jam- mes de primavera llevaron a un pro- cuerdo de los grandes acontecimien- de memorial: el pan ácimo, el corde-
bas y el dintel de las puertas o los gresivo crecimiento conjunto, por lo tos de salvación del pasado, se ro, las yerbas amargas, la hora noc-
palotes de las tiendas fue referida al que con la centralización deuterono- encendían de nuevo cada año las turna (según Ex 12,42, Israel vela
hecho de que Yavé perdonó a los mista del culto también la pascua, esperanzas que iluminaban el pre- por el Señor porque el Señor, acor-
israelitas cuando hirió a los egipcios atraída por los ácimos, pasó a ser sente y proyectaban su luz en el fu- dándose de Israel, en la primera no-
(Ex 12,27a). Las yerbas amargas, fiesta de peregrinación al templo de turo" ". Con ocasión de una de estas che pascual veló, y según los rabi-
que antaño condimentaban la cena Jerusalén n. Es incierto el momento pascuas se llevó a cabo la acción sal- nos, sigue velando por los suyos
nocturna de los nómadas, recuerdan en que se concluyó este proceso de vífica que había de convertirse en cada noche pascual del presente y
en adelante la amargura de la escla- fusión, cuyas huellas son recognos- centro y fundamento de la nueva eco- del futuro) e incluso el vestido y la
vitud egipcia, y los panes sin levadu- cibles en las diversas estratificacio- nomía. postura del viandante o de descanso
ra hacen pensar en el pan de la mise- nes literarias del AT. Mientras las que los comensales adoptan durante
ria de Egipto (Dt 16,3) y en la prisa fuentes más antiguas distinguen to- la cena son memorial del éxodo y
con que los israelitas partieron sin davía netamente entre pascua y áci-
3. LA CELEBRACIÓN DE LA PAS- del don de la libertad. Su objeto es
tener tiempo para hacer fermentar el mos, en tiempos del exilio e inme- CUA, a) El memorial. El contenido y preservar del olvido los beneficios
pan (Ex 12,39; 13,3-8). La fiesta se diatamente después atestiguan la fu- el significado de la celebración pas- del Señor, traerlos continuamente a
cual y de todos sus elementos ritua-
Misterio pascual 1348 1349 Misterio pascual
la memoria, y de este modo renovar- haggadah durante la cena pascual historia de Israel: la primera pascua grandes acciones de Dios realizadas
los y actualizarlos en la conciencia afirma: "Aunque fuésemos todos conmemorativa en el desierto con- en el pasado y pregustar el aconteci-
de los israelitas. Pero no sólo Israel, doctos, todos inteligentes, todos ex- cluye la institución del culto y la erec- miento salvífico definitivo, refuerza
sino sobre todo es el Señor el que en pertos en la torah, no dejaría de ser ción del santuario (Núm 9,1-14); la la fe en la potencia y en la bondad
presencia del memorial se acuerda deber nuestro detenernos en la salida de 2 Crón 30,1-27 corona la refor- del Señor, en el propio valor y en la
de su pueblo y acordándose se hace de Egipto; más aún, cuanto más se ma de Ezequías y su tentativa de re- misión histórico-salvífica de Israel;
presente y actualiza su salvación. demora uno en tratar de la salida de unificación tras el derrumbe del rei- funda la esperanza en la inquebran-
Por eso en la liturgia pascual se con- Egipto, tanto más digno de alabanza no del Norte; la de 2 Crón 35,1-19, table fidelidad de Dios y en su cons-
cluye así la bendición sobre la terce- es" (Haggadah 13). la renovación de la alianza a conti- tante disponibilidad a la ayuda, en-
ra copa, que sustancialmente, quita- El anuncio pascual se relaciona, nuación del hallazgo de la Ley; la de ciende y alimenta el amor por el Se-
das las referencias a la reconstruc- como en una catequesis mistagógica, Esd 6,19-22, en fin, celebra junta- ñor (el Cantar de los Cantares leído
ción de Jerusalén, se puede hacer con los elementos y los ritos pascua- mente el retorno del exilio, la reanu- en la sinagoga con ocasión de la pas-
remontar a tiempos de Jesús: "Dios les insólitos que despiertan atención dación del culto en el templo y la cua es interpretado por los rabinos
nuestro y Dios de nuestros padres, y curiosidad. Por eso el núcleo de la reconstrucción del pueblo. como alegoría de las relaciones entre
ábrase paso, venga,,llegue, se pre- catequesis consiste en la interpreta- La circunstancia de que estas cin- Dios y su pueblo) y para los miem-
sente, sea grato, sentido, buscado, ción histórico-salvífica de estos ele- co celebraciones pascuales estén men- bros que el pueblo de Dios se ha
recordado ante ti el memorial del mentos, como resulta de una pres- cionadas en la Escritura ha con- escogido. Este amor encuentra su
Mesías hijo de David, tu siervo, cripción de R. Gamaliel referida en tribuido probablemente a que los expresión concreta en la voluntad
el memorial de todo tu pueblo Is- Pesachim 10,5 (citada por la Hagga- acontecimientos históricos relacio- revigorizada de tomar sobre sí la ley
rael, para salvación, gracia, benig- dah 37): "Todo el que en pascua no nados con ellas se convirtieran en de la alianza y observarla fielmente.
nidad, piedad, vida y paz en este habla de estas tres cosas —de la pas- objeto del memorial litúrgico de la En efecto, los más diversos manda-
día de fiesta" (Haggadah di pasqua cua, de los ácimos y de las yerbas pascua. El judaismo posbíblico irá mientos y prescripciones cultuales,
[ed. cit.] 77). amargas— no ha cumplido su deber. mucho más allá: los más diversos morales, jurídicas y sociales encuen-
De la pascua, porque Dios ha prote- acontecimientos de la historia del tran la propia raíz, motivo y justifi-
b) Anuncio de la historia de la gido, perdonándolas, las casas de AT adquirían en él carácter de acon- cación en la pascua, es decir, en el
salvación. El recuerdo que está en la nuestros padres en Egipto; de los tecimientos pascuales, y se fechan el hecho de que Dios ha liberado a Is-
base de la liturgia pascual implica el ácimos, porque fueron liberados; de 14 ó 15 de nisán. rael de la esclavitud con brazo fuerte
anuncio de la acción salvífica pas- las yerbas amargas, porque los egip- Encontramos un ejemplo esplén- y lo ha unido a sí con lazos de amor.
cual: "Cuando hayáis entrado en la cios amargaron la vida de nuestros dido de esta teología pascual en el Al mismo tiempo, el Señor, viendo
tierra que Yavé os va a dar, como ha padres en Egipto". llamado poema de las cuatro noches, el memorial, se acuerda de la noche
prometido, observaréis este rito. Y La celebración pascual en todos que en los targumim palestinenses a de pascua, de las promesas hechas a
si vuestros hijos os preguntaren: sus elementos se dirige en primer lu- Ex 12,42 concluye la descripción de Abrahán y a su descendencia, de su
¿Qué rito es éste?, responderéis: Es gar a aquella acción salvífica funda- la pascua egipcia ". Estas argumen- alianza, de la misericordia que tuvo
el sacrificio de la pascua de Yavé, el mental que el Señor realizó en Egip- taciones, que contienen sin duda un con los padres, y vela para intervenir
cual pasó de largo por las casas de to con ocasión de la primera pascua. patrimonio de tradiciones precristia- todavía y siempre a fin de salvar a su
los hijos de Israel en Egipto cuando Pero en el curso del tiempo se aña- nas, presentan al menos seis hechos pueblo.
hirió a los egipcios, preservando dieron a la pascua otros aconteci- salvíficos como acontecimientos pas-
nuestras casas" (Ex 12,25-27). Lo mientos de la historia de la salvación cuales: la creación del mundo, el c) Alabanza, acción de gracias e
mismo para los ácimos: "Ese día di- que pasaron a ser también objeto del pacto de Abrahán, el nacimiento de intercesión. Así el recuerdo y el anun-
rás a tus hijos: Esto es en memoria memorial y del anuncio pascual. Isaac, su sacrificio, el éxodo de Egip- cio se convierten espontáneamente
de lo que por mí hizo Yavé cuando Este proceso de asimilación se pue- to y el acontecimiento final mesiáni- en glorificación que se manifiesta en
salí de Egipto"'(Ex 13,8). de constatar ya en el AT. La cele- co. De este modo, la pascua israelita cantos de alabanza. Quizá ya en Ex
Encontramos aquí el término he- bración pascual de Jos 5,10-12, se convirtió en compendio y recapi- 15 se conserva un antiquísimo him-
breo higgid, que ha dado el nombre por ejemplo, además de la salida tulación de toda la historia de la sal- no pascual. Cantos de alabanza para
de haggadah al anuncio pascual, y de Egipto, pretende recordar anual- vación, esquema interpretativo de la cena pascual se atestiguan en
que corresponde al griego katange- mente la entrada en la tierra prome- todas las intervenciones de Dios en 2 Crón 35,15. Sab 18,9, proyectando
llein o anangellein (anunciar), que tida y la toma de posesión de sus favor de su pueblo, anticipación, pro- usos recientes en tiempos antiguos,
encontraremos en el NT para indicar bienes. Así también las demás cele- fecía y tipo del acontecimiento salví- afirmará que "los devotos hijos de
el anuncio de salvación contenido en braciones pascuales a que hacen re- fico final. Y la celebración pascual, los justos sacrificaron en secreto,
la celebración eucarística (cf 1 Cor ferencia los libros del AT marcan al tiempo que cada año hace revivir sellaron unánimes la alianza con
11,26). La introducción a la misma cada vez una etapa importante en la actualizándolas en el memorial las Dios... y al mismo tiempo entonaron
Misterio pascual 1351 Misterio pascual
1350
los cantos de los padres". El pasaje llegar a esta tarde para comer áci- propio cordero (cf 2 Crón 35,5-12). da), tienen un gran peso teológico:
alude verosímilmente a los salmos mos y yerbas amargas", le sigue in- En el judaismo tardío, en lugar de indican que para el Código Sacerdo-
del hallel 113-118.136, que fueron in- mediatamente la intercesión: "Así, la comunidad familiar, aparece una tal, al que pertenecen los versículos
troducidos en la liturgia pascual en Señor Dios nuestro y Dios de nues- comunidad convival, que se forma citados, Israel se ha convertido en
el s. H a.C, y se cantaban primero tros padres, haznos llegar con salud con vistas a la comida. Está consti- comunidad cultual del Señor, y por
en el templo durante la inmolación a otras fiestas futuras y días solem- tuida por un grupo de al menos diez tanto en pueblo de la alianza, ya con
de los corderos y luego en el curso nes, alegres por la restauración de tu personas, que se han reunido volun- ocasión de la primera celebración
de la liturgia convival, en parte an- ciudad y felices en tu culto. Allí co- tariamente antes de la inmolación en pascual y a causa de ella.
tes (Sal 113-114), en parte como cie- meremos sacrificios y corderos pas- torno a su cordero pascual (hebr. ha- Celebrar la pascua y tomar parte
rre de la cena propiamente dicha cuales, cuya sangre, con tu beneplá- bura, gr. fratría; cf Flavio Jos., Ant. en el convite es, por tanto, privilegio
(Sal 115-118.136). A ellos se refiere cito, será rociada sobre las paredes Jud. 3,10,5). La comunidad pascual de quien pertenece al pueblo elegido:
Mt 26,30 y paralelos. Entre ellos, el de tu altar, y te ofreceremos en ho- se mantiene junta no tanto por el ningún extranjero puede comer de
Sal 114 es una verdadera cantata menaje un canto nuevo para nuestra vínculo de la sangre, cuanto por el él; el extranjero que quiera celebrar-
pascual. redención y para nuestro rescate" cordero sacrificado por ella y consu- la, si es varón, debe someterse antes
Los rabinos consideraban impor- (Haggadah 43). mido en común. a la circuncisión (Ex 12,48-50). Pero
tante el canto del hallel porque en él Este texto, en la forma citada, pre- Pero junto a la comunidad domés- todo circunciso tiene el deber de ce-
se contienen las cinco realidades si- supone la destrucción del templo y tica y por encima de ella está todo lebrarla, si no quiere verse excluido
guientes: el éxodo de Egipto (Sal muestra que el motivo escatológico- Israel, en cuanto pueblo de los que de la comunidad. Quien se abstiene
114,1), la división de las aguas del mesiánico tenía una parte importan- Dios ha librado para hacer de ellos de ella culpablemente, según Núm
mar de los Juncos (Sal 114,3), la en- te también en la impetración pas- una nación santa, que constituye la 9,13, se le consagra al exterminio
trega de la torah (Sal 114,4), la resu- cual, así como ya la tenía en el re- comunidad litúrgica de la pascua. (el verbo usado por los LXX: exo-
rrección de los muertos (Sal 116,9) y cuerdo y en la alabanza. Esto es evidente en la pascua cen- lotheuesthai, es el mismo que se re-
los sufrimientos de la época mesiá- tralizada celebrada en el templo por fiere al exterminador de Ex 12,23).
nica (Sal 115,1). La haggadah intro- d) La comunidad celebrante. toda la comunidad israelita (qahal Para dar a todos los miembros del
duce el canto del hallel en estos tér- Tanto la pascua veterotestamentaria = ekklesia; cf 2 Crón 30,13.24-25). pueblo elegido la posibilidad de to-
minos: "En cada generación tiene como la judía son esencialmente una La idea ha permanecido viva en la mar parte en la pascua se instituyó
cada cual el deber de considerarse celebración comunitaria. En las tres pascua del judaismo tardío: la enor- una pascua suplementaria que debía
como si él mismo hubiera salido de configuraciones que tomó la celebra- me concentración de peregrinos en celebrarse el segundo mes (cf Núm
Egipto..., porque el Santo —bendito ción a través del tiempo se constata Jerusalén y el acto sacrificial común 9,5-12).
sea— no libró sólo a nuestros pa- que son dos las comunidades que debían alimentar y despertar de nue- Filón, refiriéndose a la inmolación
dres, sino que también nos libró a participan en el convite, superpues- vo cada vez en Israel la conciencia de los corderos, afirma que con oca-
nosotros con ellos... Por tanto, es tas, pero estrechamente enlazadas: la de ser el pueblo elegido ". La misma sión de la pascua todos los miem-
nuestro deber dar gracias, tributar comunidad familiar y la gran comu- idea está presente también en los bros del pueblo elegido gozan de las
homenaje, alabar, celebrar, glorifi- nidad del pueblo. textos relativos a la pascua predeu- prerrogativas sacerdotales (De spec.
car, exaltar, magnificar, encomiar al En la pascua predeuteronomista, teronomista. La perícopa de Ex 12, leg. II, 145).
que nos hizo a nosotros y a nuestros la comunidad familiar ocupa un pa- que siempre ha permanecido como La participación en el convite pas-
padres todos estos prodigios y nos pel centralísimo: "Provéase todo ca- el texto pascual central, considera su- cual exige, sin embargo, el estado de
sacó de la esclavitud a la libertad, de beza de familia de un cordero, un jeto de la celebración no sólo a la pureza ritual. Junto al Código Sa-
la sujeción a la redención, del dolor cordero por casa" (Ex 12,3). El cor- familia particular, sino al pueblo en- cerdotal (Núm 9,13), el cronista sub-
a la alegría, del luto a la fiesta, de las dero, tras haber sido inmolado por tero: "Hablad a toda la comunidad" raya que los sacerdotes, los levitas y
tinieblas a la luz esplendorosa. Di- la familia, lo comen los miembros (12,3); "todo Israel lo inmolará" la gente del pueblo deben ser santifi-
gamos, pues, ante él: Aleluya" (Hag- de la misma, convirtiéndose así en el (12,6); "toda la comunidad celebra- cados y puros (2 Crón 30,15.17-18, y
gadah 39-40). centro y el medio de cohesión para rá la pascua"; y para los ácimos, ce- para el judaismo tardío, cf Jn 11.55).
Del recuerdo de las acciones salví- la pequeña comunidad cultual. lebrados al comienzo separadamen- Esta purificación se obtiene "con el
ficas del Señor nace luego la súplica Esta concepción sigue ejerciendo te: "El día primero tendréis asamblea agua santa de aspersión" (Filón, De
con que se le pide que recuerde, y su influjo también en la pascua cen- santa, y también el día séptimo" spec. leg. II, 148), o bien, según los
con ello que renueve, sus prodigios. tralizada: la comunidad, constituida (12,16). Los términos qahal— ekkle- casos, con los sacrificios por el peca-
En la cena, a la bendición de la se- ya por todo el pueblo que tiene el sia y 'eda = synagogé, empleados do o por la culpa o, finalmente, me-
gunda copa: "Bendito seas, oh Se- banquete en el área del templo, per- aquí prolépticamente (dado que se- diante la sangre misma de la pascua.
ñor, rey del mundo, el que redimió a manece articulada en grupos fami- rán prerrogativa de Israel a partir de
nuestros padres de Egipto y nos hizo liares que sacrifican y consumen el la alianza y de la erección de la tien- 4. LA PASCUA, CENTRO DE TODA
Misterio pascual 1352 1353 Misterio pascual

LA VIDA LITÚRGICA DE ISRAEL. E l la función de recordar continuamen- la juventud y del noviazgo entre saje del NT, Jesús y los apóstoles,
convite pascual no es sólo el rito me- te al Señor la pascua, hasta el punto Dios y su pueblo en el desierto, insertos en el contexto cultural del
morial con que Israel celebraba la que R. Hillel, entre otros, podía lla- cuando el pueblo y Dios mismo ha- AT y totalmente empapados de su
intervención liberadora de Dios que marlo "pascua diaria" ". bitaron en tiendas. Y, por último, espiritualidad, no pueden compren-
recapitula toda otra acción salvífica Si se considera además que en el también la fiesta de las semanas derse más que a partir de ellos ".
del pasado y prefigura la salvación judaismo la oración de la mañana y —pero esto, al menos por lo que se
futura. Como la pascua constituía el de la tarde en las sinagogas y en las refiere a la liturgia oficial, sólo en 1. PABLO. Ya para Pablo la ac-
centro de toda la historia de la sal- casas —que gira en su totalidad en la era cristiana— fue referida a la ción liberadora realizada por Dios
vación, así el memorial pascual se torno a la recitación del shemah y alianza que Dios estableció con su en Jesús es un acontecimiento pas-
convirtió en el contenido de todas del Shemoneh esreh, y se la interpre- pueblo en el tercer mes después de la cual: con ocasión de la pascua, Cris-
las acciones litúrgicas que celebra- ta como verdadero sacrificio de ala- salida de Egipto (Ex 19,1), es decir, to fue inmolado como cordero pas-
ban aquella historia. banza— se organizó en coincidencia según complicados cálculos rabíni- cual; más aún, en adelante es él el
Así, la circuncisión, el rito que se- con la hora en que en el templo se cos, el quincuagésimo día después de cordero pascual de los cristianos
ñala la entrada en el pueblo de la desarrollaba el sacrificio tamid in- pascua, y se convirtió así en "la asam- (1 Cor 5,7), y, en coincidencia con
alianza, está en estrecha relación con corporando varios elementos euco- blea de clausura" (aseret) de las ce- la fiesta de los ácimos, resucitando,
la pascua no sólo por el hecho de lógicos suyos, resultará todavía más lebraciones pascuales. se ofreció al Padre como primicia
que sólo quien está circuncidado pue- evidente que el cursus cotidiano de Así, la pascua, centro de toda la (cf 1 Cor 15,20-23) en sustitución de
de participar en el convite pascual, la vida litúrgica de Israel quería historia de la salvación, pasó a ser, las primicias que se ofrecían en el
sino también porque la teología ra- presentar a Dios el memorial de la además del fundamento de toda la templo de Jerusalén el mismo día n.
bínica la hará remontar a la primera pascua20. legislación moral y social, el centro Así, lo mismo que la redención de
pascua. En efecto, según los rabinos, Lo mismo puede decirse del ciclo de toda la vida litúrgica del pueblo Cristo sustituye a la liberación pas-
los israelitas en Egipto estaban sin semanal. El sábado, que en la inter- de Dios. Tales prerrogativas, a tra- cual del AT y el sacrificio de Cristo
circuncidar; por ello, para celebrar pretación del Código Sacerdotal es vés de Cristo que da cumplimiento al sacrificio del cordero, la liturgia
la pascua debieron antes hacerse cir- memorial de la creación y de la en sí a la ley, a los profetas y a los eucarística sucede a la liturgia de la
cuncidar. Sucedió así que la tarde de alianza establecida por Dios con el salmos, pasarán a la pascua del nue- pascua. La celebración eucarística
pascua la sangre del cordero y la de hombre al final de la semana de la vo pueblo de Dios. descrita en 1 Cor 11,23-26, que Pa-
la circuncisión corrieron juntas y, creación, en los textos deuterono- blo recibió de la comunidad de An-
mezcladas, formaron una sola san- mistas tiene el objeto de recordar a tioquía y transmitió a los corintios
III. El acontecimiento
gre, en la que Dios se complació l!. Israel que un día fue esclavo en la pascual en el NT
(verosímilmente entre el 50 y el 52)
De suerte que cada vez que corre la tierra de Egipto y el Señor lo sacó con su esquema de anuncio, anam-
sangre de la circuncisión, por la que con mano fuerte y brazo alzado (Dt El puesto central de la celebración nesis, comida sacrificial que produce
un nuevo hombre queda introducido 5,15). Además, la cena festiva del sá- pascual en la vida del pueblo de una comunión (cf 1 Cor 10,16-17) y
en el pueblo de Dios, no sólo Israel, bado, con las típicas bendiciones so- Dios, la importancia teológica que espera escatológica, asume y prolon-
sino también Dios se acuerda de la bre la tercera copa por el alimento, había adquirido la pascua en la re- ga la estructura esencial de la liturgia
pascua y de la alianza, que constitu- la tierra y el don de la torah, y con la flexión veterotestamentaria y judía pascual veterotestamentaria y judía.
ye con ella un solo acontecimiento. súplica por el pueblo liberado y con- y sobre todo la circunstancia, cierta- A la temática pascual pertenece
Todavía más se verificará esto con el vertido en propiedad suya por Dios, mente no casual, de que la muerte y también la tipología del Éxodo, en
baño bautismal prescrito por el ju- volvía a proponer semanalmente la la resurrección de Jesús, término al el que Moisés ocupa un puesto fun-
daismo tardío a los prosélitos, ade- celebración pascual. que tendía toda la revelación y la damental. Ahora bien, en la misma
más de la circuncisión, como condi- historia de la salvación, se produje- carta (1 Cor 10,1-5) está presente
ción para entrar en el pueblo de En fin, cuando las fiestas de las
semanas (shabuot) y de las tiendas ran en coincidencia con una pascua, una teología explícita del éxodo, en
Dios. Celebrado también en fechas hacían la categoría pascual suma- cuanto que la liberación obrada por
cercanas a la pascua, pretende hacer (sukkot) —que junto con el pesah-
massot eran las tres fiestas de pere- mente adecuada para convertirse en Cristo es presentada en su aspecto
participar simbólicamente al prosé- el esquema interpretativo de la in- sacramental y eclesiológico como el
lito en la travesía pascual del mar de grinación y constituían la estructura
sobre la que descansaba el año litúr- tervención salvífica de Dios, realiza- paso del mar de los Juncos. Todavía
los Juncos. da en la plenitud de los tiempos en más notable es el hecho de que gran
gico hebreo— experimentaron el na-
También el cordero, macho, de un tural proceso de historización propio Jesús de Nazaret, y encomendada parte de los términos soteriológicos
año, sin defecto, que se debía ofrecer de toda la liturgia hebrea, también a por él a su iglesia para que la perpe- usados por Pablo (salvar, liberar, et-
mañana y tarde en el templo en sa- ellas se las puso en relación con la tuase por los siglos. cétera) se deban o se puedan retro-
crificio perenne (tamid, Ex 29,38-42; pascua. La antigua fiesta de las tien- Esto resulta obvio si se considera traer a la terminología de la pascua-
Núm 28,2-8), según los rabinos tenía das sirvió para recordar los años de que los autores y portadores del men- éxodo 2\
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1355 Misterio pascual
2. Los SINÓPTICOS. En los Sinóp- no es sólo la de la expiación y la
ticos, si se prescinde del evangelio de alianza, sino también la sangre de la su prolongación sacramental, en su NT con la tipología de la pascua del
la infancia en Le, toda la actividad pascua: lleva a cabo la liberación, y prefiguración tipológica. éxodo. Todas las funciones salvíficas
de Jesús, desde el punto de vista lite- se la compara con la sangre de Abel, En el relato de Juan destacan tres y todos los bienes de salvación con-
rario y teológico, está orientada ha- el justo, el primer mártir, que, según pascuas de los judíos: la primera tenidos en el éxodo se recapitulan
cia la única pascua referida por ellos, el libro de los Jubileos (4,2) y los (2,13) se distingue por la purificación en la persona y en la obra de Jesús:
la de su muerte, meta y cumplimien- targumim palestinenses a Gen 4,3, del templo con el anuncio del san- cordero pascual que da la salva-
to de toda su actuación y de la histo- fue derramada precisamente con oca- tuario definitivo que será el cuerpo ción (19,34-36), signo salvífico alza-
ria salvífica entera. sión de una pascua. resucitado de Cristo (2,14-22), y el do sobre la cruz (3,14), más grande
coloquio con Nicodemo sobre el bau- que Moisés (1,17), mediador único
En ellos la cena de despedida, en (1,18), maná (6,35), agua vivificante
cuyo marco se instituyó la eucaristía tismo como baño de renacimiento
4. 1 PEDRO. En la primera carta en el Espíritu (3,1-21). En el marco (7,37), luz (8,12), vida, camino y ver-
como culto central de la nueva co- de Pedro se señala a Jesús como el dad (14,6), él es el bien omnicom-
munidad, aparece como una verda- de la segunda (6,4) tiene lugar la
"cordero sin tacha ni defecto", cuya multiplicación de los panes (6,1-15) prensivo del nuevo éxodo.
dera cena pascual. Comoquiera que sangre libera a los cristianos (1,18-
se hayan desarrollado los hechos en y el discurso eucarístico relacionado Además, se reconoce el influjo del
19). Esta imagen pascual adquiere con ella (6,26-71). La tercera es la de libro del Éxodo sobre la estructura
el aspecto cronológico 2t , desde el tanto más valor cuanto que forma y
punto de vista teológico la última la muerte (11,55; 12,1; 13,1; 19,14), del cuarto evangelio. Sorprendentes
contenido de la carta hacen pensar la hora de Jesús. En efecto, como paralelos con la última parte de la
cena, celebrada la noche anterior a en una liturgia pascual, si no es bau-
la liberación en la sangre de Cristo, para los Sinópticos, también para Sabiduría (10,1-19,22), particular-
tismal, con himnos bautismales, pa- Juan Jesús quiso consciente y deli- mente respecto a la narración de los
está bajo el signo de la pascua y rénesis a los neófitos, elementos de
constituye el memorial de la nueva beradamente morir con ocasión de siete milagros, vistos como signos y
la profesión de fe25. Sea de ello lo la pascua, y por eso aplazó repetidas contrapuestos a las plagas de Egipto,
pascua. que fuere, no se puede negar que veces su detención (cf sobre todo probarían que "el evangelista proce-
Es evidente, sobre todo en el evan- muchos motivos de la 1 Pe se vol- 11,54.57). El cuarto evangelio atri- de en la redacción de su evangelio de
gelio de Mateo, pero también en la verán a encontrar en las catequesis buye valor teológico a esta coinci- una haggadah pascual cristiana que
primera parte de los Hechos, la tipo- bautismales y en las homilías pas- dencia: la muerte de Jesús no es sólo representa la actividad taumatúrgica
logía del éxodo, en cuanto que se cuales de los padres en los siglos si- la pascua-paso de este mundo al Pa- de Jesús según el modelo de una
presenta a Jesús como el nuevo Moi- guientes 2'. dre; Jesús es el verdadero cordero haggadah pascual judía deducida del
sés (He 3,22), dador de la ley nueva, que muere sobre la cruz a la misma libro de la Sabiduría" 27 .
jefe y liberador del nuevo pueblo de Además, la tipología de la pascua
del éxodo está bastante desarrollada: hora en que en el templo cercano En fin, toda la escena del Apoca-
Dios (He 7,35). se inmolan los corderos, a los que
en cuanto extranjeros (1,1), los cris- lipsis está dominada por Cristo, el
tianos, como antaño los israelitas, no se debía quebrar ningún hueso crucificado resucitado en figura de
3. LA CARTA A LOS HEBREOS. ES (cf Ex 12,46; Núm 9,12, con Jn 19,
el escrito que, más que ningún otro, son librados de la esclavitud median- Cordero. La imagen, aun admitien-
te la sangre del cordero (1,18-19); ce- 33-36). do que por el uso estereotipado haya
ha sufrido el influjo del AT. El autor
profundiza en el significado teológi- ñidos los lomos (1,13), y después de En línea con esta perspectiva tie- perdido algo de su fuerza originaria,
co de la obra de Cristo evocando el haber depuesto toda impureza (2,1), nen carácter pascual también las ex- evoca inmediatamente la pascua.
sacrificio de la alianza sobre el Sinaí también ellos pasan de las tinieblas presiones cúltico-sacramentales del Los efectos de su sangre correspon-
(9,20; 10,29, etc.). A tal fin se vale a la luz esplendorosa de Dios (2,9); evangelio de Juan. Los discursos so- den a los de la sangre de la pascua:
sobre todo de la comparación tipo- también ellos se han convertido de bre el bautismo y la eucaristía, como precio del rescate, del que depende
lógica con el sacrificio del kippur la idolatría para llegar a ser sacerdo- se ha visto, están relacionados con la liberación (1,5; 5,9); medio de sal-
(9,12-28; 13,11-12), pero recurre cio real y pueblo elegido (2,9). Imá- una pascua judía; y en una pascua vación, en cuanto que purifica (7,14)
también a la tipología de la pascua. genes y conceptos todos ellos prove- brotan, del cordero pascual de la nue- y garantiza la victoria sobre el exter-
Jesús no es sólo el sumo sacerdote, nientes del vocabulario de la salva- va alianza muerto en la cruz, sangre minador (12,11).
sino que, en cuanto mediador de la ción pascual. y agua (19,34), alusión al bautismo y El mismo Cordero constituye el
nueva alianza (8,6; 12,24) y guía ha- a la eucaristía; los sacramentos cris- centro de la liturgia celeste que refle-
cia la gloria y hacia la salvación tianos, cuyo eje constituyen éstos, ja la liturgia eucarística en las comu-
5. JUAN Y EL APOCALIPSIS. Un
(2,10), es también el nuevo Moisés descienden por vía directa del costa- nidades protocristianas del Asia Me-
paso ulterior en este proceso de pas- do del cordero pascual, que lleva a nor. Así también tienen carácter des-
(3,3-6) que conduce al nuevo Israel cualización de la existencia de Jesús
al descanso (3,7-4,13), al servicio del cumplimiento todos los tipos y las tacadamente cultual los numerosos
lo da Juan al poner bajo el signo prefiguraciones antiguas. himnos que celebran el sacrificio y
Dios vivo (9,14) y a la Sión de los de la pascua todo el misterio de Cris-
tiempos últimos (12,22). Su sangre Juan ilustra el significado teológi- la victoria del Cordero (5,9-10.13;
to en su realización histórica, en 7,10-11, etc.).
co del acontecimiento salvífico del
Misterio pascual 1356 1357 Misterio pascual
El carácter pascual del Cordero y volverá Con sus santos (Ep. Apost. del centro focal de la liturgia pascual sualmente el recuerdo del aconteci-
de la liturgia lo confirma la tipología [rec. copta] 15: TU 43 [Schmidt], de Ex 12 a Ex 14-15, de la inmola- miento" (ib).
del éxodo, base del Apocalipsis: los Leipzig 1919, 53-57). ción del cordero a la travesía del mar Esta aclaración de Agustín estaba
males del fin de los tiempos repiten Sin embargo, como sabemos por de los Juncos, por lo que sacramento facilitada por la decisión del concilio
las plagas de Egipto (8,7-8.12; 9,3; Eusebio de Cesárea, una controver- pascual por excelencia no será ya la de Nicea de distinguir netamente, in-
16,3.10); la iglesia, como nuevo pue- sia de no leve entidad vino a turbar eucaristía, sino el bautismo. Valga cluso desde el punto de vista crono-
blo de las doce tribus (7,4-8), atra- la celebración pascual desde sus co- por todos el ejemplo de Ambrosio, lógico, la celebración de la pascua
viesa el mar cantando el cántico de mienzos: mientras las comunidades quien más que ningún otro en Occi- cristiana respecto de la judía. La li-
Moisés, siervo de Dios, y el cántico asiáticas, que componían juntas la dente está bajo el influjo del gran beración o independización de aqué-
del Cordero (15,3), y es conducida cronología sinóptica y la teología de Alejandrino: "¿Qué hay más oportu- lla y la polémica antijudía que de ahí
por Dios sobre alas de águila al de- Juan, en el intento quizá de subrayar no a propósito del paso del mar se siguió, llevaron a un desarrollo de
sierto (12,14) para llegar a la Jerusa- la continuidad entre la pascua anti- Rojo por parte del pueblo hebreo la celebración semanal de la pascua,
lén celeste (21,1.2.9; 22,17). gua y la del NT, la celebraban la noche que hablar del bautismo?" (De sacr. es decir, de la eucaristía, por lo que
Se puede concluir, pues, con N. del 14 de nisán, las comunidades oc- 1,4,12; CSEL 73, 20)". celebrar la pascua sólo una vez al
Füglister que el NT considera la cidentales aguardaban para romper La concepción origeniana será di- año se convirtió en sinónimo de ser
obra salvífica de Jesús como un acon- el ayuno a la noche del sábado pos- vulgada, con alguna rectificación, judío: "La cuaresma se hace una sola
tecimiento pascual; la liturgia que terior al plenilunio, acentuando así en Occidente por otro estudioso de vez al año; la pascua, en cambio, tres
prolonga y actualiza este aconteci- la novedad cristiana, que ve en la los textos originales de la Escritura: veces por semana, alguna vez incluso
miento realizado de una vez para resurrección el momento decisivo del Jerónimo J2 . Pero corresponderá a cuatro veces o, más bien, cada vez
siempre tiene también carácter pas- acontecimiento pascual. Sólo la in- Agustín efectuar lo que R. Cantala- que se quiere. En efecto, la pascua
cual; tanto el acontecimiento salví- tervención conciliadora de Ireneo, messa llama la síntesis entre el alma no consiste en el ayuno, sino en la
fico como el culto cristiano que lo que disuadió al fogoso Víctor de asiática y el alma alejandrina de la oblación y en la inmolación que se
actualiza se explican teológicamen- Roma de excomulgar a las iglesias pascua occidental". Pascua es paso, hace en cada sinaxis... La pascua
te recurriendo a la interpretación de Asia, las cuales no se decidían a pero paso del Señor, que a través de consiste en anunciar la muerte del
tipológica de los acontecimientos vin- ajustarse a la praxis de las otras igle- la pasión llega a la vida conduciendo Señor. Por eso el sacrificio que ofre-
culados a la pascua del éxodo 2!. sias, impidió que la controversia hacia ella a cuantos creen en la resu- cemos hoy, el realizado ayer y el que
desembocase en el primer cisma de rrección (Tract. in ev. ¡oh. 55,1: se hace cada día es exactamente el
la iglesia (Eusebio, Historia eccles. CCL 36,363-364). Se perpetúa en la mismo que aconteció aquel día de la
5,23-25: GCS, Eusebius 2, 1,488- iglesia a dos niveles y con dos ritmos semana; en nada era aquél más santo
IV. El misterio pascual 498). Tanto en un caso como en el que éste; en nada es éste menos dig-
en la iglesia diversos: uno anual, representado
otro, si bien con diversa acentua- por la fiesta de pascua; el otro sema- no que aquél, sino único e idéntico,
ción, la pascua celebraba la bien- nal, e incluso diario (Sermo 220 in igualmente tremendo y salvífico": así
1. LA CELEBRACIÓN DEL MISTE- aventurada pasión de Cristo como vig. paschae: PL 38,1089), constitui- se expresa Juan Crisóstomo contra
RIO PASCUAL. Se tiene noticia de una misterio que comprende toda la his- do por la celebración eucarística. los judíos (Adv. Iud. 3,4: PG 48,
celebración anual de la pascua en la toria salvífica, misterio en el que los Por lo que "no debemos considerar 867)«.
iglesia, a parte del texto bastante dis- fieles participan con el bautismo y los días de la pascua tan fuera de lo
cutido de 1 Cor 5,7-8, interpretado sobre todo con la eucaristía. Entre tanto, sin embargo, se había
ordinario que descuidemos la me- producido una notable expansión de
por algunos como el primer testimo- Se produce una evolución al co- moria de la pasión y de la resurrec-
nio de una pascua cristiana M, hacia mienzo del s. Mí en Alejandría, por la celebración pascual. La vigilia
ción que hacemos cuando nos ali- pascual de los comienzos, que se te-
la mitad del s. n con la Epistula obra sobre todo de Clemente Ale- mentamos cada día con su cuerpo y
Apostolorum. Según este escrito, en jandrino y de Orígenes. Éste corrige nía el 14 de nisán (en Asia) o el do-
su sangre" (Sermo Wilmart 9,2, Mo- mingo siguiente (en las iglesias occi-
coincidencia con la celebración pas- la etimología, habitual en aquel rin, Mise. Aug. 1, Roma 1930, 693).
cual entre los judíos, los cristianos tiempo, que pretendía explicar pas- dentales), precedida de uno o pocos
Sin embargo, la participación diaria días de ayuno, se dilata en cincuenta
velan hasta el canto del gallo, cierta- cua como pasión, más bien que en la eucaristía no hace inútil la ce-
mente leyendo las Escrituras, entre como paso, y, reanudando la con- días vividos como un único día de
lebración anual de la pascua. En efec- alegría pascual (cf Tertuliano, De
las que debía de ocupar un puesto cepción propia del judaismo helenís- to, ésta "tiene el poder de evocar de
considerable Ex 12 —como se dedu- tico representado por Filón, inter- orat. 23,2: CCL 1,267). De la vigi-
nuevo ante la mente con más clari- lia se va hacia el triduo pascual (vier-
ce de las homilías pascuales del s. preta tal paso en sentido moral y es- dad, suscitar mayor fervor y alegrar
II—, y luego se hace memoria de Cris- piritual ,0. El influjo de Orígenes será nes, sábado, domingo), interpretado
más intensamente, por el hecho de como memoria de la muerte, sepul-
to consumiendo el ágape y bebiendo dominante a lo largo de los ss. iv y que, retornando a distancia de un
el cáliz, hasta el día en que Cristo v, y determinará el desplazamiento tura y resurrección (cf Orígenes, In
año, nos representa por así decir vi- exod. hom. 5,2: GCS, Orígenes
Misterio pascual 1358 1359 Misterio pascual
6,186) o como recapitulación de la to, cuya riqueza era difícil captar en túrgico que desembocará en el Vat. en la semana, y el tiempo pascual
semana de la creación: creación una única celebración ". El resultado II recomponer la unidad del misterio vuelve a ser el laetissimum spatium
del hombre, descanso de Dios, inau- de este proceso de historización y de pascual, afirmando que "en cada cir- del tiempo de Tertuliano (De orat.
guración del tiempo definitivo la consiguiente expansión de la cele- cunstancia del ciclo anual es el mis- 23,2: CCL 1,272; De bapt. 19,2: ib.
(cf Ps.-Crisóstomo, Hom. in sanct. bración pascual fue la fragmenta- terio de salvación en su integridad el 294).
pascha 7,4: SC 48,115). El ayuno se ción del misterio de Cristo en mo- que se encuentra ante los ojos de la La reforma litúrgica del Vat. II
extiende hacia atrás por un tiempo mentos y fiestas diversas, considera- iglesia y de cada cristiano" 36 . irá todavía más lejos, afirmando que
de cuarenta días, y a la pentekosté dos como episodios y momentos Pío XII iniciará la restauración no sólo en el domingo y en las diver-
corresponde así la tessarakosté o cua- autónomos del único misterio. De del triduo pascual trasladando a la sas celebraciones del misterio de Cris-
resma, de la que se tienen los prime- todos modos, esto sucederá fuera de noche la vigilia, y a una hora que to, sino también en las memorias de
ros testimonios seguros en Atanasio, la época patrística, que, en su con- corresponde a la verdad histórica las los santos e incluso en la liturgia de
en la carta festiva del 334 (Ep. fest. junto, no pierde casi nunca de vista celebraciones del jueves y viernes san- las Horas, en no menor medida que
6, 13: PG 26,1389B), consagrada so- la unidad del misterio y mantiene to, y tratando de poner orden entre en los sacramentos que tienen su
bre todo al retiro bautismal de los el equilibrio entre los distintos ele- los diferentes elementos. centro en el bautismo y en la euca-
catecúmenos. Dentro de la cincuen- mentos. ristía, se celebra en su unidad y glo-
tena se destacan durante el s. IV el Pero será la renovación litúrgica
En todo caso, todo esto repercutió del Vat. II la que llevará a término balidad el misterio pascual (OGLH
día quincuagésimo y el cuadragési- en la pérdida de intensidad de la vi- 13). En efecto, la liturgia de las Horas
mo, consagrados respectivamente a gilia y en la fragmentación del mis- la reforma poniendo el triduo pas-
cual, que culmina en la vigilia noc- extiende a las diversas horas del día
la venida del Espíritu Santo y a la terio pascual en menor medida que las prerrogativas del misterio euca-
ascensión. Y en el siglo siguiente, jun- el nacimiento de un segundo triduo turna, "madre de todas las vigilias",
como vértice de todo el año litúrgico rístico, centro y cumbre de toda la
to a la octava de semanas que cons- que partía en dos vertientes la pas- vida de la comunidad cristiana: la
tituyen pentecostés y dentro de ellas, cua cristiana: la vertiente de la pa- (Normas universales sobre el año li-
túrgico y sobre el calendario 21), re- alabanza y la acción de gracias, la
surge una octava simple de pascua, sión (jueves, viernes y sábado) y la memoria de los misterios de la sal-
durante la cual los obispos comple- vertiente de la resurrección (domin- constituyendo la unidad de la sagra-
da cincuentena, considerada como vación, las súplicas y la pregustación
tan la mistagogía de los neófitos. go, lunes y martes in albis). Al triduo de la gloria celeste (OGLH 12).
un gran domingo (ib, 22), poniendo
Las causas principales de esta di- de la pasión se contrapone el triduo orden en la estructura y entre los di-
latación parecen haber sido la aten- de la resurrección. ferentes elementos rituales y eucoló- 2. LA COMUNIDAD CELEBRANTE.
ción creciente a la humanidad de Je- El jueves, antes considerado día gicos de la celebración y de los do- La comunidad que celebra el miste-
sús, lugar de la revelación y de la conclusivo de la cuaresma y solem- mingos del tiempo pascual, y sobre rio pascual cristiano, como la del
realización del designio salvífico, nizado en muchas iglesias incluso todo ofreciendo, aunque no siempre AT, se presenta bajo un doble as-
que llevó a la creación de suntuosas con una triple celebración (reconci- con la necesaria coherencia, los mo- pecto. Es ante todo la pequeña co-
basílicas en los lugares en que se ha- liación de los penitentes, misa cris- tivos teológicos (cf la idea de incluir munidad convival ligada a un lugar:
bían desarrollado los diferentes epi- mal y conmemoración de la institu- en el triduo la misa vespertina del en el cristianismo de los orígenes se
sodios de la vida de Jesús, a la cele- ción de la eucaristía como rito me- jueves santo; la conservación de las celebraba la cena "partiendo el pan
bración historizada de tales episo- morial de la pascua histórica), se especies eucarísticas y la consiguien- en las casas" (kat'oikon), y en las
dios (cf Egeria, Itinerarium 35-42: incluye en el triduo sacro, quitan- te adoración, si bien privada, duran- casa se anunciaba el alegre mensaje
CCL 175,78-85) y a la multiplicación do de él el domingo. En el Misal de te el viernes, día en que la iglesia se de la salvación pascual en forma de
de las peregrinaciones a tierra santa, Pío V la separación será tan neta ha visto privada de su esposo; el man- haggadah (la misma locución se en-
que tuvo como consecuencia la difu- que entre la celebración de la vigilia tenimiento de la comunión en este cuentra en He 2,46; 5,42, y Ex 12,3).
sión de la exuberante liturgia jeroso- anticipada a la mañana del sábado día rigurosamente alitúrgico, contra- Y la LG 25, desarrollando lo que ya
limitana por las diferentes regiones (de la vigilia ha desaparecido hasta riamente a la antigua tradición ro- había afirmado la SC 42, explica que
de la cristiandad; la polémica anti- el nombre) y la misa in dominica re- mana y a la praxis universalmente las iglesias locales en las que se cele-
arriana, que llevaba a subrayar la surrectionis se inserta todo el ordo existente en Oriente; la supresión de bra la eucaristía, aunque sean peque-
consustancialidad del Verbo (insti- missae. la venerable lectura de Ex 12 de la ñas, pobres y estén dispersas, son
tutición de las fiestas de navidad y No quedaba sino añadir una vigi- vigilia pascual). El triduo pascual, como una concentración y una epi-
de epifanía, cuyo objeto fue sustraí- lia con ayuno y una octava a Pen- con la vigilia en la que la iglesia es- fanía de la iglesia, una, santa, católi-
do a la celebración pascual, y aten- tecostés (ss. vi-vil) y, en fin, los pera velando el paso liberador del ca y apostólica. En efecto, el culto
ción a la resurrección mientras que días penitenciales de las rogaciones Señor resucitado que en el sacra- celebrado en ellas atañe al mismo
se difumina la pasión); y, quizá tam- (s. vin) para vaciar por completo el mento anticipa su advenimiento, tiempo a toda la iglesia, que precisa-
bién, el deseo de penetrar en los di- misterio pascual. vuelve a obtener así en el año litúrgi- mente a través del acontecimiento
versos aspectos del misterio de Cris- co el puesto que ocupa el domingo pascual celebrado en la liturgia se ha
Corresponderá al movimiento li-
Misterio pascua! 1360 1361 Misterio pascual
convertido en el nuevo Israel, y por pecados, purificación y reconcilia- según la Escritura y la liturgia, en el Al memorial, en su doble aspecto
la celebración es continuamente re- ción que se obtiene en virtud de la paso de los padres a través del mar, subjetivo y objetivo, se ordena la li-
juvenecida, renovada y edificada en pascua misma celebrada en la euca- y que, según Rom 6,3-5 y Col 2,12, turgia de la palabra (lecturas bíblicas
templo santo del Señor (cf SC 2). ristía, que presenta a Dios el memo- sume al creyente en la muerte y resu- y homilía en la celebración de la
Como explica la misma constitución rial del único y perfecto sacrificio de rrección de Cristo; en la confirma- eucaristía, de los sacramentos y de
litúrgica, las acciones litúrgicas no Cristo38. ción, que mediante la unción y la la liturgia de las Horas), cuya función
son acciones privadas, sino celebra- imposición de manos lo hace partí- no es sólo recordar a los fieles lo que
ciones de toda la iglesia, que es sa- cipe del Espíritu septiforme que con- Dios realizó por ellos en el pasado e
cramento de unidad, es decir, pueblo 3. E L /MEMORIAL DE LA PAS- sagró a Cristo para el anuncio de la instruirlos sobre las consecuencias
santo reunido y ordenado bajo la CUA. La celebración del misterio pas- salvación y para el sacrificio, y que que de la intervención divina derivan
guía de los obispos. Por eso tales cual ha tomado de la pascua antigua fue comunicado por él a su iglesia el para sus existencias, sino sobre todo
acciones pertenecen a todo el cuerpo la estructura memorial. La obra de día de Pentecostés como fruto y rea- proclamar lo que Dios realiza en el
de la iglesia, lo manifiestan y lo im- rendención y santificación realizada lizador de la pascua; en el sacramen- hoy por los suyos que lo esperan. En
plican (SC 26). Razón por la cual, por Dios en Cristo ha traído una con- to de la reconciliación y de la un- la liturgia de la palabra Dios, que ha
permaneciendo firme la naturaleza dición perenne de salvación y una ción, que en virtud del mismo Espí- hablado muchas veces a los padres
pública y social de cualquier cele- perfección de culto que sigue estan- ritu creador y renovador permiten por medio de los profetas y en Cristo
bración litúrgica, siempre es de pre- do presente en la iglesia y en los fie- al creyente participar en la victoria muerto y resucitado ha pronunciado
ferir la celebración comunitaria, so- les. Pero ésta debe ser actualizada pascual de Cristo sobre el pecado, su palabra definitiva, habla a su pue-
bre todo por lo que se refiere a la continuamente para no ser olvidada sobre sus consecuencias y manifes- blo y manifiesta el misterio de la re-
eucaristía y a los demás sacramentos y volverse ineficaz. Esto sucede en taciones; en el sacramento del orden, dención y de la salvación pascual,
(SC 27). Particularmente, la euca- cada celebración litúrgica, que, co- en el que el Espíritu Santo de la pas- ofreciéndole el alimento espiritual, o
ristía, en cuanto centro de toda la mo la celebración de la eucaristía, cua sigue y seguirá consagrando a sea, la palabra que es espíritu y vida
vida de la iglesia local y universal es esencialmente una anamnesis de un bautizado para el servicio del (OGMR 33); y Cristo, el crucificado
(OGMR 1), congrega a todo el pue- la pascua (Le 22,19; 1 Cor 11,24-25). pueblo de Dios como signo visible resucitado, presente en su palabra,
blo de Dios en torno al sacerdote Se trata ciertamente de un memorial de Cristo pastor, que ha dado la vida anuncia el evangelio (OGMR 9), es
que preside la celebración del me- subjetivo, en cuanto que los fieles, por su rebaño; y en el sacramento decir, proclama el alegre anuncio de
morial de la pascua como represen- anunciando la muerte del Señor del matrimonio, por el que el amor lo que, sobre la base de la historia
tante de Cristo (OGMR 7)". (1 Cor 11,26), hacen presente de nue- de un hombre y una mujer creyentes salvífica pasada, realiza él aquí y aho-
vo el paso histórico de Cristo de este se hace signo visible de la alianza ra por el sacramento en la iglesia
Como en el AT la celebración de mundo al Padre "haciendo el bien y
la pascua era privilegio y deber de nupcial entre Cristo y la iglesia esti- reunida en su nombre 3'.
sanando a los posesos del demonio" pulada con la sangre del Cordero.
todo circunciso, así la plena, cons- (He 10,38), y se consolidan en la fe, Y del memorial brotan la alaban-
ciente y activa participación en las En las fiestas del año litúrgico, que
esperanza y caridad. Pero el memo- bajo perspectivas y puntos de vista za y la acción de gracias rebosante
acciones litúrgicas es requerida por rial es sobre todo objetivo: la cele- de alegría por las maravillas realiza-
la naturaleza misma de la celebra- diversos hacen de nuevo presente el
bración se realiza porque el Padre se misterio pascual en su totalidad, y das por él en el misterio pascual
ción litúrgica, asamblea en cuyo cen- acuerda de Cristo y de los cristianos. (MR, pref. domin. I), y la súplica
tro, como muestra el Apocalipsis, en la liturgia de las Horas —en la
Y él, acordándose, se hace presente, que el pueblo sacerdotal se une y se confiada en que Dios querrá llevar a
está el Cordero, Cristo crucificado y actualiza, aplica y continúa en el cumplimiento en favor de todo el
resucitado, objeto de la contempla- hace voz del sumo sacerdote, el cual
cuerpo la obra realizada en Cristo "en los días de su vida mortal, a gri- cuerpo cuanto ha obrado ya en la
ción, de la alabanza, de la acción de cabeza. cabeza, para que el cuerpo se con-
gracias y de la súplica al Padre; y en tos y con lágrimas, presentó oracio-
nes y súplicas al que podía salvarlo vierta en Cristo en un sacrificio pe-
virtud del bautismo es derecho y Esto sucede en la celebración eu- renne grato al Padre (pleg. euc. III),
deber, con modalidades diferencia- de la muerte, cuando en su angustia
carística, en la que, a través de los fue escuchado, y con la oblación per- a fin de que los hijos de Dios disper-
das (SC 26b-28), de todo miembro símbolos del pan y del vino conviva- sos por doquier obtengan con Cristo
del pueblo cristiano, estirpe elegida, fecta del ara de la cruz...; y después
les, el creyente entra en comunión de resucitar de entre los muertos vive ascendido al cielo la herencia eterna
sacerdocio regio, pueblo rescatado con el Cordero inmolado y glorifica- de su reino, donde con todas las cria-
(SC 14). para siempre y ruega por nosotros"
do, y mediante su sangre es inserta- (OGLH4), y la iglesia, unida a Cris- turas, libres ya de la corrupción del
Sin embargo, también en el cris- do cada vez de nuevo en la nueva y to, su esposo, canta las alabanzas de pecado y de la muerte, canten su glo-
tiano, para celebrar la pascua, se re- eterna alianza concluida y sellada en Dios (OGLH 15)— es siempre el me- ria (pleg. euc. IV), y los hombres de
quiere, como afirma el NT y la tra- el acontecimiento irrepetible de su morial de la pascua el que se lleva a toda estirpe y de toda lengua se re-
dición eclesial (' Cor 11,28; Didajé muerte y resurrección; pero también efecto en la iglesia. unan en el convite de la unidad per-
14,1), una purificación previa de los en el baño bautismal, prefigurado, fecta en el mundo nuevo donde reina
Misterio pascual 1363 Misterio pascual
1362
la plenitud de la paz (pleg. euc. de la conexión con Ap 19,13-16), sea en la alizado en ellos sacramentalmente
Cristo, que en el bautismo y en la persona del esposo (cf Mt 25,1-13;
reconc. II). eucaristía se realizan para el cristia- en la inmersión y emersión bautis-
Ap 22,17), para juzgar a los impíos mal, y de la que ellos se alimentan
Por tanto, como la pascua judía, no; como demuestran las diversas al modo de los egipcios y conducir a
también la liturgia cristiana, que se anáforas eucaristicas de las diferen- en el convite pascual renunciando
la fiesta, en la mitad de la noche (Mt cada día al pecado para vivir en no-
funda en ella y la prolonga, es tridi- tes iglesias y las grandes plegarias 25,6, leído a la luz de Ex 12,29), a
mensional: memorial de una acción que recogen su estructura (consagra- vedad y libertad (Rom 6,3-11); ha-
los suyos, que esperan y velan con ciendo morir en sí mismos cuanto
salvífica pasada que se realizó de ción del crisma y bendición de los las cinturas ceñidas (Le 22,35, leído
una vez para siempre; actualización óleos santos, bendición del agua pertenece todavía al mundo cerrado
a la luz de Ex 12,11; cf 1 Pe 1,13; Ef e inclinado sobre sí mismo y sobre el
de la salvación obrada por aquélla; bautismal, ordenaciones, bendición 6,14).
visión anticipadora de su posesión nupcial y de las vírgenes, dedicación propio pasado (fornicación, false-
plena, que todavía debe venir. de la iglesia y del altar, etc.)—, se La esperanza del futuro tiene su dad, apetito desordenado, idolatría,
han acogido en el memorial litúrgico ámbito vital en la celebración litúr- ira, malignidad) y buscando las co-
Como la celebración pascual del gica, y sobre todo en el convite pas- sas de arriba (Col 3,1-9), los cielos
AT, también la cristiana fue institui- otros acontecimientos salvíficos: los
diferentes misterios de Cristo, las ac- cual, en que se anuncia la muerte del nuevos y la tierra nueva que Dios
da y celebrada por primera vez la Señor hasta que venga (1 Cor 11,26), prepara para ellos, no sin ellos (2 Pe
noche anterior al acontecimiento pas- ciones divinas en el AT e incluso el
sacrificio de los mártires y el testi- se implora insistentemente esta veni- 3,13; Ap 21,1); renovándose conti-
cual y con vistas a él, para permane- da (1 Cor 16,26; Ap 22,17-20) y a la nuamente en la justicia y en la santi-
cer vinculada con él por siempre. monio de los santos.
vez se anticipa y se pregusta. dad; revistiéndose de los sentimien-
Pero como en el judaismo, al memo- Del mismo modo, también la sal- tos de misericordia, bondad, humil-
rial de la pascua se han superpuesto vación futura en el cristianismo se dad, mansedumbre, paciencia: los
otros acontecimientos de la historia 4. MISTERIO PASCUAL Y EXIS-
concibe como acontecimiento pas- TENCIA CRISTIANA. El NT funda la sentimientos del hombre nuevo, Cris-
salvífica, interpretados como mo- cual. Según Lactancio, la pascua se to, a cuya imagen deben configurar-
mentos de la pascua que abarca toda vocación cristiana, que es llamada al
celebra velando por razón de la pa- culto sacrificial pneumático a Dios se cada vez más (Ef 4,24; Col 3,10-
la historia de la salvación. Según los rusía de nuestro rey y Dios; en efec- 12); guardando celosamente la liber-
padres, la pascua -de Cristo, que (Rom 12,1; 1 Pe 2,5), en el aconteci-
to, en una noche pascual obtendrá él miento pascual en que participan los tad con que él los ha hecho libres
aconteció el 25 de marzo con oca- la soberanía sobre el mundo (Div. (Gal 5,1).
sión del equinoccio y del plenilunio creyentes merced a la liturgia. Ellos
inst.-l, 19,3: CSEL 19,645). También se han acercado "a la montaña de
de primavera, resume incluso crono- Jerónimo relaciona el uso de las igle- La vida cristiana aparece así mar-
lógicamente la creación del mundo y Sión, a la ciudad del Dios viviente, cada por el ya y todavía no, que ca-
sias de no despedir a la multitud an- la Jerusalén celeste, a miríadas de
del hombre y la encarnación del Ver- tes de medianoche en la vigilia pas- racteriza el acontecimiento de la sal-
bo (cf Ps.-Cipriano, De paschae com- ángeles, a la asamblea festiva" (Heb vación pascual y su celebración en la
cual con la creencia rabínica de que 12,22-23) gracias al sacrificio de
put.: PL 4,964; Agustín, De Trin. Cristo vendrá a medianoche, como liturgia, por lo que se la puede de-
4,5: PL 42,894). Y ya en el NT la Cristo y a su sangre, que purifica la finir como una liturgia pascual ce-
el Señor "pasó de largo" en Egipto conciencia de las obras muertas para
pascua se convierte en clave de lec- (Hom. in Malth. 25,6: PL 26,184); y lebrada en la existencia: mantener
tura de los acontecimientos de la his- servir al Dios viviente (Heb 9,14). El despierta la memoria de Cristo, que
en el Exsultet de la vigilia la iglesia sacerdocio universal de los fieles de-
toria de la iglesia, entendidos tam- ruega que Cristo, estrella de la ma- padeció por ellos dejándoles un
bién como acontecimientos pascua- riva de la acción salvífica de Cristo, ejemplo para que caminen en pos de
ñana, en su venida gloriosa encuen- cordero que los ha rescatado con su
les. Así, la narración de la liberación tre encendido el cirio que ilumina la él (1 Pe 2,21); y, por tanto, desemba-
prodigiosa de Pedro en los días de sangre (1 Pe 2,5.9; Ap 1,6; 5,9). Así razarse de la vieja levadura de la ma-
noche pascual. como en el AT el fin de toda la obra
los ácimos (He 12,3-4) es rica en alu- licia y de la perversidad (1 Cor 5,6),
siones pascuales. Más aún, según la Por lo demás, ya para el NT Jesús salvífica fue desde el comienzo el ser- vivir como forasteros y peregrinos
Epistula Apostolorum 15 (TU 43, fue inmolado en una pascua como vicio cultual, y la sangre del cordero (1 Pe 2,11), en vela para captar los
53-57), el apóstol se ve liberado de la cordero y quedó constituido Mesías; mezclada, según los rabinos, con la signos del paso liberador de Dios,
prisión para poder tomar parte junto sin embargo, el cumplimiento esca- de la circuncisión, además de valor con las lámparas encendidas y pron-
con los otros apóstoles en la celebra- tológico está en espera de la plenifi- apotropaico, tuvo valor de expia- tos a acoger a Cristo, que viene
ción nocturna de la pascua. Por eso, cación final. También él se llevará a ción y de consagración, así toda la como juez, esposo y salvador (Le
junto a la pascua —como demuestra cabo en analogía con el esquema de moral y espiritualidad cristiana resul- 12,35 y par.) y a dar a quien la pida
la liturgia de la palabra de la vigilia la pascua del éxodo: después de los tan estar fundadas en el misterio pas- razón de la esperanza que hay en
pascual, con las lecturas que narran dolores del parto, descritos en cone- cual. Según el NT y según la mista- ellos (1 Pe 3,15), cantando las obras
toda la historia salvífica desde la xión con los sufrimientos y las pla- gogía de los padres4", consiste en rea- maravillosas de aquel que los ha lla-
creación hasta la pascua del éxodo y gas de Egipto (Ap 16,lss; Le 21,9ss), lizar en la vida diaria la muerte y mado de las tinieblas a su luz admi-
hasta la muerte y resurrección de comparecerá el Mesías, sea como Lo- resurrección de Cristo, que se ha re- rable (1 Pe 2,9).
gos que juzga (cf Sab 18,15-16, en
Misterio pascual 1365 Movimiento litúrgico
1364
35
Así se puede decir que la existen- 700 — S. Czerwik, Homilía paschalis apud 1984, 106-110; Nigro C , La cruz de Cristo resu-
Herder, Barcelona 19768]) — l9 En Strack-
paires, cit., 22-23 — 36 O. Casel, // mistero del citado y su significado para el hombre moderno,
cia cristiana consiste en realizar en Billerbeck, Kommentar zum N. T. aus Talmud
culto cristiano, Borla, Turín 1966, 115 (trad.
und Midrash, II, Beck, Munich 1928, 8I9s, n. a la luz del Misterio Trinitario, en "Estudios
la vida el misterio celebrado en los cast.: El misterio del culto cristiano, Dinor, San
2 — 20 Cf K. Hruby, Les heures de priere dans Trinitarios" 18 (1984) 365-392; Oñatibia I., Nue-
sacramentos (colecta del viernes de le Judaísme á l'époque de Jesús, en Cassien- Sebastián 1953) — " Para la asamblea litúrgica vas aproximaciones al misterio pascual, en "Pha-
la octava de pascua), en hacer pasar Botte, La priere des heures, Cerf, París 1963, como signo sacramental de la asamblea eclesial, se" 145 (1985) 87-100; Oster E., El misterio pas-
a la vida lo que se ha recibido por la 59-84 — 21 Para la relación entre liturgia del cf P. Sorci, Per una teología litúrgica dell'as- cual y la pastoral. Verbo Divino, Estella (Nava-
AT y del NT, cf S. Marsili, Dalle origini della semblea, en "O Theologos". Cultura cristiana rra) 1966; Pascual de Aguilar J.A., Misterio
fe (colecta del lunes de la octava de di Sicilia 21 (1979) 47-66 — 38 Para el valor
liturgia cristiana alia sua caratterizzacione ri~ pascual y existencia cristiana, Ed. Montecasino,
pascua) a la espera de que se cumpla tuale, en VV.AA., Anamnesis II, Marietti, Tu- catártico de la participación en la eucaristía, cf Zamora 1973; Sanna L, Misterio pascual, en
la bienaventurada esperanza y venga rín 1978, 11-41 — 22 Más difuminado sobre este P. Sorci, L 'eucaristía per la remissione dei pec- NDE, Paulinas, Madrid 1979, 921-931; Serrano
el salvador Jesucristo. punto es R. Cantalamessa, La pasqua nella cali. Ricerca nel sacramentario Veronese, Cul- V., La pascua de Jesús en su tiempo y en el
chiesa antica, SEI, Turín 1978, XVII, que opina tura Cristiana di Sicilia, Palermo 1979, con la nuestro, Centro de Estudios Judeocristianos,
[/ Misterio; / Memorial]. que la asunción de la resurrección en el miste- correspondiente bibl. — 39 Para el significado Madrid 1978; VV.AA., La Pascua en la vida
rio de la pascua se operará lentamente, fuera actualizante de la proclamación de la palabra cristiana, San Esteban, Salamanca 1976;
del NT — 23 Cf S. Lyonnet, De peccato et re- en la celebración, cf M. Magrassi, Interpreta- VV.AA., Teología de la cruz. Sigúeme, Sala-
NOTAS: ' Cf S. Marsili, La liturgia, momento demptione II, Pont. Inst. Bibl., Roma 1960, zione cristiana e litúrgica della bibbia y Bibbia manca 1979; VV.AA., La ascensión a los cielos,
storico della salvezza, en VV.AA., Anamnesis 42s.65s — 24 Véase, empero, la impresionante prégala, en VV.AA., L'oggi della parola di Dio en "Communio" 5 (1983) 3-92. Véase también
I, Marietti, Turín 1974, 96-100 — 2 Texto ita- mole de datos a favor de la cronología de los nella liturgia, LDC, Turín 1970, 13-54; 179- la bibliografía de Año litúrgico. Cincuentena
liano con introducción y comentario en R. Can- sinópticos recogidos por J. Jeremías, Le parole 291 — « S. Czerwick, o.c, 159-168. pascual, Eucaristía, Jesucristo, Memorial, Mis-
talamessa, Ipiú antichi testi pasquali della chie- delVultima cena, Paideia, Brescia 1973,43-99 — terio y Triduo pascual.
25
sa, Ed. Liturgiche, Roma 1972 — 3 Ib — * R. Cf F.L. Cross, / Peter, a Pascal Liturgy, Mow- P. Sorci
Cantalamessa, o.c, 89, n. 3 — 5 N. Füglister, // bray, Londres 1954; M.E., Boismard, Unelitur-
signifícalo salvifico della pasqua, Paideia, Bres- gie baptismale dans la Prima Petri, en RB 63
cia 1976, 23-47; H. Haag, De la antigua a la (1956) 182-208; 64 (1957) 161-183 — u S. Czer- BIBLIOGRAFÍA: Aliaga E., Victoria de Cristo
nueva pascua. Historia y teología de la fiesta wik, Homilía paschalis apud paires usque sae- sobre la muerte en los textos eucarísticos de la
pascual, Sigúeme, Salamanca 1980, 31-45 — culum quintum, Pont. Ath. Ans., Roma 1961, octava pascual hispánica. Iglesia N. Española,
6
"La pascua del éxodo y la alianza del Sinaí 27 — 27 G. Ziener, Iohannesevangelium und Roma 1973; Aroztegui F.X., Los mensajes pas-
son los dos puntos focales en torno a los cuales, Urchristliche Passafeier, en BZ, N. F. 2 (1958)
cuales de Juan Pablo II. Proclamación de Cris- MOVIMIENTO LITÚRGICO
como en una elipsis, se reagrupan las narracio- 272 — 28 N. Füglister, o.c, 21-22; a conclusio-
nes análogas llega R. Cantalamessa, La pasqua to resucitado, en "Oración de las Horas" 4
nes del libro del Éxodo (y con éste, en alguna (1985) 136-140; Benedictinas de Herstelle, Núes--
medida, todo el Pentateuco y la historia com- della nostra salvezza, Marietti, Turín 1971, 67- SUMARIO: I. Prehistoria (primera fase) del mo-
105 — 29 Por ejemplo, R. Le Deaut, La nuit tra Pascua, Guadarrama, Madrid 1962; Bernal
pleta de la salvación)". N. Füglister, o.c, 23- J.M., Eucaristía, pascua y año de la Iglesia, en vimiento litúrgico: 1. En la época de la ilustra-
24 — 7 Por esta razón H. Haag, o.c., 34-36, paséale, cit., 322 — 30 Orígenes, fragmento de ción; 2. Sínodo de Pistoia; Muratori; Sailer; 3.
la obra sobre la pascua: SC 36,35: "La mayor "Phase" 115 (1980) 9-25; Centro de Pastoral El despertar teológico del s. xix; 4. La renova-
clasifica Ex 12 entre los textos legislativos — Litúrgica de París, El misterio pascual, Sigúe-
8
Para indicaciones más amplias sobre tales tex- parte de los hermanos, por no decir todos, pien- ción monástica como punto de partida inme-
san que la pascua es llamada con este nombre a me, Salamanca 1967; Durrwell F.X., La resu- diato del movimiento litúrgico: a) Dom Gué-
tos extracanónicos, cf H. Haag, o.c, 38-45; N. rrección de Jesús, misterio de salvación, Herder,
Füglister, o.c, 34-41 — 9 H. Haag, o.c, 65- causa de la pasión del Salvador. Pero, en reali- ranger (Solesmes), b) Los hermanos Wolter
dad, entre los hebreos la antedicha fiesta no se Barcelona 1967; Füglister N., Pascua, en SM 5, (Beuron); 5. La situación general a comienzos
80 — l0 N. Füglister, o.c, 44 — " H. Haag, del s. xx - II. La fase clásica del movimiento
llamapaseha, sino phas... que traducido signifi- Herder, Barcelona 1974, 248-258; Gaillard J.,
o.c, 92-93 — l2 Cf R. De Vaux, instituciones litúrgico (1909/1962-63): 1. Los comienzos del
del AT, Herder, Barcelona 1964, 441-442 — ca paso. Ya que en esta fiesta el pueblo salió de El misterio pascual y su liturgia, Ed. Litúrgica
13 Egipto, con razón es llamada phas, es decir, Española, Barcelona 1959; Garmendia R., La movimiento litúrgico; 2. Una primera contro-
Cf Le 22,1: "Se acercaba la fiesta de los áci- versia; 3. Los comienzos en Alemania: a) María
mos, llamada pascua"; Me 14,12: "El primer paso" — 3I Gaudencio de Brescia sigue la mis- Pascua en el A. T: Estudio de los textos pascua-
Laach, b) La juventud. Romano Guardini, c)
día de los ácimos, cuando se sacrificaba la pas- ma línea: "El éxodo beato y perfecto es el que se les del A.T. a la luz de la crítica literaria y de la Pío Parsch en Austria, d) El Oratorio de Leip-
cua". Sólo en Me 14,1 se distinguen con clari- realiza para nosotros cuando el verdadero Moi- tradición, Eset, Vitoria 1978; Garrido M., El zig; 4. En Francia; 5. En Italia; 6. En España; 7.
dad ambas fiestas: "Dos días después sería la sés, salido del agua del Jordán, nuestro Señor misterio pascual en la espiritualidad, en "Litur- En las Américas; 8. La gran crisis (1939-1944):
pascua y los ácimos" — l4 Indicaciones más am- Jesucristo, Dios por naturaleza y no por desig- gia" 17 (1962) 95-104; Gibert Tarruel J., Festum a) Controversias preliminares, b) La crisis, c)
plias en N. Füglister, o.c, 46-47 — l5 Ib, 47 — nación, con la vara de su cruz nos libra, a través resurrectionis. El significado de la expresión La intervención de Pío XII; 9. Nuevo impulso;
16
El texto en R. Le Deaut, La nuit paséale. del agua del bautismo, de la esclavitud del Fa- "Paseha" en la Liturgia Hispánica, en "Ephe- 10. Los congresos internacionales. Hacia el con-
Essai sur la signifteation de la páque juive á raón que es el diablo y del Egipto de todas sus merides Liturgicae" 91 (1977) 3-31, 132-145; cilio Vat. II - III. El movimiento litúrgico, coro-
partir du targum d'Exode XII, 42 (An. Bibl. tinieblas" (Tract. in Ex. 1,13, CSEL 68,21) — Haag H., De la antigua a ¡a nueva Pascua: his- nado en el Vat. II - IV. El movimiento litúrgico
32 en las iglesias evangélicas.
22), Roma 1963, 64-65 — n N. Füglister, o.c, Comm. in Matih. 4, 26,2; CCL 77, 245: "Pas- toria y teología de la fiesta pascual, Sigúeme,
152 — l8 El targum Jerushalmi /interpreta así cua, que en hebreo suena *phase', no deriva este Salamanca 1980; Hild J., Domingo y vida pas-
Ex 12,13: "Debéis mezclar la sangre del sacrifi- nombre de 'pasión7, como piensa la mayoría, cual, Sigúeme, Salamanca 1966; Ibáñez J.-
cio con la de la circuncisión", en N. Füglister, sino de 'paso*, en el sentido de que el extermina- Mendoza F., Melitón de Sardes. Homilía sobre
o.c, 100; y la Pirke R. Eliezer 29 hace decir al dor, al ver la sangre en las puertas de los israe- la Pascua, EUNSA, Pamplona 1975; Jenny H., El movimiento litúrgico es un fe-
litas, 'pasó adelante' y no los hirió, o bien en el
Señor: "En virtud de la sangre de la alianza de
sentido de que el mismo Señor 'pasó por enci-
El misterio pascual en el año cristiano. Estela, nómeno de nuestro tiempo, un he-
la circuncisión y en virtud de la sangre de la Barcelona 1964; Léon-Dufour X., Resurrección cho moderno no sólo desde el punto
pascua, yo os he liberado de Egipto", en Dizio- ma', viniendo en ayuda de su pueblo" — 33 R. de Jesús y mensaje pascual, Sigúeme, Salaman-
nario di teología bíblica (por X. Léon-Dufour), Cantalamessa, La pasqua nella chiesa antica,
ca 1973; Lóhr E., Los misterios pascuales, Gua-
de vista lexical (la expresión, en efec-
Marietti, Turín 1965, 18 (trad. cast.: Vocabula- cit., XXVII — 14 Argumentación análoga en to, aparece por primera vez en Ale-
Eusebio, Sobre la fiesta de pascua 7: PG 24, darrama, Madrid 1963; Moltmann J., El Dios
rio de teología bíblica [por X. Léon-Dufour, crucificado, Sigúeme, Salamanca 1977; Neun- mania en el Vesperale de A. Schott,
heuser B., Pascua, en DE 3, Herder, Barcelona ed. 1894). Pero debe quedar claro
1367 Movimiento litúrgico
Movimiento litúrgico 1366
en J. Chr. Wolff y en el Kant de los lo esencial en la doctrina y en la vida
que en el curso de la historia siempre como un signo de las disposiciones años juveniles; en fin, el de los enci- cristiana" 5 .
ha habido movimientos que luego providenciales de Dios sobre nuestro clopedistas franceses. Estos últimos
han desembocado en una transfor- tiempo, como el paso del Espíritu influyen en la ilustración italiana, 2. SÍNODO DE PISTOIA; MURA-
mación de la liturgia. Nada es más Santo por su iglesia", recoge simple- que, sin embargo, se distingue por TORI; SAILER. En el ámbito de estas
falso que la opinión según la cual la mente las palabras que Pío XII diri- su oposición al racionalismo carte- categorías se deben enumerar los si-
liturgia de los últimos cuatro siglos gió el 22 de septiembre de 1956 a los siano, al antihistoricismo y antiespi- guientes hechos o personalidades o
sería idénticamente la del primer me- participantes en el I Congreso inter- ritualismo, declarándose a favor de tendencias programáticas, que tie-
dievo, del tiempo patrístico, de la pri- nacional de liturgia pastoral: "El una concepción religiosa y teísta, nen para nosotros particular impor-
mera comunidad apostólica. Baste movimiento litúrgico... ha aparecido con recuperación de valores del pa- tancia: el Sínodo de Pistoia y su
aquí recordar el paso del arameo de como un signo de las disposiciones sado: por algo se tendrá sólo en Ita- programa de reforma (1786); el em-
Jesús y de los proto-apóstoles al providenciales de Dios respecto al lia una tentativa como la del Sínodo perador José II y las reformas apo-
griego de Pablo, del griego al latín tiempo presente, como un paso..." 3 . de Pistoia [/ infra, 2]. yadas en el congreso de Ems (1786);
en la Roma del s. IV [/ Historia de la L.A. Muratori (1652-1750); los li-
liturgia, I-III], las transformaciones Pero junto a ésta existía también
1. EN LA ÉPOCA DE LA ILUSTRA- una ilustración católica, que en sí no bros litúrgicos neo-galicanos de los
desde la liturgia romana clásica (de CIÓN. Sin embargo, nos hemos dado ss. XVII y xvín; J.M. Sailer (1741-
Gregorio Magno) a la liturgia roma- puede "considerarse como destructi-
cuenta con evidencia y certeza cada va y hostil a la iglesia, y mucho me- 1832). No podemos detenernos en
no-franco-germánica, como se pre- vez mayores de que los primeros im- cada uno 6 . Todos éstos deberían en-
senta, por ejemplo, en el Pontifical nos superficial y necia, como suce-
pulsos y las primeras realizaciones dería si no se tuviese en cuenta lo trar en el grupo 4 [/ supra, 1]; se
romano-germánico del s. xi; y tam- de ese programa de renovación li- exceptúa el Sínodo de Pistoia, que
bién: la disposición de la liturgia que la precedió y lo que de positivo,
túrgica existían ya, de manera sor- constructivo y de impulso hacia ade- quizá estuvo demasiado dominado
"secundum usum romanae curiae" prendente por claridad de visión y por tendencias heterodoxas, y debe-
(s. xm), las reformas de Trento y lante nació de aquellas convulsio-
tenacidad de propósitos, en la época nes, de aquel pensar y experimentar, ría por tanto entrar más bien en el
san Pío V y, finalmente, los conti- de la ilustración. No obstante, tam- grupo 3. El obispo Sailer es una fi-
nuos retoques de esta liturgia triden- en suma, de aquel estadio de transi-
bién es verdad que estos propósitos ción, históricamente quizá necesario, gura santa, la única cuya influen-
tina por parte de los papas mismos, no se realizaron, mejor dicho, caye- cia se extendió de modo bastante
o en Francia, o en el período de la pero, en todo caso, no menos histó-
ron en la nada de hecho, hasta tal ricamente condicionado" 4 . amplio hasta el presente [/ infra,
ilustración, etc. [/ Historia de la li-punto que se puede afirmar que no nota 8].
turgia, 1V-VII]'. hay en realidad ninguna relación di- En el ámbito de la ilustración reli-
recta entre las aspiraciones litúrgicas giosa, y en especial de la católica, se El Sínodo de Pistoia representa,
de la ilustración y las de nuestro tiem- pueden distinguir cuatro grupos: 1) desde el punto de vista de la historia
po. Otra razón, no la última, de esto Los adherentes a un escepticismo ra- de la liturgia, el hecho indudable-
I. Prehistoria (primera fase) dical que llegaba a una hostilidad mente más interesante en el seno de
del movimiento litúrgico debe verse en el hecho de que la ilus-
tración, tanto en sus tendencias ma- manifiesta. 2) Una clara acentuación la ilustración. Por desgracia, falta
del contraste entre el cristianismo po- todavía un estudio serio, capaz de
A la pregunta que ha aflorado re- nifiestas como, en todo caso, en sus sitivo y la llamada religión natural, poner en su justa luz las tendencias
petidas veces en las discusiones de corrientes de fondo, se dejara con- pero sin llegar a una ruptura. 3) Teó- litúrgico-reformadoras del Sínodo;
los últimos decenios: "¿Cuándo co- dicionar o guiar demasiado por ele- logos de mediación, que pretenden de todos modos, es cierto que no
menzó el movimiento litúrgico?" 2 , mentos heterodoxos. La consecuen- mantener el edificio dogmático, pero se puede formular una valoración
hay que responder que, entendido cia fue que la restauración, por un explicando los dogmas en un plano exacta del mismo si nos limitamos a
como corriente que une a vastos am- rígido hecho reactivo connatural, re- de religión moral. 4) Teólogos y lai- la lectura de la constitución Aucto-
bientes en la búsqueda de una reno- chazó precisamente toda reforma li- cos "que, partiendo de un conoci- rem fidei, de Pío VI (1794) (DS
vación, sea, ante todo, de la propia túrgica y se polarizó en un conserva- miento profundo y honesto de los 2600-2700), sin recurrir directamente
vida espiritual surtiéndose en la fuer- durismo tradicionalista. males del tiempo, se esforzaban por a las actas y decretos del Sínodo mis-
za de la liturgia, sea, en segunda ins- cambiar la situación. Ellos propug- mo, fácilmente accesible en la colec-
tancia, de la liturgia misma partien- Damos aquí como presupuesto naban una reforma, en el pensa- ción de Mansi.
do de una comprensión más profun- que se conoce el fenómeno de la ilus- miento teológico y en la praxis, pero
da de su espíritu y de las leyes sin tocar el dogma; más aún, quizá Los votos de reforma expresados
tración en su universalidad, que com- en aquellos documentos se han rea-
íntimas que la rigen, es un fenómeno prende la ilustración antimetafísica con las mejores intenciones de poner
histórico-cultual típico de nuestro de manifiesto su pureza y claridad, y lizado casi todos hoy: por ejemplo,
y anticristiana de Locke y Hume; el la participación activa de los fieles
tiempo. La expresión de SC 43: "El de la filosofía alemana, que se rela- en todo caso apoyados en un expre-
celo por promover y reformar la sa- cionaba con el Leibniz de la madu- so propósito de revalorizar lo que es en el sacrificio eucarístico (Mansi
grada liturgia se considera con razón 1040); la comunión con las hostias
rez y que se expresaba, por ejemplo,
Movimiento litúrgico 1368 1369 Movimiento litúrgico
consagradas en la misma misa (ib); rísticas. Hay que subrayar de forma Ciertamente, son muchos los pun- valores singularmente tomados, sino
una menor estima de la misa privada particular "la lucha contra el frac- tos del programa litúrgico de la ilus- sobre todo la actitud religioso-cul-
(ib); unicidad del altar (Mansi 1039); cionamiento en la piedad que tiene a tración que se recobran y realizan tual en su conjunto, que precisamen-
una limitación en la exposición de Cristo como objeto". hoy. Pero efectos positivos en el ver- te en aquel tiempo (como por lo de-
las reliquias sobre el altar (ib); signi- La tendencia a la simplificación se dadero sentido de la palabra los tuvo más sucedía respecto a la cultura)
ficado de la plegaria litúrgica (Mansi extendió en un continuo esfuerzo sólo aquel gran espíritu que con una parece haber encontrado en la masa
1074s); la necesidad de reformas del pastoral de realizar una comunidad espiritualidad auténtica superó inte- de los fieles en medida cada vez ma-
breviario; la veracidad e historicidad litúrgica, sobre todo en la liturgia riormente la ilustración: J.M. Sailer, yor su fuerza sustentante y dinámi-
de las lecturas; la lectura anual de parroquial. En particular se trataba cuyo influjo sobre la liturgia pastoral camente orientada. Ahora bien, por
toda la Sagrada Escritura; la lengua de crear entre los participantes en la de nuestros días es grandísimo«. lo que se refiere a la naturaleza y al
nacional junto al latín de los -libros liturgia una asamblea también espa- contenido más íntimo y profundo de
litúrgicos; la supresión de muchas cialmente tal; de dar una unidad ob- la liturgia, su puesto central con fi-
novenas y formas devocionales se- jetiva a la celebración litúrgica (por 3. EL DESPERTAR TEOLÓGICO
DEL s. xix. Llegamos ahora a los nalidad comunitaria y su universali-
mejantes; la importancia dada a la ejemplo, evitando rezar el rosario du- dad espiritual, esta masa espiritual
comunidad parroquial contra todo rante la misa); de llevar a los fieles a verdaderos precursores y a los co-
mienzos del movimiento litúrgico está ante ella con una especie de so-
fraccionamiento (Mansi 1074-1079). participar en la liturgia de modo ob- lemne absentismo, hecho de respeto
Sin embargo, no hay que olvidar que jetivo y subjetivo. El elemento posi- moderno.
La reacción inmediata a la ilustra- o de íntimo deseo y quizá también
estas reformas estaban insertas en tivo y justo de estas aspiraciones de cierto interés, pero como se está
una maraña de concepciones dog- se vio, sin embargo, infaustamente ción, a saber: el romanticismo, "no
dice nada sobre la liturgia"'. Pero ante una acción oficial y burocráti-
máticas dudosas y discutibles, por puesto en la sombra por la preocu- ca que se cree dotada de un poder y
lo que no pudieron tener desarrollos pación, típicamente ilustrada, de junto a él, y como consecuencia del
mismo, se crean varias corrientes. un significado propios, pero que no
en sus mismas justas demandas cen- comprensión y de edificación. Con- puede verse y oírse más que de lejos.
trales. cluyendo, podemos decir con A.L. Fuerzas sanas de la ilustración, co-
mo las que están en el espíritu de Y todo esto, no obstante la ilustra-
La demanda o instancia central en Mayen con su lucha contra la exu- ción, e incluso quizá precisamente
berancia del barroco, que se había Sailer, ensanchan su influjo, por
la reforma litúrgica de la ilustración ejemplo en Alemania, sobre todo a causa de la ilustración y de sus
católica era sobre todo "la tendencia convertido con el tiempo en puro va- tendencias aparentemente o incluso
cío, la ilustración prestó grandes ser- con J.B. Hirscher (1788-1865) y
a la simplificación..., al carácter co- M.A. Nickel en Maguncia (1800- realmente demasiado democráticas,
munitario..., a la comprensión y edi- vicios también en el campo de la li- que se veían llevados a rechazar en
turgia. "Ante todo..., la ilustración 1869). Pero independientemente de
ficación" '. Simplificación quería sig- éstas, surgen otras fuerzas, como las bloque"".
nificar "la eliminación de todo lo su- católica —por primera vez después
de mucho tiempo— ha hecho de la de la "Tubinga católica", con J.A. Pero naturalmente esta misma
perfluo, de toda hojarasca inútil". Móhler (1796-1838) y F.A. Stauden-
Entre algunos, pocos en verdad, esta cuestión litúrgica un hecho que ata- época, sobre todo en fuerza de la
ñía a la iglesia; la liturgia se convir- maier (1800-1856); el llamado "Mo- forma científica y de la fecundidad
tendencia llevaba a una simplifica- vimiento de Oxford" en Inglaterra,
ción radical, que acababa siendo una tió... en un movimiento litúrgico po- del historicismo, llevaba en su seno
pular". No debería ya ser meramente con Keable, Pusey y J.H. New- gérmenes eficaces para el próximo
falsificación de la liturgia eucarísti- man l0. Un influjo todavía más inme-
ca, la cual se convertía en un simple un puro acto oficial, con sólo que se futuro ". "En este terreno cultural y
reflexionase sobre su origen y sobre diato y efectivo se debe a todo aquel en esta esfera religiosa hunden sus
recuerdo, "un ágape que, según el conjunto que, también en el plano
espíritu de su fundador y también su naturaleza. Pero, por desgracia, raíces dom Guéranger y su obra. El
sólo se vio la forma de la liturgia, y religioso-eclesiástico, se suele indicar historicismo hace de él un investiga-
según las normas de la razón, debía como restauración, la cual si bien
tender sobre todo a valores mora- no se percibió su espíritu vivo. dor y un divulgador de antiguas fuen-
por una parte es —especialmente en tes religiosas, que por su originarie-
les". Pero la amplia mayoría, movi- "La ilustración —por lo que de Francia— reacción necesaria contra
da por el deseo perfectamente legíti- dad y su fuerza serán un valor para
positivo había en su acción— intuyó los errores del tiempo y a menudo el presente y para el futuro. En él
mo de lo esencial, pedía sólo una y captó el sentido íntimo de la litur- dinámicamente creativa, tiene sin em-
simplificación externa. En este sen- aquella interioridad y profundidad
gia; abrió y allanó el camino hacia bargo la culpa de haber sofocado teológica que ya se encontraba en
tido, se destaca en primer lugar "la su santuario a través de malezas y otras fuerzas más originarias.
lucha contra las exageraciones a J.A. Móhler... se unían así con el
oscuridades; llegó incluso hasta los entusiasmo romántico-histórico y
propósito de procesiones, peregrina- umbrales del santuario mismo y se A propósito de los elementos es-
ciones y cofradías", "contra los abu- tructurales de la época restauracio- con el pensamiento racional-históri-
edificó en la contemplación de su be- co; y es aquí y a través de este canal
sos relativos a bendiciones y exor- lleza: pero no tuvo ni encontró la nista, A.L. Mayer afirma que "toda-
cismos", sobre todo en la excesiva vía no eran tales que introdujeran en como toma arranque aquella corrien-
llave para penetrar hasta la parte in- te tenue pero ininterrumpida que lle-
frecuencia de las bendiciones euca- terior del mismo..." lo íntimo de la liturgia... En efecto,
lo que interesa no son estos mismos ga hasta nuestros días, hasta el des-
Movimiento litúrgico 1370 1371 Movimiento litúrgico
pertar de la iglesia y de su liturgia en "una vez más, y ahora más conscien- bra: era —como se decia entonces— eclesiástico, ofrece a la piedad cris-
las almas" l3 . temente que nunca, se le relega a pa- un ultramontano, y tal, que no se tiana" 2°.
pel de espectador..." 15 , para ser habría podido desear uno más de- De esta obra justamente famosa
4. LA RENOVACIÓN MONÁSTICA
abandonado a sí mismo en una pie- clarado en los años precedentes al de Guéranger, que lleva efectiva-
COMO PUNTO DE PARTIDA INMEDIA-
dad de neto fondo individualista, concilio Vaticano de 1870, es decir, mente el nombre preanunciado de
TO DEL MOVIMIENTO LITÚRGICO. EL
mientras que el sacerdote, también un ultramontano con todas sus de- Año litúrgico, apareció el primer vo-
movimiento litúrgico de nuestro él solo consigo mismo, lee su misa o bilidades, pero también con todos lumen (Adviento) en 1841, y el pre-
tiempo encuentra su preparación, la hace la solemne función-espectácu- sus lados positivos, considerada la facio general de la obra, aunque es-
fuerza sobre la que descansa y las lo. Es verdaderamente para maravi- situación histórica del momento. crito en el estilo romántico del tiem-
primeras tentativas de realización llarse que, si bien en ambientes pe- En este contexto histórico-espiri- po, sigue siendo todavía hoy una
en los ambientes monásticos, sobre queños y restringidos, se llegase a tual se hizo desde el primer momen- carta magna de auténtico espíritu li-
todo en Solesmes (Francia), con el celebrar una liturgia que era viva no to altamente benemérito de la litur- túrgico 2I.
abad Guéranger, y en Beuron (Ale- obstante sus limitaciones. gia, como se puede ver ya en 1830 en
mania), con los dos hermanos mon- sus Considérations sur la liturgie b) Los hermanos Wolter (Beu-
jes Mauro y Plácido Wolter. a) Dom Guéranger (Solesmes). catholique, aparecidas en el Memo- ron). La obra del monasterio de So-
No es pensable una renovación del rial catholique Lamennais ", y en los lesmes tuvo importancia decisiva
A primera vista se trata de un sim- monacato benedictino en el s. xix volúmenes, publicados a partir de también para la fundación monásti-
ple dato de hecho, aunque éste tiene sin Próspero Guéranger (1805-1875), 1840, de sus Institutions liturgiques, ca alemana de Beuron, por más que
naturalmente, para quien lo mira en fundador y primer abad de Soles- que cobran una forma progresiva- los iniciadores, los dos hermanos
profundidad, un sentido bien preci- mes. "Los méritos de dom Guéran- mente más polémica y dura '". Nadie Mauro y Plácido Wolter, hundan
so. Viene, en efecto, a indicar por sí ger por lo que se refiere al resurgir podrá negar los límites y los plan- sus raíces en un terreno cultural di-
mismo una orientación determina- del antiguo espíritu monástico son teamientos unilaterales de esta obra; verso. Sin embargo, es cierto que des-
da, la cual, aunque con sus límites, imperecederos. En efecto, en un tiem- pero a pesar de esto encontramos en de su fundación (1863) el monasterio
expresa, en medida mucho mayor, po en que los elementos fundamen- ella bien delineado un auténtico pro- de Beuron estaba profundamente
riqueza y vitalidad. ¿Dónde sino en tales del monacato benedictino casi grama para una renovación y un re- determinado por Solesmes; y así, de-
ambientes de este tipo, es decir, en el habían desaparecido de la memoria, torno litúrgico. "Si este nuestro li- volver también a la liturgia, además
cauce contemplativo del monacato, él los vio y propuso con una claridad bro, llamando la atención de los que de a la Regla, el puesto central en la
el delicado retoño de una nueva que se podría llamar desde luego ca- tienen la misión de velar sobre las vida del monasterio fue la razón de
mentalidad litúrgica habría podido rismática" ". Ahora bien, uno de los iglesias, contribuyese, aunque fuera ser de la gran obra de Mauro Wolter
encontrar su abrigo primero y bien elementos que él redescubría como poquísimo, a frenar abusos muy que lleva por título Elementa mo-
acondicionado? esenciales para una vida contempla- grandes y a preparar, de algún nástica 22, y de la otra obra de co-
El s. XIX había sido calificado, con tiva como es la monástica era cabal- modo, un retorno a los principios mentario a los Salmos en varios vo-
un término muy apropiado, como mente la liturgia, y precisamente la válidos, en todo siglo, en materia li- lúmenes: Psallite sapienter2J.
"el siglo falto de gracia"'", en cuanto liturgia en su forma romana. túrgica, ¿sería el nuestro un crimen También en Beuron, no menos
siglo del romanticismo salvaje y na- tan grande?" ". Por lo demás, nada le que en Solesmes, sigue siendo deter-
Como espíritu enardecido que era, es tan ajeno como el esoterismo; en
turalista, de la restauración histori- Guéranger vio, predicó e impulsó minante una absoluta admiración
cista, de la técnica y de la máquina, efecto —escribe—, "el objeto princi- por el carácter clásico de la liturgia
con vigor hacia adelante todo esto, pal de su libro es el de iniciar a los
del liberalismo y del ateísmo. En este naturalmente de la manera connatu- romana y la voluntad —en aquel
tiempo en que extrañamente se en- más jóvenes de nuestros hermanos momento ciertamente no discuti-
ral a su tiempo. Viniendo del am- en el estudio de los misterios del cul-
treveran todas las tendencias: la de biente de Lamennais, al que estaba ble— de mantenerla encerrada en los
la reacción contra todo deseo de re- to divino y de la oración: dos cosas límites del monasterio, pero con el
profundamente ligado, era un ene- que deben constituir el principal ali-
forma, sobre todo si provenía de la migo declarado de toda forma de ga- intento de que se la viva hasta que
ilustración; la de la entusiasta admi- mento de su vida", y por eso —con- determine la vida del mismo. Sin
licanismo, y, al ver en la unidad li- tinúa Guéranger— "hemos pensado
ración por las tradiciones que nos túrgica con Roma la premisa indis- embargo, a este propósito, Mauro
venían de las dichosas edades del pa- publicar, además de estas Institu- Wolter, alejándose en cierto modo
pensable para toda verdadera vida tions..., también un Année liturgi-
sado, como podían ser el medievo y eclesial, combatió, a menudo con de la dirección tomada por Soles-
también el barroco; la restauracio- que, volumen destinado a poner a mes, sobre todo por lo que se referia
una unilateralidad ciega, no sólo las los fieles en condiciones de aprove-
nista, que, con un cansancio despro- liturgias llamadas neo-galicanas, a su posición sobre la cuestión de la
visto de toda creatividad, tiende sólo charse de los inmensos beneficios actividad pastoral de los monjes, no
sino también todo pequeño residuo que la comprensión de la liturgia, en
a la imitación, se asiste a un hecho: proveniente de la antigua y venera- quería que "la vida litúrgica se res-
en la celebración litúrgica, al pueblo la secuencia de los tiempos del año tringiese al coro, sino que penetrase
ble tradición galicana. En una pala-
Movimiento litúrgico 1372
1373 Movimiento litúrgico
de santidad toda la vida en su con- todo no se movió en una línea rígi-
junto" 24 . damente, no sería pensable la reno- los hombres liberados de las estruc- te dispuesto, como era el representa-
turas ficticias de las concepciones do por la noble figura de Godefroid
La floreciente vida de Beuron y de vación litúrgica posterior"26. pasadas, el movimiento litúrgico les Kurth. Y de este encuentro, feliz mo-
sus fundaciones —debidas en parte presentaba no un nuevo rostro de la mento creativo, conocemos el día y
a la presión de la Kulturkampf que se 5. LA SITUACIÓN GENERAL A CO-
iglesia, sino un rostro que había per- la hora: fue el 23 de septiembre de
desarrolló en Alemania—, que lle- MIENZOS DEL s. xx. El movimiento
manecido durante mucho tiempo en 1909, durante el Congres national
varon su monacato a Bélgica (Ma- litúrgico de nuestros días, en reali- la sombra; trataba, en efecto, de acer- des oeuvres catholiques, en Malinas.
redsous), a Checoslovaquia (Emaus- dad, arranca mucho más tarde. An- carlos lo más posible a lo que la igle- Aquí es, en efecto —caso sumamen-
Praga) y a Austria (Seckau), repre- tón L. Mayer ha demostrado magis- sia era en su naturaleza más profun- te raro— donde "se puede fijar, si no
sentó por doquier, si bien siempre tralmente que su comienzo está ca- da, a saber: a su ser sacramental y a precisamente el comienzo, sí el mo-
en el marco de las posibilidades de racterizado por dos coordenadas: sus celebraciones litúrgicas, mientras mento afortunado en que el movi-
entonces, un fuerte impulso hacia eclesial la una y cultural la otra 21 . que les enseñaba que la iglesia es el miento litúrgico cesa de ser una co-
una mentalidad litúrgica cuyos com- De estas coordenadas, la decisiva cuerpo místico de Cristo, o sea, el rriente, por así decir, subterránea, y
ponentes eran: el redescubrimiento está dada por el cambio en la idea de misterio del Cristo que continúa su de repente se abre un camino en la
de una auténtica celebración llevada iglesia. "El movimiento litúrgico ha existencia humana. Y de esta nueva superficie, mostrándose de golpe vi-
a cabo para honor de Dios, el gran comenzado en una situación históri- comunidad eclesial redescubierta en sible y recognoscible a los ojos de
esmero por un canto gregoriano ca muy determinada, a saber: cuan- los circumstantes, que son precisa- todos" 32 .
apreciable y el esfuerzo por dar vida do los católicos, y más precisamente mente los participantes en la cele-
a un arte sagrado de fuerte expresi- los laicos, comenzando a someter a Se puede decir que todo lo que
bración, el punto central es de nuevo siguió (casi hasta el estallido de la
vidad. examen los lazos que unían su exis- el altar" 2 '.
tencia, que se concretaba en el espa- primera guerra mundial) no fue otra
Pero ello no obstante, "todo esto Esta nueva actitud interior será cosa que el ulterior desarrollo de
—aunque sea como añadido a otras cio y en el tiempo, a la iglesia y a la
jerarquía, pudieron, al hacer este exa- en adelante el terreno acondiciona- aquel afortunado comienzo, que se
cosas que se podrían decir— no debe do para recibir todo aquello que afirmaba con una fuerte actividad en
desviarnos hasta el punto de divisar men, reconocer y diferenciar los mo-
tivos religiosos, esenciales, absolutos —también como fruto del trabajo de Bélgica con la instauración de las
aquel tiempo como la época de un preparación hecho por Solesmes, cada vez más famosas "Sémaines et
movimiento litúrgico. En efecto, y absolutamente vinculantes presen-
tes en la idea de iglesia, de los moti- por Beuron y por otras fuerzas— conférences liturgiques", promovi-
todo esto no dejó su signo de reco- vaya a suceder, comenzando por las das por los monjes de Mont-César,
nocimiento sobre aquel tiempo; an- vos culturales, temporalmente con-
dicionados y relativos, que son sólo reformas del papa san Pío X en ma- y con el surgimiento de las grandes
tes quedó como un hecho esporádi- teria de vida eclesial y especialmente revistas litúrgicas.
co, teórico y, al menos de momento, expresiones de una época histórica-
mente pasada". Y también: "El mo- litúrgica30, hasta el progresivo exten- El movimiento se extiende a Ale-
ineficaz" 2Í, si bien comienzan a per- derse de estas ideas a ambientes cada
filarse centros litúrgicos y salen pu- vimiento litúrgico comenzó cuando mania, donde se encontraban, en un
el catolicismo y los católicos del vez más vastos [/ Espiritualidad li- momento feliz semejante, la riqueza
blicaciones importantes (en 1882 el túrgica, A, II, 1; / Historia de la li-
Missel des fideles, de dom G. van s. xix, saliendo de la actitud de de- de la vida monástico-litúrgica del be-
fensa de la posición jurídico-organi- turgia, VII, 4, a-b]. nedictinismo'de Beuron con una ac-
Caloen, monje de Maredsous, y en
1884 la primera edición del Mess- zadora que tenían en el ámbito del titud de abierta disponibilidad por
buch alemán de A. Schott, monje de mundo moderno, pudieron cobrar parte de los laicos, sobre "todo del
Beuron). Más aún, se ve hacer acto de nuevo conciencia del organismo II. La fase clásica ambiente universitario, que se en-
de presencia la denominación de que, en sentido verdadero y propio, del movimiento litúrgico cuentran, primero en un pequeño
movimiento litúrgico en la edición eran, y juntamente de la interioridad (1909/1962-63) grupo en Dusseldorf en 1912, y lue-
alemana (1894) del Vesperale hecha del mismo"2". Mayer ve así en este go en 1913 y 1914, en jornadas litúr-
por el mencionado A. Schott. Pero, contexto la importancia del movi- 1. LOS COMIENZOS DEL MOVI- gicas propiamente tales durante la
repetimos, "esto no debe llamarnos miento litúrgico: "Cuando ya la idea MIENTO LITÚRGICO. Los primeros semana santa en la abadía de Maria
a engaño. Todo aquello (y era mu- de iglesia del s. xix, que venía a ser pasos decisivos en esta nueva línea Laach (Renania), y en ellas encon-
cho) que entonces se hacía y se pro- la de una iglesia social, organizadora se dieron sobre todo en Bélgica: eran tramos en 1913 nombres que luego
yectaba, se realizaba y se publicaba, y pedagógica, había agotado su pro- pasos que, partiendo del ambiente se hicieron famosos, como Robert
era —y por doquier— simplemente pia vitalidad, fue precisamente el mo- monástico de Maredsous y de Mont- Schuman (Metz), que será un día
preparación del terreno y semilla; no vimiento litúrgico el que contribuyó César (Lovaina), tuvieron la ventura jefe del gobierno en Francia; Hein-
era nada más que un período de in- de manera decisiva y profunda a de hacer que se encontrara un monje rich Brüning, también él más ade-
cubación y de prehistoria..., aunque crear una idea nueva de la iglesia. Y de marcada personalidad, como era lante canciller de Alemania; Paul Si-
sin esta prehistoria, que después de esto sucedió en el sentido de que a dom Lambert Beauduin 3I , con un món, futuro prepósito capitular de
mundo católico laico entusiastamen- la catedral de Paderborn, y Her-
Movimiento litúrgico 1374 1375 Movimiento litúrgico

mann Platz, que será más tarde pro- Esta estrecha colaboración de cien- Ciertamente esta breve panorámi- no-de-ancho-radio, al menos al co-
fesor en la universidad de Bonn. cia y de intenciones pastorales fue ca no agota en absoluto la gran can- mienzo, muy intensa en el ámbito de
largamente determinante para la ac- tidad de trabajo que se hacía por to- las comunidades parroquiales vivas
2. UNA PRIMERA CONTROVERSIA. tividad litúrgica en Alemania, y cier- das partes con fervor y vivacidad por —hasta extenderse luego fuera de és-
Precisamente en este tiempo se asiste tamente no fue un daño, si bien en eminentes teólogos, por pastores de tas—, fue emprendida por los sacer-
a la primera gran crisis, que se pola- un primer momento podía aparecer almas abiertos a las nuevas perspec- dotes del Oratorio, primero en Leip-
rizó en torno a la discusión a que como una limitación con vistas a tivas y, finalmente, también por co- zig y más tarde también en Munich,
había dado origen dom M. Festu- una influencia de radio más amplio. munidades parroquiales más activas. en Francfort y en otras partes. Mu-
giére con un interesante ensayo titu- En efecto, habían optado intencio- Pero alguna de aquellas figuras me- chos de estos oratorianos, y entre
lado La liturgie catholique33', susci- nadamente por dirigirse ante todo al rece ser particularmente recordada. ellos sobre todo Th. Gunkel, J. Gül-
tando una violenta oposición por clero y al ambiente culto, no cierta- den, H. Kahlefeld, K. Tilmann, A.
c) Pío Parsch, en Austria. Re- Kirchgássner, trabajaron mucho
parte de los que querían mantenerse mente con el fin de mantener a los cordemos, en primer lugar, a Pío
en las antiguas posiciones M, y pro- demás alejados de la liturgia, sino también en el campo del canto litúr-
Parsch, de los canónigos regulares gico para darle una forma digna y al
vocando al mismo tiempo la ma- sólo porque a aquéllos se podía lle- de san Agustín en Klosterneuburg,
gistral síntesis conclusiva de dom gar inmediatEimante, no en último mismo tiempo accesible a una co-
Austria (1884-1954). Solicitado por munidad parroquial. Ciertos libros
L. Beauduin con su escrito sobre La término gracias a la obra clarividen- las inspiraciones programáticas del
piété de l'église •". El estallido de la te de los monseñores F.X. Münch y de pastoral litúrgica, como Volksli-
movimiento litúrgico anterior a la turgie und Seelsorge, Parochia (ed.
primera gran guerra puso fin a la Landmesser y de su "Asociación de primera guerra mundial, pero feliz
polémica; pero ésta había mostrado los universitarios católicos" ("Kato- Alsatia, Colmar) y otros, de los que
al mismo tiempo de poder referirse ellos fueron o los autores o los inspi-
con la rapidez de un relámpago lischer Akademiker-Verband"). de modo especial al pensamiento
cómo en aquellas aspiraciones litúr- radores, en tiempos de la segunda
teológico-litúrgico de Maria Laach guerra mundial sirvieron a muchos
gicas vivía un nuevo espíritu y a qué b) La juventud. Romano Guar- y particularmente al de O. Casel, se
consecuencias podía y debía condu- de alimento y medio para sostener
dini. Sin embargo, pronto se abrie- propuso hacer un apostolado decla- su resistencia intorioT.
cir con el transcurso del tiempo 3*. ron otros ambientes, sobre todo gra- radamente litúrgico-popular. Y lo
Pero, en resumidas cuentas, ni siquie- cias al Movimiento juvenil, en parti- consiguió de modo felicísimo, lle-
ra la guerra estuvo en condiciones cular el de Quickborn, que se reunía gando a ejercer, a través de una ri- 4. EN FRANCIA. Entre tanto, por
de detener el movimiento. con Guardini en Burg Rothenfels quísima obra literaria, una influen- aquellos mismos años el movimiento
para organizar prácticamente las ce- cia muy amplia y profunda no sólo litúrgico continuó su expansión, aun-
3. LOS COMIENZOS EN ALEMA- lebraciones litúrgicas, sobre todo en los países de lengua alemana, sino que de forma lenta. Aunque la cosa
NIA, a) María Laach. Mientras sigue con ocasión de grandes solemnida- también en otros países, tanto con era muy evidente respecto a Bélgica
expandiéndose y desarrollándose en des, y a continuación el de la "Aso- su Das Jahr des Heiles, un año litúr- y Alemania, en los otros países tam-
Bélgica, en Alemania va cobrando ciación juvenil masculina" de mon- gico de comentario al misal y al bre- poco se dormía. Así, en Francia, a la
proporciones cada vez más vastas, señor Wolker. Aquellos diez pri- viario, que a partir de 1923 se fue que correspondía la gloria de haber
haciendo converger, siempre en el meros años fueron indudablemente enriqueciendo cada año; como tam- dado el primer impulso al movi-
momento justo, en encuentros alta- años de riquísima experiencia, de ani- bién, desde 1926, con su revista Bibel miento, por más que no había parti-
mente significativos, a nuevas co- mado desarrollo y de grandísimas und Liturgie {— BL), por no citar cipado a primerísima hora en plan
rrientes y nuevos hombres. esperanzas. Junto a las formas so- otras obras suyas, muchas de las amplio en las iniciativas de Bélgica,
lemnes de la liturgia clásica, que se cuales siguen siendo válidas hoy. En dio vida a trabajos científicos de no-
En la abadía de Maria Laach, en table valor incluso para hoy, como
el intento de organizar y de iniciar celebraba de manera tan cautivado- 1950 podía resumir así en el congre-
ra en las grandes comunidades neo- so litúrgico de Francfort los grandes los de los monjes de Solesmes, las
una triple obra, se encuentran uni- grandes publiaciones del tipo Dic-
dos el abad I. Herwegen y sus mon- monásticas, asomaban la cabeza ya objetivos de su trabajo: "Acercar de
entonces nuevas formas, y entre ellas nuevo a los estratos más sencillos del tionnaire d'Archéologie Chrétienne et
jes K. Mohlberg y O. Casel, con de Liturgie (= DACL, 1907-1953), los
el joven sacerdote ítalo-alemán R. especialmente la de la llamada Misa pueblo al culto de la iglesia, hacién-
comunitaria (Gemeinschaftmesse), doles posible sobre todo a ellos una catálogos de los manuscritos de los
Guardini y los profesores Fr. J. Dól- libros litúrgicos de Leroquais, los es-
ger y A. Baumstark; y así ya en 1918 en la cual, con pleno respeto al dere- participación activa en la liturgia"
cho litúrgico vigente, pero también y —en segundo lugar— " p o n e r tudios de Duchesne, de Batiffol, etc.
se da comienzo a tres colecciones: Y no faltaba al mismo tiempo el
Ecclesia orans, Liturgiegeschichtli- valorizando al máximo las posibili- de nuevo la biblia en manos del
dades que daba, se podía realizar pueblo"". compromiso por la valorización
che Quellen y Liturgiegeschichtliche en el plano práctico de los mismos
Forschungen. En 1921 se inaugura- una verdadera participación activa
de los fieles, que eran, naturalmente, d) El Oratorio de Leipzig. Una estudios litúrgicos, como dan fe de
rá, con su primer volumen, el Jahr- ello las obras del abad F. Cabrol
buchfür Liturgiewissenschaft. ante todo los jóvenes mismos. actividad muy laboriosa y, si bien
Movimiento litúrgico 1376 1377 Movimiento litúrgico

y la e n c i c l o p e d i a Liturgia, de merosísimas en Italia las publicacio- disminuir la oposición, en nombre Conferencia episcopal alemana y
R. Aigrain. nes de propaganda y las traduccio- del método ignaciano, a los ejerci- creando una "comisión litúrgica" de
nes de libros litúrgicos. cios espirituales y a los retiros con expertos, representantes de los diver-
5. EN ITALIA. De mayor impor- fondo y con tema litúrgicos. Pero la sos centros litúrgicos que operaban
tancia, tanto en el plano teológico 6. EN ESPAÑA [/ Movimiento li- polémica de mayor importancia (cu- en Beuron, Maria Laach, Kloster-
como en el pastoral, fue el movimien- túrgico en España]. También Espa- yas consecuencias, sin embargo, fue- neuburg y Leipzig. Pero que ni si-
to litúrgico de aquellos años en Ita- ña hará sentir su presencia en el mo- ron, a veces muy positivas) fue la que quiera así se había normalizado y
lia". Y aquí debe señalarse en pri- vimiento litúrgico, tanto con el tra- se desarrolló, tanto en el plano de la calmado totalmente la situación se
mer lugar la Rivista Litúrgica bajo científico como con una intensa teología como en el de la espirituali- percibe por el escrito acusador del
(— RL), que, fundada en 1914 en el actividad de renovación, promovida dad, en torno a la visión mistérica arzobispo Gróber, de Friburgo (Ale-
monasterio benedictino de Finalpia sobre todo por el monasterio catalán de la liturgia, tal como la había pro- mania), Beunruhigungen 45. Y en rea-
(Savona), introducía oficialmente y de Montserrat. puesto y defendido el benedictino ale- lidad era Roma misma, y precisa-
sostenía en Italia la renovación li- mán O. Casel"'. mente el papa en persona, quien
túrgica, hacia la que se había ido 7. EN LAS AMÉRICAS. También quería que el movimiento litúrgico
orientando ya la atención de algunos en los Estados Unidos de América el b) La crisis. Este debate, natu- tuviese una orientación bien deter-
obispos, como Marini de Norcia (lue- movimiento litúrgico, que tuvo su ralmente, se desarrollaba sobre todo minada. En efecto, en enero de 1943
go de Amalfi), Filipello de Ivrea, Tas- primer centro en el monasterio be- en Alemania, donde poco antes del los miembros de la Conferencia epis-
so de Aosta. Nacida por la tenacidad nedictino de St. John (Collegeville), estallido de la segunda guerra mun- copal alemana recibieron del nuncio
y sostenida por el humilde trabajo Minnesota, no tardará en difundirse dial algunos escritos altamente polé- pontificio la comunicación según la
del abad Bolognani, RL tuvo su me- y en encontrar promotores 4I . micos condujeron a situaciones crí- cual una comisión cardenalicia, en-
jor afirmación por obra de dom Ca- En Brasil se formó cierto movi- ticas muy serias. Nos referimos aquí cargada a tal objeto por el papa, ha-
ronti, su primer director, y fue enri- miento litúrgico en el ambiente de la en primer lugar al pequeño volumen cía presentes sus propias preocupa-
quecida por los estudios de dom I. abadía de Río de Janeiro por obra de M. Kassiepe Irrwege und Umwege ciones a la vista de las novedades
Schuster (futuro arzobispo de Mi- sobre todo de un monje de la con- im Frómmigkeitsleben der Gegen- litúrgicas que se iban multiplicando,
lán), que venía publicando en ella gregación de Beuron, Martín Mich- wart (Kevelaer 1939'; Würzburg El texto de la comunicación decía
los que luego serán los capítulos fun- ler (luego abad de aquel monaste- 19402), que tuvo funciones de faro así: "La s. Sede, preocupada por
damentales de su gran obra Liber rio), que se formó en Nevesheim, de orientación; pero también al otro ciertos peligros que podrían correr
sacramentorum (1919-1928) 3». Entre Beuron, Maria Laach y San Ansel- libro de A. Dórner Sentiré cum Ec- la disciplina eclesiástica y la fe..., de-
los demás pioneros no se pueden ol- mo (Roma). Trabajó con gran éxito clesia (Munich-Gladbach 1941, pro sea recibir de los obispos noticias de-
vidar don Moglia de Genova, que entre la juventud universitaria cató- manuscripto), de menor apariencia, talladas sobre el movimiento litúrgi-
fundará la obra del Apostolado li- lica 42. pero sustancialmente más crudo. co..., quiere que los obispos inda-
túrgico sobre todo con vistas a una Ambos escritos suscitaron una alar- guen cuidadosamente qué hay que
formación litúrgica de los mucha- ma general, y poco faltó para que promover en lo que el movimiento
chos y de los adolescentes; don Ri- 8. L A GRAN CRISIS (1939-1944).
Pero no se puede decir ni se debe dividieran en dos a todo el clero, sin litúrgico tiene de bueno. Impídanse
ghetti, que se dedicará sobre todo al distinción de jóvenes y ancianos. Sin ulteriores discusiones sobre estos pro-
estudio científico (es notable su Sto- creer que todo este desarrollo se
haya producido siempre en uñ clima embargo, hay que decir que, en defi- blemas, ya que la s. Sede asegura
ria litúrgica"', en 4 vols., 1944- nitiva, el áspero contraste tuvo su estar dispuesta a mostrar su acuerdo
1959); don Tónolo, famoso por sus de paz.
lado bueno, gracias a la reconocida con los obispos, siempre que se ale-
iniciativas litúrgico-parroquiales; los autoridad de R. Guardini, que con jen peligros para la fe o para la uni-
salesianos don Grosso y don Yisma- a) Controversias preliminares. su Ein Wort zur liturgischen Frage ", dad de la iglesia..."*. Respondió al
ra, que, inspirándose primero sn So- Al contrario: no faltaron, en el inte- escrito en forma de carta al obispo documento el card. Bertram de Bres-
lesmes y luego sobre todo en Bélgica, rior de la iglesia, ni discusiones ni de Maguncia de aquel tiempo, con lau, con una extensa pro memoria,
habían comenzado una intensa acti- ataques; y así vemos obispos que no tono sereno pero al mismo tiempo que contenía una decidida defensa
vidad de renovación litúrgica en el rara vez se muestran más bien escép- como gran maestro, daba unas nue- del movimiento litúrgico ".
ámbito de su instituto, y que habrían ticos y reservados en relación con el vas dimensiones a todo el problema.
podido ser los verdaderos iniciado- movimiento litúrgico en general, y
res y promotores del movimiento en más a menudo todavía ante ciertas Fue, en efecto, precisamente en- c) La intervención de Pío XII.
Italia si cierta estrechez de perspecti- posturas suyas, como sucede, por tonces cuando, sobre todo en Ale- Una primera toma de posición del
vas, por desgracia común en ciertos ejemplo, a propósito de las "misas mania, los obispos comenzaron a to- papa, si bien genérica, fue la encícli-
ambientes eclesiásticos responsables, dialogadas y comunitarias" o de la mar en sus manos la dirección del ca Mystici corporis, de 1943; le si-
no se lo hubiese impedido. Serán nu- celebración sobre "altares vueltos movimiento litúrgico, estableciendo guió una carta del cardenal secreta-
hacia el pueblo"; no daba señales de un "grupo litúrgico" en el seno de la rio de Estado Maglione en respuesta
Movimiento litúrgico 1378
1379 Movimiento litúrgico
a la pro memoria del card. Bertram zar en la problemática litúrgica a la
(diciembre de 1943), en la que, si luz de la Mediator Dei tanto en el Lovaina, St. Odilienberg, Lugano, do, en todas las direcciones, vínculos
bien con reservas, se certificaba la plano doctrinal como en el plano Montserrat, hasta llegar en 1956 al entre sí a lo largo de una sucesión
validez de las intenciones del movi- pastoral50. / Congreso internacional de litur- de semanas, de encuentros y de con-
miento litúrgico "8. Se tuvo, final- gia pastoral en Asís. gresos.
Pero también por otras vías dis- Este estado de cosas hizo que el
mente, en 1947 la encíclica Mediator tintas de las del supremo magisterio Este congreso no podía ciertamen-
Dei, en la que se mezclan de modo te ignorar el pasado lejano y recien- trabajo de la comisión litúrgica pre-
papal —y no menos providenciales paratoria, reunida con vistas al con-
extraño reconocimientos y repro- que éstas— mostraba el movimiento te; pero desde muchos puntos de
ches, en un esfuerzo muy evidente vista fue verdaderamente algo muy cilio Vat. II, estuviera tan adelanta-
litúrgico su capacidad de penetra- do que el esquema relativo a la re-
por remover todo peligro de extre- ción. En efecto, las dificultades y las nuevo. La nutrida representación
mismo. A este solemne documento de la jerarquía, que demostraba así forma de la liturgia no sólo fue el
necesidades de la segunda guerra primero que se discutió en el conci-
pontificio se debe reconocer el méri- mundial, con sus campos de concen- cuan grande era su interés por la
to —si bien no respondía a todos los causa litúrgica; la gran participación lio, sino que pudo encontrar, al tér-
tración y de trabajo y con la misma mino de las discusiones conciliares,
desiderata del movimiento litúrgico persecución religiosa nazi, habían re- de personas interesadas provenientes
y resulta hoy superado en muchos de todas las partes del mundo y, fi- la forma de una constitución litúrgi-
velado ya la vitalidad que alojaba en ca conocida por las palabras inicia-
puntos por la constitución litúrgica sí una liturgia vivida; pero se había nalmente, el hecho de que el congre-
del Vat. II— de haber sido el primer so estuviera coronado por la audien- les como Sacrosanctum concilium
descubierto también qué poder de (~ SC). Ésta, reflejando muy bien
reconocimiento oficial de los valores rebasar las fronteras nacionales le cia del papa Pío XII en Roma", al
del movimiento litúrgico a nivel de tiempo que mostraban el agradeci- las ideas fundamentales de una re-
era propio 51 . En este sentido, es de forma en materia de liturgia tal
iglesia universal, convirtiéndose así, particular importancia el surgimien- miento por las grandes innovaciones
de hecho, en la "carta magna" de la y reformas litúrgicas de los últimos como las habían visto los padres
to en Francia, en 1943, del Centre de conciliares según la perspectiva que
renovación que éste intentaba pro- Pastorale Liturgique (= CPL), en el años (restablecimiento de la vigilia
mover. pascual en 1952 y la consiguiente re- había encomendado al concilio el
que confluyen hombres de destacada papa Juan XXIII, estaba en condi-
personalidad y experiencia, prove- forma de toda la liturgia de la sema-
na santa en 1955), ponían de mani- ciones de expresar de manera casi
nientes del clero secular y del regular perfecta tanto la dimensión teológica
9. NUEVO IMPULSO. A la pro- y animados por un fecundo dinamis- fiesto también la ya imprescindible
mulgación de la Mediator Dei le si- necesidad de ulteriores pasos en el de la liturgia como las actuaciones
mo. En efecto, serán ellos quienes prácticas encaminadas a conseguir
guió en Alemania una mayor coor- den origen a iniciativas preciosísi- mismo sentido. En efecto, se prepa-
dinación de los diferentes centros de raba realmente en Asís, abriéndole su reforma.
mas, como la revista La Maison-
actividad litúrgica, hasta llegar a la Dieu (= MD), que alcanzó pronto el camino, la gran reforma litúrgica Aprobada y promulgada por el
fundación del Instituto litúrgico de fama mundial; la colección de estu- del Vat. II». papa Pablo VI el 4 de diciembre de
Tréveris 4 ', que encontró su primera dios Lex orandi; las Sesiones CPL, Una etapa sobre este camino, aun- 1963, la SCS* puede ser considerada
afirmación en el primer congreso y las Semanas nacionales de Versa- que en sentido ciertamente menor, a así —al menos por el momento—
litúrgico alemán celebrado en Franc- lles. El Congreso litúrgico de Lyon pesar de la importancia revolucio- como la última piedra del edificio a
fort en 1950. (1947) fue el primer encuentro, a nue- naria que parecía cobrar de momen- cuya construcción se había dedicado
vo nivel y con nueva orientación, en- to, fue el nuevo Codex rubricarum, el movimiento litúrgico durante cin-
También en Italia se reforzó el cuenta-sesenta años (tomando como
movimiento, reuniendo sus filas. Ya tre los mayores liturgistas de Francia publicado en 1960.
y de Europa. punto de partida el motu proprio de
en 1947, un mes antes de la aparición Pío X de noviembre de 1903 y el
de la encíclica Mediator Dei, la RL congreso de Malinas de 1909), al ha-
había echado en Parma, en una III. El movimiento litúrgico, ber comprendido su importancia es-
restringida reunión de amigos, las 10. Los CONGRESOS INTERNA- coronado en el Vat. II piritual en muchos aspectos verda-
primeras bases del Centro de ac- CIONALES. HACIA EL CONCILIO VAT. deramente extraordinaria.
ción litúrgica (CAL) [/ Organismos II. En nombre de la liturgia se en-
litúrgicos III], que en 1949 fue contrarán unidas en adelante Fran- En un lapso de tiempo que abraza Así, los que en otro tiempo eran
presentado a todo el episcopado ita- cia y Alemania, dos naciones dema- alrededor de cincuenta años se había planes audacísimos, se ven realiza-
liano mediante una carta circular de siado a menudo enemigas entre sí; y realizado un gran trabajo, tanto en dos bajo la suprema autoridad de la
su presidente Bernareggi, obispo de de su recíproca colaboración y co- el plano práctico de las realizaciones iglesia; propósitos y metas que se ha-
Bérgamo, y que, empezando por el mún acción nacerán aquellos encuen- y de las posibilidades como en el pla- bía prefijado ya la reforma protes-
mismo año, organizó toda una serie tros litúrgicos internacionales que co- no de la reflexión teológica a propó- tante, que la ilustración había prose-
de Semanas litúrgicas nacionales, brarán importancia cada vez ma- sito de la naturaleza y del significado guido y que el movimiento litúrgico
con el objeto expreso de profundi- yor a partir de 1951: Maria Laach, de la liturgia. Todos los que tenían había preparado lentamente y con
interés en la liturgia habían estrecha- gran moderación, son hoy, por de-
Movimiento litúrgico 1380 1381 Movimiento litúrgico

creto de la iglesia, del papa y del llevadas a cabo en las iglesias evan- como también en el ámbito de las las liturgias neogalicanas, cf H. Leclercq, en
concilio, realidad de valor decisivo iglesias reformadas de Suiza (con DACL 9 (1930) 1686-1729 - ' A.L. Mayer,
gélicas durante los ss. xvo y xvm, o.c, 215; para las cit. ss., cf ib, 215-244ss —
para toda la iglesia. Y no es cuestión, hallamos una prehistoria de un mo- R. Paquier y W. Rordorf) y de Fran- 8
Cf F. Kolbe, Die liturgische Bewegung, As-
en primera línea, de detenerse a con- vimiento litúrgico también en el pro- cia. chaffenburg 1964, 16ss; R. Adamski, en LTK9
siderar las que podríamos definir testantismo: se trata ante todo de las El interés y el amor por la liturgia (19642) 214-215 - ' A.L. Mayer, o.c, 273 —
10
como reformas espectaculares, como reformas promovidas por el rey de congrega cada año a exponentes de Cf O. Rousseau, o.c. (nota 2), 138-158 —
la comunión bajo las dos especies, la la ciencia litúrgica de todas las con- " Mayer, o.c, 306 — <2 Ib, 308 — " Ib,
Prusia, Federico Guillermo III, para 309ss — '4 Es el título de un breve escrito de
concelebración y la admisión de la las iglesias luterano-reformadas de fesiones (romano-católica, ortodo- Mayer (1948), cit. en Die Liturgie... (nota 4),
lengua nacional para el uso litúrgico. su reino, entre los años 1816 y 1824. xa, reformada, luterana, anglicana) 311 — l5 J.A. Jungmann, Missarum sollemnia
Sino que se trata sobre todo de una Pero, también aquí, un movimiento de Europa y de los USA en las Se- I, Marietti, Turín 1953, 134 — " St. Hilpisch,
visión más profunda y de una idea litúrgico en sentido estricto se pro- maines d'Études Liturgiques en el Geschichte des benediktinischen Monchtums,
más completa de lo que es la liturgia Instituto de teología ortodoxa en Friburgo/Br. 1929, 369-373, en part. 372 —
dujo sólo en el s. XX: se trata de di- 17
Cf [P. Delatte], Dom Prosper Guéranger I,
y de cómo debe, en conformidad con versas corrientes que finalmente han París (= Semaines de st.-Serge). La Le Mans 1909, 54ss — l8 Ib, 259ss — " P. Gué-
este mejor conocimiento que se tie- obtenido una verdadera reforma li- vigesimonona semana (1982) tenía ranger, Instilutions liturgiques I, Le Mans 1840,
ne de ella, encontrar la forma que túrgica por parte de las iglesias ofi- como tema liturgie, spiritualité et cul- XII — 20 Ib. XX-XXI — 2I El juicio tan áspe-
mejor le cuadra en nuestro mundo ciales. ture. Las actas de estos congresos se ro y negativo que sobre Guéranger pronuncia
de hoy. publican en Roma en las Edizioni L. Bouyer, La vie de la liturgie, París 1956, 26-
Existían los grupos de una orien- 28, ha de considerarse injusto y unilateral, por-
Y es precisamente en estos dos as- tación semejante a la de la High Liturgiche. que no tiene en cuenta lo mucho válido y dura-
pectos donde se revela de forma con- Church (iglesia alta) anglicana, que dero que contiene la obra de Guéranger, aunque
creta, en el ámbito del problema li- se inspira en Fr. Heiler (1892-1967). [/ Movimiento litúrgico en Es- el enfoque sea a veces discutible. Cf los juicios
túrgico, el nuevo mundo en que se paña]. más matizados de Jungmann, Missarum sollem-
Pero son más importantes y más nu- nia I, 135s; Mayer, Die liturgie.... 376ss; Rous-
mueve el concilio: la iglesia, con una tridos los grupos surgidos en el seno seau, Storia... (nota 2), 23-69. Sobre Guéranger,
vitalidad siempre nueva, debe ade- de la iglesia luterana, especialmente además de Delatte, o.c. (nota 17), cf F. Cabro!,
cuar la propia naturaleza y misión la hermandad de S. Miguel (grupo NOTAS: ' Cf al respecto B. Neunheuser, Sto- en DACL 6, 1875-1879; el estudio crítico de E.
inmutable a las que son exigencias de Berneuchen). Aquí se busca una ria delta liturgia aítraverso le epoche cultural!, Sevrin, Dom Guéranger et La Mennais. Essai
del presente. Ed. Liturgiche, Roma 1977; Le riforme liturgi- critique et historique sur lajeunesse de dom G.,
forma más auténtica de celebración che dal sec. IV al Vat. II, en VV.AA., Anamne- París 1933; A. Genestout,en EncCb (1951) 226-
Se encargó la realización de este de la cena, con el retorno a una ver- sis 2, Marietti, Turín 1978, 227-253; E. Catta- 227; cf además F. Brovelli, Per uno studio de
magnífico programa al Consilium ad dadera prex eucharistica; además, se neo, II culto cristiano in Occidente, Ed. Liturgi- "L'Année liturgique"di P. Guéranger. Contri-
exsequendam constitutionem de reanuda el uso de una liturgia ho- che, Roma 1978. En la presente contribución buto alia storia del movimento litúrgico, en EL
s. liturgia, instituido ya durante el rarum. nos servimos, con oportunas adaptaciones es- 95 (1981) 145-219 - 22 M. Wolter, Praecipua
tructurales (en los títulos), simplificaciones (en ordinis monastici elementa, Brujas 1880 —
concilio en 1964, puesto bajo la sa- Los teólogos de estos grupos lu- el aparato bibliográfico) y adiciones, de nuestro 25
Id, Psallite sapienter, 5 vols., Friburgo 1871-
bia dirección del card. G. Lercaro y teranos han publicado una obra trabajo precedente; B. Neunheuser, II movimen- 1890 - - " St. Hilpisch, o.c. (nota 16), 382 —
del secretario A. Bugnini (t 1982), y excelente en 5 vols.: Leitourgia. to litúrgico: panorama storico e lineamenti teo- 25
Mayer, Die Liturgie... (nota 4), 386 — 26 Ib.
en cuyo seno se encontraban de Handbuch des Evangelischen Got- logici, en VV.AA., Anamnesis 1, Marietti, Turín 43Iss — " Ib, 432 — 28 /*. — 2 ' Ib. 432s —
30
treinta a cuarenta entre cardenales y tesdienstes, Kassel 1954-1969, con 1972, 9-30 — 2 Cf O. Rousseau, Sloria del mo- Se trata sobre todo del célebre 7'ra le solleci-
vimento litúrgico, Edizioni Paoline 1961 (con tudini (1903), del decreto sobre 4a comunión
obispos. Pero llegados aquí, debe- estupendas contribuciones de R. un largo apéndice de S. Marsili, Storia del mo- frecuente (1905) y de la constitución apostólica
mos dejar la palabra a la voz / Re- Stahlin, P. Brunner, G. Kretschmar, vimento litúrgico italiano dalle origini all'enci- Divino afflatu sobre el nuevo salterio del Bre-
forma litúrgica. E. Schlink y de muchos otros buenos clica "Mediator Dei", 263-369) — ' En La li- viario romano (1911), que muy significativamen-
autores. turgia (Insegnamenti pontifici, 8), Edizioni Pao- te se cierra con las palabras: "... nemo non videt
El resultado más feliz de estos tra- line, I9622, n. 793 — 4 A.L. Mayer, Die per ea, quae a Nobis decreta sunt, primum nos
Liturgie in der europaischen Geistesgeschichte, fecisse gradum ad Romani Breviarii et Missalis
IV. El movimiento litúrgico bajos ha sido la redacción de una Darmstadt 1971, 194 — 5 Mayer, o.c, 196 — emendationem". Cf DPILS I, 10-26; 35-38; 47-
en las iglesias evangélicas celebración eucarística que se aseme- h
Para el Sínodo de Pistoya, cf Atti e decreti del 50 — 3I Cf A. Haquin, Dom L. Beauduin et le
ja muy de cerca a nuestra misa: pero concilio diocesano di Pistoia dell'anno 1786, Flo- renouveau liturgique, Gembloux 1970; L. Bou-
En la época del / ecumenismo, su uso es sólo facultativo. rencia 17882, Mansi 38, 989-1282, en particular yer, Dom L. Beauduin, un homme de l'église,
1011-1086; DS 2600-2700 recoge las decisiones París 1964 — 32 Cf QLP 40 (1959) 195-251 —
promovido también por el Vat. II Análogamente, son dignos de for- o declaraciones del Sínodo en la interpretación- 53
M. Festugiére, La liturgie catholique. Essai
(cf UR, sobre todo 23), es oportuno tísimo aplauso los trabajos en el cam- condena dada en la constitución Auctorem fi- de synthése suivi de quelques développements,
considerar al menos brevemente los po litúrgico, a nivel tanto de investi- dei, de Pío VI. Para Muratori, cf L. Brandolini, en Revue de Philosophie (1913) 692-886, y luego
esfuerzos de los hermanos separados gación teológica como de actualiza- La pastorale dell'eucaristia di L.A. Muratori, como libro aparte (ed. Maredsous 1913) —
34
en el campo litúrgico ". ción concreta de la celebración, que en EL 81 (1967) 333-375; 82 (1968) 81 -118. Para Primer protagonista de la polémica: J. Nava-
el congreso de H. Schotten, Zur Geschichte des tel, L'apostolat liturgique et lapiétépersonnelle,
Después del desarrollo, no siem- se llevan a cabo en Taizé, gracias a Emser Kongresses, en Historisches Jahrbuch en Eludes 137 (1913) 476ss - 35 L. Beauduin,
pre feliz, de las reformas litúrgicas la obra de R. Schutz y M. Thurian, der Gorresgesellschaft 35 (1914) 86-109. Para' La piété de l'église. Principes el faits, Lovaina
1383 Movimiento lit. en España
Movimiento litúrgico 1382
MOVIMIENTO LITÚRGICO música sagrada. A partir del motu
1914 — }t Sobre la controversia una buena gada también de reservas muy críticas, cf AAS
proprio de Pío X se inició el camino
bíbl. en H. Schmidt, Introductio in liturgiam 48 (1956) 711-725; DPILS II, 45-48; La Liturgia EN ESPAÑA de la renovación. Ya en los últimos
occidentalem, Roma 1960, 88-90 — " Cf BL (Insegnamenti pontifici, 8), Edizioni Paoline
17 (1950) 329ss — 38 Cf L. Andrianopoli, La 1962*, nn. 793-822 — " Para el texto de las años del s. xix se habían dado al-
rinascita litúrgica contemporánea, Milán 1934, ponencias del Congreso de Asís, cf MD 47-48 SUMARIO: I. Comienzos del movimiento litúr- gunos signos de renovación al pe-
27-34; S. Marsili, Storia del movimento litúrgi- (1956) — 54 De los muchos comentarios a SC gico español: orígenes monásticos y primeros netrar, en algunos centros y perso-
co italiano, en O. Rousseau, Storia del movi- citamos: MD 77 (1964); EL 78 (1964) 226-419; desarrollos (1903-1936): 1. Antes del I Congreso
mento litúrgico, Edizione Paoline 1961, 263- E.J. Lengeling, Die Konstitution des 2. Vat. litúrgico de Montserrat; 2. I Congreso litúrgico nas, las ideas de la renovación. Pero
369; L. Andrianopoli, en Th. Bogler, Liturgis- Konzils über die hl. Liturgie, en la colección de Montserrat; 3. Después del I Congreso litúr- fue a partir de 1903 cuando se dio el
che Erneuerung in aller Welt, Maria Laach Lebendiger Gottesdienst 5-6, Münster 1964; G. gico de Montserrat - II. Nuevo despertar del definitivo paso adelante.
1950, 73-81; E. Cattaneo, fntroduzione alia sto- Baraúna, La s. liturgia rinnovata dal concilio, movimiento litúrgico (1939-1952) - III. Etapa
final del movimiento litúrgico español (1959- Estos primeros pasos están guia-
ria della liturgia occidentale, Roma 19692, 418- Turín 1964; F. Antonelli-R. Falsini, Costituzio-
431 — 39 Traducido al cast. en nueve tomos, ne conciliare sulla s. liturgia, Milán 1964; M.
1963). dos por las abadías benedictinas de
Herder, Barcelona 1944-1948 — « BAC 132, Nicolau, Constitución litúrgica del Vat. II. Tex- Silos y Montserrat 3 , los centros di-
144, Madrid 1955, 1956 — 4I Hay que recordar to y comentario teológico-pastoral, Madrid — fusores de la renovación, y que re-
55
aquí sobre todo la revista Orare Fratres, inicia- Para este último párrafo, cf B. Neunheuser, I. Comienzos del movimiento presentaron las dos vertientes del mo-
da por el benedictino Virgil Michel di College- // movimento litúrgico protestante. Origini e as- litúrgico español: vimiento, la castellana y la catalana.
ville, que en 1951 cambia el título en Worship petti fondamentali, en Sai 36 (1974) 33-67.
(= Wor). Para Michel, cf P.B. Marx, Michel orígenes monásticos A través de la restauración del can-
and the Litúrgica! Movement, CollegevÜle B. Neunheuser y primeros desarrollos to gregoriano tuvo lugar también la
1957 — 42 CfCl. lsnard, Reminiscencias para a (1903-1936) renovación de la vida litúrgica. Por
historia do movimento litúrgico no Brasil, en B. este hecho podemos definir el movi-
Botte, O movimento litúrgico. Testemunho e miento litúrgico español como un
recordares, Sao Paulo 1978, 207 — 43 Cf Th.
El primer período del movimiento
BIBLIOGRAFÍA: Calzada P., El movimiento li- litúrgico se sitúa entre dos fechas movimiento de renovación litúrgico-
Filthaut, Die Kontroverse über die Mysterien- túrgico, sus razones internas, en "Liturgia" 5
lehre, Warendorf 1947 (ed. franc: La théologie (1950)95-101; Franquesa A., Movimiento litúr- históricas, pero de índoles diversas: musical. A la restauración del canto
des mystéres, París 1954) — m Esta "palabra gico contemporáneo, en DHEE 2, Consejo S. 1903, publicación del motu proprio gregoriano correspondía un nuevo
sobre el problema litúrgico" se puede leer hoy de Investigaciones Científicas, Madrid 1972, Tra le sollecitudini, sobre música sa- espíritu litúrgico, que se fue introdu-
en R. Guardini, Liturgie und liturgische Bil- 1330-1333; Jungmann J.A., Liturgia (Movimien- grada, del papa Pío X; 1936, inicio ciendo en la iglesia española.
dung, Würzburg 1966, 193-213, y en versión to litúrgico), en SM 4, Herder, Barcelona 1973,
francesa, en MD 3 (1945) 7-24 —4S Traducción 357-360; Maertens Th., Crisis del movimiento
de la guerra civil española, cuyo tér- En la labor difusora del nuevo es-
francesa en La Pensée catholique 5 (1948) 64- litúrgico, en "Phase" 5 (1961) 1-7; Moral T., La mino en 1939 significó la ruptura de píritu litúrgico influyó de un modo
71 — 46 Cf F. Kolbe, Die liturgische Bewegung obra litúrgica del padre Germán Prado OSB todas las esperanzas de renovación decisivo la vida litúrgica de las aba-
(nota 8) 71ss - 47 Ib, 75-79 — 48 Ib, 80-84; (1891-1974), en "Ephemerides Liturgicae" 90 litúrgica. días. A través de la liturgia vivida se
texto original de la respuesta romana en DPILS (1976) 212-218; Fray Justo Pérez de Urbel litur-
I, 80ss — 49 Cf Wagner, Le mouvement liturgi- El movimiento litúrgico español expandió el espíritu de renovación
gista (1895-1979), ib, 94 (1980) 195-199; Dom al resto del Estado. Esta labor fue
que en Allemagne, en MD 25 (1951) 75-82 — Andrés Azcárate, pionero del Movimiento Li- recibió fuertes influencias de la aba-
50
S. Marsili, Storia... (nota 38) 339ss — 5I Esta túrgico en Hispanoamérica (1891-1981), ib, 96 día benedictina de Solesmes; monjes más fácil en Montserrat, pues era el
"superación de las fronteras" ha de entenderse (1982) 90-95; Olivar A., Dom Adalbert Fran- de esta abadía restauraron la de San- centro espiritual de Cataluña, y la
no sólo respecto al ámbito directamente cultual quesa: breve ensayo bio-bibliográfico, en "Pha- to Domingo de Silos, en Castilla ', y vida religiosa del país se movía al
(como, por ejemplo, cuando los soldados ale- se" 62 (197!) 119-125; Palacios M., Algunos ritmo de la vida espiritual de la aba-
manes, a pesar de las prohibiciones del régimen en ella recibió la formación musical
puntos de vista sobre el movimiento litúrgico, día. La labor de Silos fue más difícil;
nazi, celebraban la eucaristía con un sacer- en "Liturgia" 8 (1953) 29-37, 95-100, 142-145; el padre Gregorí Suñol, futuro abad
dote polaco), sino como hecho general y de Pascual A., El movimiento litúrgico hasta Pió titular de Santa Cecilia de Montse- tuvo que empezar desde cero, llegó a
principio. Así sucedía, por ejemplo, que las lí- X, en "Liturgia" 5 (1950) 225-229; El movimien- rrat, de la abadía de la B.V.M. de ser un centro de vida litúrgica para
neas de actuación litúrgica establecidas unáni- to litúrgico en Bélgica, ib, 279-284; El movi- Montserrat, en Cataluña 2 . Castilla, pero sin llegar al nivel de
memente por los obispos de la "gran Alemania", miento litúrgico en Alemania y Austria, ib, 353- Montserrat.
éstos se empeñaban en observarlas también tan- 360; El movimiento litúrgico en España, ib, 6 En el primer período del movi-
to en Alemania como en Austria, cualquiera (1951) 18-25, 102-106; Pasqualetti G., Recuerdo miento litúrgico español encontra- La labor de los centros difusores
que fuese el final de la guerra. La misma supe- de Mons. Bugnini, en "Phase" 131 (1982) 423- mos un acontecimiento central que puede ser dividida en diversos as-
ración de las "fronteras" se encontraban, por 437; Prado G., Movimiento litúrgico, en "Li- define el período: / Congreso litúrgi-
ejemplo, cuando ocurría que sacerdotes france-
pectos:
turgia" 2 (1947) 179-181, 206-211, 266-271, 298- co de Montserrat, y hace que este
ses que formaban parte de la resistencia no re- 302, 330-335; Urdeix J., 1903: Un hito en la a) Labor docente: cursos, confe-
husaban tomar contacto, cuando aún duraba la pastoral litúrgica. A los setenta y cinco años del período se divida entre antes y des-
guerra, con los centros litúrgicos alemanes: un pués del Congreso litúrgico, que es rencias, enseñanza de la liturgia y el
Motu Proprio "Tra le sollecitudini", en "Phase"
ejemplo manifiesto al respecto fue el del director 108 (1978) 543-547; Velado B., El movimiento el momento crucial del movimiento. canto gregoriano en los seminarios y
de Ediciones Alsatia de Colmar, J. Rossé, y de litúrgico en el mundo, en España, en la diócesis comunidades religiosas4.
otros alsacianos, que justamente por disfrutar de Astorga, "Dossier del Instituto diocesano de
de las ventajas de vivir en un territorio bilingüe Formación y Acción Pastoral", Astorga 1964;
1. ANTES DEL 1 CONGRESO LI- b) Labor investigadora: estudios
se convirtieron en mediadores de la acción li- VV.AA., El movimiento litúrgico, en "Liturgia" TÚRGICO DE MONTSERRAT. La pri- sobre liturgia hispánica, especialmen-
túrgica de un país a otro — " Para la alocución 145-146 (1958) 1-55. Véase la bibliografía de mera etapa está dominada por la te en Silos, y sobre el oficio divino;
de Pío XII, abundante en alabanzas, pero car- Movimiento litúrgico en España.
Movimiento lit. en España 1384 1385 Movimiento lit. en España
recordemos la importancia de la por el apostolado litúrgico, por la partir de la experiencia profunda de líneas maestras quedaron definidas
obra del abad Guepin. difusión del espíritu litúrgico y por la celebración litúrgica. en el congreso de Montserrat, y el
llevar a la plena participación a los El episcopado de la provincia ecle- movimiento continuó el camino de
c) Labor divulgadora: las aba- fieles, sin dejar de lado el plano mu- siástica tarraconense tuvo un papel forma más serena y organizada.
días dedicaron buena parte de sus sical. importante, no sólo por el apoyo
esfuerzos a la divulgación de la litur- En esta etapa encontramos el mis-
Fueron congresos de música sa- e interés que ofreció al congreso, mo defecto que en la anterior: la
gia, a diversos niveles, a través de sino por la participación activa en el falta de un organismo central que
grada, pero bien pudieron ser con-
obras dirigidas a la formación de los mismo. guiara el movimiento y animara su
gresos de renovación litúrgico-musi-
fieles. El tema central de los estudios fue caminar. Hasta 1954, fecha de la
cal, pues la música era estudiada
d) Vida litúrgica, a la que hemos desde la perspectiva litúrgica y des- la santa misa, existiendo una espe- constitución de la Junta Nacional de
hecho referencia anteriormente. de las posibilidades de aplicarla al cial preocupación, que se manifiesta Apostolado litúrgico, no existirá este
apostolado. en las conclusiones, por el apostola- organismo.
La labor de los centros difusores Encontrándose la vida litúrgica de do litúrgico. Es una etapa en la que encontra-
no estuvo encerrada detrás de los mu- la iglesia española en este aceptable Las conclusiones, divididas en ge- mos diversos acontecimientos de ca-
ros de las abadías; al contrario, los nivel, se celebró en la abadía de la nerales y particulares, de cada sec- rácter congresual, pero en diversos
benedictinos de Silos y Montserrat B.V.M. de Montserrat el I Congreso ción de estudios, a saber; estudios sentidos. Desde los acontecimientos
estuvieron abiertos a las necesidades litúrgico. históricos, gregorianos y populariza- de índole diocesana, como las Se-
de las diócesis y a la colaboración ción de la liturgia, ofrecieron un am- manas litúrgico-gregorianas de Be-
con éstas. Ellas fueron las encarga- plio e interesante programa de apos- salú (Gerona), en 1916 y 1917, y la
das de difundir en las diócesis el es- 2. I CONGRESO LITÚRGICO DE tolado litúrgico 7. litúrgica de Bañólas (Gerona), en
píritu de renovación y hacer capaces MONTSERRAT. Celebrado del 5 al 10 Se dedicó una sección de estudios, 1917, que fueron fruto del congreso
a los sacerdotes diocesanos de tomar de julio de 1915 en la abadía de la no reflejada en las conclusiones, a los litúrgico, y la II Exposición de arte
las riendas del movimiento de reno- B.V.M. de Montserrat, fue prepara- ministerios sacerdotales. El objetivo litúrgico de Barcelona, en 1928 "'; a
vación litúrgico-musical. do por un grupo de sacerdotes y re- de esta sección era la comunicación los de índole nacional, como el con-
El camino de renovación de las ligiosos dirigidos por el doctor Lluis de experiencias y comentarios sobre greso de ciencias de Salamanca, en
diócesis, en esta primera etapa, estu- Carreras. La idea tuvo una maravi- la vida litúrgica, con el propósito 1923; el certamen con motivo del
vo muy ligado a los centros difuso- llosa aceptación, ya sea por la aba- de vigorizar el espíritu sacerdotal. VII centenario de la catedral primada
res, pero manteniendo una vida pro- día, ya sea por el episcopado de la de España, Toledo, en 1926, y el
provincia eclesiástica tarraconense, El congreso ofreció como concre-
pia, con la proliferación de scholae tización de las ideas expresadas en el IV Congreso de música sagrada de
cantorum, capillas y coros popula- encabezado por el arzobispo de Ta- Vitoria, en 1928.
rragona, doctor López Peláez, que mismo, el Eucologio, eficaz instru-
res; la constitución de las comisiones mento para impulsar la participa- Destacan el certamen de ciencias
diocesanas de música sagrada; la ele- aprobó la celebración del congreso
con una carta, dirigida al abad de ción activa de los fieles en la celebra- de Salamanca y el certamen con mo-
vación del nivel de la liturgia y el ción litúrgica". tivo del VII centenario en Toledo,
canto gregoriano en los seminarios, Montserrat, sobre las excelencias de
la liturgia 5 . Fue creada, por suge- El congreso tuvo diversos signifi- como grandes triunfos del movimien-
aunque no en todos; la proliferación cados ': ser la más alta respuesta de to. Significaron el reconocimiento de
de revistas, que fueron eficaces ór- rencias del grupo de sacerdotes y re-
ligiosos anteriormente mencionados, la iglesia española al motu proprio la entidad científica de la sagrada li-
ganos de difusión de la renovación, de Pío X. Ser el aglutinamiento de turgia. En el congreso de ciencias de
y la celebración de los congresos na- la revista Vida Cristiana, que sería el
órgano de preparación del congreso todos los deseos, esperanzas y anhe- Salamanca, la liturgia estuvo a la al-
cionales de música sagrada. los existentes en la iglesia española, tura de las restantes ciencias por pri-
y, posteriormente, el órgano de ex-
La celebración, en Vallad olid, Se- presión del movimiento en tierras y la delincación del futuro caminar mera vez.
villa y Barcelona, de los congresos, catalanas. del movimiento. Y es el momento En esta etapa recibió España di-
en 1907, 1908 y 1912 respectivamen- clave de la total incorporación de versos reconocimientos a nivel inter-
te, representaron la explicitación en El congreso fue preparado a tra- España al movimiento litúrgico. nacional. En 1936, Barcelona fue
líneas y medidas concretas de actua- vés de un amplio cuestionario que elegida como sede del III Congre-
ción de la renovación. recogía los objetivos del movimiento 3. DESPUÉS DEL I CONGRESO LI- so internacional de musicología; en
Estos congresos tuvieron una evo- litúrgico clásico \ Las sesiones del TÚRGICO DE MONTSERRAT. Celebra- 1931, el padre Nemesio Otaño, sj.,
lución interesante, pues expresan la mismo se desarrollaron entre confe- do el I Congreso litúrgico, dio inicio fue llamado a dirigir el Pontificio Ins-
evolución del movimiento en esta eta- rencias de obispos y liturgistas, sec- la segunda etapa del primer período tituto de Música Sagrada de Roma;
pa. El camino desde el primer con- ciones de estudios y celebraciones li- del movimiento litúrgico español. en el mismo año, el padre Gregorí
greso, prácticamente musical, al se- túrgicas, a las que se les dio gran Después de una etapa a la que po- Suñol, osb., fue llamado a Milán
gundo y al tercero, más preocupados importancia, pues el congreso quiso dríamos definir de carismática, las para dirigir la Escuela Superior de
1387 Movimiento lit. en España
Movimiento lit. en España 1386
Canto Ambrosiano, pasando en 1938 decisivo, el punto de arranque de la preparó la iglesia española para asi-
tado; al mismo tiempo la iglesia co- última etapa del movimiento litúrgi- milar la reforma litúrgica.
a dirigir el Pontificio Instituto de Mú- mienza la reconstrucción de la vida
sica Sagrada de Roma; y en 1930, el co. Este mismo año se abre la Escue-
litúrgica, que es el despertar del mo- la Superior de Música Sagrada en
doctor Carreras participó en el I Con- vimiento litúrgico. NOTAS: Cf M. Álamo, Evocando cincuenta
greso internacional de Amberes. Madrid.
Los centros difusores estaban en años de apostolado litúrgico, en Liturgia 1
El doctor Carreras presentó una circunstancias diversas: Silos reinicia Si el punto de arranque se sitúa en (1946) 271; C. Floristán, Espagne, en "La Mai-
ponencia sobre el movimiento litúr- la publicación de obras divulgativas; 1952, el hecho clave, que marca el son Dieu" 74 (1963) 109 — 2 C. Floristán, o.c,
gico español, que suscitó la respues- Montserrat estaba vacía. Pero este florecimiento del movimiento, debe- 111; A. Franquesa, El movimenl litúrgic a Mont-
mos situarlo en 1954: se inician los serrat, en 75 anys de patronage de la Mare de
ta del padre Germán Prado, osb., hecho ayudó a las diócesis, pues los Deu de Montserrat (1881-1956), Montserrat
produciéndose una interesante polé- monjes benedictinos catalanes disper- Coloquios de pastoral litúrgica, or- 1958, 158 — 3 Cf M. Álamo, o.c, 274-275; C.
mica. Esta discusión tuvo el interés sos por las diócesis inyectaron las ganizados por F. Miranda y los pa- Floristán, o.c, 110-112; A. Franquesa, o.c, 158-
dres Alameda, Toribios, Echevarría, 160 — 4 Cf A. Pascual, El movimiento litúrgico
de ser diálogo entre la vertiente cas- ideas de renovación en multitud de en España, en "Liturgia" 6 (1951) 20; M. Ála-
tellana y la vertiente catalana del seminaristas y sacerdotes ". Sánchez Aliseda, Roig. Este magní-
mo, o.c, 274-275; A. Franquesa, Movimiento
movimiento. fico grupo de liturgistas impulsaron litúrgico contemporáneo, en Diccionario Enci-
El movimiento encuentra otro la publicación de la revista "Incu-
En 1923, el padre Irruarizaga fun- clopédico de Historia eclesiástica de España,
centro difusor, la diócesis de Vitoria, nable"14. tomo II, 1330-1331; C. Floristán, o.c, 109-
dó la Escuela Superior de Música que junto a la de Barcelona se sitúa a 112 — 5 A. López Peláez, El proyecto del con-
Sagrada de Madrid, que debió ce- la cabeza del movimiento. La fecha central fue: 15 de abril greso. Excelencias de la Sagrada Liturgia, en El
rrarse en el curso 1927/28 por falta En 1940, Montserrat vuelve a rea- de 1956, fundación de la Junta Na- congreso litúrgico, Madrid 1915 — 6 Guía del
de apoyos. lizar su gran labor educativa: cursos cional de Apostolado litúrgico, pre- congrés litúrgic de Montserrat, Montserrat
sidida por mons. F. Miranda, trági- 1915 — ' Cf "Vida Cristiana" 6 (1915); "Reseña
Las publicaciones de obras litúr- de gregoriano, biblioteca litúrgica, bi- Eclesiástica" 80-81 (1915); El Congreso litúrgi-
gicas continuaron adelante; apare- blioteca de vida cristiana, revista camente fallecido más tarde. co, Madrid 1915 — * L. Carreras-F. Clascar-
cieron nuevas revistas litúrgicas y "Scripta et Documenta" l2. Señalemos algunos momentos cla- Tarré, Eucologio, Montserrat 1915 y
Cf
musicales, y otras desaparecieron. ves de esta etapa: 1956, I Congreso "Vida Cristiana" 6 (1915); A. Franquesa, El
La influencia de Silos y Montse- litúrgico de la diócesis de Barcelona; congrés cíe 1915 i la seva significado histórica,
Una de ias características de esta eta- rrat continuó llevando el movimien- en Abadal i de Vinyals, R. d'(ed.), // Congrés
pa fue la proliferación de misales y 1957, I Semana nacional de estudios
to a los seminarios españoles. Tam- litúrgicos en Montserrat; 1958, fun-
litúrgic de Montserrat, vol. J, 5-36; A. Franque-
devocionarios. bién en esta etapa existieron acon- sa, Congreso litúrgico de Montserrat, en "Ra-
Y una de las características más dación del Centro de Pastoral litúr- zón y Fe" 43 (1915) 135-138 — l0 Cf M. Rué,
tecimientos de importancia: 1940, gica de Barcelona, por Pedro Tena; Semana litúrgica de Bañólas, en "Música sacro-
significativas de esta etapa estuvo en exposición internacional de arte sa- hispana" II (1918) 13; Mas, Semana litúrgica
el paso de la guía del movimiento al I Asamblea nacional de Comisiones
cro en Vitoria; 1944, nacimiento de diocesanas de Liturgia; 1960, Direc-
de Besalú, en "Ilustración del clero" 81 (1917)
clero diocesano. Esto no supuso una las "Hojas de liturgia", publicadas 203 — " Cf C. Floristán, Espagne, en "La Mai-
ruptura con los benedictinos, signi- torios pastorales de la Misa, Ritual son Dieu" 74 (1963) 116 — l2 Cf C. Floristán,
por Casimiro Sánchez Aliseda y bilingüe ". ib, 116-118 — " Cf C. Floristán, ib, 120 -
ficó una apertura a otros campos de Juan Francisco Rivera; 1946, Silos 14
Cf C. Floristán, ib. 121 — l5 Cf C. Floristán,
acción. lanzó el número 1 de "Liturgia", y Un nutrido grupo de liturgistas es- ib, 121-123.
La vida litúrgica realizó el camino Vitoria el de "Apostolado litúrgico". pañoles participaron en el Congreso
de la renovación a partir del canto A pesar de estos hemosos hechos, de Asís-Roma, cuyas actas fueron
publicadas en castellano. J. M. González Jiménez
gregoriano y de la música sagrada, España no volvió a llegar al nivel de
después de haber aglutinado los de- 1936. En las iglesias españolas apa- Uno de los últimos momentos del
seos, esperanzas y anhelos de reno- recía el rigorismo, la rúbrica; las mi- movimiento tuvo lugar en 1961: la
BIBLIOGRAFÍA:
vación en el congreso de Montserrat, sas dialogadas desaparecieron. La asamblea de metropolitanos creó la
y de haber marcado las líneas maes- flor fue marchitada, pero volvía a Comisión episcopal de Liturgia, 1. Estudios generales
tras de la renovación en el mismo sonreír tímidamente. Pastoral y Arte Sacro. Álamo M., Evocando cincuenta años de
congreso. Pero estos deseos y reali- Esta última etapa significó el re- apostolado litúrgico, en "Liturgia" 1 (1946)
surgir del movimiento; la iglesia en- 267-275, 306-313; Bustamante J.L., Cincuenta
dades fueron destruidos en 1936 con años de Liturgia, en "Ilustración del clero" 51
la guerra civil. III. Etapa final contró un gran tesoro: un maravillo- (1957) 381-390; Carreras L., Le mouvement
del movimiento so grupo de liturgistas, que impulsa- lilurgique en Espagne, en Cours et Conferences
litúrgico español ron la renovación, la cual inundó la de Semaines liturgiques, tomo II: / Cong.
II. Nuevo despertar nación y llevó la renovación a todas international de Anvers 1930 (Mont-César
del movimiento litúrgico (1952-1963) las diócesis. Se intentó abandonar el 1930) 125-140; Floristán C , Espagne. en "La
(1939-1952) Maison Dieu" 74 (1963) 109-127; Franquesa
La celebración del XXV Congreso rubricismo y pasar a la verdadera A., Movimiento litúrgico contemporáneo, en
eucarístico internacional de Barce- liturgia. Esta etapa realizó un tra- Diccionario Enciclopédico de Historia eclesiás-
Terminada la contienda, se inicia bajo nunca seriamente reconocido: tica de España, tomo II, Madrid 1972, 1330-
la reconstrucción de la vida en el Es- lona, en 1952, constituyó el hecho
Mujer 1388 1389 Mujer
1332; La constitución en su contexto histórico: I. ¿Por qué una voz "mujer"? mento se hace más favorable para
coronación de un proceso, historia del movi-
plantea un problema, o al menos
miento litúrgico en función de la reforma suscita interrogantes. Los límites llevar adelante una investigación en
conciliar, en Morcillo González C. (ed.), Conci- No hace muchos años, para un dic- constatados, ¿tienen razones profun- este sentido también en los diversos
lio Vaticano II, tomo I: Comentarios a la cionario de liturgia habría bastado das?; ¿son inherentes a la naturaleza ámbitos de la vida de la iglesia, in-
Constitución sobre la Sagrada Liturgia, Madrid con señalar la presencia —general- de la liturgia o se deben solamente a cluido el litúrgico; una investigación
1974, 66-73; Garrido Bonaño M., Movimiento mente mayoritaria— de las mujeres una mentalidad cultural, a prejuicios (que todavía está en el estadio ini-
litúrgico en España, en Curso de liturgia
romana, Madrid 1961, 52-54; Prado G., //
en la asamblea litúrgica, remitiendo radicados en los ambientes eclesiás- cial) para individualizar, con fideli-
movimento litúrgico nelle varié nazioni, Spag- a la voz ministerio para las funciones ticos?; ¿vienen de la gran tradición dad a la tradición, pero superando
na, en "Ephemerides liturgicae" 49 (1935) 156- que las mujeres no podían desarro- o de las pequeñas tradiciones cam- muchos prejuicios del pasado, posi-
175. llar o subrayando la importancia biables? bles desarrollos de un culto litúrgico
que se da a la mujer en toda la ora- La necesidad de acoger también cada vez más fuente y cumbre de la
2. Documentos ción de la iglesia en la persona de en la iglesia las justas reivindicacio- vida de todo el pueblo de Dios, hom-
Guía del congrés litúrgic de Montserrat, María, acompañada por una corona nes de participación y de responsa- bres y mujeres. Tal estudio, sin com-
Montserrat 1915. de santas: vírgenes, mártires y, ex- prometer la unidad esencial de la igle-
bilidad de las mujeres en la sociedad
3. Estudios
cepcionalmente, "ni vírgenes ni már- ha sido además recalcada con fuerza sia, deberá tener presente la diver-
tires". Pero el Vat. II, que se ha pro- en el sínodo de los obispos de 1971, sidad de culturas y los esfuerzos
Baixauli M., Primer congreso nacional de nunciado —más aún, ha juzgado actuales por la incultur ación. Nece-
música sagrada, "Razón y Fe" 19 (1907) 266- donde se defendió, en el debate so-
268; Franquesa A., El congrés de 1915 i la seva
indispensable— por que todos los bre el sacerdocio ministerial, el prin- sariamente tiene que ocuparse de los
significado histórica, en Abadal i de Vinyals, miembros de la familia de Dios "par- cipio de una "diversificación de los autores de la liturgia: asamblea y mi-
R. d' (ed.), / / Congrés litúrgic de Montserrat, ticipen consciente, activa y fructuo- ministerios" y se reivindicó su apli- nistros; sus contenidos y lenguaje: te-
vol. 1, Montserrat 1958, 5-36; El moviment samente" en la liturgia (SC 11), ha cación también a las mujeres '. De- mas, signos, símbolos; las orienta-
litúrgic a Montserrat, en 75 anys de patronage advertido también la realidad de una ciones pastorales de formación y
de la Mare de Deu de Montserrat (¡881-1956), jando aparte por el momento la
Montserrat 1958, 166-176; López Peláez A., El
discriminación contra las mujeres en atención prestada a estas delibera- animación.
proyecto del congreso. Excelencias de la Sagra- la sociedad (GS 29) y ha admitido, ciones, recordemos, finalmente, la
da Liturgia, en El congreso litúrgico, Madrid indirectamente, su existencia en la participación de la iglesia católica en
1915, 3-17; Marcet A.M., Saludo, en "Vida iglesia: "Como en nuestros días las el Año internacional de la mujer
Cristiana" 1 (1914) 3-4; El congrés litúrgic de mujeres tienen una participación II. En la biblia
Montserrat, en "Vida Cristiana" 1(1914) 47-48; (1975) y en la Década sucesiva pro- y en la tradición
2 (1914) 90-96; 3 (1914) 141-142; 6 (1915) 247-
cada vez mayor en toda la vida de la mulgados por la ONU. Con ocasión
260; 7 (1915) 295-299; 8 (1915) sociedad, es de gran importancia su del año, Pablo VI afirmó repetida-
participación, igualmente creciente, Los límites establecidos para la
367-395. mente la voluntad de la iglesia de participación de la mujer en el culto
en los diversos campos del apostola- promover el pleno desarrollo de la
do de la iglesia" (A A 9). ¿Qué impli- público deben ser considerados en el
personalidad de la mujer y su parti- contexto socio-cultural de tiempos y
ca esto en el campo litúrgico? cipación responsable en la vida de la lugares; pero desde las primeras pá-
Antes del Vat. II, a excepción de sociedad y de la iglesia misma, re- ginas de la biblia y a lo largo de toda
MUJER los servidores de la misa (general- cordando, sin embargo, la necesidad ella aparecen aspectos que revelan la
mente los monaguillos), las mujeres, de salvaguardar la verdadera identi- acción del Espíritu también en este
religiosas o laicas, podían hacer todo dad femenina frente a las tendencias campo de la vida del pueblo de
SUMARIO: 1. ¿Por qué una voz "mujer"? - II. niveladoras de un cierto feminismo 2.
En la biblia y en la tradición: I. La mujer en el lo que podían hacer los hombres no Dios.
AT; 2. La mujer en el NT: a) En tiempos de ordenados, es decir, ¡muy poco! En 1980, en la conferencia de Co-
Jesús, b) La actitud de Jesús, c) Las primeras
Prácticamente: asistir a la celebra- penhague para el primer quinque-
comunidades cristianas, d) María; 3. Viudas y 1. LA MUJER EN EL AT. En Is-
vírgenes en la iglesia de los primeros siglos; 4. ción y proporcionar algún servicio nio, el jefe de la delegación de la
Santa Sede pudo constatar "cierta rael, como en los otros pueblos anti-
Las diaconisas en la tradición oriental - III. ¿Or- marginal (preparar el altar, recoger
denación presbiteral de las mujeres?: 1. Desde superación de las reivindicaciones de guos, la mujer se encuentra en una
los años del Vat. II; 2-"Ínter insigniores"; 3. Un las ofrendas, etc.). Es verdad que ha- situación de inferioridad. En la re-
problema teológico todavía abierto - IV. Otras cía ya tiempo el / movimiento litúr- carácter puramente nivelador... o in-
cluso antimachista en favor de la as- dacción del decálogo (Ex 20,17) la
funciones y ministerios: Legislación actual: 1. gico había promovido en algunos
La exclusión del altar; 2. Las "funciones varias": piración hacia una sociedad en la mujer está catalogada junto con los
a) La función de lector, b) La distribución de la ambientes una presencia más parti- esclavos, los animales y las cosas que
cipada: la misa dialogada en latín, el que toda persona, hombre o mujer,
comunión, c) Otros ministerios menores, d) El
pueda, dentro del respeto de las di- pueden ser objeto del deseo del hom-
canto litúrgico, ej Comunidades sin presbítero; canto gregoriano. Pero tras el conci- bre; en la literatura sapiencial es
3. Con la praxis debe cambiar también la men- lio y la reforma litúrgica, en el nuevo versidades reales, contribuir libre-
talidad - V. Temas, signos, lenguaje: 1. Santidad mente a mejorar la calidad de la vida considerada frecuentemente como
femenina; 2. Lenguaje y signos - VI. Doctrina y clima de corresponsabilidad eclesial, un peligro para el hombre. Y, sin
praxis de las otras comunidades cristianas. todo límite puesto a la participación humana" •'. Parece, pues, que el mo-
embargo, el hombre y la mujer han
Mujer 1390
1391 Mujer
sido creados iguales. Según la más todo marginal en la acción cultual,
el sentido profundo de la creación el hecho de que Jesús no se atiene a a los hombres; hombres y mujeres
antigua narración (yavista) de la las prescripciones de pureza legal: reciben un mismo bautismo y son
creación, su relación recíproca de del ser humano, macho y hembra,
encuentra expresión de una belleza alaba la fe de la hemorroísa, que ha- llamados por igual a la salvación y a
personas llamadas a formar "una bía tenido la osadía de tocarle el la santidad. Pablo proclama su total
sola carne" (Gen 2,24) debe ser una perenne en el tema profético de la
alianza de amor entre Dios y el hom- manto (Me 5,25-34); perdona con igualdad en Cristo (Gal 3,26-28).
relación de donación mutua, de co- dulzura los pecados de la pecadora Pero ¿qué criterios se adoptan res-
munión de amor, mientras que en la bre; en el simbolismo nupcial, que se
reanudará en el NT y especialmente que, en casa de Simón el fariseo, ha- pecto a las mujeres en la vida y el
narración sacerdotal, más tardía, la bía regado de lágrimas sus pies (Le culto de las primeras comunidades?
dignidad del hombre y de la mujer en la enseñanza paulina acerca de la
unión conyugal, expresión del mis- 7,37-50). En contraste con la poca Aquí encontramos las conocidas nor-
es comparada con la del mismo fiabilidad concedida a los testimo- mas disciplinares para las asambleas
Dios: "Dios creó al hombre a su terio de la unión de Cristo con la
iglesia. nios de las mujeres en el derecho ju- litúrgicas (1 Cor 14,34-35; 1 Tim
imagen, a imagen de Dios lo creó, dío, hace de la misma samaritana 2,11-15); en la medida en que se ins-
macho y hembra los creó" (Gen una mensajera de salvación; preanun- piran solamente en las concepciones
1,27). Pero la relación interpersonal 2. LA MUJER EN EL NT. a) En cia a Marta su propia resurrección y judías del tiempo, no deben ser con-
fue corrompida profundamente por tiempos de Jesús. No se observan recibe su admirable profesión de fe sideradas como vinculantes fuera de
el pecado común de la pareja. El cambios notables en la posición de (Jn 11,25-27); y, sobre todo, a las aquel contexto. Pablo reconoce a las
hombre se hizo dominador de la mu- la mujer en la época de Jesús. Por lo mujeres que lo habían seguido hasta mujeres el derecho a orar y a profe-
jer; el marido es el dueño, y la mujer general, las mujeres reciben una ins- la cruz les confía el encargo del pri- tizar en las asambleas de culto, pres-
es propiedad suya. En el resto del trucción religiosa muy rudimentaria. mer anuncio pascual a los Once, que cribiéndoles solamente que tengan
AT encontramos que la mujer es No forman parte de la comunidad serán los testigos oficiales del Re- un velo en la cabeza (1 Cor 11,2-16);
apreciada sobre todo por su fecun- político-cultual, y no se las computa sucitado (Mt 28,8; Le 24,9-11; Jn y la exégesis reciente interpreta este
didad, como madre y portadora de para alcanzar el número necesario 20,17-18). Finalmente, Jesús no sólo velo como signo no de sumisión,
vida. Se la excluye no sólo del sacer- para celebrar la liturgia en la sinago- acepta a una mujer, María de Beta- sino de la autonomía de que goza la
docio (de Leví, de Aarón, de Sadoc), ga, donde asisten a los ritos separa- nia, en la actitud de discípulo que mujer respecto del hombre cuando
sino también de todo tipo de servicio das de los hombres. El sabio conti- escucha su palabra (Le 10,39), y per- se dirige a Dios \ La vida de la co-
litúrgico, a causa de su periódica im- núa rezando: "Sea alabado aquel mite que le siga un grupo de mujeres munidad exige servicios, ministerios
pureza legal (Lev 15,19ss) y del re- que no me hizo pagano, que no me que le asisten con sus bienes (Le 8,1- para las diversas actividades de
chazo por parte de Israel de los cul- hizo mujer, que no me hizo ignoran- 3; Mt 27,55-56; Me 15,40-41), sino evangelización y de culto; y está cla-
tos paganos de fertilidad. Pero las te", mientras la mujer dice: "Alaba- que en su enseñanza, en las parábo- ro en los Hechos y en las Cartas que
mujeres forman parte del pueblo me- do seas tú, Señor, que me has creado las y en las señales milagrosas los también las mujeres ejercen ministe-
siánico; deben ser instruidas en la según tu voluntad". Pero puede ha- temas que se refieren a los hombres rios, pero la situación es bastante flui-
ley (Dt 31,9-13); están sujetas a las ber también profetisas, como Ana, están frecuentemente completados da. A las mujeres no corresponde,
prohibiciones de la Tora, pero dis- que, tras la presentación de Jesús en con otros que se refieren más a las en todo caso, la presidencia de la
pensadas de preceptos incompatibles el templo, "daba gloria a Dios ha- mujeres (cf Le 15,4-10: la parábola asamblea ni el anuncio oficial del
con las funciones domésticas, como blando del niño..." (Le 2,38). de la oveja perdida, seguida por la mensaje; no deben ejercer autoridad
sería la obligación de las peregrina- de la dracma perdida). El mensaje sobre el hombre (1 Tim 2,12). Pa-
ciones periódicas (Ex 23,17). Pueden de Jesús es para toda la humanidad. blo VI, al proclamar a Teresa de
ser profetisas (un papel importante, b) La actitud de Jesús. Todo es
novedad en el comportamiento de Su palabra y sus acciones revelan los Ávila doctor de la iglesia, se defen-
una especie de ministerio), como lo pensamientos profundos, las angus- dió de la acusación de querer cam-
son Miriam (Ex 15,20), Débora(Jue Jesús en relación con la mujer. En
los últimos años, las discusiones en tias y las aspiraciones de los hom- biar la norma paulina —"las mujeres
4,4), Julda (2 Re 22,14; 2 Crón bres y de las mujeres, enseñan a to- callen en las reuniones" (1 Cor
34,22) o Noadías (Neh 6,14). Parti- torno al tema de la ordenación de
las mujeres han dado como fruto dos el lenguaje de la fe y de la ala- 14,34)—, que "quiere decir, todavía
cipan en las fiestas públicas (Dt banza de Dios. hoy, que la mujer no está destinada
16,10-11) cantando y danzando du- inesperado el gozoso descubrimiento
de la presencia de las mujeres en la a tener en la iglesia funciones jerár-
rante las procesiones. Después del quicas de magisterio y de ministe-
paso del mar Rojo, es Miriam la vida pública de Jesús; hasta se ha
hablado de un Jesús feminista*. c) Las primeras comunidades rio"".
que, arrastrando consigo el coro de cristianas. El día de pentecostés tam-
las mujeres, entona el canto pascual Mencionemos solamente algunos as-
pectos que parecen tener una rele- bién las mujeres, entre ellas María,
(Ex 15,20-21). Por otro lado, si la reciben el Espíritu Santo (He 1,14), d) María. Si algunas mujeres tu-
mujer por lo general es despreciada vancia particular para la participa-
ción de las mujeres en el culto cris- y a continuación muchas mujeres co- vieron un papel importante en el se-
en la sociedad y tiene un puesto del laboran a la difusión de la fe. Ya no guimiento y al servicio de Jesús, y
tiano. Ante todo hay que mencionar
existe un rito de iniciación reservado luego en las primeras comunidades
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es claro que el papel de María es sin Al principio las viudas servían como y las Constituciones apostólicas (fi- nando a cada una su puesto. Su ta-
parangón, desde el momento en que criterio de imitación a las vírgenes nales del s. iv). En la Didascalía, las rea es compartida con los ostiarios,
"da su consentimiento activo y res- (en el s. II encontramos las "vírgenes diaconisas aparecen por primera vez y también con los subdiáconos y diá-
ponsable... a aquella obra de los si- llamadas viudas"). Posteriormente no sólo como grupo netamente dis- conos. Se insiste en la prohibición
glos, como se ha llamado justamente se las asoció a las vírgenes mismas. tinto de las vírgenes y de las viudas para las mujeres de enseñar o de
a la encarnación del Verbo" (Maña- A partir del final del s. IV, el orden constituidas, sino también como mi- bautizar (ministro del bautismo es
lis cultus 37) hasta Pentecostés y a la de las viudas desaparece progresiva- nisterio en la iglesia local, claramen- solamente el obispo o, con el permi-
acción con la que sostiene la fe de la mente con el auge de la vida monás- te determinado por su cometido pas- so del obispo, el presbítero). El hom-
comunidad apostólica. Con el Mag- tica. Desde el s. iv existe el rito de toral o litúrgico, descrito en para- bre es "cabeza de la mujer", es "ele-
níficat de María la liturgia de todos / consagración de vírgenes, que con- lelismo con el ministerio de los gido para el sacerdocio". Va "contra
los tiempos cantará la misericordia fiere un estatuto oficial en la iglesia diáconos, aunque con funciones más la naturaleza" permitir a las mujeres
del Dios omnipotente, y Pablo VI y asocia a las vírgenes, desde cierto restringidas. En efecto, la misión de realizar "acciones sacerdotales"; es
presentará a María como modelo de punto de vista, al clero; pero no pue- la diaconisa se limita al ministerio "el horror de la impiedad pagana, y
"actitud espiritual" en el ejercicio del de confundirse con un rito de orde- con mujeres en los casos en que la no ya la ley de Cristo" (III, 9,2-3). El
culto para toda la iglesia: en la escu- nación. Sabido es, finalmente, que decencia natural o de costumbre am- cometido pastoral de las diaconisas
cha de la palabra de Dios, en la ora- ni siquiera las abadesas, que en el biental no permite fácilmente al sigue siendo principalmente la asis-
ción, en el ofrecimiento (Marialis cul- medievo ejercieron poderes de juris- obispo, al presbítero o al diácono tencia a las mujeres creyentes; pero
tus 16-20). Pero el papel de María dicción, tuvieron jamás poderes in- acercárseles. El cometido litúrgico se añade otro ministerio extralitúr-
no fue ministerial, de gobierno, de herentes al sacramento del orden. está eri relación con el bautismo de gico: el de hacer de mediadoras,
enseñanza, de culto oficial, como a Solamente en algunas sectas heré- mujeres. Antes del bautismo todo el acompañando a las mujeres cuando
los padres les gustaba recordar; y es ticas, especialmente entre los mon- cuerpo es ungido con aceite. En el tengan que hablar con el diácono o
precisamente el carácter único de su tañistas, encontramos mujeres que caso de las mujeres, el obispo unge con el obispo; en este servicio, la dia-
función el que la incapacita para ser- enseñan, bautizan (fuera de los casos la cabeza, y la diaconisa realiza las conisa es considerada como imagen
vir de norma en la determinación de de necesidad), administran la euca- demás unciones. Pero no puede pro- del Espíritu Santo: "Como no se pue-
las funciones que deben confiarse a ristía, tienen funciones episcopales y nunciar las palabras del bautismo; de creer a Cristo sin la enseñanza
las mujeres en la vida de la iglesia. presbiterales. Pero la exclusión de sin embargo, cuando las bautizadas del Espíritu Santo, así sin la diaco-
las mujeres de la enseñanza pública suben de la piscina, son recibidas nisa no se acerque ninguna mujer al
3. VIUDAS Y VÍRGENES EN LA y de las funciones sacerdotales en la por la diaconisa, a la que correspon- diácono o al obispo" (II, 26,6).
IGLESIA DE LOS PRIMEROS SIGLOS 7 . iglesia no se debía a la preocupación de instruirlas acerca de sus obliga-
ciones morales y de santidad (de Las diaconisas son ordenadas me-
Hemos visto que desde los orígenes por distinguirse de la herejía o del diante imposición de manos (cheiro-
del cristianismo hay mujeres que ambiente greco-romano (que cono- estos dos cometidos: recibir a los
bautizados e instruirlos, surgirá la tonía), como el obispo, el presbítero,
desempeñan tareas importantes; al- cía diversos sacerdocios femeninos); el diácono, el subdiácono y el lector.
gunas de ellas tienen un carisma pro- se trataba sencillamente de no poner función del padrino y de la madri-
na). La función pastoral de la diaco- La ordenación se hace en público y
fético, pero ninguna tiene función en cuestión lo que se considera- a los pies del altar dentro del santua-
directiva en la comunidad; sólo en ba que era una opción precisa del nisa está en relación con la asistencia
caritativa a las mujeres cristianas ne- rio, como la de los obispos, presbíte-
las iglesias de Oriente encontramos Señor. ros, diáconos (pero no la de subdiá-
la función de las diaconisas [/ in- cesitadas o enfermas. La Didascalía
insta a los obispos a la institución conos y lectores). La fórmula usada
fra, 4]. 4. LAS DIACONISAS EN LA TRADI- es la de la ordenación del obispo, del
del ministerio diaconal femenino en
Las viudas que ya no son jóvenes CIÓN ORIENTAL". Hemos dicho que su iglesia, pero no habla de la orde- presbítero o del diácono: "La divina
forman un orden (viduatus), pero la una función diaconal propiamente nación litúrgica de las diaconisas. gracia, que cura siempre lo que es
viudez no es una función: es un estado dicha ejercida por mujeres se en- débil y suple lo que es defectuoso,
de vida, elevado, en el orden, al ideal cuentra sólo en las iglesias de Orien- En las Constituciones apostólicas promueve a N. a diaconisa. Oremos,
ascético y organizado. Las viudas no te (en Rom 16,1, Fe be, "diaconisa la función de las diaconisas consiste pues, por ella, a fin de que venga
están ordenadas, sino inscritas o de la iglesia de Cencres", debe ser ante todo en ayudar al obispo o al sobre ella la gracia del Santísimo Es-
constituidas; no prestan un servicio considerada como ministra en un presbítero en el bautismo de las mu- píritu". La diaconisa es asimilada al
litúrgico, sino que están dedicadas a sentido más amplio). Las tradiciones jeres; pero, además, a las diaconisas diácono también por la estola diaco-
la oración y practican el ayuno; visi- más interesantes son la griega bizan- se les asigna también un papel activo nal (que no llevan los subdiáconos y
tan a los enfermos y les imponen las tina y la siríaca (nestoriana, monofi- en la asamblea litúrgica: el de acoger lectores), que le da el obispo al final
manos, pero no se trata de una fun- sita, maronita); los documentos más a las mujeres que entran en la iglesia, del rito, puesta en torno al cuello,
ción; es una intervención de tipo ca- significativos, la Didascalía de los prestando atención particularmente bajo el velo. Finalmente, después de
rismático, privilegio de la vida santa. apóstoles (Siria, mediados del s. ni) a las forasteras y las pobres y asig- la ordenación, a la diaconisa se le da
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jurisdicción, y sobre todo una res- demostrativa"; antes bien, se mani-
la comunión como a los diáconos, es la exclusión de la ordenación presbi- puesta motivada al problema del ac- fiesta el deseo de ulteriores profun-
decir, recibiendo el cáliz de manos teral. Quien es favorable a la orde- ceso de la mujer al ministerio orde- dizaciones en el tema.
del obispo; con la diferencia de que, nación de las mujeres frecuentemen- nado..., "una respuesta no sólo dis-
mientras el diácono va seguidamente te duda en aceptar otras formas de ciplinar, sino eclesiológica, tal que La declaración rechaza explícita-
a llevar el cáliz a los comulgantes participación para no prejuzgar esta haga inteligible la praxis de la igle- mente toda argumentación basada
que están fuera del santuario, la dia- meta; quien, por el contrario, se sia, partiendo de estudios bíblicos, sobre "prejuicios desfavorables a la
conisa, una vez recibido el cáliz, lo opone a la ordenación, desconfía históricos y de la tradición viva de la mujer", sobre "presunta superiori-
deja encima del altar [/ Ministerio, de otras concesiones que podrían ser iglesia tanto latina como oriental" l2 . dad del hombre sobre la mujer", so-
IV, \,b\ interpretadas como otros tantos pa- Posteriormente, durante el Año in- bre cualquier "superioridad personal
A partir del s. iv, en la zona grie- sos hacia el presbiterado. Y, sin em- ternacional de la mujer, Pablo VI en el orden de los valores". El co-
ga, la posición de la diaconisa alcan- bargo, "ningún teólogo o canonista reafirmó la norma tradicional de la mentario es todavía más explícito en
za su máximo desarrollo, antes de hasta estos últimos decenios ha pen- iglesia en varios discursos y en su lo que se refiere a los "argumentos
su decadencia en los ss. xi-xn. Al sado que se tratase de una simple ley carta del 30 de noviembre de 1975 al presentados en el pasado", que hoy
desaparecer el bautismo de los adul- de la iglesia"': así escribe la Congre- arzobispo de Canterbury. La respues- no son "muy sostenibles"; y sobre
tos, comienza a venir a menos tam- gación para la doctrina de la fe en el ta motivada llegó con la declaración "el influjo innegable de los prejuicios
bién la institución de las diaconisas; comentario oficial a la declaración ínter insigniores y el comentario ofi- desfavorables a la mujer" en los es-
y, donde todavía continuó por algún ínter insigniores, de 15 de octubre cial, publicados el 28 de enero de critos de algunos padres de la iglesia.
tiempo, se convirtió en algo pura- de 1976, sobre la admisión de muje- 1977» [/ Sacerdocio, V, 4, b]. Si la mujer está excluida de la orde-
mente honorífico, conferido a damas res al sacerdocio. nación sacerdotal, no es, pues, por-
de alto rango (con tal de que fuesen 2. "ÍNTER INSIGNIORES". Decla- que sea "impura" o tentadora del
vírgenes o viudas monógamas) o a 1. DESDE LOS AÑOS DEL VAT. II. ración y comentario reafirman fuer- hombre, no es en cuanto "varón de-
monjas y abadesas de monasterios. No obstante este hecho irrefutable, temente la norma de la exclusión, ficiente" (mas occasionatus), según
A pesar de la dificultad de interpre- desde los años sesenta y con una rá- basándose en la actitud de Jesús y la teoría aristotélica, o porque sea
tar hechos surgidos en contextos tan pida escalada después del sínodo de de los apóstoles y de la tradición de incapaz de toda función de preemi-
diversos, parece, sin embargo, que obispos de 1971, la cuestión se ha la iglesia: Jesús no eligió apóstoles nencia, nacida en un estado de su-
se puede concluir que, en virtud del planteado dentro de la iglesia católi- entre las mujeres, a pesar de que se bordinación al hombre ("quia mulier
uso de la iglesia, las mujeres pueden ca, en particular —pero no exclu- mostró sumamente libre frente a los statum subjectionis habet": S. Th.,
recibir un orden diaconal asimilado, sivamente— en algunos ambientes prejuicios y a los tabúes de la cultura Suppl. q. 39, a. 1). Ni se apela tam-
por naturaleza y dignidad, al de los teológicos y feministas de los Esta- judía en relación con la mujer. Ni poco a algunos argumentos más re-
diáconos. Y si es verdad que en la dos Unidos de América y de Europa. siquiera confirió el ministerio apos- cientes, a un psicologismo barato (la
tradición bizantina el cometido litúr- Al mismo tiempo, la praxis cada vez tólico a su madre, "tan estrechamen- mujer naturalmente "dócil"; inepta
gico de las diaconisas fue bastante más generalizada a abrir todos los te asociada al misterio de su divino para hablar en público; no sabría
más restringido que el de los diáco- ministerios a las mujeres en las igle- Hijo". Por eso la iglesia, "por fideli- conservar los secretos de la confe-
nos, la situación está ampliamente sias de la reforma, y por fin en algu- dad al ejemplo de su Señor, no se sión...) o a una conveniencia pura-
superada en el uso actual de las igle- nas iglesias anglicanas, hacía indife- considera autorizada para admitir a mente exterior vinculada a situacio-
sias. Un diaconado femenino podría rible una respuesta por parte del ma- las mujeres a la ordenación sacerdo- nes culturales (la mujer que aburriría
tener funciones mucho más amplias. gisterio católico"'. tal". Pero se distingue claramente desde el altar...). Se intenta, si no se
Evidentemente, hay que distinguir El 23 de octubre de 1974, monse- entre esta parte normativa del docu- puede dar todavía una inteligibilidad
siempre entre la legitimidad de una ñor E. Bartoletti, entonces secretario mento y la reflexión teológica con la plena a la praxis de la iglesia, al me-
propuesta de praxis eclesial y su de la CE1, presentó al sínodo de que, "mediante la analogía de la fe", nos abrir pistas válidas de reflexión
oportunidad pastoral en determina- obispos la relación de la comisión de se intenta iluminar la "profunda para la teología.
dos contextos. estudio sobre la mujer, creada por conveniencia... entre la naturaleza
Pablo VI en mayo de 1973 ", con propia del sacramento del orden, en
una serie de recomendaciones en fa- El elemento teológico más impor-
su referencia específica al misterio tante es el que proporciona el análi-
III. ¿Ordenación presbiteral vor de tina mayor participación de de Cristo, y el hecho de que sola-
las mujeres en toda la iglesia "en sis del sacramento del orden; está re-
de las mujeres? mente los hombres han sido lla- sumido en el comentario en los tér-
puestos de responsabilidad efectiva mados a recibir la ordenación sa-
y reconocida" y pidiendo ulteriores minos siguientes: " 1 . El sacerdote,
El problema que desde hace algu- cerdotal". En esta reflexión, "que no en la administración de los sacramen-
nos años condiciona de diversas ma- estudios sobre los ministerios no- compromete al magisterio" (comen-
ordenados, sobre la participación de tos, que exigen el carácter de la or-
neras la participación ministerial ac- tario), no se trata de "argumentación denación, actúa no en nombre pro-
tiva de la mujer en la liturgia es el de los bautizados no ordenados en la
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pió, en persona propia, sino in per- reafirmación de la norma, sino tam- IV. Otras funciones o ministerios: las épocas sucesivas. Se trata con
sona Christi; 2, Esta fórmula, tal bién ásperas críticas desde el plano legislación actual frecuencia del concepto de impureza,
como la ha entendido la tradición, teológico ". relacionado con todo lo referente al
exige que el sacerdote sea un signo, El hecho mismo de que el ministe- sexo, especialmente por lo que res-
en el sentido que se da a este término 3. UN PROBLEMA TEOLÓGICO TO- rio presbiteral esté reservado a los pecta al miedo inspirado por la po-
en teología sacramentaría; 3. Y por- DAVÍA ABIERTO. La discusión sigue hombres hace necesario un esfuerzo tencia del sexo femenino, y muy par-
que precisamente es signo de Cristo abierta; y las polémicas de los últi- máximo para explotar y desarrollar ticularmente por la sangre mens-
salvador, debe ser un hombre y no mos años han tenido el mérito de todas las posibilidades de participa- trual. Hemos visto que Jesús en sus
puede ser una mujer". Es verdad que estimular la reflexión sobre la natu- ción femenina; y esto no sólo por un comportamientos rechaza estas con-
el presbítero actúa también in perso- raleza del sacramento del orden, de deber de justicia para con la mujer, cepciones; enseña que la única im-
na ecclesiae (y los rasgos femeninos haber demostrado sobre todo la ur- sino más bien para realizar una ple- pureza es la que procede del corazón
de la iglesia esposa de Cristo debe- gencia de una profundización de la nitud, humana y divina en todos los del hombre (Mt 15,18). Pero el ejem-
rían poder ser representados por una antropología teológica, de una an- sectores de la vida de la iglesia, plo de Jesús no ha sido capaz de
mujer); pero si el presbítero repre- tropología que no ignore los des- incluida la liturgia. Y las posibilida- abolir prejuicios y tabúes profunda-
senta a la iglesia, es "porque ante arrollos de las ciencias humanas, des son muchas, a pesar de que mente arraigados en la cultura y la
todo representa a Cristo mismo, que pero que refleje la luz de la revela- todavía queda mucho por hacer en mentalidad religiosa. El concilio de
es cabeza y pastor de la iglesia", ción y tenga en cuenta la tradición esta dirección. Nicea, en el año 325, decreta: "Todas
como enseña el Vat. II (cf LG 28). de la iglesia; falta todavía una teolo- las mujeres fieles y cristianas deben
Puesto que para el signo sacramen- gía de la creación que pueda ser, por 1. LA EXCLUSIÓN DEL ALTAR. En
abstenerse de entrar en la casa de
tal se pide una "semejanza natural", una parte, interlocutora adecuada de la instrucción Inaestimabile donum, Dios... durante todo el período de
según el principio enunciado por san- las ciencias humanas y, por otra, de la Congregación para los sacra- su menstruación, e igualmente de re-
to Tomás: "signa sacramentalia ex trampolín para la oración de alaban- mentos y el culto divino (3 de abril cibir la comunión" 18 . En el s. xvm
naturali similitudine repraesentent" za que el hombre (varón o mujer) de 1980), leemos (n. 18): "Como es encontramos todavía en la Theolo-
(IV Sent. dist. 25, q. 2, a. 2, q.« 1, ad debe elevar al Dios creador. sabido, las funciones que la mujer gia moralis de san Alfonso de Li-
4), no basta con una simple seme- puede ejercer en la asamblea litúrgi- gorio la misma norma reafirmada
janza física, que también debe exis- En la norma que reserva a los ca son varias: entre ellas la lectura como consejo. Y hasta casi nuestros
tir, sino que se pide también aquello hombres el sacerdocio ministerial de la palabra de Dios y la proclama- días ha durado el rito de la "purifi-
de lo que es símbolo el ser-hombre o quizá podríamos ver no la última ciu- ción de las intenciones de la oración cación" de la madre después del na-
el ser-mujer: ser imagen del Dios tri- dadela de la misoginia eclesiástica, de los fieles. No están permitidas a cimiento del hijo, la benedictio mu-
nitario en el don recíproco de dos la "punta del iceberg" del antife- las mujeres las funciones de servicio lieris post partum " [/ Bautismo, X,
personas diversas; la corporeidad se minismo católico ", sino más bien al altar (ministro)". Se confirmaba hacia el final].
convierte en símbolo que lleva más una expresión —en medio de tan- así la praxis tradicional formulada
allá de uno mismo l4. Se trata, dice la Al menos a nivel de motivación
tos cambios necesarios referentes al en la Liturgicae instaurationes, ter- consciente, este concepto de impure-
declaración, de "expresar y alcanzar "puesto de la mujer"— de lo que no cera instrucción para la correcta
al hombre y la mujer en su profunda za y los consiguientes tabúes son aje-
cambia: la luz irradiada sobre la re- aplicación de la constitución litúrgi- nos a la mentalidad moderna. Las
identidad". Pero admitir que ser ca- lación fundamental hombre/mujer ca (5 de septiembre de 1970): "No se
beza —es decir, en cierto sentido, el "diversas funciones" a las que se re-
por la relación Cristo/iglesia, la re- permite que las mujeres (niñas, es- fiere la Inaestimabile donum com-
primero— pertenece al simbolismo lación entre Dios y la humanidad, posas, religiosas) sirvan en el altar,
del hombre y no al de la mujer como portan, si no la función de ministro
en toda la economía de la salvación. aunque se trate de iglesias, casas, —exclusión que se puede justificar
tal, equivale, para muchos de nues- Y nos parece que para ver (o entre- conventos, colegios e instituciones
tros contemporáneos, a apoyar una hoy sólo desde fundamentos cultu-
ver) la relación hombre/ mujer en de mujeres" (n. 7). Ya en el s. IV el rales—, sí ciertamente otros cometi-
antropología que niega la dignidad toda su profundidad de relación in- primer concilio de Laodicea estable-
de la mujer, consagrar su inferiori- dos que permiten acercarse al altar y
terpersonal, en la igualdad funda- cía "quod non oportet mulierem ad sobre todo tocar los vasos sagrados,
dad y abrir la puerta a todas las for- mental de personas diversas —don- altare ingredi"". La antropología
mas de dominación y de explotación que antes de la reforma actual no
de prioridad no es superioridad—, cultural vincula esta prescripción, debían normalmente ser tocados por
que a través de los siglos han viciado debemos remontarnos hasta la ana- como otras de la praxis eclesial, a
las relaciones hombre/mujer en per- ningún "no-ordenado". Pero no se
logía de la Trinidad, en la que el Pa- motivaciones arcaicas, de las que puede prescindir, como si fuera algo
juicio especialmente de la mujer. No dre es primero y da todo, pero quien quedan algunos rasgos en el com-
hay, pues, que maravillarse de que de interés meramente arqueológico,
procede de él, de él recibe todo y a él portamiento del hombre moderno, de la aportación de la antropología
la declaración haya suscitado no lo restituye asimismo todo: es en subyacentes a justificaciones aduci-
sólo decepción en algunos por la cultural en lo que se refiere a las re-
todo igual a él. das en conformidad con los usos de laciones entre mujer y sagrado 2".
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2. LAS "FUNCIONES VARIAS". El pan eucarístico, lo distribuyan a los
cuadro completo de las "funciones demás fieles y lo lleven a los enfer- e) Comunidades sin presbítero. TAMBIÉN LA MENTALIDAD. A u n c o n
que la mujer puede desempeñar en mos en sus casas" (1, I). La instruc- La instrucción ínter oecumenici, del los límites que hemos advertido, l a s
la liturgia" —precisadas generalmen- ción concedía así a todos los obis- 26 de septiembre de 1964, había es- posibilidades abiertas a la mujer de
te en los primeros documentos pos- pos, en forma general, una facultad tablecido ya (n. 37), sin restricción tomar parte activa en la vida litúrgi-
conciliares con la anotación "cuando que ya podían pedir y obtener de la de sexo: "En el lugar en que falte ca son muy amplias; ante todo, na-
falte un hombre idóneo" o "fuera del Santa Sede, según disponía la ins- sacerdocio, si no hay ninguna posi- turalmente, tomar parte consciente-
presbiterio"— comprende: trucción Fidei cusios, del 30 de abril bilidad de celebrar la misa, en los mente y con todo el corazón —con
de 1969. Y para este ministerio de domingos y en las fiestas de precep- la escucha, la respuesta, el silencio—
a) La función de lector. La Or- tipo diaconal —"extraordinario", to favorézcase, ajuicio del ordinario en las celebraciones comunitarias-
denación general del Misal Romano, pero que puede ser estable— no se del lugar, la celebración de la pala- pero también desempeñar tareas mi-
que se encuentra al inicio de la edi- hace ninguna exclusión de las muje- bra de Dios, bajo la presidencia de nisteriales —los ministerios de fac-
ción oficial castellana del Misal Ro- res, aun quedando firme lo que po- un diácono o también de un laico ió— que están abiertas a ellas, cola-
mano publicada por la CEE (1978), cos meses antes había establecido el delegado para eso". Es conocido el borar en la preparación y en l a
dice así: "La conferencia episcopal motu proprio Ministerio quaedam desarrollo que ha tenido esta previ- / animación de una liturgia ligada a
puede permitir que una mujer idó- (15 de agosto de 1972), que excluye sión, y el papel importante desarro- la catequesis y a toda la vida de l a
nea haga las lecturas que preceden a las mujeres de los ministerios ins- llado en este campo por muchas mu- comunidad eclesial, prestar una con-
al evangelio y presente las intencio- tituidos de acólito y lector, en nom- jeres, especialmente religiosas. Un tribución propia como miembros de
nes de la oración de los fieles" bre de la "venerable tradición de la documento del año 1975 de la Con- comisiones, centros y otros organis-
(n. 70). En nota se cita la instrucción iglesia" (VII). gregación para la evangelización de mos de vida litúrgica a diversos ni-
Liturgicae instaurationes (1970), que los pueblos 2I afirma: "Ya en muchas veles.
dice: "Es lícito a las mujeres hacer c) Otros ministerios menores. parroquias, en ausencia del sacerdo- Los obstáculos que se oponen a
las lecturas, menos el evangelio. Sír- Otros servicios o ministerios "infe- te, es una religiosa quien asume la esta participación vienen ante todo
vanse para ello de los medios mo- riores a los propios del diácono" y responsabilidad, la presidencia y la de mentalidades cerradas, que con
dernos de la técnica de forma que que deben realizarse "fuera del pres- dirección de la asamblea paralitúrgi- demasiada frecuencia todavía des-
puedan oírlas todos con facilidad" biterio" están señalados como abier- ca comunitaria, el domingo y duran- confían de los laicos en general y de
(n. 7, a; cf Pastoral litúrgica 54-55, tos a las mujeres en la Ordenación te la semana, y se encarga de exhor- las mujeres en particular; mentalida-
p. 16; cf OLM (1980) 54). general del Misal Romano (nn. tar a los fieles a sus deberes cristia- des de hombres laicos que no han
70.68): comentar las celebraciones, nos. Es también la presencia de la superado todavía el complejo de su-
b) La distribución de la comu- acoger a los fieles, recoger las ofren- religiosa la que permite que se con- perioridad machista; pero también
nión. La instrucción Liturgicae ins- das, etc. La Liturgicae instaurationes serve la reserva eucarística y se dis- mentalidades de mujeres, acostum-
taurationes precisaba: "Distribuir la precisa todavía: proponer las inten- tribuya a los fieles, en la misa y fuera bradas en ambientes eclesiales a la
comunión es oficio, en primer lugar, ciones de la oración universal; añade de ella, en caso de necesidad. Hay subordinación y demasiado procli-
del sacerdocio celebrante, luego del a la acogida la tarea, por ejemplo, casos en los que la administración ves a escabullirse, incluso cuando en
diácono y, en algunos casos, del acó- de poner orden en las procesiones del bautismo y la presencia eclesial la sociedad civil llevan responsabili-
lito. La Santa Sede puede permitir (n. 7b,d-e). oficial al matrimonio están asegura- dades importantes. En la misma le-
que se destinen para esto a otras per- das, con el encargo episcopal reque- gislación de la iglesia, como hemos
sonas de prestigio y virtud" (n. 6, d). d) El canto litúrgico. La instruc- rido, por religiosas que tienen per- visto, los ministerios abiertos a las
El 29 de enero de 1973, la instruc- ción sobre la música en la sagrada manentemente una parroquia a su mujeres se presentan generalmente
ción Inmensae caritatis, de la Con- liturgia Musicam sacram, del 5 de cargo". Y se añade: "... muchas reli- como de suplencia o extraordina-
gregación para el culto divino, dio marzo de 1967, establece en el n. 22 giosas están verdaderamente angus- rios. La responsabilidad efectiva de
facultad a los ordinarios para que que la schola cantorum puede estar tiadas al ver el abandono en que a la mujer con frecuencia no es reco-
autoricen en el caso de ausencia o compuesta tanto de hombres como veces se encuentran algunas comu- nocida. Falta conciencia de la nece-
estén impedidos el sacerdote, diáco- de mujeres; y donde el caso verdade- nidades cristianas concretas...; su so- sidad que tiene la iglesia de la con-
no o acólito o haya gran concurren- ramente lo exija, de sólo mujeres; licitud de asumir actividades pasto- tribución específica de la mujer.
cia de fieles, "a personas idóneas, cuando comprenda también muje- rales más amplias surge precisa- Queda mucho por profundizar en
elegidas individualmente como mi- res, póngase fuera del presbiterio mente de esta angustia y no de un experiencias de hecho: se da a una
nistros extraordinarios, en casos con- (23c). La Liturgicae instaurationes se espíritu de reivindicación". mujer la responsabilidad de una pa-
cretos o también por un período de limita a afirmar (7c): "Es lícito a las rroquia (haciéndola párroco casi en
tiempo determinado, o en caso de mujeres dirigir el canto de la asam- Para todo este párrafo, cf can.
230, §§ 1-3, del nuevo CDC de 1983. todo), pero no se hace un esfuerzo
necesidad, de modo permanente, blea y tocar el órgano u otros instru- por profundizar en aquello que po-
que se administren a sí mismas el mentos permitidos". dría ser para los tiempos modernos
3. CON LA PRAXIS DEBE CAMBIAR
Mujer 1400 Mujer
1401
un ministerio diaconal ejercido por los Cantares o de Oseas, como en la
una mujer en virtud de una verdade- bella liturgia del rito renovado de la 2. LENGUAJE Y SIGNOS. El uso de les se turben hasta al rezar el padre-
ra ordenación; se admite un coro de / consagración de vírgenes, aplicable la lengua vulgar en la liturgia ha sa- nuestro.
no sólo a las monjas, sino también a cado a la luz varios problemas. En- Otra acusación hecha a veces a la
religiosas porque faltan voces mas- tre ellos no puede pasar inadvertido
culinas, pero no se advierte el signi- mujeres que viven "en el mundo". liturgia romana es la de tener un len-
—si bien tampoco debe ser exagera- guaje demasiado abstracto. Pero en
ficado eclesial que puede tener en la Otros retoques, que respetan más do— el que deriva de la contestación
la sensibilidad femenina o sirven este campo hay que tener en cuenta
liturgia solemne esta participación actual de todo lenguaje machista. En la diversidad de culturas y de sensi-
coral y orante de mujeres que están para valorar la aportación de las el contexto litúrgico, y en general en
mujeres a la misión de Cristo y de la bilidades personales, también entre
dedicadas a la oración y al servicio el religioso, el lenguaje contestado las mismas mujeres. Por lo demás, los
de la iglesia. iglesia, se refieren a la conmemora- comprende, por ejemplo, el uso ex-
ción de cada una de las santas. La defectos de lenguaje no se pueden
clusivo de términos masculinos para corregir sobre la mesa. Las expre-
nueva misa de santa María Magda- indicar, conjuntamente, a todos los
lena (22 de julio), por ejemplo, cele- siones aptas deben desarrollarse en
V. Temas, signos, lenguaje miembros del pueblo de Dios. En lo concreto de la experiencia y en la
bra (como la antigua) el amor de la varios puntos de la nueva liturgia,
ex-prostituta por su Salvador y Se- búsqueda común, de hombres y mu-
como en la celebración del matrimo- jeres, en clima de oración auténtica.
1. SANTIDAD FEMENINA. La li- ñor, pero (a diferencia de la antigua) nio, se han suprimido referencias
turgia alaba a Dios en sí mismo, en recuerda, en la oración, que precisa- También desde este punto de vista
que podrían chocar con la sensibili- es importante la presencia creciente
la incomparable Madre del Verbo en- mente a ella quiso confiar el Resuci- dad moderna por lo que atañe a la
carnado, en sus ángeles y en sus san- tado "la misión de anunciar a los de las mujeres en los diversos orga-
igualdad entre hombre y mujer. Pero nismos de animación litúrgica.
tos. Aquí nos referiremos sólo a sus suyos la alegría pascual"; y la misa la protesta feminista llega hasta el
santas. de santa Marta (29 de julio) ofrece Hay que tener siempre presente la
rechazo de elementos fundamentales diversidad de culturas no sólo para
Antes de la reforma posconciliar, para el evangelio la posibilidad de del sistema simbólico cristiano, y en
la santidad femenina se calificaba en elección entre el recuerdo del hospe- favorecer la inculturación en las cul-
particular de la imagen de Dios-Pa- turas particulares, sino también para
la liturgia principalmente en térmi- daje ofrecido a Jesús (Le 10,38-42) y dre, considerada como la expresión
nos de virginidad (categoría reser- la narración de la resurrección de abrir el camino a una colaboración
de una sociedad patriarcal opresiva intercultural. Quizá hayan de ser las
vada a las mujeres) o de martirio Lázaro, que comprende la profesión para la mujer y ya superada. La teó-
—en este último caso el don de la de fe de Marta, paralela a la de Pe- culturas no europeas —cuando ha-
loga holandesa Catharina Halkes, yan madurado sus expresiones litúr-
fortaleza se subrayaba siempre con la dro (Jn 11,27). Otros detalles perso- después de haber resumido las posi-
expresión un poco despectiva para nalizan más la memoria de las santas gicas, al mismo tiempo tradicionales
ciones más radicales en la materia y originales— las que nos ayuden a
con el sexo femenino: "etiam in sexu (y de los santos); por ejemplo, las de algunas colegas americanas, ex-
fragili"—. Las demás santas se encon- misas para la fiesta de santa Marga- dar una visibilidad apropiada a la
presa su posición personal en estos mujer en la oración oficial de la igle-
traban agrupadas bajo la denomina- rita de Escocia (16 de noviembre) y términos: "Nos alegra el hecho de
ción negativa de la celebración "pro de santa Isabel de Hungría (17 de sia. Esto no comportará necesaria-
que ya ha aparecido la receptividad mente innovaciones, y menos toda-
nec virgine nec martyre", que daba noviembre) celebran una santidad para con los rasgos femeninos y ma-
de la mujer virtuosa la imagen vete- no ya genérica, sino de "los que han vía innovaciones extrañas, como la
ternos de Dios en la Sagrada Escri- augurada por el teólogo laico ameri-
rotestamentaria de Prov 31,10-31, practicado la caridad". Otra innova- tura, pero esto tendrá efectos positi-
imagen bella y rica de una feminidad ción, que valdría también para los cano Michael Novak en nombre del
vos solamente cuando, en las ora- "realismo simbólico": un ministerio
que no tiene nada de frágil, aun cuan- hombres, puede estar preanunciada ciones y en la liturgia, se prohiban
do, para ciertos gustos modernos, en la institución de la fiesta de los femenino de representación de la igle-
los masculinismos, y nuevos sím- sia y una celebración eucarística en
puede parecer demasiado unilateral- santos Joaquín y Ana (26 de julio): bolos conduzcan a experiencias de
mente vista bajo el aspecto de la co- la celebración conjunta de marido y la que "sacerdote masculino y cele-
contraste y a nuevas representacio- brante femenino reflejarían juntos,
modidad del marido. La liturgia ac- mujer que se santificaron juntos, en nes"23. Las tentativas por recompo-
tual usa una terminología más igua- la santidad de su amor conyugal, sin con más precisión que en los siglos
ner la liturgia, e incluso la Sagrada anteriores, la unión de Cristo y de su
litaria para "los santos" y "las esperar a una santa viudez. El futuro Escritura, en clave feminista son el
santas" (desaparece la categoría ex- Juan Pablo I escribía desde Roma iglesia" 2\ La liturgia actual en la re-
hecho solamente de algunos ambien- evocación del misterio pascual ofre-
clusivamente masculina de los con- en 1964 a sus diocesanos de Vittorio tes; pero es importante tomar con-
fesores) y ofrece una mayor variedad Véneto: "Cuando me he enterado de ce ya posibilidades menos radicales.
ciencia de estas corrientes para pre- ¿No se podría pensar, por ejemplo,
de lecturas y de oraciones: para las que se introducía la causa de beatifi- venir, con una educación adecuada,
vírgenes admite, como primera lec- cación de los padres de santa Teresa en la liturgia del viernes santo, en
los eventuales daños de una divul- una representación de María y de
tura del tiempo pascual, el gran poe- del Niño Jesús, he dicho: ¡por fin gación intempestiva de propuestas
ma del amor esponsal del Cantar de una causa a dúo!" 22 . radicales, si no queremos que los fie-
las "piadosas mujeres" en la adora-
ción solemne de la cruz? (en cambio,
Mujer 1402
1403 Mujer
actualmente, al tener que reducir por anglicanas, donde se creaba un pro-
motivos prácticos el número de los blema grave para el diálogo con la antes que ninguna otra— y el Espíri- 1974; J. Galot, La donna e i ministeri nella chie-
participantes en el gesto ritual, todo tu Santo; pero, escribe Evdokimov, sa, Cittadella, Asís 1973; Donna nella chiesa, en
iglesia católica. Hoy, de hecho, se NDT336-348 — 8 Cf C. Vagaggini, L'ordina-
se reduce generalmente a hacer una puede decir que en la gran mayoría "si la mujer está vinculada óntica- zione delle diaconesse nella tradizione greca e
selección entre el clero presente). de las iglesias protestantes todos los mente al Espíritu Santo, este víncu- bizantina, en OCP 1974, 145-189 — ' La ley de
No se trata de buscar una liturgia ministerios están, al menos en teoría, lo tiene valor y significado univer- la iglesia, ya expresada en el CDC de 1971 en el
feminista; más bien se quiere desarro- sal solamente si el varón, por su can. 968, es reproducida literalmente en el can.
abiertos a la mujer. Pero, dado que 1024 del nuevo CDC de 1983: "Sacram ordina-
llar una liturgia que, en sus temas, estas iglesias no tienen un concepto parte, está ónticamente vinculado a tionem valide recipit solus vir baptizatus" —
signos y lenguaje, sea más apta para sacramental del sacerdocio ministe- Cristo" 28 . 10
Cf el comentario a la declaración; A. Rolla,
que por ella exprese la alabanza de rial, la ordenación es considerada El impacto de la experiencia ecu- Usacerdozio alie donne? I, en Asp, marzo 1977,
Dios también "la mujer contempo- como asunto más bien disciplinar ménica y de los contactos que se van 67-95; R. Goldie, Attualita della dichiarazione
"ínter insigniores", en Unitas, julio-septiembre
ránea"; la mujer que quiere ser, que teológico; las mismas mujeres teniendo con las diversas iglesias y 1977,164-187 — " Cf G. Caprile, // Sínodo dei
como María de Nazaret, "aunque que se preparan a la ordenación, o comunidades eclesiales no se refiere, Vescovi 1974 (nota 1) 697-702 — l2 Ib. 702 —
completamente abandonada a la vo- que la han recibido, ponen el acento sin embargo, exclusivamente al pro- " AAS 69 (1977) 98-116 — l4 Cf la síntesis de
luntad del Señor, ... algo del todo más en los aspectos pastorales del blema de la ordenación; en un plano una intervención hecha por el prof. Melchiorre,
de la Universidad Católica de Milán, en el con-
distinto de una mujer pasivamente ministerio, en la participación en las más general estos contactos han po- greso internacional sobre "La mujer en la iglesia
remisiva o de una religiosidad alie- funciones de dirección de la iglesia, dido estimular en los ambientes ca- hoy", promovido por la Fondazione ambrosia-
nante"; la mujer que intenta "secun- que en los aspectos litúrgicos. La co- tólicos la toma de conciencia y la na Paolo VI, de Gazzada-Varese (23-26 abril
dar con espíritu evangélico las ener- munión anglicana está profundamen- reflexión teológica sobre la partici- 1981), contenida en el estudio de E. Franchini
pación de la mujer en toda la vida La questione femminile rivoluziona la chiesa,
gías liberadoras del hombre y de la te dividida en este punto. Sólo las en II regno-attuatita 10/1981, 225-233 — l5 La
sociedad" (Marialis cultas 37). iglesias ortodoxas y la iglesia viejo- eclesial. El contacto con grupos ecu- crítica más sistemática ha venido haciéndose en
católica ("Unión de Utrecht") per- ménicos de oración, y con la misma los Estados Unidos; un volumen, Women
manecen unánimes en rechazar la vida cultual de las confesiones que Priests. A Catholic Commentary on the Vatican
ordenación presbiteral o episcopal admiten a Jas mujeres a desempeñar Declaración (por Lconanf Swidler y Arkrte
VI. Doctrina y praxis Swidler, Paulist Press, New York 1977), recogió
de las otras comunidades de mujeres. Los ortodoxos tienen en cargos pastorales, puede contribuir las aportaciones de cuarenta y cuatro estudio-
cristianas la actualidad diaconisas —oficio que al crecimiento de una capacidad de sos, entre ellos veintiocho mujeres, que trataron
ha sido reinstaurado después de ha- expresión, de una creatividad no de responder punto por punto a la declaración;
ber desaparecido por un largo perío- sólo masculina, sino también feme- por otra parte, L'Oss. Rom. acompañó la pu-
Un último aspecto que se debe te- blicación de la ínter insigniores con una serie de
ner presente es el impacto en el mun- do—, pero las diaconisas modernas nina en este campo; de una creativi- artículos de fondo sobre los distintos aspectos,
do católico de la situación ecuméni- tienen responsabilidades pastorales dad que, naturalmente, debe perma- entre los cuales los más significativos para nues-
ca y de la praxis de las otras iglesias o misioneras, no litúrgicas. necer dentro de los límites de la fe y tro argumento son los de A.-G. Martimort, //
de la disciplina de la iglesia católica. valore di una formula teológica: "in persona
y comunidades cristianas ". Los motivos teológicos invocados Christi" (9 febrero 1977), y de G. Martelet, //
Por lo que se refiere al problema por los ortodoxos para la exclusión mistero dell'alleanza nei suoi rapporti col sacer-
de la ordenación, ya hemos visto que dozio ministeriale (16 febrero 1977) — lt> Cf J.-
de las mujeres del presbiterado son M. Aubert, La femme. anlijéminisme el chris-
la publicación de la ínter insigniores esencialmente los mismos, escriturís- lianisme, Cerf-Desclée, París 1957, 157 —
NOTAS: ' Cf, entre otras, la intervención del
se debió a la necesidad de responder ticos o de tradición, que encontra- card. G.B. Flahiff (Canadá), en G. Caprile, // " Can. 44: MANSIH, 572 — '» Cit. por M.C.
oportunamente a la situación creada mos en la ínter insigniores. Se insiste Sínodo dei vescovi 1971, Edizioni "La Civiltá Jacobelli en Sacerdozio-donna-celibato, Roma
en el plano ecuménico; hacíamos no- Cattolica", Roma 1972, parte 1.a, 342-344 1981, 57 — " V. Noé, // Matrimonio nella li-
mucho también en el carácter icóni- 2 turgia, en Enciclopedia del matrimonio, Queri-
tar que, en los trabajos del Consejo co del sacerdocio ministerial: "El Los discursos y mensajes de Pablo VI para el
Año internacional están recogidos en el volu- niana, Brescia 1968, 803 — 2" Cf I. Magh, La
ecuménico de las iglesias, la cuestión presbítero es icono de Cristo; y lo men IM Chiesa e l'Anno internazionate delta donna, un problema apeno. Cuida alia ricerca
de la admisión de las mujeres a la mismo que el Cristo encarnado se donna 1975, por el Pont. Consiglio per i Laici, antropológica, Vallecchi, Florencia 1974 —
21
ordenación sacerdotal se había plan- hizo no sólo ser humano, sino varón Vaticano 1977; cf La donna nel magislero Funzione della donna nell'evangelizzazione,
teado "ante la conciencia de todas di Pao/o VI, por la Associazione Lauréate documento para el Domingo de las Misiones,
—y en el orden de la naturaleza los 19 octubre 1975, preparado por la Comisión
las confesiones cristianas, obligán- "A.L.M.A.", Vaticano 1980 — ' La missione
cometidos del varón y de la mujer decisiva delta donna, intervención de S.E. mons. pastoral de la Congregación para la evangeliza-
dolas a examinar su posición de no son intercambiables—, es necesa- P. J. Cordes, en L'Oss. Rom. 1980, 23 julio, 5 - ción de los pueblos, publicado en el volumen
principio"; y la preocupación se ori- rio que el presbítero sea varón" 2 '. 4
L. Swidler, // Gesú degli evangeli era femmi- La chiesa e l'Anno internazionate della donna
22
ginaba sobre todo al ver que eran nisía. en VV.AA., Crisi dell'antifemminismo. 1975, 56-67 La presenza femminile in
No parece que esta posición oficial 5 Concilio in uno serillo del 1964 di Papa Gio-
Mondadori, Milán 1973, 135-158 Cf I. de
ordenadas mujeres "en algunas co- sea contestada por el pueblo fiel27. la Potterie, La donna netla sacra scriítura, en IM vanni Paolo 1, en Avvenire, 29 agosto 1978
munidades que pretendían conservar Hay que recordar también la impor- chiesa e l'Anno internazionate delta donna 1975,
21
C. Halkes, / molivi della protesta contro Dio-
la sucesión apostólica del orden", y tancia que dan los ortodoxos a la 81-82 * Insegnamenlí di Paolo VI VIH Padre nella teología femminista, en Con
particularmente en las comunidades (1970)953 7
Cf R. Gryson, II minislero della 3/1981, 178. En el mismo número de Conc, el
relación entre las mujeres —María
donna nella chiesa aníica, Cittá Nuova, Roma
Mujer 1404
teólogo metodista Robert Hamerton-Kelly es- VI), Sigúeme, Salamanca 1982; Carrillo A., El
cribe (p. 167): "Toda la teología ha de tener en diaconado femenino, Mensajero, Bilbao 1972;
cuenta dos hechos: por un lado, que Jesús ex- Cita-Macard S-, Mujeres en la Iglesia a la luz
del Vaticano II, Mensajero, Bilbao 1969; Dela-

N
presó la experiencia más profunda de Dios me-
diante el símbolo del 'padre', y por el otro, que porte J., La Iglesia y la promoción de la mujer,
algunas mujeres consideran este símbolo humi- Mensajero, Bilbao 1970; Dianich S.-Galot J.,
llante y deshumanizador. Aquí está el proble- Mujer en la Iglesia, en NDT 2, Cristiandad,
ma; y es un problema real" — 24 Dual-Sex Madrid 1982, 1124-1136; Evdokimov P., La
Eucharist, en Commonweal (New York), 17 di- mujer y la salvación del mundo, Sigúeme, Sala-
ciembre 1976, 813-816 — 2! Para la historia de manca 1981; Martinell M., La mujer y los mi-
la admisión de las mujeres a los ministerios en nisterios en la Iglesia, en "Phase" 77 (1973) 447-
las iglesias protestantes desde 1832: O. d'Ursel, 463; Ordóñez J., Ministerio maternal de María
L accession des femmes au ministére pastoral en la liturgia, en "Ephemerides Mariologicae" 3
dans les églises issues de la Reforme, en L V 29 (1981) 267-296; Piquer J., La decisión de no
(1974) n. 3, 427-453 — 26 Kallistos Ware, Man. admitir la mujer al presbiterado, ¿arcaísmo o
Woman and the Priesthood of Christ, en Man, fidelidad?, en "Phase" 102 (1977) 515-534; Ur-
Woman, Priesthood (por Peter Moore), SPCK, deix J., Ordenación de las mujeres al diacona- NAVIDAD/EPIFANÍA está ya establecida en el norte de Ita-
Londres 1978, 83 — " Cf el artículo de una do, ib, 83 (1974) 412-414; Van Eyden R., La lia, y se la considera entre las gran-
teóloga ortodoxa, E. Behr-Sigel, Femmes et mujer en las funciones litúrgicas, en "Conci- des solemnidades; así también en Es-
hommes dans l'église, en Unité chrétienne, ma- lium" 72 (1972) 213-231; VV.AA., La mujer en SUMARIO: 1. Navidad: 1. La historia de la paña. En el mismo período, como
yo-agosto J977, 40-45 - 2* P. Evdokimov, La la Iglesia, en "Concilium" 111 (1976) 3-159; Wal- fiesta de navidad; 2. Los orígenes de la fiesta de
donna e la salvezza del mondo, Jaca Book, Mi- ton J., La mujer como objeto y sujeto de la navidad; 3. La estructura del tiempo de navi-
llegamos a saber por un discurso de
lán 1980, 22. bendición, ib, 198 (1985) 235-242. dad; 4. La teología de la celebración de navidad: san Juan Crisóstomo, también en
a) Navidad, misterio de salvación, b) La encar- Antioquía se celebraba la navidad el
R. Goldie nación del Verbo, c) El admirable intercambio 25 de diciembre como fiesta venida
MÚSICA entre la divinidad y la humanidad, d) Navidad
en la perspectiva de la pascua; 5. La espirituali- de Roma, pero distinta de la epifa-
/ Canto gregoriano; / Canto y músi- dad de navidad - II. Epifanía: 1. Historia de la nía, celebrada el 6 de enero.
ca; / Canto mozárabe en Hispana, fiesta de epifanía; 2. El objeto de la actual cele-
BIBLIOGRAFÍA: Alcalá M., La mujer y los mi- bración de epifanía.
nisterios en la Iglesia (Del Vaticano II a Pablo Liturgia 2. LOS ORÍGENES DE LA FIESTA
DE NAVIDAD. Al surgimiento de la
I. Navidad celebración de navidad han contri-
buido diversas causas. El 25 de di-
Inicialmente las dos fiestas, navi- ciembre, evidentemente, no es la
dad y epifanía, constituían una sola fecha histórica del nacimiento de
fiesta con un único objeto: la encar- Jesús, sino que se escogió en la
nación del Verbo, celebrada no obs- tentativa, por parte de la iglesia de
tante con acentuaciones, bajo una de- Roma, de suplantar la fiesta pagana
nominación y en fechas diferentes en del Natalis (solis) invicti. El culto al
Oriente y en Occidente: aquí, el 25 sol estaba muy en boga en.aquel pe-
de diciembre, como fiesta de navi- ríodo de paganismo decadente, y en
dad; allí, el 6 de enero, como fiesta el solsticio de invierno se hacían so-
de epifanía. La distinción en dos lemnes celebraciones. Para alejar a
fiestas de contenido diverso se pro- los fieles de estas fiestas idolátricas,
duce entre finales del s. iv y comien- la iglesia hizo un llamamiento a los
zos del v. cristianos a fin de que recordaran el
nacimiento de Cristo, verdadera luz
1. LA HISTORIA DE LA FIESTA DE que ilumina a todo hombre. Las
NAVIDAD. Hacia el año 336 tenemos grandes herejías cristológicas de los
noticia de una fiesta de navidad en ss. iv y v y la celebración de los cua-
Roma, donde se celebraba el 25 de tro concilios ecuménicos de Nicea,
diciembre. Por san Agustín sabemos Éfeso, Calcedonia y Constantinopla
que también en África, poco más o hicieron de la navidad, sobre todo
menos por aquel mismo tiempo, se por obra de san León Magno, la
celebraba en la misma fecha la navi- ocasión para afirmar la auténtica fe
dad. Hacia fines del s. IV, la fiesta en el misterio de la encarnación.
1407 Navidad/ Epifanía
Navidad/ Epifanía 1406
real e íntima participación en la na- ritualidad de la navidad es la espiri-
3. LA ESTRUCTURA DEL TIEMPO cramentum nativitatis Christi) para turaleza divina del Verbo: el Salva-
indicar el valor salvífico del aconte- tualidad de la adopción como hijos
DE NAVIDAD. La reforma litúrgica dor del mundo, que ha nacido hoy, de Dios. Esto debe acontecer no por
del Vat. II ha conservado sustancial- cimiento. Las páginas del evangelio nos ha reengendrado como hijos de
y de los profetas que anuncian este una imitación de Cristo desde fuera,
mente el planteamiento anterior del Dios. sino en el vivir a Cristo que está en
tiempo de navidad; sin embargo, lo misterio —dice san León— "nos en-
fervorizan y nos enseñan de tal ma- nosotros y en manifestarle a él, vir-
ha enriquecido notablemente con gen, pobre, humilde, obediente. San
textos y también con algunas cele- nera que no sólo recordamos el na- d) Navidad en la perspectiva de
cimiento del Señor, por el cual el la pascua. La profundización bíbli- León Magno invita al cristiano a re-
braciones, como, por ejemplo, la conocer la propia dignidad a fin de
misa vespertina de la vigilia; la recu- Verbo se hizo carne (Jn 1,14), sino co-teológica en el misterio de Cristo
que podría decirse que lo contem- ha hecho descubrir la orientación que, hecho partícipe de la naturaleza
peración de la celebración de la ma- divina, no quiera volver a la abyec-
ternidad divina de María en la octa- plamos presente" 3 , por lo que "la pascual del misterio de la encarna-
fiesta de hoy, del nacimiento de Je- ción. El Hijo de Dios toma un cuer- ción de otro tiempo con una con-
va de navidad, según la tradición ducta indigna 8 .
antigua; un mayor relieve dado al sús de la Virgen María, renueva para po para ofrecerse al Padre con un
misterio del bautismo de Jesús, cele- nosotros los comienzos sagrados" 4 . sacrificio existencial y personal (cf En fin, puesto que Dios nos hace
brado el domingo después de epifa- Sin embargo, hay que tener presente Heb 10,5-10). Detrás de los dos días hijos suyos en Cristo, injertándonos
nía; la fiesta de la Sagrada Familia, que si navidad es sacramento de sal- festivos de pascua y de navidad hay como miembros en el cuerpo de la
trasladada al domingo después de na- vación, no es la celebración de la una sola perspectiva de fondo: la iglesia, la gracia de navidad exige
vidad. El tiempo de navidad, por lo pascua. Hace presente el punto de exaltación del Señor. No se trata como respuesta una vida de comu-
demás, comprende desde las prime- partida de cuanto se realizó en la sólo y primariamente de una suce- nión fraterna.
ras vísperas de la natividad del Se- carne de Cristo para nuestra sal- sión histórica de los acontecimientos
de Belén y de Jerusalén, sino de aque- La pastoral deberá valorar la cele-
ñor hasta el domingo después de vación. bración navideña para formar a los
epifanía inclusive, o sea, hasta el lla inteligencia de Cristo por parte
de la iglesia que ha recibido su sello fieles en la auténtica fe en Cristo,
domingo después del 6 de enero b) La encarnación del Verbo. que no puede, sin embargo, separar-
(Normas universales sobre el año li- Para comprender mejor el contenido en la enseñanza del Vat. II *.
se de la auténtica visión del hombre,
túrgico y sobre el calendario 32-38). de las solemnidades natalicias, es pre- En esta visión teológica, navidad porque "el misterio del hombre sólo
ciso recordar el sentido originario de se ve también como el principio de se esclarece en el misterio del Verbo
la celebración expresado en la fór- la iglesia y de la solidaridad de todos encarnado" (GS 22). Navidad, hoy,
4. LA TEOLOGÍA DE LA CELEBRA- mula "manifestación del Señor en la los hombres. La generación de Cris-
CIÓN DE NAVIDAD. La realidad cele- deberá celebrarse también como la
carne". Con san León Magno —el to —afirma san León Magno— es el gran fiesta del hombre. En efecto,
brada en la solemnidad de navidad, papa del concilio de Calcedonia— origen del pueblo cristiano: el naci-
la venida del Hijo de Dios en carne, Cristo, "el nuevo Adán, en la misma
navidad se convirtió en la celebra- miento de la cabeza es también el revelación del misterio del Padre y
se concreta en el nacimiento de Jesús ción del misterio de la encarnación nacimiento del cuerpo 7 . Además,
de las entrañas de María y en los de su amor, manifiesta plenamente
según la fe de la iglesia contra toda con la encarnación el Hijo de Dios el hombre al propio hombre y le des-
acontecimientos de su infancia. La interpretación errónea, gnóstica, se ha unido en cierto modo a todo
expresión natale Domini expresa el cubre la sublimidad de su vocación"
arriana, docetista, maniquea o mo- hombre (cf GS 22). En fin, navidad (GS 22).
carácter histórico y concreto de esta nofisita. Los textos de la liturgia ac- es también misterio de renovación
fiesta '. La celebración de la navidad tual están todavía llenos de las ex- del cosmos: el Verbo asume en sí
no se detiene, sin embargo, en el he- presiones dogmáticas que precisan la toda la creación para levantarla de
cho histórico, sino que de éste se re- fe en el misterio de la encarnación. su caída y para reintegrar el universo II. Epifanía
monta a su verdadero fundamento, en el designio del Padre (segundo
el misterio de la encarnación. c) El admirable intercambio en- prefacio de navidad).
tre la divinidad y la humanidad. El El término griego epifanía o teo-
tema del intercambio admirable de fanía tiene el significado de autono-
a) Navidad, misterio de salva- 5. LA ESPIRITUALIDAD DE NAVI- tificación, entrada poderosa en la
ción. Aunque san Agustín no consi- "Dios que se ha hecho hombre para DAD. El misterio de la navidad no
que el hombre llegara a ser Dios" 5 notoriedad, y se refería a la llegada
deraba que la celebración de la navi- nos ofrece sólo un modelo para la de un rey o de un emperador. Sin
dad fuera un sacramento [/ Miste- está en el centro de toda la rica litur- imitación en la humildad y pobreza
gia romana de navidad. El primer embargo, el mismo término servía
rio] como la pascua, sino una simple del Señor que yace en el pesebre, también para indicar la aparición de
memoria entendida como aniversa- acto de este intercambio se obra en sino que nos da la gracia de ser se- una divinidad o una intervención
rio 2, el papa san León Magno dio a la humanidad de Cristo: el Verbo mejantes a él. La manifestación del prodigiosa de ella. No es de extrañar
esta solemnidad su verdadero fun- asumió lo que era nuestro para dar- Señor conduce al hombre a la parti-
nos lo que era suyo. El segundo acto que en Oriente se haya dado el nom-
damento teológico. Él habla del "mis- cipación en la vida divina. La espi- bre de epifanía a la fiesta del naci-
terio de la natividad de Cristo" (sa- del intercambio consiste en nuestra
Navidad/Epifanía 1408
1409 Niños
miento del Señor, a su aparición en venida de los magos, vistos como
BIBLIOGRAFÍA: Ashworth H., Navidad y re- la familia y en la escuela, a través del
la carne. primicias de los gentiles, con la con- novación, en "Phase" 48 (1968) 555-562; Botte
siguiente manifestación de Jesús B., Los orígenes de la Navidad y de la Epifanía, cine y, sobre todo, a través de las
1. HISTORIA DE LA FIESTA DE como Señor de todos los pueblos. Taurus, Madrid 1963; Cabestrero T., Navidad revistas infantiles y la televisión. Se
De este modo en Occidente se dis- y Epifanía del hombre nuevo, Sigúeme, Sala- trata de visiones del mundo suma-
EPIFANÍA. Ya en el s. n se tiene noti- manca 1970; Cullmann O., El origen de la Na-
cia de una fiesta cristiana, celebrada tinguió netamente el objeto de la ce- vidad, Studium, Madrid 1973; Ferro Calvo M., mente heterogéneas, con las que
por las sectas gnósticas el 6 de enero, lebración de las dos fiestas: el naci- Orígenes, contenido y difusión de las fiestas de muy pronto se tiene que encontrar el
con la que se conmemoraba el bau- miento de Cristo, en navidad; el ho- Navidad y Epifanía, en "Ecclesiástica Xaveria- niño.
na" 22 (1972) 95-111; La celebración de la veni-
tismo de Jesús. En la segunda mitad menaje de las naciones, en epifanía. da del Señor en el Oficio Hispánico, Instituto Precisamente por tratarse de vi-
del s. IV, Epifanio da la primera no- El misterio, después de la reforma S. de Pastoral, Madrid 1972; Goenaga J A . , Ce- siones del mundo heterogéneas, el
ticia de la fiesta ortodoxa de la epi- litúrgica del Vat. II, está bien expre- lebración de la Navidad y crítica de los evange- niño aprende pronto a no ser pura-
lios de la infancia, en "Phase" 113 (1979) 397-
fanía, entendida como celebración sado y sintetizado por el embolismo 417; Lemarié J., Navidad y Epifanía. La mani- mente receptivo y pasivo. Aprende a
de la venida del Señor, o sea, su na- del prefacio: "Hoy has revelado en festación del Señor, Sigúeme, Salamanca 1966; elegir; debe adoptar una actitud per-
cimiento humano y su encarnación Cristo, para luz de los pueblos, el Mazzarello S., Epifanía, en DE 1, Herder, Bar- sonal, madurando a base de decisio-
celona 1983, 692-694; Navidad, en DE 2, Her-
perfecta. En tiempos de Juan Crisós- verdadero misterio de nuestra salva- der, Barcelona 1983,679-682; Misser S., El mis- nes frecuentemente implícitas y a ve-
tomo, la fiesta se celebra en Antio- ción; pues al manifestarse Cristo en terio de Navidad en la proclamación de la fe, en ces inconscientes.
quía y en Egipto, y tiene por objeto nuestra carne mortal nos hiciste par- "Phase" 11 (1962) 162-167; Nocent A., Contem- Para el niño, precisamente por
plar su gloria: Adviento, Navidad, Epifanía, Es-
el nacimiento y el bautismo de Cris- tícipes de la gloria de su inmorta- tela, Barcelona 1963; Celebrar a Jesucristo, 2. obra del pluralismo existente, ser
to. Cuando la fiesta de epifanía en- lidad". Navidad y Epifanía. Sal Terrae, Santander cristiano no puede consistir en adop-
tró en Occidente cambió de signifi- 1979; Onandía E., Navidad: la manifestación tar simplemente la religión de todos
Todo el formulario litúrgico, tan- del Dios escondido, en "Liturgia" 248 (1969)
cado, celebrando la "revelación de to del misal como de la liturgia de 397-413; VV.AA., Tiempo de Navidad, en dejándose llevar de la costumbre. La
Jesús al mundo pagano" con su pro- las Horas, pone de manifiesto la uni- "Asambleas del Señor" 9, Marova, Madrid formación del niño de hoy no va de
totipo en la venida de los magos a 1965; VV.AA., Fiesta de Navidad, ib, 10, Ma- ningún modo por esos caminos; ni
versalidad de la salvación en Cristo; rova, Madrid 1965; VV.AA., Octava de Navi-
Belén para adorar al Redentor re- el misterio esponsal de Cristo que se dad, ib, 10, Marova, Madrid 1966; VV.AA., siquiera puede ser así en el ámbito
cién nacido. A este episodio se unía une a su iglesia para purificarla y Fiesta de la Epifanía, ib, 10, Marova, Madrid de la fe. Si consideramos seriamente
también el recuerdo del bautismo de 1967; VV.AA., Navidad-Epifanía, "Dossiersdel lo que los niños, a su nivel, muestran
santificarla; el misterio de la iglesia CPL"5, Barcelona 1979.
Jesús y su primer milagro en Cana. misionera, signo elevado sobre los en sus actitudes, debemos admitir
Cuando navidad entró en Oriente, pueblos para reunir a los hijos de que son capaces de compromiso y
rompió el significado primitivo de la Dios dispersos. de opciones personales. Tienen la ca-
epifanía, que pasó a ser prevalente- pacidad de responder a la llamada
mente la fiesta del bautismo de Entra en el conjunto de las fiestas
de epifanía tanto la celebración del del Señor con una fe viva y con una
Jesús. activa y consciente participación en
bautismo de Jesús (domingo después
de epifanía) como la fiesta de la pre- NIÑOS los sacramentos. Aunque vivan en
La ocasión del surgimiento de la diálogo con la familia y con el mun-
fiesta de epifanía en Oriente no es sentación del Señor en el templo
(2 de febrero) [/ Procesiones, II, 1]. do de los adultos en general, los ni-
muy diversa de aquella por la que SUMARIO: I. Los niños en la situación ac- ños forman un mundo del todo par-
surgió navidad en Occidente. Los [/Año litúrgico; /Adviento; tual - II. El "Directorio": 1. Significado y fina- ticular. Hablan y reaccionan diver-
paganos celebraban también en / Tiempo y liturgia]. lidad del documento; 2. Valor jurídico; 3. Con-
samente con concepciones propias
Oriente, y particularmente en Egip- tenido; 4. Participación y exteriorismo; 5. Par-
ticipación y expresión; 6. La familia - IIII. Las de su edad y de su generación; pode-
to, la fiesta del solsticio invernal. Los adaptaciones de la celebración - IV. El "Leccio- mos decir que tienen su vida propia.
cristianos, trece días después del 25 nario"y las plegarias eucarísticas: 1. El Leccio-
El niño, por tanto, debe ser conside-
de diciembre, cuando el aumento de NOTAS: ' Cf J. Lemarié, La manifestazione nario; 2. Las plegarias eucarísticas; aj Plegaria
del Signore, Edizioni Paoline, 1969, 36 — eucarística primera, b) Plegaria eucarística se- rado en sí mismo por lo que ya es, y
la luz es más visible, el día 6 de enero 2
Obras de San Agustín VIII, Carlas, BAC, gunda, cj Plegaria eucarística tercera - V. Con- no sólo por lo que llegará a ser. En
celebraban la navidad para eviden- Madrid 1951, 321 — J San León Magno, Ho- clusión.
efecto, las ciencias humanas ya no
ciar que Jesús al nacer aquel día de- milías sobre el año litúrgico, hom. 9 [29], 1,
aceptan la definición de niño como
mostraba ser la verdadera luz. BAC, Madrid 1969, III — * Ib, hom. 6 [26], 2,
96 — 5 Obras de San Agustín XXIV, Ser- I. Los niños en la situación actual un adulto infieri', aunque la psico-
mones, BAC, Madrid — * Cf R. Berger, cit. logía científica tienda con frecuencia
2. EL OBJETO DE LA ACTUAL CE- por B. Neunheuser, La vénula del Signore: teo-
logía del tempo di natale e epifanía, en RL 5 a considerar al niño según los crite-
LEBRACIÓN DE EPIFANÍA. Al aceptar (1972), 599-613 — ' O.c, hom. 6 [26], 2, 96 —
El mundo de hoy se caracteriza rios del adulto 2. Además, debemos
la epifanía de Oriente, la mayor par- 8
Ib, hom. I [21], 3, 72. por un evidente pluralismo cultual e decir que los niños viven y reciben
te de las iglesias occidentales se pro- ideológico; de aquí se sigue una no- los cambios de la sociedad mucho
pusieron celebrar principalmente la A. Bergamini table variedad de horizontes y de va- más que los adultos. Su modo de ver
lores, que se imponen a los niños en
Niños 1410 1411 Niños
las cosas es decididamente nuevo: ticipar en el misterio de la fe por los Misal Romano (DMN 4). Por lo peles. >Pero como es siempre posible
participan de una cultura nueva. Por ritos y la oración (SC 48). La parti- tanto, tiene el mismo valor jurídico que una participación exterior esté
muy integrado que esté en un con- cipación de la celebración eucarística y teológico que el MR. disimulando la ausencia de adhesión
texto familiar bien definido y de debe estar motivada por el valor interior, el DMN se preocupa de edu-
gran importancia para su formación, mismo que toma la celebración en la 3. CONTENIDO. El DMN se divi- car para la interiorización a través
el niño de hoy no es reducible a la vida del niño; no puede hallar su pri- de en una introducción y tres capítu- de los medios expresivos. Aun a su
familia o al ambiente del que forma mera justificación en una norma ex- los. El primero trata de los criterios modo, los niños son verdaderamente
parte. terna, aunque esté sancionada y de- generales para llevar a los niños a la capaces de meditar (DMN 31); y por
Por lo que se refiere a la celebra- terminada por la autoridad eclesiás- celebración eucarística; el segundo eso se insiste en el sagrado / silencio
ción litúrgica, se debe tener presente tica y familiar. Si no es así, la crisis examina las misas, sobre todo domi- como parte constitutiva de la cele-
que los niños, miembros ya de la de las normas, que acompaña a la nicales y festivas, en las que toman bración (DMN 22; 37), para no dar
iglesia por el bautismo, forman parte llegada de la adolescencia, arrastrará parte los niños junto con los adultos, excesiva importancia a la acción ex-
por derecho de la asamblea litúrgi- también la celebración eucarística, que son mayoría; el tercer capítulo, terior. El exteriorismo es un peligro
ca; se trata, por tanto, de buscar el dando lugar al conocido abandono más amplio y detallado, trata de las siempre presente y no hay un méto-
modo de participación que les per- masivo. Por el contrario, una buena misas con niños cuando hay sólo po- do pedagógico que pueda obviarlo.
mita insertarse plenamente. Con iniciación al misterio cristiano per- cos adultos. La asamblea, antes que Las acciones externas quedarán sin
más exactitud, se trata de hallar el mitirá un desarrollo armónico de la receptora, es la celebrante de la ac- fruto, más aún, serán nocivas, si no
itinerario adecuado a los niños y los fe del niño hacia una dimensión ple- ción litúrgica. Sobre este dato de sirven para la participación interior
caminos de acceso a una participa- namente adulta, dado que "la psico- eclesiología eucarística se basa el Di- (DMN 22; 29). Frente a toda acción
ción activa y consciente en la litur- logía moderna demuestra con qué rectorio para afirmar que "la euca- que se les proponga a los niños como
gia. La iglesia es el sacramento uni- profundidad marca a los niños la ex- ristía es siempre acción de toda la participación activa, es necesario pre-
versal de salvación en que cada uno periencia religiosa de la infancia y comunidad eclesial; por eso es de guntarse qué fruto de participación
encuentra su propio papel: por eso de la niñez en virtud de la especial desear la participación al menos de interior se pretende obtener. La fe,
reconoce y respeta la realidad de la receptividad religiosa de que ellos go- algunos adultos", puesto que no es sobre todo la del niño, es siempre un
actual situación de los niños y atien- zan" (DMN 21). Se trata de adaptar pensable la autosuficiencia de los ni- misterio personal que escapa a toda
de a esta situación con un documen- la celebración a la capacidad de par- ños a nivel celebrativo; los adultos valoración. A priori no se puede pre-
to a propósito, el Directorio para las ticipación de los niños, pero esto no intervendrán "no como vigilantes, tender que a determinado gesto o ac-
misas con niños' (— DMN). significa crear una liturgia infantil. sino como orantes y que ayuden a ción corresponda necesariamente
Adaptación significa, para salir de los niños cuando sea necesario" una determinada actitud de fe. Los
la ambigüedad del término, indivi- (n. 24). En consecuencia, la asam- símbolos no son unívocos ni siquiera
dualizar y potenciar los elementos blea no debe ser demasiado"numero- para los niños.
II. El "Directorio" comunes a la experiencia del adulto sa: "Cuando el número de los niños
y del niño. Este principio vale tanto que celebran juntos la eucaristía sea 5. PARTICIPACIÓN Y EXPRESIÓN.
Este documento se dirige a los ni- para la liturgia eucarística cuanto
ños que no han entrado todavía en excesivo, resultará más difícil conse- El aburrimiento es otro peligro ex-
para la liturgia de la palabra; de lo guir una participación atenta y cons- plícitamente indicado (DMN 27).
la preadolescencia, o sea, de los siete contrario "es de temer algún daño
a los doce años aproximadamente. ciente" (DMN 28). Podemos con- Éste lleva al niño a la incomodidad,
espiritual si los niños en la iglesia cluir que no nos parece estar de que después se proyecta sobre la ce-
realizan una y otra vez cosas que ape- acuerdo con estas normas el esque- lebración, frente a la que nacen me-
1. SIGNIFICADO Y FINALIDAD nas entienden" (DMN 2).
DEL DOCUMENTO. Este acto de la re- ma celebrativo de la llamada misa canismos de defensa que pueden lle-
forma litúrgica se refiere a la cele- con niños, que consiste en reunir a gar a la aversión. Y de la aversión
bración eucarística en la que inter- 2. VALOR JURÍDICO. El DMN es
todos los niños de la parroquia en puede originarse el dejar-de-creer en
vienen también los niños. Debe su- un documento litúrgico particular, una única celebración, dirigida por la utilidad personal, y por tanto en
frir todas las adaptaciones necesarias puesto que no contiene rúbricas o algunos adultos con funciones de el valor, de la celebración eucarísti-
para que se dé una celebración acti- textos litúrgicos. Quiere ser una asistentes. ca. Este camino parte del aburrimien-
va, consciente y fructuosa por parte suma de principios e indicaciones to y desemboca en el juicio existen-
de los niños (DMN 1; 3; 12; 55). Por que, guiando la creatividad, generen 4. PARTICIPACIÓN Y EXTERIORÍS- cial de valor negativo: no se trata de
tanto, se trata de un documento que una verdadera adaptación del MR. IMO. Con la preocupación de formar un itinerario puramente hipotético,
quiere regular y guiar la creatividad El documento no puede considerarse a los niños para la celebración de la si queremos enfrentarnos al fenóme-
al respecto, para que la celebración un mero subsidio litúrgico pastoral, eucaristía con soltura y alegría, el no de los creyentes no practicantes
pueda explicitar su propia eficacia dado que se presenta "como suple- DMN sugiere hacer activos a los ni- desde el punto de vista de la liturgia.
formativa (SC 33), y así permita par- mento" a la Ordenación general del ños dándoles diferentes tareas y pa- Para evitar que suceda esto, es nece-
1413 Niños
Niños 1412
la oración eucarística y a las aclama- gelio (DMN 41-43). El Leccionario
sario que los adultos no abandonen veles de la personalidad 5 y abre efi- ciones con que los niños toman parte Romano sigue siendo normativo,
a los niños a sus propias fuerzas, cazmente nuevos espacios al encuen- en ella (n. 12). Podemos sugerir que pero se permite tomar las lecturas
sino que participen con ellos activa- tro en el otro. Así entendida, la ex- las anáforas para niños entren en las directamente de la biblia si los textos
mente en la liturgia. En esta comu- presión no es un fin en sí misma o familias como instrumento privile- del día se consideran poco adecua-
nión y unidad de acción se comunica un simple medio de comunicación; giado de catequesis y formación dos. Obedeciendo a la norma del Di-
y transmite el valor del misterio que se hace anamnesis, en cuanto que para la oración, creando así un nexo rectorio, la CEE ha preparado un
celebramos juntos; buscar la verdad está orientada a la celebración del preciso entre celebración eucarística Leccionario' adecuado como subsi-
de la asamblea significa buscar la ver- misterio de salvación. Por fin, el y formación para la oración. Para dio litúrgico-pastoral, que, sin em-
dad del signo fundamental de toda DMN señala el peligro de dar a la subrayar este importante nexo, el bargo, no dispensa al pastor de su
acción eclesial, y frente a la verdad misa una índole excesivamente di- DMN favorece decididamente las mi- tarea de juicio y elección de los tex-
del signo no puede nacer ese desinte- dáctica (nn. 13; 23), puesto que el sas en que participan los niños junto tos más adecuados. Esta elección
rés que desemboca en el rechazo. Es modo más usual que tiene el adulto a sus padres y otros miembros de la obedece al criterio de la cualidad
sobre todo válida para la iniciación de acercarse al niño es el de la ense- familia (n. 20). más que al de la cantidad: no se si-
la afirmación que dice que la iglesia ñanza y la exhortación moral. gue de ello que una lectura breve
se construye con el testimonio recí- sea preferible a una larga, o vicever-
proco. 6. LA FAMILIA. La formación li- III. Las adaptaciones sa; es de gran utilidad pastoral el cri-
Adaptar la celebración significa túrgica y eucarística no debe sepa- de la celebración terio de juicio que se propone: "Todo
crear un estilo de celebración que rarse de la educación general, huma- depende de la utilidad espiritual que
permita a los niños sentirse miem- na y cristiana (DMN 8); por tanto, Se proponen las adaptaciones la lectura pueda aportar a los niños"
bros de la asamblea con pleno dere- la / familia adquiere un relieve de- para las misas en las que intervienen (DMN 44). Como servicio a la com-
cho, y por tanto actores de la cele- terminante en este camino litúrgico los niños reunidos en grupos poco prensión de la palabra de Dios tie-
bración. Considerada la naturaleza (DMN 10). Para que esto sea posi- numerosos junto a algunos adultos nen gran importancia las monicio-
de la liturgia, acción de todo el ble, es necesario que la familia en- (DMN 28). Ha de tenerse presente nes y la didascalía, de modo que los
hombre, y considerada también la cuentre en la comunidad cristiana, que estas celebraciones deben llevar niños lleguen a asimilar cada vez
psicología de los niños, el DMN sobre todo la parroquial, esa válida gradualmente a los niños hacia las más el texto sagrado, fuente de con-
manda favorecer al máximo la par- inserción formativa que permite una misas de adultos, sobre todo hacia versión.
ticipación a través de los gestos y celebración del misterio más profun- aquella en la que la comunidad par- Antes de llegar a las misas con los
actitudes corporales (nn. 22; 33; 34). da en virtud del más amplio con- ticipa los domingos (DMN 21); se
Esto vale también para los elemen- niños es oportuno tener verdaderas
texto eclesial. La familia es determi- trata, por tanto, de liturgias de ini- celebraciones de la palabra de Dios,
tos visuales (nn. 35-36) y musicales nante cuando se trata de hacer expe- ciación, hecho éste bastante nuevo,
(nn. 31-32), puesto que el niño es riencia de los valores humanos y para respetar el principio de la gra-
dado que en la tradición cristiana la dualidad, que exige la corresponden-
más sensible que el adulto a la ex- cristianos contenidos en la celebra- misa con la mistagogia representa no
presión simbólica. El niño piensa ción, pero sobre todo en la forma- cia entre la progresiva evolución es-
una etapa de acceso, sino el término piritual de los niños y las celebracio-
con todo su ser; todo su cuerpo está ción para la oración, que ha de tener y la conclusión de la iniciación. De
concentrado en el pensamiento: los lugar gradualmente, compartiendo nes litúrgicas en las que toman parte
todas formas se imponía un cambio (DMN 14).
músculos, los miembros y la misma los diversos momentos (DMN 10). por el estilo.
posición del cuerpo. Bajo la guía de La capacidad de participación en la El principio de la eficacia espiri-
una atenta presidencia, es necesario eucaristía está directamente relacio- La primera adaptación se refiere al tual vale también para la homilía, y
dejar libre la expresión verbal y no nada con esta formación previa en rito inicial de la misa, del que se pue- por tanto puede pedirse a un laico
verbal de los niños. Esto significa la oración; la experiencia demuestra de omitir algún elemento para dar que la haga, si el ministro ordenado
hacerles posible un lenguaje que su- que los momentos de mayor dificul- mayor relevancia a otros; esto se no logra adaptarse a la mentalidad
pera lo que ellos han comprendido tad en la misa con niños son los mo- debe a la excesiva abundancia de ri- de los niños (DMN 24). Con los ni-
intelectualmente: el niño, expresán- mentos de oración, y sobre todo la tos prevista por el ordinario de la ños la homilía podría a veces con-
dose, se hace, y "regiones áridas de anáfora. Y esto no depende de los misa (DMN 40). vertirse en diálogo para implicar
su ser empiezan a vivir"4. temas o del texto de la anáfora, Nunca debe faltar la lectura bíbli- más a los participantes en la procla-
sino de la escasa formación para la ca, aunque, si se puede, debe ser mación del misterio; pero esto no
El medio que hace al niño capaz oración. adaptada a las capacidades de los significa que la homilía se pueda
de entrar en el mundo de los símbo- niños tanto en lo referente al número transformar en una lección de cate-
los es la expresión. La expresión El Directorio establece que el sig- cuanto a la extensión de las períco- quesis o, peor todavía, cree un clima
simbólica vivida en plenitud libera nificado de la misa está comprendi- pas. En caso de que hubiera una sola de tipo escolar. La homilía es una
las energías profundas, crea una do a través de los principales ritos y lectura, ésta debe tomarse del evan- parte de la celebración y recibe de
nueva síntesis entre los diferentes ni- oraciones, y se refiere en particular a
Niños 1414
1415 Niños
ella su especificidad. Durante la ho- cluye también formularios para mi-
milía es cuando pueden tener gran sas de tema penitencial o eucarístico.
Y además, el Leccionario contiene gregación para el culto divino ha pro- y se nombran las diversas categorías
peso los elementos visuales, especial- mulgado un texto que no debe tra- de personas con las que la asamblea
mente las imágenes y los dibujos he- una introducción general a todo el
año litúrgico y breves introducciones ducirse tal y como está, sino que está en comunión. La unión de toda
chos por los mismos niños durante debe servir para inspirar la libre com- la iglesia, celeste y terrestre, actúa
la preparación de la misa (DMN 36). a los tiempos litúrgicos, que subra-
yan sus dimensiones bíblica, litúrgi- posición del texto anafórico directa- como telón de fondo del último de
También tiene su valor la llamada mente a la lengua viva; tan sólo este los tres versículos del Santo.
dramatización; pero no es fácil de ca y catequética. b) El Leccionario
ha tenido presente el proceso cate- último es considerado texto litúrgico La anáfora sigue con la introduc-
usar, y exige determinadas precau- en sentido estricto. El texto latino
ciones para que no quede en segun- quético adoptado en el plan de los ción a la primera epíclesis, y se defi-
Catecismos para la comunidad cris- determina la finalidad, la sustancia ne así la acción que se efectúa: "Por-
do plano de hecho en la estimación y la forma general de estas oracio-
de los niños la lectura del texto bí- tiana publicados por la CEE para la que queremos mostrarte nuestro
infancia, c) Cada formulario consta nes: será misión de cada una de las agradecimiento". Esto permite al
blico. conferencias episcopales la creativi-
de una primera lectura, un salmo niño entender toda la misa como
responsorial, un verso del Aleluya y dad suficiente para tener textos ver- eucaristía. Tras la narración de la
un evangelio. Se ha procurado que daderamente apropiados. institución tenemos la anamnesis,
IV. El "Leccionario" que sigue el modelo de las liturgias
los textos guarden relación entre sí y
y las plegarias eucarísticas permitan un tratamiento cateq-uético a) Plegaria eucarística primera. occidentales no romanas, las cuales
y homilético orgánico y armónico Sin caer en el infantilismo, es la ora- frecuentemente se basan más en el
1. EL "LECCIONARIO". Las comi- ción más sencilla en cuanto a conte- haced esto que en el en memoria
dentro de cada tiempo litúrgico, d)
siones episcopales españolas de Li- Las lecturas del Antiguo Testamento nidos y lenguaje; muy lineal, co- mía. Esta elección es particularmen-
turgia y de Enseñanza y Catequesis suelen estar centradas en la figura de mienza con la constatación de que la te feliz, dada la importancia que el
han ofrecido a las comunidades cris- los personajes más importantes de la asamblea se ha reunido para la ac- hacer tiene para el niño.
tianas de España un Leccionario historia de la salvación. También ción de gracias. La asamblea toma La segunda epíclesis, con su senti-
para las misas con niños que fuese hay primeras lecturas tomadas de conciencia de sí misma. Viene a con- do eclesiológico, lleva a las interce-
un instrumento útil y coherente con pasajes sencillos de las cartas de san tinuación la acción de gracias por la siones, que se concluyen con el tema
su proceso de educación en la fe. La Pablo y de los Hechos de los Apóstoles. creación entera, y se enumeran "to- de la acción de gracias, que cierra la
existencia de este Leccionario, adap- Los textos evangélicos están toma- das las cosas bellas y grandes" que anáfora con la doxología.
tado a los niños, está prevista en el dos de los Sinópticos, pero también son: la luz, la tierra y todos los hom-
DMN 43. Uno de los cuidados que están presentes las páginas funda- bres que la habitan. No es difícil ver b) Plegaria eucarística segunda.
la iglesia, siguiendo a su Maestro, mentales del evangelio de san Juan. aquí un influjo de la anáfora alejan- Se recomienda por su carácter dia-
debe prestar a los niños, es la inicia- e) El Leccionario contiene monicio- drina de san Marcos. Esta enumera- logal. El texto está intercalado con
ción en la celebración eucarística, en nes a la primera lectura, al salmo res- ción concibe la creación como "sig- las diversas aclamaciones que man-
cuya doble mesa, de la palabra de ponsorial y al evangelio, procurando no maravilloso" del amor de Dios, y tienen viva la participación de los
Dios y del cuerpo de Cristo, están que las tres vayan desarrollando as- cada cosa se pone en relación con la niños, sobre todo si se cantan. Son
llamados a participar. pectos complementarios de un men- realidad espiritual de la que es signo. aclamaciones de respuesta a la aná-
saje fundamental, a partir de los pro- Todo es referido a la alegría que hay fora, que no pierde su carácter presi-
El Leccionario para las misas con pios textos./) Si las lecturas señala- en el corazón del hombre. dencial. Excepto,el Santo y las acla-
niños ha sido elaborado con una fi- das para un día determinado no van maciones después de la anamnesis,
Esta primera sección de la anáfora todas las demás aclamaciones son
nalidad principalmente pastoral: fa- a ser captadas por los niños, se pue- se concluye con el Santo, que se di-
vorecer la participación plena y ade- de elegir otra lectura bíblica, con tal facultativas. El contenido teológico
vide a su vez en tres partes: cada una de esta anáfora coincide en gran me-
cuada a su edad. Este objetivo gene- de que ésta respete el espíritu del cierra un sector del texto.
ral ha presidido los criterios seguidos tiempo litúrgico, g) El Leccionario dida con el del texto precedente. Un
al seleccionar y ordenar los textos: Después viene la sección cristoló- dato característico de fácil adquisi-
está pensado para los domingos, aun- gica, que comienza con la alabanza
a) Siguiendo el año litúrgico, el Lec- que puede ser usado también en los ción por parte de los niños es la me-
cionario ofrece un formulario de lec- al Padre por sus atenciones hacia el diación de Cristo en la oración de la
días entre semana. hombre, enumeradas en crescendo.
turas para cada uno de los domingos asamblea.
de adviento, cuaresma —doble ci- El Padre es presentado como quien
clo— y pascua. Completa este itine- no olvida a nadie y, finalmente, c) Plegaria eucarística tercera.
2. LAS PLEGARIAS EUCARÍSTI- manda a Jesús como salvador. Es
rario un elenco de lecturas para el Es el texto más rico y variado, y por
CAS. Las anáforas son la parte más interesante sobre todo la conclusión: eso el más indicado para los mucha-
tiempo ordinario y otro para las fies- significativa de esta reforma verda-
tas de los santos. El Leccionario in- Jesús es el que ha dado su vida por chos más crecidos. Tiene un buen
deramente singular, dado que la Con- nosotros. carácter dialogal por las aclamacio-
La tercera sección es eclesiológica, nes en la segunda parte de la anáfo-
1417 Nuevas plegarias eucarísticas
Niños 1416
NUEVAS PLEGARIAS grandezas divinas y recordar mejor
ra. Su característica está en la posi- desarrollo de la reforma litúrgica la historia de la salvación en la parte
bilidad de adaptarse al tiempo pas- ciertamente ha situado mejor y faci- EUCARÍSTICAS central de la celebración eucarísti-
cual. De hecho, nos hallamos frente litado un discurso más amplio de ini- ca". Y en el n. 4 afirma que "si se
a dos anáforas diversas, aunque cons- ciación y formación litúrgica de los SUMARIO: Prólogo: El enriquecimiento ana- considera la variedad de las anáforas
truidas sobre un fondo común. El niños, para que ellos "con alegría fórico del Misal Romano - I. El motivo pasto- de la tradición de la iglesia universal
contenido teológico más relevante puedan en la celebración de la euca- ral de la variedad de textos y la carta circular
"Eucharisticam participationem" - II. La com- y el valor de cada una, se da uno
está en la teología del memorial, que ristía caminar juntos al encuentro de posición y autorización de nuevas anáforas: I. cuenta de que una sola anáfora no
aparece con toda claridad en la Cristo y estar con él en la presencia La plegaria eucarística del "sínodo suizo": a) La puede contener toda la riqueza pas-
anamnesis. del Padre" (DMN 55). composición del texto y su difusión, b) Su len- toral, espiritual y teológica deseable.
guaje y estructura, c) Eí tema y sus variantes: ía
plegaria para un "sínodo"; 2. Las tres plegarias Es necesario suplir con múltiples
Estas tres plegarias eucarísticas es- [/ Familia; / Formación litúrgica, eucarísticas "para misas con niños": a) Las pri- textos los límites de cada uno. Es lo
meras adaptaciones de la anáfora a los niños, b) que han hecho siempre las iglesias
tán todavía aprobadas ad experimen- IV, 1-2]. El "Directorio para misas con niños", c) Los
tum "hasta que la Sede Apostólica tres modelos de plegaria para la misa con niños: cristianas, a excepción de la romana.
no disponga otra cosa" (cf Carta cir- talante y contenido; 3. Las dos plegarias euca- La iglesia ha querido dar así a la
rísticas "sobre la reconciliación": dos tematiza- liturgia romana más riqueza pasto-
cular de la S. Congregación para los NOTAS: ' J.-P. Jung, L'expérience religieuse ciones del memorial. Conclusión: Plegarias para
sacramentos y el culto divino de 15 des enfants, en MD 140 (1979) 65-84 — 2 A. celebrar en nuestro caminar creyente. ral, espiritual y litúrgica" 3 .
de diciembre de 1980, en RL 68/4 Vergote, Psicología religiosa, Taurus, Madrid No se trata, pues, de un arqueolo-
1969 — ' Sacra Congregatio pro Cultu Divino,
[1981] 558-559). Directorium de missis cum pueris, Typis Poly- gismo acrítico, sino de inspirarse en
glottis Vaticanis, 1973. Véase A. Pardo, Liturgia Prólogo: El enriquecimiento toda la tradición, que ha sabido de-
de la eucaristía, col. Libros de la comunidad, anafórico del Misal Romano cir, con excepcional riqueza de voces
Ed. Paulinas, Madrid 1979,224-238 —" J.-M. y acentos, el significado de la cele-
V. Conclusión Hum-F. Mourvillier (dir.), Celebrare la messa
con ifanciulli, LDC, Turín 1975, 128 — 5 L.M. El intenso trabajo de renovación bración eucarística, a fin de consen-
Ciertamente, se puede discutir so- Pinkus, Rilevanza del símbolo nel processo di de la celebración litúrgica, acometi- tir a la liturgia de la iglesia expresar-
bre estas tres plegarias eucarísticas, malurazione umana, en RL 67 (1980) 346- do por la reforma del Vat. II, tenía se de una manera más rica y articu-
353 — 6 Leccionario IX para las misas con que desembocar en el problema del lada, más capaz de comentar el
sobre algunas opciones hechas, so- niños.
bre otras soluciones que se habrían Canon Romano '. Texto venerado y misterio. Una liturgia que sepa tam-
podido adoptar según modelos y ex- E. Mazza precioso por doctrina y espirituali- bién confesar la fe en diálogo con la
periencias conocidas de otras nacio- dad, pero deficiente en cuanto a una reflexión teológica de la iglesia ac-
nes. De todas formas, todo esto re- claridad de expresión y a un desarro- tual. El propio Bugnini interpretaba
sulta precioso por el lenguaje fácil, BIBLIOGRAFÍA: Aldazábal J., Un directorio su-
llo congruente que facilitase una así la variedad de textos introducida
por las aclamaciones introducidas, gerente y comprometedor, en "Phase" 81 (1974) participación activa y comprensible en la plegaria del Misal: "La reforma
por la misma presencia de los ele- 195-208; Acoger a los niños en nuestra eucaris- por parte de la asamblea. entra ahora en la fase de la creativi-
mentos fundamentales de la oración tía, ib, 114 (1979) 495-510; Celebrar la eucaristía Ya el sínodo de los obispos de dad, una vía que ha sido abierta por
eucarística, que facilita la inserción con niños, "Dossiers del C.P.L." 20, Barcelona el mismo santo padre —Pablo VI—
1983; El nuevo Leccionario para las misas con
1967 se había hecho eco del deseo
de los niños en la celebración nor- niños, en "Oración de las Horas" 11 (1984) 345- manifestado por fieles, sacerdotes y con estas palabras: Debemos tender
mal. También es apreciable ia pe- 349; Bellavísta S., A propósito de ¡as nuevas íiturgistas de una reforma ai respec- a lo que es mejor, que no a lo que es
queña variación de estructura (en re- plegarias eucarísticas, en "Phase" 88 (1975) 309- to. Pero, no admitiendo el texto una nuevo (...). Esto no quiere decir que
lación al mandamiento de Jesús: Ha- 314; Comisión N. "Liturgia-Infancia" de Fran- corrección plena sin deteriorarlo los labios de la iglesia se hayan ce-
ced esto..., introducido por una frase cia, Los niños en la misa, Ed. Litúrgica Españo- fundamentalmente, prevaleció la te- rrado hoy o que ella no pueda cantar
la, Barcelona 1969; González Casado J.M., Las un cántico nuevo suyo propio, siem-
de transición: "Y les dijo también"), misas con niños, una tarea urgente, en "Sal Te- sis de recuperar la tradición y facili-
que subraya el carácter de anamnesis rrae" 64 (1976) 147-154; Lalubre F.-Laurentin tar el significado del memorial euca- pre que el soplo del Espíritu le inspi-
de la celebración eucarística. A., Primera iniciación de los niños en la liturgia, rístico, enriqueciendo el Misal con re a hacerlo \ Y he aquí que en las
Marova, Madrid 1965; Oliver M., Misas para tres nuevas plegarias. tres nuevas plegarias eucarísticas nos-
No podemos creer que basten los
los niños, PPC, Madrid 1976; Secretariado N.
En la carta del 2-6-1968 de Bugni- otros tenemos las tres estrofas de
de Liturgia, Celebraciones con deficientes men- este canto nuevo... El canto nuevo
nuevos textos bíblicos y eucológicos tales, "Subsidia Litúrgica" 41, EDICE, Madrid ni, presidente del Consilium, a las
y las mismas posibilidades de adap- 1982; W.AA., La misa y los niños, en "Phase" conferencias episcopales de todo el ha comenzado y no cesará más. La
tación introducidas por el Directorio 67 (1972) 3-88; W . A A . , Celebrar la misa con mundo con "indicaciones para faci- vida genera vida y las primeras es-
para resolver el delicado problema los niños. Notas pastorales y sugerencias prác-
litar la catequesis de las nuevas aná- trofas de este nuevo canto reclama-
de una participación activa y fructí-
ticas. Marova, Madrid 1976; W.AA., Celebrar
foras" 2 , se estipula como cometido rán otras estrofas, otros himnos,
la reconciliación con los niños, Marova, Madrid otros innumerables e incesantes can-
fera de los niños en la eucaristía. 1977; W.AA., Las misas con niños. Liturgia, de ellas "poder cantar mejor las
Pero este providencial y esperado catequesis, música, PPC, Madrid 1985.
Nuevas plegarias eucarísticas 1418
1419 Nuevas plegarias eucarísticas
tos: los cantos de la liturgia perenne- dice, sino que celebra con su pueblo.
mente joven" 5 . Ello le exigía hacer comunidad con constituyó un grupo de estudio, que fiendan sus derechos a la autentici-
Estas tres nuevas plegarias que se los fieles, hablando un lenguaje inte- examinó detenidamente el proble- dad de lo que ha sido instituido por
añadieron al Canon Romano tienen, ligible para ellos y sintonizando con ma, tratando de buscar posibles so- Jesús, y al carácter sagrado de su
sin embargo, una característica que sus situaciones y deseos 8 . La deci- luciones. Tras varias fases de inda- expresión de fe (cf EP 11). Y esto es
les es propia: son las primeras en sión, pues, de 1968 de retornar a la gación, reflexión y estudios compe- hecho, en primer lugar, por la auto-
toda la tradición cristiana que han pluralidad de anáforas obedece, de tentes, y siguiendo siempre las ridad de Roma" ".
sido compuestas para ser utilizadas hecho, a unos criterios y preocupa- directrices del santo padre, llegó a En concreto, pues, las iglesias,
en la iglesia universal. Las demás ciones pastorales derivados de esta poder publicar el 27-4-1973 la carta locales aportarán la formulación
plegarias eucarísticas de la tradición exigencia de participación por parte circular Eucharisticam participatio- adaptada a sus circunstancias, bajo
habían nacido en una iglesia parti- de la comunidad concreta que cele- nem sobre las plegarias eucarísticas, la orientación de la Santa Sede, que
cular. Su uso se extendía después bra la eucaristía. Tales criterios se que envió a los presidentes de las ha de juzgar, en definitiva, la identi-
con el paso del tiempo. irían clarificando y explicitando a lo conferencias episcopales de todo el dad entre tal formulación y el senti-
largo del proceso posterior, en torno mundo l!. En ella se describía la si- do de la acción en la que la iglesia
De ahí que también recupere tuación constatada (n. 4) y, recono-
Roma el uso antiguo al autorizar a la adaptación de la anáfora. celebra el don recibido de su Señor.
ciendo la motivación pastoral de la
ahora a los episcopados locales ple- Aun antes de la publicación de las variedad de textos, se fijaban las b) Por otra parte, la variedad de
garias eucarísticas nuevas, previa pe- tres nuevas anáforas en el Misal de condiciones y los criterios (n. 2) para textos ha de responder al deseo de
tición oportuna: son concedidas ad Pablo VI había aparecido ya el fe- la composición de nuevos textos de adaptar todavía más la celebración
experimentum y para un uso deter- nómeno de la libre composición de plegaria eucarística: a la comunidad concreta que la par-
minado y circunstancial. La unidad anáforas, que se extendían e inter- ticipa; de manera que la posibilidad
eclesial es así salvada por el recono- cambiaban de unos países a otros de anunciar bajo muchas formas el
cimiento oficial de estas plegarias afines'. Algunos episcopados (ho- a) Por un lado, la necesidad de
conservar el sentido de la unidad misterio de Cristo ayude a que todos
por parte de la Santa Sede. Pero se landés, belga-flamenco, etc.), inten- lo experimenten mejor (cf EP 2).
reconoce así también el fundamento tando eliminar o atenuar al menos eclesial en la oración litúrgica por
de una sana diversidad; y por eso no la proliferación abusiva, analizan y excelencia y la preocupación por ga- Dada, pues, la posibilidad de in-
son de momento incluidas en el mi- escogen algunos de estos textos; los rantizar su naturaleza de acción de troducir ulteriores ángulos de visión
sal. De este modo, dichos textos incluyen en la publicación del Ordo gracias sobre todo, y de oración pre- para releer la historia de la salva-
mantienen su valor propio: son fruto Missae y permiten oficialmente su sidencial, hace que la Sede Apostóli- ción, de la que la eucaristía es me-
de una necesidad particular y nacen uso. El fenómeno, sin embargo, con- ca considere oportuno actualmente morial, dos criterios de fondo con-
para una situación ocasional. Con tinúa desordenadamente. Los obis- (cf n. 5) reservarse el derecho de de- ducen la formulación de nuevas ple-
su autorización son considerados pos son presionados, por un lado, cidir en este capítulo de la praxis li- garias:
conformes con la fe católica; con su para instaurar la observancia de la túrgica: "La Sede Apostólica, impul-
sada por el amor pastoral hacia la 1) La estrecha relación que debe
no inclusión momentánea en el mi- legislación litúrgica; pero, por otro, darse entre el texto de la anáfora y
sal, su provisionalidad particular, sienten la exigencia de quienes los unidad, se reserva el derecho de pro-
nunciarse sobre un asunto de tanta las condiciones de la asamblea re-
hasta evaluar su extensión y frutos usan, reivindicándolos como textos unida para la eucaristía; de forma
con el paso del tiempo \ mejor entendidos por los fieles, me- importancia como es justamente la
disciplina de las oraciones eucarísti- que incluso el formulario quede sin-
nos densos teológicamente, y que res- tonizado con el contexto cultural en
ponden mejor a la lengua y cultura cas. Respetando la unidad del rito
romano, no rehusará considerar las que se celebra.
I. El motivo pastoral de nuestro tiempo que los del Mi-
sal. Muchos piensan que lo mejor se- peticiones legítimas, y juzgará con 2) La oportunidad de conectar
de la variedad de textos benevolencia las solicitudes que le
y la carta circular ría disponer de más plegarias ofi- el texto de la anáfora con aconteci-
ciales '". dirijan las conferencias episcopales mientos eclesiales particularmente
"Eucharisticam para la eventual composición e in-
participationem " Ante lo preocupante del fenóme- significativos. De forma que, tema-
troducción en el uso litúrgico, en cir- tizando la eucaristía con contenidos,
no, la Sagrada Congregación para el cunstancias particulares, de una nue-
Ya la constitución sobre la sagra- culto solicita al papa el estudio de la cuya percepción esté facilitada y sen-
va oración eucarística; y propondrá sibilizada por las circunstancias en
da liturgia del Vat. II había funda- situación. A mediados de 1971 reci- las normas a seguir en cada uno de
mentado y urgido el principio pasto- be del santo padre la misión de "exa- que se celebra, favorezca una parti-
los casos" (n. 6). cipación más intensa. Es decir, una
ral de la participación consciente y minar todos los aspectos del proble-
activa de los fieles en la acción litúr- ma y tratar de poner remedio a esta El mismo Bugnini explicaba así el acción de gracias apropiada a la
gica 7 [/ Participación]. Se tomaba grave forma de indisciplina en el sentido de esta disposición: "La co- asamblea en aquel momento; de suer-
conciencia de que el celebrante no campo litúrgico" ".En septiembre se munidad cristiana como tal exige, y te que la comunidad pueda sentir su
con razón, que se salvaguarden y de- propia vida íntimamente enmarcada
Nuevas plegarias eucarísticas 1420 1421 Nuevas plegarias eucarísticas

en la historia de la salvación, y pue- "para misas con niños", donde se pre- hacia sí el interés de otras iglesias proclamar cómo "el Señor camina
da obtener mayores frutos de la ce- tende una adaptación a las condicio- europeas como Luxemburgo, Aus- con nosotros, iglesia peregrina, en
lebración eucarística (cf EP 8). nes de la asamblea; y de dos plega- tria, Strasburgo, Francia e Italia, esta tierra". La celebración eucarís-
rias eucarísticas "sobre la reconcilia- que solicitaron su utilización, que tica es presentada así como momento
Desde estos criterios, y teniendo les fue siempre concedida por la especial del encuentro y compañía
en cuenta algo que es típico del rito ción", con motivo del año santo,
donde se pretende sintonizar la euca- Sede Apostólica". del Señor en nuestro camino.
romano, se invita también explícita- En la formulación de los elemen-
mente a la introducción de oportu- ristía con un acontecimiento eclesial b) Su lenguaje y estructura. Con
significativo. tos fijos, ya el postsanctus presenta
nas variantes o fórmulas infra actio- un lenguaje de talante actual, poéti- la reunión eucarística como un en-
nem en el texto de las plegarias del Al mismo tiempo, también ha ido co y evocativo, apropiado a la di-
aprobando nuevas anáforas a diver- cuentro provocado por Cristo. El
Misal. Tales variantes "destacarían mensión del misterio que se celebra, excelente recurso al pasaje de Emaús
mejor el recuerdo del misterio del sos países y para determinadas cir- expresa el memorial eucarístico con
cunstancias o grupos particulares de (Le 24,32) en la introducción al rela-
Señor en las principales solemnida- una nueva sensibilidad cristológica, to ayuda a comprender la misa, por
des del tiempo litúrgico" y "serían fieles. En todas ellas late el deber de eclesiológica y antropológica. En él
conectar litúrgicamente, de un modo el modo mismo de referirlo, en la
útiles para suscitar la atención y la se funden admirablemente un lengua- línea de la doctrina conciliar sobre
piedad con un matiz particular que más adecuado, la riqueza mistérica je bíblico-existencial y el de la doc-
del memorial eucarístico con la vida la celebración eucarística, como ac-
resaltaría el contexto eclesial en que trina conciliar del Vat. II en su con- ción centrada en torno a dos mesas:
se celebra" (EP 10)'". Añadir estas de la iglesia ". sideración de la relación de la igle-
Veamos en concreto el talante y ambón y altar. Es el Señor el que da
variantes —normalmente en el post- sia con el mundo —en especial LG sentido y sostén a nuestro caminar
sanctus y en las intercesiones— sería contenido de aquellas que tienen y GS.
autorización oficial para ser utiliza- con su palabra y con su pan. Se tra-
facultad de las conferencias episco- Siguiendo de cerca el esquema de ta, por otra parte, de una evocación
pales o del propio obispo, con apro- das litúrgicamente en nuestro país. la PE II del Misal, conserva la es- interesante de la primera comida de
bación de la Sede Apostólica. Es de- tructura tradicional con los elemen- los discípulos con el Resucitado, tipo
cir, tendrían una función similar y 1. LA PLEGARIA EUCARÍSTICA tos específicos de la plegaria eucarís- de la comida eucarística. La epíclesis
complementaria de la que desempe- DEL "SÍNODO suizo", a) La composi- tica, definidos en la OGMR 54-55; y es invocación de la presencia del Es-
ña el prefacio variable de la misa ro- ción del texto y su difusión. A finales sobre el soporte de una sola plegaria, píritu, para hacer presente a Cristo
mana. Podrían ser como su eco pos- de 1973, los liturgistas suizos son los con un motivo central de fondo, se junto a nosotros y en nosotros. El
terior; pero, eso sí, discreto y en el primeros en solicitar una nueva ple- establecen cuatro variantes significa- memorial y la oblación hacen paten-
seno de aquellos elementos estructu- garia eucarística, y dirigen a la Sa- tivas en el prefacio que inicia la ple- te la pascua de Cristo y los efectos
rales donde no suponga romper la grada Congregación para el culto di- garia y en las intercesiones que apli- de su sacrificio con una expresión
trama singular de la plegaria en vino su instancia de que a los obis- can a la situación actual de la iglesia sugerente y nueva del tránsito "a tra-
cuestión. pos de su nación les parecía ade- ese motivo peculiar aclamado en el vés del sufrimiento y la muerte" a la
cuado calificar el Sínodo de los ca- prefacio. Son simples acentos discre- glorificación. Precisamente con su sa-
En definitiva, la carta Eucharisti- tólicos de su país de "circunstancia
cam participationem, al propio tiem- tos y de feliz expresión que, mante- crificio, "Jesús nos abre (¡en presen-
peculiar" para poder componer una niendo sin ruptura la dinámica evo- te! = actualización sacramental) el
po que prohibe la utilización de tex- anáfora apropiada al efecto, según
tos no aprobados, invita explícita- cativa de esta plegaria, la diversifi- camino hacia el Padre". Y, por fin,
Eucharisticam participationem. La can en cuatro aspectos o variantes la plenitud de la vida en la resurrec-
mente a unos espacios de creatividad Congregación responde pronto, y el
al servicio de la participación más que matizan y completan el tema pe- ción, en la conclusión escatológica,
14 de febrero de 1974 les da el papa culiar desde el que esta plegaria pro- es considerada como acogida de
consciente y activa e intenta crear la facultad de preparar una anáfora
las condiciones para un paso ulterior clama el memorial del Señor. Dios en su reino, al final de nuestra
especial para el Sínodo. La compo-
de la reforma IS. sición del nuevo texto se ultimó a
peregrinación por este mundo.
c) El tema y sus variantes: la ple-
mediados de dicho año ". Examina- garia para un "sínodo". No se puede Las variantes desarrollan el tema
II. La composición do por la Congregación para la doc- olvidar la circunstancia para la que central de la compañía de Dios en
y autorización trina de la fe, fue aprobado con al- se compuso esta plegaria: un "síno- nuestro camino en sus cuatro aspec-
de nuevas anáforas gunas observaciones el 25 de julio de do" (ho synodos = caminar juntos, tos comprehensivos: la llamada y pre-
ese mismo año, y por el santo padre acompañar). La imagen del camino, sencia providente de Dios en nuestro
La propia Santa Sede no tardó en el día 5 del mes siguiente. Tres días como categoría de interpretación de caminar (variante A); Cristo como
ejemplificar la aplicación de los cri- después, por un decreto de la Con- la historia de la salvación, prevalece camino y compañero (variante B); el
terios expuestos con la publicación gregación para el culto, fue declara- en las insinuaciones bíblicas en las amor desinteresado como ley del ca-
do idóneo para ser estampado l8. que es contemplada la obra y perso-. mino en seguimiento de Cristo (va-
y ofrecimiento a toda la iglesia de
tres modelos de plegaria eucarística La nueva plegaria atrajo pronto na de Cristo. Esta anáfora pretende riante C); la reunión de todos en la
1423 Nuevas plegarias eucarísticas
Nuevas plegarias eucarísticas 1422
perfecta unidad del reino de Dios, ros ¡unto con los que también parti- nos conduce hacia sí, ofreciendo sen- siente ternura hacia los pobres y los
como término de nuestra peregrina- cipan de su mismo banquete. Así, en tido y contenido a nuestra libertad enfermos.
ción (variante D). el camino de la esperanza que éste con su verdad y llenando nuestra En congruencia con la calidad del
En resumen, pues, se trata de cele- anuncia y festeja con alegría, y de la vida de gozo con su amor. amor de Dios celebrado en el prefa-
brar el memorial del Señor en el con r fe que afirma y fortalece, la iglesia Así, con un lenguaje sensible al cio, la intercesión por la iglesia ruega
texto de esa compañía poderosa (A), irradiará en el mundo el gozo del talante existencial, en el que el hom- al Padre que fortalezca la fidelidad
luminosa (B), amorosa (C) y acoge- evangelio a que nos impulsa como bre de hoy articula las preguntas tras- de su pueblo al evangelio con el
dora (D) con la que Dios conduce a quehacer. cendentes de su caminar personal e cuerpo y sangre de su Hijo, reno-
su iglesia hacia sí M . histórico, se proclama el misterio de vando a todos a su imagen. De tal
Veamos ahora, en concreto, cómo • Variante B: "Jesús, nuestro ca- Cristo como respuesta a esas pro- forma que, movidos por su amor y
están formulados los matices pecu- mino ". fundas aspiraciones, abriendo el ca- por su ejemplo, atinen a descubrir
liares de cada una de estas variantes: Reconociendo a Dios en su seño- mino de la esperanza en la fe que se en los signos de los tiempos (cf Mt
río creador sobre el cielo y la tierra, celebra. Dicha respuesta consiste en 16,3 y GSA) las angustias y tristezas,
• Variante A: "Dios guía a su el prefacio inicia la acción de gracias afirmar, con un lenguaje aprendido las alegrías y esperanzas de los hom-
iglesia ". bendiciéndolo porque con su sabi- del IV evangelio, que Cristo es el ca- ares (cf GS 1) y, compartiéndolas en
El prefacio canta las manifestacio- duría dirige el camino de la historia mino que nos conduce al Padre por la caridad, les muestren el camino
nes de la presencia operante de Dios hacia su destino, y con su amor cui- la verdad y la vida realizadas en el de la salvación.
en el sendero de la vida: reconocien- da de cada hombre. Se proclama e amor, y que discurre a través del pa- De este modo, la condición y mi-
do su origen en la acción creadora invoca, pues, a Dios en la insinua- norama evocado por el plan salva- sión de la iglesia se concreta, con un
de Dios, que la sostiene y enriquece ción del misterio trinitario que late dor de Dios. lenguaje asumido del Vat. II, en ser
con sus dones, contempla su término en su actuación histórico-salvífica. para el mundo el espejo del amor de
definitivo a la luz de la pascua de En correspondencia con lo cele-
Esa sabiduría y ese amor de Dios brado en el prefacio, las intercesio- Cristo, que es imagen del amor del
Cristo. Ésta es proclamada, bajo la se revelan plenamente en el misterio Padre.
figura del éxodo antiguo, como nes por la iglesia ruegan a Dios que
salvador de Cristo. Éste es alabado fortalezca, por el cuerpo y la sangre Esta variante, pues, concreta el se-
apertura del camino de la vida al como palabra sabia de Dios, cuya guimiento tras Cristo del caminar
gozo perfecto del reino, adonde Dios de su Hijo, la unidad en la fe y en el
escucha da sentido a la vida huma- amor, para que con entrañas de mi- cristiano en la imitación de su amor
conduce hoy a su iglesia a través de na: por esa palabra, que es el mismo
este mundo con la fuerza de su Espí- sericordia, sensibles a toda necesidad compasivo.
Cristo, nos ha llamado a la reunión humana, y atentos a los gestos con-
ritu. de la iglesia para que, afirmados en • Variante D: "La iglesia en cami-
cretos, seamos capaces de construir no hacia la unidad".
La descripción histórico-salvífica la fe verdadera, le sigamos fielmente. la iglesia como recinto de libertad en
de la actuación de Dios ensambla Pues se trata del Hijo que nos revela la verdad y de paz en el amor, donde El prefacio da gracias al Dios del
muy bien la proclamación de la di- y conduce hacia él, el Padre (cf Jn todos encuentren un hogar de espe- universo por la bondad mostrada en
mensión trinitaria de su misterio con 14,5: "Yo soy el camino, la verdad y ranza. la creación constante de la iglesia, a
la condición histórico-existencial, en la vida. Nadie va al Padre sino por cuya unidad conduce incesantemen-
la que se extiende y experimenta el mí"). De ahí que Cristo sea celebra- te a hombres de toda raza y cultura.
hombre actual: el Espíritu y el Hijo do como camino salvador de nuestra • Variante C: "Jesús, modelo de Marcado por la teología de la LG,
son explicitados como mediación di- propia existencia, porque precisa- caridad". evoca el misterio de la iglesia como
vina en el acompañamiento del Pa- mente en él descubrimos la verdad El prefacio canta el amor bonda- una realidad viva, en una perspecti-
dre a la salvación. Queda también que da sentido y posibilidad a nues- doso y fiel del Padre, que se nos ha va trinitaria y en un lenguaje con-
excelentemente proclamada la con- tra libertad (cf Jn 8,32: "Si os man- manifestado en la palabra y obra de temporáneo. Dios se muestra ope-
tinuidad de la presencia especial de tenéis en mi palabra..., conoceréis la su Hijo: Jesús es reconocido como rante en la edificación de la iglesia,
Dios en la economía de Israel y en la verdad y la verdad os hará libres") y fruto y don del amor del Padre al por la mediación del Hijo y del Espí-
plenitud de la de la nueva alianza en horizonte de esperanza gozosa a mundo, como espejo e imagen de la ritu: por medio del evangelio de su
la peregrinación de su iglesia. nuestra vida (cf Jn 16,22: "Volveré bondad y fidelidad de su amor y Hijo, convoca sin cesar a hombres
a veros y se alegrará vuestro co- como fuente del amor fraterno. de todo pueblo y condición a la re-
En la confianza de esa presencia razón"). unión en un solo pueblo y ofrece a
poderosa y cercana de Dios en la En cuanto revelación del amor del
Todo esto es cantado como mara- Padre y modelo de fraternidad, Cris- todos los hombres la esperanza de la
marcha de su pueblo, la intercesión felicidad de su reino; por el don del
por la iglesia se concreta en la peti- villa del gran amor que nos tiene to es celebrado, con imágenes reco-
Dios y que se ha manifestado en su gidas del evangelio de Lucas, como Espíritu la unifica como testimonio
ción del fortalecimiento de la unidad de su amor en el mundo.
que provoca el compartir el pan de Hijo amado: en él, palabra de vida, el buen samaritano del mundo, que
su mesa; es decir, ser sus compañe- nos llama, nos reúne, nos afirma y acoge a pequeños y pecadores; que Conforme aun con la doctrina del
Nuevas plegarías eucarísticas 1424 1425 Nuevas plegarias eucarísticas

Vat. II sobre la iglesia, este prefacio tadamente su comunión a los de- directivas en este sentido, sin tratar general, una celebración más breve
la define y describe en su condición más horizontes eclesiales en forma de de formar un rito peculiar, sino más y con un ritmo adaptado a su psico-
sacramental como signo del amor círculos concéntricos: siendo la uni- bien determinar los elementos que logía, en un clima gozoso y fraternal,
y de la salvación de Dios ofrecida dad una nota donde la iglesia se ex- se habían de retener, abreviar, omitir de ritos y lenguaje más simples y con
al mundo en el testimonio de su presa y revela como sacramento de o escoger para mejor adaptación 2I . más intervenciones. En concreto, y
unidad. salvación, le conviene ser concreta- Por su parte, la OGMR preveía con respecto a la plegaria eucarísti-
Así, la iglesia aparece como sacra- mente visible; es decir, palpable en que las conferencias episcopales es- ca, se afirma que los textos actuales
mento de la fidelidad del "Padre de la comunidad concreta que sacra- tableciesen las normas para la adap- hacían difícil la participación de los
bondad" a su alianza, en cuanto pue- mentaliza, de hecho y expresamente, tación de la misa a las diversas tradi- niños en la parte central de la mis-
blo universal, convocado por el po- todo el misterio de la iglesia, como ciones e índoles de fieles (n. 6). ma. Eran, pues, necesarios nuevos
der del evangelio de su Hijo y reuni- es la iglesia local. Por esta razón, la La importancia de la formación textos 2" que, conservando la estruc-
do por la fuerza de su Espíritu; res- unidad se concreta significativa- litúrgica de los niños, y en particular tura fundamental y su forma presi-
plandece como sacramento de la mente también en los mismos miem- su iniciación a la misa, como mo- dencial, tuviesen estas característi-
acción del Espíritu en cuanto signo bros que en su ministerio pastoral mento fundamental de toda la edu- cas: brevedad, sencillez de lenguaje,
de la unidad de todos los hombres, representan la unidad de todos los cación cristiana (cf SC 19 y Grav. aunque conservando los necesarios
testimoniando así su amor; y se ma- miembros. educ. 2) va creciendo en interés cen- términos técnicos; flexibilidad y
nifiesta como sacramento de Cristo Esta variante D contempla y des- tral en las publicaciones22 y en la adaptabilidad a las circunstancias
resucitado, su esposo, en cuanto sig- cribe, pues, el camino de la iglesia preocupación pastoral B . Se insiste ocasionales de la vida de los niños
no profético de la unidad gozosa fu- con una marcha progresiva en la con- cada vez con más convicción en el (por ejemplo, motivos de acción de
tura, ofreciendo la esperanza del ban- solidación de la unidad entre sus dis- principio de que la liturgia es la me- gracias en los prefacios), y más faci-
quete nupcial de su reino. tintos miembros, a que conduce el jor pedagogía para la participación lidad para una participación activa
La unidad de la iglesia es, pues, impulso del Espíritu, y en la convo- de los fieles en la liturgia misma; y por parte de los niños 2'.
celebrada como don original de Dios cación y acogida, a que la destina el que, por tanto y en el fondo, los ni-
que la constituye; como signo que la mensaje de paz del evangelio de Je- ños no pueden ser iniciados en la b) El "Directorio para misas con
define; como testimonio que la com- sucristo. liturgia sin liturgias de iniciación24. niños"™. El 10 de marzo de 1971 la
promete en su misión reconciliado- Por ello se reclama una mayor posi- Congregación para el culto decide
ra, y como anticipo escatológico que 2. LAS TRES PLEGARIAS EUCA- bilidad de adaptación de la misa a enviar una circular a más de cien
la mantiene en la esperanza y en el RÍSTICAS "PARA MISAS CON NIÑOS", a) los niños 2Í . Algunos episcopados, presidentes de las comisiones nacio-
anuncio del término feliz de la his- Las primeras adaptaciones de la como el alemán, publican orienta- nales de liturgia, preguntándoles su
toria. anáfora a los niños. Ya la constitu- ciones aprobadas "ad experimen- parecer acerca de la adaptación de
En consonancia con el agradeci- ción Sacrosanctum concilium insis- tum" para las misas con niños 2 \ con la misa a los niños. Se les rogaba
miento a Dios por el don incesante tía en varias exigencias para que la adaptaciones incluso de la plegaria que informasen también acerca de
de la unidad que canta el prefacio, la celebración litúrgica fuese activa y eucarística. Y, ante la petición de al- las iniciativas eventuales en su país
intercesión por la iglesia se dirige al provechosamente participada (cf n. gunos episcopados, la propia Santa y de las propuestas y publicacio-
Padre con el ruego de que la renueve 11): tener en consideración la edad, Sede aprobó algunas plegarias euca- nes que en el mismo hubiesen apa-
constantemente a la luz del evan- condición, género de vida y grado rísticas para estas misas, aun antes recido.
gelio y con nuevos impulsos vitales de cultura religiosa (n. 19); ordenar de publicar la carta Eucharisticam
participationem: a Alemania, "para En la respuesta, las comisiones de
de su Espíritu, consolidando así los los textos y los ritos de modo que liturgia pedían, en general, una es-
vínculos de unidad entre el pueblo y puedan ser fácilmente comprendidos misas con niños sordomudos", el 26-
6-70; a Filipinas, "para la misa de tructura más simple de los tres ele-
sus pastores, y de éstos entre sí. De y participados (n. 21), adaptando in- mentos fundamentales: liturgia de la
esta forma, la iglesia, "sacramento cluso las plegarias que el sacerdote primera comunión", el 16-3-71; a Sui-
za, una abreviación del Canon Ro- palabra, plegaria eucarística y comu-
de la unidad del género humano y dice en nombre de todos los fieles a nión. En particular, y con referencia
de los hombres entre sí" (LG 1), po- la capacidad de éstos (nn. 33 y 34), y mano y de la PE IV "para misas con
niños", el 6-12-71; a Australia, "para a la plegaria eucarística, se insinuaba
drá ser, en medio de nuestro mundo dejar así lugar a legítimas diversida- que pudiese prepararse una especial
dividido por guerras y discordias, ins- des, según las diferentes comunida- misas con niños durante el Congreso
internacional eucarístico de Melbour- o un esquema fundamental, y que el
trumento de unidad, de concordia y des (nn. 37-40). sacerdote presidente la desarrollase,
de paz, cumpliendo de este modo su ne de 1973 (y otra "para la población
En el sínodo de los obispos de aborigen")27. adaptándola a los niños concretos
misión en la historia. 1967 se detectó el deseo de muchas con los que celebre. Se insistía en
Es significativa la concreción ini- conferencias episcopales de unas De los estudios y documentos que que se previesen más intervenciones
cial de esta intercesión a la iglesia adaptaciones especiales para la misa abordaban el problema se podían de los niños en la plegaria.
local, ampliando progresiva y acer- con niños. Se dieron entonces unas deducir los siguientes principios: en De las propuestas conclusivas de
Nuevas plegarias eucarísticas 1426 1427 Nuevas plegarias eucarísticas

la encuesta, la Congregación del cul- niños, y de poder proponerlas a toda adultos. Se aplican los principios de troducción en las grandes actitudes
to constataba que la iglesia esperaba la iglesia. Se acogerían así los reque- la pedagogía religiosa a la educación que forman el contenido de la euca-
un Directorio que indicase las posi- rimientos de los episcopados y se re- en la comprensión de los signos y la ristía: nos reunimos (n. 12), escucha-
bilidades concretas de adaptación, solvería una problemática general- celebración del misterio, de forma mos (nn. 14, 41 y 49), damos gracias
sobre las que pudiesen apoyarse las mente sentida. que la participación exterior más (nn. 9, 13 y 52) —que es la actitud
conferencias episcopales. Se formó El 23 de octubre, el santo padre adaptada esté siempre en función de básica de la plegaria eucarística—,
una comisión internacional; se fija- aprobaba el Directorio para misas una participación interior más cons- recordamos y ofrecemos (n. 52), co-
ron unos puntos concretos y, a me- con niños y daba permiso para com- ciente. Aconseja respetar lo más po- memos y bebemos (nn. 9, 53 y 54) y
diados de marzo de 1972, se hizo la poner dos o tres anáforas para tales sible la estructura específica de la nos despedimos (nn. 15 y 55) M.
segunda encuesta a peritos de todo misas •". misa, sin diferenciarla excesivamente
el mundo. En junio del mismo año .Comienza el Directorio con una de la de los adultos, pues prepara c) Los tres modelos de plegaria
pudieron discutirse en el grupo de introducción (nn. 1-7), donde pre- para incorporar mejor en ella. Se para la misa con niños: talante y
estudio los resultados obtenidos. En- senta el propio objetivo: dar unos aconseja, por ello, especialmente contenido ". El grupo de estudio for-
tre las cuestiones que surgían, se principios fundamentales para adap- para días feriales, más que domin- mado para el caso examinó treinta y
comprobaba que la simple adapta- tar la misa a esta situación particu- gos, donde la celebración pide que ocho textos de plegarias para niños,
ción de las plegarias actuales no re- lar, y señalar los medios y modos sea de toda la comunidad. De la ple- redactadas y aparecidas en diversas
solvía el problema: era necesaria la para educar a los niños en la com- garia eucarística dice en concreto: lenguas. En la primera reunión de la
composición de nuevas plegarias prensión del misterio eucarístico, a "En la eucaristía que se celebra con Comisión, en noviembre de 1973, se
eucarísticas. fin de que puedan inserirse plena y los niños corresponde la mayor im- seleccionaron sólo tres textos: PE I,
conscientemente en él. Con ello se portancia a la plegaria eucarística, el un texto belga en francés; PE 11, una
Se acometió en seguida la prepa- momento culminante de toda la ce-
ración del Directorio, cuyo primer pretende que, en su día, puedan lle- de las preparadas por la comisión
gar a la meta a que aspiran estas lebración. Depende mucho del mo- para textos litúrgicos en lengua fran-
esbozo se envió en julio a todos los do como el sacerdote proclama esta
miembros y peritos. En otoño se re- misas: llegar a participar de un cesa, y la PE 111, un texto preparado
modo pleno en la celebración euca- plegaria y de cómo participan los ni- por los alemanes. Se enviaron a cua-
dactó el segundo esquema con todas ños escuchando y aclaman" (n. 52).
las observaciones presentadas, y de rística de toda la comunidad cristia- renta y nueve especialistas de todo el
na. Se describen, además, en esta in- En definitiva, el Directorio, más mundo. Con sus respuestas se redac-
nuevo fue repartido a toda la comi- que soluciones para casos concretos,
sión. En noviembre se presentó el troducción las circunstancias y los taron definitivamente en enero de
principios que han llevado a la pu- lo que ofrece son principios e indica- 1974 y fueron traducidas al latín,
resultado en la sesión plenaria de ciones; exhortaciones y sugerencias.
la Congregación, y en diciembre se blicación del Directorio. para ser enviadas a las diversas con-
Muestra así cómo la liturgia renova- gregaciones implicadas. Tras diver-
pudo hacer la tercera redacción, que El capítulo I (nn. 8-15) trata de da puede ser sabia y útilmente adap-
se envió también a las congregacio- sas observaciones, y no sin previas
"la introducción de los niños en la tada a las situaciones reales de los vacilaciones •", fueron al fin publica-.
nes romanas interesadas (Doctrina, celebración eucarística". Para ello creyentes, para facilitar su participa-
Clero y Propaganda de la fe). Revi- dos estos textos 1-2-74, en el ori-
desempeña función indispensable la ción gozosa, consciente, activa y pia- ginal francés y su traducción latina,
sado desde las observaciones de és- familia, la comunidad cristiana —en dosa de los divinos misterios, para
tas, fue presentado el esquema defi- y enviados a las conferencias episco-
especial algunos de sus miembros: crecer en la fe y anunciar a Cristo a pales de todo el mundo con algunas
nitivo al papa en mayo de 1973. Va- padrinos y catequistas— y la propia los demás"".
rios puntos no fueron aceptados: restricciones: cada episcopado po-'
catequesis especial sobre la eucaris- dría solicitar para su uso sólo un
que los niños expresasen los motivos tía, a fin de que alcancen a entender Es interesante resumir brevemente
de acción de gracias tras el diálogo cómo concibe el Directorio la edu- modelo de los tres propuestos; se
su significado a través de sus signos: concedería sólo ad experimentum
del prefacio; que se utilizasen diapo- ritos y oraciones ". Se insinúan y re- cación e iniciación eucarística de los
sitivas en la celebración; que el acto niños: considera la educación a la por tres años y, por tanto, no podían
comiendan también otras celebra- incluirse en el Misal. Ambas condi-
penitencial se situase tras la homilía, ciones apropiadas de introducción. eucaristía dentro del conjunto de la
y que se compusiesen plegarias euca- vida cristiana, y por eso ayuda con ciones fueron desapareciendo poste-
El capítulo II (nn. 16-19) trata de riormente: en enero de 1975 se con-
rísticas particulares. cómo deben ser tomados en cuenta sus adaptaciones a acercar la euca-
ristía a los niños y anima a saberlos cedió que pudiesen ser solicitados
La Sagrada Congregación presen- los niños en la misa de los adultos, por cada episcopado todos los tex-
tó entonces al papa un elenco de los donde participan también algunos acercar a la eucaristía; concibe esta
educación eucarística como una ini- tos; en 1977 se concedió otra prórro-
requerimientos de los obispos y con- de ellos. ga por tres años •"; y en 1980 se con-
ferencias episcopales que las solici- El más desarrollado es el capítu- ciación a la celebración, que debe
hacerse precisamente en la experien- cedía sine die, hasta ser de hecho in-
taban, insistiendo en la petición de lo III (nn. 20-54), donde trata más cluidas ya en las nuevas ediciones
poder crear una o dos fórmulas de específicamente de la misa con los cia litúrgica vivida (mistagogia gra-
dual); y tal iniciación supone la in- del Misal (caso de Italia).
plegarias eucarísticas para misas con niños en la que participan algunos
Nuevas plegarias eucarísticas 1428 1429 Nuevas plegarias eucarísticas

En los Praenotanda que introdu- (n. 15). Sin embargo, cada una ofre- por los tres versos del Sanctus en las palabras del mandato "haced
cen estas plegarias '8 se describen las ce el mérito de una gran unidad de orden inverso al normal, tratando esto...", se añade, en tono aún de
características desde la finalidad que composición: los elementos no están así de armonizar las tres aclamacio- relato: "Y les dijo también". Y, ade-
pretenden: yuxtapuestos, sino fundidos en un nes con el respectivo contenido- más, el sacerdote anticipa por su
mismo movimiento de acción de gra- motivación de la acción de gracias: parte las palabras del memorial; y
• Son textos "adaptados a los ni- cias, que expresa y provoca una at- por eso, cuando el sacerdote da gra- sólo después de que él ha hecho la
ños", pero "para ayudarles y predis- mósfera familiar y gozosa —aun en cias a Dios por las bellezas de la conmemoración del misterio pascual
ponerlos a participar con mayor fru- la aspiración escatológica—. Se pro- creación, los niños responden con el de Cristo cantan los niños la acla-
to en la misa de los adultos" (n. 1). cura, de este modo, que la parte cen- verso "llenos están los cielos y la tie- mación. Se quiere así hacer ver el
Por eso conservan con fidelidad la tral de la misa sea "festiva, fraterna rra de tu gloria, hosanna..."; cuando nexo de "obediencia" que nuestra ce-
estructura fundamental y los ele- y acogedora", como requiere el n. 23 declara a Dios la gratitud porque lebración tiene con respecto al en-
mentos tradicionales de toda plega- del Directorio. nos ha enviado a su Hijo, los niños cargo de Jesús. Y también se quiere
ría eucarística. "Desde pequeños se proclaman entonces: "Bendito el que motivar más de cerca la aclamación-
acostumbran así a una plegaria, en • Ofrecen un aumento del núme- viene en nombre del Señor, hosan- memorial de los niños, haciendo que
la que no falta ni la bendición agra- ro de aclamaciones, que favorecen na...", y cuando la alabanza se reco- el presidente haya explicitado ya el
decida al Padre, ni el memorial de la participación intensa y activa de noce unida a la de toda la iglesia, la contenido de la misma 4 '. Tal acla-
Cristo, ni la invocación sobre las los niños e invitan al canto. peregrina y la celeste, por la comu- mación, por otro lado, es nueva, con
ofrendas, ni el lazo de comunión con nión que hay entre los santos, los un talante de expresión de fe en el
toda la iglesia: las cuatro partes • El verdadero problema al que
intentan responder es hacer capaz niños aclaman: "Santo, Santo, San- misterio pascual salvador de Jesu-
principales de toda plegaria" 5 '. to es el Señor...". cristo.
"la participación interna de los niños
• No se han de considerar como en la celebración eucarística"; y para Es de notar cómo la disposición Es llamativo el carácter afectuoso,
textos típicos, sino como esquemas reavivarla es necesario hacerla pre- de este último bloque del prefacio humano y concreto de las intercesio-
o modelos fundamentales, que de- ceder y seguir de una competente ca- ha anticipado aquí felizmente el re- nes, que permiten incluso nombrar a
ben servir de base para composicio- tequesis. Especialmente para textos cuerdo de los santos, y no hacia el padres, amigos, etc., según parezca
nes originales en lengua viva. Por como éstos, "puestos, como están, final de la plegaria, en la perspectiva oportuno.
eso, reservándose Roma la confir- en el corazón mismo de la celebra- escatológica, como en las otras ple-
mación definitiva, la traducción que- ción eucarística" (n. 21). garias. Por eso mismo, la mención La plegaria concluye, antes de la
daba a cargo de cada conferencia del papa y del obispo propio que se doxología final habitual, en corres-
Así pues, esta renovación eucoló- hacen en este contexto no tienen la pondencia con su inicio tras el diálo-
episcopal, con la indicación expresa gica de la misa de los niños, vista en
de que se hiciese con cierta libertad, forma de una intercesión "por ellos", go introductorio del prefacio: allí co-
el horizonte más amplio de la inicia- sino de orar "con ellos" (sentido de menzó con el deseo, manifestado
pensando en la índole propia y pe- ción y educación litúrgica, tiene,
culiar de su propia lengua y cultura. comunión de los santos), como decía ante al Padre, de "aclamarte y ex-
como se ve, el mismo objetivo por el Canon Romano: "una cum fámu- presarte nuestra admiración "; y aho-
el que fue preparado el Directorio lo tuo...". ra concluye: "Viendo todo lo que ha-
• Intentan un lenguaje concreto (cfn. 55). ces por medio de tu Hijo, nos que-
accesible al mundo del niño y a su Sorprendentemente no se nombra
• La plegaria eucarística 1 "para al Espíritu Santo en la epíclesis de damos admirados y de nuevo te
experiencia religiosa, pero conservan- aclamamos". Este binomio de térmi-
do la dignidad de la plegaria y evi- misas con niños "40. Es una plegaria consagración de los dones; quizá por
sencilla, positiva, que pone el acento hacer un tránsito más directo y sen- nos, que como un paréntesis abre y
tando, por tanto, un lenguaje infantil cierra esta plegaria, expresa toda la
en la parte reservada al presidente. sobre la acción de gracias a partir de cillo al relato. Resulta, de todas for-
los sentimientos de admiración y re- mas, más abstracta su expresión tónica y objetivo de ella: provocar
Se evita así también que exista de- un sentimiento de admiración, favo-
masiada diferencia entre estas plega- conocimiento, en un clima de alegría "impersonal". Algunas traducciones
y de fiesta, alabando a Dios por todo (por ejemplo, italiana) han corregi- reciendo así la participación interna
rias y las de los adultos, y se favo- de los niños, e inducir la aclamación
rece, en cambio, una participación lo que ha hecho por nosotros. Tal do, explicitando al Espíritu.
acción de gracias entrelaza las mara- como expresión de tal sentimiento,
activa que respete el carácter presi- El relato de la institución asume secundando y posibilitando su parti-
dencial de esta oración. villas de la naturaleza y las de la gra- un lenguaje descriptivo, sencillo y
cia, que culminan en la obra de la cipación externa, comunitaria y ac-
concreto. tiva.
• Se ha preferido publicar tres salvación realizada por Jesucristo. Se introduce una novedad en la
para impedir monotonía y repeti- Su principal característica es la di- aclamación del memorial, que afecta Por sus peculiares características
ción, y presentar así composiciones visión del prefacio de alabanza en a las tres plegarias de niños, y cuya es ésta una plegaria apta para niños
en armonía diferente, adaptadas tres fases —creación, Cristo, igle- razón se explica en los Praenotanda que inician su experiencia en la vida
a diversas condiciones de niños sia—, concluidas, respectivamente, (n. 3): después del relato, y antes de eucarística.
1431 Nuevas plegarias eucarísticas
Nuevas plegarias eucarísticas 1430
ción del prefacio, ampliando lo que presar el carácter de alabanza y
• La plegaria eucarística II "para Jesús, que expresan en este momen- Cristo Jesús significa para nosotros agradecimiento de toda la plegaria,
misas con niños ". La idea central de to el sentido de la cena y de la cruz: en el contexto del misterio que de él como respuesta a la salvación ope-
esta plegaria es celebrar el amor que "Señor Jesús, tú te entregaste por recordamos ocasionalmente, y en la rada por Dios en la pascua de Jesús,
el Padre nos ha manifestado a lo lar- nosotros". segunda invocación epiclética, espe- y de la que la eucaristía es memoria
go de la historia de la salvación (pre- Él memorial recuerda el misterio cificando lo que el Espíritu quiere proclamada, presencia celebrada y
facio), que Jesucristo nos ha enseña- pascual y su significado para nos- obrar en nosotros como fruto y en el anuncio gozoso, como prenda anti-
do con su vida y con su entrega (post- otros hoy ("sacrificio que ahora te sentido de la celebración del día. cipadamente gustada: "Señor, tú
sanctus, relato y memorial), y que el ofrecemos") en un lenguaje bíblico Son variantes que quieren dimensio- eres bueno, te alabamos, te damos
Espíritu derrama en nuestros cora- llano y simple (cf Ef 5,2). nar, pues, el misterio que celebra- gracias".
zones, construyendo la iglesia (epí- La segunda epíclesis invoca al mos, según la impronta del tiempo En la segunda epíclesis, la comu-
clesis de comunión e intercesiones). "Espíritu de amor", como funda- litúrgico, en su sentido trinitario: nión con el cuerpo de Cristo, a que
El prefacio, articulado por la tri- mento de la comunión eclesial. Tal En la conclusión a todas las va- nos ha llamado el Padre y a la que
ple repetición de la aclamación "glo- comunión se desarrolla oracional- riantes cristológicas del postsanctus nos lleva la reunión en el Espíritu, es
ria a ti, Señor, porque nos amas"; mente en tres niveles: el pueblo que atribuye la reunión eucarística a Cris- concebida como fuente del dinamis-
proclama la alabanza al amor de peregrina en la tierra con sus pasto- to, "porque quiere que hagamos lo mo para la vida cristiana.
Dios desde la triple manifestación de res; la mantenida con los difuntos mismo que él hizo con sus apósto- El contenido y talante de esta ter-
su amor: la creación del mundo, el por los que rogamos, y la que nos les". Nos introduce así directamente cera plegaria supone ya unos niños
don de su Hijo y la reunión en la vincula a los santos del cielo, con en el relato. Por eso, la primera epí- acostumbrados a la celebración y ca-
iglesia. quienes esperamos ser reunidos. La clesis resulta una interpolación que, paces de opciones responsables. Es,
El postsanctus establece un acer- triple aclamación que jalona estas de hecho, no existe en la traducción en particular, recomendable su utili-
tadísimo puente de tránsito hacia la intercesiones explícita y ratifica el latina. En las versiones actuales no zación en los tiempos fuertes del año
epíclesis de consagración de los do- contenido eclesial de ellas: "Que to- se ha querido, sin embargo, prescin- litúrgico, dada su posibilidad de va-
nes y el relato de la cena. En concre- dos seamos un solo cuerpo para glo- dir de esta epíclesis de consagración, riantes oportunas.
to, es una alabanza proyectada hacia ria tuya". que resulta sencilla, escueta y sin
Jesucristo, intentando glosar el últi- Es una plegaria adecuada para ni- mención del Espíritu para no rom- 3. LAS DOS PLEGARIAS EUCARÍS-
mo verso del Sanctus, "Bendito el ños de confirmación y niños que ya per demasiado la dinámica expresiva TICAS "SOBRE LA RECONCILIACIÓN":
que viene...": por un lado, con un tienen una cierta práctica de cele- y lineal de la anáfora. DOS TEMATIZACIONES DEL MEMO-
lenguaje concreto y sencillo, muestra bración "2. El relato es muy similar al de la RIAL "-'. Si con la formulación de las
a Jesucristo como modelo y fuente PE\\dz\ Misal. tres plegarias "para misas con niños"
del amor a Dios y a los hombres, • La plegaria eucarística III "para El memorial está más desarrolla- se pretendía una adaptación a las
preparando ya así el tránsito al rela- misas con niños". En cuanto al con- do y prolongado de lo habitual. En condiciones de la asamblea, con es-
to de la cena, como gesto supremo tenido característico de esta plegaria, él quedan primeramente globaliza- tas dos plegarias eucarísticas "sobre
de su amor; por otro lado, concluye se da ya una progresión respecto a das la ofrenda del sacrificio de Cris- la reconciliación", que se publicaron
con su promesa del Espíritu, cuya las anteriores: no se proclama sólo to por parte de la Iglesia y nuestra junto a aquéllas, se pretendía sinto-
misión y obra describe con sencillez la historia de la salvación o el amor unión a tal ofrenda. Luego prolonga nizar la eucaristía con un aconteci-
el texto, preparando así con flui- dé Dios, sino que se incluyen refe- la memoria periódicamente, según miento eclesial significativo: el año
dez su invocación sobre los dones. rencias continuas también a nuestra los modos de hacerse presente y pa- santo de 1975. En las mismas condi-
Y, para redondearla, concluye esta misión dentro de esa historia y a tente la pascua de Jesús: el pasado ciones que aquellas de los niños, fue-
ejemplar pieza de transición con la nuestras actitudes concretas ante el de su muerte y resurrección (históri- ron aprobadas estas dos plegarias,
repetición aclamada del verso del amor de Dios: o sea, nuestras res- camente); su presencia viva hoy en- tematizadas desde la perspectiva que
Sanctus glosado en ella. puestas de fe a la acción de Dios, tre nosotros (sacramentalmente), y ofrecía el tema de la reconciliación,
Es típico de esta plegaria que den- que han de conformar nuestras re- la proclamación de su venida futura que conformaba doctrinal y espiri-
tro del relato, tanto después de la laciones con el mundo y con los en gloria (escatológicamente). Cada tualmente la celebración del año
consagración del pan como después demás. una de estas etapas de la presencia santo. Pero de tal modo que se pu-
de la del vino, los niños aclamen La característica específica de esta eficazmente salvadora de la pascua diese extender su uso también a to-
cantando la entrega de Cristo. Los plegaria es que, como aconsejan los de Cristo (realización histórica, ac- das las celebraciones donde el rasgo
mismos Praenotanda lo interpretan Praenotanda (n. 25), admite varian- tualización-participación sacramen- de la reconciliación o la penitencia
como un toque meditativo comuni- tes, según los tiempos litúrgicos: en tal y consumación gloriosa) es mar- fuese particularmente significativo ".
tario del misterio eucarístico (n. 24). el prefacio, dando gracias al Padre cada por una misma aclamación, Dentro, pues, de la sustancial uni-
Se trata de una auténtica profesión por el don que especifica para nos- donde los niños pueden sentir y ex- dad temática y de estructura, ambos
de fe, derivada de las palabras de otros hoy la fiesta; en la prolonga-
Nuevas plegarias eucarísticas 1432
1433 Nuevas plegarias eucarísticas
textos sostienen tono y colorido di- pectos de la insondable riqueza del
verso: el primero impacta los ele- misterio, del cual la eucaristía es ción actual (sacramental y ocasional: alianza eterna. Por otro lado, como
mentos peculiares de la anáfora euca- memorial. "Ahora mientras ofreces a tu pueblo elemento de unión estructural, que-
rística con oportunos reflejos de la un tiempo de gracia y reconcilia- da ensamblado con el prefacio y la
c) Teniendo presente el drama ción") del amor de Dios. epíclesis precedentes. Además, al evo-
doctrina bíblica sobre la renconci- humano de la división y la discordia,
liación. En ellos es contemplado el Cabe hacer notar también cómo car la cruz como signo de la alianza
lo mantiene sólo como telón de fon- el misterio trino de Dios es cantado (con una imagen similar a la recogi-
proyecto de reconciliación que Dios do, para poder resaltar mejor los
ha desarrollado en la historia salvífi- en esta clave hístórico-salvífica de la da en la PE II de la tradición de
rasgos del amor de Dios por nos- alianza establecida por el Padre, rea- Hipólito), conecta muy bien la en-
ca; el segundo expresa el memorial otros. Deja así espacio a una cele-
eucarístico en el lenguaje de las ex- lizada por Jesucristo y obedecida en trega sacrificial de Cristo, la cena y
bración entusiasta y sugestiva de la el Espíritu. la eucaristía precisamente en este mo-
periencias concretas de división y re- obra divina, de tono ideal. La inspi-
conciliación que se comprueban en- El postsanctus repite sintética- mento de la celebración. También
ración eucarística y festiva constitu- antes de la consagración del vino vol-
tre los hombres de nuestro mundo. ye siempre el alma más profunda de mente el reconocimiento de la ini-
En ellas es reconocida y celebrada la ciativa y fidelidad perpetua de Dios veremos a escuchar un oportuno eco
la anáfora, porque ello es lo que le de esto al presentar la reconciliación
actuación reconciliadora de Dios. permite penetrar en la contempla- en su oferta de salvación, proclama-
Como notas ejemplares de estas da en el prefacio, y prolonga expre- como fruto de "su sangre derramada
ción del plan del amor gratuito de en la cruz".
plegarias podemos resaltar: Dios por nosotros"4*. sivamente la aclamación de la santi-
dad de Dios del Sanctus, poniéndola El memorial es celebrado como
a) Manteniendo una estructura • La plegaria eucarística I "sobre en relación directa con la santidad "nuestra pascua y nuestra paz defi-
fiel a la sancionada por la reforma la reconciliación ". Con un sabio len- del hombre: es decir, manifestada en nitiva" (cf Ef 2,14), que es una forma
conciliar, el tránsito de un elemento guaje bíblico ", esta plegaria gira en su llamada y concurso permanente a de expresar la pascua como nuestra
a otro sostiene un desarrollo lineal, torno al tema de "la alianza nueva la santificación del hombre (cf Mt "reconciliación" decisiva. Reconcilia-
y de tal congruencia que no da nun- establecida definitivamente por Je- 5,48: "Sed santos, como vuestro Pa- ción que es efectuada precisamente
ca la impresión de un conjunto de sucristo, como fuente de reconcilia- dre celestial es santo"). Resulta así por la oblación eucarística: pues "al
oraciones yuxtapuestas, sino de una ción con Dios y con los hermanos". explicitado lo que sólo es aludido en celebrar la muerte y resurrección de
sola prex, donde se van explicitando las plegarias II y III del Misal. Cristo" (memoria del pasado) "en la
paulatinamente los cuatro compo- El prefacio abre la alabanza, con-
fesando la iniciativa divina del per- La epíclesis consecratoria toma esperanza del día feliz de su venida"
nentes esenciales de la plegaria: ala- (en tensión hacia el futuro), "te ofre-
banza, memorial, acción del Espíritu dón y la reconciliación, que Dios pie de ese interés gratuito de Dios
ofrece al pecador para que "se acoja por la santificación del hombre para cemos a ti, Dios verdaderamente fiel
y súplica. Estas sustanciales formas (actitud en su alianza), la hostia que
de oración corren a lo largo de toda con confianza a su clemencia". Lue- suplicarle la fuerza de su Espíritu so-
go lo confirma, reconociéndolo en bre los dones, manifestando así su reconcilia a los hombres en tu gra-
la plegaria, entrelazándose sin cesar, cia" (oblación presente santificado-
como las diferentes voces de una la actuación de Dios en la historia amor paterno. De ahí que no sólo
de su alianza: establecida por él, rota los dones, sino también los oferen- ra). Y es precisamente esta actuali-
partitura: cada una toma oportuna- zación sacramental la que nos per-
mente la voz cantante, mientras las muchas veces por el hombre, la ha tes, son motivo para la invocación
establecido de un modo nuevo y de- del Espíritu. mite "participar del único sacrificio
demás siguen modulando el acom- de Cristo, que es fuente de la recon-
pañamiento y permitiendo, a su tiem- finitivo por medio de Jesucristo, El relato de la cena va precedido
para unirse en él a la humanidad y por un párrafo introductorio que sir- ciliación y comunión, para la que pe-
po, la entrada dominante de otra dimos al Padre la fuerza de su Espí-
voz4S. unir así más fuertemente a todos los ve de transición y tematización
hombres consigo; y vuelve a ofrecer- oportuna: tomando pie también del ritu en la epíclesis de comunión que
b) Utilizando el tema de la re- la "ahora" a. su pueblo, animándolo reconocimiento de la persistencia sigue: tal epíclesis, compuesta en pa-
conciliación-paz-unidad como moti- en Cristo con la fuerza del Espíritu con que Dios procura la santifica- ralelo con la primera epíclesis sobre
vo central de la historia salvífica y Santo. ción del hombre, confesada en el los dones y con el misterio cantado
como clave hermenéutica donde se Ante esta propuesta de Dios, el postsanctus, lo glosa y concreta en en el prefacio, se apoya en la "llama-
contempla la obra y persona de Cris- hombre no aparece pasivo: la ha de el amor mostrado en "la entrega de da del Padre" a unirse a él (reconci-
to, configura la plegaria sin dañar el acoger, encaminándose hacia su ex- su Hijo en nuestras manos" para es- liación con Dios) por la "participa-
contenido específico de ella en cada periencia singular en "la entrega al tablecer su alianza definitiva y ha- ción en el sacrificio de Cristo " (cele-
uno de sus elementos. Con ello pre- servicio de todos los hombres". cernos así capaces "de volver a él". bración eucarística), a fin de que los
senta la perspectiva de la reconcilia- De esta forma, el relato queda enca- concelebrantes formen, "por la fuer-
De esta forma, el prefacio intro- za del Espíritu Santo, un solo cuer-
ción como capaz de dar vida a una duce a los celebrantes en la invita- jado en el contexto temático de esta
anáfora, iluminando así con singu- plegaria: la pascua de Cristo es cele- po, en el que no haya ninguna divi-
ción a la alabanza coral del Sanctus, sión" (reconciliación con los herma-
lares y nuevos acentos algunos as- como respuesta gozosa a la invita- brada como lugar de la reconcilia-
ción del hombre con Dios y signo de nos en la iglesia).
1435 Nuevas plegarias eucarísticas
Nuevas plegarias eucarísticas 1434
El memorial está inspirado en la partiendo el único "banquete del rei-
Esta reconciliación, situada ya en ciendo en ellos "el trabajo de su Es- conciencia del inmenso don recibido no". Así, la "reunión" y "comunión"
clave eclesial, nos dispone para con- píritu en el corazón de los hombres": de la "bondad del Padre" ("esta en torno a la mesa de Cristo, que
tinuar sin ruptura con la plegaria de él estimula continuamente hacia el ofrenda que viene de ti") y del amor aquí celebramos, son anuncio y pre-
intercesión por la iglesia: ésta se cen- amor y la reconciliación. de su Hijo: la propia ofrenda euca- gustación de la reconciliación defi-
tra en la idea de comunión invisible El postsanctus invoca al "Dios del rística como sacrificio de reconcilia- nitiva adquirida por nuestro Señor,
("de mente y corazón") y visible universo", como eco de la primera ción. Por eso, como respuesta agra- e impulso y sentido de la tarea a que
("con el papa y nuestro obispo") en aclamación del Sanctus; y luego de- decida a este don, le pedimos que ella nos destina en nuestro peregri-
la aspiración a consumarse junto a riva del "bendito el que viene en nom- nos acepte "con su Hijo amado". nar creyente.
los santos del cielo y a nuestros her- bre del Señor", para explicitar a qué Así, la reconciliación con Dios en
manos difuntos. ha venido, evocando la obra de la Jesucristo es expresada ligando la
Y puesto que para efectuar esta reconciliación: esta reconciliación ofrenda de Cristo y la de los cristia- III. Conclusión:
comunión se invocó la fuerza del Es- efectuada por Jesucristo es descrita nos en un mismo movimiento ascen- Plegarias para celebrar
píritu Santo en la precedente epícle- asumiendo los esfuerzos de los hom- dente, que quiere ser respuesta al en nuestro caminar creyente
sis, se subraya ahora la efectiva co- bres por la paz descritos en el prefa- don celeste recibido de Dios. Es el
laboración del hombre en la "prepa- cio, pero superándolos radical y ab- doble movimiento por el que Dios Estas plegarias subrayan el interés
ración de la venida de su reino, hasta solutamente. Y pasa entonces a pro- se da al hombre y el hombre a Dios, por centrar la acción de gracias en
que estemos junto a él, santos entre clamar por qué Cristo ha venido a en Cristo Jesús, para consumar su Cristo y en el amor que lo ha condu-
los santos del cielo". Así, el camino ser "nuestra paz": el amor del Padre sacrificio en la reconciliación y en la cido a la pascua. Inspirándose, por
de la vida cristiana que alimenta la lo ha entregado en sacrificio, como comunión. otra parte, en la reforma conciliar,
eucaristía es un crecimiento en la lugar de retorno a él y fuente de paz Restablecida, pues, la reconcilia- es relevante la presencia de referen-
comunión con Dios y con los her- con él y entre los hombres. Y así ción con Dios por el don sacrificial cias a textos bíblicos y a la percep-
manos: es una forma de dejar abier- concluye lógicamente que también de Cristo, se pide en la segunda epí- ción de la historia salvífica; pero una
to el camino hacia la comunión nosotros podemos "ahora" (actuali- clesis el don del Espíritu por la co- historia de salvación que continúa
eucarística. zación eucarística) "celebrar, como mida eucarística, para que, "hacien- hoy en sus efectos liberadores. En
Concluye con la visión gloriosa de motivo de acción de gracias, el mis- do desaparecer todas las causas que este sentido se intenta conectar con
la humanidad redimida, que "canta terio de la reconciliación que él nos nos dividen" (eco de la función paci- la valoración del mundo actual y sus
la acción de gracias a Cristo, que ha obtenido" con su sacrificio. De ficadora atribuida al Espíritu en el exigencias, según la visión ofrecida
vive eternamente": se insinúa, pues, esta manera queda la vía explícita prefacio), podamos reconciliarnos por el concilio en la Gaudium et
que nuestra eucaristía es anticipo y para introducir el relato-memorial con los demás en la comunión de la spes. Es el deseo de sintonizar el es-
prenda de la eucaristía ("acción de como cumplimiento del mandato de iglesia, por la fuerza de su caridad. píritu vertical de la liturgia con el
gracias") definitiva. La plegaria ter- Cristo, que entraña en su movimien- Así podrá hacer de su iglesia "signo horizontalismo de las preocupacio-
mina así remitiéndonos a la tarea de to la epíclesis de consagración y per- visible de unidad y servidora de la nes y búsquedas del hombre de nues-
la reconciliación en nuestra vida, mite establecer la unidad entre el paz": expresiones ambas tomadas tra sociedad. Por eso, la atención al
bajo el sentido y el impulso de su prefacio y su prolongación, por una del Vat. II (SC 47 y GS 77). En ello valor histórico-salvífico de la fe se
consumación escatológica. •parte, y la narración de la institu- se centra y concreta la aspiración actualiza en la celebración con la
ción, por otra. que da forma a la intercesión por la marcada presencia de acentos que
• La plegaria eucarística II "sobre El relato se describe en un am- iglesia de esta plegaria. La intención pertenecen a nuestro caminar cre-
la reconciliación". Con un lenguaje biente y de una forma original: en la de la epíclesis y la del ruego por la yente en nuestra historia concreta, a
existencial y descriptivo de las situa- ofrenda de Cristo, vivida y celebrada iglesia han quedado perfectamente fin de que en ella vayamos creciendo
ciones que conforman nuestra expe- en la acción de gracias al Padre, se fundidas, identificadas y abiertas al en el sentido y a la medida del don
riencia actual en el mundo, esta ple- actualiza la verdadera liberación. La sentido de la comunión del cuerpo y de Cristo.
garia quiere celebrar "el camino que cena se pone así en estrecha relación la sangre del Señor. Esto se profun-
Dios nos ha abierto en la entrega de con el sacrificio de Cristo, entendido diza aún más en la aspiración esca-
Jesucristo para alcanzar la paz autén- como causa de nuestra liberación. El tológica que concluye el texto de NOTAS: ' Cf B. Neunheuser, Eucaristía pe-
tica". esta plegaria para la eucaristía: ésta renne, en Preghiere Eucharisliche (testo e com-
rasgo de la misericordia del Padre, mento), Leumann, Turín 1969, 33-59 — 2 Not.
"En el seno de nuestra humani- como motivo de la acción de gracias es presentada, como prefiguración 4 (1968) 146-155 ' Comentario en A. Cuva,
dad, aún desunida y desdichada", el de Cristo al tomar "la copa de la de la bienaventurada paz futura, en Fate questo in memoria di me. Vivere la messa,
prefacio canta los deseos y esfuerzos bendición entre sus manos", resalta los términos de una conciliación uni- Paulinas, Roma 1980, 168s — " Aloe. al"Con-
versal de hombres de toda lengua y silium"el 13-10-1966. AAS5S (1966) 1145-1150
por la paz y concordia, que se com- elocuentemente la actitud fontal de (trad. en Eecl. [1968, II] 1575-1577) ' A. Bu-
prueban entre los hombres, como la reconciliación divina y de toda re- nación, de toda raza y cultura, com- gnini, Preí. a P. Coughlan. The New Eucharistie
"obra del amor de Dios", recono- conciliación.
Nuevas plegarias eucarísticas 1436

