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El Hombre de las Ratas


J. Chasseguet-Smirgel Octave Mannoni
Sigmund Freud Osear Masotta
Bela Grunberger E. Morgeilthaler
Mark Kanzer Paul G. Myerson
Serge Lebovici Elizabeth Zetzel
Colección Los casos de Sigmund Freud
Dirigida por Osear Masotta y Jorge Jinkis
El Hombre de las Ratas
11
J. Ch~sseguet-Smirgel
Sigmund Freud
Bela Grunberger
Mark Kanzer
Serge Lebovici
Octave Mannoni
Osear Masotta
E. Morgenthaler
Paul G. Myerson
Elizabeth Zetzel

Selección de 0scar Masotta y Jorge Jinkis

Ediciones Nueva Visión


Buenos Aires
Puentes

¡1

Osear Masotta, "Consideraciones sobre el padre en


'El Hombre de las Ratas' ", en Cuadernos Sigmund
Freud, n• 2/3, Buenos Aires, 1973.
\
Sigmund Freud, "Original Record of the Case" (1909),
Standard Edition (J. Strachey), vol. X. ,pp. 259-318,
Hogarth Press, Londres, 1955.
Traducción de Marta Guastavino.

The Minutes of the Vienna Psychoanalytic Society,


vol. 1, 1906-1908, Herman Nunberg y Ernst Federn
(eds.), Protokole 28, International University Press,
Nueva York.
Traducción del alemán de Ramón Alcalde.

Octave Mannonl, "L'Homme aux Rats", en Clefs


pour l'imaginaire ou "L'autre scene", Seuil. Paris,
1969.
Traducción de Osear Masotta.

Elizabeth Zetzel. "Notes :;upplémentaires sur un cas


de névrose ohscs,ionnellc. Revue Franfaise de Psy-
chanalyse, tomo XXXI, n• 4, julio-agosto de 1967.
Presses Universitaires de France.
Traducción de Marta Guastavino.

Paul G. Myerson, "Quelques remarques sur l'exposé


du Dr. Zetzel", Revue Franfaise de Psychanalgse.
ibid.
Traducción de Marta Guastavino.

© 1976 por Ediciones Nueva Visión SAIC Bela Grunberger, "En 111arge de 'L 'Homme aux
Tucumán 3748, Buenos Aires, Rep . Argentina Rats' ". Revue Franfaise de Psychanalgse, ibid.
Traducción de Mario Levin.
Queda hecho el depósito que marca la Jey 11.72.3
Impreso en hi Argentina / Printed in Argentina
Prohibida su repro<luoción parcial o total S. Lebovici, J. Chasseguet-Smirg.:-1, B. Grunberger.
"Discussions sur 'En marge de 'L'Homme aux Rats' '

ilr
11 et réponse de l'auteur", Ri!vue Franraise de Psycha-
nalyse, ibid.
Traducción de Mario Levio. Introducción
F. Morgenthaler, "Régression fonctionnelle du Moi et
problemes techniques dans l'analyse des névroses ob-
Consideraciones sobre el padre
sesionnelles", Revue Franraise de Psychanalyse, ibid.
JI Traducción de Susana Lijtmaer. en el "Hombre de las Ratas"
Mark Kanzer, "The Transference Neurosis of the Rat Osear Majofta
Man", The Psychoanalytic Quarterly, vol. XXI, 1952.
Traducción ,de Marta Guastavino.
f /

Wherever J am
I am what is missinp

Strand, Keeping Things Wholc

I
11 La idea de que la psicosis es un intento de restitución de laSt
funciones del sujeto, intento llevado a cabo por el mismo sujeto,
es hoy un lugar común. Se recuerda menos que la fórmula debe
también ser aplicada a la neurosis. Si aceptáramos despojarnos
del grueso de conceptos psicoanalíticos que se utilizan habitual-
mente para dar cuenta de la neurosis obsesiva ( Lacan. 1953),
si colocáramos entre paréntesis el Saber psicoanalítico consti-
tuido (agresividad y analidad del obsesivo, homosexualidad y
Edipo invertido, ambivalencia y formación reactiva), .si volvié-
ramos al texto de Freud sobre el Hombre de las Ratas y si-
guiendo la vocaci<'.~n misma del texto nos dejáramos conducir por
/ '1 Jos aspectos peculiares del material, encontraríamos que la fun-
1 1
ción que en este caso el sujeto trata de reconstruir es, en primer
1 lugar, la función del padre. Comprenderíamos entonces que los
conceptos lacanianos de metáfora paternal, nombre del padre,
deuda simbólica y Ley vienen a llenar un lugar vacante en la
teoría post-freudiana.
¿Qué es un padre? ¡Cuál es la relación del sujeto con la \
Ley para que la constelación de identificaciones edípicas permita ·
el ascenso del hijo al deseo? ¿Qué hay que entender por Ley

9
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\- \ '~\0\ 0 ; -

y cuáles son las coordenadas que señalan el campo de incidencia que sólo se ve en ella lo que proviene del nivel imaginario de
de la teoría y la práctica psicoanalítica? Algunos freudianos las identificaciones narcisísticas y duales. Por lo mismo, sería
sinceros pretenden evitar las dificultades mediante un retorno al un error buscar en la agresión el fundamento de la articulación
complejo de Edipo. En este contexto cierto consejo de Lacan edípica; lo que !iay que investigar no es una conducta sino. un
puede tornarse incomprensible: "Al contrario de la referencia anhelo ( Wunsch): el voto, el deseo de la muerte del padre.
crucial al Edipo [ ... ] , de la que Lacan decía hace poco que no
· servía directamente en la práctica psicoanalítica, la referencia a
1
la castración sirve todo el tiempo" ( Leclaire, 1971, p. 45). ¿Pero
será que, como interpreta. Leclaire, habrá que hacer prevalecer
2
la castración en detrimento del Edipo? Nada de eso. puesto que
por definición el primer complejo no resulta inteligible si no se
lo sitúa como nudo en el interior del segundo, pensado como A la matanza de los padres por los hijos Arnaldo Rascovsky
estructura. vino a sumar la matanza de los hijos por los padres. El intento\
No cederemos a la tentación de teorizar sobre el complejo habría sido meritorio si el autor se hubiera propuesto recuperar ~
de Edipo. de una vez por todas el problema del lugar que ocupan los hijos
en las fantasfas y design ios muchas veces " mortíferos" de los fé.t=:- ~
1

Cabe señalar de cualquier modo que un cierto Saber psico-


analítico excesivamente decantado (tipo de relación de objeto, padres. De cualquier manera La matanza de los hijos nos deja c[)tfJO
genitalidad y reparación; analogía entre el proceso psicoanalíti- recordar que si el campo del psicoanálisis tiene poco que ver con V 1é#J€.S
co y las etapas de la libido) sólo parece u.tílizar la referencia al el problema de la "lucha entre generaciones" (concepción bur- -
Edipo para ratificar los datos del desarrollo libidinal. explicar, dainente ideológica a la que el autor se adhiere), tiene en cambio
por ejemplo, la agresividad del hijo y el temor relativo como algo que ver· con la inserción del sujeto en la diacronía propia-
anales. No se entiende entonces que la referencia edípica se mente histórica, con el tiempo transindividual. "filogenético", de
vuelve superflua, que la relación entre el Edipo y la libido ·se las generaciones y su sucesión.
!!'
i
1 convierte en mera manifestación del uno por la otra puesto que
la mayor parte de las veces regresión y fijación bastan para dar
cuenta de la estructura entera. Pero, además, no hay que con-
El breve ensayo de Rascovsky constituye un buen pretexto
para introducirnos en el tema de la ~unción de' padre. Después
de evocar a Layo, Abraham, lván el Terrib!f" y Alejandro, el
fundir ( Lacan, 1948) agresión con .!_g~sividad. Lé,i última ~ autor ejemplifica con un cuento de W. W. Jacobs. cuyo efecto
parte con~tituti_v:.!l ~ la matrj_~ ~i!ist<!_ i{onde~ S$.. constituye el "siniestro" dependería de un "ingrediente" (sic, 1970, p. 39)

i ~i .~ §UjetQ_ (Lacan, 1936), y la ~g~ó.!1 (q~ ~gún el c~


l?Jlede ~S!- intet"ptetad'ª s:omo ~presiól}_ de IJi agresividé!_d) ~
revela, §.!ng q~ más .~!t.1! ~ult~. le Qriginalidad de l,a_ ;irticulé!-
singular, el fíl,icidio. Pero lo que el autor no comprende es que
si el filicidio se revela corno históricámente verdadero y clínica-
mente verosímil, su reflexión no lo torna menos teóricamente
nulo. Para Rascovsky el filicidio no se aleja de un camino bastan~
~n ~í.pi0. Esta diferenciación resulta de una utilidad clínica
inmediata. Permite desembarazarse de cierta / manera de pensar
la dirección de algunos tratamientos en el sentido de incremen-
te trillado, el contra-~
~~· ~-n~ tl..P.2.d..~;~ . ~ JEi~ .nivel. s.2!!1eitiendo
1
. di ~ rivalidad d$! hij9_eo~ posesión ~ t;)/.
Y
tar en el sujeto la capacidad de expresar su agresividad (Lacan. J?º!. Ja_ mJJjg (\i tu,~~~") con el hij,g_. El ejemplo es
1958-59, pp. 158-173). perfecto, puesto que de este modo queda nivelado el W unsch
~ ~p~esión ~ la. ~gE,esividaE l}q ~19 P.,Uede pg_ ser índice del sujeto . de la estructura (quien. en fin. no puede ser sino el
!ik ~~ración ~g_una.! sJ.!!.o q~ pu-:_<k yeñal~! el nivel de má- hijo) con la pugna envidiosa, con la actitud competitiva de un
_:¡~: i~ Ellkña_fión. QE;J ~uj~. La referencia al Edipo naufraga aun padre que no se resigna a quedar excluido por la sucesión natu-
hoy en el guiñol turbulento de lé\ agresión al padre y el temor ral de las generaciones. La única novedad es que el modelo freu~
a la retaliación, o bien en las águas turbule~tas o saludables diano queda plantado . patas para arriba. "Hay que recordar
de la identificación con el agresor; palidece en a~bos casos esa --escribe André Green- que el contra-Edipo del padre sobre
referencia "t~tcera" que el complejo de Edipo constituye, ya el hijo no es más que la escansión repetitiva de su propio Edi-

11111 10
, 11 ~~fL Ut(a-JaÍ.
,~.
¡1 1 po, el que unía al padre, cuando era niño, con sus propios personalidad complaciente, tímida, cpmpañero de sus hijos pero
~ padres" ( l 9-S6, p. 156).
incapaz de afirmar sus derechos y su autoridad. En otras fami~
Pero ¿cómo no ver que si el cúento de Jacobs es ~jemplo lias la autora encuentra padres competentes en el ejercicio de
de algo, fuera de lo que se pretenda probar, no lo es sino de su profesión, pero siempre inclinados a declinar la autoridad en
' un triángulo patógeno dondé no es el padre quien "da la ley"'? la madre ante los problemas espinosos de la educación de los
1; ¿No es la madre quien aconseja al padre sobre los inútiles pe- .hijos. Los padres del último grupo son personas ocupadas, hom;..
J1
ligros a que expone a su Rey en -la partida que abre el relato bres que no quieren ser molestados con problemas familiares
y donde se oponen padre e hijo? Y mientras el hijo permanece cuando permanecen en el hogar. ¿Quiénes son las madres y
atento al juegp, ¿no es el padre quien contesta con para-respues- cuál es la relación entre el padre y la madre en este tipo de
tas a los avances del hijo? ¿El ajedrez simbólico de la guerra ... ? constelación familiar? "Estas madres parecen haber sido muy de~
Sin duda, porque es un juego de posiciones. Pero para que la cepcionadas por sus maridos; se trata a menudo de mujeres frí~
' noción de posición tenga algún sentido es necesario que antes gidas, hecho que con frecuencia comunican a sus hijos, muchas ve-
\ }]aya reglas. ¿Pero no es entonces el hijo quien en el nivel de ces incluso cuando éstos se hallan en la temprana adolescencia.
las reglas, ;ence en el cuento al padre? Desde entonces este pa- No se les deja olvidar todas las quejas que tienen sobre el pa-
dre será impotente para ejercer su función prohibitoria, incapaz dre, que no es suficientemente hombre. o que no provee las
de separar a la madre del hijo. Es lo que en primer lugar se necesidades de la familia. o que se desentiende del peso de la
puede leer en el excelente relato de Jacobs. A la inoperancia casa y la familia, etc." ( ibid.. p. 280) . Es la .. ausencia" del
del padre se suma la complicidad de la madre con el hijo. padre la que determinaría en constelaciones familiares del tipo
¿Cómo interpretar la escena final? ¿Cómo no ver. con rigor, un la estructura neurótica o perversa del sujeto. La .a utora encuen~
cierto acto reparador buscado por el padre? Reparación: no de tra una correlación - que no es novedad desde el ensayo de
un objeto, sino de su propia función separadora. Las úftlmas Freud sobre Leonardo - con la homosexualidad.

1
1~ palabras que balbucea junto al amuleto le restituyen la función
que le habría permitido en el pasado arcaico separar a la madre
del hijo. Pero el ejemplo es realmente interesante, puesto que
1
Mi esa restitución sólo se realiza a condición de doblar la muerte
del hijo. Leído a Ja letra el cuento dice en efecto que el hijo
1 !' ...J \ muere dos veces. Pero entonces -y entre otras razones- no 3
~ habría que menospreciéJr el sentido de esa segunda muerte: si
el \padre sólo logra arrancar al hijo de la madre por medio de
Los lacanianos han insistido sobre una correlación semejante
- r-, ¡ la muerte, es porque la captura del hijo por la madre significaba
p., \ V , ya una primera muerte. En términos lacanianos: lo que aquí era
V ~ mortífero es la absorción de! hijo por el deseo incalmable de
entre neurosis obsesiva (Leclaire. 1971. pp. 144~167) y estas
familias donde la madre ha sido "too much of mother" y el pa~
t
la madre. dre "seemed to ha ve been missing" ( Bibring, p. 281 ) . Pero lo
mismo vale· para las fobias. "Recordemos al padre de Hans:
En un breve y preciso texto de los años cincuenta Grete presente, inteligente, amable y no obstante totalmente inoperan-
11 L. Bibring IIamaba la atención sobre este modelo. Bibring rela- te porque su palabra, ante la madre, carece de valor. La posi~
taba sus- observaciones sobre los efectos patógenos de la varia- ción del padre es cuestionada entonces, y esto es en definitiva_
ción de los cultural patterns de la familia tradicional. en la lo que sujeta a Hans al deseo de la madre" ( Lacan, 1957~58,
medida que evolucionan -en ciertos medios que la autora en- p. 87). Pero la descripción de Bibring resulta insuficiente, puesto
tendía describir como determinados sociológicamente- desde el que la noción de función paternal no se agota en un grupo de
"patriarcado" hacia el "matriarcado" ( 1953, cf. nota p. 283) . conductas observables, por más que se incluyan, como en el
En las familias observada:; fa madre · aparece como dominante •. caso, relaciones entre conductas. El trabajo de la psicoanalista
sobreactiva, capaz de una ·actividad intelectual de alguna ma- norteamericana se refiere únicamenti> al padre real y a las accio-
nera superior a la del marido; mientras que e! marido es una nes como intercambio de roles en el interior del triángulo. De

,¡ 11;¡1l• 12 13
'111
Ldf {o~:L.a :-
ahí que las failas que caracterizarían a tales constelaciones fa- que se comportará exactamente a la manera de ·10 reprimido, in-
miliares remiten a aspectos que, al menos de derecho, serían so- fluyendo y perturbando, de modo incomprensible para el sujeto, \~
ciológicamente detectables. Es cierto que el ejercicio efectivo de una operación sin embargo bastante simple: pagar un pequeño lf
la autoridad por el padre define en el interior de la familia un paquete expedido contra reembolso. Es necesario que la deuda
aspecto de la función que nosotros Ilamamos función del padre. sea pagada, pero también que sea la deuda imposible de par1ar"
Pero no la agota. Más aún, lo que resulta oscuro es la idea (O. Mannoni, 1965, p. 148).
¡i· misma de autoridad paternal. Un solo ejemplo basta para de-
mostrarlo: Schreber. Es cierto que el padre del autor de las
Memorias era un hombre bastante peculiar, y aun, y si se quie-
, re, un padre ridículo; pero sería difícil negar que haya ejercido
funciones de indiscutible autoridad, y hasta autoritarias, en el 4
seno de su familia. Este padre que no renunciaba en absoluto
a su derecho de hacerse cargo del cuidado y la educación de
Jos hijos, respetado seguramente por la madre y temido por to- Grumberger se equivoca cuando entiende resumir y reducir la 1~
dos, ese hombre imbuido de una sup~rmoral sanitaria, y que neurosis obsesiva del Hombre de las Ratas al erotismo .· anal y
aplicaba a sus propios hijos sus duros, metálicos inventos de a la captación anal del pene del padre. Es cierto que hace de-
pediatra, se sabe que no fue ajeno al origen de la psicosis del pender la "introyección captativa" del tema de la diferencia de
hijo. los sexos y de la madre fálica , pero el delirio central de la his-
toria, la · imposibilidad de devolver el dinero al teniente, parece
Debemos agradecer a O . Mannoni una relectura del texto no ser para Grumberger mucho más que un "bailet" , eilo tal
de Freud sobre el Hombre de las -Ratas que permite recuperar, vez en la medida en que el reduccionismo de que parte le faci-
en la línea de la teoría de Lacan, no tanto el valor reconocido lita demasiado la explicación que busca: sólo · se trataría, en
de algunos conceptos freudianos, sino esos mismos conceptos, efecto, de "devolver el pene anal culpabilizado". ¿Qué hay que
preñados de dificultades y en est~do de gestación. Tal ~s la entender, por lo demás, por "castración anal del padre"? Añte
f lt)i noción del traba jo que sobre las defensas secundarias realizan todo, que toda la estructura quedará comprimida por la homo-
los procesos primarios, o bien la irrupción del material prima- sexualidad inconsciente del sujeto. En efecto, sería preciso ha-
rio. bajo forma lingüística, junto a la defensa contra la pulsión cer a Grumberger el mismo reproche que Ida Macalpine primero
(el Nicht que acompaña a la fórmula de bendición) . Pero qui- y Lacan después hicieron a los trabajos de Mauritz Katan :io-
siéramos agregar una observación sobre el texto de Mannoni. bre el presidente Schreber: que en la medida en que se pretende l ~
Si el autor parece quP.rer atenuar las exigencias que en otro ototgar a la homosexualidad el estatuto de determinante ma- 1'
lugar hemos llamado "sistémicas", no es para entregar el poder yor del cuadro psicopatológico, se olvida que el sujeto en cues-
a las funciones "superiores", sino para quitárselo. Por lo demás, tión no es homosexual y que la ~omose~ual!d!!.,d. par;;i hablar con
Mannoni sabe sugerir una conexión entre el significante y el propiedad, ~o ~E.Jás qu~ UI]. "~~ntoma articulé!do ~n su P!Q;
lenguaje con la función paternal. La irrupción del inconsciente ~" ( Lacan, 1959, p. 544). De mayor interés resultan las ob-
verbal. nos dice, es solidaria de la dramatización de la historia servaciones de Grumberger sobre la ~op~ y el narcisismo
y el mito individual del paciente. No hay que dudar, en efecto, del Hombre de las Ratas . Volveremos sobre este último punto.
de que el "Pass-wort" nos conduzca (Freud lo señala una y Llama la atención en la lectura de este caso un cierto nive-
otra vez) a "las circunstancias impresionantes que acompañan lamien to que se opera cuando los personajes de la historia se
a ese trozo de folklore familiar (el padre había perdidQ en el convierten en figuras del delirio. En el Hombre de las Ratas el
juego dinero que pertenecía a su compañía, y había pensado padre y la dama de sus pensamientos parecen qúedar igualados,
en suicidarse, y un camarada le presta el dinero, salvándolo así aparecen, por decid~ así, como nivelados por el pensamiento
del suicidio) , la imposibilidad de pagar la deuda y la idea de obsesivo, como si se trocaran en figuras simétricas o como si
que el padre había corrido por todas partes para encontrar a ftteran puntos de referencia adscriptos a algún estatuto de al-
quien le había prestado el dinero; he ahí la historia, o el mito. guna manera idéntico en la estructura. Este rasgo que adquieren

1lii¡'.' 14 15
11
('\ . ..
1 1n\$.I~ .-'
las dos figuras en los delirios del Hombre de las Ratas despertó prohibición paterna cuando lo que está en juego es el deseo?
la atención de Rank, ya que no su curfosidad, puesto que con- Hay que contestar que tr<:tánd()se deJ di:.:-;eq la prohibición pa-
cluyó sin dudar un instante: 'iLas tendencias homosexuales (y
sólo éstas están en discusión) quedan demostradas no sólo por
las inequívocas indicaciones que aparecen en el análisis sino
también por el modo como en la fantasía del paciente se iden-
tifica a.l padre con la dama amada. Hace que ambas sean tortu-
radas del mismo modo en el ano. Usa a la mujer como si fuera
un hombre" (Minutes). En la misma sección en que Freud
terna opera como fundaní.ent9, como piedra de toque de su
supervivenci~, y de ningún modo, _ !P cambio, en el nivel pre-
4

misas, como causa de su desaparición u origen de las inhibicio-


nes ""_q~ujeto:-' E~ti tesis dlfícir y a Ínenudo olvidada s~ háiÍa
inscripta con todas las letras en T otem y Tabú: .,.entre P.!,Ohib,i -
ció,!.l y_.<!_eseo_exist~ ~na relación de complementariedag x...p..m,-
ªucción .!_ecípr~. ~ prohibición no suprime el deseo, lo entro-
'
presentaba el caso, también Stekel. si bien no lo manifiesta, pa- i;iiz-ª. El hecho de que arrastre la desaparición del objeto y el
rece haber sido tocado por la cuestión: "En el <;aso presenta~o desplazamiento del deseo sobre otros objetos no desdice la tesis
considera ( Stekel) que es posible que el paciente, cuando era sino que la confirma, otorgándole su peculiaridad psicoanalítica
niño, viera en su padre un rival respecto de la institutriz (y no y su alcance teórico. " fil_tabú es una P!ohibicióQ muy antigua,
respecto de la madre, como ha afirmado Rahk)" ( ibid.). Por i~~!_sta desde el exte_ti2.r (por UlJ-ª... autoriciad) y !,iirigida contr~
lo demás, el mismo Freud debió sucumbir un poco al equívoco los deseos .wás intenso§ qel_ hombre~ La tendencia a transgredirla
por la manera en que insiste sobre la oposición entre el mandato pi;1~s~ en el inconscients . I,.os hombres que obedecen al ta_b9
q_b~rvan una actitud ambivalent~ CO'!J. respecto a aquello que es

¡~~
del padre y el amor de la amada y ve en parte en esa oposición
la base del conflicto. Antes de su muerte el padre habría ex- tabii. I&...~uerza ,!!lágica atribuidé! al tabú se reduce a su poder
presado al paciente su voluntad en contra de su relación con su de induc;ir ªJ .hombre en ..tEmtacj(m: .se comporta como un con_t~~
prima. Según esta interpretación existiría una relación de ex- 91.<1· PPI::que el ejemplo es siempre contagiosq y pgrque el deseo
clusión entre la prohibición paterna y' el objeto del amor del prohibido se desliza en el i11c.onsciente sobre otros objetos."
hijo; la primera haría peligrar la permanenaia clel segundo. La muerte del protopadre. la trasmisión de la autoridad a
Lacan ha observado (1953 b. pp. 302-3; 1958. p. 597-8) que través de las generaciones, la inextingible insistencia del deseo,
no es bueno internarse en esta dirección puesto que la acción el círculo del deseo y el temor. el triunfo del temor y la inextin- ¡
castradora del padre ha representado en este paciente un papel guibilidad del deseo, la imposibilidad de la ~s. la conexión
e segundo plano. Por lo demás, tampoco hay que considerar inextricabk: entre la prohibición actual que pesa sobre el objeto
ajo el mismo rótulo lo que muy a menudo se llaman padres o y la secreta supervivencia en el objeto prohibido del objeto desa-

~~
padre c.astrador. y la ~s~siQ!!. Esta últim.a, ef~.ctg_ y ..f!.tnción parecido del deseo: tales son los puntos sobre los cuales Freud
~ e.strl!ctura, P-:ttenece_ a _ U!,L_niY.!tl <!_e_ racionalida<z! e~xtraño trazaba un paralelo entre sus reflexiones sobre · el tabú y la
o externo a laL]ntervenciones (en lo real) castradoras ( soi clínica de la neurosis obsesiva.
1isañt")-:-E1 -;specto ;;al ~ ¡;';ginarlo del padr~ no se adec~

\~
Pero enunciemos, antes de volver a encontrarlos recons-
e cesariamente a su función· simbólica y muy generalmente la truidos o restituidos en los deliria' del Hombre de las Ratas, los
contraría. La expresión de Grete L. Bibring de "padre ausente" dos mo~~ que articulan~ lafunción..-def padre a sus efectos~
resulta por lo demás füteresante, y en primer lugar por provenir a) l~ prohipi_ción ~e!:n~l ~c~nstituye la ligazón_ ( Bindung) del
de una analista norteamericana. Pero debe ser interpretada con ~jeto co!1 el d~seg; o) .~l p~d~~n cuestión no es el 1padre r~.
cuidado. Laplanche ha probado para el caso de Holderlin que el ~s _Ereciso ubicarlo ,en \ :itra escena". Pero por menos que se
intento del poeta estaba consagrado a restituir como ausencia la piense, no es otra la formulación subyacente al primer pensa-
ausencia del padre, y no en cambio a obturarla; a saber, la miento obsesivo del Hombre de las Ratas que Freud comunica
restitución consistía en devolver a la ausencia paterna su esta- en la redacción definitiva. El paciente desea ver desn.1.1das a
t11to de ausencia. mujeres que le gustan, pero ·teme que si su deseo se cumple l~
(
l
Para entender el caso del Hombre de las Ratas hay que
comenzar por no confundir el amor y el deseo, puesto que el
~~ algo ( l,? muert~ ) ª su padre. Q~iam~nte, eso quiere
4ecir que la muerte del padre es condición de la erección del
mismo paciente se encarga_ de distinguirlos. Pero ¿qué de la peseo. Ahora bien, ~se padre cuya muerte '-:_l pacie~e ~desea,

16 17 i«.Des.ll~a. ~' e1Jro-:: nteTdtAJrí'l/n.'


1
l'
1
, 11111
11rr

s.stá mq_ertQ. "En este punto me entero, para mi sorpresa, de


que· el padre del sujeto al que todavía hoy se refieren lQs -temores
obsesivos que lo atormentan, está muerto." Pero se ve· entonces
que el delirio reconstruye de manera casi directa los dos mo-
mentos de la función del padre. Aquí el lado delirante del pen-
samiento obsesivo es homólogo a las exigencias de la teoría, .·el
5

En primer lugar, el padre aparect> en la tríada como mediado


por la madre. Pero no hay que entender esta mediación en
términos de distribución de roles, ya que las cuestiones de auto-
ridad se entremezclan con el deseo sexual -hay que estudiar
l; l'

11' "más allá" -de que habla el sujeto homólogo a la "otra escena"
de la teoría. Pero de este modo, lo q~e el paciente no sabe no cada constelación particular- y conviene preguntarse en cada
-~ \ es solamente que ha deseado 1a muerte de su padre (lo cual, caso si la madre desea o no al padre. Puede ocurrir, por ejem-
~ por $upuesto, sabe siempre de algún modo), sino lo que él plo, que la madre respete al padre y que no deje de remitir al

V
mism,:> dice con sus propias palabras, que esa muerte es el mo- hijo a la autoridad paterna, que comparta con el padre el mismo
mení.o fecundo de la constituc+ón de sí mismo como ~00-ds­ sistema de normas y que no le dispute al padre su papel; pero
o\ seante. Lacan expresa esta idea central ..en una fórmula apretada .
donde comenta la enseñanza de Totem y Tabú: " .. .la necesi-
simultáneamente, que no desee sexualmente al padre. Ahora
bien, ¿quién es el padre para la madre del Hombre de las Ratas?

rr dad de su reflexión lo ha llevado [a Freud] a ligar la aparición


dd significante del Padre, en tanto que. autor de la Ley, a la
muerte, es d,ecir a la muerte del Padre, mostrando así que si esa
¿Cuál fue el destino, en este caso singular, del mensaje de ·
prohibición del padre cuando fue m~diatizado por la palabra
de la madre? Hay que lamentar que Freud no otorgara a la madre
muerte es el momento fecundo d:e la deuda por donde el sujeto del paciente, en el texto de la redacción definitiva, la importan- )
se liga por toda su vida a la Ley, el Padre simbólico, en tanto cia que cobraba en el Original Record. En las notas lo primero
que él significa esta ley, es en efecto el Padre muerto" ( 1959. que se .lee, en efecto, es una referencia a' la madre. El paciente '/(..
p. 556). no ha querido hacerse cargo de la herencia familiar después de
§.e conoce la_importancia de la muerte en .e!_obsesiv_o y~ no Ja muerte de su padre, y debe consultar con su madre sobre los
P.Odría extrañarnos la aparic;:ión de tales fórmulas, casi desnu- honorarios propuestos por F reud. ¿No hay algo ahí que obliga

l
d°'as, ·6ifo lorma de ideas obsesivas. Pero al criticar, en ,,;entido a pensar en una peculiar manifestación del délire du toucher?
kañtiano, laffgu~ del padre real y al ubicar la función en otro ¿Si el dinero del padre lo embaraza no será porque ese dinero
lugar, ¿no habremos operado una cierta idealización de los con- proviene de la línea de la madre?
ceptos? ¿Y al hacer depender de la prohibición una cierta idea · La memoria familiar ha retenido el hecho de que el padre

~
sobre la normativización del deseo no habremos revelado la vo- amaba a otra mujer y no a la madre, y que ésta, hija ilegítima ·
cación francamente reaccionaria de la teoría? Si tal fuera la en un sentido, e:ra quien había aportado la fortuna al patrimonio
teoría, se dirá, podría hacerse a Freud y al psicoanálisis el re- familiar. El Hombre de las Ratas enferma cuando se ve con-
proche de absurdidad que un antropólogo hacía de una inter- frontado a un conflicto semejante al del padre y repite entonces ·
pretación de Lévi-Strauss según la cual un espíritu guardián ' en su delirio mayor et.tema de la deuda impagada del padre. Se
mataba al hombre a quien protegía. Ahora bien, la teoría psico- puede entender entonces el sentido de la intervención del padre
analítica debe asumir tal reproche, puesto que ella comienza cuando prohíbe al sujeto qu e se case con su prima, reavivando
por afirmar que la prohibición protege al nombre a quien prohí- por esta intervención la memoria del con flicto entre mujer pobre
be. He aquí el punto de la inseminación imposible del psicoaná- y mujer rica. Por su función y sus efectos tal prohibición carece
lisis en la sociología. En cuanto al otro reproche, hay que con- de conexión directa con la articulación edípica . Se Jo ve con
testar con una novedad de perogrullo: la función del · padre toda c_laridad: el padre no prohíbe la madre al sujeto, sino _que, / 'i.
comenta el hecho --<:omo en el ejemplo de los genios ojibwa de proponiéndose fanfarronamente como modelo, prohíbe la otra f'
Lévi..Strauss ( Mendelson, 1967, p. 178 ) - de que la relación que la madre. Es lo· que vio Stekel sin poder comprenderlo.
padre-hijo no puede ser directa. Dicho de otra manera: el padre no le pmhíbe nada al sujeto, le
impide constituir el sistema de .sus identificaciones. Lo que está
%J),f P I
RDHf €/Jl P4b11€" S1Meoc.ko en juego en el Hombre de las Ratas es la identificación con el

P<::.; .,.APHt P,Uf!lf.. 7b 18 19


\ ideal del Yo y la relación del sujeto con los emblemas del padre. constantemente renovado de repetir los "signos" del mito fa-
l Pero ¿qué emblemas? Esa falta en el matrimonio die sus padres.
miliar. )
la falla que deja aparecer la palabra mentirosa del padre y esa Nos acercamos así a la fórmula lacaniana según la cual no
'\ "fechoría", como d icé Lacan , cometida en el e jército y que el es necesario que el padre falte pa·r a que falte la función del
mito familiar no permite olvidar. Cuando el sujeto recorre al padre. Se ve en el Hombre de las Ratas que la falla de la fun-
derecho la cadena generacional se topa consigo mismo y se ve ción se lee como efecto de algo que pertenece a la trama estruc-
como resultado ilegítimo de un pacto fallido; cuando la recorre tural de las generaciones y que remite a ideas de legitimidad e
al revés descubre la imposibilidad de identificarse con la falla . ilegitimidad, al tipo de relaciones que presidieron el nacimiento
que marca la posición del padre. · de un hijo, al pacto matrimonial strictu senso, a la palabra dada
En la linéa de estas consideraciones se podría agregar algo y a la palabra fallada. En este sentido y en este nivel los datos
más: el Hombre de las . Ratas es un hombre taponado. Un ho- de la observación sociológica de familias resultan menos intel /
múnculo en el interior de una botella con .dos tapones a los que resantes para el psicoanálisis que los datos de la teoria de
es imposible hacer saltar. Si se identifica en el Ideal del Y o con , derecho. Lacan llama P.~W WJi b21Jsg a la función que no pued / ,V
los emblemas del padre -eso es a lo que apuntan compulsiva- permanecer ajena a esta intersección y nom'lz!!; !J!.l p_adre a 1
mente sus deliria- se expulsa a sí mismo de la cadena simbó- relación intrasubjetiva por donde el sujeto identifica a la person
'i!' , lica, pero en tanto que esos deliria le restituyen la identificación del padre con la figura de la Ley. Sobre el Hombre de las Ratas
''t' con la función del Ideal, no puede entonces pensarse como pro- habría que comenzar diciendo, en lenguaje jurídico, que carece
genitor. Quiero decir, no puede imaginarizar un hijo. No es por de títulos para poder estabilizar su destino de ser sexuado.
casualidad, en efecto, qu e la dama de sus pensamientos no El tema de la ambivalencia, que la teoría ha arraigado en lo
pueda, estéril. darle hijos. pregenital, explica bastante poco el amor~odio que el Hombre
de las Ratas padece hacia su padre y la dama de sus pensa~
mientos. En este caso la temática fálica aparece particular-
mente velada, pero a ella nos veríamos tal vez conducidos si re-
tomáramos la reflexión en la perpectiva de los temas fundamen-
tales de la antropología (Artigues, 1966) : el incesto y las leyes
de intercambio, el parentesco y el lenguaje. La reflexión psicoL
6 analítica no debe dejar escapar ese momento inaugural de la ,
vida social. retenido por la investigación contemporánea, donde\ ¡
La observación de Grunberger sobre la debilidad que estaría en la prohibición del incesto y la lógica del parentesco son idénticas
la base de la constitución del narcisismo en el obsesivo parece al lenguaje, ya que el sistema de prohibiciones y prescripciones
pertinente en el caso del Hombre de las Ratas. Pero es difícil exige un sistema lingüístico de denominaciones. En esta coyun-
entender la ubicación y las funciones del narcisismo en la es- tura el padre articula como el revés de un guante lo social del
tructura a partir únicamente de la "obsesionalización" de la sexo con el sujeto sexual.
defensa. Aunque no se diera razón de todo el narcisismo. mejor
sería tratar de referirlo a las identificaciones edípicas y al Ideal
del Y o. Es probable que las demandas de confirmación narci-
sística crezcan proporcionalmente a la imposibilidad de identifi-
cación con la función del Ideal, de la misma manera que la 7
rnnstitución del Ideal del Yo es correlativa de un afianzamiento
de las defensas narcisísticas ( Lacan, 1938). La conjetura ad- En uno de sus primeros trabajos sobre t_tc nica Freud r.:e; le.r~ la. ~
quiere bastante realidad en el Hombre de las R.dtas. Pero en (unción_ del P§ldre a los siguj entes tres _pun!P.,.SSQnllistufil__.
.es: 1)
este caso es necesario buscar la función del ~-teal - lo hemos ~l miedo al padre, 2) Ja hostilidad contra el paclre v 3) Ja falta
11·
dicho-- en el nivel de las conductas delirantes, en el intento ge confianza en el padre. Se comprende de inmediato qt:e si se
it¡,
20 21
11
11111;
ntl ' )\\Aorr; a.s. .-
permanece en los dos primeros ya no será posible salir de los verosimilitud absoluta y radical coincide c<>n la desaparición ra-
límites de una visión estrecha del Edipo; si en cambio se aborda dical del significado y. si se me permite la expresión, la palabra
en cada caso el tercero, se comienza a transitar la teoría litca- se toma inscripción escultural. recuerdo de una desaparición.
niana del significante. marca del hundimiento del Otro. El ·sujeto queda entonces rá-
Por ciertas fallas en el nivel de la estructura, algunas de las pidamente devorado por la manifestación irrrpensada de una
cuales hemos evocado, es obvio que ]~ función paterna no ter- ambigüedad indescifrable que emerge en el nivel mismo de la
p mina de funcionar en el Hombre de las -Ratas. ~-ffiil.Y.2E .~tl.e palabra. Habría que decir que en tal momento ésta "entrega"
~~ _lo qu.s._Freud UamJl ..eL comp_lejq__ d.el ,.padre~ s.Q.lo .mnsiste .~!l de golpe su incapacidad oculta de nombrar a la "cosa", para
inte?tos ! aJlidos de i:esti.tllción de 1!'1 función, La intención de- dejar transparentarse el origen y el fundamento -por donde el
mostrativa que constituye la esencia del delirio de Schreber se lenguaje se une a la función del padre- de la oscilación ob-
toma ironía; burla, sospecha, desconfianza. en el Hombre de las sesiva.
Ratas. Pero la diferencia es de estilos, y si éstos son distintos.
el "objeto" en cambio sigue siendo el mismo. Pero aquí objeto
no significa término de la relación sino relación. que no es re-
lación con un objeto, el padre, sino con una función. En este
sentido las identificaciones edípicas están subsumidas por fun-
ciones que las engloban. El gran tema obsesivo de la duda 8
nunca podrá tefminar de. explicarse por la capacidad muscular
del esfínter, y hay que leer sin prejuicios el texto de la obser- Deberíamos poder resumir los hitos señalados por medio de
vación de Freud para ver cómo el significante · Ratte conduce, estas sencillas consideraciones:
en más de una dirección, a la función del padre, al intentO sie_m- a) Habría que agregar antes que si el Hombre de las Ratas
pre fallido y siempre renovado de otorgar estatuto de sagrada es un texto que adquiere especial relevancia en la reflexión la-
-como nos decía O. Manno:qi- a la palabra del padre. Como caniana. ello ocurre porque el tema de la deuda impagada per-
el "padre no puede mentir", observaba Freud, he ahí que el mite entrever, más allá de la anécdota particular. ciertas estruc-
sujeto adecua sus conductas reales a la literalidad de las pala- turas constitutivas de la función del padre. Si, como hemos
bras asignadas a un padre de quien el mito familiar refería que visto, ~ . p~dre~I no _ba_sta para _C!;IS Pl!i: la fl!,n_cj ó!!_, -~ p_g¡.CJ.Y.e
·había mentido. El delirio de reembolso del dinero de los lentes tod,Q._padre_Q~b~ ~usfüµi¡g a sí miSlll.Q. p ser s11stituido .mi..!!
no sólo remite a la emergencia del tema del mandato, sino que f!Jncionar COJ!!.O su propia metáfoi;_a. Pero toda metáfora · es la
describe· ese tema como adecuación literal de la acción a la pa- , consecuencia y la expresión de esa imposibilidad de adecuación
labra literal. ¿Pero no nos obliga a reflexionar incluso sobre el del signo a la cosa de que hablábamos más arriba. Lacan llama
sentido que debemos_asignar a tales literalizaciones? . . d~ pJiJ.!.[n!J¡ a la inscripción ineludible de la figura del padre
Entre las innumerables expresiones del pensamiento obse- en el seno de esa falta de adecuación. En la teoría lacaniana, el
sivo del Hombre de las Ratas hay una que permite vincular di- t7m~ d~e_ Ja s astrasión c_onduci:; a la de:cia por -d~;,_d~~e _c~~st~­
rectamente la función paterna con lo que deberíamos llamar la tuye ese desfiladero de símbolos que llamamos sujeto.
franja de emergencia del significante al desnudo. He aquí el
ejemplo sobre el cual O . Mannoni nos llama la atención: "Te
\ si fa figÜra del padre real no agota las .funciones del padre
simbólico, ello debe imputarse ·tal vez a razones constitutivas
llenas la cabeza de cosas".•. le decía el padre al paciente de Freud. de la estructura del sujeto humano ( Lacan, 1953, 1938), pero
y el Hompre de las Ratas, pensaba entonces que tenía que ha- la desadecuación se ve agravada por la de5Valorización histórica
cerse un agujero para dejar salir algo que retenía- en su cabeza: de la figura de.1 padre en la familia occidental. Será el neurótico
es decir, que tenía objetos en la cabeza. El intento de restitución quien se hará cargo de esas ·~~p~ " por donde la figura
de la palabra . paterná akanza de este modo un nivel esquizo- del padre exigirá siempre ese desdoblamiento que el Hombre de
frénico de lógica pasional: pero se trata de la lógica del signi- las Ratas expresaba en parte con su temor obsesivo de la muerte
ficante. La exigencia última de otorgar a la palabra paterna una de su padre muerto.

22 23
11111111,
- -, D'une question préliminaire ii tout traitement possible de la psychose
b) Es necesario entonces atender a la función del padre (1959), E., pp. 531-583.
y sus avatares según una triple perspectiva simultánea: · Laplanche, J., Holderlin et la question du pere, PUF, París, 1961.
1 ) según la inserción del sujeto en la línea diacrónica
Leclaire, S., Démasquer le réel, Seuil, París, 1971.
de las generaciones;
Mannoni, O., "L'Homnie aux Rats" (1965), en Clefs pour l'lmaginaire,
2) según que la madre permita no pasar el mensaje del
Seuil, París, 1969, pp. 131-149.
padre como Ley;
Mendelson, E. M., "El huésped no invitado" ( 1963), en Estructuralismo,
p 3) todo sin borrar las propiedades puntiformes de la fi-
mito y totemism9, Nueva Visión, Buenos Aires, 1970.
gura del padre; "La relación del padre con la Ley debe ser
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25
24
lii111,,
(
'1 -~~~~~ ·----

Notas originales de
S. Freud sobre el caso del
I' "Hombre de las Ratas"

Nota de la edición inglesa

f>urante toda su vida fue costumbre de Freud. después de haber


aparecido uno de sus libros, destruir todo el material sobre el
cual se basaba la publicación. A ello se debe que hayan sobre~
t•iuido muy pocos manuscritos originales de sus obras. y menos
aún las notas y antecedentes preliminares de los cuales éstas
provenían. El material que sigue constituye una inexplicable
excepción a esta regla. ya que fue encontrado entre los papeles
de Freud, en Londres. después de su muerte. Los compiladores
de las Gesammelte Werke mencionan el hecho en el prefacio al
tJolumen XVII. que contenía varios de sus escritos póstumos.
Sin embargo. estas notas no fueron incluidas en ese volumen, y
hasta 1954 no habían sido publicadas en alemán. Aparecieron
por primera . vez en la Standard Edition inglesa, en traducción
de Alix y James Strachey.
El manuscrito, redactado en las habituales hojas de oficio
que prefería Freud, contiene evidentemente las notas que men~
ciona en nota al pie de página. diciendo que fueron "tomadas a
la noche del día del tratamiento". Por lo común tomaba diaria~
mente las notas, pero en ocasiones faltan algunos días y poste;
riormente se compensa el atraso. En el margen de las páginas
apacecen de vez en cuando palabras aisladas. escritas vertical~
mente. Tales palabras --entre ellas "sueño", "transferencia",
"fantasía de masturbación"- funcionan a modo de resúmenes

1 27
11111.
del material que en ese momento se estudia. Es evtdente que eran los temores qe que les sucediera algo a dos perno11as a
fu,eron insertadas en fecha posterior, quiiá mientras Freud se quiene;-quería l!!ucho: ~-padre y una dama a quien_admiraba.
preparaba para una u otra de st:s presentaciones <f,el caso, y no Experimentaba además impulsos compulsivos, por ejemplo, cor-
hemos considerado necesario incl~irlas aquí. El registro se in- tarsé fá ga~gant~ñ ~üia nªvajéf, y_ también"' prohfüiciones, q ue
terrumpe sin ningu·na razón explicitá después de Ja entrada fe- a veces se relacionaban con cosas de muy poca importancia. Me
chada el 20 de enero de 1908, cuando el tratamiento. había du- dijo que había perdido años de estudios en su lucha eón esas
rado bastante menos de cuatro meses. ideas, y en consecuencia sólo ahora acababa de aprobar sus
El original alemán está escrito en su mayor parte en estilo exámenes finales de derecho. Sus ideas afectaban a su labor
telegráfico, con gran cantidad de abreviaturas y omisióit. 1cle profesional únicamente cuando ésta se vinculaba con la justicia
pronombres y de otras palabras no esenciales. Sin embargo, son criminal. ~~a tam_bi!_n el impulso sle ha~er_ aJgún daño a l~
muy pocos los lugares donde el signiticado no pudo ser desci-, señora a quien admiraba . Por lo común ese impulso se silen-
frado con certeza. A fin de que el material resulte más legibfe ciaba en presencia de en;: pero cobraba importancia en su ausen-
e inteligible, se han completado en la traducción la mayor parte cia. Sin embargo, siempre le había hecho bien estar alejado de
de las elipsis del original. Por tanto, pese a la coherencia formal ella , que vive en Viena. Ninguno de los diversos tratamientos
de esta versión, el lector debe tener siempre presente que e_n intentados le había servido de nada, salvo un tratamiento de
realidad, lo que sigue no son más que apuntes tomados sin la hidroterapia seguido en Munich; en su opinión, ello se debía
menor intención de que fueran publicados en su forma origi- únicamente a que allí había entablado una relación que desem-
nal. La gran mayoría de los nombres propios que aparecen en bocó en un contacto sexual regular. Aquí no tenía ese tipo de
las notas han sido reemplazados por otros, o por iniciales el~­ oportunidades . y sus relaciones sexuales eran ocasionales e irre~
gidas arbitrariamente. Como es natural, se han conservado los guiares. cuando la ocasión lo permitía. Las prostitutas le _r~­
seudónimos usados por el propio Freud al publicar la historia pugnaban. Dij o que su Yida sexual había sido limitada; en ella
del caso. la t:lli1§JJ.U:lli:icióJ1 había tenido un papel r~ducido, entre los) 6 y
Aproximadamente el primer tercio del registro original fue lZ años. b los 1Q año.s _tuvo su primer contacto sexual.
~
1 reproducido casi textualmente por Freud en la versión puf';- "Me dio la impresión de ser persona perspicaz y de inteli-
cada. Ello abarca la entrevista preliminar del 1? de octubre de gencia despejada. Cuando le expliqué mis condiciones, dijo que
1907, y las siete primeras sesiones, lo que llega hasta -e in- debía consultar a su madre. Al día siguiente volvió y las aceptó."
cluye- la del 9 de octubre (hacia el final del capítulo l). Las
alteraciones que introdujo Freud son casi exclusivamente ver- Sigue la traducción completa de los dos últimos tercios de
bales o estilísticas. En la versión publicada, Freud agregó cierta las anótaciones de Freud. Se encontrará que contienen parte del
cantidad de comentarios, pero el cambio principal reside en que material utilizado por Freud al publicar la historia del caso, pero
buena parte de ellas abarcan terreno inexplorado. Si hay oca-
presentó la historia de las maniobras de manera menos confusa
sionales discrepancias entre las notas t¡ la historia clínica pu-
de como aparecían en el registro cotidiano. En general, las di-
blicada. se debe tener presente que el caso se prolongó durante
ferencias entre ambas versiones no nos parecen de tal impor-
muchos meses de terminadas las anotaciones, y que abundaron
taricia que justifiquen la publicación de la primera parte de las
ror lo tanto las oportunidades para que el paciente corrigiera
anotaciones. Sin embargo. puede resultar interesante ofrecer la
sus relatos anteriores y para que el propio Freud obtuviera una
versión original de Freud de la primera entrevista con el pa-
r>isión más clara de los detalles. Lo .notable de estas notas es
ciente, lo que permitirá hacerse una idea de la naturaleza de los
que nos pmporcionan el único cuadro con que pode~os contar
cambios, aunque éstos sean mayores aquí que en ninguna otra
del tipo de materia prima sobre la cual se basó la totalidad
parte de las primeras sesiones:
de la obra de Freud, y de la manera fragmentaria en que emer...
"Octubz·e l?, 1907. El doctor Lorenz, de 29 años y medio, dijo qia dicho material. Finalmente, nos da una oportunidad única
que padecía de obsesiones, particularmente intensas desde 1903, de observar el funcionamiento detallado de la técnica de f<reud
pero que se remontaban a su niñez. §u <;aracterística princiP.al en la época de este análisis.

28 29

'11
Con .,¡ fin -de que al lector le resulte algo más fácil seguir 1903 ( 25 años) (enero) examen; muerfr del tío indiferente;
la historia a medida qlle va emergiendo, ofrecemos una lista planes matrimoniales; exacerbación de la neurosis ob-
tentativa de algunos de los datos cronológicos, a ve ..:es incon- sesiva; (julio) examen; segundo rechazo de Gisela: ve-
gruentes, que se derivan de estas anotaciones y de la historia rano en Unterach; ideas suicidas
clínica p11blicada. junto con algunos datos referentes a la fami- 1904 (26 años) primer coito (Trieste)
lia del paciente: 1906 ( 28 años) en Salzburgo; conjuros "iniciales"; sueño de
espadas japonesas
1907 (29 años) (agosto} maniobras en Galicia; (octubre) co-
mienzo del análisis

Datos cronológicos Algunos de los hermanos y hermanas del paciente:


Hilde, hermana mayor, casada
1878 nacimiento del paciente Katherine, cuatro o cinco años mayor que el paciente, murió a
1881 ( 3 años) furia contra el padre los cuatro años
1882 ( -f años) escena con Frimlein Peter; muerte Gerda
1883 ( 5 años) de Katherinc: el pájaro embalsamado Constanze
1884 ( 6 años) eZTcciones; ideas de que los padres le leen el Hermano, un año y medio mayor que el paciente (¿Hans?)
pensamiento fulie, tres años menor que el paciente; casada con Bob St.
1885 (7 años} escena con Fraulein Lina: le dispara al h~r -
mano
1886 (8 años) Pa a la escuela: conoce a Gisela
1887 (9 años) muerte del padre de Gisela
1888 (JO años} parásito en la deposición del primo Historial del caso
1889 (l J años) conocimiento sexual; "puerco"
1890 ( 12 años) enamorado de una niñita: obsesión con la En lo que se refiere a las sesiones que siguen, me limitaré a
muerte dei padre; eructos de la madre anotar algunos de los hechos esenciales. sin reproducir el curso
1891
1892
1893 (15años}
1
( 13 años} exhibicionismo con Fraulein Lina
(14 años} . .os1.dad has ta es ta f ec h a
re11q1
·
del análisis.

Octubre JO. Anunció que quería hablar del c~~zo d~ ..§!!.S


ideas obsesivas. Resultó que se refería al comienzo de sus man-
189-f · (16 años}} b .. .
mastur acwn ocasiona
l d-;tos~- [É-;;p~zar0n]mieñtras"Prepara6a s u examen .. fiiiaL"Se
1895 ( 17 años} rclacionaban con la señora, y empezaron con pequeñas órdenes
lf\98 ( 20 años} se enamora de Gisela; obsesión con la muer- sin sentido (como contar hasta cierta cifra entre el relámpago
te del oadre; suicidio de la costurera y el trueno, dar corriendo la vuelta a la habitación en un mo-
1899 (21 arios} operación de Gisela; muerte del padre; co- mento preciso, etc.). En relación con su intención de adelgazar.
mienzo de la masturbación; servicio militar durante sus caminatas en Gmunden (en el verano de 1902), se
1900 (22 años} juramento contra la masturbación; (dic.) re- sintió COJI!p~ido ,JlOr un mandato a salir a correr bajo el ex-
chazo de Giscla tremo calor del mediodía. Un mandato le ordenaba que rindiera
1901 (23 años) enfermedad de la abuela de Gisela: retorno examen en julio, pero lo desoyó por consejo de su amigo; sin
de la masturbación embargo, posteriormente obedeció el mandato de rendirlo en la
!902 (24 años} (mayo) muerte de la tía e irrupción de la primera oportunidad posible, en octubre. Se estimulaba en sus
neurosis obsesiua; (verano) Gmunden: (octubre) examen estudios con la fanta~ de que debía apresurarse para poder

30 31
/

casarse con su dama. Parece que esta fantasía fuera el motivo tuera confirmado por experiencias reales. Por ejemplo. J;:i pri-
del mandato. ~LE.'.'recer, atrfüuí<: es~s mandatos_ a su Q_a_clJ~· mera vez que estuvo en el sanatorio de Munich había tenido un
Una vez perdió' varias semanas defüdo a fa ausencia de la dama, 1·uarto junto al de la mucha,c ha con quien tenía relaciones se-
que estaba de viaje a causa de la enfermedad de su abuela, una xuales. Cuando volvió allí por segunda vez dudó en ocupar la
mujer muy anciana. El paciente se ofreció a ir a visitarla. pero misma habjtación, que era muy grande y cara. Cuando por fin
ella se negó. Mientras estaba muy concentrado en su trabajo. le dijo a la chica que había decidido ocuparla. ella le contó que
pensó: "Podrías arreglártelas para obedecer el manda to de dar ya la había tomado el Profesor. "Ojalá se muera por eso", pensó
el examen lo antes posible en octubre. Pero si recibieras un t·I paciente. Quince días después perturbó su sueño la idea de
mandato de cortarte el cuello ¿qué harías?" Inmediatamente se un cadáver. La apartó, pero a la mañana supo que el Profesor
dio cuenta de que el mandato ya le había sido ~_;iest2, y cuan- había tenido realmente un ataque y más o menos a esa hora lo
do se dirigía al armario a buscar la navaja, pensó: ""1-' No, no es , habían llevado a su habitación. Dice también que tiene el don
tan sencillo. Tienes que ir a matar a la vieja." Al pensarlo cayó de los sueños .Proféticos. Me contó el primero de ellos.
al suelo, fuera de sí de horror. ¿Quién era el que le imponía ese
mandato? Octubre 12. No me contó el segundo, pero me dijo cómo había
La dama sigue siendo muy misteriosa. Juramentos que ha pasado el día. Se sintió de mejor ánimo y fue al teatro. Al volver
olvidado. Su lucha defensiva contra ellos explícita , pero tam- a casa se encontró por casualidad con su mucama, que no es
bién olvidada . joven ni bonita, pero- que desde hace un tiempo ha mostrado in-
terés por él. No sabe por qué , pero de pronto la besó y después
Octubre 11. Lucha violenta, mal día . Resistencia, debida a que quiso forzarla. Aunque sin duda la resistencia de ella no eri';l
ayer le pedí que tra jera una fotografía de la dama, es decir, que más que ·aparente, él consiguió dominarse y escapó a su habita-
abandonara su reticencia respecto de ella. Conflicto entre aban- ción. Siempre le pasaba lo mismo: algo desagradable estropeaba
donar el tratamiento o entregar sus secretos. Su Cs . estaba lejos siempre sus momentos gratos o felices. Le llamé la atención
de haber dominado la oscilación de sus pensamientos. Describió sobre la analogía entre eso y los asesinatos instigados por agents
la forma en que procura apartar sus ideas obsesivas. Durante provocateurs.
su períoqo religioso había inventado oraciones que le llevaban Se mantuvo en esa línea de pensamiento y llegó al tema de
cac:ra-;'ez más tiempo y que llegaron a prolongarse durante una la masturbacióp , que en su caso tenía una historia extraña. Se
hora y media, debido a que en 1.é:ls fra.~ si.mpJes . siemPJ_e se in- lnidó- cuando él tenía 21 años --después de la muerte del padre,
s.~ t~lli! .,.?lg9_ _que_!as ·- ~,.S.?E.t~io. P'Oi e jeiñj)fo, según consegui que me confirmara- porque era algo que cono-
" ¡D ios -no- lo proteja!" (Un Balaam invertido. ) 1 Le expliqué cia de oídas y le despertaba curiosidad. La repitió muy pocas
la incertidumbre fun damental de toda medida tranquilizadpra. ya veces, y siempre se sintió muy avergonzado después. Un día, sin
que en ellas se infiltra gradua lmente aquello contra lo cual se motivo alguno, pensó: "¡Por el bien de mi alma, juro no hacerlo
lucha . Él lo con firmó. E n una de esas ocasiones se le ocurrió la más!" Por más que no le concedió valor alguno a semejante
idea de maldecir : seguramente eso no se convertiría en una voto, y hasta se rió de su especial solemnidad, de hecho dejó de
idea obsesiva. (Ése era el sentido original de lo que había sido masturbarse por un tiempo. Unos años después, en la época en
reprimido. ) Dieciocho meses atrás había abandonado de pronto que murió la abuela de su dama y él queria ir a estar con ella,
todo aquello; esto es, había formado una palabra con las inicia- su propia madre le dijo: "Por mi alma que no irás." La simili-
les de algunas de sus oraciones -algo así como Hapeltsamen tud del juramento lo impresionó. y se reprochó por poner en
(debo pedirle más detalles del asunto)- que decía rápidame1'- peligro la salvación del alma de su madre. Se dijo que no debía
te para que nada pudiera infiltrarse en ella. Todo eso se veía re- ser más cobarde en lo que se refería a él que en lo referente a
forzado por cierta dosis de superstición, un resabio de omnipo- otros ni, si persistía en la intención de ir a reunirse con la se-
tencia, como si sus deseos malignos poseyeran poder y ello ñora, empezar de nuevo a masturbarse. Más tarde abandonó la
idea de ir porque recibió ·una carta que le decia que no lo hi-
l Bal11a m vino para maldecir y se quedó a bendecir. ciera. A partir de ese momento la masturbación reapareció de

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"11111
11:1"

vez en cuando. Reaparecía cuando experimentaba moment-0s lo habrta prohibido . .usando como amenaza la expresión: "sería
especialmente bellos o cuando leía pasajes hermosos. Sucedió tu muerte", y amenazándolo quizá también con cortarle el pene.
una vez, por ejemplo, una hermosa tarde en· que estando en la E llo explicaría que el hecho de haberse masturbado se relacio-
Teinfalstrasse [en el centro de Viena]. oyó a un postillón · que nara con la liberación de la maldición. como explicaría también
tocaba. su cuerno de caza hasta que se lo prohibió un poli<¡:ía. los mandatos y las prohibiciones de su inconsciente y la amenaza
debido quizás a algún antiguo decreto de la Corte que prohibía de muerte que ahora volvía a recaer sobre su padre. Sus actua-
tocar el cuerno en la ciudad. Sucedió otra vez mientras leía en les ideas de suicidio corresponderían al autorreproche que se
W ahrheit und Diclztung 2 cómo, en un rapto de ternura, Goethe formula de ser un asesino. Eso, me dijo al final de la sesión, le
se había liberado de los efectos de la maldición que una de sus había traído muchas ideas a la cabeza.
amantes había echado sobre quien volviera a besar sus labios;
después de haberse sometido casi supersticiosamente y p0r Apéndice. El paciente me dijo qtie s~2Q.n,.,~e syicidar-
mucho tiempo a la maldición, rompió sus ligaduras y besó con &e había sido seria y que sólo lo habían refrenadüdos cons·1 ~a­
alegría a su amada, una y otra .vez ( iLilli Schoenemann?) 8 Y. ciones. Una de ellas era que no podía soportar la idea de que su
según me contó con asombro, en ese momento se masturbó. madre encontrara sus restos sangrantes. Había evitado ese obs-
En Salzburgo había además una muchacha de servicio que táculo con la fantasía de hacerlo en el Semmering 4 y dejar una
lo atrajo y con quien t1mbién tuvo más adelante una relación. carta con el pedido de que le informaran primero a su cuñado.
Eso lo llevó a masturbarse. Me lo relató aludiendo al hecho de (Es curioso, pero he olvidado la segunda consideración.)
que esa vez la ma,s turbación le había arruinado un corto viaje a No he mencionado, de las sesiones anteriores, tres recuer-
Viena que había estado esperando. ' dos relacionados entre sí. que se remontan al cuarto año. Los
Me dio algunos detalles más sobre su vida sexual·. El coito describe como sus recuerdos más tempranos y se refieren a la
con las puellae le repugna. Una vez que estaba con una de ellas muerte de su hermana mayor, Katherine. En el primero recuerda
le puso como condición que se desvistiera y cuando la mujer le que a ella la llevan a la cama. En el segundo, él pregunta dónde
pidió el 50 % más por hacerlo, se sintió tan asqueado de todo stá Katherine, y al entrar en la habitación encuentra a su
eso que le pagó y se fue. Las pocas veces que tuvo contacto se- padre sentado en un sillón y llorando. El tercero presenta al
xual con muchachas (en Salzburgo y posteriormente con la ca- padre inclinado sobre la madre, que llora. (Es curioso, pero
marera en Munich) jamás se sintió culpable. C11ánto se había no estoy seguro de si son recuerdos de él o de Ph. 11 ).
exaltado cuando la camarera le contó la conmovedora historia
de su primer amor y de la forma en que a ella la habían llamado Octubre 14. Al parecer, mi inseguridad y el olvido de estos dos
junto al lecho de !Iluerte de su amante. El paciente lamentó últimos puntos ·están estrechamente relacionados. Los recuerdos
haber dispuesto todo para pasar la noche con ella, y lo único que. ran realmente del paciente, y la consideración que yo había ol-
lo forzó a agraviar al muerto fueron los escrúpulos de la joven. vidado era que una vez, siendo muy niño, cuando él y su her-
Él siempre trataba de distinguir nítidamente entre las relaciones mana hablaban de la muerte, ella le dijo: "Por mi alma, que si
que se limitaban a la cópula y todo lo que se podía llamar amor; te mueres me mataré.'.' De modo que en ambos casos era cuestión
y la idea de que ella hubiera sido amada con tal profundidad la de la muerte de la hermana. (Los olvidé debido a mis propios
convertía, a sus ojos, en un objeto inadecuado para su sen- complejos.) Además esos primeros recuerdos, que datan de
sualidad. cuando él tenía tres años y medio y la hermana ocho, se adecuan
En este momento no pude contenerme y con el material de o mi construcción. La muerte se había acercado a él, y el pa~
que disponíamos reconstruí un episodio: hasta los seis años el ciente creía realmente que uno muere si se masturba.
paciente habría tenido el hábito de masturbarse, y su padre se Las ideas que le habían venido a la cabeza [al terminar la
sesión anterior] eran las siguientes. La idea de que le cortaran
2 Sic en el manuscrito.
s Una muchacha con quien Goethe estuvo comprometido durante un tiempo • Lugar de descanso en la montail.a, cerca de Viena.
en su juventud. ~ Evidentemente, otro paciente de Freud.

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el pene lo había atormentado extraordinariamente, en una época dia ese hombre cometía un acto deshonesto y la dama se arro-
en· que estaba dedicado intensamente a sus estudios. La única jaba a los pies del paciente, implorándole que salvara a su ma-
razón que se le ocurría para explicarlo era que en este momento rido. Él se comprometía a hacerlo, y le informaba que sólo por
sufría deseos de masturbarse. ºEn segundo lugar, y eso le parecía nmor a ella había ocupado ese cargo, porque había previsto la
mucho más importante, dos veces en su vida. en ocasión de su Rituación que se produciría. Una vez cumplida su misión y sal-
primer· coito (en Trieste) y más tarde en Munich -dudaba vado el marido de ella, él renunciaría a su puesto, Más adelante
sobre la primera vez, aunque es plausible por motivos internos-, fue más lejos y fantaseó que preferiría ser el benefactor de ella
se le había ocurrido después la siguiente idea: "¡Qué sentimiento y hacerle algún servicio importante sin que la dama supiera que
glo.rioso! Para tenerlo, uno haría cualquier cosa. . . por ejemplo, ra él quien. se lo hacía. En esa fantasía el paciente no veía más
¡asesinar a su padre!" En su caso, eso no tenía sentido puesto que las pruebas de su amor. y no la magnanimidad a la Monte
que el padre ya había muerto. En tercer lugar describió una es- Cristo, destinada a reprimir su venganza.
cena que otras personas, incluso su padre, 6 le habían contado
muchas veces, pero de la cual él no conservaba recuerdo alguno. Octubre 18 . Con atraso. Empezó confesando una acción des-
Durante toda su vida el paciente les ha tenido mucho miedo a honesta cometida cuando ya era adulto. Estaba jugando al
los golpes, y le agradece muchísimo a su padre que nunca lo vingt-et-un y había ganado mucho. Anunció que iba a apostar
haya castigado así (hasta donde él recuerda). Cuando a otros todo en la mano siguiente y que después dejaría de jugar. Llegó
niños les pegaban, él solía huir a esconderse, lleno de terror. a 19 y durante un momento pensó si debía seguir: después des-
Pero parece que cuando era muy pequeño (tres años) hizo al- ordenó el mazo como al descuido y vio que la carta que seguía
guna travesura por la cual el padre le pegó. Entonces el mucha- era realmente un dos, de manera que al darla vuelta él tenía
chito se enfureció terriblemente y empezó a insultarlo. Pero veintiuno. Siguió un recuerdo de su niñez, en que el padre lo
como no sabía malas palabras, le espetó los nombres de todos animaba a sacar el monedero del bolsillo de la madre para qui-
los objetos comunes que se le ocurrieron: "¡Lámpara! ¡Toalla! tarle algunos kreuzer. s
¡Plato!", etcétera. Se dice que el padre declaró que el niño iba Habló de lo escrupuloso que era desde entonces y del cui-
a ser un gran hombre o un gran criminal. El paciente admitió dado que tiene con el dinero. En vez de hacerse cargo de su
que el relato daba pruebas de que su inclinación colérica y ven- herencia, se la ha dejado a la madre, que le da una suma muy
gativa se remontaba muy lejos en el pasado. reducida para gastos. De tal modo está empezando a conducir-
Le hablé del principio del Adigio en Verana, 7 y le pareció se como un avaro, aunque no sea ésa su inclinación. También
muy esclarecedor. Me dijo otras cosas relacionadas con su ca- tiene dificultad para asignarle una suma a su amigo. Ni si-
rácter vengativo. Una vez, cuando su hermano se hallaba en quiera puede resolverse a cambiar de lugar un objeto que haya
ºViena, le pareció tener motivos para creer que la dama lo pre- pertenecido a su padre o a la dama.
fería. Eso lo puso tan violentamente celoso que temió hacerle Al día siguiente, continuando con sus asociaciones, habló
algún daño. Le pidió al hermano que luchara con él. y sólo des- de su actitud hacia alguien a quien llama "Reserl", que está
pués de haber sido derrotado se sintió en paz. comprometida para casarse, pero evidentemente se encuentra
Me contó otra fantasía de venganza, de la cual no nece- muy ligada a él: de la forma en que la besó, .pero al mismo tiem-
sita avergonzarse. referida a la dama. Piensa que ella le da po tenía la acuciante idea compulsiva de que algo malo le estaba
mucha importancia a la posición social. En función ·de eso tuvo sucediendo a su dama; algo que se asemejaba a la fantasía vin-
la fantas!a de que ella se casaba con un hombre así, que tenía culada con el capitán Novak [el capitán "cruel"]. Su sueño de
un puesto público. Después el paciente entraba a la misma re- la noche expresó con mucha más nitidez lo mismo que había
partición y ascendía con más r' pidez que el marido de ella. Un rozado apenas en estado de vigilia:
1. Reserl estaba con nosotros. Se levantaba como si estu-
O En la . versión publicada se menciona especialmente a la madre.
7 En Verona, el río Adigio da una vuelta que lo lleva otra vez casi al 8 Un kreuzer valía en esa época menos de un cuarto de penique, o medio
mismo punto por donde entra en la ciudad. centavo.

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viera hipnotizada y, colocándose detrás de mi silla con el rostro Me defendí de ella, pero era demasiado fuerte. Llegamos a un
pálido, me rodeaba con los brazos. Era como si yo intentara río ancho, y ella se detuvo. Y o vestía unos harapos miserables
desprenderme de su abrazo, como si cada vez que ella me aca- que cayeron al agua, que se los llevó. Y o quería nadar tras
riciaba la cabeza fuera a ocurrirle algún infortunio a la dama; ellos, pero ella me detenía: "Que se vayan los harapos." Yo
algún infortunio en el otro mundo también. Sucedía automáti- estaba ahí parado con un traje magnífico.
camente, como si el infortunio se produjera en el momento mismo El paciente sabía que los harapos significaban su enferme-
de la caricia. dad y que todo el sueño le prometía la salud por mediación de
(El sueño no fue interpretado, pues en realidad no es más la dama . En ese momento se sintió muy feliz hasta que otros
que una versión más precisa de la idea obsesiva de la cual no sueños lo sumieron en la desdicha.
se atrevió a tomar conciencia durante el día.) No podía dejar de creer en el poder premonitorio de los
Estaba muy afectado por el sueño de hoy, pues les asigrla sueños, pues había tenido varias experiencias notables que lo
mucho valor a los sueños, que han desempeñado un papel impor- demostraban. Conscientemente, en realidad no cree en eso.
tante en su historia, hasta el punto de llevarlo a estados de ( Ambos puntos de vista coexisten, pero el punto de vista crí-
crisis. tico es estéril.)

11. En octubre de 1906, quizá después de masturbarse en IV. En el verano de 1901 le había escrito a uno de sus
ocasión de la lectura del pasa je de W ahrheit und Dichtung. colegas para que le enviara tabaco para pipa por valor de 3
La dama estaba de algún modo prisionera. Él tomaba sus kronen . Pasaron tres semanas sin respuesta y sin tabaco. Una
dos espadas japonesas para ponerla en libertad. Aferrándolas, mañana se despertó diciendo que había soñado con tabaco. ¿Por
corría hacia el lugar donde sospechaba que ella estaba. Sabía casualidad el cartero no le había traído un paquete? No. Diez
que significaban "ma trimonio" y "cópula" . Ambas cosas .se minutos después sonó el timbre: el cartero le traía su tabaco.
hacían ahora realidad. La encontraba apoyada contra una pared. V. Durante el verano de 1903, mientras preparaba el ter-
inmovilizada con empulgueras. Ahora el sueño se hace a m- cero de los exámenes finales.
biguo pa ra el paciente. O bien la libera de esa situación por Soñó que en el examen le pedían que explicara la 'dife-
medio de su dos espadas, el "matrimonio" y la "cópula" , o bien rencia entre un Bevollmachtigter y un Staatsorgan. 9 Meses
la otra idea, según la cual sólo debido a ellas se encontraba después, en el examen, le hicieron realmente esa pregunta. Está
la dama en esa situación. (Era claro que el propio paciente no muy seguro de haber tenido el sueño, pero no hay pruebas de que
entendía la alternativa, aunque sus palabras no podían tener
ningún otro significado.)
r
haya hablado de él durante el intervalo entre el sueño y su
realización] .
Las espadas japonesas existen en realidad. Están colgadas Intentó explicar el sueño anterior por el hecho de que su
a la cabecera de su cama, y hechas de gran cantidad de mone- amigo no tenía dinero y de que tal vez él mismo haya sabido
das japonesas. Se las regaló su hermana mayor en Trieste, her- en qué fecha iba a tenerlo. No se pudieron precisar fechas.
mana cuyo matrimonio, según supe al preguntárselo a l pacien-
te, es muy feliz. Es posible que la mucama, que acostumbra lim- VI. Su hermana mayor tiene muy lindos dientes. Pero hace
piar la habitación mientras él todavía duerme, haya tocado las tres años le empezaron a doler hasta que tuvo que sacárselos.
monedas, produciendo un ruido que penetró en su sueño. El dentista (que es amigo) le dijo: "Vas a perder todos los
dientes." Un día él [el paciente] pensó de pronto: "¿Quién
111. Estimaba el tercer sueño como si fuera el más precioso sabe qué les está pasando a los dientes de Hilde?" Es posible
de sus tesoros. que él mismo haya tenido dolor de muelas. Ese día había vuelto
Diciembre-enero de 1907. Yo estaba en un bosque, muy me- a masturbarse y mientras se ~ormía vio en una imagen hipna~
lancólico. La dama venía <t mi encuentro, muy piHida. "Paul.
ven conmigo antes de que sea demasiado tarde. Sé que los dos 9 Bevellmiichtigter es quien ejerce sus funciones por mandato especial: un
sufrimos." Pasó el brazo por el mío y me arrastró por la fuerza . Staatsorgan actúa en virtud de la naturaleza del cargo.

38 39
de ir a la biblioteca , y eso le había hecho. recordar la escena de
gógica a su hermana, molesta por sus dientes. Tres días des- Trie~te.)
pués recibió una carta que le decía que había empezado a dolerle
En Salzburgo llegó a considerarse vidente, pero las coinci-
otro diente, y posteriormente lo perdió.
dencias no tuvieron jamás importancia alguna ni se relacionaron
Se quedó asombrado cuando le expliqué que su masturba-
con cosas que él esperara, sino sólo con trivialidades.
ción era responsable de eso. 1º
(La historia referente a Marie Steiner fue interpolada entre
VII. Un sueño mientras estaba con Marie Steiner. Ya me dos relatos sobre las hermanas del paciente. Es digna de men-
16 había contado, pero ahora agregó algunos detalles. Ella es ción la falta de claridad de sus ideas obsesivas: . en sus sueños
para él una especie de amor de infancia. Cuando tenía 11 ó 15 a parecén más claras.)
años sintió por ella una pasión sentimental. Insiste en el tonto
engreimiento de ella. En setiembre de 1903 la visitó y vio a 'su Octu bre 18. Dos sueños que se vinculaban nada menos que con
hermano idiota, de siete años, que le hizo una impresión terrible. estados de crisis . . Una vez se le había ocurrido la idea' de no
En diciembre soñó que iba a su funeral. Aproximadamente al lavarse más. Había aparecido en la forma habitual de sus prohi-
mismo tiempo, el niño muria. No fue posible precisar más las biciones: "¿Qué sacrificio estoy dispuesto a hacer para ... ?"
fechas. En el sueño, él estaba de pie junto a Marie Steiner, ani- Pero se había apresurado a recha.zarla. En respuesta a mis pre-
mándola a ser fuerte. ("Cuervo", como le decía su hermana guntas me contó que hasta la pubertad había sido muy sucio.
mayor. Está siempre matando a la gente para después poder Después se había inclinado a una limpieza excesiva y al iniciarse
g;marse el favor de alguien.) El contraste entre el excesivo amor su enfermedad, a un fanatismo de la limpieza, etc. (en relación
de la madre por el hijo idiota y su comportamiento antes del na- con los mandatos ). Un día salió a caminar con la dama: el pa-
cimiento de él. Al parecer ella fue responsable de la enfermedad ciente tenía la impresión de que lo que me contaba no tenía im-
del niño por haberse fajado demasiado, avergonzada de tener portancia: La señora saludó a un hombre (un médiCo) con
un hijo a edad tan avanzada. · quien se mostró muy amistosa, demasiado amistosa. . . el pa-
Durante su permanencia en Salzburgo lo acosaron constan- ciente admitió haber estado un poco celoso y hasta haber ha-
tes premoniciones que se cumplían de manera asombrosa. Por blado del asunto. En casa de la dama habían jugado a las
,1 ejemplo, estaba el hombre a quien oyó hablar con la camarera cartas; a la noche se sintió melancólico y a la mañana siguiente
del hotel sobre un robo, lo que él tomó como augurio de que iba tuvo este sueño:
a ver de nuevo a ese hombre como criminal. Así sucedió real-
mente meses después, cuando lo trasladaron al Departamento VIII. Esta ba con la dama. Ella era muy amable con d .
Criminal. También en Salzburgo solía encontrarse en el puente y él el hablaba de su idea compulsiva y de la prohibición reb-
con personas en quienes había estado pensando momentos antes. cionada con las espadas japonesas, cuyo significado era que no
(Su hermana había explicado ya ese hecho como resultado de podía casarse ni tener con ella contacto sexual. Pero eso es un
una visión indirecta [periférica].) disparate, se decía. del mismo modo podría tener la prohibición
Otra vez recordó una escena en Trieste, cuando había es- de volverse a lavar. Ella sonreía . asintiendo. En el sueño, él in-
tado con su hermana en la biblioteca pública. Un hombre había terpretó que eso significaba que ella coinddía en que ambas
entablado conversación con ellos, una charla muy estúpida, y le cosas eran absurdas. Pero al despertar se le ocurrió que ella
había dicho : "Usted está aún en la etapa de los Flegeljahre [la había querido decir que no necesitaba volver a lavarse. Domina-
edad del pavo] de Jean Paul." Una hora después [de haber re- do por una \'iolenta emoción, se golpeó la cabe:a contra el poste
cordado ese episodio], estando en la biblióteca circulante de de la cama. Tuvo la sensación de tener un moretón de sangre
Salzburgo, Flegeljahre fue uno de los primeros libros que tomó. en la cabeza. En ocasiones similares ya se le había ocurrido la
(Pero no el primero. Una hora antes había tenido la intención idea de hacerse un agujero en forma de embudo en la cabeza.
para dejar salir lo que había de enfermo en el cerebro: de al-
guna manera la pérdida se repondría. El pac ien te no entiende
JO Véase el suefio de la muela.
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/
su estado. Le recordé el embudo de N urenberg, 11 sobre el cual abrumado de gozo: "Jamás me habría imaginado que esto
solía hablarle su padre. Y [continuó el paciente] su padre le realizara tan pronto." (Se refería a su abstinencia compulsi a.
decía con frecuencia: "Algún día te entrarán las cosas en la Era muy notable, y correcto; y confirmaba la opinión que ex-
cabeza." Le interpreté el enojo, el vengarse de la dama, por celos. presé antes.) En ese momento vio que la dama ponía c a de
y la relación con la causa desencadénante [del sueño] -el' in- que el compromiso no le interesaba. Eso echó ª'~e su feli-
cidente durante el paseo-- que él con.s ideraba tan trivial. Con- cidad. "Estás aomprometido y no eres nada feliz", se dijo.
firmó que estaba enojado con el µiédico. No entendía el conflic- ''Estás haciéndote el ·que eres feliz para convencerte de que
to respecto de si debía casarse con ella o no. En el sueño tuvo lo eres."
una sensación de liberación ; le señalé que era liberarse de ella. 'Después de haberlo convencido de que revelara el nombre
Postergó el mandato de no volver a lavarse y no lo puso en de Gisa Hertz y los detalles referen,tes a ella, el relato del pa-
práctica. La idea fue reemplazada por muchas otras, especipl- ciente se hizo claro y sistemático . .Su predecesora era Lise O ..
mente la de cortarse el cuello. otra Lise. (Siempre tenía varios intereses simultáneos, lo mismo
que varios tipos de vinculaciones sexuales, derivados de sus di-
Octubre 27. Con atraso. Mientras siga sin poder darme el versas . hermanas.)
nombre de la dama, su relato debe ser incoherente. Incidentes Verano de 1898 (veinte años). Sueño: Hablaba de un tema
aislados: . abstracto con Lise 11. De pronto la imagen del sueño se desva-
Una noche de junio de 1907 visitó a su amigo Braun, cuya neció y él estaba mirando una máquina grande con una canti-
hermana Adela tocó para ellos. Ella le prestó mucha atención. dad enorme de ruedas, que lo asombraba por su complejidad.
Se sintió muy oprimido y pensó mucho en el sueño de las es- Esto se relaciona con el hecho de que esta Lise le pareció siem-
padas japonesas (la idea de casarse con la dama si .no fuera pre muy compleja comparada con Julie, 12 de quien en ese mo-
por la otra muchacha) . · mento también era admirador y que ha muerto hace poco.
Sueño de esa noche: Su hermana Gerda estaba muy enfer- Siguió dándome un prolongado informe de sus relaciones
ma. Braun venía hacia él. "Sólo puedes salvar a tu hermana si con la dama. Cuando ella lo rechazó, a la noche tuvo este sue-
renuncias a todo placer sexual". a lo cual él respondía con ño (diciembre de 1900) : "Iba caminando por una calle y
asombro (para su vergüenza) : "A todo placer." había una perla en el ·suelo. Me inclinaba a recogerla, pero
Braun tiene interés en su hermana. Hace unos meses, la cada vez que me inclinaba desaparecía. Cada dos o tres pasos
trajo a su casa cuando ella no se sentía bien. La idea no puede volvía a aparecer. «No te está permitido», me dije." Se ex-
haber sido más que ésta: si él se casaba con Adela, el matri-· plicó la prohibición suponiendo que su orgullo no se lo permi-
ti)
monio de Gerda con Braun también sería probable. Por lo tanto, tiría, porque e1la lo había rechazado una vez. Es probable que
él se sacrificaba por ella. En el sueño se ponía en una situación en realidad fuera una prohibición de su padre, originada en su
compulsiva tal que lo obligaba a casarse. Son evidentes su opo- niñez y que se extendía al matrimonio. Recordó entonces una
sición a la dama y su inclinación a la infidelidad. A los 14 años observación del padre que había tenido un efecto similar: "No
había tenido relaciones homosexuales con Braun. mirándose re- subas allí tan a menudo.'' "Te vas a poner en ridículo" era
cíprocamente el pene. otro de sus comentarios despectivos. Vinculado con el sueño:
En Salzburgo, en 1906, se le había ocurrido esta idea du- Poco tiempo atrás había visto un collar dé perlas en un nego-
rante el día. Si la dama le dijera que no debía tener placeres cio y había pensado que si tuviera dinero lo compraría para
sexuales hasta que no se hubiera casado con ella ¿él haría voto ella. Con frecuencia le decía que era una perla entre las mu-
de abstenerse? "Sí", dijo una voz en su interior. (Voto de abs- chachas. Era un frase que usaban· a menudo. "Perla" también
tinencia en su les.) Esa noche soñó que estaba comprometido le parecía justo para ella porque una perla es un tesoro escon-
con la dama, y mientras paseaban tomados del brazo, él le decía dido que hay que buscar en su concha.

u Instrumento de tortura que se conserva en el museo de Nuremberg. Sé J2 No puede tra' rse de la, hermana del paciente del mismo nombre, que
lo usaba para echar agua en la garganta de la víctima. vivia en la époc del análisis,

42 43
Sospecho que fue llevado a la sexualidad por mediación unicamente la forma delirante de la fantasía; que incluso en la
de sus hermanas, quizá no por propia iniciativa; que fue se• otra vida su padre pudiera sufrir por obra· de sus fantasías.
ducido. Al parecer, las compulsiones que aparecieron mientras es-
1udiaba para el tercer examen final, en el sentido de rendirlo
No es necesario relacionar las palabras que oye en sueños
con palabras reales. Sus ideas les. -en cuanto voces interio- <"n julio, se relacionan con la llegada de X .. un tío de la dama
res- tienen el valor de palabras reales que él oye únicamente que venía de Nueva York y de quien el paciente estaba tre~
en sueños. mendamente celoso; y quizá también con su sospecha (que
después se confirmó) de que la dama viajaría a Norte-
américa.
Octubre 27. La dolencia de la abuela de la dama era una en-
fermedad del recto. O ctubre 29. Le expresé mi sospecha de que su curiosidad se-
El comienzo de la enfermec;lad del paciente siguió a una xual se hubiera avivado en relación con sus hermanas. El re-
queja formulada por un tío viudo: "Yo viví sólo para esta sultado fue inmediato. Recordó haber observado por primera
mujer, pero otros hombres se divierten como quieren." Pensó vez la diferencia entre los sexos al ver a su hermana muerta,
que el tío se refería a su padre, aunque eso no se le ocurrió en Katherine (cinco años mayor que él) sentada en la bacinilla o
seguida sino pocos días después. Cuando se lo dijo a la dama. algo parecido.
ella ' se rió de él. y en otra ocasión en que se hallaban presentes Me contó el sueño que había tenido mientras estudiaba
él y su tío ella se las arregló para encauzar la conversación para el tercer examen. Grunhut 18 tenía por costumbre, tres o
hacia el padre del paciente, a quien el tío puso por las nubes. cuatro veces durante los exámenes, hacer cierta pregunta sobre
Sin embargo, eso no le bastó. Poco tiempo después se sintió giros pagaderos en un lugar determinado; una ve7 obtenida
obligado a preguntarle directamente al tío si se había referido la respuesta volvía a preguntar cuál era la razón de esa ley. La
a su padre, cosa que éste negó asombrado. Al paciente le sor-: respuesta correcta era: "como protección contra las Schicanen
prendió mucho el episodio, ya que él personalmente no le habría de los partidos opositores." 14 El sueño se ajustaba al mismo
1
hecho reproche alguno a su padre si éste hubiera tenido algún esquema, pero él contestaba: "Como protección contra las
desliz ocasional. Schügsenen, 111 etc." Era un chiste que bien podría haber hecho
En este contexto mencionó una observación medio en estando despierto.
broma pe su madre sobre el período en que el padre había te- Su padre no se llamaba David sino Friedrich. Adela no
nido que vivir en Presburgo y sólo iba a Viena una vez por era hermana de Braun; era menester abandonar la idea del
semana. (Cuando re~ Jo re!ató por primera vez, omitió esta doble matrimonio.
conexión característica.)
Notable coincidencia mientras estudiaba para su segundo Noviembre 8. De niño sufrió mucho por los parásitos. Es
examen final. Dejó de leer únicamente dos pasajes de cuatro probable que soliera meterse los dedos en el trasero y que
páginas cada· uno, y lo interrogaron precisamente sobre ellos. fyera muy puerco, como su hermano. Ahora lleva la limpieza
Después. mientras estudiaba para el tercer examen final, tuvo a la exageración.
un sueño profético. Durante este período empezaron propia- Fantasía antes de dormirse: Se había casado con su prima
mente su religiosidad y las fantasías de que el padre seguía [la dama]. Le besaba los pies, pero ella no los tenia limpios.
estando en contacto con éL De noche solía dejar abierta la Tenían unas manchas negras que lo horrorizaban. Durante el
puerta que daba al pasillo, en la seguridad de que el padre es- día no babia podido lavarse con ,el cuidado debido y había .
taba parado afuera. Sus fantasías de esa época se relacionaban notado lo mismo en sus pies. Lo estaba desplazando sobre la
directamente con esta brecha en el conocimiento accesible. Fi-
nalmente se rehizo e intentó dar lo mejor de sí planteándose 18 Profesor de derecho en Viena.
un argumento sensato: ¿qué pensaría su padte de su conduc- 14 Es decir, el ejercicio Injustificado de sus derechos.
ta, si estuviera vivo? Pero eso no influyó sobre él; lo detuvo 111 Térnúno judio que designa a las jóvenes gentiles.