Prayers, Chapman, Londres 1968 — " Ph. concretas a los textos bíblicos que inspiran su 1437 Nuevas plegarias eucarísticas
Beguérie-J. Evenu, Eucharisües de lous pays, formulación) — 2I Ato. 3(1967)368 — M Para
CNPL, París 1975, 5-6 - 7
SC 11 - 8
Cf A. información completa sobre el tema, recomen- 22-23) — 26 V. nota 23; de las del francés se la importancia de la catequesis sobre la misa (cf
Nocent Nuove preghiere eucaristiche? Panora- damos la nota de D. Sartore, fl problema del publicó en España: Los niños en la Misa, Eucharisticum Mysterium 14 y Dircct. Cateq.
ma e problemi, en RL 60 (1973) 151-167 - adattamento della liturgia per i fanciulli, en E.L.E., Barcelona 1969, 148 pp. — 27 Sólo se Gen. 25), y más específicamente sobre la plega-
' A. Bugnini, La Riforma Litúrgica (1948- RL 60 (1973) 221-227 (con abundante biblio- autorizaron "ad interim". Cesaron con la publi- ria eucaristica (cf también n. 52) " R. Bu-
1975), CLU, Roma 1983,457s. Para un estudio grafía sobre las publicaciones más significativas cación de las tres plegarias "para misas con ni- gnini, o.c, 440 — 34 Cf DMN 9 y 13; recogido
del problema son interesantes: A. Nocent, a.c; al respecto, en las notas de las pp. 221-222); ños" en 1974 — 28 Entre los numerosos intentos de J. Aldazábal, Las ideas básicas del Directo-
E. Ruffini, Creativitá efedeltá nella celebrazio- Comission nationale "Liturgie-Enfance", Lesen- y creaciones citamos a: R. Kleiner, Eucharistie- rio, en Doss. cit., 50-52 (donde lo explica más
ne eucaristica. Liberalizzazione delle Preghiere fants a la messe, París 1968 (trad. it.: [fanciulli gebet für Kinder, en Bibel und Liturgie 41 ampliado); cf E. Matthews, o.c, en nota 31; y
Eucaristiche?, en RL 60 (1973) 167-203; J. Llo- alia Messa, LCD, Turín-Leumann 1971); sobre (1968) 297-300 (trad. it. en VV.AA., Preghiere Cent. Nation. Ens. Relig., o.c, en nota 29; M.
pis, La plegaria eucaristica, ¿repetición o sor- la situación en los países de habla alemana, eucaristiche. Testo e comment-o (= Quaderni di Costa, // "gioco della Messa'. Iniziazione litúr-
presa?, en Ph 15 (1975) 2 1 7 - 2 7 9 - l0 Para ofrece una panorámica R. Sauer, Von der Kin- Rivista Litúrgica 11), LDC, Turín-Leumann gica per i fanciulli alia Messa di prima comu-
el problema de la participación de la plegaria derlilurgie zur Jugendliturgie. Ein Siluation- 1969, 179-187); Eucharistie der Kinder. Zur Dis- nione, en Cat. 6-7 (1973) 2-22; J. Llopis, Peda-
eucaristica recomendamos leer el artículo de I. bericht, en Katechetische Blátter 97 (1972) 637- kussion um Kanongebetefür Schülermessen, en gogía del juego e iniciación litúrgica, en Ph 75
Oñatibia Plegaria eucaristica y participación ac- 640; números monográficos de revistas dedica- Heiliger Dienst 4 (1971) 99-111. En lengua cas- (1973) 235-245; R. Sauer, Das Kind im Vorfeld
tiva, en Ph 15 (1975) 257-270 — " Para un es- dos al tema: "Liturgie et vie chrétienne" 66 tellana se ofrecían ocho textos en Ph 67 (1972) der Eucharistie. Überlegungen und Anregungen
tudio de todo el proceso que llevó a la publica- (1968); Parroise et liturgie 52 (1970) n. 3; "Ca- 56-68; es interesante el intento de G. Gianolio, zur voreucharistischen Erziehung, en Diakonia
ción de la carta EP, véase A. Bugnini, o.c, 457- techesi" 40 (1971) n. 79, fase. D; Ph 67 (1972) - reproducido en Cat. 40 (1971) n. 79, fase. D, 22- 4 (1975) 238-248 — " Para su génesis véase R.
23
469 - ,2 A AS 65 (1973) 340-347; ed. esp. en E Particularmente, por ejemplo, las orientacio- 24 — 2 ' Cf R. Sauer, Die Praxis des Kinder- Bugnini, o.c, 470ss; J. Aldazábal, Doss. cit., 9-
(1973, I) 813-816; Ph 13 (1973) 521-529, y A. nes aprobadas "ad experimentum" por el epis- gottesdienstes, en Pastoralblalt 25 (1973) 369- 10 y 53-55; R. Kaczynski, a.c, en nota 30 —
Pardo, Liturgia de la Eucaristía (selección de copado alemán: Gottesdienst mil Kinder, Mün- 375; la revista madrileña Doxa 118(1976)6-15; 36
Interesante el comentario que hace Bugnini
textos posconciliares), Estella, 1979, 242-258; N chen 1970 (primero del leccionario y luego, en J. Gomis, Celebrar (siempre) con sencillez y ale- de estas tensiones en la nota 36 de su texto —
84 (1973) 193-201, acompañada de un comenta- una segunda parte, la liturgia eucaristica); en gría, en Ph 67 (1972) 81-85; D. Borobio y V. 37
"Carta circular a los presidentes de las Con-
rio (pp. 202-213) y de otros estudios (pp. 214- Bélgica, M.-Ph. Schuermans, Unepriére eucha- Pedrosa, Celebración de la Eucaristía con los ferencias Episcopales sobre las plegarias euca-
246). Un comentario del propio Bugnini en ristiquepour assemblées d'enfanls, en "Paroisse niños, ib, 9-76 (sobre todo en las pp. 29-73); rísticas para las misas con niños y de la recon-
L'OR 15-6-73 (trad. en Ph 13 [1973] 531s); otro et liturgie" 53 (1971) 345-354; en Suiza, Norme Centre National de l'Enseignement Religieux, ciliación" Roma, 10-12-1977 (Not. 13 [1977]
comentario, S. Marsili, Ancora una volta: crea- e sussidi per la celebrazione deU'Eucaristia per Vivons et célébrons l'Eucaristie, Mame 1973, 64 555-556) — 38 Presentación y Praenotandas de
tivitá e adattamento, en RL 60 (1973) 577- categorie e gruppiparticolari di persone. Centro y 60 pp.; R. Kleiner, a.c, en Preghiere eucaris- la SCCD, en Plegarias Eucarísticas para misas
580 - " En LÓR, l.c. — '" Cf Ph. Beguérie- di liturgia, Lugano 1972 (y las plegarias adapta- tiche..., 187; J. Aldazábal, Acoger a los niños..., con niños y sobre la reconciliación. Secr. Nal.
J. Evenu, o.c, 96-97: variantes introducidas en das de las que hablamos en seguida) — 24 Tal 507-509; U.T. Holmes, Young children and Lit. (Subs. Litúrgica 26), Madrid 1975, 5-11;
el Misal alemán y en el italiano — l5 Cf S. Mar- principio será recogido por el DMN (n. 13): cf Eucharist, Seabury, N. York 1973, 123 pp. — texto y comentario en J. Aldazábal, Doss. cit.,
sili, a.c. — " Es el caso de la plegaria "Mach- M. Filippi, II direttorio nella luce de la pedago- 10
Sobre la génesis del documento véase: J. Al- 56-66 — " J. Aldazábal, ib. 58 — " SCCD,
tige God", aprobada el 19-8-74 para la apertura gía catechistica, en RL 61 (1974) 654. Sobre los dazábal, Celebrar la eucaristía con niños, Dos- Preces Eucharisticae pro missis cum pueris et
del Congreso pastoral holandés (y ya introduci- aspectos sociológicos y psicológicos del proble- siers CPL 20, Barcelona, 7-9; A. Bugnini, o.c, de riconcilialione, en Not. 11 (1975) 4-12; ver-
da en su Misal Romano). También a Brasil se le ma es interesante leer el artículo de D. Borobio- 432-438; R. Kaczynski, Direktorium und Hoch- sión cast. en Plegarias Eucarísticas para misas
autorizó una plegaria para el Congreso eucarís- V.M. Pedrosa Celebración de la Eucaristía con gebetstexte für Messfeiern mit Kindern, en con niños y sobre la reconciliación, SNL (Subs.
tico de Manaos el 11-2-74. Para las diócesis de los niños, en Ph 12 (1972) 12-27; como subsidios Liturgisches Jahrbuch 3 (1979) 157-175 — Lit. 26) 13-32; texto y comentario en J. Aldazá-
lengua flamenca le fue concedida a Bélgica el 9- para este tipo de iniciación podemos citar: lni- 11
SCCD, Directorium de missis cum pueris, 1- bal, Doss. cit., 67-96; otros comentarios: A.
4-76 la plegaria eucaristica "God, onze Vater", ziazione dei fanciulli alia Messa, en Cat. 42 2-1973, en AAS 66 (1974) 30-46 (trad. esp. en Cuva, a.c, en nota 31; M. Filipp, Le nuove
y extendida su autorización a Holanda el 20-1- (1973) n. II,' I-I4; M. Costa, // "Gioco della £[1974, II] 1085-1090, y A. Pardo, o.c, 224- preghiere eucaristiche per le Messe con i fanciul-
79, donde ha sido inserida en su Misal Romano. Messa'. en Cat. 42 (1973) n. 6-7, 2-22; G.M. 238); Not. 89 (1974) 5-21, le sigue un comentario li, en Cat. 7 (1977) 42-52; A. Lápple, Die neuen
Canadá ha solicitado la aprobación de una ple- Nissím, Fanciulli verso VEucaristia, Paulinas, de R. Kaczynski, pp. 22-28; presentación, texto Hochgebetefür Kindermessen, en Heil Dienst 1
garia eucaristica "para la celebración del matri- Roma 1969; F. Destang y M. Fourmond, Le y comentario en J. Aldazábal, Celebrar la Euca- (1976) 14-34; D. Sartore, Preghiere eucaristiche
monio"; cf D. Sartore, La Preghiera eucaristica: Seigneur est avec nous, Sénevé, París 1969; ristía..., 5-6 y 11-52; Un Directorio sugerente y per le Messe con i fanciulli, en RL 2-(1978) 241-
un capitolo apeno della riforma litúrgica, en H.M. Schulz, Katechese und Gottesdienst mit comprometedor, en Ph 81 (1974) 195-209; otros 248; Ph. Beguérie-J. Evenu, o.c. — 4I Cf J. Al-
RL 69 (1982) 620-632 - " Sobre la génesis del Kinder, Grünewald, Mainz 1973; H. Grosse- comentarios: A. Cuva, Celebrazione eucaristica dazábal, Doss. cit., 58 — "2 Ib, 73 — "3 SCCD,
canon suizo, véase W. von Arx, Das Hochgebet Já'ger, Eucharistiefeier für Kinder, Patmos- e fanciulli. In occasione di due recenti docu- l.c, en nota 40; texto y comentario, Ph. Begué-
für die Kirche in der Schweiz. Ein luturgiege- Verlag, Dusseldorf 1969. Para una visión de menti, en Sales. 4 (1975) 731-764; M. Filippi, rie-J. Evenu, o.c. 80-91 (breve pero rico en re-
schichtliches Ereignis. en Zeitschrift für conjunto de los pasos dados por los diversos a.c. en nota 25; Iniziazione dei fanciulli all'Eu- ferencias bíblicas y conciliares); E. Lodi, Ricon-
Schweizer Kirchengeschichte 1 \ (1977) 279-293. episcopados (con bibliografía citada), véase J. caristia, en Cat. 7 (1974) 64-71; A. Haquin, Le ciliazione nel memoriale di Cristo, en Settimana
Para una discusión crítica del texto véanse: S. Aldazábal, Acoger a los niños en nuestra Euca- Directoire romain pour les Messes d'enfanls, en del Clero 17, 1-5-1977, 5; Pg. Rizzini, Le nuove
Marsili, Una nuova Preghiera eucaristica per la ristía, en Ph 19 (1979) 496-498 — 2S G.M. Nis- MD 119(1974) 112-123; E. Lodi, Direttorio per Preghiere eucaristiche della riconciliazione, en
Chiesa italiana, en RL 67 (1980) 465-478 (valo- sim se expresaba así: "Por un lado, no está bien le messe con i fanciulli, en Riv. Past. Lit. 3 Spirito et Vita 53/7 (1977) 422-432; A. Cuva,
ración negativa); J. Baumgartner, Ambigua per hacer asistir a la misa sin una preparación pe- (1974) 41-48; E. Matthews, Celebrating Mass Le nuove Preghiere eucaristiche, en Lit 12
¡a Lhiesa italiana la nuova preghiera eucaristi- dagógica adecuada; por otro lado, tal prepa- with Children. A commentary on Directory for (1978) 82-89 (con noticias sobre el "iter" redac-
<••"• - Una replica, en RL 68 (1981) 82-94 (réplica ración pedagógica incluye y presupone una Masses with Children, Collins, Glasgow 1975, cional); F. Brovelli, Le "Preghiere eucaristiche
a la valoración de S. Marsili) - '» Información verdadera experiencia de la misa. ¿Cómo com- 192 pp. (fue uno de los que trabajó en su prepa- della riconciliazione", en RL 65 (1978) 357-
sobre el proceso hasta su aprobación en A. Bu- paginar dos exigencias aparentemente contra- ración); Varios, Didascalia 8 (1974) 449-495 369 - « Not. 11 (1975) 5 — 4S Cf Beguérie-
gnini, o.c, 469-470 (v. nota 36) - " Cf ib - dictorias? A esta pregunta deberían responder (número monográfico); Varios, Mit Kindern Evenu, o.c, 11 — 4" Cf F. Brovelli, a.c, 366-
Presentación y comentario de esta plegaria al punto las celebraciones eucarísticas" (Fan- Eucharistie feiern, Pfeiffer, Styria, München- 369 — 4? Citas concretas que inspiran su for-
en Ph. Beguérie-J. Evenu, o.c. (con referencias ciulli verso VEucaristia, Paoline, Roma 1969, Graz 1976, 254 pp.; B. Fischer, Gli aspetli piú mulación en Beguérie-Evenu, l.c
rilevanti del direttorio, en RL 61 (1974) 634-
639 - 32 En el n. 12, en concreto, se insiste en M. Carmona García
1439 Obispo

o
patrística y escolástica, y hoy ecu- cerse "todo para todos" (1 Cor
ménica. 9,22).
En la función del episcopado apa- Sin embargo, en el NT y en el ma-
rece de manera preeminente el lugar gisterio eclesialno aparece absoluta-
del ministerio de la iglesia, porque mente claro que el episcopado cons-
en él se concentran las funciones co- tituya solo y de por sí la iglesia, ni
munes del pueblo de Dios parti- que él solo comprenda todos los
cipadas del sacerdocio de Cristo: ministerios; efectivamente, las fun-
apóstol (Heb 3,1), obispo (1 Pe ciones comunes de los ministerios no
2,15), diácono (Me 10,45; Rom derivan del episcopado, sino del ré-
15,8), pastor (Jn 10,11; Heb 13,20), gimen dispuesto por Cristo para su
OBISPO cia (cf 1 Cor 12,28), como el funda- sumo sacerdote (Heb 3,1), rey (Jn iglesia; como el episcopado no deri-
mento de una cadena ininterrumpi- 16,17), maestro (Mt 23,8), profeta va del papado, así las funciones co-
da destinada a garantizar la perpe- (Jn 6,14; He 3,22). Si hay una igual- munes del pueblo de Dios no deri-
SUMARIO: I. Introducción de carácter bíblico- tuidad de la misión y del servicio
teológica; 1. Origen del ministerio episcopal: a) dad básica entre los fieles que se ex- van del episcopado; ni su afirmación
Datos bíblicos, b) Dé la iglesia apostólica a la ministerial de la iglesia, sobre todo a tiende a las funciones comunes del disminuye el ministerio episcopal,
época patrística, c) De la época patrística a la través de la sucesión episcopal. pueblo sacerdotal, existe, sin embar- sino que más bien constituye su ne-
edad media, d) De la reforma protestante al cesario complemento. La cuestión
Vat. II; 2. La doctrina conciliar: a) Los desarro- La antigua teología católica nos go, una diferencia en los miembros
llos de la teología posconciliar, b) El carisma representaba la sucesión apostólica del pueblo de Dios; efectivamente, de si el episcopado es necesario para
permanente del episcopado - II. El obispo en la de manera un poco mecánica, en la la Escritura no menciona únicamen- el ser de la iglesia (ad esse), para su
historia de la liturgia: 1. De la iglesia apostólica te a los miembros hechos santos-ele- plenitud (plenum esse) o solamente
a la iglesia de los padres: a) Primer estadio, b) continuidad histórica del gesto, ya
De la época carolingia a los Pontificales, c) La en uso en el AT, de la imposición de gidos-redimidos, adornados de diver- para el bienestar (bonum esse), plan-
reforma del Vat. II - III. El actual ministerio manos acompañado de una oración sos carismas para la edificación del teada por la teología anglicana, pa-
episcopal en la liturgia: I. Moderador de toda (He 1,24), que une a cada obispo a pueblo de Dios (1 Cor 12,4-11; Rom rece en el fondo secundaria en el pla-
la vida litúrgica: a) Presidente de la asamblea 12,6s), sino también a aquellos que no pastoral.
litúrgica, b) Regulación y distribución de los uno de los doce apóstoles. Hoy, bajo
sacramentos, sobre todo de los de la iniciación la influencia del progreso exegético, poseen carismas especiales de ense-
cristiana, c) Promoción de la oración eclesial; 2. se tiene en cuenta también el punto ñanza, de gobierno y de santifica- a) Datos bíblicos. En el catoli-
El carismático de la síntesis. ción en la iglesia. Así cómo se da
de vista que considera la sucesión cismo de los comienzos, o sea, hacia
colegial en el culto, en la doctrina y una cierta identidad entre Cristo y la el final del s. I, como nos atestiguan
I. Introducción en la disciplina, ya que estos elemen- iglesia y al mismo tiempo Cristo se sobre todo las cartas pastorales y
tos están unidos entre sí, aunque se sitúa frente a la iglesia como la cabe- otros escritos de la época, se afirma
de carácter bíblico-teológico za de su cuerpo; así, respecto al ser-
considera que continuidad doctrinal la existencia de una episkopé dentro
vicio del ministerio ejercido por me- del presbiterio (1 Tim 4,14): frecuen-
El primer ministerio sagrado cons- y jurídica no son estrictamente cons- dio de la comunidad, existe el servi-
tituye, sin duda, el punto de partida titutivas de la sucesión apostólica. temente son discípulos de los após-
cio de la comunidad misma, o sea, el toles que tienen como tarea conser-
de la teología de los órdenes, porque Así, no se excluye la existencia de servicio en que la iglesia es el objeto
los obispos han sido considerados var lo que han recibido (1 Tim
la sucesión apostólica en el caso de servido. Ahora bien, el carácter de 1,12-17; 2 Tim 1,8-13; 2,3-10), vigilar
por la tradición cristiana como los divergencias doctrinales notables; servicio que cualifica al ministerio
sucesores de los apóstoles (o en los. mientras, en el campo católico toda- sobre el patrimonio de la fe here-
particular en la iglesia, o sea, el con- dado de los apóstoles (1 Tim 6,10;
apóstoles). vía no nos hemos pronunciado ofi- junto de los servicios hechos a Ja 2 Tim 1,12s; Tit l,ls) y organizar los
cialmente sobre la validez de la or- iglesia (cf 2 Cor 3,10; Gal 2,9), en- ministerios eclesiásticos (1 Tim 4,14;
1. ORIGEN DEL MINISTERIO EPIS- denación de los obispos vagos, o sea, cuentra en la persona del obispo su 2 Tim 1,6; 2,ls; 3,1-5). Según Tit l,5s
COPAL. Ciertamente, no todas las fun- sin una esfera pastoral determinada principal intérprete y titular. parece que esta función episcopal
ciones de los apóstoles son transmi- y en desacuerdo con las grandes con- corresponde a los ancianos; de todas
sibles (por ejemplo, el hecho de ha- fesiones cristianas. Pero no por ello los titulares de
esta diaconía episcopal dejan de ser formas, ni éstos ni los diáconos son
ber sido testigos oculares de Cristo); Pero aparte del problema de la na- llamados episkopoi, ya que el térmi-
pero no puede negarse que la tradi- turaleza de la sucesión apostólica, miembros del pueblo de Dios, y por
tanto mantienen relación de igual- no se usa solamente en singular (Tit
ción católica, en el sentido más am- existe el problema de las relaciones 1,7; 1 Tim 3,2). Por tanto, el que el
plio del término, ha considerado el dad entreellos y con los otros miem-
entre episcopado y primado del pon- bros de la iglesia; desde otro punto título de obispo se reserve a un de-
ministerio de los doce, a los que ya tífice romano, que constituye uno de terminado miembro del colegio de
Pablo llama apóstoles por excelen- los puntos cruciales de la teología - de vista, están subordinados a la
iglesia, porque el"apóstol debe ha- ancianos señala una etapa importan-
1441 Obispo
Obispo 1440
mientras que la doctrina del carácter fundada sobre bases cristológicas
te de un proceso que, después de la deraba al obispo sacerdos y presidía (presente ya en Agustín), considera- que el Vat. II desarrolló, ha vuelto
caída de Jerusalén y al final del epis- solo la eucaristía; pero después del do como delegación desde una vi- a unir con el Cristo siervo-pastor-
copado de Santiago, llevará a la afir- concilio de Nicea, en el s. iv, la si- sión litúrgica (cf santo Tomás, ib, sacerdote-maestro la doctrina del
mación, sobre todo en Oriente, del tuación aparece invertida, porque q. 63, a. 2), servirá para justificar las episcopado, devolviendo a la orde-
episcopado monárquico. también a los presbíteros se les llama llamadas ordenaciones absolutas (o nación episcopal (LG 21) el valor de
sacerdotes, representan al obispo en sea, hechas no en función de una co- un don específico derivado de la
b) De la iglesia apostólica a la la propia región y celebran la euca- munidad) y la celebración de las mi- fuente pneumatológica (LG, c. II),
época patrística. Hacia finales del ristía, mientras que al obispo se le sas solitarias. no ya respecto al momento eucarís-
s. i la cristiandad presenta dos tipos reserva la función de jefe del presbi- tico únicamente, sino abierto a la
de estructura jerárquica: el episco- terio y la responsabilidad del cuida- d) De la reforma protestante al misión: ordenados y consagrados
pado monárquico en todo el Orien- do pastoral de la región (obispo re- Vat. II La reforma protestante, rei- para la misión (LG 22). El esquema
te (antioqueno), y el colegio de los gional). vindicando el sacerdocio común de ternario de las funciones ya no es,
presbíteros-obispos en el Occidente los fieles contrapuesto al ministerio por tanto, visto en sentido separado,
(romano), que tiende cada vez más c) De la época patrística a la jerárquico, identificado con un cier- sino en relación con toda la misión
a evolucionar hacia la monarquía edad media. Tras la época patrística to estilo de vida y un cierto status en de la iglesia, en la que la consagra-
episcopal. Roma poseyó desde el se da una progresiva sacralización la iglesia, acabó por vaciar lo pro- ción hace entrar al obispo en el
principio esta sucesión de un obispo de los ministerios, sobre todo el del prium de la función episcopal, redu- "ordo episcoporum" (LG 22), o sea,
único a la cabeza del presbiterio que obispo, en concomitancia con el de- ciendo la ordenación a la simple ca- en un cuerpo dedicado colegialmen-
lo elegía; en Oriente, el obispo cabe- bilitarse de la conciencia del sacer- pacitación para el ministerio de la te a la misión universal. Solamente
za de la iglesia local es postulado docio común de los fieles: la eclesio- palabra y a la función organizativa así se funda la presidencia de la
casi por la necesidad de combatir las logía que hace de la iglesia como un comunidad tanto eucarística como
herejías (sobre todo el gnosticismo). de la comunidad. El concilio de Tren-
reino de los cielos sobre la tierra to (DS 1763-78), al tratar de la doc- pastoral, que corresponde por dere-
La eclesiología occidental se concen- (época carolingia) pone cada vez cho y por naturaleza al obispo (es
tró luego en señalar que la función trina del sacramento del orden, re-
más en claro en Occidente que el una preeminencia de decisión y de
episcopal de Jerusalén, unida duran- obispo es el sujeto de una potestas, afirma la sacramentalidad de los tres
grados ex ordinatione divina (prefe- verificación), sin reservarle necesa-
te un tiempo a la de Antioquía, se de la que el obispo de Roma aparece riamente el primado de competen-
había transferido a la capital del im- como el emblema y prototipo, ya rida a la expresión ex iure divino de
los canonistas medievales); pero no cia. Así aparece el obispo en el vér-
perio romano. que posee las llaves supremas de este tice de la jerarquía ministerial (LG
reino. superó la llamada teología de los po-
El problema común a estas dife- deres. Después ésta, en la manualís- 21), distinta en sus tres grados de
rentes concepciones de la eclesiolo- En la preescolástica, la teología de tica postridentina, llegó casi a iden- intensidad del sacerdocio único: la
gía de los ministerios, tanto de Occi- los poderes (cf Pedro Lombardo, tificar el poder de jurisdicción con la distinción entre estos grados y el sa-
dente como de Oriente, es siempre el Sent. IV, 24,13) llevará a unir casi misión pastoral, sobre todo del obis- cerdocio de los fieles viene denomi-
de fundamentar, partiendo de la his- exclusivamente el orden a la eucaris- nada de esencia (LG 10). La teología
tía, considerada como sacrificio, re- po. Este aparece así como un sobe-
toria de la revelación y del dogma, el rano religioso, que ejerce los tres po- posconciliar no ha hecho sino des-
derecho divino (en sentido estricto y forzando así la tesis de Jerónimo y arrollar la perspectiva del ministerio,
primario) de la división del orden del Ambrosiáster (pseudo-Ambro- deres en grado sumo en el vértice de
una jerarquía que se contrapone sobre todo del obispo, como expre-
ministerial en los tres grados de epis- sio), que a través de Rábano Mauro sión del sacerdocio de Cristo, que
copado-presbiterado-diaconado. Sin y Amalario de Metz llegó hasta Pe- dualistamente al laicado, cuyo sacer-
docio real, cultual y profético queda vive e intercede por nosotros en la
embargo, la estructura del ministerio dro Lombardo: entre episcopado y gloria del Padre.
eclesiástico, que coloca en el primer presbiterado no hay diferencia sa- casi ignorado. Antes del Vat. II, la
puesto de la jerarquía al obispo res- cramental en este plano cultual. Efec- const. ap. Sacramentum ordinis (30
pecto a los otros dos, es el resultado tivamente, el aspecto real del gobier- de noviembre de 1974) tuvo el méri- a) Los desarrollos de la teología
de un cierto desarrollo dogmático; no se asigna no al poder de orden, to no sólo de restablecer la esencia- posconciliar. El obispo, en esta pers-
así como lo es también la fijación sino al de jurisdicción. Los otros po- lidad del orden, expresada en la im- pectiva teológica integrada, se hace
del canon escriturístico y el número deres sobre el cuerpo místico (por posición de manos, sino también de signo sacramental de Cristo-cabeza
septenario de los sacramentos. ejemplo, predicar, perdonar los pe- haber dejado adivinar la teoría de la frente a la comunidad, con relativos
cados, guiar al rebaño) los considera sacramentalidad del episcopado. poderes mesiánicos (cf sínodo epis-
El ministerio episcopal, como mi-
nisterio de supervisión, podrá cam- la gran escolástica como secundarios copal sobre el sacerdocio de 1971).
biar sus connotaciones históricas respecto al primario sobre el cuerpo 2. LA DOCTRINA CONCILIAR. La Pero las acentuaciones de este sacer-
con los tiempos; por ejemplo, en el eucarístico de Cristo (cf santo To- nueva eclesiología de servicio (dia- docio del Cristo-por-nosotros ad-
s. ni, en África solamente se consi- más, S. Th. III, q. 67, a. 2, ad 1), konia) y de comunión (koinonia), quieren matices diversos, que afec-
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Obispo 1442
1443 Obispo
tan a la teología del episcopado. Hay tendencialmente ahora en la decla-
quien pone en primer plano la mi- ración Mysterium ecclesiae (n. 6) de afirmar la dependencia del Espíritu (apócrifos gnósticos del s. n) se ha-
nisterialidad de Cristo-siervo. Otros la S. Congregación para la doctrina y para reclutar, mediante la comuni- bla del rito de imposición de manos
prefieren la figura del pastor (H. von de la fe (24 de junio de 1973) en sen- dadj a responsables, sobre todo del como necesario para la ordenación
Balthasar) para evitar los peligros de tido más ontológico-constitutivo que ministerio de la palabra y, en conse- de los obispos, al igual que se creía
nuevos verticismos, en función de la funcional. cuencia, de las demás actividades in- lo había sido para los apóstoles mis-
temática del amor gratuito. También ternas de la iglesia. mos por parte de Cristo (c. 10).
el Cristo-profeta o anunciador de la b) El carisma permanente del En el s. III, la Tradición apostólica
palabra (K. Rahner) se asume como episcopado. En sustancia, el carisma a) Primer estadio. Los ritos de de Hipólito nos describe la ordena-
modelo primario del obispo, para permanente del episcopado como pri- la Traditio apostólica para la orde- ción con una elección por parte de la
subrayar más una teología de tipo mer grado de la jerarquía eclesial se nación del obispo parecen el término comunidad y con la participación de
relacional-sacramental frente a la ins- ve hoy en una tensión dialéctica en- de un desarrollo que comienza con los obispos más cercanos (c. 2). Es
titucional y para acreditar el mensaje tre la perspectiva universal de la mi- las ya citadas cartas pastorales. Se digno de consideración el hecho de
autorizado de la palabra de Dios en sión de la iglesia, que por su natura- describe el carisma episcopal como que se habla de imposición de una
la iglesia, que luego alcanza su cul- leza se orienta a la salvación del mun- la fuente del poder de las llaves. Este sola mano, quizá para indicar que,
minación de eficacia en la eucaristía. do (GS 40s), y el redescubrimien- desarrollo de la teología de la misión más que concentrarse sobre el rito,
En el tipo del Cristo-mandado o en- to de la teología de la iglesia local se funda en la convicción de que la es necesario considerar la fuente
viado por el Padre al mundo se quie- (J. Zizioulas), a cuyo servicio está el responsabilidad del obispo en la igle- misma del poder, concebido en la
re acentuar la bipolaridad de llama- obispo para que se mantenga unida sia se basa en el don del Espíritu plegaria de ordenación como el prin-
dos-enviados (J. Ratzinger y Comi- en la división. En la superación de que, comunicado en la ordenación, cipio energético del Logos ("espíritu
sión Teológica internacional sobre el una ontología estática de los tres po- da poderes e impone deberes para de soberanía"). Solamente el obispo
ministerio sacerdotal, 1970). Se in- deres (la precedente doctrina esco- un ministerio permanente. Entre las tiene el poder de transmitir el Espíri-
siste en la imagen del Cristo-sacer- lástica) y en el rechazo de un empi- funciones episcopales se enumeran tu Santo al ordenando, porque él
dote dei nuevo sacrificio y cuito, con rismo funcional (tendencia protestan- algunas: alimentar el rebano, distri- mismo lo ha recibido por medio de
vistas a reunir en el sacerdocio espi- te) parece residir la síntesis de las buir los dones, desatar las ataduras; la ordenación episcopal, que lo esta-
ritual del pueblo de Dios tanto el diversas tendencias, en cuanto el ca- mientras, en la Didajé (15,1) no se blece en la iglesia local para la que
culto existencial cuanto el eucarís- risma de la autoridad, entendida en puede deducir ninguna información está llamado y a la vez le especifica
tico-ritual. Hay quien considera so- su sentido original de augere (hacer exacta sobre su autoridad. En las car- las principales funciones en relación
bre todo a Cristo como fuente de creer), tiene la misión de promover tas de Ignacio de Antioquía aparece con las actividades internas a la igle-
gobierno, que deviene signo eficaz todos los carismas eclesiales, después la figura del obispo en relación di- sia. Este texto clásico es todavía hoy
de la unidad de la iglesia y hace la de haberlos reconocido, con una recta con el Padre (Trall. 3,1; Magn. fundamental para describir la misión
síntesis armoniosa de los carismas pastoral de diaconía global de toda 6,1; 13,1-2; Efes. 5,2), y en la Epísto- del obispo; por eso la reforma poste-
(W. Kasper). A esta tesis se asocia la iglesia. la apostolorum, c. 41 (del s. II), se rior al Vat. II lo ha incluido en su
quien (O. Semmelroth) ve en el obis- atribuye al obispo la paternidad de Pontifical (RO).
po el guía ordenador de la comuni- la iglesia en los diversos servicios del
dad. Finalmente, no falta la corrien- pueblo de Dios. Una concepción Pero el problema litúrgico afecta
te pneumatológica, que ve en el ca- II. El obispo más autoritaria parece haber inspi- al rito de la imposición de manos,
risma episcopal la representación de en la historia de la liturgia rado a Clemente Romano al compa- derivado del AT (Núm 27,18-23);
la iglesia frente al mundo y del Señor rar al obispo con Moisés (Ad Cor. efectivamente, en la literatura latina
resucitado frente a la comunidad, El rito de la ordenación en su evo- 43,1-6; 51,1), mientras se reconoce del s. III se le atribuye un sentido
mediante el gesto epiclético de la im- lución histórica es un test privilegia- que son hombres eminentes que han aparentemente diverso del de Pablo
posición de manos en cadena histó- do para comprender las diferentes sucedido a los apóstoles y que nom- (1 Tim 4,14; 2 Tim 2,6): de signo del
rica como signo de la conformidad acentuaciones de la concepción litúr- bran responsables con el consenso don de un cierto carisma se pasa al
de la fe apostólica y como garantía gica de los ministerios. de todos en la iglesia (44,2-3). Tam- signo de una delegación de la autori-
de la acción del Espíritu Santo en la bién Ireneo defiende la autoridad de] dad de la iglesia, análogo a la semik-
iglesia (E. Schillebeeckx). 1. DE LA IGLESIA APOSTÓLICA A obispo ante la necesidad de luchar hah (imposición de manos) rabínica.
LA IGLESIA DE LOS PADRES. Las co- contra la herejía de Valentín, que la La oscilación de significado del ges-
La discusión sobre la naturaleza munidades de las cartas pastorales negaba (Adv. Haer. 1, 13,6) en nom- to de ordenación entre la naturaleza
del carácter del orden, que en la LG del NT tomaron un rito de ordena- bre de una autoridad espiritual de la de mandato jurídico con carácter
21 y en el PO 2 tiene un valor más ción de los profetas judeo-cristianos iglesia (recibida con el carisma de funcional (Didascalía siriaca y tradi-
funcional y energético respecto al ca- para expresar la responsabilidad de profecía) contrapuesta a la ministe- ción latina) y de cualidad inherente
rácter bautismal y crismal, se integra ser fieles al evangelio de Pablo, para rial. En los Actos de Pedro y Simón y permanente, que le atribuye la pos-
terior teología latina, no disminuye
Obispo 1444 1445 Obispo

el valor colegial de la ordenación he- drama sacro que garantiza su legiti- Roma, de la iglesia universal). Pero 18.29); por eso el grave problema de
cha al menos por tres obispos (conc. mación social. Su autoridad parece la actual reforma litúrgica ha hecho la predicación no puede quedar a la
de Nicea, 325). La reinterpretación derivar no del carisma del Espíritu, aparecer otras funciones complemen- iniciativa individual sin una progra-
del gesto ritual se refleja en la con- sino de la investidura canónica ex- tarias. mación de itinerarios catecumenales
cepción del papel del obispo, conce- presada en el mandato papal exigido o cuasi-catecumenales, que se indi-
bido como un carisma especial en la para la ordenación. 1. MODERADOR DE TODA LA can también en el RICA. Según este
iglesia, del que el obispo es solamen- VIDA LITÚRGICA. El obispo, como ritual (RICA 44), corresponde efec-
te el mediador: un poder que le per- c) La reforma del Vat. II. En la gran sacerdote de su grey (SC 41), tivamente al obispo asumir la res-
mite dar a otros un carisma seme- reforma del rito de ordenación re- viene descrito como el moderador de ponsabilidad de este proceso de edu-
jante. Después, en los diversos ri- aparecen los puntos clave de la doc- toda la vida litúrgica de su iglesia cación en la fe, sobre todo cuando
tos de ordenación, se considerará al trina conciliar, sobre todo en la ho- (SC 22). La LG 26 traza sus compo- hoy se aplica no sólo a adultos bau-
obispo como sucesor de los apóstoles, milía y en las preguntas del obispo nentes esenciales con referencias a tizados de niños, pero sin instrucción
de los profetas y de los patriarcas presidente (RO, c. VII, 18 y 19): pre- algunos sectores de la vida eclesial. catequética (RICA, c. IV, 295-305),
(Eucologio de Serapión, s. iv); y domina la figura del obispo como sino también a muchachos en la
también "mediator" (en los Sacra- pastor del pueblo de Dios más que a) Presidente de la asamblea li- edad del catecismo no bautizados
méntanos romanos); "pastor et rec- como guardián de la fe o como mo- túrgica. Toda legítima celebración (RICA, c. V, 306-313). Además, los
tor" de una iglesia local ("ordenado delo irreprensible; prevalece la refe- eucarística está presidida por el obis- obispos no son sólo ministros origi-
para...": solamente en el s. XII adqui- rencia a la figura de Cristo pastor- po, al que se le ha confiado el encar- narios de la confirmación y únicos
rirá valor patrimonial), hasta llegar maestro-sacerdote (colecta [Misal go de prestar y regular el culto a la del orden sagrado, sino que tienen
a ser una figura sacral, heredera del Romano, Misas rituales: para las ór- divina majestad; de aquí se sigue que una responsabilidad en el sacramen-
sumo sacerdocio veterotestamenta- denes sagradas] y oración de consa- el obispo tiene la responsabilidad pri-
maria de la participación activa, to de la penitencia, sobre todo pro-
rio (Aarón). gración de Hipólito [RO, c. VII, curando que la imagen de este sacra-
26]), considerado en la unión con los consciente y plena de su pueblo en la
liturgia (SC 14), organizando, me- mento adquiera una configuración
b) De la época carolingia a los apóstoles y los obispos; se han re- menos individualista (cf SC 27).
cortado los ritos de la unción de la diante una eficiente comisión litúr-
Pontificales. Pese a la introducción gica (SC 45) [/ Organismos litúrgi-
por la iglesia siríaca (Constituciones cabeza y de las entregas con fórmu-
las menos triunfalistas (RO, c. VII, cos] todas las iniciativas de catcque- c) Promoción de la oración ecle-
apostólicas IV, 2-V, 12) del rito de la sis y de / formación tanto del clero sial. Al obispo compete promover
imposición del evangelio sobre la ca- 28-32). Sin embargo, se puede ob-
servar que el tema de la colegialidad como de los laicos. Para ser también la oración litúrgica de las Horas en
beza del elegido, como referencia a el modelo de esa presidencia cele- todas las categorías de fieles, pero
su misión profética además de cul- no ha encontrado todavía una ade-
cuada expresión ritual, así como tam- brante, el obispo deberá hacer de la también presidirla en la catedral
tual, las modificaciones del ritual de misa episcopal un tipo ejemplar de (OGLH 20), además de regular los
la época carolingia hasta la codifi- poco una caracterización de las fun-
ciones prerrogativas del obispo a participación promocional, más allá ejercicios sagrados de su iglesia par-
cación de los Pontificales romano- de la simple fidelidad ejecutiva de ticular, que de este modo gozan de
francos contribuirán a reforzar la tenor de la tradición (predicación
litúrgica, presidencia de la eucaristía, los ritos y del decoro formal del am- particular dignidad (SC 13). Para
imagen digamos pontifical del obis- biente. La SC 41 recuerda la gran hacerlo no solamente debe ser maes-
po. El desplazamiento del rito de or- reconciliación de los penitentes, di-
rección de la iniciación cristiana). importancia de esa vida litúrgica de tro de oración, sino también mode-
denación del final de la liturgia de la la diócesis en torno al obispo, sobre lo; no sólo en sentido ejecutivo, si-
palabra a después del gradual; la un- todo en la iglesia catedral; de la pre- no también creativo en la necesaria
ción de la cabeza (por analogía con dicación de estas celebraciones de- adaptación recomendada por el con-
las otras funciones sacramentales); III. El actual ministerio bería brotar también la orientación cilio (SC 40).
la entrega del anillo, primero, y del episcopal en la liturgia para una / pastoral litúrgica de cada
báculo, después, además de las sun- uno de los tiempos del año y de las 2. EL CARISMÁTICO DE LA SÍNTE-
tuosas vestiduras sagradas; la añadi- Las notas características de la tra- fiestas.
dura posterior de la unción también SIS. Con este título se hace referencia
dición nos han revelado tres funcio- a la primacía de la función carismá-
de las manos; la entrega de la mitra nes esenciales del ministerio episco-
(reservada antes solamente al papa); b) Regulación y distribución de tica del obispo, que nace no tanto de
pal: el carácter colegial del episcopa- los sacramentos, sobre todo de los su investidura canónica o jurídica de
la toma de posesión de la cátedra do ("ordo episcoporum"); la sucesión
episcopal convertida en trono, son de la / iniciación cristiana. En un unos poderes, sino de la epíclesis de
apostólica (jerarquía de orden); la contexto de / secularización, la fun- la ordenación que ha invocado sobre
el signo de esta primacía de lo juris- función pastoral en la iglesia (cen-
diccional, que asimila al obispo a un ción moderadora en el campo sacra- él al Espíritu de soberanía que forma
tro constitutivo de la iglesia local mental deberá dar la primacía a la jefes y pastores. Esta unión, que ca-
soberano feudal, en un contexto de y corresponsable, con el obispo de función evangelizadora (RO, c. VII, racteriza la acción de los apóstoles
1447 Objetos litúrgicos/Vestiduras
Objetos litúrgicos/ Vestiduras 1446
I. Objetos litúrgicos en general Todo lo cual nos lleva a la conclu-
en la iglesia naciente (He 15,28: "el en Escritos de Teología 6, Taurus, Madrid 1969, sión de que el uso de objetos reser-
Espíritu Santo y nosotros hemos de- 359-412; Sklba R.J., Obispo, plegaria y espiri- Después de una aproximación va- vados para el culto viene a constituir
tualidad, en "Phase" 142 (1984) 375-384; Va- lorativa de carácter cultural al tema, generalmente un hecho cultural de
cidido"), debe poderse expresar en gaggini C , El obispo y la liturgia, en "Conci-
una continua búsqueda, en prudente lium" 2 (1965) 7-24; Van Cauwelaert J., La ora-
presentaremos una breve síntesis his- notoria relevancia en todos los pue-
discernimiento, en una valiente pro- ción del obispo en su comunidad, ib, 52(1970) tórica sobre los objetos litúrgicos y blos; un hecho que es en ocasiones
moción de todos los carismas que el 213-218; Weakland R.G., El obispo y la música expondremos la situación actual a objeto de contestación, pero que irá
Espíritu suscita en su iglesia: en este para el culto, en "Phase" 142 (1984) 362-373; este respecto. sobreviviendo merced a su connatu-
VV.AA., Teología del episcopado (XXII Sema- ral e innegable valor de / signo. Las
sentido, el obispo debe saber hacer na Española de Teología), Madrid 1963;
la síntesis de los carismas, además VV.AA., Episcopado, en SM 2, Herder, Barce- 1. VALORACIÓN CULTURAL-RELI- contestaciones mismas a las que está
de poseer el carisma de la síntesis. lona-I 976, 607-639. Véase también la bibliogra- GIOSA. Más o menos, en casi todas expuesto no servirán sino para puri-
Esta síntesis carismática no es ab- fía de Insignias, Ministerio y Orden. las culturas la historia de los ob- ficarlo y para mantener su credibi-
sorción, sino capacidad de reducir a- jetos utilizados en las celebraciones lidad.
lo esencial del evangelio tanto en la religiosas presenta dos estadios fun- Esta valoración cultural-religiosa
predicación como en el gobierno; es damentales. Se usan, primeramente, con que hemos iniciado nuestra ex-
la fuerza del Espíritu para hacer re- objetos que no se diferencian de los posición será la base de todo nuestro
sonar el kerygma de la fe en Cristo utilizados en las circunstancias ordi- tratado sobre los objetos litúrgicos.
resucitado en todo su poder (Rom narias de la vida. La única exigencia
1,16); en la dedicación continua a OBJETOS LITÚRGICOS/ a la que deben responder aquéllos es 2. SÍNTESIS HISTÓRICA. Nos in-
ejercer una paternidad en el consejo la practicidad-funcionalidad. Se ob- teresa ahora de inmediato hablar de
presbiteral, "no como dominadores VESTIDURAS serva, sin embargo, la tendencia a la historia de los objetos litúrgicos
que hacen pesar su autoridad sobre preferir objetos que se distingan por cristianos '. Tratamos de los objetos
la porción de los fieles que les ha co- SUMARIO: I. Objetos litúrgicos en general: 1. su belleza y su nobleza. Y así es litúrgicos en general. Debemos,
rrespondido en suerte, sino sirviendo Valoración cultural-religiosa; 2. Síntesis histó- cómo a la exigencia de practicidad- pues, contentarnos con rápidas alu-
rica; 3. En el "hoy" de la iglesia: a) Notas distin- funcionalidad se unen cada vez más
de ejemplo al rebaño" (1 Pe 5,3). El tivas, b) Materia y forma, c) Objetos litúrgicos siones. Está, en efecto, fuera de toda
retrato más hermoso del obispo y de y arte sacro, d) Autoridad competente - II. Prin- la de la ornamentación (y del arte) y discusión que para una verdadera y
su acción pastoral parece ser el que cipales objetos litúrgicos: 1. Vasos eucarísticos: la del respeto de que se aspira a ro- completa historia de los objetos li-
a) Materia y forma, b) Bendición del cáliz y de dear el ejercicio del culto. Queda de
traza Pablo en 2 Cor 3,2-3: hacer de la patena; 2. Vestiduras de los ministros: a) Las túrgicos sería necesaria una descrip-
su comunidad una carta escrita en distintas vestiduras, b) Materia y forma, c) Co- esta manera allanado el camino para ción muy concreta de cada uno de
el corazón de sus fieles, "no con tin- lores, d) Insignias litúrgicas - III. Conclusión. un sucesivo desarrollo, que tendrá ellos o de determinados grupos, con
ta, sino con el Espíritu de Dios vi- como objetivo la diversidad de ob- explícita referencia a las distintas fa-
viente". jetos utilizados en el culto y, por milias litúrgicas o, al menos, a las
Se denominan objetos litúrgicos consiguiente, su fijación. Simultá-
todos aquellos que de alguna mane- principales de Oriente y de Occi-
neamente viene a consolidarse una dente.
E. Lodi ra sirven para el ejercicio de la nueva exigencia, de carácter psico-
/ liturgia. Se relacionan particular- sociológico, que se concreta en el re- Al comienzo de su misión, la igle-
mente con los lugares litúrgicos (igle- conocimiento de la necesidad o utili- sia no adoptó para el ejercicio de la
BIBLIOGRAFÍA. Alessio L., La imagen del sias, altares, etc.), con los ministros dad de algunos signos externos, fá- liturgia objetos distintos de los habi-
obispo en la liturgia del aniversario de la consa- de la liturgia y con las celebraciones cilmente reconocibles, ligados al des- tualmente usados para las demás ac-
gración episcopal, en "Liturgia" 23 (1968) 255- litúrgicas, sobre todo con la celebra- empeño de determinados servicios tividades. Se procuró evitar, en este
314; Aroztegui F., Mención del obispo en las ción eucarística. comunitarios. campo, el influjo de la religión he-
plegarias eucarísticas, en "Phase" 78 (1973) 505- braica, aun considerándola como
509; Auge M., El servicio episcopal en las misas No deja de ser abundante la lite-
del Papa Vigilio (s. VI) y en el Val. II (s. XX). ib, ratura relativa a los objetos litúrgi- punto necesario de referencia para
28 (1965) 239-243; Basset W., La competencia cos. La índole del presente dicciona- En algunas culturas más abiertas el cristianismo a causa de la doctrina
del obispo local en el sacramento del matrimo- rio nos impone unos límites. Cree- y desarrolladas se descubre todavía revelada en ella contenida. Se evita
nio, en "Concilium" 87 (1973) 47-62; Hurley D.,
mos que será suficiente dar en un tercer estadio de evolución: los igualmente, por motivos obvios,
La oración del obispo en su iglesia, en "Conci- todo contacto con las religiones pa-
lium" 52 (1970) 209-212; Jungmann J.A., El primer lugar una visión de conjunto objetos, aun permaneciendo sustan-
obispo y los "sacra exercitia", ib, 2 (1965) 51- sobre los objetos litúrgicos conside- cialmente los mismos, están someti- ganas. Añádase que la exclusión .de
59; McManus F.R., El poder jurídico del obispo rados en su complejidad, para pasar dos a una continua adecuación a las objetos especiales para el culto se
en la constitución sobre la sagrada liturgia, ib, después al análisis de los principales nuevas orientaciones del arte que hizo necesaria para no exponer ma-
32-50; Oñatibia I., Renovación litúrgica e Igle-
de ellos. Nos vamos a referir de ma- vienen a enriquecer las distintas cul- yormente a la iglesia a las persecu-
sia catedral, en "Phase" 31 (166) 46-56; Pascher turas. ciones que acompañaron su propa-
J., El obispo y el presbiterio, en "Concilium" 2 nera especial a los vasos eucarísticos
(1965) 25-31; Rahner K., Sobre el episcopado, y a las vestiduras de los ministros.
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1449 Objetos litúrgicos/Vestiduras
gación en el mundo pagano. En los tas personas en el ejercicio del culto.
primeros siglos fue suficiente para la Es de notar aún cómo en tal período encontrado expresión en fórmulas li- grado", dice que la iglesia ha procu-
iglesia que los objetos litúrgicos res- se propaga la costumbre de bendecir túrgicas de diversa índole: las pro- rado siempre que "fueran en verdad
pondiesen a las exigencias fundamen- los objetos litúrgicos con fórmulas nunciadas por el obispo con ocasión dignas, decorosas y bellas, signos y
tales de practicidad-funcionalidad, propias [/ Bendición, IV, 3; el Ben- de la entrega de las vestiduras a los símbolos de las realidades celestia-
de decoro y de respeto al ejercicio de dicional], como prueba de su exclu- neo-ordenados; las utilizadas para la les" (SC 122)'. Se ha de subrayar
la liturgia. sivo destino al culto. Las primitivas bendición de dichas vestiduras; las cómo la SC habla de las "cosas des-
A esta línea pertenecen las prime- fórmulas se remontan al s. ix 2 . recitadas por los mismos ministros tinadas al culto sagrado". En reali-
ras noticias sobre los vasos para la Después del s. xn se dio una sim- al vestírselas. dad, es la pertenencia al / culto sa-
eucaristía (cálices y patenas) y sobre ple evolución de las formas y de la grado de determinados objetos lo
las vestiduras de los ministros. Para ornamentación, que, sin embargo, 3. EN EL "HOY" DE LA IGLESIA. que constituye su primera nota dis-
los vasos eucarísticos se mantiene no siempre supo evitar las molestias, ¿Qué decir de los objetos litúrgicos tintiva, sobre la cual se fundan las
que en un principio fueron de cris- el desentono y las deformaciones. después de la reforma promovida demás. Las palabras citadas de la SC
tal decorado. Sólo sucesivamente Desde la segunda mitad del siglo en por el Vat. II en el campo de la mis- valen igualmente para los objetos li-
(¿s. IV?) se había de recurrir a mate- curso se han hecho diversas tentati- ma liturgia? 4 Porque, como es sabi- túrgicos. Éstos han sido siempre ob-
rias preciosas, con frecuencia elabo- vas de simplificación, que encontra- do, también el concilio se ocupó del jeto de la atención de la iglesia. Y se
radas artísticamente. Sobre las ves- ron su ratificación en varias disposi- sector relativo a las vestiduras sa- puede decir que, en general, han
tiduras de los ministros nos consta ciones del Vat. II y en la / reforma gradas. Sus indicaciones a este res- aparecido siempre con tales notas
que todavía en el s. v se utilizaban litúrgica posconciliar. pecto se encuentran en el c. VII de la distintivas: fundamental pertenencia
para las celebraciones litúrgicas los Se ha de subrayar igualmente SC5. Las hicieron suyas, completán- al culto sagrado, dignidad, decoro,
hábitos comunes. Se excluían, sin cómo en el campo de los objetos li- dolas, otros documentos posteriores, belleza. Todo ello dentro de un plu-
embargo, los militares y los de tra- túrgicos cristianos ha sido notable el en particular la Ordenación general ralismo de orientaciones y realiza-
bajo; entre los comunes se escogían influjo del arte en sus sucesivas eta- del Misal Romano (OGMR)'. Por ciones, fruto de las distintas genera-
los más elegantes. En ciertos casos pas y con sus diferentes estilos. Lo lo que, para poder responder a la ciones históricas y de las diversas
se adoptaron hábitos e insignias de atestigua la rica producción antigua pregunta que acabamos de formular, culturas.
algunos funcionarios imperiales. Tal y moderna en el campo de la pintu- debemos recurrir al examen de tales En la Ordenación general del MR
es la situación básica de donde par- ra, de la costura, del bordado (por documentos, sobre todo de la SC y se lee igualmente que "los edificios
ten los posteriores cambios de las ves- lo que respecta a las vestiduras litúr- de la Ordenación general del Misal sagrados y los objetos que pertene-
tiduras litúrgicas. Estas últimas se gicas) y de la orfebrería (en lo que se Romano (OGMR). Recogeremos lo cen al culto divino" deben ser "en
distinguirán progresivamente y cada refiere a los vasos sagrados). que nos parece más interesante, refi- verdad dignos y bellos, signos y sím-
vez más por la riqueza de su materia Para completar esta síntesis his- riéndonos siempre, por ahora, a los bolos de las realidades celestiales" ">,
y de su confección. Será también cau- tórica creemos útil una última alu- objetos litúrgicos en general. capaces, por tanto, "de fomentar la
sa determinante de su distinción la sión a la interpretación simbólica piedad y mostrar la santidad de los
reacción contraria, en los ambientes A modo de premisa, subrayemos
[/ Signo I Símbolo] de las vestiduras cómo, por todo el conjunto, resulta misterios que se celebran" ". Se dirá
eclesiásticos, a la adopción en el cam- (e insignias) litúrgicas y de sus diver- tal vez que los objetos litúrgicos de-
po civil de nuevas formas de hábitos, clara hoy como ayer la voluntad de
sos colores, interpretación que se des- la iglesia de distinguir entre los obje- ben tener como mira la educación
más cortos y más ceñidos, después arrolló ya en el medievo y que ha de los fieles l2 y responder al fin para
de las invasiones bárbaras. tos destinados a un uso sagrado y
llegado hasta nuestros días'. No ha los destinados a un uso profano' y el que están destinados " y a los cri-
De este modo también en la litur- habido vestidura litúrgica que no de hacer obligatorio el uso de los terios del verdadero arte [/ infra, c].
gia cristiana se llegó al uso de obje- haya sido objeto de las más variadas primeros. Aparece más particular- Es precisamente esta primera con-
tos totalmente distintos para el cul- aplicaciones del simbolismo. Sobre mente manifiesta tal voluntad con sideración sobre las notas distintivas
to, así como a su fijación. Concluirá tal tema se ha escrito mucho, pero se respecto a los objetos de la celebra- de los objetos litúrgicos la que expli-
tal proceso en el s. vn. Se dio un trata las más de las veces de compo- ción eucarística *. ca las demás indicaciones relativas a
posterior desarrollo, sobre todo en siciones decadentes o artificiales. El los mismos.
el campo de las vestiduras litúrgicas, simbolismo de las vestiduras litúrgi- a) Notas distintivas. ¿Cuáles son
particularmente de las pontificales, cas ha insistido en tres puntos: las las notas distintivas de los objetos b) Materia y forma. Las notas
hasta el s. xn, que fue como el ápice virtudes que deben resplandecer en litúrgicos? Puede decirse que las de distintivas de los objetos litúrgicos
de la verdadera fase creativa de los los ministros que las visten; la perso- siempre, pero hay que añadir que se manifiestan a través de su materia
objetos litúrgicos. Mediante las ves- na de Cristo representada por los hoy se ponen más de relieve y son y su forma '". La SC recuerda tam-
tiduras se evidencia su dimensión de ministros, su pasión, objeto del me- objeto de particular insistencia. bién aquí cómo "la iglesia procuró
signo en los papeles propios de cier- morial litúrgico. Tal simbolismo ha La SC, tratando en general de to- con especial interés que los objetos
das "las cosas destinadas al culto sa- sagrados sirvieran al esplendor del
1451 Objetos litúrgicos/Vestiduras
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culto con dignidad y belleza, acep- ero (cf SC 124). Como debe igual- ven la parte inferior dorada, en el
c) Objetos litúrgicos y arte sa- mente vigilar "para que los objetos caso de que el metal sea oxidable;
tando los cambios de materia, forma cro. Precisemos la relación existente sagrados y obras preciosas, dado pero si están hechos de material in-
y ornato que el progreso de la técni- entre objetos litúrgicos y / arte sa- que son ornato de la casa de Dios, oxidable o de oro noble no requieren
ca introdujo con el correr del tiem- cro. Tal relación ha de contemplarse no se vendan ni se dispersen" (SC el baño de oro" 27 . "Por lo que toca a
po" (SC 122). El Vat. II ha prosegui- a la luz de los principios generales 126)2I. Todo lo cual deberá igual- la forma de los vasos sagrados, co-
do tal obra de aggiornamento como sobre el arte sacro enunciados por mente tenerse en cuenta en lo refe- rresponde al artista crearlos, según
una de las metas de la reforma litúr- el Vat. II. Basten unas simples alu- rente a los objetos litúrgicos que han el modelo que mejor corresponda a
gica por él mismo decretada. Ha es- siones. La iglesia nunca consideró caído en desuso. En esta materia ha- las costumbres de cada región, siem-
tablecido, por tanto, la revisión de como propio estilo artístico alguno, brá que atenerse a las normas más pre que cada vaso sea adecuado para
"los cán&nes y prescripciones ecle- sino que fia admitido fas formas ar- concretas emanadas de la Santa el vso litúrgico a que se destina"2'.
siásticas que se refieren a la disposi- tísticas de cada tiempo. También Sede22 y de las respectivas conferen- En lo relativo a la materia y forma
ción de las cosas externas del cul- hoy se intenta dejar libertad de ex- cias episcopales. de los vasos eucarísticos, el juicio co-
to sagrado", aludiendo especialmen- presión artística según tiempos y lu- rresponde a las conferencias episco-
te "a la materia y a la forma de gares, con tal que se respeten las exi- pales respectivas M.
los objetos y vestiduras sagradas" gencias del culto (cf SC 123). A fin II. Principales objetos litúrgicos
(scmy de "promover y favorecer un arte b) Bendición del cáliz y de la pa-
auténticamente sacro" es menester Después de haber tratado de los tena. En la anterior disciplina, el cá-
En la Ordenación general del MR buscar "más una noble belleza que
encontramos las siguientes indica- objetos litúrgicos en general, vamos liz y la patena eran consagrados por
la mera suntuosidad". Lo cual se apli- a echar una mirada a los principales el obispo o, en casos previstos por el
ciones concretas: "Como para la edi- ca expresamente a las vestiduras y
ficación de las iglesias, así también objetos, teniendo en cuenta la situa- derecho o por indulto, por un sacer-
ornamentos sagrados (cf SC 124). ción actual. Nos limitamos a los sec- dote. Hoy solamente son bendeci-
para todo su mobiliario y ajuar, la Los artistas deben recordar "que sus
iglesia acepta el estilo artístico de tores de los vasos eucarísticos y de dos, y la bendición puede impartirla
obras están destinadas al culto cató- las vestiduras de los ministros, y sólo un obispo o sacerdote cualquiera.
cada región y admite todas las adap- lico, a la edificación de los fieles y a
taciones que cuadren con el modo reseñaremos los datos más desta- Para que el cáliz y la patena puedan
su instrucción religiosa" (SC 127). cados. bendecirse se exige que estén con-
de ser y tradiciones de cada pueblo Tales principios vuelven a aparecer
con tal que todo responda de una feccionados según las prescripciones
en varios puntos de la Ordenación 1. VASOS EUCARÍSTICOS. Se de- de la Ordenación general del MR
manera adecuada al uso sagrado general del MR ">. También la pri- nominan así los vasos sagrados des- (nn. 290-295)».
para el que se destinan. También en mera instrucción para la exacta apli-
este campo búsquese con cuidado la tinados a contener el cuerpo y la san-
cación de la SC recomendaba que gre del Señor: el cáliz, la patena, el En el pontificial romano se expli-
noble simplicidad que tan bien le cae "las iglesias y oratorios, el ajuar sa-
al arte auténtico" ". "En la selección copón, el ostensorio o custodia, los ca el valor de tal bendición con estas
grado en general y las vestiduras sa- portaviáticos. Entre ellos merecen palabras: "El cáliz y la patena..., por
de materiales para los objetos sagra- gradas se presenten en la forma del respeto especial el cáliz y la patena,
dos se pueden admitir no sólo los estar destinados de manera exclusiva
auténtico arte cristiano, incluso mo- "en los que se ofrecen, consagran y y estable a la. celebración de la euca-
materiales tradicionales, sino tam- derno" ". se toman el pan y el vino"".
bién otros materiales que, según la ristía, llegan a ser vasos sagrados"".
mentalidad de nuestro tiempo, se "El propósito de reservar estos vasos
consideran nobles, son duraderos y d) Autoridad competente. Tam- a) Materia y forma. "Los vasos únicamente para la celebración de la
se acomodan bien al uso sagrado" ". bién en el sector de los objetos litúr- sagrados háganse de materiales sóli- eucaristía se manifiesta ante la co-
gicos pertenece a las conferencias dos, que se consideren nobles según munidad de los fieles mediante una
La justificación de tal amplitud de bendición especial"32. Por razón de
perspectivas nos la da la tercera ins- episcopales de cada nación realizar, la estima común en cada región"24.
a tenor del derecho, las adaptaciones "Los cálices y demás vasos destina- su peculiar destinó, es de alabar que
trucción para la exacta aplicación de dos a contener la sangre del Señor el cáliz y la patena se bendigan du-
la SC cuando, al hablar del respeto exigidas por la necesidad o por las
usanzas locales (cf SC 128). Lo cual tengan la copa de tal material que rante la misa •». La fórmula utilizada
y cuidado debidos a los vasos sa- no absorba los líquidos"25. "Para el en tal caso atribuye la santificación
grados, vestiduras y demás objetos, se afirma explícitamente con respec-
to a la selección, para los objetos pan que se va a consagrar puede del cáliz y patena al contacto inme-
dice: "Si se concede una mayor li- convenientemente usarse una sola pa- diato que se establecerá entre ellos y
bertad en cuanto se refiere a su ma- sagrados, de otros materiales, ade-
más de los tradicionalmente utiliza- tena más grande, en la que se colo- el cuerpo y sangre del Señor durante
teria y forma, no es sino para dar a can el pan para el sacerdote y el de la celebración eucarística ,4. Cuando,
los distintos pueblos y a los artistas dos 2" [/ infra, II, l,a;2,by c]. Cada
uno de los ordinarios debe procurar los ministros y fieles"2". "Los vasos por el contrario, dicha bendición del
una más amplia posibilidad de com- sagrados de metal, generalmente, lle- cáliz y patena tenga lugar fuera de la
prometer con respecto al culto sa- que los" objetos litúrgicos se ajusten
grado sus mejores cualidades" ". a los cánones del auténtico arte sa-
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misa, se usa una fórmula distinta, en sagrado y en casos análogos, cuando de los misterios gozosos y gloriosos ficales merecen una especial mención
la que su santificación se considera por motivos de lugar o de personas del Señor). Los diversos colores sir- las que se le entregan al obispo en el
fruto de una bendición del Señor 35 . sea aconsejable tal solución41. El ven, además, para mostrar "el senti- rito de su ordenación: el anillo, el
El texto de los formularios de bendi- pluvial se usa en las / procesiones, do progresivo de la vida cristiana a báculo y la mitra. La fórmula propia
ción del cáliz y patena se encuen- así como en otras funciones sagra- lo largo del / año litúrgico" (por utilizada en su bendición las llama
tra en el libro litúrgico Ritual de la das, a tenor de las rúbricas. Se viste ejemplo, el morado o violeta en los "insignias del ministerio pastoral del
dedicación de iglesias y de altares, por encima del alba o de la sobrepe- períodos de purificación, como pre- obispo" ". Y este mismo concepto se
113-118. lliz ". La vestidura propia del diáco- paración para las celebraciones de la aplica expresamente al báculo en la
no es la dalmática. Puede usarse en natividad y de la pascua del Señor; fórmula que acompaña su entrega al
2. VESTIDURAS DE LOS MINIS- la misa y en otras celebraciones; se el blanco, en los períodos de la go- obispo en el rito de la ordenación.
TROS. Los ministros de las celebra- la viste encima del alba y de la esto- zosa celebración de dichos misterios; Se lee allí: "Recibe el báculo, signo
ciones litúrgicas usan, siguiendo una la43. Puede usarla también el obispo el verde, en el tiempo ordinario, vi- del pastor, y cuida de toda tu grey
antigua tradición [/ supra, I, 2], de- y el abad en algunas ocasiones, pero vido en una confiada espera de las porque el Espíritu Santo te ha cons-
terminadas vestiduras distintas de bajo la casulla44. realidades últimas)49. Las normas tituido obispo para que apacientes
las profanas. Dada su peculiaridad, pormenorizadas sobre el uso de los la iglesia de Dios"". Y en fórmula
dependiente de la materia, de la for- b) Materia y forma. La materia diversos colores, contenidas en la análoga para el anillo, se pone de
ma, del ornato y del color, vienen de y forma de las vestiduras de los mi- Ordenación general del MR, están relieve su peculiar significado con es-
alguna manera a ocultar en los mi- nistros deben ser objeto de una espe- sujetas a adaptaciones según las ne- tas palabras: "Recibe el anillo, signo
nistros su individualidad para poner cial atención por parte de los pasto- cesidades y la cultura de cada pue- de fidelidad, y permanece fiel a la
más de relieve su función al servicio res y de cuantos las confeccionan, a blo. Las conferencias episcopales iglesia, esposa santa de Dios" 58 .
de la comunidad y su dignidad '6. fin de que contribuyan en gran ma- son las encargadas de estudiar y pro-
Por otra parte, la variedad de vesti- nera "a una celebración litúrgica dig- poner a la sede apostólica lo referen-
duras litúrgicas manifiesta la diver- na" de las funciones litúrgicas45. te a tales adaptaciones 50 .
"... Aparte de los materiales tradicio- III. Conclusión
sidad de ministerios que tienen lugar
en el ejercicio de la liturgia [/ Asam- nales, pueden emplearse las fibras na-
turales propias de cada lugar o algu- d) Insignias litúrgicas. El trata- ¿Qué compromiso pastoral puede
blea] 37. En los nuevos / libros litúr-
gicos sólo quedan raras huellas de nas fibras artificiales que respondan do sobre las vestiduras de los minis- derivar de cuanto hasta aquí lleva-
interpretación simbólica de las vesti- a la dignidad de la acción sagrada y tros se completa con una alusión a mos dicho sobre los objetos litúrgi-
duras litúrgicas (e insignias) y de sus de la persona. De esto juzgará la las insignias litúrgicas a ellos reser- cos? Nos parece un deber plantear-
colores. conferencia episcopal" *. "Por lo que vadas. nos esta pregunta y responderla con
toca a la forma de las vestiduras sa- La estola es insignia común al obis- alguna indicación concreta.
gradas, las conferencias episcopales po, al sacerdote y al diácono 51 . Se La / pastoral litúrgica debe tener
a) Las distintas vestiduras. Ves- pueden indicar y proponer a la sede usa en algunas ocasiones con casulla en cuenta y valorar en lo que se me-
tiduras comunes: todos los minis- apostólica las acomodaciones que o dalmática " y en otras sin ellas. En recen los objetos litúrgicos, recono-
tros, del grado que sean, visten el respondan mejor a las necesidades y el primer caso, se pone bajo la casu- ciendo su importancia y apreciando
alba y, en ciertos casos, la sobrepe- costumbres de las diversas regio- lla o dalmática "; debe ser, pues, lo su significación. Han de contemplar-
lliz 38. Vestiduras propias del sacer- nes"47. "Es más decoroso que la be- suficientemente ancha y larga para se como signos del ejercicio de la li-
dote son la casulla y el pluvial. La lleza y nobleza de cada vestidura se que resulte visible. Está prohibido turgia, distinto del ejercicio de las
casulla se usa en la misa y en otras busque no en la abundancia de los el uso de la estola sobre el hábito demás actividades humanas. Ha de
acciones con ella relacionadas, de no adornos sobreañadidos, sino en el seglar54. subrayarse la apelación que implíci-
decirse lo contrario 3'. Se ha de vestir material que se emplea y en su corte. Insignias pontificales son aquellas tamente hacen a las realidades so-
encima del alba y de la estola *>. Re- La ornamentación lleve figuras, imá- que distinguen el ministerio del obis- brenaturales, en el doble orden del
cientemente, en determinadas regio- genes o símbolos que indiquen el uso po y de los ministros que se les equi- culto de Dios y de la santificación de
nes, a requerimiento de las respecti- sagrado, suprimiendo todo lo que a paran. El Vat. 11 ha querido que su los hombres. Deben ponerse de re-
vas conferencias episcopales, se ha ese uso sagrado no corresponda" 48 . uso quedase reservado "a aquellas lieve su carácter festivo, así como la
introducido un nuevo modelo de ca- valiosa contribución que ofrecen
sulla, mucho más amplia, que en- personas eclesiásticas que tienen o
c) Colores. La diversidad de co- bien el carácter episcopal o bien al- para que las celebraciones litúrgicas
vuelve todo el cuerpo, lleva encima lores en las vestiduras tiene como fin resplandezcan por su dignidad y de-
la estola y sustituye al alba. Su uso guna jurisdicción particular" (SC
expresar al exterior las característi- 130). También este sector ha sido coro. Se ha de tener igualmente en
se permite en la concelebración, en cas particulares de los misterios que cuenta el influjo que los objetos li-
las misas para grupos particulares, objeto de la reciente reforma litúr-
se celebran cada día (por ejemplo, el túrgicos ejercen sobre el comporta-
en las celebraciones fuera del recinto gica ". miento de cuantos participan en las
blanco, usado en las celebraciones Entre las diversas insignias ponti-
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celebraciones litúrgicas, comenzan- nis, 1969, 13-76; EDIL 465-546 — ' A esta dis-
tinción se refería Pablo VI en el discurso pro- 26-9-1964, n. 13c (texto latino en AAS 56 [1964] al comienzo del primer volumen de la Liturgia
do por los propios ministros. Se sen- 877-900; EDIL 50-78) — M Cf MR, OG 288; S.
nunciado, el 14-10-1968, en el consejo para la de las Horas — 43 Cf MR, OG 300; OGLH
tirán todos comprometidos en una aplicación de la constitución sobre la sagrada Congr. para el culto divino, Inst. "Liturgicae 255 — " C f S. Congr. de ritos, Inst. sobre ¡a
más atenta consideración de la san- liturgia: "... Nos preocupa el modo de actuar de instaurationes"'(nota 8), n. 8¿/ — 2I Cf también simplificación de los ritos y de las insignias pon-
tidad de los misterios que se cele- quienes creen que el culto litúrgico debe ser des- SC 123; S. Congr. de ritos, Inst. sobre el culto tificales "Pontificales ritus", 21-6-1968, n. 17
bran, así como en el desempeño de pojado de su carácter sagrado, y por ende pien- del misterio eucartstico "Eucharisticum myste- (texto latino en AAS 60 [1968] 406-412; EDIL
los distintos papeles que durante las san erróneamente que no se deben usar objetos rium", 25-5-1967, n. 24 (texto latino en AAS 59 399-403); Ritual..., Institución y ordenación de
sagrados, sino que se les debe sustituir por los [1967] 539-573; EDIL 320-351) — n Cf S. ministros, Ritual de la bendición de un abad o
celebraciones se les ha confiado. Re- de uso común o vulgar" (texto latino en AAS Congr. para el clero, Carta circular sobre el una abadesa (Coeditores Litúrgicos, Madrid
dundará grandemente en beneficio 60 [1968] 735: Not 4 [1968] 338; EDIL 418 — cuidado del patrimonio histórico-artístico de la 1975; Id, Barcelona 1979) — 45 Cf S. Congr. de
de su fe, piedad y devoción. Es nece- 8
Sobre la misma se encuentran indicaciones pre- iglesia, 1M-1971 (texto latino en AAS 63 ritos, Inst. "Eucharisticum mysterium" (nota
sario vigilar para que los objetos li- cisas en documentos recientes. Por ejemplo: [1971] 315-317; EDIL 785-787) — " MR, OG 21), n. 24 — * MR, OG 305 — 47 MR, OG
túrgicos mantengan en alto grado "Los objetos del altar, los vasos y vestiduras 289 — " MR, OG 290 — 2S MR, OG 291 — 304. Cf también S. Congr. para el culto divino,
26
sagradas, deben ser, en su número, forma y cua- MR, OG 293 — 27 MR, OG 294 — 28 MR, Inst. "Liturgicae instaurationes "(nota 8), n. id.
su funcionalidad y su valor de sig- lidad, conformes a la legislación vigente": S. OG 295 — 2" Cf MR, OG 290; S. Congr. para Para la anterior disciplina véase S. Congr. de
nos, por lo que se ha de evitar cuida- Congr. para el culto divino, Inst. sobre las misas el culto divino, Inst. sobre algunas normas acer- ritos, Declaración acerca de una duda sobre la
dosamente todo cuanto pueda impe- para grupos particulares "Actio pastoralis", 15- ca del culto del misterio eucarístico "Inaestima- forma de los ornamentos, 20-8-1957, en AAS
dir la consecución de los fines para 5-1969, n. 11* (texto latino en AAS 61 [1969] bile donum", 3-4-1980, n. 16 (texto latino en 49 (1957) 762; Duda sobre la forma de los orna-
los que están destinados; y, por el 806-811; EDIL 573-577). "No es lícito... usar AAS 72 [1980] 331-343) — *> Cf Rituales de la mentos, 9-12-1925, en AAS 18 (1926) 58; De-
objetos destinados a usos profanos": S. Congr. dedicación de iglesias y de altares... (CEEL), creto-Carta circular, 21-8-1963, en AAS 18
contrario, se ha de favorecer todo para el culto divino, Tercera inst. para la apli- Coeditores Litúrgicos, 1979, !13ss — 3I RDI, (1926)58-59 — "8 MR, OG 306 - 4" MR, OG
aquello que pueda patentizar la ver- cación exacta de la constitución sobre la sagra- p. 113 — n RDI, p. 113 — " Cf o.c, l.c. — 307-308 — 50 Cf MR, OG 308. Para otras indi-
dad y la autenticidad de los mismos, da liturgia "Liturgicae instaurationes", 5-9-1970,
34
"Sobre tu altar, Señor Dios, colocamos, ale- caciones, cf MR, OG 309-310 y, anteriormente,
prefiriendo la noble simplicidad al n. 8a (texto latino en AAS 62 [1970] 692-704; gres, este cáliz y esta patena para celebrar el S. Congr. de ritos, Inst. "Tres abhinc annos"
fasto y a la suntuosidad. EDIL 703-713). También Juan Pablo II ha tra- sacrificio de la nueva alianza: que el cuerpo y la (nota 39), n. 23; Nuevo código de las rúbricas
tado este tema diciendo que la "subordinación sangre de tu Hijo, que en ellos se ofrecen y del breviario y del misal romano, 26-7-1960, n.
Éstas son las orientaciones esta- del ministro, del celebrante, a! Mysterium que reciben, santifiquen estos vasos...: o.c, 114 —
15
117 (texto latino en A A S 52 [1960] 593-740) —
51
blecidas por la reciente reforma li- se le ha confiado... debe encontrar su expresión "Dirige, Padre, tu mirada bondadosa sobre Cf MR, OG 302. Para el modo diverso de
también en la observancia de las exigencias li- estos hijos tuyos que han colocado sobre tu al- usarla el obispo y el presbítero y el diácono, cf
túrgica, que, generalmente, han sido túrgicas relativas a la celebración del santo sa- tar, llenos de gozo, este cáliz y esta patena; san- ib — 52 El uso de la casulla o de la dalmática
muy bien recibidas por los agentes crificio". Refiriéndose luego, en particular, a los tifica con tu bendición estos recipientes": o.c, no dispensa del uso de la estola. Cf Not 6(1970)
de la pastoral litúrgica y por los ar- ornamentos requeridos para la celebración, afir- 117 — 36 Cf A.-G. Martimort, o.c, 128; G. 104 — " Cf MR, OG 299, 300. Sólo en el nue-
tistas. Es de esperar que unos y otros maba que "pasar por alto las prescripciones li- Oury, a.c, 486 — 37 Cf MR, OG 297 — vo tipo de casulla se coloca la estola encima de
38
continúen ejerciendo su benéfico in- túrgicas puede ser interpretado como falta de MR, OG 298. "La vestidura sagrada común ella [/ supra, II, 2, a] — 54 Cf S. Congr. para el
respeto a la eucaristía, dictada quizá por indivi- para todos los ministros de cualquier grado es culto divino, Inst. "Liturgicae instaurationes"
flujo en orden a un uso fiel de los dualismo o por un defecto de sentido crítico el alba, que se ciñe con el cíngulo a la cintura, (nota 8), n. 8c — " Cf Pablo VI, Motuproprio
objetos al servicio de la liturgia. acerca de opiniones corrientes, o bien por una a no ser que esté hecha de tal modo que se sobre la revisión del uso de las insignias ponti-
cierta falta de espíritu de fe": Carta sobre el adhiera al cuerpo sin cínculo. Antes de ponerse ficales "Pontificaba insignia", 21-6-1968 (texto
misterio y el culto de la sagrada eucaristía, 24- el alba, si no cubre totalmente el vestido común latino en AAS 60 [1968] 374-377; EDIL 396-
NOTAS: ' Para un estudio en profundidad 2-1980, n. 12 (texto latino en AAS 72 [1980] alrededor del cuello, empléese el amito" — 398); S. Congr. de ritos, Inst. "Pontificales ri-
39
de la historia de los objetos litúrgicos, cf los 113-148) — ' El conc. tridentino afirmó, acerca Por ejemplo, en las concelebraciones eucaris- tus" (nota 44). Cf también S. Congr. para el
estudios de G. Braun, F. Eygun-R. Aigrain, de los elementos exteriores de la celebración t í a s , "si no hay un justo motivo, por ejemplo clero, Carta circular sobre la reforma de las
R. Lesage, A. Molien, M. Righetti, E. Rabotin, eucarística, que la iglesia recurre a ellos para un gran número de concelebrantes o falta de vestiduras corales, 30-10-1970 (texto latino en
P. Salmón citados en la bibl. — 2 Cf L. poner de manifiesto la majestad del sacrificio y ornamentos, los concelebrantes, a excepción AAS 63 [1971] 314-315; EDIL 717-718 —
56
Eisenhofer-J. Lechner, Liturgia romana, Ma- para servirse de los mismos como de signos vi- siempre del celebrante principal, pueden supri- Pontificóle romano. Ordinazione del vescovo,
rietti, Turín 19707, 127; A.-G. Martimort, Vesti sibles de religión y de piedad, al objeto de elevar mir la casulla, llevando solamente la estola so- dei presbiteri e dei diaconi (por CEI), Librería
e insegne liturgiche, en Id (por), La chiesa in las mentes de los fieles a la contemplación de bre el alba" (MR, OG 161. Cf también S. Editrice Vaticana, 1979, n. 301 — " O.c, n.
preghiera. Introduzione alia liturgia, Desclée, las excelsas realidades ocultas en él (ses. XXII, Congr. de ritos, Segunda inst. para la aplicación 37 — 58 O.c, n. 35. Para la fórmula usada en la
Roma 19662, 129 — ' Cf J A . Jungmann, Mis- c. 5) - lü Misal Romano, Ordenación general exacta de la constitución sobre sagrada liturgia entrega del anillo y del báculo al abad en el rito
sarum sollemnia 1, Marietti, Turín 1953, 96-97, (= MR, OG) 253 " MR, OG 257 — " Cf "Tres abhinc annos", 4-5-Í967, n. 27: texto lati- de su bendición, cf Ritual de la bendición de un
234; L. Eisenhofer-J. Lechner, o.c, 126-127; MR, OG 279 — " Cf MR. OG 311 " El no en AAS 59 [1967] 442-448; EDIL 296-302). abad o una abadesa, p. 151.
A.-G. Martimort, o.c, 129; G. Oury, Faut-il can. 1296, § 3, del Código de derecho canónico En cambio "se reprueba el abuso de celebrar o
un vétement liturgique? (LAmi du Clergé) 82 [1917], acerca de la materia y de la forma de los concelebrar la santa misa usando sólo la estola A. Cuva
(1972) 484 — 4 Para la situación anterior se objetos sagrados dice que deben observarse las sobre la cogulla monástica o sobre el vestido
pueden leer con provecho los anteriores libros prescripciones litúrgicas, la tradición de la igle- clerical ordinario y especialmente encima del
litúrgicos y el Código de derecho canónico sia y, del mejor modo posible, las leyes del arte traje civil" (S. Congr. para el culto divino, Inst.
[1917] (cáns. 1296-1306) — 5 El c. Vil (arts. sacro — " MR. OG 287 — «• MR. OG 288 — "Liturgicae instaurationes" (nota 8) n. 8c — BIBLIOGRAFÍA: Aldazábal J., Pedagogía del
40
122-130) se titula "El arte sacro y los objetos
17
S. Congr. para el culto divino, Inst. "Liturgi- Cf MR, OG, n. 299 — 4I Cf S. Congr. para vestido, en "Oración de las Horas" 2 (1983) 36-
sagrados" — 6 Texto latino: Institutio generalis cae instaurationes" (nota 8), n. 8, al princi- el culto divino, Carta, 1-5-1971 (texto francés 43; Busquets P., El arte y los objetos sagrados,
missalis romani, en Missale romanum.... Ordo pio -• '" Cf MR. OG 254, 279, 287, 312 - en Not 9 [1973] 96-98) — 42 Cf MR, OG 303; en "Phase" 82 (1974) 373-380; Castex J., El tem-
19
missae, Editio typica, Typis Polyglottis Vatica- S. Congr. de ritos, Inst. "ínter oecumenici", Ordenación general de la liturgia de las horas plo después del concilio. Arte y liturgia de las
(= OGLH); el texto de la OGLH se encuentra iglesias, imágenes, ornamentos y vasos sagra-
Oración y liturgia 1456 1457 Oración y liturgia

dos, PPC, Madrid 1967; Jungmann J.A., El sa- que Dios ha querido hacer de sí mis- I. La oración cristiana y en la justicia, lo compromete con
crificio de la misa, BAC 68, Madrid 1963", 315- mo a través de las múltiples tradi- en el mundo actual aquellas cosas que él pide. Liberada
329; Martimort A.-G., La Iglesia en oración, ciones religiosas'. de estos dos prejuicios —el subjeti-
Herder, Barcelona 19672, 135-145; Plazaola J., vismo individualista y la consolación
El arte sacro actual, BAC 250, Madrid 1965; En el ámbito estrictamente cris- En los últimos decenios hemos
Righetti M., Historia de la liturgia 1, BAC 132, tiano, la oración hunde sus raíces en asistido a un fenómeno pendular de descomprometida—, la oración cris-
Madrid 1955, 532-586. la experiencia histórica del pueblo crisis y de despertar de la oración en tiana ha tenido en los últimos tiem-
de Israel, "un pueblo que sabía orar" la iglesia. El fenómeno de la / secu- pos un notable reforzamiento teoló-
(J. Jeremías) y que ha enseñado al larización ha sometido a una vasta gico, en la medida en que se ha reali-
OFICIO DIVINO operación de crítica el fenómeno de zado una clarificación de la imagen
mundo a orar. La peculiar revela-
/ Liturgia de las Horas ción hecha por Dios al pueblo ele- la oración. Las hermenéuticas de la de Dios y de las verdaderas dimen-
gido funda y llena de acentos par- sospecha suscitaron dudas sobre los siones del hombre, cuya suprema dig-
ticulares el diálogo orante de Israel, fundamentos de esta relación con nidad consiste en la vocación a la
diálogo que se enriquece progresi- Dios, por lo que tal relación debía comunión con Dios (GS 19).
vamente en la medida en que el pue- clarificarse a la luz de la nueva ima- Al mismo tiempo también la prác-
blo elegido avanza en su historia. Je- gen de Dios y del hombre. La ora- tica de la oración ha experimentado
sús, nacido y educado en este pueblo ción, ¿no es un inútil balbucir del un notable despertar, gracias a la re-
ORACIÓN Y LITURGIA amante de la oración, es el vértice de hombre, una proyección subjetiva de novación litúrgica y a la revaloriza-
la religiosidad, el maestro y el mode- sentimientos? ¿No podría ser una for- ción de la religiosidad popular, al
lo de la oración. Siguiendo su ejem- ma alienante de fuga de los propios reflorecimiento de las expresiones
SUMARIO: 1. La oración cristiana en el mundo plo y su mandato, la iglesia ora; es deberes, un culto a la pasividad, un individuales de oración y de medita-
actual - II. Fundamentos bíblicos de la oración: refugiarse en un "Dios tapagujeros"?
1. Israel, "un pueblo que sabía orar"; 2. La ora- más, desde el alborear de su historia, ción (no raramente inspiradas en
ción en el NT: a) La oración de Jesús, b) La después de la resurrección del Señor, Más aún, ¿es siquiera posible hablar técnicas meditativas no cristianas) y
oración de la iglesia, c) De la oración bíblica a se presenta como una comunidad objetivamente con Dios en la intimi- al fenómeno de la oración comunita-
las fórmulas litúrgicas - 111. Dimensiones de la orante. dad? ¿No hace falta, más bien, bus- ria como búsqueda orante de la vo-
oración cristiana: 1. Aspecto trinitario; 2. Ca- car a Dios en los demás y hacer de la
rácter eclesial; 3. Densidad antropológica - IV. luntad de Dios o como libre y jubilo-
Actitudes características, formas típicas, mo- oración, en todo caso, una propues- sa manifestación del Espíritu en los
Éstas son las características de
mentos específicos de la oración litúrgica: 1.
la oración en el cristianismo: respon-
ta discursiva en función de una in- diversos "grupos carismáticos"3.
Actitudes de la oración: a) La escucha de la tervención operativa en el mundo po-
palabra, b) Agradecimiento y alabanza orante, de a una revelación del Dios de la lítico y social?2 Estos y otros inte- Esta simple alusión nos permite
c) Invocación y súplica, d) Arrepentimiento y historia de la salvación; se hace se- captar la amplitud del fenómeno de
ofrecimiento sacrificial, e) Intercesión; 2. For- rrogantes surgidos sobre la oración
mas típicas de la oración litúrgica; 3. Momentos gún el ejemplo y el nombre de Jesús; en los últimos decenios han provo- la oración en el mundo actual, su
de la iglesia en oración - V. Orientaciones pas- no es un simple sentimiento o im- cado una desvalorización de la ple- unidad fundamental, la variada po-
torales: 1. La liturgia, cumbre y norma de la pulso del corazón humano, sino garia misma como práctica, pero sibilidad de formas que puede adop-
oración cristiana: a) Una liturgia auténticamen- obra del Espíritu que clama en nos- tar. En este contexto nos parece
te orada, b) Norma de toda oración cristiana; 2. también una búsqueda comprometi-
Oración litúrgica y devociones; 3. Oración li- otros "Abbá!, ¡Padre!" (Rom 8,15; da de una nueva teología del fenó- oportuno puntualizar desde ahora la
túrgica y celebraciones modernas; 4. Hacia nue- Gal 4,6). meno de la oración. Esta búsqueda importancia que tiene la oración li-
vos espacios de oración litúrgica.
no ha sido infructuosa. túrgica; a ella se le pueden aplicar
Cuando la iglesia, reunida en por extensión los conceptos de fuen-
La oración es un fenómeno reli- nombre de Jesús para celebrar su La teología ha recuperado plena- te y cumbre (SC 10) propios de la
gioso universal de comunicación con misterio, responde a la revelación de mente las bases bíblicas de la ora- liturgia en relación con la vida de la
la divinidad. La encontramos, con Dios con la fuerza del Espíritu y se ción cristiana, en cuanto escucha de iglesia. Es obvio que la oración li-
fuertes acentos patéticos y poéticos, expresa con actitudes de oración y la revelación que Dios ha hecho en túrgica, como forma típica de la ora-
en todas las religiones; por ella el con fórmulas que derivan de la tra- Jesucristo y en su Espíritu, y consi- ción eclesial, no agota todas las po-
hombre se eleva hasta Dios con el dición cristiana, nos encontramos guiente respuesta de un pueblo a un sibilidades de oración de la iglesia y
deseo de unirse con él o invoca su frente a un particular tipo de oración Dios presente en medio de él. La del cristiano. Y, sin embargo, es a
nombre para que intervenga en los litúrgica. Es sobre todo de ésta de la oración no es, por tanto, una pro- ella a la que se aplica en el sentido
acontecimientos de la historia y en yección subjetiva, sino más bien una más genuino la noción de oración
que trataremos, intentando ilustrar cristiana: conforme a ella han de
los fenómenos de la naturaleza; este su fundamento en la revelación, sus respuesta a un Dios que se revela
diálogo con la divinidad surge de la como Padre; tampoco es un refugio modelarse, para ser auténticas, todas
dimensiones propias, las fórmulas ca- las demás formas y fórmulas de
presencia de lo / sagrado, que el racterísticas de expresión, la relación alienante, pues Dios expresa su vo-
hombre percibe en el ámbito de la luntad y remite al orante al cumpli- diálogo con Dios, por Cristo y en el
con otras formas de oración del cris- Espíritu.
naturaleza, o bien en la revelación tiano. miento de su voluntad en la caridad
1459 Oración y liturgia

Oración y liturgia la última palabra sobre el hecho na- Así Daniel ora tres veces al día (Dan
1458 6,11), probablemente en concomitan-
rrado; invocar, hacer presente al Se-
II. Fundamentos bíblicos ñor con su nombre para proclamar cia con las horas de la oración en el
interviniendo activamente en su his- templo; pero se ora también por la
de la oración toria. El Dios al que se dirige Israel la fe en él y su alabanza; pedir, con
toda la variada gama de sentimien- noche (Sal 118,55); hasta siete veces
es un Dios cercano, más aún, pre- al día se dirige a Dios el salmista
Toda la biblia, AT y NT, es por sente en el lugar de su revelación tos que expresan la necesidad y la
excelencia el libro de la oración. —la tienda y el templo—; ha realiza- confianza en el cumplimiento. Pre- (Sal 118,164). Es sobre todo en la
Desde el primer acto creador de do maravillas que permanecen para valece como característica de Israel liturgia del templo de Jerusalén, con
Dios en el Génesis hasta el último siempre como memorial; ha estipu- la terminología de la alabanza: na- ocasión de las fiestas memoriales,
grito orante de la esposa en el Apo- lado una alianza a la que permanece rrar, recordar, confesar, cantar lo donde Israel alcanza el vértice de su
calipsis se desarrolla en la biblia un fiel; proyecta al pueblo hacia las fu- que Yavé es y lo que ha hecho; es la oración comunitaria, contempla el
diálogo hecho de palabras y de obras turas promesas. Sobre la base de es- bendición del nombre, con la narra- rostro de Dios y recibe la bendición
de Dios y de respuestas del hombre, tos títulos hablan con él e invocan ción de sus maravillas, que explota del Señor.
que, como la misma revelación y la su nombre los grandes orantes del en el canto y en la alegría de una Aunque la oración es un grito del
historia de la salvación, es ya autén- AT: Abrahán, Moisés, David y Sa- celebración popular. corazón, encuentra el modo de exte-
tica oración en sentido amplio. En lomón, Jeremías y Elias, Job o el Dos movimientos pendulares de la riorizarse en gestos que hacen del
este tejido dialógico emergen los autor del libro de la Sabiduría. De oración bíblica indican la alternan- hombre entero un ser orante e impli-
grandes orantes y amigos de Dios y estos grandes amigos de Dios el pue- cia entre la dirección teocéntrica y el can a todo el pueblo; la inclinación y
las formas originales de relación con blo aprende a orar repitiendo las mis- repliegue antropocéntrico. El impul- la postración, las manos y los ojos
él, individuales o colectivas, que son mas fórmulas o inspirándose en los so del corazón hacia Dios se expresa
mismos sentimientos. Israel vive in- alzados hacia el cielo o hacia el san-
las grandes oraciones. En todo el en el reconocimiento y en la bendi- tuario, el batir rítmico de las palmas,
AT, el libro de los Salmos, síntesis merso en una historia cuyas etapas ción del nombre de Yavé y de la gran-
pasadas están siempre en la memoria la danza y la procesión hacia el altar,
de la oración de Israel, microcosmos deza de sus obras, con acentos más el sonido de los instrumentos musi-
de sentimientos humanos y religio- como motivo de alabanza por las ma- o menos interesantes. En cambio, la
ravillas realizadas por Dios y como cales dan a la oración del pueblo ele-
sos abiertos a Dios, ofrece un ejem- experiencia de un hecho doloroso gido un sentido pleno de expresivi-
plo emblemático. En el NT emerge motivo de esperanza por las prome-
sas que todavía no se han cumplido; encierra al hombre y al pueblo en sí dad [/ Gestos].
la figura de Jesús, modelo y maestro, mismo, aunque sin dejar de abrirse a
que enseña a sus discípulos a orar incluso cuando, como sucede con fre- La oración sella los diversos acon-
cuencia, los acontecimientos parecen Dios; aparece entonces la súplica o
con la oración del padrenuestro, que la lamentación, la petición confiada, tecimientos de la historia de Israel,
libera los sentimientos más nobles contradecir las maravillas pasadas y pero con la constante capacidad de
las promesas, Israel expresa en la la confesión de la propia inocencia o
de un hombre en su relación orante bien la ardorosa intercesión por los hacer presentes en el memorial las
oración el arrepentimiento, o en la maravillas obradas por Dios y sus
con Dios. La comunidad de los dis- audacia de la súplica invoca a Dios otros; con frecuencia este tipo de ora-
cípulos sigue sus huellas y enriquece ción tiene como origen la disminu- promesas, que la lectura de la biblia
reprochándole el olvido de su pue- y la oración litúrgica ritualizan con-
la experiencia de oración de Israel blo. De esta forma la oración de los ción de los bienes temporales inme-
con nuevos sentimientos y nuevas individuos y de todo el pueblo ritua- diatos de la vida o de la felicidad tinuamente " [/ Memorial].
fórmulas. Nos parece oportuno tra- liza constantemente la historia den- que el israelita considera respuesta
zar con más detalle este arcó de la tro de la que Dios se ha revelado en normal de un Dios que ha prometi- 2. LA ORACIÓN EN EL NT. Tam-
oración bíblica, que sigue siendo el la progresión de sus intervenciones. do fidelidad. Sólo una larga pedago- bién el NT, no menos que el AT, es
fundamento y la inspiración de la La oración de Israel se dirige al Dios gía de la historia llevará al descu- libro de oración. En él destaca Jesús,
oración cristiana: de la creación y de la historia salví- brimiento de una oración humilde, el modelo y maestro; Pablo, el hom-
fica; y es ésta, incluso a nivel indivi- de esperanza y de espera, que tie- bre de la oración apostólica incesan-
1. ISRAEL, -UN PUEBLO QUE SA- dual, pero siempre en la perspectiva ne como consecuencia la escucha y te, habla de él y hace resonar su ora-
BIA ORAR". Se ha observado que, res- de la colectividad, la que forma el el cumplimiento de la voluntad del ción en las cartas 5 ; por todas partes
pecto a las religiones anteriores, Is- objeto mismo de la oración. Señor. la iglesia se constituye como comu-
rael se caracteriza por un tipo de Todos los lugares son aptos para nidad de oración con acentos nue-
oración narrativa más que descripti- Una terminología bien nutrida des- vos; finalmente, la comunidad esca-
vela la riqueza de los sentimientos orar y todas las horas son buenas
va, porque el Dios al que se dirige es para dirigirse a Dios. A Israel le gus- tológíca del Apocalipsis es descrita
el Dios que ha penetrado en su his- con los que el pueblo de Israel habla como una asamblea de alabanza y
con Yavé: ofrecer-sacrificar, gesto ta orar en los lugares marcados por
toria. De hecho, el Dios de los pa- la presencia especial de Yavé, parti- de intercesión. Todo el horizonte de
triarcas y del éxodo, de los jueces y espontáneo y primitivo de confesión la oración del NT está impregnado
de la soberanía; inclinarse, actitud cularmente en el templo, al que se
de los profetas, es el que se ha reve- de adoración y de súplica; juzgar, dirige simbólicamente la oración. de la presencia de Jesús. Una feliz
lado con su propio nombre y se ha petición hecha a Dios para que diga
hecho presente en medio del pueblo,
1461 Oración y liturgia
Oración y liturgia 1460
mandólo Padre para cumplir, como cristiana, que debe conformarse a
intuición establece, en efecto, una po- mo ordinario de la jornada, como él, su voluntad. los mismos principios e inspirarse en
sible lectura cristológica del tema de parece indicar Marcos (1,35), y se los mismos sentimientos.
la oración en tres etapas sucesivas: hace más intensa en momentos par- b) La oración de la iglesia. Des-
a) las tradiciones evangélicas que se ticulares y significativos, como el de las primeras páginas de los He-
bautismo (Le 3,21-22), la elección de c) De la oración bíblica a las fór-
refieren a la vida pública de Jesús lo chos la comunidad de los discípulos, mulas litúrgicas. Desde los primeros
presentan como el orante por exce- los apóstoles (Le 6,12), la transfigu- fiel a las enseñanzas de Jesús, apare- tiempos de la iglesia podemos detec-
lencia, como el que enseña a orar ración (Le 9,28-29), antes de algún ce como un grupo que ora (He 1,14;
milagro, como la multiplicación de tar la progresiva fijación de los cá-
con nuevas fórmulas y exhorta a 2,42; 4,24s; 12,5.12), que se distingue nones de la oración cristiana, de sus
orar con frecuencia en su nombre; los panes (Jn 6,11 y paralelos) y la por dos notas evangélicas derivadas formas típicas, de las mismas horas
b) otro grupo de textos, que se refie- resurrección de Lázaro (Jn 11,41). de la enseñanza del Maestro: la uni- de la oración. En la formación de
re especialmente a la experiencia de Su actitud de oración se hace aún dad de los corazones y la perseve-
más intensa en las horas de la pasión estos cánones tuvieron un influjo de-
la iglesia primitiva desde la ascen- rancia fiel. Las comunidades apos- terminante las mismas fórmulas del
sión hasta la destrucción del templo (Jn 12,27s); en la última cena, cuan- tólicas que van naciendo se reúnen AT y del NT, con la novedad que los
de Jerusalén, insiste en la oración, do pronuncia su gran oración de glo- en asamblea para la escucha de la cristianos proyectaron sobre las ora-
en el nombre de Jesús, presentado rificación e intercesión (Jn 17); en palabra y la oración (Ef 5,18-20; Col
medio de la angustia del huerto de ciones del AT, interpretadas en sen-
como el mediador; c) finalmente, un 3,16-17). Pablo ofrece el ejemplo de tido pleno ya a la luz de Cristo. No
tercer conjunto de textos, que refleja los Olivos, cuando llama a Dios su oración ardiente con las grandes podemos olvidar los posibles influjos
la vida de la iglesia después de la Abbá y se pone en sus manos (Me bendiciones que abren sus cartas (Ef de la eucología judía extrabíblica, tal
destrucción del templo, va más allá: 14,36); en el grito del abandono so- 1,3-14; Col 1,3.13-20) y con la ex-
bre la cruz, pronunciado con las pa- como la conocemos hoy, especial-
invoca a Jesús como al Señor y ve hortación a una intercesión univer- mente con las oraciones que acom-
en él el lugar de la oración, el verda- labras del Sal 21: "Dios mío, Dios sal (1 Tim 2,1-8). El cristiano tiene pañaban los sacrificios de la maña-
dero templo en el que los cristianos mío..." (Me 15,34), y en la oración conciencia de orar con el mismo es-
de confianza extrema con la que se na y de la tarde, como la Yózer, ben-
oran 6 . píritu de Jesús (Rom 8,15; Gal 4,6) y dición matutina, y la gran oración
pone en las manos del Padre antes en su nombre. Las fórmulas de la
Un análisis redaccional de todo el de expirar (Le 23,46). Los evangelis- de bendición e intercesión o Te-
NT en orden a una selección de tex- tas no señalan ningún gesto de ora- oración son generalmente "salmos, phillah ">.
tos eucológicos nos revela la riqueza ción en el Resucitado; pero él, según himnos y cánticos inspirados" (Ef Entre las fuentes más antiguas de
de fórmulas de oración diseminadas 5,18), pero tienen ya la riqueza del la oración de la iglesia podemos re-
la carta a los Hebreos, está vivo, a la misterio de Cristo y de la revelación
en él y confirma la osmosis vital en- derecha del Padre, e intercede por cordar la Didajé, que prescribe la tri-
tre la oración de la comunidad apos- hecha por su palabra, como pode-
nosotros (Heb 7,25)8. mos ver por las oraciones de Pablo y
ple recitación cotidiana del padre-
tólica y las fórmulas doctrinales con- nuestro —¿en sustitución tal vez de
tenidas en el NT. Encontramos en el Jesús enseñó a los discípulos a por los fragmentos de los antiguos la fórmula judaica de la Shemá?
NT la bendición de Zacarías, de Ma- orar (Mt 7,7) con perseverancia y himnos cristianos contenidos en las (cf Dt 6,4-9)—, con la añadidura del
ría y de Simeón, como eslabones de humildad (Le 11,5-13; 18,9-14), en cartas apostólicas (Ef 5,14; Flp 2,5- embolismo: "Porque tuyo es el poder
unión con la anterior tradición; las lo oculto, donde el Padre escucha II; 1 Pe 2,21-25). También Jesús es y la gloria por los siglos", y que in-
oraciones de Jesús; las grandes ala- (Mt 6,5-6), empeñándose en cumplir invocado como Señor; se espera su cluye una plegaria eucarística toda-
banzas trinitarias de Pablo; los can- la voluntad del Padre (Mt 7,21); ha venida con la fórmula Maraña tha, vía fuertemente influida por elemen-
tos del Apocalipsis. Pero se pueden prometido su presencia entre quienes "Ven, Señor Jesús" (1 Cor 16,22; Ap tos eucológicos judíos ". Con la mis-
descubrir también himnos o fragmen- se reúnen en su nombre para orar, 22,20). Todo el culto de la iglesia ma inspiración judeo-cristiana se
tos de himnos de la comunidad pri- comprometiéndose a conceder cuan- primitiva se desarrolla, por tanto, en compusieron algunas fórmulas bajo
mitiva, aclamaciones e invocaciones, to pidan con fe (Mt 18,20). A los un ambiente de oración, con fórmu- el nombre de Odas de Salomón l2.
fórmulas de profesión de fe y doxo- discípulos que le rogaron: "Señor, las apropiadas; junto con la fracción Ejemplos de oración de intercesión
logías, bendiciones y saludos augú- enséñanos a orar" (Le 11,1), Jesús del pan, la oración es el sacrificio de gran extensión y complejidad los
rales de estilo orante, breves súpli- les enseñó la oración del padrenues- espiritual de los cristianos, ofrenda encontramos en la Primera carta a
cas. En todo el NT palpita la expe- tro, incluida por Lucas en el contex- de alabanza a Dios, fruto de los la- los Corintios, de Clemente Roma-
7 bios que confiesan su nombre (Heb
riencia de la iglesia en oración . to de una instrucción global sobre la no l3.
oración (Le ll,2ss), y por Mateo en 13,15)'.
En el Martirio de Policarpo se
a) La oración de Jesús. Los evan- la sección del sermón de la montaña, nos transmite una hermosa oración
Esta rica experiencia, que va des-
gelistas, especialmente Lucas, subra- en el ámbito de la revelación de la de el AT hasta la praxis de la comu- de acción de gracias y de ofrecimien-
yan unánimemente la oración inten- paternidad y la providencia de Dios nidad apostólica, sigue siendo el pun- to, inspirada probablemente en el es-
sa y frecuente de Jesús durante su (Mt 6,9-13.25-34). En esta oración tilo de la oración eucarística l4, de la
ió de referencia para toda oración
vida pública; ella se inserta en el rit- Jesús invita a dirigirse a Dios 11a-
Oración y liturgia 1462
1463 Oración y liturgia
que ofrece algunas alusiones Justino la revelación hecha en la palabra, la
en la / Apología15. fe en el misterio celebrado, la parti- nosotros; como sujeto, es el orante va a la iglesia a la profundidad teo-
La teoría y la práctica de la ora- cipación activa en la acción salvífica que une a sí a la iglesia haciéndose logal más pura en la oración y a la
ción son muy pronto tratadas siste- vivida en la liturgia. Poniendo de re- presente en aquellos que se reúnen fidelidad en el cumplimiento de la
máticamente, como en los escritos lieve a los protagonistas de la ora- en su nombre; además lo invocamos voluntad del Padre.
de Cipriano y de Tertuliano, de Cle- ción —Dios y su pueblo—, podemos directamente como Dios y pedimos
mente Alejandrino y de Orígenes 16. captar esta triple dimensión de la al Padre el don de su Espíritu. Toda 2. CARÁCTER ECLESIAL. La ora-
En estos escritos se fijan también las misma: su sentido trinitario, con el oración presupone a Cristo activa- ción cristiana deviene lógicamente
horas de la oración cristiana, recu- papel especial que corresponde al Pa- mente presente, implicando en su ala- eclesial por varios motivos: expresa
rriendo al ejemplo de los grandes dre, a Cristo y al Espíritu; su carác- banza e intercesión a la iglesia de la el nosotros comunitario del pueblo
orantes del AT y a la tradición de ter eclesial-comunitario; su densidad que es la cabeza y a la humanidad de de Dios y del cuerpo de Cristo; se
los apóstoles. humana. la que es primogénito, según la ex- funda sobre la participación en el
La oración litúrgica de la iglesia presión de Tertuliano: "Cristo es el único bautismo y sobre la confesión
en Occidente aparece ya bien estruc- 1. ASPECTO TRINITARIO. Según sacerdote universal del Padre" (Adv. de la misma fe; aun admitiendo una
turada y clasificada en sus formas las antiquísimas fórmulas doxológi- Marc. IV, 9,9: PL 2,405). Él "une a gran variedad en las fórmulas, con-
típicas en la Tradición apostólica de cas cristianas, la oración se dirige al sí de tal manera a toda la comunidad firma el sentido de la comunión con
Hipólito. Esta obra nos ofrece un Padre, por Cristo, en el Espíritu humana, que se establece una unión la iglesia de todos los tiempos y de
esquema amplio de oración eucarís- Santo "; ella completa el sentido dia- íntima entre la oración de Cristo y la todas partes porque usa fórmulas tí-
tica, fórmulas para la ordenación del lógico de la revelación, que es mani- de todo el género humano. Pues en picas de la tradición bíblica y litúrgi-
obispo, del presbítero y del diácono. festación de Dios por Cristo en el Cristo y sólo en Cristo la religión del ca antigua; tiene el tono de universa-
Aparece en las mismas bien definida Espíritu a la iglesia (D V 2): la ora- hombre alcanza su valor salvífico y lidad y la amplitud de horizontes ca-
la oración de la comunidad y del ción actualiza la historia de la salva- su fin"20. Alcanza la eficacia de la racterísticos del pueblo de Dios;
cristiano en las diversas horas de la ción en la dimensión de respuesta a oración hecha en su nombre y la confiesa la comunión con la iglesia
jornada y se insiste en la oración de la revelación hecha por Dios con pa- universalidad de su alabanza y su celeste y la solidaridad con los anhe-
la tarde o lucernario, incluyendo una labras y obras, y culminada en el intercesión, que por medio de la los de toda la humanidad. Toda ora-
fórmula cristológica para esta hora, don de Cristo y del Espíritu (ib). iglesia asume a toda la humanidad. ción eclesial es en alguna medida ora-
que coincide con la puesta del sol ". Según el mandato y el ejemplo de El fundamento de la relación filial ción de todo el cuerpo de Cristo, es-
Aunque no podamos seguir la Jesús, la oración se dirige al Padre, con Dios sigue siendo la unión con pecialmente cuando se expresa en las
evolución de la oración eclesial a lo incluso cuando se usan términos Cristo por medio del bautismo y con asambleas locales, encarnaciones de
largo de la historia, no dejaremos de como Dios, Señor. Es el Espíritu el motivo de su presencia en medio de la iglesia universal. Al ser la dimen-
referirnos, en el momento oportuno, que suscita en nosotros esta palabra la asamblea. sión de la oración una nota caracte-
a las formas específicas de la oración y nos permite pronunciarla con auda- rística de la iglesia, los cristianos han
La posibilidad y la certeza de un dado desde los primeros tiempos es-
litúrgica, especialmente en Occiden- cia: "Ños atrevemos a decir". El Pa- diálogo con el Padre nos las ofrece pacio autónomo a las reuniones de
te, tal como fueron fijadas en el pe- dre es el manantial de todas las gra- Cristo en el don de su Espíritu, que oración como momentos para ex-
ríodo áureo de la liturgia romana l8 . cias que se piden, el término de toda viene en ayuda de nuestra debilidad presar la propia fe y confirmarla en
alabanza. En esta dimensión, la ora- e intercede por nosotros con gemi- medio del mundo.
ción se convierte en la expresión de dos inefables (Rom 8,26). El Espíritu
III. Dimensiones la condición filial del cristiano y es el vínculo de la comunión entre La oración cristiana ha tenido este
de la oración cristiana debe estar empapada de los senti- los orantes y el artífice de la oración carácter eclesial desde los orígenes
mientos característicos de la filiación unánime. En los individuos y en la porque en ella tenía lugar la confe-
A la luz de estas premisas bíblicas, divina: fe, ternura, confianza, aban- comunidad, como en un templo, el sión auténtica de la fe, la expresión de
podemos trazar una síntesis teológi- dono, empeño coherente en cumplir Espíritu suplica, alaba e intercede; la comunión orante con todos los
ca de la oración cristiana, válida la voluntad del Padre. La oración nosotros, a nuestra vez, pedimos el bautizados, la universalidad de las
para la oración litúrgica, pero indi- litúrgica educa en este teocentrismo Espíritu como don escatológico su- intenciones. Siguiendo esta eclesiali-
rectamente indicativa también para y pone al cristiano en la justa dimen- premo, más allá del cual no se puede dad es como se debe educar toda
todas las otras formas de oración. sión de religiosidad filial. obtener nada mejor. Él purifica e in- manifestación de oración en la iglesia.
Sustancialmente puede describirse la El cristocentrismo de la oración terpreta nuestra oración y nos hace
oración como el diálogo de la comu- litúrgica es evidente. Además de ser capaces de esa coherencia filial que 3. DENSIDAD ANTROPOLÓGICA.
nidad eclesial con el Padre por Cris- el maestro y modelo, Cristo es el me- es condición de la invocación de En el diálogo con Dios, la oración
to en el Espíritu Santo; este diálogo diador, el sujeto y el objeto de la Dios; toda auténtica manifestación abre ante él toda la riqueza humani-
presupone la escucha y la acogida de oración. Como mediador, ora por orante, individual p comunitaria, es taria propia del cristiano y de la igle-
fruto del Espíritu. Él, finalmente, lle- sia. Los sentimientos humanos, por
1465 Oración y liturgia
Oración y liturgia 1464
Dios que se revela y habla. Sólo en ta y madura de quien sabe mirar al
sí solos, no bastan para que haya rística IV). La historia pasada y la este sentido primordial puede hablar- otro para expresar el propio agrade-
oración; deben abrirse a Dios; vice- experiencia presente, el futuro lleno se de la oración como diálogo: no cimiento; es actitud noble del cora-
versa, una oración sin vibraciones de esperanza o amenazante entran en cuanto Dios debe respondernos, zón humano, tanto más pura cuanto
auténticas de humanidad sería fría en la relación con Dios como "tiem- sino en cuanto nosotros debemos res- más desinteresada. Esta oración de
fórmula sin contenidos. Sobre la hue- po oportuno" (kairós) e historia de ponder a Dios, que ha hablado y ha alabanza, característica del cristiano,
lla de la oración bíblica —microcos- salvación y se convierten en ocasión dicho todo en su palabra (DV2). De está presente en toda manifestación
mos de la experiencia religiosa hu- y motivo de la oración cristiana. modo muy significativo, la oración de la iglesia que ora, desde los sal-
mana— y sobre el ejemplo de Jesús, Ninguna dimensión humana perma- de la iglesia asigna un puesto cualifi- mos de agradecimiento hasta la ple-
que hace vibrar toda su humanidad nece extraña a la orarión de la cado a la proclamación y a la escu- garia eucarística, desde los cantos
en su relación orante con el Padre, iglesia que, al menos en principio, cha de la palabra, a la meditación y del NT hasta los himnos de la tradi-
la iglesia ofrece al corazón del hom- integra en sí todas las legítimas a la contemplación de las maravillas ción eclesial.
bre el instrumento de sus fórmulas, expresiones culturales que pueden en- de Dios; es una equivocación pedir
de modo que pueda interpretar los riquecerla, en la línea de la inspira- una respuesta a Dios cuando no se c) Invocación y súplica. Por par-
más ricos sentimientos propios y. ción bíblica y de la tradición litúrgi- ha escuchado antes su revelación. te del hombre y como expresión más
verter en ellas sus experiencias más ca (SC 37-39). Vale en sentido universal el principio característica de su condición de cria-
auténticas que, abiertas a Dios, se enunciado por el Vat. II, ilustrado tura, tenemos la oración de petición
convierten en oración. En el ámbito por una frase de san Ambrosio: "Re- con sus formas típicas de súplica, la-
de la específica relación cristiana con cuerden que la lectura de la Sagrada mentación, petición y epíclesis del
Dios —fe, esperanza, amor—, todos IV. Actitudes características, don supremo del Espíritu. No se opo-
formas típicas, Escritura debe acompañar a la ora-
los sentimientos humanos encuen- ción para que se realice el diálogo de ne a la alabanza, sino que es su com-
tran el modo de convertirse en co- momentos específicos plemento en la experiencia de la ne-
de la oración litúrgica Dios con el hombre, pues hablamos
munión orante: la alegría y el dolor, a Dios cuando oramos y lo escucha- cesidad y de la finitud del hombre;
la historia y el fracaso, el temor y la mos cuando leemos sus palabras" tiene de por sí un eminente sentido
confianza, el estupor y el peso del La oración específica de la iglesia (DV25). Todo momento de oración teocéntrico, en cuanto que en la pe-
pecado, todo puede devenir oración no es un vago sentimiento ni una de la iglesia reserva un espacio privi- tición se confiesa la omnipotencia y
en la alabanza, en el ofrecimiento, caótica lluvia de palabras; menos to- legiado para la escucha y la medita- el amor de Dios, de quien todo se
en la súplica, en la intercesión. davía una operación de vaciamiento ción de la palabra; de ésta están em- espera. El ejemplo de Jesús, que
interior que conduce, como en las papadas y en ella se inspiran todas suplica a Dios en la angustia, su
Obviamente, la oración cristiana técnicas orientales, a un estado con- las fórmulas de oración de la liturgia exhortación a pedir con confianza
asume todas las modalidades que fuso de comunión con Dios. La re- (SC 24). Toda auténtica oración todo al Padre, como él mismo nos
hacen completa y totalizante la ora- velación divina ofrece a la oración cristiana debe tener como punto de enseña en la oración del reino, libe-
ción con Dios: espíritu, alma, cuer- cristiana, en la palabra de Dios, el referencia la palabra de Dios. ran de todo recelo a la oración de
po, psicología y sensibilidad, gestos vehículo mismo de la respuesta: la petición, si es que hiciera falta; de
corporales de adoración o de súpli- manifestación de Dios traza las vías hecho, la confianza en Dios Padre
ca, movimientos de procesión, can- de la relación con él y disciplina la b) Acción de gracias y alabanza en la petición tiene, según -la ense-
to, danza. Las formas explícitas de manifestación de los sentimientos hu- adorante. El sentido teocéntrico de ñanza de Jesús, un complemento ló-
la comunicación vehiculan la rela- manos en relación con él. La oración la oración cristiana pone a Dios en gico en el abandono a su voluntad
ción orante y la hacen auténticamen- litúrgica es eminentemente positiva el primer lugar, su nombre, su natu- y en el compromiso de cumplirla
te participada y comunitaria: escu- y explícita, tiene una tipología ca- raleza, sus obras. Es característica para la venida de su reino. Con fre-
cha, meditación, proclamación, can- racterística plasmada por la tradi- del pueblo de Israel, de la oración de cuencia la oración litúrgica asume
to, diálogo. ción bíblica y eclesial, se expresa en Jesús y de las fórmulas de la comu- este movimiento de petición; pero
En la medida en que el hombre se momentos celebrativos propios. nidad apostólica la oración de ac- siempre en la típica forma del padre-
realiza en y es condicionado por las ción de gracias y de alabanza. A la nuestro: se invoca a Dios y se con-
dimensiones del cosmos y de la his- 1. ACTITUDES DE LA ORACIÓN. luz de la palabra de Dios, que revela fiesan sus obras para pedirle aquello
toria, éstas entran a formar parte de Sin pretender ser exhaustivos, enu- lo que es y lo que ha hecho, surge que necesitamos. Toda oración de
la oración, que asume así el tiempo, meramos algunas actitudes típicas espontáneo, en la alegría y en la li- súplica es siempre implícitamente
el espacio, las cosas, la naturaleza, de la oración cristiana tal como se bertad, un sentimiento que prorrum- petición del don escatológico supre-
las estaciones, el trabajo y el descan- expresa en la liturgia. pe en la alabanza, en la bendición, mo: el Espíritu Santo, como Jesús
so. Con frecuencia se invita a la na- en la confesión o proclamación de mismo enseña (Le 11,13).
turaleza a unirse en la oración a tra- a) La escucha de la palabra. En- las maravillas de Dios. Psicológica-
vés del hombre: "Y por nuestra voz tre Dios y su pueblo se desarrolla un mente, la alabanza es la actitud adul- d) Arrepentimiento y ofrecimien-
las demás criaturas" (cf plegaria euca- diálogo que tiene su arranque en el
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1467 Oración y liturgia
to sacrificial. Con frecuencia la ora- e) Intercesión. Orar por los
ción del cristiano y de la iglesia hace otros, haciéndose garantes con la presivo. Esta relación con la tradi- introducido las nuevas oraciones
alusión explícita a la condición de propia vida de aquello que se pide, ción explica por qué en la liturgia, a para la presentación de los dones,
pecado para expresar el arrepenti- es otro modo noble de interpelar a pesar de dejar espacio a la / creativi- inspiradas en el estilo de bendición
miento y pedir perdón; resulta así Dios. Tiene su manifestación supre- dad para un constante enriqueci- judía de los alimentos, y ha recupe-
una confesión de la santidad de Dios ma en la oración sacerdotal de Cris- miento, se permanece ligados a los rado las oraciones sobre el pueblo y
y de las culpas humanas. Desde los to cuando intercede por la humani- modelos y a las fórmulas de los me- las fórmulas deprecatorias de la ben-
salmos de arrepentimiento hasta la dad entera, ofreciendo como garan- jores momentos de la eucología. dición solemne al final de la misa.
característica invocación "Señor, ten tía su propia vida. La súplica por los Es típica la forma de la oración co-
piedad" ("Kyrie, eleison"), presente otros, desde los horizontes sin fin de Además dé la lectura de la Escri-
tura, cuya escucha sigue siendo es- mún o de los fieles, introducida en el
en todas las tradiciones litúrgicas, la la iglesia, hace de la comunidad en rito de la misa, pero que forma parte
iglesia se coloca en una actitud de oración sacramento de la humani- tructuralmente esencial a la oración
eclesial, ocupan un puesto de relieve del esquema dialógico de toda litur-
pobreza y de sinceridad que la hace dad: "La oración, en la liturgia, ex- gia de la palabra, que se convierte
grata a los ojos de Dios. todas las oraciones bíblicas: salmos,
presa los votos y los deseos de todos cánticos del AT, los tres cantos así también en liturgia de la oración.
En el mismo ámbito teológico "y los cristianos; es más, suplica a Cris- evangélicos, las composiciones del En la liturgia de las Horas nota-
psicológico se sitúa la oración de to y, por medio de él, al Padre por la NT de estilo himnográfico, la ora- mos la recuperación de las colectas
ofrecimiento, la actitud sacrificial, salvación de todo el mundo... Y así, ción del Señor. Otras formas están sálmicas, de las colectas para las di-
con la que nos volvemos a poner en no sólo con la caridad, con el ejem- completamente impregnadas de la versas horas en el ciclo ordinario, la
las manos de Dios para cumplir co- plo y con las obras de penitencia, Escritura o inspiradas en ella: antí- introducción de las preces o interce-
herentemente su voluntad, sobre sino también con la oración, la co- fonas, responsorios, versículos. siones en las laudes y vísperas, como
todo cuando tal cumplimiento lleva munidad eclesial ejercita su función Es típica de la eucología litúrgica formas típicas de bendición, invoca-
consigo el don de sí en el dolor y tal materna
21
de llevar las almas a Cris-
la / plegaria eucarística y otras ora- ción, ofrecimiento e intercesión sur-
vez también en la muerte. El ofreci- to" . Con esta oración actualizamos ciones compuestas sobre el mismo gidas de la mejor tradición eclesial,
miento como oración-acción, avala- la oración del padrenuestro, que esquema (prefacios consecratorios pese a ser un fruto maduro de la ac-
da por la oblación sacrificial de Je- pide el advenimiento del reino de para las ordenaciones [/ Orden/Or- tual etapa litúrgica.
sús, se debe hacer siempre en unidad Dios, entramos ert las intenciones sal-
denación]; la bendición del agua Aunque no posea la riqueza y va-
de intenciones y coherencia de acti- víficas de Cristo y manifestamos [/ Bautismo] y la consagración del
tudes, y se convierte en un generoso nuestra solidaridad con toda la hu- riedad que la himnografía tiene en
crisma [/ Elementos naturales], la otras familias litúrgicas, la liturgia
y noble empeño del cristiano. Sólo manidad. Pero la intercesión no bendición de los religiosos profesos
así se puede superar el paganismo debe reducirse a pura expresividad romana concede amplio espacio a
[/ Consagración de las vírgenes; cantos e himnos de composición ecle-
del oferente para aplacar a los dio- verbal o a un vago sentimiento de / Profesión religiosa]). El esquema
ses, o la vacía exterioridad que los caridad: requiere el compromiso. La siástica. Se trata de un campo poco
fundamental sigue siendo el de la ora- menos que ilimitado, por la facultad
profetas y el mismo Jesús condena- pedagogía de la iglesia en oración ción de anamnesis o proclamación y
ron en el culto judío. La oblación nos enseña que la intercesión debe concedida para sustituir antífonas,
alabanza de las maravillas de Dios, himnos y responsorios por otros
envuelve en la obediencia filial toda ser tan amplia y universal como la y de epíclesis o invocación para ob-
la existencia, hace verdadera la ala- humanidad; pero también concreta cantos idóneos, aprobados por la
tener el don del Espíritu que renueve autoridad competente. Aquí la igle-
banza, coherente la súplica, auténti- en las intenciones, en relación a las los mirabilia Dei haciéndolos actua-
co el arrepentimiento. Cristo mismo personas y a las situaciones. Así ora sia ha conocido una vasta y constan-
la iglesia en el corazón de la eucaris- les en el sacramento o sacramental. te creatividad, que ha explotado sin
elevó su oración de ofrecimiento en Este esquema se puede considerar tí-
la cumbre de la autenticidad religio- tía y, por extensión, en las preces del posibilidad de ser contenida o cana-
pico para cualquier oración de ben- lizada con la renovación posconci-
sa con su sacrificio. Cuando la igle- oficio divino y en la oración común dición y alcanza acentos líricos mag-
sia ora, presupone siempre esta co- o de los fieles, que tiene precedentes liar. Sin embargo, una auténtica
níficos en la liturgia de la luz de la eucología, para que pueda presumir
herencia de base por medio del en la exhortación de Pablo (1 Tim vigilia pascual con la proclamación
Amén que sella las fórmulas, y remi- 2,1-8) y en la oración judía de la de ser litúrgica o eclesial, -debe ob-
Tephillah. del anuncio pascual (Exsultet). servar algunos criterios fundamen-
te a esa personificación del Amén
que es Cristo en su oblación al Padre Las formas típicas de la eucología tales: inspiración verbal y conceptual
(2 Cor 1,18-20). En la plegaria euca- romana en la misa son, además de en los datos de la revelación; autén-
rística, en las preces de la mañana y 2. FORMAS TÍPICAS-DE LA ORA- los prefacios, las colectas, las ora- tica confesión de la fe católica; noble
de la tarde se explicita esta forma CIÓN LITÚRGICA. Se inspiran éstas en ciones sobre las ofrendas y después dignidad en la redacción literaria;
noble y comprometida del orar cris- la tradición bíblica y en los tesoros de la comunión. El actual rito de la viva expresión de la fe del pueblo y
tiano. de la / eucología eclesial, tanto por misa, después de haber suprimido de las riquezas culturales que pueden
su contenido como por su género ex- muchas de las antiguas apologías u asumirse en la oración cristiana.
oraciones secretas del sacerdote, ha Aunque en la creatividad y en la
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/ adaptación, las conferencias epis- lectura sigue el salmo, el evangelio formas de oración litúrgica según las toda oración cristiana personal y
copales regionales y nacionales tie- está precedido y seguido de aclama- exigencias de hoy (4). comunitaria. Tomando como último
nen su propio papel, la elección cui- ciones en honor de Cristo; su cum- punto de referencia la eucaristía, se
dadosa entre el abundante material plimiento normal es la oración co- 1. LA LITURGIA, CUMBRE Y NOR- puede afirmar con Von Allmen: "En
con criterios de dignidad, de ortodo- mún o de los fieles. La liturgia de los MA DE LA ORACIÓN CRISTIANA. D o s la medida en que las oraciones son
xia, de correspondencia con el estilo sacramentos se realiza en un clima observaciones de fondo: la liturgia connaturales con la eucaristía son
de la celebración, dependerá de las de oración; son actos de culto y de es oración; la oración litúrgica sigue específicamente cristianas"22. Cual-
asambleas concretas y de los anima- confesión de fe; el ministro y la asam- siendo emblemática para toda mani- quier manifestación de plegaria, no
dores [/ Animación] de las celebra- blea se vuelven a Dios para implorar festación orante de la iglesia. sólo debe brotar de la oración litúr-
ciones litúrgicas. la gracia del sacramento, para pre- gica como de su fuente y tender a
pararse a él adecuadamente, para a) Una liturgia auténticamente ella como a su vértice, sino que debe
Sigue siendo emblemático el crite- orada. Paradójicamente, hoy se to-
rio seguido por la liturgia romana dar gracias. El corazón de toda cele- además modelarse sobre la liturgia
bración sacramental es estructural- ma mayor conciencia de un hecho como escuela de oración del pueblo
en la actual renovación; éste se ex- de por sí evidente: la liturgia debe
presa explícitamente a propósito dé- mente una oración, un diálogo de la de Dios. Ésta es la razón por la que
iglesia con Dios; se subraya así la ser auténticamente orada. Se trata toda manifestación de plegaria —des-
la eucología del Misal Romano, en de recuperar plenamente el sentido
el Proemio (nn. 8 y 15) en los total dependencia de Dios en la con- de la mental a la devocional—, si
cesión de la gracia sacramental y la contemplativo y teologal de toda ex- quiere ser auténtica, debe partir de
OGMR: una recuperación amplia de presión litúrgica como auténtico diá-
la "tradición de los santos padres", actitud totalmente teocéntrica con la la proclamación y de la escucha de
que la iglesia debe celebrar el sacra- logo con Dios, creando el clima de la palabra y expresarse como ala-
una adaptación al lenguaje teológico fe adecuado. Esto exige recuperar
de la iglesia de hoy, tal como se ex- mento, rechazando toda tentación banza, acción de gracias, invocación
de horizontalismo en la pastoral de los ritmos de / silencio, la vibración y petición del Espíritu, oblación,
presa en el Vat. II. Una creatividad con la que nos identificamos con las
en la oración debe inspirarse en la los sacramentos, comprendida la intercesión, compromiso de comu-
Escritura y estar en contacto vivo que se reíieie a ia confesión. fórmulas de oración (que no son tex- nión con Cristo y MI misterio21.
tos para leer o recitar, sino expresio-
con la tradición de la iglesia, respe- La máxima expresión de la iglesia nes de la relación con el tú inefable
tando los contenidos y las formas en oración es la eucaristía, que tiene de Dios Padre o de Cristo Señor); 2. ORACIÓN LITÚRGICA Y DEVO-
propias de una y otra. como centro la plegaria eucarística, comporta del mismo modo la ani- CIONES. Entre las expresiones de ora-
fuente y norma de toda manifesta- mación con el / canto, para hacer a ción de la comunidad eclesial ocu-
3. MOMENTOS DE LA IGLESIA EN ción de la iglesia orante; ella no es la / asamblea auténticamente oran- pan un puesto de relieve los ejerci-
ORACIÓN. Toda / celebración litúr- sólo una presentación de grandes te, implicándola en los sentimientos cios piadosos con los que se celebran
gica es esencialmente oración, en temas teológicos insertados en la más profundos y en la expresividad algunas devociones propias de la
cuanto que participa en el diálogo acción sacramental que hace presen- de los / gestos más adecuados. Una / religiosidad popular. Históricamen-
santificante y cultual que es la litur- te al Señor y su sacrificio; expresa liturgia auténticamente festiva y po- te nacieron fuera de la liturgia; y, en
gia. De hecho, el culto divino se des- sobre todo los sentimientos más pular, igual que una celebración so- ocasiones, en contraste con ella, casi
arrolla como oración y tiene mo- nobles de la oración cristiana —ac- bria, tienen como medida de auten- como una alternativa de liturgia po-
mentos culminantes de diálogo con ción de gracias, epíclesis, oblación, ticidad la profundidad de los senti- pular contrapuesta a una liturgia cle-
Dios, dosificando en un rica varie- intercesión— suscitados por el Espí- mientos que son capaces de suscitar rical. El fixismo litúrgico postriden-
dad las diversas actitudes y la plura- ritu. y vehicular. Una adecuada / anima- tino no consiguió reabsorberlos; an-
lidad de las fórmulas. ción puede despertar sentimientos tes bien, fue justamente en el período
religiosos adormecidos, sugerir au- de la contrarreforma católica cuan-
Un momento típico de oración y do experimentaron su máximo des-
de culto es la / liturgia de las Horas, V. Orientaciones pastorales ténticos momentos de oración con-
templativa, educar en el diálogo con arrollo y prendieron fuertemente en
que da amplio espacio a la medita- el pueblo. El Vat. II ha admitido su
ción de la palabra, a la oración de Las premisas bíblicas y teológicas Dios, que después se prolongará más
allá del momento litúrgico. legitimidad y validez pastoral (SC
los salmos, a la acción de gracias y a (/ supra, II y III) nos llevan a des- 13). Desde el punto de vista teológi-
la intercesión; ella es por excelencia brozar una serie de temas colaterales co subrayan ciertos aspectos funda-
la liturgia de la oración en la iglesia. a la oración a modo de orientaciones b) Norma de toda oración cris- mentales de la fe o de la vida cristia-
También el esquema de la liturgia de pastorales. Dentro del amplio aba- tiana. La oración litúrgica, con su na (pasión, eucaristía, María, los san-
la palabra durante la eucaristía es de nico de cuestiones elegimos tres: ca- inspiración bíblica, con sus dimen- tos, los difuntos), pero con algún
por sí dialógico y supone la presen- rácter emblemático de la oración li- siones teológicas (trinitaria, eclesial, riesgo de aislarlos del conjunto del
cia de la oración, por lo que no de- túrgica (1), su relación con las otras antropológica), con sus actitudes misterio cristiano y de las fuentes ge-
bería olvidársele nunca con el pre- formas de oración en la iglesia de características, con sus fórmulas nuinas de la piedad (biblia y litur-
texto de la catequesis; de hecho, a la hoy (2 y 3), la posibilidad de nuevas propias, sigue siendo modelo de
1471 Oración y liturgia
Oración y liturgia 1470
Este fenómeno, del que tal vez análogamente, el esqucnwi tic l:i li-
gia). A nivel celebrativo, las devo- logía cristiana iluminada por el ma- sólo hemos destacado los extremis- turgia de las Horas, aunque pueda
ciones apuntan a la repetición de gisterio para construir formas de mos opuestos, pone de manifiesto ser Indicativo, no puede ser propues-
fórmulas de oración muy conocidas; celebración adecuadas, que tengan una fuerte necesidad de oración co- to rígidamente como única opción
el peligro de deformación, no hipo- en cuenta también las diversas an- munitaria, una búsqueda de nuevos para una asamblea eclesial orante.
tético, sino real, puede venir por la tropologías culturales. espacios para reflexionar juntos so- El recurso a la iglesia primitiva o a
introducción incontrolada de fórmu- Personalmente considero que in- bre los acontecimientos y orar en las comunidades paulinas como mo-
las de dudosa consistencia teológica sertando estos ejercicios piadosos en torno a ellos, una tendencia a encar- delos de oración sería reductivo, si
- alejadas del genuino espíritu bíblico una celebración oracional que se ins- nar con más fuerza la oración en la se quisiera fundar sobre ellas exclu-
y de las fórmulas de la oración ecle- pire en los esquemas de la liturgia y vida. Esta demanda evidencia que sivamente la teología de la oración
sial. No es, pues, extraño que el Vat. siga su espíritu, tenemos una autén- no son suficientes o adecuados los de las horas: los textos hablan sobre
II haya auspiciado su renovación a tica expresión oracional de la comu- momentos clásicos de la oración li- todo de reuniones de oración, de igle-
partir de la liturgia: "Es preciso que nidad eclesiástica, susceptible de ser túrgica, y menos aún los tradiciona- sia en oración, con una extensión
estos mismos ejercicios se organicen reconocida como tal por la iglesia26. les ejercicios de piedad- ¿Es posible muy amplia y con características que
teniendo en cuenta los tiempos litúr- encontrar espacios nuevos de ora- no pueden reducirse al esquema ce-
gicos, de modo que vayan de acuer- 3. ORACIÓN LITÚRGICA Y CELE- ción para los grupos eclesiales? Ob- lebrativo actual. Si la oración de las
do con la sagrada liturgia, en cierto BRACIONES MODERNAS. Además de viamente esta pregunta no incide en horas puede ser emblemática, no pue-
modo deriven de ella y a ella con- la persistencia de los ejercicios de pie- la centralidad de la liturgia, que, por de sin embargo tener el monopolio
duzcan al pueblo, ya que la liturgia, dad, hoy debemos poner de relieve el contrario, debe respetarse para no de la oración eclesial y excluir todas
por su naturaleza, está muy por la presencia de variadas formas de perturbar sus esquemas celebrativos. las posibilidades de una oración co-
encima de ellos" (SC 13)24. celebraciones comunitarias de la Y no es tampoco una crítica contra la munitaria-eclesial a la que pueda
liturgia de las Horas, que sigue sien- aplicarse toda la teología expuesta
En el período posconciliar se han oración. Los protagonistas son los do expresión privilegiada de la igle-
hecho laudables intentos de renova- jóvenes, especialmente los de los di- en el citado documento, exceptuada
sia en oración, aunque no se haya la especificidad de la consagración
ción, aunque faltan todavía una teo- versos grupos del despertar espiri- hecho (y, quizá, no llegará nunca a
logía más profunda de los ejercicios tual conciliar. El fenómeno es más del tiempo en determinadas horas de
bien reciente, y se refiere a los que ser) popular. No es una alternativa la jornada. Sobre la base de la teolo-
de piedad y normas autorizadas de lo que se.busca, sino más bien una
aplicación del texto conciliar arriba podríamos llamar "cristianos del gía de la oración de la iglesia allí
Vat. II". Teológicamente, las cele- nueva posibilidad, sobre la-base de expuesta, a los esquemas celebrati-
citado. Me parecen oportunas en dos presupuestos. El primero es teo-
este campo las orientaciones dadas braciones de oración oscilan entre el vos y a los elementos característicos
fundamentalismo bíblico, con una lógico: el reconocimiento (auspicia- con los que la iglesia ora se les abren
por Pablo VI en la exhortación do) de la oración comunitaria como
apostólica Marialis cultus (2-2-1974) fuerte referencia a la palabra de muchas posibilidades de asambleas
Dios (celebraciones neocatecumena- auténtica oración eclesial y no sólo de oración', que con derecho propio
para la renovación en general del como espacio devocional, aunque de
culto mariano; tales orientaciones, a les, asambleas de oración de la reno- pueden considerarse teológicamente
vación carismática), y el horizonta- estilo moderno; el segundo es la pre- eclesiales, incluso si no se refieren a
pesar de ser de naturaleza doctrinal, sencia de un esquema válido que pue-
pueden encontrar una adecuada lismo político (una oración fuerte- la santificación del tiempo.
mente inserta en la situación política da garantizar la autenticidad de es-
concreción celebrativa ": a) el crite- tas celebraciones como genuinas Esta propuesta teológica satisface
rio bíblico: inspiración y propuesta y social). Tampoco en estos nuevos
fenómenos faltan peligros y desvia- oraciones cristianas, sin peligro de una necesidad y una praxis ya en
de celebraciones a partir de la Escri- subjetivismo o de instrumentaliza- acto. Hoy existen muchos grupos
tura; b) el criterio litúrgico: acudir ciones: en algunos casos por excesi-
ción política. eclesiales que prefieren orar juntos
abundantemente a la teología litúr- vo subjetivismo en la interpretación sin tener que seguir el esquema de la
gica y a los elementos eucológicos de la Escritura; en otros, por la po-
litización de la oración o por las du- liturgia de las Horas, porque lo con-
de la iglesia; c) el criterio ecuménico: 4. HACIA NUEVOS ESPACIOS DE sideran inadecuado para colmar to-
respeto a las posiciones de los her- dosas doctrinas expresadas en las fór-
ORACIÓN LITÚRGICA. Una atenta lec- dos sus deseos o no expresivo de la
manos separados al respecto, sin re- mulas 27. Los esquemas celebrativos
tura de la teología de la oración de experiencia de oración que preten-
nunciar a las legítimas tradiciones de son tal vez más congruentes con la la iglesia, tal como viene delineada den realizar. Piénsese en los grupos
la iglesia católica y utilizando en al- liturgia: lectura de la palabra de en los números iniciales de la Orde- de niños, en los jóvenes comprome-
guna ocasión las fórmulas de ora- Dios, salmos, oraciones de interce-
nación general de la liturgia de las tidos, en una comunidad rural o un
ción propias de otras confesiones, sión; pero se concede también un es- Horas, confirma que apriori no pue- grupo de indígenas de África. Tén-
como ya se hace en las celebraciones pacio a la lectura de los periódicos, de hablarse de una iglesia que ora gase en cuenta que éstos quieren
de oración por la unidad de los cris- a la comunicación de testimonios, a
solamente en función de la consa- orar sobre un determinado tema ca-
tianos; d) finalmente, el criterio an- otros gestos expresivos (ayuno, mar- gración y santificación del tiempo; tequético, sobre un acontecimiento
tropológico: partir de una antropo- cha, mimos).
Oración y liturgia 1472 1473 Oración y liturgia
que hay que iluminar, sobre un ca- cho (/ supra, IV, 3), podría hacerse con el uso de subsidios audiovisuales der, Barcelona 1969, 63ss — " A. Hamman,
mino de evangelización hecho no el momento orante más rico y explí- pertinentes [/ Mass media]. La preghiera, Herder, Barcelona 1967,442ss —
12
sólo proclamando la palabra de cito asignando espacios a la acción Se abre así, junto a la oración li- 15
Ib, 45-60 — " Ib, 101-109 — " Ib, 160ss —
Dios, sino orándola; se trata de co- de gracias, la alabanza o la interce- Ib, 128-133 — l6 Ib, 319-338 — " Ib, 272-
túrgica y en íntima dependencia de 294 — l8 Para una información rica en torno a
munidades que quieren hacer una sión en conexión con el tema de la ella, una nueva oportunidad de cele- la eucología de la iglesia y su evolución, cf E.
experiencia de oración para discer- celebración, con la posibilidad de in- bración y de pedagogía en la oración Lodi, Enchiridion... (nota 7) — " C. Vagaggi-
nir, a la luz de la palabra, la volun- sertar gestos significativos (ofrenda cristiana. No podemos limitarnos a ni, El sentido teológico de la liturgia, BAC, Ma-
tad de Dios. Añádase que hoy se sien- de dones, compromisos de vida, drid 19652, 189ss — 20 PNLO 6 — 2' PNLO
la búsqueda de nuevas formas de ce- 17 — 22 J J . von Allmen, Saggio sulla cena del
te una fuerte necesidad de creativi- abrazo de paz, etc.). El mismo es- lebración. Es preciso unir vida y ora-
dad litúrgica, que, por un lado, no quema estructural de la liturgia de Signore, Ave, Roma 1968, 180 — " Sobre la
ción, a fin de que ésta se mantenga a relación entre oración litúrgica e individual, con-
puede ser indiscriminadamente ver- las Horas (himno, salmodia, lectura la altura de su genuina naturaleza de templación, vida mística, remitimos a lo escrito
tida en las celebraciones eucarísticas de la biblia, oración)2* —segundo actualización del diálogo con Dios precedentemente: J. Castellano, Liturgia, en Dic-
y sacramentales y, por otro, tiene camino— es susceptible de adapta- en cuanto respuesta vital a la histo- cionario de espiritualidad, t. II, Herder, Barce-
muchas posibilidades de expresarse, ciones o modificaciones y de enri- lona 1983, 494ss — 24 Dos óptimos trabajos: S.
ria de salvación. Es, de hecho, ca- Marsili, Liturgia e devozioni tra storia e teolo-
en el ámbito de las celebraciones de quecimientos, con el fin de hacer racterística esencial de la oración gía, en RL 63 (1976) 174-198; D. Sartore, //
la palabra y de la oración. Además, más viva y participada la oración en eclesial —lo hemos mencionado re- rinnovamento delle forme devozionali, en RL
parece necesario que las comunida- función de un tema o de un aconte- petidamente— la actualización de 63 (1976) 199-210; cf nuestra contibución: Li-
des eclesiales recuperen esa dimen- cimiento sobre el que se quiere orar. esa misteriosa dimensión delpascha- turgia e pietá popolare oggi, en VV.AA., La
sión de la iglesia naciente que era la Es importante que toda celebra- le mysterium, que es el diálogo entre
religiositá popolare. Valore spirituale permanen-
oración comunitaria, más allá y te, Teresianum, Roma 1978, 121-148 —
ción acuda abundantemente a la Es- el Padre y el Hijo en el Espíritu para 25
Marialis cultus, 29-37 — 26 J. Castellano,
como complemento y preparación critura, siguiendo en la elección de el cumplimiento de la salvación del a.c. (nota 24), 141ss —27 Son expresivas al res-
de la liturgia eucarística, para expre- los textos de las lecturas los criterios mundo. pecto las nuevas expresiones de oración formal:
sar y reforzar la fe, para crecer jun- usados por la iglesia en los lecciona- D. Sartore, Nuove raccolte eucologiche, en
tos en la experiencia de Dios. [/ Religiosidad popular, II, 2-4; VV.AA., La preghiera della chiesa, Dehoniane,
rios; la palabra puede llevarse a una / Devociones y liturgia]. Bolonia 1974, 251-260; cf también Id, Proble-
La posibilidad de reconocer el es- amplia reflexión comunitaria que mática della preghiera e liturgia delle ore, en
tatuto litúrgico a estas asambleas de suscite la oración del grupo. Para la VV.AA., Esperienza cristiana della preghiera,
oración es hoy objeto de investiga- oración explícita (himnos, doxolo- Milán 1978, 11-24 — 28 En esta línea se expre-
NOTAS: ' Sobre ei fenómeno universal de la sa S. Marsili, Liturgia e non liturgia, en Anam-
ción por parte de algunos liturgistas. gías, acción de gracias...) siempre se oración: Lapreghiera dell'uomo. Antología del- nesis I, La liturgia momento nella storia della
Aquí, como en el caso de las cele- puede recurrir al tesoro eucológico ta preghiera di tullí i tempi e di tutu ipopoli (dir. salvezza, Marietti, Turín 1974, 137-156 —
braciones de la palabra (tan difundi- de la iglesia universal, o bien crear por A.M. di Ñola), Guanda, Parma 19632; La " PNLO 33.
das en América Latina) nos encon- oraciones espontáneas surgidas del preghiera (por R. Bocassino), 3 vols. Ancora-
tramos frente a una celebración li- sensus ecclesiae, en el que debe ser Coletti, Milán-Roma 1966 — 2 Sobre la ora- J. Castellano
ción en el mundo secularizado: F. D'Hoogh, La
túrgica cuando: a) una comunidad educada toda comunidad, que ha de oración en una sociedad secularizada, en Con
eclesial (en comunión de fe y de aprender a orar en la escuela de la 1969/49, 359-375; G. Gevaert, Pregare oggi. La
amor con la iglesia universal y con iglesia. La creatividad puede encon- preghiera di domando nella cilla secolarizzata, BIBLIOGRAFÍA: Aldazábal J., Claves para la
sus pastores), b) celebra el miste- trar formas adaptadas y nobles, en La preghiera cristiana (dir. por E. Ancilli), oración, "Dossiers del CPL" 12, BSrc"81ona
rio de Cristo, c) según los esque- auténticamente religiosas y fuerte- Teresianum, Roma 1975, 172-220 — 3 Para 1981; Aldazábal J.-Colomer R., La oración en
mente enraizadas en la realidad so- una primera documentación sobre el fenómeno los grupos juveniles, en "Misión Joven" 25
mas y fórmulas de la liturgia de la del despertar espiritual: Movimientos del "des- (1978) 9-24; Aroztegui F.X., La oración en la
iglesia28. cial o cultural, que ha de insertarse pertar religioso", en Con 1973/89 (número mo- Regla de san Benito, en "Oración de las Horas"
A nivel celebrativo son dos los ca- en el clima de oración. nográfico); una reseña de las distintas técnicas 6 (1983) 178-182; Baroffio B., Oración, en DTI
de la meditación en Alia ricerca di Dio. Tecni- 3, Sigúeme, Salamanca 1982, 666-679; Bouyer
minos abiertos ya por la iglesia para Dentro de este amplio esquema che della preghiera (dir. por E. Ancilli), Tere- L., Introducción a la vida espiritual, Herder,
estos nuevos espacios de oración. El pueden revaluarse y, en su caso, pu- sianum, Roma 1978 — 4 A. González Núñez, Barcelona 1964; Fernández P., Teología de la
primero son las celebraciones de la rificarse, evangelizarse y elevarse mu- Priére, en DBS VIII (1968) 566-585 - ! Ih, oración litúrgica, en "La Ciencia Tomista" 107
palabra (¡liturgia de la palabra!) con chas expresiones de religiosidad po- 585-604 — 6 Évéque Cassien, La priére dans le (1980) 355-402; Fernández de la Cuesta I., La
fin catequético o como suplencia pas- pular, ejercicios piadosos o nuevas Nouveau Tesíament, en Cassien-B. Botte, La oración litúrgica frente a la creatividad, en "Li-
priére des heures, Cerf, París 1963, 17-42 — turgia" 254 (1971) 198-223; Hamman A., La
toral de la celebración eucarística allí manifestaciones religiosas de hoy ' Una relación de textos eucológicos del NT en oración, Herder, Barcelona 1967; Oraciones de
donde, en ausencia del sacerdote, que congenian con el hombre mo- E. Lodi, Enchiridion euchologicum fontium li- los primeros cristianos. Rialp, Madrid 1956;
se distribuye sólo la comunión en derno o con los jóvenes de nuestra turgicorum, Ed. Liturgiche, Roma 1979, 78- Háring B., Oración, en NDE, Paulinas, Madrid
/ asambleas (dominicales) sin pres- sociedad. La evangelización y la ca- 86 — * Una breve y eficaz síntesis sobre la ora- 1979, 1015-1024; Hernández L., Oficio divino y
bítero. Aunque la liturgia de la pala- tcquesis pueden llevarse a una autén- ción de Jesús se encuentra en Principi e norme oración personal, en "Phase"34(l966) 316-327;
per la liturgia delle ore (PNLO), nn. 3-4 — Goenaga J. A., Oración litúrgica y acciones ecle-
bra es ya oración, como hemos di- tica celebración de oración, incluso " PNLO 1; 5 — l0 L. Bouyer, Eucaristía, Her- siales, en "Revista Agustiniana de Espirituali-
1474 1475 Orden/Ordenación
Orden/ Ordenación
de la iglesia, su relación con los di- Vat. II. Se habla sobre todo del or-
dad" 17 (1976) 247-279; Gomis J., Oración y I. Perspectiva eclesial versos grados y carismas en los que den de los obispos: "El cuerpo epis-
ministerio, en "Phase" 65 (1971) 435-446; Gon- se articula y vive, se manifiesta y ex-
zález A., La oración en la Biblia, Cristiandad, El Vat. II, como todos los grandes copal, que sucede al colegio de los
Madrid 1968; Guerra A., Oración en un mundo pande. La exposición, insertándose apóstoles en el magisterio y en el ré-
acontecimientos de la historia y de en el debate eclesial, intenta aportar
secularizado, Paulinas, Madrid 1973; Guerra S.,
la vida de la iglesia, fue un punto de gimen pastoral, más aún, en el que
Yoga, zen y oración cristiana, en "Phase" 93 una contribución específica, es decir, perdura continuamente el cuerpo
(1976) 215-225; Jeremias J., La plegaria coti- llegada y, a la vez, un punto de par- exponer la doctrina del orden a par-
diana en la vida del Señor y en la Iglesia primi- tida en la toma de conciencia que la apostólico, junto con su cabeza el
tiva, en Abba. El mensaje central del N.T., Si- tir de la liturgia. Esto confiere al romano pontífice y nunca sin esta
iglesia realizó de sí misma y de sus tema un valor privilegiado: la litur-
gúeme, Salamanca 1981, 75-89; Llopis J., Pedir propios componentes. Uno de los ele- cabeza, es también sujeto de la su-
es comprometerse, PPC, Madrid 1982; Metz gia, de hecho, en sus símbolos y en prema y plena potestad sobre la igle-
J.B.-Rahner K., Invitación a la oración, Sal Te- mentos fundamentales en los cuales
los documentos del concilio señala- sus textos, parte sobre todo de la sia universal" (LG 22). Se habla del
rrae, Santander 1972; Nieto T., El mensaje bí- Sagrada Escritura, refleja los princi- orden de los presbíteros: "Ya más de
blico de la oración, en "Liturgia" 253 (1971) ron un desarrollo de la autoconcien-
109-125; Nocent A., La "oratiofidelium", en G. cia y una explicitación de la doctri- pales pensamientos y enseñanzas de una vez ha recordado a todos este
Barauna, La sagrada liturgia renovada por el na, junto con el tema del pueblo de la gran tradición de los padres, del sacrosanto concilio la excelencia del
concilio, Studium, Madrid 1965, 551-574; Oña-
Dios y de su dignidad, fue el minis- magisterio y de los doctores de la orden de los presbíteros en la iglesia.
tibia I., Movimientos de meditación con técni- iglesia y produce una síntesis y uni- Sin embargo, como a este orden se
cas orientales y oración cristiana, en "Phase" terio sacerdotal, sobre todo el de los
obispos, a cuya luz se expuso tam- dad vital a partir de estas múltiples y le asignan obligaciones de la máxi-
112 (1975) 289-298; Pascual de Aguilar J.A., La
oración litúrgica en la vida consagrada, en bién el de los presbíteros y diáconos. diferentes aportaciones. Además, la ma importancia, y cada día por cier-
"Manresa"45 (1973) 15-26; Peters J., La pluri- Esta reflexión doctrinal y vital trajo liturgia no es principalmente doctri- to más difíciles, ha parecido cosa
formidad de la oración única, en "Concilium"
un gran despertar, una gran renova- na o ciencia, sino sobre todo acción, muy útil tratar más despacio y más
52 (1970) 186-196; Ramis G„ La plegaria de la
ción, que, como siempre sucede, en- vida, experiencia, creación, eficacia. a fondo de los presbíteros" (PO 1).
Iglesia, plegaria memorial, en "Ephemerides Li- Se habla del orden del diaconado:
turgicae" 94 (1980) 113-144; Sanz X, Carácter contró su verdadera y auténtica sa- En la liturgia, la palabra de Dios no
comunitario de la oración litúrgica y su supe- via en la vuelta a los orígenes, en la es sólo proclamada y explicada, sino "Restaúrese el orden del diaconado
rioridad a la oración privada, en "Liturgia" 14 revalorización de las fuentes. Pién- también realizada. La liturgia repre- como estado permanente de vida
(1959) 67-74; Sklba R.J., Obispo, plegaria y es-
sese en la enorme importancia de la senta el momento culminante de la donde lo crean oportuno las confe-
piritualidad, en "Phase" 142 (1984) 374-384;
/ reforma litúrgica, en gran parte ya eficacia de la palabra; todo el hom- rencias episcopales" (AG 16). Se ha-
Sudbrack J., Oración, en SM 5, Herder, Barce- bla de los tres órdenes a la vez: "El
lona 1974, 1-18; W.AA., Problemas de la ora- realizada, aunque todavía en curso, bre y en todas sus dimensiones que-
ción, en "Phase" 60 (1970) 537-565; W.AA., en la que ha tenido un gran influjo el da implicado en ella. Por esto crea ministerio eclesiástico, de institución
La oración de petición, ib, 117 (1980) 179-198. estudio de la antigüedad, conside- una situación vital única, y repre- divina, es ejercido en diversos órde-
Véase también la bibliografía de Liturgia de las
rada no desde una perspectiva ar- nes por aquellos que ya desde an-
Horas, Plegaria eucarística y Salmos.
senta una forma completa de ali- tiguo vienen llamándose obispos,
queológica, sino con sensibilidad mentar la fe incluso desde el punto
existencial y actualizadora. En el fer- presbíteros y diáconos" (LG 28). Se
de vista doctrinal y catequético. Tra- habla del sacramento del orden:
vor generado por el acontecimiento tanto de la catequesis, el documento
conciliar nació también una amplia "Enseña el santo concilio que en la
emanado de la cuarta asamblea ge- consagración episcopal se confiere la
y profunda discusión sobre el tema neral del sínodo de los obispos de
del sacerdocio ministerial respecto a plenitud del sacramento del orden...
1977 expone este aspecto bajo la voz Pertenece a los obispos incorporar,
ORDEN/ORDENACIÓN la distinción de sus grados: episco- memorial: "Es otro aspecto clave de
pado, presbiterado y diaconado, y a por medio del sacramento del orden,
la acción de la iglesia: ella recuerda, nuevos elegidos al cuerpo episcopal"
la especificidad y variedad de sus fun- conmemora, celebra en memoria del
SUMARIO: 1. Perspectiva eclesial - II. Los tér- ciones. Todas las especialidades teo- (LG 21). "El obispo, por estar reves-
minos "orden", "ordenación", "ordenar" - 111. Señor Jesús, realiza la anamnesis. tido de la plenitud del sacramento
Fundamentos bíblicos del rito de la ordena- lógicas y todas las ciencias humanas En efecto..., la catequesis empalma
ción - IV. La ordenación en la iglesia antigua y se vieron envueltas en el debate, des- del orden, es el administrador de la
a lo largo de la historia - V. La ordenación de de esta manera con toda la acción gracia del supremo sacerdocio" (LG
de la exégesis a la teología dogmáti- sacramental y litúrgica" '. La presen-
diácono, de presbítero y de obispo en el rito
ca, la liturgia, la psicología y socio- 26). "Los presbíteros..., en virtud del
latino actual: 1. Descripción y significado de los te exposición se inspira precisamente sacramento del orden, a imagen de
ritos: a) Ritos de introducción o preparación, logía religiosas. en este criterio metodológico.
b) El rito central, c) Ritos de explicación; 2. Cristo, sumo y eterno sacerdote, han
Estructura y doctrina de las oraciones: a) Ora-
Tratar el tema orden ¡ ordenación sido consagrados como verdaderos
ción de ordenación de diácono, b) Oración de sacerdotes del NT para predicar el
ordenación de presbítero, c) Oración de orde- significa, por tanto, entrar en lo más II. Los términos "orden",
nación de obispo - VI, Problemática teológica y vivo de la actualidad eclesial en lo "ordenación", "ordenar" evangelio, apacentar a los fieles y ce-
celebración litúrgica: 1. La relación entre las
referente al problema general del sa- lebrar el culto divino" (LG 28). "Los
funciones ministeriales; 2. La relación entre el El vocabulario orden, ordenación, sacerdotes del NT... por razón del
orden de los obispos y el orden de los presbíte- cerdocio ministerial, su derivación
ros; 3. La celebración litúrgica. de Cristo, su situación en el interior ordenar aparece muchas veces en el
Orden/ Ordenación 1477 Orden/Ordenación
1476
sacramento del orden desempeñan noción de orden sacramental. Aná- En el AT era sobre todo un gesto 24,50-51). En la iglesia apostólica,
un oficio excelentísimo y necesario logamente, los términos ordenación de bendición; los patriarcas impo- además de a la curación de los enfer-
de padres y maestros en el pueblo de y ordenar, que designaban en la an- nían las manos a sus hijos como un mos, la imposición de las manos de
Dios y por el pueblo de Dios" (PO tigua Roma el nombramiento de los eficaz augurio para invocar sobre los apóstoles está ligada a los ritos
9). "Por el sacramento del orden los funcionarios, pasaron a indicar en la ellos todo bien (cf Gen 48,14); los de iniciación cristiana como signo
presbíteros se configuran con Cristo literatura cristiana la elección y co- sacerdotes imponían las manos so- del don del Espíritu Santo; a los nue-
sacerdote como ministros de la ca- locación de las personas en el ejerci- bre el pueblo para bendecirlo; des- vos creyentes los apóstoles "les im-
beza" (PO 12). Se habla de la orde- cio de un cargo: el orden eclesiástico. pués de su consagración sacerdotal, pusieron las manos y recibieron el
nación: "Los presbíteros, constitui- El ingreso en un orden que compor- "levantando las manos, Aarón ben- Espíritu Santo" (He 8,17). Después
dos por la ordenación en el orden ta funciones y tareas litúrgicas era él dijo al pueblo" (Lev 9,22). La impo- del bautismo de algunos, "cuando
del presbiterado, se unen entre sí por mismo una liturgia; por tanto, el tér- sición de las manos era un gesto de Pablo les impuso las manos, descen-
íntima fraternidad sacramental" (PO mino ordenación se usó para signifi- identificación: los sacerdotes impo- dió sobre ellos el Espíritu Santo"
8). Se usa además el verbo ordenar: car este momento ritual, litúrgico, nían las manos sobre el animal des- (He 19,6)'.
"Cuando se invita a los presbíteros- sacramental durante el cual tiene lu- tinado al sacrificio para expresar la El gesto de imponer las manos
asistentes [a la ordenación] a impo- gar una investidura sacra 2 . Esta ter- identidad entre el oferente y la vícti- como comunicación de un cargo se
ner las manos, junto con el obispo minología ha sido reasumida hoy en ma y así consagrarse a sí mismos a encuentra también en el judaismo
ordenante, sobre el nuevo elegido" el vocabulario de los documentos Dios (cf Ex 29,10; Lev 3,2.8; 4,4). contemporáneo de Jesús y de la igle-
(PO 8). magisteriales y litúrgicos: en los tres Era el gesto de la concesión de un sia apostólica. Se trata de la investi-
órdenes del diaconado, presbiterado cargo; es célebre el texto: "El Señor dura de los rabinos judaicos y de los
y episcopado se ingresa mediante el respondió a Moisés: 'Toma a Jo- jefes de las diversas comunidades ju-
Este vocabulario, orden, ordena- sué..., pon tu mano sobre él... y le
ción, ordenar, ampliamente usado sacramento del orden que se confiere daicas de Palestina y de la diáspora,
con la ordenación \ Teniendo pre- comunicarás parte de tu autoridad, que se relacionaba precisamente con
por el último concilio, por los docu- para que le preste obediencia toda la
mentos del magisterio y por los li- sente el significado de este vocabula- la transmisión de la autoridad y de
rio, actual y antiguo, nos remonta- comunidad de los hijos de Israel'" la función hecha por Moisés a Josué.
bros litúrgicos sucesivos, tiene su (Núm 27,18-20). "Josué estaba lleno
origen en la antigüedad. La palabra mos a los fundamentos bíblicos de Después, en esta transmisión se sus-
la realidad designada con el término del espíritu de sabiduría porque tituyó el rito de la imposición de las
orden era usada en las instituciones Moisés le había impuesto las manos.
de la antigua Roma para indicar cla- orden-ordenación. manos por una simple proclamación
A él obedecieron los hijos de Israel" de la dignidad y del deber del rabino
ses sociales determinadas, es decir, (Dt 34,9). Aquí el gesto significa la
los senadores y caballeros, en cuanto o del jefe 5 .
transmisión de la propia tarea y, al
que se distinguían del pueblo. Fuera III. Fundamentos bíblicos tiempo, la habilitación para llevarla También en la iglesia apostólica el
de Roma, en las colonias, la palabra del rito de la ordenación a cabo mediante el don del Espíritu gesto de imponer las manos así here-
orden indicaba el conjunto de aque- de Dios. dado se utilizó para comunicar un
llos a quienes estaba confiado el go- La constante tradición de la igle- ministerio. Para el servicio de las
bierno de los asuntos públicos. Esta sia muestra que el ingreso en un de- En el NT estos valores de la impo- mesas los miembros de la comuni-
relación entre orden y pueblo ofrece terminado orden y su otorgamiento sición de las manos se mantienen. dad eligieron siete hombres y "los
al lenguaje cristiano de los comien- (tratamos aquí de los tres órdenes, Jesús imponía las manos sobre los presentaron a los apóstoles," los cua-
zos una analogía para expresar la episcopal, presbiteral y diaconal, de- enfermos como signo, junto con su les, después de orar, les impusieron
distinción del clero en el seno del jando los cargos inferiores que en el palabra llena de autoridad, de cura- las manos" (He 6,6). Conviene dete-
pueblo de Dios. Después la palabra pasado recibieron también el nom- ción (cf Mt 9,18; Me 6,5; Le 13,13). nerse en el caso de Timoteo, al que
orden designa también los diferentes bre de órdenes) se efectúa mediante Según su mandato y por su autori- se alude en dos ocasiones en las car-
grados de la jerarquía: orden de los un rito consistente en el gesto de la dad, los suyos "pondrán sus manos tas pastorales. Escribe san Pablo a
diáconos, orden de los presbíteros, imposición de las manos del minis- sobre los enfermos y éstos sanarán" Timoteo: "No seas negligente res-
orden de los obispos. El término tie- tro sobre la cabeza de los candida- (Me 16,18). Jesús impuso las manos pecto de la gracia que hay en ti, que
ne un significado colegial; no se trata tos, acompañado de una oración que como signo de bendición a los niños te fue conferida en virtud de la pro-
de recibir un orden, sino más bien expresa y determina su significado. (cf Me 10,16) y a sus mismos discí- fecía con la imposición de las manos
de entrar en un orden. En los sucesi- Este rito no aparece como instituido pulos en el momento de subir al cie- de los presbíteros" (1 Tim 4,14).
vos desarrollos del tema, especial- y establecido por Jesucristo, pero lo; el tercer evangelio concluye pre- "Por esta causa te amonesto que re-
mente en la escolástica medieval, se tiene sus orígenes en el mundo bíbli- sentando esta actitud sacerdotal del vivas la gracia de Dios, que te fue
perdió este significado colegial, y en co. La imposición de las manos Señor: "Y alzando las manos los conferida por la imposición de las
la elaboración del tratado teológico muestra una variedad de signifi- bendijo. Y mientras se alejaba de manos. Pues no nos ha dado el Se-
de los sacramentos se desarrolló la cados. ellos e iba subiendo al cielo" (Le ñor espíritu de temor, sino de forta-
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leza, de caridad y de prudencia" con los valores expresados por la Sa- sido restablecido íntegramente por la iglesia. Evocando el episodio bí-
(2 Tim 1,6-7). Se alude en estos dos grada Escritura, como signo del don Pablo VI para la liturgia latina, el blico de la institución de los setenta
textos al acto solemnemente rea- del Espíritu Santo para la habilita- comentario lo haremos a continua- ancianos, comprende al presbítero
lizado sobre Timoteo, cuyos compo- ción al cumplimiento de un cargo ción, cuando tratemos del rito latino como miembro de un colegio que
nentes son la imposición de las ma- que se confía y transmite: comunica- actual 7 . Después de la ordenación, asiste al obispo en el gobierno del
nos de Pablo y del colegio presbite- ción de gracia, de misión, de funcio- el nuevo obispo recibe el beso de la pueblo cristiano. En los primeros
ral y la palabra profética, que tienen nes, de autoridad. paz y preside la concelebración de la tiempos, en efecto, los presbíteros,
como efecto la comunicación de un eucaristía. como consejeros del obispo, vivían
carisma estable, que se describe IV. La ordenación Para la ordenación del presbítero con él; sólo después la difusión del
como espíritu de fortaleza, de amor no se alude a la elección por parte cristianismo y la fundación de pe-
y de sabiduría. En el primer texto se en la iglesia antigua
y a lo largo de la historia del pueblo. El rito consiste en la im- queñas comunidades en zonas rura-
habla de profecía; con este término posición de las manos del obispo so- les llevarán a confiar a cada uno de
se entiende una palabra profética en El primer documento que hace bre la cabeza del candidato, al tiem- los presbíteros el cuidado de una por-
el sentido amplio del término, una una relación completa de la ordena- po que los otros presbíteros repiten ción del pueblo cristiano y a ampliar
liturgia de la palabra que acompaña ción en la iglesia, de los ritos y de los también el mismo gesto. A este pro- sus deberes no sólo en relación al go-
al gesto de imposición de las manos textos de las oraciones es la Tra- pósito, Hipólito escribe: "Sobre el bierno, sino también al servicio de la
y explícita su significado; comprende dición apostólica de Hipólito de sacerdote deben imponer las manos palabra y a la administración de los
también una oración de consagra- Roma. Representa el punto de llega- también los sacerdotes, porque tam- sacramentos.
ción. Así encontramos en estos tex- da del desarrollo que ha tenido lugar bién ellos gozan del común e igual La ordenación del diácono se rea-
tos la descripción de una liturgia de a partir de la iglesia apostólica y, a espíritu sacerdotal. En efecto, el liza sólo con la imposición de las
ordenación 6 . El don del espíritu de la vez, el punto de partida para toda sacerdote tiene el poder de recibir, manos del obispo. El texto de la ora-
fortaleza, amor y sabiduría es santi- la historia sucesiva de las ordenacio- pero no de transmitir este espíritu; ción pronunciada por él dice: "Dios,
ficante y habilita para el cumpli- nes en la iglesia. Así pues, su impor- por eso no ordena el clero, sino que que has creado todas las cosas y las
miento del cargo; además es estable; tancia es fundamental. El libro des- en la ordenación del sacerdote lo has ordenado mediante el Verbo;
de hecho, el texto lo compara con cribe, en orden descendente, la orde- único que hace es expresar su apro- Padre de nuestro Señor Jesucristo,
un fuego siempre encendido, que nación del obispo, del presbítero y bación (con el gesto de la imposi- al que enviaste para que cumpliese
puede y debe ser reavivado. Estos del diácono. ción), mientras que es el obispo el tu voluntad y nos manifestase tu in-
dos textos bíblicos son citados por el que ordena" 8 . Después de la imposi- tención, concede el santo espíritu de
concilio de Trento para considerar ción de las manos viene la oración: la gracia, del celo y de la diligencia a
la ordenación como uno de los sa- La primera es más compleja: pre-
vé una elección precedente por parte "Dios, Padre de nuestro Señor Jesu- tu siervo aquí presente, a quien has
cramentos de la iglesia: "Como el cristo, vuelve la mirada sobre este escogido para que esté al servicio de
testimonio de la Escritura, la tradi- del pueblo de la persona que va a ser
promovida al episcopado. En día de siervo aquí presente e infúndele es- tu iglesia y lleve a tu santuario lo
ción apostólica y el consentimiento píritu de gracia y de sabiduría sacer- que es ofrecido por aquel que esta-
de los padres manifiestan claramente fiesta, en una solemne ceremonia
con la presencia de obispos venidos dotal para que ayude y gobierne al bleciste como tu sacerdote para glo-
que por la ordenación sagrada, que pueblo con corazón puro, como vol- ria de tu nombre, para que, cum-
se realiza con palabras y signos ex- de otras iglesias, se procede a la or-
denación. Los obispos imponen sus viste la mirada sobre el pueblo elegi- pliendo su deber de modo irrepren-
ternos, se confiere la gracia, nadie do por ti y ordenaste a Moisés esco- sible y con pureza de vida, sea digno
debe dudar que el orden es verdade- manos sobre la cabeza del elegido,
mientras todos oran en silencio para ger sacerdotes, a los que llenaste del de conseguir un grado más elevado
ra y propiamente uno de los siete mismo espíritu que habías dado a tu y te alabe y glorifique por tu Hijo
sacramentos de la santa iglesia. Por- que el Espíritu Santo descienda so-
bre él. Después el obispo que preside siervo. Ahora haz, oh Señor, que no Jesucristo, nuestro Señor, por el cual
que el Apóstol dice... (2 Tim 1,6-7; disminuya en nosotros el espíritu de tienes con el Espíritu Santo gloria,
cf 1 Tim 4,14)" (DS 1766). Al mismo la ceremonia pronuncia la oración,
que tiene un alto contenido doctrinal tu gracia y concédenos servirte con poder y alabanza por los siglos de
rito de ordenación se alude también simplicidad de espíritu alabándote los siglos. Amén" l0 . El diácono es
en la primera carta a Timoteo con la no sólo en lo referente al oficio del
obispo, sino también al de la iglesia por tu Hijo Jesucristo, por el cual presentado, por tanto, como el que
exhortación a la prudencia en la tienes, Padre e Hijo con el Espíritu tiene la función de ejecutar las órde-
transmisión del propio cargo: "No y a la acción de los tres autores divi-
nos de la salvación en su relación Santo en la santa iglesia, gloria y nes del obispo y de servir a la comu-
impongas a nadie las manos sin la poder ahora y por los siglos de los nidad cristiana. Puede recibir encar-
debida consideración" (1 Tim 5,22). entre sí y con el candidato. Dado
que el texto de esta oración, que es siglos. Amén"'. Esta fórmula conci- gos diversos y muy importantes en
El gesto de la imposición de las ma- be al presbítero como colaborador la iglesia, pero siempre como ejecu-
nos está por tanto documentado des- matriz de las otras compuestas por
las diversas tradiciones litúrgicas del obispo en calidad de consejero y tor de la voluntad del obispo y de su
de los comienzos, en continuidad partícipe de su espíritu y misión en mente.
para la ordenación episcopal, ha
1481 Orden/Ordenación
Orden/Ordenación 1480

En la Tradición apostólica, Hipó- en la doctrina medieval, cuya máxi- fiesto la doctrina teológica general santos, precedidas por un invitatorio
lito no intenta dar fórmulas norma- ma expresión se encuentra en el De- y la de los ministerios ordenados. y con una oración del obispo como
tivas, sino solamente un ejemplo, un cretum pro Armenis del concilio Seguimos el orden ascendente, dia- conclusión (durante las letanías los
esbozo, un modelo en el que inspi- Florentino, se llega a pensar que la conado, presbiterado y episcopado, candidatos se postran en tierra). En-
rarse cuando se debe llevar a cabo la entrega de la patena con el pan y del que es el del ODPE, aunque la doc- tre estos ritos de introducción, la
asunción de un nuevo miembro en el cáliz con el vino para consagrar en trina de la constitución dogmática presentación de los candidatos con
colegio episcopal o presbiteral o en la misa y las palabras que acompa- LG y la misma constitución apostó- la petición de que sean ordenados y
el orden de los diáconos. Esta liber- ñan este gesto forman el signo sacra- lica Pontificalis romani se inclinan a la declaración de su idoneidad, a lo
tad es signo de que la liturgia está mental esencial de la ordenación una concepción que parte del epis- que sigue por parte del obispo la elec-
todavía en formación; que aún no (DS 1326). Al diácono se le entrega copado para llegar al presbiterado y ción que ratifica la vocación, expre-
se ha fijado en textos inmutables y el evangelio; al obispo, el evangelio, al diaconado. san muy bien la implicación de la
obligatorios, sino que nace cada vez el anillo, el báculo y la mitra. Más La edición castellana del volu- comunidad eclesial local en la elec-
como interpretación espontánea de tarde a los presbíteros se les hace men del Pontifical De Ordinatione ción de los candidatos al ministerio
la tradición. Sin embargo, estas ora- una segunda imposición de las ma- Diaconi, Presbyteri et Episcopi de la ordenación. En efecto, aquéllos
ciones tienen un valor paradigmáti- nos por el obispo al fin de la misa (= ODPE) lleva el título Ritual de son presentados al obispo en nom-
co, que ha influido en las formu- con una fórmula que significa la Órdenes (= RO)'K bre del pueblo y se atestigua su apti-
laciones sucesivas del rito de la or- concesión del ministerio de perdonar tud haciendo referencia explícita al
denación en las diversas familias li- los pecados. 1. DESCRIPCIÓN Y SIGNIFICADO parecer expresado por el pueblo cris-
túrgicas, tanto de Oriente como de DE LOS RITOS. La estructura general tiano en medio del cual han crecido
El camino de vuelta a lo esen- los candidatos. Como respuesta al
Occidente ". cial del antiguo rito fue iniciado por de la ordenación es la misma para
los tres órdenes; tiene lugar en la ce- consenso de los fieles, el obispo con-
En los siglos siguientes la liturgia Pío XII con la constitución apostó- firma la candidatura y lleva a cabo
lica Sacramentum ordinis, que no lebración de la eucaristía inmediata-
de la ordenación, junto con las cele- mente después de la proclamación la elección al grado propuesto del
braciones de los otros sacramentos y modificó los ritos existentes, pero es- sacramento del orden. Existe así re-
tableció la imposición de las manos del evangelio, y consta de tres partes,
de la eucaristía, se desarrolla con la de las que la primera comprende los lación entre la comunidad que pide
inserción de nuevos gestos y de nue- y la oración de consagración como y da su testimonio y el jefe de la
el signo esencial del sacramento, y ritos de introducción y preparación,
vas palabras. En la ordenación del la parte central contiene el sacra- comunidad, el obispo, que en nom-
obispo aparece bastante pronto el completado por Pablo VI con la bre de Dios y de Jesucristo, a quien
constitución apostólica Pontiflcalis mento y la tercera parte está consti-
rito de poner y mantener abierto so- tuida por los ritos explicativos de lo representa, es decir, desde lo alto,
bre la cabeza del candidato el libro romani, que, en ejecución de las nor- escoge para el ministerio. El minis-
mas del Vat. II, devuelve el rito de que ha ocurrido.
de los evangelios. En las oraciones terio y el candidato al mismo ocupan
de ordenación del diácono se intro- las ordenaciones a su simplicidad y el centro de la relación entre la co-
duce la mención de san Esteban. En sobriedad tan intensamente signifi- a) Ritos de introducción o pre- munidad y el don de Dios. El diálo-
Occidente, el rito romano tiene sus cativas. No podemos seguir aquí la paración. Los ritos introductorios go que a continuación se desarrolla
más antiguos documentos en los sa- historia de los ritos y de las oracio- para los tres órdenes son los mismos, entre el obispo y los candidatos, en
cramentarlos Veronense (o Leonia- nes de ordenación orientales y occi- es decir, la llamada de los candidatos el que éstos prometen cumplir las
no) y Gelasiano, cuyo contenido, en dentales; por eso nos limitaremos a y su presentación al obispo ordenan- funciones del orden que van a reci-
lo referente al rito de la ordenación, exponer la ordenación de diacona- te, al tiempo que se atestigua su ido- bir, significa el compromiso ante
puede remontarse al tiempo de san do, de presbiterado y de episcopado neidad; la elección por el obispo Dios y la comunidad. Este diálogo
León Magno; en efecto, en la for- en la actual liturgia del rito latino l2. para el orden al que son candidatos expresa en síntesis lo mismo que se
mulación de los pensamientos y de (en la ordenación episcopal se lee el ha dicho antes, o sea, la participa-
los textos litúrgicos parece sentirse documento por el que el papa, cabe- ción de la comunidad en la conce-
de nuevo el estilo y la doctrina de za del colegio episcopal, elige para el sión del ministerio ordenado. Al ter-
V. La ordenación de diácono, episcopado); la homilía del obispo;
este papa. A la simplicidad del rito de presbítero y de obispo minar, la invitación a la oración y la
romano antiguo, que consistía en la el diálogo entre los candidatos y el invocación de los santos en favor de
en el rito latino actual obispo, en el cual éste les pide y ellos
imposición de las manos y en la ora- los candidatos expresa la participa-
ción consecratoria, se añade el rito prometen llevar a cabo los deberes ción en la acción sacramental de la
Damos primeramente una breve del orden que van a recibir, así como
de la entrega de los instrumentos (tra- descripción de los ritos, indicando iglesia celeste, es decir, de los santos
ditio instrumentorum), símbolos de obediencia, poniendo sus manos en- y de los ángeles que celebran la litur-
los aspectos teológicos que implican; tre las del obispo (los candidatos al
la potestad y funciones confiadas. después citamos el texto de las tres gia escatológica de la alabanza de
Este acto llega a ser tan importante episcopado prometen obediencia al Dios. Los ritos de introducción con-
oraciones de ordenación con un bre- papa) y, al final, las letanías de los
en la ordenación del presbítero, que ve comentario que ponga de mani-
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1483 Orden/ Ordenación
tienen y explicitan la doctrina y la como esencial para la validez del
realidad de la presencia activa de acto sacramental. Este rito central, asociado a la imposición de las ma- vida cristiana, la construcción del edi-
toda la comunidad eclesial, terrestre simple y solemne, debe desarrollarse nos. El valor de este gesto queda re- ficio de la iglesia mediante la reve-
y celeste en el don del ministerio que con la mayor atención y con el más flejado muy bien por un escrito de lación.
Dios otorga a aquellos que él ha lla- profundo recogimiento interior, en Severiano de Gábala, que por su an- Así, en la ordenación de los obis-
mado, que la comunidad presenta y medio del silencio adorante de la tigüedad constituye también un tes- pos concurren a la vez el Espíritu
que el obispo, en nombre de Dios, asamblea, de los ministros y de los timonio de la vetustez del rito: "Du- Santo, significado por la imposición
acoge. Así el sacramento del orden, elegidos. Es como el momento de la rante la ordenación de los sacerdotes de las manos, y la palabra de Dios,
en sus diferentes grados, don de nue- consagración en la celebración de la se pone el libro del evangelio sobre significada por la imposición del
vos ministros para la iglesia, es una eucaristía. Al acabar la oración, en la cabeza del ordenando, para que evangelio. Los obispos son hechos
acción comunitaria en la que parti- la doxología, todo el pueblo expresa aprenda que recibe la verdadera tia- tales por el Espíritu y por la palabra;
cipan activamente todos sus compo- su participación e interviene procla- ra del evangelio; para que aprenda y como su conducta debe ser movida
nentes, todos sus miembros, todos mando el "amén" final, que tiene un que él, aunque sea jefe de todos, no por el Espíritu y a él sometida, tam-
los órdenes eclesiales. significado de aprobación, de corres- obstante está sujeto por la misma bién debe ser guiada e iluminada por
ponsabilidad y de solidaridad en la ley; manda a todos, pero está él mis- la palabra y sometida a ella. Esta
b) El rito central. En el rito cen- elección de aquellos que han sido or- mo sometido a la ley; legisla para doctrina, expuesta por san Pablo,
tral se confiere el sacramento del or- denados. Así el pueblo da su con- todos, pero él mismo es legislado por traducida en el gesto ritual de la im-
den en sus diversos grados. Consiste senso al beneplácito de Dios Padre y la palabra de Dios. Por esto, la im- posición del evangelio, es también
en el gesto y en las palabras que lo a su actualización en la presente li- posición del evangelio sobre el gran proclamada por el Vat. II en la cons-
acompañan y lo especifican determi- turgia de la iglesia; el sacramento, sacerdote significa que está sometido titución sobre la divina revelación,
nándolo. Para todos los órdenes, dia- que se realiza en este momento cen- a una autoridad (PG 56,404) u . Este donde se explica la relación entre la
conado, presbiterado y episcopado, tral, tiene en el gesto y en las pala- acto significa, por tanto, que los obis- función eclesial del magisterio y la
el gesto es la imposición de las ma- bras del rito su más fuerte expresión. pos están sometidos a la palabra de palabra de Dios: "El magisterio no
nos del obispo ordenante sobre la Es necesario, por tanto, dar la máxi- Dios, simbolizada por el libro de los está por encima de la palabra de
cabeza del candidato con las siguien- ma importancia a este acto, de modo evangelios, que la contiene. Su fun- Dios, sino a su servicio para enseñar
tes modalidades, que constituyen que la asamblea participe en él digna damento se encuentra en el discurso puramente lo transmitido, pues por
también una graduación: en la orde- y conscientemente y saque el fruto de Pablo a los ancianos de Éfeso. A mandato divino y con la asistencia
nación del diácono, solamente el espiritual de la unión con la volun- éstos les dice: "Os encomiendo a del Espíritu Santo, lo escucha devo-
obispo impone las manos; en la or- tad salvífica de Dios y de la partici- Dios y a la palabra de su gracia, al tamente, lo custodia celosamente y
denación del presbítero, después del pación en el crecimiento eclesial que que puede edificar y daros la heren- lo explica fielmente; y de este único
obispo imponen las manos todos los se lleva a cabo. Es preciso, por esto, cia con todos los santificados" (He depósito de la fe saca todo lo que
presbíteros presentes; en la ordena- que los fieles sean instruidos con an- 20,32). La expresión palabra de la propone como revelado por Dios
ción del obispo imponen las manos telación sobre el significado del gesto gracia indica el poder eficaz de la para ser creído" (DV 10). Imposi-
todos los obispos presentes, los cua- y de las palabras de la oración con- palabra de Dios, que trae la gracia. ción de las manos e imposición del
les concelebran en el acto de dar el secratoria. El Apóstol confía, por tanto, a los evangelio sobre la cabeza de los ele-
sacramento del orden; inmediata- ancianos, "que el Espíritu Santo... gidos al episcopado en su ordena-
Sobre el múltiple valor de la im- ha constituido como obispos para ción son actos que de generación en
mente después de la imposición de posición de las manos ya hemos tra-
las manos, al que recibe el orden epis- apacentar la iglesia de Dios" (He generación enseñan a todo el pueblo
tado (/ supra, III); en la concesión 20,28), a la palabra de Dios. Da la cristiano y a todos los obispos esta
copal se le coloca sobre la cabeza el de un orden significa la comunica-
evangelio abierto, sostenido por dos impresión de que Pablo debería de- gran verdad: los obispos están so-
ción del don del Espíritu Santo para cir lo contrario, esto es, que la pala- metidos al Espíritu Santo y a la pa-
diáconos. Todo sucede en silencio. la santificación interior de los candi-
Terminado el gesto, el obispo orde- bra es confiada a los obispos para labra; de la fuerza del Espíritu y de
datos y su habilitación para el cum- que la custodien y la difundan, no la omnipotencia de la palabra sacan
nante pronuncia la oración conse- plimiento de los oficios propios del
cratoria propia de cada-orden. En el que los obispos sean confiados a la la eficacia para el cumplimiento de
orden en el que entran; santificación palabra. Por el contrario es esto sus cargos y para la difusión del
diaconado y en el presbiterado sola- y habilitación asimilan a los ordena-
mente el obispo pronuncia la ora- lo que paradójicamente se verifica. mensaje en orden al crecimiento de
dos a Cristo, sumo y único sacerdo- Los obispos, puestos por el Espíritu la iglesia.
ción; en el episcopado, todos los obis- te, de cuya mediación se hacen signo
pos que han impuesto las manos para apacentar la iglesia de Dios,
sacramental. son entregados a la palabra de Dios
pronuncian juntos la parte central c) Ritos de explicación. Realiza-
de la oración consagratoria, que in- En la ordenación del obispo es a fin de que ésta, mediante la omni-
también central el gesto de la impo- potencia divina que contiene, obre do el rito central, los elegidos para
voca al Espíritu y es considerada cada uno de los órdenes están orde-
sición del evangelio, íntimamente el desarrollo y el incremento de la
nados, o sea, ya son diáconos, pres-
Orden/ Ordenación 1484 1485 Orden/ Ordenación

bíteros u obispos. Ahora la liturgia midad con Cristo; como él ha sido tal que por la antigüedad de su com- (cf Núm 18,21; Jos 13,14.33). En la
quiere significar con otros gestos ungido por Dios con el Espíritu San- posición y de su uso tiene un valor jerarquía del templo estaba en el vér-
esta nueva realidad que se ha hecho to (cf He 10,38) y ha sido consagra- muy privilegiado como fuente de la tice el sumo sacerdote; bajo él esta-
presente y la dignidad que se ha con- do sumo sacerdote, así los obispos y fe. La estructura común de las tres ban los sacerdotes inferiores, que
ferido. Los diáconos son revestidos los presbíteros, que a través de la oraciones de ordenación es trinita- ejercían sus funciones por turnos y
con las vestiduras litúrgicas de su gra- imposición de las manos han recibi- ria: dirigidas a Dios Padre, en la pri- desempeñaban el culto; los levitas
do, la estola y la dalmática; los pres- do una participación en el sacerdo- mera parte contienen una anamnesis estaban en una posición subordina-
bíteros visten la estola y la casulla, a cio del Señor y han sido conforma- de la obra por él realizada en la his- da como una ayuda a los sacerdotes
los presbíteros el obispo les unge las dos con él en el don del Espíritu San- toria de salvación en relación con la en la liturgia. Siendo los levitas la
manos con el crisma, a los obispos to, reciben la unción externa ritual institución del ministerio; en la parte prefiguración de los diáconos, por su
se les unge la cabeza con el crisma; a que manifiesta la unción interna e central está la invocación del Espíri- evocación en esta oración, esta anam-
los diáconos y a los obispos se les invisible. Las palabras que acompa- tu Santo a Dios Padre sobre los can- nesis enseña que una de las funcio-
entrega el libro de los evangelios con ñan a la unción expresan esta doc- didatos; la tercera parte es una inter- nes de los diáconos es la litúrgica cul-
diferentes fórmulas; a los presbíteros, trina. El otro gesto explicativo es la cesión en favor de ¡os ordenados por tual para ayuda de los sacerdotes.
se les da el pan en la patena y el cáliz entrega del libro de los evangelios a la mediación de Jesucristo. Así se Segunda anamnesis: los siete; fun-
con el vino preparados para la cele- los diáconos y a los obispos; esto puede comprender inmediatamente ción de servicio de la caridad: "En
bración de la eucaristía; a los obis- indica claramente la función: los mi- que la estructura trinitaria de las los comienzos de tu iglesia los após-
pos se les dan las insignias de su or- nistros ordenados, y en primer lugar oraciones de ordenación indica la es- toles de tu Hijo, movidos por el Es-
den: el anillo al dedo, la mitra sobre los obispos, son constituidos predi- tructura trinitaria de cada ministerio píritu Santo, eligieron como auxilia-
la cabeza, el báculo en la mano y cadores del evangelio. ordenado. Los tres autores de la sal- res suyos en el servicio cotidiano a
después se les instala en la cátedra vación, el Padre, el Hijo y el Espíritu siete varones, tenidos por fieles testi-
Termina así la liturgia de la orde- Santo, están en el origen o nacimien-
episcopal. Finalmente, los ordena- nación; prosigue la celebración de la gos del Señor, a quienes, mediante
dos, diáconos, presbíteros y obispos, to de cada ministerio. Del aspecto
eucaristía, en la que aquellos que trinitario deriva el eclesial15. la oración e imposición de manos,
reciben de los ministros de la orde- han sido ordenados diáconos ejercen dedicaron al servicio de los pobres,
nación, y luego respectivamente de su función de servicio al altar y dis- para poderse entregar ellos con ma-
los otros diáconos, presbíteros u tribuyen la comunión a los fieles; los a) Oración de ordenación de yor empeño a la oración y al servicio
obispos, el abrazo y el beso de la paz nuevos presbíteros concelebran la diácono. Después del prólogo, que
y los devuelven, como signo de que de la palabra". En este texto se alude
eucaristía con el obispo y con los invoca a Dios Padre en sus atributos a la institución de los siete, narrada
son acogidos en el orden de los diá- otros presbíteros; igualmente los nue- salvíficos en relación con el ministe-
conos, de los presbíteros o de los en He 6,1-6, donde no aparece el
vos obispos concelebran la eucaristía rio y desarrolla una doctrina sobre nombre de diáconos, sino que se usa
obispos. Estos gestos son una expli- con los otros obispos. Si ha sido or- la iglesia, cuerpo de Cristo y templo
cación visible de lo que ha aconteci- varias veces el término diaconía a
denado un solo obispo en la iglesia vivo de Dios, dotada de unidad y propósito de ellos. Citando este epi-
do en el sacramento, del efecto pro- catedral a la que está destinado de pluralidad orgánica, siguen dos
ducido en las personas que lo han sodio, la oración de ordenación de
como pastor, preside él mismo la ce- anamnesis, una del AT y otra del diácono se conforma con una larga
recibido. El revestirse de las insignias lebración de la eucaristía, teniendo a NT, en las que se manifiestan las
litúrgicas propias de cada orden es tradición patrística y exegética, que
su derecha al obispo que ha presidi- funciones de los diáconos. ve en los siete a los primeros diáco-
un signo evidente por sí mismo; cada do la concelebración de la ordena-
uno de los que han sido constituidos Primera anamnesis: los levitas; nos ,6 y muestra en este ministerio el
ción episcopal. La estructura de los función litúrgica: "Dios todopode- ejercicio de la caridad; servicio de la
en una dignidad llevan la indumen- ritos de ordenación ofrece así una
taria característica. roso, (...) del mismo modo que en la mesa material y de todas las formas
gran abundancia y profundidad de antigua alianza habías elegido a los de caridad hacia los necesitados de
Merecen especial atención las un- enseñanzas sobre el sacerdocio mi- hijos de Leví para que sirvieran al
nisterial. cualquier tipo; en este servicio está
ciones y la entrega del evangelio. A templo, y, como herencia, poseyeran prefigurado el servicio de la mesa
quien ha sido ordenado obispo se le una bendición eterna". Estas pala- eucarística, anticipación de la mesa
unge la cabeza, a quien ha sido or- 2. ESTRUCTURA Y DOCTRINA DE bras aluden a la institución y a las celeste escatológica (cf Le 22,26-27).
denado presbítero se le ungen las LAS ORACIONES. Si todo el rito de funciones de los levitas en el AT; la Aparece así la doble función del diá-
manos con el crisma. La simbología ordenación es en sí una enseñanza, evocación concierne a algunos tex- cono, litúrgica y caritativa, con toda
del aceite en la Escritura es múltiple: un signo manifiesto del misterio que tos bíblicos: uno indica las funciones la vasta gama de servicios que estos
signo de alegría, de alimento, de me- en él se cumple eficazmente, entre de ayuda a los sacerdotes en el tem-
dicina, de luz; signo, sobre todo, de dos ámbitos contienen, entre los
sus elementos constitutivos las ora- plo para el culto (cf Núm 3,6-9); cuales está comprendido el servicio
consagración. En el sacramento del ciones de ordenación expresan una otros textos hablan de la bendición
orden, la unción expresa la confor- doctrina sobre el ministerio sacerdo- de la palabra, el anuncio del evan-
recibida en herencia por los levitas gelio.
Orden/ Ordenación 1486 1487 Orden/ Ordenación

Epíclesis: "Te pedimos... envía so- cielo, así los diáconos, conformados Aarón, sumo sacerdote veterotesta- terado; renueva en sus corazones el
bre ellos, Señor, el Espíritu Santo a Cristo en el servicio, serán partíci- mentario, es figura de los obispos, Espíritu de santidad; reciban de ti el
para que, fortalecidos con tu gracia pes de su definitiva realeza celeste. sumos sacerdotes ministeriales en la sacerdocio de segundo grado y sean,
de los siete dones, desempeñen con iglesia; los hijos de Aarón, sacerdo- con su conducta, ejemplo de vida"'
fidelidad su ministerio". La invoca- b) Oración de ordenación de tes inferiores bajo su padre, son fi- Esta fórmula se articula en cuatro
ción y la efusión del Espíritu Santo presbítero. Después del prólogo, la gura de los presbíteros, sacerdotes peticiones, de las cuales queda como
es muy clara en sus efectos; santifica oración evoca la institución del sa- verdaderos por participación de la fundamental el don del Espíritu de
y habilita para llevar a cabo el mi- cerdocio, cuyas funciones se enun- plenitud sacerdotal de los obispos. santidad, invocado en orden a la con-
nisterio diaconal; la referencia a los cian mediante la anamnesis de tres El oficio común a Aarón y a sus hi- cesión de las funciones sacerdotales
"siete dones" alude al célebre paso instituciones; dos son del AT y una jos es figura de la función cultual y más arriba enumeradas. Tal invoca-
de Is 11,1-2 no en el texto hebraico, del NT. sacramental de los obispos y de los ción es formulada mediante la libre
sino en la versión griega de los LXX presbíteros en la iglesia, de la cele- composición de dos versículos del
Primera anamnesis: Aarón y sus salmo Miserere: "Renueva en mi pe-
y en la Vulgata, que contiene el elen- ancianos; función de gobierno pas- bración de la eucaristía y de los sa-
co de los siete dones del Espíritu, cramentos. cho un espíritu firme" (12b) y "no
toral: "Así en el desierto multiplicas- retires de mí tu santo espíritu" (13b),
doctrina que ha llegado a ser clásica te el espíritu de Moisés, comunicán- Tercera anamnesis: los apóstoles
en la liturgia y en la espiritualidad. y los discípulos; función de evangeli- de lo que resulta: "Renueva en su s
dolo a los setenta varones prudentes corazones el espíritu de santidad".
El Espíritu, descendiendo sobre los con los cuales gobernó fácilmente un zación: "Así también, según tu mis-
candidatos, los consagra como diá- mo plan, diste a los apóstoles de tu Junto con el don del Espíritu Santo,
pueblo numeroso". Aquí se recuerda que confiere la santificación interior
conos y trae consigo la abundancia la elección que Moisés hace por or- Hijo compañeros de menor orden
de sus operaciones. para predicar la fe, y con su ayuda y el sello indeleble, encontramos
den de Dios de setenta ancianos confirmada también en la epíclesis,
Intercesión: "Resplandezcan en su como sus colaboradores en el go- anunciaron el evangelio por todo el
mundo". Esta evocación recuerda la corazón de la consagración presbite-
vida todas las virtudes: el amor sin- bierno del pueblo; el episodio com- ral, la subordinación del presbitera-
cero, la solicitud por los enfermos y prende el mandato de Dios a Moisés misión de los doce y de los setenta y
dos por parte de Jesús, y luego la do como ministerio o sacerdocio de
los pobres, la autoridad moderada, y su ejecución (cf Núm 11,16-17.24- segundo grado (secundi meriti mu-
la pureza sin tacha y un vivir siempre 25). Dios participa a los ancianos el elección de colaboradores de los
apóstoles que estos mismos llevan a ñus), respecto a la plenitud del sa-
según el Espíritu; que tus manda- mismo espíritu que ha dado a Moi- cerdocio ministerial que es el epis-
mientos, Señor, se vean reflejados en sés; en consecuencia, le ayudan en el cabo después de Pentecostés para me-
jor ejecutar su mandato. Los após- copado ". Los presbíteros son ver-
su vida, y que el ejemplo de su casti- gobierno del pueblo; la función que daderos sacerdotes, colaboradores
dad suscite la imitación del pueblo se evoca aquí es, por tanto, el go- toles tienen en los obispos a sus su-
cesores; los discípulos, colaborado- subordinados del sacerdocio de los
santo; que sostenidos por el testimo- bierno pastoral; Moisés es figura de obispos.
nio de su buena conciencia, perseve- los obispos; los setenta ancianos, fi- res de los apóstoles, son actualizados
ren firmes y constantes en Cristo, de gura de los presbíteros; obispos y en los presbíteros, colaboradores de Intercesión: "Sean sinceros cola-
forma que imitando en la tierra a tu presbíteros son pastores de la comu- los obispos; el deber común es la boradores del orden episcopal, para
Hijo, que no vino a ser servido, sino nidad cristiana. evangelización en todas sus formas, que la palabra del evangelio llegue a
a servir, merezcan reinar con él en el con responsabilidad plena en los toda la tierra y todos los pueblos,
Segunda anamnesis: Aarón y sus obispos, subordinada en los presbí-
cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, hijos; función cultual: "Así también congregados en Cristo, formen el
tu Hijo, que vive y reina contigo en teros. Tres son, por lo tanto, las fun- pueblo santo de Dios. Por nuestro
transmitiste a los hijos de Aarón la ciones del ministerio ordenado: el go-
la unidad del Espíritu Santo y es abundante plenitud otorgada a su pa- Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
Dios por los siglos de los siglos". bierno pastoral, el culto y los sacra- reina contigo en la unidad del Espí-
dre, para que un número suficiente mentos y la evangelización; estas
Esta intercesión, de naturaleza pare- de sacerdotes ofreciera sacrificios y ritu Santo y es Dios por los siglos de
nética, muestra las funciones diaco- funciones son dadas por Dios Padre los siglos. Amén". Esta parte final
mantuviese el culto divino". Se trata mediante el don del Espíritu Santo;
nales, que consisten esencialmente aquí de la llamada y de la consagra- renueva, con estilo propio, los con-
en el servicio de los pobres y de los no son, pues, solamente institucio- ceptos ya expuestos en la anamnesis,
ción sacerdotal de Aarón y sus hijos, nales, sino también carismáticas; los
enfermos, e indica las virtudes nece- con el consiguiente ejercicio de sus es decir, las tres funciones ministe-
sarias para tales funciones. La con- obispos las ejercitan en plenitud, los riales de los presbíteros y de los obis-
funciones; el hecho está extensamen- presbíteros las realizan en comunión
clusión doctrinal expresa el funda- te narrado en Ex 29, que relata el pos, la evangelización, el gobierno
mento cristológico del diaconado: y en dependencia con respecto a los pastoral con su efecto de reunir a
mandato de Dios, y en Lev 8, que obispos.
como Cristo ha sido diácono, es de- refiere su ejecución, es decir, la con- todos en Cristo, y el culto que forma
cir, servidor en la tierra de Dios Pa- sagración sacerdotal de Aarón y sus Epíclesis: "Te pedimos, Padre to- el único pueblo santo de Dios; con-
dre y de los hombres y asunto a la hijos; Lev 9 describe después el ejer- dopoderoso, que confieras a estos firma además la comunión en estas
gloria del reino escatológico en el cicio sacerdotal de los consagrados. siervos tuyos la dignidad del presbi- funciones de los obispos y los pres-
Orden/ Ordenación 1488 1489 Orden/Ordenación
bíteros, y la subordinación de los Hijo Jesucristo, y él, a su vez, comu- mundo, templo vivo de la gloria de han recibido el Espíritu Santo, dado
presbíteros a los obispos en su cum- nicó a los santos apóstoles, quienes Dios. De generación en generación, por Dios Padre a través de su Hijo
plimiento. establecieron la iglesia por diversos a través de la ininterrumpida suce- Jesucristo para ser los sumos res-
lugares como santuario tuyo para sión apostólica, el Espíritu se trans- ponsables de la dirección y santifica-
c) Oración de ordenación de gloria y alabanza incesante de tu mite hasta el presente, hasta la ac- ción del pueblo y del culto de Dios;
obispo '*. Anamnesis: "Dios y Padre nombre". El Espíritu Santo invoca- tual acción litúrgica, cuyo centro es ejercitan su cargo celebrando los sa-
de nuestro Señor Jesucristo, Padre do sobre los candidatos al episcopa- la oración. Así pues, los obispos se cramentos, ofreciendo el culto euca-
de misericordia y Dios de todo con- do tiene un atributo: Spiritum prin- caracterizan como aquellos que reci- rístico, otorgando los ministerios in-
suelo, que tienes tu trono sobre los cipalem, expresado en la traducción ben de Dios Padre, por medio de la feriores, perdonando los pecados,
cielos y desciendes para mirar a los oficial castellana como Espíritu de imposición de las manos de los mi- dirigiendo la comunidad y edifican-
humildes; tú sabes todo antes de que soberanía. La expresión Spiritum nistros ordenantes, el Espíritu de je- do así la iglesia como arquitectos y
suceda; en tu palabra, que contiene principalem está tomada del salmo fes de la iglesia, de la cual son cons- sucesores de los apóstoles. La ora-
todo don, has establecido las reglas Miserere, v. 14b, en el texto de la tituidos constructores y arquitectos ción concluye con la doxología, que
de la iglesia: elegiste desde el princi- Vulgata. Se verifica, con relación para gloria de Dios; como Jesús dice en su formulación une al Espíritu
pio un pueblo santo, descendiente de a este punto, una evolución en el de sí mismo: "Yo edificaré mi igle- Santo a la iglesia. De este modo re-
Abrahán, y le diste reyes y sacerdo- significado; en el texto hebreo el sia" (Mt 16,18), así san Pablo, y des- aparece también en la conclusión la
tes que cuidaran del servicio de tu salmista invoca: "Afiánzame con pués de él los obispos: "Según la gra- dimensión eclesial del ministerio de
santuario, porque desde el principio un espíritu de obediencia", es decir, cia de Dios que me dio, puse los los obispos, que procede de la di-
quisiste ser glorificado en tus elegi- de generosidad, de prontitud, de cimientos cual sabio arquitecto" mensión trinitaria del episcopado. El
dos". Después del pequeño prólogo, magnanimidad, de espontaneidad en (1 Cor 3,10). orden de los obispos se sitúa en el
que enumera los atributos salvíficos el cumplimiento de los mandatos di- corazón de la iglesia, la construye en
vinos; el texto griego de la biblia de Intercesión:""[Oh Dios, conocedor
de Dios Padre mediante tres expre- de los corazones!, concede a este hijo virtud del Espíritu Santo, es signo
siones tomadas de 2 Cor 1,3; Sal los LXX ha traducido espíritu de de la mediación sacerdotal de Jesu-
obediencia por pneuma hégemoni- tuyo, elegido para el episcopado,
112,56, y Dan 13,42, la anamnesis apacentar tu pueblo santo, ejercer cristo para la gloria de Dios Padre.
expone el plano de la salvación, con- kon, es decir, espíritu de nobleza, es- La liturgia de la ordenación, ade-
píritu del que tiene como caracterís- ante ti, sin reprehensión, el sumo sa-
templado en dos etapas: la primera, cerdocio, servirte día y noche e in- más de la enseñanza sobre la natura-
del pueblo de la antigua alianza en tica la magnanimidad, la generosi- leza trinitaria y sobre las funciones
dad, o sea, del que está en alto, del terceder siempre por el pueblo, ofre-
el NT; la segunda, de la iglesia en el ciendo los dones de tu santa iglesia. de los ministros ordenados, muestra
NT. En el centro de la constitución que gobierna, del que dirige; inter- también, mediante las palabras de la
pretado también en este sentido por Que en virtud del sumo sacerdocio
del antiguo pueblo está la institución tenga el poder de perdonar los peca- oración y mediante la acción, la na-
por parte de Dios de jefes y sacerdo- la literatura patrística posterior, con turaleza colegial de los mismos mi-
diversas matizaciones ", entró en la dos, según tu voluntad. Que distri-
tes, los primeros en función del go- buya los ministerios de la iglesia si- nistros. Los obispos, en efecto, son
bierno y los otros en función del ser- epíclesis de la oración de la ordena- ordenados por muchos obispos que
ción de los obispos; los obispos son guiendo tus designios; ate y desate
vicio del templo, es decir, del culto. todo vínculo, conforme al poder que llevan a cabo una concelebración per-
Observemos la prefiguración vétero- aquellos a los que se da el Espíritu fecta, imponiendo las manos a los
Santo para el gobierno, el Espíritu diste a los apóstoles. Que te sea gra-
testamentaria en orden a la realidad to por la mansedumbre y dulzura de candidatos y pronunciando juntos la
que se está realizando, mediante el que les capacita para regir y guiar a fórmula de la epíclesis de la oración
la comunidad, para ser jefes en la corazón, ofreciendo su vida en sacri-
rezo de la oración, que es la ordena- ficio por medio de tu hijo Jesucristo, de consagración; esta concelebración
ción de los obispos. Dios ha estable- iglesia. Este Espíritu es el mismo que pone de relieve el aspecto sacramen-
Dios Padre dio a su Hijo Jesucristo por quien recibes la gloria, el poder
cido jefes y sacerdotes; en el momen- y el honor, con el Espíritu Santo, en tal de la colegialidad, y es especial-
to en que la oración se pronuncia, en el bautismo y sobre todo en la mente evidente cuando el presidente
resurrección, en la cual, habiendo re- la iglesia, ahora y por los siglos de
tiene lugar el acontecimiento del que los siglos. Amén". Esta última parte, de la ordenación episcopal es el obis-
era figura la antigua institución; es cibido Jesús el Espíritu vivificador, po de Roma, cabeza del colegio de
lo infundió a sus discípulos con un en forma de petición, expone un pe-
decir, se instituyen los jefes del nue- queño tratado de las funciones ecle- los obispos. Igualmente los presbíte-
vo pueblo de Dios que es la iglesia, y soplo, un hálito de naturaleza vital y ros, de los que son figura el colegio
sacramental, la tarde misma de la siales de los obispos, que son fun-
los sacerdotes del nuevo santuario damentalmente dos, las mismas ya de los ancianos, los hijos de Aarón,
de Dios, que es también la iglesia. pascua, manifestándose de un modo los setenta y dos discípulos enviados
excepcional en pentecostés; se recuer- anunciadas en la anamnesis por las
palabras reyes y sacerdotes, es decir, de dos en dos y los colaboradores de
Epíclesis: "Infunde ahora sobre dan los textos de Jn 20,22 y He 2,33. los apóstoles, reciben la imposición
este siervo tuyo que has elegido la Animados por el Espíritu, los após- el gobierno y la santificación. En sín-
tesis, el conjunto de la oración ense- de las manos no sólo del obispo or-
fuerza que de ti procede: el Espíritu toles edificaron la iglesia en todo el denante, sino de todos los présbite-
de soberanía que diste a tu amado ña que los obispos son aquellos que
Orden/ Ordenación 1490 1491 Orden/ Ordenación
ros presentes que les acogen en el ción, dentro del único sacramento funciones, es decir, concebir el en- funciones de reyes y sacerdotes; en
orden presbiteral. Presbíteros y diá- del orden, entre el presbiterado y el cargo pastoral como el más impor- la epíclesis, invocando al Espíritu de
conos son dos órdenes, dos ministe- episcopado; en lo referente a la cele- tante, comprendiendo los oficios del soberanía, ofrece la preeminencia a
rios subordinados al de los obispos, bración litúrgica, sigue vivo el pro- culto y del magisterio; o bien con- la dignidad y función pastoral. Así,
y colaboradores de forma colegiada blema de la inteligibilidad de los cebir el oficio cultual sacramental la liturgia en sus diversos textos deja
del colegio de los obispos. símbolos y consiguientemente la ne- como el vértice, donde se aunan el totalmente libre la síntesis teológica
Ésta es, expresada brevemente, la cesidad de la catequesis. deber de evangelizar y gobernar al sobre la jerarquía reciproca entre las
doctrina de las oraciones de ordena- pueblo de Dios; o bien asumir el ser- tres funciones ministeriales.
ción. Las ideas que hemos propuesto 1. LA RELACIÓN ENTRE LAS FUN- vicio de la palabra como el deber
podrían recibir un desarrollo más CIONES MINISTERIALES. Las funcio- principal, y ver en él la actualización 2. L A RELACIÓN ENTRE EL OR-
amplio sobre todo a partir de un es- nes de los ministerios ordenados son suma de los oficios pastoral y sacra- DEN DE LOS OBISPOS Y EL ORDEN DE
tudio comparativo entre los textos el gobierno pastoral, el culto y la mental. En la oración de ordenación LOS PRESBÍTEROS. Un problema muy
de la Sagrada Escritura, que nues- evangelización. La formulación tri- presbiteral las tres anamnesis, aun- discutido actualmente es la relación,
tras oraciones recuerdan, y la inter- partita más clara se encuentra en las que en un perfecto paralelismo que dentro del sacramento del orden, en-
pretación que de ellos hacen esas mis- tres anamnesis de la oración consa- unifica las tres funciones de gobier- tre obispos y presbíteros. Mientras
mas oraciones en relación con los gratoria presbiteral. Nace la pregun- no, de culto y de evangelización, per- el concilio de Trento centró su trata-
diversos ministerios. Además, una ta sobre la relación jerárquica entre miten intuir que la primera y segun- miento del sacramento del orden en
atenta lectura y conocimiento de las estas tres funciones. Dado que el sa- da función tienden a la tercera; de el presbiterado, el Vat. II, al enseñar
obras de los santos padres, especial- cerdocio ministerial y sus funciones hecho, las dos primeras son men- la sacramentalidad de la ordenación
mente de san León Magno, que tra- derivan de Cristo, el problema pasa cionadas con evocaciones del AT, episcopal, ha desplazado el acento
tan del sacerdocio ministerial, mues- a ser cristológico. Ahora bien, en mientras la tercera se toma del NT. hacia el orden episcopal. También
tra cómo nuestras oraciones no son Cristo estos tres aspectos, cultual san- Ahora bien, las realidades del AT sobre este tema los textos litúrgicos
más que la condensación de la ense- tificador, profético evangelizador y eran figura de las del NT, de modo ofrecen importantes elementos para
ñanza patrística, que la liturgia ac- pastoral real son distintos sólo in- que la función evangelizadora apa- la reflexión. La oración de ordena-
tualiza y transmite de forma siempre adecuadamente, ya que se compen- rece como la consumación y rea- ción de presbítero insiste en la su-
viva en la existencia de la iglesia a dian y se compenetran recíprocamen- lización perfecta de las funciones pas- bordinación del orden de los presbíte-
través del tiempo. Por lo que se re- te, y cada uno está presente y opera toral y cultual. Podemos encontrar ros al de los obispos; en las tres
fiere en particular a la oración de en los otros. Cristo, en efecto, es rey un fundamento bíblico en el hecho anamnesis se indican tres dobles ti-
ordenación episcopal, es preciso se- pastor, santificador litúrgico y maes- de que san Pablo, que ciertamente pos de personas, una en el grado su-
ñalar su valor ecuménico; en efecto, tro profético de modo absolutamen- da la preeminencia al ministerio perior de una función, la otra en el
no es exclusiva solamente del rito te único y trascendente. Es el rey- apostólico del anuncio del evangelio, grado inferior; Moisés y los setenta,
latino, sino que ya aparece en los pastor que da la vida por los suyos. lo expresa sin embargo en términos Aarón y sus hijos, los apóstoles y
orígenes de las liturgias orientales, y Es el maestro-profeta que identifica sacerdotales cultuales, cuando escri- sus colaboradores. En la epíclesis el
lo esencial de su contenido perma- en sí la verdad y la palabra personal be: "Por la gracia que me ha sido presbiterado se define el sacerdocio
nece en muchos ritos todavía en uso; de Dios; que se ofrece como alimen- dada por Dios de ser liturgo (leitour- de segundo grado; en la intercesión
esto puede contribuir no poco, en el to al hombre creyente para nutrirlo. gon) de Jesucristo entre los gentiles, se confirma a propósito de los pres-
diálogo ecuménico, a la formulación Es el sacerdote que, ofreciéndose de ser sacerdote (hierourgounta) del bíteros: "Sean sinceros colaborado-
de una doctrina común sobre el epis- a sí mismo en sacrificio, realiza la evangelio de Dios para que la obla- res del orden episcopal". La depen-
copado. cumbre de la revelación del Padre y ción (prosphora) de los gentiles sea dencia de los presbíteros con respec-
lleva a los creyentes a la unidad agradable a Dios, santificada (hégias- to a los obispos es, pues, sobre todo
suma. Las tres funciones tienen en mené) por el Espíritu Santo" (Rom de carácter sacramental antes que ju-
Jesús una inmanencia recíproca, una 15,15-16). La última parte de la mis- rídico, inscrita en el momento mis-
VI. Problemática teológica circularidad, circumincesión y circu- ma oración de ordenación del pres-
y celebración litúrgica mo de su nacimiento, que es el mo-
minsesión y cada una tiene su vértice bítero, enumerando las funciones mento de la ordenación. La oración
en la síntesis de las otras. De este con un orden diverso del de las anam- de consagración episcopal confirma
De todo lo que se viene diciendo misterio de Cristo participa también nesis, parece favorecer una síntesis
nacen problemas de naturaleza teo- esta doctrina atribuyendo a los obis-
la relación entre las tres funciones diferente de la dignidad de las fun- pos el deber de "distribuir los minis-
lógica y litúrgica. En lo que se refiere en los ministros ordenados 20; es legí- ciones, poniendo como vértice al que
a la teología de los ministerios orde- terios", el primero de los cuales es el
timo, sin embargo, proponer desde tiende la función cultual. La oración del presbiterado. Los obispos y los
nados, señalamos la doble cuestión el punto de vista teológico una sínte- de ordenación episcopal enumera y
de la relación entre las diversas fun- presbíteros reciben, por tanto, el
sis a partir de cada una de las tres desarrolla de modo paralelo las dos mismo Espíritu santificante, en pie-
ciones del ministerio, y de la rela-
Orden/ Ordenación 1492 1493 Orden/ Ordenación
nitud los primeros, como participa- fe y de la vida cristiana. En vista de Mayer-N. Adler, Handauflegung, en LTK 4, die, Paulinus Verlag, Tréveri 1962 — IJ La tra-
ción los segundos, para el cumpli- ello, es necesario tener en cuenta tam- 1343-1345; J.B. Brunon, Imposición de manos, ducción francesa oficial del ODPE sigue el or-
bién las posibilidades de adaptación en Vocabulario de Teología bíblica (dir. por X. den descendente; cf Le Pontifical Francais des
miento de las mismas funciones, León-Dufour), Herder, Barcelona 1976, 418-
a situaciones particulares y concre- Ordinations, en Not XV, 150 (1979) 46-58; y lo
cuyo ejercicio por parte de los pres- 419 — 5 Para el rito de transmisión del cargo mismo la italiana: Pontifical Romano reforma-
bíteros debe ser realizado en comu- tas, que los mismos libros litúrgicos en el judaismo, cf K. Hruby, La notion d'ordi- do por normas de los decretos del Vat. II y
nión y subordinación con los obis- ofrecen. Por ejemplo, la participa- nation dans la tradition juive, en MD 102 (1970) promulgado por Pablo VI, Ordinazione del ves-
pos. Esta comunión jerárquica es ción del pueblo en la celebración se 30-56; L.A. Hoffman, L'ordination juive á la covo, dei presbiteri e dei diaconi, Librería Edi-
esencial, aunque sus realizaciones puede favorecer si la ordenación dia- veille du christianisme, en MD 138 (1979) 7- trice Vaticana, 1979 — u Para un estudio de
47 — 6 El término "profecía" se interpreta este texto, cf J. Lecuyer, Note sur la liturgie du
concretas se rigen según las diversas conal o presbiteral tiene lugar en la como si comprendiera también la oración que sacre des évéques, en EL 66 (1952) 369-373 —
formas positivas de las disposiciones iglesia de la parroquia donde el can- acompañaba al gesto de imposición de manos; 15
Acerca de la doctrina de estas oraciones, cf el
eclesiásticas. Lo que importa obser- didato ha nacido y crecido y es co- C. Spicq, Les epitres pastorales II, Gabalda, comentario analítico de G. Ferraro, La preghie-
var, en base a los textos litúrgicos, nocido, aunque también la ordena- París 1969, 727. Otros autores interpretan dicho re di ordinazione al diaconato, al presbiterato e
es que la dependencia del orden ción en la iglesia catedral tenga su término como designación por vía profética de all'episcópalo, Dehoniane, Ñapóles 1977 —
valor significativo. La ordenación de los candidatos al ministerio; cf E. Kilmartin, 16
Las interpretaciones exegéticas del texto de
presbiteral con respecto al orden epis- Ministere el ordination dans t'église chrétienne. He 6,1-6 son diferentes; a nosotros nos interesa
copal no es ante todo de naturaleza un elegido al episcopado para el go- Uur arriére plan juif, en MD 138 (1979) 62 — la exégesis viviente que de él hace la liturgia en
jurídica, sino que tiene sus raíces en bierno de una diócesis adquiere un 7
La importancia del texto de esta oración se esta oración interpretando la institución de los
la misma realidad sacramental 2I . gran valor simbólico si se realiza en comprende por su influjo en la formulación de siete como constitución de los primeros diáco-
la iglesia catedral a la que el elegido la doctrina del Vat. II sobre el episcopado, Es nos y su ordenación — l7 Cf B. Botte, Secundi
es destinado, y si, después de la or- un caso típico de cómo los textos litúrgicos de- meriíi munus, en QLP 21 (1936) 84-88 —
3. LA CELEBRACIÓN LITÚRGICA. terminan los textos magisteriales. El paralelis- 18
Para el comentario de esta oración, cf A.
denación episcopal, asume la presi- mo entre la oración de la Tradición apostólica
Los ritos de ordenación, en la visibi- dencia de la eucaristía; de este modo Rose, La priére de consécration episcopale, en
lidad de sus gestos y en el valor ex- de Hipólito y el concilio lo ha puesto de relieve A/D98 (1969) 127-142; H.D. Simonin, Lapriére
el acto sacramental del nacimiento J. Lecuyer, La priére d'ordination de l'evéque. de la consécration episcopale dans la "Tradition
plícito de las palabras que les acom- del pastor se efectúa en el seno de la I* Pontifical Romain et la "Tradition apostoli- apostolique" d'Hippolyte de Rome, introduc-
pañan, ofrecen a todos los partici- propia comunidad y coincide con el que" d'Hippolyte, en NRT%9 (1967) 601-606 — tion, traduction. commentaire, en VSS 60
pantes en la celebración, fieles y comienzo del ejercicio de su función * Hipólito de Roma, Tradición apostólica, n. 8, (1939) 65-86 — l9 Cf J. Schneider, Pneuma
ministros, candidatos y ordenandos, introducción, traducción y notas, por R. Tateo, hégemonikon. Ein Beitrag zur Pneumalehre der
de sumo sacerdote ministerial. Éstos Edizioni Paoline, 1972, 94 — 9 Ib, 7,91-92 —
una instrucción sobre el sacramento son solamente algunos aspectos y 10
LXX, en Zeitschr für neutest. Wiss. 34 (1935)
Ib, 8,95 — " Por lo que se refiere a las ora- 62-69; B. Botte, Spiritus principalis (formule de
del orden, sobre sus grados y sobre problemas. Ciertamente, la impor- ciones de ordenación de las liturgias orientales l'ordination episcopale), en Not 10 (1974) 410-
sus funciones en la iglesia. Es nece- tancia de la celebración litúrgica de en relación con la Tradición apostólica, cf J.M. 411 — 20 Cf G. Rambaldi, L'unitádellefunzio-
sario llevar a cabo los ritos con dig- la ordenación debe acaparar siempre Hanssens, Les oraisons sacramentelies des ordi- ni dei presbiteri, en // Prete per gli uomini d'oggi
nidad, sobriedad, propiedad, anima- la mayor atención de los pastores y
nations orientales, en OCP 18 (1952) 297-318; (obra colectiva dirigida por G. Concetti), Ave,
ción y responsabilidad, según el es- E. Lanne, Les ordinations dans le rite copie. Roma 1975, 485-505 — 2I Cf G. Ferraro, An-
de los fieles, y deben usarse todas las Leurs relations avec les Constitutions apostoli- notazioni sul rapporto tra l'ordine dei presbiteri
píritu de la liturgia, de modo que los formas posibles de iluminarla, para ques et la Tradition de st.-Hippolyte, en L'O- e l'ordine dei vescovi in alcuni documenti della
gestos sean visibles y las palabras que el sacerdocio ministerial sea de- rientSyrien 5 (1960) 81-106 — ,2 Para este des- liturgia, della tradizione e del Vat. II, en Ponti-
oídas por todos los presentes. El si- bidamente conocido en su realidad y arrollo en la historia, tanto de los ritos como de ficia Facoltá Teológica del Sacro Cuore di Ca-
lencio que se debe guardar en el mo- en su relación con el sacerdocio co-
los textos de oración, además de los estudios ya gliari, Dottrina sacra. Saggi di teología e di sto-
mento de la imposición de las manos citados, cf B. Botte, L'ordine nelle preghiere di ria, Fossataro, Cagliari 1977, 259-288.
mún de toda la iglesia. ordinazione, en Studi sul sacramento dell'ordine
sobre los candidatos asume también (nota 2) 9-30; C. Vogel, L'imposition des mains
un gran valor como invitación a la G. Ferraro
[/ Ministerio; / Sacerdocio; / Obis- dans les rites d'ordination en Orient et en Occi-
adoración del misterio que se reali- po]. dent, en MD 102 (1970) 57-72; I.H. Dalmais,
za. Sin embargo, sigue subsistiendo Ordinations et ministéres dans les églises orien- BIBLIOGRAFÍA: Abad J.A., ¿La "missa pro
el problema de la necesidad de la tales, ib, 73-81; P.M. Gy, IM théologie des prié- solo episcopo dicenda" es la antigua misa de
res anciennes pour l'ordination des évéques et
/ catequesis. Los símbolos litúrgi- desprétres, en Rev. Se. Ph. Th. 58 (1974) 519-
ordenación episcopal hispana?, en VV.AA., Teo-
NOTAS: ' Mensaje del Sínodo de los Obispos logía del Sacerdocio 9, Burgos 1977, 389^28;
cos, aunque en sí mismos sean lumi- al Pueblo de Dios, n. 9, en Ecclesia, 12 nov. 1977, 617; Les anciennes prieres d'ordination, en MD La sacramentalidad del orden en la literatura
nosos, necesitan ser explicados. Los 10 —-2 Cf P.M. Gy, Vocabolario antico per il 138 (1979) 93-122. Los textos de las oraciones hispánica, en "Burgense" 18/1 (1977) 73-112;
textos de las oraciones y de las fór- sacerdozio cristiano, en Síudi sul sacramento de ordenación de los ritos orientales pueden en- Reconstrucción del "rito de ordenación episco-
mulas deben ser asimismo explica- dell'ordine, Mame, Roma 1959, 91-110; B. Bot- contrarse en E. Lodi, Enchiridion euchologicum pal" hispánico, en Scripta Theologica 10/3
dos antes de la celebración, para que te, Collegialitá del presbiterato e dell'episcopa- fontium liturgicorum, CLV, Ed. Liturgiche, (1978) 849-890; Aguilar J.P., Repaso posconci-
to, ib, 65-90 — 3 La recuperación de este voca- Roma 1979, nn. 2968-2982a, pp. 1348-1370; A. liar del sacramento del Orden, en RET32 (1972)
su comienzo encuentre ya a los par- bulario la comenzó Pío XII en la constitución Santantoni, L'ordinazione episcopale. Storia e 139-167, 441-452; Arnau R., Lutero y el valor
ticipantes preparados y en situación apostólica Sacramentum Ordinis (DS 3857- teología del rito dell'ordinazione nelle antiche de la ordenación ministerial, en "Escritos del
de comprender su desarrollo y obte- 3861). La palabra "orden" se usa también para liturgie dell'Occidente, Editrice Anselmiana, Vedat" 11 (1981) 77-106; Esquerda J., Espiri-
ner un beneficio para alimento de la los laicos en la encíclica de Pío XII Evangeiii Roma 1976; B. Kleinheyer, Die Priesterweihe tualidad sacerdotal según el nuevo rito de orde-
praecones, en AAS 43 (1951) 510 — 4 Cf R. im rómischen Ritus. Eine liturgiehistorische Stu- nación, en VV.AA., Teología del sacerdocio 4,
1495 Organismos litúrgicos
Organismos litúrgicos 1494
De cada uno de ellos se indicarán litúrgico, que entonces comenzaba.
Burgos 1972, 329-350; Fransen P., Órdenes sa- dad en este campo ha caracterizado la naturaleza, la estructura, la mi- En 1924, una circular de la Secre-
gradas, en SM 5, Herder, Barcelona 1974, 22- al / movimiento litúrgico en los últi-
69; Hernando J., La ordenación y sus muñera sión. Se hace alusión también a la taría de Estado instituye la "Pontifi-
en san Ambrosio, en VV.AA., Teología del sa-
mos decenios anteriores al concilio problemática referente a su actual cia comisión para el arte sagrado en
cerdocio 9, Burgos 1977, 345-387; Janini J., La Vat. II. En ese período se multipli- posición y a las perspectivas de su Italia", y establece que se creen en
consagración episcopal en el rito visigótico, en caron por todas partes en la iglesia evolución. todas las diócesis y regiones otras
RET 25 (1965) 415^(27; Jounel R., Las ordena- los organismos o centros litúrgicos, semejantes5. La tarea de estas comi-
ciones, en A.G. Martimort, La Iglesia en ora- que, sobre la base de una sólida doc- Se tratará sucesivamente de las
ción, Herder, Barcelona 19672, 526-564; López comisiones litúrgicas (I); del Centro siones se describe así: "... procurar:
trina teológico-litúrgica, han cuida- a) la compilación de los inventarios
Martín J., El leccionario del Ritual de Órdenes,
do la pastoral litúrgica con una aten- de Pastoral Litúrgica de Barcelona
en "Phase" 139 (1984) 23-36; La pedagogía del (II); de la Asociación Española de de los objetos artísticos; b) la forma-
Ritual de Órdenes en la iniciación de los candi- ción particular a la praxis. Junto a ción y organización de los museos
datos, ib, 37-42; Llabrés P., Las órdenes meno- esos organismos o centros estricta- Profesores de Liturgia (III).
res. Su pasado y su futuro, en "Phase" 53(1969)
diocesanos; c) el examen de los pro-
mente litúrgicos, se han desarrolla- yectos de los nuevos edificios, am-
477-486; Llopis J., Nuevos ritos de ordenación, do, a partir de ellos, otros que, a
en "Phase" 46 (1968) 372-375; NicolauM., Mi- I. Comisiones litúrgicas pliaciones, decoraciones, restauracio-
nistros de Cristo. Sacerdocio y sacramento del causa de los especiales intereses per- nes; d) promover, mediante libros,
orden, BAC 322, Madrid 1971; Olivares E., Del seguidos, están en estrecha relación 1. APUNTES HISTÓRICOS. Nos li- conferencias, clases, etc., el gusto y
Orden (C1C cnn. 100X-1023), en "Phase" 141 con la liturgia, como la comisión de mitamos a resumir los datos que la cultura artística en la diócesis o en
(1984) 275-283; Ott L.. El sacramento del Or- música sagrada y la de arte sagrado.
den, "Historia de los Dogmas" IV/5, BAC En-
aparecen en los documentos de la la región, especialmente en aquellas
En varias ocasiones, incluso, la ínti- Santa Sede anteriores al Vat. II, en personas que, por su oficio, como
ciclopedias, Madrid 1976; Ramos M., El Ritual
de Órdenes. Una nueva etapa de la historia li- ma conexión existente entre liturgia, ausencia de estudios generales acerca los fabricantes, pueden por razones
túrgica del sacramento, en "Phase" 139 (1984) música sagrada y arte sagrado ha lle- de su concreta aplicación y sobre las de fortuna o por otras razones y cua-
11-22; Ruiz F., Orden, en DE 3, Herder, Barce- vado a una cierta unión de las res- iniciativas que los han precedido en lidades personales con mayor utili-
lona 1984, 28-37; Righetti M., Historia de la pectivas comisiones'. las diferentes iglesias (a). Se aludirá dad ayudar a la buena causa del arte
liturgia 2, BAC 144, Madrid 1956, 905-998;
Tura R., Orden, en DTI 3, Sigúeme, Salamanca Era natural que el Vat. II se inte- después a las indicaciones conciliares religioso".
1982, 680-701. Véase también la bibliografía de resara por ese argumento y diese al- que todavía están en proceso de ser
Ministerio, Obispo y Sacerdocio. llevadas a la práctica (b). Finalmente, la encíclica Mediator
gunas indicaciones al respecto. Esto Dei, de 19476, en el contexto de al-
se hizo sobre todo en la parte de la a) Antes del Vat. II. El primer gunas exhortaciones a los obispos
SC que trata del aumento de la ac- documento pontificio que habla de para que regulen "la manera más ade-
ción pastoral litúrgica, haciendo una una comisión diocesana en materia cuada de que el pueblo pueda parti-
referencia expresa a las comisiones litúrgica es el motu proprio Tra le cipar en la acción litúrgica", en par-
de sagrada liturgia, de música sagra- sollecitudini, de 19033. El papa pide ticular en la misa, expresa el deseo
ORGANISMOS LITÚRGICOS da y de arte sagrado y a los institutos de que "en cada una de las diócesis,
a los obispos que instituyan en las
de liturgia pastoral, que están llama- propias diócesis una "comisión es- como sucede ya con la comisión
SUMARIO: Introducción - 1 . Comisiones litúr- dos a una especial colaboración con pecial de personas verdaderamente para el arte y la música sagrados, así
gicas: 1. Apuntes históricos: a) Antes del Vat. las comisiones litúrgicas nacionales competentes en cosas de música sa- se constituya también una comisión
II, b) Indicaciones del Vat, II; 2. Distinciones y f^C 44-46). Se ha vuelto sobre el ar-
articulaciones: a) Comisiones litúrgicas nacio- grada" para vigilar lo que se canta o para promover el apostolado litúr-
nales, estructura y tareas, b) Comisiones litúrgi- gumento en varios documentos apli- se toca durante las celebraciones y gico".
cas diocesanas, estructura y tareas, c) Comisio- cativos del concilio, especialmen- promover buenas ejecuciones por
nes litúrgicas regionales; 3. Perspectivas - 11. te en la instrucción de la Sagrada Una instrucción del Santo Oficio
Centro de Pastoral Litúrgica de Barcelona: 1. Congregación de ritos ínter oecume-
parte de los cantores, de acuerdo con sobre el arte sagrado 7 toca margi-
Naturaleza; 2. Origen y evolución; 3. Activida- las indicaciones de reforma enuncia- nalmente la composición de las co-
des: a) La revista "Phase", b) Otras publicacio- nici, del 26 de septiembre de 1964 das en el mismo documento, que se
nes: "Misa Dominical", "Oración de las Horas", (nn. 44-47)2. A partir de aquí se ha misiones diocesanas para el arte sa-
"Dossiers CPL", colección "Celebrar", c) El Ins- considera de "importancia capital" grado, pidiendo que los ordinarios
producido un auténtico relanza- en la historia de la renovación litúr-
tituto de Liturgia - III. Asociación Española de miento de los organismos litúrgicos hagan recaer la "elección de los
Profesores de Liturgia: 1. Origen; 2. Naturaleza gica4. Según el estilo y la obra del miembros de esas comisiones sobre
y estructura; 3. Jornadas anuales de estudio; 4. y un renovado interés por la pastoral papa Pío X, que pide su constitu-
Publicaciones. Conclusión. litúrgica. personas que junten a la indiscuti-
ción, las "comisiones diocesanas de da competencia en materia de arte
música sagrada", las primeras que aquellas dotes de fe, de verdadera
Introducción Ante la imposibilidad de hacer aparecieron en el campo litúrgico, piedad y de plena adhesión a las
una presentación de todos los orga- nacen con intenciones pastorales y directrices de la Santa Sede que
La iglesia se ha preocupado cons- nismos litúrgicos o afines, ofrecemos desarrollan su actividad insertándo- las hagan dignas de tan importante
tantemente por promover la / pas- una muestra sintética de algunos de se en el más amplio / movimiento misión".
toral litúrgica. Una decidida activi- entre ellos, los principales.
Organismos litúrgicos 1496 1497 Organismos litúrgicos
La encíclica Musicae sacrae disci- exigencias de la conservación de un pleta el cuadro institucional, pidien- 2. DISTINCIONES Y ARTICULACIO-
plina, de 1955 8, dedica una breve alu- monumento o de la restauración del do que se instituya a nivel nacional NES. Las normativas de la constitu-
sión a estos organismos de consulta, canto gregoriano con las de la parti- (SC 44) y diocesano (SC 45) una co-
cipación de la asamblea celebrante. ción conciliar en materia de comi-
como es natural en un documento misión "litúrgica" o "para la sagrada siones litúrgicas, que recibieron una
que se refiere a la música sagrada, Las dos comisiones más técnicas sur- liturgia" ("de sacra liturgia") con
gen con gran anticipación sobre la rápida ejecución por parte de la San-
dejando entender de todas formas competencia, a nivel nacional, tam- ta Sede ", piden su constitución a
que ni siquiera el legislador ni el re- más teológico-pastoral, quizá por- bién para la música y el arte sagra-
que la autoridad eclesiástica recono- dos niveles: el nacional, que asiste a
dactor del documento conocen la dis- dos. Sugiere la colaboración entre la "autoridad territorial" (SC 22,2;
tribución de las competencias entre ce más inmediatamente los propios varias diócesis, allí donde se hiciese
límites técnicos y siente la urgencia 36,3; 39; 40; 44; etc.), y el diocesano,
las diversas comisiones que se ocu- necesaria, poniendo así en marcha que ayuda al obispo en la actividad
pan de la liturgia, y refiere todo a la de contar con el consejo de personas la formación de comisiones "regio-
competentes por su preparación es- pastoral diocesana. Un tercer nivel
que parecía atraer mayormente la nales" (SC 45: "A veces puede re- intermedio, de ámbito interdiocesa-
atención, al menos a nivel teórico pecífica. sultar conveniente que varias dió- no, o provincial, o regional, lo su-
("para esta finalidad es una cosa ex- En las diócesis particulares son cesis formen una sola comisión, la giere casi implícitamente el concilio.
celente que en la comisión diocesana creadas por el obispo estas comisio- cual, aunando esfuerzos, promueva
de arte sagrado haya algún experto Puede ser interesante destacar que
nes y quedan dependientes de él y al el apostolado litúrgico"). Establece los organismos episcopales de nivel
en música sagrada y canto que pue- servicio de su misión. Como hasta el que, "además de la comisión de sa-
da diligentemente vigilar ese campo nacional se ponen oficialmente en
Vat. II la autoridad del obispo en grada liturgia, se establecerán tam- marcha precisamente con los docu-
en la diócesis e informar al ordina- campo litúrgico se limita a la tarea bién en cada diócesis, dentro de lo
rio de cuanto se haya hecho y se mentos aplicativos citados en la nota
"de vigilar diligentemente para que posible, comisiones de música y de 11, relativos a los problemas de la
debe hacer todavía y acoger y hacer las prescripciones de los sagrados cá- arte sacro", y afirma también clara-
cumplir sus prescripciones y disposi- reforma litúrgica, que tiene por tan-
nones relativas al culto litúrgico se mente la necesidad de la unidad de to el mérito de haber pedido formas
ciones"). observen puntualmente", mientras orientaciones entre las tres comisio- limitadas, pero concretas y consis-
La última intervención de la Santa que "solamente el sumo pontífice tie- nes: "Es necesario que estas tres co- tentes (piénsese solamente en los
Sede en materia de comisiones litúr- ne el derecho de reconocer y estable- misiones trabajen en estrecha cola- problemas de las traducciones y
gicas antes del concilio se dio en la cer cualquier praxis de culto, de in- boración, y aun muchas veces con- adaptaciones) de ejercicio de la co-
instrucción de la Sagrada Congrega- troducir y aprobar nuevos ritos y de vendrá que se fundan en una sola" legialidad episcopal. Sucesivamente,
ción de ritos sobre la música sagra- cambiar los que él juzga que se de- (SC 46). El contexto deja entender como ha acontecido con otros fecun-
da 9 . Se recuerda que la comisión ben cambiar" ", también las comi- que la relación entre la comisión dos y cualificadores aspectos de la
"para la música sagrada" debe existir siones encargadas de la liturgia de- "para la liturgia" y las comisiones constitución de liturgia, la doctrina
en todas las diócesis desde la época ben ayudarle sobre todo en esta ta- "para la música sacra" y el "arte sa- de la colegialidad del ministerio epis-
de Pío X, y se recomienda su cola- rea. De todas formas, tal y como los cro" está jerarquizada: la primera copal ha recibido un amplio desarro-
boración en reuniones comunes con mismos documentos pontificios ha- "debe" constituirse; las otras, "den- llo en los documentos conciliares
la comisión "para el arte sagrado" y bían dejado adivinar desde los tiem- tro de lo posible"; además, la prefe- posteriores y en la conciencia eclesial
"para la sagrada liturgia", por la es- pos de Pío X, su actividad se ve cada rencia fundamental es para la litur- junto a la consideración más pro-
trecha conexión que tienen la música vez más implicada en la consulta, en gia, más aún, para la acción pastoral funda y más atenta de la realidad de
y el arte sagrado con la liturgia. Se la planificación, en la actuación de litúrgica. En este marco, las comi- la "iglesia particular". A esta ecle-
alude también a la posibilidad de iniciativas pastorales, encaminadas a siones para la música y para el arte siología del Vat. II es necesario refe-
que "los ordinarios de varias dióce- promover el conocimiento de la li- sagrados asumen un papel auxiliar y rirse para captar la novedad de los
sis constituyan una común comisión turgia y la participación activa de técnico. organismos consultivos en materia
para la música sagrada". los fieles. litúrgica, más allá de motivaciones
Todas estas comisiones nacen, derivadas de criterios únicamente re-
pues, mediante un acto de la autori- b) Indicaciones del Vat. II. La Los sucesivos documentos aplica- presentativos o de eficacia. Respecto
dad eclesiástica, generalmente por de- normativa diseminada por los docu- tivos " y la lenta, a veces fatigosa, a la doble polaridad iglesia diocesa-
seo o voluntad del papa. Aun tenien- mentos mencionados arriba conflu- actuación en las iglesias particulares na/iglesia nacional, han quedado un
do una referencia común a la litur- ye en la constitución Sacrosanctum van poco a poco confirmando este poco en sombra algunas formas de
gia, se mueven con autonomía re- concilium (nn. 43-46), que considera planteamiento querido por el conci- colaboración interdiocesanas o regio-
cíproca, y a veces incluso con des- estos organismos instrumentos im- lio, mientras que la naturaleza, la nales, más restringidas en cuanto a
confianza: sin una reflexión seria portantes para "fomentar todavía composición y las finalidades de las la cantidad de posibilidades operati-
acerca de la naturaleza de la liturgia más esta acción pastoral litúrgica en comisiones litúrgicas van adoptando vas, pero no menos significativas des-
es difícil, por ejemplo, conciliar las la iglesia" (SC 43). El concilio com- una configuración cada vez más pre- de el punto de vista eclesial. Esto ha
cisa dentro del cuerpo eclesial.
Organismos litúrgicos 1498 1499 Organismos litúrgicos

dependido ciertamente de muchos Además de estas variantes de deno- esta comisión le corresponde: "a) pro- con los delegados diocesanos de li-
factores, entre los que cabe destacar: minación y de composición, existen mover estudios y experiencias, a te- turgia de las distintas diócesis. Se ce-
la subdivisión regional no parece también maneras diversas de desig- nor del art. 40, 1 y 2, de la constitu- lebran reuniones periódicas con los
oportuna si las diócesis de una con- nar su competencia: en Francia, por ción; b) proponer iniciativas prác- mismos delegados con el fin de revi-
ferencia nacional no son numerosas ejemplo, se titula "Comisión episco- ticas para todo el territorio, que sar la situación litúrgica nacional y
o donde se presenta la necesidad de pal de liturgia y de pastoral sacra- promuevan la vida litúrgica y la apli- programar las campañas correspon-
proceder a otras agrupaciones por mental". En algún sitio, el estatuto- cación de la constitución sobre la sa- dientes. El Secretariado mantiene
áreas culturales o lingüísticas; ade- reglamento prevé que la misma co- grada liturgia; c) preparar los estu- también diálogo constante con los
más, la fuerza de las deliberaciones misión tenga un órgano ejecutivo dios y subsidios que sean necesarios Centros de pastoral litúrgica de las
de las conferencias regionales " es autónomo (secretaría u oficio o cen- de acuerdo con las decisiones de la comunidades autónomas. Publica el
menos vinculante y, por tanto, se tro); con más frecuencia, de acuerdo asamblea plenaría de los obispos; d) Boletín Pastoral Litúrgica, que es el
siente menos la necesidad de las co- con su papel consultivo, actúa me- dirigir la acción pastoral litúrgica en vehículo de documentación e infor-
misiones permanentes a este nivel. diante una oficina inserta en la se- todo el territorio, vigilar y notificar mación de la Comisión y del Secre-
En cambio, sin duda, la apertura a cretaría general de la conferencia a la asamblea plenaria acerca de la tariado. Cada año celebra las jorna-
organismos intermedios, que había episcopal y depende, por tanto, de aplicación de los decretos de la mis- das nacionales de liturgia y otros
tenido autorizados apoyos antes del la presidencia de la misma. ma; e) promover contactos frecuen- cursillos para reflexionar y ahondar
concilio u para el arte y la música En España: Por los años cincuen-
tes e iniciativas comunes con las aso- en temas principales de la pastoral
sagrados, se ha ido afirmando como ciaciones que en el mismo territorio litúrgica, con numerosa asistencia.
ta, el episcopado español se hace res- se ocupan de biblia, catequesis, pas- La gran labor que ha llevado a tér-
una exigencia espontánea después ponsable de la necesidad de coordi-
del concilio también para la pastoral toral, música, arte sagrado, y con las mino ha sido la traducción, adapta-
nar e impulsar la pastoral litúrgica. asociaciones religiosas de laicos de ción, promulgación y difusión de los
litúrgica. Pero es necesario tener en Con este fin se creó la Junta Nacio-
cuenta que, en un momento en el todo tipo". libros litúrgicos reformados según
nal de Apostolado Litúrgico, como los decretos del Vat. II, y que han
que florecen numerosos organismos organismo de la Conferencia de Me- La Comisión episcopal española
nuevos, conviene reflexionar sobre de liturgia es el órgano oficial de la sido promulgados por Pablo VI y
tropolitanos. Después de la promul- Juan Pablo II.
su verdadera razón de ser para no gación de la constitución conciliar Conferencia episcopal para promo-
multiplicarlos inútilmente y para no sobre sagrada liturgia, la Conferen- ver, encauzar y coordinar la pastoral
desbordar con demasiada facilidad cia episcopal crea la Comisión epis- litúrgica en todo el territorio nacio- b) Comisiones litúrgicas dioce-
los problemas que plantean su inser- copal de liturgia siguiendo las direc- nal, respetando siempre la compe- sanas. Estructura. A nivel diocesano,
ción y funcionamiento dentro de trices del número 44 de la SC. La tencia propia de cada obispo en su las formas organizativas de las co-
cada una de las iglesias diocesanas ". comisión está integrada por el presi- diócesis como responsable de la apli- misiones litúrgicas presentan dife-
Bajando a una información más dente, elegido por votación en la ple- cación y concreción de los altos prin- rencias mucho más consistentes de
particularizada, aunque necesaria- naria de la conferencia episcopal, y cipios que rigen la pastoral litúrgica unas diócesis a otras que cuanto su-
mente reducida, sobre las estructuras los vocales, todos ellos obispos. Jun- a escala nacional. También ejecuta cedía a nivel de estructura nacional.
y las tareas de los tres niveles de co- to a la comisión episcopal de liturgia los acuerdos de la Conferencia, dic- Diversidad de tradiciones, de dispo-
misiones litúrgicas, se hará referen- está el Secretariado Nacional de Li- tamina e interviene en los asuntos nibilidad de personas y de medios,
cia preferentemente a la situación es- turgia, que existía desde los tiempos que le son propios, asesora al obispo de dimensiones territoriales, de pro-
pañola. de la Junta de Apostolado Litúrgico, diocesano cuando éste Jo requiere y blemas pastorales, de valoración de
y un grupo de consultores que lo aprovecha las experiencias particu- los organismos consultivos, etc., las
asesoran en las decisiones y progra- lares, diocesanas o interdiocesanas caracterizan en modelos profunda-
a) Comisiones litúrgicas naciona- para informar a otras diócesis.
les. Estructura. Las organizan y re- mación. mente diversos incluso dentro de
glamentan las conferencias episcopa- El Secretariado Nacional de Li- una misma región o entre diócesis
Tareas. Según la SC 44, es misión vecinas. Por tanto, se intentará mar-
les nacionales l6. Cuando el número de la comisión nacional ocuparse de turgia es el órgano ejecutivo de la
de miembros de un episcopado na- Comisión episcopal de liturgia, sin car algunas líneas maestras de una
la promoción de la pastoral litúrgica organización típica, tomándolas de
cional lo permite, son generalmente en todos los sectores y aspectos que reducirse a mero organismo buro-
comisiones episcopales, o sea forma- crático o administrativo. Es elemen- los documentos generales menciona-
la afectan, comprendidos la música dos más arriba y de algunas expe-
das íntegramente por obispos. Tam- y el arte sagrados. La descripción de to coordinador central (no centrali-
bién se prevé una comisión central zador) y de promoción de la pastoral riencias particulares significativas,
las tareas, ofrecida por la instrucción sobre todo en España.
de obispos y una más amplia comi- ínter oecumenici (n. 45), se precisa litúrgica a escala nacional. Él direc-
sión nacional formada por sacerdo- posteriormente en los reglamentos tor del Secretariado es a la vez secre- Una "comisión litúrgica diocesa-
tes, religiosos (y laicos), expertos en elaborados por cada una de las con- tario de la Comisión. El Secretariado na" (= CLD) debería articularse en
liturgia, música y arte sagrados l7 . ferencias episcopales nacionales. A mantiene una conexión constante tres secciones o subcomisiones, res-
Organismos litúrgicos 1500 1501 Organismos litúrgicos
pectivamente: para la pastoral litúr- sejo pastoral diocesano". Toca al nos. A veces las soluciones de com- motivos que se han señalado [/ su-
gica, para la música sagrada, para el obispo elegir y reglamentar las es- promiso ponen de manifiesto el pre- pra, 2], es la situación de los orga-
arte sagrado. Es importante que las tructuras que mejor favorezcan el in- dominio de particularismo y no nismos intermedios, entre el nivel
tres secciones persigan la unidad de tercambio recíproco de estímulos y parecen poderse armonizar con las nacional y diocesano. El vacío nor-
orientación, que debería crearse en servicios entre todas estas realidades indicaciones de la reforma conciliar. mativo a este respecto quizá esté
torno a las exigencias fundamentales de la iglesia diocesana. Dada la naturaleza consultiva de la condenado a continuar si, a propó-
de la vida litúrgica mediante un mé- Tareas. La indicación general de CLD, es evidente que sus miembros sito de los "consejos pastorales u
todo de trabajo serio y atento a to- la SC (n. 45: "Promover la acción deben ser lo más posible expertos, otros organismos semejantes", no se
dos los datos de cada problema y de litúrgica bajo la autoridad del obis- según los casos, en liturgia, en músi- desaconseja su institución a nivel re-
cada iniciativa. Por eso, cada vez po") se ha desarrollado con más de- ca, en arte sagrado y en pastoral gional con una circular de la Con-
que se muestren, incluso en los sec- talles en la instrucción ínter oecu- (cf SC 44). Los documentos del pos- gregación del clero. De todas for-
tores más técnicos, opciones cualifi- menici (n. 4 7 ) . La C L D d e b e : concilio no parecen aludir a otras mas, las "comisiones litúrgicas regio-
cadoras de carácter litúrgico, el con- "a) darse cuenta de la situación de la cualidades morales o religiosas, so- nales" (= CLR) se muestran cada
cilio sugiere que las secciones intere- acción pastoral litúrgica en la dióce- bre las que insistían algunos docu- vez más útiles, sea para un servicio
sadas se encuentren para reflexionar sis; b) poner en acto diligentemente mentos precedentes (ver nota 7); qui- de estudio y de propuestas a las con-
juntas (SC 46). La circulación de lo que la competente autoridad esta- zá su necesidad se ha dado por des- ferencias episcopales regionales, sea
ideas de cara a esa convergencia pue- blezca en materia de liturgia, y tener contada. para el intercambio de experiencias
de venir favorecida también por un presentes los estudios y las iniciati- Además de los objetivos señalados y de subsidios y la consiguiente con-
único presidente y un único secreta- vas que en este campo tengan lugar en el número 47 de la instrucción vergencia de opciones pastorales, sea
rio general y por la presencia de al- también en otros lugares; c) sugerir ínter oecumenici, las comisiones li- para la comunicación más ágil y fre-
gún miembro en varias secciones. La y promover toda iniciativa práctica túrgicas diocesanas españolas pres- cuente con la comisión nacional. Por
CLD que se articula así es un orga- que pueda contribuir al progreso de tan una gran atención a los siguien- lo demás, la sugerencia de la consti-
nismo consultivo al servicio del mi- la vida litúrgica, especialmente para tes aspectos: a) promover campañas tución conciliar (SC 45) está abierta
nisterio del obispo —que por ello, ayudar a los sacerdotes que trabajan para introducir o secundar las refor- a numerosos desarrollos y podrá
de manera más o menos directa, en la viña del Señor; d) sugerir, en mas litúrgicas imperadas por los or- desenvolverse al paso del status jurí-
nombra a sus miembros— y ofrece los casos particulares, o también ganismos competentes o las necesi- dico de las conferencias episcopales
su propia colaboración de estudio, para toda la diócesis, las oportunas dades pastorales del momento; b) re- provinciales o regionales.
de proposición y de actividad a los y progresivas etapas de la acción visar periódicamente las expresiones
demás organismos diocesanos. pastoral litúrgica; señalar o incluso Actualmente, en España, la CLR
litúrgicas para que estén adaptadas está presidida por un obispo, y com-
llamar, cuando sea necesario, perso- u las normas objetivas de la propia puesta por los delegados diocesanos
Para no diluir excesivamente la nas idóneas, que en el momento
operatividad de su trabajo, es nece- liturgia y a las exigencias del pueblo de liturgia de la región y de consul-
o p o r t u n o p u e d a n a y u d a r a los que por ellos ha de expresarse; tores especializados en materia li-
sario que la CLD esté al frente de un sacerdotes en este campo, y preparar
organismo ejecutivo, secretaría u ofi- c) fomentar los esfuerzos de investi- túrgica. Las CLR desarrollan su ac-
medios y subsidios adecuados; e) gación y divulgación necesarios para tividad sobre todo en la traducción
cina. Generalmente esto tiene lugar, cuidar de que en la diócesis las ini-
en los estatutos-reglamentos dioce- que tanto el clero como los laicos de los libros litúrgicos a las lenguas
ciativas que tienden a promover la estén debidamente informados. Esto regionales; si es necesario, muestran
sanos, con la presencia en la curia liturgia procedan de acuerdo y con
episcopal de una oficina "para la se hace en conexión con el Secreta- su vitalidad en la publicación de sub-
la ayuda mutua de las demás asocia- riado Nacional de Liturgia y otros sidios litúrgicos de carácter regional
pastoral litúrgica", o "para la litur- ciones, de manera semejante a cuan-
gia", o "para los sacramentos y el departamentos de carácter diocesa- (calendarios particulares, repertorio
to se ha dicho de la comisión insti- no o nacional; d) recoger, ponderán- de cantos, etc.), en la formación de
culto", con competencia también en tuida en la conferencia episcopal".
cuestiones de arte sagrado o de todas dolas, las experiencias que en los dis- los animadores litúrgicos ofrecién-
formas unido con otra eventual ofi- Esta descripción, que afecta sobre tintos campos de la pastoral litúrgica doles cursos de estudio y de pastoral
cina encargada de este sector. Con todo a la sección pastoral de la se estén llevando a cabo en la dióce- litúrgica y en la adaptación de la
frecuencia el director de la oficina es CLD, se integra normalmente en los sis; e) informar a cuantos lo deseen normativa común a las circunstan-
el mismo presidente o secretario ge- estatutos-reglamentos con las suge- sobre legislación, iniciativas, expe- cias particulares de la comunidad re-
neral de la CLD. rencias referentes a la música y al riencias, organismos, bibliografía, gional.
arte sagrados que proceden de otros etcétera en el campo de la pastoral
La relación con los demás orga- litúrgica.
nismos diocesanos, sobre todo con documentos y con tradiciones y con- 3. PERSPECTIVAS. El desarrollo,
la delegación para la catequesis, se dicionamientos locales acerca de la sustancialmente reciente, de las co-
desarrolla sea a través de las oficinas distribución de las competencias en- c) Comisiones litúrgicas regio- misiones litúrgicas a los diversos ni-
pastorales, sea por medio del "con- tre los diversos organismos diocesa- nales. Mucho más fluida, por los veles y la variedad de su ordena-
Organismos litúrgicos 1502 1503 Organismos litúrgicos
miento jurídico operativo pone en rio consciente de numerosos cola- nacionales, pueden convertirse en dora del humus necesario pura que
evidencia su estrecha unión con la boradores, sobre todo laicos. Estas centros propulsores de liturgias cada naciera el Centro de Pastoral Litúr-
eclesiología del Vat. II y su relación iniciativas de formación, además vez más participadas y vividas por gica de Barcelona. La prehisloria
sea con la / pastoral litúrgica que de las tareas consultivas ordinarias, las comunidades eclesiales. está enmarcada en el movimiento
deben promover, sea con las contin- constituirán previsiblemente una pis- litúrgico general de la iglesia, y
gencias histórico-ambientales en las ta que comprometerá a las comisio- M. Ossi-J. M. a Cañáis en particular en Cataluña [/ Movi-
que se insertan, y que con gran fre- nes litúrgicas en los diferentes ni- miento litúrgico en España]. Los
cuencia condicionan su funcionali- veles. acontecimientos más relevantes, por
dad o su misma existencia. Las circunstancias ambientales II. Centro de Pastoral orden cronológico, son los siguien-
ha promoción de la pastoral litúr- (de tradiciones, de situaciones de fe, Litúrgica de Barcelona tes: en el año 1915 se celebró en
gica parece que hoy quiere decir tra- de personas, etc.) piden, a propósito Montserrat el primer congreso litúr-
bajo de investigación para captar la de estos organismos, gradualidad y 1. NATURALEZA. El Centro de gico, que influyó notablemente en la
situación real de las comunidades adaptaciones de cara a un trabajo Pastoral Litúrgica de Barcelona animación y orientación del movi-
cristianas acerca de las diversas rela- eficaz. En cambio, no deberían —y (= CPL) es una asociación eclesial, miento litúrgico en Cataluña; la Re-
ciones con las liturgias que celebra las autorizadas indicaciones arriba sin ser un organismo oficial, consti- vista Litúrgica, publicada con mu-
(por ejemplo, desde el punto de vista citadas no dejan dudas al respecto— tuido por una agrupación o equipo chísimas dificultades de procedencia
de la fe, de la comprensión de los consentirse retrasos o ineficiencias de trabajo, de personas, actividades variada entre el año 1947 —año de
simbolismos rituales, de la partici- en su creación o funcionamiento, en y publicaciones al servicio de la ac- la publicación de la encíclica Media-
pación activa, de la articulación mi- la coordinación de su organización ción pastoral-litúrgica de la iglesia. tor Dei— y 1951; una serie de refor-
nisterial, de la incidencia en la vida interna y en la relación con los otros Su tarea fundamental está orientada mas parciales realizadas y promovi-
personal y social, etc.), y acción de sectores de la actividad pastoral, es- a promover el culto en espíritu y en das por los papas Pío XII y Juan
consejo, de orientación, de anima- pecialmente el de la catequesis. Más verdad para que la "liturgia sea la XXIII, que rompían con una tradi-
ción, que pueda penetrar, según las que a la acentuación de las estructu- cumbre a la cual tienda la actividad ción de siglos de inmovilismo litúr-
posibilidades y las circunstancias, en ras, es necesario mirar a su finalidad de la iglesia y al mismo tiempo la gico; la celebración del I Congreso
todos los centros vitales de la orga- relativa a la eficacia de la acción es- fuente de donde mane toda su fuer- de liturgia pastoral en Asís y Roma
nización eclesial. piritual y eclesial, y tratar de verifi- za" (SC 10). Desde su origen ha te- en 1956; y el que afectó más directa-
Según las experiencias que se des- car frecuentemente con humildad nido presente las líneas de fuerza mente a la diócesis de Barcelona fue,
arrollan en muchos lugares, en este y constancia esta correspondencia. constituyentes, que han orientado y en el mismo año, la organización y
cuadro asume una particular impor- Las comisiones tienen sentido sola- promovido toda su acción pastoral- celebración de un congreso litúrgico
tancia la formación de animadores mente si están verdaderamente al litúrgica. Podemos resumir en dos patrocinado por el obispo, mons.
de la liturgia [/ Animación], o sea, servicio del pueblo de Dios y de los las características fundamentales que Gregorio Modrego, y coordinado
de fieles suficientemente preparados varios ministerios que le son esen- han constituido el eje de toda su ac- por Francesc Camprubí y Pere Te-
para ofrecer a la propia comunidad ciales. tividad, a saber: a) mejorar las cele- na. Del congreso salieron propuestas
el testimonio de una vida cristiana Por esto se puede ver que adquie- braciones litúrgicas y la pastoral sa- y acciones muy concretas.
sólidamente anclada en las celebra- ren su papel y su verdadera fisono- cramental por medio de adecuadas y Preparado así el terreno, un grupo
ciones del misterio de Cristo, y el mía solamente a la luz de una ecle- oportunas orientaciones y ofrecien- de sacerdotes catalanes sintonizado
servicio de una mistagogia inteligen- siología de participación y de comu- do un material de calidad y práctico, y preocupado por la pastoral litúrgi-
te e incisiva. Esto deriva también del nión. También en la vida litúrgica y b) promover la formación litúrgica ca en la iglesia, crea el Centro de
hecho de que la reforma litúrgica, la responsabilidad de quien preside por medio de la enseñanza y publi- Pastoral Litúrgica en Barcelona.
rompiendo una secular fijación ri- está sostenida por la responsabilidad caciones, presentando la liturgia tan- Nace en el momento oportuno para
tual y un rígido clericalismo, aun de todos los miembros del pueblo de to bajo el aspecto teológico e histó- animar, encauzar y proyectar el mo-
conservando los modelos celebrati- Dios no sólo en las competencias se- rico como bajo el aspecto espiritual, vimiento litúrgico en Cataluña. Des-
vos tradicionales y la necesaria dis- culares o técnicas, sino en la dispo- pastoral y jurídico (cf SC 16) para de el origen hasta hoy el CPL ha
ciplina, exige y ofrece amplias y nibilidad de dones espirituales y de ayudar con todos los medios apro- desarrollado su actividad como ver-
diferenciadas colaboraciones. Pero fe, de conocimiento y de aptitudes, piados al pueblo de Dios a compren- dadero instrumento de conciencia-
esas posibilidades quedan estériles que pueden servir para la edificación der el misterio de Cristo que celebra ción litúrgica en el pueblo de Dios, y
mientras los sacerdotes y los laicos común. En esta perspectiva, las co- y participa. ha ido potenciando y deslindando
no las conozcan y no las asimilen, misiones litúrgicas, desde las posi- los diversos campos de acción, que
hasta que no lleven a. fructíferas ce- bles realizaciones en modelos elemen- 2. ORIGEN Y EVOLUCIÓN. Pode- en el inicio estaban conjuntados,
lebraciones y no amplíen efectiva- tales en los llamados grupos litúrgi- para hacer más eficaz su misión en
mente la responsabilidad al ministe- mos afirmar, sin miedo a equivocar-
cos parroquiales hasta los niveles nos, que existe una prehistoria, crea- la iglesia.
Organismos litúrgicos 1504 1505 Organismos litúrgicos
3. ACTIVIDADES, a) La revista En la segundo período, de 1975 a 1970 el CPL, siempre atento y sensi-
1982, se percibe en los artículos un bolos y gestos litúrgicos, canto,
"Phase". Desde el inicio de la funda- ble a descubrir las necesidades y las guiones de homilías para sacramen-
ción del CPL se vio la conveniencia afán por temas fronterizos. A partir exigencias de la pastoral litúrgica del
del año 1983 se observa una con- tos y rito de exequias, etc.
de tener un órgano de expresión pe- momento, inicia la publicación de
riódica como medio indispensable cienciación en insistir pastoralmente una nueva revista titulada Oración • Colección "Celebrar". La colec-
para la actividad pastoral litúrgica. en los temas fundamentales de la li- de las Horas, y dirigida por Pere ción de folletos "Celebrar", que edita
En octubre de 1959 se intentó la pu- turgia; es la época de nuevas gene- Farnés con un grupo de colaborado- el CPL, son unos libritos para ayu-
blicación de una revista. La tentativa raciones y de nuevos interrogantes, res. Al principio, por su presencia y dar a los fieles a participar en la li-
fracasó por las múltiples dificultades que interpelan con exigencia a la contenido, parecía la Misa Domini- turgia y en la oración, en los sacra-
que surgieron al margen de la volun- pastoral litúrgica. La revista, dirigi- cal aplicada, en vez de a la eucaris- mentos y en circunstancias personales
tad de los promotores. La idea se da por Pere Tena, tiene un consejo tía, a la liturgia de las Horas. A me- y familiares. Hasta el presente se han
fue abriendo camino hasta que en de redacción y un consejo más am- dida que la revista se ha ido conso- editado diecinueve folletos, obtenien-
enero de 1961 se inicia la publicación plio, que se reúne una vez al año lidando, el subtítulo de la misma do una gran aceptación por el pue-
bimestral del Boletín de pastoral li- para programar los números sucesi- indica mejor su contenido y su in- blo cristiano. Dirige la colección Jo-
túrgica, publicación modesta que vos. La revista tiene una gran difu- tención, a saber: Revista de pastoral sep Lligadas.
tuvo en seguida una buena acogida, sión tanto en España como en el ex- de la plegaria y la celebración. La
llegando en poco tiempo a las ocho- tranjero, y es cotizada en los am- Oración de las Horas es una revista
cientas suscripciones. Ofrecía a sus bientes litúrgicos internacionales. c) El Instituto de Liturgia. El
mensual de fácil lectura, que ofrece tema de la formación litúrgica es
lectores estudios serios de formación un servicio a la pastoral de la ora-
litúrgica, orientaciones pastorales y b) Otras publicaciones. Es difícil uno de los más tratados en la iglesia
ción y de la celebración, poniendo después de las decisiones conciliares.
materiales celebrativos. El contenido reseñar en pocas palabras todas las un relieve especial en la celebración
hace pensar en las diversas publica- publicaciones del CPL. Menciona- La misma constitución Sacrosanc-
de la liturgia de las Horas. Está pen- tum concilium, en los nn. 14 al 18,
ciones que posteriormente han ido remos brevemente las cuatro más sada básicamente para las comuni-
apareciendo en el CPL, como Misa importantes en el campo de la pas- habla de la necesidad de promover
dades religiosas y cristianas que la educación litúrgica para compren-
Dominical, Oración de las Horas, toral litúrgica. buscan en la oración un camino de
Dossiers, etc. [/ supra, 3, b\ A los der la renovación y llevarla a tér-
• Misa Dominical: En el adviento comunión con Dios y con los her- mino de una manera pedagógica.
dos años de publicarse el Boletín se manos en la iglesia. Cada número
transforma en una revista con el tí- de 1968 aparece en el CPL una nue- Cuando existe una situación de cam-
va publicación destinada a ofrecer contiene secciones fijas o habituales, bio se exige un esfuerzo de adapta-
tulo Phase. El cambio de título y de y en las páginas centrales incluye
contenido es debido a unas circuns- un material para las celebraciones ción y de comprensión. El CPL de
eucarísticas dominicales. Son los materiales para las celebraciones. Barcelona, por medio de su Instituto
tancias y a la maduración consegui-
da en este breve tiempo de existen- años siguientes al concilio Vat. II, y de Liturgia, ha sido sensible a esta
cia. El Boletín, sencillo y modesto, existe en la iglesia una efervescencia • Dossiers CPL: Los Dossiers necesidad desde el año 1964. En un
necesitaba ya expresarse como revis- litúrgica y un ansia de mejorar la CPL es una colección de folletos que principio organizó unos cursos siste-
ta. Phase es una revista de pastoral calidad de las celebraciones. Es el ofrecen materiales, sugerencias y máticos en dos años; luego colaboró
litúrgica; no es, por tanto, una revis- momento oportuno para ofrecer un orientaciones para diferentes aspec- con la Facultad de Teología de Bar-
ta de investigación científica ni tam- material de calidad que ayude al cle- tos de la celebración litúrgica. El pri- celona, impartiendo unos cursos es-
poco de aplicación inmediata, como ro y a los agentes de la animación a mer Dossier que se publicó, las Ho- peciales. Posteriormente establece
puede ser Misa Dominical. Una lec- preparar las celebraciones eucarísti- milías exequiales, fue en el año 1978. una diferenciación de niveles: orga-
tura atenta de todos los artículos pu- cas del domingo. La Misa Domini- Desde entonces se han publicado niza el curso básico, dedicado a una
blicados desde el principio hasta hoy cal contiene para cada domingo del treinta y dos; algunos de ellos se han iniciación general a la liturgia; el
lleva a la siguiente conclusión: en la año unas orientaciones para la cele- reeditado varias veces por la gran curso superior, dedicado a la forma-
revista se observan tres etapas muy bración, breves notas exegéticas de acogida que han tenido. El CPL, por ción permanente de personas con es-
caracterizadas por el ambiente ecle- las lecturas y un proyecto de homilía medio de los Dossiers, realiza un ser- tudios básicos ya realizados, y el cur-
sial del momento. La primera etapa ya redactado. En una hoja aparte su- vicio formativo-catequético y pasto- so estrictamente académico. Este úl-
transcurre entre 1961 y 1974, y se giere moniciones, la oración de los ral en la iglesia. Dirige la colección timo ha recorrido un largo y no fácil
caracteriza por el dominio temático fieles, oraciones y orientaciones para José Aldazábal. Los folletos publi- camino. Hasta el curso 1985-1986,
sobre la reforma litúrgica; es el tiem- los cantos. Se edita en catalán y en cados tratan diferentes materias; por la Facultad de Teología de Barcelo-
po preconciliar y la década posterior castellano. Es una obra en equipo ejemplo: el año litúrgico: tiempos, na organizaba cursos de especializa-
a la promulgación de la constitución dirigida por Joaquim Gomis. fiestas marianas, celebraciones del ción litúrgica en el bienio de licencia
conciliar Sacrosanctum concilium. santoral; sacramentos, principal- en teología, obteniendo los alumnos
• Oración de las Horas: En el año mente la eucaristía, ministerios, sím- el grado académico de licenciado en
1507 Organismos litúrgicos
Organismos litúrgicos 1506
las gestiones necesarias. Se confió la boración pertinente, y g) organizar
teología con especialización litúrgi- gestión a José Manuel Bernal, en co- sesiones de estudio a nivel nacional
III. Asociación Española nexión con el equipo de Valencia, o regional.
ca. Se observó con el tiempo que los de Profesores de Liturgia
cursos de especialización eran pocos residente en Torrente (Valencia). El Pueden formar parte de la Aso-
para una adecuada formación litúr- primer encuentro se reveló sumamen- ciación los profesores de liturgia en
1. ORIGEN. Hay que considerar
gica. En el curso 1985-1986 se inicia te fructífero y eficaz, sin grandes pre- facultades de teología, seminarios y
el Symposium de la revista Phase ce- tensiones y con realismo, y fue el
una nueva etapa universitaria, fruto lebrado del 12 al 15 de abril de 1977, centros similares, los investigadores
de la vinculación y de la futura in- punto de partida de los sucesivos en- y cultivadores de la ciencia litúrgica
con motivo de la publicación del nú- cuentros que ha tenido la Asociación
corporación del Instituto de Liturgia mero 100 de la misma, como la "cuna" (art. 18,1). La Asociación se rige por
a la Facultad de teología de Catalu- para prestar un servicio a los estu- los dos órganos directivos: la Asam-
de la Asociación Española de Profe- diosos de la liturgia y al mismo pue-
ña. En este curso, el Instituto co- sores de Liturgia (= AEPL). Fue en blea general, que ostenta la repre-
menzó a ofrecer, en el marco de la blo de Dios. sentación máxima de la Asociación,
esa ocasión precisamente cuando el
Facultad y promovido por el CPL, grupo de profesores asistentes al y el Consejo directivo, que es el ór-
un programa completo de estudios Symposium, reunidos en sesión de 2. NATURALEZA Y ESTRUCTURA. gano ejecutivo de la misma (arts. 5,
litúrgicos a nivel universitario, en or- trabajo, concibió la idea de crear La Asociación vivió durante tres 6 y 7). La Asamblea se reúne en se-
den a la obtención del segundo y ter- una asociación española de profeso- años en un período de prueba y de sión ordinaria y extraordinaria. En
cer grado académicos. El día 15 de res de liturgia. La idea venía arras- consolidación, en los que fue madu- sesión ordinaria, una vez al año,
agosto de 1986, la Congregación trándose de tiempo atrás. Pero nun- rando el proyecto de unos estatutos coincidiendo con las Jornadas anua-
para la Educación Católica aprueba ca había llegado a tomar cuerpo. En en donde se reflejaran los objetivos les de estudio; y con carácter ex-
oficialmente el Instituto de Liturgia esta ocasión, sin embargo, la idea y organización. En el encuentro traordinario puede ser convocada
de Barcelona, integrándolo en la Fa- cristalizó. Se fijaron fechas, se deter- anual del año 1980, celebrado en Al- mediante convocatoria especial
cultad de Teología de Cataluña. El minó el lugar de la primera reunión, cobendas (Madrid), se presentó el (arts. 8 y 9). El Consejo directivo
día 26 de noviembre de 1986, inicia- se designó al responsable de la orga- proyecto de estatutos, y se aprobó. está integrado por el presidente, se-
do ya el curso académico, se tiene la nización y se fijaron los objetivos. La asamblea de profesores expresó cretario-administrador y un máximo
inauguración oficial del Instituto, su firme voluntad de continuar y po- de tres vocales (hasta el presente sólo
después de la aprobación-integra- tenciar la Asociación con unos obje- se ha creído oportuno nombrar a un
El primer encuentro de profesores tivos bien definidos, con libertad de vocal), y son elegidos cada tres años
ción, con un acto presidido por de liturgia de facultades y seminarios
mons. Virgilio Noé, secretario de la acción y de mutua ayuda. en la Asamblea general (arts. 10 y
de España se celebró en la residencia 11). En el encuentro de 1980, cele-
Congregación para el Culto Divino. de los padres dominicos, junto a la En el artículo segundo de los esta-
Su presencia y su lección inaugural tutos se mencionan los fines de la brado en Alcobendas, se nombró
sede de la Facultad de Teología, en por primera vez el Consejo directivo,
fue, sin duda, el reconocimiento de Torrente (Valencia), los días 29 y 30 Asociación, que son: a) favorecer la
la labor realizada por el CPL y por mutua ayuda en la docencia e inves- nombrando a José Manuel Bernal
de octubre de 1977. Participaron cua- presidente; Antonio Quintana, secre-
su presidente, Pere Tena, desde su renta estudiosos procedentes de las tigación entre sus miembros y cola-
fundación hasta el presente. El pro- borar, desde su campo específico, en tario-administrador, y Dionisio Bo-
diversas regiones y centros eclesiás- robio, vocal. La elección siguiente
grama del bienio de licenciatura se ticos del país. La reunión se centró la vida litúrgica de la iglesia católica;
distribuye en tres áreas: teológica, b) favorecer el conocimiento mutuo fue en septiembre de 1983, en Ma-
en primer lugar sobre la enseñanza drid, quedando constituido el Con-
histórica y de aplicación. De esta de la liturgia en las facultades ecle- y la colaboración entre los profeso-
manera los alumnos reciben una for- res y cultivadores de la ciencia litúr- sejo directivo de la siguiente forma:
siásticas y en los seminarios con su José Manuel Bernal, presidente;
mación científica y pastoral a la vez, problemática actual y perspectivas, gica; c) tratar los asuntos que afec-
que les capacita tanto para conti- tan a la enseñanza de la liturgia en Juan María Cañáis, secretario-admi-
que estuvo a cargo de los conferen- nistrador, y Pere Tena, vocal. En la
nuar en el tercer grado académico ciantes Ignacio Oñatibia y Jordi Gi- sus aspectos propios y en relación
—doctorado—, en la investigación con otras disciplinas; d) aportar su última elección, realizada en septiem-
ben, y luego se pasó a delinear los bre de 1986, también en Madrid, se
personal en este campo, como para elementos más indispensables para reflexión crítica sobre aquellas cues-
la docencia y para la dirección de la tiones que, de manera importante, eligieron: como presidente, a Pere
organizar la Asociación. A este pro- Tena; como secretario, Juan María
pastoral sacramental y litúrgica en pósito se abrió un corto debate sobre afectan a la vida litúrgica de la co-
las diócesis, familias religiosas, etc. munidad cristiana; e) promover la Cañáis, y vocal, a Dionisio Borobio.
los objetivos de la misma, y se dej°
Así el Instituto de Liturgia de Barce- para más tarde, después de un cierto investigación y publicaciones en el
lona se une a los demás centros aca- tiempo de rodaje, el problema de I a campo de la ciencia litúrgica; f) es- 3. JORNADAS ANUALES DE ESTU-
démicos existentes en Europa que im- personalidad jurídica de la Asocia' tablecer contactos con instituciones
parten estudios litúrgicos a nivel su- DIO. La Asociación se reúne cada
ción. Se creó una secretaría perm^' que trabajan en el campo de la pas- año, generalmente en Madrid, para
perior, como los institutos de París nente, para que en los tres años su- toral litúrgica, ofreciéndoles la cola-
y de San Anselmo, en Roma. celebrar las Jornadas de estudio so-
cesivos fuera la promotora de toda*
Organismos litúrgicos 1508 1509 Organismos litúrgicos

bre temas de máxima actualidad en anterior se volvió a reunir la Asam- mental. Mientras escribo esto se está Véase, además, para la comisión de arte sacro:
el campo de la ciencia litúrgica. Enu- blea general de la Asociación los imprimiendo el segundo volumen S.C. pro C. Div., instr. Liturgicae instauratio-
nes, en AAS 62 (1970) 702; Principi e Norme
meraremos brevemente los temas días 29 y 30 de octubre de 1982 para sobre los sacramentos, e inmediata- per I'uso del Messale Romano, n. 256; S.C. pro
abordados desde el primer encuen- pulsar la Situación de la reforma li- mente seguirá el tercero, sobre el año Clero, carta circular Opera artis A-l, en AAS 63
tro, celebrado en Torrent (Valencia). túrgica en España, revisión y reacti- litúrgico y la liturgia de las horas. (1971) 316s - l2 Cf nota l l — ' 3 Según la tra-
El lector podrá encontrar las corres- vación. dición canónica romana codificada en el CIC
de 1917, cáns. 281-292 (ahora CIC de 1983,
pondientes crónicas en las revistas • Con motivo de los primeros cáns. 439-459) las asambleas de ios obispos no
Conclusión
de liturgia Notitiae, Phase y Pastoral veinte años de la promulgación de la podían tomar decisiones jurídicamente vincu-
litúrgica. constitución conciliar Sacrosanctum lantes más que en reuniones de concilio plenario
Esta breve reseña sobre los orga- (con la presidencia de un legado pontificio) o
• En Torrent (Valencia), el 29 y concilium, la Asociación organizó nismos litúrgicos no es otra cosa que provincial y con la aprobación de la Santa Sede.
30 de octubre de 1977, se trató La las Jornadas anuales sobre el estudio dar a conocer estos entes, que traba- Ahora esa posibilidad parece restringirse a las
enseñanza de la liturgia en las facul- Cristología y liturgia. En un princi- jan incansablemente para llevar en asambleas nacionales en determinados casos pre-
tades eclesiásticas y en los semina- pio se pensó tener la convivencia en un desarrollo permanente la acción vistos por el derecho común o concedidos por
el Seminario diocesano de Madrid; la Santa Sede y con la recognitio de las decisio-
rios. Y quedó constituida la Asocia- pastoral litúrgica de la iglesia. Este nes por parte de la misma; cf decreto CD 38,4;
ción. por estar en obras el edificio, se vol- compromiso está fuertemente con- Cei, Statuto della Conferenza episcopale italia-
vió a tener las sesiones de estudio en dicionado a la mutua colaboración na, aprobado el 19 nov. 1977, arts. 16; 17; 51,
• En el convento de los padres do- el Centro Salesiano (Madrid), du- en Annuario 1980-81, por la Secretaria genérale,
que debe establecerse entre todos los
minicos de Alcobendas (Madrid) se rante los días 6 a 8 de septiembre de organismos para conseguir la meta pp. 11 y 22; ver también; S.C. pro Ep., Diretto-
celebró el segundo encuentro, los 1983. común. Es necesario que la acción rio genérale "Ecclesiae imago" sul ministero
días 30 y 31 de octubre de 1978, y se pastúrale dei vescovi, 212, Ed. Vaticana, Roma
pastoral litúrgica conecte también 1973 — 14 Cf Circular de 1924, cit. en la nota 5
expuso en cuatro ponencias el tema • En la sede del Instituto de Vida con otras actividades pastorales de ("Bajo el cuidado de los reverendísimos ordina-
La docencia de la liturgia funda- Religiosa de los padres claretianos la iglesia. Sólo así se llegará a conse- rios, en todas las diócesis deberán instituirse
mental. de Madrid se han tenido las Jorna- guir aquella plena formación litúrgi- cuanto antes donde aún no lo estén comi-
• El tercer encuentro se tuvo en el das del año 1984, los días 4, 5 y 6 de ca de los fieles que es el objetivo siones diocesanas o —si parece mejor- regio-
septiembre, sobre el tema Penitencia nales de arte sacro"); instr. De música sacra,
seminario diocesano de Madrid, los principal de la renovación querida l.c, en la nota 1 — ls La observación es de L.
y eucaristía. por el concilio Vat. II.
días 2 y 3 de noviembre de 1979, y se Mougeot, Les commissions diocésaines de pas-
estudió El uso de los libros litúrgicos • Por cumplirse las bodas de pla- torale liturgique, en MD 93 (1968) 64 — '« Cf
en la docencia de la liturgia. ta de la revista Phase se celebró el /. M.a Cañáis SC 44; M. pr. Sacram liturgiam, l.c. en la nota
11; instr. ínter oecumenici 44-45 — 17 El mate-
• En la casa de ejercicios "El Buen encuentro anual en Barcelona para rial documental del cual se obtienen estas noti-
Pastor", de Toledo, se tuvo, del 1 participar en el coloquio organizado cias está esparcido en muchos números de Not,
por la misma revista entre responsa- NOTAS: ' Cf S.R.C., instr. De música sacra et preferentemente bajo el título Actuositas com-
al 3 de mayo de 1980, el cuarto en- sacra liturgia (3-9-1958) n. 118 — 2 Texto lati- missionum lilurgicarum; a veces, las relaciones
cuentro, escogiendo como tema bási- bles de revistas europeas de liturgia. no en EDIL 50-78 — J Cf Pío X, motu proprio sobre el trabajo desarrollado por las comisiones
co de la convivencia la Instructio de Fueron los días 3, 4 y 5 de septiem- Tra le sollecitudini (22-11-1903), n. 24 — " Cf nacionales contienen también informaciones so-
institutione litúrgica in seminariis, bre de 1985 en el Centro Salesiano O. Rousseau, Síoria del movimento litúrgico, bre la estructura de las mismas comisiones.
"Marti-Codolar". El tema de estudio Edizioni Paoline, 1961, 240 — 5 Para el des-
de la Congregación para la Educa- arrollo de este interesante organismo, con una
fue Pneumatología y liturgia.
ción Católica (Roma, 3 de junio prehistoria por lo que se refiere a la Santa Sede
de 1979). • Las últimas Jornadas han estu- que se remonta hasta san Pío V, y sobre las BIBLIOGRAFÍA: Fernández Conde M., La co-
diado el tema Inculturación y litur- intervenciones más recientes desde Pío IX ("Co- misión diocesana de liturgia, en "Liturgia" 3
• Los días 17 al 19 de octubre de misión de arqueología sacra") a Pío XI, en par- (1948) 69-77; Manzanares J., Liturgia y descen-
1980 se reunía otra vez la Asociación gia. Se han celebrado en Madrid, los ticular sobre la circular de 1 de septiembre de tralización en el concilio Vaticano II. Las con-
en la residencia de los padres domi- días 2 y 3 de septiembre de 1986, en 1924, cf G. Mariani, La legislazione ecclesiastica ferencias episcopales, eje de la reforma litúrgica
nicos de Alcobendas (Madrid) para la casa de ejercicios de las Damas in materia d'arte sacra, Ferrari, Roma 1945, conciliar, P. Universidad Gregoriana, Roma
tratar el tema Neopaganismo y rito. Apostólicas. 177-195 - 6 Cf Pío XII, ene. Mediator Dei, en 1970; McManus F.R., El poder jurídico del obis-
AAS 39 (\947) 561-562 (el capítulo entero está po en la constitución sobre sagrada liturgia, en
• En el Centro Salesiano de es- dedicado a las comisiones para el arte sacro) — "Concilium" 2 (1965) 32-50; Mejía J., Organis-
4. PUBLICACIONES. En enero de 7
Cf S.C.s. Off, instr. Sacrae artis, en AAS 44 mos de la renovación litúrgica. Responsabilida-
tudios eclesiásticos (Madrid) se tuvo 1985 vio la luz el primer fruto de (1952) 545 — 8 Pío XII, ene. Musicae sacrae des y funciones de las comisiones episcopales y
la asamblea anual de la Asociación una decisión y de un trabajo conjun- disciplina, en AAS 48 (1956) 24 — » Cf nota diocesanas de Liturgia, en "Hodie" 18 (1965)
los días 2, 3 y 4 de octubre de 1981, to nacidos de la Asociación, el pri- 1 - '» Cf Mediator Dei, en AAS cit., 544 — 119-126; Velado B., Función y posibilidades de
1
y se reflexionó sobre Los minis- mer volumen del manual de liturgia, ' Cf Pablo VI, motu proprio Sacram liturgiam. las delegaciones diocesanas de liturgia ante la
terios. en A A 556(1964) 143; S.R.C., instr. ínter oecu- situación actual, en "Pastoral Litúrgica" 107-
titulado La celebración en la iglesia, menici 44-47, en AAS 56 (1964) 886s; instr. Mu- 109 (1979) 17-46; Las delegaciones diocesanas
• En el mismo lugar que el año Liturgia y sacramentología funda- sicam sacram 68-69, en AAS 59 (1967) 319s. de liturgia: pasado, presente y futuro, en "Noti-
Orientales, Liturgias 1510
1511 Oriéntale», Liturgias
tiae" 160 (1979) 655-657; VV.AA., Organismos quía, Constantinopla, Jerusalén), y
intermedios y reforma litúrgica, en "Phase" 49 fuera de él, katholikos (Seleucia- la liturgia siro-oriental en Mesopo- que los del ambiente antioqueno.
(1969) 2-54. Véase también la bibliografía de
Ctesifonte para los siro-orientales, tamia y Persia; c) la liturgia asiático- Los padres alejandrinos parecen no
Derecho Litúrgico y de Formación Litúrgica. bizantina. Los documentos que ates- prestar excesiva atención a los ritos
Armenia, Georgia). El sistema pa-
triarcal es centralizador, y determina tiguan el paso de la fase de transmi- litúrgicos, ocupándose principal-
una unificación cada vez mayor en sión oral a la escrita son muy limita- mente de la doctrina. De ellos, sin-
los campos legislativo y disciplinar. dos. Los más antiguos son la Didajé, tomáticamente, no nos ha llegado li-
La autonomía patriarcal concierne a la Traditio apostólica, las Constitu- teratura litúrgico-mistagógica. Aquí
la creación de sedes episcopales, a la ciones Apostolorum, el Testamen- y allá se encuentran detalles sueltos
ORIENTALES, LITURGIAS elección o traslado de los obispos, a tum Domini y ciertas anáforas de sobre la orientación del bautismo y
la fijación de la vida litúrgica (intro- tipo antioqueno, cuya redacción más de la eucaristía, suficientes para
ducción de formularios y de fiestas, antigua la poseemos sólo por las re- mostrar su originalidad, y en los que
SUMARIO: I. Génesis y desarrollos - II. Época
arcaica (ss. m-v): 1. Rama siro-antioquena; 2. determinación de fechas y costum- construcciones de B. Botte, A. Raes se reconoce la extrema popularidad
Rama alejandrina - III. Fase de estructuración bres, reglas de ayuno, etc.), a la dis- y A. Tarby \ Los testimonios patrís- de que gozaba en Egipto la Traditio
definitiva (del s. v en adelante): I. Grupo siro-
ciplina del clero, así como de los lai- ticos más antiguos para la región an- apostólica de Hipólito 5. Un manus-
oriental; 2. Grupo anticalcedoniano; 3. Grupo tioqueno-jerosolimitana se encuen- crito del Monte Áthos, conocido con
calcedoniano - IV. Las familias de las anáfo- cos'.
ras - V. Descripción de los grupos particulares: tran en las catequesis bautismales de el nombre de Eucologio de Serapión
1. La liturgia siro-oriental (llamada caldea); 2. La autonomía de las provincias san Juan Crisóstomo, en las homi- de Thmuis, amigo de san Atanasio,
La liturgia siro-malabar; 3. La liturgia siro-occi- eclesiásticas es la matriz de particu- lías catequéticas de Teodoro de Mop- es la única fuente para la liturgia ale-
dental; 4. La liturgia maronita; 5. La liturgia larismos que explican el origen de suestia, en el Itinerario de Egeria jandrina del s. IV; junto a rasgos típi-
copta; 6. La liturgia etíope; 7. La liturgia arme- las provincias litúrgicas. Sin embar-
nia; 8. La liturgia bizantina; 9. La liturgia bi- (ce. 29-45), en las catequesis bautis- camente alejandrinos, se encuentran
zantina en Italia. go, el sistema patriarcal de los ss. IV males y mistagógicas de san Cirilo otros que no tienen lugares paralelos
y v no cubre exactamente el número de Jerusalén y en las homilías de Nar- seguros en la tradición egipcia pos-
de éstas, porque dentro de un mismo sai". terior. El papiro de Der Balizeh es el
I. Génesis y desarrollos patriarcado ha habido regiones con más importante de los raros restos
una vida litúrgica muy particular e Las lenguas litúrgicas son el
griego, dominante en los territorios eucológicos egipcios. Escrito en el
Las liturgias de las iglesias orien- influyente, como en Éfeso o en Ca- s. vi, utiliza fuentes más antiguas,
padocia, absorbidas después por la occidentales, en las ciudades, y el ara-
tales son designadas con frecuencia meo, usado en Siria y Mesopotamia, como Clemente, Hermas, Serapión
con el insatisfactorio término de rito, preponderante liturgia de Constan- y la Didajé, donde el famoso ver-
tinopla. La iglesia de Jerusalén, con- bajo el influjo de Edesa y Nísibe,
que comenzó a usarse en la iglesia Las anáforas que pueden remontarse sículo sobre los trigos esparcidos
romana para situar la multiplicidad vertida en patriarcado sólo después presenta variaciones que transfor-
del concilio de Calcedonia (451), in- al s. iv son sobrias, tienen una es-
y la licitud de las tradiciones litúrgi- tructura emparentada con la bera- man su sentido eclesiológico en sen-
cas orientales, en el sentido, frecuen- fluyó en la liturgia de otras iglesias tido eucarístico \ El texto de la aná-
desde el s. iv, cuando era todavía kah hebrea, la doctrina cristológica
temente limitativo, de aspecto cere- está todavía débilmente desarrollada fora contiene la doble epíclesis (peti-
monial o uso peculiar. En realidad, una iglesia local dependiente del me- ción de la consagración y epíclesis
tropolita de Cesárea Marítima. y pone de relieve sobre todo la mi-
es necesario acudir al primitivo con- sión del Logos, la historia de la sal- de comunión después de la narra-
junto de normas y tradiciones insti- vación, la gloria divina y el pensa- ción de la institución), que es una
tucionales y culturales que forman miento eclesiológico. Los códices constante específicamente alejandri-
la base de la vida de cada iglesia II. Época arcaica (ss. ui-v) más antiguos que las conservan son na. El estilo y la elección de la euco-
oriental en particular'. muy posteriores a la fecha de com- logía de esta obra tiene un cierto ca-
La génesis de estas liturgias debe Al principio podemos distinguir posición. Todos estos documentos rácter de libertad y resulta una
buscarse en la ordenación patriarcal dos ramas litúrgicas principales, co- arcaicos contienen de forma diversi- muestra del origen heterogéneo de
antigua. Éste es un fenómeno de rrespondientes a dos áreas geográfi- ficada numerosas informaciones so- los fragmentos.
condensación administrativa eclesiás- cas bien distintas: rama siro-antio- bre el año litúrgico, las fiestas, la jor-
tica basada en las iglesias locales de quena; rama alejandrina. nada litúrgica, los oficios, la disci-
los primeros siglos, que se centraliza plina de los sacramentos y del III. Fase
primero en torno a un gran número 1. RAMA SIRO-ANTIOQUENA. ayuno, la catequesis y la jerarquía de estructuración definitiva
de metrópolis y después en torno a Abraza todas las regiones influidas eclesiástica. (del s. v en adelante)
un número más restringido de cen- históricamente por Antioquía, don-
tros patriarcales. La cabeza de éstos Las familias litúrgicas orientales
de convergen elementos semíticos y se fueron formando sobre la organi-
se llama, dentro del imperio roma- 2. RAMA ALEJANDRINA. LOS do-
helenísticos. Aquí distinguimos: a) la zación territorial de la iglesia anti-
no, patriarca (Alejandría, Antio- liturgia de Antioquía-Jerusalén; b) cumentos sobre la liturgia egipcia ar-
caica son mucho menos abundantes gua, calcada en la civil y política, y
1513 Orientales, Liturgias
Orientales, Liturgias 1512 La primera clasificación es más fá-
IV. Las familias de las anáforas
cilmente aceptada por todos.
enriquecida con la aportación de las 1. GRUPO SIRO-ORIENTAL. Desde
iglesias particulares (Jerusalén, Ca- Las anáforas usadas por las fami-
el 362 se encuentra políticamente lias litúrgicas orientales merecen una
padocia); en el s. v comienzan a di- bajo el influjo persa; canónicamente V. Descripción
versificarse y a fragmentarse bajo el clasificación aparte, porque el uso
autónomo desde el 410 (concilio de práctico no se corresponde con las de los grupos particulares
impulso de nuevos e inconciliables Seleucia-Ctesifonte), rechaza el con-
factores doctrinales, culturales y so- divisiones territoriales, jurisdiccio-
cilio de Éfeso (431). Desde el 484 nales y confesionales. Se da, por 1. LITURGIA SIRO-ORIENTAL (LLA-
ciales. Los siro-orientales (errónea- decide conservar la doctrina de Teo-
mente llamados nestorianos) no ejemplo, el caso de anáforas de es- MADA CALDEA). La iglesia siro-orien-
doro de Mopsuestia. Se cierra en un tructura antioquena usadas entre los tal adquirió rasgos estables en la es-
aceptan el concilio de Éfeso y se ais- aislamiento eclesiástico respecto del
lan en Mesopotamia y Persia, más coptos o los etíopes; la anáfora ale- fera de influencia de Edesa, foco de
Occidente siro-helénico que dura jandrina de san Marcos, que los cop- la cultura semítica cristiana en len-
allá de los confines del imperio ro- casi ocho siglos, aunque gracias a su
mano. Los siro-occidentales, coptos tos llaman anáfora de san Cirilo, en gua siríaca y centro misionero para
intensa actividad misionera comien- cambio casi ha desaparecido del uso la propagación de la fe en el imperio
y armenios no aceptan el concilio de za a difundirse en muchos países de
Calcedonia, soportan mal la prepon- egipcio corriente. persa. La élite cristiana de Persia se
Asia. La liturgia conserva rasgos ar- formó en la escuela de Edesa, espe-
derancia política e intelectual del he- caicos. Según los tipos de estructura li-
lenismo bizantino, crean una tradi- túrgica, se aceptan comúnmente tres cialmente en el período 363-489,
ción propia con el uso progresivo de grupos fundamentales': 1) tipo an- cuando fue capaz de asimilar la do-
las lenguas nacionales y tienden a la 2. GRUPO ANTICALCEDONIANO. tioqueno (anáfora de los XII após- ble cultura siria y griega y de fami-
creación de una doble jerarquía, don- Está más diversificado, porque está toles, de san Juan Crisóstomo, etc.); liarizarse con costumbres antioque-
de los fieles se dividen entre quienes compuesto por siro-occidentales, ar- 2) tipo siro-oriental (Addai y Mari); nas. El influjo de Edesa se siente so-
acatan la obediencia calcedoniana menios, coptos y etíopes. Mientras 3) tipo alejandrino (san Marcos). bre todo en la himnografía, que es
(ortodoxos) y anticalcedoniana (lla- las instituciones y la doctrina refle- Existen también otras clasificacio- una antigua tradición local, ya ilus-
mados monofisitas). A pesar del frac- jan siempre un cierto influjo antio- nes más discutidas, pero no carentes trada por los 150 himnos de Barde-
cionamiento de las unidades litúrgi- queno, la liturgia continúa registran- de argumentos convincentes, como sano (s. n) y los de san Efrén, que
cas precedentes, estas familias siguen do un influjo bizantino, especial- la propuesta por L. Ligier: 1) anáfo- retoma de ellos el ritmo y la melodía,
siendo en un cierto sentido comple- mente entre los sirios y los armenios. ra de estructura indiferenciada (Tra- impregnándoles de una teología rica
mentarias: conservan caracteres e ins- Tiene rasgos muy originales, que se ditio apostólica, Epifanio), donde la y profunda. La escasa penetración
tituciones comunes, derivadas de van identificando progresivamente celebración-glorificación de Dios y del helenismo y el alto número de
una larga experiencia pastoral, de con la nación. la anamnesis no están todavía sepa- comunidades judías de Mesopota-
los concilios más antiguos y de las radas; 2) anáfora de estructura dife- mia, que se cristianizaron parcial-
fuentes teológicas de los cuatro pri- renciada, en la que la celebración di- mente poco después, integran el ras-
meros siglos. A pesar del desdobla- 3. GRUPOCALCEDONlANO.Com- vina se ha convertido en una parte go semítico de esta iglesia, que sigue
miento jurisdiccional de los patriar- prende el patriarcado de Constanti- distinta que precede al sanctus (XII
nopla, de Jerusalén (geográficamen- el método de la explicación literal de
cados de Alejandría y Antioquía, en apóstoles, Addai y Mari, san Juan la Escritura según el antiguo método
el plano litúrgico se nota una conti- te circundado por la órbita antical- Crisóstomo, san Marcos); 3) anáfora
cedoniana de Siria y Egipto, pero del Targum y entiende poco el sim-
nuación del influjo antioqueno sobre con anamnesis universal de la eco- bolismo teológico seguido entre los
varias iglesias, fenómeno que se pro- que permanece siempre ortodoxo), nomía de la salvación entre el sanc-
y las partes de los patriarcados de siro-occidentales.
longa también en el medievo, cuan- tus y la narración de la institución
do el grupo alejandrino-etíope es re- Antioquía y Alejandría que se ad- (Santiago, san Basilio bizantina, San-
hieren a Calcedonia. La liturgia su- La codificación litúrgica tiene lu-
modelado bajo el influjo antioque- tiago de Sarug, etc.) *. gar en tres etapas fundamentales, li-
no. Jerusalén no cesa de contribuir fre profundas transformaciones, las
tradiciones locales se atenúan y va Otra clasificación distingue: 1) gadas a los nombres de importantes
al enriquecimiento o a la reforma de autores no sirios, pseudoepígrafes de katholikoi: 1) 'Isho'yab III (650-
las iglesias armenia, georgiana y tomando cada vez más cuerpo la li-
turgia bizantina, cuyos orígenes se los ss. VI-VII (XII apóstoles, san Gre- 658): el rito del bautismo se simplifi-
constantinopolitana. Constantino- gorio Nacianceno, san Cirilo de Je- ca y se adapta al bautismo de los
pla, prestigiosa capital del imperio conocen claramente. Se persigue un
calcedonismo muy fuerte, expresado rusalén, etc.) y las originalmente si- niños, el catecumenado casi queda
romano y guardiana de los concilios, ríacas, pero de autores no sirios (san abolido. 'Isho'yab tiene predilección
extiende también su influjo más allá en himnos litúrgicos compuestos por
una pléyade de himnógrafos. En el Juan Crisóstomo, san Marcos, etc.); por el ritmo litúrgico septenario, que
de los confines imperiales. Tenemos 2) autores sirios posteriores al año lleva a una transformación en la aná-
así, después de los cismas de los ss. tiempo de la iconoclastia, el ambien-
te monástico palestinense influye de- 1000 y varios pseudoepígrafes poste- fora y a una organización del año
vvi, los siguientes grupos litúrgicos riores. litúrgico en series de siete semanas.
principales: finitivamente en la organización li-
túrgica bizantina.
Orientales, Liturgias 1514 Orientales, Liturgias
1515
Bajo su nombre se transmite el Hu- AT, Epistolario, Evangeliario para Después de la unión con Roma, a niendo un ritual portugués traduci-
drá, colección de oficios para los do- la eucaristía; 8) Naqpayatha d-raze los siro-orientales unidos a Roma se do al sirio. El Pontifical Romano
mingos del año, las fiestas y los días (suplemento de los misterios), cantos les llama caldeos; han aceptado va- permaneció en uso hasta el 1962,
del ayuno de Nínive. Su reforma fija del propio eucarístico'. rias costumbres latinas, como el cuando se introdujo el caldeo. La la-
el orden de la salmodia y de los him- bautismo por aspersión, la fórmula tinización ha alcanzado un grado
nos para las vísperas, la oración ma- El año litúrgico comprende nueve latina de la confirmación y reconci- muy alto: paramentos y utensilios la-
tutina y las vigilias festivas. Entre tiempos: 1) Anunciación (Subbara), liación y el rito romano de unción tinos, actitudes en la oración, pan
los versos sálmicos se insertan estri- cuatro domingos comenzando por el de los enfermos. Bajo el patriarca ácimo y comunión de los fieles bajo
billos (Qanona). El salterio se divide cuarto antes de navidad; 2) Epifanía Ebedjesus (1894-99) recuperaron las una sola especie, inserciones latinas
en 70 secciones (marmitha) o 20 bú- (Denha), dura de cuatro a nueve se- antiguas fórmulas para la bendición en la anáfora de los apóstoles, Addai
llale. Los oficios se extienden con la manas, desde el 6 de enero; y Roga- del myron. y Mari y obligación de recitar priva-
repetición de las respuestas Conitha). ción de Nínive, precuaresma de vein- damente el oficio para los clérigos.
te días; 3) Cuaresma (Sawma), cua- También en la actual situación de
2) Elia II Abu Halim al Haditi latinización, la liturgia siro-oriental En la liturgia se usa la lengua local,
(1176-1190) enriquece el ya abun- renta y un días de ayuno; 4) el malayalam. Actualmente hay en
Resurrección (Qyamta), siete do- se caracteriza por sus rasgos arcai-
dante género de las oraciones de ori- cos, una notable sobriedad, el sim- curso una interesante reforma litúr-
gen eclesiástico, como la proclama- mingos, desde pascua a pentecostés; gica.
5) Apóstoles (Shlihe), ayuno de siete bolismo de los tres tiempos de ora-
ción (karozuíha, invocación diaco- ción (tarde, noche, mañana) y la
nal que se remonta al s. v, teológica- domingos, comenzando desde pen-
tecostés; 6) Verano (Qayta), período doctrina mariana preefesina. Al ha- 3. LA LITURGIA SIRO-OCCIDEN-
mente rica) con una colección de ber vivido desde tiempos inmemo-
oraciones sacerdotales integradas, penitencial, desde el domingo sépti- TAL. Se llama a esta liturgia, a veces,
mo después de pentecostés; 7) Elias riales como una minoría perseguida, jacobita, de Santiago Baradai, obis-
bien en cada salmo o bien en cada primero por los persas, después por
marmitha al final de la vigilia o al (Eliyya), período variable de ayuno po de Edesa (j 578); es común a la
de seis-siete domingos, que empieza los árabes y los mongoles, muchas iglesia siro-ortodoxa y a su filiación
principio del matutino. 3) Yahballa- oraciones reflejan un sentido agu-
ha (1190-1223), compilador del teso- el séptimo domingo después del sép- moderna siro-católica; pero también
timo de pentecostés; 8) Moisés (Mo- do de humilde temor, de penitencia a la iglesia siro-maronita, que forma
ro (Gazza), colección de himnos y y de espera del día del Señor; se
antífonas para los nocturnos de las she), período penitencial variable de una rama independiente con origi-
unas cuatro semanas, que comienza recuerdan constantemente, mucho nalidades propias '°. Su origen se re-
fiestas. más que en otras liturgias, los nume-
el séptimo domingo después del pri- monta a un fondo siro-palestinense
mer domingo de Elias; 9) Dedica- rosos mártires de la propia historia primitivo, con fuerte influjo jeroso-
Los principales libros litúrgicos ción (Quddash), período de cuatro en las Qale llamadas de los márti- limitano (anáfora de Santiago),
son: 1) Hudra (ciclo), con las com- domingos, desde el octavo antes de res, cantados como los santos predi- completado por un desarrollo que se
posiciones más antiguas para todos navidad hasta el cuarto, en que co- lectos. creó en la época de las luchas cristo-
los oficios festivos; 2) Gazza (teso- mienza el tiempo de la anunciación. lógicas de los ss. vvi y de los cismas
ro), colección de composiciones poé- 2. LA LITURGIA SIRO-MALABAR. consiguientes.
ticas de Lelya (nocturno) para las Creada originariamente por misio- Severo de Antioquía, durante su
fiestas y las memorias de los santos; Las anáforas usadas son las de los neros siro-orientales dependientes de
apóstoles; después, desde el s. vil en breve patriarcado (512-518), codificó
3) Kashkull (contiene todo): a dife- la iglesia de Seleucia, en Persia, bajo varios usos litúrgicos. Dedicó mucha
rencia del Hudrá, que da sólo el adelante, las llamadas de Teodoro la guía de un obispo-metropolita lla-
de Mopsuestia y de Nestorio, todas atención a la poesía litúrgica; tanto
principio de los textos festivos, éste mado de la sede de santo Tomás y sus 125 predicaciones catedralicias
contiene todo el texto ferial; 4) War- ellas remodeladas. Las lecturas bí- de toda la iglesia de los cristianos de
blicas, originariamente oficio inde- como su biografía, escrita por Juan
da (rosa), antología poética de antí- la India, permanece fiel a las cos- Bar Aphtonia, muestran su interés
fonas ('onitha), atribuida al poeta pendiente, se unen a la eucaristía y tumbres siro-orientales hasta la lle-
son cuatro (dos del AT, san Pablo, por el pueblo de Antioquía, amante
Jorge Warda (f 1300); 5) Abu Ha- gada de los portugueses a comienzos de la música, de las procesiones y
lim, oraciones de la mañana (Sapra), evangelio). del s. xvi. Éstos los consideraron en del canto, hasta el punto de conver-
composición del homónimo katholi- seguida como católicos, establecie- tirse él mismo en compositor de him-
kos; 6) Ktaba da-qdam wa-d-batar La iglesia siro-oriental se unió a la ron sin esfuerzo la communicatio in nos contenidos en el Octoechos sirio.
(libro de antes y después), ciclo que de Roma en diversos períodos (1445, sacris y los sometieron al arzobispo Por lo demás, la preeminencia de la
inicia el domingo de pascua con el 1553-70 bajo Abdisho, 1662, 1672, de Goa. El sínodo de Diamper himnodia es una característica típica
propio del oficio durante semanas 1778). Actualmente su cabeza lleva (1599), convocado por los portugue- de la liturgia antioquena, que practi-
enteras, respetando la alternancia de el título de patriarca, mientras que ses, creó una verdadera mezcla de caba desde los tiempos de san Efrén
domingos pares e impares; 7) Tres sólo una parte muy reducida y dis- ritos, acabando con los viejos libros el género de las homilías (mamre) y
leccionarios: Leccionario para el persa ha permanecido autónoma. litúrgicos de tradición siria e impo- de las instrucciones (madrashe) en
Orientales, Liturgias 1516 1517 Orientales, Liturgias
forma de catequesis rítmica. Las Los principales libros litúrgicos tal de origen sinagogal (de cierto co. Los ritos se conciben fundamen-
obras atribuidas a Severo de Antio- son: 1) el libro de las anáforas (Kto- parecido con las 18 bendiciones), talmente como misterios, es decir,
quía son recogidas y traducidas al bo d'annafuras), que contiene sólo compuesto, en prosa, de un proemio como simbolismos misteriosos de un
siríaco un siglo después por Pablo las oraciones recitadas por el sacer- y de un sedro propiamente dicho, es mundo superior, y son en esto dife-
de Edesa (619-624). La tradición le dote, comprendido el sedro; 2) dia- decir, amonestación de naturaleza rentes del sobrio minimalismo de los
atribuye también himnos en forma conal, con las órdenes, las amones- homilética llena de pensamientos bí- siro-orientales. El papel del Espíritu
dialogada (sogyatha). taciones, letanías diaconales de la blicos y referencias a la fiesta cele- Santo se subraya con fuerza, hasta
La iglesia de Siria ha dado otros fracción del pan y respuestas del brada, al domingo, etc. Se puede aña- el punto de que Severo de Antioquía
nombres célebres de la poesía teoló- pueblo; 3) 'Atiqto (el antiguo), para dir a esto un himno para el incienso considera los sacramentos, las im-
gica y litúrgica, como Santiago de las lecturas tomadas del AT; 4) (Qolo) y una petición por lo agrada- posiciones de las manos y la consa-
Sarug (451-521), del que no se sabe Shliho (Apóstol), para las perícopas ble del perfume (etro); originariamen- gración monástica como comunica-
exactamente si se adhirió a la co- paulinas, dividido en tres ciclos: a) te, el sedro era una fórmula para la ción del Espíritu. Las ceremonias y
rriente monofisita. Los sirios lo ve- domingos y fiestas móviles, b) fiestas ofrenda vespertina y matutina del in- la materia creada son portadoras de
neran profundamente como "flauta fijas, c) para los días sin memoria de cienso l2. Cada domingo y fiesta tie- un significado pneumático y de una
del Espíritu Santo y arpa de la igle- los santos; 5) Evangeliario, dividido nen siempre un sedro propio para eficacia misteriosa y, aunque bajo el
sia ortodoxa", y sus himnos son rei- como el Apóstol; 6) la riquísima co- cada hora del oficio y la liturgia euca- velo del misterio, conectan con la fe
vindicados también por los siro- lección de himnos litúrgicos, conte- rística. La colección más antigua tie- y la tradición apostólica; no rara-
orientales (caldeos), los maronitas y nida antiguamente en el Beth Gazo ne 16, y posteriormente se han com- mente los autores (Moisés Bar Kefa,
los melkitas. Son particularmente fa- (tesoro), se conserva hoy principal- puesto a centenares. Juan de Mardin, t 1165) se esfuer-
mosos sus himnos marianos, que mente en el Fanqito, que contiene zan por demostrar la institución di-
han acentuado la veneración por la siete volúmenes con los oficios festi- El desarrollo, la codificación y el
complemento de los ritos se ha ser- vina o apostólica de ciertos usos.
Madre de Dios, conmemorada en vos, y en el Sheliimo (simple, co- Por medio de los misterios y del sa-
cada oficio. mún), con los oficios semanales. A vido de una profunda teología litúr-
gico-sacramental contenida en las cerdocio, dice Bar Hebraeus, los
Un discípulo suyo, Simeón Quta- éstos hay que añadir: 7) el salterio; hombres son conducidos de las cos-
8) el hyssoye, con los sedros sacer- obras de los doctores sirios, autores
ya (el alfarero), enriqueció extraor- de explicaciones mistagógicas y de tumbres animales a las de los ánge-
dinariamente el oficio siro-occiden- dotales; 9) el homiliario, del que se les. Se subraya el valor objetivo de
leen a veces largos párrafos ". ensayos teológico-litúrgicos: Jorge,
tal con himnos (que se reencuentran obispo de los árabes (f 724), autor los misterios, independientemente de
en parte también entre los siro- La anáfora más típica y más usada de una explicación de los misterios los esfuerzos humanos.
orientales); su estilo entusiasta y ex- es la llamada de Santiago. La lengua de la iglesia; Moisés Bar Kefa (815- La iglesia siro-occidental está hoy
presivo ensombreció un poco los original de las anáforas es el griego; 903) comentó los misterios principa- dividida entre siro-ortodoxos (ma-
himnos más sobrios del Octoechos sólo después de los ss. vi-Vil se tra- les; Dionisio Bar Salibi (f 1171), yoría) y siro-católicos. En la India
de Severo. dujeron al siríaco. Los misales ac- sumo representante del renacimiento del Sur existe desde el s. XVII una
El año litúrgico se divide en nueve tuales contienen entre 7 y 12 aná- literario sirio en el s. XII, conocido iglesia siro-ortodoxa, de la que ha
períodos: 1) Periodo inicial, desde el foras de estructura similar: doxolo- como exegeta, pero autor de nume- surgido una rama unida a Roma en
domingo de la dedicación u octavo gía del Trisaghion, anamnesis de la rosos himnos eclesiásticos y tratados 1932, llamada iglesia siro-malankar.
antes de navidad; 2) Tiempo de la historia de la salvación con la na- de teología litúrgica, entre los que
anunciación (Suboro); 3) Tiempo de rracción de la institución, epíclesis y destaca un comentario a la liturgia 4. LA LITURGIA MARONITA. La
navidad a epifanía: 4) Tiempo de grandes intercesiones, divididas en eucarística (CSCO, 2.a serie 93, Pa- iglesia maronita, una rama autóno-
epifanía (Denho), desde el 6 de enero seis cánones: por los padres de la rís 1903); Santiago Bar Shokko ma de la antioquena, se formó en
a la precuaresma; 5) Tiempo precua- jerarquía, los hermanos, los reyes, (t 1241), autor del libro de los teso- torno al monasterio de Qala'at al-
resmal, con tres domingos. En la pri- los santos, los padres y los maestros, ros; Gregorio Bar Hebraeus (1226- Madiq o de san Marón, en el alto
mera semana se hace el ayuno de los difuntos. Las anáforas siríacas co- 1286), en su Candelabro del Santua- valle del Orontes, cerca de Apamea.
Nínive; 6) Cuaresma, con seis do- nocidas son más de 70, todas diver- rio, comenta la liturgia de los sacra- Desde 1216 los maronitas están en
mingos; 7) Tiempo de pascua a Pen- sas entre sí incluso en el texto de la mentos.
narración de la institución. Las lec- comunión con la iglesia romana, que
tecostés, con siete semanas; 8) Tiem- entró en contacto con ellos en tiem-
po de Pentecostés a la exaltación de turas bíblicas son seis (tres del AT, La liturgia siro-occidental es ex-
una de los Hechos o epíst. cat., una traordinariamente rica en composi- po de las cruzadas. Es imposible dis-
la santa Cruz, dividido en dos ciclos:
a) domingos de los apóstoles, b) do- epístola paulina, evangelio). ciones poéticas y eucologías (anáfo- tinguir las particularidades litúrgi-,
mingos del verano; 9) De la exal- ras, sedros). La himnografía, la teo- cas maronitas antes del s. xn. En el
La liturgia siro-occidental se ca- logía, la espiritualidad monástica s. xin comienza una corriente de
tación de la santa Cruz a la dedi- racteriza también por el uso del se-
cación. han enriquecido en distintos tiempos fuerte latinización, que aumenta con
dro (orden), un formulario sacerdo- el extenso patrimonio literario siria- la fundación del colegio maronita en
1519 Orientales, Liturgias
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sahídico (en el Sur) y el bohárico rística después de los Hechos de los
Roma (1584) y por obra de los dele- A pesar de la mezcla de costum- (en el Delta), prevalece en la liturgia Apóstoles para indicar la continua-
gados papales, el más intolerante de bres sirias y latinas, la liturgia maro- este último gracias a la aportación ción de la historia de la salvación.
los cuales fue Eliano (quema de li- nita lleva una simpática impronta de de los monjes del desierto occidental Cuando no se celebra la eucaristía,
bros litúrgicos). La cumbre de la asi- piedad y popularidad, expresión de (san Macario, en Wadi n-Natrun). se lee en el oficio vespertino del in-
milación de la liturgia maronita a una vida comunitaria sufrida, plena Por tanto, la antigua liturgia ciuda- cienso; 5) Tasaftr, interpretación de
la romana se alcanzó con el sínodo de fe simple. La lengua litúrgica es el dana de una Alejandría megalópolis, las lecturas de la eucaristía, se usa
del Monte Líbano (1736). Sólo el ri- árabe, aunque permanecen ciertas culta y cosmopolita, se convierte en también en el oficio; 6) Al-Mawá'iz,
tual de 1942 muestra un retorno de partes en siríaco. La reforma litúrgi- esta coyuntura en una liturgia cada antología de homilías patrísticas; 7)
los maronitas a su tradición antio- ca está en curso ". vez más copta, es decir, expresión Al-Hutáb, discursos en árabe, para
quena. nacionalista de la vida religiosa del ser leídos antes del evangelio; 8) Al-
A pesar de la menor latinización 5. LA LITURGIA COPTA. La litur- pueblo. El influjo de los sirios ha Mayamir, homilías en árabe, con los
de la misa y del oficio respecto al gia alejandrina del primer milenio sido notable, y ha acontecido al me- hechos de las fiestas en estilo popu-
resto, la arquitectura de la iglesia ha ofrece pocos documentos y es mal nos en tres etapas: en el s. IV, en el lar, usado en el oficio del incienso;
cambiado, hasta el punto de que los conocida. La oposición a Bizancio, momento de la conquista islámica, 9) Sirah, biografías de santos leídas
muros de separación delante del al- la entrada en la órbita anticalcedo- bajo el patriarca Benjamín (626- después de las mayamir con ocasión
tar han desaparecido; el pan eucarís- niana, la invasión árabe, el influjo 665), y en la reorganización eclesiás- de las peregrinaciones y las fiestas
tico es ázimo; los sacerdotes ya no preponderante del elemento monás- tica de los ss. xii-xm l4, sobre todo patronales; 10) Al-Tamagid, doxo-
llevan el phaino (paenula), sino la tico y estrechas relaciones teológico- bajo el patriarca Gabriel II Ibn Tu- logías en honor de los santos y de
casulla latina; el crisma se confec- institucionales delimitan el área de raik (1131-1145), al que se atribuye los ángeles; 11) Cánticos para distin-
ciona con una simple mezcla de acei- desarrollo litúrgico del Egipto cris- el ordenamiento del Libro pascual. tas ocasiones y tiempos litúrgicos,
te y bálsamo, al modo latino; desde tiano. Los cristianos de la iglesia ale- La obra enciclopédica Lámpara de que se cantan durante la comunión;
el s. xvm se ha impuesto una extra- jandrina, después de la invasión mu- la oscuridad, de Abul-Barakat (co-
ña anáfora, que reelabora curiosa- mienzos del s. Xiv), contiene precio- 12) Orden procesional, para dos fies-
sulmana (639-642), se han venido tas de la cruz y el domingo de ramos;
mente el canon romano, y se la llama llamando coptos, por la pronuncia- sas descripciones de las corrientes li-
anáfora de la iglesia romana, mien- túrgicas y de las costumbres locales, 13) Horologion^ para siete horas ca-
ción árabe corrompida de aigyptios nónicas; 14) Salmodia anual, con las
tras que en 1592 desapareció la lla- (egipcio), convertido después en qib- ilustrándolas con preciosos, aunque
mada tercera anáfora de san Pedro, poco seguros, datos históricos. En el cuatro alabanzas y siete theotokia co-
ti, qubti. tidianos y doxologías para el santo-
emparentada con la de Addai y s. xv, bajo el patriarca Gabriel V, se
Mari, tan antigua y característica. La lengua litúrgica originaria era redactan definitivamente los rituales ral; 15) Salmodia de Khoiak, oficios
el griego; después de las controver- de los sacramentos y de las bendi- para el mes antes de navidad consa-
Las diversas anáforas de los misa- sias calcedonianas, la lengua popular grado a la Madre de Dios; 16) Me-
les maronitas son comunes con las ciones. Las excelentes ediciones ro-
se hace literaria y se desarrolla sobre manas de R. Tukit (s. xvm) y las ac- nologio (Difnar), breve información
siro-occidentales. El comienzo de la todo a costa del griego. En el ámbito sobre las fiestas, con elogio del santo
misa presenta variantes derivadas tuales reproducen textos de esta úl-
monástico, la liturgia se celebra tam- tima reforma. del día; 17) Libro de los cantos, him-
del matutino. En la celebración de bién en griego durante muchos si- nos de la oración vespertina o noc-
los sacramentos en general se han glos; sin embargo, es en este ambien- Libros litúrgicos principales: 1) turna de ciertas fiestas; 18) Orden
multiplicado los signos de la cruz, te donde se originan las traducciones Eucologio, ordinario de la liturgia para Laqqán (pila), es decir, para la
las incensaciones y las unciones. El del griego al copto y esos numero- eucarística, matutino, oficio vesper- bendición del agua (epifanía, jueves
canto popular ha enriquecido con va- sos himnos (psali), cantos a María tino del incienso, varios oficios, can- santo, santos Pedro y Pablo) y para
rias piezas (Süghito) el repertorio li- (theotokia), odas, antífonas y doxo- tos propios de ciertas fiestas; 2) Dia- Sagdah (genuflexión de Pentecos-
túrgico. logías que acompañan la liturgia en conal, partes variables para el diá- tés); 19) Guía para la semana santa,
El oficio, respecto al siro-occiden- griego. El copto se mantiene como cono y el pueblo; 3) Leccionario comenzando desde el sábado an-
tal, está simplificado y ofrece menos única lengua litúrgica hasta el me- (Katameros), dividido en tres partes: tes de ramos (sábado de Lázaro);
textos variables para los diversos dievo (está en uso todavía hoy); pero a) Katameros anual, en cuatro vo- 20) Libro de la santa pascua, leccio-
tiempos litúrgicos; el ordinario del al comienzo del segundo milenio se lúmenes, lecturas para las ferias, nario para la semana santa; 21) Libro
breviario (Sh'himto) es hoy sólo un impone como lengua hablada el ára- domingos, fiestas y santos del año; de las glosas, con reflexiones sobre
libro de lectura espiritual y ha sido be, que suplanta gradualmente al b) Katameros de cuaresma, en dos los evangelios y horas de la semana
sustituido por un breviario ferial copto. volúmenes; c) Katameros de Kha- santa.
mucho más sobrio. Después del Entre los ss. X-XIII florece en Egip- masin, para el tiempo de pascua a
Vat. II se ha introducido aquí y allá El año litúrgico es muy par i ular
to una importante literatura árabo- Pentecostés; 4) Synaxario, un marti- a causa del calendario, calculado a
la celebración de cara al pueblo y la cristiana (los tres Asálidos). De los rologio que se lee en la liturgia euca-
misa dialogada. partir del 29 de agosto de 284 d.C,
dos principales dialectos coptos, el
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comienzo del reinado de Dioclecia- pascua; 4) Cuaresma, de siete se- pues de la absolución del Padre, las Heraclio reconquistó Jerusalén a los
no y, para los coptos, de la era de los manas; 5) de los Apóstoles, varía de especies de la comunión se distribu- persas (614). La veneración a la Ma-
mártires. Los trescientos sesenta y quince a cuarenta y nueve días; 6) de yen separadamente con la fórmula dre de Dios alcanza auténticas cimas
cinco días se dividen en trece meses: la Dormición, de quince días, del 7 de tipo realista: "El cuerpo (la san- de entusiasmo en los gestos y en las
doce meses de treinta días y un mes al 22 de agosto. Hay que añadir los gre) del Emmanuel, nuestro Dios, es costumbres; el calendario tiene trein-
final de cinco días (seis en los años miércoles y los viernes de todo el esto en verdad. ¡Amén!" Los vasos ta y dos fiestas de María; el mes de
bisiestos). Los nombres de los trece año. El ayuno excluye carne y deri- sagrados se purifican escrupulosa- Khoiak, antes de navidad, implica el
meses en copto (árabe entre parénte- vados de la leche. El pescado tam- mente con agua. Al final el pueblo canto público de numerosos theoto-
sis) son: 1) Thóut (Tüt), 11 septiem- poco se consume en algunas grandes exclama: "¡Amén! ¡Que suceda du- kia, de poesía fascinante y llena de
bre-10 octubre; 2) Paopi (Bábah), vigilias, en la cuaresma y en el ayuno rante cien años!". sabor bíblico según el gusto siriaco ".
11 octubre-9 noviembre; 3) Athór de Jonás. En los días de la celebración euca- Aunque el canto es monótono y pro-
(Hátür), 10 noviembre-9 diciembre; La celebración eucarística es larga rística se hace el rito del incienso, longado, el carácter egipcio, piadoso
4) Khoiak (Klhak), 10 diciembre- y sobria. El altar tiene forma de distinto del oficio. Las horas se prac- y paciente, aprecia la actitud de es-
8 enero; 5) Tóbi (Tubah), 9 enero-8 arca; el santuario (Heikal) está rígi- tican en los monasterios y contienen cucha. El gusto por la audición es
febrero; 6) Mekhir (Amshir), 9 fe- damente separado por una pared di- una rica salmodia. Cada hora tiene sin duda un rasgo típico de los cop-
brero-9 marzo; 7) Phamenóth (Ba- visoria (Higab), con pocos iconos, doce salmos, una lectura y un evan- tos; en el curso de la semana santa
ramhát), 10 marzo-8 abril; 8) Phar- delante de la cual hay un lugar bien gelio. En vísperas, en el oficio noctur- hay muchísimas lecturas, hasta el
mouthi (Baramüdah), 9 abril-8 ma- separado para el coro. La confección no y en el matutino se añaden him- punto de que se leen los cuatro evan-
yo; 9) Pakhón (Bashuns), 9 mayo- del pan eucarístico tiene lugar la tar- nos de diversos géneros (troparios, gelios completos. Las ceremonias son
7 junio; 10) Paóni (Ba'ünah) 8 junio- de anterior, durante un meticuloso theotokia, doxologías, alabanzas de sobrias, con ritos externos modera-
7 julio; 11) Epép (Abíb), 8 julio-6 oficio apropiado. Al comienzo de la los santos) y cánticos bíblicos. El ci- dos, en los que se siente la influencia
agosto; 12) Mesori (Misrá), 7 agos- liturgia se hace una procesión con clo de las horas y el de los salmos de un monacato omnipotente y
to-5 septiembre; 13) Pikougi Enabot los dones en torno al altar. Muchas corren recíprocamente paralelos, se- auténtico. Se usan instrumentos de
(Khamsat Ayám an-Nasi), 6 septiem- exclamaciones están en griego, más gún una subdivisión puramente mo- percusión para acompañar rítmica-
bre-10 septiembre. que entre los siro-occidentales. En- nástica. mente el canto (címbalos, triángulo).
contramos una doble epíclesis; la Los coptos constituyen hoy en día Desde 1895 existe también un pa-
Se distinguen tres estaciones litúr- triarcado copto católico, muy redu-
gicas, en relación con la vida agríco- primera de ellas implora el cambio la más numerosa comunidad cristia-
de los dones y se subraya por medio na en un pasís islámico (al menos cido numéricamente, con la liturgia
la y las inundaciones del Nilo, que notablemente abreviada.
incluyen oraciones especiales para la de repetidos signos de la cruz sobre seis millones). La liturgia, larga y
crecida y la recolección: 1) la inun- las especies. Las lecturas son cuatro. rica, es cada vez más seguida, gracias
dación (nilí, Nilo) de ciento vein- El evangelio se lee siempre en copto a un impresionante movimiento de 6. LA LITURGIA ETÍOPE. Los orí-
ticuatro días, 19 junio-19 octubre; y en árabe. Después de una larga renovación, que partió del ambiente genes de la liturgia etíope son casi
2) la siembra (shetwii, invierno), de letanía comienza la anáfora. En la monástico. En las numerosísimas es- completamente desconocidos. El cris-
noventa y un días, 20 octubre-18 práctica se usan tres anáforas: la más cuelas dominicales (Sunday Schools) tianismo llegó en el s. iv al antiguo
enero; 3) la recolección (séfi, vera- frecuente es la copta de san Basilio se estudian los ritos y se vuelve a reino de Axum y tomó cuerpo gra-
no), de ciento cincuenta y un días, (sobria reducción del texto griego); aprender el copto litúrgico. La pre- cias a misioneros coptos y sirios (Fru-
19 enero-18 junio. la de san Gregorio Nacianceno se dicación está ampliamente difundi- mencio o Abba Salam). Aunque está
La semana comienza el sábado usa en las grandes fiestas del Señor da, y se inspira con frecuencia en los bajo la jurisdicción directa del pa-
por la tarde; los días están divididos y, contrariamente al uso paleocris- temas de la liturgia. La participa- triarcado copto de Alejandría (en
en dos grupos: 1) Adam, de domingo tiano, no se dirige a Dios Padre, sino ción, tal como la entiende un occi- 1951, el primer arzobispo etíope; en
a martes; 2) Watos, de miércoles a a Cristo; la anáfora de san Cirilo es dental, es un rasgo sobresaliente, tan- 1959, el primer patriarca-katholikos
sábado. Los dos nombres Adam y sustancialmente la antigua anáfora to de la tradición como de la reno- etíope), la liturgia no es puramente
Watos son la primera palabra de los alejandrina de san Marcos (largas vación copta, gracias a la cantidad copta, a causa del influjo de los mi-
theotokia del lunes y del jueves. intercesiones antes del sanctus, doble de cantos y gestos comunes. El pue- sioneros provenientes del imperio bi-
epíclesis antes y después de la narra- blo gusta mucho de las procesiones, zantino (los nueve santos romanos
Los ayunos son importantes y ob- ción de la institución, sanctus sin ho-
servados realmente: 1) de Navidad, especialmente las de la santa Cruz de Siria o del Asia Menor, hacia el
sanna; las invocaciones diaconales (que se encuentra por todas partes: 500); no faltan influjos jerosolimita-
de cuarenta y tres días (25 noviem- son escasamente litánicas), pero a
bre-enero); 2) de Jonás o de Nínive, incluso en forma de tatuaje en las nos, e incluso armenios.
causa de su larga duración casi ha muñecas y la frente); el ayuno ex-
tres días antes de la septuagésima la- caído en desuso. Otras doce anáfo- La mayor parte de los documen-
tina; 3) de Heraclio, desde el lunes al traordinario de Heraclio recuerda el tos litúrgicos antiguos fueron destrui-
ras han desaparecido del uso. Des- hallazgo de la santa Cruz, cuando
sábado de la octava semana antes de dos por el rey Amda-Sion (1314-
Orientales, Liturgias 1522
1523 Orientales, Liturgias
1344), y el resto se perdieron durante seet, antifonario para más de 50 fies- toda las iglesias de María en Tierra
tas, pero de uso más raro; 8) Oficio diálogo de los ministros entre sí en
la invasión islámica de Ahmad-Ibn- santa); 5) conmemoración de todas alabanza de la Trinidad por el don
Ibráhimal Gázis (1531-1543). La len- común (Me'eraf); 9) Sínodos, elenco las iglesias mañanas. Existen tam-
de las fiestas de los santos. Hay otros del evangelio, bendición de los cua-
gua litúrgica es el ge'ez de origen bién fiestas de santos y conmemora- tro puntos cardinales con el libro,
sud-arábico, que en la época moder- libros para los sacramentos y libros ciones mensuales (cuatro del Señor,
paralitúrgicos usados en los monas- canto del evangelio; al final, venera-
na se subdivide en dos dialectos seis de la Madre de Dios, siete de los ción del evangeliario por parte de
principales: amhara y tigrinia; en el terios o para devociones especiales, santos).
como Argámone Weddase (arpa de todos. Siguen letanías, una larga fór-
ambiente de ciudad se comienza a mula de credo, lavatorio, beso de la
usar tímidamente el amhárico. La la alabanza), vasto oficio mariano Los tiempos lirúrgicos fijos son
de 1440, con siete lecturas para los 19, algunos de breve duración y de paz y anáfora. Las palabras de la
organización de la liturgia actual se institución y de la epíclesis son di-
sitúa entre los ss. Xiv-xvi, cuando se siete días de la semana, basado en la nombres sugestivos (por ejemplo,
biblia y en apócrifos; o como Gebra construcción del templo de Jerusa- versas en cada anáfora. Para cele-
introdujeron numerosas costumbres brar son absolutamente necesarios
inspiradas en el judaismo y en el AT Hemamat (actos de la pasión), lec- lén, descenso o llegada, luz, nube,
cionario para el tiempo de ramos a rocío, ojo de todo, aurora). El ciclo tres sacerdotes y dos diáconos, por
(en Etiopía existe una antigua y nu- lo que el clero etiópico es numerosí-
merosa colonia de hebreos falashá). pascua, traducido del árabe al ge'ez. móvil comienza con el ayuno de Cris-
to (soma Krestos), de cincuenta y cin- simo.
Era también el tiempo de las grandes El calendario sigue el copto-julia-
invasiones islámicas: la Etiopía cris- co días, es decir, seis días de ayuno Es del todo característico el uso
no, con trece meses: 1) Maskaram de Heraclio y seis semanas de cua-
tiana fue rodeada por sultanatos. (29 agosto-27 septiembre); 2) Te- de dos anáforas mañanas: una co-
Los Negus comenzaron a revalorizar resma. Los domingos de cuaresma mún, llamada de Abba Giyorgis, y
gamt (28 septiembre-27 octubre); 3) se llaman: 1) del santo (enseñanza
el mito de la dinastía salomónica y a Hedar(2S octubre-26 noviembre); 4) otra especial, llamada Qirqos o Ci-
llevar el sobrenombre de la casa de sobre el reposo sabático); 2) del tem- ríaco de Bahnesá, que comienza con
fáhsásh (27 noviembre-26 diciem- plo (enseñanza de Jesús en el tem-
Israel"1. Se introdujo la procesión bre); 5) Ter (27 diciembre-25 enero); las palabras dulce perfume. Criterios
con el arca de la alianza con siete plo); 3) del paralítico (milagros de la literarios internos (lengua, pasajes en
6) Yuk atit (26 enero-24 febrero); 7) piscina probática y paralelos); 4) del
vueltas en torno a la iglesia, al son Maábit (25 febrero-26 marzo); 8) versos poéticos) hacen pensar que
bíblico de los címbalos; las fiestas de monte de los Olivos (discurso esca- estas anáforas son una creación ex-
Miyázya (21 marzo-25 abril); 9) tológico de Mt 24); 5) del siervo fiel
los santos del AT; la práctica de la Genbot (26 abril-25 mayo); 10) Sané clusivamente etíope, fruto de una teo-
circuncisión antes del bautismo. El (parábola de Mt 25,14-30); 6) de Ni- logía tardía, que intenta de un modo
(26 mayo-24 junio); 11) Hamié (25 codemo(Jn 3,1-22).
tipo arquitectónico de la iglesia etío- junio-24 julio); 12) Naháse (25 julio- audaz asociar a María al sacrificio
pe es de planta central y recuerda el 23 agosto); 13) Paguemén (24-28 Para la celebración eucarística se de Cristo. Sus raíces espirituales de-
santo sepulcro o la mezquita de la agosto). conocen 20 anáforas; pero sólo se ben buscarse en el amor por la tipo-
roca de Jerusalén; en el centro hay usan 14, y han sido publicadas en logía bíblica, en los apócrifos y en el
un templete con el altar (maqdas), Fiestas del Señor: nueve princi- inglés ". Algunas son de origen sirio, influjo del monacato. La literatu-
donde reposa un tabernáculo (tabót) pales y seis secundarias (exaltación introducidas probablemente por los ra mariana litúrgica y paralitúrgica
que recuerda el arca de la alianza. de la santa Cruz, circuncisión, multi- monjes sirios de Egipto; dos son una es incomparablemente abundante y
plicación de los panes, fiesta de reelaboración de la Tradiüo apostó- rica, aunque no muy conocida. La
Los libros litúrgicos principales, Simeón-presentación, invención de lica y del Testamentum Domini. To- popularidad de María entre los fieles
producto de la reforma litúrgica del la santa Cruz, venida de Jesús a das las anáforas en la actual praxis viene sin duda de la liturgia. El pue-
500-600, son: 1) Misal (Mets'hafe Egipto). están precedidas por un oficio largo blo se saluda con expresiones litúr-
Qe'ddase), dividido en: a) 16-20 Las fiestas mañanas tienen cinco y complicado (preanáfora), típico de gicas como ¡María te ama! En el ofi-
anáforas; b) eucaristía (Zemmare); categorías: 1) vida de María (presen- la tradición etíope: recitaciones de cio cotidiano hay una larga parte
2) Manual de la penitencia (Mets- tación, dormición, natividad, concep- seis salmos, oraciones de purifica- ocupada por los Salám (paz), him-
'hafe Nuzaze); 3) Manual del matri- ción); 2) títulos de María (María del ción para los celebrantes y vasos sa- nos de saludo a María.
monio (Mets'hafe Taklil); 4) Manual Monte Sión, María madre de la mi- grados, larga oración de absolución,
para la unción de los enfermos La liturgia etíope, nacida de un
sericordia); 3) milagros de María (mi- prótesis de los dones. Con la enarxis tronco mixto alejandrino-sirio-jero-
(Mets-hafe Qandil); 5) Deggwa, con- lagro de la imagen de Saidnaya, en (comienzo) sigue la liturgia de los
junto de cuatro antifonarios (salmo- solimitano, es exquisitamente popu-
Siria; aparición a san Ildefonso de catecúmenos, con repetidas incensa- lar y africana (uso del sonido rítmico
dia, cuaresma, fiestas, común) con Toledo, aparición en Egipto o fiesta ciones y letanías; Trisagion, cuatro
textos bíblicos y cantos varios, com- del tambor, del sistro, de la danza
de las mujeres); 4) santuarios moría- lecturas (epístolas paulinas, epístolas sagrada). Tiene una urgente necesi-
pilado en el s. xv, revisado en los ss. nos (Debra Quesguam, dedicación de católicas, Hechos, evangelio). La ce-
xvi y xvn y todavía hoy objeto de dad de ser reformada. El emperador
la fiesta de la cavidad o fuente remonia del evangelio es particular- Hailé Selassié comenzó a imponer
investigaciones; 6) Antifonario cua- milagrosa, brotada a la vuelta de Je- mente movida: solemne procesión de
resmal (Tsomedeggwa); 7) Mawá- una reforma, interrumpida de mo-
sús de Egipto, conmemoración de los ministros con el evangeliario, mento por la caída de la monarquía.
Orientales, Liturgias 1524 1525 Orientales, Liturgias