44 ~
..;;:¡ \'-· •

dama. A la noche soñó que le lamía los pies. que sin embargo · Está formado por tres personalidades: una bromista y
estaban limpios. Este último elemento es un deseo onírico. normal. otra ascética y religiosa y una tercera inmoral y per-
Aquí la perversión es exactamente la misma que ya conocemos versa.
en su forma no distorsionada. Inevitable incomprensión del les. por el Cs., o más bien
Que el trasero era para él especialmente excitante se ve distorsión de la forma del deseo les.
en el hecho de que cuando su hermana le preguntaba qué era lo De ello resultan pensamientos híbridos.
que le atraía de 1 su prima, le contestó bromeando: "El tra-
sero." La costurera a quien besó hoy excitó por primera vez Noviembre 17. Hasta ahora pasa por un período de disposi-
su libido cuando se agachó y mostró con especial claridad la ción eufórica. Está alegre, sin trabas y activo y se conduce -de
curva de las nalgas. manera agresiva con una joven costurera. Se le ocurrió la bue-
Posdata a la aventura de la rata: El capitán Novak dijo na idea de que su inferioridad moral merecía realmente ser
que a algunos miembros del Parlamento habría que aplicarles castigada por su enfermedad. Siguieron confésiones referentes
esa tortura. Entonces se le ocurrió que él [N] no debía men- a sus relaciones con sus hermanas. Dijo haber cometido repe-
cionar a Gisa, y para su propio horror, inmediatamente men- tidos ataques. contra su hermana Julie, que lo seguía en edad.
cionó al doctor Hertz, 16 lo que volvió a parecerle un hecho después _de la muerte del padre; esos ataques -en una ocasión
ominoso. En realidad el apellido de su prima es ljertz. y él trató de violarla- deben de haber si~o la explicación de sus
pensó inmediatamente que el apellido Hertz lo haría pensar cambios patológicos.
en su prima, y · comprende el sentido de esto. Él intenta aislar Una vez soñó que copulaba con J ulie. Lo abrumaban el
a su prima de todo lo que sea sucio. temor y el remordimiento por haber roto su promesa de man-
Padece de compulsiones sacrílegas, por ejemplo, monjas. tenerse alejado de ella. Se despertó encantado de que no fuera
Un sueño se refería a· las malas palabras que usaba en broma más que un sueño; Entonces fue al dormitorio de ella y le pal-
su amigo V.: "hijo de puta", "hijo de un mono tuerto" (Las meó el trasero bajo las sábanas. No podía entenderlo, y sólo
mil y una noches). pudo compararlo con el haberse masturbado cuando leyó el
A los once años un primo, a quien ahora detesta, lo inició pasaje de Wahrheit und Dichtunq. De esto concluimos que
en los secretos de la vida sexual y le reveló que todas las el haber sido castigado por el padre se relacionaba con haber
mujeres eran putas, incluso su madre y sus hermanas. El pa- a tacado a sus hermanas. Pero ¿cómo? ¿De manera puramente
ciente se defendió preguntándole: "¿Piensas lo mismo de tu sádica , o ya definidamente sexual? ¿A su hermana mayor o a
madre?" la menar? Julie es tres años menor que él. y como las escenas
que investigamos deben de haber sucedido cuando él tenía tres
Noviembre 11. Durante una enfermedad de su prima (moles- o cuatro, es difícil que se trate de ella. ¿Katherine. la hermana
tias de garganta y problemas del sueño) , en un momento en que murió?
que el afecto y la. simpatía de él culminaban, pensó súbitamente Su ratificación en el sentido de que algo pudiera pasarle a
al verla tendida en un sofá: "Ojalá se quedara siempre así." s.u padre en el otro mundo se ha de entender simplemente como
Lo interpretó como un deseo de que ella esfüviera siempre en- una !li~is. Lo que quería decir era: "Si mi padre viviera to-
fe..:ma, para alivio de él, de manera de verse libre. de su temor davía y se enterara de esto, vol.v ería a castigarme y yo me en-
de que ella enfermara. ¡Una equivocación muy ingeniosa! Lo colerizaría una vez más con él. cosa que sería causa de su muer-
que el paciente ya me ha dicho demuestra que eso se vincula te, dado que mis afectos son omnipotentes." Esto pertenece,
con el deseo de verla indefensa, dado que ella se le resistió pues, a la clase: "Si Klaus lee esto, le darán un tirón de
y rechazó su amor; y corresponde burdamente a una fantasía orejas." 11
necrofílica que tuvo una vez de manera consciente pero que no Incluso en los últimos años, cuando su hermana menor dor-
fue más allá de la contemplación de todo el cuerpo. mía en su habitación, por la mañana él la destapaba para poder

18 El nombre original es el de una conocida figura pública de Austr;a. 17 Karl Kraus. editor del periódico vienés Die Fackel.

46 47 t
' '\ .
mirarle todo el cuerpo. Su madre entró entonces en el cuadro al sueño, referente a los asistentes de los oficiales, apuntaba
como obstáculo para su actividad sexual, rol del cual se hizo sólo al padrastro que era teniente.
cargo después de la muerte del padre. Ella lo protegió de los
bien intencionados intentos de seducción de una ·mucama lla- Noviembre 21. Admite que él mismo puede haber tenido sos-
mada Lise. Cierta vez encontró una forma muy ingeniosa de pechas similares respecto de su prima. Estaba muy alegre y
exhibirse ante ésta mientras dormía. Agotado después de un tuvo una recaída en Ja masturbación, cosa que apenas si lQ. ha
ataque de su enfermedad, se había quedado dormido sin tapar- perturbado ..(período de latencia ~terpo1ado}-:-Cuañdo ""se mas;..
se. Cuando a la mañana la muchacha habló con él. le preguntó turbó por- primera vez te'iiia la icfe~a- de que así le haría daño a
eón desconfianza si se -había reído en sueños. En realidad, se alguien que quería (su prima) . Entonces pronunció una fórmula
había reído. a causa de un hermoso sueño en el cual aparecía protectora construida, como ya vimos, a partir de extractos de
su prima. Admitió que era una treta. Cuando er;1 más pequeño diversas plegarias breves complementadas con un "amén" ais-
se había exhibido sin trabas. A los trece años todavía lo hacía lado. La examinamos; era Glejisamen:
con Lina. que había vuelto por un tiempo a su casa. Dio fa ex-
cusa correcta para esa actitud. diciendo que ella lo conocía bien gl = glückliche [feliz]. es decir que L [Lorenz], sea feliz;
desde su primera infancia (había estado en la casa cuando él también, [que] todos [sean felices].
tenía entre seis y diez años). e (significado olvidado) .
j = jetzt und immer [ahora y siempre].
i (vagamente presente junto a la j) .
Noi•iembrc 18. Se refirió a la neurosis de su prima. de la cual s (significado olvidado).
está .tomando conciencia. y en la que desempeña un papel el
padrastro que entró en escena cuando ella tenía doce años. Era Es fácil ver que la mencionada palabra está compuesta de
un oficial. hombre apuesto que ahora está separado de la madre.
Gisa lo trata muy mal cuando a veces va a visitarlas. y él ' in- ;::--.....
tenta siempre ganársela. Los detalles que ~I me dio dejan muy GISELA
pocas dudas de qur el padrastro intentó un avance sexual con S AMEN
la niña. y de que en ella hay algo de lo cual no tiene concien-
cia y que se siente inclinado hacia él: es el amor transferido del y que el paciente unía su Samen [semen] con el cuerpo de su
padre real que le falta desde los seis años. Así. pues. la si- amada, o para decirlo con más crudeza, que se masturbaba
tuación entre ellos está congelada, por así decirlo. Parece que pensando en ella. Como es de suponer, esto lo convenció y
el propio paciente lo supiera. Pues se alteró mucho durante las agregó que en ocasiones la fórmula había asumido la forma
maniobras. cuando el capitán N . mencionó el nombre de Gisela secundaria de Giselamen, pero que él no lo había considerado
Fluss ( !!! ) . tR como si quisiera evitar cualquier contacto entre más que como una asimilación al nombre de su dama (una mala
Gisa y un oficial. Un año atrás había tenido un sueño extraño interpretación invertida).
sobre un teniente bávaro a quien Gisa había rechazado como Al día siguiente llegó profundamente deprimido, y quiso
pretendiente. Esto apuntaba a Munich y su asunto con la cama- hablar de temas indiferentes, pero pronto admitió que pasaba
rera. pero no había asociación con el teniente. y una acotación por una crisis. El día anterior, mientras iba en tranvía, se le
había pasado por la cabeza la cosa más espantosa. Le era to-
talmente imposible decirla. Su curación no valía semejante sa-
18 Los signos de admiración de Freud se refieren al hecho de que ése había crificio. Yo tendría que echarlo, porque se refería a la transf~
sido el nombre de una joven por quien él mismo se había sentido atraído en renda. ¿Por qué iba yo a aguantarme semejante cosa? l'J'inguna
sus días de estudiante durante su primera visita a su lugar de nacimiento
en Moravia. El episodio se describe (aunque _atribuido a un paciente anóni-
de ras explicaciones que le di sobre la transferencia (aunque no
mo) en el trabajo de Freud sobre los recuerdos-pantalla ( 1899a). Véase le extrañaron para nada) tuvo efecto alguno. Sólo después de
también la p. 28 del primer volumen de la biografía de Freud por Ernest cuarenta minutos de forcejeo -así me pareció a mí- y después
lon<'s. de haberle revelado el ~mento de venganza contra mí, y de-

48 49
A'C,.~:r~. ~, l~~o.
mostrando que al negarse a decírmelo y abandonar el trata- respuesta me contó un sueño. Lo tuvo en la ocasión en que pensó
~ento éjercitaría esa Vc;tiij_anza en forma · más dirécta que si me que su prima era demasiado vieja para él. En el sueño, la prima
lb coñtaba, sÓlo entonces se dioa entender que era algo refe- lo llevaba junto a la cama de la ábuela de él, que tenía el cuer-
~ente a mi hija. Con esto terminó la sesión. po · y los genitales descubiertos, y le mostraba lo hermosa que
Todavía fue muy difícil. Después de mucho esfuerzo, y de era todavía a los noventa años (realización de deseo) .
afirmar que mi _empeño en demostrarle que todo el material no Las dos espadas eran 'las espaaas TaPonesas~de sus sueños:
se refería más que a sí mismo daba la impresión de ser ansie- d matrimonio y la cópula. El significado es claro. Se había de-
dad de mi parte, e~ paciente admitió la primera de sus ideas. jado extraviar por una metáfora. ¿Acaso el contenido no era que
(a) Un trasero femenino desnudo, con liendres (huevos el contacto sexual y los partos consumen --devora.n - la belleza
de piojo) en el pelo. de una mujer? Esta vez el propio paciente se rió.
Fuente: una escena con su hermana Julie que había olvi- Tuvo la imagen --de Úno de los jueces suplentes, un tipo
dado confesarse. Después de travesear juntos ella se había echa- sucio. Se lo imaginaba -desnudo, y una mujer estaba practicán-
do de espaldas en la cama de tal manera que él le había visto dole la minctte [fellatio]. ¡De nuevo mi hija! El tipo sucio era
frontalmente esas partes, que por cierto no tenían piojos. En él mismo, que espera llegar pronto a ser juez suplente para poder
cuanto a los piojos, confirmó mi sugerencia de que la palabra casarse. Le había horrqrizado oír hablar de la minette, pero una
"liendres" indicaba que algo similar había sucedido mucho vez cuando estaba con la muchacha en Trieste se había alzado
tiempo atrás en el cuarto de los niños. tan arriba de ella que era una invitación para que se la hiciera,
Los temas son claros. Castigo por el placer que sintió al cosa que no ocurrió. Le repetí mi discurso del sábado sobre las
mirar, ascetismo que recurre a la técnica del disgusto, enojo perversiones.
c onmigo por obliga[}() a [tomar c6nciencia de] eso; de aquí ·1a
ocurrenc1a .. fransferenCíal: " Seguramente lo mismo pasa entre Noviembre 22 . Alegre, pero se deprimió cuando lo traje de
sus hijos." (Ha oído hablar de una hija mía y sabe que tengo vuelta al tema. Una nueva transferencia. Mi madre había muer-
un hijo. Muchas fantasías de serle infiel a Gisa con esa hija, y to. Él estaba ansioso dé darme el pésame, pero temía que al
castigo consiguiente.) hacerlo pudiera estallar en una risa impertinente como le había
Y a calmado y después de un breve conflicto, empezó a sucedido repetidas veces en casos similares. Por eso prefirió de-
hablar, también con dificultad, de toda una serie de ideas que, jarme una tarjeta con la anotación "p . c.", que se había conver-
sin embargo, lo impresionaban de diferente manera. Se daba tido en "p. f.".
cuenta de que en este caso no necesitaba hacer uso de la trans- "¿Nunca se le ocurrió que si su madre muriera usted estaría
ferencia, pero la influencia del primer caso había hecho que libre de todo conflicto, ya que podría casarse?" "Usted se está
todos los otros entraran en la transferencia. vengando de mí", me dijo. "Usted está obligándome a esto
[? ( b) ] El cuerpo desnudo de mi madre. Dos espadas se porque quiere vengarse de mí."
le clavan en el pecho por el costado (como una condecoración. Estuvo de acuerdo en que sus caminatas por la habitación
dijo después, siguiendo el motivo de Lucrecia). 19 La parte in- mientras se hacía esas confesiones se debían al temor de que yo
ferior del ·cuerpo y especialmente los genitales habían sido to- le pegara. La razón quP- había alegado era su delicadeza de sen-
talmente devorados por mí y por los niños. timientos que no le permitía estar cómodamente tendido mien-
Fuente, fácil. La abuela de su prima (el paciente apenas si tras me decía cosas tan terribles. A demás, no dejó de darse
recuerda a la suya). Cierta vez él entró en la habitación mien- golpes mientras admitía esas cosas que seguían resultándole tan
tras ella se desvestía y ella gritó. Le dije que indudablemente difíciles.
él debe de haber sentido curiosidad por el cuerpo de ella. En "Ahora usted me va a echar." Habló de una imagen en que
mi mujer y yo estábamos en la cama, con un niño muerto entre
19Lucrecia fue la matrona que se apufialó después de haber sido violada los dos. El paciente sabía el origen de esa imagen. Cuando era
por Sexto Tarquino. La escena ha sido tema favorito en la pintura, pero pequeño (edad incierta, entre los 5 y 6 años) , estaba tendido
aquí la referencia es oscura. entre el padre y la madre y se orinó en la cama, por lo cual

50 51
el padre lo <:astigó y lo echó. El ni.ño muerto no puede ser más Noviembre 25. Había pensado que si en mi familia había impul-
que. su hermana Katherine: él debe de. haber ganado algo con sos asesinos, yo me arrojaría sobre él como una bestia de presa
su muerte. No confirmó que la escena había ocurrido después para indagai¡ lo que había de malo en él. Hoy estuvo alegre y
de la muerte de ella. de buen humor y me contó que su cuñado inventaba constante-
Su comportamiento durante todo lo que antecede fue el de mente historias como ésa. En seguida le encontró la explicación:
un hombre desesperado, que trata de protegerse de golpes te- que el cuñado no había olvidado el estigma que pesaba sobre
rriblemente violentos: ocultaba la cabeza entre las manos, se su propia familia, ya que su padre había escapado a Norte-
apartaba, se cubría el rostro con el brazo, etcétera. Me contó américa por deudas fraudulentéls· El paciente pensaba que por
que el padre era de muy mal genio y que entonces no sabía lo eso a él . no lo habían nombrado profesor de botánica en la uni-
que hacía. versidad. Un momento después halló la explicación de toda su
Otra idea horrible: Ordenarme que llevara a mi hija al con- hostilidad hacia mi familia. En una ocasión su hermana J ulie
sultorio para que él pudiera lamerla, diciéndome: "Tráigame a había comentado que Alex [el hermano de Freud] sería buen
la Miessnick." 20 Lo asoció con el relato de un amigo que quería marido para Gisa. De ahí su furia (lo mismo que con los ofi-
emplazar cañones contra el café donde solía concurrir, pero pri- ciales).
mero que.ría salvar a un mozo excelente pero muy feo dicién- Sigue un sueño. Estaba parado sobre una colina, con un
dole: "Ven afuera, Miessnick.'' ~l era un Miessnick comparado cañón que apuntaba sobre una ciudad que se alcanzaba a ver
con su hermano menor. desde donde él estaba, rodeada por varios muros horizontales.
Juego de palabras con mi apellido: Freudenhaus-Miidchen Su padre estaba junto a él, y hablaban del período durante el
["muchachas que pertenecen a una casa de placer", es decir, cual se había construido la ciudad, el Oriente Antiguo o la
prostitutas]. Edad Media alemana. (Estaba seguro de que no era de ningún
modo real.) Después los muros horizontales se convirtieron en
Noviembre 23. La sesión siguiente estuvo llena de las transfe- paredes verticales que se elevaban en el aire como cuerdas; él ín-
rencias más aterradoras, que le resultaba muy difícil comunicar. tentó demostrar algo con ellas, pero las cuerdas no estaban
Mi madre estaba de pie, desesperada, mientras ahorcaban a bastante tensas y se caían. Acotaciones; análisis.
todos sus hijos. Me recordó la profecía de su padre en el senti-
do de que él sería un gran criminal. No pude imaginarme la ex- Noviembre 26. Interrumpió el análisis del sueño para hablarme
plicación que ofreció por tener esa fantasía. Dijo que sabía que de la transferencia. Varios niños estaban tendidos en el suelo y
en cierta ocasión una gran desdicha se había abatido sobre mi él se acercaba a cada uno de ellos y les hacía algo en la boca.
familia: un hermano mío, que era camarero, había cometido un Uno de ellos, mi hijo (su hermano que había comido excremen-
asesinato en Budapest y lo habían ajusticiado. Yo le pregunté · tos a los dos años) todavía tenía marcas marrones alrededor
riendo cómo lo sabía, y se quedó cortado. Me explicó que su de la boca y se relamía como si fuera algo muy rico. Siguió un
cuñado, que conoce a mi hermano, se lo había contado como
cambio: era yo, y yo se lo hacía a mi madre.
prueba de que la educación de nada servía y de· que lo impor-
tante era la herencia. Agregó que su cuñado tenía. la costumbre Eso le recordó una fantasía en la que él pensaba que uria
de inventar cosas y que había encontrado la noticia en un nú- prima suya, muy mal educada, no merecía siqui~ra que Gisa le
mero atrasado de Presse [conocido periódico vienés]. Por lo hiciera sus necesidades en la boca; por lo tanto, la imagen es-
que sé, se refería a cierto Leopold Freud, el asesjno del tren, taba invertida. El orgullo y la autoestima se ocultaban tras esto.
·cuyo crimen se remonta ·a mi tercer o cuarto año de vida.. Le Recordó también que el padre era mal hablado y le gustaba
aseguré que jamás habíamos . tenido parientes en Budapest. Se usar palabras como "culo" y "mierda", ante las cuales su madre
sintió muy aliviado y me confesó que había iniciado el análisis siempre se horrorizaba. Una vez intentó imitar al padre, y eso lo
con gran desconfianza por ese motivo. complicó en un delito que quedó impune. Como era muy sucio,
una vez a los once años la madre decidió lavarlo personalmente.
2o Término judío que significa criatura fea. Lloró de vergüenza y le preguntó: "¿Dónde me vas a fregar

52 53
O., especialmente en cuanto estaba en el mismo regimiento
ahora, en el culo?" Eso le habría significado el más severo cas- donde había estado D. y este último decía: "Yo ya debería
tigo paterno, si su madre no hubiera intervenido. ser capitán." El que mencionó el nombre de Gisela fue otro
Su orgullo de familia, que admitió riéndose, acompañaba oficial; Novak había mencionado el apellido Hertz. D. es sifilí~
probablemente a su autoestima. "Después de todo, los Lorenz tico y por esa causa se deshizo el matrimonio. La tía del pacien~
son la única gente que vale la pena", solía decir una de sus te aún teme haberse contagiado. J&s_ratas significan -~i~ a
hermanas. El mayor de sus cuñados ya se había acostumbrado
a eso y lo tomaba en broma. El paciente lamentarla tener que la sífilis.
despreciar a sus cuñados simplemente por su familia. (Contras- Noviembre 29. Ha tenido muchas situaciones enojosas por asun~
te entre el padre de él y los padres de los cuñados.) Su pádre tos de dinero con sus amigos (dar garantías, etcétera). Le dis·
era primo camal de la madre, ambos de origen muy humilde, y
solía dar en tono de broma una imagen exagerada de las con~
~ustaría mucho que la situación se convirtiera en una cuestión
de dinero. Cuando ayer le pidió a su hermana quE: le prestara
1
l
diciones en que habían vivido en su niñez. De acuerdo con esto, dos florines, pensó: "Por cada florín una rata." Cuando yo le
su odio hacia mí era un caso especial de su odio por los cuñados.
Ayer, después de haber acudido en ayuda de un epiléptico,
dije mis honorarios en la primera entrevista, pensó para sus ~
tuvo miedo de tener un acceso de cólera. Estaba forioso con
adentros: "Por cada krone una rata para los niños." Ahora , 'f
bien, para él Ratten [ratas] significaba en realidad Rate!!}
su prima e hirió los sentimientos de ella con varias indirectas.
¿Por qué estaba furioso? Posteriormente tuvo un acceso de
1cuotas]. Pronunciaba de la misma manera las dos palabras, =-
y lo justificaba diciendo que la "a" de ratum (de reor) es corta:
llanto en presencia de ella y de su hermana. y cierta vez fue corregido por un abogado que le señaló que
Otro sueño relacionado con esto. Ratten y Raten no son lo mismo. Un año antes se había ofre-
( 29 años) . Una hermosa fantasía anal. Estaba tendido de cido como garante para un amigo que tenía que pagar una suma
espaldas sobre una muchacha (mi hija) y copulaba con ella en veinte cuotas, y había hecho que el acreedor le prometiera
por medio del excremento que le colgaba del ano. Eso apuntaba que le avisaría a · él cuándo vencía cada cuota para no hacerse
directamente a Julie, a quien le dijo: "Nada tuyo me repugna~ pasible, según los términos del convenio, de pagar todas a la

~
ría." Durante la noche mantuvo una ardua lucha; no sabía a qué vez. De modo que el dinero y la sífilis convergen en "ratas".
se refería. Resultó referida a si debía casarse c:on su prima o
con mi hija. Es fácil explicar esa oscilación como derivada de Moneda-rata.
Hay más sobre la sífilis. Evidentemente la idea de la si·
la existente entre dos de sus hermanas.
filis que roe · y devora le había hecho pensar en las ratas. En
Una fantasía de que si ganaba el primer premio en la lotería
realidad dio varias fuentes de esa asociación, especialmente de
se casaría con su prima y me escupiría en la cara demostraba
su época de servicio militar, cuando se habló del tema. (Analo.. I
que había pensado que yo deseaba tenerlo como yerno. Proba- )

gia con el tema transferencia! de los genitales carcomidos. Siem•


blemente haya sido uno de esos niños que retienen las materias
pre había oído decii; que todos los militares eran sifilítico~. de
fecales.
ahí su terror de que el oficial mencionara el nombre de Gisela).
- - Hoy tenía una invitación para un rendez-vous. Inmediata..
mente se le ocurrió la idea de "ratas". En relación con eso me La vida militar no sólo le recordaba a D. sino a su padre.
contó que cuando lo había conocictÓ, el teniente Í>., el padras .. que estuvo tanto tiempo en el ejército. La idea de que el padre
tro, le había referido que de niño andaba disparando con una fuera sifilítico no le era del todo ajena. Me contó una serie de
pistola Flaubert 21 contra todo bicho viviente y se había herido, historias de las calaveradas de su padre mientras estaba en el
o había herido a su hermano, en una pierna. Lo recordó en una servicio. Con frecuencia pensaba que los problemas nerviosos
visita posterior cuando vio una rata grande pero el teniente no
lo recordaba. Siempre andaba diciendo: "Le pegaré un tiro."
El capitán Novak debe de haberle hecho pensar en el teniente ~:A La pronunciación normal de la "a" en Ratten es breve,
y en Raten larga;
1·! alemán Rate se deriva de ratum, participio pasado del latin reor, ." yo
rnlculo".
21 Conocida marca de armas de fuego. La graf!a debería ser Flobert.

' f veu v ::: A Pfl t ) 54


55
de todos ellos podrían deberse a que el padre hubiera tenido
sífilis. escrito dos números. Apostó su dinero a esos números y ganó
con los dos. Durante una marcha cobró sus ganancias y corrió
En relación con su prima, la idea de rata asumía esta forma:
para reunirse con su columna mientras las monedas le tintinea-
Temor de que ella hubiera sido contagiada por el padrastro;
ban en la cartuchera. ¡Qué ironía cruel que el otro hombre no
detrás de eso, que su propio padre la hubiera enfermado, y más
hubiera ganado nada! En una ocasión, su padre disponía de
atrás todavía el miedo lógico y racional de que, por ser hija de
diez florines del dinero del regimiento para pagar ciertos gastos.
un paralítico general, ella misma estuviera enferma (él había Perdió una parte jugando a las cartas con otros hombres y.
tenido noticia de esta correlación durante años). La irrupción ganado por la tentación de seguir jugando, lo perdió todo. Se
de su enfermedad después de la queja de su tío se puede enten- lamentó con uno de sus compañeros, diciéndole que tendría que
der ahora de otra manera. Debe de haber significado el cumpli- pegarse un tiro. "Seguro, pégatelo.,, le dijo el otro, "un hombre
miento de un deseo de que el propio padre del paciente también que hace semejante cosa debería pegarse un tiro." Pero luego le
fuera sifilítico, de modo que él no pudiera reprocharle nada a su prestó el dinero. Terminando su servicio militar, el padre del
prima y pudiera casarse con ella después de todo. pacie~te trató de encontrar al hombre pero no pudo. (¿Pagó al-
guna vez la deuda?)
Noviembre 30. Más historias de ratas; pero, como admitió fi- La madre había sido criada por los Rubensky como hija
nalmente, las habla reunido únicamente para eludir las fanta- adoptiva, pero la trataban muy mal. Le contó que uno de los
sías transferenciales .que habían aparecido entretanto y que, hijos varones era tan sensible que les cortaba la cabeza a
como advirtió, expresaban remordimiento por el rendez-vous los pollos para templarse. Es evidente que eso no era más que
que tenía para hoy. una excusa y lo excitaba mucho. Una imagen onírica de una
Posdata. Su prima y el tío de ella, de Nueva York, durante rata grande y gorda que tenía nombre y se comportaba como
un viaje por tren encontraron Ja cola de una rata en un salchi- un animalito doméstico. Eso le hizo pensar en seguida en una
chón y se pasaron horas vomitando. (¿El pacien~e se divertía de las dos ratas (era la primera vez que decía que no eran más
con eso?) que dos) que ponían en el rt>ci piente, según el relato del capitán
Material nuevo. Repugnantes historias de ratas. Sabe que Novak. Además, las ratas eran responsables de que él hubiera
las ratas actúan como portadores de muchas enfermedades in- ido a Salzburgo. Su madre contaba que una vez ese mismo
fecciosas. En la Fugbachgasse se podía ver a través de UI). patio Rubensky había hecho un gato kosher metiéndolo en el horno
el interior del cuarto de máquinas de los baiíos romanos. Vio y después despellejándolo. Eso lo hizo sentir tan mal que su
una cacería de ratas y oyó que las arrojaban dentro de la cal- cuñado le aconsejó amistosamente que cuidara su salud. Les
dera. También había allí un montón de gatos que daban unos presta tal atención a las ratas que las encuentra por todas partes.
maullidos espantosos y en una ocasión vio a un obrero que gol- En la ocasión en que volvía de las maniobras se encontró con
peaba contra el suelo algo que había en una bolsa. Cuando pre- que el doctor Springer 28 estaba con un colega a quien presentó
guntó le dijeron que era un gato y que después lo arrojaban a como el doctor Ratzenstein. La primera función de ópera que
la caldera. vio fue una representación de Meistersinger, donde oyó pro-
Siguieron otros relatos de crueldad, que finalmente se cen- nunciar repetidas veces el nombre " David". Había usado el
traron en el padre. Al ver el gato se le ocurrió la idea de que moti[ de David como exclamación en su familia. 24 Ahora, cuan-
el padre estaba dentro de la bolsa. Cuando su padre estuvo en do repite la fórmula mágica Glejisamen, le agrega "sin ratas",
el ejército, todavía estaba en vigor el castigo corporal. Describió
23 .El amigo mencionado al principio de la historia del caso tal como se
cómo una vez, una. sola, dominado por la cólera, había golpea- publicó y a quien visitó al volver de las maniobras.
do con la culata del fusil a un recluta, que cayó al suelo. Su 2t David era el nombre del teniente A en el trabajo publicado sobre el caso.
padre había jugado mucho a la quiniela. Uno de sus cama- y de quien se decía que pagó el franqueo de los anteojos del paciente. La
radas de armas tenía la costumbre de gastarse todo el dinero referencia a la familia del paciente es oscura. El nombre aparece antes en
de esa manera; en una ocasión el padre del paciente encontró estas mismas notas de Freud donde, sin embargo, éste dic.? que el nombre
del padre del paciente no era David, sino Friedrich. Al parecer, el nombre
un pedazo de papel que ese hombre había tirado y donde había riel hermano del paciente era Hans.

56 57
aunque se lo imagina escrito con una sola "t". Presentó con Eugiado en la enfermedad; la fuga le fue facilitada por el proble-
fluidez este rµaterial, lo mismo que otro. Las conexiones son su- ma infantil de la elección entre una hermana mayor y una menor,
perficiales y las profundas están ocultas; evidentemente esto y por su regresió~ a la historia del casamiento de su 1padre. El
había sido preparado como una admisión, para encubrir alguna padre solía hacer un relato humorístico de su noviazgo, y a
otra cosa. Al parecer este material contiene la relación del di- veces la madre le hacía burla diciéndole que antes había cor-
nero y la crueldad con las ratas, por una parte, y por la otra tejado a la hija de un carnicero. Al paciente le resultaba into-
con su padre, y debe referirse al matrimonio de aquél. Narró lerable la idea de que su padre pudiera haber abandonado a su
otra anécdota. No hace muchos años, cuando su padre volvió 1mor para asegurarse el futuro mediante una alianza con R. Se
de Gleichenberg, 25 le dijo a la madre, después de treinta y tres Irritó muchísimo conmigo, lo que se manifestó en insultos que
años de casados, que había vist9 una cantidad tan increíble de le resultaba muy penoso proferir. Me acusaba de hurgarme la
malas esposas que no podía menos que rogarle que le asegurara n¡uiz. se negaba a darme la mano. pensaba que a un cerdo in-
que jamás le había sido infiel. Cuando ella le puso reparos, mundo como yo había que enseñarle buenos modales y estimaba
dijo que la creería únicamente si lo juraba por la vida de sus que una postal que yo le había enviado, firmándola "cordial-
hijos, y sólo se tranquilizó cuando eUa lo hizo. Tiene excelente rnente", era demasiado íntima.
opinión de su padre por eso, que considera un signo de fran- Era evidente que luchaba contra fantasías de caer en la
queza, ·como su confesión de haber maltratado al soldado o de tentación de casarse con mi hija y no con su 'prima, y de insul-
haber trampeado mientras jugaba a los naipes. Hay material tnr nuevamente a mi mujer y a mi hija. Una de sus fantasfos
importante detrás de todo esto. El relato de las ratas se con- trans ferenciales fue directamente que la señora del profesor F.
vierte cada vez más en el punto nodal. le lamiera el culo; rebelión contra una familia de más prestigio.
Otra vez vio a mi hija con dos montones de bosta en lugar
Diciembre 8. Muchos cambios en el curso de una semana. Su de los ojos. Eso significa que él no se ha enamorado de sus ojos.
estado anímico mejoró mucho como resultado de su rendez-vous 11ino de su dinero. Emmy [la muchacha con quien la madre
con la costurera, pese a haber terminado en una eyaculación quería que se casara ] tiene ojos excepcionalmente hermosos. En
precoz. No tardó en ensombrecerse, y eso se manifestó en su los últimos días ha enfrentado virilmente las quejas de su madre
transferencia en el tratamiento. Durante su encuentro con la rorque el mes anterior gastó treinta florines en vez de dieciséis.
muchacha no hubo más que leves indicios del castigo de las En el tema de las ratas faltan elementos dirigidos contra
ratas. Cuando sacó un cigarrillo de la cigarrera que le dio su In madre, evidentemente porque en relación con ella la resi~ten­
prima, se sintió inclinado a no usar los dedos que habían tocado da es muy fuerte. 26 Al equiparar R atten y Raten lo que hacía.
a la chica, pero se resistió a tal inclinación. Más detalles sobre 1•ntre otras cosas, era reírse del padre. En una ocasión el padre
el padre y su tosquedad. La madre lo tachaba de "tipo vulgar" le había dicho a un amigo: "No soy más que un Laue, y no un
porque tenía el hábito de despedir gases sin disimulo. f,aie." 21 Eso lo abochornaba mucho, como cualquier otro signo
Nuestro interés por la ' transferencia en el tratamiento nos de la falta de educación del padre. El padre hacía esporádicos
llevó por muchos caminos desviados. Describió una tentación Intentos de economía, unidos a esfuerzos por instituir un régi-
de cuyo significado no parecía tener conciencia. Un pariente de men espartano, pero siempre los abandonaba después de corto
Rubensky se había ofrecido para instalarle un despacho en las tiempo. La que economiza es la madre, pero le interesa la co-
inmediaciones del Mercado de Carnes tan pronto como se doc- rnodidad ·de la casa. La forma en que el paciente mantiene se-
torara en leyes -para lo que en ese momento le faltaban pocos netamente a su amigo es una identificación con el padre, que
meses- y a buscarle clientes. Eso coincidía con el antiguo pro- 11e conducía de la misma manera con el primer inquilino que
yecto de su madre de que se casara con una de las hijas de R., tuvieron, a quien solía pagarle el alquiler, y también con otras
un encanto de muchacha que tiene ahora 17 años. El paciente no personas. En realidad era un hombre auténtico. íntegro y bon-
tenía idea de que con el fin de eludir ·ese conflicto se había re-
n Aqui la lectura del manuscrito es incierta.
~:; Los baños termales en Estiria. "I Laie =laico: /aue = tibio.

58 !í0
dadoso, dotado de sentido del humor, y normalmente el pa- Gran reducción de las transferencias del ·paciente en el
ciente apreciaba mucho esas cualidades. Sin embargo, con su tratamiento. Tiene mucho miedo de conocer a mi hija. Inespe-
actitud excesivamente refinada, le avergonzaba en forma méini- radamente me dijo que tiene un testículo que no descendió,
fiesta la naturaleza simple y marcial de su padre. aunque su potencia es muy buena. En un sueño se encontraba
con un capitán que no tenía la insignia de su grado más que del
Diciembre 9. Alegre; se está enamorando de la muchacha; lo- lado derecho, y una de las tres estrellas estaba cólgando. Señaló
cuaz, un sueño con un neologismo, un mapa de estado mayor la analogía con la operación de su prima.
de WLK (palabra · polaca). 2•8 Mañana tenemos que ver esto.
Vielka = [en polaco] "vieja", L = Lorenz, Gl = abreviatura Diciembre 12. Las transferencias "sucias" continuaron y se
de Glejisamen = Gisela Lorenz. anuncian más. Resulta ser un renifleur. De joven era capaz de
reconocer a la gente por el olor de la ropa; podía distinguir los
Diciembre 10. Me contó todo el sueño, pero sin entender nada olores de familia y le daba auténtico placer el olor del pelo de
de él; por otra parte me dio algunas asociaciones referentes a las mujeres. Además, parece que ha hecho una transferencia del
WLK. No se confirmó mi idea de que eso aludía a un WC: conflicto inconsciente que provocó su enfermedad, desplazando
pero con W ["vei' J el paciente asoció una canción que cantaba su amor por su prima sobre la costurera; y ahora está haciendo
su hermana: "In meinem Herzen sitzt ein grosses Weh" 29 competir a esta última con mi hija, que aparece como la pareja
[pronunciado también "vei''J. Con frecuencia eso le había pa- rica y respetable. Su potencia con la costurera es excelente. Hoy
recido muy cómico, y no podía dejar de imaginarse una gran W. se atrevió a enfrentar el tema de la madre. Tenía un recuerdo
Me cuenta que su fórmula defensiva contra las compulsio- muy temprano de ella tendida en el sofá; se sentó, se sacó algo
nes es un aber [pero] enfático. últimamente [¿sólo desde el amarillo de bajo el vestido y lo puso sobre una silla. En ese
tratamiento?] está acentuándola como abér [la acentuación momento el paciente quiso tocarlo, pero tal como lo recordaba,
normal es áber J. Dijo que se explicaba esa acentuación inco- era horrible. Más adelante la cosa se convirtió en una secreción
rrecta en cuanto servía para reforzar la "e" muda que no era y eso condujo a la fantasía transferencia} de que todos los miem-
protección suficiente contra las intrusiones. Se le ocurrió en- bros de mi familia se ahogaban en un mar de secreciones re-
tonces que tal vez el abér representara Abwehr [defensa J, donde pugnantes de toda clase. Suponía que todas las mujeres tenían
la W que falta se podía encontrar en WLK. secreciones repulsivas y después se quedó pasmado al no en-
Dijo que fa fórmula Glejisamen, en la que en un momento contrarlas en ninguna de sus dos liaisons. •Su madre padecía
feliz había fijado por medio de un ensalmo mágico lo que en lo una afección abdominal y en la actualidad sus genitales huelen
sucesivo habría de permanecer inmutable, le había servido du- mal, cosa que a él lo enfurece. Ella misma dice que huele mal
rante mucho tiempo. Pero sin embargo estaba expuesta al ene- si no se baña con mucha frecuencia, pero que no puede permi-
migo, es decir a convertirse en su opuesto, y por esa razón pro- tírselo, y a él eso lo espanta. '
curó abreviarla más, y la había cambiado -por razones que ig- Me contó dos encantadoras historias de niños. Una se re-
noraba- por un breve wie ["cómo", pronunciada "vi"]. fería a una niñita de cinco o seis años que tenía gran curiosidad
La K corresponde a la vielka [pronunciada "vi-el- sobre Santa Claus. Se hizo la dormida y vio que el padre y la
ka"J = "vieja". Le recordaba también su ansiedad cuando en madre llenaban medias y zapatos con manzanas y peras. A la
la escuela interrogaban a la letra K [es decir a los niños cuyo mañana siguiente le dijo a su gobernanta: "No existe Santa
apellido empezaba con KJ, ya que eso significaba que estaban Claus. Mami y papi lo hacen. Ahora ya no creo más en nada,
acercándose mucho a la L. Correspondería pues al deseo de ni siquiera en la cigüeña. Eso también lo hacen mami y papi."
que la K viniera después de la L. de modo que la L ya hubiera El otro relato es sobre su sobrinito de siete años, que es muy
pasado.
cobarde y les tiene miedo a los perros. El padre le preguntó qué
haría si se encontrara con dos perros. "A dos no les tengo mie-
28 En alemán esas letras se pronuncian "vei-el-ka". do. Se pasarían tanto tiempo oliéndose el trasero que yo me
20 "En mi corazón hay una gran pena". podría escapar." ·

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Diciembre 14. Se lleva bien con la muchacha, porque le gusta dinero a la madre, porque no quiere tener nada de ella; eso le
su naturalidad y es muy potente con ella; pero se puede ver, a pertenece y no hay mérito en ello.
partir de casos de compulsiones menos graves que ha aportado, · Dice que todo lo que hay de malo en su naturaleza le viene
que está presente una corriente de sentimientos hostiles hacia del lado materno. Su abuelo materno era un hombre brutal que
la madre, ante la cual él reacciona con una · exagerada conside- maltrataba a su mujer. Como él. todos sus hermanos han pasado
ración hacia ella y que se deriva de la rigidez educacional de por el gran proceso de transformación que significa convertirse
ella, especialmente respecto de la suciedad del paciente. Anéc- en personas de bien después de haber sido niños malos. Eso era
dota de la madre que eructaba, y él había dicho, a los doce años, menos válido para su hermano, una especie de parvenu.
que no podía comer a causa de sus padres.
Diciembre 21. Estuvo identificándose con la madre en su con-
Diciembre 16. Mientras estaba con la costurera, pensó: "Por ducta y en las transferencias ·en el tratamiento. Conducta: Ob-
cada cópula, una rata para mi prima." Eso demuestra que las servaciones tontas durante todo el día, esforzándose por decirles
ratas son medios de pago. El enunciado es producto de un com- cosas desagradables a todas sus hermanas, comentarios críticos
promiso entre corrientes de sentimientos amistosos y hostiles, sobre la tía y la prima. Transferencias: Se le ocurrió la idea
porque (a) cada cópula de ese tipo le abre el camino a una de decirme que no me entendía, y pensó: "20 kronen son sufi-
con la prima, y ( b) cada cópula se realiza para desafiarla y cientes para el Parch", 80 etcétera. Confirmó mi hipótesis al
hacerla enojar. · decir que usaba exactamente las mismas palabras de su madre
El cuadro está compuesto de ideas claras y conscientes, para refel'irse a la familia de la prima. Parece posible que tam-
fantasías, delirios, asociaciones compulsivas y fantasías tra.n s- bién esté identificándose con la madre en sus críticas al padre,
f erenciales. y que continúe así en su interior las diferencias entre sus padres.
Me habló de una experiencia "aterradora" en relación con E n un sueño (antiguo) que me contó establecía un paralelo di-
• la historia de las ratas. En una ocasión, antes de enfermarse, recto entre sus propias razones para odiar al padre y las de la
mientras visitaba la tuniba de su padre, vio deslizarse junto a madre: El padre· había regresado. A él eso no lo sorprendía.
ella una alimaña parecida a una rata. (Sin duda era una coma- (Fuerza de su deseo.) Estaba inmensamente complacido. La
dreja de las que abundan allí.) Supuso --lo que parece muy madre le reprochaba: "Friedrich, ¿por qué pasó tanto tiempo
probable- que el animal había estado comiéndose a su 'p adre. sin que tuviéramos noticias tuyas?" Él pensaba que después de
Sus ideas en su les. respecto de la supervivencia después, de la todo tendrían que reducir los gastos, ya que ahora iba a vivir
muerte son de un materialismo tan coherente como el de los an - una persona más en la casa. Esa idea era la venganza contra el
tiguos egipcios. Eso se vincula con la ilusión que tuvo después padré que, según le habían contado, estaba desconsolado por su
del discurso del capitán N . sobre las ratas, éuando vio que el nacimiento, como sucedía con el de cada hijo. Tras eso se ocul -
suelo se elevaba delante de él como si hubiera una rata debajo, taba otra cosa, a saber que al padre le gustaba que le pidieran
lo cual tomó como un augurio. Él no sospechaba esa conexión. permiso, como si quisiera abusar de su poder, aunque tal vez en
r.e alidad lo único que hacía fuera disfrutar de la sensación de
Diciembre 19. Ahora se explica su avaricia. A partir de un co- que todo provenía de él. La queja de su madre se remontaba a
mentario casual de la madre, en el sentido de que su conexión un relato de ella según el cual una vez, m'ientras ella estaba en
con Rubensky valía más que una dote, estaba convencido de el campo, el padre le escribía con tan poca frecuencia que se
que el padre se había casado con ella y había abandonado a su volvió a Viena para ver qué pasaba. En otras palabras, se quejó
amor por la ventaja material. Eso, unido al recuerdo de los de que la trataba mal.
apuros financieros de su padre durante el servicio militar, lo
llevaban a detestar la pobreza que lleva a la gente a cometer Diciembre 23. Muy trastornado porque el doctor Pr. ha vuelto
tales crímenes. De esa manera se reparaba la pobre opinión que a enfermarse. El carácter del doctor Pr. se parece al del padre:
tenía de su madre. Por tanto, él economizaba para no tener gue
traicionar su amor. Por esa razón, también, le entrega todo su 00 Término judío que designa a una persona inútil y frívola.

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E-t4 r=-, ~/f.~:­
(~' . J.' 1 '"" ., - '~ ,
un hombre de honor, pese a su rudeza. El paciente está pasando le asegurara que Je tenía afecto; se desesperó mucho cuando
por lo mismo que pasó cuando el padre estaba enfermo. De paso, él se negó de plano. Semanas después se arrojó por la venta-
la enfermedad es la misma: un enfisema. Además, su pena no na. Él decía que no habría hecho tal cosa si él se hubiera ave-
deja de estar mezclada con sen1'iñiienfi5s de venganza. En sus nido a la liaison. Es decir que la omnipotencia se manifiesta
fantasías de que el doctor Pr. ya ha muerto puede ver que es cuando se da o se niega el amor, en la medida en que uno tiene
así. Tal vez la razón de tales sentimientos sea que en la familia el poder de hacer feliz a alguien.
le reprocharon durante mucho tiempo por no haber insistido Al día siguiente le sorprendió que después de hacer ese
bastante para que el padre se jubilara. EJ castigo de las ratas descubrimiento no hubiera sentido remordimiento alguno. pero
se extiende también al doctor Pr. Se Je ocurrió que pocos días r.eflexionó que en realidad éste ya existía. (¡Excelente!)
antes de la muerte de su padre, Pr. dijo que él también estaba M~ propuso entonces hacerme un relato cronológico de sus
enfermo y le iba a derivar el caso al doctor Schmidt. Eviden~ ideas obsesivas. Tuvo la primera en diciembre de I 902, cuando
temente, eso se debía a que el caso era desesperado y que Jo pensó de pronto .que debía dar el examen para una fecha deter-
afectaba demasiado en razón de su íntima amistad. En ese mo- minada, enero de 1903, y así lo hizo. (Después de la m~erte
mento, el paciente había pensado: "Las ratas huyen del barco <le su tía y sus autorreproches a causa de las críticas de su
que se hunde." Tenía idea de que su deseo estaba matando al padre. ) Comprende perfectamente que eso es una laboriosidad
doctor Pr. y de que él podía mantenerlo con vida; una idea de diferida. A su. padre siempre le había molestado que no fuera
su omnipotencia. Pensaba que. en realidad, un deseo suyo re trabajador. De acuerdo con eso, su idea era que si el padre
ITTibla salvado ravida a su prima en dos ocasiones. Una de ellas viviera él le haría daño con su haraganería, lo que sigue siendo
era el año pasado, cuando ella sufría de insomnio y él se quedó válido. Le señalé que ese intento de negar la realidad de la
levantado toda la noche: en realidad, esa noche por primera vez muerte del padre es la base de toda su neurosis. En febrero de
ella durmió mejor. La otra vez fue cuando ella tuvo uno de sus 1903, después de la muerte de un tío que le era indiferente. em-
ataques; cada vez que estuvo al borde de un estado de insensi- pezaron nuevamente los autorreproches por haberse quedado
bilidad, él pudo mantenerla despierta diciéndole algo que le dormido durante la noche [de la muerte del padre] . Desespe-
interesara. Aun cuando se encontrara en ese estado, ella reac-· ración extrema, ideas de suicidio, horror ante la idea de su
donaba a sus comentarios. propia muerte. Se preguntaba qué significaba morir. Era como
¿Cuál es el origen de su idea de omnipotencia? Creo que :-il el sonido de la palabra debiera decírselo. Qué espantoso debía
data de la primera muerte que se produjo en su familia, la de :-ier no ver ni oír nada. No alcanzó a advertir lo erróneo de su
Katherine, de la cual tenía tres recuerdos. Corrigió y amplió el onclusión y huyó de esas ideas suponiendo que debía de haber
primero de eJlos. Veía que Ja nevaban a la cama, pero el que un más · allá y una inmortalidad. Durante el verano del 111ismo
la nevaba no era el padre, y era antes de que se supiera que es- nño, 1903, mientras cruzaba en barco el lago Mondsee se le
taba enferma. Su padre Ja retaba y la estaban sacando de la ocurrió de pronto la idea de arrojarse al agua. Volvía con Julie
cama de los padres. Durante mucho tiempo se había quejado de visitar al doctor E., de quien ella estaba enamorada. Puesto
de que se sentía cansada, sin que le hicieran caso. Pero una . 1 pensar qué podía hacer por su padre, empezó pol' ocurrírsele
vez, cuando el doctor Pr. la examinaba, se puso pálido. Diag- In idea hipot¿tica: "Si tuvieras que arrojarte al agua para que
nosticó un ~rci11om...a (?) que posteriormente Je causo Ja muer- 110 le sucediera ningún daño ... ". que inmediatamente tue se-
te. Mientras yo me refería a las posibles razones de que él se 9uida por un mandato positivo [de hacerlo]. Era análogo, in-
sintiera culpable de su muerte, el paciente pasó a otro tema tam- luso en su formulación, a sus reflexiones previas a la muerte
bién importante, porque aquí tampoco él había recordado pre- del padre respecto de si lo abandonaría todo para sa1var10.
viamente su idea de omnipotencia. Cuando tenía veinte años, l labía, pues, cierto paralelo con su prima, que por segunda vez
en su casa habían empleado a una costurera a quien intentó se verano lo habia tratado mal. Su furia contra ella había sido
seducir repetidas veces, pero que en realidad no le interesaba tremenda y recuerda haber pensado de pronto, mientras des-
porque le ponía exigencias y tenía un deseo exagerado de que nnsaba en el sofá, que ella era una puta, lo que lo horrorizó
la amaran. Se quejaba de no gustarle a la gente y le pidió que él rnucho. Ya no duda de que tenía que expiar sentimientos de

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cólera similares dirigidos contra el padre. En esa época sus t e -· pués de haber estado leyendo, solía encender muchas luces en
mores oscilaban ya entre el padre y la prima (al parecer "puta .. el corredor y en su cuarto, quitarse toda la ropa y mirarse al
implica una comparación con la madre). El mandato de arro- espejo. Le preocupaba un poco que su pene fuera demasiado
jarse al agua no puede haber provenido, por ende, más que pequeño, pero durante esos episodios tuvo cierto grado de
de la prima; él era su enamorado sin éxito. erección, cosa que lo tranquilizó. A veces se ponía también un
espejo entre las piernas. Además, en esa época solía experimen-
Diciembre 27. Comenzó con una corrección. Fue en diciembre tar la ilusión de que alguien llamaba a la puerta del frente.
de 1902 cuando le habló a su amigo de sus autorreproches. El Pensaba que era su padre que quería entrar al departamento, y
examen lo dio en enero y en ese momento no se impuso nin- que si · Ja puerta no se abría iba a sentir que no lo querían y se
guna fecha fija, como había pensado erróneamente; eso no su- volvería a ir. Pensaba que a menudo venía a golpear. Siguió
cedió hasta 1903, y la fecha fue para julio. haciendo lo mismo hasta que por fin lo asustó la índole ·pato-
En la primavera [¿1903?] experimentó violentos autorre- lógica de esa idea y se liberó de ella valiéndose de la reflexión
proches (¿por qué?). Un detalle aportó la respuesta. De pronto de que si hacía eso, dañaría al padre.
cayó de rodillas, se despertaron sus sentimientos piadosos y Todo eso era inconexo e ininteligible. Todo se explica si
decidió creer en el otro mundo y en la inmortalidad. Eso im- suponemos que por razones supersti~iosas, esperaba una visita
plicaba el cristianismo y la obligación de ir a la iglesia e.n Un- de su padre entre las doce y la una de la mañana. y disponía las
terach, después de haber llamado puta a su prima. Su padre cosas para trabajar de noche de modo que cuando el padre He-
nunca se avino a ser bautizado, pero lamentaba m.u cho que sus gara lo encontrara trabajando; pero que después de un lapso
antepasados no lo hubieran librado de ese asunto desagl'.adable. de aislamiento y una [ ] 111 de incertidumbre respecto
Muchas veces le había dicho al paciente que no se opondría si del tiempo, caía en lo que él mismo consideraba como un sus-
éste quisiera convertfrse al cristianismo. Le pregunté si no po- tituto de la masturbación y de ese modo desafiaba al ¡:>adre.
dría ser que una joven cristiana hubiera aparecido entonces Confirmó el primero de esos puntos, y en lo tocante al segundo
\'
como rival de su prim.¡i. "No." " Los Rubensky son judíos. dijo que tenía la sensación de que estuviera vinculado con algún
¿verdad?" " Sí. y practicantes." En realidad. si él se hubiera con- oscuro recuerdo de su niñez que, pese a todo, no emergió.
vertido al cristianismo eso habría sido el fin del plan de los R. La noche antes de que se fuera al campo, a comienzos o
Le respondí que entonces el acto de arrodillarse debía de ha- mediados de junio, se produjo la despedida con su prima, que
berse dirigido contra el plan de los R., y que por tanto él debía había venido a casa con X ., por lo cual él sentía que ella rene-
haber conocido el plan antes de esa escena. Él creía que no, gaba de él. Durante las primeras semanas de su estadía en Un-
pero admitió que había algo que no tenía muy claro. Lo que terach 32 espió por las rendijas de la pared de la casilla de baño
recordaba perfectamente era el comienzo del plan : su visita con y vio a una muchachita desnuda. Sufrió los más terrible& re-
su primo (y futuro cuñado) Bob St. a casa de R. donde se men- mordimientos pensando cómo la afectaría saber que la habíai1
cionó el plan de que se establecieran en las inmediaciones del spiado.
Mercado de Carnes, St. como abogado y el paciente como em- Este relato de acontecimientos sucesivos borró toda refe-
pleado de él. St. lo había agraviado por eso. En el curso de la rencia a los sucesos actuales.
conversación le dijo: "Ojo, tienes que estar listo para enton-
ces." Es muy posible que meses antes la madre le hubiera ha- Diciembre 28. Tenía hambre y se le dio de comer.
blado del plan. Continuación de su relato. Compulsión en Unterach. De
Me dijo que en la primavera de 1903 había andado flojo pronto se le ocurrió que tenía que adelgazar. Empezó por · le-
en sus estudios. Se hizo un horario, pero no estudiaba más que vantarse de la mesa -sin comer el budín, por supuesto-- para
de noche, hasta las doce o la una. Entonces leía durante horas, correr al sol hasta que chorreaba traspiración. Entonces se de-
pero no asimilaba. En este momento interpoló el recuerdo de
que en 1900 había formulado el juramento de no volver a mas- 111 Palabra ilegible en el manuscrito.
turbarse, el. único que recuerda. Sin embargo en esa época, des- nz En Austria. El Mondsee es un lago próximo.

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tenía para después seguir corriendo. De la misma manera tam- "¡Sinvergüenza! Ahora me llamas camarada porque te ayudé,
bién escalaba montañas. Al borde de un abrupto precipicio tuvo pero otras veces me trataste en forma muy diferente." .
la idea de saltar al vacío. Claro que eso habría significado su (Evidentemente hay un esfuerzo por complacer al padre
muerte. Siguió con un recuerdo del servicio militar. Durante esa corriendo.)
época el alpinismo no le había resultado fácil. Durante las ma- Otra compulsión en Unterach, bajo la influencia del desdén
niobras de invierno sobre el Exelberg 33 se había quedado atrás de su prima: compulsión a hablar. Por lo común no habla mucho
e intentó acicatearse imaginándose que su prima lo esperaba en con la madre, pero ahora se obligó, mientras paseaba con ella,
la cima de la montaña. Pero eso no le dio resultado y siguió a hablar incesantemente. Pasaba de un tema. a otro y decía una
rezagándose hasta que se encontró entre los hombres que habían cantidad de tonterías. Habló de eso como de algo general, pero
abandonado las filas. Pensaba que durante el servicio militar el ejemplo que dio demuestra que arrancaba de la madre. Una
-el año que murió su padre-- sus primeras obsesiones eran obsesión común era contar; por ejemplo contar ha!'ta 40 ó 50
todas hipotéticas: "Si cometieras un acto de insubordinación." entre el relámpago y el trueno. Una especie de obsesión de
Se imaginaba situaciones que le permitieran medir su amor al protección. Cuando viajó en barco con ella y sopló una fuerte
padre. Si estuviera marchando en formación y viera que su padre brisa tuvo que ponerle su gorra en la cabeza. Era ·c omo si re-
se desmayaba ante él. ¿rompería .filas para socorrerlo? ( Recuer- cibiera el mandato de que no tenía que pasarle nada. Obsesión
do del padre que se embolsa las ganancias y corre a incorporar- de entender. Se esforzaba por entender hasta la última sílaba de
se a las filas.) El origen de esa fantasía fue que en una marcha lo que le decían, como si pudiera perderse un tesoro inaprecia-
desde el cuartel pasaron frente a su casa. Durante las . primeras ble. Se lo pasaba preguntando: "¿Cómo dijo?" y cuando se lo
-y difíciles- semanas que siguieron a la muerte del padre no repetían le parecía que sonaba diferente de la primera vez y eso
había podido ver a su familia porque estuvo tres semanas acuar- lo divertía mucho.
telado. No le había ido bien en el ejército. Era apático e in'?'.- Es menester relacionar este material con la prima. Ella le
ficaz, y tenía un teniente fanfarrón que los castigaba con la había explicado que lo que él consideró un desdén había sido
espada de plano si no hacían bien algunos movimientos. Recor- en realidad un intento de ella de evitar que él quedara en ri-
daba que una vez St. se animó a decirle: "Podemos arreglarnos dículo ante X. Esa explicación debe de haber alterado funda-
sin la espada, señor." El hombre se contuvo pero después se mentalmente la situación. La obsesión de protección expresaba
acercó a decirle que Ja próxima vez llevaría un látigo. El pa- evidentemente remordimiento y pena. La obsesión de entender
ciente tUVQ que reprimir buena parte de su indignación; por eso se remontaba también a la misma situación, pues eran esas pa-
tuvo varias fantasías de retarlo a duelo, pero las abandonó. En labras de ella las que habían sido tan preciosas para él. En rea-
cierto modo se alegraba de que el padre ya no viviera. Como lidad no había tenido esa última obsesión antes de que llegara
antiguo militar se habría molestado mucho. El padre le había su prima. Es fácil comprender cómo se generalizó. Las otras
dado una carta de presentación. Cuando el paciente le mostró formas de obsesión, según recuerda, existían antes del éclair-
una lista de los oficiales. el padre reconoció uno de los apelli- cissement con su prima. Su compulsión a contar durante las
dos -el hijo de un oficial a cuyas órdenes él mismo había ser- tormentas tenía el s~ntido de un oráculo, y apunta al miedo a
vido- y le escribió. Relató una historia referente al padre de la muerte; la cantidad de años que iba a vivir. También el hecho
ese oficial. Una vez en Presburgo, cuando una densa nevada de correr al sol tiene un matiz suicida, rela.c ionado con su amor
impedía que el tren entrara a la estación, el padre del paciente desdichado. El paciente confirmó todo esto.
les dio palas a los judíos, aunque por lo común se les prohibía Antes de irse de Unterach le dijo a su arpigo Y. que esa
acercarse al mercado. El oficial que en ese momento estaba a vez tenía una sensación extraña y definitiva de que ya no vol-
cargo de la administración se le acercó a decirle: "¡Bien hecho, vería a Viena. Desde su niñez ha tenido con frecuencia ideas
camarada, fue un buen trabajo!", a lo cual su padre respondió: de suicidio. Por ejemplo, cuando volvía de la escuela con malas
notas y sabía que eso haría sufrir al padre. Sin embargo una
vez, cuando tenía dieciocho añ.os estuvo a visitarlos una her-
ll3 Lectura incierta en el manuscrito. mana de la madre. Un año y medio atrás su hijo se había pegado

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un tiro a causa de un desengaño amoroso, según d'!cían, y el sentimientos de cólera hacia el padre no se ha acentuado, pese
paciente .pensó que el hecho de que se hubiera matado se debía a que ve que hay toda clase de razones lógicas para suponer
aún a Hilde, de quien el muchacho había estado antes muy que los tenía.
enamorado. La tia parecía tan desdichada y abrumada que él hizo En relación con esto, aunque no está claro en qué momento,
voto de no suicidarse jamás, ni siquiera -por amores contrariados, tuvo una fantasía transf erencial. Entre dos mujeres -mi esposa
en consideración a su madre. Cuando volvió de una de sus y mi madre- se extendía un arenque que iba desde el ano de
corridas~ su hermana Constanze le dijo: "Pablo, cualquier día una hasta el de la otra. Una chica lo cortaba en dos, con lo
de éstos vas a tener un ataque". que los dos pedazos se separaban (como si les arrancaran la
Si tuvo impulsos suicidas antes del éclaiz'cissement no púe- piel). Lo único que pudo decir al principio füe que le disgus--
den haber sido más que formas de autocas.tigó por haber desea- taban muchísimo los arenques; últimamente, cuando se le dio
do en su cólera la muerte de la prima. Le di a leer Joie ,d e Pivre, de comer, le ofrecieron un arenque que dejó intacto. La chica
de Zola. 34 era una qu'! había visto en las escaleras y que él había tomado
Pasó a contarme que el día que su pripia se •ha de U. él por mi hija de doce años.
encontró una piedra en el cainino y tuvo la fantasía de que
el coche de Gisela podría tropezar allí y ella herirse. Por tanto Enero 2 [ 1908] . (Expresión franca.) Le sorprendía haberse
la sacó del camino, pero veinte minutos después se .le ocurrió enojado tanto esta mañana cuando Constanze lo invitó a ir al
que eso era absurdo y se volvió para poner la piedra en el mis- teatro con ella. Inmediatamente le deseó las ratas y después
mo lugar. También aquí vemos que un impulso hostil contra la empezó a dudar si debería ir o no. y cuál de las dos decisiones
prima se da junto a un impulso protector. significaría ceder a una compulsión. La invitación interfería
con un rendez-vous con la costurera y con una visita a su prima,
Diciembre 2 a¡; [¿enero?]. Interrupción debida a la enfermedad que se halla enferma (tales fueron sus palabras) . Su depresión
y muerte del doctor Pr. Lo trataba como a un padre y llegó a ele hoy debe tener por causa la enfermedad de la prima.
tener con él relaciones personales en las que emergieron ele- Aparte esto, parecía que no tuviera que contar más que tri-
mentos hostiles. de toda clase. Deseos relacion,ados con ratas. vialidades, y hoy pude decirle muchas cosas. Mientras le de--
~erivados del hecho de que fuera el médico de la familia y ellos seaba las ratas a Constanze sintió que una rata le roía el ano
le pagaran dinero. "Tantos kreuzer, tantas ratas". se dijo mien- a él y tuvo la correspondiente imagen visual. Establecí una
tras dejaba dinero en la bandeja durante el funeral. Al identi- relación que arroja nueva luz sobre las ratas. Después de todo,
ficarse con la madre, encontró incluso motivos para su odio él había tenido parásitos. ¿Qué le habían dado para combatir--
personal contra él, pues ella le había reprochado el no haber los? "Tabletas." ¿Y enemas también? Creyó recordar que sí,
persuadido al padre de que se retirara de los negocios. Camino también. Si es así, indudablemente debe de haberse opuesto
al cementerio se encontró de nuevo sonriendo de esa manera enérgicamente, ·ya que tras ellas había un placer reprimido.
extraña que siempre lo perturbaba cuando asistía a un entierro. También estuvo de acuerdo con eso. Antes debe de haber tenido
Mencionó también una fantasía en la que el doctor Pr. atacaba un período de picazón en el ano. Le dije que la historia del
sexualmente a su hermana Julie. (Probablemente eso fuera en- arenque me hacía pensar mucho en las enemas. (Acababa de
vidia ante los exámenes médicos.) Pasó a un recuerdo según usar la frase .. wiichst ihm zum Hals heraus". ["Estaba harto
el cual, cuando su hermana tenía diez años. el padre debe de de eso." Literalmente, "le salían por fa garganta".] ¿No había
haberle hecho algo indebido. Oyó gritar en la habitación, y tenido otros parásitos, como la tenia, contra la cual la gente
después el padre salió diciendo: "Esta chica tiene el culo como receta arenques, o por lo menos no habría oído hablar de eso?
una roca." Cosa rara, su convicción de que ·abrigaba realmente Le parecía que no, pero siguió hablando de parásitos. 1 Mien~
tras estaba en Munich, encontró un gran parásito redondo en
34 El héroe de esta novela estaba perpetuamente pensando en · su propia su deposición, después de haber soñado que estaba parado sobre
muerte y en la de otras personas. un trampolín que giraba en redondo con él. Los movimiento!':
35 Sic en el manuscrito. del trampolín correspondían a los del parásito. Al despertarse

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tuvo una i~resistible necesidad de defecar.) Una vez cuando niñita que tenía ocho años en la época en que él solía ver mucho
tenía diez años vio defecar a su primo y el otro chico le mostró a su familia, antes de haberse doctorado. Tomaba el tren de las
un gran parásito que había en su deposición y que le repugnó 6 de la mañana a Salzburgo. Estaba muy incómodo porque
mucho. Con eso se asociaba lo que describió como el susto más sabía que pronto iba a querer defecar, y cuando se le hizo ur-
grande de su vida. Cuando todavía no tenía seis años, le pidió gente, puso una excusa y fue a la estación. Perdió el tren y la
a la madre que le prestara para jugar un pájaro embalsamado señora Q. lo encontró mientras se arreglaba la ropa. D\Jrante
que tenía en un sombrero. Mientras corría llevándolo en la todo el día se sintió avergonzado ante ella. En este momento
mano, las alas se movieron. Le aterrorizó que hubiera vuelto pensó en un toro y después se interrumpió. Siguió con una aso-
a la vida y lo arrojó al suelo. Pensé en la conexión con la muer- ciación que ostensiblemente no venía al caso. En una conferen-
te de la hermana, ya que sin duda esta escena fue posterior, y cia de Schweninger y Harden 36 se encontró con el profesor
le señalé cómo al haber pensado eso (del pájaro) más adelante Jodl. a quien en esa época admiraba mucho, y cambió alguna8
le resultó más fácil creer en la resurrección de su padre. palabras con él. Pero como bien sabe él. Jodl significaba toro ll?
Como no reaccionó ante ·esto, le di otra interpretación: la Por ese entonces Schonthan 88 había escrito un artículo que des-
de una erección causada por acción de sus manos. Encontré cribía un sueño en el cual él era Schweninger y Harden en uno,
la conexipn con la muerte en el hecho de que en un período pre- y podía así contestar todas las preguntas que le hacían hasta
histórico lo hubieran :;tmenazado con la muerte si se masturbaba que alguien le preguntó por qué los peces no tienen pelo. Sudó
y conseguía la erección del pene, y le sugerí que atribuía a la de miedo hasta que se le ocurrió la respuesta y contestó que ya
masturbaciói. la muerte de su hermana. Eso le interesó al punto se sabe que las escamas impiden el crecimiento del pelo y que
de preguntarse por qué nunca se habría masturbado en la pu - por eso los peces no pueden tenerlo. Eso determinó la apari-
bertad, pese a que incluso de niño se había visto perturbado por ción del arenque en la fantasía transferencial. Una vez, cuando
constantes erecciones. Describió una escena en la que realmente me . contó que su amiga había estado acostada boca abajo y
exhibió ante su madre una erección. Resumió su sexualidad desde atrás se le veía el vello púbico, yo le había dicho que era
como algo que se había conformado simplemente con mirar a una lástima que en la actualidad las mujeres no se ocuparan de
[Fraulein] Peter y a otras mu jeres. Cada vez que se imaginabél él y lo consideraran desagradable; por esa razón cuidó [en la
una mujer atractiva sin ropa alguna tenía una erección. Recor- fantasía] que ninguna de las dos mujeres tuvieran vello.
daba claramente haber estado en el natatorio de mujeres y haber Al parecer mi madre representaba a su abuela, a quien no
visto dos · niñas de doce y trece años, cuyos muslos le gustaron conoció, pero él pensaba en la abuela de su prima. Una casa
tanto que había deseado tener una hermana con muslos tan her manejada por dos mujeres. Cuando le traje algo de coiner pensó
mosos. A eso siguió un período homosexual con camaradas va- en seguida que había sido preparado por dos mujeres.
rones pero nunca hubo contacto mutuo sino que la actividad se
redujo a mirar y aí placer derivado de eso. Para él. mirar asumía Enero 3. Si la rata es un parásito también es un pene. Decidí
el papel de tocar. Le recordé las escenas frente al espejo después decírselo. Si es así, su fórmula no es más que la manifestación
de haber estado estudiando a la noche. en las que de acuerdo de un impulso libidinal de contacto sexual, impulso que se ca-
con la interpretación, se había masturbado desafiando al padre. racteriza a la vez por la ira y por el deseo, y que se expresa
después de estudiar con el fin de complacerlo. De la misma en términos arcaicos (retrocediendo a la teoría sexual infantil
manera. su invocación "Dios lo proteja" iba seguida por un
"no". Quedamos en esto.
Después me siguió contando el sueño del parásito que había 86 Ernst Schweninger (el médico de Bismarck) y Maximilian Harden (fa-
moso periodista alemán) dieron una conferencia conjunta en forma dialogada
tenido en Munich y me dio cierta información sobre su rápida el 5 de febrero de 1898, en Viena, sobre temas de medicina. Sin duda el
defecación de la mañana siguiente, que se vinculaba con su artículo de Schonthan que se menciona después era una especie de parodi;i
fantasía transferencia! del arenque. Como asociación con la de la conferencia.
chica que realizaba la difícil tarea [de cortar en dos el arenque:] 37 Jodl era profesor de psicología. La alusión no se explica.
con "fácil virtuosismo". pensó en Mizzi Q .. una encantadora 38 Conocido por ese entonces en Viena como autor de comedias ligeras.

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del roito por el ano). Ese impulso libidinal es tan ambivalente do? Dos años después de la muerte del padre, la madre le
como el anatema de los eslavos meridionales respecto del coito contó que había jurado sobre la tumba del padre que en un fu-
anal. Antes d~ que le hablara de eso me contó, muy eufórico, la turo cercano iba a reintegrar, economizando, el capital que se
solución de la última fantasía. Mi ciencia era la niña que re., había gastado. El paciente no creyó en el juramento de ella. pero
solvía el problema con la alegre superioridad del "virtuosismo ése era el mo•ivo principal de. sus propiíiS economías. De tal
sonriente", arrancándoles los disfraces a sus ideas y liberando modo (en su forma habitual) había jurado que no gastaría más
así a las dos mujeres de sus des~os.,arenques. de 50 florines por mes en Salzburgo. Después hizo que la in-
Cuando le dije que una rata era un pene, pof asociación clusión de las palabras "en Salzburgo" resultara incierta, de
con parásito (en ese momento agregó en seguida: "un pene pe., modo que nunca pudiera gastar más y nunca pudiera casarse
queño") - cola de rata - cola, 39 tuvo Ún torrente de asociacio- con su prima. ( Como la fantasía del arenque, ésta se podía re.,
nes, aunque no todas ellas pertenecían al contexto y la mayoría montar por mediación de su tía Laura a la corriente de senti-
c;le ellas provenían del lado de la estructura vinculado con los mientos hostiles hacia la pr,i ma.) Sin embargo. tuvo otra aso-
deseos. Aportó algo referente a la prehistoria de la idea de lps .ciación en el sentido de que no necesitaba casarse con su prima
ratas, que él había considerado siempre como vinculado con si ella se le ofrecía sin exigir matrimonio, y le opuso nuev<1-
la misma. Unos meses antes de que tomara forma la idea de las mente la · objeción de que en ese caso tendría que pagarle en
ratas se encontró en la calle con una mujer a quien reconoció en florines por cada cópula. como a la prostituta. Volvía así a su
seguida como prostituta. o en todo caso como alguien que tenía delirio de "tantos florines, tantas ratas": es decir, "tantos
relaciones sexuales con el hombre que estaba con ella. La mujer florines, tantas colas (coitos)".
sonreía de una manera especial y al paciente se le ocurrió la Claro que toda la fantasía de la puta se remonta a la madre:
ex~raña idea de que su prima estaba dentro del cuerpo de ella las insinuaciones. que cuando él tenía doce años le hizo su primo.
y de que sus genitales estaban ubicados detrás de los de la diciéndole maliciosamente que su madre era una puta y tenía ac-
mujer, de manera tal que Gisela obtenía algún placer cada vez titudes. de tal. Ahora la madre tiene el pelo muy ralo, y cuando
que la otra mujer copulaba. Después su prima. en el interior ella se peina el paciente acostumbra tirarle el pelo y decirle
de la mujer. iba inflándose hasta que la reventaba. Claro que que es una cola de rata. Cuando era niño, una vez que la madre
eso puede significar únicamente que la mujer era Laura, la tia estaba en cama . se movió en forma descuidada y le dejó ver el
del paciente y madre de su prima. Esas ideas. que la presen., trasero; él tenía la idea de que el matrimonio consistía en que
taban como algo no mucho mejor que una puta, lo .condujeron la gente se mostrara recíprocamente . el trasero. Durante sus
al hermano de ella. su tío Alfred, que la insultó directamente y juegos homosexuales con el hermano se horrorizó una vez que.
le dijo: "Te empolvas la cara como una chante." 40 Ese tío murió mientras retozaban en la cama, el pene de su herman0 llegó a
en medio de terribles dolores. Después de su inhibición se ate., tocarle el ano.
marizó con la amenaza de que él sería castigado de la misma
manera por esos pensamientos. Aparecieron después diversas Enero 4. Alegre. Muchas asociaciones, transferencias, etcétera.
ideas de haber deseado en realidad que su prima tuviera reJa., que por el momento no interpretamos. En relación con la niña
dones sexuales; eso había precedido a la teoría de las ratas y a (mi ciencia) que aclaraba la calumnia del arenque, tuvo la fan-
su expresión ocasional de tener que atacarla _con ratas,, Apare., . tasía de patearlo y después la de su padre que rompía el vidrio
cieron también una cantidan de conexiones con el dinero y la de una ventana. Respecto de eso me contó una anécdota que
noción de que su ideal había sido siempre encontrarse en un es., daba motivo para su resentimiento contra el padre. Cuando faltó
tado de disponibilidad sexual, incluso inmediatamente después a su primera clase de religión en la escuela secundaria y lo negó
del coito. ¿Pensába quizá en una transposición en el otro mun., torpemente, el padre se irrit6 mucho, y cuando el paciente se
quejó de que Hans le pegaba, el padre le dijo: "Está bien, dale
tú también una patada." Otra anécdota de patadas se refiere al
39El alemán Schwanz, como su equivalente Inglés fail (cola) se usa a me-
nudo como expresión vulgar para "pene" . doctor Pr. El cuñado del paciente Bob St. vaciló durante mucho
40 Término del slang judío que significa "prostituta",
tiempo entre Julie y la hija del doctor Pr., cuyo actual apellido

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de casada es Z. Cuando hubo que tomar una decisión lo llama- en la piel <;le una laucha, y le parecía que la laucha tenia algo
ron a un consejo de familia y aconsejó que fuera la muchacha, que ver con las ratas. No se daba cuenta de que ése es el sig-
que lo amaba, la que le planteara directamente la cuestión. El nificado del apodo cariñoso Mausi, que él mismo emplea. Cuan-
doctor Pr. le dijo a su hija: "Bueno, si lo amas, está bien. Pero do tenía catorce años, un primo depravado les había mostrado
si esta noche" (después de la cita de la muchacha con él) "pue- el pene a él y a su hermano, diciéndoles: "El mío vive en un
des mostrarme la marca de su trasero en la suela de tu zapato. bosque" [Meiner hauset in einem Vorwald], pero él había en-
te daré un gran abrazo." No le gustaba para nada. Al paciente tendido que decía "lauchita" [Mausel].
se le ocurrió de pronto que esa historia matrimonial se relacio-
naba estre~hamente con su propia tentación respecto de los Ru- Enero 6 'y 7. Sonreía muy divertido, como si se trajera una
bensky. La mujer de Pr. era de ápellido Rubensky, y si Bob se carta en la manga.
hubiera casado con su hija habría sido el únicq candidato a Un sueño y algunos fragmentos. Soñó que iba al dentista
mantener a toda la familia Rubensky. Respecto de su cuñado para que le sacaran una muela. Le sacaban una, pero no la que
Bob, el paciente decía que B'ob estaba muy celoso de él. Ayer correspondía sino la de al lado, que apenas si estaba cariada.
había tenido discusiones con su hermana y él se lo había dicho Al verla le asombró su tamaño. (Dos agregados posteriores.)
abiertamente, Hasta los sirvientes decían que su hermana lo Tenía una muela cariada; sin embargo, no le dolía sino que
quería y lo besaba como a un .amante y no como a un hermano. a veces estaba un poco sensible. Iba al dentista para que se la
~l mismo, después de haber estado un rato con su hermana en curara, pero .éste le decía que lo único que podía hacer. era ex-
la habitacióp, le dijo al cuñado: "Si dentro de 9 meses Julie traerla. Por lo común él no era cobarde, pero lo detenía la idea
tiene un bebé, no hace falta que pienses que soy el padre; soy de que en alguna forma su dolor pasaría a su prima y se negaba
inocente." Había pensado ya que su deber era portarse real- a dejársela tocar. Agregó que sin duda debía haber tenido al-
mente mal. de modo que la hermana no tuviera motivos para guna leve sensación en la muela y que eso habría provocado el
preferirlo en la elección entre marido y hermano. sueño.
Y a antes, al aclarar una fantasía transferencia!, yo le había Le señalé que los sueños pueden pasar por alto sensaciones
dicho que en su relación conmigo él hacía el papel del malo, es más fuertes que esas. e incluso el dolor mismo. ¿Sabía qué sig-
decir, el papel de su cuñado. Le dije que eso significaba que nificaba soñar con muelas o dientes? Recordó vagamente que
lamentaba no tener a Julie por esposa. Esa fantasía transferen- tenía algo que ver con la muerte de familiares. "Sí, en cierto
cia} era el último de su 'delirios referentes al mal comportamien- sentido. Soñar con dientes implica una transposición de la parte
to y la expuso de manera muy complicada. En ella pensaba que inferior del cuerpo a la superior." "¿Cómo es eso?" El uso lin-
yo obtenía un beneficio de la comida que le había dado. pues güístico asimila la cara a los genitales." "Pero ahí abajo no hay
él había perdido tiempo comiendo y el tratamiento iba a durar dientes." Le hice ver que precisamente a eso se debía, y le dije
más. Cuando me pagó los honorarios se le ocurrió la idea de también que arrancar una rama de un árbol tiene eI mismo sig-
que debía pagarme también la ·comida, a saber 70 kronen . Eso nificado. Dijo que conocía la frase "hacer (tirarse) una". 41 Pero
se derivaba de una farsa que vio en un music hall de Budapest. objetó que no se había sacado él mismo la muela, sino que se
en la que un novio debilucho le ofrecía 70 kronen a un mozo si la había hecho sacar. Admitió, sin embargo, que con la costurera
se hacía cargo, en vez de él, del primer coito con la novia. sintió la tentación de que ella le tomara el pene con la mano y
Había signos de que temía que los comentarios de su amigo supo arreglárselas para conseguirlo. Cuando le pregunté si ya
Springer sobre el tratamiento pudieran provocar su oposición al estaba aburriéndose de ella me contestó con asombro que sí.
mismo. Dijo que cada vez que yo elogiaba alguna de sus ideas Confesó que tenía miedo de que ella arruinara sus finanzas y
eso le complacía mucho, pero que otra vez le decía: "Al diablo
con el elogio" º· con menos disimulo, "me cago en el efogio".
41 Vulgarismo por masturbación. Este y otros puntos vinculados con los
Hoy no apareció el significado sexual de las ratas. Su hos-
sueñes de muelas y dientes se estudian en detalle en La interpretación de
tilidad fue mucho más clara, como si tuviera remordimientos res- los sueños. (Freud, Obras completas. tomo II, Biblioteca Nueva, Madrid.
pecto de mí. El vello púbico de su _joven amiga le hacía pensar 1948.)