Hay en curso una reanudación, en minicos y Hermanos de la Unión). son siempre días de ayuno, y exclu- La liturgia eucarística se celebra
medio de difíciles condiciones socio- Después de un período de unión con yen toda fiesta. en iglesias de tipo particular (cua-
culturales. Sin embargo, esta liturgia Roma (1198) y la aceptación pasaje- Las fiestas principales se llaman drado con una cúpula en forma de
sigue siendo un ejemplo de cómo un ra de los siete concilios ecuménicos, Tabernáculo: teofanía, pascua, trans- pirámide octogonal), en general so-
rito oriental, trasplantado al contex- el influjo occidental, tanto griego figuración, dormición, exaltación de brias, con pocos iconos. El altar está
to cultural africano, puede desarro- como latino, disminuye gradualmen- la santa Cruz. Todas las fiestas, ex- muy elevado (pém, del gr. béma),
llarse con rasgos de genio autóc- te. En el concilio de Florencia cepto epifanía y cinco fiestas de Ma- protegido por una gran cortina, que
tono. (1439), la iglesia armenia está repre- ría, son movibles, están precedidas permanece cerrada en cuaresma. La
Una rama etíope-católica, numé- sentada por una delegación. Un pa- por una semana de ayuno, traslada- celebración presenta elementos dis-
ricamente débil, se remonta a las mi- triarcado armenio-católico minorita- das al domingo más cercano, segui- pares de origen sirio y bizantino;
siones italianas del s. xix. rio existe tan sólo desde 1742. Los das de un periodo de posfiesta cuyo algunas influencias latinas son de
centros difusores de la liturgia han primer día está reservado a la me- carácter secundario. Varias excla-
7. LA LITURGIA ARMENIA. El sido las sedes históricas de los ka- moria de los difuntos. maciones en griego (proschómen, ¡es-
cristianismo llegó muy pronto al pue- tholikoi (Vagharshapat, s. iv; Dvin, Tiempos litúrgicos: 1) Teofanía temos atentos!; orthoí, ¡estemos en
blo armenio, quizá ya en el s. i, y, 484; Aghtamar, en el lago de Van, (del 6 de enero al séptimo domingo pie!) revelan ciertos orígenes bizan-
gracias a los esfuerzos misioneros de 930; Sis de Cilicia, 1294; Edgimiad- de pascua); 2) Cuaresma (hasta el tinos. Se inicia con un solemne rito
san Gregorio el iluminador, llegó a zin, 1441) y los monasterios (cerca sábado santo incluido); 3) Quincua- de vestición, durante el cual el coro
ser religión de estado todavía antes de 2.000 es la época de mayor flo- gésima de Pentecostés (de pascua a canta un himno de nueve estrofas;
que en el imperio romano, bajo el recimiento). Litúrgicamente, el pa- Pentecostés); 4) Advenimiento del Es- sigue la procesión de la sacristía al
rey Trdat (301). Los influjos misio- triarcado honorario de Jerusalén y píritu (desde pentecostés hasta el ba- altar; lavatorio con el salmo 25, y
neros cristianos venían inicialmente los monasterios palestinenses juegan rekendan o carnaval de la dormi- confesión de los pecados calcada del
del Osroene de Siria y de Capadocia, un papel particularente importante. ción); 5) Tiempo de las rosas (Var- misereatur latino, Sal 43 (imitación
después de Jerusalén y de Constan- Libros litúrgicos: 1) Typikon de vardar), que comprende la transfi- de las oraciones romanas al pie del
tinopla. La creación de un alfabeto las fiestas (Tonaz'oyz); 2) Libro del guración, que es siempre la decimo- altar). El rito de la prótesis (prepa-
armenio por parte de Mashtoz Mes- misterio (Horhrdatetr), misal que cuarta semana después de pascua; 6) ración de las ofrendas) tiene lugar
rop (407) favorece en seguida, gra- conserva la única superviviente de Dormición, dividido en tres tiem- con simplicidad en una hornacina
cias a numerosas traducciones, la for- las cinco antiguas anáforas, bajo el pos: a) dormición (cinco-seis sema- cercana al altar; el pan es ácimo, co-
mación de una tradición litúrgica nombre de san Atanasio; 3) Leccio- nas); b) exaltación de la santa Cruz cido el mismo día de la celebración
propia, ecuménicamente abierta al nario (Giashoz), con introitos, sal- (nueve-diez semanas); c) adviento según la antigua y particular tradi-
influjo de otras iglesias. El escrito mos, epístolas, evangelios; 4) Him- (seis-siete semanas). La dormición ción armenia del s. v, que rechaza
más antiguo de la liturgia de Jerusa- nario (Tagaran) con los himnos va- se celebra el domingo más cercano las dos naturalezas; el vino no se mez-
lén que poseemos es la traducción riables de la eucaristía; 5) Libro de al 15 de agosto; 7) Exaltación de la cla nunca con agua, tal vez como
armenia del s. V de un leccionario las horas (Sgiamaghirk'), al que a ve- santa Cruz; 8) Quincuagenario de reacción contra los ebionitas acua-
aguiopolita griego, conocido con el ces va unido el salterio; 6) Antifona- adviento. Navidad y epifanía se rios, que consagraban sólo agua. La
nombre de Leccionario Armenio de rio (Sharakan) para los himnos va- celebran juntas en una sola fiesta, al liturgia de los catecúmenos comien-
Jerusalén. riables del oficio; 7) Ritual (Mash- modo antiguo (sólo los armenios za con el pequeño ingreso del evan-
toz"), llamado así no por el nombre católicos la dividen en dos fiestas, el gelio. El coro canta el Trisagion,
Este pueblo, dividido entre el im- con la añadidura de Pedro Fulón,
perio romano y el persa, entra con una de Mashtoz', inventor del alfabeto, 25 de diciembre y el 6 de enero).
sino por el katholikos Mashtoz' de patriarca de Antioquía (471.475-
liturgia ya formada en el movimien- Para conmemorar a los santos que- 477.488): "que fue crucificado por
to monofisita (sínodos de Dvin del Eghivard (899). El rito de la sepultu- dan los pocos lunes, martes, jueves y
ra, contenido en él, se edita en oca- nosotros "(considerada monofisita y
502-507, 552, 647); en el 600 se sepa- sábados libres. Los santos son poco teopasquiana, se refiere en cambio a
ra de la iglesia vecina de Georgia, siones aparte; 8) Libro de la imposi- numerosos, y su memoria cae sobre
ción de las manos (Ghirz' dzema- Cristo, y no a la Trinidad). Las lec-
que queda en la órbita bizantina; des- todo en el tiempo pascual, con la turas son tres (profetas, epístolas,
pués va siendo sometido poco a drutean) para las ordenaciones y las consiguiente movilidad, dado que
consagraciones de iglesias. evangelio). El credo se recita inme-
poco por los turcos saléucidas, los los tiempos de pascua y de la dormi- diatamente después del evangelio
árabes, los persas y, finalmente, por El calendario, original y compli- ción comienzan en fecha movible. (quizá desde el s. v). La sugestiva
los turcos otomanos. En el tiempo cado, privilegia las fechas móviles. Los santos no conmemorados en un procesión de las ofrendas va acom-
de las cruzadas, el reino armenio de Sólo hay un gran principio de in- tiempo son transferidos al siguiente. pañada con el himno querúbico (o
Cilicia (1080-1375) entra en contacto amovilidad: el domingo está siem- En el caso de coincidencias, los ofi- por el texto propio de la fiesta). Des-
con la liturgia de los francos, de la pre reservado para las fiestas del Se- cios se acumulan, como entre los bi- pués del beso de la paz comienza la
que tomó muchas costumbres (Do- ñor y de María; miércoles y viernes zantinos.
Orientales, Liturgias 1527 Orientales, Liturgias
1526

anáfora, similar en la estructura a 8. LA LITURGIA BIZANTINA. La li- portantes son tres: 1) Typikon de la
hechas en Constantinopla después gran iglesia de Cristo (Santa Sofía
las anáforas usadas por los bizanti- de la iconoclastia; la veneración de turgia de las iglesias ortodoxas naci-
nos (oración teológica, institución, das de los siete concilios ecuménicos, de Constantinopla), expresión de un
las imágenes es muy moderada y es- verdadero rito catedralicio; 2) Typi-
epíclesis, memoria de los santos y de casamente litúrgica. Los repetidos reagrupadas en una familia de igle-
los difuntos, intercesiones, padre- sias autónomas difundidas ya por kon de san Sabas, la gran laura mo-
intentos de unión con Bizancio y nástica junto a Jerusalén; 3) Typi-
nuestro, elevación, doxología). La Roma en el medievo, además de los todos los continentes, resulta de la
eucaristía termina, según el uso lati- composición de elementos de origen kon studionense, es decir, del mo-
intensos contactos con Jerusalén, nasterio de Studion, en Constanti-
no, con el prólogo de san Juan (des- han dejado en el mundo litúrgico ar- diverso. El término bizantino ex-
de pascua a pentecostés, en cambio, presa la fuerza vital de Bizancio- nopla, seguido por los monasterios
menio la impronta de un ecumenis- afiliados a éste, como la gran laura
con Jn 21,15-19). mo antiguo y apreciable, ahora en- Constantinopla en el contexto del
estado imperial, del que era capital. de San Atanasio en el Monte Atrios.
Influjos latinos principales, que da- cerrado en el horizonte exclusiva- Además de éstos existen otros typika
mente nacional; se ve, por ejemplo, Antiguamente se aplicaba la palabra
tan de la época de las cruzadas: el bizantino no a la liturgia actual, sino locales. Tales colecciones de las di-
número de los sacramentos (los do- en el calendario, que celebra santos versas reglas e interpretaciones litúr-
antiguos comunes a todas las igle- a todo el conjunto de tradiciones li-
minicos hicieron una traducción ar- túrgicas del área bizantina: Asia Me- gicas suponen la existencia de otros
menia del tratado de los sacramen- sias, y después santos más recientes, libros, en los que se aplican las re-
exclusivamente armenios. La vida nor, Ponto, Tracia, Siria y Palestina
tos de la Summa Theologiae de san- con el Sinaí. Desde los ss. iv-v en glas, pero también de tradiciones no
to Tomás); la fórmula de absolución cultural de la iglesia armenia ha pro- escritas, que han de enumerarse en
ducido históricamente varios movi- adelante, sirios (Eudoxio, san Juan
"yo te absuelvo", en primera perso- Crisóstomo, Nestorio) y alejandri- el capítulo de la liturgia viva (redac-
na; la caída de ciertos grados de or- mientos de desarrollo y reforma li- ciones, costumbres, prácticas). La
túrgica. Todavía hoy la actividad nos (Anatolio) son arzobispos y pa-
den sagrado, como archidiácono, triarcas de Constantinopla. Teólo- tradición litúrgica del clero secular y
corobispo y periodeuta (visitador publicista armenia es notable, espe- la del monástico 2I son las dos co-
cialmente en Europa y en Amé- gos e himnógrafos de primer orden
apostólico), sustituidos por las órde- (Romano el Meloda, san Andrés de rrientes paralelas de mayor impor-
nes menores latinas, incluida la ton- rica l8. tancia; pero los dos grupos de typi-
Creta, san Juan Damasceno, san
sura; las oraciones de ordenación co- La liturgia tiene un desarrollo co- Cosme de Majuma, etc.) son sirios ka, de la gran iglesia y el de Saba-
rresponden a modelos romanos; la ral, en el que la popularidad llega a apreciados y leídos en Bizancio; no Studion, no agotan la totalidad de
unción de los sacerdotes y de los obis- transformarse en magnificencia de es raro que dejen traslucir en prosa y la primera fase histórica de la litur-
pos en la ordenación, así como la aparato y finura de ejecución. Los en poesía una teología de la salva- gia medio-bizantina.
entrega de los instrumentos, ambas ornamentos son particularmente es- ción que se inspira en Jerusalén y en
totalmente desconocidas en la tradi- En un typikon, de la clase que sea,
pléndidos: los sacerdotes y el diáco- los lugares santos. Los monjes son aparecen tres etapas fundamentales
ción oriental; la mitra y el pastoral no llevan mitra como la que usan los un factor importante de difusión li-
episcopal son de forma latina; los de oración oficial: 1) el ciclo diario,
obispos bizantinos; todos los miem- túrgica, a causa del carácter cosmo- fijado en el Horologion y en el Euco-
obispos llevan anillo, jamás usado bros del coro, incluidas las mujeres, polita del monacato antiguo (lauras
por otros obispos orientales, excepto logio; 2) el ciclo pascual, contenido
llevan un hábito litúrgico de muy be- de Palestina, monasterios de Siria), en el Octoechos (libro de los ocho
los unidos a Roma; la forma de la llos colores. La música es una de las que favorecía los intercambios y las
patena y del corporal (korpurá); las tonos), en el Triodion cuaresmal y
más fascinantes de Oriente, llena de peregrinaciones a Tierra Santa o ha- en el Pentecostarion del tiempo pas-
oraciones al pie del altar y el evange- melodías dulces; también en las pie- cia los famosos santuarios de Orien-
lio final de la liturgia eucarísüca; el cual; 3) el ciclo de los doce meses del
zas de mayor vigor se trasluce la no- te, como san Simeón el Estilita o los año, en el que cada día tiene una
rito de coronación (matrimonio), ble melancolía de un pueblo que ha santos Sergio y Baco, en Siria ".
muy similar al bizantino, lleva con- fiesta o memoria; está recogido en
sufrido increíblemente. Las comuni- los 12 Meneos mensuales.
sigo la unión de las manos y un cam- dades de la diáspora han abandona- La historia de la liturgia bizantina
bio de anillos, tomados del ritual do los címbalos, que algunos usan ofrece momentos de reformas fun- El esbozo histórico de la liturgia
franco-romano de tipo normando. todavía, y han introducido el armó- damentales que se pueden sintetizar bizantina se sitúa geográficamente
nium o el órgano. Los flabelos me- en el Typikon, el libro que resume en el arco que va de Constantinopla
La liturgia armenia no nació con las tradiciones concernientes a las re-
la crisis monofisita, porque cuando tálicos, agitados frecuentemente por a Jerusalén, y se debe confrontar con
diáconos, muestran cabezas de que- glas de todas las celebraciones20. El las situaciones que han influido pro-
los armenios se asociaron al grupo Typikon, antes de ser el actual libro
anticalcedoniano sus estructuras li- rubines adornadas por campanillas; fundamente y modificado la litur-
éstos reflejan toda la interpretación homónimo, es, desde el punto de vis- gia: 1) en Constantinopla: período
túrgicas estaban en gran parte for- ta histórico, un término plurívoco.
madas. La oposición a Bizancio ha mística de la liturgia como partici- preiconoclasta, Crisis iconoclasta
pación en la alabanza angélica, igual Desde los ss. vni-ix, la liturgia bi- (ss. vin-ix), período posterior a la
tenido como resultado que fórmulas zantina griega tolera la aplicación pa-
o costumbres bizantinas se remonten que las iglesias orientales, el sentido toma de Constantinopla por parte
del misterio en la liturgia. ralela de varios typika. Los más im- de los francos (1204), caída de Cons-
a la época anterior a las reformas
Orientales, Liturgias 1528

tantinopla (1453) y vigorosa reanu- los bárbaros" (PG 155,556D). El 1529 Orientales, Liturgias
dación de la tradición bizantina en Horologion se enriquece con una
Rusia y Moldavia; 2) en Jerusalén: buena himnografía, que a conti- patriarcal, ordenaciones, akathistos, Los bizantinos unidos a Roma
período anterior a la conquista persa nuación alcanza su culminación con sepultura, tabla de circunstancias y han condensado varias partes de es-
(614), período posterior a los persas las composiciones y arreglos de concurrencias festivas); 2) Liturgi- tos libros en ediciones abreviadas,
e invasión árabe (614-638), período san Juan Damasceno, san Cosme de kon, con el ordinario de las celebra- que se inspiran en el misal y en el
posterior a la devastación del califa Majuma y otros numerosos himnó- ciones eucaristicas y las partes sacer- breviario.
egipcio Hakim (1009). grafos sabaítas (Teóphanes Graptós, dotales del oficio; 3) Eucologio, ri- El año litúrgico tiene dos ciclos:
Las destrucciones iconoclastas y Juan Paleolabriota, Elias II, patriar- tual con la administración de los fiestas fijas y móviles. 1) Ciclo fijo:
de los francos en Constantinopla, y ca de Jerusalén; Jorge Aguiopolita, sacramentos y los oficios de bendi- comienza el 1 de septiembre, inicio
las de los persas y árabes en Jerusa- etc.). Después de la destrucción del ción; 4) Octoechos (libro de los ocho del año civil bizantino. Tiene nueve
lén, interrumpieron la vida litúrgica califa Hakim (1009) se siente la ne- tonos), con el propio del oficio de grandes fiestas fijas: a) fiestas del Se-
normal; ésta se reanudó con una re- cesidad de reconstruir los manuscri- cada día según un ciclo de ocho ñor (despotikai heortai): exaltación
forma que elimina, añade y crea. En tos destruidos, y desde el s. XII en semanas, con ocho tonos diversos de la santa Cruz (14 septiembre), na-
Constantinopla, la época posterior adelante se realiza la reglamentación (texto y música); cada tono dura sie- vidad (25 diciembre), teofanía (6
al comienzo de la iconoclastia (726) detallada de las vigilias (agrypnia) te días: hay, por tanto, 56 propios enero), encuentro del Señor (2 fe-
es la de insignes liturgistas, como el dominicales, los oficios predilectos que se repiten cinco-seis veces al brero), transfiguración (6 agosto); b)
patriarca Germán de Constantino- del monacato palestinense. año; 5) Triodion (libro de los himnos fiestas de la Madre de Dios (theo-
pla (autor probable de un comenta- triples), con propio del tiempo desde métorikai heortai): natividad (8 sep-
En Rusia, la edición del Typikon la precuaresma al sábado santo; 6)
rio a la Divina Liturgia, pero con de san Sabas (1610, 1633, 1634, tiembre), entrada en el templo (21
Pentecostarion, con el propio del noviembre), anunciación (25 marzo),
seguridad de himnos y estiqueros); 1682) provoca la importante refor- tiempo desde pascua al domingo de
es la época de san Teodoro Estudita; ma del patriarca Nicon, deseoso de dormición (15 agosto); 2) Ciclo mó-
todos los santos (primero después de vil: tiempo precuaresmal de veinti-
de su hermano José, metropolita de eliminar errores y abusos y de refor- Pentecostés); 7) Meneo (mensual), co-
Tesalónica, autor de numerosas ho- zar la unidad litúrgica con el mundo dós días, con cuatro domingos (do-
lección de 12 volúmenes, uno al mes, mingo del publicano y del fariseo,
milías litúrgicas; de José de Siracusa, greco-bizantino. El cisma doloroso con las fiestas y memorias fijas de domingo del hijo pródigo, domingo
sublime y fecundo himnógrafo, que de los viejos creyentes (staroviery) cada día (santoral); 8) Apóstol, lec- de carnaval, domingo de los lactici-
enriquecen el ciclo pascual, adaptan fue provocado por reformas de por cionario de lecturas del NT para la nios o del perdón); cuaresma, de
o componen himnos y revolucionan sí justas. En medio de toda esta evo- liturgia eucarística (sigue el orden cuarenta días, con seis domingos (do-
la tradición monástica, que privile- lución se puede decir que se refuerza del NT, comenzando en pascua con mingo de la ortodoxia, domingo de
giaba el salterio. El autor de gran un firme principio discrecional: el ce- los Hechos, saltándose sólo la car- san Gregorio Palamas, domingo de
parte del Triodion de cuaresma es lebrante o el superior determina la ta a Filemón, que se lee el día de la adoración de la santa Cruz, do-
probablemente Teodoro Estudita. medida de los oficios y el modo más su fiesta, 22 de noviembre); 9) Evan- mingo de san Juan Clímaco, domin-
Después de la toma de Constantino- o menos solemne de ejecución. gelio, con las perícopas para la euca- go de santa María Egipcíaca, domin-
pla por parte de los latinos, declina Hoy día la himnografía litúrgica, ristía y el matutino festivo; se lee en go de ramos); semana santa; tiempo
el solemne oficio estudita, y más tar- lejos de haber muerto, es todavía cuatro series con el orden Jn, Mt, delpentecostario, de cincuenta días,
de desaparece; bajo el influjo de los creativa. Tanto laicos como religio- Me, Le y evangelios de carnaval al con nueve domingos (pascua con se-
monasterios del Monte Athos, la sos rivalizan en la composición de sábado santo; 10) Salterio, dividido mana luminosa, domingo de santo
tradición sabaíta es retomada y asi- los oficios para los nuevos santos, en 20 kathismos para vísperas y lau- Tomás o antipascua, domingo de las
milada, hasta que el Typikon de san los acatistos (himnos de alabanza des; 11) Horologion, libro de las ho- miróforas o de los justos José de
Sabas es consagrado oficialmente para recitar de pie), tan queridos en ras sintético y portátil, con el ordi- Arimatea y Nicodemo, domingo del
por todos los ortodoxos, con su im- el Monte Athos, en Rumania y en nario de vísperas y laudes y las horas paralítico, domingo de la samarita-
presión en Venecia en 1546. En Je- Rusia. "El mito del inmovilismo li- menores completas; tiene un calen- na, domingo del ciego de nacimiento
rusalén, en el período en torno a la túrgico bizantino es precisamente dario que contiene los dos principa- seguido del jueves de la ascensión,
invasión persa del 614, la liturgia esto: un mito" (M. Arranz). les himnos de cada día (tropario y domingo de los santos padres del
vuelve a florecer gracias a las refor- kondakio); como apéndice tiene las primer concilio de Nicea, domingo
mas de los patriarcas Modesto y So- Libros litúrgicos: 1) Typikon, or- tablas pascuales, el himno akathisto de pentecostés o de la Trinidad, do-
fronio; este último, según dice Si- do-calendario con las rúbricas deta- a la Theotokos, el oficio de la comu- mingo de todos los santos, último de
meón de Tesalónica (s. xv), habría lladas de todos los oficios cotidia- nión (preparación y acción de gra- Pentecostario y primero del Octoe-
reconstituido el Typikon de san Sa- nos, incluida la celebración eucarís- cias), algunos cánones poéticos vo- chos). El ciclo móvil contiene las res-
bas, "desaparecido después de las tica, con muchas introducciones y tivos (a la Trinidad, a la santa Cruz, tantes grandes fiestas del Señor: ra-
devastaciones del lugar por parte de reglas para el ayuno, apéndices para a Jesús, Paraklisis a la Madre de mos (de por sí fuera también del ci-
las ceremonias especiales (liturgia Dios). clo cuaresmal, en cuanto fiesta de la
1530 1531 Orientales, Liturgias
Orientales, Liturgias

(miércoles), santos Apóstoles, san Ni- la prótesis o proscomidía (prepara- que se expresen con la terminología
entrada del Señor en Jerusalén), pas- ción de los ministros y de las es-
cua, ascensión y pentecostés. En el colás el Taumaturgo (jueves), santa de los filósofos neoplatónicos, de la
Cruz, difuntos, penitencia (viernes), pecies eucarísticas). Se distingue fá- escuela teológica de Alejandría, de
Triodion las semanas se cuentan del cilmente la parte catecumenal (co-
lunes al domingo; en el Pentecosta- todos los santos y difuntos (sábado). los padres capadocios, de san Máxi-
mienzo, letanías intercaladas con mo el confesor. En algunos rasgos
rion, del domingo al sábado. El Cuando se celebra la eucaristía, se antífonas, entrada con el evangelio,
Triodion contiene un gran número se nota que la experiencia litúrgica
usa ordinariamente la Divina Litur- himnos o troparios del día, Trisa- se ve como una especie de inicia-
de lecturas bíblicas también para las gia de san Juan Crisóstomo o la es- gion, Apóstol con aleluya, evangelio
horas menores. ción gnóstica al Dios trascendente
pecial de san Basilio (diez veces al y, entre algunos, letanías de los cate- de la Escritura. Luz, sabiduría, lo-
Las fiestas tienen cinco rangos, año: vigilia de navidad, primero de cúmenos). La parte del ofertorio co- gos, pneuma, pistis-gnosis y sus ad-
anotados en los libros por una señal enero, fiesta de san Basilio, vigilia mienza con la solemne traslación de jetivos llenan el vocabulario litúrgico
especial: de epifanía, cinco domingos de cua- los dones santos desde la prótesis al y hacen de contrapeso al sentimiento
a) Gran fiesta (vigilia nocturna resma, jueves santo, sábado santo). altar, pasando por la iglesia al canto lírico.
o agrypnia, en la que se juntan vís- Dado que en los lunes, martes y jue- del himno querúbico interrumpido
peras y laudes en un solo oficio so- ves de cuaresma está prohibida la por conmemoraciones; siguen credo,
Divina Liturgia, que se puede cele- d) El sentido didascálico está
lemne, canon poético de la fiesta en anáfora, padrenuestro, fracción, ele- muy difuso en la liturgia, aunque no
el matutino, con canto especial o brar sólo el sábado y el domingo, vación, comunión, distribución del
considerados fuera de la cuaresma, parece fin en sí mismo. Tal vez la
megalinario a la Madre de Dios; las Antidoron o eulogia del pan bende- voluntad de hacer conocer los dog-
fiestas del Señor tienen una cierta el miércoles y el viernes se puede ce- cido.
lebrar la Liturgia de san Gregorio, mas de la iglesia y la doctrina de los
prevalencia sobre el domingo; ante- concilios a través de la experiencia
fiesta, posfiesta, con octava de clau- llamada de los presantificados (es Rasgos característicos de la litur-
decir: hora de nona con typicos, gia bizantina: litúrgica ha creado una mentalidad
sura); b) media de primera categoría de lícito conservadurismo. Se puede
(vigilia nocturna; las más importan- grandes vísperas con distribución de
la comunión, mantenida en reserva a) Los orígenes orientales antio- decir que los himnos como eucología
tes son san Juan Ev., el 26 de sep- queno-palestinenses son evidentes, abundan en formulaciones teológi-
tiembre; san Juan Crisóstomo, el 13 desde la Divina Liturgia del domin-
go precedente; para no prolongar el tanto en las estructuras como en la cas de los sínodos y del pensamiento
de noviembre; los tres jerarcas san fuerza imaginativa de los símbolos y de los padres.
Basilio, san Gregorio Nacianceno y ayuno se la celebra por la mañana,
pese a su carácter vespertino; sin em- en el lirismo de los himnos. Una veta
san Juan Crisóstomo, el 30 de enero; de optimismo recorre los textos, in-
san Jorge, el 23 de abril, etc.); c) me- bargo, en muchas partes vuelve a ini- e) El simbolismo tiene como ob-
ciarse la celebración por la tarde, co- cluso los de penitencia; finalmente,
dia de segunda categoría (grandes los sugestivos oficios del viernes san- jetivo el teocentrismo y el cristocen-
vísperas con kathisma sálmico 1.°, menzando el ayuno a mediodía en trismo del culto. La liturgia debe po-
vez de a medianoche). to dejan traslucir ágilmente la resu-
antifonario con aleluya, gran entra- rrección. La liturgia se concibe sobre der transmitir todo el contenido bí-
da, lecturas bíblicas y laudes con Pol- todo como fiesta en el atrio del Se- blico de la suprema trascendencia
El movimiento litúrgico ortodoxo divina. Dios aparece como el sujeto
yeleos, es decir, Sal 134-135; se usa actual se está esforzando en propa- ñor; y la iglesia, como edificio, se
en las fiestas de los apóstoles, en las asemeja a un nuevo paraíso. absoluto de las palabras y de las ac-
gar de nuevo la celebración de la li- ciones litúrgicas, según la enseñanza
menores de la Madre de Dios y otros turgia jerosolimitana de Santiago,
santos); d) menor de primera cate- b) El aspecto formal lleva la mar- antioqueno-edesina. La eucaristía se
caída en desuso durante siglos entre inspira con toda claridad en la pará-
goría (no hay grandes vísperas, sin los bizantinos, salvo raras excepcio- ca puramente bizantina, es decir, ro-
embargo en las laudes se canta la mano-imperial, con su sentido de bola del banquete y no tiene de he-
nes; la tendencia es celebrarla al me- cho el carácter de triste comida de
gran doxología o Gloria in excelsis nos el día de la fiesta del apostolado jerarquía, de orden, de ceremonia
Deo; textos propios); e) menor de imperial; después de la caída de adiós. Dios es más allá de todas las
(23 octubre); existen buenas edicio- teofanías litúrgicas, un misterio im-
segunda categoría (un cierto número nes griegas y eslavas, provistas in- Constantinopla, la iglesia rusa reto-
de estiqueros o cantos propios en el mó esta perspectiva de cesarismo, penetrable, tremendo y fascinante;
cluso de las melodías necesarias; pero la vida litúrgica de la iglesia
oficio). Los días de simple conme- pero su celebración sigue siendo to- desarrollándola con exacta dignidad
moración no se señalan con ningún y magnificencia. permite conquistar el sentido de la
davía excepcional. transfiguración de las cosas, la co-
signo especial en los libros.
Las dos anáforas que se usan tie- c) El helenismo se ha combinado munión con Cristo como Kyrios. El
El ciclo semanal prevé las siguien- nen estructura antioquena. En el me- con todas las incidencias orientales Cristo de la liturgia bizantina no apa-
tes conmemoraciones, ya insertadas dievo, la anáfora de san Basilio y asiáticas, introduciendo en el len- rece nunca velado por el varón de
en el Octoechos: resurrección (do- cayó en desuso, dando el relevo a la guaje los contenidos especulativos de dolores, pues incluso los himnos de
mingo), santos Ángeles (lunes), san de san Juan Crisóstomo. La Divina la teología patrística griega. Las semana santa dejan sentir que en él
Juan el Precursor (martes), Madre Liturgia está precedida por el rito ideas bíblico-litúrgicas no es raro viven la fuerza, el poder y la gloria22.
de Dios, santa Cruz y penitencia tardío, pero altamente simbólico, de
Orientales, Liturgias 1532 1533 Orientales, Liturgias

f) El carácter escatológico aflora do al culto. Iconografía y arquitec- modo naturalista, sino con la sem- mania, Bulgaria, en una serie de igle-
particularmente en la eucaristía. Tan- tura de realización extremamente blanza de una eternidad creada, in- sias autocéfalas o autónomas (las
to los textos como el marco exterior convincentes y refinadas se encuen- mersa en la luz tabórica, simboliza- más importantes: Grecia, Chipre,
(simbolismo de los gestos, del edifi- tran en el arte armenio y medieval y, da por el fondo dorado o blanco. La USA). A causa de una dilatada diás-
cio, de las vestiduras, de las imáge- más débilmente, en las otras familias humanidad que se ve en el icono es pora ortodoxa, esta liturgia se prac-
nes) tienen la función de signo pre- litúrgicas. Respecto a ellas, sin em- abstracta y estilizada, llena del Espí- tica en todos los continentes, inclui-
monitorio de la unión apocalíptica bargo, el mundo bizantino se enfren- ritu Santo, no tanto naturaleza in- da Oceanía (Australia y Nueva Ze-
entre el cielo y la tierra. Con fre- tó teológicamente con la relación en- manente cuanto cuerpo espiritual; el landa). El movimiento misionero la
cuencia los cantos repiten que la li- tre imagen y culto, y conquistó de límite espacial que Dios ha asumido difunde en África (Kenia, Uganda,
turgia es un servicio pneumático-ex- ello una comprensión de la que sólo en Cristo es, a la luz de la resurrec- Tanzania, Zaire) y en Asia (Corea,
tático, aparición en imagen del reino él posee el secreto. Los patriarcas ción, una ventana abierta a la eterni- Japón). El movimiento litúrgico
de Dios, participación en la alaban- Germán, Nicéforo y Metodio de dad. El mundo fenoménico, justa- opera de un modo desigual, pero, en
za angélica, según todo lo que ense- Constantinopla, Jorge de Chipre, mente como lo inculca la liturgia, se ocasiones, con eficacia, sea a nivel
ñan, de modo diverso pero comple- san Juan Damasceno y Teodoro Es- confronta con el propio destino de académico (Instituí St. Serge, de Pa-
mentario, las tradiciones catedralicia tudita escribieron, entre los ss. vm y transfiguración. Las figuras comu- rís; Seminario de Balamand, en el
y monástica. El tema de la gloria ix, acerca del fundamento teológico nican un sentido de inmutabilidad, Líbano; St. Vladimir's Seminary,
(doxa) final de Dios se expresa fre- de la imagen, y lo sostuvieron: el ico- como si la materia se hubiese subs- de Nueva York; facultad de Holy
cuentemente mediante la terminolo- no es un documento teándrico que traído a la corrupción. También los Cross, en Boston), sea a nivel pasto-
gía apofática (negativa), muy del gus- anula la prohibición veterotestamen- colores participan en esta liturgia vi- ral (varios movimientos laicos en Me-
to de los capadocios, cuya anáfora, taria de hacer imágenes de Dios; la sual ante la imagen del Dios invisible dio Oriente, sobre todo el Mou-
de san Basilio, sigue siendo una obra imagen presupone la encarnación. El hecho visible: la púrpura de la túnica vement de la Jeunesse Orthodoxe
de arte no superada. Ni la Divina hecho cristológico es básico para de Cristo significa su realeza divina, [MJO] siro-libanés, el Apostoliki
Liturgia ni el oficio o los sacramen- que Dios pueda ser representado recubierta por el manto azul de la Diakonia, confraternidades laicas y
tos sufren la objetividad pragmática mediante Cristo en su naturaleza hu- humanidad asumida por nosotros. otros movimientos en Grecia); mu-
de ser instrumentos que comunican mana. Esquivando la tentación mo- El papel del icono en la liturgia es el chos obispos en Rumania, Líbano,
la gracia, porque el culto se trans- nofisita, el II concilio de Nicea (787) de compañía, y mudo repetidor del URSS están comprometidos en la
forma en signo anticipador de la epi- elabora el pensamiento de san Juan dogma de Calcedonia. Los ministros reforma litúrgica, con éxitos satis-
fanía, que vence el determinismo del Damasceno y reconoce a los iconos se preparan para las celebraciones factorios (publicaciones, lengua ver-
mundo natural. una veneración (proskynésis, ¡no rezando delante del iconostasio las nácula, música, predicación, simpli-
adoración!) similar a la tributada a fórmulas previstas para este acto, in- ficaciones equilibradas). La teología
g) Esta liturgia, tan ecuménica en la santa Cruz o al libro de los evan- ciensan las imágenes, las llevan en litúrgica ortodoxa está actualmente
sus orígenes históricos y en su espíri- gelios, y que no entra en conflicto procesión, las comentan. El pueblo representada por valiosos investi-
tu, es, al mismo tiempo, liturgia de con el primado de la Escritura ". El las venera también durante la cele- gadores, como E. T h e o d o r o u y
una iglesia local, en cuya asamblea valor de un icono no reside sólo en bración, sintiendo la identidad pro- J. Foundoulis (Grecia), E. Braniste
está representada toda la iglesia de la verdad dogmática abstracta, sino funda entre el mensaje de los textos (Rumania), B. Bobrinskoy, A. Knia-
Dios. El obispo está omnipresente en un instante de contemplación, y el de las imágenes. La liturgia bi- zeff, E. Meliá, C. Andfonikoff,
espiritualmente, incluso cuando no de amor agradecido al Dios hecho zantina presenta las imágenes como mons. G. Wagner (París), el metro-
es el presidente de la liturgia hic et hombre, capaz de transformarse en parte integrante de sí misma y medio polita Georges Khodre (Líbano).
nunc; rúbricas y costumbres lo re- liturgia común o piedad personal. A libre, pero eficaz, para conocer a Son también numerosos los estudio-
cuerdan con frecuencia. Las nume- partir del período posterior a la ico- Dios. El icono del Hijo de Dios tes- sos no ortodoxos autores de estudios
rosas letanías diaconales, con in- noclastia, las iglesias, distintos mo- timonia y revela la gloria de la Trini- apreciables sobre la liturgia bizanti-
vocaciones breves pero intensas, mentos de la liturgia y la oración dad; la vista se santifica y, en la fe, na: L. Ligier, J. Mateos, M. Arranz,
provocan con feliz repetición las personal comportan cada vez más la puede transformarse en visión. R. Taft (Roma), E. Lanne (Bélgi-
continuas respuestas de la asamblea imagen sagrada como presencia in- ca), W. Nyssen, H . - J . S c h u l z ,
o del coro, y expresan toda la ten- discutible. La imagen sagrada, pin- En la situación actual, la liturgia G. Kretschmar y K. Gamber (Ale-
sión de una eclesiología de comu- tada según criterios rigurosamente bizantina se practica en los patriar- mania), S.V. Janeras (España), R.
nión, en la que no se olvida a nadie, eclesiásticos, es fruto de una espiri- cados de Constantinopla y Jerusa- Bornert (Luxemburgo), etc.
ni a los vivos ni a los difuntos. tualidad auténticamente contempla- lén, en la parte greco-ortodoxa de
tiva. La figura de Cristo y las de la los patriarcados de Alejandría y An- Las iglesias greco-católicas son
h) El arte, en un grado más ele- Madre de Dios y de los santos, asi- tioquía, entre los católicos de Geor- bastante numerosas, y surgieron del
vado que en todas las otras liturgias milados a él, se representan no de un gia, en los patriarcados de origen desmembramiento de iglesias locales
orientales, está profundamente liga- más reciente de Moscú, Servia, Ru- ortodoxas en las dos obediencias,
Orientales, Liturgias 1534 1535 Orientales, Liturgias
romana y ortodoxa, provocado por ción; introducción de las misas se- ITALIA. La Italia meridional, heleni- taba entre los ss. vm y xn con cen-
movimientos de unión, algunos de cretas y privadas; posibilidad para zada desde la época precristiana, al tenares de monasterios, lauras, ere-
los cuales datan de muy antiguo: los sacerdotes de celebrar varias li- formar parte del imperio cristiano mitorios y grutas, era el punto de
unión de Brest-Litovsk entre los turgias al día; asimilación del ayuno de Oriente, ha practicado desde una apoyo fundamental de la liturgia bi-
ucranianos (1595-96), de Uzhorod eucaristico oriental (desde la media época remota la liturgia bizantina. zantina y ha producido decenas de
entre los rutenos (1646), de los croa- noche) al de la iglesia romana; toque Esta es también la única forma de santos, venerados con frecuencia in-
tas (1611), de Alba Julia entre los de la campanilla después del sanctus liturgia oriental practicada en la pe- cluso en Oriente: san León de Cata-
rumanos (1698) y de los melkitas de (para subrayar la doctrina católico- nínsula. Las luchas iconoclastas de nia, san Filerato de Palermo, san Me-
Oriente Medio (1724). Ha habido romana sobre la consagración) en el Oriente produjeron un aumento nu- todio de Siracusa, san Elias de Enna,
otras épocas más recientes, pero de momento de la institución, y no de mérico de las comunidades griegas san Fantino de Mercurion, san Lu-
menor importancia (Macedonia, la epíclesis; pronunciación de las pa- en Italia, mezcladas con los restos cas de Tauriana, san Teoctisto de
Grecia, Bulgaria). Los ítalo-albane- labras de la institución por parte de de los longobardos. Las encontra- Caccamo (conocido por los sicilia-
ses, llegados al reino de Ñapóles hu- todos los "concelebrantes por tucio- mos en Puglia, Basilicata, Calabria, nos como san Calógero, por el título
yendo de la invasión turca, han adop- rismo; sustitución del evangeliario so- Sicilia y Roma. De los cerca de vein- monástico griego "kalogéros", el
tado más bien la intercomunión prác- bre el altar por el misal; calendario: te papas greco-orientales, nueve rei- buen viejo), san Daniel de Taormi-
tica con la iglesia de Roma, sin introducción de fiestas desconocidas naron entre el 642 y el 752: Teodoro, na, santos Nilo y Bartolomé de Ros-
suscribir nunca un acto de unión. en Oriente (Corpus Domini, sagrado Juan V, VI, VII; Sergio, Sisinio, sano Calabro, san Lucas de Messi-
Los greco-católicos de Ucrania y Corazón, Inmaculada Concepción); Constantino, san Gregorio III, san na, san Gregorio de Agrigento, santa
Rumania han sido reabsorbidos en bautismo, confirmación y comunión Zacarías. La ciudad de Roma conta- Rosalía de Palermo, etc.24
la respectiva iglesia ortodoxa des- se confieren separadamente; decaden- ba en el medievo con importantes
pués de coyunturas históricas re- cia, que en ocasiones es casi total o Los monjes seguían en parte el
monasterios griegos: san Sabas, san Typikon de san Sabas, pero sobre
cientes. extrema simplificación, del oficio Prisco y santos Alejo y Bonifacio,
cantado y obligación del breviario todo el de Studion, según la federa-
Estas iglesias han conservado fun- en el Avenüno; santos Vicente y ción monástica a la que pertenecie-
privado; primacía de devociones oc- Anastasio, en Tre Fontane; san Ce-
damentalmente la liturgia de su igle- cidentales (rosario, culto del sagrado ran (las más importantes son los ar-
sia madre; pero, a causa de siglos de sáreo, en vía Apia; san Basilio, en el chimandritados de san Salvador de
Corazón, vía crucis, novenas) y re- foro Trajano; san Silvestre, san Es-
formación teológica occidental, bajo ducción de las típicamente orienta- Mesina, de 1059, que condividía con
la presión de circunstancias desfavo- teban, etc. La reconquista normanda el obispo de Monreale la jurisdicción
les (akathisto, cánones); bendición de Sicilia, arrebatada a los árabes,
rables, han realizado reformas litúr- eucarística extralitúrgica; decaden- eclesiástica sobre Sicilia; el Patirion
gicas inspiradas en el concilio de produjo un reforzamiento gradual de Rossano Calabro y la heparquía
cia de los Presantificados en favor del rito latino y un debilitamiento
Trento, en las devociones de la épo- de la misa cotidiana; sustitución de de Latinianum en Basilicata). Las bi-
ca barroca, en la teología de la se- del griego en todo el reino. Gracias a bliotecas poseen varios typika ítalo-
la iconografía bizantina por imáge- una cierta tolerancia de los reyes
gunda escolástica y en la devotio nes posrafaélicas italianizantes; culto griegos: el más antiguo es el de Me-
moderna. El grado de contamina- normandos, en el s. XII tuvo lugar sina, de 1131. Éstos están, en ge-
de santos extraños al calendario un renacimiento cultural y litúrgico
ción es más o menos fuerte, de forma oriental (santa Rita, san Antonio de neral, inmunes de manipulaciones e
que los puntos de latinización no va- que favoreció la importación de li- infiltraciones heterogéneas. La uni-
Padua, santa Teresa del Niño Jesús); bros litúrgicos de Oriente, especial-
len para todos los lugares o, al me- supresión o reducción del iconosta- versidad de Roma ha publicado en
nos, no con la misma intensidad. Al mente del Monte Athos. Los nor- 12 volúmenes todo el cuerpo himno-
sio; estatuas; recitación del Filioque mandos, sin embargo, al introducir
haber perdido el contacto con las en el símbolo niceno-constantinopo- gráfico ítalo-griego, todavía poco
fuentes privilegiadas de inspiración el derecho feudal de investidura, conocido. Los basilianos dieron un
litano, pese a no ser obligatorio en- substrajeron los potentes monaste-
litúrgica (vida sinodal plenamente tre los greco-católicos; sacerdotes fuerte impulso al estudio del griego,
autónoma, centros monásticos, teo- rios basilianos a la jurisdicción de influyendo directamente en el huma-
que por motivos de solemnidad ex- los obispos bizantinos. Más tarde se
logía patrística, estudio de la propia terna sirven en la misa como diá- nismo italiano. Petrarca y Boccaccio
tradición) y al vivir con frecuencia llegó a la supresión de las diócesis estudiaron el griego con dos célebres
conos. bizantinas, transformadas en ocasio-
en un aislamiento social y confesio- monjes greco-calabreses, Barlaam
nal, han retocado la liturgia a todos nes en diócesis latinas. El rito grie- de Seminara y Leoncio Pilato. Los
Se han realizado muchas recupe- go desaparece definitivamente en
los niveles con criterios extraños al raciones, pese a que las reformas typika italo-estudionenses se dividen
genio originario; en la eucaristía: Puglia y Basilicata en el s. xv; en en tres familias: 1) paleo-calabrés,
más recientes se inspiran en la refor- Calabria resistió ininterrumpida-
abandono o simplificación del rito ma litúrgica occidental posterior al 2) calabro-siciliana, 3) pullés (del mo-
de la proscomidia, preparada fre- mente desde los orígenes hasta los nasterio del Cásale). La tradición es-
Vat. II. ss. xvi-xvii.
cuentemente sin fórmulas por el sa- tudionense, desaparecida en Cons-
cristán la tarde anterior a la celebra- 9. LA LITURGIA BIZANTINA EN tantinopla y en el Athos, ha sobre-
El monacato basiliano, que con-
Orientales, Liturgias 1536 1537 Orientales, Liturgias

reducción del oficio, en la Divina Li- y H. Cazelles), Cerf. París 1970, 138-178 — Theotogy, St. Vladimir's Press, New York
vivido en la Italia meridional. El
turgia ferial leída, dialogada y sin ' P C . Mousses, Les livres Uturgiques de l'Église 19752 — n A. Schmemann, Le grand caréme.
monasterio de San Salvador de Mes- chaldéenne, Photo Press, Beirut 1955 — l0 La Ascése el lilurgie dans l'Église orthodoxe, Ed.
sina cambió el Typikon estudionense canto, en el estilo occidental de las fuente de información más fácilmente accesible Abbaye de Bellefontaine, Bégrolles-en-Mauge
por el de san Sabas sólo en el s. xvi iglesias, en el uso (en disminución) sobre la liturgia siro-occidental y también siro- 1974 — 23 N. Ozoline, L'icóne. Analogie et com-
por imposición del papa a. de las estatuas y, en ocasiones, del oriental la constituye la revista L'Orient Syrien, plementante de l'image par rapport au geste et
armónium, en el bautismo por infu- publicada desde 1956 a 1967, año en que quedó a la parole liturgique, en Gestes et paroles dans
En el momento en el que el cris- interrumpida por la muerte de su editor, mons. les diverses familles Uturgiques (dir. por A. Pis-
tianismo bizantino desaparecía de sión, en la penitencia en el confeso- Khoury-Sarkis — " J. Puyade, Composilion in- toia y A.M. Triacca), Centro litúrgico Vicenzia-
las provincias meridionales, comien- nario, en la celebración eucarístíca terne de ¡'office syrien, en L'Orient Syrien 2 no, Roma 1978, 167-190 — 34 N. Ferrante,
za el fenómeno de las inmigraciones en cuaresma, con la consiguiente (1957) 77-92 y 3 (1958) 25-62 - n J. Mateos, Santi italo-greci del Reggino, Quaderni di Orien-
de los albaneses desde Epiro y el Pe- desaparición o reducción de los Pre- "Sedre " et priéres connexes dans quelques an- te Cristiano, Palermo 1975 — " A. Pertusi,
santificados. ciennes collections, en OCP 28 (1962) 239- Rapporti tra monachesimo ilalo-greco ed il mo-
loponeso, llevando consigo la litur- 287 — " P. Dib., Maronite (Église), en DTC nachesimo bizantino nell'alto medioevo, en
gia bizantina. Se dispersaron por el El movimiento litúrgico registra 10 (1928) 1-42; M. Hayek, Liturgie maronite. Chiesa greca in Italia dall'VIII al XVI sec. Atti
sur desde el 1461, acogidos por los ciertos progresos; una nueva co- Histoire et textes Uturgiques, Mame, París- del convegno storico di Barí del ¡969 (a cargo
aragoneses. El límite septentrional rriente iconográfica de pintores au- Tours 1964 — l4 E. Lanne, Le grand euchologe M. Maccarrone y G.G. Meerseman), Antenore,
de sus colonias está en los Abruzos. tóctonos, junto a otros provenientes du Monastére Blanc. Patrología Orientalis 28, Padua 1973, 473-522.
de Grecia, está proveyendo gradual- 2, París 1958 (un testimonio de que la liturgia
Muchas comunidades perdieron ac- copta del primer milenio asimiló numerosos ele-
to seguido el rito griego, pese a con- mente los lugares de culto de buen D. Gelsi
mentos siríacos, eliminados posteriormente) —
tinuar todavía hoy hablando la len- arte litúrgico de tradición neo-bizan- 15
A. Mallon, Les Théotokies en ¡'office de ¡a
gua albanesa. tina. No faltan las publicaciones, tan- Sainte Vierge dans le rite copie, en Rev. de l'Or.
to científicas (Bollettino de la abadía chr. 9 (1904) 17-31 — " E. Hammerschmidt, BIBLIOGRAFÍA: Dalmais I.H., Las liturgias
Actualmente la liturgia bizantina Kullsymbolik der koptischen und der dlhiopi-
griega de Grottaferrata) como de orientales. Casal y Valí, Andorra 1961; Evdo-
la practican cerca de 70.000 fieles en schen Kirche, en Symbolik des orthodoxen und kimov P., La Ortodoxia, Ed. Península, Barce-
las dos heparquías (diócesis) de Lun- alta divulgación (revista y cuadernos orienlalischen Christentums (dir. por E. Ham- lona 1968; García Hernando J., Pluralismo re-
go Altánese, junto a Cosenza (26 de Oriente Cristiano de Palermo). merschmidt), Stuttgart 1962, 215-217 — " M. ligioso 1, Confesiones cristianas, Atenas, Ma-
parroquias en Calabria, Basilicata, La iglesia concatedral griega del al- Daoud, The Liturgy of the Ethiopian Church, drid 1981; Janeras S., San Basilio en la historia
mirante (Martorana) en Palermo se Egyptian Book Press, Cairo 1960. Es la reedi- de la liturgia, en "Phase" 120 (1980) 475-492;
Abruzzi), y de Piaña degli Albanesi, ción de la traducción inglesa de las anáforas
ha convertido en un interesante cen- Liesel N., Las liturgias de la Iglesia Oriental.
junto a Palermo (14 parroquias), y etiópicas publicadas por el mismo autor en Ad- Las fiestas eucaríslicas de los católicos orienta-
en la abadía "nullius" de Santa Ma- tro de contacto ecuménico entre fie- dis Abeba en 1954 — l8 T. Nersoyan, Divine les, Espasa-Calpe, Madrid 1959; Meyendorff J.,
ría de Grottaferrata, junto a Roma les greco-ortodoxos e ítalo-albanos Liturgy of the Armenian Apostolk Church, La Iglesia ortodoxa ayer y hoy, Mensajero, Bil-
(una parroquia y cuatro monaste- greco-católicos, que se unen en el Delphic Press; New York 1950 — " D.J. bao 1969; Ortega J.L., Liturgia bizantina, en
rios: en Grottaferrata, San Basilio, canto de la común Divina Liturgia. Chitty, Et le désert devint une cité. Introduction "Liturgia" 5 (1950) 72-75; 9 (1954) 183-188, 206-
a ¡'elude du monachisme égyptien etpatestinien 211, 295-299, 350-355; 10 (1955) 27-31; Las li-
junto a Cosenza; Piaña degli Alba- dans l'empire chrétien, Ed. Abbaye de Bellefon- turgias orientales, ib, 9 (1954) 82-88; Rousseau
nesi y Mezzojuso, junto a Palermo). taine, Bégrolles-en-Mauge 1980; O. Hendriks, O., Las liturgias orientales y nosotros, ib, 16
El rito se latinizó mucho entre el NOTAS: ' H.I. Dalmais, Signification de la Les monastéres internationaux syriens, en L'O- (1961) 154-161; Santos Hernández A., Iglesias
diversité des riles au regará de l'unité chrélienne, rient Syrien 3 (1958) 165-184 — M M. Arranz, de Oriente, 2 vols., Sal Terrae, Santander 1963;
500 y el 700. En este siglo, sin em- Les grandes étappes de la liturgie byzantine:
bargo, se ha emprendido una obra en Istina 7 (1960) 311-318 - 1 W. de Vries, Iglesias Orientales separadas, ED1CEP, Valen-
Rom und die Palriarchate des Ostens, Alber, Palestine-Byzance-Russie. Essai d'apercu hislo- cia 1978; Schultze B., Iglesias Orientales, en SM
de purificación de los excesivos lati- Friburgo/Br. 1963 — 3 B. Botte, L'anaphore rique, en Lilurgie de l'Église pariiculiére et de 3, Herder, Barcelona 1973, 807-833; Spidlik T.,
nismos del pasado, codificada por el chaldéenne des apotres, en OCP 15 (1949) 259- l'Église universelle (dir. por A. Pistoia-A.M. Oriente cristiano, en NDE, Paulinas, Madrid
sínodo de Grottaferrata de 1940 y 276; A. Raes, L'authenticüé de la lilurgie byzan- Triacca), Ed. Liturgiche, Roma 1976, 43-72 —- 1979, 1024-1035. Véase también la bibliografía
21
tine de St. Jean Chrysoslome, en OCP 24 (1958) A. Schmemann, Introduction lo Lilurgical de Plegaria eucaristica.
gracias a la mejor formación del cle-
ro en el Colegio Griego de Roma, 5-16; A. Tarby, La priére eucharistique de l'É-
glise de Jérusalem, Beauchesne, París 1972 —
dirigido por benedictinos belgas. La 4
I.M. Hanssens, [nstitutiones liturgicae de riti-
lengua litúrgica de base, al menos en bus orientalibus II, Pont. Univers. Gregoriana,
algunas ceremonias solemnes, es el Roma 1930,426ss — 5 E. Lanne, La confession
griego. Recientemente se han intro- defoi baptismale a Alexandrie et Rome, en La
ducido el italiano y el albanés, tanto liturgie expression de lafoi, Conférences de St.
Serge XXV (dir. por A. Pistoiay A.M. Triacca),
para toda la Divina Liturgia como Ed. Liturgiche, Roma 1979 — 6 A. Bugnini,
para ciertas partes del oficio. La mú- L'eucologio di Der Balizeh, en EL 65 (1951)
sica psáltica neobizantina va feliz- 157-170 — ' L. Bouyer, Eucaristía, Herder, Bar-
mente acompañada de melodías lo- celona 1969 — " L. Ligier, Célébration divine
cales griegas y albanesas. El influjo et anamnése dans la premiere partie de ¡ana-
phore ou canon de la messe oriéntale, en Eucha-
latino se nota todavía en la fuerte rislies d'Orienl et d'Occident (dir. por B. Botte
1539 Padres y liturgia

trarla: en su núcleo esencial la litur- dad objetiva. Pensemos en la impor-


gia se constituyó en la edad patrísti- tancia que tiene en los padres el tema
ca, pese a que continuó desarrollán- bíblico, explicado mediante la pre-
dose y enriqueciéndose, al mismo dicación y los tratados teológicos,

p
tiempo que se purificaba unas veces para fundar la piedad. Todo esto da
y otras se desnaturalizaba y volvía a su piedad un carácter eminente-
árida. mente objetivo. Quien no tiene cierta
familiaridad con los padres no puede
evitar un cierto sentimiento de sor-
II. Piedad objetiva presa al leer algunos de sus escritos,
especialmente ciertos discursos, ante
Comencemos por subrayar el ca- lo que, según la concepción hoy en
rácter de piedad objetiva que pre- boga, se considera una laguna. Tó-
PADRES Y LITURGIA drían estudiar en otros padres las re- senta la patrística, y que marca de mense, por ejemplo, las numerosas
miniscencias litúrgicas que, como ha por sí, de modo evidente, la liturgia predicaciones de san Agustín y de
demostrado dom Morin, son fami- y la espiritualidad litúrgica. Cuando san León Magno sobre la navidad"
SUMARIO: I. Significado del tema-11. Piedad liares en Arnobio el Joven *. se habla de piedad objetiva de los y sobre la pasión. En vano buscare-
objetiva - III. Piedad comunitaria - IV. El sen- mos en ellas las efusiones de senti-
tido del misterio - V. El valor de la palabra - VI. Para mantenernos en los límites padres, no se pretende de hecho ex-
Sentido bíblico - VII. Conclusión. de esta voz y para proceder con un cluir el coloquio íntimamente perso- miento familiares a la piedad medie-
cierto orden, se podría formular el nal. Se tendría que ignorar a san Ig- val y a la piedad (si de piedad se
tema de este modo: la aportación del nacio de Antioquía, a Orígenes, a trata) de nuestros días. Y esto se
I. Significado del tema estudio de los padres al conocimien- san Ambrosio o a san Agustín. Re- puede notar desde el principio, ya en
to y la apreciación de la liturgia, cuérdese la jaculatoria Domine Jesu la homilía sobre la pasión de Meli-
No se pretende hablar aquí de los incluso fuera de sus obras propia- de san Ambrosio, que adorna sus dis- tón, en la Epístola de Bernabé (que,
padres como fuente específica y do- mente litúrgicas, teniendo en cuenta cursos y tratados, y las breves ora- según especialistas recientes, sería
cumental de la liturgia. Si quisiéra- ciertas características e instancias ciones en que con tanta espontanei- también una homilía pascual). Inclu-
mos repasar los textos patrísticos comunes a la literatura patrística, ins- dad prorrumpe a veces el exegeta o so los autores de gran sentimiento,
que nos informan de la historia de tancias y características relativas a el orador \ Respecto de san Agustín, como san Gregorio Nacianceno,
la liturgia —comenzando desde los diferentes sectores de la doctrina y bastará mencionar los Soliloquios y cuando cantan el misterio litúrgico
ce. 61ss de la / Apología de san Jus- de la espiritualidad. las Confesiones'. Al hablar de pie- son unos maestros y adoradores que
tino a los opúsculos de Tertuliano No queremos afirmar que tales ca- dad objetiva se quiere subrayar, sin hacen muy pocas concesiones al de-
sobre el bautismo, la penitencia y la racterísticas pertenezcan de modo ex- negar la intimidad del coloquio con rramamiento del corazón.
oración; las catequesis de san Cirilo clusivo al mundo de la patrística; al- Dios o con Cristo, una cierta actitud Piedad objetiva. Dios —así parece
y de Juan de Jerusalén o de Teodoro gunas forman parte de toda la gran espiritual que domina ampliamente que suena la respuesta que dan los
de Mopsuestia, las recientemente des- tradición católica, que en los padres en el culto litúrgico. padres al don divino—, Dios ha re-
cubiertas de san Juan Crisóstomo ', ha tenido su expresión primitiva, Es muy claro mientras tanto que velado un misterio que nosotros cree-
la Traditio de Hipólito, el Eucologio una de las expresiones más auténti- en la base de la espiritualidad de los mos, adoramos y hacemos nuestro
de Serapión, el De mysteriis y el De cas y vigorosas. Por otra parte, es padres está el misterio revelado, no en la vida. No es que el sentimiento
sacramentis de san Ambrosio 2—, no necesario tener en cuenta en el cam- el puro dato ni el sentimiento. Es el esté fuera de lugar, pero no ocupa
bastaría ni un curso entero. Tampo- po de la patrística las diferencias de misterio revelado lo que constituye ciertamente el primer puesto. La ac-
co se pretende aquí espigar entre el ambiente y de personalidad 5 . Qui- su meollo: trinidad, encarnación, titud de los padres frente al misterio
interesante material de conceptos y siéramos, por tanto, destacar algu- iglesia. Recuérdese, en este aspecto, se puede resumir tal vez en esta con-
de expresiones patrísticas que han nos trazos precisos y concretos que el puesto que ocupa el tema soterio- clusión del discurso De apostolis eí
pasado después a los textos litúrgi- den una base segura a nuestras con- lógico en el sentido más amplio (re- fide, de Eusebio de Emesa, predica-
cos o, viceversa, de la fraseología li- sideraciones, con el estudio de lo que ferido no sólo a la acción del Verbo dor no demasiado conocido: "Con-
túrgica familiar a ciertos padres. El se podría llamar el clima religioso encarnado, sino también a la del Es- sueta celebremus, ad gratiarum ac-
trabajo realizado por el padre Mar- cultural en el que se ha ido forman- píritu Santo, es decir, a toda la eco- tionem convertamur, Patrem ado-
cel Havard sobre la presencia dis- do la liturgia, derivando de él algu- nomía de la salvación) en la dogmá- remus, Filium confiteamur per Spi-
persa de la patrística en los textos nas de sus características. En una in- tica de los padres. Está claro que tal ritum, glorificemus unitatem, sequa-
mozárabes' se podría extender en vestigación de este tipo se parte de actitud es una base para el desarrollo mur pacem, et uni per unum in uno,
último término a otra literatura li- una constatación histórica demasia- y la caracterización de la espirituali- ab una ecclesia, gloriam referamus:
túrgica, del mismo modo que se po- do clara para que sea necesario ilus-
Padres y liturgia 1540 1541 Padres y liturgia

nongenito Patri, per Unigenitum, in ciencia más clara de su contenido y san Juan Crisóstomo, de un san Má- tólica de la realidad. Recordemos la
uno Spiritu Sancto, gloria, impe- defenderse contra las desviaciones he- ximo de Turín, de un san Agustín, oración universal de Clemente Ro-
rium, honor et nunc et semper et per réticas, las doxologías y las fórmulas de un san León Magno, de un san mano, en la que el sentido comuni-
omnia saecula saeculorum. Amen" litúrgicas han llamado su atención y Gregorio Magno; y esto mismo pue- tario se revela de modo tan evidente
("Celebremos los misterios en los se han encontrado en la documenta- de aplicarse también a la oración, (Primera Carta a los Corintios 59,3-
que solemos participar, recurramos ción de todas las controversias, en cuando tenemos los elementos para 61,3). Es en este clima donde florece
a la acción de gracias, adoremos al razón de su particular autoridad" ". datar ciertas composiciones litúr- la oración de intercesión con todos
Padre, confesemos al Hijo por me- Sin salimos de este campo, es ne- gicas. sus vigorosos desarrollos. Es bien cla-
dio del Espíritu, glorifiquemos la uni- cesario tener presente lo que se pue- El valor de la liturgia, tal como es ro en los padres el esfuerzo por ele-
dad, sigamos la paz; y convertidos de llamar el sentido vital de la litur- vista y vivida por los padres (y de var a toda la comunidad a la con-
en una sola cosa por medio de quien gia en los padres. Piedad objetiva no toda su mentalidad religiosa), está templación y a la vida del misterio
es uno y en el uno, desde la única quiere decir en absoluto una piedad sobre todo en las ideas-forma que cuando enseñan, invitan a la oración
iglesia hagamos resonar la gloria: al al margen de la vida, sino más bien les inspiran y que ellos eficazmente o proponen a todos los fieles un pro-
ingénito Padre por medio del Unigé- una piedad que orienta la vida no comunican ". grama integral de vida cristiana.
nito, en el único Espíritu Santo, glo- según el sentimiento que pasa, sino Piénsese en ciertas elevaciones, en
ria, poder y honor ahora y siempre y según la realidad creída, meditada, ciertas confidencias contemplativas
por todos los siglos de los siglos. vivida, del misterio que se celebra '". III. Piedad comunitaria que, casi se diría, se le escapan a san
Amén") *. De hecho, como se ha observado Agustín en las Enarrationes in Psal-
Para darse cuenta de la importan- respecto de la Tradición apostólica El fundamento teológico de esta mos (me estoy refiriendo a las dirigi-
cia que tiene esta visión del misterio, de Hipólito, "se trata (...) de una tra- segunda característica es evidente: es das al pueblo en la predicación).
en cuanto expresión de piedad obje- dición no fijada en el inmovilismo, la realidad de la iglesia, que tiene su Piénsese también en un san León
tiva, obsérvese la plenitud de signifi- sino bien viva y activa"; cosa que no centro en Cristo, representado por Magno, en su modo de presentar el
cado que asumen en san León Mag- siempre sucede ". Es en la edad pa- el obispo (recuérdese a san Ignacio misterio de navidad o de la pascua
no los términos renovar y reparar, trística cuando comienzan a florecer de Antioquía); es el sentido de la como la expresión plena de la vida
tan frecuentes en la contemplación las oraciones destinadas a las diver- iglesia como cuerpo, como Christus cristiana.
del misterio litúrgico y en la invoca- sas horas de la jornada, desde el totus ". La expresión cultual en los
ción de los frutos correspondien- Gloria in excelsis (titulado himno primeros siglos revela muy clara-
tes l0. De aquí el que los padres se matutino en el códice alejandrino de mente esta actitud de piedad comu- IV. El sentido del misterio
explayen, cuando ilustran el misterio la biblia y oración de la mañana en nitaria: el centro de la vida cultual es
litúrgico, en la consideración doctri- las Constituciones Apostólicas) a la la eucaristía, celebrada por el obispo Ya el mismo vocabulario es muy
nal y teológica, a pesar de no estar "eucaristía lucernaria" (epilychnios en unión con el clero (sólo cuando interesante en este campo. En los úl-
dando lecciones de teología, sino ha- eucharistia), todavía usada como las exigencias pastorales lo hagan timos decenios se han multiplicado
blando al pueblo como pastores. oración de la tarde entre los griegos; necesario se celebrará la eucaristía los estudios en torno a los términos
Esto vale también para la catcque- los himnos de san Ambrosio, fami- en diversas zonas de la ciudad y el mysterium y, sobre todo, sacramen-
sis. "La catequesis de los padres, en liares a la piedad de san Agustín; o clero no podrá estar en su totalidad tum 20, vocablos particularmente ri-
cuanto está en relación con los datos los poemas de Prudencio. No son en torno a su obispo)'*. Pensemos cos de significado. Sin pasar revista
de hecho del depósito común de la todas oraciones litúrgicas en sentido en el significado comunitario que a las diversas acepciones que se con-
fe, y no con veleidades personales, estricto, pero florecen en el clima de asume la administración del bautis- tienen en esos términos, bastará no-
es una catequesis objetiva"". una vida litúrgica intensa. Este sen- mo ". La preparación y la adminis- tar aquí que es común a los padres el
tido de la liturgia, como alguien que tración de este sacramento ocupan sentido de una realidad sagrada que
La conciencia del carácter objeti- acompaña en el camino de la vida en
vo de la liturgia, fundada en la fe y al obispo y a toda la comunidad de viene de Dios y que el hombre acep-
cada uno de sus recodos, lo encon- tal modo que sitúan la iniciación cris- ta sin entenderla totalmente, adoran-
en los misterios, es bien clara en los tramos en ciertas oraciones de san
padres, como lo demuestra también tiana en el centro de la vida de la do, alabando, dando gracias. Es la
Gregorio Nacianceno, en las que los asamblea. Pensemos en la oración actitud concorde no sólo de algunos
"la apelación" que ellos hacen, no acontecimientos personales se en-
raras veces en clave polémica, "a los común, en las formas que nos son padres de tendencia fuertemente tra-
cuadran espontáneamente en la con- conocidas en la edad patrística; pen- dicionalista, que ignoran o rechazan
usos y a las fórmulas litúrgicas" para sideración del misterio litúrgico. Lo
sostener su tesis l2. Un ejemplo ca- semos en el canto. Pero lo que im- la elaboración racional de la verdad
mismo podríamos decir de la vida porta hacer notar, más todavía que revelada, sino también de los espe-
racterístico: "Desde el momento en social: piénsese en los ecos que las
que los cristianos comienzan a refle- las formas, que no pueden no cam- culativos más comprometidos y
ansias y las desventuras de su tiempo biar, es la intención, el espíritu, que audaces, de Orígenes, de san Grego-
xionar sobre el dogma trinitario, sea despiertan en la predicación de un
para defenderlo, sea para tomar con- expresa algo esencial a la visión ca- rio Nacianceno, de san Gregorio Ni-
Padres y liturgia 1542 1543 Padres y liturgia

seo, de san Agustín. Sin duda el sen- auténtico de la palabra, del logos, cuentran su teología, la sustancia del merosas lecturas de los padres, que
tido profundo del misterio ha sido sometiendo al artificio lo que debe discurso doctrinal en la predicación parecían constituir un acertijo. Pero
para ellos una salvaguarda de la or- ser comunicación sincera de pensa- y en el tratado, el alimento de la también en la nueva situación, sin
todoxia y del espíritu de fe y de ora- miento y de vida. En realidad, los meditación, la materia moral y ascé- duda muy mejorada2", convendrá se-
ción, de igual modo que la actitud padres muestran una gran confianza tica 25. ñalar algunas características de la
de humilde y profunda adoración ins- en la palabra. No hablo sólo de un El sentido de la biblia se traduce exégesis patrística que nos ayuden a
pira la acción litúrgica. Orígenes filólogo y exegeta, que pide de forma evidente también en el len- comprender el uso que la liturgia
Obviamente, el sentido del miste- a la palabra precisa de la biblia el guaje de los padres. "Es un hecho hace de la biblia. ¿Cuál es la finali-
rio caracteriza también la catequesis secreto del misterio divino; de un san bien conocido para quien tenga al- dad de la exégesis según los padres?
de los padres, en íntima conexión Agustín, controversista que confía a guna familiaridad con los antiguos Lo dijo Orígenes de forma particu-
con la liturgia21. la palabra del que contradice la suer- escritores cristianos griegos y lati- larmente feliz: "Las Escrituras, en su
Sin embargo, no se comete una te de la verdad a la que quiere con- nos. Nutridos por la asidua lectura conjunto, en cuanto comprendidas
injusticia con los padres si se reco- ducir a los errantes; hablo, en gene- de los libros santos, no sólo sacaban exactamente y a fondo, no constitu-
noce que la manera con frecuencia ral, de la confianza manifestada por de ella la médula de su pensamiento, yen, pienso, sino los primerísimos
insatisfactoria en que ellos se han ser- el cuidado que los padres tienen de sino que asumían espontáneamente elementos y una introducción, de he-
vido del locus theologicus de la li- la palabra, tanto en la enseñanza y sus expresiones, imágenes y adema- cho muy sumaria, respecto de la to-
turgia "se debe tal vez también al en la exhortación como en el culto. nes, de modo que se debe hablar de talidad del conocimiento" 2 '.
hecho de que la han tratado con fre- Léase despacio la oración [supra, un influjo de índole propiamente li-
/ III] de Clemente Romano, para teraria. De este modo su estilo ad- a) Como se ha observado, a Orí-
cuencia con un espíritu demasiado genes "le importa no sólo interpretar
místico, como algo que casi partici- captar el sentido musical que anima quiere un colorido nuevo, que a ve-
en ella a la palabra. Todo san Ci- ces tiene un aire de exotismo y trai- el sentido de las palabras, sino tam-
pa de la revelación"; actitud que bién captar la intención de Dios, que
debe ser juzgada, como es obvio, te- priano ha de ser tenido en cuenta a ciona la intrusión de elementos
este propósito, como el orador y el heterogéneos, mientras que repre- habla en las expresiones de la biblia;
niendo siempre muy presente el am- más aún, a Dios mismo" w. San Gre-
biente histórico en que ellos se mo- escritor que pone al servicio del mi- senta también, en ciertos escritores
mejor dotados, un enriquecimiento gorio Niseno se expresa de modo si-
vieron22. nisterio apostólico ese arte de la pa-
milar: "La voz de Dios no resonó en
labra que la concepción de aquel del patrimonio literario familiar a
tiempo situaba en el centro de la cul- los clásicos. Es un ímpetu nuevo que lengua hebrea ni en ningún tipo de
tura. Lo que en Cipriano es un uso irrumpe en la corriente de la forma lengua en uso entre las gentes, sino
V. El valor de la palabra constante, en otros, como por ejem- clásica, transformándose en un nue- que todos los discursos de Dios que
plo en san Gregorio Nacianceno y vo mundo, no sólo de ideas religio- se leen en Moisés o en los profetas
Los antiguos reconocieron y exal- en el mismo san Agustín, encontrará sas y morales, sino también de imá- no son otra cosa que indicaciones de
taron el valor de la palabra, conside- la justificación consabida. Seria fácil genes y de actitudes literarias" *. la voluntad de Dios" 3 '. Es necesario
rada en su significado esencial de ex- alargar la lista de nombres a este res- saber qué es lo que Dios nos quiere
presión, de estímulo, de alimento del Lo mismo hay que decir de los decir, no tanto la manera en que nos
pecto. textos litúrgicos tanto de la edad pa-
pensamiento y, en general, de la vida lo quiere decir. La interpretación es-
espiritual. Basta pensar en la palabra La liturgia conserva esta caracte- trística como del medievo. piritual tiene sus raíces aquí, cual-
logos (razón y pensamiento entre los rística, que ha asumido de la época Viniendo ahora al uso exegético quiera que sea la legitimidad que de
griegos). Es conocida la importancia de los padres, del uso de una palabra que los padres hacen de la biblia, se ella haya hecho este o aquel padre.
de tal actitud en los aspectos cultu- cultivada, no siempre libre de artifi- sabe que se manifiestan en él ten- Ella pretende ir más allá de la corte-
rales; la cultura antigua es cultura cios, siempre sellada con esa im- dencias diversas y opuestas. Sin ocu- za del significado inmediato para
de la palabra, cultura retórica, favo- pronta de nobleza que debe caracte- parnos en particular de tales dife- captar la intención de Dios.
recida por la costumbre de leer en rizar todo lo que hace referencia al rencias, que conviene también tener
voz alta. Tal actitud ha tenido una culto divino. presentes, aquí se anotarán de pasa- b) Un concepto básico en la exé-
importancia decisiva en la forma- da algunas características comunes gesis patrística es la unidad de los
ción de los textos litúrgicos esencia- a la exégesis patrística, que se ad- Testamentos. El fundamento de esta
les ". Es verdad que en la patrística VI. Sentido bíblico vierten también constantemente en concepción, que los padres tomaban
encontramos textos que parecen la liturgia 2 '. de la misma biblia, es la unidad de
contradecir este culto de la palabra, No se quiere hablar aquí del uso Antes de la reforma de la / litur- su autor principal y el designio divi-
porque es frecuente entre los padres de la biblia en la liturgia " [/ Biblia y gia de las Horas, recomendada por el no que se expresa en la biblia: la
la condena de los artificios retóricos, liturgia], sino del sentido bíblico de Vat. II, quien no tenía un cierto co- intención de Dios. Las expresiones de
pero precisamente en cuanto con los padres, que opera en la liturgia. nocimiento de la patrística encontra- tal idea son múltiples y muy impor-
ellos se traiciona el significado Es en la biblia donde los padres en- ba con frecuencia dificultades en nu- tantes. Ante todo, el profetismo de
1544 1545 Padres y liturgia
Padres y liturgia

la biblia, entendido en sentido mu- cristiano particular) exima de un es- morales", entre las cuales es funda- NOTAS: ' Jean Chrysostome, Huil catéchéses
mental el amor a la verdad ". baptismales medites. Introducción, texto críti-
cho más amplio que en la enseñanza tudio crítico, filológico e histórico co, traducción y notas de A. Wenger, en SC 50,
teológica común: la tipología bíblica de la biblia. Los mismos padres nos "Pero el hombre no puede por sí 1958 — 2 Cf C. Vagaggini, El sentido teológico
se ha convertido en una categoría dan ejemplo de ello. El Orígenes que solo acercarse dignamente a la pala- de la liturgia, BAC, Madrid 19652, 554; sobre
constante (cualquiera que sea su fun- propone las exégesis espirituales más bra de Dios; tiene necesidad de la las relaciones entre liturgia y catcquesis, cf A.
damento en los casos particulares) 32 . audaces es el mismo que con un cri- gracia divina, que debe impetrar con M. Triacca, Liturgia e catechesi neipadri. Note
Sobre este principio todos los padres ticismo de filólogo aguerrido e in- la oración humilde y fervorosa."»6 metodologiche, en Sal 47 (1979) 257-272, con
amplia bibl. actualizada; Ib, 264-266, una lista
están de acuerdo, incluso los más de- cansable cuida la edición hexaplar; Piénsese en la oración que acom- de obras de los padres de particular interés para
dicados al estudio del sentido literal el Agustín que desconcierta con cier- paña y sigue a la lectura del evange- la liturgia y la catequesis — ' Centonisations
y ajenos a la exégesis alegórica. Tal tas complicadas aritmologías que lio en la misa para obtener que el patristiques dans les formules lilurgiques, en
criterio es dominante también en el pretenderían encontrar sentidos ocul- Señor limpie el corazón y los labios F. Cabrol, Les origines liturgiques, París 1906,
de quien debe anunciar la palabra 281-316 — d Eludes, textes, découvertes 1,
uso litúrgico ". tos en la palabra de Dios, es el mis- Maredsous-París 1913, 363-369 — 5 Cf B. Ca-
mo que discute el valor gramatical divina. Téngase también en cuenta pelle, Autorité de la liturgie chez les peres, en
c) En conexión con el principio de un de o de un in, que confronta el versículo que introduce las lectu- RTAM 29 (1954) 5-22 — 6 Cf M. Pellegrino,
ahora mencionado está el concepto los diversos códices latinos o griegos ras en la hora del oficio destinada a Veni, Domine lesu. La preghiera al Signore
de la centralidad de Cristo. La uni- a su alcance para llegar a una inteli- las mismas. Gesú in s. Ambrogio, en Corona Gratiarum,
dad de los dos testamentos tiene su Miscellanea Dekkers, Brujas-Gravenhage 1965,
gencia más segura del texto sagrado. Recuérdese ese procedimiento de 151-161 — 7 En este contexto se puede mencio-
piedra angular en Cristo: en el Cristo Por lo demás, como se ha indica- san Agustín, convertido casi en un nar también la llamada de Agustín al Sursum
histórico y en el Cristo místico. Agus- do, en la reciente reforma de la litur- topos: antes de emprender la lectura cor: M. Pellegrino, "Sursum cor"'nelle opere di
tín no se cansa nunca de señalar este gia de las Horas se han tenido pre- del texto bíblico que va a explicar, s. Agostino, en Recherches Augustiniennes III,
canon interpretativo fundamental. sentes las dificultades de que se ha- ora e invita a los fieles a orar; y París 1965, 179-206; Ib, 180s, he citado otros
Cristo habla en los / salmos, el Cris- bla. En la elección más amplia y estudios sobre la presencia de la liturgia en las
cuando se encuentra ante una difi- obras de san Agustín — 8 Cf M. Pellegrino,
to que se alegra o sufre en su carne variada de las lecturas patrísticas se cultad exegética, exhorta de nuevo a L'influsso di s. Agostino su s. Leone Magno nei
mortal, Cristo perseguido o glorioso ha prescindido de las que resultaban los oyentes a la oración •". sermoni sul natale e sull'epifania, en Annali del
en su iglesia. La centralidad de Cris- menos accesibles a la mentalidad de Pont. Istituto Superiore di scienze e lettere "s.
to, punto esencial en el pensamiento un cristiano de hoy, dando, en cam- Chiara", Ñapóles 1961, 101-132; Temí domi-
de los padres, es igualmente esencial bio, gran importancia a los textos nanti nei sermoni natalizi di s. Leone Magno,
VII. Conclusión en Miscellanea Cario Figini, Venegono Inferio-
para la comprensión de la liturgia. más fácilmente comprensibles y más re 1964,97-115 — 9 E. M. Buytaert (dir.), Eusé-
susceptibles de una congruente utili- Es necesario estudiar a los padres be d'Emése. Discours conserves en latín. Textes
d) La biblia y la iglesia. Dios no zación espiritual y pastoral. en partie inédits I, La collection de Troyes (Dis-
ha dado la biblia al fiel particular, también con el fin de comprender
cours I a XIII), en SSL 26 (1953) 351 (Disc.
sino a la iglesia, y como algo vivo, mejor la liturgia; del mismo modo XIII: De apostolis etflde, 1.1, 40) — l0 Cf dom
que la iglesia trata como depositaría e) Queremos, finalmente, subra- que es necesario, para comprender a M.B. de Soos, Le mystére liturgique d'aprés
y dispensadora, asistida por el Espí- yar ciertas actitudes espirituales que los padres, tener bien presente la li- sl.-Léon legrand, en LQF34(1958), v. índice —
11
ritu Santo, asociando la absoluta fi- sugieren los padres, con la exhorta- turgia en su significado auténtico y A. M. Triacca, a.c, 263s — l2 B. Capelle,
en su actuación concreta38. Es nece- a.c, 11-16 - " Ib. 16 — l4 Cf C. Vagaggini,
delidad de quien garantiza tal asis- ción y el ejemplo, en el uso de la o.c, 182-188 l5
Capelle, a.c, 10,l8s,l2 —
tencia a la libertad propia del sensus biblia, y que tienen continuos ecos sario también, respecto de las rela- 16
Cf M. Pellegrino, Temí di spiritualita nelle
fidei y del magisterio vivo, ejercido en la liturgia. ciones entre patrística y liturgia, que nuove lezioni patristiche, en Sem 24 (1972) 126-
bajo el influjo del Espíritu. Es bien "El mérito inestimable de la pala- tal estudio se cultive según todas las 139 - " Cf C. Vagaggini, o.c, 260-284 -
conocido que en el uso litúrgico se bra divina, las riquezas inagotables exigencias de la crítica; y se ha hecho '» Cf Id, o.c. 273ss — " Cf Id, o.c. 280-281 —
20
mucho en este sentido. Lo impor- Cf L. Verheijen, Myslerion, sacramentum et
deja a veces a un lado el sentido lite- que esconde, la necesidad que de ella la synagogue, en RSR 45 (1957) 321-337; P.
ral, se usa la tipología en abundante tiene el hombre como luz de su ca- tante es no permitir que se pierda Visentin, Mysterion-Sacramentum dai padri
medida y no se rehuye la consabida mino y alimento de la vida espiri- este patrimonio de doctrina y de es- alia scolastica, en Studia Patavina 3 (1957) 394-
acomodación. tual, la dificultad que su inteligencia piritualidad, sin el que difícilmente 414; "Christus ipse est sacramentum, en Miscell.
limitada encuentra frente a la sabi- se podrá tener una comprensión ade- Litúrgica Lercaro II, Desclée y C , Roma 1967,
Es la falta de contacto con el mun- cuada de la liturgia, pues ésta refleja 27-51; G. Fittkau, Der Begriff des Mysteriums
do de la tradición, representado en duría infinita que habla en esas pá- bei Johannes Chrysostomus, Bonn 1945; H. U.
ginas, hacen necesario el esfuerzo sin- todo un mundo de pensamiento y de
primer lugar por la patrística, la que vida que la patrística ha expresado
v. Balthasar, Parole et mystere chez Origene,
explica ciertos reproches dirigidos, cero, el empeño generoso en el es- París 1958; C. Mohrmann, Sacramentum dans
tudio y en la meditación de las mis- con una conciencia y un vigor que les plus anciens textes chrétiens, en Études sur
no sin ligereza, a la exégesis litúr- hacen de sus páginas un monumento le latin des chrétiens I, Roma 1958, 233-244; C.
gica. mas". ,4 Vagaggini, o.c, 560-573. En los estudios citados
perenne y siempre actual del pensa-
No quiere decirse que tal libertad "Es necesario acercarse al texto miento y de la vida cristianos. podrá hallarse la bibl. precedente — 2i Cf A.
(cuyo derecho no puede arrogarse el sagrado con buenas disposiciones M. Triacca, a.c, 267s — 22 B. Capelle, a.c,
Participación 1546
1547 Participación
21s — 23 Véanse, en el vol. de C. Mohrmann, PARTICIPACIÓN
cit., los lugares en el índice en la voz Latín litur- ción "? Y puesto que la liturgia no se En este sentido, el término se usa
gique — 24 Cf C. Vagaggini, o.c, 424-455 — agota en el momento-acontecimien- también, como es obvio, en docu-
25
Cf M. Pellegrino, Temí di spiritualitá (cit. en to de la celebración, que tiene, de mentos oficiales de la iglesia, y los
la nota 16), 124s — 26 M. Pellegrino, Le "Con- SUMARIO: I. Del "léxico" a la "realidad": 1.
El léxico; 2. El léxico litúrgico; 3. El léxico li- hecho, un antes y un después exis- mismos documentos conciliares" lo
fessioni" di s. Agostino, Roma 19722, 197 — túrgico conciliar - II. Datos relevantes y escla-
27
Este argumento lo he tratado en Asp 8 (1961) tencial, es lícito preguntarse: ¿Cuál emplean con riqueza de significados:
recedores de la participación: I. Datos del
27-45, de donde traigo algunas observacio- "ayer" litúrgico: a) La enseñanza de la historia, es el significado más amplio de "par- participación en la vida cultural \ en
nes — n He indicado los criterios seguidos en b) La "participación en la celebración", ideal ticipación y liturgia "? la vida social 6 , en el mundo del tra-
la revisión en Not 1 (1965) 209-212 (De lectioni- del movimiento litúrgico; 2. Datos provenientes bajo 7, en la vida pública 8 , en la co-
bus palrisíicis in Breviario). Cf también Not 5 del "hoy" litúrgico: a) Del "movimiento litúrgi- munidad internacional'.
(1969) 100-112 (De lectionibus...): Not 6 (1970) co" a la "reforma litúrgica" con vistas a la I. Del "léxico "a la "realidad"
134-137 (Lectiones patristicae et agiographicae "renovación litúrgica", b) Un "trasfondo parali- De modo particular y con una to-
Breviarií); Not 10 (1974) 253-276 (Index leclio- túrgico" que se basa en interpretaciones inade- Puesto que los términos se han in- nalidad específica y especial, parti-
cuadas o impropias de la participación en la 2
num patrislicarum Liturgiae Horarum); 321-323 acción litúrgica - III. Participación, "clave" de ventado para significar realidades , cipación aparece en el primer do-
(Adhuc de lectione altera Liturgiae Hora- la liturgia: I. "Participación" en relación es evidente que se ha de considerar cumento conciliar: la constitución
rum) - 2 ' Comm. in ¡oh. XIII, 5,30: PG 14, directa con "celebración"; 2. Participación, en primer lugar el término participa- sobre la sagrada liturgia' 0 . Más
405; GCS, Orígenes, vol. 4, 230 (trad. E. Corsi- ejercicio del "sacerdocio" cristiano; 3. Partici-
ni, Commento al Vangelo di Giovanni, UTET, pación, catalizador entre "misterio" y "vida"; 4. ción con sus significados comunes, y adelante nos detendremos en las
Turín 1968, 463); cf Asp. cit., 29 — 30 R. Goe- Participación, conformación diversificada y después comparar estos últimos con connotaciones del término en la SC
gler, Orígenes. Das Evangelium nach Johannes, progresiva con Cristo, sumo y eterno sacerdo- los significados que el vocablo asu- [/ infra. I, 3]. Un análisis más pun-
Einsiedeln 1954, 64 — 3I Contra Eunomium II: te - IV. Intercambios "entre" pastoral litúrgi- me en el ámbito litúrgico.
ca, catequesis litúrgica, teología litúrgico- tual y profundo realizado fuera de
PG 45.997B; II, 260-261, 289 Jaeger — " Cf
Asp, cit., 31-36. El problema de la tipología sacramental. espiritualidad litúrgica "y" partici- tal documento nos llevaría a algo mu-
pación en la celebración: I. Pastoral litúrgica; 1. E L LÉXICO. Participación es cho más vasto que el término consi-
bíblica ha vuelto a ser estudiado a fondo, te- 2. Catequesis litúrgica; 3. Teología litúrgico-
niendo bien presentes sus repercusiones en la sacramental; 4. Espiritualidad litúrgica - V. un término que aparece comúnmen- derado en sí mismo. De hecho, como
liturgia, por J. Daniélou, de quien señalamos: Conclusión. te en la liturgia de hoy. Derivado del afirman Blaise-Chirat ", participatio
Sacramentum futuri, París 1950; Bible et litur- latín tardío (participatio = partem significa, en general, el hecho de te-
gie, nueva ed., París 195!; Origine comme exé-
gete de la bible, en Sludia Patrística I, Texte capere: tomar parte), es sinónimo de ner relación con, tener en común
und Untersuchungen 63, Berlín 1957, 280-290; La liturgia cristiana es ante todo adhesión y de intervención. Se usa, con, estar en comunión; que equi-
Approches du Christ, París 1960, sobre todo el
celebración / memorial del / miste- por ejemplo, en las acepciones de valdría a relación, comunicación, se-
c. III, dedicado a las "profecías y figuras". Para
rio salvífico de Cristo. Es mediante participar en el teatro, en una com- mejanza, conjunción, etc. En el ám-
esta orientación aplicada a la pastoral, cf M. petición deportiva, etc. Deteriorado bito de estos significados es donde
Pellegrino, La tipología batiesimale in s. Massi- la / celebración como se capta inte-
mo di Torino: líncontro con la Samaritana e le riormente, en la fe, la acción reden- para colmo en el lenguaje económico debe buscarse el sentido de partici-
nozze di Cana, en RSLR 1 (1965) 260-268 — tora de Cristo resucitado, presente y político-económico (participación pación en la celebración.
33
Cf C. Vagaggini, o.c, 425s, 445-450 — [/ Jesucristo, II, 2] en virtud del en los bienes, participación mixta;
34
Asp, cit., 42 — 3Í Ib, 43s — 36 Ib. 44 — participaciones estatales, etc.), en la 2. E L LÉXICO LITÚRGICO. Con su
37
Cf M. Pellegrino, Inlroduzione ai "Discorsi" / Espíritu Santo. Haciendo propia
tal acción redentora, se construye en vida cotidiana indica no sólo el to- concinnitas, el lenguaje litúrgico nos
di s. Agostino, en Nuova Biblioteca Ágostiniana
29, LXXIX-LXXX1 - 3! Cf A.M. Triacca, cada fiel la santidad. Sólo ofreciendo mar parte en algo, sino también la ha transmitido desde la antigüedad
Liturgia e catechesi nei padri. Note metodologi- a la santísima Trinidad la santidad invitación (una tarjeta de participa- el término clave para la comprensión
che. en Sal 47 (1979)) 260s, 271 s. originaria desde la participación en ción) dirigida a amigos, parientes, de la liturgia: precisamente el de par-
la celebración "memorial''de Cristo, conocidos para que participen en ticipación. Ya presente en la oración
M. Pellegrino acontecimientos alegres (nacimien- Supplices del canon romano l2, que
cada fiel puede tributar el verdadero
culto de adoración, en espíritu y ver- tos, bautismos, matrimonios, aniver- se inspira en 1 Cor 10,16-18 IJ, éste
dad (cf Jn 4,24), que Dios espera sarios, etc.) o tristes (lutos, funerales, término guarda en tal texto relación
desde siempre de los hombres. etcétera): aquí participación significa directa con la recepción del cuerpo y
BIBLIOGRAFÍA: Daniélou J., Sacramentos y cul- provocar a una adhesión solidaria.
to según los ss. Padres, Guadarrama, Madrid de la sangre del Señor, como expre-
Medio, por tanto, para concretar l4
1962; La catcquesis en los primeros siglos, Stu- y realizar las dos principales dimen- No vendrá mal recordar que el es- sión de máxima participación . Efec-
dium, Madrid 1975; Olivar A., La lectura de los pañol ' y todas las lenguas moder- tivamente, en la latinidad tardía
siones de la liturgia, la descendente
ss. Padres, en "Phase" 3 (1961) 9-13; Oñatibia
o de santificación y la ascendente o nas reflejan el término latino (par- el término expresaba el condividir
I., La catcquesis litúrgica de los Padres, ib, 118
(1980)281-294; Oriol J., Las lecturas patrísticas de culto ', es la realidad de la partici- tem capere) y sus significados. Como algo, el entrar 3en comunicación con
y hagiográftcas del nuevo Breviario, ib, 57 pación en la celebración. equivalentes del término español par- una realidad ' . Con estas connota-
(1970) 303-304; Vagaggini C , El sentido teoló- ticipación tenemos: participation ciones está presente en el latín cris-
gico de la liturgia. BAC 181, Madrid 1959,549- Sin embargo, se nos presenta en (francés), partecipazione (italiano), tiano. En el latín litúrgico, a la luz
586; Verd G.M., La predicación patrística espa- seguida un doble interrogante: ¿Qué participacáo (portugués), Teilnah- de la lex orandi, las connotaciones
ñola, en EE 47 (1972) 227-251. significa "participación en la celebra- me, Teilhabe (alemán), etc. se refieren a la participación en la
Participación 1548 Participación
1549
comunión de los santos misterios, en el ámbito litúrgico comporta un tri-
terna (hecha de actitudes externas: al par que es siempre una realidad
particular en la eucaristía y en sus ple aspecto: la acción de participar
responder, cantar, levantarse, estar nueva y que hace nuevos a los fieles,
múltiples efectos. La semántica del aquello en que se participa y los par-
de rodillas, etc. [/ Gestos]) es sólo el necesita renovarse y reaccionar a
término se colorea de tonalidades ticipantes. primer estadio de la participación en todo tipo de rutina o de estandari-
típicamente cultuales. En tal contex- la celebración, que es la identifi-
to se le encuentra en oraciones de zación.
a) La acción de participar, en cación subjetiva y objetiva con el
los antiguos Sacraméntanos " —es- cuanto acción humana (de los fieles En este aspecto la participación en
mysterium-sacramentum. La fusión la celebración es mucho más que la
pecialmente en las oraciones equi- que participan), implica y postula entre participación externa y parti-
valentes a la actual de "después de actitudes externas y actitudes inter- simple communio-communicatio. Se
cipación interna es un ideal que se convierte en respuesta personal del
la comunión"— que pasaron al Mi- nas. Unas y otras son, a su vez, sus- ha prefijado el / movimiento litúr-
sal Romano, tanto postridentino " ceptibles de graduaciones y modali- fiel en la "única mystica persona" (la
gico [/ infra, II, I, b], y también
como al actual ls . dades diferentes, todas dirigidas a la el sostén y el alma de la / pasto-
iglesia) a la iniciativa del Padre, en-
El estudio del vocablo participa- finalidad o meta de la acción partici- con-por Cristo, "virtute Spiritus
ral litúrgica [/ infra, IV, 1] y de
ción en el ámbito de la liturgia ha pativa: el mysterium-sacramentum- la / espiritualidad litúrgica [/ infra, Sancti", entregada a la realización
sido afrontado por Lupp ". Este fi- munus, etc. [/ Misterio; / Sacra- IV, 4]. en camino de la economía divina,
lólogo demuestra que los términos mentos; / Historia de la salvación]. anticipadora de las realidades futu-
griegos méthesis, metoché y koinó- Con estos términos y con las reali- En el ámbito litúrgico, y precisa- ras, realizadora del mysterium que
nía pasan a la traducción latina par- dades que implican se pueden sinte- mente según las categorías comunes es el progresivo endiosarse de las
ticipado, al principio exclusivamente tizar con justicia todos los sintagmas de la liturgia (signo/palabra y reali- criaturas con el Creador, de los fieles
entre los filósofos, en un segundo y las adjetivaciones que acompañan, dad significada/presente), se puede con Cristo autor y consumador de la
momento en las versiones de la Es- en las fuentes litúrgicas de ayer y en afirmar que la participación externa, fe, de aquellos que están animados
critura 20 y, finalmente, en el uso li- los libros litúrgicos de hoy, al térmi- para no fallar o resultar vana, debe por el Espíritu con el Espíritu mis-
túrgico. Ello implica que el signifi- no participado. ser signo de la participación interior- mo, que es el santificador, para glo-
cado denso del término cristiano- espiritual: ésta es el alma de la parti- ria de Dios.
litúrgico esté cargado de conceptos cipación externa, la cual, a su vez, si
b) Aquello en que se participa es auténtica, tiene que ser conforme Parece que justamente en este sen-
provenientes de la historia, que lleva en el ámbito litúrgico es el misterio tido se mueve el léxico litúrgico con-
consigo una múltiple estratificación, únicamente a la verdad misma de la
que se celebra haciendo de él el santificación de los fieles y de la glo- ciliar, sobre el que centramos ahora
como en las sedimentaciones geoló- / memorial. Así, si la acción del par- la atención.
gicas. Tal estratificación constituye rificación de la s a n t í s i m a T r i -
ticipar, para no reducirse a pura for- nidad.
una riqueza que espera todavía ser malidad, no puede dirigirse sólo a
excavada y sacada a la luz. las actitudes externas, sino que debe 3. EL LÉXICO LITÚRGICO CONCI-
Tanto más si tenemos en cuenta afectar y cambiar las actitudes inter- c) Las personas que participan LIAR. Todo lo que afirma la consti-
que para las fuentes litúrgicas no in- nas de los participantes, lo mismo y son, sobre todo, los fieles, que deben tución litúrgica nos ayuda a com-
teresa sólo el término participación; afortiori que el misterio que se cele- llegar a ser, cada vez más actores-fa- prender el significado de participa-
de hecho, en el contexto litúrgico bra demanda toda la atención del citores de la celebración. Ésta es una ción en la liturgia. Todo lo que se
nos encontramos siempre ante sin- momento y una inteligencia y com- realidad no individualista, sino ecle- codifica en la SC señala el punto de
tagmas como "participado sacra- prensión de la / celebración más sial: de hecho, el fiel participa (in- llegada de todo lo que se había
menti"; "participado huius/sacri/ provechosa y profunda. cluso el catecúmeno es tal, al ser prefijado el movimiento litúrgico
tui mysterii"; "participado caelestis/ Efectivamente, se puede afirmar "iam de domo Christi"21) en una ac- [/ infra, II, 1, b], tXpunto departida
salutaris/divina/perpetua/sa- que el participar en la celebración ción en la que están implicadas otras para la / reforma litúrgica que sigue
cra/sancta"; "participado miseri- se realiza por medio de la acción personas (la ecclesia Dei) que inter- al concilio y el punto de animación
cordiae"; "participado muneris divi- externa-ritual (gestos, ritualidad, len- actúan entre sí, como sucede con los de todo tipo de pastoral litúrgica
ni", etc. Dado que la acción supone guaje, lengua, adaptación litúrgica), fieles asistentes a la celebración; [/ infra, IV, 1].
siempre la percepción del objeto ha- pero no se agota solo en el ámbito pero, además, están también presen- Esta, a su vez —con algunas de
cia el cual se dirige la acción, no de los signos litúrgicos planteados tes las personas divinas. Por este sus instancias, como la voluntad de
debe sorprendernos que también la de modo adecuado y apropiado. simple hecho, la participación asume introducir la / lengua vulgar en la
participación en la celebración, en Participar en la celebración significa necesariamente modalidades diver- celebración, la recuperación de la
cuanto acción, se dirija hacia el sa- trascender y sobrepasar el ámbito sas y pluralidad de tonalidades. Es / concelebración, la preferencia por
cramentum, el mysterium, el munus, semántico-ritualista para penetrar en más, en virtud de la presencia y ac- la sagrada comunión durante la ce-
etcétera. el corazón de la acción litúrgica. En ción de / Jesucristo [II, 2] y de la lebración eucarística, la afirmación
De esta forma, la participación en otras palabras: la participación ex- presencia y acción del / Espíritu San- del concepto del sacerdocio común
to, la participación en la celebración, de los fieles [/ Sacerdocio, IV, 1],
1551 Participación
Participación 1550
to de unidad, es decir, pueblo santo (canonicato) o por profesión religio-
una relación de nuevo cuño en el mas rituales, o bien responde dis- congregado y ordenado bajo la di- sa estaba obligado a recitarlo. En
campo teórico y práctico entre píelas ciplinadamente a las palabras del rección de los obispos" y que "por cambio, SC 14 afirma: "La santa
litúrgica y ejercicios piadosos devo- sacerdote, o sigue los cantos corres- eso pertenecen a todo el cuerpo de la madre iglesia desea ardientemente
cionales [/ Religiosidad popular, II], pondientes a las distintas partes del iglesia, lo manifiestan y lo implican" que se lleve a todos los fieles a aque-
etcétera—, había provocado ya la in- sacrificio, o hace las dos cosas, o, (SC 26), supera decididamente toda lla participación plena, consciente y
tervención del magisterio con la en- finalmente, cuando en las misas so- discusión sobre la cuestión del sa- activa en las celebraciones litúrgicas
cíclica Mediator Dei (22 nov. lemnes responde alternativamente a cerdocio común, y declara que "cada que exige la naturaleza de la liturgia
1947) n. En la sección referida al cul- las oraciones del ministro de Jesu- uno de los miembros... recibe un in- misma, y a la cual tiene derecho y
to eucarístico ", que ocupa efectiva- cristo y se asocia al canto litúrgi- flujo (en las acciones litúrgicas) di- obligación, en virtud del bautismo,
mente la parte central del documen- co" 27 . En otros términos: la encíclica verso según la diversidad de órde- el pueblo cristiano, linaje escogido,
to, se afronta también la cuestión de subraya la importancia de la partici- nes, funciones y participación actual sacerdocio real, nación santa, pueblo
la participación de los fieles en el pación externa. Ésta, junto con la (cf lat. actualis: ¡en acto!)" (SC 26). adquirido (1 Pe 2,9; cf 2,4-5)"
sacrificio eucarístico. interna, co'nstituye la participación Sintetizando todo lo que está pre- El principio enuncia el ideal (ple-
activa K, que se hace perfecta cuando sente en el léxico de la Sacrosanc- na, consciente y activa participa-
La encíclica apunta hacia la parti- es concomitante a la participación tum concilium, se debe convenir ción), la fuente (el sacerdocio bau-
cipación, que ante todo debe ser in- sacramental, por la cual "los fieles que ésta, pese a dejar abierta la cues- tismal), la motivación íntima (la na-
terna, o lo que es lo mismo, con pia- presentes participen no sólo espiri- tión a ulteriores adquisiciones o pre- turaleza misma de la liturgia), las
dosa atención del ánimo y con ínti- tualmente, sino también recibiendo cisiones, modula la realidad de la consecuencias prácticas (el derecho
mo afecto del corazón. De hecho, el sacramento de la eucaristía, a fin participación sobre algunos puntos y el deber que tienen los fieles). Por
con esta participación los fieles "en- de que reciban más abundantemente claros: eso la SC 14 continúa: "Al reformar
tran en íntimo contacto con el sumo el fruto de este sacrificio"2'. y fomentar la sagrada liturgia hay
sacerdote..., ofreciendo con él y por En la Mediator Dei es evidente que tener muy en cuenta esta plena y
él (el sacrificio), santificándose con una gradación de la participación: a) Ante todo, la SC, eco concre-
to de las instancias teológico-litúrgi- activa participación de todo el pue-
él"24. Los fieles intervienen en la ac- externa + interna = activa, que tien- blo, porque es la fuente primaria y
ción celebrativa de modo activo, en de a la participación sacramental cas y pastorales en las que se basaba
el movimiento litúrgico, trata de la necesaria en la que han de beber los
cuanto ofrecen con el sacerdote que como forma plena de la participa- fieles el espíritu verdaderamente cris-
preside el sacrificio y en cuanto de- ción. Es claro también, en la encícli- participación en la celebración de for-
ma repetida, viva y profunda, impli- tiano, y, por lo mismo, los pastores
ben ofrecerse a sí mismos como víc- ca, el ámbito y el interés de la parti- de almas deben aspirar a ella con
tima. Usando el término partici- cipación, restringido a la eucarístico. cándola ya en el c. I cuando se ocupa
de los "principios generales para la diligencia en toda su actuación pas-
par2'', la encíclica subraya el oficio Y es bien sabido que la participación toral por medio de una educación
que tiene la jerarquía de iluminar e no se considera en el documento lla- reforma y el incremento de la sagra-
da liturgia" (SC 5-46). Este capítulo adecuada".
instruir a los fieles sobre su derecho no un estar-activamente-presentes
y deber de participar en el sacrificio en la acción mistérica de Cristo ac- fundamental vuelve una decena de
eucarístico de modo activo, para que tuada en la celebración. La acción veces sobre el tema de la participa- b) La participación en la liturgia
se pongan en contacto con Cristo de ofrenda, que los fieles realizan ción. La constitución rompe todo ti- es parte integrante y constitutiva de
sumo sacerdote. Sin embargo, no es- junto con el sacerdote "en el modo tubeo al extender la realidad de la la misma acción litúrgica. No es algo
tará fuera de lugar recordar que la que les está permitido" y "en cierto participación a toda acción litúrgica extrínseco que se refiere accesoria-
encíclica hace consistir la participa- modo"' 0 , se refiere al culto litúrgico (sacramento o no): puede haber par- mente a la santificación y al culto,
ción en la imitación de Cristo y en la ("qua quidem participatione, populi ticipación en todas las acciones li- sino que es una realidad directamen-
apropiación de sus sentimientos, po- quoque oblatio ad ipsum liturgicum túrgicas. La mentalidad del tiempo te santificadora y cultual. "Por esta
niendo la acción de los fieles en refertur cultum ""); pero no es direc- y la producción litúrgico-pastoral in- razón, los pastores de almas deben
un plano más psicológico que misté- tamente culto litúrgico. sistía en la participación en la misa, vigilar para que en la acción litúrgica
rico x. que con el movimiento litúrgico se no sólo se observen las leyes relati-
La encíclica dice además: "Son, La Sacrosanctum concilium, he- consideraba, con justicia, no ya vas a la celebración válida y lícita,
pues, dignos de alabanza aquellos redera de una posición similar, la su- como algo exclusivo del sacerdote, sino también para que los fieles par-
que se afanan para que la liturgia, pera y pone la base para ulteriores sino de todo el pueblo de Dios. Sin ticipen en ella consciente, activa y
aun externamente, sea una acción clarificaciones de la participación. embargo, en el tiempo del concilio, fructuosamente" (SC 11). Aquí se
sagrada, en la cual realmente tomen La constitución, en efecto, conscien- por ejemplo, el oficio divino seguía plantea la participación en la línea
parte todos los presentes. Esto puede te de que "las acciones litúrgicas no siendo todavía acción litúrgica (no clásica que es propia de la sacramen-
realizarse de varias formas, a saber: son acciones privadas, sino celebra- sacramental) propia [sólo] de quien tología, es decir, en la línea de la
cuando todo el pueblo, según las nor- ciones de la iglesia, que es sacramen- por ordenación, por título jurídico fructuosidad o, lo que es lo mismo,
Participación 1552 1553 Participación
de la concreta eficacia cultual y san- man parte en la celebración, no sólo / animación de la / asamblea, según "vida litúrgica"; y también documen-
tificante de la celebración. están en situación de presencia en el los diversos ministerios y roles de los tos litúrgicos posconciliares repiten
Ahora bien, esta doble eficacia co- acontecimiento histórico de la salva- fieles participantes en la acción li- una verdad parecida í2 ;
necta con la celebración, pero no se ción, sino que lo ejercen en Cristo, túrgica. El conjunto se basa en dos • la misma celebración tiene un
explica sólo en el espacio de la mis- por Cristo, con Cristo siempre pre- ideas teológico-litúrgicas correlati- antes y un después celebrativo que
ma. Con otras palabras, como se ex- sente y siempre vivo para cumplir su vas entre sí: el sacerdocio común de no son de ningún modo amorfos,
presa SC 12, "la participación en la sumo y único sacerdocio (cf Heb los fieles y la eclesiologia. Más ade- sino que postulan, también ellos,
sagrada liturgia no abarca toda la 7,25). lante [/ infra, III, 2] dirigiremos la una participación activa y conscien-
vida espiritual", pero tiene su fuente atención sobre la primera de estas te. Tanto más cuanto que la realidad
y su cumbre (cf SC 10) en la celebra- d) A partir de este planteamien- dos ideas base. Aquí reclamamos de la participación destaca por im-
ción, de modo que toda la vida del to teológico-litúrgico de la partici- que la eclesiologia litúrgica tiene su portancia desde los datos mismos de
fiel se convierte en una ofrenda eter- pación, la SC deriva una apremiante humus en la realidad de la partici- la historia, los cuales además nos ha-
na (cf SC 12). Consiguientemente, necesidad respecto de la formación pación en la celebración. cen entender cómo los pioneros del
para poder obtener o garantizarse la litúrgica: movimiento litúrgico tenían un con-
Una cosa es cierta: si al comienzo
plena eficacia de la gracia, "es nece- • de aquellos que deben preparar- del siglo los traductores del motu cepto de participación más extenso
sario que los fieles se acerquen a la se para ser pastores (cf SC 15-17) proprio de san Pío X Tra le solleci- que el que se ciñe únicamente a la
sagrada liturgia con recta disposi- [/ Formación litúrgica de los futuros tudini (22 nov. 1903), cuyo texto ori- celebración.
ción de ánimo, pongan su alma en presbíteros]; ginal estaba en italiano31*, recurrie-
consonancia con su voz y colaboren • de los pastores con cura de al- ron a la terminología latina actuosa
con la gracia divina, para no recibir- mas, que deben ponerse al día conti- communicatio para traducir parteci-
la en vano" (SC 11). II. Datos relevantes
nuamente, porque es imposible es- pazione attiva, porque no encontra- y esclarecedores
Por tanto, la finalidad de la parti- perar una plena y consciente partici- ron el término participatio en el latín de la participación
cipación se alcanza no sólo en el pación de los fieles si ellos mismos clásico, hoy incluso un simple fiel,
momento celebrativo, sino en toda no se hacen maestros de la partici- gracias a la formación que debe reci-
la vida de los fieles, que han unido pación. Deben estar llenos de celo y bir de sus pastores, recurriría con fa- Puntualizada la situación léxico-
su propia vida a Jesucristo, sumo y de paciencia para guiar a su grey no cilidad a una terminología que no gráfica, creemos oportuno tomar
eterno sacerdote; ya que Cristo con- sólo con la palabra, sino también debería ser un simple flatus vocis, ahora en consideración dos series de
cede a los fieles una parte de la pro- con el ejemplo (cf SC 19). La consti- sino vita fidelium. En efecto, así datos relevantes dentro de la expe-
pia función sacerdotal para que tución traza una especie de índice de como el léxico se ha enriquecido de riencia eclesial de nuestros días, que
realicen un culto espiritual, de modo un gran libro todavía por escribir: el significados y de contenidos, todavía pueden aclararnos las raíces de la
que por medio de su testimonio y de de la deontología profesional del pas- debería ser más rica la teología, la problemática relativa a la participa-
su servicio Dios sea glorificado y tor en todo lo concerniente a la par- catequesis y la pastoral litúrgica, ya ción, y al mismo tiempo darnos pis-
los hombres alcancen la salvación ticipación (cf SC 18-19); que el progreso que en este campo se tas para una ulterior profundización
(cf LG 34; AA 3). ha alcanzado en los últimos veinte de la misma.
• de los fieles, que deben ser se- años consiste, entre otras cosas, en
c) La participación, al ser una guidos y formados según su edad, haber puesto en claro los fundamen- 1. DATOS PROVENIENTES DEL
exigencia de la naturaleza misma de género de vida y grado de cultura tos, las motivaciones, las implicacio- •AYER" LITÚRGICO. La intuición de
la liturgia (cf SC 14), permite estar religiosa (cf SC 19), ayudándoles nes práctico-pastorales de la partici- los incalculables beneficios que se hu-
presentes "activamente"en la acción con todos los medios oportunos pación en la celebración. bieran derivado de un contacto, in-
mistérica de Cristo actuada en la a comprender cada vez con más ple- cluso limitado pero consciente y rec-
/ celebración. Esto surge del plan- nitud aquello en lo que participan Ahora bien, si es verdad que el tamente entendido, con las grandes
teamiento general de la constitución, y a vivir la vida litúrgica, esto es, a léxico nos ha capacitado para captar y valiosas riquezas de la liturgia
que presenta la liturgia en clave de expresar en la vida lo que celebran el ámbito de la realidad de la parti- —considerada, entre otras cosas,
historia de la salvación. En efecto, con la fe (cf SC 10) [/ Formación cipación en la celebración, quizá es como alimento de la fe "— ha sido el
es mediante la liturgia como "se ejer- litúrgica]. también lícito preguntar si este ámbi- alma del movimiento litúrgico en las
ce la obra de nuestra redención" (SC to de la participación en la celebra- diversas fases de su nacimiento y
e) La participación en la celebra- ción agota o no la realidad de la par-
2). Con otras palabras: la liturgia es ción, tal como aparece en el lenguaje desarrollo ". Pero no se trató de una
historia de la salvación todavía en ticipación en la liturgia. En efecto: intuición exclusiva del / movimien-
conciliar y posconciliar, induce a cap-
acto por medio del perenne sacerdo- tar la riqueza de tal concepto en cla- • la liturgia no se agota sólo en la to litúrgico propiamente dicho. En
cio de Cristo, en el que participan ve de / pastoral litúrgica, de reno- celebración. El estilo mismo de los realidad, un análisis y una lectura
los fieles. Cuando estos últimos to- vación del / estilo celebrativo, de documentos conciliares habla de atentos de los datos histórico-litúr-
Participación 1554 1555 Participación
gico-pastorales podrían demostrar intentos, incluidos los heterodoxos, pación en la celebración es relativo hacia finales del siglo pasado y en la
que, en el cristianismo, cada época aunque especialmente y más propia- y se relaciona con la comprensión primera mitad de éste, formula ya
cultural, unas más, otras menos, ha mente de los ortodoxos, fue el haber -propia de cada época y de cada de modo más claro una teoría sobre
hecho esfuerzos relevantes para lle- trazado las coordenadas de lo que generación de cristianos— de la rea- la participación en la celebración.
var a las diversas generaciones de después sería la pastoral litúrgica45, lidad de la / celebración y de cuanto
fieles a participar en la acción litúr- cuya intención sigue siendo conducir en ella se realiza. La comprensión • El movimiento litúrgico clásico,
gica -". y conservar al pueblo a/ en Cristo, crece continuamente. en sus instancias más genuinas, orien-
Esto ha sucedido según formas sumo y eterno sacerdote, y Cristo a Sin duda también el actual con- ta sus esfuerzos hacia la obtención
adaptadas a las diversas condiciones su pueblo 44 . cepto de participación en el ámbito de una participación verdadera y
de los creyentes y a las múltiples co- En este ámbito es donde encon- de la liturgia necesita ponerse en consciente de los fieles en la liturgia.
yunturas eclesiales: ciertas épocas, tramos las raíces del movimiento li- crisis (como se suele decir) para Para alcanzar esta meta, el movi-
por ejemplo, no han teorizado el fe- túrgico cJásico: en su delinearse en examinar a fondo su alcance, su ex- miento litúrgico se une a la aporta-
nómeno de la participación, como un primer momento con la renova- tensión y las correspondientes impli- ción de los movimientos colaterales
se ha hecho desde el siglo pasado ción monástica 4 ' se asiste al redescu- caciones práctico-operativas en co- bíblico y catequético y aprovecha
hasta nuestros días; pero se podría brimiento de la participación en la nexión tanto con la realidad de la sus adquisiciones. A su vez, el movi-
probar cómo la idea y el estímu- celebración por parte de los mismos participación como con la realidad miento litúrgico, mientras ayuda a
lo incesante de la realidad han esta- monjes. La acentuada toma de con- de la celebración [/ infra, III, 1]. aquéllos, anticipa también el movi-
do siempre presentes en la vivencia ciencia de que el mejor modo de vi- Todo lo que proviene del movimien- miento ecuménico.
eclesial •". vir el cristianismo y de sentirse y ser to litúrgico nos induce también a Es claro que para el movimiento
iglesia4e es vivir la liturgia mediante realizar estas afirmaciones. litúrgico la participación en la cele-
a) La enseñanza de la historia. las modalidades de la participación bración tiene una doble validez: es
Las reformas en el campo litúrgico- a distintos niveles, llevará a los litur- b) La "participación en la cele- meta y medio; meta: porque su in-
sacramental proyectadas y realiza- gistas en primer lugar a insistir en la bración", ideal del movimiento litúr- tención es conducir a los fieles a la
das en la época moderna y contem- formación del clero en esta direc- gico. Creemos oportuno resaltar los conciencia de su cristianismo, vivi-
poránea se han orientado siempre a ción 4'; después, con un clero forma- siguientes avances, que ponen de re- do, fomentado, incrementado con
llevar la liturgia a los fieles y los do para participar conscientemente lieve de qué forma la participación una vida de fe que se apoya toda
fieles a la liturgia. Tales reformas en la celebración 50, se llegará a la en la celebración es el ideal al que ha ella en la eucaristía. Frutos del movi-
—emprendidas sea por individuos, preocupación de conducir progresi- tendido el movimiento litúrgico. miento litúrgico son: la sagrada co-
como la proyectada por Giustiniani vamente y en manera siempre nueva munión anticipada a los niños, la co-
y por Quirini " o por Quiñones í8, sea al pueblo a la participación. De aquí • Los antecedentes del movimien- munión frecuente, la posibilidad de
por concilios, como la del Latera- la explosión de iniciativas de tipo to litúrgico, que hunde sus raíces en celebrar la eucaristía por la tarde,
nense I V " y del Tridentino", sea pastoral-litúrgico, todas centradas el s. xvn *4, ven la necesidad de una etcétera; todo ello para que la vida
por reformadores, como la de Lute- en torno a la cuestión de la partici- mayor simplicidad de formas y de de los fieles estuviese estimulada
ro 4I , la ya típica del sínodo de Pisto- pación en la celebración: congresos, fórmulas, de modo que se alcance eucarísticamente; medio: para que
ia42 o la del congreso de Ems (Ale- semanas de estudios " o publicacio- una más profunda e inmediata inte- con la participación en la celebra-
mania) •"— en sus instancias últimas nes de diversas clases ", dirigidos a ligencia de la liturgia. Se perfilan las ción los fieles, reunidos por el Espí-
e íntimas se movían en torno al cen- la recepción, por medio de una ade- líneas que, al desembocar en la pas- ritu Santo, puedan dirigirse a Dios
tro de interés de la participación en cuada catequesis, de la necesidad de toral litúrgica, se concretarán en la como pueblo suyo, como iglesia, de
la acción litúrgica, volviendo a las una participación verdadera y autén- terminología usada inmediatamente modo no sólo abstracto, sino con-
fuentes antiguas y a la vida simple y tica en la celebración. después, y que se condensa en torno creto: orando juntos, cantando con
fuertemente intensa de la iglesia an- al sustantivo participación. un solo corazón y con un alma sola,
En verdad todo lo que emerge de
tigua. los datos de la historia enseña que la para vivir del modo arriba indicado.
• La aparición del movimiento li- Todo lo que el movimiento litúr-
También es verdad que algunos de participación en la acción litúrgica túrgico une a la instrucción y a la
ha sido el punto de apoyo sobre el gico perseguía, después de vicisitu-
los intentos ahora recordados, al ha- formación litúrgica la invención de des de distinto tipo 55, fue recogido
ber afrontado de forma imprudente que han gravitado iniciativas ten- medios y de subsidios para llevar al
dentes a obtener del pueblo resulta- en los mismos documentos oficiales
o exagerada el problema de una ade- pueblo a la liturgia y la liturgia al de la iglesia, como el motu proprio
cuada participación en la acción dos que, en un determinado momen- pueblo de Dios. Es más, con el re-
to histórico, se consideraban necesa- Tra le sollecitudini", de san Pío X,
litúrgica por parte de los fieles, descubrimiento del aspecto comuni- del 22 de noviembre de 1903, sobre
han retrasado la consecución de la rios para el mismo bien espiritual de tario, en sintonía con la eclesiología la música sagrada; y bajo el mismo
meta "4. Sin embargo, el primer fruto los fieles ". Además la historia nos renovada, se perfilan los horizontes pontificado el decreto de la entonces
y la más ingenua aportación de tales enseña que el concepto de partici- luminosos de aquel despertar que,
Participación 1556 1557 Participación
sagrada Congregación "de disciplina 2. DATOS PROVENIENTES DEL ven. El flujo y reflujo entre la vida y brativas (de tipo conservador o de
sacramentorum" Quam singulari, de •HOY" LITÚRGICO. Los problemas la celebración debería reducir y, en tipo innovador) reconocidas oficial-
8 de agosto de 1910, sobre la edad prácticos que suscita la participación último término, eliminar el divorcio mente como posibles (lo dicen las
de la primera comunión ". de los fieles en la acción litúrgica no presente en muchos fieles entre cele- mismas rúbricas cuando, por ejem-
Para el potenciamiento del canto son nuevos. Los estudios realizados, bración y vida. plo, sugieren: "his vel similibus ver-
y de la música sacros intervino tam- por ejemplo, sobre la lengua vulgar Pero mientras se apunta a la reno- bis"; "pro opportunitate"; etc.), pien-
bién Pío XI con la constitución en la liturgia " han puesto de relieve vación litúrgica, se cae en la cuenta san que alcanzan lo sustancial cam-
apostólica Divini cultus, del 20 de que si la oración, por una parte, tie- de que el impacto de la reforma li- biando lo accidental. Es verdad que
diciembre de 1928 58. Son importan- ne un valor y una eficacia propios, túrgica —y de algunas de sus metas para quien actúa de este modo sigue
tísimas las encíclicas de Pío XII independientemente de la compren- alcanzadas: lengua vulgar, mayor estando vivo, al menos en un cierto
Mystici corporis, del 29 de junio de sión que de ella puedan tener tanto el simplicidad y linealidad de las accio- sentido, todo el gran tema de la par-
1943 ", y especialmente la ya citada celebrante como los fieles, por la nes litúrgicas, etc.— con el genio de ticipación en la celebración. Pero es
Mediator Dei, del 20 de noviembre otra es preciso evitar el considerarla los diversos pueblos desemboca en igualmente verdadero que si éstos tie-
de 1947 m. Pío XII da comienzo a las como algo mágico, desatendiendo la la vasta problemática de la / adap- nen siempre presente la meta que
primeras reformas con el restable- aportación de los participantes "ex tación. A este propósito es preciso hay que alcanzar, se equivocan no
cimiento de la vigilia pascual en opere operantis, et operantis eccle- recordar que, en la promoción de la poco respecto de los medios y los
1951", con nuevas normas para el siae". Es obvio, por tanto, que cada adaptación, hay que tener siempre métodos. De hecho desatienden el
ayuno eucarístico en 195362, con la época, como ya hemos dicho (espe- presente todo lo que la verdadera gran capítulo de la / formación li-
reforma de toda la semana santa en cialmente en los últimos días, con el participación postula y exige74. Aho- túrgica del pueblo que debe partici-
1955 " y la simplificación de las rú- movimiento litúrgico estrechamente ra, en el contexto actual la partici- par. Se tiene así la pretensión de
bricas, también en 1955 M. El mismo ligado a las aperturas de la más sana pación efectiva tiene lugar con mo- querer alcanzar la meta sin querer
año este mismo papa vuelve a tratar teología sacramental), trata de con- dalidades diversas, no siempre ade- recorrer el camino.
el tema de la música sacra65. seguir una comprensión lo más pro- cuadas a la naturaleza de la realidad Pero no todo es sombra. La luz
Entre tanto se había comenzado funda posible de los textos y de los litúrgica. proviene de aquellos que favorecen
un inmenso trabajo, preparatorio de ritos, para que la participación en la Ello sucede especialmente en don- una participación que colme cada
una reforma general de la liturgia <*, celebración sea espiritualmente fruc- de se ha hecho y se hace consistir la vez más el gap y acorte la distancia
que vio con Juan XXIII una simpli- tífera y mistéricamente plena y com- reforma litúrgica en simples cambios entre el fiel y el misterio celebrado,
ficación de las rúbricas del Breviario pleta. Trazando ahora un breve de ritos y de modalidades externo- entre vida y celebración. Para éstos
y del Misal Romano (25 de junio de diagnóstico del hoy litúrgico, podrán celebrativas. Es evidente que, en ta- la participación en la celebración es
1960) " en nombre de la autenticidad ponerse con facilidad de relieve som- les casos, se han desatendido tanto la fuente primera de la espiritualidad
de la celebración. El fermento y las bras y luces: las primeras, para ha- el concepto cuanto la realidad de la cristiana y la cima a la que ella tien-
primeras realizaciones de la refor- cerlas desaparecer; las segundas, participación en la celebración. Aquí de naturalmente [/ Espiritualidad li-
ma litúrgica, como acercamiento para potenciarlas. se entiende por participación una túrgica]. Quien actúa así se mueve
concreto de muchas instancias del implicación sólo periférica (y nos por las más genuinas exigencias de
movimiento litúrgico, serán sancio- a) Del "movimiento litúrgico"a atreveríamos a decir epidérmica) de la cura animarum, tal como la en-
nadas programáticamente por el la "reforma litúrgica"con vistas a la los fieles en la acción litúrgica. Se tiende la sana tradición. Todos sus
Vat. II. Oficialmente se han promul- "renovación litúrgica". Alcanzadas trata de una participación meramen- esfuerzos se orientan al paso de la
gado mediante las disposiciones del algunas metas que los pioneros n del te externa, aunque de nuevo cuño reforma litúrgica (primer fruto del
mismo concilio y de los documentos movimiento litúrgico se habían pre- ritualista, formal. Una vez perdido movimiento litúrgico) a la renova-
y / libros litúrgicos posconciliares68. fijado y que el Vat. II hizo propias, el mordiente de la novedad, tal par- ción litúrgica (verdadera finalidad de
Efectivamente, como han demos- codificó y están en curso de realiza- ticipación, ligada a la rutina, acaba aquél). Precisamente esta justa con-
trado Baraúna " y otros70, la partici- ción en la reforma litúrgica poscon- por volverse rancia. De aquí una cepción de la finalidad de la partici-
pación en la celebración es el punto ciliar, se ha caído en la cuenta de desafección a la acción litúrgica, que pación en la celebración ayuda a
de apoyo sobre el que gravita la cons- que falta todavía mucho por hacer no se quiere porque no se conoce o comprender la auténtica naturaleza
titución conciliar sobre la liturgia. en orden a la consecución de las ver- bien porque se conoce en formas que de la participación misma.
Lo mismo podría demostrarse de los daderas metas de la renovación li- ya están muertas antes de nacer. No
mencionados documentos posconci- túrgica ". Esta última trataría de lle- extraña, en tal contexto, el abando- b) Un "trasfondo paralitúrgico "
liares de interés litúrgico, así como var a los fieles participantes al cora- no de la frecuencia de la acción li- que se basa en interpretaciones in-
de los libros litúrgicos promulgados zón de la celebración, de modo que túrgica; por ejemplo, la misa festiva, adecuadas o impropias de la par-
oficialmente: la participación en la vivan cuanto celebran para poder ce- la celebración de la penitencia, etc. ticipación en la acción litúrgica.
celebración es su motivo de fondo. lebrar de modo auténtico cuanto vi- Otros, recurriendo & formas cele- Este trasfondo salta a la vista inclu-
Participación 1558 1559 Participación

so de aquel que no haya realizado un La participación no puede adop- desde las diatribas de los primeros brativo. Ahora bien, aunque la cele-
diagnóstico en profundidad de la si- tarse para crear una confusión en las veinte años del siglo '8. Ciertas for- bración podría alcanzar de por sí sus
tuación. Nos encontramos ante inter- relaciones pluripersonales que for- mas de piedad popular, que algunos propias finalidades incluso si nuestra
pretaciones inadecuadas o instru- man la base de la interacción de los quisieran introducir en la acción li- participación fuera mínima, sin em-
mentalizaciones indebidas de partici- participantes. En la ecclesia los fie- túrgica en nombre de la adaptación bargo se postula y exige una partici-
pación en el ámbito de la liturgia. les, participando en la celebración, o de una participación mal entendi- pación cada vez más personal y co-
Aducimos sólo algunos ejemplos con interactúan entre sí y con las perso- da, son formas camufladas de senti- munitaria, interna y exterior, plena
el fin de señalar los límites dentro de nas divinas [/ supra, I, 2, c]. Él res- mentalismo. y profunda, para que no resulte des-
los cuales debe mantenerse el con- peto hacia todo aquello que es pro- De modo similar, la participación atendida, coartada, soportada e in-
cepto I realidad de la participación. pio de los términos de la relación en la celebración no puede agotarse utilizada la iniciativa y la participa-
Ésta no puede convertirse en pre- (por una parte, todo lo que es propio en ser sólo la meta a la que un sano ción de las personas divinas.
texto para sustituir con los propios de la naturaleza y de la acción de y bien entendido activismo peda-
criterios personales el sensus eccle- Dios, y, por la otra, todo lo que es gógico podría llegar. En este caso:
siae en materia litúrgico-sacramen- propio de la naturaleza y de la ac- dado que la liturgia recibe su natu- III. Participación,
tal y formular así una teoría que lle- ción de los fieles), es la base del ver- raleza y su fin de un campo que tras- "clave" de la liturgia
ve a la subversión de todos los pará- dadero concepto /realidad de la par- ciende de por sí los valores huma- Analizando el léxico [/ supra, I]
metros litúrgicos. Sigue teniendo ticipación. Seria, por tanto, absur- nos, la participación no puede limi- se ha podido llegar a una mejor com-
siempre valor el / derecho litúrgico- do que en nombre de la participación tarse a ser una realidad puramente prensión de la realidad de la partici-
sacramental que trata de salvaguar- se elevara de grado la veneración de extrínseca, accidental, externa; debe pación en la celebración y se ha cap-
dar, entre otras cosas, la perennidad las formas mudables (aunque indis- ser interna, verdadera, consciente, ac- tado una especie de desarrollo y de
de la tradición. Desatender el dere- pensables) de la acción litúrgica, en tiva y crear en la persona del fiel la profundización que se ha dado en
cho litúrgico y la tradición que éste perjuicio del espíritu de la litur- sintonía con la realidad litúrgica, los documentos oficiales de la iglesia
conserva podría crear una especie de gia perenne. Sería igualmente absur- que comporta la santificación de los [/ supra. I, 3]. Y el pronóstico, aun-
divergencia desde otras experiencias do absolutizar este espíritu, con la fieles en Cristo, en virtud del Espí- que superficial, de algunos datos pro-
e indicaciones provenientes de las consecuencia de crear una especie de ritu, por un culto en espíritu y en venientes de la vivencia eclesial de
comunidades cristianas que nos han desencarnación de la acción litúrgi- verdad. ayer y de hoy [/ supra, II] ha puesto
precedido. Se formaría entonces una ca, que desatendería a los fieles par- Está claro que si la liturgia tras- de relieve, por otro lado, tanto la
discontinuidad en la vitalidad de la ticipantes. Los dos extremos se con- ciende los valores humanos, no por importancia pastoral que ha tenido
tradición o se incurriría en los mis- vierten fácilmente en espejismos. Es eso los niega: en la medida en que y tiene todavía hoy la participación
mos errores cometidos, debatidos o lo que les sucede, por ejemplo, a quie- son valores auténticos, pueden, de- en la celebración en la pastoral litúr-
combatidos por otros en otras épo- nes, partiendo de las exigencias y de ben y están de hecho llamados a dar gica como la necesidad de una pro-
cas, en las mismas longitudes de las instancias del fiel (persona hu- su contribución a la realidad inte- fundización posterior en la realidad
onda actuales ". mana que cree), no consiguen, o lo gral y fructífera de la participación. de la participación, ya que no todo
consiguen con dificultad o de modo Ésta postula la comprensión de la se ha agotado en el estudio, y por
La participación no puede tampo- inadecuado, "reajustar al hombre
co ser instrumentalizada para conse- / historia de la salvación celebrada consiguiente tampoco en la pastoral
para darle de nuevo su lugar en el y, en consecuencia, actuada, hecha litúrgica. Aquí quisiéramos puntua-
guir una adaptación litúrgica mal in- orden de la realidad, en la conciencia
terpretada. Participación y adapta- presente por medio de la acción de lizar qué significa participación en
de sus límites y de su dependencia" " las personas divinas, en beneficio de la celebración, exponiendo en sínte-
ción litúrgicas no son antitéticas: de la realidad que se celebra. Ni ho-
ésta está al servicio de aquélla. De las personas de los fieles, que consti- sis todo lo que al respecto es seguro.
rizontalismo, ni verticalismo, sino/í- tuyen la asamblea litúrgica concreta.
hecho, los mismos libros litúrgicos delidad a Dios y fidelidad al hombre
actuales (así como los documentos Esta última es simplemente signo de 1. "PARTICIPACIÓN" EN RELA-
(creyente). la iglesia universal y católica™. Es CIÓN DIRECTA CON "CELEBRACIÓN".
posconciliares) tienen un gran tema
de fondo: la adaptación '*. Pero for- "pro ecclesia, in ecclesia, una cum La celebración a que nos referimos
En otros términos: la participa- ecclesia" como la celebración tiene no es sólo la que tiene lugar en la
zar la adaptación, que es un medio ción en la celebración no puede ser
para alcanzar la meta de la partici- su verdadero valor, elevado al nivel eucaristía, sino a toda celebración:
simplemente fruto de una experien- de signo por la asamblea concreta sacramental y no sacramental (pién-
pación en la celebración, casi como cia o de medios humanos orientados
si aquélla fuera el fin y el objeto, es de los fieles que participan. De for- sese en la liturgia de las Horas). Más
a hacer comprender y gustar las ma que la presencia activa, conscien- aún: en la celebración están implica-
cometer el error opuesto de quienes celebraciones. Procediendo así se
absolutizan la tradición hasta llevar te y verdadera de los fieles asume un dos no sólo el ministro o los minis-
reinstaurarían esas formas de senti- carácter inderogable e insustituible tros, como en la concelebración euca-
a identificarla con la conservación y mentalismo paralitúrgico que ya han
el inmovilismo. en el hodie y en el hic et nunc cele- rística (pero no sólo en tal concele-
sido superadas en el campo teórico
Participación 1560
1561 Participación
bración: de hecho se puede dar la • la celebración no es pura cere-
concelebración justamente con va- monia, mero fruto de condiciona- Celebrar es un acontecimiento or- gen primero, sino también con la li-
rios ministros, por ejemplo en la un- mientos sociológicos o de una deter- denado a la santificación de los par- turgia de la confirmación, consi-
ción de los enfermos; en el matrimo- minada preparación religiosa de una ticipantes para que puedan tributar derada como la explicitación más
nio son dos los ministros: los espo- determinada comunidad. De esta for- alabanza y dar culto a Dios. completa de la concesión de tal sa-
sos que lo celebran [¿o concelebran?; ma, la participación, en el ámbito En otros términos: celebrar es pre- cerdocio s \ Además se pone en rela-
/ infra, IV, 3]); en la celebración es- litúrgico, se distancia del modo co- sencia y acción de la Trinidad que ción con la celebración eucarística,
tán implicados no sólo los sujetos, mún de decir cuando se habla de actúa e interviene (en la celebración) que es el locus por excelencia donde
por ejemplo el bautizando, el confir- participar en acontecimientos profa- para hacer verdad cuanto los fieles las funciones propias del sacerdocio
mando, el penitente, los que comul- nos (por ejemplo, en una competi- cumplen precisamente con la parti- común se explicitan en un doble
gan, etc. La celebración implica a ción deportiva o en una ceremonia cipación. Ésta es, por tanto, actitud modo máximo: ofreciendo Cristo al
todos los presentes de formas diver- civil); responsable y cada vez más respon- Padre, por virtud del Espíritu Santo,
sas. Piénsese en quien realiza un mi- sabilizada, que sintoniza con la ac- a través del sacerdocio ministerial, y
nisterio particular en la celebración • la celebración no puede reducir- ción divina. haciendo posible la oblación directa
sin ser ni el que preside ni un simple se a un momento didáctico-catequé- de sí mismos por parte de los bauti-
fiel participante. Todos, en todo tico durante el cual la asamblea se 2. PARTICIPACIÓN, EJERCICIO DEL zados (y confirmados) en-con-por
caso, intervienen con respuestas, can- instruye sobre algunas verdades. "SACERDOCIO" CRISTIANO. Todos los Cristo.
tos, gestos, ritos, etc. También aquí la participación se di- fieles pueden dar una respuesta ade- Es, en efecto, esencial para la igle-
De esta primera constatación sur- ferencia de expresiones/realidades cuada a la intervención de las perso- sia no sólo que los fieles tengan cali-
ge que la máxima participación es la como la siguiente: participar en una nas divinas tomando parte en la ce- ficación sacerdotal (constituyen un
de aquellos que están inmediatamen- clase, etc.; lebración, porque todos gozan de pueblo de sacerdotes), sino también
te implicados como sujetos directos un jus nativum o legado primige- que ejerzan los actos de este sacer-
• la celebración es hacer presente
de la acción litúrgica (sea o no sa-
lo que las personas divinas han rea-
nio con el sacerdocio común de los docio 87. Los actos del sacerdocio en-
cramento). Es preciso, por tanto, fieles. cuentran su puesto en el campo de
aceptar que dentro de la misma par- lizado por la salvación de cada hom-
bre/mujer dentro del pueblo que En tiempos cercanos a nosotros, las acciones litúrgicas, que expresan
ticipación activa hay una graduación
ellas se han elegido; de tal forma que especialmente desde el siglo pasado, a la iglesia y la constituyen88. Con la
basada en una prioridad de valores. por obra de Scheeben " y Rosmini »\ participación, por tanto, los fieles
Por ejemplo, respecto de la eucaris- participar es hacerse presente del el sacerdocio de los bautizados ha
modo más adecuado, en Cristo, "vir- ejercen en la celebración su sacerdo-
tía, la participación debe ser activa sido puesto de relieve cuando, pres- cio, desarrollando ulteriormente la
también por parte de quien, presente tute Spiritus Sancti", en la interven- cindiendo de las diatribas de la re-
ción de Dios en la historia. En efec- fundamental incorporación en Cris-
en la asamblea, no comulga; mien-
to, celebrar es actuar el misterio de
forma protestante, se han descubier- to 89: unidad en Cristo"> que com-
tras que es plena y máxima en aque- to sus implicaciones litúrgicas. Por porta para el fiel la posibilidad de
llos que comulgan dignamente y con la salvación que se ha hecho historia, más que la temática del sacerdocio
que se recuerda en sentido litúrgico participar con y en Cristo en su ser
las debidas disposiciones. Por lo que de los fieles [/ Sacerdocio, IV, 1] se sacerdotal. En consecuencia, la par-
se refiere a la liturgia de las Horas, la [/ Memorial] y se revive en su pleni- debata todavía hoy8S, se ha superado
tud en el aquí y ahora, en el hoy ticipación en la celebración (espe-
participación es máxima y plena por decididamente la concepción reduc- cialmente en la eucaristía) es fuente
parte de todos los presentes. Pero es celebrativo8". Puesto que la celebra- tiva que se había ido creando des-
ción litúrgica es simultáneamente y cumbre de la vida cristiana, que se
claro que, por ejemplo, en la cele- pués de la polémica con la reforma convierte así en una vida de culto en
bración de la confirmación, la parti- presencia, memoria y profecía de la protestante. En íntima relación con
historia de la salvación, que tiene en espíritu y verdad, en el que se perpe-
cipación será plena y máxima sólo el sacerdocio ministerial, aunque sin túa el doble y más profundo fruto de
por parte de los confirmandos, etc. el misterio de Cristo su centro y su confundirse con él, participa de la
síntesis "', la participación debe asu- la participación en la acción litúrgi-
¿Qué significa participar en la cele- misma fuente y síntesis del único ca: una vida de santificación y de
bración para aquellos que están pre- mir las características que provienen sumo y eterno sacerdote, Jesucristo.
de la celebración. culto.
sentes y toman parte en la misma sin En general, hoy, después de las
ser sujetos directos de ella? Y celebrar es epifanía de lo divi- acentuaciones hechas en las encícli- 3. PARTICIPACIÓN, CATALIZA-
Éste y análogos interrogantes en- no a, es decir, una revelación que se cas Mystici corporis (de forma indi- DOR ENTRE "MISTERIO" Y "VIDA" La
actúa por la gracia divina comuni- recta) y Mediator Dei (más direc- celebración es integración del miste-
cuentran respuesta múltiple en la tamente), y las aperturas de los do-
profunda y completa comprensión cada y dada a los que participan en rio de salvación en una acción litúr-
la acción litúrgica; de aquí que par- cumentos conciliares, el sacerdocio gica (fuente) de santificación y de cul-
de lo que es participar [/ supra, I, 1- común de los fieles se pone en estre-
3] y de qué es /celebración. Aquí ticipación signifique acogida activa to para la vida del fiel. Y simultá-
cha relación no sólo con la liturgia neamente es integración de la vida
recordamos, en síntesis: a la intervención de Dios. bautismal, en la que encuentra su ori- cristiana en una acción litúrgica
Participación 1562
1563 Participación
(cumbre) a través de la cual el miste- la celebración actúa y realiza el opus
rio se convierte en historia en el hic redemptionis, el acto de tomar parte firmación, la ecclesia, ya animada ción en nombre de la iglesia ("in fa-
et nunc celebrativo. En este flujo y filtra y concreta el opus salvificum por el Espíritu, en virtud de la parti- cie ecclesiae") de reproducir, de ac-
reflujo entre "misterio-celebración- para la vida de cada fiel. cipación se vuelve a encontrar bajo tuar, de perpetuar en sí mismos el
vida'y "vida-celebración-misterio", la la acción del mismo Espíritu, que la depositum vitalitatis que Dios ha de-
participación juega el papel de cata- 4. PARTICIPACIÓN, CONFORMA- impele a una disponibilidad y docili- rramado en la humanidad y que en
lizador de las actividades de los par- CIÓN DIVERSIFICADA Y PROGRESIVA dad ilimitadas a su acción, con vistas Cristo se ha convertido en deposi-
ticipantes. Se ha demostrado, en efec- CON CRISTO, SUMO Y ETERNO SACER- a las funciones y las tareas específi- tum vitae, que es él mismo ".
to, que en la realidad y en el concep- DOTE. Los fieles pueden participar cas de cada uno de sus miembros. Por tanto, mientras los sujetos de
to de celebración entran el reunirse en la celebración porque están en Participando en la celebración euca- las diversas celebraciones están im-
con, el dirigirse a, el hacer, el actuar, Cristo, sumo y eterno sacerdote, el rística, la ecclesia se encuentra como plicados como participantes direc-
el ofrecer, el conformarse"", térmi- liturgo por excelencia, desde el día renovada oblación de comunión con tos, a todo fiel participante que sea
nos y realidades que revelan las ca- de su bautismo [/ supra, 2] y ejerci- Cristo, sumo y eterno sacerdote consciente del acontecimiento cele-
racterísticas de las acciones de los tan así su propio sacerdocio. Sin em- para que, obedeciéndole a él ("haced brado le alcanza un conjunto de
participantes tendentes a unir la vida bargo, dado que la participación esto en memoria mía"), pueda hacer efectos salvíficos que transforman su
al misterio y el misterio a la vida. está en relación directa con la cele- perenne su misterio en la máxima personalidad. La participación en la
Las fuentes litúrgicas acentúan ver- bración [/ supra, 1] y que ésta es tonalidad. En la celebración de la celebración indicada además
daderamente la tonalidad de / fiesta siempre un acontecimiento nuevo, se penitencia o reconciliación, la eccle-
propia de la participación ". En todo debe convenir que es constitutivo de sia, santa y siempre necesitada de b) transformación vitalizadora
caso, es cierto que, más allá de las la participación al menos un doble purificación, se encuentra junto a sus de las capacidades de los participan-
acentuaciones que puede asumir la dinamismo de transformación con- miembros, que cantan la misericor- tes (incluso en un niño muy peque-
celebración —estando ligada en par- formadora con Cristo. En efecto, dia del Padre, desbordante en el ño, o en una persona en coma, o en
te, en la ritualidad y en la gestuali- participar en la celebración signi- Hijo, en virtud del Espíritu. Con la un disminuido psíquico, etc.). La ce-
dad, con la índole de los fieles impli- fica: participación en la celebración de la lebración tiene la capacidad de hacer
unción de los enfermos, la ecclesia coincidir el anuncio con el aconteci-
cados—, la participación, al menos se redescubre asociada en sus miem-
mínima, se exige (y se augura la par- miento-evento. El anuncio es para
a) transformación existencia!. bros sufrientes, sujetos directos de la todos ("id..., anunciad... a todas las
ticipación total y máxima) como Todo fiel, al participar en la acción celebración; a los sufrimientos de
constitutivo de la celebración. La ac- litúrgica, se hace cada vez más cons- gentes"), ya que para todos es el
Cristo en la cruz, a fin de que, al acontecimiento-evento. La transfor-
ción litúrgica-sacramental, en efecto, ciente de pertenecer al pueblo de sufrir de modo existencial con el cru-
no es sólo una acción externa, sufi- Dios, y cada celebración transforma mación vitalizadora, efectuada por
cificado siervo de Yavé, al redimir y la participación en la celebración,
ciente en sí misma; por el contrario, cada vez más radical y profunda- rescatar al mundo de las consecuen-
es una acción que indica y realiza, mente la asamblea en cuerpo místico hace de una persona un hijo de Dios
cias del pecado, ella misma perpetúe por adopción (bautismo); de un fiel,
en la espera de una plenitudo esca- del Señor. El cuerpo de la iglesia se el misterio de liberación del hombre
tológica, el cumplimiento del miste- forma celebrando los mysteria. Y el un ministro constituido en un sacer-
de todo cuanto lo lleva a la destruc- docio ministerial (orden); de un pe-
rio que la Trinidad ha pensado y va cuerpo místico de Cristo ya consti- ción de la persona. Quien participa
realizando con la cooperación del tuido se robustece y se va haciendo cador (y todos lo somos) en camino
en la celebración del orden se en- hacia la conversión, un convertido
fiel en Cristo-iglesia por virtud del más compacto con la celebración re- cuentra como ecclesia amalgamada que canta gloria a Dios (penitencia);
Espíritu Santo. petida, en la que los fieles toman por un tejido articulado que la es- del pan y del vino ofrecido por per-
La participación hace precisamen- parte activamente. Cada participa- tructura y la ayuda a perennizarse sonas humanas, cuerpo y sangre del
te de catalizador de las voluntades ción es unívocamente nueva e irre- en el tiempo y en el espacio, trans- Señor, que vuelve a ofrecerse a sí
mitiendo de generación en genera-
(actitudes exteriores e internas) de petible en sus efectos ontológicos. ción el "depositum mysteriorum et
mismo al Padre con los oferentes
los fieles, que en la iglesia (y la igle- Así, en la participación en la cele- (eucaristía); de un fiel que se encuen-
ministeriorum Christi". Finalmente, tra en estado de precariedad física,
sia con y en los fieles particulares) bración bautismal los fieles se des- en la celebración del matrimonio la
con-celebran con-por-en Cristo. Por cubren como familia de Dios, pue- un alter Christus, que sufriendo re-
e ecclesia se revela a sí misma como dime al mundo (unción de los enfer-
llo, los fieles no pueden quedarse blo sacerdotal, real, profético, un aquella que es amada por Cristo y se
en el rito exterior en el que toman conjunto de hijos reunidos en el Uni- mos); etc.
asocia a él con amor esponsal, de tal
parte, sino que deben participar en génito del Padre, en la fuerza del Es- forma que el hombre y la mujer, que En último término, la transforma-
la realidad que trasciende al rito. Y píritu, mientras otra persona (o ya son uno en Cristo por ser fieles ción vitalizadora y la existencial in-
en la liturgia cristiana, el rito remite más), esto es, el bautizado, se está (al menos una de las dos partes), dican que participación equivale a
siempre más allá de sí mismo. Se convirtiendo en hijo adoptivo del asumen ahora el honor y la obliga- conformidad y solidaridad con Cris-
comprende, por tanto, que, mientras Padre. En la celebración de la con- to: esto, al menos, afirman las fuen-
1565 Participación
Participación 1564
otros añadimos que es preciso reco- otras palabras: es urgente una for-
tes litúrgicas»4. Es más, conformi- riores esfuerzos de cristianización). menzar otra vez a formar a los mación de los fieles en el sentido de
dad y solidaridad con Cristo no Todo esto puede conseguirse en la pertenencia al pueblo de Dios. Las
se encuentran nunca en el mismo medida en que cada fiel participa en íuturos pastores" y animadores de
nivel. En efecto, el esse in Christo la celebración en "sin-tonía" con el lus parroquias para no invalidar la vías para esta formación son múlti-
(— conformidad) es la raíz y la fuen- Espíritu Santo. Participación en la i calidad de la participación en la ce- ples, muchos los medios que deben
te^ ontológica de la participación acción litúrgica expresa, en efecto, lebración. Por lo que nos parecen, usarse para comunicar a los fieles el
(-solidaridad). El esse in Christo punto de intersección entre el miste- con plena razón, implicadas diversas verdadero espíritu cristiano. "A nadie
pone de relieve la iniciativa del Pa- rio y la vida [/ supra, III, 3] en vir- disciplinas (con sus teorías y prácti- debe descuidársele; pero precisamen-
dre, que nos convoca en el Hijo; y la tud de la presencia y de la acción del cas) en la comprensión y actuación te por esto no debe descuidarse lo
participación es repuesta a tal inicia- / Espíritu Santo. de la realidad participativo-litúrgi- que constituye la fuente primera e
tiva (= dimensión apocrítica propia Cuanto se realiza tomando parte ca. Y mientras que la participación indispensable del verdadero espíritu
de la participación en la celebra- activa y consciente en la celebración en la celebración está en conexión cristiano. Por lo demás, ¿no es quizá
ción). Puesto que la respuesta no es podría considerarse como un dar con problemas de tipo teológico-li- ya por sí misma completamente li-
algo pasivo o estático, sino que indi- forma humana a la acción divina y túrgico y pastoral-litúrgico, ella mis- túrgica o grabada e inspirada en la
ca más bien unión con, comunión un dar forma divina a la acción hu- ma es, al tiempo, medio para la so- liturgia toda la acción que se des-
con, conformidad con, solidaridad mana. Se está, de hecho, en modo lución de algunos problemas. arrolla en el reciento de la iglesia
con Cristo, postula una progresión analógico, frente al misterio (= he- (parroquial)?""" Son, por tanto, en-
hacia la plenitud de la maduración cho histórico salvífico) de la encar- 1. P A S T O R A L LITÚRGICA. La comiables los esfuerzos hechos por
en Cristo. La participación en la ce- nación, para alcanzar, siempre me- pastoral litúrgica tiene su lugar de la pastoral litúrgica, que en estos úl-
lebración es diversificada en cada diante la acción litúrgica, los fines recepción y su campo de prueba en timos años ha apuntado, con distin-
fiel, porque es activa, consciente, ope- pretendidos por el Verbo al hacerse la parroquia. La renovación de la tos subsidios, a realizar el tipo más
rativa. Y cada uno comercia con sus carne, es decir, a la asimilación, o vida parroquial, hoy míseramente profundo posible de participación en
talentos de modo diverso también al bien, comunión y unión progresiva abandonada, descuidada o debilita-
tomar parte en la acción litúrgica. de la humanidad con la divinidad en la celebración. Por desgracia, hay
da con meros compromisos forma-
En todo caso, para todos es progre- Cristo-iglesia. Y ésta es también la les, está en relación directa con la
que deplorar que en algunas partes
siva, porque el esse in Christo está finalidad de la liturgia cristiana, que no se haya pasado de la participa-
se puede justamente sobreponer a la
en relación directa con el in Chris- participación renovación litúrgica. Es en la parro- ción externa, casi como si fuese un
tum. Progresiva es la conformación en la acción litúrgica. quia donde se debe formar la con- fin en sí misma. El impasse en el que,
con Cristo, porque progresiva debe ciencia cristiana del pueblo; aquí es en efecto, se encuentra en parte la
ser la "sin-ergia" con Cristo. En donde se le debe comunicar el ver- pastoral litúrgica actual hay que
otros términos: la participación en IV. Intercambios dadero espíritu cristiano ,8 . Recon- atribuirlo al hecho de que se ha des-
la celebración postula una modifica- "entre" pastoral litúrgica, duciendo, sea a los diversos / grupos atendido la formación litúrgica de
ción continua de la actitud y del catequesis litúrgica, y movimientos, que también realizan los fieles como pueblo de Dios. Se
modo de vivir, de pensar, de juzgar, teología litúrgico-sacramental, una función propia y benéfica para ha pretendido recoger sin sembrar.
etcétera, para asumir los sentimien- espiritualidad litúrgica los fieles ", sea a los fieles particula- El parón se superará si se apunta a
tos y las actitudes de Cristo [/ infra, "y" participación res, a vivir con madura conciencia la la meta: la verdadera, íntima, activa
IV, 4; participación como base de la en la celebración pertenencia a la comunidad local- participación en la celebración, en la
espiritualidad]. parroquial, se vivirán más fácilmente que confluye y de la que fluye la vida
Quien participa en la liturgia se Desde principios de siglo, las pa- los frutos de la participación en la
celebración, que no es algo privado, del fiel.
asimila existencialmente al Cristo li- labras augúrales de san Pío X pasan Son útiles los actos externos
turgo, de modo que es llevado suave, de libro en libro, de boca en boca. El de grupo, de élite, sino que es reali-
(arrodillarse, estar sentados, en pie,
gradual y progresivamente a plas- papa auguraba que de la restaura- dad del pueblo; la pertenencia a la
mar en la vida cuanto celebra (el mo- ción y de la participación activa y parroquia: las parroquias en la dió- con las manos alzadas) sintonizados
vimiento progresivo lleva a renun- consciente en la celebración brotase cesis son el sustrato, fruto y alimento con los momentos de la celebración.
ciar voluntariamente a todo aquello una renovación de la fe, de la pie- de la realidad de la participación en Particularmente útil y necesaria es
que antes se consideraba justo; a de- dad, de toda la vida cristiana. Es la celebración. "Hoy, mientras nacen la recuperación del canto por par-
jar a un lado las máscaras, los reves- más, con las palabras de ,sun benemé- y prosperan tantas asociaciones, te de la asamblea y el responder al
timientos pseudocrístianos de for- rito liturgista, Vismara , se debe ¿cuántos laicos, incluso devotísimos, unísono. Todo esto es signo y me-
mas de vida antes consideradas cris- añadir que la reforma y la renova- sienten la vida parroquial y la vida dio para comprender qué significa
tianas, pero que resultan siempre ción litúrgica deben realizarse, en pri- diocesana?... Y ¿quién ve una cate- participar en el misterio que se cele-
perfectibles o susceptibles de ulte- mer lugar, en la parroquia". Nos- dral no sólo como milagro del arte, bra en la acción litúrgica. Ésta, sin
sino como iglesia madre?" ™. Con embargo, necesita una preparación
(= llevar la vida a la celebración) y
Participación 1566 Participación
1567
comporta consecuencias (= llevar la gue analizar de un modo asfixiante y el actuar cristiano, siendo fruto de
celebración a la vida). La pastoral de Cristo. Cada vez que un fiel cele-
con sus experimentaciones más o me- bra un sacramento sucesivo al del la acción litúrgica, postulan una su-
litúrgica vive y se renueva si apunta nos atendibles, sino que debe diri- peración de perspectivas que tienden
a la propia meta y se enraiza en el bautismo (y/o la confirmación),
girse a la persona del fiel con sus completa el propio sacerdocio co- a dicotomizar el vivir como cristia-
propio fundamento, que es la parti- instancias naturales y sobrenatura- nos. El principio de la unificación
cipación en la celebración, ya que mún, especialmente en el acto de
les. Una acción catequético-litúrgica participar en la acción litúrgica. Sin del ser-actuar-vivir como cristianos
todo tipo de pastoral litúrgica debe debe hacer cuentas con aquello que ha de buscarse en la participación en
orientarse a conducir a los fieles a embargo, así como el carácter puede
funda el primado del orden religioso existir sin la gracia (en tal caso el la celebración. Esta se halla en la
vivir existencialmente aquello en lo como espacio perfectible del ser hu- base de toda acción y actividad del
que participan y celebran l02. sacramento no alcanza su pleno fru-
mano y desemboca en el primado de to), así el derecho natural de todo fiel y alimenta su constancia, su fi-
la persona. Es el tomar-parte / copar- bautizado a participar en la acción delidad, su perseverancia final.
2. CATEQUESIS LITÚRGICA. Los ticipar-en.-el-misterio, el alma de la litúrgica puede realizarse sin alcan-
mismos fines que la catequesis litúr- personalidad cristiana. Hacer vivir, • Otra cuestión de teología litúr-
zar la propia finalidad. Nos encon- gico-sacramental que se beneficia de
gica quiere alcanzar encuentran su en efecto, todo lo que se celebra, ob- traríamos de frente a un tipo de par-
meta en la participación en la acción jeto final de toda participación en la la exacta comprensión de la partici-
ticipación meramente externa, sin lle- pación en la celebración es la con-
litúrgica. No se puede conseguir una acción litúrgica, significa conseguir gar a su fecunda fuente.
participación activa y consciente de el fin de la catequesis litúrgica. cerniente a la concelebración. En
los fieles sin una instrucción suficien- Además el concepto exacto de efecto, la / concelebración eucarísti-
te. A su vez, esta instrucción está participación en la celebración con- ca puede considerarse una participa-
3. TEOLOGÍA LITÚRGICO-SACRA-
informada por el animus provenien- tribuye de modo eminente a hacer ción particular y típica en la acción
MENTAL. No es inútil llamar la aten- salir a la teología sacramental del
te de la participación. ción sobre el hecho de que existe un litúrgica por parte de los presbíteros.
Puesto que la / catequesis litúrgi- intercambio fecundo entre teología círculo cerrado al que la relega toda- A su vez, la participación en la euca-
ca se articula en un cierto número de litúrgico-sacramental y participación vía una cierta teología teórico-especu- ristía por parte de los fieles, pese a
elementos (primer anuncio del evan- en la celebración. Son muchos los lativa. En efecto, mientras la cele- no ser ellos mismos ministros, puede
gelio; búsqueda de los motivos para aspectos que interesan, pero presta- bración litúrgico-sacramental es algo en algún modo entenderse como una
llegar a \&fe celebrada; experiencia remos atención sólo a dos: puntual en el tiempo y en el espacio concelebración a nivel de sacerdocio
de vida cultual cristiana; integración (justamente en el donde y en el aquí común de los fieles. Por lo demás,
en una comunidad cultual; etc.), es y ahora de la celebración), el partici- en el matrimonio los fieles contra-
• La teología litúrgico-sacramen- par conscientemente en ella exige yentes parece que cumplen una ver-
obvio que si se quieren presentar ta- tal se beneficia de la recta compren-
les elementos al catequizando en una una adecuada preparación (el antes dadera concelebración, al ser ellos
sión de la participación en la cele- de la celebración), a la que siguen mismos los ministros del sacramen-
perspectiva sintético-operativa, la bración. Ésta, partiendo del sacer-
participación en la celebración será consecuencias cristiano-existenciales to los. En otros términos: la partici-
docio común de los fieles, pone de (el después de la celebración) de pación en la acción litúrgica revela
el medio privilegiado. De hecho, una relieve —con la doctrina del carácter
auténtica catequesis litúrgica se múltiples implicaciones. La teología un concepto de concelebración que
propia de los sacramentos del bau- litúrgico-sacramental, por tanto, tiene grados distintos y diferentes,
orienta dinámicamente a la celebra- tismo y de la confirmación— el de-
ción, se enriquece constantemente de debe extender el objeto de su estu- según que los celebrantes tengan
recho y el deber que tienen los fieles dio, incluso de modo más directo y sólo el sacerdocio común de los fie-
contenidos litúrgicos, se estructura de participar en los sacramentos que
fundamental y primariamente sobre vivaz, sea a la realidad de la prepa- les "* o bien también el sacerdocio mi-
ellos mismos celebran. Con una ter- ración (piénsese en el catecumenado nisterial, según que haya simultánea-
textos y acciones litúrgicas"". minología que todavía puede tener propiamente dicho; o en el catecu- mente sujetos, ministros, cominis-
La participación en la celebración su valor, cabe afirmar que los fieles menado impropiamente dicho, para tros o participantes.
evita en la catequesis litúrgica el tienen la "capacidad de recibir". la confirmación, para el matrimo-
riesgo de agotarse en puras nocio- Pero no se debe pensar en nada pa- nio...), sea a la realidad de los efectos
nes. En efecto, a la luz y el impulso sivo. Recibir dignamente comporta 4. ESPIRITUALIDAD LITÚRGICA.
y de la eficacia de la celebración. De La misma / espiritualidad litúrgica
de la celebración, la catequesis litúr- una participación verdadera y per- modo similar debe tomar en consi-
gica apunta a la persona ético-reli- sonal. Además, merced al carácter se beneficia de la realidad de la par-
deración los dinamismos conectados ticipación en la celebración. En efec-
gioso-cristiana. La persona es valor bautismal y de la confirmación, los con la realidad celebrativaIM. La ex-
subsistente. La formación de la per- fieles participan, con tonalidades di- to, una vez convocada, la asamblea
tensión del estudio al ámbito de pre- litúrgica evoca (mediante la procla-
sona es necesariamente integral y, versas, en razón de los sacramentos paración, de los efectos, de los dina-
por tanto, no puede referirse sólo a ya recibidos (en clave ontológica, un mación de la palabra de Dios) las
mismos propios de la celebración ten- "cosas maravillosas" que las perso-
esos aspectos humanos que la cien- simple bautizado de modo diverso drá como consecuencia práctica la
cia psicológica y pedagógica consi- de un confirmado), en el sacerdocio nas divinas realizan para ella, e in-
comprensión de que el ser cristiano voca, alabando y suplicando, la bon-
Participación 1569 Participación
1568

dad del Padre, desbordante de amor ticipación externa, expresión de la Dizionario della lingua latina, Turín I957\
nitaria, consciente y activa, sacra- interna, tiende a la comprensión del 1961. Según E. Forcellini-F. Corradini-.l. Per-
en el Hijo, con acciones de gracias, mental. Es más; hemos visto que si rin, Lexicón totius latinilatis, Pavía 194(1*, sub
en virtud del Espíritu. misterio, pero no debe reducirse a
en la literatura corriente y en el conceptualismo o limitarse a gustar
voce, parlicipatio es sinónimo y es equiparable
Evocada en la celebración la gran- modo común de expresarse la parti- a communicatio. Nótese que communicatio no
cuanto se celebra. Podrían faltar aparece en las fuentes litúrgicas antiguas, donde
deza del plan salvífico, mediante la cipación en la acción litúrgica en la tanto el conocimiento noético, como sí es frecuente participatio, que obviamente ocu-
participación cada fiel se redescubre mayor parte de los casos se refería el sentimiento o gusto, dándose, en pa el lugar de communicatio. Este último con-
como formando parte de una asam- sólo a la santa misa, en la cual la cambio, una participación auténtica.
cepto está presente sólo con el verbo communi-
blea que es la continuación y la per- forma más completa es comulgar el care para indicar la participación en el cuerpo y
Ésta se obtendrá fácilmente con la fe en la sangre de Cristo y la comunión entre to-
petuación de las asambleas litúrgicas cuerpo y la sangre del Señor, en rea- en el misterio celebrado. Puesto que dos los miembros de la iglesia (cf canon ro-
de todos los tiempos. En concreto, lidad se toma parte en toda acción la presencia mistérica del evento es mano: "Communicantes, et memoriam veneran-
esta asamblea se descubre como vi- en grados y formas típicas "", en re- tes...") — l6 Véase, por ejemplo, el Sacramen-
lo que debe ser comprendido y en lo tarium Veronense (cf P. Bruylants, Concordan-
sibilización del pueblo de Dios que lación tanto con el misterio-sacra- que se debe participar, es necesaria ce verbale du Sacramentare Léonien, Lovaina
Cristo ha constituido en unidad, in- mento que se celebra (el participar la fe. Los / estilos celebrativos, la 1948; y Wortverzcichnis, a cargo de L.
corporándola a sí en el propio mis- en la confirmación —como sujetos / animación de la asamblea, los di- Eizenhófer-P. Siffrin al final de L.C. Mohlberg
terio pascual, regenerándolo en vida directos o no— es diverso de partici- versos modos de / canto, etc., son (dir.), Sacramentarium Veronense, Roma 1966),
nueva, para hacerlo partícipe de la par en el sacramento de la peniten- donde el término participatio aparece veinte ve-
sólo medios útilísimos para una sa- ces, y casi siempre en el contexto por nosotros
función sacerdotal, real y profética. cia, etc.) cuanto con la acción litúr- bia pastoral litúrgica. Esta debe sa- referido — l7 Cf A. Pflieger, Liturgicae oratio-
Cristo habilita al pueblo de Dios gica (el participar en la liturgia de ber "equilibrar la fidelidad a la litur- nes concordantia Verbalia I, Missale Roma-
para el culto espiritual, que es la esen- las Horas es diverso de participar en gia con una adaptación a las situa- num, Roma 1963 — '" Están a punto de pu-
cia de la economía salvífica. la eucaristía), o en razón del sacer- ciones reales de la comunidad, para
blicarse las concordancias de los términos pre-
docio del que se está dotado (común s e n t e s en el Missale Romanum de Pa-
Es aquí donde la espiritualidad li- educarla progresivamente hacia lo blo VI (I9752) a cargo de J. M. Cañáis Casas,
túrgica, a través de la participación o ministerial). También en razón de más completo y perfecto" "*. presso le Ed. Liturgiche (Roma) " Cf A.
en la celebración, identifica a los la cualificación que se atribuye a la Lupp, Der Begriff "Participatio". en Sprachge-
participantes como bautizados (y participación se pueden verificar brauch der rómischen Liturgie, Munich 1960 —
211
graduaciones diversas. Es claro que El vocablo participatio se encuentra raramen-
confirmados) en Cristo (virtuíe Spi- te en la Vulgata. a diferencia de particeps. Está
ritus Sancti) que viven del sacerdo- la participación externa en la cele- NOIAS: ' Cf C. Vagaggini, El sentido teológi- presente en el AT, en el Sal 121,3, donde tradu-
cio común, que se desempeña en el bración no puede realizarse en base co de la liturgia, BAC, Madrid I9652, 101-161; ce metoché de los LXX, y dos veces en el NT: 2
mejor de los modos en la celebración a criterios subjetivos y con formas 182-317; A.-G. Martimort, II duplice movimen- Cor 6,14, que es la traducción de metoché, y 1
arbitrarias. Y mucho menos puede to della liturgia: culto di Dio e santiftcazione Cor 10,16, donde traduce koinónía. Los dos
y de modo perenne en la vida "en degli uomini, en Id. (dir.), La chiesa in preghie- conceptos paulinos se yuxtaponen superponién-
espíritu y verdad". Más aún: la espi- ser uniforme y reiteradamente siem- dose, e indican la unión del fiel con Dios que se
pre la misma, so pena del deterioro ra. Introduzione alia liturgia, Desclée, Roma
ritualidad litúrgica hace comprender 19662, 213-225 ' Cf El axioma de Cicerón: realiza en la eucaristía: cf M.P. Ellebracht, Re-
que la participación en la acción li- de las mismas actitudes de los fieles; "Verba reperta sunt non quae impedirent, sed mar ks on the Vocabulary of the Ancient Ora-
túrgica es la puntualización viva de debe, en cambio, adecuarse a los quae indicarent voluntatem" ' Véase cual- tions in the "Missale Romanum", Nimega
momentos de la celebración, que de- quier diccionario etimológico español 4
Cf I9662, 132 2I
Cf Agustín, Tract. in Joann.
un continuo y progresivo proceso X. Ochoa, Index verborum cutn documentis 11,4 (= PL 35,1476), citado por AG 14. Véase
que abraza la existencia cristiana en penden de la naturaleza de cuanto se también LG 14 — n Cf AAS 39 (1947) 521-
celebra. De aquí la necesidad de un Concilii Vaticani Secundi. Roma (Institutum
sus múltiples vocaciones, tareas, ca- luridicum Claretianum) 1967, 356-359 5
Cf 600. Texto castellano en Pío XII, La sagrada
rismas. La existencia cristiana im- conocimiento (histórico, bíblico-teo- GE 6; GS 31; 56; 57; ¡M 11 '• Cf GE, intro-
liturgia. Col. Documentos pontificios, Sigúeme,
2
lógico, espiritual, etc.) de las accio- Salamanca 1963' ' Cf ib, 547-572; La sa-
plica una toma de conciencia conti- ducción; AA 13; GS 57; 68 ' Cf AA 13; GS grada liturgia nn. 84-171, pp. 52-96 — 24 Ib,
nua y cada vez más plena de perte- nes particulares y una comprensión 13 " Cf A A 9; GS 31; 75
,
' Cf GS 79; 84, 552; La sagrada liturgia, 99, p. 61 — K Cf ib;
verdadera de su función en el con- etc. " Cf SC II; 12; 14; 17; 19; 26; 27; 28; ib — 26 Cf ib, 552-553; La sagrada liturgia, n.
necer a Cristo, con el que se asimila 33; 41; 50; 55; 56; 79; 90; 106; 113; 114 " Cf
de modo progresivo hasta la edad junto de la estructura de la celebra- 101, p. 62 - " Cf ib, 560; La sagrada liturgia
A. Blaise-H: Chirat, Oiclionnaire latin-francais n. 128, pp. 75-76 — 2K Cf ib, 530-537; La sagra-
madura en él (Ef 4,13). ción. Además no se pueden desaten- des auteurs chrétiens, Estrasburgo 1954, 549 da liturgia, nn. 33-52, pp. 24-35 — 29 Cf ib.
der las diversas tareas que corres- 12
El contexto dice: "Supplices te rogamus, Om- 564; La sagrada liturgia n. 145, p. 82 — '" La
ponden a los diferentes miembros de nipotens Deus: ... ut, quotquot ex hac altaris encíclica subraya que participar en el sacrificio
la / asamblea, diversificada en mi- participatione sacrosanctum Filii tui Corpus et eucarístíco no significa, por parte de los fieles,
V. Conclusión nisterios específicos (presidente, diá- Sanguinem sumpserimus, omni benedictione
n
gozar de poderes sacerdotales, como afirman
caelesti et gratia repleamur". Cf B. Botte- algunos (Ib. 553; La sagrada liturgia, nn. 102-
cono, lectores, salmista, etc.). Tam- C. Mohrmann, L'ordinaire de la messe. Texíe 104, pp. 62-64) - •" Cf ib, 556; IM sagrada li-
Nos hemos topado con una múlti- poco la participación externa puede critique, traduction et eludes, Lovaina 1953, 82- turgia, n. 113, p. 68 •" "" Cf nota 56 ,2
Cf
ple adjetivación especificadora de la reducirse a utilidad pastoral, para 83, nota 6 l4
Para algunas variantes presen- EDIL I, Index rerum analylicus. voz. Vita (pp.
participación en la celebración; con que cada fiel reciba los frutos de tes en algunos códices véase B. Botte, Le canon 1220-1222) — " Véanse las aportaciones con-
las connotaciones de participación cuanto se celebra. En efecto, la par- de la tnesse romaine. Edition critique, Lovaina
externa e interna, personal y comu- 1935, 42-43 " Cf K.F.. Georges-F. Calonghi,

50
Participación 1570 1571 Participación
tenidas en A. M. Triacca-A. Pistoia (dir.), La Heidelberg Katechismus, Neukirchen 1965; F. conciencia del pueblo de Dios, y en particular menti pontifici, 8), Edizioni Paoline, 19622, nn.
Liturgie expression de la foi, Centro Litúrgico Clark, Eucharistic Sacrifice and the Reforma- del clero — 5I En el tema de la participación se 216-248 — " En AAS 2 (1910) 577-583 -
Vincenziano, Roma 1979 — 34 Véase B. Neun- tion, Westminster, Londres 1960; y la reciente han interesado los siguientes congresos o sema-
SB
En AAS 21 (1929) 33^1 — " En AAS 35
heuser, ¡Imovimento litúrgico: panorama stori- síntesis de H.A.J. Wegman, Geschichte der Li- nas de estudio anteriores al Vat. II: Participa- (1943) 193-248 — w Véase nota 22. A este res-
co e lineamenti íeologici, en Anamnesis. Intro- turgie in Western und Oslen, Pustet, Ratisbona ñon active des fidéles au cuite. Cours et confé- pecto ver B. Capelle, "Mediator Dei" et la par-
duzione storico-teologica alia liturgia 1, La li- 1979, 238-356 ( - Die Reformatoren) — 42 Cf rences des semaines ¡iturgiques 11, Abbaye du ticipation active, en QLP 31 (1950) 77-81 -
turgia momento nella storia della salvezza, Mansi 38,989-1282; E. Cattaneo, o.c, 518- Mont César, Lovaina 1934; L, Augustoni-G. "' Cf AAS 43 (1951) 128-137; 44 (1952) 48-
Marietti, Turín 1974, 11-30 (bibl. ib). Este estu- 538 — 43 Cf H. Schotte, Zur Geschichte des Wagner (dir.), Partecipazione attiva alia litur- 63 — 62 Cf const. apost. Christus Dominus, en
dio se reanuda sustancialmente (aligerado de la Emser Kongressen, en Historisches Jahrbuch gia. A tti del III Convegno internazionale di stu- AAS 45 (1953) 15-24; y la Instructio anexa en
bibl.) en la voz Movimiento litúrgico del pre- der Górresgesellschaft 35 (1914) 86-109; 319- di liturgici. Lugano 14-18 setiembre 1953, AAS 45 (1953) 51-56 — 63 En AAS 47 (1955)
sente Diccionario — i5 A este respecto, cf B. 348; 781-820; A.L. Mayer, Liturgie, Aufklárung Lugano-Como 1953; Active Participation ofthe 838-847 — M Cf AAS 47 (1955) 218-224 -
Neunheuser, Storia della liturgia attraverso le und Klassizismus, en JLW9 (1930) 67-127, es- Faithful in the Liturgy of the Church, Madras
65
Con la encíclica Musicae sacrae disciplina,
epoche culturali, Ed. Liturgiche, Roma 1977 — pecialmente 102-112. El congreso de Ems tuvo en AAS4S (1956) 5-25 — w CfB. Neunheuser,
36 1959; Participation in the Mass. 20,h North Ame-
Así al menos se debe afirmar basándose en lugar en el 1786 — u Eso mismo sucedió en la rican Liturgical Week, Washington 1959; Hees- o.c, 137-138 — 67 Promulgada con las Litterae
los estudios de G, Nichl, Der Anteil des Volkes antigüedad llevando al fixismo eucológico. Cf apostolicae motu proprio datae Rubricarum ins-
an der Messliturgie in Frankenreiche von Chlod- wijk, 14-16 janvier 1962: cf QLP 43 (1963) 76;
A.M. Triacca, "Jmprovvisazione"o "fissismo" Participating in the Mass. Eighth Irish Liturgi- tructum de Juan XXIII, en la práctica fue la
wig bis Kart den Grossen, Innsbruck 1930; F. eucológico? Asterisco ad un periódico episodio última reforma litúrgica consistente, anterior a
Cabrol, Comment nos peres participaient au cui- cal Congress April 1961: cf V. Rian, Studies in
di pastorale litúrgica, en Sal 32 (1970) 149- la posconciliar, a la que en cierto sentido marcó
Pastoral liturgy 2, Dublín 1963; La partecipa-
te, en Cours et conférences des semaines liturgi- 164 — 4i Recuérdese también la obra de Bona el camino. Cf AAS 52 (1960) 593-740 — 68 Cf
ques II, Lovaina 1934, 75-95; A. Pascual, La (1609-1674): cf E. Panitti, La scienza litúrgica zione deifedeli alia messa. Dottrina e pastorale.
participación activa de los fieles en la liturgia Atti della XIII settimana litúrgica, 10-13 luglio EDIL I, en especial la voz participado en el
nella controriforma post-tridentina e contributo Index rerum analyticus, pp. 1155-1159 — 69 Cf
eucarística en los textos litúrgicos de los seis di Giovanni Bona (1609-1674) al suo processo 1962, Cal, Roma !963 - 52 Aquí habría que
primeros siglos, en Liturgia (Silos) 7 (1952) 131- citar las publicaciones de los subsidios pastora- G. Baraúna, La partecipazione attiva principio
di autonomía, Pont. Inst. Lit., Roma 1976; de
142; F. Pérez, La participación activa de los les litúrgicos, de las traducciones del misal (los ispiratore e direttivo della Costituzione, en Id.
Tomasi( 1649-1713): cf I. Scicolone, IIcardinale
fieles en la liturgia eucarística en las liturgias Giuseppe Tomasi di Lampedusa e gli inizi della clásicos misalitos para el pueblo de Dios), de (dir.), La sacra Liturgia rinnovata dal Concilio,
occidentales durante la edad media, en Liturgia scienza litúrgica, Studia Anselmiana, Roma los distintos comentarios, como también las di- LDC, Turín 1964, 135-199 - 70 Basta con con-
7 (1952) 143-155; F. Nakagaki, Partecipazione 1981; de Muratori (1672-1750): cf L. Brandolini, versas revistas de divulgación litúrgica, etc. Re- sultar los varios comentarios a la Sacrosanctum
attiva deifedeli secando il Sacramentarlo Vero- La pastorale dell'eucaristia di Ludovico Anto- ferente a las traducciones del misal conviene concilium, especialmente el de J. A. Jungmann,
nese. Un importante aspetto dell'ecclesiologia nio Muratori, en EL 81 (1967) 333-375; 82 recordar la investigación de G. Landotti, l^e tra- en J. Hófer-K. Rahner (dir.), LTK. Das zweite
in prospettiva litúrgica. Tesis multicopiada en (1968) 81-118; la de Sailer (1741-1832): cf M. duzioni del messale in lingua italiana anteriori Vaticanische Konzil. Dokumente und Kom-
el Pont. Inst. Lit., Roma 1969; A.M. Triacca, Probst, Gottesdienst in Geist und Wahrheit. Die al movimento litúrgico moderno. Studio stori- mentar I, Friburgo i.B. 19622, 9-109. Una sínte-
La "méthexis" dans l'ancienne liturgie ambro- liturgischen Aussichten und Bestrebungen J. M. co, Ed. Liturgiche, Roma 1975. Se constata que sis de los mejores comentarios en F. Eisenbach,
sienne. Contribution des sources eucologiques Sailers, Münster 1976; o la de Antonio la inquietud por una auténtica participación en Die Gegenwart Jesu Christi im Gottesdienst.
ambrosiennes a Tintelligence d'un probleme li- Rosmini-Serbati (1797-1855): cf A. Pistoia, La la eucaristía recorre e invade los siglos — Systematische Studien zur Liturgiekonstitution
turgique actuel: laparticipation de l'assemblée, 53 des II. Vaticanischen Konzils, Grünewald, Ma-
"parte del popólo " nella litúrgica nel pensiero Resulta estimulante a este respecto el artículo
en VV.AA., L'assemblée liturgique et les diffé- di Antonio Rosmini, en EL 86 (1972) 313-353: de E. Cattaneo, L'insegnamento della storia sul- guncia 1982 — 71 Cf G. Bardy, La question des
rents rotes dans l'assemblée, Ed. Liturgiche, A. Quacquarelli, La lezione liturgia di Antonio la partecipazione del popólo cristiano al culto langues dans Teglise ancienne, Cerf, París 1948;
Roma 1977, 269-305 — -17 Véase G. Schembri, Rosmini. II sacerdozio deifedeli, Marzorati, Mi- della chiesa, en VV.AA., La partecipazione dei H. A. Schmidt, Liturgie el langue vulgaire. Le
The "Libellus ad Leonem X"of Paul Giusünia- lán 1970; A. Pistoia, In margine a una recente fedeli alia messa, Ed. Liturgiche, Roma 1963, probleme de la langue liturgique chez les pre-
ni and Peter Quirini and litúrgica! Reform in its pubblicazione sulla lezione litúrgica di A. Ros- 319-349 — 54 Es un lugar común que el movi- mieres Réformateurs et au Concile de Trente,
Christian Humanistic Era, Tesis en el Pont. mini, en EL 87 (1973) 163-174 — 46 Cf W. miento litúrgico, de realidad de la base, se ha- Pug, Roma 1950; G. Landotti, o.c, en la nota
Inst. Lit., Roma 1974; E. Cattaneo, ¡l culto cris- Trapp, Vorgeschicht und Ursprung der liturgi- bría convertido en realidad de la jerarquía ecle- 52, XI-XI (con bibl.) — n Véase S. Marsili,
tiano in Occidente. Mote storiche, Ed. Liturgi- schen Bewegung vorwiegend in Hinsicht aufdas siástica cuando Pío X lo sancionó con sus re- Storia del movimento litúrgico italiano dalle ori-
che, Roma I978\ 322-338, 348, 355-356,455 - deutsche Sprachgebiet, Ratisbona 1940, espe- gini alt'enciclica "Mediator Dei", en O. Rous-
3,4 formas: de este modo se habría transformado
Cf J.A. Jungmann, Ereditá litúrgica e attua- cialmente 14-189; A.L. Mayer, Die geistesge- seau, Storia del movimento litúrgico, Edizioni
lita pastor ale, Edizioni Paoline, 1962, 310-330; en vitalidad de toda la iglesia. Ahora bien: esto
schichtliche Situation der liturgischen Erneue- es antihistórico y un preconcepto. Ya en el s, Paoline, 1960, 263-369; E. Moneta Caglio, Mo-
E. Cattaneo, o.c, 354ss, 373-374 — 39 Cf E. rung in Gegenwart, en ALW IV/1 (1955) I- vimento litúrgico ambrosiano, ib, 371-378;
xvn Inocencio XI (1676-1689) había iniciado
Cattaneo, o.c, 330-343 — <° Cf A. Bugnini, La 51 —47 Cf O. Rousseau, Storia del movimento reformas litúrgicas: cf I. Marzola, Pastorale li- VV.AA., Proftli di iiturgisti, Cal, Roma 1970,
liturgia dei sacramenti al concilio di Trento, en litúrgico. Lineamenti storici dagli inizi del see.
túrgica del b. Innocenzo XI, Ist. Pad. Arti donde se recuerda a G. Calcagno, G. Moglia, F.
EL 59 (1945) 39-51; H. Jedin, Das Konzil von XIX fino ad oggi, Edizioni Paoline, 1960, 23-
Graf., Rovigo 1972; y en ei s. xvm aparece la Rodolfi, E.M. Vismara, G. Polvara, A. Berna-
Trient und die Reform der liturgischen Bücher, 48; / Movimento litúrgico, I, 4 — 4H Cf A.L. re
ggi, C. Dotta, A.L Schuster, F. Tonolo, A.
en EL 59 (1945) 7-38; J.A Jungmann, Das Kon- Mayer, a.c (nota 46), 45-49 — 49 Cf E.M. Vis- obra de Benedicto XIV (1740-1758): cf L. Bran-
zil von Trient und die Erneuerung der Liturgie, dolini, Benedetto XIV di fronte ad alcuni movi- Gemelli, G. Belvederi, G. B. Cannizzaro, G. Be-
mara, La liturgia cristiana e la partecipazione vilacqua^ E. Caronti — " Cf A.M. Triacca, Ri-
en G. Schreiber (dir.), Das Weltkonzil von del popólo. Opera di propaganda per la ristora- menti riformistico-lilurgici del sec XVIII, en
Trient I, Friburgo/Br. 1951, 325-336; R. Thei- zione litúrgica in mezzo ai fedeli, Soc. Anón. EL 88 (1974) 447-470 - 5Í Neunheuser distin- forma litúrgica e rinnovamento litúrgico, en Lit
sen, Mass Liturgy and the Council of Trent, Tip. Catt. Vicent., Vicenza 1919, 85-125, donde gue cuatro períodos o momentos típicos dentro nn. 174-175, 8 (1974)481-484; A che punto sia-
Collegeville, Minnesota 1965 — 4I Cf E. Catta- el autor insiste en la formación del sacerdote y del movimiento litúrgico clásico, e identifica las mo: la liturgia a dieci anni dal Concilio, en Vita
neo, o.c, 343-353; R. Stáhlin, Die Geschichte en su deber de instruirse para instruir; en las pp. características positivas y negativas de cada pastorale n. 5, 63 (1975) 6-12; B. Neunheuser,
des christlichen Gottesdienst, en Leitourgia I, 228-295 habla de la ciencia litúrgica necesaria al uno: cf B. Neunheuser, Storia della liturgia at- LM riforma litúrgica: a che punto siamo?, en
Kassel 1954, 54-60; H.B. Meyer, Lutherunddie sacerdote — 50 Se podrían recordar aquí las in- traverso le epoche culturali, Ed. Liturgiche, RasT 18 (1977) 209-219 - 74 Cf A. Chupung-
Messe, Paderborn 1965; U. Beyer, Abendmahl tervenciones de san Pío X, que citaremos más Roma 1977, 133-138 — 56 Texto oficial italiano co, The Magna Chana of liturgical Adaptation,
und Messe. Sinn und Recht der 80. Frage des adelante (ver notas 56-57), y que despertaron la en ASS 36 (1903-1904) 329-339. El texto latino en Not n. 139, 14 (1978) 74-89; con la integra-
(ib, 387-395) es traducción fiel, pero no oficial. ción y la puntualización de A.M. Triacca, Adat-
Texto italiano también en La liturgia (Insegna- tamento litúrgico: utopia, veíleitá o strumento
Participación 1572 1573 Pascua y Pentecostés
della pastorale litúrgica?, en Not n. 150, 15 l01
tituzione dogmática LG, Vallecchi, Florencia a la universal — E.M. Vismara, o.c, 3 —
(1979)26-45 — 75 Cf a.c, en la nota 44 — 76 Cf 1965, 453-464 — » Cf S. Marsili, Liturgia e 102
Cf Conc. Trid., Sess. XXII, c. 6: "... pro óm- PASCUA Y PENTECOSTÉS
A. Cuva, La creativitá rituale nei libri liturgici sacerdozio comune, en Anamnesis 1 (1974) 127- nibus fidelibus, qui ad corpus Christi pertinent,
ai vari livelli di competenza, en EL 89 (1975) 129; J. Castellano Cervera, Sacerdocio de los celebrantur"(DS\141) —m Cf A.M. Triacca,
54-99; A.M. Triacca, a.c, en la nota 74 — 77 La fieles, en Diccionario de espiritualidad' III, Her- Pedagogía e caiechesi litúrgica nei riíi del batte- SUMARIO: I. Del Pentecostés judío al cristia-
afirmación es de G. Lercaro, L'azione educativa der, Barcelona 1984, 312-316 — 9I CfB. Dros- simo e della confermazione, en VV.AA., Rin- no - II. La celebración del tiempo pascual.
della liturgia, en Liturgia viva per gli uomini te, "Celebrare" in der rómischen Liturgiespra- novati in Cristo e nello Spirito: l'imziazione cris-
viví II, Herder, Roma 1965, 18 — 78 Cf bibl. al che, Max Hübert Verlag, Munich 1960 — n Cf tiana, Bari 1981, 134-164, especialmente 135-
final de la presente voz y los diversos matices de A. Pernigotto-Cego, Cos'é la festa cristiana? 136 — l04 Cf C. Dillenschneider, 11 dinamismo I. Del pentecostés judío
la diatriba en H.A. Schmidt, Introductio in Li- Alie sorgenti liturgiche: il concetto e il valore pastorale dei sacramenti, Bolonia 1966 — al cristiano
turgiam occidentalem, Herder, Roma 1960, 88- della solennitá nel Sacramentarlo Veronese, en 105
Cf V, Joannes, Aspetti teologici della conce-
130 — 79 Véase lo mejor de las aportaciones en EL 87 (1973) 75-120; // signifícalo del termine lebrazione, en VV.AA., Concelebrazione. Dot- Entre las fiestas de Israel, la más
VV.AA., Liturgie de l'égliseparticuliére et litur- "sollemnitas " e dei suoi sinonimi nel latino pre- trina e pastorale. Brescia 1965, 37-139, especial-
gie de l'église universelle, Ed. Liturgiche, Roma cristiano e nel latino cristiano dei primi secoli, mente 83-92 (l sacramenti "quae sacerdotalia
citada en la Sagrada Escritura es
1976; A.M. Triacca-A. Pistoia (dir.), L'église en Eulogio. Miscellanea litúrgica in onore di P. non sunt". ¡I battesimo. Il matrimonio) — la pascua. En tiempo de Jesús era
dans la liturgie, Ed. Liturgiche, Roma 1980 — Burkhard Neunheuser, Anselmiana, Roma 106
Cf B. Botte, La participaron et le sacerdoce considerada la más importante'.
80
Cf O. Casel, Art und Sinne der altesten 1979,277-315 — " Cf A.M. Triacca, o.c, en la desfidéles, en Cours et conférences des semaines Como prenotando de la cincuentena
christlichen Osterfeier, en JLW 14 (1934) nota 88, 265-266 — 94 Id, La "méthexis"dans ¡iturgiques 11, Lovaina 1934, 21-28 — l07 Para
l'ancienne liturgie ambrosienne. Coniribution pascual cristiana, interesa particular-
(= 1938) 1-78 — 8I Cf C. Vagaggim, El sentido una síntesis relativa a la eucaristía, D. Bondioli, mente ahora su conexión con la gran
teológico de la liturgia (nota 1), 46-106 -K2 La des sources eucologiques ambrosiennes á l'intel- Forme e gradi della par tecipazione, en VV.AA.,
expresión proviene de O. Casel, Zur Idee der
ligence d'un probléme liturgique actuel: la par- La partecipazione deifedeli alia messa, Roma fiesta judía de las semanas, o Pente-
ticipation de i'assemblée, en VV.AA., L'assem- 1963, 281-297. En algunas reflexiones que se- costés. Su nombre más tradicional
liturgischen Festfeier, en JLW 3 (1933) 93-99, blée liturgique et les différents roles dans I'as-
especialmente 95. Como nota B. Neunheuser, semblée, Ed. Liturgiche, Roma 1977, 269-
guirán nos inspiraremos en este escrito —
m
de fiesta de las semanas (Ex 24,22)
La "celebrazione litúrgica"nellaprospettiva di Ib. 293. la relaciona, al final de estas siete,
305 — M Cf E. Valentini, Don Eusebio M. Vis-
Odo Casel, en RL 57 (1970) 248-256 (aquí: 250): mara, salesiano, Turín 1954; Don Eusebia M. con la de los ázimos (Dt 16,9). La
"La epifanía en la liturgia fue bien caracterizada Vismara, pioniere del "movimento litúrgico"in A. M. Triacca fiesta, en conexión así con la pascua,
más tarde por R. Guardini en su significativa Italia, en A. Cuva (dir.), Fons vivus. Miscella-
conferencia en el primer congreso litúrgico de nea litúrgica in memoria di Don Eusebio Maria es dependiente de ella, por lo menos,
lengua alemana (Francfort 1950). Esta confe- Vismara, Zurich 1971, 1-27 — 96 Cf E.M. Vis- en cuanto al día de su celebración.
rencia está publicada con el título Die liturgi- BIBLIOGRAFÍA: Alujas M., La participación
mara, o.c en la nota 49, 3. La obra de Vismara de los fíeles en el misterio eucarístico, en "Litur- En el judaismo helenístico lleva el
sche Erfahrung und die Epiphanie, en el libro reproduce artículos publicados desde el 1913 al nombre del día quincuagésimo, t]
Die Sinne und die religióse Erkenntnis" — gia" 16(1961) 332-340; Baraúna G., La partici-
83
1916 en la Rivista di Apología Cristiana. Esta- pación activa, principio inspirador y directivo TTtvrrjxooT-q (tf¿ea), es decir, Pente-
Hacemos nuestra la opinión de P. Dacquino, mos en los albores del movimiento litúrgico en de la constitución, en La sagrada liturgia reno- costés.
// sacerdozio nel nuovo popólo di Dio e la pri- Italia. Para la cuestión de la importancia de la vada por el concilio, Madrid 1965, 225-285; Be-
ma lettera di Pietro, en VV.AA., S. Pietro. Átti parroquia véase cuanto la Secretaría del Estado llavista J., La participación de los fieles en los Mientras que la fiesta judía signi-
della XIX Settimana bíblica, Paideia, Brescia Vaticana escribió al card. Piazza el 10 de julio sacramentos a ¡a luz de la historia, en "Phase" ficaba en un principio la fiesta de la
1967, 291-317 (aquí: p. 316, nota 46) — *4 Es de 1948, en EL 62 (1948) 407-408 - " El mis-
sintomático que de los escritos de Rosmini se mo E.M. Vismara, o.c, 282-295, presenta dos
33 (1966) 201-217; Díaz Mozaz J.M., La asis- cosecha, y en los albores del cristia-
tencia a misa como indicador de vida cristiana, nismo la conmemoración de la alian-
haya podido sintetizar lo que se lee en A. Quac- escritos: sobre el "sentido litúrgico y su forma- en "Communio" 3 (1982) 199-202; Garrido M.,
quarelli, a.c. en la nota 45 — m Síntesis de las ción" y sobre la "ciencia litúrgica necesaria en el La participación de los fieles en la liturgia, en za del Sinaí el día quincuagésimo,
opiniones en A. Meneghetti, // "sacrificio spiri- sacerdote" - ,8 Véase la carta pastoral cuares- "Liturgia" 6 (1951)32-38; López Martín J., Para para los cristianos es un tiempo que
tuale" presso la recente riflessione teológica. mal de 1914 de mons. Filipello, obispo de lvrea:
La liturgia parrocchiale. Contiene elementos
participar mejor en la liturgia, "Imágenes de la se prolonga durante cincuenta días.
Dalianalisi dei dati verso una sintesi (contribu- Fe", PPC, Madrid 1985; Prado G., El milagro
to alia teología litúrgica), Pont. lnst. Litúrgico, que son válidos todavía hoy. Un tratamiento La duración cincuentenaria y la ce-
de la participación activa, en "Liturgia" 15
Roma 1982, 33-87 — 86 Véase cuanto hemos sintético, tanto de las aperturas teológico-pas- (1960) 74-80; Sánchez Aliseda C , La participa- lebración del Señor resucitado, en
escrito: A.M. Triacca, Per una trattazione or- torales como de los fundamentos litúrgicos de ción del pueblo en la liturgia, ib, 3 (1948) 18-21; las múltiples facetas del / misterio
gánica sulla "confermazione": verso una teolo- la parroquia, podrá hallarlo el lector en A. Maz- Urdeix J., Participación litúrgica y técnicas de pascual, es la novedad radical de la
gía litúrgica (Rassegna e ragguaglio), en EL 86 zoleni. La parrocchia mistero di Cristo e della comunicación en "Phase" 68 (1972) 129-139;
H7 chiesa. Ñapóles 1969 - *9 Cf A. Favale (dir.), pascua cristiana. La traducción, in-
(1972) 128-181 (aquí: 133-134) No pode- VV.AA., La participación activa de los fieles en
mos condividir la opinión de Y.M. Congar, Per Movimenti ecclesia/i contemporanei. Dimensio- la liturgia, en "Liturgia" 7 (1952) 131-179, 238-
tencionalmente en plural, Dum com-
una teología del laicato, Morcelliana, Brescia
ni storiche teologico-spirituali e apostoliche, 247; VV.AA., La participación del laico en la plerentur dies Pentecostés, del sin-
Roma I9822 - m La frase es de G. de Luca, / liturgia, en "Phase" 53 (1969) 445-454; VV.AA., gular de los Hechos de los Apóstoles
1966, 299 (y también 175ss). Recordamos que el cristiani e la liturgia, en L'Avvenire d'Italia (3-
original francés se remonta a 1954 — u La igle- Vl-1930). No se extrañe de la fecha el lector. Lo
La participación en la liturgia, ib, 144 (1984) (He 2,1), en la Biblia Vulgata, es in-
sia nace, vive, "augescit" por medio de la litur- 465-539. dicativo de cómo en el s. IV se enten-
que cuenta es el contenido. Por otro lado, Pablo
gia. Cf A.M. Triacca, Laperennitá dell'assioma: VI, al establecer el jubileo extraordinario de la día así la pascua. Tan pronto como
"Ecclesia facit liturgiam et liturgia facit eccle- clausura del Vat. 11 con la const. apost. Mirifi-
siam ". Osmosi tra pensiero dei padri e preghiera entró la fiesta en la historia del cris-
cus eventus, del 7 die. 1965 (AAS 57 [1965]
litúrgica, en S. Felici (dir.), Ecclesiologia e cate- 949), quería reunir a los fieles alrededor del tianismo, fue vista ya como este
ches i patrística. "Sentirsi chiesa", Las, Roma obispo en la catedral, a fin de que comprendie- PASCUA sagrado espacio cincuentenario de
1982, 255-294 - B9 Cf E.J. de Smedt, // sacer- ran la pertenencia a la iglesia local y, por ende. días, que inaugura el primer domin-
dozio deifedeli, en G. Baraúna (dir.). La chiesa / Misterio pascual; / Pascua y Pen-
nel Val. II. Studi e commenti intorno alia eos- tecostés; / Triduo pascual go, como continuación de la noche
1575 Pascua y Pentecostés
Pascua y Pentecostés 1574
ción de la pascua durase simbólica- na, así como los discursos kerigmá-
santa, punto culminante de la cele- sias como la de Constantinopla, mente cincuenta días y acabase con
Roma, Milán y la de la Península ticos de Pedro y Pablo. La segunda
bración pascual. el día de pentecostés". El creyente es lectura es semicontinua de la carta
Entre los autores antiguos que nos Ibérica empezaron a individualizar invitado a cantar el cántico nuevo
este aspecto de la celebración pas- de san Pedro, de la primera de san
permiten conectar con los orígenes del aleluya pascual. Dios quiera que Juan y del Apocalipsis, en los res-
cristianos, el más citado es Tertulia- cual. Por la misma razón, la ascen- el que lo cante ponga en armonía su
sión pasará de ser una manifestación pectivos años A, B y C. Ha determi-
no, quien, entre otros, nos ofrece el vida con sus labios, su boca y la con- nado la elección de estos libros bí-
célebre texto en el que presenta Pen- mayor del Resucitado sin día deter- ciencia (san Agustín) '. Las cincuen-
minado a una fiesta propia. Es bien blicos su conocido carácter pascual;
tecostés como un espacio de tiempo ta misas festivas y feriales de este la primera, llena de sentido bautis-
que se caracteriza por la misma so- significativo, por cierto, del sentido tiempo son la fe pascual hecha ple-
unitario de la quincuagésima el he- mal; la segunda, como guía para el
lemnidad de alegría Tantundem garia, expresada en la formulación camino cristiano en la fe y la cari-
spatio Pentecostés, quae eadem exul- cho de que empezara celebrándose de cada una de sus oraciones. La dad; la tercera, como la gran visión
tationis solemnitate dispungitur1. la ascensión en el día cincuenta. teología pascual puede completarse del glorificado, que conserva las se-
Grande y único día de fiesta celebra- Cuando hacia el año 400 se empie- a través de los cinco nuevos prefa-
za a celebrar el día cuadragésimo, ñales de la pasión.
do con gran alegría'. En el s. II el día cios, más los dos de la ascensión y el
quincuagésimo aparece distinguido como propio de las ascensión, se re- Los textos de la tercera lectura,
de pentecostés. Los oficios conteni- para los domingos de pascua, en su
de los otros, bien sea por su carácter servó el día cincuenta como el de la dos en la Oración de las Horas ex-
conclusivo del período o bien por venida del Espíritu Santo. La época conjunto, son del cuarto evangelio.
presan la fe y la alabanza pascual, La preferencia por Juan se impone
su conexión con el evento de la as- de oro del catecumenado y de las que alcanzan las más variadas for-
censión o de la venida del Espíritu catequesis bautismales privilegiará la en razón de su predilección a la am-
mas en los diversos elementos que plia reflexión teológica sobre el Cris-
Santo 4 . primera semana de pascua con el do- los componen. Pero es sobre todo
mingo día octavo, llamado por esta to de la pascua. El segundo domin-
en la selección y en la abundancia de go, por razón del octavo día, repite
razón in Albis. la palabra de Dios, que se encuentra
El sentido de pascua, prolongada los tres años la misma perícopa
durante el tiempo de Pentecostés, es en los leccionarios del tiempo pas- evangélica, que narra el aconteci-
en los tres primeros siglos un hecho cual, donde la fiesta despliega su ple- miento. El evangelio de los tres pri-
universal; lo mismo se encuentra en II. La celebración no significado. meros domingos es siempre un rela-
las iglesias del Asia Menor, Egipto, del tiempo pascual En leccionario dominical ofrece, to de resurrección. Al terminarse és-
norte de África, que en las de Roma en la primera lectura de la misa, una tos, en los restantes se recurre a la
o la Galia. Por otra parte, aun cuan- Criterios históricos y teológicos característica propia del mismo; los tradición, que ya usaba el cuarto
do en el s. v prevalece el sentido res- han devuelto al tiempo pascual su Hechos de los Apóstoles reemplazan evangelio, en el capítulo 10 de Juan,
trictivo a favor de la autonomía del carácter cincuentenario, un tanto ol- la del Antiguo Testamento. Existía y en la selección de textos del discur-
día quincuagésimo, no desaparece el vidado durante siglos. Fundándo- ya el precedente en las liturgias so de Jesús en la última cena. El cri-
significado antiguo. El precioso tex- se en ellos, la reforma del concilio / orientales, / ambrosiana e / hispá- terio, tan conforme con la tradición,
to de Máximo de Turín, entre otros Vat. II ha restablecido en los libros nica. Las tres lecturas son práctica- permite de alguna manera ofrecer un
que podrían citarse, revela cómo litúrgicos actuales el genuino sentido mente distintas para cada uno de los círculo de evangelio de Juan, si se
adentrado este siglo la pascua con- de la pascua. Con su ayuda, la co- domingos de los tres años, si excep- tiene en cuenta, además, la cabida
serva su sentido de gran domingo munidad que celebra la pascua des- tuamos el primer domingo de pas- que ya tiene en la cuaresma, aunque
Instar Dominicae, tota quinquagin- cubre su sentido. Así es claro en cua, la ascensión y el domingo de no tan completo como el de los si-
ta dierum curricula celebrantur...5 los prenotandos del Misal Romano, pentecostés. La razón se encuentra, nópticos, para cada uno de los tres
Naturalmente que la costumbre de donde se dice taxativamente que los por un lado, en la conveniencia de años.
rezar de pie y el no ayunar en este cincuenta días que van de la resu- no prescindir de unas lecturas tan
período, o cualquier otro signo que rrección hasta el domingo de Pente- La primera semana de pascua, al
apropiadas para cada una de estas establecer formularios propios para
ponga de manifiesto la gran alegría costés han de celebrarse con tal ale- tres misas, al tiempo que se destaca
de pascua, aparecen por doquier, gría y exultación, como si se tratara la celebración diaria de la / eucaris-
la particular relevancia de estos tía, recibió como textos evangélicos
con exclusión de las formas peniten- de un solo y único día festivo, como días.
ciales. "un gran domingo" (san Atanasio)«. las apariciones del Resucitado. La
Los domingos se llaman domingos La primera lectura dominical se reforma actual ha respetado el crite-
Un proceso evolutivo, al que no repite en un ciclo trienal, de manera rio en continuación con la gran tra-
es ajena la influencia del libro de los de pascua, y no como antes, domin-
gos de después de pascua. En la misa que en cada uno de los tres años la dición bautismal de esta semana.
Hechos de los Apóstoles, llevará comunidad escuche los fragmentos Los cristianos que celebran estas
poco a poco a festejar el domingo de vespertina de la vigilia del domingo
de Pentecostés recordamos que el más importantes que hacen referen- manifestaciones del Señor de la vida
la conclusión como el de la venida cia a la primitiva comunidad cristia- son los bautizados, que en la pascua
del Espíritu Santo. En el s. iv, igle- Señor "ha querido que la celebra-
Pastoral litúrgica 1576 1577 Pastoral litúrgica
han recibido o renovado su incorpo- PASTORAL LITÚRGICA I. Relación "verdadera oración de los fieles",
ración al Resucitado como señor de "lazo poderoso de unión", "enseñan-
la vida y de la muerte. La teología entre liturgia y pastoral
za religiosa completa", y proponer
paulina del bautismo se basa en la SUMARIO: I. Relación entre liturgia y pasto-
Los diversos modos de compren- como instrumentos el "misal tradu-
reincorporación del cristiano al mis- ral: 1. La liturgia es pastoral; 2. La liturgia ne-
cesita una atención pastoral; 3. Liturgia y pas- der la relación entre liturgia y pasto- cido como libro de piedad", o al me-
terio pascual. De ella deriva la di- toral frente a las "culturas" - II. La pastoral ral han evolucionado a lo largo de nos las traducciones "del texto inte-
mensión bautismal inherente a la litúrgica en la teología pastoral: I. El lugar de la
este siglo, pasando de la certeza de gral de la misa y de las vísperas de
pascua. pastoral litúrgica en la teología pastoral: 2. La
calificación pastoral de la pastoral litúrgica: a) que la liturgia es pastoral (al menos cada domingo" 4 . A pesar de haber
La paz, la reconciliación universal Originalidad de la teología pastoral, b) La refle- como tendencia) a la constatación transcurrido ya seis años desde la fa-
y el perdón, el domingo como día de xión pastoral de la iglesia española, c) Influjo
de que la liturgia debe ser objeto de mosa frase de Pío XII en el motu
reunión, y sobre todo el Cordero in- de las perspectivas pastorales en la pastoral li-
túrgica; 3. La calificación litúrgica de la acción una atención pastoral, hasta las últi- proprio Tra le sollecitudini ("La pri-
molado y glorificado, que muestra pastoral - III. La pastoral litúrgica en relación mas perspectivas que consideran a mera e indispensable fuente del ver-
las llagas, están en el centro de la con los ritos y las asambleas: 1. Interpretación la liturgia como un aspecto más de dadero espíritu cristiano es la parti-
asamblea dominical. El Señor glori- pastoral de los libros litúrgicos: a) El proyecto
teológico-pastoral de un rito, bj El "programa" la globalidad de la praxis eclesial. cipación activa en el culto público"),
ficado, donador del Espíritu, funda ritual de una celebración concreta, c) La direc- el documento de dom Beauduin fue
el testimonio de la pascua, que la ción ejecutiva; 2. Valoración pastora! de las rechazado por los presidentes de las
asambleas litúrgicas: a) Factores condicionantes 1. LA LITURGIA ES PASTORAL.
iglesia celebra, y que ha de anunciar. acciones dedicadas a la doctrina, a
La admirable unidad de la pascua
de la expresión de la celebración, b) Factores Frente a la pregunta: ¿Cómo se han
condicionantes de la misma posibilidad de la producido las múltiples y diversas la moral y a la piedad, y sólo tiene
incluye las variadísimas facetas del celebración; 3. Conducción pastoral de las cele- acogida en la sección artística. ¡De
inefable misterio en el tiempo del braciones: a) Asegurar la verdad humana de los formas litúrgicas?, Jungmann soste-
signos litúrgicos, b) Hacer perceptibles las nía que "la respuesta en la preocu- este modo se consideraba la liturgia
bienaventurado pentecostés cristia- "otras" realidades significadas, c) Insertar la ce- como pastoral! Y, sin embargo, los
no. El prefacio, heredado de la no- lebración en el horizonte experiencial-cultural
pación de la administración eclesiás-
tica por la iglesia, por la iglesia como pioneros del movimiento litúrgico,
che santa y transmitido por el sacra- de la asamblea - IV. Centros operativos de la
pastoral litúrgica: 1. Orientaciones de pastoral totalidad de los fieles, por la iglesia basándose en la historia y en su ex-
mentado Veronense, nos ofrece la litúrgica de la sede apostólica; 2. Directivas na- periencia personal (dom Beauduin
feliz síntesis: él "muriendo destruyó cionales de pastoral litúrgica; 3. Programas de
como plebs sancta, que bajo la di-
rección de sus pastores debe ya aquí, había sido párroco), con admirable
nuestra muerte, y resucitando res- pastoral litúrgica a nivel diocesano; 4. Activida-
des de pastoral litúrgica a nivel parroquial. en su existencia terrena, ofrecer a constancia mostrarían que la liturgia
tauró la vida". es por derecho propio, como voca-
Dios en oración y sacrificio una ser-
vidumbre digna y de este modo san- ción y destino, pastoral, es decir,
tificarse"2. Y concluía afirmando: abierta a la participación del pueblo
La acción pastoral litúrgica, que "La liturgia celebrada vitalmente ha cristiano y con capacidad formadora
NOTAS: ' K. Hruby, La Páquejuive au temps de la vida de fe.
du Christ a la lumiére des documents de la lit- el Vat. II (SC 43) se propuso favore- sido a lo largo de los siglos la forma
íéraíure rabbinique, en "L'Orient Syrien" 6 cer, ha asumido una considerable más importante de la pastoral. Esto Para evitar una amenaza que se
(1961) 81 — ! Tertuliano, De oratione 23,2 — importancia tanto en los documen- puede decirse ante todo de los siglos
5
Id, De Ieiunio 14,2 — 4 R. Cantalamessa, cernía sobre el movimiento litúrgico
tos eclesiásticos como en las preocu- en los que la liturgia fue creada", alemán, R. Guardini escribía en
La Pasqua nella Chiesa Ántica, Turín 1978, paciones pastorales (piénsese, aun-
XXIX — 5 Máximo de Turín PL 57,371 — debiendo también constatar: "Las 1940 al obispo de Maguncia en estos
6
Normas universales sobre el año litúrgico y que no sea más, en algunas de las oraciones y los cantos, sobre los cua- términos: "Quien juzgue de un modo
sobre el calendario 22 — 7 San Agustín PL iniciativas que persiguen una seria les se sustenta el sagrado acontecer, imparcial, se habrá dado claramente
38,1190. preparación para los sacramentos) o no' se perciben ya más que como so- cuenta de que en estos últimos años
en la experiencia del pueblo cristia- nido para el oído. La liturgia se ha en materia de pastoral ha terminado
J. Bellavista no, que se siente invitado a partici- convertido en una serie de palabras una época... Si son exactos los pro-
par en las celebraciones y casi obli- y ceremonias misteriosas, que deben nósticos que se pueden hacer, la ac-
gado a prepararse a los sacramentos. ser realizadas de acuerdo con leyes ción pastoral se limitará en el futuro,
BIBLIOGRAFÍA: Bellavista J., Los lemas ma- El hecho de que la liturgia debe tener establecidas a las que se procura se- de un modo hasta ahora desconoci-
yores de la cincuentena pascual, en "Phase" 110 un alcance pastoral y de que las ce- guir con santo respeto, pero que fi-
(1979) 125-135; La actual cincuentena pascual, do, al campo religioso propiamente
lebraciones necesitan de una aten- nalmente terminan petrificándose"-'. dicho. Es, por tanto, urgente devol-
en "Phase" 11 (1971) 223-231; Cabié R., La Pen-
tecóte, Tournai 1965; Cantalamessa R., La Pas- ción pastoral son convicciones que El comienzo del / movimiento litúr- verle toda su pureza y su fuerza... El
qua nella Chiesa Antica, Turín 1978; Casel O-, ya se impusieron con mucho trabajo gico está marcado por el intento de altar ha sido siempre el centro de la
La Féte de Paques dans l'église des Peres, París antes del Vat. II, y que incluso des- L. Beauduin de presentar, en 1909, vida de la iglesia; quizá muy pronto
1963; Durrwel F.X., La resurrección de Jesús pués no han recibido toda la aten- en el congreso de Malinas, en Bélgi- no será sólo el centro, sino su vida
misterio de salvación, Barcelona 1962; Jounel ción necesaria, especialmente frente
P., Le cycle Pascal, en L'Église en Priére IV, La
ca, la liturgia como "la verdadera entera. Es, pues, muy importante
liturgie et le temps, Tournai 1983, 69-77. a los nuevos problemas '. oración de la iglesia", en cuanto que lo que sucede en el altar y desde
1579 Pastoral litúrgica
Pastoral litúrgica 1578
menudo ingeniosos, pero embarazo- explicar, frecuenter Ínter missarum
allí llega a la vida del individuo y "Para que en la sagrada liturgia el sos de todos modos. Basta recordar cehbrationem, alguna cosa de lo
de la familia retome su sentido más pueblo cristiano obtenga con mayor aquellos "coros hablados", recitados que se lee en la misa l0, y el de la
pleno y sus formas más puras... Es seguridad gracias abundantes, la entre los fieles y un dirigente (me- sesión XXIV, De reformatione, c. 7,
necesario que la práctica de la li- santa madre iglesia desea proveer neur du jeu, decían los franceses), donde se invita a obispos y párrocos
turgia se realice en función de las con solicitud a una reforma general que se superponían a la misa dicha a explicar los sacramentos según la
parroquias como éstas son en rea- de la misma liturgia" (SC 21). Se in- por el sacerdote y que a veces no se capacidad de aquellos que los reci-
lidad..." 5 . dicaba incluso el método: "Debe correspondían con los momentos y ben, cum haec erunt populo admi-
Después de la segunda guerra proceder siempre una concienzuda contenidos de la celebración. Nace nistrando. Esta segunda indicación
mundial, el movimiento litúrgico ca- investigación teológica, histórica y en este tiempo la figura del comen- será reafirmada por el Rituale Ro-
tólico (guiado especialmente por el pastoral acerca de cada una de las tarista, que explicaba a los fieles lo manum de Pablo VI, en el tít. I,
francés, que durante la guerra había partes que se han de revisar". Inclu- que hacía el sacerdote, leía en la len- n. 10; pero, según parece, no dio ori-
descubierto las ideas y realizaciones so se preveía una creatividad gradual gua vernácula algunos textos, espe- gen a una catequesis mistagógica
del alemán) multiplica estudios y es- y orgánica: "No se introduzcan in- cialmente los fragmentos bíblicos, dentro de la celebración ni suscitó la
fuerzos para hacer pastoral a la li- novaciones si no lo exige una utili- que el sacerdote leía en latín, y a práctica de una preparación a los sa-
turgia, pero se enfrenta con una rea- dad verdadera y cierta de la iglesia, menudo se convertía en el actor prin- cramentos que fuese una introduc-
lidad ritual rígida y no dispuesta a y sólo después de haber tenido la cipal que monopolizaba la atención ción al significado de los ritos para
desarrollar la función participativa preocupación de que las nuevas for- y actividad de los presentes. La li- participar en ellos conscientemente.
y comunicativa que se le atribuía. mas se desarrollen, por decirlo así, turgia se convertía en ocasión y pre- Catecismo y predicación están toda-
La restauración de la vigilia pascual orgánicamente, a partir de las ya texto para hacer una paraliturgia su- vía dentro de una concepción esen-
(1951) y, posteriormente, de la se- existentes" (SC 23). perpuesta. La fantasía pastoral será cialista que domina la teología sa-
mana santa (1955) hizo comprender Si existía la convicción ingenua de fértil en estas paraliturgias, desde las cramentaría. Se deberá esperar a los
que, si el rito podía ser acomodado que la liturgia por sí misma fuese acciones escénicas a las vigilias bí- estudios sobre las catequesis mista-
según las exigencias pastorales, la pastoral, la misma reforma litúrgica blicas ", que llegan a ocupar el lugar gógicas y festivas de los padres para
obligación del uso de la lengua lati- se encargó de destruirla: una acción de las celebraciones. A propósito de encontrar las relaciones justas entre
na hacía prácticamente imposible la puramente ritual, aunque sea irre- estos sucedáneos litúrgicos se plan- liturgia, catequesis y predicación.
comunicación directa de los signifi- prochable en lo ceremonial, no llega teará la cuestión de qué es (o no es)
cados. El mismo Congreso interna- El mérito innegable de estos in-
a comunicarse con el pueblo cristia- liturgia. tentos de catequistas y predicadores
cional de pastoral litúrgica (Asís, 18- no y no lo renueva. Se atendía al
22 de septiembre de 1956) no vis- La afirmación de Pío XI de que por revalorizar la liturgia como ex-
hecho de que la liturgia no son los "la liturgia es la didascalía de la igle- presión de la fe cristiana y por llevar
lumbraba ninguna posibilidad de su- libros, sino las personas, incluidos
perar este escollo. La liturgia, aun sia"* tiene éxito; pero para el que al pueblo a comprender y a gustar
los fieles, que actúan según las pro- tiene preocupaciones de tipo pasto- de las celebraciones litúrgicas es el
siendo pastoral por vocación —y puestas de aquellos libros.
J.A. Jungmann lo demostró en ral muy pronto se hace claro que haber hecho comprender que la li-
aquel congreso *— se veía obligada esta didascalía tiene necesidad de turgia por sí sola no llega a expresar
2. LA LITURGIA NECESITA UNA una didáctica. La liturgia forma en su carga formativa ni a comunicar
a no abrirse al pueblo cristiano prin-
ATENCIÓN PASTORAL. El hecho de la fe solamente si los sujetos han sido sus virtudes santificantes. Esto ha es-
cipalmente por el obstáculo de la
lengua. que la liturgia exigiese iniciativas pas- educados para comprender su lengua- tado siempre condicionado por la
torales no sólo fuera, sino incluso je y para participar activa y fructuo- preparación del receptor y por su fe;
Esta situación fue inicialmente des- dentro de la misma celebración, fue samente. A menudo, sin embargo, la ahora resulta evidente que la recep-
bloqueada por la constitución SC\ evidente también para los iniciado- catequesis litúrgica de los comienzos ción fructuosa del sacramento exige
y definitivamente resuelta a conti- res del movimiento litúrgico. Dom de siglo y del período entreguerras una fe informada para ser capaz de
nuación por los documentos de la L. Beauduin se vio obligado a indi- no tiene clara la perspectiva de la leer (intelligere: intus-legere) los sig-
/ reforma litúrgica. "En esta reforma, car entre los "medios prácticos" el participación y se reduce a un uso de nos celebrativos no restringidos ya
los textos y los ritos se han de orde- "misal traducido", difundido como la liturgia, a veces de sus aspectos sólo a los signos esenciales, identifi-
nar de manera que expresen con ma- "libro de piedad". Seguir al sacerdo- secundarios, para la explicación de cados por la materia y forma. Se re-
yor claridad las cosas santas que sig- te que dice la misa leyendo en un las fórmulas catequísticas. En este descubre toda la celebración como
nifican y, en lo posible, el pueblo librito la versión de los textos que él sentido se intepretaban normalmen- una estructura dialógica, en la que
cristiano pueda comprenderlas fácil- recita es ya un recurso que la litur- te, además, los de textos del concilio se significa el don de Dios y a la vez
mente y participar en ellas por me- gia, como tal, no contempla. Duran- Tridentino: el de la sesión XXII, De se expresa la respuesta de la iglesia.
dio de una celebración plena, activa te el tiempo que precedió a la refor- sacrificio missae, c. 8, donde se im- La preocupación pastoral se orienta
y comunitaria". El motivo de esta ma, la acción pastoral tuvo que re- pone a los párrocos la obligación de a descubrir las funciones y el sentido
reforma era claramente pastoral: currir a los medios más diversos, a
Pastoral litúrgica 1580 1581 Pastoral litúrgica
l4
de los elementos litúrgicos en la uni- y para los sacramentos . La reforma pero es indudable la existencia de un flexión teológica y las síntesis expo-
dad significativa de la celebración; litúrgica no hace inútil este trabajo, amplio esfuerzo catequístico y pas- sitivas, como lo demuestra F. Bro-
a explicarlos, por tanto, en lo que sino que lo exige, para no reducirse toral; los resultados de la renovación velli ". No se privilegia ya un período
dicen a la fe, incluso en relación a a una pura y simple transformación litúrgica, aun cuando festejados, no histórico, los ss. IV y v; todas las épo-
acontecimientos o ritos de la historia de los ritos; los objetivos del movi- parece que hayan correspondido a cas históricas y las situaciones cultu-
bíblica y a valorarlos como momen- miento litúrgico pertenecen ahora ya las expectativas y a las fuerzas em- rales del pasado están llenas de indi-
tos y modos de una activa participa- a toda la iglesia, y la acción pastoral pleadas. Además, mientras en la caciones tanto sobre las posibilida-
ción. litúrgica ya no aparece más como un iglesia se llevaba a cabo el mayor des como sobre los peligros de toda
Sin embargo, el paso decisivo de hobby de algunos afectados por el programa de reforma litúrgica que iniciativa litúrgica. La teología litúr-
esta orientación pastoral se dio arqueologismo, sino que se convierte se registra en la historia con la espe- gica cada vez reúne sectores más am-
cuando el movimiento litúrgico re- en un deber que obliga a toda perso- ranza manifiesta de conseguir la re- plios de reflexión, considerando la
descubrió e hizo propio el concepto na comprometida en la edificación novación espiritual del pueblo cris- celebración como cruce donde se en-
de asamblea —por lo demás ya con- de la iglesia. tiano en sentido eclesial y apostólico, cuentran o desencuentran, se armo-
tenido en los formularios de la litur- Este modo de pensar y hacer pas- el conjunto de la sociedad era reco- nizan o se contrastan la hermenéuti-
gia, pero por más de un milenio toral litúrgica ha exigido un nuevo rrido por corrientes innovadoras y ca bíblica, las concepciones antro-
ausente de la mentalidad y de la prác- método de estudio del pasado litúr- contestadoras que afectaron también pológicas, experiencias y proyectos
tica eclesiástica—, poniéndolo como gico de la iglesia, un estudio no limi- a las comunidades cristianas e insti- eclesiales. Los pastores, en su traba-
base de sus reflexiones y realizacio- tado ya a los textos y a los libros, tuciones eclesiásticas. Este movimien- jo en torno y dentro de la liturgia,
nes ". En un primer momento, el tér- sino atento a la reconstrucción de to afectó particularmente al área ecle- no pueden llevar cuenta de todo
mino asamblea se usó para aludir a las formas celebrativas, de los mo- sial que en aquel momento era más esto. Sin pretender ser exhaustivos,
los fieles presentes que tomaban par- dos de participación, de los conteni- móvil, precisamente la liturgia, con hacemos un elenco de algunos fenó-
te de la acción litúrgica, que es cele- dos de la predicación homilética y efectos contrastantes: por una parte, menos importantes que han suscita-
brada por el presidente, obispo o de las catequesis, sobre todo, mista- la revalorizó en sus posibilidades do esa nueva sensibilidad y colocan
sacerdote; sólo después se clarificará gógicas. La época en la que ha en- creativas, obligándola a veces a ex- la acción pastoral frente a nuevos
—y en esto el concilio ha supuesto contrado inspiración, e incluso mo- presar proyectos y deseos discutibles deberes.
un avance innegable (SC 26)— que delos concretos, la pastoral litúrgica e imposibles de ser compartidos por
la misma asamblea es el sujeto de la ha sido especialmente la patrística Ante todo, el descubrimiento de
toda la comunidad; por otra parte, culturas, en el sentido descrito por
acción litúrgica, aunque con roles di- clásica de los ss. IV y v, con las asam- la puso en crisis mostrando su in-
versos y funciones específicas dentro bleas participativas, la institución la GS 53 y con los diversos estilos de
adecuación frente a las culturas vi- vida que se siguen de ellas (GS 54),
de sí. Por lo tanto, es un deber pas- catecumenal ya desarrollada, el año gentes y a los grupos sociales emer-
toral el hacer funcionar la celebra- litúrgico en formación y la práctica diferentes de aquellas o aquella que
gentes. El proyecto de pastoral li- ha sido la matriz de la actual liturgia
ción, haciendo conscientes a los di- penitencial todavía comunitaria. In- túrgica, aun permaneciendo válido,
versos sujetos —"actores como son cluso los artífices de la reforma li- romana. Ya la SC proponía "normas
constataba su insuficiencia para in- para adaptar a la mentalidad y tra-
llamados"— de su papel teológico y túrgica, al preparar los nuevos libros terpretar las nuevas exigencias ecle-
habilitándoles para desarrollar las litúrgicos, se han propuesto la res- diciones de los pueblos" (nn. 37-38)
siales y para corresponder con pro- y "urgía una adaptación más pro-
funciones rituales que les competen. tauración atendiendo prevalentemen- puestas aceptables. Era necesaria la
Será un trabajo difícil por causa de te a aquellos modelos y resucitan- funda de la liturgia" (n. 40), aunque
integración en la globalidad de la todavía sin hablar de cultura y sin
un milenio de pasividad litúrgica del do muchos textos creados en aquel praxis eclesial, ahora ya articulada
pueblo cristiano y de individualismo tiempo. sospechar las consecuencias a que po-
según situaciones culturales diferen- día llevar esa adaptación. Pero el
de obispos y sacerdotes en la cele- tes o incluso otras.
bración; un trabajo que necesita re- La SC, las instrucciones emana- proyecto de pastoral litúrgica fue
visión y cambio de categorías teoló- das de la sede apostólica, los prae- probado por el surgimiento de cul-
gico-jurídicas y de actitudes espiri- notanda {— introducciones) ante- 3. LITURGIA Y PASTORAL FRENTE turas diversas en la misma socie-
tuales-pastorales. puestas a cada uno de los libros A LAS "CULTURAS". Todavía deben dad occidental que había producido
litúrgicos y los documentos episco- ser analizadas y valoradas serena- aquella liturgia que, como se pensa-
Los documentos y los instrumen- pales nacionales o diocesanos orien- mente las reflexiones e iniciativas a ba, no debía sufrir adaptaciones que
tos más significativos del esfuerzo taban la acción de los pastores a in- las que se vio obligada la acción pas- no fueran simples traducciones. Pri-
realizado en esta dirección de pasto- teresarse también por los sujetos que toral litúrgica en los años setenta, meramente se manifestó una cultura
ral litúrgica son los Directorios dio- celebraban y no sólo por los ritos pero ciertamente indicaron nuevos juvenil [/ Jóvenes], causada por la
cesanos y nacionales para la misa l2, que se debían realizar diligentemen- caminos por los que debe dirigirse. formación de un mundo de adoles-
entre los primeros está el de la dió- te. No se puede decir que el cle- La nueva sensibilidad orientó tam- centes, caracterizado no simplemen-
cesis de Bolonia del card. Lercaro ", ro haya correspondido plenamente, bién la investigación histórica, la re- te por unas exigencias psicológicas,
Pastoral litúrgica 1582 Pastoral litúrgica
1583
sino estructurado por unos valores modo nuevo, justo después de la re- Un último desafío es el que pro- ban así los trazos morfológicos y
vividos y con formas expresivas pro- forma litúrgica, ha sido el de la reli- viene de la cultura de la participa- teológicos propios del culto eclesial,
pias, aunque cambiantes ". Después giosidad popular, que en los ritos re- ción, que ha marcado a muchos cre- que celebra el acontecimiento evan-
vino la cultura obrera, latente desde novados no ha encontrado las ade- yentes y practicantes entre los años gélico en su originalidad específica.
tiempo atrás, actuante en los movi- cuadas modalidades de expresión. sesenta y setenta, que continúa pro- Como estos elementos primordiales
mientos de trabajadores y surgida Se ha acusado a la reforma litúrgica, duciendo una especial sensibilidad, han sido asumidos y desarrollados
también de modo imprevisto como y a la acción pastoral que la ha se- esperanzas e iniciativas a pesar del en otros contextos culturales, surge
componente en las asociaciones obre- guido, de racionalismo e iluminis- reflujo hacia lo privado. A esta cul- así la pregunta de por qué no es aho-
ras católicas, no sólo en línea de mo, es decir, de demasiada confian- tura contribuyó también la reforma ra posible recorrer de nuevo el mis-
reivindicaciones político-sindicales, za en la racionalidad de un culto litúrgica, aunque después no parezca mo iter, siempre teniendo en cuenta
sino como modo de situarse dentro comprensible y accesible a la partici- haber correspondido adecuadamen- todos los datos que la tradición nos
de la sociedad, y, por lo tanto, tam- pación, y al mismo tiempo de sim- te ". Las desilusiones experimenta- proporciona. Este trabajo de ar-
bién en la iglesia, con su lenguaje, plismo en la comprensión de la com- das por una participación solamente queología a la búsqueda de los sig-
aspiraciones y valores propios. Ines- plejidad de lo antropológico y cultu- formal de tipo colectivo más que co- nos litúrgicos originales ha estado
perada, pero precisamente por esto ral. Pero, de hecho, la existencia de munitario, las frustraciones sufridas acompañado por la recuperación en
más traumática, es la manifestación las diversas formas de la religiosidad al intentar una inserción más res- la cultura occidental del valor del len-
de una cultura femenina que, des- popular ha sido la prueba de que ponsable en las estructuras eclesiales guaje simbólico y por el análisis refi-
pués de las vivaces y a veces desor- también en el pasado las propuestas y las experiencias concomitantes a nado de su funcionamiento, dentro
denadas demostraciones feministas, pastorales oficiales del mundo ecle- menudo negativas en la gestión de- de esos sistemas lingüísticos que son
se muestra un filón profundo y fe- siástico a menudo no eran escucha- mocrática de actividades civiles lle- las culturas2J. Todo esto ha influido
cundo del continente mujer que la das y quedaban sin incidencia en varon a muchos fieles, incluso sacer- sobre la sensibilidad de los que se
iglesia consideraba un territorio fácil la experiencia, incluso religiosa, de dotes, a privilegiar los espacios ecle- interesaban por la liturgia desde el
de administrar ". Todo esto sumer- gran parte del pueblo cristiano. Éste siales como lugar de fraternidad punto de vista pastoral: se comenza-
gido en un clima cultural precedente encontraba medios más espontáneos para el diálogo de fe, para la cele- ron a examinar de un modo más
de secularización, que suprimía o va- de manifestarse en momentos y for- bración y para las actividades pasto- atento y exigente los ritos propues-
ciaba los símbolos religiosos de que mas del sustrato pagano, aunque rales. Nacen las misas en grupo, las tos por la reforma litúrgica y se con-
se habían impregnado durante los si- con un cierto barniz cristiano; o bien liturgias de las comunidades, las sideró a los actores y participantes
glos de cristiandad las instituciones usaba ritos creados eclesiásticamen- eucaristías domésticas. Las formas de las celebraciones como personas
y actividades sociales y promovía la te, pero interpretados y utilizados rituales del Misal Romano, calcadas y grupos fuertemente insertos en el
búsqueda de una autonomía de lo con intenciones y finalidades diver- sobre las de las celebraciones basili- contexto cultural de pertenencia. Ha
religioso y, por lo tanto, de lo ritual, sas. Se descubría así todo un espacio cales del s. iv y repensadas para surgido la conciencia de que las ini-
incluso en los sectores morales, edu- religioso sumergido, huidizo para la asambleas dominicales parroquiales, ciativas de aculturación de la litur-
cativos, familiares, desde siempre predicación eclesiástica, aunque re- no responden a estas situaciones; la gia no resuelven por sí solas el pro-
campo de las instituciones religiosas. gularmente recubierto por los sacra- misma sede apostólica sintió la ne- blema, si no van acompañadas de
Ni siquiera el denominado reflujo ha- mentos y por la participación en las cesidad de elaborar unas normas a un proceso de inculturacion de la
cia lo privado y lo religioso registra- fiestas. En el mundo católico se ha este respecto 2", ampliadas en docu- evangelización y de la catequesis, y
do en la segunda mitad de los años preferido considerar las formas de la mentos episcopales 2 '. El fenómeno por tanto de las comunidades ecle-
setenta consentía no tener en cuenta piedad popular recuperando o reno- se manifiesta más profundo, dado siales 24.
los fenómenos surgidos en los años vando al margen de la liturgia reno- que implica a la misma reflexión ecle-
precedentes. De una forma menos vada; pero en los pastores más pre- siológica y se sitúa como punto de
dramática, la acción pastoral debe ocupados ha quedado la conciencia referencia inevitable de toda proyec-
ahora tomar en consideración esas de haber hecho frente sólo en parte ción pastoral y litúrgica del futuro n. II. La pastoral litúrgica
culturas; al tratarse de profundas con la pastoral litúrgica a las exigen- en la teología pastoral
anotaciones de época, podrían ser cias más o menos inconscientes de la [/ Grupos particulares].
desatendidas durante un cierto pe- religiosidad popular. En Francia se La preocupación de los pastores Desarrollada en relación con la
ríodo sin fracasos aparentes; pero a ha hablado de cristianismo popular, se ha dirigido preferentemente a los ciencia litúrgica y con la reforma de
la larga se advertirán efectos disol- llegando a preguntarse si los modelos estudios que demostraban la existen- los ritos, la pastoral litúrgica siempre
ventes si no son acogidas, interpre- y las propuestas oficiales eclesiásticas cia de formas celebrativas de tipo ha tenido relación con las otras dis-
tadas y respondidas. agotan los modos de percibir, sentir doméstico durante los primeros si- ciplinas teológico-pastorales, espe-
y vivir el mensaje evangélico. '*. glos, y que buscaban los núcleos ori- cialmente con la eclesiología, la ca-
[/ Cultura y liturgia]. [/ Religiosidad popular]. ginarios de la liturgia cristiana en el tequética y la homilética, y se ha ser-
Otro fenómeno descubierto de un contexto de la judaica. Se individuar vido de un modo notable de los
Pastoral litúrgica 1584
1585 Pastoral litúrgica
resultados de la exégesis bíblica. Es consideración el comportamiento
un cruce de caminos, donde conver- personal y público del pastor de al- motivo y calificación en la cele- pastoral. "El objeto formal de la teo-
gen las contribuciones de diversas mas"26. Esta rígida división y este bración eucarística y a ella se orien- logía pastoral no es la esencia inmu-
ciencias eclesiásticas y antropológi- planteamiento aplicativo serán a con- tan como momento de síntesis; pero table de la iglesia, que pertenece a la
cas, diversamente utilizadas por los tinuación puestos en discusión, tanto la asamblea eucarística comprende eclesiólogía dogmática, ni siquiera la
responsables para hacer funcionar por causa de la reivindicada autono- como principal el momento dialógi- esencia actualizada en la historia,
las celebraciones y formar las asam- mía de la teología pastoral con res- co de la palabra de Dios y de la fe, y que es estudiada por la historia de la
bleas. Existe el peligro de reducir la pecto a la teología dogmática, como por lo tanto interesa directamente a iglesia, sino la iglesia en cuanto que
pastoral litúrgica a una simple apli- en la corriente de teología kerigmá- la catequética, y más específicamente se ha de realizar aquí y ahora" M.
cación de principios teoréticos o de tica27, como por la disolución de la a la homilética. Por otra parte, la La peculiaridad de la teología pas-
limitarla a unas técnicas para la ce- teología pastoral en cada una de las asamblea eucarística es el momento toral o práctica, como la escuela rah-
lebración. La pastoral litúrgica no disciplinas que la constituyen: homi- expresivo de la comunidad eclesial neriana prefiere denominarla, es "el
pretende instituirse en ciencia autó- lética, catequética, liturgia, pastoral en sus múltiples roles ministeriales y análisis de la situación en la que la
noma, sino que se construye como o ciencia de la cura de almas en sen- también en los carismas reconocidos iglesia debe realizarse cada vez a sí
un conjunto de criterios interpretati- tido estricto. Pero a menudo se vol- que la edifican y la enriquecen, ade- misma1'30 para llegar a un acto de
vos (hermenéuticos) tanto del dato verá a aquella triple división, deno- más de ser el lugar-momento en el decisión que creativa y profética-
litúrgico como de la situación socio- minando a cada una de las partes: que se confían funciones misioneras mente elabora un proyecto y escoge
eclesial, y por lo tanto como conjun- catequética, liturgia y hodegética. y se aprueban iniciativas y activida- el modo de ejecución. La decisión
to de normas reguladoras del modo Esta última tomará cada vez más en des. Es probable que en el futuro las no es sólo una consecuencia deter-
de celebrar en y con asambleas con- consideración la edificación de las disciplinas de la teología práctica se minada por los análisis precedentes
cretas. Así pues, tiende a formar a comunidades eclesiales con una terminen por organizar más según y por los principios teológicos de
los responsables de las celebraciones, perspectiva más amplia que la pa- los objetos de la acción pastoral que que se ha partido, sino que "implica
proporcionándoles los conocimientos rroquia individual, la catequética según la especificación académica co- un algo más del todo original" J1 , por
necesarios y purificando en ellos los asumirá temas cada vez más amplios nocida en el pasado. Ésta será siem- lo que se constituye como acto caris-
carismas y los dones precisos para de evangelización y de promoción de pre útil a nivel teórico; pero a nivel mático de discernimiento espiritual,
una ars celebrandi. De todos modos, una fe madura, y la pastoral litúrgica práctico las diversas ciencias debe- realizado por los sujetos responsa-
su inclusión dentro del conjunto de encontrará su campo específico en el rán concurrir al análisis de las con- bles de la edificación de la iglesia y
las disciplinas que encuentran aco- cretas situaciones pastorales y a la de su misión en el mundo. La teolo-
modo bajo el nombre de teología sector de las celebraciones, intere-
presentación de las propuestas que, gía práctica se sirve de diversas dis-
pastoral o teología práctica puede sándose también por lo que las pre- acogidas y examinadas desde el dis-
cede y las sigue. ciplinas antropológicas, pero no es
ayudar a comprender su especifici- cernimiento pastoral, podrán conver- simplemente su aplicación práctica;
dad y su objeto. De hecho, en la acción pastoral tirse en proyecto de acción y progra-
concreta, los campos no pueden ser ella "espera que la reconozcan como
ma para la participación. disciplina teológica autónoma, ori-
tan cuidadosamente separados. Por
ginaria e importante"; por lo tanto,
1. EL LUGAR DE LA PASTORAL LI- ejemplo, todo el proceso formativo con su "respetabilidad científica"'2,
TÚRGICA EN LA TEOLOGÍA PASTORAL. del cristiano comienza a ser contem- 2. LA CALIFICACIÓN PASTORAL
DE LA PASTORAL LITÚRGICA. Esta Úl- nunca separada del actuar de la igle-
Desde su constitución como disci- plado en el marco de la iniciación sia y, en consecuencia, elaborada en
plina eclesiástica autónoma 25 , la teo- cristiana, actividad eclesial a través tima debe tomar en serio el hecho de
medio de la vida eclesial y someti-
logía pastoral se ha dividido en tres de la cual la iglesia se construye con- ser acción pastoral; por tanto, mo-
mento de aquella actividad particu- da a la necesidad de la experimen-
partes: "Una primera parte trata del tinuamente; pero en la iniciación cris- tación.
deber de la enseñanza; en ella se tiana convergen: la pastoral catequé- lar a través de la que la iglesia se
debe estudiar la aplicación de la dog- tica, para los contenidos de fe que se construye en la historia, es decir, en En las reflexiones realizadas a
mática sistemática y de la moral a deben transmitir y para los métodos unas determinadas condiciones con- continuación por otros autores, la
una presentación popular. La segun- más aptos para la transmisión; la pas- cretas. teología pastoral se plantea como
da tiene como objeto el deber de ad- toral litúrgica, para las celebraciones ciencia de un actuar o de una praxis,
ministrar y dispensar los sacramen- que marcan el camino y para los sa- a) Originalidad de la teología lugar de realización de la interdisci-
tos; en particular se debe estudiar a cramentos que lo determinan, y la pastoral. La reflexión más avanzada plinariedad, pero siempre momento
quién se deben dispensar los sacra- pastoral de edificación de la comu- y estimulante sobre este aspecto ha de una praxis creyente y, por consi-
mentos, cómo preparar para una re- nidad, para las condiciones eclesiales sido realizada por K. Rahner y su guiente, acto del pastor y del fiel que
cepción digna y con qué ritos dis- y los procesos integradores propios grupo 28; a pesar de las dificultades deciden a la luz de la palabra de
pensarlos. La tercera atiende al de- de la iniciación. Las actividades de de lenguaje y lo discutible de algunas Dios y con el don del Espíritu San-
ber de dar ejemplo y debe tomar en todo grupo eclesial encuentran su aplicaciones, es todavía un punto de t o " . Por esto, aceptados los fun-
referencia para toda definición de damentos eclesiológicos y los con-
1587 Pastoral litúrgica
Pastoral litúrgica 1586
larga, de cierta desilusión, para vol- El momento actual no puede ser
dicionamientos socio-culturales, la túrgica. Y no es que exista una dia- más propicio para relanzar la refor-
teología pastoral se desarrolla a la ver a surgir en una tercera etapa —la
léctica o una exclusión mutua entre actual— la conciencia de la necesi- ma litúrgica por los caminos de la
búsqueda de un criterio de valora- la cultura moderna y las formas reli- profundización y consolidación de
ción y de opción, entendido al servi- dad de una mayor fidelidad a los as-
giosas y litúrgicas. Sencillamente se pectos teológicos, espirituales y nor- cuanto se ha hecho de positivo. La
cio del acontecimiento Jesús: el NT toleran y coexisten de una manera pastoral litúrgica no puede ser una
se convierte en el lugar privilegiado mativos de la liturgia. Sin embargo,
vaga y pasiva, sin contraste y sin in- en los años de desilusión pastoral se tarea aislada y unilateral. De ahí que
para comprender el proyecto de tegración. Esta mentalidad superfi- debe estar inspirada por el genuino
Dios manifestado en Jesucristo y ac- trabajó en muchos lugares silenciosa
cial, incoherente, reveladora de un y eficazmente, poniendo en práctica espíritu eclesial, y sin perder para
tuado históricamente por las comu- enorme vacío espiritual que nos en- nada su finalidad propia, debe estar
nidades apostólicas J4. La teología las orientaciones pastorales-celebra-
vuelve, representa la mayor dificul- tivas de los nuevos rituales de los orientada a la santificación del hom-
pastoral se enriquece con las adqui- tad no sólo para la pastoral litúrgica, bre y a la glorificación de Dios por
siciones hermenéuticas, y pasa a ser sacramentos. Los frutos de esta pas-
sino para toda la labor eclesial, toral son: un resurgir de la religiosi- el culto (ciSC 7,10).
un momento interpretativo de la rea- evangelizadora y catequética.
lidad socio-eclesial a la luz de lo que dad popular y el espíritu de oración A los veinte años de aquel aconte-
El secularismo, que es una co- manifestado en grupos, siendo la cimiento que fue el Vat. II, bajo
Dios ha revelado en el acontecimien- rriente de pensamiento que tiende a
to Jesús, y un acto de decisión bajo base y fuente de donde brota el espí- cuyo impulso creador vive la iglesia,
negar lo trascendente o a relegarlo, ritu que anima la actividad de la igle- debemos apoyarnos en los muchos
el poder del Espíritu. El aspecto ca- ha llegado también a nuestra socie-
rismático-ministerial de la acción sia: la evangelización, el apostolado signos de vitalidad que en todos los
dad española con los mismos efectos y la acción caritativa o de compro- sectores del pueblo de Dios se en-
pastoral es conducido a la misión de indiferencia y abandono de la fe,
fundamental de la iglesia de ser tes- miso en el mundo. cuentran en relación con la liturgia,
y no sólo de las actitudes religiosas. La mirada de conjunto de la pas- y aceptar el reto de una nueva etapa
timonio de Jesús en el mundo. Y Este fenómeno, en su afán de borrar
esto en situaciones culturales bien de- toral litúrgica en España produce ilusionada y realista a la vez, pero
todo límite entre lo sagrado y lo se- una impresión satisfactoria, sobre firme en los propósitos y en el empe-
terminadas y en la aceptación del plu- cular, ha amenazado los fundamen-
ralismo cultural, hoy difundido a ni- todo si se tiene en cuenta el volumen ño constante y esperanzador. Es ne-
tos mismos de la liturgia, por lo cual de todo lo que era necesario revisar cesario acercar pastoralmente la li-
vel mundial, y a menudo local. es explicable el repliegue de muchas y renovar. Entre los frutos más posi- turgia al hombre y el hombre a la
personas hacia formas intimistas de tivos de la reforma litúrgica cabe se- liturgia. Hay que poner el acento e
b) La reflexión pastoral de la religiosidad y hacia nuevos modos ñalar: el mayor conocimiento del interés en ayudar a descubrir la li-
iglesia española. Con ocasión de los de subjetivismo litúrgico. Otros fac- misterio pascual en la vida cristiana; turgia como centro y cumbre de la
veinte años de la promulgación de la tores, como la tensión entre la evan- la dimensión comunitaria-eclesial; la vida cristiana por celebrarse el mis-
constitución Sacrosanctum conci- gelización y la promoción humana; calidad creciente de la participación terio pascual de Cristo.
lium (el día 4 de diciembre de 1963), la simpatía hacia formas de presen- de los fieles en las celebraciones; la
la Conferencia episcopal española cia profética y de compromiso en el diversificación de los ministerios y
publicó la exhortación colectiva so- mundo, con exclusión a menudo de c) Influjo de las perspectivas
funciones en la asamblea litúrgica; pastorales en la pastoral litúrgica.
bre La pastoral litúrgica en Espa- la dimensión celebrativa de la fe; el la cercanía entre presidente y pueblo
ña ", en la que los obispos españoles afán de convertir las celebraciones Dado que se desarrolla alrededor de
fiel para lograr una mayor comuni- ritos transmitidos tradicionalmente
hacen un balance de este tiempo y litúrgicas en medio de promoción hu- cación humana y religiosa; la sensi-
una reflexión sobre la pastoral litúr- mana y de toma de conciencia de los y propuestos por los / libros litúrgi-
bilidad hacia lo festivo, lo simbólico, cos, la pastoral litúrgica es cierta-
gica llevada a cabo en este tiempo de problemas sociales del momento, et- lo celebrativo; el interés por armoni-
renovación. cétera, han provocado graves des- mente la más concretamente deter-
zar la sencillez con la estética en los minada: hay momentos establecidos,
En efecto, la pastoral litúrgica es ajustes en la comprensión del papel gestos y actitudes; la atención a los
de la liturgia en la vida de la igle- contenidos precisos, modos obliga-
un hecho eclesial que inevitablemen- grupos especiales y a las pequeñas torios. Y, sin embargo, el contexto
te se ve afectada por otros fenóme- sia, y concretamente en la acción pas- comunidades celebrativas; la reno-
toral. eclesial en el que se desarrolla, las
nos producidos tanto en el interior vación del espacio celebrativo, etc. orientaciones pastorales que preva-
de la iglesia como en los confines de La renovación litúrgica fue acogi- También se han presentado entre lo lecen, las relaciones con el mundo
la misma con un medio cultural y da pastoralmente en España con positivo algunas sombras. No pocas que la comunidad establece, influyen
humano en que se desenvuelve. euforia, despertando entusiasmo en veces ha faltado la necesaria prepa- notablemente en la reflexión y la ac-
El primero de todos estos factores los primeros momentos, haciendo ración catequética del pueblo cris- tividad de la pastoral litúrgica. Ésta
ha sido indudablemente el proceso que la liturgia estuviera de actuali- tiano para acoger y comprender el se sitúa entre lo ritual y lo eclesial,
cultural y la evolución de la sociedad dad durante bastante tiempo. Se tra- espíritu y las orientaciones de la re- no sólo como mediación, sino inter-
española durante estos años en que bajó pastoralmente con entusiasmo forma litúrgica. pretando y, en consecuencia, con un
se ha debido realizar la reforma li- y esfuerzo. Luego vino una fase, más
* Pastoral litúrgica 1588
1589 Pastoral litúrgica
análisis de la situación socio-cultural del objeto material, se pregunta qué
que se refleja en las asambleas cele- tiene de un modo formal como espe- mismo Jesús ha dado a su iglesia, en a cuantos tienen funciones ministe-
brativas, con un discernimiento de cífico litúrgico el conjunto de inicia- la cena eucarística, los signos rituales riales en las asambleas litúrgicas, y
los sujetos que celebran o de los can- tivas prácticas que se toman y que necesarios para recordar-expresar su especialmente a aquellos cuyo minis-
didatos a las celebraciones, con pre- no se pueden reducir a la simple eje- acción sacerdotal por excelencia y terio se define como sacerdotal por
visiones e iniciativas de lo que el ce- cución ritual de la liturgia. Sin duda, para asociarse a ella apropiándonos- antonomasia, la profesionalidad re-
lebrar implica para la comunidad. el ambiente en el que se desarrollan la ritual y vitalmente; el Espíritu San- querida por el deber de actuar ri-
El planteamiento comunitario que las celebraciones litúrgicas se carac- to, animando toda existencia cristia- tualmente de modo que se signifi-
ha asumido definitivamente la teo- teriza por una sacramentalidad ecle- na y a las comunidades eclesiales, quen las complejas relaciones que
logía pastoral, al menos a nivel teó- sial específica; y así se expresa de un hace vivir este sacerdocio de un los creyentes cristianos tienen con el
rico, ha sido muy importante para la modo específico el sacerdocio, tanto modo consciente y llena de eficacia Dios de Jesucristo en la iglesia por
pastoral litúrgica; incluso se debe re- del cuerpo eclesial como el ministe- los signos rituales que lo manifies- el Espíritu Santo. La competencia
conocer que en gran parte se debe rial. Los documentos conciliares han tan. Por tanto, desde el punto de vis- doctrinal y la capacidad operativa
precisamente a ella el redescubri- advertido que lo sacramental y lo sa- ta operativo-ritual, la mediación sa- de realizar las celebraciones litúrgi-
miento de la asamblea-comunidad cerdotal son dimensiones del ser y cerdotal es la capacidad de significar cas de modo que resulten significan-
como sujeto integral de la celebra- del actuar eclesial y cristiano (LG 1 simbólicamente la relación de comu- tes y comunicadoras de las realida-
ción. Pero ahora parece importante y 10); en consecuencia, van más allá nión con Dios que la biblia revela y des divinas que aquéllas tienen el de-
la adquisición del aspecto cristológi- del ámbito litúrgico; en él, sin em- que la iglesia vive. Por esto la acción ber de expresar sacramentalmente, y
bargo, se expresan a través de "sig- pastoral es litúrgica cuando está aten- de educar a los fieles en la cultura de
co para la caracterización de las ce- ta a todo aquello que en la existencia
lebraciones litúrgicas como formas nos sensibles" (SC 7), "elementos ri- la fe que les- haga capaces dé inter-
tuales" (SC 59) o, en general, de sa- cristiana y en la actividad de la igle- pretar y participar fructíferamente,
testimoniantes de la fidelidad de las sia emerge como expresión rituali-
cramentos (LG 11), que constituyen deben ser el bagaje intelectual y
comunidades eclesiales al proyecto zada de la dignidad y función sacer- práctico de quienes son llamados a
mesiánico de Jesús. Las relaciones lo propio, lo específico de lo que se dotal para favorecerlo e interpretar-
llama litúrgico. En consecuencia, la ser presidentes de las asambleas li-
con el mundo y la misión de la igle- lo desde la fe. Toma en serio el túrgicas, las cuales reúnen a las co-
sia sólo encontrarán una adecuada pastoral litúrgica debe tomar en se- hecho de que todo fiel, por su digni- munidades de las que aquéllos son
solución en la interpretación conti- rio el hecho de que lo que la cualifica dad sacerdotal (LG 10-11) y por el pastores.
nua de quién fue el Jesús histórico, de un modo especial proviene de la "sentido de la fe" (LG 12), debe estar
que ha llegado a ser Señor y Mesías atención orientada hacia los signos en situación de interpretar el lengua-
(He 2,36) por el poder del Padre, y cultuales a través de los cuales la je cristiano de los signos rituales y III. La pastoral litúrgica
de qué proyecto de hombre y de co- iglesia, reunida en asamblea, mani- de ser él mismo sujeto que realice en relación con los ritos
munidad fue portador e iniciador, y fiesta lo que es por iniciativa de Dios actos simbólicos que sean significa- y con las asambleas
por lo tanto de lo que la iglesia debe —alcanzando así el máximo de sig- tivos.
ser en las diversas situaciones. Se- nificatividad y de eficacia y, por esto Las "palabras y cosas presenti-
mejante trabajo no podrá dejar in- mismo, de sacramentalidad— y, al El campo de la acción pastoral li- das", que constituyen la "tradición
demnes las celebraciones, sino que mismo tiempo, ejercita su acción sa- túrgica se extiende a ámbitos más sagrada" y cuya "comprensión cre-
las llevará a ser lugares en los que se cerdotal en la relación de comunión amplios que la celebración de las ce" (DV 8), son el tejido con el cual
hace memoria y se proclama la ac- con Dios, en la mediación represen- asambleas, ocupando incluso los es- la pastoral litúrgica construye las
tualidad de este proyecto mesiánico, tativa de Cristo y en la invocación pacios rituales de la oración perso- celebraciones adecuándolas a las
nos ofrecemos a Dios para estar dis- del Espíritu Santo. nal, familiar, catequística y popular, asambleas concretas. La biblia y los
ponibles a su acción en el mundo, y como las formas devocionales o de ritos sacramentales son la sustancia
Evitando el plantear la cuestión piedad, valorándolas en relación con de esa tradición eclesial, cuya rique-
donde simbólicamente se expresa y teórica sobre la especificidad del sa-
pneumatológicamente se experimen- la liturgia y relacionándolas con za espiritual debe ser interpretada,
cerdocio cristiano, consideramos la ella. Además, la pastoral litúrgica asimilada y celebrada en toda época
ta ese modo nuevo de ser y de rela- dignidad y función sacerdotal como muestra cómo las actitudes espiri-
cionarse. y en todo lugar. En la práctica es
la posibilidad recibida de acceder a tuales cristianas y las diversas activi- colocada a disposición de las iglesias
Dios superando el obstáculo del pe- dades pastorales encuentran su mo- a través de los / libros litúrgicos que,
3. LA CALIFICACIÓN LITÚRGICA cado, de entrar en diálogo de comu- mento de expresión simbólica, y por al servirse de la biblia y presentar
DE LA ACCIÓN PASTORAL. La acción nión con él y de significar a través de lo mismo de una eclesialidad y sa- eucológicamente los sacramentos, ha-
pastoral se denomina litúrgica cuan- formas expresivas adecuadas estas re- cramentalidad intensas, en la liturgia cen ya una interpretación y preten-
do se interesa por lo que pertenece a laciones no experimentables de for- entendida como "cumbre y fuente" den favorecer la asimilación a través
la liturgia o se relaciona con ella. ma inmediata; todo esto en Jesús y (SC 9-10). de esa especial actividad eclesial que
Pero más allá de la determinación por la acción del Espíritu Santo. El La pastoral litúrgica proporciona es el celebrar.
Pastoral litúrgica 1590
1591 Pastoral litúrgica
1. INTERPRETACIÓN PASTORAL a) El proyecto teológico-pasto-
DE LOS LIBROS LITÚRGICOS. A SU vez, ral de un rito. De los libros litúrgi- como modelo de inspiración, aun- En algunos casos, como en la misa
los libros litúrgicos exigen no sólo cos, el agente pastoral debe tomar que haya necesariamente una distan- con / niños, se permiten amplias po-
una ejecución de tipo ritual, sino sobre todo las afirmaciones teológi- cia entre formulación teórica y apli- sibilidades de omitir o sustituir ele-
también una interpretación de su co-pastorales que señalan el objetivo cación práctica. mentos rituales para mejor alcan-
contenido desde la perspectiva de que la iglesia se propone con ese rito zar el objetivo previsto. Por lo tanto,
la actuación pastoral. Los libros o con esa secuencia ritual. Por ejem- b) El "programa " ritual de una el programa para cada celebración
nacidos de la reforma litúrgica del plo, en cuanto a los ritos de intro- celebración concreta. Para celebrar concreta es el resultado de la atenta
Vat. II tienen unos praenotanda ducción de la misa, la OGMR dice: un rito y para realizar su proyecto, elección y de la oportuna disposición
( = introducción) o institutiones "La finalidad de estos ritos es hacer la asamblea litúrgica utiliza los di- de los elementos rituales —algunos
(principios y normas) que señalan su que los fieles reunidos constituyan versos elementos rituales organiza- contenidos en los libros litúrgicos,
valor teológico, su función eclesial y una comunidad y se dispongan a oír dos según una secuencia orgáni- otros tomados de los repertorios,
su posible aplicación pastoral. Antes como conviene la palabra de Dios y camente establecida y distribuidos como los cánticos, y otros previs-
de usar un libro litúrgico debe exa- a celebrar dignamente la eucaristía" según roles ministeriales determina- tos como momentos de un hablar
minarse atentamente lo que nos pro- (n. 24). Por tanto, el problema pas- dos. Es necesario un programa pre- no ritualizado— en relación con la
pone y los diversos modos como toral no es el de realizar perfecta- parado con anticipación, que prevea asamblea concreta, teniendo presen-
puede celebrarse. Una mentalidad de mente cada uno de los elementos ios movimientos, los gestos, los tex- te siempre el proyecto inspirador.
tipo ritualista todavía difundida en- rituales, sino de realizar toda la tos de lectura y de oración, los cán- Allí donde la celebración se repita,
tre el clero se preocupa sobre todo secuencia ritual de modo que se al- ticos, y que confíe su ejecución a los como la misa dominical en una igle-
por la ejecución exacta de las rúbri- cance ese objetivo, y de respetar el actores disponibles. No todo ha de sia parroquial, la configuración del
cas. La Ordenación General del Mi- "carácter de exordio, introducción y estar rígidamente prefijado, ya que programa deberá contar también con
sal Romano muestra cuál es la ade- preparación" (ib) propio de estos ri- hay intervenciones del presidente o una pedagogía pastoral progresiva.
cuada comprensión-ejecución de un tos. En el RP se entiende que la igle- de los ministros del tipo moniciones
libro litúrgico: "Puesto que la cele- sia no se limita a proponer diversos que "no requieren que se reciten c) La dirección ejecutiva. Nor-
bración eucarística, como toda la li- modos de celebración; en la intro- exactamente en la forma propuesta malmente, el modo de ejecución de
turgia, se realiza por signos sensi- ducción nos invita a construir todo en el Misal" (OGMR 11), o del tipo los elementos rituales programados
bles, con los que la fe se alimenta, se un sistema penitencial •", poniendo exhortaciones a menudo introduci- es sugerido por las rúbricas, que se
robustece y se expresa, se debe poner de manifiesto cómo la penitencia das así: "Con estas palabras u otras pueden considerar como indicacio-
todo el esmero posible para que sean debe practicarse "en la vida, en la semejantes". Pero estos momentos, nes técnicas ceremoniales. Las accio-
seleccionadas y ordenadas aquellas liturgia y especialmente en el sacra- que forman parte del desarrollo de nes litúrgicas —la proclamación de
formas y elementos propuestos por mento de la penitencia" (cf n. 4). la celebración, deben estar cuidado- una lectura, el intercambio de un sa-
la iglesia que, según las circunstan- Sólo en este contexto llegan a tener samente previstos y preparados, ludo, la recitación de una oración,
cias de personas y lugares, favorez- su significado los diversos ritos que dado que la celebración no soporta un cambio de lugar, la realización
can más directamente la activa y ple- se proponen. En el RBN hay una improvisaciones espontáneas o en- de un gesto, la ejecución de un cán-
na participación de los fieles y res- introducción general que plantea el señanzas prolijas J». A menudo, antes tico— exigen una realización que res-
pondan mejor a su aprovechamiento bautismo de los niños desde la pers- de comenzar la celebración se pre- pete y subraye su valor simbólico,
espiritual" (OGMR 5). El bonum ani- pectiva de la iniciación cristiana; senta un sumario que enumera la su- que favorezca su misma fuerza co-
marum es el máximo criterio pasto- desde ese punto de vista debe com- cesión de los elementos rituales con municativa y significante, que con-
ral para la elección y preparación de prenderse también el RC. Los pri- los actores que los ejecutan. Pero tribuya a crear un clima comunitario
las formas rituales que el libro pro- meros 19 números de la OGLH con- ¿con qué criterios se prepara este pro- y una atmósfera religiosa, que susci-
pone; en la práctica se deben realizar figuran el modelo de una comunidad grama ritual? Frecuentemente el li- te tanto el sentido de la fiesta como
teniendo en cuenta las circunstancias orante antes de explicar la propuesta bro litúrgico ofrece formas o ele- la disposición para la contempla-
concretas de las personas y del am- concreta de la liturgia de las Horas. mentos rituales alternativos, da la po- ción. Son ceremonias, porque se sa-
biente, de modo que se llegue a con- Este conjunto de afirmaciones teo- sibilidad de elegir (OGMR, c. Vil), len de lo normal y de lo banal; pero
seguir la implicación del conjunto de lógico-pastorales, que se pueden en- faculta para escoger otros formula- corren continuamente el peligro de
la asamblea que participa. Para lle- contrar en las introducciones, e indi- rios (OGLH 246-252), indica posi- caer en un formalismo vacío de sig-
gar a esto, el libro litúrgico debe ser vidualizables en la misma estructura bles adaptaciones que corresponden nificado o en una solemnidad retóri-
sometido a una interpretación que de las celebraciones, es lo que llama- al presidente (cf RP 40). Todo esto ca. Los libros litúrgicos dan suge-
puede realizarse según el siguiente mos proyecto de un rito. Los agentes sin tener en cuenta todo lo que cada rencias sobre el modo como se deben
esquema: proyecto, programación, pastorales lo deben tener siempre libro deja a las conferencias episco- realizar los ritos (cf OGMR 18; 20-
realización -". presente como perspectiva ideal y pales para la acomodación a las di- 23); pero su medida, su tono, su es-
versas regiones y circunstancias". tilo no pueden establecerse a priori
Pastoral litúrgica 1592 1593 Pastoral litúrgica
pequeñas comunidades, cuyas exi- posición. Por esto, los catecúmenos
de una vez por todas, dada la varie- demás circunstancias de cada asam- gencias y sensibilidad caracterizan
dad de elementos enjuego: la perso- son elegidos para prepararse a su re-
blea", debe ordenar toda la celebra- notablemente la asamblea y, por cepción.
nalidad del ministro, la cantidad y ción "de modo que favorezca la tanto, las celebraciones correspon-
amplitud de la asamblea, la circuns- consciente, activa y total participa- dientes. Las asambleas parroquiales
tancia concreta de la celebración. ción de los fieles, es decir, esa parti- En todas las introducciones oprae-
son ahora constituidas por cristianos noianda de los ritos sacramentales
Aunque en el ámbito litúrgico "el es- cipación de cuerpo y alma, ferviente donde domina el elemento catequé-
tilo es el hombre", en cuanto que las de fe, esperanza y caridad" (OGMR se alude a SC 59: "Los sacramentos
tico, es decir, que han seguido cursos suponen la fe"; pero la reflexión teo-
acciones rituales son realizadas por 3). La asamblea concreta, como catequísticos y tienen una cierta aten-
personas y el verdadero símbolo ri- existe aquí y ahora, interviene con- lógico-pastoral se plantea una cues-
ción ante las propuestas eclesiales tión: ¿Qué fe? ¿Basta una fe religiosa
tual es la persona que actúa y se ex- dicionando el planteamiento y la con- para su vida de fe, con un porcentaje
presa, también es verdad que la per- ducción de la celebración, que debe- o es necesaria la fe en Jesús, el Se-
más o menos amplio de cristianos de ñor? ¿Es suficiente una fe cristiana?
sona debe contener sus sentimientos rá adecuarse por tanto a ella en el dominante cultual, preocupados
y adecuar sus gestos al papel que re- modo de realizar los ritos y en sus global o se requiere una fe informa-
sólo por la observancia, y presentes da por los significados teológicos y
presenta, siendo en la asamblea sig- formas expresivas40. de modo masivo en algunas circuns-
no de Cristo Señor, que actualmente espirituales del sacramento que se
tancias y en las grandes fiestas. recibe? ¿No es deseable una fe ilumi-
realiza ese servicio. Todo este con- a) Factores condicionantes de la
junto de sugerencias e indicaciones La misma disposición de los fieles nada por el significado existencial y
expresión de la celebración. Los eclesial del sacramento, y por esto
para la ejecución del programa ri- condicionamientos más evidentes en la asamblea —situados frente al
tual, adecuándolo tanto a las perso- presbiterio o formando un semi- mismo educada para saber leer en
son de orden sociológico; y es posi- profundidad el signo sacramental
nas como a las circunstancias, puede tivo valorar la asamblea a partir de círculo en torno a él; esparcidos por
denominarse dirección, por analogía la iglesia; en círculo, mirándose unos en el contexto de la celebración?
los diversos grupos de edad, perte- ¿Cuándo y cómo desarrollar esta ca-
con él teatro, donde la dirección es nencia cultural o estratificación so- a otros—, además de su amplitud,
el arte de representar a través de la determina modos diferenciados de tequesis mistagógica? ¿Y cómo dis-
cial. Pero se ha observado que los cernir la fe de los candidatos, y qué
puesta en escena del guión. Las re- factores que influencian más espe- celebrar y, por tanto, estilos diversos
cientes disposiciones no contemplan de participación. Pertenece a los res- garantías de continuidad pedirles?
cialmente en la participación están
al ceremoniero, pero aluden a la po- relacionados con los niveles de fe, ponsables pastorales de la liturgia va- Estos interrogantes se hacen más
sibilidad de que "sobre todo en las con las experiencias eclesiales, con lorar las formas participativas que urgentes, incluso dramáticos, en una
iglesias y comunidades de mayor im- las relaciones existentes entre los conviene exigir a una asamblea, sin situación eclesial caracterizada por
portancia haya alguien designado presentes, con el conocimiento del exigir lo que ella no puede dar, pero la desaparición de la cristiandad,
para la preparación adecuada de las presidente y de los ministros. El tampoco privándola de aquellos mo- nada menos que llamada poscristia-
acciones sagradas y para que los mi- ideal de una asamblea es la hetero- dos de expresarse de los que es na por la prevalencia de actitudes
nistros las ejecuten con decoro, or- geneidad sociológica y cultural (en capaz. públicas secularizadas y la desapari-
den y piedad" (OGMR 69). cuanto que expresa mejor la realidad ción de los soportes ambientales y
del pueblo de Dios) junto con la ho- b) Factores condicionantes de la culturales de la vida cristiana. En
mogeneidad en la experiencia de fe y misma posibilidad de la celebración. esta situación, difundida por. Europa
2. VALORACIÓN PASTORAL DE
de vida eclesial, con tal de que ésta Se abre aquí un nuevo capítulo de la occidental, ¿es posible y oportuno ad-
LAS ASAMBLEAS LITÚRGICAS. LA
no desaparezca bajo una religiosidad acción pastoral que afecta de cerca a mitir a todos a las celebraciones sa-
elección y la disposición de las for- cramentales? ¿O no es pastoralmente
mas y de los elementos propuestos de tipo genérico y una pertenencia la pastoral litúrgica y que concierne
puramente jurídica. Basándose en a la valoración de las "condiciones más prudente y religiosamente más
por los libros litúrgicos para confi- indicado ofrecer oportunidades de ce-
gurar una celebración concreta debe los diversos modos de pertenecer a de posibilidad de celebración" de un
hacerse "según las circunstancias de la iglesia, un estudioso 41 ha indivi- sacramento eclesial. ¿Qué actitudes lebrar adecuadas a los diversos nive-
duado algunos elementos dominan- conscientes de fe son exigidas para les de fe, favoreciendo así un creci-
personas y lugares" (OGMR 5) y mi- miento en la comprensión del evan-
rando "más al bien espiritual común tes (sacramental y cultual, catequéti- que los responsables de la iglesia pue-
co, apostólico y evangelizador, espi- dan juzgar como oportuno dar un gelio, para no desilusionar con una
de la asamblea que a sus (del sacer- apresurada oferta sacramental? A
dote presidente) personales preferen- ritual y comunitario, socio-político), sacramento a aquellos que lo piden?
que caracterizan la percepción y la La propuesta del RICA hizo enten- este propósito se habla de la liturgia
cias" (OGMR 313). El carácter co- del umbral, dirigida a familiarizar a
munitario-asamblear de las celebra- participación en la eucaristía, y por der que a la iglesia no se pide el sa-
tanto el modo de estar presentes en cramento, sino el ser introducido en las personas con la escucha creyente,
ciones es ya un principio adquirido con la oración personal y con algu-
(SC 26-27), y por tanto debe orientar la asamblea litúrgica. Si prevalecen la fe cristiana; los sacramentos son
los tres últimos elementos dominan- dados por la iglesia después de que nos signos eclesiales4!.
toda iniciativa de la pastoral litúrgi-
ca que, "mirando a la naturaleza y tes, nos encontramos con grupos o se ha manifestado la oportuna dis- [/ Evangelización y liturgia].
Pastoral litúrgica 1594
1595 Pastoral litúrgica
3. CONDUCCIÓN PASTORAL DE bra; pero también es importante el
LAS CELEBRACIONES. Plantear pro- actuar de los ministros, ya que el sím- a la persona impidiéndole realizar comprendan las consecuencias para
gramáticamente una celebración bolo litúrgico es casi siempre una ac- esa actividad interpretativa que la su vida y se conviertan a la oferta
para una asamblea concreta y diri- ción. El mismo modo de hablar debe predispone a la adhesión y al en- divina, no es una acción reservada a
girla de modo que resulte significati- tener en cuenta los signos paralin- cuentro. Estos son los caminos de la pastoral litúrgica. Ante todo es
va para quien participe en ella exige güísticos (entonación, pronuncia- una auténtica catequesis sacramental deber de la teología, de la catequesis
un profundo respeto por la natura- ción, ritmo, sonoridad...) que sumi- que tienda más a la conversión que a y de la espiritualidad; de ellas deduce
leza simbólica de toda acción litúr- nistran a los oyentes la clave para la instrucción, y que se preocupe de la pastoral litúrgica los términos con
gica. Aquí está el límite infranquea- descodificar correctamente el signi- poner los condicionamientos míni- los que plantea los textos bíblicos y
ble de la adaptación de la celebra- ficado de lo que se dice. La fuerza mos para que en la celebración se las acciones simbólicas, poniéndolas
ción a la asamblea, ya que es ésta la significativa de la celebración, y en establezca el diálogo con Dios, que en relación con las experiencias cul-
que debe ser llevada a percibir y asi- consecuencia su capacidad comuni- habla y se comunica a través de los turales y vitales de las personas pre-
milar los mensajes propuestos por cadora, depende del comportamien- signos. En primer lugar se tendrá en sentes en las asambleas; pero no
los signos litúrgicos, que en su es- to de los que realizan los diversos cuenta la ley litúrgica de la relación como una actividad teórica, sino
tructura ritual y en sus contenidos signos (una lectura, un diálogo, un palabra-sacramento, por la que una compartiendo auténticamente esas
son un dato no manipulable. La me- cántico, un gesto...) con espontanei- acción sacramental siempre está pre- experiencias comprendidas a la luz
diación pastoral del presidente y de dad y con sencillez solemne, con la cedida por un texto bíblico que na- de la fe. Así formados, presidentes y
los ministros debe favorecer la co- conciencia de, simbólicamente, me- rra el acontecimiento salvífico que el ministros sabrán plantear la celebra-
municación simbólica que tiene lu- diar la realidad divina de la sal- sacramento actualiza. En segundo lu- ción y conducirla, con intervencio-
gar en el momento de celebrar y que vación. gar se tendrá presente la otra ley li- nes más alusivas que descriptivas de
une directamente a cada fiel con las túrgica: la relación oración-sacra- la realidad cotidiana implicada por
realidades significadas. A esto se lle- mento, por la cual una acción sacra- los signos litúrgicos, de modo que se
b) Hacer perceptibles las "otras" mental siempre está precedida por permita esa comunicación profunda
ga teniendo en cuenta las caracterís- realidades significadas. Pertenece al
ticas propias de la comunicación sim- una invocación (epíclesis), con el fin que Dios, en Jesucristo y por el Es-
símbolo el juntar realidades de or- de que el acontecimiento salvífico píritu Santo, realiza con estos fieles
bólica, así como de esos símbolos den diferente (sensible-espiritual; te-
particulares que son las acciones li- sea eficaz para las personas que aho- y en esta asamblea.
rrestre-celeste; cósmico-humano-di- ra lo celebran. Se trata de despertar
túrgicas. vino; pasado-presente-futuro...) y el deseo orientándolo, a través de la
ofrecer una vía de acceso del orden oración, hacia el proyecto divino 4>.
a) Asegurar la verdad humana constatable a aquel que puede ser IV. Centros operativos
de los signos litúrgicos. Para que intuido a través de una multiplicidad de la pastoral litúrgica
una acción ritual-simbólica sea co- de relaciones. La acción simbólica c) Insertar la celebración en el
municadora de mensajes religiosos, es siempre multisignificativa, como horizonte experiencial-cultural de la La constitución conciliar SC y la
debe ser ante todo simplemente hu- rendija a través de la que se atisba asamblea. Para que se establezca sucesiva reforma litúrgica han signi-
mana. Aun en su estilización ritual, un amplio horizonte contemplado una comunicación es necesario ha- ficado un viraje decisivo para el mo-
una acción litúrgica debe permane- desde el punto en el que aquella nos blar de cosas que pertenezcan a los vimiento litúrgico, ya que han ex-
cer humanamente verdadera: diálo- sitúa. La determinación de algunos intereses, preocupaciones y esperan- tendido a toda la iglesia los objetivos
go donde hay personas que hablan y significados surge del contexto en el zas de aquellos a los que se dirige, o y métodos de la pastoral litúrgica,
que escuchan; banquete donde se que está inserto el símbolo y de la bien conecten con los intereses, pre- por mucho tiempo considerada
come y se bebe; agua que corre sobre capacidad interpretativa del que lo ocupaciones y esperanzas ya presen- como una actividad reservada a am-
el cuerpo... Los ritos corren a menu- experimenta. Así pues, para favore- tes (aunque no explícitamente) en bientes de élite. Afirmada la oportu-
do el peligro de estilizarse tanto que cer la comunicación simbólica se los interlocutores ". Las celebracio- nidad histórica y la actualidad espi-
pierden toda relación con las accio- debe actuar sobre el contexto de la nes litúrgicas y su realización care- ritual de la promoción y renovación
nes análogas de la vida normal, lle- celebración para plantear la acción cen a menudo de esto, y por ello mis- de la liturgia (SC 43), el concilio se
gando incluso a tener necesidad de simbólica en la perspectiva correcta, mo no aparecen unidas a la vida apresura a constituir órganos per-
una explicación para ser considera- y sobre las personas presentes para concreta y no influyen sobre ella. El manentes nacionales y diocesanos
dos como gestos antropológica y suscitar en ellas la capacidad de re- lenguaje que allí se habla, incluso en para "dirigir la actividad pastoral li-
culturalmente verdaderos. Esta ver- cepción e interpretación. La acción los gestos simbólicos, queda fuera de túrgica" y "promover el apostolado
dad humana, soporte de la significa- pastoral seguirá estas dos pistas y no la experiencia vital y no ayuda a litúrgico" (SC 44-45). Con el motu
ción religiosa, se obtiene cuando se pretenderá dar una explicación que interpretarla ni a orientarla. Esta proprio Sacram liturgiam (25-1-64),
cuida la calidad de los objetos usa- empobrezca el alto valor evocador y traducción del lenguaje de la fe al Pablo VI instituye el Consilium para
dos y del ambiente en el que se cele- provocador del símbolo y mortifique contexto cultural en el que viven llevar a cabo la reforma litúrgica y
los creyentes-practicantes, para que establece que en cada una de las dio-
Pastoral litúrgica 1596 1597 Pastoral litúrgica

cesis, o en la reunión de algunas, los actividad de la S. Congregatio se re- hecho propios o que la comisión ha 3. PROGRAMAS DE PASTORAL LI-
obispos constituyan "una comisión coge en el periódico mensual Noti- publicado como propios, y la orga- TÚRGICA A NIVEL DIOCESANO. Reco-
cuyo deber sea el de atender al cono- tiae, que publica también interesan- nización de encuentros nacionales de mendada ya por la Mediator Dei
cimiento y al incremento de la litur- tes estudios sobre la misma pastoral los responsables diocesanos de la li- (1947) y prescrita por la instrucción
gia" (n. 2). La siguiente instrucción litúrgica e incluye relaciones sobre turgia. Una información sobre cuan- De música sacra (1958), la comisión
ínter oecumenici (26-9-64) precisa cuanto se hace en las diversas nacio- to hacen las diversas comisiones li- litúrgica diocesana prevista por la
las normas para "la comisión litúrgi- nes. El Consilium organizó en 1965 túrgicas nacionales se publica perió- SC 46 es instituida expresamente
ca perteneciente a la asamblea de los un congreso sobre Las traducciones dicamente en Notitiae. por el motu proprio Sacram litur-
obispos" (nn. 44-46) y para "la co- de los libros litúrgicos K, y la S. Con- Con la reforma y al lado de las giam (1964, n. 11) y recibe su defini-
misión litúrgica diocesana" (n. 47), gregatio tuvo en 1971 una reunión iniciativas oficiales, han crecido los ción y funciones en la instrucción ín-
atribuyéndoles también el deber de con los secretarios de las comisiones centros, los periódicos y las publica- ter oecumenici (1964, n. 47). Además
"dirigir la acción pastoral litúrgica" litúrgicas nacionales, deseándose la ciones de pastoral litúrgica, a menu- de "tomar conocimiento de la situa-
en todo el territorio de su competen- continuación de esta iniciativa46. do antecediéndolas con estudios y ción de la acción pastoral litúrgica
cia. El trabajo que había sido reali- propuestas o acompañándolas con en la diócesis", debe "sugerir y pro-
zado anteriormente por los centros sugerencias y subsidios. A este res- mover todas las iniciativas concretas
2. DIRECTIVAS NACIONALES DE que puedan contribuir al progreso
operativos y editoriales de carác- PASTORAL LITÚRGICA. La constitu- pecto, las naciones de todas las áreas
ter privado pasa así a las manos de lingüísticas han visto multiplicarse de la liturgia...; sugerir en los casos
ción de las conferencias episcopales, particulares, o incluso para toda la
los responsables mismos de la vida que reúnen a "los obispos de una las iniciativas. Todo este trabajo se
eclesial. ha mostrado fecundo, tanto para la diócesis, las etapas oportunas y pro-
determinada nación o territorio" gresivas de la acción pastoral litúrgi-
[/ Organismos litúrgicos]. (CD 37-38), ha llevado también a la formación de los agentes pastorales
como para la realización de inteli- ca..., proponiendo los medios y los
institución de la comisión litúrgica subsidios adecuados; cuidar de que
1. ORIENTACIONES DE PASTORAL nacional, formada por "miembros gentes experiencias de adaptación,
allí donde un instituto de liturgia pas- en la diócesis las iniciativas que tien-
LITÚRGICA DE LA SEDE APOSTÓLICA. de la misma conferencia episcopal o, den a promover la liturgia procedan
Confrontados con los documentos si no, tendrá como miembros a uno toral ha colaborado con los organis-
mos oficiales y se ha hecho promo- de acuerdo con la ayuda recíproca
anteriores sobre liturgia, los publi- o dos obispos, a los que se unirán de las otras asociaciones...". "Se pue-
cados por los organismos eclesiásti- sacerdotes expertos en liturgia y tor de investigaciones, de sesiones de
estudio y de publicaciones científicas de hablar de un verdadero y auténti-
cos centrales posteriores al concilio pastoral, personalmente designados co centro promocional y directivo de
manifiestan una cualidad pastoral para esta tarea" (ínter oecumenici y pastorales. Se ha constatado que si
la liturgia debe estar regulada por la la pastoral litúrgica al servicio de
decididamente nueva, interesándose 44). A esta comisión "ayudará en lo toda la comunidad diocesana, clero
por la participación del pueblo cris- posible un instituto de liturgia pas- autoridad competente, permanecen
amplios espacios que pueden y de- y fieles"47. En las diócesis más gran-
tiano y por las iniciativas pastorales toral, compuesto de miembros emi- des, la comisión tiene un órgano eje-
de los responsables. La edición de nentes en estas materias, sin excluir ben ser ocupados por iniciativas in-
teligentes. cutivo permanente en el departa-
los libros litúrgicos, cuidada primero los seglares según las circunstancias" mento litúrgico diocesano, deno-
por el Consilium y después por la (SC 44). Deber de esta comisión es En España, el Secretariado Nacio- minado también departamento de
S. Congregado pro Sacramentis et "encauzar dentro de su territorio la nal de Liturgia, órgano ejecutor de pastoral sacramental, que organiza
Cultu divino, comprende ahora ins- acción pastoral litúrgica... y promo- la Comisión episcopal de liturgia, ha cursos para los colaboradores litúr-
titutiones generales o praenotanda ver los estudios y experiencias nece- sido el elemento coordinador y pro- gicos, produce subsidios y está dis-
que orientan para una utilización de sarios cuando se trate de adaptacio- motor de la pastoral litúrgica a es- ponible para consultas. Desde el co-
los ritos consciente de su significado nes que deben proponerse a la sede cala nacional. Se ha servido de la mienzo, la comisión diocesana de li-
teológico y de su importancia pasto- apostólica" (SC 44). De hecho, el colaboración de expertos para las turgia ha tenido a su lado una
ral, a menudo dando amplias posi- trabajo fundamental de estas comi- traducciones y para los diversos do- comisión de música sagrada y otra
bilidades de adaptación a las situa- siones, a menudo reunidas por áreas cumentos. Para coordinar y promo- de arte sacro; "muchas veces será
ciones concretas en conformidad lingüísticas, fue el preparar la tra- oportuno que estas tres comisiones
ver la puesta en práctica de la pasto-
con los nn. 37-40 de la SC. Instruc- ducción de los libros litúrgicos, a ve- ral litúrgica se ha relacionado con sean unificadas en las diócesis parti-
ciones de carácter general o particu- ces también con adaptaciones ritua- las delegaciones litúrgicas regionales culares" (Sacram liturgiam 3). En al-
lar, como la Eucharisticum myste- les y con unas oportunas directivas y diocesanas, los centros de pastoral gunas naciones, como España, se ha
rium, tienen ante todo una finalidad pastorales de acuerdo con las situa- visto oportuno formar también a ni-
litúrgica existentes, principalmente
pastoral; cartas sobre algunos temas ciones concretas. Al activo de estos de Barcelona y la Asociación Espa- vel regional un organismo de coor-
referentes a la liturgia son enviadas organismos pertenece también la pre- ñola de Profesores de Liturgia. dinación y promoción de las activi-
por el cardenal presidente a los obis- paración de los documentos que a dades de pastoral litúrgica. Algunas
pos y a las comisiones litúrgicas. La menudo la conferencia episcopal ha [/ Organismos litúrgicos II, 111].
1598 1599 Pastoral litúrgica
Pastoral litúrgica
cuya producción pasa después a caro, nel XXV anniversario, en RPI. 1981/1,
veces en la revista Pastoral Litúrgi- bración: para el bautismo de los ni- las asambleas parroquiales. Pero el 37-39 —1<l Para Italia cf el Direttorio liturgico-
ca, de la Comisión episcopal de li- ños, la misa de primera comunión, paso de una asamblea a otra no pue-
pastoraleper luso del Rituale dei Sacramenti e
turgia, se publican las crónicas y las la confirmación, el matrimonio... A dei Sacramentan, Padua 1967, y los comenta-
de ser automático, y necesita una rios de I. Biffi, en RL 1968, 84-106; 237-261 —
iniciativas de estos organismos re- menudo las personas interesadas cuidadosa reflexión. 5
F. Brovelli, Per uno studio della liturgia, en
gionales. La actividad de estos nive- —padres, confirmandos, novios— ScC 1976, 567-635 — " Cf L. Della Torre, La
les es muy importante para la pas- son invitados a participar activa- [/ Secularización; / Movimiento messa per le comunitá giovanili, Queriniana,
toral litúrgica, porque están más mente en la preparación, además de litúrgico; / Formación litúrgica; Brescia 1967; VV.AA., Pastorale giovanile ín
directamente en contacto con las realizar alguna función relevante en / Participación; / Animación]. un mondo secolarizzato, LDC, Turín 1970 -
" Cf el número de RPL 1981/2, dedicado a
realidades locales y son más directa- la celebración. De todas estas activi- Donne e liturgia — '" Cf H. Bourgeois, Le chris-
mente operativos en la relación con dades en torno y dentro de la liturgia NOTAS: ' Cf L. Della Torre, Rinnovamento lianismepopulair. Un probleme d'antropologie
los sacerdotes y sus colaboradores. van surgiendo fieles que colaboran clella liturgia fra ieri e domani, en Humanilas théologique, en MD 122 (1975) 116-141 -
con una cierta frecuencia y compe- 1976, 720-736; los artículos de C. Vagagginí, P. '^ Cf L. Della Torre, Parlecipazione e assem-
Visentin, L, Della Torre, en RL 1974/1, sobre blea, en RPL 1976/3, 31-38 -• 2" Cf Instruc-
4. ACTIVIDADES DE PASTORAL tencia; con ellos se constituye el gru- ción Actio pastoralis, sobre las misas para gru-
Nel decennale della Sacrosanclum Conci-
LITÚRGICA A NIVEL PARROQUIAL. po litúrgico "8. Con él el párroco no lium — 2 J.A. Jungmann, Pastora! e historia pos particulares, de la Sagrada Congregación
Toda celebración que quiera ade- se limita a preparar cada una de las de ¡a liturgia, en Herencia litúrgica y actualidad para el culto divino, 15 mayo 1969: EDIL I,
celebraciones, sino que piensa y pro- pastoral, col. Prisma, San Sebastián 1961, 573-577 — 21 En Francia, Le messe dei piccoli
cuarse a la asamblea y que se des- gruppi, en RL 1970, 490-500; en Bélgica, Nota
grama toda la actividad pastoral li- 451 -• ' Ib, 464-465 —4 L. Beauduin, Le vraie
arrolle de un modo significativo con priére de l'Église, resumen del informe presen- sulle messe dei piccoli gruppi, en RL 1970, 501-
la colaboración de ministros debe es- túrgica de la parroquia, atendiendo tado en el Congreso de Malinas, en QLP 1959, 509; en Suiza, 1M celebrazione della messa per
tar precedida por una preparación a las diversas asambleas y con un 218-221. El fascículo n. 3-4 está dedicado a Le categorie e gruppi di persone, en RL 1972, 129-
plano de formación progresiva para cinquantenaire du mouvement liturgique - 144 — 22 Cf J. Gelineau, La liturgia domani,
práctica hecha "con ánimo concorde s Queriniana, Brescia 1978; para las perspectivas
entre todos aquellos a quienes atañe, ellas. El mismo consejo pastoral R. Guardini, Lettre sur le mouvement liturgi-
pastorales, cí P.-A. Liégé, Lo stare insieme dei
debe interesarse por proyectar y eva- que. en MD 3 (1945) 7-24 — ' El cap. cit. en la
tanto en lo que toca al rito como al o.c. en la nota 2 hace referencia a la conferencia cristiani ira comunitá e istituzioni, Queriniana,
aspecto pastoral y musical, bajo la luar la vida litúrgica cuidando de dada en aquella circunstancia; cf MD 47-48 Brescia 1979 2
' Cf las reseñas bibl. de C. Di
que tenga relación con las diversas Sante, Antropología e liturgia, en RPL 1976/2,
dirección del rector de la iglesia, y (1956), que contiene las actas oficiales del con-
55-59; 3, 76-79 — " El tema ha sido tratado en
oído también el parecer de los fieles formas de catequesis y que influya greso — 7 El concilio había reafirmado el uso
de la lengua latina, concediendo "a la lengua los sínodos de los obispos de 1974 y 1977, y por
en lo que a ellos directamente les sobre la calidad de la vida comuni- Pablo VI en Evangelii nuntiandi 20; cf Incultu-
nacional una parte más amplia, especialmente
atañe" (OGMR 73). Es obvio que en taria, familiar y personal. Sobre en las lecturas y las admoniciones, en algunas razione: concetti, probtemi, orientamenti, Cen-
este trabajo preparatorio debe estar todo los tiempos litúrgicos fuertes oraciones y cantos" (SC 36). Será la sucesiva trum Ignatianum Spiritualitatis, Roma 1979 —
25
(cuaresma, tiempo de pascua y ad- experiencia la que convenza de que no era po- Para una "historia de la teología pastoral" cf
presente el sacerdote presidente, B. Seveso, Teología pastorale, en DTI I, 88-
viento), que unifican la actividad de sible conservar textos latinos en una celebración
aunque no sea el rector de la iglesia. con el pueblo * Para una breve historia de 94 - 3b Ib. 90 — 21 Ib, 93 — 2* K. Rahner y
Para las celebraciones dominicales y los diversos grupos y las diferentes las vigilias bíblicas y su distinción de la parali- sus colaboradores han expuesto las cuestiones
festivas de asambleas regulares, estos iniciativas pastorales, deben proyec- turgia, cf L. Della Torre, Le celebrazioni della de la "teología práctica" en el Handbuch der
tarse a nivel de consejo pastoral. Parola di Dio, en La Parola di Dio nell'assem- Pastorallheo/ogie, También han preparado un
colaboradores que preparan la cele- Lexikon der Pastoraltheologie, ed. it. Diziona-
btea litúrgica, Queriniana, Brescia 1966, 198-
bración y animan la asamblea tien- En este nivel de la base actúa de 248 y
La frase liturgia, didascalia ecctesiae rio di pastorale, Queriniana, Brescia 1979 -
2
den a constituir un servicio perma- un modo eficaz la pastoral litúrgica, fue pronunciada por Pío XI en una audiencia al * B. Seveso, o.c., 95 — "> K. Rahner, La teolo-
nente y a organizarse en un grupo. abad B. Capelle, el DPILS \, 70-71 - '" Para gía pratica nel complesso deíle discipline leolo-
y en consecuencia debe ser el sector el significado, las interpretaciones sucesivas de giche, en Nuovi Saggi III, Edizioni Paoline,
A menudo el cuidado de una asam- que reciba las mayores atenciones, 1969, 158 — •" Ib, 156 — " Ib, 161 — " Cf
blea es asumido por los miembros este texto y la influencia en la catequesis, cf L.
no sólo para controlar y orientar la Della Torre, La "nuova"messa II, Queriniana, M. Lefebvre, Vers une nouvelle problématique
de un grupo eclesial que entre sus ejecución, sino para manifestar las Brescia 1965, 21-28 - " Les tables decénnales de la théologie pastorale, en NRT 1971, 29-49;
actividades tiene también la de refle- de MD, de 1954, en el Índex alphabétique seña- Théologie pastorale et agir ecclésial, ib, 363-
exigencias, verificar las propuestas, 386; L'interdisciplinarité dans l'action el la re-
xionar sobre las lecturas bíblicas y experimentar las soluciones y aco- lan sólo dos artículos, de A.-G. Martimort, para
flexión pastorales, ib, 947-962; 1051-1071 —
sobre la liturgia de la misma en con- el término asamblea. Un artículo es de aquel 14
ger eventuales intuiciones prácticas. año. Sólo luego el concepto de asamblea se hace Cf H, Schuster, Diepraklische Théologie un-
junto con el presidente, la de prepa- No deben olvidarse las liturgias de fundamental para la pastoral litúrgica. L'istru- ter dem Anspruch der Sache Jesu, en Praklische
rar las diversas intervenciones y pro- / grupos y comunidades, más o me- zione della S.C.R. de 1958 lo ignora. Mostrará Théologie heute, Munich-Maguncia 1974, 150-
puestas rituales y la de distribuir los su fecundidad operativa en la sesión del Cen- 163 — t5 Conferencia Ep. Española, La pasto-
nos unidas a la parroquia, y en los tre de Pastorale Liturgique francese sobre Gli ral litúrgica en España, Pastoral Litúrgica, nn.
diversos servicios. En las iniciativas que la situación asamblear y eclesial 133-134, 1983,3-13 - " Este esquema ha sido
attori della celebrazione litúrgica; cf MD 60
de catequesis particulares con vistas permite formas de celebrar más in- (1959) ,2
Cf M. Colieye-J. Raes, Pastorale aplicado fructuosamente a la misa en una serie
a los diversos sacramentos se han in- formales y a menudo más ricas y sig- de la messe el récents directoires episcopaux, en de artículos de Servizio della Parola 197H-79,
troducido fieles que se convierten NRT 1958, 171-188; 264-288 " Cf E. Lodi, recogidos luego en E. Costa, L. Della Torre, F.
nificativas. Frecuentemente en estos II direltorio "A messa figliofi"del card. G. Ler- Rainoldi, Interpretare il rito della messa, Que-
también en colaboradores para la grupos hay una notable capacidad
preparación y conducción de la cele- creativa —piénsese en los cánticos—
Penitencia 1600 Penitencia
1601
riniana, Brescia 1980 — " Qué se entiende por cristiano tradicional, ib 44 (1967) 404-410; Orien-
"sistema penitencial" se explica en Servizio delta taciones actuales de la teología pastoral, ib 76 Premisa ciedad de consumo. Lo importante
Parola 111 (1979): Per una nuova pratica peni- (1973) 389-400; Pastoral litúrgica, en VV.AA., es estar bien, llegar a tener la mayor
tenziale, donde la pastoral del sacramento de la La celebración en la Iglesia 1, Sigúeme, Sala- El momento en que la iglesia ha cantidad posible de bienes para el
penitencia se considera un aspecto de la acción manca 1985, 537-584; Floristán C.-Useros M., uso y consumo propio.
pastoral orientada a reconstruir hoy el sistema Teología de la acción pastoral, BAC 275, Ma-
promulgado un nuevo Ordo Paeni-
penitencial eclesial — , ! Cf E. Costa, La presa drid 1968; Forcadell A.M., Deficiencias en tentiae ', inspirado en una profunda
di parola nell'assemblea litúrgica, en La predi- nuestra pastoral litúrgica, en "Liturgia" 18 renovación doctrinal y abierto a im- Dentro de semejante sistema de
cazione dei laici, Queriniana, Brescia 1978, 37- (1963) 270-283; Gracia J.A., Problemas y pers- portantes perspectivas celebrativas y vida y de mentalidad, presente ahora
46 — 39 Para las posibles adaptaciones a los pectivas de pastoral litúrgica en los santuarios pastorales, está marcado por una a todos los niveles, ¿qué puede signi-
varios niveles eclesiales y en los diversos libros marianos, en "Phase" 62 (1971) 185-194; Heus- ficar la predicación cristiana de la
litúrgicos, cf A. Cuva, La creativitá rituale nei
acentuada crisis del sacramento de
chen L., Pastoral de los sacramentos, en G. Ba-
libri lilurgici ai vari livelli di competenza, en EL raúna, La sagrada liturgia renovada por el con- la penitencia, y sobre todo de la mis- penitencia, de la conversión a Dios
1975, 54-99 — 40 Cf A. Pistoia, Dal rapporto cilio, Studium, Madrid 1965, 461-485; Iniesta ma penitencia cristiana. Tal crisis ha o de la mortificación evangélica? A
rito-assemblea al rapporto liturgia-chiesa, en A., La celebración y la pastoral de los sacra- sido favorecida ciertamente por la pesar de todo, no hay que dejarse
Mysterion, LDC, Turín 1981, 233-258 —'• H. mentos después del concilio, en "Phase" 100 inadecuación de la disciplina tradi- llevar por el pesimismo, por el des-
Denis, La communauté eueharistique aujourd'- (1977) 317-338; Jungmann J.A., La pastoral li- cional, ahora ampliamente renova- aliento o por el temor, que nunca
hui, en MD 141 (1980) 37-67. Con otros crite- túrgica como clave de la historia de la liturgia,
rios, pero siempre en la óptica litúrgico-pasto- en VV.AA., Herencia litúrgica y actualidad pas- da, pero también por una situación son actitudes constructivas. Si el
ral, ver los tipos de análisis propuestos en L. toral, Dinor, San Sebastián 1961, 450-471; Le- cultural profundamente insensible al hombre de hoy, dentro del clima ge-
Della Torre, Criíeri per modelli di celebrazione cea J., Pastoral litúrgica en los documentos anuncio evangélico de la conversión neral de permisividad, ha creído li-
in assemblee diversifícate, en VV.AA., Eccle- pontificios de Pío X a Pío XII, Flors, Barcelo- y de la penitencia. berarse de todo yugo para conceder-
siologia e liturgia, Mahetti, Turín 1982, 149- na 1959; Llabrés P., Santuarios y pastoral sa- se todas las libertades y goces posi-
159 — " Cf el n. 1980/2 de RL sobre Perché cramental diocesana, en "Phase" 132 (1982) 465- En el fondo de todo esto está pre-
dai sacramenti oggi non nasce la chiesa?, con 471; Martimort A.G., La pastoral litúrgica en el sente el radical viraje de la cultura bles, no por esto ha llegado a ser
artículos de L. Bettazi, G. Grasso, F. Brovelli, conjunto de la pastoral de la Iglesia, ib, 1 (1961) moderna: de la civilización de la cau- más feliz, más seguro ni más verda-
M. Sodi — 41 Cf J. Gelineau, L'assembleacele- 3-9; Oñatibia I., La pastoral del año litúrgico sa primera, donde en el horizonte de deramente libre, como frecuentemen-
bra azioni simboliche, en NeHe vostre assemblee hoy, ib, 115 (1980) 27-37; Pou R., En crisis de
la propia vida y en la comprensión te reconocen tantas personas que vi-
I, Queriniana, Brescia 19835; también el n. 121 pastoral litúrgica, ib, 84(1974)471-489; Roguet ven según esta orientación. Si ya no
(1980) de Servizio della Parola, sobre Compe- A.M., La pastoral litúrgica, en "Liturgia" 19 del mundo brillaba Dios creador y
tenza del celebrare, con artículos de G. Stefani, (1964) 167-177; La pastoral litúrgica, en A.G. Señor, se ha pasado a la civilización se busca el confesonario, mucha gen-
S. Maggiani, L. Della Torre, E. Costa, C. Lo- Martimort, La Iglesia en oración, Herder, Bar- de las causas segundas, caracterizada te manifiesta sus dudas, sus incerti-
glio, C. Di Sante, G. Orlandoni, C. Biscon- celona 19672, 267-282; Schurr V.-Schuster H., por una percepción solamente cien- dumbres y sus angustias a otros con-
tin — w Cf F. Lever, La messa come comuni- Pastoral, en SM 5, Herder, Barcelona 1974, fesores laicos, dispuestos a dar sus
cazione, en Catechesi 1980/15, 3-22 — 45 Cf Le 264-296; Tena P., El futuro de la pastoral litúr-
tífica, técnica y antropológica, don-
de en la práctica Dios se ha hecho consejos más o menos sabios y a li-
traduzioni dei libri lilurgici. Atti, Cittá del Va- gica, en "Liturgia" 255 (1971) 358-363; Vagag-
ticano 1966 4
» Not 1971, 133 - 4 ' Cf Og- ausente, inútil o incluso competidor berar de los diversos sentimientos de
gini C , El sentido teológico de la liturgia, BAC
gioni. Le commissioni diocesane di liturgia, en 181, Madrid 1959,765-884. del hombre, que pretende ser el úni- culpa. No solamente se recurre al
RPL 1980/1, 44 — 48 Cf M. Mignone, Ilgrup- co dueño de su destino, de sus op- psicólogo o al psiquiatra para curar-
po litúrgico parrocchiale, en RPL 1980/1, 50-
ciones y de su comportamiento. Es se de una cierta problemática que se
53; B. Ripamonti, fniziare un gruppo litúrgico lleva dentro de sí, sino que se buscan
inparrocchia, en RPL 198l/4(todoel fascículo lógico que la pérdida del sentido de
está dedicado a "Formar a los celebrantes y Dios lleve consigo la pérdida del sen- incluso guías espirituales de otras re-
preparar las celebraciones"). tido del pecado como ofensa hecha ligiones para dar sentido y orienta-
a Dios y del sentido de la responsa- ción a la propia existencia, si es que
L. Della Torre PENITENCIA bilidad frente a la voluntad concreta no se va a la deriva con consecuen-
de Dios o frente a su plano. Además, cias peores. Todo esto no facilita cier-
hoy se puede observar el crecimiento tamente el discurso y el compromiso
SUMARIO: Premisa - 1 . Conversión y peniten-
BIBLIOGRAFÍA: Alessio L., Liturgia joven. Es- cia en la historia de la salvación - II. Momentos del sentido de lo humano: este fenó- de la conversión cristiana, pero al
critos sobre pastoral litúrgica, Caracas 1975; más relevantes de la tradición - III. El nuevo meno, aunque en sí mismo no es ne- menos muestra que ni siquiera el
Arns E.P., La liturgia, centro de la teología y de "Ordo Paenitentiae": 1. Luces y sombras: a) El hombre emancipado y secularizado
la pastoral, en G. Baraúna, La sagrada liturgia planteamiento histórico-salvífico-trinitario de gativo, manifiesta, sin embargo, la
fondo, la dimensión comunitario-eclesiológica, tendencia a ver el pecado como una ha vencido el temor, la inquietud, la
renovada por el concilio, Studium, Madrid
1965, 353-376; Bouyer L., Corrientes de espiri- la centralidad de la palabra de Dios, b) Límites ofensa al hombre y a resaltar sola- búsqueda, la necesidad de certezas e
y lagunas; 2. Posibilidades del nuevo rito: a) Su incluso de perdón.
tualidad y de pastoral litúrgica, en "Liturgia" adaptabilidad, b) Interrogantes sobre su efectiva mente su dimensión humana y social
18 (1963) 184-189; Concilio Pastora) de Galicia, utilización en España - IV. Para una pastoral (cf RP 43) \ A esto se debe añadir la
La liturgia renovada en la pastoral de la Iglesia, de la penitencia: 1. Evangelizar los valores pro-
Santiago de Compostela 1976; Delegados dio-
carrera hacia el bienestar, no sólo Conscientes de las especiales difi-
fundos del sacramento de la misericordia; 2. Una
cesanos, Conclusiones del Symposium Phase- celebración auténtica; 3. Celebración y compro- favorecida, sino dirigida y confirma- cultades que provienen de la situa-
100, en "Phase" 100 (1977) 345-346; Floristán miso de crecimiento espiritual; 4. Sugerencias da por la técnica más refinada y per- ción ambiental y de los grandes re-
C , Dificultades de la pastoral litúrgica ante el para una verdadera renovación penitencial. suasiva que sabe utilizar la actual so- cursos pastorales del nuevo Ritual
Penitencia 1603 Penitencia
1602
de la Penitencia, que permanecen to- La predicación profética se dirige II. Momentos más relevantes ción; praxis que fue codificada por
davía en gran parte sobre el papel, ante todo al conjunto de la comuni- de la tradición Trento —que insistió mucho sobre
preferimos dar a nuestra contribu- dad santa de Israel, sin exceptuar en la función del sacerdote como médi-
ción un matiz marcadamente pasto- sus llamadas y reproches a sus jefes A lo largo de su historia, la iglesia co y juez y sobre los actos del peni-
ral, haciendo referencia a los diver- y dirigentes políticos y religiosos; ha conocido diversas condiciones y tente (contrición, confesión y satis-
sos estudios especializados para las poco a poco, sin embargo, la mirada modos de explicar esta mediación facción) y recomendó la denomina-
muchas cuestiones histórico-litúrgi- se dirige a todo el horizonte de las sacramental. Se ha hablado justa- da confesión de devoción 4 — y ha
cas y doctrinales, de las que aquí so- naciones paganas, que un día se con- mente de una triple evolución en la llegado hasta nosotros.
lamente vamos a hacer algunas alu- vertirán también y entrarán en el disciplina penitencial de la iglesia: de
siones. banquete final junto con los prime- una celebración pública a una cele- Analizando la más reciente praxis
ros invitados. En los umbrales del bración privada de la penitencia; de penitencial de la iglesia a la luz de la
NT, el último de los grandes profe- una reconciliación con la iglesia, tradición, K. Rahner pudo hablar de
I. Conversión y penitencia tas, san Juan Bautista, inicia su mi- permitida solamente una vez, a una cinco "verdades olvidadas": en rela-
en la historia de la salvación nisterio y lo desarrolla casi total- celebración frecuente del sacramen- ción con el aspecto eclesiológico del
mente en torno a este tema con una to, entendida como ayuda-remedio pecado, con el significado original
El pecado apareció en el origen urgente llamada a la conversión con para la vida del penitente; de una de "legare", con la materia del sacra-
mismo de la historia humana; por vistas a "preparar el camino del Se- expiación, previa a la absolución, mento, con la oración de la iglesia y
esto, en la realización concreta de su ñor" (cf Me 1,2-5 y par.). Inmediata- prolongada y rigurosa, a una satis- con la reconciliación eclesial5.
plan de salvación, Dios se ha pre- mente después, Jesús se inserta y une facción, posterior a la absolución, Después de un estancamiento
ocupado de quitar y curar esta anti- explícitamente a esta llamada, pro- leve y poco vinculante K multisecular en la disciplina peniten-
gua servidumbre, como la llama la clamando el gran acontecimiento de- cial de la iglesia, del Vat. II han lle-
liturgia (colecta del martes de la pri- cisivo para la elección de todos: "Se No es necesario que nos alargue- gado no sólo los criterios para la re-
mera semana de adviento), para alla- ha cumplido el tiempo, y el reino de mos en la reconstrucción de la histo- visión de los ritos y de la fórmula del
nar el camino a la reconciliación ple- Dios es inminente. Arrepentios y ria de la praxis penitencial de la igle- sacramento de la penitencia (cf SC
na y al restablecimiento de la alianza creed en el evangelio" (Me 1,15). sia, sobre la que existen buenos es- 72), sino también la importante re-
de amor interrumpida por nuestros Jesús se presenta como aquel que tudios [/ infra, bibl.]. Bastará un cuperación de la comprensión ecle-
primeros padres y retomada con la libera a los hombres de la esclavitud recuerdo sintético de las tres fases, siológica de la penitencia cristiana
vocación de Abrahán. del pecado y de la muerte; frecuente- en las que se divide ordinariamente: (cf LG 11). El nuevo Ordo Paeniten-
mente perdona él mismo los pecados fase de la penitencia pública (ss. I- tiae, publicado en 1974, después de
Los profetas especialmente fueron (cf sobre todo Me 2,1-12; 2,13-17; vi), que nosotros conocemos suficien- un difícil trabajo de preparación,
los grandes heraldos de este deseo Le 19,1-10; 7,36-50; Jn 8,3-11) y afir- temente sólo desde el s. m, permitida aun revelando límites y discordan-
divino: no cesan de denunciar los ma con fuerza que "el Hijo del hom- una sola vez en la vida y reservada a cias, se inspira en una visión teológi-
pecados del pueblo infiel e ingrato bre tiene poder (exousía) para per- los pecados más graves, caracteriza- ca renovada y promueve una praxis
frente a los abundantes beneficios y donar pecados sobre la tierra" (Me da por un largo y difícil camino de articulada en tres formas penitencia-
al amor tan tierno y atento recibidos 2,10). Esta misión que ha recibido expiación que concluía con una re- les: la celebración individual con acu-
de Dios; hacer continuas llamadas a del Padre quiere que continúe en su conciliación eclesial a través del mi- sación y absolución individuales;
la necesidad de conversión, que no iglesia: manda a los doce a hacer lo nisterio del obispo, con la presencia una celebración comunitaria con acu-
puede consistir sólo en ritos y gestos que él ha hecho (cf Me 3,13-15) y de toda la comunidad cristiana; fase sación y absolución individuales y,
externos, sino que exige, además de transmite a los discípulos su "po- de la penitencia tarifada (ss. VII-XI), en fin, una celebración comunitaria
un radical cambio de conducta para der". Esto se ve más claramente en que se fue difundiendo poco a poco con absolución general, reservada a
conformarse con la voluntad de el gran texto juanista de la tarde de siguiendo la nueva situación cultural los casos de necesidad determinados
Dios y con sus mandamientos, una pascua (Jn 20,21-23), texto al que se y pastoral, repetible, con una satis- por el obispo diocesano, de común
transformación radical en lo más ín- ha referido toda la tradición cristia- facción tarifada, es decir, prefijada acuerdo con los otros miembros de
timo del hombre; en el fondo, esta na y en el que el concilio de Trento según una jerarquía de los pecados, la conferencia episcopal, con la obli-
transformación se manifiesta como (DS 1670) ve el fundamento del sa- seguida de una reconciliación pri- gación de acusarse de los pecados
don de Dios y de su Espíritu: final- cramento de la penitencia. La iglesia vada a través del ministerio de un graves en una confesión individual
mente, Dios puede escribir su ley en no ha cesado nunca de predicar la sacerdote; fase de la penitencia pri- posterior. Comienza así una nueva
el corazón del hombre y, además, conversión y la penitencia, y se ha vada (del s. XI en adelante), con la fase en la historia de la penitencia
darle "un corazón y un espíritu nue- considerado siempre dispensadora confesión a un sacerdote y la recep- cristiana, que está madurando fati-
vo" para los tiempos mesiánicos (Ez de la gracia del perdón, merecida ción inmediata de la absolución des- gosamente en las comunidades cris-
11,19; cfJer 31,31-34). por Cristo de una vez para siempre. pués de aceptar una ligera satisfac- tanas.
Penitencia 1605 Penitencia
1604
III. El nuevo "Ordo Paenitentiae" épocas debe suscitar y dirigir sabia- mación de la victoria pascual de Cris- sigue paso a paso a lo largo de todo
mente en el pueblo de Dios, como to sobre el pecado (RP 1). Diversas el itinerario que conduce a Dios, en
1. LUCES Y SOMBRAS. Apenas el "fiel administradora de las insonda- lecturas y textos eucológicos no ha- el seno de la comunidad de los her-
OP se hizo de dominio público, no cen sino reforzar esta idea central. manos. Este texto, tan importante,
bles riquezas de Cristo y de la ilimi- termina precisando que la "misma
faltaron las valoraciones de tono di- tada misericordia del Padre". Lo mismo sería preciso decir de la
verso en numerosas revistas, espe- acción peculiar del Espíritu Santo en iglesia ha sido constituida instru-
cialmente las más interesadas por este sacramento: el hecho mismo de mento de conversión y absolución
a) Para un examen atento, son que un penitente llegue contrito al del penitente por el ministerio entre-
nuestro campo, así como en algunos numerosos los valores positivos que
volúmenes escritos, generalmente en confesonario quiere decir que es "mo- gado por Cristo a los apóstoles y a
emergen del nuevo rito. Ante todo, vido por el Espíritu Santo" (RP 6), sus sucesores" (RP 8; véanse tam-
colaboración, por especialistas. Se a nadie le escapa la importancia que
han puesto de manifiesto numerosos aunque no lo advierta explícitamen- bién los nn. 5; 9; 19). Es una pena
se debe atribuir a un texto como el te; y es el mismo Espíritu, dado que de este contexto haya desapare-
aspectos positivos junto a carencias de los Praenotanda, aunque un estu-
y formularios poco felices, especial- "para la remisión de los pecados" cido algún hermoso texto patrístico
dio serio no debe separarlo o aislarlo (fórmula de absolución), el que vuel- (por ejemplo, de Agustín), donde se
mente si se tiene en cuenta el lengua- del conjunto y menos de la riqueza
je y la mentalidad teológica actual y ve a consagrar su templo, es decir, la mostraba cómo en el conjunto del
ofrecida por la eucología, a pesar de persona del cristiano (RP 6d). proceso de la reconciliación, hasta
los caminos concretos que la praxis habérsela reducido o empobrecido
pastoral está buscando, al menos en la absolución impartida por los legí-
progresivamente a lo largo de las su- timos sacerdotes, existe siempre la
algunos ambientes más vivos. cesivas redacciones. La dimensión comunitario-ecle-
siológica, tan sentida y marcada en unitas ecclesiae que está presente y
El texto mismo del OP provoca Haremos referencia a la edición actúa sobre y con el penitente. Por
juicios y reacciones opuestas: de he- castellana Ritual de la Penitencia la penitencia antigua, en la praxis
corriente (hasta ahora) e incluso en el contrario, nos parece fuera de lu-
cho, en muchos puntos manifiesta la con la sigla RP. gar pretender que el RP pueda diri-
intención precisa y firme de confir- Salta inmediatamente a la vista el la conciencia de muchos confesores
y penitentes, quedaba muy en la som- mir la conocida controversia teoló-
mar como típica la praxis tridentina planteamiento de fondo histórico-sal- gica sobre si \apax cum ecclesia sea
de la confesión privada, pero no ra- vífico-trinitario del tema, que se ex- bra por causa de una comprensión
preferentemente individualista e in- la "res et sacramentum" a través de
ras veces, tanto en los Praenotanda plícita desde los nn. 1-5 del RP, vuel- la cual se recibe la pax cum Deo:
como en el rito, los horizontes se ve muy a menudo después y está pre- timista del sacramento. ¿Queda re-
suelto el problema en el RP? No, con el Vat. II (LG 11), el RP(n. 4) se
amplían; se nota la conciencia de sente en toda la eucología, en primer limita a afirmar que el penitente, al
una realidad mucho más amplia y lugar en la "fórmula de absolución" por cierto, de un modo totalmente
satisfactorio o adecuado. Pero si, recibir el perdón de Dios, se reconci-
compleja que, por una parte, refleja (RP 1020) central, ampliada e inser- lia a la vez (simul) con la iglesia,
una evolución histórica larga y bas- tada explícitamente en tal contexto. prescindiendo del modo como se
haya llevado a la práctica en España, que había sido herida por su peca-
tante diferenciada según tiempos y He aquí otro ejemplo: "...el Padre do.
lugares y, por otra, una situación pas- acoge al hijo que retorna a él, Cristo se considera el libro litúrgico RP en
toral actual extremadamente difícil toma sobre sus hombros la oveja sí, el cual, sobre los tres ritos pro-
y diversificada, si se compara con la perdida y la conduce nuevamente al puestos, organiza dos de ellos como Otro valor de primer orden, recu-
situación estática de la cristiandad redil, y el Espíritu Santo vuelve a celebraciones comunitarias (RP perado en la nueva celebración del
de ayer. santificar su templo o habita en él ce. 2 y 5) —con la precisa intención, sacramento, se encuentra en el lugar
con mayor plenitud..." (RP 6, d; manifiesta ya en el decreto introduc-
torio, "ut in luce ponatur aspectus y en la función atribuidos a la pala-
El esfuerzo de los redactores cf un texto semejante en el n. 5). bra de Dios, no sólo por el rico lec-
communitarius sacramenti"^(desgra-
—creemos que bueno, aunque en los Más en particular se podría sub- ciadamente, el decreto no aparece en cionario propuesto (se indican más
hechos y en los condicionamientos rayar el hecho de que la penitencia la traducción castellana)—, no po- de ochenta lecturas, con la adverten-
ha podido tener más o menos éxi- se coloque en el centro de la historia dremos menos de reconocer que esto cia de que pueden ser escogidas tam-
to— tendía a concordar en la medi- salvífica, es decir, en el misterio pas- es ya un hecho importante que va bién otras según las circunstancias),
da de lo posible las diversas tenden- cual de Cristo, con las palabras mis- mucho más allá de la situación ante- sino por el principio mismo que se
cias y salir al encuentro de las ne- mas de la absolución (RP 19 y 102), rior. Pero se dice también de modo formula: "Es conveniente que el sa-
cesidades reales del que vive en con- e incluso con la exhortación que el explícito que "toda la iglesia, como cramento de la penitencia empiece
tacto con los hombres y con las co- sacerdote dirige al penitente para pueblo sacerdotal, actúa de diversas con la lectura de la palabra. Por ella
munidades de hoy. El resultado fi- que tenga conciencia de ser renova- maneras al ejercer la tarea de recon- Dios nos llama a la penitencia y con-
nal, aunque imperfecto, no está exen- do en y mediante ese misterio (cf RP ciliación", porque llama y prepara a duce a la verdadera conversión del
to de buenos frutos ni carente de 94). Es más, todo el conjunto de la la conversión, intercede por el peca- corazón" (RP 24). El texto citado se
significado para aquel camino de con- celebración sacramental se presenta dor con su mediación materna y lo refiere directamente a la celebración
versión que la iglesia de todas las desde el comienzo como una procla- comunitaria (esquema II); pero, "si
Penitencia 1606 1607 Penitencia