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de estar dándole lo que le correspondía a su amada. Se supo que nificaba que el dentista le hubiera sacado la "muela"? Fue di-
se había conducido en forma muy descuidada en asuntos de fícil hacerle ver que era una operación para que le sacaran la
dinero. Como no lleva cuentas, no sabe cuánto le está costando cola. Lo mismo pasó con otro hecho obvio: . que el pene muy
ella por mes; también le había prestado l 00 florines a su amigo. grande no podía ser ·más que de su padre; finalmente admitió
Admitió que yo lo había encontrado muy encaminado a sentir que eso era un tu quoque y una venganza contra el padre. A
disgu¡>to por su liaison y a volver a la abstinencia. Le dije que los sueños se les hace muy difícil traer a luz recuerdos tan des-
pensaba que eso admitía otras interpretaciones, pero que no se agradables.
las diría. ¿Qué podía significar que le hubieran sacado el dien-
te equivocado? Enero 20. Larga interrupción. De ánimo muy alegre. Mucho
material. Progresos. Ninguna solución. Una explicación casual
Enero 7. Él mismo tenía la sensación de que su insidiosa en- mostró que sus carreras para no ponerse gordo [ dick] se rela-
fermedad ocultaba algo. Había vuelto a estar amable con la cionaban con el nombre de su primo norteamericano, Dick (di-
costurera. En el segundo coito no consiguió tener eyaculación; minutivo de Ricardo) -Passwort- 42 a quien odiaba. Pero esa
lo abrumó el temor de orinar en vez de eyacular. Cuando era idea venía de mí y él no la aceptó. Cinco sueños hoy. cuatro
niño, en quinto grado de la escuela primaria, uno de sus com- de los cuales se refieren al ejército. El primero revelaba furia re-
pañeros le dijo que la reproducción humana sucedía cuando el primida contra los oficiales, y que él se dominaba .para no desa-
hombre "meaba" dentro de la mujer. Había olvidado el preser- fiar a uno de ellos por haberle pegado en el trasero al suc.io
vativo. Es evidente que busca maneras de estropear su amorío camarero Adolph. ( Adolph era él mismo.) Eso condujo a la
(¿tiene sentimientos de incomodidad?), por ejemplo mediante escena de las ratas, por mediación de los anteojos perdidos
el coitus interruptus o la impotencia. ' [ K neifer] . Eso se refería también a una experiencia de su
Ayer agregó algo. al sueño. La rnuela no parecía una muela primer año en la universidad. Un amigo sospechó que se había
sino un bulbo de tulipán [Zwiebel]. que asoció con rodajas de "achicado" [Kneifen] porque se había dejado tirar las orejas
cebolla [también Z wiebel]. No aceptó las asociaciones de "or- por un compañero, lo había desafiado a duelo a instancias del
quídeas" -su criptorquidia [testículo retenido]- la operación burlesco consejo de Springer y después no había hecho nada
de su prima. En relación con la operación me dijo que en esa más. Había reprimido el enojo contra su amigo Springer, cuya
época él estuvo fuera de sí de celos. Cuando estaba con ella a utoridad tuvo pues ese origen, y contra otro hombre que lo
en el sanatorio (en 1899) un médico joven la visitó mientras traicionó y a quien él, a su vez, había ayudado luego con mucho
hacía su ronda y la tocó por debajo de las sábanas. Él no sabía sacrificio. Encontramos, pues, una creciente supresión del ins-
si eso era correcto. Cuando le dijeron lo valiente que había sido tinto de ira, acompañada por el retorno del instinto erógeno de
en la operación tuvo la disparatada idea de que era porque go- suciedad.
zaba al exhibir ante los médicos la belleza de su cuerpo. Se [Aquí se interrumpe el manuscrito.]
asombró de que la idea no me pareciera tan disparatada.
Había oído hablar de esa belleza a su hermana Hilde, cuan-
do ·Se enamoró de ella en 1898. Eso lo impresionó tanto más
'cuanto que la propia Hilde tiene muy lindo cuerpo. Puede que
esa haya sido la raíz de su amor. Su prima había entendido
perfectamente bien de qué hablaban y se había ruborizado. La
costurera T .. que después se suicidó, dijo que sabía que él con-
sideraba oficialmente a su prima como la más hermosa de las
mujeres, aunque en realidad sabía muy bien que había otras
más bellas.
Se daba cuenta, claro, de que la muela era un pene. Agre- •2 Literalmente. "contrasefia". Tal vez Freud la use en 'el sentido de "puen-
gó algo más: la muela había goteado. Bueno, entonces ¿qué sig- te verbal".

78 79
28<? protocolo
Cuarta y quinta
. .
sesiones vespertinas

30 de octubre y 6 de noviembre de 1907

Prof. Freud: Comienzo del historial de una erzfermedad

Se trata de un caso muy instructivo de neurosis obsesiva ( pen-


samiento obsesivo) de un hombre joven, de 29 años, doctor en
derecho. Su enfermedad data de 1903, aunque en realidad se
remonta a su niñez.
El paciente manifiesta temer que les suceda algo a dos
personas a las que quiere mucho (esta imprecisión en la expre•
sión, el ocultamiento del contenido, es característica de las neu-
rosis obsesivas) .
Esas dos personas son su padre y una dama a la que
a precia mucho.
Durante muchos años ha vivido en la abstinencia sexual; la
masturbación .desempeñó un papel muy pequeño. Primer 'coito
a los 26 años.
A continuación se relatan detalladamente las dos primeras
sesiones del análisis.
La técnica del análisis se ha modificado en un aspecto: el
psicoanalista no indaga lo que le interesa sino que permite al
paciente desarrollar naturalmente sus pensamientos.
Se trata -a grandes rasgos- de un caso en que el pacien-
te lucha entre un impulso hacia el hombre y otro hacia la mujer
(el impulso hacia el hombre es más fuerte).

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Tiene impulsos de muerte reprimidos contra su padre (las Schwerdtner plantea CIOS preguntas:
ideas obsesivas son, en verdad, deseos obsesivos) . 1) ¿Cuál es la causa de que los impulsos sádicos sean re-
En el presente caso aparece claramente en primer plano primidos de manera nociva en algunos casos y de que sean su-
algo que nunca falta en un caso de neurosis obsesiva: senti- blimados en otros?
mientos reprimidos malos, agresivos, hostiles y crueles (deseos 2) ¿A qué se debe que queramos tener sentimientos unifi-
sádicos y asesinos). Este componente de crueldad podría con- cados (y no, por ejemplo, atracción y aversión al ¡nismo tiempo)
siderarse con justicia como "masculino". aunque también . se en- sólo cuando una persona nos es muy allegada?
cuentra en las mujeres. De la relación de la sexualidad con la Rank (en contra de lo afirmado por Stekel) reitera su opi-
neurosis deriva, pues, una consecuencia teórica: es imposible nión de que todos los factores aluden Claramente al amor del
que en el hombre el inconsciente tenga una naturaleza básica paciente por su madre, aunque el análisis no haya aportado nin-
distinta que en la mujer. La neurosis surge siempre a costa de guna referencia directa a 1este punto. En este caso, la lucha entre
impulsos activos reprimidoc;. el hombre y la mujer tiene que ser considerada como partícula~
rizada en una lucha entre el padre y la madre. La complicación
con el factor homosexual. tal como se da aquí, se encuentra en
todos los casos análogos de "incesto".
Debate Las tendencias homosexuales (y sólo éstas están en dis~
cusión) quedan demostradas no sólo por las inequívocas ·indi-·
Stekel sef!.ala que la confianza del paciente tiene importancia caciones que aparecen en el análisis sino también por el modo
decisiva en la cura. Añade que se debe tener especial cuidado como en la fantasía del paciente se identifica al padre con la
de no convertir la cura en una rutina; no todos los casos siguen dama amada. Hace que ambos sean torturados· del mismo modo
el modelo del caso expuesto. Hay que tomar en cuenta los as- en el ano. Usa a la mujer como si fuera un hombre.
pectos individuales. Stekel explica que él posterga la elucidación · Federn pregunta si es tan obvio que la crueldad sea espe~
de las conexiones más profundas hasta que ha logrado pleno cíficamente masculina.
dominio sobre el paciente. No hay que centrar la atención en un solo trauma, sino que
En el caso presentado. considera que es posible que el pa- en todo trauma sexual se puede hablar de un trauma crónico.
ciente, cuando era niño, viera en su pac:lre un rival respecto de Graf desearía que se aclare por qué en algunos casos la
la institutriz .(y no respecto de la madre, como ha afirma- represión tiene éxito y en otros no.
do Rank). Adler duda de que el análisis pueda enseñarse o aprenderse.
Sadger plantea la posibilidad de que razones de índole ho- En muchos casos hay que dejar muchas cosas sin aclarar;
mosexual h~yan desempeñado el principal papel en los "pagos sólo se trata de apoderarse de algunas posiciones estratégicas,
por correo" efectuados por el paciente. cuya conquista posibilita la victoria: no es necesario derrotar al
En cuanto a la observación de Stekel. en el sentido de que enemigo hasta el último hombre.
algunos pacientes insisten en ser hipnotizados, Sadg<!r considera En cambio, cuando el paciente ha descubierto algunas r-e-
que se debe tener en cuenta que tal deseo se vincula al carácter laciones importantes. no se las debe retener. Las reglas que apli-
homosexual y masoquista de aquéllos. ca Stekel constituyen una "psicodiplomacia".
Hitschmann advierte que la avaricia desempeña un pap.::1 En cuanto al caso presente, se siente obligddo a señalar que
muy importante en el "pago por correo". No se ha demostrado se puede demostrar con seguridad la existencia de factores or-
que el paciente sea homosexual. Su neurosis obsesiva pudo ha- gánicos. Considera que se trata ·de un caso ·de pronunciado
berse desarrollado también de la siguiente manera: además de autoerotismo, no resuelto aún por la heterosexualidad. La ava~
las experiencias comunes a todos los niños, el paciente podría ricia surge también de impulsos autoeróticos (zona · anal). En
haber constituido muy precozmente un mecanismo de pensa- psicoanálisis hay muchos caminos.
miento obse'$ivo; la neurosis pudo haberse estructurado a partir Steiner observa que otros niños también tienen experiencias
de la acción de estos dos factores. similares. El odio hacia los padres se origina en los castigo!';

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(por ensuciarse con la orina o las heces) . Debemos suponer Las grandes c;;ontradícciones no son compatibles entre sí; a
que existe cierta disposición, una inferioridad (pero no en el se esfuerzo unificador lo denominamos carácter. Y los efectos
sentido de Adler). son muy int~nsos sóló cuando se ' refieren a personas cercanas
. La mujer también es cruel; este impulso, pues, no puede ( Schwerdtner).
.ser asociado con la "masculinidad". Un odio al padre tan intenso como el que se manifiesta en
El hombre neurótico tiene un tipo femenino. este caso sólo puede haberse · originado en perturbaciones se-
El profesor Freud responde a los participantes según el xuales qu~ él mismo ha provocado. ·
orden en que han expuesto. La suposición de Rank sobre la existencia de deseos inces-
No puede menos que adherirse a las críticas de Adler tuosos referidos a la madre probablemente esté justificada. Pero
contra Stekel. En el caso relatado por Stekel. en el cual el pa- la relación se complica por el número de hermanas. pues el pa-
ciente cree que el padre había pegado a los niños y después los ciente tiene cuatro (dos mayores y dos menores).
había obligado a orinar delante de él. el relato del paciente tiene Es correcta la observación de Federn en el sentido de que
la impronta de la fantasía. Hay que preguntarse aquí -si se el paciente mostró claras inclinaciones heterosexuales a una edad
trata efectivamente de una neurosis- dónde estaría lo incons- muy temprana, con las cuales se contradice fuertemente su ul-
ciente, lo reprimido , puesto que el pacier!te récnerda tan clara- terior homosexualidad. Tres análisis de homosexuales declara-
mnte su pretendida experiencia. dos, incursos en delitos previstos por el código penal, revelaron
regularmente una relación muy temprana con una mujer, rela-
Sr.iplemento al análisis: como el paciente tt::nía deseos de muerte ción que luego fue reprimida. InveJJsamente. todos los individuos
hacia el padre antes de los ocho años, cabe preguntarse si en mujeriegos y donjuanescos se han inclinado en la más temprana
aquella época, o antes, había muerto algún miembro de la fa- in fancia hacia la homosexualidad.
milia. Efectivamente, cuando el paciente tenía tres años y medio La clasificación de los impulsos en masculinos y femeninos
o cuatro había muerto su hermana. es una cuestión de avenencia. De todos modos, no corresponde
Sus primeros recuerdos infantiles son : designar a alguien como homosexual o heterosexual a partir de
su objeto.
1 . La hermana enferma era llevada a la cama. En respuesta a Adler, Freud afirma que no se puede poner
2. Su padre acudió para preguntarle qué ocurría. en duda la posibilidad de aprender el método psicoanalítico. Re-
3. Su madre lloraba y su padre se inclinaba hacia ella. sulta posible aprenderlo cuando la arbitrariedad individual es
controlada por reglas bien confirmadas. .
Esa hermana era tres o cuatro años mayor que él. En ella
En muchos casos una solución parcial es suficiente para la
notó las diferencias sexuales por primera vez, cuando tenia a\.- terapia, pero esto no constituye de ningún modo un límite teó-
rededor de tres años. rico. En muchos otros es necesario llevar el análisis hasta el fin,
Hitschmann le contesta que su explicación de la neurosis
a un por razones terapéuticas.
obsesiva responde a un punto de vista puramente personal; las
Para Steiner las e xperiencias no deben subestimarse frente
condiciones reales son mucho más complicadas. La avaricia de-
a los factores constitucionales.
sempeña un papel importante en la vida del paciente, pero no es
Los neuróticos convierten la actividad en pasividad, y es
primordial; antes había sido muy gastador y generoso. por eso que un .hombre neurótico puede efectivamente ser cali-
La pregunta formulada por Schwerdtner y Graf se debe
ficado de femenino.
en parte a una desilusión injustificada con respecto a los resul-
tados del psicoanálisis. En efecto, no hay por qm~ esperar que
se ha de encontrar la diferencia entre el hombre enfermo y el
hombre normal. porque al menos cualitativamente, tal diferencia
no existe.
En el neurótico, la actividad precoz es seguida por períodos
en que predomina lo opuesto, es decir, la represión. ·

84 85
El "Hombre de las Rata~"
Oaave Mannoni

Un joven jurista austríaco de 29 años, que acah;ih;¡ de participar


n maniobras militares como oficial de rescr\'a . acudió a
Freud en octubre de 1907 para librarse de difirnltades ohsesi-
vas que lo atormentaban enormemente. Había leído el libro de
Freud sobre la psicología de la vida cotidiana y reconocido en
él procesos psicológicos cuya existencia comprobaba en sí mismo.
Freud lo tomó en tratamiento, y al cabo de un año aproximada-
mente el paciente fue dado de alta . Debia morir durante l;i
\'.j uerra de 1914-19.18, de modo que los efectos o insuficiencia~
de la cura no pudieron ser comprobados, como ocurrió en cambio
con Anna O., el Hombre de los Lobos, y aun con Juanito. En
1909 Freud publicó una reseña parcial del caso y del tratamien -
to. Se designa comunmente esta publicación con el título de El
H ombre de las Ratas, aunque el que le dio Freud es Análisis de
rm caso de neurosis obsesiua.
En 1954, aun antes de la publicación del texto alemán. apa-
recieron en traducción inglesa las notas diarias tomadas por
Freud. como era su hábito, en el curso de ese tratamiento. Los
traductores ingleses dieron a esas anotaciones el título de Ori-
,qinal Record. 1 Freud tenía igualmente la costumbre de destruir
de manera sistemática sus borradores. y ese Original Record
constituye el único documento de este género que haya llegado
:1 nuestro poder, sin que por lo demás se sepa nada sobre el azar
o las razones que le permitieron escapar de la destrucción ge-

1 E n Standard Edition, vol. X: trad. espafíola en R evista de Psicoanálisis,


l~ue nos Aires. 1965. XXII . 1. pp. 159-199.

87
neral. La comparación del texto publicado por Freud con el Ori- de traducirse son precisamente sueños. En el Hombre de las
ginal Record plantea delicados problemas de método: no inte- Ratas los sueños pasan a segundo plano; el dialecto del obse-
resa cotejar ni completar, pura y simplemente, uno con otro. sivo se apodera de todo el campo. Por otra parte, si la Psicopa-
Todo lo que se puede percibir acerca de la elaboración del caso tología de la vida cotidiana (en la que el Hombre de las Ratas se
en la redacción definitiva {y esta elaboración es en resumidas reconoció) data del mismo año que la primera redacción del
cuentas muy limitada) merece un atento estudio. No me pro- caso Dora ( 1901), no parece que sea posible establecer compa- ·
pongo aquí tratar esta cuestión en sí misma. raciones útiles entre esos dos · textos. Como veremos, el Hombre
El texto del Hombre de las Ratas no constituye esencial- de las Ratas se encuentra en cambio en la misma vertiente. El
mente una etapa en la elaboración de la teoría psicoanalítica, ni aná lisis de Juanito, casi contemporáneo del Hombre de las Ratas, 1.
un corte, por así decir, transversal en el tiempo, que permita ver conduce en fin hacia otra dirección. Mientras que en nuestro
"en qué punto estaba" en 1908. Más bien, por ~1 camino que texto no existe, por decirlo así, referencia alguna a los Tres
siguió, constituye una especie de encrucijada donde se abrían :nsayos. Juanito se encuentra en la línea de ese texto de I 905.
foda clase de perspectivas, tanto hacia sus descubrimientos del En i 909 los Tres ensayos se hallaban lejos de haber adquirido
la forma que ha lleqado a nosotros. Ahora bien, se puede ob-
~
pasado como hacia el futuro. En 'un sentido, el futuro aportó
muchos datos precisos al texto del Hombre de las Ratas, pero lo servar que los problemas planteados en el Hombre de las Ratas
ha hecho a costa de sacrificios y simplificaciones que no han hallarán respuesta en los agregados de las ediciones sucesivas
dejado de empobrecerlo y en cuya significación podemos inte- de los Tres ensayos, así como en el análisis de la neurosis in-
resamos. No sería fecundo, pues, considerar el texto del Hombre fa ntil del Hombre de los Lobos.
de las _Ratas como un momento superado tanto por el mismo En el Hombre de los Lobos, por ejemplo, Freud creerá
Freud como por sus sucesores. Cuando se vuelve al texto y se hallar la solución de un problema que en el Hombre de las Ratas
lo considera como un punto de vista que ofrece una perspectiva lo inquieta bastante, y que sin embargo no queda resuelto: la
de toda la obra -no cabe duda que se podría y debería hacer cu estión del estatuto y la naturaleza del inconsciente. Para ex-
lo mismo con todos los textos freudianos-. se descubre que con-
, serva un valor más actual que . histórico.
Se puede considerar el texto de Freud como la exposición de
plicar en ) 909 los fenómenos obsesivos era necesario elaborar
1
una teoría de las defensas secundarias. Veremos que en virtud <IJ
de esta teoría será necesario admitir un inconsciente de natura- l'-
la historia de un caso. o bien como el texto que establece las ba- leza radicalmente ir reductible <1 la conciencia, y ello en un punto
ses primeras de una teoría de la neurosis obsesiva. Pero esos se- · donde, topológicamente, no debería haber inconsciente. En el
·rían sus aspectos menos interesantes. El propósito de Freud per- H ombre de los Lobos Freud recoge todo lo que había sembra-
,j f tenece a otro orden. Podría decirse que consistía en considerar el do en el Hombre de las Ratas, pero se podría decir que también
1\ discurso del obsesivo como un dialecto que debe ser traducido. remienda las fisuras producidas. En el segundo texto distin-
Cuando Freud afirma que la neurosis obsesiva es_ un dialecto guirá un inconsciente tópico o estructural por una parte, y por
de esa lengua más general que habla la histeria, no cabe duda otra un inconsciente descriptivo o funcional. Ahora bien, la
de que emplea una imagen para designar una especie en un lectura del Hombre de las Ratas nos convence sin mayor es-
género. Pero si emplea precisamente esa imagen no es por azar. fuerzo de que, pese a la solución, los problemas planteados sub-
Se advierte desde la primera lectura que una gran parte de su sisten. Veremos que b fennm e?nol0qía de la neurosis obsesiva,
trabajo consiste en reunir textos en dialecto -por ejemplo en el Hombre de las Rüta.s, le10~ de aportarnos una forma des-
"tantos florines tantas ratas". o bien "le ocurrirá una desgracia criptiva como nueva forma de inconsciente, nos revela en cambio
a mi padre (muerto hace nu~ve añn~) - para hall::ir su inter- la existencia, del lado de lo que Freud llama lo secundario. de
pretación. De este modo el Hombre de las Ratas se coloca en la un inconsciente literal, grabado como una inscripción, indesci-
\ línea de la Traumdeutung, libro que puede considerarse igual- fra ble para el sujeto. rebelde a toda toma de conciencia y que,
mente como una compilación de textos por traducir. También el a la vez, gobierna al sujeto como de lejos y sin que éste lo sepa,
análisis de Dora se encontraba en la misma línea; de una ma- e irrumpe en su habla sin que el sujeto sepa de dónde viene ni
nera más directa aún, puesto que en Dora los textos que han qué es lo que quiere decir.

88 8!l
Aunque este texto sólo nos planteara este tipo de problema olvidado o no advertía su importancia, o bien que había sido
tendría un interés considerable. Pero también contiene conce: trabado por algún "complejo" personal. Resulta más interesante.
dones nuevas sobre una técnica que utiliza la transferencia com1 11in embargo, tratar de comprender cuál fue la razón · de que
· nicQ medio de poner fin a la neurosis. Se puede, además, d Preud los desechara en la redacción ·definitiva. Su \'ropósito.
ifrar en el texto hasta qué punto, y de manera por así decirJ, parece. no fue encontrar en su paciente esos rasgos que se en-
ibilina, las concepciones de Jung han contaminado la inspira. 1·uentran en todas partes, ya que no veía el medio de servirse de
ción propiamente freudiana, y cuál es el rodeo que da Freu r llos articulándolos a su trabajo de interpretación. Ese medio.
para eludirlas, sin rechazarlas todavía. De una .manera genera Preud lo halló ·e n el Hombre de los Lobos. Pero nosotros sólo
el texto del Hombre de las Ratas ofrece una impresión de fre. podríamos introducir esas nociones en el texto del Hombre de
cura, un afluir de ideas en estado naciente, antes de que un. las Ratas como generalidades sin valor. Nada agregarían a los
teorización &istematizante y simplificadora las convierta en pie. problemas planteados.
zas anatómicas. La teoría de las defensas secundarias, por ejem Si parece que cedo a la tentación de defender el texto de
\ plo, utilizada con profusión en el texto, resulta bastante emba.., Preud es quizá porque tengo la sensación de que no siempre
')f( \ razosa por múltiples razones. Tiene el mérito, sin embargo, d·
cuadrar perfectamente· con el trabajo de desciframiento que h.
!ie Je hace justicia. Se admite con demasiada ligereza que la
técnica, en aquel tiempo, no se hallaba aún bien constituida. Es
de realizarse. Se sabe que, más tarde, esta concepción embara1 ierto que el Original Record nos deja ver a un Freud que
zosa ha quedado, por decirlo así, ahogada en una teoría mucho puede sorprendemos. Cuando su paciente tenía hambre, le hacía
más simple, pero tainbién más pobre, la teoría del "análisis del• dar de comer (y además, arenques, un plato que horrorizaba al
~ Yo", que además ya no permite realizar, palabra por palabra, paciente). Le recomendaba libros para leer, le explicaba sus
\ digámoslo así, el mismo trabajo. Por otra parte, es u11¡ hecho que teorías analíticas, lo acorralaba cuando su discurso era dema-
en 1909 Freud no posee la noción de Superyó. ¡Nada hace siado contradictorio .. hasta turbarlo profundamente; e incluso,
sentir, sin embargo, que le faltara! Qué habría ganado con in- una vez participa al paciente sus propios juicios estéticos sobre
troducir esta instancia, puesto que vemos, como ante nuestros Ja indecencia de las mujeres que dejan ver el vello. ¿Pero acaso
propios ojos, funcionar la deuda no pagada. los oráculos de la debe juzgarse la técnica de Freud por esos curiosos detalles?
infancia, los mitos familiares, es decir, el aparato del destino en ¿No merece un examen más serio y más profundo? Obsérvese
todos sus detalles, eso que, precisamente, el concepto de Super- cómo distribuye su~ · dudas y sus certidumbres y se verá por
yó tiende a borrar en una generalización global. semejante, des-: ejemplo, que no dud¡:¡ un solo instante · de que la especie de cura
pués de todo, a esas generalizaciones que, precisamente en tle adelgazamiento suicida que el paciente había iniciado en
Hombre de las Ratas, quedan niveladas con las defensas secun.. las montañas tuviera por causa el verdadero retruécano implica-
darias. Después de Lacan resultaba inevitable desmantelar es· do. en el nombre del primo Dick. Esta certidumbre no se apoya
castillo ciego del Superyó para encontrar en él muchas cosas en garantía alguna; el paciente no quiere saber absolutamente
que se habían perdido de vista, como la deuda no pagada, por nada de esa explicación, en tanto que, en lo que atañe a las
ejemplo, que en el texto aparece descrita con precisión y de pri- ;on siderac~ones teóricas, Freud no contaba especialmente con
mera mano, tal vez, justamente, porque la descripción era de' encontrar algo de ese género. Basta con ver en el Original
primera mano. Record de qué manera contingente apresa al vuelo esa explica-
Se admite con excesiva facilidad, por otra parte, que nada ción. En cambio, en sus construcciones teóricas, Freud parece
tiene de extraño que un texto de más de medio siglo está deplo~ tu rbado e inseguro. Nosotros, al leerlo. nos vemos obligados a
rablemente incompleto, ya que./ en efecto, no hace mención de· ~ e guir sus pasos. No dudamos ni un instante del papel que ha
elementos tan importantes co~o la castración y la homosexuali- desempeñado el retruécano en el nombre de un primo de la se-
dad. Se podría aun ceder a la tentación de corregir a Freud desd ri ora, y. como el mismo Freud, de sus pensamientos, oscila, nos
Freud mismo, ya que sería posible descubrir en el Origina quedamos más vacilantes ante, - por ejemplo, las sucesivas y
Record todos los índices mencionados en relación con la castra nbundantes explicaciones que nos propone sobre la duda del ob-
ción y con la homosexualidad, y suponer que Freud los habí ·~esivo. Sólo una nos convence, la última, ésa en la que el nicht

-KJ>e-t='eAJ~ S b:e-ccJIJ.J)All1AS:., 90 ~¡


S-OPER Yó .
parece brotar directamente del inconsciente, en el medio de una lecto, que pasa desapercibida en el interior de un lenguaje trans-
fórmula de bendición; pero, justamente para Freud no tiene parente. Todo el arte del analista consiste en reconocerla. Por
necesidad de ninguna prueba ni de ningún argumento, y n:)r.O- ejemplo. nos enteramos desde el principio de que el paciente
tros tampoco. tiene UJ> amigo, y que s_e precipita a su casa cada vez que es
En el Hombre de las Ratas- se plantea asimismo otra. cues~ presa de · la ansiedad. Ahora bien, lo que le pide es que le re-
tión técnica: · la terminación -del análisis. Según la posición de pita, que lo convenza si fuera posible, de que él no es un
Freud, el análisis fue incompleto porque el paciente se había criminal. Lo absurdo de esta última palabra' es sintomático. To-
curado "demasiado pronto". Sólo en los casos ·de fracaso tera~ mada aisladamente es del mismo estilo que "si tengo el deseo
péutico el análisis puede ser profundizado lo suficiente en una de ver desnuda a una mujer. mi padre morirá". El absurdo y la ~
perspectiva de investigación científica. Problema éste que Freud oscuridad sólo podrán aclararse mucho más tarde. cuando es~
vuelve a considerar al final de su vida, sin hacerlo avanzar ternos informados del oráculo paterno. oráculo olvidado por el
mucho más, y que permanece aún prácticamente abierto. sujeto, que la familia le ha hecho recordar y que se enunciaba
Si considera mos ahora los problemas más esen·ciales. resulta así: "Este niño será un gran hombre o un criminal".

l
evidente que la noción de defensa secundaria ocupa el centro del En este dialecto se manifiestan las defensas secundarias, o \
texto. (La otra noción esencial. pero del lado de lo primario. es más bien las defensas secundarias mismas son constitutivas de
la expresión del deseo ( W unsch] inconsciente. ) La concepción la neurosis obsesiva en tanto entidad nosográfica, al menos en
de las defensas secundarias 2 está claramente destinada a dejar la perspectiva . bastante fenomenológica adoptada por Freud.
. intacta la teoría de la represión primaria, tal como ya existía. ( Recordem'Os que Freud siempre declaró, tanto en este texto
Pero. en otro aspecto, el análisis de las defensas secundarias se como en otros ulteriores, que carecía de una teoría suficiente
confunde exactamente con el trabajo de interpretación · del dia~ para explicar las diferentes clases de neurosis obsesivas.) Todo
lecto del obsesivo, que es imposible intentar recurriendo única~ el resto, el carácter inconsciente de la expresión de deseo dél
mente a la teoría de la represión. Se impone una comparación sujeto, debido al efecto de la represión primaria, la indecisión
entre el traba jo del sueño y las defensas secundarias. y Freud entre las actitudes de amor y de odio o su coexistencia, la homo~
la hará. pero no en el Hombre de las Ratas. El discurso del oh~ sex ualidad, la castración, etcétera, se hallan en otras partes,
sesivo dista mucho de estar totalmente constituido por frases c~mo Freud no deja de señalarlo: en las otras neurosis, en las
en dialecto; al contrario, es difícil obtener frases dialectales. y psicosis o en las perversiones. Si se tiene la curiosidad de leer
el obsesivo ignora generalmente su redacción exacta. A través lo que otros autores. Abraham por ejemplo, escribieron en los
de Freud tenemos la impresión de que ese es el primer estímulo años posteriores a la publicación del Hombre de las Ratas. sor-
que habrá que vencer. y que la mayor o menor accesibilidad a prende ver hasta qué punto esa posición de Freud fue mal com-
esa redacción determina la mayor o menor dificultad del caso. prendida durante mucho tiempo. Abraham no deja ningún lugar
Desde este punto de vista el Homhre de las Ratas se presen~ para las defensas secundarias, y continúa buscando la explica-
taba más bien como un caso favorable. ción por el lado de la represión primaria. Y se trata. en efecto,
No hay un corte preciso entre el dialecto difícil de traducir de la explicación última, lejana. Pero para Freud la neurosis
y el lenguaje claro que habla entretanto el obsesivo. En dos ohsesiva es aquella en la que lo primero que se encuentra es
ejemplos el Hombre de las Ratas desliza una palabra en dia~ ese conjunto de defensas avanzadas en el que uno corre el pe-
ligro de verse trabado en una interminable guerra de posiciones.
f,a clave de la teoría se encuentra en una frase de la Traumdeu~
2 Se puede decir, en líneas muy gener ales, que lo primario y lo secundario tung. frase que no es utilizada en el Hombre de las Ratas, pero
se encuentran separados por Ja frontera de la represión o de la censura. <J Ue será preciso transportar al texto si queremos comprender
A diferencia del histérico. el obsesivo ve retornar los efectos del pr<r
ceso primario en lo secundario. Su defensa. como en lo~ sueños. ~onsiste en
ele qué manera concibe Freud la naturaleza de las defensas se-
que no comprende nada, gracia~ a un disfraz debido precisamente a las ;undarias: los pensa mientos que se presentan como productos
influencias del proceso primario, es decir, en último análisis, a desplaza.t de la actividad secundaria pueden ser sometidos al proceso pri-
mientes y condensaciones . ma rio en un caso bien determinado, es decir. cuando interfiere

92 93
un deseo que ha permanecido inconsciente. Esos pensamientos cundario. Su carácter híbrido no constituye una excepción a la
~, llevan. la huella del conflicto defensivo ~rimar~o. huella que. regla que había establecido, es decir, que lo reprimido primario
~ _nos dice Freud. no es · una marca de origen smo una marca ejerce su acción a distancia sin mezclarse con las defensas se-
de influencia. La razón teóriea de esta última indicación no cundarias. Por esa razón Freud parece un poco embarazado, y
queda suficientemente aclarada. En todo caso Freud hará girar lo confiesa. por el hecho de que las defensas secundarias pue-
toda su. problemática en torno de esta concepción de los proce- den ser inconscientes en tanto que puramente secundarias. Ya
sos secundarios expuestos a la influencia del deseo inconsciente. hemos señalado" que es aqu i don de resulta necesaria la famosa
Si la transferencia desempeña por ejemplo un papel decisiv.o en distinción hecha en el Hombre de los Lobos entre inconsciente
la cura y si, incluso, sólo ella permite acabar con las defensas tópico e inconsciente funcional. Pero llama la atención que si se

~
secundar.ias (lo que la clínica verifica siempre en cada c¡iso). es considera la fenomenología del Hombre de las Ratas, la solu- 1
porque la transferencia, precisamente, es comprendida como la ción de 1918 parece bastante insuficiente como para explicarlo. \
transferencia del deseo reprimido, es decir, una manera de mirar La verdadera solución figura en las cartas a Fliess. En la carta , '/.
la represión primaria. De la misma manera se puede comprender 79 Freud escribe que el inconsciente · irrumpe en forma verbal.
la absoluta ineficacia de todas las explicaciones basadas en el Es cierto que en un paréntesis agrega : "Más precisamente es
sentido común. No me refiero a ese pasaje bastante sorpren- el recuerdo verbal", porque esa irrupción no concordaba mucho
dente en que Freud llena una página entera con intervenciones con la concepción del lenguaje qu e se tenía en 1897. Pero, no
basadas en el sentido común y que no producen efecto alguno. obstante, toda la fenomenolo gía del Hom,bre de las Ratas ten-
-4. \ y agrega, en una nota, que lo ha hecho a propósito para probarse derá siempre a confirmar aquella intuición de 1897 -ia irrup-
1 a sí mismo 1,ma vez más que recurrir al sentido común no sirve ción del inconsciente en forma verbal-. que no se repetirá en
para nada . Me refiero al pasaje en que el paciente procura apar- ninguna de las obras posteriores. Claro que esto despoja de bue-
tarse del espejo del vestíbulo preguntándose, con una frase ra- na parte de su sentido al principio según el cual se trata de la
zonable, qué diría su padre si pudiera verlo. Semejante frase no influencia de lo reprimido y no de su irrupción.
produce efecto sobre su ansiedad y su comportamiento. Pero Pero el problema no se complica sólo por el hecho de que
una frase diferente : . " Si me porto así, le sucederá una desgracia Freud, siguiendo aquí a Goethe en lugar de seguir a San Juan,
. a mi padre en el más allá" es eficaz. El agregado "en el más ubica la acción en el comien zo, de modo que tendrá que recu-
allá" se debe a un resto de sentido común o de decencia. un rrir a la regresión tópica para que funcione el lenguaje (de ahí
intento de enmascarar el carácter demasiado dialectal de la el paréntesis sobre el recuerdo v.e rbal). El problema se compliq

ll
, frase: "le sucederá una desgracia a mi padre muerto" . Si esta ta mbién. y de manera más visible, porque Freud se deja influir
e frase resulta eficaz es porque se encuentra en el campo d.e in- lamentablemente por las concepciones funguianas. Mientras que
ó\tJ fluencia del d"eo inrnn•dente, mient.a• que la Ira•< monable Freud, autor de El chiste y de la Psicopatología de la vida co-
\ escapa de él. No nos resultará difícil demostrar aquí que la na- · tidiana. se inclina, pese al carácter erróneo de sus concepciones
turaleza de las defensas secundarias, bajo la influencia de lo lingüísticas (son las de su época), a tratar el lenguaje en su
reprimido, sólo le deja al su jeto tres posiciones posibles: o Id fo rma literal. Jung . autor de tets de asociación verbal en los
incomprensión angustiosa, en la cual el deseo inconsciente queda cuales lo literal no tiene cabida, ya que en ellos las imágenes se
reprimido, o bien una construcción en estilo ocultista que en - asocian a las imágenes en un movimiento indiferente a las pa-
globa, disfrazándolo, el deseo inconsciente, o bien la transfe- labras que se empleen como intermediarias, orienta . su pensa-
rencia analítica. miento hacia lo que en esa época se llamaba el simbolismo. Como
La noción de dcliria . definidos como pensamientos híbridos creo que nunca se ha denunciado con suficiente claridad la con-
que resultan de las contaminaciones del discurso razonable p0r ta minación del pensamiento de Freud por el de Jung en el texto
las obsesiones (lo que Freud lla ma obsesiones son fórmulas li- del Hombre de las Ratas, procuraré ab'unda r un poco más en
terales, con una redacción precisa. a menudo desconocidas o mal <-ste punto.
conocidas por el sujeto), no inva lida nada de lo que acabamos Freud intentará explicar la obsesión mayor, las ratas. in-
de decir. Para Freud esas obsesion es pert enecen al mundo se- r roduciéndola
mediante una expresión tomada de Jung . a quien

94 !l5
cita por su nombre (la expresión es "sensibilidad del complejo") porque representa ya al pene y los niños!) y eso sin citar las
y tratando la palabra rata como "pala~ra inductora". según la palabras alemanas, es decir sin mostrar que Ratte está contenida

4expresión de Jung. En ese momento, no le molesta comparar


la concepción de Jung con Ja suya, bastante diferf':nte sin em-
bargo. y que debía convertir la palabra rata en un pasewort,
un puente verbal. En la perspectiva de Jung la "palabra induc-
tora" funciona como centro de una red asociativa (el "comple-
jo"). ,y la palabra rata ( Ratte) gozará del poder de movilizar la
en verheiraten (casarse) , lo que podría dejar perplejo al .l ector
francés.
Pero si Freud adopta en algunas páginas un punto de vista
que en el fondo le es ajeno, no abandona en cambio ·su punto
de vista personal. Recuérdese el pasaje en que su joven paciente,
celoso del primo Dick, procura destruir el dick en él mismo, es <f
red entera, según las viejas leyes, puestas al dia, de cercanía y decir su gordura, e intenta adelgazar de un modo casi suicida.
analogía. El pass-wort liga en cambio vocablos que tienen ele- Aquí la palabra dick (las· letras d. i, e, le) está empleada como
mentos lingüísticos comunes. Se verá entonces en el Hombre de pass-wort. Sabemos por el Original Record que esa conexión,
las Ratas que Freud trata indistintamente la palabra Ratte unas
~
ese retruécano, proviene de, Freud, por supuesto, y no del pa-
veces como significante cuya forma verbal producirá efectos en ciente; pero también que el paciente nunca quiso aceptarla.
el orden de las formas literales. y otras como representación de Volveré sobre este importantísimo punto. Esa indicación del

~
un símbolo, en el sentido junguiano, remitiendo a relaciones aso- Original Record no figura tal cual en la redacción publicada,
ciativas que se definen en un plano que no es el verbal. Natu- pero se encuentra allí bajo otra forma. No se dice que el pa-
ralmente, sucederá algo curioso. Las relaciones llamadas simbó- ciente se haya resistido a la in,terpretación de Freud, sino que
licas son las que Jung considera como las más profundas y más
aptas para representar el pensamiento inconsciente, pero son
también aquellas que la conciencia acepta con más facilidad.
ve en ella (cito) "una asociación superficial, justamente del gé-
nero de las que tanto repugnan a nuestro pensamiento conscien-
te". He leído una buena cantidad de veces el Hombre de las
\t
Son las otras, como veremos, las que, aunque superficiales ("no Ratas, algunas con bastante a~ención, sin comprender al prin-
son más que palabras"). repugnarán a la conciencia. Freud cipio todo lo que implica esa breve indicación. . . En efecto,
mismo nos lo señala, refutando por un lado lo que con tanta decir que un vínculo es demasiado superficial (o demasiado ex-
facilidad había admitido por otro. terior, según reza la traducción francesa) para llegar a la con-
En el curso del análisis de la gran obsesión de las ratas ciencia, ¿no significa que pertenece al inconsciente de manera
resulta fácil distinguir los pasajes freudianos en que la palabra radical y . que no hay que preguntarse si el inconsciente es super-
Ratte aparece tratada como significante, al introducir por ejem- ficial o profundo, interior o exterior? La expresión "psicología
plo la palabra Rate (con una sola t) o vocablos que condenen profunda" no es una expresión freudiana. La fr.ase un poco
la sílaba rate, como heiraten. En el simbolismo junguiano, al ambigua de Freud ("una asociación externa que repugna a .la
que Freud se deja arrastrar, puesto que es fácil confundirlo con conciencia") es precisamente la frase que uno podría pronun-
los descubrimientos de la Traumdeutung, la rata, de una ma-
nera completamente distinta, representa (se decía simboliza) el
pene, los niños, la sífilis, etcétera, y ello sin que el vocablo
mismo desempeñe ya ningún papel. En La interpretación de los
ciar al colocarse en el mismo nivel de ignorancia que su pa-
ciente: es demasiado superficial. no puedo admitirlo. Sin em-
bargo, es un hecho que Freud no da su brazo a torcer. Super.-
fida} o no, admitido o no por la conciencia, ese enlace literal
f~
sueños Freud había procurado tratar a las imágenes mismas suministra la verdadera explicación. Por este camino el material,
como significantes capaces de ser su~t\tuidos tipos por otros: como se dice, suministrado por el Hombre de las Ratas, con-
Pero el complejo de la rata. tal como se lo puede imaginar segun duce sin cesar al Chiste y su relación con el inconsciente, a la
un pensamiento junguiano, no se encuentra exactamente en la Psicopatología de la vida cotidiana, y más allá a la carta 79 a
misma línea. Entre las víctimas de esa copfusión figuran en Fliess. La construcción teórica de las defensas secundarias ya
buen lugar los autores de la traducción francesa, Marie Bona- no parece tan esencial.
parte y Loewenstein, que confundieron el sentido simbólico con La teoría del Pass-wort nos muestra sólo un aspecto -y el
los efectos literales del significante al decir, por ejemplo, en menos nuevo-- del aporte que contiene el Hombre de las Ratas.
estilo junguiano, que la rata representa el casamiento (¡tal vez Pues lo que. s17 quiere es saber cuál es el estatuto y la posición

(r~fdaaÓV ~Tf / St>ó. 96 97 * l~éAJff./JAf)SuferLf:-laé


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y
i~
origen de la duda . obsesiva son las dudas normales. Pero en-
tópica de lo que allí se descubre, o sea, los discursos que no son tonces habría que explicar cuál es la razón de que los obsesivos
conscientes. Por razones teóricas más bien que como resultado sean los únicos que realizan esos desplazamientos. Si se recurre
de la observación, Freud, en la Trªumdeutung. había postulado al hecho de que en los obsesivos el amor se mezcla con el odio.
que las palabras soñadas provienen del recuerdo verbal. es en los procesos primarios, se podrá suponer que el objeto de
la duda original es el amor y que es esta duda la que queda
decir, que fueron pronunciadas realmente o bien oídas mientras
se está despierto. Claro que esto se .debe a la idea del lenguaje
que se tenía. en el siglo XIX. Pero el l:Jombre de las Ratas (¡y
desplazada ... En el moml':.co menos esperado Freud nos ,da
por fin de una manera fulgurante, por así decir, una explicación
\
esta vez como resultado de la observación!) obliga a Freud a que nos satisface plenamente, aunque él mismo logre relacio-
reconocer, aunque limite la excepción a los sueños de los obse- narla con la oposición de las tendencias de amor y de odio.
sivos, que las palabras soñadas pueden ser la expresión directa H e aquí sus palabras: "Cuando él quiso rogar y decir «Que
de obsesiones desconocidas por el sujeto y suministrar la re- Dios la bendiga>, surgió repentinamente de su inconsciente un
dacción exacta, que se sustraía a su conciencia. Es forzoso ad- nicht hostil [hostil se encuentra ahí como presencia teórica de
mitir entonces la existencia de tin discurso inconsciente --que los procesos primarios] y se da cuenta de que ése era el princi-
irrumpe precisamente en f.orma verbal- y no en forma de imá- pio de una maldición". "Si ese nicht hubiese permanecido mudo,
genes, im.á genes de cosas o imágenes de palabras. El estatuto dice Freud, el sujeto no habría podido salir de un estado de in-
del inconsciente se det~iminará más tarde y aquí lo tópico no certidumbre que habría prolongado indefinidamente su plega-
es diferenciado dP- lo funcional. Debemos insistir sobre el hecho ria. " Este ejemplo sirve a Freud para probar que las tendencias
esencial de que Freud conserva, sin introducir casi ninguna hostiles están en conflicto con las tendencias libidinales, y no le
modificación, la teoría obtenida al final de la Traumdeutung:
utiliza la misma noción de regresión tópica: la energía psíquica
sigue apartándose del camino natural que conduce a la motri-
sorprende la manera en que ese conflicto se expresa en las pa-
labras. Freud ha olvidado, por decirlo así, que él mismo había
escrito que el inconsciente irrumpe en forma verbal. ¿Cómo ad-
J
éidad para, andando a reculones en lo que concierne al lengua - mitir, en 1909, que el inconsciente pueda dejar escapar un nicht,
je, hacer allí en vano el trabajo que normalmente debería servir una forma verbal que ninguna imagen puede representar, y
para modificar el mundo exterior. Pero este preconcepto no le además, que es el símbolo mismo de la negación que se supon~
estorba de modo alguno para reconocer y acoger todos los que el inconsciente ignora? Quedamos remitidos sin embargo a
hechos que en el análisis lo contradicen, para comprenderlos y algo semejante a la teoría del lapsus. El nicht en efecto aparece
utilizarlos. De esta manera es en el Hombre de las Ratas donde
los problemas fundamentales se plantean quizá más abierta-
mente.
allí como en el famoso sueño aparece "felicitaciones", como
lapsus calami, en lugar de pésame. Pero entonces queda impli~
cada la teoría de un doble discurso y la manera como el discurso
inconsciente pone su sello en el discurso manifiesto.
) \
Encontramos un ejemplo excelente para comprender la ac-
titud de Freucl en sus esfuerzos por construir una teoría sobre Se plantea entonces un problema que si bie~ Freud no re~
la duda en el obsesivo. Como se sabe, intenta prim·ero utilizar solverá, nos señala en cambio con suficiente claridad: el pro-
simplemente el desplazamiento: la dama que no quería dudar blema de las relaciones del obsesivo con su propia palabra, o
de la palabra de su marido nega a plantearse dudas, dudar de bien, si se prefiere, el de su posición como sujeto que habla. En
manera absurda, sobre el peine que acaba de comprar, pregun .. la frase en cuestión, por ejemplo, ¿quién pronuncia el nicht? Yo
tándose si no lo poseía desde siempre. A Freud no se le escapa no contestaría el obsesivo, la .palabra me viene -es su expre-
que ese desplazamiento metafórico tier1e un carácter de retórica sión- · como del espíritu ma1igno. El problema se planteará
pasional bajo esta forma: si lo que tú dices es cierto, entonces laramente en el texto de Freud con respecto a la expresión de
qué es lo que no es cierto; por ejemplo, que est~ peine, etcétera deseos [Wunsdr] inconscientes de muerte. Hay en ello algo
Pero esta explicación por el desplazamiento supone que haya nutable: está claro que la expresión de deseos en esa época per-
en rigor algo como una düda original. Se pueden citar la meJ tenece al orden de la tendencia. en todo caso al del proceso
moria, la duración de la vida, la paternidád, la vida futura, d rrimario; dicho de otra manera, se trata de algo que, si no fuer<'
bs que s~empre es posible dudar. Lo que se encontraría en e
!)!)
\
98
atajado, llegaría naturalmente al lugar que Freud asigna a la tervencionista. De esta manera no se convertía en la pareja ob-
motricidad. Pero con la misma naturalidad ocurre que Freud sesiva de su paciente obsesivo, y sabía, todo el texto lo demues-
sólo puede analizarlos en forma de palabras. tra, oír sin esperar y _oía principalmente todo lo que no es-
El problema se plantea en una verdadera discusión entre peraba.
Freud y su paciente. :Sste rechaza con energía y terror la idea Me gustaría insistir un poco más sobre cierta afinidad del

~ de la muerte de su padre. Freud sostiene que no la rechazaría


si no implicara una expresión del deseo del paciente, y el pa..
ciente responde afirmando que la idea de muerte no implica nin-
estilo del obsesivo con el estilo indirecto. Afinidad enmascarada
por el hecho de que la filosofía ha adoptado el mismo estilo, y
tras ella, cierta psicología. El joven obsesivo se separaba de su
guna expresión de deseo pero que la rechaza a causa de su deseo de ver muchachas desnudas, alienaba ya de algún modo
contenido formal. su deseo diciendo: "cuando yo tengo este pensamiento", o bien
De manera sorprendente y que no s;empre se ha cómpren-
dido, Freud invoca de inmediato la ley austríaca que castiga los
"si yo tengo este pensamiento", como si pudiera no tenerlo, pre-
cisamente cuando se pregunta si lo tiene. Se sabe que Freud. en
y
crímenes de lesa majestad. Según -esta ley, es evidente que debe diversas ocasiones y de diversas maneras, se detenía en esta
ser castigado quien dice que el emperador es un asno, pero tam- clase de dificultades que se encuentran no sólo en los obsesivos,
bién debe serlo aquel que, procu_rando no comprometerse, dice pero que los obsesivos utilizan de un modo particularmente sis-
que otro ha dicho que el emperador es un asno. Recurrir al estilo temático. No es posible que desde un punto de vista técnico el
indirecto es denunciado como un intento de eludir al sujeto. analista no lo tenga muy especialmente en cuenta en su modo
La manera como Freud vuelve a introducir el sujeto me de intervención.
parece notable. El paciente ha dicho: es natural que el contenido Todo esto es efecto,· evidentemente, de la existencia de un
formal de la idea de muerte la haga rechazar, y no es necesario discurso inconsciente que el sujeto no reconoce Como propio.

o~
suponer ningún deseo. Fréud responde que el contenido formal Problema importante que Freud no deja en ningún momento
no basta, puesto que se puede construir una frase en que esté de lado a lo largo del Hombre de las Ratas. Desde el comienzo,
presente, sin que se sienta necesidad de rechazarla. Por ejem- cuando explica la frase de la neu_rosis infantil: "mis padres co-
plo: "Si mi e_adre muer~me mato sobre su tumba". nocían mis últimos pensamientos por haberlos revelado en voz
Aparentemen~. parece que Freud sólo quiere convencer a alta", hasta las últimas páginas, -en las cuales irrumpe el nicht.
su paciente de que el deseo está implicado, pero el papel que He demostrado que Freud considera el problema con la mayor
ahora hace representar a la muerte . a la muerte del sujeto mismo, atención y el mayor dominio, pero con torpeza en' la medida en
como el mejor medio de hacerle recuperar su lugar de sujeto, que procura permanecer fiel a una antigua concepción del len-
es digno de reflexión. No podemos ir más lejos con Freud, guaje (concepción que consiste en considerar al lenguaje como
puesto que él mismo abandona este camino. En efecto, el pa- una colección de imágenes de naturaleza particular, las imágenes

~
ciente ha sufrido una sacudida, pero no está convencido y ·Freud verbales, que sustituyen a las otras i_m ágenes). En este punto no
intenta seguir otro camino; Al leer el Hombre de la.s Ratas se se ha sustraido a las ideas de la época y parece haber avanzado
tiene la impresión -impresión que doy por lo que vale, ya que menos que Mallarmé, su contemporaneo. Pero, en rigor, avanzó
no es fácil de verificar, pero que se confirma de algún modo más que nadie, puesto que el trabajo real que realiza sobre el
con la lectura del Original Record- de que Freud, que insiste discurso del obsesivo hace estallar de modó visible ese marco
de un modo sorprendente en tanto están en juego lo que él con- teórico. Y no se equivoca cuando afirma que hace avanzar la
sidera como defensas secundarias, es mucho más reservado, si fenomenología de la neurosis obsesiva, a la que tan poco se
puedo expresarme así, no bien aborda el material primario. Lo había tenido en cuenta antes, ni cuando agrega que no ha lo-
señalo por si acaso, como una contribución posible al estudio grado formular su teoría.
(difícil) de su técnica. Las medidas tomadas para salvar lo esencial de la teoría
Y o diría que Freud sabía que si abordaba lo primario fuera (esas medidas son la invención de las defensas secundarias, la
de la transferencia fortalecía las defensas secundarias. Pero con distinción de los dos inconscientes, y la idea, pronto abandona-
respecto a lo que él llamaba las defensas secundarias, era in- da, de salir bien de la situación sometiendo únicamente el afecto

100 101
a la represión primaria, lo que se conoce con el nombre de re- lo reprimido retorna en una pesadilla. Pero nos sorprende la
presión del afecto) • terminan por aparecer como remiendos, de falta de algo asignable a la represión. El sujeto nunca había ol-
menor interés en todo caso que todo lo que el Hombre de las vidado esa historia paterna, y se la cuenta a Freud, sin relacio-
Ratas nos revela sobre un inconsciente que es discurso. narla con el episodio de los lentes. Se conoce la explicación
Ese inconsciente aloja, en efecto. formaciones que habitual- última de Freud: el "capitán cruel", sustituyendo de alguna
mente no se le reconocían. Contiene juramentos (la expresión manera al padre (no vale la pena que entre en detalles), ~ ha
"juramentos inconscientes" figura en el Original Record). tam- reactivado el deseo inconsciente. Aunque estamos aquí ante no
~ bién oráculos, mitos. y de manera general todo lo que he desig-
nado como tl aparato del filstin9. Ahora bien, este apara-to sólo
sólo ciertos pensamientos, sino ante comportamientos, repitamos
la frase de la Traumdeutung: la actividad secundaria puede
puede existir eñ forma verbal. En esta forma verbal, precisa- quedar sometida al proceso primario cuando interfiere un deseo
mente, repugna a la conciencia, y la conciencia expresa su re- que permanece inconsciente. Se advierte inmediatamente el ca-
sistencia --éste es el nudo de la cuestión- encontrando ella. la rácter demasiado general de la explicación teórica. Lo mismo.
conciencia, que lo verbal es demasiado superficial. Desde ese mo- exactamente, ocurre en relación con el primo Dick; sólo hay
mento las relaciones de la conciencia con el inconsciente se diferencias en cuanto al grado de complejidad. También en este
verán profundamente modificadas; el inconsciente verbal se re- caso el deseo inconsciente ha sido alcanzado y enseguida la con-
velará como el más refractario e incluso el más radical. y la ducta en la montaña es tan alocada como en el correo. El sobre~
conciencia perderá todo lo que aún conservaba en materia de nombre Dick y la bien conocida historia de la deuda han pro-
poderes de jurisdicción. Con otras palabras. cuando el paciente ducido sin embargo su extraordinario efecto en el inconsciente,
de Freud encuentre que la explicación verbal es demasiado su- en un inconsciente radical y refractario. En mi opinión, Freud
perficial y que su conciencia no puede admitirla. Freud respon - sabe muy bien que no basta .c on tener lo reprimido por un lado
derá sin tener en cuenta las protestas de la conciencia y man - y las defensas secundarias por el otro, y que todavía no ha

! teniendo su interpretación. como si ésta se dirigiera directamente


al inconsciente . .. Y en ese mom.e nto, como hemos visto, ya no
hay necesidad ni de pruebas ni de confirmaciones.
La historia dramatizada. el mito .de la deuda impaga del
padre. las circunstancias impresionantes que aco:npañan ese
trozo de folklore familiar (el padre había perdido en el juego
tlinero que pertenecía a su compañía y un camarada 1e presta
construido una teoría sobre la neurosis obsesiva. Pero en el
. Hombre de las Ratas el problema queda planteado. En el texto
mismo. si me atrevo a expresarme de este modo, la deuda teó~
rica no ha sido pagada y _ea--en él donde nosotros debemos re-
considerarla.
No es necesario que pase revista a los otros mitos,. por
e jemplo el que se relaciona con el casamiento del padre y que
el dinero , salvándolo así del suicidio) , la imposibilidad de pagar explica que la causa ocasional de la enfermedad es un proyecto
la deuda y la idea .de que el padre había corrido en vano por de casamiento propuesto por la madre. Por supuesto. el pacien-
todas partes para encontrar al que le había prestado dinero, he te tampoco aceptó nunca esta explicación. Uno de los mitos más
ahí la historia. o el mito. que se comportará exactamente a se- simples: el padre decía "te llenas la cabeza de cosas." El pa-
mejanza de lo reprimido . influyendo y perturbando, de maner;:t ciente imaginaba entonces que tenía un coágulo en la cabeza y
incomprensible para el sujeto, una operación sin embargo bas- que debía hacer un agujero para dejarlo .salir. No hay duda
tante simple: pagar un pequeño paquete despachado contra que hay muchos otros.
reembolso. 3 Es necesario que la deuda sea pagada, pero también Pueden encontrarse situaciones de este genero, tan claras
que sea la deuda imposible de pagar. El folklore familiar retor- o tan oscuras, en las obras literl)rias. No citaré más que uqa, la
na en la conducta enloquecida del Hombre de las R<Jt as así como novela de Camus titulada El extranjero. Todo se explica por
el breve pasaje en que el Extranjero cuenta que su padre, por
s Se sabe que nuestro paciente se había hecho enviar un par de lentes con-
civismo, había querido asistir a la ejecución de una pena capital.
tra reembolso. La obligación y la "imposibilidad" de pagar esa pequefia
deuda lo llevan a complicaciones y ansiedades tales que a raiz de ellas tuvo f Esencialmente por el hecho de que ha dado una orden, y como se ve
que recurrir a Freud. después, una orden inejecutable.

,1\(1\pv~r~ye U e~rttJJ ~ 10:Z 103


y había vuelto trastornado y físicamente enfermo. Sabemos por Notas suplementarias sobre
otro escrito de Camus sobre la pena de muerte, que el problema
gira en torno de su propio padre. Puede establecerse un paralelo
entre la manera como Camus escribe una obra y todas las intri-
un caso de neurosis obsesiva
gas y las peripecias del reintegro de ios lentes, o todos los es-
fuerzos heroicos de un alpinista que se imagina que quiere adel-
Elizabeth R. Zetzel
gazar. Claro que no habría que extremar el paralelo, pero
tampoco debemos tomar demasiado en cuenta el hecho, cierto,
de que Camus hubiera rechaza do con desdén, por superficial.
una explicación de ese género. Tales comparaciones no son pu-
ramente pintorescas: los roles, los personajes, las novelas, los
dramas, los destinos y sus desenlaC'es imaginarios, están corta ..
dos en la misma tela ·que el inconsciente del Hombre de las
Ratas.
' Un inconsciente que ya no se aloja en las profundidades.
como dice Jung. Es el inconsciente de la psicopatología de la

~
vida cotidiana, que conoce la tabla de multiplicar mejor que lo
consciente y que , veloz como un rayo, realiza cálculos dignos de Es un gran honor y una responsabilidad mayor aún abrir esta
Inaudi. Nosotros sabemos ahora que este inconsciente, el más primera Sesión Científica del Vigésimocuarto Congreso Psico-
exterior, es al mismo tiempo el más radical. analítico Internacional. El paciente del cual voy a ocuparme no
sólo es bien conocido, sino que fue el sujeto de la primera pre-
sentación realizada en la primera reunión internacional de psico-
analistas, en abril de 1908. Por esta sola razón parece apro-
piado que un Cqngreso que se propone dedicar una parte
significativa de su programa a una revisión contemporánea de la
• neurosis obsesiva y de su tratamiento psicoanalítico, comience
por volver a examinar al primero y probablemente al más famoso
de los pacientes obsesivos que Sigmund Freud estudió en de-
talle.
Tenía la intención, cuando acepté esta tarea, de basar mi
traba jo principalmente en el informe de 1909, publicado en los
Collected Papers de Freud. Sin embargo, por suerte me decidí
a volver a leer el historial clínico en la Standard Edition 1 y esto
me significó la emocionante recompensa de las notas diarias de
Freud, que abarcan los primeros cuatro meses de este análisis.
Como sugiere Strachey, esas notas informales nos permiten
identificamos con el constante escrutinio al cual somete Freud
el material presentado por su paciente; con su percepción de las

1 Original Record, S. E., X; Notas Originales (vers. cast. : "Notas origi-


nales de S. Freud sobre el cas~ del Hombre de las Ratas", en este vol.,
pp. 27-79).

105
104
áreas en las cuales el conElicto del paciente puede haber cho- <los principios del suceder psíquico, entre la patología determi-
cado con el suyo propio; y con las reflexiones concomitantes nada por fallas evolutivas del yo y la sintomatología atribuiple a
respecto de la posible significación de ese ~nálisis para una Ja fijación instintiva y/o a la regresión. · ''
comprensión más general de las neurosis obsesivas. Por último, En la misma Introducción, Freud reconocía también que
unas francas alusiones a su propia participación sirven como sa- había reducido drásticamente la presentación del caso y de su
ludable advertencia de la .medida en la que los artículos en los tratarpiento. Las notas originales, que sugieren que el Hombre
cuales Freud recomendaba frfaldad, neutralidad. y una impar- de las Ratas, como lrma, se movía en círculos que hacían intro-
cialidad semejante a la de un espejo se basaban en una dife- misión en la vida social de Freud, proporcionan un motivo para
renciación implícita entre la posición del analista frente a la muchas de las omisiones, esto es, la necesidad de proteger el
neurosis de transferencia y la participación espontánea y efu- anonimato del paciente. Sin embargo, cabe preguntarse si Freud
siva del hombre en la relación bipersonal médico-paciente que habría conservado esas notas si todas sus omisiones hubieran
constituye un rasgo indispensable de la situación analítica. servido a su propósito. Sin duda esa habría sido una excelente
Por derecho propio, la publicación de 1909 es uno de los razón para destruirlas. Él mismo insinuó otra explicación: "Debo
clásicos de la literatura psicoanalítica. Aportó material empírico reconocer, en efecto, que todavía no he conseguido desentrañar
concreto capaz de demostrar la continuidad del influjo que la sin residuo alguno la complicada estructura de un caso grave
vida instintiva de los primeros años ejerce sobre la determina- de neurosis obsesiva. . . la comprensión de una nerosis obsesiva
ción del contenido y la naturaleza de la sintomatología en el no es ciertamente nada fácil y desde luego mucho más difícil que
adulto. En relación con los . procesos de pensamiento de ese pa- la de un caso de histeria" [O . C .. pp. 624-625].
ciente, definió y elaboró la mayoría de los mecanismos que Sólo cuatro años más tarde, en su artículo sobre "Predis-
caracterizan a la neurosis obsesiva : formación reactiva, indeci- posición a la neurosis obsesiva" , el propio Freud indicó hasta
sión, aislamiento, anulación retrospectiva. intelectualización y qué punto tanto la sintomatología obsesiva ·como la histérica
pensamiento mágico. Aunque señala explícitamente el contenido pueden resultar muy engañosas. Los criterios de analizabilidad
edípico del conflicto básico del paciente, también se ve clara- no están determinados por el contenido ni por la gravedad de
mente que reconoce las implicaciones sádico-anales. También los síntomas manifiestos. Como lo demostró Knikht ( 1953), el
se demuestra en forma convincente Ja reaparición regresiva de pensamiento obsesivo y el comportamiento compulsivo pueden
conflictos inconscientes no resueltos, tanto en la formación servir como baluartes, por insatisfactorios que sean, tras los
de síntoma como en el análisis de l~ transferencia. Y por · últi- cuales se oculta parcialmente el trastorno psicótico. Es posible
_ \ mo, lo que de ningún modo significa lo menos importante: las pensar, por tanto, que en los pacientes obsesivos que Freud
repetidas referencias de Freud a las cualidades positivas del pa- consideraba afectados por una neurosis o todavía insuficiente-
ciente destacan uno de los principales criterios de analizabili- mente conocida, las funciones básicas del yo pueden haber di-
dad, es decir, la necesidad de contar con la parte sana e intacta ferido de las del Hombre de las Ratas. El caso del Hombre· de
de la personalidad del paciente para que colabore en el mane- _ los Lobos es, evidentemente, un buen ejemplo.
jo de la situación analítica. Kanzer ( 1952) destacó el elemento de acting out que se
En la Introducción al Análisis de un caso de neuroc:is ob- observa en el comportamiento de este paciente durante los pe-
sesiva; Freud se refirió a la neurosis obsesiva de su paciente ríodos críticos de su análisis. Yo sugeriría más bien· que ese
considerándola de moderada gravedad. Esta evaluación foe rea- comportamiento, que después de todo tuvo lugar antes de la ca-
lizada después de haber completado con éxito el análisis del nonización del div{¡n, ejemplificó de manera dramática los atri-
paciente. Sin ·embargo sus síntomas, tal como se los describe butos del yo que son requisitos previos de la importantísima es-
en las primeras fases del tratamiento, habían sido en ocasiones cisión terapéutica entre fantasía o transferencia y realidad o
muy incapacitantes: hay que ad.mitir entonces la posibilidad de alianza terapéutica. Se recordará que el Hombre de las Ratas
que la evahiación de Freud estuviera determinada por el senti- tenía en todo motnento conciencia de las fantasías transferen-
miento implícito de la existencia de una distinción, que sólo ha- ciales negativas .ajenas al, yo que determinaban su· comporta-
bría de formular conceptualmente dos años más tarde en Los miento, y se sentía perturbado por ellas. Además, pese a sus

lOG 107
defensas intelectuales. su tendencia al aislamiento y su uso de manejarlo, y consideramos que es una de las tareas evolutivas
la negación, el Hombre de las Ratas demostraba en sus sueños, fundamentales para alcanzar una sana diferenciación_ entre el sí
sus fantasías y sus asociaciones tener la capacidad de regresión mismo y el objeto y una temprana identificación yoica. Los logros
instintiva que es un concomitante .necesario de una neurosis de evolutivos que determinan por lo menos uno de los criterios de
transferencia analizable. analizabilidad pertenecen ,precisamente a este dominio espe-
Por más que en la publicación original, Freud lograra ex- cífico. El individuo que, como el Hombre de las Ratas, es capaz
plicar tanto la forma como el contenido de los slntomas obse- de mantener una relación objeta) real pese a la aparición dE'
sivos, algunas d.e sus especulaciones teóricas no dejaban de ser sentimientos conflictuales negativos ha podido, con .cualquier
difíciles y oscuras. Esto se nota especialmente en sus esfuerzos sacrificio que sea, reconocer y soportar sentimientos de amor y
por explicar el carácter de alternativa inexorable que se obser- odio dirigidos hacia el mismo objeto. Además su amor, aunque
vaba en los sucesivos sentimientos de amor y odio experimenta- quizá por un margen muy estrecho, ha logrado sustancialmente
dos por el Hombre de las Ratas hacia su padre y su amada: un triUnfo que se podría describir en verdad como una victoria
"Estos conflictos sentimentales de nuestro paciente no son in- pírrica. En su caso, ello se manifestaba por medio de inhibicio-
dependientes entre sí, sino que se hallan soldados por parejas. nes paralizantes, dudas interminables y una masa confusa de
El odio contra su amada hubo de sumarse a su adhesión al compulsiones que caracterizaban su neurosis obsesiva, grave sin
padre, e inversamente. Pero las dos corrientes contrap'uestas duda pero analizable. Pese al carácter de alternativa inexorable
subsistentes después de esta simplificación, o sea la pugna entre que presentaba la oscilación entre el amor y el odio en la for-
el padre y la amada y la antítesis de amor y odio existente en mación de los síntomas neuróticos y en su neurosis de transfe-
la relación del sujeto con cada una de tales personas, no tienen rencia, el Hombre de las Ratas demostró ser capaz de tolerar
nada que ver una con otra, ni por su contenido ni por su géne- una considerable ambivalencia en la situación analítica.
sis" [O. C., p. 657]. No es sorprendente que las brillantes especulaciones de
La ~eferencia de Freud a una alternativa inevitable y su Freud se reficieran a la fase c_{el desarrollo psíquico durante la
nítida diferenciación entre la dicotomía masculino/femenino y el cual tiene comienzo esta capacidad, es decir a lo que entonces se
conflicto entre amor y odio dentro de las relaciones objetables llamaba el período prehistórico infantil. En 1909 Freud no había
individuales merecen un comentai:io. Se podría pensar que su estudiado aún ni la importancia de las primeras relaciones ob-
forma de encarar estos problemas es comparable con sus propias jetales ni la posibilidad de que tuvieran ·algo que ver con la
referencias a los rasgos oscuros y enigmáti~s de aquellos ele- situación analítica. La teoría que por entonces sostenía Freud
mentos oníricos que inciden más de cerca sobre los problemas respecto de las relaciones objetales se encuentra indicada en
de importancia decisiva. El propio Freud presentó, para expli- una larga nota al pie donde destacaba la abrumadora importan-
car tan "singular constelación", una hipótesis que muy bien cia del autoerotismo y de la gratificación instintiva de la prime-
pudo haber sido escrita por algún discípulo de Klein o de Fair- ra infancia. Siri embargo, es bien sabido que tanto los estadios
bairn: " .. . una disociación muy temprana, acaecida en el pe- del desarrollo del yo como las relaciones objetales significativas
ríodo prehistórico infantil, de los dos elementos antitéticos . .. ". que se producen entre la actividad autoerótica - que precede a
En toda esta discusión se encuentra implícita la distinción . la diferenciación self-objeto-- y la facultad de tener un amor
que no podría haberse precisado en 1909, entre un fraca:'>o sus- adulto dirigido. hacia un objeto heterosexual, sigue siendo uno
tancial para integrar percepciones y emociones experimentadas de los temas más difíciles y controvertidos de la teoría psico-
en un principio como recíprocamente excluyentes (por ejemplo analítica.
dolor y placer, amor y odio, actividad y pasividad, omnipotencia Freud reconstruye el primer desarrollo del Hombre de las
y desamparo) y el deterioro regresivo, sufrido por las fusiones Ratas basándose inevitablemente en su propio enfoque de los
e integraciones establecidas anteriormente, durante la formación impulsos instintivos y de la gratificación autoerótica . Consideró
de síntomas neuróticos. En la actualidad hemos aprendido a re- al padre como un objeto real muy importante, que interfería con
conocer el conflicto entre amor y odio que Freud describía como los impulsos instintivos de su hijo. Prestó relativamente poca
una "singular constelación" y a comprender la necesidad de Mención a las primeras manifestaciones de amor objeta], ya

108 109
¿Podríamos tener mejor descripción del proceso que pos-
fuera genital o pregenital. Por ejemplo, sólo en seis enunciados teriormente habría de ser definido como introyección? ¿Existe
breves y muy poco reveladores menciona a la madre del pa- en nuestra literatura una descripción más precisa del mecanis-
ciente. Aunque, además, Freud reconoció la posible importancia mo que Anna Freud describiría como "identificación con el
de la muerte de la hermana mayor del paciente, se vio obligado a gresor"? Las observaciones. longitudinales de niños pequeños
a declarar, en su reconstrucción de los hechos, que la mayor im- han demostrado en los últimos años la importancia de esta iden-
portancia de esa muerte residía en la posterior convicción del tificación defensiva como importante factor de formación del
paciente de que "uno muere si se masturba" [N. O., p. 163]. áspero superyó del futuro obsesivo.
. . En S0'1'rendente contraste con la publicación de 1909, en Hay que notar, sin embargo, que esa relación tan ambiva-
las not<ts clinicas originales hay más de cuarenta referencias 'a lente con la madre no se expresó en las primeras fases del aná-
una relación madre-hijo sumamente ambivalente. Freud publicó lisis del Hombre de las Ratas. Sólo apareció cuando el paciente
la consulta inicial al pie de la letra, con una sola omisión signi- hubo dominado su ambivalencia y establecido una alianza tera-
ficativa: "Cuando le expuse mis condiciones, dijo que tenía que péutica positiva con su analista, Freud. El hecho de que pu-
consultar a su madre" [N.O. , p. 159]. Se recordará que el pa- diera hacerlo plantea la cuestión de saber hasta qué punto la
ciente tenia en ese momento 29 años. El 18 de octubre relató ambivalencia no resuelta y la identificación significativa con el
que no había .tomado posesión de la herencia de su padre, sino agresor habían caracterizado la relación inicial del paciente con
que se la había dejado a la madre, quien le daba una pequeña su madre. Es posible sugerir hipótesis alternativas que podrían
cantidad de dinero ,para sus gastos. Las referencias a la madre ayudarnos a comprender sus cualidades positivas: primera, que
fueron relativamente escasas durante los primeros meses de una relación infantil madre-hijo esencialmente positiva se había
análisis. Sin embargo, a medida que la relación analítica se con- visto amenazada o deteriorada por el nacimiento de un hermano
solidaba para el paciente, hay hechos que denotan una crecien- menor cuando el paciente tenía 18 meses. Segunda, que en el
te identificación positiva con Freud. que el 8 de diciembre ano- curso del segundo y tercer año de vida el paciente se había vuel-
taba con cierto placer: ":Se opuso virilmente a los lamentos de to hacia una hermana que era lo bastante mayor como parn
su madre porque durante el último mes había gastado treinta haber desempeñado con placer un rol materno. Tercera, que su
florines en lugar de dieciséis". relación preedípica con un padre que· parece esencialmente tierno
El 19 de diciembre los sentimientos ne-gativos del pa,iente y afectuoso había sido predominantemente positiva. De tal modo
hacia su madre eran intensos y manifiestos : " ... entrega todo su antes del comienzo de la fatal enfermedad de la hermana puede
dinero .a la madre, porque no· quiere tener nada de ella; pertene- haberse producido un triángulo edípico esencialmente normal.
ce a ella y no hay bienestar en él. :f:l recibe todo lo que hay de aunque parcialmente desplazado. Tanto la grave neurosis in-
malo en su naturaleza, de su madre" [N. O., p. 183]. fantil como la predisposición adulta a la enfermedad obsesiva
:f:sta y otras muchas referencias a problemas financieros, a pueden atribuirse, en el caso de este paciente, a ciertas reaccio-
nes regresivas ante el trauma, más bien que a la continuación
la suciedad y la limpieza, las fantasías hostiles y las formacio-
en la vida adulta de un fracaso evolutivo inicial.
nes reactivas que se les oponen señalan claramente la existen-
cia de una vast¡i área de fijación instintiva. Las notas originales dan muchos atisbos de la importancia
de tal relación para ambos niños. El apego que Catalina sentía
Además, hay notas que sugieren que, por más que no lo por el paciente se e xpresa en su afirmación: "Por tu alma, si tú
conceptualizara, Freud percibió el tipo de relación madre-hijo y mueres yo me mataré" [N. O ., p. 163]. El paciente relata al-
de la identificación yoica característica de muchas futuras per- gunos recuerdos de la incipiente enfermedad de Catalina. Re-
sonalidades y neurosis obsesivas. El 21 de diciembre, Freud cuerda que alguien la ll~vó a la cama; recuerda que durante
escribe: "Se ha estado identificando con la madre, en sus con- mucho tiempo ella se había quejado de que se sentía cansada.
ductas y en las· transferencias ( ... ) Parece probable que tam- "Una vez, cuando la estaba examinando, el doctor P. se puso
bién se esté identificando con su madre, en sus críticas a su p álido." Recuerda también haber preguntado dónde estaba Ca~
padre, y está continuando dentro de sí, así, las diferencias entre talina y que su padre, sentado en una silla, lloraba. Su famoso
sus padres" [N.O .• p. 185] .
1! ]
1!0
-aunque el sujeto no lo recordara- estallido de cólera tuvo ciente relata -haber temido en su infancia que los padres pu-
lugar casi seguramente en el curso de la fatal enfermedad de dieran leerle el pensamiento- su~iere, además, que la diferen-
Catalina. En su conmoción afectiva, el muchachito atacó a su ciación entre el sí mismo y el objeto se hallaba .amenazada de
padre llamándolo "toalla", "lámpara" y "plato". Esa elección deterioro, y que el niño usaba la proyección como mecanismo
de objetos inanimados ¿estaba determinada, como lo sugiere de defensa.
Freud. por la falta de un vocabulario más aniplio en el pa- Las primeras fases del desarrollo de los individuos que se
ciente? ¿Era una inditación de un directo deseo de ·muerte hacia· convierten luego en adultos sanos o analizables se caracteriza
un rival edípico? También hay que tener en cuenta la· separa- por la constitución, en la fase pregeni~1. de auténticas relacio-
ción y la amenaza de pérdida de un objeto importante en los nes bipersonales ·con ambos progenitores. En tales circunstan..
primeros años. El estallido puede haber representado por una cias, el conflicto edípico puede surgir y desarrollarse sin poner
parte la desesperada ansiedad del paciente por su hermana. En- en peligro el mantenimiento de las relaciones objetales. Una falla
tonces los términos insultantes podrían tener un significado adi~ evolutiva sustancial en la capacidad para mantener relaciones
cional. el de un reproche dirigido a un padre amado, pero des- objetales, aunque quizá no excluya las fantasías edípicas inces-
valorizado por su apartamiento, su infelicidad y su incapacidad · tuqsas, conserva por lo común un carácter de "todo o nada" que
de ayudar o consolar al niño angustiado. No sólo la hermana. disminuye la capacidad del individuo para establecer una alian..
también el padre dejaba sin respuesta la necesidad de amor y za terapéutica positiva. Una falla evolutiva tal ha de ser dife..
de apoyo que experimentaba el niño. rendada hasta donde ello sea posible de las reacciones regresi..
En otro trabajo señalé la relación existente entre las reac- vas ante experiencias traumáticas que en ocasiones pueden
ciones violentas del mismo tipo qúe surgen en caso de separa- presentar una sintomatología engañosamente similar.
ción y el hecho de reconocer y tolerar la depresión como un es- La pérdida de un objeto incestuoso en un momento en que
tado del yo. Los fracasos relativos del desarrollo en este terreno el vínculo es intenso puede tener efectos tardíos que se prolon..
específico representan una importante causa determinante de las gan a largo plazo. En la medida en que el niño experimenta la
defensas yoicas que predominan en el neurótico obsesivo. Cabe pérdida como un castigo por sus deseos sexuales, todas sus in-
observar que Bornstein relacionó la neurosis infantil de Frankie hibiciones, su sentimiento de culpabilidad y su ambivalencia,
un futuro obsesivo, con sus intentos por evitar la depresión du- como lo indica Freud, aumentan considerablemente. Además,
rante un período en que estuvo separado de la madre. Ni el una pérdida sufrida en la primera infancia puede provocar un
Hombre de las Ratas ni Frankie parecen haber reconocido ni grave deterioro de la capacidad de reconocer y elaborar duelos
demostrado una depresión manifiesta. El contexto dentro del posteriores. La negación, mecanismo de defensa que desaparece
cual se produjo el estallido de cólera del Hombre de .las Ratas gradualmente en el curso de una maduración sana, puede afian-
sugiere. sin embargo. que la enfermedad y' la muerte de Catalina zarse sustancialmente. En el Hombre de las Ratas, que recu.r ría
pueden muy bien haber movilizado defensas regresivas contra a ella habitualmente en la edad adulta, se pone de manifiesto en
la reaparición de la angustia depresiva y los sentimientos de su sorprendente incapacidad para aceptar, llorar o reconocer
desamparo con ella vinculados. Esto puede haber acarreado el auténticamente el carácter irremediable de la muerte de su padre.
subsiguiente afianzamiento de las defensas que caracterizan a Por ejemplo, cuando relató por primera vez la historia del cas-
la temprana fase anal sádica (por ejemplo, el pensamiento má- tigo de las ratas, no mencionó el hecho de que ya hacía casi
gico. la formación reactiva, el aislamiento y la intelectualiza- diez años que su padre había muerto. Otros episodios subraya..
ción). También puede haber hecho retroceder prácticamente al han su persistente sentimiento de que el padre muerto podría
niño de las relaciones triangulares que son inherentes a la situa- entrar en la habitación. Frecuentemente pensaba en él como si
ción edípica genital a las relaciones de persona a persona, más todavía estuviera vivo. Por más que muchas de sus fantasías se...
primitivas. que pertene\:en a un período anterior. La alternativa xuales eran manifiestamente hostiles, se percibe claramente un
inexorable que caracterizaba su neurosis puede haber represen- trasfondo constante de sentimientos positivos. El paciente habría
tado así la renovación en la vida adulta de la anterior reacción recibido con alegría el retorno de su padre. Su relación objetal
· regresiva del paciente.ante el trauma. El recuerdo que el pa- positiva con el padre parece baber sido por lo menos tan impor-