parece oportuno", se recomienda la bida después la remisión de los pe- con nosotros una verdadera relación la reconciliación, en la confessio lau-
lectura de un texto de la Escritura cados, "el penitente proclama la mi- de Padre a hijos, reconciliándonos dis final, del mismo modo que las
también en la celebración individual sericordia de Dios y le da gracias con él en su Hijo y con la comunidad parábolas y las escenas evangélicas
de la penitencia, por parte del confe- con una breve aclamación tomada de los hermanos, abriéndonos así de encuentro de Jesús con los peca-
sor o bien por parte del penitente, al de la Sagrada Escritura" (RP 20 y a un nuevo proyecto de vida que dores y las pecadoras acaban siem-
menos como preparación para el sa- 103). Y si este recurso a la palabra transforma todas nuestras relacio- pre en fiesta y cánticos (e incluso
cramento, si no es posible en el curso de Dios se inculca para el momento nes, tanto verticales como horizon- ¡danzas!), por la experiencia verda-
del mismo. La motivación que se da de la confesión individual, con mu- tales. deramente liberadora que recrea al
para ello es bastante significativa: cha mayor fuerza se insiste para Desde este punto de vista se com- hombre desde dentro y lo lanza ha-
"Por la palabra de Dios el cristiano todo el conjunto de la celebración prende la crítica que tan frecuen- cia un nuevo futuro.
es iluminado en el conocimiento de comunitaria (véase, por ejemplo, RP temente se ha hecho a las Normae Si el confesor y el penitente com-
sus pecados y es llamado a la con- 24-26), donde todo el significado del pastorales circa absolutionem sacra- prenden bien estos valores de fondo,
versión y a la confianza en la miseri- sacramento, con la homilía y el exa- mentalem generali modo impertien- es imposible que todo quede limita-
cordia de Dios" (RP 17). En la mens men consiguiente, se plantea en es- dam (16-6-1972), de la Sagrada Con- do al ritual, a lo acostumbrado, anó-
del nuevo rito todo el proceso de la trecha dependencia de la palabra de gregación para la doctrina de la fe 6 nimo y estereotipado, como se acusa
conversión se sitúa bajo la luz y la Dios. Si, además, se tiene en cuenta —que necesariamente condiciona- a una cierta praxis tradicional, tanto
fuerza del Verbum Dei, igual que su- todo lo que se ha dicho sobre las ron después el Ordo Paenitentiae de confesiones en masa como devo-
cedía en la antigua predicación pro- celebraciones penitenciales no estric- (1974)—, por el hecho de que no re- cionales. La palabra, valorada en se-
fética, retomada por Juan Bautista y tamente sacramentales, sino prepa- conocen valor de sacramentalidad a rio, arroja una luz nueva sobre todo
por Jesús en persona en los umbrales ratorias al sacramento (RP 36-37), las celebraciones penitenciales co- el conjunto e implica en primera per-
del NT, y que hoy encuentra su con- que se han de celebrar quizá durante munitarias (n. I). Las Normas las sona a los actores para una mejor
tinuación en la iglesia: "Desde en- los tiempos litúrgicos fuertes o antes contemplan, como mucho (n. X), comprensión de los diversos mo-
tonces la iglesia nunca ha dejado ni de las grandes fiestas (cf RP, apéndi- como preparación pedagógica (ex- mentos y textos (piénsese en la den-
de exhortar a los hombres a la con- ce II), puede afirmarse que el puesto trínseca) al verdadero sacramento, sidad de la nueva "fórmula de la ab-
versión ni de significar, por medio y la atención concedidos a la palabra como si en todo el proceso de la con- solución"), para una elección más
de la celebración de la penitencia, la de Dios pueden llegar a ser un ele- versión cristiana, hasta el vértice de variada de los elementos que se tie-
victoria de Cristo sobre el pecado" mento central para renovar verda- la absolución sacramental, no fuese nen a disposición (baste recordar la
(RP 1). Así, la llamada para volver a deramente el modo de comprender y la palabra de Dios, bajo la acción riqueza ofrecida por las lecturas y
Dios, la revelación de su corazón de practicar este sacramento: de la idea del Espíritu Santo, la que nos tocase por el apartado eucológico) y para
Padre, siempre esperando, para abra- que así se forma del pecado al rela- el corazón y nos abriese interiormen- una adaptación más realista a las per-
zarnos como hijos, el descubrimien- tivo examen de conciencia y acusa- te para acoger los tesoros de la mise- sonas, asambleas o circunstancias en
to de la verdadera naturaleza del pe- ción que se hace en la confesión, a la ricordia del Padre que Jesús ncs ha las que se encuentra.
cado dentro de una estructura de relación de todo el conjunto con la revelado y adquirido con su sangre,
alianza y la apertura de una nueva Y si cambia la comprensión de fon-
vida real del cristiano. Si este medio insertándonos en un nuevo proyecto do, se renueva todo el clima y el es-
posibilidad de vida en su amor, bro- se revaloriza, se encontrará el verda- de vida dentro de la comunidad de
tan de la escucha y del encuentro tilo de la celebración de parte del fiel
dero camino para superar el tantas los hermanos. y del confesor. Éste tiene ciertamente
con la palabra de Dios (cf RP 4-6; 8- veces deplorado empobrecimiento
9; 17-18). conciencia de perdonar los pecados
del sacramento, donde todo se mue- con una especial autoridad de Cristo
ve en el plano más o menos legalísti- Sin este encuentro personal con
Dios a través de la palabra es difícil y por la fuerza del Espíritu Santo;
Durante la misma celebración co- co-jurídico de la infracción de la ley, pero, dada la implicación tan pro-
con el ansia de confesar todo y de que una determinada praxis sacra-
munitaria, a la lectura bíblica se aña- mental heredada del pasado salga funda exigida al mismo tiempo a la
de la homilía con una pausa de si- recibir a cambio una absolución cua- persona del penitente, los dos se
si-mágica, para después volver a la fuera de la esfera legalística o ritual
lencio y el examen de conciencia, para ascender a un nivel propiamen- sienten concelebrantes en un aconte-
para penetrar totalmente en su sen- vida real en cuanto se ha cerrado el cimiento que es mayor que ellos; es
paréntesis ritual que deja todo como te teologal, que es el nuestro, el cual
tido (RP 25-26 y 128-129). En el acto implica siempre una confessio fidei más, juntos son actores de una misma
de contrición, con el cual el peniten- antes. Muy diversos pueden ser los "liturgia de la iglesia, que se renueva
resultados para quien se deja inter- en el contexto del horizonte salvífi-
te pide a Dios Padre perdón de sus co-trinitario-eclesial y una verdadera continuamente" (RP 11), es decir, de
pecados recitando una oración, "es pelar personalmente por la palabra esa ecclesia semperpurificando et re-
de Dios, que cuestiona nuestra vida, confessio peccatorum "ante ti, Pa-
conveniente que esta plegaria esté dre, y ante vosotros, hermanos", ter- formando, que está en estado de
compuesta con palabras de la Sa- mientras nos llama insistentemente continua conversión en todos sus
a la conversión y quiere restablecer minando después, como por una ne-
grada Escritura" (RP 19 y 95); reci- cesidad intrínseca, con la alegría de miembros sin excepción. Nos sitúa-
1609 Penitencia
Penitencia 1608
entre todos) la celebración del sacra- podía expresar la riqueza de conte-
mos aquí bastante más allá del plano tencia, con la implicación y partici- mento de la penitencia dentro del sa- nido que en la misma tradición ha-
puramente moral-jurídico e indivi- pación de todo el pueblo sacerdotal crificio eucarístico, mientras que la bían recibido diversas denominacio-
dualista-formal, como si se tratase en todas las etapas del proceso de unión eucaristía-reconciliación es in- nes para subrayar ora uno, ora otro
sólo de un rito que el sacerdote rea- conversión y reconciliación; pero lle- trínseca a la naturaleza profunda de aspecto. A veces, sin embargo, uno
liza sobre un sujeto más o menos ga la desilusión cuando se observa el los dos sacramentos. Con la acos- recibe la impresión de que existiera
pasivo. Las categorías tridentinas del orden mismo con que en el RP se tumbrada incoherencia se afirma des- una yuxtaposición desorganizada,
"tribunal" y del "confesor-juez" vuel- han dispuesto los capítulos o diver- pués, y muy felizmente, que la euca- donde lo nuevo y lo positivo no fal-
ven a confirmarse, pero en el con- sos modos de celebración y, en clara ristía es "cumbre de la reconciliación ta, pero encuentra a menudo el con-
texto de un sentido pastoral vivo y discordia incluso con un solemne con Dios y con la iglesia" (RP, apén- trapeso o el freno de un "sí, pero...".
concreto que hace referencia explíci- enunciado del concilio (SC 26-27), dice II, n. 338). Obviamente se po- El RP es, pues, un texto que, tan-
ta y repetidamente al Cristo buen se coloca en primer lugar el rito de dían dictar algunas cautelas discipli- to para su correcta interpretación
pastor del evangelio; o bien la figura la reconciliación individual; es más, nares a este respecto, pero establecer como para una inteligente puesta en
del juez se completa con la del pa- se tiende a presentarlo como el ver- una separación absoluta va contra práctica, exige una particular aten-
dre-maestro-médico de las almas, dadero (por no decir el único) tipo la naturaleza de las cosas. ción por parte del teólogo, del litur-
"hombre del Espíritu", con cuyo de celebración sacramental. Así tam- gista y del pastoralista. Quizá no esté
Espíritu el sacerdote debe sentirse bién, resulta extraño elaborar y pro- Otra constatación evidente es que bien el pedirle ciertas clarificaciones
siempre en intimidad y dependencia poner oficialmente dos modos de ce- a lo largo de toda la exposición de o sistematizaciones de fondo que no
para tener su caridad, su pureza de lebración para un grupo de peniten- los principios y de las aplicaciones son de su competencia. En / supra,
corazón y humildad y su luz sobre- tes (RP, ce. II y III), con la intención se alternan y se entrecruzan dos teo- III, l, a, se ha aludido a la cuestión
natural para el discernimiento de las declarada de "manifestar el aspecto logías: por una parte, en algunos sobre el nexo preciso entre pax cum
almas (RP 6-11). comunitario del sacramento" (decre- textos, y especialmente en muchas Deo y pax cum ecclesia; aquí se pue-
to introductorio, texto latino), y des- prescripciones concretas, está claro de añadir la cuestión sobre el mode-
En suma: el plano de las grandes pués constatar que el tercer esquema el deseo de mantenerse en la línea de lo exacto de interpretación y la clave
verdades teológicas empapa todo e queda prácticamente bloqueado la teología clásica sin abandonar la esencial que explique la especificidad
influye también a nivel celebrativo y por un rígido complejo de leyes y praxis penitencial postridentina; por de este sacramento: la victoria sobre
pastoral, con un notable enriqueci- prohibiciones, y el segundo resulta otra, en algunos números de plan- el pecado, ¿se explica en el marco de
miento y ampliación de perspectivas prácticamente un híbrido, incluso teamiento más general y en muchos la alianza (matrimonial-eclesial-bau-
y de comportamientos concretos. en aquello que no era necesario; en pasos que se repiten frecuentemente, tismal-eucarística, en una palabra:
Todo esto, al menos a nivel objetivo, efecto, aun manteniendo como in- como también en algunos elementos pascual), o bien en la dirección mo-
debe ser puesto de manifiesto en el dispensable la acusación secreta e in- que pertenecen a la estructura del ral-jurídica? Respuestas de este gé-
texto del RP, aunque queden en di- dividual para cada uno de los pe- rito y a la eucología, aflora el esfuer- nero creemos que pueden pedirse, si
versas partes las normales incon- cados graves, ¿qué dogma impedía zo de superar la visión escolástico- es posible, a la reflexión teológica
gruencias, vacíos y distancias por re- impartir después una absolución ge- tridentina, un poco restringida, para atenta a la praxis penitencial vivida
llenar para llegar eficazmente al ni- neral a todos los penitentes bien dis- abrirse a la tradición y a la praxis por toda la tradición de la iglesia,
vel de la aplicación práctica. puestos, reservando así la cumbre penitencial más antigua y universal, tanto diacrónica como sincrónica-
del sacramento a la celebración ver- mientras que al mismo tiempo se mente, sin olvidar la dimensión ecu-
daderamente eclesial-comunitaria? atiende y se quiere salir al encuentro, ménica (especialmente de las iglesias
b) Si nos queremos detener aho- Quizá algunas veces la incongruen- orientales).
ra más directamente en los límites y en cuanto es posible, de los proble-
cia se invierte entre las dos partes: mas y de las exigencias que surgen
lagunas más subrayados en estos así, al comienzo de los Praenotanda
años por teólogos, liturgistas y pas- en nuestro tiempo, tan lejano en al-
(RP 2) se encuentra una alusión al gunos aspectos de la mentalidad y 2. POSIBILIDADES DEL NUEVO
toralistas, podemos recordar entre nexo importante que une la peniten- RITO. Del análisis del nuevo RP,
los elementos más comunes de las de las prácticas religiosas del pasado.
cia con el bautismo-eucaristía, y des- La coexistencia de dos "mundos" cul- como se ha visto, no es difícil hacer
diversas críticas una insuficiente ar- pués en el resto se evita casi total- surgir valores y defectos.
monización o incluso incoherencia turales y religiosos diversos se refleja
mente el tema, mientras que en la también en la misma terminología
entre algunos enunciados positivos parte eucológica (y en los apéndices) a) Entre los valores, creemos
de los Praenotanda y la aplicación adoptada, comenzando por los nom-
una búsqueda diligente podría poner bres usados para este sacramento (pe- que deben incluirse sustancialmente
concreta que reciben en la parte ri- de manifiesto textos y alusiones sig- los nn. 38-40 de los Praenotanda so-
tual. Por dar un ejemplo: es impor- nitencia-reconciliación); y esto quizá
nificativos. Lo más difícil de aceptar, con resultados no del todo negati- bre las "adaptaciones del ritual a las
tante ver afirmada, como principio salvo por razones disciplinares, es el diversas regiones y circunstancias";
general, la dimensión esencialmente vos, en cuanto que ningún término
ostracismo en que cae (único caso adaptación que, si tiene unos límites
eclesial del sacramento de la peni-
Penitencia 1610 1611 Penitencia
precisos fijados por las Normae que compromete tan íntimamente a tro de la iglesia, que debe aparecer tras comunidades de encontrar una
mencionadas [/ supra, III, 1, a], la persona y a la comunidad concre- siempre en estado de conversión en relación intrínseca entre nuestras
para un estudio más atento deja un ta que se tiene delante. Referente a virtud de lo que es y de lo que debe- instrucciones o celebraciones peni-
notable margen de espacio libre a esto, sería oportuno leer también lo ría ser; finalmente, darían posibili- tenciales y la vida real de cada día, a
tres niveles: de conferencias episco- que en RP, apéndice II, nn. 292-293, dad a todos de comprender la natu- la que también aluden los Praeno-
pales, de obispos diocesanos indivi- se recomienda fundamentalmente raleza eclesial de un sacramento que tanda (RP 18; 20)? Aquí se deja am-
duales y de ministros confesores par- para las "celebraciones penitencia- en estos últimos siglos ha sido man- plio espacio a la sana creatividad
ticulares. les" simples, pero que, a la luz de tenido exclusiva y celosamente en la para inventar, quizá en diálogo con
En los dos primeros niveles, en el RP 40, puede servir para cualquier esfera de lo íntimo y de lo privado; los mismos fieles, gestos concretos y
fondo no hay otra cosa obligatoria e celebración. En ese apéndice se ex- aunque, evidentemente, siempre la verdaderamente significativos de con-
intangible que el conservar "integral- horta a tener en cuenta "las con- persona con toda su responsabilidad versión, de caridad, de paz y de per-
mente la fórmula sacramental" (RP diciones de vida, el modo de expre- deberá sentirse implicada, sin refu- dón mutuo, según las diversas situa-
38c). Para todo lo demás, incluida la sarse [¡lenguaje!] y las posibilidades giarse en el colectivo, dado que la ciones que se dan dentro de la co-
composición eventual de nuevos tex- receptivas" de cada una de las co- iglesia es "comunidad de personas", munidad, de la familia, del barrio o
tos más apropiados por parte del munidades o grupos, y a organizar y no sociedad anónima. de la sociedad más amplia, donde
pueblo y de los ministros, el camino en consecuencia las celebraciones es- Análogos interrogantes se podrían no faltan ocasiones de conflictos o
está libre. Sobre la confesión genéri- cogiendo los textos mejor adapta- hacer, dirigiéndonos a todos, en re- de tensiones causados por intereses,
ca y la absolución general (III es- dos. Los esquemas de celebración lación con la riqueza inmensa y las ideologías, opciones políticas diver-
quema) están las conocidísimas res- aquí propuestos, pues, deben consi- posibilidades explosivas encerradas sas y personalismos de todo tipo.
tricciones que se recuerdan en RP derarse "un subsidio puramente in- en la palabra de Dios como clave ¿Por qué no preguntarse nunca, por
39; pero, como muestra el ejemplo dicativo" (en latín: quasi specimina indispensable de la renovación peni- ejemplo, qué significa un sacramen-
de diversos episcopados extranjeros, intelligenda, y así se expresa también tencial: ¿Qué han hecho en este sen- to de la reconciliación celebrado
la interpretación de las mismas pue- el título latino que está al principio tido los pastores, los confesores, los poco antes de la pascua o en otra
de ser más o menos amplia. En Es- del apéndice II en el OP: Specimina penitentes, las mismas comunidades circunstancia parecida, si la atmós-
paña, a este nivel, no se ha abordado celebrationum paenitentialium), que y, en primer lugar, las comunidades fera está envenenada, incluso entre
a fondo el problema con todo el es- se debe adaptar caso por caso a las religiosas? El axioma de los Praeno- los cristianos que frecuentan la mis-
tudio y la competencia necesarios. condiciones concretas y precisas de tanda (RP 24) recordado [/supra, ma iglesia o la misma mesa eucarís-
Para los confesores, especialmente cada comunidad. III, 1, a], que supone que todo el tica? ¿Quién creerá a estos cristianos
para los párrocos, los Praenotanda proceso penitencial parte de la es- que se consideran perdonados, y
se expresan así: "En la celebración b) Ampliando el discurso a to- cucha de la palabra, habría podido muchas veces, por Dios, pero que
de la reconciliación, sea individual o das las posibilidades ofrecidas por el tener muchas más aplicaciones, al no saben perdonar para convertirse
comunitaria (han de procurar) adap- rito en los diversos esquemas y tex- menos en las comunidades espiri- en "constructores de paz"? Se trata
tar el rito a las circunstancias con- tos propuestos, es el momento de pre- tualmente más preparadas y com- aquí de crear una relación cada vez
cretas de los penitentes, conservando guntarse qué se ha realizado verda- prometidas. Pero ¿qué han hecho los más estrecha entre sacramento y
la estructura esencial y la fórmula deramente o se ha intentado realizar mismos responsables para que las vida; y esto a nivel personal, comu-
íntegra de la absolución; así, pueden seriamente en España, comenzando cosas vayan en esta línea, según la nitario y social. Se comprende en-
omitir algunas partes, si es preciso por las celebraciones sacramentales inapreciable indicación, teológica y tonces cómo los sacramentos no afec-
por razones pastorales, o ampliar comunitarias, que también la iglesia pastoral, del RP? Quizá se ha hecho tan sólo al bien y al progreso espiri-
otras, seleccionar los textos de las ha organizado "ut in luce ponatur alguna cosa o se ha intentado hacer tual de cada uno en sí mismo o en
lecturas o de las oraciones, elegir el aspectus communitarius sacramen- en algunos grupos. Pero, en gene- relación con un Dios colocado sobre
lugar más apropiado para la cele- ti". ¿Es lícito dejar a muchas de ral, ¿las comunidades eclesiales han las nubes: por su naturaleza intrín-
bración según las normas estableci- nuestras comunidades (¿cuántas?, ¿la comprendido y se han convertido, seca, los sacramentos son y deben
das por las conferencias episcopales, mayor parte?) totalmente fuera de confiándose al poder de la palabra llegar a ser constructores de comu-
de modo que toda la celebración sea esta posibilidad y experiencia? Y sin de Dios? Hay mucho que meditar nidad, de armonía fraterna, de ayu-
rica en contenido y fructuosa" (RP embargo, de esas celebraciones pue- aquí por parte de los pastores y de da recíproca, e incluso de reconcilia-
40). Como se ve, lo que aquí también de derivar, de algún modo, la toma los guías del pueblo de Dios. Quizá ción cada vez que es necesario. El
se mantiene es "la estructura esencial de conciencia de la dimensión social se tiene mayor confianza en nuestras momento culminante de esta expe-
y la fórmula de la absolución"; en de ciertas culpas colectivas, donde palabras sobre Dios que en la escu- riencia cristiana se vive en la euca-
cuanto a lo demás, no sólo se posibi- está implicado también el pueblo cha directa de la palabra de Dios. ristía; pero también el sacramento
lita, sino que se insta a la adapta- cristiano; con ellas se puede proyec- del que hablamos, realizando la paz
ción, al tratarse de un sacramento tar nueva luz sobre el verdadero ros- Esto nos lleva a suscitar otra cues- con Dios y con la comunidad de los
tión: ¿Hemos sido capaces en nues-
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hermanos (cf RP 5) en el sentido ho- más original e infalible: Dios mismo más humanos concedidos por Jesús mero en exponer esta fecunda pers-
rizontal, constituye otro momento y su Hijo Jesús, revelación y encar- a la iglesia y a las almas. Damos pectiva). En la nueva alianza en que
fuerte, estrechamente emparentado nación suprema de la bondad del aquí, por esto, algunas líneas que vive el cristiano, después de la plena
además con el único sacrificio pas- Padre. Por esto, en cuanto la sede ayuden a la toma de conciencia y a revelación de que "Dios es amor"
cual, que es la fuente de todo. apostólica publicó el Ordo Paeniten- la catequesis, y hagan progresar la (1 Jn 4,8) y en Cristo "nos amó hasta
Finalmente, surge una pregunta se- tiae (el Decretum lleva la fecha de 2 reflexión y el esfuerzo de la renova- el fin"(Jn 13,1), las cosas no pueden
ria: la situación de inercia en la que de diciembre de 1973), la CEE pre- ción, incluso práctica, a partir de las ser diversas; es más, se agrava la va-
parece encontrarse la comunidad paró la edición castellana, que entró valiosas indicaciones y de la profun- loración del pecado; naturalmente,
eclesial española en el tema que nos oficialmente en vigor el 12 de febrero dización que ha tenido lugar en estos a condición de que el pecador haya
interesa, ¿se debe a los defectos reales de 1975. Poco después, en el marco últimos años, del Vat. II en adelante, tomado conciencia del don recibido.
del nuevo RP, o bien debe buscarse del plan general para la renovación en armonía con la sana doctrina ca- La revelación habla de un nuevo
la causa en nuestras comunidades, de la pastoral y de la praxis sacra- tólica de siempre, pero sin negar al- crucificar a Cristo (cf Heb 6,6), a ese
que no han sabido comprender ni mental, la misma CEE publicó el do- gunas lagunas reales del pasado que Cristo que el Padre nos ha dado en
valorar sus elementos positivos, pre- cumento: "Orientaciones doctrinales todavía pesan en la mentalidad co- un gesto supremo de amor (cf Rom
sentes de modo innegable en el nue- y pastorales sobre el Ritual de la Pe- mún. Ya el citado documento de la 8,32; Jn 3,16), en plena consonancia
vo rito, y que ofrecen no pocas posi- nitencia" (24-11-1978)'. Si hubo CEE sobre la penitencia subrayó la con la abnegación del Hijo, que se
bilidades de renovación y de camino algunos intentos para hacer com- "predicación de la fe para llamar a entregó por nosotros hasta la muerte
hacia delante? Las mismas mejoras prender las consecuencias y las posi- la conversión" (RP 57) y "el enlace (cf Gal 2,20; Ef 5,25; Flp 2,6-8).
que se pueden sugerir a las instancias bilidades del nuevo rito, se debe entre la palabra, la fe y el sacramen- Por tanto, el pecado del cristiano
competentes para que el rito se ade- reconocer, a distancia, que el rito to de la reconciliación" (RP 59). bautizado, que se sabe acogido y
cué mejor al sentido del sacramento mismo no ha producido en nuestras Por esto, se debe comenzar un pa- amado "como hijo en el único Hijo"
y a ciertas exigencias actuales pue- comunidades todos los frutos espiri- ciente trabajo desde la base. por la ternura del Padre, no podrá
den surgir no tanto de las discusio- tuales esperados. Excepto casos ais- Una primera clarificación concier- nunca reducirse a la simple infrac-
nes académicas o de arbitrarias hui- lados, no parece que la adopción del ne a la idea misma de pecado vista a ción de una ley abstracta o a la vio-
das hacia delante, sino de verdaderas nuevo RP, con sus "Premisas" tan la plena luz de la revelación. La lación de un código que le es extra-
experiencias pastorales que exploten ricas con vistas a un trabajo forma- ofuscación del sentido de Dios para ño: será siempre el pecado de un hijo
inteligentemente lo que contiene de tivo de base y con las posibilidades el hombre de hoy; el surgimiento del pródigo que desconoce la bondad y
positivo y, al mismo tiempo, pongan que ofrece para una celebración más "sentido de culpa" del que hablan los dones del Padre; el pecado de un
de manifiesto sus lagunas y proble- variada y adaptada a los casos parti- los psicólogos modernos, que es algo hijo que se sale y que de algún modo
mas: a todo esto podrán responder culares [/ supra, III, 1 y 2], y a pesar muy diferente del "sentido de peca- se extraña de la casa y de la familia
las autoridades responsables, según del comentario teológico-pastoral do"; tal vez la insuficiente formación común, es decir, se distancia de la
el principio que iluminó todas las de- mencionado que hizo la CEE, haya catequística recibida en la infancia, comunidad de los hermanos; en vez
cisiones del concilio y el camino mis- conseguido transformar realmente la que acentuaba el aspecto sobre todo de tomar parte viva y activa en la
mo de la reforma litúrgica: bonum comprensión y la praxis de este sa- legal del pecado mismo..., exigen obra común de la iglesia, con su com-
animarum suprema lex. cramento en España, tanto por parte que se vuelva a examinar lo que sig- portamiento, especialmente si es gra-
de los confesores en general como nifica el término pecado en una justa ve, la deshonra y la hiere, disminuye
de los penitentes, ni siquiera en las y completa perspectiva cristiana. Ya su belleza de esposa y oscurece e impi-
zonas más tradicionalmente católi- los profetas del AT intuyeron la na- de, por su parte, su luminosa irra-
IV. Para una pastoral cas y ricas en tantos valores. Es ne-
de la penitencia turaleza específica y la gravedad del diación sobre el mundo. Para nos-
cesario que el tema no se deje caer pecado de Israel a partir de la expe- otros, llamados a la intimidad con
en el olvido, sino que se retome con riencia de la alianza, a la que Dios Dios, el pecado no puede presentar-
Varias veces en la historia de la decisión y sabiduría pastoral.
iglesia la confesión ha sufrido crisis. por pura gracia había llamado al pue- se sino como rechazo del amor inter-
Pero en la confusión general en la blo. Para definir esta culpa y esta personal, clausura y ruptura de una
que se debate hoy gran parte de la 1. EVANGELIZAR LOS VALORES responsabilidad, los profetas usan unión que la palabra de Dios no
humanidad, la iglesia puede y debe PROFUNDOS DEL SACRAMENTO DE LA un lenguaje muy fuerte: hablan de duda en describir con "todos los ma-
aparecer más que nunca como "co- MISERICORDIA. Es imposible que la infidelidad y de ruptura del vinculo tices del amor", que van de la fuerte
lumna y fundamento de la verdad" práctica sacramental se reavive y pro- del amor contraído por Dios; de ternura paterna a la invencible deli-
(1 Tim 3,15), maestra y guía segura, duzca los frutos esperados, si prime- traición y de adulterio, que rompe el cadeza del afecto maternal, hasta la
no por pretensión humana de los ro no se llegan a comprender los vínculo matrimonial entre Dios y su experiencia más íntima y profunda
que la componen, sino por la luz y la grandes valores que se ocultan en el pueblo (véase, por ejemplo, la histo- que conoce el amor humano en la
salvación que alcanza a la fuente que es uno de los dones más bellos y ria de Oseas, que parece ser el pri- intimidad indisoluble de los esposos,
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que forman "una sola carne". Toda ciones de la gente, toda la alegría cuanto acto infinito de amor de Dios de nuevo, sino para mantener siem-
la historia de la salvación no hace que Dios experimenta en perdonar y del que se nos hace partícipes, que pre presente y abierta en la iglesia
más que demostrar cómo la "espe- la fiesta de la que quiere hacer partí- cura y se opone a la actitud de rup- esa fuente perenne de misericordia
cial fuerza del amor [...] prevalece cipes a los ángeles del cielo, a los tura en la que nos sitúa el pecado, y, que nos reveló y abrió una vez de
sobre el pecado y sobre la infidelidad amigos y vecinos, de modo que entre por otra, transmite a los apóstoles parte del Padre. Así instituyó tam-
del pueblo elegido" (Juan Pablo II, cielo y tierra se celebre la comunión "el poder de perdonar los pecados", bién este medio para continuar su
Dives in misericordia, del 30 de no- plena del amor, restablecida después que es propio de Jesús (cf Mt 9,6-7). obra redentora y salvadora en la his-
viembre de 1980, n. 4) y de cada per- de la ruptura. Pero todo esto nos ha Para que los fieles tomen concien- toria, para los individuos y también
sona en particular. El Dios que se sido dado "a gran precio" (cf 1 Cor cia de lo que quiere decir pecado y para beneficio de la sociedad. En
reveló a Moisés es un "Dios clemen- 6,20); porque en el momento supre- entren en la dinámica de conversión- efecto, con los sacramentos, actos
te y misericordioso, tardo para la ira mo de la vida de Jesús, el Padre no penitencia, es indispensable que an- realizados por la iglesia en su nom-
y grande en benignidad y fidelidad" perdonó a su Hijo, sino que "le hizo tes sean evangelizados, es decir, lle- bre y con la fuerza de su Espíritu,
(Ex 34,6), en esa bondad que perma- pecado en lugar nuestro" (cf Rom guen a descubrir auténticamente a permanece siempre activo en el mun-
nece firme y victoriosa a pesar de las 8,32; 2 Cor 5,21) sobre la cruz, y el un Dios personal con el que se en- do para sanarlo y salvarlo. El cris-
traiciones del hombre. Un buen día Hijo se hizo levantar "para atraer a cuentran en relación, un Dios que tiano bien formado sabe que, como
resulta claro que el amor de Dios va todos hacia él" (cf Jn 12,32). Este ya en sí mismo es comunión de amor discípulo de Cristo y miembro de un
más allá de los confines de Israel y sacrificio total fue el que mostró entre las tres personas, un Dios que mismo cuerpo, no vive nunca solo ni
que, superando las resistencias de cómo el amor es más fuerte que la se ha revelado y manifestado como se salva aisladamente (cf LG 9). Por
una visión bastante restringida y na- muerte: mientras externamente se amor al hombre. En Cristo nos ha el contrario cree, ora, construye su
cionalista, como en el caso de Jonás, consumía la vida de Jesús, en reali- dado la prueba suprema, y en su pas- santificación personal y colabora en
se derrama sobre la misma ciudad dad, por medio de la libre ofrenda cua ha destruido la barrera del peca- el crecimiento del reino de Dios, ne-
pagana de Nínive. En suma, el amor de amor, destruía la raíz misma de do con todas sus consecuencias para cesariamente en la iglesia y unido a
de Dios es verdaderamente universal la muerte que es el pecado, y así ha- reconstruir en el don del Espíritu la la iglesia. Por lo mismo, no peca nun-
y nadie tiene derecho a limitarlo en cía que triunfase de nuevo la vida, la nueva alianza de amor con Dios y ca solo, es decir, sin dañar también
su extensión, duración o intensidad. verdadera vida, que no termina nun- entre nosotros, formando el nuevo al organismo vivo de la iglesia, que
"Vacilarán los montes, las colinas se ca y que el Padre ha manifestado en cuerpo de Cristo, que es la iglesia. sufre por cada pecado de comisión u
conmoverán, mas mi bondad hacia la resurrección del Hijo (cf Flp 2,9). La pascua conduce a pentecostés y a omisión de sus miembros; y así tam-
ti no desaparecerá ni se conmoverá Es justamente por ese amor llevado la iglesia, donde todo se vive de un poco puede reconciliarse nunca solo,
mi alianza de paz, dice Yavé, el que al extremo por lo que entre el Padre modo concreto: el "misterio de la re- es decir, sin el adecuado reconoci-
de ti se compadece" (Is 54,10). y el hombre —escribe Juan Pablo II conciliación", realizado por Jesús miento y la reparación debida a la
(Dives in misericordia 7)— nace "un una sola vez ante el Padre en favor iglesia y sin su ayuda materna. Ya el
Esta revelación del amor divino obispo mártir san Cipriano (f 258)
alcanza su culminación en la perso- vínculo todavía más profundo que de toda la humanidad, se convierte
el de la creación". Le pertenecemos ahora en "ministerio de la reconci- afirmaba que no es posible la paz
na misma del Hijo, que viene a nos- con Dios sin paz con la iglesia, y
otros precisamente para traducir en por un nuevo título, ya que fuimos liación", que se realiza en el Espíritu
adquiridos de nuevo mediante la y en el signo sacramental a lo largo completaba su pensamiento con la
términos humanos esa infinita rique- famosa sentencia: "No puede tener a
za de caridad. Aquí tiene su causa la preciosa sangre de Cristo (cf 1 Pe de toda la historia de la iglesia, me-
1,18-19; Ap 14,3-4). Se comprende, diante los apóstoles y sus sucesores, Dios como Padre quien no tiene a la
enseñanza y el comportamiento con- iglesia como madre" (De unitate Ec-
creto de Jesús, que se declara envia- entonces, por qué la misma tarde de que han recibido el mismo poder de
pascua, en la primera aparición a los perdonar los pecados. "En nombre clesiae catholicae 6).
do no a los sanos y a los justos, sino
para curar a los enfermos y para discípulos, como primer fruto de la de Cristo os rogamos —escribía san Otro punto delicado debe tenerse
buscar a los perdidos y a los lejanos redención Jesús les comunica junto Pablo—: reconciliaos con Dios" en cuenta hoy: el cristiano, cada vez
(cf Me 2,17; Le 19,10); quiere hacer con la paz el soplo creador de su (2 Cor 5,18-21). que va a misa, es invitado ciertamen-
sentir a todos la invitación y la es- Espíritu (cf Jn 20,22-23), que, gra- te a participar de un modo pleno, es
cias a los méritos de aquel sacrificio, De por sí, el cristiano que se ha
pera angustiosa del Padre, que está convertido por medio de la fe y el decir, hasta la comunión sacramen-
ansioso por abrazar de nuevo a sus los hace partícipes de la misma co- tal. Es claro que Cristo, al instituir
munión infinita de amor que hay en- bautismo y ha entrado en la comu-
hijos; al mismo tiempo, en los ban- nidad de la nueva alianza en el Espí- la eucaristía bajo la forma y el signo
quetes festivos que sellan la reconci- tre el Padre y el Hijo, y que constitu- de un banquete y de un alimento he-
ye la misma persona del Espíritu San- ritu ya no tendría necesidad de re-
liación de Zaqueo, de Leví, de la pe- conciliación; pero Jesús ha previsto cho para ser comido, pretendía lle-
cadora o al final de las parábolas de to. Así, por una parte, el Espíritu, gar a realizar la plena comunión con
como se expresa la liturgia 8 , es "el un nuevo sacramento no sólo para
la misericordia (cf Le 15), quiere ha- socorrer nuestra debilidad, desgra- todos; y sabemos también que el fru-
cer visible, a pesar de las murmura- mismo perdón de los pecados", en to perfecto de su sacrificio, la gracia
ciadamente siempre experimentada
Penitencia 1617 Penitencia
1616
propiamente sacramental, no se re- cia de pecados graves; pero, por otra parte necesaria e indispensable en pero con el clero, con religiosos y
cibe sino por el camino indicado por parte, no se puede olvidar el peligro toda celebración comunitaria de la religiosas, con muchos laicos muy
él: comiendo su carne y bebiendo su de llegar a ser "reos del cuerpo y de penitencia: el nuevo RP es categóri- preparados y comprometidos, el uso
sangre, para tener en nosotros la vida la sangre del Señor" cuando no se co a este respecto (n. 24). Es una vía sabio y penetrante de la palabra de
(cf Jn 6,53-58). Sin embargo, está sabe hacer el necesario "discernimien- concreta mediante la cual hoy la Dios, antes o durante la celebración,
también claro que es preciso ponerse to" —del que habla san Pablo (1 Cor iglesia puede continuar su misión puede ¡legar a ser un gran medio de
en la disposición interior de obedien- 11,29)— acerca de las propias dis- profética y apostólica de anunciar a renovación, abrir el camino para
cia a la voluntad del Padre, según el posiciones interiores con el fin de todos la necesidad de convertirse al volver a descubrir y a vivir ciertos
ejemplo que Cristo nos da ofrecién- armonizarlas con la voluntad del Dios viviente y proclamar la grave- valores de fondo del encuentro con
dose al Padre por nosotros. ¿Cómo Señor. Cf también CDC de 1983, dad del mal ante el juicio y según los Dios misericordioso.
entrar en la intimidad de su vida, si can. 916. criterios de Dios; mientras, al mismo En este horizonte aparece clara-
nos encontramos en la antítesis de lo tiempo, hace sentir la invitación, mente cómo una experiencia tan
que él exige de nosotros? Por esto 2. UNA CELEBRACIÓN AUTÉNTI-
desvela y ofrece la misericordia del profunda sólo puede verificarse don-
san Pablo nos advierte: "Examínese, CA. Si la fe lleva al cristiano bautiza- Padre que nos espera para hacernos de la persona está totalmente com-
pues, el hombre" (1 Cor 11,28). Un do a la clara conciencia de que todo hijos y colaboradores suyos. Los tres prometida. Esto vale también para
autorizado documento del magiste- pecado significa el abandono del Pa- actos constitutivos del sacramento la celebración comunitaria, porque
rio (instrucción Eucharisticum myste- dre y de la casa paterna para disipar realizados por el penitente (contri- la verdadera comunidad cristiana
rium, del 25 de mayo de 1967), co- los dones recibidos de un modo in- ción, confesión y satisfacción) —que siempre está formada y actúa a nivel
menta del siguiente modo este texto, grato y egoísta, también su vuelta hacen de él como un concelebrante de personas, nunca a nivel de masa
recogiendo como en síntesis la doc- será una gran fiesta de amor, y no en el proceso de la reconciliación— o de grupo, que llega a eliminar la
trina tradicional de la iglesia: "La sólo un pequeño gesto ritual que que- brotan y se desarrollan bajo la luz y responsabilidad a los individuos.
práctica de la iglesia declara que es de al margen o en la superficie de su la fuerza "transpasadora" (en el sen-
tido original de la "compunción", Además, también en los ritos peni-
necesario este examen para que na- existencia. Celebrar el sacramento es tenciales comunitarios propuestos
die, consciente de pecado mortal, siempre creer y proclamar la victoria por ejemplo en He 2,37) de la pala-
bra de Dios, cuya eficacia se debe oficialmente por el RP el encuentro
por contrito que se crea, se acerque de Cristo crucificado y resucitado; de la confesión auricular con el
a la sagrada eucaristía sin que haya "significa creer —para decirlo con ciertamente a la íntima acción del
Espíritu Santo, que mueve al peca- sacerdote confesor es siempre un
precedido la confesión sacramental. Juan Pablo II— que el amor está acto personal, tanto en la celebra-
Pero si se da una necesidad urgente presente en el mundo y que este dor, como se expresa en RP 6, a
convertirse desde dentro y acercarse ción misma como también (en la for-
y no hay suficientes confesores, emi- amor es más poderoso que cualquier
ta primero un acto de contrición per- al sacramento. También el cuarto ele- ma celebrativa con absolución gene-
tipo de mal en el que el hombre, la ral) dejado para una ocasión más
fecta" (n. 35). De este modo se apre- humanidad o el mundo estuviesen mento, la absolución, que completa
cia mejor la estrecha relación que el sacramento por parte del ministro oportuna (en caso de tener pecados
envueltos" (Dives in misericordia 1). graves). Por esto viene muy a pro-
tienen intrínsecamente todos los sa- Por esto, además de la preparación competente para transmitir el per-
cramentos, incluido el sacramento dón en nombre de Cristo y de la igle- pósito la reiterada recomendación
remota (nunca concluida), encontra- del papa Juan Pablo II para que no
de la penitencia, con la eucaristía, mos hoy en el nuevo RP un medio sia, es siempre una palabra de Dios
justamente llamada por el nuevo RP o de Cristo con su eficacia infalible. se pierda o se reduzca a un hecho
precioso y eficaz que todavía no pa- esporádico la confesión individual
"culminación de la reconciliación rece suficientemente conocido y va- Así, en consonancia con la doctri-
con la iglesia y con Dios" (apéndi- na clásica de la tradición cristiana, que nos ha transmitido la tradición
lorado en el uso pastoral de nuestras católica de los últimos siglos y es
ce II, n. 338), porque el misterio del comunidades, pero que sería capaz tomada de nuevo y confirmada por
"cuerpo entregado y de la sangre de- el Vat. II y traducida después en el fuente de tanto bien espiritual (cf
de renovar verdaderamente la praxis
rramada para el perdón de los peca- sacramental y la toma de conciencia nuevo RP, se debe recomendar viva- Redemptor hominis, del 4 de marzo
dos" (plegaria eucarística, palabras de los grandes valores implicados en mente volver a dar un puesto de ho- de 1979, n. 20, y diversos discursos
de la consagración) contiene total- el sacramento. Aludimos a la liturgia nor, en la experiencia de la reconci- pronunciados en Roma y en los via-
mente lo que los otros signos sacra- de la palabra, medio siempre dispo- liación, a la lectura-escucha, a la me- jes al extranjero).
mentales indican y comunican con nible para evangelizar, todas las ve- ditación, a la confrontación y a la Después de decir esto para salva-
dones parciales. No se trata de favo- ces que sea necesario, acerca de las celebración de la palabra, en cuanto guardar un bien precioso para todos
recer una cierta mentalidad que to- riquezas contenidas en el don de sea posible incluso en la confesión y confiado a nuestra responsabili-
davía sobrevive en algunos de nues- Dios. Esta liturgia de la palabra, con individual (RP 17 y 87-93). Cierta- dad, es verdad que el RP ha organi-
tros fieles, que creen en la necesidad su correspondiente salmo responso- mente existen circunstancias de nú- zado y propuesto también otros dos
de la confesión cada vez que se co- rial, homilía orientada a un examen mero o tipo de personas para quie- ritos de la penitencia "para poner de
mulga, aunque no se tenga concien- de conciencia y pausa de silencio, es nes esto es imposible o muy difícil; manifiesto el aspecto comunitario
del sacramento": sería una pérdida
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real para todos no entender ni valo- cadores y necesitados de la miseri-
rar adecuadamente estas nuevas ri- cordia divina y también del perdón rresponsables. Las celebraciones co- organizar y adaptar a las diversas
quezas. En efecto, no se trata de ha- mutuo, oran juntos los unos por los munitarias de la penitencia cristiana exigencias de la comunidad y del gru-
cer más solemne en algunas ocasio- otros y juntos cantan, edificándose puestas como ejemplo pueden ayudar po concreto, por la posibilidad de
nes el rito o de resolver el problema recíprocamente (cf Ef 5,18-20; Col a los fieles a tomar conciencia de las escoger libremente las lecturas y la
práctico de la gran abundancia de 3,16-17)— se da una manifestación responsabilidades colectivas reales, a valoración plena de la palabra de
penitentes; antes de nada es preciso visible de lo que es la iglesia, cierta- comprender cuál es la verdadera ac- Dios como elemento fundamental de
convencerse de que todo acto sacra- mente santa por los dones recibidos titud cristiana que corresponde a esa toda la experiencia penitencial tanto
mental, por su misma naturaleza, es de Cristo, pero que "acoge en su pro- situación y, por tanto, a descubrir personal como comunitaria o social,
un acto de Cristo y al par un acto pio seno a hombres pecadores [...y cuáles son los medios más eficaces e estas celebraciones pueden llegar a
eclesial, que afecta y compromete al por eso está] siempre necesitada de idóneos para intervenir aquí y ahora ser un medio eficacísimo y al alcance
conjunto de la comunidad de los fie- purificación [y] busca sin cesar la pe- en la medida de lo posible, sin olvi- de todos, especialmente en los tiem-
les. Esto, naturalmente, es aplicable nitencia y la renovación" (RP 3). Lo dar nunca que el discípulo de Cristo pos fuertes como la cuaresma, en la
también a la confesión individual; que el penitente puede tomar para sí está dispuesto a cualquier sacrificio preparación de las grandes fiestas y
pero no se olvide que en las celebra- en este momento es sobre todo la para socorrer a un hermano que su- en otras muchas circunstancias par-
ciones para un solo penitente, los mediación orante y maternal de la fre o que tiene necesidad. ticulares, para iluminar y madurar
signos eclesiales se reducen al míni- iglesia: mediación que durante mu- En cuanto al tercer esquema de la conciencia con vistas a una confe-
chos siglos ha acompañado todo el celebración, donde la absolución se sión sacramental. Las comunidades
mo esencial y no se dirigen a la con- religiosas podrían llegar a ser signo
ciencia explícita de los fieles, espe- itinerario de conversión-reconcilia- imparte colectivamente una vez
ción de los penitentes públicos, hasta realizada la confesión genérica de los viviente y convincente en medio del
cialmente cuando la celebración se pueblo de Dios no sólo dando siem-
desarrolla en algún rincón oscuro, el día —jueves santo— en que el obis- pecados, la decisión relativa a su uso
pertenece a las conferencias episco- pre ejemplo de una conversión cada
quizá no del todo decoroso. po les imponía las manos para la ab- vez más profunda y de reconcilia-
solución definitiva; sin embargo, pales (RP 39b). El episcopado espa- ción con Dios y en sus relaciones
Por el contrario, la forma comu- esta absolución no aparecía como un ñol ha dado unos criterios orientati-
nitaria del sacramento, si está bien fraternas, sino también ofreciendo
acto jurídico válido en sí mismo, vo-pastorales sobre estas celebracio- modelos de celebración penitencial
preparada y realizada según las nor- sino como meta de una cooperación, nes (RP, Orientaciones doctrinales y
mas de la liturgia, amplía los ho- comunitaria útiles para todos los de-
larga y trabajosa, en la que había pastorales del episcopado español, más grupos de fieles.
rizontes, hace comprender de un participado toda la comunidad. Por nn. 76-82). Está, sin embargo, el se-
modo concreto cómo todo sacramen- otra parte, no se olvide, como lo re- gundo esquema, que, atendiendo a La celebración penitencial en to-
to no debe ser nunca entendido cuerda RP 5, que por la ley de la las indicaciones del RPy con alguna das sus formas exige un compromiso
como un acto solamente privado o solidaridad, llevada a su grado má- observación pastoral, podría y debe- muy serio por parte de todos. Pero
íntimo, ni puede ser vivido sólo a ximo en el cuerpo místico de Cristo, ría encontrar aplicación, al menos la riqueza del nuevo RP que hemos
nivel psicológico: es celebrado por "el pecado de uno daña también a en algunas ocasiones, tanto para los subrayado tantas veces (lectura de la
la iglesia y en la iglesia; es un acto los otros y la santidad de uno apro- niños como para la comunidad adul- palabra de Dios, homilía, examen de
solemne de culto a Dios (cf SC 59) vecha también a los demás"; por ta y para las diversas categorías de conciencia, cánticos, silencio), sin ol-
que trasciende el valor de las perso- otra parte, "los hombres, con fre- fieles, según las circunstancias de vidar la importancia que se vuelve a
nas particulares, incluido el confe- cuencia, cometen la injusticia con- tiempo y lugar. No estaría mal, in- dar al gesto bíblico de la imposición
sor. El fiel comprende mejor cómo juntamente, del mismo modo se ayu- cluso, que al menos en algunas igle- de las manos (RP 19 y 102), cons-
su mismo pecado es algo que afecta dan mutuamente cuando hacen pe- sias más preparadas y en algunos san- tantemente presente en la tradición
y hiere a la naturaleza íntima de la nitencia", para que, "unidos a todos tuarios hubiera regularmente celebra- litúrgica en la absolución de los pe-
santa iglesia, a la que pertenece y de los hombres de buena voluntad, tra- ciones comunitarias de la penitencia, cados, como momento culminante
la que se siente corresponsable; en bajen en el mundo por el progreso realizadas de modo ejemplar, para de un lenguaje ritual más amplio, y
su arrepentimiento y vuelta a Dios de la justicia y de la paz". Aludimos que los fieles de una cierta zona, ad- la abundancia de formularios para
advierte que no está solo, sino que aquí a la dimensión social de mu- vertidos de ello, pudiesen participar la oración que acompañan todo el
se ve ayudado y sostenido por la co- chos pecados y de muchas situacio- en determinados días y horas. En desarrollo, nos ayudarán a realizar
munidad de los hermanos. En una nes de injusticia. Es sabido cómo mu- todo caso, RP 36-37 prevé también también este sacramento en el marco
celebración comunitaria bien prepa- chos hombres de hoy, sobre todo los y recomienda vivamente celebracio- de una celebración verdadera y dig-
rada —cuando bajo la dirección del nes comunitarias de la penitencia no na; en consecuencia, no reduciremos
jóvenes, son extremadamente sensi- por negligencia nuestra todo a la
sacerdote-pastor todos se disponen bles a esta amplia realidad del peca- estrictamente sacramentales, que son
a la escucha y a la confrontación se- mera corc/es/ón-enumeración de pe-
do que nos envuelve y nos hace a "útilísimas para la conversión y la cados, sobre los que después se pro-
ria con la palabra de Dios, todos todos de algún modo solidarios y co- purificación del corazón". Por la
juntos se reconocen y confiesan pe- nuncia una rápida absolución, sino
gran elasticidad con que se pueden
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que insertaremos cada elemento en trales en el evangelio como condi-
una gran confesión de fe en el marco ciones absolutas para seguir a Cristo crecimiento cotidiano es donde jus- el ayuno o cualquier otra mortifica-
de la comunidad eclesial animada (llevando la propia cruz: Mt 16,24), tamente se comprende otro aspecto ción corporal. Sin embargo, después
por el Espíritu, y el Espíritu nos hace se han enfrentado siempre con las del sacramento de la penitencia que de que, con el tiempo, la iglesia ha
encontrarnos con el Padre de la mi- tendencias naturales del hombre y todavía no ha aparecido con toda aclarado muchas verdades, no hay
sericordia, que siempre nos renueva con el espíritu del mundo, que pre- claridad. En efecto, la reconciliación duda de que en primer plano es pre-
en la muerte-resurrección de su Hijo. dica lo contrario. Hoy estas ideas sacramental no sólo restablece la ciso colocar el medio específico de la
De este modo, todo desemboca de tienen el peligro de encontrar espe- unión entre nosotros y Dios después penitencia sacramental, con todo su
modo natural en la gran confesión ciales dificultades en la mentalidad de una grave ruptura y de un total valor terapéutico, que nos cura de
final de alabanza. de los fieles, a causa del clima en que alejamiento de la casa del Padre (pe- tantas enfermedades espirituales,
todos estamos inmersos, de la civili- cado mortal), sino que nos perdona nos sostiene y remedia nuestra debi-
3. CELEBRACIÓN Y COMPROMISO zación del bienestar y del consumo. también muchas debilidades, peque- lidad y la tendencia a replegarnos en
DE CRECIMIENTO ESPIRITUAL. D E En nuestro tiempo surgen además ñas infidelidades y componendas en- nuestra mediocridad. Si en la misma
cuanto se ha dicho hasta ahora se teorías equivocadas que, unidas a in- tre nuestro yo y las exigencias del celebración del sacramento, al esta-
concluye que el sacramento de la pe- tereses económicos, desearían justi- amor, que son tanto más apremian- blecer la satisfacción, los participan-
nitencia se apoya necesariamente en ficar en la educación misma de los tes cuanto más profundamente lo tes no se contentan con el acostum-
una base más amplia: la actitud exi- niños y de los jóvenes la idea tan comprendemos y no queremos opo- brado rezo de alguna fórmula este-
gida por la fe-conversión, que no ha difundida de contentarlos en todo. nernos a ellas. Es incalculable el don reotipada de oración, sino que entre
sido nunca realidad de una vez para Es verdad que también a la iglesia le que Dios nos hace perdonándonos confesor y penitente, con gran aten-
siempre, y el estado en que nos ha ha parecido bien modificar y aliviar también las culpas cotidianas, lo que ción y una íntima llamada al Espíri-
puesto el bautismo de muerte-lucha algunas formas de penitencia y asee- llamamos pecados veniales. No olvi- tu Santo, a la luz de la palabra de
con el pecado y con todas sus mani- sis; pero, por otra parte, no se puede demos que el mismo pecado venial, Dios, se busca la medicina verdade-
festaciones con el fin de que siempre renunciar a la fundamental exigen- si está profundamente enraizado, ramente apropiada al tipo de enfer-
triunfe en nosotros la vida nueva de cia evangélica y cristiana de la edu- puede ser un obstáculo real para el medad espiritual que se ha descu-
Cristo resucitado, muestran que el cación al sacrificio. La misma cons- proyecto de Dios. La confesión fre- bierto, entonces la acción de Dios,
cristiano no llega nunca al final de titución apostólica de Pablo VI Pae- cuente o de devoción, siempre tan unida al discernimiento claro de un
este itinerario, de este esfuerzo con- nitemini(\l de febrero de 1966), que recomendada y defendida por el ma- experto médico de las almas, no de-
tinuo por creer en Cristo, luchando mitigó y adaptó las antiguas formas gisterio de la iglesia hasta Juan Pa- jará de producir frutos admirables;
contra todas las fuerzas que se opo- penitenciales a la nueva situación, blo II, avalada por tantos frutos es- al mismo tiempo se evitará uno de
nen tanto desde dentro como desde proclamó también con fuerza: "Por pirituales producidos a lo largo de los defectos más temidos que se atri-
fuera. ley divina todos los fieles son llama- ios siglos y vuelta a plantear por la buyen a la confesión frecuente: el de
dos a hacer penitencia". autorizada voz del nuevo RP, es la rutina o costumbre, mientras que
Precisamente santo Tomás (S. Th. ciertamente un medio privilegiado se ayudará al progreso y al crecimien-
III, q. 86, a. 2) afirma que la peni- Por tanto, se trata de no disminuir para llevar a su pleno desarrollo la to constante en la respuesta a los ca-
tencia-sacramento no puede perdo- el rigor y el vigor de la llamada evan- gracia bautismal, "para que [...] se minos de Dios. Por algo los textos
narnos los pecados si no encuentra gélica a realizar esa fundamental vayan conformando más y más a oficiales recomiendan que se cuide
en nosotros la penitencia-virtud, es renuncia que se nos pide desde el Cristo y sean cada vez más dóciles a el momento de la satisfacción, para
decir, esa actitud de fondo perma- momento en que nacemos a la vida la voz del Espíritu" (RP 7b). aplicar la medicina verdaderamen-
nente que rechaza el pecado y da cristiana en el bautismo y que se te eficaz en cada caso (cf RP 4;
prolonga en la lucha, en nosotros y Es verdad que hay otros muchos
paso a la acción transformadora de medios para perdonar los pecados 6-7; 65).
la gracia de Cristo, que quiere asimi- en torno a nosotros, por conservar y Sin duda, es delicado establecer
hacer crecer de día en día, sano y veniales, incluida la misma eucaris-
larnos a él de día en día. Los dos tía: cuando se comprende y se parti- por ley una frecuencia periódica de
polos —la gracia de Dios y nuestra robusto, el don de la vida nueva pues- la confesión igual para todos: la pra-
to en nosotros por el amor de Dios: cipa bien en ella, es "antídoto por el
colaboración voluntaria— se necesi- c|iie nos liberamos de las faltas coti- xis tradicional de la iglesia es una
tan y se sostienen mutuamente en Dios nos ha purificado y renovado llamada, una señal que saca del sue-
en las aguas bautismales, nos ha he- dianas" (conc. de Trento: DS 1638).
todos los sacramentos, y especial- Tampoco es necesario minusvalorar ño e induce a reexaminar las propias
mente en éste, que precisa de todo cho criaturas nuevas e hijos suyos; posiciones frente a Dios y frente a
pero nosotros debemos llegar a ser los clásicos medios no sacramentales
nuestro compromiso interior y ex- que la antigua tradición cristiana los propios compromisos espiritua-
terior. en lo cotidiano, en la realidad en que les. Si hoy hay una mayor amplitud
vivimos, lo que somos en lo profun- ha apreciado y usado tanto para "cu-
Las ideas de mortificación, de re- brir la muchedumbre de pecados" y elasticidad, esto debe significar
nuncia y de lucha contra toda forma do por puro don. para todos un mayor sentido de res-
(cf I Pe 4,8), como la famosa tríada
de mal, aunque son clarísimas y cen- En este esfuerzo de fidelidad y de de la caridad-limosna, la oración y ponsabilidad personal y comunita-
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ria, según las circunstancias. En nuncia a los resultados clamorosos y cramento, es indispensable, pero no pueblo; las reuniones de grupo y de
efecto, si el compromiso de respon- gratificantes. Se trata de una semilla basta: muchos elementos nuevos, y categorías y los campos-escuela ve-
der al amor de Dios y de crecer en que debe caer en el profundo sur- quizá los más profundos y durade- raniegos, los retiros espirituales; te-
Cristo se mantiene vivo, la experien- co de la muerte oscura y dolorosa ros, sólo se descubrirán haciendo nemos el importante momento de la
cia de la propia fragilidad cotidiana (cf Jn 12,24) para germinar en nove- participar activamente a los fieles en iniciación cristiana de los niños, que
hará que el recurso frecuente a este dad y abundancia de vida. Es siem- celebraciones centradas verdadera- comprende también el delicado mo-
medio privilegiado de gracia llegue a pre la misma ley de la pascua-paso mente sobre los valores esenciales, mento de la primera confesión, que
convertirse en una necesidad espon- de la muerte a la resurrección, que preparadas cada vez y adecuadas a se debe cuidar con particular esmero
tánea. Si hay un sacramento que está regula tanto el compromiso peniten- los diversos ambientes y situaciones, según las orientaciones de la iglesia;
hecho para asumir, mediante la gra- cial de cada persona como el com- según las orientaciones contenidas en en este acontecimiento no sólo están
cia misericordiosa y victoriosa del promiso de quien quiere anunciar y el nuevo RP. El estudio y la prepara- implicados los niños, sino también
Señor, nuestra vida real, incluida la hacer público este mensaje de con- ción de celebraciones verdaderamen- los padres y las familias con los pa-
carga de nuestras miserias e infide- versión-transformación radical de te ejemplares es determinante para drinos y todos los educadores de la
lidades, éste es justamente el sacra- la vida. todo el programa de renovación. fe; tenemos por fin, el momento de
mento de la penitencia-conversión A nivel práctico, lo primero que Además de una planificación cui- la preparación al matrimonio. Pro-
continua. se debe hacer es plantear en todas dadosamente proyectada, no faltan cúrese que en esta ocasión no se
nuestras comunidades programas de ocasiones para introducir en la vida tome la confesión como un paso obli-
catequesis bien concebidos y organi- de la comunidad y de la pastoral or- gatorio para cualquier otra cosa (por
4. S U G E R E N C I A S P A R A UNA VER-
zados, de amplio alcance, para im- dinaria tanto el discurso formativo ejemplo, el matrimonio), sino que
DADERA RENOVACIÓN PENITENCIAL. tenga todo su significado y relieve
Está claro que para hacer que reviva plicar poco a poco a todas las perso- sobre la reconciliación como cele-
nas, comenzando por los niños y si- braciones penitenciales concretas en en sí misma, hasta el punto de con-
en el pueblo cristiano la verdadera dicionar con su importancia todos
actitud de conversión-penitencia a la guiendo por los jóvenes, las familias, sus diversas formas. Piénsese en la
los grupos y las asociaciones de di- importancia del tiempo fuerte que es los otros pasos del camino.
que Dios llama también en nuestros
días, y redescubra el verdadero ros- versos tipos, a fin de llegar poco a la / cuaresma: un tiempo penitencial En las celebraciones comunitarias
tro del sacramento de la reconcilia- poco a todo el cuerpo de los fieles. que la tradición cristiana ha organi- de la penitencia, tanto en las propia-
ción de modo que vuelva a ser una Está claro que es preciso ante todo zado sabiamente a través de lecturas, mente sacramentales como en las or-
celebración viva y fructífera para to- reunir y formar en profundidad a los oraciones, signos y etapas sucesivas, ganizadas en torno a una celebra-
dos, es necesario preparar un amplio catequistas, a los educadores, los pa- a fin de hacer revivir no sólo a los ción de la palabra abierta a metas
plan de trabajo, que debe realizarse dres y los laicos comprometidos en catecúmenos, sino a toda la comuni- sucesivas, conviene cuidar la rela-
después con convicción, constancia la formación cristiana. Sin una pre- dad de los fieles todas las grandes ción del rito con la vida concreta de
e inteligencia, tanto de los conteni- via profundización y una buena decisiones de la fe y de la espiritua- las comunidades, de los grupos y aso-
dos [/ supra, IV, 1] como de las ne- comprensión que haga a todos cons- lidad bautismal. Este tiempo, que se ciaciones, de las familias o categorías
cesidades, las esperanzas y las difi- cientes y corresponsables en el es- prolonga en un compromiso perma- que están implicadas en ellas, pro-
cultades con que se va a encontrar fuerzo general, será muy difícil reali- nente de conversión y de coherencia, vocando el examen de conciencia so-
una propuesta de este género. Quizá zar un trabajo serio y duradero. Por culmina en el "cumplir con pascua". bre algunos deberes o faltas, inclusi-
nuestra pastoral ha dejado un poco esto será conveniente estudiar y pre- "Cumplir con pascua" es una expre- ve sociales; buscando, con tacto y
de lado este sector de la evangeliza- parar adecuadamente unos subsidios sión popular simple pero profunda delicadeza, la pacificación de rivali-
ción de la penitencia, privilegiando verdaderamente apropiados y arti- que debe tomarse en toda su fuerza; dades y tensiones o la superación de
otros campos de apostolado. La si- culados según un camino gradual de "cumplir con pascua" significa una discordias antiguas o recientes; su-
tuación hoy es tal que, si nos pone- redescubrimiento y de experiencia pe- confesión-comunión que no se redu- giriendo, como satisfacción sacra-
mos a trabajar en profundidad para nitencial que poco a poco pueda ce al cumplimiento de una formali- mental, que se preste atención a si-
hacer surgir las raíces mismas de la comprometer a toda la comunidad. dad, sino que se abre a una sincera tuaciones de sufrimiento, de pobreza
fe, de la verdadera renovación inte- Será preciso, naturalmente, arbi- conversión y a una unión vital con el o de soledad existentes. Es un modo
rior y del encuentro auténtico con trar en qué niveles (de grupo, parro- Señor; es un vivir la pascua con Je- de poner de manifiesto toda la fuer-
Dios a nivel personal o comunitario, quiales, de zona, diocesanos, inter- sús y con la iglesia, con plena con- za de reconciliación y de promoción
muchas de nuestras iniciativas y de diocesanos) se va a trabajar y cómo ciencia del don y del compromiso humana realmente encerrada en el
nuestros instrumentos apostólicos co- preparar instrumentos, planos y que lleva consigo. don de Dios, pero confiada también
rren peligro de moverse en el vacío. tiempos para alcanzar el objetivo Además de la cuaresma tenemos a la generosidad, a la intuición crea-
El campo de la conversión-peniten- común. el tiempo de / adviento, con sus ca- tiva y a la coherencia personal y so-
cia no permite quedarse en la super- racterísticas; la preparación a algu- cial de gente que se dice cristiana.
ficie: precisa fatiga, paciencia y re- La mejor catequesis, la que sabe
evangelizar todas las riquezas del sa- nas fiestas, todavía sentidas por el No se debe olvidar, en fin, que
Penitencia 1624
1625 Plegaria eucarística
también las celebraciones litúrgicas NOTAS: ' Cf S. Congr. pro Cultu divino,
ordinarias, como la misa de todos Ordo Paenilentiae, Typis Polyglottis Vaticanis, ').. Historia litúrgica comunitaria en el sacramento de la Penitencia,
Í974 — 2 Documentos de la Con/. Ep. Españo- en "Estudium Legionense" 20 (1979) 207-232;
los domingos, ofrecen temas y estí- la: Orientaciones doctrinales y pastorales sobre Bada J., Evolución histórica de la penitencia, Tena P., La pastoral del sacramento de la Peni-
mulos continuos para la sensibiliza- el ritual de la penitencia, BAC 459, Madrid en "Phase" 37 (1967) 38-55; Borobio D., La tencia, en "Phase" 102 (1977) 452-544; VV.AA.,
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promiso de conversión-reconcilia- Ilsegno della riconciliazione, en VV. AA., Nelle l'salmographus", Deusto 1977; La Penitencia Madrid 1969.
vostre assemblee II, Queriniana, Brescia 1976, en la Iglesia Hispánica del siglo IV al VII, Des-
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que se ha convertido en punto de 341 — 4 Cf A. Amato, / pronunciamenti tri- 5. Ritual de la penitencia
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partida o pasaje obligado para cele- méntale nei ce. 6-9 della sessione XIV (25 nov. 101-125; Gy P.M., La Penitencia, en A.G. Mar- Aldazábal J., La celebración de la Penitencia
brar la eucaristía; en tantas invoca- ¡551), Roma 1974; A. Duval, Le concil de Trent limort, La Iglesia en oración, Herder, Barcelona en el itinerario cuaresmal, en "Phase" 128 (1982)
ciones de piedad contenidas en gran et la confession, en MD 118 (1974) 131-180 — 1967, 623-634; Herrero Z., La Penitencia y sus 127-143; Aroztegui F.X., En torno al nuevo Ri-
5
Cf K. Rahner, Verita dimenticate intorno al formas. Examen de su evolución histórica, en tual de la Penitencia, en "Phase" 84 (1974) 513-
parte de los formularios de la misa, "Estudios Augustinianos" 7 (1972) 231-254, 549- 519; Buckley F.J., El nuevo "Ordo Paenilen-
cánticos y oraciones; en el ápice de sacramento dellapenitenza, en Id, Lapeniienza
574; López Martín J., El rilo de la reconcilia- tiae" y el derecho penal, en "Concilium" 107
della chiesa, Edizione Paoline, 1964, 47-108 —
la celebración, es decir, en el "miste- 6
En AAS 64 (1972) 510-514; EDIL I, 2818- ción de los penitentes desde el " Gelasiano" hasta (1975) 68-81; Fernández D., El sacramento de
rio del cuerpo entregado por nos- el Pontifical de Durando, en "Nova et Vetera" la Penitencia según el nuevo Ritual, EDICEP,
2831 — 7 Ver nota 2 — 8 Sábado de la séptima Valencia 1977; Gracia J.A., Historia de la re-
otros y de la sangre derramada para semana de Pascua, oración sobre las ofrendas: II (1981) 113-140; Lozano F.J., La disciplina
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el perdón de los pecados" (palabras "Que la venida del Espíritu Santo nos prepare, 79/80 (1974) 11-22; Larrabe J.L., Nueva lectura
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compromete a perdonar; invítese a Nicolau M., La reconciliación con Dios y con
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los fieles, inclusive recordándoselo P. Viseníin la Iglesia en la Biblia y en la historia, Studium,
Madrid 1977; Righetti M., Historia de la li- La Penitencia: un ritual que espera, en "Phase"
en el momento oportuno, a tomar turgia 2, BAC 144, Madrid 1956, 741-878;
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PLEGARIA EUCARÍSTICA
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"Phase" 128(1982) 145-168; Penitencia y euca- SUMARIO: Premisa: Un problema actual - I.
no puede ser nunca medido con un ristía en los documentos oficiales desde el Vati- Desde el desarrollo histórico: 1. Relaciones con
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metro simplemente humano. Inmer- Marova, Madrid 1979; Vidal M., La identidad la tradición judía; 2. Las diversas tradiciones
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so en esta atmósfera, el cristiano se moral del cristiano y su praxis penitencial, en
criterios de trabajo; 2. Los tres nuevos textos; 3.
hace capaz de santificar y hacer me- "Phase" 129 (1982) 201-218; VV.AA., Hacia 4. Pastoral de la penitencia Los desarrollos posteriores - III. Orientaciones
una renovación del sacramento de la Penitencia, teológico-pastorales: I. El fenómeno de las ple-
ritorias y expiatorias incluso las pe- en "Phase" 37 (1967) 3-99; VV.AA., Pastoral Burgaleta J.T., IM celebración comunitaria garias eucarísticas "libres": significado y pers-
nas, las pruebas, las cruces y las fa- del pecado, Verbo Divino, Estella 1970; de la Penitencia, en "Phase" 37 (1967) 78-91; pectivas; 2, La aportación de carácter teológico;
tigas cotidianas, ¡que no faltan nun- VV.AA., La administración sacramental de la Camba S., Renovación y pastoral de la confe- 3. Para una celebración auténtica.
ca!; penetra cada vez más en la reconciliación, en "Concilium" 61 (1971) 5-153; sión, Perpetuo Socorro, Madrid 1971; Delicado
redención de Cristo y llega a ser a su VV.AA., La Penitencia hoy, en "Liturgia" 252 .1-, Reconciliación. Exigencias de vida cristiana,
(1971) 3-75; VV.AA., El sacramento de la Peni- PPC, Madrid 1973; Fernández D., Nuevas pers- Premisa:
vez un activo colaborador de la re- tencia. CSIC, Madrid 1972; VV.AA., El sacra- pectivas sobre el sacramento de la Penitencia,
dención y la reconciliación univer- mento y el ministerio de la reconciliación, en EDICEP, Valencia 1971; Larrabe J.L., La pri-
Un problema actual
sales. "Phase" 136 (1983) 275-290; VV.AA., Reconci- mera participación de los niños en la Penitencia
liación y Penitencia, EUNSA, Pamplona 1983. y en la eucaristía, en "Phase" 71(1972) 457-464; Quien sigue la literatura litúrgica
Rodríguez del Cueto C , Dimensión personal y de estos años nota que al tema de la
Plegaria eucarística 1626 1627 Plegaria eucarística

plegaria eucarística se le dedica un particularmente espectacular preci- lar la entera tradición hebrea', las tianas en términos de Cristo-Espí-
espacio mucho mayor que a otros samente a propósito de la plegaria aportaciones sucesivas nos dirigen a ritu-iglesia. En consecuencia, no
capítulos de la liturgia. Las razones eucarística. También por razón de un lugar muy diverso: el acento se sorprende que, también a nivel de
de este hecho no parece que se deban estas constataciones nuestro estudio pone sobre todo en la continuidad estructura, la tradición cristiana
buscar sólo en la importancia del tratará de explorar —siquiera en de inspiración y de temas de las dos relativa a la plegaria eucarística
tema (es incontestable la centralidad una síntesis panorámica y con un in- tradiciones, continuidad que se hace mantenga la fundamental articula-
de la eucaristía, y no hay por qué tento prevalentemente introducto- posible en particular por la constan- ción del doble movimiento hecho de
maravillarse de que, dentro de ella, rio— todos los sectores de investiga- te referencia de ambas a la palabra 4 ; acción de gracias/intercesión frater-
adquiera un amplio espacio el estu- ción y de debate en los que el tema además, el remitir a la liturgia judía na: el primer elemento evidencia la
dio de la plegaria eucarística). Nues- de la plegaria eucarística ha resulta- no se queda en algo genérico, sino fundamental inspiración eucarística
tro tema ha conocido una gran va- do notablemente enriquecido. que se precisa hasta el punto de in- y la connotación doxológica de la
riedad de investigaciones, porque se dividuar más en concreto cuales de oración cristiana; el otro evidencia
ha revelado como un punto de algu- las plegarias hebreas se configuran la tensión de comunión que la reco-
na forma nuclear en el estudio teoló- como probable fuente de la plegaria rre por dentro, en espera de que el
I. Desde el desarrollo histórico eucarística s. reino se manifieste en plenitud. Des-
gico y en la problemática pastoral
en campo litúrgico. En particular: de este punto de vista, el análisis de
Al intentar reconstruir las líneas alguno de los textos de entre los más
para un historiador, el análisis del esenciales de una apreciable serie de No pudiéndonos parar en el análi-
género literario de los textos más an- sis de los textos en cuestión', nos antiguos —la Didajé en particu-
recientes estudios de carácter histó- lar '— podría resultar de gran in-
tiguos de plegarias eucarísticas y de rico sobre la plegaria eucarística, re- limitaremos a resumir cómo se pre-
sus contenidos obliga a valorar des- cisa el nexo de la plegaria eucarística terés ". [/ Eucaristía, I, 4].
sulta indispensable recoger los as-
de cerca la importancia de las rela- pectos sobresalientes en torno a dos con la tradición judía. La insistencia
ciones de la liturgia cristiana con el grandes momentos: el más antiguo, en la continuidad de inspiración re- 2. LAS DIVERSAS TRADICIONES LI-
judaismo y la peculiaridad de las di- caracterizado sobre todo por las re- ligiosa entre las dos tradiciones con- TÚRGICAS. Los textos de plegarias
versas tradiciones litúrgicas de Orien- laciones con la tradición judía; el su- duce a poner en primer plano la eucarísticas atestiguados por las di-
te y Occidente. Un teólogo, por su cesivo, en el que predomina el fenó- naturaleza eucarística de la anáfora versas tradiciones litúrgicas de Orien-
parte, encuentra ahí mismo referen- meno del desarrollo de los textos de cristiana. La plegaria eucarística se te y Occidente constituyen un campo
cias de primera importancia en or- las plegarias eucarísticas y de su ar- configura primariamente como ex- de investigación tan vasto, que nos
den a la reconstrucción del significa- ticulación dentro de áreas eclesiales presión particularmente autorizada vemos obligados a limitar los acen-
do que la iglesia ha atribuido y atri- diferenciadas. De uno y otro momen- de ese singular coloquio que nace en- tos a algunas líneas esenciales.
buye a la celebración eucarística, to recibimos no sólo una riquísima tre el pueblo salvado y el Dios de la Por lo que se refiere a Oriente, el
momento central y normativo de su antología de plegarias eucarísticas, alianza: como oración de alabanza y análisis de los textos sugiere a los
camino a lo largo de la historia. sino también la posibilidad de captar de acción de gracias enraizada en la estudiosos el agrupar los textos en
Quien, en cambio, esté atento, en en vivo el plantearse de un problema historia del amor de Dios que se nos torno a algunos ámbitos que resul-
particular, a interpretar el momento general de sentido/significado de la ha revelado en la palabra. También tan capaces de tipificar la riquísima
de la reforma litúrgica del Vat. II, plegaria eucarística'. dentro de la comunidad cristiana producción al respecto: el tipo ale-
encontrará atribuidos a la plegaria —en particular en ese momento del jandrino, el antioqueno, el sirio-
eucarística un singular interés y una todo singular de la fractio pañis— oriental; para Occidente se imponen
gran atención, hasta el punto de con- 1. RELACIONES CON LA TRADICIÓN perdura la voz que "hace memoria" las referencias a las cuatro grandes
figurar de hecho el capítulo de la ple- JUDÍA. Es común entre los estudiosos a Dios de su amor para que continúe tradiciones: romana, ambrosiana, ga-
garia eucarística como un ámbito de la convicción de que, en el origen de "acordándose" de su pueblo. Dentro licana e hispánica. Hay que notar
reforma que ha conocido desarrollos una comprensión totalmente reno- de esta perspectiva, que aparece to- que esta clasificación de carácter ge-
y etapas del todo originales. Tam- vada del tema de la plegaria eucarís- talmente dominada por la referencia neral no surge sólo de las considera-
bién aquellos que en el análisis de la tica, está la tesis que identifica en la a la alianza, resulta natural que los ciones que ponen de relieve, dentro
liturgia del posconcilio hubieren pri- tradición judía el contexto en el que contenidos de la oración se vayan de las tradiciones de Oriente y de
vilegiado los aspectos propiamente situar la búsqueda de la génesis de la recogiendo en torno a los grandes Occidente, una diversidad de estruc-
pastorales, no tendrán dificultad en anáfora cristiana 2 . Si en un primer acontecimientos en los que progre- tura en el modo de componer entre
reconocer que algunos fenómenos de momento la indagación tiende a pre- sivamente se ha realizado la mani- sí los elementos de la anáfora; resul-
carácter general —piénsese, por cisar esta relación prevalentemente festación de Dios a su pueblo: en tan todavía más decisivos los aspec-
ejemplo, en el problema del lengua- en términos de dependencia literaria particular, el trinomio, clásico para tos relevantes que connotan la espe-
je, de la creatividad, de la celebra- de la plegaria eucarística respecto de Israel, de creación-ley-elección es cificidad de la inspiración temática
ción— han tenido una manifestación la Oración de bendición que carac- declinado por las comunidades cris- propia de cada una de las tradiciones
teriza de un modo totalmente singu-
Plegaria eucarística 1628 1629 Plegaria eucarística
arriba indicadas '. Bajo esta perspec- confluyen simultáneamente, dentro tes heréticas, la tradición anafórica sión de fe del pueblo de Dios en la
tiva debe decirse que la pluralidad de una continua referencia a la bi- cristiana se construye y se desarrolla totalidad del misterio único e indivi-
de plegarias eucarísticas presentes en blia, una profunda contemplación a partir de la exigencia de confesar so de Cristo.
la tradición litúrgica revela las pecu- del misterio y de los datos de un de- la fe en aquello que Dios ha hecho
liaridades teológicas y espirituales de bate sobre los temas trinitarios y por nosotros en Jesucristo. En esta
las "familias litúrgicas" a través de pneumatológicos, alcanzadas ya pre- perspectiva, no maravilla, de hecho, II. La reforma del Vat. II
las cuales ella se ha ido expresan- cisiones conclusivas y clarificadoras; la presencia de un segundo dato com-
do l0. Aunque no podemos aquí pre- en la segunda, en cambio, la oración Si a lo largo de los trabajos del
plexivo proveniente de la tradición concilio no se registran hechos par-
tender ser completos, puede ser útil se abre a una súplica de intercesión, antigua: el de la pluralidad de los
aludir a la riqueza y variedad de con- en la cual encuentran espacio simul- ticularmente relevantes a propósito
textos de plegarias eucarísticas. El de la plegaria eucarística (la orienta-
clusiones a que conduciría un análi- táneamente todas las personas, gru- Oriente, en particular, representa el
sis comparado de plegarias eucarís- pos, experiencias que animan aque- ción prevalente ha sido la de no con-
testimonio al respecto más significa- siderar el canon entre "las partes de
ticas de la misma época, pero pro- lla concreta comunidad, y se da al tivo, a causa de la riqueza y variedad
venientes de tradiciones litúrgicas di- misterio de la iglesia-comunión una la misa" para las que se pueda prever
de las tradiciones que lo constituyen. el uso de la lengua vernácula: cf SC
versas. Ayudados también por estu- consideración de gran amplitud. Las múltiples vicisitudes que Dios
dios especializados, examinamos 54), los años inmediatamente siguien-
Si nos hemos parado un poco, a ha vivido con su pueblo en el intento tes ven abrirse un debate muy vivo y
aquí el canon romano, la anáfora de de conducirlo a la acogida de la rea-
la iglesia de Jerusalén y la de san modo de ejemplo, sobre estos aspec- lidad profunda de la alianza culmi-
el comienzo de una serie de opciones
Basilio ". tos, del todo insuficientes y esporá- de reforma de notable amplitud.
dicos, es sobre todo porque creemos nada en Cristo, hacen ya plausible, Precisamente para poder captar to-
El canon romano, como es sabido, en el valor del método utilizado en o incluso necesaria, una variedad de das las dimensiones del problema,
está ya atestiguado en sus partes más este estudio monográfico y compa- expresiones que revelen más adecua- nos mantenemos atentos al suceder-
antiguas por san Ambrosio en el De rado; a parte de la ventaja de entrar damente su riqueza; a ello hay que se de las diversas etapas con las que
sacramentas (ca. 380), y ha sufrido a comprender la riqueza de muchas añadir la progresiva experiencia de la intervención de los organismos ofi-
en los siglos sucesivos una serie de plegarias eucarísticas —las tres a las la palabra, que es propia del camino ciales encargados de la reforma se
integraciones y de modificaciones que hemos aludido constituyen sin histórico de las iglesias particulares, ha ido poco a poco manifestando n.
que deformaron la estructura origi- duda ejemplos de entre los más sig- y la intermitente amenaza de here-
nal. En su lenguaje solemne y hierá- nificativos y merecedores de profun- jías. El conjunto de estos elementos 1. LOS CRITERIOS DE TRABAJO.
tico se ilumina una rica teología del dización—, una metodología como puede dar razón del hecho de que la
oración, que está en el corazón de la Era inevitable que la progresiva ac-
ofrecimiento, y la temática del sacri- ésta permitiría captar, más allá de tuación de la reforma de la misa —el
ficio encuentra en algunas referen- las muchas diversidades entre las celebración eucarística, se vaya arti-
culando en su formulación concreta uso cada vez más amplio de la len-
cias bíblicas acentos de un gran va- tradiciones particulares, la presencia gua nacional, en particular— plan-
lor doctrinal; el esquema es articula- de constantes estructurales y temáti- también en referencia y como res-
puesta a esas realidades. Por su par- teara también de modo explícito el
do y complejo, muy diverso de las cas de la anáfora cristiana. problema pastoral del canon. Se re-
características totalmente peculiares te, la tradición litúrgica de Occidente
También por esta razón nos pare- —mucho menos rica y variada— pre- conocían ciertamente en el texto an-
de la tradición oriental. En cuanto tiguo y solemne de la anáfora roma-
al texto de la iglesia de Jerusalén, ce necesario concluir esta rápida sín- senta un dato singular: la tendencia
na riquezas doctrinales y líneas de
aparecen inmediatamente el esque- tesis histórica con algunas conside- a crear una relación más explícita
pensamiento de muy fecunda espiri-
ma trinitario, dentro del cual se des- raciones de orden general. Debe te- entre el texto de la plegaria eucarís-
tualidad; por otra parte, se manifes-
arrolla una rica reflexión teológica, nerse en cuenta ante todo que el tica y los diversos misterios de Cristo
taba de modo cada vez más evidente
y la constante referencia a la Escri- progresivo proceso de separación y celebrados a lo largo del curso del
que el canon romano no tenía las
tura; el tema epiclético encuentra un de superación de la matriz judía tie- año litúrgico. Serían sobre todo el
características lineales y de claridad
notable desarrollo, hasta el punto de ne lugar en virtud de una conciencia cuerpo prefacial de la liturgia roma-
que facilitaran una participación ac-
aparecer capaz de interpretar en pro- cada vez más lúcida de la novedad y na y ambrosiana y diversos elemen-
tiva y consciente por parte de la
fundidad el significado de conjunto de la definitividad de Cristo. Es su tos de la tradición hispánica y am-
asamblea. Cuando el problema se
del memorial eucarístico; la oración pascua, la alianza nueva ritualizada brosiana quienes lo documentan; en
planteó públicamente, prevaleció la
de acción de gracias parte desde el en la memoria litúrgica; en ella se todo caso, un dato de este tipo sim-
opinión de quien desaconsejaba un
tema mismo de la creación. De la hace a los creyentes el don del Espí- plemente confirma, con un acento
retoque, bastante consistente, en un
magnífica anáfora de san Basilio im- ritu de unidad y de reconciliación. propio, la característica de fondo
texto tan venerable, y sugería más
presiona sobre todo la armónica fu- Aparece, por tanto, evidente que an- con que la antigüedad nos entrega el
bien abrirse a la posibilidad de tener
sión de las dos partes en las cuales se tes todavía de los debates teológicos, sentido de la anáfora: la de conside-
nuevas plegarias eucarísticas junto al
articula netamente: en la primera particularmente vivos por la insidia rarla lugar autorizado de la confe-
canon romano 1!.
constante de las numerosas corrien-
Plegaria eucarística 1630 1631 Plegaria eucarística

Pero el análisis de las intervencio- 2. LOS TRES NUEVOS TEXTOS. que Jounel juzga, en su redacción cer texto (plegaria IV) son necesarias
nes oficiales que acompañaron a la Debiéndonos limitar a aspectos de final, como "enteramente nutrido de varias referencias. La primera pone
publicación de tres nuevas plegarias carácter sintético, preferimos carac- cultura bíblica y patrística, además de manifiesto la analogía con las aná-
eucarísticas en 1968 muestra que tal terizar bajo la perspectiva temática de reminiscencias de diversas litur- foras orientales, a las que, por lo de-
elección no está dictada primaria- la aportación realizada por los tres gias, pero al mismo tiempo abierto a más (piénsese, en particular, en la de
mente por el intento de obviar los nuevos textos, que entraron en el las preocupaciones y al lenguaje de san Basilio), el proyecto "C" de Va-
límites del canon romano. La pre- uso litúrgico a partir de 1968 ". la iglesia de nuestro tiempo" ,! . En la gaggini se refería explícitamente;
ocupación prioritaria era de signo El primero de ellos (plegaria II) sucesión de los diversos elementos Jounel vería ahí también los signos
positivo: optando por una plurali- asume como su fuente directa la aná- que lo componen podemos notar en de una notable presencia del pensa-
dad de plegarias eucarísticas, se da fora de la Traditio apostólica de Hi- particular: la estructura trinitaria del miento de O. Casel ". En la sucesión
mejor razón de un dato significativo pólito ". El texto antiguo ha sido "Santo eres en verdad, Señor", que de las diversas partes van emergien-
de la tradición antigua y se nos abre modificado y repensado de tal modo se abre al final a la consideración del do las particularidades más eviden-
a la posibilidad de un comentario que ahora la plegaria aparece como tema de la iglesia; la oración de tes del texto: la amplia y sugestiva
más rico y articulado del significado una creación nueva. Entre las inte- anamnesis (después de la consagra- memoria de la historia de la salva-
del memorial pascual'". Una preci- graciones, la más notable es la de la ción), que comenta con gran varie- ción pensada sobre el fondo del es-
sión ulterior la tenemos cuando las epíclesis de consagración ("... santi- dad de acentos el significado salvífi- quema trinitario y cuyos inicios es-
nuevas plegarias eucarísticas se pu- fica estos dones con la efusión de tu co de la pascua e introduce el tema tán ya en el acontecimiento de la
blican como parte integrante del Mis- Espíritu"). Es inmediatamente evi- del ofrecimiento del sacrificio "vivo creación (antes de la consagración);
sale Romanum. En la OGMR se dente la connotación cristológica de y santo", realizado en "acción de la epíclesis de comunión ("congrega-
precisa, de hecho, con autoridad, la plegaria: la celebración eucarística gracias"; la intercesión ("que esta dos en un solo cuerpo por el Espíri-
cuál debe ser la fisonomía funda- no es memoria de uno de tantos víctima de reconciliación..."), en la tu Santo"), que se abre al tema del
mental de la plegaria eucarística y acontecimientos de la historia de la que se pasa sucesivamente de la ora- culto espiritual ("seamos... víctima
con qué estructura se debe articular salvación ni de uno de los múltiples ción por el mundo entero (Col 1,19- viva": Rom 12,1); la intercesión final
(cf nn. 54-55): la anáfora es esencial- misterios de Cristo, sino de la pas- 20) a la oración por la iglesia "todo ("Padre de bondad..."), claramente
mente oración presidencial de acción cua, que es el centro recapitulador el pueblo redimido por ti" (1 Pe 2,9), inspirada en una perspectiva univer-
de gracias y de santificación, a la que de tal historia/acontecimiento. En- por la asamblea reunida, por los her- salista y abierta a la espera del "rei-
el pueblo entero se asocia para pro- contramos en la plegaria un doble manos difuntos, hasta abrirse a "to- no... junto con toda la creación libre
clamar las obras de Dios y para ofre- nivel de referencia a Cristo: el pri- dos tus hijos dispersos por el mun- ya de pecado y de muerte, te glorifi-
cer el sacrificio: los elementos prin- mero va en el sentido de que la ente- do" (Jn 11,52). En particular, merece quemos por Cristo, Señor nuestro"
cipales que la constituyen son la ra historia salutis se compendia en ser puesta de manifiesto la acentua- (Rom 8,21; 1 Cor 15,26-28; 1 Pe
acción de gracias introductoria; la él; el segundo ve en el acontecimien- ción del significado soteriológico del 3,13). En una perspectiva sintética,
aclamación del sanctus; la epíclesis to pascual de Cristo la síntesis de memorial del sacrificio de Cristo: la hay que poner de relieve el hecho de
de consagración y de comunión; la toda su vida (prefacio). Bajo esta alusión inicial a la bondad de las co- que la eucaristía sea leída, en su sig-
narración de la institución; la anam- perspectiva, resulta bien evidenciada sas vivificadas en Cristo ("das vida y nificado más profundo, a la luz de la
nesis; el ofrecimiento; las intercesio- la relación entre la pascua y el me- santificas todo"), el hecho de que la historia de las alianzas (antes de la
nes; la doxología final". morial, que el Maestro ha querido extensión de la oración de anam- consagración), es decir, en cuanto
que fuera repetido en su memoria nesis se prolongue hasta incluir la cumplimiento de aquel proyecto de
De este modo se codifican los ele- (consagración). El evento definitivo parusía ("mientras esperamos su Dios que desde el principio aparece
mentos más importantes que las tra- de la pascua constituye a la iglesia, venida"), el relieve —inspirado en manifiesto. A esta luz la eucaristía
diciones de Oriente y Occidente pro- pueblo que vive en el tiempo de la Pablo— de la "hostia nostrae recon- aparece en el centro de la "plenitud
ponían. Por lo demás, la voluntad nueva alianza: la eucaristía, en cuan- ciliationis" ("esta víctima de recon- de los tiempos", memorial del evento
de abrirse a todo el dato de la tradi- to actualiza la eficacia salvífica del ciliación"), el universalismo de las culminante de la pascua, nuevo y de-
ción litúrgica queda manifiesta per- sacrificio con el que Cristo ha vuelto intercesiones, son todos ellos ele- finitivo pacto entre Dios y el hombre
fectamente —como se documentará a adquirir para el Padre el "pueblo mentos que ponen de manifiesto ("... el gran misterio que nos dejó
en los estudios a que haremos alu- santo", edifica también hoy en el Es- cómo la eucaristía constituye el sa- como alianza eterna"). Por la acción
sión dentro de poco— en el hecho píritu a la iglesia (después de la con- cramento del único sacrificio que ha de la eucaristía-alianza se crea conti-
de que, como verdaderas fuentes de sagración). redimido el mundo y la historia de nuamente una comunidad —la igle-
las tres nuevas plegarias eucarísticas, los hombres, reconciliándolos con sia— capaz de culto espiritual.
se asumen primariamente la tradi- Resulta más difícil caracterizar el Dios.
ción romana (plegaria 11), la gálica y segundo texto (plegaria III), que de- Las tres nuevas plegarias eucarís-
la hispánica (plegaria 111), y la orien- riva inmediatamente de la refundi- En la determinación de las fuentes ticas tienen como características co-
tal (plegaria IV). ción del proyecto Vagaggini, pero utilizadas para la redacción del ter- munes: una estructura más unita-
1633 Plegaria eucarística
Plegaria eucarística 1632
tura y de inspiración de la reforma presar la eucaristía en las tradiciones
ria, un lenguaje más claro, la doble composición de tres anáforas para conciliar: se puede notar ahí, como
ser usadas en las misas con niños, y culturales y en los esquemas de pen-
epíclesis o invocación del Espíritu algo positivo, la relevante presencia samiento de los pueblos aborígenes
Santo (antes y después de la consa- de dos anáforas sobre el tema de la de referencias a textos bíblicos y del
reconciliación para utilizarlas con de Australia". De este modo la realiza-
gración), la aclamación de los fieles Vat. II. Sin embargo, es todavía más ción progresiva de la reforma va evi-
después de la consagración, las in- ocasión del año santo de 1975 y en significativo el hecho de que el valor
otras circunstancias (cf Noí 11 denciando desarrollos interesantes.
tercesiones antes de la doxología fi- salvífico de la eucaristía se reinter-
nal, la disposición ordenada de los [1975] 4-12) [/Nuevas plegarias preta en términos de reconciliación.
diversos elementos constitutivos, en eucarísticas, II, 2,3]. Ésta se revela como una categoría
armonía con el esquema propuesto III. Orientaciones
De este desarrollo posterior, con central de la historia de la salvación
por OGMR 55. el que se introducen de hecho en las teológico-pastorales
y excelente clave hermenéutica de
iglesias particulares nuevas plegarias la obra y de la persona de Cristo; Por todo lo hasta ahora dicho se
3. LOS DESARROLLOS POSTERIO- eucarísticas, nos parece importante en este sentido y por esta razón la
RES. Con la publicación de las tres comprende la multiplicidad de nive-
señalar sobre todo su significado reconciliación puede ser asumida les sobre los que debería plantearse
nuevas anáforas no se agota el ca- global. Se ponen de relieve dos crite- como referencia temática capaz de
mino de la reforma posconciliar a una reflexión conclusiva de carácter
rios de fondo: la más estricta rela- inspirar también los textos de plega- teológico-pastoral a propósito de las
este respecto: a nivel de debate y ción que debe existir entre el texto rias eucarísticas n.
de textos hay que registrar ulteriores plegarias eucarísticas. Al no poder
de la anáfora y la especificidad de desarrollar aquí una reflexión am-
pasos. una asamblea reunida para la euca- Un último capítulo de desarrollo,
que merece ser considerado, es el plia, nos limitamos a indicar las refe-
La a u t o r i z a d a c a r t a circular ristía (éste es el caso de las plega- rencias que nos parecen prioritarias.
rias eucarísticas para las misas con conjunto de plegarias eucarísticas
Eucharistiae participationem, de que han recibido autorización oficial
1973, tiene ciertamente una inten- / niños); la oportunidad de la cone-
xión entre el texto de la anáfora y para su uso litúrgico en situaciones 1. EL FENÓMENO DE LAS PLEGA-
ción de carácter disciplinar: después y contextos específicos24. No impor- RIAS EUCARÍSTICAS "LIBRES": SIGNIFI-
del atento estudio del fenómeno de algunos acontecimientos eclesiales es-
pecialmente significativos (el año san- ta aquí hacer un elenco completo de CADO Y PERSPECTIVAS. Una conside-
la proliferación de las plegarias eu- ellas ni iniciar un comentario deta- ración específica del fenómeno de la
carísticas [/ infra, III, 1], la sede to, en este caso) o, más en general, la
posibilidad de introducir nuevos pun- llado; baste señalar que tal conjunto proliferación de plegarias eucarísti-
Apostólica considera oportuno reser- de plegarias eucarísticas parecen una cas, incluso sin pretensiones de ser
varse el derecho de decidir en lo que tos de vista para releer la historia de
la salvación, de la que la eucaristía confirmación posterior de algunos completos, sino con la intención de
se refiere a un capítulo tan impor- criterios de reforma ya aparecidos captar los más significativos indicios
tante de la praxis litúrgica20. En rea- es memorial. Respecto de la aporta-
en precedencia, o, incluso, pueden de tendencia que en tal fenómeno se
lidad, el documento añade a esta ción realizada por cada uno de los
textos, nos limitaremos a algunos as- entreverse otros nuevos. En particu- van manifestando, no se justifica en
precisión, expresada de un modo lar: algunos momentos significativos una lógica de simple documenta-
muy neto, la invitación a valorar los pectos relevantes y sintéticos. Los
textos para las misas con niños con- de la vida de las comunidades ecle- ción; al afrontar el tema, ni siquiera
espacios ya consentidos para un tra- siales se convierten en ocasión para queremos atribuir demasiada impor-
bajo creativo, y manifiesta la propia firman, por una parte, el esquema
tradicional de plegaria eucarística; tematizar la eucaristía de un modo tancia a un capítulo que la valora-
disponibilidad a tomar en conside- más amplio y articulado, de tal ción más serena no puede calificar
ración ocasionales peticiones formu- pero encuentra espacio en ellos —y
con frecuencia con formas creativas modo que.se da espacio a contenidos ni de central ni de prioritario. Si juz-
ladas por las conferencias episcopa- percibidos hoy como prioritarios y gamos tal fenómeno merecedor de
les "para la eventual composición e y no carentes de interés— una aten-
ción más marcada al problema cele- se favorece una más intensa partici- profundización, es porque en él se
introducción en el uso litúrgico, en pación: éste es el caso, por ejemplo, han ido manifestando consideracio-
circunstancias particulares, de una brativo que haga posible una parti-
cipación más plena y activa de la de los textos para el sínodo de los nes de carácter fundamental que to-
nueva oración eucarística..." (n. 6). católicos suizos, para el convenio can de cerca algunas de las compo-
No parecería, por tanto, ausente del asamblea; tampoco desde un punto
de vista t e m á t i c o faltan acen- pastoral de la iglesia holandesa, para nentes más discutidas a nivel de es-
texto la preocupación de crear las el congreso eucarístico de Manaus, tudio 25.
condiciones para un ulterior paso de tuaciones de un cierto interés, sobre
todo por la importancia conferida al en Brasil. Se va abriendo también La inflexión registrada por la lite-
reforma, prevista ya como proba- camino la exigencia de tener plega-
ble21. Como confirmación de esto tema de la acción de gracias y por
rias eucarísticas mejor sintonizadas
ratura que ha examinado crítica-
mismo está la intervención del 1 de las frecuentes y concretas referencias mente el problema es un primer dato
a Cristo y al amor que lo ha condu- con el contexto cultural dentro del significativo. De un juicio inicial,
noviembre de 1974, en la que la Con- que se sitúa la liturgia: es el caso,
gregación para el culto divino pre- cido a la pascua22. En las dos plega- que tiende a considerar el fenómeno
rias eucarísticas de la reconciliación por ejemplo, de la iglesia australia- del continuo multiplicarse de textos
senta los esquemas de plegarias na, que prepara un "ensayo para ex-
eucarísticas en lengua latina para la se confirman las opciones de estruc- de plegarias eucarísticas como un ca-

52
Plegaria eucarística 1634
1635 Plegaria eucarística
pítulo transitorio debido a la moda paz de conferir significado a todos
de un momento 26, se pasa a fases su- los elementos que la componen 30 . de múltiples aspectos que componen mitarnos a los esenciales, podríamos
cesivas, en las que la lectura del pro- No es tan fácil moverse dentro de el misterio global de Cristo celebra- recordar los siguientes. Ante todo, a
blema se pone en relación con los la producción de plegarias eucarísti- do a lo largo del año, y su significa- nivel de inspiración: dar gracias,
criterios de fondo de la reforma mis- cas libres y reconducir a unidad ele- do para la iglesia en camino se va para la iglesia significa situar la pro-
ma. Más en particular, podemos no- mentos y orientaciones muy hetero- enriqueciendo poco a poco ". Mere- pia oración dentro de una historia
tar el surgir de diversos aspectos géneos entre sí. Aparte del aspecto ce ser recordada también una última a través de la cual Dios se ha ido
relevantes. Uno es de orden cele- propiamente disciplinar de la cues- tendencia, en la que se asume como progresivamente revelando como el
brativo: ¿cómo hacer más intensa y tión —también este capítulo, por la criterio prioritario la relación entre Dios de la alianza; ello quiere decir
verdadera la participación de toda importancia de los valores en juego, el texto de plegaria eucarística y la hacer memoria de su amor para con
la asamblea en la celebración y tam- merecería atenta consideración—, liturgia de la palabra propuesta por nosotros, en el sentido profundo de
bién en el momento culminante de puede resultar útil, para un estudio el leccionario en las celebraciones fes- continuar, por parte de Dios, un ges-
la plegaria eucarística? ¿Es posible adecuado, el intento de individuar tivas; se considera, de este modo, to de salvación, y de confesar, por
que, en la perspectiva de la consecu- los criterios y las intenciones que se que se debe asumir más de cerca el parte de la iglesia, que Dios es Señor
ción de un valor como éste, tal ple- encuentran en el origen de estas problema de la unidad de la celebra- de la historia y del cosmos y que
garia asuma una estructura más dia- composiciones. A través del análisis ción eucarística, también en el senti- ama al hombre. En esta perspectiva,
lógica?27 Mucho más amplio es el de un muestreo discretamente repre- do de poner de manifiesto las cone- la plegaria eucarística se manifiesta
debate en el plano propiamente teo- sentativo hemos conseguido indivi- xiones temáticas entre la palabra, la como e! lugar privilegiado de la pro-
lógico. Se confirma, ante todo, la ple- duar la presencia de algunas líneas oración, la acción de gracias ". fesión de la fe de un pueblo y, al
na legitimidad del fenómeno, que, de fondo. A veces los textos de ple- tiempo, momento de gracia con el
en último término, puede ponerse en garias eucarísticas nacen en relación 2. LA APORTACIÓN DE CARÁC- que Dios nos constituye permanen-
relación con la historicidad misma estricta con personalidades y expe- TER TEOLÓGICO. Si el estudio de la temente como pueblo de la alianza.
de la celebración cultual realizada riencias específicas: es el caso de la plegaria eucarística hace acercarse di- Si después consideramos dos hechos
por la iglesia as. Con idéntico rigor, producción de H. Oosterhuis, poeta rectamente a los textos —los anti- complementarios atestiguados por el
sin embargo, se subraya la exigencia holandés, en quien son prioritarias la guos y los nuevos—, se hace conse- desarrollo histórico —la multipli-
de la fidelidad a contenidos conside- atención al lenguaje y el empeño de cuente la exigencia de desarrollar la cidad de plegarias eucarísticas y la
rados imprescindibles, en profunda reformular con formas nuevas y cul- dimensión propiamente teológica; en plegaria eucarística como elemento
continuidad con el significado que turalmente significativas los grandes cada ocasión de hecho la anáfora normal de la celebración de la euca-
Cristo ha conferido a la cena euca- temas teológicos, enriquecidos, a su nos hace encontrar la riqueza de ristía—, esto nos ayuda a alcanzar
rística; ello surge, por lo demás, de vez, por una visión eclesiológica re- doctrina con la que la iglesia entien- un segundo nivel de consideración:
una lectura teológica del dato de la novada". En otros casos —y se tra- de y celebra el memorial eucarístico. en la multiplicidad de los textos la
tradición que sepa captar los valores ta, además, de los ejemplos más dis- Al decir esto, ya subrayamos un he- plegaria eucarística nos ayuda a com-
de fondo, más allá de la multiplici- cutibles y susceptibles de muchos as- cho: que el lugar primario en el que prender el sentido mismo de la cele-
dad de las formas según las cuales la pectos relevantes— prevalece la encontrar la teología eucarística ex- bración cristiana en términos de pro-
plegaria eucarística se encarna 2 '. intención de expresar de forma más presada por la iglesia será el sitio en clamación de fe en el misterio de Je-
Esta tarea se debe llevar hasta alcan- neta el sentido de la eucaristía, su el que ella hace memoria de la pas- sucristo y de momento que edifica,
zar una precisión sustancialmente de- validez política; ello se obtendría a cua, es decir, la liturgia concreta- aquí y ahora, en la multiplicidad de
finitiva respecto del tema de la es- través de una marcada relación con mente celebrada. Ello no significa, las situaciones dentro de las que se
tructura que la plegaria eucarística la historia concreta del hombre y de en modo alguno, reconocer menor sitúa la iglesia en comunión; análo-
habrá de tener; bajo esta perspecti- la comunidad que ora y con los pro- importancia a otros lugares propia- gamente, la normalidad de este ele-
va, si es unánime la orientación de blemas de la sociedad dentro de la mente teológicos; sólo quiere subra- mento en la celebración cultual in-
atribuir una autoridad real al esque- que uno y otra se encuentran -". En yar el peculiar papel de tradición que dica claramente que la liturgia en
ma propuesto por la reforma (cf otras expresiones —también ellas es propio de la liturgia de la iglesia. cuanto tal es celebración del misterio
OGMR 54-55), aparece también la atentas al problema del lenguaje y a de Cristo en su globalidad; memorial
Cuando después consideremos de la pascua, en el que se compendia
tendencia a considerar que no todos la búsqueda de una perspectiva efi- más de cerca —aunque sólo sea de
los elementos del mismo deban estar caz de actualización de la oración— toda la historia de la salvación.
un modo global y panorámico— la Cuando se nos pregunta por la es-
siempre presentes en toda anáfora. se quiere establecer, en cambio, una ayuda efectiva que nos puede venir
La atención prevalente se centra, conexión más estrecha entre la ple- tructura misma de la plegaria euca-
de textos de plegarias eucarísticas rística, se hace inevitable alcanzar un
más que en la completez material, garia eucarística y el desarrollo del para la comprensión del sentido de
en la inspiración eucarística de la año litúrgico; el memorial eucarísti- tercer nivel: el sucederse del momen-
la eucaristía que celebramos, el tema to narrativo de la historia de la sal-
plegaria y en su unidad interna, ca- co se ilumina y profundiza a la luz se ensancha necesariamente a una vación, que culmina en la pascua de
multiplicidad de aspectos '5. Por li-
Plegaria eucarística 1637 Plegaria eucarística
1636
Cristo; de la oración propiamente rácter conclusivo puede completar plia de intervenciones directas 37. Tal Cazelles, Eucharisties, bénédiction et sacrifice
vez la dirección emprendida por la dans l'AT. en MD 123 (1975) 7-28 — " Son de
anamnética, que se encarga de resi- mejor nuestro discurso. fundamental importancia los recogidos y pre-
tuarnos constantemente en la reali- Pensamos, ante todo, en la dimen- reforma [/ supra, II, 3] se revele sentados por A. Hánggi-J. Pahl, Prex eucharis-
dad de la celebración-memorial; de sión propiamente catequética: un como el sendero más equilibrado y tica. Textus e variis liturgiis antiquioribus selec-
la epíclesis de comunión, enteramen- momento central como el de la par- fecundo; hay que auspiciar que per- ti. en SF 12 (1968) 3-57 (a cargo de L. Ligier);
te referida a la comunidad eclesial, ticipación en la eucaristía requerirá manezca lo más abierto posible, E. Lodi, Enchiridion euchologicum fontium li-
para que pueda expresar también to- íurgícorum, Ed. Liturgiche, Roma 1979, nn. 34-
que es generada por tal memorial, la constante preocupación de intro- 90, 21-46 — 1 Llevan a resultados ya conclusi-
tiene una riqueza de discurso que ha ducir a aquellos que participan en das las potencialidades que tiene den- vos las recientes puntualizaciones de E. Mazza,
de comunicar: a la luz del sentido de ella en la comprensión y la vivencia tro de sí. No nos parece, en cambio, Didaché IX-X: etementiper una interpretazione
esta estructura resulta de hecho po- de \o que celebran. Bajo este aspec- inútil remitir a un problema más ge- eucorislico. en £L 92 (1978) 393-419; A. Vei-
sible captar hasta qué punto domi- to, la comprensión vital de la plega- neral de participación en la eucaris- heul, La priére eucharistique dans la Didaché,
tía; también a propósito de la plega- en QL 60 (1979) 197-207; K. Hruby, La "Birkal
nan las categorías doctrinales de ria eucarística —su sentido global, ha-mázon ". La priére d'action de gráce apres le
acontecimiento salvífico, de celebra- el significado de su estructura y de ria eucarística se plantea la cuestión repas, en Mélanges lilurgiques offerts au R. P.
ción memorial, de estructura anam- los elementos particulares que la relativa a la parte de un todo. Por Dom Bernard Botte, Ed. Abbaye de Mont Ce-
nética, etc., en la interpretación de componen, su inspiración de fon- más que sea central, la anáfora no sar, Lovaina 1972, 205-222 — * Véanse parti-
la liturgia cristiana J«. Un último ni- do— se revela como un aspecto prio- agota el rito eucarístico; para que cularmente: E. Mazza, La "Gratiarum Actio
sea adecuadamente intensa y parti- Mysiica"del libro VII delle Costituzioni apos-
vel de consideraciones podría ser el ritario de la acción pastoral. No es toliche. Una tappa nella storia delta anáfora
de la reflexión en torno al discurso inútil recordar a propósito cómo la cipada, exige ser celebrada por una eucarística, en EL 93 (1979) 123-137; A. Ver-
sobre Dios elaborado y expresado notable abundancia de textos de ple- asamblea que ya ha acogido dentro heul, La priére eucharistique de Addai et Mari,
por la plegaria eucarística: además garias eucarísticas para el uso litúr- de sí la palabra de la fe: alimentada en QL 61 (1980) 19-27 — ' En este sentido son
de estar este discurso constantemen- gico permite una catequesis muy am- por este anuncio que convoca a la muy útiles las observaciones sintéticas de algu-
salvación, la comunidad se abre a la nos especialistas de las diversas tradiciones li-
te referido a la historia de la salva- plia y articulada; quien sepa valorar túrgicas (T. Federici, A. M. Triacca, A. Nocent,
ción, en el que se inspira y toma con- inteligentemente la peculiaridad de acción de gracias dirigida al Padre
J. Pinell) recogidas en S. Marsili (dir.), Anam-
tenido, se articula con la riqueza y la cada una de las anáforas tendrá un de nuestro Señor Jesucristo, en el nesis. Inlroduzione storico-teologica alia litur-
potencialidad del pensamiento sim- amplio abanico de perspectivas y de Espíritu, para después significar en gia II, La liturgia: panorama storico genéra-
bólico, recorrido por la tensión de subrayados para introducir en la el gesto del pan compartido y en la le, Marietti, Turín 1978, 55-128; 147-223 —
10
fidelidad al símbolo del que es me- comprensión inteligente de aquello participación en el cáliz la propia Algunas puntualizaciones teológicas de con-
voluntad de comunión. Bajo esta junto lo demuestran bien; cf ad es.: R. Bornert,
moria; además de eso —y es quizá que la iglesia trata de hacer cuando Les commentaires byzantins de la divine liturgie
esto último la observación que su- invita a participar en la celebración perspectiva, la plegaria eucarística du Vil' au XV siécle, París 1966; L'anaphore
braya el aspecto más singular— se de la cena del Señor. Ya hemos indi- necesita estar implicada en toda la dans la spiritualité liturgique de Bysanee. Le
configura como discurso sobre Dios cado [/ supra, 1] la preocupación de dinámica que recorre la celebración lémoignage des commentaires mystagogiques
enraizado en la adoración, que se ma- hacer también del momento de la eucarística. du Vil' au XV siécle, en VV.AA., Eucharisties
d'Orient et d'Occidenl II, Cerf, París 1970, 241-
nifiesta por tanto en doxología. En anáfora un lugar de participación [/ Eucaristía; / Nuevas plegarias 264; I. H. Dalmais, Quelques grands thémes
la perspectiva de la alianza, esa do- activa por parte de toda la asamblea, eucarísticas]. théologtques des anaphores orientales, ib, 179-
xología se revela como la forma más evitando el riesgo de que se transfor- 196 - " J. A. Jungmann, Strutlura e valore
alta y más verdadera de nuestro ha- me en el tiempo de mayor ausencia leologico-pastorale del canone, en VV.AA., //
canane delta messa, QR, Milán 1968, 33-54; E.
blar de Dios, la que mejor expresa la de los presentes y de su menor impli- No i AS: ' Aunque necesita ser completada y Galbiati, // substrato bíblico del canone roma-
total gratuidad de un don del que no cación en la acción ritual. El proble- corregida con otros estudios (cf en particular no, ib, 13-32; C. Vagaggini, // canone delta mes-
pueden sino brotar la adoración y la ma no es de fácil solución: por una cuanto digamos en las notas sucesivas), sigue sa e la riforma litúrgica, LDC, Turín 1966; A.
acción de gracias. parte, apuntar únicamente a la va- siendo importante la investigación de L. Bou- Tarby, La priére eucharistique de l'église de Je-
yer. Eucaristía. Teología y espiritualidad de la rusalem, Beauchesne, París 1972; P. Scazzoso,
riabilidad continua de los textos, pro- oración eucarística, Herder, Barcelona 1969 Inlroduzione alia ecclesiologia di s. Basilio, Vita
3. PARA UNA CELEBRACIÓN AU-
poniéndose primariamente mantener 2
J.-P. Audet, Esquisse historique du genre lit- e Pensiero, Milán 1975, 123-170 — l2 Para esta
TÉNTICA. Todas las consideraciones viva la atención, podría correr el téraire de la "bénédiction "juive et de l'eucharis- parte véase F. Brovelti, Preghiere eucaristiche.
hechas en precedencia conducen ya riesgo de sustraer o atenuar las ven- lie chrétienne, en RB55 (1958) 371-399 ' J.- Appunti su di un problema apeno, en RL 65
tajas de una inteligente repetitividad; P. Audet, Genre littéraire et formes cultuelles (1978) 449-487 (en particular 454-473) —
a subrayar diversos elementos impor- de l'eucharistie. Nova et velera, en EL 80 (1966) 11
Desde este punto de vista, fue decisivo el rol
tantes que deben entrar a formar por la otra, una concepción formal 353-385 4
Cf L. Bouyer, Eucaristía... cit., ce. desempeñado por el estudio de C. Vagaggini
parte de una preocupación pastoral, de oración presidencial podría im- Il-V 5
L. Ligier, Les origines de la priére que recordamos en la nota 11 — '" Epistula ad
para que la celebración de la plega- plicar una excesiva lejanía respecto eucharistique: de la cene du Seigneur a l'eucha- Praesides Conferentiarum Episcopalium del
ria eucarística sea lo más verdadera de la asamblea, eliminando las inne- ristie, en QL 53 (1972) 181-202 (resumen de card. B. Gut, del 2-6-1968, y las Indicalions
gables posibilidades de participación otras aportaciones del mismo autor); Th. J. Tai- pour faciliter la catéchése des anaphores de la
posible. Nos parece, sin embargo, ley, De la "berakahah "a l'eucharistie, une ques- messe, en Nur 4 (1968) 146-155 " Varios es-
que subrayar algunos aspectos de ca- que comportaría una serie más am- tion a réexaminer, en MD 125 (1976) 11-39; H. pecialistas comentan en síntesis muy válidas
1639 Procesión
Plegaria eucarística 1638
liimT 152 (1980) 251-258; LallanaE., La acción
cada uno de estos elementos: cf Not 9 (1973) cretario de la Comisión episcopal de Liturgia), de gracias en la Sagrada Escritura y en la litur-
PROCESIÓN
209-246 — l6 La misma bibl. que utilizaremos Zur Diskussion über neue Hochgebete, en U gia primitiva, en "Liturgia" 21 (1966) 209-226,
indica lo vastísimo que podría resultar el trabajo 83 (1973) 3-20; J. Evenou, "En memoire de 293-315; López Martin J., Temas bíblicos de la
de profundización y de análisis crítico de las moi", en Not 15 (1978) 214-220 — J1 Véase en SUMARIO: 1. Enfoque antropológico - II. Las
Tercera Plegaria eucarística, en "Nova et Vete- procesiones en la biblia: 1. En el AT; 2. En el
nuevas plegarias; para una visión de conjunto, este sentido el estudio de J. B. Ryan Les priéres ra" 6 (1978) 157-168; Llopis J., La plegaria
eucharistiques de Huub Oosterhuis, en MD 125 NT - III. Desde la historia de la liturgia: 1.
cf P. Jounel, La composition des nouvelles prié- eucarística, ¿repetición o sorpresa?, en "Phase" Procesiones que conmemoran los misterios de
res eucharistiques, en MD 94 (1968) 38-77; sin- (1976) 60-84 — 32 Un caso muy discutido en 88 (1975) 271-279; Maertens Th., El canon de la Cristo; 2. Procesiones extraordinarias y ocasio-
tético y documentado el fascículo n. 61 (1977) Italia ha sido el del libro de P. Burgnoli Pre- Misa, Marova, Madrid 1969; Maldonado L., nales; 3. Procesiones rituales o ceremoniales; 4.
del canadiense Bulletin national de liturgie — ghiere eucaristiche di una chiesa in cammino, La plegaria eucarística. Estudio de teología bí- Procesiones devocionales y votivas - IV. Refle-
17
C. Braga, Le nuove anafore della liturgia la- Cittadella, Asís 1975 — 33 Véase en particular: blica y litúrgica sobre la misa, BAC 273, Madrid xiones teológico-pastorales.
tina, en VV.AA., II canone, CAL, Roma 1968, D. Dufrasne-F. Debuyst-C. Ferríére, Rendre 1967; Manzanal P., Las nuevas oraciones euca-
195-197; P. Jounel, La composition..., a.c, 45- gráce aujourd'hui. Essais de priéres eucharisti- rísticas latinas, en "Liturgia" 23 (1968) 351-365;
53; S. Marsili, Le nuove preghiere eucaristiche. ques, Centurión, París 1975; VV.AA., A la- Martín Pindado V.-Sánchez Caro J.M., La
Problemática e commento, en VV.AA., Pre- recherche de priéres eucharistiques pour no- gran oración eucarística. Textos de ayer y de
I. Enfoque antropológico
ghiere eucaristiche, LDC, Turín 1968, 80-112 tre temps, Centurión, París 1976 — 34 C. hoy, La Muralla, Madrid 1969; Oñatibia I., Ple-
(en particular 87-103) — l8 P. Jounel, La com- Floristán-L. Maldonado-A. Pascual, Plegarias garia eucarística y participación activa, en "Pha- La procesión es un rito religioso
position..., a.c, 54; C. Vagaggini, // canone del- de la comunidad, Madrid 1975 — J5 He des- se" 88 (1975) 257-270; Pinell J., La eucaristía. de significado universal. Su simbo-
la messa... (nota 11), 100-107; 135-154 — iy P. arrollado algunos de estos aspectos en La "pre- Los textos de la gran bendición eucarística,
Jounel, La composition..., a.c, 72; J. Esteban, ghiera eucarística " luogo privilegíalo per la cele lismo, el gesto de caminar juntos, res-
Roma 1971; "Legitima eucharístia". Cuestiones
El tema "plenitudo temporis" (Gal 4,4) en la brazione cristiana, en VV.AA., Celebrare il mis- sobre la anamnesis y ¡a epíclesis en el antiguo ponde a una necesidad primaria de
liturgia occidental de la época patrística, en EL terio di Cristo, Dehoniane, Bologna 1978, 207- Rito Galicano, en VV.AA., Mélanges B. Botte, esa agregación con la que el grupo
88 (1974) 54-64 — M Sacra Congregatio pro 223 — ^ En este sentido es útil lo que escribe Louvain 1972, 445-460; Anamnesis y epíclesis adquiere consistencia. Es un signo
Culto divino, Litterae circulares ad Conferen- T. Federici, Liturgia: creativita, interiorizzazio- en el antiguo Rito Galicano, en "Dídaskalia" 4
tiarum Episcopalium Praesides de precibus ne, attuazione, en Not 13 (1977) 73-87 (en par- válido para significar la historia de
(1974) 3-130; separata: Lisboa 1974; Ramis G.,
cucharistias, en Not 9 (1973) 193-201; texto cas- ticular 76-79); A. Cuva, La preghiera eucarísti- La anamnesis en la liturgia eucarística hispáni-
la comunidad humana. La procesión
tellano: Carta circular a los Presidentes de las ca, preghiera-azione ecclesiale, en VV.AA., In ca, en VV.AA., Liturgia y música mozárabes añade a la celebración un elemento
Conferencias episcopales sobre las "plegarias Ecclesia, LAS, Roma 1977, 335-351; desde el (I Congreso de Estudios Mozárabes), Instituto de notable incidencia psicológica: el
eucarísticas", en Pastoral Litúrgica, 74-75, oc- ángulo ecuménico es de mucho interés J. F. de Estudios Visigótico-Mozárabes de San Euge- orar subrayado por el movimiento.
tubre (1973) 8 — 2I Véase el comentario de S. Puglisi, Quelques exemples de convergence dans nio, Toledo 1978, 65-86; El memorial eucarísti-
Marsili, Ancora una volta: creativita e adaita- les priéres eucharistiques, en MD 139 (1979) La oración resulta ayudada por una
co: concepto, contenido y formulación en ios-
mento, en RL 60 (1973) 577-580; cf también la 101-124; cf también J. Betz, La eucaristía, mis- textos de las anáforas, en "Ephemerides Litur- expresión más ferviente, la comuni-
síntesis del debate en HD 27 (1973) 89-102 — terio central, en Mysterium salutis IV/2, Cris- gicae" 96 (1982) 189-208; Ramos M., La gran dad es potenciada en su unidad. Su
22
Pueden hallarse unas profundizaciones útiles tiandad, Madrid 1975, 185ss — 3? J. Llopis, La oración eucarística, en "Phase" 44 (1968) 137- imagen es una larga fila que, con
en M. Paternóster, Messa con ifanciulli, en RL plegaria eucarística, ¿repetición o sorpresa?, en 158; Sánchez Abellán F., Canon Romano. Fuen-
64 (1977) 98-129; E. Mazza, Messa deifanciulli Ph 88 (1975) 257-270; H. Cnudde, Quelques re- paso uniforme, procede lentamente,
tes y paralelos literarios y comprobantes arqueo-
o messa con ifanciulli?, en RL 64 (1977) 624- péres pour la priére eucharistique au niveau du lógicos. Universidad Pontificia, Salamanca
orando y cantando; o la de un corte-
630; M. Paternóster, In margine all'edizione ita- langage et de la communication, en LVC 89 1974; Sánchez Caro J.M., Bendición y eucaristía. jo con aparato ceremonial, a menu-
liana de "La Messa dei fanciulli", en RL 65 (1974) 214-231; VV.AA., La priére eucharisti- 25 años de estudios sobre el género literario de do con vestidos uniformes, en ho-
(1978) 234-240; D. Sartore, Preghiere eucaristi- que. Initiation á la priére chrétienne, en MD la plegaria eucarística, en "Salmanticensis" 30
125(1976)41-51.
menaje a un personaje o a un signo
che per la messe coi fanciulli, en RL 65 (1978)
241-248 — 2 i F. Brovelli, Le preghiere eucaris-
(1983) 123-147; Eucaristía e historia de la salva- sagrado.
ción. Estudio sobre la plegaria eucarística orien- Se camina no sólo para llegar,
tiche della riconciliazione, en RL 65 (1978) 357- F. Brovelli tal, BAC 439, Madrid 1983; Silanes N., Las
369; A. Cuva, Le nuove preghiere eucaristiche, nuevas plegarias eucarísticas, en "Estudios Tri- sino también para vivir el camino: la
en Lit 12 (1978) 82-89 — 24 Todo este material nitarios'^ (1968) 375-394; Sustaeta J.M., Misal procesión añade a la ritualización de
se encuentra con un breve y acertado comenta-
rio en Ph. Beguerie-J. Evenou (dir.), Eucharis- BIBLIOGRAFÍA: Aldazábal J., Plegarias euca-
y eucaristía. Estudio teológico, estructural y pas- los sentimientos de penitencia, de sú-
toral del nuevo Misal Romano, Facultad de Teo- plica y de acción de gracias un sim-
ties de touspays (— Célébrations), CNPL, París rísticas para jóvenes, en "Phase" 75 (1973) 247- logía, Valencia 1979, 145-190; Thurian M., Una
1975 — 25 Véase también para esta parte F. Bro- 284; Mejorar la traducción de las plegarias liturgia eucarística ecuménica, en "Phase" 139 bolismo que hace ver a los hombres
velli, Preghiere eucaristiche. Appunti... (nota eucarísticas, ib, 88 (1975) 281-296; La plegaria (1984) 163-172 (texto://?, 173-178); VV.AA., El insertos en la vida que se desarrolla
12), 464-471 — 2 t A. Nocent, Nuove preghiere eucarística preocupa a todas las iglesias, ib, 89 canon de la Misa, Ed. Litúrgica Española, Bar- fuera del ambiente sagrado, en los
eucaristiche? Panorama e problemi, en RL 60 (1975) 395-399; La plegaria eucarística I, Catc- celona 1967; VV.AA., La plegaria eucarística,
(1973) 151-167 — 21 Cf ad es., I. Oñatibia, Ple- quesis 2, Pastoral, "Dossiers del CPL" 18-19, lugares donde viven y trabajan.
Ed. Litúrgica Española, Barcelona 1970.
garia eucarística y participación activa, en Ph Barcelona 1983; Bellavista J., El canon de la Mezclados en el camino y unidos en
88 (1975) 257-270 — 2íi E. Ruffini, Creativita e misa romana, en "Phase" 36 (1966) 456-471; En el canto, los creyentes se descubren
fedeltá nella celebrazione eucarística. Libera/iz- torno al canon de la Misa, ib, 42 (1967) 501- hermanados, más implicados en los
zazione delle preghiere eucaristiche?, en RL 60 524; Bouyer L., Eucaristía. Teología y espiri- PRESIDIR
(1973) 167-203; S. Marsili, Forma e contenuio tualidad de la oración eucarística, Herder, Bar- mismos problemas.
nella preghiera eucarística, ib, 204-220; G. Bail- celona 1969; Dannells G. - Maertens Th., La / Animación; / Asamblea; / Estilos La procesión no es sólo un cami-
largeon, Comment juger de la valeur d'une prié- oración eucarística, Marova, Madrid 1968; celebrativos; / Formación litúrgica nar juntos de cualquier modo: antes
re eucharistique?, en LVC89 (1974) 232-261 —
29
Goenaga J.A., Nuevas eucaristías, Mensajero, de los futuros presbíteros; / Jóvenes de partir se reúne la asamblea es-
Cf en particular los estudios de E. Ruffini y Bilbao 1969; Jossua J.-P., Las plegarias euca- IV, 3
S. Marsili (nota prec.) — 30 H. Rennings (se- rísticas- libres: intento de valoración, en "Conci-
tructurada; parte de un lugar deter-
Procesión 1640 1641 Procesión
minado, camina con un reglamento siones que formaban parte de la li- trompetas, precede al pueblo. La pro- incluido el holocausto y la distribu-
preciso y se dirige a una meta bien turgia del templo; sin embargo, una cesión, que dura siete días, tiene pri- ción de los dones 3 .
definida. Estos elementos enriquecen decena de salmos (67; 83; 104; 113, mero carácter de súplica; al final se La procesión de Nehemías (Neh
la celebración con valores psicológi- etcétera), además de los graduales convierte en celebración de la victo- 12,27-43) tiene lugar por la dedica-
cos y sociológicos de fuerte efica- (119-134), las evocan por el conteni- ria de Yavé. La narración más típica ción de las murallas reedificadas. Ya
cia emocional (que frecuentemente do o por alguna referencia. de la guerra santa de conquista (en no es la procesión de Yavé, sino la
se añaden a los del carácter excep- La marcha del éxodo, más allá de la que Dios actúa prácticamente de su pueblo (después de la destruc-
cional). la temática de la peregrinación, por solo) ha sido transformada por la ción del templo no se volverá a ha-
A pesar de la vida sedentaria; es influjo sacerdotal, es presentada redacción definitiva en una liturgia. blar del arca). Existe una continui-
más, precisamente cuando es tal, la como una gran procesión. Peregri- Se subraya el papel de los sacerdo- dad entre el retorno del exilio y este
procesión tiene el fin de recordar a nación y procesión en los momentos tes, como anteriormente para el paso acontecimiento. Sobre los baluartes
los hombres que son peregrinos, el más relevantes llegan a identificarse procesional del Jordán (Jos 3,14- se abren al mismo tiempo dos coros
fin de despertar en ellos la parte nó- (por ejemplo, la nube sobre el taber- 4,18). Esta procesión no va de un que, avanzando en sentido opuesto,
mada de su alma, para que recuer- náculo se pone en movimiento o se lugar a otro, pero se inscribe en el recorren el perímetro de la ciudad,
den que su estancia aquí abajo no es detiene para indicar las etapas del camino hacia la tierra prometida 2 . reuniéndose después en el templo.
estable, sino transitoria (cf Heb pueblo; cf Núm 9,17s; también Ex Se nota también la ausencia de can- La vuelta alrededor de las murallas
13,14; 1 Cor 5,6). 40,36-38; Sal 67,1; Is 33,3). Los pri- tos: el silencio se interrumpirá en el es un rito de propiciación y de con-
Procesión y peregrinación son dos meros capítulos del libro de los Nú- último momento por el grito de gue- sagración, que une en un desposorio
signos contiguos, hasta el punto de meros nos muestran cómo Dios mis- rra, que se convierte en aclamación (renovación de la alianza) templo y
interferirse entre sí, con análogo sim- mo regula, hasta los más mínimos al Señor. El holocausto consiste en ciudad, Dios y su pueblo. Los corte-
bolismo. Peregrinación es un con- detalles, el modo de proceder, el or- entregar todo al anatema. jos ensalzan —tocando, alabando y
cepto más amplio, mientras que pro- den de las tribus, el puesto de los El traslado del arca a Jerusalén dando gracias— a Yavé. El rito se
cesión es más circunscrito y determi- estandartes, casi como si fuese un (2 Sam 6,12-19; 1 Crón 15,25-16,3) completa con sacrificios y manifes-
nado. La procesión puede ser la desfile. está ligado, pese a su distancia en el taciones de fiesta popular.
parte ritualizada de la peregrinación: Análogamente, el déutero-Isaías y tiempo, al camino del éxodo, del que
los momentos más importantes de la el libro de Esdras presentarán el re- constituye la conclusión. Un hecho La procesión de Judit (Jdt 15,12-
peregrinación, como el principio y el torno del exilio —el segundo éxo- político-militar —la conquista del 16,18) se describe con categorías ins-
fin, pueden convertirse en procesión. do— como una inmensa peregrina- último baluarte jebuseo, destinado a piradas en la cultura popular hele-
La peregrinación puede ser también ción-procesión, en la que Yavé ca- convertirse en capital del reino uni- nística (tirsos, laureles, coronas), a
individual; la procesión lo es siempre mina a la cabeza de su pueblo (Is ficado—, presentado en un marco li- pesar de la intención nacionalista: es
de una comunidad. 40,3; 52,12; Esd 1,8-11; 3,3-6. lOs; Sal túrgico, viene a adquirir valor sote- un testimonio indirecto de las proce-
117; 125; cf Ez 10,4.18.23; 43,1-7). El riológico: como coronación de las siones del tiempo. Se coloca en una
Por ser un símbolo abierto, al que topografía arbitraria y extravagante
se le concede gran libertad de adap- toque de la redacción sacerdotal le guerras de conquista, Dios pone
confiere un carácter litúrgico de alto el sello, entra vencedor en la ciu- y se desenvuelve, por más de un cen-
tación y creatividad, la procesión es tenar de kilómetros en línea recta, a
uno de los símbolos más expuestos a lirismo, alegre y triunfal: lo que fue- dad santa y establece allí su morada.
ra una caravana se ha convertido en David, que lo festeja ante Yavé través de un país montañoso: parece
los riesgos de la manipulación. el intento de colocarla fuera del
un cortejo ordenado, que camina —danzando con todas sus fuerzas—
cantando; no se prevén altos, sino entre el alborozo y el sonido de las tiempo y del espacio para acentuar
que se procede directamente al lugar trompetas (de modo análogo a Ma- el carácter escatológico. Danzas,
II. Las procesiones en la biblia música, himnos y el cántico de agra-
del templo para reconstruir en se- ría a la salida del mar Rojo: Ex
guida el altar (conforme al edicto de 15,20s), expresa la tonalidad festiva decimiento expresan la acción de gra-
Las procesiones en la biblia apor- cias al Dios liberador y vencedor de
tan los elementos teológicos y nor- Ciro: Esd 1,2-4) y ofrecer los holo- y popular de la procesión. Ésta es la
caustos de acción de gracias '. más importante de todas las proce- las potencias del mal. Como las
mativos de la procesión litúrgica: otras procesiones, tiene por meta Je-
son celebraciones que se inscriben en El AT describe a propósito cuatro siones del AT; varios salmos hacen
referencia a ella (23; 67; 131; etc.). rusalén, donde se concluye con el
la historia de la salvación, dan una procesiones extraordinarias: la toma ofrecimiento de los dones y los holo-
imagen de la iglesia peregrina y son de Jericó, el transporte del arca a Este acontecimiento divide en dos pe-
ríodos la historia de Israel: al noma- caustos.
un signo de su realidad pasada, pre- Jerusalén, la procesión de Nehemías
sente y futura. y la de Judit. dismo sucede el asentamiento. Por
La toma de Jericó (Jos 6,1 -16) es eso se presenta como la última pro-
cesión de Yavé. En ella tenemos to- 2. EN EL NT. El testimonio de
1. EN EL AT. La legislación ri- una procesión de Yavé: el arca, lle- Lucas nos presenta el ministerio de
dos los elementos de las procesiones,
tual no hace mención de las proce- vada por los sacerdotes al son de las Jesús 4 —en analogía con la peregri-
1643 Procesión
Procesión 1642
nación del éxodo— como una subi- está ya realizado. El único movimien- excepcional, luego cada vez más nu- hará de ella una procesión en honor
da a Jerusalén. to será reunirse al Resucitado, cuyo merosas y en perjuicio de la calidad. de Cristo rey, recorriendo un itine-
La única procesión recordada por cuerpo es el nuevo templo; la escena rario de una iglesia extraurbana has-
el NT es la entrada de Jesús en Jeru- central del Apocalipsis es la asam- 1. P R O C E S I O N E S QUE C O N M E M O - ta la catedral (en el medievo era la
salén (al templo: Le 19,45) como con- blea de los elegidos en torno al altar RAN LOS MISTERIOS DE CRISTO. S o n procesión tipo, que movilizaba a la
clusión ritual de esta peregrinación del Cordero y al trono de Dios. Pero celebraciones que se refieren direc- ciudad entera). A lo largo de los si-
o preludio del sacrificio de la cruz. la realidad plena, ya realizada en tamente a la historia de la salvación; glos habrá evoluciones, como la de
El Mesías se presenta excepcional- Cristo, debe difundirse todavía en la evidentemente son las más significa- la bendición de los ramos, que tanto
mente con el aparato de los conquis- iglesia y entre los hombres; por eso tivas. La lectura bíblica prolonga su estima la gente todavía hoy. En los
tadores, pero el caballo es un mulo el signo de la procesión es todavía eficacia en la animación simbólica, textos (formularios y rúbricas) se
(como en el cortejo que consagrará posible; es más, necesario. haciendo revivir sus frutos \ nota una notable analogía, con re-
a Salomón: 1 Re 1,33), porque es un clamos, con la procesión del 2 de
Las narraciones bíblicas están de a) La presentación de Jesús en febrero (presentación del Señor).
rey manso y el siervo de Yavé. acuerdo sobre los elementos comu- el templo es el término de una pere-
En el mundo helenístico, un cor- nes que nos ayudan a definir la pro- grinación que tiene el significado de c) La procesión del "epitafio".
tejo tal formaba parte del ritual de cesión cristiana: Dios camina a la la entrada y la toma de posesión del Los bizantinos, en la celebración noc-
la parusía: la ceremonia del triunfo cabeza de su pueblo entre invocacio- templo por parte del Señor; por eso turna del viernes santo, llevan en la
de los imperatores podía dar a los nes de súplica y aclamaciones de ala- su anamnesis ha asumido la forma procesión un paño que representa la
cristianos la imagen de la venida es- banza; la procesión es la ritualiza- de procesión. Nacida en Oriente sepultura de Cristo (análogo al anti-
catológica del Señor. Las aclamacio- ción del peregrinar de los hombres (Egeria habla de ella en su Peregri- mension, el equivalente del corpo-
nes de la multitud son del Sal 117 sobre la tierra; el camino se proyecta natio: cf tr. A. Arce, BAC 416, Ma- ral): se deriva de la procesión de la
(vv. 25s), el último del hallel, utiliza- en la escatología y es motivo de es- drid 1980, 271), fue introducida en sábana santa, durante algún tiempo
do en las mayores solemnidades y en peranza en el advenimiento del mun- Roma —desde donde se difundió en custodiada en la capilla imperial de
la fase conclusiva-ritual de las pe- do futuro, al que se orienta la espe- Occidente— por un papa griego, Constantinopla. Al entrar en la igle-
regrinaciones; la palma, que en la ranza; el pueblo se ordena por cate- Sergio I (687-701). Los cantos, adap- sia, la procesión desfila bajo el epi-
mentalidad helenística tiene signifi- gorías, cada uno según su papel; el taciones de troparios bizantinos, sub- tafio, simbolizando cómo nosotros,
cado de victoria (1 Mac 13,51; Jn tono festivo y lúdico está muy mar- rayan el tema de la luz (en analogía mediante el bautismo, somos conse-
12,13; Ap 7,9), rememora las cele- cado; la procesión se dirige hacia el con la fiesta de la epifanía, de la que pultados en la muerte de Cristo. Es
braciones de la fiesta de los taber- templo, donde se concluye normal- es la conclusión), a la que los griegos una procesión popular asumida por
náculos, en cuyos días Israel esceni- mente con los sacrificios. Son los son muy sensibles. Occidente, du- la liturgia hasta hacer de ella una
ficaba la marcha por el desierto. elementos que deberemos encontrar rante el medievo, hizo de ella una celebración conmemorativa de un
Con este signo se cierran las pro- en la procesión litúrgica, que sigue procesión en honor de María (la misterio de Cristo.
cesiones bíblicas. Durante esta pro- conservando su significado en la candelaria), introduciendo la bendi-
cesión Jesús llora sobre Jerusalén, y iglesia. ción de las candelas y sin salir de la d) En la liturgia latina tiene un
dos días después pronunciará el dis- iglesia. profundo significado la procesión
curso escatológico. Desde el mo- con el cirio al comienzo de la vigilia
mento en que se rasga el velo del b) También de la procesión de pascual: este cirio está cargado del
III. Desde la historia de la liturgia simbolismo de la luz en la noche del
templo, algo ha cambiado: Cristo ha las palmas nos da la primera noticia
muerto fuera de la ciudad; las narra- Egeria (o.c, 283.285). Nació en una éxodo y de la presencia del Resuci-
Para valorar la fenomenología de iglesia —la de Jerusalén— que cele- tado. A medida que la procesión
ciones evangélicas se cierran sobre el las procesiones es necesario confron-
monte de los Olivos, bajo la bóveda bra el misterio de Cristo historizán- avanza, a las aclamaciones del lu-
tar la teología bíblica con la historia dolo; por este motivo recorta alguno men Christi, la luz del cirio se pro-
del cielo. El libro de los Hechos nos de la liturgia; el orden histórico, me-
muestra a la iglesia alejándose pro- de sus aspectos para evidenciar los paga a las velas de los participantes,
jor que el jurídico de los libros litúr- misterios particulares del mismo. El haciéndoles pasar simbólicamente de
gresivamente de Jerusalén: ¿debe tal gicos 5, constituye para ello, en cier-
vez interpretarse este signo en el sen- éxito y la popularidad de esta evo- las tinieblas a la luz. Es el rito que
to modo, la exégesis, y ayudará a cación conmemorativa se afirma- hace de prólogo a la máxima cele-
tido de que la iglesia se dilata según comprender su significado e impor-
las dimensiones del mundo? En el ron desde el principio; la comunidad bración de toda la liturgia. El cirio
tancia. revive, dramatizándola, la escena se encenderá también durante las ce-
Apocalipsis, escrito cuando la ciu-
dad y su templo ya han sido reduci- Mientras la iglesia no tuvo liber- evangélica que se lee al principio, re- lebraciones que, de algún modo,
dos a la ruina, se presenta la ciudad tad religiosa, no se pensó evidente- haciendo después el recorrido hecho quieren significar el paso pascual:
celeste sin el templo. En ella ya no mente en las procesiones; éstas apa- por Cristo. La celebración no tarda- bautismos y funerales principal-
hay procesiones porque el camino recen después de la paz constanti- rá en imponerse en Occidente, que mente.
niana, primero de forma sobria y
Procesión 1644 1645 Procesión

2. PROCESIONES EXTRAORDINA- tivas, derivadas del paganismo: con- la misa vespertina, para presentarlos cados", no desemboca en la comu-
RIAS Y OCASIONALES, a) La trasla- sistían en dar la vuelta a los lugares a la comunidad parroquial (ver RO nión. La desproporción entre la im-
ción de las reliquias. Apenas goza- que habían de ser exorcizados o ben- 210-211). portancia de la misa y la que se da a
ron de paz, los cristianos se las inge- decidos. En el campo adquirieron im- la procesión no debe descompensar
niaron para dar una sepultura de c) La procesión de los "presanti- el significado de la eucaristía; el cul-
portancia las rogativas (también lla- ficados" (se trata de una costumbre
honor a los mártires, los hermanos madas letanías mayores y menores, to eucarístico debe manifestar de-
en la fe que más se habían confor- oriental que pasó a la iglesia latina):
porque se cantaban en ellas las leta- después de la misa vespertina in coe- pendencia, conexión y referencia a
mado con el misterio pascual de Cris- nías de los santos). la celebración, que tiene importancia
to. Aquéllas llegaban a constituirse na Domini se traslada procesional-
En las ciudades eran significativas mente el pan consagrado al lugar pre- primaria (cf RCCE 101-105 y 1 \2d,
en lugares de culto, bien en el lugar las procesiones estacionales durante Procesiones eucarísticas).
mismo del martirio o bien dentro de parado para la adoración; desde
la cuaresma y en la semana pascual: aquí se le volverá a llevar al altar
los muros, trasladando las reliquias la comunidad se reunía en la iglesia b) Procesiones en honor de la
a una iglesia que se les dedicaba. Es- durante la acción litúrgica del vier-
ad collectam, desde donde se partía nes santo para la comunión de la Virgen y de los santos. Lo mismo
tas traslaciones se hacían con gran procesionalmente hacia la "esta- que en Oriente, las de la natividad
solemnidad, por tratarse de un signo asamblea.
cional". de María, anunciación y dormitio,
que celebra la iglesia del cielo. El En todos los casos se concluía con junto con la del 2 de febrero, son las
nuevo rito para la dedicación de la d) En la última parte del rito del
la celebración eucarística. bautismo se hace la procesión del más antiguas que se celebran en ho-
iglesia y del altar (RDI) prevé la po- nor de la Virgen: se llevaban en pro-
sibilidad, con ocasión de la / dedi- baptisterio al altar, con la vela en-
3. PROCESIONES RITUALES O CE- cendida. Están previstas otras pro- cesión los iconos correspondientes y,
cación de la iglesia, de la procesión REMONIALES. Cuando en el desen- si se hacían por la noche, se ilumina-
con las reliquias que serán colocadas cesiones en los ritos progresivos de
volvimiento de la acción litúrgica se la iniciación cristiana de los adultos: ban con antorchas. Desde el medie-
bajo el altar (inspirándose en Ap 6,9; precisa un desplazamiento de perso- vo, con el surgir de las fiestas patro-
cfi?D/35;39;58, etc.). la más importante es la de los neófi-
nas —dentro de la asamblea y en el tos, del baptisterio al altar (el RICA nales, nacieron y se multiplicaron las
lugar mismo donde se celebra—, se no habla de ello porque la arquitec- procesiones con reliquias, efigies o
b) Análogos a las precedentes, suele hablar de procesión (en reali- estatuas de la Virgen o de los santos;
por la índole pascual que los aproxi- tura de las iglesias de hoy no prevé
dad el término se usa impropia o aná- normalmente un baptisterio autó- tal hecho asumió proporciones es-
ma a las procesiones memoriales, logamente, porque una procesión pectaculares, sobre todo en cuanto a
son los cortejos fúnebres o exequia- nomo).
supone el traslado de la asamblea de la pompa, a partir del período ba-
les: se trata de procesiones con tres un lugar a otro). Las procesiones rroco. Las particularidades del fenó-
estaciones —en la casa del difunto, dentro de un rito, del que se habla
4. PROCESIONES DEVOCIONALES meno son muy variadas, con nota-
en la iglesia y en el cementerio—, Y VOTIVAS. SU popularidad está en bles diferencias entre campo y ciu-
frecuentemente en los nuevos libros razón inversa de su importancia li-
allí donde es todavía posible hacer- litúrgicos, son de este género; por dad, entre cultura y subcultura.
las. Como en el caso de los mártires, túrgica; tal como nacieron histórica-
tanto se procurará no falsear el con- mente y según se las celebra con fre- Concluyendo, podemos resumir
se da honor al cuerpo que ha sido cepto. Nos limitamos a un inventa-
santificado, mediante los sacramen- cuencia, no es fácil ver su conexión los elementos de la procesión cristia-
rio de las más importantes, remitien- con el misterio de la salvación. na en los siguientes puntos": 1) re-
tos, por la acción del Espíritu Santo; do, para completarlo, a los respec-
la fe en la resurrección le confiere unión en un determinado lugar de la
tivos libros litúrgicos'. a) Procesiones eucarísticas. La comunidad eclesial local; 2) procedi-
una índole escatológica (cf RE
passim). del Corpus Domini es, en orden cro- miento según cierto orden; 3) un lu-
a) En la celebración de la euca- nológico, la última de la serie; pero gar de culto fijado como meta; 4) la
c) Ya en la antigüedad tenemos ristía tenemos: la procesión inicial con el paso de los años se ha conver- oración intensa —sobre todo el can-
procesiones por causa pública, sea (entrada de los ministros); a las del tido en la más importante de todas. to—, que hace de la procesión un
para dar gracias, sea en caso de cala- evangelio y de las ofrendas en los Nacida, como prolongación de la tiempo excepcionalmente fuerte de
midades (con carácter de súplica) o ritos orientales corresponden, respec- misa, del "deseo de ver la hostia", ha la vida litúrgica; 5) celebración de
penitenciales; el medievo fue muy tivamente, la pequeña y gran entra- evolucionado convirtiéndose en fies- un misterio cristiano. A éstos debe-
sensible a este modo de orar y lo da; la de la comunión; el domingo es ta de la realeza de Cristo, y ha ad- ría añadirse la celebración eucarísti-
vivió intensamente (con los pies posible la procesión lustral, que re- quirido carácter de purificación (la ca como conclusión; pero sólo la en-
desnudos, vestidos de saco, la ca- cuerda el bautismo y subraya el ca- presencia del Señor bendice a la ciu- contramos en las procesiones de ori-
beza cubierta de ceniza y el rostro rácter pascual del día del Señor. dad y a los hombres) y de adoración gen más antiguo; las más recientes,
oculto). b) La procesión con los óleos sa- (para suscitar la fe en la presencia o se hacen después de la misa (pro-
Históricamente se han venido des- real). A diferencia de la procesión cesiones eucarísticas) o están total-
grados, en jueves santo: después de mente separadas de ella. En síntesis,
arrollando las procesiones purifica- la misa crismal, en la catedral, y, en del viático y de la de los "presantifi-
Procesión 1646 1647 Procesión
las procesiones están ligadas a mo- yentes), que exhiben antiguos y ex- nifica su muerte, sino que es índice procesiones bíblicas entre otras razones porque
delos bíblicos, pero también en co- traños objetos históricos; o en una de la crisis de un cierto modo de rea- mientras las primeras privilegian la circumam-
nexión con la cultura: son los dos anacrónica parada triunfal de una lizarlas, ligado al pasado y ya no asi-
bulación, las segundas están orientadas: tam-
componentes, que deben encontrar minoría, por sincera y ferviente que bién en la procesión se expresa la concepción de
milable hoy. la historia (invomilismo y circularidad por una
un constante equilibrio, so pena de pueda ser, en medio de un pue- parte, progreso y desarrollo por otra); cf I.-H.
blo .que asiste sin la fe necesaria La pastoral deberá orientarse ha-
que el signo decaiga; el signo, ade- cia soluciones adecuadas que privi- Datmais, Mole sur la sociologie de la proces-
más, ha de ser salvífico, es decir, fun- para captar el significado de la cele- sion, en MD 43 (1955) 41s — 3 Tendría lugar
bración. legien no las formas que tienen ma- una nueva procesión cuarenta años después,
dado en la revelación. yor éxito l2, sino las más válidas, ha- cuando el arca se transfirió de la ciudad de Da-
Si del análisis sociológico pasa- cia las que se orienta la auténtica vid al templo de Salomón (1 Re 8,1-9; 2 Cor
mos al psicológico, las deformacio- tradición. Una procesión que se con- 5,2-10); pero ésta está casi oscurecida por la
IV. Reflexiones teológicas nes resultan todavía más graves: una liturgia de la dedicación (el templo está muy
tenta con apoyarse en sentimientos cercano y la procesión pasa por las calles estre-
búsqueda de protección y de seguri- religiosos populares es de por sí in- chas de la ciudad). De ahora en adelante el tem-
Según los datos de la antropología dad por parte de gente que no tiene suficiente; las que apuntan a lo de- plo —el lugar de la divina presencia— será la
(/ supra, I) y de la biblia (/ supra, alternativas en el plano económico, vocional deben tener en cuenta el SC meta de toda procesión — 4 El mismo se ve
II), la procesión aparece como un político y social; la pasividad y la 13, que quiere que estén en armonía como un continuo peregrinar: Belén, Egipto,
dependencia de un mundo sacral y Nazaret, el Jordán, Cafarnaún y los alrededores
hecho sólido y fundado, y un signo con la liturgia, deriven de ella y ha- del lago, etc. En su evangelio, Juan nos muestra
apto para celebrar el misterio de Cris- de una religión del miedo; la marca- cia ella se orienten. Las procesiones a Jerusalén como meta frecuente —los pe-
to (y no sólo un fenómeno religioso da manifestación exterior, que de- por ello deben ser auténticos actos regrinajes continuos con casi un rito— con
susceptible de ser cristianizado). Una nuncia una ausencia de vitalidad in- de culto y testimonios convincentes ocasión de las fiestas — ' Cf Ceremoniale epis-
terior, la religiosidad reducida a epi- coporum I. II, ce. XXX1I-XXXIII (ver índex
actitud iconoclasta al respecto sería de fe. rerum notabilium, en la vo$ Processio); C/Cde
equivocada e injusta. La procesión sodio, sin que se traduzca en la vida. 1917, 1. 111, tít. XVII: De sacris processionibus
No es éste el lugar para sugerir
es un valor por sí misma; requiere En perspectiva cristiana se notan indicaciones pastorales técnicas. A (cáns. 1290-1295); Rituale Romanum, tít. IX:
ser reestudiada e inculturada con aún otros desfases: la falta de refe- De processionibus. En el medievo existía un
lo largo de la exposición, especial- libro, el Procesional, de origen monástico y usa-
claridad. Sin embargo, de hacer caso rencia a la palabra de Dios; despre- mente en la reflexión bíblica e histó- do también en las catedrales, que contenía las
a la historia (/ supra, III), resulta ocupación por insertarse en el año rica (/ supra, II-III) han emergido, normas y los cantos que les concernían —
que, al decaer la liturgia, la proce- litúrgico; el acento en formas mar- directamente o por contraste, cons- * Para una idea precisa de su significado se re-
sión se ha cargado poco a poco de ginales (búsqueda de milagros, en tantes significativas, que parece de- mite a las relativas lecturas del Leccionario y a
elementos negativos: se ha pasado los formularios del Misal. Pueden hallarse abun-
vez de compromiso; cristianismo re- ben orientar la lectura del fenómeno dantes noticias históricas y bibliográficas en M.
de las procesiones memoriales a las ducido a religión de los santos; de- y la elección de criterios en los que Righetti, Manuale di storia litúrgica I, Ancora,
devocionales; pero éstas han descen- vociones que marginan a los sacra- ha de inspirarse la praxis. Los ele- Milán 1964', 404-415, y en A.-G. Martimort,
dido de un plano cristiano a un pla- mentos; procesión como momento mentos que encontramos en los orí- Processioni, pellegrinaggi, giubilei, en Id. (a car-
no simplemente religioso (con todas principal de la fiesta; formas devo- go de), La chiesa inpreghiera. Introduzione alia
genes cristianos deben ser conside- liturgia. Desclée, Roma 19662, 705-715 — ' Cf
las posibles contaminaciones a las cionales exageradas y aberrantes; et- rados como paradigmáticos, aunque EDIL I, y el Index rerum analyticus, voz Pro-
que puede someterse lo sagrado)'. cétera). ha de tenerse en cuenta la situación cessio; puede verse también A. Mistrorigo, Di-
Los estudiosos y los documentos Estas manifestaciones no son la de hecho y la cultura cambiante. zionario di liturgia pastorale, Messaggero, Pa-
dua 1977, 1339-1346 — 8 De A.-G. Martimort,
pastorales l0 ponen de relieve en ellas verdadera procesión y, en conse- Donde el problema se ha repensado Les diverses formes de procession dans la litur-
graves desviaciones: la inautentici- cuencia, no deben generalizarse de seriamente y se ha iniciado una pas- gie, en MD 43 (1955) 46 - ' Hoy se hacen
dad cristiana y la decadencia de los modo absoluto; son las desviaciones, toral iluminada y valiente —integran- reservas a la afirmación, que parecía fuera de
contenidos; la vuelta del paganismo, no la sustancia. Existe después una do positivamente los aspectos en los duda, según la cual los tiempos de religiosidad
exuberante se distinguen por una necesidad de
la exterioridad, la mundanización; panorámica muy variada que debe que había lagunas y resolviendo los exteriorizar la fe: el multiplicarse de las proce-
las expresiones oscuras de la religio- estudiarse interdisciplinarmente, por- críticos— se han obtenido resultados siones en régimen cristiano no ha coincidido
sidad, como la superstición y el fa- que la procesión es un hecho com- notables y también las procesiones con la asimilación genuina del misterio pas-
l0
natismo; la religiosidad aberrante, el plejo11. Esta tipología ayuda a en- se renuevan. cual Cf, por ejemplo, // culto populare e
la comunitá cristiana (lettera pastorale dei ves-
exhibicionismo, el derroche, que es tender por qué, en un mundo secula- [/ Devociones; / Gestos; / Religio- covi della Campania), en // regnoj Documenti
una provocación para los pobres. En rizado y pluralista que despierta el sidad popular]. 19(1974) 121-123; G. Agostino, Lefestereligio-
algunos casos las procesiones se re- sentido crítico, existe, sobre todo en- se nel Sud, LDC, Turín 1977 — " Las llama-
ducen a un desfile de asociaciones, tre los jóvenes y en el mundo de la das formas alternativas, como las "marchas de
la fe" o "de la paz"; los cortejos de antorchas al
de religiosos y de clero entre dos filas cultura y del trabajo, alergia hacia NOTAS: ' Israel sigue apareciendo, como en final de las procesiones no puede decirse que
de pueblo pasivo; o a una parada las procesiones o, mejor, hacia una los tiempos del éxodo, el pueblo para el que el tengan carácter litúrgico. Se advierte una pro-
folklórica de dignatarios, eclesiásti- cierta imagen de ellas, creada a lo culto es su misma razón de ser; cf Fx 3,12; 4,23; gresiva aculturación "laica" de la procesión; con
cos y laicos (éstos, tal vez, no cre- largo de los siglos. Su ocaso no sig- 7,16.26; 8.16; 9,1.13; I0,3.7s.24.26; etc. — ! Las
teorías y las pompas paganas difieren de las
Profesión de fe 1648 1649 Profesión de fe
frecuencia, los séquitos políticos o sindicales, dalidades literarias, expresiones cul- que camina, en un dinamismo as- mente más vivo: símbolo. Este voca-
dada una fuerte ritualidad, parecen un sustituto tuales y acentuaciones existenciales blo no indicaba entonces ante todo
laico de la procesión — [2 Cristo, en continui-
censional, proyectada hacia la pa-
dad y en línea con la actitud de los profetas, se diferentes, su total adhesión al mis- rusía. la adhesión a algunos elementos
mostró inflexible entre las falsificaciones del terio de la condescendencia del amor En el campo estrictamente litúrgi- doctrinales, sino más bien la acogida
culto, pues ellas generan el equívoco en la rela- del Padre en Cristo Jesús. En nues- co, la profesión de fe anima las cele- viva y activa del Otro que viene en la
ción del hombre con Dios. tro mundo contemporáneo, en el in- braciones sacramentales y se hace historia. El lenguaje del símbolo, por
tento de reformular el lenguaje del particularmente explícita en el bau- su propia naturaleza, pone en estre-
S. Rosso credo para hacerlo más comprensi- cho contacto con la totalidad del mis-
tismo y en la eucaristía; la procla-
ble en su anuncio y en su celebra- mación de la fe, tanto en las prome- terio. Quien se apropia su contenido
ción, ha vuelto a aflorar la urgencia sas bautismales como en el canto del profesa aceptar todo el proceso re-
BIBLIOGRAFÍA: Aldazábal J., Caminar, en de captar el alma más verdadera de velativo, que tuvo su culminación en
"Oración de las Horas" 7-8 (1984) 223-230; Ca- credo en la asamblea litúrgica domi-
rretón E., Las rogativas, en "Liturgia" 6 (1951) la proclamación comunitaria de la nical, representa la más luminosa ma- el misterio pascual. El acto de pro-
65-71; Martimort A.-G., Procesiones, peregri- fe. Frente a esta exigencia, en la co- nifestación de la vitalidad de la fe de clamar el credo en la asamblea litúr-
naciones, jubileos, en La iglesia en oración, Her- munidad eclesial emergen al mismo la comunidad de los creyentes. En gica por parte de la comunidad ce-
der, Barcelona 19672, 691-700; Molí X., Pere- tiempo la necesidad de vivir en pro- lebrante evidencia la voluntad de
grinaciones, en DE 3, Herder, Barcelona 1984, estas específicas celebraciones los
146-148; Righetti M., Las procesiones eucarísti- funda unión con toda la tradición de fieles revelan la alegría de estar in- realizar un gesto que indica que la
cas, en Historia de la liturgia 2, BAC 144, Ma- la iglesia y de dar un rostro nuevo al sertados en una situación de salva- propia existencia está en íntima re-
drid 1956, 546-549; Sciadini P., Procesiones, en contenido doctrinal. En torno al ción que debe traducirse en gesto en lación con la fuente de la historia de
DE 3, Herder, Barcelona 1984, 191-192. Véase misterio de Cristo, cada vez más lu- la salvación, es decir, con el Padre,
también la bibliografía de Devociones y Reli- la acción de gracias sobre los dones,
giosidad p op ular. minoso y estimulante, se revitaliza como justamente afirma la OGMR: el Hijo y el Espíritu Santo. La reci-
de modo continuo la existencia de "El símbolo o profesión de fe, dentro tación del símbolo descubre una
los fieles concretos y de sus comuni- de la misa, tiende a que el pueblo dé vida ya inmersa en una relación es-
dades, que celebran en el culto y su asentimiento y su respuesta a la table con la Trinidad, que con su
confiesan en la historia. palabra de Dios oída en las lecturas activa presencia cualifica el ser de
y en la homilía, y traiga a su me- los creyentes. "El symbolum es la
La profesión de fe posee una gran cara visible del mysterium de Dios,
eficacia, porque evidencia el proceso moria, antes de empezar la celebra-
PROFESIÓN DE FE ción eucarística, la norma de su fe" una expresión" 1 .
de continuidad del misterio históri-
co-salvífico de la redención e invita (n. 43). En este cuadro vivo, el símbolo
SUMARIO: I. Problemática - II. Símbolo - III. a los fieles a una coherencia renova- Si se conduce a la comunidad cris- resulta lógicamente la regla de la fe
Liturgia y profesión de fe - IV. Circunstancias da; todas las generaciones que se han tiana a comprender el valor de la a la que hay que acudir constante-
en las que aparecieron las profesiones de fe: 1. venido sucediendo en la historia de mente para llevar una existencia
Vida litúrgica; 2. Kerigma; 3. Catequesis; 4. Ex- profesión de fe y a personalizar sus
periencia eclesial; 5. Controversias - V. Fórmu- la iglesia proclaman el mismo men- contenidos, la ritualidad celebrativa auténtica y testimonial. La comuni-
las históricas de la profesión de fe: 1. Antiguo saje, celebran la única salvación, tes- será verdaderamente signo de una dad eclesial, de hecho, se vio preci-
Testamento; 2. Nuevo Testamento; 3. Iglesia timonian la misma vitalidad. sada en su historia a elaborar fór-
antigua - VI. Perspectivas actuales. vitalidad eclesial.
Las fórmulas son la manifestación mulas que resumieran su fe. y sedi-
de la fe, acogida y proclamada, de mentaran en las diversas culturas el
I. Problemática la comunidad eclesial. El lenguaje II. Símbolo núcleo esencial del kerigma. Los fie-
mediante el que se comunica el les, si quieren desarrollar su propia
La fe cristiana desde sus inicios se anuncio, necesariamente debe asu- En su modo cotidiano de vida los vitalidad en torno a Cristo, deben
ha expresado en las profesiones de mir categorías culturales propias cristianos se han habituado a enten- situarse en actitud de verificación
fe, que han asumido lenguajes y ma- del momento histórico en el que la der, con la palabra credo, una fór- con el símbolo, para que su creci-
tices diversos en dependencia de las proclamación del evangelio tiene lu- mula fija, que sintetiza los aspectos miento sea un real florecer de la vo-
variadas situaciones ambientales y gar; las significaciones de esta acogi- principales de su elección de fe. Esta cación a ser cada vez más lugar del
de las necesidades pastorales. La da de la fe deben a su vez retraducir- visión, sin embargo, puede inducir señorío de Cristo en la alabanza del
confesión pública de Jesucristo es la se en expresiones que evidencien fácilmente al error de considerar la Padre mediante la comunión creada
determinación decisiva, que lleva cómo ha sido percibido el mensaje, profesión de fe sobre todo como una por el Espíritu.
posteriormente a formular síntesis cómo ha determinado la vida perso- simple enumeración de proposicio- En las catequesis mistagógicas de
autorizadas de los contenidos de la nal y comunitaria y la fuerza de la nes que los fieles han de aceptar. la época patrística estaba muy pre-
propuesta cristiana de salvación. A celebración salvífica. La profesión Para evitar este peligro, la tradición sente la imagen de la elección cris-
lo largo de la historia, la iglesia ha de fe se hace así visibilización de la de la iglesia, sobre todo la patrística, tiana como celebración de la alianza
proclamado siempre, si bien con mo- vitalidad de la tradición de la iglesia, ha utilizado otro término, segura- en la iglesia entre Dios y su pueblo
1651 Profesión de fe
Profesión de fe 1650
expresa, sí, la propia fe en el misterio todo por la toma de conciencia de la
en el misterio pascual de Cristo. Con La profesión de fe revela por sí pascual de Cristo, pero al mismo realidad de Dios y de la presencia de
el término símbolo se expresaba la misma una vitalidad eclesial. El bau- tiempo participa en la expresión de las obras divinas. Las expresiones de
consciencia de querer vivir en comu- tismo no es un acontecimiento pura- la fe de la iglesia local, signo de la fe han tomado forma en el proceso
nión con toda la tradición, en una mente individual, sino que se cumple universal. Inmerso en la asamblea li- de continua glorificación que permi-
activa continuidad con la tradición en y a través de la comunidad de la túrgica con los hermanos en la fe, el te ver e intuir el misterio de la sal-
apostólica. La alianza, que Jesús ce- iglesia, pueblo de Dios. El símbolo bautizado, en la escucha, contempla vación.
lebró en su misterio pascual que fue es expresión de una comunidad que la presencia de Dios en la historia y
objeto de la predicación de la iglesia cree en la revelación trinitaria y tien- celebra sus maravillas. Entonces la
nacida de pentecostés, se les volvía a de a identificarse progresivamente El símbolo de fe, que es esencial-
misma asamblea litúrgica, en la que mente un acto de alabanza, vive de
proponer continuamente a los sim- con el Padre, el Hijo y el Espíritu. él vive y de la que surge el canto de
patizantes del anuncio. Éstos, en el La identidad cristocéntrica y trinita- una atmósfera de oración. Incluso
alabanza, se hace confesión de fe. El cuando expresa una serie de afirma-
acto de acoger el mensaje de la sal- ria de la iglesia se manifiesta en la himno celebrativo de la fe de la igle-
vación, proclamaban su fe y así se formulación de los contenidos de la ciones sobre Dios es esencialmente
sia local, que se significa por la pro- una oración de acción de gracias. La
ritualizaba para ellos la alianza pas- revelación, que pertenece a su misma clamación comunitaria del símbolo,
cual. La profesión de fe se hacía por estructura. La fe, en efecto, no es un matriz de fondo de la confesión de
es por ello el signo de la comunión fe es la contemplación de las mara-
ello signo de su comunión existen- secreto que los creyentes deben cus- en la glorificación con todos los her-
cial con el resucitado en el ámbito todiar celosamente en su propia in- villas de Dios y la resonancia que se
manos esparcidos por el mundo, a crea en el ánimo de los creyentes y
de la comunidad cristiana. Para este terioridad, sino el vínculo de comu- imagen de la maravillosa comunión
admirable camino de unión asumía nión fraterna, el signo de pertenencia de la comunidad frente a lo que el
trinitaria. Padre obra cada día. Del corazón
una relevante importancia el lengua- a la iglesia, en la que se ha recibido
je objetivo del símbolo, que quería la fe cristiana y es continuamente vi- lleno de admiración por las maravi-
remarcar y expresar la relación con vida. "La profesión de la fe cristiana, llas de Dios nace la alabanza y la
la situación existencial de los creyen- junto con el ejercicio de la caridad a III. Liturgia y profesión de fe celebración de su poder. La historia
tes, que manifestaban en el acto de Dios y al prójimo, la celebración de de la salvación, que tiene su núcleo
fe su propia elección de Cristo Jesús. la eucaristía y de los sacramentos, La profesión de fe es un acto de fundamental en el misterio pascual
La triple profesión de fe, que ca- constituye la vida misma de la igle- culto y está animada por un profun- de Cristo, es el lugar del que surge la
racterizaba la celebración pascual sia, su identidad, su continuidad y la do espíritu de adoración. Es natural, alabanza. La condición para poder
[/ Bautismo], evidenciaba toda su fuente de su renovación y de su ju- por tanto, que la liturgia sea el lugar percibir estas riquezas es que el hom-
plenitud de valores. Las preguntas y ventud a lo largo del tiempo" J . Con por excelencia, aunque no exclusivo, bre tenga siempre el ojo abierto ante
las respuestas eran un signo rico y la entrega del símbolo no se quiere en el que los cristianos son llamados las grandezas de Dios. Si no se pone
expresivo del actuar de Dios uno y indicar simplemente la comunica- a proclamar la propia fe y a custo- en actitud de escucha con todo su
trino, en cuyo nombre se celebraba ción de una fórmula para recitar; en diar la propia elección existencial: ser, no puede emerger la confesión
el bautismo y con el cual el catecú- el lenguaje ritual de la traditio Cristo Jesús. "En la liturgia, gradual de fe como himno de alabanza al
meno estaba a punto de unirse defi- symboli [/ Iniciación cristiana] aflo- pero constantemente, la profesión de Padre. De hecho, el punto de partida
nitivamente. Cuando los bautizados ra la vitalidad de la fe de la iglesia fe (solicitada por la palabra, viva- de todo este proceso no es el hom-
recibían el símbolo, era presentado local a la que el elegido es agregado. mente proclamada en la acción li- bre, sino la venida de Dios en la
de modo lapidario un estilo de vida En el símbolo se afirma la fe común túrgica), que es espontánea, perso- creación, en la historia, en la reden-
que debía poseer la existencia de fe. de la comunidad particular. En efec- nal, dictada por la circunstancia de ción. El creyente alaba a Dios cada
En el momento de la celebración los to, la expresión de la fe hace emerger la celebración, es orientada, a la luz vez que descubre las maravillas rea-
catecúmenos debían recitarlo ade- el rostro teologal de la iglesia local de la regla de fe, hacia una objetivi- lizadas por él. La glorificación, a su
más con el corazón, porque en él es- y se entreteje en la trama socio- dad y una síntesis en sintonía con el vez, se sedimenta en la profesión de
taba escrita la alianza y de él surgía cultural en que vive la comunidad. depósito común de la fe"4. La litur- fe, que llega a ser la declaración de
una vitalidad nueva para la comuni- Sin embargo, en el símbolo, más allá gia, en efecto, asume en la historia adhesión de los creyentes al misterio
dad. Mediante este gesto ritual, el de estos condicionamientos, se evi- un papel bastante relevante en la de- de la salvación y el signo de su fide-
símbolo se hace signo de reconoci- dencia la prenda de ese tesoro que es terminación de las fórmulas de la lidad al continuo ofrecimiento de
miento, fórmula de iniciación; de he- la fe, acogida en la comunidad de profesión de fe. A través del lenguaje amor por parte del Padre para hacer
cho es "la fórmula por la que los los creyentes, vivida y celebrada por ritual, la verdad de fe celebrada se siempre viva y vital la alianza en la
cristianos se inician en el misterio de ellos, en la espera de la perfecta co- sedimenta en las fórmulas. Esto su- pascua del Señor.
la fe y el signo por el que puede re- munión en la comunidad escatológi- cede continuamente en la historia de La confesión de fe se califica como
conocerse que profesan la verdade- ca. Quien profesa la propia fe y es la iglesia, porque el ambiente vital la respuesta a la acción salvífica de
ra fe" 2 . regenerado por el agua y el Espíritu del culto está caracterizado sobre Dios en Cristo Jesús y como la pro-
Profesión de fe 1652 1653 Profesión de fe

clamación de su señorío. Este proce- vitalidad de Cristo. El discípulo que sión de fe es la liturgia, pues ella es por Cristo a proclamar el mensaje
dimiento se realiza de modo particu- alaba en la confesión de fe es la con- el clima ideal para hacer viva y ma- cristiano a todos los hombres tenien-
lar en la liturgia cristiana, que desde tinuación sacramental de Cristo en nifestar la propia adhesión a Cristo. do en cuenta sus necesidades. En vir-
sus orígenes ha sido claramente con- la historia. En la fuerza del Espíritu, Los gestos sacramentales, en efecto, tud de su naturaleza misionera, a la
siderada como la expresión máxima que obra en el creyente y en el con- debían vivir de la fe para significarla. iglesia se le imponía la necesidad de
y la custodia por excelencia de la fe texto cultural, Cristo es confesado El misterio de la celebración del redactar un símbolo que fuese una
de los apóstoles [/ Fe y liturgia]. por aquellos que en él son activa- / bautismo tuvo una importancia re- condensación de la fe, como ayuda
Ella conserva y hace vivo en todas mente nuevas criaturas, celebrando levante en el proceso de la formula- concreta a la predicación. Se crearon
las épocas el / memorial de la salva- las maravillas del Padre. "La confe- ción de los contenidos de la fe. Si la esquemas para los predicadores del
ción; es asimismo conservadora de sión de los creyentes en favor de Cris- palabra da el contenido al gesto ri- evangelio. Las fórmulas de fe que
la tradición pascual. to es sustentada por la confesión de tual, era indispensable que aparecie- derivaron de ello llegaron a ser in-
Sobre este fondo, la confesión de Jesucristo en favor de ellos, y repre- ra una fórmula que informase de sí terpretaciones privilegiadas del men-
fe llega a ser la celebración de la pro- senta sólo una pequeña respuesta el lenguaje gestual (cf la relación en- saje cristiano, que había calado en
pia fe; representa por parte de la co- humana. La confesión de Jesucristo tre 1 Cor 15,3-4 y Rom 6,3-11). La circunstancias históricas y culturales
munidad la significación de la vo- en favor de esos creyentes es asumi- confesión pública de fe se sedimen- bien definidas. Todo ello fue la lógi-
luntad de vivir en el señorío de Cris- da por el testimonio del Espíritu San- taba en la celebración. Desde los orí- ca consecuencia del encuentro entre
to, de expresar el dinamismo más to, que instaura la nueva creación" ! . genes, los cristianos comprendieron el evangelio y la comunidad cristiana
profundo de la elección cristiana. En la naturaleza de aquello en que que vivía en una época y en un lugar
el momento de la proclamación de creían y buscaron términos que ex- histórico bien determinados.
la fe el creyente es ayudado a discer- presaran su comprensión del mis-
IV. Circunstancias terio de la salvación. El lenguaje
nir el camino por el que es conduci- en las que aparecieron 3. CATEQUESIS. El símbolo es el
do, para afirmar cada vez más que bautismal, a su vez, alcanza la cul-
las profesiones de fe minación expresiva en la oración fundamento de la catequesis que
Dios les hace vivir en Cristo Jesús. precedía al bautismo. Entre el anun-
En este clima la profesión de la fe de eucarística, donde la comunidad, re-
La presencia en la comunidad unida para celebrar la cena del Se- cio y la celebración se insertaba el
los apóstoles quiere poner de relieve cristiana, desde los primeros tiem- discurso catequético, que ayudaba a
la intención del fiel de volver a po- ñor, toma conciencia del proceso
pos, de la profesión de fe es una in- histórico-salvífico y se pone en acti- profundizar y a personalizar lo que
nerse continuamente en la condición vitación a ver cuáles han sido las cir- se había anunciado (cf He 28,31). La
de seguir al Señor para renovar el tud anamnético-epiclética, procla-
cunstancias que la han hecho emer- mando las maravillas hechas por el catequesis era la exposición sistemá-
propio corazón y toda la comuni- ger y qué funciones realizaba. Las tica y elemental del misterio cristia-
dad. La confesión de fe expresa la Padre en Cristo Jesús. La plegaria
motivaciones que hay en el origen eucarística, en efecto, ha sido duran- no a aquellos que se preparaban
actitud del hombre en relación con para la celebración de los sacramen-
el actuar de Cristo y su sumisión a de su aparición son múltiples y se te mucho tiempo, especialmente en
insertan en el conjunto de la vida de la liturgia romana, la única profe- tos de la iniciación y querían poste-
él. Cuando se celebra en el culto, el riormente conocer a fondo el anun-
símbolo es el signo vivo de la propia la primitiva comunidad cristiana. El sión de fe durante la celebración de
florecimiento de una gran variedad la misa. En este contexto doxológi- cio con el fin de hacer verdadera y
consciencia de querer dar cumpli- auténtica la vitalidad de la asamblea
miento, si bien en modo progresivo, de situaciones ha operado de forma co, la proclamación de la fe adquiere
a la propia identificación con el Re- que aparecieran diversas formulacio- toda su vitalidad, la fórmula de fe litúrgica. Ella permitía guiar a los
dentor. En tal modo, la confesión de nes del núcleo del mensaje cristiano. vive de la alabanza y, a través de la creyentes a vivir en la historia el mo-
la fe en Cristo, hecha por la comuni- La variedad de los fines a los que la actitud de glorificación, la voluntad mento central representado por el
dad, deberá orientarse hacia el Se- confesión de fe debía responder se de creer por parte de la comunidad misterio pascual, para poder llegar a
ñor que celebró en su propia vida la refleja en los diveros rostros que asu- celebrante capta su verdadero con- celebrar el culto en la plenitud de la
fidelidad del Padre para asumir los me. Las situaciones concretas eran tenido: Cristo Jesús. Las confesiones propia personalidad, ya en fase acti-
sentimientos cultuales y existencia- el lugar en el que se formaban y cre- de fe bautismal y eucarística son un va de cristificación [/ Catequesis y
Íes. En la confesión de Cristo en fa- cían las fórmulas de fe, que no sólo himno de alabanza al Padre por la liturgia].
vor de los hombres, los creyentes en- vivían del lenguaje litúrgico, sino bondad que se ha manifestado en fa-
cuentran la fuerza y la comunión de que estaban llamadas también a dar vor de la humanidad entera en Cristo 4. EXPERIENCIA ECLESIAL. Las
su fe en acción. En él, "testimonio una respuesta a todas las problemá- Jesús. fórmulas de fe tienen una función de
fiel del Padre" (Ap 1,5; 3,14), el cris- ticas que afloraban en la vida de la integración/agregación en la/a la
tiano, en la proclamación personal y iglesia. iglesia. El deseo de proclamar la pro-
comunitaria de la fe, siente su com- 2. KERIGMA. El momento cele- pia fe se manifestaba en cada re-
promiso de llegar a ser signo de la 1. VIDA LITÚRGICA. La situación brativo presupone el anuncio de la unión de la comunidad. Puesto que
más obvia que requirió una profe- salvación. La iglesia ha sido llamada la fe cristiana se celebraba en el lugar
Profesión de fe 1654
1655 Profesión de fe
donde se reunían los fieles, era nece- "Las fórmulas de fe tienen una fun-
sario que asumiera también una di- ción apologética o defensiva: esta- 1. ANTIGUO TESTAMENTO. Ya en mensaje debía encarnarse inevitable-
mensión comunitaria. A través de la blecen líneas de demarcación entre el AT habían aparecido profesiones mente en fórmulas que explicasen el
proclamación cultual y existencial su propio mensaje y lo que no es de fe para ayudar a Israel a tomar bagaje de fe propio de los testigos
del mensaje salvífico, el creyente se cristiano. Incluso en el NT ciertas conciencia de la propia historia, ce- oculares de la época apostólica. La
sentía cada vez más insertado en la expresiones de fe básicamente posi- lebrar las acciones salvíficas de Dios literatura del NT está llena de ellas.
iglesia local y adquiría ulterior capa- tivas adquieren a menudo un matiz para con ellos, introducir a la comu- La profesión de fe ayudaba a com-
cidad y fuerza para testimoniar con defensivo o polémico" 6 . Las dificul- nidad israelita de todos los tiempos prender y a comunicar el misterio
los hermanos el anuncio pascual. En tades que surgían en el camino de la en la alianza y revigorizar la espe- indicando sus características y evi-
efecto, en torno a la fe misma la co- vida cristiana ayudaban a profundi- ranza en el advenimiento de los denciando sus elementos existencia-
munidad se reconocía tal, sus miem- zar en los contenidos de la fe y a tiempos mesiánicos. La comunidad Íes, en su intento de colocar a la co-
bros se integraban entre sí mediante hacer aparecer toda la luminosidad del AT trató, desde los primeros munidad en una situación decidida-
una profunda relación de comunión, del mensaje revelado. tiempos, de recoger en frases conci- mente mesiánica. El presente era
y la asamblea litúrgica, que se ex- sas aquello que Dios había realizado cualificado escatológicamente a tra-
La constatación del hecho de que en su favor. Los acontecimientos vés de la acogida del evangelio, pre-
pandía en la temporalidad, se hacía son múltiples las circunstancias que
signo comunitario de la presencia en históricos formaban el fundamento sentado como el significado existen-
han permitido la aparición de las pro- de toda la confesión de fe (cf Dt cial de lo que Jesús había hecho y
la historia del misterio de salvación. fesiones de fe debe inducir a pensar
De ese modo las fórmulas de fe ser- 26,5-11; Jos 24; los Salmos históri- anunciado. La predicación apostóli-
que existía en la antigüedad un dato cos). Partiendo de la constatación de ca representaba la continuación de
vían como signo de reconocimiento, de fe único y fundamental al que
y permitían a cada creyente y a la tales acontecimientos, siempre reno- la plenitud de los tiempos aportada
cada iglesia o creyente debía refe- vada a través de las celebraciones cul- por Cristo.
comunidad identificarse recíproca- rirse necesariamente. Las diferentes
mente como creyentes en la misma tuales en los santuarios, afloraba la
formas aparecieron para responder pública proclamación del señorío de
fe. La proclamación del símbolo sig- a las diversas exigencias de las co- La más simple y tal vez la más
nificaba la voluntad de hacer emer- Dios, según el estilo propio de la poe- auténtica podría ser la profesión de
munidades cristianas. Teniendo pre- sía litúrgica (cf Sal 16,2; 97,9; 104;
ger la vitalidad de la propia fe ecle- sente la visión global del anuncio, se fe en Jesucristo, hijo de Dios y Señor
sial. En esta perspectiva podemos 146). Además, la recitación cotidia- (cf He 8,37; Rom 1,3; Rom 10,9;
trataba de centrar la atención de los na de la Schemah resultaba para el
comprender por qué numerosos oyentes sobre un aspecto particular 1 Cor 12,3; Heb 4,14; 1 Jn 4,15).
mártires recitaban el símbolo de la hebreo piadoso una continua cele- Desarrollando este elemento central
de la tradición cristiana. La vida de bración de la propia fe en el Dios
propia iglesia antes de morir. toda la iglesia primitiva no sólo hizo se esbozó, especialmente en los He-
que continuamente guía con fideli- chos y en Pablo, el cuadro de los
brillar el contenido del anuncio pas- dad a su pueblo. "El credo israelita,
cual, sino que favoreció también la contenidos kerigmáticos proclama-
5. CONTROVERSIAS. Para permi- en el AT, no abarca todo el conteni- dos en la iglesia en los primeros
tir el crecimiento comunitario en construcción formal de confesiones do de la fe del pueblo escogido. Está
primitivas de la fe. Las necesidades veinte-treinta años después de la re-
torno a la misma fe y salvaguardar abierto para recibir nuevas acciones surrección. Los aspectos del proceso
la unidad de los cristianos, la autori- de la vida de la iglesia estimularon salvíficas de Dios. Tomado de la ce-
desde el principio este proceso de salvífico manifestados en Cristo Je-
dad dictaba fórmulas claras. A causa lebración de la alianza, sirve al is- sús que se remarcaban en este perío-
de las dificultades que los contenidos una multiplicidad de confesiones. raelita para confesar su fe en Dios do, consistían en afirmar que Jesús
de la fe encontraban en la vida de la que salva a través de sus obras, y de Nazaret era de la descendencia
iglesia local surgían fórmulas de fe. después también su fe en el Dios crea- de David, había entrado en la histo-
Por ello éstas fueron más doctrinales V. Fórmulas históricas dor y quizá juez. Se conservaba vivo ria como hijo de Dios-Mesías, había
que doxológicas, como sucedió, por de la profesión de fe en el culto y repercutía en la oración sido crucificado, muerto y sepulta-
ejemplo, con las fórmulas de fe con- y en la parénesis. Pero al pueblo de do, resucitando al tercer día; exalta-
ciliares [/ infra, V, 3]. Este paso apa- Las diversas situaciones con las Dios de la nueva alianza podía pro- do a la derecha de Dios y vencedor
rece más claro en la literatura apolo- que se enfrentó el mensaje cristiano porcionar contenidos e impulsos de los principados y potestades, fi-
gética y en las tomas de posición han hecho emerger profesiones de para su nueva confesión"7. nalmente vendría de nuevo a juzgar
contra las herejías. En su presenta- fe diferenciadas. En este proceso nos a los vivos y a los muertos (cf He
ción al mundo, la iglesia no sólo de- encontramos en continuidad con la 2,22ss; 3,13ss; 5,30ss; 10,36ss;
bía explicar su propia identidad, 2. NUEVO TESTAMENTO. En el
estructura del AT, donde se sintió la NT se encuentran varias fórmulas de 13,23ss; Ef l,20ss; Flp 2,6ss; Col
sino también responder a las proble- necesidad de dar vida a proposicio- l,15ss; 1 Tim 3,16; 2 Tim 2,1 lss). Es
máticas que emergían en su ámbito, confesión de fe. La iglesia primitiva
nes sintéticas que resumieran las sentía la necesidad de expresar la interesante notar con Cullmann có-
tanto desde el exterior como desde convicciones de fondo del pueblo de mo el camino histórico de Jesús en
el interior de la comunidad cristiana. fuerte experiencia de que había sido
la antigua alianza. objeto y de la que era depositaría. El su plenitud era el lugar para com-
Profesión de fe 1656 1657 Profesión de fe

prender su dignidad. Cullmann, en Hijo, Espíritu Santo, ha dominado las elaboradas en el curso de las dis- VI. Perspectivas actuales
efecto, afirma que "no es la filiación las confesiones de fe sucesivas, que cusiones trinitarias habidas en el s.
divina la que sirve para explicar la simplemente han desarrollado los IV. El símbolo de fe se funda en el
elevación del Cristo resucitado, sino conceptos implícitos en las fórmulas El desarrollo de la teología conci- recuerdo del Jesús histórico visto a
que el cristiano del s. i habla de su del NT a la luz de una continua re- liar del tiempo de Nicea dio gran im- la luz de la reflexión teológica sobre
origen divino y de su retorno a partir lectura del dato revelado. "Así, el cre- pulso hacia la unificación del credo. el misterio pascual del Señor muerto
de la dignidad de Señor resucitado do del s. ii es eco de las confesiones Es interesante notar, sin embargo, y resucitado y todavía vivo en su
del Cristo"». de fe primitivas, que se remontan al cómo las definiciones conciliares te- iglesia. El símbolo es necesario para
kerigma apostólico y a i*, ievelación nían reflejos también en la plegaria la construcción de la comunidad
La confesión de fe más difundida de Jesucristo mismo" \ eucarística, la profesión de fe por ex- cristiana, que se mira, se verifica y
en los albores del cristianismo era, celencia en el período patrístico clá- encuentra esperanza en él. Es fácil
en todo caso, la fórmula puramente En la primera época patrística, el sico [/ supra, IV, 1]. Las anáforas advertir cómo en la historia de los
cristológica. La historia de Jesucris- símbolo era sobre todo una confe- orientales de tipo sirio-antioqueno últimos cuatro siglos ha desapareci-
to era la salvación porque su presen- sión de fe que el catecúmeno procla- [/ Plegaria eucarística, I, 2] y ciertas do la creatividad de las fórmulas. En
cia en la comunidad eclesial era su maba en el momento del bautismo. añadiduras prefaciales de origen leo- la perspectiva contemporánea, en
lógica consecuencia. Por esta razón, En el s. ni, en Roma, existía una niano (León Magno, 440-461) son cambio, nace la exigencia de nuevos
en los primeros tiempos los cristia- fórmula del símbolo similar a lo que una clara documentación de esto mis- símbolos de fe que emerjan de una
nos consideraban como elemento comúnmente se llama símbolo apos- mo. Por lo que se refiere al símbolo vivaz vitalidad cristiana y de las for-
esencial de su propia fe el misterio tólico o romano. La actual fórmula de Constantinopla (año 381), el ori- mas renovadas de vida comunitaria.
de Cristo; la fe en Dios estaba presu- surgió probablemente en las Galias gen parece incierto; en todo caso, no Las nuevas confesiones, que se si-
puesta e implícita. Un anuncio en (parece que por obra de Cesáreo de se trata de una elaboración de la fór- túan junto a las antiguas como rein-
esta línea creaba por ello un símbolo Arles) y fue ampliada respecto al pri- mula de Nicea (aunque se denomina terpretaciones modernas del mismo
de fe esencialmente cristocéntrico y mitivo núcleo romano con añadidos comúnmente símbolo niceno-cons- dato, aparecen bajo el estímulo de
un bautismo en el nombre de Jesús. provenientes del Oriente (Marcelo tantinopolitano). "El texto fue leído nuevas formas creadoras y de los sig-
La proclamación de su señorío se de Ancira). en el concilio de Calcedonia (año nos de los tiempos, y expresan la con-
retraducía en una fe cristológica 451) como símbolo del concilio de tinua reflexión de la iglesia sobre el
y en una celebración sacramental Constantinopla, y esta atribución se gran acontecimiento de Jesucristo.
En Oriente existía un mayor plu- hizo tradicional. (...) Este acuerdo Cualquier comunidad eclesial como
informada por su acción (cf He ralismo y una vasta diferenciación
8,32ss). suplantó a los demás símbolos bau- tal es heredera de una común tradi-
de la formulación de la profesión de tismales de Oriente y, por algún tiem- ción propia a todas las generaciones
La predicación a los paganos hizo fe. Los diversos credos representa- po, también al de Roma. El sím- que han creído y creerán en Cristo
aparecer la confesión de fe, que com- ban las fórmulas con las cuales se bolo fue introducido en la liturgia Señor. En él radica todo verdadero
portaba dos artículos: el Padre y Je- enseñaban y profesaban los puntos eucarística; con la misma función testimonio evangélico. Los símbolos
sucristo (cf 1 Cor 8,6; 2 Tim 4,1), fundamentales de la fe. El uso kerig- se difundió luego en Occidente, pri- de fe son signos que hacen presente
con la insistencia en la unicidad de mático y catequético comportaba mero en Hispania, más adelante toda la tradición de la fe en un de-
Dios. inevitablemente una evolución, que en la corte imperial y finalmente en venir que revitaliza y reactüaliza el
La utilización de la confesión de dependía de la aparición de proble- Roma, desde 1014, a petición de En- anuncio evangélico.
fe para el bautismo hizo necesaria la máticas y de la profundización del rique II" l0.
fórmula con tres artículos, en la cual dato revelado. Las múltiples formas La más autorizada confesión de fe
el Espíritu era la fuerza de la eficacia de símbolos eran variaciones armo- moderna es la de Pablo VI (30 de
del bautismo (cf Mt 28,19; 1 Cor niosas de un único tema: la celebra- En la evolución histórica, el sím- junio de 1968), pronunciada en la
13,13; Ef 4,4). El núcleo principal, ción de las acciones realizadas por el bolo, que al principio tenía multipli- clausura del año santo de la fe. El
fundamentalmente cristológico, se Padre en Jesús. Cuando la iglesia, cidad de usos según las situaciones dinamismo carismático ha hecho
desarrolló en una perspectiva clara- en Nicea (año 325), quiso definir su concretas de la comunidad cristiana, emerger con gran empuje esta exi-
mente trinitaria. fe contra la herejía arriana, se sirvió llegó a ser la forma de fe a la que gencia de nuevas fórmulas de fe, y
para tal fin del marco de las profe- había que referirse para juzgar la or- en estos años han aparecido bastan-
3. IGLESIA ANTIGUA. En Justino, siones de fe bautismal (o de la fór- todoxia de un teólogo y para expre- tes, si bien con formulaciones más
Ireneo y Tertuliano se encuentran mula usada en Cesárea, o de la de sar la recta fe frente a un hereje. En bien breves ". Las necesidades cate-
fórmulas más diferenciadas, que ex- Jerusalén), a las que añadió algunos esta línea surgieron nuevos símbo- quéticas, las preocupaciones para
ponen el contenido de la verdadera términos técnicos (por ejemplo "con- los con carácter más o menos oficial hacer accesible el anuncio cristiano
fe en el cuadro de una fórmula trini- substancial"). De igual modo podría que concordaban con el símbolo de y la insistencia en la importancia de
taria. La estructura ternaria, Padre, haber sucedido con todas las fórmu- Nicea. la iglesia local han llevado a expre-
Profesión de fe 1658 1659 Profesión religiosa
sar de un modo nuevo la fe en Jesús talidad. En la admirable síntesis de llarcelona 1976, 359-360 — 3 G. Ferraro, //
con vistas a hacerla verdadera en sus anuncio de la salvación, de cateque- Símbolo dellafede. Breve esposizione del Credo
PROFESIÓN RELIGIOSA
lenguajes kerigmáticos, catequéticos sis y de celebración deberían nacer niieno-constantinopolitano, AVE, Roma 1980,
y litúrgicos. las diversas formulaciones de la fe. 5 - 4 A.M. Triacca, "Fides magistra omníum
t-redentium". Pedagogie liturgique: Pedagogie SUMARIO: I. La vida religiosa en la iglesia -/
El pueblo de los creyentes en Cristo "de lafoi" ou "par lafoi'?, en La liíurgie ex-
II. El rito de la profesión religiosa en la tradi-
En la mentalidad contemporánea Jesús, como todas las comunidades ción litúrgica: 1. Las primeras trazas de un rito
pression de lafoi (dir. por. A.M. Triacca y A. de profesión monástica; 2. La profesión monás-
se evidencia también otro aspecto en humanas, tiene una expresión, una Pistoia), Ed. Liturgiche, Roma 1979, 307 — tica en la tradición benedictina; 3. La profesión
1
relación a los siglos precedentes. En experiencia y un lenguaje totalmente J. Moltmann, La confesión de Cristo Jesús. en las órdenes canonicales; 4. La profesión en
propios para reencontrar la comu- Consideraciones bíbiico-teológicas, en Con las órdenes mendicantes; 5. La profesión en la
vez de una visión teológica, hoy se 1978, n. 138, p. 31 — 6 R. Modras, Funciones Compañía de Jesús; 6. El rito de la profesión
trata de dar una entonación más bí- nión viviente con sus peculiares orí- V limitaciones de ¡as fórmulas de fe, en Con desde e¡ s. XVI hasta nuestros días - III. EJ rito
blica y mesiánica a las nuevas confe- genes. Este proceso utiliza, en el 1978, n. 138, p. 57 — 7 S. Schreiner, El des- de la profesión religiosa renovado por disposi-
siones de fe. Se advierte mucho, en mundo contemporáneo, sobre todo arrollo del "credo"israelita, en Con 1966, n. 20, ción del Vat. II: I El nuevo "Ordo Professionis
efecto, el sentido de la historia de la lenguajes más bíblicos y más litúr- pp. 395-396 — 8 O. Cullmann, Lafoiet le cuite Religiosae"; 2. Estructura del rito de profesión;
de l'église primiüve, Delachaux e Niestlé, Neu- 3. Contenido doctrinal del rito de profesión -
salvación, en la cual la comunidad gicos. chátel 1963, 82 — 9 P.-T. Camelot, a.c, 361 — IV. Problemas de adaptación.
creyente se siente inmersa. Desde 10
Id, a.c, 363 — " Pueden hallarse algunos
este punto de vista es importante su- La vitalidad de la fe se manifiesta ejemplos de estas nuevas fórmulas en RPL
perar la tendencia a la separación de modo pleno en el canto del credo
1979/4, 28-32, y aparecen diversas indicaciones I. La vida religiosa en la iglesia
en el artículo de H. Schmidt Creer y confesar la
entre profesión de fe y liturgia. En la durante la liturgia dominical. En la fe en un mundo irreligioso, en Con 1973, n. 82,
iglesia antigua las fórmulas de fe ser- alegría de esta proclamación se evi- pp. 281-293 — ' 2 Desde este punto de vista es La institucionalización de los / mi-
vían para un uso tanto misionero dencia aquello que hace de la asam- interesante el trabajo del episcopado francés, nisterios y del monacato condujo
como litúrgico; la celebración era la blea celebrante una auténtica comu- que ha presentado las verdades fundamentales muy pronto a una doble distinción
de la fe a través del comentario de la plegaria de las vocaciones en la iglesia: por lo
admirable síntesis de ello. En la épo- nidad eclesial, que revive el único y eucarística IV: cf Les évéques de France, // est
ca pospatrística, moderna y contem- gran misterio salvífico y se siente sal- grand le mystere de lafoi. Friere etfoi de l'église
que se refiere a los ministerios, entre
poránea, estas dos finalidades, a pe- vada. En el contexto litúrgico de la catholique, Centurión, París 1978. clérigos y laicos; por lo que se refiere
sar de haberse conservado, se han palabra escuchada y acogida, la pro- a los géneros de vida, entre religiosos
ido separando cada vez más la una fesión de fe resulta un gran himno y y seglares. Por una parte, la estruc-
A. Donghi tura jerárquica de la iglesia; por otra
de la otra. El acento exagerado so- ayuda a la asamblea litúrgica a vivir
bre la función doctrinal y dogmática el anuncio en actitud de alabanza al parte, la variedad de formas de vida
del credo ha eclipsado su función li- Padre. De la proclamación litúrgica cristiana.
túrgica y doxológica. El resultado fi- BIBLIOGRAFÍA: Brekelmans A., Confesiones El Espíritu vivifica siempre a la
de la propia fe a través del canto del de fe en la Iglesia antigua, en "Concilium" 51
nal de tal ruptura consiste en el va- credo y de un lenguaje más ajustado (1970) 32-41; Camelot P.-T., Símbolos de la fe,
iglesia suscitando, incluso en nues-
ciamiento del credo de toda vitali- a la vitalidad de la comunidad cele- en SM 6, Herder, Barcelona 1976, 359-366; Cull- tros días, nuevas formas de ministe-
dad litúrgica, porque se pone sólo al brante (por ejemplo, la posibilidad mann O., La fe y el culto en la Iglesia primitiva, rio y de vida religiosa. Las varias
servicio de una investigación espe- actual de celebrar misas con / niños) Studium, Madrid 1971, 63-122; Documentación vocaciones o dones particulares es-
culativa. De este modo la confesión Concilium, Agitación en torno a la confesión tán ordenados a la común edifica-
nace un verdadero compromiso tam- de fe, en "Concilium" 51 (1970) 129-146; Ham-
de fe pierde la estricta conexión con bién en la historia. La confesión de man A., Las primeras formulaciones trinitarias
ción de la iglesia (cf 1 Cor 14,12). El
¡a revelación histórico-salvífica pro- fe debe ser ai mismo tiempo recuer- en los Padres Apostólicos, en VV.AA., La Tri- elemento eclesiológico es, pues, fun-
pia de la Sagrada Escritura y del do del misterio pascual, alegre cele- nidad en la Tradición prenicena, Secretariado damental para comprender la vida
camino de la liturgia. bración de la presencia del Resucita- Trinitario, Salamanca 1973, 93-108; Kelly cristiana, y esta variedad se expli-
J.N.D., Primitivos credos cristianos, Secreta- ca solamente relacionándola con la
do entre los suyos y real y verdade- riado Trinitario, Salamanca 1980; Lescrauwaet
ra inserción en la historia con vistas J., Aspectos confesionales en la teología de hoy.
comunidad eclesial'. Consiguiente-
Hoy la profesión de fe y la liturgia mente, el Vat. II afirma que "los
deben ser vividas de modo unitario, a construir un mundo del que brote Momentos de la confesión en la liturgia, en
la glorificación del Dios uno y "Concilium" 54 (1970) 125-132; Manders H., consejos evangélicos, mediante la ca-
para que lleguen a ser una experien- ¿Qué relación existe entre nuestro bautismo y ridad hacia la que impulsan, unen
cia real y benéfica para todos los cre- trino.
nuestra fe?, ib, 22 (1967) 175-187; Schmidt H., especialmente con la iglesia y con su
yentes ,2. Lo que se cree es tal sólo [/ Fe y liturgia]. Creer y confesar la fe en un mundo irreligioso, misterio a quienes los practican"
cuando se celebra y se hace fuente ib, 82 (1973) 281 -293; Schreiner J., El desarrollo
del "credo " israelita, ib, 20 (1966) 284-396; Vaw- (LG 44). Muy pronto la iglesia y los
de testimonio en la alabanza al Pa- religiosos sintieron la necesidad de
ter B. -Vilanova E., Expresión de la fe en el cul-
dre. La formulación de la profesión to, ib, 82 (1973) 183-203; VV.AA., Historia y sacramentalizar esta elección de vida
de fe debe ser colocada en relación NOTAS: ' E. Vilanova, Expresión de la fe en
el culto. En la época posapostólica, en Con teología del símbolo de la fe, en "Phase" 73 cristiana en un gesto simbólico y fes-
con la liturgia y con la catequesis, y 1973, n. 82, p. 193 — 2 P.-T. Camelot, Símbo- (1973) 2-60; VV.AA., La confesión de la fe, en tivo, cumplido en el seno de la co-
de ellas debe recibir su profunda vi- los de la fe, en Sacrameníum mundi 6, Herder, "Communio" 2 (1979) 2-106. Véase también la
munidad eclesial, Nacieron así los ri-
bibliografía de Fe y liturgia.
Profesión religiosa 1660 1661 Profesión religiosa

tos de la profesión monástica y de la profesión. En efecto, el Pseudo-Dio- con la palabra apótaxis o apotaghé de petición por el mismo novicio,
/ consagración de vírgenes. nisio ha ejercido un influjo notable (abrenuntio, conversio). Las fuentes que la firma y la deposita sobre el
[/ Virginidad consagrada en la tanto en Oriente como en Occidente, monásticas hablan de renuncia al altar. Sigue inmediatamente el canto
iglesia]. incluso en el campo de la vida mo- mundo, a la familia, a la propiedad, del versículo 116 del salmo 118: "Sus-
nástica. a sí mismos... Después, en sentido cipe me, Domine, secundum elo-
El Areopagita nos ofrece un rito positivo, se habla de la imitación de quium tuum et vivam, et ne confun-
II. El rito de la profesión religiosa ya muy evolucionado y casi perfecto. Cristo y de las obligaciones inheren- das me ab exspectatione mea". La
en la tradición litúrgica Pero en los primeros tiempos, el in- tes a ella. Subrayando uno u otro comunidad entera repite tres veces
greso en la vida monástica se reali- aspecto de este proyecto de vida y este versículo, terminándolo con el
1. LAS PRIMERAS TRAZAS DE UN zaba con gran simplicidad y sin ritos explicitándolos en forma de prome- Gloria. Seguidamente el neoprofeso
RITO DE PROFESIÓN MONÁSTICA. E l particulares. En sus orígenes, la vida sas particulares, nacieron las diversas se postra a los pies de cada uno de
primer rito completo de profesión monástica ignoraba lo que nosotros fórmulas de profesión monástica. los monjes pidiéndoles que rueguen
monástica llegado hasta nosotros se llamamos promesa, voto, fórmula de En la segunda mitad del s. iv el por él. Por fin, es despojado de sus
remonta al Pseudo-Dionisio Areopa- profesión, empeño, etc. Los prime- compromiso de las vírgenes, hasta vestidos y revestido con prendas
gita, que vivió probablemente entre ros monjes manifestaban la voluntad entonces probablemente privado, se propias del monasterio. La Regla
los ss. v y vi. En el c. 6 de la Jerar- de perseverar hasta la muerte en su convierte en un acto público unido a benedictina no habla de la celebra-
quía eclesiástica el Pseudo-Dionisio género de vida con la simple vesti- una celebración litúrgica. Más tarde, ción eucarística; pero si considera-
describe y comenta brevemente el ción del hábito, como, por su parte, el ambiente monástico sufrirá un pro- mos cuanto se dice en el c. 59 sobre
"misterio de la consagración monás- los clérigos con la recepción de la ceso semejante de institucionaliza- la oblación de los niños, es lógico
tica". Según la concepción del autor, tonsura, y las vírgenes con la impo- ción. pensar que también la profesión mo-
a los tres órdenes consagrantes de sición del velo se consagraban defi- nástica se hacía durante el ofertorio
la jerarquía eclesiástica: diáconos, nitivamente al servicio de Dios. Las de la misa. La tradición benedictina
2. LA PROFESIÓN MONÁSTICA EN
sacerdotes y obispos, con sus respec- expresiones professio religiosa, pro- es firme y unánime en este punto.
LA TRADICIÓN BENEDICTINA. La pro-
tivos oficios de purificar, iluminar y positum sacrum, votum religionis y fesión como rito auténtico tardó Por su cercanía al altar y a la
perfeccionar, corresponden los tres semejantes no indicaban aún el acto bastante en difundirse. La Regula eucaristía, la profesión benedicti-
estados de consagrandos, es decir, de la promesa concretado en una Magistri, poco anterior a san Benito na es llamada professio super al-
de los que han de ser purificados (ca- fórmula precisa, sino el compromiso (480-547), no conoce aún este rito tare. Ella expresa el carácter de la
tecúmenos), iluminados (fieles) y per- público en uno de los tres estados específico, sino sólo una agregación vida monástica como consagración,
feccionados (monjes). El rito de la consagrados o su aceptación, o tam- de hecho a la comunidad: el candi- como oblación santificada por el al-
profesión monástica es presidido por bién estos estados en cuanto diferían dato, que ya conduce una vida ejem- tar y enraizada en algún modo en él;
el sacerdote, y se celebra ante el al- de la vida cristiana ordinaria (profes- plar, se incorpora a la comunidad y al mismo tiempo expresa la rela-
tar: después de una invocación con- sio christiana). Afirma por ejemplo monástica con la tonsura y la vesti- ción de la vida monástica con la euca-
sagratoria o epíclesis por el monje, san Ambrosio: "Prophetavit itaque ción. Sólo el primero de estos gestos, ristía: el monje se entrega a Cristo,
el sacerdote interroga al candidato Symeon, prophetaverat copulata co- que es realizado por el abad en el el cual lo incorpora a su propia obla-
sobre su voluntad de renunciar al pe- niugio, prophetaverat virgo, debuit oratorio, es descrito sumariamente. ción. La profesión super altare tiene
cado y lo exhorta a vivir una vida etiam vidua, ne qua aut professio En Occidente, del que nos ocupa- puntos de contacto con la tradición
perfecta. Cuando el candidato ha ra- deesset aut sexus"'. A pesar de que mos principalmente aquí, encontra- oriental, que, como hemos visto en
tificado sus empeños, el sacerdote lo después del s. vin el término profes- mos un rito de profesión monástica el Pseudo-Dionisio, subraya el mo-
signa con el signo de la cruz y le sio tomará el significado de una de- perfectamente constituido sólo en el mento de la epíclesis consagratoria.
corta el cabello invocando a la Tri- claración solemne de compromiso en s. vi con san Benito. La descripción En efecto, en las antiguas fuentes mo-
nidad; lo despoja de su vestido y le la vida monástica, conservará aún del rito está en el c. 58 de la Regla: si násticas latinas la profesión es lla-
impone uno nuevo; y, después de ha- algo de su antiguo significado. el novicio da pruebas de estar firme- mada ordinatio, benedictio o conse-
berlo abrazado, lo hace partícipe de mente dispuesto a vivir en el monas- crado '. Probablemente con esta ter-
los divinos misterios 2 . Los elemen- Una antiquísima fórmula de com-
promiso en la vida monástica se en- terio, después de un período de doce minología se quiere expresar una
tos principales de este rito son: la meses, durante los cuales se le hace concepción más bien mistérica que
epíclesis consagratoria, la promesa cuentra en la llamada homologhía
pros Theón ("pacto con Dios"). El conocer la Regla, es admitido en el voluntarista de la profesión monás-
oral, la tonsura y la imposición del monasterio con el siguiente rito: en tica.
hábito. Aunque se trata de un rito objeto de este pacto está tomado de
los lugares del evangelio en que Cris- el oratorio, delante de todos, el no-
que pertenece a la tradición oriental, vicio promete estabilidad, vida reli- El rito de profesión benedictina
es de gran interés para comprender to exige a sus discípulos la renuncia consta de los siguientes elementos
a todo (cf Mt 10,37s; 16,24; 19,12; giosa (conversio morum) y obedien-
los primeros rituales monásticos de cia. Esta promesa es escrita en forma principales: promesa de perseverar
Me 10,21; Le 9,23.25), y es conocido en el monasterio bajo la obediencia
1663 Profesión religiosa
Profesión religiosa 1662
fines del s. xi, prescribe la bendición las manos de éste (immixtio ma-
del abad y entrega de la petición que te por el novicio, el cual inmediata- del hábito monástico y, además, la nuum) y le prometía fidelidad. El sé-
ratifica esta promesa; oración; vesti- mente después deposita un ejemplar siguiente fórmula: "Exuat te, Domi- nior, en señal de aceptación, daba al
ción. Los rituales sucesivos seguirán de la misma sobre el altar. En una nus Jesús Christus veterem homi- vasallo el beso de paz (osculum). De
fieles a la sobriedad de la celebración época más reciente, la promesa escrita nem cum actibus suis... Et induat te este modo el júnior se convertía en
prevista por san Benito, aunque des- en forma de petición será utilizada novum, qui renovatur in agnitionem el vasallo (homo ligius) del señor del
arrollarán los diversos elementos. para pedir a la comunidad, con una secundum imaginem eius qui creavit territorio, el cual estaba obligado a
En muchos rituales, la profesión cierta antelación, la admisión a la eum" ,0 . ejercitar con él la defensa o tuitio.
del monje viene precedida de una se- misma profesión. El acto de colocar Los elementos de la commendatio
la fórmula escrita sobre el altar es En general, los autores creen que
rie de preguntas que tienen por obje- originariamente la profesión benedic- feudal fueron introducidos, en un pri-
to cerciorarse de la libertad con la un gesto de ofrenda que subraya la mer momento, en el rito de incorpo-
relación íntima que existe entre la tina se hizo en forma de preguntas y
cual el candidato hace su elección. respuestas. Por ello algunos histo- ración o admisión al noviciado de
Así, por ejemplo, el Ordo adfacien- oblación del monje y la de Cris- algunos institutos canonicales. Véa-
to, renovada sacramentalmente so- riadores opinan que el ritual primiti-
dum monachum del Pontifical Ro- vo de la profesión benedictina se ins- se, por ejemplo, el esquema del rito
mano-Germánico del s. X exige que bre el altar. El versículo del salmo de incorporación tal y como lo des-
118 "suscipe me, Domine..." que si- piraba de algún modo en la stipulatio
el novicio sea interrogado sobre la del derecho romano. La stipulatio cribe el ritual de la abadía de San
libertad con la cual renuncia al mun- gue inmediatamente, avalora este Víctor, de París, en el s. xn: 1. Ad-
era un contrato oral y tenía varias
do 5. A este propósito reviste parti- simbolismo.
aplicaciones: en el derecho público ductio in capitulum. 2. Prostratio
cular interés un ritual de Montecasi- La Regla benedictina prevé en este era usada para concluir paces y alian- cum petitione. 3. Erectio ad iussum
no de fines del s. xi. Se trata de un momento que el neoprofeso se pos- zas; en el derecho familiar, para pro- abbatis. 4. Interrogatio cumpromis-
Ordo adfaciendum monachum en el tre a los pies de cada uno de los her- meter la hija en matrimonio... Cuan- sione. 5. Immixtio manuum. 6. Pro-
que se subraya en modo particular manos pidiéndoles que rueguen por él. do la stipulatio era compleja, redac- missio obedientiae. 7. Oratio pro per-
la relación existente entre profesión En el s. vn aparecen diversas oracio- tada por escrito con todas sus severantia. 8. Concessio societatis. 9.
monástica y bautismo. Las pregun- nes destinadas a ser recitadas sobre cláusulas, era leída por el futuro es- Osculum. 10. (Vestitio)'1.
tas dirigidas al novicio toman la for- el profeso; algunas de ellas nos han tipulante al futuro prometedor, y se
ma de un cuestionario bautismal 6 . Es claro el paralelismo con la
sido transmitidas por los antiguos concluía con la pregunta: "Ea quae commendatio del derecho feudal. El
La promesa puede ser equiparada sacraméntanos romanos. La Oratio supra scripta sunt, promittis?", a la lugar de la ceremonia no es la iglesia,
a una fórmula de profesión, con la pro renuntiantibus saeculo del Gela- cual el prometedor respondía: "Pro- sino la sala capitular; más que una
cual el novicio se compromete a ob- siano antiguo 8 es evidentemente una mitto". ceremonia sagrada, es considerada
servar la stabilitas, la conversatio mo- oración utilizada en esta ocasión. El un acto simbólico de carácter social.
rum (más tarde convenio morum) y texto de la oración destaca las rela- 3. LA PROFESIÓN EN LAS ÓRDE- Al principio de la ceremonia, el can-
la obedientia. La tradición benedic- ciones existentes entre vida monásti- NES CANONICALES. Con el movimien- didato manifiesta su deseo de ser re-
tina permanecerá fiel a esta tríada. ca y bautismo; en efecto, algunas de to canonical de los ss. XI-XH apare- cibido en la comunidad por medio
Pero en las fórmulas concretas de sus expresiones están tomadas de los cen los elementos de la professio in de la postración y de la petitio oral,
profesión se introducen muchas va- formularios gelasianos del bautismo manibus. Uno de los testimonios generalmente en forma de oración.
riantes: se añade, por ejemplo, se- y, en particular, del ritual de admi- más antiguos de la misma se refiere Sigue el interrogatorio, en el que el
cundum Regulam s. Benedicti; algu- sión al catecumenado *. a una donación del obispo Hugo a candidato promete cumplir las obli-
nas vez se habla sólo de estabilidad El rito concluye con la vestición los canónigos regulares de la iglesia gaciones de la vida monástica. He-
y de obediencia; otras veces, de esta- del hábito monástico. Con todo, la de San Jorge, de Grenoble, alrede- mos visto [/ supra, 2, nota 6] que un
bilidad y de conversio morum; en- expresión hábito monástico no se dor del año 1084: "Fratribus... qui uso análogo se encontraba en algu-
contramos también sólo la conversio encuentra en toda la Regla benedic- in manu nostra saeculo abrenuntia- nos rituales de profesión de la tradi-
morum o sólo la obediencia. Una fór- tina; se trata más bien de despojarse verunt et sub canónica professione ción benedictina posteriores al s. x.
mula típica de profesión benedictina de los vestidos propios para vestir decreverunt serviré" ". La immixtio manuum es el gesto
es la de Cluny: "Ego frater promitto prendas pertenecientes al monaste- central del rito de incorporación; el
stabilitatem monachi, et conversio- En los ss. x-xn, época clásica del
rio. Es un signo expresivo y una con- feudalismo, la immixtio manuum postulante lo cumple al mismo tiem-
nem morum meorum, et obedien- secuencia de la total desapropiación. po que pronuncia la promesa de
tiam secundum regulam s. Benedicti, era el gesto simbólico más caracte-
San Benito no prescribe fórmula al- rístico del contrato feudal: cuando obediencia. Como signo de acogida
coram Deo et sanctis ejus in hoc mo- guna para esta ceremonia. Pero con fraterna en la comunidad, el rito se
nasterio quod est constructum in ho- el júnior o vasallo se entregaba al
el correr del tiempo aparecerán fór- servicio del sénior, colocándose bajo cierra con el beso de paz del abad y
nore bb. apost. Petri et Pauli; in prae- mulas que darán al gesto de la vesti- de todos los hermanos. Acabada la
sentia domini N. abbatis" 7 . su protección (commendatio), arro-
ción un simbolismo pascual y bau- dillado, ponía sus manos juntas en ceremonia, el encargado del vestua-
La promesa es formulada oralmen- tismal. El ritual de Montecasino, de
Profesión religiosa 1664 1665 Profesión religiosa
rio da al nuevo novicio todo lo nece- constituciones primitivas: "Ego N. fa- tiam" ". La communio sería la vida el sentido antes indicado, es decir:
sario para vestirse y calzarse. ció professionem et promitto obe- común fundada en la pobreza. Esta "después de la c o m u n i ó n " (del
Hay que notar que los institutos dientiam Deo et beatae Mariae et tríada es una versión canonical de la sacerdote celebrante)".
canonicales, aunque introducen los tibi N., magistro ordinis Praedicato- tríada benedictina: estabilidad, vida El origen de la professio super
elementos del contrato feudal en la rum, et successoribus tuis, secundum religiosa, obediencia. En todo caso, hostiam hay que buscarlo probable-
ceremonia de admisión al noviciado, regulam beati Augustini et institu- parece cierto que la mayor parte de mente en usos muy antiguos. Ya en
conservan el rito de profesión con tiones fratrum ordinis Praedicato- las órdenes religiosas, incluso las an- el s. ni el cismático Novaciano, antes
las características de la tradición be- rum, quod ero obediens tibi tuisque tiguas órdenes monásticas, acepta- de dar la comunión a sus secuaces,
nedictina. Por lo mismo, su profe- successoribus usque ad mortem"'". ron, a lo largo del s. XIII, la inclusión les exigía el juramento de fidelidad l8.
sión era siempre una professio super El ritual tenía que acomodarse a de los tres consejos evangélicos en En el alto medievo se exigían mani-
altare ". Con el pasar del tiempo, la la nueva fórmula de profesión. Así sus fórmulas de profesión. En este festaciones semejantes a los que co-
professio in manibus se unió con la la immixtio manuum, que en la tra- proceso es evidente el influjo per- mulgaban en la misa que precedía a
professio super altare, bien como dición canonical era el gesto carac- sonal ejercido por el papa Inocen- las pruebas ordálicas. Dos siglos an-
rito previo que tenía lugar en la sala terístico de la promissio de la cere- cio III (1198-1216). tes de san Ignacio encontramos una
capitular, bien como rito celebrado monia de ingreso al noviciado, se disposición del capítulo general de
durante la misa. En el rito de la professio in mani-
convertirá en el gesto característico bus se expresa con claridad el carác- los franciscanos celebrado en Perpi-
de la profesión religiosa. ter de la profesión como contrato ñán en 1331 según la cual la emisión
4. LA PROFESIÓN EN LAS ÓRDE- ha professio in manibus es propia entre el religioso y la comunidad que de los votos tenía que preceder in-
NES MENDICANTES. La professio in también del rito de profesión de los lo recibe. En cambio, la professio su- mediatamente a la recepción de la
manibus fue adoptada por las nue- franciscanos. Damos a continuación per altare contiene sólo una promesa santísima eucaristía. Pero este uso
vas órdenes desde el s. xii al xvi, y el texto de la fórmula de profesión del candidato a la comunidad. En la fue revocado en el capítulo general
fue peculiar sobre todo de las órde- tal y como la encontramos en las tradición benedictina, la comunidad sucesivo, celebrado en Asís el año
nes mendicantes. Un tipo de profes- constituciones narbonenses de 1260: monástica no corresponde a la sti- 1336". La inspiración inmediata le
sio in manibus es la de los frailes "Ego, frater N., voveo et promitto pulatio del novicio con una restipu- vino a san Ignacio probablemente
predicadores. Parece ser que los do- Deo et beatae Mariae Virgini et bea- latio; le ofrece solamente, y a peti- del juramento practicado en alguna
minicos en un principio tuvieron una to Francisco et ómnibus sanctis et ción (petitio) suya, una casa en la orden militar y muy enraizado en la
estructura canonical, y por lo tanto tibi, Pater, toto tempore vitae meae, que él pueda satisfacer su deseo de tradición española. Los votos pro-
usaron también la. professio super al- servare regulam fratrum minorum seguir a Cristo más de cerca. En nunciados por Ignacio y los otros
tare. Pero adquirida plena concien- per dominum Honorium papam cambio, la professio in manibus ex- seis compañeros el 15 de agosto de
cia de su misión apostólica univer- confirmatam, vivendo in obedientia, presa también el compromiso de la 1534 en la pequeña iglesia de san
sal, abandonaron muy pronto la es- sine proprio, et in castitate" ls . comunidad. El característico gesto Dionisio de Montmartre fueron vo-
tructura canonical, adoptando hacia En esta fórmula de profesión se de la immixtio manuum sirve para tos privados de pobreza, castidad y
el 1220 la professio in manibus. En habla por primera vez de voto (vo- ilustrar en modo adecuado los dos de peregrinar a Jerusalén. Ya en esta
efecto, la donación a una iglesia, ele- veo et promitto Deo). Nos encontra- aspectos de la profesión: ofrecimien- ocasión tales votos fueron pronun-
mento característico de la profesión mos sin duda ante el concepto de to de la mano y aceptación de la mis- ciados antes de la comunión de la
canonical (correspondiente a la sta- voto religioso público de pleno sa- ma, es decir, promesa y societas. misa, celebrada por Fabro, el único
bilitas monástica) no era conforme bor escolástico. Hay otra novedad sacerdote del grupo.
al género de vida de los dominicos, todavía más importante: la fórmula
obligados a emprender frecuentes franciscana hace mención explícita 5. LA PROFESIÓN DE LA COMPA- El ritual de la profesión de la Com-
viajes apostólicos. Para evitar esta de los tres consejos evangélicos. No ÑÍA DE JESÚS. San Ignacio de Loyola pañía era muy simple. Afirma J. Na-
contradicción evidente entre rito y es claro cuándo y en dónde aparece (1491-1556) introdujo en la Compa- dal M que en la primera congregación
vida, fue necesario eliminar la obla- por primera vez la tríada obediencia, ñía de Jesús un nuevo tipo de profe- general se tomó en consideración la
do super altare, que simbolizaba la pobreza y castidad. Parece ser que sión: la llamada professio super hos- eventualidad de introducir otras ce-
donación a la abadía o a la iglesia, y la encontramos por primera vez en tiam, que tiene lugar antes de la re- remonias en el rito de profesión;
dar al rito de la profesión el signifi- una fórmula de profesión del año cepción de la comunión eucarística, pero se decidió "constitutiones esse
cado de una promesa de obediencia, y precisamente en el momento en servandas, nec ceremonias adden-
1148, en la abadía de los canónigos el que el sacerdote presenta la hos- das". Sabemos, con todo, que el can-
de un compromiso personal con el de Santa Genoveva, de París. Su
capítulo, con el maestro general o abad Odón escribe así: "In profes- tia consagrada. Aunque el texto de didato a jesuíta, después de haber
con su representante. Precisamente sione igitur nostra quam fecimus, las constituciones ignacianas dice: leído la fórmula de profesión, entre-
es éste el tenor de la fórmula de pro- tria, sicut bene nosti, promisimus, "Ubiendo celebrado en la yglesia pú- gaba el escrito al superior, el cual
fesión que encontramos ya en las castitatem, communionem, obedien- blicamente", estas palabras han sido colocaba la fórmula sobre el altar;
interpretadas, desde el principio, en "quae consuetudo —añade Nadal—
Profesión religiosa 1666 1667 Profesión religiosa

videtur necessario introducta, ut re- temente individualista, representa un el espíritu legalista. Los ritos de pro- ción de votos que contribuya a obte-
praesentetur vota in manus recipi". punto de llegada. fesión se hicieron más prolijos, in- ner en este campo mayor sobriedad
Por lo mismo, encontramos en algún cluyendo ceremonias que añadían y dignidad y a restablecer una uni-
modo presentes en el rito de la Com- 6. E L RITO DE LA P R O F E S I Ó N D E S - un cierto patetismo a su significado dad fundamental que deje, con todo,
pañía los elementos característicos DE EL S. XVI HASTA NUESTROS DÍAS. fundamental, pero sin enriquecerlo la puerta abierta a las legítimas di-
de las tradiciones precedentes. Hemos trazado las grandes líneas de en sus elementos sustanciales. Suce- ferencias. Este futuro rito-tipo es
los tres principales ritos de profe- sivamente, la proliferación de los presentado como obligatorio para
Las constituciones de los jesuítas institutos religiosos comportó la mul- "aquellos que realizan la profesión o
prevén dos fórmulas de profesión: la sión: la professio super altare, típica
de la tradición benedictina; la pro- tiplicación de los rituales de profe- renovación de votos dentro de la
primera, además de los tres votos de sión, que se alejaban cada vez más
pobreza, castidad y obediencia, con- fessio in manibus, consolidada en las misa, salvo derecho particular".
órdenes canonicales y acogida des- de la simplicidad y del equilibrio de
tiene un cuarto voto de obediencia los antiguos ritos monásticos. En ge-
al sumo pontífice "circa missiones"; pués por otros muchos institutos 1. E L NUEVO " O R D O PROFESSIO-
(frailes predicadores, frailes meno- neral abundan los símbolos que acen- NIS RELIGIOSAE" (= OPR). Fue pro-
en cambio, para los admitidos sola- túan unilateralmente el aspecto ne- mulgado por la Sagrada Congrega-
mente a pronunciar los tres votos tra- res, conventuales, capuchinos, car-
melitas, pasionistas, salesianos, etc.), gativo de la renuncia al mundo del ción para el culto divino el 2-2-1970.
dicionales, se propone una segunda pecado. Los hay también más o me- Se inspira abundantemente en las
fórmula idéntica en el contenido, de tal modo que se convierte en la
forma más difundida; la professio nos melodramáticos, y tal vez inclu- fuentes de la tradición occidental, y
pero sin la mención del voto especial so desagradables para los familiares hace frecuente recurso a los libros
de obediencia al pontífice. super hostiam, promovida por la
Compañía de Jesús y adoptada por del novicio, sobre todo de la novicia: de la Escritura, a la doctrina patrís-
La professio super hostiam de la ataúd con velas y paño mortuorio, tica y a los documentos del Vat. II.
Compañía ha sido adoptada después otros institutos, principalmente fe-
meninos. Todos estos ritos, con sus campanas que tañen a muerto, coro- El nuevo OPR consta de las partes
por la mayor parte de las congrega- na de espinas, cruz, etc. Algunos ri- siguientes. Comienza con una intro-
ciones modernas, sobre todo feme- variantes, están en algún modo pre-
sentes en los rituales particulares de tuales, generalmente en el s. xix, épo- ducción, en la que se trata de la na-
ninas. En el s. xix, la Sagrada Con- ca de teología particularmente de- turaleza y del valor de la profesión
gregación de los ritos prohibió va- numerosos institutos religiosos.
cadente, prescriben que la novicia, religiosa, de la misa que se debe ce-
rias veces que se pronunciaran los El Pontificóle Romanum no ha durante el canto de una larga leta- lebrar en el rito de la profesión y de
votos ante la hostia antes de comul- sufrido cambios sustanciales desde nía, se extienda sobre el pavimento las adaptaciones que cada instituto
gar; esta postura se basaba en una su primera edición en 1485 hasta la cubierta con un paño fúnebre, mien- puede introducir. Siguen a continua-
respuesta anterior de la misma con- reforma del concilio Vat. II. Este tras a sus lados arden algunas velas, ción los ritos de profesión, primero
gregación (del 16-1-1677), en la cual Pontifical no contiene un rito verda- como si se tratara de un catafalco, y de los religiosos y luego de las reli-
se prohibía interrumpir la santa misa dero y propio de profesión monásti- las campanas tañen a muerto...
ca o religiosa. Pero encontramos en giosas. Tanto los unos como los
para recitar oraciones con motivo de
calamidades públicas. Pero bajo el él, junto al rito de bendición del Sería demasiado arduo catalogar otros comprenden: el rito de inicia-
influjo de un consultor jesuíta, un abad, las ceremonias que se tendrían aquí los numerosos ritos de profe- ción en la vida religiosa, el rito de la
decreto de la misma congregación ro- que realizar en el caso del todo ana- sión, nacidos sobre todo en el siglo profesión temporal dentro de la
mana, emanado en fecha 14-8-1894 crónico en el que el abad, inme- pasado. En general, se puede aplicar misa, el rito de la profesión perpetua
y aprobado por el papa León XIII, diatamente antes de su bendición, a todos ellos el juicio negativo que dentro de la misa, el rito de la reno-
tuviera que emitir sus votos mo- acabamos de expresar. vación de los votos dentro de la misa
declaraba de nuevo la licitud de tal y además una serie de textos bíblicos
uso 21 . násticos. El rito de la profesión mo-
y eucológicos que se pueden utilizar,
nástica formaba parte, en cambio,
Es evidente que cada uno de los de la antigua ordenación del Ponti- III. El rito de la profesión a discreción, en los ritos de la profe-
tres tipos de profesión que hemos fical, como testimonia la tradición religiosa renovado sión religiosa. En tercer lugar se en-
analizado representa un ambiente manuscrita que nos ha llegado, la por disposición del Vat. II cuentran tres esquemas del rito de la
cultural y espiritual claramente ca- cual abraza sobre todo el período promesa, según que éste tenga lugar
racterizado. Pero hay en la historia que va desde el s. xn al s. XV. El estado de decadencia que he- en una celebración de la palabra de
del rito de profesión un proceso ha- mos descrito en cierto modo ha per- Dios, en la celebración del oficio di-
cia una concepción cada vez mayor- La falta de una ordenación litúr- sistido hasta nuestros días. De ahí vino o dentro de la misa. Al final se
mente voluntarista y jurídica de la gica a nivel eclesial favoreció una que el concilio Vat. II decidiera pro- encuentra un apéndice que recoge un
misma profesión, que contrasta con progresiva decadencia del ritual de mulgar algunas normas relativas al ejemplo de fórmula de profesión re-
la concepción prevalecientemente profesión. Se perdió poco a poco la rito de profesión. El concilio (SC 80) ligiosa, tres formularios de misas
mistérica de la tradición oriental. En simplicidad y la objetividad de los dispone que se redacte un rito-tipo (para los días de la primera profe-
este proceso, la professio super hos- tiempos antiguos, y se fueron intro-
duciendo el subjetivismo ascético y de profesión religiosa y de renova- sión, de la profesión perpetua y de la
tiam, expresión de una piedad fuer-
Profesión religiosa 1668 1669 Profesión religiosa

renovación de votos) y la memoria [/ Orden/ Ordenación], el rito de la la vida religiosa y, finalmente, el sig- externamente la dedicación perpetua
de los neoprofesos, que se introduce confirmación [/ Confirmación], etc. nificado apostólico de la misma. de Dios. Para los religiosos no se
eventualmente en la plegaria euca- En este modo no se altera el orden propone ninguna concreta insignia.
rística de la misa. de la celebración de la misa, cuyas d) Sigue la oración litánica, por Para las religiosas se indica el anillo
La Sagrada Congregación para el dos partes quedan claramente respe- la que se ruega a Dios Padre y se como expresión del vínculo perpe-
culto divino, con fecha 5-7-1970, en- tadas y separadas. Además, la homi- pide la intercesión de la Virgen y de tuo de la esposa de Cristo.
vió dos cartas 22: la primera, dirigida lía se presta a ser un óptimo lazo de todos los santos. Esta oración litáni-
a los obispos presidentes de las co- unión entre la liturgia de la palabra ca suple la oración de los fieles en la
misa. h) El rito concluye con unas pa-
misiones litúrgicas nacionales, da y el rito de profesión, del cual ella labras apropiadas del celebrante (o
normas para la traducción del OPR forma parte en cuanto exhortación e) Profesión. Es el momento del superior), o también mediante el
a las diversas lenguas; la segunda, o alocución a los profesandos. Las central del rito. Cada familia religio- abrazo de paz entre los neoprofesos
dirigida a todos los superiores y familias religiosas que en virtud del sa es libre de usar la fórmula de pro- y los demás hermanos de la comuni-
superioras generales, acompaña al- derecho particular celebran el rito de fesión que juzgue más adecuada (el dad. Mientras tanto, el coro con el
gunas normas dadas por la misma profesión en otro momento de la RPR ofrece una en el apéndice). pueblo canta la antífona "Ved: qué
Congregación romana en orden a misa pueden conservar esta costum- Esta fórmula, que el candidato ha dulzura, qué delicia..." ("Ecce quam
orientar y facilitar a los diversos ins- bre. Con todo, está desaconsejado escrito previamente de su puño y le- bonum et quam iucundum habitare
titutos la adaptación del OPR a la hacer la profesión "delante del santí- tra, es leída por él mismo pública- fratres in unum"), con el salmo 132
propia espiritualidad e índole. El simo sacramento" antes de la comu- mente ante el superior legítimo del u otro canto apropiado. (Para las
nuevo OPR contiene el rito-tipo, nión, porque es menos conforme con instituto y ante los hermanos ya pro- religiosas: antífona "Qué deseables
que ha de ser respetado (cf OPR 12- el verdadero sentido litúrgico; este fesos que asisten de pie, actuando son tus moradas...", "Quam dilecta
13). Las peculiaridades de las diver- uso está formalmente prohibido en como testigos, según la costumbre tabernacula tua, Domine virtutum!
sas familias religiosas han de intro- adelante a las nuevas familias reli- de la familia religiosa. Luego el neo- Concupiscit et déficit anima mea in
ducirse de tal modo que quede a sal- giosas (RPR, Praenotanda 15). profeso se acerca al altar y coloca atria Domini", y salmo 83.) Sigue
vo la estructura general del rito. En Por lo que se refiere propiamente sobre él la fórmula de profesión. Si- inmediatamente la misa con la pre-
este modo se garantiza, por una par- al rito de profesión, encontramos los gue el canto de la antífona "Recíbe- paración de los dones: algunos de
te, la libertad de expresar en el rito siguientes elementos estructurales: me según tu promesa..." ("Suscipe los neoprofesos llevan al altar el pan,
la espiritualidad específica de cada me, Domine...": salmo 118,116), que el vino y el agua para el sacrificio
instituto y, por otra, la sustancial uni- a) Llamada o petición de los ya hemos encontrado en la Regla de eucarístico. En la plegaria eucarísti-
dad (SC 80) de los diversos ritos de candidatos, que puede omitirse si se san Benito y en la tradición occiden- ca se hace conmemoración de la obla-
profesión (OPR 14). juzga conveniente. tal posterior [/ supra, II, 2]. ción de los profesos con las fórmulas
La versión castellana del OPR ha correspondientes. Al final de la misa
b) Homilía o alocución que, par- f) Bendición solemne o consagra- se pueden emplear las fórmulas es-
sido publicada conjuntamente con la tiendo de las lecturas bíblicas, ins-
del Ordo Consecrationis Virginum, ción del profeso. Es una fórmula lar- peciales de bendición propuestas
truye al pueblo y a los que van a ga, hermosa y de rico contenido (hay para esta ocasión.
promulgado por la Sagrada Congre- profesar sobre la naturaleza y exce-
gación para el culto divino el 30-5- dos, a discreción), con la clásica es-
lencia de la vida religiosa. tructura de las oraciones solemnes Como es fácil constatar, la estruc-
1970. Esta versión tiene como título tura del rito es simple y lineal. Los
Ritual de la profesión religiosa y con- de bendición. Por ella la iglesia con-
c) El interrogatorio, por el cual firma la profesión religiosa con la elementos más típicos y tradicionales
sagración de vírgenes y fue publica- el celebrante o superior se asegura se han conservado o restaurado. No
da en 1972 (= RPR). consagración litúrgica, rogando al
de que los que van a profesar están Padre celestial que derrame con encontramos ya nada de melodra-
dispuestos a entregarse a Dios y abundancia los dones del Espíritu mático o de mal gusto.
2. ESTRUCTURA DEL RITO DE avanzar por la senda de la caridad Santo sobre los nuevos profesos. La No hemos hablado de la vestición,
PROFESIÓN. Tomamos como proto- perfecta, según la regla de la familia introducción de esta oración epiclé- uno de los elementos tradicionales
tipo el rito de profesión perpetua religiosa. Las preguntas hechas to- tica es una novedad importante en del antiguo rito de profesión monás-
(RPR, c. III), por ser el más caracte- can los temas siguientes: las íntimas la tradición occidental, la cual había tica. Desde los comienzos del medie-
rizado teológicamente y el más com- relaciones existentes entre la profe- olvidado frecuentemente la dimen- vo, la vestición del hábito fue gra-
pleto ritualmente. sión religiosa y el bautismo; el segui- sión mistérica de la profesión reli- dualmente anticipada al comienzo
El rito se desarrolla dentro de la miento de Cristo en una vida de per- giosa. del noviciado, costumbre que se ex-
misa, después de la proclamación del fecta castidad, obediencia y pobreza, tendió de tal modo que el rito de
evangelio, como ya se había esta- característica de la vida religiosa; la g) Si es costumbre de la familia ingreso al noviciado y a la vida reli-
blecido para el rito de ordenación caridad perfecta para con Dios y el religiosa, se entregan las insignias de giosa tomó ordinariamente el nom-
de obispos, presbíteros y diáconos prójimo como meta fundamental de la profesión, por las que se significa bre de vestición del hábito. El nuevo
Profesión religiosa 1670 1671 Profesión religiosa
RPR restaura el uso antiguo, según tariamente desde su centro, que es divina; pero sobre todo María, to- (hermanos), ya que por el bautismo
el cual el hábito se entrega en el rito Cristo, y presentan el carisma del se- talmente disponible a los planes de habéis muerto al pecado y estáis
de la primera profesión (RPR, Prae- guimiento de Cristo según la forma Dios, perfecta imitadora de Cristo consagrados al Señor, ¿queréis aho-
notanda 5). En tal modo aparece específica de la vida religiosa desde casto, obediente y pobre, y eminente ra consagraros más íntimamente a
como signo de vida consagrada. la perspectiva de esta unidad históri- en santidad de vida. Por ello, entre Dios con la profesión perpetua?"
ca y teológica. Así, por ejemplo, la las lecturas evangélicas para el rito Las dos oraciones colectas (a discre-
3. CONTENIDO DOCTRINAL DEL primera de estas oraciones de bendi- de la profesión de las religiosas es ción) de la misa para el día de la
RITO DE PROFESIÓN. Este contenido ción (para los religiosos: RPR 67) propuesta la perícopa de la anuncia- profesión perpetua contienen la mis-
hay que buscarlo ante todo en los comienza proclamando a Dios fuen- ción: Le 1,26-38 (cf RPR, Lecciona- ma idea. Encontramos además, en-
textos bíblicos y eucológicos que en- te y origen de toda santidad que, a rio, Evangelios VII, 229-230). tre las lecturas bíblicas del rito, uno
riquecen el rito. Estos textos hay que pesar del pecado de Adán, resplan- de los pasajes bautismales más ca-
interpretarlos como los demás textos dece y se irradia ya desde los tiempos c) Contemplando la vida religio-
del AT en la inocencia de Abel y en racterísticos del NT: Rom 6,3-11.
litúrgicos, los cuales, por su misma sa encuadrada en la historia de la En el nuevo rito es muy evidente
naturaleza, tienden a expresar de los santos personajes suscitados por salvación, es normal que se vea en
Dios en el seno del pueblo elegido. la relación existente entre eucaristía
modo sintético, universal y vital, ella la acción de Dios trino, autor y y vida religiosa, sobre todo por el
pero no sistemático ni necesariamen- Entre estos personajes descuella la animador de toda la obra salvífica.
figura de la Virgen santísima, de la hecho de que la profesión religiosa
te completo, una realidad cristiana, Así, el Padre es presentado como el está insertada en la celebración de la
en nuestro caso la profesión religiosa cual nace Cristo, modelo supremo origen primero de la vida religiosa.
de santidad. A su vez, Cristo, por su misa; pero también por la presencia
y la vida religiosa en general. Sin Él llama, suscita e inspira este parti- de otros ritos menores, como la co-
embargo, el valor de estas fórmulas misterio pascual, redime al mundo y cular seguimiento de Cristo, el cual
santifica a su iglesia, enriqueciéndola locación de la fórmula de profesión
es siempre grande, porque constitu- a su vez es el supremo ejemplar del
yen la expresión más auténtica del continuamente con los dones del Es- sobre el altar —elemento típico de la
religioso, sobre todo en su vida de professio super altare [/supra, II,
pensamiento de la iglesia. Hemos re- píritu. Bajo la inspiración del Pará- pobreza, obediencia y castidad. Fi-
cordado [/ supra, 1] que el RPR es clito, innumerables fieles son atraí- 2]— y la introducción de una fór-
nalmente, es cometido del Espíritu mula especial de intercesión por los
un rito-tipo, a partir del cual las di- dos hacia el seguimiento de Cristo: Santo hacer crecer y desarrollar el
versas familias religiosas pueden ela- dejan todas las cosas y se unen a él neoprofesos en la misma plegaria
propósito de perfección del religioso eucarística. Pero el fundamento de
borar sus propios ritos de profesión. con el vínculo de caridad y se po- [/ supra, a].
Ello significa que los textos del rito nen al servicio de Dios y de los her- estas relaciones está en la oblación
contienen y expresan la perspectiva manos. d) Si la vida religiosa está injer- santa del Salvador, presente sacra-
y los elementos comunes que definen tada en la historia de la salvación, mentalmente en la eucaristía, de la
y constituyen la vida consagrada en forma parte consiguientemente de la cual la oblación del religioso recibe
b) La vida religiosa, a pesar de vida de la iglesia, realidad que ca- todo su valor. Esta doctrina está in-
general. Véamoslos. ser una novedad estrictamente cris- racteriza la etapa actual de la histo- dicada, más o menos explícitamente,
tiana, ha sido preparada y prefigu- ria salvífica. La presencia y la inter- en algunas lecturas del evangelio de
a) La vida religiosa está ante rada, juntamente con todo el miste- vención de la iglesia en la profesión Juan propuestas por el RPR: Jn
todo enmarcada en el cuadro general rio de Cristo, en la historia sagrada del religioso es indicada continua- 12,24-26; 15,1-8; 15,9-17.
del designio salvífico en favor del del AT. Recorriendo los textos euco- mente en los textos del rito. Nos de-
hombre, actuado por Dios a lo largo lógicos y las lecturas bíblicas del tenemos brevemente sólo en el fun-
de la historia de la salvación. Los RPR, encontramos en la etapa vete- e) Finalmente, la vida religiosa
damento ontológico de esta eclesia- es presentada como compromiso mo-
textos eucológicos que expresan me- rotestamentaria de la historia salví- lidad de la vida consagrada, que
jor esta inserción de la vida consa- fica una serie de tipos o figuras de la ral, que impone al que la abraza un
percibimos a través de la relación continuo progreso en el fervor de la
grada en la historia de la salvación vida consagrada. Se trata de algunos que ésta tiene con los sacramen-
son las solemnes fórmulas de bendi- personajes de la antigua alianza, en caridad y en la perfección del culto
tos constitutivos de la misma igle- divino (cf LG 44). En el momento de
ción o consagración del profeso, de los que vemos realizados anticipa- sia: bautismo (confirmación) y euca-
auténtica profundidad doctrinal, con damente algunos aspectos de la vida la entrega del libro de la regla o de
ristía. las constituciones, durante el rito de
las que la iglesia confirma la plena religiosa: Abel, ejemplo de vida
disponibilidad del religioso a donar- inocente (RPR 67); Abrahán, Sa- Por lo que se refiere a la relación la primera profesión, el RPR (n. 32)
se al Señor. Estos textos, que están muel, Elias, Elíseo (RPR, las cuatro con el bautismo, la vida religiosa propone la fórmula siguiente: "Reci-
redactados según el esquema clásico primeras lecturas del AT, pp. 193- pretende abrazar las exigencias bau- be la regla de nuestra congregación,
de las oraciones de bendición, reco- 196), de los cuales la Escritura su- tismales con todas sus consecuen- para que, observándola fielmente,
rren de modo rápido las etapas de la braya la prontitud y fidelidad en se- cias. El RPR (nn. 57; 62) los expresa vivas siempre en caridad". En el rito
historia salvífica, contemplada uni- guir y llevar a término la llamada claramente en la primera pregunta de la profesión perpetua el celebran-
del interrogatorio: "Queridos hijos te dirige a los candidatos esta signi-
1672 1673 Profesión religiosa
Profesión religiosa
,8
está ampliamente ilustrada por los 17), Granada 1976, 140 — Cf Eusebio, His- eine zweite Taufe, en St.-Fidelis 48 (1961) 105-
ficativa pregunta: "¿Queréis esforza- toria Eclesiástica VI, 43,18 (SC4\), París 1955, 138; Neunheuser B., Monchgelübde ais zweite
ros con firmeza y constancia por al- textos del rito, como hemos visto an- 158 — l9 Cf Archivum Franciscanum Histori- Taufe und unser theologisches Gewissen, en Le-
canzar la caridad perfecta para con teriormente. cum 2 (1909) 281 — 20 L.c. (nota 17), 140 — ben aus der Taufe, María Laach 1963/64, 63-
21
Dios y el prójimo, siguiendo fiel- El eclecticismo del RPR no se opo- Véase L. Ravasi, La professione "super hos- 69; Fuertes J.B., Professio religiosa complemen-
mente el evangelio y observando ne a una adaptación inteligente del tiam", en Vita Religiosa 4 (1968) 615-619 — tum baptismi, en Commentarium pro religiosis
22
vuestra regla?" (RPR 57). De tenor mismo a la naturaleza y al espíritu Véase en Not 57 (1970) 316-322 — 2} Véase et missionariis 45 (1964) 292-319; Ranquet J.G.,
S. Marsili, Un esempio di adattamento nel Consécration haptismale et consécration reli-
semejante son las solemnes bendicio- de los diversos institutos 2 ', es per- "Rito della professione religiosa", en RL 63 gieuse, París 1965; Martelli M., La professione
nes de los profesos, en donde encon- fectamente posible hacer una selec- (1976)98-110. dei voti religiosi neiformulan liturgici (separata
tramos un auténtico programa de ción de elementos, pues como dice el de La spiritualitá della religiosa), Padua 1966;
vida de perfección, que debe condu- mismo RPR (Praenotanda 14), en la M. Auge Leclercq G., Professione religiosa, secondo bal-
cir a los religiosos hacia la meta de adaptación del rito operada por las tesimo, en Vita Religiosa 3 (1967) 3-8; De Rui-
ter T,, La professione religiosa nella luce
la santidad. diversas familias religiosas, no hay dell'anno litúrgico, Roma 1968; Santangelo
inconveniente en omitir algunas par- BIBLIOGRAFÍA:
M.C., La profesión religiosa y la consagración
tes del mismo. 1. Sobre el rito de la profesión monástica en de vírgenes, en Cuadernos monásticos 4 (1969)
IV. Problemas de adaptación la tradición occidental 1, 181-203; Nicolau M., Eucaristía y profesión
religiosa, en Confer 14(1975) 195-213.
Véanse los breves estudios de los siguientes
El nuevo RPR se inspira en los manuales: Righetti M., Historia de la liturgia II
NOTAS: ' Véase J.M. Lozano, La sequela di 4. Estudios monográficos sobre algunos ritua-
antiguos rituales monásticos y, en (BAC 144), Madrid 1956, 1023-1027; Nucent
Cristo. Teología slorico-sistematica della vita A., La professione monástica, en La chiesa in les particulares de profesión
cierto modo, codifica en su conteni- religiosa, Ancora, Milán 1981, 57-91 — 2 El tex- preghiera, Desclée, Roma 1963, 707-713.
to se encuentra en PG 3, 533AC — ' Expos. Herwegen I., Geschichte der benediktinischen
do y estructura la más auténtica tra- Professformel, Münster 1912; Casel O., Die
Evang. sec. Lucam 2,62: CCL 14, 57 — " Véase
dición de las diversas familias reli- R. Molitor, Von der Mónchsweihe in der latei- 2. Otros estudios de carácter histórico Mónchsweihe, en JLW 5 (1925) 1-47; Lefevre
giosas. Pero, al mismo tiempo, el nischen Kirche, en TG 16 (1924) 586-588 - Rothenháusler M., Die Anfange der klóster- F.PL, Les cérémonies de la véture et de la pro-
RPR se presenta como un rito-tipo, 5
Ed. C. Vogel y R. Elze, I, Ciudad del Vaticano lichen Profess, en BM 4 (1922) 21-28; Molitor fession dans Tordre de prémontré, en Analecta
que las familias religiosas pueden y 1963, 71 —" "Vos ergo, filii, qui relicto saeculo R., Von der Mónschsweihe in der lateinischen Praemonstratensia 8 (1932) 289-307; Zeiger I.,
confugium fecistis ad Deum, ecce coram eo et Kirche, en TG 16 (1924) 584-612; De Puniet P., Professio super altare (Analecta Gregoriana 8),
deben adaptar de forma que exprese Roma 1935, 161-185; Protessio in manus, en
mejor la naturaleza y el espíritu de coram hoc sacrosancto altari stantes, ante prae- Le Pontifical Romain: hístoire et commentaire
sentiam fratrum qui hic consistunt, proprio ore II, Lovaina-París 1931, 63-95; Hertling L., Die Acta Congressus luridici Internationalis III,
cada instituto (RPR 14). dicite si vultis abrenuntiare saeculo huic et pom- Professio der Kleriker und die Enistehung der Roma 1935, 161-185; Pofessio in manus, en
El RPR representa, pues, un pun- pis eius. Volumus. Vultis assumere conversio- drei Gelübde, en ZKT 56 (1932) 148-174; De professione solemni in ordine Praemonstratensi;
nem morum vestrorum et affectionem parentum Santa Escolástica J., O ritual de professao mo- ritus disquisitio histórica et canónica, Roma
to de referencia seguro para los di- nástica, en Ora et labora (1955) 28-35; 77-82; 1938; Hofmeister Ph., Zum Ritus der zeitlichen
versos rituales de profesión religiosa. relinquere et abrenuntiare? Volumus. Vultis pro-
fiteri obedientiam secundum regulam s. Bene- 196-201; Leclercq J., La véture "ad succurren- Profess bei den Benediktínern und Cistercien-
Encontramos en él los elementos dicti, abrenuntiando etiam propriae voluntati? dum" d'apres le moine Raoul, en Studia Ansel- sern, en Cistercienser-Chronik 51 (1939) 33-50;
más característicos de los tres tipos Volumus" (M. Andrieu, Le Pontifical Romain miana 37 (1955) 158-168; Urquiri T., La vesti- Zeiger I., Professio super hostiam: Ursprung
de profesión tradicionales en Occi- au moyen-áge I, Ciudad del Vaticano 1938, 295- ción del hábito, al rito de la profesión religiosa; und Sinngehalt der Professform in der Gesell-
296 — 7 Antiquiores consuetudines Clunia- una sugerencia, en Confer 12 (1968) 45-52; Du- schaft Jesu, en Archivum Historicum Societatis
dente [/ supra, II, 2-5]. La inserción val A., Quelques données e réflexions histori- lesu 9 (1940) 172-188; Frank H., Untersuchung
del rito entre la liturgia de la palabra censis monasterii I. II, c. 27: PLI49, 713AB —
8
Ed. L.C. Mohlberg, Herder, Roma 1960, n. ques sur l'engagement religieux, en Engagement zur Geschichte der benediktinischen Professli-
y la liturgia eucarística de la misa y 1574 — ' Véase A. Chavasse, Le Sacramentaire etfidelité, París 1970, 69-115; Colombás G.M., turgie in frühen Mittelalter, en Studien und
la colocación de la fórmula de Gélasien (Vaticanus Reginensis 316). Tournai El monacato primitivo II (BAC 376), La Edito- Mitteilungen zur Geschichte der benedikliner
rial Católica, Madrid 1975, 133-141. Ordens und seiner Zweige 63 (1951) 93-139; Le-
profesión sobre el altar son típicas 1958, 444-445 - ,0 M. Andrieu, Le Pontifical
Romain au moyen-áge I, cít., 296 — n Ch. De- clercq H., Voeux monastiques, en DACL 15,2
de la professio super altare. La fór- (1953) 3146-3149; Ernetti P.M., La professione
mula de profesión propuesta por el reine, Vie commune. Regle de saint Augustin et 3. Algunos trabajos de carácter doctrinal
chanoines réguliers au XF siécle, en RHE 41 monástica secondo s. Pacomio, s. Basilio, G.
RPR se acerca mucho a la tradición (1946)379-380 — l2 Cf Antiquae consuetudines Séjourné P., Voeux de religión, en DTC 15 Cassiano, s. Benedetto, en Vita Monástica 11
de la professio in manibus: se trata, Canonicorum Regularium S. Victoris Parisien- (1947) 3234-3281; Vandenbroucke F., La pro- (1957) 152-161; 12 (1958) 3-12; Hofmeister Ph.,
en realidad, de una profesión "ante sis, c. 27: ed. E. Marlene, De antiquiis Ecclesiae fession, second baptéme, en VS 76 (1947) 250- Benediktinische Professriten, en Studien und
263; Oppenheim Ph., Mónchsweihe und Taufri- Mitteilungen zur Geschichte der benedikliner
los hermanos aquí presentes, y en ritibus III, Anvers 1737, 742-743 — " Véase,
tus: ein Kommentar zur Auslegung bei Diony- Ordens und seiner Zweige 74 (1963) 241-285;
manos de... [del superior]". El RPR para los canónigos de san Víctor, l.c, 1A1-
749 — u Constituciones primitivas de la orden sius dem Aeropagiten, en Miscellanea litúrgica Ravasi L., La professione "super hostiam", en
desaconseja la profesión "delante del de los frailes predicadores, d. I, c. 16: ed. A.H. in honorem L. Cuniberti Mohlberg I, Roma Vita Religiosa 4 (1968) 615-619; De Aspurz L.,
santísimo sacramento" antes de la co- Thomas (Bibliothéque de la Revue d'histoire 1948, 259-282; Leclercq J., Profession monasti- // rito della professione nell ordine francescano,
munión, porque es menos conforme ecclésiastique 42), Lovaina 1965, 326-327 — que, baptéme et pénitence d'apres Odón de en Studi Francescani 66 (1969) 245-268; Tho-
15 Cantorbéry, en Studia Anselmiana 31 (1953) mas A.H., La profession religieuse des domini-
con el verdadero sentido litúrgico. Ed. en Archivum Franciscanum Historicum
124-140; Nicolau M., Sacramentalidad de la pro- cains: formule, cérémonie, histoire, en Archi-
Pero la relación existente entre la 34 (1941) 40 — '<• Ep. 1: PL 196,1399 — " Cf
J. Nadal, Scholia in Constitutiones S.L: ed. M. fesión religiosa, en Hechos y Dichos 33 (1957) , vum fratrum Praedicatorum 39 (1969) 5-52;
eucaristía y la consagración religiosa Ruiz Jurado (Biblioteca Teológica Granadina 607-620; Von Rieden O., Die heilige Profess: Gráf H.J., Ad monachum faciendum: die
Promoción humana 1674 Promoción humana
1675
Mónchsprofess nach einem Fest-Sakramentar el hombre, asume su existencia concreta, trans-
von Venedig aus dem 11. Jh., en EL 88 (1974) formándola; 2. La celebración convoca la asam- lante (pro), para favorecer su creci- da de la relación entre iglesia y mun-
353-369. blea y provoca una participación activa, cons- miento y abrirlo a una continua no- do, reino e historia, fe y valores hu-
ciente y plena; 3. La celebración se desarrolla
en un clima de fiesta, que provoca una intensa vedad. Se ha preferido estudiar este manos.
5. Por lo que se refiere a los ritos orientales
véase
experiencia colectiva; 4. Dios habla hoy en la deber ser como un ideal que ha de Ciertamente, el mundo litúrgico
liturgia y llama a la historia humana a compa- amarse y perseguirse con todas las está impregnado de valores sobrena-
Raffin P., Les rituels orientaux de la profes- recer ante el tribunal de su palabra; 5. La litur-
sion monastique, Le Saulchoir 1966. gia abarca todas las dimensiones históricas de fuerzas. Una mirada posterior al ser, turales: en él domina la perspectiva
la salvación: pasado, presente y futuro; 6. Todo muy lejano del ideal, mostrará todo de la fe, se celebra la pascua de Cris-
acto litúrgico actualiza la misión que brota del el camino que queda por recorrer y to, se manifiesta el plan de Dios para
6. Algunos comentarios y estudios sobre el bautismo: nos envía a los hermanos - III. ¿Qué
nuevo "Ordo professionis religiosae" de la falta a nuestras liturgias para ser de verdad pro- estimulará al compromiso. nuestra salvación. Pero la liturgia no
liturgia romana motoras de lo humano? - IV. Conclusión. está nunca desencarnada. Es el hom-
Calabuig I.M., La professione dei consigli bre en su vida concreta el que debe
evangelici, en Nelle vostre assemblee (por J. Ge- I. Liturgia y valores humanos ser salvado en todo el conjunto de
lineau), Queriniana, Brescia 1970, 689-714; Note Premisa su destino; lo humano que se realiza
sulla teología e spiritualitá della vita religiosa aquí abajo, y lo divino que se consu-
alia luce dell'nOrdo professionis», en Per una La reflexión más reciente sobre la Partiendo del significado global
presenza viva dei religiosi nella chiesa e nel del término evangelización como ha ma allá arriba. Habla a menudo del
misión de la iglesia, y la misma dra- cielo, pero no afirma que el cielo lo
mondo (por A. Favale), LDC, Turín 1970, 933-
maticidad de los problemas que tie- sido formulado por Pablo VI en la
975; Ordo professionis religiosae: commenta- exhortación apostólica La evangeli- sea todo y la tierra nada. Pero tam-
rium, en Not (1970) 118-126; Parnés P., La nue- nen lugar en el mundo de hoy han poco afirma lo contrario. Fiel a la
va liturgia de la profesión religiosa, en Ph (1970) estimulado a profundizar en los la- zación del mundo contemporáneo,
es claro que la evangelización inclu- antropología bíblica, se atiene a un
580-587; Raffin P., Liturgie de l'engagement re- zos existentes "entre evangelización humanismo integral abierto a la di-
iigieux; le nouveau rituel de la profession reii- y promoción humana... Vínculos ye la liturgia como parte integral. En
gieuse, en MD (1970) 104, 151-166; Urquiri T., efecto, por evangelización, según el mensión trascendente del destino del
Los nuevos ritos de ¡a profesión religiosa; notas de orden antropológico, porque el hombre.
hombre que hay que evangelizar no uso común, se entiende el conjunto
de pastoral litúrgica, Madrid 1970; Dreissen J., del anuncio de la palabra de Dios,
Kritische Bemerkungen zum "Ordo professionis es un ser abstracto, sino un ser sujeto
religiosae", en Ordenskorrespondenz 13 (1972) a los problemas sociales y económi- de la comunicación de la vida divina 2. Los VALORES HUMANOS REDI-
159-169; Auge M., I riti della professione reli- cos. Lazos de orden teológico, ya mediante los sacramentos y del testi- MENSIONADOS EN REFERENCIA A LO
giosa e della consacrazione delle vergini: strut-
que no se puede disociar el plan de monio en la historia del servicio a DIVINO. Decir que "el hombre está
tura e contenuto teológico, en RL 60 (1973)
la creación del plan de la redención los hermanos 1. ordenado a lo divino", como hace la
326-340; VV.AA., La vita religiosa. Commento
esegetico e pastorale del lezionario litúrgico per que llega hasta situaciones muy con- Inserta entre anuncio y testimo- SC en el pasaje citado, significa pro-
¡a "professione religiosa", Queriniana, Brescia cretas de injusticia, a la que hay que nio, la liturgia los une vitalmente. longar los valores humanos mucho
1974; Ravasi G., Voi siete miei amici. Commen- combatir y de justicia que hay que más allá de sus confines naturales:
to esegetico-spirituale al lezionario biblico della
restaurar. Vínculos de orden emi- 1. MAESTRA QUE INCULCA LA JE- hacerlos entrar en el mundo de lo
professione religiosa, OR, Milán 1976; Marsili RARQUÍA DE LOS VALORES. Poniendo divino. De este modo la dimensión
S., Un esempio di adattamento nel "Rito della nentemente evangélico como es el de
professione religiosa", en RL 63 (1976) 98-109; la caridad"'. En esta perspectiva, el el evangelio en relación con la pro- humana no se anula, sino que es re-
Neunheuser B., La liturgia della professione re- que toma en serio la afirmación del moción del hombre, podemos com- dimensionada. Algún ejemplo con-
ligiosa, en Informationes SCRIS 4 (1978) 328- concilio, que presenta la liturgia parar los valores de la fe con las me- creto: — La gracia de los sacramen-
344; Ferraro G., Catechesi litúrgica sulla vita "como la cumbre y la fuente de toda tas del progreso humano. La liturgia to, especialmente de la eucaristía,
religiosa, Ancora, Milán 1980. interviene sobre todo como una hace madurar a la persona hacia su
la vida de la iglesia" (SC 10), no se
sorprenderá de encontrar en este dic- maestra que inculca la jerarquía de plenitud, el "hombre perfecto" (Ef
cionario una voz sobre el tema pro- los valores, esa misma jerarquía que 4,13), que es Cristo. Los santos de-
moción humana y liturgia. encontramos tan bien expresada en muestran hasta qué punto las dimen-
la constitución SC (n. 2) cuando des- siones humanas pueden ser dilatadas
Para estudiar este tema se podían cribe las dos caras del misterio de la por lo divino. — La experiencia viva
PROMOCIÓN HUMANA escoger dos caminos: a) el de señalar iglesia: "En la iglesia lo humano está de la asamblea litúrgica hace madu-
Y LITURGIA todo lo que falta a nuestras liturgias, ordenado y subordinado a lo divino, rar las relaciones sociales hacia esa
tal y como son realizadas, para ser lo visible a lo invisible, la acción a la koinonía que comporta una profun-
verdaderamente promotoras de lo contemplación, lo presente a la ciu- da comunión con los hermanos, mo-
SUMARIO: Premisa - 1 . Liturgia y valores hu- humano; b) o bien estudiar positiva- dad futura que buscamos". Es la li- delada sobre la que existe en el seno
manos: 1. Maestra que inculca la jerarquía de mente las potencialidades que se en- de Dios: "para que sean uno, como
los valores; 2. Los valores humanos redimen- turgia la que nos ha ofrecido esta
sionados en referencia a lo divino - II. Poten- cuentran en una verdadera liturgia visión plena, bien equilibrada, del nosotros somos uno" (Jn 17,22). El
cialidad promotora de lo humano de la liturgia: para promocionar al hombre, o sea, misterio eclesial. Es también la que ofrecimiento del perdón que renueva
I. La liturgia exige ser "vivida": abarca a todo para empujarlo (mover) hacia ade- impulsa la liberación del hombre has-
nos ofrece una comprensión adecua-
Promoción humana 1676 1677 Promoción humana

ta la libertad total, para la que no ramente en el acto de alguien: debe eucaristía todo el / trabajo humano, litúrgico la vida tal como es en sus
basta la ausencia del pecado, que es llegar al hombre real, asumir su vida ese desmedido esfuerzo por transfor- formas cotidianas y profanas. Así
esclavitud interior. — Ofreciendo con sus problemas y sus aspiracio- mar la realidad, es llevado al altar. desaparecería toda la diferencia en-
una comunión con la misma vida de nes, provocar sus opciones. Si se Para simbolizarlo sirven los signos tre lo sagrado y lo profano. Es un
Dios, satisface el ansia de participar dice que es un acto de la iglesia, no del pan y del vino, "fruto de la tierra camino equivocado, invocado por
y de compartir más allá de lo que se debe olvidarse que la iglesia existe y del trabajo del hombre". Como el algunos, que pretende, por ejemplo,
puede realizar en los diversos mo- en los hombres: la iglesia es el nos- pan y el vino de modo maravilloso transformar la eucaristía en una me-
mentos de la vida. — Insertándose otros de los cristianos (san Jeróni- forman parte de la eucaristía, así el rienda fraterna, realizada en torno a
en la pascua de Cristo se abre a una mo). El hombre debe introducirse trabajo humano entra en el drama una mesa en mangas de camisa. Así
novedad que no se refiere sólo a la completamente en el acto litúrgico. de la redención. Chenu dice que se tendremos no una liturgia más hu-
cultura, las estructuras y los modelos O sea, por una parte debe movilizar convierte en "una maravillosa mate- mana y más promotora de lo huma-
operativos, sino que también afecta todas sus capacidades (cuerpo y ria para el reino". De aquí se sigue no, sino solamente una liturgia más
a las raíces mismas del hombre, alma, inteligencia y voluntad, me- que el hombre trabajador es promo- banal y con menos significado. La
transformadas por la novedad del moria y afectividad); por otra debe vido a la dignidad de colaborador liturgia no celebra la acción del
Resucitado, que "hace nuevas todas sentirse implicado tanto en su mun- de Dios, en el gran opus de la reden- hombre, sino la de Dios. Si nuestra
las cosas" (Ap 21,5). do personal como en la dimensión ción siempre en acto. — Todas las existencia debe entrar en ese miste-
social que lo une a los hermanos aspiraciones, las ansias y los proble- rio, sólo lo puede hacer a través de
[/ Participación]. La liturgia es sa- mas del hombre son asumidos en la la expresión simbólica que es el len-
Para el que no cree está claro que oración de intercesión. No es que guaje de la liturgia, e implica una
todo esto no significa nada, mientras cramental: por tanto se sitúa en la
línea de la encarnación y no quiere con esto nos lavemos las manos, de- ruptura con respecto a las formas de
que para nosotros, los creyentes, es jando a Dios el encargo de resolver lo cotidiano y ordinario. La liturgia
maravillosamente capaz de promo- como actores a hombres desencar-
nados. Como Cristo bajó del cielo todo. La oración verdadera no es está viva, si se da realmente una vida
cionar lo humano. El hombre cris- nunca una coartada del descompro- de comunión con Dios y con los her-
tiano es un hombre bajo el signo del "por nosotros los hombres y por
nuestra salvación", así el gesto sa- miso ni empuja al hombre a dimitir manos, y después esa vida se hace
más, lo que hacía decir a Nicolás de sus responsabilidades: mientras presente en la celebración, que se
Pende: "El cristiano es un ser com- cramental es acción de Dios, pero lo
es para el hombre. Lo quiere salvar rezo por la paz o por la justicia, la convierte en su signo, y así se intro-
puesto de cuerpo, alma y Espíritu gracia trabaja en mi corazón y me duce en la trama de la salvación.
Santo". en su situación concreta.
da luz y fuerza para ser pacífico:
Y a este hombre, después de ha- constructor de la paz y operador de Se ha observado que la / eucolo-
berle aferrado, lo pone de espaldas la justicia. gía del mundo litúrgico en sus textos
II. Potencialidad promotora contra la pared: el signo litúrgico tie- clásicos, en gran parte conservados,
de lo humano de la liturgia ne una dimensión esencial de com- Surge aquí el carácter bipolar, que no concede gran espacio a los temas
promiso. Es esto lo que impulsó a ve desarrollarse el acto litúrgico en- de la promoción humana: el plan de
Querría ahora indicar esquemáti- los padres de la iglesia a llamar al tre dos términos en tensión dialécti- Dios, los temas del reino y de la / es-
camente las dimensiones litúrgicas bautismo sinthéke, contrato. ca: el misterio de Dios y el misterio catología dominan indiscutiblemen-
que me parecen más directamente Me limito a hacer algunas alusio- del hombre. La liturgia es antes que te, junto con las radicales exigencias
promotoras de lo humano. Las lla- nes evocadoras: — Los sacramentos nada / memorial: actualiza, o sea, que se imponen a los que entran a
mo potencialidades porque nada su- particulares hacen referencia a mo- hace presentes los grandes gestos formar parte de él. Los elementos
cede automáticamente: explotarlas mentos centrales de la existencia con los que Dios nos salva. Pero la terrenos afloran, en cambio, más ex-
depende de nuestro esfuerzo. cristiana: el nacimiento (bautismo), forma es sacramental: debe hablar plícitamente en los textos de reciente
el crecimiento continuo (eucaristía), al hombre y aferrado. De aquí la composición: las oraciones de algu-
1. LA LITURGIA EXIGE SER "VIVI- la maduración y asunción de respon- exigencia de una dimensión antro- nos santos (especialmente los santos
DA": ABARCA A TODO EL HOMBRE, sabilidades (confirmación), la for- pológica, que debe ponerse de acuer- caritativos, como Juan Bosco o Vi-
ASUME SU EXISTENCIA CONCRETA, mación de una familia (matrimo- do con la / cultura y la historia de cente de Paúl) y las peticiones de la
TRANSFORMÁNDOLA. El acto litúrgi- nio), la crisis de la enfermedad (un- hoy. / liturgia de las Horas, en donde se
co no es algo que tenga valor en sí ción), etc. El sacramento es un gesto Es preciso, sin embargo, compren- da un mayor espacio a los problemas
mismo, pero se sustenta por sí mismo, personal de Cristo que asume esta der bien esta exigencia: que la litur- humanos y a los proyectos de pro-
aunque nadie lo comprenda y lo situación, con el don de la gracia la gia debe conceder un espacio a la greso inspirados en la doctrina social
viva, con tal que se realice exac- transforma y nos la restituye para vida real y expresarla, permitiendo de la iglesia. Indudablemente, el he-
tamente todo lo que está mandado. que la vivamos en el plano de la fe. así una participación viva [/ Pasto- cho se explica por la mayor sensibi-
En ese acto debe comprometerse El sacramento supone un salto cua- ral litúrgica]. Esto no se realiza sim- lidad que tenemos hoy con relación
todo el hombre. Así se convierte cla- litativo hacia adelante. — En la plemente haciendo entrar en el acto a esta dimensión de la evangeliza-
Promoción humana 1678 1679 Promoción humana

ción. Pero creo que hay una razón ideal de participación que no admite única forma, porque la celebración sucedáneos buscados por muchos y
más profunda: los proyectos y las espectadores. normal es siempre la que convoca a por todos los medios; sucedáneos
metas del hombre están unidos a la todo el pueblo de Dios alrededor de que han envenenado las fuentes de
Asamblea y participación son rea- la alegría, apagado el canto y mata-
actualidad y a la imprevisible mu- lidades conectadas y de importancia su Señor, como ya sucedió a los pies
danza de los acontecimientos. Por del Sinaí. do la capacidad lúdica del hombre,
decisiva para la promoción humana. marcando su rostro con preocupa-
tanto, difícilmente puede encontrar- Hay en nuestra sociedad una pro- Obsérvese, además, que si se acen-
se su expresión en textos fijos e in- funda exigencia a este respecto. El túa indebidamente esta dimensión ciones y angustias. Entonces el clima
mutables. Por el contrario, la aten- verticalismo, que hace brotar todo propia de la asamblea, se acabará fascinante de la fiesta se convierte en
ción a lo concreto encontrará su de lo alto y mortifica el movimiento por sustituir el individualismo de un recuerdo de otros tiempos y la
puesto en las partes de / creatividad de participación de la base, ha des- ayer por un comunitarismo nivela- convivencia se hace cada vez más
(las intenciones de la oración de los aparecido. No se está ya dispuesto a dor. Esto, más que promover a la inexpresiva y banal.
fieles, las moniciones y la / homilía delegar en otro la propia parte de persona en sus relaciones con los Una liturgia vivida en la alegría
del celebrante, etc.), en las que la responsabilidad. Cada vez más se otros, la achicaría, desatendiendo a podrá hacer renacer el sentido de la
liturgia renovada deja amplias po- quiere ser protagonista de la parte los particulares, no respetando los / fiesta, del que la vida del pueblo
sibilidades, no siempre utilizadas de historia en la que se vive. Las mis- ritmos personales de crecimiento, no puede prescindir, porque está pro-
con la necesaria sensibilidad y aten- mas instituciones eclesiales y civiles desconociendo las exigencias de in- fundamente unido a nuestra natura-
ción al hoy. Los proyectos huma- se abren a nuevas formas de partici- teriorización y de apropiación a las leza. Pero para hacerlo verdadera-
nos deben ser armonizados a nivel pación y de corresponsabilidad con que la persona no puede renunciar. mente, deberá desarrollarse en un
de fe con el plan divino que la litur- diferentes organismos, originando di- Las pausas para la oración en silen- ambiente pascual, impregnado de
gia debe sobre todo anunciar y ce- versas formas de asambleas. cio [/ Silenció] pretenden dar la de- alegría. Decía Nietzsche: "Tendrían
lebrar. bida respuesta a estas exigencias. que cantarme mejores canciones...;
Si la asamblea dominical [/ Do- sus discípulos tendrían que parecer-
mingo] se convierte en una experien- 3. LA CELEBRACIÓN SE DESARRO- me más redimidos".
2. LA CELEBRACIÓN CONVOCA LA cia viva, por ese mismo hecho crece- LLA EN UN CLIMA DE FIESTA, QUE
ASAMBLEA Y PROVOCA UNA PARTICI- rá hacia una participación responsa- PROVOCA UNA INTENSA EXPERIENCIA 4. D i o s HABLA HOY EN LA LITUR-
PACIÓN ACTIVA, CONSCIENTE Y PLE- ble. Ayudará a superar una actitud
COLECTIVA. Hay una fiesta donde GIA Y LLAMA A LA HISTORIA HUMANA
NA. Se sabe que alrededor del altar de pasividad y de rutina, a abrirse al
está el pueblo de Dios, convocado diálogo y al encuentro con los otros, quiera que se reúne mucha gente A COMPARECER ANTE EL TRIBUNAL
por el Resucitado. El modelo al que a acoger el don del hermano y a ofre- —en un clima de alegría contagio- DE su PALABRA. La liturgia actualiza
nos referimos son las asambleas vi- cerle generosamente lo mejor de sí sa— para celebrar un hecho de deci- todo. Lo que resuena en la asamblea
vas del s. iv, que hemos descubierto mismo, a buscar diversas formas de siva importancia: se realiza una ac- es una palabra actual que Dios pro-
en el estudio de las fuentes. Nos re- participación en la vida cotidiana (es- ción simbólica que lo ritualiza, y nuncia hoy. Es una llamada, una pro-
unimos en / asamblea para unirnos cuela, barrio, ambiente de trabajo) y todos tienen conciencia de estar vocación divina. Nadie puede situar-
en torno a él y escuchar la palabra. a asumir roles y compromisos en la insertos en ese acontecimiento, de se ante el evangelio en actitud de es-
Se experimenta la profundidad de vida pública; en una palabra, a sen- participar en él. En la liturgia, este pectador. Puesto que resuena hoy,
los vínculos que la adhesión a Cristo tirse corresponsable en primera per- hecho es la pascua de Cristo: el signo el terreno en el que cae es la situa-
en la fe crea entre nosotros. La sona del bien común; ante todo del litúrgico lo hace presente y permite ción histórica de los que escuchan, y
asamblea litúrgica, si se desarrolla bien de la iglesia, viviendo esa di- participar en él. De aquí nace una se convierte en palabra de juicio.
en un clima contagioso de fe, de fies- mensión señalada por el Vat. II y intensa y exuberante experiencia, Puede hacerse cortante como una es-
ta y de dinamismo pascual, realiza llamada ordinariamente "conciliari- que en los africanos se traduce en pada.
la forma más profunda de unidad. dad de la iglesia". danza también durante la liturgia. No es sólo el individuo que escu-
Nos hacemos uno en Cristo. Se crea Es un ritmo nuevo, festivo sin duda, cha el que es juzgado. Al entraren la
Es verdad que las grandes asam- que rompe el comportamiento ordi- celebración, el creyente no.olvida lo
un hábito de comunión que elimina bleas dominicales no facilitan inter-
las divergencias y destruye todas las cambios profundos ni consienten nario. La alegría irrumpe espontá- que ha sucedido fuera. Lleva a la
barreras que distancian a las per- posibilidades amplias de diálogo y neamente y se traduce en canto. Se oración su experiencia, las situacio-
sonas. crea un clima de fraternidad y una nes concretas en las que se encuentra
creatividad. De aquí la legítima exi- necesidad espontánea de compartir. implicado y las analiza a la luz de la
Este pueblo reunido está, pues, gencia de realizarlo en celebraciones Nuestro pueblo tiene necesidad de fe. Se le ofrece la palabra como un
implicado por entero en la acción. de grupo con una dimensión más hu- expresarse a través de la fiesta. ¡Es criterio de juicio, y es una criteriolo-
Cada uno tiene que hacer su parte mana. Al difundirse, estas formas tan escasa la reserva de alegría en gía que llega al corazón de los he-
según la diversidad de los roles, pero ofrecen gran ayuda a los / grupos nuestro mundo! El placer, el tener y chos. La / homilía debe ayudar a ha-
la acción es única, y en ella todos comprometidos; pero no se debe te- el poder no son más que miserables cer esta valoración. La palabra cum-
somos actores. Es una forma casi ner la pretensión de que ésta sea la
Promoción humana 1680 1681 Promoción humana

pie su función profética ofreciendo pasado y lo actualiza mediante el presenta es el futuro de Dios. El hom- lamente en darse, acude adonde hay
un juicio de condena del mal, que / memorial eficaz; es presencia, por- bre no está solo desplegando sus fuer- más miseria.
puede convertirse en una ardoro- que se revive el acontecimiento sal- zas en el plano de la historia, como Todo sacramento es un gesto libe-
sa denuncia de injusticias patentes vífico y me ofrece aquí y ahora la nuevo Prometeo, empeñado en una rador de Cristo, y privilegia por tan-
(pienso en Helder Cámara), un estí- salvación; es espera, porque el don conquista que sólo depende de él. El to a los marginados. Me libera para
mulo para la conversión o la mani- de la gracia no es todavía la salva- protagonista es Dios, Señor de la que yo me convierta a la vez en libe-
festación de compromisos concretos ción definitiva. Por tanto está pro- historia, y nosotros sólo debemos rador. Quien ha tenido esta expe-
y urgentes en la iglesia y en el mun- yectado hacia un futuro en el que el colaborar con él. Por tanto, el futuro riencia no podrá permanecer neutral
do. Lo dice K. Barth: "Tengo en una presente se completará de modo que esperamos no es una utopía, ante las formas de opresión y de in-
mano el evangelio y en la otra el pe- inaudito. porque se funda en la promesa divi- justicia que encuentre.
riódico, y leo los acontecimientos a Esto responde bastante bien a la na. El que acepta este modo de en- Colmado de los dones del Señor,
la luz del evangelio". necesidad de historicidad, tan aguda tender la fe se libera de la natural no podrá rehuir el don de sí y de sus
Así, en torno a la palabra se forma en la cultura contemporánea, y es reacción de angustia frente a "lo que cosas. "Pues si os comunicáis en los
una comunidad comprometida, una fuertemente estimulante para un todavía no ha sucedido nunca". El bienes inmortales, ¿cuánto más en
comunidad tan madura que no sufre compromiso activo en el hoy. En- sacramento vivido en todas sus di- los mortales?" (Didajé IV, 8). En la
"lo que sucede", sino que lo valora a cuadrado en este único y gran acon- mensiones históricas se convierte así asamblea de Nairobi (1975) del Con-
la luz de la palabra. Promoviendo tecimiento, proyectado hacia adelan- en gesto de auténtica esperanza cris- sejo ecuménico de las iglesias un ora-
esta conciencia crítica, ante todo de te, este fragmento de presente en el tiana, que hace posible todo tipo de dor dijo: "El que evangeliza es un
sí misma, se ayuda al hombre a su- que he de actuar se sublima. Es bo- audacia. menesteroso que va a decir a otro
perar el fatalismo, a hacerse cargo nito sentirse implicados en una his- menesteroso dónde pueden encon-
de los problemas de la iglesia y del toria más grande que nosotros. El trar ambos de comer". El que vive la
mundo y a dar humildemente su pasado de la historia sagrada, que 6. TODO ACTO LITÚRGICO AC- liturgia se siente prisionero de esta
aportación, fortalecido por ese "su- me atestigua la fidelidad de Dios y TUALIZA LA MISIÓN QUE BROTA DEL dialéctica. Siente que debe tender un
plemento de espíritu" que sólo el la continuidad de su plan, me ofrece BAUTISMO: NOS ENVÍA A LOS HERMA- puente entre la eucaristía y la vida.
evangelio puede dar. Será un evan- una base sólida y un fundamento se- NOS. Liturgia y misión son insepara- La monición final debería estimular-
gelio no domesticado, que conserva guro para la esperanza. Se sabe que bles. Hay un movimiento dialéctico lo y orientarlo en este sentido y po-
su carga original renovadora y se un hombre sin esperanza es incapaz que va de la vida a los sacramentos nerle en el corazón un gran deseo de
hace levadura dentro de todas las si- de un compromiso dinámico. y de los sacramentos a la vida; del "hacer nuevas todas las cosas" al ir
tuaciones humanas; una palabra que encuentro con Dios al encuentro con al encuentro de la vida diaria.
Sé que en esta historia se constru- los hermanos. El acto litúrgico es un
dialoga con los acontecimientos y ye el reino. Y el reino es el único
provoca los hechos. Y así continúa gesto al que llega la vida concreta;
absoluto. Esto impide absolutizar por lo tanto, es indudablemente un
la historia sagrada. cualquier otra estructura contingen- III. ¿Qué falta a nuestras liturgias
punto de llegada. Pero esto no basta.
te. No hay ya lugar para falsos me- Es sobre todo un punto de partida: para ser de verdad
5. LA LITURGIA ABARCA TODAS sianismos terrenales. Las realizacio- ofrece luz y fuerza para dar un sen- promotoras de lo humano?
LAS DIMENSIONES HISTÓRICAS DE LA nes históricas son siempre limitadas. tido nuevo al vivir de cada día.
SALVACIÓN: PASADO, PRESENTE Y FU- Caminamos hacia la ciudad futura, He evocado las potencialidades de
TURO. Una de las adquisiciones fun- y el reino está todavía en construc- Del sacramento se sale enviados a la liturgia. Podría parecer una poe-
damentales del Vat. II es la de haber ción. Hay sobre todo un todavía no. los hombres. Es como si se dijese: sía inconsistente. De hecho son di-
redescubierto la revelación como Esto abre todos los proyectos a una "Id y comunicad a los otros el don mensiones verdaderas, objetivas, del
historia, historia sagrada porque tie- concepción dinámica, proyectada ha- recibido. Gritad desde los tejados la signo litúrgico. Es verdad que pode-
ne a Dios como protagonista. La eco- cia el futuro, y por lo tanto promo- maravillosa noticia de que Dios nos mos debilitarlas, hasta incluso anu-
nomía se presenta como una historia tora de lo humano, de un mañana ama y nos salva". larlas.
siempre en acto; historia que tiene mejor que el hoy. La fe abre a la Se va a los hermanos con la mi- Pero nuestras liturgias, tal como
un largo pasado escalonado de ma- novedad. De aquí no surgirá una in- sión que proviene de haber experi- son celebradas en concreto, ¿son
ravillas, que se prolonga en el hoy vitación al descompromiso, sino más mentado el amor de Cristo que se promotoras de lo humano? En el
que estamos viviendo y se cumpli- bien a una presencia más incisiva. entrega. La exigencia queda marca- complejo de nuestra realidad litúrgi-
rá definitivamente al final de los "La espera de la tierra nueva no debe da por ese don. Nos sentimos impe- ca, junto a muchos aspectos positi-
tiempos. amortiguar, sino más bien avivar, la lidos a seguir sus huellas, a asumir vos, ¿no se ven desgraciadamente ca-
El sacramento abarca las tres di- preocupación de perfeccionar esta su estilo de servicio, a volcar sobre rencias notables? ¿Cuáles son en
mensiones: es recuerdo, porque re- tierra" (GS 39). los otros ese amor oblativo; un amor concreto? Me limitaré a algunas rá-
capitula retrospectivamente todo el Además, el futuro que la liturgia que, precisamente porque piensa so- pidas alusiones:
Promoción humana 1682 1683 Psicología
• Liturgias que se desarrollan en extremo opuesto está la creatividad BIBLIOGRAFÍA: Bellavista J., Liturgia, ideolo- su sentido se agota al ser celebrados,
un clima aséptico e irreal, sin ningún subversiva del que no respeta a la gía política y exclusión de la comunidad eclesial, y por tanto se prestan a lecturas aje-
enganche con ¡a vida ni con la ac- asamblea, imponiéndole los gustos en "Phase" 77 (1973) 425-436; Duquoc C.-Gui-
nas. En la especie humana, la alegría
tualidad, que lo mismo pueden cele- personales de uno solo, se abandona chard J., Política y vocabulario litúrgico, Sal
Terrae, Santander 1977; Gatti G., Liberación, y el pathos de las experiencias pri-
brarse en España que en África, en a una improvisación absoluta, sin en DTI 3, Sigúeme, Salamanca 1982, 310-318, mordiales y de los acontecimientos
los años sesenta que en los años no- ningún sentido de los propios lími- Gelineau J., Celebrar la liberación pascual, en vitales se unen con una peculiaridad
venta. No es preciso discurrir mucho tes, o actúa a menudo de un modo "Concilium" 92 (1974) 273-287; Llopis J., Ho- específica que es al mismo tiempo la
para entender que favorecen la falta reductivo, despojando a la celebra- milías y política, en "Phase" 91 (1976) 60-63;
Rovira J.M., Incidencia de la ideología en las fuente de la riqueza creativa y del
de compromiso y la alienación. ción de su dimensión de / misterio. celebraciones litúrgicas, ib, 77 (1973) 407-422; dramatismo de la celebración huma-
Se debilita entonces su potencial de VV.AA., Los jóvenes y el futuro de la Iglesia, na de las diversas situaciones exis-
• Asambleas apáticas y pasivas, fe, base del compromiso cristiano. en "Concilium" 106 (1975) 305-464; VV.AA.,
en las que no se realiza ni un en- Teología de la liberación, en "Selecciones de
tenciales: la búsqueda de su signifi-
cuentro con el Resucitado ni la co- • Homilías atemporales y des- Teología"70 (1979) 98-190; VV.AA., Política y cado 1.
munión con los hermanos. En vez comprometidas, que presentan más liturgia. La liberación del hombre por la litur-
del clima de fiesta domina el cansan- gia, en "Concilium" 92 (1984) 165-309. Véase El individuo humano celebra ri-
o menos bien una doctrina, pero que también la bibliografía de Compromiso y Exis-
cio y el aburrimiento. El espacio li- renuncian a iluminar las situaciones tencia cristiana y liturgia. tualmente sus experiencias no sólo
túrgico se convierte en un lugar sin concretas de la vida, a ser la fuerza para repetirlas, revivirlas o comuni-
atmósfera, atemporal e impersonal, divina (dynamis) que suscite una carlas a otros seres, sino también por-
donde no tienen cabida la vida y los praxis cristiana coherente. que a través de la celebración ritual
problemas del hombre. quiere realizar una cierta transfor-
• La incapacidad de armonizar de mación de sí mismo y de la realidad
• La costumbre "cosificante ", que modo equilibrado en la experiencia que le permita alcanzar niveles más
empuja a decir palabras y a realizar litúrgica los aspectos de contempla- PSICOLOGÍA profundos y globales de compren-
gestos de modo mecánico, sin que el ción y de alabanza (veo admirado sión y de participación en el misterio
corazón se comprometa mínima- las maravillas de Dios y le canto mi de la vida. Lo que permite al ser hu-
mente. Entonces hasta las palabras admiración y mi reconocimiento) SUMARIO: I. Liturgia y experiencia humana -
11. Caracterización psicológica de la liturgia cris- mano evitar qué caiga en la repeti-
más llenas de fuerza (gracia, luz, sal- con el operativo, o sea, con el com- tiana - III. Símbolo y liturgia - IV. Condiciones ción de estereotipos en sus rituales,
vación) y los gestos más expresivos promiso concreto que el Señor exige de la actividad simbólica; a) En lo referente al y por tanto celebrar los ritos 3 , es su
se quedan vacíos. Es exactamente lo de mí y que debe traducirse en he- individuo, b) Al grupo, c) En relación con las
leyes de la percepción - V. Experiencia litúrgica personalidad, es decir, ese conjunto
contrario de la autenticidad. chos. Sin contemplación, la acción y madurez psicológica - VI. Liturgia y dimen- de procesos psíquicos cognoscitivos,
carece de vida; sin compromiso con- sión social - VII. Conclusiones. emotivo-afectivos y sociales, estre-
• La sistemática inutilización de creto, la contemplación se hace es-
medios importantes para animar a chamente ligados a un aparato espe-
téril. cífico: el sistema nervioso central, do-
la asamblea, como los gestos de aco- I. Liturgia y experiencia humana
gida [/ Animación], que deben dar tado de características típicas sola-
al signo de la asamblea su dimensión IV. Conclusión Expresar con toda la plenitud de mente de la especie humana, por las
humana, promoviendo relaciones significados y gestos, individualmen- que la persona participa de modo
fraternas; las moniciones, que deben Si entre el ideal esbozado y las si- te y en grupo, las propias reacciones transformador, y por tanto creati-
reencender la chispa de la fe que se tuaciones concretas se abre un foso ante las experiencias vitales más pro- vo, en su vida misma". Así se funda-
ha experimentado, etc. Muchos ce- profundo, a todos nos toca allanarlo fundas y arcanas —o bien inmedia- menta y explica la importancia de
lebrantes se autocondenan al papel con solícito empeño. Promovamos tas— es algo connatural a la vida, en las relaciones entre psicología y li-
de simples ejecutores de ritos pres- nuestras liturgias hacia estas metas, la que, desde las primitivas modali- turgia.
critos y de lectores de fórmulas es- y veremos con nuestros ojos la rica dades expresivas del reino vegetal
tándar. aportación que ofrecen para la pro- hasta las más complejas del reino ani-
moción del hombre. mal, observamos este irrefrenable im- II. Caracterización psicológica
• La fijación total, que inutiliza [/ Existencia cristiana y liturgia; pulso a celebrar el nacimiento, la de la liturgia cristiana
todos los espacios creativos, renun- / Compromiso]. vida, la enfermedad, el amor, la se-
cia a las necesarias adaptaciones a la paración, la muerte, la alegría, la Históricamente, la dinámica del
asamblea concreta, no permite a na- victoria con verdaderos y propios ri- rito religioso se ha caracterizado por
die expresarse y quita a todos el es- NOTAS: ' Pablo VI, exhortación apostólica
La evangelización del mundo contemporáneo, tuales '. Sin embargo, pese a su in- el intento de representar la búsqueda
pacio necesario para crecer. Es una PPC, Madrid 1981", n. 31, p. 26 - 2 Ib, nn.41- conmesurable fuerza vital, estos ri- de una unión con la trascendencia, el
barrera que aprisiona y adormece, e 47, pp. 32-37. tuales están como limitados en un Absoluto, partiendo de la experien-
impide seguir hacia adelante. En el M. Magrassi repetirse estereotipado, de modo que cia inmediata de la autoconciencia !
Psicología 1684 1685 Psicología
considerada como límite. Cuando del símbolo, el individuo humano pero solamente para él. Otros sím- esto suceda son necesarias algunas
las experiencias fundamentales y consigue representar y expresar con bolos son culturales, en cuanto que condiciones. Ante todo debemos te-
más incisivas de un individuo o de todos los estratos de su estructura derivan estrictamente de las experien- ner presente que existe un proceso
un grupo han sido participadas ínti- humana una relación con algo des- cias y de las actitudes de la sociedad mental específico para el aprendizaje
mamente por una comunidad y cele- conocido, no directa y plenamente en que vive el individuo y le son de las realidades simbólicas. Su fi-
bradas con esta proyección de unión cognoscible por vía sensorial, que, transmitidos a través de la educa- nalidad es la de permitir al ser hu-
con el Absoluto, y por tanto se han en cualquier caso, no es reducible ción. Hay, en fin, símbolos que ha- mano la representación mental de ob-
convertido en religiosas (de la eti- tan sólo a la racionalidad, sino que cen referencia intrínseca a la con- jetos, personas o acontecimientos no
mología de religio, que implica una implica siempre un esfuerzo de sín- dición humana, y tienen origen en presentes o no perceptibles mediante
unión con una realidad), entonces tesis (símbolo en su significado eti- experiencias primordiales o excep- la experiencia puramente sensorial,
las estructuras rituales que las han mológico, syn-bállein, implica el cionales de la humanidad, y que, aun como acontece precisamente en la li-
expresado y con las que han sido unir) entre aspectos opuestos o dife- modelándose de diverso modo en las turgia. La función simbólica, con un
transmitidas de una generación a la rentes. diferentes culturas o diferenciándo- origen genérico muy limitado, se
otra han constituido y realizado lo La importancia de la actividad se en algunas expresiones formales, desarrolla a través de un proceso lar-
que desde un punto de vista psicoló- simbólica es tal que ha sido reciente- conservan inalterada su capacidad, go, continuo y gradual de integra-
gico significa el término liturgia. mente señalada como especial, espe- transcultural y transhistórica, de ción entre experiencias diversas y di-
La experiencia cristiana, especial- cífica y casi fundante de la radical transformar la conciencia del grupo ferentes estructuras cognoscitivas l3.
mente en la multiforme tradición ca- diferencia entre el individuo humano en el que son conocidos, participa-
tólica, ha llevado a cabo un profun- y los primates, llegando a afirmar dos vitalmente y transmitidos a lo La función simbólica aparece en
do cambio de las actitudes, y por que la noción de homo symbolicus largo de las generaciones '. Éstos, en el niño hacía la segunda mitad del
tanto de las vivencias psíquicas, en es la más coherente y adecuada que efecto, tienen sus raíces en el miste- segundo año de vida, y sólo gracias
relación con el rito y la liturgia, actualmente somos capaces de dar rio mismo de la vida y permiten al a una gradual evolución, a través de
puesto que el significado de los del ser humano *. individuo humano realizar su capa- los procesos de imitación e identifi-
acontecimientos y de las experien- Partiendo de la observación de cidad de proyectar la utopía l0 y si- cación, de construcción mental de la
cias celebradas litúrgicamente no se que la energía psíquica no se agota tuarse en el cosmos, dimensiones és- realidad objetiva, de la adquisición
ha dirigido ya a la búsqueda de una en la satisfacción de las necesidades tas que tanta importancia han tenido de la noción del tiempo, del espacio
unión con la trascendencia, desco- primarias de tipo biológico-instinti- y tienen en la construcción del cami- y de la causalidad, alcanza su pleni-
nocida y fraccionada en imágenes an- vo y tampoco en las debidas a moti- no de la humanidad. Así son, por tud funcional'". Por tanto, será
tropomórficas, sino al conocimiento vaciones de tipo social, se ha resalta- ejemplo, el símbolo del agua que re- oportuno tener presente que la ma-
y a la imitación vital del Absoluto, do cómo es utilizada también con genera y hace renacer ", o el de co- duración de la función simbólica
que se ha dado a conocer como pa- fines creativos (por ejemplo, el arte) mer a la divinidad ". sólo puede suponerse después de la
labra, sangre, amistad, muerte y re- y ético-valorativos'. Esto implica la pubertad. Al mismo tiempo debe
surrección, hasta hacerse llamar y actividad simbólica, así como la fun- quedar claro que es una función de
caracterizar como el Hijo del hom- ción del símbolo de transformar la integración; por tanto, no es un pro-
bre: Jesucristo. Y sólo mediante él energía psíquica canalizándola en IV. Condiciones
ceso en sí mismo, sino precisamente
se establece la relación vital con lo determinadas direcciones unidas a la de la actividad simbólica el conjunto de los procesos psíquicos
que está más alejado de nuestras po- amplitud de conocimiento del indi- y de comportamiento de los que se
sibilidades de imaginación y de ex- Para poder desarrollar las com-
viduo y a sus más verdaderas y pro- plejas operaciones y los procesos psí- ha hablado más arriba, que, al ser
periencia, el Padre y el Espíritu. fundas motivaciones. integrados en un específico sistema
quicos más arriba expuestos, y sobre
Consecuentemente, se ha intenta- todo para poder actualizar su poten- funcional, constituyen la así llamada
do una clasificación de los diversos cial creativo y transformador, el sím- función simbólica. Para que después
III. Símbolo y liturgia tipos de símbolos ! . Así, algunos sím- bolo debe convertirse de algún modo pueda funcionar de modo coherente
bolos han sido clasificados como in- en una información, o sea, en una con el estilo de aprendizaje y elabo-
Para poder participar, manifestar dividuales. Se consideran tales por- experiencia —de una naturaleza, ración del sistema nervioso central y
y comunicar vitalmente una expe- que situaciones estrechamente uni- como hemos visto, más bien com- ser por lo tanto integrada armónica-
riencia que implica una tensión glo- das a la vida del individuo, y por pleja— que, comprendida, elabora- mente a nivel de toda la personali-
bal de la propia realidad psicofísica, tanto a su actitud frente a una deter- da a diversos niveles de integración dad, además, como es obvio, de un
el ser humano está provisto de una minada experiencia, son vividas con y memorizada, dé lugar a sistemas estado de funcionamiento suficiente
especial capacidad mental: la activi- un particular tono emotivo, llamado de respuesta a los estímulos externos del sistema nervioso central, son ne-
dad simbólica. En efecto, a través nouminosum, por lo que se convier- que tengan la posibilidad de modifi- cesarias también algunas condicio-
del producto de ésta, o sea, a través ten en simbólicas para quien las vive, car la conducta humana. Para que nes, en especial referentes al indivi-
Psicología 1686 1687 Psicología

dúo que vive la experiencia simbóli- para ser después elaborada simbóli- de encontrar un equilibrio constante que es la fuente y, a la vez, la cumbre
ca, al grupo con quien la comparte y camente l6. entre estos dos elementos, adaptán- de la experiencia litúrgica: la euca-
a la situación ritual misma. dolos plástica y funcionalmente a las ristía. En efecto, en sus símbolos y
c) Finalmente, es necesario que diversas situaciones. Desde el punto en su significado, tanto psicodiná-
a) En lo que concierne al indivi- el rito mismo se estructure según las de vista de la individuación, se ha mico como religioso, reenvía cons-
duo, es necesario que a la actividad leyes que regulan los dinamismos observado que todo crecimiento hu- tantemente al misterio de la comu-
simbólica se asocie un estado emoti- perceptivos humanos. Aquél, aun mano, desde la experiencia primiti- nión con Jesucristo, y mediante él
vo, sostenido por una motivación compuesto de elementos o partes, va, y a pesar de todo fundamental, con el Padre y con el Espíritu, lla-
adecuada, con los contenidos del sím- debe constituir un todo, una Ge- de la propia realidad, o sea, del pro- mando así a la conciencia del cre-
bolo de la estructura ritual que se stalt ", que pueda ser percibida como pio yo como distinto, y por ende yente a la única dimensión en la que
celebra. Es, por tanto, obvio que se una estructura unitaria. Lo que debe separado de la madre, hasta la reali- será posible realizar, a un nivel dife-
precisa una concentración y un es- dar unidad estructural y, por consi- zación de niveles cada vez más arti- rente y con otro significado, ese de-
pacio interior disponibles para vivir, guiente, conformar, desde el punto culados de relaciones, y consecuen- seo de unión mística y de armonía
más aún, para ser como llenados por de vista psicológico, al rito, es la cla- temente (por un lado) de nuevas cósmica que advertimos, aunque con-
la experiencia simbólica. Por otra ridad, y por lo tanto el génesis, de la construcciones de la realidad; pero fusamente, en las raíces de nuestro
parte, en el caso de la liturgia cristia- experiencia o del acontecimiento que también (por otro) de nuevos modos ser. En esta óptica y con esta con-
na, es necesario también una parti- se celebra, la coherencia de las di- de separación con respecto a los es- ciencia es posible dar un valor ple-
cular actitud y estado de ánimo co- versas partes del rito, la capacidad tadios precedentes, deja una especie namente humano a los múltiples
herentes con un saberse abandonar de estimular asociaciones y relacio- de nostalgia radical en el inconscien- modos de relacionarse, así como tam-
a la experiencia misma en base a la nes vitales que den a los gestos que te humano, la del primitivo estado bién a las relaciones con toda la rea-
confianza dada a Cristo en la iglesia. se realizan, a los objetos que se usan de fusión total y de simbiosis con la lidad, por ponernos en relación con
O sea, es necesaria una actitud de fe, (por ejemplo, vestiduras sagradas) y madre 21 . Granearte de los cambios otro nivel, el de la resurrección, que
y por tanto una previa catequesis, a los roles que son confiados a cada evolutivos del individuo pueden ser permite una liberación de las fanta-
que dé a la persona los medios para uno, su capacidad de ser intenciona- observados justamente bajo este as- sías infantiles de posesión y omnipo-
poder alcanzar conscientemente el es- les y, en consecuencia, de hacer del pecto: el esfuerzo por entrar en rela- tencia, estimulando a vivir cada rea-
tado de ánimo adecuado para perci- conjunto del rito una traducción de ciones con los otros seres y con las lidad parcial en toda su potenciali-
bir la forma especial de simbolismo experiencias vitales ">. En este sen- cosas, que sean conscientemente re- dad, más conocida y participada
transformador que pertenece intrín- tido es particularmente importante laciones parciales, en el sentido de justo porque no es absolutizada,
secamente a la liturgia cristiana, y y delicada la función del lenguaje que la nostalgia arcaica del estado pero también profundamente com-
particularmente a la sacramental ". —tanto verbal como musical—, que simbiótico, que empuja al adulto a prendida y respetada como etapa
es parte fundamental e insustituible buscar una cierta unión mística con evolutiva y don anticipado de la ex-
del rito litúrgico ". las otras personas y a veces incluso periencia de la unión con Cristo.
b) Además debe haber también con las cosas (trabajo, bienes de con-
un grupo que no sea una simple caja En esta perspectiva, la liturgia se
sumo), es una etapa infantil que con- presenta como un itinerario simbóli-
de resonancia o de observación de la tinuamente se debe superar incluso
experiencia individual o de la cele- co que propone diversos estilos y mo-
V. Experiencia litúrgica en sus residuos en la memoria, sobre dos de vivir los ritmos de la vida.
bración litúrgica, sino que tenga un y madurez psicológica todo porque se trata de un deseo
nivel de cohesión fundado en la bús- Mediante el ritmo de lo ordinario
irrealizable22. Aunque en el orden ló- nos ofrece la posibilidad de vivir el
queda de una común experiencia e Las investigaciones psicológicas gico esta realidad sea de fácil com-
identificación con el rito que vive y fatigoso crecimiento de lo cotidiano,
han puesto en claro dos direcciones prensión, todos tenemos la experien- sin banalizar ningún aspecto de la
celebra, lúcidamente consciente de fundamentales en el proceso evoluti- cia personal y colectiva de cómo la
que está buscando el significado pro- vida, por monótono e insignificante
vo del ser humano: la de la individua- tendencia a confundir realidades que parezca. Así, por ejemplo, el rit-
fundo y último de la propia existen- ción, tendente principalmente a parciales con la realidad total es fre-
cia o de algunos de sus aspectos en mo de la liturgia de las Horas asume
la propia autorrealización, y la de cuente, y es uno de los orígenes psi- un biorritmo humano fundamental,
Cristo. Sin querer exigir condiciones la comunicación, que se refiere al te- codinámicos de muchos comporta-
óptimas, además de irreales, amplias el diurno-nocturno, y lo proyecta en
ma de las relaciones interpersonales mientos e incluso de modelos cultu- la eternidad de Cristo, invitándonos
investigaciones confirman que, de constituyentes del necesario ambien- rales contemporáneos.
no lograrse un cierto nivel de esta a expresar cada mañana el asombro
te de confrontación y verificación del agradecido de haber resucitado una
situación/condición de grupo, di- proceso mismo de crecimiento psi- Y es justamente al nivel de estas
fícilmente tiene lugar una transmi- antiguas raíces, a pesar de todo tan vez más con él, como en la misma
cológico M. Así considerada, la ma- inconsciencia del sueño nocturno he-
sión vital de los símbolos, y por lo durez psicológica puede ser descrita importantes para la maduración hu-
tanto de la adecuada información mana, donde se introduce la realidad mos esperado (cántico del Benedic-
como la capacidad de un individuo
Psicología 1688 1689 Psicología
tus); para estallar después en la ale- elecciones fundamentales que la ca- individuo puede adquirir una base turales, sin embargo, el individuo y
gre maravilla de proclamar, en las racterizan son celebrados eclesial- de comunicación que le consentirá el grupo forman necesariamente par-
vísperas, la gloria de Dios porque, mente con los ritos sacramentales. después el paso a la capacidad de te de una determinada cultura y de
aparte de nuestro rol social o de Así, el ser humano puede sentir comunicarse simbólicamente incluso una determinada situación espacio-
otras características valiosas, nos ha cómo su devenir no está confiado y con grupos heterogéneos y de mayor temporal. Esto implica una constan-
llamado a testimoniar el amor; para condicionado por el continuo cam- amplitud. Sólo una reunión litúrgica te atención al emerger de nuevas mo-
terminar, por fin, más sumisamente bio de los condicionamientos socio- formada por grupos con fuerte co- dalidades de vivir los diversos sím-
en la oración de completas, con una culturales y políticos, sino enraizado hesión entre ellos, y que consigue en- bolos litúrgicos, así como al declinar
meditada reflexión sobre nuestros lí- en la realidad perenne de Cristo, del contrar en la celebración una dimen- de las estructuras rituales que han
mites, que no nos impide abando- cual, incluso los momentos más dra- sión en la que todos se reconozcan, perdido su carga comunicativa y
narnos con serena confianza en las máticos, como la enfermedad grave, puede hacer de la celebración litúr- transformadora. Si no se presta una
manos del Señor al sumergirnos en la muerte o las opciones que por su gica una fuente auténtica de expe- vigilante atención a esto, la liturgia,
el sueño. irrevocabilidad nos vuelven más in- riencia y de comunicación simbólica como cualquier otro símbolo inade-
Lo propio de la liturgia llama a seguros al hacerlas, v.gr., la elección incluso en un macro-grupo. De aquí cuado, produce un sentimiento de pa-
una conciencia más fuerte, no sólo del matrimonio o la profesión reli- nace la conciencia de una identidad sividad e incluso de destructividad
personal, sino también colectiva, de giosa, reciben en el símbolo sacra- común, sentida realmente como tal, en quien la celebra. La verdad de lo
aquellos momentos de la vida de Je- mental y en el rito litúrgico su senti- que consiente después una dinámica que se celebra y del código verbal y
sús que, vividos normalmente con do y su energía. de grupo, que a su vez modela y es- gesticular que se emplea, la capaci-
un ritmo semanal, vienen a irrumpir tructura tanto la conciencia de los dad y el coraje de no ignorar los pro-
en el ritmo del día tras día para re- VI. Liturgia y dimensión social participantes como su capacidad de blemas provenientes de participar
mover y dirigir la toma de concien- comunicar a nivel eclesial. grandes multitudes en el rito litúrgi-
cia de nuestra identificación con él. Pero, además de la dimensión de co sin que esas multitudes sean el
Por esto la navidad o la ascensión, Para obtener este resultado, ade- resultado de grupos menores forma-
la individuación, también la de la co- más de una adecuada formación,
como cualquier otra celebración del municación toma parte en la madu- dos sobre la base de una cohesión y
misterio de Cristo, no deben ser nun- son necesarios otros elementos. Ante de una identidad anteriores a su en-
ración psicológica y debe encontrar todo, la cohesión de un grupo no se
ca psicológicamente conmemoracio- su espacio concreto en la liturgia. La cuentro en el macro-grupo (con el
nes de un acontecimiento, sino una presupone, sino que se verifica; y, en peligro de la pérdida de identidad de
dimensión comunicativa nace y se nuestro caso, no sólo por sus necesi-
toma de conciencia de una dimen- desarrolla en una atmósfera de in- los participantes en un rito vital),
sión de la vida del Salvador y de dades psicosociales de cohesión o de son condiciones necesarias para que
tensa emotividad y de profunda in- identidad, sino por su relación ex-
nuestro grado de participación en timidad como es la del núcleo fa- la celebración litúrgica conserve y
ella. Y esto en el contexto de una plícita con el misterio de Cristo y
miliar 23, y se desarrolla progresiva- con la iglesia como espacio real en el
renueve su capacidad de incidir en la
comunidad de fe que, partiendo de mente de modo auténtico sólo en vida y en los modelos culturales de
la comunidad familiar, llega hasta la que vivir este misterio. También es las diversas sociedades.
aquellas situaciones donde haya un necesario que el rito litúrgico mani-
comunidad de los santos, que justa- grupo que tenga una elevada cohe-
mente por su ejemplaridad en la vi- fieste sin ambigüedades un papel de- Los recientes estudios dedicados a
sión y una cultura propia a diversos finido y activo para todos los parti-
vencia del misterio de Cristo pode- niveles 24. Sin estas últimas dimensio- la / religiosidad popular han mani-
mos llamar con razón comunión de cipantes, hasta el punto de que sen- festado la importancia de aquellos
nes no sólo es imposible toda comu- tirse espectadores debería dar lugar
los santos. Con ellos, en efecto, anti- nicación simbólica, sino que se corre sistemas rituales, que por haber na-
cipamos esa realidad de relaciones a la intolerancia. Finalmente, las re- cido precisamente de una simbiosis
el peligro de que la misma comuni- laciones entre las estructuras eclesia-
armónicamente globales que atañen cación semiótica y semántica se re- entre la transmisión del mensaje cris-
a todos los niveles de la personali- les organizativas e institucionales y tiano y la realidad cotidiana, han
duzca a un puro formalismo, que en las dimensiones litúrgicas deberían
dad, pero que no son realizables ple- el plano litúrgico quiere decir esteri- formado una conciencia religiosa
namente con nuestros hermanos de ser analizadas a menudo comunita- popular que ha mantenido viva la
lidad y rituales estereotipados. No riamente, para evitar que se tenga la
fe de la tierra. Y para que estas ex- hay que olvidar, en efecto, que la fe, pese a sus limitaciones, incluso
periencias y estos conocimientos del sensación de sentirse rebaño por parte en condiciones ambientales de des-
eucaristía, expresión central del mis- de la mayoría de la asamblea litúr-
misterio de Cristo ño permanezcan terio cristiano, tiene como referencia cristianización. La atenta observan-
unidos sólo al desarrollo individual gica. cia y asimilación de los valores y de
originaria una cena familiar.
ni sean solamente momentos de cla- las exigencias más profundas, y justo
ridad intelectual, sino energías que por esto emergentes de las diversas
A través de una iniciación gradual VII. Conclusiones situaciones particulares, así como el
transformen nuestra vida, los mo-
mentos decisivos de la vida y las en los diversos ritos litúrgicos, vivida Aunque la liturgia se exprese con uso pleno y responsable de la vasta
en pequeños grupos homogéneos, el símbolos transhistóricos y transcul- gama de posibilidades que ofrece la
Psicología 1690
liturgia renovada del Vat. II, permi- 2204 — 7 L. Pinkus, La dimensione simbólica:
ten adaptar a la edad, a las caracte- aspettipsicodinamici, en Symbolisme et théolo-
gie, Studia Anselmiana, 1974 — * R. Spiegel,

R
rísticas socioculturales y a las exi- Problemi specifici della comunicazione nei dis-
gencias particulares las diversas ex- turbi psichiatria, en Manuale di Psichiatria,
presiones de la liturgia cristiana. cit., 111,2105 — ' L. Pinkus, Rilevanza del sím-
bolo nel processo di maturazione umana, en
Hay que tener presente que el sím- RL 3 (1980) 347-349 — l0 C.T. Altan, Antro-
bolo no se repite de modo automáti- pología funzionale, Bompiani, Milán 1968, 141-
co, ni la estructura ritual se hace evi- 142 — " L. Beirnaert, Esperienza cristiana e
dente a la participación y a la per- psicología, Borla, Turín 1965, 270-297 — '2 L.
cepción de un grupo por el mero Pinkus, // rito cristiano della trasformazione,
se., Roma 1971 — " G. Benedetti, Neuropsi-
hecho de ser celebrada. La dimen- cologia, Feltrinelli, Milán 1969, 278-279 —
sión simbólica y su manifestación ri- 14
M. Amann-Gainotti, La genesi della fun-
tual requieren que el rito sea cele- zione simbólica nel bambino, en RL 3 (1980)
brado cada vez de modo creativo. 317-327 — " W. Berger, J. van der Lans, Pro- REFORMA LITÚRGICA versas familias litúrgicas. Paralela-
La estructura ritual, pues, deberá ser
ceso de maduración del acto humano y del acto mente, en el campo pastoral se había
de fe, en Con 1979, n. 142, pp. 212-223 — " A. desarrollado la idea de la necesidad
realizada creativamente incluso en Greely, Simbolismo religioso, liturgia y comu-
su celebración cotidiana, a través de nidad, en Con 1971, n. 62, pp. 219-231 - " M.
SUMARIO: I. Precedentes - II. Organismos de de introducir al pueblo cristiano en
la reforma: 1. El "Consilium"; 2. La Sagrada la comprensión y participación de
una / animación consciente y prepa- Reuchlin, Psychologie, PUF, París 1977, 215- Congregación para el culto divino - III. Líneas
rada, que tenga siempre presentes las 216 — !8 A. Vergote, Gestos y acciones simbó- directivas y criterios: 1. Preparación de los nue- los sagrados misterios [/ Movimien-
licos en la liturgia, en Con 1971, n. 62, pp. 198- vos libros litúrgicos: a) Primeras actuaciones, to litúrgico]. Su importancia había
características y las variables del gru- 211 — " A . Vergote, Interpretation du langage b) Los nuevos libros litúrgicos, c) Profundiza-
po al que se dirige y de sus compo- religieux, Seuil, París 1971 — 20 M. Bertini, La
sido comprendida por san Pío X
ción y adaptación; 2. Dirección de la renovación
nentes. Sólo cuando la liturgia se maturita psicológica, en Orientamento scolasti- litúrgica - IV. Propuestas de la reforma: 1 Di- cuando, en el motu proprio Tra le
convierte, tanto en sus animadores co e professionale VIII, 30 (1968) 1-14 — 2I G. mensión celebrativa; 2. Compromiso pastoral; sollecitudini (22 de noviembre de
Ammon, Psicosomatica, Borla, Roma 1977, 88- 3. Profundización bíblica; 4. Capacidad creati- 1903), afirmaba: la "fuente primera
designados por su ministerio (obispo 96 — 22 J. Scharfenber, Madurez humana y va - V. Reacciones - VI. Perspectivas.
y ministros ordenados) como en los e indispensable (del genuino espíritu
símbolos cristianos, en Con 2 (1978) 64-65 —
demás componentes, en compromi- cristiano) es la participación activa
so constructivo y creativo, aunque
23
D.W. Winnicott, La famiglía e lo sviluppo I. Precedentes en los misterios sacrosantos y en la
repetido y hasta cotidiano; sólo cuan-
dell'indivtduo, A. Armando, Roma 1972 — oración pública y solemne de la igle-
sia" 1 . Pero estas palabras quedaron
24
O. Cotinaud, Dinámica di gruppo e analisi
do llega a ser sentida verdaderamen- delle istituzioni, Borla, Roma 1977. En la constitución sobre la sagra-
te como "opus Dei", será verdadera- da liturgia, primer documento exa- prácticamente en letra muerta, a pe-
mente capaz de transformar e inte- L.M. Pinkus minado y aprobado por el Vat. II, sar de las notables intervenciones del
grar en la dimensión del misterio leemos: "La santa madre iglesia de- mismo papa referentes, por ejemplo,
toda forma de experiencia personal sea proveer con solicitud a una re- a la reanudación de la comunión fre-
y social.
BIBLIOGRAFÍA: Dolto F.-Pohier J., El poder forma general de la misma liturgia" cuente, incluso diaria; a la admisión
de la bendición sobre la identidad psíquica, en de los niños a la comunión; a la nue-
"Concilium" 198 (1985) 243-257; Floristán C , (SC 21). Esta reforma se correspon-
[/ Signo/Símbolo; / Comunica- La mentalidad religiosa simbólica, en "Phase" día con la finalidad pastoral del con- va ordenación del salterio en el bre-
ción en la eucaristía]. 34 (1966) 308-315; Greeley A., Simbolismo reli- cilio de "adaptar mejor a las necesi- viario romano y del calendario litúr-
gioso, liturgia y comunidad, en "Concilium" 62 dades de nuestro tiempo las institu- gico 2. La atención se dirigió más
(1971) 218-231; Eliade M„ Mitos, sueños y mis- ciones que están sujetas a cambio" bien a lo que parecía interesar más
NOTAS:' K. Lorenz, L'allrafaceta dello spec- terios. Revelaciones sobre un mundo religioso y especialmente al papa: "Ver florecer
chio, Adelphi, Milán 1974, c. XII — 2 J.C. Ec- transcendente. Fabril, Buenos Aires 1961; Imá- (SC 1). Habían preparado el camino
cles, Affromare la realtá, A. Armando, Roma genes y símbolos. Taurus, Madrid I9742; Jung a la decisión conciliar años de inves- en todas partes el decoro y la digni-
1978, 10-17 — 3 Con el término "ritual" aquí se C.G., Simbologia del espíritu. Fondo de Cultu- tigación en el campo científico y pas- dad de las funciones litúrgicas" y es-
entiende una manifestación referida al mundo ra Económica, México 1962; El hombre y sus toral. La publicación de las antiguas pecialmente de la música y del canto
vegetal o animal o bien una manifestación hu- símbolos, Aguilar, Madrid 1967; Kennedy E.C., fuentes de la liturgia y los estudios sacros', a lo que se dedicaban casi
mana neurotizada, mientras que con el término Valor del rito religioso para el equilibrio psico- veintinueve artículos del motu pro-
"rito" se entiende una expresión consciente y lógico, en "Concilium" 62 (1971) 212-218; Poli históricos y arqueológicos habían
libre de la persona humana en el sentido que se W., Psicología de la religión, Herder, Barcelona permitido comprender la verdadera prio antes indicado.
precisará más adelante — * S. Arieti, Le vicis- 1969; Scharfenberg J., Madurez humana y sím- esencia de la liturgia y conocer su
situdini del volere, II Pensiero Scientifico, bolos cristianos, en "Concilium" 132 (1978) 182- evolución, la actividad desarrollada
Roma 1978, 218-241 — ! J.C. Eccles, La co- 195; Vergote A., Psicología religiosa, Taurus, Tuvieron que pasar años de lenta
a lo largo de los siglos por los papas pero fecunda maduración 4 . Sólo en
noscenza del cervello, Piccin, Padua 1976, 255- Madrid 19753; Zunini G.-Pupi A., Psicología de
257 — * L. von Bertalanffy, Teoría genérale dei la religión, en DTI 3, Sigúeme, Salamanca 1982,
y obispos para regularla y las cons- el pontificado de Pío XII se empieza
sistemi in psichiatria, en Manuale di psiebiatria 961-982. Véase también la bibliografía de An- tantes y las diferencias entre las di- a pensar en un plano orgánico de
(dir. porS. Arieti), Boringhieri, Turín 1970, III, tropología cultural. Sagrado y Signo/Símbolo.
Reforma litúrgica 1692 1693 Reforma litúrgica
reforma de los ritos mismos con una episcopado en el tiempo de la prepa- el ámbito de la curia romana, un nue- curia romana. No obstante, se debe
tendencia más claramente pastoral, ración del concilio hacía referencia a vo y diferente estilo de trabajo, re- decir que la institución del Consi-
"con vistas a aligerar el aparato li- la liturgia, deseando la revaloración tomado y continuado en los años lium fue una intuición genial de Pa-
túrgico y adecuarlo de un modo más de su carácter didáctico y formativo, sucesivos; ésta es una, si no la prin- blo VI. Con él se garantizaba una
realista a las exigencias concretas del la simplificación de los ritos, la in- cipal, causa de la eficiencia y del éxi- actuación unida a la letra y al espíri-
clero y de los fieles en la nueva situa- troducción de las lenguas vernácu- to de los trabajos para la reforma tu de la constitución litúrgica y la
ción de hoy" s . En efecto, las grandes las, la adaptación a los diferentes litúrgica. eficacia y sensibilidad propias de un
encíclicas de Pío XII —Mediator pueblos y la participación de los fie- organismo joven. Todo esto, y sobre
Dei (20 de noviembre de 1947), la les '2. La intervención masiva y signi- todo el apoyo del papa, al que el
primera dedicada exclusivamente a ficativa de los obispos revelaba que II. Organismos de la reforma Consilium dirigía directamente sus
la liturgia, y Musicae sacrae discipli- los deseos de la iglesia se identifi- propuestas y decisiones, daba con-
na (25 de diciembre de 1955)— fue- caban con los de los estudiosos y Aprobada la constitución litúrgica fianza a los obispos, a los estudiosos
ron precedidas o seguidas de accio- los promotores del movimiento li- (4 de diciembre de 1963) con el motu y a los responsables de la pastoral
nes de tipo práctico para facilitar la túrgico. La comisión preparatoria proprio Sacram liturgiam (25 de litúrgica.
participación: la nueva versión del del concilio para los temas litúrgicos, enero de 1964), fue rápidamente pre- El método de trabajo del Consi-
salterio latino para el uso litúrgico 6 , presidida por el card. G. Cicognani, parado un programa para llevar a la lium estaba marcado por el clima
la concesión de los rituales bilin- secretario, padre A. Bugnini, se apro- práctica las orientaciones contenidas humano, que ya se había registrado
gües ' y, sobre todo, la institución vechó de ello. en ella l5. en la comisión preparatoria; por la
(28 de mayo de 1948), en el ámbito La constitución sobre la sagrada seriedad científica y por la atención
de la Sagrada Congregación de los liturgia, a pesar del ajetreo de las 1. EL "CONSILIUM". El encargo a los datos de la tradición, las exi-
ritos (SCR), de una comisión espe- discusiones, revisiones e incluso ten- de llevar a la práctica la constitución gencias de la pastoral y las necesida-
cial con el encargo de "estudiar y tativas de manumisión ", es el único fue confiado por el motu proprio ci- des del momento. Lo exigían la deli-
hacer propuestas concretas sobre el documento conciliar que conserva tado al Consilium ad exsequendam cadeza de la empresa y las directrices
plan general de la reforma" 8 . Fruto sustancialmente el esquema elabora- constitutionem de sacra liturgia. Su de la constitución litúrgica: "Para
de los trabajos de la comisión fue- do por la comisión preparatoria. presidente fue el card. G. Lercaro, conservar la sana tradición y abrir,
ron: la renovación de la vigilia pas- Este hecho se debe al planteamiento arzobispo de Bolonia, sustituido el 9 con todo, el camino a un progreso
cual, punto culminante del año li- del trabajo, basado en la confianza de enero de 1968 por el card. B. Gut; legítimo debe preceder siempre una
túrgico (1951), y después de toda la recíproca, la libertad de expresión y fue secretario el padre Bugnini. Es- concienzuda investigación teológica,
semana santa (1955); la mitigación la seriedad de la investigación ga- taba constituido por miembros con- histórica y pastoral acerca de cada
del ayuno eucarístico (1953, 1957); rantizada por la responsabilidad de sultores y consejeros. A los primeros una de las partes que se han de revi-
la concesión de la misa vespertina los pastores y por la competencia de tocaba la aprobación de los esque- sar"; ténganse en cuenta, además, las
(1955); la simplificación de las rúbri- los expertos. Éstos, elegidos interna- mas y decisiones que se debían so- leyes generales de la liturgia, la ex-
cas del breviario y del calendario cionalmente, fueron distribuidos en meter al santo padre; a los segundos, periencia de las reformas recientes y
(1955)'. El último acto del papa fue trece subcomisiones, en razón de su distribuidos en unos cuarenta gru- el bien de la iglesia (SC 23).
la aprobación, un mes antes de su competencia en los diversos campos: pos de estudio, la función de estu-
muerte, de la instrucción sobre la mú- El ingente trabajo realizado es
teología, pastoral, historia, arte. Se diar los problemas y elaborar los pro-
sica sagrada y la liturgia l0. pudieron recoger las exigencias más yectos de reforma. Se trataba de un
prueba de la fidelidad a las consig-
nas conciliares. El card. Gut trazó
El trabajo continuó con el papa sentidas y los conocimientos y expe- organismo colateral a la Sagrada de él una síntesis al papa en la
Juan XXIII, incluso cuando ya esta- riencias más válidos. El card. Cicog- Congregación de los ritos, que con- audiencia del 10 de abril de 1970:
ba anunciado el concilio e instituida nani dio a los colaboradores "la ma- servaba la responsabilidad jurídica "Trece asambleas plenarias, innume-
una comisión preparatoria para la yor confianza, y trabajó con ellos: a en lo que se refería a la liturgia. Las rables reuniones particulares, tres-
liturgia. Aparecieron un Código de veces como si fuese uno de ellos, competencias del Consilium se fue- cientos sesenta y cinco esquemas
las rúbricas de la misa y del oficio siempre dispuesto a recibir, escu- ron clarificando con el paso del destinados a las asambleas plenarias
divino "; nuevas ediciones típicas del char, comentar, examinar, discutir tiempo: sería un órgano cualificado y algunos centenares de esquemas
breviario, del pontifical y del misal, y, si fuese necesario, a revisar sus de estudio con funciones adminis- particulares; documentos de diferen-
y un decreto ordenando el catecu- posiciones. Aceptaba con gusto su- trativas al mismo tiempo, bajo la te tipo: constituciones, motu pro-
menado de adultos. Sin embargo, ya gerencias y propuestas. Generalmen- directa dependencia del papa ". No prios, decretos, instrucciones, son la
había madurado la conciencia de la te contemporizaba; pero una vez to- faltaron motivos de discordia, rei- columna vertebral de un trabajo a
necesidad de un trabajo más amplio mada una decisión, proseguía con vindicaciones de competencias e in- través del cual cincuenta pastores,
y fundamental. En efecto, el 20 por resolución y animaba a los otros a terferencias. La convivencia no fue cardenales y obispos y más de ciento
100 de las propuestas hechas por el seguirlo sin dudar" l4. Se iniciaba, en siempre fácil ni serena dentro de la cincuenta sacerdotes de todas las par-
Reforma litúrgica 1694 1695 Reforma litúrgica
tes del mundo, con un empeño ocul- esperaban grandes frutos para la igle- de unas pocas personas hábiles que
sia y el interés por atender las ne- 11 de junio de 1975 se realizaba una
to, silencioso y asiduo, han dado un impusieron su punto de vista perso- fusión, lógica en sí misma, pero arti-
nuevo y más auténtico rostro, a la cesidades pastorales del pueblo de nal. Sí puede afirmarse, en cambio,
Dios sostenían y compensaban el ar- ficial en la forma, con el dicasterio
lex orandi de la iglesia... El historia- que es fruto de una colaboración encargado de la disciplina de los sa-
dor que en el futuro desee rehacer el duo trabajo. eclesial, y que fue querida, seguida y cramentos, que se convierte en Sa-
camino doloroso y alegre que han Por el trabajo del Consilium se aprobada en sus mínimos detalles grada Congregación para los sacra-
seguido cada uno de los ritos refor- mostraron interesadas las comuni- por Pablo VI. mentos y el culto divino M. La tenta-
mados, cada una de las fórmulas dades eclesiales no católicas. Era un tiva de hacer aparecer esta medida
reutilizadas, compuestas o restaura- signo del cumplimiento de un deseo 2. LA SAGRADA CONGREGACIÓN como una evolución normal no con-
das, cada una de las rúbricas o de las del Vat. II, el de promover a través PARA EL CULTO DIVINO (SCCD). En- vence. Sin embargo, el nuevo orga-
leyes y normas pastorales que enri- de la liturgia "todo aquello que pue- tretanto, la importancia alcanzada nismo, aunque empobrecido de per-
quecen los libros reformados, podrá da contribuir a la unión de cuantos por la vida litúrgica en la iglesia des- sonal, continuó, ciertamente con
contar con un archivo que recoge un creen en Jesucristo" (SC 1). Seis re- pués del Vat. II había llevado a la otro ritmo, el trabajo comenzado
material de una riqueza increíble: ese presentantes de comunidades no ca- convicción de que la debía seguir y por los precedentes: de ello es testi-
archivo demuestra del modo más tólicas tuvieron oportunidad de par- promover un organismo expresamen- monio la revista Notitiae, la cual,
evidente posible con cuánto sentido ticipar, desde 1966, en las asambleas te dedicado a ello. El 8 de mayo de traspasada en 1969 del Consilium a
de responsabilidad ante Dios y ante generales del Consilium como obser- 1969, Pablo VI dividía la antigua Sa- la Sagrada Congregación para el
la iglesia ha trabajado el providen- vadores. Su participación fue discre- grada Congregación de ritos y crea- culto, ahora informa sobre la activi-
cial y dinámico organismo que salió ta y respetuosa, sin otra pretensión ba, junto a la Congregación para la dad de la sección culto de la Sagrada
de vuestra mente y de vuestro cora- que la de darse cuenta de la empresa causa de los santos, la Sagrada Con- Congregación para los sacramentos
zón"". Desde 1965 el Consilium que estaba llevando a cabo la iglesia gregación para el culto divino ", la y el culto divino. El 29 de mayo de
tuvo una revista propia: Notitiae católica para la reforma de su litur- cual absorbía al Consilium. El pri- 1977 se publicó la edición típica del
(= Not). gia y de los principios en que ésta se mer prefecto fue el card. B. Gut, y Ordo Dedicationis Ecclesiae et Alta-
inspiraba. La insinuación de que in- su secretario, el padre A. Bugnini, ris2', aunque ya estaba preparada
Para poder llevar a cabo este in- fluyeron en las decisiones es una fal-
menso trabajo en un período de tiem- ordenado obispo por el mismo Pa- para imprimirse antes de la fusión
sedad y una ofensa para ellos l8. blo VI el 13 de febrero de 1972. La de las dos congregaciones. El trabajo
po relativamente breve se formaron
diversos grupos de estudio, encarga- Las conclusiones y resoluciones nueva Congregación continuó el tra- de la reforma general, que ya estaba
dos de sectores particulares de cada del Consilium se presentaban, debi- bajo del Consilium para llevar a tér- adelantado 22 , había abierto otros
libro litúrgico: breviario, misal, pon- damente motivadas, al santo padre. mino la restauración de los libros li- horizontes inspirados en los funda-
tifical, ritual, martirologio, ceremo- Él examinaba todo personalmente, túrgicos. Pero el estilo de trabajo, el mentos puestos por el Vat. II. Quizá
nial. La coordinación se efectuaba a hacía sus observaciones, señalaba los planteamiento de las reuniones y la se imponía un período de reflexión y
través de los respectivos relatores. puntos dudosos mostrando su per- sensibilidad pastoral, prevalente so- de profundización por lo que se re-
La garantía de avanzar uniforme- plejidad, daba directrices. Los esque- bre la jurídica, hacían difícil su in- fería a los tesoros ya entregados a la
mente en todas las partes de la litur- mas sufrían luego el examen de los serción en el ambiente curial. Tres iglesia.
gia partía del examen de los esque- dicasterios de la Santa Sede indi- fueron las congregaciones plenarias,
mas generales hecho por todos los cados por el papa o de algún modo en las cuales ya no pudieron tomar
relatores de los grupos de estudio. interesados por el tema. Trabajo éste parte los consultores. Al card. Gut
Su reunión plenaria precedía normal- que necesitaba un cierto tiempo y le sucedieron como prefectos, con al- III. Líneas directivas y criterios
mente a la asamblea de los miem- que no estaba exento de dificultad, gunos períodos, largos en ocasiones,
bros del Consilium, en la que parti- ya que lo debían realizar personas de sede vacante, el card. A. Tabera La reforma litúrgica se realizó se-
cipaban después para explicar los extrañas al proceso de maduración (20 de febrero de 1971) y el card. gún un plan orgánico en el que esta-
eventuales problemas técnicos y mo- de los proyectos y a veces con una R.J. Knox (25 de enero de 1974). La ban previstos tiempos y modos de
tivar las propuestas hechas. En el lap- sensibilidad no impregnada de los Congregación pudo recoger los fru- actuación. Dos eran las líneas de ac-
so de seis años el Consilium tuvo, principios de la SC y de la renova- tos del trabajo del Consilium con la ción: una se ocupaba de la prepara-
como ya se dijo, trece asambleas ge- ción litúrgica. Al final de este largo publicación de los nuevos libros li- ción de los libros litúrgicos renova-
nerales, con una media de dos al y difícil itinerario, el santo padre rea- túrgicos y de otros importantes do- dos; la otra, de promover, sostener
año. Normalmente, se prolongaban lizaba otro atento examen, señala- cumentos. y dirigir la aplicación de la refor-
por espacio de una semana, aprove- ba las cuestiones que continuaban ma mediante criterios, orientacio-
chada íntegramente en sesiones de sin aclarar y daba su aprobación fi- Pero, así como fue inesperado su nes, aprobación de las decisiones de
mañana y de tarde. La fraternidad y nal. Está claro que no se puede afir- nacimiento sólo un año después de las conferencias episcopales y con-
la pasión por un trabajo del que se mar que la reforma fuera sólo obra la reforma de la curia romana, así cesión, guía y control de experi-
también fue breve su existencia. El mentos.
Reforma litúrgica 1696 1697 Reforma litúrgica