112 113
té'nte como la hostil rivalidad edípica que se destacaba en J¡¡
publicación de 1909. debe tener en cuenta también el subyacente miedo de perder a
Hay una nota del 21 de diciembre que indica que Freud re- Gisela. Hasta donde Gisela representaba a Catalina, su enfer-
conoció la importancia de la negación en el Hombre de las medad puede haber sido experimentada como un índice de muer-
Ratas : " Le señalé que su intento de negar la realidad de la muer- te inminente, en el inconsciente reprimido del Hombre de las
te de su pa dre constituía la base de su neurosis." Ratas.
Es evidente que Freud se refiere aquí a la neurosis del Cabe sugerir qi.te, así como la muerte de Catalina babia
adulto. Yo creo que una neg ación paralela, pero muy anterior. precipitado la regresión infantil del paciente, la muerte de su
referente a la muerte de su he rmana Catalina, tuvo por lo menos paore, antes de que él hubiera alcanzado la plena madurez. no
la misma importa ncia para la predisposición del paciente. En mi sólo le impidió utiliz;:¡_r con fines de adaptación esta segu~da
opinión esto determinó también su afecto, siendo ya adulto, por oportunida<¡l evolutiva, sino que minó también el precario equi-
una joven -Gisela- en quien encontró un sustituto adecuado librio hasfa entonces mantenido. Sin embargo, ninguna de las
de la hermana muerta. Con datos tomados de las notas publi- dos pérdidas provocó una regresión irreversible, como lo de-
cadas ·y de las anotaciones diarias de Freud podemos recons- muestra la capacidad del paciente para tolerar una situación
truir un retrato de Gi sela: 1 ) era prima hermana del paciente: analítica difícil. Es posible que algunas de las dificultades hayan
2) posiblemente bastante mayor que él (s u edad no se mencio- derivado de su deseo regresivo de restablecer la relación edípica
na); 3) casi seguramente era est éril. lo qu e la asemejaba a una de tipo pasivo que había tenido con su padre. Tales deseos en-
niñita impúber; y 4) estaba sujeta a crisis ag ud as de mala salud trarian inevitablemente en•conflicto con la rivalidad edípica y la
que la obligaban a interrumpir toda actividad. Además. el hecho búsqueda inconsciente del objeto heterosexual· perdido. Estos
de que su padrastro "abusó" quizá de su fuerte ambivalencia y deseos de pasividad bien pueden haber sido un factor importan-
que su vida psicosexual estuviern por lo menos tan perturbada te en la intolerancia que el paciente manifestaba hacia el diván
como la del paciente, sugiere que la personalidad de la mucha - y en los elementos claramente defensivos de su transferencia
cha se prestaba a una relación caracterizada por muchos rasgos negativa.
infantiles. El mantenimi2nto de un trasfondo positivo en el conjunto
En las notas orig inales hay a bundantes materiales que res- de la relación padre-hijo puede bastar para explicar tanto las
palda n la hipótesis de qu e el persistente afecto del Hombre de cualidades que Freud admiraba en el páciente como la estabi-
las Ratas por su enfermiza prima r epresentaba un esfuerzo más lidad de su alianza . en la situación analítica. Sus períodos de
que voluntario y necesariamente ambivalente por revivir a su mayor aflicción sint.o mática se vinculan con informaciones y/o
hermana tal como él la recordaba en sus últimos tiempos. es fantasías que desvalorizaban a Freud o a su padre. No hay que
decir como una niñita cad a vez más débil a quien terminaron por despreciar el significado de esta desvalorización en cuanto deseo
llevar a la habitación en la que ha bría de morir. La recuperación de muerte, con el correspondiente sentimiento de culpa provo'..
de ese objeto perdido implicaba un sacrificio, esto es. renunciar cado por la rivalidad edípica . El deseo positivo de tener un padre
prácticamente a los deseos libidinales. El 27 de octubre el pa- fuerte que constituyera un ideal del yo y por lo tanto un objeto
ciente soñó, en este contexto . que otra hermana estaba muy en- de identificación parece haber sido pór lo menos igualmente
ferma y un amigo le decía: "Sólo puedes salvar a tu hermana si importante.
renuncias a todo placer sexlf'al". La prima no sólo era estéril. La situación analítica es una relación bipersonal que se
sino que padecía también períodos de enfermedad durante los nutre de la fuerza del dominio inicial de la ambivalencia y re-
cuales puede suponerse que estaba privada de todo ·interés se- vela sus debilidades en una situación ese.n cialmente pasiva: .
xual. Durante una de esas crisis, "cuando su afecto y simpatía La relación inicial madre-hijo ha sido . mencionada pot ·
eran más intensos y mientras ella descansaba tendida en un sofá. muchos analistas. Por ejemplo, Gitelson ( 1962) se refirió en
el paciente pensó repentinamente: «¡Ojalá descanse así para forma explícita a la importancia de las respuestas diatróficas del
siempre! »" Si bien es cierto que no hay que excl.uir la hostilidad analista durante las fases iniciales del psicoanálisis clínico.
y los deseos de muerte que ded ui o Freud de este incidente . ~ e Greenacre se ha referido a la "matriz" de la transferencia. Yo
misma, especialmente en el trabajo ( Zefzel, 1965) publicado en
11 -i
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honor del septuagésimo cumpleaños de Hartmann, intenté trazar mitir esa habladuría. Freud se rió y alivió la angustia del pa-
los paralelos y diferencias entre las respuestas empáticas de los ciente diciéndole que él no tenía parientes en Budapest. Dos días
p~dres frente al niño pequeño y las respuestas intuitivas del después el paciente relató algo que representaba un afianza-
analista a las necesidades afectivas de su paciente. miento realista más significativo de la actividad de su neurosis
Quizá la perduración de la ambivalencia no resuelta de este de transferencia negativa. En una ocasión su hermana había co-
paciente hacia su madre pueda haberlo hecho vulnerable a la mentado que el hermano de Freud, Alex, sería el marido ade-
regresión del yo en una situación analítica no comunicativa. Sin cuado para la amada del paciente. El temor que experimentaba
embargo, las respuestas espontáneas de Freud, tal como constan el paciente, de que Freud pensara en él como posible marido
en las anotaciones de los primeros meses del análisis del Hombre de su hija, expresaba en realidad la fantasía de que el herma-
de las Ratas, parecen haber diferido considerablemente de sus no de Freud se quedaría con la mujer que el paciente amaba. El
modelos teóricos posteriores, ya que sus conversaciones con el conocido material de la transferencia hostil se encontraba así
paciente no se limitaban a la' interpretación de la neurosis de doblemente determinado. Este ejemplo ilustra, por un lado, las
transferencia. Reconocía la angustia de su paciente y lo acogía razones realistas de ciertas omisiones, pero al mismo tiempo
con confianza. Lo elogiaba y lo estimulaba. Corregía las infor- la capacidad del pac;iente para · transmitir este rumor, que sin
maciones erróneas de los hechos reales y le explicaba las razo- embargo lo había inquietado, demuestra que la primera correc-
nes analíticas por las cuales no podía permitirle retener infor- ción de Freud había sido más útil que dañosa.
mación. Además, pese a los términos un tanto intelectualizados El segundo ejemplo es tan sorprendente como desacostum-
en que enunciaba algunas de sus verbalizaciones, la atmósfera en brado. Las notas de Freud para el 28 de diciembre comienzan
que se desarrollaron sus relaciones, parece haber sido de res- de la manera siguiente: "Tenía hambre y se lo alimentó." Las
peto mutuo y de profunda comprensión. Por lo tanto, si mi hi- respuestas directas a fas demandas orales han sido mencionadas
pótesis respecto de los primeros sentimientos del paciente hacia en ocasiones como elementos concomitantes del tratamiento de
su padre es correcta, su alianza terapéutica puede haber deri- los pacientes psicóticos. Tales procedimientos se relacionan con
vado de esa relación bipersonal positiva. la teoría contemporánea del desarrollo referida a la génesis de
Las notas originales revelan el placer de Freud en corregir las psicosis. Sin embargo, como ya señalamos, y tal como con-
las informaciones erróneas de su paciente sobre hechos reales y cebía el desarrollo psíquico en 1909, Freud no atribuía mucha
en iniciar espontáneamente otras 'interacciones, cosa que hoy se importancia a las primeras funciones maternales. Por lo tanto,
consideraría cuestionable. La experiencia le demostró probable- es muy improbable que considerara su actitud como una manio-
mente que esas interacciones pueden resultar desafortunadas y bra terapéutica. Sin embargo, así como la corrección de una in-
de allí provino su recomendación ulterior de mantenerse neutral. formación errónea había sido seguida en una ocasión anterior
Es posible que otros pacientes hubieran reaccionado en forma por nuevas revelaciones, vale la pena notar que el paciente se
menos favorable al procedimiento terapéutico que Freud siguió sintió en libertad de rechazar verbalmente la gratificación que
en este análisis. Sin embargo, las respuestas del Hombre de las en realidad había aceptado parcialmente. En el curso de la
Ratas ilustran un punto que nunca nos parecerá excesivo desta .. misma sesión se refirió a la necesidad de someterse a una dieta
car para comprender el psicoanálisis clínico. Una buena situa- para bajar de peso. Durante los días siguientes verbalizó con
ción analítica, por más que se distorsione o modifique tempora- mayor libertad la identificación con su madre como agresor, que
riamente, no resultará socavada si en ocasiones el analista se ya he mencionado. Se refirió, además. a que había dejado in-
aparta de la técnica tredicional. Y si no se ha logrado una buena tacto el arenque que le habían ofrecido porque "le disgustaba
situación analítica, poco valor tendrán -"-si es que lo tienen- muchísimo el arenque". Esas respuestas hacen pensar que una
las interpretaciones técnicamente correctas. intervención que debemos definir como no analítica no había im-
Daré <;los breves ejemplos ilustrativos de la técnica usada pedido el progreso del tratamiento de este paciente. El hecho de
por Freud en este análisis. Alguien le había dicho al paciente que pudiera revelar cada vez con más claridad su hostilidad
que un húngaro, pariente lejano de Freud, había sido un cri- hacia su madre, su placer al rechazar parte de la comida, verba-
minal. Sólo después de penosos esfuerzos pudo el paciente trans- 1izando en este contexto ciertas reservas críticas hacia Freu~

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confirmaron la alianza terapéutica positiva que había logrado al tra comprens1on de las cualidades más positivas. a las cuales
terminar el año. Freud hizo varias referencias. El encantador sentido del humor
Ni el informe publicado ni las notas originales nos permiten del pacient~ y su capacidad para la fantasía imaginativa no sólo
comprender cabalmente la significación de su sintomática recu- indican la madurez de ciertas funciones yoicas, sino que tam-
peración. El primero demostraba tanto la existencia de una bién ejemplifican su capacidad para la regresión al servicio del
alianza terapéutica positiva como la aparición de una neurosis yo. Una de sus fantasías sugiere que su pretensión respecto
de transf ereilcia analizable. Las notas originales permiten recon- del poder de sus pensamientos y deseos no carecía totalmente
side'rar ciertos aspectos de la neurosis infantil del pac.iente y de de fundamento. Contó que en las escaleras de la casa de Freud
su predisposición adulta dentro del marco de la teoría contem- se había encontrado con una niña de 12 años; fuera o no •.o-
poránea. En resumen, yo diría que el muchachito que llegó a ser rrecta su convicción, perdbió a la niña como hija de la casa, y
el Hombre de las Ratas no habría llegado a presentar una neu- Anna Freud tenía doce años durante los últimos meses de 1907.
rosis grave a no ser por el impacto de una pérdida significativa. Hay que admitir la posibilidad de que la interpretación que
sufrida en el rr.omento de la culminación de la neurosis infantil. ~freció el Hombre de las Ratas de su propia fantasía fuera
Su análisis, relativamente breve, parece haberlo ayudado por profética. La niña representaba a esa ciencia nueva y joven que
lo menos a reencontrar los éxitos que ya había obténido en su era el psicoanálisis. Y por más que Anna Freud no quiera ce-
desarrollo pero que de tal modo se habían visto socavados en la lebraciones forma~~s este año en que cumple los 70, me gustaría
primera infancia. Su identificación positiva con un sustituto pa- terminar con una cita casi literal del espontáneo tributo que su-
terno. Freud, puede haber sido el factor principal que lo im- girió el propio Hombre de las Ratas: "Fue la niña quien resolvió
pulsó a uri mejor dominio de su conflicto intrapsíquico no re- el problema con alegre superioridad; con un virtuosismo son-
suelto. Es posible que la vulnerabilidad subyacente en su rela- riente puso en descubierto muchas de las máscaras que deter-
ción con la madre haya seguido siendo un potencial talón de minan tanto la predisposición a la neurosis obsesiva como el tra-
Aquiles. Sin embargo, puede haberse convertido en una perso- tam1iento de la misma."
nalidad bien integrada y un tanto obsesiva, en vez de presentar
una neurosis obsesiva descompensada. No tenemos información
final sobre su definitiva realización heterosexual, pero así y todo
es evidente que Freud actuó más bien como un aliado qut como
una amenaza hostil respecto de los esfuerzos del paciefl.te por
reintegrar la potencia genital y el amor objeta! heterosexual. Si.
en caso de haber sobrevivitio a la Primeta Guerra Mundial, la Referencias bibliográficas
remisión sintomática le habría permitido alcanzar y mantener
toda su potencialidad y hasta qué punto, quedará por siempre Gitelson, M. (1962), "The First Phase of Psychoanalysis", Int. ]. Psycho-
como un interrogante. Sin embargo, la disposición de Freud a Anal., 43 •
dejarle probar sus fuerzas una vez que los síntomas graves hu- Kanzer, M. (1952), "The Transference Neurosis of the Rat Man", Psy-
bieron desaparecido es importante en cuanto a las iadicaciones choanal. Quart., 21.
de interrup~ión o terminación del psicoanálisis. Ese paciente po-
Knight, R. P. (1953), "6orderline States", Bull. Menninger C/inic, 1i.
dría haber caído en la trampa de un análisis inter'mmable si las
consideraciones teóricas hubieran prevalecido sobre · las exigen- Zetzel. E. R. (1965), "The Theory of Therapy in Relation to a Develop-
cias de la realidad. mental Model of the Psychic Apparatus", lnt. J. Psycho-Anal., 46.
Como la publicación de Freud, este trabajo se ha centrado
principalmente sobre el temprano desarrollo del paciente y sobre
las ttapas iniciales de su análisis terapéutico. Las notas orfgirtales
no sólo nos han suministrado núevas informadones ~bre la pa-
tología de. este paciente, sino que han enriquecido también nues-
.._, '
·, 118 119
Comentario sobre
el ensayo de la doctora Zetzel
Paul G. Meyerson

El trabajo de la doctora Zetzel constituye una respetuosa


presentación del Análisis de un caso de neurosis obsesiva, de
Freud, evaluado desde el punto de vista de los modernos con-
ceptos de la psicología del yo y de las relaciones objetales.
En él procura delinear los roles desempeñados por diversas
figuras de la infancia del Hombre de las Ratas, no sólo en la
medida en que contribuyeron a su psicopatología sino también
,,. en cuanto le ayudaron a superar varias crisis decisivas de los
primeros años de su vida. Zetzel piensa que la relación del pa-
ciente con su madre estaba muy pertµrbada, que probablemente
ella era una mujer dominante, desamorada y compulsiva a quien
el niño vivía como un agresor y con quien tendía a identificarse
rígidamente cuando las frustraciones preedípicas o edipicas se
hacían intensas. En una de las partes más originales de su tra-
ba jo, la autora plantea también !a hipótesis de que la relación
del niño con su hermana mayor, que murió cuando él tenía cua-
tro años, era de tono positivo y que ella representó la elección
del objeto amoroso edípico del paciente; de ahí que su muerte
significara un fuerte golpe para él: el niño se vio privado de
los aspectos reconfortantes de la relación. Reaccionó entonces
con angustia y depresión ante la pérdida de ese importante ob-
jeto amoroso que tanto extrañaba. Zetzel sugiere también que si
en ese momento de su vida el muchacho sólo hubiera contado ·
con la relación con su madre, se habría consolidado en él una
estructura de carácter mucho más compulsiva -su identifica-

121
a mbivalencia o para superar su depresión o para desplegar me-
ción con el agresor habría orientado todas las relaciones- o canismos yoicos bien integrados. según cuál sea la orienté;lción
bien se habría vuelto psicótico. Tenía, sin embargo. la relación teórica que se adopte. Sus ensoñaciones señalan la presencia de
con su padre, que muy proirablemente asumía con él una actitud alguna figura bastante constante y por lo menos ocasionalmente
maternal. El cariñoso interés del padre reemplazó al de la her- cariñosa durante sus primeros años. Parece muy poco probable
mana y lo ayudó a alcanzar una mejor adaptación e integración que Ja herm;ma, que era también muy pequeña, pueda haber de-
de sus primitivas urgencias instintivas. Sin embargo. Zetzel tiene sempeñado ese rol durante los primeros años de vida del pa-
la sensación de que, como la muerte de la hermana se produjo ciente. Es indudable que la madre del Hombre de las Ratas era
en un momento tan decisivo, el paciente no pudo establecer una en ocasiones una mujer rígida y dominante; muchas veces él
sólida identificación masculina con el padre. Su relación con él, estuvo indiscutiblemente furioso con ella y con frecuencia la vio
aunque tierna en algunos aspectos, era básicamente dependiente enfurecerse con él. La evolución subsiguiente del paciente de-
y masoquista. El paciente era incapaz de llorar la muerte de los muestra que en su esfuerzo p~r solucionar esa penosa situación.
antiguos objetos, incluso la de su padre, y tampoco podía en- desarrolló la tendencia a identificarse con sus cualidades des-
contrar nuevas vías satisfactorias para el amor y el trabajo. La tructivas y agresivas. Sin embargo. éste no es más que un aspec-
presencia de su padre le ayudó a resistir el stress producido por to, por más patógeno que sea, de la relación del paciente con
su interacción con los primeros objetos y a soportar la traumática su madre. Los evidentes recursos psíquicos del Hombre de las
pérdida de su hermana, pero no promovió una verdadera auto- Ratas indican que la madre podía ser a veces muy maternal. Es
nomía en el niño. probable que el principal problema de ella residiera en no saber
El valor de la primera hipótesis de Zetzel· es indiscutible si cómo manejar al niño cuando estaba enojado o angustiado. En
se tiene en cuenta el efecto que tuvieron la desilusión y la có- tales ocasiones era incapaz de ayudarlo a disipar los efectos
lera no resueltas del paciente hacia su madre sobre la descrip- frustrantes derivados de sus frustraciones o a canalizar de ma-
ción del comportamiento de ella al comienzo de su análisis. Es nera adecuada su cólera y sus anhelos reprimidos, lo que de-
bien sabido que los pacientes que en las primeras etapas del terminó que el paciente se apartara precozmente de la madre
tratamiento describen al padre o a la madre como frío o recha- para volverse hacia figuras capaces de brindarle más apoyo.
zante, más o menos hacia el tercer año de análisis, empiezan a Zetzel sugiere algo que a primera vista parece sorprenden-
recordar una imagen muy diferente de ese mismo progenitor y te: que el Hombre de las Ratas mantuvo una intensa relación
a evocar reacciones diferentes del mismo paciente hacia él. Por a morosa con una hermana cinco años mayor que él. que murió
más que las raíces preedípicas de una neurosis grave no dejen de cuando el paciente tenía cuatro. Zetzel tiene la sensación de
estar presentes en el Hombre de las ,Ratas, el paciente, como lo que esta muerte provocó en él un sentimiento de pérdida y que
1" señala Zetzel de manera convincente, era neurótico y no psicó- de esta manera ejerció un importante influjo sobre su desarrollo
tico. También era una de esas personalidades reprimidas, rígidas posterior. Por lo común se considera que la principal consecuen-
y compulsivas. que tan bien conocen los analistas, que tienen cia de este tipo de muerte es la intensificación del sentimiento
grandes dificultade.s para establecer una neurosis de transferen- de culpa en el niño. Indudablemente, el Hombre de las Ratas
cia y una alianza terapéutica positiva . Era vivaz e imaginativo, había rivalizado con su hermana por el afecto del padre y de la
podía expresar de manera bastante apropiada el afecto y en madre. La confirmación de sus deseos de Iri.u erte por la realidad
ocasiones era capaz de pensar con claridad. El hecho de que parecería ser un factor decisivo que deterioró su capacidad de
pudiera establecer una relación afectuosa con su hermana y tolerar y canalizar su propia agresividad. La influencia patógena
posteriormente seguir manteniendo un tierno contacto .con el de ver cómo le pegan a un hermano es casi insignificante com-
padre hace pensar que durante sus primeros años , pese al re- parado con el efecto de ver morir a un hermano.
chazo de la madre. las sobreexcitaciones y los traumas. logró un Zetzel cita como pruebas de ese precoz vínculo amoroso.
considerable nivel de integración. La forma de ensoñación adop- primero, la histriónica observación de la hermana en el sentido
tada. cuando su nivel de integración era bueno, como por ejem- de que ella se mataría si algo le sucediera al hermano, y en
plo la fantasía del Conde de Monte Cristo en la cual expresó segundo lugar el hecho de que la amiga del paciente se pareciera
su deseo de venganza, indica cierta capacidad para tolerar la
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122
físicamente a una hermana mayor y enferma. Es evidente que tirse en modos reales y gratificantes. Los efectos traumáticos
Zetzel se basa en su experiencia clí~ica y percibe de manera de la muerte de la hermana pueden haber dañado gravemente
intuitiva que en esa familia de tantos miembros ·y cararterizada la potencialidad del paciente para establecer una relación ge-
por una especial psicopatología , los dos ~iños -la segunda de nital.
las niñas y el varón nacido en el momento en que el período Zetzel postula que el Hombre de las Ratas reaccionó con
edípico de la niña llegaba a su culminación- se refugiarian uno desamparo ante la muerte de la hermana, y que el objeto a quien
· en otro. La naturaleza de esta relación tiene considerable im- naturalmente había de culpar y atacar por ese trágico estado
portancia para evaluar el efecto que ejerció la pérdida de la her- de cosas era el padre. El niño se enfureció con su padre porque
mana sobre la estructura de la personalidad del Hombre de las permitió que la hermana muriera: el alejamiento del padre y la
Ratas. ¿Hasta qué punto se trataba de una relación tiernamente cólera con él que de ello resultaron se sumaron así a la carga
compartida, que les servía de apoyo y en la cual el paciente y su psíquica del duelo. De acuerdo con este postulado, el Hombre
hermana desempeñaron los papeles de Hansel y Gretel, en bue- de las Ratas consideraba a su padre como un objeto frustrante,
na medida rechazados por padres a quienes preocupaban las exi- responsable del cese de la muy gratificante relación con la her.-
gencias de una familia que seguía creciendo? ¿La formación mana. Sin embargo, es muy probable que su enojo tuviera en
reactiva de la hermana era de naturaleza tal que pudiera co- realidad otra fuente, derivada de la situación infantil en la que
municar al hermano, a quien envidiaba, que verdaderamente se un niño d~sea vengarse por la atención que los padres prodigan
preocupaba por él, y hacerlo de modo que aumentara la sensa- a un hermano. Como cualquiera que se enfrente con la muerte
ción de fe, confianza y valor del niño? ¿O bien la relación estaba o con la anticipación de la muerte de un familiar cercano, el pa-
notoriamente sexualizada, sobre todo por parte de él. y la niña ciente debe de haberse esforzado por distanciarse del impacto
le servía principalmente como objeto de sus primitivas necesi- cabal del suceso. procurando --como muchos niños en situación
dades orales y fálicas; que el paciente expresaba en actividades semejante-- convencerse de que ni la extrañaría ni se alegraría
como pelear y morder? Los aspectos sanos de la relación con la de la desaparición de ella. Sin embargo debía enfrentarse con
hermana ¿fomentaron la capacidad del paciente para relacio- sus afligidos padres, que en esa época se preocupaban sin duda
narse de manera positiva con Freud en la alianza terapéutica? más por su hermana que por él. Toda la antigua cólera reprimi-
Las posteriores relaciones del paciente con las mujeres no fue:.. da, experimentada ante el abandono en que lo dejaban todos sus
ron muy tiernas; en particular, su actitud hacia la mujer que objetos amorosos, y toda la rivalidad hacia todos sus hermanos
amaba era muy narcisista. Era evidente que no tenían interés en pueden haber cristalizado en una idea o un sentimiento horrible.
casarse; el interés sexual del paciente por ella se ~ncontraba "Me alegro de que se haya muerto, ustedes se lo merecen." Los
gravemente inhibido; tenía intensas reacciones de enojo toda vez aspectos vengativos del deseo intensificaron su sentimiento de
que ella, rechazándolo o retrayéndose. lesionaba la autoestima culpa. Su reacción. muy posterior, en el funeral de su tía tiende
del paciente. Superficialmente, por lo menos, parecía que el pa- a confirmar esta hipótesis. En ese momento, años después de la
ciente hubiera mantenido la relación con ella más bien para muerte del padre, se produjo en el paciente una violenta irrup-
mantener la ilusión de ser un hombre que para repetir un tipo ción de sus síntomas y la fantaseada . interacción amorosa con el
anterior de relación gratificante. Esto no .excluye la posibilidad padre muerto se cambió en lacerantes autoacusaciones por su
de que su precoz contacto con la herma~a fuera tierno o estu- comportamiento con el padre. El placer sádico y vengativo des-
viera altamente sexualizado. Es muy posible que buena parte plazado que el paciente experimentaba ante el duelo de su tío
de la ternura y la confianza en las mujeres que él hubiera con- no le permitia ya manejar su culpa por la muerte de su padre
solidado mediante su contacto con la hermana se disolviera por mediante la negación y la fantasía.
obra de la amargura que experimentó a la muerte de ella. La Parece muy factible la hipótesis de Zetzel según la cual el
capacidad de amar a un objeto heterosexual ,y .de confiar en él padre del paciente desempeñó un rol benéfico para el desarrollo
no sólo se establece en la infancia, sino que debe ser fomentada de su estructura de carácter, y el comportamiento del padre fue
por circunstancias propicias durante toda la adolescencia para un factor decisivo en la posterior capacidad que demostró el
que los modos amorosos infantiles y fantaseado~ puedan conver- Hombre de las Ratas para distinguir, en el tratamiento, entre los

124 125
padres y analistas que atacan o controlan y aquellos que quieren situación en que se encuentra el niño lo lleva a internalizar cual-
que realmente sus hijos sean dueños de su destino, distinción quier cosa que el padre le muestre como capaz de ayudarlo a
que constituye el elemento crítico de la alianza terapéutica. Si el controlar sus propios impulsos o a fomentar la reparación del
padre no hubiera estado presente o hubier~ mostrado poco in- daño que él siente haber causado. La aterradora imagen que tie-
terés en su hijo, es indudable que el paciente se había identifi- ne del padre se incorporará a su superyó e intensificará su nece-
cado con lo que sentía como los elementos más destructivos de sidad de castigo. pero si él no se acerca al padre o si éste no
la personalidad de la madre. Habría establecido contacto con la responde a la necesidad de estructuración de su hijo, los modos
gente de manera destructiva y desvalorizadora, y sus defensas de defensa contra sus impulsos y su culpa que encuentre el niño
compulsivas habrían sido rígidas y probablemente inflexiblt:s. serán de un orden muy primitivo, basados en las primerísimas
No habría sido vivaz e imaginativo. La presencia del padre fue interacciones que estableció con su madre. En estas circunstan-.
esencial para la consolidación de cualquier característica positiva cias, es posible que los mecanismos de defensa y de adaptación
que el paciente hubiera adquirido mediante la relación con la del niño ofrezcan pocos indicios d e que ha tratado de enfrentar
madre y la hermana. · la realidad.
Aun así, el estado desesperado del niño en el momento de Allí donde el niño ha sido capaz de internalizar las instruc-
la muerte de la hermana --su intenso sadismo, su culpa y la pér- ciones del padre, referentes a la naturaleza de la realidad, es
dida de las fuerzas que había recibido de su hermana- reque- probable sin embargo que, en condiciones tan imperativas. sus
rían el mejor tipo de cuidado y atención de su padre y de su conflictos homosexuales pasivos -responsables en parte de su
madre. Quizá ningún padre podría haber respondido a las ne- angustia e intensificados por la dependencia respecto del padre-
cesidades de ese niño en ese momento. Además, por honesto que lesionen su capacidad de utilizar de manera verdaderament e
pueda haber sido y por más interesado en el niño que estuviera. adaptativa y constructiva aquello que éste le ha mostrado. Las
el padre del Hombre de las Ratas no parece haber tenido la. es- características especiales de la sintomatología del Hombre d e
pecial sensibilidad que podría haber contrarrestado con éxito el las Ratas esclarecen la forma en que la relación con el padre
desarrollo neurótico de su hijo. En todo caso, la naturaleza de la adivó la formación de una estructura a expensas de la integra-
relación con su padre fue tal que el niño no se identificó básica- ción y de la autonomía. Cuando fracasaban los demás métodos
mente con la masculinidad del padre. En años posteriore~ no defensivos con que contaba el Hombre de las Ratas para mane-
fue capaz de hacer un verdadero duelo por la muerte del padre. jar la cólera, la pérdida y la frustración libidinal. es decir cuan-
· Su resentimiento hacia él se expresaba de manera indirecta y do las fantasías y la negación ya no podían compensar el aumen-
simbólica en ve z de ser tolerado y canalizado. De hecho se rela- to de la tensión instintiva, el paciente se imponía una rápida
cionaba con él. en la mayoría de los aspectos, de manera homo- serie cambiante de órdenes y prohibiciones que sin embargo eran
sexual y masoquista . Es difícil establecer hasta qué punto ese inútiles para inhibir la expresión de sus impulsos agresivos y pa-
grave deterioro del carácter del paciente estuvo determinadQ por sivos. Tales eran sus rituales compulsivos, que tenían todas las
los efectos deletéreos de su anterior relación preobjetal, y hasta características del diálogo frenético que un hombre mantien e
dónde por las especiales características de un padre que reaccio- consigo mismo. Ese diálogo interno que el paciente mante-
naba ante la cólera de su hijo pegándole y declarand? que el nía consigo mismo había sido induda blemente en otra época, de
niño sería "un gran hombre o un gran criminal". · una manera u otra, un diálogo con su padre. El objetivo, original
Un niño como el Hombre de las Ratas, que se ha visto so- d el mismo era, de parte del padre, ayudar al niño a controlar su
metido a diversas experiencias conflictuales antes, · durante y cólera y su pasividad, y de parte del niño, encontrar una forma
después del período edípico, buscará urgentemente un padre que de evitar la desastrosa situación crea da por sus fantasías y sus
pueda ayudarlo a estructurar su aterrador mundo interior y ex- actos impulsivos. El padre mostraba al niño cómo controlarse y
terior. Esa necesidad de estructuración primará sobre su deseo cómo afrontar la realidad , y el niño tenía un interés creado en
de establecer una identificación masculina con el padre. El riesgo mantener a toda costa ese aspecto de la relación con su padre.
inmediato que corre el niño es el caos, y esperará que el padre El uso compulsivo de órdenes y prohibiciones en la vida adulta ,
le indique cómo puede organizar su realidad . La desesperada en ocasiones en . que no tenían sentido alguno ni serví an a ningún

126 127
fin, refleja la no disminuida necesidad del paciente de tener un
padre que le enseñara cómo manejarse en la vida. Al margen de
Como es natural, en diversos períodos de la vida muchos
muchachos necesitan y quieren que el padre les muestre cómo
enfrentar sus temores y su distorsionada imagen de la realidad.
"El Hombre de las Ratas"
Sin embargo, tal tipo de relación precede por lo común a un Be/a Grunberger
período en que el niño tiene más confianza en su propia capa-
cidad y a veces es capaz de percibir el deseo paterno de verlo
independizarse y de responder positivamente a él. El Hombre
de las Ratas fue incapaz de dar ese paso, decisivo para su
desarrollo. Tal cosa puede haberse debido en parte a que su
cólera y sus deseos sexuales eran de tal intensidad que el padre,
pese , a los ofrecimientos de ayuda, seguía siendo visto por él
básicamente como un agresor. En tan desdichadas circunstan-
cias, en el mejor de los casos lo único que puede hacer el niño
es usar la ayuda del padre para enfrentar los peligros inmedia-
tos, sin responder al deseo que tenga el padre de que su hijo se Retomaremos en particular algunos puntos del caso del Hombre
baste más a sí mismo. Además, los conflictos que tenía el Hombre de las Ratas, procurando una nueva valorización del material clí-
de las Ratas respecto del vínculo homosexual pasivo con el padre nico en la perspectiva ensanchada de la analidad, cuya bcise y
ponían en peligro los aspectos más sanos de sus relaciones con punto de partida se encuentran en los escritos donde Freud se
él, aquellos que tendían a promover su crecimiento. Crecer, es refiere a ella.
decir, encontrar sus propios modos de bastarse a sí mismo para Según entiendo, una determihada comprensión de este con-
enfrentar la realidad, significaba que tendría que abandonar los cepto puede, por sí sola, explicar de modo coherente todos los
viejos vínculos con el padre, por t~nues que fueran. Pero incluso aspectos de la neurosis obsesiva.
aceptar al pie de la letra lo que le ofrecía el padre -un paso No me referiré --con el fin de no repetirme y entorpecer la
previo necesario para alcanzar la autonomía- implicaba para él exposición- a mis ideas sobre la analidad y la relación anal
entregarse pasivamente al poder del padre y lo llevaba al fre- 1
de objeto, aunque lo haga de manera implícita, sin perjuicio de
nético uso defensivo de rituales contradictorios que nunca lo sa- que insista en . e11as en. el curso de mi exposición.
tisfacían. En esos momentos, las limitaciones impuestas por la
índole de la relación con su padre se manifiestan de la ma- 1. Para comenzar es necesario ocuparse de los elementos
nera más dramática: en su incapacidad para pensar por sí mismo, clínicos que según el paciente de Freud constituían f':} factor de-
para aceptar sus propios deseos, para tolerar la ambivalen- sencadenante de su enfermedad:
cia, para encontrar nuevas salidas para sus necesidades. para "Veo aquí el comienzo de mi enfermedad. Había mucha-
llorar a los viejos objetos . chas que me gustaban mucho y a las que deseaba ardientemente
ver desnudas; pero tales deseos iban acompañados de una sen-
sación de inquietud, como si por pensar aquellas cosas hubiera
de suceder algo' y tuviera yo que hacer todo lo posible para evi-
tarlo" (0. C., p. 627).
El Hombre de las Ratas relaciona aquí directamente su vo-
yeurismo con su conflicto pató~eno específico. Pienso que si
consideramos su pulsión escoptofílica, separando el aspecto de

1 "~tude sur Ja relation d'objet anale", R.eur.te Fr. de Psychan., 1960.

1~8 129
introyección captativa, tendremos que darle la razón. Como se- que el paciente percibía el vellón pubiano de su madre como si
ñaló -Michel Fain. 2 el voyeurismo debe ser considerado, en fuera "semejante a un ratón", lo que nos conduce a la fantasía
cierto nivel. como un acto motor que depende de la fase sádica de la rata; en un sueño, él y los niños devoraban la parte infe-
anal y que está provisto de una fuerte carga agresiva; en este rior del cuerpo materno, y en especial las partes genitales).
caso el ojo cumplía la función de un verdadero esfínter. Recuerdo haber escrito, r. en relación con el strip-tease o
Freud se refiere en sus notas a los actos escoptofílicos de "deshojamiento", que el escoptofílico-fetichista comienza otor-
su enfermo y afirma claramente que mirar era equivalente para gando múltiples falos a la mujer, pero para quitárselos poco a
él a tocar. La observación cobra todo su significado si recorda- poco (castración de la madre fálica). Por el momento no iremos
mos la importancia del tacto: se lo llegó a ubicar en el centro de más leios para identificar al pene codiciado por la mirada. De
la enfermedad obsesiva denominándola "locura del tacto"; el cualquier modo ponemos así el dedo en la culpabilidad -que ex-
tabú del contacto, según Freud. constituye el corazón de la neu- plica un aspecto particular de su actitud ante el objeto- especí-
fica del voyeur.
rosis obsesiva.
Señalemos la presencia de ese elemento, ligado con el vo- Se justifica entonces que comencemos por la escoptofilia,
yeurismo, y que cobra cierto relieve si se piensa en el papel de por el objeto del episodio central, pues no es indiferente: lo ex-
la vacilación, la indecisión y la duda en el cuadro clínico del ob- traviado era un par de lentes. Incluso se puede ir más lejos y
sesivo. Uno de mis pacientes, un obsesivo voyeurista, pasaba pensar que la oposición entre el desafío exhibicionista lanzado
las horas armado de un largavista, observando a las jovenéitas a sus cole¡:¡as ("tenía interés en demostrar a los oficiales de ca-
de un pensionado. El paciente desarrolló al mismo tiempo una rrera que los · oficiales de reserva eran capaces ... , etcétera") y
especie de miopía psicógena: evitaba de esta manera tener que la pérdida de este órgano sustituto (prótesis que es pene y es-
ver ciertos detalles precisos, los mismos que, en cambio, parecían fínter a la vez, contenido = continente) está ligada al nudo de
constituir el objeto principal de su curiosidad. -En una palabra, la observación; es decir a la relación con su pa?re (recordemos
buscaba el pene de estas jóvenes, pero temblaba ante la idea de que éste había sido suboficial de carrera).
descubrirlo. Recordaré un episodio del Hombre de las Ratas, Nos vemos así conducidos al nudo del problema, el Edipo;
quien. como sabemos, evitaba las prostitutas. En una circuns- o más bien el Edipo invertido. el cual se confunde con la regre-
tancia -era una excepción- visita a una prostituta, y le dice sión sádica anal en tanto defensa contra el Edipo positivo.
que quiere verla desnuda, pedido que es satisfecho contra el pago Quisiera referirme a la fantasía que Freud coloca en el
adicional de un 50 o/o. pero huye inmediatamente después de centro de su exposición, el suplicio chino cuyo relato, por el
pagar el precio reclamado. Esta fuga (el paciente la racionaliza "capitán cruel'', desencadena las complicaciones que conocemos.
refiriendo la indignación que le habría suscitado el procedimien- Resulta evidente, a partir del material clínico ~dejando de lado
to) debe ser entendida como dirigida a evitar el descubrimiento las sobredeterminaciones que conducen a diversos elementos-
de un pene que quería sustraer a su propio ímpetu agresivo, que se trata de una fantasía homosexual pasiva, masoquista,
agresividad que le causaba temor y · que era incapaz de asu-4 culpabilizada en tanto introyección sádica anal del pene del
mir 8 (sabemos por las notas originales publicadas por la S. E .. padre por identificación con la mujer (la madre). 6

11 B. Grunberger, "L'image phallique", Revue Fr. de Psychan ., 1964, 11.


2 En su estudio "Contribution a l'éttide du voyeur!sme", Revue Fr. de
Psychan., 1954. 11. . 6 De hecho, identificación múltiple (activa y pasiva con el objeto total y
s "No se presta suficiente atención. Si Cézanne es Cézanne es p~ecisamente con el objeto parcial), en la que interviene la identificación directa con el
por esto: Cuando está ante un árbol, mira atentamente lo que tiene ante pene anal (la rata, a la que Freud dedica un pasaje relativamente impor-
sus ojos; lo mira fijamente como un cazador que a¡:urita al animal que tante). "Pero él mismo había sido un animalito sucio y repugnante que
quiere abatir (Michael Fain ha hablado de la actitud de perro de muestra'). mordía a los demás en sus accesos . de furor y era violentamente castigado
lln cuadro a menudo no es más que eso (Picasso, en Conversations avec por ello. Hallaba así realmente su pareja en la rata'' (0.C., pp. 648-9).
Los genitales roídos de la madre deben evidentemente estar ligados con
Picasso, de Brassai). . otro aspecto de la identificación del Hombre de las Ratas, con su pareja.
" Standard Edition, Hogarth Press, Londres. Versión española en Revista
con su "imagen natural", y es posible pregunta'r si detrás de esta búsqueda
de Psicoanálisis, XXII. 3. 1965.