1. PREPARACIÓN DE LOS NUEVOS y en el Consilium. Sopesadas las mixtas 29 , y para que se redujese el ba de antiguos derechos, para el que
LIBROS LITÚRGICOS. Aunque los ventajas y desventajas, la SC (n. 36) número de las expresiones lingüísti- prefería las finuras musicales de la
principios y criterios de la SC res- optó por una apertura, y el Consi- cas menores o dialectales30. A pesar Capilla Sixtina o un cierto fasto:
pondían a las exigencias de las per- lium señaló en especial las partes en de la buena voluntad, el conseguir basta pensar en la desaparición del
sonas y ambientes más sensibles, la las que podía ser usada la lengua de un lenguaje que transmita el mensaje brillo de los uniformes y armas de la
iglesia, en su conjunto, no estaba pre- cada país. Quedaban excluidas: el de un modo accesible a la cultura, guardia noble y de los collares y ca-
parada para recibir un modo dife- canon de la misa, las fórmulas sa- formación y estructura lingüística pas; de la marcha pontificia con
rente de celebrar, para cambiar de cramentales y el oficio divino para el de los participantes continúa siendo trompetas de plata, sustituida por el
forma repentina costumbres enrai- clero. El resultado de las primeras todavía uno de los problemas más canto de entrada; del grandioso ca-
zadas. La reforma debía ser prepa- concesiones fue tal, que inmediata- graves. tafalco con cien cirios en las exe-
rada a través de la catequesis y de mente llovieron peticiones para la ex- Los cambios llevados a cabo en quias de los cardenales, sustituidos
una progresiva asimilación de los tensión de la lengua del pueblo a esta primera fase, aunque limitados, por el cirio pascual junto al ataúd
nuevos elementos rituales; de otra toda la liturgia. Y así sucedió pro- contribuyeron a dar un rostro nuevo depositado sobre el pavimento. De
forma se corría el peligro de que gresivamente. Fue otra inteligente y a las celebraciones, a hacerlas más esto se beneficiaron la verdad y el
todo quedase en una simple sustitu- valerosa interpretación del espíritu participadas, a poner de relieve ele- sentido religioso. Los mismos obis-
ción de ritos y textos, sin impregnar- de la SC hecha por Pablo VI24. Tam- mentos de gran valor catequético: pos fueron prácticamente educados
se de su espíritu innovador. Además, bién hizo pesar toda su autoridad distinción entre las dos partes de la en la reforma con la renovación de
era materialmente imposible entre- para que el latín se conservase al me- misa; adaptación de las iglesias, so- las celebraciones durante el concilio
gar en un breve espacio de tiempo nos en algunos ambientes, especial- bre todo para hacer patente el altar (llevadas a cabo según las nuevas
los libros litúrgicos renovados. Por mente en los monasterios". Se aten- vuelto hacia el pueblo, el ambón normas), en los ritos, en los cantos,
esto se adoptó una línea de gradua- dió asimismo a la justa sensibilidad como lugar de la proclamación de la en la variedad de los textos, en la
lidad, mediante reformas sucesivas. de los fieles, recomendando en va- palabra de Dios y la sede del presi- participación activa y en el uso de
Se tomó conciencia de que esto pro- rias ocasiones la celebración de al- dente; la introducción de la oración la concelebración al menos en las
vocaría malestar, suscitando la im- guna misa en latín, especialmente en de los fieles y la obligación de la ho- ocasiones más solemnes. Durante el
presión de un goteo continuo y ori- las grandes ciudades, en los santua- milía; el uso experimental de ciclos cuarto período del concilio (1965),
ginando cuantiosos gastos por el rá- rios y en las reuniones internaciona- de lecturas bíblicas para las misas de el Consilium preparó expresamente
pido cambio de los libros. Pero el les 26. Pero el bien de las almas indu- los días feriales y para circunstancias un folleto con los textos de las misas.
bien de la iglesia y la necesidad del jo a comprender la situación y las particulares; recomendación de la Se experimentaron así, antes de ser
momento no permitían soluciones di- peticiones de extender la lengua vul- celebración del oficio divino con el editados, los cantos del Gradúale
ferentes. La reforma procedió en tres gar, que se basaban en razones váli- pueblo; simplificación de los ritos e simplex, la lectura semicontinua de
fases": das. Las trescientas cuarenta y cua- insignias pontificales, de modo que la Sagrada Escritura sobre la misión
tro lenguas admitidas oficialmente se facilite la celebración del obispo y acción del Espíritu Santo en la
en la liturgia hasta 1977 27, las tra- con su pueblo. Pablo VI dio ejemplo iglesia, en la vida de los fieles y en la
a) Primeras actuaciones. La pri- ducciones aprobadas, los libros li- primera comunidad cristiana. La en-
mera fase de la reforma señala el no sólo multiplicando las celebracio-
túrgicos publicados en las diversas nes en las parroquias romanas, sino tronización del evangelio fue inte-
paso del latín a las lenguas vulgares naciones testimonian el inmenso tra- grada directamente con la procesión
y la introducción de algunos elemen- también llevando a cabo una refor-
bajo realizado en toda la iglesia, y ma valerosa de todo lo que en las inicial de la misa, que preveía siem-
tos que podían ser adoptados con confirman que se ha atendido a una pre la oración universal y la comu-
los libros litúrgicos existentes. Se ceremonias papales recordaba cos-
necesidad real. Se registró una am- tumbres de corte y fasto mundano. nión de los fieles.
realizó con documentos del Consi- pliación incluso en el concepto mis-
lium, publicados luego por la Con- También en el templo mayor de la
mo de / traducción: desde la insis- cristiandad (la basílica de San Pedro Otros dos aspectos fueron objeto
gregación de los ritos, especialmente tencia en la fidelidad literal al texto de una particular atención en este
la primera instrucción (26 de septiem- de Roma) las celebraciones adqui-
latino, al esfuerzo de interpretación, rían un tono de verdad, decoro, sim- período de preparación de la refor-
bre de 1964: ínter oecumenici, en repensamiento y casi nueva creación ma: el culto de la eucaristía y el can-
EDIL 199-297) y la segunda (4 de plicidad, y sobre todo de oración y
del mismo en la propia lengua28. de participación, expresada incluso to. El primer rito, completamente
mayo de 1967: Tres abhinc annos, Con el fin de unir las fuerzas necesa- nuevo, estudiado, aprobado y dado
en EDIL 808-837) para la aplicación en el canto del pueblo, en la comu-
rias para un trabajo tan difícil, la nión eucarística, en las lecturas y en a la iglesia por el Consilium fue el de
de la constitución litúrgica. El pro- Santa Sede insistió para que se lle- la concelebración y la comunión
blema de la / lengua litúrgica fue el el servicio del altar, que ya no era
gase a un entendimiento entre los paí- desempeñado por monseñores y obis- bajo las dos especies (7 de marzo de
más laborioso, suscitando las discu- ses que usan la misma lengua, me- 1965, en EDIL 387-392). Después de
siones más amplias y animadas en la pos, sino por lectores y acólitos. Fue
diante la formación de comisiones un desconcierto para el que se jacta- siglos se restituía a los fieles la posi-
comisión preparatoria, en el concilio bilidad de comulgar del cáliz para

54
Reforma litúrgica 1698 1699 Reforma litúrgica
una participación más plena, a nivel días gregorianas más simples: Kyria- nido doctrinal y facilidad de par- tener en cuenta de modo práctico su
de signo, en la eucaristía y en el man- le, Gradúale simplex y cantos del ce- ticipación y de comprensión. Rota efectiva funcionalidad e incidencia.
dato del Señor. La concelebración lebrante. La instrucción tuvo una lar- una barrera milenaria, surgió el de- Esto fue posible en amplia medida
confería de nuevo dignidad a la cele- ga gestación y muchas redacciones. seo de una variedad todavía mayor. con la concelebración, el catecume-
bración de la misa en las comunida- La oposición de algunos músicos a Se multiplicaron los estudios y las nado de adultos, la unción de los
des de sacerdotes, eliminando la dis- la reforma fue siempre tajante, viva propuestas de plegarias eucarísticas enfermos, las exequias y la liturgia
persión y la prisa; sobre todo hacía e incluso áspera. La introducción de adaptadas a las diversas circunstan- de las Horas. Son los ritos más con-
resaltar el significado memorial del las lenguas vulgares implicaba la for- cias y a la mentalidad de los pueblos. seguidos. Para otros se pidió el pa-
único sacrificio de Cristo, vínculo de mación de un nuevo patrimonio de Del ejercicio literario se pasó incluso recer de los obispos o de un círculo
unidad del pueblo de Dios alrededor cantos que facilitase la participación al uso de textos no aprobados. La más amplio de expertos, especial-
del mismo altar, en torno al cual de los fieles. Prácticamente en todas Congregación para el culto divino mente para los leccionarios de la
cada uno participa según su grado y partes se debía partir de cero. Las estudio a fondo y con la debida aten- misa y del oficio divino, los himnos
oficio propio, fundamento de la fra- primeras realizaciones resultaron, ción el fenómeno y la consistencia y las preces de laudes y vísperas".
ternidad sacerdotal en el único sa- por falta de experiencia, de mala ca- de las peticiones. La conclusión fue La reacción ante los experimentos
cerdocio de Cristo. lidad o inadecuadas. La instrucción, que en el Missale permaneciesen las fue tal que obligó a limitarlos al má-
La "instrucción publicada a conti- al par que invita al respeto y a la cuatro plegarias eucarísticas apro- ximo para no comprometer todo el
nuación, Eucharisticum mysterium conservación del patrimonio del pa- badas, aunque con disponibilidad trabajo. En efecto, algunos encon-
(25 de mayo de 1967, en EDIL 899- sado, se abre también al futuro: so- para examinar eventuales peticiones traron en ellos un pretexto para ha-
965), recogía la síntesis de la refle- licita una producción nueva e insiste para necesidades particulares. Éstas cer ellos mismos experimentos no
xión doctrinal sobre la eucaristía, sobre la necesidad del canto en las se pueden referir a nuevas plegarias autorizados y, en ocasiones, extra-
madurada en los últimos años y pro- celebraciones, no para adorno, sino eucarísticas o a textos para ser in- vagantes, permanentemente repro-
puesta por los documentos del ma- como elemento primero y funda- troducidos en las partes variables: bados por la Santa Sede34; otros,
gisterio, con sus consecuencias en el mental de un pueblo en fiesta. Éste prefacio e intercesiones. La prome- contrarios a la reforma, se aprove-
campo práctico para la celebración no puede quedarse sin el canto, aun- sa fue mantenida: nuevas plegarias chaban de ellos para divulgar previ-
y la piedad. Se estimulaba la forma- que se pueden admitir grados y mo- eucarísticas fueron aprobadas para siones alarmistas respecto a la inte-
ción de una visión más compleja y dos diversos de participación: coro- Suiza, Bélgica, Holanda, Brasil y gridad de la fe católica.
unitaria del misterio eucarístico en asamblea, lengua latina-lengua vul- Australia. La misma Congregación
su conjunto: cena del Señor, memo- gar, canto popular y canto gregoria- para el culto divino preparó y apro-
no o polifónico. El documento ani- La estructura general de los libros
rial de la pascua, presencia sacramen- bó ad experimentum cinco plegarias litúrgicos de la reforma es uniforme,
tal de Cristo, fuente y cumbre de mó a la investigación y dio impulso eucarísticas: tres para la misa cele-
a la formación de repertorios nacio- aunque entre los primeros y los últi-
toda la vida de la iglesia y base in- brada con niños y dos sobre el tema mos publicados hay diferencias de-
sustituible para la construcción de la nales o diocesanos de cánticos litúr- de la reconciliación " [/ Nuevas ple-
gicos, aprobados por la autoridad bidas a la mayor experiencia acu-
comunidad cristiana, signo y vínculo garias eucarísticas']. mulada. En particular, dan un gran
de unidad. En consecuencia, se re- eclesiástica local.
La obra de restauración de los li- relieve a las instrucciones iniciales de
gulaban de un modo más conforme carácter dominical, pastoral, catequé-
con la renovación litúrgica los ejerci- bros litúrgicos para la misa prosi-
b) Los nuevos libros litúrgicos. guió con la publicación del nuevo tico y rubrical (los así llamados prae-
cios piadosos del culto eucarístico: notanda o premesse), que indican la
oración personal, adoración, expo- La segunda fase de la realización de Ordo Missae (1969), del Ordo Lec-
sición, bendición. Después de con- la reforma se caracterizó por la pu- tionum Missae (1969 [19812]) y del estructura y las diversas formas de
blicación de los nuevos / libros li- Missale Romanum completo (1970 celebración, el significado de cada
sultar a cada uno de los obispos se
estudió y admitió la posibilidad de túrgicos, después de años de pacien- [19752]). A ritmo rápido, de 1968 a una de las partes, la función de los
te e intenso trabajo. Abre la marcha 1975 se publicaron los Ordo para las ministros, las adaptaciones posibles.
una relación más familiar, siempre Mención especial merecen las ins-
con el debido respeto, al recibir la un trabajo de importancia histórica: celebraciones sacramentales y la li-
la introducción de tres nuevas / ple- turgia de las Horas. En su prepara- trucciones antepuestas al misal y a
eucaristía. En muchos países se in- la liturgia de las Horas (respectiva-
trodujo la primitiva costumbre de garias eucarísticas (23 de mayo de ción, además del procedimiento in-
1968). Se colocan junto al canon ro- terno ya comentado, se buscó por mente: Institutio Generalis Missalis
recibir en la mano el pan consa- Romani [IGMR] e Institutio Gene-
grado". mano, en uso desde el s. iv como todos los medios una implicación
única fórmula del rito romano, en el más amplia. Algunos ritos, antes de ralis Liturgiae Horarum [IGLH];
Al canto sagrado se dedicó la si- que nadie había intentado introducir su publicación oficial, sufrieron una en las ediciones castellanas: Orde-
guiente instrucción, Musicam sa- cambios a no ser de poca importan- cierta experimentación según nor- nación General del Misal Romano
cram (5 de marzo de 1967, en EDIL cia. La celebración de la eucaristía mas precisas en algunos ambientes [OGMR] y Ordenación General de
733-801), y la publicación de melo- se enriquecía con la variedad, conte- bien determinados, donde se pudiese la Liturgia de las Horas [OGLH],
Reforma litúrgica 1700 1701 Reforma litúrgica

verdaderas joyas de alta literatura li- como finalidad cambiar sólo los ri- nes, adaptando formas y colores de vida litúrgica de sus iglesias, con po-
túrgica). tos y los textos litúrgicos, sino más las vestiduras y de los vasos sagra- der de decisión sobre diversas cues-
Dentro de cada uno de los ritos, bien suscitar en los fieles una forma- dos, lugares de culto, arte y música, tiones, los obispos y sus colaborado-
una gran variedad de textos eucoló- ción y promover una acción pastoral actitudes corporales que respondan res precisaban ser informados sobre
gicos y bíblicos, e incluso de formas que tenga como punto culminante y mejor a los usos y a la cultura de la orientación y las líneas directrices
celebrativas, da la posibilidad de fuente inspiradora la sagrada litur- cada país. También se han hecho de la reforma, sobre su exacta inter-
construir una celebración adecuada gia" ". El fin último de la reforma es tentativas más consistentes para la pretación, sobre el estado de los tra-
a la situación de los participantes y a desarrollar la fe, suscitar la oración, estructuración de las celebraciones, bajos del Consilium, de ser ayuda-
las circunstancias. Así se tiene: misa realizar el encuentro del hombre con de modo que, respetando las líneas dos y sostenidos en su función. Se
con el pueblo, concelebrada, con los Dios, inducir a una vida que sea co- fundamentales y los criterios dados instituyó, por tanto, un modo de re-
niños y sin el pueblo; tres tipos de herente con el misterio celebrado. por los nuevos libros litúrgicos, se cíproca comunicación y colabora-
exequias; tres formas de celebrar la Por esto, además de la traducción ajusten más a la cultura del pueblo. ción. El Consilium lo llevó a cabo
penitencia: comunitaria con absolu- de los libros litúrgicos y de su uso, es Está abierto un proceso hacia un rito sobre todo mediante cartas a los pre-
ción individual, comunitaria con ab- indispensable hacer que sean com- indio y zaireño de la misa, si bien sidentes de las conferencias episco-
solución general y celebración indi- prendidas, apreciadas y asimiladas entre múltiples incertidumbres y di- pales, en las que de una manera fa-
vidual; bautismo de los niños e ini- sus riquezas espirituales. Es un tra- ficultades J6. Por su parte, también la miliar y concreta se trataba de los
ciación cristiana de adultos; esta bajo largo, paciente, metódico, que SCCD ha sugerido la necesidad de diversos aspectos de la reforma, se
última prevé el rito ordinario, otro requiere un profundo conocimiento la adaptación al tomar en conside- llamaba la atención sobre actuacio-
simplificado para situaciones espe- no sólo de la liturgia, sino también ración situaciones particulares: cele- nes discutibles o no correctas y se
ciales y otro para los jóvenes; rito de las exigencias y capacidad de las braciones con / adolescentes, en pe- daban las oportunas aclaraciones. A
breve y largo para la comunión fuera diversas asambleas. La liturgia debe queños / grupos, en las comunida- los obispos presidentes se les pedía
de la misa, presidido por el ministro arraigar profundamente en el ánimo des monásticas, neocatecumenales, información sobre los primeros pa-
ordinario o por uno extraordinario; de las personas. Éstas se deben abrir de aborígenes y de minusválidos i\ sos de la reforma, sobre las dificul-
matrimonio entre dos esposos cris- a la revelación de Dios y romper con Es todo un fecundo camino de / crea- tades, respuesta, expectativas y de-
tianos y entre un bautizado y un no las costumbres y actitudes que no se tividad, que puede desarrollarse a di- seos. Hay cuatro cartas de carácter
cristiano. Los principios inspirado- corresponden. Al mismo tiempo, la versos niveles guardando orden y res- general"; otras se refieren a temas
res son los propuestos por la consti- palabra de Dios no se confunde con peto a las leyes litúrgicas y al hom- concretos, como la catequesis sobre
tución SC: se dará siempre preferen- ninguna cultura, pero se encarna en bre 38. Es un camino necesario para las anáforas de la misa, el canto sa-
cia a la celebración comunitaria, don- cada una de ellas. Y "la iglesia no llegar a una liturgia viva y para solu- grado en lengua latina"' o situacio-
de cada uno realice todo y solamente pretende imponer una rígida unifor- cionar el problema fundamental del nes particulares de algunos países.
aquello que le compete; inserción en midad en aquello que no afecta a la establecimiento, también en la litur- Estos contactos llegaron a ser muy
la misa; liturgia de la palabra y del fe o al bien de toda la comunidad, ni gia, de un diálogo veraz, inteligente frecuentes, porque, coincidiendo con
sacramento; noble simplicidad, cla- siquiera en la liturgia; por el contra- y eficaz con el hombre de nuestro la publicación de cada documento o
ridad y brevedad, evitando repeticio- rio, respeta y promueve el genio y tiempo. libro litúrgico, se enviaba una copia
nes inútiles y la necesidad de expli- las cualidades peculiares de las dis- a los representantes de la Santa Sede
caciones eruditas; participación cons- tintas razas y pueblos" (SC 37). Es el y a los presidentes de las conferen-
ciente, devota y activa de toda la principio de la / adaptación prevista 2. DIRECCIÓN DE LA RENOVA- cias episcopales y de las Comisiones
asamblea. por los libros litúrgicos, que ofrecen CIÓN LITÚRGICA. Para la correcta litúrgicas nacionales [/ Organismos
diversas posibilidades de elección y realización de un trabajo tan amplio, litúrgicos].
permiten a las conferencias episco- además de la publicación de docu-
c) Profundización y adaptación. pales introducir elementos de la pro- mentos oficiales, se sentía la necesi- El instrumento de enlace fue la re-
Una reforma, aunque sea perfecta, pia cultura en los gestos y en los sím- dad de un estrecho contacto con to- vista Notitiae [/ supra, II, 1 y 2], con-
queda muerta si no se comprende el bolos y proponer textos alternativos. das las personas directamente impli- vertida en una de las principales fuen-
espíritu que la anima. Ya la primera La SC da la posibilidad también cadas en llevar a la práctica la tes de información sobre la reforma.
instrucción, ínter oecumenici, que de una adaptación más profunda a reforma, con el fin de "impedir los El ejemplo fue imitado: muchas co-
ponía en marcha la reforma litúrgi- cada cultura, cosa que se debe hacer abusos, estimular a los retrasados y misiones litúrgicas nacionales e in-
ca, señalaba que sus frutos serían en colaboración entre las conferen- reticentes, despertar energías, favo- c l u s o d i o c e s a n a s f u n d a r o n su
"tanto más abundantes cuanto más cias episcopales y la Santa Sede (SC recer las buenas intenciones, alabar boletín informativo de carácter litúr-
profundamente los pastores y los fie- 37-40). Es una empresa ardua y deli- a los que se lo merecen" 3 '. Converti- gico.
les capten el espíritu auténtico", por- cada. Algo se ha hecho por dar un dos, después de siglos de rígida uni- Atención y ayuda merecían tam-
que el objetivo de la constitución aspecto más local a las celebracio- formidad y centralismo, en modera- bién otros sectores implicados en la
conciliar sobre la liturgia "no tiene dores, promotores y custodios de la reforma, con el fin de unir y armoni-
Reforma litúrgica 1702 1703 Reforma litúrgica
zar las fuerzas y proceder de modo ración, corriéndose el riesgo de com- mentos de mayor lentitud e incluso píritu Santo por medio de la iglesia
concorde. El Consilium organizó un prometer la marcha ordenada y pro- de estancamiento. Pero las celebra- (SC 5). Es una sola acción de Cristo
congreso internacional de traducto- gresiva de la reforma. A través de un ciones habían conquistado ya un di- y de la iglesia, unida indisolublemen-
res de los libros litúrgicos42, dos re- diálogo paciente y comprensivo y namismo nuevo por su riqueza de te a él. Cristo está presente en la
uniones de los presidentes de las co- autorizando todo lo que podía ser contenidos y de participación. asamblea concretamente reunida, en
misiones litúrgicas nacionales (26 de concedido, la actuación de la refor- la persona del ministro que obra en
septiembre de 1964 y 17 de noviem- ma encontró también en aquella na- su nombre, en los sacramentos y so-
bre de 1965), dos con los directores ción una vía de mayor equilibrio, de IV. Propuestas de la reforma bre todo en las especies eucarísticas.
de las revistas de carácter litúrgico comunión con los obispos locales y Es él el que habla cuando se procla-
y pastoral (13-14 de noviembre de de sintonía con el camino ya recorri- Los principios inspiradores de la ma la Sagrada Escritura; es él el
1964 y 14 de noviembre de 1965) y do por toda la iglesia. reforma todavía no han podido des- "que ruega por nosotros, ruega en
una con los secretarios de las comi- Entre las demás ocasiones espe- arrollar todo su potencial. Es nece- nosotros, es invocado por nosotros"
siones litúrgicas nacionales (25-26 de ciales de colaboración merecen men- sario tiempo para asimilar y con- cuando la iglesia suplica y salmodia
febrero de 1971). Era un modo de ción especial los congresos eucarísti- frontarse con una realidad social y (SC 7). Es una presencia múltiple,
orientar rectamente la realización de cos internacionales, ya que coinci- eclesial en rápida transformación. dinámica, implicada en todos los ele-
la reforma, especialmente cuando se dieron con las etapas fundamentales Ciertamente, no todo lo que se ha mentos de la celebración. La asam-
estaban dando los primeros pasos, y de la reforma litúrgica posconciliar hecho es perfecto. Algunas solucio- blea se encuentra con Cristo como
de tomar contacto con la realidad a y fueron su banco de prueba. El con- nes deben ser revisadas a la luz de la cara a cara, y responde con la adhe-
la que se destinaba. Las distancias greso eucarístico de Bombay (no- experiencia; el lenguaje litúrgico es sión a la palabra, la acción de gra-
con Roma se acortaron. En todos viembre-diciembre de 1964) permitió mejorable. La reforma se ha realiza- cias, el recuerdo de la salvación, la
ardía el deseo de continuar con en- anticipar las primeras realizaciones do en un decenio de fermentación y alabanza, la súplica, el compromiso
cuentros periódicos a propósito de de la reforma: lengua vulgar, cánti- de investigaciones suscitadas por el de la vida. La comunidad es, por
los diversos sectores. Desgraciada- cos populares, concelebración y co- concilio y, aunque fiel a la tradición, tanto, el punto de partida, el sujeto
mente, por lo apremiante del trabajo munión bajo las dos especies; el de es fruto de su tiempo. Con todo se de la celebración. Hace visible a la
y por dificultades burocráticas y fi- Bogotá (agosto de 1968) experimen- han sentado las bases para una litur- iglesia universal: "La principal mani-
nancieras, no fue posible tenerlos. tó los ritos de los sacramentos según gia renovada, abierta a posteriores festación de la iglesia [se realiza] en
Pero el clima de confianza recíproca la fórmula de los libros litúrgicos de desarrollos y con propuestas que la participación plena y activa de
y de colaboración que se había ins- inmediata publicación entonces; el comprometen a la iglesia y la esti- todo el pueblo santo de Dios en las
taurado permitió continuar los con- congreso de Melbourne (febrero de mulan a una acción de gran alcance. mismas celebraciones litúrgicas, par-
tactos. 1973) ofreció la oportunidad de ce- ticularmente en la misma eucaristía,
lebrar la liturgia ya renovada total- en la misma oración, junto al único
Con ocasión de diversos encuen- 1. DIMENSIÓN CELEBRATIVA. La
altar donde preside el obispo rodea-
tros o para examinar situaciones de- mente, con atención especial para las reforma litúrgica se esforzó por re-
exigencias de las masas urbanas y de descubrir y restaurar las líneas fun- do de su presbiterio y de sus minis-
licadas, se pedía cada vez con más tros" (SC 41).
frecuencia la presencia del Consi- los grupos particulares, y de experi- damentales de cada rito, liberándo-
lium o de la Congregación para el mentar su posibilidad y eficacia pas- las de los elementos heterogéneos,
toral. Las consecuencias de estas premi-
culto. El card. Tabera participó en inadecuados o convertidos en ana- sas son múltiples. En primer lugar,
reuniones de obispos en América La actividad de la Santa Sede crónicos, y por insertar en ellos nue- la celebración no es propiedad de
Latina, Inglaterra, Alemania, Aus- para dirigir y estimular la realización vas formas de armonía con las ya nadie, sino que se construye con la
tria y Francia; el padre Bugnini es- de la renovación litúrgica tuvo una existentes. Pero no se ha limitado a aportación y el compromiso de cada
tuvo una vez en Méjico y tres en Ho- respuesta rápida y entusiasta. La igle- un trabajo de restauración. Su fun- uno de los participantes: "La efecti-
landa, donde la situación litúrgica sia vivió después del Vat. II años de damento es una concepción renova- va preparación práctica de cada ce-
había tenido una evolución más rá- fervientes iniciativas y de intensa la- da de la liturgia y de su relación con lebración litúrgica hágase con áni-
pida que en otras partes y daba que boriosidad para el conocimiento de el misterio de la salvación, con la mo concorde entre todos aquellos a
hablar por la audacia de sus iniciati- la liturgia. Surgieron nuevas revis- iglesia y con el mundo. Se han supe- quienes atañe, tanto en lo que toca
vas, no siempre controladas por los tas, se multiplicaron los cursos de rado los estrechos límites de quienes al rito como al aspecto pastoral y
obispos y a veces discutibles. La pu- estudio para todas las categorías de la consideraban simplemente como musical, bajo la dirección del rector
blicación de tales iniciativas inducía fieles, las semanas litúrgicas, los ins- medio, aunque fuera privilegiado, de de la iglesia, y oído también el pare-
a repetir los modelos holandeses, a titutos especializados. Las expecta- dar culto a Dios. La liturgia es "la cer de los fieles en lo que a ellos di-
difundir textos no autorizados en tivas y el interés en los primeros años obra de la redención humana y de la rectamente les atañe" (OGMR 73).
otras naciones donde eran diversas fueron enormes. Después, como es perfecta glorificación de Dios", que El ministro ordenado no es el único
las situaciones y el grado de prepa- normal, el movimiento pasó por mo- Cristo continúa realizando en el Es- protagonista; todo el pueblo santo
Reforma litúrgica 1704 1705 Reforma litúrgica

de Dios es protagonista. Aquél, sin que sólo busque la eficiencia induce sentir al pueblo expresarse de un 3. PROFUNDIZACIÓN BÍBLICA. La
embargo, tiene una función necesa- a escoger sistemáticamente la prime- modo inmediato y veraz, con lo que liturgia renovada ha expuesto los te-
ria de servicio. Con la palabra, la ra indicación, el primer texto pro- es él mismo. Haberle dado esta posi- soros de la Sagrada Escritura del
exhortación, la homilía, la elección puesto o bien el más breve; a adop- bilidad es una conquista. Pero no modo más amplio, variado y ade-
de los textos, el modo de orar y de tar lo que resulta más fácil y requiere basta para tener una verdadera par- cuado (cf SC 33; 35). La palabra de
gesticular, debe hacer sentir la pre- menos esfuerzo; a eliminar símbolos ticipación. Es necesario que aparez- Dios ha conquistado en la liturgia
sencia viva de Cristo, sostener a la propuestos como facultativos (como ca también la alegría de la fe; la con- un puesto de máxima importancia
asamblea, suscitar la participación el incienso o el agua bendita); a ha- ciencia de formar parte de un pueblo (cf SC 24) con el ciclo trienal de lec-
externa e interna, facilitar la inser- cer desaparecer todo aquello para lo sacerdotal, amado y salvado por turas para la misa de los domingos y
ción en el misterio. Todo esto marca que solamente se recomienda la so- Dios, y la exigencia de la fraternidad días festivos, bienal para los días fe-
el paso de la simple ejecución de briedad a fin de no oscurecer el signo hasta compartir todos los bienes. La riales, y con el amplio repertorio de
cuanto está mandado a un / estilo principal (flores, vestiduras, luces, or- participación será siempre propor- textos bíblicos propuestos para cada
celebrativo en el que se pone en jue- namentos); a no prestar atención al cional a la intensidad de la fe, de la celebración. El menú tan ricamente
go la propia personalidad y respon- canto; a confundir la participación esperanza y de la caridad, se propo- preparado supera la capacidad de
sabilidad para animar el rito. El des- activa con la recitación coral de las ne así un programa que va más allá comprensión de gran parte del clero
arrollo mismo de la acción litúrgica fórmulas, olvidando su contenido y del momento de la celebración y su y de los fieles. La reforma, siguiendo
no puede agotarse, por parte del la interiorización mediante la escu- inmediata preparación. Comprome- las indicaciones del Vat. II, no ha
pueblo, en la asistencia, sino que cha atenta y el / silencio; a usar la te a formar a los fieles en la oración tenido en cuenta los temores de
debe conllevar una actitud celebrati- lengua del pueblo sin cuidar, empe- y en el crecimiento en la fe, a crear quien se basaba en el grado de for-
va, de diálogo entre Dios que habla ro, la dicción correcta. Reside aquí comunidades que sean verdadera- mación bíblica del pueblo de Dios;
y salva y el pueblo que responde a su una de las causas de la sensación de mente un solo corazón y un alma ha preferido confiar en su buena vo-
Señor. pobreza que la liturgia renovada ha sola, para que puedan vibrar al uní- luntad y en la eficacia de la palabra
producido en algunos, a pesar de su sono en la alabanza y florezcan en de Dios. Pero se impone un trabajo
Como acción del pueblo de Dios, enriquecimiento eucológico, bíblico ellas los ministerios. La reforma ha de formación bíblica; así los leccio-
la liturgia nos empuja a prestar aten- y expresivo. Por el contrario, se debe puesto al desnudo la situación real narios litúrgicos han hecho nacer en
ción a las características humanas, desarrollar siempre la capacidad cele- de las comunidades cristianas. Ha todos los países innumerables subsi-
culturales y sociales del pueblo mis- brativa. provocado también alguna beneficio- dios para la comprensión y la medi-
mo para elevarle si fuera necesario, sa decepción en quien se espera- tación de las lecturas propuestas en
promover su desarrollo y asimilar ba casi automáticamente resultados los diversos ciclos. La proclamación
los valores que sean apropiados para 2. COMPROMISO PASTORAL. La li- sorprendentes de renovación de la litúrgica de la palabra de Dios tiene,
expresar el misterio de Cristo. Los turgia, presencia del misterio de vida cristiana. No viéndolos en la me- en cada celebración, un amplio es-
libros litúrgicos ayudan en este tra- Cristo, contiene todo el bien de la dida esperada, alguno atribuye la cul- pacio.
bajo, presentando diversas propues- iglesia y de la humanidad. Justamen- pa al fallido éxito de la reforma. Una
tas. "Se debe poner todo el esmero te es cumbre y fuente de toda la ac- consideración más atenta lleva al Ya desde la primera instrucción
posible para que sean seleccionadas tividad de la iglesia (SC 10), tanto convencimiento, por el contrario, de (ínter oecumenici, 1964) para la
y ordenadas aquellas formas y ele- de la primera evangelización como que para la plena eficacia de la litur- aplicación de la SC se han venido
mentos propuestos por la iglesia de la catequesis. En consecuencia, gia es necesario desarrollar paralela- recomendando las celebraciones de
que, según las circunstancias de per- otra tarea y meta fundamental de la mente una acción atenta a formar la palabra de Dios, especialmente en
sonas y lugares, favorezcan más di- reforma es el conducir a los fieles a cristianos y comunidades que sean los períodos de cuaresma y adviento
rectamente la activa y plena partici- participar plena y activamente de las verdaderamente cristianas. Así, se ha y en las vigilias de las fiestas. En los
pación de los fieles y respondan me- acciones litúrgicas [/ Participación). redescubierto el valor del método ca- lugares donde falta la presencia del
jor a su aprovechamiento espiritual" Esto lo exige la naturaleza misma de tecumenal [/ Catecumenado; / Ini- sacerdote y que quedaban práctica-
(OGMR 5). Asambleas diversas pre- la liturgia. Puesto que es acción de ciación cristiana] y han surgido múl- mente sin ninguna celebración du-
cisan de celebraciones diferentes, no todo el pueblo de Dios, de toda la tiples iniciativas de tipo formativo rante largos períodos de tiempo se
en lo sustancial, sino en el estilo, en asamblea, nadie puede comportarse inspiradas en él, especialmente para han restablecido las reuniones do-
las expresiones, en los cantos, en los como mudo y ajeno espectador. To- la preparación a los sacramentos, la minicales de la comunidad en torno
gestos. Muchos sacerdotes, educa- dos deben saber comprender, respon- profundización en la fe y la vuelta a a la palabra y bajo la presidencia del
dos y habituados para ser solamente der, estar en silencio, cantar, actuar. la vida cristiana. La puesta en prác- catequista o de la persona destinada
fieles ejecutores, no se han compe- Aquí se nos presenta de nuevo el tica de las instancias profundas de la para ello. Diversas comisiones litúr-
netrado todavía con la exigencia de problema de la lengua. No se trata reforma estimula la búsqueda de nue- gicas diocesanas se han comprome-
vivificar la celebración con su propia solamente de eliminar un obstáculo vos métodos pastorales. tido a preparar para cada domingo
iniciativa. Una mentalidad práctica para su comprensión, sino de con- unos subsidios para la celebración
Reforma litúrgica 1706 1707 Reforma litúrgica
de la palabra de Dios y la oración la SC ha roto el centralismo instau- do con la publicación de los nue- llegaron a buen puerto por falta de
[/ Asambleas sin presbítero; / Cele- rado por el concilio de Trento. La vos libros litúrgicos. Esas propuestas opiniones comunes entre los orga-
braciones de la palabra]. descentralización, aunque no es ab- comprometen a todos [/ Formación nismos propuestos para la reforma
La experiencia litúrgica ha hecho soluta, es una de las aperturas más litúrgica], pero afectan sobre todo a litúrgica y para los seminarios. Sólo
surgir ya un nuevo modo de aproxi- cargadas de consecuencias. Confiere los principales responsables, por ha- el 3 de junio de 1979, la Sagrada
marse a la palabra de Dios, un deseo a la fidelidad una fuerte carga crea- ber sido constituidos "dispensadores Congregación para la educación ca-
vivo de saciarse de ella, y se han mul- tiva, que se expresa en las traduccio- de los misterios de Dios". La SC de- tólica publicó una instrucción sobre
tiplicado las iniciativas de escucha nes de los textos latinos a la propia muestra tener una viva conciencia de la formación litúrgica en los semina-
de la Escritura en grupos, en comu- lengua, en las adaptaciones, en la ello cuando advierte que ante todo rios ". Llegaba tarde, sin duda; pero
nidades y en los más diversos am- elaboración de textos nuevos y de es necesario proveer a la formación en compensación tenía la ventaja de
bientes. Es el punto de partida más cánticos que deben ser aprobados litúrgica del clero, porque no se pue- ofrecer una visión global de las ins-
válido y prometedor para la renova- por las conferencias episcopales y de esperar alcanzar los objetivos de- tancias innovadoras y de las orienta-
ción de la vida cristiana. Además, el por la Santa Sede. Este trabajo, si se seados "si los mismos pastores de al- ciones de todos los libros litúrgicos
relieve dado a la Escritura, después hace con inteligencia y sensibilidad, mas no se impregnan totalmente del y renovados. Si ayuda a formar pas-
de siglos de olvido, ha contribuido a puede dar a los libros litúrgicos en espíritu y de la fuerza de la liturgia y tores de almas que tengan un cono-
la formación de una concepción más lengua vulgar una fisonomía carac- llegan a ser maestros de la misma" cimiento sólido de la liturgia, cons-
completa de la misma celebración, terística que los distinga entre sí y (SC 14). Esto se ha evidenciado truyan sobre ella su propia vida es-
que exige la estrecha e irrompible los haga aparecer, al mismo tiempo, como el punto débil de la reforma. piritual y estén preparados para
unión entre palabra y sacramento: como patrimonio de la iglesia roma- El programa de estudios de los semi- hacer partícipes de ella a los fieles
juntos forman un único acto de cul- na y de las iglesias locales43. narios y universidades eclesiásticas que les son confiados, se habrá dado
to, juntos realizan y renuevan la En el mismo ámbito de una cele- no da generalmente a la liturgia el otro paso hacia adelante en la reno-
alianza entre Dios y el hombre. Sin bración normal se requiere habilidad puesto que le asigna la SC entre las vación de la vida litúrgica de las co-
la fe suscitada por la palabra y la creativa para adaptar las moniciones materias principales e indispensa- munidades cristianas.
respuesta positiva al plano de Dios, y hacerlas nuevas, introducir las lec- bles, de modo que sea tratada en sus
el sacramento no tiene eficacia. Así turas, formular intenciones para la diversos aspectos: teológico, históri-
disminuye sensiblemente el grupo de oración universal y las intercesiones co, espiritual, pastoral y jurídico.
los que se preocupan sólo de la par- Tampoco ha sido llevada a cabo la V. Reacciones
y actualizar la celebración con inter-
ticipación en el acto estrictamente venciones apropiadas referentes a la coordinación de las diversas mate-
sacramental, descuidando, incluso rias —especialmente la teología, En conjunto, el mundo católico ha
palabra proclamada, al misterio, a aceptado favorablemente la reforma,
voluntariamente, como una prepa- la fiesta celebrada o a la situación eclesiología, sacramentología, Sa-
ración superflua, la celebración de grada Escritura— con la liturgia, aunque todavía es necesario algún
local. Para hacer esto no basta la sacrificio y esfuerzo para adecuar-
la palabra. Queda todavía mucho facilidad de palabra: es más, a me- para dar a la formación seminarísti-
por hacer, no sólo para la compren- ca un carácter unitario (SC 16). Uni- se a ella. Lo reconoció el mismo Pa-
nudo resulta peligrosa. Se necesita blo VI, que se convirtió en el más
sión de la palabra de Dios (y de la capacidad de contemplación, expe- dad que hay que realizar no sólo en
misma liturgia, cuyo lenguaje está el campo doctrinal, sino también en autorizado catequista de la renova-
riencia del mundo de Dios, sobrie- ción litúrgica posconciliar: "No de-
constituido por símbolos y palabras dad y buen gusto, conocimiento de la conexión entre estudio y vida. La
inspiradas en la Sagrada Escritura), liturgia conocida, vivida y celebrada bemos dudar en hacernos primero
las reglas del lenguaje y de la situa- discípulos y luego mantenedores de
sino también por crear las disposi- ción de la asamblea. La improvisa- con la intensidad, variedad y pleni-
ciones necesarias para su acogida: ca- tud propuestas por la reforma es el la escuela de oración que va a co-
ción total supera la capacidad nor- menzar. Puede suceder que las re-
pacidad de escucha y de respuesta, mal de los celebrantes, y a menudo fundamento de la formación semi-
proclamación inteligible y digna, narística [/ Formación litúrgica de formas afecten a costumbres muy
no es digna de la santidad de Dios y queridas, y acaso también respeta-
/ homilía que cumpla con su función del respeto debido a la asamblea. los futuros presbíteros]. El problema
de partir el pan de la palabra, ayude estuvo presente en el orden del día bles; puede darse que las reformas
"La verdadera espontaneidad, la exijan sobre las primeras un esfuerzo
a verla como acontecimiento presen- verdadera creatividad consisten en desde el comienzo de la actividad del
te de salvación y a traducirla en la Consilium. Una instrucción litúrgica no grato; pero debemos ser dóciles
prepararse bien para hacer vivo el y tener confianza: el plan religioso
práctica en la vida de cada día [tam- texto, dando espíritu a la letra de la para los seminarios, publicada el 25
bién / Biblia y liturgia]. de diciembre de 1965 por el organis- y espiritual que nos ofrece la nue-
liturgia" ". Es un deber del que nadie va constitución litúrgica es estu-
mo competente para los seminarios,
se puede eximir.
no fue juzgada conforme con las pendo"4*.
4. CAPACIDAD CREATIVA. Regu- Ésta y las demás propuestas de la nuevas posiciones de la reforma y De hecho no han faltado palabras
lar la liturgia compete a la autoridad reforma impiden considerar la mis- no se la aplicó. Otros proyectos no de amargura y añoranza por parte
eclesiástica. En esta responsabilidad, ma reforma como un hecho conclui- de los que han conservado la nostal-
Reforma litúrgica 1708 1709 Reforma litúrgica
gia por las antiguas fórmulas, por la fiestas patronales, ha conducido a sistencia tenaz y persistente a la li- entreveían errores doctrinales del
lengua latina, por el canto gregoria- intervenciones demasiado drásticas turgia renovada, vista como la ban- protestantismo. Gran sensación pro-
no y polifónico. También han expe- y no suficientemente preparadas. dera de la renovación conciliar. Son vocó la divulgación de un Breve
rimentado dificultades, al comienzo, Se puede aplicar a todo este sector numerosas las denominaciones y los examen crítico del "Novus Ordo Afis-
no pocas familias religiosas. Surgi- lo que el presidente del Consilium boletines de información de los gru- sae", presentado al papa por dos car-
das en tiempos en los que el aspecto indicaba, en carta del 30 de junio de pos de contestación'\ Algunos se li- denales. Las preocupaciones doctri-
devocional prevalecía sobre el litúr- 1965, a propósito de las imágenes: mitaban a la petición de poder con- nales que en él se expresan derivan
gico, habían heredado una tradición "En la renovación de las iglesias a tinuar celebrando la misa en lengua de la no comprensión del lenguaje
de vida espiritual basada en la reci- los postulados de la renovación li- latina. Pero otros, contrarios a todo, adoptado por los documentos litúr-
tación de múltiples oraciones vocales túrgica ha habido quizá alguna exa- llevaron adelante una batalla desleal gicos ". La fijación en las expresio-
(no raramente pobres de teología y geración a propósito de las imágenes y llena de prejuicios, que no ahorró nes teológicas de la escolástica no
Sagrada Escritura y ricas en senti- sagradas. Había iglesias rebosantes las acusaciones más vulgares y ab- permitió aprehender el significado
mentalismo) y en devociones dirigi- de imágenes y de estatuas; ahora se surdas contra las personas. El siste- pleno de términos provenientes de
das a aspectos particulares del mis- corre el riesgo de pasar al extremo ma consistía en "colocar, sin corre- la mejor tradición patrística, como
terio de Cristo. Un mayor acerca- contrario, haciendo tabula rasa, eli- girse jamás, una etiqueta despectiva cena del Señor o memorial. Se qui-
miento más vivo y directo a la minando absolutamente todo. La a los adversarios; amalgamar lo que sieron encontrar expresiones impre-
liturgia; el descubrimiento del valor transformación ha sido a veces reali- se detesta en la globalidad de un tér- cisas en la Institutio que introduce
de la misa comunitaria, de la liturgia zada sin el acompañamiento de una mino que constituye el objetivo de al Misal (= OGMR), adoptando el
de las Horas y de la palabra de Dios, catequesis apropiada y ha podido un rechazo afectivo no matizado; sos- método de separar las frases del con-
han disipado rápidamente las difi- suscitar reacciones negativas o, por tener que se tiene razón, a veces al texto general del documento y con-
cultades. La vida de las comunida- lo menos, no edificar a los fieles". precio del formalismo; estar conven- siderarlas aisladamente. Sin embar-
des está ya gozosamente medida so- La opinión común no ha sabido dis- cido de que existe un complot de los go, aun con peligro de repeticiones
bre el metro de la liturgia. tinguir entre las directrices y el espí- malos, que se ha abierto paso en la redundantes y superfluas, la Institu-
También han manifestado perple- ritu genuino de la reforma y algunas iglesia una activa conspiración ju- tio fue completada aquí y allá. Y Pa-
jidad los que han visto en la reforma de sus aplicaciones menos correctas. deo-masónica o comunista que fo- blo VI quiso que fuese precedida por
litúrgica la causa de la desaparición Se la ha confundido indebidamente menta una subversión interna"4". un proemio que ilustrase la conti-
de formas de piedad popular muy con experimentos arbitrarios, inclu- nuidad del Misal con la tradición li-
so profanadores, de algún desconsi- Un típico ejemplo italiano de esta túrgica en los principales elementos,
queridas de los fíeles, particularmen- actitud son las publicaciones de un
te las referentes al culto de los santos derado. La prisa por hacer las tra- antiguos y nuevos, y la inmutabili-
ducciones, la falta de pericia en la escritor católico que suscitaron un dad de la doctrina y de la fe de la
y a los ejercicios devotos en honor amplio eco. Y sobre todo la primera,
de la Virgen María. Muchas de estas composición de nuevos cánticos, la iglesia acerca del misterio eucarís-
exageración en las simplificaciones con el significativo título La túnica tico, incluso mudando las formas.
prácticas han caído en desuso por stracciata: un libelo difamatorio e in-
las mudanzas en la vida social, debi- hasta rozar el desaliño y la banali- Pero nada sirvió para aplacar a una
dad, han contribuido también a acre- jurioso contra personas e institucio- oposición contraria a todo cambio.
das a los ritmos de trabajo de la in- nes "'. Desgraciadamente, lo avalaba
dustrialización, por la revalorización centar el malestar y la desconfianza. Así se llegó a una contraposición
Son todos ellos aspectos sobre los con un prólogo un miembro del sa- insostenible entre el Misal de san
de la celebración eucarística, situada cro colegio. Los periódicos y revistas
en el centro de la vida de la iglesia, que se repite continuamente la lla- Pío V y el de Pablo VI. Los argu-
mada y la reprobación del papa, del de la capital (II Tempo, II Messagge- mentos adoptados para defender la
por la mayor participación en la li- ro, Lo Specchio, II Borghese, L'Es-
turgia y la adopción preferencial de Consilium, de la Congregación para intangibilidad perenne del primero
el culto y de los obispos; pero son presso), particularmente en los pri- no se mantienen ni histórica ni doc-
celebraciones de la palabra. meros meses de 1967, se unieron a él
incidentes inevitables, al menos en trinalmente". La obstinación, las
Ha faltado, además, una exacta parte, en un período de transición. con artículos en defensa de la litur- sospechas de herejía manifestadas
información sobre la importancia y La adaptación de la reforma a apli- gia tradicional, del latín, de la músi- con respecto al nuevo Misal y al mis-
el espíritu de algunas reformas, caciones más conformes con los do- ca clásica en las iglesias. El mismo mo Pablo VI y el rechazo del conci-
como la del calendario. Y no se pue- cumentos y la experiencia de sus Pablo VI tuvo que intervenir para lio impidieron la búsqueda de la po-
de negar que el fervor por situar la beneficios han reducido los inconve- defender el trabajo llevado a cabo sibilidad de una coexistencia serena
liturgia en el centro de la vida de la nientes y disipado muchas dificulta- por la presidencia del Consilium 50. de las fórmulas antiguas con las nue-
comunidad cristiana, adaptar los lu- des iniciales. Pero no pasaría mucho tiempo antes vas. La oposición encontró un auto-
gares de culto a las exigencias de la de que él mismo fuera desconsidera- rizado defensor, aunque aislado en
reforma, corregir expresiones fol- Sin embargo, un sector que se ha damente acusado de herejía". el episcopado, en mons. Marcel Le-
clóricas locales que no se adecuaban fijado en posiciones de rechazo del Especialmente violenta fue la opo- febvre. Solamente la paciencia de
bien al sentido religioso de ciertas concilio ha opuesto también una re- sición al nuevo Misal, en el que se
Reforma litúrgica 1710 1711 Reforma litúrgica
Pablo VI impidió que se llegase a tes que se deben completar; orien- humanidad de Cristo, a su pasión, a in occasione del suo 70° complean-
peores extremos. No hubo clamoro- taciones que se deben madurar y las peregrinaciones, a las tradiciones no, Ed. Liturgiche, Roma 1982;
sas rupturas. Sin embargo, las conti- desarrollar. La misma naturaleza de populares coincidentes con la sema- Mons. Annibale Bugnini (1912-1982).
nuas insinuaciones produjeron algún la liturgia precisa de la disponibili- na santa o con acontecimientos par- "Liturgiae cultor et amator", en RL
efecto negativo. La insistencia en la dad para una continua mejora, por- ticulares de la vida: nacimiento, ma- 69 (1982) 553-567; P. Jounel, Mon-
audacia y peligrosidad de la reforma que pertenece »la vida de la iglesia y trimonio, muerte [/ Religiosidad po- seigneur Bugnini, en MD 152 (1982)
litúrgica, la generalización de algún debe caminar con ella. El lenguaje, pular, II]. El mismo desarrollo de la 187-192; C. Braga, Ricordo di
acto arbitrario y las calumnias lan- las categorías mentales, las costum- doctrina sobre la iglesia y sobre los Mons. Bugnini, en Not 18 (1982)
zadas contra las personas, la última bres, los gestos, los géneros literarios sacramentos, y sobre todo la madu- 441-452; Ricordiamo Mons. Bugni-
en el tiempo fue la de asociación con y musicales, la cultura cambian rá- ración de la fe y de las formas de ni, en EL 97 (1983) 5-15; B. Fischer,
la masonería, encontraron acogida pidamente. Surgen nuevos proble- vida comunitaria de las comunida- A. Bugnini e il futuro della chiesa,
en algún colaborador inmediato del mas, como la relación con los me- des cristianas, requerirán una conti- ib, 23-33.]
papa. dios de comunicación social [/ Mass nua puesta al día. [Para la relación
En el extremo opuesto, otros, ge- media], con el mundo juvenil [/ Jó- entre secularización y liturgia, / Se-
neralmente de un modo más tran- venes], con el mundo del / trabajo o cularización.] NOTAS: ' DPILS 1, pp. 12s — 2 S. Congr.
quilo y más bien a nivel de estudios, de la ciencia. La liturgia se debe con- La reforma ha sentado unas sóli- del Concilio, decr. Sacra Tridentina Synodus,
juzgan imperfecta la reforma, dema- frontar con todo esto. La reforma das bases y trazado las líneas para 22 diciembre 1905; S. Congr. de Sacramentos,
ha recogido lo mejor que ha encon- decr. Quam singulari, 8 agosto 1910; const.
siado tímida y anclada en el pasado, admitir futuros desarrollos en conti- apost. Divino afflaíu, 1 noviembre 1911: DPILS
no correspondiente a la evolución trado en la bimüenaria tradición de nuidad con cuanto se ha hecho. Ella I, nn. 5; 7; 8 — 3 Carta pontificia al card. Res-
cultural y a las necesidades del mun- la iglesia y ha dado gran importancia misma los estimula con sus instan- pighi, vicario de Roma, 8 diciembre 1903:
a la realidad pastoral. Pero ha falta- cias de renovación de la vida cristia- DPILS I, 4 — 4 Cf M. Magrassi, // tungo cam-
do moderno. También éstos, aunque mino del rinnovamento litúrgico dagli inizi alia
con algunas observaciones y suge- do la aportación de las ciencias an- na; con la promoción del sentido co- Costiíuzione concillare, en La Scala 30 (1976)
rencias válidas, pecan de una visión tropológicas, de las dinámicas de la munitario, de la participación activa 212-233 — 5 A. Bugnini, Per una riforma litúr-
parcial y subjetiva. La liturgia no comunicación [/ Liturgia y ciencias y responsable, de los ministerios, de gica genérale, en EL 63 (1949) 166-184 —
6
puede ser el banco de pruebas de humanas]. Por esto su lenguaje en- la adaptación. Son hechos que ani- Motu proprio In colidianis precibus, 25 marzo
cuentra cierta dificultad de transmi- 1945: DPILS I, 37 — 7 DPILS I, 42; 47; 50; II,
teorías particulares ni puede reser- man, que compensan los sufrimien- 60; 62; 67 — " SRC, Sectio histórica, 71, Me-
varse a grupos de élite. Por esto la sión y los textos hacen resonar el tos y las dificultades encontradas en moria sulla riforma litúrgica. Tipografía polí-
reforma ha debido tener en cuenta clima humano y cultural de épocas el trabajo y las imperfecciones inevi- glota vaticana, 1948, 6: esta memoria se preparó
la situación general de la iglesia y cristianas muy lejanas de la nuestra tables, y encaminan a la comunidad con vistas a los trabajos de dicha comisión y se
por las condiciones de vida, / cultu- completó con la publicación, entre muchos
fundir en el mismo crisol las exigen- cristiana hacia la meta propuesta otros estudios particulares, de cinco partes pos-
cias de la sana tradición y del legíti- ra e incluso intensidad de la fe. La por la constitución litúrgica: contri- teriores: Supplemento I, Iníorno alia gradua-
mo progreso (SC 23), de modo que atención preferentemente dirigida a buir a que los fieles expresen en su zione litúrgica, 1950; Supplemento II, Annota-
todos puedan insertarse en el cauce suscitar la participación en la liturgia vida y manifiesten a los demás el zioni alia "Memoria" preséntate, su richiesta,
trazado. y a preparar los instrumentos que la misterio de Cristo y la naturaleza dai rev.mi dom Capelle O.S.B., P. Jungmann
facilitan no ha permitido valorar S.J., mons. Righetti, 1950; Supplemento III,
propia de la iglesia (cf SC 2). Materiale storico, agiografico, litúrgico per la
adecuadamente el peso y la inciden- riforma del calendario, 1951; Supplemento IV,
cia, por una parte, de la seculariza- [Sobre el papel que en el campo
Consultazione dell'episcopato intorno alia ri-
VI. Perspectivas ción y, por otra, de las fórmulas de- de la reforma litúrgica ha tenido forma del Breviario romano (1956-57). Risul-
vocionales y de la religiosidad po- mons. Annibale Bugnini, cm (1912- laii e deduzioni, 1958: De instauratione litúr-
Ninguna obra humana es perfecta, pular. El estudio de la relación de 1982), primeramente como secreta- gica maioris hebdomadae. Posilio, 1955 —
rio de la comisión litúrgica antes del ' DPILS I, 53; II, 68; 70; 73; I, 57; II, 74; II, 64;
aunque en ella hayan puesto inteli- estas últimas, en especial, con la li- 77; II, 65 — ,0 SRC, instrucción De música sa-
gencia y corazón los nombres más turgia ha sido aplazado. El culto concilio (/ supra, I) y después como cra 3, sem. 1958: DPILS II, 84 — " Motu pro-
valiosos y competentes del momen- eucarístico y la piedad mariana han secretario de la comisión preparato- prio Rubricarum instructum, 25 julio 1960, en
to. Menos aún lo puede ser la refor- sido objeto de documentos impor- ria del Vat. II para la liturgia (/ su- AAS 52 (1960) 593ss; SRC, decr. de promulga-
ma más amplia que la iglesia haya tantes e iluminadores [/ Culto euca- pra, I), del Consilium ad exsequen- ción y Código de las rúbricas, 26 julio 1960, en
dam constitutionem de sacra liturgia AAS cil., 596-731 — l2 G. Caprile, Cronistoria
conocido nunca en el campo litúrgi- rístico; / Eucaristía; / Virgen Ma- della costiíuzione litúrgica, en W . A A . , La cos-
co, realizada en un período de tiem- ría]; sin embargo, falta todavía una y de la Sagrada Congregación para tiíuzione sulla sacra liturgia. Testo - Genesi -
po relativamente breve. Hay aspec- investigación y una confrontación de el culto divino (/ supra, II, 1-2), cf Commenlo - Documeníazione, LDC, Turín
tos que se deben reconsiderar; pun- carácter más general y la considera- G. Pasqualetti, Una vita per la litur- 1967,67 — " Debidos al cambio de clima en la
gia, en Liturgia opera divina e uma- cúspide, tras la muerte del card. G. Cicognani
tos que se deben coordinar, sobre ción de aspectos devocionales parti- (5 febrero 1962), sucedida pocos días después
todo por causa de la fusión de los di- culares, como los que se refieren a la na. Studi sulla riforma litúrgica of- de la firma del esquema. Las "maniobras" se
versos Ordo de los sacramentos; par- ferti a S.E. Mons. Annibale Bugnini
Reforma litúrgica 1712 1713 Reforma litúrgica
33
dirigieron no sólo a la modificación del texto, CNPL, París 1975 — Las líneas generales de Italia son: "Una voce", "Civiltá cristiana", "Vi- Informes sobre la documentación litúrgica: de
sino también contra las personas. El caso más revisión de los libros litúrgicos y en particular gilia romana" — 48 Y. Congar, La crisis de la 1974: en "Phase" 84 (1974) 497-512; de 1975: ib,
clamoroso fue la sustitución de A. Bugnini por de la misa y del oficio divino fueron presentadas Iglesia y monseñor Lefebvre, Desclée, Bilbao 90 (1975) 417-434; de 1977: ib, 102 (1977) 535-
F. Antonelli como secretario de la comisión con- al examen del primer sínodo de los obispos de 1976, 15 — 4 ' T. Casini, La túnica stracciata. 547; de 1978: ib, 108 (1978) 499-522; de 1979:
ciliar parala liturgia: cfG. Caprile, o.c. — w A. 1967, que debería haber referido el juicio de Leitera di un cattolico sulla "riforma litúrgica", ib, 114 (1979) 455-471; de 1980: ib, 120 (1980)
Bugnini, L 'opera del card. Gaelano Cicognani cada una de las conferencias episcopales: De Roma 1967; Dicebamus herí. La túnica strac- 419-444; de 1981 a 1983: ib, 139 (1984) 51-58.
per il rinnovamento litúrgico dell'ultimo decen- liturgia in prima Synodo Episcoporum, en Not ciata alia sbarra, Florencia 1967; Superflumina Edición de documentos: Pardo A., Liturgia
nio, en EL 76 (1962) 132 — IS Texto del motu 3 (1967) 353-370. Fue también enviado a cada Babylonis. Lettere daiesilio, Florencia 1969; de la eucaristía, Marova, etc., Madrid 1979; Li-
proprio en EDIL 178-190 — " Cartas de la Se- obispo un pequeño volumen con la descripción Dall'esilio alie catacombe. Ricorso a María, Flo- turgia de los nuevos rituales y del Oficio Divino,
cretaría de Estado, 29 febrero 1964 y 7 enero de la estructura de la liturgia de las Horas: Des- rencia 1970; Nelfumo di Sotana. Verso l'ultimo Marova, etc., Madrid 1980; Urquiri T., Litur-
1965, en EDIL 191; 379; discurso de Pablo VI criplio Officii Divini iuxta Concilii Valicani II scontro, Florencia 1976 — 50 Cf discurso al gia conciliar 1 (1963-1969), Cocuisa, Madrid
al "Consilium", 13 octubre 1966; Ib, 682-685 — decreta instaurati, en Not 5 (1969) 74-85. Se "Consilium", 19 abril 1967, en EDIL 804 — 1969.
17
Nol 6 (1970) 224-225 — l8 A. Bugnini, Gli envió a unos ochocientos expertos para que 51
G. de Nantes, Liber aecusationis in Paulum
osservalori al "Consilium", en Not 10 (1974) examinaran el proyecto del leccionario bíblico Sextum, La Contre-Réforme catholique, St.-
3. Desarrollo de la reforma litúrgica, juicios y
249-252 — " Const. apost. Sacra Rituum Con- de la misa para los domingos y fiestas, impreso Parres-lés-Vaudes 1973 — " La falta de funda-
balances
gregatio, en EDIL 1761-1773 — 20 Const. pro manuscripto por el "Consilium"; las res- mento de las aserciones del "Breve examen crí-
apost. Constans nobis studium, en Not 11 puestas comprendían cuatrocientas páginas y tico" ha sido demostrada competentemente por Aldazábal i.. La eucaristía a los 10 años de la
(1975) 209-212 — 21 Not 13 (1977) 364-365 — siete mil fichas de observaciones que impusieron C. Vagaggini, II nuovo "Ordo Missae"e l'orto- constitución de liturgia, en "Phase", 81 (1974)
22
Cf Relatio de laboribus el inceptis Sacrae una revisión completa. Se llevó a cabo un tra- dossia, en Rivista del Clero Italiano 50 (1969) 229-241; "Ay, ay, pobre reforma litúrgica", ib,
Congregalionis pro Cullu Divino ad Synodum bajo análogo en el caso de las lecturas bíblicas 688-699 — " Cf G.M. Oury, La Messe de St- 126 (1981) 519-522; 20 años de reforma en Es-
Episcoporum, en Nol 10 (1974) 355-362 — y patrísticas, de los himnos y de las preces de la Pie Va Paul VI, Beauchesne, París 1975; A.-G. paña. Comentarios a un documento episcopal,
23
Cf A. Bugnini, Dieci anni, en Not 9 (1973) liturgia de las Horas —3d Cf intervenciones del Martimort, Mais qu'est-ce que la Messe de St.- ib, 139(1984)71-79; Las lecciones de una refor-
395-399 — 24 Id, Restaurare la linea "autenti- papa, del "Consilium" y de la SCCD, en EDIL Pie V, en Nota 12 (1976) 372-377; E. Lisi, Ob- ma, en "Notitiae" 219 (1984) 603-623; Aroztegui
ca" del Concilio?, en Not 10 (1974) 217-221 — 405; 411-412; 691-693; 805; 977-978; 2172; bligatorietá del nuovo rito della messa, extracto F.X., Balances de estos diez años de reforma
25
Cf carta pontificia Sacrificium laudis, 15 agos- 2185 — 35 EDIL 199; 203 — 36 A. Bugnini, La de Palestra del Clero, Rovigo 1977, n. 2. litúrgica, en "Phase" 83 (1974) 433^39; Bugnini
to 1966, en EDIL 675-680; instrucción sobre la riforma litúrgica nelle missioni, en Problemi at- A., Siete años, ib, 62 (1971) 127-130; Situación
lengua que deberán usar los religiosos en el ofi- tuali dell'evangelizzazione (pro manuscripto). G. Pasqualetti actual de la reforma litúrgica, ib, 78 (1973) 495-
cio divino y en la misa, 23 noviembre 1965, en Pontificia Universitá Urbaniana 1975, 193-217; 504; Carreras J.M., La reforma litúrgica en Es-
EDIL 505-525 — 2* EDIL 574; 780; 2579 — sobre las adaptaciones litúrgicas actuales en Pa- paña. Resultados de la encuesta nacional, en
2
' Le tingue nella liturgia dopo il Val. II, en Not kistán, Cambodia, India, República Khmer, cf BIBLIOGRAFÍA: "Liturgia" 245 (1969) 81-100; Comunidades de
15 (1979) 387-520 — 28 Instrucción del "Consi- Not 4 (1968) 331; 5 (1969) 365-366; 6 (1970) 67; Saint-Séverin, La renovación litúrgica, Casal y
lium" sobre la traducción de los textos litúrgicos 97; 282; 10 (1974) 391; P. Puthanangany, Adat- 1. Comentarios a la constitución conciliar so- Valí, Andorra 1962; Conferencia Episcopal Es-
para la celebración con el pueblo, 25 enero tamento delta liturgia in India, en RL 65 (1978) bre la sagrada liturgia pañola, La pastoral litúrgica en España a los 20
1969, en EDIL 1200-1242 — M Cf documentos 130-143; A.J. Chupungco, Verso una liturgia años de la SC, en "Pastoral Litúrgica" 133-134
per le Filippine. ib, 144-149 — 37 SCCD, ins- Baraúna G., La sagrada liturgia renovada por (1983) 3-13; Encuentro (II) Latinoamericano de
del "Consilium" y de la SCCD, en EDIL 298;
trucción Actio pastoralis, 15 mayo 1969, en el concilio, Studium, Madrid 1965; Bouyer L., Liturgia (Caracas 1977), De la reforma a la re-
981; 1240-1241; 2050-2055; Not 8 (1972) 38-
Liturgia renovada. Comentario espiritual doc-
40 — J0 S. Congr. para los sacramentos y el EDIL 1843-1857; Directorio para la celebración novación litúrgica en América Latina, en "No-
de la misa con niños, 1 noviembre 1973, ib, trinal a la constitución SC, Verbo Divino, Este- titiae" 136 (1977) 513-540; Farnés P., El movi-
culto divino, carta a los presidentes de las confe-
3115-3169; adaptaciones para situaciones y gru- Ha (Navarra) 1967; Nicolau M., Constitución miento y la reforma litúrgica, en "Phase" 62
rencias episcopales sobre las lenguas vulgares a
pos particulares, en Not 2 (1966) 30; 245; 8 litúrgica del Vaticano II. Texto y comentario (1971) 149-156; Fernández P„ Diez años de re-
introducir en la liturgia, 5 junio 1976, en Not 12
(1972) 254-258; 9 (1973) 138-139; 274-278 — teológico-pastoral. Apostolado de la Prensa, novación litúrgica: 1963-1973, ib, 83 (1974) 415-
(1976) 300-302. La traducción de las fórmulas 38
Sobre el tema de la creatividad y de la adap- Madrid 1964; Schmidt H., La constitución so- 432; Floristán C , Dificultades de la pastoral
sacramentales fue objeto de especial atención:
tación, cf£L 89 (1975) fase. 1 — 3 ' Discurso de bre la sagrada liturgia, Herder, Barcelona 1967; litúrgica ante el cristiano tradicional, ib, 41
desde 1973 se pidió una estricta fidelidad literal
Pablo VI al "Consilium", 13 octubre 1966, en VV.AA., Constitución conciliar sobre la sagra- (1967) 404-410; Franquesa A., El movimiento
al texto latino y toda traducción fue sometida a
EDIL 685 — " 25 marzo 1964; 30 junio 1965; da liturgia, en "Phase" 19 (1964) 1-122; VV.AA., litúrgico y la constitución, ib, 20 (1964) 128-
la aprobación del santo padre; cf carta de la
25 enero 1966; 21 junio 1967; todas en EDIL Jornadas de estudio sobre la constitución, ib, 139; Garrido M., Las reformas litúrgicas, en
SCCD, 23 octubre 1973, en EDIL 3110-3114;
192-196; 406-417; 569-579; 974-982 — " 2junio 20 (1964) 113-192; VV.AA., Renovación litúr- "Liturgia" 21 (1966) 155-177; Goenaga J.A., La
fue una medida tuciorista frente a las dudas
1968 y Pascua 1974, en EDIL 1044-1062; Not gica. Doctrina y comentarios, Marova, Madrid segunda fase de la renovación litúrgica, ib, 22
insistentes sobre la validez de ciertas traduccio-
10 (1974) 123-126 — a Le traduzioni dei libri 1965; VV.AA., Comentarios a la constitución (1967) 281-304; Gomis J., La pastoral litúrgica
nes, hasta el punto de que tuvo que intervenir la
liturgia. Atti del Congresso lenuto a Roma il 9- sobre la sagrada liturgia, BAC 238, Madrid en una etapa de restauración, en "Phase" 121
Sagrada Congregación para la doctrina de la fe
13 novembre 1965, Librería Editrice Vaticana, 19652; VV.AA., Concilio Vaticano II: La litur- (1981) 63-68; Gomis J.-Vinardell J„ Tres en-
con una declaración sobre el significado de la
1966 — 43 Cf / Messali in lingua nazionale, en gia hoy. Criterios conciliares, Fax, Madrid cuestas sobre reforma litúrgica en España, ib,
aprobación de la traducción de las fórmulas sa-
RL 65 (1978) fase. 1 — " Max Thurian, Tra- 1965; VV.AA., La liturgia después del Vaticano 51 (1969)269-282; López Martín J„ La reforma
cramentales, 25 enero 1974, en Not 10 (1974)
II. Balances, estudios, prospecciones, Taurus,
395 — 3I SCCD, instrucción Memoriale Do- dizione e rinnovamento nello Spirito, AVE, litúrgica del Vaticano II, en "Nova et Vetera" 2
Roma 1978, 152; A. Cuva, La creativitá rituale Madrid 1969; VV.AA., Sacrosanctum Conci- (1976) 155-181; Maldonado L., La reforma li-
minio 29 mayo 1969, en EDIL 1892-1907; A.
nei libri liturgia ai vari livelli di competenza, en lium diez años después, en "Phase" 82 (1974) túrgica ulterior, en "Concílium" 32 (1968) 258-
Bugnini, Sulla mano "come in trono ", en Not 9
EL 89 (1975) 54-99 — 4i Texto latino, en Not 265-380.
(1973) 289-296 — 32 SCCD, cartas circulares 266; La liturgia entre el hoy y el mañana, ib,
sobre las plegarias eucarísticas: Eucharistiae par- 15 (1979) 526-570; texto ital. en Lil 13 (1979) 138 (1978) 369-386; Martín C , Veinte años de
licipalionem, 27 abril 1973, en EDIL 3037-3055; 596-642 — *<• Pablo VI, La reforma litúrgica, 2. Documentación de la reforma litúrgica la SC, en "Religión y Cultura" 30 (1984) 191-
Preces eucharisticae pro missis cumpueris el de voluntad de la Iglesia, audiencia general del 13 Elencos de documentos: en "Phase" 72 (1972) 202; Onandía E., El escándalo de la liturgia, en
reconcilialione, en Nol II (1975) 4-12; Ph. enero 1965, en Ecclesia, n. 1228, del 23 enero 577-585; 84 (1974) 520-524; en "Pastoral Litúr- "Liturgia" 24 (1969) 137-151; Oñatibia I., Die-
Béguerie-J. Evenou, Eucharisties de tous pays. 1965, p. 13 (1907) — 47 Los más conocidos en gica" 84-85 (1975) 3-31. ciséis años de intensa evolución litúrgica (1961-
Religiones no-cristianas 1714 1715 Religiones no-cristianas

1977), en "Phase" 100 (1977) 189-217; Mesa re- Premisa religiones se dividen en dos grupos, nes mítico-filosóficas, que se corres-
donda: ib, 251-262; Oriol J., Los debates sobre que se caracterizan por el modo di- ponden sustancialmente con el Mum-
liturgia en el Sínodo episcopal, ib, 42 (1968) verso de representarse la realidad úl- mu de la mitología sumerio-babiló-
569-574; Palacios M., La renovación litúrgica, Las fiestas y celebraciones religio-
¿optimismo o pesimismo?, en "Liturgia" 23 sas son patrimonio de todos los pue- tima y primordial, "ese último e ine- nica, con el Kaos, el Apeiron, el
(1968) 213-223; Pou R., ¿Se está haciendo re- blos y, por lo que parece, tan anti- fable misterio que envuelve nuestra Kosmos y el Uno de los griegos y, en
forma litúrgica?, en "Phase" 62 (1971) 131-147; guas como su historia, hasta el pun- existencia, del cual procedemos y cierto aspecto, con la Sustancia de
En crisis de pastoral litúrgica, ib, 84 (1974) 471 - to de que alguien ha observado que hacia el cual nos dirigimos", que la Spinoza, con el Espíritu eterno de
489; Rodríguez del Cueto C , La reforma litúr- declaración del Vat. II sobre las re- Hegel y con la materia primordial
gica, ¿una mela incumplida?, en "Colligite" 22 el hombre, además de ser definido
(1976) 110-132; SchmidtH., La reforma litúrgi- como homo faber, ludens, politicus, ligiones no cristianas (NA 1) sitúa de todas las formas del neopositivis-
ca. Observaciones y perspectivas, en "Liturgia" religiosus y oeconomicus, debería ser en la base de todas las religiones. mo filosófico contemporáneo.
21 (1966) 353-368; Tena P., Perspectivas pasto- denominado también festivus\ Se- Existen en las religiones dos modos Supuesta la existencia de este Prin-
rales de la reforma litúrgica, en "Phase" 29 gún el filósofo neopositivista L. Witt- de concebir el Absoluto. Tenemos cipio impersonal, el hombre se con-
(1965) 280-293; Balance de situación a los 20
genstein, que discute ásperamente so- religiones monoteístico-proféticas y vierte en un fragmento del ser, caído
años de la "Mediator Dei", ib, 43 (1968) 5-16; religiones cósmico-místicas; en las
Pedagogía de la reforma y trabajo teológico, ib, bre este punto con Frazer, "se podría accidentalmente; la historia, en el
54 (1969) 523-528; La "recepción " de la Semana casi decir que el hombre es un ani- primeras, el Absoluto es concebido puro juego fenoménico del Absolu-
Santa reformada, ib, 145 (1985) 5-14; Vagaggini mal ceremonial" 2 . Pero aparte de es- como un ser personal distinto y dife- to, sin consistencia propia ni signifi-
C , Los principios de la reforma litúrgica apro- tos importantes, aunque tardíos, re- rente del cosmos, al que ha dado ori- cado intrínseco (el lila de los dioses
bados por el concilio, ib, 13 (1963) 2-13; conocimientos, tanto la historia de gen con un acto creador y en el que en la India, o una sucesión de yuga o
VV.AA., El por qué de la reforma litúrgica. interviene a través de los profetas;
Estela, Barcelona 1964; VV.AA., 7 de marzo: las religiones como la antropología ciclos del mundo según la cronología
un año de reforma litúrgica, en "Phase" 32 religiosa todavía no han estudiado en las segundas, el Absoluto es ima- mítica del hinduismo), y la salvación
(1966) 147-156; VV.AA., Problemas actuales de de un modo global y sistemático este ginado como un ente indiferenciado, consiste en la inmersión o absorción
la reforma litúrgica, ib, 38 (1967) 125-189; sector; prueba de ello es el hecho de realidad teo-cosmo-antropológica, de la existencia individual en el todo
VV.AA., Liturgia, problema de hov, en "Litur- que los más conocidos manuales de de la que los individuos particulares cósmico. Las técnicas orientales del
gia" 250 (1970) 101-328; VV.AA.," 12 años de se han separado por un accidente
reforma litúrgica en España, en "Pastoral Li- fenomenología de las religiones exis- yoga, del zen, del ying-yang y de la
túrgica" 100 (1978) 1-112; VV.AA., Reflexiones tentes en nuestros días, carecen de originario inescrutable. Estas dos for- meditación trascendental tienden sus-
para 20 años de reforma litúrgica, en "Phase" un tratamiento específico y general mas religiosas, que conviven en tancialmente a esto. Símbolos clási-
137(1983)349-439. de este argumento. nuestro planeta unas veces en zonas cos de este modo de pensar me pare-
separadas, otras de modo sobrepues- cen Los Recuerdos, de Marco Aure-
4. La contestación a la reforma litúrgica Este breve tratado se limitará, por to y enlazado, tienen modos diversos lio, cuyo título original en griego es
tanto, a las celebraciones más im- y peculiares de celebrar las fiestas Eis eautón, esto es, discurso dirigido
Congar Y., La crisis de la Iglesia y monseñor portantes de las grandes religiones
Lefebvre, Desclée, Bilbao 1976; Gomis J., Con- religiosas. a sí mismo con vistas a la autointe-
testación al nuevo Ordo Missae, en "Phase" 54 actuales, no sin haber hecho notar gración en el imperio, expresión so-
(1969) 608-614; VV.AA., Contestación a la re- antes que, al igual que en el cristia- cial del cosmos. En la misma direc-
forma litúrgica (A propósito del caso Lefebvre), nismo, la celebración festiva se ins- ción nos llevan las últimas palabras
en "Phase" 97 (1977) 1-74; VV.AA., Monseñor cribe en el tema y en el contenido II. Las religiones
Lefebvre o el cisma entre el recuerdo y el olvido, de Plotino a sus discípulos: "Esfor-
fundamental de toda fe religiosa, cósmico-místicas y sus fiestas zaos por elevar lo divino que está en
en "Colligite" 22 (1976) 378-393. Véase también
la bibliografía de Culto eucarístico. Eucaristía,
para actualizarlo y ofrecerlo al dis- vosotros hasta lo divino que está en
Formación litúrgica. Formación litúrgica de los frute de toda la comunidad. Nos ocuparemos en primer lugar
de las religiones que representan al el universo", y la intuición suprema
futuros presbíteros. Movimiento litúrgico. de la Chandogya Upanishad "tal
Absoluto con trazos impersonales,
indistintos y totalizantes. Se trata del tvam asi" ("tú eres Aquello", o sea,
I. Dos grandes grupos el Brahmán), que domina toda la
de religiones Brahmán, en el área hindú del Nir-
vana, que "no es ni existencia ni no- búsqueda espiritual hindú.
Antes de tratar de las celebracio- existencia, ni siquiera alguna imagi- En este contexto religioso, presen-
nes festivas de las grandes religiones, nable combinación de existencia y te por doquier en el planeta tierra,
RELIGIONES NO-CRISTIANAS no-existencia" (L. de la Vallée-Pous-
se impone la necesidad de echar un las fiestas y los rituales sagrados asu-
Y FIESTAS vistazo al mapa religioso de la tierra sin), en el área del budismo Thera- men el carácter de celebraciones
para comprender sus características vada; del Tathata (el ser así, o sea, la cósmico-naturalistas. Estas celebra-
SUMARIO: Premisa - 1. Dos grandes grupos y distinciones fundamentales. naturaleza profunda no definible de ciones cósmicas son patrimonio atá-
de religiones - II. Las religiones cósmico- las cosas), en el área del budismo vico de la humanidad. Persisten
místicas y sus fiestas - 111. Las religiones
Observamos rápidamente que exis- Mahayana; del Tao, origen de todo,
monoteístico-proféticas y sus fiestas - IV. ¿An- te una gran división bipartita en el como trasfondo, incluso donde se
en el área china. Son denominacio- ha afirmado el monoteísmo proféti-
títesis o convergencia? mapa religioso de la humanidad. Las
Religiones no-cristianas 1716 1717 Religiones no-cristianas

co, y aparecen sometidas a un es- centrípeta: el individuo y la comuni- Por eso los miembros de las familias jer de Brahma, en el sur y en el oeste;
quema común. Casi todas están mo- dad tienden a dirigirse, como en un se reúnen en los patios de las casas, y a Durga, mujer de Shiva, en el res-
duladas por un ciclo cósmico, y pre- movimiento de sístole, hacia el Prin- veneran el sol bajo la forma de un to del país. Sarasvati es la diosa de
cisamente por el más obvio e cipio del que se han separado. No diagrama rojo, renuevan la vajilla de la palabra y de la sabiduría; Durga
inquietante, que es el movimiento lu- existe la espera de un reino de pios, la casa y asisten juntos al hervido es la madre benévola y providente.
nar. En algunas ocasiones, el ciclo pero se pide la liberación del mal. del arroz en la leche, símbolo de pros- El sexto día de lá fiesta todas las
lunar se asocia de diversos modos al Me limitaré a indicar rápidamente peridad. En los dos primeros días se plazas y casas son adornadas con
solar o estacional. Es recurrente en alguna celebración entre las muchas realizan baños en los ríos sagrados, una imagen de la diosa, y ante ella
estas solemnidades el horror tempo- de este tipo de religión. se comen semillas de sésamo para los brahmanes recitan oraciones
ris, o sea, la preocupación por la En el área hindú está el Divali o el purificarse de las culpas, y el tercer para que la divinidad venga a habi-
consunción del mundo y de la vida Dipavali (literalmente, guirnalda de día la fiesta se extiende a los anima- tarla. En ese momento la fiesta al-
en el fluir del tiempo, que hace nacer luces), ciclo festivo de cinco días les: vacas, toros, búfalos y elefantes canza su punto culminante: baños sa-
el propósito de poner en contacto (hoy es fiesta nacional) que se cele- son lavados, pintados, adornados y grados, flores, himnos, fórmulas sa-
cada año que nace, cada estación, bra en torno al novilunio de octubre: festejados de todos los modos posi- gradas, lámparas, ritos, espectáculos
cada mes que comienza con el Prin- el centro de la fiesta es la diosa Laks- bles, con regalos de golosinas a base teatrales y cantos se suceden con-
cipio originario del cosmos. Existe mi, mujer de Visnú, diosa de la pros- de arroz y leche. tinuamente durante tres días ante la
también la percepción de que hay peridad, de la belleza y de la felici- diosa, antes de que al décimo día,
tiempos críticos y débiles en el trans- Muy celebrada en toda la India, según se cree, el espíritu divino
dad; en cambio, en Bengala es Kali, hacia el novilunio de febrero, es la
curso del año, como el novilunio y el consorte de Shiva, diosa de la diso- abandone la estatua. Entonces se
solsticio, por lo que es necesario re- fiesta de Mahashivaratri, donde se toma la imagen, se la acompaña al
lución y de la regeneración. El pri- celebra a Shiva bajo el símbolo del
currir a ritos para sostener el decur- mer día de la fiesta se entroniza su río más cercano y se la arroja al agua
so de las energías cósmicas. Hay ale- linga. Con este motivo se relatan mi- en medio de gritos de fiesta; al vol-
gría por la renovación de la fecundi- imagen en las casas y comercios; el tos y puranas sobre las gestas del
segundo se celebra la victoria de ver, se pasa por las casas para darse
dad en los rebaños y en los campos, dios y se acude a sus templos para unos a otros los augurios y felicitarse
por el retorno de la lluvia y del sol, Krishna sobre el demonio Naraka echar flores y hojas de betel sobre por la fiesta realizada.
por el florecer de la vida en las fami- (una especie de victoria de Apolo el linga. Son consideradas especial-
lias y en las tribus. Existe la intui- contra los centauros o de Zeus con- mente eficaces las infusiones de leche En el área china, marcada por el
ción de un ordenamiento divino del tra Tifón), y después comienza la y miel sobre la imagen de la fecundi- budismo Mahayana y por el taoís-
universo, gracias al cual la luz vence adoración en masa (puja) de Laksmi dad. Las celebraciones se prolongan mo, predomina sobre todas la fiesta
a las tinieblas, la vida predomina so- y de Kali en sus respectivos santua- con vigilias, ayunos y oraciones; es del comienzo del año, que dura
bre la muerte, el orden se mantiene y rios, mientras que casas, templos y particularmente abundante la parti- quince días a partir de la aparición
se impone sobre las fuerzas absurdas fuentes son iluminados por millares cipación de las muchachas nubiles de la luna del año nuevo (finales de
de la disgregación. Pero surge tam- de pequeñas lámparas de aceite. Los para obtener la gracia de un marido; enero-primeros de febrero). La cele-
bién el temor de que el orden cósmi- hindúes de hoy ven en este ritual un la atmósfera es a menudo tórbida y bración alcanza su máxima intensi-
co pueda ser quebrantado y de que símbolo de la luz que disipa las ti- excitante; los occidentales, y en ge- dad en los primeros dos días del no-
con él se rompan la comunicación y nieblas de la ignorancia. Cabras y neral los no hindúes, son manteni- vilunio y en el decimoquinto día del
la fraternidad familiar y social. De búfalos son inmolados a centenares dos lejos de los templos donde tiene plenilunio; pero ahora sólo puede
aquí la preocupación para que cada para propiciar los favores de las dio- lugar la celebración. ser observada en los confines de la
cosa vuelva a su puesto, los espíritus sas, mientras que la sangre derrama- China continental, esto es, en Ma-
Más tranquila es la celebración de lasia, Singapur, Vietnam, Hong-
a sus habitáculos, los muertos a sus da a los pies de la negra imagen de Holi, que coincide con la luna llena
moradas, los vivos a su propio con- Kali crea un ambiente de embria- Kong, Macao, Taiwan y en los ba-
de marzo: su característica consiste rrios chinos de las grandes ciudades
texto social y que todo se reintegre a guez y de exaltación en todos los en encender grandes hogueras, mien-
la unidad primordial. No faltan las presentes. asiáticas. Templos y pagodas se ilu-
tras que se espía a los que pasan por minan y se llenan; la gente rivaliza
purificaciones con aguas lústrales, También en la India, pero sobre las calles para empaparlos abundan-
prácticas adivinatorias y execrato- en ofrecer alimentos y flores; se ha-
todo en Tamil Nad, se celebra la fies- temente con agua colorada. cen oraciones, adivinaciones y votos.
rias, entremezcladas de tradiciones y ta de Pongal, en el solsticio de in-
leyendas populares, precauciones Festejada en toda la India como Las expresiones de buenos deseos
vierno, hacia el 12 de enero. Dura acostumbradas son: "Sé vigoroso y
contra posibles catástrofes o colap- tres días, y es la única celebración un verdadero y propio período de
sos de la energía cósmica. Falta una vacaciones es la solemnidad de Na- ágil como el dragón y el caballo",
solar del año. En diversas partes de "Que tu fortuna sea tan grande
esperanza verdadera y propia; se tie- la India coincide con la estación de varatra o de las nueve noches, que
ne la impresión de una revolución tiene lugar en el novilunio de sep- como la tierra y el mar", "Que tu
la cosecha; es, en efecto, una cele- vida dure como la montaña". Es evi-
bración del sol y de la fecundidad. tiembre. Se venera a Sarasvati, mu-
Religiones no-cristianas 1718 1719 Religiones no-cristianas

dente la atmósfera cósmica de la ce- gente se apiña en las pagodas para ción consiste, para los judíos, en el evocación y un recuerdo de la inter-
lebración. contemplar la arcana imagen de don de la ley y de la alianza por me- vención de Dios en la historia; todas
Está difundida en todo el área chi- Buda impasible, mientras que de lo dio de Moisés en el Sinaí; los cristia- de algún modo celebran y actualizan
no-japonesa la festividad de los alto cae la luz blanca de la luna. Pe- nos la ven en la misión de Cristo y el acontecimiento que diera una nue-
muertos, llamada Vllambana (pro- queños y grandes, hombres y muje- en la salvación realizada por él en su va dirección a la vida humana. Esto
bablemente del sánscrito), Urabon res, jóvenes y ancianos se concentran nacimiento, muerte y resurrección, provoca sentimientos de gratitud y
en japonés, fiesta relacionada con el en silenciosa meditación; se arre- mientras que para los musulmanes de alabanza. Se mira con ojos nue-
plenilunio de julio. La celebración pienten de sus culpas y oran para consiste en la bajada del Corán, ex- vos la experiencia de la vida cotidia-
consiste en ofrendas de flores y ali- obtener la iluminación, bajo la mi- presión perfecta de la voluntad de na, y se renuevan los vínculos de so-
mentos, y en la recitación de oracio- rada tranquila e inalterable de los Dios para regular la vida individual lidaridad y de participación que han
nes con el fin de propiciar la paz a monjes. y social de los hombres. caracterizado a la comunidad reli-
los difuntos y su tranquila entrada Además, todo buen budista, sobre Está claro que el primer resultado giosa en su estado naciente. Por esto
en el reino de los muertos. Es la re- todo si es monje, guarda un día de de este acontecimiento es la exalta- las celebraciones tienen el estilo de
signada celebración de la muerte meditación, de abstinencia y de li- ción del hombre, que, después de ha- asambleas: el viernes se llama en ára-
como reabsorción cósmica, en la que mosna cada semana en correspon- ber venido a la existencia como cria- be yóm algum 'a (día de la asamblea);
toda la población participa inten- dencia con cada cuarto de luna. De tura de Dios, surge como interlocu- en el shabbat, los judíos van a la
samente. este modo la existencia cotidiana es tor de Dios, aunque las posturas se sinagoga, y en el "día del Señor" los
reconducida a su origen y reconci- hacen aquí divergentes en una escala cristianos se reúnen para la synaxis
En el área del budismo Theravada eucarística. En esta ocasión se pro-
(Sri Lanka, Thailandia, Birmania), liada en la paz: ¿de la Nada o del que va del islámico "siervo de Dios",
Todo? Buda soslayó la respuesta a al judío "compañero de Dios" y al pone tanto a la comunidad como a
la mayor celebración es el Vesaka, los individuos asumir y apropiarse
coincidente con el plenilunio de esta fundamental pregunta. cristiano "hijo de Dios". La fe en
esta intervención de Dios en la his- personalmente la finalidad de la in-
mayo, que recuerda al mismo tiem- tervención de Dios, cuya certeza ce-
po el nacimiento, la iluminación y la toria por medio de los profetas y me-
diadores acabó con las anteriores vi- lebrada en asamblea se convierte en
muerte, o sea, el paso definitivo al III. Las religiones prenda de esperanza y casi preludio
Nirvana de Gautama Buda. La gen- siones cosmocéntricas y totalizantes
monoteístico-proféticas e inauguró el reino del hombre en del cumplimiento futuro, al que tien-
te se concentra en las pagodas y y sus fiestas de la intervención de Dios en la his-
acampa en sus cercanías. Campea relación con Dios en la historia.
Para los seguidores del monoteís- toria. La celebración se convierte así
sobre el conjunto la imagen dorada Pasamos ahora a la otra gran di- en un momento sumamente denso,
e impasible de Buda (el amarillo es visión de las religiones del mundo, mo profético, la historia y la tempo-
ralidad ya no representan un momen- en un tiempo fuerte, en el que el pa-
el símbolo de lo eterno, en donde que representa al Absoluto en térmi- sado y el futuro se funden en una
Buda ha entrado) en actitud de me- nos de un Dios personal distinto y to alienante, sino, para todos y para
cada uno, el kairós, el momento atmósfera de acción de gracias, de
ditación sobre una flor de loto, el diferente del cosmos, llamado por él invocación y de renovación de pro-
mágico símbolo de la pureza y de la a la existencia mediante un libre acto oportuno que se debe llenar de obras
de justicia; y para la humanidad en pósitos.
salvación, porque los pétalos y las de su voluntad.
hojas del loto son refractarios al Se trata de monoteísmo histórico su conjunto, la trayectoria que reco- Ya conocemos estas celebraciones
agua en la que se encuentran inmer- profético, que tiene sus ejemplos rrer, docilidad a la palabra de Dios en el mundo judío e islámico, por no
sos. Es la gran lección del budismo, más representativos en la Biblia y en para realizar su plan. En efecto, hay hablar del mundo cristiano. Todos
que enseña a percibir la no-consis- el Corán. Judaismo, cristianismo e un éschaton, un horizonte final esta- conocen el sábado de los judíos, día
tencia del yo (analta), la no-perma- islam representan un salto cualitati- blecido por Dios para la humanidad, de reposo y de reevocación de los
nencia de los seres (anicca), para li- vo en la historia de las religiones. A entendido como "los días del Me- prodigios realizados por Dios en la
berarse de la sed existencial (tanha) su órbita pertenece también en cierto sías" en el judaismo, como "día de la creación y en el éxodo (cf Ex 20,8-
y evitar finalmente el dolor (dukka). sentido el zoroastrismo, pero su ver- resurrección" (Corán 2,79) en el is- 10; Dt 5,12-15).
La gente permanece en recogimiento dadera naturaleza y consistencia no lam o como "epifanía de la paru-
ante Buda y ofrece pétalos perfuma- han estado nunca claras, y hoy prác- sía del Señor Jesús" (2 Tes 2,8) en Dentro del mundo judío están ín-
dos, pronunciando fórmulas eficaces ticamente no tiene ningún signifi- el NT. timamente conectadas con la inter-
para obtener el desapego interior cado. vención de Dios en la historia la Hag
por las cosas, pero también favores Nos preguntamos ahora qué sig- ha-Pesan y la Hag ha Massót, es de-
y prosperidad material. En estas religiones tiene gran im-
portancia la creación, de la que de- nificado revisten las celebraciones cir, la fiesta de la pascua y la afín de
penden todos los seres; pero todavía festivas en este contexto religioso. los ázimos; sigue, a siete semanas de
Una festividad mensual del budis- La respuesta es clara: las fiestas y las distancia, la Hag Shavuót, fiesta de
mo es el poya o celebración del ple- es más determinante la intervención
de Dios en la historia: esta interven- solemnidades religiosas son aquí una Pentecostés, memorial de la alianza
nilunio, sobre todo el de enero. La
Religiones no-cristianas 1720 1721 Religiones no-cristianas
y de la ley recibida en el Sinaí, mien- ben esperar a que las mujeres se ha- Debe mencionarse todavía, entre partes de Asia y África, se preguntan
tras que en septiembre la Hag ha yan alejado. Durante esta asamblea las fiestas panislámicas, el día del na- seriamente sobre el modo de adoptar
Sukkót o fiesta de las tiendas recuer- del viernes debe cesar toda actividad cimiento del profeta; pero la cele- y reinterpretar las antiguas celebra-
da la permanencia transitoria en el laboral; después, disuelta la asam- bración es más civil que religiosa. ciones locales a la luz del mensaje de
desierto que precedió a la entrada en blea, la gente se dispera alegremente la salvación y de su celebración so-
la tierra de Canaán. Sigue la fiesta en dirección a sus casas, según la cial. "Puede llegar un día —escribe
de la Hanukkah, o de la dedicación prescripción del Corán: "Cuando la IV. ¿Antítesis o convergencia? un autor que conoce a fondo el cris-
del templo, llamada también "fiesta oración ha acabado, id adonde que- tianismo y el hinduismo— en que la
de las luces", como recuerdo de la ráis y buscad los dones del favor di- iglesia de la India podrá adoptar al-
purificación del templo después de Antes de concluir esta panorámica
vino. Pensad a veces en Dios y seréis sobre los dos tipos de celebraciones gunas fiestas del gusto de los hin-
la profanación de Antíoco Epífanes felices" (Sura 62,10)'. dúes..., por ejemplo, Divali, como
en el 167 a.C. De ella se habla tam- festivas existentes hoy en el mundo,
parece útil subrayar que ambas cla- fiesta de Cristo luz del mundo; Pon-
bién en los evangelios (cf Jn 10,22). La fiesta más popular del islam es gal, día de acción de gracias por la
Gran relieve desde la época de Cristo ses de fiesta no han estado nunca en
la 'id alfitr (— fiesta del comienzo), antítesis entre sí; como ya sucedía en cosecha; Sarasvati-puja, fiesta de la
en adelante ha asumido la Rosh-has- que se celebra al final del mes de Sabiduría divina... Ciertamente no
sanah o comienzo del año judío, que la Biblia y en el Corán, así también
Ramadán. Está precedida por la en el mundo cristiano se han unido se hará esto sin una transformación
celebra el día de la creación y el del gran vigilia de la noche de al-qadr, de las fiestas, pero conservando ese
juicio universal, mientras que el celebraciones cósmicas y celebracio-
en la que se festeja la "bajada" del nes histórico-salvíficas, y muchas ve- núcleo significativo a través del cual
Yóm Kippür está dedicado a pedir Corán. El anuncio del fin del Rama- los hombres pueden elevar su cora-
el perdón por todas las transgresio- ces la celebración del acontecimiento
dán se da apenas se ve aparecer en el histórico-salvífico se ha introducido zón a Dios" 5 .
nes cometidas por el pueblo contra cielo la hoz de la luna nueva del mes [/ Adaptación, IV].
la alianza. en el marco de las celebraciones cós-
siguiente. La noticia es acogida con micas. Es sabido que las grandes ce-
una explosión de alegría: todos se lebraciones judías de la historia de
Para los musulmanes, el día festi- visten con ropas nuevas, las barbe- la salvación se han introducido en el NOTAS: ' H. Cox, Las fiestas de locos, Tau-
vo es el viernes, escogido al parecer rías se llenan de parroquianos, los marco de las fiestas de origen pasto- rus, Madrid I9833 — 2 L. Wittgenstein, Note
sastres mandan a sus clientes los sul "Ramo d'oro" di Frazer, Adelphi, Milán
porque en ese día Mahoma entró en ril o agrario: la pascua se ha sobre- 1975, 26 — ' El Corán (traducción de Joaquín
Medina por primera vez. A diferen- nuevos vestidos encargados, todos puesto a la fiesta de la inmolación García Bravo), Teorema, Barcelona 1983,
cia del sábado judío, no es un día de adquieren en los comercios regalos del cordero en primavera, la de Pen- 574 — 4 F. Heiler, Erscheinungsformen und
reposo, sino "el día de la asamblea", para los amigos, se prepara la propi- tecostés se sitúa en el marco de las Wesen der Religión, Kohlhammer, Stuttgart
en el que la comunidad es invitada a na para los dependientes, se da a los fiestas por la cosecha, los tabernácu- 1961, 154-155 — 5 R. De Smedt, Religious
pobres las limosnas del fin del ayu- los coinciden con las celebraciones Hinduism, St. Paul Publications, Allahabad
acudir a la mezquita para profesar 1968, 144.
la fe (sahada) que Dios proclamó no. Desde hace varios años, el Secre- de la vendimia y de la cosecha de
por medio de Mahoma. El ritual es tariado vaticano para los no cris- otoño. No se ha advertido ninguna
tianos envía un mensaje de participa- P. Rossano
el mismo en todo el mundo musul- falta de armonía ni incompatibilidad
mán: a eso de mediodía la gente se ción y de felicitación cristiana para entre los dos tipos de acontecimien-
reúne al grito del muecín, se purifica, esta festividad popular panislámica. tos '. El Dios que da la fecundidad y BIBLIOGRAFÍA: Caubet A., El calendario de
se descalza y entra en la mezquita, la vida es también el autor de la sal- Enoc-Jubileos y el antiguo calendario hebreo,
Igualmente sentida en el mundo en "Salmanticense" 6 (1959) 131-142; De Vaux
colocándose delante del mirhab en islámico es la "fiesta del sacrificio" vación, que perfecciona y eleva lo R., Instituciones del Antiguo Testamento, Her-
dirección a La Meca: los hombres ('id al-adha), que se celebra el 10 del que germina y madura en el campo der, Barcelona 1964; Eliade M., Tratado de his-
están de pie en líneas paralelas; las mes de du 7 higga, día en que termina de la creación. Por eso los cristianos toria de las religiones, 2 vols., Cristiandad, Ma-
mujeres, detrás, a una cierta distan- la peregrinación a La Meca. Es lla- espontáneamente colocaron la fiesta drid 1973; Frazer J.G., LA rama dorada, Fondo
cia. En presencia del imán, el muecín del nacimiento del Salvador en los de Cultura Económica, México 19694; Maer-
mada "fiesta grande" ('id al-Kabir), tens Th., Fiesta en honor de Yahvé, Cristian-
invita a la oración (salát); después y se caracteriza por la inmolación de días del solsticio de invierno, cuando
dad, Madrid 1964; Sartori L., Teología de las
tiene lugar la hutba, alocución pro- un corderillo o un cabrito en conme- los emperadores romanos celebra- religiones no cristianas, en DTI 4, Sigúeme, Sa-
nunciada por el hatib (predicador). moración del sacrificio de Ismael. La ban la victoria del Sol invictus. Se lamanca 1982, 416-436; Van der Leeuw G., Fe-
Siguen otras oraciones, y después el matanza de reses que se lleva a cabo sabe que allí donde ha sido posible nomenología de la religión, Fondo de Cultura
imán lee en alta voz algunos trozos en esta circunstancia es una preocu- la iglesia ha asimilado a su liturgia Económica, México 1964; VV.AA., Ritos de
del Corán en árabe. Se concluye con las celebraciones cósmicas y sociales enterramiento no cristianos, en "Concilium" 32
pación para los responsables de la (1968) 301-341; VV.AA., Fiestas, en Dicciona-
más oraciones. Son de pragmática economía en los países islámicos, que ha encontrado donde ha echado rio de Religiones Comparadas 1, Cristiandad,
cuatro raka'at (postraciones), y antes donde hasta hace poco el pastoreo raíces. Y hoy todavía los cristianos Madrid 1975, 643-653. Véase también la biblio-
de dejar la mezquita los hombres de- era la fuente principal de riqueza. de la India, así como los de otras grafía de Antropología cultural. Calendario,
Fiesta¡ Fiestas, Tiempo y liturgia.
Religiosidad popular 1722 1723 Religiosidad popular

RELIGIOSIDAD POPULAR tucionales, el estudio y el interés por ciente. El estudio de la religiosidad tos fenómenos consiste en interro-
tal fenómeno parecen fruto de una popular parece nacer hoy, por tanto, garse sobre el hombre religioso de
Y LITURGIA toma de conciencia totalmente con- como decantación del ideal de la ayer y de hoy para entender cómo la
temporánea. Por ello, un análisis, ciencia y de la técnica, y, de rechazo, religiosidad más simple y más co-
SUMARIO: I. Desde el punto de vista de las aunque sea sumario, o también una proponerse como búsqueda de una mún —si está interiormente vivifica-
ciencias humanas: 1. La religiosidad popular y simple reflexión sobre las causas con- identidad nueva, de un retorno a la da y es acogida interiormente— es
el fenómeno de su estudio hoy; 2. La religiosi- vergentes que han hecho posible y naturaleza, al sentido común; como capaz de subrayar las claves más ver-
dad popular y su asunción en las ciencias hu-
manas y en la teología; 3. La religiosidad popu- fecundo el estudio de la religiosidad busca de espacios nuevos de liber- daderas e importantes de la existen-
lar como la dimensión antropológica más pro- del pueblo, son importantes porque, tad, de serenidad, de armonía consi- cia según los tiempos del sufrimien-
funda; 4. Religiosidad popular y ritualidad; 5. por una parte, nos permiten descu- go mismo y con el mundo. to, de la espera, de la esperanza o de
Carismas y ambigüedades de la religiosidad po-
pular; 6. Relación con la liturgia - II. Desde el brir el alma y la orientación de fon- Es esta nueva orientación gestál- la alegría.
punto de vista de la teología y de la pastoral do de la cultura contemporánea y, tica, diríamos, la que se proyecta Pero llegados a este punto, basán-
litúrgica: 1. Una cuestión de palpitante actuali- por otra, nos ofrecen la posibilidad hermenéuticamente sobre la concep- donos en la segunda forma de reli-
dad: a) Indicaciones del magisterio de la iglesia,
b) Reflexión teológica y pastoral, cj Influjos y de enmarcar el fenómeno en un con- ción misma de la religiosidad popu- giosidad popular, que puede reinter-
relaciones entre liturgia y religiosidad popular texto más amplio, en el que apenas lar, consiguiendo definir de un modo pretar a la primera, el problema se
(integración fecunda, coexistencia pacífica, oca- caben lecturas preconcebidas e in- nuevo sus contornos. En efecto, ¿de extiende no ya sólo a la discusión de
sión propicia); 2. Principios y orientaciones: a)
Principios doctrinales, b) Orientaciones pasto- terpretaciones facilonas. Natural- qué religiosidad popular se habla? formas particulares de religiosidad,
rales; 3. Unidad de culto, de fe y de vida; 4. Los mente, es tarea específica de la his- ¿Cuáles son los fenómenos religio- sino al viraje mismo que se ha pro-
ejercicios de piedad: a) Concepto y naturaleza, toria y de la sociología trazar de sos que se toman en consideración? ducido en la sociedad, en la que no
b) Sugerencias y realizaciones.
modo orgánico el cuadro de las cau- La respuesta a estos interrogantes se percibe tan sólo un simple "rumor
sas que han contribuido o determi- —según mi parecer— consigue en- de ángeles " sino que se asiste a una
I. Desde el punto de vista nado a moverse en una precisa globar perfectamente los complejos invasión de manifestaciones y de sig-
de las ciencias humanas perspectiva cultural; pero quienquie- motivos que convergen en este fenó- nos de lo sagrado, de reafirmaciones
ra que se interrogue sobre un fenó- meno tan actual. del valor de los símbolos y, en gene-
1. LA RELIGIOSIDAD POPULAR Y
meno de amplias dimensiones histó- Yo distinguiría en este punto una ral, de las mediaciones religiosas.
EL FENÓMENO DE SU ESTUDIO HOY.
ricas y culturales no puede subs- religiosidad popular clásica y una re-
traerse a la idea de insertar tal ligiosidad popular nueva; entiendo 2. LA RELIGIOSIDAD POPULAR Y
Antes de intentar definir de alguna realidad particular en un contexto
forma el fenómeno de la religiosidad por la primera, por ejemplo, las pe- SU ASUNCIÓN EN LAS CIENCIAS HUMA-
global, amplio y justificativo del regrinaciones a santuarios, las fiestas NAS Y EN LA TEOLOGÍA. El viraje cul-
popular, que claramente plantea conjunto.
problemas de no fácil solución por patronales, las devociones a los san- tural señalado arriba, que surge de
la extensión y la dimensión subjeti- Ahora bien, tratando de precisar tos, las bendiciones, las fiestas tradi- las consideraciones sobre la religio-
va, a partir de la cual se habla hoy este punto de partida, yo diría que si cionales de acción de gracias, los vo- sidad popular, ha estado encabezado
en general de lo religioso, unido a de la serie de causas que han alimen- tos, las diversas devociones a la Vir- por las ciencias humanas antes que
los fantasmas que evoca el atributo tado y alimentan todavía el estudio gen y también muchas formas de por la teología, en cuanto que la cri-
popular, en conexión con la realidad de la religiosidad se debiera destacar folclore ligadas directa o indirecta- sis de valores dominantes ha llevado
política, socio-económica, cultural y la causa fundamental y decisiva, ha- mente con la religión; por la segunda a retroceder, a preguntarse sobre el
antropológica, me parece más impor- bría que referirse hoy a una inquie- entiendo, en cambio, esa religiosidad hombre en su realidad completa,
tante tener en cuenta el fenómeno tud subterránea y a un malestar di- nueva que surge con energía y de la abandonando esquemas preconcebi-
preliminar y totalmente nuevo pro- fuso que sólo muy limitadamente que los diversos movimientos cate- dos y ensanchando los horizontes de
ducido por el estudio y el interés obedece todavía a las causas socia- cumenales, carismáticos, de los fo- comprensión del hombre. Ahora
contemporáneos por la religiosidad les, a las contestaciones políticas, et- colares o de las comunidades de base bien, en este trabajo de reconoci-
del pueblo. Paradójicamente se po- cétera. Por esto, lo religioso popular constituyen la variopinta punta de miento y de repensamiento han sur-
dría observar que este segundo fenó- no siempre se hace eco de lo que es lanza. gido de nuevo como importantes y
meno es más importante que el pri- subalterno, de la marginación políti- Ahora bien, el estudio de esta se- decisivas las ciencias clásicas del
mero, pues abre a quien sabe leer los ca o de la impotencia desde el punto gunda forma de religiosidad ha ido hombre, como la sociología y la psi-
signos de nuestra historia "todo un de vista económico; tendiendo, más modificando poco a poco la pers- cología; pero de modo particular, la
horizonte de sentido oculto". En efec- bien, a hacerse intérprete de la crisis pectiva con la que se estudiaba la / antropología cultural, que ya ha-
to, mientras que la religiosidad po- de la cultura científica, del declive religiosidad clásica, hecha de imáge- bía afinado los instrumentos de co-
pular —en su acepción común— de los valores dominantes de nuestra nes, de pequeñas devociones, y ha nocimiento del hombre a través de
acompaña desde siempre al hombre, sociedad, del ocaso de la ilustración mostrado que la tarea fundamental las clásicas investigaciones sobre los
a la sociedad y a las religiones insti- de moda en nuestra historia más re- para quien quiere profundizar en es- pueblos a nivel etnográfico, y meto-
Religiosidad popular 1724 1725 Religiosidad popular

dológicamente a través de un con- por los aspectos decisivos que tal fe- inducidas, uno se queda positivamen- sentimiento de la proximidad a la
cepto más amplio y comprensivo del nómeno incluía en relación con la te sorprendido porque cae en segui- naturaleza y el deseo de ser protegi-
valor de la cultura. misma fe, ha tratado de recuperar da en la cuenta de que no se trata de dos de ella; en los que la vida y la
Yo diría que justamente el con- —por así decir— el terreno perdido desenterrar residuos atávicos de ca- muerte no son nunca simples datos
cepto de cultura, inspirado en una y se ha aprestado con ansia a inte- rácter supersticioso o mágico, o for- de registro, sino momentos supre-
mayor elasticidad y aplicable a todos rrogarse sobre las costumbres popu- mas irracionales de desahogo de los mos de acercamiento a otro mundo
los estratos de población, de forma lares, manifestando una simpatía propios sentimientos y de la propia más real, en el que, sobre todo a tra-
que incluso la más simple costumbre completamente nueva hacia esas ex- impotencia, sino más bien de com- vés del recurso a algún gran símbolo
popular puede ser un elemento fun- presiones de religiosidad que, en prender un conjunto simbólico y ri- religioso, se consigue encontrar a
damental de cultura, ha abierto las tiempos no lejanos, ella misma con- tual que tiene un origen histórico pre- un tiempo las propias coordenadas
puertas al estudio de la religiosidad sideraba poco o nada significativas. ciso y que, si bien está cargado de espacio-temporales y sentirse integra-
popular como un hecho cultural y ¿Se trata de una verdadera conver- elementos culturales difíciles de des- dos en una realidad que abraza la
social de inmensa relevancia, y ha sión o sólo de una estrategia debida cifrar, es siempre y a pesar de todo visión completa del mundo.
llamado la atención de numerosos a las nuevas orientaciones culturales una relación con una realidad sobe- Así, la religiosidad popular se pre-
antropólogos, que se han dado cuen- y al estado de crisis del que hemos rana, respecto de la cual se advierte senta como la lengua materna reli-
ta de la importancia que debía atri- hablado más arriba? Es evidente que un fuerte sentido de dependencia. giosa, hablada por todos los hom-
buirse al estudio de las sedimenta- también la teología se ve afectada En este momento, quien observa bres en los preámbulos de la historia
ciones pluriseculares de la propia cul- por los movimientos culturales y por desde dentro el mundo de la religio- respecto a todas las instituciones re-
tura a través de la religiosidad del los cambios que tienen lugar en la sidad popular y deja espacio a este ligiosas, que serian simplemente una
pueblo, y al estudio de las costum- sociedad, a pesar de que acude cons- mundo de vida, comprende que el derivación y una codificación de
bres locales, respecto a los estudios tantemente a la revelación y a la pa- pueblo tiene una inspiración propia aquélla. La historia y la ciencia de
sobre los pueblos primitivos, mucho labra de Dios, y es natural que haya y profunda, una riqueza propia, que las religiones podrían atestiguar am-
más difíciles por la lejanía, la lengua tenido que empeñarse en compren- las diversas categorías interpretati- pliamente este carácter nativo de la
y la mentalidad. En esta ocasión, sin der el mundo popular religioso por vas como la magia, la superstición, religiosidad del pueblo y crear ana-
embargo, la atención a las propias motivos que consideraba fuera de su etcétera, podrían ofuscar más que logías de gran importancia entre un
tradiciones y al folclore popular no radio de reflexión y de compromiso. aclarar. El observador atento, que pasado que ya no recordamos y un
estaba dictada por la curiosidad, Sin embargo, es importante recono- tiene la voluntad de comprender an- presente profundo que creemos que
sino por el deseo de profundizar las cer que ahora le competen a la teo- tes que de explicar, descubrirá tam- no nos pertenece y que, en cambio,
propias raíces étnico-culturales. Li- logía tareas bien precisas, a las que bién un plus, es decir, que también se encuentra reflejado en nuestra mis-
bros de antropología, como El hom- debe responder. Debe responder al la interpretación socio-política, en ma religión apenas se la libera de
bre desnudo, de Lévi-Strauss, o Mir- mundo de la religiosidad popular la que lo popular religioso está en algunos elementos culturales e his-
rorfor Man de Kluckhon, son signi- más que cualquier otra ciencia hu- constante oposición a elitista, hege- tóricos añadidos. Eliade, a propósito
ficativos para indicar la orienta- mana, precisamente porque se trata mónico, etc., y donde la religiosidad de las fiestas de las estaciones que se
ción de conjunto de estas ciencias. de religiosidad; y todo ámbito reli- es vista siempre en fase de contesta- repiten en todas las religiones y que
gioso debe ser interpretado prima- ción, rebelión o aceptación resigna- se encuentran con frecuencia en su
Siguiendo las huellas de la antro- riamente, no con los criterios de la
pología, la / sociología y la / psico- da de la cultura dominante, es un carácter específico y genuino todavía
cultura, con los cánones de la socio- criterio insuficiente y, con frecuen- hoy en la religiosidad popular, se ha
logía han empleado a su vez sus res- logía y con las hipótesis de la psico-
pectivas técnicas de investigación y cia, aberrante. En realidad, la reli- referido a un cristianismo universal,
logía, sino más bien con la mentali- giosidad popular —vista en un con- anterior al cristianismo mismo.
han demostrado que se relacionan dad teológica y religiosa que más se
más fácilmente con la segunda for- texto más amplio, que comprende la
le aproxima y que, por tanto, en el ciencia de las religiones, la historia Pero como confirmación de hasta
ma de religiosidad y que, en conse- esfuerzo de comprensión e interpre- qué punto lo religioso popular y lo
cuencia, recogen más rápidamente del cristianismo y la misma teología,
tación, creará menos fácilmente equí- las cuales estudian el fenómeno con- antropológico profundo están con-
los ecos de la crisis de la / seculari- vocos y reducciones. jugados, quisiera llevar la reflexión
zación y de la nueva impronta suge- cordemente— se ofrece como una
experiencia antropológica profun- a un solo término: cultura y cultus.
rida por el retorno de lo / sagrado. El significado originario del término
da, anterior al mismo cristianismo;
La teología, en fin, después de ha- 3. LA RELIGIOSIDAD POPULAR como una experiencia inmemorial, está representado por el latino cole-
ber comprendido que la religiosidad COMO LA DIMENSIÓN ANTROPOLÓGI- prerreflexiva, de la que emergerían re, del que justamente derivan cultus
popular estudiada por los antropó- CA MÁS PROFUNDA. Cuando se inte- de modo natural sentimientos origi- y cultura. Ahora bien, está demos-
logos y por los sociólogos no era un rroga a la religiosidad del pueblo narios o alborales —como diría Elia- trado que la distinción entre la cul-
epifenómeno marginal por su misma para captar su sentido profundo, sin de—, en los que se dan a la par el tura y el cultus y el cultivo de la tie-
comprensión del homo religiosus y segundas intenciones o intenciones rra es un hecho posterior más re-
Religiosidad popular 1726 1727 Religiosidad popular

cíente; así como también es un hecho ta; donde se nos pone en presencia cación, que opera de modo diverso opera la unificación total de la expe-
más reciente la distinción entre cul- de imágenes concretas, de iconos, en cada uno de ellos. riencia de lo real mediante algunos
tura y civilización, en cuanto valor que visualizan y dan la sensación, La primera estratificación es la grandes símbolos y la superación de
social representado por el trabajo. por así decir, de encontrarse in- que emerge desde abajo, según la todos los problemas contingentes.
Originariamente el hombre actuaba mediatamente en presencia de esa cual yo diría que la ritualidad popu- Esta segunda fase es cualificante
de tal forma que reflejaba un modo realidad que se busca, que se in- lar se presenta sobre todo como sín- para el ritual, que busca siempre una
de ser altamente unificado, en el que voca, a la que se suplica o se dan drome de problemáticas existencia- traslación, una transposición de los
el cultivo de la tierra, el habitar del gracias? les no resueltas. Me ocuparía, por problemas, de las dificultades y de
hombre en ella y el culto que el hom- En este contexto se puede obser- tanto, de modo prioritario del ca- las expectativas en un contexto más
bre tributaba a los dioses formaban var también que la religiosidad po- rácter esencialmente funcional del ri- amplio, en un horizonte total, en el
un todo indisoluble. Y en este con- pular aparece demasiado exuberante tual popular. Tal vez se estime un que se encuentra pleno significado a
texto los dioses, a través de las reci- en los gestos, en los comportamien- poco brutal semejante afirmación, la existencia. Es en este nivel en el
taciones míticas y de las celebracio- tos, en las expresiones, porque tien- que parece poner entre paréntesis la que el rito se hace liberador y puede
nes rituales, constituían la voz más de a significar en un lenguaje simple apertura a lo sagrado y tiende a car- ser considerado como gratuidad y
significativa de esta unidad. y perceptible las propias aspiracio- gar la mano sobre el lado utilitarista como juego. Por tanto, no se trata
nes. Pero se deberá atender también y egoísta del rito. Pero creo que an- en este caso de desmentir las afirma-
Al terminar esta alusión a la reli- tropológicamente es importante no- ciones precedentes, según las cuales
giosidad popular orientada hacia a no confundir todo esto con la retó-
rica y con actitudes artificiales. De tar que si el hombre no tuviera nin- el rito es sobre todo un rito de crisis
una recuperación de nuestras raíces gún problema humano, psicológico, en la religiosidad popular, sino de
antropológicas más profundas, no hecho, la religiosidad del pueblo,
justamente en su aspecto ritual, está social, existencial, no se expresaría comprender en sentido apropiado la
quisiera, sin embargo, dar lugar a en un ritual religioso. Afirmación maduración que sorprende a toda ex-
una nueva concepción ideológica de siempre comprometida con proble-
mas concretos. Es poco menos que válida para cualquier manifestación presión ritual en fase simbólica: el
tal fenómeno. No se trata, de hecho, religiosa; pero particularmente rele- rito tiende irresistiblemente a trans-
de querer volver a lo arcaico, ni de inútil discutir sobre el hombre y sus
símbolos y ritos, si no se tiene en vante para la ritualidad del pueblo formarse en una visión unificante y
dejarse atrapar por el inconsciente o que tiene aspectos claramente mar- liberadora de todo lo real, y en con-
por la nostalgia de los orígenes en cuenta cada vez al hombre de carne
y hueso con su vinculación a la tie- cados por las necesidades concretas, secuencia a situarse de un modo nue-
un clima romántico renovado; sino por problemas que en general urge vo, como un acto de gratuidad y
de intentar alcanzar un justo equili- rra, al vivir, con sus problemas de
hoy y de siempre. Tales problemas resolver. La ritualidad popular, por como un juego.
brio, en el que se comprenda que la tanto, expresa sobre todo una nece-
religiosidad del pueblo no es algo al- están fielmente reflejados en el ritual La tercera y última estratificación,
tradicional y popular, que por ello sidad de salvación que se despliega
ternativo ni de la cultura ni de la en todos los niveles y que afecta a según la cual me permito leer el sen-
religión cristiana, sino más bien una es menos formal que cualquier otro tido del rito y de su evolución, es la
ritual, pues parte siempre de las con- los problemas más grandes y serios
matriz profunda, en la que cultura y del hombre y de la vida social, y a que yo llamaría la fase teológica.
cristianismo encuentran una reali- diciones del vivir cotidiano, aunque Este último momento constituye pro-
después tienda, por los símbolos que los problemas particulares y perso-
dad vital a la que no pueden dejar de nales. Naturalmente, en esta propo- piamente la verdad del acto ritual:
referirse. emplea, a trascender esas mismas se trata de la referencia a lo sagrado,
condiciones de partida. sición, en la que considero los ritos
populares como ritos de crisis, hay a lo trascendente, a lo divino. Tam-
El ritual popular es también muy también un amplio lugar para la fies- bién la religiosidad popular tiene el
4. RELIGIOSIDAD POPULAR Y RI-
"tradicional" y poco dispuesto a in- ta y para las celebraciones caracteri- sentido fuerte e imperioso de una re-
TUALIDAD. No es casual que la reli- lación vinculante con una realidad
giosidad popular pueda ser definida novaciones. Es otra señal de que el zadas por la alegría y el reconoci-
pueblo está ligado a su pasado, a sus miento. También estas celebraciones heterónoma, con una realidad ya no
como un ejercicio prevalentemente discreta y continua respecto de lo
ritual de la religión; pues, de hecho, raíces; y de que, si lo tradicional pue- pueden entrar muy fácilmente en el
de convertirse también en sinónimo contexto arriba indicado, anuncian- dado, de lo fáctico, de lo empírico.
por su concreción e inmediatez, lo Un rasgo específico de la religiosi-
ritual se ofrece mejor que cualquier de acrítico, es porque las exigencias do un hecho liberador, una gracia,
fundamentales del hombre se repiten la superación de una situación crí- dad popular puede advertirse en el
otra realidad para mediar en la ex- hecho de que en este caso la dimen-
periencia de una creencia y de una y existe una identidad inconsciente a tica.
la que se permanece fieles. sión teológica debe ser entendida en
fe. ¿Qué hay de más concreto que el sentido amplio del término, de
¡os ritos, donde los símbolos se ex- Aclaradas estas (algunas) caracte- La segunda estratificación es la
que se basa más sobre el efecto mis- modo que aparece filtrada con fre-
presan mediante gestos, verbalmente rísticas sobresalientes de la rituali- cuencia mediante categorías por así
o de modo coral; donde los senti- dad popular, quisiera hacer un breve mo del rito, comprendido en su di-
mensión simbólica. En este segundo decir menores respecto a las catego-
mientos más diversos pueden encon- intento de interpretación global de rías propias de las religiones institu-
trar una especie de catarsis inmedia- tales ritos según una triple .estratifi- momento acontece lo inaudito: se
Religiosidad popular 1728 1729 Religiosidad popular
cionales. Aquí la referencia a lo sa- Ante todo, la religiosidad popular
grado y a Dios puede estar formula- nos habla en nombre de un redescu- ra cómo todavía hoy la liturgia con- sia y la liturgia del pueblo? Los es-
da según los moldes de lo insólito, brimiento de los signos y de los sím- sigue con dificultad crear espacios pacios vacíos que se notan entre la
de lo incontrolable, de lo extraordi- bolos religiosos. Dicho de otra for- para el pueblo en la celebración euca- institución y celebración litúrgica y
nario, de lo maravilloso, de lo po- ma, se trata de abandonar ese criti- rística. Se diría que la ritualidad po- su apropiación por parte del pueblo,
tente, de lo temible o también de lo cismo poco menos que absoluto que pular ha practicado desde siempre ¿no son reveladores de omisiones, de
mágico. En el caso concreto de la imperó en los años más candentes esa nueva propuesta que la liturgia desatenciones de la iglesia a lo hu-
religiosidad cristiana no se advierte de la secularización y que llevó a sos- comienza a traducir ahora en la mano, concreto e histórico? Por
con frecuencia la diferencia entre la pechar de cualquier expresión reli- práctica y según la cual "el verdade- todo eso la liturgia y la pastoral li-
invocación del santo, la plegaria a la giosa. La religiosidad popular puede ro sujeto de la liturgia es el pueblo". túrgica, motivadas por la religiosi-
Virgen, la veneración de una reliquia en este caso enseñarnos que la po- Por lo que se refiere a las ambi- dad del pueblo, deben plantearse se-
o la referencia a Dios. Antes bien, sibilidad de emplear símbolos, de güedades de la ritualidad popular, riamente el problema de cómo el pue-
en la ritualidad del pueblo parece comprender el lenguaje mitológico, no pretendo referirme a los habitua- blo puede llegar a ser el verdadero
operarse un intercambio continuo, de realizar actos y gestos simbólico- les peligros de magia, de superstición sujeto del gesto religioso y litúrgico.
de modo que en la imagen de un rituales para expresar el mundo reli- o de credulidad ciega, sobre las que La desobediencia, por así decir, del
santo o en una reliquia cualquiera se gioso, es un componente profunda- la teología y la ciencia de las religio- pueblo que reza y emplea formas di-
concentra la misma potencia y la mis- mente humano y religioso irrenun- nes han cargado a veces la mano sin versas de liturgia ampliando, simpli-
ma trascendencia de Dios. ciable. demasiadas contemplaciones; sino ficando o desechando la liturgia clá-
que me limitaré a decir antes que sica, no puede atribuirse a una sim-
No obstante esta transferencia de La realidad religiosa popular nos nada que todo acto religioso, sea de ple intolerancia, sino que en ciertos
la idea de Dios y de la trascendencia, sugiere también una actitud menos la ritualidad de la iglesia o de cual- casos puede ser considerada como
incluso en el ritual más pobre se man- intelectual y menos formal en rela- quier otra religión, incluye una cierta una necesidad religiosa diferente,
tiene siempre viva, desde el punto de ción con la religión. La religión ambigüedad. Lo sagrado no es insti- que no sería atendida en los esque-
vista simbólico, la tensión hacia —incluida la cristiana— debe ser vi- tucional, y la religión puede tergi- mas clásicos. De manera eminente-
Dios, como la realidad última de la vida por cada creyente y por la co- versar siempre aquello a lo que pre- mente positiva se podría afirmar que
que se depende y a la que en último munidad como experiencia religiosa tende referirse. La iglesia y las reli- el pueblo tiene derecho a expresar
término se dirige. profunda, debe llegar a ser parte de giones en general son medios, nunca su fe según su modo de sentir, de
la propia vida en la inmediatez de lo fines. Si esto vale para las religiones percibir o de comprender el misterio
5. CARISMAS Y AMBIGÜEDADES cotidiano. en general, mucho más para la reli- de Cristo en relación a su realidad
DE LA RELIGIOSIDAD POPULAR. H E - Otra característica de la religiosi- giosidad popular, que nace cierta- histórica. En este sentido se compren-
mos procurado iluminar los aspectos dad popular me parece que está vin- mente de inspiraciones profundas, de que en toda liturgia existe una
positivos que emergen de la religio- culada a una cercanía muy particu- de exigencias antropológicas que tie- polarización de fondo entre media-
sidad popular, naturalmente tam- lar a la naturaleza, a la tierra, a todo nen en sí la verdad de todo lo que es ción cultural, que es el vehículo de
bién en relación hermenéutica con el aquello que nos rodea. Esta aten- profundamente humano, pero que todo lo humano, antropológico, cul-
dato cultural de hoy —del que ha- ción, que yo llamaría ecológica, debe puede poco a poco instrumentalizar tural o ambiental, y expresión reli-
blamos en el párrafo introducto- sugerir algo a la teología y a la litur- esas exigencias y cristalizar en una gioso-cristiana, que juzga la profun-
rio—, que nos invita a esta nueva gia, a veces demasiado interesadas celebración egoísta del propio mun- didad del misterio de Cristo y de la
toma de conciencia. Y es que consi- en comunicar dogmas y doctrinas do hecho de contradicciones. En de- iglesia según la fidelidad a la palabra
deramos importante aceptar estas fuera de un contexto armónico con finitiva, las ambigüedades internas y a la tradición. En la compenetra-
nuevas solicitaciones; si bien es la naturaleza y con todo aquello que de la religiosidad popular nacen de ción recíproca y actual de estas dos
igualmente importante no incidir en se refiere a los elementos esenciales un exceso y de una instrumentaliza- dimensiones se juega el valor de la
una nueva ideología, que puede nacer en que vivimos, y que han sido desde ción, que puede incluso ser incons- liturgia y su eficacia histórica. Si,
de la tendencia hacia lo irracional, siempre los símbolos religiosos más ciente, de esos mismos elementos po- por una parte, la liturgia ha de dar
lo acrítico, lo romántico, lo arcaico. importantes, como el agua, la tierra, sitivos que hemos señalado. cuenta del equilibrio entre expresión
Cabría preguntarse: Desechando las la luz, el cielo, etc. religiosa y mediación cultural y debe
tendencias opuestas, ¿es posible ca- Una última observación muy sig- juzgar hasta qué punto la operación
talogar los elementos positivos que 6. RELACIÓN CON LA LITURGIA. cultural que modifica los símbolos
nificativa: es preciso reconocer que Quisiera sólo llamar la atención
encierra la religiosidad popular para en la religiosidad popular es siempre responsabiliza, subraya o por el con-
aprovecharnos de ellos y en lo posi- sobre el hecho de que la religiosidad trario altera y priva de significado la
el pueblo el protagonista; se trata de popular parece plantearse en alguna
ble denunciar las ambigüedades pre- una religiosidad gobernada por el expresión religiosa —sobre todo el
sentes en ella? Intentaremos aclarar ocasión como una alternativa a la misterio de Cristo—, por la otra,
pueblo. Y esta observación no deja liturgia. ¿Cómo puede darse una
esta cuestión. de tener su importancia si se conside- debe percatarse de que su actualidad
desviación entre la liturgia de la igle-
1731 Religiosidad popular
Religiosidad popular 1730
blos o a las necesidades de la asam- trices teológicas y pastorales muy
o inactualidad se calibra por la ca- rado y parcial, hay que decir que en blea, adaptaciones solicitadas a las
los últimos años los teólogos y pas- importantes para una iluminación
pacidad de hacer filtrar las verdade- conferencias episcopales y en ocasio- de nuestro tema. Un primer fruto de
ras necesidades del hombre, y por toralistas liturgistas han sentido la nes al mismo celebrante. Estas aper-
necesidad de reflexionar sobre el fe- tales directrices puede considerarse
ende se juega en la escucha del hom- turas no deberían olvidarse cuando el reciente Ordo para la coronación
bre en su totalidad y en la atención nómeno de la religiosidad popular se trata de expresar un juicio objeti-
en sus relaciones con la liturgia ofi- de una imagen de la bienaventurada
que presta a los símbolos dominan- vo sobre la posibilidad de realizar Virgen María, que inserta esta ex-
tes de un determinado ámbito parti- cial, conscientes de encontrarse ante ese primer y fundamental acerca-
un problema en el que era preciso presión de religiosidad popular ma-
cular y cultural. Entonces diríamos miento entre liturgia y religiosidad riana en diversos contextos litúr-
que si, en este cuadro, la religiosidad profundizar '. Por lo demás, también
el magisterio de la iglesia ha interve-
popular, que debe consistir en hacer gicos 3.
popular ha optado por lo humano celebraciones litúrgicas que sean ver-
religioso y cultural, dejando con fre- nido al respecto. Tenemos, en fin, algunas orienta-
daderamente populares, según las ciones referidas a nuestro tema para
cuencia de lado el misterio de Cristo, preciosas indicaciones de la SC so-
la liturgia no puede a su vez elegir el el ambiente latinoamericano, donde
a) Indicaciones del magisterio de bre la participación activa (nn. 11; éste suscita especial interés. El pri-
misterio de Cristo dejando de lado o la iglesia. Se puede afirmar que el 14; 21), sobre el sentido comunitario
entre paréntesis al hombre y su rea- mero es una lectura que el cardenal
problema, tal como hoy se presenta, de la liturgia (nn. 26-27), etc. secretario de Estado Villot escribió
lidad concreta. no ha sido recogido como instancia Otro importante filón de indica- el 12-7-1977 al departamento litúrgi-
específica en la constitución litúrgica ciones proviene de la actuación con- co de la Conferencia Episcopal Lati-
A.N. Terrin o en otros documentos de la reforma creta de los principios de la adapta- no-Americana (Celam), que conte-
conciliar. La SC ha examinado sólo ción cultural de la liturgia en áreas nía la invitación a estudiar las for-
los ejercicios piadosos y su relación de tradición católica (como las Fili- mas de fe y de devoción popular de
II. Desde el punto de vista con la liturgia, tema que ciertamente pinas) (nota 17) o donde predomi- modo que, convenientemente purifi-
de la teología pertenece a la religiosidad popular, nan otras religiones (India, África). cadas, sean punto de partida para
y de la pastoral litúrgica pero que no la agota. Hasta ahora, Aflora en todo esto el deseo de salir una liturgia prudentemente adapta-
en ningún documento oficial promul- al encuentro de la religiosidad de los da a situaciones particulares, a gru-
1. UNA CUESTIÓN DE PALPITAN- gado por la autoridad competente pueblos y de insertarla en la liturgia pos de personas, a fases de madurez
TE ACTUALIDAD. El estudio de las re- encontramos directrices precisas al oficial de la iglesia. Debe recordarse y de profundidad en la fe, respetan-
laciones entre liturgia y religiosidad respecto. Sin embargo, es oportuno también la inserción de elementos de- do siempre, como es natural, la uni-
popular tiene una fecha de nacimien- recordar algunas líneas del magiste- vocionales en rituales propios de al- dad esencial de ésta, así como la co-
to más bien reciente: se refiere de rio de la iglesia, que pueden ilumi- gunas familias religiosas 2. munión en la caridad 4. En la rea-
hecho a un problema que se ha aso- narnos. lización práctica no han faltado pro-
Más explícitamente, el tema de las
mado a la reflexión teológico-litúr- La SC contiene elementos precio- relaciones entre liturgia y religiosi- blemas, como lo demuestra el polé-
gica y pastoral después del Vat. II en sos para la justa valoración de la re- dad popular ha sido propuesto por mico intercambio de cartas entre la
conexión con la actuación de la re- ligiosidad popular y para su eventual Pablo VI en su exhortación apostó- Congregación del culto divino y
forma posconciliar. Tal estudio ha inserción en la liturgia. Siguen sien- lica Marialis cultus (2-2-1974: toda la Conferencia episcopal brasileña a
surgido en la conciencia eclesial con do válidas las sobrias referencias del la segunda parte). Entre la primera propósito de un directorio para las
la valoración del fenómeno de la re- n. 13 a los ejercicios piadosos; las parte, netamente litúrgica, y la ter- misas con grupos populares 5. Existe
ligiosidad popular por parte del ma- orientaciones acerca de la adapta- cera, de carácter devocional, la se- después el Documento de Puebla
gisterio de la iglesia (cf el n. 48 de ción cultural de los ritos litúrgicos gunda inserta una cuestión nueva y (1979), aprobado por el papa Juan
la exhortación apostólica Evangelií (nn. 37-39) y sobre una evolución de emblemática, que hace surgir de la Pablo II, que ofrece algunas orien-
nuntiandi [8-12-1975], de Pablo VI), la liturgia fiel a la sana tradición y liturgia algunos principios para la taciones doctrinales válidas, tanto
con el despertar religioso que carac- con aperturas al legítimo progreso renovación del culto mariano. A ni- cuando se habla de la piedad popu-
teriza el decenio 1970-80 y por la po- (n. 23); las indicaciones acerca del vel doctrinal, la exhortación pone de lar como cuando se trata explícita-
sición, a veces polémica o alternati- mantenimiento de las costumbres re- relieve la necesidad de destacar en el mente de la liturgia. Valga por todos
va, en que la religiosidad popular se gionales en el rito del matrimonio culto a María las notas trinitaria, este significativo texto: "Favorecer
confronta con la liturgia, especial- (n. 77) y en el uso del canto popular cristológica y eclesial; a nivel ope- la mutua fecundación entre liturgia
mente la oficial posconciliar, que, se- también en las acciones litúrgicas rativo pastoral propone para tal cul- y piedad popular que pueda encau-
gún un parecer extendido, no habría (n. 118), etc. En las introducciones a to cuatro orientaciones: bíblica, li- zar con lucidez y prudencia los an-
satisfecho las exigencias celebrativas los / libros litúrgicos particulares en- túrgica, ecuménica y antropológica. helos de oración y vitalidad caris-
del pueblo, suscitando así un reflujo contramos directrices pastorales que Todos estos párrafos de la exhorta- mática que hoy se comprueba en
hacia formas de piedad de cuño an- sugieren / adaptaciones de los ritos ción paulina (24-39) contienen direc- nuestros países. Por otra parte, la
tiguo. Aunque este juicio es apresu- mismos a las costumbres de los pue-
Religiosidad popular 1732 1733 Religiosidad popular
religión del pueblo, con su gran ri- presiones cultuales del pueblo'. Ha- sos dentro del seno de la liturgia ca- oficial, otras veces paralela a ella (la
queza simbólica y expresiva, puede bría, sin embargo, que preguntarse tólica. celebración de procesiones y repre-
proporcionar a la liturgia un dina- aquí si se trata de un defecto de la Se ha sentido también el deseo de sentaciones sagradas) y otras incluso
mismo creador. Éste, debidamente liturgia en sí o más bien de la falta una confrontación con la historia. en contraste polémico con aquélla ".
discernido, puede servir para encar- de una adecuada pastoral que haga Es justamente a esta religiosidad y a
a la liturgia verdaderamente popu- Nuevas investigaciones pueden acla-
nar más y mejor la oración universal rar, desde las raíces bíblicas, el sen- sus expresiones, que provienen del
de la iglesia en nuestra cultural" 6 . lar; es decir, capaz de satisfacer y
tido de la liturgia popular; las abe- medievo y se desarrollan en la época
evocar las necesidades religiosas del moderna en un tiempo de fixismo
hombre en sus múltiples situaciones rraciones religiosas desligadas del
b) Reflexión teológica y pasto- verdadero culto a Dios; el humus litúrgico, a lo que se refiere la pro-
ral. Las recientes publicaciones so- culturales y sociales. Creo, en todo
caso, que un juicio demasiado severo profundamente popular de la litur- blemática actual de las relaciones de
bre el tema brindan una vasta pa- gia hebrea y también el sentido ale- la piedad del pueblo con la liturgia
norámica de intereses. Nos encon- sobre la reforma litúrgica es injusti-
ficado, sobre todo porque muchas gre y participativo de la primitiva de la iglesia.
t r a m o s f r e c u e n t e m e n t e con la
clarificación de la terminología, de áreas y expresiones de la religiosi- liturgia cristiana ". Son preciosas las No obstante, la reflexión teológica
forma que se pueda comprender qué dad popular han sido, culpable o tal enseñanzas de la historia de la litur- señala también sectores nuevos de la
realidades están en juego; de hecho, vez inconscientemente, refractarias a gia occidental y oriental respecto al piedad popular. Uno de ellos es el
la terminología no sólo cambia (reli- acoger el mensaje y la celebración de desarrollo de formas populares de diálogo con las culturas no católicas
giosidad, piedad popular, religión la liturgia posconciliar; además de celebración de los misterios de Cris- ni cristianas, con la mira puesta en
del pueblo), sino que con frecuencia que ciertas manifestaciones de la re- to desde la primera antigüedad cris- una adaptación ritual que se inspire
acusa la presencia de una multiplici- ligiosidad popular han nacido justa- tiana. Baste recordar las celebracio- en las raíces religiosas de los pue-
dad (de conceptos y) de realidades mente de la renovación litúrgica, de nes de la iglesia madre de Jerusalén, blos. La cuestión es compleja y se
que se pueden encontrar más o me- la conciencia de ser asambleas cele- tal como las ha descrito la peregrina refiere, por una parte, a áreas misio-
nos ya en la liturgia y en las actitudes brantes, de las nuevas posibilidades Egeria, para ir descubriendo una pro- neras de África y de Asia, en las que
de los participantes, o bien que se ofrecidas por la liturgia misma (por gresiva reactualización de los miste- sólo con mucha dificultad se consi-
separan de la liturgia y se le contra- ejemplo, de la adopción de la lengua rios de Cristo vivida con intensa pie- gue efectuar una verdadera adapta-
ponen 7. De la terminología se pasa vernácula, de la creatividad en el dad y generosa participación del ción a la liturgia; pero, por otra, de-
después a un análisis más profundo tema de los cantos populares, de la pueblo l2. A partir del s. iv la iglesia bería referirse también a vastas zo-
de las diversas realidades: la actitud participación más plena en los di- de Roma asumió en el ritmo de su nas indígenas y populares de países
religiosa que se expresa en la litur- versos ministerios): debe notarse, de propia liturgia aspectos derivados de cristianos, como América Latina,
gia, las formas de devoción, los ritos hecho, que las actuales expresiones las expresiones religiosas del imperio donde la primera evangelización no
y los usos ligados al año litúrgico, de la religiosidad popular no pueden romano, y supo acoger en la mista- ha conseguido borrar ritos y tradi-
las formas particulares de inter- reducirse sin más a formas antiguas gogia sacramental ritos y referencias ciones religiosos preexistentes, que
pretación y de celebración de los de devoción y de culto, ya que en- pedagógicas que conseguían injertar subsisten todavía en un sincretismo
sacramentos, las instituciones, las contramos formas nuevas, como cier- el sacramentalismo cristiano en las más o menos velado, junto a y en
personas, etc., relacionados con las tos ritos modernos creados por la exigencias más profundas del homo concomitancia con las celebraciones
manifestaciones religiosas arriba in- generación de los que podríamos lla- religiosus de la época l3. Se puede litúrgicas cristianas; es el problema
dicadas, ciertos signos religiosos re- mar "cristianos del Vat. II" 10 . En afirmar que en Occidente la liturgia, de la liturgia para los indígenas y los
vestidos con frecuencia de carácter esta perspectiva la discusión ofrece durante el período áureo de la fija- campesinos de la América Latina, o
mágico o supersticioso, etc. 8 óptimas posibilidades de renovación ción de los formularios y de los ritos, más simplemente para los grupos
de la liturgia, que puede y debe ser permaneció auténticamente popular; populares; es, aún más, el problema
La cuestión sobre las causas de la más popular, viva, participada, abier-
actual situación crítica de la religio- capaz, por consiguiente, de integrar más complejo de la evangelización e
ta a la promoción y educación del en su seno sentimientos y acciones integración de las religiones sincre-
sidad popular en relación con la li- sentimiento religioso de los indivi-
turgia resulta difícil asimismo por fal- duos y de las masas, capaz de inte- rituales, como lo demuestra la sabia tistas de los afro-americanos del
ta de datos sociológicos apropiados. grar en sí instancias justas de la reli- obra de Gregorio Magno, con su Brasil y de otras zonas. La cuestión
Una opinión tiende a inculpar a la giosidad del pueblo. Se trataría en- sentido pastoral l4 . Queda, sin em- de principio se ha planteado en el
reforma litúrgica posconciliar, por- tonces no de una vuelta al pasado, bargo, como algo emblemático la Documento de Puebla antes citado.
que ésta habría sido una reforma de que sonaría a reflujo o rechazo de ruptura y el nacimiento de un dua- Existe además una zona menos cla-
gabinete, sin la participación del las instancias del Vat. II, sino de lismo cultual en el medievo, cuando ra en la tipología religiosa: la de las
pueblo, y después habría sido im- apertura hacia un futuro que inte- ante una liturgia demasiado clerical masas de nuestra civilización indus-
puesta sin haber profundizado sufi- gre sabiamente fragmentos disper- el pueblo reacciona con la creación trial, que tienen una base popular de
cientemente las necesidades y las ex- de una liturgia folclórica, popular, la que han sido bruscamente subs-
unas veces integrada en la liturgia traídas, pero que todavía persiste en
Religiosidad popular 1734
1735 Religiosidad popular
lo más profundo; las nuevas genera- misterio de Cristo y la edificación
ciones, por su parte, expresan su reli- del pueblo de Dios; la religiosidad presa satisfactoriamente en las cele- del viernes santo y de la vigilia pas-
giosidad en formas modernas, más popular puede degenerar también en braciones de la iglesia, sea porque el cual: / nota 2) y en la adaptación
en consonancia con la reforma litúr- formas de integrismo religioso o en mismo pueblo no siente la necesidad lograda en la así llamada misa filipi-
gica, pero con instancias de partici- formas exóticas para un turismo re- de otras formas extra-litúrgicas, na, que ha asumido no sólo formas
pación viva y vivaz, de gestos nue- ligioso barato. Por el contrario, po- pues encuentra en las celebraciones culturales de aquel archipiélago, sino
vos, de nuevos ritos que expresen y tenciada y asumida en el seno de la eclesiales de la liturgia todo cuanto también tradiciones de la coloniza-
comprometan al par con valores liturgia, la religiosidad popular ofre- desea en contenido y en formas; sea ción española ". El Misal Romano
auténticamente cristianos: justicia, ce el humus celebrativo necesario porque una sabia acción pastoral de Pablo VI ha demostrado gran
solidaridad, no-violencia, paz. para un culto ferviente a Dios, recu- consigue integrar ritos, cantos y ges- apertura al acoger, en las secciones
pera tesoros de la tradición católica tos expresivos en una liturgia digna. "misas y oraciones ad diversa" y
El argumento insiste en una cues- Éste es el caso de la primitiva liturgia "misas votivas", muchos temas ideo-
tión de principio: la liturgia debe de los últimos siglos, desaprueba
creatividades litúrgicas apresuradas, de la iglesia, que supo asumir e inte- lógicos de la devoción y de la piedad
prestar atención al homo religiosus grar paso a paso, en su progresiva popular. Pero es claro que tal pro-
presente en la variedad característica nuevo fruto de personalismos sin
trasfondo cultural y sin raíces popu- inculturación, formas celebrativas; puesta temática no basta; hace falta
de las asambleas cristianas; este hom- es también el caso de la liturgia ro- también una conveniente apertura ce-
bre no reacciona como individuo a lares en la iglesia.
mana, que ha asumido como litúrgi- lebrativa para que no todo ni siem-
la participación litúrgica, sino que lo Por lo que sabemos, el problema cas procesiones, rogaciones y leta- pre deba figurar en la celebración
hace con la conciencia, tal vez con el no se plantea en las liturgias orienta- nías; es igualmente el caso de la tra- eucarística. La religiosidad popular,
atavismo, de una naturaleza honda- les, que han sido tradicionalmente ducción en categorías litúrgicas de es decir, esa fe y búsqueda de Dios
mente religiosa que se expresa en más sensibles a las exigencias reli- temas y formas devocionales que se (Evangelii nuntiandi 48) tan rica en
convicciones, actitudes y ritos prove- giosas del pueblo, han propuesto ce- desarrollaron a partir del medievo valores que, si se orienta bien, puede
nientes de una larga tradición cultu- lebraciones auténticamente popula- hasta nuestra época: formas de culto llevar a las masas populares a un
ral, cristalizada en formas populares. res e integrado usos devocionales eucarístico, títulos devocionales que verdadero encuentro con Dios en Je-
Me parece que no existe corres- (por ejemplo, el himno Akáthistos y entraron a formar parte del calenda- sucristo (ib), es sin duda la prepara-
pondencia entre la vasta investiga- la Paráclisis en honor de la Virgen, rio litúrgico, como fiestas del Señor ción remota más adecuada para esa
ción teológica e histórica y una pas- diversas bendiciones de los alimen- y de la bienaventurada Virgen Ma- consciente, activa y fructífera parti-
toral iluminada con principios ope- tos, procesiones con los iconos); el ría, etc. En el futuro éste podría ser cipación litúrgica auspiciada por el
rativos claros y con realizaciones proverbial maximalismo litúrgico y el caso de la auspiciada integración Vat. II (SC 11); pero a condición de
concretas. La ausencia de pronun- espiritual de Oriente ha sabido efec- de la nueva religiosidad popular de que "expresen con mayor claridad
ciamientos precisos por parte del tuar prudentemente una integración, los "cristianos del Vat. II" dentro de las cosas santas que significan y... el
magisterio de la iglesia bloquea en privilegiando formas celebrativas celebraciones litúrgicas vivas y dig- pueblo cristiano pueda comprender-
parte la creatividad en los principios que satisfacen las necesidades de una nas, permaneciendo obviamente en las fácilmente y participar en ellas
y en las realizaciones, por miedo a religiosidad que está, empero, muy los límites fijados por la iglesia, pero por medio de una celebración plena,
desembocar en soluciones que inte- anclada en la tradición. con esa pizca de inteligente creativi- activa y comunitaria" (SC 11).
gren de forma híbrida liturgia y pie- dad de la que puede ser capaz una
dad popular, o bien por el riesgo de c) Influjos y relaciones entre li- asamblea convencida y preparada.
recaer en una creatividad superficial turgia y religiosidad popular. Al no En la misma línea se sitúan los in- Coexistencia pacifica. No se pue-
desaprobada por los libros litúrgicos haberse acuñado todavía una termi- tentos de adaptación cultural de la de pretender traducir a toda costa la
y por las recientes declaraciones del nología precisa aceptada por todos liturgia en los países de / misión, piedad popular en categorías litúrgi-
magisterio. Y, sin embargo, el tema respecto a las posibles acepciones en realizados a tenor de SC 37-39, con cas. Ciertas devociones y ejercicios
es de palpitante actualidad. No se base a las cuales podríamos entender lo que se sale al encuentro de una piadosos difícilmente pueden ser in-
puede abandonar la religiosidad po- la religiosidad popular en relación religiosidad que, evangelizada y pu- tegrados en un esquema litúrgico sin
pular a su propia suerte; existe el con la liturgia, parece oportuno li- rificada por la liturgia de la iglesia, crear fórmulas híbridas por conteni-
peligro de explosiones atávicas, de mitarse a proponer algunas tipolo- puede encontrar en ella una expre- do y forma. A pesar de auspiciar con
contraposiciones a la liturgia oficial, gías de los influjos y relaciones mu- sión válida que, a su vez, enriquece SC 13 que ciertas formas de piedad,
de instrumentalizaciones políticas an- tuas entre una y otra. la gran tradición católica l6. En últi- como los ejercicios piadosos, "en cier-
tieclesiales, como sucede por desgra- mo término, éste es el modelo de in- to modo deriven de ella (la liturgia)
cia en los lugares donde esta religio- Integración fecunda. Existe una fe- tegración entre algunos ritos devo- y a ella conduzcan al pueblo, ya que
sidad no se evangeliza y purifica con cunda integración entre liturgia y pie- cionales y liturgia, realizado por el la liturgia, por su naturaleza, está
la palabra, con la oración o con el dad popular cuando todo el sentido Misal de los Siervos de María (salu- muy por encima de ellos", es justo
sentido pastoral que orienta hacia el religioso del pueblo se capta y ex- do a la Virgen en la acción litúrgica que haya en la iglesia una legítima
variedad cultual que pueda satisfacer
1737 Religiosidad popular
Religiosidad popular 1736
mente el misterio pascual y lo comu- tual de la respuesta a la palabra y a
todas las necesidades y enriquezca ritos y en los cantos). No siempre se nica. Por ello, toda expresión de la la gracia: cantos, gestos, ritualizacio-
las fórmulas y forrftas de oración an- conseguirá superar la ambigüedad religiosidad popular debe extraer de nes apropiadas del misterio o de los
tiguas y nuevas. Hoy se siente el va- de los signos o el carácter epidérmi- la liturgia, como de su fuente, la fe y misterios celebrados a lo largo del
cío creado por ciertas prácticas de co de ciertas conmociones no acom- el compromiso de vida, y modelarse año litúrgico.
piedad que ayudaban a celebrar me- pañadas de una práctica perseveran- en la ortodoxia y en la ortopraxis Para resituar en el centro del mis-
jor el misterio de Cristo, de María y te de la fe. Pero el pastor de almas que emanan del misterio litúrgico. terio de Cristo ciertas expresiones de-
de los santos a lo largo del año litúr- no podrá ignorar las oportunidades También desde el punto de vista vocionales desplazadas a la periferia,
gico. Si es cierto que la eucaristía que ciertas situaciones (solicitud de práctico hace falta recordar que el ciertas acentuaciones parciales o se-
suple ampliamente estas cosas y que un sacramento, funeral de los pa- cristiano está llamado a la plenitud paradas de él, ciertos simples acer-
la liturgia de las Horas puede ofrecer rientes, visita a los santuarios, fiestas de la vida que le viene otorgada en camientos subjetivos carentes de re-
una oración cualitativamente más populares) ofrecen a la liturgia para la liturgia eclesial, y no puede con- lación objetiva con el misterio, es ne-
rica, es igualmente cierto que la va- desempeñar su obra de evangeliza- tentarse sólo con lo que se le ofrece cesario que la religiosidad popular
riedad ritual de ciertas celebraciones ción y de santificación del hombre, desde otras formas de religión y de mire a la liturgia como a su fuente y
extralitúrgicas ofrecía una elección incluso en la esfera de su sensibili- devoción. La evangelización de la re- cumbre. Será entonces oportuno re-
más amplia de expresiones cultuales. dad, tan necesitada de sumergirse en ligiosidad popular no puede, por cordar los principios expuestos por
Lo que se puede y debe hacer, ade- una atmósfera religiosa. Una ade- tanto, olvidar que el fin de esta últi- Pablo VI en la Marialis cultus, de
más de permitir su pacífica coexis- cuada preparación para la celebra- ma es conducir a los fieles a la mesa forma que puedan evangelizar todas
tencia, es evangelizar estas formas ción de tales sacramentos, la cele- de la palabra y de la eucaristía: re- las expresiones de la religión del
de piedad y orientarlas litúrgicamen- bración digna y devota de las fiestas unirlos para que "alaben a Dios en pueblo: el carácter trinitario y el ca-
te a asumir la estructura de la cele- populares que tenga presente las ne- medio de la iglesia, participen en el rácter cristológico, que en la econo-
bración de la palabra y de la ora- cesidades de la comunidad y las li- sacrificio y coman la cena del Señor" mía de la salvación iluminan el sen-
ción, como se dirá a continuación turgias que tienen lugar en los san- (SC 10). No se puede promover la tido de la religiosidad como respues-
[/ infra, 2, b]. Estamos convencidos tuarios, constituyen oportunidades religiosidad popular de modo que ta a la revelación del Padre por
de que, cuanto mayor es la vitalidad pastorales ofrecidas por la religiosi- mantenga a los fieles lejos de las fuen- Cristo en el Espíritu Santo; y la ca-
litúrgica personal y comunitaria, dad del pueblo. Ignorando o despre- tes de la vida eclesial, como si estu- racterística eclesial, que reclama la
menor es la necesidad objetiva de ciando tales realidades y situaciones, vieran destinados a permanecer siem- esencial dimensión comunitaria de la
otras expresiones devocionales. se pierden ocasiones propicias, o in- pre como una categoría de cristianos salvación y, por tanto, de la respues-
cluso se generan peligrosas contra- de religiosidad popular. ta de culto al Padre por Cristo en el
posiciones entre religión del pueblo Espíritu, en comunión con la verda-
Ocasión propicia. Si por piedad y liturgia de la iglesia. La liturgia, por su parte, conscien-
popular se entiende el sentido reli- te de la dimensión antropológica, dera iglesia.
gioso más o menos iluminado de la comunitaria y simbólica del culto A estos principios sería preciso
fe, se puede hablar de ella como de 2. PRINCIPIOS Y ORIENTACIONES. cristiano, no ahorrará ningún esfuer- añadir otros que derivan de la natu-
un terreno propicio para la evangeli- En la exposición de la situación ac- zo para tocar a los fieles en su reali- raleza misma de la liturgia: el com-
zación y la catequesis mediante la tual del problema [/ supra, II, 1] he- dad de hombres religiosos, acogien- ponente bíblico del anuncio y de la
liturgia. En el hombre que se en- mos anticipado algunos principios do formas y expresiones de religiosi- oración; el carácter simbólico, la
cuentra en ciertos lugares o ante del magisterio y sugerido ciertas dad conformes con el estilo y el fin nota misionera y escatológica del cul-
ciertas imágenes sagradas (santua- orientaciones prácticas, que ahora de sus celebraciones. El hombre, to cristiano; el compromiso del testi-
rios), que celebra ciertas fiestas po- tratamos de exponer más explícita- abierto a la palabra de Dios y con- monio y por la liberación. Entonces
pulares o se ve envuelto en ciertas mente. vertido a los signos específicos del la liturgia no sólo se erige en fuente
circunstancias relacionadas con la li- misterio cristiano, debe ser alcanza- y cumbre de la religiosidad popular,
turgia (bautismos, matrimonio pro- a) Principios doctrinales. La li- do hasta lo más íntimo por la litur- sino también en modelo estructura-
pio o de parientes), se despierta ese turgia conserva su carácter de. fuente gia de la iglesia, a fin de que pueda dor válido para toda expresión de
sentido religioso que tal vez se había y cumbre de toda la acción de la igle- ser verdaderamente celebración del piedad ls.
entumecido en el cotidiano vivir se- sia y de todas sus experiencias de fe misterio de Cristo en la / existencia
parado de la fe. Aquí la iglesia no y de caridad y, por tanto, también cristiana. Esto supone una apertura b) Orientaciones pastorales. Ade-
puede renunciar a esa evangelización de la religiosidad popular (SC 9-10). a la creatividad, a la integración ar- más de las orientaciones prácticas ya
y catequesis que se realiza por la li- Desde el punto de vista doctrinal, mónica de elementos cultuales po- propuestas [/supra, II, I, b-c], sólo
turgia, sea a través de la palabra de este principio sigue siendo válido, en pulares válidos y aprobados, espe- nos queda recordar aquí, como em-
Dios, sea por medio del mundo de cuanto que la liturgia de la iglesia cialmente en aquellas dimensiones peño prioritario, el empeño por una
los signos litúrgicos (a través de la expresa plena y totalmente el sentido de la liturgia que son expresión cul- liturgia viva y popular que asuma y
misma asamblea que participa en los del culto cristiano, celebra objetiva-
Religiosidad popular 1738
1739 Religiosidad popular
exprese la religiosidad de las diversas lus: bíblico, litúrgico, ecuménico,
asambleas, con sensibilidad para las antropológico. De ahí resultará un 3. UNIDAD DE CULTO, DE FE Y DE bres, para frenar el empeño por la
distintas categorías: masa, / grupos enriquecimiento de la piedad popu- VIDA. Una consideración final nos lle- liberación en Cristo. También en
particulares, / jóvenes, / niños, se- lar, que será educada en la escuela va a la valoración de la religiosidad este caso la liturgia sigue siendo fuen-
gún las indicaciones y las posibilida- de la vida espiritual de la iglesia y, popular partiendo justamente de la te, cumbre y escuela de vida para
des ofrecidas por los libros litúrgi- por tanto, modelada por su pedago- liturgia. una valoración de los tesoros conte-
cos. Adaptaciones particulares de gía litúrgica. Si la religiosidad popular expresa nidos en la religiosidad del pueblo.
tipo cultural competen, como es cla- La misma liturgia, con sus princi- una fe y una búsqueda de Dios car- Por otra parte, si la religiosidad po-
ro, a la autoridad eclesiástica (con- pios y sus formas celebrativas, po- gada de valores teológicos y antro- pular tiene las características anota-
ferencia episcopal), que debería dría efectuar poco a poco una puri- pológicos, no se puede ignorar que, das con entusiasmo por Pablo VI
obrar con sabiduría y apertura, par- ficación de los elementos deteriora- a la luz de la teología del culto en el en la Evangelii nuntiandi (n. 48)
tiendo de una buena teología de la dos o ambiguos que se encuentran NT, uno es el culto y uno es el me- —generosidad y sacrificio hasta el
liturgia y de sus posibilidades, cui- en la piedad popular, así como una diador de este culto: Cristo Jesús, heroísmo, hondo sentido de los atri-
dando siempre, como es obvio, la evangelización y educación de las ac- con la fuerza del Espíritu. No existe butos de Dios, actitudes interiores
ortodoxia de la fe y la ortopraxis de titudes religiosas del pueblo, valo- respuesta válida y agradable al Pa- como la paciencia, el desapego, la
la comunión eclesial, pero con intre- rando todo lo que de auténtico hay dre sino por medio de él. Por tanto, aceptación de los demás, la devo-
pidez misionera y evangelizadora. en tal religiosidad, que no puede ser no se puede pensar en la religiosidad ción—, nos encontramos frente a ese
Sigue abierto el problema de crear abandonada a su propia suerte, si popular sino en la perspectiva de culto de los pobres de Yavé, suscita-
nuevos espacios de celebraciones no se quieren correr los riesgos re- este único culto agradable al Padre. do por el Espíritu en nuestros cora-
que, inspirándose en la liturgia, pue- cordados [/ supra, II, 1, b]. Por una parte, estos principios ayu- zones, que es el mismo culto de Cris-
dan llegar a ser verdaderamente li- Para evitar tales riesgos y también dan a valorar todas las formas cul- to. Ahora bien, la verdadera religio-
túrgicas, a pesar de partir de la reli- el peligro de la manipulación, nos tuales genuinas —oraciones, pere- sidad del pueblo de Dios que se
giosidad popular ". La solución más parece oportuno sugerir un doble grinaciones, sacrificios, promesas— despliega en la liturgia debe ser pre-
clara es la de proponer la liturgia no principio operativo de base. Las ce- propios de la religiosidad del pueblo, cisamente un culto de este género:
sólo como modelo estructurador, lebraciones de la piedad popular de- incluso fuera de la liturgia, en cuan- ésta es la mejor contribución que la
sino también como modelo externo, ben ser consideradas de la comuni- to son asumidos en el movimiento religiosidad popular ofrece a la cele-
de tal modo que se inserte la piedad dad y para la comunidad. De la co- cultual de Cristo hacia el Padre; por bración litúrgica.
del pueblo en esquemas de / cele- munidad: es decir, expresión de la fe otra parte, nos colocan ante la ur-
bración de la palabra y de celebra- y de la vida evangélica de los creyen- gencia de evangelizar esta religiosi- 4. Los EJERCICIOS PIADOSOS.
ción de la oración. Muchas necesi- tes, con animosa sumisión a la igle- dad para que corresponda al deseo Hemos querido dejar para el final el
dades religiosas, actualmente satis- sia y espíritu comunitario, fruto de del Padre, a los sentimientos de Cris- tratamiento de los ejercicios piado-
fechas por las devociones u otras común colaboración; toda celebra- to Jesús, a las mociones de su Espí- sos, para evitar que la religiosidad
prácticas, podrían encontrar la justa ción de piedad popular que escape a ritu 2». popular fuera reducida exclusiva-
satisfacción en celebraciones de la pa- la comunidad cristiana corre el ries- La unidad de la fe exige que la mente a estas expresiones devocio-
labra; éstas, por ejemplo, pueden dar go de ser instrumentalizada con fines religiosidad popular se adecué en las nales. A este propósito ofreceremos
sentido y estructura a una peregri- ajenos al culto cristiano, a la evan- fórmulas, en las valoraciones que su- algunas orientaciones concretas.
nación, a una ofrenda ue los frutos gelización, a la piedad auténtica de giere y en las verdades que profesa a
de la tierra, a una procesión, a un los cristianos. Para la comunidad: la confesión de la fe admirablemente a) Concepto y naturaleza. No
acontecimiento familiar o comuni- toda celebración o manifestación de expresada por la iglesia en su litur- existe un concepto claro de los ejer-
tario. Lo mismo puede decirse de ce- religiosidad se sitúa en un preciso gia, que debe corregir oportunamen- cicios piadosos. La SC 13, pese a
lebraciones de la oración, estructu- programa cultual como confesión de te desviaciones, acentuaciones o des- hacer referencia a ellos, ha evitado
radas según el esquema amplio de la la fe o como respuesta cultual a equilibrios de la piedad del pueblo. dar una descripción, y mucho menos
liturgia de las Horas y modeladas se- Dios, agradecimiento a María o a La unidad de la vida cristiana su- una definición de los mismos. Es
gún el estilo de las oraciones de la los santos; aunque no se excluyen giere que la religiosidad popular no más fácil ejemplificar, como hace la
iglesia, insertando en todo caso en otros fines (como la evangelización puede substraerse a la tarea de edu- Marialis cultus, que definir. Entre
ellas con prudente creatividad ele- de los alejados, la oportunidad de car al pueblo cristiano en los verda- estos ejercicios piadosos deben enu-
mentos eucológicos y rituales nuevos despertar la fe y el sentimiento reli- deros valores del evangelio, en el merarse sin duda el vía crucis, la ora-
que puedan expresar el sentido espe- gioso de las masas), la atención pas- compromiso de la caridad, en el cum- ción del ángelus, las letanías de la
cífico de lo que se conmemora. Nos toral debe dirigirse a la comunidad plimiento de la voluntad de Dios o Virgen, el santo rosario, otras ora-
encontramos de nuevo con los prin- cristiana que se expresa en esta for- en el testimonio activo. Por tanto, ciones devocionales y ejercicios en
cipios operativos de la Marialis cul- ma religiosa. no debe ser usada como opio del pue- honor de los santos. El culto del san-
blo, como consolación para los po- tísimo sacramento fuera de la misa
Religiosidad popular 1740 1741 Religiosidad popular
tiene un especial estatuto litúrgico y misterio de Cristo, de María y de los ben considerarse culto en sentido am- intentos válidos para dar al rosario
un ritual promulgado durante la re- santos generalmente con fórmulas bí- plio en el ámbito de la vida cristiana, un ritmo más bíblico con la procla-
forma litúrgica posconciliar (De sa- blicas o litúrgicas. No son conside- en la que toda expresión de oración mación de párrafos evangélicos rela-
cra communione eí de cultu mysterii rados como liturgia; por esto se re- tiene un componente cultual propio. tivos a los misterios correspondien-
eucharistici extra missam, Roma curre con frecuencia a la terminolo- Pero hay más. Es preciso preguntar- tes y con la introducción de oracio-
1973; ed. castellana: Ritual de la sa- gía de extra-litúrgicos o para-litúrgi- se si alguno de estos ejercicios pia- nes tomadas de la liturgia. Lo mismo
grada comunión y del culto a la cos, para indicar al mismo tiempo dosos, cuando se realizan de una for- puede decirse del ejercicio piadoso
eucaristía fuera de la misa, Madrid su semejanza y diferencia. Oficial- ma renovada, es decir, modelándose del vía crucis: formas y fórmulas
1974); por tanto, no debería ser equi- mente no son considerados oración como liturgias de la oración o litur- como las usadas cada año en Roma
parado a un ejercicio de piedad pública de la iglesia. Es significativo gias de la palabra y conteniendo fór- por el santo padre para esta práctica
cuando se realiza según las normas el juicio dado por Pablo VI en la mulas netamente litúrgicas (como es el viernes santo son ejemplares por
contenidas en tal libro litúrgico. His- Marialis cultus (n. 48) a propósito el caso del rosario y puede ser el del su sobriedad, riqueza litúrgica y pa-
tóricamente: los ejercicios piadosos del rosario. Después de haber esta- vía crucis), no serán ya verdadera y trística. Dignos de ser propuestos en
se desarrollaron en la piedad occi- blecido ciertas semejanzas entre éste propia oración litúrgica del pueblo este campo son algunos trabajos de
dental del medievo y de la época mo- y la oración litúrgica (por ejemplo, de Dios; en este caso la proclama- la Orden de los Siervos de María,
derna para cultivar el sentido de fe y entre la anamnesis de la liturgia y la ción de la palabra y los formularios especialmente la vigilia mariana "de
de la devoción hacia el Señor, la Vir- memoria contemplativa del rosario, bíblicos y litúrgicos propuestos ga- Domina" u "oficio de los siervos a
gen o los santos, en un momento en "que tienen por objeto los mismos rantizarían esa objetividad del mis- santa María" y la "celebración de la
el que el pueblo permanecía alejado acontecimientos salvíficos realizados terio, tal como puede hoy estar pre- anunciación a María"; nos encontra-
de las fuentes de la biblia y de la por Cristo"), afirma: "La primera (la sente en una celebración de la pala- mos ante verdaderas y auténticas
liturgia o en el que, en todo caso, anamnesis de la liturgia) hace pre- bra o de la oración. Un reconoci- realizaciones en la línea abierta por
estas fuentes permanecían cerradas sente bajo el velo de los signos y ope- miento implícito por parte de la la Marialis cultus: prácticas devocio-
y no nutrían la vida del pueblo cris- rantes de modo misterioso los 'mis- iglesia vendría del hecho de que es- nales, pese a no estar ligadas a la
tiano. En este sentido han jugado un terios más grandes de nuestra re- tos ejercicios piadosos no sólo ex- liturgia, asumen en estos libros una
papel en parte sustitutivo de las lec- dención'; la segunda (la memoria presan la fe de la iglesia, sino que la digna expresión teológica y celebra-
turas bíblicas y de las celebraciones contemplativa del rosario), con el expresan con sus mismas fórmulas tiva ". Con estos criterios, con estos
litúrgicas, y han concentrado la fe y piadoso afecto de la contemplación, de oración 22 . ejemplos concretos, en espera de
la piedad en torno a los misterios vuelve a evocar los mismos misterios orientaciones más precisas por parte
esenciales de la redención: encarna- en la mente de quien ora y estimula de la autoridad de la iglesia, se puede
ción, pasión, resurrección. Con la re- su voluntad a sacar de ellos normas b) Sugerencias y realizaciones. realizar una renovación de los ejer-
novación litúrgica como retorno a de vida. Establecida esta diferencia La norma del Vat. II (SC 13), pese a cicios piadosos según las necesidades
las fuentes de la biblia y de la cele- sustancial, no hay quien no vea que su brevedad, continúa siendo esen- del pueblo de Dios en esta nueva épo-
bración sacramental de los misterios, el rosario es un piadoso ejercicio ins- cial para la renovación de los ejerci- ca marcada por la renovación litúr-
estas formas de piedad han experi- pirado en la liturgia y que, si es prac- cios piadosos: armonía con la litur- gica del Vat. II. La tradición de la
mentado una cierta crisis; en algunos ticado según la inspiración origina- gia, con los temas, los tiempos y las iglesia católica nos enseña, que, así
momentos y en ciertos lugares se ha ria, conduce naturalmente a ella, sin fórmulas litúrgicas; también para es- como ha habido un constante pro-
tratado de un verdadero y propio os- traspasar su umbral". Según esta ex- tas prácticas la liturgia es fuente y greso en el campo litúrgico, del mis-
tracismo. El magisterio de la iglesia posición, los ejercicios piadosos per- cumbre, y no sólo en sentido objeti- mo modo puede verificarse también
siempre ha mantenido hacia ellas tenecen a la memoria subjetiva de vo, como para otras realidades de la en casos como el nuestro, con tal de
una actitud equilibrada, ha alabado los misterios, a la contemplación pri- vida cristiana, sino también en senti- que se parta de la tradición eclesial
sus méritos y ha abierto la vía a una vada —aunque pueda realizarse do celebrativo: "Deriven de algún y se abra a nuevas realizaciones,
renovación. Es la vía seguida oficial- eventualmente de forma comunita- modo de ella, y a ella conduzcan al pueden ser sugeridas por la realidad
mente por Pío XII en la Mediator ria—; les faltaría esencialmente, para pueblo cristiano". No queda, pues, de la iglesia, pueblo de Dios en
Dei (1947), y por la SC 13 ". Pa- que puedan ser auténticos actos li- más que realizar una pastoral inteli- marcha.
blo VI trató ampliamente el tema en túrgicos, el sentido objetivo de la gente que, partiendo de la teología
la Marialis cultus (nn. 40-55), con memoria (anamnesis) litúrgica y el litúrgica y de las formas litúrgicas, [/ Liturgia, IV-VII; / Celebracio-
referencias específicas al ángelus y al reconocimiento de la iglesia. Hoy se sepa ordenar sabiamente estos ejer- nes de la palabra; / Devociones].
rosario mariano. avanzan aquí y allí algunas nuevas cicios en sus contenidos (cuando ello
sea necesario) y en sus fórmulas. No J. Castellano
hipótesis a este respecto. Partiendo
Estos ejercicios piadosos son, por de la unidad del culto cristiano, es faltan ejemplos alentadores al res-
lo demás, expresiones de oración co- claro que los ejercicios piadosos de- pecto, especialmente en el campo de NOTAS: ' Cf bibl. — 2 Es el caso de los Sier-
munitaria o individual; celebran el la devoción mariana. Se han hecho vos de María, que han conseguido que se intro-
Religiosidad popular 1743 Rito/ Ritos
1742
dujera un rito de saludo a la Virgen a los pies de lamanca 1976; Galilea S., Evangelización de la
ser, Pietá litúrgica e "pía exercilia", en VV.AA., RITO/RITOS
la cruz en la celebración del viernes santo — religiosidad popular, en "Sal Terrae" 62 (1974)
La sacra liturgia rinnovata dal Concilio, LDC, 724-730; Religiosidad popular y pastoral, Cris-
3
Ordo coronandi imaginem Beatae Mariae Vir- Turín 1964, 229-227 — 22 Cf G. De Rosa, Valo- tiandad, Madrid 1979; González J.L., La teolo-
ginis, en Not 17 (1981) 247-267 — 4 Texto con- rizzazione pastorale della religiositá popolare, gía de la liberación: un nuevo marco para la SUMARIO: I. Presencia del rito en la cultura
tenido en G. Caprile, Movimento litúrgico, mu- en CC 131 (1980/IV) 450-451; recogido en Id., comprensión de la religiosidad popular, en "Se- contemporánea; 1. Para una definición del rito:
sica e canto sacro, en CC 129 (1978/11) 267- La religione popolare. Storia, teología, pasto- lecciones de Teología" 88 (1983) 255-265; Ira- a) Uso analógico, b) Útil/no útil, c) Religio-
271 — 5 Texto del directorio en versión caste- rale, Edizioni Paoline, 1981, c. IV — " Vigilia rrazával D., Medellín y Puebla: religiosidad po- so/no religioso; 2. Génesis fundamental del rito:
llana en la revista Medellín 3 (1977) 547-557; de Domina. Ufficio dei serví a santa María, a) El modelo ontogenético de E. Erikson, b)
pular, en "Páginas" (Lima) 4 (1979) 19-49; Ló- Simbólico/imaginario; 3. Morfología del rito:
cartas de la Congregación, ib, 6 (1980) 277- Curia Generalis OSM, Roma 1980 (texto latino pez Trujillo A., De Medellín a Puebla, BAC
279 — 6 Puebla. Comunión y participación, e italiano); Ángelus Domini. Celebrazione a) Ritos obsesivos, b) Ritos de interacción, c)
417, Madrid 1980, 151-171; Miguez Bonino J., Ritos instituidos - II. Rito cristiano: 1. Mito
BAC 431, Madrid 1982, n. 3039/465, p. 508 — dell' Anuncio a María. Curia Generalis OSM, La piedad popular en América Latina, en "Con- fundador-rito; 2. Constantes y variables del ri-
7
Cf D. Sartore, Panorámica critica del dibatti- Roma 1981 (texto en latín del ángelus; en italia- cilium" 96 (1974) 440-447; Pérez-Cotapos L.E., tualismo cristiano.
to attuale sulla religiositá popolare, en VV.AA., no de la celebración). Encuentro latinoamericano de religiosidad po-
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culture cristiane, en Vita monástica 32 (1978) Álvarez R., La religión del pueblo. Defensa 3. Algunas manifestaciones concretas
74-96 — 9 Menciones a esta crítica, aunque sin de sus valores, BAC popular 1, Madrid 1976; Las actitudes y valoraciones con
abrazarla del todo, en P. Visentin, Liturgia e Cox H., La seducción del espíritu. Uso y abuso Aldea Q., Semana Santa, en DHEE 4, cil., respecto al rito son en la cultura oc-
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7) 220-221 — '» D. Sartore, // rinnovamento
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210 — " Cf por ejemplo, A. Gangemi, La reli- v papel de la Iglesia, en "Selecciones de Teolo- en "Concilium" 132 (1978) 249-266; Dalmais L- los ritos e intenta abandonarlos, si-
giositá popolare e la bibbia, en VV.AA., Litur- gía" 77 (1981) 68-79; Laurentin R., La persis- H., Liturgia y devoción popular. La celebración guiendo en esto los estímulos cada
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dentale, en VV.AA., Liturgia e religiositá popo- drid 1979; Martín Velasco J.D., Religiosidad
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eclipse de lo sagrado) y el emerger
en "Pastoral Misionera" 11/1 (1975) 4-83;
pine, en RL 65 (1978) 144-149 — ,8 C. Braga, VV.AA., Religiosidad popular, en "Phase" 89 pastoral de los santuarios, en "Phase" 132 de la secularización, entendida en el
La liturgia fonte e modello delle forme di pietá, (1975) 329-394; VV.AA., Religiosidad popular, (1982)445-504. sentido más amplio de la palabra,
en Liturgia e forme di pietá. Per un rinnova- en "Colligite" 22 (1976) 214-242; VV.AA., Reli- persistían y persisten prácticas ritua-
mento della pietá "popolare "(dir. por R. Falsi-
ni), O.R., Milán 1979, 31-56 - " Por la posi-
giosidad popular y evangelización universal, Se- les arcaicas, como las peregrinacio-
manas Misionales, Burgos 1978; VV.AA., Reli- nes y procesiones, o formas repetiti-
ble analogía de este tema con las nuevas expre- giosidad postsecular, Mensajero, Bilbao 1978.
siones de oración, remitimos a las sugerencias RITO AMBROSIANO vas de gestos y actitudes propias de
que expresamos hacia el final de la voz / Ambrosiana, Liturgia las fiestas periódicas, tanto religiosas
/ Oración de este mismo diccionario — 20 Cf 2. Religiosidad popular en América Latina
como civiles 3.
nuestras observaciones al respecto: J. Castella- Celam, Iglesia y religiosidad popular en A.L.
no, Liturgia e pietá popolare oggi, en VV.AA., Ponencias y documento final, Bogotá 1977; RITO HISPANO Es necesario constatar, antes de
La religiositá popolare. Valore permanente, Te- Equipo Seladoc, Religiosidad popular. Panora- / Hispana, Liturgia cualquier definición o hermenéutica
resianum, Roma 1978, 141-143, 145 — 2I C. Ko- ma de la teología latinoamericana. Sigúeme, Sa-
Rito/ Ritos 1744 1745 Rito/Ritos

de los ritos, su compleja presencia guaje común el rito se refiere a me- bien en los ritos típicos de la neuro- de las conciencias particulares. En
en la vida de los hombres. En reali- nudo a un comportamiento social sis obsesiva, que sirven para gratifi- lo tocante a estas últimas, es normal
dad esta presencia debe ser conside- repetitivo y/ o estereotipado, se hace car y calmar al sujeto empujado a constatar que "ningún creyente esta-
rada en el orden de lo fundamental. problemático determinar con clari- realizarlos. En este sentido, Caze- ría dispuesto a admitir que el ritual
"Es un error pensar que pueda exis- dad las fronteras entre lo que es ri- neuve precisa ulteriormente: "El rito de la misa es un fenómeno de la mis-
tir una religión que sea totalmente tual y lo que no lo es. En concreto, es un acto cuya eficacia real o pre- ma naturaleza que el de quitarse el
interior, sin reglas, sin liturgia, sin no es fácil establecer la diferencia en- sunta no se agota en el encadena- sombrero en casa. Los dos fenóme-
signos externos de estados de ánimo tre usos, actitudes sociales o relacio- miento de causa y efectos. Si es útil, nos son conceptualizados de modo
interiores. Así como para la socie- nes públicas y ceremonias o cultos. no lo es por conductos exclusivamen- diverso por un sujeto social" l6 . Por
dad, así también para la religión la La amplia tipología citada por te naturales, y en ello reside su dife- consiguiente, en este plano es fácil
forma exterior es condición de su J. Huxley 7, con ejemplos de un ri- rencia respecto de la práctica técni- distinguir lo que es rito religioso de
existencia... Como animal social, el tualismo que va de los rituales basa- ca" ,0. El reenvío a una dimensión lo que no es aceptado como tal. La
hombre es un animal ritual. Supri- dos en la proyección psicológica, no-fenoménica, extra-empírica, de al- valoración es notablemente diferente
mido en un modo, el ritual rebrota como el macho cabrío expiatorio, a gún modo sobrenatural, plantea a su cuando se toman en consideración
en otro, tanto más fuerte cuanto más los de la actividad lúdica, invita a vez la distinción entre rito-religioso y las sociedades donde lo religioso no
intensa es la interacción social"". Sin considerar el uso no sólo de los tér- rito-no-religioso. es constatable ni resalta como una
embargo, esta presencia fundamen- minos, sino también del concepto realidad aparte, diferente del resto.
tal de los ritos en la vida del hombre, analógicamente; uso fácilmente jus- c) Religioso I no-religioso. Es ne- En este contexto, tanto para el indi-
por sus multiformes relaciones con tificable y comprensible por cuanto cesario advertir sobre todo cómo en viduo como para la sociedad, el fe-
lo vivido, hace difícil toda interpre- los rituales son explicitaciones fun- esta distinción parecen concordar los nómeno ritual es omnicomprensivo,
tación ulterior. damentales de la socialidad del hom- marca rítmicamente lo cotidiano y
pareceres de una gran parte de los señala las estaciones, pero no esta-
bre que señalan y subrayan, en con- investigadores del rito en las diversas
1. PARA UNA DEFINICIÓN DEL secuencia, todas las manifestaciones blece relaciones entre lo sagrado y lo
culturas. Desde Durkheim y la es- profano, pues no existe ninguna fron-
RITO, a) Uso analógico. No existe de dicha socialidad. cuela sociológica " a Malinowski y
una definición unívoca y denotativa tera que lo divida. En el caso de que
la corriente funcionalista l2 hasta Tur- después se quiera investigar el fenó-
del término rito 5. "Según la etimo- b) Útil/no útil. Sin embargo, y ner, uno de los más importantes in-
logía sánscrita, este término designa sin salimos del lenguaje tanto co- meno partiendo de esta división, se
vestigadores representativos de la debe tener presente la oportuna in-
lo que está conforme con el orden mún como especializado, el rito ade- antropología social l3 , el rito es defi-
(rita)"6; pero en las explicaciones des- más de ser referido a la repetitividad dicación metodológica de considerar
nido, además de por su repetitivi- "el comportamiento ritual lógicamen-
criptivas de tipo antropológico, aun- es considerado como perteneciente dad, por su referencia a creencias, a
que surgiendo siempre alguna refe- al orden de lo no-útil, insinuándose te anterior a toda representación de
rencia a lo regulado, a lo que tiene órdenes extra-empíricos o a poderes dioses o divinidades particulares, de
una frontera entre lo que es rito y místicos. Es más, dentro de las mis-
ritmo, al orden, parece preferirse el lo que no lo es. En una tentativa modo que el culto o el servicio divi-
uso del término rito y, por exten- mas escuelas o corrientes, como por no sería más fácilmente interpretable
de definición, podríamos decir con
sión, ritual, ritualización, dando casi J. Cazeneuve: "El rito exhibe el as- ejemplo en la funcionalista de la como una aplicación a los dioses, di-
por descontado su significado. La pecto de una acción que se repite de obra de R. Firth u , se llega a estable- vinidades, espíritus y fuerzas más o
misma observación puede hacerse acuerdo con reglas invariables y cu- cer ulteriormente la división entre menos localizados y antrópomorfi-
toda vez que los citados términos se ya ejecución no se advierte que pro- ceremonias y rito, subrayando la di- zados, de las reglas y costumbres en
unen a explicitaciones como actitu- duzca efectos útiles" 8 . Pero induda- ferencia propia e insistiendo en la uso en los rituales de interacción hu-
des rituales, comportamientos ritua- blemente el recurrir a la categoría de eficacia de orden místico del segun- mana, descartando quizá el sacri-
les, expresiones rituales, o cuando se lo útil no ayuda a clarificar el fenó- do más que en la normalidad con- ficio" ".
emplean términos sustitutivos como meno, en cuanto que las condiciones vencional de las primeras. Sin insis-
ceremonias, programa ritual, se- que definen el comportamiento ri- tir demasiado en esta última diferen- Estas precisiones me parece que
cuencia ritual. En realidad, en el cam- tual, las funciones que desarrolla y cia, por cuanto la interferencia entre confirman ampliamente el uso ana-
po antropológico se observa una cier- los medios que emplea revelan una las dos formas es frecuente ", me im- lógico de la noción de rito, reenvian-
ta uniformidad al considerar como necesidad práctica propia de los ob- porta subrayar que la oposición ab- do a los diversos contextos las pun-
ritos una serie de prácticas sociales, jetivos utilitarios, de modo que entre soluta entre ritos religiosos y no re- tualizaciones necesarias y el empleo
colectivas o individuales, aunque no el rito y el acto útil podemos obser- ligiosos no es del todo pertinente ni del término.
se hayan precisado el uso y el límite var posibles coincidencias y amplias operativa.
de la definición conceptual que los constantes'. Basta pensar en los ri- Es preciso distinguir entre lo que 2. GÉNESIS FUNDAMENTAL DEL
describe. Así, mientras que en el len- tos mágicos para obtener la lluvia, o sucede en la sociedad y en las cultu- RITO, a) El modelo ontogenético de
ras y en la conceptualización propia E. Erikson. La amplia fluctuación
Rito/Ritos 1746
1747 Rito/ Ritos
analógica, si por una parte comporta ampliamente compartidos cada vez,
el peligro de una pulverización del que da de nuevo el reconocimiento compleja en la que confluyen, ya vez, impidiéndose a sí mismo reco-
fenómeno ritual y, llevada al extre- esperado. Estas ritualizaciones com- desde su nacimiento, además de ges- nocer al otro y la realidad como di-
mo, una evanescencia interpretativa, prenden el intercambio de los sa- tos y movimientos, palabras y cosas, ferente de sí. Todas las cosas son vis-
por otra invita a buscar los elemen- ludos ordinarios que refuerza los "un todo coherente que, dentro de tas como parte de sí mismo y son
tos de la ritualidad humana en su vínculos emotivos, hasta la fusión un determinado sistema cultural, es- percibidas como imágenes de sí. El
génesis fundamental o en aquellas del individuo con su objeto en el tablece un campo simbólico que per- proceso de maduración del hombre
raíces que permiten comprender amor, la inspiración o el carisma del mite situarse o situarnos el uno fren- queda dramáticamente bloqueado y
cómo es posible encontrar la expe- jefe. Yo sugeriría, por íunto, que esta te al otro, establecer relaciones, re- puede conducir inevitablemente a la
riencia ritual en una amplia gama de primera y oscura seguridad, este sen- conocer valores" 2 2 . Recordar lo muerte.
hechos. En esto nos puede ayudar el timiento de una presencia santa, simbólico significa confirmar por La ritualidad es por su naturaleza
modelo de E. Erikson, que desde aporta un elemento que está presen- una parte la fundamentalidad del ri- anti-imaginaria, y vive del orden de
una perspectiva psicológico-social te en toda ritualización humana, y tualismo humano, y por otra señalar lo simbólico. Sus mediaciones asu-
descubre el fenómeno ritual, o mejor que nosotros llamamos lo numino- su esencial función maduradora men las características de la diferen-
su ontogénesis, en el proceso de cre- so"2°. Para el autor es esencial ob- para el hombre/ mujer25. De hecho, ciación entre los diversos ritos. De
cimiento y de socialización del hom- servar la existencia de un mismo lo que llamamos ordinariamente lo este modo el tiempo y el espacio que
bre/mujer ". Erikson, para delimitar proceso de ritualización; éste se con- real no lo alcanzamos nunca direc- establece mediatiza la compleja rela-
la ritualidad humana, plantea como funde con el crecimiento vital del tamente. Sólo podemos percibirlo ción naturaleza/ cultura, pensamien-
postulado que dicha ritualización hombre y, pese a sus diferentes for- mediatamente; lo real se hace pre- to/acción, palabra/cuerpo y las infi-
debe comportar como mínimo un in- mas y grados, recorre toda manifes- sente a nosotros mismos a través de nitas aperturas del hombre/ mujer ha-
tercambio entre dos personas, las tación ritual, desde la inicial de la la compleja trama simbólica de la cia los otros, las cosas, la sociedad y
cuales repiten determinados actos a relación madre-niño a la más pro- cultura, en particular mediante la ac- la historia. De este modo le es con-
intervalos significativos en contextos piamente religiosa, en la que el ele- tividad del lenguaje, globalmente cedido al sujeto situarse; el rito le
que se repiten. La formalización de mento de lo numinoso es aspecto in- comprendido 2*. También el devenir recuerda, haciendo que lo viva según
este intercambio debe favorecer la dispensable y referente obligatorio, del sujeto en cuanto tal, y en cuanto las circunstancias, quién es, de dón-
adaptación emotiva de los dos parti- que de algún modo se explicita. Sin se reconoce como tal, subyace a esta de viene, a dónde va; la permite re-
cipantes. En la relación madre-niño, embargo, por el hecho de que en la ley. La alteridad, de la que se toma encontrarse y reencontrar, ofrecién-
en el estadio preverbal de este últi- ritualización de los adultos se aluda conciencia progresivamente con res- dole o mejor facilitándole esas posi-
mo, en particular en la relación que emocional y simbólicamente a ele- pecto a la madre, a las cosas, a la bilidades de maduración que afectan
se establece al despertar cada maña- mentos infantiles, no se quiere afir- sociedad y a la historia, se hace pre- tanto a sus conocimientos como a su
na, encontramos este intercambio en- mar en absoluto que el rito perte- sente, de hecho, a través del orden vida práctica, es decir, su éthos: ac-
tre dos personas que, repitiendo de- nezca al orden de lo infantil. Por el simbólico. "Sin la mediación del len- titudes y valores.
terminados actos a intervalos signi- contrario, se pretende hacer resaltar guaje y de la trama simbólica consti-
ficativos y en un contexto dado, una lectura cultural de la vida hu- tuida por la cultura que me ha for-
mado, estaría sometido al imperio 3. MORFOLOGÍA DEL RITO. Fren-
permite la adaptación recíproca". mana y explicar adecuadamente la te a la analogicidad de la noción de
Erikson comenta: "Muchas cosas persistencia del fenómeno ritual en mortífero de la cosa, en una inme-
diatez cerrada en sí misma. Es preci- rito y, consecuentemente, a la fun-
contribuyen a pensar que el hombre su totalidad funcional. En este senti- damentalidad originante del rito, tan-
nace con una necesidad de seguridad do pienso que el modelo eriksoniano so que el lenguaje realice la muerte
de la cosa para que yo me pueda to ayer como hoy se ha intentado
y de reafirmación regular y recípro- puede facilitar la comprensión de las dominar la complejidad del tema a
ca: en cualquier caso, sabemos- que diversas crisis a las que el rito está constituir como sujeto en un mundo
significante: así se crea un espacio través de dos operaciones. La pri-
la ausencia de estas realidades puede de vez en cuando sujeto tanto histó- mera consiste en dividir tipológica-
causar trastornos gravísimos en un ricamente como en la vida del indi- libre, en el que llega a ser posible la
vida humana. Pero al mismo tiempo mente los ritos clasificándolos en ri-
recién nacido, ausencia que dismi- viduo 21, al tiempo que se recuerda tos arcaicos y primitivos, distintos
nuye o detiene la búsqueda activa de su importancia y su fundamentali- renuncio a creer que pueda alcanzar
la desnuda y cruda realidad, ilusión de los que están más propiamente
impresiones que confirman los datos dad para el hombre/mujer en re- presentes tanto en las grandes reli-
de los sentidos del mismo recién na- lación. que me conduciría a la muerte: el
símbolo me arranca así del imperia- giones modernas como en la vida co-
cido. Pero una vez despertada, esta tidiana26. En la práctica, han sido
necesidad se confirma en cada pe- lismo de lo imaginario"25. Es, en cam-
bio, propio de lo imaginario aislar considerados los primeros sobre
riodo de la vida bajo la forma de un b) Simbólico I imaginario. Para todo desde el punto de vista etno-
anhelo de ritualización y de ritos re- iluminar ulteriormente el proceso lo real y situar las cosas fuera de la
cultura y de la sociedad. El indivi- gráfico y antropológico; aunque no
novados, más formalizados y más analizado por Erikson, convendría faltan estudios, más allá de las disci-
considerar el rito como una acción duo, en lo imaginario, se aisla a su
plinas específicas propias de un de-
Rito/Ritos 1748 1749 Rito/ Ritos

terminado rito, que afrontan el pro- plicación de la ritualidad social no a puede estar sujeto a lecturas muy di- solamente tengo en cuenta la prime-
blema ritual hasta el comienzo de la nivel ontogenético, sino dentro de la ferentes. No se puede dejar de recor- ra distinción, que, en su acepción sa-
época contemporánea 2 '. La segunda psicología individual, a nivel filoge- dar expresamente que es posible si- cramental, se refiere a los ritos que
operación consiste en interpretarlos nético. tuar entre estos ritos también a los he denominado [/ supra, I, 3, c], por
según las funciones que realizan, litúrgicos, entendidos en su acepción su estructura, instituidos.
b) Ritos de interacción. El segun-
tanto sociales como psicológicas2S. do grado o nivel del ritual cubre
de cristianos. Sin embargo, la pro-
No ha faltado un tercer intento blemática propia de estos últimos re- 1. MITO FUNDADOR-RITO. Como
toda la amplia área de los ritos in- propone con vigor la cuestión de la
que, para evitar la complejidad de terpersonales, fina y eficazmente todo rito religioso, el rito cristiano
las operaciones enunciadas, ha pro- relación entre el rito y la magia M, y se especifica principalmente por su
descritos por E. Goffman ". Concier- globalmente la eficacia simbólica tan-
puesto referirse al ritual como pro- nen a todo lo que el sujeto en pre- referencia al mito fundador, para
grama, y desde el programa se ha to en la lectura tradicional como en que lo hagan revivir de algún modo,
sencia de otros se ve obligado a ha- la relectura contemporánea 3\ dando
intentado leer las categorías propias cer al objeto de volverse accesible y a través de las modalidades de ser
del ritual 2 '. utilizable para comunicar: códigos
lugar, discreta pero claramente, a propiamente rituales, los celebrantes
Para permanecer en el ámbito de una renovada comprensión de la efi- o actores rituales "5. "Sumergiendo
de educación, precedencias, reglas cacia sacramental *>.
mi presentación, manifiestamente para la toma de contacto, etc. A tra- simbólicamente al grupo en el tiem-
promocional en lo tocante al rito, vés de estos ritos se instaura ante po primordial del que ha nacido,
creo que es más útil clasificar los ri- todo un respeto entre los individuos; esta anamnesis ritual obra una ver-
tos según tres grandes planos o gra- respeto prestado y reconocido de II. Rito cristiano dadera regeneración. El retomar
dos sugeridos por las respectivas es- forma que facilite el contacto y las energías en el in illo tempore mítico
tructuraciones formales, y por tanto respectivas fases situacionales. La lec- El sector de los ritos cristianos se de la génesis del grupo sirve de obs-
por una lectura que podríamos lla- tura goffmaniana tiene el mérito de presenta compuesto y a la vez com- táculo a las fuerzas de la muerte que,
mar gramatical del contexto ritual. subrayar que "el ritual no es una fór- plejo. Conviene tener presente una inevitablemente y sin descanso, so-
De este modo será fácil clasificar mula muerta que esconde el funcio- triple distinción indicativa y fluida, cavan su identidad y, por lo tanto,
también los rituales litúrgicos, pres- namiento real de las instituciones, la cual, sin embargo, no goza del con- amenazan tanto su existencia como
cindiendo de las complejas secuen- sino el conjunto de actos a través de senso de todos los estudiosos. En el agotamiento de su significancia
cias rituales que los componen y que los cuales el sujeto controla y hace primer lugar: los ritos litúrgico-sa- del mundo. Tal es, en efecto, el po-
hacen a los ritos particulares articu- visibles las implicaciones simbólicas cramentales, declarados como pro- der de la anamnesis mítica: acto de
ladamente elaborados. de su comportamiento cuando se pios y oficiales por los responsables reminiscencia, extirpa el pasado a lo
encuentra directamente expuesto a eclesiales, que abarcan la mayor par- que es realidad pasada, donde el
a) Ritos obsesivos. En estos ritos otro individuo" 52 . Además estamos te de los ritos de tránsito (para utili- simple recuerdo lo deja pudrirse y lo
más o menos supersticiosos se pue- más sensibilizados a aquellas secuen- zar la terminología de A. van Gen- vuelve presente, para hacer del mis-
den clasificar actos como lanzar una cias rituales, que podríamos deno- nep), la eucaristía, la liturgia de las mo una génesis viviente del hoy y
pizca de sal a los cuatro puntos car- minar globalmente de presencia y de Horas 41 . En segundo lugar: los ritos del futuro; en la anamnesis el grupo
dinales cuando la sal ha sido derra- contacto, observables en los rituales típicos de la piedadpopular: rosario, recibe su pasado como presente —en
mada; hacer la señal de la cruz al más complejos, y en particular en novenas, procesiones devociona- el doble sentido del término—, como
comienzo de una competición de- los de tercer grado. les..., que de hecho se inspiran direc- don de gracia" K. Está claro que el
portiva; escupir en las propias ma- ta o indirectamente en los ritos ofi- rito cristiano tiene como mito fun-
nos antes de comenzar un trabajo; c) Ritos instituidos. En el tercer ciales, sobre todo en cuanto a los dador, en sentido estricto, la muerte-
tocar hierro..., que en su reiterad vi- grado del ritual se pueden clasificar contenidos 42 . Por último: el vasto resurrección de Jesucristo. Con la
dad y complejidad parecen no tener aquellos ritos que denominamos ins- campo de los ritos de la / religiosi- característica particular, sin embar-
objeto aparente. Son ritos que de al- tituidos, los cuales, teniendo una or- dad popular, en los que se pueden go, de no concebir la inmersión en el
gún modo ha de practicar la perso- ganización autónoma y formada por observar resonancias o referencias in illo tempore como mito del eterno
na, so pena de profundos trastornos varias secuencias rituales, se sitúan cristianas tanto en las secuencias ri- retorno, sino con la certeza de una
y frustraciones. en torno a un acto performativo 13; tuales como en los contenidos: pe- libertad personal que confiesa la rea-
por ejemplo: los ritos de tránsito 34, regrinaciones anuales tradicionales lidad primordial en una historia con-
Según la lectura psicológica ini- (como, por ejemplo, a la Virgen del tinua y no cíclica47.
ciada por Freud ,0, en estos ritos in- los ritos de iniciación ", los ritos de
sacrificio ", los ritos de adiviniza- Rocío o a la tumba del apóstol San-
dividuales es posible entrever carac- tiago en Compostela) 4Í , llantos ri- Dentro de la experiencia cristiana,
terísticas propias del rito en general, ción..." La tipología que puede O. Casel, con lucidez y perspicacia,
abrazar este tercer nivel es muy am- tuales 44> ritos cuaresmales y de la se-
y del religioso en particular. Sin em- mana santa, tan diversos y abundan- aunque con finalidades teológicas,
bargo, este tipo de lectura es discuti- plia, y múltiples los problemas ane- ha puesto en claro las estratificacio-
jos, porque cada uno de los ritos tes... En esta amplia gama tipológica
ble, sobre todo porque sitúa la ex- nes y dependencias entre el mito fun-
1751 Rito/Ritos
Rito/ Ritos 1750
el contexto, determinadas resonan- cionales, vasos sagrados...; d) los ac-
dador y el rito. "Partiendo del hecho que es una modalidad de ser y de cias y posibilidades de lectura y com- tos de lenguaje: el uso de diversos
de que la liturgia cristiana es llama- expresarse que media expresivamen- prensión. Conviene, empero, distin- estilos al leer y al orar; el canto, el
da constantemente misterio, Casel te, despertándolas, todas las realida- guir en la ritualidad cristiana lo que grito, la aclamación, la música...;
descubre que los componentes esen- des silenciosas de la fe: comprome- es constante o constitutivo, a menu- e) los actores: algunos protagonistas
ciales de este término técnico-cultual tiendo al hombre entero y al cosmos do directamente ligado al fundador, particulares en el rito: el que acoge,
son: 1) la existencia de un aconteci- en las articulaciones de todo el len- y lo que depende de las variables his- los lectores, el director del canto...
miento primordial de salvación; guaje verbal y no-verbal, reactualiza tóricas culturales en las que el rito se Probablemente en la atenta diná-
2) que este acontecimiento se hace el mito-fundador, de modo que éste ha visto en la necesidad de ser ex- mica entre las constantes y las varia-
presente en un rito; 3) que el hombre tiene efectivamente lugar por medio presado ". bles, antropológicamente hablando,
de todos los tiempos a través del rito del gesto humano 50 . Entre las constantes se pueden se- reside la fuerza y la vitalidad del rito
realiza tanto su particular historia ñalar: a) las palabras y las cosas: la cristiano. El fenómeno, digamos de
de salvación como la universal. Apli- 2. CONSTANTES Y VARIABLES fórmula sacramental, que tiende a entropía, al que los siglos y las cul-
cando estos elementos resulta, pues, DEL RITUALISMO CRISTIANO. El rito un máximo de performatividad tan- turas someten al rito religioso, en-
que el culto cristiano, realizándose cristiano no instituido se articula to por su contenido lingüístico como cuentra en la responsabilidad del
en el nivel y forma cultural del mis- como un hacer-obrar, según deter- por el gesto que la acompaña, toma- grupo-iglesia y en las posibilidades
terio, no es tanto una acción del hom- minadas circunstancias, tiempos y da de las palabras del fundador o en inherentes a la ritualidad cristiana
bre que busca un contacto con Dios acontecimientos, o explicitando lo referencia verbal al nombre de Dios, un filtro y un dique bastante sólidos.
(concepto natural de religión) cuan- que el fundador mandó hacer al gru- de la Trinidad o al Espíritu, la cual El rito cristiano, aunque identificán-
to un momento de la acción salvífica po-iglesia (por ejemplo, el banquete siempre lo denota interpretando los dose en el mito-fundador, se puede
de Dios sobre el hombre (concepto sacrificial...), o refiriéndose a una ri- elementos materiales (pan y vino, abrir estructuralmente a la plurali-
revelado de religión)"". De esto se tualidad más vasta, asumiéndola del agua y aceite, darse la mano...). Sin dad de adaptaciones exigida por los
deriva también y sobre todo que el patrimonio ritual religioso de distin- embargo, palabras y cosas, no con tiempos y por las diversas culturas
grupo-iglesia se ve continuamente tas culturas (por ejemplo, la imposi- referencia al sentido, sino para ser en las que vive y actúa cada uno de
forzado a referirse a su fundador ción de las manos), del mundo he- más significantes, han sido sujetas a los grupos-iglesia. Aparecer siempre
para expresar su total dependencia breo, de tradiciones griegas o roma- lo largo de los siglos a precisiones el mismo y nunca el mismo es una
en cuanto a los contenidos y para nas (por ejemplo, aspectos del rito (por ejerrplo, la fórmula sacramen- característica de indudable fuerza
confrontarse sobre cómo explícita ri- matrimonial) o de expresiones parti- tal de la eucaristía, la calidad del acei- cultural, que beneficia al grupo-
tualmente estos contenidos. culares de las culturas en las que se te para las unciones...) realizadas por iglesia en sus inculturaciones, acul-
Sin embargo, se debe precisar que practica hoy. En la ritualidad cris- el grupo-iglesia; b) el ministro o pre- turaciones y transculturaciones, por
"como cualquier ritual religioso, los tiana, sin embargo, los ritos no se sidente del grupo-iglesia. Se entiende complejas que sean.
sacramentos no son ante todo de or- pueden reducir a meras creaciones que es un ministro ordenado, que
den cognoscitivo, el de la loghia, culturales organizadas en torno a revela al grupo el motivo y en nom-
sino de orden práctico, el de la urgia. elementos focalizadores o a circuns- bre de quién se ha reunido ritual- NOTAS: ' Por lo que se refiere a la primera
Si transmiten informaciones doctri- tancias ocasionales externas 51 . Ade- mente; c) la estructura celebrativa tendencia, cf, por ejemplo, los análisis de H.J.
nales o éticas, es a partir de la acción más de ser confrontados con el mito- esencial y fundamental: la constante Blackham, Aspeas idéologiques: une réévalua-
fundador, como decía más arriba, en- tion des rites, en J. Huxley (a cargo de), Le
que se realiza y según el mismo sim- presencia, de algún modo, de la lec- comporiemení riluel chez I homme et /'animal,
bolismo de esa acción. Las celebra- cuentran en la lógica del mismo, glo- tura de las Escrituras y la proclama- Gallimard, París 1971, 301-306, donde el autor
ciones litúrgicas no se deben consi- balmente entendido, un paradigma ción de la fe, fe en la realidad que se estudia toda la vasta gama de los ritos. Por lo
derar como el lugar de un tratado de autoridad referencial: el logos se manifiesta en el mito fundador. que concierne a los ritos más propiamente reli-
hace carne, transfigurándola para la giosos, M. Douglas señala tres fases en el pro-
teológico, aunque éste no está evi- Entre las variables se pueden se- ceso de alejamiento del rito: "Primera: la que
dentemente ausente nunca. Sobre vida sin fin. El logos (en este caso las supone el desdén por las formas simbólicas ex-
palabras fundamentales de la expe- ñalar: a) las acciones gestuales: el len- ternas. Segunda: un proceso de interiorización
todo son un actuar, que busca una guaje no verbal; de las posiciones:
eficacia real y beneficiosa para los riencia cristiana) aporta a la rituali- de la experiencia religiosa. Tercera: el movi-
dad una instancia denotativa que de rodillas, en pie, sentados...; de los miento en favor de una filantropía de tipo hu-
participantes. El obrar tiene priori- movimientos: procesiones, danza....; manista" (Símbolos naturales. Alianza Univer-
dad sobre el decir; o, mejor, lo que circunscribe y precisa la polisemia sidad, Madrid 1978, 26; cf también las pp. ante-
inscrita en todo lenguaje ritual. De b) el dispositivo ecológico: distribu- riores donde ilustra el fenómeno y los efectos de
se dice es lo que se hace, de modo ción y reglamentación del tiempo y
que lo decisivo es menos lo que se este modo se pueden usar también las tres fases). Sin embargo, creo que entre las
los lenguajes verbales y no verbales del espacio, poseer y habitar el espa- motivaciones profundas del alejamiento del rito,
dice que el modo de decirlo, o sea, el cio por parte de los actores rituales además de la desconfianza en los símbolos se-
acto del decir" 4 '. Para la experiencia de la ritualidad humana y religiosa ñalada por la misma Douglas y cuyas raíces
más vasta, pero para encontrar den- en función de las secuencias rituales;
cristiana, por tanto, el rito no perte- culturales internas he mostrado (cf S. Maggiani,
tro del rito cristiano, en el texto o en c) los objetos: vestidos, objetos fun-
nece al orden de lo accesorio, sino
Rito/ Ritos - 1752
1753 Rito/Ritos
Nelia foresta dei simboli..., en RL 67/3 [1980] e interferencias de la secularización con la teo-
291-316), hay que incluir el rechazo de la muer- logía remito a las voces correspondientes de los gianí, II rito oggi, en Servizio della Parola 121 sciences sociales 5-6 (1975) 183-190, y F.
te, típico de nuestros contemporáneos (cf mi distintos diccionarios teológicos. La persistencia (1980) 14 — 2J "Sin embargo, no es necesario Isambert, Rite et efficacité symbolique, Cerf,
Elementi del dibattiio odierno sul tema della de las manifestaciones de ritualidad "popular" excluir la tendencia a eventuales patologías que París 1979, 87-113 — 34 Cf el clásico A. van
morte, en RL 66/2 [1979] 270-317). El rito reli- ha dado a los antropólogos la posibilidad de encontramos en el rito cuando éste ya no fun- Gennep, Les rites de passage, Mouton, París
gioso en general y el cristiano en particular exi- investigar esta religiosidad llamada residual, ciona en una determinada cultura: la esclerosis, 1969 — " Cf, por ejemplo, R. Bastide, Initia-
ge un morir simbólico de los participantes (mo- contagiando a varias disciplinas y dando vida a que puede minar algunas secuencias rituales, tion, en Enciclopaedia Vniversalis 8 (1971)
rir a lo inmediato, al hombre viejo...) para po- una plétora de estudios sobre la cultura y sobre puede facilitar fenómenos de regresión hacia lo 1031-1036; B. Bettelheim, Heridas simbólicas.
der entrar en comunión con el misterio. La la religiosidad popular: cf, por ejemplo, las con- imaginario personal e impedir, decayendo, por Una interpretación psicoanalítica de los ritos
remoción de la muerte en todas sus articulacio- tribuciones de VV.AA., Liturgia e religiositá po- puberales, Barral, Barcelona 1974; G. D'Alviella,
ejemplo, el componente emotivo que favorece
nes comprende también el rechazo de la muerte Initiation, en Encyclopaedia of Religión and Et-
pulare..., Dehoniane, Bolonia 1979; R. Cipriani la reciprocidad, la relación" (S. Maggiani, Ib,
simbólica y, en consecuencia, lo que expresa
(a cargo de), Sociología della cultura popolare 17). Cf también las observaciones de L.M. Chau- hics 7, T.T. Clark, Edimburgo 1914, 314-329;
dicha muerte: el rito precisamente — 2 El fenó-
meno aquí indicado es de una complejidad la- in Italia, Liguori, Ñapóles 1989. Sobre el per- vet, Du symbolique au symbole, Cerf, París A.M. Di Ñola, ¡niziazione, en Enciclopedia del-
beríntica evidente, entre otras razones a causa durar de los ritos religiosos populares y su con- 1979, 152-159 — u Cf los escritos de E. Orti- le religioni 3 (1971) col. 1116-1171; M. Eliade,
de la movilidad a que está sujeto el fenómeno tagio simbólico a una ritualidad civil, cf el estu- gues, Le discours et le symbole, Aubier-Mon- La nascita mística. Riti e simboli d'iniziazione,
mismo. Sin embargo, me parece importante to- dio de VV.AA., // símbolo conteso, Ianua, taigne, París 1962 — 25 L.M. Chauvet, Du Morcelliana, Brescia 1974 — 36 Cf, por ejem-
mar aquí conciencia más de la entidad del fenó- Roma 1979 — 4 M. Douglas, Purezza epencó- symbolique... (nota 23) 29. Para ios problemas plo, H. Hubert y M. Mauss, Essai sur la nature
meno globalmente considerado que de los as- lo, II Mulino, Bolonia 1975, 102-103 — 5 Cf, relativos a lo imaginario, referentes también a et la fonction du sacrifice, en M. Mauss, Oeu-
pectos efímeros y pasajeros de las situaciones por ejemplo, la voz Rites, en Encyclopaedia Uni- su utilización conceptual polisémica, cf. S. Mag- vres I (nota 26), 193-354; R. Girard, La violence
que lo integran. Aunque en sus componentes versalis 14, París 1977, 284-285; Rito, en Enci- giani, Nella foresta dei simboli... (nota I) 303- et le sacre, Grasset, París 1972; W. Burkert,
no se presenta como un fenómeno totalmente clopedia delle religioni 5, Vallecchi, Florencia 305 — 26 Cf, por ejemplo, J. Cazeneuve, Rites, Homo necans. Antropología del sacrificio cruen-
nuevo, la emergencia es tan preponderante que 1973, col. 428-440; Rito, en Enciclopedia 12, en Enciclopaedia Vniversalis (nota 5) 284; N. to nella Grecia antica, Boringhieri, Turín
suscita hipótesis de evoluciones tendenciales que Einaudi, Turín 1980 — 6 L. Benoist, Signes, Mauss, Oeuvres I, Les fonctions sociales du sa- 1981 — 37 VV.AA., Encyclopédie de la divina-
se desarrollarán en el tiempo. Para los jóvenes, symboles et mythes, PUF, París 19772, 95 — cre, Présentation de V. Karady, Ed. de Minuit, tion, H. Vegrier, París 1973 — 38 Cf, por ejem-
7
cf M. Ermilli, Rito, festa e ideología nelTespe- Introduction, en J. Huxley (a cargo de), Le París 1970; A.-E. Jensen, Mythes et cuites chez plo, F. Jesi, Rito, en Enciclopedia Europea 9,
rienza cultúrale dei giovani, en VV.AA., Crea- comportement rituel... (nota 1) 28-34 — les peuples primitifs, Payot, París 1954; V. Lan- Garzanti, Milán 1979, 770-772; la voz Magia,
8
tivitá, gesto, comportamento..., Patrón, Bolonia Sociología detrito, Amorrortu, Buenos Aires ternari, La grande festa... Dédalo Libri, Bari en Enciclopedia 8, Einaudi, Turín 1979, 708-
1980, 225-252. Para una panorámica de algunas 9
1972,18-19 — Cfel estudio de P. Bordieu, Lé> 1976: autores de orientaciones y escuelas diver- 723 — 39 Cf las agudas precisiones de F. Isam-
orientaciones nuevas incluso rituales en la esfera sens pratique. Mythes et rites: analyse structu- sas — 27 Cf, por ejemplo, V. Turner, IIprocesso bert, Rite et efficacité symbolique (nota 33) 27-
de lo religioso, cf L. Castellani, I santi delTApo- rale et logique pratique, en Actes de la recherche rituale... Introducción de D. Zadra, Morcellia- 85, y la correspondiente bibl., 215-216 — *° Cf
calisse, SEI, Turín 1979; VV.AA., Studi sulla en sciences sociales I (febrero 1976), 43-86 — na, Brescia 1972; R. Firth, I simboli e le mode, Ib, 201-213 — 4I Para una lectura hecha desde
produzione sociale del sacro I, Forme del sacro 10
Sociología del rito (nota 8) 19 — " Cf E. Laterza, Bari 1977 — 2B Cf, por ejemplo, ade- dentro de la experiencia cristiana sobre la dife-
in un'epoca di crisi, Liguori, Ñapóles 1978; es Durkheim, Las formas elementales de la vida más de los escritos de B. Malinowski y de Durk- rencia entre liturgia-no-liturgia, cf S. Marsili,
de particular interés el estudio de F. Ferrarotti, religiosa, Akal, Madrid 1982 — 12 B. Malinows- heim (fundador de la escuela funcionalista el Liturgia e non-liturgia, en S. Marsili (a cargo
Riflessioni introduttive sul destino della ragione ki, Sex, Culture and Myth, Alien & Unwin, primero y agudo lector de los comportamientos de), Anamnesis I, Marietti, Turín 1974, 137-
e il paradosso del sacro, ib, 11-70, que traza Londres 1963, 223-224; en estas páginas se re- religiosos en clave de fenómenos con funciona- 156 — 42 El límite entre piedad y religiosidad
problemáticas subyacentes al fenómeno del re- coge el art. de M., The Group and the Indivi- les sociales el segundo), Th. Reik, II rito religio- popular es quizá el más difícil de establecer: cf,
surgir de lo sagrado en algunos grupos, y hace dual in Functional Analysis, aparecido en la so. Studi psicoanalitici, Boringhieri, Turín por ejemplo, C. Valenziano, Su la religiositá
algunas indicaciones metodológicas para la in- revista American J. Sociology 44/6 (1939) 938- I9692; G. Roheim, Psicoanalisi e antropología, popolare. Osservazioni per una tipología nelle
vestigación. Resulta útil el presondeo realizado
964 — l3 Así define V. Turner el rito: "Entien- Rizzoli, Milán 1969; Origine e funzione della culture cristiane, en Vita monástica 132 (1978)
por R. Mion y otros, Fine di una eclissi? Son-
daggio sulla religiositá dei giovani, LDC, Turín do por ritual una conducta formal prescrita en cultura, Rizzoli, Milán 1972 — 2" Cf J.-Y. Ha- 74-96; cf también algunas citas de nuestra nota
ocasiones no dominadas por la rutina tecnoló- meline, Aspeets du rite (nota 17) 104-108 — 3 — 43 Al afrontar los problemas inherentes al
1980. Pueden encontrarse valiosas indicaciones 10
teóricas y metodológicas, así como ricas temá- gica, y relacionada con la creencia en seres o Azioni ossessive e pratiche religiose, en Opere santuario-peregrinaje se palpan la complejidad
ticas sobre algunos movimientos religiosos fuerzas místicas" (La selva de los símbolos, Si- 5, Boringhieri, Turín 1972, 337-349 — 3I En es- y la vastedad de la "religiosidad po"pular" y la
europeos e internacionales nuevos, en VV.AA., glo XXI, Madrid 1980, 21) — l4 Tikopia Ritual pecial señalo: Modelli di interazione, II Mulino, fase de transición que estamos viviendo en tor-
Méthamorphose contemporaine des phénomé- and Belief, Alien & Unwin, Londres 1967, Bolonia 1971, que incluye los dos estudios fun- no a su estudio: cf, por ejemplo, R. Guarnieri,
nes religieux? (The contemporary Metamor- 31ss — l5 Cf la voz Cerimoniale, en Enciclope- damentales sobre los rituales de interacción del Fonti vecchie e nuoveper una "nuova"storia di
phosis of Religión?) Actes de la 12*™ Conféren- dia 2, Einaudi, Turín 1977, 955-967 — lt Ib, 1967 y del 1969, respectivamente; además, // santuari, en Mar 42 (1980) 495-521 — " E. de
ce Internationale de Sociologie Religieuse (La 958 — !7 J.-Y. Hameline, Aspeéis du rite, en comportamento in pubblico, Einaudi, Turín Martino, Morte epianto rituale..., Boringhieri,
Haya 26-30 agosto 1973), Editions du Secreta- MD 119(1974) 103 - ls Ontogénie de la ritua- 19742; cf también la presentación global del pen- Turín 1975 — 45 Utilizo el término "mito" en
ria! CISR, Lille 1973 — 3 Por lo que concierne lisation chez l'homme, en J. Huxley, Le com- samiento del autor hecha por M. Wolf, Socio- su acepción connotativa que desborda en una
a la secularización basta con indicar en este con- portement rituel... (nota 1) 139-169; cf también logia della vita quotidiana, Espresso Strumenti realidad inicial fundamental. De todas formas,
texto a S. Acquaviva, El eclipse de lo sagrado la lectura que hace I. De Sandre, Rito e societá 1979, 13 -• 12 M. Wolf, ib, 46 - i} El concep- sigue siendo global y variable la interpretación
en la civilización industrial, Mensajero, Bilbao contemporánea, en VV.AA., Fede e Rito..., De- to de acto performativo remite al estudio ilus- del mito: cf, por ejemplo, E. Castetli (a cargo
1972; G.E. Rusconi, Giovani e secolarizzazione, honiane, Bolonia 1975, 81-89 — '" Puede re- trativo de J. Austin, Quando diré é fare, Ma- de), Mito e fede..., Istituto di studi filosofici,
Vallecchi, Florencia 1969; S. Acquaviva, G. sultar útil referirse también a J.A. Ambrose, rietti, Turín 1972, y a los avances de J.R. Searle, Roma 1966; A. Di Ñola, Mito, en Enciclopedia
Guizzardi, La secolarizzazione, II Mulino, Bo- Ritualisation du lien mére-nourisson chez les Atti linguistici, Boringhieri, Turín 1976; cf tam- delle religioni 4 (1972) 485-530; VV.AA.,
lonia 1973; E. Roggero, La secolarizzazione con- humains, en J. Huxley, Le comportement ri- bién la recopilación de M. Sbisá (a cargo de), Mythe, en Enciclopaedia Vniversalis II (1977)
troversa, Angelí, Milán 1979: estudios en gene- tuel... (nota 1) 170-175 — 20 E. Erikson, Onto- Gli atti linguistici, Feítrinelli, Milán 1978; ade- 526-537; M. Detienne, Mito¡ Rito, en Enciclo-
ral de naturaleza sociológica; para las relaciones génie de la ritualisation... (nota 18) 141-142 —- más, para las puntualizaciones en torno al dis- pedia 9, Einaudi, Turín 1980, 348-363; VV.AA.,
21
Cf las observaciones de I. De Sandre, Rito e curso ritual, cf. P. Bourdieu, Le langage autori- Mythos/logos, ib, 660-689 - 46 L.-M. Chau-
societá contemporánea (nota 18) — 22 S. Mag- se, note sur les conditions sociales de Vefficacité vet, Du symbolique au symbole (nota 23)
du discours rituel, en Actes de la recherche en 130 — 47 Cf M. Eliade, El mito del eterno re-
Rito/Ritos 1754

torno, Alianza, Madrid 19792 — 4" S. Marsili, tal. Los ritos civiles y el cristiano, en "Conci-

s
Verso una teología della liturgia, en Anamnesis lium" 132(1978) 167-181; Kennedy E.C., Valor
I (nota 41), 78 —49 L.-M. Chauvet, Dusymbo- del rito religioso para el equilibrio psicológico,
lique au symbole (nota 23) 127 — 50 C{ los lú- ib, 62 (1971) 212-218; Lévi-Strauss Cl., Antro-
cidos comentarios sobre el rito cristiano de A. pología estructural. Losada, Buenos Aires 1968;
Vergote, Interprétation du langage religieux, Llopis J., Palabra y rito en la constitución, en
Seuil, París 1974, 199-215 — 51 Es la reciente "Phase" 20 (1964) 156-161; Maldonado L„ Vie-
interpretación del ritual, separado de propósito jos ritos, nuevos ritos. Entre la nostalgia V la
de un pensamiento mítico, de P. Smith, Aspects frustración, ib, 97 (1977) 11-31; Teoría v praxis
de Vorganisation des rites, en M. Izard y P. de ¡a ritualidad, ib, 107 (1978) 423-441; Richter
Smith (a cargo de), La fonction symbolique, K., Ritos y símbolos en la cultura industrial, en
Gallimard, París 1979, 139-170 — " Para ulte- "Concilium" 122 (1977) 217-229; Rizzi A., Rito,
riores precisiones cf L.-M. Chauvet, Du symbo- en DTI 4, Sigúeme, Salamanca 1983, 204-220;
lique au symbole (nota 23) 133-152; S. Maggia- Van der Leeuw G., Fenomenología de la reli-
ni, II rito cristiano (nota 22) 21-24. gión. Fondo de Cultura Económica, México ciones en las sociedades primitivas y
1964; Vergote A-, Gestos y acciones simbólicos SACERDOCIO
en la liturgia, en "Concilium" 62 (1971) 198-
en las culturalmente evolucionadas:
S. Maggiani a) la inmolación del sacrificio: cons-
211; Zenger E., Rito y critica al rito en el Anti- SUMARIO: I. Enfoque fenomenológico-cultu-
guo Testamento, en "Concilium" 132 (1978) ral -11. El sacerdocio de Israel - III. El sacerdo- tituye el centro de toda la vida cul-
196-209. Véase también la bibliografía de An- cio de Cristo - IV. El sacerdocio del pueblo tual, aun siendo diversas las matiza-
BIBLIOGRAFÍA: Bernal J.M., La tentación de tropología cultural. Gesto/Gestos y Signo/Sím- sacerdotal y de los ministros ordenados: I. El ciones del significado (propiciatorio,
lo exótico y el arqueologismo, en "Phase" 11 bolo. sacerdocio común de todos los creyentes; 2. Ori-
(1962) 196-200; Bouyer L., El rito y el hombre. gen de los ministerios ordenados - V. El sacer-
expiatorio...) y los modos (cruento,
Sacralidad natural y liturgia, Estela, Barcelona dote en la historia de la liturgia y en la teología: incruento; de personas, animales,
1967; Busquets P., El silencio en la celebración, 1. De los tiempos apostólicos a la época caro- cosas...); fc)el exorcismo, cuyo fin es
en "Phase" 92 (1976) 144-148; Carbajal J., Ha- lingia; 2. De la época carolingia al concilio de la purificación de todas las formas
cia la liturgia: los ritos muertos, en "Liturgia" Trento; 3. Del concilio de Tremo al Vat. II; 4.
10 (1955) 138-149; Cazeneuve J„ La sociología El Vat. 11 y los años posteriores: a) La recepción de mal que afecten al individuo o, en
RITOS ANTIGUOS del magisterio y de la reforma conciliar, b) Pro- casos límite, a toda la sociedad: des-
detrito, Buenos Aires 1972; Hocart A.M., Mito, blemática ecuménica, c) Perspectiva de una nue-
ritual y costumbre, Madrid 1975; Eliade M., / Liturgias locales antiguas va calificación teológica y pastoral.
de el pecado que pesa sobre la con-
Iniciaciones místicas, Madrid 1975; Fernández ciencia individual y colectiva al mal
de la Cuesta I., ¿Cristianismo sin ritos?, PPC, de ojo o expresiones análogas de
Madrid 1971; Gomis J., Celebrar siempre con (presuntos) influjos espiritistas, que
sencillez y alegría, en "Phase" 67 (1972) 81-85; RITOS ORIENTALES I. Enfoque
Kavanagh A., Los acontecimientos del ciclo vi- fenomenológico-cultual a menudo, en realidad, son los efec-
/ Orientales, Liturgias tos nocivos e incluso letales de ali-
El hecho de que en todo contexto mentos venenosos y/o de estupefa-
cultural se encuentre de modo cons- cientes (piénsese en la difusión del
tante la presencia de una persona cornezuelo del centeno en el medie-
dotada de determinadas característi- vo occidental, con crisis de locura
cas socio-religiosas, permite apreciar colectiva, epidemias de parálisis y al-
la importancia de tal persona en el teraciones psico-físicas); c) el orácu-
ámbito de la vida humana. Esa per- lo: permite al sacerdote adivinar el
sona es llamada con diversos nom- curso de los acontecimientos y la
bres, que remiten a la matriz sacer- suerte futura a partir de determina-
dotal, la cual evidencia su carácter das observaciones.
primario religioso y sacerdotal: el Paralelamente al desarrollo de las
sacerdote, pese al amplio abanico de culturas, las funciones del sacerdote
matices particulares en las modali- se integran con otros cargos sociales,
dades del ejercicio de sus funciones, o bien se descomponen, cristalizan-
es desde siempre el mediador reco- do en torno a una única y limitada
nocido oficialmente entre el hombre actividad. Así, no es extraño obser-
y Dios, entre el contexto social hu- var la existencia de sacerdotes-reyes
mano y el mundo divino (sacerdo- tanto en el vértice de la actividad
te = sacra daré). religiosa como del poder político-ad-
Son tres los ámbitos principales ministrativo. Pero en algunas socie-
en los que el sacerdote ejerce sus fun- dades (la romana, por ejemplo) el
Sacerdocio 1756 1757 Sacerdocio
sacerdote, por el contrario, se reduce (cf 1 Sam 14,18s.36-42); esta función con la ley y el cumplimiento del sa- tal (cf, por ejemplo, Lev 21,1-7;
a ser un simple exorcista o adivina- inscribe la actividad sacerdotal israe- crificio cruento y del incienso '. Con 10,8-11).
dor, mientras que en el aspecto cul- lítica en el contexto de actividades el tiempo se afirman cada vez más Si es verdad que el sacerdocio is-
tual y sacrificial es solamente un ex- oraculares-sacerdotales análogas del las funciones judiciales, a las que raelítico, especialmente en su carac-
perto del ceremonial junto con el jefe Antiguo Oriente. Con respecto a alude ya Ex 18,13-26; Dt 17,8-13, y terización posexílica, se acoraza en
del Estado o la personalidad política esto se deben tener presentes dos as- que encuentran amplia difusión en su propia zona sagrada, separada del
a quien compete en cada ocasión la pectos significativos: a) los sacer- los siglos posteriores (cf Ez 44,24 y resto del pueblo, este hecho, sin em-
acción sacrificial. dotes del antiguo Israel pronuncian todo el contexto de caracterizaciones bargo, no debe hacernos olvidar el
Por último, se puede observar que oráculos sin ser videntes o adivina- sacerdotales propias del s. vi). discutido pasaje de Ex 19,6. En efec-
el sacerdote no siempre consigue dores; b) los sacerdotes pueden ofre- Después del exilio se alcanza un to, aquí se subraya la concepción del
mantener sus funciones específicas cer ciertamente sacrificios, pero no cierto equilibrio entre las diversas sacerdocio colectivo de todo el pue-
propias, sea por el hecho de que esas por esto asumen una función sacri- corrientes sacerdotales, constituidas blo de Dios (cf también Núm 16),
funciones son ejercidas por otros, ficial-cultual específica, dado que por los descendientes de Aarón (en concepción ésta que encontrará su
sea también porque el sacerdocio en todo hombre tiene el poder de ha- particular los sacerdotes) y los levi- más precioso desarrollo a partir de
ocasiones se degrada a nivel de bru- cerlo (cf los ejemplos ya señalados). tas, todos ellos con amplias genealo- la visión cristiana del sacerdocio,
jería en las culturas en que lo mágico En la historia del sacerdocio is- gías y reivindicaciones cultuales y po- como se encuentra, por ejemplo, en
se apodera de lo genuinamente reli- raelítico tiene gran importancia la fi- líticas. La comunidad israelita con- 1 Pe 2,9.
gioso. gura de Moisés, el mediador por ex- quista ahora una marcada fisonomía Para la comprensión histórica del
celencia entre Dios y su pueblo. cultual. El personaje más llamativo sacerdocio cristiano, especialmente
Diversos textos le han atribuido ex- es el sumo sacerdote (cf la liturgia de del presbiterado, es útil recordar tam-
II. El sacerdocio de Israel plícitamente funciones sacerdotales la expiación en Lev 16), que se en- bién algunas instituciones judaicas
posteriores, y también a él se refiere cuentra en el vértice de la clase de tardías. Por ejemplo, en la diáspora
Antes de la organización particu- la investidura sacerdotal de los hijos los sacerdotes (sus funciones son judaica las comunidades eran gober-
lar del sacerdocio israelítico —cuyo de Aarón (Núm 15,17). Tampoco se descritas minuciosamente en Lev 1- nadas por una autoridad colegial de
conocimiento es necesario para po- puede olvidar la existencia de san- 6: fuente P). ancianos, los jefes de familia. En ca-
der comprender adecuadamente el tuarios sacerdotales de gran impor- sos especiales una, pero casi siempre
tancia, como Silo (Jos 18,8ss; 19,51; Los libros de las Crónicas, a su
sacerdocio de Cristo y de los cristia- vez, dan amplias informaciones so- dos personas eran encargadas de
nos—, en tiempos de la monarquía 21,2; 22,9-12; Jue 18,31; 21,19; 1 funciones específicas bien determi-
Sam 1,3.9.24; 2,14; 4,3.4.12...), cuya bre los levitas, divididos en clases y
la acción sacrificial era realizada con diversos oficios relacionados nadas. Es la institución del Salia
(también) por personas no investidas estructura ejerció indudable influjo (= apostólos), que presenta analo-
en la organización del templo de Je- con la vida del templo (cf las con-
de una misión sacerdotal específica, cordancias bíblicas). Es probable gías evidentes con He 11,33 (Berna-
comenzando por Caín y Abel (Gen rusalén y del sacerdocio durante el bé y Saulo) y He 15,22 (Judas Bar-
reinado davídico. que entre ellos hubiera también pro-
4,3ss), Noé (Gen 8,20), Abrahán fetas cultuales, aunque se puede ex- sabbás y Silas) 2 . A pesar de todo,
(Gen 22,13), Jacob (Gen 31,54; Este sacerdocio sufre también in- cluir el que tuviesen funciones de continúa siendo difícil la confronta-
46,1), hasta la época de los Jueces fluencias egipcias (por ejemplo, la in- magisterio y de predicación. ción entre la ordenación rabínica y
(por ejemplo, Gedeón: Jue 6,25; El- serción de los sacerdotes entre los el paralelo cristiano, entre otras co-
caná, padre de Samuel: 1 Sam En los textos es evidente que la
oficiales reales), y es parcialmente li- época posexílica registra una notable sas porque el ritual judío tomado
1,3.4.21, que de hecho no era ni mitado por el sacerdocio del mismo como término de comparación no es
sacerdote ni levita). Siempre en el diferencia con la anterior, sobre todo
monarca como representante princi- en el énfasis que se pone en la sacra- homogéneo, sino fruto de diversas
período anterior a la monarquía, el pal y mediador primario entre el lidad sacerdotal y la relativa limita- tradiciones de diferentes épocas 3.
sacerdote se encontraba a menudo pueblo y Dios. En el período mo-
en relación con el arca y con algún ción de las acciones cultuales úni- Por otra parte, no se puede negar
nárquico, de todos modos, el sacer- camente a los sacerdotes. En ese la existencia de un número notable
santuario del que era guardián o sir- docio comporta diversas actividades
viente. Sin embargo, no tenía una ambiente histórico el sacerdocio se de analogías a nivel estructural y ri-
de relieve que se encuentran sinteti- vive más conscientemente, no tanto tual que relacionan el cristianismo
relación explícita con los sacrificios, zadas en las dos partes de la bendi-
sino más bien con el oráculo. como una vocación, sino más bien naciente con el mundo judío, tanto
ción de la tribu de Leví pronunciada como una función que se realiza en en su forma central oficial como en
Esta función oracular —basada en por Moisés (Dt 33,8-11): la antigua virtud de unos derechos-deberes he- sus diversas modalidades periféricas,
la respuesta sí/no con el uso de urim función de consultar a Dios, una ac- reditarios, respetando minuciosa- a veces contestatarias, como se en-
y thummim— podía desarrollarse en tividad magisterial que se refiere so- mente las normas rituales y las pres- cuentran por ejemplo en Qumrán y
los santuarios (por ejemplo, 1 Sam bre todo a la coherencia o incohe- cripciones que se deben observar en las comunidades de las que surgi-
22,10.13.15) o también lejos de ellos rencia del comportamiento humano para mantener la pureza sacerdo- rán inmediatamente algunos escritos
Sacerdocio 1758

apócrifos (v.gr.: el Testamento de 10,14-22 la cena del Señor a los sa- 1759 Sacerdocio
Leví o el Testamento de los doce Pa- crificios gentiles. En Juan, la última
triarcas). Pero, independientemente cena de Jesús se interpreta como poder político: no es una carrera ha- solidaridad y la compasión. Esta
de toda analogía estructural en pascual (10,14.36); Pablo llama a Je- cia la supremacía (cf 2 Mac 4,7- perspectiva corrige la imagen que del
el campo ritual, está el hecho de que sús cordero pascual (1 Cor 5,7; cf 1 8.24), sino un itinerario de fe vivido sacerdote se podía obtener en la his-
el sacerdocio cristiano presenta un Pe 1,2.19). Es el Cordero que quita hasta el sufrimiento de la muerte, toria de Israel. Según ésta, en más
contenido profundamente diverso los pecados del mundo (Jn 1,29.36; única vía de acceso a la gloria. "Je- de un caso ser sacerdote significaba
respecto al sacerdocio de la antigua Ap 5,6.12; 13,8). Finalmente, en Ef sús, le vemos coronado de gloria y romper toda relación humana y fa-
alianza: está marcado profundamen- 5,2 se dice: 'Se entregó por nosotros de honor por haber sufrido la muer- miliar (cf Dt 33,9); asumir actitudes
te por el acontecimiento salvífico de como don y sacrificio agradable a te, de modo que, por la gracia de inflexibles, dictadas por un rigor que
Dios'. Es en la carta a los Hebreos Dios, gustó la muerte en beneficio no admitía la clemencia (cf Ex
Cristo.
donde primeramente se llega a una de todos" (Heb 2,9). 32,27.29; Núm 25,6-13). Cristo lleva
auténtica teología sobre el sacrificio En esta plena solidaridad con el a la perfección una actitud plena de
III. El sacerdocio de Cristo de la cruz y el sumo sacerdocio (3,1; destino del hombre marcado por la misericordia, que no minimiza la im-
4,14ss; 5,ls; 77,1 ls, etc.)." 4 . muerte y en esta plena comunión de portancia del pecado, sino que quie-
Ningún escrito del NT, exceptua- Preparada entre otras cosas por la vida con Dios en su gloria inmortal, re salvar al pecador a través del sa-
concepción teocrática de Ezequiel, Cristo realiza la función principal crificio de sí mismo (cf Núm 17,9-
da la carta a los Hebreos, habla de 15): justo por haber sufrido perso-
Jesús dándole el título de sacerdote, por la conjunción del ideal sacerdo- del sacerdocio: la mediación entre
tal-profético y mesiánico que se da Dios y el hombre. "Hecho perfecto nalmente, él "está capacitado para
pero esto no debe sorprendernos. Su venir en ayuda de aquellos que están
persona, en efecto, presenta una en el período posexílico (por ejem- para siempre" (Heb 7,28), ofrecién-
plo, Jer 13,14-22) y por fermentos dose a sí mismo, Cristo presenta sometidos a la prueba" (Heb 2,18).
imagen que a primera vista no tiene
nada de sacerdotal según la concep- ya presentes en la tradición cristiana, a Dios un sacrificio único, todo a
la vez y de una vez para siempre b) El mismo texto (Heb 2,17) in-
ción del AT y la praxis no siempre como el pensamiento joaneo, la car- dica que el sumo sacerdote es "fiel
ta a los Hebreos no encuentra difi- (cf Heb 7,27). Supera así el radical
edificante del judaismo tardío. Jesús carácter fragmentario e incompleto ante Dios". Más expresamente, el tér-
no pertenece a la familia de Aarón, cultad al hacer una grandiosa sínte- mino original (pistos) califica el es-
sis: el pasado se habré al aconteci- de los sacrificios antiguos. Con ra-
sino a la tribu de Judá. Su misión zón puede ser considerado, en efec- pecial vínculo de confianza entre
muestra además un carácter marca- miento de la muerte y resurrección Cristo y Dios, mucho más íntimo y
de Cristo justo porque los aconte- to, "un sumo sacerdote tal, que está
damente profético en las palabras y sentado a la derecha del trono de la profundo (cf Heb 3,2) que el que exis-
en los gestos, según él mismo afirma cimientos de su vida son releídos tió entre Moisés y Dios. Cristo, en
en clave sacrificial, cultual y sacra- majestad en los cielos, como minis-
(Le 4,24) y los otros reconocen es- tro del santuario y del verdadero ta- efecto, realiza la profecía de Isaías
pontáneamente (por ejemplo, Le mental 5. (ls 8,17) haciéndose plenamente ca-
bernáculo erigido por el Señor, no
7,16). En algunos momentos, lo pro- En abierta oposición con las exas- por un hombre" (Heb 8,1-2; cf 9, paz de la confianza divina, hasta el
pio de este carácter profético y de su peradas reivindicaciones de privile- 11-14). punto de ser elevado a la derecha de
mensaje parece ser contrario a un gios y de alteridades sagradas en re- Dios (Heb 1,13= Sal 110,1; cf He
cierto ejercicio del sacerdocio (Mt lación con el pueblo, la carta a los La misma carta muestra clara- 2,34) en la excelencia de la filiación
9,13; 12,7). Por fin, la misma muerte Hebreos presenta un nuevo modo de mente la eficacia de la mediación de que merece toda adoración por parte
de Jesús, fría ejecución de una con- Cristo cuando plantea la posibilidad de los mismos ángeles (Heb 1,5-6).
hacerse sacerdote: la plena solidari- concedida al hombre de entrar en
dena de muerte, por tanto un acto dad del sumo y único sacerdote con Y, como necesaria consecuencia de
comunión con Dios. El cristiano dis- esta condición, a Cristo le pertene-
simplemente legal e infamante, no los hombres. "Debió hacerse en todo fruta de la "gozosa esperanza de en-
presenta ninguna característica sa- semejante a los hermanos para con- cen por entero la majestad, el juicio
trar en el santuario, en virtud de la y el sacerdocio (Heb 1,8-10, que re-
crificial o ritual veterotestamentaria. vertirse en pontífice... Convenía en sangre de Jesús, siguiendo el camino
"Jesucristo es al mismo tiempo víc- efecto que aquel por quien y para coge Sal 45,7-8; 102,26-28). Gozan-
nuevo y viviente que él ha inaugura- do plenamente de la confianza del
tima y sacerdote gracias a la entrega quien todo fue hecho, queriendo lle- do a través del velo, es decir, de su
de su vida y al sacrificio que hace var a la gloria un gran número de Padre, Cristo muestra asimismo su
carne" (Heb 10,19-20; cf 4,14-16). fidelidad hacia el hombre: su miseri-
de sí mismo. Se ve esta idea ya en hijos, hiciese perfecto, mediante los
la tradición de la última cena como Si queremos destacar algunas con- cordia es asumida en la relación fi-
sufrimientos, al jefe que debía guiar- notaciones significativas más del sa-
la transmiten Marcos-Mateo (Me 14, lial. Hermano de los hombres e Hijo
los a su salud" (Heb 2,17.10). cerdocio de Cristo, sin dejar la carta de Dios, Cristo es verdaderamente
24; Mt 26,28), mencionando la san- El estilo del sacerdocio de Cristo a los Hebreos, se pueden recordar: el único y sumo sacerdote.
gre de la alianza, con la que se roció se aleja de la visión veterotestamen-
a los israelitas en el Sinaí (Ex 24,8). taria de una preeminencia honorífica a) La misericordia (Heb 2,17), c) El c. 7 de la misma carta, con
Por eso se contrapone en 1 Cor unida a menudo al ejercicio de un como participación en un único des- las frecuentes alusiones al Sal 110
tino de sufrimiento del que brota la (109) —del que se ofrece una intere-
Sacerdocio 1760 1761 Sacerdocio
sante exégesis cristológica—, subra- une perfectamente a Dios. Así son difundiendo la palabra de Dios. tino, DS 1764 y 1771) y desempeña-
ya el tercer aspecto que queremos abolidas todas las separaciones entre "Como el sacerdocio de Cristo, que ran públicamente el oficio sacerdotal
recordar ahora: el sacerdocio de Cris- Dios y la víctima-sacerdote. Al mis- abarca toda su vida, no se limita a la por los hombres en nombre de Cris-
to tiene un carácter mesiánico y uni- mo tiempo es abolida la última se- acción sacrificial de la cruz, así la to. Así pues, enviados los apóstoles
versal. El recuerdo de la enigmática paración, o sea, entre el sacerdote y dignidad sacerdotal de los fieles no como él fuera enviado por su Padre
figura de Melquisedec —Jesús es el pueblo, porque el sacrificio de se puede circunscribir a la ofrenda (cf Jn 20,21; LG 18), Cristo, por me-
"sumo sacerdote para siempre se- Cristo es un acto de solidaridad ex- solamente, sino que se extiende a dio de los mismos apóstoles, hizo
gún el orden de Melquisedec" (Heb trema con los hombres, hasta tomar toda su vida"". Una vida marcada partícipes de su propia consagración
6,20 — Sal 110,4)— permite al autor sobre sí su muerte para salvarles." 7 por el culto a Dios y por el sacerdo- y misión a los sucesores de aquéllos,
demostrar la superioridad del sacer- cio fraterno (1 Pe 2,5) y subrayada que son los obispos (cf LG 28), cuyo
docio "según el orden de Melquise- 1. EL SACERDOCIO COMÚN DE por el amor recíproco y el servicio cargo ministerial en grado subordi-
dec" sobre el levítico de los israelitas. TODOS LOS CREYENTES. Gracias al de la palabra (1 Cor 12,14). nado, fue encomendado a los pres-
El rey de Salen no tiene genealogía, sacerdocio-sacrificio de Cristo y por bíteros (cf ib), a fin de que, consti-
es un extranjero frente a Abrahán: medio de él, todo cristiano tiene tuidos en el orden del presbiterado,
2. ORIGEN DE LOS MINISTERIOS
de este modo el sacerdocio de Cris- ahora la posibilidad de acceder al fuesen cooperadores del orden epis-
to-Melquisedec es eterno, inmutable, ORDENADOS. Desde el contexto ecle-
Padre (Heb 7,25; Ef 2,18) sin ningu- siológico del NT y desde la naturale- copal para cumplir la misión apos-
perfecto y traspasa los límites de Is- na limitación. Se ve aquí también la tólica confiada por Cristo (cf Ponti-
rael; al mismo tiempo lleva a cum- za específica del sacerdocio de Cristo
diferencia con el sacerdocio israelita, se puede llegar a la fundamentación ficóle romanum, De ordinatione
plimiento la historia del pueblo ele- donde sólo el sumo sacerdote podía Presbyteri, Praefatio). El ministerio
gido y de su sacerdocio. Baste recor- histórico-teológica del sacerdocio mi-
ejercitar plenamente el sacerdocio, y nisterial u ordenado. El itinerario de los presbíteros, por estar unido
dar a este respecto algunos temas únicamente en el día de la expiación. con el orden episcopal, participa de
veterotestamentarios que aparecen está bien delineado en el decreto del
Además, el sacrificio que los cristia- Vat. II sobre el ministerio y la vida la autoridad con que Cristo mismo
en Heb 9: el sacrificio expiatorio (1- nos son llamados a ofrecer al Padre edifica, santifica y gobierna su cuer-
14), la nueva alianza sellada por Cris- sacerdotal.
se sitúa decisivamente en el plano po. Por eso, el sacerdocio de los
to con su sangre (15-25), la misión personal de un culto espiritual (Rom "Nuestro Señor Jesús, al que el presbíteros supone, desde luego, los
del siervo de Yavé vivida en plenitud 12,1). Éste se realiza en concreto al Padre santificó y envió al mundo (Jn sacramentos de la iniciación cristia-
en la oblación "para quitar los peca- renovar la propia vida a la luz de la 10,36), hace partícipe a todo su cuer- na; sin embargo, se confiere por
dos del mundo" (v. 28; cf Me 10,45; voluntad de Dios (Rom 12,2), siem- po místico de la unción del Espíritu aquel especial sacramento con el que
Flp 2,6-11). "Qui [Christus] pro amo- pre en paralelismo y en dependencia con que fue él ungido (cf Mt 3,16; los presbíteros, por la unción del Es-
re hominum factus in similitudinem del sacerdocio-sacrificio de Cristo, y Le 4,18; He 4,27; 10,38): pues en él píritu Santo, quedan sellados con un
carnis peccati, formam servi Domi- al vivir plenamente compartiendo todos los fieles son hechos sacerdo- carácter particular, y así se configu-
nus assumpsit, et in specie vulnerati los propios bienes "porque Dios se cio santo y regio, ofrecen sacrificios ran con Cristo sacerdote, de suerte
rnedicus ambulavit. Hic nobis Do- complace en tales sacrificios" (Heb espirituales a Dios por Jesucristo y que puedan obrar como en persona
minus et minister salutis, advocatus 13,16). pregonan las maravillas de aquel que de Cristo cabeza (cf LG 10)" (PO 2).
et iudex, sacerdos et sacrificium", de las tinieblas los ha llamado a su
proclamará a continuación la litur- Esta dinámica de vida en la pre- luz admirable (cf 1 Pe 2,5.9). No se
gia galicana y toda la iglesia en una sencia de Dios y en la comunión de da, por tanto, miembro alguno que a) Es evidente que el sacerdocio
feliz síntesis cristológica 6 . los hermanos tiende a la perfección no tenga parte en la misión de Cris- del pueblo santo de Dios es un hecho
sacerdotal (Heb 10,14). Hace al bau- to, sino que cada uno debe santificar real que habilita para llevar a cabo
tizado piedra viva para "ser edifica- a Jesús en su corazón (cf 1 Pe 3,15) un auténtico culto. Pero este culto
do en casa espiritual y sacerdocio y dar testimonio de Jesús con espíri- tiene valor y puede realizarse tan
IV. El sacerdocio santo para ofrecer víctimas espiri- tu de profecía (cf Ap 19,10; LG 35). sólo gracias a la intervención del
del pueblo sacerdotal tuales aceptas a Dios por mediación Ahora bien, el mismo Señor, con el único mediador, Cristo, capaz de en-
y de los ministros ordenados de Jesucristo" (1 Pe 2,5; cf 2,4-10 fin de que los fieles formaran un solo lazar al hombre con Dios. No hay
como relectura eclesial de Ex 19). cuerpo, en el que no todos los miem- culto cristiano y menos todavía se
"En Cristo es, pues, abolida la En la conciencia de la renovación bros desempeñan la misma función da una relación con Dios sin la me-
distinción entre sacerdote y víctima, bautismal y de la incorporación del (Rom 12,4), de entre los mismos fie- diación de Cristo (cf Rom 5,1; Ef
entre culto y vida. Por otra parte, hombre a Cristo será subrayada la les instituyó a algunos por ministros, 2,6.18; Heb 13,15.21...). Por esto es
este sacrificio, siendo el cumplimien- responsabilidad del cristiano-sacer- que en la sociedad de los creyentes necesaria la intervención de "minis-
to de la voluntad de Dios, agrada a dote, capaz de ofrecer a Dios sacri- poseyeran la sagrada potestad del tros de la nueva alianza" (2 Cor 3,6),
Dios, es aceptado por Dios, trans- ficios de justicia, de elevar al Pa- orden para ofrecer el sacrificio y per- que ciertamente no son mediadores,
forma la humanidad de Cristo y la dre oraciones, de anunciar el reino donar los pecados (cf conc. Triden- sino simples y, sin embargo, indis-
Sacerdocio 1762 1763 Sacerdocio

pensables sacramentos de la media- como un puro dato empírico, sino cristiana con relación al sacerdo- comunidad: el primer modelo está
ción de Cristo. La unicidad de la me- que se funda en el valor esencial de cio—, se puede observar en el NT la constituido por el gobierno colectivo
diación de Cristo está, por tanto, en la tradición, sentida como la conti- existencia de grupos (consejos) de an- de los presbíteros (Jerusalén, y desde
el origen del sacerdocio ministerial. nuidad indispensable de la transmi- cianos, los presbíteros: este grupo allí en Palestina, Egipto, norte de
Ministerial porque, por una parte, sión, a lo largo del tiempo, del único constituye el paralelo cristiano de la África y el sur de España); el segun-
está al servicio del sacerdocio de Cris- mensaje sobre el que se funda la igle- institución judía de los responsables do se caracteriza por la dirección mo-
to, del que es sacramento; por otra, sia que es el mensaje apostólico" l0. de las sinagogas, con funciones que nárquica propia de Antioquía, que a
porque está al servicio del sacerdo- incluyen también el campo material. través de Asia Menor y de Iliria llega
cio común de los creyentes, que es el c) "Ministro de Cristo y dispen- De este tipo debía ser también el hasta las Galias. Las dos actitudes
que nos introduce en la obra media- sador de los misterios de D i o s " grupo de siete ministros de que ha- asumen también actitudes diferentes
dora de Cristo y nos unifica en la (cf 1 Cor 4,1), el sacerdote del NT bla Lucas (He 6,1-6). Igual había ante el judaismo, registran en oca-
comunión eclesial'. sigue la escuela de los apóstoles pa- sido además la estructura de gobier- siones algunos radicalismos (son tí-
ra vivir un especial seguimiento de no de las nuevas comunidades mi- picas las posiciones posteriores de
Cristo que le haga disponible para el sioneras (He 14,23; 1 Tes 5,12s; He Cerinto y Marción, respectivamen-
b) Es evidente también que en servicio de la palabra y de la mesa 20). En estas pequeñas asambleas te), pero logran reencontrase en la
un primer momento los apóstoles no (cf He 20,11; 10,16; 11,17-34, y la surgen de entre los presbíteros algu- unidad gracias a la función media-
se plantearon el problema del sacer- problemática que surge en He 6,1- nos dedicados de un modo particu- dora y armonizadora de Roma: en
docio ministerial o de determinadas 7), colaborando dócil y responsa- lar a la predicación y a la enseñanza: la Tradición apostólica de Hipólito
ordenaciones. La vida eclesial y la blemente con los apóstoles (He 15, éstos podrían haber formado el gru- (f 220), el centro de la cristiandad
misión de los individuos se desen- 22-27). po responsable de los episcopi (= vi- logrará formular "una vía interme-
volvía aún en virtud de la palabra de gilantes, inspectores), un comité eje- dia entre las dos corrientes" l2.
Cristo, de su vocación y del mandato Es difícil determinar cuál era la
función específica del ministro orde- cutivo restringido y estable que se
dado por él a los apóstoles y discí- diferencia de los otros presbíteros,
pulos. nado en el NT y, más todavía, si ha-
bía un servicio litúrgico o comunita- los cuales desarrollan más bien una
Pero el problema se agudiza ya en función de consejeros o diputados V. El sacerdote
rio limitado sólo al ministro. El vo- en la historia de la liturgia
la segunda generación, la de Lucas y cabulario mismo es bastante variado con responsabilidad y deberes limi-
Pablo. Se trata, en efecto, de esta- tados y subordinados. y en la teología
y destaca en especial a dos grupos de
blecer una relación vital con Cristo personas con funciones sacerdotales:
que lleve a una implicación personal Para la comprensión del sacerdo-
apóstoles-presbíteros (He 15,2.4. e) Esta delimitación no explícita cio cristiano, de la situación actual y
con el fin de poder acoger el Espíritu 6.22ss; 16,4) y obispos-diáconos (Flp
del Señor y de anunciar su palabra entre obispos y presbíteros —estos de las posibilidades futuras de preci-
1,1: cf también Clemente Romano, últimos con el encargo particular de sar su identidad —la cual debe hacer
de salvación con una indiscutible fi- 1.a- cid Cor 42, y Didajé 15,1. Obsér-
delidad al mensaje original (cf 2 Tim vigilar y presidir la comunidad— referencia continuamente a Cristo y
vese que Policarpo, que escribe ha- puede haberse prolongado durante a la situación concreta de los herma-
1,6). A partir del modelo apostólico cia el 130 a la comunidad de Fili-
—como se ve claramente en las car- algún tiempo en las iglesias cristia- nos a los que se dirige el servicio—,
pos, se dirige al grupo presbíteros- nas. Pero un cierto presbiterianismo, no se pueden ignorar las principales
tas Pastorales— el "sacerdote orde- diáconos).
nado" (el término técnico es poste- que se encuentra en algunos padres etapas del camino histórico recorri-
rior) concreta su misión "con la fe "A nivel del NT estamos todavía (sobre todo en Jerónimo, aunque do por el sacerdote, desde la época
y la caridad de Cristo Jesús". Esa lejos del ordenamiento bien estruc- también en Ambrosio, Pelagio, Juan apostólica neotestamentaria hasta lle-
misión consiste principalmente en turado que algunas iglesias conoce- Crisóstomo y Teodoro de Mopsues- gar al Vat. II y a la actual etapa pos-
guardar, vivificándolo a través de rán en el siglo siguiente. Se advierte tia) y más tarde en el medievo (por conciliar. La perspectiva histórica es,
una continua obra de actualización, que la organización de la comunidad ejemplo, Rábano Mauro), pudo te- por lo menos, útil para evitar la fácil
"el preciado depósito por la virtud cristiana está en plena evolución, ner su origen en una lectura, poste- tentación de retomar opciones nue-
del Espíritu Santo, que habita en nos- con un ritmo más o menos rápido rior e independiente, más restringida vas, cuyos peligros y límites ya ha
otros" (2 Tim 1,13-14). La institu- según los lugares. Desgraciadamen- de las cartas Pastorales y de Flp 1,1. evidenciado la antigüedad. Además,
ción del ministerio ordenado respon- te, los textos de que disponemos tie- Con la penetración del cristianis- se debe superar la segunda y perma-
de a la "necesidad de proveer al cui- nen demasiadas lagunas como para mo en el mundo grecorromano, se nente tentación, la de hacer opciones
dado pastoral de las futuras iglesias, ofrecernos una idea exacta." ". diferencian cada vez más dos corrien- operativas bajo el apremio de las cir-
cuando carezcan de la actuación y tes de pensamiento, que se podrían cunstancias concretas, teniendo des-
d) A pesar de la falta de certeza pués la pretensión de darles una jus-
del prestigio de los apóstoles y de denominar petrina y paulina. A cada
sus primeros colaboradores. La con- en las fuentes —que no tienen la pre- tificación teórica y ¡quizá incluso
una le corresponde también un de-
ciencia de esta necesidad no aparece tensión de ofrecer un tratado siste- terminado modelo de gobierno de la consiguiéndolo! Un tercer elemento
mático de la doctrina y de la praxis
Sacerdocio 1764 1765 Sacerdocio
importante a señalar en la panorá- tiana, sacramental y profana. Por ministerio eucarístico. En la breve en los tiempos del papa Cornelio.
mica histórica nos viene dado por otra parte, la referencia a la eucaris- plegaria de ordenación —que quizá No hay, sin embargo, un consejo
las abundantes reflexiones teológicas tía supone ya una relectura del NT a se remonta a una comunidad presbi- presbiteral "junto al obispo con po-
y soluciones concretas a las que las partir de la experiencia posterior teriana "— está presente, dándosele deres distintos. Hay un presbyterium
circunstancias del tiempo no permi- —al menos a partir de Clemente Ro- una gran importancia, la dimensión en torno al obispo. Y éste llama a
tieron madurar o sobrevivir: algunos mano e Ignacio de Antioquía (ss. I- pneumática del sacerdocio, que con- los sacerdotes sus cumpreshyteri.
hechos y pensamientos del pasado u)—, pero no es un hecho casual. firma y explicíta el gesto bíblico- Pero él es su cabeza: es él el que da
merecen ser reconsiderados como Como en otros temas de los que el judío de la imposición de las manos; unidad al presbyterium, como da uni-
sugerencias, por lo menos interesan- NT no dice nada o casi nada, "no se se alude también por primera vez dad a la iglesia"l5. b) Con la difusión
tes, en la búsqueda de soluciones a trata tanto de encontrar textos ex- a la tipología veterotestamentaria del cristianismo y la imposibili-
problemas iguales o análogos que la plícitos en los escritos apostólicos (o (Moisés) que se encontrará de nuevo dad/inoportunidad de instituir igle-
iglesia de hoy debe afrontar. de forzarlos con interpretaciones ar- en textos posteriores (por ejemplo, sias locales con obispo propio, el
bitrarias) cuanto de penetrar en la Serapión de Tmuis, en el s. iv, en cuidado pastoral de algunas zonas
1. D E LOS TIEMPOS APOSTÓLICOS lógica interna de la vida de la iglesia Egipto...). Es interesante observar rurales y de la ciudad se entrega a
A LA ÉPOCA CAROLINGIA. Toda fun- primitiva" ". que, según Hipólito, la imposición los sacerdotes. Actúan de modo su-
ción eclesial que se desarrolla con El cuadro fundamental de la or- de las manos u otro gesto/rito de plente con facultades todavía limita-
autoridad y de modo permanente, denación sacerdotal neotestamenta- ordenación presbiteral resulta super- das y con una especial referencia al
en el NT es conferida siguiendo un ria vuelve a encontrarse a comienzos fluo en el caso de los confesores, que único pastor de la iglesia local. A
rito. Éste presenta algunos elemen- del s. ni en la Tradición apostólica han sufrido persecución por la fe, éste le pertenece siempre, por ejem-
tos fijos en las diversas situaciones de Hipólito: ésta nos da testimonio porque con su testimonio han de- plo, la bendición del crisma para la
investigadas, pero no se puede afir- de los usos litúrgicos de Roma en su mostrado poseer ya el Espíritu (sin confirmación. En la iglesia de Roma
mar que se trate siempre de un único época y del desarrollo ya alcanzado embargo, dado que no tienen el po- hay dos elementos particulares sig-
e idéntico ritual y sobre todo es cier- en la estructuración de los ministros der de transmitir el Espíritu, también nificativos: el uso del fermentum, a
to que no se confería el mismo oficio ordenados. Hipólito reconoce un ca- los confessores deben ser ordenados través del cual "la iglesia romana se
ministerial. rácter particular a tres servicios ecle- en el caso de que lleguen al episco- mantiene como una única commu-
Habida cuenta de los episodios in- siales, de los que son sujetos el obis- pado). nio, aunque existan diversas celebra-
volucrados en esta problemática (He po, el sacerdote y el diácono. De és- Falta en el caso del presbiterado ciones eucarísticas en un mismo día
6,16; 13,1-3, y en especial 1 Tim4,14; tos se tiene el primer testimonio el otro gesto litúrgico significativo (domingo)" ", y las liturgias estacio-
5,22; 2 Tim 1,6), la ordenación mi- explícito en Ignacio, pero la Tradi- que se encuentra en el s. ni en diver- nales, que también quieren indicar
nisterial comprende los siguientes ción apostólica subraya su unidad sas ordenaciones episcopales, y que la unidad eclesial de una zona relati-
momentos principales: el nombra- ministerial fundamental, aun con- también tiene paralelos judíos: la in- vamente amplia, en la que actúan
miento/elección de los candidatos, tando con las diferencias que deri- tronización. En efecto, este gesto evi- varios sacerdotes, siempre en estre-
un (eventual) ayuno de preparación van de su función específica, a través dencia quizá más que ningún otro la cha comunión con el único obispo.
inmediata, la imposición de las ma- del término técnico de la imposición sucesión apostólica y la función ma- Otro elemento que subraya la
nos —hecha normalmente por el co- de las manos (cheirotonein). Este gisterial y judicial de la persona que unión del sacerdote con el obispo y
legio de los apóstoles o de los pres- término significa imponer las manos ha tomado posesión de su sede: de- la iglesia local —el principio es váli-
bíteros—, acompañada por una ora- —desde el s. iv se traducirá por or- beres que competen especialmente al do en Oriente y Occidente durante
ción. Es innegable la analogía del denar— y es importante porque obispo, como sumo sacerdote de la toda la antigüedad; en Occidente des-
rito con la ordenación rabínica, pero atestigua una ordenación litúrgica iglesia local. aparece definitivamente en el medie-
es siempre difícil establecer una además de orientar la vida del orde- vo— es sancionado por el canon VI
nado hacia un compromiso litúrgi- Sin embargo, en su actividad de del concilio de Calcedonia (451):
eventual dependencia directa. gobierno pastoral el obispo es ayu-
co-eucarístico. "Nadie debe ser ordenado sacerdote
De todos modos, la función prin- dado por los presbíteros a dos nive- o diácono, o constituido en cual-
cipal de los ministros ordenados es Hipólito no alude a la elección de les: a) Junto al obispo en los prime- quier función eclesiástica, de modo
el servicio apostólico con toda la ri- los presbíteros; sin embargo, nos da ros siglos se encuentra siempre un absoluto. Por el contrario, el que es
queza de sus contenidos, entre los importantes datos sobre su ordena- colegio de sacerdotes que interviene ordenado debe ser asignado a una
cuales sobresalen el ministerio de la ción: el sacerdote es ordenado por el en la ordenación de los presbíteros, iglesia de la ciudad o del pueblo, a la
palabra, la atención pastoral y la obispo, el único que pronuncia la como se ve en la Tradición apostóli- capilla de un mártir o a un monas-
presidencia de la eucaristía, esta úl- oración. Los miembros del presbite- ca; participa en la elección, pero no terio. El santo Sínodo manda que
tima entendida como la culminación rio tan sólo extienden las manos con en la ordenación, de los obispos; toda ordenación absoluta sea nula"
de la caridad-comunión eclesial y, la función de sello (sphragízein), cri- aconseja al pastor en los casos difíci- (COD 66).
por lo tanto, centro de la vida cris- terio último para la ordenación en el les, como fue, por ejemplo, el cisma
Sacerdocio 1766 1767 Sacerdocio
Según este cuadro de la vida ecle- cratoria, que se remonta a los ss. iv- ca y germánica, produce un desequi- para los armenios" del concilio de
siástico-litúrgica, el título de sacer- v, y que se ha conservado incluso en librio en el rito de la ordenación, con Florencia de 1439 (DS 1326).
dos, atestiguado a partir del 200 más la reciente reforma litúrgica [/ Or- diversas consecuencias negativas in- Este colocar al presbiterado en re-
o menos, designa simplemente al den I Ordenación]. Son ritos comple- cluso para la comprensión teológica lación unilateral con la eucaristía de-
obispo en relación con su servicio mentarios la entrega de la estola y del sacramento. nuncia otra dificultad: la exclusión
litúrgico. En la medida en que el de la casulla antes de la ordenación, Al sacerdote se le contempla cada del episcopado del sacramento del
sacerdote participa del ministerio li- y el beso de la paz en el momento de vez más con una especie de aureola orden y la concepción que ve en el
túrgico del obispo, también será re- su conclusión. sacralizada: a este respecto es para- mismo presbiterado la más alta for-
conocido como sacerdos. En la épo- De la importante oración de orde- digmática la unción de las manos del ma del sacramento. En consecuen-
ca carolingia este título se atribuía nación se pueden resaltar al menos neo-ordenado, que se realiza según cia, en el segundo milenio y hasta
indistintamente tanto al obispo co- dos elementos: a) la ampliación de una costumbre importada del am- 1947 —cuando se promulga la cons-
mo al sacerdote, mientras que en la tipología veterotestamentaria con biente celta de los países francos. Al titución apostólica Sacramentum Or-
Oriente ese uso ya se había difundi- una referencia a los hijos de Aarón, comienzo del s. IX esa unción es dinis—, cada vez que se habla de
do antes (ss. iv-v). y quizá también a los levitas i8; b) la comprendida y transmitida con es- orden y de sacerdocio se hace de
Mientras tanto, el rito de ordena- importancia dada a la subordinación tricta referencia a la consagración ordinario referencia solamente al
ción evoluciona de modo homogé- del presbítero al obispo. Se habla, eucarística. Esta ampliación ritual, presbiterado, buscando, al máximo,
neo, ampliándose y enriqueciéndose en efecto, del sacerdote en términos que objetivamente tiene escasa im- lo que los obispos tienen o hacen de
cada una de sus partes. Estudiando de "vir sequentis ordinis, secundae portancia —y de la que se tienen más y los diáconos de menos.
los Sacramentarios y los Ordines dignitatis", volviendo a hacer uso de indicios en Roma hacia el 925—, Una ulterior piedra de tropiezo,
Romani, pueden obtenerse algunas un concepto conocido desde León sanciona y favorece igualmente una que afecta principalmente a los obis-
noticias: en Roma, hasta León Mag- Magno y que se remonta hasta Orí- visión alterada del presbiterado. pos, pero que también tiene alguna
no (f 461), todos los domingos po- genes ". Sacando las consecuencias extremas, consecuencia para el clero, es la dis-
dían hacerse ordenaciones. Es segu- En el plano teológico se afirma poco después (ss. xii-xm) se acaba tinción —y a menudo la separación
ro que desde el pontificado de Gela- también la idea sostenida por san por atribuir al sacerdote solamente de hecho— entre potestad de orden
sio I ( | 496) en adelante fueron días Agustín en la polémica contra los el apoder sacramental, no recono- y potestad de jurisdicción. Además
de ordenación solamente los sába- donatistas, los cuales afirmaban la ciéndole ya la missio de ministro de de todas las confusas interferencias
dos de las cuatro témporas (período necesidad de una vida integérrima la palabra. En el s. x es codificada que se siguen de ella, no se puede
de ayuno). En los miércoles y viernes en los sacerdotes para la validez de también en el Pontifical Romano olvidar la marginación forzada del
anteriores era posible hacer un es- las acciones sacramentales realizadas Germánico la entrega de los instru- sacerdocio al mundo litúrgico sacra-
crutinio público sobre la idoneidad por ellos. El obispo de Hipona colo- mentos. Para el presbítero son la pa- mental a costa de una atenta y obli-
de los candidatos, mientras que el ca en el centro de la vida de la iglesia tena y el cáliz, entregados al ordena- gada pastoral.
lunes los electi habían prestado jura- el sacerdocio de Cristo, cuya acción do después de la unción de las ma-
mento acerca de la falta de impedi- Para enrarecer ulteriormente esta
permanece válida incluso cuando el nos con las siguientes palabras: situación tan precaria, a partir de la
mentos que podrían anular la orde- sacerdote es indigno. Esta refutación "Recibid el poder (accipite potesta-
nación (se trata de los "quattuor ca- época carolingia se agudiza cada vez
de la doctrina donatista merece ser tem) de ofrecer el sacrificio a Dios y más el problema de la lengua, que
pitula"inherentes a pecados sexuales recordada por el abuso que después de celebrar la misa tanto por los vi-
que, en cualquier caso, reducían a llega a ser prácticamente incompren-
se hará de ella para sostener las or- vos como por los difuntos en el nom- sible. Se observa entonces el siguien-
los culpables al estado de penitentes denaciones absolutas y la visión uni- bre del Señor". Y de hecho, en una
públicos, con el consiguiente impe- te y paradójico fenómeno: el servicio
lateral del carácter sacramental del perspectiva desvinculada de la mejor del sacerdote tiende a restringirse a
dimento para toda ordenación ca- ordenado. tradición litúrgica, la teología esco-
nónica) ". la celebración de la misa; pero, de
lástica sanciona, como materia de la hecho, la eucaristía se reduce pro-
El desarrollo del rito de la orde- 2. D E LA ÉPOCA CAROLINGIA AL
ordenación presbiteral, esta entrega gresivamente a un acto privado.
nación del sacerdote es lineal: consta CONCILIO DE TRENTO. Este período de los instrumentos y, como forma,
las palabras que la acompañan. A este respecto son significativos
de una llamada de los candidatos, presenta toda una serie de procesos los formularios litúrgicos de las mi-
una oración de introducción del transformadores del sacerdocio cris- "El presbiterado se confiere por la sas que el sacerdote celebra para sí
pontífice (obispo), una oración litá- tiano —en parte ya comenzados an- entrega del cáliz con el vino y de la mismo. Estas oraciones son bastante
nica del pueblo y una oración con- teriormente— hasta alterar de ma- patena con el pan... De igual modo abundantes en los Sacramentarios
clusiva del pontífice. El núcleo cen- nera notable su fisonomía. Desde el para los restantes órdenes, a los cua- carolingios y en los Misales poste-
tral del rito está constituido por la punto de vista del ritual, el período les se asignan los objetos correspon- riores; junto con las apologías de los
imposición de las manos (en silen- carolingio, con la difusión de los dientes a su ministerio": es la con- Ordo Missae, atestiguan la autocon-
cio), al que sigue la oración conse- centros de irradiación litúrgica fran- clusión del magisterio en el "decreto ciencia que los sacerdotes tenían de
1769 Sacerdocio
Sacerdocio 1768
número de sacerdotes no ejercitan entenderlo como ordenado a la cele-
sí mismos. Aun teniendo en cuenta ponsabilidad del debilitamiento de ya ningún ministerio, y mucho me- bración del sacrificio. Atribuye a los
los diversos géneros literarios, resul- la fe y de la vida cristiana. Dos he- nos desarrollan una actividad misio- ministros de la palabra el nombre de
ta predominante la visión negativa chos significativos: la prescripción nera centrada en la palabra. Hay sacerdotes, pero en el sentido pauli-
del propio estado de criatura, indig- del Lateranense IV (1215) que obliga una inflación de misas privadas, ce- no de Rom 15,16, o sea, en cuanto
no, frágil y sometido a todo tipo de a la confesión y comunión anuales lebradas en cualquier rincón y, fuera que, convirtiendo los pueblos a Dios
tentaciones. En la mayor parte de (DS 812), y la devoción cada vez de las misas privadas, los sacerdotes por medio de la predicación del evan-
los textos, el servicio sacerdotal es más extendida de ver ¡a hostia. se contentan con recitar el breviario. gelio, los ofrecen a Dios. También
contemplado exclusivamente en re- Se entró prácticamente en un ca- Los reformadores tienen en cuen- acepta la ordenación, siempre que
lación con el altar y el sacrificio. Son llejón sin salida, que da lugar a un ta algunas críticas precedentes (por admita sólo el rito apostólico de la
muy raras las alusiones al aspecto círculo vicioso: una decadente teolo- ejemplo, la de Wycliff), pero van imposición de las manos, sin la un-
existencial del ministerio, que hace gía del sacerdocio ha desfasado los más allá de una polémica que afecte ción; y sobre todo con tal de que su
del mismo sacerdote una víctima vi- términos de la realidad sacramental tan sólo a la praxis. Se enfrentan objeto sea el de apacentar el rebaño
viente; como también es escaso el re- con acentuaciones parciales y defor- decididamente con el problema del de Dios con la predicación y los sa-
lieve dado a sus responsabilidades mantes; todo esto se refleja en los sacerdocio desde una perspectiva di- cramentos, y no el de sacrificar."22
sociales y al bien público. Sin em- ritos de ordenación y en la acción ferente de la acostumbrada. Hacen La falta de una teología adecuada
bargo, el conjunto de las oraciones del sacerdote, que toma un camino patente de modo positivo el sacer- —o quizá, mejor, de una voluntad
"pro ípso sacerdote" se corrige con que reduce progresivamente sus fun- docio de los fieles y el ministerio pas- decidida, si se considera el esquema
los numerosos formularios por vivos ciones originarias y específicas; pero toral del sacerdote ordenado, mi- doctrinal de 1552, desgraciadamente
y difuntos, que abarcan a todas las esta praxis a su vez reclama una jus- nisterio que se concreta en la pre- desaparecido en las sucesivas sesio-
categorías sociales, y con las nume- tificación de orden especulativo, que d i c a c i ó n de la p a l a b r a y en la nes— lleva al concilio de Trento a
rosas misas para las circunstancias no falta nunca. administración de los sacramentos. un camino paralelo y divergente con
más diversas20. En el desarrollo ritual, los años La óptica luterana y calvinista es, respecto a la dirección teológica de
No faltan tampoco, sobre todo 1292-95 ven la aparición de un nue- por esto, eclesiológica, no eucarísti- la reforma. El razonamiento no es
con la renovación del s. XI, excelen- vo Pontifical, redactado por Guiller- co-sacramental en un sentido reduc- eclesiológico, sino simplemente sa-
tes intervenciones del clero en la vida mo Durando, obispo francés de Men- tivo; y, de hecho, se subraya también cramental y motivado por posicio-
del pueblo cristiano, un renacer de de. La mayor diferencia con respecto la unión entre el sacerdote y su co- nes apologéticas de defensa. Se cen-
la praxis penitencial y una reforma a las fuentes precedentes es un apén- munidad local. Pero, negativamente, tra, por tanto, en el oficio sacrificial
del rito de las exequias (con la ab- dice de los ritos, que se encuentran los reformadores llegan a rechazar del sacerdote, que permanece sepa-
solución del difunto): ni se debe in- desplazados o introducidos por pri- el carácter sagrado y permanente del rado del más amplio contexto vital
fravalorar el particular momento mera vez después de la comunión: el sacerdote, excluyendo también la re- de la ministerialidad de la iglesia. De
histórico que siente el fervor de las rezo o canto del credo, otra imposi- lación sacerdocio-sacrificio eucarís- todos modos queda abierta la posi-
cruzadas con todo un mundo de re- ción de manos y el juramento de tico tal como se interpretaba en el bilidad de un desarrollo posterior,
ligiosidad en efervescencia; baste pen- obediencia. Éste será el ritual que área católica tradicional. como se hizo, tras un estancamiento
sar en la difusión de las indulgencias servirá de modelo inmediato al Pon- de varios siglos, en el Vat. II.
y en la confianza ciega en la autori- "Lutero, en su polémica contra el
tificalis Liber de 1485, y en la prác- sacerdocio católico, no intentaba En las dos sesiones (la XXII y
dad del sacerdote, sobre todo en los tica también para las ediciones suce- XXIII) sobre el sacrificio de la misa
centros rurales. A pesar de todo, y [sin embargo] destruir el ministerio
sivas del Pontifical romano hasta la disolviéndolo en el sacerdocio uni- y sobre el sacramento del orden, al
no sólo en el s. xi, prevalece en gene- reciente reforma conciliar (1968). establecer la doctrina acerca del
ral "un ideal de vida clerical... según versal de los fieles. Pensaba en el mi-
nisterio como una institución indis- presbiterado, el punto de partida es
la concepción ascética medieval, en el sacramental eucarístico (DS 938),
la que se pone el acento más en el
3. D E L CONCILIO DE TRENTO AL pensable para la iglesia y querida
VAT. II. La situación del clero, que, por Cristo, ordenada a la predica- y toda la exposición tridentina con-
ejercicio personal y colectivo de las como se ha podido observar, no era tinúa expresando diversas variacio-
virtudes que en la actividad externa ción del evangelio y al cuidado pas-
la mejor en cuanto a vida espiritual toral de las comunidades cristianas nes sobre este tema: sacerdote (presbí-
de la cura animarum (sobre todo ad- y compromiso pastoral, no podía de- tero)-eucaristía (cf, por ejemplo, DS
ministrativa)" 2 '. a través de la administración de los
jar de constituir un tema de interés sacramentos, consagrada por un rito 949; 957; 958). Adolece de una con-
En su aspecto global y por diver- para los reformadores del s. xvi, en- de ordenación en el que se comunica cepción restringida del sacerdocio,
sos motivos, la situación del pueblo tre otras cosas porque los intentos realmente el don del Espíritu... Tam- que excluye al episcopado del sacra-
de Dios sufre a largo plazo las con- de recuperación intraeclesial habían bién en Calvino el rechazo del sacer- mento. Por esto, al tratar la institu-
secuencias de la actitud pastoral pa- dado resultados positivos pero res- docio es el rechazo de un modo de ción del presbiterado —durante la
siva asumida por el clero, al que se tringidos en el ámbito de las órdenes concebir el sacerdocio, es decir, de última cena— se pasa inmediata-
atribuye al menos en parte la res- religiosas. En este momento, un gran
Sacerdocio 1770 1771 Sacerdocio
mente de los apóstoles a los sacerdo- otro punto de vista, la teología del y un agudo sentido social: de Pallotti
tes, haciendo aquí y en alguna otra sacerdocio y del presbiterado en par- to y sus tres grados. Entre otras co-
a Gaspar del Búfalo, de Juan Bosco sas afirma que el episcopado es un
parte alguna indicación sobre la ticular no se abre a perspectivas nue- a Cottolengo, al tiempo que Juan
unión orgánica sacramental entre es- vas y relevantes durante algunos si- verdadero sacramento, y que la ma-
B. Vianney representa claramente al teria y la forma del sacramento son
tos últimos y los obispos (cf DS glos. A partir del ejemplo de los se- párroco de una pequeña comunidad
960). minarios de Roma y Milán (san la imposición de las manos y la ora-
rural que irradia la vida cristiana a ción consacratoria. La Mediator
El enfrentamiento con los refor- Carlos Borromeo) se abren institu- partir de una intensa piedad perso- Dei, por su parte, afirma explícita-
madores insta además a Trento a ciones parecidas en muchos lugares, nal y de una renovación de la vida mente que el sacerdocio común de
restringir al mínimo toda alusión al especialmente en Italia y en Francia. sacramental de los fieles. Éstos son los fieles y el sacerdocio ministerial
ministerio de la palabra y a la misión A la formación del futuro clero se todavía los modelos que actualmen- ordenado se diferencian "esencial-
pastoral, mientras que pone en evi- dedican personalidades importantes, te la iglesia propone al clero a través mente y no sólo en grado".
dencia otros puntos objeto de discu- como Pedro de Bérulle con sus Ora- del pequeño esbozo de su fisonomía
sión, como, por ejemplo, el carácter torianos, san Vicente de Paúl con Esta afirmación —retomada en do-
espiritual en las diversas oraciones y cumentos posteriores del magisterio
permanente del ministro ordenado los sacerdotes de la Misión, y la lecturas de la liturgia.
(DS 960). Toda la problemática del Congregación de san Sulpicio, ani- (por ejemplo, en LG 10)— origina
sacerdocio y de su institución como mada por Jean Jacques Olier. Al fi- Después de la borrasca de las re- una fuerte discusión, agudizada so-
la de su función es vista siempre de nal del s. XVII, en Italia, la iniciativa acciones antimodernistas, algunos bre todo por el hecho de que la fór-
modo exclusivo en relación con la de san Gregorio Barbarigo, obispo importantes documentos del magis- mula original quiso responder al
cena del jueves santo y con la euca- de Padua, es un ejemplo significati- terio subrayan fuertemente la espiri- problema de una "diferencia de mi-
ristía. vo y seguido. También bajo el im- tualidad sacerdotal, pero sin afrontar nisterio (más precisamente de pode-
o profundizar nuevas puntualizacío- res) entre sacerdotes ordenados y lai-
"Este modo de pensar será refor- pulso de la formación seminarística nes de carácter teológico. Pueden re- cos a propósito de la eucaristía"25. A
zado, de otra parte, por la tendencia se perfilan ahora de un modo claro cordarse algunas propuestas de los continuación se produjo una gran
historizante de la liturgia (una ten- dos corrientes de vida sacerdotal. La pontífices, como la encíclica Humani confusión, porque de nuevo la mis-
dencia que ya existía desde tiempo primera, misionera, se agrupa en generis (1917), en la que Benedic- ma formulación se usó en sistemas
atrás), que corre el riesgo de aislar la torno a las nuevas instituciones que to XV confirma el compromiso conceptuales y lingüísticos diversos:
cena no solamente del resto de la renuevan la vida sacerdotal y reli- apostólico de la predicación; Ad ca- "Confusión de lenguajes, favorecida
vida de Cristo, sino también de los giosa. La segunda corriente tiene un tholici sacerdotiifastigium fue escrita por el hecho de que el primer uso de
demás aspectos del misterio pascual carácter marcadamente espiritual-de- por Pío XI (1935) sobre el sacerdo- la fórmula parece precisamente refe-
y de pentecostés. A esta investidura vocional; en ella se ve la huella de cio en general. Sobre la santidad de rirse al ministerio, hablando de él en
del jueves santo, se unirá muy de cer- una formación seminarística mode- la vida sacerdotal llaman nuevamen- términos de sacerdocio... En reali-
ca la consagración de las manos del lada a menudo sobre el ejemplo de te la atención Pío XII con la exhor- dad, la urgencia de afirmar la exce-
sacerdote, hasta el punto de que du- la vida religiosa monástica. tación apostólica Mentí nostrae lencia del sacerdocio ministerial está
rante muchos siglos esta consagra- Pero más que una espiritualidad (1950) y Juan XXIII con la encíclica unida no a la confrontación entre
ción pasó por ser el rito fundamental presbiteral, el clero desarrolla una Sacerdotii nostri primordio, publi- éste y el sacerdocio bautismal, sino
de la ordenación de los sacerdotes. piedad anclada en la misa, en el cul- cada con ocasión del centenario de entre el sacerdocio ministerial y los
Esta concepción del origen del pres- to eucarístico y en la devoción al sa- la muerte del cura de Ars (1959). diversos ministerios/carismas... Por
biterado (identificado con el sacer- grado Corazón. Algunas voces, que (Conviene recordar aquí la tradición otra parte, el sacerdocio común,
docio) ha tenido una resonancia conciben la teología de modo con- iniciada por Juan Pablo II de dirigir considerado en sí mismo, es cualita-
considerable, no porque sea critica- trario a la dirección común, se pier- cada año, con ocasión del jueves tivamente superior no sólo al sacer-
ble como tal, sino por el uso que se den sepultadas en el olvido o en las santo, una carta "a todos los sacer- docio ministerial, sino también a
ha hecho de ella"23 en Trento mismo polémicas. Un siglo más tarde, por dotes de la iglesia.") cualquier otro ministerio"26; proble-
y después del concilio. ejemplo, se da el caso de la impor- mática ésta todavía en fase de una
Sin embargo, ya en 1947 se habían
Un factor importante para la vida tante reflexión de Rosmini: afirma hecho públicos dos documentos sig- elaboración teológica más precisa.
sacerdotal es puesto en marcha por con claridad, como quizá ningún nificativos con profundas repercu-
el concilio de Trento con la ins- otro antes que él en la época mo- siones. Punto de partida de la reno- 4. EL VAT. II Y LOS AÑOS POSTE-
titución de los seminarios (sesión derna, el sacerdocio común de los vación teológica y litúrgica del sa- RIORES. En tres documentos presen-
XXIII, cap. 18) para la formación fieles M. cramento del orden es la recordada ta el concilio la identidad del sacer-
de los sacerdotes desde el punto de Mayor presión sobre la conciencia const. apost. Sacramentum ordinis: dote de modo explícito y particu-
vista espiritual y cultural. En esta lí- eclesial ejercen, por el contrario, un ésta acaba con las discusiones sacra- larizado: la constitución LG, el de-
nea se registran algunos importantes nutrido grupo de sacerdotes filántro- mentales-rituales y abre el camino a creto PO "sobre el ministerio y la
movimientos, mientras que, desde pos, animados por una profunda fe nuevas reflexiones sobre el sacramen- vida de los sacerdotes" y el decreto
Sacerdocio 1772 1773 Sacerdocio
OT sobre la formación sacerdotal" misión de Cristo, siervo, pastor, sa-
Estos textos son el punto de refe- texto que ya aparece en el sacramen- Los ritos explicativos han sido re-
cerdote y maestro. tario Veronense, sufre ahora sólo al- ducidos y desplazados; actualmente
rencia obligado para el tiempo pos- La segunda y amplia perspectiva
terior; pero, bajo ciertos aspectos, gunos —pocos— retoques textuales, son la unción de las manos con el
viene dada por la realidad eclesial, excepto la conclusión, que es un bre- crisma, la entrega de los ornamentos
marcan una pausa en la reflexión manifestada precisamente por la sa-
teológica. Esta última parece ya sa- ve párrafo nuevo que subraya la mi- litúrgicos y, sobre todo, de las ofren-
cramentalidad de la iglesia, por una sión evangelizadora universal del sa- das para la eucaristía [/ Orden/Or-
tisfecha de la valoración dada al epis- renovada eclesiología de la comu-
copado y se dedica a la revaloriza- cerdote. En este elemento se confir- denación].
nión, por la complementariedad del ma la nueva visión teológica, según
ción de funciones un tanto descuida- sacerdocio común de todo el pueblo
das en la historia de la iglesia mo- la cual ser "sacerdote significa sepa- b) Problemática ecuménica. En
de Dios y del sacerdocio de los mi- rarse de la vinculación estructural
derna, no sin polémica, por cierto. nistros ordenados. El Espíritu del el campo ecuménico se registra un
con el cuerpo episcopal, hacia la di- hecho que ha roto el ya precario equi-
Señor introduce y promueve en la mensión universal del misterio de la librio entre las iglesias cristianas, y
a) La recepción del magisterio y iglesia, toda ella profética, sacerdo-
de la reforma conciliar, sin embargo, tal y real, una presencia especial, ar- iglesia"29. Un segundo elemento im- que para ortodoxos y católicos cons-
ha transcurrido de modo lineal, sin ticulada y jerárquica de los servicios, portante, existente asimismo en la tituye un obstáculo en el camino de
muchas novedades. De las reflexio- que, a pesar de la diversidad de esen- oración consecratoria y expresado la reconciliación: en 1958 la iglesia
nes y discusiones de los padres en el cia y grado, se ordenan a la edifica- varias veces desde perspectivas dife- luterana sueca admitió al pastoreo a
Sínodo de los obispos de 1971 no ción del único cuerpo de Cristo. rentes, es la relación entre sacerdote las mujeres. Este ejemplo ha sido se-
salió nada nuevo, a pesar de las ex- y obispo. Aparte del estrecho punto guido poco después por otras igle-
El tercer aspecto en el que se fun- de vista disciplinar, se trata de recu- sias de América y Europa, mientras
pectativas impacientes de un grupo dan los ministerios es la acción del
eclesial deseoso de un cambio en la perar el sentido profundo de esta re- que en el campo católico ha comen-
Espíritu, considerado como princi- lación observando que "los presbíte- zado toda una serie de intervencio-
disciplina latina, que vincula el sa- pio unificador y santificador. La re-
cerdocio al celibato ". ros deben obedecer a los obispos en nes de distinta naturaleza y con di-
lación indisoluble entre ministerio- la comunión del sacramento del or- recciones diversas. Después de una
Una síntesis clara de la sensibili- misión y acción del Espíritu Santo,
dad teológica conciliar y posconci- alma viva de la iglesia, se recuerda den, misión de paternidad y frater- toma de postura de Pablo VI, que
liar se ofrece en el nuevo Ritual de en las moniciones introductorias de nidad, como Cristo obedeció al Pa- expresó un hondo pesar por la orien-
Órdenes, en donde se descubre la mi- los ritos, en las cuales se atribuye dre en la comunión de la única natu- tación tomada por la iglesia anglica-
nisterialidad de la iglesia y la estricta particularmente a la efusión del Es- raleza divina, misterio de paternidad na 3I , la declaración ínter insigniores,
unión entre teología y liturgia, recu- píritu el fiel cumplimiento del minis- y filiación en la igualdad. La obe- de la sagrada Congregación para la
perada en los últimos decenios. En terio y la verificación de los carismas diencia presbiteral no es para afir- doctrina de la fe (1976), impide a las
efecto, es posible reunir en una sín- para el desempeño de los tres princi- mar una superioridad personal de mujeres el acceso al sacerdocio mi-
tesis teológica los criterios inspira- pales deberes del oficio pastoral: la los obispos o para confesar la suje- nisterial, basándose en el hecho de
dores que han guiado la revisión de reconciliación con Dios en la iglesia, ción personal de los presbíteros, sino la tradición, en la actitud de Jesús y
los ritos de ordenación. Se ha queri- la ordenación armónica de los mi- que es solicitada y dada, junto con en la praxis de los apóstoles, e ilumi-
do expresar de un modo más claro nisterios y carismas y la realización los obispos, por Cristo y en Cristo al nando la dimensión del sacerdocio
la referencia a Jesucristo, fuente y del culto espiritual del pueblo de Padre, para afirmar, testimoniar y ministerial desde una perspectiva
modelo de todo ministerio ordena- Dios 2S. difundir el misterio de Dios y de su cristológica y eclesiológica. Entre
do; la naturaleza eclesiológica del ser- salvación en el mundo" 30 . otras cosas, la declaración afirma,
vicio que se debe vivir y la íntima Esta teología renovada se refleja
de modo orgánico y capilar en el nue- contra una visión socio-democrática
relación con el don del Espíritu San- La ordenación, según las nuevas del servicio sacerdotal que inviste al
to, que alimenta continuamente su vo rito de ordenación (1968; trad. estructuras rituales, tiene lugar una sacerdote más allá de su sexo, que es
fecundidad y eficacia. castellana, 1979). Como se afirma en vez concluida la liturgia de la pala- necesario no "olvidar que el sacer-
la constitución apostólica Pontifica- bra durante la misa. Entre los ritos docio no forma parte de los derechos
El principio constitutivo y ejem- lis romani recognitio, "ha parecido
plar de los ministerios ordenados es, introductorios se mantienen y se re- de la persona, sino que depende de
necesario dar mayor unidad a todo nuevan la llamada a los candidatos, la economía del misterio de Cristo y
por lo tanto, la "diaconta"de Cristo; el rito distribuido en diversas partes
y esto vale también para el sacerdo- y destacar más vivamente el núcleo la declaración del obispo que elige a de la iglesia. La función del sacerdo-
te para su compromiso apostólico y central de la ordenación: esto es, la los ordenandos y la significativa res- te no puede ser deseada como el tér-
para su espiritualidad. Es una pers- imposición de las manos y la oración puesta de aclamación por parte de la mino de una promoción social; por
pectiva cristológica multidimensio- consecratoria" (RO, p. 10; EDIL asamblea de los fieles, unas palabras sí mismo no da lugar a ningún pro-
nal que se debe concretar en la igle- 1082). del obispo y la declaración de los greso puramente humano de la so-
sia y que se puede resumir en la La oración consecratoria, antiguo candidatos que expresan su decisión ciedad o de la persona; se trata de
de ser ordenados y prometen obe- un orden diferente"32 [/ Mujer, III].
diencia.
1774
Sacerdocio
1775 Sacerdocio
El diálogo ecuménico se concentra munidad de fe es posible encontrar
sobre todo en la naturaleza de la mi- juntos estilos diversos de vida ecle- nes enteras el párroco ha sido el úni- proclamación de una realidad que
nisterialidad eclesial, permaneciendo sial y diferentes estructuras ministe- co punto de referencia espiritual, queda fuera de la vida. Tampoco se
sin embargo a menudo en los aspec- riales, sin que esa comunidad deba cultural y social de las comunidades. trata de llegar a una comprensión
tos más generales o dando impor- constituirse en modelo obligatorio Hoy es una persona más, a menudo del texto y a su apropiación desde el
tancia de modo particular al episco- para todas las demás". Acerca de la no es la que posee más cultura, ha punto de vista cultural. Está en jue-
pado. La figura del sacerdote se si- función específica del sacerdote, se perdido casi en todas partes su auto- go un proceso de identificación que
túa así en un segundo plano, con el repite que debe ser "comprendida co- ridad y no puede enfrentarse con los debe llevar al sacerdote a ser él mis-
peligro de no ser perfilada de un mo proclamación del evangelio y ad- modelos propuestos por los medios mo el eco de la palabra, la exégesis
modo adecuado. Un intenso trabajo ministración de los sacramentos" 35 . de comunicación de masas. La crisis actual y realista de la palabra de
de reflexión fue realizado por la co- La persistente situación de estan- general de la sociedad separa a los siempre en el día de hoy. Es un as-
misión "Fe y constitución" del Con- camiento en lo que se refiere al reco- fieles de su iglesia, y el sacerdote se pecto del progresivo itinerario espi-
sejo ecuménico de las iglesias en la nocimiento recíproco de los ministe- encuentra cada vez más solo y se ve ritual de divinización del hombre,
consulta de Cartigny de 1970, de don- rios a nivel ecuménico no debe, con marcado por su enfermedad: el ais- que ve a la criatura asumir la fisono-
de surgieron interesantes datos rela- todo, ser juzgada sólo de un modo lamiento que sofoca y deforma la so- mía de Cristo, dejándole que se haga
tivos a la relación ordenación-minis- negativo. "El reconocimiento mutuo ledad, la resignación que apaga toda todo en toda la propia realidad hu-
terio-profesión, y donde se sintió la de los ministerios no debe efectuarse esperanza, la amargura que vuelve mana, que de este modo se transfi-
urgencia de hacer convergir las es- mediante un procedimiento adminis- tristes los días. gura. Con unas condiciones precisas:
tructuras canónicas de acuerdo con trativo, ni siquiera haciendo una lla- Hay muchos modos cómodos y el sacerdote se sitúa en la comunidad
las coincidencias teológicas ". mada a la voluntad democrática ex- posibles de salir de esta situación, a como invitación y ejemplo para to-
presable a través del consenso de las costa de sacrificar la identidad sa- dos a entrar en la escuela de la pala-
En septiembre de 1972, el "grupo cerdotal; por ejemplo, un convulso bra en sus términos más urgentes y
iglesias... Es necesario hacer referen-
de Dombes" publica un documento activismo pastoral o un éxito a bajo constructivos: las diversas liturgias
cia al pentecostés continuo, al juicio
"para una reconciliación de los mi- precio buscado en actividades mejor de la palabra y la lectura divina indi-
que salva y purifica, a la luz del Es-
nisterios", en donde se pide que por remuneradas y más gratificantes. vidual y comunitaria, b) De ello se
píritu""'.
parte católica sea reconocida la vali- También hay quien se acomoda en deriva un peculiar estilo de pro-
dez del ministerio protestante, que la inercia o en el encerramiento pu- clamación que evita rigurosamente
"en un cierto número de casos, al c) Si se pueden presentar algu- silánime. Se hace necesaria una re- toda propuesta persuasiva de tipo
menos, puede apoyarse en el signo nas perspectivas para una recalifica- cuperación a diversos niveles, comen- intelectual, con un discurso gris en
de la continuidad presbiteral". Por ción teológica y pastoral del sacer- zando por lo humano: precisando y cuanto a los contenidos espirituales
parte protestante, además de algún dote, éstas deben tener presentes de consolidando las dos relaciones co- y fácilmente acomodaticio. La pro-
reconocimiento de las realidades exis- todos modos algunos datos de he- ordinadas fundamentales, vertical y clamación debe alcanzar la fuerza de
tentes en la iglesia católica, se debe- cho. Entre los más evidentes se pue- horizontal, que encuentran su con- una provocación existencial, que lle-
ría examinar y poner "en cuestión la den recordar la necesaria profundi- creta realización en la obediencia fi- gue a todo el hombre con una carga
práctica, introducida en algunas igle- zación teológica en la ministeriali- lial y alegre al padre de la diócesis; de autenticidad y transparencia, con
sias reformadas, de la delegación pas- dad de la iglesia. Esta constituye el en la disponibilidad generosa hacia la afirmación clara de los valores
toral para la predicación y para la marco en el que se hace comprensi- los hermanos de ministerio, con quie- evangélicos puestos al desnudo por
celebración de la santa cena, dada a ble el sacerdocio ordenado; pero a nes se construye el primero y más un estilo de vida simple y pobre, ale-
fieles que no están ordenados, de menudo el razonamiento pasa por íntimo núcleo de comunión de vida gre y perseverante en su ir contraco-
modo que no quede oculta la dife- encima del sacerdote o minimiza su en el Espíritu. rriente, hoy tan necesario. No se tra-
rencia de carismas entre ministerio naturaleza y función al intentar ha- ta, por tanto, de acomodar la pa-
Sobre esta plataforma de relacio- labra a las categorías de moda,
ordenado y sacerdocio universal"' 4 . cer patente la realidad del episcopa- nes vividas en plenitud, según la pe-
Entre los resultados del encuentro do y del diaconado. Así, la renova- minimizando su carga de choque y
culiar fisonomía espiritual y huma- su novedad radicalmente incómoda.
de Accra (1974) se debe señalar la ción teológica de los ministerios no na, es posible construir el servicio
afirmación de la diversidad de mi- siempre consigue renovar la identi- La palabra ha de resonar en pleni-
sacerdotal en sus dos aspectos prin- tud, sostenida por la convicción de
nisterios: "La pluralidad de las cul- dad teológica del sacerdote. En el cipales: el servicio de la palabra y la
turas eclesiales y de las estructuras plano de la vida cotidiana, pocas es- que a ella se debe conformar no sólo
administración de los sacramentos. el sacerdote, sino la iglesia toda y el
ministeriales no compromete la úni- tructuras han sido tan sacudidas por El primer servicio implica una tri-
ca realidad ministerial, fundada en la revolución social de los últimos mismo mundo que la rechaza al ne-
ple relación del sacerdote con la pa- garla o al quererla deformar, c) Sin
Cristo y constituida por el Espíritu decenios como el sacerdote, y en labra: a) una verdadera relación embargo, todo esto no puede ser
Santo sobre la autoridad de los particular el párroco de los lugares existencial. No se puede limitar el sólo un esfuerzo aislado del sacerdo-
apóstoles... Dentro de la misma co- medios y pequeños. Para generacio- servicio de la palabra a una simple
Sacerdocio 1776 lili Sacerdocio
39
te, sino que es el momento fuerte de Dios" . Pero desde siempre el mo- NOTAS: ' Sobre la datación, cf A. Cody, A 1959, Vita e Pensiero, Milán 1962, 379 — 22 S.
toda una pastoral orgánica que se nasterio ha constituido una comuni- History of OT Priesthood, PIB, Roma 1969, Dianich, La teología del presbiterato al Concilio
recupera en su núcleo esencial con dad-de-base con estructuras y mo- 114-123 — 2 G. Kretschmar, Die Ordination im di Trento, en ScC 99 (1971) 335-336 — 2) H.
frühen Christentum, en Freiburger Zeitschrift Denis, La teología del presbiterato da Trento al
una introducción personal a la com- dos de vida peculiares. Dos aspectos für Phitosophie und Theologie 22 (1975) 56 — Val. II, en Ipreti. Formazione, ministero e vita
prensión, comunitaria e individual, son inherentes al problema que aho- 3
L.A. Hoffman, Uordinalion juive á la veille (a cargo de Y. Congar-J. Frisque), Ave, Roma
de la palabra. Y aquí se ve cómo es ra afrontamos: el responsable último du chrisüanisme, en MD 138 (1979) 7-74 — 1970,127-128 —24 A. Quacquarelli, La lezione
4 litúrgica di Antonio Rosmini. II sacerdozio dei
necesario recuperar también el tiem- de la comunidad monástica desde W. Kasper, Jesús, el Cristo, Sigúeme, Sala-
po y las múltiples ocasiones para siempre —el CDC va contra la tra- manca 1976, 326 — 5 A. Vanhoye, Prétres an- fedeli, Marzorati, Milán 1970 — 25 T. Citrini,
ciens, prétre nouveau selort le NT, Seuil, París L'essenza e il grado: destino di una formula nel
desarrollar una paciente acción de dición oriental y occidental si y 1980. La exégesis que aquí se presenta de Heb variare dei sistemi linguistici, en RasTTl (1981)
dirección espiritual11. Solamente si cuando exige el sacerdocio— des- es deudora de esta obra de Vanhoye — 471 — 26 Ib, 472 — 27 Una crítica negativa del
el sacerdote, a través de la medita- arrolla su servicio independientemen- 6
Sacramentario Gregoriano, Suplemento (ed. Sínodo, insertada en una amplia revisión de
ción de la palabra, encuentra perso- te del que sea sacerdote y sin identi- Deshusses 2080). La fórmula está presente en el toda la problemática sacerdotal, la presenta E.
nalmente al Dios personal, sentirá la ficarse siquiera con la función de pa- Misal di Bobbio{eá. Lowe 411) y en la posterior Schillebeeckx, El misterio eclesial. Responsa-
tradición neogelasiana, gregoriana y ambrosia- bles en la comunidad cristiana, Cristiandad, Ma-
urgencia de este servicio. Pero esto a dre espiritual. Además, el sacerdocio drid 1983 — 2S Es interesante la comparación
na — 7 A. Vanhoye, Sacerdozio ministeriale,
su vez implica una intensa vida de monástico, más y antes que respon- sacerdozio deifedeli e comunione nella Chiesa, con el documento del episcopado alemán, Prin-
oración y de silencio de escucha, de der a una exigencia espiritual del in- en La Nuova Alieanza 85 (1980) 264 — » G. cipi per l'ordinamento dei ministeri paslorali,
interiorización que no puede ser un dividuo, es un servicio a la comuni- Otranto, // sacerdozio comune deifedeli nei ri- con un párrafo dedicado a los sacerdotes (su
estéril repliegue sobre las propias dad. Son el abad (y la comunidad) flessi delta l Petr. 2,9 (I e II secólo), en Velera especificidad teológica, funciones, actividades).
Christianorum 7 (1970) 246 — ' A. Vanhoye, Texto en // Regno Doc. 22 (1977) 351 — M H.
ideas y miserias, sino el concentrarse los que deciden sobre el sacerdocio Denis, o.c, 145 — 30 G. Ferraro, Le preghiere
a.c, en La Nuova Alieanza 85 (1980) 324 —
en el misterio de Dios a fin de lograr de los monjes, teniendo en cuenta en ,0
S. Dianich, // prete: a che serve? Saggio di di ordinazione al diaconalo, al presbiterato, all'e-
la sabiduría necesaria para una pro- primer lugar la situación interna de teología del ministero ordinato, Edizioni Paoli- piscopato, Dehoniane, Ñapóles 1977, 283 —
31
clamación veraz de la palabra. la misma comunidad. ne, 1978, 124 — " A. Morin, Du presbytre juif Pablo VI, Carta al arzob. de Canterbury del
auprélre chréíien, en Laprétre hier aujourd'hui 23 marzo 1976 (y del 30 noviembre 1975), en //
En la administración de los sacra- Esta situación de hecho, reconoci- demain. Travaux du congres tenu a Ottawa du Regno Doc. 21 (1976) 342-343 — 32 Texto en //
mentos el puesto de relieve lo ocupa da como válida en el ámbito del mo- 24 au 28 aoút 1969, Fides-Du Cerf, Montreal- Regno Doc. 22 (1977) 102 — 33 Texto en //
la eucaristía celebrada bajo la presi- naquisino, ¿en qué medida puede ser París 1970, 82 — l2 O. Barlea, Die Weihe der Regno Doc. 16(1971)298 y 305 — 34 Grupo de
Bischófe, Presbyter und Diakone in vornicáni- Dombes, Per una riconciliazione dei ministeri,
dencia del sacerdote. Esta presiden- transferida a otros ámbitos de la 40-45, en // Regno Doc. 18 (1973) 125 — 35 Fe
cia está cargada de ambigüedad des- vida eclesial? El problema no puede scher Zeit, Societas Académica Dacoromana,
Munich 1969, 252 — l3 B. Maggioni, II sacer- y Constitución, El ministerio (Accra 1974), en
de el momento en que se la ha que- pasarse por alto, especialmente en la dozio nel NT, en RL 56 (1969) 60 — " G. particular párrafos E y F — 36 Grupo mixto
rido identificar simplemente con la perspectiva futura de una presencia Kretschmar, a.c 41, nota 16 — " B. Botte, italiano unido al SAE, La presidenza nell'euca-
presidencia responsable y totalizado- de laicos, cualificados en el plano de Collegialita del presbiterato e dell'episcopato, ristia, en // Regno Doc. 21 (1976) 316 —
ra de la comunidad: de la responsa- la cultura teológica, a los cuales la en Studi sul sacramento dell'Ordine, Edizioni " Juan Pablo II, Carta a los sacerdotes, n. 6:
Romane Mame, 1959, 69-70 — l6 A.A. Háuss- "Arte de las artes es la guía de las almas", en A
bilidad disciplinar a la animación es- iglesia, y de modo especial los sacer- ling, Mónchskonvent und Eucharistiefeier. Eine los obispos y a los sacerdotes, Paulinas, Madrid
piritual y la coordinación organiza- dotes, deben dejar el espacio que les Studie über die Messe in der abendldndischen 1979, 20 — ' 8 Cf también el Sínodo de los obi-
tiva. La crisis multidimensional que otorga el Espíritu. De aquí la necesi- Klosterliturgie des frühen Mittelalters und zur pos alemanes, Ministerio y servicios pastorales
se ha abatido sobre el sacerdote es dad de subrayar algunos aspectos Geschichte der Messhaufigkeit, Aschendorff, en la comunidad 3.5.1: "La tarea dej sacerdote
una invitación a resituar su función, esenciales de la vida del sacerdote y Münster 1973, 185s — " B. Kleinheyer, Die en la comunidad consiste en preparar a la co-
Priesterweihe im rómischen Ritus. Eine litur- munidad y a sus miembros, hacerlos idóneos
valorando otros ministerios y ponien- de orientar en consecuencia su for- para desempeñar el servicio que les es propio, y
giehistorische Studie, Paulinus Verlag, Tréveris
do en claro diversas responsabilida- mación hacia una vida de fe más ma- 1962, 35-38; 47-49 — '« En base al significado en preocuparse por su unidad en Cristo. Con el
des eclesiales, no necesariamente de dura, profundizada en la oración y de ¡evita en la antigua literatura latina, D. Eis- anuncio, la administración de los sacramentos,
tipo clerical38. en la comunión fraterna; oración y sing (Ordination und Amt des Presbyters. Zur el cuidado de la comunidad y, no en último
Interpretation des rómischen Priesterweihege- lugar, con el testimonio personal [e! sacerdote]
A este respecto sería útil una con- caridad fraterna que por sí solas ha- bets, en ZÁT98 [1976] 40) cree que el término debe recordar y hacer presente a Jesucristo, a
frontación con una peculiar realidad cen al sacerdote aquello que es ver- hay que referirlo a los diáconos y no a los levitas fin de que toda la comunidad se encuentre en
cristiana como es el monaquisino. daderamente, por encima de cual- veterotestamentarios — l9 P.-M. Gy, La theo- condiciones de evocar y actualizar a Jesucristo
Muchas veces se ha puesto en discu- quier condicionamiento socio-cultu- logie despriéres anciennespour l'ordination des delante de la sociedad" — 39 G. Lafont, Sacer-
doce claustral, en Commentaliones in Regulam
sión el sacerdocio de los monjes, que ral: sacramento de Cristo, único évéques et des prétres, en Rev. de Sciences Phi-
s. Benedicti (a cargo de B. Steidle), Pont. Inst.
los. et Théol. 58 (1974) 603 y 606 — 20 Son
no tendría una finalidad pastoral, mediador entre Dios y los hombres, indicativos al respecto los primeros 278 formu- Anselmi-Herder, Roma 1957, 66, nota 20.
porque no se ha comprendido que pan que se deja partir para la salva- larios de los textos complementarios del suple-
"cierto significado de la iglesia so- ción de los hermanos, palabra viva mento del sacramentario gregoriano (ed. Des- B. Baroffw
lamente puede manifestarse en ella de Dios presente entre los hombres. husses, 11 vol.) — 2I M. Maccarrone, Ipapidel
a través de un sacerdote consagra- sec. XII e la vita comune e regolare del clero, en
[/ Ministerio IMinisterios; / Or- La vita comune del clero nei secc. XI e XII. A ni BIBLIOGRAFÍA: Abad J.A., El sacerdocio mi-
do únicamente a la búsqueda de den/ Ordenación; / Obispo]. della Settimana di studio: Mendola, setiembre nisterial en la liturgia hispana, en VV.AA., Teo-
Sacramentales 1778 1779 Sacramentales
logia del sacerdocio 5, Burgos 1973, 351-397; El de las que difícilmente es enfocada toda la ritualidad que expresa el a esta problemática, que implica di-
carácter sacerdotal en la liturgia hispana, ib, 8, con claridad y precisión en la actual
Burgos 1976, 271-303; Bernal J.M., El carisma dato sacramental. Teme, en efecto, rectamente toda la vida litúrgica de
permanente en la tradición litúrgica, ib, 5, Bur- teología de los sacramentos. Hoy, a caer en la magia cuando se prepara la comunidad eclesial, es indispensa-
gos 1973, 67-96; La identidad del ministerio sa- la luz de los últimos estudios, se pue- para celebrar los sacramentales. En ble redescubrir el sentido más autén-
cerdotal desde los rituales de ordenación. Ba- den esbozar algunos elementos que realidad, no se puede negar que una tico de los sacramentales.
lance histórico, en "Phase" 123 (1981) 203-222; permiten dar un rostro a los sacra- cierta forma de superstición pueda
Garrido M., La potestad de orden en la Iglesia mentales y buscar, si no propiamen-
según la liturgia, en VV.AA., Teología del sa- relacionarse o se haya relacionado
cerdocio 8, Burgos 1976, 7-70; Llabrés P., La
te una definición, al menos una des- con muchos sacramentales. La pre-
cripción. II. Síntesis histórica
identidad del ministerio ordenado a partir del gunta que se hace el hombre con-
ejercicio de la función litúrgica, en "Phase" 123 La problemática que acompaña a temporáneo es la siguiente: ¿qué sen- La presencia de los sacramentales
(1981) 241-254; Llopis J., El sacerdote, servidor la actual reflexión en la teología sa-
de la Palabra y de los sacramentos, en "Phase" tido puede tener el bendecir a una en la iglesia se inserta en un amplio
43 (1968) 37-48; Marliangeas B.D., "In persona
cramental ha llegado también a los persona, una cosa o un alimento que cuadro histórico, que hunde sus raí-
Christi". "In persona Ecclesiae", en VV.AA., sacramentales, como es obvio '. Nor- se va a tomar? La tendencia, en este ces en la antigüedad. En el curso de
La liturgia después del Vaticano II, Taurus, malmente, los autores dan de ellos caso, puede llevar a un esplritualis- su vida, con cierta frecuencia, Je-
Madrid 1969; Niermann E., Sacerdote, en SM una definición a la luz de los sacra- mo inconsciente, en el que el sacra- sús utilizó gestos con un significado
6, Herder, Madrid 1976, 147-157; Rahner K., mentos, ya que, si nos colocamos en
Siervos de Cristo, Herder, Barcelona 1970; Ra- mental ya no tendría ningún derecho claramente religioso (bendiciones,
mos M., Sacerdocio y sacralidad cristiana, en
una perspectiva jurídica o simple- de ciudadanía, ya que el gesto-rito exorcismos...). Formaban parte de
"Phase" 48 (1968) 497-513; Ratzinger J., El sen- mente moral, como podemos obser- resultaría, de hecho, marginado de la herencia que él, su comunidad y
tido del sacerdocio ministerial, en "Selecciones var en los manuales clásicos, los sa- la edificación de la vida cristiana. todo el NT habían recibido del pasa-
de Teología" 32 (1969) 332-344; VV.AA., El sa- cramentales parecen ser completa- Por otra parte, el desarrollo de las do. En este sentido, algunos que-
cerdocio de Cristo y los diversos grados de su mente ajenos al hombre de hoy.
participación en la Iglesia, XXVI Semana Es- ciencias humanas conduce a relativi- rrían formular la hipótesis de una
pañola de Teología, Madrid 1969; VV.AA., Teo-
Para enfocar mejor la experiencia zar ciertas prácticas sacramentales. prehistoria de los sacramentos que
logía del Sacerdocio, "Instituto Juan de Ávila" sacramental, la teología de los sa- Surge la convicción de que la digni- se remontaría más allá del NT y del
(Facultad de Teología del Norte de España cramentos-sacramentales es conside- dad del hombre queda disminuida, AT, para llegar hasta las religiones
—Sede de Burgos—), un volumen cada año, rada en el ámbito de la sacramenta- si no incluso manipulada, por una primitivas. En el ámbito veterotesta-
Burgos 1969ss. En casi todos los volúmenes hay lidad de la iglesia. El presupuesto
boletines bibliográficos sobre el sacerdocio. Véa- magia de estilo medieval. mentario, algunos gestos y ritos se
para un verdadero tratado de los sa- introducían en la vida de la comuni-
se también la bibliografía de Jesucristo, Minis- La relación sagrado-profano es
terio y Orden. cramentos-sacramentales es un pro- dad como elementos sustentadores.
fundo tratado eclesiológico. El des- uno de los aspectos más sentidos en
el contexto de la cultura contempo- En el Talmud encontramos toda una
cubrimiento de las verdaderas carac- colección de bendiciones que nos-
terísticas de la iglesia-sacramento ránea. Este hecho ha empujado al
creyente a cuestionarse sobre el por- otros llamaríamos sacramentales 2.
puede permitir iluminar de un modo En el ámbito cristiano hallamos, por
más preciso tanto los sacramentos qué de las celebraciones sacramen-
tales y a buscarles el significado en citar un ejemplo, el testimonio de la
SACRAMENTALES como los sacramentales. Tradición apostólica de Hipólito. En
su justo marco teológico-litúrgico.
Además, mientras que el campo Solamente la recuperación de la ella se recomienda la bendición del
SUMARIO: I. Problemática - II. Síntesis histó- de los sacramentos propiamente di- aceite, el queso, las aceitunas, el pan
rica - III. Doctrina generalmente admitida - IV. auténtica relación entre fe y religión
Concilio Vaticano II - V. Presupuestos para una chos está limitado a los siete, el radio puede ayudar a determinar la identi- y la miel, etc. En la tradición litúrgi-
reformulación de la teología de los sacramenta- de evolución de los sacramentales es dad sacramental, especialmente en ca medieval, los libros litúrgicos (tan-
les: 1. Relación hombre-mundo; 2. Centralidad mucho más amplio y difícilmente de- to los Sacramentarios como los Pon-
de Cristo; 3. Ministerio de la iglesia: a) Dimen- su traducción pastoral. En efecto, la
sión epiclética, b) Dimensión ritual - VI. Nuevas finible. Éste es uno de los motivos problemática acerca de los sacramen- tificales) nos muestran el gran uso
perspectivas: 1. Contexto litúrgico; 2. Celebra- por los que resulta especialmente di- tales engloba todo el complejo trata- de los sacramentales por parte de la
ción de una existencia esencialmente pascual - fícil dar una definición precisa de los comunidad cristiana hasta llegar a
VII. Número de los sacramentales - VIII. Divi- do sobre la relación Dios-mundo, fe-
sión de los sacramentales: 1. Consagraciones; 2. sacramentales. iglesia-mundo, amor a Dios-com- la época moderna, en que el Rituale
Bendiciones; 3. Exorcismos - IX. Sacramentos A estos problemas de orden teóri- promiso temporal. Romanum (1614), con su rico reper-
y sacramentales - X. Consecuencias litúrgico- torio, atestigua la frecuencia de su
pastorales - XI. Conclusión. co se añaden las dificultades causa- Los sacramentales son expresio-
das por las diversas concreciones celebración.
nes rituales de la relación iglesia-fe-
históricas que afloran en la vida sa- mundo. El esfuerzo por recuperar la
I. Problemática cramental de la iglesia. El hombre Ante esta constante, que encon-
verdadera identidad de los sacra- tramos en la historia de la revelación
contemporáneo es tendencialmente mentales tiene un gran interés, ya
propenso, por causa del fenómeno y de la iglesia, los intentos de dar
La concepción de la realidad teo- que constituyen un amplio capítulo una definición precisa del concepto
lógica de los sacramentales es una de la / secularización, a rechazar de la ritualidad de la iglesia. Frente de sacramental han sido muy abun-
Sacramentales 1780 1781 Sacramentales

dantes a lo largo de las diversas épo- bautismo y eucaristía de los otros para una mejor comprensión de sus sificar el agua bendita, las velas ben-
cas culturales. sacramentos a ellos subordinados es características particulares en el con- ditas, los ramos de olivo bendito, la
El término sacramental, como usado por Hugo de San Víctor con texto global de una teología de la ceniza bendecida al comienzo de la
sustantivo, no se encuentra en uso la especificación de "tria genera sa- liturgia. / cuaresma... En el segundo tipo se
en la teología anterior al s. XII. An- cramentorum". "Mientras al primer catalogan las consagraciones (/ pro-
teriormente la palabra usada de or- género de sacramentos pertenecen fesión religiosa, bendición del abad;
dinario era sacramentum. Este tér- los sacramenta maiora, del segundo III. Doctrina / consagración de vírgenes, / dedi-
mino se aplicaba también a ritos género es considerado el complejo generalmente admitida cación de una iglesia...), las / bendi-
religiosos n a t u r a l e s , que no se de los sacramenta minora, y el tercer ciones (del agua, de los niños, de los
identificaban con los sacramentos tal género no tiene una denominación La evolución histórica ha permiti- enfermos, de los campos, de los
como hoy los entendemos; es más, particular, aunque se catalogue an- do comprender cada vez mejor el utensilios...), los / exorcismos 6 . Esta
la ritualidad en general era un sacra- tes de los otros dos géneros directa- significado global de los sacramen- multiplicidad de cosas y acciones,
mentum. Podemos encontrar la ra- mente en relación con el tema de la tales. En este campo algunos ele- que entran en la categoría de los sa-
zón de este uso lingüístico en el he- iglesia, de sus miembros y de sus mentos doctrinales son hoy común- cramentales, ha hecho muy difícil su
cho de que todo lo que estaba en oficios" \ mente admitidos; en torno a ellos clara definición.
relación con los sacramentos propia- En el s. xm, bajo el influjo de Pe- hay un sustancial acuerdo entre los
mente dichos estaba consagrado al dro Lombardo, encontramos una ter- autores. b) Si queremos tomar los elemen-
servicio divino por medio de una ben- minología bastante clara, y surge la tos comunes y determinantes para ha-
dición particular. En Agustín la pa- distinción entre los sacramentos y a) En la categoría de los sacra- cer una definición-descripción de los
labra sacramentum expresaba reali- los sacramentales: los sacramenta mentales encontramos una gran va- sacramentales, podríamos decir así:
dades diversas: desde el padrenues- principalia o maiora y "alia sacra- riedad de ritos, muy diferentes entre "Los sacramentales consisten inme-
tro a la celebración del bautismo o menta quae significantius possunt sí, instituidos por la iglesia. De por diatamente y en primer lugar en una
de la eucaristía. En la época patrísti- sacramentalia dici, quasi sacramen- sí no se incluyen en los siete sacra- oración impetratoria que la iglesia
ca y en la alta edad media encontra- tis adnexa et de eis dependentia"*. mentos, pero tienen una estructura dirige a Dios, y sólo en segundo lu-
mos también una gran fluctuación Siguiendo la especulación medie- parecida a la de ellos. De hecho, en gar y mediatamente, esto es, median-
en los modos de interpretar la praxis val, en el período postridentino se algunos aspectos, especialmente en te esta oración intercesora de la igle-
sacramental de la iglesia. El concep- va hacia un tratamiento más siste- lo que se refiere al lenguaje del signo, sia, en una santificación, en cuanto
to de sacramental, que antiguamente mático (R. Bellarmino, F. Suárez), son muy similares a los sacramentos. que la iglesia, por medio de estos
estaba unido a los ritos relacionados que en los ss. xix y xx se amplían Por este motivo el CDC de 1917, ritos, impetra precisamente de Dios
con los sacramentos, se aplica poste- hasta convertirse en propios y ver- can. 1144, los definía como "cosas o la santificación de las personas o de
riormente a todo tipo de ceremonia daderos tratados ("De sacramentali- acciones de las que suele servirse la las cosas" 7 . Aparece, por lo tanto,
religiosa. bus in genere"), en los cuales son dis- iglesia, lo mismo, en cierto modo, bastante evidente que los sacramen-
Este dato ha obligado a la teología cutidas de modo analítico todas las que de los sacramentos, para conse- tales son bendiciones y consagracio-
a dar una definición, lo más clara y cuestiones referentes a su institución guir por su impetración efectos prin- nes que revelan la fe y el amor de la
comprensible posible, de los sacra- y clasificación, el problema de la efi- cipalmente espirituales". (Más pre- iglesia para que en la historia de los
mentales. La profundización en la cacia y de los efectos que de ella de- cisamente el CDC de 1983, can. 1166 hombres y en el cosmos se manifieste
noción de sacramento en la primera rivan. [que retoma SC 60]: "son signos sa- la gloria de Cristo por encima de to-
mitad del s. xn ha tenido un papel A la luz del desarrollo de nuestro grados, por los que, a imitación en dos los obstáculos que impiden su
decisivo para la comprensión teoló- tema en la teología de los manuales, cierto modo de los sacramentos, se expansión. Los sacramentales son
gica de los sacramentales y ha sido se llega a esta definición litúrgica de significan y se obtienen por interce- signos de la fe de la iglesia. En esta
determinante para toda la posterior los sacramentales: "Los sacramenta- sión de la iglesia unos efectos princi- fe reside toda su fuerza. Cualquiera
reflexión teológica y la exposición les son signos visibles religiosos, ins- palmente espirituales".) Los autores que sea el objeto de los sacramenta-
de los manuales. Mientras que el bau- tituidos por la iglesia para servir al modernos los distinguen, a grandes les, el elemento que los caracteriza y
tismo y la eucaristía se consideraban culto, para tutela contra los influjos líneas, en dos categorías: los sacra- que les permite no contagiarse del
en estrecha relación con el misterio del demonio y para el incremento mentales-cosas y los sacramentales- peligro de la magia es la fe orante de
de Cristo, otras categorías de sacra- del bien espiritual y material de los acciones. Aparece así la distinción la comunidad eclesial. "Por los sa-
mentos parecían más bien derivar de fieles"3. entre las cosas benditas, consagra- cramentales se libra y preserva la fe
los primeros y no diferenciarse mu- das, exorcizadas, y las acciones, que en Cristo de las extravagancias espi-
En nuestro siglo el movimiento li- son las bendiciones, las consagracio- ritualistas y de la anemia que ame-
cho de los diversos ministerios y de túrgico ha dado su precioso aporte
la liturgia concreta de la iglesia. Un nes y los exorcismos. En el primer naza la vida. Las cosas se hacen en-
para una mayor profundización en tipo de sacramentales podemos cla- cuentros con Cristo. En y por ellas
vocabulario especial para distinguir la teología de los sacramentales y
Sacramentales 1782 1783 Sacramentales

se realiza la entrega a él. Está en nos- mentos fueron instituidos por Jesu- el lenguaje propio de la liturgia, in- a todas las situaciones en las que la
otros, en nuestro quehacer cotidia- cristo, los sacramentales son propues- terviene para que en aquellos que humanidad se encuentra.
no, dándole sentido, consistencia y tos por la iglesia. Son, en efecto, ac- realizan el acto sacramental o viven
amparo. Los sacramentales son una ción de la iglesia, expresión de su de él Cristo sea verdaderamente el g) En el origen de la celebración
expresión del valor divino de lo co- voluntad de santificar a la humani- Señor. Indirectamente, el creyente re- de los sacramentales está el misterio
tidiano y de las cosas, de los traba- dad en camino a través de su acción cibe del amor pascual de Dios pro- de Cristo. El significado del mundo,
jos, que llenan la vida de nuestros de intercesión. Otro aspecto que di- tección contra las tentaciones del de- en cuyo ámbito obra el sacramental,
días. Nos muestran que Dios toma en ferencia a los sacramentos de los sa- monio, gracias y ayudas actuales se- es Cristo. La iglesia, que es el actor
sus manos, santificándola, la cotidia- cramentales es el de su eficacia. La gún la especificidad de cada sacra- principal de las celebraciones sacra-
nidad" 8 . En este elemento común (la diferencia, desde este punto de vista, mental, capacidad operativa y gra- mentales, actúa y ora en Cristo. La
fe orante e intercesora de la iglesia) se expresa tradicionalmente en el cias actuales para realizar la volun- finalidad del acto de la celebración
hay una diversidad de objetos que lenguaje teológico con las fórmulas tad del Padre según el propio caris- es cristificar al hombre, a la comuni-
constituyen el ámbito de los sacra- ex opere operato (sacramentos) y ex ma y la llamada de Dios, y también dad, al mundo. En esta concentra-
mentales. A través de la mediación opere operantis (sacramentales). Los favores temporales, en caso de que ción crística del sacramental aparece
de personas y cosas, en el contexto ritos sacramentales propiamente di- sirvan para la salvación en el ámbito clara la dimensión trinitaria que lo
de la mediación de la iglesia frente a chos producen, con su estilo propio, del plano de la providencia. envuelve; la celebración litúrgica la
una situación histórica, el sacramen- su efecto con tal de que el signo sea visibiliza muy bien: en los rituales se
tal adquiere una dimensión funcio- hecho válidamente, y no por la con- f) De acuerdo con la doctrina usa frecuentemente la fórmula "en el
nal con respecto al crecimiento de la dición moral de los que celebran el tridentina, los sacramentos son siete nombre del Padre, y del Hijo, y del
comunidad. sacramento. En el sacramento halla- (DS 1601); los sacramentales, por el Espíritu Santo", a menudo acompa-
mos la "representación objetiva in- contrario, no tienen límite en cuanto ñada del gesto de la señal de la cruz.
c) La semejanza con los sacra- mediata" (Ó. Casel) del misterio pas- a número. Son fórmulas que expre- La fórmula y el gesto, en la celebra-
mentos es una de las características cual de Cristo. En el ámbito de los san la oración de intercesión de la ción de los sacramentales, hacen
de los sacramentales. En efecto, los sacramentales, por el contrario, los iglesia sobre personas y objetos par- aparecer claramente cómo todo el
sacramentales están intrínsecamente efectos del misterio pascual son con- ticulares para fines de utilización misterio de la vida divina, que se nos
relacionados con la celebración de cedidos por Dios mediante la inter- cultual o bien profana. Puesto que comunica en el acto celebrativo, nos
los sacramentos, y especialmente cesión de la iglesia significada en los el terreno en el que florecen los sa- es ofrecido por el Padre, el Hijo y el
con la eucaristía. Son vistos, en un gestos litúrgicos'. La eficacia de los cramentales es la vitalidad de la igle- Espíritu Santo por medio de la cruz
sentido, como una preparación; y, sacramentales está en relación con sia caminante en la historia, se di- de Cristo. Comprendido así, el sa-
en otro, como una especie de pro- la oración de intercesión de la igle- versifican y se multiplican según las cramental ya no es algo mágico, sino
longación de los sacramentos, en la sia, que tiene efectos en el plano es- diversas situaciones de la existencia una celebración de la propia fe en
perspectiva de poner al servicio de piritual e, indirectamente, en el ma- humana, a la que ofrecen de forma Cristo resucitado, realizada a través
Dios todo el mundo terreno y de terial. Obviamente es en la experien- corpóreo-concreta, bajo el lenguaje del gesto ritual. El hombre, cons-
ofrecer al hombre una ayuda y una cia eclesial donde tiene lugar la del signo impregnado de oración y ciente de la propia situación históri-
guía en su esfuerzo por forjar el celebración de los sacramentales. de invocación, el misterio de la ac- ca, por medio del signo sacramental
mundo y hacer madurar progresiva- Los sacramentales son celebrados ción salvífica del Resucitado que rico de fe y del ministerio de la igle-
mente en la propia persona la voca- por el pueblo de Dios en camino: en abarca a todos los hombres. Los sa- sia expresa su invocación al Dios
ción a ser imágenes de Dios en Cris- cada uno de ellos se expresa y obra cramentales testimonian cómo la uno y trino, para que el propio ca-
to en medio del mundo. En la comu- la iglesia. En esta condición eclesial salvación comprende todo lo que es minar en la historia tenga siempre el
nión que se celebra, que constituye de oración el efecto espiritual que se el hombre, en todos sus componen- significado querido por el creador.
el amplio campo de la liturgia, los consigue por el gesto litúrgico es tes existenciales, personales y am-
sacramentos y los sacramentales po- actualizado por el Padre en virtud bientales. Al diversificarse las situa-
nen a la comunidad en camino hacia de la dignidad moral de aquel que ciones en las que el hombre se en-
la experiencia escatológica que vive realiza el rito y aquel que lo acoge. IV. Concilio Vaticano II
cuentra, la iglesia aumenta los
de la gran liturgia del cielo. lenguajes de su oración y, potencial- El Vat. II, en su obra general de
mente, también el número de los sa- / reforma litúrgica, puso algunas pre-
d) Entre el sacramento y los sa- e) Acerca de los efectos produci- cramentales. La presencia del sacra-
cramentales, aunque se da una se- dos por la celebración de los sacra- misas para una renovación teológica
mental es un medio para profundi- y celebrativa de los sacramentales.
mejanza, proveniente de la realidad mentales se puede decir que, como zar y asimilar el misterio pascual en
del signo en un contexto de fe oran- todo hecho salvífico, tienden a in- En SC se habla de modo difuso del
una parte de la historia de los hom- tema de los sacramentales, pero par-
te, existen sin embargo profundas crementar y reforzar el reino de bres, y para comunicar la salvación
Dios. La intercesión de la iglesia, en ticularmente en LG y GS se descu-
diferencias. Mientras que los sacra-
Sacramentales 1784
1785 Sacramentales
bren aspectos que permiten reformu- (los sacramentos y) los sacramenta-
lar de modo dinámico la teología de les se encuentran con las grandes ex- mana, la unión fraterna y la libertad; tinua relación con el mundo de los
los mismos. periencias de la vida humana y, "por en una palabra, todos los frutos ex- hombres y de las cosas, y con él y
En SC es importante relacionar medio de la gracia divina, que brota celentes de la naturaleza y de nuestro por medio de él realiza su propio
los nn. 60-62 con el contexto general del misterio pascual", las santifican esfuerzo", el reino está ya misterio- sacerdocio cósmico. "El hombre no
del documento. Los sacramentales en el mismo momento en que la ce- samente presente en esta tierra, aun- puede llegar a ser él mismo sin sacar
deben interpretarse desde el tras- lebración de la liturgia incorpora a que sólo alcanzará la perfección con del cosmos no solamente su alimen-
fondo de la atmósfera estrictamente sí, con su lenguaje, el lenguaje de la la venida del Señor (cf GS 39). to y su bebida, sino también su sa-
litúrgica descrita por SC 5-8. Viven vida cotidiana. La profundización que LG y GS ber, su poder, su arte, su religión, su
del dinamismo propio de la expe- dan a SC permite entrever algunas lenguaje; en una palabra, toda su ver-
La afirmación de SC podría, con dad. Ser hombre significa integrar
riencia litúrgica: su estudio, de he- todo, parecer restrictiva si las reali- pistas; de seguirlas, la doctrina sobre
cho, se desarrolla dentro del capítu- los sacramentales puede ser mejor en sí el significado del mundo y si-
dades terrenas y los acontecimientos tuarse cósmicamente" l2 . La relación
lo dedicado a la celebración de los de la vida tuvieran que hacerse culto comprendida por el hombre de hoy,
sacramentos. Este hecho permite comprometido en lo temporal y a la con el mundo es necesaria y debe ser
para ser santificados. Una visión sim- deseada por el hombre, si quiere ser
superar una comprensión de tipo plemente cultual de los sacramenta- búsqueda de su auténtica liberación.
puramente material de los sacramen- verdaderamente hombre. El cristia-
les, como podría deducirse de la SC, no está llamado a tomar conciencia
tales mismos e, indirectamente, es- limitaría mucho su comprensión.
tablece una constante referencia de V. Presupuestos de su puesto en el mundo. "Inmerso
Suple esta posible carencia, aportan- en el mundo, profundamente impli-
los mismos a la estructura salvífico- do una contribución original, LG 10, para una reformulación
sacramental. "La santa madre iglesia cado en sus problemas, íntimamente
31, 34, donde el acto cultual se pone de la teología unido a sus más nobles aspiraciones,
instituyó, además, los sacramentales. claramente en relación con el com- de los sacramentales
Éstos son signos sagrados creados trabajando activamente por su pro-
promiso en lo temporal. En GS 34 la greso, educado en el mundo y para
según el modelo de los sacramentos, actividad ordinaria del hombre es A la luz de la enseñanza global
por medio de los cuales se expresan el mundo, el cristiano, como Cristo,
esencialmente comprendida como que el Vat. II ha ofrecido y en la debe ser levadura en el mundo. Na-
efectos, sobre todo de carácter espi- una prolongación de la obra del escucha de las voces que provienen
ritual, obtenidos por la intercesión die puede colaborar de modo efecti-
creador y como un servicio hecho a del mundo contemporáneo, intenta- vo al desarrollo de la comunidad cris-
de la iglesia. Por ellos los hombres los hermanos: es la aportación per- mos ahora iluminar algunos puntos
se disponen a recibir el efecto princi- tiana si no participa activamente en
sonal que el hombre hace a la reali- que pueden contribuir a presentar la edificación de la comunidad hu-
pal de los sacramentos y santifican zación del plano providencial de una fisonomía más auténtica de los
las diversas circunstancias de la mana" B. Por medio del dominio
Dios en la marcha de la historia. sacramentales, al servicio de los que consciente sobre la naturaleza, el fiel
vida" (SC 60) ">. Esta semejanza con "Cristo... obra ya por la virtud de su están llamados a celebrarlos.
los sacramentos lleva a considerar es incitado a construir el mundo de
Espíritu en el corazón del hombre, acuerdo con su fe: hacer del mundo
los sacramentales en relación con el no sólo despertando el anhelo del 1. RELACIÓN HOMBRE—MUNDO.
misterio pascual (cf SC 61). En la la gloria de Dios. En su activa cola-
siglo futuro, sino alentando, purifi- Uno de los aspectos que la teología boración a la continua creación del
perspectiva de una auténtica recu- cando y robusteciendo también con hace evidente a propósito de los sa-
peración de los sacramentales, el mundo por parte de Dios, el hombre
ese deseo aquellos generosos propó- cramentales es el de la consagración realiza en sí la imagen de "Dios en
Vat. II pide una revisión de sus ritos sitos con los que la familia humana del mundo al plan creativo de Dios.
(cf SC 79). En sus propósitos pasto- Cristo Jesús. Siguiendo este dina-
intenta hacer más llevadera su pro- También hacen esto los sacramen- mismo, la evolución del mundo por
rales el concilio desea, por una parte, pia vida y someter la tierra a este tos, pero el mundo de los sacramen-
que se iluminen sus verdaderos valo- medio del hombre y en el hombre,
fin" (GS 38). En este marco la cele- tales puede extenderse prácticamen- en un clima de amor fraterno, actua-
res y, por otra, que se acomoden "a bración eucarística se convierte en te a casi todos los objetos con los
las necesidades presentes" (SC62) ". liza aquel reino de Dios que tendrá
una fuente de esperanza para el que el hombre entra en contacto en su cumplimiento en la escatología
Es interesante observar cómo para hombre, que contemporáneamente su vida diaria y llegar a casi todas
SC 60-61 las diversas circunstancias con los cielos nuevos y la tierra nue-
está comprometido en lo temporal y las situaciones en las que se puede va (cf Is 65,17; 2 Pe 3,13; Ap 21,1).
de la vida son santificadas por me- en camino hacia la escatología. En encontrar.
dio de los sacramentales. Éstos, en La iglesia entra activamente en co-
el culto se consagra a la esperanza munión con el mundo hasta la pleni-
efecto, contribuyen a establecer el del reino que está por venir y a su La celebración de los sacramenta-
vínculo entre lo sagrado y lo cotidia- les presupone una experiencia con- tud de la parusía, para desarrollar
anticipación a través de sus esfuer- continuamente el principio de la en-
no, y así ayudan al realismo de la zos actuales y de los valores ya en- creta de lo temporal. En efecto, el
vida cristiana, cuyo centro es el mo- culto debe ser la manifestación de carnación. El cristiano está llamado,
carnados aquí abajo. A través de es- bajo la acción del Espíritu Santo, a
mento litúrgico. Esto significa que tos valores, "como la dignidad hu- una nueva creación que nace del
compromiso del hombre (cristiano) realizar por todas partes, a través de
en su historia. El hombre está en con-
Sacramentales 1786 1787 Sacramentales
su existencia comprometida en lo toda realidad creada, hombre o cos-
temporal, su ser litúrgico. Cumple mos, es aferrada y llevada a realizar en él, en efecto, se realiza el eterno y llegar en él al estado de hombre
esta misión creando entre los hom- la finalidad propia de la creación: propósito de Dios de recapitular en perfecto en plenitud (cf Ef 4,13), la
bres y entre los hombres y las cosas recapitular todo en Cristo. En el hoy Cristo todas las cosas (cf Ef 1,10). iglesia es el instrumento mediante el
nuevas relaciones. Aquí se introduce del plan divino, el hombre recibe la Todo lo creado debe su existencia al cual este proceso es siempre actual y
el tema acerca de los sacramentales. misión "de preparar, significar, anun- Cristo pre-existente (cf Jn 1,3; Heb actualizado. En la iglesia, el elemen-
El sentido del acto cultual realiza- ciar y llevar adelante la recapitula- 1,3) y en él encuentra la propia con- to institucional está al servicio de la
do por el hombre, creado a imagen ción pascual hasta su definitiva con- sistencia (cf Col 1,17): sólo en él se realización de ese plano misterioso y
de Dios, se une precisamente con su clusión: la glorificación de toda la da la auténtica salvación (cf He fundamental que el Padre ha reali-
postura litúrgica frente al mundo y creación en la gloria personal del Se- 4,12). En el misterioso plan de la zado en Cristo Jesús. En efecto, el
en el mundo. La historia de la hu- ñor Jesús resucitado, triunfo del creación del Padre, el Verbo encar- ministerio de la iglesia se convierte
manidad no es otra cosa que el des- amor del Padre mediante la indiso- nado está ordenado a ser el signifi- en continuación y continuidad de la
arrollo activo de las relaciones entre luble unidad de su gesto creador y cado del cosmos, de toda la crea- acción de Cristo, que a su vez es el
el hombre y el mundo en el marco de su gesto redentor" l4 . ción. El Verbo hecho carne ha sido significado de la vida humana sobre
del plan misterioso de Dios. En este llamado desde la eternidad a ser el la tierra.
trasfondo, la celebración de los sa- señor del mundo, ya que todo ha El hombre comprometido en lo
2. CENTRALIDAD DE CRISTO. Se- sido creado por medio de él (cf Jn
cramentales se convierte en el lugar gún la mentalidad contemporánea, temporal precisa descubrir las moti-
para alimentar la esperanza en rela- el centro del mundo es el hombre, 1,3; Ap 4,11). vaciones más profundas de su ser y
ción con el cumplimiento del plan que no sólo tiene la capacidad de Puesto que a causa del pecado la de su obrar. El anuncio del evange-
de la creación. someterlo, sino también de ponerlo unidad y la armonía del cosmos y de lio, que fundamenta y hace madurar
La relación hombre-mundo está al servicio de la importante misión la comunidad humana han sufrido continuamente la fe del cristiano,
resquebrajada por la realidad del pe- de realizarse a sí mismo. Esta voca- una situación de ruptura, Cristo en ilumina la dimensión más profunda
cado (Rom 8,19ss). En el acto de la ción creativa impele al hombre a es- su misterio pascual ha llevado a de la realidad a través de la llamada
celebración, por medio de la invoca- cudriñar las profundidades de su pro- cabo la reconciliación con el fin de a permanecer enraizados en Cristo.
ción de la iglesia, la presencia pas- pia personalidad. En este proceso se restablecer el orden cósmico (cf Col El cristiano, con su acción de fe, que
cual del Resucitado se convierte en abre ante el hombre el misterio del 1,20). Dios mismo, por medio de se concreta en la confesión pública
el centro de un camino que tendrá amor de Dios, que ha alcanzado la Cristo, ha realizado la reconciliación de Cristo Jesús y en el consiguiente
su acabamiento más allá de la histo- cúspide de su revelación en la encar- (cf 2 Cor 5,18ss), y el universo ha testimonio por medio de una vida de
ria; en él la iglesia revive la libera- nación del Verbo: en Cristo Jesús el sido pacificado. Esta novedad me- resucitado en él, renueva continua-
ción pascual del cosmos, que será misterio del amor creativo del Padre siánica, fruto de la condescendencia mente el mundo y lo hace crecer en
plena cuando todo entre en la gloria ha encontrado su expresión más ple- del amor del Padre en Cristo Jesús, la caridad hasta su plena realización
de Dios. En el momento de la bendi- na. Resulta, por lo tanto, evidente, recompone la unidad del universo y en Cristo. En el acto de la celebra-
ción ritual (en el caso del sacramen- que la historia de la humanidad y mantiene firme la creación ya reno- ción del sacramental la iglesia quiere
tal-cosa, por ejemplo), aunque el ob- del cosmos tiene su centro en el mis- vada. Desde ahora, a través de la impregnar al mundo de un significa-
jeto conserve su función natural, sin terio de la encarnación de Cristo. presencia sacramental de Cristo la do cristológico a través de personas
embargo es puesto en relación con Este acontecimiento, fundamento de paz cósmica ha entrado en el mundo y cosas, para que la potencia del Re-
la divinidad, para que el hombre pue- todo el destino de la humanidad, se y se ha realizado la redención uni- sucitado, mediante estas realidades,
da progresar en la actuación del plan desarrolla y encuentra su cumpli- versal. En el momento de la celebra- haga nuevo al mundo. El culto sa-
de la creación de Dios y obtener miento en una continua incorpora- ción Cristo se hace presente, reno- cramental, con el dinamismo propio
fuerza para la construcción del mun- ción, por parte de toda la humani- vando el misterio de la reconcilia- del misterio pascual, ayuda a los
do. En el contexto de la celebración dad, de los valores significativos de ción cósmica. hombres, llamándoles a morir a sí
del misterio pascual, que es como el la persona del Resucitado. En él El acontecimiento Cristo, que es mismos y a nacer de nuevo en Cristo
alma de todos los sacramentales, el toda realidad encuentra su significa- el significado de la historia, se ac- Jesús.
misterio de la creación y de la encar- do. El misterio del Verbo encarnado, tualiza siempre en ella a través del
nación se desarrolla en la línea de la muerto, resucitado y ascendido al cie- ministerio de la iglesia. En la iglesia, 3. MINISTERIO DE LA IGLESIA. El
cristificación del hombre y del cos- lo, es el verdadero sentido de la his- que es la expresión histórica de Cris- tercer elemento que es preciso en-
mos: el universo es invadido por el toria. El Cristo pascual es el sentido to, éste ejercita en un eterno presente contrar y descubrir para aprehender
misterio de la gracia, sin ser separa- máximo de la creación, puesto que su dominio sobre el cosmos y se hace el dinamismo de los sacramentales
do de su destino natural. En este en él se descubre el sentido de la cada vez más señor del universo es el significado del ministerio de la
acontecimiento pascual, significado existencia. En Cristo, Dios creador (cf Col 2,10.19). Si el hombre, y en iglesia, sacramento de la obra del
por las celebraciones sacramentales, obra en el mundo y con el mundo: él el mundo, debe descubrir en Cris- Resucitado y de su Espíritu presente
to el sentido de la propia existencia y operante en la humanidad. La igle-
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sia anuncia continuamente a Cristo comunidad creyente en marcha, que exigido, causado y realizado por el cramental en categorías más accesi-
y celebra su pascua para cristificar el se siente pobre. Toda situación, todo hombre para introducirse en un pro- bles para el hombre de hoy.
mundo. Desde esta perspectiva aflo- sufrimiento, toda circunstancia vivi- ceso de cristificación y pneumatiza-
ra el sentido de su acción en la cele- da en la pobreza del hombre se tra- ción. Los / signos sacramentales 1. CONTEXTO LITÚRGICO. Desde
bración de los sacramentales. Esta duce en una gran liturgia de invoca- son vehículos del Espíritu y revelan la perspectiva del Vat. II, el sacra-
intervención de la iglesia puede ser ción. La situación existencial del su presencia y su actividad, dirigidas mental es considerado en el marco
comprendida tanto en su dimensión hombre está en poder del sufrimien- a conformar al hombre con Cristo, de la celebración litúrgica. La litur-
epiclética como en su dimensión to del momento presente y de la li- el Señor. Por medio del gesto sacra- gia es el culto que la iglesia, unida a
ritual. beración escatológica; incluso la mental, la iglesia no solamente ex- Cristo, el gran liturgo de la comuni-
creación anhela esta liberación presa su propia interioridad, sino dad eclesial en marcha, y en él a cada
a) En primer lugar, la dimensión (cf Rom 8,18-19): el Espíritu de Dios que la personaliza en la comunidad uno de sus miembros, rinde al Pa-
epiclética. El culto es al mismo tiem- nos la hace transparente y, a través orante. En el gesto del sacramental dre. A través del ejercicio sacramen-
po el venir de Dios al hombre y el ir de los signos sensibles de las cosas se revela la expresión de la fe. Por tal del sacerdocio de Cristo, signifi-
del hombre a Dios en toda la ampli- creadas, nos ayuda a entrar en con- una parte, aflora la decisión de aco- cado por la celebración litúrgica, la
tud de su ser hombre, en la perspec- tacto con las realidades externas por ger la salvación pascual; por otra, la iglesia conduce al hombre en su ca-
tiva de someter todo a Cristo y de ellas significadas. En el bautizado, firme convicción de que la fidelidad mino de vuelta en Cristo al Padre y
transformar todo en él (cf 1 Cor en cuyo corazón actúa el Espíritu de Dios realizará todavía prodigios lo hace avanzar hacia esa meta. El
3,22). Si el compromiso del hombre (cf Rom 5,5), la pobreza histórica se en la historia. El acto cultual que creyente, en este clima de fe y de
en la historia tiene como objeto que convierte en el lugar en el que se ma- caracteriza al sacramental no es más invocación, se deja conducir. La
aflore el misterio de la gloria de nifiesta esa fuerza de salvación que que el acto simbólico plenamente iglesia, sacramento de Cristo, repre-
Dios, la liturgia es su cumplimiento es el Espíritu de Dios. En la celebra- humano que surge de esta fe. De este senta para el hombre peregrino so-
máximo al nivel de la sacramentali- ción del sacramental la iglesia revela modo la iglesia, que es esencialmente
el sentido de su propio inacabamien- epiclética en su marcha hacia la ple- bre la tierra el signo, el estímulo y el
dad. Al realizar este objetivo (o sea, lugar de la propia santificación: la
que la creación y el hombre lleguen to y pobreza a través de la invoca- nitud escatológica de los cielos nue-
ción del Espíritu que actúa en ella. vos y la tierra nueva, en el gesto ri- acción de la iglesia ha de verse en la
a la gloria de la libertad de los hijos perspectiva de guía de los hombres
de Dios: cf Rom 8,21), la iglesia está Éste renovará al hombre y el cosmos tual del sacramental expresa su pro-
para que puedan alcanzar la auténti- pia esperanza en la fidelidad de para cumplimiento de la economía
en situación de continuo caminar. de la salvación.
Sin embargo, la meta está muy leja- ca meta de la creación. Dios, que quiere dar cumplimiento
na de la actual condición del hom- en Cristo resucitado al plan de sal- La celebración de los sacramenta-
El Espíritu es el enviado, que está les tiene sus premisas existenciales
bre. A pesar de todo su esfuerzo, en y con nosotros y que intercede vación. "Así el contacto con los sig-
tanto su sentir como su obrar son nos sacramentales deja de ser algo no sólo en la vocación del hombre a
por nosotros. En esta perspectiva, el
esencialmente incompletos, ya que sacramental no es ya ocasión para la anónimo y abstracto, frío e imperso- construir el mundo en la obediencia,
no se han dejado todavía penetrar magia, sino el momento en que nal, para convertirse en un contacto sino también en la pobreza de la his-
plenamente por la potencia del Espí- emerge una fe eclesial movida por el personal con el Dios vivo, que en toria de los hombres. El hombre tie-
ritu. Por esto, de la iglesia en marcha Espíritu que la anima. — el Espíritu Santo encontramos en ne ante sí una gran meta, pero no
brota la invocación (epíclesis). Del cada palabra, signo, actitud y, sobre está en situación de alcanzarla a cau-
corazón de aquel que, inmerso en el todo, en las personas" l5 . sa de las consecuencias del pecado.
b) En segundo lugar, la dimen-
Espíritu, actúa en la historia mana sión ritual. La invocación del Espíri- Para que el hombre pueda desarro-
una continua epíclesis. El gemir del tu Santo debe traducirse en lenguaje, llar su misión, interviene la acción
Espíritu en el hombre es la expresión gestos y ritos para que pueda ser ver- misma de la santísima Trinidad, que
de la ansiosa espera, por parte de la daderamente humana. El hombre VI. Nuevas perspectivas se convierte en una continua estimu-
creación, de ser revestida de la luz como tal no puede vivir sin / ritos: lación para él, a fin de que esté a \a
divina. Ahora bien, este dato exis- aunque está inmerso en el ambiente Estos tres elementos (relación altura de la vocación que se le ha
tencial se traduce en invocación cul- secularizante y no acepta inspirarse hombre-mundo, centralidad de Cris- confiado. Así pues, el Espíritu San-
tual: la iglesia, que tiene el deber de en las formas tradicionales de culto, el to y ministerio de la iglesia) nos ayu- to, que anima y da vida a la iglesia,
recapitular todas las cosas en Cris- hombre no puede dejar de expresar dan a entrar en una visión dinámi- hace brotar la plegaria-gesto e inspi-
to, se convierte en continua epíclesis su propia interioridad a través del ca de los sacramentales, yendo más ra a la comunidad eclesial para rea-
para que el plan de renovación del gesto (en el sentido más amplio del allá de la simplemente jurídico-canó- lizar la celebración litúrgica. Desde
mundo pueda realizarse. La actitud término) y encontrar así el equilibrio nica. Si a estos elementos añadimos el momento en que el Espíritu es el
de invocación no es otra cosa que el de su propia personalidad. En el ám- las afirmaciones encontradas en el Espíritu de Cristo, la invocación que
emerger del Espíritu presente en la bito del culto cristiano, el gesto es Vat. II [/ supra, IV], podemos in- caracteriza al sacramental brota de
tentar reformular el concepto de sa- la presencia de Cristo, que ora con-
Sacramentales 1790 1791 Sacramentales
tinuamente en su iglesia por los Sólo a la luz de la / celebración, recibe el estímulo para hacer de su manidad. Al celebrar la fe en Cristo,
hombres. A través del gesto litúrgico el sacramental adquiere toda su vi- propia vida un auténtico culto espi- que recapitula en sí el cosmos y la
el hombre se introduce en este retor- talidad, ya que es en ella donde se ritual agradable a Dios (cf Rom historia, se asiste a un proceso con-
no cultual al Padre en la alabanza- descubre una importante dimensión 12,1) y hacer presente en el desarro- tinuo de reconciliación histórica y
acción de gracias-súplica del Resuci- de la fe viva, que precisamente en- llo del mundo la voluntad creadora cósmica, para que se pueda realizar
tado. En el momento en que quiere contramos en la oración de la igle- del Padre. El significado y la función la confirmación de la presencia de lo
dar significado a la propia existen- sia l6. Por tanto, resulta imposible re- de los sacramentales se entienden en humano en la historia misma. En
cia, percibe que ha sido creado en encontrar el significado auténtico del la perspectiva de hacer de la historia virtud de esto, que añade una nove-
una situación relacional de hijo fren- sacramental si se le aisla del contex- una historia de salvación: el centro dad posterior en el hombre, con la
te al Padre, y que todo el universo to global de su celebración. de esta historia es Cristo, que ha en- celebración de los sacramentales la
en el que está inmerso se encuentra trado en la vida concreta de la hu- iglesia invoca al Padre a fin de obte-
proyectado hacia su Señor. Se hace 2. CELEBRACIÓN DE UNA EXIS- manidad para elevar al mundo ente- ner las gracias actuales necesarias
evidente así su vocación: dar gloria TENCIA ESENCIALMENTE PASCUAL. ro a la luz del Padre. La iglesia, con para las personas por las que inter-
al Padre a través de la contempla- La celebración del sacramental se si- los sacramentales, está al servicio de cede. El efecto será una renovación
ción activa de las bellezas creadas. túa en clara relación con la existen- este Cristo cósmico, como la levadu- de la vida teologal y una profundi-
La misma vocación de todo lo crea- cia pascual, que determina la vida ra con respecto a la masa. zación concerniente al proceso de re-
do, de ser una alabanza para Dios, del cristiano. Este, a causa de su pro- conciliación, para que la comunidad
se actualiza en el compromiso histó- Al celebrar los sacramentales se
pia experiencia bautismal, hace una tiene una conciencia cada vez más cristiana pueda configurarse en el
rico del hombre; éste, tomando con- continua anamnesis de las obras ma- mundo como un auténtico signo del
ciencia de su ser de criatura, median- clara del significado que se debe dar
ravillosas de Dios y sabe que debe al propio compromiso con lo tem- amor pascual.
te su compromiso con lo temporal, hacer revertir esas riquezas en su ser-
da voz al homenaje que todas las poral. Para conseguirlo, es indispen-
vicio a los hermanos y en su com- sable estar en armonía con las pro-
criaturas deben prestar a Dios y, promiso con lo temporal. En la con-
obrando así, da un significado no fundidades del misterio de Cristo.
ciencia de sus propios límites, medita La celebración de los sacramentales VII. Número de los sacramentales
sólo al universo que Dios ha creado, continuamente, a través de la escu-
sino también a sí mismo. es el signo de la voluntad de vivir, a
cha de la palabra, en las obras mara- la luz del amor pascual de Cristo, el La experiencia cultual y sacra-
El gesto cultual, que es el lenguaje villosas que el Padre ha realizado, y testimonio de una vida decidida a mental se sitúa en estrecha relación
del sacramental, se inserta en este no cesa de plasmarlas en la historia marchar con una orientación religio- con la estructura antropológica de
orden de realidad. El hombre se da de la humanidad. La energía divina, sa y con un compromiso de fe, lo cada cristiano, que obviamente cam-
cuenta de que está en camino hacia de la que está en posesión, a causa cual es posible cuando se reconoce bia según el tiempo y el lugar. El
el Padre, no él solo, sino con los her- de la iniciación sacramental en el mis- la absoluta gratuidad de los dones hombre vive en una historia siempre
manos y con todas las criaturas, terio de Cristo Jesús le da la capaci- de Dios. La realidad sacramental-cul- nueva, a causa de la evolución del
para darse a sí mismo, y (a través de dad de bendecir a Dios. A la luz de tual de la iglesia, comprometida en cosmos y de las relaciones entre los
sí mismo) a la humanidad y al mun- este continuo hoy de la condescen- la construcción del reino de Dios en hombres. En el misterioso fluir de
do entero el sentido cristológico que dencia de Dios y en el reconocimien- la historia, se convierte en la cele- las situaciones existenciales, ante las
la celebración litúrgica actualiza to de la vocación recibida por el he- bración de la marcha hacia la plena diversas realidades que se ofrecen, el
continuamente. Por consiguiente, el cho de estar en el mundo, él bendice liberación del hombre, de la historia, hombre siente la necesidad de cele-
sacramental surge de esta alabanza a Dios, porque mediante lo bendeci- de la naturaleza, en la perspectiva brar el misterio pascual con gestos
que acompaña a la iglesia en su ca- do o la acción de bendecir Dios llena de su total donación a Dios y de sacramentales, para poder vivir el
minar hacia la gran liturgia del cielo. de su benevolencia la historia de la una transparencia maravillosa de su momento presente centrado plena-
La liturgia de la vida se sedimenta humanidad. En efecto, sólo bendi- gloria. mente en Cristo. El campo de los
en la liturgia sacramental. La esencia ciendo a Dios el hombre puede rea- sacramentales no es fácilmente de-
más verdadera de los sacramentales lizar verdaderamente la propia vo- Pero, como es necesario recordar limitable, en cuanto que tiene la
se sitúa en la animación de estas dos cación de volver al mundo gloria de que este camino se desenvuelve en misma extensión que el desarrollo
liturgias. El contexto cultual aleja el Dios: él ha sido llamado a ser sacer- un contexto de pecado, la celebra- de las relaciones mundo-hombre cre-
peligro de dar al sacramental una dote del universo mediante su activi- ción de los sacramentales se convier- yente.
explicación puramente dogmática. dad cotidiana, y vive su vocación te también en la celebración del pro-
Surge de la sacramentalidad litúrgi- en la condescendencia benévola del ceso de reconciliación entre la histo- Se deben, por tanto, esperar nue-
ca. En efecto, su interpretación doc- Padre. ria y el Padre en el misterio pascual vas posibilidades de desarrollo y for-
trinal está animada por el momento de Cristo. En el sacramental, este mación de los sacramentales, en re-
En la iglesia que celebra y alaba, misterio pascual es reconocido como lación estrecha con el mundo de la
doxológico. el cristiano, a través del sacramental, la vida del hombre y de toda la hu- liturgia y de la vida cristiana en ge-
Sacramentales 1792 1793 Sacramentales

neral. "Partiendo de una síntesis, es ción, las personas o las cosas son IX. Sacramentos y sacramentales verdaderamente gloria de Dios. En
decir, de la vida analizada y de sus substraídas a la libre disponibilidad efecto, mientras que los sacramentos
posibilidades, se debe llegar luego a del hombre. Mediante su oración, la El sacramental, dado que surge privilegian algunos momentos deter-
afirmaciones válidas sobre las for- iglesia las confía a Dios por medio del gran mundo de la liturgia y en él minados de la vida, los sacramenta-
mas de manifestar, testimoniar y ex- de Cristo, que es el gran liturgo de la encuentra su linfa y su vitalidad, se les están presentes en todas las situa-
presar la vida cristiana"", que eso iglesia. En virtud de este acto, las sitúa necesariamente en relación con ciones de la vida y les imprimen un
son precisamente los diversos sacra- personas o las cosas continúan es- los sacramentos, en especial con la dinamismo pascual.
mentales. Esta apertura a una multi- tando al servicio de la obra del hom- eucaristía. Los siete sacramentos han Además, si los sacramentos por su
plicidad de sacramentales permite al bre, que, sin embargo, quiere actuar de verse como los puntos de concen- naturaleza propia están orientados a
cristiano vivir como hombre nuevo a favor del cumplimiento del plan de tración de la acción salvífica de Dios la eucaristía, también lo están los sa-
en Cristo las diversas situaciones en Dios sobre la humanidad. En esta realizada en su hijo Jesús. Sin em- cramentales. Toda la ritualidad que
que la Providencia le coloca. Por categoría podemos incluir la consa- bargo, la vitalidad de la iglesia no se caracteriza el amplio campo de la
esto, se asiste de hecho, o se debería gración o / dedicación de una igle- agota en el acto de la celebración de liturgia no tiene otro objeto que ac-
asistir, a un continuo proceso de na- sia, de un altar o de un cáliz, la ben- los siete sacramentos, sino que abar- tualizar, con las modalidades pro-
cimiento de nuevos sacramentales, y dición de un abad, la / consagración ca también una gran variedad de pias de cada rito, el / misterio pas-
contemporáneamente a una decaden- de una virgen, la / profesión religio- otras modalidades rituales. Los sa- cual. El lugar privilegiado en donde
cia-desaparición de los sacramenta- sa o monástica. cramentos son celebraciones vitales se encuentra la presencia de la pas-
les que están en vigor. Ellos, en efec- de la iglesia, esenciales e insustitui- cua del Señor es la eucaristía. Como
to, están al servicio de la vitalidad bles; pero no pueden ser calificados consecuencia del bautismo, el cris-
del creyente en Cristo, que está lla- 2. BENDICIONES. Son oraciones como sus únicas formas expresivas, tiano vive del Resucitado (cf Rom
mado hoy a cristificar el mundo en de invocación sobre personas o co- en el sentido de que no se podrían 6,3ss; 14,6ss) y debe llevar una vida
las nuevas modalidades que se pre- sas para ponerlas bajo la protección encontrar otras. Aunque el misterio de resucitado para poder celebrar el
sentan en la vida. La iglesia, fiel al o los beneficios divinos. Por medio de la iglesia se actualiza de modo banquete del Señor (cf 1 Cor 11,
mandato recibido de Cristo, deberá de su oración la iglesia introduce efi- especial en los sacramentos, este ám- 17ss). En su esfuerzo por renovar la
celebrar de modo nuevo y en con- cazmente las realidades y las perso- bito donde tiene lugar la salvación vitalidad de la resurrección en Cristo
textos nuevos la vocación del hom- nas, que en su calidad de criaturas no es único ni exclusivo en el plan y para poder, indirectamente, cele-
bre de cristificar el mundo con nue- están ya bajo la protección de Dios, salvífico del Padre en Cristo Jesús. brar con autenticidad la eucaristía,
vos sacramentales. En último aná- en el misterio vivo de Cristo, en el En conexión con ellos, por tanto, el cristiano, a través de la intercesión
lisis, mientras el número de los sa- que tiene lugar toda nuestra historia existen otras formas expresivas de típica de las celebraciones de los sa-
cramentos está limitado a los siete, de salvación. La bendición de las co- carácter eclesial y personal, que, en cramentales, se pone en actitud de
el de los sacramentales se transforma sas, que tiene como telón de fondo determinadas circunstancias, ayudan súplica, para que su existencia en lo
constantemente. el obrar de Dios en la historia, ad- a los creyentes en su camino hacia temporal sea verdaderamente ani-
quiere sentido dentro de la perspec- Cristo. La vida única de la iglesia se mada por el Espíritu de la resurrec-
tiva de la cooperación para el autén- revela y se manifiesta en múltiples ción. En la celebración eucarística
tico bien de la persona, en conformi- realizaciones. recabará los frutos de su propio
VIII. División de los sacramentales dad con las disposiciones del mismo compromiso en el mundo, para vol-
Dios '». El cristiano se hace nueva creatura ver después a lo profano con una
y celebra tal acontecimiento en los vitalidad más inmersa en el misterio
El ámbito de la operatividad de sacramentos de la / iniciación cris-
los sacramentales es muy amplio, pascual. Comulgando el cuerpo de
3. EXORCISMOS. Este tercer tipo tiana. Éstos dan la capacidad de ac- Cristo, el cristiano acoge el dinamis-
como es amplia la relación mundo- de sacramental es el que crea mayo- tuar inmersos en lo temporal, con el
hombre en el desarrollo del proyecto mo creador de la historia que lo si-
res dificultades al hombre contem- fin de mantener y desarrollar la vida túa en la vida de los hombres, es
creador de Dios en Cristo Jesús. poráneo, por causa de la problemá- recibida de Cristo en el momento de
Esto explica la dificultad de definir introducido en la fuerza creadora del
tica sobre la presencia del demonio la iniciación. Pero la potencialidad Verbo para llevar a la perfección la
de modo claro la naturaleza de los en la vida de la humanidad. En los de vida recibida en la celebración
sacramentales. A lo largo de la his- historia hacia la gloria del Padre. La
exorcismos la iglesia, a ejemplo de bautismal, que confirma la conver- eucaristía, en efecto, es el sacramen-
toria han sido clasificados de diver- Jesús, pide la protección del Padre sión a Cristo y a la iglesia, debe con-
sos modos. Hoy son agrupados en to de toda la vida y de toda la histo-
en la lucha contra Satanás, que in- solidarse y crecer. Corresponde a los ria de la humanidad, desde la crea-
tres categorías. terpone obstáculos en el desarrollo sacramentales preparar, por un lado, ción a la parusía ". El hecho de que
de la persona humana y del plan uni- la riqueza celebrativa de los sacra- tantas celebraciones sacramentales
1. CONSAGRACIONES. En el acto versal de salvación. [/ Exorcismos y mentos y, por otro, prolongar sus (bendición de un abad, / consagra-
de la consagración, por una libre op- liturgia]. efectos, para que el mundo se haga
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ción de una virgen, / profesión reli- mundo, para que todos los aconteci- lleva al creyente a celebrar los ritos viene de Dios e invade con su fuerza
giosa o monástica, / exequias, ben- mientos y situaciones que se encuen- de la iglesia en los que lo temporal, todas las bendiciones pronunciadas
dición de los óleos [/ Elementos na- tran en la escena del mundo puedan por la gratuidad del amor pascual, por el hombre. En el acto de la cele-
turales]...) tengan lugar en el ámbito convertirse en lugares por medio de adquiere en Cristo su verdadero sig- bración de los sacramentales la ben-
de la celebración eucarística, es signo los cuales el hombre viva de Cristo y nificado. La escucha de la palabra dición comprende la invocación a
evidente de que la eucaristía es la de su historia. Éste es el fondo que de Dios, presupuesto existencial y ri- Dios para obtener de su misericordia
cumbre de los sacramentales y su da vida al sacramental. El hombre, tual del gesto simbólico, ayuda a la ayuda y las gracias oportunas
más profundo significado. desde el nacimiento hasta la muerte, descubrir hasta el fondo la densidad para las personas que a él se consa-
Sin embargo, es necesario subra- es llamado a identificarse cada vez salvífica de la vida cristiana y de la gran o para los objetos, a fin de que
yar también que la eucaristía, cele- más con Cristo. En ciertos momen- densidad sacramental. En las situa- su acción o presencia sea signo fruc-
brada en determinadas ocasiones en tos del transcurso del tiempo, la igle- ciones en que se pide la celebración tífero de salvación para cuantos en-
unión con los sacramentales, mues- sia, que es signo de la presencia de de los sacramentales, la palabra de tran en contacto con el misterio.
tra cómo el misterio eucarístico fa- Cristo en el mundo, hace pasar a la Dios desvela al creyente y a la co- Toda la vida cristiana será transfor-
vorece una participación más inme- vida humana la vitalidad salvífica munidad el profundo significado de mada por la comunión con el miste-
diata tanto en el misterio de la en- del mismo Cristo a través de los sa- ese acontecimiento y pone las condi- rio de la muerte y resurrección del
carnación del Verbo a través del cramentales. El encuentro, en la ce- ciones para su apertura a todo el Señor.
compromiso activo en lo temporal lebración de los sacramentales, entre plan de salvación. La celebración, El acto de la celebración de los
como en el misterio del sufrimiento- la iglesia y las personas que piden el mientras es celebración de un deter- sacramentales por parte del hombre
muerte-resurrección del Señor en los gesto de la bendición, es el lugar de minado hecho o necesidad, abre la no es otra cosa que el emerger de
grandes momentos de afán de la hu- una palabra y de un rito simbólico situación histórica a una visión de la una precedente bendición del Dios
manidad. Las celebraciones eucarís- llenos de significado para el hombre. vida que trasciende lo contingente y trinidad. Todo hombre que ha sido
ticas son signo de la continua encar- A través de la celebración de deter- lo coloca en la trayectoria del miste- bendecido por Dios puede invocar
nación del Verbo en la historia y de minados acontecimientos dé la exis- rio pascual. La fe, que ilumina el la bendición de Dios sobre otros se-
la constante redención del hombre; tencia se confía en un gesto, que en acontecimiento, se hace presente en res vivientes; y, si es cristiano, los
son signo de la cotidianidad de la esas particulares circunstancias asu- el rito de bendición y fecunda de eter- puede bendecir en el nombre de Dios
encarnación y de la com-pasión del me un especial significado, la fun- nidad la marcha de la historia. Por Padre por Cristo en el Espíritu San-
Señor con el sufrimiento del hom- ción de manifestar y casi objetivar eso, éste es el primer acto que debe to. La capacidad de acoger la bendi-
bre; aspectos todos que están pre- tanto el valor del acontecimiento caracterizar la celebración del sacra- ción de Dios da la energía necesaria
sentes en la intercesión de la iglesia Cristo como el puesto que éste ocu- mental: ante los acontecimientos de para bendecir posteriormente a los
durante la celebración de los sacra- pa en la vida de la comunidad. De la vida, el cristiano siente la necesi- otros. En la multiplicidad de las ben-
mentales. este modo, a causa de la presencia dad de buscar o de renovar en la diciones sacramentales, no todos ni
de Cristo en la historia humana y lectura de la Sagrada Escritura el sen- por un mismo título pueden celebrar
El sacramental, por tanto, hace tido cristiano de la historia y de las
entrar de un modo más claro en el del Espíritu que reside en cada hom- los sacramentales. Todo sacramen-
bre, estos gestos se convierten en ce- cosas. En el marco de esta fe surge tal, siendo esencialmente una bendi-
camino hacia la consumación esca- después la bendición: ésta no es más
tológica. En el momento de la paru- lebraciones de la salvación. El sacra- ción de Dios, comporta anterior-
mental es la vida mediante la cual la que el prorrumpir de la alabanza y mente la acción renovadora de Dios
sía del mundo se convertirá en la irra- de la invocación de la comunidad,
diación cósmica del misterio del iglesia de todos los tiempos y nacio- en aquel que ha sido llamado a cele-
nes intenta llevar a los hombres al animada por la convicción de la su- brar el mismo sacramental: el padre
señorío de Cristo. El sacramental pereminente fidelidad de Dios en su
existe desde y en vista de la perspec- camino de Cristo. o la madre de familia bendecirán la
relación con la historia de los hom- mesa porque poseen la bendición fa-
tiva de la gran liturgia final, cuando El gesto, por sí mismo, puede te- bres. El mismo formulario de bendi-
todas las cosas quedarán sometidas ner una gran variedad de significa- miliar de Dios, fruto del sacramento
ción que caracteriza al sacramental del matrimonio. El obispo, a su vez,
a la luz divina y serán un himno pe- dos. Una celebración de un sacra- nos sitúa ante invocaciones concre-
renne y completo a la sabiduría crea- mental exige una profunda visión de celebrará aquellos sacramentales que
tas solamente después de haber es- están más relacionados con la cons-
dora del Padre. fe para que sea auténtica. El cristia- cuchado el relato de las obras mara-
no vive la sucesión de los aconteci- trucción de la comunidad eclesial, ya
villosas de Dios. Partiendo de éstas, que ha sido constituido como su pas-
mientos de la historia con la convic- con una profunda vitalidad teologal,
X. Consecuencias ción de formar parte de un plan de tor. Desde este punto de vista, el sa-
la comunidad invoca su actuación cramental no nos coloca fuera del
litúrgico-pastorales salvación. Tiene la firme seguridad para la situación concreta en que
de estar insertado en la gratuidad del mundo, en un contexto mágico, sino
ésta o el creyente particular se en- que se convierte verdaderamente en
La vida litúrgica de la comunidad amor de Dios. La fe en el hecho de cuentran. La bendición sacramental
que la historia es un don de Dios, la celebración de la esperanza y del
cristiana abraza toda la historia del
Sacramentales 1796 1797 Sacramentos
lv
deseo de vivir en el mundo que se cuencias. Con la misma fe pascual rrespondía toda una enumeración de sacramen- nuestro Señor" — "El mundo, por su parte,
tales — 7 C. Vagaggini, El sentido teológico de está hecho para transformarse escatológicamen-
pertenece, en la fuerza para ver cada con que construye el mundo debe la liturgia, BAC 181, Madrid 19652, 93 — H M. te en el cuerpo de un Cristo que, en su encarna-
vez mejor las maravillas de Dios, actuar en el mundo mediante un es- Schmaus, Teología dogmática VI, Los sacra- ción, hace del mundo un constituyente esencial
para readquirir la confianza en la sa- fuerzo de continua liberación. A tra- mentos, Rialp, Madrid 1963\ 130 — H Tam- de su personalidad eterna de Hijo. Revelada
biduría y en el poder amoroso de vés de esta acción facilita y, a la vez, bién en el ámbito de los ritos de las religiones como ya posible, aunque esperada todavía en
Dios Padre, para vencer las fuerzas da testimonio de la propia liberación antiguas, según los estudios de los fenomenólo- su manifestación, la realidad del mundo como
gos de la religión, se halla una distinción análo- cuerpo de Cristo resucitado es la meta a que ha
del mal que actúan en el mundo por en el espíritu de Cristo. Puesto que ga a la existente entre sacramentos y sacramen- de tender el trabajo del hombre y de toda la
causa del pecado, para reanimar la la historia no es un hecho abstracto, tales: cf L. Bouyer, // rito e l'uomo, Morcellia- creación. La eucaristía nos dona, precisamente
esperanza en la victoria final y defi- sino que está situada y es la suma de na, Brescia 1964, 87ss — 10 La definición que en los signos, esta realidad del mundo como
nitiva de la pascua de Cristo. El sa- muchos acontecimientos, personas y en este número de la SC se da de los sacramen- cuerpo de Cristo resucitado" (G. Martelet, o.c.,
cramental abre decididamente a la cosas, el cristiano, a la luz de la pa- tales parece depender del can. 1144 del CIC del 196).
1917 [cit. / supra, III, a], y "materialmente" no A. Donghi
iglesia a su destino escatológico: la labra de Dios que regenera su fe, satisface. El elemento nuevo presente en SC 60,
forma de existencia del mundo es realiza el gesto de la iglesia, o sea el reanudado en el can. 1166 del CIC del 1983
transitoria e insuficiente; los sacra- sacramental, en actitud de bendi- [/ supra, i.c], es el concepto de signo: en éste BIBLIOGRAFÍA; Beraudy R., Los escrutinios y
mentales son signos de la existencia ción-invocación, para que Dios fe- aflora la diferencia en relación con la formula- los exorcismos, en "Concilium" 22 (1967) 239-
celeste en la que todo el cosmos será cunde con su presencia pascual la ción canónica precedente, que designaba los sa- 244; Cortés J.-Gatti J.B., Proceso a las posesio-
cramentales sólo como "cosas o acciones" —
luminosamente transfigurado. marcha de la humanidad. Esta reno- " De los sacramentales se habla aún en SC 79
nes y exorcismos, Paulinas, Madrid 1978; Par-
vada presencia de Dios, ofrecida por nés P., Nota sobre los exorcismos bautismales,
De este fondo escatológico surge (posibilidad de que algunos laicos cualificados, en "Phase"33 (1966) 253-256; Los sacramentos
la visión litúrgica propia de los sa- la celebración del sacramental, revi- al menos en circunstancias particulares y ajui- V los sacramentales, ib, 82 (1974) 324-336; Haag
cramentales. Mientras celebra en el talizada al máximo en el misterio cio del ordinario, puedan administrar algunos H., Eldiablo, Herder, Barcelona 1978, 323-361;
eucarístico, da al hombre la esperan- sacramentales) y en SC 63 (uso de la lengua Lóhrer M., Sacramentales, en SM 6, Herder,
signo el hoy del Cristo pascual (SC vulgar en su celebración) - n G. Martelet, Ge- Barcelona 1976, 157-164; Martimort A.G., La
7), la iglesia pregusta la realización za que le permite comprometerse en nesi delluomo nuovo. Vie teologíche per un rin- Iglesia en oración, Herder, Barcelona 19672,
luminosa de la liturgia celeste (SC lo temporal, transfigurar el mundo e novamento cristiano, Queriniana, Brescia 1976, 669-727; Navone J., Diablo I exorcismo, en
8). Por eso los sacramentales son el imprimirle ese dinamismo pascual 37 — ^ M.-D. Chenu, / laici e la "consecratio NDE, Paulinas, Madrid 1979, 348-361; Righetti
lugar de la celebración del significa- que tendrá su plena realización en la mundi", en La chiesa del Vat. / / ( a cargo de G. M., Los sacramentales, en Historia de la liturgia
escatología. Baraúna), Vallecchi, Florencia 1965, 989 — 2, BAC 144, Madrid 1956, 1019-1097; Ruiz R„
do crístíco de la historia y de la vida 14
J.-M.R. Tillard, La chiesa e i vaiori ierrestri, Exorcismo, en DE 2, Herder, Barcelona 1983,
humana, en espera de la renovación [/ Bendición; / Libros litúrgicos en La chiesa nel mondo di oggi (a cargo de G. 82-83. Véase también la bibliografía de Bendi-
definitiva cósmica en la gran liturgia VII, 5; / Sacramentos]. Baraúna), Vallecchi, Florencia 1966, 216 — ción, Consagración de vírgenes, Dedicación de
celeste. 15
S. Rinaudo, La liturgia epifanía dello Spirito, iglesias. Exequias, Procesión y Profesión reli-
LDC, Turín 1980, 45 — lh La liturgia, dada su giosa.
NOTAS: ' "Si la teología sacramental y, más vitalidad, posee una grande e inagotable rique-
en general, los 'sacramentales', para incluir tam- za, que sucesivamente puede conceptualizarse.
XI. Conclusiones bién la práctica, hoy está en crisis, hay que re- Su contenido se vive dentro de una experiencia
conocer que la orientación adoptada por la teo- extremadamente rica. Este contexto dinámico
El mundo de los sacramentales logía contemporánea no puede llevar a una so- de la acción litúrgica puede renovarse continua-
lución. Sus resultados, tanto en el plano teórico mente, surgiendo siempre materia nueva para
plantea múltiples problemas. Para como sobre todo en el práctico, más bien pare- ulteriores profundizaciones conceptuales. La si-
poder comprender su significado tuación de alabanza ayuda al momento epiclé-
más verdadero y más profundo el
cen acentuar la crisis" (G. Colombo, Dove va la
tico, hace comprender el sentido de la gratuidad
SACRAMENTOS
teología sacramentaría?, en ScC (102) [1974]
creyente intenta buscar el sentido del 694). Mientras no se encuentre la claridad en el y permite profundizar en el lenguaje historia-
mundo y de su propia relación con campo teológico-sacramental, la misma defini- eternidad, por encima de todo peligro de inte- SUMARIO: I. Signos del misterio de Cristo: 1.
ción de "sacramental" no saldrá de la condición lectualismo, por una parte, y de magia-supersti- El sacramento como signo religioso "cristiano";
é). Está llamado a ser un liturgo-cós- de incertidumbre tanto conceptual como pasto- ción, por otra l7
R. Schulte, Los sacramen- 2. Simbolismo y presencia sacramental - II. Cris-
rnico. Sólo si está animado de una fe ral — 2 // lrattato delle benedizioni (Berakhol) tos de la iglesia como desmembración del sa- to en el origen de los sacramentos: 1. Datos
profunda, que tenga su centro en del Talmud babilonese (a cargo de S. Cavallet- cramento radical, en Mysterium salutis IV/2,
iH
bíblicos y patrísticos; 2. Teología y magisterio;
Cristo, el cristiano podrá introducir ti), Utet, Turín 1968 — ' A. Caprioli, Alie ori- Cristiandad, Madrid 1975, 157 Este dato 3. Cristo, "autor" de los sacramentos - III. Des-
en la historia el dinamismo pascual gini della "definizione " di sacramento: da Be- es claramente constatable en la fórmula de la arrollo de la tradición: 1. La reflexión pretri-
rengario a Pier Lombardo, en ScC 102 (1974) "bendición común", que puede considerarse dentina; 2. El concilio de Trento y la reforma
que permita a la humanidad avanzar protestante - IV, La eficacia de los sacramentos:
736 — 4 Siccardo di Cremona, citado por A. como parámetro de las varias bendiciones: "Oh
hacia su plena realización. Vive una Caprioli, a.c. 740, nota 93 — 5 M. Righetti, Dios, tu palabra santifica todas las cosas. De- 1. Síntesis histórica sobre la causalidad de los
caridad hacia el mundo que está rrama tu bendición sobre este objeto (esta cria- sacramentos; 2. Reflexión sistemática.
Historia de la liturgia, BAC, 114, vol. 11, Ma-
siempre abierta a nuevas manifesta- drid 1956, 1020 — 6 En los manuales clásicos tura) y concede a los que lo van a utilizar saber
ciones. Contemporáneamente, debe aparece otra clasificación de los sacramentales. darte gracias siempre, obedecer tus mandatos y
A través del uso de los participios se disponían cumplir tu voluntad, para poder alcanzar por la Los sacramentos son signos efica-
construir el mundo liberándolo de la invocación de tu santo Nombre la salud del cuer- ces del misterio de salvación de Cris-
sus grandes categorías: orans, tinctus, edens,
esclavitud del pecado y de sus conse- confessus, dans, benedicens. A cada verbo co- po y la protección del alma. Por Jesucristo to; son, en efecto, su realización en
Sacramentos 1798 1799 Sacramentos

el "tiempo de la iglesia". Para com- I. Signos del misterio de Cristo ss. iv-v en adelante— los ritos sagra- mente la idea de consagración. Tal
prenderlos es necesaria una exacta dos de la iglesia. Este modo de ha- vez se deba a la convergencia-poli-
visión del valor soteriológico de Al decir que los sacramentos son blar del "sacramento como signo re- valencia de los dos términos el hecho
Cristo, de la posición de la obra sal- signos del misterio salvífico de Cris- lativo a las cosas divinas" nace cier- de que en la traducción latina del
vífica de Cristo en la historia de la to, queremos indicar de un modo ge- tamente del hecho de que ya en la NT mystérion se traduzca unas veces
salvación en cuanto dimensión tem- neral que entre los sacramentos y el latinidad precristiana el término sa- por sacramentum (Ef 19; 3,3.9; 5,32;
poral de realización del designio di- misterio de Cristo (— salvación rea- cramento tiene un significado estric- Col 1,27; 1 Tim 3,16), y otras, en
vino sobre el hombre. Así, mientras lizada en Cristo) existe el nexo ín- tamente religioso-sacral; pero sobre cambio, se haga solamente la trans-
que la cristología, integrada por su timo que siempre se da entre el todo denota que en la mentalidad de cripción del término griego en su
momento esencial soteriológico, nos elemento significante y la realidad los padres ese término resume el forma latina mysterium (Mt 13,11;
da la verdadera visión de Cristo "ca- significada, pero sin pretender res- modo de actuación de la historia de Me 4,11; Le 8,10; 1 Cor 2,7; 4,1;
beza del cuerpo, es decir, de la igle- tringir la relación a la de pura y sim- la salvación. Con otras palabras: los 13,2; 14,2; 15,51; Ef 3,4; 6,19; Col
sia" (Col 1,18), el conocimiento de ple significación. Usamos el término padres, al calificar como sacramen- 1,26; 2,2; 4,3; 2 Tes 2,7; 1 Tim 3,9).
los sacramentos como realización de signo, que es el que hoy se usa más tos tanto los acontecimientos/pala- Este hecho nos autoriza a conservar
la salvación en el tiempo nos hace comúnmente en relación con los sa- bras del AT como los acontecimien- el sentido pleno de la palabra mis-
descubrir a la iglesia en su formación cramentos, sobre todo porque intro- tos/palabras de Cristo y luego los terio, aun cuando en la correspon-
y crecimiento como "cuerpo de Cris- duce en cierta medida la idea de que ritos sagrados de la iglesia, preten- diente traducción latina se lea sacra-
to" en la historia. los sacramentos pertenecen a la esfe- den presentar todo el tiempo y la mento. El misterio, que en el len-
La doctrina de los sacramentos es ra de las realidades simbólicas, de realidad de la revelación (AT-NT) guaje corriente moderno viene a sig-
una de las partes más vivas y agita- las que siempre se ha servido y se bajo el máximo común denomina- nificar algo difícil o imposible de
das de la tradición de la iglesia; pero sigue sirviendo la religión en todos dor de la sacramentalidad: la revela- comprender —y, en el lenguaje cris-
el punto básico, esto es, que los sa- los lugares y tiempos, aunque a dife- ción de Dios acontece siempre a tra- tiano, una verdad de fe conocida por
cramentos son los vehículos norma- rentes niveles. Hoy el signo no sola- vés de signos sagrados. revelación—, en su significado anti-
les de comunicación con la obra sal- mente se ha revalorizado, en contra- El término sacramento entra en el guo indicaba el modo ritual de ac-
vífica de Cristo, jamás ha sido im- posición con posturas críticas man- lenguaje cristiano por medio de Ter- tuación sensible en el tiempo presen-
pugnado. Solamente en la época de tenidas a lo largo de los últimos si- tuliano a principios del s. m. Origi- te de un acontecimiento primordial
la reforma protestante este punto glos, sino que es objeto de especial nariamente, en la lengua clásica, sa- que había sucedido en una época
base fue en cierto modo puesto en atención, porque es una de las vías cramento es el acto de consagración fuera del tiempo y del espacio.
duda por la afirmación de que "la que mejor favorecen la comprensión mediante el cual el soldado promete San Pablo usa la palabra miste-
sola fe es causa de justificación"; y de la religión en general y de cada fidelidad total a su emperador. De rio-sacramento para indicar "el de-
así ocurrió que solamente en el con- una de las expresiones y formas reli- esta consagración lleva impreso en signio divino escondido desde todos
cilio de Trento la iglesia se sintió obli- giosas en particular. su cuerpo un signo-sello. Tertuliano los siglos en Dios" (Ef 3,9; Col 1,26),
gada a formular en términos de ma- llama, por analogía, sacramentum pero que ahora "se ha manifestado
gisterio su propia doctrina sobre los 1. E L SACRAMENTO COMO SIGNO militare al bautismo, en cuanto ins- en Cristo" (Col 1,27). Más aún; Cris-
sacramentos. La doctrina entonces RELIGIOSO "CRISTIANO". Agustín afir- cripción a la milicia de Cristo, y así to mismo es el misterio-sacramento
formulada ha permanecido hasta ma que cuando un signo dice rela- el rito de iniciación conocido como de Dios, si se contempla tal misterio,
hoy como la enseñanza común de la ción a cosas divinas se llama sacra- misterio, comenzará a designarse no en la dimensión de "designio eter-
iglesia, aunque hoy se reconoce y se mento. Esta afirmación no pretende también con el nombre de sacramen- no en Dios", sino en su "existencia
admite cada vez más que el discurso ser ni la explicación etimológica del to, aun cuando los dos términos temporal", como se ha realizado en
teológico del concilio de Trento es- término sacramento ni una defini- no se equivalgan del todo en su sig- Cristo. Con la venida de Cristo,
tuvo condicionado sobre todo por la ción verdadera y propia del mismo: nificado. el misterio salvífico divino se hace
actitud apologética en la confronta- es sólo una constatación de hecho a El misterio era primariamente un "revelación manifiesta" ("epifanía":
ción con los innovadores protestan- propósito del modo con que el tér- rito que tenía como finalidad el "ha- 2 Tim 1,9-10; Tit 2,11) y "presencia"
tes. En este punto, es decir, respecto mino se usaba en tiempos de Agus- cer presente un acontecimiento de entre los hombres (Jn 1,9-14; Ap
a la doctrina tridentina, el Vat. II no tín, uso que va desde el ver sacra- salvación" ocurrido en tiempos leja- 21,3: "Dios-con-los-hombres). La li-
ha introducido novedades doctrina- mentos en los acontecimientos/per- nos, y sólo secundariamente impli- nea histórica de la salvación halla su
les. Ha abierto, no obstante, nuevos sonajes/palabras del AT, en cuan- caba una consagración (en cuanto punto culminante, pasa de la sombra
horizontes en el plan disciplinar y to referibles al NT, hasta designar que el misterio se realizaba para con- a la luz plena en Cristo, luz que aho-
práctico, que invitan a una profun- como sacramentos las acciones/ges- sagrar a alguien a la divinidad salví- ra se proyecta hacia adelante en el
dización de la teología de los sacra- tos/ palabras de Cristo, o también e fica). El sacramento, por el contra- tiempo, que se llama por eso "tiem-
mentos. incluso principalmente —desde los rio, evoca ante todo y casi exclusiva- po del NT", o "tiempo de la iglesia".
Sacramentos 1800 1801 Sacramentos
Con Cristo se ha llegado a la "pleni- útil indicar, porque aunque se val- nos pone delante en su realidad ob- sobre las ofrendas, segundo domin-
tud de los tiempos" o a la "consuma- gan de categorías mentales propias jetiva fuera de nosotros, sino que se go ordinario: "Concede nobis, quac-
ción del tiempo". de una cultura determinada, nos co- nos ofrece como una realidad que se sumus, Domine, haec digne fre-
Consumación, pero no detención munican por medio de ellas unas lí- identifica con nosotros, envolvién- quentare mysteria, quia quoties
del misterio, en Cristo. Siendo él la neas teológicas que merecen ser co- donos en nuestro existir y en nuestro huius hostiae commemoratio cele-
"plenitud" del designio divino a nivel nocidas. Los términos más corrien- ser. Está claro que la realidad de la bratur, opus nostrae redemptionis
de realidad, en adelante llenará de sí tes en materia sacramental son: presencia de la cosa en la imagen, exercetur"-).
mismo todos los tiempos futuros, imagen, semejanza, tipo, símbolo, etcétera, depende de la realidad que Naturalmente, todo esto es posi-
aunque siempre, naturalmente, en su misterio, sacramento. Esta termino- la cosa (acontecimiento) tiene en sí ble y acontece no en virtud del sim-
dimensión de misterio-sacramento, y logía patrístico-litúrgica nos condu- misma. En el caso del simbolismo bolismo en cuanto tal, el cual, como
por consiguiente, también en el tiem- ce al campo del simbolismo y nos litúrgico cristiano, éste se refiere medio de comunicación total de la
po de la iglesia la salvación se reali- explica su naturaleza. De todos estos siempre, en sus diversas formas, a cosa simbolizada, de suyo transmite
zará sacramentalmente: son los "sa- términos resulta un dato común: to- un acontecimiento de la historia de sólo a nivel psicológico y emocional.
cramentos de la iglesia". dos los sacramentos, cada uno según la salvación, que por el hecho de ser Este hecho —unido por lo demás a
Toda la historia de la salvación se su propia dimensión, producen pre- perceptible como acontecimiento la fuerza poética del simbolismo—
realiza, por consiguiente, en sus tres sencia: la cosa (en el caso de los sa- salvífico sólo por la fe, no por eso no sería suficiente para crear un sa-
fases (antes de Cristo, en Cristo, des- cramentos: el acontecimiento salví- cesa de ser acontecimiento histórico. cramento en el sentido cristiano, que
pués de Cristo) en el plano sacra- fico de Cristo) de la que son a su vez Aquel que para los habitantes de quiere ser presencia real-objetiva del
mental, en cuanto que Cristo, que es imagen, semejanza, tipo, etc., se hace Nazaret era sólo "el hijo del carpin- hecho del que es signo. Esta presen-
esencialmente misterio-sacramento, presente de uno u otro modo. Pero tero José", para la fe y en realidad cia, como veremos en seguida, deri-
actúa precisamente en esta su dimen- no en el sentido de que la cosa está era el que restauraba la generación vará de una causa bien determinada,
sión antes (en aquellos que miran presente como imagen, como seme- de los hijos de Dios en el mundo (Le esto es, del hecho de que el sa-
hacia adelante, hacia el Cristo-veni- janza, etc., porque esto equivaldría 3,23-38), aquel en el cual "hoy —es cramento depende de Cristo (insti-
dero) y después (en los que miran a quitar toda realidad a la presencia, decir, en un tiempo histórico— se tución).
hacia atrás, hacia el Cristo-ya-veni- como si dijéramos que la cosa tiene estaba cumpliendo la Escritura ante
do). Contacto con la salvación por valor de imagen, de semejanza, etc. sus oyentes" (Le 4,21), es decir, ante
medio de la fe, que alcanza la reali- Se trata más bien de la presencia de hombres también históricos. Pero el II. Cristo en el origen
dad del misterio superando el signo: una cosa (acontecimiento) en la ima- simbolismo por el que estamos liga- de los sacramentos
por lo mismo, fe siempre igual e gen, en la semejanza, etc.; y es lo dos a un acontecimiento de salva-
igualmente salvífica, porque la reali- mismo que decir que una cosa (acon- ción se realiza en la historia en cuan- Bajo esta formulación generalí-
dad es siempre la misma (Cristo); los tecimiento), además de existir real- to acción de un individuo o de una sima tratamos el argumento que
signos (sacramentos) serán diversos mente en sí misma, tiene una reali- comunidad concreta. Ésta hace que suelen tratar los teólogos bajo el
en el AT y en el NT (signos de reali- dad de presencia diversa de la origi- los sacramentos de la iglesia, justa- nombre de institución de los sacra-
dades por venir, signos de realidades naria, pero igualmente real, existente mente en virtud de su simbolismo, mentos.
acaecidas). Los sacramentos del AT en la imagen y en la semejanza con mientras introducen el aconteci-
cesan; permanecen, no obstante, los la cosa en el tipo, en el símbolo, en miento-misterio de Cristo en nuestra 1. DATOS BÍBLICOS Y PATRISTI-
elementos materiales para incluir la el misterio y en el sacramento de la historia, nos unen a la historia de COS. Es evidente que la Escritura del
realidad en lugar de la promesa. Los cosa. Precisamente en virtud de esta Cristo. En efecto, el simbolismo no NT no nos ofrece ni una teoría ni un
padres de la iglesia son los grandes capacidad de representación el sim- rehace ni renueva el acontecimiento testimonio preciso sobre el origen de
defensores de esta visión unitaria de bolismo es ante todo un medio de de Cristo, porque entonces sería un los sacramentos en su conjunto, aun
la historia de la salvación a nivel comunicación objetiva de la reali- acontecimiento nuevo, distinto del cuando el IV evangelio pueda ser en-
sacramental. Es la afirmación de la dad, y en esto se distingue del cono- de Cristo, sino que hace presente en- tendido en clave sacramental. Del
unidad de los dos Testamentos, en cimiento intelectivo-conceptual, que tre nosotros el mismo acontecimiento NT se puede decir claramente que
los cuales la diversidad de los sacra- es la aprehensión subjetiva de la ver- salvífico realizado por Cristo en la en la iglesia apostólica existían ritos
mentos no destruye la unidad de la dad de la cosa. historia, porque es un acontecimien- religiosos que, aunque no se presen-
gracia'. to salvífico realizado una sola vez ten con el nombre específico de sa-
Pensemos en una celebración li- para todos los tiempos. Es realmente cramentos, la tradición de la iglesia
túrgica, que se desarrolla por com- el acontecimiento cumplido por los ha identificado siempre con los
2. SIMBOLISMO Y PRESENCIA SA- pleto en el plano simbólico: la cosa Cristo "una sola vez" el que se hace que en tiempo posterior fueron lla-
CRAMENTAL. Los padres de la igle- que se hace presente en el símbolo presente "todas las veces" que el rito mados sacramentos. Así se habla del
sia, hablando de los sacramentos, se ritual no se ofrece a nuestra concien- simbólico lo reclama (cf la oración bautismo (He 2,38.41; 8,12.16.38,
sirven de una terminología que es cia intelectiva como una cosa que se etcétera; Rom 6,3; 1 Cor 1,13-17;
Sacramentos 1802 1803 Sacramentos

12,13; Gal 3,27; Ef 4,5; 1 Pe 3,21); de blo (iglesia sacramental paulina con- agua (bautismo); o bien en línea es- mulgación jurídica de su signo sa-
una imposición de manos para el tra la iglesia "moral-escatológica pecífica, determinando el alimento cramental por parte de Cristo. El
don del Espíritu Santo (He 8,17; petrina). Hoy no faltan autores que como cena-convite y el uso del agua mandato de bautizar y de hacer la
19,6); de una fracción del pan (= eu- admiten como posible el origen de como baño; o bien en particular, la eucaristía se refiere en realidad al
caristía) (He 2,42.46; 20,7.11; 1 Cor los sacramentos directamente de la cena con pan ácimo y vino de uva; el ejercicio del sacramento, no a su ori-
10,16) llamada también cena del Se- iglesia, considerada como el princi- baño con agua corriente o con agua gen ni a su autor, b) Cristo ha dado
ñor (1 Cor 11,20); de una unción de pal sacramento y como tal instituida común. origen y es autor de los sacramentos
los enfermos (Sant 5,14); de una im- por Cristo (K. Rahner). por el hecho mismo de ser él perso-
posición de las manos para consti- El concilio de Trento ha definido 3. CRISTO, "AUTOR" DE LOS SA- nalmente, en su concreta y visible
tuir a uno en la jerarquía o en el a este respecto explícitamente que CRAMENTOS. El tratamiento sobre humanidad, sacramento primordial
ministerio (He 6,6; 1 Tim 4,14; 2 Tim "todos los sacramentos, precisamen- una institución de los sacramentos y esencial de la salvación. Los sacra-
1,6). Los padres de la iglesia tratan te los siete sacramentos, han sido por parte de Cristo nunca ha faltado mentos de la iglesia no son, en rea-
de uno o de otro de los sacramentos instituidos por Cristo" (DS 1601), po- en la teología de los padres, pero co- lidad, más que imágenes reales del
sin plantearse explícitamente el pro- niendo el acento en "todos", pero sin menzó a adquirir un nuevo sentido misterio-sacramento de Cristo. Ya
blema; tratan de ello como de un especificar qué se entiende por insti- en el medievo, cuando el término sabemos qué quiere decir Cristo sa-
hecho que creen provenir de Cristo, tución ni cómo y cuándo ocurrió institución adquiere una acentuación cramento de salvación. Él, en su hu-
apelando a la "tradición apostólica", esta institución. La teología poste- fuertemente jurídica. Una prueba evi- manidad de Verbo encarnado, revela
de la que la iglesia los ha recibido rior, apoyándose en santo Tomás en dente de esta tendencia es la misma y comunica la salvación divina, de la
directamente. Pero con frecuencia, lo que respecta a la idea de institu- definición de santo Tomás cuando que, en cuanto Dios, es el autor, y
sobre todo a propósito del bautis- ción (S. Th. III, q 64, a. 2, sed c) escribe: "Se dice que uno instituye en cuanto hombre, es el portador;
mo y de la eucaristía, recurren al acepta la definición según la cual alguna cosa cuando da a la cosa es, por tanto, su signo eficaz. Todo
dato de Cristo: "Bautizad..." (Mt institución significa: "Agregar a cosas fuerza y vigor, como es evidente en el que por la fe descubre en él esta
28,19); "Haced esto en memoria sensibles el poder de significar y el caso de las instituciones de las le- realidad de salvación, toca, es decir,
mía" (Le 22,19). producir la gracia". Por lo que res- yes" (S. Th. III, q. 64, a. 2, sed c). encuentra la salvación tocando su hu-
pecta al cómo y al modo de la insti- Este modo de expresarse supone: manidad (signo de salvación para el
tución de parte de Cristo, las opinio- a) que el sacramento exista sólo en que cree). Ahora bien, Cristo es sig-
2. TEOLOGÍA Y MAGISTERIO. La no eficaz de salvación porque ha
doctrina tradicional de que todos los nes son diferentes, ya sea por razo- virtud de un explícito mandato-ley
nes de principio (naturaleza del de Cristo; b) que la institución no dado eficacia, es decir, ha hecho rea-
sacramentos han sido instituidos por les, ha llevado a su cumplimiento
Cristo pasa generalmente a la teolo- sacramento como medio de gracia), tiende en primer término a la comu-
ya sea por razones históricas (difi- nicación de la gracia, sino más bien aquellos que eran ya signos anuncia-
gía posterior, hasta que encuentra dores de la salvación, esto es, la pa-
una primera oposición de modo ex- cultad de probar por la Escritura al hecho de ser atribuido a una cosa
que los sacramentos procedan direc- sensible el poder de conferir la gra- labra de Dios y los acontecimientos
plícito en los protestantes, los cuales unidos a ella. Cristo, en efecto, es
sostienen que solamente el bautismo tamente de Cristo). Así se plantea la cia, la cual de suyo podría darla
cuestión de si provienen de Cristo Dios independientemente de todo salvación, porque es "encarnación de
y la eucaristía (penitencia) tienen un la palabra". Por consiguiente, como
origen directamente cristiano, mien- por institución inmediata: Cristo ha- elemento exterior. La consecuencia
bría establecido personalmente que de esta posición jurídica será la pre- los signos del AT —aun prescindien-
tras que los demás sacramentos los do del mandamiento divino— eran
atribuyen a la iglesia medieval. En una gracia determinada fuese otor- ocupación de determinar sobre todo
gada por medio de un rito externo; cuáles son los elementos sensibles signos de salvación, porque eran
época más reciente la teología liberal realizaciones (parciales) de la pala-
y los modernistas han afirmado que o bien por institución mediata: Cris- que constituyen el sacramento.
to, queriendo conferir la gracia por bra que prometía y anunciaba la sal-
los sacramentos deben atribuirse A nuestro juicio, para esclarecer vación, así los sacramentos del NT
—al menos en cuanto a la práctica medio del rito, habría dado a los realmente en qué sentido Cristo está
apóstoles el poder de determinar el son y actúan —aun prescindiendo
institucional— a la iglesia apostóli- en el origen de los sacramentos, hay del mandato de Cristo— como sig-
ca, y en general a la iglesia antigua, rito mismo y el número de los sacra- que recorrer un camino muy diverso
mentos. En general se afirma que la nos eficaces de salvación, porque
la cual, sin embargo, se inspiró en de la institución de trasfondo jurídi- son realizaciones de la palabra en-
Cristo y en sus enseñanzas. En este definición tridentina debe referirse a co: a) Si examinamos cuidadosa-
la "institución inmediata" por parte carnada. Decir esto no es solamente
proceso sacramental de la iglesia mente los principales textos que ha- hacer una analogía con el AT, sino
muchos afirman que la praxis de la de Cristo. Pero nos preguntamos si blan del bautismo y de la eucaristía
el rito ha sido determinado por Cris- que es como decir que Cristo no ha
iglesia se ha visto influida en muchos (los dos sacramentos de los que es inventado la palabra, sino que la ha
puntos por la "religión de los miste- to: en linea general, confiere la gra- certísima la fuente neotestamenta-
cia por medio del signo, por ejem- realizado, así como no ha inventado
rios" contemporánea a la iglesia pri- ria), no resulta que su origen deba los signos, sino que les ha dado cum-
mitiva, sobre todo por obra de Pa- plo, de la comida (eucaristía) o del ponerse en la línea de una pro-
Sacramentos 1804 1805 Sacramentos
plimiento y realidad. Vemos, pues, Jn 19,34 ("uno de los soldados le tras- indeterminada. Para evitar la inde- brenatural y no sensible), no queda-
que los signos sacramentales de Cris- pasó el costado con una lanza, y se- terminación, en el sacramento inter- ba definitivamente explicado. Santo
to son idénticos a los que preexistían guidamente salió sangre y agua"; cf viene la palabra, que, siendo de Tomás se distinguirá entre los demás
antes de él, pero sólo como anuncia- 1 Jn 5,6), dicen con frecuencia que Dios, da el significado preciso queri- sobre todo por haber acentuado el
dores de él: el bautismo-paso a tra- "del costado de Cristo durmiente, do por Dios mismo, y hace del sa- carácter instrumental de los sacra-
vés del agua para indicar la libera- esto es, muriendo en la cruz —es de- cramento una "palabra visible de mentos, en cuanto ellos serían res-
ción; la eucaristía-banquete de alian- cir, desde el momento culminante de Dios" que, como tal, tiene una efica- pecto a Cristo como la mano a la
za. La diferencia no consiste en el la salvación que se realizaba en Cris- cia operativa: "Quitada la palabra, cabeza; son, en efecto, "la prolonga-
rito como tal, sino en el hecho de to—, brotaron los sacramentos por ¿qué es el agua solamente? Añade la ción de la mano de Cristo", que daba
que el signo de anuncio ha pasado al los que se ha constituido la iglesia"4. palabra al elemento (al agua) y se la salvación a los que tocaba. Otro
nivel de realización alcanzada en hace el sacramento, el cual es luego aspecto notable en santo Tomás, que
Cristo. El signo sacramental es a la una palabra visible"'. mejor lo une a la tradición de los
salvación y a su realidad lo que la III. Desarrollos de la tradición Esta posición de Agustín recorre- padres, es aquel por el cual, distin-
humanidad de Cristo es a la salva- rá los siglos y no creará problemas guiendo un triple aspecto o referen-
ción y a su realidad; es decir, le da la 1. LA REFLEXIÓN PRETRIDENTI- en una época como aquélla, en que cia en el signo sacramental, hace de
eficacia real en el mismo momento NA. Una formulación doctrinal con- se vivía bajo la enseña del sacramen- él un signo rememorativo del hecho
en que la vela. Sólo la fe puede al- junta y autoritativa sobre los sacra- to, designando como tal la palabra y salvífico obrado por Cristo, un signo
canzarla tanto en Cristo como en el mentos no existía antes del concilio el personaje del AT, Cristo y los ri- indicativo del hecho salvífico rea-
sacramento de la iglesia. de Trente Los sacramentos, siendo tos de la iglesia. Pero con el tiempo lizado en el presente por el sacra-
parte de la vida cotidiana de la igle- se sintió la necesidad de restringir el mento, y un signo prognóstico, que
Concluyendo: si la definición tri- sia, eran objeto de una continua ca- área de la sacramentalidad, y por lo indica el término último de la salva-
dentina de que Cristo "instituyó to- tcquesis, en la que la iglesia subra- mismo empezó a buscarse una defi- ción (S. Th. III, q. 60, a. 3).
dos los siete sacramentos" quiere ser yaba la práctica ritual de los sacra- nición de sacramento más precisa, En todo este proceso, relativo so-
una afirmación de fe, que no mira mentos. Si se busca una teología sa- que pudiera aplicarse a los que en- bre todo a la causalidad de los sa-
sólo al origen externo y jurídico de cramental, para ciertos aspectos sólo tonces se llamaban sacramentos ma- cramentos, uno de los puntos que se
los sacramentos, sino que quiere in- se la encuentra en san Agustín, aun- yores para distinguirlos de los así lla- afirmará con mayor interés es el de
dicar que en él hallan su eficacia so- que frecuentemente está en la base mados sacramentos menores (= sa- la eficacia del sacramento ex opere
brenatural y que son necesarios para de todas las catequesis sacramentales cramentales) [/ Sacramentales, II]. operato, en que se distingue de la
la salvación de los hombres, enton- de los padres de la iglesia. El obispo Es lo que hizo en el s. XII Pedro eficacia de los sacramentales, que es
ces no hay otro camino ni otra razón de Hipona, aunque no presente una Lombardo: "Se dice propiamente sa- ex opere operantis. La expresión "ef-
sino la que hemos dicho: Cristo es el teología sistemática ni sobre el sa- cramento lo que es signo de la gracia
cramento ni de cada uno de los sa- ficacia ex opere operato" quiere de-
autor-institutor de los sacramentos de Dios y forma de la gracia invisi- cir que el sacramento, cuando se
de la iglesia porque es el gran sacra- cramentos, ofrece, no obstante, los ble, de tal modo que es imagen y
primeros rasgos de una teología de causa de la gracia"". La definición confiere en los términos y con la in-
mento de la salvación. De este modo tención querida por Cristo y por la
los sacramentos permanecen ligados la sacramentalidad, es decir, de lo de Lombardo se fundaba en el prin-
que constituye el ser sacramental se- cipio de hilemorfismo (del griego iglesia, para Dios es medio -válido y
a Cristo no por medio de un simple apto para producir la gracia. Pero
mandato y no aparecen como ritos gún una línea que en parte ha for- hyle = materia + morphé = forma)
que manifiestan genéricamente la fe mado toda la mentalidad teológica aristotélico, asumido por la teología esto no significa que de hecho la gra-
en Cristo, sino que dependen del posterior. escolástica como principio básico del cia se produzca, si faltan las debidas
mismo ser sacramental de Cristo 3 , conocimiento del ser creado. Tal de- disposiciones en el sujeto receptor.
Hablando de la acción ritual lla- En cambio, la eficacia del / sacra-
como de una fuente sacramental de mada sacrificio, Agustín la define finición aplica al signo sacramental
la cual brota en los sacramentos en su conjunto (materia y forma = mental está ligada totalmente al va-
como el "sacramento, o sea, el signo lor del que lo hace, o al menos de
aquella salvación que, siendo una sagrado visible del sacrificio invisible elemento material y palabra) una
realidad revelada, siempre tiene ne- causalidad directa en la producción la iglesia que lo ordena y se com-
(interior)" 5 , y declara que "se llaman promete. Desgraciadamente la com-
cesidad de signos a fin de ser perci- sacramentos aquellos signos que se del efecto de gracia, de la que el sa-
bida por el hombre. Los sacramen- cramento era al mismo tiempo el sig- prensión del opus operatum viene
refieren a las cosas divinas"*. Para muchas veces comprometida por
tos son, pues, la continuación del sa- Agustín, el signo tiene como propie- no. En qué manera, es decir, por qué
cramento de salvación, hecho real de vía y bajo qué formalidad ejercita el una visión demasiado material del
dad el que "hace pensar, además de sacramento, que se considera siem-
una vez para siempre en Cristo. Por aquello que presenta a los sentidos, sacramento (compuesto de elemen-
eso los padres, aludiendo al simbo- en otra cosa diversa de sí". Esta otra tos naturales y sensibles) esta su pre eficaz por el hecho mismo de ad-
lismo ciertamente intencionado de cosa puede ser múltiple, y por tanto causalidad de gracia (realidad so- ministrarse, prescindiendo de las con-
diciones del que lo recibe.
Sacramentos 1806 1807 Sacramentos
En base a esta situación teológica mentos contienen la gracia que sig- bien era mantenida en el pensamien- palabra, los sacramentos en el pro-
trabajó el concilio de Trento para nifican y la confieren siempre a to de los primeros reformadores testantismo son vistos como puras
formular en términos de fe la doctri- quien no pone óbice a la misma; no (Lutero y Calvino). Pero todo de- ceremonias religiosas, en las que los
na de los sacramentos; pero no se son, por lo mismo, sólo signos ex- pendía precisamente del modo de fieles que los reciben expresan exter-
puede decir que, al hacer esto, que- ternos, no son simplemente signos concebir la justificación, o sea, la lla- namente su fe, la misma fe que pres-
dara inmune de muchos influjos de que distinguen a los fieles de los in- mada gracia santificante: y el modo tan a la palabra de Dios, puesto que
la teología de la época. Es cierto ade- fieles (DS 1606), ni han sido institui- era diverso en la fe de la iglesia y en los sacramentos no son más que la
más que también la negación protes- dos sólo para alimentar la fe (DS la predicación protestante.
tante se movía en el mismo terreno 1605); e) Los sacramentos producen "palabra hecha visible" en el rito.
teológico. La consecuencia fue que la gracia ex opere opéralo (DS El movimiento protestante nace Además de esto, los protestantes
el discurso de fe cerrado sobre las 1608), cuando el ministro tiene al me- como movimiento de reforma de la niegan que todos los sacramentos
vías que la teología precedente había nos la intención de hacer lo que hace iglesia, tomando como punto de par- hayan sido instituidos por Cristo. Re-
esbozado, y por lo mismo la misma la iglesia (DS 1611) y, aun estando tida la situación moral y espiritual conocen como de institución divina
doctrina de Trento, no enriquecieron en pecado mortal, cumple aquello concreta que la iglesia presenta en el bautismo y la santa cena; pero en
sensiblemente la fe ni provocaron que es esencial al sacramento (DS los comienzos del s. xvi, pero que es la práctica conservan también los
un cambio real en la teología para el resultado de una decadencia que otros sacramentos (confirmación, pe-
una comprensión más profunda de 1612);/} Entre los sacramentos hay iba progresando desde hacía mucho nitencia, ordenación y matrimonio).
este aspecto tan fundamental del cris- tres: bautismo, confirmación y or- tiempo. Uno de los aspectos más im- Sólo el sacramento de la unción de
tianismo. den, que imprimen carácter, signo portantes en los que se manifestaba los enfermos no ha dejado rastro al-
espiritual indeleble, que impide su esta decadencia en la iglesia de la guno entre ellos.
reiteración (DS 1609). época era ciertamente la praxis cul-
2. EL CONCILIO DE TRENTO Y LA Por importante que parezca y sea A esta total abolición de la reali-
tual en su conjunto, que con mucha dad sacramental como comunica-
REFORMA PROTESTANTE. El c o n c i l i o la doctrina tridentina sobre los sa- frecuencia revelaba una mentalidad ción de gracia divina ha contribuido
de Trento no se preocupó de dar una cramentos, es vista y considerada supersticiosa, la cual luego, en el uso no sólo el modo protestante de con-
síntesis doctrinal completa, sino que principalmente en la óptica particu- de los sacramentos, no pocas veces cebir la justificación, sino también
intentó ante todo responder con afir- lar provocada por la oposición pro- caía prácticamente en los excesos de una interpretación del espiritualismo
maciones de fe a lo que los protes- testante a todo el mundo sacramen- la magia. En la obra de reforma, cultual cristiano. Basándose en el di-
tantes ponían en duda, negaban o tal tradicional; y a esta luz, al menos como los protestantes la intentaban, cho de Cristo que exige "adoración
explicaban de un modo diverso del en parte, se la juzga hoy. Por otro queriendo superar por completo esta en espíritu y verdad", los protestan-
que siempre ha mantenido la tradi- lado, no se puede olvidar el peso que situación, impugnaron no sólo los tes han tomado el espíritu en contra-
ción (DS 1600). En efecto, la doctri- la teología contemporánea y prece- abusos, sino la misma razón de ser posición a cuerpo/materia, y por
na tridentina sobre los sacramentos dente al concilio ha tenido en la for- de los sacramentos, en cuanto que consiguiente han vaciado de signifi-
debe ser deducida de los cánones, o mulación de la doctrina y en los negaron a la economía sacramental cado el aspecto exterior del culto,
sea, de las fórmulas de condenación términos que en tal exposición se toda realidad de eficacia en la comu- ignorando que si entre los hombres
de los errores opuestos. Los cánones usaron. nicación de la gracia. Partiendo de no se admite un cuerpo sin espíritu
en cuestión vienen presentados con En el proemio a los "cánones so- la idea (equivocada) de que la efica- —porque no es más que un cadá-
un breve proemio en un grupo de bre los sacramentos en general", el cia ex opere opéralo atribuida a los ver—, tampoco puede existir un es-
trece afirmaciones propuestas en un Tridentino afirma que quiere con es- sacramentos por la tradición católica píritu sin cuerpo.
rígido esquema: "Si alguno dijere tos últimos ofrecer un "complemen- era elevar la obra humana a un valor
que..., ¡sea anatema!": a) Los sacra- to a la doctrina de la justificación", objetivamente salvífico y, por tanto,
mentos instituidos por Cristo son so- porque es "por los sacramentos por admitir que la justificación es fruto Todo lo que aquí se dice de la
lamente siete; todos son sacramen- los que toda verdadera justicia (san- de la obra del hombre (mientras que oposición protestante a los sacramen-
tos, pero no todos de la misma dig- tificación) o comienza, o comenzada es cierto —decían— que sólo puede tos sirve como explicación del con-
nidad (DS 1601; 1603); b) Los se aumenta, o perdida se repara" provenir de la gracia divina, y que texto en el que ha sido formulada la
sacramentos cristianos difieren de (DS 1600). La íntima dependencia ésta a su vez es el don que Dios otor- doctrina del concilio tridentino. Con
los del AT en el contenido, y no sólo de la doctrina sacramental de la re- ga "sólo a la fe" y no a las obras del el andar del tiempo, ciertas posicio-
en el rito exterior (DS 1062); c) Los lativa a la justificación, es decir, al hombre), los protestantes sostenían nes asumidas inicialmente por los
sacramentos son necesarios para la libre don divino por el cual el hom- que a los sacramentos se les debería protestantes, después de haberse ra-
salvación en la realidad, o al menos bre viene trasladado por gracia al reconocer únicamente la función de dicalizado en sentido más negati-
en el deseo (in voto), aunque no to- estado de hijo adoptivo de Dios, ser expresión y predicación-presen- vo aún en los ss. xvn-xvin, hoy se
dos los sacramentos son necesarios como viene afirmada por la iglesia tación de la fe. Celebrándose por van atenuando o se van integrando
para todos (DS 1604); d) Los sacra- en la enseñanza del Tridentino, tam- mandato de Cristo y conteniendo su —sobre todo por efecto del movi-
miento litúrgico y de estudios más
Sacramentos
1808 1809 Sacramentos
profundos de teología bíblica—, en sencia del Espíritu, que hace que ac- modo de actuar el sacramento en la
cuanto que existe un sensible acer- En la explicación del modo de
túen en el elemento el Padre, el Hijo causar la gracia propia de los sacra- comunicación de la gracia (con su
camiento a las posiciones católicas. y el Espíritu Santo. En los ss. xii-xm
Esto, empero, no quiere decir que la mentos, mientras que los teólogos realidad física movida por el agente
la escolástica se plantea de modo es- tanto de la escolástica como los pos- principal Cristo; o bien presentan-
crítica o la negación protestante de pecífico y especulativamente el pro-
ciertas tesis católicas no deba tam- teriores hasta nuestros días están de do en su signo a Dios los motivos
blema de la causalidad de los sacra- —voluntad salvífica y pasión de Cris-
bién ser considerada de un modo po- mentos: 1) Qué son los sacramentos; acuerdo en reconocer al sacramento
sitivo y promocional. 2) Qué modo de causalidad ejercen. una causalidad instrumental, las opi- to— para que él confiera la gracia).
A la primera cuestión responden: niones se dividen cuando se trata de Más aún, el concilio está tan lejos de
"Los sacramentos causan la gracia explicar en qué sentido los sacra- pretender entrar en el discurso teo-
IV. La eficacia de los sacramentos que significan". A la segunda, los mentos son instrumentos de gracia, lógico, a fin de no correr el riesgo de
escolásticos (santo Tomás) respon- distinguiendo entre una causalidad hacer propia una u otra de las dos
Es el tema conocido desde los tiem- den en general que los sacramen- física y otra moral. tesis contrapuestas, que evita incluso
pos de la escolástica como uno de tos obran a modo de causa instru- También en el capítulo de la cau- el término típico característico cau-
los puntos culminantes de la especu- mental: son instrumentos de los que salidad de los sacramentos el conci- sare-causa; en cambio, las partes con-
lación teológica, que lleva el nombre se sirve Cristo para comunicar la lio de Trento, más que exponer una tendientes deducen cada una del
de causalidad de los sacramentos; ha- gracia. doctrina completa, quiere proponer concilio el sentido de su interés: cau-
lla su expresión en la fórmula co- Esta causalidad de los sacramen- en aquello que afirma los aspectos sa física o causa moral.
rriente: "Los sacramentos son me- tos acontece ex opere operato; es de- doctrinales que cree son puestos en
dios eficaces de la gracia". cir, en el momento en que a un ele- duda o negados por los protestantes 2. REFLEXIÓN SISTEMÁTICA.
mento material (materia) se une la de la época. Las posiciones protes- También para nosotros el lenguaje
1. SÍNTESIS HISTÓRICA SOBRE LA palabra (forma), que determina su tantes se pueden resumir en los si- del concilio de Trento es suficiente
CAUSALIDAD DE LOS SACRAMENTOS. significado de un modo unívoco a guientes puntos: a) Los sacramentos en la formulación que nos ha dejado
Dado el contexto de procedencia ve- nivel de revelación, queda constitui- son signos de la palabra que promete sobre la doctrina de la "colación de
terotestamentaria en el que se mueve do el sacramento en su ser y en su la salvación; b) Los sacramentos son la gracia por medio del sacramento".
el NT y que halla absolutamente obrar, esto es, causa la gracia que sólo signos que atestiguan nuestra fe No nos detenemos, por tanto, en la
normal que los gestos más o menos significa independientemente de las en la promesa de Dios; c) La gracia cuestión de la causalidad instrumen-
rituales fueran considerados como disposiciones subjetivas del ministro se recibe (en el AT y en el NT) sólo tal física y la causalidad instrumental
portadores de una potencia divina y del sujeto que lo recibe. Precisa- por la fe, no por los sacramentos. El moral de los sacramentos. Partiendo
activa, vemos que tanto Jesús como mente en esto difiere el sacramento concilio de Trento contrapone así la siempre del principio bíblico de Cris-
los apóstoles se sirven de gestos o de otras acciones sagradas, cuyo efec- doctrina católica: a) Los sacramen- to-sacramento [/ supra, II, 3] y per-
también de cosas materiales al reali- to se determina proporcionalmente tos son necesarios para la salvación maneciendo en esta línea, creemos
zar acciones que tienen siempre un al modo de actuar del sujeto, más o porque la gracia de la justificación que podemos hacer un tratado teo-
valor espiritual, ya se trate de mila- menos justo moral y espiritualmente no se puede recibir por la sola fe
(opus operantis). Para comprender lógico que supere aquella inútil po-
gros o de actos interiores, como la (DS 1604); b) Los sacramentos con- lémica. Para valorar de lleno la gra-
comunicación del Espíritu. Cf, por bien esto, hay que distinguir la obra tienen y confieren a quien no pone
del sacramento (opus operatum), cia conferida por los sacramentos y,
ejemplo, la imposición de las manos impedimento la gracia que signifi- consiguientemente, para tener una
para bendecir (Me 10,16), para curar que es la gracia, que siempre la reci- can, y no pueden considerarse como
be el sujeto; y la obra de la gracia, es idea más perfecta del sacramento,
(Me 8,23ss; 16,18; Le 4,40; 13,13; He meros signos exteriores de la gracia preferimos mantenernos en la línea
9,12; 28,8), para otorgar el Espíritu decir, la acción que la misma gracia (recibida únicamente por la fe), ni
produce en el sujeto que la recibe, sólo como signos externos de profe- seguida en la explicación ya sea del
(He 8,17; 19,6); la unción con aceite que está siempre condicionada a las valor-de-signo del sacramento, ya
para curar (Me 6,13); el uso de la sión cristiana (DS 1606); c) Los sa-
disposiciones (opus operantis) con cramentos no han sido instituidos sea de su origen; y esta línea es la
saliva (Me 7,33; Jn 9,6), etc. En esta las que se recibe el sacramento. Si que nos viene dada por la relación
línea se debe ver también el uso del sólo para alimentar la fe (DS 1605);
faltan estas disposiciones subjetivas, d) La gracia viene conferida por los existente entre los sacramentos de la
agua en el bautismo. Tampoco a los es claro que en esta explicación el iglesia y el sacramento-Cristo. Es
padres de la iglesia les crea proble- sacramento produce objetivamente sacramentos ex opere operato (es de-
mas el uso de las cosas materiales cir, es efecto de la acción misma sa- lo que vamos a hacer procediendo
su efecto, que es el don de la gracia; por proposiciones sintéticas y pro-
para obtener efectos espirituales9. El pero el don no es acogido en el modo cramental) y no basta para recibir la
elemento material adquiere un nue- gracia la sola fe en la promesa divina gresivas.
debido, por eso la gracia conferida
vo poder por efecto de la palabra de por el sacramento permanece estéril. (DS 1608).
Cristo que consagra, que trae la pre- Primera proposición: Los sacra-
Como se ve, el Tridentino no en- mentos producen no aquello que sig-
tra en la cuestión discutida sobre el nifican en el plano natural, sino aque-
Sacramentos 1810 1811 Sacramentos

lio que significan en el plano revela- del sacramento cristiano no en vir- fican e integran la historia de la sal- se integran recíprocamente y la ha-
do de la salvación, según la realidad tud de su significado-efecto natural, vación. cen completa. Porque la salvación
de Cristo. sino por el valor simbólico salvífico Como se ha dicho [/ supra, II, 3], consiste en hacer que el hombre
En la explicación del efecto de los que han adquirido en la historia de el nombre Cristo no indica la perso- vuelva a ser imagen perfecta de
sacramentos se recurre con frecuen- la salvación a partir de la revelación na histórico-empadronada de Jesús Dios, es decir, en restablecerlo en la
cia a la fórmula: "Los sacramentos del AT. de Nazaret, sino aquel en el cual el situación en que fue creado: hijo de
producen aquello que significan", y, Por consiguiente, el dar la expli- misterio de la salvación se ha hecho Dios (= imagen), portador del Espí-
procediendo por vía de analogía, el cación del efecto del sacramento en salvación total de toda la humani- ritu de Dios en el mundo y adorador
significado-acción de los sacramen- el plan de la salvación *egún la reali- dad, en el sentido de que en la hu- perfecto de Dios con la santidad de
tos viene especificado principalmen- dad que ésta ha tenido en Cristo quie- manidad de Cristo la humanidad en- vida (obediencia a Dios). Cristo fue
te en la finalidad operativa que se re decir que el valor-de-signo del sa- tera ha hallado la salvación que le ciertamente, a partir del momento
descubre como propia en el elemen- cramento se debe descubrir ante había sido prometida l0. La realidad de su encarnación, sacramento per-
to material (agua, pan-vino, aceite, todo en el significado que sus ele- de salvación que en Cristo se des- fecto de la salvación en sus tres as-
etcétera) de que se compone cada mentos materiales han tenido ya en borda sobre todos los hombres es un pectos. Pero en el ámbito del signo,
uno de los sacramentos: así el agua, la revelación, comenzando por el AT hecho de carácter ontológico, que también en Cristo se debe advertir
que significa lavar, produce una pu- y pasando de aquí al NT. Así, por afecta a toda la naturaleza humana un progreso en la realización del de-
rificación interior; el pan-vino, que ejemplo, en el AT el agua viene a en cuanto tal. Pero la naturaleza hu- signio salvífico. Su nacimiento de
significa alimento, produce una ma- significar: en el diluvio, la destruc- mana no existe más que en dimen- María fue el signo de que en el mun-
nutención de la vida espiritual, etc. ción del pecado; en el paso del mar sión individual y personal; entonces, do a partir de entonces existía un
Tal explicación es evidentemente in- Rojo y del Jordán, el paso de la es- lo que por medio de Cristo ha acon- hijo de hombre que era hijo de Dios;
suficiente para describir el efecto del clavitud al reino de Dios (tierra pro- tecido en la humanidad permanece en el bautismo se manifestó la pre-
sacramento en cuanto tal, es decir, metida). Los dos significados se re- un hecho potencial para cada indivi- sencia del Espíritu; en la muerte se
de la acción simbólica sagrada que cogen en el bautismo de Cristo (NT), duo. Los que pertenecen a la natura- reveló como sacerdote y víctima, que
quiere ser expresión del sacramento- porque Jesús recibe el bautismo de leza humana son sujetos efectivos de en el Espíritu Santo se presenta al
Cristo; pero también de cada sacra- Juan el Bautista, que anunciaba la salvación sólo cuando existen, y esta mundo como adorador perfecto en
mento da un conocimiento sólo ana- remisión de los pecados y se concre- salvación se hace real en ellos cuan- su sacrificio. En los sacramentos de
lógico y además incompleto, en cuan- taba en un paso a través del agua del do conocen y aceptan a Cristo-sa- la iglesia se observa el mismo proce-
to que no concede espacio a la pala- Jordán para indicar que en Cristo se cramento de salvación de la huma- so. Todo sacramento es actuación
bra, la cual se añade al elemento habrían cumplido ambas cosas se- nidad. El conocimiento de Cristo- del Cristo-sacramento de salvación,
material precisamente para absorber gún una realidad que estaba indica- sacramento se hace en la fe; la acep- pero respetando la sucesión de los
su valor simbólico natural y trans- da en el signo, pero que superaba el tación se lleva a cabo en los sacra- momentos-de-signo que se observan
formarlo en valor simbólico conven- signo del AT. Así el pan y el vino en mentos, por los que en el tiempo del en la realización que la salvación ha
cional, que le viene al sacramento de el rito pascual del AT no era sólo NT se prolonga el tiempo salvífico tenido en Cristo. Cada uno de los
la institución y es transmitido por la una comida destinada a mantener la de Cristo. Con otras palabras: los sacramentos es una proyección par-
palabra, pero que no coincide nece- vida en el cuerpo físico, sino que era sacramentos son los medios por los ticular del único sacramento, o sea,
sariamente con el suministrado por el convite que Dios había preparado que el acontecimiento salvífico de momentos sucesivos de todo el pro-
el elemento natural. a su pueblo, para que éste supiese Cristo, que ha afectado a todos los ceso de salvación: así como en un
que era el único pueblo de Dios, y hombres a nivel de naturaleza, ad- prisma se descompone la única y mis-
no ya un grupo compuesto de diver- quiere la consistencia de un hecho ma luz del sol en los distintos colores
Por otra parte, la insuficiencia de sas tribus, y comprendiese que co- de elección personal, y por consi- que la componen; mientras que, al
este procedimiento analógico no es mer aquel pan y beber aquel vino guiente responsable, cuando inter- sobreponerse sucesivamente un co-
menor cuando, identificado en la gra- quería significar la aceptación de la viene el anuncio de la fe. Este estado lor al otro, se forma de nuevo la úni-
cia el significado-efecto del sacramen- salvación espiritual que Dios había de cosas hace que, si uno no ha reci- ca luz blanca del sol. Como se ve,
to (cf la formulación de Trento: "Los traído a Israel y la ratificación de su bido tal anuncio, pero vive su vida los sacramentos son momentos di-
sacramentos confieren la gracia que alianza eterna. con honradez natural, ciertamente se versificantes del único Cristo-sacra-
significan"), la misma gracia viene salva, puesto que en la humanidad mento de salvación y, no obstante,
después ilustrada recurriendo toda- asumida por Cristo también él esta- son en su misma diversidad elemen-
vía al significado-efecto natural del Segunda proposición: Los sacra- ba presente. tos que se integran recíprocamen-
elemento material del sacramento, y mentos en tanto se revelan eficaces te hasta llegar a formar en el hom-
así se permanece aún en la analogía. de salvación en cuanto realizan en Pero en la fase de la realización es bre la salvación única y completa de
Esto sucede porque se ignora que los nosotros el misterio de Cristo; según asimismo preciso distinguir los di- Cristo.
elementos materiales forman parte los momentos distintos que diversi- versos aspectos de la salvación, que
Sacramentos 1812 1813 Sacramentos
Tercera proposición: Los sacra- existe como tal en absoluto, sino su función de "siervo de Dios y de formados por Cristo con la fe en aquellos mis-
mentos no tienen como efecto la sólo en relación con el Cristo-sacra- los hombres" y de "sacerdote"; pues mos acontecimientos que eran todavía futuros.
producción de una doble gracia: san- mento. En cambio, quienes constataban el realizarse de
es en virtud de su encarnación, que las cosas y veían el cumplimiento de lo que se
tificante y sacramental, sino que son Al decir que todos los sacramen- lo convirtió en "sacramento de sal- había predicho, eran formados por Cristo con
actuaciones del único misterio de tos son "actuación de la única gracia vación", por lo que Cristo fue "sier- la fe en los mismos acontecimientos hechos pre-
Cristo, o sea, de la única gracia san- santificante", puesto que esta gracia vo" y "sacerdote". sentes; y con la fe de los mismos acontecimien-
tificante, que en virtud del diverso santificante proviene de los sacra- tos ya pasados, Cristo no cesa de formar a los
signo sacramental es actuación di- mentos, afirmamos que "la gracia que han venido después de los hechos, tanto a
Digamos para concluir: todo sa- nosotros mismos como a quienes vendrán de-
versificada del predicho único mis- santificante existe como sacramen- cramento comunica la gracia santifi- trás de nosotros. Así pues, única es la fe que
terio de Cristo. tal"; más aún, existe "en cuanto sa- cante, que es participación en el úni- salva a todos..., mas con el cambiar de los tiem-
Los teólogos, al explicar el axio- cramental": es en realidad la diversi- co misterio de Cristo según una rela- pos han cambiado los sacramentos de esta única
ma del concilio de Trento: "Los sa- ficación del único misterio salvífico ción cualitativamente diferenciada fe a fin de hacer más adecuado el modo de
cramentos producen la gracia que de Cristo que es actuado en momen- significarla" — 2 Así lo expresa san Gregorio
sobre la base del distinto signo sa- Magno en Dial4,58 (PL 77,428): "De un modo
significan", han introducido en el sa- tos sucesivos. Todo sacramento nos cramental. Por consiguiente, la gra- totalmente único este sacrificio... nos hace pre-
cramento un doble efecto: como efec- pone en comunión con el misterio cia sacramental no es una gracia que sente en el misterio la muerte ya acaecida del
to común, la gracia santificante; y total de Cristo, pero según los diver- se añade al sacramento, como gracia Señor. En efecto, éste, si bien al haber resucita-
como efecto propio de cada sacra- sos aspectos que integran la salva- actual distinta de la gracia santifi- do de la muerte no muere más y en sí mismo
mento, la gracia sacramental. A nues- ción: el ser recreados a imagen de está siempre vivo, es inmortal e incorruptible,
cante, ni constituye un don particu- sin embargo se inmola por nosotros nuevamen-
tro juicio, si el concilio en el enun- Dios en Cristo como hijos de Dios, lar que crea en el sujeto el derecho a te en el misterio de la santa oblación" — 3 Cf
ciado de lo que constituye la razón como portadores del Espíritu, como obtener auxilios especiales necesa- Agustín, In ep. loan. 3,6 (PL 35,2000): "Cris-
misma del sacramento no distingue sacerdotes y adoradores perfectos de rios para mantener la gracia santifi- to es el nombre de un sacramento, como cuan-
dos tipos de gracia, es abusivo intro- Dios. Si esto vale para los tres sacra- cante recibida por el sacramento. do se dice profeta y se dice sacerdote" —
4
ducir tal distinción; además, esta dis- mentos de la iniciación cristiana Este modo de pensar la gracia sacra- 5
Agustín, Enarr. in Ps. 138,2 (PL 37,1785) —
(bautismo, confirmación, eucaris- Agustín, De civitale Dei 10,5 (PL 41,281) —
tinción supone una idea de la gracia mental empobrece enormemente el 6
Id, Ep. 138,7 (7^33,527) — 7 Id, InJoh. 80,3
que prescinde de la visión del Cristo- tía), vale igualmente para los demás sentido y el valor de los sacramentos (PL 35,1840) — 8 Pedro Lombardo, Lib. Sent.
sacramento de salvación: la única sacramentos. La penitencia, en efec- y de su diversidad; pero sobre todo IV, dist. 1,4 — 9 Baste con citar a Tertuliano,
gracia que se ha realizado en el hom- to, quiere restaurar la imagen de destruye el valor y el sentido del sig- De carnis resurrectione 8 (PL 2,806): "Se lava
bre es la gracia que ha venido a ser Dios afeada por el pecado, y en ella no sacramental, al no ponerlo en re- la carne para que se purifique el alma; se unge
se comunica de nuevo el Espíritu de la carne para que sea consagrada el alma; se
un hecho (en griego eghéneto) en lación directa con el Cristo-sacra- signa la carne para que se robustezca el alma;
Cristo (Jn 1,17), justamente en cuan- Cristo muerto y resucitado (cf Jn mento de salvación. Toda teología con la imposición de las manos se echa la som-
to y porque Cristo es sacramento. 20,22-23); la unción de los enfermos sacramentaria será verdadera en el bra sobre la carne para que el alma sea ilumina-
Todo don de gracia que adviene al se celebra por un cristiano al que la plano de la revelación cuando en el da en el espíritu; se nutre la carne con el cuerpo
hombre es, por consiguiente, una gra- enfermedad ha puesto en una situa- plano de la práctica individual y pas- y la sangre de Cristo para que el alma se llene
cia sacramental, porque (por el ca- ción del todo particular, para que en de Dios..." — l0 Cf, por ejemplo, Hilario, In
toral se ponga cada vez más en con- Ps. 67,23 (CSEL 22,298): "Cristo fue el primero
mino de los sacramentos) proviene el desmoronamiento físico de la en- tacto con la realidad del Cristo-sa- en cumplir en sí mismo el sacramento de nuestra
del Cristo-sacramento. Esta afirma- fermedad se reafirme su fe en la sal- cramento de salvación. Aun cuan- salvación; resucitando él personalmente de entre
ción no se contradice ni siquiera con vación de Cristo, y en vista de tal do los sacramentos constituyan un los muertos anuló el decreto de nuestra muerte";
el hecho cierto de que Dios puede salvación una su propio sufrimiento régimen de signos, éstos no deben Id, In Ps. 138,6 (CSEL 22,749): "Cristo cumplió
dar la gracia también sin el sacra- al sufrimiento de él, convirtiéndose en el sacramento [de su bautismo en el Jordán]
convertirse en velos opacos, sino la justicia de la humanidad, que él había asumi-
mento. En efecto, también en este así también el enfermo por este ca- que debemos poder decir con san do...; no había rehusado ponerse de parte de
caso la gracia: a) tiene su origen en mino sacramental en "el siervo su- Ambrosio: "No por espejos ni por nuestro pecado y había tomado sobre sí toda la
el Cristo-sacramento; b) está siempre friente de Yavé"; el matrimonio es enigmas, sino cara a cara te has mos- bajeza de nuestra carne" — " Cf Ambrosio,
—al menos in voto, es decir, en el participación en el misterio de Cristo trado a mí, oh Cristo, y YO TE EN- Apología proph. David 1,2 (CSEL 32,339).
deseo explícito o implícito— en co- en cuanto él es el que actúa el pro- CUENTRO A TI EN TUS SACRA-
nexión con el sacramento; y quien yecto nupcial que Dios siempre ha MENTOS"". S. Marsili
excluyese positivamente el sacra- tenido respecto a la humanidad; el
mento no recibiría ninguna gracia. orden o ministerio, que comprende
En suma: la gracia, si no es sacra- el diaconado como servicio y el pres- BIBLIOGRAFÍA: Alfaro J., Crislo, sacramento
mental, no existe, porque una gracia biterado-episcopado como sacerdo- NOTAS: ' Cf, por ejemplo, Agustín, De pec- de Dios Padre. La Iglesia, sacramento de Cristo
cio, es también participación en el catorum meritis et remissione 2,29,47 (PL 44, glorificado, en "Gregorianum" 48 (1967) 5-27;
que quiere ser, como debe ser, una 169): "Antes de su nacimiento en la carne, de la Auer J., Los sacramentos de la Iglesia, Herder,
comunicación de la vida divina no misterio de Cristo, considerado en debilidad de su pasión y del poder de su resu- Barcelona 1977; Borobio D., De la celebración
rrección, quienes vivían en aquel tiempo eran a ¡a teología. ¿Qué es un sacramento?, en
Sacrificio 1814
1815 Sacrificio
VV.AA., La celebración en la Iglesia 1, Sigúe-
me, Salamanca 1985, 359-536; Castillo J.M., SACRIFICIO I. El sacrificio de Cristo ción la propone sobre todo la car-
Símbolos de la libertad. Teología de los sacra- y su memorial ta a los Hebreos, que entiende la ac-
mentos, Sigúeme, Salamanca 1981; Denis H., ción salvífica de Cristo esencialmen-
¿Tienen porvenir los sacramentos?, Paulinas, SUMARIO: I. El sacrificio de Cristo y su me-
Madrid 1973; Espeja J., Para una renovación
morial: 1. Antiguo Testamento; 2. Trasfondo Es evidente que ni Jesús en su men- te como el sacrificio que Jesús llevó
en la historia de las religiones; 3. Nuevo Testa- saje ni los evangelios que nos lo a cabo sobre la cruz cuando asumió
de la teología sacramental, en "La ciencia to- mento - II. Teología de los padres - III. La
mista" 99 (1972) 217-258; Garrido M., Uso y escolástica - IV. Reforma y teología postriden- transmiten llaman a la obra de Cris- la muerte "por nosotros" en obe-
significación del término "sacramentum " en la tina - V. Las concepciones actuales: 1. "Sacro- to con el término técnico de sacrifi- diencia al Padre, con un amor que
liturgia romana, en "Burgense" 18/1 (1977) 9- sanctum concilium" y "Eucharisticum myste- cio. Pero tampoco cabe duda de que llegó "hasta el fin" (Heb 9,11-23;
71; Ulanes J.L., La sacramentalidad y sus pre- rium"; 2. Contribución ecuménica; 3. ¿Figura
supuestos, en "Scripta Theologica" 8/2 (1976) del convite?; 4. "Institutio Generalis Missalis Ro- Pablo, Juan y en general la predica- 10,5-18). En la perspectiva de esta
607-657; Larrabe J.L., El sacramento como en- mani" - IV. Epílogo. ción apostólica designan el don que interpretación, "el sacrificio de Jesús
cuentro de salvación, Fax, Madrid 1971; La- el Señor hizo de sí mismo sobre la en la cruz señala la plenitud y abolición
tourelle R., Cristo y la Iglesia, signos de salva- cruz por nosotros, en su núcleo esen- de todos los sacrificios antiguos" 3 .
ción, Sigúeme, Salamanca 1971; López Martí- Punto de partida de nuestras re- cial, con el nombre de sacrificio.
nez N., Los sacramentos, actos de Cristo, en flexiones será la doctrina clara y Abolición aquí significa, sin duda
"Burgense" 18/1 (1977) 225-240; Lligadas J„ normativa de la iglesia, tal cual viene alguna, el fin, la superación definiti-
La eficacia de los sacramentos. "Ex opere ope-
propuesta en la constitución sobre 1. ANTIGUO TESTAMENTO. Estos va del culto sacrificial anterior; pero
rato" en la doctrina del Concilio de Trento,
la liturgia del Vat. II: "Nuestro Sal- testimonios primeros presuponen al mismo tiempo significa igualmen-
"Col. San Paciano"26, Barcelona 1983; Marti- con absoluta claridad la doctrina y te su cumplimiento más verdadero.
mort A.G., Los signos de la nueva Alianza, Si- vador, en la última cena, la noche en
gúeme, Salamanca 1967; Múgica L.M., Los sa- que le traicionaban, instituyó el sa- la praxis del AT. En su centro se Aquello que estaba en tal culto de
cramentos de la humanidad de Cristo, EAPS A, crificio eucarístico de su cuerpo y encuentran con carácter dominante manera vaga prefigurado, es ahora
Madrid 1976; Nícolau M., Teología del signo de su sangre, con el cual iba a perpe- y claro los sacrificios ofrecidos por verdad, es realidad perfecta. Por lo
sacramental, BAC 294, Madrid 1969; Oñatibia
tuar por los siglos, hasta su vuelta, el pueblo de Israel a lo largo de su mismo podemos ya sentir y pregus-
I., Por una mayor recuperación de la dimensión historia. Esto también ocurre en el tar aquello que es el sacrificio de
pneumalológica de los sacramentos, en "Phase" el sacrificio de la cruz y a confiar así
96 (1976) 425-439; De la dialéctica al simbolis- a su esposa, la iglesia, el memorial culto del templo. Pero todos estos Cristo, mirando a las veladas prefi-
mo. Un giro importante en la teología de los de su muerte y de su resurrección" sacrificios hallaron su último cum- guraciones que Dios nos ha dado de
sacramentos, en "Est. Eclesiásticos" 56 (1981) (SC 47)'. plimiento y, consiguientemente, su él en la historia del pueblo de Israel.
1398-1431; Palenzuela A., Los sacramentos de superación (Aufhebung), en la muer- El sacrificio, junto con la oración,
la Iglesia, Madrid 1965; Pou R., La presencia El sacrificio eucarístico es la te sacrificial de Jesucristo, como es una de las formas más antiguas e
de Cristo en los sacramentos, en "Phase" 33 "fuente y culminación de todo el cul-
(1966) 177-200; Perspectivas actuales en la teo-
afirma en términos claros la plegaria importantes del culto humano gene-
to de la iglesia y de toda la vida cris- sobre las ofrendas del domingo XVI ral. Y esto es así para todas las reli-
logía de ¡os sacramentos, en "Phase" 71 (1972)
433-448; Rahner K.., La Iglesia y los sacramen- tiana" 2. El sacrificio llevado a cabo per annum del nuevo Misal Roma- giones, incluido el culto del AT. Allí
tos, Herder, Barcelona 1964; Rovira J.M., Para por Cristo sobre la cruz se coloca de no: "Oh Dios, que has llevado a la el sacrificio ocupa una posición cen-
una teología fundamental de los sacramentos, este modo, a través de su celebra- perfección del sacrificio único los tralísima. Es importante notar que
en VV.AA., Teología y mundo contemporáneo, ción, en el centro de la fe y de la vida diferentes sacrificios de la antigua la religión revelada del AT excluye
Homenaje a K. Rahner, Madrid 1975, 447-467; cristiana.
Ruffiní E., Sacramentos, en NDT 2, Cristian- alianza, recibe y santifica las ofren- del modo más categórico cualquier
dad, Madrid 1982, 1550-1572; Sacramentos, en Hay dos puntos controvertidos: el das de tus fieles, como bendijiste la forma de magia. "El sacrificio vete-
DTI 4, Sigúeme, Salamanca 1983, 247-270; carácter sacrificial de la misa —so- de Abel, para que la oblación que rotestamentario no tiende a desen-
Schanz J.P., Los sacramentos en la vida y en bre todo por parte de la teología ofrece cada uno de nosotros en ho- cadenar una dinámica apersonal,
el culto, Sal Terrae, Santander 1968; Schille- protestante—; por otro lado, incluso nor de tu nombre sirva para la sal-
beeckx E., Cristo, sacramento del encuentro sino a establecer y restablecer una
con Dios, Dinor, San Sebastián 1966; Schulte
la valoración de la misma acción sal- vación de todos" ("Deus, qui lega- conexión con Dios en la que se ex-
R., Los sacramentos de la Iglesia como des- vífica de Cristo en cuanto sacrificio lium differentiam hostiarum unius presa sumisión o petición de re-
membración del sacramento radical, en MS tropieza con alguna crítica en la exé- sacrificii perfectione sanxisti, accipe conciliación y ayuda" 4 . Se le aplican
4/2, Cristiandad, Madrid 1975, 53-159; Sacra- gesis moderna, y no sólo fuera de la sacrificium a devotis tibi famulis, los nombres de don consagrado
mentos, en SM 6, Herder, Barcelona 1976, 164- iglesia católica. et pari benedictione, sicut muñera
180; Semmelroth O., El sentido de los sacra- (santo, santificante), ofrenda (kor-
mentos, Fax, Madrid 1963; La iglesia como sa- He aquí, por consiguiente, el sen- Abel sanctifica, ut quod singuli ob- ban), don (minchan); se trata de un
cramento original, Dinor, San Sebastián 1963; tido de nuestra pregunta: ¿qué que- tulerunt ad maiestatis tuae honorem, don hecho a Dios, realización de la
VV.AA., Evangelización y sacramento, PPC, remos decir cuando afirmamos que cunctis proficiat ad salutem"). La comunión con él, reconocimiento de
Madrid 1975; VV.AA., Evangelización y sacra- la muerte de Cristo en la cruz es su predicación apostólica del mensaje lo sacro, alimento de la divinidad
mento, en "Phase" 85 (1975) 3-69; VV.AA., Sa- sacrificio, y cuando declaramos igual- de Jesús, y en modo muy particular
cramento y sacramentos, en "Phase" 96 (1976) (algo que, obviamente, muy pronto
419-509. Véase también la bibliografía de Cele- mente como sacrificio la celebración su muerte expiatoria, son propues- llega a convertirse sólo en una ima-
bración. Evangelización y liturgia (sacramen- litúrgica del memorial de su muerte tos con el término y el concepto de gen para expresar el beneplácito de
taría), Misterio, Rito/ Ritos y Signo/Símbolo. y resurrección? sacrificio. Al final, esta interpreta- Dios ante el "suave perfume del ho-
Sacrificio 1816
1817 Sacrificio
locausto"), reconciliación con Dios, en las afirmaciones del AT y en una
acto de obediencia 5 . La torah es, de consideración global de la historia
modo muy particular, una regula- de las religiones, "podemos decir que ha sido radicalmente renovada de mos manteniendo que todo el men-
ción de la recta ofrenda del sacrifi- [el sacrificio] es la presentación he- una vez para siempre, brillando ante saje del NT, "prolongando el uso lin-
cio. Se distinguen sacrificios cruen- cha a Dios (o a un ser superior) en los ojos del creyente como la nueva güístico veterotestamentario, usa los
tos de incruentos, sacrificios consis- forma ritual por parte de un miem- creación en la gloria pascual y esca- vocablos prosphorá y prosphérein
tentes en alimento e incienso o en bro de la comunidad delegado para tológica de la resurrección. Aquí el (oblación, ofrecer) también para des-
bebida. "Con más precisión pueden ello (sacerdote), de un don concreto pecado y su precio, la muerte, son cribir la obra redentora de Jesús. [Las
distinguirse los holocaustos (sacri- (vivo) con el cual el sacrificante se vencidos para siempre y se abre la cartas a los Efesios y a los Hebreos]
ficios totales de adoración a Dios) identifica a fin de expresar la propia fuente inagotable de la vida eterna y conciben la muerte de Jesús median-
de los sacrificios de acción de gra- autodonación respetuosa, grata y divina. Precisamente en el don del te la categoría de sacrificio cultual.
cias, que muchas veces comportaban amante; su finalidad estriba en llegar cuerpo martirizado de Jesús se veri- Esto no se encontraba todavía con
también una súplica, un voto. Es de a transformarse con el mismo don, a fica aquella transformación realmen- tanta nitidez en la predicación apos-
mencionar, por fin, el sacrificio de través de la consagración que santi- te re-creadora que vanamente y des- tólica primitiva ni en la sinóptica,
expiación" 6 . Bajo algunos puntos de fica en virtud de la (originaria) ac- de siempre los antiguos habían pre- donde la muerte de Jesús es procla-
vista se trata de sacrificios análogos ción divina presente, en el ser supe- visto en sus sacrificios"l2. mada de modo más martirológico
a los ofrecidos por los pueblos paga- rior (sacro) y llegar así a la unión Cierta exégesis, algo más crítica como entrega de la vida realizada
nos vecinos, pero se diferencian y dis- con Dios, que acoge benignamente en nuestros días, afirma que "en la por el Siervo de Dios. Pero con Pa-
tinguen "de modo muy característico el don y consiguientemente al sacri- cristo logia de Pablo la idea de sacri- blo se inicia una cultualización más
porque tienen por fundamento y ficante mismo, en 11plena comunión ficio asume un valor metafórico y es intensa de la pasión de Jesús. Según
motivación religiosa más profunda de vida y de amor" . un medio para interpretar el hecho Ef 5,2, la persona corpórea de Jesús
la historia de la salvación"'. Se ofre- fundamental de la salvación realiza- es la prosphorá y la thysia, el don
cen a Dios creador y señor de acuer- da por la muerte de Cristo" ,3 . Pero sacrificial ofrecido por Cristo por
3. NUEVO TESTAMENTO. Ahora nosotros. La carta a los Hebreos
do con su función de construcción tal reserva no se sostiene frente a pa-
bien, en el NT todo esto es superado, sajes como Rom 4,25; Gal 3,13; 2,20; proclama más tarde con énfasis la
de la comunidad; ocupan una posi- es decir, cancelado en su forma cul-
ción importante en el establecimien- tual concreta, pero realizado en me- 2 Cor 5,14s.l8-21, etc., sobre todo si acción redentora de Jesús como
to de las alianzas (con Noé, con leemos el NT a la luz de las últimas prosphorá, y precisamente como
dida sublime en su profundo núcleo cartas paulinas y de la carta a los prosphorá irrepetible que anula to-
Abrahán, en el Sinaí). Terminan con esencial. Por consiguiente, el NT co-
un convite sacrificial. "En el caso de Hebreos. En estos textos "se intenta dos los sacrificios legales precedentes
noce una crítica del sacrificio, ya que comprender e ilustrar" el significado y los futuros sacrificios materiales.
algunos sacrificios puede llegarse a Jesús insiste en la actitud interior
pensar en una cierta actualización que debe encontrar su expresión en salvífico de Jesucristo "utilizando el Con tal concepto la carta a los He-
(re-presentación) de los aconteci- él, y porque, como los apóstoles len- concepto cultual tradicional de sa- breos abraza en una síntesis gran-
mientos histórico-salvíficos". Es el ta pero cada vez más claramente crificio: Cristo se entregó a sí mismo diosa toda la vida y acción de Je-
caso del sacrificio pascual o de la comprenden, en la muerte de Jesús por nosotros en sacrificio de suave sús... El acontecimiento de la encar-
fiesta de la reconciliación». A lo lar- crucificado ("por muchos") se ofrece olor (Ef 5,2). Tal sacrificio es, al mis- nación es ya la obertura, primer
go del tiempo, el sacrificio pascual a Dios Padre el sacrificio verdadero. mo tiempo, sacrificio de la alianza, paso, de laprosphorá de Jesús como
se convierte en el más importante de "El concepto de sacrificio, aplicado sacrificio de expiación y sacrificio acción sacrificial... Vértice de la ac-
todos'. No hay duda de la posición a la muerte salvífica de Cristo, tiene pascual. Su efecto salvífico consiste, ción sacrificial de Jesús es su muerte
decisiva, central, del culto sacrificial un sentido totalmente distinto, mu- por consiguiente, en sellar la nueva en la cruz..., el sacrificio cultual cum-
en la antigua religión de Israel. "In- cho más concreto, y al mismo tiem- alianza, en expiar por medio de una plido de una vez para siempre... La
cluso la toma de posición de los pro- po más elevado que en el caso de los purificación y una santificación y en consecuencia ineluctable de la pros-
fetas es considerada [por los exege- sacrificios de los paganos y de los redimir" ". Partiendo de la carta a phorá de Jesús en el Gólgota es su
tas] no ya como un rechazo radical hebreos. También en la autodona- los Hebreos, hay que decir: "La entrada en el santuario celestial,
sino, más bien, como una protesta ción libre y voluntaria del Hijo de muerte de Cristo es el sacrificio es- puesto que él lleva su sangre como
contra una cierta exteriorización del catológico, ofrecido de una vez para don sacrificial al Padre" l6 .
Dios se ha convertido en realidad siempre y definitivamente, para la
culto sacrificial" ">. aquel lamento único e irrepetible, La muerte de Jesús en la cruz, su
supresión de los pecados en virtud sacrificio por la salvación del mundo,
pero en el fondo válido para todos de la fuerza expiatoria de su sangre;
los tiempos y todas las zonas, que es el signo del cumplimiento de to-
2. TRASFONDO EN LA HISTORIA la autoofrenda perfecta del sumo
constituía como el presagio y la as- dos los sacrificios antiguos y su
DE LAS RELIGIONES. Si resumimos sacerdote neotestamentario; obra sal- meta; ella es el sacrificio que ha sido
Brevemente los rasgos esenciales del piración más secreta de los mitos y vífica única"IS. ofrecido de "una vez" (ephápax) por
sacrificio cultual tal como aparece leyendas cultuales. Aquí la creación A pesar de las reservas de la exé- todas. "No existe ya ningún sacrifi-
gesis más reciente, nosotros segui- cio cultual"". Cuando en el NT se
Sacrificio 1818
1819 Sacrificio
habla de sacrificio y de sacrificar sin tiempos, su aplicación a los fieles
referencia al sacrificio de Cristo en que lo celebran. Ni siquiera esto que- ficio visible de Jesús". "Particular- la eucharistía en memoria de la pa-
la cruz, estos términos son usados da dicho de una manera tan expresa mente los escritores eclesiásticos pri- sión de Cristo (Apol. I, 66,1 y 67,5).
en sentido traslaticio. Los cristianos en el NT; pero son las interpretacio- mitivos que, como Clemente Roma- Esta acción de llevar los dones es
tienen que ofrecer sus cuerpos como nes válidas de las afirmaciones neo- no o Bernabé, se hallan claramente llamada sin empacho prosphérein;
"sacrificio (thysía) viviente, santo y testamentarias las que hablan de la influenciados por el texto de la carta éste es el modo en que los cristianos
agradable a Dios", como su "culto muerte de Jesús en la cruz y de su vo- a los Hebreos o al menos por sus quedan involucrados en la donación
espiritual" (logiké latréia) (Rom luntad de dejar memoria de ella en ideas, llaman franca y libremente a sacrificial de Cristo, para que en el
12,1). De la misma manera se habla la celebración de la fracción del pan la eucaristía una prosphorá"21. sagrado banquete puedan llegar a ali-
en 1 Pe 2,5. "Ahora bien, Heb 13,15, y en el beber el cáliz de bendición ". La acción eucarística es un sacrifi- mentarse de los dones eucaristiza-
conectando con el AT, presenta Todo ello debe ser visto en la pers- cio en cuanto que introduce a la igle- dos, que ya son el cuerpo y la sangre
como sacrificio la alabanza a Dios, pectiva de una creciente espirituali- sia dentro de la donación sacrificial de Cristo.
el fruto de los labios, es decir, el zación del culto (cf Jn 4,21-24); de de su Señor. Ello ocurre mediante la Resumiendo, puede decirse que la
comportamiento ético-religioso. De un culto que no consiste ya en la celebración de la acción memorial y teología que se anuncia en estos es-
todas formas, no se da aquí una cul- ofrenda de dones materiales, sino en por la ofrenda del pan y del vino, casos testimonios del s. n "ha fundi-
tualización del éthos, sino también la eucaristía, en el himno lleno de que son los elementos constitutivos do en una síntesis sorprendente y
una etización y una espiritualización gratitud y de alabanza a Dios por de la acción memorial. grandiosa estas afirmaciones que re-
del culto. De hecho, la alabanza con- las gestas llevadas a efecto por él sultarían divergentes a primera vista
siste en la confesión del nombre de para la salvación de los hombres 20 . En tal sentido la Didajé (que data sobre la prosphorá visible, única y
Dios; pero a su vez ésta se hace en el Teniendo presente estos dos gru- del año 100 d.C. poco más o menos) definitiva de Jesús en la cruz, sobre
culto y por medio de él. De tal ma- pos de motivos, resulta que la pro- denomina a la synaxis de los cristia- la prosphorá espiritual de los cristia-
nera reconoce la carta a los Hebreos clamación llena de gratitud, el me- nos, durante la cual en el día del Se- nos en su oración y en la pureza de
un carácter sacrificial en el culto cris- morial de agradecimiento, es decir ñor "parten el pan" y "dan gracias", corazón y sobre la prosphorá mate-
tiano, aunque no ve este carácter en la eucaristía, es la actualización del una thysía, un sacrificio. Tal sacrifi- rial de la eucaristía"23.
el valor autónomo de una ofrenda sacrificio de Cristo, su presencia cio es necesariamente puro, pues se
encuentra precedido por la confesión Por ello, hacia el año 200, Ireneo
sacrificial, sino en la confesión espi- siempre nueva que, no obstante, no de Lyon, polemizando con los falsos
ritual de Dios" '*. repite numéricamente aquel único sa- de los pecados. Así se realizaría la
profecía de Malaquías: "En todo lu- maestros gnósticos que despreciaban
En el marco de esta tendencia pro- crificio. Más bien lo presencializa en los elementos de la creación, podía
gresiva de la espiritualización del su plena suficiencia haciéndolo pa- gar se ofrecen sacrificios de incienso
a mi nombre" (Mal 1,11). insistir tranquilamente en la oblado
culto, comenzada ya en el AT (con tente a todos los tiempos y lugares y de los elementos del pan, del vino y
los profetas) y en la interpretación a los creyentes para que se convierta Posteriormente, incluso los dones del agua. Algo más tarde, el canon
de la biblia por Filón de Alejandría, en su propio sacrificio. Lo hace pre- materiales quedan inscritos de algu- romano hablará en el mismo sentido
es preciso ver también el mandato sente como el don sacrificial donde na manera en esta actualización del de "ofrenda de los dones" que el mis-
del Señor de celebrar el memorial de Dios, prenda de la salvación y tam- único sacrificio de Cristo. "Esto re- mo Dios nos ha dado: "Offerimus...
su muerte y, por consiguiente, el bién como acción sacrificial, se in- sulta tanto más sorprendente cuanto de tuis donis ac datis", y añade a
modo en que los apóstoles y la igle- troduce en los creyentes y en cuantos que, oponiéndose el cristianismo a continuación: "... hostiam puram"; es
sia primitiva realizan esta acción me- la celebran con fe a través de la do- los sacrificios materiales y cosifica- decir, la oblación de los elementos
morial agradeciendo y proclamando nación única de Cristo. En él, por dos de procedencia judía y pagana, es únicamente el presupuesto de la
en la eucaristía y en la eulogía la él y con él tienen acceso al Padre había llegado a considerar la oración actualización de la única oblatio ple-
muerte del Señor (cf 1 Cor 11,23- para la gloria del Padre por medio y la intención pura como su único y namente válida, suficiente y verda-
26 y Mt 26,26ss; Me 14,22ss; Le de Cristo. auténtico sacrificio"22. dera, tal como se da en el sacrificio
22,19ss). El NT no llama expresa- de Cristo, que es actualizado en esta
mente jamás sacrificio a la "fracción Justino subraya de manera ex-
traordinariamente fuerte que los sa- celebración memorial.
del pan", a la "cena del Señor". Ésta II. Teología de los padres
es el memorial agradable de la muer- crificios de los cristianos son sus ora- Además, contamos con la siguien-
te de Cristo, y por ello de su sacrifi- ciones y acciones de gracias (eucha- te afirmación decisiva de la primera
Esta actualización del único sacri- ristíai) (Dial, con Trifón 117). Ahora
cio, su proclamación. Pero tal me- ficio de Cristo ha llevado a llamar a plegaria eucarística cristiana, tal
morial (anamnesis), tal proclama- la acción eucarística prosphorá y bien, tales oraciones de acción de gra- como nos ha sido transmitida por la
ción, es la actualización del sacrificio cias llegan a concretarse en la acción Tradición apostólica de Hipólito de
memorial. Y esto incluso teniendo de gracias pronunciada sobre los ele-
de Cristo realizado de una vez para presente "la acentuación enfática de Roma al comienzo del s. m: "Te da-
siempre y suficiente para todos los la unicidad y exclusividad del sacri- mentos del convite que llevan los cris- mos gracias, oh Dios, por medio de
tianos al acercarse al altar, para que tu amado Hijo Jesucristo... Recor-
el presidente pronuncie sobre ellos dando por lo mismo su muerte y re-
Sacrificio 1820
1821 Sacrificio
surrección, te ofrecemos el pan y el enim Domini sacrificium quod offe-
cáliz, y te damos gracias por haber- rimus"". guram Abel iustus instituit... cele- vino o lo que corresponda). Pero la
nos hecho dignos de comparecer en Ofrecemos un testimonio ulterior bravit Abraham, Melchisedaec sacer- aceptación, a través de la benedictio,
tu presencia y de servirte. Te pedi- del Oriente. Se trata de un texto del dos exhibuit, sed verus agnus aeter- transforma tales dones en el sacrifi-
comentario de san Juan Crisóstomo nus pontifex hodie natus Christus cio perfecto de Cristo, que lleva a
mos también que envíes tu Espíritu plenitud todos los sacrificios vete-
Santo sobre la ofrenda de tu igle- a Heb 10,10: "También hoy nosotros implevit". La iglesia inmola (immo-
lat) el sacrificio de alabanza, que el rotestamentarios (cf GeV 111; 116;
sia..." ("Gratias tibi referimus, Deus, ofrecemos (prosphéromen) aquel sa- 126; 158; 165, etc.).
crificio (thysía), que fue ofrecido de verdadero sacerdote Cristo, que es
per dilectum puerum tuum Jesum a la vez verdadero cordero pascual,
Christum... Memores igitur mortis una vez para siempre y de modo in- Gr 70,2 (Lietzmann): "Domine
ha ofrecido como cumplimiento de Deus noster, qui in his potius crea-
et resurrectionis eius, offerimus tibi agotable. Lo hacemos en memoria las prefiguraciones veterotestamen- turis quas ad fragilitatis nostrae sub-
panem et calicem, gratias tibi agen- (anamnesis) de lo que ocurrió enton- tarias. sidium condidisti, tuo quoque nomi-
tes, quia nos dignos habuisti adstare ces; de hecho él dijo: 'Haced esto en ni muñera iussisti dicanda constituí:
coram te et tibi ministrare. Et peti- mi memoria'. Nosotros no llevamos Ve 1265: "Oblatio tibi sit, Domi-
ne, hodiernae festivitatis accepta; tribue quaesumus, ut et vitae nobis
mus, ut mittas Spiritum tuum Sanc- a efecto otro sacrificio, como hacía praesentis auxilium et aeternitatis
tum in oblationem sanctae eccle- antiguamente el sumo sacerdote, qua et nostrae reconciliationis pro-
cessit perfecta placatio, et divini cul- efficiant sacramentum". Con los do-
siae...")2*. sino que siempre ofrecemos el mis-
tus nobis est indita plenitudo, et via nes que Dios concede la iglesia ce-
La iglesia sacrifica, sí; pero en la mo; mejor aún, nosotros realizamos veritatis et via regni caelestis appa- lebra el sacrificio, que —y ahora el
ejecución de la acción memorial, el (ergázomen) el memorial del único ruit". Pide la iglesia que sea acogido sentido, el contenido de tal acción
don de la iglesia se transforma en el sacrificio"28. con benignidad su sacrificio. De él sacrificial se transforma casi imper-
cuerpo sacrificial de Cristo. El único El punto de vista que aquí se adi- procede la salvación. Resulta evi- ceptiblemente en el del sacrificio de
sacrificio ofrecido por Cristo en la vina con su síntesis entre memorial dente que la fuente de la misma sal- Cristo— debe servir de ayuda para
cruz se actualiza, haciéndose presen- del sacrificio - sacrificio aparece ex- vación es el sacrificio de Cristo, que el presente y garantía de salvación
te en el aquí y el ahora. "La solución plícitamente también en los antiguos se hace presente en la oblatio de la eterna.
del problema se manifiesta con la ple- sacramentarios romanos (Veronen- iglesia y coincide con tal oblatio Gr 77,2: "Ipse tibi quaesumus,
nitud clásica de las dos breves pala- se, Gelasiano antiguo, Gregoriano) (cf 1269; 91; 93; 95; 216; 222; 228; Domine, sánete Pater, omnipotens
bras contenidas en la así llamada y en la eucología del Misal Romano, 238; 253). Deus, sacrificium nostrum reddat
anamnesis tras el relato de la institu- que hace referencia a ellos, trátese No habla de distinto modo el Ge- acceptum, qui discipulis suis in sui
ción: memores offerimus-memnemé- del postridentino de Pío V o del pos- lasiano antiguo. GeV 679 (= Ve commemorationem hoc fieri hodier-
noi prosphéromen. Celebrando el vaticano de Pablo VI. Bastan algu- 253): "Remotis obumbrationibus car- na traditione monstravit". Cristo mis-
memorial de la prosphorá de Jesús, nos ejemplos para demostrarlo. Una nalium victimarum spiritualem tibi, mo es mediador de la aceptación del
llevamos a plenitud nuestra propia orado super oblata del sacramenta- summe Pater, hostiam supplici ser- sacrificio de la iglesia, que ella reali-
prosphorá. En otras palabras: nues- rlo Veronense dice: "Munus populi vitute deferimus, quae miro et inef- za por su voluntad, en memoria suya
tra prosphorá es un memorial de la tui, Domine, placatus intende quo fabili mysterio et immolatur semper (cf, por ejemplo, 39,2; 40,2; 43,2;
prosphorá de Jesús, y puede ser sólo non altaribus ignis alienus, nec inra- et eadem semper offertur, pariterque 55,2; 87,2, etc.).
entendida como memorial de la tionabilium crúor effunditur anima- et devotorum munus et remuneran- Todo lo que estas oraciones (casi
prosphorá de Jesús. Así suena la ex- lium, sed sancti Spiritus operante vir- tis est praemium". Aunque hayan todas super oblata) dicen unánime-
plicación de los padres, y por lo mis- tute sacrificium iam nostri corpus et pasado ya los sacrificios materiales, mente, se confirma en términos clá-
mo la interpretación normativa de sanguis est ipsius Sacerdotis" (Ve la iglesia ofrece su sacrificio, que por sicos en la oración más antigua de la
la liturgia antigua"2S. 1246). Munus significa don; pero al un misterio inefable es siempre el liturgia romana, en la oración cono-
La desenvoltura con que la cele- mismo tiempo se refiere a toda la mismo, o sea, el único sacrificio de cida como Canon Romanus (GeV
bración del sacrificio de Cristo es de- acción cultual, a toda la acción sa- Cristo. 1244-1255): la iglesia pide la acepta-
nominada por la teología también cra 2'. En esta acción del pueblo cre- GeV 1188: "Dus, qui legalium dif- ción de los "dona, muñera, sancta
sacrificio, actualización del sacrificio yente no se ofrece ya un sacrificio ferentias hostiarum unius sacrificii sacrificia ¡Ilibata", ofrecidos por
de Cristo, aparece de modo particu- imperfecto, un simple sacrificio perfectione sanxisti, accipe sacrifi- ella, por sus ministros y por los mis-
larmente clara en Cipriano. "Oblatio cruento de animales, sino el sacrifi- cium a devotis tibi famulis et pari mos fieles: "Qui tibi offerunt hoc sa-
y su sinónimo sacrificium son para cio (del cuerpo y de la sangre) de benedictione sicut muñera Abel iusti crificium laudis". Tal oblatio, conti-
él la denominación predominante de Cristo sacerdote. En la celebración sanctifica, ut quod singuli obtulerunt núa la oración, debe hacerse cuer-
la eucaristía"». He aquí lo que él de la acción cultual se verifica el sa- ad maiestatis tuae honorem, cunctis po y sangre del Señor: "Quam obla-
mismo dice expresamente: "Quia crificio de Cristo. proficiat ad salutem". Se pide la tionem...". Recordando su manda-
passionis eius mentionem in sacrifi- aceptación del sacrificio, es decir, de miento, "nos servi tui sed et plebs
Ve 1250: "Veré dignum: tuae laudis tua sancta" ofrecemos "de tuis do-
ciis ómnibus facimus; passio est lo que cada uno ha ofrecido (pan y
hostiam iugiter immolantes cuius fi-
Sacrificio 1822
1823 Sacrificio
nis ac datis hostiam puram, sanctam, a las formulaciones de la liturgia
immaculatam, panem sanctum vitae romana. ei hostiam suae passionis offerimus, inmolado una sola vez. A esto pode-
aeternae et calicem salutis perpe- Ambrosio dice: "Por la muerte de toties nobis ad absolutionem nos- mos responder brevemente así: lo
tuae". uno fue redimido el mundo... Su tram passionem illius reparamus" n. que el sacerdote ofrece y consagra se
También aquí, por tanto, se ofre- muerte es la vida de todos... Mortem Nuestro sacrificio consiste en re- llama sacrificio y oblación, porque
ce, en un característico proceso pen- eius orantes annuntiamus, mortem presentar la única passio (la acción es memoria y representación del ver-
dular, un don terreno, pero en la ce- eius offerentes praedicamus;... mors sacrificial de Cristo); cada vez que dadero sacrificio y de la inmolación
santa hecha sobre el altar de la cruz.
lebración memorial de la muerte y eius sacramentum est, mors30eius an- ofrecemos el sacrificio de su pasión,
Además, Cristo murió una sola vez en
nua solemnitas mundi est" . En la ese sacrificio está entre nosotros, se
resurrección del Señor, en la cual el la cruz y allí fue inmolado en sí mis-
acción de la iglesia —"offerentes hace nuestro sacrificio.
don se transforma en el cuerpo y praedicamus", en la celebración del mo; pero es inmolado cotidianamen-
sangre de Cristo, de modo que la sacrificio, en la oración eucarística— Pascasio Radberto (f 860) sostie-
ne: "Este sacramento es inmolado te en el sacramento, porque en el sa-
iglesia, haciendo memoria y ofre- se predica, se actualiza la muerte (sa- cramento se hace memoria (recorda-
ciendo, ofrece el sacrificio de Cristo, crificial) del Señor para vida de en memoria de la muerte de Cristo
(in memoriam monis Christi immo- tio fit) de lo que se hizo una sola
del que ella misma espera la salva- todos.
latur), para que sea el cuerpo de nues- vez"33. A continuación siguen algu-
ción eterna. tra redención, el alimento de vida en nos textos clásicos de los padres 34 .
Según los claros términos de la li- En Agustín leemos: "Jesucristo... "De aquí se deduce que lo que se
nosotros y la sangre del Nuevo Tes-
turgia romana, la celebración de la en la forma de esclavo prefirió ser tamento en la muerte del testador". hace sobre el altar es y se llama sa-
eucaristía es sacrificio de la iglesia, un sacrificio más que recibirlo... Por Algero de Lieja (t 1131 ó 1132)
crificio, que Cristo ha sido inmolado
porque ella ofrece dones en memoria eso él es sacerdote, es contemporá- declara con fuerza: "Es necesario sa-
una sola vez y que se le ofrece coti-
de la muerte del Señor, de modo que neamente sacrificador y víctima sa- ber, que si nuestro sacrificio cotidia-
dianamente, pero entonces de una
su acción sacrificial no es otra cosa crificial. Cuius rei sacramentum cot- manera y ahora de otra" 35 .
no fuese diverso del que Cristo ofre-
que la ofrenda del sacrificio del Se- tidianum esse voluit ecclesiae sacri- ció una vez, no sería un verdadero Comoquiera que se explique el
ñor, un ser-insertados en ese sacrifi- ficium". El sacrificio de la iglesia es sacrificio, sino un sacrificio super- modo de actualización del sacrificio
cio, que así se hace presente sin por día tras día sacramentum, o sea, fluo. Así como es imposible que se de Cristo, es indudable que el Ma-
ello nacerse un nuevo sacrificio de imagen mistérica, actualización del dispense otra salvación, del mismo gister Pedro Lombardo llama a la
Cristo. Este último permanece en su sacrificio de Cristo dispensador de
vida. modo el sacrificio ofrecido una vez y misa sacrificio; y que ésa lo es en
unicidad y es hecho presente, en el nuestro cotidiano deben ser la cuanto recordado del único sacrifi-
cuanto único, a los celebrantes. León Magno utiliza un lenguaje misma cosa (oportet eandem esse cio de la cruz, en cuanto memorial.
en que la cercanía a las formulacio- illam semel oblatam et nostram cot-
Es digna de notarse la tranquili- nes de los sacramentarios romanos Ésa seguirá siendo la doctrina de
dad con que consecuentemente se se hace casi tangible. "Atrajiste a ti, tidianam oblationem". Algero pro- los teólogos, como resulta por ejem-
habla del sacrificio de Cristo y del nuncia estas palabras refiriéndose al plo del testimonio de Tomás de Aqui-
Señor, todas las cosas para que la comentario de Juan Crisóstomo a la no: "...No ofrecemos un sacrificio
sacrificio de la iglesia. La iglesia es- piedad de todas las naciones cele-
pera del propio sacrificio la salva- brase, como un misterio lleno de carta a los Hebreos [/supra, nota diverso del que Cristo ofreció por
ción eterna, precisamente porque en 28], que la edad media atribuía erró- nosotros, o sea, su sangre. Por tanto,
realidad y libre de todo velo, lo que neamente a Ambrosio. el nuestro no es otro sacrificio, sino
su acción, por obra del Espíritu San- tenías oculto en un templo de Judea
to, se hace presente el único sacrifi- a la sombra de las figuras. Ahora es el memorial del que ofreció Cristo"3*.
cio de Cristo. En la medida en que la también cuando, abolidos ya los sa- Entre los diferentes nombres del
iglesia presenta, ofrece e inmola so- crificios de animales carnales, la sola III. La escolástica sacramento del altar, Tomás men-
bre el altar dones terrenos, concedi- oblación de tu cuerpo y de tu sangre ciona en primer lugar el de sacrificio:
dos por Dios creador, como expre- ocupa el lugar de todas las víctimas La doctrina de la tradición fue fi- se llama así "referido al pasado, o
sión de la propia donación y de la que la representaban. Por eso, tú nalmente sintetizada de manera clá- sea, en cuanto que es conmemorati-
propia disponibilidad para insertarse eres el cordero de Dios que quita los sica por Pedro Lombardo, el Magis- vo de la pasión del Señor, que fue
en el sacrificio de Cristo, está ofre- pecados del mundo, y todos los mis- ter, el autor del manual fundamental un verdadero sacrificio; y por eso se
ciendo hoy, en el marco de la acción terios se cumplen en ti de tal suerte, de la alta escolástica, que en el li- llama sacrificio" (S. Th. III, q. 73,
memorial, el sacrificio de Cristo al que así como todas las hostias que bro IV de las Sententiae, presentan- a. 4c). Como el acontecimiento de la
Padre. do expresamente la problemática de- cruz fue un sacrificio (III, q. 48,
se te ofrecen no forman más que un cisiva, escribe: "Después de esto nos a. 3), así lo es también el sacramen-
Este será el lenguaje de los siglos solo sacrificio, así todas las naciones preguntamos si lo que realiza el sa- to. A continuación resuelve las difi-
sucesivos. Pero antes queremos con- de la tierra no forman más que un cerdote puede llamarse con propie- cultades remitiéndose a la tradición
siderar todavía algunos testimonios solo reino"". dad sacrificio o inmolación y si Cris- y a su manera de resolverlas: "Si en
de los grandes padres, que preceden Gregorio Magno afirma: "Quoties to es inmolado cotidianamente o fue la celebración de este sacramento
1825 Sacrificio
Sacrificio
1824
el cual hallar acceso al único sacrifi- el memorial de la iglesia. Él (así
Cristo es inmolado" (III, q . 83, a. 1). to Ockham como los demás teólogos cio de Jesucristo en la cruz. Lutero, como los teólogos anteriores a él) no
afrnn» C?mentario a las Sentencias de la época la reflejan de continuo. en cambio —que se movió primera- comprende ya como es debido el sig-
«ronta brevemente la cuestión sólo Es simplemente presupuesta y vivida mente sin más por los carriles de la nificado de la realidad sacramental,
?n la expositio textus: "Efectivamen- de manera práctica en la actividad concepción contemporánea sobre la del memorial cultual, de la anam-
if' " ° decimos que Cristo sea cruci- litúrgica cotidiana. "Precisamente el eucaristía, pero que se alzó polémi- nesis •".
'icado y muerto cotidianamente, por- s. xv conoce numerosas y amplias camente después, por motivos pas- Contra esta enseñanza de Lutero,
5 " e e ' a c . t o de los judíos... ha pasa- explicaciones de la misa... Sin em- torales auténticos, contra los abusos defendida con tanto ahínco, el con-
uo. Decimos, en cambio, que se bargo, en ellas aparecen en primer en el campo de la vida concreta de cilio de Trento (ses. 22, DS 1738-
repiten cotidianamente las cosas que plano con frecuencia cuestiones pe- piedad—, se ve poco a poco arras- 1759) simplemente volvió a afirmar,
se refieren a la relación de Cristo con riféricas, mientras el método alegó- trado por su polémica a oponerse a con palabras solemnes, la doctrina
uios Padre, como la oferta, el sacri- rico domina toda la exposición. Pese la doctrina de la misa en general".
ficio y similares, por el hecho de que a esto, en esas explicaciones de la de toda la tradición: "... a fin de que
En su opúsculo polémico De capti- se mantenga en la santa iglesia cató-
'a hostia es perpetua". misa condicionadas históricamente vitate babylonica sostiene sobre todo
En los siglos sucesivos esta doctri- se mantiene (aunque débilmente) la lica la fe y la doctrina antiguas, ab-
(testificando así involuntariamente soluta y de todo punto perfecta so-
na sobre el sacramento de la eucaris- justa idea fundamental de que la la convicción de fe de entonces, que
tía como sacrificio es sustancialmen- misa es la re-presentación de la muer- bre el gran misterio de la eucaristía;
él en cambio valoraba de manera ne- y se conserve en su pureza...: ense-
te conservada y transmitida; pero te redentora de Cristo... Los sermo- gativa) que la tercera cautividad, en
dentro de la perspectiva general de nes [sobre la misa], con pocas ex- ña... acerca de [ella] en cuanto que
la teología eucarística, como se ha cepciones, son repeticiones áridas, y la que ha caído este sacramento, es es el verdadero y único sacrificio"
ido delineando en el curso del me- con demasiada frecuencia mezcladas "el abuso sin duda más impío, que (Z>S1738)".
dievo: cada vez más "aparece en pri- con opiniones supersticiosas o histo- ha llevado a hacer que hoy en la igle- Ante todo, el Concilio afirma en
mer plano el asombro que adora la rias milagrosas bastante problemáti- sia quizá ninguna opinión esté tan el c. 1 que Jesucristo, el nuevo sumo
presencia real que el Señor nos ha cas, de explicaciones académicas... difundida y sea defendida tanto sacerdote, ha venido para completar
dejado... como alimento y consue- poco adecuadas para inflamar los como la opinión según la cual la los sacrificios insuficientes del AT, y
lo"". Para Ockham y los demás teó- corazones y promover la recta com- misa sería una obra buena y un sa- así llevar a la plena santificación a
logos de la escolástica tardía, esto prensión del significado de la misa. crificio"44. En el escrito Vom Miss- cuantos debían ser santificados. Él
con frecuencia significa que "el inte- El tema de los frutos de la misa, tra- brauch der Messen (de 1522) leemos: se ofreció una sola vez sobre la cruz
rés teológico se concentra en medi- tado con frecuencia en los sermones "Decidnos, sacerdotuchos de Baal, para llevar a efecto la única reden-
da creciente sobre la doctrina de de esa época, contribuía poco a la ¿dónde está escrito que la misa es un ción eterna. Pero para que no se ex-
la transubstanciación; y, dentro de instrucción de los fieles; y el método sacrificio? O ¿dónde ha enseñado tinguiese su acción de sumo sacer-
ésta, sobre cuestiones filosófico-es- gros seguido para ello no carecía de peli- Cristo que es necesario sacrificar a
para la vida religiosa del pue- dote, en la última cena dejó a su igle-
peculativas de la relación entre sus- blo. En Dios el pan y el vino bendito? ¿No sia "un sacrificio visible en el que
efecto, las exaltaciones de la oís? Cristo se ha sacrificado a sí mis-
tancias y quantitas"'*. La justa com- misa como medio infaliblemente efi- estuviera representado (repraesenta-
prensión del significado de la rea- caz en todas las necesidades corpo- mo una sola vez, no quiere seguir retur) aquel sacrificio cruento que
lidad sacramental desaparece en me- rales y espirituales no promovían la siendo sacrificado por ningún otro; iba a realizar una sola vez en la cruz;
dida pavorosa 39 . Falta por completo tensión moral de los oyentes, y cons- quiere que se haga memoria de su y permaneciera su memoria hasta el
una discusión del carácter sacrificial. tituían además un motivo de escán- sacrificio. ¿Cómo podéis entonces final de los tiempos (eiusque memo-
Se la deja a la piedad, limitándose a dalo para todos los que buscaban ser tan audaces que hacéis del me- ria); y su eficacia salvífica se aplicara
lo sumo a tocar algunas cuestiones una reflexión más seria "a. morial un sacrificio?... Temo, más
casuísticas y rigurosamente rubricis- a la remisión de los pecados que co-
aún, por desgracia sé que vuestro metemos diariamente...: ofreció a
tas 40 Con razón dice E. Iserloh: sacrificio es un sacrificar de nuevo a
"Ockham instauró una mentalidad Dios Padre su cuerpo y su sangre
Cristo". bajo las especies de pan y de vino...;
teológica que no sólo no estudia la IV. Reforma
eucaristía como sacrificio, sino que y teología postridentina los dio... con estas palabras: Haced
Lutero, por tanto, lucha contra la esto en memoria mía, etc. Así lo en-
hacía difícil a Lulero conciliar el ca- realidad del sacrificio de la misa casi
rácter sacrificial de la misa con la De todas formas, si prescindimos tendió y enseñó siempre la iglesia.
con las mismas palabras con que Porque habiendo celebrado la anti-
revelación, y a los teólogos contro- de fenómenos marginales de exage- la tradición, a partir de la Didajé
versistas católicos defenderlo con raciones supersticiosas, el creyente gua pascua..., instituyó una pascua
y Justino (de acuerdo con Pablo, nueva, que era él mismo, que había
católico podía gozarse tranquila- 1 Cor 11, y las narraciones sinópticas
Ypese a todo, la doctrina de la mente de la misa como de un sacri- de la institución), expresa la unici-
de ser inmolado por la iglesia..., en
misa como sacrificio sobrevive. Tan- ficio, como de su sacrificio, mediante dad y la no repetibilidad del único
memoria de su tránsito (transitus) de
este mundo al Padre... Y ésta es,
sacrificio de la cruz y su presencia en
Sacrificio 1826
1827 Sacrificio
ciertamente, aquella oblación pura como propio se lo ofrecen al Padre,
que no puede mancillarse con nin- para que, pese a su indignidad, con línea de la evolución teológica del a partir de ella, en la instrucción
guna indignidad o malicia de los ofe- fe y pureza de intención (cf DS 1743) medievo tardío— se consideró más Eucharisticum mysterium, de 1967,
rentes... Ésta es, en fin, la que estaba puedan recibir los frutos (del sacrifi- en sí mismo, y no tanto en conexión sobre el culto del misterio eucarísti-
prefigurada, en los tiempos de la ley cio de Cristo en la cruz), esto es, "la directa con el sacramento M. El clima co ". Tal instrucción presenta de ma-
natural y de la ley revelada (naturae gracia y el don de la penitencia" (ib). polémico y fuertemente antiprotes- nera excelente la síntesis a la que se
et legis tempore), por las imágenes tante obligó a subrayar la realidad ha ido llegando lentamente en la dis-
Aquí, como es natural, hemos ex- del sacrificio de la misa. cusión teológica desarrollada des-
(similitudines) diversas de los sacri- puesto la doctrina del concilio de
ficios, puesto que ella contiene todos En los siglos sucesivos al concilio pués del concilio de Trento. Delinea
Trento tal como la vemos y com- de Trento se trabajó en el mismo el marco histórico-salvífico, la ac-
los bienes que aquéllos significaban, prendemos hoy, tras cuatrocientos
con su plenitud y perfección" (DS sentido con las llamadas teorías de ción salvífica con la que Cristo ha
años de diligente trabajo teológico. la destrucción, que intentaban de- constituido su iglesia, para comuni-
1739-1742)". Lo primero que hay que destacar es mostrar la existencia de un cambio carle a ella su propia vida, y en ella
En el c. 2 se llama al sacrificio esto: frente a las negaciones de los real del don sacrificial de la misa, o a los creyentes, "que se unen miste-
eucarístico "sacrificio verdadera- reformadores, el Tridentino afirma con las teorías de la oblación, que riosa y realmente a Cristo paciente y
mente propiciatorio", porque "en claramente que "la misa es un verda- veían en la misa un (nuevo) acto sa- glorificado, por medio de los sacra-
este divino sacrificio... se contiene e dero sacrificio" y que "este carácter crificial de Cristo. El agudo proble- mentos. Por eso nuestro Salvador...
inmola incruentamente aquel mismo sacrificial suyo, que no coincide sim- ma de todas las teorías era y sigue instituyó el sacrificio eucarístico de
Cristo...". El motivo de este hecho plemente con la comida en cuanto siendo éste: "Cómo conciliar la reali- su cuerpo y sangre, con el cual iba a
es: "Porque la víctima es una sola y tal, sino que más bien es una reali- dad del sacrificio eucarístico con la perpetuar por los siglos hasta su vuel-
la misma; el mismo que ahora se ofre- dad particular, no contradice de nin- unicidad del sacrificio redentor en la ta el sacrificio de la cruz y a confiar
ce por el ministerio de los sacerdotes gún modo la unicidad del sacrificio cruz" ". La mejor solución al proble- así a su esposa, la iglesia, el memo-
es el que entonces se ofreció en la redentor de Cristo; más aún, sacrifi- ma la apuntaron algunos teólogos rial de su muerte y resurrección: sa-
cruz; sólo es distinto el modo de cio de la cruz y sacrificio de la misa de una tradición tomista que, como cramento de piedad... (SC 47). Por
ofrecerse. Los frutos de esta obla- son en cierto sentido un único sacri- Vázquez y Bossuet, subrayaron el eso la misa o cena del Señor es a la
ción (de la cruenta hablamos) se re- ficio". Pero el concilio, consciente- carácter sacramental del sacrificio. vez inseparablemente: sacrificio en
ciben abundantemente por medio de mente, no ha querido decir más; y Hoy podemos decir que, en cierto el que se perpetúa el sacrificio de la
esta oblación incruenta: tantum "con razón, pues los debates conci- sentido, se cierra el círculo. El cami- cruz; memorial de la muerte y resu-
abest, ut illi per hanc quovis modo liares revelaban una notable insegu- no intermedio entre los dos extre- rrección del Señor, que dijo: Haced
derogetur" (DS 1743)". ridad en cuanto se intentaba pasar a mos, o sea, entre "la realidad brutal esto en memoria mía; banquete sa-
Esta doctrina finalmente se resu- explicar teológicamente estas líneas de una nueva inmolación, análoga a grado en el que por la comunión en
me de manera precisa en los cánones fundamentales: se avanzaba un poco la del Calvario, y el signo desnudo, el cuerpo y la sangre del Señor el
1-4. Especial importancia reviste el a tientas, porque, según parece, fal- falto al menos por su propia fuerza pueblo de Dios participa en los bie-
can. 3 (DS 1753): el sacrificio de la taban las categorías conceptuales de cualquier realidad sacrificial", es nes del sacrificio pascual, renueva la
misa no es sólo un sacrificio de ala- con las que entender esta verdad de éste: "El sacrificio de la misa consiste nueva alianza entre Dios y los hom-
banza y acción de gracias (¡cosa que fe entonces claramente recordada esencialmente en el hecho de que las bres sellada de una vez para siempre
es, naturalmente!); no es tampoco por su negación"49. Pero por causa especies eucarísticas representan el con la sangre de Cristo, y prefigura
una nuda commemoratio del sacrifi- de la situación polémica, el concilio sacrificio de tal manera que lo con- y anticipa en la fe y la esperanza el
cio de la cruz, con lo que se rechaza acentuó de manera particularmente tienen realmente, de manera sacra- banquete escatológico en el reino del
la errónea explicación luterana del fuerte el carácter sacrificial. mental"52. Padre, anunciando la muerte del Se-
memorial, del recuerdo puramente A esto cabe añadir el hecho, debi- ñor hasta que venga"(n. 3, a).
subjetivo. El sacrificio de la misa es do a circunstancias diversas, de que
una memoria — anamnesis en el ple- Resumiendo, podemos decir con
se expuso la doctrina sobre la euca- V. Las concepciones actuales J. Betz: "El sacrificio de los cristia-
no sentido antiguo del término: re- ristía en tres sesiones distintas, con
cuerdo/memorial lleno de realidad; nos no pretende completar el sacrifi-
un intervalo de más de diez años en- 1. "SACROSANCTUM CONC1LIUM" cio de la cruz, sino representarlo, ac-
copia perfecta de la realidad; sacra- tre la primera y la tercera, corres-
mentum (mysterium) del irrepetible Y "EUCHARIST1CUM MYSTERIUM". tualizarlo, presencializarlo, desarro-
pondientes a las tres grandes temáti- llar su dimensión interna aquí y
sacrificio de la cruz, en el que este cas: presencia real (1551), comunión Así ve también el Vat. II el sacrificio
último está presente, de tal manera de la misa, particularmente en la ahora. Además, el mismo sacrificio
(1562) y, al final, sacrificio de la misa de la cruz no es sólo sufrimiento,
que los celebrantes sacrifican real- (1562). Se insistió con mayor fuerza constitución sobre la liturgia (SC 47;
mente, realizan aquí y ahora el sa- 2; 5-7). Posteriormente se desarrolló sino también acción del hombre Je-
en la presencia real, mientras el sa- sús... Aun cuando todo depende de
crificio de Cristo, lo hacen propio, y crificio de la misa —sin duda en la el argumento en la encíclica de Pa-
blo VI Mysterium fidei, de 1965, y, la eficacia salvífica de Dios, ésta no
Sacrificio 1828 1829 Sacrificio

excluye una actividad propia de la la teología del s. H (y de la doctrina gota es el núcleo más íntimo también rial, un memorial (anamnesis) en el
criatura espiritual en el acto de sal- católica en general). Toma aislada- del sacrificio de la misa realizado que aquello de lo que se hace memo-
vación, sino que la incluye, la prepa- mente las afirmaciones particulares hoy nuevamente por el sacerdote. La ria deviene verdaderamente presen-
ra previamente con la gracia, de y las encuentra contradictorias. Pero acción sacramental del sacerdote cia real. Precisamente las narracio-
modo que el movimiento ascendente no ve que la iglesia de ese mismo hoy en el altar es precisamente el me- nes neotestamentarias de la cena del
está siempre posibilitado por un mo- siglo (como también la actual) fun- dio gracias al cual el único sacrificio, Señor dicen de forma clara que la
vimiento descendente. En el caso de dió en una síntesis sorprendente y el único acto sacrificial de Cristo hoy oración de acción de gracias, esto es,
la eucaristía, el mandato de institu- grandiosa estas afirmaciones real- re-entra én nuestro tiempo, y no me- la eucaristía, en la que se alaban y
ción Haced esto legitima la colabo- mente divergentes a primera vista diante una nueva puesta en acto de exaltan las grandes obras de Dios, la
ración de la iglesia en el sacrificio. sobre la prosphorá visible, única y sí mismo, ni tampoco mediante un acción salvífica y el don sacrificial
La autocomprensión de la iglesia en- definitiva de Jesús en la cruz, sobre nuevo y ulterior acto de Cristo, sino, de Cristo, se pronuncia sobre elemen-
cuentra su más fuerte articulación en la prosphorá espiritual de los cristia- precisamente, mediante la acción sa- tos del convite que se transforman
el offerimus y, sobre todo, en la pre- nos en la oración y en la pureza de cramental del sacerdote, sacerdotum en el cuerpo y sangre de Cristo para
cisión de que ofrecemos a Cristo. Es corazón y sobre la prosphorá mate- ministerio, como dice el concilio de que todos puedan comer y beber de
la autoconciencia del cuerpo, que rial en la eucaristía. Esa síntesis sal- Trento. En esta acción del sacerdote ellos y unirse así totalmente al Señor
sabe con certeza de su unión con la vaguarda el derecho de cada una de se desarrolla la acción de Cristo. En sacrificante y víctima. La figura de
cabeza, pero tiene que rogar a Dios las proposiciones particulares, y las toda misa el agente principal es Cris- la celebración, si se quiere usar preci-
que se digne aceptar misericordiosa- concilia. Es uno de los mayores ser- to, y de tal manera que el acto de samente esta palabra, no es el (sim-
mente su sacrificio" *. vicios prestados por la historia de la Cristo que está detrás de la acción ple) convite y tampoco un sacrificio
teología" ". del sacerdote es numéricamente material de pan y vino en cuanto ac-
2. CONTRIBUCIÓN ECUMÉNICA. idéntico al acto del sacrificio de la ción distinta del sacrificio de Cristo,
Esta concepción —fruto precioso de Este servicio, prestado ya por la cruz" !S . sino el memorial de acción de gra-
un trabajo multisecular— ha madu- antigüedad cristiana, hoy, después cias sobre el pan y sobre el vino (ele-
rado en el intento de hallar una so- del Vat. II, es ampliamente acepta- 3. ¿FIGURA DEL CONVITE? Todo
mentos del convite), en los que se
lución válida y de dar una respuesta do. "En realidad, viendo en la euca- esto se debe tener presente también hace presente el único sacrificio de
satisfactoria a la protesta de los re- ristía la re-presentación sacramental de cara a ciertas tendencias de la teo- Cristo en la cruz: sacrificio sacramen-
formadores y, por tanto, a la pro- del sacrificio de la cruz, se eliminan logía católica de nuestros días, que tal, lleno de realidad. La acción sa-
blemática que levantó. Con mu- objeciones decisivas de los reforma- subrayan preferentemente en la eu- grada, como se dice en el texto de la
chos teólogos protestantes de hoy, dores, sin tocar por ello la doctrina caristía la figura del convite, de la instrucción Eucharisticum myste-
podemos decir que, según la fe cató- eucarística del Tridentino; más aún, comida. El impulso en esta dirección rium citado más arriba, es insimul et
lica, es necesario "afirmar la re- volviendo claramente a la doctrina vino inicialmente de la exégesis, que inseparabiliter sacrificio, memorial y
presentación no sólo del Christus eucarística de la escolástica clásica, enlaza con la terminología neotesta- convite sacrificial, y todo esto de
passus, sino también de la passio de la época de los padres y de la mentaria: cena del Señor (deípnon manera sacramental, en palabras y
Christi"55. Naturalmente, la mayor Sagrada Escritura, se reconoce nue- kyriakón) y fracción del pan. Nada acciones como signa sacra, bajo los
parte de los teólogos protestantes va vitalidad a aquella tradición que menos que Romano Guardini pudo que se esconde la realidad histórico-
afirma esto permaneciendo dentro había encontrado un vértice provi- escribir: "Figura sustentante funda- salvífica: sacrificio de Cristo como
del ámbito "de la concepción lutera- sional en el Tridentino. En las dos mental de la misa es el convite. En nuestro sacrificio, cuerpo sacrificial
na del sacramento como acción ex- acciones históricamente separadas ella no aparece en primer plano el y sangre del Señor, con los que nos
clusivamente receptiva"56, mientras —allí el sacrificio de Cristo en el sacrificio, sino que está detrás de podemos alimentar.
la doctrina católica —junto a pocos Gólgota, aquí la acción cultual- todo... no como figura, sino como
teólogos protestantes, entre los cua- sacramental del sacerdote en el al- realidad, fuente, presupuesto"". Se 4. "INSTITUTIO GENERAL1S M l S -
les destacan M. Thurian y J.-J. von tar— tenemos sólo el único sacrificio trata de una acentuación ciertamente SALIS ROMANI". Todo esto se dice
Allmen— dice además que es preci- de Cristo, que se realizó entonces posible incluso dentro del dogma ca- claramente en la IGMR (= OGMRJ«>.
samente Dios mismo quien nos da la históricamente; con la acción actual tólico. De todas formas, pasa por En el proemio expresamente solici-
posibilidad de ofrecer al Padre el el sacerdote no repite ni completa alto el hecho de que este convite, tado por Pablo VI leemos: "El Se-
sacrificio de Cristo como nuestro en ese sacrificio, sino que lo representa en la medida en que se inserta en ñor, cuando iba a celebrar la cena
la acción memorial sacramental. "La sacramentalmente, de modo que en el marco de las oraciones eucarísti- pascual en la que instituyó el sacrifi-
crítica protestante se basa... en un ambas maneras tenemos numérica- cas que se remiten a las berakoth cio de su cuerpo y de su sangre..."
desconocimiento de la verdadera mente sólo un único acto de Cristo; (= alabanzas, bendiciones) vetero- (n. 1); "El concilio Vat. II (SC 47;
concepción católica primitiva; es fru- con otras palabras: el solo y único testamentarias judías, en su figura LG 3; 28; PO 2; 4; 5) ha vuelto a
to de una consideración atomista de acto sacrificial de Cristo en el Gól- de conjunto es un convite— memo- afirmar la naturaleza sacrificial de la
1831 Sacrificio
Sacrificio 1830
Lo que así se dice del sacrificio de epíclesis; la narración de la institu-
misa, solemnemente proclamada por ta con su palabra; pueblo que ha re- ción y la consagración ("con las pa-
el concilio de Trento en consonancia cibido el llamamiento de encauzar la misa en general, se repite insisten-
temente a continuación. En el mis- labras y gestos de Cristo se realiza el
con toda la tradición de la iglesia..." hasta Dios todas las peticiones de la sacrificio que el mismo Cristo insti-
(n. 2). Esa doctrina se expresa igual- familia humana; pueblo que en Cris- mo capítulo, al comienzo del párra-
fo C sobre la "liturgia eucarística", tuyó en la última cena"); la anamne-
mente en los formularios del Misal to da gracias por el misterio de la sis, en la que "la iglesia... realiza el
Romano, por ejemplo en la conoci- salvación en el ofrecimiento de su leemos: "En la última cena, Cristo
instituyó el sacrificio y convite pas- memorial del mismo Cristo, recor-
da oración sobre las ofrendas del Ve sacrificio; pueblo que por la comu- dando principalmente su bienaven-
93: "Cuantas veces se celebra el me- nión de su cuerpo y sangre se conso- cual, por medio del cual el sacrificio
de la cruz se hace continuamente turada pasión, su gloriosa resurrec-
morial de este sacrificio se realiza la lida en la unidad" (ib). ción y la ascensión al cielo"); la obla-
obra de nuestra redención" (ib). Lo presente en la iglesia cuando el sa-
cerdote, que representa a Cristo Se- ción ("la iglesia, en este memorial...
mismo se dice en las plegarias euca- A la interpretación auténtica del ofrece al Padre en el Espíritu Santo
rísticas: "En éstas el sacerdote, al ha- ñor, realiza lo que el mismo Señor
papa, expresada en el proemio, co- hizo y encargó a sus discípulos que la víctima inmaculada. La iglesia pre-
cer la anamnesis, se dirige a Dios en rresponde después el cuerpo de la tende que los fieles no sólo ofrezcan
nombre de todo el pueblo, le da gra- hicieran en memoria de él" (OGMR
Institutio. "La celebración de la 48). En primer lugar se habla de la la víctima inmaculada, sino que
cias y le ofrece el sacrificio vivo y misa, como acción de Cristo y del aprendan a ofrecerse a sí mismos, y
santo, es decir, la ofrenda de la igle- "Preparación de los dones" (nn. 49-
pueblo de Dios ordenada jerárqui- 53): "... se llevan al altar los dones" que de día en día perfeccionen... la
sia y la víctima por cuya inmolación camente, es el centro de toda la vida unidad con Dios"); las intercesiones;
el mismo Dios quiso devolvernos su (n. 49); dentro de lo posible deben
cristiana para la iglesia, universal y ser los mismos fieles quienes los pre- la doxología final.
amistad; y pide que el cuerpo y san- local, y para todos los fieles indivi-
gre de Cristo sean sacrificio agrada- senten; "el rito de presentarlos con-
dualmente, ya que en ella se culmina serva igualmente todo su sentido y La celebración del sacrificio euca-
ble al Padre y salvación para todo el la acción con que Dios santifica en
mundo. De este modo, en el nuevo significado espiritual" (ib). A conti- rístico es, por tanto, hasta tal punto
Cristo al mundo, y el culto que los nuación sigue lo que se refiere a la el centro solemne de todo el culto de
Misal, la ¡ex orandi de la iglesia res- hombres tributan al Padre, adorán-
ponde a su perenne lex credendi, que "plegaria eucarística" (nn. 54-55), la iglesia, con la que "Dios es perfec-
dole por medio de Cristo, Hijo de donde se afirma con fuerza: "Ahora tamente glorificado y los hombres
nos recuerda que, excepción hecha Dios. Además, se recuerda de tal
del modo diverso de ofrecer, consti- es cuando empieza el centro y el cul- santificados" y es actualizado el "sa-
modo en ella a lo largo del año los men de toda la celebración, a saber, cerdocio de Jesucristo" (SC 7), que
tuyen una misma y única realidad el misterios de la redención, que en cier-
sacrificio de la cruz y su renovación la plegaria eucarística, que es una la misma iglesia debe necesariamen-
to modo éstos se nos hacen presen- plegaria de acción de gracias y de te esforzarse por conducir a los fieles
sacramental en la misa, instituida tes" (OGMR 1). En el auténtico ca-
por el Señor en la última cena con el consagración... El sentido de esta a una participación viva en ella, para
pítulo principal de la Institutio, titu- oración es que toda la congregación que "los cristianos no asistan a este
mandato conferido a los apóstoles lado "Estructura de la misa. Sus
de celebrarla en conmemoración de de los fieles se una con Cristo en el misterio de fe como extraños y mu-
elementos y partes", leemos en el reconocimiento de la grandeza de dos espectadores, sino que, com-
él; y que, consiguientemente, la misa n. 7: "En la misa o cena del Señor el
es al mismo tiempo sacrificio de ala- Dios y en la ofrenda del sacrificio" prendiéndolo bien a través de los ritos
pueblo de Dios es reunido, bajo la (n. 54). Está claro que no basta con y oraciones, participen consciente,
banza, de acción de gracias, propi- presidencia del sacerdote que hace
ciatorio y satisfactorio" (ib). hablar de la figura de convite de la piadosa y activamente en la acción
las veces de Cristo, para celebrar el misa. Efectivamente está en primer sagrada, sean instruidos con la pala-
memorial del Señor o sacrificio plano la "plegaria de acción de gra- bra de Dios, se fortalezcan en la
eucarístico. De ahí que sea eminen- cias y de consagración", de la que se mesa del Señor, den gracias a Dios,
Después de haber explicado el temente válida, cuando se habla de
"sacerdocio ministerial del presbíte- distinguen los elementos particulares aprendan a ofrecerse a sí mismos
la asamblea local de la santa iglesia, (n. 55), los cuales, sin embargo, en cuando ofrecen la hostia inmaculada
ro" (n. 4), siempre en el proemio, el aquella promesa de Cristo: Donde
papa pone expresamente el acento cierto sentido, se compenetran y to- no sólo por manos del sacerdote,
dos o tres están reunidos en mi nom- dos juntos forman la única plegaria sino juntamente con él; se perfeccio-
también en "el sacerdocio real de los bre, allí estoy yo en medio de ellos...
fieles [distinto del de los presbíteros, eucarística, en la que se celebra el nen día a día por Cristo mediador
Pues en la celebración de la misa, en memorial del sacrificio de Cristo y en la unión con Dios y entre sí, para
pero preciosísimo], cuya ofrenda es- la cual se perpetúa el sacrificio de la
piritual es consumada en la unión los dones se transforman en su cuer- que, finalmente, Dios sea todo en
cruz, Cristo está realmente presente po y sangre. He aquí los elementos todos" (SC 48). Esto significa que el
con el sacrificio de Cristo, único Me- en la misma asamblea..., en la perso-
diador, por el ejercicio ministerial de particulares: la acción de gracias sacrificio de Cristo, hecho ahora
na del ministro, en su palabra y cier- ("por toda la obra de salvación o realmente también sacrificio de los
los presbíteros" (n. 5). "Se trata nada tamente de una manera sustancial y
menos que del pueblo de Dios, ad- por alguno de sus aspectos particu- cristianos, debe constituir el centro
permanente en las especies eucarís- lares"); la aclamación (Sanctus); la de su culto.
quirido por la sangre de Cristo, con- ticas".
gregado por el Señor, que lo alimen-
Sacrificio 1832 Sacrificio
1833
VI. Epilogo más que una sombra de los bienes Tal oblación traza el programa de la nota 16, 103; Ib (103s) también la documen-
venideros..., sin poder hacer perfec- la vida cristiana en función del sacri- tación deducida de Clemente y Bernabé —
El culto sacrificial ocupa un pues- tos a aquellos que se acercan a ficio de Cristo. La disponibilidad
22
Ib, 104 — 2 ! Ib, 106 — » Hanggi-Pahl, Prex
to central en todas las religiones. Dios... porque es imposible que la eucharislica, SF 12 (1968) 81 — 25 Betz, a.c.,
que el cristiano, inspirado ya por la 107 - 2Í Ib, 105 — 21 Ep. 63,17; CSEL 3,714,
Esto sucede también en el AT. En sangre de toros y machos cabríos qui- gracia, presenta y expresa en los do- 21s; cf también Ep. 63,9; CSEL 3,708, 10s: "Nec
los vértices de la historia de salva- te los pecados. Por eso, al entrar en nes ofrecidos en el altar, pueda —así sacrificium dominicum legitima sanctifícatione
ción encontramos siempre un sacri- este mundo, Cristo dijo: No has que- pide— ser santificada por Dios me- celebran, nisi oblatío et sacrificium nostrum res-
ficio, que sella la alianza entre el rido ni sacrificio ni oblación, en diante la transformación de tales do- ponden! passioni" — 28 Hom. 17,3; PG 63,131;
Dios misericordioso y los patriarcas cambio me has formado un cuerpo... nes (imagen de su disponibilidad) en
en el medievo se pensaba que este texto era de
que él ha elegido y llamado, y final- entonces dije: Heme aquí que ven- san Ambrosio — 2>) Cf O. Casel, Beirírage zu
el cuerpo y sangre de Cristo; Dios rómischen Orationem, en JLW 11 (1931) 42 —
mente, entre él y el pueblo elegido, go... para hacer, oh Dios, tu volun- Padre acepte benigno este sacrificio 30
De excessufratris sui Satyri 2,45; PL 16,1327;
Israel. El culto sacrificial, su rica ar- tad. .. Y en virtud de esta voluntad espiritual —o sea, el sacrificio de el texto sucesivo de Agustín: De civ. Dei X, 20;
ticulación y su minuciosa reglamen- somos nosotros santificados, de una Cristo, ofrecido en el Espíritu Santo, PL 41, 298 — 3I San León Magno. Homilías
tación ocupan el centro de la ley ve- vez para siempre, por la oblación del hecho ahora sacrificio de los cristia-
sobre el año litúrgico, BAC 291, Madrid 1969,
terotestamentaria. Frente al peligro cuerpo de Jesucristo" (Heb 10,1-10; hom. 8 [59], pp. 245-246; traducción según Ca-
nos en virtud del mismo Espíritu— sel, JLW 6 (1926) I70s; otros textos de los pa-
de la exteriorización, la crítica de los cf también 10,11-18). para que, gracias a él, toda la vida dres, ib, 113-204 = Faites-ceci en mémoire de
profetas invita a la interiorización y cristiana sea un munus aeternum, moi, París 1962 — 32 Hom. in Evgl. 37,7; PL
a la espiritualización, aludiendo al En correspondencia con el man- don perenne del creyente a Dios en 76,1278s: Pascasio Radberto, Expos. in Mí.
mismo tiempo a un cumplimiento dato del Señor, la celebración me- el sentido de Rom 12,1; en la perse-
XII, 26: PL 120,897A; Algero de Lieja, Desacr.
último y futuro de esos sacrificios. corp. et sang. diminici I, 16; PL 180,786s —
morial del único sacrificio de Cristo verancia de la fe y del amor, en la 33
Sent. IV, dist. 12, c. 5: PL 192, 866s y en la
Por tanto, los sacrificios veterotes- constituye el centro del culto cristia- creciente configuración con Cristo, edición Quaracchi de Buenaventura IV, 268s.
tamentarios en el fondo son solamen- no. Es en su núcleo un sacrificio sa- según las palabras que se leen en Flp Cf ib, IV, dict. 8, c. 5 = edición Quaracchi de
te prefiguraciones e indicaciones ti- cramental, memoria en palabras y 3,8-14. Buenaventura IV, 178 (PL 192,857): "Dominus
pológicas. Su cumplimiento llegó en acciones, mediante las cuales aquel Jesús, celebrato cum discipulis typico pascha,
la plenitud de los tiempps con Jesu- [/ Memorial]. quoddam memoriale eis commendare volens,
único, perpetuo y omnisuficiente sa- sub specie pañis et vini corpus et sanguinem
cristo, Hijo de Dios. Él vino para crificio de Cristo se hace presencia suum eis tradidit, ut ostenderet, legis veteris sa-
"dar su vida en rescate por muchos", continua en medio de la iglesia que cramenta, Ínter quae precipuum erat agni pas-
en perfecta obediencia a la voluntad celebra el memorial con fe. De este NOTAS: ' Además: Concilio de Trento, DS chalis sacrificium, in morte sua terminan, ac
del Padre que le había enviado, pron- modo toda la vida cristiana está des- 1739-1742; Ordenación general del Misal roma- novae legis sacramenta substituí, in quibus ex-
to a sacrificar, con un amor por los no (OGMR) 1; 7; 48; 54s; instrucción Eucharis- cellit mysterium eucharistiae..., ut hoc unum ar-
tinada a ser "en Cristo Jesús", inser- ticum mysterium {= EM) 3 — 2 EM 3e — ctius memoriae discipulorum infigeretur et ab
suyos hasta el final, su vida, a dar el tada en su sacrificio, en su camino 3
ecclesia deinceps frequentaretur..." — M Los
LTK 7, 1173 - * Ib, 1170 - 5 Ib, 1769-
propio cuerpo y a derramar la pro- sacrificial, en su paso de este mundo 1772 — " V. Warnach, Vom Wesen des kulti- textos clásicos de los padres son: Agustín, In
pia sangre, gesto último de quien ha al Padre, para nuestra salvación y schen Opfers, en B. Neunheuser (a cargo de), ps. 21 enarr. 2,1; Ep. 98 (alias 23) ad Bonif. 9, y
dejado un memorial con el mandato gloria del Padre. Con la celebración Opfer Chrisli und Opfer der Kirche, Patmos, Crisóstomo (bajo el nombre de Ambrosio, cf
de celebrarlo continuamente en re- Dusseldorf 1960, 71; ver todo el artículo, 29- nota 28) — 35 L.c. en la nota 33 — x Comm.
del sacrificio de Cristo, ofrecido 74 — 7 /*, 71s — » Ib, 72 — ' N. FUglister, in ep. ad Hebr. X lect. I; el texto comenta el
cuerdo de su muerte. Los apóstoles ahora por la mano sacrificante de la pasaje de Heb 10,10-14, que está en la base in-
Díe Heilsbedeutung des Pascha, Munich 1963,
y sus sucesores lo han hecho, y al iglesia, esta última se transforma en 71-76 y passim — '" V. Warnach, a.c, en la cluso del texto de Crisóstomo-Ambrosio men-
mismo tiempo han ido profundizan- un don incesante, que le permite ofre- nota 6, 72 - " Ib. 70 - ' 2 Ib, 73 - " J. cionado en la nota 28. Los pasajes siguientes
do cada vez más el sentido último de cerse, sacrificarse y caminar con Behm, Thysia, en GL7V74,638 — '* N. Füglis- están tomados de A. Franz, Die Messe in deut-
la acción salvífica de Cristo, descu- ter, o.c. en la nota 9, 278s — ,5 LTK 7,1173 — schen Mittelalter. Beitrage zur Geschichte der
toda su vida hacia el Padre por Cris- 16
J. Betz, Die Prosphorá in der patristischen Liturgie und des religiósen Volkslben, Fribur-
briendo en ella un don sacrificial to y en Cristo. Esto expresa en tér- Theologie, en B. Neunheuser, o.c, en la nota 6, Moos, París 1947, 539); cf también S. Th. III,
para nuestra salvación y para gloria minos clásicos la oración sobre las lOls — " Ib, 102 — " Ib, 103 - " Cf las q. 22, a. 3 ad 2 — 37 B. Neunheuser, Eucharistie
del Padre. ofrendas del domingo de pentecostés obras de O. Casel; cf también numerosos escri- in Mittelalter und Neuzeil, Herder, Friburgo
del sacramentario Veronés (n. 216): tos de J. Betz, el último en Mysterium salulis 1963, tA=L'eucharistie..., París 1966, 93 —
Pablo interpreta la muerte del Se- "Propitius, Domine, quaesumus, IV/2, Cristiandad, Madrid 1975, 185-308, en
38
Ib, 44 y resp. 96 — 3 ' Cf F. Pratzner, Messe
ñor como la del verdadero cordero especial 186-207 — 20 Cf O. Casel, Das Ge- und Kreuzesopfer. Die Krise der sakramentalen
haec dona sanctifica, et hostiae spi- dachínis..., Friburgo 19181 = Le memorial du Idee bei Luther und in der mitlelallerlichen
pascual: "Cristo, ya fue inmolado" ritalis oblatione suscepta, nosmetip- Seigneur dans la liiurgie de l'anüquité chrétien- Scholastik, Viena 1970; cf recensión en ALW
(1 Cor 5,7); "En Cristo, Dios recon- sos tibi perfice munus aeternum" (en ne. París (954; Die logike thysia der antiken 14 (1972) 162s — " Cf B. Neunheuser, o.c. en
ciliaba al mundo" (2 Cor, 5,19). La el Misal Romano de Pablo VI, sába- Mystik in christlicrt-liturgischer Umdeutung, en la nota 37, 47 y resp. 101 — 41 Gnade und
carta a los Hebreos ha expuesto y do después del domingo II, IV, VI JLW 4 (1924) 37-47; Die Liiurgie ais Myste- Eucharistie in der philosophischen Theologie
desarrollado esta idea en una gran de pascua).
rienfeier, Friburgo 1922. Para la valoración ac- des Wilhelm von Ockham. Ihre Bedeuiung für
síntesis: "En efecto, no siendo la ley tual del significado de anamnesis en el NT y en die Ursachen der Reformation, Wiesbaden
la patrología / Memoriale — 2I J. Betz, a.c. en 1956, 274 — 42 B. Neunheuser, o.c. en la nota
1835 Sagrado
Sagrado 1834
37, 47s y resp. 101 s; los trozos entrecomillados histórico-social el que pone en crisis nera en la experiencia de lo sagrado.
están tomados de A. Franz, Die Messe in deut- SAGRADO cualquier explicitación y clarifica- Pero, si esto es así, para no per-
schen Mittelaher. Beitráge zur Geschichte der ción del concepto de sagrado, sino, dernos en observaciones puramente
Liturgie und des reiigiosen Volkslebens, Fri bur- SUMARIO: I. Desde el punto de vista de las de manera más determinante, la mis- sociológicas, intentemos remontar-
go 1902, 737 y 739 — 43 Cf B. Neunheuser, o.c, ciencias humanas: 1. La noción y la experiencia
51ss y resp. HOss — H Opera latina 5 (1868) ma extensión del término en el ám- nos a una reflexión originaría que
de lo sagrado hoy; 2. Lo sagrado en la ciencia
28-35; para la cita siguiente de Vom Miss- de las religiones y en la fenomenología de la bito religioso, y al mismo tiempo su sea capaz de esencializar el discurso
brauch..., cf Samtliche Werke 28 (1840) 44 —
45
religión; 3. La filosofía de la religión y la con- ocultamiento y su carácter informal contemporáneo sobre lo sagrado,
Cf la recensión de la obra de Pratzner, cit. en cepción de lo sagrado; 4. La teología y la litur- e indeterminado respecto a lo reli- antes de mostrar todo un abanico de
la nota 39, en ALW 14 (1972) I62s — * La fe gia frente a lo sagrado; 5. La experiencia de lo
de la iglesia católica, BAC 466, Madrid 1983, n. sagrado en el rito y en la liturgia - II. Perspec- gioso mismo. Una primera observa- connotaciones sociológicas que apa-
1072, p. 676 — 47 Ib, nn. 1074-1076, pp. 677- tivas teológico-litúrgicas. ción de ciencia de las religiones re- recerán en nuestro contexto históri-
678 — * Ib, n. 1077, pp. 678-679 — 49 B. Neun- conoce, efectivamente, en lo sagrado co-cultural.
heuser, o.c. en la nota 37, 61 y resp. 127s —
50
lo que está separado, que se esconde, Ahora bien, la reflexión originaria
Ib, 62ss y resp. 131ss — Sl Ib, 64 y resp. El tema de lo sagrado se conside- que se debe sustraer a la mirada, que
134 — " G. Sartori, Le concezioni sacramen- que resume cualquier otro discurso
rará en esta voz en primer lugar (I), es diferente y extraordinario según podría ser una reflexión según la
tan del sacrificio della messa, en ScC 78 (1950) ampliamente, desde el punto de vista
7 y 8 — 53 Ene. Mysterium fidei (3 septiembre la etimología sacer (latín), qadosh cual lo sagrado en la conciencia con-
1965), en EDIL 418-455; instr. Eucharisticum de las ciencias humanas; a continua- (hebreo), o haram (árabe); mientras temporánea sea captado en el miste-
mysterium (25 mayo 1967), en EDIL 899- ción (II) más sintéticamente, desde el que lo profano es lo que se encuentra rio del hombre, que constituye en
965 — M En Mysterium salutis IV/2, Cristian- punto de vista teológico-litúrgico.
dad, Madrid 1975, 285 — « Ib, 384-385 — delante (pro-) del templo (fanum), y ese sentido una especie de trascen-
56
Ib, 385 — 57 J. Betz, en B. Neunheuser (a por tanto fuera del ámbito de lo sa- dencia inmanente. En lo sagrado el
cargo de), Opfer Christi (cit. en la nota 6) grado. Ahora bien, esta peculiaridad hombre moderno proyecta todo lo
106s — 58 B. Neunheuser, Eucharistie (cit. en I. Desde el punto de vista intrínseca, esta reserva, hace todavía que le afecta de cerca y que al mismo
la nota 37) 66 y resp. 137s — 59 Besinnung vor de las ciencias humanas
der Feier des hl. Messe, Maguncia 1939', 76 —
más difícil una clarificación exhaus- tiempo no es dis-ponible: el proble-
60
Ordenación general del Misal Romano tiva del significado de lo sagra- ma del nacimiento, de la vida, del
(OGMRJ, que se encuentra en la edición oficial 1. L A NOCIÓN Y LA EXPERIENCIA do. ¿Cómo clarificar lo que por su sentido de la vida, el problema de la
del Misal Romano. DE LO SAGRADO HOY. La noción y la misma naturaleza es inclarificable? muerte. Se diría que también y sobre
experiencia de lo sagrado van tan ¿Cómo hablar de lo sagrado, si debe todo el hombre de hoy busca algún
B. Neunheuser unidas al horizonte de comprensión mantener su intimidad diferente, ex- gran símbolo integrador que temáti-
religiosa y cultural que una sociedad traordinaria, otra? ca o atemáticamente le asegure una
tiene de sí misma y al contexto his- orientación de fondo en la vida y
tórico con los diferentes reflejos per- Y, sin embargo, aunque sea en
BIBLIOGRAFÍA: Alfaro J., Las funciones salví- gran medida indeterminable, lo sa- más allá de la misma vida, todo lo
ficas de Cristo como revelador, Señor y sacer-
sonales y sociales, que querer pres- cual asume para él la fisonomía de
cindir de estos lazos para poder grado vuelve a ser constantemente
dote, en MS 111/1, Cristiandad, Madrid 1971, un interrogante de la conciencia con- lo sagrado.
671-755; Bouyer L., El rito y el hombre. Sacra- aislar un significado unitario de sa-
lidad natural y liturgia, Estela, Barcelona 1967, grado, no sujeto a variables, com- temporánea, por lo que será interro- Naturalmente, este aspecto, que
79-94; Frazer J.G., La rama dorada. Magia y prometería ya desde el principio la gando a la conciencia contemporá- llamaría metafísico y que actúa
religión, Fondo de Cultura Económica, México voluntad de decir algo serio sobre nea —que alternativamente habla de como plataforma de base de la expe-
1969; Guerra M., La función sacrificial, defini-
esta categoría religiosa o pre-religio- / secularización, que ironiza sobre riencia de lo sagrado en la concien-
toria del sacerdocio en las religiones etnio- los que considera los tutores o los cia contemporánea, no es el aspecto
politicas, en VV.AA., Teología del sacerdocio sa. En realidad, como se ha observa-
2, Facultad de Teología, Burgos 1970, 247-281; do, acerca de lo sagrado sería más especialistas de lo sagrado, o pro- más evidente, pero sí el que explica
Lecuyer J., El sacrificio de la Nueva Alianza, fácil decir lo que no es que lo que es, yecta y vive formas de retorno y todos los demás modos de percibir
Herder, Barcelona 1969; Ratzinger J., La euca- de modo semejante a lo que sucede redescubrimiento de lo sagrado— lo sagrado. Desde el punto de vista
ristía, ¿es un sacrificio?, en "Concilium" 24
con el concepto de ser en el campo como se podrá llegar a la experiencia de una observación sociológica, este
(1967) 72-85; Rojo A., El sacrificio de Melqui- de lo sagrado hoy y a una primera motivo de fondo aparece frecuente-
sedec, en "Liturgia" 2 (1947) 161-164; filosófico. O bien, evitando el verda-
Scheffczyk, Eucaristía, en SM 2, Herder, Bar- dero núcleo del problema, sería más calificación. Este primer paso de mente combinado con un fuerte in-
celona 19762, 972-980; Semmelroth, Sacrificio, fácil hablar de objetos y realidades carácter sociológico-fenomenológico terés por lo desconocido, incógnito,
en SM 6, Herder, Barcelona 1976, 180-185; sagradas, tal y como se pueden en- se mostrará en toda su importancia imprevisible, a lo que se añade, por
VV.AA., Sacrificio, en Diccionario de las Reli-
contrar en la historia de las religio- sobre todo si se considera que lo sa- exaltación de la experiencia, lo enig-
giones, Herder, Barcelona 1964, 1202-1219; grado no es nunca una entidad defi- mático, oscuro, inverificable, inson-
VV.AA., Sacrificio, en Diccionario de Religio- nes; pero la sacralidad como atribu-
nes Comparadas 2, Cristiandad, Madrid 1975, to no se puede poner en paralelo con nida en sí misma, sino una experien- dable. Luego, en su aspecto más de-
1262-1267; Widengren G., Fenomenología de la lo que se enuncia con el término sa- cia entre otras experiencias; con generado, la experiencia de lo sagra-
religión, Cristiandad, Madrid 1976, 257-299; grado sustantivo. otras palabras: si se tiene en cuenta do bebe con frecuencia de lo oculto,
Véase también Eucaristía. Jesucristo, Memorial que lo sagrado influye de alguna ma- acreditando prácticas rituales de ca-
y Sacerdocio. Ciertamente no es sólo el aspecto
Sagrado 1836 1837 Sagrado

rácter mágico o inspirándose en la vo del yo-Tú, sino que más bien ex- diciones de vida moderna, y lo sa- el fenómeno central de toda religión
astrología, la adivinación o la carto- presa el sentimiento de un poder y grado podría buscarse solamente en hasta un punto tal que la mejor de-
mancia. Fenómenos de ninguna ma- de una omnipresencia latente y fluc- todas las transgresiones posibles de finición de religión parece ser aque-
nera secundarios en nuestro tiempo. tuante cuyo sujeto hace experiencia la vida actual, como por ejemplo en lla que se centra sobre el valor de lo
De manera menos negativa, fre- en su profundidad. Y la conciencia la violencia, en el éxtasis producido sagrado. Pero se trata todavía de un
cuentemente expresa lo sagrado en contemporánea prefiere un acerca- por la droga, en el erotismo, etc. Por concepto de sagrado que oscila, que
la conciencia contemporánea la ex- miento semejante a lo religioso, por- eso no es casualidad que la expe- es inestable, que asume un carácter
periencia secularizante y al mismo que vive fundamentalmente en la in- riencia de lo sagrado en el curso de más sociológico, psicológico, mágico
tiempo el intento de superar esa ex- decisión frente a Dios, especialmente la historia haya dado lugar a extre- o tabuístico, según los autores que
periencia. En este caso lo sagrado, frente al Dios personal, jugando mos opuestos: por ejemplo ha crea- lo usen. Se diría que durante un cier-
generalizado e identificado con una como a la reserva y no deseando do las mayores obras artísticas, pero to período de tiempo la historia de
causa vagamente religiosa, sirve de pronunciarse sobre el nombre de al mismo tiempo ha engendrado los un concepto ha constituido la histo-
vehículo a la desconfianza o a la am- Dios. La experiencia de lo sagrado, más tremendos fanatismos. ria y la evolución de una pluralidad
bivalencia contemporánea hacia la al menos en este sentido, hace al Pese a estos peligros y a esta am- de ciencias aplicadas al estudio de
religión institucionalizada. En rela- hombre disponible para Dios. bigüedad, no se debe minusvalorar las religiones.
ción a la religión, lo sagrado mani- Una observación última e impor- el hecho profundamente antropoló- Queriendo hacer alguna referencia
fiesta unas veces un sentimiento de tante que desearía hacer sobre la ex- gico y por ello mismo profundamen- histórica más importante, se notará
estima, en la medida en que la di- periencia de lo sagrado en la con- te enraizado en la conciencia con- que la ciencia de las religiones ante
mensión religiosa garantiza un sur- ciencia contemporánea se refiere, temporánea, por el que la experien- todo se había comprometido a clari-
plus de sentido profundamente an- por así decir, al aspecto económico cia de lo sagrado se configura como ficar el tratamiento de lo sagrado re-
tropológico y funcionalmente indis- en el sentido amplio de la palabra, la experiencia de una carencia que, a curriendo con una cierta insistencia
pensable a la existencia y a la cul- para el que lo sagrado se acerca fá- su vez, remite a un deseo de salva- al concepto etnológico de mana, des-
tura; pero otras vece traduce tam- cilmente a la etimología del término ción, a una voluntad de ser íntegros, cubierto por Codrington entre los
bién un cierto escepticismo religioso alemán heilig, que significa sagrado de recuperar lo heilig, lo salvífico. melanesios (1891), concepto que ex-
o la tendencia a desmitificar el rito y como salvíflco. Y parece ciertamente
el tratamiento religioso en cuanto es- presaría esa fuerza anónima e im-
que la conciencia contemporánea, de- 2. LO SAGRADO EN LA CIENCIA personal —aunque esta concepción
tos últimos institucionalizan una ex- cepcionada por los mitos de la cien-
periencia que para la mentalidad con- DE LAS RELIGIONES Y EN LA FENOME- era equivocada— que invade todo
cia y de la técnica y desorientada por NOLOGÍA DE LA RELIGIÓN. Para la lo que es extraordinario, insólito, re-
temporánea y para una cierta franja propuestas demasiado banales para
cultural debería dejarse en su pro- ciencia de las religiones y para la fe- bosante, y que se podría descubrir
convertirse en ideales de vida, es im- nomenología de la religión la cate- de alguna manera en todas las reli-
fundidad subjetivo-antropológica. pulsada por una necesidad nueva de
En este sentido, la experiencia de lo goría de lo sagrado es un concepto giones, tanto tradicionales como his-
recuperar su integridad, su identi- clave que ha determinado la misma tóricas. De este modo se asimiló el
sagrado se puede reducir a lo reli- dad. También en este caso lo sagra-
gioso no institucional, de carácter historia de la ciencia de las religiones mana al wakan de los sioux, al oren-
do sigue siendo un sagrado inma-
subjetivo, no determinado. En últi- nente, que, sin embargo, auna la en el momento de su constitución, da de los iroqueses, al megbe entre
mo término, tal experiencia se ve búsqueda de un ideal de vida con la además de haber sido el centro de los pigmeos, etc., hasta llegar a des-
como pre-religiosa y al mismo tiem- exigencia nunca apagada de absolu- reflexión y de mayor fecundidad cubrir esa fuerza religiosa en el nu-
po como la única experiencia que to, entendido al menos como necesi- para el pensamiento fenomenológi- men de los latinos, en el brahmán de
tutela el misterio, fuera de las do- dad de ir siempre más allá de sí mis- co. Distingo aquí la ciencia de las los hindúes o en el tao de los chinos.
mesticaciones que traen las experien- mo; y ésta parece verdaderamente la religiones de la fenomenología de la El intento, tan ambicioso, de crear
cias canalizadas e institucionalizadas única propuesta humana, espiritual religión solamente por una diferen- una amplia confrontación histórico-
producidas por las religiones. y al mismo tiempo también salvifica cia de método en considerar la reli- religiosa fracasó pronto por las sim-
y embrionalmente trascendente. gión y las religiones en relación a lo plificaciones que comportaba y por-
Pero también en relación con la sagrado; diferencia que se iluminará que, ya en el origen mismo, el con-
experiencia de Dios, la experiencia En este contexto, sin embargo, en con las breves referencias históricas cepto de mana no parecía incluir un
de lo sagrado asume en la mentali- que se deben registrar las innumera- que pretendemos proponer. concepto de fuerza impersonal; que-
dad contemporánea un papel privi- bles formas actuales de redescubri-
legiado y distinto. Lo sagrado no tie- miento y retorno a lo sagrado, no es Es un hecho que la ciencia de las dó, de todas formas, en el aire el
ne una identidad propia cualificada; difícil descubrir muchas ambigüeda- religiones, que en sus primeras refle- sentido de una fuerza originaria, a la
ciertamente expresa la experiencia des. Lo salvífico, efectivamente, po- xiones más elaboradas se remonta a que se refiere la religión y cuyo ca-
de una trascendencia, pero sin nom- dría aparecer solamente como una los comienzos de nuestro siglo, no rácter, interpretado por los ritos,
bre: no se pone al nivel intersubjeti- falta global de afecto hacia las con- ha podido prescindir del concepto dada precisamente su difícil defini-
de sagrado; más aún, ha hecho de él ción, seguía estando en manos de las
Sagrado 1838
1839 Sagrado
más variadas interpretaciones de la ofrecido a Dios o a los dioses. En
ciencia de las religiones. Como figu- particular Hubert, en la introduc- En una perspectiva totalmente di- que no admite comparación con
ras históricas destacadas pueden enu- ción a la traducción francesa del versa se colocó en cambio la feno- otros sentimientos humanos. Se tra-
merarse los intentos de Marett de Manual de historia de las religiones menología de la religión, en la que ta de una realidad del todo singular,
interpretar lo sagrado como fuerza de Chantepie de la Saussaye, escri- están los verdaderos maestros de lo sui generis, que tiene un sentido an-
impersonal (mana), de Frazer al leer bía: "... la idea de lo sagrado no so- sagrado, como Sóderblom, R. Otto, tropológico en la inmediatez del sen-
lo sagrado sobre el fondo ambiguo lamente es universal, sino que es la G. van der Leeuw y M. Eliade. Con timiento de creaturalidad por el que
de lo mágico, de Wundt al conside- idea central, en la condición misma Sóderblom comienza esa reflexión el hombre religioso se siente polvo y
rar lo sagrado como una experiencia del pensamiento religioso y lo que sobre lo sagrado que posteriormente ceniza frente a esta primera grande-
psicológica que nace de la fantasía hay de más particular en la religión". debía profundizarse cada vez más y za que es el Numen. Por su parte,
de los pueblos, y de Freud, para Pero será sobre todo E. Durkheim que tenía como punto focal la con- este primer sentimiento se refracta
quien los orígenes de lo sagrado se quien en la introducción a Las for- cepción de lo sagrado como una en el prisma de otros innumerables
conectan estrechamente con el tabú mas elementales de la vida religiosa realidad no del todo racional: ele- sentimientos concomitantes, en los
y deben remitirse totalmente a una (1912), después de haber abandona- mento de extrema importancia que que domina la polaridad entre tre-
sexualidad que se mueve sobre el do- do las definiciones de religión que se permitirá a la escuela fenomenológi- mendum y fascinans. Lo sagrado se
ble carril: violación-violencia y re- refieren a la idea de Dios o de es- ca ponerse al reparo de todos los in- manifestará así como mysterium tre-
mordimiento-expiación. píritus, proponga autoritariamente tentos de explicación y reducción de mendum et fascinans.
En general, las teorías que se re- su definición, según la cual "una la realidad a otra cosa. Efectivamen- Independientemente de la precisa
fieren a lo sagrado en el s. xix no se religión es un sistema solidario de te, si lo sagrado comporta por sí mis- descripción de lo sagrado, las obser-
apartaban mucho unas de otras, te- creencias y de prácticas relativas a mo elementos irracionales, todo in- vaciones más importantes que se de-
niendo todas como única matriz el entidades sagradas, o sea, separadas, tento de dar cuenta exhaustivamente ben hacer respecto a la obra y a la
evolucionismo, según el cual a partir entredichas; creencias y prácticas de la religión está condenado al fra- perspectiva de Otto son de carácter
de formas más bastas se habría evo- que unen en una misma comunidad caso, siempre que se le considere el metodológico. Ante todo, el sentido
lucionado y alcanzado poco a poco moral, llamada iglesia, a todos sus núcleo más íntimo de la experien- de lo numinoso, que parece ser el
estadios de mayor complejidad. Y adherentes". Se sabe que en esta de- cia religiosa. Y en esto Sóderblom, lado subjetivo-categorial, en reali-
pese a las diferencias, esas teorías finición de religión se incluyen los en Das Werden des Gottesglaubens dad sobrevive solamente porque está
tienden a una sola finalidad: inten- dos motivos centrales del razona- (1916), fue muy decidido, sea al con- sostenido por el objeto numinoso,
tan explicar las religiones mediante miento del sociólogo francés: el pri- siderar el elemento no racional de la por la realidad de lo numinoso. Otto
el recurso a lo sagrado como una mero, reconocible en la distinción religión, sea al asociar ese elemento da muestras de ser un fenomenólogo
potencia ambivalente y extraordina- fortísima que hace el autor entre sa- a lo sagrado. precisamente en cuanto no sólo des-
ria, única o polivalente en la que se grado y profano; distinción frente a cribe el núcleo fundamental de toda
la que palidece la ya clásica entre La maduración y el cumplimiento
mezcla lo puro y lo impuro, lo divi- de la nueva perspectiva inaugura- experiencia religiosa, sino que en
no y lo demoníaco, lo benéfico y lo bien y mal, teniendo la capacidad de esta descripción trata de anclar cons-
separar y oponer dos ámbitos de da por Sóderblom tuvo lugar con
maléfico. R. Otto, cuyo nombre está indisolu- tantemente la experiencia de lo sa-
realidad heterogéneos entre sí; el se- grado en la realidad de lo sagrado,
Siempre en el contexto de la cien- gundo motivo —explicación del pri- blemente unido a la obra Lo Sagra-
cia de las religiones, que pretende do (1917). de tal manera que experiencia y rea-
mero— está en reconducir esta opo- lidad parecen los polos correlativos
explicar la religión y su núcleo más sición a aquella otra identificable en Con R. Otto lo sagrado ya no es
íntimo, que parece ser precisamente una idea tomada de una u otra reli- de un único modo de percibir y co-
la relación entre individuo y socie- nocer. En segundo lugar, precisamen-
lo sagrado, se da mayor importancia dad, en que la noción de lo sagrado, gión, sino que se hace la idea verda-
a la escuela sociológica francesa por deramente central capaz de resumir te porque Otto habla del sentido de
que en las religiones elementales se lo numinoso como de lo totalmente
su punto de partida más sólido, ade- conecta con el tótem, no es sino la el sentido de la experiencia religiosa
más de por su mayor incisividad his- vivida por las grandes religiones del otro, y por tanto de una trascenden-
objetivación de la sociedad misma. cia inconmensurable, y al mismo
tórica. mundo. Por eso no es pura casuali-
dad que el teólogo de Marburgo fue- tiempo habla de un enraizamiento
Ya en 1904 H. Hubert, M. Mauss De este modo parece evidente que profundo de esa experiencia en lo
y E. Durkheim proponían conside- la ciencia de las religiones, enlazada ra un profundo conocedor de la his-
toria de las religiones y hubiera he- más íntimo del alma (Seelengrund),
rar la idea de lo sagrado como el durante decenios a la etnología, a la logra llevar la experiencia religiosa a
fenómeno central respecto a todos psicología y a la sociología, había cho muchos viajes para conocer las
grandes religiones universales. su especificidad y originariedad del
los demás fenómenos religiosos, has- centrado ciertamente el discurso en todo particular, hasta poder afirmar
ta el punto de considerarlo un fenó- torno a la noción de lo sagrado, pero Lo sagrado, para Otto, está en el contra Wundt que la religión "co-
meno preeminente respecto a la reli- con vistas a una teoría explicativa sentido de lo numinoso, dado por mienza consigo misma". En todo
gión misma entendida como culto de lo sagrado mismo. un sentimiento originario que se en- esto se diría que la experiencia de lo
cuentra en todas las religiones, pero
Sagrado 1840 1841 Sagrado

sagrado actúa de centinela de la ver- nes primitivas, Van der Leeuw tien- po ontológico por excelencia: es el ces en un contexto más dramático y
dad y profundidad de la religión. de a reconocer constantemente lo sa- tiempo "creado y santificado por los otras en un contexto más tranquili-
Por último, Otto, en la parte filosó- grado en la idea de fuerza, potencia, dioses desde la época de sus grandes zante. El punto cualificante del pen-
fica, habla de lo sagrado como de (Machí), que se libera particularmen- acciones" (cf Lo sagrado y lo profa- samiento filosófico sobre lo sagrado
una categoría puramente apriori in- te en la palabra sagrada y en la eje- no 61). Se trata del tiempo origina- parece ser esa constante que consiste
vocando a Kant. Es la parte más di- cución de los ritos, interpretando des- rio, por el que Eliade siente una pre- en el intento de poner la experiencia
fícil de aceptar por la diversidad pués desde el punto de vista antro- ferencia del todo particular; se trata de lo sagrado como base, fundamen-
sustancial con el a priori kantiano. pológico esta potencia como el deseo del illud tempus que consiente el re- to o legitimación de la religión y de
Pero ¿no sucederá que Otto, más del hombre "que no se limita a acep- nacimiento o la renovación cósmica, la experiencia religiosa en cuanto tal,
allá del lenguaje kantiano, propone tar la vida como se le da", sino que como aparece sobre todo en las reli- buscando sola y eventualmente en
una reflexión trascendental de gran va en busca de potencia, de tal ma- giones orientales, y que se combina un segundo momento el paso a la
valor, según la cual en todo acto de nera que la religión en su esencia pa- en el motivo cósmico y psicológico legitimación de la religión cristiana.
conocimiento humano está presente rece "una ampliación de la vida has- del retorno al útero materno como El intento de fundar la experiencia
una illuminatio Dei, como llegó a ta el límite extremo". posibilidad de integración con lo ori- religiosa sobre la idea de lo sagrado
decir el mismo Otto en un coloquio Una palabra conclusiva sobre la ginario, con el mundo de los comien- en la filosofía contemporánea lleva
con el filósofo J. Hessen? (Cf para interpretación de lo sagrado en los zos. En la recitación cultual, y en ante todo el nombre de M. Scheler.
esta tesis, además de para una visión fenomenólogos de la religión, a pro- general en los ritos, se da para Eliade El autor, muy cercano a Otto en
de conjunto del trabajo de Otto, A. pósito de M. Eliade, cuyos trabajos este paso: se recupera el tiempo sa- algunos puntos fundamentales de la
N. Terrin en la bibl.) y cuya competencia histórico-religio- grado mediante la salida momentá- concepción de lo sagrado, como la
En conclusión, Otto con su tema- sa se reconocen a nivel mundial. nea de lo contingente y de lo insigni- originariedad de tal experiencia y la
tización de lo sagrado ha vuelto a El punto de partida de Eliade so- ficante. El espacio sagrado es el se- imposibilidad de explicitarla racio-
dar vida al sentido de la experiencia bre la realidad y el sentido de lo sa- gundo gran motivo que aparece en nalmente, ha concebido lo sagrado
religiosa dentro de todas las religio- grado no se aparta mucho del de Eliade. El Tratado de historia de las como el vaíor supremo, intentando
nes; ha reconocido el núcleo de ver- Otto, como, por ejemplo, cuando es- religiones aparece como un gran des- a la vez enlazar la metafísica a la
dad de toda experiencia religiosa en cribe en una de sus obras más re- pliegue topográfico de los lugares y experiencia religiosa: lo sagrado de
cuanto es un movimiento intencio- cientes: "En la historia de las religio- de las modalidades con los que se la religión se entiende como la reali-
nal hacia lo divino, creando las bases nes, toda manifestación de lo sagra- manifiesta lo sagrado. Esencialmen- dad suprema, que es, a la vez, el ens
para una nueva filosofía de las reli- do es importante. Todo rito, todo te lo sagrado en el espacio se ve en el realissimum de la metafísica.
giones en el sentido más preciso del mito, toda creencia o figura divina centro, en el axis mundi, que es el
lugar que protege, preserva o salva. Pero ciertamente el aspecto más
término, y no de una filosofía de la refleja la experiencia de lo sagrado importante también en el caso de
religión cristiana; por fin, a través y, por ello mismo implica las nocio- En conjunto, la visión eliadiana
de lo sagrado aparece a través de los Scheler se refiere al empleo del mé-
de la escuela fenomenológica que nes de ser, de significación y de ver- todo fenomenológico para clarificar
parte de él, ha puesto en crisis una dad" (Historia de las creencias y de acentos situados en las experiencias
humanas más enraizadas y verdade- y dar fuerza y verdad a la experien-
cierta historia de las religiones, que las ideas religiosas, vol. I, 15). Sin cia de lo sagrado. En este contexto
no se ocupa de la profundidad de embargo, en su conjunto la obra del ras, de las que nace también la ad-
vertencia dirigida al hombre de hoy el filósofo alemán busca ante todo
la experiencia religiosa presente en maestro de Chicago se dirige más a una cuidadosa distinción entre actos
las religiones y que realiza solamente poner de relieve las manifestaciones que pretende renunciar a lo sagrado
para que no deje desatendida su pro- religiosos y objeto religioso. Ahora
un trabajo superficial de aproxima- de lo sagrado: las hierofanías siem- bien, en el acto religioso, como por
ción de documentos y de hechos re- pre en estrecha conexión con las ex- pia y más verdadera humanidad ni
viva su propia parte de religiosidad ejemplo la alabanza, la acción de gra-
ligiosos. periencias humanas más profundas cias, el temor, la esperanza, el amor,
e indestructibles. Por eso se da en y de sagrado en la pasividad de los
G. van der Leeuw, en su Fenome- sueños, de lo onírico y de lo incons- el juicio, el perdón, la adoración, la
nología de la religión, puede decirse Eliade la tendencia constante a reco- imploración, etc., Scheler ve el ver-
nocer la experiencia de lo sagrado ciente.
que ha sido quien ha intentado dar dadero origen del conocimiento reli-
un estatuto más claro y válido filo- como el desarrollo más auténtico de gioso, hasta el punto que "el Dios de
sóficamente a la fenomenología de situaciones antropológicas y existen- 3. L A FILOSOFÍA DE LA RELIGIÓN la conciencia religiosa es y vive ex-
la religión basada siempre en la idea ciales que aparecen en todas las reli- clusivamente en el acto religioso".
Y LA CONCEPCIÓN DE LO SAGRADO.
de lo sagrado. En este sentido es el giones. Las dos coordenadas más ca- Precisamente mediante una nueva
racterísticas sobre las que Eliade Menos unida a la historia de las re-
continuador ideal de la obra de ligiones, pero no por ello menos in- utilización del principio de intencio-
Otto. Desde el punto de vista de los proyecta su concepción de lo sagra- nalidad, Scheler ve en el objeto reli-
do son ciertamente las de tiempo y teresante, ha demostrado estar la re-
contenidos, sin embargo, sobre todo flexión filosófica sobre la percepción gioso el cumplimiento del acto reli-
en cuanto conocedor de las religio- espacio. El tiempo sagrado es el tiem- gioso mediante el cual "nuestro espí-
de lo sagrado, descubierta unas ve-
1843 Sagrado
Sagrado 1842
constitutivo de lo sagrado mismo o dicionado en que vivimos, y que la
ritu no sólo rebasa esta o aquella como sólo a la luz de la esencia de la si en cambio pertenece a un pensa- teología y la cultura se distribuyen
esencia, sino el mismo concepto de divinidad es posible que se piense y miento que todavía no ha encontra- correlativamente las tareas de eluci-
esencia de cosas finitas". El autor lle- se exprese lo que la palabra Dios do su dirección y permanece expre- dar uno y otro lado del problema:
ga a continuación a lo divino y a debe significar", y de otros pasos y samente unterwegs (en camino). en la filosofía se tiene el mundo que
Dios en cuanto ser personal. contextos en relación sobre todo con se ocupa de lo condicionado, pero
En cambio, un teólogo que ha
Dejando de lado la evolución tar- los comentarios que Heidegger nos pensado lo sagrado de manera más con la mirada puesta en lo incondi-
día del pensamiento de Scheler, evo- ofrece de las poesías de Hólderlin, cercana al mundo cristiano y en ge- cionado, de lo que no puede prescin-
lución que le ha llevado por derrote- Rilke y Trakl, parece que la idea de neral al mundo de las religiones, dir; en la teología, en cambio, se tie-
ros bien distintos, diría que la apor- lo sagrado asume como una función aunque quizá con menor profundi- ne la ciencia que se ocupa de lo in-
tación que nos ofrece este autor en medianera entre el ser, de quien lo dad, es P. Tillich, que ha intentado condicionado, pero con la mirada y
la profundización del sentido que se sagrado recibe su consagración y so- captar en la idea de lo sagrado, quizá los esquemas de la historia y de la
debe atribuir a la conciencia religio- bre todo su significado salvifico (hei- en relación sobre todo con Otto, el cultura, de los que tampoco ella pue-
sa en relación con la realidad de lo hg)> y el Dios que ha de venir, y de punto central de enlace entre filoso- de prescindir.
sagrado es uno de los más conside- quien lo sagrado constituye el anun- fía y teología. Tillich habla de lo sa-
cio y la posibilidad de llegada. En La idea de lo incondicionado uni-
rables. grado como de lo incondicionado da a la realidad de lo sagrado sigue
Del pensamiento de Heidegger, el otras palabras, lo sagrado en el filó- (das Unbedingte), o, mejor, como de
sofo de Friburgo está entre el acon- siendo, en todo caso, la matriz pro-
pensador más influyente de la época la realidad que nos afecta incondi- funda del pensamiento de Tillich, el
contemporánea, se puede decir que tecimiento del ser —que todavía no cionadamente (ultímate Concern),
se manifiesta en cuanto que toda la cual descubre en ello no un objeto
todo el último período, que va de los en el intento de unir más la idea de que se da al sujeto como visible, sino
años cincuenta en adelante, aparece época moderna se basa sobre el olvi- lo numinoso de R. Otto a los otros
do del ser o sobre el pensar el ser "el presupuesto de toda pregunta";
orientado hacia una incipiente, aun- valores fundamentales de la vida, de "no una forma que se puede con-
que no bien delineable, experiencia solamente como ente— y la espera modo que a lo totalmente otro de
de lo divino, como condición de po- templar, sino más bien una cualidad,
de lo sagrado. Pero hablar temática- Otto debe pertenecer un valor en co- una potencia, una exigencia".
mente de la experiencia de lo sagra- sibilidad de pensar a Dios de un nexión con el hombre mismo. Y
modo nuevo, de un modo verdade- Debe notarse, en apéndice, que la
do en M. Heidegger es bastante pro- efectivamente el autor, en el libro I definición de lo sagrado de Tillich
blemático, sobre todo porque la uni- ro. Sobre estas bases, por una parte, de la Systematische Theologie, afir-
se podrá ver que la experiencia de lo ha parecido interesante a un gran sec-
dad y coherencia del pensamiento ma explícitamente que hay dos peli- tor de sociólogos: por ejemplo a Par-
del autor es de tal calibre que es di- sagrado no es un hecho puramente gros que amenazan la concepción de
transitivo y formal, sino que hace sons y Bellah, quienes, en cambio,
fícil separar y aislar un tema del cua- lo sagrado: por una parte, que se frecuentemente y de buen grado sus-
dro completo de referencias de ese participar en la comprensión del sen- sustraiga la sacralidad de lo divino,
tido del ser, mientras que al mismo tituyen el concepto normativo de ul-
pensamiento; en segundo lugar, por- con el consiguiente empobrecimien- tímate Concern, que en el teólogo
que la figura de lo sagrado en Hei- tiempo incoativamente alude al Dios to y supresión del mismo concepto,
que ha de venir, demostrando así la tiene el significado de lo que es in-
degger aparece o totalmente sub- que exige que se hable de una expe- condicionadamente, "de lo absolu-
ordinada a los temas principales centralidad que asume en el pensa- riencia que supera toda otra expe-
miento del autor; por otra parte, se tamente real porque es el presupues-
—sobre todo al tema del ser— hasta riencia; por otra parte, existe el peli- to de toda posición de realidad", por
el punto de podérsela considerar un puede notar también que esa expe- gro de que lo sagrado se vea dema-
riencia es indeterminada, y no tiene un concepto puramente funcional,
apelativo puramente nominal del ser siado desde su lado trascendente, en el que lo incondicionado o lo sa-
mismo, demostrando con esto una la posibilidad de ser traducida sino pero también, a la vez, subjetivo,
mediante las imágenes y los senti- grado es solamente "lo que más inte-
provisionalidad especulativa entera- como —según Tillich— sucede en resa al hombre", no importa según
mente particular; o acaba por encon- mientos que aparecen en la poesía. Otto y Schleiermacher.
En conclusión, se trata de una vi- qué criterios u opciones se establezca
trarse en un contexto sólo aparente- este interés.
mente de carácter mito-poiético, en sión de lo sagrado que no desagrada A lo sagrado como "lo que nos
el que solamente ejerce una función a la sociedad contemporánea, decep- afecta incondicionalmente" le atri-
de referencia, de reenvío, de carácter cionada por los mitos de la ciencia y buye Tillich también la posibilidad 4. LA TEOLOGÍA Y LA LITURGIA
alusivo; en definitiva, está orientada de la técnica y que, a partir de los de superar la división existente entre FRENTE A LO SAGRADO. Hemos mos-
a otro que no es él mismo. vuelos heideggerianos, se ve instada filosofía y teología, entre cultura y trado algunos pasajes fundamentales
a pensar de manera nueva y más revelación. Basándose en la reflexión de la concepción de lo sagrado en la
De la Carta sobre el humanismo profunda (ursprünglicher Denken), filosófica de la relación condiciona- ciencia, en la fenomenología y en la
en que se afirma profética y categó- pero en la que el amplio margen de do-incondicionado, el autor hace ver filosofía de la religión; pero no de-
ricamente a la vez que "sólo partien- ambigüedad de comprensión de lo que es la idea de lo incondicionado bemos olvidar que la teología se ha
do de la verdad del ser es posible sagrado no se sabe bien si debe ser la que nos hace conscientes de lo con- ocupado y preocupado por lo sagra-
pensar la esencia de lo sagrado, así
Sagrado 1844 1845 Sagrado
do y por la experiencia de lo sagrado nivel, sin privilegios para la religión cular, nos remitimos a esa disciplina, brionariamente ya también al pro-
quizá de manera más amplia y deci- cristiana. y nos queda por clarificar sólo el se- blema de proporciones ilimitadas
siva que las demás disciplinas, por- El segundo motivo, que busca jus- gundo residuo, o sea, la no homolo- que se ha ido formando en el segun-
que veía implicados en este tema sus tificaciones teológicas, pero que tie- gabilidad de sagrado y divino, por la do motivo teológico y que hemos re-
mismos presupuestos fundamentales ne también una fuerte contamina- que Dios sería el verdadero centro conocido en conexión con el fenó-
y los enunciados de la fe que se refe- ción sociológica, pretende rechazar de la religión y no lo sagrado. Esta meno de la secularización. La secu-
rían a la concepción de las religio- lo sagrado porque lleva las huellas tesis, que todavía hoy sostienen teó- larización había hecho presa en el
nes, de la revelación, del Dios perso- de una concepción precientífica, que logos bien conocidos como Bouil- signo cuando pretendía subrayar la
nal de la biblia, del Dios Padre de no anda pareja con la mentalidad lard y que es respaldada por algunos trascendencia de lo divino: "Dios no
Jesucristo, además de la relación técnica de nuestros días, como tam- historiadores de las religiones en su es así", "Dios no es un trozo de mun-
constante entre Dios y el hombre. poco lo haría con la biblia o los parte negativa, o sea, en la oposición do", etc., dando comienzo en los
En este breve recorrido no segui- evangelios, que fueron los primeros, a considerar lo sagrado como idea años sesenta a las diversas "teologías
mos las ideas de uno u otro teólogo, en la historia de las religiones, que central de las religiones (en cuanto de la muerte de Dios" (H. Cox, Va-
sino que, por la brevedad del traba- echaron mano a la tarea de desacra- que esta posición quitaría el movi- hanian, Van Burén, Altizer, etc.) y
jo, preferimos resaltar los problemas lización. A través de esta última con- miento propio de la historia y lleva- llevando a cabo una reducción de
fundamentales que debían o deben sideración llegamos al problema de ría a una concepción inmovilista y los signos de lo sagrado, ya anticipa-
todavía resolverse en la perspectiva gran alcance histórico-cultural llama- acrónica en la concepción del senti- da y justificada dentro de la biblia
teológica. do / secularización. do de las religiones), parece basarse por el teólogo Gogarten, según el
La teología se ha opuesto a una Para uno y otro motivo propone- sobre un equívoco, más que sobre cual la revelación bíblica ya había
cierta concepción de lo sagrado, que mos un breve replanteamiento y es- un intento de mayor claridad. Efec- realizado una profunda desacraliza-
fundamentalmente era la de la feno- bozamos una posible solución. tivamente, lo divino parece lo tras- ción del mundo sagrado de la anti-
menología y filosofía de la religión, En la historia de la teología con- cendente absoluto, distinto de lo sa- güedad pagana; pero las mediacio-
por dos motivos, de los que el pri- temporánea el primer gran rechazo grado; pero tal distinción, vista ex nes de lo divino (lo sagrado) no pue-
mero es de naturaleza estrictamente de lo sagrado como idea central de parte hominis, parece solamente no- den caer en su totalidad, a menos
teológica, mientras que el segundo la religión vino de K. Barth y de la minal, porque, si al hombre religioso que queramos perder lo divino mis-
es de carácter teológico-sociológico, teología dialéctica protestante de los le es posible hablar de lo divino, esto mo, a lo que van profundamente
y adolece más de un cierto aire his- años 1920-1930, a la que, por lo de- sucede sólo y siempre en el contexto unidas. Más específicamente, el pro-
tórico-cultural. más, no fue insensible la misma teo- de lo sagrado. Lo sagrado siempre blema se plantea en estos términos:
El motivo teológico fundamental logía católica. Lo sagrado —según es más que lo sagrado, es el movi- ¿Es posible un cristianismo sin lo sa-
está en el hecho de que un concepto esta teología— es ambiguo; es todo miento a partir del cual se desarrolla grado? ¿Es posible una fe sin signos?
fuerte de sagrado o también, en lo que proviene del hombre como lo divino y lo absoluto. Esta tesis A fuerza de querer expresar el men-
otras palabras, una exaltación de la esfuerzo de autojustificación; es el contiene la esencia misma de la des- saje cristiano en un lenguaje secular
experiencia religiosa basada en el intento del hombre de alcanzar la cripción fenomenológica de lo sagra- y de intentar eliminar toda expresión
sentido de lo sagrado, corre el riesgo salvación, y en cuanto tal va negado do de Otto, que se refiere a una tras- religiosa de la vida del cristiano, se
de suplantar a la revelación, enten- y denunciado como un acto que aten- cendencia que es un movimiento in- corría el riesgo de vaciar el cristia-
dida como acontecimiento único e te a la libre y soberana iniciativa de terior, hacia la plenitud y realidad nismo mismo de su esencia, que se
irrepetible, diluyendo así el valor in- Dios y se opone a la revelación y a la de lo sagrado, aprehensible solamen- podía conservar solamente en un lu-
comparable que se atribuye en el cris- gracia como don que viene de lo te a través del discurso simbólico e gar sagrado. Nos hemos dado cuenta
tianismo a la palabra de Dios. Efec- alto. Naturalmente, estos acentos fue- ideogramático. Ahora bien, separar —también a consecuencia de la crisis
tivamente, lo sagrado, como catego- ron poco a poco suavizándose; en lo divino de lo sagrado significa de la mentalidad científica y técni-
ría a priori, les parece a los teólogos cambio, quedó un residuo —si se per- arrebatar a este último su dinamis- ca— de que lo sagrado no sólo era
una especie de revelación interna ca- mite hablar así— en la concepción mo constitutivo, pero al mismo necesariamente el lazo de unión con
paz de crear dificultades y hacer de la religión cristiana como de una tiempo querría también significar la lo divino, sino que también llevaba
opaca la revelación histórica. Como realidad diversa respecto a las demás imposibilidad de captar signos de lo consigo la profundidad de los presu-
marco de este motivo de fondo apa- religiones del mundo y en la concep- divino, huellas de su trascendencia puestos antropológicos de toda fe
rece el motivo secundario según el ción de Dios como no homologable y, en último término, significaría la cristiana, ante los cuales un proyecto
cual, si la revelación pierde su puesto a la realidad de lo sagrado. caída en la afasia teológica, abriendo de cristianismo no religioso (Bon-
destacado, se sigue que todas las re- una fractura incolmable y peligrosa hoeffer) no tenía sentido. Así, lenta-
Puesto que la primera consecuen- entre Dios y hombre. mente, la teología ha vuelto a creer
ligiones, en la medida en que pueden cia afecta más a la teología de las
remitirse a la experiencia de lo sa- que la experiencia de lo sagrado es
religiones no cristianas, que hoy tie- Esta tesis sobre la relación Dios- una propedéutica de la experiencia
grado, deben considerarse al mismo ne un desarrollo enteramente parti- sagrado nos permite responder em-
Sagrado 1846
1847 Sagrado
de fe, más consciente de que la mis- de lo puramente irracional; y queda
ma experiencia de fe no es nunca un una actitud de cautela, porque las su nacimiento, ha tenido siempre en prende la estrecha relación que debe
hecho puro y una respuesta precisa formas de re-investimiento de lo sa- expansión la relación existente entre existir entre ritual y experiencia de
al anuncio cristiano, sino una di- grado pueden referirse a objetos no la idea de lo sagrado, de una rea- lo sagrado. Solamente hay rituali-
mensión antropológica del deseo hu- religiosos. La experiencia de lo sa- lidad diversa entendida como po- dad donde hay experiencia de lo sa-
mano de lo divino. grado lleva siempre consigo también tencia o como experiencia de algo grado. Lo sagrado, en efecto, necesi-
una cierta ambigüedad y la posibili- excepcional, como el mana, y los ta expresarse. Si es la trascendencia
En conclusión, la teología hoy se diversos ritos negativos (tabúes,
abre más a las dimensiones antropo- dad de su mixtificación. Pero si es inmanente, si es la mediación a lo
verdad que el hombre de hoy fre- prohibiciones, reglas para evitar divino y al mismo tiempo la posibi-
lógicas de la religiosidad y habla con algo, etc.) y positivos (el sacrificio,
menos desconfianza de la experien- cuentemente no es sensible a las ob- lidad de decir de lo divino y de Dios,
jetivaciones religiosas de una menta- el servicio cultual, la oración y las toda su fuerza está en conexión con
cia de lo sagrado, aunque manifiesta celebraciones comunitarias). Algu-
una cierta actitud de reserva en rela- lidad sagrada que ya ha vivido su la conciencia simbólica, y la concien-
momento, y que es propenso a in- nos autores, sin embargo, han llega- cia simbólico-religiosa no puede ha-
ción al revival religioso y a la vuelta do más allá, afirmando que lo sagra-
de lo sagrado. vestir lo potencialmente sagrado de llar su realización, su espacio ade-
formas crédulas como signo de eva- do no sólo está en estrecha conexión cuado sino en el rito, en la expre-
Por lo que se refiere a la primera con el rito, sino que es engendrado sión cultual, en el sacrificio, en la
parte de esa afirmación, la teología sión del mundo y búsqueda indiscri-
minada de lo diverso, es verdad tam- por él. Así, por ejemplo, Robertson oración.
se percata de que son irrenunciables Smith piensa que lo sagrado brota
las condiciones antropológicas en bién que este hombre sigue siendo De esta tesis, que aquí no puede
siempre sensible a una cierta idea de del sacrificio, mientras que para aparecer más que con carácter axio-
que vive la experiencia de lo sagra- Durkheim es producido por el as-
do: que no se puede vivir sin una experiencia de humanidad, de bon- mático, resulta que el ritual es la ex-
dad, de orden, de búsqueda de senti- pecto social del rito y por la eferves- presión más auténtica de lo sagrado,
orientación originaria; que fenome- cencia psicosocial que logra provo-
nológicamente el / tiempo, si se le do, de alegría, de fiesta, de sufri- porque está fundado sobre un con-
miento, etc. Y la teología está apren- car. Ahora bien, aunque las cuestio- junto simbólico en el que se da a la
despoja de toda ritualidad, se con- nes genéticas ya no pueden afec-
vierte por necesidad en una figura diendo que el verdadero criterio de vez la posibilidad de hablar de la tras-
lo sagrado es, por fin, su valor an- tar de manera decisiva a los proble- cendencia en la inmanencia expresi-
de condenación; que no es posible mas histórico-religiosos, y la afir-
vivir un tiempo sin fiestas, según un tropológico en conexión desde siem- va y figurativa. Y es precisamente en
pre con una experiencia religiosa o mación de Durkheim se convertiría este nivel de un delicado juego de
calendario absolutamente profano; fácilmente en una petitio principii
que no se podrá nunca quitar un sen- pre-religiosa. equilibrio entre trascendencia e in-
—efectivamente, si así fuese, debe- manencia, entre misterio y sentido,
tido sagrado al nacimiento, a la ríamos preguntarnos después de qué
muerte, a las grandes experiencias entre lo sagrado y sus signos, donde
5. LA EXPERIENCIA DE LO SA- impulso nace la voluntad de celebrar se instaura la verdadera experiencia
interiores sociales y existenciales que G R A D O EN EL RITO Y EN LA LITURGIA. el rito—, la ciencia de la religión, en
acompañan la vida de cada hombre. religiosa. El equilibrio deberá guar-
Vista la importancia de lo sagrado la relación entre lo sagrado y el rito, dar una cierta reserva frente a los
Y, consiguientemente, se hace cons- por sus profundas dimensiones an- podría hacer quizá más de cuanto
ciente de que es sobre una tal estruc- símbolos y gestos que constituyen el
tropológicas y por la ya incipiente ha hecho R. Otto, demostrando que ritual, porque no se puede domesti-
tura antropológica y religiosa a la religiosidad que transmite, nos que- las primeras articulaciones de lo sa-
vez, sobre la que puede construir su car lo sagrado: está siempre más allá
da por decir una palabra sobre la grado son internas al ritual. Piénsese de sí mismo; y en la medida que una
edificio. La teología ha aprendido y relación existente entre ritualidad en en el valor atribuido al Li-chi en la
está aprendiendo esta lección en par- simbología ritual pretende inmanen-
general, liturgia cristiana y esta ex- religión china; o en el concepto de tizarlo y capturarlo —por así de-
te de la misma mentalidad contem- periencia particular. En ese contexto Karma en la religión hindú, que in-
poránea, que niega su homenaje cir—, logra en realidad tan sólo tras-
se podría afirmar brevemente que dica el fruto de las propias acciones tornarlo. Los mismos sacramentos
incondicional a la racionalidad y con- hay una correlación estrechísima en- y está en el origen de la idea del re-
cede nueva importancia a la imagi- en la liturgia cristiana realizan cier-
tre experiencia de lo sagrado y ritua- nacimiento, pero que originariamen- tamente aquello que significan, pero
nación, a la creatividad, a lo simbó- lidad, en el sentido de que una de las te indicaba solamente la acción ri-
lico, a la gratuidad, en un contexto solamente en la economía de la fe y
dimensiones es promotora y garante tual. También la misma palabra de la gracia.
de renovada meditación del sentido de la otra, mientras que en un se- Brahmán, que expresa lo absoluto
del mundo y de la naturaleza. gundo momento se puede señalar trascendente e inefable de las Upa- Pero existe también el peligro
Queda, de todas formas, una acti- que el ritual, y en general el culto, es nishadas, originalmente no era sino opuesto, o sea, que quien cumple el
tud de reserva crítica, porque la nue- el elemento de canalización y de una palabra sagrada que liberaba ritual exprese cada vez más una serie
va tensión hacia lo sagrado podría orientación de la experiencia de lo potencias dentro del ritual védico. de reservas críticas sobre el uso de
revelarse en algún caso sólo como la sagrado. símbolos y signos, hasta el punto de
búsqueda de lo exótico, de lo oculto, Pero también desde el punto de temer usar un lenguaje simbólico
Ya la ciencia de la religión, desde vista de la reflexión crítica se com- que puede parecer extraño al hom-
1849 Sagrado
Sagrado 1848
Estas premisas nos parecen fun- el uso que de ellas se hace en relación
bre del s. xx. En este contexto, el ta en los sacramentos de la iglesia. damentales para plantear un discur- con Dios, sin quitarles su carácter
ritual se hace cada vez más enrareci- Pero aquí la palabra pertenece al so correcto sobre lo sagrado en régi- secular. Si se evita el peligro de una
do y la fe y la experiencia religiosa, teólogo. Permanece, mientras tanto, men cristiano, y en particular sobre sacralidad de separación y de ritua-
por falta de oxígeno, de alimenta- la experiencia de lo sagrado como la sacralidad de la liturgia, en sus lización, es legítimo para los cristia-
ción, corren el peligro de ahogarse lazo de unión, como el punto de distintas expresiones. nos crear también expresiones signi-
bajo el peso de una trascendencia no contacto con la revelación, como el ficativas en el plano social de una
mediatizable. Es necesario volver al En el cristianismo no es posible
conjunto de las dimensiones antro- admitir una sacralidad absoluta (de voluntad de santificación, como ora-
uso de los símbolos y signos rituales pológicas más profundas, como la ciones, bendiciones, monumentos,
de lo sagrado, sin poner por eso en carácter numinoso, mítico, cosmo-
trascendencia inmanente, que, por úl- vital, etc.) que no distinga la realidad etcétera. Pero para el cristiano ya no
discusión las adquisiciones de la cien- timo, debe dejar su puesto a la pala- existe nada profano, y la santifica-
cia y de la técnica. No se trata de sagrada de lo divino; se puede admi-
bra y a la acción de Dios, entendida tir solamente una sacralidad relativa ción puede ser santidad de la vida
soñar un retorno a la época sacral como gracia y como don. terrestre, que no se pone en la huida
anterior a nuestro mundo, que con- que respete la trascendencia y se si-
túe como mediación e irradiación de del mundo, aunque se la pueda bus-
tinúa en gran medida secularizado, A. N. Terrin car a través de la huida del mundo,
sino de denunciar la unión necesaria lo divino por medio de / ritos, per-
sonas, / lugares, / tiempos, cosas, a nivel de condiciones y de medios '.
entre secularización y triunfo de una Se puede intentar dar algunas
racionalidad que cree poder explicar que ponen al hombre en contacto
II. Perspectivas con Dios, y por eso se llaman, con conclusiones orientativas: 1) una sa-
el misterio del hombre y del mundo cralidad cristiana se comprende en
y desprecia toda relación con el teológico-litúrgicas significado no unívoco, sagrados. La
misma oposición sagrado-profano, términos relativos, de mediación, a
mundo que no sea la de la producti- Si en su fenomenología concreta y nivel sacramental o expresivo-peda-
vidad y racionalidad científica. La afirmada a nivel histórico-religioso,
en sus leyes psico-sociológicas el cul- no puede dar cuenta de la originali- gógico: en relación a Cristo, que es
idea de lo sagrado, como aquello to cristiano tiene manifestaciones co- el "santo de Dios"; 2) no reconocer
que no es plenamente racionalizable, dad cristiana, que está determinada
munes con otras formas religiosas y por la encarnación del Verbo. una sacralidad de tipo sacramental
como experiencia de la trascenden- como tal puede ser objeto de estudio significa vaciar el cristianismo, secu-
cia, debe todavía guiar preeminente- Lo sagrado cristiano es un sagra-
por parte de las ciencias humanas, do de la fe: va unido a una iniciativa larizarlo; reducirlo de religión de la
mente al hombre religioso. En este de todas formas se distingue neta- gracia y de la trascendencia a una
sentido hay que volver a pensar en divina irreductible al orden natural;
mente de todo otro culto por sus ca- y depende de la palabra de Dios, que ideología como las demás, a un estí-
la lección de los fenomenólogos de racterísticas específicas. Ante todo se mulo para la construcción del mun-
la religión y no dejarse arrastrar tan interpreta, juzga y purifica.
lo debe considerar en dependencia do J; 3) la sacralidad de tipo expresi-
fácilmente por el proyecto de hacer de una / historia de la salvación en Con Y. Congar podemos identifi- vo que caracteriza muchos aspectos
el ritual sólo práctico-funcional, y la que Dios se revela y se comunica car cuatro niveles de sacralidad en el de la liturgia cristiana, aunque sea
por la tentación de ofrecerlo sobre con su palabra [/ Biblia y liturgia] y cristianismo: 1) un sagrado en cierta secundaria, y en cierto sentido pura-
la bandeja de plata de la racionali- con toda una pedagogía de / signos, manera substancial: el cuerpo de Cris- mente funcional, no se justifica sola-
dad cuasicientífica. mediante los cuales llama a los hom- to, en el sentido global que le atribu- mente por una determinación jurídi-
bres a la fe y los une consigo en la ye el NT; 2) un sagrado de los signos ca o por su continuidad con una lar-
Finalmente, observamos que el ri- de tipo sacramental: los / sacramen-
tual es el elemento de canalización y alianza. Todo acto de / culto cristia- ga tradición eclesial: es propia del
no, en definitiva, se especifica como tos propiamente dichos y las situa- tiempo de la iglesia, situado entre
de orientación de la experiencia de ciones humanas creadas por los sa-
lo sagrado. Y aquí la palabra pasa a participación sacramental en el culto una y otra venidas del Señor, y por
de Cristo, único pontífice de la nue- cramentos, sobre todo por el bau- tanto responde a la naturaleza mis-
las religiones históricas, a los gran- tismo-confirmación, el orden y el ma-
des contenidos kerigmáticos y tradi- va alianza: en las acciones-signo de ma de la liturgia como conjunto de
la / iglesia, él ritualiza y expresa su trimonio; 3) el conjunto de los signos signos que expresan nuestra relación
cionales del cristianismo (así como que expresan nuestra relación con
de otras religiones), donde la expe- misterio de salvación [/ Misterio pas- con Dios en Cristo y nos preparan
cua/]. Las formas cultuales cristia- Dios en Cristo, o que disponen para para ella, teniendo debidamente en
riencia de lo sagrado encuentra su realizarlo mejor: el ámbito amplísi-
especificación dentro de las iglesias nas, enraizadas en la tradición bíbli- cuenta las leyes propias del simbo-
ca y releídas en relación a Cristo, mo de las palabras / gestos, costum- lismo, de la / celebración y de la
y de sus liturgias. La experiencia de bres, reglas de vida comunitaria,
lo sagrado manifiesta la necesidad muy sencillas al principio, sucesiva- / fiesta; 4) si muchas formas sacrales
mente tienden a hacerse más com- adaptados a su función de favorecer del cristianismo dependen de las di-
de su plenitud, que tiene lugar me- nuestra comunión con Dios (yo lo
diante la trascendencia que se ha re- plejas e institucionalizadas por razo- versas culturas y entran en las cons-
nes psicológicas y culturales y tam- llamaría sagrado expresivo-pedagó- tantes pertenecientes a todas las reli-
velado, y mediante el Logos que se gico); 4) la totalidad de las cosas y
ha hecho carne y cuya acción conti- bién por el perdurar del influjo giones, las expresiones de la fe y de
veterotestamentario. de la vida ordinaria, santificadas por
núa, precisamente, de manera direc-
Salmos 1850 1851 Salmos
la vida cristiana no se identifican con de la religión. Cristiandad, Madrid 1979; Morra
con las exigencias más esenciales de Esta característica no debe olvidarse
las expresiones de la simple religio- G., Religión (Fenomenología de la), en DTI 4,
Sigúeme, Salamanca 1982, 66-83; Otto R., Lo la liturgia, que se abran los tesoros ni ctiando se ejecutan en \a celebra-
sidad natural; por el contrario, de- santo, Madrid 19732; Sahagún Lucas J., Inter- de la biblia con mayor generosidad ción litúrgica ni cuando se reza con
ben ser confrontadas continuamente pretación del hecho religioso, Sigúeme, Sala- al pueblo fiel, de modo que la mesa ellos en soledad y silencio. La Orde-
con la palabra de Dios y reconduci- manca 1982; Salado D., La religiosidad mágica, de la palabra de Dios se prepare con nación general de la Liturgia de las
das a los acontecimientos mediante San Esteban, Salamanca 1980; Simonis E.,
mayor abundancia y variedad y me- Horas (= OGLH: texto al comienzo
los cuales Dios se ha manifestado y Tiempos y lugares sagrados, en SM 6, Herder,
Barcelona 1976, 638-641; Splet J., Lo sacra!, lo jor elección de textos (cf SC 24 y del vol. I de la edición oficial caste-
ha venido a nosotros; 5) al mismo profano y lo santo, en "Concilium" 62 (1971) 35). Esas disposiciones afectan de llana de la Liturgia de las Horas)
tiempo se debe evitar siempre el ries- 271-280; Van der Leeuw G., Fenomenología de modo especial al libro de los salmos insiste en el hecho de que el mismo
go de un sagrado cosista, que se hace la religión, Fondo de Cultura Económica, Mé- o salterio. Espíritu Santo, que ha inspirado los
fin en sí mismo, o de un sagrado xico 1964; Widengren G., Fenomenología de la salmos, sigue ayudando a los que se
ceremonial, que va continuamente fil- religión. Cristiandad, Madrid 1976. Véase tam- El libro de los salmos, colección
bién la bibliografía de Antropología cultural. de ciento cincuenta composiciones sirven de ellos en la oración, de ma-
trado según el criterio de una verda- Culto, Elementos naturales, Lugares de la cele- nera que se sientan inmersos en la
dera significatividad cristiana y de de carácter poético y de contenido
bración. Religiosidad popular. Secularización y marcadamente eucológico, formado, historia de la salvación siempre en
una concreta inteligibilidad. Tampo- Tiempo. acto. Rezar con los salmos para el
co en esto —podemos concluir con según las opiniones más probables,
en el ámbito cultual de Israel, cons- cristiano supone saberlos decir, en
Y. Congar— "llegaremos nunca al unión a toda la iglesia, con Cristo y
fin de esta obra inacabable de hacer- tituye una herencia preciosa que el
culto cristiano ha recibido y ha sabi- en Cristo (cf OGLH 104-109).
nos cristianos, cada vez más cristia-
nos, ciudadanos libres del pueblo me- do conservar a lo largo de los siglos. Desde este punto de vista se puede
SALMOS Precisamente por ello la renovación decir que el salterio recoge la extraor-
siánico que va peregrinando por este
mundo hacia el Santo de los santos, litúrgica en acto desea favorecer un dinaria experiencia de un pueblo que
al que ya desde ahora tenemos acce- SUMARIO: 1. Enfoque Htúrgico-existencial - retorno al uso de los salmos y una sabía orar, o sea, que en las más di-
so espiritualmente" 3 . ü . Los salmos en la biblia; 1. Contenido y sub- mayor valoración de los mismos. versas circunstancias de la vida sabía
divisiones; 2. Los títulos; 3. Los géneros litera- comunicar al Señor sus propios su-
rios; 4. Origen del salterio - III. Aspectos litúr- El salterio, de inspiración divina
gicos originarios - IV. El uso de los salmos en el como el restb de la Escritura, es ex- frimientos, las esperanzas, los gozos
NOTAS: ' Y. Congar, Situación de lo sagrado NT y en la iglesia primitiva - V. El uso litúrgico presión de la fe y de la oración del y el agradecimiento, que por lo de-
en régimen cristiano, en VV.AA., La liturgia de los salmos (Oriente y Occidente); 1. La sal- más son comunes a todos los hom-
modia en Oriente; a) La misa, b) La liturgia de pueblo del AT, y responde a carac-
después del Vaticano II, Taurus, Madrid 1969, bres. Desde el momento en que Je-
479-507 — 2 Cl. Geffré, Le christianisme et les las Horas; 2. La salmodia en Occidente: a) La terísticas histórico-teológicas parti-
métamorphoses du sacre, en E. Castelli (dir.),
liturgia de la misa en Roma (canto de entrada, culares, propias de Israel. Elementos sús hizo suyos los salmos, éstos pa-
los cantos interleccionales, el canto del oferto- saron a ser verdaderamente una
Le sacre. Eludes et recherches, Roma-París rio, el canto de comunión, otros usos de los vivos del culto en el templo y en las
(Aubier) 1974, 133-150 — ' Y. Congar, o.c, salmos en la misa romana), b) La liturgia de la sinagogas, los salmos fueron utiliza- escuela de oración para los hombres
507. misa en las otras familias occidentales (liturgia dos en la oración tanto por Cristo de todos los tiempos que desean ser
africana, liturgia galicana, liturgia celta, liturgia sus discípulos.
D. Sartore hispánica, liturgia ambtosiana antigua), c) La como por las primeras comunidades
distribución del salterio en el oficio romano (el cristianas, y la iglesia ha continuado
BIBLIOGRAFÍA: Altizer T.J.J., Mircea Eliade primitivo oficio romano, el oficio romano del s. sirviéndose de ellos tanto a nivel de La introducción de las lenguas
vil, el "cursus" de la Regla benedictina, la dis- culto oficial cuanto en el ámbito de
y la dialéctica de lo sagrado, Madrid-Barcelona tribución de Quiñones, la reforma de san Pío vernáculas en la liturgia posconciliar
1972; Bouyer L., El rilo y el hombre. Sacralidad X), d) La distribución del salterio en el oficio la oración personal. Este uso de los ha hecho posible un contacto más
natural y liturgia, Estela, Barcelona 1967; Cas- hispánico y ambrosíano (la celebración de la salmos se ha mantenido pese a la estrecho del pueblo fiel con el salte-
tro Cubells C , El sentido religioso de la liturgia, liturgia hispánica, la celebración de la liturgia
Guadarrama, Madrid 1964; Congar Y.M.-J., ambrosiana antigua), e) Ayudas para el uso
dificultad que significa su pertenen- rio. Indudablemente, el uso genera-
Situación de lo sagrado en régimen cristiano, cristiano del salterio (los títulos de los salmos, cia a un estadio de la revelación an- lizado de los salmos puede hacer
en VV.AA., La liturgia después del Vaticano II, las antífonas, las colectas sálmicas) - VI. Los terior a Cristo. A lo largo de la his- sentir más vivamente la aludida difi-
Taurus, Madrid 1969, 479-507; Eliade M., Lo salmos en la liturgia actual: I. La misa; 2. La toria se ha producido, y el Vat. II cultad que comporta el salterio. Pre-
sagrado y lo profano, Guadarrama, Madrid liturgia de las Horas; 3. Los sacramentos y
1967, 26-69; Grand Maison J., El mundo y lo los sacramentales - Vil. Modalidades celebrati- insiste en su continuación, un esfuer- cisamente por esta razón es necesa-
sagrado. Verbo Divino, Estella (Navarra) 1970; vas - VIH. Problemas litúrgico-pastoraies. zo de profundización del salterio, de ria una conveniente preparación,
Jung C.G., El secreto de la flor de oro, Paidós, manera que pueda ser un elemento para descubrir que rezar con los sal-
Buenos Aires 1955; Maldonado L., La violencia válido y eficaz de la oración cristiana mos es rezar con la iglesia y en igle-
de lo sagrado. Sigúeme, Salamanca 1974; El
hecho de los santuarios desde la fenomenología I. Enfoque Iitúrgico-existencial (CÍSC90; OGLH 102). sia con composiciones que expresan
religiosa, en "Phase" 132 (1982) 451-464; Martín Desde el punto de vista literario, los dolores y las esperanzas, las mi-
Velasco J.D., El hombre en oración, en La re- La renovación litúrgica querida los salmos pertenecen a un género serias y la confianza de los hombres
ligión en nuestro tiempo. Sigúeme, Salamanca por el Vat. II y programada en la de todos los tiempos, quienes, por
1978, 110-139; Introducción a la fenomenología poético de índole musical: son ver-
constitución SC prevé, de acuerdo daderamente cánticos de alabanza. encima de todo, dan gracias al Señor
Salmos 1852 1853 Salmos
por la redención realizada en Cristo 10, y 114 y 115, pero cortan en dos 2) títulos con términos musicales, no de estos cantos se hayan compuesto
(OGLH 107). 146 y 147. El salterio (del griego siempre de fácil interpretación; 3) tí- como expresión de piedad o de sen-
Con la /reforma de los /libros psaltérion, instrumento de cuerda tulos que se refieren al uso litúrgico; timiento personal privado, y sólo en
litúrgicos, después del Vat. II, ha que acompañaba al canto) aparece 4) títulos que se refieren a las cir- un segundo momento hayan sido
aparecido de manera más viva el pa- en la biblia dividido en cinco libros cunstancias históricas, especialmente adaptados al uso litúrgico, e) Him-
pel que corresponde a los salmos no (quizá por analogía con los cinco li- la atribución de ciertos salmos a Da- nos: son composiciones destinadas a
solo en la misa y en la liturgia de las bros de la Ley), que terminan con vid; 5) títulos precedidos por un la- cantar a Dios, celebrando sus atri-
Horas, sino también en todos los ri- una doxología (I: 1-41, dox. 41,14; med, que se referiría al autor real o butos y sus manifestaciones en la
tos de los sacramentos y sacramen- II: 42-72, dox. 72,19; III: 73-89, dox. presunto del salmo 3. creación, en el hombre, en el pueblo
tales. Sin duda se ha hecho un es- 89,53; IV: 90-106, dox. 106,48; V: de Israel, en el gobierno de los pue-
fuerzo por introducir a los fieles en 107-150), con excepción del último, 3. LOS GÉNEROS LITERARIOS. blos, f) Salmos reales: el grupo com-
una comprensión de los salmos y en a menos que se considere el Sal 150 Una simple lectura del salterio per- prende oraciones augúrales e impe-
un uso que sepa respetar sus exigen- como una solemne doxología con- mite apreciar que los salmos perte- tratorias en favor del rey, o bien ora-
cias poéticas y musicales. Pero en clusiva de todo el libro '. El uso del necen a géneros literarios diversos. ciones del rey mismo, o también
este sector aún queda mucho por ha- nombre divino (Elohim o Yavé) y
las indicaciones de los títulos permi- Los mismos títulos, al indicarlos celebraciones de alegres aconteci-
cer, y sobre todo es necesario evitar
la fácil tentación de sustituir el uso ten descubrir una serie de divisiones como himnos, cánticos, etc., invitan mientos reales, como bodas o gran-
de los salmos con cánticos de com- que probablemente muestran las di- a reconocer tal diversidad. El mérito des empresas, g) Salmos de Sión: tie-
posición reciente, que frecuentemen- versas unidades preexistentes a la ac- de haber sido el primero en codificar nen estructura hímnica y celebran la
te son de escaso valor tanto desde el tual codificación. Se considera como los diversos géneros literarios perte- capital, Jerusalén, con rasgos más o
punto de vista literario como del teo- primitiva la colección elohísta, 42- nece a H. Gunkel'. El sistema de menos idealizados, de modo que re-
lógico. 83, formada por tres colecciones: de Gunkel fue completado por G. Cas- presente la capital del reino mesiáni-
co. h) Salmos de Yavé rey: pertene-
los hijos de Coré, 42-49; de David, tellino ' tras un estudio de las litera- cen al género himnico, y contienen
51-72; de Asaf, 73-83, a las que se turas poético-religiosas del Oriente la expresión "el Señor es rey"; sub-
habrían unido otros salmos no elo- próximo. rayan que el Señor es rey sobre toda
II. Los salmos en la biblia Los géneros literarios descritos la tierra y sobre todos los pueblos.
hístas (84-89). A esta primera colec- 6
por Castellino son once , a) Lamen- i) Liturgia de la "fidelidad yavista ":
El libro de los salmos es una co- ción se le habría antepuesto otra (ya- taciones individuales: son expresión pueden considerarse como secuen-
lección de cantos que, al parecer, es- vista) atribuida a David (3-41, junto del alma religiosa que, frente a ene- cias litúrgicas que se recitaban con
taba destinada al culto del templo con dos salmos no davídicos, 2 y 33). migos o a las más diversas con- ocasión de alguna fiesta anual im-
de Jerusalén, según las indicaciones Probablemente, el Sal 1 sería una tradicciones, se dirige a Dios en de- portante, con una asamblea general
que ofrecen los títulos que los acom- introducción a la gran colección de
pañan, los cuales con frecuencia tie- salmos. En el resto del salterio hay manda de ayuda. Estas oraciones del pueblo, j) Salmos sapienciales:
nen un carácter melódico y litúrgico. otras colecciones, como los salmos son particularmente numerosas, y su tienen como objeto la ley, la sabidu-
En la biblia hebrea el libro ocupa el del reino (93-100); los salmos alelu- contenido muy variado. A veces in- ría, la vida moral. Parece que esta-
primer lugar entre los Escritos o Ke- yáticos (104-106; 111-117; 135; 146- cluye también un canto de agradeci- ban destinados a la instrucción más
tubim; en los LXX empieza la sec- 150); los cantos de las subidas (120- miento, b) Salmos de confianza: se que al uso litúrgico, k) Oraciones va-
ción de los libros didácticos, y en la 134); y, finalmente, otros salmos da- relacionan con las lamentaciones in- riadas: son cinco salmos cuyo esque-
Vulgata se encuentra después de Job vídicos (101; 103; 108-110; 138- dividuales, pero el motivo de la con- ma, muy simple, no permite deter-
y antes de Prov. No es posible preci- 145)'. fianza en Dios predomina y da el minar con mayor precisión su géne-
sar con exactitud la época en que el tono a todo el salmo, c) Lamenta- ro literario.
libro recibió su forma actual, aun- ciones públicas: se diferencian de las
2. Los TÍTULOS. En el encabe-
que en conjunto se puede decir que zamiento de la mayor parte de los lamentaciones individuales porque a
existía en el s. ni a . C , como pare- salmos (116 en la biblia hebrea y 131 la situación individual sustituye una 4. ORIGEN DEL SALTERIO. El uso
ce confirmar Sab 47,8-10 y 1 Mac en los LXX) se encuentran títulos calamidad nacional, insistiendo en litúrgico de los salmos, si por una
de origen y valor muy discutidos, los insultos de los enemigos que, in- parte nos permite buscar su origen
pero de indudable importancia por directamente, se reflejan sobre Dios en el ambiente de los cantores del
mismo, d) Cantos de agradecimien- templo, por otra no excluye que al-
1. CONTENIDO Y SUBDIVISIONES. las indicaciones que ofrecen. Pueden
to: normalmente estos cantos acom- gunas composiciones hayan tenido un
La colección comprende 150 salmos. clasificarse de la siguiente manera:
Del 10 al 148 la numeración de la 1) títulos que indican el género li- pañaban el sacrificio de acción de origen diferente, sea como poemas
biblia hebrea tiene más unidad que terario del salmo, aunque no sean gracias que el fiel, tras el cumplimien- debidos a personas particulares, sea
los LXX y la Vulgata, que unen 9 y ni completa ni plenamente exactos; to de sus peticiones, debía realizar como cantos populares o como es-
en el templo. Es posible que algunos critos pertenecientes a una literatura
1855 Salmos
Salmos 1854
imprecaciones contra los enemigos do en el NT, en cuanto se lo conside-
no bíblica. Sea como fuere, los auto- adivinar, junto al salmista, la pre- constituirían modos de actualización raba, junto con el Pentateuco (Ley o
res están de acuerdo en admitir una sencia de la multitud, mayor o me- de la salvación divina. Las composi- Moisés) y con los Profetas, uno de
cierta relación de los salmos con nor, o bien de oficiales del culto ante ciones más arcaicas, como las colec- los más válidos testigos de la revela-
Asaf, con Coré y con David, los más los que se hacen las declaraciones de ciones davídicas y levíticas de los ción (cf Le 24,44). La familiaridad
citados en los títulos. Si no todos los inocencia o las profesiones de fe, tres primeros libros del salterio, per- de Cristo con los salmos se muestra
salmos atribuidos a estas personas cuando no preguntan directamente miten comprender la existencia de por el hecho de que tanto los sinóp-
deben considerarse compuestos por ellos mismos al salmista. En algunos una liturgia de salvación destinada a ticos cuanto Juan ponen en labios
ellas, por lo menos figuraban en co- casos el salmo parece como la hue- los individuos o a la colectividad del Señor citas de salmos en el curso
lecciones que sí habrían estado en lla de un diálogo probablemente presentes en el templo. En el segun- de las discusiones (sinópticos: Sal 8,
relación con esas mismas personas. cultual. do período, o sea, de la reforma de 109 y 177; Jn: Sal 40, 68 y 81). No
Parece, efectivamente, que una bue- Asimismo, los salmos dejan adivi- Josías at exilio, en el ambiente de la hay indicaciones precisas acerca del
na parte del salterio se remonta a la nar, además de la oración propia- reforma deuteronomista, el orante, uso de los salmos en la oración de
época monárquica, mientras que mente dicha, otras actitudes en rela- individuo o colectividad, es cons- Cristo, excepto la cita del Sal 21 en
otros salmos serían de la época del ción con el culto: el canto, la danza, ciente de pertenecer al pueblo esco- la cruz en Mateo y Marcos. El uso
exilio y el resto se habría desarrolla- el grito de angustia o de tristeza y la gido, a Israel. Se siente inmerso en litúrgico de los salmos en la primera
do en torno al templo, una vez res- aclamación de gozo y de triunfo. la historia de la salvación, y el re- comunidad cristiana se puede dedu-
taurado. Ofrecen también un interesante elen- cuerdo de los padres y de las inter- cir solamente de unas pocas indica-
Los salmos han sido las oraciones co de instrumentos musicales, ade- venciones divinas en favor de Israel ciones suministradas por las cartas
del AT. Inspirados por Dios mis- cuados para acompañar el canto y se mezcla con la experiencia perso- paulinas y católicas (cf Ef 5,19; Col
mo, ofrecían a Israel el modo ade- las diversas celebraciones. nal. La montaña de Sión aparece 3,16; Sant 5,13, y quizá Rom 15,9
cuado para dirigirse al Señor y para Otras indicaciones de carácter li- como el signo de la solicitud de Yavé y 1 Cor 14,15.26). En He 16,25 se
expresar sentimientos dignos de gen- túrgico se refieren a la atribución de por su pueblo y el lugar donde se recuerda que Pablo y Bernabé, en
te que vivía la realidad de la alianza. los salmos a determinados días, a puede beber de las verdaderas fuen- la cárcel de Filipos y durante la no-
Las palabras de alabanza, de súplica determinadas fiestas, como pascua, tes de la salvación. Finalmente, en la che, se entretenían cantando himnos,
o de agradecimiento contenidas en Pentecostés, tabernáculos, dedica- época del segundo templo después probablemente salmos.
el salterio, aunque nazcan de cir- ción del templo, etc., o a liturgias del exilio, el orante es consciente de El uso de los salmos en la liturgia
cunstancias muy concretas, tienen ocasionales, como celebraciones de pertenecer a Israel entendido como cristiana de los primeros siglos es sin
un valor universal, porque expresan acción de gracias, peregrinaciones, comunidad que vive entre las nacio- duda una realidad, aunque las noti-
la genuina actitud que correspon- súplicas y liturgias reales. nes, para las cuales hay también una cias precisas sean escasas. La prove-
de al verdadero creyente frente a No obstante estos elementos posi- esperanza de poder participar en la niencia del judaismo de muchos de
Dios'. tivos, el hecho de que muchos sal- salvación divina. El culto serviría los primeros cristianos y los testimo-
mos sean más bien manifestaciones más bien para reconfortar espiritual- nios sobre su participación en el cul-
de piedad privada o personal ha le- mente al orante, reavivando la espe- to del templo y de la sinagoga antes
III. Aspectos litúrgicos originarios vantado dudas sobre su finalidad li- ranza de una salvación que va a lle- del año 70 pueden considerarse una
túrgica. Una explicación podría ser gar. La contemplación de la historia confirmación. Como dejan entender
La liturgia del antiguo Israel, se- la siguiente: composiciones de origen de Israel y de la misma Jerusalén es Ef 5,19 y Col 3,16, junto al uso del
gún las indicaciones de la biblia, no litúrgico, en un segundo momen- una invitación al futuro que Dios salterio aparece, en el culto cristiano,
comportaba un canto cultual del to habrían sido adoptadas para el prepara para su pueblo en una Jeru- el himno de origen eclesiástico, que
que, sin embargo, no se sabe nada culto de Jerusalén 8. salén renovada. conoce una amplia difusión. Pero
con certeza. La existencia del libro Considerada la diversidad de con- por ello no se marginó el salterio,
de los salmos ha creado la hipótesis tenido de los salmos, E. Beaucamp 9 sino que continúa teniendo un papel
de que él sería precisamente la gran los agrupa en tres series correspon- IV. El uso de los salmos en el NT importantísimo tanto en las contro-
colección de los cantos litúrgicos for- dientes a los tres momentos presun- y en la iglesia primitiva versias antignósticas y antijudaicas
mados en torno al santuario israeli- tos de la evolución cultual de Israel. (cf la literatura de los padres apostó-
ta. Efectivamente, tanto en los títu- De los orígenes de la monarquía a la La praxis del AT que hacía de los licos y de los apologistas, por ejem-
los como en los textos de los salmos reforma de Josías el orante, indivi- salmos un elemento importante de plo Ireneo y Justino) como en la
hay indicaciones que aluden a las duo o comunidad, combatido por la liturgia, explica el hecho de su vida espiritual de la iglesia. Así se
prácticas cultuales: las fiestas, la en- los enemigos, viene a la presencia de presencia en el NT. El libro de los explica que se hayan escrito tantos
trada en el templo, las procesiones, Dios, y en la oración se vuelve a en- salmos es uno de los libros del AT comentarios patrísticos al libro de
los sacrificios, los oráculos, las ben- contrar salvado. Oráculos, evocacio- que con más frecuencia aparece cita- los Salmos, de los que tenemos noti-
diciones sacerdotales. El texto deja nes del nombre divino, teofanías e
Salmos 1856 1857 Salmos
cias (Hipólito de Roma, Orígenes, modo de ejecutar los salmos en la b) La liturgia de las Horas. El a) La liturgia de la misa en
Atanasio de Alejandría, Basilio Mag- celebración. Pueden resumirse en uso de los salmos en el grupo alejan- Roma. Conocemos el uso de los sal-
no, Dídimo el Ciego, Gregorio de tres las formas de ejecución de la sal- drino (rito copio y etiópico) tiene un mos en la antigua misa romana gra-
Nisa, Diodoro de Tarso, Teodoro de modia: a) Forma responsorial: el sal- claro origen monástico. El salterio, cias a las indicaciones ofrecidas por
Mopsuestia, Cirilo de Alejandría, Hi- mo es recitado o cantado por solis- del que se han suprimido setenta y los Ordines romani, sobre todo por
lario de Poitiers, Ambrosio de Mi- tas, y la asamblea interrumpe de vez ocho salmos, se divide en seis seccio- e l l y el XV l5, y por los antifonarios
lán, Jerónimo, Agustín, Arnobio el en cuando repitiendo uno o algunos nes de doce salmos, cada una de las y colecciones de cantos para la
Joven, Casiodoro) l0 . versículos; b) Forma continuada (in cuales se le asigna a una de las seis misa ". El material en los antifona-
Después del año 200 la himnodia directum): el salmo se ejecuta sin in- horas más importantes del oficio. El rios aparece agrupado según los di-
cristiana, comprometida radical- terrupciones, bien por un solista, grupo antioqueno conserva esen- versos días litúrgicos, en el orden del
mente por los abusos del gnosticis- bien por un coro o por la asamblea; cialmente las costumbres litúrgicas año litúrgico, comenzando con el
mo, pierde el puesto importante que c) Forma alternada: la asamblea, de la iglesia en Jerusalén; es caracte- I domingo de adviento. Para cada
tenía en la liturgia y es sustituida por distribuida en dos coros, canta alter- rístico el hecho de que los salmos se día se presenta el canto de entrada,
el libro de los Salmos, que seguirá nativamente los versículos del salmo. escojan según las características de el responsorio o gradual, el verso del
presente en el culto cristiano hasta Un elemento relacionado con la eje- las horas y queden unidos a ellas. aleluya o el tracto, la antífona de
hoy. El s. iv ofrece múltiples testi- cución del salmo es la antífona: se Una recitación continuada del salte- ofertorio y el canto de comunión. Se
monios sobre el uso de los salmos trata de un versículo, generalmente rio, de origen monástico, no se ha presentarán las características pro-
litúrgicos, como, por ejemplo, nos tomado del salmo, que sirve o como aceptado en los ritos siro-antio- pias de cada uno de estos elementos.
dice el Diario de viaje de la peregrina respuesta en la forma responsorial o queno y maronita, y sólo más tarde
española Egeria a Jerusalén. Desde para indicar el tono musical con que se admitió en los ritos bizantino y
se debe ejecutar el salmo n. Canto de entrada. Para el canto
este momento, la interpretación de armenio. de entrada, en el antifonario se indi-
los salmos adquiere indudablemente En el rito bizantino actualmente ca sobre todo la antífona, que en ge-
el carácter cristológico característico 1. LA SALMODIA EN ORIENTE. En están los salmos fijos (aproximada- neral se toma del salterio, salvo al-
de la liturgia. En los salmos Cristo todos los ritos del Oriente cristiano mente cincuenta, una tercera parte guna excepción l?. Sigue siempre la
habla a la iglesia; y la iglesia se diri- se usan los salmos tanto en la litur- del salterio), asignados a determi- indicación de un versículo del salmo
ge a Cristo o habla de él al Padre". gia de las Horas como en la misa, nadas horas, y los salmos llamados que se debe ejecutar, generalmente
aunque menos uniformemente. variables, de origen monástico. En el primero (el incipit) u otro, cuando
los libros bizantinos el salterio la antífona toma el comienzo del sal-
V. El uso litúrgico de los salmos a) La misa. El uso de la salmo- actualmente se divide en veinte mo '*. En caso que la antífona no sea
(Oriente y Occidente) dia en la celebración de la eucaristía cathismos, cada uno de los cuales de origen sálmico, nunca falta la in-
puede encontrarse en la liturgia de se subdivide en tres stasis. El rito dicación del salmo que se debe reci-
Los salmos se usan en la liturgia la palabra como canto interleccio- armenio posee una distribución tar ". Este particular de la presencia
cristiana según un doble criterio. En nal, o también en algunos ritos al semejante del salterio en ocho cá- constante del salmo hace pensar que
primer lugar, la elección de determi- comienzo de la celebración. En el nones, que se repiten en las diversas una buena parte del mismo, si no
nados salmos de acuerdo con su sig- grupo alejandrino (rito copio y etió- horas. En el grupo siro-oriental todo, debía ser ejecutada, al menos
nificado, para unirlos sea con las lec- pico) el salmo se encuentra después (ritos caldeo y malabar) el salterio durante un período de tiempo, y que
turas (hechas) de la Sagrada Escri- de la lectura apostólica, y consta ge- está dividido en veinte hullale, a su sólo posteriormente se limitó al sim-
tura, sea con la celebración o con la neralmente de tres versículos ejecu- vez subdivididos en tres o cuatro ple versículo indicado. La elección
hora de oración. En segundo lugar, tados de forma responsorial. En el marmitha. El salterio se recita dos de los salmos y de las antífonas se
tomando su origen de la praxis mo- grupo antioqueno, el rito bizantino veces a la semana". hizo teniendo en cuenta el carácter
nástica, la recitación de los salmos conoce los salmos llamados typicos propio de los diversos tiempos litúr-
según el orden numérico del salterio. en el rito inicial entre las letanías y 2. LA SALMODIA EN OCCIDENTE.
gicos 20, o bien, como sucede en los
Efectivamente, el uso litúrgico de los algunos versículos sálmicos antes del Una reseña del uso de los salmos en domingos del tiempo ordinario (o do-
salmos está íntimamente unido a la evangelio; los ritos maronita y ar- Occidente debe necesariamente tener mingos después de pentecostés), si-
historia de la liturgia de las Horas menio tienen un salmo antes de la guiendo el orden del cursus del sal-
lectura apostólica, mientras el rito en cuenta, además del rito roma- terio21.
tanto en las iglesias diocesanas como
en los ambientes monásticos. siro-antioqueno no conoce el uso del no anterior y posterior a la refor-
salterio en la misa. En el grupo siro- ma litúrgica del Vat. II, también los
La finalidad de la presente voz es otros ritos occidentales aún existen- Los cantos interleccionales. Los
ilustrar el uso del salterio en la litur- oriental (ritos caldeo y malabar), el
salmo interleccional lo cantan alter- tes (ambrosiano e hispánico) o ya cantos que tienen lugar en la liturgia
gia de la misa y del oficio divino. En desaparecidos (africano, galicano, de la palabra son, en los antifona-
general es común a todos los ritos el nativamente dos coros".
celta). rios, de tres tipos: el responsum o
Salmos 1858 1859 Salmos
gradúale, el versículo del aleluya y el El canto de ofertorio. Para el can- Liturgia africana. Aunque no nos Liturgia / hispana. Esta liturgia
tractus. to que debe acompañar la ofrenda hayan llegado libros litúrgicos pro- conoce, con la excepción del tiempo
El responsum o gradúale, que no de los dones, después de la liturgia piamente dichos, es posible conocer de cuaresma y días feriales n , un can-
falta en ningún formulario, está for- de la palabra, y que por su finalidad en conjunto la estructura de la misa to inicial, el praelegendum, semejan-
mado de dos elementos, llamados recibe el nombre de offertorium, está en las iglesias del África latina, par- te al introito romano. Consta de una
respectivamente responsum y versus, prevista una antífona, casi siempre tiendo de los testimonios dispersos antífona y de un versículo sálmico
y en general están tomados los dos tomada del libro de los Salmos, que en la abundante literatura eclesiásti- con Gloria ". Con mucha frecuencia,
del libro de los Salmos 22 . Está claro va siempre acompañada de algunos ca del tiempo (padres y concilios) ". la antífona se toma del salterio, so-
que este tipo de canto, como figura versículos sálmicos, dos o tres, y en Así, se puede afirmar la existencia bre todo en el tiempo ordinario ".
en los antifonarios, es una reducción algunos casos hasta cuatro o cinco, de un salmo responsorial entre la
del antiguo salmo responsorial oca- tomados del mismo salmo al que Los cantos interleccionales hispá-
lectura apostólica y el evangelio; de nicos son tres: el psallendum, el cla-
sionada probablemente por razones pertenece la antífona. Cuando la an- un salmo que se debía ejecutar en el
musicales ". La primera parte o res- tífona no es sálmica, los versículos mor y los laudes. El psallendum, que
momento del ofertorio, y del uso del corresponde al gradual o responsum
ponsum tenía la función de antífona, que siguen pertenecen al mismo tex- salmo 33 durante la distribución de
o sea, debía repetirse después de los to bíblico utilizado ". Para los do- romano y sigue siempre a la primera
la comunión' 4 . lectura, está compuesto por una an-
diversos versículos del salmo, redu- mingos del tiempo ordinario, del I al
cidos, en la época de la redacción de XVI, los salmos empleados siguen el tífona o estribillo y uno o más ver-
los antifonarios, a uno solo. El res- orden del salterio 28. Liturgia galicana. Por lo que se sículos: se trata por tanto de un can-
ponsum de la misa del día del naci- refiere a la liturgia galicana, se debe to responsorial, actualmente reduci-
miento de san Juan Bautista (24 de decir que no se nos ha conservado do a la mínima expresión, pero que
El canto de comunión. El canto ningún fragmento del antifonario de conserva las características del anti-
junio) es un ejemplo del carácter re- previsto para acompañar a la comu-
petitivo de la primera parte del can- la misa, y que las descripciones de la guo salmo responsorial. Por regla
nión comporta también una antífo- celebración eucarística que se han general se toma de los salmos 45 . El
to: efectivamente, el versus pide la na, que puede ser sálmica o tomada
repetición del responsum por razón conservado" deben interpretarse clamor es un canto típicamente his-
de otro texto bíblico, frecuentemente con gran cautela, pues reflejan una pánico propio de ciertos días solem-
del sentido del texto 24 . el evangelio del día. Así y todo, el situación de decadencia del rito \ La nes y está en estrecha relación con el
El versum del aleluya es un texto, antifonario prevé el salmo que se celebración comenzaba por el prae- psallendum *; puede afirmarse su ca-
frecuentísimamente tomado también debe ejecutar de manera responso- legendum: canto procesional, proba- rácter eminentemente sálmico. Los
del salterio, precedido de la indica- rial N. Para el tiempo de cuaresma y blemente sálmico, que acompañaba laudes, que corresponden al versícu-
ción del aleluya. Falta en los formu- para los domingos ordinarios, del I la entrada de los ministros ". El úni- lo del aleluya romano, pero se ejecu-
larios de las misas feriales de advien- al XVII, los salmos se han elegido co canto interleccional que se conoce tan después de la homilía como con-
to y del tiempo ordinario, y en los según el orden del salterio ,0. es el himno de los tres jóvenes de clusión de la liturgia de la palabra,
formularios del período que va des- Daniel. Probablemente el sonum y son un versículo tomado casi siem-
de septuagésima a pascua. Otros usos de los salmos en la los laudes, que se ejecutaban durante pre del salterio 47.
El tractus, canto típico del tiempo misa romana. Aunque se trate de el ofertorio, eran en realidad dos can-
que precede a pascua —o sea, cuan- El sacrificium, o canto ofertorial
usos más recientes, hechos obligato- tos típicos de la liturgia de la pala- de la misa hispánica, es un canto de
do la liturgia omite el aleluya—, rios sólo con el Misal promulgado bra, que hablan sufrido un desplaza- carácter responsorial formado de
consiste en una serie de versículos por el papa san Pío V, debemos citar miento m. Durante la distribución de una antífona y de diversos versícu-
sálmicos, dos, tres o más ", sin nin- la recitación del salmo 42 en los ritos la comunión se ejecutaba el treca-
guna repetición prevista. En tres ca- los. El texto de los sacrificio, siempre
introductorios" y de un trozo del num, que era probablemente un can- de origen bíblico, proviene del salte-
sos, a saber: el I domingo de cuares- salmo 25 en el rito del lavabo de la to compuesto de tres versículos, qui-
ma, el domingo de ramos y el viernes rio sólo en trece casos4".
misa, después de la presentación de zá tomados del salmo 33 ".
santo, presentan el texto del salmo las ofrendas -". Para la comunión, el rito hispáni-
casi completo, respectivamente, los co prevé el canto ad accedentes,
salmos 90, 21 y 1392'. Liturgia celta. La estructura de la compuesto sobre el salmo 33, y tiene
b) La liturgia de la misa en las misa celta, en la medida en que se la como estribillo el "Gustad y ved"4'.
Esta rápida mirada a los cantos otras familias occidentales. El pano- puede reconstruir4I>, permite recono-
interleccionales, tal como los presen- rama que nos ha ofrecido la liturgia cer la existencia del salmo responso-
tan los antifonarios, muestra la im- de la iglesia de Roma sobre el uso Liturgia / ambrosiana antigua. El
rial, después de la lectura apostólica, canto inicial de la liturgia ambrosia-
portancia del salterio como libro que del salterio en la misa permite hacer y los cantos ofertoriales y de comu-
suministra los textos para los cantos comparaciones con las característi- na (anterior a la reciente reforma) es
nión, probablemente de carácter sál- el ingressa, formado por una antífo-
que acompañan a la liturgia de la cas propias de las otras familias li- mico, aunque no se pueda llegar a
palabra de todo el año litúrgico. túrgicas occidentales. na sola. Aunque su función corres-
una certeza plena al respecto "'. ponda a la del introito romano o del
Salmos 1860 1861 Salmos

praelegendum hispánico, no ofrece oficio, que tiene como elemento pri- cuados a las horas nocturnas. Tal repetir ningún salmo a lo largo de la
ningún versículo sálmico, como es- mordial la recitación del salterio, si- distribución del salterio es justamen- semana; se asignan tres unidades so-
tos últimos. Con gran frecuencia el guiendo antiguas costumbres orienta- te una combinación del principio de lamente para cada hora ". Pese a sus
texto del ingressa está tomado del les a menudo de origen monástico ". la recitación continuada con la asig- méritos, la obra de Quiñones fue ob-
libro de los Salmos, y unos setenta nación de determinados salmos a jeto de severas críticas, una de las
ingressa corresponden en el texto y determinadas horas, respetando su cuales fue, precisamente, que no ha-
El primitivo oficio romano. Los sentido propio <5. bía respetado las asignaciones tradi-
en las melodías a introitos del anti- estudios sobre el primitivo oficio ro-
fonario romano 50 . cionales de ciertos salmos a funcio-
mano 58 están de acuerdo en señalar nes u horas determinadas n.
El psalmellus y el cantus de la li- el principio, que se hace fundamen- El "cursus " de la Regla benedicti-
turgia milanesa corresponden al res- tal en el ámbito de la liturgia romana na. La Regula monasteriorum, que
ha llegado a ser la norma por exce- La reforma de san Pío X. En 1911
ponsum y al tractus romanos: se tra- hasta el Vat. II, de la recitación se- el papa Pío X creó una comisión
ta de cantos interleccionales, cuyo manal del salterio. Este aparece di- lencia del monaquisino occidental,
presenta una ordenación de la cele- para la reforma del Breviario roma-
texto proviene del salterio, como en vidido en dos grandes grupos: el pri- no; y en 1913 se promulgó el nuevo
la liturgia romana ". Otros cantos de mero, formado por los salmos 1-108, bración cotidiana que tiene estrechas
relaciones con la romana; y no po- oficio, que contenía una nueva dis-
la liturgia de la palabra son el ver- estaba destinado a la oración de las tribución del salterio. Los principios
sículo del aleluya, y las antífonas horas matutinas, que acababa con demos aquí pasarlo por alto M. Des-
pués de la introducción al oficio seguidos por la comisión son un feliz
ante evangelium (en algunas solem- los salmos 148-150 s«; el segundo gru- compromiso entre la tradición ro-
nidades) y post evangelium, caracte- po, salmos 109-147, se distribuía cotidiano (salmos 3 y 94), para las
vigilias se respeta estrictamente el mana y algunos aspectos del Brevia-
rística de Milán52: quizá se trata de para la oración de la tarde de los rio de Quiñones. Efectivamente, la
formas evolucionadas del canto de días de la semana. Semejante divi- principio de los doce salmos por no-
che. El oficio matutino o laudes nueva distribución mantiene la reci-
aclamación que precedía y seguía al sión ha dejado huellas en la liturgia tación semanal de los 150 salmos,
evangelio. Estos cantos algunas oca- milanesa y en la liturgia monástica comprende un núcleo de salmos fi-
jos, más los salmos propios del día pero sin ninguna repetición. Los sal-
siones presentan un texto sálmico ". benedictina. Quizá en un primer mo- mos de la mañana disminuyen y
mento esta celebración no incluía las en número de dos ". Para las horas
El canto ofertorial u offerenda es menores la Regula propone salmos cada hora recibe salmos propios,
una antífona que acompañaba al sal- horas menores, que aparecieron más aplicando los principios de la divi-
tarde. Esta aparición comportará la propios para la hora de prima, mien-
mo, ejecutado durante la presenta- tras que se reservan para las otras sión de los salmos más largos y la
ción de las ofrendas. Con el tiempo introducción de variaciones en la atribución de tres unidades a cada
distribución de los salmos del primer horas el salmo 118 y los salmos gra-
desapareció el salmo o se redujo a duales M. Para las vísperas se man- nocturno y a cada hora menor, ex-
un solo versículo '". El canto oferto- grupo, para abastecer a cada oficio cepto laudes y vísperas.
de un cuerpo de salmodia 60 . tiene el grupo clásico 109-147, y para
rial milanés, en determinadas oca- las completas los tradicionales sal- La distribución de los salmos se
siones, se toma del salterio 5í . mos romanos 4, 90 y 133. hace de tal manera que se mantiene,
En el rito de comunión, la liturgia El oficio romano del s. vil. En el dentro de lo posible, la atribución
ambrosiana conoce dos cantos: el s. vn aparece plenamente estructu- de los dos grandes grupos de salmos
confractorium, antífona que acom- rada la distribución del salterio para La distribución de Quiñones. En que era tradicional en Roma desde
pañaba a la fracción del pan, y el el oficio cotidiano ", que estará en la primera mitad del s. xvi hubo en los comienzos mismos n . La nueva
transitorium, ejecutado durante la vigor en la liturgia romana hasta la el ámbito de la iglesia romana un distribución se mantiene hasta los
procesión del pueblo para la comu- reforma de san Pío X (1913). Para el intento de distribución del salterio años del posconcilio, cuando en
nión o durante el traslado procesio- oficio de las vigilias se reservan los tendente a hacer el oficio divino más 1967 la segunda instrucción litúrgica
nal de las especies sagradas al sagra- salmos del primer grupo tradicional asequible. El card. Quiñones m reci- Tres abhinc annos permitía simplifi-
rio. Los textos del transitorium son (1-108), de modo que se aseguren bió del papa Clemente VII el encar- car la recitación del salterio74.
muy elaborados y contienen con fre- para cada día doce salmos, más el go de una reforma del oficio. Apro-
cuencia referencias al salmo 33. A salmo 94, con el que empieza la cele- bado por Pablo III en 1535, el nuevo
veces estos dos cantos se toman del bración cada día *2. El oficio de lau- oficio tuvo un gran éxito, pero fue d) La distribución del salterio en
salterio56. des comprende un grupo de salmos suprimido, tras sólo treinta y tres el oficio hispano y ambrosiano.
que se repiten todos los días, más un años de vida, en 1568 ™. Mantenien- Entre las liturgias occidentales no
salmo propio del día ". Para las ho- do el principio de la recitación se- romanas, la hispánica y la ambro-
c) La distribución del salterio en manal del salterio, Quiñones dis-
el oficio romano. Dejando aparte las ras menores se reserva el largo salmo siana han conocido una organiza-
118 *>. Para las vísperas se mantienen tribuye los 150 salmos según tres ción más característica de la liturgia
tradiciones no del todo confirmadas, principios nuevos: se abandona el sis-
se puede afirmar que, entre los ss. iv los salmos 109-147, y para la hora de las Horas, de la que intentaremos
de completas se repiten los tradicio- tema de la recitación del salterio se- dar una breve descripción por lo que
y vn, en las basílicas romanas tiene gún el orden numérico; no se debe
lugar una primera organización del nales salmos 4; 30,1-6; 90 y 133, ade- se refiere al uso del salterio ".
Salmos 1862 1863 Salmos
La celebración de la liturgia his- mos se reducen a un versículo con el precisamente a la parte de la sal- de los santos, presenta un salmo pro-
pana. La liturgia de las Horas his- Gloria 8 \ modia. pio con los salmos 133 y 116, y un
pánica comprende un oficio eclesial En el oficio eclesial, por tanto, la La vigilia matutina milanesa co- segundo salmo propio. Finalmente,
(o catedral) y un oficio monástico. salmodia es bastante reducida. A los noce la salmodia solamente en el ofi- para las vísperas del domingo y de
El oficio eclesial conoce solamente salmos de las horas de la mañana y cio de cinco días de la semana, del las ferias, cinco salmos para cada día
la hora de la mañana y la hora ves- de la tarde hay que añadirles los tres lunes al viernes incluidos; en cuanto de la semana, retomando así el gru-
pertina; las horas menores de tercia, salmos de cada una de las horas me- al domingo, en lugar de los salmos, po de salmos 109-147 que usaba la
sexta y nona se recitan solamente en nores en las ferias penitenciales. En tiene tres cantos del AT, y el sábado liturgia romana para la oración de
los días feriales de carácter peniten- el oficio monástico, en cambio, la un cántico del AT y el salmo 118. La la tarde 94 . La salmodia de completas
cial 76. El oficio monástico, además salmodia era mucho más abundante: disposición de estos dos últimos días ofrece una combinación de elemen-
de las horas de la mañana y de la 30 salmos los días feriales y 36 el sería primitiva y propia de Milán. tos propios y de elementos roma-
tarde (las mismas del oficio eclesial), domingo, por lo que se refiere a las Para la salmodia de los otros días se nos 9i.
tenía las horas siguientes: los noc- horas canónicas, más los numerosos han asignado, como en Roma, los
turnos, las horas menores diarias y salmos de las horas peculiares 85. La antigua celebración ambrosia-
salmos 1-108. Estos salmos han sido na conocía otras dos vigilias, además
completas (llamadas las horas canó- La distribución del salterio respon- divididos en diez grupos, llamados
nicas). Además, como preparación de la matutina: una vigilia vespertina
día a un doble sistema: por una parte decurias, cinco para una semana y con tres salmos y una vigilia noctur-
o complemento de las horas canóni- estaban los salmos elegidos para una cinco para la otra, dando lugar así a
cas, estaban las horas llamadas pe- na, propia de las mayores solemni-
función específica en la celebra- la recitación del salterio en dos se- dades, con la recitación del salterio
culiares ". En general, sea el oficio ción86; por otra, la lectura continua manas, en vez de en una sola, como
monástico, sea el oficio eclesial, tras entero %.
del salterio, en el sentido de que los en Roma1". Además de la salmodia, el oficio
la introducción llevaban una parte salmos, recitados según el orden nu-
salmódica78. Para la parte final del oficio ma- ambrosiano contiene otros elemen-
mérico, se retomaban en el punto tutino o laudes, después del cántico tos (antífonas, psallenda, versículos,
La estructura de la salmodia de la donde había terminado la hora pre- del Benedictus, el domingo presenta etcétera) tomados del s,alterio o es-
hora de la mañana comprendía ele- cedente. Este doble sistema se en- los cánticos de Éxodo, Cantemus, y trechamente unidos a él, como las
mentos provenientes del oficio de vi- cuentra sobre todo en el oficio mo- de Daniel, Benedicite; las ferias, de oraciones que acompañan a algunos
gilia y elementos propios del oficio nástico, y en parte también en el ofi- lunes a viernes, el salmo 50, y el sá- salmos".
de la mañana. La parte de vigilia de cio eclesial, aunque en este último bado el salmo 117. Siguen tres sal-
los días feriales se compone del sal- no parece que se recitase todo el sal- mos típicos (148-150 y 116), y por
terio en un determinado período de e) Ayudas para el uso cristiano
mo 3 ™ y de una missa de tres sal- último un salmo llamado directus, del salterio. El libro de los Salmos
mos 80. El domingo, en cambio, co- tiempo"'. propio de cada día *>. ha sido considerado como elemento
mienza con los tres salmos canóni- El uso del salterio en la liturgia Las horas menores entraron en el insustituible de la oración cristiana
cos, o sea, los salmos 3, 50 y 56, hispánica no se puede valorar sola- esquema del oficio ambrosiano en desde los primeros tiempos de la
seguidos por una missa cuyos salmos mente a partir de la salmodia de las un segundo momento y repiten to- iglesia, pero sobre todo a partir del
se reducen a un solo versículo más el horas del oficio. Efectivamente, el li- dos los días el salmo 118, como se s. III '8. El salterio, como hemos di-
Gloría. En los días festivos, después bro de los Salmos constituye un ele- hacía en el oficio romano desde el s. cho [/ supra, I], supone una cierta
del Sal 3, sigue una o diversas mis- mento de primera importancia en el vil hasta el 1913". dificultad como libro de oración
sae, semejantes a la del domingo 8 '. conjunto de la celebración, en cuan- Las vísperas ambrosianas ofrecen para el cristiano. Conscientes de
La parte propiamente matutina de to que una buena parte de los ele- una estructura tripartita, formada ello, las generaciones cristianas han
los días feriales comprende el salmo mentos de la misma (antífonas, psal- por el lucernario, la salmodia y la ideado auxilios para ayudar a com-
50, el cántico del AT, el salmo matu- lenda, sonum, responsorios, oracio- parte estacional, esta última para los prender el texto sagrado y facilitar
tino 82 y los tres salmos 148-150. El nes, etc.) se toman en gran medida días festivos. El lucernario, elemento su lectura cristiana. Entre éstos con-
domingo presenta el cántico del AT, del salterio, especialmente en el ofi- primitivo y más antiguo de las víspe- viene recordar especialmente los tí-
las Bendiciones de Daniel, el so- cio ferial"". ras *2, usa versículos sálmicos que tulos de los salmos, las antífonas y
num" y los salmos 148-150. Los días ilustran el tema de Dios luz". La las colectas sálmicas.
festivos, en cambio, tienen el salmo La celebración de la liturgia am- parte salmódica ofrece tres modali-
50, el cántico del AT, las Bendicio- brosiana antigua. El oficio ambro- dades, dos propias de Milán y la ter-
nes, el sonum y los salmos 148-150. Los títulos de los salmos. En el
siano ha sufrido a lo largo de los cera de influencia romana. La pri- encabezamiento de la mayor parte
La oración de la tarde comprende siglos influencias provenientes de am- mera, para las grandes solemnidades de los salmos, en la biblia (hebrea y
el vespertinum con el salmo lucerna- bientes litúrgicos no milaneses, así del Señor, se compone de un salmo de los LXX) se encuentran títulos
rio y otros dos salmos. En el domin- como de la liturgia romana [/ Am- propio, al que siguen los salmos 133 [/ supra, II, 2-3]. Su origen y su va-
go y en los días festivos los tres sal- brosiana. Liturgia, I], que afectan y 116. La segunda, para las fiestas lor son muy discutidos, pero tienen
Salmos 1864
1865 Salmos
una indudable importancia por las Las antífonas. La historia de la
indicaciones que suministran para la liturgia testifica que, desde el s. ív, la tigua su difusión, encontraron una la / reforma litúrgica, ejecutada se-
historia del salterio y de su utiliza- recitación de los salmos conocía el verdadera dificultad para penetrar gún los principios establecidos por
ción litúrgica en Israel". uso de las antífonas. La antífona es en la liturgia oficial. La liturgia his- el Vat. II, el papel del salterio es no-
un estribillo que tiene una doble fun- pánica fue la única que conservó su table en todos los libros litúrgicos.
También en diversos manuscritos
latinos de salterios para el uso litúr- ción. La primera es musical, ya que uso en la liturgia de las Horas "".
gico cristiano se dan los títulos al designa y prepara el tono sobre el Las diversas series o colecciones 1. LA MISA. La Ordenación Ge-
comienzo de los salmos, que, sin em- que debía modularse el salmo: desde de colectas sálmicas que se conser- neral del Misal Romano (OGMR) "•'
bargo, son diferentes de los bíblicos. este punto de vista, la antífona podía van son objeto de cuidadosas inves- prevé el uso de los salmos en cuatro
Se trata de breves sentencias, que ejecutarse al principio y al final del tigaciones a causa de su rico conte- momentos de la celebración: el canto
tienen la finalidad de facilitar la in- salmo, o bien repetirse entre los ver- nido teológico y espiritual. La más de entrada, el canto interleccional,
terpretación cristiana del salmo y sículos en forma responsorial. La se- antigua, probablemente de la segun- el canto de ofertorio y el canto de
ayudar a la plegaria del orante. Es- gunda función de la antífona, la más da mitad del s. v, es la serie "Visita comunión. Para el canto de entrada
tos títulos cristianos han sido objeto importante, es la de sugerir el senti- nos", compuesta íntegramente por (n. 26) y para el canto de comunión
de una investigación minuciosa por do preciso que se quiere dar al salmo un solo autor l08. De la mitad del s. (n. 56, i) está previsto el canto de la
obra de dom Pierre Salmón, y pu- en la celebración. Esto aparece sobre vi es la que se llama serie romana, o antífona, con mucha frecuencia to-
blicados después por él mismo m. todo en las antífonas llamadas sál- mejor itálica, atribuible quizá a Ca- mada de los salmos (figura en el for-
micas, formadas con breves frases siodoro m. De la época carolingia mulario correspondiente del Misal,
La obra de dom Salmón contiene queda una serie compuesta por un y, con notación musical, en el Gra-
seis series de títulos, cuya composi- tomadas del incipit del salmo o de
los versículos más característicos l0!. autor anónimo sobre algunas colec- dual romano o en el Gradúale sim-
ción puede establecerse en el arco de tas de origen hispánico "°. Finalmen- plex), que puede ir acompañada por
tiempo que va desde las postrimerías La función de la antífona se nos te existe la abundante colección de el respectivo salmo. No obstante, jun-
del s. m o comienzos del ív hasta el recuerda en la OGLH 113 así: "Las colectas de origen hispánico, que to a este uso de los salmos, la
final del s. vi. Se trata en general de antífonas... ayudan a poner de ma- con gran probabilidad estaban ori- OGMR prevé también el uso de un
obras anónimas, a excepción de dos nifiesto el género literario del salmo; ginalmente reunidas en un libro li- canto alternativo cuyo texto, sin em-
series atribuidas, respectivamente, a lo transforman en oración personal; túrgico llamado liber orationum psal- bargo, debe estar aprobado por la
Eusebio de Cesárea "" y a Casiodoro iluminan mejor alguna frase digna mographus, del que se ha publicado conferencia episcopal. Esta autori-
y Beda ,02. de atención y que pudiera pasar inad- recientemente una recomposición '". zación puede legitimar un cierto real
Sobre el contenido de estas series vertida; proporcionan a un determi- abandono del salterio en estos dos
de títulos se puede decir que, en ge- nado salmo cierta tonalidad peculiar Los autores de las colectas se ins- momentos de la misa. El canto del
neral, intentan dar una explicación e según las diversas circunstancias". piraron en los comentarios patrísti- ofertorio (OGMR 50) se encuentra
interpretación del texto sagrado si- cos, en las series de títulos y con fre- en las mismas condiciones, con la
guiendo los principios de una exége- Las colectas sálmicas. Desde el cuencia en las antífonas, así como
s. ív, en Oriente y Occidente, sobre particularidad de que en la actual
sis espiritual, o sea, viendo en los en los salmos mismos. Indudable- edición del Misal Romano no figura
salmos profecías de la obra redento- todo en los ambientes monásticos, mente, las colectas sálmicas son un
se sintió la necesidad de introducir ninguna antífona para el canto en
ra de Cristo e intentando hacer de admirable ejemplo de actualización palabras. Hay que buscarla en el Gra-
los mismos salmos un texto vivo, una pausa de oración silenciosa en- de la espiritualidad vivida en la cele-
tre salmo y salmo. Con las pausas de dual romano o en el Gradúale sim-
una plegaria actual, un canto que se bración de la liturgia, en concreto de ple x.
inserta en la gran realidad del miste- silencio se trataba de profundizar las la interpretación cristiana del salte-
rio de Cristo y de la iglesia m. Las ideas sacadas del salmo que se aca- rio. Precisamente por ello se ha di- Ha sido mucho más lograda la re-
series IV y VI ofrecen una interpre- baba de recitar. De la pausa de ora- cho que las colectas constituyen una cuperación del salmo responsorial,
tación cristiana del género literario ción silenciosa se pasó a la improvi- especie de catequesis de la sacramen- considerado parte integrante de la
del salmo m. La importancia espiri- sación de una oración en voz alta talidad de la celebración litúrgica "2. liturgia de la palabra (OGMR 36).
tual de estos títulos cristianos de los que resumiera en pocas palabras el Se discute si este salmo debe consi-
salmos ha sido reconocida por los resultado de la meditación. En un derarse como una ulterior lectura de
que han preparado la nueva Liturgia momento posterior, esta praxis ori- VI. Los salmos la Sagrada Escritura o bien como
Horarum de la iglesia romana queri- ginó la redacción de colectas para una respuesta de la asamblea a la
ser rezadas durante la celebración. en la liturgia romana actual
da por el Vat. II, ya que han enri- palabra de Dios. Para el salmo res-
quecido el nuevo libro de oración El nombre de colecta derivaría de la El n. 24 de la SC recuerda la má- ponsorial, el Leccionario prevé para
litúrgica con títulos semejantes a los expresión "colligere orationem" 10 '. xima importancia de la Sagrada Es- cada formulario de misa el texto más
de las antiguas series (cf OGLH critura en la celebración litúrgica, ci- adecuado, relacionado estrechamen-
111). Las colectas sálmicas, aun habien- te con las lecturas del día y de la
do tenido un gran éxito, como ates- tando explícitamente el valor de los
salmos en relación con el canto. En celebración. Pero la introducción al
Salmos 1866
1867 Salmos
Leccionario añade en el n. 9: "Para criterios de selección: para el primer
que el pueblo pueda más fácilmente salmo de laudes se ha elegido un sal- colectas sálmicas, en la línea de la contenido y según el carácter especí-
decir la respuesta salmódica, la dis- mo matutino, mientras el último es, tradición medieval (OGLH 112). fico de cada uno de ellos. Como se
tribución de las lecturas señala algu- según la antigua tradición, un salmo Por desgracia, tal publicación oficial ha indicado más arriba hablando de
nos textos de salmos y de respuestas de alabanza; para las vísperas, des- no ha tenido lugar todavía. En algu- los géneros literarios, los salmos son
seleccionados para los diversos tiem- graciadamente, no se ha conservado nos países, provisionalmente, se han verdaderos poemas, y cada uno de
pos del año o para las diversas cate- el uso de un salmo lucernario, como preparado algunas series de colectas ellos tiene su especificidad, que debe
gorías de santos, los cuales podrán en otras liturgias; para el domingo sálmicas, que indudablemente son respetarse si se quiere que la celebra-
emplearse en vez del texto que co- se han escogido salmos estrechamen- de gran utilidad. Las antífonas ayu- ción adquiera su sentido festivo.
rresponde a la lectura, siempre que te relacionados con el misterio pas- dan a descubrir el género literario La tradición, como hemos señala-
el salmo sea cantado" "4. En lugar de cual, mientras que al viernes se le del salmo, y con frecuencia ponen do en los párrafos precedentes, nos
los salmos responsoriales indicados han asignado salmos de carácter pe- de relieve aspectos importantes del ha transmitido diversos modos de
más arriba, la OGMR prevé la posi- nitencial o capaces de ser referidos a mismo. El n. 114 de la OGLH prevé ejecutar los salmos, y la renovación
bilidad de usar el gradual que figura la pasión; los salmos 77, 104 y 105, que en la celebración sin canto, du- querida por el Vat. II se ha preocu-
en el Gradual romano "s o los salmos que narran la historia de la salvación rante el tiempo ordinario, puedan pado por «vitalizarlos. Así, para la
responsoriales con notaciones musi- en el AT, han sido reservados para sustituirse las antífonas por las sen- celebración de la misa se ha reintro-
cales que se encuentran en el Gra- los tiempos litúrgicos de adviento, tencias bíblicas o patrísticas que pre- ducido con carácter obligatorio el
dúale simplex "'. navidad, cuaresma y pascua; para ceden a los salmos mismos. salmo responsorial después de la pri-
las fiestas, la elección de los salmos El salterio está todavía presente mera lectura. Sólo en el caso del can-
2. LA LITURGIA DE LAS HORAS. se ha hecho de manera que se subra- en otros elementos del oficio divino, to gregoriano (latino) se permite re-
El n. 91 de la SC establece normas ye el carácter de la celebración. In- como los versículos y los responso- tomar el gradual, canto sálmico de
concretas para una utilización mejor dudablemente la nueva distribución nos, que se encuentran en las diver- carácter reducido (OGMR 36). Por
y más adecuada a las necesidades ac- del salterio está orientada a ayudar sas horas del oficio. lo que se refiere a las otras celebra-
tuales de la iglesia del tesoro de los a los fieles para una utilización más ciones de la palabra en conexión con
ciento cincuenta salmos. Además de viva de las riquezas que contiene. El 3. LOS SACRAMENTOS Y LOS SA- los diversos sacramentos y sacra-
promover una revisión del texto del hombre moderno difícilmente se pue- CRAMENTALES. El n. 35 de SC pres- mentales, el salmo responsorial es
salterio (ya felizmente concluida), se de adaptar a las largas salmodias en cribe la lectura de la Sagrada Escri- obligatorio. Para la liturgia de las
pide que el salterio se distribuya en uso durante los siglos pasados. Al tura más abundante, más variada y Horas, el n. 122 de la OGLH recuer-
un período de tiempo que supere la reducir el número de salmos y esco- mejor elegida, en las celebraciones da los modos tradicionales de ejecu-
semana. En 1971, con la publicación ger los salmos más significativos sagradas. Por esta razón, todos los tar los salmos: de manera continua-
de la edición típica de la Liturgia para las horas de laudes y vísperas, nuevos rituales de los sacramentos y da (in directum), o bien alternando
Horarum"1, la iglesia inauguraba se pone a disposición de los fieles de los sacramentales presentan un sea los versículos, como era la cos-
una nueva distribución del salterio. una parte de la Escritura, que ha ser- elenco de lecturas bíblicas —o sea, tumbre latina más común, sea las es-
Está ordenado según un esquema de vido como libro de oración a gene- un verdadero leccionario adaptado trofas entre dos coros o partes de la
cuatro semanas; en general, los sal- raciones enteras "*. a cada rito—, entre las que se en- asamblea, respetando la disposición
mos se usan una sola vez, exceptua- cuentra un número de salmos que tipográfica de los nuevos libros li-
Para que se facilite el uso de los responden a las características de túrgicos; o bien de manera respon-
dos los más significativos, que se re- salmos en la oración cristiana, la nue-
piten varias veces. Son treinta y seis las diversas celebraciones. De este sorial [/ supra, V]. De hecho, sólo el
va Liturgia Horarum prevé tres ele- modo el salterio sigue teniendo un salmo 94 del invitatorio se presenta
los salmos que aparecen dos o más mentos, recuperados de la tradición
veces a lo largo de las cuatro sema- papel insustituible en cualquier cele- de manera responsorial. Aunque no
precedente: los títulos, las colectas bración del culto católico. se hable de ello en los documentos
nas. Los salmos 57, 82 y 108, consi- sálmicas y las antífonas. En el salte-
derado su carácter imprecatorio, no oficiales, en la práctica de la liturgia
rio distribuido en cuatro semanas, renovada se ha llegado a compren-
aparecen en la oración de la iglesia, cada salmo lleva un título, que se
y también varios salmos han sido der que ciertos salmos, como el 106
refiere a su significado y su im- VII. Modalidades celebrativas y el 117, son de hecho estructuras de
privados de los versículos que se portancia para la vida humana del
consideraba que podían crear difi- celebraciones cultuales de acción de
creyente. Además, cada salmo va El n. 121 de la OGLH recuerda gracias, y se ha logrado devolver
cultades en los orantes. El principio acompañado de una frase tomada que los salmos pueden ejecutarse de
más usado en la elección de los sal- vida expresiva a dichos textos distri-
del NT o de los escritos de los pa- diferentes maneras, según lo exijan buyendo sus partes entre los diversos
mos es el de la elección según el ca- dres, que invita a orar con el salmo el género literario, la extensión, la
rácter de la hora y del día. Así los participantes. Por lo que se refiere a
en sentido cristológico (OGLH 111). lengua en que se celebra el oficio, las diversas posibilidades, en el ám-
nn. 126ss de la OGLH revelan los Se prevé también la publicación de etcétera. Los salmos, se afirma, han bito castellano recordamos solamen-
sido ordenados en el oficio según su
Salmos 1868 1869 Salmos

te las publicaciones de P. Farnés y para una recta interpretación de los NOTAS: ' P. Auvray, Los salmos, en H. Ca- subrayado que el incipit del salmo es menos
A. Aparicio "'. zelles (dir.), Introducción crítica al AT, Herder, pertinente a la solemnidad que el v. 10 (Reges
salmos, tienen las antífonas, las fra- Barcelona 1981, 525 — 2 P. Auvray, Los sal- Tharsis... muñera offerunt), pero ello ayuda pre-
ses bíblicas y los títulos que aparecen mos, l.c, 526; A. Rolla, Libri didattici, en // cisamente a comprender la costumbre primitiva
en los libros litúrgicos, sin olvidar messaggio delta salvezza 3, LDC, Turín 1971, de decir todo el salmo o al menos los versículos
VIII. Problemas las colectas sálmicas. Los problemas 420-424; G. Castéllino, Libro dei Salmi. en más apropiados, y no solamente el primero —
20
litúrgico-pastorales derivados del contenido de los sal- S. Garofalo (dir.), La Sacra Bibbia, Marieta, Así, para el tiempo de adviento se eligieron
mos pueden superarse con un traba- Roma-Turín 1955, 7-10 — 3 P. Auvray, Los los salmos 18, 24, 79 y 84; en cambio, para el
salmos, l.c, 526-528; A. Rolla, Libri didattici, tiempo cuaresma] aparecen los salmos de la-
El uso del salterio como libro de jo de mentalización y de conoci- l.c, 424-430; G. Castéllino, Libro dei Salmi. mentaciones, además del típico salmo 90 —
oración para el cristiano de hoy miento del salterio dentro de la his- l.c, 10-17 — " H. Gunkel y J. Begrich, Einlei- 21
Desde el I al XVI domingo los antifonarios
comporta evidentemente problemas, toria de salvación que se actúa en la lung in die Psalmen, Gottinga 1933 — 5 G. presentan antífonas sálmicas tomadas de los sal-
algunos de los cuales ya se han insi- liturgia. Castéllino, Libro dei Salmi, l.c, 21-24 — 6 Cf mos 12, 17, 24, 26, 27, 46, 47, 53, 54, 67, 69, 73,
nuado a lo largo del tratado. Como G. Castéllino, Le lamentazioni individuali e gli 83, 85 - 22 Los responso conservados por los
El segundo núcleo de problemas inni in Babilonia e in ísraele, raffrontati riguar- antifonarios son alrededor de ciento treinta, de
conclusión, es oportuno señalar dos se refiere a la interpretación celebra- do alia forma e al cortlenuio, Turín 1940 — los que sólo diez son textos no sálmicos — 23 El
importantes núcleos de problemas, tiva de los salmos. La OGLH en el 7
Cf E. Lipinski, Psaumes I, Formes et genres enriquecimiento melódico que significó el canto
que conviene considerar atentamen- n. 103 recuerda: "Los salmos no son ¡ittéraires, en DBS IX (1973) 1-125 — 8 Cf E. gregoriano para los textos y que exigía un espa-
te desde un punto de vista litúrgico- lecturas ni preces compuestas en Beaucamp, Psaumes II, Le Psautier, en DBS. cio de tiempo superior a una salmodia simple,
pastoral: los derivados del contenido cit., 127-159 — 9 Cf E. Beaucamp, Psaumes explica la reducción del salmo responsorial a
prosa, sino composiciones poéticas II, Le Psautier, l.c, 149-157 — l0 Cf P. Sal- un solo verso, además de la antífona o estribi-
del salterio y los que conciernen a la de alabanza. Por tanto, aunque po- món, Les "Tituli Psalmorum" des manuscrits llo ~ 24 El texto en cuestión no es sálmico, sino
interpretación celebrativa de los siblemente hayan sido proclamados latins, Cerf, París 1959, 10-27 — " Eteria, Dia- que proviene de Jer 1,5.9: "Priusquam te for-
salmos. alguna vez en forma de lectura, sin rio di viaggio, Edizioni Paoline, 1979 — l2 Cf marem in útero, novi te: et antequam exires de
La marcada impronta veterotes- embargo, atendiendo a su género li- P.J. Mateos, De officio matutino et vespertino ventre, sanctificavi te. V. Misit Dominus ma-
in ritibus orientalibus, pro manuscripto, Pon- num suam, et tetigit os meum, et dixit mihi:
tamentaria del salterio exige a quien terario, con acierto se les llama en tificium institutum liturgicum Anselmianum, Priusquam..." — 25 Los "tractus" que aparecen
desea rezar los salmos en el espíritu hebreo Tehillim, es decir, cánticos Roma 1968, 17-31 — 13 Cf B. Botte, Rites el en los antifonarios son alrededor de una veinte-
del evangelio un mínimo de prepa- de alabanza, y en griego Psalmoi, es familles lilurgiques, en A.G. Martimort (dir.), na, de los que tres o cuatro constan de dos
ración o ambientación bíblica. Efec- decir, cánticos que han de ser ento- L'église en priére. Introduction a la liturgie, Des- versos, mientras que los demás poseen tres, cua-
tivamente, los salmos se han leído nados al son del salterio. Es verdad, clée, París 1961, 15-26 (bibl.) — " Cf P. Sal- tro, cinco o seis — 26 El "tractus" Qui habitat
món, La priére des heures, en A.G. Martimort, presenta 13 vv., que corresponden a los vv. 1-7
en el ámbito del culto cristiano como todos los salmos están dotados de o.c.enlanotaprec,789-815(bibl.) - l! CfM. y 11-16 del salmo 90: el "tractus" Deus, Deus
profecías relativas al misterio de Cris- cierto carácter musical, que determi- Andrieu, Les Ordines Romani du haut moyen- meus, presenta 13 vv., que correspoden a los vv.
to, el cual a su vez permite interpre- na el modo adecuado de recitarlos. age 2, Les Textes (Ordines I-XIII), Lovaina 2-9, 18b-19.22.24.32 del salmo 21; el "tractus
tar el sentido último de los salmos. Por tanto, aunque los salmos se re- 1971, 2-108 (OR I); 3, Les Textes (suite) (Ordi- Eripe me, Domine presenta 11 vv., que corres-
Así, la posterior tradición cristiana citen sin canto, e incluso de modo nes X1V-XXXIV), Lovaina 1974, 45-125 (OR ponden a los vv. 2-10.14 del salmo 139 — 27 Así,
XV) — ]h Los principales antifonarios romanos el "ofertorium" del miércoles de las témporas
patrística y litúrgica ha aprendido a individual y silencioso, convendrá son el Cantatorium de Monza (Monza, hacia el de adviento presenta la siguiente estructura: an-
leer a Cristo en los salmos y a los que se atienda a su índole musical: año 800), el antifonario de Rheinau (Rheinau, tífona Le l,28bcd: 1.° v. Le 1,34b; 2." v. Le
salmos en Cristo. El auténtico modo ciertamente ofrecen un texto a la con- VIII-IX s.), el antifonario de Mont-Blandin o 1,35c. Las antífonas de ofertorio no sálmicas
de orar con los salmos se puede co- sideración de la mente; pero tienden de Pamelius (Mont-Blandin, VIII-IX s.), el an- son cerca de diez, entre ciento veinte conserva-
legir del siguiente texto de san Agus- sobre todo a mover los corazones de tifonario de Compiégne o de Carlos el Calvo das en los antifonarios — 2tí Se han empleado
(Saint-Corneille de Compiégne, 860/880), el an- los siguientes salmos: 5, 6, 9, 12, 15, 16, 17, 18,
tín: quienes los recitan y los escuchan, e tifonario de Corbie (Corbie, después del año 24, 29, 30, 33, 39 — 2 ' Así, para el I domingo de
"Como el Cristo total es cabeza incluso de quienes los tocan con ar- 853), el antifonario de Senlis (Saint-Denis, adviento la antífona es el v. 13 del salmo 84,
y cuerpo, por eso en todos los sal- pas y cítaras". La interpretación ce- 877/882). Cf R.J. Hesbert, Antiphonale missa- que se indica como salmo de comunión. Para el
rum sextuplex, Bruselas 1935 — l7 Entre las
mos, al oír la voz de la Cabeza, oiga- lebrativa de los salmos en la liturgia cerca de 115 antífonas conservadas en los anti-
II domingo la antífona está tomada de Bar 5,5;
4, 36, señalándose el salmo 79 como salmo de
mos la del cuerpo. Pues no quiso sigue siendo, por tanto, un amplio fonarios, una treintena no son sálmicas, sino comunión M
Para los días feriales de cuares-
hablar separadamente el que no qui- campo de investigación, en el que pertenecientes a otros libros de la biblia, excep- ma, a partir del miércoles de ceniza, están pre-
so separarse, conforme lo atestigua: los técnicos y pastores deben empe- ción hecha de las antífonas Gaudeamus y Salus vistos como salmos de comunión los salmos 1,
Ved que yo estoy con vosotros hasta ñarse a fondo para encontrar las populi (textos no bíblicos) y In excelso throno 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 18, 19,
(del IV libro de Esdras) — IK Así, la antífona
la consumación de los siglos. Si está formas más adecuadas a los diver- del I domingo de adviento presenta los primeros
22. Interesante el que en el viernes de la IV
semana de cuaresma la antífona de la comunión
con nosotros, habla con nosotros, de sos tipos de comunidades y a las versículos del salmo 24: Ad te levavi animam se tome del evangelio (Jn 11,33.35.43.44.49), no
nosotros y por nosotros; como tam- diversas celebraciones. Del modo meam, mientras que el salmo reanuda con el v. obstante lo cual se indica el salmo 21, que co-
bién nosotros hablamos en él, y por de interpretación dependerá indu- 4: Vías lúas — 19 Por ejemplo, el II domingo de rresponde a la serie arriba indicada, en el anti-
eso hablamos verdad, porque habla- dablemente el interés del pueblo adviento tiene como antífona Is 30,30: Populus fonario de Mont-Blandin: cf R.J. Hesbert, o.c.
mos en él" l2°. Por ello no debe olvi- fiel por servirse de los salmos en su Sion, con el salmo 79. La antífona de la epifanía (nota 16) 80. En los domingos del tiempo ordi-
está tomada de Mal 3,1 y 1 Crón 29,12: Ecce nario tenemos la serie siguiente de salmos de
darse el papel de válida ayuda que, oración. advenit, mientras que el salmo es el 71. Se ha comunión, con las antífonas sacadas de los mis-
Salmos 1870
3l 1871 Salmos
mos: 9, 12, 16, 17, 26, 30, 33, 50, 103 — El me. R. Exsultemus et laetemur in ea. (Clamor)
uso del salmo 42 al principio de la misa aparece Aperite mihi portas iustitiae. Deo gratias. R.
hora de prima, junto a cuatro estrofas del salmo tis, pecutiaris vigilia, post nocturnos, ordo pe-
a finales del s. x en los misales del grupo de Exsultemus et laetemur in ea". El nombre cla-
118. se recitaba el salmo 53 y otro salmo toma- culiaris seu aurora, ad primam, ad secundam,
Séez (Francia), introducido en el ordinario del mor se debe probablemente al largo neuma con
do del grupo de los salmos de la vigilia matutina ad quartam, ad quintam, ad septiman e ad oc-
misal de la capilla papal hacia 1290 y haciéndo- que acababa el verso, y al que el pueblo respon-
se obligatorio para toda la iglesia romana la (1-108) — M Para otras precisiones cf J. Giben tavam. Cf J. Pinell, Las horas vigiliares del ofi-
día con un Deo gratias, antes de reanudar el
Tarruell, La nouveile disiribution du Psautier cio monacal hispánico, en Liturgia 3 (Scripta et
reforma de san Pío V en el 1570. Cf J.A. Jung- estribillo — 47 En las misas del tiempo de cua-
dans la "Liturgia Horarum", en EL 87 (1973) Documenta 17), Abadía de Montserrat 1966,
mann, El sacrificio de la Misa, Madrid 19634, resma el psallendum es sustituido por un canto
325-382 — ** Para estudiar las relaciones entre 197-340 — T8 El esquema general de la oficiatu-
330-334 — -12 El uso del salmo 25, y sobre todo propio, los threni, formados con textos toma-
oficio romano y oficio de la Regula monaste- ra hispánica era, según J. Pinell, el siguiente:
del v. 6, aparece en el alto medievo, pero no fue dos de Lam, Job o de los Profetas. Cf J. Pinell,
riorum, cf A. De Vogüé, La regle de Saint Be- Introductio/Psalmodia/Lectio sacrae scriptu-
obligatorio hasta san Pío V, que impone la re- El canto de los "threni" en las misas cuaresmales
noU. Commentaire historique et critique, tomo rae/ Hymnodia/Euchologia/Appendix devotio-
citación de los vv. 6-12. Cf J.A. Jungmann, o.c, de la antigua liturgia hispánica, en Eulogia.
V. SC 185 (1971) — v Son fijos los salmos 66, nalis. Cf J. Pinell, De liturgiis occidentalibus 11,
628-630 — « Cf W.C. Bishop, The African Miscellanea litúrgica, Roma 1979, 317-365 —
48 50, 148, 149 y 150; son propios los salmos 117 y 70 — 79 En el oficio hispánico la regla general
Rite, en The Journal of Theological Studies 13 Cf J. Pinell, Le liturgie occidentali, 89; M.M.
62 (dom.), 5 y 35 (f 2), 42 y 56 (f 3), 63 y 64 (f es que cada salmo posee su antífona y una ora-
(1912) 250-279; F. Cabrol, Africaine (Liturgie), Otero Azcárate, Elevavit sacerdos muñera. Es-
en DACL I (1924) 591-657; E. Dekkers, Afri- 4), 87 y 89 (f 5), 75 y 91 (f6), 142 (sáb.) - - M En ción sálmica como conclusión. De estas oracio-
tudio teológico de las fuentes bíblicas y litúrgi-
la hora de prima del domingo, cuatro estrofas nes sálmicas se hablará luego /[V, 2, e] —
caanse liturgie, er\LrVl(\958) 64-74 — w Cf J. cas de los cantos ofertoriales hispánicos "sacri- st)
del salmo 118; durante la semana, los salmos 1- Recibe el nombre de "missa" un conjunto for-
Pinell, De liturgiis occidentalibus (pro manus- ficio " del antifonario de la liturgia hispánica.
9. El resto del salmo 118 se recita en las horas mado por tres salmos con sus respectivas antí-
cripto), Roma 1967, 80 — J5 Se conservan dos Disertación doctoral, Pontificio Instituto Litúr-
del domingo y del lunes, mientras que desde el fonas y oraciones sálmicas. En los días festivos
epístolas falsamente atribuidas a san Germán gico, Roma 1980 — 49 Cf J. Pinell, Le liturgie
martes al sábado se repiten los salmos gradua- y domingos, los salmos se reducen a un verso y
de París; cf A. Wilmart, Germain de Paris, en occidentali, 101 - 50 Cf P. Borella, // rito am-
DACL VI, 1(1924)1066-1090 - 16 J. Pinell, Le les, 119-127 — 6y Erancisco Quiñones, de la or- al Gloria. El conjunto, formado por antífona,
brosiano, Brescia 1964, 146-152; J. Pinell, Le
den de los Menores, cardenal de la S. Cruz en verso y Gloria, aparece como un canto de tipo
liturgie occidentali, corso d'introduzione, Roma liturgie occidentali, 42; A.M. Triacca, La litur-
Jerusalén (1485-1540). Cf V. Raffa, Da! Brevia- responsorial -- Bl Según la solemnidad del día,
1977, 58; cf Id, La liturgia galücana, en gia ambrosiana, en Anamnesis 2, 88-110 —
51 rio del Quignones alia Liturgia delle Ore di Pao- las "missae" pueden ser 2, 3, 4, 5, 6, 7 u 8. Cf J.
VV.AA., Anamnesis 2, La liturgia, panorama Cf P. Borella, II rito ambrosiano, 156; J. Pi-
lo VI, en VV.AA., Liturgia delle Ore (Quaderni Pinell, De liturgiis occidentalibus II, 106 y 115-
storico genérale, Turín 1978, 62-67 - - -17 Cf J. nell, Le liturgie occidentali, 45 - - " Cf P. Bo-
di RL 14), LDC, Turín 1972, 289 — 119 — K2 Los salmos matutinos de la liturgia
Pinell, Le liturgie occidentali, 59 — 1í! Ib, 61 y rella, o.c, 159-161; J. Pinell, Le liturgie occi- 70
Aprobada en el 1535, la primera "recensión" hispánica son los salmos 5, 18, 35, 42, 58, 62,
63 — 39 Ib, 75 — "° J. Pinell, De liturgiis occi- dentali, 45 — 51 Cf, por ejemplo, A. Paredi
tuvo nueve o diez ediciones en diecisiete meses. 64, 66, 75, 87, 89, 91, 100, 107, 117, 118, 145-
dentalibus, 85-86 — 4I Cf J. Pinell, Le liturgie (dir.), Sacramentarium Bergomense, Bérgamo
En el 1536 apareció una segunda "recensión", 152, 129 y 142. Cf J. Pinell, De liturgiis occi-
occidentali, 132-140, e Id, La liturgia céltica, en 1962, 6 y 7, die XXVII dec. e dom. p. Natale
que tuvo un centenar de ediciones hasta el 1568, dentalibus II, 127 — 83 El sonum es un canto
Anamnesis 2, 67-70 para la bibl. — 42 Éste es el Dom. — M Cf P. Borella, o.c, 166-168 — 55 Cf
año de la abolición definitiva con la bula Quod formado por una antífona y por un versículo
uso de la tradición B, mientras que la tradición A. Paredi, o.c, 7, dom. p. Natale Dom.: "Visi
a nobis, de san Pío V — 7I Un análisis de la sálmico, melódicamente muy adornado — M En
A de los días citados presenta, en lugar del prae- sunt gressus tui, Domine, gressus Dei mei regis,
distribución del salterio hecha por Quiñones en el oficio festivo, el tercero es un salmo aleluyé-
legendum, tres antífonas a veces de origen sal- quí est in sancto...", Ps 67 - 5(l Cí P. Borella,
V. Raffa, Dal Breviario del Quignones... (nota tico, y en los libros recibe el nombre de Lauda.
mico. Cf Missale Mixtum, ed. A. Lesley: PL 86; o.c, 206-216; J. Pinell, Le liturgie occidentali, ll
69) 294-297 Pues Quiñones eliminaba de En tales oficios existe, entre el vespertinum y el
L. Brou-J. Vives, Antifonario Visigótico Mozá- 50-51 — " Eteria, Diario di viaggio, Edizioni
la hora de laudes los salmos específicamente segundo salmo, un sonum semejante al del ofi-
rabe de la Catedral de I^ón, Barcelona 1959 — Paoline, 1979, 103 - 5* Cf H.J. Becker, Reform
43 matutinos de la tradición romana: los salmos 5, cio matutino - Kí Cf J. Pinell, De liturgiis oc-
Damos dos ejemplos de praelegendum, uno des Ferialpsalterium. Ein Diskussionsbeitrag,
42, 62, 64, 89, 91, 92, 99, 117, 142, y sobre todo cidentalibus II, 71-72; Las horas vigiliares...
con antífona no sálmica y otro enteramente sa- en EL 79 (1965) 17-54; C. Callewaert, De laudi-
no respetaba la función típica de los tres salmos (nota 77) 224-231 — *b Los salmos elegidos son
cado del salterio. I domingo de adviento: "Ecce bus Matutinis, en SE 1940, 65ss; J. Pascher,
148, 149 y 150, al final de laudes. En general, se los salmos canónicos (3, 50, y 56), los salmos
super montes pedes evangelizantis pacem alle- Zur Frühgeschichte des rómischen Wochenp-
puede decir que Quiñones ignoraba la gran di- matutinos (cf nota 82), los salmos 148-150 y
luia. Et annunciantis bona aileluia: celebra Juda salteriums, en EL 79 (1965) 54-58 - 5g Los sal-
visión en dos grupos: salmos de la mañana (1- los salmos vespertinos - *7 Cf J. Pinell, De
festivitates tuas aileluia. Et redde Domino vota mos 148-149-150 figuran en el oficio matutino
108 y 148-150) y salmos de la tarde (109-147) - liturgiis occidentalibus II, 72; Las horas vi-
tua aileluia. V. Dominus dabit verbum evange- de las liturgias orientales y occidentales: cf A. 71
Para otras indicaciones, cf V. Raffa, Dal Bre- giliares... 219 ** Cf J. Pinell, De liturgiis oc-
lizantibus in virtute multa (Ps 67). R. Et redde. Baumstark-O. Heiming, Nocturna Laus. Typen
viario di Quignones..., 320-363; J. Gibert Ta- cidentalibus II, 72 - ™ Cf P. Borella, // rito
Gloria. R. Et redde". Natividad del Señor: "Aile- frühchristlicher Vigilienfeier und ihr Fortleben
rruell, La nouveile disiribution du Psautier... ambrosiano, Brescia 1964, 225-239. En la p. 238
luia, Benedíctus qui venit aileluia in nomine Do- vor allem im rómischen und monastischen Ri- 74
(nota 65) 338-342 Cf AAS 59 (1967) 442- el autor ofrece la distribución de los salmos
mini, aileluia, aileluia. V. Deus Dominus et illu- tus, Münster 1967, 195-205 - M Cf H.J. Bec-
448; A^or 3(1967) 169-194; n. 19: "Diebus 1 et II según las diez decurie — **" Los salmos di-
xit nobis. R. In nomine. Gloria. R. In nomine". ker, le (nota 58) 47 - <" Cf S. Báumer-R. Bi-
classis... unicus tantum Nocturnus cum tribus recti de los siete días de- la semana son: 92,
Cf Missale Mixtum (nota 42), 109 y 183 - u Cf ron, Histoire du Bréviaire I, Roma 1967, 293ss; yl
psalmis et tribus lectionibus..."; n. 21: "In per- 53, 66, 69, 1 12, 142 y 89 Si la tradición
J. Pinell, Le liturgie occidentali (nota 36) 79- C. Callewaert, L'oeuvre liturgique de st.-
solvendis Laudibus et Vesperis cum populo... primitiva de la liturgia ambrosiana reservaba el
106; Id, La liturgia ispanica, en Anamnesis 2, Grégoire, en SE 1940, 636ss; M. Righetti, Ma-
tres tantum psalmi dici possunt..." ^ Un tra- salmo 118 para la vigilia matutina del sábado,
70-88 — 45 Un ejemplo de psallendum: 1 do- nuale di storia litúrgica II, Milán 1946, 445ss.
tamiento completo del tema exigiría hablar de aparece el origen no milanés de la recitación de
mingo de cuaresma: "Ne memor fueris Deus Estos autores atribuyen a san Gregorio Magno
los diversos "cursus" de los monjes occidentales dicho salmo en las horas menores. Para las ho-
iniquitatum nostrarum antiquarum: cito appre- la estructuración del salterio romano - bl M.
(Casiano, san Cesáreo de Arles, san Columba- ras de prima está prescrito también el salmo 53,
hendat nos misericordia tua Domine. V. Quo- Righetti, o.c, 564-565, atribuye la introducción
no, La Regula Magistri, etc.) y de las iglesias de como en la liturgia romana antigua — y2 Cf J.
niam pauperes facti sumus valde. R. Cito ap- del salmo 94 como invitatorio en el oficio ro-
prehendat". Cf Missale Mixtum 297 — **• Un mano al papa san Gregorio Magno - 61 Los la Galia y de Escocia/ Irlanda — 7h Cf J. Pinell, Pinell, Vestigis del lucernari a Occident, en Li-
De liturgiis occidentalibus II (nota 34) 65-37; túrgica 1 (Scripta et Documenta 7), Abadía de
ejemplo de clamor en relación con el psallen- salmos que se repiten cada día son: 50, 62, 66,
Id, Liturgia Hispánica, en Diccionario de His- Montserrat 1956, 91-149 — gí Cf P. Borella, //
dum: "(Psal.) Haec est dies quam fecit Domi- 148, 149 y 150. El salmo propio o salmo matu-
toria eclesiástica de España, Madrid 1972, 1303- rito ambrosiano, 251-248 - y4 Cf ib. 259. La
nus: Exsultemus et laetemur in ea. V. Dextera tino de cada día: 117 (dom.), 5(f2), 42 (f 3), 64
Domini fecit virtutem: dextera Domini exaltavit (f 4), 89 (f 5), 142 (f 6) y 91 (sáb.) M
En la 1320 77 Las horas peculiares eran: ad decima, tercera parte de las vísperas ambrosianas, u ofi-
ad undécima, ad duodécima, ante completam, cio estacional, propia de los días festivos, está
post completam, ante lectulum, ad mediam noc- formada por psallenda, cantos procesionales
Salmos 1872 1873 Santos
para las visitas a los bautisterios. Cf P. Borella, la editio typica altera del Ordo Lectionum Mis- mos de la serie "Visita Nos", Publicaciones Cla- vas normas para la celebración - V. Teología y
// rito ambrosiano, 260 — " Los salmos de com- sae, Typis Polyglottis Vaticanis 1981, el n. 9 de retianas, Madrid 1978; Cois D., La salmodia, pastoral del culto de los santos: 1. La reflexión
pletas propios de la tradición ambrosiana son los praenotanda se ha convertido en n. 89 — en "Oración de las Horas" 5 (1983) 152-154; 7 teológica: a) Santidad y misterio pascual, b) La
los salmos 132 y 116, los cuales se recitan junto 115
Gradúale sacrosanctae romanae ecclesiae < 1983) 222-224; López Martín J., La oración de imitación de Cristo, c) La intercesión de los
con los salmos 4, 30, 90 y 133, propios de la de tempore & de sanctis, Solesmis 1979 — las Horas, Secretariado Trinitario, Salamanca santos; 2. La acción pastoral: a) El descubri-
tradición romana —96 Cf P. Borella, // rito am- 116
Gradúale simplex in usum minorum eccte- 1984, 203-220; Pinell J., "Liber Orationum Psal- miento del verdadero rostro de los santos, b) La
brosiano, 262-271 — 97 Para otros particulares, siarum, Typis Polyglottis Vaticanis, editio altera mographus". Colectas de salmos del antiguo
imitación de los santos, c) La intercesión de los
cf P. Borella, // breviario ambrosiano, en M. 1975 — " 7 Officium divinum ex Decreto Sa- santos.
Rilo Hispánico, Instituto S. de Investigaciones
Righetti, Manuale di síoria litúrgica II (nota crosancti Oecumenici Concilii Vaticani II ins- Científicas, Madrid 1972; VV.AA., La oración
61) 603-641 — » Cf P. Salmón, La priere des lauratum, auctoritate Pauli PP. VI promulga- de los salmos, en "Phase" 17 (1963) 169-216;
heures (nota 14) 799. En el medievo el salterio tum: Liturgia Horarum iuxta ritum Romanum, VV.AA., Los salmos en la liturgia, en "Phase" Introducción
adquiere en ciertos ambientes un valor peniten- Typis Polyglottis Vaticanis, 1971 -~ m Para 134(1983)85-177.
cial, lo que tiene como consecuencia una recita- otras precisiones, cf J. Pascher, // nuovo ordi-
ción abundante de salmos. Así, sobre todo en namento delta salmodia nella Liturgia romana
El único Santo, el pueblo santo,
3. El salmo responsorial los santos. La santidad es atributo
los ambientes monásticos, junto con las horas delle ore, en Liturgia delle Ore. Documenti uf-
canónicas, y como preparación o como comple- ficiali e Sludi (Quaderni di RL 14), LDC, Turín Cois D., El salmo responsorial y la aclama- de Dios y de su Hijo, Jesucristo, "el
mento, se difunde el uso de la recitación de 1972, 161-184; J. Gibert Tarruell, La nouvelle ción del aleluya, en "Oración de las Horas" 3 único Santo, el único Señor". La san-
salmos bajo títulos diversos: oficios votivos (de disiribulion du Psautier dans la "Liturgia Ho- (1981) 82-84; Deiss L., El salmo gradual, en
la Virgen o de los difuntos), los salmos "peni- VV.AA., Presentación y estructura del nuevo
tidad es el don de Dios a su pueblo
rarum", en EL 87 (1973) 325-328 — " ' P. Far- (Ex 19,5-6), el don de Cristo a su
tenciales", los salmos "graduales", los "salmos nés, Moniciones y oraciones sálmicas para lau- Leccionario, Ed. Litúrgica española, Barcelona
"pro familiaribus", etc. Cf Cluny Ph. Schmitz, des y vísperas de las cuatro semanas del salterio, 1969, 65-93; Farnés P., El salmo responso- iglesia y a cada uno de sus miembros
La liturgie de Cluny, en Spiritualitá cluniacense, Ed. Regina, Barcelona 1978; A. Aparicio, J.C. rial, en "Phase" 134 (1983) 123-145; Taule A., (1 Pe 2,9). Por eso el apóstol Pablo
Todi 1960, 85-99 — " Cf G. Castellino, Libro Rey García, Los salmos, oración de la comuni- El salmo responsorial, en "Phase" 56 (1970) escribe "a todos los que estáis en
dei Salmi (nota 2) 10-17; E. Beaucamp, Psautier dad, Inst. Teol. de Vida Religiosa, Madrid 1981; 177-181. Roma, amados de Dios, llamados
(nota 8) 137-157 — "» P. Salmón, Les "Tituli para otras indicaciones, cf G. Sobrero, Cantare
Psalmorum"... (nota 10) — l01 La serie IV se santos" (Rom 1,7) y pide su amor de
i Salmi, en RPL 23 (1980) 57-61 (mayo) —
atribuye a Eusebio de Cesárea (340): cf P. Sal- 120
Enarrationes in Psalmos 56,1, BAC246, Ma- SALVACIÓN, HISTORIA DE LA hermanos (Rom 12,13) en favor de
món, Les "Tituli Psalmorum"... 17-18 y 117- drid 1965,395. los "santos" que están en Jerusalén
120 — l02 La serie VI está formada por senten- / Historia de la salvación (Rom 15,25 gr.). Con el lenguaje
cias sacadas por san Beda (672-735) del comen- J. Gibert Terruel protocolario de su época, Agustín se
tario a los salmos de Casiodoro (468-562); cf P.
Salmón, Les "Tituli Psalmorum"... 27, 151- dirigirá a los oyentes con el apelativo
152 — I0S Cf Ib, 30 — IM Cf Ib, 28-30 — los Cf "vuestra santidad". Pero entonces el
BIBLIOGRAFÍA: título de santo se atribuía ya de ma-
M. Righetti, Manuale distoria litúrgica II (nota
61)512-516 — "* Cf J. Pinell, Le collette salmi- 1. En general nera especial a aquellos cristianos
che, en Liturgia del/e ore (nota 69) 269-286; SANTOS, CULTO DE LOS que habían vivido con mayor pleni-
"Líber orationum psalmographus". Colectas de Alonso Schoekel L., Treinta salmos: poesía y
Salmos del antiguo rito hispánico, Barcelona- oración. Cristiandad, Madrid 1981; Dujvers P., tud su pertenencia a Cristo, a saber:
Madrid 1972 (33) — l07 J. Pinell, Le collette sal- Los salmos. Introducción a su contenido espiri-
SUMARIO: Introducción: El único Santo, el
los mártires. Desde la segunda mitad
miche, 276 — l0" Cf J.M. Cañáis Casas, Las co- tual y doctrinal, Herder, Barcelona 19642; Fran- pueblo santo, los santos - 1. El culto de los del s. II en Oriente, y desde comien-
lectas de salmos de la serie "Visita nos", Sala- quesa A., Lectura cristiana de los salmos y sen- mártires: 1. El culto de los difuntos; 2. El culto zos del ni en Occidente éstos ocupa-
manca 1978 — "" Cf A. Wilmart-L. Brou, The tido de las lecturas, en "Vida Religiosa" 36 de los testigos; 3. Las modalidades del culto de
(1974) 39-54; González A., El libro de los sal- ban un puesto particular en el re-
Psalter Collects from V- VI Century Sources los mártires; 4. El culto de los santos - II. Evo-
(Three Series), Londres 1949; P. Verbraken, mos, Herder, Barcelona 1966; Gourgues M., lución del culto de los santos: 1. Los factores cuerdo de la comunidad. La iglesia
Oraisons sur les 150 psaumes, París 1967; J. Los salmos y Jesús, Jesús y los salmos, "Cua- del desarrollo: a) Traslado y repartición de las festejaba cada año su natalicio, ani-
Pinell, "Líber orationum psalmographus" (nota dernos Bíblicos" 25, Verbo Divino, Estella (Na- reliquias, b) Literatura hagiográfica (calenda- versario de su deposición y naci-
varra) 1979; Guichou P., Los salmos comenta- rios y martirologios, libros litúrgicos, actas, pa-
106) (71)-(82) — '"> Cf nota precedente y J. Pi- siones, leyendas y vidas de los santos, obras miento para el cielo, y se recomen-
nell, Le toilette salmiche (nota 106)274 — '" J. dos por la Biblia, Sigúeme, Salamanca 1966;
Helewa G., Salmos, en DE 3, Herder, Barcelona literarias de los santos), c) Las peregrinaciones; daba a su intercesión ante el Señor.
Pinell, "Liber orationum psalmographus" cit. 2. La reglamentación canónica: a) El reconoci-
En el apéndice se publican los textos de una 1984, 332-337; Lack R., Salmos, en NDE, Pau- Había nacido el culto de los márti-
miento del culto en el primer milenio, b) La
serie hispánica desaparecida, que habría sido linas, Madrid 1979, 1228-1242; Raguer H., La liturgia de la canonización - III. Culto litúrgico res: lo seguiría el culto de los santos.
escrita durante la primera mitad del s. vi, textos Iglesia y los salmos, en "Phase" 134 (1983) 91- y devoción popular: 1. El culto litúrgico: a) El
conservados en un palimpsesto actualmente de 108; Vernet J.M., 22 salmos para vivir, "Dos- aniversario, b) La inscripción en el martirolo-
la biblioteca de S. Gall, Suiza (Stiftsbibliothek, siers CPL"22, Barcelona 1984. gio, c) El formulario eucológico, d) La venera-
ms. 908, palimpsesto. A. Dold, Palimsest-Stu- ción de las reliquias y de las imágenes; 2. La I. El culto de los mártires
dien I, Beuron 1955, 14-18). Cf también A.M. 2. En la liturgia devoción popular: a) Los santos preferidos por
el culto popular, b) Los modos de expresión del
Triacca, Cristologia nel "Líber orationum psal- Alonso Schoekel L., Salmos. Texto original culto popular - IV. El Vat. II y el culto de los
mographus ". Un saggio di catechesi patrística 1. E L CULTO DE LOS DIFUNTOS.
litúrgico, introducción y notas, Cristiandad, Ma- santos: 1. El culto de los santos en 1960: a) El
cristocentrica prégala, en Cristologia e catechesi calendario, b) Los formularios, c) Las normas El culto de los mártires es una forma
drid 1966; Aparicio A.-García J.C.R., Los sal-
patrística (a cargo de S. Felici), Roma 1981 —
112 mos oración de la comunidad. Para celebrar la para la celebración; 2. La reforma de 1969: a) del culto de los difuntos. Este culto,
Cf J. Pinell, Le collette salmiche 284 — liturgia de las Horas, Publicaciones Claretianas, El "Calendarium Romanum genérale", b) Los que se remonta hasta la prehistoria,
111
Texto en el Misal Romano oficial — l u En Madrid 1981; Cañáis J.M., Las colectas de sal-
formularios de la misa y del oficio, c) Las nue-
se expresa de diferentes maneras se-
1X75 Santos
Santos 1874

banquetes fúnebres y a las libaciones La celebración del aniversario de culto de los santos. La fijación de
gún las regiones. Comporta, en pri- los mártires induce a cada iglesia lo-
mer lugar, las honras fúnebres al sobre la tumba, preferían celebrar la los formularios, en el curso del s. vi,
eucaristía en los cementerios con oca- cal a compilar un elenco donde, jun- conservará a veces algunos vestigios
cuerpo del difunto. En el territorio io a los nombres de los confesores
de Israel el muerto era inhumado, sión de las exequias. En lugar de los del culto inicial. Por eso en el s. XII
lamentos rituales, elevaban cantos de la fe, se menciona la fecha de su la oración super oblata de san León
depositado en la tierra o sobre la pie- muerte y el lugar de la deposición,
dra de la celda sepulcral. En Roma, de esperanza con himnos y salmos. Magno pedirá todavía "ut illum bea-
como prescribía Cipriano (Ep. 12). ta retributio comitetur".
donde se conocía la inhumación, se Se pueden seguir así las huellas, des-
admitía también la incineración. En 2. EL CULTO DE LOS TESTIGOS.
Con la cristianización del mundo
de la mitad del s. m, de los primeros romano, en el s. iv, parece pasado el
los primeros siglos de nuestra era se Martyr significa testigo Ei primer esbozos de calendarios cristianos.
practicaban ambos ritos, como testi- mártir es Cristo, "el testimonio fiel" tiempo del martirio. Se describi-
fican los columbarios de los cemen- Tertuliano testifica que en los fu- rán entonces formas sustitutivas del
(Ap 1,5). Pero el Apocalipsis da el nerales de los mártires se canta martirio en la ascesis, en la virgini-
terios subterráneos y los sarcófagos mismo título a Antipas, muerto por
paganos. Con frecuencia la tumba (Scorp. 7), y las Acta Cypriani refie- dad y en la viudez. Él prestigio de
la fe en Pérgamo (2,13), porque el ren que el cuerpo del obispo se inhu- los padres del desierto, como el de
representaba la casa donde había vi- cristiano que confiese la propia fe en
vido el desaparecido. Los miembros mó "cum voto et triumpho magno" los iniciadores de la vida monástica
Jesús hasta la muerte testimonia el (Act. 5). Algo semejante sucedía con masculina y femenina, comportará
de la familia se reunían allí ciertos señorío de Cristo. Más aún, Cristo
días para ofrecer libaciones o pre- ocasión de los aniversarios: los fieles la inscripción de sus nombres en los
vivo testimonia en él la potencia de de Esmirna, después del martirio de calendarios locales, sin atribuirles,
sentar alimentos a los manes del di- la propia resurrección. El mártir se
funto y para participar en el refrige- Policarpo, se habían propuesto re- de todas formas, la misma impor-
hace una sola cosa con Cristo cruci- unirse cada año para conmemorarlo tancia que a los mártires.
rium (el banquete fúnebre) en su re- ficado-resucitado y da a Dios el má-
cuerdo, sobre todo en el aniversario "con gozo y alegría" (Mari. Pol. 18, Saludando a María como la santa
ximo testimonio de fidelidad. Por 2). La eucaristía ofrecida en ese día era Madre de Dios, el concilio de Efeso
de su nacimiento. Cada año, los úl- eso la comunidad de los hermanos,
timos días de febrero, que hasta el muy festiva, como testifican los más (431) contribuyó a la difusión de su
tiempo de César habían señalado el la iglesia local, rodea su recuerdo de antiguos formularios eucológicos. culto. Mientras la iglesia de Jerusa-
final del año, estaban particularmen- un homenaje particular. lén celebraba ya su fiesta el 15 de
te consagrados al recuerdo colectivo 4. EL CULTO DE LOS SANTOS. El agosto, la mayor parte de las iglesias
3. LAS MODALIDADES DEL CUL- honor tributado a "nuestros señores celebraban su memoria en conexión
de los difuntos y al banquete que
reunía a los miembros de la parente- TO DE LOS MÁRTIRES. El homenaje los mártires y vencedores" (Calen- con el nacimiento del Señor. Pero
la en torno a sus tumbas. La fiesta ofrecido a los mártires es en parte dario de Nicomedia, a. 361) tendrá no eran sino las primicias de un ho-
de la Cathedra Petri, en el s. IV, co- idéntico al tributado a cualquier di- siempre la precedencia en la iglesia a menaje litúrgico destinado a asumir
nectará el santoral romano con la funto. También se localiza junto a la lo largo de los siglos. Pero desde el s. dimensiones muy amplias [/ Virgen
tradición antigua. tumba, pero presenta ciertas carac- iv se otorgará un homenaje similar María].
terísticas que lo diferencian. Es ante también a otras categorías de fieles.
Los cristianos no rechazaron nin- todo un culto que tiene como sujeto
una comunidad de creyentes, y no Primero se celebró la memoria de
guno de los usos familiares que ro- los obispos que habían dejado un re-
deaban la muerte; sólo evitaron aque- solamente un círculo de parientes; es II. Evolución del culto
toda la familia de los hermanos en la cuerdo particularmente significativo. de los santos
llos que testimoniaban una concep- Cada iglesia local tenía actualizado
ción de la supervivencia incompati- fe la que rodea al mártir de la propia
veneración. Su aniversario se celebra el elenco de sus obispos, para atesti- Limitado inicialmente a la basílica
ble con la propia fe. Ésta se encuen- guar la propia filiación apostólica.
tra e x p r e s a d a con vigor en las no en el día de su nacimiento, sino cementerial o a la tumba del santo,
en el día en que ha padecido la muer- Junto a la Depositio martyrum, el el culto de los mártires no tardaría
paredes de los cementerios y en las cronógrafo romano del 354 ha con-
inscripciones funerarias: fe en la re- te por Cristo. Esta muerte ha origi- en experimentar un desarrollo al que
nado una plenitud de vida; es el ver- servado la Depositio episcoporutn. contribuyeron diversos factores.
surrección y en la vida eterna en Cris- La serie de los papas no mártires co-
to; certeza de que la muerte significa dadero natalicio, el de la entrada en
la santa Jerusalén. El mártir, final- mienza con Lucio (254). Las iglesias 1. Los FACTORES DEL DESARRO-
el final del éxodo pascual inaugura- conservan así el recuerdo de quienes
do en el bautismo. Deseosos de imi- mente, no tarda en manifestarse LLO. El factor decididamente prima-
como poderoso intercesor ante Dios. fueron sus padres en la fe. Todos los rio de la extensión del culto de un
tar a su Señor incluso en la forma de años, en su aniversario, ruegan por
la sepultura, los cristianos optaron La gente no duda en rezarle, como santo consiste evidentemente en su
testifican en Roma los más anti- ellos, hasta que llega el día en que fama. Por eso, desde la segunda mi-
desde el principio por la inhuma- ruegan a través de ellos. El paso del
ción: se siembra un cuerpo mor- guos grafitos de la Memoria Apos- tad del s. iv, toda la iglesia festeja a
tolorum, que se remontan a los por al a través de constituye el paso los apóstoles Pedro y Pablo, y en
tal, que resucitará cuerpo espiritual del simple culto de los difuntos al
(cf 1 Cor 15,44). Sin renunciar a los años 260. Roma se conmemoran los mártires
Santos 1876 1877 Santos
de Cartago: Perpetua, Felicidad y Ci- La difusión de las reliquias multi- La doble depositio romana, de los en todos los monasterios del medie-
priano. Igualmente, el papa Dámaso plicaba los centros de culto, pero obispos y de los mártires, recogida vo, y cada uno de ellos le añadirá
transforma su propia casa en basíli- este culto seguía unido a un vestigio en un cronógrafo del 354, parece re- sus propias noticias. Harán falta po-
ca, y la dedica al diácono Lorenzo. tangible del santo. Donde tal culto montarse al 336. Es el calendario cas modificaciones para que se con-
Para los mártires menos conocidos se liberó de toda referencia material más antiguo. Le sigue de cerca el ca- vierta en el Martirologio romano,
la difusión del culto derivará sea del al santo es en la basílica vaticana: el lendario de Nicomedia de los años promulgado por el papa Grego-
traslado y división de sus reliquias, papa Gregorio III (731-741) erigió 360, base del martirologio siríaco del rio XIII en 1584.
sea del lugar que se les asigne en los en San Pedro un oratorio en honor 411. Uno y otro contienen solamente
de Cristo y de su santa Madre, así Bajo formas diversas, las iglesias
diversos documentos hagiográficos. nombres de mártires. El calendario de Oriente han adoptado guías simi-
como de "todos los santos mártires de Cartago, de principios del s. vi,
y confesores y justos llegados a la lares para la celebración de las fies-
a) Traslado y repartición de las añadirá a los natalitia de los mártires tas de los santos. Viene en primer
reliquias. Los descubrimientos y tras- perfección, que reposan en el mundo las depositiones de un cierto número
entero", y ordenó a los monjes de lugar el sinaxario, que indica el lugar
lados de las reliquias de los santos se de obispos, preludiando los calenda- de la asamblea litúrgica, o sinaxis, y
ponen de manifiesto al final del s. IV, servicio en la basílica que acudieran rios medievales, en los que encon-
allí todas las tardes para celebrar un suministra un breve elogio del santo
tanto en Occidente como en Oriente. traremos junto a los mártires la men- para cada día del año, desde comien-
San Ambrosio fue el promotor en breve oficio votivo en su honor. ción de otros santos: obispos, confe-
Pronto comenzó a difundirse la fies- zos de septiembre hasta finales de
Milán y Bolonia. En Roma habrá sores y vírgenes. agosto. El más importante es el Si-
que esperar a las guerras gótico-bi- ta de Todos los Santos, relacionada
en Oriente con las solemnidades pas- El documento capital de la hagio- naxario de Constantinopla, editado
zantinas del s. vi, y sobre todo al por H. Delehaye, que se remonta
final del s. viu, para asistir al trasla- cuales, y fijada, en Inglaterra y en grafía occidental es el martirologio
los países francos, para el 1 de no- jeronimiano. Este título pseudoepi- con probabilidad al s. x. La Patro-
do sistemático de los cuerpos de los logía Oriental ha publicado sinaxa-
mártires, exhumados de los cemen- viembre. gráfico engloba la fusión de antiguos
elencos de mártires romanos, africa- rios de la iglesia copta, etiópica, si-
terios suburbanos para ser deposita- ríaca, armenia y georgiana.
dos en una basílica de la ciudad. nos y orientales, que el compilador
b) La literatura hagiográfica. Cu- había enriquecido con añadiduras,
Esta basílica se convierte en un nue- bre un vasto campo. Lo que hoy des-
vo centro de culto del santo. tomadas entre otras de las fuentes Los libros litúrgicos. Al suminis-
pierta más interés son los documen- galicanas. La compilación, ejecutada
tos más concisos, calendarios y mar- trar los textos necesarios para la ce-
La repartición de las reliquias, a en Auxerre, se remonta al año 592. lebración de las fiestas de los santos,
la que Roma será durante mucho tirologios; pero durante mucho El martirologio jeronimiano, reco-
tiempo fueron las pasiones, las actas, los libros litúrgicos han contribuido
tiempo refractaria, hacía ya mucho piado muchas veces desde entonces, a su conocimiento. Sacramentarios
tiempo que se acostumbraba hacer las leyendas y las vidas de los santos era difícil de interpretar, hasta que
las que cosecharon mayor éxito y de- y leccionarios romanos han hecho
en otras regiones. Poco después del el bolandista H. Delehaye publicó familiares a todo Occidente los nom-
descubrimiento de los restos de san cretaron a este o aquel santo un cul- su comentario en los Acta Sancto-
to popular. bres de los santos de Roma, gracias
Esteban, no lejos de Jerusalén (a. rum novembris (1931). a su difusión a partir del s. vm. Así
415), ya había llegado una partícula también el leccionario de Jerusalén,
a Hipona, donde hacía milagros. El jeronimiano contenía sólo el no-
Calendarios y martirologios. El ca- men-locus-dies de cada santo. El de principios del s. v, llegado a nos-
Así, dondequiera que se poseyese el lendario es originalmente una guía otros en una traducción armenia, ha
mínimo fragmento de un cuerpo monje inglés Beda el Venerable cre-
local para la celebración de las fies- yó conveniente componer un marti- hecho populares las fiestas celebra-
santo, no se omitía celebrar su nata- tas a lo largo del año. Consigna los das en la Ciudad santa más allá de
licio, y éste atraía a los fieles. Pronto rologio menos denso de nombres,
nombres de los santos con la respec- pero provisto de una breve noticia las fronteras de Palestina. A él se
ya no se concebirá la dedicación de tiva fecha y el lugar de la asamblea debe, entre otras, la primera men-
una iglesia sin la deposición de reli- sobre cada uno de ellos (comienzos
eucarística. Así, leemos en el calen- del s. vni). Nacía así un texto nuevo, ción de la conmemoración mariana
quias de mártires bajo el altar [/ De- dario romano: "III id. aug. Laurenti del 15 de agosto, y del martirio de
dicación, II, 1, b\ Roma, menos que se llamó martirologio histórico.
in Tiburtina" (= el 3 de los idus de Después de Beda vinieron Floro de Juan Bautista el 29 del mismo mes.
partidaria que otras iglesias de la agosto Lorenzo en la vía Tiburtina).
multiplicación de las reliquias cor- Lyon (840), Adón de Vienne (860),
El martirologio, que tendrá un esta- poco escrupuloso en la utilización de
porales de los santos, reservó su pre- tuto oficial solamente en el s. xvi, Actas, pasiones, leyendas y vidas
ferencia a reliquias representativas, las fuentes y fantasioso en la elección de los santos. Los documentos rela-
recoge en cambio el nombre de di- de las fechas; a continuación, Usuar-
como los paños que habían tocado versos santos cuyo natalicio cae en tivos a las vidas de los santos, espe-
la tumba del santo y las lámparas de do de Saint-Germain (865), que ten- cialmente a los testimonios ofrecidos
el mismo día. En algún caso trae seis dría un amplio y durable éxito. El
aceite que habían ardido una noche o siete nombres en la misma fecha,, por los mártires, son de muy diversa
ante ella. martirologio de Usuardo se leerá en naturaleza. Todos tienen la finalidad
acompañados de breves noticias. todos los capítulos de canónigos y de suscitar la admiración y animar
Santos 1878 1879 Santos

a la fidelidad al Señor. Sin embar- referidos. Las pasiones de los márti- san Atanasio; la de Sabas, escrita ción funeraria de Abercio de Gerá-
go, solamente alguno que otro se res se destinaban a la lectura públi- por Gregorio de Escitópolis, y, más polis; pero fue en el s. IV cuando al-
atiene rigurosamente a la relación de ca, en la asamblea litúrgica, especial- tarde, la de Benito, narrada en el li- canzaron gran desarrollo: peregrina-
los hechos. mente durante la vigilia de la fiesta bro II de los Diálogos de san Grego- ciones a Tierra Santa y a Roma;
Las actas de los mártires constitu- del santo, o en el refectorio del mo- rio Magno. Las vidas de los santos peregrinaciones a las tumbas de san-
yen los documentos más preciosos nasterio. Pero con frecuencia las pa- se han multiplicado hasta nuestros tos hoy olvidados, como Sergio y
de la hagiografía; pero desafortuna- siones contenían tantas inverosimili- días, cada una marcada por la men- Menas, que hicieron florecer verda-
damente son raras las que nos han tudes que su credibilidad quedaba talidad y las aspiraciones de la pro- deras ciudades en el desierto de Siria
llegado sin manipulaciones. Entre bastante en entredicho. pia época: llenas de milagros y de (Rosafa-Sergiópolis) y en los confi-
éstas podemos citar las de Justino Nacidas generalmente para glori- revelaciones en el medievo, atentas a nes del desierto de Egipto (Karm
en Roma y de Cipriano en Cartago. ficar a un santo, algunas leyendas la psicología espiritual del personaje abu Mina); peregrinaciones a los san-
También la pasión de Perpetua y Fe- hagiográficas se redactaron para ilus- en la época moderna y, en nuestros tuarios de san Simeón Estilita en
licidad, aunque sea una obra litera- trar un lugar de culto. Es el caso de días, provistas de referencias docu- Qalaat Semán (Siria); después a los
ria, debe colocarse en esta categoría. las leyendas romanas de fundación mentales. santuarios de san Martín en Tours
Siguen a continuación las narra- de títulos. Parten de elementos to- A través de las vidas, como por (Francia), y más tarde todavía, a
ciones de testigos oculares, entre pográficos, explicando sus particu- otra parte también a través de las Santiago de Compostela (España),
ellas la carta de los cristianos de Es- laridades y conectándolas con la leyendas hagiográficas, se descubren sin olvidar las peregrinaciones al
mirna sobre el martirio de Policarpo vida del fundador (Cecilia, Prisca, los tipos de santidad que a lo largo monte Gargano y a Mont-Saint-Mi-
(a. 156), y la de las iglesias de Lyon Crisógono). Con frecuencia unen de los siglos han alimentado la ad- chel (Francia) contra los peligros del
y Vienne, que describe la última lu- con lazos de parentela, o juntan en miración y estimulado el fervor del mar.
cha de Potino, Blandina y sus her- una misma muerte a diversos márti- pueblo de Dios: la primacía del Los dos tipos de peregrinaciones
manos. res de épocas diferentes que reposan amor al Señor y del estar disponible más frecuentes y célebres fueron, sin
Las pasiones son generalmente en los cementerios de una misma re- en sus manos; el servicio a los her- duda, los de Tierra Santa y Roma.
narraciones más tardías, sobre cuyo gión. Así se consideró a Emerencia- manos; el espíritu de oración; la as- En los países de la biblia habían flo-
valor histórico es difícil pronunciar- na hermana de leche de Inés por el cesis; la predilección por la virgini- recido santuarios en todos los luga-
se. Van desde la narración fundada hecho de que las dos mártires repo- dad... Desde este punto de vista, se res teofánicos del AT y del NT. La
en datos de archivo a historias de san en la vía Nomentana. Las leyen- puede decir que la leyenda es a veces religiosa española Egeria nos ha de-
pura fantasía. Su género literario se das de fundación pretenden respon- más verdadera que la historia. jado un recuerdo pintoresco y entu-
inspira en la epopeya: encontramos der a las preguntas de los peregrinos No se puede olvidar, finalmente, siasta de su peregrinación de un lu-
siempre los mismos tipos de jueces, y a señalar la importancia de la igle- que un cierto número de santos fue- gar a otro. Pero, tras haber cami-
de interrogatorios, de respuestas, de sia que visitan (santos Juan y Pablo ron maestros espirituales, místicos, nado sobre las mismas huellas de Je-
suplicios. Sobreabunda lo maravillo- ad clivum Scauri). Por tanto, no es teólogos. Algunos han escrito libros, sús, los cristianos no hay nada que
so. La mayor parte de las veces el legítimo corroborar la autenticidad otros han dejado epistolarios o me- deseen tanto como encontrar un re-
narrador parte de un nombre o de de las leyendas a partir del hecho de morias íntimas. Es evidente que tales cuerdo de María en los lugares don-
un lugar bien atestiguados; pero so- que los arqueólogos hayan sacado a páginas iluminan la personalidad de de ella vivió. Su culto se desarrolló,
bre esta base elabora después toda la luz restos conformes con las na- sus autores y ejercen una profunda en época bizantina, de Nazaret a Be-
una novela. Es el caso de san Jorge, rraciones, dado que éstas se fundan atracción en cuantos nutren con lén y, en la misma Ciudad santa, de
mártir en Lidda, donde a finales del precisamente sobre el mismo dato ellas su reflexión y su plegaria. Baste la piscina Probática a la Dormición
s. iv se había erigido una basílica en topográfico. citar, por todos, los nombres de las y a la tumba del Getsemaní.
su honor. Lo mismo se diga de los Las vidas de los santos aparecen dos Teresas. La peregrinación hacia Roma del
santos Cosme y Damián, mártires en muy pronto. La más antigua es la medievo convocaba a los fieles, pro-
Ciro, junto a Aleppo. Pero puede de Cipriano, escrita por su diácono c) Las peregrinaciones. En todo cedentes de las más lejanas provin-
también suceder que sea todo inven- Poncio. En los siglos siguientes, los tiempo han constituido un factor de cias, en las tumbas de Pedro y Pa-
tado, como en las pasiones de Ci- grandes obispos Ambrosio, Agustín, difusión del culto de los santos. Na- blo, en las respectivas basílicas del
priano y Justina, o de Bonifacio de Germán de Auxerre, Cesáreo de Ar- die ignora cuánto han contribuido Vaticano y de la vía Ostiense; des-
Tarso. les, etc., encontraron biógrafos in- las modernas peregrinaciones a Lour- pués en Letrán, donde se venera la
A propósito de las leyendas (lat. mediatamente después de sus muer- des a hacer familiar al mundo la fi- mesa de la Cena y la memoria de los
legenda = cosas que se debían leer), tes. Pero las vidas que tuvieron ma- gura de Bernadette Soubirous. dos Juanes, el Bautista y el Evange-
precisemos que el término no juzga yor éxito son las de los padres del Las peregrinaciones comenzaron lista. Se pasaba después a los san-
de antemano en modo alguno la desierto y los monjes, como la Vida aun antes de la paz constantiniana tuarios más modestos, donde se de-
autenticidad de los acontecimientos de Antonio el Grande, escrita por (a. 313), como testimonia la inscrip- tenían a escuchar la historia edifican-
1881 Santos
Santos 1880
En 1634 se instituyó una primera Por ejemplo, en el calendario de la
te de la fundación, antes de llegar personales. En cuanto a los padres etapa en el camino de la canoniza- iglesia evangélica de Alemania lee-
(hasta el s. ix) a los cementerios sub- de la vida monástica y los misione- ción: es la beatificación, que autoriza mos el nombre de Dietrich Bonhoef-
terráneos de la periferia. Volviendo ros del evangelio, se juzgará el árbol el culto a un siervo de Dios dentro fer junto a los de Tertuliano, Oríge-
a casa, monjes y clero llevaban con- por los frutos, según la palabra del de un determinado territorio o fami- nes y Pascal. El calendario de la igle-
sigo, como un precioso recuerdo, los Señor. Lo mismo sucederá con las lia religiosa. El primer beatificado sia episcopaliana de Canadá trae los
itinerarios de las tumbas sagradas, vírgenes consagradas y las santas viu- (en 1665) fue Francisco de Sales nombres de Bartolomé de Las Casas
transcritos por ellos mismos, y los das, desde Paula de Belén a Genove- (t 1622). Entre los beatos siempre es y de Martín Lutero King, junto a los
sacraméntanos, que contenían las va de Lutecia. considerable el número de mártires: de numerosos misioneros mártires.
oraciones para celebrar a Inés y Ce- entre éstos figuran las víctimas de la
cilia, Clemente, Nereo y Aquiles, Pe- b) La liturgia de la canoniza- persecución en Inglaterra, Gales, Es-
dro y Marcelino o los Cuatro Coro- ción. Hasta finales del s. X no se re- cocia e Irlanda; las de la Revolución
nados, cuyos nombres se introducen III. Culto litúrgico
gistra ninguna intervención de la francesa y los mártires de la predica-
desde ahora en todos los calen- Santa Sede en el reconocimiento del y devoción popular
ción del evangelio en el Extremo
darios. culto tributado a los santos. Fue Oriente. El culto litúrgico ocupa evidente-
para dar más esplendor a la exalta- mente el primer puesto en la cele-
ción de su predecesor Ulrico (t 973) No entraremos aquí en los detalles
2. LA REGLAMENTACIÓN CANÓ- procesuales de la beatificación y de bración de los santos, pero se mezcla
NICA. El culto de los santos nació de por lo que el obispo de Augsburgo
pidió al papa que aprobara su culto. la canonización. Solamente diremos en muchos aspectos con la devoción
la devoción popular; pero para po- que la investigación canónica se di- popular. Más aún, se podría afirmar
der llegar a ser culto eclesial ha esta- Juan XV accedió a tal petición du-
rante un concilio celebrado en Le- rige esencialmente a tres puntos: la que, si no se beneficiase de ese subs-
do sujeto siempre al control de los ortodoxia del personaje manifestada trato, sería en cierta medida arti-
obispos, a la espera de ser sometido trán (993). El s. xi vio numerosas
intervenciones similares, pero el tér- en sus escritos; el ejercicio heroico ficial.
al juicio del papa. de las virtudes teologales y cardina-
mino canonización no es anterior a
los años 1120. Hacia el 1175, Ale- les; los milagros obtenidos por su in- 1. EL CULTO LITÚRGICO, a) El ani-
a) El reconocimiento del culto tercesión. El martirio no necesita versario. Desde el principio, el culto
en el primer milenio. Durante los jandro III declaró que no estaba per-
mitido venerar públicamente a nadie convalidarse con milagros. Hasta el de los mártires consistía en la vigilia
primeros siglos nos encontramos pontificado de Pablo VI, el papa se nocturna celebrada en su aniversario
siempre en presencia de una iniciati- como santo sin la autorización de la
iglesia romana. En 1234 las decreta- reservaba la intervención personal so- junto a la tumba. La humilde vigilia
va de la comunidad local, donde el lamente para la canonización, mien- del tiempo de persecución, como la
sentir del pueblo viene ratificado por les de Gregorio IX reservaron al
papa el juicio en la materia. De to- tras la beatificación consistía en la que celebró el presbítero Pionio jun-
el obispo después de un proceso ru- simple lectura del decreto. Pablo VI to con dos mujeres en la fiesta de
dimentario. En tiempo de las perse- das formas, algunas iglesias particu-
lares siguieron, durante varios siglos, quiso acentuar el carácter litúrgico san Policarpo (a. 250), después de la
cuciones se conserva el recuerdo de también de la beatificación, proce- paz constantiniana se transformó en
los mártires y de los confesores de la efectuando canonizaciones.
diendo él mismo a la proclamación amplias asambleas, en las que el jú-
fe, pero sólo después de haber com- Cuando Sixto V instituyó en 1588 del beato en el curso de la misa, bilo popular rodeaba las basílicas ce-
probado cuidadosamente que el que la Congregación de ritos, le mandó como para la canonización. menteriales, donde los fieles celebra-
había sufrido la muerte había for- "poner sumo cuidado en lo referente ban el oficio. "Algunos dentro sal-
mado parte de la gran iglesia. Frente En las iglesias ortodoxas son raras
a la canonización de los-santos" y le las canonizaciones. Son decretadas modian, leen y celebran el misterio;
a los donatistas, Agustín recordará atribuyó la dirección exclusiva del mientras tanto otros llenan todo el
que no es el suplicio padecido el que por el Sínodo y proclamadas por el
proceso. Al final de éste, durante patriarca, como se hizo en 1972 con espacio circundante con el sonido de
hace al mártir, sino la causa por la una misa solemne, el papa celebra la cuernos y flautas", escribía en Egipto
que se ha padecido el suplicio: "Non Lidia, la vendedora de púrpura de
canonización, ya que el acto es esen- Tiatira bautizada por san Pablo el abad Schenute, en el s. v. Lo mis-
poena, sed causa". Los obispos hon- cialmente de carácter litúrgico. Des- mo sucedía en todas las regiones. A
rados con culto público son aquellos (cf He 16,11-16). La última canoniza-
de 1594 a 1980 los papas han pro- ción efectuada por la iglesia de Ru- la lectura de la biblia se añadía la de
que han manifestado eminentes cua- mulgado trescientas canonizaciones. la pasión del santo, que a veces se
lidades de pastores: fidelidad a la ora- sia fue la de san Serafín de Sarov,
Es digno de notarse que entre los celebrada en 1907. Las iglesias lute- había escrito expresamente para la
ción y a la ascesis, celo por la predi- nuevos santos se cuentan ciento trein- circunstancia. La eucaristía solía ce-
cación, amor a los pobres, acogida ranas y las de la comunión anglica-
ta y un mártires. Así, sigue siendo na, aunque no hablan de canoniza- lebrarse dos veces: la primera junto
de los hermanos, valentía en la de- indiscutido el primado del martirio a la tumba, al final de la vigilia (in
fensa del derecho. A veces el amor a ción propiamente dicha, inscriben en
en la iglesia desde los orígenes. El s. los propios calendarios diversos vigilia); la segunda, por la mañana
la ciudad tendrá mayor peso, en el xx ha registrado ya la canonización (in die).
homenaje popular, que las virtudes nombres de eminentes cristianos.
de noventa y siete mártires.
Santos 1882 1883 Santos
b) La inscripción en el martiro- los ejemplos concretos de hombres y nos ortodoxa" (SC 125). Es fácil in- Ciertamente, grandes santos como
logio. El aniversario de los mártires, mujeres que la han vivido intensa- tuir que el culto de las imágenes ac- Francisco de Asís y Teresita del
y luego el de los otros santos, se re- mente. túa como bisagra entre la liturgia y Niño Jesús son también objeto de
gistraba en el calendario local. En el la devoción popular. culto popular, pero con frecuencia
s. vin el calendario de la iglesia ro- d) La veneración de las reliquias Con el culto de las reliquias y de se constata un hiato entre el calen-
mana se introdujo en los países fran- y de las imágenes de un santo no es las imágenes podemos también enla- dario litúrgico y la devoción de la
cos, pero indudablemente ya había un hecho ajeno a la liturgia, como zar la erección de una iglesia o de un gente. No siempre los santos que
llegado antes a Inglaterra. Desde en- testimonia la constitución litúrgica altar bajo el título de un santo. Es más han influido en la vida de la
tonces abasteció de un fondo común del Vat. II: "De acuerdo con la tra- éste un honor que no se le otorga a iglesia son los más venerados. San
a los calendarios de las otras iglesias dición, la iglesia rinde culto a los un beato (cf RDI, n. 4, p. 24). El Blas aventaja a san Agustín. Los que
de Occidente, contribuyendo a con- santos y venera sus imágenes y sus título es una invitación a dar gloria atraen la piedad del pueblo son so-
servar en la memoria del pueblo el reliquias auténticas" (SC 111). a Dios por las maravillas que ha he- bre todo los santos auxiliadores, o
recuerdo de los santos y a suscitar la Los primeros siglos comprendie- cho en su siervo y, a la vez, recuerda sea, aquellos a los que se invoca para
devoción hacia ellos. ron el vínculo que existe entre las el poder de intercesión del santo in- tener protección en las dificultades,
A partir del año (1584) en que el reliquias de los mártires y la celebra- vocado en ese lugar. Por lo que se curación en la enfermedad, éxito en
martirologio romano se hizo libro ción de la eucaristía. San Ambrosio refiere al altar, el rito para la Dedi- el trabajo, felicidad en familia. Al-
oficial, se ha inscrito en él a todo se alegraba de poder depositar bajo cación de iglesias y de altares afirma: gunos reciben un culto muy antiguo,
nuevo santo, cumpliendo a la letra el altar los cuerpos de aquellos que "Por su misma naturaleza, el altar se como san Sebastián, invocado con-
lo que mandaba la fórmula de cano- habían estado más cerca del misterio dedica sólo a Dios, puesto que el sa- tra la peste desde el s. vi. Después
nización pronunciada por el papa: pascual de Cristo. La edad media lle- crificio eucarístico solamente se ofre- han llegado san Antonio de Padua,
"Nos declaramos y definimos que el vó más adelante la propia devoción ce a él. En este sentido debe enten- que ayuda a encontrar objetos per-
beato N. es santo. Nos lo inscribi- y no dudó en colocar sobre el altar derse la costumbre de la iglesia de didos; santa Rita, abogada de las
mos en el catálogo de los santos y preciosos relicarios, decorados de es- dedicar altares a Dios en honor de causas difíciles, etc. El elenco es di-
decretamos que sea honrado en toda maltes y piedras preciosas. Éstos se los santos, como lo expresa bella- ferente según las regiones.
la iglesia entre los santos". Sólo los incensaban durante la celebración. mente san Agustín: 'A ninguno de Santos muy populares son tam-
santos más importantes se celebran Era fácil, en el s. xn, ver al papa los mártires, sino al mismo Dios de bién los patronos de los lugares. No
"en toda la iglesia". Y solamente la inaugurar la vigilia de las fiestas ma- los mártires levantamos altares' sólo el patrono de la ciudad o barrio,
manifestación efectiva de un culto yores en la basílica vaticana con una (Contra Faustum XX, 21)" (RDI, sino también el titular de la modesta
universal da derecho a la lectura de diligente peregrinación a los múlti- n. 10, p. 78). capilla junto a la que mana una
su breve biografía en el martirolo- ples altares dedicados a los santos, fuente milagrosa. Ciertas naciones,
gio, en el aniversario de su muerte. procediendo a su incensación. Hoy 2. LA DEVOCIÓN POPULAR. El como Irlanda o Bretaña, honran a
La inscripción en el martirologio es, se agradece una mayor discreción en culto popular de los santos cubre un santos cuya fama se limita a un
pues, una forma de culto litúrgico este culto de las reliquias y se prefie- terreno muy amplio, extendiéndose círculo muy restringido. Pero cuanto
que no se debería infravalorar. re volver a la costumbre antigua. desde la celebración festiva del pa- más reducido es el territorio, más in-
trono local hasta abrazar algunas tenso es el fervor. Al comienzo de
Oriente, en su veneración de los prácticas afro-americanas, donde se
c) Elformulario eucológico. Des- iconos, tendría alguna lección que nuestro siglo hubo un movimiento
de el momento de su canonización, advierte que los santos todavía no para dar patronos a las naciones, in-
dar a toda la iglesia sobre el culto de han logrado desplazar del todo a los
todo santo es dotado de un formula- las imágenes. En las iglesias orienta- cluso a los continentes; pero cierta-
rio eucológico. A partir del s. xvi ya ídolos. Aquí nos limitaremos a las mente debemos reconocer que la pie-
les, imágenes y estatuas no tienen formas más difundidas.
no se remite totalmente al común, una función puramente decorativa; dad popular no ha correspondido
sino que se compone una misa y un deben asegurar más bien una media- a) Los santos preferidos por el nunca a ningún decreto eclesiástico.
oficio en honor del nuevo santo. Lo ción entre lo visible y lo invisible. culto popular. La santa más popular Con frecuencia, al contrario, precede
mínimo consiste en la redacción de Por eso el Vat. II prescribe: "Man- es sin duda alguna la inmaculada la decisión de la autoridad con su
la colecta y en la elección de las lec- téngase firmemente la práctica de Madre de Dios, la "Reina de todos fidelidad a la memoria de un siervo
turas para la misa y del texto hagio- exponer en las iglesias imágenes sa- los santos". Bajo los títulos más di- de Dios, cuya causa de canonización
gráfico para el oficio. A través de gradas a la veneración de los fieles; versos se la venera en todas las igle- puede estar todavía lejos de su con-
estos textos se presenta a la comuni- hágase, sin embargo, con modera- sias, y sus santuarios atraen masas clusión.
dad celebrante la fisonomía espiri- ción en el número y guardando entre de peregrinos. Los bosques de velas Junto a los patronos locales se
tual del santo. La elección de las lec- ellas el debido orden, a fin de que no que arden ante sus imágenes son un mencionan los patronos de las co-
turas bíblicas permitirá meditar so- se cause extrañeza al pueblo cristia- testimonio del fervor del pueblo cris- fradías y hermandades, los de las di-
bre la palabra de Dios a la luz de no ni favorezcan una devoción me- tiano por ella. versas categorías (por ejemplo, los
Santos 1884
1885 Santos
santos Cosme y Damián, patronos che, elevando al invisible sus avema-
de los médicos; san Isidro, patrón de rias. El agua milagrosa de la fuente salvación" (SC 111). Los principios de él, destinada a perpetuarse hasta
los agricultores, etc.). A veces la elec- lava los cuerpos de los enfermos y de reforma que guían la aplicación nuestros días. Mientras las iglesias
ción se funda sobre una tradición le- regenera los corazones. de esta norma se enmarcan en el de Oriente, a excepción de la rusa,
gendaria (san Jorge, patrono de los Aunque la liturgia exponga al cul- conjunto de la legislación conciliar no celebran prácticamente ningún
caballeros), o incluso sobre un juego to las sagradas imágenes y rodee de sobre la liturgia: también el culto de santo posterior al año 1000, la iglesia
de palabras (san Cornelio, patrono incienso las reliquias de los santos, los santos debe alimentar la fe del romana ha querido que su calenda-
de los animales con cuernos). puede suceder que este culto tome pueblo cristiano (SC 33), ofreciendo rio permaneciese abierto para acoger
La piedad popular, en fin, está uni- de la religiosidad y fervor populares lecturas bíblicas más abundantes las grandes figuras espirituales de las
da a lugares donde ha vivido un san- un desarrollo exagerado. Entonces (SC 24; 35); tendrá una noble senci- generaciones sucesivas. La pléyade
to y en los que se conservan sus ob- se ve el altar del santísimo sacramen- llez y evitará las repeticiones inútiles de santos del s. xm, entre ellos Fran-
jetos de uso cotidiano. Esto consti- to olvidado en beneficio de la esta- (SC 34); respetará el carácter pri- cisco de Asís, encontrarán en él un
tuye, por ejemplo, el encanto de la tua del santo taumaturgo, a no ser mordial de la celebración dominical puesto de primera línea.
devoción romana a san Luis Gonza- que la urna del mismo no esté sobre (SC 106). Este amplio trabajo de re- El calendario tridentino aceptó la
ga, a san Felipe Neri y a san José el altar, envuelta en una nube de glo- forma empezará por un cuidadoso herencia del pasado, llevando a
Benito Labre cuando el peregrino vi- ria. Así también, la tumba venerada, estudio teológico, histórico y pasto- cabo, de todas formas, una selección
sita los lugares en que ellos vivieron adornada de flores y rodeada de lám- ral (SC 23). Así era el programa. para reducir las fiestas a menos de
y murieron. paras, puede polarizar excesivamente ¿Cómo se ha realizado? Para com- doscientas. Pretendía seguir siendo,
la atención. En las grutas vaticanas prenderlo conviene recordar las for- sobre todo, el calendario de los már-
b) Los modos de expresión del los peregrinos se apiñan sobre la mas de la celebración del culto de tires romanos y de los santos de las
culto popular. La devoción popular tumba de Juan XXIII, mientras los santos en 1960. épocas más antiguas. En él sólo seis
se expresa sobre todo en la celebra- echan solamente de pasada una mi- nombres se refieren al segundo mile-
ción más festiva de la liturgia del día. rada descuidada al lugar donde fue 1. EL CULTO DE LOS SANTOS EN nio: los de san Bernardo, santo Do-
Con frecuencia, el aniversario del sepultado el apóstol Pedro. 1960. La manera en que entonces se mingo, san Francisco, santa Clara,
patrono es día de vacación; la multi- En lo que tiene de bueno, el culto celebraba el culto litúrgico de los san- san Luis IX, rey de Francia, y santo
tud acude más numerosa; los cantos popular es una valoración del culto tos presenta tres características: un Tomás de Aquino. Se encuentran
están mejor preparados. Por las ca- litúrgico. Por tanto, debe escapar al calendario muy rico; formularios también las fiestas, más recientes, de
lles puede que desfile una procesión, peligro de las desviaciones cuando más bien pobres; una reglamenta- la Visitación y de la Concepción de
a menudo plagada de banderas y es- se rompe el equilibrio y una forma ción restrictiva. María y de san José.
tandartes. Espontáneamente, la fies- accesoria de culto se impone como
ta religiosa se prolonga en la fiesta De 1584 a 1960 se asiste a modifi-
elemento esencial. Pero las posibles a) El calendario. El esqueleto del caciones profundas: las fiestas se
profana: juegos y danzas, competi- excrecencias no quitan su importan- Calendario universal de la iglesia ro-
ciones deportivas, a veces desfiles his- multiplican; las de los santos no
cia a los grandes momentos de fer- mana en 1960 estaba formado toda- mártires son ahora preponderantes,
tóricos, desafíos entre zonas vecinas. vor colectivo, en los que el pueblo vía por el Breviario tridentino, pro-
La fiesta es popular en la medida en si no numéricamente, al menos por
de los bautizados toma conciencia mulgado en 1568. Este último, a su el grado de su celebración. Algunas
que logra suscitar múltiples activi- de ser un pueblo de salvados en ca- vez, tenía detrás una larga historia.
dades locales y crear un clima de ale- cifras nos revelerán en qué medida
mino hacia la felicidad. En el s. VIH se había elaborado en se había apelmazado el santoral
gría unánime, a la que no son ajenos los países francos un calendario que
tampoco los no-practicantes o los romano desde la época de Grego-
recogía las diversas tradiciones lo- rio XIII a la de Juan XXIII: se cuen-
no-creyentes. IV. El Vat. II cales de Roma, añadiéndole las fies- tan trece fiestas nuevas de 1584 a
El culto popular gusta de expre- y el culto de los santos tas de los apóstoles y las de los cua- 1600; cuarenta y nueve en el s. xvii;
sarse mediante los símbolos que em- tro doctores de Occidente. Del s. IX treinta y dos en el xvni; veinticinco
plea la liturgia —el agua, el fuego, la La constitución litúrgica del Vat. al xn este calendario se había am- en el xix y veintiséis de 1900 a 1960.
luz—, dándoles una nueva capaci- II dedica dos artículos al culto de los pliado acogiendo numerosos márti- En total, ciento cuarenta y cinco
dad de expresión. Las hogueras de santos. Después de haber levantado res no romanos popularizados por fiestas nuevas.
la tarde de san Juan enlazan esta acta del culto tradicional de los már- las leyendas y los papas de los pri-
fiesta con las diversiones por el sols- tires y de otros santos en la liturgia, meros siglos, considerados también
ticio de verano, desde el momento el concilio esboza una teología (SC b) Los formularios. En los for-
mártires. Allí figuraban también los mularios del Misal tridentino hay
que este santo "vino para ser testigo 104) y le asigna unos límites "para nombres de algunos santos orienta-
de la luz". En Lourdes, la procesión que las fiestas de los santos no pre- que distinguir los textos de las misas
les, como Antonio de Egipto y Juan heredadas de los antiguos sacramen-
aux flambeaux se desarrolla de no- valezcan sobre los misterios de la Crisóstomo. El calendario lateranen- tarlos y leccionarios de los de las mi-
se de finales del s. xn da una síntesis sas introducidas posteriormente. Los
1X87 Santos
Santos 1886
del calendario se ha querido alige- 1920, habían aparecido en el calen-
primeros revelan una cierta varie- consecuencia, el oficio ferial se cele- rarlo y a la vez enriquecerlo, proce- dario los nombres de numerosos pa-
dad, a U n manteniéndose en términos braba raramente, mientras que la diendo también a los cambios de fe- dres de la iglesia oriental y de los
mas bien genéricos. Ninguno preten- lectura bíblica continua desapareció chas exigidos por la fijación de la grandes misioneros de la alta edad
día referirse a la personalidad del casi por completo. Tiesta de un santo en el aniversario media (Ireneo, los dos Cirilos, de
santo que se celebraba; bastaba con de su muerte. Jerusalén y de Alejandría; Efrén,
saber que uno había sido mártir y 2. LA REFORMA DE 1969. En Juan Damasceno, Cirilo y Meto-
otro confesor pontífice o no. Para continuidad con la reforma empren- Aligerar y enriquecer el elenco de dio, Agustín de Canterbury, Boni-
las misas introducidas antes del dida sesenta años antes por el papa facio, Beda el Venerable). No que-
s. xviii se remitían normalmente al los santos. Los dos objetivos, apa-
san Pío X, el proyecto del Vat. II era rentemente contradictorios, se con- daba sino ensanchar el ángulo de
común, excepto para la colecta. Por restaurar el orden de valores en el visión a toda la iglesia extendida
eso aparecían con frecuencia las mis- cillaron de la siguiente manera. En
año litúrgico, dando la prioridad a primer lugar se redujeron a menos por el mundo; por eso se incluyeron
mas lecturas, tanto que un buen nú- la celebración de los misterios de la
mero de sacerdotes se sabía bastan- de ciento ochenta las memorias de las memorias de los mártires cana-
salvación respecto al culto de los santos propuestas, comenzando por dienses, japoneses y ugandeses, y
tes de memoria. santos. Si quería tener futuro, esa
la exclusión de los personajes que del protomártir de Oceanía, Pedro
Otro tanto sucedía con el oficio reforma no podía contentarse con Chanel.
revisar el calendario, que ciertamen- levantaban mayores dificultades des-
divino. Este, además, estaba lleno de de el punto de vista de su existencia
lecturas hagiográficas de escaso ni- te debe estar abierto a las aportacio- Al fijar el elenco de los santos se
vel. Veinte años después de la pro- nes del tiempo. Era necesario, pues, (por ejemplo, Juan y Pablo, Puden- ha querido destacar la perennidad
mulgación del Breviario de 1568, se sobre todo, proponer normas lo bas- ciana, Cipriano y Justina, Úrsula, de la santidad, y especialmente del
pedía ya su revisión. Pese a los in- tante elásticas para armonizar las me- Catalina, Félix de Valois). Se deci- martirio, a lo largo de la historia.
tentos de Benedicto XIV y de Pío X, morias de los santos con la liturgia dió asimismo suprimir la mención Después de los mártires del circo de
ningún proyecto llegó a término. del tiempo en una misma celebra- de los mártires locales de Roma de Nerón en el Vaticano y de los prime-
ción. También hacía falta refundir los que no se conocía nada excepto ros siglos encontramos a los papas
c) Las normas para la celebra- los textos del Misal y del Oficio y el nombre y los aniversarios (por Juan I (s. vi) y Martín I (s. vn);
ción. En 1568 las fiestas se clasifica- enriquecerlos con lecturas. ejemplo, Gorgonio, Timoteo, Eme- Bonifacio, el apóstol de Alemania
ban en cuatro categorías: doble, se- renciana), y también de los funda- (s. vin); Wenceslao (s. x), Tomás
midoble, sencilla y memoria. En el dores y fundadoras de los antiguos Becket y Estanislao (s. XI), Juan Fis-
a) El "Calendarium Romanum lugares de culto (Prisca, Sabina, Cri-
s. xvii las dobles se dividieron en genérale". Se adoptó este título para her y Tomás Moro, así como los
dobles de primera clase y de segun- sógono, Eusebio). De todas formas mártires de Nagasaki (s. xvi), Fidel
indicar que ese calendario debía in- se han conservado, junto a los nom-
da, en doble mayor y doble menor: tegrarse con la adopción de calenda- de Sigmaringen y los mártires cana-
de aquí se seguía una jerarquía de bres de mártires recuperados del ol- dienses (s. xvn), Pedro Chanel y los
rios particulares, planteados según vido (Ignacio de Antioquía, Justi-
ocho grados. Hasta 1911, todas las los mismos principios. Efectivamen- mártires ugandeses (s. Xix), María
fiestas de rito doble tenían preceden- te, el concilio había decretado que no, Fabián, Conidio, Sixto y sus Goretti (s. xx). Nada mejor que este
cia sobre el domingo, excepto los "se deje la celebración de muchas de diáconos, Inés), también los titulares elenco para ilustrar la afirmación
más importantes, como el I de ad- ellas a las iglesias particulares, na- de las basílicas visitadas por los de la colecta del 17 de octubre, me-
viento y el I de cuaresma, de manera ciones o familias religiosas, exten- peregrinos con mayor asiduidad y moria de san Ignacio de Antioquía:
que el ciclo temporal estaba ahoga- diendo a toda la iglesia sólo aquellas constancia (Cecilia, Sebastián, Pan- "... Deus, qui sanctorum martyrum
do por el santoral. que recuerden a santos de importan- cracio, Nereo y Aquiles). Después confessionibus ecclesiae tuae sacrum
Según las rúbricas de 1568, toda cia realmente universal" (SC 111). convenía remitir a los calendarios corpus exornas...".
fiesta tomaba íntegramente su for- propios a todos aquellos santos, en
Si se hubiera cumplido a la letra su mayoría italianos, cuyo recuerdo
mulario del propio o del común. Esa esa prescripción, se debería haber Celebrar el día aniversario. El cul-
regla estuvo en vigor hasta 1969 para suprimido la inmensa mayoría de los iba unido solamente a un territorio
la misa y hasta 1911 para el oficio. restringido o a una familia religiosa to de los mártires comenzó por la
nombres inscritos en el calendario. reunión de los fieles junto a sus tum-
Cuando se celebraba la misa de un Pero ¿habría aceptado el pueblo (Ubaldo, Juan Gualberto, Juliana de
santo no se podían utilizar las lectu- Falconieri, Eduardo, Remigio, Jacin- bas "en los días en que recibieron la
cristiano una solución tan radical? corona" (calendario de Nicomedia).
ras de la feria, ni siquiera en cuares- Por ello se atuvieron a la norma ge- to). Ésta fue la gran labor de aligera-
ma. Igualmente, el oficio debía to- miento. Hasta el s. xi fue una preocupación
neral formulada por la misma cons- constante la de respetar el día ani-
mar la salmodia de un repertorio bas- titución litúrgica, según la cual "no
tante restringido y utilizar una A continuación hacía falta enri- versario. Pero Adón de Vienne ya
se introduzcan innovaciones si no lo había introducido en su martirolo-
selección de lecturas bíblicas y pa- exige una utilidad verdadera y cierta quecer el calendario romano, acen-
trísticas sumamente limitadas. En de la iglesia" (SC 23). En la revisión tuando su carácter universal. Ya des- gio fechas elegidas por él mismo (por
pués del concilio Vat. I, de 1874 a ejemplo, Ignacio de Antioquía, el
Santos 1888 1889 Santos

1 de febrero; Policarpo, el 26 de ene- evangelio la luz decisiva para su pro- los recuerdos de los que vivieron en El modo de celebración. Lo que
ro; Basilio, el 14 de junio), y estas pia vida; por tanto, era conveniente intimidad con el santo (por ejemplo, importa, más que el número de fies-
fechas pasaron a los calendarios su- que se leyera ese texto en su aniver- Beda el Venerable, Juana de Chan- tas o de memorias obligatorias, que
cesivos. A partir del s. xvn, la elec- sario. tal). Cada vez que se ha tenido que no podrá sino aumentar (Juan Pa-
ción de fechas se hizo por las razones Las oraciones se han revisado aten- fijar la lectura de un fundador de blo II ha hecho obligatorio el ani-
más fútiles: Vicente de Paúl se fijó el tamente. Ha sido posible utilizar las familia religiosa se ha confiado la versario de san Estanislao), es el
19 de julio, que marcaba el final del numerosas fuentes litúrgicas edita- elección a los responsables de la mis- modo de celebración. Solamente las
año escolar en los seminarios laza- das en los últimos siglos (sacramen- ma familia. solemnidades y las fiestas compor-
ristas; Juan Damasceno y Juan de tarios romanos, ambrosianos y gali- tan un formulario propio completo,
Capistrano, el 27 y 28 de marzo, canos; misales franceses del s. xvm). c) Las nuevas normas para la ce- tanto para la misa cuanto para el
para rellenar los huecos de la cua- Se ha querido liberar a las oraciones lebración han permitido llevar a la oficio. Las memorias deben integrar-
resma. Obviamente se imponía el re- de expresiones demasiado manidas, práctica la voluntad del concilio de se en la liturgia de la feria. Cuando
torno a las fuentes. Esto explica mu- como la del florecer de una nueva dar la preferencia a la liturgia de los se trate de una memoria obligatoria,
chos cambios de fechas introducidos familia religiosa, o de alusiones de misterios de la salvación respecto a solamente se está obligado a decir la
en el calendario de 1969. Con fre- desprecio hacia la realidad terrena las memorias de los santos y de no oración propia (con las lecturas, si
cuencia se permite a la iglesia roma- ("terrena despicere"). También se ha imponer a toda la iglesia nada más se refieren explícitamente al santo) y
na celebrar a un santo oriental en el querido personalizar los formularios que las fiestas de los santos más co- a leer el texto hagiográfico. En cua-
mismo día que en su país de origen, con referencias al espíritu que ha nocidos. resma esta lectura se añade a la del
como Ignacio de Antioquía y Poli- animado al santo o a la misión que día (OGLH 239).
carpo. De todas formas se han hecho Los grados de la celebración de
ha cumplido en la iglesia. un santo se han reducido a tres: so- La experiencia ha confirmado la
tres excepciones: los aniversarios de
san Benito, san Gregorio Magno y lemnidad, fiesta y memoria. Se ce- eficacia de la nueva reglamentación.
santo Tomás de Aquino, que caían El concilio había prescrito que se lebran como solemnidad, además de La celebración de la feria, con la po-
siempre en cuaresma, se trasladaron restituyeran a la verdad histórica en las de la Madre de Dios, las fiestas sibilidad de la lectura continua de la
a otras fechas, en conexión por otros el oficio divino las pasiones o vidas del nacimiento de san Juan Bautista, palabra de Dios, está sólidamente
conceptos con su memoria, para fa- de los santos (SC 92). La empresa san José, los santos Pedro y Pablo y asegurada; lo cual, de todas formas,
cilitar la celebración festiva. Efecti- era difícil en sí misma, porque la his- Todos los Santos. Se celebran como no impide dejar amplio espacio a las
vamente, Benito era celebrado desde toria, como toda ciencia, está en per- fiesta los aniversarios de los apósto- memorias libres, principalmente en
el s. VHI en los países francos el 11 de petuo progreso, y siempre ha de ser les y evangelistas, las conmemora- los casos en que responden a un de-
julio, aunque desconozcamos la ra- necesariamente provisional toda sín- ciones de los santos arcángeles, de seo de la devoción popular. La res-
zón de esta elección. El 3 de sep- tesis de las adquisiciones hagiográfi- los diáconos san Esteban y san Lo- tauración del año litúrgico, comen-
tiembre es el aniversario de la orde- cas. Así pues, se optó en la Liturgia renzo, de los santos Inocentes. To- zada por san Pío X en 1911, halla
nación episcopal de san Gregorio de las Horas de 1970 por una solu- das las demás celebraciones son me- así su coronación.
Magno, y el 28 de enero el del tras- ción más realista y capaz de ofrecer morias. Pero la novedad más inte-
lado de los restos de santo Tomás de un alimento espiritual de mejor cali- resante es la que distingue entre
Aquino a Tolosa. dad. Por una parte, cada una de las memorias obligatorias y memorias V. Teología y pastoral
memorias se abre con una breve no- libres. Hay sesenta y tres memorias del culto de los santos
ticia histórica, que encuadra suma- obligatorias y noventa y cinco me-
b) Los formularios de la misa y riamente la vida del personaje; por morias libres. El número de estas úl- Tanto la teología como la pastoral
del oficio. Los formularios de la otra, todo santo lleva una lectura timas habría sido mayor si el papa del culto de los santos se basan en
misa indican las lecturas y las ora- que permite conocerlo mejor o ali- Pablo VI, al final, no hubiera hecho una teología de la santidad y espe-
ciones. El leccionario de los santos mentarse mejor con su mensaje. obligatorias en vez de libres ciertas cialmente del martirio.
ha sido provisto de un repertorio Para los santos que han dejado es- memorias de santos, y sobre todo de
abundante. Algunas lecturas van uni- critos era obvia la selección de una santas (Cecilia, Águeda, Lucía, Es- 1. LA REFLEXIÓN TEOLÓGICA. La
das a una determinada fiesta; la ma- de sus mejores páginas. Cuando se colástica, Clara, Isabel de Hungría). fórmula de la canonización comien-
yor parte se agrupan en los diversos poseen las actas auténticas de un La Conferencia episcopal española za con estas palabras: "Para gloria
comunes. Efectivamente, a través de mártir o un documento contempo- se ha limitado a elevar al grado de de la santísima Trinidad". Al cano-
la lectura de la palabra de Dios es ráneo (como en el caso de Justino, fiesta la celebración de san Isidoro
Policarpo, Cipriano), se propone lo nizar a uno de sus hijos, la iglesia
como mejor se puede penetrar en el (26 de abril), santa Teresa de Ávila santa ante todo canta la gloria de
alma del santo cuya memoria se ce- esencial de ellas como lectura. Igual- (15 de octubre) y los santos Cirilo y
mente se han podido utilizar los tes- Metodio (14 de febrero), en cuanto Dios, o sea, proclama solemnemente
lebra. Alguno de ellos ha descubier- el amor con que Dios se ha inclinado
to en una determinada página del timonios de los biógrafos antiguos o patronos de Europa.
hacia ella para revelar en el santo su
Santos 1890 1891 Santos
propia imagen. Todo santo es una miembro vivo de Cristo se compren- pedimos a Dios, por Cristo, que
"alabanza de la gloria de su gracia" de que los santos hayan vivido con quizá un poco exagerado, es de to-
acepte la intercesión de tal santo en dos modos cierto que las excepcio-
(Ef 1,6), pero de hecho lo es sola- los ojos fijos en él, para reproducir nuestro favor. La oración sobre las
mente porque en él vive Cristo (Gal nales cualidades de predicador de
su imagen en ellos mismos. Desde ofrendas y también la oración des- este hijo de san Francisco han hecho
2,20). La santidad es identificación Esteban, que muere repitiendo las pa- pués de la comunión prescinden de
con Cristo. de él un baluarte de la fe frente a la
labras del Crucificado, a Francisco esta intervención de los santos. En herejía catara y un ardiente defensor
a) Santidad y misterio pascual. de Asís, deseoso de vivir a la letra las plegarias eucarísticas pedimos te- de los pobres. Esto es mucho más
La santidad no es otra cosa que el las bienaventuranzas, todos los san- ner parte con ellos en la vida eterna; importante que cualquier otra leyen-
desarrollo supremo de la gracia bau- tos han tenido como único ideal en el canon romano nos encomen- da de la que pueda derivar su repu-
tismal. Es por tanto comunión con la imitación de su Señor. Por eso damos explícitamente a ellos: "Por tación. También es sabido que los
Cristo en el acto mismo de su muerte reproducen fielmente su imagen. sus méritos y oraciones concédenos estudios e investigaciones sobre san-
y resurrección, en su pascua, como Quien ve a un santo ve a Cristo. Y en todo su protección". La liturgia ta Teresita del Niño Jesús han pues-
enseña el Vat. II: "Al celebrar el cada uno de ellos puede repetir con de las Horas se abre, en las antífonas to de manifiesto en ella un alma bas-
tránsito de los santos de este mundo san Pablo: "Sed imitadores míos, y en los himnos, a la oración que tante más probada en la fe de cuanto
al cielo, la iglesia proclama el miste- como yo lo soy de Cristo" (1 Cor sube hacia los santos. Esto significa se podía suponer en torno al 1900.
rio pascual cumplido en ellos, que 11,1). que la iglesia católica admite la me- De esta forma, ha aparecido mucho
sufrieron y fueron glorificados con diación de los santos, pero que vale más cercana a los cristianos de nues-
Cristo" (SC 104). c) La intercesión de los santos. para ellos, afortiori, lo que el conci- tro tiempo y más popular a todos
La relación entre los santos y los fie- lio afirma de la Virgen María: el re- los espíritus que se mantienen en
El martirio constituye la cumbre les que peregrinan aquí abajo se ex-
de la santidad, porque realiza plena- curso a ella como auxiliadora y me- constante búsqueda.
pone claramente en el primer prefa- diadora "ha de entenderse de tal ma-
mente el carácter sacrificial de la cio de los santos. Después de haber b) La imitación de los santos. En
vida espiritual, expresado con tanta nera que no reste ni añada nada a la
afirmado, siguiendo a Agustín, que dignidad y eficacia de Cristo, único la memoria de todos los santos, la
fuerza por san Pablo: "Estoy crucifi- coronando sus méritos Dios corona oración propia pide siempre la gra-
cado con Cristo" (Gal 2,19). Poli- Mediador" (LG 62).
su propia obra, el texto declara que cia de seguir su ejemplo. Este aspec-
carpo da gracias al Señor porque le el Señor nos ofrece "el ejemplo de su to del culto es decididamente esen-
ha preparado un sacrificio "agrada- vida, la ayuda de su intercesión y la 2. LA ACCIÓN PASTORAL. La pas-
cial. Pero para que el personaje ten-
ble y completo"; pero él participa en participación en su destino". El pri- toral relativa al culto de los santos ga una fuerza ejemplar, es necesario
el cáliz de Cristo "para resucitar a la mer y tercer punto no levantan obje- es tributaria de muchas situaciones que su vida aparezca cercana a la de
vida eterna del alma y del cuerpo en ción en las iglesias reformadas, pero particulares. Aquí el culto de los cada uno de nosotros. Ayer se sen-
la incorruptibilidad del Espíritu el segundo no es aceptado. De todas santos tiende a ser excesivamente am- tían atraídos sobre todo por las gra-
Santo". formas, pertenece a la tradición uná- plio; allí está en fase descendente y cias extraordinarias que se habían
Si en el martirio el que muere nime de las iglesias de Oriente y Oc- necesita cobrar nuevamente el auge. concedido a un santo y por los mila-
ofrece a la iglesia "la perfecta expre- cidente, desde los orígenes mismos. De todas formas, parece que se pue- gros que realizaba; hoy se desea
sión de la fe" (colecta de los santos En la intercesión de los santos los de ofrecer una triple orientación al comprender sobre todo en qué se le
Juan Fisher y Tomás Moro, 22 de cristianos expresan su fe en el miste- respecto. puede imitar. Santa Brígida de Sue-
junio), lo hace porque Cristo testifi- rio del cuerpo místico de Cristo: cia, que junto con el marido Ulfo
ca en él el amor hacia el Padre. Los cuando un miembro está alegre, to- a) El descubrimiento del verda- educó a sus ocho hijos en una fami-
primeros fieles lo comprendieron dos se alegran; cuando sufre, todos dero rostro de tos santos. El primer lia fervorosa, es una figura más
pronto. Según la carta de los cristia- participan en su sufrimiento. Los esfuerzo que hay que hacer es quizá ejemplar que no la Brígida contem-
nos de Lyón, "el cuerpo de Potino santos no pueden, por tanto, ser in- el de redescubrir el auténtico rostro plativa, entregada a las propias vi-
estaba consumido por la vejez y las sensibles a las necesidades de sus de los santos. La popularidad de un siones. Es verdad que fue la contem-
enfermedades, pero conservaba en sí hermanos. Bien lo había entendido santo nace de la gente y con frecuen- plación la que sacó a Brígida del
el alma, para que por él triunfase santa Teresita del Niño Jesús cuan- cia tiene raíces oscuras. La autori- anonimato, pero sus virtudes anima-
Cristo". Y Blandina, "pequeña, débil do llegó a decir y prometer: "Pasaré dad no puede ordinariamente ni pro- ban ya su vida de esposa y de madre.
y despreciada, se había revestido de todo mi paraíso haciendo el bien en moverla ni oponerse a ella. Pero El pueblo cristiano es indudable-
Cristo". Los compañeros veían en la tierra". siempre es posible ayudar a los fieles mente sensible a esta admirable co-
ella a "aquel que había sido crucifi- a captar las virtudes centrales que nexión entre la santidad y la vida
cado por ellos". han hecho de un cristiano un santo y cotidiana.
La intercesión comporta dos gra- a descubrir el elemento esencial de
b) La imitación de Cristo. Desde dos. En la misa nunca nos dirigimos su mensaje. Si el título de doctor c) La intercesión de los santos.
el momento que un santo es un a los santos, sino que, en la colecta, atribuido a san Antonio de Padua es Si la reflexión teológica justifica la
Secularización 1892 1893 Secularización

intercesión de los santos, la acción SECULARIZACIÓN secular", preparado en el ámbito de de integrarse, completarse, a veces
pastoral debe ayudar a los fieles a la comisión "Fe y constitución" del de eliminarse... Una simple ojeada a
encontrar el justo equilibrio entre el Consejo ecuménico de las iglesias, las reseñas bibliográficas ofrece la
exceso y el rechazo. Rechazar aprio- SUMARIO: I. Introducción - II. El fenómeno ante la IV asamblea, celebrada en más obvia confirmación 5 . Una con-
ayer y hoy; 1. La aportación clarificadora de los
ri que se pueda recurrir a los santos diccionarios teológico-pastorales; 2. ¿Qué im- Upsalaen 1968 \ firmación posterior y más sistemáti-
significa colocarse fuera de la tradi- plicaciones tiene para la liturgia?; a) Consisten- Las expresiones pueden asumirse ca se obtiene a partir de la discreta
ción católica y manifiesta una cierta cia del fenómeno, b) Un fenómeno no fácilmen-
como estimulante apertura de un gama de diccionarios teológico-pas-
te circunscribible en el tiempo, c) Presencia si- torales que en el breve espacio de
ignorancia del misterio de la encar- multánea de la bipolaridad "sacrum-profanum", discurso sobre la secularización vista
nación. Pero el recurso a los santos "saeculum-religio" - III. Un reto a la liturgia: 1. como fenómeno que ha afectado y este último decenio (años setenta)
debe quedar subordinado al recurso La secularización interpela a la liturgia; 2. En sigue afectando a las más diversas han intentado condensar el fenóme-
a Cristo. Ciertamente es legítimo busca de un "lenguaje" adecuado: a) Biblia y no poniendo al lector sobre pistas de
liturgia: punto de paso obligado, b) La comuni- expresiones de la liturgia todavía
adornar con flores las estatuas de los dad de fe, criterio hermenéutico - IV. La res- hoy. Así lo demuestra, por ejemplo, reflexión que ya han alcanzado la
santos y encender lámparas ante sus puesta de la liturgia hoy: 1. Secularización de la reforma de la liturgia en España, connotación de auténticas conclu-
imágenes, pero es más importante ve- los "objetos"; 2. Secularización de los "lugares";
donde algunos retrasos y desfases en siones4.
nerar a Cristo en la eucaristía. La 3. Secularización de los "tiempos"; 4. Seculari-
zación de las "personas" - V. Conclusión. la actuación de la reforma litúrgica Aquí estaría fuera de lugar —¡y
protección de los santos no es nin- posconciliar han estado motivados fuera de tiempo!— retomar todo el
gún fruto de la magia, sino de la fe y por la falta de un "esfuerzo de incul- problema de la secularización; si en
del amor. I. Introducción turación y de adaptación de los li- el plan del presente Diccionario se
En este campo, como en otros bros litúrgicos a la nueva y concreta contempla esta voz, se debe buscar
muchos, la liturgia se revela como "Unos cristianos viven hoy entre situación que se ha creado con la el motivo en el hecho de que el fenó-
una maestra de fe y una reguladora personas entregadas sinceramente a secularización, la descristianización meno no ha pasado inadvertido en
de la devoción: sigue recordándonos sus prácticas religiosas, otros se en- de masa y, por tanto, con el pluralis- la vida de la iglesia; más aún, bajo
que el homenaje más auténtico que cuentran en ambientes sociales que mo que se ha determinado en el seno diversas formas —positivas— sigue
el pueblo de Dios puede tributar a rechazan ampliamente toda forma de la así llamada cristiandad. Los estando presente en la vida cultual
un santo, hoy como en época de las de religión. Unos celebran la liturgia nuevos ritos pecan de abstractos, en de la comunidad cristiana como lla-
persecuciones, es celebrar su aniver- dominical en iglesias llenas; otros en el sentido de que ignoran demasiado mada de atención crítica a poner en
sario con una asamblea sagrada en grupos que a duras penas reúnen al- los datos antropológicos y sociales práctica formas litúrgicas cada vez
torno a la mesa del Señor. gunas personas. Unos siguen formas relativos al rito, al lenguaje, al sím- más genuinas, que ayuden a expre-
litúrgicas sustancialmente incambia- bolo, al signo. sar mejor y más radicalmente la li-
P. Jounel das desde muchos siglos ha; otros turgia de la vida,
conservan ritos que hablan el len-
guaje del área cultural donde nacie- 1. LA APORTACIÓN CLARIFICADO-
BIBLIOGRAFÍA: Aldazábal J.-Roca J„ Cele- ron. Otros, por el contrario, buscan II. El fenómeno ayer y hoy RA DE LOS DICCIONARIOS TEOLÓGI-
brar los sanios, "Dossiers del CPL" 13, Barce- formas nuevas de un culto más autén- CO-PASTORALES. El período del pos-
lona 1981; Aldea Q., Hagiografía, en DHEE 2, tico a través de la experimentación, Hablar de secularización a casi
Consejo S. de Investigaciones Científicas, Ma- concilio ha visto la consolidación
drid 1972, 1073-1078; Brovelli F., Culto de los
ejercitada por los participantes mis- tres lustros de distancia del período cada vez mayor también en España
santos, en DTI, 2, Sigúeme, Salamanca 1982, mos. Unos buscan mantener un rit- en que tal fenómeno alcanzó su cima de una corriente de elaboración y di-
224-229; Camarero J., La figura del sanio en la mo de plegaria personal, a pesar de (1968) puede parecer anacrónico, o fusión del diccionario como instru-
Liturgia Hispánica, Instituto S. de Pastoral, Sa- los fallos múltiples. Otros se quedan por lo menos inútil. Efectivamente, mento que, junto a los periódicos, se
lamanca 1982; Grandez R., El sabor de las fies- con una cierta nostalgia de la ora- quien haya seguido —aunque sea de
tas, "Dossiers del CPL" 26, Barcelona 1984; Jou- presenta como una summula para el
ción, conforme la presencia de Dios rechazo— el debate que se ha encen- profesor de ciencias teológicas, para
nel P., El culto de ¡os santos, en A.G. Marti-
mort, La Iglesia en oración, Herder, Barcelona en ella se les hace cada vez más dido también en España en torno a el encargado de la pastoral o la catc-
19672, 833-853; Niermann E., Santos (culto a irreal. La mayoría se sienten culpa- este fenómeno proveniente de Cen-
bles por lo poco o nada que la prac- quesis, para el laico que tenga ya una
los), en SM 6, Herder, Barcelona 1976, 249- troeuropa habrá podido constatar su
256; Paterna P., El culto de los santos en la tican. Algunos han cesado en el es- cierta familiaridad con este tipo de
renovación litúrgica del Vaticano II, en "Phase"
impacto, a veces violento, en las ins- tratados. Entre los diversos títulos
fuerzo por intentarla. Los que oran tituciones eclesiales y en la reflexión
116 (1980) 143-150; Oriol J., El futuro martiro-
y los que no se plantean cuestiones que testimonian la validez de esta
logio romano, en "Phase" 63 (1971) 297-299; teológica en sus más variados sec- opción, tendremos en cuenta los que
Spinsanti S., Mártir, en NDE, Paulinas, Ma- sobre la plegaria comunitaria y la tores.
drid 1979, 869-880; VV.AA., El culto de los individual..."1. Con estas palabras se afrontan nuestro tema, para poder a
santos, PPC, Madrid 1983. Véase también la abría el borrador de un documento Un signo elocuente de todo esto continuación sacar algunas conclu-
bibliografía de Virgen María, Religiosidad po- sobre el "culto a Dios en un tiempo lo constituye la cantidad de estudios siones que se refieran directamente
pular y Devociones. que han aparecido con la finalidad al aspecto litúrgico.
Secularización 1894 1895 Secularización

a) En el Diccionario enciclopé- men de varios juegos lingüísticos, na como a la vitalidad religiosa" >~. teórico del conocer... La urgencia
dico de teología moral \ T. Goffi, Vanzan delinea los cinco significa- Esto se logrará en la medida en que comunicativa le empuja [al teólogo-
afrontando el problema desde el pun- dos principales que claramente "trai- se purifique el concepto de religión sociólogo] a aceptar el lenguaje pe-
to de vista específicamente moral, de- cionan la compleja memoria de sus de las valencias sagrado-paganas, y riodístico y pactar con las modas
fine así la secularización: "Mentali- avatares históricos": de hecho (I) la noción bíblica de lo santo " recu- culturales del momento". Finalmen-
dad-compromiso, que pretende pro- político-jurídico ", el término pasa a pere su originalidad, o sea, la de in- te, "más que de problemas reales
mover en el plano individual y social asumir un valor (II) filosófico- dicar "una relación objetiva que cual- [esta teología-sociología] es expre-
los valores terrestres, como válidos culturaln, para convertirse después quier ser puede establecer con el To- sión de la crisis de seguridad del mun-
en sí mismos, proclamándolos autó- —hacia los años treinta— en una talmente Otro...". De este modo la do eclesiástico; por eso es un hecho
nomos de la metafísica y de la reli- (III) categoría sociológica tenden- secularización expresará "la autono- sobre todo eclesiástico y escasamen-
gión"'. Desde esta perspectiva se ve te a explicar el paso de una socie- mía de las realidades terrenas y su te comprendido por los laicos".
la secularización como "la mayor dad agrícola-cerrada-sagrada a una legítima emancipación de lo sagra- Volviendo a tomar directamente
agresión global contra el cristianis- sociedad industrial-abierta-profana. do-pagano, pero al mismo tiempo su las palabras de Acquaviva, se puede
mo concebido en su forma tradicio- Ésta es la categoría " que reciben los ineliminable apertura al misterioso concluir que "la teología de la secu-
nal", pero a la vez también como la (IV) teólogos, y que ellos estudian y Totalmente Otro con el que dicen larización es muchas cosas a la vez:
causa —¿el signo de los tiempos?— profundizan a la luz de la palabra de relación de mil maneras" ". un hecho teológico en el sentido tra-
que "podría favorecer la constitu- Dios para encontrar una respuesta Son simples insinuaciones, casi dicional del término; un hecho social
ción de una vida espiritual cristiana adecuada a la solución del proble- flashes, que dejan adivinar notables y cultural de los teólogos y del clero
iluminada en su expresión evangéli- ma ". El uso del término, finalmente, consecuencias en el ámbito de un dis- en el sentido de que está unida al
camente pneumática" 7 . Se trata de en los (V) documentos eclesiásticos curso más específicamente litúrgico. cambio de cultura, de mentalidad,
una agresión que pone en discusión se extiende a todos los valores pre- de matriz social del clero; un hecho
ese método teológico que, en el in- cedentes, según "una aceptación rea- c) En el Nuevo diccionario de político-religioso unido al problema
tento de mediar la palabra de Dios, lista del presente..., considerando la teología 7" el tema —"¡uno de los ele- de la jerarquía, del poder, de la bu-
rechaza la confrontación con la rea- evolución en curso no ya cqmo una mentos más respetables de la mito- rocracia, de los dogmas, de la iglesia;
lidad secular. "La teofanía divina apostasía de la fe, sino como una logía de la sociedad moderna!"— se un hecho de competencia en la so-
—se recuerda— puede manifestarse nueva oportunidad (kairós) ofrecida afronta desde una perspectiva más ciedad pluralista, o sea, expresión de
y efectuarse únicamente a través de a la fe para anunciar lo específico directamente teológica. Él autor deja la competencia que ejercen otras ex-
lo humano" 8 . De aquí nace el jjro- cristiano en un mundo seculariza- adivinar la superficialidad y el des- plicaciones del mundo, más o menos
blema de la relación sagrado-profa- do" 1 -. Esto por lo que al término se cuido con que la "teología católica religiosas; un hecho cultural en sen-
no y sus correspondientes implica- refiere. no ha ofrecido ninguna aportación tido estricto, o sea, expresión de una
ciones, que subyace a todo el dis- original al debate específico sobre el sociedad que construye para una
curso. A nivel ideológico —siempre se- cultura diversa una imagen distinta
gún el pensamiento de Vanzan— des- tema, es cierto que ha ido a remol-
que de la producción protestante" 21 . de la religión..."24. Por eso el fenó-
tacan sobre todo los significados ter- meno tiende a juzgar la fe "a partir
cero y cuarto. Pero se impone la ne- Con frecuencia ha faltado un tamiz
b) En el Diccionario teológico in- crítico que, dejando aparte los fáciles de una comprensión de la situación
terdisciplinar *, P. Vanzan introduce cesidad de una revisión crítica a del mundo moderno en lugar de juz-
nivel sociológico y teológico, que per- entusiasmos, permitiese adivinar los
el tema afirmando que "la fortuna lados débiles tanto a nivel de método gar este mundo a partir de la fe"25.
de la categoría secularización va li- mita "una buena recuperación de la
categoría secularización ", mediante teológico n como a nivel de conteni- De todas formas, es innegable el
gada precisamente a las múltiples e dos que tienden a "una especie de
inconfesadas ambigüedades ideoló- la decantación de los vicios teológi- gran mérito de la teología de la secu-
cos, ante una proposición alternativa ensayismo de divulgación". Andrea larización: el haber "favorecido la
gicas de fondo que le han consenti- Milano completa el cuadro de la
do proponer, con enorme simplici- que, partiendo de la superación de disolución definitiva y sin nostalgias
la secularización, se desarrolla y se problemática con algunas afirmacio- de la imagen idealizada del pasado,
dad, explicaciones incluso opuestas, nes tomadas de Acquaviva ": con el
pero siempre lineales y universales, precisa en torno al término trans- esa especie de regresión eclesiástica
funcionalización de la religión". fenómeno de la secularización "se en virtud de la cual dominaba las
de un conjunto variadísimo de fenó- pone el énfasis sobre el quehacer del
menos". En este punto "lo único Este término parece el más adecuado mentes la interpretación de la histo-
para expresar esa especie de "rela- hombre comprometido en el trabajo, ria a base del esquema de la deca-
prudente que hay que hacer es so- en la ciencia, en la técnica..., atento
meter la secularización a un delicado ción intermedia que en un futuro dencia del mundo a causa de la des-
deja lugar tanto para la crisis como a vivir concretamente esta vida en integración progresiva de la cristian-
trabajo de restauración" a nivel de lugar de prepararse para la otra".
palabra y de ideología l0. para la sorpresa histórica", y que pa-
Por otra parte, "el hecho social del
dad medieval bajo los asaltos de
Queriendo recuperar el sentido ori- rece responder "tanto a la función Satanás, del protestantismo, del
de la religión en la sociedad moder- comunicar prevalece sobre el hecho ateísmo" 26 .
ginal del término mediante el exa-
Secularización 1896 1897 Secularización
2. ¿QUÉ IMPLICACIONES TIENE ulterior clave de lectura para preci- cualquier otro sector de la vida de la ción que es de temor y de adoración,
PARA LA LITURGIA? Ciertamente no sar mejor los objetivos de la reforma iglesia, donde esta relación se asume pero también de amor y de confian-
basta una sumaria radiografía para misma. y se vive no tanto como alternativa, za... Mientras en lo sagrado predo-
tener el cuadro completo del proble- sino como recíproca integración de mina el temor, en lo religioso predo-
ma. De todas formas, teniendo pre- b) Un fenómeno no fácilmente cara a aquella verdadera religio que minan la confianza y el amor... El
sente cuanto ha aparecido a la luz de circunscribidle en el tiempo. "Bajo es el culto al Padre en espíritu y acto religioso esencial es la oración,
esta y otras aportaciones, provenien- la doble inspiración de la espirituali- verdad. que es desconocida, en cambio, para
tes por ejemplo de Sacramentum dad franciscana, tan cercana al pue- el hombre de lo sagrado, quien in-
Mundi21 y del Diccionario de espiri- blo y a la naturaleza, y de la antigüe- c) Presencia simultánea de la bi- tenta apropiarse de la fuerza sagrada
tualidad de los laicos 2\ se puede lle- dad romana, Cimabue anuncia el polaridad "sacrum-profanum ", "sae- mediante la acción mágica o defen-
gar a algunas conclusiones que lle- comienzo de tiempos nuevos. Por culum-religio ". En la fenomenología derse de ella mediante el acto supers-
ven nuevamente la atención hacia un primera vez se afirma —con lenguaje de la religión, "sagrado se opone a ticioso"".
discurso más específicamente litúr- pictórico— que para ir a Dios no es profano, y significa esencialmente
gico. necesario volver la espalda al mun- Si —como creemos— éste es un
dos cosas: 1) algo o alguien separa- dato de hecho objetivo, nos hacemos
do": con esta afirmación de R. Ga- do, apartado para la divinidad, para la siguiente pregunta: ¿Por qué se ha
a) Consistencia del fenómeno. raudy, J. Sperna Weiland introdu- que le sirva exclusivamente a ella; producido la crisis de esta religio?
El examen de la literatura nacida en ce su intento de definir la seculari- 2) la potencia, la fuerza misteriosa, De Rosa insinúa una respuesta se-
torno al problema de la seculariza- zación 30. transnatural, de la que están dotados ñalando dos factores: una "diversa
ción —desde hace tiempo en fase ya En nuestro contexto, la afirma- ciertos seres o por propia naturaleza actitud psicológica del hombre mo-
de sedimentación— nos permite ción puede ser una llamada a no cir- o por el hecho de haber entrado en derno frente a la realidad", al saecu-
apreciar ante todo las dimensiones cunscribir los términos históricos del contacto con lo divino... Este con- lum 34; y las "consecuencias que ha
reales del problema. Su efectiva con- problema a estos dos últimos siglos, tacto, que ha cargado a un ser de producido en el campo social el paso
sistencia aparece como un dato fác- sino a asumir como parámetro la sagrado, y por tanto de potencia, de una sociedad agrícola pretécnica
tico por el influjo innegable que el consistencia espacio-temporal de la puede asumir numerosas formas" 1 '. a una sociedad industrial técnica" ".
fenómeno ha ejercido de manera di- relación sacrum-profanum, saecu- Entrar de esa manera en contacto Por consiguiente, se puede concluir:
recta e indirecta tanto en las estruc- lum-religio: el mundo del hombre y con lo sagrado comporta apropiarse 1) que en la civilización de la técnica
turas eclesiales cuanto en las más di- el mundo de Dios. Si el fenómeno toda la fuerza misteriosa que contie- el hombre rechaza una postura pasi-
versas expresiones de la vida y de la ha asumido particulares connotacio- ne, a la par que la adquisición de va y casi fatalista; más aún, se siente
reflexión de la iglesia. nes y desarrollos sobre todo en nues- una particular actitud que induce a directamente llamado a actuar en pri-
Nos fijaremos en un aspecto par- tro tiempo —baste observar las fe- descubrir en las cosas y en los seres mera persona sobre las realidades
ticular de la vida de la comunidad chas (años sesenta-setenta) de su "una realidad que trasciende el pla- creadas para que rindan y produz-
eclesial: la liturgia. ¿Se ha visto tam- abundante literatura—, esto puede no natural..."". Este modo de ver can lo que él mismo desea, quizá in-
bién ella implicada? ¿Es válido, por ser el resultado de varias componen- la realidad, típico de una sociedad dependientemente de lo que puede
ejemplo, lo que sostienen los teori- tes que, acentuando la densidad de agrícolo-natural, parece haberse de- ser un ciclo natural. Desde este pun-
zadores de la relación iglesia-mun- elementos colaterales, han hecho rrumbado ante la nueva mentalidad to de vista, el hombre ya no siente la
do, a saber: que "la secularización y aparecer un poco más la punta del científica y técnica, que, si por una necesidad de dirigirse a Dios: esto se
la secularidad no son irrelevantes iceberg. Y si ahora la punta del ice- parte permite al hombre descubrir hace inútil, porque todo parece de-
para la religión, porque lo menos berg —por continuar con la metáfo- los secretos de la naturaleza, por pender de la inteligencia, laboriosi-
que pueden hacer es poner en crisis ra— parece haberse disuelto a la sa- otra lleva a considerar el mundo dad y actividad de la persona; 2) que
todos los signos y símbolos, todos lida de otros soles en el cielo de la como el campo de la propia acción, el paso de un tipo de sociedad a otro
los discursos con los que el hombre socio-teología, de ello no se puede que puede ser manipuladora o trans- comporta fenómenos que pueden in-
no secularizado expresaba y vivía la concluir que se deba considerar di- formadora, y por tanto a la supera- cidir negativamente en el factor reli-
relación entre el hombre en el mun- suelta la consistencia del fenómeno, ción de toda trascendencia. giosidad: piénsese en la movilidad so-
do y Dios"? s ¿En qué medida puede ni hoy ni en una tan futurible como cial que origina fracturas a veces
(o debe) el mismo lenguaje litúrgico hipotética sociedad secularizada, de- "Mientras lo sagrado indica la irreparables en el ámbito familiar,
resentirse del influjo de este fenóme- bido precisamente a la permanencia presencia de una fuerza misteriosa, social y, consiguientemente, religio-
no? No es inútil nacerse estas pre- de la relación saeculum-religio. pero impersonal..., lo religioso... so, precisamente porque "la práctica
guntas precisamente en el contexto hace referencia a un Ser personal religiosa está fuertemente controlada
La consistencia de esta bipolari- trascendente, con el que [el hombre] por el grupo social, que dicta en
del posconcilio y en el período de la dad se refleja necesariamente en el
plena actuación de la reforma litúr- intenta entrar en contacto mediante cada campo... los modelos de com-
mundo de la liturgia; aún diría más: oraciones, actos de culto, sacrificios portamiento"'\ Piénsese además en
gica; más aún, pueden resultar una es precisamente aquí, más que en de expiación y de impetración: rela-
Secularización 1898 1899 Secularización

el nacimiento de un nuevo pluralis- percibir y vivir la realidad ha influi- rie de reflejos en la misma forma en tease los grandes problemas del sen-
mo en todos los sectores, en un nue- do en la vida litúrgica de la iglesia. que la persona es llamada a vivir su tido de la vida y de la muerte, del
vo modo de ver el fenómeno religio- Más aún; así como una mentalidad propia relación con lo sobrenatural sentido del dolor y del pecado, del
so; más aún, en un replanteamiento sacralizaníe en otros períodos de la y con las realidades que la circun- significado de la historia humana y
del fenómeno mismo que en una so- vida de la iglesia ha comportado for- dan. Según la lógica de la salvación del destino del hombre y del mundo,
ciedad industrial es solamente un as- mas y modos rituales que a veces cristiana, la dimensión litúrgica es la ya no sería hombre"". De aquí la
pecto, entre otros, de la vida. La lle- podían parecer una transmutación que mejor puede absorber —y de he- apertura no sólo al mundo de signos
gada del bienestar, finalmente, y la de actitudes mágico-sacrales, del mis- cho absorbe— la secularización de y símbolos que caracteriza uno de
satisfacción de sus propuestas lleva mo modo hoy nos hallamos frente a los valores humanos; esto en la me- los aspectos de la religio, sino tam-
a buscar un paraíso inmediato que los resultados de una reforma litúr- dida en que se vive la liturgia no bién todas las demás formas expre-
aparece en su entidad sin recurrir a gica que parece haber pasado (o por como una evasión, sino como lo que sivas de esa misma religio, que he-
mediaciones ni a instancias ultra- lo menos rozado) el crisol de este realmente es: un encuentro en el sig- mos etiquetado con el nombre de re-
mundanas. fenómeno. La consecuencia más in- no sacramental con el Dios que ha ligiosidad, y que la secularización
mediata, provocada también —pero creado el cielo y la tierra, que ha tiende a negar11.
no exclusivamente— por las influen- establecido los confines —límites ¿Cómo es posible poner en rela-
cias de este mismo fenómeno, ha bien precisos— de cada una de las ción un justo reconocimiento y pro-
III. Un reto a la liturgia realidades.
sido el intento de presentar cada una moción de la autonomía propia del
La desaparición de lo religioso de las expresiones del culto como un Si algunos profetas más o menos orden temporal con la dimensión so-
(— secularización) conlleva la desapa- momento y signo real de la religio; o recientes han llegado a predecir el brenatural? ¿Y cómo revivir en la fe
rición de lo sagrado falso (= desa- sea, expresión de aquella relación- ocaso del culto en favor de un mayor esta relación? Creemos —sin desarro-
cralización), y no necesariamente la respuesta de fe entre el hombre y compromiso del cristiano en el mun- llar posteriormente este pensamien-
desaparición de lo sagrado auténti- Dios, que tiene su origen en la ini- do, esto quiere decir que su ex- to— que el justo reconocimiento de
co, de la verdadera religión y de la fe ciativa gratuita de Dios, y que en el periencia del culto ha sido por lo las realidades de este mundo y de su
cristiana. Más aún, "la muerte de lo signo del culto revive y hace vivir menos alienante y por tanto una papel efectivo puede brotar de una
sagrado —que bajo cierto aspecto es la máxima expresión de esta co- experiencia de no-culto, de una asiduidad más profunda con la Es-
positiva porque es una purificación munión. pseudoliturgia. En realidad, el ver- critura. De una unión más estrecha
de la religiosidad, que de ese modo dadero culto al Padre en espíritu y entre / biblia y liturgia podrá siem-
Con esto no se podrá considerar verdad es la más fuerte invitación y pre esperarse ese justo reconocimien-
se libera de las sofocantes excrecen- ipso facto superada la bipolaridad
cias de lo sagrado— no significa también la más verdadera precisa- to y promoción de los valores reales
de la que se hablaba más arriba: está mente ante un compromiso adecua- propios de la ciudad secular42. Esto
automáticamente la muerte de la re- siempre presente en la vida y en la
ligión, por lo menos en sus expresio- do en la ciudad secular. La misma comporta un repensamiento del men-
reflexión de la iglesia con motivo de oración, presentada por algunos saje cristiano, y por tanto de los con-
nes más elevadas. La religión, efecti- la dialéctica sagrado-profano; y de
vamente, ofrece al hombre la respues- como un inútil residuo del pasado, tenidos eucológicos, teniendo en
manera más o menos consciente se- como una huida de lo real, se hace cuenta las categorías de la cultura
ta a ciertas preguntas que él no gún la acentuación de uno u otro de
puede dejar de hacerse; preguntas una llamada continua a la trascen- contemporánea.
los términos de la relación fe-cultura dencia del hombre. No se puede ne-
que se refieren al sentido de la vida, (desarrollo).
al misterio de la muerte, al sentido gar esta dimensión vertical, so pena 2. EN BUSCA DE UN "LENGUAJE"
Pero todo esto debe considerarse de privar a la persona de uno de sus
del sufrimiento, al problema del un signo de los tiempos destinado ADECUADO. Nos encontramos así
mal..."". En este sentido es clarifica- componentes esenciales: la religio es frente a un problema de lenguaje que
a seguir influyendo positivamente uno de estos componentes, y desde
dor lo que se afirma en el campo —como estímulo e invitación cons- en su transparencia e inmediatez lle-
sociológico, a saber: que el proceso el momento que existe debe expre- ve al hombre secularizado a expre-
tante— en el mundo de la liturgia sarse necesariamente. "Se trata, en
en marcha se designaría mejor como para que sus signos, globalmente siones de fe que no pretenden poner
"desacralización, ya que implicaría efecto, de necesidades tremendamen- en discusión la autonomía de las
considerados, sean lo más transpa- te importantes y de necesidades que
sólo la reducción progresiva y acaso rentes posible al expresar las reali- realidades de este mundo, sino que
radical de las modalidades sacrales la cultura secular suscita más bien actúan sobre el compromiso y sobre
dades santas que tienen que comu- que satisface" •". Por eso "la humani-
de la experiencia religiosa. Desapa- nicar. la voluntad del hombre llamado a
recerían solamente las prácticas re- dad no será nunca completamente construir la historia. En otros térmi-
ligiosas inspiradas en una mentali- arreligiosa o posreligiosa: si sucedie- nos: ¿Cómo evitar que el culto —en
dad mágica, utilitarista, supersticio- 1. LA SECULARIZACIÓN INTERPE- ra esto, no sólo sería el final de la el que se vive esta fe— aparezca
sa..."'". LA A LA LITURGIA. El desplazamiento religión, sino también el final del como algo alienante frente a las res-
de la atención del cosmos al hombre hombre. El hombre que no se plan- ponsabilidades del hombre en la
Es indiscutible que este modo de lleva consigo necesariamente una se-
Secularización 1900 1901 Secularización

construcción de la historia? En esta mas expresivas de la misma celebra- Al afrontar el argumento de un Del mismo modo puede efectuarse
línea, la urgencia de establecer "sig- ción. Es la palabra de Dios la que nuevo lenguaje litúrgico, Marsili es- el replanteamiento de la práctica ex-
nos" de la fe adecuados aparece hace del rito sacramental un verda- cribía en 1969: "Tales fórmulas terior a favor de la intervención gra-
como un problema cada vez más acu- dero y propio kairós, un signo de eucológicas, provenientes del patri- tuita de Dios, acogida por la fe viva
ciante en las más diversas expresio- salvación. En consecuencia, el retor- monio de la tradición, nacidas en un de cada persona. Sólo así es posible
nes litúrgicas de las comunidades no a un conocimiento más sapiencial clima profundamente cristiano, pero superar los peligros del formalismo
cristianas. de la Escritura sigue siendo la pri- en situaciones distintas de las nues- y del legalismo, que llevan a una pa-
mera y más eficaz respuesta a la ten- tras, se nos presentan frecuentemen- sividad que hace ineficaz la celebra-
Ahora hay que preguntarse: ¿Qué tación de un culto vacío, alienante. te en la traducción como si llegaran ción misma, y que en definitiva ¡es
percibe el hombre contemporáneo Además indica el camino a la única —hermosas, pero sin vida— de un la muerte de la religio!
de ciertos ritos complicados y solem- solución del problema del lenguaje. mundo muy lejano del nuestro... Y
nes (!), de ciertos gestos no usuales, Efectivamente, éste resulta adecuado hoy, cuando nuestra generación es
de la permanencia en lugares sagra- a su función cuando posee una fuer- colocada de pronto ante [la liturgia], IV. La respuesta
dos, del uso de cosas particulares? te capacidad expresiva y comunica- es casi imposible que penetre eficaz- de la liturgia hoy
¿Por qué motivo se exigen ritos pro- tiva del misterio de que es signo, un mente en el misterio litúrgico si éste
pios y fijos, lugares y cosas sagrados grado suficiente de comprensión y tiene todavía un lenguaje arcano, a Ahora se trata de profundizar esta
para que el culto cristiano alcance una notable eficacia de implicación pesar del acercamiento de la traduc- realidad: ¿Cómo actuar las perspec-
su finalidad? tanto a nivel personal como a nivel ción. Si no se crea un nuevo lenguaje tivas más arriba señaladas dentro del
Es necesario advertir que con la comunitario. litúrgico, la liturgia no pasará de ser mundo litúrgico? "En un mundo hu-
reforma promovida por el Vat. II la un vestido de fiesta, que —como es manizado y manipulado por la cien-
iglesia ha empezado a realizar un es- sabido— puede tener formas y colo- cia y la técnica, ¿qué sentido puede
b) La comunidad de fe, criterio res exóticos, que adornan, pero no
fuerzo particular de reinterpreta- hermenéutico. Un punto de referen- tener la fe en Dios..., la oración?"*.
ción, y sobre todo de traducción del expresan a quien lo viste. Esto, ade- ¿En qué sentido se puede hablar de
cia ulterior es la comunidad de fe a más, significaría que nuestra teolo-
lenguaje (= palabras y signos) utili- causa de la dimensión eclesial del tiempo sagrado, de persona sagrada,
zado en la liturgia, para ayudar a gía no ha elaborado la revelación de lugar o de objeto sagrados? El
anuncio y de la respuesta. Efectiva- como cosa viva, como anuncio de
vivir con mayor conciencia a los mente, la asamblea es el locus en que examen nos llevará a concluir que el
hombres de nuestro tiempo el en- presencia, y que la realidad eterna proceso de secularización opera cier-
se efectúa esa comunicación divino- de la historia de la salvación no se
cuentro con Cristo en sus miste- humana y humano-divina. Por con- tamente una desacralización, pero
rios. Ya no se trata de referirse a ha temporalizado en un lenguaje que de una manera falsa, de un falso sa-
siguiente, el problema encontrará la encarne en nuestro momento, con
traducciones del latín al castellano una solución solamente desde una grado; una desacralización, por tan-
—capítulo cerrado (salvo algún nos- lo que habría dejado de ser historia to, que implica las dimensiones tiem-
óptica más objetiva de la celebra- para reducirse a relato de una histo-
tálgico revival nacional o de impor- ción, en la que debe realizarse esta po, lugares, realidades, personas, no
tación), que ya pertenece a la histo- ria hecho en términos y tonos de para vaciarlas de su consistencia,
comunicación ascendente, descen- otros tiempos"47.
ria del culto cristiano en Occiden- dente y horizontal **. Es éste un dato sino para restituirles su justa dimen-
te "—, sino del empeño por traducir de hecho que necesariamente debe sión sacral, la más genuina, y por
el contenido eucológico de la tradi- llevar a la elaboración de fórmulas y tanto para purificar la fe. "La pre-
Por otra parte, sólo desde esta sunta desaparición de la religión de
ción según las categorías del hombre gestos adecuados, no con la inten- perspectiva puede tener lugar la su-
contemporáneo, y a la vez de la ca- ción de crear ulteriores libros litúr- la tecnópolis por obra de la revolu-
peración del ritualismo —tentación ción industrial-urbana significa en
pacidad de elaborar nuevos ritos y gicos, sino solamente llevando a que reaparece siempre en la historia
textos, fruto de la fe orante y creati- cabo las adaptaciones prescritas, o realidad su purificación de las en-
de las comunidades eclesiales cuan- volturas sagradas, la destrucción
va de la iglesia de nuestro tiempo. sea, actuando aquellas competencias do olvidan que la liturgia no es el
Pero ¿cómo puede llevarse a efecto que cada libro litúrgico pide princi- del Dios-alienación; pero al mis-
rito. Una cierta concepción mágica mo tiempo el redescubrimiento del
esto? palmente a las conferencias episco- y mecánica del encuentro del hom-
pales 45, por tanto a los obispos y a Totalmente Otro, aun cuando la
bre con Dios mediante la celebra- caída de la concepción anterior de
a) Biblia y liturgia: punto de los responsables directos de la cele- ción ha hecho que se extendiese un
bración «. Todo esto para que la ce- lo s a g r a d o no esté libre de los
paso obligado. La Escritura es un velo de sacralidad que, en vez de riesgos..."4'.
punto de referencia esencial, porque lebración no sea el resultado de lo abrir a la contemplación del mis-
la palabra de Dios, revelada y anun- que está escrito en el libro, sino la terio, ha ofuscado todavía más su Si consideramos ahora el mundo
ciada, se hace viva y eficaz en la ce- expresión de la comunidad que en la realidad. En este sentido debe consi- de la liturgia, sobre todo los resulta-
lebración; y no sólo esto, sino que celebración misma revive su propia derarse un signo de los tiempos una dos procedentes de la reforma litúr-
da valor y contenido a todas las for- fe, la manifiesta y la actúa. cierta desacralización. gica del Vat. II, podemos descubrir
Secularización 1902 1903 Secularización
algunas perspectivas claras para una sea un digno cooperador "al perfec- La venida de Cristo llevará a cum- tanto, de la domus ecclesiae a la do-
respuesta objetiva a las solicitaciones cionamiento de tu creación" y co- plimiento estos signos, relativizán- mus Dei. El testimonio más elocuen-
que hace el fenómeno de la seculari- opere "a la extensión del reino de dolos y englobándolos en el signo- te nos lo ofrece el Pontificóle roma-
zación. Cristo". realidad de su cuerpo: con la encar- num: en la editio typica de 1595
Las realidades creadas por Dios nación del Hijo, Dios ha venido a (1596), el capítulo "De ecclesiae de-
1- SECULARIZACIÓN DE LOS " O B - se le confían al hombre para que se habitar en medio de su pueblo; no dicatione seu consecratione", que
JETOS". La biblia nos ofrece una vi- sirva de ellas como signo e instru- sólo, sino que además será precisa- contiene la descripción detallada de
sión del mundo como realidad de- mento en la realización del proyecto mente el cuerpo de Cristo el templo las bendiciones, unciones, lustracio-
pendiente de Dios y confiada al mismo de Dios. No son un fin, sino nuevo y definitivo en el que Dios se nes, signationes, iluminaciones, exor-
hombre. La dependencia de Dios re- un medio. Por eso la iglesia en su encontrará con su pueblo y el pueblo cismos, etc., ¡ocupa casi cien pá-
mite a su trascendencia respecto a historia, sobre todo de la edad media podrá seguir comunicándose con el ginas! so
las realidades particulares, pero in- en adelante, ha sacralizado, en cierto mismo Dios: es la visión teológica Si prescindimos del nuevo ritual
dica también la consistencia de estas sentido, todas las realidades creando de la carta a los Hebreos, que pro-
una serie infinita de bendiciones de la Dedicación de iglesias y de al-
últimas y su relatividad respecto al longa y actualiza la afirmación de tares, el Misal Romano, en el común
proyecto de Dios confiado a la in- f/ Bendición, IV, 3] para los objetos Jn 2,19-21: "Destruid este templo y
y las cosas (Ritual y / Bendicional), de la dedicación de una iglesia, llama
ventiva y a la creatividad del hom- en tres días lo levantaré... Pero él la atención sobre la iglesia edificio
bre; efectivamente, es el hombre el para que su uso recordase al hombre hablaba del templo de su cuerpo".
su efectiva finalidad. Por tanto, el para subrayar su ordenación a la co-
que domina las cosas, da el nombre En ambiente cristiano, por tanto, munidad, con expresiones como és-
a los animales... (cf Gen 1,28-30; acento no se pone tanto sobre el ob-
jeto en sí —que como tal no es ni ya no tiene sentido hablar de un lu- tas: "... para que tu pueblo, reunido
2,19-20). En esta línea se puede afir- gar sagrado, porque la sacralidad del en este lugar santo, alcance por estos
mar que el mundo no es sagrado en sagrado ni profano— cuanto sobre
la relación que se establece entre el lugar no depende de coordenadas es- sacramentos la salvación eterna"";
sí mismo, pero puede serlo —y a ve- pacio-temporales, sino de la santi- "... derrama tu gracia sobre este lu-
ces debe serlo— cuando se hace para objeto y el usuario, como puede ver-
se, por ejemplo, en el fenómeno de dad de las personas que se reúnen en gar de oración y socorre a cuantos
el hombre signo de la obra del Crea- el nombre del Señor: éstas son las en él invocan tu nombre; que la fuer-
dor, o el hombre mismo lo elige la recuperación de una serie de obje-
tos, en otro tiempo considerados sa- piedras vivas que forman el edificio za de tu palabra y la eficacia de tus
como medio para comunicarse con espiritual que es la iglesia santa de sacramentos fortalezcan el corazón
lo sobrenatural. grados ¡como adorno de anticua-
rios! Esta relación es la que ilumina Dios viviente (cf 1 Pe 2,5; Ef 2,19- de los fieles que aquí se congre-
La óptica en que se coloca la litur- el carácter de sacralidad de las cosas, 22; Heb 8,1): "Los verdaderos ado- gan"52. "En esta casa visible que he-
gia frente al valor intrínseco sacral y —por el contrario— señala su re- radores adorarán al Padre en espíri- mos construido, donde reúnes y pro-
de los objetos-realidades es muy cla- ajuste o desacralización; nos lo re- tu y en verdad" (Jn 4,23). teges sin cesar a esta familia que
ra. Parte de una afirmación que en- cuerda con fuerza la oración después hacia ti peregrina, manifiestas y
contramos en la plegaria eucarísti- Es interesante ver la evolución (e
de la comunión del II domingo de involución) histórica de la realidad realizas de manera admirable el mis-
ca IV, donde el discurso histórico- adviento: "Nos des sabiduría para so- terio de tu comunión con nosotros.
salvífico se asume como parte inte- templo = lugar sagrado, con las con-
pesar los bienes de la tierra amando siguientes bendiciones y consagra- En este lugar, Señor, tú vas edifi-
grante de la acción de gracias de la intensamente los del cielo". cando aquel templo que somos nos-
comunidad: "Hiciste todas las cosas ciones del templo y del altar [/ De-
dicación de iglesias y de aliares; / Lu- otros, y así la iglesia... crece unida...
/ con sabiduría y amor. / A imagen hasta llegar a ser la nueva Jeru-
tuya creaste al hombre / y le enco- gares de celebración]. Durante si-
2. SECULARIZACIÓN DE LOS -LU-
glos, la iglesia edificio ha mantenido salén" 5 '.
mendaste el universo entero / para GARES". Si prescindimos de la histo-
que, sirviéndote sólo a ti, su Creador, ria de las religiones y concentramos su índole sacral porque en ella se Así, la referencia a la funcionali-
/ dominara todo lo creado". La mis- nuestra atención en la experiencia reunía la asamblea para celebrar los dad y significatividad del templo, del
ma perspectiva, más actualizada, la del pueblo de Israel, encontramos a santos misterios, y ¡con tal celebra- lugar sagrado en general, mientras
encontramos en las colectas de la propósito del lugar sagrado una pro- ción se consagraba la iglesia! A me- por una parte replantea su valor ex-
misa "por la santificación del trabajo gresiva evolución que va de la tien- dida que, progresivamente, se fue trínseco, por otra recuerda que "los
humano": se reconoce e invoca a da-tabernáculo como lugar de en- perdiendo el valor de la celebración templos contrapesan en nuestra vida
Dios Padre, que "por medio del tra- cuentro entre Dios y su pueblo y la sacralidad del lugar se dejó de cotidiana la preponderancia de lo in-
bajo del hombre diriges y perfeccio- (cf Ex 3) al arca de la alianza, signo percibir como fruto de la presencia mediato; si se quiere, de lo profano,
nas sin cesar la obra grandiosa de la de la presencia de Dios, y al templo, de la asamblea, se ha recurrido a un que tiende a desconectarnos de nues-
creación"; que ha querido "someter signo del encuentro entre Dios y su montón de signos que evocasen, en tra relación con el valor último... Lo
las fuerzas de la naturaleza al traba- pueblo, considerado por ello lugar su exuberante florecimiento, la rea- que interesa es tener iglesias que, sin
jo del hombre" para que el hombre sagrado. lidad de la presencia de Dios. La separarse de esa vida cotidiana,
perspectiva histórica se mueve, por abriéndose en medio de ella, irradien
Secularización 1904 1905 Secularización
a través de sus símbolos los valores semanal—: de este acontecimiento re- que "no sean afligidos por ningún ¿Qué decir entonces de la con-
últimos anclados en las expresiones propuesto anualmente es de donde peligro" (oración después de la co- sagración religiosa? ¿Es ésta una
finitas de nuestra existencia"S4. cobra su valor y significado la suce- munión), pero sobre todo para que realidad que añade un quid de más a
sión de las estaciones que la iglesia dentro de este tiempo pueda "abun- la dimensión sagrada que ya posee
3. SECULARIZACIÓN DE L O S llama tiempos litúrgicos, o más en dar en bienes de la tierra... por la la persona por causa del sacerdocio
"TIEMPOS". Para el cristiano, el tiem- general propio del tiempo, que no es santidad de nuestras obras" (colecta) común? La respuesta orgánica está
po es la realidad dentro de la cual se un aniversarismo, sino el "ciclo tem- y de "cuantos celebramos con gozo en la confluencia y compenetración
actúa la salvación: la categoría de la poral de las solemnidades o fiestas el comienzo de este año" (oración entre la lex credendi y la lex oran-
que Dios se sirve para revelarse ad en las que se va desplegando y con- sobre las ofrendas) ". El conjunto se di. La primera, condensada en los
extra. La comunidad cristiana re- memorando a lo largo del año litúr- enmarca en una exaltante y exultan- ce. VI y VII de la LG, hace com-
nueva esta fe al comienzo de la vigi- gico el misterio de la redención"5?. te profesión de fe que lleva a recono- prender la realidad y la grandeza de
lia pascual en el rito de la "prepara- cer al Padre como aquel que vive la consagración religiosa a la luz de
ción del cirio": "Cristo ayer y hoy, / A la luz de la realidad de la pascua eternamente, "principio de toda cria- la dimensión escatológica propia de
principio y fin, / alfa / y omega./ es como se replantea la eventual ten- tura" (colecta); como aquel que co- la iglesia peregrinante, en la que to-
Suyo es el tiempo / y la eternidad./ tación de sacralizar el tiempo: éste rona el año con sus beneficios (cf la dos los componentes —las piedras
A él la gloria y el poder / por los es solamente el instrumento para, el antífona de entrada que toma el Sal vivas del pueblo de Dios— encuen-
siglos de los siglos. Amén" ". En esta medio, no el fin en sí mismo, como 64,12); y reconoce a Jesucristo, "el tran su razón de ser y su significado.
profesión de fe en la soberanía de nos recuerda Pablo cuando escribe a mismo ayer, hoy y siempre" (antífo- La lex orandi ofrece una confirma-
Cristo, la asamblea reconoce que el los colosenses: "Que nadie os juzgue na de comunión, tomada de Heb ción posterior y decisiva sobre todo
tiempo no le pertenece; pero lo vive por las comidas o bebidas o por la 13,8). en las bendiciones f / Bendicional
como medio para conseguir el Ome- participación en las fiestas, novilu- [/ Tiempo y liturgia]. dentro de la voz Libros litúrgicos],
ga, para comunicarse con todo el nios o sábados, lo que representa en los ritos de la /profesión religiosa
misterio de Cristo distribuido a lo una sombra del futuro, cuyo funda- y de la / consagración de las vírge-
4. SECULARIZACIÓN DE LAS "PER-
largo del año, de la encarnación a mento es Cristo" (2,16-17). Si éste es nes. "La costumbre de consagrar
SONAS". El vuelco de perspectiva teo- vírgenes, se lee en las observaciones
Pentecostés y a la espera del retorno el núcleo de todo, ya no tiene sentido lógica llevado a cabo por el Vat. II
del Señor (cf SC 102). El signo de la considerar más o menos sagrado un previas del Ritual de la consagra-
en la LG —pero en la línea abierta y ción de vírgenes60, que estuvo ya en
incisión de las cifras del año en curso día en vez de otro. "Para el cristiano, trazada por la SC y desarrollada su-
subraya aún más la dimensión de es fiesta... no un día de la semana, vigor en la primitiva iglesia cristia-
cesivamente en la GS— se presenta na, hizo que se publicase un rito so-
provisionalidad del éxodo. Parece sino toda su vida inaugurada por el como la puntualización más convin-
que en el rito debe verse la cristaliza- evento pascual, porque toda ella es lemne, por el que la virgen quedase
cente, además de autorizada, sobre constituida persona sagrada, sig-
ción de aquella sacralidad que acom- ofrecimiento y posibilidad de don sal- el modo de considerar a las perso-
paña la dimensión tiempo en todas vífico". El domingo cristiano no es no trascendente del amor de la igle-
nas. La dimensión de sacralidad que sia hacia Cristo, imagen escatológi-
las religiones y culturas, y que en- el bautismo del sábado judío: "Lo durante tanto tiempo ha acompaña-
cuentra en el calendario una expre- que sustituye al sábado o, mejor, ca de la esposa celeste y de la vida
do a la persona del ministro del culto
sión orgánica y un significado56. aquello que el sábado significaba, es y a la persona consagrada, en la me-
futura".
Para el cristiano lo que da significa- no un día, sino todo el tiempo nuevo dida en que viene redimensionada
do a la dimensión tiempo no es tanto que nace y fluye post Christum" 58 . Quien huye del mundo no lo ha-
por el movimiento de secularización, ce... por una desresponsabilización,
el alternarse de los días, de los meses en realidad se vuelve a situar en su
o de las estaciones —elementos en- Este paso del krónos al kairós ha sino para expresar mejor mediante
perspectiva más justa. los signos más eficaces e incisivos los
lazados al ciclo natural y astronómi- dado vida a una mens que se trans-
co—, cuanto la certeza de que el parenta también en la eucología. Tó- El c. II de la LG habla del pueblo elementos que forman parte de la
opus redemptionis se vive concre- mese por ejemplo el formulario para de la nueva alianza como de "un rei- esencia misma de toda vida cristia-
tamente dentro de ese ciclo natu- el "comienzo del año civil", que el no de sacerdotes para su Dios" (Ap na...: anhelar los bienes que no pa-
ral donde los elementos sol y luz se Misal Romano coloca en las Misas 1,6). Esta realidad sacerdotal (por san...; afirmar el primado del amor
asumen como signos de Jesucristo, para diversas circunstancias públi- tanto, sacral) es la que une a todos de Dios sobre todos los demás valo-
"sol de justicia", "luz que no conoce cas. La asamblea, que saluda "con los fieles y pone al descubierto su res...; ofrecer con una existencia que
ocaso". gozo el comienzo de este año" (ora- esencia; sólo los diversifica según se hace servicio de amor una realiza-
ción sobre las ofrendas), ofrece a un servicio particular (ministerium), ción ejemplar de lo que debe ser toda
En este contexto no extraña el he- Dios "su comienzo"(colecta) no sólo sin oponerlos de todas formas por- la comunidad cristiana.
cho de que para el cristiano el / año para vivir "en este año" (colecta) que todos "participan a su manera La síntesis de todo esto se encuen-
litúrgico gire en torno a la pascua de "día a día en tu paz y tu amor" (ora- del único sacerdocio de Cristo" tra de manera particular en el núcleo
Cristo —la pascua anual y la pascua ción sobre las ofrendas), sino para (LG 10). del rito mismo: en la oración de con-
Secularización 1906 1907 Secularización

cus no constituye problema si el uno una emancipación cultural y política" (p. 272).
sagración el obispo recuerda que, se- primitiva, que "reserva el término sa- Cf también A. Milano, Secularización, en G.
gún tu providencial designio, "qui- cerdocio y sacerdote a la actividad y/o el otro construyen un verdadero Barbaglio-S. Dianich (dir.), NDT, Cristiandad,
siste otorgar a algunos el don de la global de toda la comunidad y de homo liturgicus ", a saber: la perso- Madrid 1982, 2.» vol., pp. 1617-1618 — n Se
virginidad. Así, sin menoscabo del todos y cada uno de sus miem- na a cuyas operosas manos se ha con- ha solido indicar como fecha de comienzo el
valor del matrimonio y sin la pérdi- bros"*2. Dimensión cultual que, al fiado el universo para que el amor 1846, año en que se funda en Inglaterra la Lon-
de Dios alcance su cumplimiento en don Secular Society; su programa, condensado
da de la bendición que ya al princi- par que desacraliza una cierta ima- en el término secularism, consiste esencialmen-
pio del mundo diste a la unión del todo y en todos, en la anakefaláiosis
gen de persona, rehabilita a toda definitiva de lo que está aquí en
te en interpretar y regular la vida prescindiendo
hombre y la mujer, algunos de tus persona que busca a "Dios con cora- de Dios y de la religión. Sobre este punto, cf A.
hijos, inspirados por ti, renuncian a la tierra y allí arriba en el cielo, pa- Milano, a.c. (nota 2), 1619-1620 — " En el
zón sincero", porque es signo-sacra- ra recomponerse en aquellos cielos NDT A. Milano trata luego su connotación teo-
esa legítima unión y, sin embargo, mento de la presencia de Cristo, por- nuevos y tierra nueva donde se supe- lógica: 1639-1643 — l4 Esta parte la desarrolla
apetecen lo que en el matrimonio se que Dios "ilumina a todo hombre" abundantemente A. Milano; cf pp. 1620-
significa; no imitan lo que en las rará definitivamente toda contrapo- 1633 — " P. Vanzan, a.c. (nota 10), 277 —
que viene a este mundo (cf Jn 1,9). sición entre saeculum y religio, entre
nupcias se realiza, pero aman lo que 16
Ib, 279ss; antes aún E. Rosanna, Secolarizza-
en ellas se prefigura"61. sacrum y profanum, porque todas zione o transfunzionalizzazione della religione?
las realidades creadas serán unum in Rapporto crítico su una discussione attuale in
La perspectiva lleva el discurso a V. Conclusión Christo Iesu (Gal 3,28). sociología della religione, LAS, Roma 1973, es-
la constatación de que la persona es pecialmente el c. IV: "La transfunzionalizzazio-
consagrada para y por el ejercicio de "¿Ha terminado el tiempo de la ne come alternativa alia secolarizzazione" —
17
la función que está llamada a des- liturgia?" La pregunta, lanzada en el E. Rosanna, o.c. (nota 17), 110-111 — " A
empeñar. Entonces, el primer acto NOTAS: ' L. Maldonado, Secularización de nivel divulgativo puede ser útil ver el fascículo
período del boom del fenómeno de la liturgia, Marova, Madrid 1970, 45-46 — monográfico de Echi d'Oriente 4 (1982), sobre
de esta consagración es el bautismo, la secularización, encuentra hoy una 2
Tanto la primera como la segunda y definitiva el tema: "Festa di tutti i santi"; en particular la
que consagra "rey, sacerdote y pro- respuesta más serena y, por tanto, redacción del documento aparecen en la obra perspectiva bíblica: "II Santo e i Santi nel NT",
feta" a todo hijo de Dios llamado a más objetiva. No es una respuesta citada de Maldonado — 3 Cf P. Vanzan-G. Bas- de E. Picozza, pp. 12-15 — " P. Vanzan, a.c.
formar parte de ese "reino de sacer- nueva; nuevo es quizá el espíritu con so, Bibliografía italiana sulla teología delta se- (nota 10), 282-283 — 20 A. Milano, a.c. (nota
dotes", de esa "nación santa" de que colarizzazione e "morte di Dio", en RasT 11 12), 1615-1644 — " Ib, 1630 — 2I Cf ib,
que se debe acoger la voz de la lex (1970) 120-141; Bibliografía italiana ragionata 1640 — 2J Cf ib, 1639-1640: S.S. Acquaviva-G.
ya habla Ex 19,3-6. credendi cuando afirma en SC 10: sulla teología della secolarizzazione e delta "mor- Guizzardi (dir.), La secolarizzazione, II Mulino,
La tan aireada secularización de "La liturgia —y así el ejercicio del le di Dio"(¡970-1971), en RasT 13 (1972) 195- Bolonia 1973,9-21: en particular 12-14 — 24 Ib,
las personas en esta perspectiva pa- sacerdocio de Jesucristo (SC 7)— es 213; 264-287 — 4 A este respecto resultará útil 12 — 25 A. Milano, a.c. (nota 12), 1641 —
26
la cumbre a la cual tiende la activi- ver —en el campo profano— la síntesis que Ib, 1463 - " Cf H. Raab, a.c. (nota 12),
rece hallar su adecuado replantea- ofrece L. Gilkey, Secolarizzazione, en Enciclo- completado por A. Keller, Como fenómeno es-
miento. Ciertamente, es la casta la dad de la iglesia", a la que tiende pedia del Novecento, Ed. Enciclopedia Italiana piritual, en K. Rahner (dir.), Sacramentum mun-
que puede ponerse en discusión cuan- todo esfuerzo y empeño que la co- vol. VI, Roma 1982,415-430 - 5 DETM, Pau- di, vol. 6, Herder, Barcelona 1976, 280-293 —
do quiere administrar un poder que munidad cristiana realiza para libe- linas, Madrid 19865: la voz ha sido elaborada 28
A. Pompei, Secolarizzazione, en E. Ancilli
no le corresponde o que ha usurpa- rar al hombre de toda forma de egoís- porT. Goffi, pp. 991-1004 — * Ib, 991 —' Ib, (dir.), Dizionario di spiritualita dei laici, O.R.,
mo a cualquier nivel; una liturgia 991 — 8 Ib, 993 — ' DTI, 4 vols., Sigúeme, Milano 1981, vol. II, 273-277 — 2" Ib, 273 —
do. Pero la realidad del sacerdocio Salamanca 1982: la voz ha sido elaborada por 30
J. Sperna Weiland, Qu'est-ce que la séculari-
ministerial o de otros elementos de que libera porque convierte, porque P. Vanzan, pp. 271-286 del IV vol. — ,0 Ib, saíion? Une íentative de définition, en E. Castel-
la estructura eclesial no correrán el permite entrar en comunión con la 271-272 — u Para una buena presentación de li (dir.), Herméneutique de la sécularisation.
riesgo del dúo sunt genera christia- pascua de Cristo. Pero la liturgia este hecho, cf H. Raab, Secularización (jurídi- Actes du colloque organisé par le centre inier-
norum y de la consiguiente crisis de es también "la fuente de donde co-política), en K. Rahner (dir.), Sacramentum naíional d'études humanistes et par l'institut de-
identidad, si permanecen dentro del mana toda la... ví'r(us"de la iglesia mundi, vol. 6, Herder, Barcelona 1976, 272-280, ludes philosophiques de Rome (Rome, 3-8 jan-
donde se precisa así el concepto: "Por seculari- vier 1976), Aubier, París 1976, 87 — 3' G. De
ámbito para el que se han instituido. (SC 10). zación se entiende, según el primer uso histórico Rosa, Fede cristiana, técnica e secolarizzazione,
El punto de referencia es siempre Je- El acento, pues, se desplaza hacia del término en las conversaciones preliminares Ed. "La Civiltá cattolica", Roma 1970, 214 —
32
sucristo: él es quien bautiza, quien la acción litúrgica, en particular a la a la paz de Westfalia, la sustracción sin licencia Ib, 216 — " Ib, 217 - - 3 4 Para la etimología
predica, quien guía a su iglesia... eclesiástica por el poder estatal o público al do- del término cf G. De Rosa, o.c. (nota 32), 169-
celebración y a los problemas que en minio y al uso eclesiásticos de haciendas (prin- 173; A. Pompei, a.c. (nota 29), 273 — 35 G. de
(cf SC 7); todo ministerio es posible ella subyacen, para hacer adivinar Rosa, o.c. (nota 32), 222 — 36 Ib, 223 — 37 Ib,
cipalmente tierras), cosas, territorios o institu-
y adquiere significado sólo en cuan- no su final por agotamiento de ca- ciones, para dedicarlos a fines profanos. Secu- 227 — 38 A. Milano, a.c. (nota 12), 1636 —
to hace presente y actual el único pacidades vitales sino su finalidad, larización es originariamente un concepto 39
L. Gilkey, a.c. (nota 4), 427. "Como han apa-
sacerdocio de Jesucristo. Y con esto que es siempre la misma y a la vez político y jurídico. Su transformación en cate- recido cultos para llenar el vacío de la vida per-
se pretende indicar no tanto la di- goría filosófica e histórico-cultural se dio a prin- sonal creado por una sociedad industrial urba-
siempre nueva para el hombre de cipios del s. xix, principalmente por obra de na, así también han aparecido las ideologías
mensión ministerial cuanto la cul- todo tiempo y lugar: la pascua de aquellos que saludaron con júbilo la seculariza- para llenar el vacío dejado en la vida pública
tual, que todo bautizado —y sólo en Jesucristo, cuyo misterio debe revi- ción total del año 1803 como una supresión de por el retroceso de las religiones tradicionales.
cuanto bautizado— está llamado a vir en cada persona. Que ésta sea la soberanía espiritual, y que querían entender Toda cultura necesita —para prosperar o al me-
realizar según la praxis de la iglesia homo religiosus o bien homo tecni- este concepto como designación y programa de nos para sobrevivir— unos fundamentos espiri-
Secularización 1908 1909 Signo/Símbolo
tuales firmes y arraigados: un sentido profundo colecta, p. 813 ~ 5 3 Ib: prefacio, p. 815 — H L.
de lo real, de lo verdadero, de lo que posee Maldonado, o.c. (nota 1), 237 — 5! Misal Ro- SIGNO/SÍMBOLO desde diversos puntos de vista, han
valor" (ib, 428) - « G . d e Rosa, o.c. (nota 32), mano..., o.c. (nota 51), p. 277 — s6 Cf A. Di vuelto a valorar positivamente el sig-
228 — 4I "Los recientes reviváis místico-espiri- Ñola, Calendario, en Enciclopedia delle Reli- SUMARIO 1. Introducción - 11. Nociones de nificado y la exigencia profunda de
tuales, a una y otra parte del Atlántico, indican gión!, vol. I, Vallecchi, Florencia 1970, 1435- signo y de símbolo - III. Simbolismo cristiano: la experiencia simbólica en el hom-
una inversión de tendencia respecto a la direc- 1441 — " Misal Romano..., o.c. (nota 51), Nor- I. El simbolismo bíblico; 2. Desarrollo del sim- bre 2. La experiencia simbólica no se
ción que pronostica la secularización clásica mas universales sobre el año litúrgico y sobre el bolismo cristiano - IV. Los signos en la liturgia
—que sería mejor llamar secularismo—, tal calendario, n. 50a — 5S L. Maldonado, o.c. cristiana: 1. NT y antigüedad cristiana; 2. La sitúa en el nivel de la abstracción y
como la han abrazado los teólogos radicales de (nota 1), 243-244 — " Esas mismas realidades reflexión de san Agustín, 3. La edad media - V, del concepto, ni puede confundirse
la muerte de Dios, y denotan una recuperación se desarrollan en la Bendición solemne al co- Renovación y problemática actual: I. La refor- con la percepción inmediata de la
de la experiencia de lo Totalmente Otro en que mienzo del año civil: cf Misal Romano..., o.c. ma litúrgica del Vat. II; 2. Leyes del simbolismo realidad concreta; es una forma in-
consiste esencialmente la religión...": P. Vanzan, (nota 51), 864 — w Ritual que se halla en el litúrgico cristiano; 3. Crisis y "chances" del sim-
bolismo litúrgico; 4. Misterio y símbolo ritual; termedia de expresión, en la que
a.c. (nota 10), 280 — 42 A este respecto pueden Ritual de la profesión religiosa, RCV n. 1, p.
encontrarse las repercusiones del discurso des- 121 — «' RCV n. 24, p. 137-138 — « L. Mal-
5. Educación para el simbolismo - VI. Conclu- confluyen todos los recursos más per-
siones pastorales. sonales: sensibilidad, imaginación,
arrollado por L. Maldonado, o.c. (nota 1), en el donado, o.c. (nota 1) 259 — " La terminología
c. II: "Teología bíblica del culto" — 43 Cf E. está tomada de A. Aubry, É finito il lempo memoria, voluntad, intuición, etc. El
Cattaneo, // culto cristiano in Occidente. Note della liturgia?, Gribaudi, Turín 1969, c. VIII: I. Introducción redescubrimiento de la función sim-
storiche, Ed. Liturgiche, Roma 1978: "II Conci- "Civiltá técnica e mondo litúrgico". bólica en el hombre ha madurado a
lio Vaticano 11", en particular las pp. 643- La liturgia cristiana se presenta
667 — M H e desarrollado estas perspectivas en como un complejo de signos y sím- partir de disciplinas diversas que se
M. Sodi han influido recíprocamente. Tam-
dirección pastoral y catequística en VV.AA., bolos que las ciencias humanas pue-
Formare i catechisti in Italia negli anni 'SO, den estudiar a diferentes niveles, bién es muy significativa la publica-
LDC, Turín 1982, c. VII: "L'esperienza litúrgica pero de los que sólo se puede tener ción de grandes colecciones de sím-
e il suo linguaggio" — 4S Cf M. Sodi, Compé- BIBLIOGRAFÍA Álvarez Bolado A., El culto y
la oración en el mundo secularizado, en "Phase" una comprensión plena y una ex- bolos, que sirven para documentar
leme liturgiche delle Conferenze episcopali nei la complejidad del fenómeno simbó-
nuovi "ordines", en RL 69 (1982) 658-701 — 41 (1967) 411-445; Consejo E. de las Iglesias, periencia auténtica dentro de un
46
A. Cuva, La creativitá rituale nei libri liturgici Upsala ¡968: Informes, declaraciones y alocu- contexto de fe y de pertenencia a la lico y la correspondencia universal
ai vari livelli di competenza, en EL 89 (1975) ciones. Sigúeme, Salamanca 1969; Cox H., La iglesia. de ciertos signos. La misma comple-
54-99 — 47 S. Marsili, Textos litúrgicos para ciudad secular, Barcelona 1968; Fernández P., jidad y amplitud del campo simbóli-
el hombre moderno, en Con 42 (1969) 231. "Al ¿Qué es la liturgia en nuestra cultura secular?, La tarea de profundizar la dimen-
en "La Ciencia Tomista"98 (1971) 377-414; Fer- sión simbólica de la liturgia cristiana co explican la disparidad de las in-
tomar una conciencia más viva del cambio cul- terpretaciones, sobre todo del sim-
tural en que consiste principalmente la seculari- nández de la Cuesta I., ¿Cristianismo sin ritos?, encuentra una primera dificultad en
zación, la iglesia debe hacer un esfuerzo especial PPC, Madrid 1971; Greeley A.M., El hombre la imprecisión y equivocidad con bolismo religioso. Pero un número
para interpretar el lenguaje bíblico y tradicional no secular. Persistencia de ¡a religión, Cristian-
que los términos signo/símbolo se cada vez mayor de estudiosos tiende
en lenguaje moderno, aunque mantenga la im- dad, Madrid 1974; Llopis J., Secularización y hoy a considerar el símbolo como
liturgia, en "Iglesia Viva" 21 (1969) 257-268; La usan en diversos vocabularios referi-
portancia y la imprescindibilidad del lenguaje
inútil liturgia, Marova, Madrid 1972; Maldo- dos al vasto campo de lo simbólico, un momento de realización plena del
bíblico-evangélico, como privilegiada cristaliza- hombre en su apertura a lo trascen-
ción histórica de la revelación de Dios a los nado L., Secularización de la liturgia, Marova, o sea, ese conjunto de elementos sen-
hombres... Aun afirmando que la biblia, con su Madrid 1970; Liturgia y secularización en la sibles en los que los hombres, siguien- dente y en su dimensión social; como
lenguaje propio, debe tener [en la liturgia] un vida pública española, en "Phase" 77 (1973)
do el dinamismo de las imágenes, lugar privilegiado de la relación en-
lugar privilegiado, ¿cómo traducir el lenguaje 437-445; Mannoni M., Secularización, en DE tre sujeto y objeto, entre conoci-
3, Herder, Barcelona 1984, 369-375; Martínez captan significados que trascienden
de las demás oraciones y de las demás fórmulas
a las realidades concretas. Las típi- miento y conciencia, donde se ex-
litúrgicas, nacidas en un contexto cultural hele- J., Secularización, en CFT, Cristiandad, Ma-
drid 1983, 925-936; Milano A., Secularización, cas zonas de aparición del símbolo, presa la sustancia misma de la vida
nista, según las categorías de la cultura, más
aún, de las culturas modernas? ¿Cómo interpre- en NDT 2, Cristiandad, Madrid 1982, 1616- o sea, los campos principales donde espiritual y encuentra su enraiza-
tar y traducir sus alusiones a una huida del 1644; Pannikar R., Culto y secularización.
se profundiza su naturaleza y sus pro- miento y su equilibrio la existencia
mundo, a una esperanza en el más allá que nos Apuntes para una antropología litúrgica, Ma-
blemas, y donde por tanto se en- humana concreta. Por otra parte, la
suenan como alienantes, como invitaciones a rova, Madrid 1979; Rhimes D., La oración en misma investigación sociológica,
una cómoda evasión del compromiso de todo la ciudad secular, Sigúeme, Salamanca 1969; c u e n t r a n los t é r m i n o s signo/
Schmidt H., Creer y confesar la fe en un mun- símbolo, son la fenomenología de las mientras por un lado documenta
hombre en la historia? ¿Cómo inventar nuevas
fórmulas que sean expresión fiel del mensaje do irreligioso, en "Concilium" 82 (1973) 281- religiones, la psicología profunda, la también en ámbitos muy evolucio-
evangélico en las condiciones socio-culturales 293; Vanzan P., Secularización, en DTI 4, Si-
creación artística y literaria, la tradi- nados y bastante más allá de ciertas
de cambio de nuestro tiempo?": J. Ramos- gúeme, Salamanca 1983, 271-286; Vilanova E.,
ción bíblica y cristiana y la experien- previsiones la persistencia de expre-
Regidor, Secolarizzazione, desacralizzazione e Crisis de la liturgia y crítica de la religión, en siones simbólicas y sacrales, por el
cristianesimo, en RL 56 (1969) 522-523 — ** Ib, "Concilium" 42 (1969) 177-190. Véase también cia espiritual, ante todo la mística'.
la bibliografía de Sagrado.
otro testifica la continua creación de
520-521 — 4 ' P. Vanzan, a.c. (nota 10), 283 — nuevos mitos y nuevos ritos, que de-
50
Pontificóle Romanum Clementis VIII Pont. Superando las orientaciones inte-
Max. iussu restitutum atque editum, Roma lectuales o positivistas de los siglos notan la existencia en el hombre de
1595 (1596) 297-391 — * Misal Romano, re- SEMANA SANTA pasados y tomando postura contra necesidades profundas, frecuente-
formado por mandato del Vat. II y promulgado las estrecheces de una mentalidad téc- mente camufladas o degradadas, pero
por Pablo VI, Coeditores litúrgicos, 1978: ora- / Cuaresma; / Misterio pascual; nica y funcional muy difundida en nunca del todo sofocadas.
ción sobre las ofrendas, p. 813 — 52 Ib: oración / Triduo pascual nuestros días, algunos estudiosos,
Signo/Símbolo 1910 1911 Signo/Símbolo

II. Nociones de signo y de símbolo El término símbolo (gr. symbolon, a los mayores problemas de la exis- NT— al término signo (hebr. ót, gr.
del verbo symbállo: echar juntos, tencia humana. En cuanto a las acti- sémeion) y afines. Pero al margen de
Ahora intentaremos dar algunas poner juntos, confrontar), a nivel eti- tudes interiores, traducidas normal- los términos, el lenguaje simbólico,
indicaciones para precisar y distin- mológico-semántico primario indi- mente en un comportamiento coti- profundamente connatural a la men-
guir los conceptos de signo y de sím- caba una parte, un fragmento, que diano, se le reconoce a la actividad talidad semita, es una de las caracte-
bolo, basándonos en algunas posi- necesitaba completarse con otra par- simbólico-ritual una función de ex- rísticas básicas de la sagrada escritu-
ciones que nos parecen más amplia- te para formar una realidad comple- presión más integral, de intensifica- ra; por lo demás, la pedagogía de los
mente compartidas. ta y funcional. Pero hoy, en sentido ción, de socialización, de apoyo, de signos es una constante de la acción
Hablamos en primer lugar de sig- antropológico, se habla generalmen- formación permanente. del Dios vivo en medio de su pueblo.
no entendido como género, respecto te de símbolo cuando se tiene un sig- Carácter simbólico en sentido lato
nificante que remite no a un signifi- También se ha hablado de cuatro
a otros conceptos más específicos. propiedades del símbolo que se arti- tienen en el AT muchas narraciones
Se llama signo a una realidad sensi- cado preciso, sino a otro significan- bíblicas, los antropomorfismos y an-
te; cuando la realidad significada culan en la unidad de la función sim-
ble que revela en sí misma una ca- bólica, sugieren los temas funda- tropopatismos referidos a Dios, las
rencia y remite a otra realidad está de alguna manera presente, aun- expresiones que aluden a la alianza
que no del todo comunicada; cuan- mentales de la existencia humana y
ausente o no presente de la misma alimentan las "formas elementales de y, en sentido más específico, los ritos
manera. Usando las categorías intro- do la función simbólica se funda en de la religión hebrea (la pascua, las
la realidad misma del significante; la vida religiosa": la resistencia (a
ducidas por F. De Saussure, se indica toda sistematización); la redundan- fiestas, el sacrificio, la circuncisión,
frecuentemente con el término signi- no es por tanto convencional y defi- la unción, etc.), los lugares y los sig-
nida, sino que se enraiza en la natu- cia (con una significación siempre
ficante el mismo elemento sensible, abierta); la ambivalencia (previa a nos de la presencia de Dios en el
con el término significado la reali- raleza de las cosas y del hombre y mundo (el arca, la tienda, el templo),
está, precisamente por ello, abierta a toda interpretación ontológica o
dad evocada, con el término signifi- moral); la pregnancia (da sentido a los objetos del culto, etc. El simbo-
cación la relación establecida y, por perspectivas más profundas y uni-
versales. En el campo religioso, el la existencia) J . Pertenece a la natu- lismo bíblico nace de una concep-
tanto, concretamente, la capacidad raleza del símbolo el no comunicar ción religiosa que ve toda la realidad
efectiva de un significante de serlo término símbolo se refiere tanto a y toda la historia en estrecha cone-
las formas concretas en que se explí- solamente un mensaje, sino favore-
para determinadas personas; capaci- cer una relación, provocar el desarro- xión con Dios, para la cual todos los
dad que puede depender tanto del cita una determinada religión como seres y todos los acontecimientos
al modo de conocer, de intuir, de llo de una identidad, de un reconoci-
elemento sensible como de un códi- miento o de una alianza. pueden llegar a ser signos de la pre-
go común a los dos comunicantes, representar propios de la experiencia sencia y de la obra de Dios. En el
del contexto, de la experiencia pre- religiosa. En estos símbolos, aunque NT se da una estrecha continuidad
via, etc. En cambio, cuando se usa el con frecuencia puede reconocerse un simbólica con el AT tanto en el len-
término signo en un sentido más es- substrato antropológico universal, el III. Simbolismo cristiano
guaje como en los ritos, pero sobre
pecífico (y sobre todo en relación a significado, o sea, el alguna otra todo se centra en Cristo, que cumple
símbolo), con él normalmente se en- cosa a que remiten, se define en los El ingreso en la trama simbólica
que constituye todo sistema cultural toda figura y toda promesa. La no-
tiende una realidad sensible que re- diversos autores según su interpreta- vedad de algunos símbolos del NT
mite a un significado preciso, pero ción general del hecho religioso; por madura a través de un proceso de
socialización durante el cual se es depende del significado y de la fun-
de carácter convencional: más deter- tanto, puede hacerse depender de ción que llegan a sumir en relación
minado, pero más limitado; por tan- una revelación, del influjo social, de iniciado en la experiencia simbólica
de una determinada comunidad que con el misterio de Cristo: la cena, el
la aparición de un arquetipo, etc.
to, entre el significante y el significa- bautismo, la unción, la imposición
do no hay una relación de comunión reconoce unos significados y signifi-
cantes propios. Los símbolos litúrgi- de manos, etc. Es, concretamente, la
y presencia; otros hablan de una re- Una forma particularmente impor- palabra de la predicación la que les
lación inmotivada (no fundada na- tante de símbolo religioso es el rito, cos los vivimos dentro de esa trama
simbólica particular y original que da su nueva realidad en la fe y en la
turalmente), y por tanto no necesa- que se puede definir como una ac- vida de la comunidad cristiana.
ria (como convención). Pero hay ción simbólica constituida por un es la fe de la iglesia \ Solamente po-
muchos estudiosos que prefieren gesto y una palabra interpretativa, y demos introducirnos en el cristianis- Los signos bíblicos pueden clasifi-
conservar para el término signo que tiene una estructura institucio- mo como campo simbólico mediante carse en cuatro categorías principa-
una acepción general, e introducen nalizada de carácter tradicional que la biblia y la tradición cristiana. les: los signos de la creación (que
—para indicar el sentido más especí- favorece la participación común y la culminan en el hombre, creado a ima-
fico de la palabra— otros términos repetición. Las acciones simbólicas 1. EL SIMBOLISMO BÍBLICO. La gen y semejanza de Dios: Gen 1,26),
de significado no siempre unívoco, más típicas de las diferentes religio- biblia apenas usa el término símbolo los signos-acontecimiento (que cul-
como señal, índice, icono, imagen, nes generalmente van unidas a los (Os 4,12; Sab 2,9; 16,6), mientras minan para el AT en el éxodo, y
emblema, síntoma, etc. momentos clave de la vida del hom- que recurre con mucha frecuencia para el NT en la encarnación), los
bre, con una referencia constitutiva —80 veces en el AT, 70 veces en el signos-persona (hasta llegar a la per-
Signo/Símbolo 1912 1913 Signo/Símbolo

sona misma de Cristo, hombre- sada en la tradición cristiana orien- el bautismo, como sello de la fe y de los siglos sucesivos el culto cristiano
Dios), los signos rituales (que culmi- tal, culmina en Occidente, en la alta la conversión, condición de la rege- se enriquece con muchos elementos
nan en la celebración pascual y en su edad media, en la arquitectura y or- neración en él (Me 16,16; Jn 3,3-5); simbólicos procedentes de la biblia y
cumplimiento en la última cena); a namentación de las iglesias. y la eucaristía, en la que Cristo man- de diversos influjos culturales.
éstos se puede añadir, en el plano En la edad media tardía se asiste a dó renovar, en memoria suya, el En el s. iv, la liturgia cristiana ya
del lenguaje, la parábola (hebr. ma- un profundo cambio de mentalidad: convite de la nueva alianza inau- ha alcanzado un desarrollo notable,
sa], gr. parabolé), forma didáctica el convencionalismo, el alegorismo, gurada por él (Mt 26,26-29 y par.; y se articula en acciones-signo que
que consiste básicamente en el uso la pérdida del sentido litúrgico, el I Cor 11,23-25), después de haber comportan el ministerio de perso-
de una comparación ampliada, que intelectualismo y, finalmente, el no- enseñado que quien come su carne y nas, la valorización de cosas y pala-
alude al misterio sin explicitarlo 5 . minalismo dominantes en filosofía y bebe su sangre tendrá la vida eterna bras, la realización personal y co-
en teología sofocan el gusto por el (Jn6,51). munitaria de gestos y posturas, con
2. DESARROLLO DEL SIMBOLIS- simbolismo. La nueva mentalidad Con su sacrificio redentor, Cristo una determinación de tiempos y lu-
MO CRISTIANO. Tomaremos ante crítica respecto a la concepción me- selló la nueva alianza (Me 10,45s; gares "sagrados".
todo en consideración algunas pers- dieval del mundo determina también I4,22s): "Por una oblación única ha El desarrollo del simbolismo litúr-
pectivas más generales, para analizar la actitud de la reforma protestante hecho perfectos para siempre a gico cristiano conserva una matriz
a continuación el simbolismo litúr- frente a toda expresión simbólica aquellos que santifica" (Heb 10,14). predominantemente bíblica, una re-
gico. El desarrollo del simbolismo tanto en el arte como en la vida li- Precisamente por eso el culto cris- ferencia constante a la praxis y a la
cristiano está favorecido no sólo por túrgica. Esta orientación general de tiano, aunque en su fenomenología enseñanza de Cristo; pero el influjo
la vitalidad intrínseca de la comuni- la cultura occidental se acentúa con y en sus leyes psicológico-sociológi- de la civilización religiosa helenística
dad cristiana y el perdurar de la tra- el intelectualismo y el positivismo de cas pueda estudiarse como todas las se va haciendo cada vez más marca-
dición y de la mentalidad bíblica, los ss. XVII-XIX. La renovación que demás formas religiosas, es desnatu- do. Pablo en el s. i e Ignacio de An-
sino también por los influjos de las comenzó a efectuarse en Occidente a ralizado cuando no se tiene en cuen- tioquía en el n adoptan una termi-
diferentes culturas: por el helenismo partir del romanticismo, ha madu- ta su naturaleza profunda: es siem- nología mistérica, que era ya expre-
(tradición platónica, influjos religio- rado en la iglesia, en armonía con pre participación sacramental en el sión de una cierta cultura y de una
sos, etc.) en los primeros siglos; y, una nueva sensibilidad general, con culto de Cristo, único pontífice de la cierta sensibilidad para indicar las
sucesivamente, por la civilización bi- el desarrollo de los estudios bíblico- nueva alianza; en las acciones-signo realidades cristianas; en el s. m, mien-
zantina en Oriente, y por el mundo patrísticos y del / movimiento litúr- de la iglesia él ritualiza su misterio tras Tertuliano combate los miste-
franco-germánico en Occidente. La gico y por influjo de las ciencias hu-
forma mentís platónica tuvo en la manas. de salvación mediante los ministros rios como "diabólicas mamarracha-
antigüedad cristiana un gran peso. elegidos e instituidos para represen- das", Clemente Alejandrino cree de-
En la concepción platónica (y neo- tarlo y actuar en su nombre. ber "descubrir los signos santos"
platónica) todo lo que existe en el La comunidad cristiana ha tenido hablando a los griegos del Logos y
IV. Los signos desde sus orígenes la conciencia de de sus misterios en imágenes que les
mundo del devenir responde a una
idea, a un arquetipo del mundo del en la liturgia cristiana ser, en su vida, "sacerdocio santo, sean familiares (cf Protréptikos XII,
nous; más aún, es una participación para ofrecer víctimas espirituales 119, 1-120, 2; GCS I, 84). Pero sola-
El sector de la tradición donde el aceptas a Dios por mediación de Je- mente a partir del s. iv, cuando ya se
de él: por eso todos los aspectos del simbolismo cristiano ha hallado su
mundo visible se consideran como sucristo" (1 Pe 2,5); pero ha conside- dejan los misterios paganos, es cuan-
más completa expresión es cierta- rado fundamental el bautismo (He do "se aceptan en masa en el cristia-
símbolo de lo espiritual e invisible. mente el de la liturgia, que es por 2,38-41), y ha sido asidua "en la en- nismo triunfante, sin mayores pre-
Prescindiendo de las característi- definición un complejo de signos. señanza de los apóstoles, en la co- ocupaciones, vocablos, expresiones,
cas del lenguaje teológico cristiano munión, en la fracción del pan y en una disciplina del arcano y bastantes
de los primeros siglos, debe subra- 1. NT Y ANTIGÜEDAD CRISTIANA. las oraciones" (He 2,42) y ha conoci- gestos y acciones litúrgicos precisa-
yarse la precoz multiplicación de los El nuevo culto inaugurado por Jesús do otros ritos (cf, por ejemplo, He mente de los misterios y de su mun-
símbolos cristianos, que en una no- es un culto espiritual (Jn 4,23s), en 8,17 y 1 Tim 5,22: imposición de las do"'. Se pueden encontrar sus in-
table proporción son de inspiración cuanto que es el don del Espíritu que manos; Sant 5,14s: unción con acei- fluencias en Juan Crisóstomo, en
bíblica: imágenes, signos gráficos, capacita a sus fieles: bajo su moción te), que ha ido precisando y com- Dionisio Areopagita, en la evolución
representaciones, gestos, posturas, cobran significado y eficacia todos de los signos litúrgicos en las Cons-
los momentos de la nueva vida en prendiendo mejor progresivamente.
objetos, y sobre todo la progresiva Después de la extrema simplicidad tituciones apostólicas y en san Basi-
formación del complejo de los signos Cristo; pero también los signos y los
ritos que la caracterizan, explícita- primitiva, de la que todavía podía lio: "... el helenismo se transforma
litúrgicos [/ infra, IV]. Esta tenden-
cia a la expresión simbólica, que será mente instituidos por Cristo y con- presumir Minucio Félix hacia el año en bizantinismo; durante este proce-
siempre una característica muy acu- fiados a su iglesia. Los primeros son 200 (Octavius, 3,2: "...delubra et so los últimos restos del tesoro de
aras non habemus", PL 3,339), en los misterios son también absorbí-
Signo/Símbolo 1914
1915 Signo/ Símbolo
dos por el cristianismo, y en él en- para inflamarse, mientras está tra-
cuentran, con significados totalmen- bada en las realidades puramente tuvo un desarrollo extraordinario, mentos objetivos, frecuentemente ba-
te nuevos, un nuevo esplendor". concretas; pero si se la orienta hacia del que no solamente deben subra- sadas en textos bíblicos leídos subje-
símbolos tomados del mundo cor- yarse los aspectos negativos. Como tivamente, sin relación con el con-
poral y se la transporta desde ahí al se puede constatar en el Pontifical texto. G. Durando, en su Rationale
2. LA REFLEXIÓN DE SAN AGUS-
plano de las realidades espirituales romano-germánico del s. X [/ Adap- divinorum officiorum (cf Bibl. Patr.
TÍN. En Occidente, al comienzo del tación, II, 4], se dio en las iglesias
s. v, san Agustín pudo todavía sub- significadas por esos símbolos, gana Lugd. XXV, 378), enseña que todo
en vivacidad, ya por el mismo hecho franco-germánicas un esfuerzo ad- rito puede tener cuatro explicaciones
rayar la simplicidad y el limitado nú- mirable por adaptar la tradición li-
mero de signos sagrados de la reli- de este paso, y se inflama más, como simbólicas: histórica, alegórica, tro-
túrgica romana a la mentalidad y a pológica y anagógica: por ejemplo,
gión cristiana (cf, por ejemplo, Ep. una antorcha en movimiento, hasta las exigencias de los nuevos pueblos,
55,19,35: PL 33,221). Él ve una prue- que una pasión más ardiente la Jerusalén designa históricamente la
para los que se necesitaban celebra- ciudad de Palestina, alegóricamente
ba de la libertad cristiana en el hecho arrastre hasta el reposo eterno" (Ep. ciones más dramáticas, ricas en emo-
de que, en lugar de la multiplicidad la iglesia militante, tropológlcamen-
55,11,21; PL 33,214). tividad y fantasía: baste citar aquí la te el alma fiel, anagógicamente la pa-
y complejidad de los signos del AT, De todas formas, hay que subra- procesión del domingo de ramos, la
que eran solamente praenuntiativa tria celestial».
yar los límites de la famosa defini- adoración de la cruz, los ritos de la Este radical cambio de actitud
Christi venturi, "se han instituido ción agustiniana de signo ("signum vigilia pascual, así como también el
otros sacramentos más eficaces, más frente al simbolismo de la liturgia
est res praeter speciem quam ingerit grandioso ceremonial de la dedica- no es sino una consecuencia del pro-
benéficos, más fáciles de celebrar, sensibus, aliud aliquid ex se faciens ción de las iglesias, ritos todos que
más reducidos de número", distin- gresivo paso de la interpretación ti-
in cogítationem venire": De doctr. testimonian también un fuerte influ- pológica de la biblia, que se fundaba
guiendo el bautismo, la eucaristía chr. II, 1,2: PL 34,35). Depende de jo del Oriente cristiano 7 . No obstan-
y "todo lo que se nos recuerda en sobre una continuidad de la figura a
Orígenes, según el cual "signum di- te las sucesivas reformas, la aporta- la realidad, a una interpretación ale-
las escrituras canónicas" acerca de citur cum per hoc quod vidimus, ción cultural franco-germánica ha de-
"aquellos sacramentos que la tradi- górica ya incapaz de abrirse a pers-
aliud aliquid indicatur" (Comment. jado una huella muy sensible en la pectivas eclesiales y escatológicas'.
ción... nos hace respetar, como la ce- in Ep. ad Rom. III, 8: PG 14,948), tradición litúrgica occidental; pero
lebración anual del misterio pascual Por otra parte, la reducida función
donde, como se ha advertido frecuen- aún más profundamente han influi- de la palabra en la liturgia, que el
del Señor y cualquier otra costum- do sobre el futuro de la iglesia latina,
bre por el estilo observada en toda temente, el indicatur de Orígenes es pueblo ya no entiende, favorece la
susceptible de una extensión mayor a nivel litúrgico, los aspectos negati- enfatización de los ritos y su inter-
la iglesia" (Contra Faustum 19,13: vos de este período. Si en la antigüe-
PL 42,345). que la fórmula de Agustín (faciens pretación subjetiva, y con frecuencia
in cogítationem venire), más adecua- dad cristiana la mentalidad bíblica y mágica, mientras que la pérdida del
En estos contextos Agustín em- da a los signos del lenguaje que a los la tradición platónica habían inspi- sentido vivo de la presencia de Cris-
plea frecuentemente el término sa- sacramentales. rado la creación y la comprensión to en la acción litúrgica provoca que
cramentum en un sentido muy am- Nos hemos detenido en el pensa- del simbolismo litúrgico cristiano, en ya no se perciban los signos en rela-
plio, indicando prácticamente con miento de Agustín a propósito de la edad media la pérdida progresiva ción con él: esto lleva a una liturgia
este nombre todos los signos sagra- los conceptos de signo y de símbolo; de un contacto vivo con la Sagrada ritualista y sin ninguna relación con
dos: los que la palabra de la Sagrada pero para profundizar la concepción Escritura y el predominio de tenden- la vida de las comunidades concre-
Escritura o de la iglesia enlaza con de los padres sobre el simbolismo cias teológicas intelectualistas y abs- tas. Las consecuencias para el futuro
las realidades divinas. "Los signos cristiano, sobre todo en relación a la tractas favorecieron una interpreta- de la liturgia cristiana en Occidente
de las realidades divinas —anota— liturgia, se debería analizar con toda ción alegórica y moralista de los sím- han sido muy graves: sin ignorar la
son desde luego visibles; pero en bolos cristianos. Los más típicos vitalidad religiosa del medievo y del
atención la terminología relativa a representantes de esta nueva orien-
ellos se veneran realidades invisi- los signos de los mismos padres y de período de la contrarreforma, es lí-
bles" (De catechizandis rudibus 26, tación, ampliamente dominante en cito afirmar que el fixismo, el rubri-
los textos litúrgicos antiguos tanto el medievo pese a la clara oposición
50: PL 40,344). Él es profundamente en Oriente como en Occidente. En cismo y el intelectualismo que han
consciente de la fuerza sugerente y de hombres como Floro de Lyón dominado durante siglos la vida li-
particular deberían estudiarse los (t c. 960) y Alberto Magno (t 1280),
elevadora del lenguaje simbólico, términos éikon, symbolon, mysté- túrgica de la iglesia en Occidente,
"porque todo lo que sugieren los fueron Ámalario de Metz (t 850) y han oscurecido no sólo la primitiva
símbolos toca e inflama el corazón rion, typos, antítypos, omóioma, Guillermo Durando (t 1246). Áma-
signum, imago, figura, species, sa- sencillez y el originario simbolismo,
mucho más vivamente de cuanto pu- lario, en sus diversos comentarios li- sino con frecuencia también la ver-
diera hacerlo la realidad misma, si cramentum, mysterium, similitudo, túrgicos, va siempre más allá del sen- dadera realidad y el genuino signifi-
se nos presentara sin los misteriosos etcétera. tido literal, que no considera sufi- cado del culto cristiano. Arrancados
revestimientos de estas imágenes... ciente para explicar el signo, con de su tierra nutricia bíblica y sin la
Yo creo que la sensibilidad es lenta 3. LA EDAD MEDIA. En la alta interpretaciones carentes de funda- iluminación de la palabra interpre-
edad media el simbolismo cristiano
Signo/Símbolo 1916
1917 Signo/ Símbolo
tativa, los signos litúrgicos dejaron 2. LEYES DEL SIMBOLISMO LI-
de ser el vehículo para comprender TÚRGICO CRISTIANO. Todos estos sig- y el desarrollo sucesivo, para ver nencia a la iglesia, a su tradición y a
el misterio de Cristo y para partici- nos —sean sacramentos en sentido cómo hay que comprenderlo, refor- su vida concreta. Pese a una clara
par en él desde la fe. estricto o no, establecidos por Cristo marlo o quizá sustituirlo según las tendencia hacia un redescubrimiento
o bien por la iglesia— obedecen a nuevas exigencias culturales. del símbolo y lo simbólico, documen-
una serie de leyes, que presentamos table tanto a nivel científico como
V. Renovación d) Sobre todo, al menos muchos popular, y pese a la renovación li-
sintéticamente resumiendo la posi- de ellos, son signos bíblicos, cuya
y problemática actual ción de A.G. Martimort l0 . túrgica en marcha, constatamos hoy
comprensión nos la da la misma pe- en la iglesia una innegable crisis li-
1. LA REFORMA LITÚRGICA DEL dagogía del Señor contenida en la
VAT. II. El Vat. II, fruto de una pro- a) Son signos (en sentido lato: túrgica. Evidentemente, éste es, en
/ supra, II) para introducir en reali- Sagrada Escritura. Los signos sacra-
funda recuperación de la tradición mentales [/ Sacramentos] han sido raíz, un problema de fe, por la resis-
bíblica y patrística y de una apertura dades que los trascienden, en deter- tencia y las dificultades que el hom-
elegidos por Cristo, y significan la
más consciente a las exigencias de minados acontecimientos con los gracia que contienen precisamente bre, rechazando la pedagogía de los
los hombres de nuestro tiempo, ha que se enlazan. No pueden interpre- en cuanto son signos bíblicos. En sus signos, opone a dejarse envolver y
vuelto a presentar la liturgia como tarse en sentido puramente funcional gestos y en sus acciones la liturgia comprometer en el / misterio pas-
un complejo de signos sensibles, sig- o según el método alegórico. Deben recupera los gestos y las acciones de cual del Señor. Pero este profundo
nificantes y, en su manera propia, comprenderse y celebrarse en su ple- aquellos que nos han precedido en malestar ante la expresión simbólica
eficaces (SC 7); y precisamente por na y auténtica realidad simbólica. la fe, a partir de Abrahán, y repro- cristiana tiene hoy también una do-
esto ha querido una "reforma gene- duce las imágenes de la economía de ble matriz cultural, en la persistente
ral" de los signos litúrgicos, "de ma- b) Pero no son signos puramen- tradición intelectualista y positivista
te arbitrarios, convencionales. Son la salvación que la biblia nos ha he-
nera que expresen con mayor clari- cho significativas. Por eso no se po- de los siglos pasados y en la menta-
dad las cosas santas que significan y, en buena medida símbolos, elegidos
por su natural capacidad de ser drá hacer una verdadera iniciación lidad marxista, hoy muy difundida,
en lo posible, el pueblo cristiano litúrgica sin una profunda iniciación que está claramente cerrada a toda
pueda comprenderlas fácilmente y realidades simbólicas, y como tales
pueden estudiarse e interpretarse bíblica. perspectiva simbólica y a toda tras-
participar en ellas por medio de una cendencia. Por otra parte, la misma
celebración plena, activa y comuni- también en el ámbito de las ciencias
humanas; efectivamente, son expre- e) Si se puede decir en general vida del hombre de hoy, artificiosa y
taria"(SC21). que los signos tienden siempre a per- febril, sofoca en él cualquier actitud
siones de un lenguaje que Dios ha
Así, la liturgia cristiana vuelve a inscrito en las cosas, y que también der eficacia y vitalidad a causa de la contemplativa, y le inclina hacia
ser, en la experiencia del pueblo cris- ha depositado en los meandros del costumbre, de la distracción, de la posturas consumistas y funcionalis-
tiano, un universo de signos, cada alma humana. Con frecuencia deter- atenuación del interés y del agota- tas en relación con las cosas. Encon-
uno de los cuales, con su especifici- minados elementos, aunque de ori- miento del espíritu de quien partici- tramos aquí el aspecto más radical
dad, nos introduce en el misterio de gen cultural, se comprenden y se vi- pa en ellos, los signos de la liturgia de la crisis de la liturgia, que es, ante
Cristo. Tanto las realidades natura- ven como auténticos símbolos en un presentan especiales dificultades in- todo, crisis del simbolismo litúrgi-
les como los ritmos del tiempo, asu- contexto de fe y en el seno de una cluso por razones históricas, en cuan- co. El hombre secularizado de hoy
midos en la acción sagrada, se hacen tradición. to que frecuentemente siguen estan- [/ Secularización] encuentra muchas
expresiones del misterio de Cristo: do unidos a una cultura o a una ex- dificultades a la hora de concebir
junto a las acciones propiamente sa- c) De todas formas, en los signos periencia humana que ya no co- una salvación unida a ritos que pri-
cramentales nos encontramos efecti- litúrgicos, expresiones de actitudes y rresponde del todo a las condicio- vilegian y hacen determinantes unos
vamente con signos litúrgicos secun- de realidades sobrenaturales, la rela- nes de hoy. Pero este hecho, si bien momentos de su existencia, y no
darios (espacios sagrados, determi- ción entre significante y significado hace entrever instancias de reforma oculta su desagrado ante un simbo-
naciones temporales, etc.) que la [/ supra, II] sobrepasa siempre los y adaptación más radicales y levanta lismo y un lenguaje unidos a culturas
acción sagrada hace significativos de fundamentos antropológicos: en cier- siempre problemas considerables de que considera irremisiblemente pa-
la obra salvífica de Cristo. Se trata ta medida su significado depende de / pastoral y de / catequesis, de todas sadas. Igualmente critica y tiende a
de un complejo simbólico y ritual en la libre voluntad de Cristo y de la formas no afecta a la utilidad y con- superar formas culturales cosmocén-
el que hoy se pueden distinguir tres iglesia, que generalmente está bien veniencia de los ritos en sí mismos,
que, al revés, son reafirmados por la tricas, mientras que va en busca de
niveles: un nivel antropológico uni- expresada en la palabra que acom- una experiencia religiosa más antro-
versal, un nivel bíblico (en relación paña el gesto y la acción. En todo iglesia con plena legitimidad. Tam-
poco puede nunca infravalorarse el pocéntrica, en la que las relaciones
especial con las palabras y acciones caso, es necesario buscar cuidadosa- humanas y el compromiso con los
de Cristo) y un nivel cultural, depen- mente la intención de Cristo y de la prerrequisito de la fe, de una fe ali-
mentada en las grandes ideas de la problemas del hombre tienen más im-
diente de la influencia del helenismo iglesia; estudiar la historia del rito, o portancia que los / elementos y los
y de las sucesivas culturas. sea, su realidad simbólica originaria, Sagrada Escritura, y a la vez la nece-
sidad de un fuerte sentido de perte- ritmos naturales.
Si estas instancias exigen un va-
Signo/Símbolo 1918
líente esfuerzo de / adaptación de üdad de simbolización privilegiada
los ritos litúrgicos y una búsqueda 1919 Signo/Símbolo
del hombre total, que en el acto de
más seria de un nuevo lenguaje reli- la ritualización expresa su drama a través de la vía del símbolo", y cial de una iniciación y de una / for-
gioso, ciertamente no pueden llevar existencial, su limitación constitu- sobre todo en su intento de profun- mación litúrgica. Tal educación para
a un vaciamiento del cristianismo de cional, su pasión por el origen y por dizar "la eficacia simbólica de los sa- el simbolismo nos parece que se debe
una dimensión que responda a las la muerte frente al Otro divino, a cramentos", subraya que las aporta- configurar: a nivel subjetivo, como
leyes fundamentales de la / historia quien él, en la acción de gracias, ciones de las ciencias humanas "no perfeccionamiento de la actitud con-
de la salvación, para adecuarlo a una ofrece lo que le ha sido donado" ". son una simple propedéutica al estu- templativa y de la percepción sim-
reducción antropológica preconcebi- En la experiencia litúrgica cristiana dio teológico que empezaría des- bólica; a nivel objetivo, como inicia-
da, que ignora las exigencias más puede, por tanto, el hombre contem- pués, sino que atraviesan de arriba ción al simbolismo de las realidades
profundas del hombre, que hoy más poráneo encontrar la inspiración y abajo su desarrollo" ". naturales (luz, fuego, agua, etc.) y de
Partiendo de la existencia cristia- algunas experiencias relaciónales (de
que nunca es necesario salvaguardar la fuerza para su lucha en favor de la la convivalidad, por ejemplo); a ni-
y promover. justicia; pero también una respuesta na, los sacramentos no se aislan
como acciones independientes, sino vel cultural, como inserción gradual
a sus grandes problemas existencia- que se sitúan dentro del conjunto de en un determinado contexto social;
3. CRISIS Y "CHANCES" DEL SIM- Íes, así como la liberación de todos las acciones simbólicas y de las cele- a nivel expresivo, como formación
BOLISMO LITÚRGICO. Como subraya los falsos absolutos y de todos los braciones de la vida humana y cris- para la expresión simbólica (expre-
L.-M. Chauvet, si bien es verdad que ídolos de la historia: en ella puede tiana: por medio de ellos, las situa- sión corporal, pedagogía del / gesto
nuestras celebraciones litúrgicas se encontrar una gran reserva de ver- ciones fundamentales de nuestra exis- y de las posturas, lenguaje simbó-
han visto sacudidas hasta los funda- dadera humanidad y de tensión es- tencia se ritualizan en la acción de la lico).
mentos por el movimiento de de- catológica. iglesia, como expresiones más inten- La educación litúrgica debe pro-
sacralización y secularización que sas y concretas de la intervención ponerse como objetivo también una
caracteriza a la sociedad occidental 4. MISTERIO Y SÍMBOLO RITUAL.
salvífica de Cristo y de nuestra ad- iniciación progresiva a las actitudes
contemporánea, "estas celebraciones hesión a él en la fe. El rito religioso interiores y exteriores que caracteri-
No sólo para justificar la experiencia posee una eficacia específica sobre el
conservan de todas formas sus chan- litúrgica, sino también para com- zan la vida litúrgica y, en particular,
ces por dos razones fundamentales: hombre, la cual representa el subs- a los valores humanos, base de toda
prenderla y vivirla con mayor pleni- trato antropológico de la eficacia de celebración eucarística y sacramen-
la ritualidad cristiana es una res- tud, es necesario hoy valorar la am- la fe. La profundización del compor-
puesta muy eficaz a las reivindica- tal, como el sentido de la / fiesta, el
plia y sólida base que proporcionan tamiento simbólico-ritual abre el ca- estar juntos, el convite fraterno, el
ciones contemporáneas del simbolis- las ciencias humanas. Queremos li- mino a la comprensión de su ca- / canto y la / oración común, el / si-
mo"; los ritos cristianos anuncian y mitarnos a subrayar el intento de al- rácter institucional, de su función lencio de la escucha y de la medita-
celebran la liberación de Cristo; por gunos investigadores de asumir los formativa, de su capacidad de inten- ción, la expresión del agradecimien-
eso "el desplazamiento actual de lo datos antropológicos sobre la activi- sificar el compromiso de cada uno to, del perdón, etc.'« Será la biblia
sagrado hacia el polo histórico-pro- y la comunicación interpersonal. quien dé una aportación insustitui-
fético —libertad, justicia, compartir, dad simbólica en el mismo ámbito
de la reflexión teológica, de manera A través de categorías personalis- ble a toda educación al simbolismo
dominio de la historia— resuena con tas unidas a la expresión simbólica, cristiano, mientras que para la for-
el mensaje bíblico" y por ende con el que "no figuren únicamente como mación litúrgica no habrá ninguna
un capítulo preliminar o como in- hoy se trata también de repensar la
acontecimiento litúrgico ".La litur- intuición fundamental de Odo Casel pedagogía sistemática más eficaz
gia cristiana podrá ser el lugar en troducción, o como una contribu- [/ Misterio; / Memorial], tendente a que la experiencia de celebraciones
que, en continuidad con la biblia, se ción sectorial o de verificación, sino la prolongación de la obra salvífica vivas y auténticas, en un contexto de
unan estas dos perspectivas. Efecti- que acompañen y sostengan la refle- de Cristo a partir del Jesús de la his- fe y participación comunitaria.
vamente, en la biblia ya encuentra xión teológica en todos los puntos toria, denunciando la insuficiencia
sus raíces una desacralización del importantes, en todos los momentos de una interpretación ontológica, in-
centrales de su progresión en la com- tencional o puramente ética para fun- VI. Conclusiones pastorales
universo en favor de la historia; y no
se puede excluir la posibilidad de prensión de los misterios de la fe" ". dar la unión entre la liturgia y la 1. Una reflexión no unilateral
"El símbolo —escribe Chenu— no vida. sobre la situación actual nos lleva a
que el compromiso en favor del
hombre se pueda pensar, vivir o ex- es un adorno accesorio del misterio un renovado acto de confianza en el
presar también a través de los es- ni una pedagogía provisional, sino 5. EDUCACIÓN PARA EL SIMBOLIS- simbolismo litúrgico: éste se coloca
quemas cósmicos del lenguaje tradi- el resorte coesencial de su comuni- MO. A nivel pedagógico, la revalori- en continuidad vital con la biblia;
6 J
cación. He ahí la profundidad de la zación de la función simbólica ha lle- hace posible la celebración misma
cional. vado a una toma de conciencia de la del misterio y responde a profundas
inserción psicológica y ontológica importancia de una educación para exigencias antropológicas, hoy par-
Por otra parte —anota todavía L.- del símbolo ritual en el seno del mis- el simbolismo como momento esen- ticularmente sentidas.
M
- Chauvet- "la ritualidad litúrgi- terio" l4. También L.-M. Chauvet, en
ca • conserva su irreducible origina- su "aproximación a los sacramentos
Signo/Símbolo 1920 1921 Silencio
2. La atención no se dirige a los las acciones simbólicas en perspecti- 1971, 1-97 —» Cf A. Nocent,// simbolismo nel liturgia, Araluce, Barcelona 1962', 125-137;
símbolos tomados en sí mismos, más va histórica; tarea ardua, pero posi- medioevo, en VV.AA., // segno nella liturgia, Kirchgaessner A-, El simbolismo sagrado en la
o menos necesitados de manipula- ble, en la liturgia cristiana. Sólo po- cit. 81-99 — ' Cf H. De Lubac, Typologie et liturgia. Fax, Madrid 1963; Laurentin A., Li-
allegorisme, en RevSR 34 (1947) 180-224 — turgia en construcción. Los gestos del celebran-
ción o de sustitución, sino a todo un drán lograrlo hombres dotados de 10
Cf La chiesa in preghiera, Desclée, Roma te, Marova, Madrid 1967; Llopis J., La liturgia
proceso de simbolización; el signifi- talento poético y de una fuerte dis- I9662, 173-210 — " L.-M. Chauvet, o.c. (nota como lenguaje simbólico, en "Phase" 138 (1983)
cado y la eficacia de una experiencia posición simbólica, capaz de ponerse 4), 277-281 — n Ib, 278 — " Cf C. Traets, 447-456; Martimort A.G., Los signos, en Ixi
simbólica dependen de una inicia- en sintonía profunda con nuestro Orientationspour une théologíe des sacrements, Iglesia en oración, Herder, Barcelona 1967J,
ción, de una fe, de un sentido de iden- tiempo. en QL 53 (1972) 97-118 — M Cf M.D. Chenu, 185-219; Mulago V., Simbolismo religioso afri-
El hombre de la liturgia, en La liturgia después cano. Estudio comparativo con el sacramenta-
tidad y de pertenencia a la iglesia y a
Hacemos nuestra la conclusión a del Val. II, Taurus, Madrid 1969, 193 — l5 L - lismo cristiano, BAC 407, Madrid 1979; Prado
la tradición cristiana, de la vitalidad M. Chauvet, o.c, 10-11 — " Cf S. CongTeg. G., El simbolismo litúrgico, en "Liturgia" 1
de nuestras comunidades cristianas la que llega J. Gelineau, de quien ya para el culto divino, Directorio para las misas (1946) 75-81; Rahner K., Para una teología del
y de la autenticidad de sus celebra- hemos tomado en las columnas pre- con niños 9, en Liturgia de la Eucaristía (Selec- símbolo, en Escritos de Teología 4, Taurus, Ma-
ciones. cedentes algún punto de reflexión: ción de documentos posconciliaves por A. Par- drid !964, 283-321; Ramos M., Palabra y signos
"¿Encontrar nuevos símbolos? ¿Bus- do). Libros de la comunidad, Paulinas, Madrid en la constitución de liturgia, en "Notitiae" 212
car símbolos modernos? Quizá. Pero, 1979, 226 — " J. Gelineau, Liturgia para ma- (1984) 202-211; Vagaggini C , El sentido reli-
3. Verdaderas acciones simbóli-
¿dónde están? ¿Y quién los retiene? ñana, SalTerrae, Santander 1977, 125 — l8 Ib, gioso de la liturgia, BAC 181, Madrid 1959, 26-
cas no pueden funcionar como sim- 129. 123; Vergote A., Dimensiones antropológicas
ples signos: su significación y su efi- ¿No debemos más bien conceder un de la eucaristía, en VV.AA., La eucaristía, sím-
cacia no pueden definirse, explicar- voto de confianza, dándoles todas bolo y realidad, Studium, Madrid 1972, 7-50;
se, programarse, verificarse como sus posibilidades, a esas realidades BIBLIOGRAFÍA:
La realización simbólica en la expresión cultual,
algo ya establecido o convencional. humanas que Jesús y la iglesia han en "Phase" 75 (1973) 213-233; VV.AA., Simbo-
tomado de nuestra densidad corpo- 1. En general lismo y arte en la liturgia, en "Concilium" 152
Tampoco transmiten sólo una infor- (1980) 165-291; VV.AA., Liturgia y belleza, en
mación o un mensaje, sino que sus- ral y psíquica, de la naturaleza y de Barthes R., Elementos de semiología, Madrid "Phase" 143 (1984) 385-453. Véase también la
citan una postura vital, llevan a una la cultura unidas indisolublemente, 1971; Bernard Ch.A., Símbolos espirituales, en bibliografía de Arte, Gestos, Lengua/Lenguaje
para que ellas signifiquen a Dios que NDE, Paulinas, Madrid 1979, 1304-1316; Cirlot y Sacramentos.
toma de posición: "Las figuras y los J.E., Diccionario de símbolos, Labor, Madrid
símbolos están siempre ahí para dar viene a entablar alianza con el hom- 1978; D'Agostino F., Imaginación simbólica y
sentido a lo que la vida no deja de bre? Esos signos y sacramentos, ya estructura social. Sigúeme, Salamanca 1985;
producir de nuevo para nuestra fe. que construyen una historia, nuestra Cassirer E., Filosofía de las formas simbólicas
Ellos son siempre el sentido que hay historia, no dejarán de desplegar sus 1-3, Fondo de Cultura Económica, México
sentidos siempre nuevos en todos los 1981; Eliade M., Imágenes y símbolos, Taurus,
que encontrar, el riesgo que correr, Madrid 19742; Jung C.G., Simbologia del espí-
la promesa que mantener, la alianza tiempos, en todos los lugares, en to- ritu, Fondo de Cultura Económica, México
que renovar" ". das las culturas, en todas las situa- 1964; El hombre y sus símbolos, Aguilar, Ma- SILENCIO
ciones individuales o colectivas, a la drid 19742; Mateos J., Símbolo, en CFP, Cris-
4. También por eso nos parece luz del signo de Jonás, única llave tiandad, Madrid 1983, 961-971; Mounin G., In-
simbólica dada a los hombres en troducción a la semiología, Anagrama, Barce- SUMARIO: El redescubrimiento del silencio en
que razones de fe y motivaciones an- lona 1972; Ramseyer J.Ph., La palabra y la la liturgia - II. Conjunto de textos normativos
tropológicas nos deben llevar a re- Cristo muerto y resucitado, hasta imagen, Dinor, San Sebastián 1967; Ruiz F., posconciliares sobre el silencio - III. Significado
chazar el malentendido de aquellos que él venga"18. Símbolo, en DE 3, Herder, Barcelona 1984, y tipología del silencio litúrgico: I. El silencio,
que desean simplificar o explicar al 393-395; Sartore D., Signo-símbolo, en DTI 4, elemento estructural; 2. Motivos del silencio li-
Sigúeme, Salamanca 1983, 307-322; Schlette túrgico; 3. Tipología del silencio litúrgico: a)
máximo el lenguaje litúrgico y vul- Silencio de recogimiento, b) Silencio de apro-
H.R., Símbolo, en CFT, Cristiandad, Madrid
garizar gestos y elementos sensibles 1983; Splett J., Símbolo, en SM 6, Herder, Bar- piación, c) Silencio meditativo, d) Silencio de
NOTAS: Cf A. Di Ñola, Símbolo, en Enciclo- adoración - IV. Conclusiones sistemáticas.
de la liturgia para reducirlos al nivel pedia delle Religioni 5, Vallecchi, Florencia celona 1976, 354-359.
de la vida cotidiana. Para tener una 1973, 1064-1085 — 2 Cf Ch. A. Bernard, Pano-
liturgia rica en fuerza simbólica de- rama des eludes symboliques, en Greg 55 (1974) 2. Simbolismo litúrgico "Si alguien me preguntase dónde
bemos cuidar mucho las formas, con 379-392 — 3 Cf B. Medina-J. Vidal, Le symbo- comienza la vida litúrgica, yo res-
Agrelo S., Simbologia de la luz en el Sacra-
una celebración plena y auténtica, le et iOccident, en Catéchése, n. 73 (1978) 393-
396 — ' Cf L.-M. Chauvet, Du symbolique au
mentarlo Veronense. Estudio histórico-literario, pondería: con el aprendizaje del si-
aceptando la ruptura y el profetismo symbole. Essai sur les sacrements, Cerf París
en "Antonianum" 50 (1975) 5-123; Aldazábal lencio. Sin él, todo carece de serie-
que ejercitan respecto a la existencia J., Gestos y símbolos 1-2, "Dossiers del CPL"
1979, 81-82 - 5 Cf S. Cavalletti, Segno, sím-
24-25, Barcelona 1984; Borobio D., El modelo
dad y es vano...; este silencio... es
concreta. bolo, tipo nell'ebraismo e nel cristianesimo pri- condición primera de toda acción sa-
simbólico de sacramentologia, en "Phase" 138
mitivo, en VV.AA., ¡Isegno nella liturgia, CAL, grada" '. La experiencia litúrgica de
(1983)473-489; Colin P., Fenomenología y her-
5. Queda abierto el problema de Roma 1970, 41-61 — « H. Rahner, Mysterion.
II mistero cristiano e i misten pagani, Morcel-
menéutica del simbolismo litúrgico, en VV.AA., estos últimos años ha devuelto ac-
un lenguaje más acorde con la sensi- liana, Brescia 1952, 40, también para la cit.
La liturgia del Vaticano II, Taurus, Madrid tualidad a esta afirmación de Roma-
bilidad y los problemas del hombre 1969, 239-276; Greeley A., Simbolismo religio- no Guardini. La iglesia del Vat. II,
sig- — 7 Cf A.L. Mayer, Die Liturgie in der
de hoy y de una reinterpretación de so, liturgia y comunidad, en "Concilium" 62
europaischen Geistesgeschichte, Darmstadt
(1971) 218-231; Guardini R., El espíritu de la- que ha redescubierto "en la celebra-
Silencio 1922
1923 Silencio
ción litúrgica la importancia de la gica más común nos la describe así
Sagrada Escritura" (SC 24) y ha re- uno de los primeros comentaristas Musicam sacram (instrucción de RE (ed. typica lat., 1969) ed. ofi-
afirmado su fe en Cristo "presente de la SC: el silencio es "el elemento la S. Cong. de Ritos, 1967); en EDIL cial castellana a cargo de la CEE,
en su palabra" (SC 7), también ha más descuidado, o incluso sacrifica- 275-291; tr. cast. en "Pastoral litúr- 1971 (véase A. Pardo, o.c, 263-270):
prestado una atención renovada al do expresamente en nombre de una gica" 9: "Se observará también, en "El celebrante introduce este rito [de
silencio como momento de la acción participación activa, concebida fal- su momento, un silencio sagrado. la última recomendación y despedi-
litúrgica (volviendo a tomar así los samente en el muy limitado sentido Por medio de este silencio los fieles da] con una monición; siguen unos
valores de una venerable tradición de voz o gesto. Se olvida que por la no se ven reducidos a asistir a la momentos de silencio..." (n. 10).
inspirada en la biblia: cf bibl.), en el intensidad con que se vive este silen- acción litúrgica como espectadores
ámbito de una situación socio-reli- cio se puede medir el grado de capa- mudos y extraños, sino que son aso- OGMR (1969; texto latino en el
giosa donde el silencio a menudo se cidad y de preparación de los fieles ciados más íntimamente al misterio Missale Romanum, ed. typica altera,
siente como una necesidad vital. para la verdadera participación" 6 . que se celebra gracias a aquella dis- 1975); en el Misal Romano, ed. ofi-
Un punto de llegada de la reflexión posición interior que nace de la pa- cial cast. de la CEE: en la misa "tam-
y de la pastoral litúrgica anterior al labra de Dios escuchada, de los can- bién, como parte de la celebración,
Vat. II nos lo parece el Directoire tos y de las oraciones que se pronun- ha de guardarse en su tiempo silen-
I. El redescubrimiento cian y de la unión espiritual con el
del silencio en la liturgia pour la pastorale de la messe, del cio sagrado. La naturaleza de este
episcopado francés7. Registrando el celebrante en las partes que dice él silencio depende del momento de la
deseo de muchos fieles de tener mo- mismo" (n. 17). misa en que se observa; por ejemplo,
La constitución SC, tratando de
las modalidades concretas de la par- mentos de silencio, considera la cosa en el acto penitencial y después de la
"tal vez justificada por una falta de Eucharisticum mysterium (ins- invitación a orar, los presentes se
ticipación activa de los fieles, destaca trucción de la S. Congr. de Ritos,
la importancia del silencio: "Para discreción en los comentarios, por concentran en sí mismos; al termi-
las exigencias mal reguladas de la 1967); en EDIL 320-351; tr. cast. A. narse la lectura a la homilía, refle-
promover la participación activa se Pardo, Liturgia de la eucaristía, 167-
fomentarán las aclamaciones del pue- participación activa que ya no dejan xionan brevemente sobre lo que han
sitio a un solo espacio de silencio" 198; cf infra, Ritual de la sagrada oído; después de la comunión, ala-
blo, las respuestas, la salmodia, las comunión y del culto a la eucaristía
antífonas, los cantos, y también las (n. 140). Por eso se invita a "notar la ban a Dios en su corazón y oran" (n.
diferencia profunda entre el silencio fuera de la misa, que cita los textos 23). "A continuación, el sacerdote
acciones o gestos y posturas corpo- de la instrucción.
rales. Guárdese, además, a su debido de inercia de asambleas individualis- invita al pueblo a orar; y todos, a
tiempo, el silencio sagrado" (n. 30). tas e informales, que es necesario ha- una con el sacerdote, permanecen un
RO (ed. typica lat., 1968); la ed. rato en silencio para hacerse cons-
cer desaparecer, y el silencio comu- oficial castellana a cargo de la CEE,
La referencia al silencio no estaba nitario, alimentado y preparado por cientes de estar en la presencia de
en el esquema originario de la cons- 1977: "El consagrante principal im- Dios y formular interiormente sus
el canto y la catequesis. El silencio
titución2: la añadió la comisión se- es la culminación de la oración; por
pone en silencio las manos sobre la súplicas. Entonces el sacerdote lee la
gún el deseo expresado en el aula con- cabeza del electo. Del mismo modo, oración que se suele denominar co-
su calidad se mide el esfuerzo de par-
ciliar3, retomando y ampliando la ticipación" (n. 141).
a continuación, hacen los restantes" lecta"{r\. 32). Cf n. 88. "La asamblea
prescripción de la instrucción De (c. VII, n. 24, p. 119). Cf c. V, n. 20, entera expresa su súplica o con una
música sacra, del 3 de sept. de 19584. p. 73 (para los presbíteros), y c. IV, invocación común, que se pronuncia
En los años precedentes, la necesi- n. 20, p. 56 (para los diáconos). "Y después de cada intención, o con la
dad y la función del silencio en la II. Conjunto de textos normativos todos oran en silencio durante un oración en silencio" (n. 47). "La ple-
celebración litúrgica habían sido afir- posconciliares sobre el silencio breve espacio de tiempo" (c. I, n. 5, garia eucarística exige que todos la
madas con frecuencia. Aun subra- p. 33; c. II, n. 5, p. 37 [para los lec- escuchen con reverencia y en silen-
yando el carácter de acción comuni- La norma establecida por SC 30 tores y acólitos]). cio, y que tomen parte en ella por
taria de la celebración litúrgica y la acerca del silencio ha tenido una am- medio de las aclamaciones previstas
posibilidad de colocar fuera de la li- plia resonancia en diversos documen- RBN (ed. typica lat., 1969); ed. en el mismo rito" (n. 55, h). "... El
turgia el momento de la meditación, tos de la reforma litúrgica actual oficial castellana 1970, a cargo de la sacerdote se prepara con una ora-
C. Vagaggini llamaba la atención so- después del Vat. II. Presentamos CEE (véase A. Pardo, Liturgia de ción en secreto para recibir con fruto
bre algunos aspectos significativos aquí la serie de estos textos normati- los nuevos rituales y del oficio divi- el cuerpo y sangre de Cristo; los fie-
de la tradición más antigua, lamen- vos, mientras que en el párrafo si- no, 31-46): "Esta celebración de la les hacen lo mismo, orando en silen-
tando que en la misa ya no hubiera palabra de Dios consta de una o va- cio" (n. 56,/). "Cuando se ha termi-
guiente analizaremos su contenido. rias lecturas de la Sagrada Escritura;
"ningún rasgo de semejantes mo- Para la explicación de las siglas nos nado de distribuir la comunión, el
mentos suspensivos oficiales de ora- de la homilía, que puede acompa- sacerdote y los fieles, si juzgan opor-
remitimos al elenco de las mismas ñarse de un momento de silencio..."
ción y de meditación privada" s . En que se encuentra al comienzo del Dic- tuno, pueden orar un rato recogi-
vísperas del concilio la praxis litúr- (n. 17 de las Observaciones generales dos" (n. 56/). Cf nn. 21, 121, 230.
cionario. previas, II).
Silencio 1924 1925 Silencio

Missale Romanum (1970; ed. typi- OGLH (1971; texto lat. en el yol. RUÉ (ed. typica lat., 1972), ed. que han oído, o alaben y rueguen al
ca altera, 1975); ed. oficial castellana I de la Liturgia Horarum, ed. typica, oficial castellana a cargo de la CEE, Señor en la intimidad de su propio
a cargo de la CEE. Véase el Viernes 1972); ed. oficial castellana a cargo 1974: "Ahora el sacerdote, en silen- espíritu" (n. 18).
santo, celebración de la pasión del de la CEE en el primer volumen de cio, impone las manos sobre la cabe-
Señor: "El sacerdote y el diácono... la Liturgia de las Horas: "Igualmen- za del enfermo" (n. 139). DMN= Directorio para las misas
se dirigen al altar... y se postran ros- te, si se juzga oportuno, puede de- con niños (ed. typica lat., 1973); ed.
tro en tierra o, si se juzga mejor, se jarse también un espacio de silencio RP(ed. typica lat., 1974); ed. ofi- oficial castellana a cargo de la CEE,
arrodillan, y todos oran en silencio a continuación de la lectura o de la cial castellana a cargo de la CEE, 1974 (cf A. Pardo, o.c, 225-238):
durante algún espacio de tiempo" homilía" (n. 48). "... concluido el sal- 1975 (véase el rito para reconciliar "También en las misas con niños
(n. 4). "La liturgia de la palabra se mo y observado un momento de si- a varios penitentes...): "El sacerdote 'debe guardarse un tiempo de silen-
concluye con la oración universal, lencio, se concluye con una oración invita a todos a la oración... Todos cio como parte constitutiva de la ce-
que se hace de este modo: el diáco- que sintetiza los sentimientos de los oran en silencio durante algunos lebración' (OGMR 23) para que no
no, desde el ambón, dice la invita- participantes" (n. 112). "[En las pre- momentos. Luego el sacerdote reci- se conceda lugar excesivo a la acción
ción que expresa la intención. Des- ces]... la asamblea interponga una ta la siguiente plegaria" (n. 111). externa, pues también los niños a su
pués todos oran en silencio durante respuesta uniforme o una pausa de "... puede intercalarse [entre las lec- manera son realmente capaces de me-
un espacio de tiempo, y seguidamen- silencio, o que el sacerdote o el mi- turas] un salmo... o un momento de ditar. Sin embargo, tienen necesidad
te el sacerdote, desde la sede o, si nistro digan tan sólo la primera par- silencio para conseguir así que la pa- de una cierta formación para que
parece más oportuno, desde el altar, te y la asamblea la segunda" (n. 193). labra de Dios sea mejor comprendi- aprendan según los diversos momen-
con las manos extendidas, dice la "Como se ha de procurar de un da por cada uno, y se le preste una tos (por ejemplo, después de la co-
oración. Los fieles pueden permane- modo general que en las acciones li- mayor adhesión" (n. 117). "Es con- munión o también después de la ho-
cer de rodillas o de pie durante todo túrgicas se guarde asimismo, a su de- veniente que se guarde un tiempo de milía) a entrar en sí mismos y medi-
el tiempo de las oraciones" (n. 10). bido tiempo, un silencio sagrado, silencio para examinar la conciencia tar y alabar y rezar a Dios en su
"El sacerdote... toma la cruz..., co- también se ha de dar cabida al silen- y suscitar la verdadera contrición de corazón" (n. 37). "Entre las lectu-
menzando la invitación a la adora- los pecados" (n. 129). ras... nada impide que alguna vez re-
ción de la cruz... Todos responden: cio en la liturgia de las H o r a s " emplace al canto un silencio medita-
Venid a adorarlo, y acabado el canto (n. 201). "Por lo tanto, según la opor- Eucharistiae participationem (car-
tivo" (n. 46).
se arrodillan y adoran en silencio, tunidad y la prudencia, para lograr ta circular de la S. Congr. para el
durante unos momentos, la cruz, la plena resonancia de la voz del Es- Culto divino a los presidentes de las Ritual de la sagrada comunión y
que el sacerdote, de pie, mantiene en píritu Santo en los corazones y para conferencias episcopales sobre la del culto a la eucaristía fuera de la
alto" (n. 15). Cf nn. 17 y 19. Vigilia unir más estrechamente la oración plegaria eucarística, 1973); en EDIL
misa (ed. typica lat., 1973); ed. ofi-
pascual, después de cada una de las personal con la palabra de Dios y la 941-947; tr. castellana en A. Pardo,
cial castellana a cargo de la CEE,
lecturas: "... el sacerdote dice: Ore- voz pública de la iglesia, es lícito de- Liturgia de la eucaristía, 216-223:
"Dicha oración [eucarística] es reci- 1974: "Las exposiciones breves del
mos y, después que todos han orado jar un espacio de silencio después de santísimo sacramento deben ordenar-
en silencio durante algún tiempo, cada salmo, una vez repetida su an- tada por el sacerdote ministerial, que
tífona, según la costumbre tradicio- interpreta la voluntad de Dios que se de tal manera que, antes de la ben-
dice la oración colecta" (n. 23). dición..., se dedique un tiempo con-
nal, sobre todo si después del silen- se dirige al pueblo, y la voz del pue-
cio se añade la oración sálmica blo, que eleva los ánimos a Dios. veniente a la lectura de la palabra de
RPR (ed. typica lat., 1970); ed. (cf n. 112), o después de las lecturas, Solamente ella debe resonar, mien- Dios, a los cánticos, a las preces y
oficial cast. de la CEE, 1979: "Des- tanto breves como largas, indiferen- tras que la asamblea, reunida para a la oración en silencio prolonga-
pués el celebrante pide el auxilio di- la celebración litúrgica, mantiene un da durante algún tiempo" (n. 89).
vino [una vez que ha interrogado a temente antes o después del respon- silencio religioso" (n. 8). "Para obte- "... cuando la adoración ante Cristo,
los candidatos a la profesión religio- sorio. Se ha de evitar, sin embargo, ner, además, mayor eficacia de pala- el Señor, se tenga con participación
sa], diciendo: Oremos. Y todos, opor- que el silencio introducido sea tal bra y más abundante fruto espiri- de toda la comunidad, se haga con
tunamente, oran en silencio unos mo- que deforme la estructura del oficio tual, debe respetarse siempre, como sagradas lecturas, cánticos y algún
mentos" (I, n. 29; II, n. 32). o resulte molesto o fatigoso para los
participantes" (n. 202). "Cuando la muchos desean, el silencio sagrado, tiempo de silencio, para fomentar
que se observará en los tiempos es- más eficazmente la vida espiritual de
RC (ed. typica lat., 1971); ed. ofi- recitación haya de ser hecha por uno
cial castellana a cargo de la CEE, solo, se concede una mayor libertad tablecidos, como parte de la acción la comunidad" (n. 90).
1975: "'El obispo... [antes de impo- para hacer una pausa en la medita- litúrgica, a fin de que los asistentes,
en respuesta al momento particular OLM— Ordo Lectionum Missae
ner las manos sobre los confirman- ción de alguna fórmula que suscite (ed. typica altera, 1981); ed. oficial
dos], de pie, con las manos juntas y sentimientos espirituales, sin que por en que aquél se coloca, entren nue-
vamente en sí mismos o bien refle- castellana a cargo de la CEE, en las
de cara al pueblo, dice... Todos oran eso el oficio pierda su carácter pú- primeras páginas de los Leccionarios
en silencio unos instantes" (n. 31). xionen brevemente sobre todo lo
blico" (n. 203). oficiales: "La liturgia de la palabra
Silencio 1926 1927 Silencio
se ha de celebrar de manera que fa- nes positivas que analizaremos, pero la naturaleza y las funciones del si-
vorezca la meditación, y, por esto, ción del celebrante. Aparecen cuatro
para la liturgia de las Horas se seña- lencio litúrgico dependen de los mo- variantes: se exhorta a los fieles a
hay que evitar totalmente cualquier lan tres criterios negativos, oportu- mentos en que entra a formar parte
forma de apresuramiento que impi- orar por los hermanos que van a
nos en toda acción litúrgica: efecti- de la acción litúrgica. Algunos tex- participar de un rito, como por
da el recogimiento. El diálogo entre vamente, se afirma que el uso del tos (OGMR 23; Musicam sacram 17;
Dios y los hombres, con la ayuda ejemplo la confirmación (RC 31), la
silencio debe ser tal que no deforme DMN 37; Eucharistiae participatio- profesión religiosa (RPR I, 29; II,
del Espíritu Santo, requiere unos bre- la estructura del oficio, ni cause mo- nem 18) dan una visión de conjunto
ves momentos de silencio, acomoda- 32) o los ministerios (RO, c. I, n. 5,
lestias o resulte fatigoso a los parti- de estos diversos momentos y sugie- p. 33; c. II, n. 5, p. 37); antes de la
dos a la asamblea presente, para que cipantes (cf OGLH 202), de manera ren una tipología del silencio litúrgi-
en ellos la palabra de Dios sea aco- colecta de la misa, al final de los ri-
que el oficio no pierda su caracterís- co, que posteriormente se confirma tos introductorios y al comienzo de
gida interiormente y se prepare la tica de oración pública (cf OGLH con el análisis de todos los demás
respuesta por medio de la oración. la liturgia de la palabra, el celebrante
203). documentos citados: silencio de re- invita a la asamblea a la oración si-
Pueden guardarse estos momentos cogimiento: para la oración perso-
de silencio, por ejemplo, antes de lenciosa que él "recoge" en la colecta
2. MOTIVOS PARA EL SILENCIO. nal; silencio de apropiación: sobre (OGMR 32); en la oración universal
empezar dicha liturgia de la palabra, "La naturaleza de este silencio de- todo durante la oración presidencial;
después de la primera y segunda lec- o de los fieles, de tipo griego, des-
pende del momento de la misa en silencio de meditación: después de la pués de cada una de las intenciones
tura y, por último, al terminar la ho- que se observa" (OGMR 23), pero palabra o después de la homilía; si-
milía" (n. 28). propuestas puede sustituirse la res-
de los textos citados se desprenden lencio de adoración: en la comunión puesta de los fieles por una pausa de
también motivos de carácter general. o en el culto eucarístico. silencio: está previsto en la misa
El motivo más general del silencio (OGMR 47) y en la liturgia de las
III. Significado y tipología litúrgico es "para promover la parti- a) Silencio de recogimiento. Se Horas (OGLH 193); en las "oracio-
del silencio litúrgico cipación activa" (SC 30), para que produce cuando se invita a toda la nes solemnes" la plegaria de la asam-
los fieles "sean asociados más ínti- asamblea a recogerse "para hacerse blea se desarrolla de manera articu-
Confrontando entre sí estos dife- mamente al misterio que se celebra" conscientes de estar en la presencia lada: intención del diácono, plegaria
rentes textos, intentamos ahora dar (Musicam sacram 17). En particular, de Dios y formular interiormente sus silenciosa, oración del celebrante,
unas líneas maestras que ayuden a el silencio favorece la escucha de la súplicas" (OGMR 32). El DMN ha- "venerable tradición romana" en la
interpretar el significado y la función palabra de Dios y la respuesta de la bla de él como de una invitación a que se indica el modelo más signifi-
del silencio en la liturgia renovada meditación y de la oración, "para lo- los niños "a entrar en sí mismos y cativo en el viernes santo (Misal Ro-
después del Vat. II. grar la plena resonancia de la voz meditar" (n. 37). Esta "recollectio si- mano 10-11).
del Espíritu Santo en los corazones lentiosa" asume en la liturgia reno-
1. E L SILENCIO, ELEMENTO ES- y para unir más estrechamente la ora- vada varias formas, unidas a muchos
ción personal con la palabra de b) Silencio de apropiación. Es
TRUCTURAL. Se presenta repetida- aspectos de la tradición: un silencio de escucha y de interiori-
mente el silencio como "parte de la Dios..." (OGLH 202). Cf OLM 28.
Las finalidades inmediatas del silen- • Comienzo de un rito: la forma zación durante las grandes plegarias
celebración" (OGMR 23; OGLH presidenciales, en "unión espiritual
201; Eucharistiae participationem cio en la liturgia están resumidas en más solemne es la de la postración
la carta Eucharistiae participatio- que abre la acción litúrgica del vier- con el celebrante en las partes que
18; DMN 37); condición para que dice él mismo" (Musicam sacram 17).
los fieles "no se vean reducidos a asis- nem, de 1973: "... debe respetarse nes santo, pero encontramos otros
siempre, como muchos desean, el si- ejemplos de ella en el rito de las exe- El ejemplo más frecuente de este si-
tir a la acción litúrgica como espec- lencio sagrado lo tenemos en la ple-
tadores mudos y extraños" (Musi- lencio sagrado, que se observará en quias (RE 10) y en la celebración
los tiempos establecidos, como parte comunitaria de la penitencia (RP garia eucarística: "Dicha oración
cam sacram 17), para evitar a los —señala la carta Eucharistiae par-
niños dar "lugar excesivo a la acción de la acción litúrgica, a fin de que 111). Una variación intensa del mis-
los asistentes, en respuesta al mo- mo es el "acto penitencial" de la ticipationem— es recitada por el
externa" (DMN 37). sacerdote ministerial, que interpreta
mento particular en que aquél se co- misa, cuyas finalidades se definen
En clave pedagógica, se indica el loca, entren nuevamente en sí mis- con toda claridad en las palabras la voluntad de Dios que se dirige al
silencio entre los "elementos litúrgi- mos o bien reflexionen brevemente que el RP refiere al silencio después pueblo, y la voz del pueblo, que ele-
cos", que deben tenerse presentes "en sobre todo lo que han oído, o alaben de la homilía: "para examinar la va los ánimos a Dios. Solamente ella
la formación litúrgica de los niños y y rueguen al Señor en la intimidad conciencia y suscitar la verdadera debe resonar, mientras que la asam-
en su preparación para la vida litúr- de su propio espíritu" (n. 18). contrición de los pecados" (n. 129). blea, reunida para la celebración
gica de la iglesia" (DMN 13). De este litúrgica, mantiene un silencio reli-
silencio, recomendado "como mu- • Oración silenciosa: se invita a la gioso" (n. 8); pero lo encontramos
chos desean" (Eucharistiae partici- 3. TIPOLOGÍA DEL SILENCIO LI- asamblea a un momento de oración también durante la oración conse-
pationem 18), se dan unas motivacio- TÚRGICO. Como ya hemos mostrado, silenciosa, que concluye con la ora- cratoria de las ordenaciones (RO, c.
Silencio 1928 1929 Silencio

VII, n. 24, p. 119; c. V, n. 20, p. 73; interpretación actualizante a los tex- dente, deberá encontrar los ritmos hace manifestación del respeto debi-
c. IV, n. 20, p. 56). A propósito de tos bíblicos proclamados y rezados adecuados para una celebración que do al Señor que se revela, necesidad
este gesto consecratorio, que en la en la comunidad cristiana. sea expresión de su propia fe y de su cultual para su presencia: de la litur-
ordenación episcopal y sacerdotal lo propia vida. gia del templo a la del cielo (Abd 2;
prolongan y repiten respectivamente d) Silencio de adoración. El si- Sof 1,7; Ap 8,1.3-4). Pero Cristo es
los obispos concelebrantes y los lencio orante, que brota de la pala- el verdadero modelo de los cristia-
sacerdotes presentes, ya comentaba bra y hace más consciente nuestra IV. Conclusiones sistemáticas nos en la búsqueda del Padre en el
Hipólito de Roma: "Todos estarán vida "oculta con Cristo en Dios" silencio (Mt 14,23; Me 1,35; Le 9,18;
en silencio y rezarán en su corazón (Col 3,3), asume una expresión más En los años en que se han promul- Jn 6,15); él ha venido para manifes-
para que descienda el Espíritu San- intensa en nuestro encuentro con el gado los documentos que hemos ci- tar el misterio de salvación de Dios,
to" 8 . En la misa crismal (RO, pp. misterio eucarístico: sea que los fie- tado y en los inmediatamente poste- "mantenido en secreto" durante si-
216, 217, 219), en la profesión reli- les se preparan "para recibir con fru- riores ha habido un reflorecimiento glos (cf Rom 16,25). Del Verbo "sa-
giosa (RPR, I, 29; II, 32). Es parti- to el cuerpo y sangre de Cristo" de publicaciones sobre el silencio en lido del silencio", Ignacio de Antio-
cularmente significativo el gesto si- (OGMR 56, f), sea que se detengan la liturgia (cf la bibl.). Sirviéndonos quía dirá que "también lo que ca-
lencioso de la "imposición de ma- después de la comunión para "alabar de estos autores y valorando la savia llando hizo son cosas dignas de su
nos", acompañado de la oración de y rezar a Dios en su corazón" (DMN de la tradición, presentamos algunas Padre", afirmando que "el que de
los presentes, en la unción de los en- 37; cf OGMR 56, j ; Musicam sacram conclusiones sistemáticas. verdad posee la palabra de Jesús,
fermos (RUÉ 139). 17), sea cuando prolongan "la unión puede también escuchar su silencio,
con él conseguida en la comunión" 1. Es innegable un redescubri- a fin de ser perfecto" ". Por su parte,
c) Silencio meditativo. Es el si- con la oración ante Cristo "presente miento del silencio litúrgico. Silencio Ambrosio de Milán, que dedicó un
lencio de respuesta a la proclama- en el sacramento" (Rito de la sagra- sagrado: no como elemento absoluto amplio estudio al silencio l2, llegará
ción de la palabra de Dios: invita a da comunión y del culto a la eucaris- e insustituible, de carácter mágico, a decir: "El diablo busca el estrépito;
"reflexionar brevemente sobre lo que tía fuera de la misa 81). Esta adora- necesario y significativo en sí mismo, Cristo, el silencio" ".
han oído" (OGMR 23); a "lograr la ción extra missam, en su forma más sino silencio de participación: con-
plena resonancia de la voz del Espí- completa, se articula en "lecturas, dición espiritual para la inserción en 3. La importancia del silencio va
ritu Santo en los corazones y [...] cánticos y algún tiempo de silencio, el misterio celebrado, para la escu- unida a la palabra, de la que es tierra
unir más estrechamente la oración para fomentar más eficazmente la cha de la palabra y para la respuesta privilegiada. "Hay que ejercitarse en
personal con la palabra de Dios" vida espiritual de la comunidad. De de la asamblea, momento privilegia- el silencio para bien de la palabra.
(OGLH 202); favorece "que la pa- esta manera se promueve... el espíri- do del Espíritu Santo, que hace cre- Porque la liturgia consiste en gran
labra de Dios sea mejor compren- tu de unidad y fraternidad de que es cer la comunidad como templo con- medida en palabras dichas por Dios
dida por cada uno, y se le preste signo y realización la eucaristía" (Ib, sagrado; silencio expresivo: que ro- o dirigidas a Dios..., estas palabras
una mayor adhesión" (RP 117). 90). Semejante a este silencio de ado- dea la acción salvífica de Dios y su deben ser inmensas, llenas de calma
Cf OLM 28. ración es el que acompaña a la ado- palabra, signo de fe y de reverencia y de silencio interior... El silencio
ración de la cruz del viernes santo, profunda de la comunidad; silencio abre la fuente interior de la que bro-
Varios textos recomiendan este si- pedagógico: "silencio de iniciación", ta la palabra" '\ Muchas liturgias
lencio meditativo: después de la pro- sobre todo en la forma colectiva,
cuando se presenta la cruz en silen- como decía Dionisio Areopagita ,0, antiguas conocieron moniciones dia-
clamación de la palabra: OGMR 23; capaz de crear el clima y las actitu- conales que exhortaban a una escu-
OGLH 48; 202; Musicam sacram 17; cio a toda la asamblea.
des espirituales necesarias para la cha reverente antes de la proclama-
DMN 46; Eucharistiae participatio- El análisis de estos textos que han experiencia litúrgica y de ofrecer a ción de la palabra: "Silentium faci-
nem 18; RP 117; después de la ho- interpretado y desarollado la direc- cada uno, comprometido en la ac- te!"; "State cum silentio, audientes
milía: RBN 116; OGMR 23; OGLH triz de SC 30 nos lleva a constatar ción comunitaria, un espacio vital attente!" is En este silencio reverente
48; DMN 37; RP 129'; después de que la reforma litúrgica ha puesto para su inserción, apropiación e in- y meditativo ante la palabra, la igle-
los salmos: OGLH 112 ("sobre todo fin al mutismo de la asamblea cris- teriorización. sia sigue el ejemplo de la Virgen Ma-
si después del silencio se añade la tiana y a la marginación de la pala- ría, primera discípula del Señor, que
oración sálmica": OGLH 202). Se- bra, y en cambio ha hecho florecer 2. Esta renovada sensibilidad "guardaba todas estas cosas, medi-
mejante a las antiguas colectas sál- nuevamente el silencio como momen- hacia el silencio es, ante todo, fruto tándolas en su corazón" (Le 2,19).
micas [/ Salmos, V, 2, e] es la ora- to celebrativo y como forma plena de una familiaridad más profunda
ción que cierra la plegaria silenciosa de participación litúrgica. Se prevén con la biblia: Dios se hace oír en el 4. Una mayor búsqueda del si-
después de cada una de las lecturas formas diversas de este silencio li- silencio (1 Re 19,11-13); precedien- lencio en la liturgia es también signo
de la solemne vigilia pascual: en am- túrgico sin esquematismos rígidos y do, interrumpiendo y prolongando de una mayor madurez celebrativa.
bos casos las oraciones resumen la con amplios espacios de adaptación: la palabra, el silencio inspira el diá- "Una celebración que amontona un
plegaria de la asamblea y dan una toda asamblea, junto con su presi- logo entre Dios y los hombres, se rito sobre otro, que procede con un
1930
Silencio
1931 Sociología
era Liturgia 27 (actuosa participado), en ASS-
ritmo sin paradas, cansa a la comu- COVSi/1,273 — 3 La propuesta fue avanzada
nidad, sin edificarla"l6. No se debe por mons. Paul Philippe: "... Ad n. 27 haec ad- SOCIOLOGÍA ñalar, por honradez, que la aproxi-
olvidar que "la liturgia está hecha de denda propono: 'Attamen in actione litúrgica mación a la sociología y a la sociolo-
ritmos, de alternancias, es como una sacrum silentium interdum quoque observe- gía del fenómeno religioso o a la so-
respiración" ". No se pueden estable- tur"': ^ 5 ^ 0 ^ 1 / 1 , 6 4 5 — 4 CfS.Congr.de SUMARIO: I. La sociología: de la descripción ciología religiosa o de la religión,
cer y programar taxativamente tiem- Ritos, instrucción De música sacra 27, e-f, en a la interpretación y de la interpretación a la
La liturgia (Insegnamenti pontifici 8), Edizioni intervención: 1. Introducción: valoraciones y ac- como quiera que se diga según las
pos y espacios, sobre todo conside- Paoline, 19622, 19: "Realizada la consagra- titudes frente a la sociología hoy: a) En la opi- corrientes diversas, aunque realizada
rando que aquí no se trata de dura- ción..., se recomienda un devoto silencio (sa- nión pública, b) En las instituciones mayores; 2. por un liturgista, reconoce a la cien-
ción cronológica, sino más bien de crum silentium) hasta el Pater noster"; a su vez, Qué se entiende por sociología: a) Orientaciones
generales, b) Perspectivas temáticas de la inves- cia sociológica la absoluta autono-
duración psicológica, que se percibe el Codex rubricarum de 1961 había restablecido
la pausa de silencio después de la invitación tigación sociológica hoy: tradición, aconteci- mía, y descubre en esta autonomía
y se vive en lo más íntimo del alma. diaconal "Flectamus genua" (n. 440) — 5 C. miento, interacción social, símbolo - II. De la la garantía más seria y eficaz para
Será también un problema de direc- Vagaggini, El sentido teológico de la liturgia, sociología de la religión a la sociología de las los diversos intentos de análisis-
ción, de programación ritual, que liturgias cristianas: 1. Pluralidad de aproxima-
BAC 181, Madrid 19652, 301 — ' C. Braga, en ciones; 2. Qué se entiende por sociología de la interpretación del fenómeno religio-
exige sensibilidad, tacto, sobriedad F. Antonelli-R. Falsini, Costituzione conciliare religión; 3. Religión: el objeto de la sociología so: sólo así se podrá evitar el peligro,
y discreción. Por otra parte, el silen- sulla Sacra Liturgia, OR, Milán 1964, 222 — de la religión - III. Sociología de la religión y
7 nada teórico como veremos, de reba-
cio litúrgico es un silencio construc- Directoire pour la pastorale de la messe a l'u- liturgia: 1. Importancia y función social de la
jar la sociología a mera auxiliar de
tivo, coeficiente fundamental para sage des diocéses de France, París 1976, 49 — liturgia; 2. Incidencia de la sociología de la re-
8
Cf B. Botte, La tradition apostolique de Saint ligión en la liturgia: a) Celebraciones litúrgicas, exigencias pastorales, por ejemplo.
edificar y formar la comunidad cele- b) Los libros rituales, c) Historia litúrgica.
Hyppolite, LQF39(1963)6 —» Una respuesta
brante: "Llena el espacio con tanta
fuerza como la palabra o el canto" i8 ;
de la S. Congregación para el Culto declara a) En la opinión pública. Para
"valde opportunum" un especial silencio des- introducir el tema me serviré de al-
"no separa a los miembros del gru- pués de la homilía, admitiendo la posibilidad de
po, sino que más bien los une en un alguna música suave de órgano que "no distrai- I. La sociología: gunas observaciones que la sociólo-
clima de compromiso común" ". ga de la meditación", sino que la favorezca": de la descripción ga L. Voyé expone en un artículo en
cf Not 83, 9 (1973) 192 — l0 Dionisio Areopa- a la interpretación el que reivindica para la sociología
gita, De mystica theologia I, 1: PG 3,997 — y de la interpretación el estatuto de ciencia, y que se dirige
5. Finalmente, querríamos subra- 11
Padres apostólicos, BAC 65, Madrid 19794,
yar la correspondencia de esta nueva a la intervención tanto a los sociólogos como a los
Carta a los Magnesios 8,2, p. 463; Carta a los
o, mejor dicho, renovada praxis li- Efesios 15,1-2, p. 456 — , ! Ambrosio, De offi- teólogos'.
túrgica con la orientación contem- ciis 1, ce. 1-10 (Sancti Ambrosii Ep. Mediola- 1. INTRODUCCIÓN: VALORACIO- Entre los diversos malentendidos,
plativa de la espiritualidad contem- nensis opera 13). Roma-Milán 1977, 22-43 — NES Y ACTITUDES FRENTE A LA SOCIO- el más frecuente es el que reduce la
" Id, Inps. 45,11: PL 14,1138 - '" R. Guardi- LOGÍA HOY. Contra la sociología, en- sociología a una operación meramen-
poránea, en la que se puede apreciar ni, La messe (nota 1) 24s — " Cf J. Jungmann,
una fuerte exigencia de recogimien- Missarum sollemnia. Origini, liturgia, storia e tendida globalmente, existe una serie te estadística, preocupada por datos
to, de silencio, de desierto, como con- teología della messa romana, vol. I, 1953, 328s de prevenciones, prejuicios, malen- numéricos estimados externos y su-
dición de libertad, de escucha, de nota 15; E. Lodi, Enchiridion euchologicumfon- tendidos y generalizaciones ilegíti- perficiales. Dentro de la ciencia so-
disponibilidad, para abrirse al Espí- tium liturgicarum, Roma 1979, n. 2340 — l6 L. mas bastante difundidos, que ame- ciológica no se puede despreciar la
Deiss, Le silence dans la célébration liturgique,
ritu y recorrer nuevamente el camino en £ C 9 7 (1969) 12 - " A.-G. Martimort, Le
nazan con oscurecer y distorsionar importancia objetiva e insustituible
de oración de Cristo. "Tibi silentium sens du sacre, en Mfí 25 (1951) 68 — '" Ib, la comprensión y el uso de toda o de dicha operación para una refle-
laus! —concluimos con monseñor 67 — " F. Sottocornola, La preghiera quoli- parte de esta ciencia relativamente xión sobre algunos determinantes
A. Bugnini—. No queremos espec- diana della Chiesa, en VV.AA., Nelle vostre as- joven. Antes de cualquier explica- sociales que intervienen en compor-
tadores inertes y mudos, sino parti- semblee I, Brescia 1975, 364-396 — 20 (a.b.), ción, aunque breve, pero que pre- tamientos particulares 2 . Pero éste es
Tibi silentium laus. en Not 110, II (1975) 282.'
cipantes activos, conscientes, oran- tenda ser puntual y sistemática, y en indiscutiblemente un primer estadio
tes, que saben embriagarse y vivir el nuestro caso también expresamente de trabajo; porque, de hecho, con
misterio con la plegaria, con el can- D. Sartore parcial y sectorial, considero necesa- las estadísticas no es posible conocer
to, con la acción, con el silencio de rio señalar algunas posturas o juicios el porqué de los comportamientos, y
espera ansiosa y de adoración. Un de valor frente a la ciencia sociológi- el campo está abierto a la más varia-
silencio que no es índice de mutismo BIBLIOGRAFÍA: Busquets P., El silencio en la
celebración, en "Phase"92 (1976) 144-148; Lack
ca que, como he dicho, no ayudan a da danza de hipótesis, danza que in-
espiritual, sino un momento de gra- R., Desierto, en NDE, Paulinas, Madrid 1983, su comprensión, sino que más bien directamente confirma los malenten-
cia vivificante en el que calla la cria- 336-348; VV.AA., Participación en la liturgia pueden impedirla o de hecho obsta- didos. Hay que incluir en esta ten-
tura, pero habla el Espíritu"2». por el canto, la aclamación y el silencio, PPC, culizan su uso. En estas observacio- dencia también el influjo que tienen
Madrid 1970,63-65. nes tendré también presente el mun- los diversos sondeos: desde los son-
do a que se refiere el fenómeno reli- deos de opinión a los orientados ha-
S1IVIBULU gioso, en cuanto que la voz presente cia los comportamientos religiosos.
NOTAS: ' R. Guardini, La messe, Cerf, París se caracterizará, en su articulación, La utilización cada vez más frecuen-
'57, 20 — 2 Cf Schema constitutionis de Sa- / Signo/Símbolo en este sentido. Finalmente debo se- te de estos medios tiende a identifi-
Sociología 1932 1933 Sociología
Carlos con la sociología, originando del status quo. La atención dirigida manera prever, los fenómenos socia- gún R. Boudon, se nota, "sobre todo
una valoración negativa de esta últi- a categorías sociales particulares, a les, no en una perspectiva global y a nivel de ciertas especialidades de la
ma. Por otra parte, una lectura no ambientes de desarrollo particula- totalizadora como una superciencia, sociología, que aparecen progresos
siempre correcta de los sondeos ha res... y a clases de edad específi- sino como instrumento limitado y de- en el sentido del desarrollo de una
facilitado el aumento de los malen- cas... confirma mucho más la úni- limitado por el mismo estatuto de ciencia nomotética" ". Entre estas es-
tendidos y de la confusión: "Su utili- ca, común y constante intención ciencia y, conscientemente, por la pecialidades se cuenta la teoría de la
zación a veces intempestiva, frecuen- de utilizar la ciencia de la sociedad tensión de acercamiento interdisci- circulación de las familias y de los
temente con finalidad justificativa o para seguir utilizando a la sociedad plinar con las demás ciencias socia- individuos dentro de las estructuras
de reflexión apologética, determina misma" 5 . les, caracterizándose de todas for- sociales (movilidad social) "; el estu-
afirmaciones incontroladas, causa de dio de las relaciones entre la estruc-
errores, y esconde la realidad que se mas como disciplina que analiza las
2. QUÉ SE ENTIENDE POR SOCIO- agrupaciones humanas en sus re- tura y los objetivos de las organiza-
pretende descubrir o ilustrar" 3 . LOGÍA. Las valoraciones y actitudes ciones (teoría de las organizacio-
laciones interindividuales, prescin-
señaladas hasta el momento, y tam- diendo de su naturaleza religiosa, nes)", la teoría de los conflictos...I8
b) En las instituciones mayores. bién las que pueden suponerse: falta económica, jurídica, filosófica...' En Su desarrollo, enriquecido con los
Si a continuación pasamos de las va- de cientificidad, estaticidad valorati- estas operaciones, lo que ha sido y intentos anteriores y también con los
loraciones de la opinión pública a la va, precariedad en las conclusio- es problemático es el concepto de so- fracasos, como por ejemplo el de
de las instituciones mayores, como nes..., plantean la pregunta funda- ciedad. Este, de hecho, depende de T. Parsons " y G. Gurvitch M, parece
el estado o la iglesia, aparecen pre- mental: ¿Qué se entiende por socio- la variabilidad histórica, subyace, insinuar la posibilidad de ofrecer
venciones y fuertes dificultades y logía? Y a continuación, en nuestro nuevamente a la sociología un siste-
está interpretado y particularizado ma de conceptos generales dentro de
desconfianzas. Una lectura de estas plano de estudio, ¿qué se entiende
reacciones muestra con frecuencia por sociología delfenómeno religio- por toda teoría sociológica, la guía y un cuadro teórico. De todas formas,
que se ve la sociología como un ins- so? En ambos casos dejo a un lado el dirige ">. De rechazo nace una plura- todavía queda mucho camino por
trumento desestabilizador, en cuan- desarrollo histórico detallado de la lidad de caminos de aproximación y recorrer y la meta está aún bastante
to que pone de manifiesto los meca- disciplina y del pensamiento subya- de escuelas que solamente en parte lejana (R. Boudon); aunque, en defi-
nismos sociales y muestra el proceso cente, remitiéndome a los manuales pueden coincidir con la definición nitiva, puede ser del todo discutible
generativo y el de funcionamiento de para toda eventual profundización, que he señalado y que, en definiti- la llegada, en el sentido de la necesi-
las instituciones, ideologías y prácti- señalando solamente las corrientes y va, hacen de la sociología algo he- dad inmediata, aun descubriendo en
cas. "Esta reacción de desconfianza, concepciones fundamentales \ Pese teróclito y heterogéneo en sus des- las teorías empíricas controlables la
que en algunos casos es un puro y a las limitaciones de una definición, arrollos. vocación de la sociología. La segun-
simple rechazo, es más frecuente me parece pertinente, aunque com- da orientación, la descriptiva, cubre
cuando la sociología no se limita a pleja, la descripción que propone a) Orientaciones generales. Son actualmente buena parte de la pro-
describir una situación determinada, Ferrarotti. Entiende la sociología tres las orientaciones generales que ducción sociológica. En este sector
sino que propone, además de una como "ciencia de observación, o sea, muy esquemáticamente se pueden la mayor influencia la ejerce la es-
explicación, también una interpreta- como análisis empírico conceptual- señalar: nomotética, descriptiva y cri- cuela americana, que, después del úl-
ción de dicha situación y, eventual- mente orientado, guiado por hipóte- tica. La primera orientación se sitúa timo conflicto mundial, ha inspira-
mente a partir de estos datos, sugiere sis de trabajo verificables inductiva- en continuidad con los padres fun- do, de alguna manera, la investiga-
también orientaciones para la ac- mente, e interpretación crítica de dadores que, aunque de diferentes ción en Europa. Se destaca como
ción" 4 . Por el contrario, el recurso a cualquier agrupación humana tal y maneras, consideraban la sociología una sociología concreta o sociográ-
la metodología sociológica, sobre como se expresa en sus diferentes re- como una ciencia nomotética gene- fica. "Fundamentalmente, sociogra-
todo en el ámbito de la sociología laciones interindividuales, constata- ral de la sociedad. Baste recordar la fía significa presentación ordenada
del fenómeno religioso, no es siem- das en sus aspectos de uniformidad investigación de las leyes de natura- de los datos recogidos tal como apa-
pre claro. Con los datos sociológicos y repetibilidad" 7 . leza histórica que se insertan en la recen, sin omitir ninguno que pueda
se mezclan preocupaciones sea de la evolución de la sociedad, efectuada ser pertinente al caso: territorio, cli-
teología pastoral, sea de una ideolo- En esta definición se da por des- por A. Comte, K. Marx y H. Spen- ma, población, condiciones de vida,
gía confesional preconcebida que contado, porque ya lo había mostra- cer "; el establecimiento de las rela- costumbres, tipos e índices de delin-
condiciona apriorísticamente cual- do anteriormente el autor, el con- ciones funcionales entre los fenóme- cuencia, distribución de los cargos
quier resultado. En estos casos "se cepto de ciencia tal y como ha veni- nos sociales de E. Durkheim "; las públicos y del poder político, etc."21
puede decir que la sociología se ve do madurando hasta hoy 8 . En cam- irregularidades señalables por la his- La sociología sociográfica se divide
reducida a la función de sierva de la bio, se señala claramente que la so- toria comparada de M. Weber "; el en un cierto número de sectores, se-
pastoral, y se la somete a las necesi- ciología es "la ciencia de la sociedad" análisis lógico de las acciones no ló- gún determinados objetos concretos,
dades eclesiásticas de conservación que estudia, en el sentido de descri- gicas de V. Pareto l4. Por lo que se como por ejemplo: sociología del
bir, explicar, interpretar y de alguna refiere a la investigación actual, se-
Sociología 1934

tiempo libre, del consumo, de la ciu- Dentro de esta conciencia situa- 1935 Sociología
dad, del deporte, de las religiones, cional, debida inicialmente a la re-
de los grupos... 22 Sin embargo, es cogida de datos empíricos, el análisis aunque no preceptiva, para intentar, manos, sociales), de donde se deriva
necesario observar que estos sectores sociológico, además de clarificar la de alguna manera, una lectura no- una actitud de desarrollo" 12 ; efecti-
de la sociología están sujetos a plu- situación fáctica, puede explicitar motética. Pero la sensibilidad al mé- vamente, el acontecimiento revela
ralidad de aproximaciones también aquellas corrientes que tienden al des- todo interdisciplinar ha inducido a algo en el sistema en que acaece, y
metodológicas. La orientación seña- arrollo y las respectivas leyes subya- sociólogos de escuelas y métodos di- nos introduce en el problema de su
lada, entonces, debe considerarse centes. Naturalmente, así se deriva versos a afrontar temáticas hasta evolución. En este cuadro siempre
como tendencia general, hoy más la incisividad y la posibilidad de in- ahora excluidas, o casi excluidas, del es pertinente la hipótesis de R. Bas-
que nunca, en cuanto que el aspecto tervenciones operativas que ofrece campo de los estudios sociológicos. tide sobre la nueva relación entre el
sociográfico, se revela cada vez con oportunamente la misma sociolo- En este estudio me interesa señalar destino personal y el cambio social
más frecuencia como componente gía24. Por otra parte, esta incisividad brevemente algunas de estas pers- que se instaura en la sociedad actual
auxiliar de una metodología ínter- se puede encontrar, más o menos, en pectivas que dejan entrever una apor- respecto al pasado. Hoy "el campo
tación en absoluto indiferente a la privado depende del público... Nues-
disciplinar más compleja. La tercera cada una de las orientaciones seña- investigación sociológica, entendida
orientación es la crítica, indicada al- ladas. Efectivamente, en el plano tro destino se inserta en el destino de
globalmente, y, por lo que nos afec- los grupos a los que pertenecemos...
gunas veces como especulativa, dan- metodológico es propio de la inves- ta, a la investigación litúrgica26. Los acontecimientos que nos afectan
do a este término una connotación tigación científica de la sociología se han desplazado de lo particular
no del todo positiva. Si se excluyen acercarse a las consecuencias socia- Tradición, Es el tema que, quizá, individual a lo particular colecti-
de esta dirección las preocupaciones les; encausar a las instituciones; po- está exigiendo un amplio trabajo, vo" 33 . El acontecimiento, así con-
y las fusiones de modelos meramente ner directa o indirectamente en dis- aunque sea de verificación empírica, siderado, además de afectar a la his-
filosóficos, se puede comprender su cusión las creencias, costumbres y en sociología, para reinsertarse ade- toria de los sistemas34, como decía
significado exacto, o por lo menos comportamientos tradicionalmente cuadamente. Aunque entendido de Morin, tiene una incidencia induda-
su hipótesis de trabajo. Así lo indica aceptados. "Cualquiera que tenga ex- diversas maneras, siempre se le ha ble para la teoría sacramental35.
uno de sus representantes más auto- periencia directa de investigaciones considerado a partir de la contrapo-
rizados: "Ciencia de la nada y del sociológicas sabe que incluso la más sición tradición-cambio social11. El Interacción social. Los refinados
presente, sea cual sea la posibilidad simple de ellas, circunscrita al nivel renovado interés actual por lo popu- análisis de la estructura de la inter-
del sociólogo de conseguir la plena más elemental, implica necesariamen- lar, ampliamente constatado 28 , ha acción, en cuanto unidad fundamen-
cientifización del juicio político y de te un cambio; puede iluminar el des- relanzado el tema de la tradición tal de la vida social, efectuados por
las opciones sociales, la sociología fase entre lo que se cree idealmente y como sistema de hechos y de valores E. Goffman 36, al margen de las polé-
es, ante todo, efectivamente una cien- lo que sucede en la vida práctica de que pueden conservarse también den- micas por el abandono de la socio-
cia crítica. Por el solo hecho de es- cada día; puede probar que institu- tro del cambio, y que en cierta ma- logía tradicional (macrosociología)
coger como objeto propio de inves- ciones generalmente aceptadas sin nera lo cualifican. Por eso, no se ve en favor de la microsociología, me-
tigación los modos, los términos y discusiones en su forma tradicional, ya la tradición sobre todo como un jor precisada como sociología de la
las relaciones de que se forma la con- como la familia de tipo preindus- impedimento. En este sentido, es im- vida cotidiana 37 , parecen imponerse
vivencia humana, llama la atención trial, en realidad son poco adecúa- portante para todo el problema de como análisis que descubre, en la
sobre tal convivencia y su forma, eva- das, inadecuadas y con retraso res- la socialización 2 ' y de la perte- vida de todos los días, los lazos mis-
lúa su nivel de racionalidad, mide su pecto a la evolución objetiva de la nencia ,0. mos de la sociedad. Las observacio-
rigidez estratificadora, su capacidad sociedad contemporánea" 25 , nes críticas dirigidas al autor, si por
Acontecimiento, como factor in- una parte delimitan justamente el al-
de adaptación y su funcionalidad, novador. El hecho de que la sociolo-
prevé (ciertamente con un amplio b) Perspectivas temáticas de la cance de su investigación para no
gía se haya organizado en torno a caer en generalizaciones ineficaces,
margen de error) su evolución futura investigación sociológica hoy. Las leyes, modelos, estructuras o siste-
y su destino, y expresa su significado orientaciones que hemos indicado por otra confirman su originalidad
mas ha incidido sobre su no consi- para la ciencia social3». La atención
global. Más quizá que cualquier otra no deben aparecer como carriles rí- derar el acontecimiento como iden- que pone en lo ritual, en cuanto que
disciplina científica, la sociología gidos que impidan una comunica- tificado con lo imprevisto, el azar, lo desempeña una función reguladora
plantea un problema de compromiso ción. Más aún, el recurso a un aus- contingente, lo irreducible...; la invi- en la interacción, lo hace particular-
social y humano a sus cultivadores, tero método interdisciplinar denota tación a reinsertarlo es reciente". mente útil para comprender también
Es muy rara la investigación socio- en muchas ocasiones la necesidad de Según E. Morin, "reconocer el acon- los modelos interactivos de toda la
lógica que no plantee un problema salir, por ejemplo, de una mera des- tecimiento no es solamente recono- actuación litúrgica.
político. En este sentido, la sociolo- cripción sociográííca hacia una in- cer el azar (la aventura) en la historia
gía es una ciencia intrínsecamente crí- terpretación más crítica; o bien de (del mundo, de la vida, del hombre), Símbolo. Aunque no falten en la
tica"23. recurrir a una sistemática rigurosa, sino permitir el estudio de las pro- historia de la sociología autores que
piedades de los sistemas (bióticos, hu- se hayan interesado por el análisis
Sociología 1936
1937 Sociología
de los símbolos (v.gr., E. Durkheim, gico en general al del fenómeno reli-
G.H. Mead, T. Parsons, P.A. Soro- gioso en particular, en cuanto que europeo. La segunda aproximación, ca ha invitado a tomar en considera-
kin, G. Gurvitch), los estudios al res- "no es casual que casi todos los auto- de carácter formal, empeñada en ción a la misma y a intentar crear
pecto son de escaso relieve. Con la res que han afrontado el tema del una investigación nomotética y ten- una sociología de las liturgias cris-
certeza de que "para la sociología símbolo se han visto posteriormente dente a componer tipológicamente tianas, sea como fruto del conci-
contemporánea el concepto de sím- en la necesidad de tratar la sociolo- los resultados obtenidos, se expre- lio, sea como procedentes de él en el
bolo está sin duda alguna entre gía de la religión" ". Probablemente, sa sobre todo en el área alemana y pluralismo de las actuaciones prác-
aquellos que se deben considerar fun- también por este motivo, la hetero- en autores como G. Menshing"' y ticas ".
damentales, visto que a nivel de geneidad de la investigación socioló- J. Wach50. Por su amplitud y por
comportamiento afecta a una gama gica, ya señalada, se refleja en el cam- sus intereses, la tercera aproxima- 2. QUÉ SE ENTIENDE POR SOCIO-
bastante desarrollada de elementos po de la sociología de la religión. ción, que incluye personalidades, en LOGÍA DE LA RELIGIÓN. Las aproxi-
susceptibles de investigación: obje- Esto no debería sorprendernos, si no particular G. Le Bras, renovador de maciones esenciales señaladas dejan
tos, personas, expresiones, gestos, olvidamos, ante todo, que "el fenó- la investigación socio-religiosa ", gru- adivinar lo complicado que resulta
que adquieren un valor más bien meno religioso, tanto en sus formas pos y centros que se refieren en la delimitar una definición de la socio-
unívoco —por lo menos tendencial- más elementales como en las más investigación a una sociología apli- logía de la religión. Veremos que
mente— dentro de un particular complejas, particularmente la fun- cada a las necesidades y a las aspi- surgen cada vez más problemas cuan-
contexto de referencia (grupo, clase ción social de la religión sea a nivel raciones de las iglesias cristianas en do se quiere precisar qué debe en-
social, movimiento)" 39 , el problema del comportamiento individual, sea general, y más particularmente a tenderse por religión, y por tanto cir-
se afronta nueva y rigurosamente en relación a sus repercusiones sobre la católica (por ejemplo: C.I.S.R. cunscribir más atentamente el objeto
con investigaciones particulares so- la vida económica y sobre las moti- [Conferencia internacional de socio- en cuestión. Para nuestro estudio me
bre el campo 40. El interés renovado vaciones del actuar social, constituye logía religiosa]; dentro de su misma parecen útiles y pertinentes las ob-
por este tipo de análisis deja adivinar una preocupación, si no dominante, autonomía, el Grupo de Sociología servaciones-síntesis de Milanesi: "La
posibles desarrollos en la investiga- en los fundadores y en algunos de de las Religiones y la revista Archi- sociología de la religión quiere ser
ción sociológica41. Además de pro- los autores más significativos de la ves de Sciences Sociales des Reli- considerada verdadera sociología
fundizar empíricamente, por ejem- disciplina sociológica"44. Podemos gions; el equipo de la revista más científica. Por tanto, rechaza verse
plo, cómo sirven los símbolos como señalar, esquemáticamente, una tri- difundida en el ámbito europeo: So- reducida a sociografía o estadística
medio de comunicación social entre ple aproximación, observando que cial Compass; Centro de Sociología religiosa, o sea, a una descripción de
los sujetos agentes, cómo pueden ser se debate todavía, en un cuadro ge- del Protestantismo, en Estrasburgo; las numerosas variables enjuego. La
por una parte signos de una especie neral, entre la propuesta de teorías los centros promovidos por S. Bur- sociología de la religión, en cambio,
particular y por otra instrumentos nomotéticas, de acuerdo con los clá- galassi en Pisa, por S.S. Acquaviva tiende a la comprensión e interpre-
de participación, cómo están sujetos sicos, y las investigaciones empíricas en Padua, por G. Alberigo en Bolo- tación de los fenómenos, mediante
a una variabilidad y a una relativi- sobre el terreno, no conciliando fre- nia, el C.I.R.I.S. de la Pontificia Uni- el uso sistemático de hipótesis dentro
dad dentro de la realidad social, cuentemente las primeras con las se- versidad Gregoriana y el centro de de un cuadro teórico global; el des-
cómo conservan la continuidad y la gundas y, viceversa45, olvidando que la Universidad Pontificia Salesia- cubrimiento de constantes forma par-
identidad del grupo y de sus signifi- también en sociología de la religión na... "), se impone sobre todo en el te de sus tareas y funda la legiti-
cados y valores; además de todo la teoría debe verificarse con la prác- plano empírico, y sólo en segundo midad de teorías y modelos expli-
esto, decíamos, no puede dejar de tica; y que, alternativamente, los as- lugar en el plano teórico ". En parti- cativos, aunque sean de alcance li-
afectar a la investigación litúrgica en pectos teóricos nacidos de investiga- cular "el desarrollo de la sociología mitado. Aun consciente de los mu-
su actual reconsideración del simbo- ciones precedentes deben someterse religiosa de los católicos ha coincidi- chos límites impuestos a este tipo de
lismo en todo su valor42. a una nueva verificación46. La pri- do en gran parte con el desarrollo de aproximación por la imprecisión de
mera aproximación, influida por los la eclesiología y de la pastoral; y esto las hipótesis, la observación, los mé-
principios metodológicos del funcio- explica su carácter más bien práctico todos, etc., la sociología de la reli-
nalismo, encuentra muchos seguido- y aplicado. De todas formas, aunque gión expresa la necesidad de llegar a
II. De la sociología res en el mundo anglo-americano, no participen directamente en la ela-
de la religión a la sociología generalizaciones que permitan hacer
sostenidos por contribuciones teóri- boración de específicas teorías socio- previsiones sobre el desarrollo de las
de las liturgias cristianas cas de autores como T. Parsons 47 y religiosas, los católicos han contri- problemáticas socio-religiosas"56. Se
J.M. Yinger48. En esta tendencia, buido con sus estudios a precisar y puede añadir que, lo mismo que la
1. PLURALIDAD DE APROXIMA- que considera la función puramente enriquecer las problemáticas genera-
CIONES. Habiendo hecho mención, social de la religión, pueden incluirse investigación sociológica en general,
les en algunos sectores (conceptos de la sociología de la religión es típica-
entre las perspectivas temáticas de la también los autores de procedencia actitud, cultura, pertenencia, valor,
sociología, del símbolo, creo haber marxista, en particular los del Este mente descriptivo-interpretativa, y
participación, control, etc.)"54. Ade- por tanto no normativa; por eso,
facilitado el paso del campo socioló- más, el tiempo de la reforma litúrgi- aun tendiendo a la objetividad, sigue
Sociología 1938
condicionada por sus referencias comprensión de la comunidad, así 1939 Sociología
teóricas y por las instancias cultura- como su lugar y la tarea que le co-
les más generales, propias de la so- rresponden en el universo. La reli- la práctica religiosa, las creencias, GÍA DE LA RELIGIÓN EN LA LITUKCilA.
ciedad que examina. Más específica- gión define la perspectiva en que las los sentimientos de pertenencia, las La contribución de la sociología de
mente: en sus relaciones con la teo- personas se ven a sí mismas, y sus motivaciones religiosas, los conflic- la religión puede considerarse en tres
logía se diversifican las opiniones de relaciones con la sociedad y la natu- tos, así como los grupos y las estruc- planos diversos, pero complementa-
los autores". De todos modos, "pa- raleza" 61. Paralelamente a esta defi- turas dentro de los cuales se van ins- rios. Ante todo podemos dirigirnos
rece predominar la opinión de los nición, hay sociólogos que se remi- titucionalizando y desarrollando las a la sociología para destacar el papel
que consideran la sociología de la ten a una definición sustancial de la experiencias religiosas colectivas"66. de la liturgia dentro de la vida ecle-
religión como una ciencia autónoma religión. La religión es, en este caso, sial y acentuar todos aquellos aspec-
en sus modalidades metodológicas, considerada en su relación con el tos sociales destacables en las cele-
III. Sociología de la religión braciones que pueden ayudar a com-
aunque orientada en la dirección de mundo invisible, aun reconociendo y liturgia
su investigación y en la precisión de su impacto en la sociedad. Hay que prender mejor su funcionamiento.
su objeto por indicaciones de carác- observar que estos modos de consi- 1. IMPORTANCIA Y FUNCIÓN SO- En segundo lugar, la sociología de la
ter teológico"58. Excluyendo, de to- derar la religión no ayudan excesi- CIAL DE LA LITURGIA. Como señala religión puede aportar su lectura de
das formas, el caso de manipulacio- vamente a la sociología. Es más útil Mayer, la atención predominante, los libros rituales, en particular de
nes, parece oportuno llegar a una hacer que aparezca, a partir de la también de los investigadores, frente los nuevos Ordines, fruto de la re-
iluminación recíproca de las dos dis- investigación misma, qué tipo de re- a la liturgia, entendida en su acep- forma litúrgica conciliar. En tercer
ción cristiana, se ha orientado hacia lugar, su aportación resulta útilísima
ciplinas. Lo mismo se debe decir de ligión es destacable en las diferentes para renovar la historia de la liturgia
lo que concierne a la pastoral. A este posiciones sociales; ella misma es un los tipos de elementos, situaciones,
respecto es útil recordar "que la so- objeto de estudio M. Por eso la inves- factores políticos y sociales que in- y para comprender y plantear más
ciología de la religión puede orien- tigación socio-religiosa se cualifica fluyen sobre ella. En realidad se sien- correctamente el estudio de la mis-
te la necesidad de "reflexionar sobre ma, particularmente el de los sacra-
tarse justamente en su investigación considerando al hombre y a la mujer mentos. En los tres planos, es nece-
a partir de las necesidades indicadas enfrentados con sus religiones y las todo en el posible influjo de la cele-
bración litúrgica en la vida de la so- sario subrayarlo, hará falta la ayuda
por la pastoral y, viceversa, la pasto modalidades que les acompañan en
ciedad"67. Indirectamente se ha plan- de otras disciplinas para crear una
ral se orienta en su acción por las la sociedad. Por tanto, "serán objeto teado el problema en los últimos red interpretativa interdisciplinar,
de la sociología de la religión las for-
indicaciones tomadas de la investi-
mas de relación recíproca existentes años, a impulsos de un renovado es- científicamente más eficaz, a fin de
gación socio-religiosa; en cambio se entre diversas experiencias reli- tilo celebrativo, o del fenómeno de evitar lecturas parciales y/o absolu-
excluye un tiempo de utilización que giosas y estructuras de una deter- la secularización, o de los problemas tas y sucesivas tomas de posición o
acaba en una indebida instrumenta- minada sociedad (a nivel de grupos, que plantean el marxismo y las dife- intervenciones ineficaces, cuando no
r o n y en una negación de la auto- instituciones, centros de poder, es- rentes teologías de la liberación6". poco pertinentes ™.
nomía misma de la ciencia"" Con frecuencia, las soluciones de los
tratos y clases sociales, etc.). Será diversos autores se han movido en el a) Celebraciones litúrgicas. Con-
también objeto de la sociología y de plano teórico. Las referencias histó- siderando las celebraciones como
SOrm, R E !r , G 1 Ó N : E L 0 B J E T ° DE LA la religión el análisis de las relaciones ricas pueden ayudar a sintetizar una conjuntos de ritos organizados (ges-
dS l a r ?°J
A DE LA RELIGIÓN P entre experiencias religiosas y diná-
«par todo posible equívoco, es^a bue- micas culturales (especialmente refe- respuesta, que parece, en algunos as- tos, símbolos, palabras), la sociolo-
"ISipar todo pectos, positiva; queda en pie el pro- gía distingue tres funciones dentro
socioín„ 1
- nncihlo
Sar l n m e »n„í
diatamente que la rido a modelos de cultura, usos, cos- blema de una verificación empírica de la función expresiva del rito en
no Ho a m o d e r n a ha considerado
con tumbres, valores, etc.). Por último, ?!
acerca de cómo encuentra la liturgia general . La primera es la comuni-
sido T,ly s e n e d a d 'a religión «. Ha podrá ocuparse del estudio de los una resonancia y qué resonancia en cación, entendida como acto que es-
lo m nt la a
h se Padrl T f aPO«ación
E de procesos por los que se advierte e la vida familiar, profesional, cultural tructura y constituye toda comuni-
¡ n . %W ye b e*r B a - Durk- interioriza la interacción entre reli- y política. Planteado de este modo, dad. La aproximación crítico-empí-
fluenci/n r, " " J° l a in" gión y sistema socio-cultural, a nivel el problema forma parte de ese capí- rica puede mostrar la complejidad
«°s elahn, 6 D u r k h e ¡ m - los sociólo- de sistema de personalidades (con tulo de la sociología, bastante más de las respectivas funciones de co-
ci
°n f u n ^ a r 0 n u n a l l a r "ada defini- los problemas de la socialización amplio, que considera la religión municación dentro de la misma li-
reli
«ión^e Hnral d e l a r e l i g i ó n - L a religiosa, de la pertenencia, etc.)"65. como factor de desarrollo y cambio turgia, comprendiendo los aspectos
de
su fnnr-- ne ahora
en términos Parece evidente que el objeto de la social 6«, y de este contexto se pueden verbales y no verbales; la interven-
n
a de
Pronñr" S0Cla1 con
' cretamente sociología de la religión no es \&fe o extraer paradigmas teóricos para ción concreta de las variables ; es-
nifí
cado H 1 0 n a r l a m a t r i z del sig- la gracia, "sino sus manifestaciones plantear una verificación empírica tructurales: dimensión, composición
"ÍM u r s i a s o c i e d a d . La religión es u objetivaciones en el plano obser- correcta y atenta. del grupo o del público de las asam-
ClÓnd
elrnnnH m a p a r a l a ¡nterpreta- vable y del comportamiento, como bleas, los canales de comunicación
,rnu
n d o , que articula la mito- 2. INCIDENCIA DE LA SOCIOLO- preestablecidos; ambientales: el as-
Sociología 1940
1941 Sociología
73
pecto prosémico , el contexto hu- dición a otra, paso "en el que tiene
mano en que se inserta la asam- lugar un proceso de profunda trans- b) Los libros rituales. El análisis y una lectura más completa del fe-
blea '", y también el amplio problema formación del individuo dentro del sociológico ha afrontado en estos úl- nómeno de la reforma litúrgica.
del simbolismo. La segunda función significado colectivo, y la responsa- timos años, con bastante rigor, aun-
es la socialización, entendida como bilidad estructural del status social que con límites evidentes, las pro- c) Historia litúrgica. Todavía
proceso por el que a un individuo se en que el sujeto es introducido" 80 ; blemáticas inherentes a una sociolo- hay que recorrer un largo camino
le transmiten los valores, normas, 2) La fiesta, considerada desde el gía del tema religioso, preocupada para llegar a tener una historia del
actitudes y comportamientos del punto de vista del sujeto, entendido por llegar a una teoría del modo de culto cristiano, y en particular de la
grupo social que lo acoge o en el que como la colectividad mediante la producción de este tema ". Poner en liturgia, más atenta a los cambios
está inserto ". En referencia a la li- que se difunde el acto de la fiesta y claro la ideología presente en tal correlativos de la iglesia y de la so-
turgia, se debe leer el proceso como adquiere un significado; y del objeto, tema, la presencia activa del produc- ciedad. Gracias a las investigaciones
cognoscitivo, pero sobre todo como aquello a lo que se dirige la celebra- tor del mismo, que construye su mun- de G. Le Bras, sobre todo en Fran-
interiorizador de los valores y las ac- ción y el tiempo en que se celebra, do social en relación con otros acto- cia, la relación entre historia y so-
titudes religiosas. La aproximación con la preocupación de encontrar, si res; la relación entre análisis del ciología de la religión experimenta
sociológica ayudará a leer mejor el es posible, una puerta abierta entre tema y análisis de las posiciones ocu- desarrollos notabilísimos '5, entre
proceso incluso en sus componentes lo sagrado y lo profano 8I ; igualmen- padas por los actores en el campo otras cosas por la singular aporta-
de violencia simbólica n. La tercera te su componente económico 82 , sin de producción del mensaje religio-
excluir una interpretación no estric- ción de las contribuciones metodo-
función es la pertenencia religiosa, so: éstos son algunos aspectos que
que se califica como actitud psico- tamente religiosa como la marxis- lógicas y de ampliación de conteni-
se refieren al uso social de la pala- dos de E. Poulat ,6 . El proceder de
social de un miembro en su conexión ta83; 3) El sacrificio en su fundamen- bra *".
con su grupo religioso77. En la litur- talidad, características y naturaleza estas investigaciones deja ya adivinar
gia, la contribución sociológica pue- específica dentro de un grupo social La mayor parte de la investigación la necesidad de una revisión global
de poner de manifiesto diversos ti- o comunidad 84 ; 4) La eficacia sim- se ha dirigido al análisis de temas de los textos de historia litúrgica,
pos de pertenencia según que los sus- bólica en sus relaciones con la magia enunciados dentro de un grupo reli- para que sepamos tener en cuenta
cite o los favorezca. En este contexto y sus eventuales diferencias8'; 5) El gioso en una posición de gran legiti- tanto la descripción de aconteci-
puede aparecer el problema de los problema de la religión, religiosidad, midad o en el ejercicio de esta legiti- mientos particulares del pasado como
papeles dentro de la celebración: piedad popular, en referencia a las midad, en particular en el momento la elaboración de leyes generales".
desde el de los laicos, en general, en transformaciones litúrgicas de las ce- ritualizado de la homilía ". No faltan Obviamente, el proyecto se inscribe
los diversos ministerios, al histórica- lebraciones oficiales o a las celebra- intentos de ensanchar la investiga- en el ámbito más amplio de la reno-
mente problemático de la mujer78, o ciones de grupos elitistas, considera- ción, sea a la eucologio en sí mis- vación de la investigación histórica,
también el tan complicado del cate- das globalmente como celebraciones ma "-, sea, más tímidamente, a los ri- que se muestra tan sensible a la
cumenado de los adultos 7 '. De re- rechazadas por las masas populares, tos nacidos de la reforma litúrgica ". aportación de la sociología ". En el
chazo puede considerarse el proble- bien porque éstas deserten del culto Sociólogos y semiólogos están de cuadro expuesto aparece en toda su
ma de la densidad de los grupos que oficial, bien porque se refugien en acuerdo en este trabajo "por consi- actualidad la incidencia de la histo-
celebran para una participación real, formas rituales tradicionales. Aquí derar el texto como un producto so- riografía que se refiere a la sociología
sin olvidar el fenómeno de las asam- encuentra su justa importancia la cial cuyo sentido se encuentra ahora de la religión para el tratamiento
bleas dominicales. También para otra cara de la moneda, la seculari- en su modo de aparecer al lector, y teológico, y el sacramental en parti-
esta última problemática parece evi- zación, entendida en toda su proble- que de hecho escapa parcialmente a cular. Ya M.-D. Chenu señalaba a
dente que el problema de las funcio- maticidad86; 6) La relación y com- los autores"' 4 . Lo que interesa en
este tipo de análisis es el funciona- la sociología de la religión la tarea
nes es interdependiente y al mismo prensión del binomio palabra-rito de indagar los contextos socio-cul-
tiempo abigarrado. Todavía quedan dentro de las prácticas sociales "7; 7) miento del texto, tanto en su emisión
o producción por parte de un deter- tuales dentro de los que se elabora-
más posibilidades de incidencia de La música ritual considerada en su ron las fórmulas dogmáticas *, y hoy
la sociología en la realidad celebra- producción y reproducción, en rela- minado agente social como en la re-
cepción del texto a través de otro podemos añadir la de indagar las di-
tiva. ción con el proceso de evolución his- versas situaciones humanas, en sus
tórica de la sociedad humana ecle- agente social, o la correspondiente
práctica (escucha, rechazo, partici- evoluciones, a las que se refieren los
Sin ser exhaustivos, se puede se- siástico-eclesial, así como en el sen- sacramentos, así como las variabili-
ñalar su aportación para: 1) Los ri- tido que desarrolla en la asamblea pación...). El desarrollo de la pers-
pectiva señalada (microsociología), dades dentro de los mismos en refe-
tos de tránsito (iniciación..., matri- en referencia a particulares ambien- rencia al cambio social o eclesial m .
monio..., muerte), examinados como tes sociales o a determinadas catego- aun debiéndose armonizar con la
investigación sociológica habitual Probablemente con la ayuda de
prácticas religiosas que, como en las rías respecto a otros ambientes u estas investigaciones se podrá acla-
más diversas sociedades, acompañan otras categorías 88 . (macrosociología), permite un análi-
sis más cuidadoso del funcionamien- rar más de un aspecto de estas cele-
el paso de un individuo de una con- braciones que estructuran también
to de la liturgia como relación social
al hombre social, tanto en referencia
Sociología 1942 1943 Sociología
4
a la herencia histórica como a la 17, 1-45 con suficiente bibl. — L. Voyé, So- de la psicología, en cuanto que considera al in- 1971; // lavoro sociale, Newton Compton,
adaptación contemporánea. ciologie et religión... (nota l) 306 — 5 F. Fer- dividuo humano como miembro del grupo más Roma 1972; 11 suicidio... UTET, Turín 1969 —
11
rarotti, Prefazione, en F. Ferrarotti, R. Cipria- hicn que al individuo como organismo o agente Cf en part. Economía y sociedad, 2 vols.,
ni, Sociología del fenómeno religioso, Bulzoni, fínicamente dotado e irrepetible, en el cuadro Fondo de Cultura Económica, México 1944.
Roma 1974, 10: cf toda la documentación que »U' un determinado ambiente; de la antropología Sobre el autor, cf F. Ferrarotti, Max Weber e il
NOTAS: ' Sociologie et religión. Pour clarifier el autor ilustra en las páginas notables de la < ultural, en cuanto que centra el propio interés destino della ragione, Laterza, Bari 1971, Acer-
les relations entre sociologues et théologiens, en Introduzione 5-13 — 6 Cf, por ejemplo, F. Fe- MI el hombre como agente social y creador de ca de su influencia aun hoy cf VV.AA., Max
RTL 10 (1979) 305-323. Creo justo señalar que, rrarotti, Trattato di sociología (nota 2) 1-240; instituciones sociales, dejando en la sombra Weber e la sociología oggi, Jaca Book, Milán
dentro de la misma ciencia, enfoques, concep- A. Izzo (dir.), Storia delpensiero sociológico I: i'l ros aspectos de su actividad; de la economía, 1969 — M Cf en part. Formas y equilibrio so-
tos, corrientes, aparecen de hecho complejos y Le origini; II: l classici; III: I contemporánea II i n cuanto que renuncia a la consideración, típi- ciales, Revista de Occidente, Madrid 1967; cf la
no siempre cristalinos: cf, por ejemplo, F. Bour- Mulino, Bolonia 1977; del II y III vol. se hizo * a de los economistas clásicos, del hombre presentación de su pensamiento en F. Ferrarot-
ricaud, Sociologie, en Encyclopaedia Universa- una reimpresión en 1981. Para las transforma- > orno homo oeconomicus, accionado esencial- ti, Trattalo di sociología (nota 2) 193-211 —
15
iis 15, París 1977, 72-73; cf también A.W. Gould- ciones más importantes del saber, de la teoría, mente por el cálculo hedonista según un esque- Sociologie I: Les développements..., en Ency-
ner, La crisis de la sociología occidental, Amo- de los conceptos de la sociología de nuestro ma de puro racionalismo; del derecho, en cuan- clopaedia Universalis 15, París 1977, 75 —
rrortu, Buenos Aires 1979 — 2 Acerca del siglo, cf F. Barbano, Trasformazioni e tipi della lo que busca el contenido sociológico real déba- 16
Es fundamental la obra de P.A. Sorokin, So-
problema y de la utilización de los instrumentos teoría sociológica contemporánea, en VV.AA., lo de la abstracta precisión de las fórmulas cial Mobility, Harper & Bros, Nueva York
estadísticos en sociología, cf, por ejemplo, M. Questioni di sociología I, La Scuola, Brescia liirídicas, incluyendo en el propio examen acti- 1927; cf también A. Carbonara (a cargo de),
Young, Scientific Social Surveys and Research, 1966, 15-182. Del mismo autor cf la reseña bibl. tudes y comportamientos sociales difusos, Stratificazione e classi sociali, II Mulino, Bolo-
Prentice-Hall, Englewood Cliffs, Nueva York Regioni, autori ed anni della sociología. Saggio como, por ejemplo, la moda, que no son jurídi- nia 1971; P. Crespi, La stratificazione sociale,
19613; M. Boldrini, Statistica. Teoría e metodi, bibliográfico, ib, II, 741-790; la reseña compren- camente codificables; y, en fin, de la historia, en en Questioni di sociología II (nota 6) 55-98; V.
Giuffré, Milán 1958; V.D. Miani-Calabrese, Me- de estudios hasta el año 1965 — 7 La sociolo- cuanto que mientras que la historia tiende a Capecchi, La misura della mobilitá sociale, ib,
todología statistica e statistica di fenomeni so- gía. Storia. Concetti. Metodi, ERI, Turín 19776, individualizar el fenómeno que estudia, o sea, a 99-142. Para una primera información, cf F.
ciali, Giuffré, Milán 1958; V. Capecchi, Analisi 20 — 8 "a) La noción dogmática, aun metafísi- constatar el suceso como único e irrepetible, la Ferrarotti, Societá nota (3) 94-102 — l7 Cf, por
qualitativa e quantitativa in sociología, en Qua- ca, de 'ley científica' deja el paso a la noción de sociología tiende a generalizar, comparando fe- ejemplo, F. Demarchi, Organizzazione e buro-
derni di sociología 2 (1963) 171-200; el autor 'uniformidad tendencial', válida sólo en sentido nómenos y sucesos análogos de distinta época, crazia, en Questioni di sociología II (nota 6)
trata de la cuantificación de los datos cualitati- probabilista; b) La explicación científica no es II fin de deducir los elementos comunes, repetí- 361-419, con amplías orientaciones bibl., y la
vos con amplia bibl.; F. Ferrarotti, Trattato di ya mono-causal, sino poli-causal; c) En último bles y, por tanto, en cierta medida previsi- voz de A. Scivoletto, Organización, en DiS
sociología, UTET, Turín 19742, en part. Appen- análisis, la estructura de la explicación científica bles" — l0 Cf, por ejemplo, la síntesis de las 1209-1218 — l8 Una buena panorámica concer-
dice I. Brevi cenni intorno all'uso del método poli-causal se presenta como una explicación imágenes predominantes, emergentes de los es- niente al problema de los conflictos: A. Tourai-
statistico-matematico nell'analisi quantitativa condicional; d) Cae la distinción o, mejor, la tudios sociológicos, que da Ferrarotti, Societá ne, Conflits sociaux, en Encyclopaedia Univer-
dei fenomeni sociali, 567-708; F. Vaccina, Evi- separación cualitativa entre ciencias de la natu- (nota 3) 31 — " Cf, para una visión general del salis 4, París 1976, 856-867 — l9 De este famo-
tabilitá e inevitabilitá dell'errore, en G. Trentini raleza... y ciencias de la cultura o sociales...; e) pensamiento sociológico, además de los estu- sísimo sociólogo americano, cf sus obras
(dir.), Manuale del colloquio e dell'intervista, Principia la concepción del conocimiento cien- dios señalados en la nota 6, también R. Aron, fundamentales: La estructura de la acción so-
Mondadori, Milán 1980, 9, 1-34. Para la socio- tífico como productor de 'modelos', que no se l¿s étages de lapensée sociologique, Gallimard, cial, 2 vols., Guadarrama, Madrid 1968, y El
logía de la religión, cf el estudio de P. De San- limita ya a la reproducción de la 'naturaleza' in París 1967; también L. Cavalli, // mutamento sistema social, Revista de Occidente, Madrid
dre, Sociología della religiositá. Introduzione al vitro, es decir, en laboratorio, sino que inventa, sacíale..., II Mulino, Bolonia 1970, con un apén- 1966; cf también los estudios críticos sobre el
método e alie tecniche della ricerca, pref. di. más que descubrir, la naturaleza misma, simula dice bibl. actualizado en 1978; G. Duncan Mit- autor de M. Marotta, // contributo di Talcott
S.S. Acquaviva, AVE, Roma 1967, con amplia sus procedimientos, produciendo directa o autó- chell, Historia de la sociología, 2 vols., Guada- Parsons alia sociología genérale e alie sociologie
documentación incluso bibl. Puede ser útil a nomamente fenómenos...;/) Se formula un nue- irama, Madrid 1973; F. Ferrarotti, El pensa- speciali, en Rassegna italiana di sociología 4/2
nivel parroquial. Cf también J. Maítre, Socio- vo concepto de espacio y tiempo como catego- miento sociológico de Comte a Horkheimer, (1963) 239-293; P. Almondo, L'oggetto delta teo-
logie religieuse et méthodes mathématiques, Pa- rías no separadas ni separables...; g) se elabora Edicions 62, Barcelona 1975; D. Martindale, ría genérale di Talcott Parsons, ib, 16/2 (1973)
rís 1972 — 3 J. Sutter, Opinions des Francais el concepto de 'campo', que lleva a la identifica- Tipología e storia della teoría sociológica, II 185-224 — 2Ü Entre las obras del autor hay que
sur leurs croyances et leurs comportements reli- ción de la masa con la energía; h) se confirma la Mulino, Bolonia 1968, y la obra de P.A. Soro- señalar en especial su Tratado de sociología, 2
gieux, en MD 122 (1975) 59-83; y además, en teoría de la relatividad, que considera la misma kin, Storia delle teorie sociologiche, Cittá Nuo- vols., Kapelusz, Buenos Aires 1962, y La voca-
este contexto, me parecen útiles las observacio- ciencia clásica como un caso-límite de la relati- va, Roma 1974, 2 vols. Los autores señalados ción actual de la sociología, Fondo de Cultura
nes de F. Ferrarotti, Societá, Osear Mondadori, vidad": F. Ferrarotti, Societá (nota 3) 6-7. Los presentan, quien preconceptos interdisciplina- Económica, México 1953; cf el estudio de P.A.
Milán 1980, 45-46: "La poca importancia cien- puntos que yo he citado son los precisados lue- res, quien una visión incompleta de las escuelas, Sorokin, La dialectique empirico-realiste de
tífica del sondeo está ligada a la falta de un go por el autor y engloban lo que en estadios quien parcialidad en la elección de los autores; Georges Gurvitch, en VV.AA., Perspectives de
claro y continuo recurso a la teoría sociológica, precedentes él había avanzado. Con fundamen- de aquí la necesidad de una lectura integradora la sociologie contemporaine. Hommage a G.
que sustenta y plantea la encuesta, a su inade- to argumental, mientras el concepto de ciencia de cada uno de los estudios. De A. Comte cf Gurvitch, PUF, París 1968, 427-444 — 2I M.
cuada conceptualización y a las carencias de se amplía, nos damos cuenta de que engloba ya Curso de filosofía positiva, Magisterio Español, Garzia, Sociografía, en DiS 1588; cf toda la
una elaboración sistemática de los datos recogi- también a las ciencias sociales. Entre éstas a la Madrid 1977; de K. Marx cf G. Poggi (a cargo voz; para una primera idea de esta orientación,
dos, que suelen hacer del sondeo un mero in- sociología — 9 Es útil señalar las posibles dife- de), Karl Marx. Antología degli scritti socioló- cf 1588-1593; subrayo lo que afirma el autor en
ventario de datos cuya utilidad, en orden a la renciaciones de la sociología en relación con gica II Mulino, Bolonia 1977; de H. Spencer cf p. 1588: "Actualmente, la palabra sociografía
comprensión significativa de los fenómenos in- algunas ciencias, pues de este modo aparece con la presentación de F. Ferrarotti, Traítado di no es de uso muy común, refiriéndose más bien
vestigados, con frecuencia sigue siendo total- más claridad la identidad de la misma. En esto sociología (nota 2) 79-92, con correspondiente a los estudios descriptivos de tipo cualitativo y
mente problemática". Para algunas precisiones me sirvo de las ilustraciones de F. Ferrarotti, hibl. de las obras de autor — n En realidad, en cuantitativo" — n Cf los temas que presenta
en torno a la entrevista, al coloquio o al sondeo La sociología... (nota 7) 25: es posible "distin- el caso de Durkheim se habla de tres fases de su F. Ferrarotti, Societá (nota 3) 75-295; natural-
de opinión, cf G. Trentini, Tassonomia genérale guir la sociología de la filosofía social, en cuanto pensamiento: cf F. Ferrarotti, Trattato di so- mente hay que observar que el autor distingue
del colloquio e dell'intervista, en G. Trentini que es ciencia de observación y no se propone ciología (nota 2) 121-139; por lo que se refiere a estos sectores de la sociología describiendo la
(dir.), Manuale del colloquio... I, 1-52; G. Pel- en primer lugar, como tarea fundamental, valo- la orientación por mí señalada, cf en part. Bre- pluralidad de enfoque tanto de las investigacio-
licciari, L'intervista nella ricerca sociológica, ib, ración normativa o juicios propiamente éticos; viario di sociología, Newton Compton, Roma nes como de los métodos — 2i F, Ferrarotti,
Sociología 1944 Sociología
1945
Traitaw di sociología (nota 2) 534-535; cf tam- ciología de Goffman en las pp. 13-100 — 38 Q -
bién las pp. 515-564, en las que se sitúa históri- el análisis crítico de P.P. Giglioli, Sel/e intera- de lapratique religieuse en Trance, PUF, París Social Compass 20 (1973) 535-551 — 65 G. Mi-
camente el desarrollo de la sociología crítica; cf zione nella sociología di E. Goffman. Introdu- 1942-45, 2 vols.; Eludes de sociologie religieuse, lanesi, Sociología de la religión (nota 54) 14 —
también más sintéticamente, Id, Socieía (nota zione a E. Goffman, en E. Goffman, Modelli ¿- PUF, París 1955-56, 2 vols. - 52 Cf la útil pa- 66
Ib, 14 — 67 H.B. Meyer, Significado social
3) 60-74. También en el campo litúrgico ayuda interazione (nota 36) VII-XXXVII — 39 R. Ci- norámica de F. Ferrarotti, Socieía (nota 3) 240- de la liturgia, en Con 92 (1974) 193-211 — ^ Cf
el prestar atención al uso alternativo del mate- priani, G. Rinaldi, P. Sobrero, II símbolo con^ 249 — 53 Remito en part. a H. Carrier, E. Pin, la reseña de D. Sartore, Celebrazione e impe-
rial histórico propuesto por el autor. A este res- teso. Simbolismo político e religioso nelle cuU Sociologie du christianisme. Bibliographie in- gno, Rassegna bibl, en VV.AA., Celebrare il mis-
pecto cf, también Id, Storia e storie di vita, ture di base meridionali, Ianua, Roma 1979, \\ íernationale (1900-61), Presse de l'Université tero di Cristo..., Dehoniane, Bolonia 1978, 163-
Laterza, Bari 1981; fue publicado con anteriori- El estudio-análisis realizado por los autores, de, tírégorienne, Roma 1964, y a las actualizacio- 190 — 69 Cf, por ejemplo, G. Milanesi, Socio-
dad un extracto del libro: Una metodología so- jando aparte el hecho de emplear aún las cate- nes: H. Carrier, E. Pin, A. Fasola-Bologna, So- logía de la religión (nota 54) 77-92, con bibl. —
70
ciológica come técnica dell'ascoho, en Critica gorías dicotómicas gramscianas hegemónico- ciologie du christianisme (Supplément 1962-66), Cf las indicaciones de F. Ferrarotti, Socieía
sociológica 56 (invierno 1980-81) 17-46. En esta subalterno, es de gran interés. Como refiere ib, 1968; repertorios incompletos y siempre ve- (nota 3) 243-245; para una confrontación-cola-
última aportación suya Ferrarotti añade otras A.M. Di Ñola en la Prefazione 5: "La novedad rificables — 54 G. Milanesi, Sociología de la re- boración con las demás sociologías, cf H. Des-
precisiones a las ya hechas en el Trattato — de las posiciones teóricas está en el enfoque —-a ligión. Central Catequética, Madrid 1974 — roche, Sociologies religieuses, PUF, París
24
La conveniencia de que este tipo de investi- base de materiales que podemos designar gené- " Cf J. Séguy, Suggeslions pour une sociologie 1968 — 7I Cf las aportaciones de F. Houtart,
gación tenga como presupuesto inseparable una ricamente como demológicos— según las líneas des liíurgies chréíiennes, en Archives de socio- Aspecís sociologiques du role de la liíurgie dans
sociología de la religión, y viceversa, lo han de una lectura 'simbólica' que implica el descu- logie des religions 22 (1966) 145-151; varias apor- la vie ecclésiale: communication, socialisation,
aclarado P.L. Berger-T. Luckmann en su ensa- brimiento o la revalorización de las datidades taciones en H.B. Meyer (dir.), Liíurgie und Ge- appartenance, en MD 91 (1967) 77-105; S.S.
yo La construcción social de la realidad, Amo- reales" — ^ Cf importantes aportaciones en Ac- sellschafi, Tyr o lia-Verlag, Innsbruck 1970; Acquaviva, El eclipse de lo sagrado en la civili-
rrortu, Buenos Aires 19795 — 25 F. Ferrarotti, tes de la I4e Conférence Internationale de socio- VV.AA., Approches sociologiques de la liíurgie, zación industrial, Mensajero, Bilbao 1972, 278-
Trattato di sociología (nota 2) 280 — 26 No tra- logie des religions, Strasbourg 1977. Symbolis- en MD 107 (1971)62-74; F.A. Isambert, Refor- 281, y sobre la función expresiva del rito, cf T.
taré de encasillar cada uno de los temas en una me religieux, séculier et classes sociales,., me liturgique et analyses sociologiques, en MD O'Dea, Sociología della religione, II Mulino,
orientación cualquiera, sino de presentarlos en C.I.S.R., Lille 1977, en part. F. Isambert, Dií 128 (1976) 76-110 — 56 Sociología de la religión Bolonia 1968, 67-70 — 72 Cf la segunda parte
su valencia inmediata — " Cf D. Mamo, Tra- mension social du symbole, 9-28. Debe recor- (nota 54) 11-12 — 57 Cf Théologie et sciences del estudio de E. Costa j r , Isimboli baiíesimali:
dición, en Dis 1726-1732 — 28 Cf, por ejemplo, darse también el análisis teórico de H.J. Heíle sociales, en Social Compass 17 (1970) 261-308, una analisi del rituale, en RL 67 (1980) 386-
R. Courtas, F.A. Isambert, Eíhnologues et so- Soziologie und Symbol. Ein Beitrag zur Hand- y las referencias bibl. de O. Schreuder, Works 392 —- 73 Cf O.M. Watson, Comporíamenfo
ciologues aux prises avec la notion de "populai- lungstheorie und zur Theorie des sozialen Wan- on Sociology and Theology, ib, 329-334, y de L. prossemico, Bompiani, Milán 1972, bibl. 156-
re", en MD 122 (1975) 20^2, y C. Prandi, Po- deis, Westencher Verlag, KSln-Opladen 1969 -_ Dani, Religión, en DiS 1460-1471 — 58 G. Mi- 158 — 74 Cf VV.AA., Liturgia et communautés
pulare, en Enciclopedia 10, Einaudi, Turín
41
Al respecto se había planteado ya el proble- lanesi, Sociología... (nota 54) 12 — 59 Ib, 13 — humaines, Centurión, París 1967 — 7S Ver la
m
1980 — 29 "Con el término socialización se in- ma fundamental de cómo poder utilizar un sis- Cf tanto la Introduzioni como la antología nota 29 — 7ft P. Bourdieu, J.C. Passeron, La
dica el proceso mediante el cual se transmiten a tema válido de análisis: cf S.G. Wieting, Mytfr de D. Zadra, Sociología della religione. Testi e reproduction..., Ed. de Minuit, París 1970 —
77
un nuevo miembro de un grupo social los valo- and Symbol. Analysis of Claude Lévi-Strauss documenti, Hoepli, Milán 1969; R. Cipriani, El problema de la pertenencia lo afronta H.
res, normas, actitudes y comportamientos com- and Víctor Turner, en Social Compass 19 (1972) Per una definizione dell'ambito della sociología Carrier, Psicosociologia dell'apparíenenza reli-
partidos por los miembros ya existentes del mis- 139-154 — 42 A título de ejemplo, cf E.W. della religione: da Durkheim a Yinger, en So- giosa, LDC, Turín 1966; es notable la contribu-
mo grupo": B. Tellia, Socialización, en DiS Bock, The Transformador! of Religions ciología 11/2-3 (1977) 141-150 — fii Además de ción sociográfica y teórica de E.J. Pin, La reli-
1569. Cf también el estudio crítico de V. Cesa- Symbols: A Case Study ofSt. Nicholas, ib, 537- las obras ya indicadas en la nota 12, cf Le forme giosiiá dei romani, Dehoniane, Bolonia 1975; cf
reo, Socializzazione e controllo sociale. Una cri- 548; F. D'Agostino, Immagini della morte e eos- elementari della vita religiosa, Newton Comp- también la voz de F. Demarchi, Períenencia, en
tica alia concezione dell'uomo ultrasocializzato, truzione simbólica della realta a Colle SannitQ ton, Roma 1974, y el vol. en colaboración con DiS 1266-1285 — 78 Para situar el problema cf
F. Angelí, Milán 1977 — 30 En sociología se en Sociología 11/1 (1977) 51-80; J. Rémy* M. Mauss, Sociología e antropología, Newton la voz Femme, en Enciclopaedia Üniversalis 6
usa casi exclusivamente para referirse a la acti- Symboles et rituels. Liaison entre une triple Compton, Roma 1976; para una síntesis del pen- (1976) 973-1010 — 79 Cf para la problemática
tud de las personas frente a los grupos religio- dynamique, en The Annual Review of the So- samiento del autor en referencia al fenómeno S. Maggiani, Aspetíi antropologici nel "Rilo
sos, actitud que comprende la experiencia reli- cial Sciences of Religión 2 (1978) 125-142 ^ religioso, cf F. Ferrarotti, R. Cipriani, Sociolo- delTiniziazione cristiana degli adulii", en RL 66
giosa en sus aspectos sociales — 31 Cf las con-
43
R. Cipriani..., fl símbolo conteso... (nota 39) gía... (nota 5) 17-38. La importancia del pen- (1979) 466-469,en part. la nota 49 — *° D. Za-
tribuciones aparecidas en Communications 18 18 — M F. Ferrarotti, R. Cipriani, Sociología samiento del autor para la reflexión litúrgica dra, Iniroduzione, en V.W. Turner, Ji processo
(1972) 1-193, todas sobre el argumento — 32 E. del fenómeno religioso (nota 5) 6-7 — 45 Cf la señala J.-Y. Hameline, Séleclion de íextes rituale..., Morcelliana, Brescia 1972, 13; es im-
Morin, L'événemení-sphinx, en Communica- S.S. Acquaviva, The Rupture between Theory sociologiques sur la célébraíion. Durkheim portante la lectura de Turner para los ritos de
tions, cit, 190 — 33 La connaissance de l'évé- and Verification in the Theses of Invisible Reli- eí Mauss, en MD 106 (1971) 111-131 — tránsiío, en part. 111-216. Para la teoría funda-
62
nement, en VV. AA., Perspectives de la sociolo- gión, en Actes de la IT C./.S.R., Lille 1971, Además de las referencias bibl. de la nota 13, mental, cf A. van Gennep, / riti di passaggio,
gie... (nota 20) 166 — 34 Cf la voz de R. Gubert, 561-572 — 46 Cf al respecto en part. R.K. Mer- cf Sociología delle religioni, a cargo de Ch. Se- Boringhieri, Turín 1981, y la lectura interpreta-
Sistémica, en DiS 1546-1559 — 35 Cf, por ejem- ton, Teoría y estructura sociales, Fondo de Cul- bastian! (lntr. de F. Ferrarotti), UTET, Turín tiva también para la liturgia de J-Y. Hameline,
plo, las indicaciones de P.-M. Gy: Problemes tura Económica, México 1964, y el estudio de 1976, 2 vols.; sobre el pensamiento del autor cf Relire van Gennep... Les riles de passage, en
de théologie sacramentaire, en MD 110 (1972) D. Zadra, Sociología della religione: rapporti la notable aportación de L. Cavalli, Max We- MD 112(1972)133-137 — 8I Cf F.A. Isambert,
133-134 — 36 Entre las obras del autor cf en attuali tra teoría e ricerca, en Scienze sociali 1 ber, religione e socieía, II Mulino, Bolonia 1968; Notes sur la féte comme célébraíion, en MD
part. La presentación de la persona en la vida (1970) 27-70 — 47 Cf la nota 19 — 48 Cf del para una síntesis cf F. Ferrarotti, R. Cipriani, 106(1971) 101-110; Féte, en Enciclopaedia Üni-
cotidiana, Amorrortu, Buenos Aires 1971; Re- autor, Sociología della religione, Boringhieri, Sociología... (nota 5) 39-77. La importancia del versalis 6 (1976) 1046-1051; V. Valeri, Festa, en
laciones en público, Alianza, Madrid 1979; Mo- Turín 1965; The Scientific Study of Religión, pensamiento del autor también para la liturgia Enciclopedia 6 (1979) 87-89 — B2 Cf, por ejem-
delli di interazione, II Mulino, Bolonia 1971; cf MacMillan, Nueva York 1970 — 49 Cf la sínte- la indica J.-Y. Hameline, Sur la genése desfor- plo, V. Teti, II pane, la beffa e la festa..., Gua-
también, por la temática afín, P. Berger-T. Luck- sis del pensamiento del autor, Sociologie reli- mes du cuite et de la priére. Perspectives de raldi, Florencia 19782, bibl. 359-368 — 83 Cf,
mann, La construcción social de la realidad gieuse, Payot, París 1951 — 5Ü Sociology of Max Weber, en MD 109 (1972) 123-136 con por ejemplo, A. Rossi, La feste dei poveri, La-
(nota 24) — 37 Cf M. Wolf, Sociología della Religión, Kegan, Londres 1947; Types of Reli- bibl., p. 126-127 — 63 G. Baum, Definiciones terza, Bari 1969 — M C í e n part. H. Hubert,
vita quotidiana, Espresso Strumenti, 1979, 1- gious Experience, Chicago University Press sociológicas de la religión, en Con 156 (1980) M. Mauss, Essai sur la nature et lafonction du
11; el autor presenta un buen análisis de la so- 1951 — 5I Cf en part. Introduction a l'histoire 351 — M Cf K. Dobbelaere, J. Lauwers, Defi- sacrifice, en M. Mauss, Oeuvres I: Lesfonctions
nilion of Religión. A Sociológica! Critique, en sociales du sacre, Ed. De Minuit, París 1970,
Sociología 1946 1947 Sociología
94
193-354, y la voz con bibl. de R. Bastide, Sacri- Id, Reforme liturgique... (nota 55) 94 — ximación a ia realidad de la parroquia urbana, cilium" 142 (1979) 171-187; Sastre García V.J.,
fice, en Encichpaedia Universalis 14, 583- 95
Cf, para enmarcar la investigación, E. Passe- en í 'Phase"87 (1975) 165-187; Floristán C , Rit- La base de las investigaciones sociológicas, en
585 — 85 Cfel estudio importante de F.A. Isam- rin D'Entréves, Sociología e storia religiosa, en mos litúrgicos y ritmos de sociedad, en "Phase" "Concilium" 122 (1977) 245-251; Roggero E.,
bert, Rite et ef/icacité symbolique. Essai d'anthro- Sociología 2/1 (1968) 151-162; C. Langlois, Des 115 (1980) 39-49; Fürstenberg F., Sociología de Sociología de la religión, en DTI 4, Sigúeme,
pologie sociologique, Cerf, París 1979, y las études d'histoire ecclésiastique lócale a la socio- la religión. Sigúeme, Salamanca 1976; HUÍ M., Salamanca 1982, 373-389; Schmidt H., Liturgia
aportaciones de P. Bourdieu, Esquisse d'une logie religieuse historique. Réflexions sur un Sociología de ¡a religión, Cristiandad, Madrid y sociedad moderna: análisis de la situación ac-
théorie de la pratique, Droz, Ginebra 1972; Le siecle de produclion historiographique, en 1976; Martínez P., Liturgia y sociedad de con- tual, en "Concilium" 62 (1971) 171-186; Tena
langage autorisé, note sur les conditions sociales R.fí.EF. 2(1976)329-347. Cf también B. Plon- sumo, en "Phase" 71 (1972) 421-431; Mattai G., P., ¿Es realmente válida la parroquia urbana?,
du discours rituel, en Actes de la recherche en geron, Religión et sociétés en Occident (XVf- Sociología (y espiritualidad), en NDE, Paulinas, en "Phase" 87 (1975) 188-192; El lugar de la
sciences sociales 5-6 (1975) 183-190; cf también XX3 siécles). Recherches francaises et tendances Madrid 1979, 1317-1329; Matthes J., Introduc- liturgia en nuestra situación eclesial, en "Phase"
la útil reseña de A. De Spirito, Magia, scienza e internationales (1973-1977), C.D.S.H., París ción a la sociología de la religión 1-2, Alianza 99/100 (1977) 277-306 y 307-316 (Mesa redon-
religione in alcune interpretazioni contempora- 1980 — % Cf, por ejemplo, la aportación So- Universidad, Madrid 1971; Meyer H.B., Signi- da); VV.AA., Liturgia y comunidades de base,
nee, en Sociología 9/2 (1975) 75-110 — %b En ciologie religieuse et histoire, en Actes de la Xf ficado social de la liturgia, en "Concilium" 92 en "Phase 52 (1969) 329-430; VV.AA., Fe cris-
la ya vasta bibl. indico algunas contribuciones, C.l.S.R. (nota 45) 425-430; Église contre bour- (1974) 193-211; Orensanz L., Religiosidad po- tiana y cambio social en América Latina, Si-
expresiones de enfoques diversos del problema, geoisie. Introduction au devenir du catholicisme pular española (1940-1965), Editora Nacional, gúeme, Salamanca 1973; VV.AA., Catolicismo
Madrid 1974; Pasquier A., Sociedad de inicia- en España. Análisis sociológico, Instituto de So-
para que sirvan de orientación: cf D. Sartore, actuel, Casterman, París 1977 — 9? Algunos as-
ción, sociedad en busca de iniciaciones, en "Con- ciología Aplicada, Madrid 1985.
Panorámica critica del dibattito attuale sulla pectos de la investigación están más desarrolla-
religiositá populare, en VV.AA., Liturgia e reli- dos que otros; por ejemplo, la familia, la muer-
giositá popolare..., Dehoniane, Bolonia 1979; te, la religiosidad popular...; también algunos
R. Cipríani (dir.), Sociología della cultura po- períodos históricos; puede consultarse una bibl.
pulare in Italia, Liguori, Ñapóles 1979; Collo- escogida en el buen estudio de M. Ménard, Une
ques Internationaux du C.N.R.S., La religión histoire des mentalités religieuses aux XVIF et
poputaire... C.N.R.S., París 1979, en part. 283- XVIIP siécles..., Beauchesne, París 1980, 427-
367; cf, referente a la secularización, F. Ferra- 439; es útil desde el punto de vista metodológico
rotti, R. Cipríani, Sociología... (nota 5) 79-182, C. Langlois, Sociologie religieuse historique et
y L. Dani, Secularización, en DiS, 1492- religión popular, en CNRS, La religión popu-
1499 — 87 Cf, por ejemplo, J.-Y. Hameline, Pa- laire... (nota 86) 325-334 — 98 Cf ía panorámica
rola e rito, en Servitum 9 (i 975) 601 -602; P. Bour- problemática de A. Porro, Historia, en DiS 827-
dieu, Le sens pratique, en Actes de la recherche 839; luego, en orden de edición; Ch. Samaran
en sciences sociales 1 (1976) 43-86 — u Para (dir.), L'histoire et ses méthodes, Encyclopédie
una panorámica general del estado actual de la de La Pléiade, París 19672; J. Le Golf, P. Nora,
sociología de la música, incluida la litúrgica, cf Faire de l'histoire, PUF, París 1974; P. Veyne,
VV.AA., La sociología della música. Antología Cómo se escribe la historia. Ensayo de episte-
e saggio introduttivo, de A. Serravezza, mología, Fragua, Madrid 1972. Contribuciones
EDT/Música, Turín 1980, con amplia bibl., útiles en Aut-aut 181 (1981), y en íntersezioni 1/1
219-316. Por lo que se refiere a la música ritual, (1981) -"La parole de Dieu, I: La foi dans
cf también G. Stefaní, L'espresione vocale e mu- l'intelligence, Cerf, París 1964, 563-568. El autor
sicale nella liturgia, LDC, Turín 1967; J.-Y. Ha- se refería especialmente a la sociología del co-
meline, Le son de Vhistoire. Chant et musique nocimiento; pero a menudo ésta se funde con la
dans la restauration catholique, en MD 131 de la religión: cf M. Garzia, Conocimiento, en
(1977) 5-47; útiles aportaciones en RL 68 (1981) DiS 379-387 — m Cf el enfoque metodológico
7-68 — 89 Cf las varias aportaciones en Social de P.-M. Gy, Problémes de théologie sacramen-
Compass 20 (1973) 357-504, con referencias tare (nota 35) 129-142. A título explicativo in-
bibl.; las indicaciones de A. Rousseau, Rites et dico las aportaciones de M.-F. Berrouard, La
discours religieux comme practiques sociales, penitence publique durant le six premiers sié-
en MD 129 (1977) 117-130 — w El problema cles. Histoire et sociologie. en MD 118 (1974)
ha de inscribirse en el más vasto de la sociolin- 92-130; A.Rousseau, Hérédités sociales et ini-
güística; cf E. Rigotti, Sociolingüística, en DiS tiation religieuse, en MD 132 (1977) 141-155.
1594-1602 — 9I Cf, por ejemplo. VV.AA., Ri-
cerca interdisciplinare sulla predicazione, Deho- S. Maggiani
niane, Bolonia 1973; J.-M. Marconot, Com-
ment "ils"préchent..„ Cerf, París 1976 — 9 ! Cf,
por ejemplo, el intento de C. Duquoc, J. Gui-
chard..., Politique et vocabulaire liturgique, BIBLIOGRAFÍA: Berger P., Para una teoría so-
Cerf, París 1975, y las observaciones correspon- ciológica de la religión, Kairós, Barcelona 1971;
dientes a A. Rousseau, Discussión sur les limites Bernard J.A., Sociología religiosa de las fiestas
d'une analyse du vocabulaire liturgique, en MD populares en el medio rural español, en "Phase"
125 (1976) 85-96 — " Hay que recordar en 57 (1970) 283-296; Pastoral de una fe madura.
part. F.-A. Isambert, Reforme liturgique... Diagnóstico sociorreligioso del catolicismo tra-
(nota 55), y el análisis, posteriormente afinado, dicional, Madrid 1972; Carrier H., Sico-socio-
del Rito de la Unción de los enfermos, en Rite logía de la afiliación religiosa. Verbo Divino,
et efficacité symbolique (nota 85) 115-157 — Estella (Navarra) 1965; Díaz Mozaz J.M., Apro-
1949 Teología litúrgica

i ripie modo de referirse al conoci- envueltas en el secreto del silencio


sagrado 4 . La fuerza de la raíz cultual

T
miento de Dios: la teología mítica,
que es aquella en que la divinidad de theologuía en los padres orienta-
aparece en la ficción poética; la teo- les se advierte en el hecho de que en
logía física de los filósofos, que estu- los escritos ascéticos representa el
dian lo que son verdaderamente los punto de máxima ascensión espiri-
dioses en sí mismos y la relación que tual 5, ascensión que se alcanza y ma-
tienen con el mundo; la teología po- nifiesta en una altísima oración, lla-
lítica o civil, que Varrón, citado por mada precisamente theologuía6 u
Agustín (ib), describe como aquella oración de alabanza, incensante e
que "en las ciudades todos los ciuda- ininterrumpida (cántico del triple
pre como propia, y por la cual litur- danos, pero sobre todo los sacerdo- santo, Is 6,2-4; Ap 4,8-9), transmiti-
TEOLOGÍA LITÚRGICA tes, deben conocer y administrar, da por los ángeles a la liturgia de la
gia significará ya exclusivamente la
acción r i t u a l s a g r a d a r e s e r v a - estableciendo qué dioses se deben iglesia7. La unión de tal modo esta-
SUMARIO: I. Premisa terminológica - II. Teo- da al sacerdocio levítico '. [/ Litur- venerar oficialmente, qué ritos y sa- blecida entre la más alta oración
logía cultual en la antigüedad precristiana - gia, I]. crificios se deben realizar y quién es mística y la oración litúrgica, enten-
III. En la antigüedad cristiana la liturgia es teo- competente para ello". "El culto tie- dida como theologuía por excelen-
logía - IV. Naturaleza teológica de la liturgia Por otra parte, liturgia, aun con-
cristiana - V. La liturgia es "theologia prima" - servando el sentido operativo origi- ne, por lo tanto, una literatura ritual cia, justifica plenamente la afirma-
VI. La teología es distancia de la liturgia - VIL nal, entraba de hecho en el ámbito en las litterae sacerdotum, que se ción de Reitzenstein», según el cual
La liturgia, en busca de la teología - VIII. Surge contraponen a los carmina poe- el monje que ha llegado a ser espiri-
una teología litúrgica - IX. Liturgia teológica, de la teología, porque, si ya toda ac-
tarum y constituyen la theologia ci- tual (pneumático) se manifiesta y
no teología litúrgica - X. Liturgia-teología en el ción sagrada ritual implica necesa-
Vat. II - XI. Liturgia-teología en la investiga- vilis"2. se sitúa, precisamente por su theo-
ción actual - XII. Para un estatuto de la teología
riamente por su misma naturaleza loguía, en la posición de auténtico
litúrgica. una relación de diálogo con Dios, sacerdote'.
esto es tanto más verdadero en la
liturgia de la religión revelada del III. En la antigüedad cristiana De estas breves alusiones, que van
I. Premisa terminológica Antiguo Testamento, que por defi- la liturgia es teología desde la antigüedad precristiana
nición es la religión de la palabra de [/ supra, II] hasta los ss. iv-v de la
La liturgia, en el término y en su Dios. En el ámbito cristiano el término era cristiana, resulta claro que existe
significado inmediato, parece distin- teología, sobre todo en los padres una teología estrechamente relacio-
guirse e incluso disociarse netamente griegos, adquiere de un modo cada nada con el culto, bien en el sentido
de la teología, tomada en el sentido vez más claro el sentido específico de que el culto a la divinidad y sus
II. Teología cultual manifestaciones forman su objeto
etimológico de la palabra, como tra- de tratado "sobre" Dios a nivel de
en la antigüedad precristiana reflexión acerca del dato de la reve- (teología civil de Varrón) o de que
tado sobre Dios. Es lo que de ordi-
nario se arguye a partir del simple lación cristiana; pero conserva al mis- constituye el ambiente y la ocasión
A este respecto es, sin embargo, mo tiempo el elemento cultual, en para una teología (oración por exce-
análisis de los dos términos: el pri- interesante advertir cómo una rela-
mero está totalmente en el plano de cuanto que el hablar "con Dios", lencia). Tanto en un caso como en el
ción directa del culto con la teología como acontece en el culto, también otro, la celebración ritual es el modo
la acción (griego: leit-ourguia = se planteaba también fuera del mun- típico de hacer teología; y esto por
obra-función hecha para el pueblo); es teología. Los testimonios del uso
do bíblico. En efecto, para los anti- del término griego theologuía en la razón evidente de que la celebra-
el otro, por el contrario, se mueve guos había una teología o tratado ción sagrada, por su misma natura-
total y exclusivamente en la línea del sentido y con un fondo cultual-litúr-
sobre Dios, que era propia de los gico, muy frecuentes en la antigüe- leza, implica siempre una referencia
pensar/hablar con/de Dios (griego: sacerdotes, en cuanto que estaba con- dad cristiana \ solamente pueden ex- a la divinidad, y da por esto ocasión
theo-loguía). tenida y expresada en el simbolismo plicarse como la permanencia, en el de hacer teología. Existe, por tanto,
El momento declaradamente ope- de las celebraciones rituales. Ya Ter- ámbito cristiano, de la primitiva in- una teología que hace el rito, y que a
rativo implícito en el término litur- tuliano (Ad Nationes 2,1), y después terpretación del término, que era la su vez se expresa en el rito.
gia, de uso exclusivamente laico tan- Agustín (De civil. Dei 6,5ss), por no de tratado sobre Dios-con Dios: tra- Esta afirmación, que nace históri-
to en el mundo clásico griego como hablar de otros escritores cristianos tado que, provocado por el encon- camente de una constatación de he-
en el helenismo, se mantuvo incluso antiguos, nos relatan que Varrón, trarse en la presencia de la divinidad cho, nos parece que tiene un valor
cuando la traducción griega (LXX) exponente en esto del pensamiento en el contexto de una acción cultual, absoluto tal que podría, llegado el
de la biblia indujo en él la evolución de sus predecesores griegos y latinos, se expresa en formas orales o solem- caso, prescindir de la constatación
semántica que le quedaría para siem- conoce una triple teología, que es un nes (en el canto), estático-poéticas o histórica; y que, en consecuencia, per-
1951 Teología litúrgica
Teología litúrgica 1950
do es el mismo profeta, el hombre no debe alimentar la persuasión ni
""te reivindicar, tanto para el culto que se afirmaba en él la ordenación de la palabra de Dios, el que toma la desesperación de no tener ninguna
en general como para la liturgia en levítica del culto, la atención se con- parte en la celebración litúrgica en el posibilidad de dar culto a Dios. Is-
Particular, la propiedad de dar ori- centró progresivamente en la rituali- templo, las cosas cambian. La cele- rael debe comprender que no es
im11 a U n a t e o l ° g í a - E 1 1 ° nos parece dad de la acción cultual, y menos bración no es ya solamente el rito cuestión de tener un templo o un ri-
importante porque constituye una in- sobre el acontecimiento salvífico di- externo que Dios rechazaba tan tual para poder encontrar a Dios; y
aicacion, de alguna manera nueva, vino, que era su contenido. La con- abiertamente por boca del mismo si piensa que no tiene ni siquiera un
Para una comprensión más exacta secuencia fue que la celebración aca- profeta (Is 1,10-15): ahora reasume sacerdote en Ezequiel (Ez 1,3) en
ae la naturaleza misma de la liturgia, bó por ser un puro ritualismo y dejó todo su valor teológico originario. torno al cual reunirse, sólo porque
en el sentido de que daría una nueva de ser teología en dimensión ritual; La acción ritual desaparece de la él es también un deportado que se
Profundidad a lo que ya se llama y al mismo tiempo se creó una situa- perspectiva del profeta; en su espíri-
comprensión del aspecto y del dato ción nueva, por la que el hebraísmo encuentra privado de todo su ritual,
teológico"de la liturgia. tu primero (Is 6,3) resuena "la ala- no ya en el templo sino a orillas del
quedaba minado desde la base. banza de la santidad" de Dios en el canal Kebar (1,1), debe cambiar de
Nacido como una religión carac- canto de los serafines (que la tradi- opinión. Israel podrá dar verdadero
terizada por un culto que por insti- ción litúrgica cristiana calificará ex- culto a Dios reuniéndose en torno al
IV. Naturaleza teológica tución pertenecía a todo el pueblo, presamente como teología [/ supra, profeta Ezequiel, porque como tal
de la liturgia cristiana todo él llamado a una actividad sa- III, correspondiente a la nota 7]); ha sido puesto por Dios en medio de
cerdotal que se debía explicitar no después, en el espíritu del profeta, los israelitas en la deportación (2,5);
En efecto, si consideramos la li- tanto en formas cultuales externas movido por la visión de Dios (v. 5), acoger la palabra que él les lleva
turgia como se presenta en la reli- cuanto en "si escucháis atentamente recomienza ese diálogo con Dios que (3,4.11) será recuperar el culto que
gión revelada, primero judía y des- mi voz y observáis mi alianza" (Ex debe ser la razón de todo verdadero agrada a Dios, ese culto que en la
pués cristiana, no es otra cosa que la 19,5-6), el judaismo no podía permi- culto. El mensaje de la visión de
celebración de un acontecimiento sal- tir que su propia religión dejase de escucha de la palabra y en la fideli-
Isaías es claro: Dios no quiere sacri- dad a la alianza hará de nuevo a to-
vífico; y, como tal, es siempre, por ser ese culto que debía ser: un culto ficios, sino que se escuche su voz (Jer
su contenido, palabra de Dios, y por esencialmente teológico; habría sido dos, hoy en el exilio como entonces
su forma hablar de Dios, aunque no renegar de sus propios orígenes. Por 7,21-23; Sal 39,7-9) y que se ofrezca en el desierto, sacerdotes de Dios
se haga con un lenguaje científico, eso surgió entonces el fenómeno del la oración de alabanza en recuerdo (Ex 19,5-6). El culto es verdadero
sino con el lenguaje simbólico pro- profetismo, que se convierte inme- de sus beneficios (Sal 39,10-11; aunque carezca de ritualidad, con tal
pio del obrar ritual. diatamente, con la posición antirri- 49,14-15.23; 50,17-18; 68,31-32). De que sea plenamente teología.
tualista que asume y lleva ininterrum- este modo el culto deja de funda-
El poder teo-dialógico, propio de mentarse en "tradiciones humanas" Y es lo que sucederá. Con la vuel-
la celebración de un acontecimiento pidamente hacia delante, en el signo ta a la enseñanza de los profetas, el
de una profunda escisión en el seno (Is 29,13) y recupera la dimensión
salvífico relativo al hombre, es el teológica que la revelación le ha exilio será para Israel lo que fue una
que, al tiempo que constituye la ce- mismo del hebraísmo. En efecto, vez el desierto, que precisamente se
lebración en cuanto auténtica li- mientras que el sacerdocio levítico dado al enfocarlo desde el primer
momento (Ex 19,5-6) como un diá- había caracterizado por el culto de
turgia (acción de culto a Dios), ga- es el representante de un culto ritual un pueblo de sacerdotes que no te-
rantiza su incidencia espiritual en mudo, el profeta aparece como el logo con Dios.
portador de la palabra de Dios (teo- nían sacrificio (Am 5,25; Jer 7,22-
el hombre, precisamente porque se Un mensaje análogo, no dirigido 23), pero que estaban a la escucha
desarrolla, de por sí, necesariamente logía), con vistas a un culto espiri-
tual. El hecho crea una situación, sin embargo a una restauración del de la palabra (Ex 19,5-6). Así Israel
a través de un diálogo entre el hom- verdadero culto en el templo, como concentrará en el exilio su propio
bre y Dios. Por otra parte, al ser la aparentemente anormal, de escisión
cultual; pero será precisamente la en Isaías, sino a una recuperación culto en torno a la palabra de Dios y
liturgia una teología en acción sim- del verdadero culto inclusive fuera o a la sinagoga, o sea, la asamblea sa-
bólico-ritual, puede acontecer que el enseñanza de los profetas la que
hará comprender que puede ser eli- sin el templo, es el de Ezequiel en la grada semanal; y revitalizará todo el
componente ritual adquiera el rango visión que abre su libro (Ez 1-3). La aspecto teológico del culto, restable-
de valor operativo válido en sí mis- minada y que el judaismo puede re-
encontrar su unidad cultual si se visión, que renueva en tierra extran- ciéndolo a partir de aquel diálogo de
mo, con la consecuencia de que el Dios con el pueblo que ya tuvo lugar
lenguaje simbólico pierda su fuer- acoge nuevamente en el culto la pa- jera la gran aparición doxológica ya
za, y así la liturgia no sea ya verda- labra de Dios, de modo que éste re- contemplada por Isaías dentro del en el Sinaí (Dt 5,1.22) y que marcó
dera porque ya no es un diálogo teo- asuma su primitiva dimensión teoló- templo, lugar sagrado por excelen- la característica fundamental del cul-
lógico, sino solamente una acción hu- gica ((cf Is 1,10-20; 29,13-14; Jer cia, quiere hacer saber a Israel que, to según la revelación: ser momento
mana. 7,21-28). aun habiendo perdido todo el apa- de encuentro con Dios y con su glo-
rato operativo-ritual de su culto ria en la escucha de su voz (Dt 4,10-
El hecho se verificó de manera Es lo que de forma emblemática -templo, altar, sacrificios (Dan 3, 13; Ex 33,7-11).
ejemplar en el judaismo: a medida se lee en la visión de Is 6,1-13: cuan- 38) e himnos sagrados (Sal 136)—, Vista en el conjunto de la historia
1953 Teología litúrgica
Teología litúrgica 1952
te sanada. En efecto, la liturgia cris- revelación recibida y vivida de un
de la salvación, esta reapropiación de la palabra. En este sentido y por tiana es esencial y existencialmente modo concreto.
teológica del culto con arreglo a la esta razón la actuación de la palabra teología, porque es siempre palabra
revelación señala, en el AT, la proxi- en Cristo no aconteció ni se expresó de Dios reconocida en la realidad
midad del momento en el que el ri- en una liturgia, entendiendo el tér- que adquiere en el rito simbólico. V. La liturgia es "theologia prima"
tualismo cultual perderá definitiva- mino en el sentido de una acción ri- Esto explica suficientemente por qué
mente su importancia, para ceder su tual, sino que fue la verdadera y su- en la época patrística se pensó y se En este sentido, precisamente en
lugar a un culto que se centrará ex- prema teología, porque la actuación vivió la liturgia como un momento la antigüedad, sobre todo en Orien-
clusivamente en la palabra de Dios. de la palabra en Cristo nacía de un especialmente feliz, de auténtica teo- te, la liturgia se consideraba como
Cuando el evangelista Juan, el teó- conocimiento de Dios que era el fru- logía". theologia prima, ya que representa
logo por excelencia, proclame en to inmediato de la unión inseparable En efecto, la liturgia conserva su el primer momento en el que la pro-
síntesis todo el misterio de la encar- existente entre la humanidad de dimensión cristiana, que no se agota fesión de fe, transformándose en
nación del Hijo de Dios diciéndonos Cristo y la persona divina de la en pura y vacía ritualidad, en tanto praxis vivida, llega a ser el primer
que "el Verbo se hizo carne y habitó Palabra-Dios. Esta actuación de la en cuanto mantiene su original nivel lenguaje teológico concreto que se
con nosotros" (Jn 1,14), dará a la palabra de la promesa, que en Cristo teológico, que es el de ser conoci- ha encontrado en la iglesia como fun-
encarnación una dimensión propia- llega a ser salvación concreta de la miento experimental de Dios, tal damento de toda reflexión ulterior
mente cultual: la humanidad que aco- humanidad, es única, siendo "reden- como nos viene de la actualización dirigida a la comprensión de aquello
ge a la Palabra-Dios se convierte en ción eterna" (Heb 9,12), y no puede de la palabra ya realizada por Cristo que, como dictado simbólico, se pre-
la nueva "tienda de la reunión" (Ex ser repetida. Sin embargo, por ser y ahora representada en el rito, el sentaba a los fieles en la liturgia, y
40,lss). En otras palabras: en el NT una salvación personal de los indivi- cual no es otra cosa que la figura- que formará precisamente lo que des-
el culto a Dios, evocado por la alu- duos, puede y debe ser comunicada: ción-representación simbólica de la de una perspectiva justa se debe con-
sión a la tienda del Éxodo, tendrá es lo que sucede mediante la celebra- palabra de Dios; en una palabra, siderar una theologia secunda, si se
lugar sólo en la medida en que se ción litúrgica. teología en acción. ve en relación con la primera, es de-
acoja a la Palabra-Dios; se hace, por En efecto, en la liturgia el único Cuando 1 Cor 11,23 nos presenta cir, con la teología puesta en acto
tanto, teología. Es lo que se expresa acontecimiento salvífico de Cristo se "la cena del Señor" como una tradi- por la liturgia n.
en la conocida sentencia de un fa- hace presente a través de los símbo- ción (parádosis), quiere hacer mani-
moso monje del desierto: "Así pues, Es lo que se verifica, en efecto, en
los, y así se comunica a quien quiera, fiesto de inmediato que ese rito no el plano histórico, porque la deno-
sólo oras verdaderamente cuando como Cristo, realizar la palabra. La es solamente un hecho operativo
eres teólogo; y sólo eres teólogo minada teología de los padres de la
actualización de la salvación para cuya realidad estriba en ser real- iglesia nació y ha llegado hasta nos-
cuando oras verdaderamente"'". los individuos tiene lugar, pues, en zado. otros como explicación del conteni-
En realidad, la liturgia cristiana, la liturgia, o sea, por vía ritual y sa- El uso del término tradición, que do de fe expresado y vivido en la
en cuanto celebración del misterio cramental: en efecto, no puede darse está en el plano de la enseñanza mis- liturgia; por lo que se puede afirmar
de Cristo, no es otra cosa en el fondo una nueva actuación, sino solamente térica, nos indica que el rito es ante con razón que de la teología predi-
que la actualización sacramental con- presencia y comunicación de lo que todo portador de un significado que cada y vivida, que era la liturgia, ha
tinuada de aquel primer aconteci- ya se realizó en Cristo. De este modo hace referencia a Cristo, y en conse- brotado la teología como reflexión
miento por el cual la Palabra-Dios la realización de la palabra que tuvo cuencia se realiza por lo que es, se sobre la liturgia. Contrariamente a
se hizo carne. La palabra de Dios lugar en Cristo como pura y supre- hace una teología simbólica a nivel lo que se podría esperar, es incues-
que anunciaba la salvación se con- ma teología, actualizándose en los ritual; en efecto, es proclamación del tionable que la liturgia es ya una ex-
densó en Cristo en otros tantos mis- cristianos por la vía de la liturgia, es valor eterno ("hasta que vuelva") de presión completa de la fe cuando la
terios, que fueron revelaciones reales decir, según una dimensión sacra- la muerte del Señor. En el cristianis- reflexión teológica todavía comen-
y concretas de la salvación prometi- mental, no deja de ser igualmente mo, por encima de los ritos, hay zaba a desarrollarse; y así la tradi-
da en aquella palabra, y que ahora una teología, o sea, fruto del conoci- siempre un hecho de revelación, que ción litúrgica se convirtió en la pri-
en la liturgia constituyen todavía y miento de Dios transmitido por la es teología en el sentido más fuerte mera y más universal verificación de
siempre del mismo modo momentos palabra. del término, y por esto toda profe- la ortodoxia en la fe ".
en los que esa palabra se va realizan- Por esta naturaleza sacramental sión de fe es una tradición (1 Cor
do en los hombres como se realizó que le es propia, la liturgia cristiana 15,3); o sea, es tal que del estado de Después de la época de los padres,
en Cristo. En Cristo la realización es fundamentalmente y por su origen anunciación debe pasar necesaria- se puede decir que no hay teología
de la palabra de la promesa tiene una teología; y así la escisión, obser- mente al de realización en la cele- diferente de la que se expresa en la
lugar en el plano existencial: la exis- vada en el AT, entre sacerdocio y bración litúrgica (Rom 6,4s), que se
revela por tanto como un momento liturgia, y cuando en los ss. ix-x co-
tencia misma de Cristo, paradigma profetismo, que es después escisión
total en su ser y en su obrar de la teológico por excelencia, en cuanto mienza, con el renacimiento carolin-
entre liturgia y teología, entre culto gio, un relanzamiento teológico, éste
palabra, consistió en hacerse-carne y vida, queda nueva y definitivamen-
62
teología litúrgica 1954

gira principalmente sobre la liturgia, gia prima, no es teología en ningún


con el fin de dar una visión teológica sentido, sino sólo ritualidad desnu- 1955 Teología litúrgica
de esta última. Aunque esto sucedie- da; y así la teología que va naciendo
se siguiendo la interpretación alegó- no será una theologia secunda, sino mática y la moral", De Azevedo man- que, aun presentándose en una línea
rica de Amalado de Metz o el realis- simplemente la theologia, o sea, un tiene que aquélla "supera en mucho de investigación histórica orientada
mo espiritual de Floro, Agobardo de conocimiento, o más bien una cien- a estas disciplinas, porque... mien- a menudo en un sentido apologético
Lyón, Pascasio Radberto de Corbie, cia de Dios, en la que las profesiones tras éstas miran sólo al conocimien- de la fe católica, no impedían la
el "esplritualismo conceptual" de de fe asumen las funciones de prime- to de las cosas divinas, la liturgia apertura de nuevas perspectivas para
Ratramno o la simple comprensión ros principios de la ciencia que pre- provoca la unidad con ellas, de tal la teología, al menos en el sentido de
literal de la plegaria eucarística, cisamente se quiere construir de un modo que es inseparable" ". Pero la que ésta necesitaba —y ahora se ofre-
como tenía lugar en las muchas "Ex- modo científico. Las realidades divi- pretensión de la nueva disciplina no cía la posibilidad— ser leída desde
positiones Missae" de la época, se nas se conocerán a través del filtro es excesiva: De Azevedo quiere que una clave diversa de la hasta enton-
trataba siempre de hacer vivir en la de la racionalidad, y no se percibirán se le reconozca a la liturgia el título ces conocida, que era única.
celebración su momento teológico: como fruto de una experiencia inte- de ciencia teológica al mismo nivel En cambio, esta floreciente prima-
conocimiento del misterio de Cristo rior directa. La teología, dirá el mis- que las disciplinas ya indicadas, por vera litúrgica no comportó otro fru-
en la experiencia concreta que de él mo santo Tomás (S. Th. I, q. 1, a. 6, tratar, y de modo todavía más inme- to que el del paso de la liturgia al
daba la liturgia. ad 3), dejará de ser un pati divina, diato, las mismas cosas divinas que grado de locus theologicus, fruto
como lo era precisamente la teolo- son el objeto de estudio de la ciencia —pequeño por cierto— que fue aco-
gía-liturgia. Objeto de la teología llamada teología ". Se trata, por tan- gido con poco éxito por los teólogos
será siempre la fe, como lo es en la to, del reconocimiento de la natura- del s. xix 20 . El problema de la rela-
VI. La teología leza teológica de la liturgia en base
liturgia. Pero mientras que ésta vive ción liturgia-teología estaba abierto
se distancia de la liturgia de la "fides qua creditur", aquélla al hecho de que el objeto de estudio de todos modos, y todavía hoy espe-
estudia la "fides quae creditur". es el común a toda la teología y de ra una solución.
Desgraciadamente, después de la que de la liturgia se pueda hacer una
época de los padres el rito fue per- La separación de la teología con ciencia "con la autoridad de Aristó-
diendo gran parte de su transparen- respecto a la liturgia se hizo inme- En una perspectiva que quiere su-
teles y de santo Tomás" ". perar la postura de locus theologi-
cia y, al imponerse precisamente por diatamente tan profunda, que inclu-
el gran peso ceremonial que había so cuando los escolásticos con las Ni en el proyecto de De Azevedo cus, en cuanto pretende afirmar que
asumido, se presentaba en la prácti- auctoritates y sentenliae y posterior- ni en ninguna otra parte en su tiem- la liturgia tiene un valor teológico
ca como una realidad en sí misma mente los humanistas con los loci po se puede entrever el menor signo propio (valor que va más allá de una
sagrada y sacralizante, con un valor theologici intentaron precisar los po- de una teología litúrgica en la orien- estimación de la misma como testi-
salvífico objetivamente activo: un sibles lugares de referencia a los que tación o bien en el nombre, excep- monio de una tradición, por cuanto
contenedor de gracia, que solamente acudir para la demostración o la ción hecha de la obra de M. Gerbert, propone una visión teológica propia
esperaba a ser administrada, distri- confirmación de una tesis teológica, abad de Sankt Blasien, en la Selva de la liturgia), el tema fue retomado
buida y aplicada "pro vivis et de- la liturgia no fue jamás incluida en- Negra (Alemania), que entre otras a principios del s. xx en Lovaina por
functis". La liturgia ya no es ocasión tre ellos. obras de liturgia publicó en 1759 el benedictino L. Beauduin (1873-
ni razón de ser de la teología, y vuel- los Principia theologiae liturgicae, 1960). En 1912 abrirá su Essai de ma-
ve a ser —como había acontecido en quoad divinum officium, Dei cullum nuel fundamental de liturgie2I con la
el hebraísmo— lo que lleva inscrito et sanctorum, donde apenas se en- afirmación: "Si la teología es la cien-
VII. La liturgia, cuentra, empero, una especie de in- cia de Dios y de las cosas divinas, es
en el nombre: una operación sagra- en busca de la teología
da. En otras palabras: la liturgia ten- troducción histórica a la liturgia. claro que la liturgia pertenece con
drá siempre en el misterio de Dios Pero quizá precisamente el solo he- pleno derecho al ámbito de esta cien-
El primero en reivindicar para la cia". Dicho esto, y dejando a otros
en Cristo su propio contenido esen- liturgia un puesto entre las ciencias cho de encontrar en esta época el
cial (objectum fórmale quod), pero título de teología litúrgica colocado, la función de escribir "la parte espe-
teológicas es, a mitad del s. xvm, cial" del manual, es decir, la que es-
ahora lo poseerá tan sólo para trans- E. de Azevedo, el jesuíta portugués aunque en modo vacuo, en la cabe-
mitirlo operativamente; es decir, de cera de un libro, insinúa ya que el tudia detalladamente el origen y el
propuesto para la "Escuela de litur- desarrollo formal de los ritos descri-
tal modo que la acción litúrgica ya gia" (Schola sacrorum rituum) abier- gran florecimiento de los estudios li-
no será teología, o sea, ya no será túrgicos en aquel tiempo hiciera na- tos en los libros litúrgicos, redacta
ta "en el Liceo Gregoriano" por Be- solamente la parte "fundamental"
vista como revelación actual y expe- nedicto XIV en noviembre de cer la idea de que el conocimiento
rimental (objectum fórmale quo) de profundo de la liturgia puede ser el del manual, la que se refiere al "as-
1748 '". Comparando la liturgia con pecto teológico"'de la liturgia. Beau-
la fe. la "teología mística, los sagrados cá- arranque para una nueva teología.
El mayor conocimiento de los pa- duin no ignora que fijarse en el as-
La liturgia, al no ser ya la theolo- nones, la teología escolástica, la dog- pecto teológico de la liturgia puede
dres y la publicación de las fuentes
litúrgicas orientales y occidentales '" "parecer exagerado y unilateral";
daban, en efecto, origen a estudios " pero está también persuadido de que
Teología litúrgica 1956
1957 Teología litúrgica
sin eso la liturgia será sólo una todavía en 1937 la relación entre li-
reserva de caza para historiadores, turgia y teología se veía total y ex- Esto lleva a Guardini a concluir ca); en consecuencia, se hace verda-
arqueólogos, estetas y ceremonia- clusivamente a nivel de liturgia-locus que la liturgia, en cuanto teología, dera y propia teología cuando se
listas 22. theologicus25. no sólo se diferencia de todas las ra- busca el conocimiento de esta obra
Beauduin, al exponer el aspecto mas del saber científico natural, sino salvífica en y a través del símbolo
teológico de la liturgia, sigue un es- i|ue también en el seno de la teología ritual que la contiene y la revela
VII. Surge una teología litúrgica i lene su propio método de investiga- como realidad efectiva.
quema fijo: presenta ante todo un
"fundamento dogmático" relativo a Sin embargo, la voz de Beauduin non. En efecto, la entiende como
"ciencia teológica en sentido estric- También para Casel, como para
cada uno de los aspectos fundamen- es acogida, por otros caminos y con Guardini, no se trata ya de una teo-
tales que pertenecen al concepto de gran amplitud, en el ambiente que se lo", que se ocupa de la doctrina de
la le tal y como ha sido concientiza- logía de la liturgia, que consistiría
liturgia (culto-iglesia, término-sujeto forma en torno al / movimiento li- en descubrir en la liturgia aquellas
del culto, etc.) y, hecha su enuncia- túrgico que tiene por centro la aba- da por la iglesia en su misma vida
cultual50. Para Guardini la liturgia verdades de fe de las que, a nivel de
ción/explicación en el plano teoló- día benedictina de Maria Laach, en ciencia, se ocupa la teología y que se
gico, demuestra cómo la Jiturgia Alemania. Aquí es donde encontra- es, por tanto, teología; pero según
su propia modalidad, que es la de unirían a ésta para su enriquecimien-
constituye su realización en el plano mos el primer intento real de dar a to. En Casel se delinea y se afirma
ritual. Después continúa con una la liturgia su propio estatuto teoló- ver y conocer el contenido de la fe
en su manifestación en la vida cul- con fuerza una verdadera teología
consideración que tiene la finalidad gico. litúrgica, o sea, un modo nuevo de
de mostrar cómo la realización litúr- Guardini (1885-1968), que, aun no tual de la iglesia. Es en ésta, en efec-
to, donde la verdad fundamental y hacer teología, modo no sólo ilumi-
gica del dato de fe encuentra su con- siendo monje, forma parte viva del nado por la liturgia, sino basado en
tinuación/aplicación en la vida espi- grupo litúrgico de Maria Laach, en- peculiar del cristianismo, la que
ununcia que Dios se ha comunica- ella.
ritual cristiana concreta. Natural- tiende la liturgia como "integrada
mente, no deja de mostrar que la do a los nombres en Cristo, llega a Ese contenido de fe que se percibe
—aunque sea en su propio ámbito •ser comunicación actual de la sal-
relación entre liturgia y teología no cultual— en aquel valor de revela- como realidad que vive en la iglesia
es una invención suya, ya que se fun- vación. y que es vivido por la iglesia en su
ción sobrenatural que en el plano
da en el hecho de que la liturgia es noético es calificado como infalibili- La fuerte afirmación de Guardini, formulación ritual se convierte en ob-
reconocida por todos como un locus jeto de investigación no con vistas a
theologicus de primer orden, no sólo dad" 26 . En consecuencia, afirma que que hace de la liturgia una teología
el aspecto teológico de la liturgia es según un sentido propio y con un un conocimiento abstracto ni a un
por aparecer como "el principal ins- método particular, se hizo actual en conocimiento puramente intelectual,
trumento de la tradición en la igle- necesariamente parte integrante de
el mismo ambiente de Maria Laach sino precisamente como realidad
sia"23, sino por contener en su "idea cualquier estudio que quiera tener viva y vivida, en la que la iglesia se
una visión y conocimiento sistemáti- en que nació, sobre todo por obra
teológica una idea fuerza", que de siente inserta. La fórmula ritual, por
forma ininterrumpida reaviva y for- co de la liturgia27. Este conocimiento de O. Casel (1886-1948), para quien
tanto, no hace solamente la función
se concretará primero en un estudio la liturgia, si en su ejercicio es cele-
tifica la fe del pueblo cristiano24. bración del misterio de Cristo, como de contenedor de la realidad de fe,
de cada uno de los elementos de que ni tampoco de momento de arran-
Beauduin, al par que reconoce la la liturgia se compone; después lle- ciencia no es sino "teología del mis-
mo misterio de Cristo". Para Casel, que para su conocimiento; constitu-
posición de la liturgia como locus gará a una búsqueda de síntesis que ye, por el contrario, el modo pecu-
theologicus, intenta superarla demos- ayude a precisar las razones por las la liturgia no es sólo culto ritual en
función de la comunidad, que se liar según el cual la realidad de fe se
trando que los términos mismos de cuales todos esos elementos son li- presenta y es percibida, y esto en
la definición —"la liturgia es el culto turgia. En ambos momentos, sin em- asienta, junto con la profesión de fe
y la ley moral cristiana, como tercer cuanto realidad litúrgica. En otras
de la iglesia"— implican un amplio bargo, la investigación litúrgica no palabras: la realidad salvífica, com-
contenido doctrinal de fondo, que podrá olvidar que "se trata de teolo- elemento dentro de la iglesia. Su
"objeto específico y primario es, en prendida en todas sus dimensiones y
hace de la liturgia una teología en gía, o sea, de la ciencia de una reve- sus componentes, es acogida e inter-
acción. efecto, el de ser una acción que hace
lación sobrenatural" n, que debe des- objetivamente presente toda la obra pretada en su momento litúrgico, es
Se diría que el procedimiento de velar "tanto el principio unitario y decir, como salvación en dimensión
Beauduin no ha logrado hacer pasar salvífica de Cristo" ". Esto quiere de-
vital [de la liturgia], en cuanto que cir que la obra salvífica de Cristo en simbólico-ritual; el dato (verdad) de
la liturgia al rango de una verdadera es la vida, místicamente actualizada, fe se va haciendo, por así decir, bajo
y propia teología, si consideramos cuanto se hace presente en la cele-
del hombre-Dios, que se hace cami- bración litúrgica, no es sólo un ar- nuestros ojos realidad de fe (salva-
que muchos años después, en un am- no hacia el Padre; como la forma ción en concreto).
biente tan cercano a él y tan declara- tículo de fe que se cree (fides quae
que se presenta como acción unitaria creditur), sino también y sobre todo
damente litúrgico (en el mejor senti- de palabra y de rito en una celebra- Naturalmente, aquí la teología
do de la palabra) como el de las "Se- una realización de la fe (fides qua
ción que incluye oración, sacrificio y creditur) según una determinada for- nace de la liturgia como experiencia
maines liturgiques" de Lovaina, transmisión de gracia" 2 '. de fe, y por tanto lleva a un cono-
ma simbólico-sacramental (litúrgi-
cimiento contemplativo-sapiencial,
iyw Teología litúrgica
Teología litúrgica 1958
bre todo al imponerse uno de los del mundo..., alcanzan propiamente
conocimiento que era peculiar de los misma teología bíblica son formas puntos centrales del pensamiento ca- en la liturgia para nosotros su máxi-
padres de la iglesia y que consistía sectoriales de la teología. reliano: la comprensión de la liturgia ma concretización y aplicación" 3 '.
en un conocimiento intelectivamente El intento de hacer una teología como historia de la salvación en Efectivamente, se debe reconocer
profundo y afectivamente participa- litúrgica llevado a cabo por Casel, acto. que, al verificar la presencia de esas
do de la historia salutis. Que para aunque encontró algún consenso, En este punto, y quizá precisa- constantes teológicas en la liturgia,
Casel este modo de entender la teo- halló una fortísima oposición, ofi- mente por el empuje de este impor- Vagaggini muestra el camino por el
logía fuese, entre otras razones, una tantísimo y particular aspecto dado que se puede llegar a una verdadera
cialmente centrada en las dificulta- a la liturgia, se inscribe desde 1957 el teología litúrgica.
consecuencia de la concepción mis- des que muchos encontraban en su
térica que tenía de la liturgia, no qui- comprensión mistérica de la liturgia. problema reabierto de un modo cla- Sin embargo, cuando Vagaggini
ta valor a su intento de hacer una ro por Vagaggini en torno a la rela- afronta el problema sobre el método
En realidad, aunque el contraste ver- ción liturgia-teología con su impor- necesario para dar una presentación
teología litúrgica, comoquiera que se saba ante todo sobre la interpreta- tante obra El sentido teológico de la teológica a la liturgia (segunda pers-
juzgue, bien en su conjunto, bien en ción mistérica que imponía en el cam- liturgia " (citamos: BAC 181, Madrid
sus elementos particulares, su inter- po específico de la liturgia, es decir, pectiva), se ve que esta teología li-
1965), problema que el ilustre bene- túrgica tiene la consistencia de una
pretación mistérica de la liturgia. Si en los sacramentos, la oposición na- dictino volvió a tratar nuevamente ilusión óptica, porque el método lle-
en Casel hay algo seguro, es sin duda cía de que la visión sacramental que en Liturgia e pensiero teológico re- va sólo a una "liturgia teológica",
el rechazo de la teología dogmática tenía del dato de fe no encontraba cente 34. que después es simplemente una in-
de su tiempo, por reconocerla inca- lugar en las categorías metafísicas
paz de comprender la liturgia. De que regían todavía en la teología. En El sentido teológico de la litur- tegración de la liturgia3 en una "teo-
aquí otra cosa evidente en su obra: Que el impulso dado por Casel lle- gia, Vagaggini afronta la relación li- logía sintética general" ». Él, en efec-
turgia-teología desde dos perspecti- to, nos dice lo siguiente: 1) No basta
el intento de dar un giro profundo a vase a largo plazo hacia una nueva vas: una que podríamos calificar de hacer de la liturgia un locus theolo-
la teología, en el sentido de que la teología, lo muestra el hecho cierta- contenido teológico de la liturgia, y gicus, como se había comenzado a
teología es tal en cuanto que es teo- mente sintomático de que en la mis- otra de método para dar una dispo- hacer en el s. xvm a impulsos de los
logía litúrgica. Mientras que en ma universidad de Innsbruck (Aus- sición teológica a la liturgia. estudios litúrgicos de la época, aun-
Guardini la teología se vuelve litúr- tria), de donde le vino a Casel, por
gica cuando el dato de fe se com- obra del teólogo jesuita Umberg, la En concreto, con la primera pers- que con poca fuerza, porque de este
pectiva pretende llevar a cabo una modo la liturgia se situaría todavía
prende en su modalidad de dimen- mayor oposición, haya derivado des- amplia síntesis teológica, después en una posición preparatoria para la
sión cultual, que es al mismo tiempo pués, aunque de modo indirecto, el también espiritual, de la liturgia, a teología, y al máximo tendría valor
la modalidad ritual de la iglesia,, en mayor reconocimiento. Y esto suce- partir de lo que llama "las grandes y de testimonio y quizá de apologéti-
Casel la modalidad cultual, al reve- dió cuando otro jesuita, J.A. Jung- las constantes leyes que rigen efecti- ca. 2) Partiendo del dato fáctico de
larse como el momento en que el mann, con su Die Frohhotschaft vamente las relaciones entre Dios y que la fórmula litúrgica expresa la
dato de fe asume la dimensión de und unsere Glaubensverkündigung las criaturas"". Las aludidas cons- fe, es preciso enfrentarse a la liturgia
una comunicación concreta del mis- (Ratisbona 1936), proclamó la nece- tantes y leyes, que afectan especial- con un estudio histórico-científico,
terio salvífico divino de Cristo a la sidad de una nueva teología que se mente a la liturgia, son enunciadas para poner de manifiesto, a través
iglesia, es la única que abre el cami- presentaba como teología kerigmá- por él del siguiente modo: 1) La ley del método inductivo de investiga-
no a una teología sobre él, es decir, tica, y cuya base encerraba la instan- de la objetividad; 2) La dialéctica ción, su valor teológico. 3) Esta in-
a esa teología que sólo trata sobre el cia litúrgica, en cuanto que es la li- cristológico-trinitaria de la salva- vestigación hace descubrir que la
Dios de Dios, o sea, sobre el Dios turgia la que permite, en y median- ción; 3) La ley del único liturgo y de fórmula litúrgica propone la fe se-
que se revela por Cristo en el Espíri- te la celebración, un conocimiento la única liturgia como principal ex- gún una dimensión peculiar, que es
tu Santo a la iglesia en la actualidad experimental de la verdad de fe de plicación de la dialéctica cristológi- la de ser una fe vivida por la iglesia
de la celebración litúrgica: "En la ce- un modo plenamente adecuado al co-trinitaria; 4) La ley comunitaria y en la iglesia según ese determinado
lebración litúrgica, que es la acción anuncio del mensaje cristiano (ké- de la salvación; 5) La ley de la encar- momento que es, de forma genérica
más importante de la iglesia, el gesto rygma). nación; 6) La ley de la unitotalidad o específicamente sacramental, el en-
ritual se funde con la comprensión cósmica de la salvación. A partir de cuentro de Dios con el hombre. Ésta
más profunda, y es aquí donde la estas constantes-leyes organiza en es la visión propiamente teológica de
teología vuelve a ser lo que era en ocho largos capítulos 36 la parte más la liturgia, y la que permite a la litur-
los orígenes: una theologuía, o sea, IX. Liturgia teológica, original de su investigación, demos- gia integrarse orgánicamente, es de-
un concreto y efectivo hablar de no teología litúrgica trando que ellas, que también son cir, a un verdadero nivel teológico,
Dios desde Dios" 32 . En suma, para las leyes en las que se expresa "la en la que Vagaggini llama "teología
Casel solamente la teología litúrgica Entretanto, en los ambientes litúr- quintaesencia de la visión cristiana sintética general".
es teología en sentido pleno, mien- gicos se abría camino cada vez más
tras que la teología dogmática y la una profundización del valor intrín-
secamente teológico de la liturgia, so-
1V0U

Como se ve, todo el esfuerzo por se deducen de la segunda: Liturgia e


precisar el sentido teológico de la li- pensiero teológico recente, se com- 1961 Teología litúrgica
turgia no ha llevado a otra cosa que paginan bien con las de El sentido
a encontrar para la liturgia el nece- teológico de la liturgia en lo que se es, en efecto, el conocimiento de 1. Después del concilio, uno de
sario título de nobleza por el que refiere a la perspectiva del método cómo los misterios de la salvación es- los primeros en entrar en la discu-
pueda ser declarada tan teológica para una teología de la liturgia. No tán presentes y operantes en la litur- sión sobre la relación liturgia-teolo-
que pueda insertarse y ser absorbida es que esto nos entusiasme, ya que la gia), que, aun no siendo ciertamente gía es S. Marsili osb, del Pontificio
por la hipotética "teología sintética investigación de Vagaggini a propó- propuesta como una disciplina espe- Instituto Litúrgico de San Anselmo
general". El mismo Vagaggini, al ad- sito del sentido teológico que se debe cífica, parece que se concibió como (Roma), director de la Rivista Litúr-
mitir que este proceso lleva a la atribuir a la liturgia se puede formu- principio informador de toda la teo- gica; primeramente con una breve
"constitución de una teología de la lar, en conjunto, como liturgia teo- logía "por su valor de fundamento e investigación histórica sobre La li-
liturgia y de una teología litúrgi- lógica, expresión que califica mejor incluso de calificación primaria... de turgia nella strutturazione della teo-
ca"'9, parece reconocer cierta dife- que cualquier otra su intento de lle- toda la teología"47. En suma, se tra- logía, de 1971"', después con una re-
rencia entre una y otra teología, aun- taría de hacer de la liturgia, por su flexión personal: Liturgia e teología.
gar a una "elaboración del valor teo- naturaleza de celebración del miste-
que ambas son calificadas litúrgica- Proposta teorética*, reflexión pre-
lógico de la liturgia" que se debe in- rio de Cristo, el punto de partida de sentada y debatida en la mesa re-
mente, y a nosotros nos parece que troducir, capítulo por capítulo, "en
la diferencia hay que atribuirla a la un modo nuevo, es decir, litúrgico, donda que sobre el tema había sido
la teología sintética general" **; así se de hacer teología. organizada por la Facultad de teolo-
diversa finalidad de la investigación obtiene el resultado de poder "consi-
teológica dentro de la liturgia. En gía interregional de Milán (abril de
derar la liturgia... en el marco de la 1972). Marsili pide que la liturgia sea
efecto, hay teología de la liturgia Después del concilio, naturalmen-
cuando se hace "investigación sobre síntesis teológica general"45 que la considerada como el fundamento
compone y ver de este modo "la uni- te, la discusión sobre la relación li-
la naturaleza y las propiedades de la turgia-teología se complica, sea en —junto con la Escritura— de una
liturgia a la luz de los principios ge- dad entre ambas" según las orienta- verdadera teología. Partiendo de la
ciones que él mismo da en su obra búsqueda de una solución a propó-
nerales y del método científico de la sito de la misma relación, sea para idea de que la teología consiste en el
teología dogmática" "; por el contra- principal *. encontrar la justa posición de la li- conocimiento de la palabra de Dios
rio, la teología litúrgica consiste sim- turgia en el conjunto de todo el es- y que esta última se presenta en los
plemente en "poner de manifiesto el tudio de la teología, según las exi- dos momentos, de anuncio y de rea-
material de valor teológico conteni- X. Liturgia-teología en el Vat. II gencias expresadas por el Vat. II4B. lización I actualización, del misterio
do en los ritos sagrados", teniendo Puede decirse que es unánime el de Cristo, mantiene que la teología
en cuenta siempre el modo particu- Interviene, entre tanto, el Vat. II, reconocimiento del sentido-valor teo- propiamente dicha debe entenderse
lar y limitado en que los mismos ri- el cual, estableciendo simplemente lógico de la liturgia. Hay acuerdo como conocimiento de estos dos mo-
tos presentan el aludido valor teoló- que la liturgia "se explicará tanto igualmente en reconocerle un méto- mentos asumidos históricamente por
gico41. bajo el aspecto teológico e histórico do más peculiar y una presentación la palabra. Por tanto, existirá una
como bajo el aspecto espiritual, pas- científica. Pero mientras que para al- teología, también en dos momentos,
Si después Vagaggini se detiene a toral y jurídico" (SC 16), no hace gunos todo esto hace que la liturgia representados respectivamente por
reflexionar sobre cómo se configu- alusión a la existencia de una teolo- sea una ciencia válida en sí misma, la Escritura (teología bíblica) y por
ran estas dos teologías referentes a gía litúrgica. Se puede decir lo mis- con una finalidad específica, para la liturgia (teología litúrgica). La
la liturgia, advierte que no se preten- mo del otro decreto conciliar sobre otros es una ciencia teológica desti- teología bíblica, al estudiar la histo-
de hablar de "dos nuevos tratados la formación del clero (OT 16). Sin nada a integrarse, con su propia ria de la salvación en su fase de reve-
en el complejo general del sistema embargo, se debe tener en cuenta aportación, o en una teología siste- lación, es decir, en el primer momen-
teológico, sino simplemente de una que el documento aplicativo de este mática general, que haría la función to histórico asumido por la Palabra-
o dos monografías, investigaciones último decreto, es decir, la Ratio de una síntesis teológica global del Dios, que es el del anuncio y realiza-
especiales de la revelación en un sec- fundamentalis institutionis sacerdo- dato de fe, o en una ciencia práctica- ción en Cristo, descubre en el rea-
tor particular de las fuentes (liturgia) talis (6 de enero de 1970), al indicar pastoral, de la que, sin embargo, ella lizarse de la Palabra la ley de la sa-
en que aquélla está contenida o pro- que en el curso de sagrada liturgia misma sería el alma o el elemento cramentalidad, que es fundamental
puesta y vivida en acto en la igle- los alumnos deben aprender a cono- central, a causa de su valor declara- para un exacto conocimiento de la
sia" «, investigaciones que serán des- cer "antes de cualquier otra cosa en damente teológico. revelación. En efecto, ésta no apare-
pués "debidamente asimiladas" en la qué modo los misterios de la salva- ce como una proposición de ver-
teología sintética general43. ción están presentes y operantes en dades abstractamente quidditativas
Aparte la concordancia fundamen- las acciones litúrgicas" (n. 79), da a (quid sit Deus), sino como una reali-
entender claramente la existencia de XI. Liturgia-teología
tal entre las dos obras de Vagaggini, dad salvífica divina, que se hace pre-
una auténtica teología litúrgica (tal en la investigación actual sente y activa en y por la humanidad
nos parece que las conclusiones que
En lo que se refiere a la situación de Cristo (cur Deus homo), que no
del posconcilio, nos ceñimos a las sólo se convierte en símbolo-sacra-
posturas más características.
1963 Teología litúrgica
Teología litúrgica 1962
convierten en él —como él— en hi- en el ensayo Teología dei sacramenti
mentó de salvación, sino que revela nicándolos. Así en el AT tanto los jos de Dios mediante el bautismo, e liturgia^', habla de una teología li-
cómo la salvación, o sea, toda la re- acontecimientos cósmicos, como la en personas vivificadas por el Espí- túrgica, pero ciñéndose al campo
lación de Dios con el hombre, no creación y el diluvio, o histórico-hu- ritu Santo mediante la confirmación, restringido y específico de los sacra-
puede realizarse si no es por la vía manos, como la salida de Israel de en adoradores perfectos del Padre mentos. Después de haber observa-
del simbolismo sacramental. Egipto, cuanto los ritos, que son el en espíritu y verdad mediante la euca- do que, "al plantearse como ciencia
Si la teología bíblica nos descubre / memorial de los acontecimientos, ristía. de la celebración de la historia salu-
en el sacramento-Cristo la sacra- suplen al sacramento, o sea, al sím- Por tanto, según Marsili, teología tis, la liturgia ha recuperado toda su
mentalidad como ley fundante de la bolo en el que se revela y por el que litúrgica es la que hace su discurso dimensión teológica" ", Ruffini des-
revelación (salvación en acto), la teo- se comunica Dios-realidad salvífica. sobre Dios a partir de la revelación cubre la teología litúrgica en la in-
logía litúrgica será la que en la cele- En el NT el único acontecimiento vista en su naturaleza de fenómeno terpretación teológica de la celebra-
sacramental, en el que coinciden el ción y de la ritualidad, definida
bración descubrirá el continuo ac- histórico-humano en el que se revela como "particularísima encarnación
tualizarse de la misma revelación en y se comunica de modo total en el acontecimiento de salvación y el rito
litúrgico que lo representa. De este histórica del acontecimiento sacra-
aquella situación de sacramentalidad tiempo y en el espacio (absorbiendo mental"". Según dice Ruffini, el
derivada que está constituida preci- también, por tanto, el acontecimien- modo la teología litúrgica es necesa-
riamente y ante todo teología de la acontecimiento sacramental en sí
samente por los sacramentos de la to cósmico e implicándolo) Dios- economía divina, es decir, de la pre- mismo, entendido "tanto en sus con-
iglesia, que son la comunicación/par- realidad salvífica es Cristo, símbolo- sencia y de la acción de Dios en el tenidos trascendentes como en su
ticipación en el sacramento-Cristo. sacramento de Dios por excelencia mundo, que quiere realizarse en el efectiva significación histórico-polí-
Para Marsili, teología litúrgica no en su humanidad. También en el mundo como salvación eterna en di- tica"54, pertenece al campo de la teo-
es la que se sirve del contenido teo- NT, por la ley universal que sustenta mensión antropológica. Esto acon- logía de los sacramentos.
lógico de las fórmulas y ritos para el valor y el significado del rito, en el teció proféticamente en el AT y acon- Que respecto de la realidad sacra-
construir una teología de trasfondo origen de la liturgia está el aconteci- tece realmente en el NT, primero en mental se pueda hablar de una teo-
litúrgico (como cuando se dice, por miento Cristo-sacramento de salva- Cristo, sacramento humano de Dios logía y de una teología litúrgica,
ejemplo: teología del Espíritu Santo ción, y en consecuencia la liturgia es en la encarnación, después en los asignándoles funciones diferentes,
en la liturgia). Mucho menos piensa en el NT revelación sacramental en hombres, a los que Cristo se comu- Ruffini cree poderlo afirmar a partir
que la teología se haga litúrgica cuan- sentido totalitario. En efecto, decir nica a sí mismo, sacramento total de de una distinción que observa en el
do asume de la liturgia elementos que la liturgia actualiza el misterio salvación, a través de sacramentos mismo acontecimiento sacramental,
que pueden ser aducidos como fun- de Cristo en dimensión sacramental particulares y distintos. el cual si se considera como "actua-
damento y como prueba de una cier- y ello a través de un símbolo porta- La teología litúrgica es, en conse- lización existencial" pertenece a la
ta posición teológica. En efecto, en dor de presencia salvífica divina, cuencia, la theologia prima, necesaria teología; visto, por el contrario, en
este caso la liturgia sería al máximo quiere decir que la misma actualiza e indispensable para que el discurso su "actualización celebrativa" perte-
y en sentido más justo un testimonio continuamente en el tiempo —dado sobre Dios sea un discurso cristiano, nece al campo del liturgista i5 .
ae la le de la iglesia en el ámbito es- que en el tiempo se realiza— toda la es decir, recibido de Cristo por me- Para ilustrar esta idea, Ruffini nos
Pacio-temporal ocupado por la fór- realidad de la que Cristo es sacra- dio de la experiencia sacramental. explica que la teología en los sacra-
mula litúrgica tomada en examen mento. Y Cristo es sacramento del En este sentido la teología litúrgica mentos consiste en el conocimiento
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, no excluye ninguna teología que sea del signo sacramental como "punto
existe teología litúrgica, según Trinidad no estática, sino operante reflexión humana sobre Dios, aun- de convergencia de la Palabra, de
Marsili, cuando el discurso sobre por su ser personal, no atemporal, que nunca puede ser sustituida por Cristo y de la iglesia"; por el contra-
uios —y el Dios-objeto de la teolo- sino históríco-salvífica; Cristo es sa- ella. rio, la teología litúrgica mira "a des-
c\L " s , o l ° e l D i o s d e l a «vela- cramento de la salvación a nivel ope- La teología litúrgica es la única cubrir las leyes y las características a
non— se fundamenta en lo que 11a- rativo directo, en cuanto que el valor que concuerda naturalmente y se ade- las que la celebración debe adecuar-
ma se para permitir" que el hecho histó-
ción.sacramentalidad de la reveía- soteriológico del proyecto divino se cúa del todo a una espiritualidad cris-
tiana en el significado pleno y exclu- rico de salvación, que se expresa en
me revelación no es —o al actúa en él como sacerdocio eterna- el sacramento, llegue a ser "hecho
E S < n ° Í ° e s « r i c a m e n t e - mam- mente activo y como mediación um- sivo del término. Es, pues, la teolo-
causante de salvación" en el tiempo
a l ó n de la verdad de y sobre versalmente válida; Cristo es sacra- gía de la que debe partir y a la que
debe llevar cualquier catequesis o y en el espacio, o sea, de dimensión
sino m ° U a n t 0 e x i s t ente en Dios, mento de la iglesia, en cuanto que la cotidiana ".
ción TA* c o m u n i cación/participa- iglesia está siempre y totalmente pre- cualquier actividad pastoral.
v K D l ° s en cuanto realidad sal- sente en él, el cuerpo en la cabeza; Sin embargo, nos parece que, en
2. Contemporáneamente a Mar- esta distinción, la denominada teo-
m e a para el hombre, y como tal no Cristo es sacramento, que en cada sili, también el teólogo E. Ruffini, logía litúrgica se reduce en la prácti-
no d í i™s aacl 'rZa amr eS e S1 n o e s P ° r e l cami- uno de los sacramentos actúa y co-
través H n t a l i d a d , es decir, a munica toda su propia realidad a los
a D 1i 0ns, ,v s Uu n S l m b o l ° q u e manifieste hombres, por lo cual los hombres se
reahdad salvífica comu-
« w-i^fca» lllUIglVA 1964
1VD3 íeuiugiu litúrgica
ca a una antropología litúrgica, en sacramentos encuentra su actuación
cuanto que es aplicación a la liturgia en la celebración litúrgica. teología debe dejarse iluminar en su que Cristo es el sacramento [/ su-
de las leyes y características psicoso- En esta tercera dirección se sitúa reflexión sobre esa misma reve- pra, XI].
ciológicas de comportamiento (ges- de algún modo, en 1976, F. Brovelli lación. c) La economía. Es la revelación
tualidad, oratoria, ritualidad, uso con el artículo Per uno studio della 3. Es lícito llamar teología litúr- de Dios y de sus realidades como
del simbolismo) adecuadas para liturgia". El autor, defendiendo la gica a la reflexión que deduce el con- historia de la salvación; es la revela-
crear la respuesta de reacción (pro- existencia de una ciencia litúrgica tenido teológico de la liturgia de la ción de Dios con vistas a la salvación
vocación) necesaria para que el como disciplina específica y válida praxis celebrativa y que lo ilustra humana. La liturgia es la continua-
acontecimiento salvífico llegue a una en sí misma, le reconoce una función con esa misma praxis. ción, en términos simbólico-rituales,
concreta correspondencia y actuali- teológica, en cuanto que el conteni- de la economía divina, historia de la
zación en el sujeto. do teológico presente en la liturgia 4. Más allá de ésta hay una teo-
salvación en acto. La economía, que
Sintetizando, puede decirse que se toma como "término de reflexión logía que justamente se llama teolo-
es la razón fundamental tanto de la
respecto de la relación liturgia-teo- crítica sobre la praxis litúrgica"5". gía litúrgica, porque al hacer teolo- revelación histórica como de su
logía la discusión se ha movido en Con Brovelli, si bien siguiendo la gía plantea su propio tratado sobre realización en la liturgia, supone
tres direcciones: 1) la linea de Va- orientación de K. Rahner sobre la Dios según las categorías litúrgicas. como término al hombre en cuanto
gaggini [/ supra, IX], que, a pesar teología práctica, está sustancialmen- Éstas son: objeto del amor de Dios; y por lo
de haber descubierto algunas pistas te de acuerdo A. Caprioli en su ar- a) La sacramenlalidad de la re- tanto en la teología litúrgica el co-
muy válidas —a nuestro juicio— tículo Linee di ricercaper uno statu- velación. La revelación se efectúa nocimiento de la economía divina no
para la verdadera teología litúrgica, to teológico della liturgia ", de 1978. siempre por medio de un sacramen- es nunca un fin en sí mismo, sino
acaba luego proponiendo sobre todo Caprioli plantea también la liturgia to y, por tanto, así como se recibe que incluye siempre al hombre al
una teología de la liturgia, mejor lla- como "reflexión teológica sobre la en el sacramento, así también se es- que la economía se destina.
mada liturgia teológica, cuya tarea praxis litúrgica en su conjunto"60, in- tudia y comprende en el sacramento.
es hallar los valores, o sea, el sentido cluyéndola en la pastoral. La palabra de Dios (eterna en Dios) d) Presencia del misterio de
teológico presente en la liturgia, para se convierte en sacramento, o sea, Cristo. La economía encuentra su
convertirlos en un conjunto de ele- palabra visible (revelación), cuando punto de máxima concentración y
mentos que, por considerarse de im- XII. Para un estatuto se manifiesta en el símbolo de un de cumplimiento total en el misterio
portancia primordial, integren la acontecimiento (sacramento). Este de Cristo, visto tanto en su momento
de la teología litúrgica de realización histórica como en su
"teología sintética general"; 2) la lí- procedimiento llega a su punto más
nea de Marsili, que, viendo en Cris- alto en la encarnación (humanidad actualización litúrgica. En efecto, la
Como conclusión de cuanto se ha liturgia es celebración memorial del
to-sacramento el momento esencial dicho, nos parece que podemos re- de Cristo = sacramento de Dios),
de la revelación, descubre en la sa- sumir así el problema de la existen- pero desde entonces es procedimien- misterio de Cristo, y como tal impli-
cramentalidad no sólo el modo en cia o no de una teología litúrgica: to perenne en la liturgia. Por tanto, ca siempre la presencia de lo que se
que se realiza la revelación histórica, la liturgia no sólo es la primera de- celebra. En consecuencia, si la litur-
sino también la expresión primaria 1. Sobre la relación liturgia-teo- positaría de la fe, sino que ésta sólo gia actualiza la presencia de todo el
y esencial, a cuya luz todo el dato de logía hoy está clara una cosa: la li- se comprende a la luz de aquélla. misterio de Dios, que se encuentra
la fe, igual que es objeto principal de turgia exige una comprensión desde concentrado en Cristo, hacer teolo-
la experiencia vivida en la celebra- el punto de vista teológico, porque b) En el sacramento-Cristo está gía a la luz de la liturgia quiere decir
ción así también puede y debe ser es esencialmente portadora de todo la totalidad de la revelación. Siendo acercarse a la totalidad del misterio
objeto de reflexión intelectual. La el dato de fe comunicado por la re- la liturgia celebración del sacramen- de Cristo y verlo no en la abstrac-
teología litúrgica es, por tanto, dis- velación. to-Cristo, en ella se encuentra toda ción de unas formulaciones concep-
la revelación, no como un conjunto tuales, sino en la concreción de un
curso sobre Dios a la luz de la sacra- 2. La liturgia está llamada a dar de verdades abstractas, sino como
mentalidad, que es el modo de ser de su aportación a la teología; pero esta acontecimiento presente y operante.
realidades que se revelan y comuni-
la revelación tanto en su primer exis- aportación no ha de reducirse a lo can de un modo actual. Por tanto, e) Palabra de Dios en acción.
tir histórico como en su actuarse co- que se pueda deducir de la liturgia en la liturgia el hombre entra en con- Esta categoría resume y conlleva a
tidiano en la liturgia; 3) la línea de entendida como locus theologicus, tacto con el dato de fe ante todo por todas las demás, y es la categoría
Ruffini, para el que la teología litúr- que puede servir de testimonio de comunicación, o sea, por conoci- litúrgica por excelencia; la que per-
gica debe limitarse al área de los sa- las diversas épocas históricas y áreas miento experiencial; y desde aquí ac- mite a la teología ser siempre un tra-
cramentos; ella, en efecto, estudia los geográficas. La liturgia es un modo cede a la comprensión del miste- tado sobre Dios inspirado por Dios
sacramentos no sólo en su ser, sino de ser de la revelación, y por este rio de Cristo y puede llegar a un y al mismo tiempo una confessio fi-
también como hecho celebrativo, modo de ser de la revelación en la más profundo conocimiento de todas dei siempre nueva.
para descubrir que la teología de los liturgia (actualización de la fe) la las demás realidades divinas, de las 5. La teología litúrgica, consti-
tuida como theologia prima, no cae..., Padua 1768 — " Ib, XIII - " /*,
sólo admite, sino que incluso postula XIIIs — " Ib, XIV — " E. Renaudot (1720),
una theologia secunda, que tendrá en Collectio rituum orientalium; E. Marténe 1967 Tiempo ordinario
(1739), De antiquis ecclesiae ritibus; L.A. Mu-
primer lugar la función de investigar ratori (1750), Liturgia romana vetus: G.L. As-
ante todo cómo en el plano históri- semanni (1782), Codex liturgicus ecclesiae uni-
como disciplina y como objeto de estudio, en año, es una de las partes del / año
Una liturgia viva para una Iglesia renovada, litúrgico que han experimentado
co-cultural se va realizando el mis- versae;etc. — " G. Bona(1674), De divina psal-
PPC, Madrid 1971, 123-151; Cañáis J.M., Li-
terio de Cristo en el mundo, y, en modia; Rerum liturgicarum libri dúo; G. Morin
turgia y metodología, en VV.AA., La celebra- una transformación mayor en la
(1659), Commentarius... de disciplina... sacra- reforma posconciliar. Considerado
segundo lugar, la de traducir a un menti paenitentiae; Commentarius de sacris ción en la Iglesia I, Sigúeme, Salamanca 1985,
lenguaje cultural adecuado a los eccl. ordinationibus; P. Lebrun (1729), Explica- 33-47; Fernández P., La liturgia, ¿disciplinaprin- como un tiempo menor o "no fuer-
tiempos actuales lo que la liturgia tion... despriéres et cérémonies de la messe; C. cipal o nueva dimensión de la teología?, en "La te", en comparación con los ciclos
Chardon (1771), Histotre des sacrements...; Ciencia Tomista" 98 (1971) 581-610; Liturgia y pascual y de la manifestación del Se-
expresa en su lenguaje simbólico. teología. La historia de un problema metodoló-
etc. — 20 Cf C. Vagaggini, El sentido teológico ñor, es lo bastante importante para
de la liturgia, BAC 181, Madrid 19542, 473ss - gico, ib, 99 (1972) 135-179; La liturgia, quehacer
21
Cf QLP 3 (1912-13) 56-66; 143-148; 201-209; teológico. Estudio sobre una definición, en "Sal- que, sin él, quedase incompleto el
NOTAS: ' Cf S. Marsili, en VV.AA., Anam- 271-280. Reimpreso en L. Beauduin, Mélanges manticensis" 20 (1973) 203-271; Teología de ¡a sagrado recuerdo que la iglesia hace
nesis I, Turín 1974, 33-45 — 2 P. Batiffol, lilurgiques, Lovaina 1954 — 22 Ib, 56-57 — liturgia en la "Summa"de santo Tomás, en "La de la obra de la salvación efectuada
23
Theologia. theologi, en ETL 5 (1928) 211 — Ib, 145 — 24 Ib, 147 — 2S M. Cappuyns, Li- Ciencia Tomista" 101 (1974) 253-305; Liturgia por Cristo en el curso del año (cf SC
3 turgie el théologie, en Le vrai visage de la litur- v teología en la "Summa" de santo Tomás, en
Por ejemplo: Orígenes, Schol. in Cant. 7,1
gie. Cours et conférences des semaines lit. XIV, "Angelicum"51 (1974) 383^18; Jiménez Duque
102). Por tanto, no se insistirá lo
(PG 17,280); In Ps. 67,5 (Pitra, Anal, sacra bastante en la riqueza y el valor de
3,80); Dídimo, In Ps. 18,2 (PG 39,1268); Euse- Lovaina 1938, 175-210 — 2« R. Guardini, Über B., Notas acerca de la teología de la liturgia, en
bio de Cesárea, Hist. eccl. 10,3,3 (PG 20,848): die svstematische Methode in der Liturgiewi- "Orbis Catholicus" I (1958)466^*79; Jungmann este tiempo litúrgico en orden a la
ssenschaft, en JLW 1 (1921) 99 - - 21 Ib, 100; J A . , Herencia litúrgica y actualidad pastoral, contemplación del misterio de Cristo
De laudibus Constantini I, 16 (PG 20,1324;
102 — 2S /*, 104 (nota 3) — » Ib — 3° Ib, Dinor, San Sebastián 1961, 411-423; Ciencia y a la progresiva asimilación de los
1425); Praeparatio evangélica 11,14 (PG 108 — 31 O. Casel, Glaube, Gnosis... (nota 4)
21,884); De ecclesiastica theologia 2,23 (PG litúrgica, en SM 4, Herder, Barcelona 1973, fieles y de las comunidades a dicho
194 ypassim en todos sus escritos —32 Ib, 195; 347-353; Maldonado L., Memoria y narrativi-
24,961); Cirilo de Jerusalén, Catech. 23,6 (PG cf ib 172 -- " C. Vagaggini, o.c. (nota 20) — misterio.
33,1114); Máximo Confesor, Myslagogia 24 dad, denominador común de la teología litúrgi-
(PG 91,709); Liturgia de San Marcos, en I. 34 ca y la teología política, en "Phase" 88 (1975) El tiempo ordinario desarrolla el
Id, Liturgia e pensiero teológico recente, 297-307; Martimort A.G., La ciencia de la litur-
Pahl-A. Hanggi, Prex eucharistica, Fribur- Pontificio Ateneo Anselmiano, Roma 1961 — gia, en La Iglesia en oración, Herder, Barcelona
/ misterio pascual de un modo pro-
go/Sv. 1968, 103-115. Cf S S. Marsili, Theolo- 35
El sentido teológico..., 182. Nótese esta lla- I9672, 36-40; Mosso D., Liturgia, en DTI 1, gresivo y profundo; y, si cabe, con
guia, en RL 22 (1935) 273-277 - 4 Cf O. Casel, mada a las "creaturas", que indica la dimensión mayor naturalidad aún que otros
Altchristlicher Kult und Anlike, en JLW 3 Sigúeme, Salamanca 1982, 62-83; Rennings H.,
cósmica que, según Vagaggini, forma parte de
(1923) 7s; Glaube, Gnosis und Mysterium, en la visión litúrgica de la relación Dios-mundo —
Objetivos y tareas de la ciencia litúrgica, en tiempos litúrgicos, cuyo contenido
JLW 15 (1941) 172-195 — 5 Cf M. Rothen- 36 "Concilium"42(1969)286-302; Righetti M„ His- está a veces demasiado polarizado
O.c, 182-423 - " /*. 182 - 3! Ib, 506 — toria de la lilurgia 1, BAC 132, Madrid 1955,
háusler, La doctrine de la "theologia"chez Día- 39
Lilurgia epensiero... (nota 34) 42 —"° Ib — 52-100; Seasoltz K., Antropología y teología li-
por una temática muy concreta.
41
doque de Photiké, en Ir 14 (1937) 536-553; M. Ib — 42 Ib, 42s; cf El sentido teológico..., túrgica. En busca de una metodología adecua- Para la mistagogia de los bautizados
Viller, Aux sources de la spirilualité de St. Má- 605 — 43 Ib, 43 — " El sentido teológico..., da, en "Concilium" 132 (1978) 152-166; Stenzel y confirmados que acuden cada do-
xime, en Rev. Ascét. et Myst. II (1930) I65s; 506 — " Ib, 508 — tt Ib, 600. Cf S. Marsili,
247s; 255; R. Reitzenstein, Hist. monachorum Liturgia e teología. Proposta teorética, en RL
A., La liturgia como lugar teológico, en MS 1, mingo a celebrar la eucaristía, el
und Hist. lausiaca, Gottinga 1916, 135; S. Mar- 58 (1972) 460-464; F. Brovelli, Per uno siudio Cristiandad, Madrid 1974, 670-685; Vagaggini tiempo ordinario significa un pro-
sili, Giovanni Cassiano ed Evagrio Pontico (Stu- della liturgia, en ScC 104 (1976) 617s 47
L. C , El sentido teológico de la liturgia, BAC 181, grama continuado de penetración en
Sartori, Teología e liturgia, en VV.AA., Teolo- Madrid 1959. Véase también la bibliografía de
dia Anselmiana 5), Roma 1936, 105; 123; 127;
Culto, Eucologio, Fe y liturgia. Formación li- el misterio de salvación siguiendo la
147 — 6 Cf Marsili, o.c. en la nota prec. — gía e liturgia (2.° Convegno APL), Dehoniane, existencia humana de Jesús a través
7
Cf Marsili, Theologhía (nota 3) 276s — 8 Cf Bolonia 1974, 32; cf 33 4
» Una bibliografía túrgica, Libros litúrgicos, Liturgia, Misterio,
Marsili, o.c. (nota 5) 137 — ' Cf O. Casel, bastante indicativa y que abarca desde 1957 a Misterio pascual, Orientales (liturgias) y Padres de los evangelios, contenido princi-
Altchristlicher Kult (nota 4), l.c.: "Los cristianos 1975 puede verse en G. Lukken, La liturgie y liturgia. pal y esencial de la / celebración li-
conocen un solo sacrificio espiritual, la alabanza comme lieu théologique irremplacable, en QL túrgica de la iglesia.
en el Espíritu, que es su eucaristía, que... es en 56 (1975) 97-99 - 4* En RL 57 (1971) 153-
primer lugar una theologuía. o sea, un hablar 162 -- 50*En RL 58 (1972) 455-473 - 5I En Ahora bien, la peculiaridad del
(con Dios) de Dios" — l0 Cf Marsili, Giovanni VV.AA., Teología e liturgia (nota 47) 97-116; tiempo ordinario no consiste en cons-
Cassiano... (nota 5), l.c. — " Cf Marsili, Theo- 175-179 - " Ib. 106 — » Ib, 108 -- 54 Ib - tituir un verdadero período litúrgico
55
loghía (nota 3), l.c. — n Cf G. Lukken, Reali- Ib, 114 — 56 Ib, H4s — " En ScC 104
(1976) 567-635 — 5" Ib, 622; cf 631 - " En TIEMPO ORDINARIO en el que los / domingos guardan
zación de la fe en la liturgia, en Con 82 (1973) una relación especial entre sí en tor-
180ss; La liturgie comme lieu théologique irrem- Communion 41 (1978) 35-44 - <* Ib. 38.
placable, en QL 56 (1975) 95-112 - " Cf C. SUMARIO: I. Significado y contenido del tiem-
no a un aspecto determinado del
Andronikoff, Dogme et liturgie, en VV.AA., S. Marsili po ordinario - II. Solemnidades y fiestas del misterio de Cristo. El valor del tiem-
La liturgie expression de lafoi, Ed. Liturgiche, Señor durante el año - III. Las rogativas y las po ordinario consiste en formar con
Roma 1979, 19s — " Cf E. De Azevedo, Prae- témporas hoy. sus treinta y cuatro semanas un con-
fatio in ínstitutione scholae sacrorum rituum, BIBLIOGRAFÍA: Bartsch E., Ciencia litúrgica, tinuo celebrativo a partir del episo-
en Benedetto XIV, De sacrosancto Missae sa- en VV.AA., ¿Qué es teología?. Sigúeme, Sala-
crificio libri tres... ad usum Academiae liturgi- manca 1969. 379-429: Bernal J., La liturgia I. Significado y contenido dio del bautismo del Señor, para re-
del tiempo ordinario correr paso a paso la vida de la sal-
vación revelada en la existencia de
El llamado tiempo ordinario o, Jesús. Cada domingo tiene valor pro-
más propiamente, tiempo durante el pio; "Además de los tiempos que tie-
Tiempo ordinario
1968 1969 Tiempo ordinario
nen carácter propio, quedan treinta rración de los evangelios. Éstos, de-
y tres o treinta y cuatro semanas en jando aparte los capítulos de Mateo de cada evangelio y la evolución del tema de Jn 6, tuvo lugar después de
el curso del año en las cuales no se y Lucas sobre la infancia de Jesús, año litúrgico. Como hemos indicado la multiplicación de los panes, que
celebra algún aspecto peculiar del comienzan con lo que se denomi- ya, después de la epifanía y del bau- narran conjuntamente ambos evan-
misterio de Cristo, sino que más bien na el ministerio público del Señor. tismo del Señor se leen los comien- gelistas.
se recuerda el misterio mismo de Cada episodio evangélico es un paso zos del ministerio público de Jesús, En cuanto a las otras lecturas, las
Cristo en su plenitud, principalmen- para penetrar en el misterio de Cris- que guardan estrecha relación con la del Antiguo Testamento se han ele-
te los domingos" (NUALC 43). to; un momento de su vida histórica escena del Jordán y las primeras ma- gido siempre en relación con el evan-
El tiempo ordinario comienza el que tiene un contenido concreto en nifestaciones mesiánicas de Cristo. gelio y como anuncio del correspon-
lunes siguiente al domingo del bau- el hoy litúrgico de la iglesia, y que se Al final del año litúrgico, se llega diente episodio de la vida del Señor.
tismo del Señor y se extiende hasta cumple en la celebración de acuerdo espontáneamente a los temas esca- Las segundas lecturas no forman uni-
el miércoles de ceniza, para reanu- con la ley de la presencia actualiza- tológicos propios de los últimos do- dad con el evangelio y la del Antiguo
darse de nuevo el lunes después del dora de la salvación en el aquí-aho- mingos del año, ya que los capítulos Testamento, salvo excepciones. Es-
domingo de pentecostés y terminar ra-para nosotros. del evangelio que preceden a los re- tán tomadas de forma semicontinua
antes de las primeras vísperas del do- latos de la pasión y están, por tanto, de las cartas de san Pablo y de San-
Por eso puede decirse que en el al final de la vida de Jesús se prestan
mingo I de adviento (ib, 44). tiempo ordinario la lectura evangéli- tiago. Dada la extensión de la pri-
Antes de la reforma litúrgica del perfectamente a ello. mera carta a los Corintios, se la ha
ca adquiere un relieve mayor que en
Vat. II este tiempo se dividía en dos otros tiempos litúrgicos, debido a Y en medio de las dos etapas del distribuido en los tres años al princi-
partes denominadas tiempo después que en ella Cristo se presenta en su tiempo ordinario se encuentra el ci- pio del tiempo ordinario. La carta a
de epifanía y tiempo después de pen- palabra dentro de la historia concre- clo pascual —cuaresma, triduo y los Hebreos también está repartida
tecostés, respectivamente. Los do- ta sin otra finalidad que la de mos- cincuentena—. Lejos de ser un obs- entre el año B y el C.
mingos de cada parte tenían su pro- trarse a sí mismo en su vida terrena, táculo para la celebración progresiva Las ferias del tiempo ordinario
pia numeración sucesiva indepen- reclamando de los hombres la fe en del misterio de Cristo, este ciclo no tienen formulario propio para la
dientemente de la totalidad de la la salvación que él fue realizando día ofrece una maravillosa continuidad misa, salvo las lecturas y salmos res-
serie. Ahora, en cambio, todos for- a día. Los hechos y las palabras que en la evocación de la vida y de la ponsoriales. El / Leccionario ferial
man una sola serie, de manera que cada evangelio va recogiendo de la acción mesiánica del Hijo de Dios. está, no obstante, dividido en un ci-
al producirse la interrupción con la vida de Jesús, proclamados en la ce- Recordemos que la cuaresma se abre clo de dos años, pero de forma que
llegada de la cuaresma, la serie con- lebración en la perspectiva de las pro- con los episodios de las tentaciones el evangelio sea siempre el mismo,
tinúa después del domingo de Pente- mesas del Antiguo Testamento —en y de la transfiguración, momentos mientras que la primera lectura ofre-
costés. Pero sucede que unos años esto consiste el valor de la primera en los que Jesús entra decididamente ce una serie para el año I (años im-
empieza el tiempo ordinario más lectura— y a la luz de la experiencia en el camino de la pascua, o sea, en pares) y otra para el año II (años
pronto que otros —a causa del ciclo eclesial apostólica —la segunda lec- el camino de la cruz y de la resu- pares). En la lectura evangélica se
natalicio—. Esto hace que tenga las tura—, hacen que la comunidad de rrección, destino y culminación de leen únicamente los evangelios sinóp-
treinta y cuatro semanas o solamente los fieles tenga verdaderamente en el su vida histórica y, por tanto, centro ticos por este orden: Marcos en las
treinta y tres. En este caso, al produ- centro de su recuerdo sagrado a lo iluminador de todos los hechos y pa- semanas I-IX, Mateo en las semanas
cirse la interrupción de la serie, se largo del año a Cristo el Señor con labras que la llenan. El cristiano, ce- X-XXI y Lucas en las semanas
elimina la semana que tiene que ve- su vida histórica, contenido obligado lebrando sucesivamente todos estos XXII-XXXIV. En la primera lectura
nir a continuación de la que queda y único de la liturgia. pasos de Jesús, hace suyo este cami- alternan los dos Testamentos varias
interrumpida. Hay que tener en cuen- La reforma posconciliar del / año no y programa pascual del Señor, semanas cada uno, según la exten-
ta, no obstante, que la misa del do- litúrgico ha introducido en el tiempo camino y programa que ha de reali- sión de los libros que se leen. El Lec-
mingo de pentecostés y la de la so- ordinario algo verdaderamente deci- zarse no sólo en el curso del año li- cionario ferial del tiempo ordinario
lemnidad de la santísima Trinidad sivo en la perspectiva de lo que veni- litúrgico, sino también a lo largo de supone una novedad en la liturgia
sustituyen a las celebraciones domi- mos diciendo. En efecto, a partir del toda la vida. romana, pero se da con ello cumpli-
nicales del tiempo ordinario. domingo III se inicia la lectura semi- miento a la disposición del Vat. II
En el año B del / Leccionario, co-
El hecho de que el tiempo ordina- continua de los tres evangelios si- rrespondiente al evangelista san Mar- en orden a la apertura abundante de
rio comience a continuación de la nópticos, uno por cada ciclo A, B y cos se intercalan, después del domin- los tesoros de la biblia para el pueblo
fiesta del bautismo del Señor permi- C, de forma que se va presentando go XVI del t i e m p o o r d i n a r i o , cristiano (cf 5C51).
te apreciar el valor que tiene para la el contenido de cada evangelio a me- cinco lecturas del capítulo 6 del
liturgia el desarrollo progresivo, epi- dida que se desarrolla la vida y pre- El oficio divino se caracteriza en
evangelio de san Juan, debido a la este tiempo por no contar con otros
sodio tras episodio, de la vida histó- dicación del Señor. Así se consigue brevedad de aquel evangelio. La in-
rica entera de Jesús siguiendo la na- una cierta armonía entre el sentido textos propios que las lecturas bíbli-
tercalación se hace espontáneamen- ca y patrística del oficio de lectura
te, pues el discurso del pan de vida, de cada día, y las antífonas del Bene-
I 7 M
i lempo ordinario
tanto su aniversario— sólo puede lo estuvieron en sentido estricto,
Tiempo ordinario 1970 como se deduce de su historia.
hacerse a Dios, el cual ha introduci-
do su morada entre los hombres por Esta vieja celebración de las cua-
dictus y Magníficat de los domingos. dote, en España el jueves después de medio de Cristo, el único y verdade- tro témporas y de las rogativas está
Durante el tiempo ordinario se usa Pentecostés y, por ello, necesariamen- ro santuario, y por medio de la igle- ligada a las cuatro estaciones del
completo el salterio de las cuatro se- te referida a la pascua; la solemnidad sia, templo del Espíritu. No hay año. Su finalidad era la de pedir la
manas, con sus lecturas breves, res- de la santísima Trinidad, el domingo duda, pues, de las resonancias pas- / bendición del Señor y darle gracias
ponsorios, antífonas y preces. La se- siguiente a pentecostés, celebración cuales de esta fiesta, cuyo paralelo por los frutos de la tierra y el traba-
rie de lecturas bíblicas del oficio de que es una síntesis de toda la cin- es, en cada diócesis, el aniversario jo. Se originaron en Roma y se di-
lectura va siguiendo la historia de la cuentena pascual, en el sentido de de la catedral respectiva. fundieron al mismo tiempo que la
salvación; las lecturas patrísticas ge- que entre pascua y pentecostés se ha liturgia romana, pues las encontra-
neralmente ofrecen temas indepen- recordado el amor del Padre, la obra La solemnidad de Cristo rey hace
que culmine la celebración del / año mos en las más antiguas colecciones
dientes, pero de una extraordinaria del Hijo y Señor nuestro Jesucristo de textos litúrgicos. Primeramente
riqueza doctrinal y de una amplísi- y la donación del Espíritu Santo. litúrgico con el recuerdo de la última
manifestación del que ha de venir a fueron tres: en septiembre, diciembre
ma variedad. La solemnidad del cuerpo y de la y pentecostés (por tanto: otoño, in-
sangre de Cristo y la solemnidad del consumar toda la / historia de la sal-
vación. Pero también abre y prepara vierno y verano). Muy pronto se
corazón de Jesús están ambas en la añadiría la cuarta en cuaresma (pri-
II. Solemnidades órbita de la pascua-pentecostés, lo la nueva etapa del / adviento, que se
inicia el domingo siguiente. La so- mavera). Se conocen varios sermo-
y fiestas del Señor cual quiere decir que reducirlas a al- nes de san León Magno para estos
durante el año gunos aspectos únicamente significa lemnidad, por tanto, hace de enlace
entre un año que termina y otro que días, que eran ciertamente de ayuno
empobrecerlas, pues una y otra fes- y comprendían la eucaristía los miér-
tividad se comprenden mejor cuan- empieza, ambos presididos por el
La celebración del misterio de signo de Cristo rey universal, Señor coles y viernes, además de una vigilia
Cristo a lo largo del año comprende do se las contempla en la dinámica el sábado, en la que también se cele-
del / misterio pascual y de la dona- de la historia, alfa y omega, el mis-
una serie de solemnidades y fiestas mo ayer, hoy y por los siglos (cf Ap braba la eucaristía. Esta celebración
del Señor, además de los grandes ci- ción-efusión del / Espíritu Santo, correspondía ya al / domingo, de for-
que se nos da en la eucaristía y que 13,8 = vigilia pascual: rito de bendi-
clos pascual y natalicio. La mayor ción del cirio). ma que ya no había otra en este día.
parte de ellas caen dentro del tiempo ha brotado del costado abierto de
ordinario. Los formularios litúrgicos Cristo en la cruz. Todas estas fiestas y solemnidades El significado específico de cada
para celebrarlas se encuentran en el del Señor tienen los primeros pues- una de las témporas variaba según el
El 6 de agosto se celebra la trans- / tiempo litúrgico en que tenían lu-
propio del tiempo o en el santoral, figuración del Señor, fiesta impor- tos en la tabla de los días litúrgicos;
según sean variables o fijas en cuan- de manera que, cuando las que son gar. Es importante este aspecto para
tante, aun cuando este misterio está no caer en la tentación de ver en es-
to a la fecha del calendario. La com- presente en la cuaresma, en el segun- fijas caen en domingos del tiempo
prensión adecuada de todas ellas ordinario, se las antepone en la ce- tas celebraciones simples concesio-
do domingo. Sin embargo, tiene lu- nes a cultos naturalistas precristia-
sólo puede hacerse relacionándolas gar cuarenta días antes de la fiesta lebración de la misa y del oficio divi-
con el / tiempo litúrgico que les es no. Esto da una idea de la importan- nos. Desde luego, no deben ser más
de la exaltación de la santa Cruz, antiguas que el papa Siricio (384-
más cercano y tratando de compren- el 14 de septiembre. Al margen de cia que el año litúrgico y el calen-
derlas dentro de la secuencia de los dario dan al sagrado recuerdo del 399), a quien se atribuye su institu-
las razones ecuménicas e históricas, ción. Hipólito de Roma(ss. ii-m) las
hechos y palabras de salvación veri- además de las populares, que avalan misterio de Cristo sobre la base de
ficados en Cristo. los domingos y de las restantes ce- desconoce aún. Lo que sí es evidente
a una y a otra fiesta, no es difícil ver es su relación con la vida agraria y
Así tenemos el 2 de febrero la pre- en ellas un duplicado de la pascua, lebraciones del Señor (cf SC 102
y 106). rural. Por eso, hoy, considerada ade-
sentación del Señor en el templo, a especialmente en la dimensión glo- más la extensión universal de la igle-
los cuarenta días de / navidad (cf Le riosa y triunfal del / misterio re- sia, se imponía una revisión y una
2,22), como un eco de la celebración dentor. adaptación a las exigencias concre-
de la manifestación del Señor (= En las postrimerías del / año li- III. Las rogativas tas de cada pueblo.
Cristo luz de las gentes en la epifanía túrgico, en noviembre, nos encon- y las témporas hoy
y en el templo); la anunciación del La solución ha sido proponer a
tramos aún con otras dos festivida- las conferencias episcopales la deter-
Señor el 25 de marzo, fiesta también des: la dedicación de la basílica de
relacionada con navidad, pues se ce- Al referirse al tiempo ordinario, minación del tiempo y el modo de
san Juan de Letrán, la catedral de no se puede prescindir de dos cele- celebrarlas, incluso la duración y re-
lebra nueve meses antes del 25 de Roma y, por ello, cabeza y madre de
diciembre, pero también relacionada braciones del tiempo que actualmen- petición durante el año. En España
todas las iglesias del orbe, y la so- te no están ligadas a un determinado concretamente se señalaron los días
con la pascua, pues en la encarna- lemnidad de Jesucristo rey del uni-
ción el Hijo de Dios asume el cuerpo tiempo litúrgico. En realidad, nunca 5, 6 y 7 de octubre, o al menos el
verso. La primera, aunque no lo pa-
con el cual va a redimir al hombre; rezca, es una fiesta del Señor, pues
la fiesta de / Jesucristo Sumo Sacer- la dedicación de un templo —y por
ly/z
1973 Tiempo y liturgia
día 5. Si la celebración se limita a un de los domingos verdes, en "Asambleas del Se-
solo día, se elegirá una de las misas ñor", Marova, Madrid 1966; VV.AA., S. Trini-
de las que se proponen para los tres, dad, Corpus, Cristo Rey, ib, 53, 54, 88, Maro- to de vista cultural se plantea la pre- tiana, ya están puestas las bases no
va, Madrid 1964-1967; VV.AA., SS. Trinitá, gunta: ¿Por qué se hace esto? La re- sólo para un diálogo con otras con-
especialmente aquellos formularios SS. Corpo del Signore e Sacro Cuore, Cristo
que abarcan los tres aspectos que Re, en "Parola per l'Ass. Fest."28, 29, 62, Que-
petición del día libre de trabajo, ¿es cepciones del tiempo, al menos par-
comprende la celebración: acción de riniana, Brescia 1971-1973; VV.AA., Tempo or- de la misma naturaleza que la repe- ciales (por, no decir erróneas), sino
gracias, petición y conversión. El dinario, en // messale romano del Vaticano II1, tición semanal de la jornada religio- también para su superación.
LDC, Leumann (Turín) 1984, 458-587. sa para el que profesa una fe? ¿O
/ misal ya ofrece los formularios con- quizá aquél tiene sus orígenes en
venientemente dispuestos. Las fe- 1. INTERPRETACIONES PROFANAS.
ésta? Y el que profesa una fe se pre- Usamos ahora el adjetivo profano
chas elegidas son muy oportunas por- gunta: ¿Dónde está el verdadero sen-
que en ellas tiene lugar el comienzo en su sentido etimológico: fuera del
tido de las festividades religiosas? phanum, es decir, fuera de lo sagra-
de curso, no sólo académico, sino [/ Fiesta/Fiestas].
también pastoral, en las parroquias, do; entendiendo por sagrado sólo lo
movimientos apostólicos, comunida- TIEMPO Y LITURGIA Puede encontrarse una respuesta auténticamente sagrado, y no lo sa-
des, etc., que han interrumpido o a estas preguntas investigando sobre grado que es preciso desacralizar
aminorado sus actividades durante el significado del tiempo. Al cristia- para hacerlo auténtico.
SUMARIO: 1. Las diversas concepciones del no la respuesta completa le llevará a Son interpretaciones profanas, y
el verano. Por otra parte, esas fechas tiempo: 1. Interpretaciones profanas; 2. Inter- la comprensión del / misterio, o sea,
también son importantes para el pretación sagrada - II. El tiempo está enraizado por tanto con algunas incrustaciones
en el misterio "Cristo-tiempo": 1. El tiempo está de la / historia de la salvación, que de lo mágico, opresivo, esclavizante,
mundo de la agricultura. ordenado a manifestar la bondad de Dios; 2. se desarrolla en el tiempo. subyugante, las interpretaciones del
De lo que se trata es de reunir a la Lo eterno invade el tiempo: la encarnación, ini-
tiempo propias de las "religiones"
comunidad para celebrar la vida hu- cio del cumplimiento del misterio; 3. Cristo
en el tiempo; 4. Consecuencias para la vida de creadas por el pensamiento y la ima-
mana y el trabajo de todos los hom- los fieles - III. El tiempo litúrgico: historia de la I. Las diversas concepciones ginación de los hombres: retorno mí-
bres como un don de Dios y una salvación-que-continúa: 1. La liturgia: tiempo del tiempo tico del tiempo (antiguas religiones
oportunidad de enriquecimiento per- de "historia" de la salvación; 2. Las "justifica-
ciones" del tiempo litúrgico; 3. Hacia una espi- paganas); ilusiones de un nirvana eté-
sonal y social, todo ello en el espíritu ritualidad del "tiempo litúrgico" - IV. El miste- Es oportuno observar ante todo reo y sublimador de las fuerzas del
de fe y de conversión propios de los rio de Cristo en el ciclo anual: 1. Una respuesta que la concepción y la realidad del hombre (muchos pueblos primitivos
creyentes, conscientes de la autono- bíblica a la realidad del tiempo litúrgico; 2. El o culturas que hunden sus raíces en
año de la redención en el año solar - V. Inciden- tiempo litúrgico no pueden ser com-
mía de todo lo temporal, sí, pero cia del tiempo litúrgico en la vida de los fieles. prendidas o pensadas como nocio- un pasado glorioso pero ya pretéri-
también de la necesidad de la ayuda nes etéreas o estériles fantasías. El to). En general, estas concepciones
divina para realizar la propia voca- tiempo litúrgico no es una noción. religiosas, aunque pseudosagradas,
ción y misión en el mundo. Lástima Reflexionando sobre los datos de Es vida; es dar espacio vital al Espí- con la categoría tiempo potencian lo
que estas celebraciones apenas ha- hecho presentes en nuestra sociedad, ritu de Cristo, presente en la vida tremendum, lo sobrehumano, lo ina-
yan entrado en la conciencia de pas- incluso el que no profesa ninguna fe cotidiana del cristiano. Por eso se ferrable, y dejan al hombre en la es-
tores y comunidades. se da cuenta de que el fluir de la comprende mejor al vivirlo que al pera atónita de algo que lo aplasta o
Otro tanto puede decirse de las ro- propia existencia está marcado por hablarlo. Si aquí se habla de él, es que momentáneamente le ayuda a
gativas, institución romana también, el ritmo de los días de trabajo y de para comprenderlo más plenamente trascender un presente insoportable
pero de indudable peso en muchas los días festivos, algunos de los cua- y, por tanto, para vivirlo de un en nombre de una esperanza huma-
iglesias locales. También correspon- modo exhaustivo. El tiempo cósmi- na que sólo tiene el nombre en co-
les tienen su origen en acontecimien- mún con la cristiana.
de a las conferencias episcopales de- tos de la historia civil y otros en he- co en el que se desenvuelve y se des-
terminar su fecha y número de días. arrolla la historia de la humanidad, Del mismo modo, resultan erró-
chos propios de la historia religiosa. si se toma en su sentido genuino, el
Es más, la mayor parte de las festi- neas las concepciones del tiempo de
que le ha sido conferido por el Crea- la llamada civilización técnica. Ésta
J. López Martín vidades tienen un origen religioso, dor, es tiempo de Dios, como de
como el ritmo semanal del día de ha creado un nuevo ritmo para la
Dios son el espacio y todos los seres. vida humana: la racionaliza y la
descanso (domingo para los cristia- El tiempo litúrgico es el tiempo de
nos; sábado para los judíos; el equi- colectiviza, la enmarca primero en
BIBLIOGRAFÍA: Bellavista J., Sobre las solem- Dios; pero con una sola observa- planes trienales o quinquenales, y
nidades del Señor en el Tiempo per annum, en valente a nuestro viernes para los mu- ción: en Cristo Jesús. Solamente en
Phase" 70 (1972) 347-454; Gracia J.A., El 5 de sulmanes, etc.), o el retorno anual después en balances económicos,
octubre en el nuevo calendario nacional, ib,
Cristo es como vive el hombre, dado en cifras de productividad y de
de las fiestas (navidad, epifanía; pas- que él, el Señor, es la estructura y
J55-362; Nocent A., Celebrar a Jesucristo 5-7,
cua; hégira, etc.). consumo... Acelera el tiempo de
llempo ordinario, Sal Terrae, Santander 1979; orientación interior de la misma his- modo desconsiderado y, con la ilu-
Kignetti M., Historia de la liturgia 1 BAC Ahora bien, frente a esto, hasta el toria 1 . Puesta claramente de mani- sión de liberar al hombre, en reali-
'32, Madrid 1955, 862-882; VV.AA., Tiempo hombre peor preparado desde el pun- fiesto esta perspectiva, que es la cris- dad lo hace esclavo de las mismas
iy/4

estructuras que ella desarrolla, cam- bien a los pactos de alianza entre 1975 Tiempo y liturgia
bia o suprime sin tener en cuenta a Dios y la humanidad; pero de hecho
la persona humana, si no es en cuan- se trata de una sola realidad, en cuan- tiempo sagrado se atiene al siguiente siguiente: afirmar la existencia de
to sirve para la realización de los to que el AT es sólo una sombra de esquema: pone el acento en el hecho una historia salvífica equivale a afir-
planes preestablecidos. Esta concep- la luz que es el NT. Ahora bien, la epifánico del Señor como comienzo mar que la salvación se realiza por
ción del tiempo, propia de una men- interpretación de que hablamos con- de la plenitud de los tiempos y tiene medio de actos humanos libres y con-
talidad capitalista, se acentúa en sidera el tiempo como desarrollán- su cumbre en el acontecimiento his- tingentes, con los que el hombre
cuanto a su negatividad en la menta- dose desde "en el principio existía el tórico de la pasión-muerte de Cristo, construye su historia, que es historia
lidad marxista: aquí encontramos la Verbo, y el Verbo estaba con Dios" contiguo con el kairós histórico-me- de salvación por iniciativa y por ayu-
concepción de un tiempo cerrado en (Jn 1,1) pasando por "al principio tahistórico de su resurrección y del da de Dios.
sí mismo, porque está deliberada- creó Dios" (Gen 1,1), hasta la pleni- envío del Espíritu a la iglesia, es de- La interpretación sagrada de la
mente separado de toda posible re- tud de los tiempos (Gal 4,4). Como cir, en el / misterio pascual. realidad tiempo proveniente de la re-
lación con la eternidad. En este sen- atestigua la Sagrada Escritura, en la Es obvio que la concepción sagra- velación hizo comprender al pensa-
tido es absurda la concepción del presente oikonomia, es decir, en el da del tiempo —la cual, repetimos, miento oriental antiguo que la histo-
tiempo propia del ateísmo, que fa- plan concreto de salvación, único es única: no puede haber otras que ria no obedece a la ley del retorno
brica un tiempo caótico y espantoso; entre los infinitos planes que le eran sean auténticas—, al chocar con las cíclico del tiempo cósmico, que de-
aquí el hombre no tiene nunca tiem- posibles, Dios discurre y realiza li- diversas culturas, asume clarifica-
po, ya no tiene tiempo, porque no vora y consume inexorable e ineluc-
bremente, de acuerdo con los hom- ciones, profundizaciones y tonalida- tablemente todo, sino que está orien-
tiene el punto de referencia atempo- bres que escoge, una serie de hechos
ral, que es Dios, del que deriva el des diferentes. Los intentos de com- tada fundamentalmente por el pro-
que se manifiestan en determinados prender la historia de la salvación yecto de Dios, que se desarrolla y se
tiempo. momentos o acontecimientos (kai- han sido diversos, datan del comien- manifiesta en ella. La historia es una
Así también diversas corrientes fi- rói). Todos estos momentos en con- zo del cristianismo y continúan a lo constelación de acontecimientos que
losóficas contemporáneas, que ha- junto se ordenan entre sí con vistas a largo del fluir de los siglos. La refle-
la realización de un proyecto divino tienen un carácter único y que no se
cen sentir su influjo en la literatura, xión sobre la historia de la salvación repiten, sino que se depositan en la
en el cine, en el modo de pensar de [/ Misterio]. Hay momentos o acon-
tecimientos que, con respecto al vivir se basa y a veces está condicionada memoria-anamnesis con su propia
muchas personas, bloquean al hom- por concepciones filosóficas y filo- virtualidad y eficacia salvífica. En las
bre en una temporalidad plana y de la humanidad, pertenecen al pa-
sófico-teológicas que pretenden concepciones religiosas paganas el
descolorida 2 . sado, otros pertenecen al presente o
comprender más a fondo el dato tiempo no es sagrado; aunque se
Los ejemplos podrían continuar. al futuro salvífico [/ Historia de la
salvación]. El verdadero tiempo pro- revelado. piense que, con la repetición de unos
Basta haber llamado la atención so- hechos, ordenada por las denomina-
bre algunas concepciones profanas viene de la sucesión y de la recíproca De estos datos apenas aludidos,
del tiempo para comprender el salto dependencia de los acontecimientos pero cuyo sentido se puede intuir fá- das religiones, un hecho particular
cualitativo que existe entre éstas y la de salvación (kairói). Un nuevo acon- cilmente, se comprende cómo tanto pueda reproducir la historia primor-
interpretación auténticamente "sa- tecimiento no elimina al precedente, el desarrollo cuanto el diversificarse dial de la divinidad (o de los dioses),
grada" del tiempo. sino que lo lleva hacia su plenitud, de las connotaciones de tiempo sa- como acontece en los ciclos repetiti-
hasta el momento del kairós por ex- grado en las diversas generaciones y vos de la naturaleza. Con la revela-
2. INTERPRETACIÓN SAGRADA. celencia: Jesús histórico/Cristo me- culturas cristianas están en estrecha ción del único Dios, completada en
Entendiendo sagrado en la acepción tahistórico, que, como "plenitud de relación con las grandes reflexiones y por Jesucristo con la fuerza del
de lo auténticamente sagrado, que los tiempos", da pleno sentido a la teológicas sobre el misterio de la sal- Espíritu, el concepto y la realidad
da la primacía al Dios Uno-Trino en dimensión temporal, espacial y crea- vación. Basta, por ejemplo, tomar del tiempo se hacen realmente nue-
cooperación con la acción libre del tural. Dado que la creación del mun- en consideración la expresión myste- vos. La obra de Dios Uno-Trino se
hombre, la humanidad conoce una do está incluida en el período que rium salutis y estudiarla a la luz de manifiesta efectivamente en una his-
sola interpretación del tiempo. En tiene como cumbre y centro el kairós los padres occidentales. Se ve inme- toria sagrada por medio de los acon-
otros términos: como es única la re- Cristo (cf Ef 1,10) •', su mismo reali- diatamente que, en general, entien- tecimientos de que aquélla está he-
velación por excelencia y es único el zarse, completarse y palingénesis den salus como algo definitivo, se- cha y cuya virtus proviene del hecho
Dios tripersonal, así también es úni- (paso de la antigua a la nueva crea- guro, decisivo, terminado, cumplido, de que siempre son acontecimientos
ca la auténtica interpretación del ción, a la aparición de los cielos nue- al tiempo que advierten que la reali- teándricos, divino-humanos. Por
tiempo. vos y la tierra nueva: cf Ap 21,1-8; esto el tiempo, en el que se insertan
2 Pe 3,13) tiende progresivamente al dad mysterium encierra un conteni-
Históricamente hablando, encon- do que se mueve en el ámbito, diría- los hechos de Dios para el hombre y
éschaton [/ Escatología]. con el hombre, tiene en sí un valor
tramos dos grandes períodos, corres- mos nosotros, de lo dialéctico 4 . Por
pondientes a los dos Testamentos o En este sentido el paradigma del otra parte, estos padres advierten de sagrado. En efecto, el tiempo no es
modo reflejo que la salvación tiene sagrado porque repita el tiempo pri-
su causa fontal y teleológica en Dios. mordial en el que Dios creó, el Ver-
Esto obliga a tomar conciencia de lo bo se hizo carne, Cristo murió en la
iy// 1 lempo y liturgia
8
centro ; a aquel que marca el ritmo carne. La expresión de León Magno:
Tiempo y liturgia 1976 de las semanas con ese día que es de "Admirablemente lo creaste, más
tal modo suyo que se llama / do- admirablemente lo redimiste", po-
cruz, el Espíritu descendió sobre la zado [/ Escatología]. El tiempo mingo (dies Domini)9; a aquel que dría ser explicada así: "En el princi-
iglesia, etc., de una vez para siem- auténticamente sagrado atestigua es el hoy l0 con el que la iglesia cele- pio Dios dijo: Hágase. Dijo: Hágase
pre s, sino en cuanto que Dios vivifi- que la salvación es una realidad que bra los / sacramentos y la / liturgia bien en todas sus partes. ¡Y se hizo
ca las virtutes de estos acontecimien- se actualiza continuamente. Es pre- de las Horas; a aquel que da sentido bien! Después, por obra del primer
tos, y la humanidad (la cristiandad y cisamente el medio a través del cual a cada pulsación del "corazón de los Adán, se destruyó todo el bien y
los que a ella se orientan) celebra su la economía divina se realiza. Pero fieles"". En otras palabras, el tiem- vino la ruina. Y Dios volvió a decir:
memoria al tiempo que las etapas si ésta se despliega en la historia, está po pertenece al cristiano como el cris- Hágase de nuevo. Dijo: Hágase de
del plan de Dios se suceden, cada claro que también en la historia se tiano pertenece a Cristo. Por él el nuevo bien en todas sus partes. Y
una con su significado particular, debe desarrollar el sucederse de los cristiano toma conciencia de que, en fue hecho de nuevo mejor. Por obra
para bien de todos los fieles en la misterios que se realizan histórica- el tiempo que Dios le concede, tiene del segundo Adán se rehizo cada
iglesia y para gloria de la Trinidad. mente en la sucesión de los hechos, todo el tiempo necesario para hacer parte de bien. Fue hecha la alegría
Lo que da un sentido a todos estos de los que el tiempo auténticamente lo que Dios desea que haga. Porque de la creación. Fue hecha la gloria
puntos del tiempo (o bien: aconteci- sagrado se hace garante, haciendo el cristiano tiene el tiempo que es de la creación. Y habitó entre nos-
mientos, kairói) no es el conjunto de su memorial (concebido sin embargo Cristo. Y Cristo, para el cristiano, lo otros en persona, en el tiempo, una
factores históricos que se entrecru- no como algo estático, sino dinámi- es todo. Nadie debe maravillarse de vez, para la continuidad de siempre".
zan, sino exclusivamente la inten- co), un memorial donde aletea el Es- la existencia de tantas concepciones La bondad de Dios se manifiesta en
ción divina que los ha orientado ha- píritu de Cristo: hombre-Dios, tiem- equivocadas del tiempo, por las que la humanidad y benignidad de nues-
cia Cristo "sator temporum", "pleni- po-eternidad, principio y fin, simul- el cristiano corre el peligro de sentir- tro Salvador, por medio del cual
tudo temporum", alfa y omega, tánea e inseparablemente. se abrumado: dado que la verdad es todo ha sido creado (cf Tit 3,4; Col
principio y final (cf Ap 1,8; 21,26; Se comprende entonces cómo las una, está claro que el error puede ser 1,16).
22,13). Es significativo en este con- características del tiempo auténtica- múltiple; dado que la verdad es Uno,
texto el rito de la preparación del mente sagrado lo definen como es normal que los que se equivocan Todo esto lo explica Pablo, que
cirio en la vigilia pascual, donde se tiempo litúrgico. El tiempo pertene- sean muchos. La verdad es Cristo. fija su mirada en Cristo hombre-
proclama solemnemente: "Cristo ce al Cristo liturgo. En él, Cristo está Él es en el tiempo. El está presente Dios, en el Cristo de la carne y de la
ayer y hoy. Principio y fin. Alfa y presente y actúa. En Cristo alcanza hasta la consumación de los tiem- gloria, en el Señor que entró en el
omega. Suyo es el tiempo y la eterni- su verdadero valor. pos. Se comprende por tanto cómo tiempo a través de una mujer (Gal
dad. A él la gloria y el poder por los el tiempo encuentra su origen, su des- 4,4), pero que es siempre y sobre
siglos de los siglos. Amén" 6 . arrollarse y su completarse en el mis- todo "el Hijo propio de Dios" (Rom
II. £1 tiempo está enraizado terio de Cristo-tiempo por múltiples 8,32), el Señor. El Padre es creador,
La verdadera concepción del tiem- en el misterio "Cristo-tiempo" razones. pero en su unigénito Hijo Jesucristo.
po es la sagrada: es el fruto genuino Pablo profesa en 1 Cor 8,6: "Hay un
de lo Eterno-en-el-tiempo existen- El cómputo del tiempo se realiza solo Dios, el Padre, del que proce-
cial: la revelación. Cuando más tar- según parámetros humanos; pero és- 1. EL TIEMPO ESTÁ ORDENADO A den todas las cosas y por el que he-
de la revelación fue llevada a su ple- tos son relativos, mutables, contin- MANIFESTAR LA BONDAD DE DLOS. mos sido creados; y un Señor, Jesu-
nitud por el enviado-mesías-revela- gentes. Por tanto, el tiempo es una Los cristianos de la iglesia oriental cristo, por quien son todas las cosas
dor Cristo —es decir, cuando el realidad secundaria por el hecho de han afirmado a menudo que estudiar y nosotros por él". Es más, en la car-
Verbo eterno se hizo hombre sin de- que está en relación con algo que teología es tomar conciencia refleja ta a los Colosenses, Pablo precisa y
jar de ser eterno—, entonces los he- está fuera del tiempo y que es lo que de la oikonomía, es decir, de la serie encuadra este tema: "El cual es ima-
chos que él realizó y dejó a su cuerpo le confiere un significado. Para los de hechos, de acontecimientos me- gen de Dios invisible, primogénito
místico asumieron la doble caracte- cristianos el tiempo no encuentra diante los cuales Dios entra en la de toda la creación, porque por él
rística de la temporalidad y de la su- algo, sino a Alguien que le da sentido vida del hombre, y que están rela- mismo fueron creadas todas las co-
pratemporalidad. La sacralidad del pleno: Cristo. Quien divide el tiempo cionados entre sí por la Sabiduría sas, las de los cielos y las de la tierra,
tiempo proviene de la con-memora- en ritmos diarios, semanales, anua- divina con vistas a una finalidad es- lo invisible y lo visible, tanto los tro-
ción [/ Memorial] de los aconteci- les, etc., es Cristo. El tiempo perte- pecífica. El más llamativo entre los nos como las dominaciones, los
mientos de salvación que, superando nece a los cristianos porque es de momentos de salvación es la crea- principados como las potestades; ab-
el tiempo, son siempre co-presentes; Cristo. Los siglos, el año, la semana, ción del hombre a imagen de Cristo. solutamente todo fue creado por él y
de la presencia continua del aconte- los días, las horas, los instantes son El más dinámico y operativo, o tam- para él" (1,15-17). Y el autor de la
cimiento que resume todo en sí: de los cristianos porque pertenecen bién el más sorprendente y eficaz, es carta a los Hebreos (1,2-3) afirma:
Cristo [/ Jesucristo, II, 2], y de la a Cristo, que vive "por los siglos de el acontecimiento del Verbo hecho "(Dios) nos ha hablado por el Hijo,
pertenencia de todo pasado-presen- los siglos"7; a aquel que da sentido
te al futuro escatológico ya comen- al año por haber sido puesto en su
¡y / o

a quien ha constituido heredero de CUMPLIMIENTO DEL MISTERIO. La


todas las cosas, por quien hizo tam- encarnación es el milagro de los mi- 1979 Tiempo y liturgia
bién el universo. Éste, que es el res- lagros, en el que se realizan las obras
plandor de su gloría y la impronta maravillosas de Dios. En María la mismo habita en el seno de una vir- la humanidad, del tiempo y de lo
de su sustancia, sostiene todas las voluntad de Dios se encuentra con gen, toma un cuerpo como el nues- particular.
cosas con su palabra poderosa". Por la de la humanidad. En el seno de la tro, está en medio de los hombres El que es principio, centro y fin
otra parte, el prólogo juanista acen- Virgen María y a través de su mater- sus semejantes, de modo que todo el del tiempo cósmico en su totalidad
túa la misma realidad cuando afir- nidad virginal se cumple el tiempo universo encuentra ahora su centro se convierte en aquel en quien todo
ma: "Todo fue hecho por él; en él de la salvación, ya que en aquel día no sólo en Dios, sino en un hombre nace, subsiste y se consuma; se con-
estaba la vida, y la vida es la luz de una mujer se convirtió en la madre que es Dios. A través del tiempo de vierte en el tiempo verdadero, pleno,
los hombres... Estaba en el mundo; de Dios. la salvación se habían preparado los que tiene sentido: el ayer, el hoy, el
el mundo fue hecho por él" (Jn 1,3- La creación del tiempo es querida caminos hacia Cristo. Su venida, su siempre; el aquí, el ahora; el alfa y la
4.10). por Dios porque está destinado a ser venir a acampar entre nosotros, da omega l4 . Es el eterno siempre perso-
En la práctica, los textos de la / eu- tiempo de salvación, en el que nace- comienzo al viraje de los tiempos, el nalmente comprometido en el deve-
cología, que en la / celebración ha- rá el Salvador, que cumplirá en sí el cual puede así superarse a sí mismo nir y que, en su humanidad, funda,
cen una exégesis viva de la palabra misterio pascual. y por-en-con Cristo hacerse un con- inicia y mide el tiempo.
de Dios, subrayan la centralidad de Dios crea el tiempo y se lo da al tinuo presente de salvación. En este Es preciso comprender bien el
Cristo en la realidad de la creación. mundo a través del Verbo; lo da sentido, el tiempo auténticamente "ephapax", el "semel", el "de una vez
En el credo profesamos nuestra fe como el cauce que debe recibir a sagrado se convierte en tiempo litúr- para siempre" de Heb 7,27; 9,12;
en el único Señor Jesucristo, por me- gico, mediante el cual el Dios atem- 10,10, que incluye en sí la idea de
aquel que es la plenitud de los tiem- poral actúa en el tiempo con las mis-
dio del cual han sido creadas todas pos: Cristo Jesús '2. una continuidad supratemporal. En
las cosas. En el canon romano reza- mas acciones salvíficas que Cristo ha efecto, es de una vez para siempre
El Oriente cristiano se detiene es- realizado en continuidad con la obra
mos: "Por Cristo Señor nuestro. Por pecialmente en su liturgia en la epi- como Cristo ha realizado el "hapax",
él sigues creando lodos los bienes, de lo eterno en el tiempo. La histori- es decir, la única realidad, el misterio
fanía completa de las mirabilia Dei, zación de esta obra comenzada en la
los santificas... y los repartes entre que tienen su comienzo en Cristo pascual. Cristo, llamado alfa y ome-
nosotros". Y el antiguo himnario encarnación tiene su cumbre en la ga, está en el origen y en el término
por medio del Espíritu. En la huma- pascua-pentecostés cristiana. Las ac-
reza: "Cristo, rey y creador para nidad de Jesucristo se manifiesta la de todas las cosas que son, que fue-
siempre"; "Cuando llegó la plenitud ciones llevadas a cabo por Cristo en ron y que serán l5. Una sola vez en-
del tiempo sagrado, el Padre envió divinidad (fiesta de la teofanía, epi- un determinado momento histórico
fanía, doxofanía, agapetofanía). El viado por el Padre, apareció entre
al Hijo, creador del mundo, rey eter- son realizadas, en el tiempo litúrgico nosotros. Una sola vez nacido, muerto,
no de los escogidos, creador de todas Occidente cristiano prefiere ver en el que es el Cristo-tiempo, en una ac-
Señor-Kyrios la humanidad-benigni- resucitado, ascendido al Padre, en-
las cosas". tualización que es a la vez histórica tronizado en los cielos, sentado a la
dad de nuestro Salvador (solemni- y metahistórica, humana y divina, derecha del Padre para interceder
Y, en el Verbo, el Padre piensa y dad de navidad). temporal y supra-temporal. por nosotros. Una sola vez el Verbo
crea el tiempo. El Padre crea el tiem- Oriente acentúa además la fiesta se hace carne, la eternidad se hace
po y da el tiempo al mundo median- de la cruz y el preanuncio litúrgico- tiempo, para dar al mundo, por me-
te el Verbo, llamado por el himno de histórico de la fiesta de la transfigu- 3. CRISTO EN EL TIEMPO. Con
Cristo viene la novedad absoluta, el dio de su humanidad, ser, sentido y
los domingos de cuaresma (oficio de ración, que tiene implicaciones epi- valor. Por esto, como la eternidad
lecturas) "omnium rex atque factor fánicas con la cruz y la resurrección, primer principio, el restablecimiento
radical de la relación entre la huma- fundadora del tiempo está literalmen-
temporum". Así, el tiempo está or- con el envío del Espíritu y la parusía. te presente y es eficaz en Jesucristo,
denado en su totalidad a realizar y nidad y su creador, ahora ya funda-
Occidente, especialmente en el mar- do no sólo en el hecho de que Dios lo eterno en persona crea el mundo
manifestar la riqueza del pensamien- co de las liturgias ambrosiana y ga- temporal y hace surgir el tiempo
to-palabra de Dios creador, hacedor se quiera donar, sino en el Dios-en-
licana, acentúa la parusía. El reino carnado que se ha donado efectiva- como medida de toda la existencia.
del sucederse del tiempo, hecho él eterno de Dios es la etapa final ex- El tiempo del mundo está ya ahora y
mente. Puesto que el Verbo se hace
mismo tiempo. La Trinidad planea tratemporal de la historia de la sal- hombre, entra en la existencia tem- para siempre, en todas sus partes y
y realiza la encarnación del Verbo vación que ha comenzado ya en el poral con todas las relaciones que la en su totalidad, fundado, puesto y
eterno en el tiempo para poder ma- aquí y ahora ("hic et nunc") del tiem- sitúan y la limitan. Pero dado que medido por Jesucristo. Cristo, com-
nifestar a todos el amor, que es el po sagrado ". este ser humano es también el Verbo pendio de la salvación, el Salvador,
constitutivo de Dios. Con la encarnación del Verbo co- eterno, se convierte inmediatamente, el misterio, o sea, el plano de la sal-
mienza la mayor irrupción que haya hasta en su existencia temporal, "ya vación proyectado por la Trinidad y
2. LO ETERNO INVADE EL TIEM- acontecido nunca de lo eterno en el que en él quiso el Padre que habitase realizado en él, es la fuente única y
PO: LA ENCARNACIÓN, INICIO DEL tiempo de la historia humana: Dios toda la plenitud" (Col 1,19), en ple- simple de toda la inteligibilidad del
nitud de la divinidad, de la eterni- mundo. La presencia de lo eterno en
dad, de lo universal, y en plenitud de el tiempo debe comprenderse como
Tiempo y liturgia 1980
1981 Tiempo y liturgia
la asunción del tiempo por lo eterno, nos. Éstos, sin embargo, vivieron, vi-
como la recreación del tiempo en su ven y vivirán la realidad de Cristo- Cristo en el tiempo y se profundiza etapas salvíficas, las cuales son el des-
función más radical, como el comien- tiempo a través de la liturgia. La his- en la unión con él, que se prolonga pliegue orgánico de la memoria de
zo del tiempo de la salvación para toria misma de la comunidad cris- en lo eterno. Paradójicamente, el los misterios de Cristo, que se resu-
todos los hombres. Y este aspecto de tiana primitiva testimonia cómo el tiempo, desde que con Cristo sumo men en el único / misterio pascual,
asunción, de transfiguración, de tiempo estaba marcado por los rit- y eterno sacerdote se convierte en y la / celebración de esos misterios
consagración del tiempo, constituido mos diarios de oración (cf He 1,14; tiempo litúrgico, se trasciende a sí bajo los diversos aspectos de cada
por Jesucristo, es necesariamente úni- 3,1; 10,9; etc.) y por los semanales mismo. Por otra parte, el pensa- uno de los acontecimientos de la
co, porque es la única trama: de lo con referencia al "día del Señor" miento del Padre, concretado y rea- vida histórica de Cristo. Efectivamen-
eterno y del tiempo; del Creador y (cf Ap 1,10), que sustituía al "día de lizado por nosotros en Cristo (nos te, la afirmación de Agustín: "Dado
de su creación; del Salvador con los Yavé" del AT (cf Am 5,18; Jl 2,1; eligió en él: Ef 1,4) en virtud del Es- que Cristo es la palabra de Dios, tam-
salvados; de la Liberación con los Sof 1,7; etc.) al llevarlo a su cumpli- píritu Santo, es tal que no nos piensa bién un hecho de la Palabra es pala-
liberados. miento escatológico. En efecto, el separados de Cristo. Y por ahora bra de salvación para nosotros", no
La venida del Verbo encarnado es, concepto de parusía o de tiempo úl- nosotros no podemos permanecer se comprende en la liturgia de modo
por tanto, el acontecimiento escato- timo-escatológico equivale al tiempo fuera del tiempo, que es él: el Señor. intelectual o noético, sino de modo
lógico por excelencia. Puesto que lo concreto y operativo. Es decir: no
de la intervención de Dios, proyec- sólo somos partícipes de Cristo, sino
eterno se hace presente en el tiempo, tado por él mismo (Dan 2,21; 7,12), El tiempo para la liturgia es la ac-
los primeros tiempos se cierran, se tualización crono-ontológica de la que cada uno de sus hechos o pala-
equivale al momento en el que la in- bras son para nosotros fuente de sal-
inauguran los últimos tiempos; nace tervención de Dios se concretará única ley: todo en Cristo (cf Ef 1,10).
una alianza nueva y eterna. En este La coordenada normal en la que vación, porque participamos en ellos
(Dan 9,2.24-27; MT 24,3). A este a través de la liturgia. La liturgia es
sentido, los últimos tiempos son el respecto es muy conocido el pasaje vive el fiel —el tiempo— está en ma-
mismo Jesucristo, en cuanto que en nos de Cristo, es de Cristo: se vive la exégesis perenne que en el trans-
del Eclesiastés 3,1-13, que confirma curso de los siglos es capaz de hacer
él se cumple el misterio total de la que el hombre no puede conocer los sólo para él, en él y con él ,6 .
salvación, ya que el "Salvador del una presentación unificada, progre-
fines de Dios en el mundo. Hasta siva, dinámica y real de los conteni-
mundo" es el mismo "ayer y hoy y lo que él orden preestablecido comien-
será por siempre" (Heb 13,8). Así la dos bíblicos. Esta presentación no es
ce a realizarse: desde entonces en ade- III. El tiempo litúrgico: historia sólo persuasiva, sino que hace com-
salvación es historia plena, que pasa lante se perpetuará la salvación para de la salvación-que-continúa
por la humanidad de Cristo. Cristo prender que el cristianismo no es
todos los hombres. Esto se realiza tanto una doctrina que se debe creer
contiene en sí mismo todo el miste- en el Cristo vida, presente en el tiem- El Verbo eterno por su encarna-
rio, en cuanto que en su humanidad cuanto una realidad viva y operante,
po hasta el fin de los siglos, creído, ción se ha introducido no en un una historia, la única grande y ver-
el proyecto eterno de la salvación se tiempo abstracto o mítico, sino en el
realiza totalmente por medio de la celebrado y vivido por el creyente en dadera historia de la salvación. La
una relación de intimidad. La inti- tiempo de la historia de los hombres, liturgia es el momento de esta histo-
presencia y de la acción divina en él. haciendo de él un tiempo de historia
El misterio de Cristo es el fin al que midad con el Señor, dueño y hace- ria-que-continúa.
dor de todos los tiempos, no puede de salvación real y siempre actual.
tendía desde el comienzo el plan de En efecto, nosotros "llegamos a ser En este sentido, la constitución so-
Dios; y al mismo tiempo es el princi- ser coartada por ningún tiempo, se-
gún el principio: "Omnium tempo- partícipes de Cristo" (Heb 3,14) en bre la liturgia del Vat. II afirma que
pio concreto de la salvación que el momento en que él "participó de "las riquezas del poder santificador
Dios quiere comunicar a los hom- rum Dominator non adstringitur spa-
tiis temporalibus". la misma carne y sangre" (Heb 2,14), y de los méritos del Señor" se hacen
bres. Él misterio de Cristo es, por haciéndonos entrar en ese su hoy, "presentes en todo tiempo para que
esto, el centro y la cumbre de la his- El vivir del fiel es tiempo de Cris-
to, por lo que el tiempo es para Cris- que constituye el cumplimiento en el puedan los fieles ponerse en contac-
toria de la salvación, que solamente tiempo de esa salvación de la que él to con ellos y llenarse de la gracia de
en él encuentra su actualización ple- to y Cristo es el todo. En Cristo ya
no hay distancia temporal; sólo hay es portador y que es un hecho de la salvación" (SC 102). Con esto se
na y su razón de ser. todos los días durante todo el tiem- dirige la atención hacia la realización
presencia íntima. En él ya no hay po en que ese hoy se proclama. y actualización del misterio que es
pasado, sino siempre y sólo presente. Cristo, misterio que está unido a la
4. CONSECUENCIAS PARA LA VI- Con él se está proyectando hacia el
DA DE LOS FIELES. La auténtica con- 1. LA LITURGIA: TIEMPO DE "HIS- eficacia de las acciones que el mismo
futuro. No se tiene nostalgia del pa- Cristo ha realizado y realiza. Y las
cepción sagrada del tiempo está uni- sado, sino del futuro. Es el ya, pero TORIA" DE LA SALVACIÓN. El trazado
da a Cristo-tiempo, ha sido compren- de la historia de la salvación conte- acciones del Señor son esas acciones
todavía no manifestado como tal; es mediante las cuales se revela y reali-
dida así progresivamente, y lo será el ya y todavía; es el ya pero todavía nido en la biblia se vive en la liturgia:
cada vez más de modo reflejo, por la liturgia propone un comentario za el plan divino de la salvación. Él,
más. Del impacto de lo eterno con el el Señor, persigue y prosigue en el
las diversas generaciones de cristia- tiempo se desprende la presencia de vivo de la biblia en toda la plenitud
de su significado, que se articula en tiempo el camino de inmensa miseri-
1983 Tiempo y liturgia
Tiempo y liturgia 1982 (virtus operis) que realizó en aquel signo eficaz de los misterios que
tiempo el Señor" (León Magno). Cristo realizó. El año litúrgico trans-
cordia que inició en su vida mortal. comprensión del año litúrgico tanto Pero si por una parte el misterio figura todos los días de los fieles al
Mediante la liturgia toda la iglesia globalmente considerado como vivi- de Cristo es rico y múltiple, nuestra elevarles y hacerles instrumentos efi-
puede realizar con Cristo, un año do en cada una de las solemnidades, naturaleza humana es limitada en caces de conformación con él, el Se-
después de otro, su camino hasta la fiestas, memorias o ferias o en el sus posibilidades. Precisa considerar ñor, que vive y reina por los siglos
victoria final y recorrer una a una fluir de los tiempos fuertes (advien- lentamente en todos sus detalles, en de los siglos. Es más, es el tiempo
las principales etapas del misterio de to-navidad-epifanía; cuaresma-pas- todos sus aspectos, el misterio total litúrgico el que, en un hoy (hodie)
Cristo, para conformarse así, pro- cua-pentecostés) y de los tiempos dé- que es Cristo, para penetrar mayor- perenne, tiene la capacidad de im-
gresivamente, con su imagen. biles (tiempo ordinario o per an- mente en su conocimiento, para ser primir su ritmo y de medir la exis-
num). Teniendo como elementos estimulada a la adhesión, para con- tencia rescatada y redimida.
2. LAS "JUSTIFICACIONES" DEL básicos la polarización sobre la per- formarse integralmente a su imagen,
TIEMPO LITÚRGICO. El tiempo, en la sona de Cristo y sus misterios y la para crecer progresivamente en gra- 3. HACIA UNA ESPIRITUALIDAD
auténtica acepción de tiempo sagra- atención a los imitadores de Cristo cia y en sabiduría como él y en él, DEL "TIEMPO LITÚRGICO". Si el tiem-
do, es tal por la presencia de Cristo (los santos: ciclo santoral), el año li- mientras que aumenta el número de
en él. Es más, el Verbo hecho carne túrgico realiza ante todo, de modo po en manos de la liturgia se con-
sus años. Y el estar cada persona in- vierte en historia de la salvación, el
por obra del Espíritu, Cristo, el un- gradual y progresivo, la ley de la imi- serta en el tiempo la configura ya
gido por excelencia, rey y sacerdote, tación de la vida de Jesús. En efecto, tiempo litúrgico es la sedimentación
implícitamente con el Hijo. La en- privilegiada de las experiencias bí-
llena el tiempo dándole su sentido los fieles del Señor, aceptando el don carnación del Verbo del Padre acon-
pleno y definitivo. Este sentido está del Padre y la obra continua del Es- blico-eclesiales que el Espíritu Santo
teció en la carne y, por lo tanto, tam- (que es la memoria experiencial de
en relación con el sacerdocio de píritu, deben reproducir perfectamen- bién en el tiempo: es hacerse-tempo-
Cristo, porque el tiempo, desde la te en sí mismos, imitándolo, a Jesu- la iglesia, porque es su ánimo y su
ral, sumergirse en el tiempo. La alma) confía a la iglesia en los fieles
encarnación del Verbo hasta siem- cristo. Jesús nos dice que le sigamos encarnación no perturbó el ritmo
pre, sirve para dar gloria al Padre, (Mt 26,14; Me 8,34; Jn 12,26), y natural del tiempo ni provocó la pa- y a los fieles en la iglesia. El tiempo
en Cristo-tiempo, por el poder del pone a los discípulos una meta de rada del proceso natural del apre- litúrgico es un continuo / memorial
Espíritu. Pero como es Cristo el que perfección: el Padre (Mt 5,48). A su miar el tiempo, ni el crecimiento del del sucederse y continuarse de he-
ascendió a los cielos y está sentado a vez, Pablo inculcará a la iglesia pri- cómputo cronológico. Por el contra- chos histórico-salvíficos que se con-
la derecha del Padre, entronizado en mitiva la misma ley: la de la imita- rio, consagró el tiempo, renovándo- cretan en repetidos encuentros con
los cielos (Heb 9,12) ( = en la eterni- ción (mimesis) de Cristo (cf 1 Cor lo y haciendo de él algo nuevo (se Cristo, Señor del tiempo y de todo y
dad) de una vez para siempre, lleva 4,15; Ef 5,11; Flp 3,17; 1 Tes 1,6). La comprende entonces nuestro modo de todos " por el poder del Espíritu.
a una dimensión eterna la gloria que liturgia lleva este precepto a la prác- de contar los años [de salvación] a El memorial del futuro anticipado y
el hombre junto con todo lo creado tica de un modo que le es exclusivo. partir del nacimiento de Cristo). del pasado vivido se hace eficaz en el
debe dar a Dios. El tiempo asume La imitación, en cuanto es posi- presente litúrgico. El tiempo litúrgi-
una dimensión litúrgica. Está lleno ble, implica que se revivan las accio- Para la vida del fiel, el tiempo no co ofrece a cada fiel la posibilidad
de la gloria del Padre, que es Cristo. nes salvíficas realizadas por Jesús en es simplemente un conjunto de co- de insertarse de un modo nuevo en
Es por el poder del Espíritu cómo en la tierra (sus misterios): la principal ordenadas que, como un marco, en- el acontecimiento fundamental que
el tiempo litúrgico se da la posibili- entre todas es el único gran aconte- cuadran sus propios hechos. El tiem- es el misterio de Cristo, y simultá-
dad, a todo hombre que se haya con- cimiento de la muerte-resurrección po forma parte de la existencia de la neamente introduce el acontecimien-
vertido en fiel, de configurarse y de de Jesús con el don del Espíritu persona, que está inmersa en él, jun- to salvífico en la vida de cada fiel. El
conformarse con Cristo, de recorrer [/ Misterio pascual]. A este respecto to con todo lo creado, en el suceder- tiempo litúrgico llega a ser la inte-
su trayectoria humana y ponerse en encontramos en los padres de la igle- se de días, años y siglos. El Verbo, al riorización eclesial del misterio con-
contacto con cada uno de sus miste- sia expresiones como: "Lo que suce- asumir la naturaleza humana, asu- vivido con Cristo, en cuanto él está
rios, que tienen para cada persona dió una vez en la realidad histórica, mió todo lo creado y lo restauró, presente y actúa en el tiempo: inte-
una ejemplaridad y una eficacia in- la solemnidad [litúrgica] lo celebra santificándolo, infundiéndole la po- riorización y perpetuación de cuanto
agotable. La linfa de la vid se trans- de modo que se repita y así lo renue- sibilidad de dar gloria plena y per- ha sido realizado en Cristo, por Cris-
mite a los sarmientos; la vida de va en el corazón de los creyentes" petua al Padre. Los días, los años y to, para Cristo y con Cristo. Y al par
Cristo cabeza pasa a los miembros (Agustín); "¡Cuántas fiestas litúrgi- los siglos entran también en el nuevo
cas para cada uno de los misterios el tiempo litúrgico es el espacio pri-
de su cuerpo místico. movimiento imprimido por el Reden- vilegiado de la acción del Espíritu
de Cristo!" (Gregorio Nacianceno). tor del universo. Se comprende, por
A través del tiempo litúrgico, or- Porque toda fiesta litúrgica tiene en tanto, cómo el tiempo, a partir del Santo, que en la celebración del ciclo
ganizado de modo que se repita sí una í\xtrz&-virtus: "Ese día no hacerse-temporal de lo eterno, se litúrgico actualiza los misterios de
anualmente, es como pueden reali- pasó de modo que haya pasado tam- convierta en sacramentum, o sea, Cristo; y es el "aduar-operar" del
zarse para el fiel algunas realidades bién la fuerza íntima de la acción Espíritu del Resucitado, que hace y
típicas, que son el fundamento de la
1V84

actúa en nosotros lo que Cristo ha 1. UNA RESPUESTA BÍBLICA A LA


vivido y vive en la iglesia. REALIDAD DEL TIEMPO LITÚRGICO. A 1985 Tiempo y liturgia
El tiempo de la liturgia es el tiem- primera vista parecería que el NT
po del hoy de la gracia. niegue la legitimidad de organizar el intérprete veraz y verídica de la vo- profundo es el gravitar de los hom-
tiempo litúrgico tal como la iglesia luntad de Cristo, realiza en el año bres, de lo creado y del tiempo en
IV. El misterio de Cristo lo h a hecho
- Ésta afirma que quiere litúrgico no es algo simplemente cir- torno a Cristo.
en el ciclo anual celebrar "la memoria sagrada de la cular y vacío de significado. Bajo un
obra de la salvación realizada por orden y una determinación tempo- 2. EL AÑO DE LA REDENCIÓN EN
ral, en el año litúrgico está presente EL AÑO SOLAR. La historia de la for-
Es pensamiento común en los pa- Cristo en días determinados durante mación del año litúrgico, en cada
dres que en el ciclo que se repite cada el curso del año"'«. Si al ojo del pro- el conjunto de todas las acciones sal-
año se reactualiza para nosotros el fano el año litúrgico aparece como víficas de Cristo, que engloban toda uno de los ritos oriental y occidental,
misterio de nuestra salvación; miste- un conjunto y una sucesión de so- la historia de la salvación, desde sus nos muestra que las diversas iglesias
rio que, prometido desde el origen y lemnidades, de fiestas y de memo- orígenes en la ya implícita revelación locales se han guiado simultánea y
llevado finalmente a cumplimiento, rias, es muy diferente su verdadera en la creación hasta su cumplimiento tácitamente por una idea matriz, en
se prolongará sin tener nunca fin. finalidad. Quizá también los fieles final, en el que, por medio del Cristo torno a la cual se han articulado las
De este punto de vista se hace eco, podrían quedar afectados al escu- glorioso, todo el mundo formará el etapas de la génesis del año litúrgico:
por ejemplo, el himno de las según- char las lecturas de perícopas del reino de Dios, el pueblo santo de imitar la vida de Jesús, volviendo a
das vísperas de navidad: "Hic prae- evangelio según Juan, el cual trasla- adquisición, el hombre nuevo, per- celebrar los hechos salvíficos reali-
sens testatur dies, currens per anni da de un modo sistemático y regular fecto, formado a la medida de la ple- zados por él, compendiándolos en
circulum". Frente a semejante com- los hechos realizados por Jesús a la nitud de Cristo (cf Ef 4,13). Pero un año solar, con el fin de revivir sus
prensión cíclica, podría surgir, si no Jerusalén de los días de fiesta (cf Jn para que esto suceda, el hombre no acciones. Por otra parte, la revela-
propiamente una duda, sí al menos 2,13.23-25; ll,54ss; ll,12ss; 13,1: pas- sólo debe recibir la revelación del ción presentaba a las diversas gene-
una cierta confusión respecto a lo cua; Jn 5,1; 7,14.37; 8,2; fiesta; Jn plan de Dios (aspecto de la acepta- raciones de cristianos un sistema de
que hemos afirmado más arriba: que 10,22: dedicación) para indicar el ción del don), sino que debe llegar al repetición de fiestas que al pueblo
el tiempo litúrgico está claramente cumplimiento pleno de esas fiestas mismo Cristo como plan salvífico re- de Dios de la antigua alianza le ha-
en posición de superación de las con- en Cristo y, por tanto, su fin. Es velado, es decir, participar en el mis- bía dado la posibilidad de aprove-
cepciones profanas del tiempo, mu- más, Pablo, al descubrir que los ga- terio de Cristo (aspecto del don con- charse del irrepetible ritmo de creci-
chas de las cuales están en una estre- latas observaban días, meses y años, quistado y explotado) a través del miento en la vida de fidelidad a
enísima relación con una compren- siente surgir en él la duda de haber desarrollo cíclico del año, que es fi- Dios, que incitaba a cada uno de los
sión ciclica del cosmos. Por otra trabajado en vano entre ellos (cf Gal gura de todo el ciclo-de-la-redención componentes de su pueblo a ser san-
parte, también hemos recordado 4,10), porque las fiestas, los novilu- que Cristo realizó en sí mismo desde tos porque él es santo (cf Lev 19,2).
más arriba un dato de hecho: la en- nios y los sábados son sombras del la encarnación hasta pentecostés y El mismo conjunto de disposiciones
carnación del Verbo significa que lo futuro, cuya realidad es Cristo (Col que todavía tiende a su realización de la antigua alianza sobre el culto
eterno se hace-temporal. Y el Verbo, 2,16). Sin embargo, lo que el Após- definitiva por medio de su segunda implicaba también una actitud inte-
así como asume la naturaleza huma- tol combate es la manera, el espíritu venida en la gloria. Este desarrollo rior a través de la cual la santidad
na, también asume la dimensión anacrónico y formalista en la obser- del plan de la redención es el verda- divina pudiese alcanzar en profundi-
temporal, renovando la una y la vación de fechas y fiestas. Los gála- dero año de la salvación, a imagen dad al hombre. En la alianza nueva
otra. Si después se añade que ni tas demostraban no comprender que del cual se ha dispuesto el año litúr- y definitiva, cada iglesia local, to-
Cristo pretende someterse a ninguna aquellas celebraciones compróme- gico. Por otra parte, Cristo en la si- mando conciencia de su deber de
formalidad, ni siquiera a las forma- tían la fe cristiana. A la luz de la nagoga de Nazaret, aplicándose a sí conformarse con Jesucristo, único
lidades temporales propias de la an- polémica explicitada por Pablo, y ya mismo la profecía de Isaías, había protagonista de la salvación divina
tigua economía, a su vez unida a una presente implícitamente en Juan, proclamado como realizada en él llevada a su plenitud, se organiza a
determinada praxis marcada por rit- contra la observancia de fechas y fies- mismo la liberación sagrada del año partir de las antiguas estructuras,
mos temporales, ni la iglesia ha ter- tas, surge la necesidad de superar jubilar, indicando su propio tiempo pero con un espíritu nuevo. Es más,
giversado el pensamiento y la volun- concepciones farisaicas y formalistas y toda su actividad como el año san- toma conciencia de que Jesús, como
tad de su Esposo al organizar el año en torno al modo de vivir el tiempo, to de la liberación (cf Le 4,16-21). humilde Hijo del hombre y Señor
litúrgico, entonces se deben buscar para entrar en la perspectiva intro- De este año de la redención, que omnipotente, ha dado sentido a to-
otros fundamentos, además de los ducida por Cristo a propósito del contiene todo el tiempo de Cristo, es das las antiguas fiestas. "En los si-
ya indicados [/ supra, III, 2], para tiempo. de donde nace y se desarrolla el año nópticos y en Juan, en la carta a los
litúrgico como su proyección y sín- Hebreos y en el Apocalipsis es pre-
una comprensión más adecuada del En otras palabras: cuanto la igle- tesis cíclica en la historia humana, sentado como el único verdadero
tiempo litúrgico. sia, que por medio de la liturgia es que exteriormente se organiza de protagonista de la fiesta de la pascua
acuerdo con el movimiento de la tie- (el Cordero de Dios); de pentecostés
rra en torno al sol, pero cuyo sentido (el dador del Espíritu como primicia

63
1987 Tiempo y liturgia
Tiempo y liturgia 1986
de Cristo no quedarse en su pasado, gico, y simultáneamente es supra-
de los frutos de la salvación); de los hacia Cristo. El año de la redención, sino permanecer eficaces, por la gra- existente a todo ciclo litúrgico, de
tabernáculos (el dador del agua de el litúrgico, desarrollándose según el cia, en el presente de su misterio to- modo que el año litúrgico es uno en
vida que es el Espíritu Santo; la luz año solar, se renueva continuamen- tal, que es Cristo-iglesia; no quedar su pluralidad y alternancia y al par
del mundo; la nueva alianza; el jui- te. Los años solares, como medida sepultados en el olvido, sino reno- es siempre el mismo y, misteriosa-
cio de Dios; el sacerdocio del único del tiempo, se superponen unos a varse en su influjo. Para la omnipo- mente, diferente.
pueblo de Dios; el dador de la nueva otros, de modo que el fin de un año tencia de Dios nada está abolido, Para todos los fieles el año litúrgi-
ley que es el Espíritu); del kippür (el coincide con el comienzo de otro nue- nada ha pasado, sino que por su co se convierte en "sequela vitae
que ha entrado de una vez para vo en una circularidad continua. gran poder todo está presente para Jesu", es decir, riqueza insondable
siempre con su sangre en el taber- Para el año litúrgico el acabar de un él, todo el tiempo es para él hoy. de la vida de Cristo, que se desgrana,
náculo eterno no construido por año da comienzo al otro, en un pro- En la concepción común del tiem- se extiende y se coparticipa en el
mano de hombre); y además del año greso de espiral, de modo que el final po, lo que ha pasado aparece como tiempo a los fieles; es el transcurrir
nuevo (el iniciador de la nueva reali- de uno esté más elevado que su co- algo estático y olvidado. El misterio, de la propia existencia al uníso-
dad sin fin); de la dedicación del mienzo, y desde el final más avanza- por el contrario, como "acción por no con Cristo; es pasar el tiempo
templo (el nuevo templo); de las suer- do comience un nuevo ciclo de la la que se revela la salvación de Dios con las pulsaciones del propio ser en
tes (el que es el primogénito de los redención. Esto significa, de modo en Cristo", es una realidad que siem- sintonía con la vida mistérica de
muertos, que ha vencido a la muerte figurado, que el tiempo de toda la pre se renueva en el presente; es por Cristo.
con la muerte, que ha establecido la historia de la salvación que se realiza su misma naturaleza dinámico y efi-
vida como destino del hombre que en la iglesia, y que en cada uno de El tiempo litúrgico es el tiempo
caz. En el ciclo del año litúrgico los para el que Cristo es el todo, mien-
cree). Al fin él es el protagonista y los fieles puede ser no sólo contado misterios son acciones del Cristo que
señor del sábado, porque ha cumpli- como "año del Señor 1983, 1984...", tras continúa (y se completa y termi-
está presente entre nosotros hasta el na) cuanto Cristo ha realizado en el
do los seis días de las obras del Pa- sino también perfeccionado y acre- final de los siglos, y se convierten en
dre aceptando morir, regenerar la centado por medio de una progre- tiempo y realiza en sus miembros.
una inmersión, cooperación y parti- Todo fiel, al vivir estas realidades
creación y regenerar al hombre crea- sión. En efecto, con el alternarse y cipación en lo que Cristo realiza
do a imagen de Dios, entrando así sucederse de los años de la reden- y con esta actitud, hace la exégesis
"hoy y por los siglos". existencial del "Christus heri, hodie
en el descanso de Dios" ". ción, cada fiel se inserta cada vez
más en los misterios de Cristo, o sea, et in saecula" (Heb 13,8). Es un hoy
Las diversas liturgias orientales y en los diferentes aspectos mediante perenne, el tiempo litúrgico tiene la
occidentales, nacidas bajo este im- los cuales la única y misma gracia de V. Incidencia capacidad de marcar el ritmo y me-
pulso y animadas por estas ideas di- la salvación se nos da en Cristo. del tiempo litúrgico dir la existencia rescatada del hom-
rectrices, han desarrollado, acentuan- en la vida de los fieles bre en un hoy de gracia en el que la
do un aspecto u otro, la gama de los A través de la imagen temporal palabra de Dios se convierte en vida.
misterios de Cristo, copresentes en del año, el fiel entra en comunica- Dado que el misterio de Cristo se Reflexionar, incluso científicamente,
el único misterio de pascua-pente- ción con la santidad eterna, por cuyo revive en el ciclo litúrgico anual, se sobre este hoy de gracia para perci-
costés. Cristo glorioso con su miste- medio se ha realizado para nosotros, podría afirmar que el tiempo litúrgi- bir en él concentrada toda la impor-
rio histórico y suprahistórico se hace en la humanidad de Cristo, el plan co es la suma cronológica de los mis- tancia de la historia de la salvación
presente en la historia de la iglesia, salvífico de Dios. Es éste, por tanto, terios celebrados en un ciclo, en el fijada en la palabra de Dios, concre-
que celebra sus diversas manifesta- el camino a través del cual cada uno que la presencia del misterio en el tada en Cristo "hoy y por los siglos",
ciones a lo largo del año solar. El de los hombres es llamado a la uni- tiempo ha abatido el velo de separa- celebrada en el año litúrgico y vivida
año litúrgico es un sacramental; en dad salvífica del pueblo de Dios, que ción entre el ayer y el mañana, ha- por cada uno de los fieles, significa
la línea de los sacramentos 20 es un tiene una historia, con un tiempo ciendo del tiempo un perenne hoy recorrer existencialmente una teolo-
medio eficaz para historizar la vida cuya forma es la iglesia, "la cual es el salvífico. Como la separación entre gía bíblica auténticamente perenne.
del Señor, que se propone a los hom- cuerpo de él, la plenitud del que lo Dios y la humanidad fue abolida en De este modo el tiempo litúrgico
bres que lo buscan con sincero cora- llena todo en todos" (Ef 1,23); que Cristo (encarnación del Verbo), así transfigura la existencia humano-
zón en el conjunto de sus aconteci- además llega a ser ella misma miste- por medio de Cristo la vida divina cristiana al concretar la epifanía de
mientos, para que lleguen a ser una rio, es decir, "signo e instrumento de ha invadido el tiempo (el hacerse- los "mirabilia Dei" insertos en el tiem-
sucesión de acontecimientos salví- la unión íntima con Dios y de la uni- temporal de lo eterno) anulando los po. La vida del fiel es así llevada a
ficos. dad de todo el género humano" (LG parámetros humanos tanto en el pa- modelarse en las manifestaciones de
El año solar se convierte en sím- 1); es más "reino de Cristo ya pre- sado salvífico que siempre está pre- cada uno de los misterios celebra-
bolo de la eternidad por el hecho de sente" en el fluir del tiempo, sagrado sente, como en el futuro salvífico ya dos, para llegar profundamente,
que en su sucederse, mientras que por excelencia. Así se realiza todos que es anticipado. En efecto, Cristo aunque nunca de modo totalmente
vuelve al punto de partida, no se de- los días lo que se hizo una vez. Y es está presente en todo el tiempo litúr- perfecto, a transformarse en Cristo.
tiene nunca, sino que tiende siempre característico de los actos salvíficos
Tiempo y liturgia 1988 1989 Trabajo
sálmica hispano-visigótica que reza: "Domine novación y adaptación de sus cele-
Entonces los misterios de Cristo lle- Felici) 2, Roma 1981, 123-172; "Cristoprosopo-
Jesu Christe, quem omnium saeculorum et re-
gan a ser vida de la iglesia; y, a su graphie". Frontiére entre la christologie el la braciones litúrgicas, de modo que
gem fatemur et Dominum"; cf J. Pinell, Líber
vez, la vida de todo fiel inserto en la christianologie selon des sources liturgiques oc-
orationum psalmographus. Colectas de salmos puedan expresar más auténticamen-
cidentales (De la methode a la théologie liturgi- te la fe y la vida de nuestro tiempo.
iglesia prolonga y completa el miste- que), en Le Christ dans la liturgie (a cargo de del antiguo rito hispánico, Barcelona 1972, n.
rio de Cristo. Progresivamente, el A.M. Triacca-A. Pistoia), Roma 1981, 262- 355 — l8 Normas universales sobre el año li- Pero, no obstante los indudables re-
tiempo litúrgico, que pertenece a 303 — ' E s útil la colección de documentos an- túrgico y sobre el calendario 1; texto íntegro en sultados pastorales de la reforma li-
tiguos sobre el domingo de W. Rordorf, Sábalo el Misal Romano — " T. Federici, L'anno li- túrgica, son muchos los cristianos de
Cristo-iglesia, recapitula toda la his- túrgico nei riti orientali (pro manuscripto),
toria de la salvación haciendo revivir e domenica nella chiesa antica, Turín 1979 —
10 Roma 1970, 8 — M Véase el nuevo concepto de hoy que se sienten extraños a la li-
Cristo es el hoy. El ayer y los siglos futuros le turgia, hallan dificultad para com-
en las celebraciones el impacto de la pertenecen en un perpetuo hoy. Por eso la litur- sacramental que emerge de SC 60-62, en com-
eternidad con el tiempo y anticipar gia puede afirmar; "Hoy vais a saber que el paración con las anteriores concepciones. prenderla y les cuesta trabajo tomar
el encuentro escatológico del tiempo Señor vendrá y nos salvará"; "Hoy, desde el parte en ella: se habla de "separación
cielo, ha descendido la paz sobre nosotros"; A.M. Triacca entre los ritos y la vida", de "ruptura
con la eternidad. En este sentido,
por medio de la liturgia, la iglesia, "Hoy brillará una luz sobre nosotros, porque entre celebración y / compromiso co-
nos ha nacido el Señor" (antífona de entrada de tidiano"; hay quejas porque las "li-
Christus totus, llega a ser revelación las misas de navidad). Por coextensión la histo- BIBLIOGRAFÍA: Aliaga E., Teología del tiem-
no escrita, sino viviente del misterio ria salvífica se actúa en un hoy perenne, de for- po litúrgico, Valencia 1980; Bellavista J., La
turgias son asépticas, frías, que no
del Verbo encarnado presente en el ma que la liturgia puede decir con razón: "¡Qué celebración del tiempo en las iglesias Orientales, interesan ni comprometen". Estas re-
tiempo. pregón tan glorioso para ti, María! Hoy has en "Phase" 113 (1979) 367-375; Berciano M., acciones se registran sobre todo en
[/ Año litúrgico]. sido elevada por encima de los ángeles y con Kairós, tiempo salvíflco, en RET 34/1 (1974) 3- el mundo del trabajo: de modo par-
Cristo triunfas para siempre" (antífona de en- 33; Cazelles H., Biblia y tiempo litúrgico: esca- ticular encuentran dificultades con
trada de la misa vespertina en la vigilia de la tología y anamnesis, en "Selecciones de Teolo- la liturgia de la iglesia las personas
asunción de la Virgen María) — " S e com- gía" 85 (1983) 22-28; Eliade M., £7 mito del
NOTAS: ' Aquí se inserta el tema escriturístico prende la expresión de uno de los himnos de eterno retorno, Emecé, Buenos Aires 1968; metidas en ambientes industriales
de Cristo recapitulador de todas las cosas (cf Ef completas de la nueva liturgia de las Horas: "Si Goetz J., Tiempos santos, en Diccionario de las que pasan sus jornadas encerradas
1,10), desarrollado en la época de los padres y nuestros ojos se cierran con el sueño, nuestro Religiones, Herder, Barcelona 1964, 1383-1385; en una fábrica, insertas a menudo en
testimoniado por su pensamiento y por el arte corazón vigila en ti" — " Es lo que muestra López Martín J., "Tiempo de Dios" y tiempo ciclos productivos rígidamente auto-
sagrado antiguo. Véase C. Capizzi, "Pantokra- una tesis doctoral que he dirigido y que, por de los hombres en la fiesta de los cristianos, en
tor". Saggio d'esegesi letterario-iconografica, "Nova et Vetera" 7 (1979) 21-41; La santifica-
matizados. Quizá las dificultades de-
desgracia, permanece aún inédita: J. Esteban,
Roma 1964 — 2 Cf J. Mouroux, II mistero del El tema "Plenitudo temporis" (Gal 4,4) en la ción del tiempo 1, Instituto I. de Teología a penden de esto: tales personas se ca-
lempo. Indagine teológica, Morcelliana, Brescia literatura cristiana occidental hasta san Agustín. Distancia, Madrid 1984; Pou i Rius R., Cristo racterizan por una mentalidad técni-
1965, 9-10 — 3 Resulta de interés el trabajo de Aportación a la teología de la historia en los y el tiempo, en "Phase" 50 (1969) 110-122; Si- ca y funcionalista, a la que cuesta
M. Berciano, Kairós, tiempo humano e históri- cuatro primeros siglos, Roma 1973, I, Xl-904 monis E., Tiempos y lugares sagrados, en SM acoger una salvación dada por Dios
co-salvífico en Clemente de Alejandría, Burgos pp.; II, LXXXVIII-436 pp. — ,J Cf A.M. Triac- 6, Herder, Barcelona 1976, 638-641; Van der a través de formas establecidas; tie-
1976 — 4 Para el concepto de historicidad, cf ca, Anno litúrgico: alcunipresupposti della sua Leeuw, Fenomenología de la religión, FCE,
A. Darlap, Teología fundamental de la historia esistenza e struttura, en Sal 34 (1972) 321-330, México 1964, 369-378; VV.AA., Los tiempos nen una sensibilidad que se pierde
de la salvación, en Mysterium salutis I, Cris- especialmente 324-326; Anno litúrgico: verso de la celebración, en "Concilium" 162 (1981) en un mundo de símbolos, como el
tiandad, Madrid 1969, 60-201 — 5 Más adelan- una sua orgánica trattazione teológica, en Sal 165-298. Véase también la bibliografía de Año de las acciones litúrgicas; están acos-
te [/ infra, II, 3] reanudaremos esto, que es un 38 (1976) 613-622, sobre todo por la bibl. cit. — litúrgico, Calendario, Escalología, Fiesta/Fies- tumbradas a un tipo de participa-
14
concepto-clave para comprender la realidad del Para comprender lo que aquí se afirma es del tas e Historia de la salvación. ción que está lejos del clima de co-
tiempo litúrgico — 6 Cf Misal Romano, Do- mayor interés recorrer toda la carta a los He-
mingo de pascua de la resurrección del Señor. breos y la concepción supratemporal que emer-
municación que se respira en una
En la noche santa. Vigilia pascual. Parte prime- ge del Apocalipsis — " Es oportuno comparar asamblea cristiana; son demasiado
ra: Lucernario o solemne comienzo de la Vigi- las doxologías finales del canon de la misa per- concretas y están preocupadas por
lia. Bendición del fuego y preparación del ci- tenecientes a dos tradiciones litúrgicas diferen- los problemas más agobiantes de la
rio — ' Es lo que pone de relieve la mediatio tes, como la ambrosiana y la romana: se inte- vida diaria para comprender y apro-
Christi en la conclusión de las oraciones; "Por gran y se completan mutuamente en su dina-
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que es Dios y mismo trinitario (en especial referente al TRABAJO piarse el lenguaje de la oración de la
vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Espíritu Santo) y en el acentuar la importancia iglesia.
Santo, por los siglos de los siglos" — 8 El cris- de Cristo, mediante el cual se crean todas las
tocentrismo es una nota dominante en la catc- cosas. La liturgia romana afirma (los cursivos SUMARIO: I. Nota previa - II. Fe, trabajo y Las reflexiones que propondre-
quesis de los padres y en la temática de los liturgia - III. Liturgia y trabajo del hombre: 1.
son nuestros): "Per ipsum, el cum ipso, et in Un pequeño florilegio de textos; 2. Aproxima- mos sobre el tema trabajo y liturgia,
textos litúrgicos de la antigüedad cristiana. Cf ipso, est tibi Deo Patri Omnipotenti, in unitate
A.M. Triacca, Cristologia nel sacramentarlo
ción antropológica; 3. Aproximación teológico- aun abriéndose a un horizonte más
Spiritus sancti, omnis honor et gloria per omnia litúrgica - IV. Conclusiones.
Veronese. Saggio metodológico sull'"inter- saecula saeculorum. Amen". La liturgia ambro- vasto, se referirán en particular a ese
scambio "fra catechesi patrística e liturgia, en siana ora: "Et est tibi Deo Patri Omnipotenti ex tipo de trabajadores que viven "en
Cristologia e catechesi patrística (a cargo de S. ipso, et per ipsum, et in ipso omnis honor, vir- I. Nota previa una cultura obrera" y que a menudo
Felici) 1, Roma 1980, 165-195; Cristologia nel tus, laus, et gloria, imperium, perpetuitas et po- encuentran casi imposible realizar
"Líber Orationum psalmographus". Un saggio testas in unitate Spiritus sancti per infinita sae- una verdadera síntesis entre activi-
di catechesi patrística cristocentrica pregata, en cula saeculorum. Amen" — l6 Cf nota prec. — En estos últimos años la iglesia se
Cristologia e catechesi patrística (a cargo de S. " Es interesante el comienzo de una oración ha comprometido a fondo en la re- dad mecánica y experiencia religio-
Trabajo 1990
1991 Trabajo
sa. El Vat. II, en un texto muy signi- sugiere el camino para purificarla y
ficativo, presenta el trabajo como superarla proponiendo una concep- dan orientación e impulso a nuestro tan al Señor el pan y el vino, se sub-
una actividad que "es para el traba- ción cristiana del trabajo: ésta puede compromiso y nos ofrecen ya, como raya que son "fruto de la tierra..., de
jador y para su familia el medio or- llegar a ser, en la situación concreta en prenda, una anticipación de nues- la vid", y por tanto dones de la bon-
dinario de subsistencia; por él el del individuo, un fecundo término tro encuentro definitivo con el Señor dad de Dios, pero también "fruto del
hombre se une a sus hermanos y les de comparación y un ideal de fe y de en la vida eterna en que creemos y trabajo del hombre". De las dos mi-
hace un servicio, puede practicar la esperanza 1 . Creado a su "imagen y esperamos. sas para la santificación del trabajo
verdadera caridad y cooperar al per- semejanza", el hombre está llamado Ahora bien, los grandes pensa- afloran apuntes preciosos para una
feccionamiento de la creación divi- a colaborar en el trabajo de Dios y a mientos bíblicos que nos hacen com- espiritualidad del trabajo 4 . Bastaría
na" (GS 67); pero estas personas lo tomar parte un día en su descanso, prender el sentido de la liturgia nos citar una de las colectas: "Dios y Se-
sienten a menudo casi sólo como cuando haya acabado el tiempo de dan a entender también el significa- ñor nuestro, que, por medio del tra-
una dura e ineliminable necesidad de la fatiga y de la peregrinación. El do cristiano del trabajo como lo ve bajo del hombre, diriges y perfeccio-
la vida'. aspecto doloroso del trabajo, indi- la liturgia. La laboriosidad diaria de nas sin cesar la obra grandiosa de la
Una experiencia litúrgica desen- cado como fruto del pecado, es rein- los hombres, a la luz de la fe bíblica, creación, escucha nuestras súplicas,
raizada de una eficaz evangelización tegrado plenamente en el horizonte está profundamente vinculada a ese y haz que todos los hombres encuen-
y separada de todo compromiso de de la salvación individual e histórica ayer, a ese hoy y a ese mañana que tren un trabajo digno que ennoblez-
promoción social podría verdadera- traída por Cristo, el cual asocia al jalonan la historia de la salvación ca su condición humana y les permi-
mente correr en tales contextos el hombre a su obra redentora. celebrada en la liturgia: en el traba- ta vivir más unidos, sirviendo a sus
riesgo de aquel triple extrañamiento jo, en efecto, se llama al hombre a hermanos". Y en una oración sobre
que K. Marx atribuía a la religión: 2. La historia de la salvación, continuar la obra creadora del Pa- las ofrendas se pide: "Acepta, Señor,
alienación, opio del pueblo e ideolo- comprendida y vivida en el obrar dia- dre, a vivir en unión con Cristo sal- los dones de tu iglesia en oración, y
gía 2 . Además, las celebraciones li- rio concreto en el que Dios nos lla- vador en el servicio a los hermanos y haz que, por el trabajo del hombre
túrgicas, con su estructura ritual pre- ma a ser protagonistas de un desig- a construir un mundo nuevo, abierto que ahora te ofrecemos, merezcamos
fijada y su lenguaje típico, pueden nio de amor y de liberación, es el al soplo del Espíritu. asociarnos a la obra redentora de
ser percibidas, cuando no son expre- terreno en el que liturgia y actividad Cristo". En otros lugares se pide "rea-
sión de una comunidad concreta y humana convergen y pueden encon- lizar fiados en tu providencia el tra-
no implican a las personas a nivel trarse. Para comprender la liturgia, bajo que nos has encomendado" y
III. Liturgia y trabajo "que entregados a nuestras tareas
de preparación y de participación, y en especial para penetrar en el sig- del hombre
como emanación de una institución nificado vital del misterio eucarísti- con espíritu cristiano, practiquemos
vinculada a la clase dominante y a co, hay que ser hombres de fe; o, me- la caridad sincera con nuestros her-
1. UN PEQUEÑO FLORILEGIO DE
un orden social impugnado. jor, "hay que tener una fe como Dios manos y colaboremos al perfeccio-
TEXTOS. Cuando leemos la biblia, namiento de tu creación".
quiere", es decir, esa fe —alimentada tanto el AT como el NT, nos llama
con los grandes pensamientos de la la atención la estima y la importan- Las invocaciones de la liturgia de
II. Fe, trabajo y liturgia biblia— en el Dios viviente, siempre cia que atribuye al trabajo humano las Horas están entreveradas de fre-
presente en medio de su pueblo a incluso en sus expresiones más ma- cuentes referencias al trabajo huma-
1. Un camino que lleve a los través de signos en los que se revela teriales y más duras. Cristo mismo no: "Que el trabajo de hoy sirva para
cristianos de nuestro tiempo a com- y obra la salvación. Para compren- trabajó durante treinta años con sus la edificación de un mundo nuevo y
prender y a vivir la profunda cone- der la liturgia hay que sentirse parte manos como un humilde carpintero. nos conduzca también a tu reino eter-
xión que en la experiencia cristiana de una historia de amor que ha cul- También la liturgia cristiana, toda no" (laudes del viernes de la 2.a, 4.a y
puede establecerse entre compromi- minado en la venida al mundo de ella impregnada del espíritu de la bi- 6.a semanas de pascua); "Enséñanos
so diario en el trabajo y participa- Jesús salvador y que continúa hoy blia, revela en sus oraciones una a trabajar, con empeño y a concien-
ción en la liturgia de la iglesia debe en la iglesia, donde Jesús nos sale al gran consideración por el trabajo cia, en nuestras propias tareas" (lau-
comenzar necesariamente por una encuentro a través de gestos, ritos y humano. La cuarta plegaria eucarís- des de la fiesta de la Sagrada Fami-
evangelización que no esté desencar- acciones simbólicas, que constituyen tica, por ejemplo, se expresa así: "Te lia); "Da a todos trabajo, pan y una
nada de los problemas concretos. precisamente nuestra liturgia. En- alabamos, Padre Santo, porque eres condición de vida digna" (laudes de
tonces las celebraciones litúrgicas re- grande, porque hiciste todas las co- san José Obrero); perspectivas más
La ambivalencia del trabajo hu- sultan ser momentos privilegiados
mano, hoy tan dramáticamente per- sas con sabiduría y amor. A imagen amplias ofrece la oración conclusiva
de nuestra vida cristiana que nos re- tuya creaste al hombre y le encomen- de la hora de tercia: "Oh Dios, Padre
cibida y vivida (el trabajo puede cuerdan con fuerza las obras de Dios
realizar o bien enajenar e instrumen- daste el universo entero, para que, lleno de bondad, tú has querido que
realizadas por nosotros, nos ponen sirviéndote sólo a ti, su creador, do- los hombres trabajáramos de tal for-
talizar al hombre), es asumida e ilu- en contacto con el Señor presente,
minada por el mensaje bíblico, que minara todo lo creado...". ma que, cooperando unos con otros,
En cada misa, cuando se presen- alcanzáramos éxitos cada vez más
1993 Trabajo
Trabajo 1992
con la oblación del cuerpo del Se- tológica, relanza siempre de nuevo
logrados, ayúdanos, pues, a vivir en tiva a los grandes problemas de la ñor" (LG 34). la esperanza cristiana hacia los cielos
medio de nuestros trabajos sintién- existencia humana, nos ayuda a li- b) A la luz de la liturgia de~la nuevos y la tierra nueva, a los que
donos siempre hijos tuyos y herma- berarnos de los falsos absolutos y de palabra, el trabajo humano entra en tienden todos los acontecimientos de
nos de todos los hombres" (lunes del todos los ídolos de la historia 6 . el horizonte de la acción de gracias, la historia y a todos los sectores de
tiempo ordinario). Otros textos se y en particular de la plegaria euca- nuestra vida humana, incluido el tra-
refieren al trabajo de los campos: el c) En particular es de gran signi- bajo.
ficado social la dimensión de la fies- rística: con su actividad diaria el
Señor es invocado como "el verda- hombre está llamado a convertirse
dero autor de los frutos de la tierra y ta, inherente a la vida litúrgica, con g) En esta perspectiva aparece
la celebración semanal del / domin- en protagonista de la historia de la también todo el valor que puede co-
el labrador supremo de los dones del salvación, a hacerse colaborador del
espíritu"; se ruega por la nueva cose- go y con el rito anual de las fiestas brar para los trabajadores cristianos
cristianas: experiencia fuerte de li- proyecto de amor de Dios por la sal- el / año litúrgico, en el que Cristo
cha: "Da fecundidad a nuestro es- vación del mundo.
fuerzo para que consigamos abun- bertad, de gratuidad, de renovación vuelve a revivir con nosotros sus
dante cosecha" 5 . social, de vida comunitaria, de autén- c) Por eso el acto penitencial de misterios, a fin de que entremos cada
tica humanidad, de confianza y de la misa se refiere también a la res- vez más en ellos para hacerlos nues-
Son textos significativos que reve- tros, para revestirnos de Cristo y cre-
lan una marcada atención de la li- esperanza. ponsabilidad con que el cristiano
afronta (o no afronta) los compro- cer en su amor: el año litúrgico se
turgia por el trabajo humano. Pero convierte en un camino de gracia, de
la relación entre liturgia y trabajo se d) Hay además en la liturgia una misos de cada día: su seriedad profe-
gran reserva de universalidad, de so- sional, su solidaridad con los demás, renovación continua, de progresiva
sitúa a un nivel más profundo y vital unión con Cristo, para que su Espí-
que el que puede revelar una serie de lidaridad, de apertura a los demás, la actitud de ofrecimiento al Padre y
que favorece la superación de todo de servicio a los hermanos, pero ritu anime toda nuestra vida.
referencias explícitas.
particularismo mezquino y unila- también su participación en los es-
teral. fuerzos por la liberación y la promo-
2. APROXIMACIÓN ANTROPOLÓ- IV. Conclusiones
GICA. Liturgia y trabajo no son dos ción social, por la creación de condi-
mundos incomunicados, aunque a
3. APROXIMACIÓN TEOLÓGICO- ciones de trabajo más justas y más
LITÚRGICA. Estas valencias de la ex- humanas. No hemos agotado ciertamente
menudo las condiciones sociales del periencia litúrgica, perceptibles ya a todas las posibilidades de profundi-
trabajo condicionan duramente toda nivel antropológico, cobran un sig- d) El ofrecimiento de los dones zación y de interpretación de que es
la vida del trabajador y contribuyen nificado mucho mayor a la luz plena es también ofrecimiento del trabajo susceptible nuestro tema, y menos
a alejarlo de la liturgia. Querríamos de la fe cuando nos hacemos cons- humano contenido en ellos y, por aún creemos poder proponer recetas
poner de manifiesto algunos aspec- cientes de participar, a través de los tanto, momento que da luz y fuerza pastorales y celebrativas para supe-
tos de la experiencia litúrgica, per- ritos de la iglesia, en el misterio pas- a toda una actividad material, a me- rar todas las dificultades que los tra-
ceptibles ya en una primera aproxi- cual de Cristo. Es sobre todo en la nudo pesada y carente de impulso bajadores encuentran en su expe-
mación de carácter antropológico, eucaristía donde podemos compren- interior, pero capaz de ser asumida riencia litúrgica. Al término de nues-
que pueden ser significativos para el der y vivir la relación que media en el trabajo por la construcción de tras reflexiones, nos limitamos a
hombre que trabaja: entre la liturgia y nuestro trabajo un mundo nuevo y definitivo. ofrecer algunas consideraciones:
a) La liturgia de la iglesia no es diario'. a) Es en el ámbito de la historia
e) El peso de la fatiga, la preca-
algo puramente espiritual: implica riedad de las situaciones concretas, de la salvación donde se puede com-
toda nuestra persona; valora ele- a) Celebración y vida están para
los discípulos de Cristo íntimamen- los desgarros de la lucha de clases y prender la relación que trabajo y li-
mentos materiales tomados de nues- la falta de amor, que vuelven más turgia tienen en el plan de Dios, su
tra ^ida, transformados y prepara- te relacionadas: "Todas sus obras
—escribe de los laicos el Vat. II—, dura la experiencia del trabajo, ha- profunda vinculación, en la existen-
dos por el trabajo humano, que se cen sentir más aguda la necesidad de cia cristiana, con los problemas de
convierten en primicias de un mun- sus oraciones e iniciativas apostóli-
cas, la vida conyugal y familiar, el la redención de Cristo, de quien vie- la justicia y de una promoción hu-
do nuevo que cada uno de nosotros ne la salvación también para el mun- mana más integral.
se -ompromete a construir. cotidiano trabajo, el descanso de
alma y de cuerpo, si son hechos en el do del trabajo, no liberado todavía
totalmente del pecado, de las sacu- b) El mundo del trabajo tiene
b La experiencia simbólico-ri- Espíritu, e incluso las mismas prue- siempre necesidad de una experien-
tual, favorecida por la liturgia, tiene bas de la vida, si se sobrellevan pa- didas de una creación que gime por
los dolores del parto (cf Rom 8, cia simbólico-ritual que sugiera una
una función profundamente huma- cientemente, se convierten en sacri- concepción más humana y más inte-
nizante y equilibradora en la vida ficios espirituales, aceptables a Dios 19-22).
gral del trabajo, que haga redescu-
del hombre: nos abre a lo trascen- por Jesucristo (cf 1 Pe 2,5), que en la f) En fin, la eucaristía, en su con- brir la urgencia de comprometerse
dente, promueve nuestra socializa- celebración de la eucaristía se ofre- texto festivo y en su dimensión esca- en una participación consciente y so-
ción, ofrece una referencia constitu- cen piadosísimamente al Padre junto
Traducción litúrgica 1994
1995 Traducción litúrgica
lidaria y favorezca "ese sentido exis- condo Kart Marx, en Con 16 (1980) 32^t3 —
3
tencial que no puede derivar sólo del Cf F. Schüssler Fiorenza, Credenze religiose e se plantea en los términos actuales. del mismo texto. Esta diversidad se
prassi: riflessioni su posizioni delta teología cat- origina por la variedad de las len-
tecnicismo ni del progreso, sino de tolica del lavoro, en Con 16 (1980) 144-145 —
"No parece —escribe Landotti—
la maduración sufrida y crítica de 4
Misal Romano, 1978, 865-866 (ed. 1973,710- que antes de la controversia que guas que progresivamente encuentra
cada individuo, a la que las iglesias 711) — ' Ib, 867 - ' Cf G. Gevaert, La fun- tuvo como protagonistas a los san- el cristianismo, o bien por el hecho
deben dar su específica contribución cione umanizzaníe delle celebrazioni cristiane, tos Cirilo y Metodio (s. ix), la iglesia de que la lengua del texto original se
de conciencias críticas, en defensa en RL 64 (1977) 328-329 — 7 Cf Th. Herr, Der se hubiese planteado nunca un pro- ha convertido con el tiempo en una
Mensch und seine Arbeit im Lichte der Sonn- lengua muerta; 4) exigencia de una
del hombre, para que espere y pro- tagsfeier, en TG 68 (1978) 62-76 — » S. Burga-
blema teórico acerca de la lengua
yecte fuera de sí sus esperanzas en el lassi, Lavaro.festa, rito, en ScC 107 (1979) 336- que se debía usar en los ritos litúrgi- fidelidad al texto primitivo que no
futuro" 8 . 337. cos o en la evangelización... Se daba sea solamente aproximativa, sino
por descontado que la lengua que se puntual, incluso con vistas a evitar
c) La participación en la liturgia D. Sartore usaba debía ser comprendida por los los errores y desviaciones doctrina-
de la iglesia es para los trabajadores interesados... El principio de que en les. Estos elementos, no tomados
cristianos un gran recurso espiritual: las asambleas se debía usar la lengua aisladamente, sino en su entrecru-
una continua fuente de gracia, de BIBLIOGRAFÍA: Angelini G., Trabajo, en NDT que era realmente comprendida por zarse y conjuntarse, acaban por dar
fuerza, de generosidad, de esperanza; 2, Cristiandad, Madrid 1982, 1885-1911; Cam-
los presentes no era en absoluto una lugar a los diversos temas de la pro-
una experiencia de fiesta, siempre panini G., Trabajo, en DETM, Paulinas, Ma-
drid 19752, 1094-1111; Mattai G„ Trabajador, simple afirmación teórica"'. "Mien- blemática de la traducción litúrgica:
rica en humanidad; un continuo en- en NDE, Paulinas, Madrid 1979, 1368-1382. tras que las religiones paganas necesidad y oportunidad, fidelidad,
sanchamiento de horizontes, un re- Véase también la bibliografía de Compromiso, —explica Martimort— daban poca modo.
petido encuentro con los hermanos, Domingo y Promoción humana y liturgia. importancia a la comprensión de las
una constante apertura a los proble- palabras rituales, que en ocasiones
mas de la iglesia y del mundo que 2. DESARROLLO HISTÓRICO. A lo
acompañaban a los actos de culto, largo de la historia, la traducción ad-
orienta a comprender mejor el pro- la religión de Jesucristo, por el con-
pio trabajo como servicio y guía para quiere diversa importancia según las
trario, manda adorar en espíritu y situaciones en las que se encuentre.
descubrir el valor de una fatiga y de en verdad y predicar a toda criatura
un sufrimiento ofrecidos por los de- Pueden distinguirse algunos perío-
TRADUCCIÓN LITÚRGICA la buena nueva de Cristo" 2 . dos o fases, que encuentran su punto
más, en comunión con Cristo para la
salvación de todos los hombres. de división en los ss. vii-vm y en el
El problema de la traducción se concilio de Trento. Estas fases, aun-
SUMARIO: 1. Perspectiva histórica: I. Origen que diversamente caracterizadas, es-
d) En fin, es evidente que la con- del problema de la traducción; 2. Desarrollo plantea en un primer momento, y
creta celebración litúrgica, a nivel de histórico: a) Del s. II a la mitad del s. vn, b) De principalmente en relación con la tán entre sí en sucesión de continui-
adaptación, de preparación, de par- la segunda mitad del s. vil al concilio de Trento, Escritura -', dado que era el libro que dad y de desarrollo.
ticipación y de expresión, podrá c) El concilio de Trento; 3. La situación actual:
a) Orientaciones del Vat. II, b) Evolución del se encontraba ya escrito y fijado.
convertirse en signo de una comuni- problema de la traducción - II. Perspectiva lin- Por el contrario, los textos litúrgi- a) Del s. n a la mitad del s. vn.
dad que acoge a los trabajadores, se güistica: 1. Procedimiento lingüístico de la tra- cos eucológicos no estaban todavía Este período, globalmente conside-
hace cargo de sus problemas, sabe ducción: a) ¿Traducción literal?, b) La traduc-
ción en relación con los sistemas lingüísticos, c) disponibles, y se iban formando autó- rado, se caracteriza por los siguien-
atesorar su sensibilidad y su expe- La traducción en relación con las culturas y con nomamente en las diversas lenguas, tes hechos: 1) Se forman las / len-
riencia humana; y podrá convertirse las interlenguas, d) La traducción y las conno- a menudo con influjos recíprocos. guas litúrgicas. En Oriente son va-
también en punto de convergencia taciones, e) La traducción en la evolución lin-
güística; 2. Posibilidad e imposibilidad de la Para que surja el problema de la tra- rias, mientras que en Occidente se
de la vida de grupos pequeños, en traducción: a) Traducción y lengua mágica, b) ducción será necesario que se llegue impone finalmente el latín. 2) Se ha-
los que categorías particulares de per- Estructuras que facilitan o impiden la traduc- a una situación en la que concurran cen verdaderas y propias traduccio-
sonas encontrarán más fácilmente ción, c) Traducción de textos poéticos; 3. Fide-
lidad e infidelidad de la traducción - 111. Pers- una serie de elementos. Se pueden nes, que, sin embargo, afectan en
un momento de comunión eclesial, pectiva teológica: 1. Objeciones teológicas a la enumerar: 1) presencia de un texto primer lugar a la biblia para las igle-
de evangelización y de espiritualidad traducción; 2. Valor teológico de un texto litúr- litúrgico, más o menos amplio, ya sias que no usan el griego. 3) A par-
con vistas al compromiso cristiano gico traducido. tir del s. m se fijan los primeros tex-
relativamente fijo; 2) aceptación de
en el mundo. este texto por parte de la iglesia o de tos eucológicos en las diversas áreas
[/ Domingo; / Evangelización y las iglesias como tradición litúrgica; litúrgicas; gradualmente las iglesias
I. Perspectiva histórica particulares enriquecen cada vez
liturgia; / Fiesta/ Fiestas; /Promo- esta aceptación es determinada ge-
ción humana y liturgia]. neralmente no por una norma ex- más su patrimonio eucológico, que
1. ORIGEN DEL PROBLEMA DE LA
trínseca, sino por un reconocimiento de vez en cuando intercambian. De
TRADUCCIÓN. La problemática rela- ordinario no se traduce, sino que se
tiva a la traducción no es relevante de su valor de autenticidad y ejem-
NOTAS: ' Cf G. Mattai, Trabajador, en NDE elabora, teniendo presentes las cul-
1368 — 2 O. Maduro, Lavoro e religione se- plaridad; 3) necesidad de reproducir
en la iglesia primitiva, o al menos no el texto en una lengua diferente de la turas y tradiciones propias. 4) No se
Traducción litúrgica 1996
1997 Traducción litúrgica
excluyen, sin embargo, verdaderas que tengan ejemplares sin variantes
traducciones, especialmente en las de las oraciones habituales, traduci- gencia, haciendo de ella uno de los teriores decisiones que tomará el
iglesias que poco a poco se constitu- dos de rollos bien escritos en letra motivos de oposición a Roma. En el Vat. II'.
yen en dependencia de otras. Los pre- griega" 4 . El principio permite la tra- ámbito de la reforma tiene lugar la
dicadores del evangelio y los monjes ducción de la liturgia bizantina en traducción de la biblia; el culto, en 3. LA SITUACIÓN ACTUAL, a)
contribuyen a difundir los textos li- lengua estaroslava; en la época mo- todos sus elementos, se celebra en Orientaciones del Vat. II. El uso de
túrgicos de sus iglesias de origen. derna, la' misma liturgia se traduce lengua vulgar; con Calvino se afirma la lengua vulgar en la liturgia es uno
5) En Occidente tiene lugar el paso al rumano (s. xvi) y a las lenguas de que se debe celebrar exclusivamente de los temas más ampliamente dis-
del griego al latín. En general no se los diversos países por los que los en lengua vulgar. cutidos por la asamblea conciliar.
traduce, aunque es posible encon- orientales se habían desperdigado: Ya la consulta promovida por el
trar, especialmente en el rito / am- en tártaro y en tciuervac (en la re- c) El concilio de Trento se en- card. Tardini como preparación al
brosiano, cierta similitud de algunas gión de los Urales), en chino (1866), frenta en dos ocasiones con el pro- concilio recoge un amplio abanico
fórmulas latinas con las orientales. en albanés (1860) y en japonés blema de la lengua, y en la sesión de opiniones y propuestas. La cons-
Incluso los textos cantados, donde (1873). Sin embargo, al principio bi- 22.a, del 17 de septiembre de 1562, titución apostólica Veterum sapien-
la dependencia inicial podía ser ma- zantino se le hacen oposiciones y res- aprueba la orientación definitiva. La tia, de febrero de 1962, publicada
yor, acaban haciéndose totalmente tricciones. Los ucranianos en el exi- afirmación protestante (missam non un mes antes de la discusión del es-
independientes. Este período es en lio se niegan a traducir su liturgia. nisi in lingua vulgari, quam omnes quema conciliar, suscita aprensión,
su conjunto muy interesante y quizá La curia romana dificulta la traduc- intelligant, celebran deberé) se reci- como si con esta autorizada inter-
paradigmático, no tanto por el tema ción: basta pensar en el conflicto por be en el concilio en el sentido dog- vención se quisiese bloquear u orien-
específico de la traducción cuanto la introducción de la lengua húngara mático que le atribuye Calvino, por tar la investigación. El concilio, al
por los problemas anejos a él. Su en la liturgia. lo cual, en oposición, se decide la afrontar la cuestión, se sitúa no en el
estudio podría abrir perspectivas conservación del latín como única plano doctrinal (a lo que se había
para el planteamiento de una serie En Occidente, el latín es la lengua
litúrgica indiscutida; pero ya en la lengua para la celebración litúrgica visto obligado el tridentino por la
de problemas [traducción, / adapta- en Occidente. Las decisiones del posición de los protestantes), sino en
ción, / creatividad] que hoy está segunda mitad del s. ix los santos
Cirilo y Metodío emprenden la tra- concilio, sin embargo, no interrum- el pastoral. Considerando la natura-
afrontando la / reforma litúrgica. pen el ritmo de la publicación de los leza pastoral y didáctica de la litur-
ducción de la liturgia romana a la
lengua eslava. "Al final del primer leccionarios y misales en lengua vul- gia, establece la posibilidad del uso
b) De la segunda mitad del milenio —escribe Landotti— se en- gar, precisamente porque en el plano de las lenguas vulgares en la liturgia;
s. va al concilio de Trento. A partir cuentran los primeros síntomas de disciplinar los términos usados por el problema de la traducción queda
de este período, algunas lenguas li- una cuestión de la lengua litúrgica. el concilio dejan de hecho, intencio- como secundario. De él se habla so-
túrgicas ya se han estabilizado, y se Efectivamente, cada vez se hace más nalmente o no, alguna posibilidad. lamente al final del n. 36 de la cons-
han formado diversas colecciones de difícil comprender el latín, sea por- Sólo en 1661, por solicitud de los titución litúrgica del SC, para decir
formularios, aunque no ha desapa- que son evangelizados nuevos pue- obispos franceses, Alejandro VII que también la traducción debe ser
recido la creación de nuevas compo- blos residentes fuera de los confines amenaza con la excomunión a Voi- aprobada por la autoridad territorial
siciones eucológicas. del antiguo imperio, sea porque den- sin y pone en el índice de libros prohi- competente. En el inmediato pos-
tro de esos confines se van formando bidos su Missale romanum e latino concilio, las primeras orientaciones
Mientras que en Occidente existe idiomate ad gallicam vulgarem lin- se centran preferentemente en la tra-
una sola lengua, el latín, en Oriente las nuevas lenguas vulgares" 5 . Estas
nuevas lenguas asumen progresiva- guam conversum, et typis evulga- ducción, para llegar a una introduc-
la liturgia se celebra en diversas len- tum. Se trata de un hecho aislado, ción gradual de las lenguas vivas en
guas; algunos factores (rupturas en- mente su personalidad propia y se
convierten así en un instrumento ade- que no implica una praxis de intra- la liturgia. Se afronta el tema de la
tre las iglesias incluso por cismas y ducibilidad. Continúan publicándo- amplitud que se debe dar a las len-
herejías, impulso misionero, razones cuado para la predicación, la homi-
lía y las devociones populares; hay se traducciones, aunque se debe re- guas vivas en la liturgia, el de la fi-
políticas y la invasión árabe) man- gistrar otra condena a la traducción gura y preparación del traductor, el
tienen siempre abierta la posibilidad algún intento, muy parcial, de tra-
ducción litúrgica. Las poblaciones de Nicolás Le Tourneux (17 de sep- de cómo traducir y el del destinata-
de la traducción. Precisamente en tiembre de 1695), sospechosa de jan- rio de la traducción. En abril de
Oriente, en la iglesia bizantina, se de lengua germánica se encuentran
entre aquellas que más sienten la exi- senismo. Con el progreso de la im- 1965, el Consilium programa un
codifica en 1190 un principio del prenta, las traducciones para uso de congreso, que se desarrolla en Roma
gran canonista Teodoro Balsamón, gencia del uso de la lengua vulgar, y
donde sin duda se manifiesta de un los fieles se hacen cada vez más am- del 9 al 13 de noviembre; en esta
patriarca de Antioquía: "Los que plias y numerosas, permaneciendo, ocasión se tratan los diversos aspec-
son ortodoxos en todo, pero ignoran modo más claro la iniciativa de tra-
ducción de los textos litúrgicos '. La sin embargo, siempre excluida su tos de la traducción litúrgica con la
completamente la lengua griega, ce- utilización litúrgica. Este desarro- participación de los responsables de
lebrarán en su propia lengua, con tal reforma protestante asume esta exi-
llo plantea las premisas para las pos- las conferencias episcopales 8 . Fruto
Traducción litúrgica 1998 1999 Traducción litúrgica
de este estudio es la instrucción del premonitorios, sobre los que se re- b) La traducción en relación con para comunicar una cultura litúrgica
25 de enero de 1969, que traza las flexiona después para llegar a la ne- los sistemas lingüísticos. Dada la na- específica, pero puede dar origen a
líneas generales en materia de tra- cesaria profundización y a ulteriores turaleza del signo lingüístico y el un texto poco claro por causa de los
ducción (EDIL 1200-1242). La nor- desarrollos ". carácter sistemático de la lengua frecuentes préstamos y calcos y por
ma que dispone la existencia de una [/ Lenguaj Lenguaje litúrgico], el tra- los continuos hechos verbales; el se-
traducción única para regiones que II. Perspectiva lingüística ductor tiende idealmente a traducir gundo se configura como una des-
tienen una sola lengua (EDIL 298, a la nueva lengua cada uno de los historización y rehistorización, y pue-
484, 981, 1202, 1241) debe ser revi- Cuando los traductores de los tex- signos con su valor propio y a re- de dar origen a un texto lingüística-
sada pronto a causa de dificultades e tos litúrgicos comenzaron su traba- construir un sistema que se imagina mente perfecto, pero privado de los
inconvenientes de tipo objetivo; con jo, se encontraron con una serie de como parecido a la situación lingüís- aspectos culturales propios del texto
la carta del 6 de febrero de 1970, la problemas que no se esperaban. Los tica de partida. En realidad, sin em- original. El traductor litúrgico no
Sagrada Congregación para el culto traductores de la biblia (el libro que bargo, se esfuerza por reproducir un desdeña este segundo modo; es más,
divino da orientaciones muy claras abre siempre el camino a los otros conjunto de signos de donde, al su- lo utiliza ,s ; sin embargo, cuando
para una pluralidad de traducciones libros litúrgicos) se estaban enfren- mar sus diversas y múltiples relacio- debe dejar clara la especificidad de
(EDIL 2050-2055). tando con ellos utilizando los datos nes, surja el significado global del una peculiar cultura litúrgica, ha de
de la lingüística moderna y de los, texto base. La traducción se confi- utilizar el primer modo. Su función
b) Evolución del problema de la primeros estudios teóricos sobre la gura como un procedimiento lin- puede ser obstaculizada o facilitada
traducción. El trabajo de traducción traducción hechos por Vinay, Fedo- güístico de descodificación de un por la ausencia o presencia de una
se hace ingente, y progresivamente rov y Cary ,;. También en el caso de mensaje para hacer una nueva reco- interlengua litúrgica específica.
pone en las manos de las asambleas la liturgia se intentaba proceder apo- dificación. Es como si el mensaje
los libros litúrgicos renovados'. A fuese desmontado pieza por pieza, d) La traducción y las connota-
yándose en los últimos datos de la ciones. Una doble dificultad se le pre-
lo largo de este trabajo aparecen una lingüística [/ Lengua/Lenguaje li- desvistiéndole casi de sus formas es-
serie de problemas que se pueden tructurales y asumiendo otras, per- senta al traductor ante las connota-
túrgico]. Refiriéndose a éstos, pode- maneciendo en lo posible intacto su ciones: percibir su presencia y ori-
agrupar en torno a los temas de la mos señalar algunos aspectos de la
adaptación y de la creación de los significado. En su carta sobre las tra- gen, y disponer de medios para
traducción litúrgica ". ducciones, el Consilium escribe: reproducir las situaciones y contex-
textos litúrgicos. Se comienza a pen-
sar que quizá la autoridad central, "Aunque es imposible separar com- tos que las recreen. No todo esto pue-
1. PROCEDIMIENTO LINGÜÍSTICO de ser obra suya; y tampoco todas
más que ofrecer un texto para tra- DE LA TRADUCCIÓN a) ¿ Traducción
pletamente... lo que se dice del modo
ducir, completamente estructurado de decirlo, es sin embargo necesario, las connotaciones pueden ser expre-
literal? En el ámbito de la lingüística sadas de nuevo, puesto que pertene-
en todas sus partes, podría hacer una tradicional era posible plantear el cuando se traduce un mensaje de
redacción no del todo acabada, que una lengua a otra, liberar el conteni- cen al mundo subjetivo. Las conno-
tema de la traducción literal, aunque taciones que dependen del modo de
pudiese ser punto de referencia para siempre se discutió sobre la posibili- do del mensaje para darle una forma
las diversas conferencias episcopales, nueva" (EDIL 1207). transmisión del mensaje (presencia
dad o imposibilidad de llegar a reali- o ausencia de ritos y gestos, uso de
sin obligación de hacer simplemente zar una operación de ese género. A
una traducción puntual; podría bas- elementos visibles, concomitancia de
partir de las nociones de arbitrarie- c) La traducción en relación con cánticos y música) dependen en par-
tar una correspondencia amplia en lo dad y valor del signo y del sistema
fundamental. Las "preces eucharis- las culturas y con las interlenguas. te de los que celebran. La obra del
lingüístico, que se manifiestan tam- Dado que una lengua es siempre re- traductor se limita al texto escrito,
ticae pro missis cum pueris et de re- bién en el ámbito del lenguaje litúr-
conciliatione" l0 se mueven ya en esta flejo de una cultura, general o litúr- aun sabiendo que se añadirán valo-
gico ", no es posible plantear el pro- gica, el hecho de traducir comporta res semánticos suplementarios, que
línea. "Nos encontramos ante un blema en aquellos términos, precisa-
cambio de dirección de notable im- también el pasar de una cultura a restringirán o ampliarán el mensaje
mente porque la lingüística moderna otra. Desde el punto de vista estric- mismo; el último toque a la traduc-
portancia en lo referente a los textos procede en conformidad con datos y
litúrgicos. Si este estilo llegase a am- tamente lingüístico, el pasaje tiene ción (lo que no se debe olvidar desde
observaciones diferentes. Todo el lugar o bien expresando en la nueva el ángulo del significado) lo da la
pliarse y generalizarse, se abriría un proceso de la traducción debe tener
periodo completamente nuevo para lengua todos los aspectos culturales asamblea celebrante y sus actores.
siempre en cuenta que el paso de una del texto lingüístico que se debe tra-
la expresión orante de la liturgia de lengua a otra se hace en referencia a
resultados imprevisibles". La proble- ducir (sin embargo, a menudo faltan e) La traducción en la evolución
unas estructuras, presentes a diver- los medios lingüísticos adecuados), lingüística. El fenómeno de la evolu-
mática que se desarrolla en torno a sos niveles; solamente en su ámbito
la traducción litúrgica va tomando o bien sustituyendo estos aspectos ción lingüística determina que nin-
se puede actuar correctamente, aun- por otros análogos de la comunidad guna traducción pueda ser definiti-
ahora nuevas direcciones; una vez que queden muchos aspectos por pre-
más se dan antes unos hechos casi lingüística para la que se traduce. El va, sino relativa a un momento his-
cisar. primer modo podría ser el adecuado tórico de la lengua. Aquélla debe
traducción litúrgica 2000 2001 Traducción litúrgica
rehacerse continuamente, adecuán- dad, como acontece con las palabras modo que se ha hecho apto para ex-
dose al movimiento y a la dirección niéndose, descomponiéndose, con-
o fórmulas mágicas. Existe entre pa- presar lo más correctamente posible trastando, interrumpiéndose, repi-
tomados por la lengua, insertándose labras y cosas una neta distinción, la realidad cristiana y litúrgica. En
en su ritmo histórico. El hecho de tiéndose, rimando, desapareciendo o
como si fueran dos mundos que se esto las lenguas modernas tienen un apareciendo como significado o
que una lengua sea un producto de ordenan y se desarrollan de modo largo camino que recorrer, impulsa-
la historia, nunca fijo, la hace confi- autónomo, con sus leyes propias. La como puro valor musical, determi-
das entre otras cosas por los repeti- nan el conjunto estético. Por esto Ja-
gurarse como un proceso lingüístico palabra y la lengua no condicionan dos intentos de traducción.
histórico. Ahora ya no es posible te- la realidad. En el ámbito cristiano, kobson, defensor de la posibilidad
ner libros litúrgicos que duren para donde no hay palabras mágicas y se de la traducción literaria, precisa que
siempre, sino que es necesario acos- c) Traducción de textos poéti- en la poesía es posible solamente la
hace un correcto planteamiento de cos. Otras dificultades le vienen a la
tumbrarse a que se cambien cada la lengua, no hay dificultad en las "transposición creadora" a .
cierto tiempo, no por una búsqueda traducción del carácter poético y li-
traducciones. Sin embargo, una cier- terario que puede tener el texto li-
de novedad, sino para llegar a si- ta oposición a la traducción nacía en 3. FIDELIDAD E INFIDELIDAD DE
tuarse y a celebrar en el lenguaje del túrgico. El traductor se encuentra LA TRADUCCIÓN. La afirmación se-
el pasado de una concepción de la con que debe actuar sobre un terre-
hombre histórico '6. Existe la tenta- sacralidad del latín que se acercaba gún la cual al traducir no se puede
ción continua, para el traductor li- no muy difícil, dado que todas esas obtener una correspondencia pun-
a la interpretación mágica. connotaciones no están unidas a ele-
túrgico, de situarse en una fase his- tual y exacta, determina el hecho de
tórica de la lengua anterior a la ac- b) Estructuras que facilitan o mentos lingüísticos específicos, sino que la fidelidad en la traducción no
tual, es decir, de usar términos y impiden la traducción. Las verdade- —como escriben Wellek y Warren— puede buscarse solamente a través
locuciones que ya no están en uso, ras dificultades nacen de las mismas a un conjunto de factores relativos a del análisis de la correspondencia se-
por el deseo instintivo de no romper lenguas, en cuanto que cada lengua los sonidos, al léxico, a las formas mántica de cada uno de los signos.
con el pasado lingüístico (existe de a todos los niveles (de léxico, gra- gramaticales y sintácticas, al estilo, La fidelidad o infidelidad de la tra-
hecho un rechazo al cambio en el matical, sintáctico...) se estructura al empleo de las imágenes, a los gé- ducción es fruto de un conjunto de
culto, incluso desde el punto de vista de un modo diferente de las otras. neros literarios o a la métrica de la factores, sin que cada uno de ellos
lingüístico) y por dar al texto un Sin embargo, no hay nunca una des- poesía que supera la suma de estos por sí solo llegue a crearla. La fide-
cierto sabor arcaico y áulico; así, por igualdad total y radical entre las len- factores ls. La literalidad del texto, lidad se encuentra condicionada por
ejemplo, ha pasado con algunas fór- guas; hay universales, por lo que in- dada precisamente por la masiva cada uno de los signos (por su valor
mulas del nuevo Misal Ambrosia- cluso entre lenguas muy diferentes presencia de tales connotaciones, pa- y su pertenencia a un determinado
no ", y algo menos con el Romano. es posible llegar a traducciones que rece ser muy relativa a la subjetivi- campo semántico, por su empleo
Sin embargo, el sustraerse a la evo- reproduzcan el mensaje original, aun- dad del autor y del lector. Hay quien dentro de la frase, por los signos que
lución de la lengua puede dificultar que imperfectamente. Los análisis afirma sin más que estos textos son le acompañan), por la capacidad ex-
la comunicación, generando hechos realizados en el ámbito litúrgico, al intraducibies; otros, por el contrario, presiva de las estructuras lingüísti-
verbales y suscitando repulsas. tiempo que ponen de manifiesto es- hablan de modalidades de traduc- cas, por la existencia de interlenguas,
tos datos, demuestran también que ción, aun admitiendo algunos lími- por la posibilidad de recrear las con-
no siempre este hecho debe conside- tes. Siguiendo las conclusiones del notaciones, por la evolución históri-
2. POSIBILIDAD E IMPOSIBILIDAD
rarse de modo negativo. Es más; congreso de Bratislava sobre la tra- ca de la lengua. La fidelidad se refie-
DE LA TRADUCCIÓN, a) Traducción y
cabe comprobar que el mensaje li- ducción de las obras literarias ", pue- re a la globalidad de los elementos
lengua mágica. La historia confirma de afirmarse que semejante acción
que a menudo se ha planteado desde túrgico contenido en el texto origi- lingüísticos y como tal es difícil me-
nal, en algunos aspectos, puede ex- puede llevarse a cabo solamente des- dirla y verificarla. Actualmente no
diversas perspectivas el problema de pués de una atenta interpretación del
la posibilidad y de la imposibilidad presarse mejor en otras lenguas, con hay posibilidad de establecer unos
mayor propiedad y exactitud, de texto. Así pues, el paso que se debe criterios de verificación diferentes de
de la traducción de un texto litúrgi- realizar no es sólo de lengua a len-
co. Considerando este problema no acuerdo con las posibilidades y me- los criterios subjetivos de la intuición
dios lingüísticos que tengan esas len- gua, de un sistema a otro, sino tam- de una cierta correspondencia semán-
desde el punto de vista jurídico, sino bién de un sistema poético a otro,
desde la perspectiva lingüística, se guas. La idea de que el latín es la tica global. Es preciso mantener que
lengua que mejor puede expresar el cada uno de los cuales se fundamen- "toda traducción no es otra cosa que
debe poner en claro ante todo que ta sobre una peculiar, genial y se-
las dificultades no se encuentran en lenguaje litúrgico no es verdadera en el volver a expresar lo que se puede
todos sus aspectos y no puede defen- creta combinación de elementos lin- aprehender del texto original dentro
la relación de la lengua (con todos güísticos bien armonizados y dosi-
sus elementos) con la realidad; es de- derse desde la lingüística; no obstan- de un sistema lingüístico completa-
te, debe decirse que las diversas si- ficados, típicos de una tradición mente diferente"21; si el juicio sobre
cir, la lingüística no concibe el signo literaria. Todos los elementos con-
o la lengua indisoluble y necesaria- tuaciones históricas han llevado al la fidelidad parte más de lo global
latín clásico a modificarse de tal tribuyen a crear el valor estético, ar- que de lo particular, sin poder utili-
mente unidos a las cosas y a la reali- monizándose, sucediéndose, superpo- zar los instrumentos adecuados para
i raüucción litúrgica 2002
2003 Traducción litúrgica
semejante juicio, es fácil explicarse ciones protestantes. Cuando esta pre-
por qué a menudo se ponen de ma- ocupación desaparece y la reflexión en el tiempo y en el espacio, misterio nota 9) 110 — 5 Cf B. Bottte, Les anciennes
nifiesto divergencias de opiniones versions de la Bible, en MD 53 (1958) 89-109.
sobre la sacralidad de la lengua se que es único, irrepetible, indivisible Acerca del problema cf G. Venturi, Elementi di
sobre la fidelidad de los textos litúr- libera de eventuales influjos mágico- y eterno. En la iglesia local la pala- bibliograjia linguistico-liturgica con particolare
gicos traducidos. Las disparidades religiosos, desaparece toda objeción bra llega a ser verdaderamente tra- riferimento ai problemi delta traduzione litúrgi-
en el juicio dependen a menudo del teológica y surge con toda su genui- ducida, haciéndose realidad: la Pa- ca, Libreria Editrice Salesiana, Verona 1977;
modo diverso de concebir la traduc- na luz el valor altamente didáctico labra se hace carne. Se puede incluso interesan las obras citadas en los nn. 16; 114;
ción y de la referencia a algunos ele- pensar que el texto traducido asume 123; 158; 169; 201; 202; 239; 300; 322; 363; 555;
de la liturgia, valor fundamentado 579; 645; 768; 769; 783; 787; 788; 790; 791; 898;
mentos lingüísticos, olvidando otros incluso teológicamente, el Vat. II, un peculiar valor de testimonio de fe 1004 — 4 CfC. Korolevskij, Liturgie en langue
factores que también son semántica- hablando de la índole didáctica y pas- con respecto al texto latino. En efec- vivante. Orient et Occident, Cerf. París 1955,
mente importantes. El trabajo de toral de la liturgia, decreta el uso de to, éste, si de hecho no entra en las 31 — 5 Cf G.Landotti, Le traduzioni del mes-
quien debe juzgar una traducción re- la lengua vulgar y la traducción de celebraciones, es decir, si no se usa, sale in lingua italiana..., 14-15 — 6 Id, Ib, 22 —
7
sulta hoy difícil; sin embargo, el co- no puede ser manifestación y actua- Cf E. Cattaneo, // culto cristiano in Occidente.
los libros litúrgicos (SC 36). Note storiche, es Liturgiche, Roma 1978, 439-
nocimiento de la lingüística le facili- lización real de la oración de la igle- 444 — 8 Cf VV.AA., Le traduzioni dei libri li-
ta el trabajo, evitando la búsqueda 2. VALOR TEOLÓGICO DE UN TEX- sia, ejercicio actual del sacerdocio de turgici. Atti del Congresso tenuto a Roma il 9-
de una imposible fidelidad. TO LITÚRGICO TRADUCIDO. "No exis- Cristo; tendría un valor de fe por 13 novembre 1965, Libreria Editrice Vaticana
muchos otros aspectos, pero no par- 1966 — ' Cf A. Verheul, La traduction des li-
ten tantas liturgias —dice Pablo VI vres liturgiques dans les pays d'Europe, en QL
a los traductores— cuantas son las ticiparía de la lex supplicandi objeti-
60 (1979) 235-255 — l0 Cf Not 11 (1975) 4-
III. Perspectiva teológica lenguas de las que se sirve la iglesia va e histórica, del ejercicio real del 12 — " Cf G. Venturi, Evoluzione della pro-
en los sagrados ritos; sino que la voz sacerdocio de Cristo; cosa que acon- blemática relativa alia traduzione litúrgica, en
1. OBJECIONES TEOLÓGICAS A LA de la iglesia que celebra los divinos tece, por el contrario, con el texto VV.AA., Mysterion. Nella celebrazione del mis-
TRADUCCIÓN LITÚRGICA. Para la in- misterios y administra los sacramen- traducido utilizado por las iglesias tero di Cristo la vita della chiesa, Turín 1981,
normalmente. De modo que "las tra- 307-327 — l2 Los textos de referencia funda-
troducción de la lengua vulgar en la tos es y permanece siempre única y mentales, además de la revista The Bible Trans-
liturgia se hacían diversas objeciones la misma, aunque se exprese en di- ducciones son la voz de la iglesia" lator, son: R. Taber-E. Nida, La traduction.
de naturaleza más o menos teológi- versos idiomas" (EDIL 1205). Cier- (EDIL 1205), voz con acentos muy Théorie et méthode, ABU, Londres 1971; C.
co-pastoral: sacralidad de la lengua tamente esto le viene a las traduccio- diversos, pero única en su origen, Buzzetti, La parola tradotta. Aspetti linguistici,
latina, ventajas de una lengua única nes de su referencia y dependencia porque es la voz de Cristo, del único ermeneutici e teologici della traduzione della
Sacerdote presente en la iglesia, que sacra scrittura, Morcelliana, Brescia 1973; J.C.
e inconvenientes de una pluralidad del texto original, de ser, por ello, Margot, Traduir sans irahir. La théorie de la
de lenguas para la ortodoxia de la voz de la única iglesia que ora, ani- glorifica al Padre y santifica al hom- traduction et application aux textes bibliques,
celebración, así como peligro de irre- mada por el Espíritu. Pero quizá bre. Desde este punto de vista, las L'áge de lliomme, Lausana 1979; V. Bertalot,
verencia hacia los sagrados miste- existen otros aspectos, con respecto traducciones, además de tener un va- Tradurre la bibbia. Problemi di traduzione della
rios. La decisión del concilio de Tren- a los cuales debe entenderse la ex- lor teológico relativo al texto origi- bibbia ebraica, LDC-ABU, Turín 1980 — " Cf
nal, tienen también su intrínseco tes- J. Henning, Das Übersetzen liturgischer Texte
to (DS 1749 y 1759) fue dictada por presión de Pablo VI. Toda traduc- im Lichte der Literaturwissenschaft. en Litera-
las preocupaciones dogmáticas. En ción, a pesar de los esfuerzos que se timonio de fe, al que se deberá hacer turwissenschaftliches Jahrbuch 13 (1972) 359-
efecto, según la concepción de Cal- hagan, no es nunca exactamente la referencia como fuente. Además, en 375 — i4 Cf G. Venturi, Problemi della tradu-
vino, la misa es palabra-predicación copia del texto latino; además, en la búsqueda de la interpretación de zione litúrgica. Saggi di analisi della traduzione
y tiene un valor exclusivamente di- algunas ocasiones no se intenta si- los textos litúrgicos ya no podremos italiana del "Messale Romano", Las, Roma
dirigirnos solamente al pasado, al 1978, extracto de Sai 40 (1978) 70-116 — l5 G.
dáctico; de donde se sigue que debe quiera hacer verdaderas traduccio- Venturi, Fenomeni e problemi linguistici della
ser comprendida por los fieles. El nes, como en el caso de las oraciones origen, sino que trataremos de com- traduzione litúrgica nelpassaggio da una cultu-
concilio de Trento se preocupó de eucarísticas penitenciales. Podemos prender también el presente, para re- ra a unaltra, en EL 92 (1978) 5-75 — " Cf G.
defender contra esta posición el va- preguntarnos: ¿Qué valor teológico cibir lo que las iglesias leen y creen a Venturi, Una nuova traduzione del "Messale
lor objetivo como sacrificio-sacra- tienen estos textos? ¿Participan de la través de sus traducciones. La crítica Romano "? Riflessioni di lingüistica diacronica,
y la hermenéutica litúrgica, para ser en «¿64(1977)500-523 — l7 Cf G. Venturi,//
mento de la misa, no unido necesa- "lex supplicandi, lex credendi"? ¿Son nuovo "Messale Ambrosiano": creazione euco-
riamente a la comprensión por parte la voz de la única esposa de Cristo? completas, deben abrir un nuevo ca- logica o traduzione?, en RL 65 (1978) 488-
de la asamblea ni dirigido principal- Estas traducciones, incluso cuando pítulo y referirse también a las tra- 505 — l8 R. Wellek—A. Warren, Teoría litera-
mente a su instrucción. El resultado difieren del texto oficial latino, pue- ducciones. ria, Gredos, Madrid 198!" - " J.S. Holmes
de la confrontación determinó el re- den ser voz de la única iglesia que (dir.), The Nature of Translation. Essay on the
Theory and Practice of Literary Translation, Pa-
conocimiento del valor didáctico de ora y que celebra. La iglesia local, rís-Bratislava 1970 — 20 R. Jakobson, Essai de
NOTAS: ' G. Landotti, Le traduzíoni del mes-
la misa y la afirmación del uso tradi- en cuanto está en comunión con las sale in lingua italiana anteriori al movimento linguistique genérale, París 1969, 86 — 2I G. Ba-
cional del latín en la celebración, otras iglesias hermanas, hace presen- litúrgico moderno. Studio storico, Ed. Liturgi- get-Bozzo, Teología e lingüistica nella traduzio-
para no dar lugar a las interpreta- te y actualiza el misterio de Cristo che, Roma 1975, 10-11 — 2 A.-G. Martimort, ne della bibbia, en Bibbia e Oriente 17 (1975) 8.
Saggio storico sulle traduzioni liturgiche, en
VV.AA., Le traduzioni dei libri liturgici (ver G. Venturi
Triduo pascual 2004

BIBLIOGRAFÍA: Aldazábal J., Mejorar la tra- resulta compleja en muchos puntos, 2005 Triduo pascual
ducción de las plegarias eucarísticas, en "Phase"el aspecto pascual de la cena de Je-
88 (1975) 281-296; Bernal J., ¿Traducir o crear sús, según los sinópticos y 1 Cor, no 14 de nisán. Otra corriente, podría- na. En la primera, escrita alrededor
textos nuevos?, en "Phase" 41 (1967) 446-458; mos llamar universal, defiende la del del año 150, se contempla la celebra-
Congreso de traducciones litúrgicas en Roma ofrece dificultad. Ahí nace la pascua
(9-13 de nov. 1965), en "Phase" 30 (1965)) 385- de los cristianos. El marco pascual domingo después de este día. Ésta ción pascual como una memoria de
391; Farnés P., Nominalismo litúrgico (Fideli- de la cena y los ritos litúrgicos trans- coincidía, en interpretar la expresión la muerte gloriosa celebrada en una
dad material a las palabras ofidelidad doctrinal formados en nuevos dan paso a la de Lev 23,15 de celebrarla a partir vigilia nocturna 2 .
al contenido), en "Phase" 46 (1968) 366-371; del día siguiente al sábado, con otros La homilía de Melitón (166-180)
; nueva pascua.
Marsili S., Textos litúrgicos para el hombre mo- calendarios, como el que seguían el es un comentario a la pascua del
derno, en "Concilium" 42 (1969) 219-236; Mú- Hacia el año 57 d . C , Pablo, escri- grupo desidente samaritano y el esé-
gica J., Traducciones bíblicas: necesidad y pro- biendo a los corintios, precisaba con éxodo en comparación con la cris-
blema, en "Phase" 66 (1971) 511-520; Oriol J., exactitud el objeto de nuestra pas- nico de Qumrán. tiana. La primera salva a Israel por
La Instrucción sobre traducción de textos litúr- La cuestión nos es conocida por el la sangre del cordero, la segunda sal-
gicos, en "Phase" 59 (1970) 502-507. cua: "Cristo, nuestra pascua, ha sido
testimonio de Eusebio de Cesárea'. va a los hombres por la plegaria y
inmolado" (1 Cor 5,7). En el lengua- muerte de Cristo 3. La vigilia, el ayu-
je del cuarto evangelio, Cristo es el El obispo Polícrates, de Éfeso, como
cabeza de los obispos de Asia, se di- no, la fiesta y la eucaristía pascual
cordero pascual que quita el pecado son una página excelente de la lite-
del mundo (Jn 1,29) y, como a tal, rige al obispo Víctor (195 d.C.), ca-
beza de la iglesia de Roma. La con- ratura del siglo ni, ofrecida por la
no se le rompe ningún hueso (Jn troversia se centra acerca del día de Didascalia Apostolorum'.
19,33.36). Las tres pascuas escalona- la celebración de la pascua, esto es,
TRIDUO PASCUAL das en el ministerio público de Jesús La tradición alejandrina, siríaca,
el día que hay que poner fin al ayu- griega o latina llena por doquier los
(Jn 2,13; 6,4; 11; 55), al insistir que no. Víctor, convencido de que en su
se trata de la pascua judía, ¿no mues- primeros siglos, de tal manera que
SUMARIO: I. La fiesta de pascua en los oríge- favor obra la tradición apostólica de lo mejor es ciertamente recurrir a sus
nes cristianos - II. El triduo pascual y su signi- tran acaso la intención de aquel que la celebración del domingo, quiere
ficación - III. Celebración litúrgica del santo páginas admirables a fin de poder
triduo - IV. Viernes santo, primer día del tri-
con su muerte va a sustituir la pas- separar de la unión común las igle- captar los múltiples matices de la
duo - V. Sábado santo, segundo día del triduo cua judía? Es normal que el anuncio sias del Asia. Por la carta de Ireneo pascua.
- VI. Domingo de resurrección, tercer día del pascual sea el centro de la predica- —partidario también del domingo—
triduo. ción apostólica (Le 24,26, etc.), y so- Respecto al contenido teológico
a Víctor, en nombre de los hermanos
bre todo los discursos kerygmáticos de la Galia, sabemos que la misma de la fiesta, si bien es verdad que
I. La fiesta de pascua de Pedro y Pablo. Muy pronto el cuestión se había planteado ante- hasta el s. m la tradición más bien
en los orígenes cristianos memorial de la muerte de Cristo riormente entre Policarpo de Esmir- unitaria es la asiática, no lo es menos
ocupará, sobrepasándolo, el memo- na y Aniceto de Roma, que no obs- que en el plano histórico litúrgico se
La pascua inaugura el año litúrgi- rial del Éxodo (1 Cor 1 l,25ss). En el tante vivieron en paz. Antes, Euse- concreta en una doble práctica. La
co de Israel. La Sagrada Escritura la interior del NT, la progresiva "pas- bio nos advierte de los sínodos fiesta aniversario de la pasión, así
llama hag ha-pesah, "fiesta de la pas- cualización" de Jesús será completa habidos, donde los obispos eran como la de la resurrección, compor-
cua" (Ex 34,25); pero a menudo es en el momento de captarse la nove- unánimes en que el misterio de la taba una acentuación diversa de uno
mencionada por el sobrenombre de dad absoluta de la inmolación pas- resurrección no debía celebrarse otro de los dos extremos del único miste-
hag ha-massot, "fiesta de los áci- cual unida a la resurrección. La vida día que el domingo. rio pascual.
mos", con la que se la asocia fre- de la comunidad, nacida justamente
Al margen de quién tiene razón El concilio de Nicea (325) confir-
cuentemente, e incluso confunde. Su de la pascua de Jesús, transcurre —posiblemente las dos partes si se mó la unidad del día de la celebra-
origen es anterior a la instalación de precisamente anunciando y celebrando matiza un poco—, nos interesa aquí ción, de tiempo ya conquistada, acor-
los israelitas en Canaán. Los diez ca- el paso de Jesús de este mundo al el testimonio tan primitivo de la fies- dando que los hermanos de Oriente
pítulos que le dedica la Misná (ver- P a d r e por amor a los hombres ta, que además avala su posición en hicieran como los romanos, alejan-
sión de la antigua tradición oral ju- (Jn 13,1). la tradición apostólica. De todas for- drinos y todos los demás, de manera
día) en el tratado de las fiestas vie- mas, ya mucho antes del concilio de que todos unánimemente, en el mis-
nen a continuación de la fiesta del Nicea (325) todas las iglesias cele- mo día, elevaran su oración en el día
Una cuestión muy viva en la igle- braban la pascua el domingo. de la pascua 5 . La decisión del conci-
sábado. El nombre se refiere ya sea sia primitiva, acerca del día que de-
a la comida pascual o bien a la mis- lio se fue estabilizando pacíficamen-
bía celebrarse la pascua, nos propor- te en toda la iglesia hasta la reforma
ma fiesta. Se puede afirmar con se- En el siglo n es fácil ampliar el
gundad que en tiempos de Jesús era ciona unos primeros datos sobre su del calendario por Gregorio XIII
arraigo en la comunidad. Una parte testimonio de la celebración pascual.
considerada como la fiesta más im- Basta citar dos nombres. La Epístola (1582), reforma que fue rechazada
portante del año. de la iglesia del Asia Menor, ampa- por el patriarca de Constantinopla
rándose en el apóstol Juan, siguien- Apostolorum y la homilía pascual
Aparte de una investigación que del obispo Melitón de Sardes. Am- en nombre de la fidelidad al concilio
do al judaismo oficial, mantiene el de Nicea.
bas siguen la práctica cuartodecima-
2006 2007 Triduo pascual
Triduo pascual
dascalia de los Apóstoles, donde se jandría12, se funda en la etimología gicos promulgados después del con-
II. £1 triduo pascual del filósofo judío Filón de Alejan- cilio Vat. II. La consagración de la
y su significación puede leer parascevem tamen et
sabbatum integrum ieiunate\ nos dría. La nueva palabra paso resulta palabra triduo es patente; los límites,
muy adecuada para significar el no tanto. Anteriormente, la expre-
La pascua de los primitivos cris- resultan más conocidos. principio y el término del triduo. sión no se encuentra ni siquiera en la
tianos, entremezclada con la expe- Llegados al s. iv, encontramos
Será el vehículo de una teología que encíclica Mediator Dei (1947). Des-
riencia de la comunidad apostólica, una formulación teológica litúrgica pués de la cuaresma, sin distinción
giraba en torno a una sola celebra- bien precisa del triduo sacro. En san permite poner de relieve los aspectos
ción. El criterio místico de la con- Ambrosio podemos leer: "Triduo en morales, ascéticos y doctrinales de ni nombre de días, introduce en el
centración dominaba sobre el cro- el que ha sufrido, ha reposado y ha la pascua. Los autores cristianos ex- tiempo sagrado en que la liturgia nos
nológico de los tres días, que se im- resucitado el que pudo decir destruid presan así la dimensión cristológi- propone los atroces dolores de Jesu-
puso más adelante. La pascua era la este templo y en tres días lo reedifi- ca, sacramental y escatológica de la cristo (n. 198). A continuación ha-
gran celebración nocturna de la no- caré" l0. Entre otras escogemos la co- fiesta. bla de la solemnidad pascual, que
che, de tal manera que hasta finales nocida expresión de Agustín por su Vemos cómo en la primitiva con- conmemora el triunfo de Cristo
del s. 111 era la única fiesta anual. Su tan adecuada formulación: Sacratis- cepción del triduo quedaba excluido (n. 199).
celebración concentraba la unidad simum triduum crucifíxi, sepulti et el jueves santo. La actual concepción No obstante la novedad, ni el len-
de la historia de salvación desde la suscitati". popular, tendente a incluirlo, arran- guaje ni mucho menos el contenido
creación a la parusía. Sin perjuicio de la unidad total del ca del tiempo de Amalario (s. ix), y es de ahora. Las bases son bíblicas y
Pronto esta vigilia pascual fue misterio de pascua, los padres tenían se basa en una concepción superfi- patrísticas. De todas maneras, éstas
precedida de uno o más días de ayu- buenas razones para consagrar la cial y errónea. en ningún caso incluían el jueves
no, los cuales se transformaron pro- idea de triduo sacro. El presentar los santo, ni siquiera parcialmente. Para
gresivamente en el triduo del viernes, aspectos sucesivos de la celebración la iglesia, el triduo pascual de la pa-
sábado y domingo, dedicados, res- era sin duda la mejor manera para sión y resurrección del Señor es el
pectivamente, a la muerte, sepultura III. Celebración litúrgica punto culminante de todo el año li-
una vivencia cristiana mayor. Las del santo triduo
y resurrección del Señor. El paso pre- razones bíblicas no faltaban. Por un túrgico '".
suponía ya una aceptación del do- lado, la tipología bíblica de Jonás y El triduo pascual, propiamente,
mingo después del 14 de nisán como del templo (Mt 12,40; Jn 2,19); por Santo triduo pascual es el título comprende los tres días de la muerte,
el día de pascua. otro, la unidad de los tres momentos del misal, puesto inmediatamente sepultura y resurrección del Señor.
El triduo pascual, vislumbrado ya del misterio, según viene expresada antes de la misa vespertina de la cena Así se explica que la liturgia de las
en Orígenes, nos lo descubre no en diversos lugares del NT, como es del Señor. El epígrafe santísimo tri- Horas del jueves tenga el carácter de
como una indicación cronológica, el caso de Corintios: "Murió por to- duo pascual de la muerte y resurrec- una feria de cuaresma. En todo caso,
sino de sentido teológico y litúrgico. dos para que los que viven no vivan ción del Señor, en la oración de las las vísperas de los que no participan
Comentando Os 6,2, dice: Prima die ya para sí, sino para aquel que por horas, encabeza los oficios que em- en la misa vespertina, que ocupa el
nobis passio Salvatoris est et secun- ellos murió y resucitó" (2 Cor 5,15), piezan por las vísperas del jueves de lugar de las primeras vísperas, y la
da, qua descendit in infernum, tertia o bien "fue entregado por nuestros la cena del Señor. En el leccionario, propia eucaristía, son como la intro-
autem resurrectionis est dies, aña- pecados y resucitó para nuestra jus- con menor precisión, la misa crismal ducción del triduo.
diendo unas líneas más abajo la ex- tificación" (Rom 4,25). del jueves va precedida de la expre- Los historiadores de la liturgia en-
presión el misterio del tercer día. La doble tradición acerca del sión triduo pascual. El nuevo Ordo cuentran dificultad para poder ava-
Una celebración de los días ante- nombre de pascua contribuyó tam- lectionum del año 1981, rectificando, lar con una remota antigüedad una
riores a la vigilia pascual, consistente bién a forjar la teología del triduo. pone la misa crismal en la cuaresma, misa vespertina para el jueves. Es
en el ayuno, la encontramos en Ter- Al entrar en crisis la primitiva, la y la palabra triduo precede a la misa cierto que la Italia del s. vi presenta
tuliano, y supone una costumbre asiática (pascha-passio), en el s. iv, de la cena. un antiguo uso de dos misas para
arraigada. Fundamenta la práctica, va adquiriendo preponderancia la oc- Para las normas universales sobre este día, una matutina y otra por la
como los únicos días, solos legítimos cidental al tener conocimiento de el año litúrgico, el triduo pascual de tarde. Si hay que creer a san Agus-
ieiunorum, prescritos por el evange- la alejandrina (pascha-transitus). La la pasión y de la resurreción del Se- tín, la práctica vacilante de dos mi-
lio, para el momento que el esposo traducción latina de la Vulgada de ñor comienza con la misa vespertina sas seria debida a la diversidad de
será quitado; estos ayunos empiezan Ex 12,11 de la palabra pascua como costumbres sobre la práctica del
el viernes dicamus et ieiuniis paras- paso, transitus, está en la base del de la cena del Señor, tiene su centro
en la vigilia pascual y acaba con las ayuno, que curiosamente se rompía
cevem'. nuevo acento teológico. por el baño IS. Los cristianos que lo
vísperas del domingo de resurrec-
'" A principios del s. ni el ayuno del Al principio del s. m, al interpre- ción ". realizaban, y decidían así romper el
triduo, según la Tradición Apostó- tarse pascua por paso, como lo hace ayuno cuaresmal por la tarde, po-
lica', y un poco después en la Di- por primera vez Clemente de Ale- Hasta aquí una síntesis de la nor-
mativa actual según los libros litúr- dían comulgai*en esta segunda misa,
Triduo pascual 2008

instituida para ellos. Es una explica- Es esta dinámica propia, que va de


la austeridad a la alegría y de la 2009 Triduo pascual
ción probable.
Es el viejo sacramentario Gelasia- muerte a la vida, la que lleva impresa eran observadas en África y Roma. que nos la describe, sabemos tam-
no el que nos ha familiarizado con el orden y sentido de las celebracio- El viejo comes de Wüzburgo permite bién que ni el papa ni los diáconos
la expresión misa Caenae Domini- nes del triduo, desde este prólogo del deducir, con cierta probabilidad, que comulgaban. El rito de presantifica-
cae, en el hanc igitur de la misa de jueves, bien significado en la lectura las lecturas del viernes anteriores a dos, desarrollado en los títulos, la
reconciliación, de la cual no hay nin- profética de la pascua del Éxodo. la reforma del concilio Vat. II esta- liturgia papal lo ignoraba todavía en
guna alusión en el s. v. Conviene re- rían ya en uso en el s. vi. En cuanto el s. xi. El pontifical de curia del
cordar además, que la referencia es a la lectura del cuarto evangelio, Ege- s. xm declara que sólo comulga el
matutina, puesto que se vincula al IV. Viernes santo, ria nos dice que esto ocurría ya en pontífice. Ampliado al obispo y sa-
ayuno: dies ieiunii Caenae Domini- primer día del triduo Jerusalén allá por el año 384. cerdote que preside, éste fue el uso
cae. Misa que, por otra parte, no El esquema primitivo sería el fon- en vigor hasta el año 1055.
tiene liturgia de la palabra, como La ausencia de datos sobre la ce- do arcaico que ha persistido en la
tampoco la tiene la última del grupo lebración litúrgica del viernes santo celebración histórica del viernes san- La celebración actual. La liturgia
item feria V Missa ad vesperum. Pe- primitivo inclina a pensar que ésta tos: dos lecturas del AT, seguidas del de la palabra con su conclusión, las
queños indicios históricos, que evi- no existía. Del gran ayuno pascual tracto y, a continuación, el evange- oraciones solemnes, continúa siendo
dencian el aserto anterior del jueves del viernes y sábado, testimoniado lio. Al final, unas oraciones solem- el centro de la celebración. El silen-
no incluido en el triduo. La actual por la Traditio Apostólica y Didas- nes por todas las necesidades de la cio impresionante con que empieza
concepción popular tendente a in- calia de los Apóstoles, entre otros iglesia y de los hombres. —el nihil canentes del antiguo sa-
cluirlo viene del alegorismo de Ama- documentos, más bien parece dedu- La liturgia de la palabra, según el cramentario— es expresión de la so-
lado (s. ix), y de una concepción que cirse una práctica tendente a poten- Ordo Romanus XXIII —testigo de briedad de siempre, propia de este
establece un paralelismo erróneo en- ciar la reunión habitual del viernes la liturgia romana por lo menos del día. La reforma actual, al cambiar
tre el jueves, viernes y sábado. por el ayuno y la contemplación. Lo s. vm— tiene lugar hacia el final de las dos primeras lecturas tradiciona-
la adoración de la cruz. La liturgia les, se ha inclinado por una acentua-
Los primeros días del triduo no dicho anteriormente no quita que la ción de lo que podríamos llamar el
son preferentemente penitenciales, praxis del viernes esté en relación cer- de la palabra era, y es, la parte más
importante de la celebración. Según anuncio de la pasión. Un análisis
sino contemplativos del misterio de cana con los tiempos apostólicos. atento del cuarto cántico del siervo
el Ordo Romanus XXIV, en un
Cristo y de la espera escatológica de Quizá sea éste el sentido de la tradi- tiempo existieron separadas ambas de Yavé descubre una profecía del
su triunfo. Entre estos signos hay ción bizantina cuando, intentando prácticas, reservando la adoración misterio de pascua. El salmo 30,
que contar también el ayuno del crear esta conexión apostólica, afir- de la cruz para las primeras horas de como responsorial, continúa la me-
viernes y del sábado, expresamente ma: "Esta costumbre de no comer la tarde. El viejo sacramentario Ge- ditación de la voluntad interior de
diferenciados del de la cuaresma, nada el gran viernes nos ha sido lasiano describe seguramente la ce- oblación del que puede decir: "Padre,
para llegar a la alegría de la resu- transmitida por las disposiciones de lebración más popular, presidida a tus manos encomiendo mi espíri-
rrección '«. los santos apóstoles" ". Vienen muy por un presbítero, y anterior en al- tu". El fragmento de la carta a los
El Ordo de 1955, al establecer la a propósito las palabras del canon 8 gún punto a la papal. Comienza con Hebreos de la segunda lectura es una
celebración vespertina del jueves, ha- del IV concilio de Toledo, expresión un silencio, seguido de dos oraciones síntesis de la teología de la salvación
bía iniciado el camino de la recupe- de la praxis litúrgica hispánica ante- y de las tres lecturas, y vienen des- pascual en Jesucristo, por. su gran
ración como noche de la cena del rior, y un poco de la iglesia en gene- pués las oraciones solemnes. A con- obediencia.
Señor. La promulgación del nuevo ral, reprobando a aquellas personas tinuación siguen la adoración de la Esta celebración de la palabra en-
Ordo en 1970, con las oraciones y que rompen abusivamente el ayuno cruz y el rito reciente de la comunión cuentra su cima en el evangelio de la
lecturas apropiadas, ha consolidado después de la hora de nona en este de la reserva eucarística. pasión según san Juan, reservado
su significado. Una eucaristía toda- día de la dominicae passionis, que- La movilidad de la adoración de desde siempre para este momento.
S c o n signos de austeridad, que ce- brantando así la norma de la iglesia la cruz no le quita el segundo lugar En él, como el de la gran hora de
ieorando el, NataleNátale Calicis Calirh nos pre- universal. en importancia a la celebración del Jesús entregado a los suyos por
naro
Es probable que esta reunión del viernes. Su origen jerosolimitano es amor, se hacen más visibles que en
para para la gran eucaristía del año, ninguna otra narración sus caracte-
descrito por el relato de viaje de Ege-
se e ,'m!, n ^rdC l Í e Shaan t a - wS o b n e d a d , que, viernes se llenara poco a poco de con- ria. En Roma alcanzó gran desarro- rísticas pascuales, sacramentales y de
S o na r°a e,°: l lu
? * mantener in- tenido celebrativo. Es comúnmente llo en la procesión que partía de la la sublime realeza y divinidad de
sieu°
lg e a
f gar de la reserva que admitido que el servicio de lecturas, basílica constantiniana de la Santa quien va a una muerte abierta a la
" continuación. cantos y oraciones de este viernes, Cruz y terminaba en la del Laterano. glorificación.
ción°l,V° 1 V Í d e q u e l a u n i c a c e l e bra- de tanta sobriedad en la liturgia ro- Como se ha dicho más arriba, a con- Las oraciones con que concluye la
mana, refleja las reuniones alitúrgi-
«Sene^f
"genes, era '"ilad de ! e,laSt°vigilia
S días en los
' pascual. cas de los primeros siglos, según
tinuación seguía la liturgia de la pa- liturgia de la palabra no son unas
labra. Por el Ordo Romanus XXIII, oraciones, sino las oraciones solem-
2011 Triduo pascual
Triduo pascual 2010
vigilia pascual, domina esta espe- misal actual al advertir que se trata
nes, según el sacramentario grego- do pronto a favor de la celebración ranza ante la inminencia de la resu- de una celebración nocturna, y que
riano. Son probablemente un sustra- en domingo, contribuyó a allanar las rrección. por lo tanto no ha de empezar antes
to anterior al s. v, y ya universaliza- cosas y facilitó el sentido y compren- La mala interpretación del sába- del inicio de la noche y ha de termi-
ao en este. Es la plegaria del pueblo sión del segundo día. do santo llevó progresivamente a an- nar antes del amanecer; así se da
sacerdotal, asociado activamente a El sacramentario gelasiano, testi- ticipar la celebración vigiliar a la cumplimiento al mandato del Señor
la salvación universal del viernes. go de una tradición anterior, nos mañana. Para el Ordo Romanus de tener encendidas las lámparas (Le
La adoración de la cruz no como permite saber cómo Roma dedicaba XXIII, el momento de empezar es 12,35ss).
objeto sino como signo es un acto de la mañana de este sábado a la última ya hora quasi Vil, y para el sacra- La noche santa rompe el ayuno, y
te y una proclamación de la victoria preparación bautismal. En efecto, mentario Gelasiano, VIH hora diei es la inauguración de la gran fiesta
pascual de Jesús. Los cantos que la era el momento del séptimo escruti- mediante, es decir, que en los ss. vu- de alegría cincuentenaria. Es el ter-
acompañan subrayan este carácter nio, que no comportaba la celebra- vm existían en Roma dos tradicio- cer día del triduo, como el paso del
triunfal. El que mejor la sintetiza es ción de la misa. Durante el mismo nes que empezaban la celebración de duelo a la fiesta, de la muerte a la
el magnífico Crucem tuam, proce- tenía lugar el rito del Effatá y la an- la vigilia a la una y a las dos y media, vida, juntamente con el Señor. De
dente del oficio bizantino de la ma- tigua recitación del símbolo por par- respectivamente A partir del s. xiv todos los tiempos, es la noche de la
ñana de pascua. te del catecúmeno (redditio), trans- la celebración pasa a las primeras celebración sacramental de la pascua
formada más adelante, al desapare- horas de la mañana. La oscuridad por la palabra, el bautismo y la euca-
La conveniencia de unirse en co- de estos largos últimos siglos fue re-
munión con el pontífice que se en- cer el bautismo de adultos, en la ristía. La originalidad de la pascua
recitación por parte del sacerdote. dimida restituyendo la vigilia a su es el hecho de ser la eucaristía que
trega para liberar a su pueblo ha pre- significado originario en la primera
valecido en la liturgia actual sobre el El ritual del bautismo actual prevé alcanza su máxima expresividad por
la posibilidad de los ritos prebautis- restauración del papa Pío XII, el encima de las restantes celebraciones
inconveniente de la doble comunión año 1951.
aei triduo en la controvertida cues- males para esta mañana, en el su- del año. El esquema habitual que
tión histórica. puesto del bautismo por la noche constituye toda celebración se da en
pascual. un grado mayor. La liturgia de la
VI. Domingo de resurrección, palabra es mucho más larga que la
La sobriedad celebrativa de la ma- habitual; y la liturgia sacramental no
v
- Sábado santo, ñana del sábado no se vio alterada tercer día del triduo
sólo celebra la eucaristía, sino tam-
segundo día del triduo ni por el absorbente alegorismo de bién el bautismo.
un Amalario (s. ix), que, partiendo El domingo de resurrección fun-
Sin el menor intento de materiali- de la ausencia de misa, nos dice que damentalmente es una vigilia, la vi- Previo al elemento más primitivo,
zar las cosas en detrimento de su el oficio de esta mañana es como una gilia pascual. La pascua del Éxodo consistente en la liturgia de la pala-
simbolismo y sentido más profundo, ilustración de la futura noche '». era ya noche de vigilias en honor de bra, el paso del tiempo añadió opor-
excluido igualmente un pobre histo- Yavé (Ex 12,42). El apócrifo Epís- tunamente una apertura que se rea-
El sábado, como día de oración y tola Apostolorum (s. ü) subraya este liza por el rito del fuego nuevo y de
ncismo, afirmamos, no obstante, reposo, encuentra en la oración de
como característico, que el sábado aspecto, que probablemente se re- la proclamación de la pascua.
las horas su única celebración. Tiene monta a los tiempos apostólicos. La
es el segundo día del sagrado triduo, un marcado acento de una celebra- El antiquísimo rito del lucernario,
t i significado del día está puesto de tradición de la iglesia queda muy utilitario y simbólico, de Jerusalén y
ción pública del oficio de lecturas bien expresada en las conocidas pa-
ll ¡ue p o r l a Presentación que el mi- con asistencia del pueblo ". En este del Oriente, dará lugar al del alum-
sai hace del mismo. La iglesia, dice, labras de san Agustín. El razona- bramiento del cirio pascual. La li-
oficio de lecturas, de acuerdo con el miento del santo obispo es lógico. Si
aurante el sábado santo permanece gran silencio y reposo del Señor turgia papal del s. vin no conocía
junto al sepulcro del Señor meditan- san Pablo nos invita a imitarle en todavía este rito. Sólo en el s. xii
—según la antigua homilía que en él sus vigilias continuas, con cuánta
do su pasión. El gran sábado de la se lee—, pregustamos la salvación entrará en ella la bendición del mis-
"urgía bizantina está envuelto en más razón no deberá hacerse esta mo y la procesión. Las ceremonias
universal anunciada a los justos del noche, que es la madre de todas las
'os mismos sentimientos. AT: "Dios hecho hombre se ha dor- del sacramentario Gelasiano, no
f„» í" á ? P r o b a b l e es que el ayuno santas vigilias2", en la que todo el obstante, nos permiten saber que en
mido y ha despertado a los que dor- mundo vela. En otra homilía de la
juera 'a única forma de celebración mían desde hace siglos..., ha puesto el s. vn ya existía la ceremonia del
Primitiva. Por lo menos la tradición vigilia afirma que la repetición anual cirio y su bendición, efectuada en la
en movimiento a la región de los de la pascua, en la luminosa solem-
i,n Yi s t 0 ,. s i e m P r e este sábado como muertos", en el misterioso encuentro celebración de los presbíteros roma-
"n día ahtúrgico, es decir, en el que nidad de esta noche, renovando la nos de los arrabales de Roma.
con los que se hallaban en dicha pri- memoria de la resurrección del Se-
^ i g l e s i a se abstiene de la celebra- sión (1 Pe 3,19). En el oficio la igle- La alegría y acción de gracias pas-
os ^ e " c a r í s t i c a - Por ello el altar ñor, en cierto modo la realizamos 2I .
sia confía participar del reposo y cual del África de Agustín o de la
queda desnudo. La tendencia cuar- triunfo del Señor. En las vísperas, Es esta tradición la que recoge el Italia del norte, pasando por la exu-
todecimana, más judaizante, cedien- celebradas pocas horas antes de la
Triduo pascual 2012

tradición que le es anterior. Ya Ter- 2013 Triduo pascual


berancia hispano-visigótica y galica-
na, creó las maravillosas loas del ci- tuliano nota que el tiempo más apto
para el bautismo es el domingo de aguardar siglos; seguramente hasta 1954, 1272 — ! B. Botte, La Tradition Aposto-
rio con el bellísimo Exultet de la lique de Saint Hippolyte, MUnster, 79 — ' F.X.
temprana edad media. Esta bendi- pascua o los días de la cincuentena después del papa san León (t 461).
Funk, Didascalia Apostolorum. Paderborn
ción, hecha por un diácono, estaba que son su continuación". Cierta- Fuera de Roma, hay testimonios an- 1905, 288; 1963 — "> Ambrosio, Epístola 23,12-
en uso en Italia ya en el s. v. mente, el s. iv es la gran época de teriores, como es el caso de África, 13: PL 16,1030 — " Agustín, Epístola 54,14:
en tiempos de san Agustín, entre PL 38,215 — l2 Clemente de Alejandría, Stro-
La complicada historia de las lec- la noche pascual como gran noche otros. mati II, XI, 51,2 — ,3 Normas universales so-
turas bíblicas de la vigilia pascual no del bautismo. La noche del año 387 bre el año litúrgico y sobre el calendario, 19 —
quita su importancia central en la fue la del bautismo de Agustín por Las II vísperas del domingo son el M
id, 18 — l ! Agustín, Epístola 54, 5-10, PL
liturgia, sino al contrario. Hacién- el obispo de Milán, san Ambrosio. final del tercer día del triduo. Para 33,202 — " Concilio Vat. II, Sacrosanctum
dose eco de esta tradición, la liturgia la liturgia romana de los sacramen- concilium 110 — " E. Mercenier, Lapriere des
Es el tiempo que nos ha legado las tarios era la ocasión para una nueva églises de rite byzantin, Chevetogne 1937, 2,2,
actual no teme afirmar que ellas grandes catequesis, preparatorias y convocación de los nuevos bautiza- p. 210 — l8 Officio hodierno, quod totam noc-
constituyen el elemento fundamental mistagógicas, de Ambrosio de Mi- dos junto con el pueblo en la basílica tem illustrat futuram, cf J.M. Hanssens, Ama-
de la vigilia. Las fuentes en las que lán, Cirilo de Jerusalen, Teodoro de lateranense. La descripción deta-
lara episcopi opera litúrgica omnia, t. II, Ciudad
se inspiran para Roma los sacramén- Mopsuestia, Agustín, Juan Crisós- del Vaticano 1950, 103 - " IGLH 210 —
llada la ofrece el Ordo Romanus 20
Mater omnium sanctorum vigiliarum, cf san
tanos Gelasiano y Gregoriano nos tomo... XXVII. Aunque representa la noti- Agustín, Serm. 219: PL 38,1088 — 2I Vbi vigi-
acercan al período del dominio bi- En este contexto pascual nacen los cia escrita más antigua de su orde- lando tamquam resurrectionem Domini per
zantino (550-750), que establecía el formularios y ritos bautismales, con nación, el rito le es muy anterior. "cogitationis reliquias" operemur, cf san Agus-
bilingüismo. En todo caso es un he- procesión al baptisterio, bendición tín, Serm. 220, 1089 — 22 Tertuliano, De bap-
Estas vísperas, así como todo el ofi- tismo 19,1-2, ed. J.G.Ph. Borleffs, CC 1, Turn-
cho general en la liturgia de pascua. del agua —un texto de los más céle- cio actual propio del día, como co- hout 1954, 293 — 23 A. Chavasse, en A.-G.
Incluso asomándonos a la liturgia bres de la liturgia romana23— la triple rresponde, en efecto, al I domingo Martimort, La Iglesia en oración, Herder, Bar-
comparada, descubrimos probable- profesión de fe, con la triple inmer- de pascua que empieza la cincuen- celona 1964, 743 — 24 Concilio Vat. II, Sacro-
mente un núcleo universal de orga- sión, la unción y la crismación, que tena, respiran esta ambientación pro- sanctum concilium 102.
nización. Buena muestra de ello es el confirmará al hasta poco antes cate- pia de "la máxima solemnidad de la Joan Bellavista
hecho que los tres primeros actuales, cúmeno, hecho ya neófito. pascua"24.
comparados con las tradiciones occi- Hoy continúa siendo la noche por
dental y oriental, se encuentran en BIBLIOGRAFÍA: Bernal J.M., Iniciación alano
excelencia del bautismo por la en-
ocho tradiciones distintas. La tradi- litúrgico, Madrid 1984; Cantalamessa R., La
ción bizantina y, particularmente, la trañable vinculación del sacramento NOTAS: ' Eusebio de Cesárea, Historia Ecle- Pasqua della nostra salvezza, Turín 1971; Ca-
de Jerusalen son las más próximas con el misterio de la muerte y resu- siástica I, Madrid 1973, 330-337 — 2 R. Canta- pelle B., Problémes de pastorale liturgique. Le
rrección, de acuerdo con la teología lamessa, La Pasqua nella Chiesa antica, Turín vendredi saint, en Questions liturgiques et pa-
al sistema occidental. La liturgia de 1978, 30-31 — 3 J. Ibáñez-F. Mendoza, Meli- roissiales 34, 1953, 251-274; Durwell F.X., La
la palabra es el memorial agradecido paulina. resurrección de Jesús, misterio de salvación, Bar-
tón de Sardes. Homilía sobre Pascua, Pamplo-
por la salvación, recordada por unas La gran vigilia llega a la cima con na 1975 — 4 F.X. Funk, Didascalia el Consti- celona 1962; Jounel P., Le Triduum pascal, en
referencias históricas base, que cul- la eucaristía nocturna, que inicia el iutiones Apostolorum, Paderborn 1905, 286- L'Église en Priere IV, La liturgie et le temps,
domingo de resurrección. Es la euca- 292 — 5 J.B. Pira, Spicilegium Solesmense 4, Tournai 1983,46-68; Léon-Dufour, La resurrec-
minan en el Cristo de la pascua. Las París 1858, 541 — 6 Orígenes, In Exodum ho- ción de Jesús y misterio pascual, Salamanca
tres últimas lecturas están más di- ristía por antonomasia, en que el neó- milía 5,2 — 7 Tertuliano, De ieiunio 14,2, ed. 19783; VV.AA., La liturgie du Mystere Pascal,
rectamente orientadas hacia la cele- fito y todo cristiano ha sido adentra- A. Reifferscheid y G. Wissowa, CC 2, Turnhout en La Maison Dieu 67 (1961).
bración inmediata del bautismo. A do en la comunión con Cristo, nues-
la lectura del NT (Rom 6,3-11), igual- tra pascua, en la espera de la venida
mente bautismal, sigue el relato evan- gloriosa del Señor. La eucaristía
gélico de la resurrección. Las ora- pascual, culminación del memorial
ciones del final de las lecturas conti- de la muerte y resurrección del Se-
núan su vieja función, heredada de ñor hasta que venga. El paso de la
los sacramentarios, de actualizar la austeridad a la alegría es la inicia-
salvación en Cristo, anunciada en la ción de la fiesta para siempre, sim-
lectura, al tiempo que los responso- bolizada en Pentecostés (= cincuenta
nos bíblicos invitan a la contempla- días).
ción agradecida de la misma. La vigilia dominical termina antes
de amanecer. En un principio era la
La organización bautismal en la única celebración del domingo. Para
noche de pascua en el Gelasianum encontrar una segunda misa de pas-
vetus y en el Gregoriano, recoge una cua en la liturgia romana habrá que
2015 Unción de los enfermos

de la medicina, de la cirugía, de las como ha nacido el mundo de los en-


diversas especialidades médicas y de fermos, separado del de los sanos,

u
los centros de internamiento hospi- incluso a nivel cultural; en efecto, la
talario. Es muy frecuente que hoy el enfermedad para gran parte de las
enfermo sea un anciano, afectado personas es una cuestión sin sentido,
por una enfermedad crónica y de un puro hecho objetivo, que no tiene
lenta evolución (debida sobre todo a importancia alguna en el horizonte
la intervención médica); los notables de los problemas humanos.
progresos a nivel de diagnóstico, in-
cluso preventivo, y de terapia, mien- 2. CONSECUENCIAS INTRA-ECLE-
tras que por una parte han llevado SIALES DEL NUEVO CONTEXTO SOCIO-
al conocimiento de nuevas enferme- CULTURAL. La radical transforma-
UNCIÓN DE LOS ENFERMOS considerando la cultura occidental dades, por otra han favorecido el
en general, tiene presente de modo ción de perspectiva, de actitud y de
particular la situación española), es crecimiento numérico del mundo de modo de pensar antes indicada ha
rfaH , R 1 0 : '• E 1 h o mbrc frente a la enferme- necesario tener en cuenta, aunque los enfermos, creando en muchos ca- supuesto una provocación para la
r a en la cultura occidental: 1. Análisis de la sea de un modo breve, la evolución sos psicosis de enfermedad en las per- iglesia, que se ha visto profunda-
Mtuacion socio-cultural; 2. Consecuencias intra- que ha tenido lugar, especialmente sonas sanas, que por esto viven con mente cuestionada por la nueva sen-
cctestales del nuevo contexto socio-cultural - II.
Problemática teológica - III. Datos bíblicos: 1. en los últimos treinta años, de modo el temor de descubrirse improvisada- sibilidad antropológica. La iglesia ha
cristo, curando a los enfermos, anuncia en su que se puedan aprehender los ele- mente enfermas. Las consecuencias recorrido de nuevo, releyéndolas en
persona la presencia del reino, el inicio del año mentos de la nueva sensibilidad del de todo esto en el plano social y cul-
ae la salvación; 2. Cristo se distancia de la cues- esta perspectiva, las fuentes bíblico-
tión etica sobre el problema del origen de la mundo en el que la iglesia vive y tural son notables: la enfermedad se litúrgicas, llegando así a la supera-
enlermedad (culpa-enfermedad); 3. El Hijo del actúa. convierte en una de las preocupacio- ción de la actitud ascética en su rela-
nombre sufriente; 4. En las comunidades cris-
tianas primitivas - IV. Tradición litúrgica: 1. nes más constantes y angustiosas de ción con la enfermedad, que tomaba
Los ss. l-iv (v); 2. Los ss. v-vil (vill): a) Fuentes 1. ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN SO- la vida del hombre contemporáneo. el nombre de pía resignación y acep-
litúrgicas, b) Otras fuentes (intervenciones del En ocasiones pasa a ser un estado de
papa, de obispos o sermones); 3. Los ss. vm-xll CIO-CULTURAL. Más o menos desde tación ', y asumiendo al mismo tiem-
(XIII): a) El centro de gravedad del sacramento el final del s. xvn o comienzos del vida prolongado o incluso permanen- po el deber de luchar contra la en-
no es la bendición del óleo, sino la administra- xviii, la enfermedad se define única- te (por esto hoy la enfermedad ha fermedad, sin caer con todo en una
ción de la unción, b) El papel de los presbíteros, mente desde un punto de vista sub-
c) Los efectos, d) La unción "ad mortem"; 4. perdido la estrecha conexión que un visión radicalmente secularizada,
Los ss. xn-xvi (la reflexión escolástica): a) La jetivo, es decir, partiendo del males- día tuvo con la muerte; estar enfer- que podría llevar a un modo arreli-
estrecha relación entre unción y disciplina peni- tar conocido y valorando su grave- mo ya no significa correr necesaria- gioso de vivir la situación de enfer-
tencial, b) La interpretación de Abelardo, c) dad según el estado a que queda
Interpretación franciscana (Buenaventura y
reducido el enfermo, fácilmente jo- mente peligro de muerte). Además, medad, la cual, entre otras cosas, in-
Duns Escoto), d) A nivel de celebración; 5. Los la necesidad de tratamientos espe-
ss. xvi-xx: a) El concilio de Trento, b) El ritual ven. Dada la duración habitualmen- cluso desde el punto de vista mera-
de Pablo V (1614), c) Los ss. xix-xx, d) El Vat. te breve de la enfermedad y la ausen- cializados y, por esto, del consi- mente antropológico, constituye una
II - V. El "Ordo Unctionis Infirmorum eorum- guiente internamiento hospitalario fuerte experiencia, susceptible de
que Pastoralis Curae": 1. La dimensión eclesial; cia de tratamientos especializados, el
2. La asunción de los elementos positivos de la enfermo es tratado en casa (no co- provoca en el enfermo experiencias apertura al misterio de lo sobrenatu-
cultura contemporánea; 3. Los efectos del sa- noce por esto la prueba de la separa- psicológicas lacerantes, como la rup- ral. Se ha superado también el peli-
cramento; 4. El sujeto del sacramento - VI.
Orientaciones pastorales: I. La evangelización ción, de la soledad, del aislamiento). tura de la propia identidad, el peso gro de aislamiento del enfermo den-
de los enfermos; 2. Para una pastoral de los La enfermedad de una cierta grave- de la marginación social, el aisla- tro de la misma iglesia; la enferme-
enfermos y de los ancianos; 3. A nivel de cele- dad desemboca en general en la miento y la soledad existenciales, la dad ya no se ve como un estado de
bración. muerte. En fin, la relación médico- sensación de pertenecer a un estado vida y de santificación, ordenado
paciente está llena de humanidad, de minoría de edad, como una terce- por una espiritualidad propia, por-
amistad, consejo y ánimos (recuér- ra persona cuya suerte se decide, en
I El hombre dese que muchas veces el objetivo de que la iglesia entera está llamada a
frente a la enfermedad las curas era simplemente aminorar diálogos furtivos, entre los familiares vivir la lógica de la cruz y sometida
en la cultura occidental el sufrimiento). y el médico. La misma relación de a la cruz.
este último con el enfermo ha sufri-
Para poder comprender en toda En nuestro siglo tiene lugar un vi- do notables transformaciones: el pa-
en nrofundidad el problema que im- raje decisivo, y particularmente en ciente se encuentra delante de perso-
lo? últimos treinta años, que ha con- II. Problemática teológica
«Hcad h ° m b r e e n f e(el
rm e r el m U n
°anales,
-! " templado el imponente crecimiento nas desconocidas —que le piden una
So contemporáneo aun serie de pruebas, cuyos motivos y re- Son varios los problemas que se
sultados no comprende— y a las que encuentran al estudiar el sacramento
está totalmente sometido. Así es de la unción de los enfermos. Se pue-
den reducir a los siguientes:
2017 Unción de los enfermos
Unción de los enfermos 2016
de y maravilloso futuro de Dios, y es
los otros (esto ciertamente no quita-
1. Los datos bíblicos relativos al trechamente unida al pensamiento rá al sufrimiento su carácter escan-
sacramento son muy escasos y nece- medieval (cf can. 1004 del CDC de un modo de hacer que este futuro nos
llegue. daloso, que le viene de ser participa-
sitan ser integrados en los temas más 1983). ción en la estupidez del misterio de
amplios de la enfermedad y del su- Analizaremos puntualmente todo 2. CRISTO SE DISTANCIA DE LA la cruz).
frimiento. esto en los párrafos siguientes. CUESTIÓN ÉTICA SOBRE EL PROBLEMA
2. Las tradiciones occidental y DEL ORIGEN DE LA ENFERMEDAD 4. EN LAS COMUNIDADES CRIS-
oriental documentan una discreta (CULPA-ENFERMEDAD). Es el misterio TIANAS PRIMITIVAS. La experiencia
III. Datos bíblicos del ciego de nacimiento (Jn 9,2-3):
variedad de denominaciones, como de Cristo se convierte en experiencia
óleo santo, sacra unctio, unctio in- mientras que por una parte Jesús ex- de la iglesia, que prolonga los gestos
La biblia (AT y NT) no parece cluye explícitamente la relación cau- de curación de Jesús (Mt 10,7-8; He
flrmorum, sacramentum exeuntium, interesarse por la enfermedad en
extrema unctio (Occidente); óleo, óleo sal pecado-enfermedad (problema 2,43; 5,12; 5,5-16; 9,34-40), afirman-
cuanto tal; se acerca a ella sólo en la ya tratado en el libro del Génesis y do así la presencia del reino y po-
santo, el óleo de la oración, el miste-medida en que plantea a la experien-
rio de las lámparas (Oriente). en el de Job con diversos matices), niendo de manifiesto su fuerza libe-
cia de fe del pueblo de Dios interro- por otra se muestra interesado en el radora. Pablo presenta el carisma de
gantes que sustancialmente se pue- final, es decir, en el significado que curación como un servicio a la edifi-
3. Las formas y realizaciones del den formular así: ¿Cómo se explica
sacramento cambian a lo largo de la enfermedad dentro de la historia la enfermedad asume en el plan de cación de la comunidad (1 Cor 12,9-
los siglos, a) El rito se celebra tanto de la salvación? ¿Cómo vivirla a la Dios, en el modo de utilizarla: "Ni 28). Los textos de Col 1,24 (a la luz
en casa como en la iglesia, y es ad- luz de la fe? El análisis de la línea en pecó éste ni sus padres, sino para del cual la tradición cristiana ha in-
ministrado por los presbíteros o por la que se mueve la Escritura se hace que resplandezcan en él las obras de terpretado el sufrimiento, incluso el
los fieles, b) En lo que concierne al sin embargo difícil, dada la diversa Dios" (Jn 9,3). El hombre enfermo originado por la enfermedad) y de
destinatario, a lo largo de la historia visión cosmológica y antropológica, que proclama con su grito imploran- 2 Cor 1,5-6, al tomar de nuevo el
se pasa del enfermo leve al moribun- hoy superada en muchos aspectos, te su impotencia para salvarse solo tema del hijo del hombre sufriente,
do (en ocasiones incluso al que ya en la que se mueve y en cuyo entorno se convierte en el lugar en que se nos sitúan ante la pasión del Señor,
está muerto), c) Sobre los efectos, manifiestan las obras de Dios, el úni- a cuya luz es reinterpretado el sufri-
se expresa la fe bíblica. Pero a la luz co Cristo salvador del hombre. miento apostólico. Pero será el texto
los datos de las fuentes litúrgico-pa- de Cristo es posible comprender y
trísticas se mueven entre los efectos de Sant 5,14-16 el que ocupará el
descifrar, entre las diversas incrusta- centro de la reflexión cristiana pos-
corporales y los espirituales (peni- ciones culturales, el mensaje prove- 3. E L H I J O D E L H O M B R E SU-
tenciales), d) ¿Dónde se sitúa el sa- niente de la experiencia de la fe. FRIENTE. Viviendo plenamente, en el
terior y el que constituirá el punto
cramento? ¿En la bendición del óleo camino hacia la luz, la experiencia de referencia para fundamentar la
reservada al obispo o en la liturgia del siervo de Yavé, Cristo experimen- praxis sacramental de la unción; pre-
de la unción? 1. C R I S T O , C U R A N D O A LOS EN-
ta, al compartir y solidarizarse por senta una praxis institucionalizada,
F E R M O S , ANUNCIA EN SU PERSONA LA
voluntaria elección mesiánica (no y describe, con muchos y diversos
4. Sirviéndonos de las publica- PRESENCIA DEL REINO, EL INICIO DEL
por enfermedad), los aspectos de de- términos capaces de expresar la
ciones teológicas relativas al sacra- AÑO DE LA SALVACIÓN (LC 4,21).
bilidad, de oscuridad, de tentación, complejidad existencial de la situa-
mento de la unción, podemos resu- Anunciada con el signo de las cura- de lejanía del misterio de Dios típi- ción del enfermo, la acción pastoral
mir las últimas discusiones en torno ciones, la esperanza suscitada por la cos de la experiencia del sufrimiento. de la comunidad: oración, unción,
a algunas grandes orientaciones: espera profética en el futuro de Dios Así su sufrimiento puede iluminar el alivio, curación y perdón de los pe-
unas ven el sacramento como "con- (Is 35,5-6; 61,1-3; Jer 33,6) encuen- nuestro (Mt 8,16-17; Me 14,32-42 y cados.
summativum paenitentiae" (curar al tra en Cristo su plena realización. 15,21-41). Se perfila de este modo el
pecador en el cristiano gravemente Los milagros de curación son el sig- De lo que ha sido expuesto es po-
anuncio del valor salvífico redentor sible concluir que la Escritura no pre-
enfermo); otras como "consagración no de que el reino de Dios está ya del sufrimiento (enfermedad), capaz
de la muerte" del cristiano"; y otras, aquí, de que la enfermedad (el peca- tende tanto hacer un tratado sobre
de tener significado para el reino: el la unción de los enfermos cuanto lle-
por fin, como "sacramento de los do) es algo que ya está vencido y que sufrimiento no sólo se convierte en
enfermos" 2 . En esta última línea debe desaparecer y de que la victoria var la atención hacia los signos que
una situación que debe ser superada, deben ser descifrados como la enfer-
es donde se inserta la reflexión del de Dios sobre el pecado y sobre sus sino que también debe ser aprove-
Vat. II (SC 73), que dirige la refle- consecuencias ya ha comenzado medad, el sufrimiento y el dolor, le-
chada. El sufrimiento, vivido desde yéndolos en el contexto del devenir
xión sobre el sacramento hacia los (piénsese también en el hecho de la fe, en la confianza en el poder de
enfermos que comienzan a estar en que, a menudo, las curaciones están de la revelación histórico-salvífica y
Dios y en su fidelidad sin tacha, se a la luz del Hijo del hombre que vino
peligro de muerte, superando la vi- unidas al perdón de los pecados [Me hace redentor, destruye el pecado: el
sión teológico-pastoral codificada 2,1-12]). La actividad taumatúrgica para curar y, al mismo tiempo, su-
siervo inocente expía los pecados de friente.
por el CDC de 1917 (can. 940), es- de Jesús es una anticipación del gran-
64
Unción de los enfermos 2018 2019 Unción de los enfermos

IV. Tradición litúrgica laboradores. El uso del óleo que lle- que se añaden los mártires: su testi- conveniente visitar por sí mismo a
va consuelo y salud se deja a los mis- monio se considera también como alguno, sin duda puede bendecir y
Sería ciertamente interesante y me- mos fieles (gustantibus y utentibus), una unción en el Espíritu que da fuer- ungir con el crisma aquel a quien
todológicamente más correcto estu- los cuales lo tienen en su poder para za en esa particular situación vital corresponde preparar el crisma. Con
diar toda la actividad pastoral que la curación de las enfermedades pro- del cristiano bautizado (martirio), la todo, no se puede ungir a los peni-
la iglesia ha realizado en relación pias y de otros. cual presenta una cierta analogía tentes, porque es éste un género de
con sus miembros débiles y enfer- con la situación de enfermedad. sacramento. Y a quienes se niegan
mos, como actuación obediente, a lo 2. Los ss. v-vn (viii). En estos Además, aunque la versión gelasiana los otros sacramentos, ¿cómo puede
largo de los siglos, del ministerio de siglos los testimonios son más abun- presenta la visión tripartita del hom- pensarse que se conceda uno de
Cristo, que vino para curar. Aquí bre como en 1 Tes 5,23, sin embargo ellos?" (DS 216)'. En la carta se sub-
dantes: la insistencia de la oración recae so-
nos limitaremos al sacramento de la raya la importancia fundamental
unción, y sobre todo a las fuentes a) Fuentes litúrgicas. Se trata to- bre el alivio del cuerpo. El uso del de la bendición del óleo por el obis-
litúrgicas que nos dan noticia de él davía de fórmulas de bendición del óleo se hace de diversos modos: un- po; se determina que el texto de San-
(con particular atención al área ro- óleo. Consideramos particularmen- ción (ungenti), bebida (gustanti), tiago debe entenderse como referido
mana), pero sin perder de vista los te la fórmula romana Emitte, que, aplicación (tangenti), y son los a los fieles enfermos (excluidos sin
otros testimonios, capaces de ilumi- transmitida tanto en la redacción gre- enfermos los que disponen del embargo los penitentes públicos, por-
nar la acción de la iglesia y el con- goriana del final del s. vi 5 como en mismo 8 . que el óleo pertenece al "genus sa-
texto cultural en el que actúa. la redacción gelasiana del s. vin', cramenti") que pueden usar el óleo
puede, sin embargo, remontarse en b) Otras fuentes (intervenciones para sus necesidades personales (y,
su origen al s. v. Estos textos guar- del papa, de obispos o sermones) nos por lo tanto, no sólo los presbí-
1. Los ss. I-IV (V). Se caracteri- teros).
zan por un relativo silencio de las dan continuidad con la Traditio permiten comprender de modo con-
fuentes más directas y explícitas so- apostólica al introducir la fórmula creto la praxis de estos siglos. Re- Es asimismo interesante para la
bre este sacramento. Entre las fuen- de bendición dentro de la plegaria eu- cordemos la Carta de Inocencio I a iglesia de la Galia la predicación de
tes litúrgicas que se acostumbra a carística; la oración se dirige al Espí- Decencio, obispo de Gubbio, del 19 Cesáreo de Arles (s. vi) l0 , que consi-
estudiar con relación a este período-1 ritu Santo, al que se invoca su veni- de marzo de 416: "Tu caridad... tam- dera la unción en el contexto de la
me parece oportuno presentar la ben- da sobre el óleo, para que éste llegue bién menciona lo que está escrito en lucha cristiana contra los ritos mági-
dición del óleo que se encuentra en a ser remedio para el cuerpo (redac- la carta del apóstol Santiago: Si hay cos paganos de curación, presentán-
la Traditio apostólica de Hipólito: ción gregoriana) y para el espíritu: entre vosotros algún enfermo, llame dola como el remedio más seguro y
"Como santificando este óleo tú das, "Manda, oh Señor, desde el cielo al a los presbíteros, y oren sobre él, un- más fuerte, porque es el signo de
oh Dios, la santidad a aquellos que Espíritu Santo paráclito a este óleo giéndole con óleo en el nombre del Cristo, el principal y más fuerte an-
son ungidos con él y lo reciben (este que has querido sacar de un verde Señor; y la oración de la fe salvará tagonista de las fuerzas diabólicas.
óleo), con el que has ungido a los árbol para restaurar el espíritu y el al enfermo y el Señor le aliviará; y si Es evidente que, aun desde una pers-
reyes, los sacerdotes y los profetas, cuerpo. Que tu santa bendición para ha cometido pecado, se le perdona- pectiva de fe, el pensamiento de Ce-
así (él) procure el alivio a aquellos cualquiera que sea ungido (ungenti), rá. No cabe duda de que esto ha de sáreo tiene el peligro de asumir un
que lo prueben (gustantibus), y la lo beba (gustanti) o se lo aplique (tan- tomarse o entenderse de los fieles en- significado ambiguo, especialmente
salud a aquellos que lo usen (uten- genti) llegue a ser remedio del cuer- fermos que pueden ser ungidos con cuando debe subrayar que la unción
tibus)"*. En la praxis de Hipólito po, del alma y del espíritu; expulse el óleo santo del crisma. Preparado produce sobre todo efectos corpora-
aparece como elemento central la todo dolor, toda debilidad, todo mal por el obispo, es lícito usar de él no les. Cesáreo habla también del per-
bendición del obispo (al que se del espíritu y del cuerpo; que este sólo a los sacerdotes, sino a todos dón de los pecados, en particular
recomienda visitar personalmente a óleo, con el que has ungido a los los cristianos, en orden a la unción de los que son causados por las
los enfermos que le indiquen los diá- sacerdotes, los reyes y los profetas y en sus necesidades personales y en prácticas paganas. La bendición del
conos) del óleo destinado a los en- los mártires, el óptimo crisma que las de los suyos. Por lo demás, ve- óleo está reservada a los presbíteros,
fermos durante la celebración euca- has bendecido, permanezca en nues- mos que se ha añadido un punto su- pero los fieles pueden usarlo libre-
rística: es evidente la referencia a la tras visceras, en nombre de Jesucris- perfluo: como es dudar de que pueda mente ".
eucaristía como fuente tanto de la to, nuestro Señor" 7 . La oración pre- el obispo lo que no se duda que pue-
La iglesia, al prolongar la acción
gracia del consuelo y de la salud que senta también una probable referen- den hacer los sacerdotes. Porque la
razón por la que se habla de los pres- de Cristo con los enfermos, valora el
el enfermo espera como de los mi- cia al bautismo cuando parece ver la uso y la confianza de los pueblos me-
nisterios cerca del enfermo que el fuerza del Espíritu, dada por la un- bíteros es porque los obispos, impe-
didos por otras ocupaciones, no pue- diterráneos en las virtudes curativas
cuidado pastoral de los mismos en- ción, en continuidad con la misma del aceite de oliva y bendice así el
fermos implica y que en primera per- fuerza dada en la unción de los den acudir a todos los enfermos. Por
lo demás, si el obispo puede o estima óleo que se usaba para los enfermos.
sona piden el obispo y sus co- sacerdotes, reyes y profetas, a los Sin embargo, el acento se pone en la
Unción de los enfermos 2020 2021 Unción de los enfermos

bendición del óleo (caracterizada determinante; además se le reserva a la denominada extrema unción, figurada, asumiendo evidentemente
por la solemne epíclesis), que los lai- la unción (a este propósito, piénsese pero sin que la mayoría de los textos un papel de orientación de la praxis,
cos pueden aplicar a los enfermos y en el significado y la importancia litúrgicos sufra en su contenido mo- acabará por confirmar y conservar
que los fieles enfermos usarán en que tuvo, para la reforma carolingia, dificaciones similares a la evolución la praxis por la que ella misma fue
caso de enfermedad, en comunión la reforma del clero, y en la unión del rito hacia la muerte; en efecto, generada.
con la iglesia; en Roma, a partir del cada vez más estrecha entre peniten- todavía hablan de alivio y de la vuel- b) La interpretación de Abelar-
s. vil, la bendición se pide solamente cia sacramental y unción, con el con- ta del enfermo a las actividades de la do relaciona, por una parte, la un-
al obispo el jueves santo. Además, el siguiente incremento del papel de- vida normal. ción con el bautismo (unción bautis-
texto de la carta de Santiago, sobre terminante del sacerdote en el proce- mal), y por lo tanto con la idea de
todo a partir de Inocencio I, se in- so penitencial y, por tanto, también 4. LOS SS. XII-XVI (LA REFLE- consagración; y, por la otra, con la
troduce en las oraciones litúrgicas en la administración de la unción). XIÓN ESCOLÁSTICA). Suponiendo co- penitencia, y por ende con la remi-
para la bendición del óleo y se con- nocidas las categorías culturales con sión de los pecados. La primera re-
vertirá en la fuente inspiradora de c) Los efectos. Se ponen cada las que la escolástica reexpresa el lación abre la perspectiva de la un-
los rituales que poco a poco se van vez más de relieve los efectos espiri- dato de la fe, propongo una síntesis ción como complemento de la con-
formando en este momento. Final- tuales de la unción (sin embargo, de la lectura " que la reflexión esco- sagración bautismal, en el sentido de
mente, la relación eucaristía-unción esto no significa que ya no se piense lástica hace de la unción, añadiendo que la consagración bautismal inicia
es evidente: esta relación hará, al en el efecto corporal), vistos, sobre una particular alusión a las líneas a la vida cristiana en su fase terrena;
menos en la época precarolingia, que todo a partir del s. X, como purifica- maestras del pensamiento de Abe- la unción, por el contrario, comple-
la unción no se interprete como un ción del mal: los sentidos se ungen lardo, dado que será retomado por ta, es decir, pone fin a la vida cristia-
sucedáneo de la medicina, casi como no en cuanto enfermos, sino en las escuelas alemana de los ss. xix- na, preparando al fiel para la vida
una medicina cristiana, ni tampoco cuanto instrumentos del pecado. En
efecto, la enfermedad, en este tiem- xx y franciscana (Buenaventura y Es- futura y garantizando un especial ful-
como una intervención milagrosa, coto), que tendrá mucha importan- gor al cuerpo en la resurrección. La
sino como un recurso a la iglesia, po, se considera progresivamente
como ocasión para la conversión de cia p a r a la p a s t o r a l postriden- unción, calificada ya como extrema
signo de Cristo, salvador del hombre tina. unción, prepara al hombre para la
integral, al que debemos abrirnos en los pecados y como momento de re-
conciliación con Dios, que exige la visión divina. La segunda relación
la fe. a) La estrecha relación entre un- no hace otra cosa que explicitar la
intervención del ministerio sacerdo-
tal: piénsese, por ejemplo, en los de- ción y disciplina penitencial. Apare- progresiva fisonomía penitencial que
3. L o s ss. vm-xii (xiii). P a r a cretos del concilio Lateranense IV, ce claramente la tendencia a super- ya estaba asumiendo la unción.
el estudio de estos siglos hay ya mu- que prescriben "quod infirmi prius poner la unción a la penitencia, cosa
chísimas fuentes n, que, con todo, provideant animae quam corpori" que ya era evidente en la praxis de la c) Interpretación franciscana
necesitan todavía una aproximación (COD, pp. 22 ls). época, sobre lo que reflexiona la teo- (Buenaventura, In IV Sent., 1. IV,
hermenéutica correcta y completa. logía. Está claro por esto la cone- a. 1, q. 1, y Duns Escoto, In IV Sent.,
Por esto me limito a presentar una d) La unción "ad mortem". La xión con la disciplina penitencial y 1. IV, d. 2; a. 2; d. 23; a. 1). Para
síntesis interpretativa de los da- evolución más importante y signifi- con el peligro de muerte como con- Buenaventura el sujeto de la unción
tos, pacíficamente admitida hoy por cativa proviene del deslizamiento ge- dición previa para recibir el sacra- no es el enfermo, sino el moribundo,
todos. neralizado del rito de la unción hacia mento. Se perfila así una visión teo- considerado como "venialmente pe-
el momento de la muerte, causado lógica que sitúa la unción en una cador". La unción, pues, actúa sobre
a) El centro de gravedad del sa- por la asociación de hecho de la un- perspectiva escatológica ("sacramen- los pecados veniales, para purificar
cramento no es la bendición del ción con la penitencia ad mortem y tum exeuntium, ultimum remedium, radicalmente al hombre en ese ám-
óleo, sino la administración de la un- con el viático. Esta praxis provoca immediate disponens ad gloriam"), bito de pecados difícilmente venci-
ción. Nacen ahora los primeros ri- el desarrollo de una teología de la y una praxis pastoral que ve en la bles durante la existencia terrena;
tuales u "ordines ad visitandum vel unción que pone de manifiesto, de unción el sacramento "consummati- además se convierte también en ali-
perungendum infirmum", caracteri- un modo cada vez más unilateral, la vum totius spiritualis curationis", vio del alma del moribundo, hasta
zados por una gran variedad de ora- perspectiva de la unción ad mortem: conclusión de la vida cristiana com- redundar, de algún modo, en benefi-
ciones y de gestos, por una notable así la unción, ritualmente unida a la prendida como curación espiritual, cio de la psicología y del cuerpo del
libertad con respecto al número y penitencia ad mortem, aparecerá y que engloba, en analogía con la moribundo. Duns Escoto considera
al lugar de las unciones y por una como la culminación del rito de la sucesión de tres ritos de la iniciación la unción como el sacramento que
floración notable de ritos y de ple- reconciliación (no por casualidad se cristiana, una sucesión paralela de perdona todas las culpas veniales
garias. transfiere a la unción la problemáti- tres ritos de una especie de iniciación con vistas a la entrada inmediata en
escatológica: penitencia, viático y un- la gloria; por esto solamente puede
b) El papel de los presbíteros. El ca penitencial de la repetibilidad, de ción. La reflexión teológica así con- ser administrada en el último instan-
clero asume cada vez más un papel los entredichos...). La praxis llega así
Unción de los enfermos 2022 2023 Unción de los enfermos
te (en el que ya no se puede pecar to] y el texto definitivo [praesertim; gua antes de las transformaciones de celebración de los sacramentos de
más) o también cuando se ha perdi- mérito desaparece: DS 1698]), mo- la época carolingia. los enfermos. Estos sacramentos,
do la conciencia. mento de crisis en el que el adversa- como los demás, revisten un carácter
rio lanza su último y más violento d) El Vat. II no pretende ofrecer comunitario que, en la medida de lo
d) A nivel de celebración. Litúr- asalto para perdernos. Finalmente se una doctrina sobre la unción de los
gicamente, la praxis se va orientan- posible, debe manifestarse en su ce-
debe tener presente la pluralidad de enfermos, sino que intenga llegar a lebración" (RUÉ 33). Una obliga-
do hacia un tipo único de ritual l4 ; en efectos (espirituales y corporales) in- la revisión de los ritos. Sin embargo,
particular vale la pena recordar el ción particular incumbe a los fami-
dicada por el concilio, y la impor- una cierta toma de posición se ha liares de los enfermos y a quienes, de
contenido en el Pontifical Romano tancia concedida a la necesidad del realizado ante todo en relación con el
del s. XIII, que influyó ciertamente cualquier modo, estén a su cuidado
ministerio ordenado para la admi- nombre del sacramento, prefiriendo (RUÉ 34). Es, pues, cometido y mi-
en la reflexión escolástica. Este tipo nistración del sacramento (que debe el de "unción de los enfermos" (SC
de ritual contiene, concentrados en sión de todo el pueblo de Dios hacer
comprenderse en el contexto de la 73); en segundo lugar, en cuanto al visible hoy la solicitud de Cristo por
sucesión continua, los ritos ad mor- necesidad de tomar posiciones con- sujeto del sacramento: los padres
tem. Pero será preciso llegar al s. xv los enfermos; hacer esto es vivir en
tra la eclesiología protestante) ,5 . conciliares intentaron interpretar el obediencia al mandato de Cristo
para que se generalice, incluso ri- peligro de muerte en el sentido más
tualmente, la unción después del viá- (Me 16,18), convirtiéndose en autén-
b) El ritual de Pablo V (1614). A amplio posible, en orden a evitar la tica profecía, en la medida en que se
tico. casuística y los inconvenientes pas-
pesar de las intenciones conciliares reacciona, también por ese camino,
5. Los ss. xvi-xx. a) El conci- de volver, con la realización de la torales experimentados en la praxis contra el proceso de privatización
lio de Trento, a pesar de moverse reforma de los libros litúrgicos, a la ad mortem (SC 73). que actualmente amenaza a todo el
dentro de las opciones doctrinales de antigua tradición, también el ritual cuidado pastoral de los enfermos y
la teología escolástica (sacramento de la unción (título V del Rituale de los ancianos.
de los moribundos) y del concilio de Romanum de 1614) consagra la fija- V. El "Ordo Unctionis En este entramado eclesial se in-
Florencia, se distancia en lo que esta ción medieval en su evolución litúr- Infwmovum «oiumque sevta la celebración de la unción de
concepción tiene de unilateral y de gica, subrayando el tono penitencial Pastoralis Curae" (= OUI)" los enfermos como "signo principal"
exclusiva (aunque todavía se discute y la conexión con la muerte, aunque (cf RUÉ 5) de la solicitud de Cristo,
la unción como corolario de la pe- algunos textos litúrgicos expresan el Señor, para con ellos. Es fácil, por
1. L A DIMENSIÓN ECLESIAL. El
nitencia), superando la pura espiri- los temas de la tradición antigua (la
primera y la tercera de las oraciones nuevo ritual, aprobado el 30 de no- tanto, captar el significado de la ce-
tualización y escatologización d,e la viembre de 1972 y promulgado el lebración comunitaria del sacramen-
escolástica y la concepción físico- finales del rito). Son ciertamente
muy apreciables los principios pas- 7 de diciembre sucesivo (la edición to y el consiguiente empobrecimien-
realista primitiva de la "caelestis oficial castellana fue publicada el to del mismo cuando se le reduce a
medicina", y reafirmando vigorosa- torales contenidos en el título VI del
Rituale, para la visita y el cuidado 12 de abril de 1974: Ritual de la Un- gestos furtivos y precipitados. Si la
mente la sacramentalidad de la un- ción y de la pastoral de enfermos comunidad eclesial no se convierte
ción contra las ideas de la reforma de los enfermos.
(= RUÉ), por su mismo título mani- en su mentalidad y actitudes, no po-
(DS 1694-1700 y 1716-1719): la un- fiesta y explícita la mentalidad sub- drá ser el signo eficaz que revela y
ción se entiende como "consumma- c) Los ss. xix-xx. Mientras yacente: la unción de enfermos debe actualiza la presencia operativa de
tivum" no sólo de la penitencia, sino que los siglos posteriores a Trento se encuadrarse en el marco de toda una Cristo salvador y del Espíritu; al
de toda la vida cristiana considerada mueven sustancialmente en la óptica pastoral de los mismos, cuya carac- contrario, será más bien un antites-
como una penitencia continua (= lu- tridentina, la discusión teológica re- terística eclesial queda especialmente timonio: oscurecerá el rostro de
cha continua contra el pecado). En lativa al sacramento se organiza en acentuada: es la iglesia entera, en Cristo y dejará a la tarea de uno solo
segundo lugar, el concilio sitúa la torno a dos grandes escuelas: la ale- obediencia a Cristo, la que debe ser (el enfermo) lo que más bien es co-
unción dentro de la economía de los mana (Scheeben, Schell, Kern, solícita para con sus enfermos, cuya metido y misión de toda la comuni-
sacramentos, presentados como "re- Schmaus, Rahner), que retoma la atención pastoral no debe ser que- dad eclesial. Es evidente que en un
medios para la salvación" y podero- tradición teológica medieval, parti- hacer exclusivo de los presbíteros, contexto tan pobre de fe y de vida
sos instrumentos para la lucha cris- cularmente la interpretación abelar- sino obra de toda la comunidad cris- eclesial la acción litúrgica se reduce
tiana; por eso la unción es la ayuda dina de la unción como sacramento tiana (RUE4\ 5; 16; 18; 19; 32; 34; a un gesto furtivo y privado del
querida por Cristo (promulgado en de la preparación para la muerte y 35...): "Por eso conviene sobrema- sacerdote, sin ninguna consistencia
el texto de Santiago) para la situa- del paso a la vida eterna; y la fran- nera que todos los bautizados ejer- comunitaria real.
ción característica del "final de la cesa ("Maison-Dieu", Botte, Orte- zan este ministerio de caridad mutua
vida" (sin embargo, recuérdese la ma- mann, Sesboüé), que pretende recu- en el cuerpo de Cristo, tanto en la
tización en los términos introducida perar la praxis y la teología subya- 2. LA ASUNCIÓN DE LOS ELEMEN-
lucha contra la enfermedad y en el TOS POSITIVOS DE LA CULTURA CON-
entre el proyecto [dumtaxat y méri- cente de la unción de la iglesia anti- amor a los que sufren como en la
TEMPORÁNEA. Otro dato de interés
Unción de los enfermos 2024 2025 Unción de los enfermos
es el hecho de que el nuevo ritual ha de cruz voluntariamente aceptada en mable, porque es don de Dios, por- bre entero, espíritu encarnado, en-
asumido las aportaciones positivas Cristo, de vivir en fidelidad al mayor que-está vinculada a una vocación cuentra ayuda para vivir su vida, a
de la cultura y de la sensibilidad del de los mandamientos, el de la cari- desde lo alto, porque es algo que no pesar de las particulares dificultades
hombre contemporáneo, acogidas dad, en la línea de la donación de la se posee, sino por lo que uno es po- de la enfermedad (RUÉ 6; 140; 144-
como positiva provocación a pro- propia vida como testimonio cristia- seído por un acto de amor gratuito, 149). La fórmula sacramental misma
fundizar en la palabra del Señor. En no ante el mundo. La enfermedad y de la cual uno no es jamás plena- revela una corrección de ruta respec-
efecto, los cuatro primeros números puede ser una tentación; pero al en- mente dueño. Por esto, el sentido del to de la visión que expresaba la in-
de las indicaciones doctrinales y pas- fermo se le da un signo que le ayuda ser-en-el-mundo del hombre es siem- vocación medieval, en la que se pe-
torales dedicados a la "enfermedad a sentirse seguro en la orientación pre misterioso. El hombre no se pue- día el perdón de los pecados cometi-
y su significado en la historia de la oblativa de su vida, haciendo de su de reducir al papel de consumidor y dos con cada uno de los sentidos. La
salvación" son testimonio de este situación particular un "memorial productor. El creyente, el enfermo, liberación del pecado, implícita en
afortunado encuentro del evangelio testificante"; y a quien se encuentra ayudado por el testimonio de los cre- todo acontecimiento de salvación, es
con la sensibilidad del hombre con- sano, de que existen bienes esencia- yentes, está llamado a rechazar cual- más bien un efecto secundario y con-
temporáneo. La iglesia siente y hace les y perdurables que deben tenerse quier visión reductiva y calculadora dicionado: "Por esta santa unción y
propia la angustia de la conciencia presentes y que "la vida mortal de que impida ver la vida como misterio. por su bondadosa misericordia / te
humana que experimenta existencial- los hombres ha de ser redimida por ayude el Señor con la gracia del Es-
mente el problema del dolor y del el misterio de la muerte y resurrec- píritu Santo. Amén. / Para que, li-
mal en la enfermedad (RUÉ 1). Se ción de Cristo" (RUÉ 3). 3. LOS EFECTOS DEL SACRAMEN-
TO. El ritual ofrece, además, una vi- bre de tus pecados, te conceda la sal-
consideran como preparación al Nos encontramos, pues, ante la vación / y te conforte en tu enfer-
evangelio "todos los esfuerzos cien- sión renovada de los efectos del sa-
asunción de los valores positivos de cramento. Por un lado, asistimos to- medad. Amén" (RUÉ 143)". Por
tíficos para prolongar la vida" (RUÉ la cultura contemporánea, pero sin tanto, la fórmula sitúa al sacramento
32). La iglesia inserta, pues, su mi- davía al diálogo y a la asunción de
dejarnos arrastrar hacia una total valores positivos de la cultura con- en el plano del acontecimiento salví-
sión evangélica dentro de esta gran- autonomía del hombre: éste, prota- fico.
diosa lucha del hombre contra la en- temporánea respecto de la corporei-
gonista de la creación de un mundo dad (que en definitiva hunde sus raí- Cristo no se presenta como un con-
fermedad en todas sus formas. Se nuevo, vive en la esperanza escato-
ofrece como fermento y luz al inte- ces en la biblia) y, por otro, al diálo- trincante de quienes trabajan en el
lógica y en radical dependencia de la go con todos los capítulos de la campo de la medicina: Cristo es el
rior de la conciencia humana, mani- palabra de Dios. La iglesia, pues, al
festando al hombre la riqueza inte- tradición litúrgica para darles nueva salvador. En efecto, la unción es sa-
realizar su misión profética, perma- expresión en el hoy de la iglesia. cramento de la fe; por tanto, un en-
gral de la posibilidad ofrecida por nece vigilante reaccionando contra
Dios de dominar sobre la creación y Aquéllos aparecen como algo que cuentro con Cristo en el signo sacra-
toda respuesta intramundana y con- atañe a la totalidad de la persona, en mental y mediante él, que es don de
sobre el mal. La enfermedad, enten- tra toda cristalización racionalizado-
dida como atentado contra la salud, su complejidad de alma y cuerpo: se gracia para superar las dificultades
ra que quisiera dejar de lado el mis- ve al hombre como unidad viviente. de la situación de enfermedad, apo-
es, en último término, un atentado terio. El creyente, en última instan-
contra el don de Dios que es la vida; El Ordo reacciona aquí contra un yo en la prueba, fuerza para pro-
cia, se encuentra, en la forma más seguir el camino de salvación en el
por eso se la combate con todas las cruda y lacerante —la del dolor—, espiritualismo exagerado, recupe-
fuerzas, tanto por el enfermo como rando, a la luz de la encarnación, ámbito de la misión de la iglesia.
ante el problema de fondo de la exis- Consiguientemente, puesto que el
por médicos, enfermeros, etc. (RUÉ tencia humana: el significado de la todo lo que la cultura moderna ha
4). Al creyente se le ofrece, además, redescubierto en torno a la corporei- enfermo, por su mera condición de
misma. ¿Se la puede reducir, como hombre está obligado a luchar con-
la posibilidad de acoger la enferme- querría el análisis positivista, a un dad: el hombre no es una interiori-
dad como una de las realidades sig- dad encerrada, que en un segundo tra la enfermedad y a procurar la
puro hecho biológico, psicológico o curación, el sacramento le impulsa
nificativas de la situación del hom- social; o se trata más bien de un mis- momento, como en una segunda
bre frente a Dios, es decir, de la con- fase, se encarna en el mundo a través en esta dirección a desear y también
terio jamás desvelado o de una pro- a pedir a Dios, a buscar y procurar
dición de fragilidad y pobreza que mesa que nadie tiene el derecho de de la corporeidad. El cuerpo huma-
caracterizan la existencia humana. no en cuanto tal es parte esencial de con paciencia y constancia la cura-
frustrar? La mentalidad contempo- ción misma por todos los medios
Desde este mismo punto de vista de ránea racionalista, tecnológica, uti- la subjetividad del hombre. Es en el
la fe, al enfermo se le ofrece la posi- cuerpo donde el hombre se manifies- que el poder y la ciencia humanos
litaria y productivista tiende a en- pongan a su disposición. "En este
bilidad de completar en la propia car- contrar la respuesta en la primera ta, se hace visible, perceptible, abier-
ne lo que falta a la pasión de Cristo to a todos. La carne del hombre, su sentido, la unción de enfermos no
dirección. Para el creyente, en cam- tiende a producir una mejoría o la
(Col 1,24) para el bien de la iglesia bio, el sufrimiento, la enfermedad, ser-cuerpo, es el lugar en que el hom-
(RUÉ'3); en una palabra, se le ofrece bre ama, sufre, trabaja, se relaciona curación directamente y por sí mis-
son ocasiones para acoger la vida ma, sino a través del nuevo ánimo y
la posibilidad, a la luz de una lógica como misterio y como valor inesti- con lo otro. A la luz de estos nuevos
logros, el ritual declara que el hom- deseo de autosuperación del enfer-
Unción de los enfermos 2026
2027 Unción de los enfermos
mo mismo, que se siente ayudado 4. E L SUJETO DEL SACRAMENTO.
para hacer todo lo que está en sus También lo referente al sujeto del Frecuentemente, en la acción pas- 1. LA EVANGELIZACIÓN DE LOS
manos en orden a la curación, a co- sacramento ha sido renovado. En toral, será precisamente en torno a ENFERMOS. El análisis de la situación
laborar, por tanto, con los médicos efecto, "esta santa unción debe ser esta frontera donde se deberá reali- italiana [/ supra, I] subraya todavía
en lo que es el sector propio de su conferida con todo cuidado y dili- zar una acción iluminadora, firme y más la urgencia insoslayable de la
competencia. Los mismos médicos gencia a los fieles que, por enferme- caritativa para revalorizar el sacra- evangelización de los enfermos, te-
subrayan lo importante que es para dad o avanzada edad, vean en grave mento. Son interesantes las observa- niendo presente el papel que les toca
la curación del enfermo esta actitud peligro su vida (fidelibus quipropter ciones formuladas por el departa- desarrollar en la misión de la iglesia
de colaboración serena y confiada. infirmitatem vel senium periculose mento litúrgico diocesano de Turín: en favor del mundo. En efecto, el
En este sentido, la curación que pue- aegrotant)"(RÚES). Se trata, pues, "Cuando llaman al sacerdote, sería papel del enfermo en una sociedad
de seguir a la unción no es un efecto de una enfermedad seria (no banal o erróneo creer que automáticamente que valora al hombre sobre todo en
mágico ni milagroso. Pero al mismo de escasa gravedad), para la que, sin están pidiendo la unción de los en- relación con la eficacia y capacidad
tiempo se puede afirmar que el sa- embargo, está abierta la posibilidad fermos. Somos nosotros quienes lo productivas, tiene una envergadura
cramento ha colaborado positiva- de curación y para cuya valoración pensamos y quienes... hemos acos- muy particular: está llamado a anun-
mente para obtenerla, poniendo en (con "un dictamen prudente y pro- tumbrado así [a los fieles]. Una ora- ciar el valor de la persona humana,
acción todas las fuerzas, incluso es- bable de la misma") el ritual invita a ción bien hecha, en la que se pide a la dignidad profunda del ser hom-
pirituales, del enfermo. Esto no ex- eliminar toda perplejidad (ib). Dios el perdón de los pecados del bre. La evangelización y la atención
cluye que en algún caso, como efecto enfermo o moribundo y la admisión pastoral de los sufrientes, verdaderos
ocasional y concomitante, pueda Aquí se acentúa el carácter dialo- en su presencia puede ser suficiente pobres de hoy, es ciertamente un sig-
realizarse una curación inesperada y gal del sacramento: éste exige una en muchos casos para manifestar la no de la obra mesiánica.
no suficientemente explicada por participación de fe personal y abier- salvación en Jesucristo y la miseri-
los medios médicos empleados. Pero ta a la esperanza cristiana; por eso cordia de Dios"". Por otra parte, el
se puede administrar el sacramento 2. PARA UNA PASTORAL DE LOS
esto no sería un efecto propio del estado de evangelización en que se
a niños: "Puede asimismo darse la ENFERMOS Y DE LOS ANCIANOS. Para
sacramento en cuanto tal, sino más encuentra actualmente la iglesia no
bien un don extraordinario de Dios santa unción a los niños, a condición que la unción sea un signo creíble y
permite, por ejemplo, presumir a verdadero, debería ser el punto cul-
con ocasión del sacramento" l8. de que comprendan el significado de priori el deseo del sacramento en
este sacramento" (RUÉ 12). Para minante de una auténtica pastoral
No hay que buscar, por tanto, personas que se encuentran en esta- de los enfermos y de los ancianos, de
ello se insiste en la necesidad de do de coma o que son desconocidas.
nada milagroso. Dada la unidad psi- una catequesis previa (RUÉ 13; 17; la que se hace cargo toda la comuni-
cosomática del hombre, es normal Sin embargo, es evidente que, si la dad cristiana y, en su ámbito, sobre
159); la necesidad de la palabra de vida precedente de la persona en
que todo lo que es ayuda al robuste- Dios... todo los que profesionalmente es-
cimiento de la unidad de la persona cuestión hace probable su deseo de tán dedicados a los enfermos, como
contra las fuerzas disociativas de la recibir el sacramento, en tal caso es médicos y enfermeros (recuérdese la
En este sentido despierta una cier- posible administrarlo (RUÉ 14), con
misma tenga su traducción también ta perplejidad, a mi modo de ver, la posibilidad ofrecida, mediante los
en el plano físico. Más aún: la salva- segunda parte del RUÉ 15 cuando tal que se catequice a las personas ministros extraordinarios de la
ción tiene un nivel de realidad más presentes, evitando cualquier gesto eucaristía, de proporcionar a los
afirma que el sacerdote, en la duda que favorezca una mentalidad mági-
profundo, que constituye el objeto sobre si el enfermo ha muerto ya, enfermos la comunión en el cuerpo
de la esperanza escatológica: el sa- puede administrar el sacramento ca y dé una visión pobre y reduccio- del Señor los domingos. Aludo tam-
cramento da al enfermo la gracia no nista del gesto sacramental. bién a la catequesis, en los tiempos
bajo condición. Aun teniendo pre-
sólo para saber vivir la enfermedad sente que los sacramentos son dones fuertes de adviento y cuaresma, para
como acontecimiento de salvación, de Dios, considero que el actual con- grupos de enfermos, reunidos en
sino también para completar en la texto pastoral y el peligro de magi- VI. Orientaciones pastorales casa de alguno de ellos, impartida
propia carne lo que falta a la pasión cismo sacramental exigen de hecho, por agentes pastorales laicos, sensi-
de Cristo por la salvación del mun- en la práctica de este sacramento, Mucho de lo dicho hasta ahora bles a los problemas del enfermo).
do, y para saber aceptar las pruebas una actitud más cauta. Por otra par- podría tener su lugar bajo este últi-
y los dolores como realidades de bre- te, se trata tan sólo de posibilidad mo epígrafe. Por ello voy a limitar- 3. A NIVEL DE CELEBRACIÓN. En-
ve duración y de leve entidad si se (potesí) y no de deber; por lo mismo me a puntualizar algunas indicacio- tre lo mucho que podría decirse, me
comparan con la gloria eterna que el sacerdote deberá tener siempre la nes derivadas de las "Orientaciones fijaré solamente en dos cosas. Ante
nos proporcionan (RUÉ 2). En una preocupación de no acreditar ulte- doctrinales y pastorales del epis- todo, la posibilidad de adaptación
palabra, este sacramento abre al riormente la opinión según la cual la copado español", documento publi- del rito a la situación concreta (RUÉ
hombre a la esperanza escatoló- unción vendría a ser el billete de par- cado en el mismo Ritual de la un- 14; 15; 19; 20; 23; 37; 40; 41...), te-
gica. tida hacia el más allá. ción y de la pastoral de enfermos niendo como primera preocupación
(nn. 42-86). una atención particular no tanto al
Unción de los enfermos 2028 2029 Unción de los enfermos
libro cuanto a las personas y a la mann, o.c, 27-31: Casiodoro, Eligió de Noyon, Madrid 1984, 467-523; Gozzelino G., Unción en "Phase" 141 (1984) 272-274; Righetti M., His-
asamblea concreta que celebra. En Beda — l2 Están por explorar e interpretar los de los enfermos, en DTI4, Sigúeme, Salamanca toria de la liturgia 2, BAC 14, Madrid 1956,
segundo lugar, hacer uso de la ho- escritores eclesiásticos, las decisiones episcopa- 1983, 592-607; Larrabe J.L., El nuevo Ritual de 879-904; Sciadini, Unción de los enfermos, en
les o sinodales, las vidas de santos, los ritua- la Unción de los enfermos, en "Lumen" 22
milía dominical para una educación les — " La lectura-interpretación del sacramen- (1973) 97-112; La Iglesia y el sacramento de la
DE 3, Herder, Barcelona 1984, 541-543; Spor-
adecuada y profunda en lo referente ken P., Ayudando a morir. Sal Terrae, Santan-
to por parte de la escolástica podría articu- unción de los enfermos, Sigúeme, Salamanca der 1978; Tena P., La celebración de la unción
a este sacramento, siempre que la larse en torno a cuatro grandes líneas: la lí- 1974; La unción de los enfermos según los de los enfermos en una gran asamblea de fieles,
palabra de Dios ofrezca posibilidad nea victorina, la línea abelardiana, la línea SS.PP., en "Lumen" 23 (1974) 432-447; Llopis en "Phase" 121 (1981) 53-62; VV.AA., Los sa-
bonaventuriana-scotista, la línea tomista — J., Unción de enfermos, en CFP, Cristiandad,
para ello (por ejemplo, las actitudes 14
En los ss. VIII-XH se van multiplicando los Madrid 1983, 1008-1015; Martimort A.G., El
cramentos de los enfermos, PPC, Madrid 1974;
de Cristo para con los enfermos). VV.AA., Pastoral sanitaria, PPC, Madrid 1976;
rituales. Siguiendo a Chavasse (ver bibl.), se ha nuevo Ritual para enfermos, en "Phase" 74 VV.AA., Morir con dignidad. Acercamiento a
solido dividirlos en tres tipos: "a) los áe\ primer (1973) 137-142; Nicolau M., La unción de los la muerte y al moribundo, Marova, Madrid
tipo, ios más antiguos (ss. IV-vm), aunque no enfermos, BAC 379, Madrid 1975; Ortemann 1976; VV.AA., Sufrimiento y fe cristiana, en
NOTAS: ' S. Spinsanti, L'etica cristiana delta poseen una estructura general idéntica, concuer- C , El sacramento de los enfermos, Marova, "Concilium" 119 (1976) 309-449; VV.AA., Un-
malattia, Edizioni Paoline, 1971, 25-48; se re- dan en realizar las unciones globalmente, du- Madrid 1972; Ramos M., Del sacramento de la
ción de los enfermos, en "Communio" 5/5
gistran aquí las distintas motivaciones que se rante la recitación de una o más fórmulas, sin Unción de los enfermos (CIC, cáns. 998-1007),
(1983)385-488.
aducen para aceptar pacientemente la enferme- una fórmula propia para cada unción. La ioca-
dad: la enfermedad es una consecuencia del pe- lización' de la unción no siempre se precisa;
cado onginal y un justo castigo por nuestros b) los del segundo tipo, de mediados del s. ix,
pecados; la enfermedad soportada con resigna- tienen ya una fórmula propia para cada unción.
ción libera de las penas del purgatorio y nos Las unciones aumentan en número, por lo que
ayuda a conquistar el cielo; la enfermedad es no se limitan a los cinco sentidos. Las fórmulas
un excelente sistema pedagógico para despegar son indicativas; c) los del tercer tipo, que se
al hombre de la tierra y desacostumbrarlo de remontan a finales del s. x, son difundidos es-
ios gozos sensibles; la enfermedad soportada pecialmente por los consuetudinarios cluniacen-
Pacientemente trae incluso ventajas temporales- ses. Las unciones se reducen a los cinco senti-
la enfermedad y el sufrimiento son sobrenatu- dos. La fórmula es deprecativa" (A. M. Triacca,
ralmente fecundos, porque se asimilan a la si- La chiesa e i malati [cf bibl.] 69) — " Cf A.
tuación de Cristo en la cruz: de aquí el valor Duval, L'extreme onction au Concite de Trente,
apostólico del sufrimiento abrazado con en MD 101 (1970) 127-172 — "• Ordo Unctio-
amor — Q. Moioli, L'unzione dei malati: il nis Informorum eorumque Pastoralis Curae,
Typis Polyglottis Vaticanis, 1972 — " El primer
g'a°um£°¿lÍco Íe"a sua natura-en Te°'°- verso de la fórmula está tomado de la antigua
Vll 27 v m ->~oV Costituzioni Apostoliche fórmula romana; el segundo se inspira en el
2<Jv 5io il\' 2J?; Canom d e Hipólito, cáns. 199- Tridentino (DS 1696); el tercero y el cuarto, en
r a n i ' ó n l T Í . T"'am- Domini N J C
I. 2 4; Se- Gen 5,15 (en el texto latino el ritmo ha hecho
XV v v w " " " , ' ' Sacramentarium Vil; VIH; preferir propitius a benignus) — IK F. Sotto-
st Ü'inn ,, , 7 ^ Tradition apostolique de cornola, // segno del conforto di Cristo, Centro
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t X : ! 4 ' 0 ; * dC C On^J^hacra-

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»• vmtomada
(cf 1 e d M C
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~ a ¿ s publicados
e r L n e s en a r e T véanse
d ^C.e sOrtemann, los Farnés P., Los textos eucológicos del nuevo Ri-
textos o
tual de la Unción de los enfermos, en "Phase"
26 — " Para contactar con las i)pm» 74(1973) 143-155; Feiner J., Enfermedad y sa-
de este pperiodo, L a C t a r C ° ntambién
e r b d o °indicamos ' a S d e m á s ' «n,.„

nos también a„ rC. Orte- cramento de la Unción, en MS 5, Cristiandad,
2031 Virgen María

global de esta presencia de María en Otro hecho que ha desarrollado el


la liturgia como problema que se ha interés por la presencia de María en

V
de investigar no sólo a nivel históri- la liturgia —del que la MC 1-15, des-
co, sino también teológico; como pués del concilio, ha trazado con
dato de hecho atestiguado por los autoridad el inventario— es la re-
nuevos libros litúrgicos, así como ciente reforma litúrgica: la reorde-
también en cuanto principio grávido nación de las fiestas marianas en el
de consecuencias importantes de or- ciclo del año litúrgico ha ofrecido
i den pastoral y espiritual. Finalmen-
te, la atención que el reciente magis-
puntos de apoyo para una renovada
atención al tema. Es cierto que no
terio de la iglesia ha reservado a este han faltado andanadas polémicas de
tema, especialmente con la exhorta- parte de quienes han querido leer tal
VESTIDOS LITÚRGICOS la santísima Virgen María, Inmaculado Cora- ción apostólica de Pablo VI Maña- reforma como si hubiese sido inspi-
zón de María), e) La memoria de santa María lis cultus, del 2 de febrero de 1974 rada por una óptica "antimariana" 2 ;
/ Objetos litúrgicos/Vestiduras en sábado y las misas votivas - V. Orientaciones (= MC), le ha otorgado una impor- pero el juicio global que se da es po-
teológicas y pastorales: i. La liturgia, síntesis sitivo, especialmente cuando se mira
de doctrina y de culto; 2. Ejemplarizad de Ma- tancia singular y en cierta manera le
ría para la iglesia en el culto y en el servicio; 3. ha dado una formulación del todo a la variedad y a la riqueza de los
Liturgia mariana y devociones marianas - VI. nueva en el ámbito de la ciencia li- nuevos textos eucológicos, muy su-
Conclusión. periores por estilo y contenido a los
túrgica y de la pastoral de hoy.
VIRGEN MARÍA anteriores a la reforma (aunque es-
I. La presencia de María tén en continuidad lógica y dinámica
1. LAS CAUSAS DE UN RENOVADO
en la liturgia con los mismos): sería una reducción
SUMARIO: I. La presencia de María en la li- INTERÉS. Si el dato de la presencia indebida el buscar el enriquecimien-
turgia; 1. Las causas de un renovado interés; 2. de María en la liturgia es tradicional, to mariano adquirido por la liturgia
El fundamento teológico de la presencia de Ma- La santísima Virgen María ocupa no se puede decir lo mismo de su
ría en la liturgia: a) El magisterio de la iglesia, un puesto de relieve en la liturgia de solamente a nivel de la heortología
b) "Unida indisolublemente a la obra salvífíca justificación teológica. Se puede afir- del año litúrgico 3.
de su Hijo" - II. Génesis y desarrollo de la pre- la iglesia: lo confiesan de modo uná- mar que es relativamente nueva la
sencia de María en el culto de la iglesia: I. Los nime las liturgias de Oriente y Occi- reflexión que se esfuerza por ofrecer No se puede ignorar a este propó-
testimonios primitivos más fidedignos; 2. Al- dente, que dedican amplio espacio a
gunos factores de desarrollo anteriores al conci- bases teológicas a la amplia presen- sito que en la base del enriqueci-
lio de Éfeso: a) Lugares y textos del ambiente su recuerdo en las plegarias eucarís- cia efectiva de María en la eucología. miento doctrinal de los textos ma-
palestino, b) Invocaciones y plegarías, c) Pri- ticas, en la eucología sacramental y Es bastante común que los manuales rianos de la liturgia renovada está
meros vestigios de la memoria mariana en el en las diversas expresiones de ora-
ciclo temporal y santoral del año litúrgico; 3. El de mariología se alarguen en refle- toda la doctrina mariana del Vat. II
influjo del concilio de Éfeso - III. La memoria ción. La presencia de María emerge xionar sobre la devoción mariana o [/ infra, 2, a]: a veces dicha doctrina
de María en las celebraciones de la liturgia ro- especialmente en el relieve de que sobre el culto mariano (expresión se recoge en su misma formulación
mana actual: I. Bautismo y confirmación; 2. gozan en el curso del año litúrgico
Eucaristía; 3. Los otros sacramentos; 4. Ritos que no agrada a algunos autores), verbal. Los nuevos textos litúrgicos
sacramentales; 5. Liturgia de las Horas; 6. Lec- las festividades marianas, que se han pero rara vez se detienen a pensar marianos o los tradicionales even-
cionario - IV. María en los diversos ciclos del ido multiplicando poco a poco hasta sobre la relación entre María y la tualmente retocados son, en fin, más
año litúrgico: I. La presencia de María en el cubrir, en algunos ritos orientales, sensibles al dato bíblico y se sitúan
ciclo "de tempore": a) En el tiempo de adviento, liturgia. Textos como SC 103, que
b) En el tiempo de navidad, c) En el tiempo notables espacios celebrativos. El fija los datos esenciales de esta rela- dentro de una teología mariana que
pascual y en su preparación cuaresmal, d) En el rito romano, a su vez, a pesar de su ción, aunque sólo sea en una pros- se mueve en esas tres dimensiones
tiempo "per annum"; 2. La presencia de María tradicional sobriedad, ha reservado que son características también de la
en el ciclo santoral: a) Solemnidades y fiestas pectiva que se limita al "anni circu-
del Señor de contenido mariano (Anunciación desde los orígenes un recuerdo espe- lus", y especialmente el amplio exa- liturgia: la dimensión trinitaria, con
del Señor, Presentación del Señor), b) Tres so- cífico en el corazón mismo de la ple- men que la MC hace acerca del particular atención a las relaciones
lemnidades para celebrar tres dogmas marianos garia eucarística (cf el Communican- puesto que María ocupa en toda la Cristo-María y Espíritu Santo-Ma-
(Inmaculada Concepción, Santa María, Ma-
dre de Dios; Asunción de santa María Virgen), tes del canon romano) y a lo largo liturgia, constituyen una auténtica ría; la dimensión eclesial, que se hace
c) Las dos fiestas marianas (Natividad de santa de su evolución ha acogido múltiples novedad tanto en el campo mario- así fecunda, mediante la tipología
María Virgen, Visitación de santa María Vir- elementos marianos, especialmente lógico como en el litúrgico, según María-iglesia, para la reflexión teo-
gen), d) Las "memorias" de María (Nuestra Se-
ñora de Lourdes, Nuestra Señora del Carmen, en la heortología del año litúrgico. tendremos ocasión de ver. Se puede lógica sobre el rol preciso de María
Dedicación de la basílica de Santa María la La reciente / reforma posconciliar decir por tanto que la reflexión de y de la iglesia en la liturgia; y, final-
Mayor, Santa María Reina, la Virgen de los ha llamado la atención de los teólo- los teólogos acerca de este argumen- mente, la dimensión antropológica,
Dolores, la Virgen del Rosario, Presentación de
gos y de los liturgistas sobre el hecho to está prácticamente en los co- que se preocupa de hacer surgir una
mienzos '. imagen de María que sea plena-
Virgen María 2032 2033 Virgen María
mente fiel, además de a los datos bí- partir de esta afirmación [sobre la la devoción a la santísima Virgen.
blicos, también a la sensibilidad ac- que volveremos / infra, V, 2], Pa- mo párrafo, que recuerda la comu-
También en este campo incumbe a nión de la iglesia terrena con la igle-
tual de la iglesia. Y de este modo blo VI ha podido enumerar una serie la liturgia la tarea de ser culmen et
ciertos textos de la liturgia renovada, de actitudes marianas típicas que sia celeste en la liturgia eucarística
que a veces se inspiran en las fuentes son ejemplares para la iglesia en su fons (cf SC 10), por consiguiente con una cita del canon romano; y
antiguas, han alcanzado vértices de ejercicio del culto divino: la escucha momento fontal y final de toda ex- UR 15, sobre el culto de los orienta-
alta teología y de noble expresión'. presión de devoción mariana, y al les a la Madre de Dios.
de la palabra (MC 17), la oración mismo tiempo escuela de una devo-
La reciente reforma ha podido ha- (MC 18), la oblación (MC 20), el De estos textos el más importan-
cer uso también de una amplia con- ejercicio de la maternidad espiritual ción regulada; y por tanto modelo te es sin duda SC 103, en cuanto
tribución de la tradición antigua, también para otras formas de pie- establece un principio teológico que
(MC 19). En esta prospectiva las re- dad, tanto en sus contenidos como
vemos sus efectos en el notable enri- ferencias explícitas o implícitas a Ma- va más allá de la referencia específi-
quecimiento cuantitativo de lecturas ría que hallamos en la liturgia no en las formas expresivas y en los ca al año litúrgico. LG 66 traza bre-
patrísticas mariológicas en el ámbito sólo constituyen "un sólido testimo- consiguientes compromisos de vida. vemente el fundamento del culto a
de la liturgia de las Horas, en el re- nio del hecho de que la lex orandi de Sin querer restringir toda devoción María, que brota de su divina ma-
curso a textos venerables como el la iglesia es una invitación a reavivar mariana a la sola liturgia, es necesa- ternidad y del hecho de que ella
Rotulo de Rávena (s. vi) para algu- en las conciencias su lex credendi, y rio privilegiar su papel y hacer hin- "tomó parte en los misterios de Cris-
nas fórmulas de la liturgia de ad- viceversa, la lex credendi de la iglesia capié en el culto mariano litúrgico to"; indica significativamente los orí-
viento y en la utilización de la him- requiere que por todas partes se des- con sus expresiones genuinas, segu- genes de tal culto y su desarrollo a
n
°grafia antigua (pero dejando la po- arrolle lozana su lex orandi en rela- ras y ricas de doctrina y de piedad partir del concilio de Éfeso (431); pre-
sibilidad de adaptación a las diversas ción con la Madre de Cristo" (MC [/ infra, V, 3]. cisa su naturaleza y finalidad. LG 67
situaciones culturales). En un per- 56); sino que resultan también esti- establece algunas reglas pastorales,
fecto equilibrio entre el maximalis- mulantes para la comprensión de la 2. EL FUNDAMENTO TEOLÓGICO entre las cuales sobresale la referen-
mo de las liturgias orientales clásicas lex vivendi, en cuanto que la liturgia DE LA PRESENCIA DE MARÍA EN LA cia a la liturgia como fuente y expre-
desde la bizantina, más conocida, exige ser vivida con actitudes teolo- LITURGIA. Como hemos notado sión genuina de este culto a la Madre
a la etiópica, tan característica por gales (de las que María es modelo), [aquí / supra, 1], la búsqueda de un de Dios.
su sencilla ingenuidad 5 — y el mini- que luego se convierten en culto es- principio teológico que justifique la En la exhortación apostólica MC
malismo de los protestantes, tan rea- piritual en la vida cotidiana, ya que presencia de María en la liturgia es se recoge todo esto y se desarrolla
cios a admitir en sus servicios divi- "María... es sobre todo modelo de relativamente reciente. En el pasado autorizadamente en dos dimensiones
nos el dato mariano por temor a os- aquel culto que consiste en hacer de se ha dado más espacio a tomar con- fundamentales: la presencia de he-
curecer la centralidad de Cristo, el la propia vida una ofrenda a Dios: ciencia de tal presencia que a la jus- cho de María en los textos de la li-
rito romano ha conservado su noble doctrina antigua... que cada uno pue- tificación teológica de la misma; se turgia romana renovada, y su ejem-
característica de sobriedad en sus re- de volver a escuchar..., pero también ha hablado del culto de veneración plaridad para la iglesia en el ejercicio
ferencias a María: en ellos se dice con el oído atento a la voz de la Vir- que debe tributarse a la Virgen como del culto divino; partiendo de estos
todo lo esencial sin ceder al minima- gen cuando ella, anticipando en sí Madre de Dios, sin explicar de un dos principios se desarrollan precio-
lismo, al que obliga la voluntad de misma la estupenda petición de la modo exhaustivo cómo y por qué sas reflexiones de orden teológico,
encontrar compromisos a toda cos- oración dominical: 'Hágase tu vo- deba ocurrir esto en la liturgia. Es espiritual y pastoral sobre el culto
ta, y sin caer en excesos que son aje- luntad' (Mt 6,10), respondió al men- obvio que esta reflexión se ha hecho mariano.
nos a su tradición. sajero de Dios: 'He aquí la esclava partiendo de los principios teológi- En todo caso, permanece funda-
Nuevo leitmotiv de la actual teo- del Señor, hágase en mí según tu pa- cos propuestos por el Vat. II en sus mental el primer texto mariano del
logía mariana en sus relaciones con labra'(Le 1,39)" (MC2\; cf 57). Ma- documentos y de las consecuencias Vat. II, SC 103, donde se ofrece el
la liturgia es la representación de la ría aparece, por consiguiente, como que de ellos han sacado algunos tex- fundamento teológico de la relación
Virgen como modelo de la iglesia en el modelo de una celebración litúrgi- tos oficiales del posconcilio. entre María y la liturgia como cele-
el ejercicio del culto divino. Así la ca que luego sabe traducirse en com- bración del misterio de Cristo'.
figura de María aparece en el centro promisos de vida evangélica, típica 6 a) El magisterio de la iglesia.
de una obligada recuperación de la del verdadero discípulo del Señor . Los textos más significativos del b) Unida con lazo indisoluble a
conciencia de que nuestra participa- [Pero sobre todo esto, como se ha Vat. II que establecen las bases para la obra salvífica de su Hijo. Estas
ción en la celebración de los santos indicado, volveremos más adelante.] una reflexión teológica en el sentido palabras de SC 103 son esenciales
misterios debe estar impregnada de Adviértase, finalmente, que la ple- indicado son los siguientes: SC 103, para la reflexión teológica que esta-
fe, esperanza y caridad teologales, na recuperación teológica de la rela- sobre la presencia de María en el año mos haciendo y ofrecen la clave de
disposiciones todas en las que María ción entre María y la iglesia lleva litúrgico; LG 66-67, sobre el culto de comprensión de muchos otros textos
es modelo para la iglesia (MC16). A consigo una nota de equilibrio en la santísima Virgen en la iglesia. A marianos del Vat. II. "En la celebra-
éstos se pueden añadir LG 50, últi- ción de este círculo anual de los mis-
Virgen María 203
.•035 Virgen María
terios de Cristo, la santa iglesia ve- tribución personal de María, quer
nera con amor especial a la bien- da por Dios, a la economía de 1 ilcbe unirse al misterio de Cristo, así se espera la realización de las pro-
aventurada Madre de Dios, la Vir- salvación se conmemora y se hac i unió María se unió a él en el mo- mesas de Cristo y en la Virgen se
gen María, unida con lazo indisolu- presente donde se actualiza el miste mento de su realización. contempla ya el icono escatológico
ble a la obra salvífica de su Hijo; en rio del Hijo. El principio enunciadi Por consiguiente, antes aun de ha- iglesia. Todo esto ha hecho nacer, a
ella la iglesia admira y ensalza el fru- en SC 103 permanece por ello váüdi hlar de una veneración dirigida es- través de múltiples factores de des-
to más espléndido de la redención y no sólo para el año litúrgico, sin< pecíficamente a María en la liturgia, arrollo, los textos eucológicos ma-
la contempla gozosamente como también para la liturgia en general. ••<• debe hacer resaltar su unión con rianos y las festividades mañanas;
una purísima imagen de lo que ella A este aspecto de la unión indiso el misterio de Cristo y su ejemplari- pero los riachuelos no deben hacer-
misma, toda entera, ansia y espera luble entre Cristo y María en la eco> zad con respecto a la iglesia. Antes nos perder de vista el manantial, que
ser" (SC 103). Este texto, leído a la nomía de la salvación y en su realL ilc ser objeto de culto María —como es la unión de María con el misterio
luz del precedente n. 102, sobre la zación sacramental se añade otro d< i risto, pero en total dependencia del de Cristo en el Espíritu y su coope-
teología del año litúrgico como cele- carácter ejemplar: María está unidí misterio de Cristo— es sujeto de la ración a la economía de la salvación;
bración del misterio de Cristo, y del al misterio de la iglesia como su mo- liturgia, y siempre inspira las actitu- ni deben desviarnos de la meta, que
siguiente 104, sobre la memoria de delo en la celebración de los miste- des con las que deben vivirse los mis- es su ejemplaridad en la participa-
los santos en el ciclo anual, explica rios. Es la perspectiva, un tanto nue- leríos celebrados. Por eso "la santa ción en este misterio salvífico.
bien el porqué de una presencia de va, indicada por la MC 16: "Que- iglesia venera con amor especial a la
María no tanto en un ciclo litúrgico remos ahora, siguiendo algunas in- bienaventurada Madre de Dios..., en
especial, sino en el único ciclo, que dicaciones de la doctrina conciliar illa admira y ensalza el fruto más II. Génesis y desarrollo
es el de la celebración del misterio sobre María y la iglesia, profundizar espléndido de la redención y... con- de la presencia de María
de Cristo y de la iglesia8. un aspecto particular de las relacio- lempla gozosamente... lo que ella en el culto de la iglesia
nes entre María y la liturgia, es decir, misma, toda entera, ansia y espera
El texto, no obstante, va más allá María como ejemplo de la actitud
de la justificación de una presencia espiritual con que la iglesia celebra y ser'YSC 103). No es fácil trazar las líneas de des-
de María en el año litúrgico para vive los divinos misterios". Con esta arrollo de esta presencia. No faltan
Esta centralidad de María en la algunas síntesis competentes al res-
convertirse en el fundamento de la nueva visión, MC recupera cuanto liturgia junto con Cristo halla su con-
memoria de la Virgen en la liturgia LG 60-65 decía a propósito de la re- pecto; pero no se encuentra una cla-
firmación en el hecho de que en la ra distinción entre predicación ma-
en cuanto memorial, presencia, ac- lación María-iglesia. Pero hay ade- génesis del culto mariano las prime-
tualización de la obra salvífica de más en MC 16 una referencia a SC 7 ñana y devoción a María y la con-
ras expresiones en las que María apa- creta inserción de María en la
Cristo, a la que María está indisolu- que resulta interesante: "La ejempla- rece vinculada a la liturgia hacen re-
blemente unida. Sobre el trasfondo ridad de la santísima Virgen en este celebración litúrgica; ahora bien, es
ferencia [como se verá / infra, II] a esto último lo que aquí interesa. En
de los nn. 5-8 de la SC, donde la campo dimana del hecho de que ella la celebración de la eucaristía y del
liturgia viene descrita como misterio es reconocida como modelo extraor- todo caso, se puede trazar una línea.
bautismo, al misterio de la encarna-
pascual de Cristo y su presencia en dinario de la iglesia en el orden de la ción y al misterio pascual. El recuer- 1. LOS TESTIMONIOS PRIMITIVOS
la iglesia, el recuerdo de María en la fe, de la caridad y de la perfecta do de María resultará así normal
liturgia adquiere un alcance mayor y unión con Cristo, esto es, de aquella MÁS FIDEDIGNOS. La presencia de la
siempre que la predicación de la igle- Virgen María en la liturgia se ha ido
específico. María está indisoluble y disposición interior con que la igle- sia dentro de la liturgia hable del mis-
activamente unida al cumplimiento sia, esposa amantísima, estrechamen- desarrollando a partir de la utiliza-
terio de Cristo —como ocurre en la ción de los textos marianos neotes-
del misterio de Cristo en la encarna- te asociada a su Señor, lo invoca y homilética de los padres— y cuando
ción, en la pasión-muerte-resurrec- por su medio rinde culto al Padre tamentarios en la homilética primi-
el año litúrgico se desarrolle como tiva y de su inserción como parte
ción, en Pentecostés, como ha des- eterno". SC 7: en la liturgia "Cristo celebración global de todo el miste-
arrollado en otra perspectiva LG 55- asocia siempre consigo a su amadísi- integrante en las profesiones de fe.
rio de la salvación. Uno de tales casos es el Magníficat
59 hablando de la función de María ma esposa la iglesia". La ejemplari-
"en la economía de la salvación". dad de María respecto a la iglesia En la base de la reflexión teológi- (Le 1,46-55), el cántico de María,
También LG 66 alude a ello cuando reside en el hecho de que María fue ca sobre el misterio de María cele- que en la homilética se convierte en
afirma: "María... tomó parte en los la iglesia-esposa asociada a la obra brado en la liturgia está, por consi- el cántico de la iglesia apostólica.
misterios de Cristo". Allí donde se salvífica de Cristo; ahora bien, la igle- guiente, su unión con el misterio y Esta "lectura del Magníficat hace su-
recuerda y se hace presente la obra sia, fijando su mirada en Cristo, con los misterios de Cristo y su ejem- poner que desde el principio la me-
salvífica de Cristo, es justo que se cuyo misterio celebra, la fija también plaridad respecto a la iglesia. De moria de la Virgen en la celebración
recuerde igualmente a la Virgen Ma- en María, modelo ejemplar de aque- aquí se sigue la especial veneración y del misterio de Cristo es a un tiempo
dre, que estuvo unida indisoluble- llas actitudes con las que ella ahorf el especial recuerdo de la Virgen Ma- objetiva y subjetiva, esto es, recuerda
mente con esta obra salvífica. La con- ría, ya que en la liturgia se celebra la a María como asociada a Cristo y
obra de la redención y María es su como modelo para la iglesia: la igle-
fruto más espléndido, en la liturgia sia hace memoria de María junto a
Virgen María 2036
Cristo y al mismo tiempo se recono- oh Padre) has mandado del cielo al
ce en los sentimientos de oración de seno de una Virgen y ha sido conce- 2037 Virgen María
la madre de Jesús'. bido, se ha encarnado y se ha mani-
Nos complace subrayar que uno festado como Hijo tuyo, nacido del a) Lugares y textos del ambiente fórmula del "canon romano", que
palestino. Aunque bajo ciertos as- recuerda a María junto con los santos
de los primerísimos textos litúrgicos Espíritu Santo y de la Virgen". Esta pectos los datos permanecen oscu- —el Communicantes— es postefesina
que recuerdan a María, de entre los mención de la encarnación tendrá ros, hallazgos recientes de la arqueo- en su redacción actual, refleja, no
que han llegado hasta nosotros, está éxito en las plegarias eucarísticas pos- logía en Palestina y testimonios de obstante, un texto anterior y se
en relación con la celebración de la teriores hasta el punto de llegar a ser una teología allí floreciente hacen corresponde con el de otras fórmulas
pascua: se encuentra en la homilía una de las memorias más acredita- suponer la existencia de una primiti- semejantes de las primitivas anáforas
Sobre la pascua, de Melitón de Sar- das y constantes de la Virgen en el va veneración de la Virgen, Madre alejandrinas y antioquenas l6 . En esta
des, que se remonta a la segunda mi- mismo corazón de la celebración del Mesías, por parte de los judeo- época, la misma iconografía mariana
tad del s. II. En la parte central de la eucarística ". También la profesión cristianos en lugares como Nazaret tiene ya un desarrollo inicial en lu-
homilía, que presenta a Cristo como de fe bautismal recuerda la encarna- o junto a la cueva de Belén, donde gares que, al menos momentáneamente,
pascua de nuestra salvación, hay una ción con estas palabras: "¿Crees en nació el Salvador. En este ambiente están destinados al culto: piénsese en
triple referencia a la Virgen: "Él vino Cristo Jesús, Hijo de Dios, que ha florecen con fines apologéticos tex- el famoso fresco de la Virgen en las
de los cielos a la tierra a causa de los nacido por obra del Espíritu Santo tos apócrifos ricos en detalles sobre catacumbas de Priscila ".
sufrimientos humanos; se revistió de de la Virgen María...?" I! . También en la vida de María: pensamos en el Pro-
la naturaleza humana en el vientre este caso la mención de la encarna- toevangelio de Santiago o en la na- c) Primeros vestigios de la me-
virginal de la Virgen y apareció ción, misterio central de la fe en rración apócrifa del Transitus glo- moria mariana en el ciclo temporal
como hombre... Éste es el que se en- aquellos primeros siglos que debían rioso. Tampoco faltan composicio- y santoral del año litúrgico. Aunque
carnó en la Virgen... Él es el cordero combatir contra las tendencias gnós- nes poéticas, alusivas a la admirable sólo indirectamente, la memoria de
que enmudecía y que fue inmolado; ticas, está unida al recuerdo de la maternidad de María, que parecen María comienza a hallar un puesto
el mismo que nació de María, corde- Virgen Madre. pertenecer al uso litúrgico, como al- en la liturgia dentro de las celebra-
gunos pasajes de las Odas de Salo- ciones que surgen para conmemorar
ra sin mancha" 10 . Las tres referen- món o los Oráculos sibilinos H.
cias quieren subrayar la verdad de la la encarnación y el nacimiento del
2. ALGUNOS FACTORES DE DES-
encarnación en el seno de la Virgen. ARROLLO ANTERIORES AL CONCILIO Salvador. Ya en el s. ii se celebra la
El título de "cordera sin mancha" DE ÉFESO. La extensión de la pre- b) Invocaciones y plegarias. Se navidad en Egipto en algunas sectas
atribuido a María, un poco chocante sencia de María en la liturgia, espe- remonta probablemente al s. ni. una gnósticas, como sugiere Clemente
a primera vista, se torna elocuente si cialmente en lo que respecta al ciclo de las primeras oraciones que invo- Alejandrino. En Oriente esta fiesta
lo relacionamos con el título de Cris- temporal y al ciclo santoral del año can a María como Theotókos (Ma- se convertirá en la fiesta de la epifa-
to "cordero sin tacha ni defecto" litúrgico, obedece a las leyes del pro- dre de Dios), conocida en Occidente nía, mientras que en Occidente el na-
(1 Pe 1,19) e indica probablemente greso histórico de la liturgia; pero con una fórmula semejante en la in- cimiento del Salvador se celebrará el
vocación Sub tuum praesidium ". El 25 de diciembre. Es natural que en
la virginidad de María, título que en- tiene características propias que no epitafio de Abercio (ss. Il-Ili) une en la celebración de este acontecimiento
tra en la tradición litúrgica y que se se pueden atribuir superficialmente su lenguaje simbólico la mención de haya encontrado espacio el recuerdo
conserva aún hoy en la liturgia bi- a las leyes que regulan; por ejemplo, la eucaristía a la de la Virgen: "En de la Madre de Dios. Tal recuerdo
zantina del viernes santo. En la pri- el desarrollo del culto de los mártires todas partes me guiaba la fe y en se transformará luego en una con-
mordial fiesta cristiana, la pascua, y de los / santos. todas partes me servía en comida el memoración a u t ó n o m a , - q u e en
encontramos, por consiguiente, el pez del manantial... puro, que cogía Egipto parece que existía ya a co-
Como punto de partida se toma
primer recuerdo de la Virgen, Madre una virgen casta y lo daba siempre a mienzos del s. iv o tal vez antes'".
generalmente la fecha del concilio de
de aquel que es el Cordero sin man- comer a los amigos, teniendo un En la Peregrinatio Egeriae, que des-
Éfeso (431), que proclamó a María
cha y la pascua de nuestra salvación.
Madre de Dios: a partir de este vino delicioso y dando mezcla de cribe la vida litúrgica de Jerusalén
Encontramos otras dos referen- vino y agua con pan" (J. Quasten, en el s. iv, encontramos referencias a
acontecimiento tendrá lugar una Patrología I, BAC 206, Madrid la fiesta de la epifanía, y especial-
cias, incluidas en el contexto de la
verdadera y propia explosión de cul- 1961, pp. 167-168). Invocaciones y mente a la presentación del Señor
plegaria eucarística y de la profesión
to mariano, que influirá a todos los oraciones se hallan también en las —Hipapante o encuentro—, cele-
de fe bautismal, que se nos han con-
niveles sobre la liturgia, especial- inscripciones de las catacumbas. Re- brada el día cuarenta después de la
servado en la Tradición apostólica
mente en la creación de muchas fies- ferencias a María las encontramos epifanía ". La presencia de María en
de Hipólito de Roma. El texto se
tas marianas y en el desarrollo de la además en la homilética, que a veces este episodio evangélico será conme-
remonta a la primera mitad del s. III,
himnografía cultual l3 . Pero entre los toma el tono de oración o de ala- morada primero en la homilética li-
pero transmite formularios litúrgicos
más antiguos. En la plegaria euca-
ss. Ii-iv podemos encontrar ya algu- banza poética a la Madre de Dios, túrgica, y más tarde en los formula-
rística se habla del Verbo "que (tú,
nos factores que preparan el des- como acontece en los textos primiti- rios litúrgicos. Finalmente, en el pe-
arrollo posterior. vos griegos del s. iv. Aun cuando la ríodo de preparación a la navidad,
Vir 2039 Virgen María
8 e » Mari,
en el 2038 las huellas de la exhortación MC de Según el principio de ejemplaridad
eb d V nt Pablo VI: recorreremos, por tanto, recordado por Pablo VI —María es
^ Sn deía !f ° > ornará pie l a s. XI como celebración teológica de los nuevos libros litúrgicos de la igle- "modelo de la actitud espiritual con
K^fe^eTSS? 1
í .26-38)
la Concepción Inmaculada de Ma-
ría, pero no fue acogida en todas
sia de Roma, con el fin de poner de
relieve el puesto que la Virgen ocupa
la que la iglesia celebra y vive los
misterios divinos" (MC 16)— y si te-
partes. en ellos. Este método nos permitirá nemos en cuenta la presencia activa
Es difícil seguir y sintetizar los ser concretos y sobrios. Reservare- de María en pentecostés (LG 59), no
desarrollos posteriores. En todas las mos el párrafo IV a tratar la cuestión podemos ignorar aquí las relaciones
liturgias orientales y occidentales se más compleja de la presencia de Ma- especiales que median entre María y
nota una verdadera explosión de ría en los diversos períodos del año el Espíritu Santo, entre María y la
culto mariano. La memoria de la Vir- litúrgico. iglesia (cf MC 26-28).
gen halla un puesto privilegiado en
las plegarias eucarísticas, en la him-
de la 1. BAUTISMO Y CONFIRMACIÓN. 2. EUCARISTÍA. La celebración
MateSdíf1S?<?n d e l d°gma nografía y especialmente en el des-
5 a , S l do decSva l D l T m a e n É ^ s o envolvimiento del año litúrgico, tan- La memoria litúrgica de María en el del santo sacrificio en su centro, que
de
la Presencia l P a i a a am PÜación to en la celebración de los misterios bautismo es discreta: se invoca a es la eucaristía, concede amplio es-
8las
de Orie n t e v e H M a " a e n l a s lit^-de Cristo como en las múltiples fies- María como Madre de Dios en las pacio a la memoria de la Virgen,
múlt
iples a s n e e / d e A ° c « d e n t e bajo tas marianas de tipo devocional li- letanías de los santos (RBN 118; como reconoce MC 10. Se da en esto
ve
' eucol Ó K Í ^ C l 0 ^. A n t e ^ d o , a ni- gadas a milagros, lugares y experien- RICA 214); además se menciona en una admirable convergencia entre
cantic 0Si w a c i n n e l m n ° g r a f i c ° > con cias espirituales de grupos o de fa- la profesión de fe: "¿Creéis en Jesu- las liturgias de Oriente y de Occi-
clones de S S * conmemora- milias religiosas. En Occidente la cristo..., que nació de santa María dente. Aun sin gozar de la riqueza
c
elebración e . ^ r e d e D i o s e n ' a memoria de la Virgen se ha hecho Virgen...?" (RBN 126; RICA 219), eucológica de la liturgia etiópica,
ci
ón e c S l en " S t l C a y e n l a ° r a - semanal con una especial celebra- según la antigua tradición [/ supra, que posee dos anáforas marianas; y
n'odo se r P I » g e ? e r a l - A este pe- ción el sábado, mientras que en al- II, 1] (MC 14). La referencia a ella de la liturgia bizantina, que reserva
los
^ f a m m s ° n n t a K ( s s - V-V1> «no de gunas liturgias orientales, como la es elocuente, y no puede omitirse. una especial memoria a la Madre de
de Dios el ^ ° \ h i m n o s a l a M a d r e bizantina, la memoria semanal de Las antiguas liturgias y los padres Dios inmediatamente después de la
mente d ' e l n * a ' í u / O Í 2'- ínmediata- María se hace el miércoles. Tanto en de la iglesia pusieron de relieve el epíclesis eucarística, la liturgia roma-
de Éfesn t - * proclamación Oriente como en Occidente han sur- paralelismo entre la maternidad de na ofrece en sus plegarias eucarísti-
qUe S e c d e b r a e ngido luego períodos marianos parti- María y la maternidad de la iglesia
JerusaTénelH°Hl , culares con sus respectivas celebra- cas una síntesis válida de todos los
de la W L n8°?° lfl memoria
lida | a ™ fn • 0 c « d e n t e se conso- ciones litúrgicas y devocionales. en el bautismo, como ha recordado
Pablo VI: "Justamente los antiguos
vínculos posibles entre la celebración
del misterio eucarístico y la Virgen
adviént m m ° n a d e M a r í a durante el Esta mirada sintética que hemos padres enseñaron que la iglesia pro- María. En la segunda plegaria euca-
tos de n i t 11 t e S adl teu nr aa v i d a d con tex-
echado sobre la génesis y desarrollo longa en el sacramento del bautismo rística, en el prefacio, se recuerda la
Semnln f ¿ ^ teológica, por de la memoria de María en la litur- la maternal virginidad de María... encarnación del Verbo por obra del
ejemplo, el Rótulo de Rávena,en gia nos ha permitido recoger dos da- Queriendo beber en las fuentes litúr-
Korna aparece la primitiva memoria Espíritu Santo en la Virgen María:
tos esenciales: 1) la memoria de Ma- gicas, podríamos citar la bella illatio se trata de una mención antigua
«e la Madre de Dios después del ría está ligada al memorial de Cristo:
nacimiento del Señor. En Oriente de la liturgia hispánica: Ella (María) [/ supra, II, 1] universal y esencial,
preferentemente va unida a la cele- llevó la Vida en su seno; ésta (la igle-
se va difundiendo una memoria de bración del misterio de la encarna- puesto que une el misterio eucarísti-
la anunciación en torno al 25 de ción; 2) esta memoria tiene lugar en sia), en el bautismo. En los miem- co al momento de la encarnación,
marzo 22 . los momentos centrales de la litur- bros de aquélla se plasmó Cristo; en del que la eucaristía es también reca-
A partir del s. vi encontramos ya gia, como son la plegaria eucarística las aguas bautismales, el regenerado pitulación. El mismo recuerdo se ha-
otros desarrollos autónomos concre- y la profesión bautismal de fe. En se reviste de Cristo" (MC 19). lla después del sanctus en la cuarta
tados en fiestas marianas como las los desarrollos sucesivos el culto ma- En el rito de la confirmación no plegaria eucarística. Algunas litur-
de la dormición y de la natividad de riano sigue también las vicisitudes encontramos ninguna mención par- gias orientales incluyen esta memo-
María, surgidas en Oriente e impues- de la historia de la liturgia ". ticular de María, excepto la conteni- ria en la anamnesis que sigue al rela-
tas definitivamente en Occidente por da en la profesión de fe o renovación to de la institución. El canon roma-
el papa Sergio I a finales del s. vn. III. La memoria de María de las promesas bautismales (RC no expresa de forma solemne la
Un poco posterior es la memoria je- en las celebraciones 28.29). Recuérdese, no obstante, que comunión con María: "Communi-
rosolimitana de la presentación de de la liturgia romana actual la confirmación viene presentada cantes et memoriam venerantes, in
la Virgen en el templo y la de la con- primis gloriosae semper Virginis
cepción de María. En Occidente esta como una actualización del misterio
En la descripción de esta panorá- de pentecostés y como una efusión Mariae, Genitricis Dei et Domini
última aparece en Inglaterra hacia el mica litúrgico-doctrinal seguiremos nostri Jesu Christi". La fórmula es
singular del Espíritu Santo (RC 1).
Virgen María 2040

realmente solemne: indica la memo- que fecundó con su poder el seno de 2041 Virgen María
ria, la veneración de y la comunión María, santifique, Señor, las ofren-
con María, de la que se indican los das que te presentamos sobre el al- en Jesucristo, hijo de Dios, nacido Vat. II había afirmado de María, glo-
títulos honoríficos, especialmente su tar". Otros textos eucológicos han de María (188). En el rito de la reco- rificada ya en cuerpo y alma, como
perpetua virginidad y su papel esen- conservado la antigua fórmula de fe mendación de los moribundos se in- imagen y primicias de lo que la igle-
cial de Theotókos. Una conmemo- eucarística que reconoce en el cuer- voca a santa María (239) Madre de sia será f'en el siglo futuro" y como
ración semejante se encuentra en las po y en la sangre del Señor, muerto Dios (242), y se ruega que el mori- signo de esperanza y de consuelo
y ahora glorificado, la carne que el bundo hoy mismo pueda tener con para el pueblo de Dios peregrinante
intercesiones o recuerdos de los san- ella su morada en la paz de la Jeru- (cf LG 68; SC 103). En el Ritual de
tos, que son comunes a las diversas Verbo asumió de Man'a: "Ave, ve- salén santa (242); más aún, que la la dedicación de iglesias y de altares,
liturgias; o antes del relato de la ins- rum corpus, natum de Maria Virgi- misma Virgen venga al encuentro después de haber invocado la inter-
titución (como en el canon romano), ne!". Se podrá notar además, en la con los ángeles y santos del que está cesión de la Madre de Dios en las
según el esquema de las anáforas ale- línea de ejemplaridad de María res- para dejar esta vida (243), y, después letanías de los santos (RDI, pp. 44;
jandrinas; o bien después de él, pecto a la iglesia que celebra la euca- de este destierro, le muestre a Jesús, 62) y en las oraciones siguientes (pp.
como en las liturgias de Juan Cri- ristía, cómo las fórmulas de oración el fruto bendito de su vientre (246). 45,47, 63, 65), se habla en el prefacio
sóstomo y de Basilio. Este último es- que constituyen el alma de la anáfo- En el rito del matrimonio no hay del templo verdadero en el que habi-
quema se sigue en la segunda y cuar- ra reflejan los sentimientos de María referencias especiales a María. El ta la plenitud de la divinidad, esto
ta plegarias eucarísticas, en las que la en su cántico de alabanza por las Leccionario, sin embargo, enumera es, de la humanidad del Hijo de la
memoria de María reviste una pecu- grandes obras hechas por el Señor entre los textos evangélicos el episo- Virgen Madre (p. 122), la cual tam-
liar acentuación escatológica y "ex- (Magníficat), en su ardiente súplica dio de las bodas de Cana (Jn 2,1-11) bién es templo vivo. Más abundan-
presa con intensa súplica el deseo de por la venida del Espíritu Santo (Pen- (RM 177), donde la presencia de la tes y ricas de significado son las alu-
los orantes de compartir con la Ma- tecostés), en su asociación a la ofren- Madre de Jesús es significativa. Esta siones a la Virgen en el Ritual de la
dre Ja herencia de los hijos" (MC da sacrificial del Hijo (al pie de la evocación evangélica hubiera mere- profesión religiosa y de la consagra-
,nv
10):' " con María, la Virgen Madre cruz), en su intercesión por la salva- cido un desarrollo eucológico, aun- ción de vírgenes: no solamente se im-
ción de todos (cf MC 18; 20-21)». que sólo fuera con la sobriedad con plora su intercesión materna (RPR
de Dios..., merezcamos... compartir que se recuerda a María en la coro- I, 62; II, 67; RCV20 y 59: letanía de
" 1 ? m 6 t e r n a y c a n t a r t u s alában- nación de los esposos25. los santos; RPR I, 96; II, 103: ora-
o s (U); ... que todos tus hijos nos 3. LOS OTROS SACRAMENTOS. ción conclusiva de la plegaria de los
reunamos en la heredad de tu reino Muy sobrias, en general, son las re- fieles), sino que se recuerda también
4. RITOS SACRAMENTALES. Ma-
Sos»
uios (IV). I a Virgen Madre
r ^ Acentuación de
que reza
ferencias a María en los ritos de los
otros sacramentos. Se trata de ora-
ría tampoco es olvidada en las cele-
su ejemplo para los que se consagran
a Dios "observando siempre la casti-
braciones previstas por los otros li- dad perfecta, la obediencia y la po-
S Ü T g CC °ü I a S ec ne It ie db 0r a s a ' v í f í c o V ciones de intercesión de la iglesia, bros litúrgicos. Tales celebraciones, breza, a imitación de Jesucristo y de
S t i c a F ñ .° V " ó n euca- como en el caso de la ordenación del por lo demás, se unen con frecuencia
^ • ^ H P ' ^ r i a tercera la me- obispo, del presbítero y de los diáco- su Madre, la Virgen" (RPR I, 57; II,
rnona de la Virgen adquiere un sen a la celebración eucarística, donde 62; cf RPR I, 67; II, 72, y RCV 16;
nos, sobre los que se invoca la pro- la memoria de la Virgen, como he- 18; 36; 57; 77).
PreCePd?HUhar aP , °CÍÓ
rel h t h o
*d ' í e tección de la Madre de Dios en las mos visto [aquí / supra, 2] es parti-
tTSfoT/J ^ í? el&píri letanías (RO 18, p. 54; 18, p. 71; 21, cularmente significativa. El rito de Entre los últimos rituales que has-
en o f r e n d a t ? q U e n o s " tr ansforme p. 117). Otras fórmulas piden la in- las exequias pide al Señor "que santa ta el día de hoy (junio de 1983) han
dem?sTet a u P n e ™ a n e A t e " d o n d e P°" tercesión y la ayuda de María por María, Madre de Dios, que estuvo sido promulgados por la Congrega-
S 1Ón mplícita a la al pie de la cruz del Hijo moribun-
cualidad d e k v S t ' los pecadores que se acercan al sa- ción para los sacramentos y el culto
de María do", comunique su fe a los que,
(ofrenda)yasu tj"™? cramento de la penitencia (RP 131: divino merece una mención especial
misterio de C r M ? a c i ó n actual a
l como ella, están afligidos... y les al- el Ordo coronandi imaginem Beatae
confíteor) y después de haber sido
En el Misal R ( frenda
° Perenne). reconciliados (RP 104: "La pasión cance el premio eterno (cf RE 186); Mariae Virginis2<>, del 25 de mar-
b
« las o f r e n i " í f 1 ? 0 ' l a o r a c i ° n so- de nuestro Señor Jesucristo..., la in- en el Misal Romano, la colecta de la zo de 1981. Las motivaciones teoló-
María fc^dei,co.^n de santa tercesión de la bienaventurada Vir- misa por los hermanos, allegados y gicas del rito, enumeradas en el n. 5
vi
bienhechores difuntos apela a la in- de los praenotanda, forman una be-
ento recoge Í n , 1 1 f mpo d e *»- gen María..."; ib, 135: se sugiere el tercesión de María para que los que lla síntesis de la mejor doctrina ma-
Sunas liturfas P ¡ a P r a l e l s m o que al- Magníficat como cántico de acción han pasado ya de este mundo al Pa- riana posconciliar. Todo el sentido
ent
« la v S S a ° d " ^ a l e . s . ^ c u b r e n de gracias); lo mismo sucede respec- dre puedan gozar de la perfecta ale- del rito está en la idea de la exalta-
Es lntu Sant
avocada enfa e S , P °, to a los enfermos en los ritos inicia- gría en la patria. No obstante, en su ción de los humildes, cantada ya por
y la
intervenció?L $ ' S e u c a "'stica les del sacramento de la unción de conjunto, el RE resulta pobre desde la Virgen en el Magníficat ("gratia-
en la
encarnációí d H m i s , m o Espíritu los enfermos (RUÉ 132: confíteor), el punto de vista mariano, especial- rum actio et invocado", n. 15); los
sen Verbo e mente si consideramos lo que el
° de Marfa «" "El. ^Espí'ntu Santo, " el y después de lo cual el enfermo re- elementos eucológicos son de gran
nueva la profesión de fe bautismal
Virgen María 2042 2043 Virgen María
riqueza teológica y espiritual. Es no- tamento relativas a la bienaventura- dos por la luz de la palabra divina rianas se recoge dentro de la armo-
table una nueva supplicatio titánica da Virgen; aumento numérico no ca- e inducidos a obrar según los dic- nía del único año litúrgico del Señor,
(n. 41), es decir, una nueva redacción rante, sin embargo, de una crítica tados de la Sabiduría encarnada" en cuanto ellas celebran episodios
de las letanías de la santísima Vir- serena, porque han sido recogidas (MC 30). que, ya precedan a la natividad del
gen, en la cual van unidas fidelidad únicamente aquellas lecturas que, o En relación con lo dicho recorda- Señor (como el nacimiento de María
a la tradición bíblica y consonancia por la evidencia de su contenido o mos además que, celebrando el ofi- y su presentación en el templo), ya
con la sensibilidad espiritual de por las indicaciones de una atenta cio de lectura en las fiestas o memo- sigan a pentecostés (como es el caso
nuestro tiempo. exégesis, avalada por las enseñanzas rias marianas, se lleva a cabo una de la asunción), pertenecen a la mis-
del magisterio o por una sólida tra- helio divina del misterio de María, ma economía de la salvación. Y tam-
5
llT - LITURGIA DE LAS HORAS. dición, pueden considerarse, aunque ya sea con una posible lectura tipo- bién las memorias marianas, que
También el restaurado libro del ofi- de manera y en grados diversos, de lógica de algunos salmos, según nos traen origen de una idea o de una
cio de laudes, esto es, la Liturgia de carácter mariano". La exhortación enseña la tradición, ya sea especial- tradición eclesial, deben reconducir-
las Horas, contiene preclaros testi- de Pablo VI continúa observando mente con la meditación de las pági- se a la unidad del misterio de Cristo,
monios de piedad hacia la Madre del que "estas lecturas no están exclusi- nas marianas de los padres y de como celebraciones de un aspecto
Señor: en las composiciones hímni- vamente limitadas a las fiestas de la otros autores señalados en tales ofi- particular de tal misterio tal como se
cas, entre las que no faltan algunas Virgen, sino que son proclamadas en cios. Así la palabra de Dios viene manifiesta en el tiempo de la iglesia
obras maestras de la literatura uni- otras muchas ocasiones: en algunos leída en el cauce de la tradición ecle- (esto acontece también en algunas
versal; en las antífonas que cierran domingos del año litúrgico, en la ce- sial, y ésta a su vez progresa gracias fiestas del Señor o de los santos),
el oficio divino cada día (completas), lebración de los ritos que tocan pro- a la reflexión de los creyentes que, a esforzándose por conciliar el sentido
imploraciones líricas, a las que se ha fundamente la vida sacramental del ejemplo de María, meditan en su co- de tales celebraciones con los datos
razón las cosas y palabras transmiti- esenciales del misterio salvífico, lo
añadido el célebre tropario Sub cristiano y sus elecciones, así como que no siempre es fácil de conseguir.
das (DV 8)".
tuum praesidium, venerable por su en circunstancias alegres o tristes de Por lo demás, el lento proceso histó-
antigüedad y tan admirable por su su existencia" (n. 12), y da las refe- rico de la formación del año litúrgi-
contenido; en las intercesiones de lau- rencias en las notas 31-33. co, la desordenada presencia en él
des y vísperas, en las que no es infre- Se puede recordar aquí, de pasa- IV. María
en los diversos ciclos de ciertas celebraciones y la reiterada
cuente el confiado recurso a la Ma- da, que una de las cuatro orientacio- celebración de un mismo aconteci-
dre de misericordia; en la vastísima nes que la MC (29-39) traza para la del año litúrgico
miento hacen difícil la tarea de pre-
selección de páginas marianas, debi- renovación del culto mariano es pre- sentar una visión coherente de este
das a autores que vivieron en los pri- cisamente la bíblica: "La biblia, al La iglesia celebra el misterio de aspecto.
meros siglos del cristianismo, en el proponer de modo admirable el de- María en el amplio espacio del año
signio de Dios para la salvación de litúrgico: en este kairós sacramental Para adquirir una visión global de
?T¡ T 2 ° e n l a e d a d moderna" (MC despliega toda su fuerza el misterio la presencia de María en los diversos
i ¿). 1 odavia en las vísperas de cada los hombres, está toda ella impreg- de Cristo y halla lógicamente espa- períodos del anni circulus es preciso
«"a la iglesia, queriendo expresar su nada del misterio del Salvador cio la memoria de la Madre de Dios, hacer referencia a tres libros funda-
agradecimiento
0
por el don de la sal- y contiene, además, desde el Génesis que está indisolublemente unida a la mentales de la liturgia renovada: el
v a " " , toma prestadas las palabras hasta el Apocalipsis, referencias in- obra salvífica del Hijo (cf SC 103). Misal Romano, para la eucología de
aei cántico de María, el Magníficat. dudables a aquella que fue madre y No tenemos, por tanto, un ciclo ma- la misa; el Leccionario, para la litur-
cooperadora del Salvador. Pero no riano autónomo: el tiempo de Cristo gia de la palabra, y la Liturgia de las
,1' * L E C C I O N A R I O . Si la preocupa- quisiéramos que la impronta bíblica y del Espíritu, que es el año litúrgico, Horas, para los otros elementos de
¿r?AC q u e l a P a l a b r a d e D i o s fuese se limitase a un diligente uso de los prevé momentos privilegiados en los la oración eclesial (lecturas bíblicas
servida con mayor abundancia en las textos y símbolos sabiamente saca- cuales se celebra de un modo más o y patrísticas, himnos, antífonas, pre-
K í * ? 0 1 1 6 8 l i t ú r gicas (SC 35; 51) dos de las Sagradas Escrituras; com- menos peculiar el recuerdo de la pre- ces e intercesiones). Del análisis de
" a e ? t a d o e n el centro de los esfuer- porta mucho más: requiere, en efec- sencia de María en la economía de este abundante material se puede ob-
n?, J ? C i r ! f o r m a Posconciliar, no se to, que de la biblia tomen sus térmi- la salvación. El recuerdo de María tener una panorámica bastante pre-
puede olvidar que el enriquecimiento nos y su inspiración las fórmulas de hay que buscarlo sobre todo en los cisa de cuanto la iglesia en su ora-
aei Leccionario ha contribuido a oración y las composiciones destina- tiempos litúrgicos particulares y en ción nos propone de la Virgen de
S a r t a m ^ i é n e l conocimiento del das al canto; y exige, sobre todo, que aquellas solemnidades y fiestas del Nazaret 2! . La exhortación MC, de
misterio d e María. Lo subraya Pa- el culto a la Virgen esté impregnado Señor que guardan una relación es- Pablo VI, nn. 2-13, nos ofrece una
s e a d " l a MC: "Como lógica con- de los grandes temas del mensaje cris- pecial con ella. En segundo lugar, el buena síntesis de estos contenidos, y
secuencia ha resultado que el Lee- tiano, a fin de que, al mismo tiempo significado de las solemnidades, fies- la tendremos presente en nuestra ex-
d e S 0 C ° , n t , I e n e u n m a v o r "«mero que los fieles veneran a la sede de tas y memorias explícitamente ma- posición.
de lecturas del Antiguo y Nuevo Tes- la Sabiduría, sean también ilumina-
Virgen María 2044
2045 Virgen María
1. LA PRESENCIA DE MARIA EN Bajo esta luz aparece ya profética-
EL CICLO "DE TEMPORE". El hecho de mente bosquejada en la promesa de
que se introduzcan memorias de la victoria sobre la serpiente hecha a mus". Es importante, por el modo propone repetidamente la alusión a
Virgen en el año litúrgico pone en los primeros padres (cf Gen 3,15). como invoca al Espíritu Santo sobre la visita de los pastores "que encon-
los dones eucarísticos, la super traron a María, José y al niño..."; se
evidencia el vínculo estrecho que Asimismo, ella es la Virgen que con- celebra la fiesta de la sagrada Fami-
existe entre la Madre y los misterios cebirá y dará a luz un Hijo, que se oblata del IV domingo de adviento,
inspirada en el sacramentado de lia (domingo dentro de la octava de
del Hijo. En el ciclo de tempore son llamará Emmanuel (cf Is 7,14, y Miq navidad), que menciona la presencia
evidentemente privilegiados, bajo el 5,2-3; Mt 1,22-23). Ella sobresale en- Bérgamo: "Altari t u o , Domine,
superposita muñera Spiritus ille de María junto a José en Belén y en
aspecto mariano, los períodos que tre los humildes y pobres del Señor, Nazaret; se alude a la circuncisión e
recuerdan la espera del Salvador y que confiadamente esperan... la sal- sanctificet, qui beatae Mariae viscera
sua virtute replevit". Concentra la imposición del "nombre Jesús, como
su nacimiento (tiempo de adviento y vación. Finalmente con ella misma, había sido llamado por el ángel an-
tiempo de navidad), mientras que es Hija excelsa de Sión, tras la prolon- espiritualidad de la espera, de la que
María es modelo para la iglesia en tes de ser concebido en el seno de la
menos vistosa la memoria de María gada espera de la promesa, se cum- madre" (Le 16,21: evangelio del 1 de
en el ciclo de pascua, en su prepara- ple la plenitud de los tiempos y se este tiempo, el incipit del segundo
prefacio de adviento: "Quem praedi- enero); se recuerda la presentación
ción cuaresmal y en su prolonga- instaura la nueva economía, al to- de Jesús en el templo (evangelio del
miento, que va hasta pentecostés, a mar de ella la naturaleza humana el xerunt cunctorum praeconia pro-
phetarum, Virgo Mater ineffabili 29 y 30 de diciembre, donde se leen
diferencia de cuanto ocurre en las li- Hijo de Dios..." (LG 55). Ahora las palabras de Simeón a María so-
turgias orientales, donde el recuerdo bien, el tiempo de adviento celebra dilectione sustinuit..." ("A quien to-
dos los profetas anunciaron, la Vir- bre la espada que le atravesará el
de María se distribuye de un modo esta economía veterotestamentaria alma: Le 2,35) y la adoración de los
más equilibrado a lo largo del año. gen esperó con inefable amor de magos: "Entraron en la casa, vieron
de la espera, en la cual está ya pre- madre"...).
sente María. En el breve espacio de al niño con María, su madre..." (Mt
Debido a la presencia de todos es- 2,11: evangelio de epifanía). La re-
a) En el tiempo de adviento. La cuatro semanas se acumula la cele-
tos temas, comentados ampliamente forma litúrgica ha recuperado para
MC enuncia sintéticamente la im- bración de tres misterios: la solem-
en las páginas de los padres propues- este tiempo también la solemnidad
portancia de este tiempo: "Así, du- nidad de la Inmaculada Concepción
tas a la meditación en el oficio de de la Madre de Dios (1 de enero),
rante el tiempo de adviento la litur- (8 de diciembre) como celebración
lectura, el tiempo de adviento, y es- de la que hablaremos más adelante
gia recuerda frecuentemente a la autónoma; el anuncio a María y su
pecialmente el último tramo, el de la V2,b\.
santísima Virgen..., sobre todo en las visita a Isabel, conmemorados en la
espera inmediata, es particularmente
ferias del 17 al 24 de diciembre, y semana que precede a la navidad, Se trata de un ciclo breve (que va
apto para celebrar el culto de la ma-
más concretamente en el domingo respectivamente el 20 y el 21 de di- desde la misa vespertina de la vigilia
dre del Señor: María viene aquí pre-
anterior a la navidad, en el que hace ciembre (durante el año litúrgico de navidad hasta la fiesta del bautis-
sentada con un notable equilibrio,
resonar las antiguas voces proféticas tendrán luego una memoria propia). mo de Jesús, domingo después del
toda inclinada hacia el Hijo que es-
sobre la Virgen y el Mesías, y se leen En las ferias entre el 17 y el 24 de 6 de enero), pero intenso, en el que
pera, sierva fiel del misterio que le
los episodios evangélicos relativos al diciembre, María viene a ser el testi- los motivos marianos que ofrecen el
ha sido confiado a su obediencia
nacimiento inminente de Cristo y del go silencioso del cumplimiento de
de fe29. Misal, el Leccionario y la Liturgia
precursor" (n. 3). En realidad, todo las promesas; se leen los evangelios de las Horas son insistentes. La falta
el tiempo de adviento posee una tí- de la infancia, episodios en los que b) En el tiempo de navidad. La de contenidos marianos en los pre-
pica característica mariana, subraya- María emerge en primer plano como evidente riqueza de referencias a facios de navidad y de epifanía la
da, ya desde el primer domingo, por protagonista. En los formularios de María contenidas en los evangelios suple especialmente la mención del
algunos elementos de la liturgia de la misa han sido recuperados precio- de este tiempo, que narran el naci- Communicantes natalicio en el ca-
las Horas, como los himnos y las an- sos textos eucológicos, entre los cua- miento del Salvador y los episodios non romano. La solemnidad de la
tífonas, donde el nombre de María les conviene mencionar la colecta del que le siguen, hacen del tiempo de epifanía nos muestra a María "sede
aparece con frecuencia; son también 20 de diciembre, síntesis maravillo- navidad "una prolongada memoria de la Sabiduría y Madre del Rey,
muy variados los formularios que se sa de teología y de piedad, inspira- de la manternidad divina, virginal, que ofrece a la adoración de los ma-
ofrecen para la antífona final de com- da, con alguna modificación, en salvífica de aquella que, 'conservan- gos al Redentor de todas las gentes"
pletas. una oración del Rótulo de Rávena: do intacta su virginidad, dio a luz al (MC 5). Diversos formularios de las
"Los libros del AT..., tal como se "Deus, cuius ineffabile Verbum, an- Salvador del mundo' (canon roma- misas del tiempo de navidad conce-
leen en la iglesia y tal como se inter- gelo nuntiante, Virgo immaculata no, Communicantes de la octava de den espacio a la maternidad de Ma-
pretan a la luz de una revelación ul- suscepit, et domus divinatis effec- navidad)" (MC 5). En este tiempo, ría (cf la "super oblata" de la fiesta
terior y plena, evidencian... de una ta, sancti Spiritus luce repletur, quae- además de la narración del aconteci- de la sagrada Familia; las tres ora-
forma cada vez más clara la figura sumus ut nos, eius exemplo volun- miento central: "María... dio a luz a ciones del 1 de enero; las colectas del
de la mujer Madre del Redentor. tad tuae humiliter adhaerere valea- su hijo primogénito..."(Le 2,7; evan- lunes, martes y sábado entre el 2 de
gelio de la misa de medianoche), se enero y la epifanía).
Virgen María

Todo el tiempo de navidad, que Notemos en primer lugar que 4,


'I 2047 Virgen María
idealmente se prolonga hasta la pre- genio y la tradición de la liturgia ro-
sentación del Señor en el templo mana no ha dado mucho espacio a mini viene propuesto como canto tos, tal vez superfluos, que no se
(2 de febrero) —como recuerda la la Virgen en la celebración del mis- para la adoración de la cruz el him- podrían introducir armónicamente
actual monición del sacerdote en la terio pascual, a diferencia de lo que no antiguo "Pange, lingua, gloriosi en las celebraciones de la liturgia ro-
apertura de esta antigua liturgia fes- hacen otras liturgias, especialmente proelium certaminis". Dicho himno mana. Se podría, en cambio, favore-
tiva: "Hace hoy cuarenta días hemos la bizantina. Por otra parte, a tal es uno de los señalados ad libitum cer una digna celebración del sábado
celebrado, llenos de gozo, la fiesta escasez de elementos marianos en la para el oficio de lectura de la semana santo en cuanto tal para revivir la
del nacimiento del Señor..." (cf Mi- santa. Una de sus estrofas recuerda experiencia fuerte de María en el in-
liturgia ha correspondido en Occi- la encarnación y por consiguiente la tervalo entre la cruz y la resurrec-
sal Romano)—, se puede considerar dente un amplio desarrollo de la re- función de María en la historia de la ción. Las tradiciones latina y orien-
una celebración de la maternidad de ligiosidad popular, que insiste con salvación ("Quando venit ergo sacri tal conservan materiales aptos para
María y del papel que ella desempe- gusto en la presencia de María al pie / plenitudo temporis, / missus est la composición de una celebración
ña en la manifestación del Señor en de la cruz, en su soledad, en la ale ab arce Patris / Natus, orbis condi- de lectura y de plegarias que colme
cuanto Salvador: bajo esta luz hay gría de su encuentro con el Cristo tor, / atque ventre virginali / carne el vacío celebrativo del sábado santo
que ver la presencia de María en las resucitado. Antes de la reforma re factus prodiit"); y la narración de la y sugiera una intensa esperanza pas-
bodas de Cana, episodio recordado cíente, la liturgia romana anticipaba pasión según san Juan, centro de la cual, como la que florecía en el cora-
también en la epifanía (cf antífona la dolorosa participación de la Ma liturgia de la palabra, contiene la pe- zón de la Madre del Crucificado. Es
al Benedictus de laudes; himno y an- dre en el misterio pascual de Cristo rícopa sobre María al pie de la cruz. de desear que se difunda la celebra-
tífona al Magníficat de las segundas el viernes que precede al domin- El sábado santo, en la vigilia pas- ción de la "Hora de la Madre", como
vísperas) y propuesto en el evangelio go de ramos (cf Misal Romano de cual, se invoca a la Madre de Dios se la ha llamado, siguiendo propues-
de la misa del segundo domingo per Pío V, edición posterior a 1960, en- en las letanías de los santos, y se men- tas ya experimentadas *.
annum, ciclo C. Después de haber tre las fiestas del mes de marzo: "Fe- ciona en la profesión de fe bautismal Durante todo el tiempo pascual
dado a luz al Salvador, María lo ria sexta post dominicam I passio- y en el Communicantes del canon hasta pentecostés, la liturgia de las
muestra a todos para que lo acojan nis: Septem dolorum b, Mariae vir- romano. Horas se concluye en completas con
como Señor en la fe de los verdade- ginis. Hodie, ubi peculiaria pietatis Estas escasas referencias marianas el júbilo del Regina caeli. En el for-
ros discípulos. exercitia in honorem b. M. V. Ma- que acabamos de señalar, y algunas mulario de la misa del común de la
tris dolorosae peraguntur, permittun- otras que se pueden encontrar en las santísima Virgen antes de la ascen-
tur duae missae festivae de septem preces de la liturgia de las Horas (lau- sión y durante la preparación próxi-
c) En el tiempo pascual y en su ma a pentecostés hay elementos vá-
doloribus B. M. V."). Esta fiesta ha des del sábado santo), pueden dejar-
preparación cuaresmal. La exhorta- nos insatisfechos. De todos modos, lidos para una catequesis sólida que
ción MC guarda silencio sobre la pre- sido suprimida para dar a la celebra-

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