130 131
En las notas publicadas por la S. E., Freud relata una fan· labios. Durante mucho tiempo aquella maldición lo había rete-
tasía donde el paciente se imagina que mete un gato en una nido supersticiosamente de besar ninguna mujer, pero en aquella
bolsa; quiere matarlo golpeándolo contra el piso. Pero piensa ocasión rompió el maléfico encanto que lo encadenaba y besó
entonces que en la bolsa podría estar su padre. Como se ve, el amorosamente a su amada" (O. C., p. 644).
padre aparece captado por el esfínter. 7 Freud no deja de señalar que se trataba, en ambos ejemplos,
Refiriéndose a las excitaciones sexuales del Hombre de las de una prohibición transgredida.
Ratas Freud señala: Pero si recordamos que el padre del enfermo tenía la cos-
"A partir de este momento el onanismo sólo volvió a surgir tumbre de exhibir su libertad anal soltando ruidosas "ventosida-
en él en raras y harto singulares ocasiones. Especialmente en des" (el sonido del cuerno), la seducción erótica ejercida por el
momentos felices de su vida o bajo la impresión de pasajes sin- postillón encuentra su explicación más directa. Por lo demás, la
gularmente bellos de sus lecturas. Por ejemplo, cuando en una costumbre del padre era objeto de la única queja que la madre
hermosa tarde estival oyó tocar con gran maestría a un postillón tenía contra él. Al menos, la única que conocemos y que llevaba
su trompa de caza, hasta que un guardia le impidió continuar a la madre a condenar la conducta de su marido (ella provenía
por estar prohibido hacerlo dentro de la ciudad. Y otra vez al de un medio social más alto) tratándolo de "viejo grosero".
leer en Poesía y verdad cómo el joven Goethe, poseído de amo- El sonido del cuerpo debía recordarle -aparte el aspecto
roso entusiasmo, se liberó de la maldición que una mujer ce!oi;a de seducción anal (era un rcniflacd, se lee en francés en el texto
había arrojado sobre la primera que después de ella besase sus inglés)- el hecho de que la madre, al rechazar al padre, le per-
mitía acercarse a él (puesto que su madre desdeñaba y abardo-
naba a su padre. él podía amarlo) .
voyeurista de la madre fálica no se perfil~ la del pene del padre en poder
de la madre e introyettado por devoración en el suefio. De todos modos, trátese de una simple oposición, o de una
Es necesario hacer notar el aspecto ambiguo d;, la rata: pene anal alusión más directa a la analidad, mi propósito es despejar por
(contenido) y continente en tanto devorador del pene anal y del esfínter, un lado los denominadores comunes de las diferentes manifes-
7 La· castración anal como captación del pene por el ano es muy trivial y,
taciones ·de .la analidad, y señalar por otro que la fantasía anal
por decirlo asi, todas ..tas publicaciones sobre fa obsesión relatan fantasias esconde siempre, en cierto nivel, una fantasía de introyección
y temores de este tipo, por comenzar, tamb1en en el Hombre de los lobos. anal, más o menos culpable, del pene, como si este encuentro
F. Lechat, "L'obsession", Revue Fr. de Psychan., 1949, I, habla de la anal de un contenido y un continente. es d ecir esta especie de
obsesión de encerrar vivo a alguien en una alcantarilla. Jones;· en · Stude coito anal arcaico, fuera el prototipo, en ese nivel. de toda rela-
analytique d'un cas de névrose obsessionnelle, 1912, expone el caso de un ción de objeto. 8 (lo que debe relacionarse con ]o dicho en nues~
enfermo que había perdido a su hijo y lo buscaba en los "excusados en tro trabajo sobre La imagen fálica u acerca del contenido y del
los que el cuerpo podría haber sido arrojado". Igualmente creía verlo "de- continente en lo tocante a la fusión narcisística). ·
trás de un carro cargado de trapos viejos y otros desechos". Proyecciones
evidentes del ano. Más recientemente, J. Chasseguet,· en el articulo "Un Podríamos examinar en la perspectiva precedente el caso
fantasme commun a ·Ja phobie et a la paranoia", Revue Fr. de Psychan., que llamamos "El hombre de la rama" o "El hombre de los bi-
1966, I. estudia los avatares de la trampa en estas dos entidades clinicas. lletes de banco planchados" del cual se habla en El Hombre de
Habla de un obsesivo que presentaba la fobia impulsiva de arrojar nilios u las Ratas. ·
hombres a charcos de barro o a estercoleros, s1ntoma en el que . manifestaba
8
el deseo de introyectar ai:ialmente el · pene patemo. Ju!ien Rouart, en "~ Respecto del episodio de · la vida de Goethe -toda transgresión implica
temporisation comme maitrise et comme défense". Revue Fr. de Psychan., una. libertad anal en relación con el que prohíbe-, ~rmítaseme además
1962, afirma que el análisis de su obsesivo está "marcado por suef!.os de emitir a titulo personal la hipótesis siguiente: el gesto de rechazar violenta-
hundimiento de los padres en aguas pantanosas". Cuando el obsesivo veri· mente una coacción se asocia a menudo, en alemán, a la exclamación, no
ficé\ si ha cerrado el gas, se trata de la anulación de su intención agresiva, siempre formulada en voz alta, Leck mein Arsh (bésame el trasero), ex-
pero al cerrar la . llave encierra al mismo tiempo a alguien · o más bien ' clamación .que Goethe mismo hizo entrar en la literatura al ponerla en boca
objeto parcial en la cai\ería asesina, "retomo de lo reprimido", como en el de su héroe Goetz von Berlichingen y que Freud, por otra parte, no deja
"Hombre de la R,ama", que vuelve ·a poner la rama en el camino cerran• de citar.
la trampa en la que hace caer a su víctima. 9 Revue Fr. de Psychan ., 1964, 11.

132 133
Ese señor que hace perder el último tren a la joven ( atra- nivel de regresión, al Edipo invertido; la fase sádica anal está
yéndola a una trampa) para luego masturbarla, no nos parece fuertemente dominada por la identificación con la madre sádica
que pueqa explicar suficientemente su satisfacción sexual total. anal. La niña puede hacer, en relación con el Edipo, la misma
("Oh", dice con tono ligero, "todo está en orden, no me privo regresión, pero utiliza mucho menos este proceso. Se sabe que
de nada.") Pero si consideramos en cambio que se identifica con hay muchas menos mujeres obsesivas que hombres obsesivos. La
la mujer, podemos entender su placer. 10 Él mismo sería pene- posición positiva de la niña en relación con el padre vuelve más
trado, de alguna manera, por el pene anat el portador de su difícil la integración de su deseo de castración anal del padre,
analidad culpable. La purificación del pene anal (los billetes posición facilitada, en cambio, por la rivalidad edípica, natural,
de banco planchados) que le muestra a Freud, habría funciona .. del varón. Ahora bien, esta introyección anal del pene paterno
do como formación reactiva, pero al señalarle su conducta s(!dica constituye -acabamos de verlo- el nudo del problema del ob-
hacia las jóvenes Freud lo priva de los beneficios de su manio.. sesivo; dicho sea de paso, también del perverso. Esta razón ex ..
bra. Se comprende entonces su reacción de fuga. plica que. haya menos perversos entre las mujeres que entre los
Estamos lejos de haber agotado los temas "anales" .del hombres.
material. Por ejemplo, lo referente al coito anal propiamente Como ocurre generalmente con todo obsesivo, nuestro
dicho; el paciente comunica un sueño, muy trivial por otra parte, Hombre de las Ratas es homosexual, masoquista, escoptofílico y
sobre un coito con una de sus hermanas realizado por medio de sádico; para completar el cuadro, Freud nos informa en detalle
un pene anal hecho de heces que salen de su ano. O bien, lo que sobre su fetichismo y su coprofilia. 12 Como sabemos, el obsesivo
se refiere a las vicisitudes de este pene anal que puede tomar un presenta en negativo, de manéra virtual: los mismos elementos
carácter simbólico en relación con la herencia que le llega por pregenitales que el perverso. Tratemos de despejar las diferen-
mediación de su madre y que no puede aceptar (no ha cobrado cias y la elección respectiva de neurosis (obsesiva) o de per-
la herencia paterna y es su madre quien le da "dinero para sus versión, en relación con el hecho de que en los dos casos se trata
gastos", por lo demás, mezquinamente medido). En fin, toda la de una regresión a la fase anal. Sin embargo, de ahora en ade..
historia de los lentes y del reembolso de los famosos 3,80 flori- lante, es posible tener en cuenta que el Hombre de las Ratas
nes: '.{,erdadero ballet con protagonistas de los dos sexos que vacila (la vacilación como motivo propio de su comportamiento
forman parejas parentales, _parejas de padres y madres, lejanos .o bsesivo) en especial con respecto a su identificación con la
y presentes. Nosotros no vacilamos en simplificar todas estas madre sádica; es decir con quien castra analmente al padre.
complicaciones cuando comprobamos que se trata siempre del Gustosamente toma, en efecto, el partido de su madre contra su
mismo pene anal que el héroe debía reembolsar, es decir, devol- padre --<:orno se lee en las notas originales-. pero al mismo
ver, que el paciente intenta devolver a cualquier precio, pero que tiempo declara que todo lo que hay de malo en él proviene de
al mismo tiempo guarda. Las dos soluciones (guardar y devol- su madre (proyección de su agresividad, es decir de su analidad,
ver), según una última combinación, se reúnen, aunque precaria- a la que teme). Recordemos, en relación con esa proyección, su
mente, y se equilibran. 11 comportamiento con la prostituta, a quien le deja el dinero
(restitución del pene anal) cuando ella se ha desnudado, es
11. Sabemos que la regresión a la fase sádica anaLconsti- decir en el momento mismo en que podría fornicarla e identifi..
tuye la esencia de la posición obsesiva y que equivale, por el carse de este modo con ella. Se identifica con la Dama de las
Ratas (sin hablar de su identificación femenina cuandó asocia
con la joven heroína de Sudermann, etcétera), la que atrae las
10 Parece que este señor que consigue las jóvenes de este modo actuara
ratas hacia el agua (hacia la trampa anal). Pero el paciente
como un pedófilo que se identifica con la chica amada eróticamente por
el padre.
11 "Iría a Correos con los tenientes Z y B, y el primero daría a la encar- t2 "Fantasía antes del sueño: Estaba casado con su prima (la dama).
gada del servicio de paquetes postales 3,80 coronas, que la empleada entre- Besaba sus pies; pero éstos no estaban limpios. TeQ.ian manchas negras
garía a B., y entonces ya podría él cumplir al pie de la letra su juramento sobre ellos, que lo. horrorizaban." [N.O., p. 171 J Y luego, "Durante la
dando las 3,80 coronas a Z." (O. C., 11, p. 63) : noche sofió que le estaba lamiendo los pies. [lbid.]

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siente terror n rn nc1o d ebe a cla rar todo este material, y en par- mensión de relaciones especfica.s que únicamente expresan una
ticular frente al relato del suplido de las ratas . En relación con relación d e fuerzas. 1 ~ Tal dimensión tiende éJ. prescindir del
su masturbación , (sin duda su fantasía agresiva fundamental) afecto, posición que precisamente, y por definición, caracteriza a
-si bien para prohibírsela- se identifica con su madre. 13 No la regresión, al menos en su forma pura, absoluta.
nos resulta difícil apreciar la importancia de este dilema, no sólo Esta relación - relación de fuerzas- se expresa en térmi-
en lo atinente a la posición afectiva del obsesivo, sino también nos de falo y cas tración; el acento recae ante todo sobre el ob-
a sus identificaciones y a la estructuración de su yo. lo mismo jeto parcial. como surge ~n particular del material citado del
que a su modo de relaciones objetales (otros tantos problemas Hombre de las Ratas.
de los· que rio podríamos ocuparnos aquí). ¿Qué razón, entonces, si no es la ambivalencia amor-odio,
Volveremos a considerar. en cambio, la especificidad de la explica el fracaso del obsesivo ante la misma regresión sádica
neurosis obsesiva. problema oue desemboca en la elección de anal frente a la cual triunfo el perverso?
la neurosis en general. Respecto de este tema, volvamos al Hombre de las Ratas, en
Para explicar la neurosis obsesiva Freud invocó la ambi- particular a su reacción ante el relato del capitán cruel. Freud
valencia amor-odio que existe en la clínica . Incluso parece do- recuerda que el joven oficial se encontraba en un estado de abs-
minar el cua dro, puesto que constituye su superficie. Pero se tinencia sexual desde hacía cierto tiempo y. por tanto. particu-
puede objetar, en privier lugar, que no es posible hablar de odio. larmente receptivo a las excitaciones. En efecto, la evocación del
y menos de amor. cuando se está ante un estado regresivo, y suplicio expuesta por un hombre sobre el cual había hecho una
que si en ri2ur se puede pensar en el odio como reacción 'a h1 transferencia paternal, sumada a una atmósfera de promiscuidad
frustración, su objeto en esta fase sólo p'uede ser el objeto par- masculina , tuvo seguramente que rebasar el umbral mantenido
cial, las heces, teniendo en cuenta todavía los residuos de la fas e por la represión d e su fantasía homosexual. No se puede dudar.
genital que no han sucumbido a la regre sión . por lo demás, de que en la cura el paciente establecía la misma
Son numerosos los conflictos qu e surgen del predominio transferencia con la persona del terapeuta ( el enfermo llama
del componente sádico a naL Nos hemos referido a alguno d e a Freud "mi capitán" ). y que el proceso de activación era favo~
ellos, pero el nivel de la s posiciones invocada s exige una for - reciclo por la técnil!'.a de Freud, activa y gratificante. Ese pro~
mulación más específica; y la a mbiva lencia amor-odio no tiene. ceso terminó por estallar de la 11Jisma manera. pues el enfermo
en efecto, nada de específico. Además. "el odio que el amor se vio llevado a una reacción análoga a la vivida con el capitán
mantiene reprimido", dice Freud en el Hombre d e las Ratas. (me refiero a su rea cción de pánico frente al relato del suplicio
"desempeña también un papel importantísimo en la patogénesis de las ratas). Señalemos, no obstante, que en ocasión del relato
de la histeria y de la paranoia" (O. C.. II , p. 657) . últimamente del suplicio chino el paciente sufrió la i:eaparición precoz y
hemos visto que Nacht y Racamier 14 sostienen la misma hipó - brutal de una fantasía ligada a pulsiones inconscientes, como en
tesis para explicar los estados depresivos . Freud habla, por lo un análisis silvestre.
demás, de la ambivalencia en Totem y tabú, y a propósito de la Se puede relacionar su pánico con la explosión de cólera de
neurosis obsesiva pero no con respecto al amor y al odio sino en -los tres años . cuando injurió a su padre ("mesa, plato, etc.")
relación con la acción del tacto. Ahora bien. la prohibición de antes de disponer de medios adecuados para una abreacción más
tocar y su antagonista, el contacto, nos. conducen al nivel de la adaptada y más madura . Abordamos aquí el problema de la
regresión sádica anal, en la que .r eina, como sabemos. una di- "maduración pulsional". Una de las definiciones de Freud de la
neurosis obsesiva, "el yo se anticipa a las pulsiones", puede ser
13 Freud · señala que el paciente utili za un a fórmul a - p<t ra prohibirse l<t
considerada. si se completa con una referencia a la sucesión de
masturbación- : "Juro por mi a lma que la abandonaré", la mism a fórmul a las fases pregenitales. desde el mismo punto de vista. Si retomá~
que había empleado su madre con él prohibiéndole un<: satisfacción se xua!: ramos la comparación ad hoc entre el perverso y ei obsesivo. ve-
"Por mi alma, que no irás."
H "Les états dépressifs : étude psychana lytiqtie" , Ret>uc Fr. de Ps 11chan. 15 B. Gunberger, "Étude sur la relation ohjcctale anale". Revue Fr. de
1959. v. Psychan., 1960.

136 131
riamos que las dos formaciones son extremadamente dependien- integrar su solución regresiva y no puede proveerla de esta cua-
tes de la fantasía. Pero mientras el perverso realiza, y utiliza, de lidad erófr::a particular que entendemos por narcisismo; esta
cualquier manera, su fantasía para obtener un orgasmo seudoge- falta se traducirá en la sensación particula1: de sufrir una coac-
nital (esta comparaciórr no prejuzga para nada el valor real de ción de alguna manera exterior, vivida como un cuerpo extraño
la solución perversa), el obsesivo fracasa. Cuando logra alcan- y que designamos con el término de compulsión . .
zar una cierta gratificación erótica por medio de su síntoma, el Freud no. insistió particularmente en el factor narcisista en
resultado es diferente y el camino, más complicado y dificultoso. el análisis del Hombre de las Ratas, pero es necesario no olvidar
Pero se trata, tanto en un caso como en otro, de formaciones que estamos en 1909 y en ese entonces el narcisismo era para
patológicas. Nosotros debemos, entonces, considerar en princi- Freud, ante todo, un fenómeno patológico. Sin embargo no dejó
pio las cosas tal como ocurren en la evolución llamada normal. de tener en cuenta la noción de valor necesaria para comprender
Podemos observar, en particular en la cura analítica, que el pa- la génesis de la neurosis obsesiva. De este modo en La predis-
saje de la fantasía al · acto adaptado no sólo exige un proceso posición a la neurosis obsesiva hablará de la desvalorización de
de maduración pulsional, sino que la evolución paralela, que se la vida genital como condición de la aparición de la neurosis obse-
realiza sólo mediante la fantasía (la situación analítica protege siva, y pensamos que es posible reemplazar "desvalorización"
al enfermo contra toda relación objeta! realizada, y por lo mismo por herida narcisista sin alterar el sentido profundo de su in-
contra toda ingerencia real, en cuanto a su evolución p11lsional tención. Hablará extensamente del factor narcisista en el
en el interior de la cura) requiere, por su parte, un proceso de "Hombre de los Lobos" que -como el "Hombre de las Ratas"-
maduración. Dirigir una cura psicoanalítica es en el fondo velar cae enfermo luego de haber sufrido una herida narcisista (una
por el desarrollo adecuado del proceso. Sabemos que un sujeto blenorragia). En fin, en Totem y tabú dirá: "No hay rrada que
inmaduro respecto de una gratificación pulsional será no sólo deba extrañarnos en el hecho de que en la prohibición tabú de-
incapaz de asumirla y gozar entonces de un modo satisfactorio, sempeñe el contac..o el mismo papel qué en el délire de toucher,
sino que además saldrá más o menos traumatizado de la aven- aunque el sentido oculto de la primera no pueda ser en ningún
tura. El Hombre de las Ratas soportó muy mal su explosión de modo tan especial como en la neurosis. El contacto es el comien-
cólera prematura contra su padre, explosión que sin embargo zo de toda tentativa de apoderarse de una persona o de una
triunfó en un punto, pues su padre no se atrevió a pegarle nunca cosa, dominarla y lograr de ella servidOs exclusiYos y persona-
más, e impresionado por su fogosidad le predijo la carrera de les'' 16 (O. C .. II, p. 437). .
un gran hombre o de un gran criminal; preveía así una evolución En el relato de Freud sobre la primera sesión se señala de
perversa o una sublimación positiva. Freud señala ·que hubiese manera indirecta la importancia de este factor en el Hombre de
podido prever una tercera salida, la neurosis. las Ratas:
Ahora bien, si la maduración pulsional libidinal está ligada "Tiene un amigo al que estima mucho. Siempre que se ve
a una liberación paralela y adecuada de la agresividad, no es atormentado por un impulso criminal acude a él y le pregunta si
menos tributaria de una carga narcisística correspondiente (se- lo desprecia considerándolo como un delincuente. El amigo le
ñalo lo dicho en otra parte sobre "la confirmación narcisística") da ánimos, asegurándole que es uti hombre irreprochable, sujeto
e incluso de una carga narcisista de la agresividad o componente tan sólo desde su juventud a analizar sus actos con temeroso
sádico anal. escrúpulo infundado. Análoga influencia hubo de ejercer antes
El perverso ha podido beneficiarse por su regresión porque sobre él otra persona: un estudiante que tenía diecinueve años
ésta se efectuó en un terreno preparado para recibirla gracias a cuando él catorce o quince, y cuya estimación elevó su opinión
u:na confirmación narcisista de su autoerotismo por su madre, o sobre sí mismo, 17 hasta el punto de que llegó casi a creerse un
en casos excepcionales por su padre; una confirmación narcisista genio" (O. C.. p. 26).
que va más allá de su fin, constituyendo una precoz seudorrela-
ción objeta! positiva o negativa, mientras que la obsesión es el
HI Bastardillas agregadas.
producto de un vacío respecto de la confirmación narcisista del
sujeto. Al faltar esta confirmación narcisista no puede asumir e 17 Bastardillas agregadas.

138 139
Aquel hombre, por otra parte, termina por defraudarlo y el siva. Se me podría objetar que el papel importante que represen-
paciente habla de su relación con él como "el primer gran golpe ta ese factor no es específico porque -acabo de citar el caso de
de su vida." Ciertamente sería posible entrever ahí un apego Janes- las depresiones graves, melancólicas, habitualmente em-
homosexual (sin duda transferido), y aunque el narcisismo tenga piezan del mismo modo, lo que sucede es que hay sin duda un
relaciones bien conocidas con la homosexualidad, encontramos parentesco estructural entre las dos formaciones (obsesión y
en esta secuencia del material del Hombre de las Ratas la ne- depresión grave); esta relación, muy importante para mí, fue
cesidad de una "confirmación narcisista", la satisfacción de esta introducida por Abraham que considera la obsesión, en cierto
necesidad y la frustración consecuente, es . decir una "herida nar- contexto, como la antecámara de la melancolía.
cisista". No deduciremos de esto nada en particular salvo que En cuanto a mis enfermos, siempre he observado una forma
el paciente de Freud atribuyó un papel importante a este factor de dependencia específica entre la neurosis y el narcisismo;
hasta el punto de hablar de ello antes que de cualquier cosa. pienso en particular en una mujer que llamaré Dinah, cuyo nar-
Freud, teniendo en cuenta, por otra parte, su avidez narcisista. cisismo patológico se manifestaba por verdaderas crisis de des-
no deja de gratificarlo a este respecto de una manera mucho más carga narcisista (su diagnóstico, por otro lado, se podría dis-
activa de lo que lo haríamos nosotros hoy: cutir, pero sus crisis obsesivas son demasiado clásicas y el hecho
("Agrego una apreciación halagadora que evidentemente · de una heterogeneidad nosográfica esclarece mejor su manifes-
lo regocija.") 1 8 tación obsesiva); luego de sus crisis se siente vacía, fea. ridicula .
Este enfermo era sin duda un gran narcisista pero de un desvalori~ada en varios sentidos y se trata con nombres peyo-
narcisismo frágil, poco sólido y sobre todo insuficiente para .sos- rativos. Ahora bien, en los momentos en que hace una crisis ob-
tener la vida pulsional y estructurar así el yo del sujeto. En la sesiva su vida se vuelve un verdadero infierno; es torturada por
descripción de diferentes autores el sujeto obsesivo aparece sus gestos mágicos positivos y negativos , sus actos conjuratorios
siempre dependiendo en gran medida de los "aportes narcisistas son cada vez más complicados y más difíciles de realizar. No
exteriores" y sostenido positiva o negatiYamente por un potente obstante. la situación analítica otorga al obsesivo un refugio
ideal narcisista, real o imaginario. Maurice Bouvet en particular contra sus tormentos. Sus síntomas quedan como en suspenso
se extendió ampliamente ("El yo en la neurosis obsesiva", Reuue durante las sesiones, aunque por otro lado constituyen su marco :
Fr. de Psychan., 1953) sobre la importancia del factor narcisista "Me siento feliz", decía mi paciente en una sesión. "puedo con-
en el obsesivo: "Cuando se ha podido empeza r a establecer la siderar el mundo desde otra perspectiva que el metal y la ma-
transferencia y las primeras resistencia s han sido vencidas. se dera (sus dos universos "fasto" y "nefasto") . Aquí la coacción
desarrolla una relación de objeto esencialmente narcisista, o sea queda suprimida".
que el sujeto sólo se interesa en el objeto en función del acre- Si se considera la situación analitica como inductora de una
centamiento del sentimiento de que le procura su posesión". Es regresión narcisista antagonista de la regresión anal propia de
muy sensible a lo traumático de la "herida narcisista" o de la la neurosis obsesiva. pienso que lo que he dicho de la situación
"pérdida objeta!'' que tiene en sí mismo la significación de una analítica y del papel de la regresión narcisista concomitante ex-
herida narcisista; como el caso que describe Janes, que está lejos plica esta suspensión de los síntomas.
de ser único, la aparición de la enfermedad puede estar ligada a En su infancia Dinah sufrió una educación esfinteriana par-
un duelo. El narcisismo tiene entonces un papel importante en ticularmente precoz y eficaz; habría sido "liinpia" en cuanto a
"' desencadenamiento de un episodio o de una enfermedad obse- sus evacuaciones intestinales a los seis meses. Guardó de esta
educación un superyó anal particularmente feroz y su neurosis
obsesiva lo testimonia. No obstante, logró conservar cierto ero-
18 Tal vez no carezca de interés retomar aquí el famos0 pasaje de Nietzche
tismo excretorio. Se trata de la micción que utilizó durante bas-
que Freud cita (O. C., p. 636) poniéndolo en boca del Hoinbre de las Ratas,
tante tiempo para obtener un placer erótico perverso: imaginaba
para explicar la represión: "'Esto lo he hecho yo' --dice mi memoria-.
'Esto no puedo haberlo hecho' -dice mi orgullo, y permanece inexora- u observaba, cuando lo permitían las circunstancias, a alguna
ble-." . Ahora bien, quien dice orgullo dice conciencia de su valor y no nenita con necesidad de orinar pero que estaba imposibilitada
culpabilidad. de hacerlo. Esta fantasía sado111asoquista fue la única fuente de

140 141
excitación sexual de que pudo disponer durante largo tiempo. En su estudio titulado Sobre las transmutaciones de los ins-
Ahora bien, este acto autoerótico antiguamente fue investido tintos y especialmente del erotismo anal, Freud dice refiriéndose
narcisistamente por su padre, quien la despertaba cada nadie al niño: " . .. los retendrá (se trata de los excrementos) para la
para ponerla sobre el orinal. Aún recuerda con deleite lo que se satisfacción autoerótica y más tarde para la afirmación de su
transformó en un verdadero juego amoroso con su padre como voluntad personal. Con la adopción de esta segunda conducta
cómplice. quedará constituida la obstinación (la tenacidad), que, por
Veamos cómo en el mismo sujeto la falta de la carga nar- tanto, tiene su origen en una persistencia narcisista en el erotis-
cisista (su madre fue una dama austera, pedante y deprimida) mo anal" (O . C., p. 994).
conduce a la obsesión, en tanto que una carga narcisista en En este fragmento, Freud reúne los dos elementos esencia-
forma de aproximación erótica precoz provocada por el padre da les de la ana 'idad: el erotismo anal y la aprehensión maitrise,
por resultado la perversión. agregándoles la carga narcisista de uno y otra . Por otra parte,
respecto de la regresión sádica anal, habla de la desintricación
111. Señalo que existe un comportamiento obsesivo inheren- pulsional. de la libido y la agresividad. Ahora bien, creemos -y
te a la pubertad en particular, pero también al período de la- toda la clínica de la neurosis obsesiva confirma, a nuestro pa-
tencia, que podemos denominar "fisiológico", ya que con la evo- recer, esta manera de ver- que sería útil concebir esta desintri-
lución del individuo desaparece sin dejar huellas, como lo re- cación~·en el interior de la pulsión sádica anal; la desintrincación
cuerdan Leibovici y Diatkine; 19 que además existe una gama sería la que separa el erotismo anal de la aprehensión despro-
de neurosis obsesivas que comprende las formas psicóticas más vista de todo o casi todo elemento libidinal (el mecanismo nunca
graves (ya hice referencia a un vínculo estructural entre la ob- funciona qe manera perfecta) . 2º
sesión y la melancolía, también existe uno entre la esquizofrenia En cuanto al erotismo anal y en lo atinente al afecto con
y la paranoia); y que, en fin, nos enfrentamos a menudo, y cé;lda que está cargado, sabemos que sucumbe a la represión y a la
vez más, con una neurosis asintomática que denominamos "neu- contracarga en el interior de la regresión específica de la neu-
rosis de carácter", en la cual casi siempre descubrimos una rosis obsesiva. El narcisismo, que sirve para cargar (o egotizar),
forma particularmente estática y fija que recuerda en algunos cargará entonces de una manera particular solamente la apre-
aspectos a la estructura obsesiva. Ahora bien, esta coraza ca- hensión. Sabemos que el erotismo está prohibido y no podrá
racterial. que funciona en algunos casos en el sentido de una manifestarse sino por sorpresa, de un modo fulgurante y gracias
defensa contra la psicosis latente y que por esta razón debe ser a rodeos particulares y desplazamientos a menudo complicados
manipuleada con prudencia, es una estructura sádica anal que y múltiples. El sistema obsesivo parece, en primer lugar, pro-
como tal cumple bien su oficio, pero que al obsesionalizarse, es teger al sujeto contra estas sorpresas y. por lo tanto, contra el
decir al transformarse en una verdad~ra neurosis, ~arre peligro erotismo anal. To~o ocurre como si una voluntad fría, implaca-
de perder su cohesión y puede mostrar signos de disgregación de ble y totalmente desprovista de afecto ocupase el lugar, defen-
la personalidad: la estructura anal se deteríora y el bastión anal diéndose contra toda liberación erótica por una parte, y por otra ·
se derrumba ante el empuje psicótico. Es importante entonces
corregir la fórmula "obsesionalización de la defensa" (es la se- 20 Recordemos que respecto de este tema Freud habla de la ambivalencia
gunda parte de un proceso y por esto de mal pronóstico) y reem- del obsesivo en el interior del sistema anal; en el H ombre de los Lobos
plazarla por "analización". De hecho, sabemos bien que lo que habla de ambivalencia entre las aspiraciones pasivas (m asoquistas) y acti-
vas (sádicas). Las formaciones reactivas reflejan esta división de la anali-
vemos en la clínica con esta sintomatología extraña, propia de la
dad (el factor sádico-relacio'nal y el factor anal-eróti co) en el interior del
neurosis obsesiva, es un fenómeno de descompensación, un pro- sistema. Así la suciedad corresponde al erotismo anal mientras que la lim-
ceso que se vuelve visible y violento porque falla, porque fun- pieza expresa la a prehensión [ ma itrise] (formación reactiva = dominio
ciona mal. Aún pensamos que es en el nivel de la ana!idad [ maitrise] de la pulsión con contracarga).
donde debemos buscar la solución del problema. La prosecución de esta distinción. en el interior de Ja neurosis nos per-
mite distinguir una escisión correspondiente entre el dominio ( maitrise) de
la pulsión por una parte y la aprehensión del obj eto por otra .
19 "Les· obsessions chez l'enfant", Revue Fr. de Psychan., 1957, V.

142 140
contra toda infiltración libidinal de su propio funcionamiento surable, y situado en un sistema de relación de fuerzas (fasto-
( "erotización de las defensas") . Esta descripción, entiéndase nefasto, benéfico-maléfico, derecha-izquierda, cielo-infierno, et-
bien, es esquemática. La instancia del yo que participa en todo cétera).
esto está igualmente descargada narcisistamente y abrumada En ciertos casos la búsqueda de este equilibrio, cuya fra-
entre un superyó sádico y las pulsiones arcaicas. Como acaba- gilidad caracteriza a la enfermedad obsesiva y en cierto sentido
mos de decirlo al hablar de esta característica esencial de la ob- es la enfermedad misma, culminará en una verdadera abulia: la
sesión que es la compulsión, es desbordado cada vez más , y sufre menor actividad amenaza movilizar un componente pulsional y
su exclusión, ejecutando las órdenes que vive como un cuerpo perturbar dicho equilibrio.
extraño. Es necesario recordar, en relación con este equilibrio, a esos
La carga narcisista está reservada a la aprehensión anal y obsesivos graves que, en el teatro, sólo pueden aceptar el lugar
sólo a ella; de esto resulta que : situado en el centro geométrico de la sala; o esos casos de fo-
l ) la analidad en el caso de la neurosis obsesiva tiende a bias obsesivas en las que el sujeto al cruzar un puente eri coche
un dominio ( maitrise) absoluto de la pulsión, pero sin poder sólo se siente seguro, sin angustia, en el punto equidistante de
oponerse enteramente a la tensión "pulsional": la presión pulsio- los dos extremos del puente. El obsesivo se ve llevado a realizar
nal. entonces, es en principio permanente; y rehacer ese equilibrio mil veces por día organizando el mundo
2) la pulsión deberá tomar el camino de la aprehensión anal objeta! alrededor de él constantemente al servicio de este equi..
y revestirá stt aspecto deslibidinizado; además, en el momento librio. (De este modo, al menos vive en el centro de un universo,
en que se manifieste, como tendrá la tendencia de evolucionar posición narcisista que constituye cierta compensación por los
hacia la realización instintual será detenida inmediatamente. Este tormentos que soporta. ) 21
intento de transgresión alcanza al yo que reaccionará.con angus- El obsesivo recreará este equilibrio siempre del modo rígido
tia ante la menor falla en el funcionamiento del proceso de- y estático que lo caracteriza, aunque utilizará para esto agentes
fensivo; y materiales diversos: pienso en las personas que hacen conti-
3) esto desencadenará la anulación que se efectuará por nuamente balances, ya se trate de hombres de negocios que tfe ..
intermedio de la aprehensión anal. · pero utilizada con signo in- nen _su contabilidad siempre "al día" o de ese célibe endurecido.
vertido; -ya sea Amiel o Kierkegaard, aunque también en cierto modo
4) como únicamente la aprehensión deslibidinizada estará Kafka- que piensa siempre en casarse pero se defiende esta-
narcisistamente cargada . se beneficiará -por un principio de bleciendo una rígida y fría contabilidad en la que las virtudes
economía- con una verdadera hiper-carga narcisista, tomando y faltas de las eternas candidatas son traducidas en cifras que
de esta manera las ca rgas sustraídas a otros factores, concluyep- se suman, y que toda su vida buscan -aparentemente- no a la
do en el sentimiento de omnipotencia narcisista mágica, tanto en mujer, sino el equilibrio ideal de las dos columnas. En efecto,
lo concerniente a la impulsión c_o mo a la anulación (si el obse- consideran toda correspondencia temporal o espacial de los dos
sivo piensa que su deseo de muerte es omnipotente, la anulación factores que representan dos movimientos pulsionales con signos
de ese deseo sólo puede estar dotada de la misma omnipotencia); opuestos --en una perspectiva de carga de la aprehensión anal-
- 5) siempre en virtud del predominio de la analidad, al rio como el equivalente de un coito y al mismo tiempo una evita-
conocer el componente anal sino la relación de fuerzas, inten- ción de éste.
tará establecerse un equilibrio más o menos materializado entre
los representantes de la pulsión y las defensas (por ejemplo, la
división del mundo entre objetos benéficos y maléficos -made- 21 La intensidad de esta gratificación narcisista en cierta medida se justifica
ra y metal- reproducirá en el exterior la tentativa de equilibrio por la creencia absoluta del obsesivo en el poder mágico de sus gestos com-
pulsivos; pero esta convicción permanece como .m "cuerpo extrafio" y no
in temo entre las pulsiones y las defensas). se infiltra en el yo sino aprovechando un grave deterioro; el placer atri-
Esta proyección al exterior de los elementos internos se buido al masoquismo del obsesivo permanece de hecho inconsciente y pro-
constituye en función de la regresión anal. En efecto, la anali- viene de la carga narcisista del ···ello" (se origina en el sadismo del su-
dad debe expresarse qe un modo accesible a la percepción. men- peryó).

144 145

·-·----

_'\...l:.,
La sexualidad, precisamente gracias a la extrema rigidez y (En el inconsciente, el acto de contar en si es una de las
al estatismo de la analidad, encuentra no obstante --como sabe- formas más eficaces del manejo [maitrise] de la posesión del
mos- la posibilidad de manifestarse de alguna manera, aunque objeto; los estadísticos conocen ciertos problemas particulares
por medio de múltiples rodeos. que plantean los censos y sabemos por la Biblia que para contar
El pasaje obligatorio por la aprehensión anal es lo que liare a los hebreos Moisés debió inventar un método especial.)
que el obsesivo esté realmente obsesionado (sitiado) por la Desde luego. cada obsesión tiene un aspecto individual y
pulsión que lo posee. Pero antes de que los componentes pul- significaciones inconscientes a menudo múltiples, pero nuestra
sionales puedan ser movilizados por el impacto, el movimiento intención de hoy era despejar su esencia y no lo que puede ser
se encuentra en cortocircuito por un "aislamiento", 22 que puede denominado su contenido. Por lo demás, tienden a revestir
ser considerado como una simple solución de continuidad entre formas más o menos esquemáticas y conocemos bien un cierto
dos fases del movimiento (que pueden estar representadas es- número de obsesiones típicas (así como las fobias) que en lo que
pacial o temporalml:nte) y que lo anula por su misma naturaleza: concierne a su estructura primitiva -y para decirlo de alguna
la analidad pura no soporta nada que pueda atacar su totalidad manera- pertenecen al inconsciente colectivo; en el Hombre de
(el restablecimiento de esta totalidad sería lo antagónico de la las Ratas Freud nos presenta, por ejemplo, dos obsesiones cal-
solución de continuidad, es decir el contacto [o tacto] ) . 23 cadas poco más o menos (según el punto de vista en que uno se
El balance del cual hemos hablado antes (la "contabilidad coloque) de un mismo esquema, aunque proviene de dos indivi-
por partida doble" es un balance que está siempre ·en equilibrio) duos distintos. ·
nos recuerda ciertas obsesiones que sólo están basadas en la El estudio de la obsesión nos lleva directamente al del pen-
aprehensión anal pura, por ejemplo, la compulsión de contar; samiento obsesivo, sobre todo si nos ubicamos en la perspecctiva
contar su oro es d placer del avaro, pero este placer tiene un que acabo de esbozar: en efecto, despojemos a la pulsión de
objeto, y un objeto libidinal, mientras que · la compulsión de todos sus componentes instintuales ·propiamente dichos y llega-
contar carga narcisistamente el acto de contar (desde luego ha- remos directamente al contenido intelectual de la pulsión, es
cemos abstracción del contenido ·que se<;:undariamente puede be- decir, al pensamiento.
neficiar de este marco, así como una cierta erotización que puede Por lo . demás, si tenemos en cuenta, como ya lo hemos
deslizarse allí, tal como en cada conducta obsesiva·). hecho, la importancia del punto de vista económico, comprende-
remos .Ja hipercarga del pensamiento en el obsesivo ( Freud habla
22 Quisiéramos recordar lo que Freud dice del aislamiento, que "consiste de la erotización precoz del pensamiento en el primitivo) : la
en que, después de un suceso desagradable ó de un acto propio, importante función intelectual pura absorbe toda la carga que habitualmente
desde el punto de vista de la neurosis, es interpolada una pausa, en la que está destinada a la acción y a todos los componentes pulsionalf:'s
nada debe :. 1ceder, no efectuándose durante ella percepción alguna ni eje-
que desembocan en ella.
cutándose acto de ningún género." (O. .C.. l. p. 1229).
Pero por otra parte sabemos que el contenido pulsional de!
23 Esta continuidad se encuentra en el hombre que ha quebrantado el tabú,
pensamiento es conocido por el superyó, y que renunciando a la
es decir, que ha elegido el mantenimiento de la continuidad o que ha ele-
gido defecar libremente, como le plazca. La trasgresión (ir más allá), que realización de su fantasía el obsesivo no está aún a resguardo
tiene una relación directa con la analidad en tanto designa un movimiento de esos famosos "remordimientos" que constituían para Freud,
en el espacio y una relación de fuerza con un objeto, · y que constituye la en sus primeros trabajos sobre la obsesión ( 1896 L la esencia
esencia de la obra de Sade, representa al mismo tiempo un rechazo de la de. esta neurosis. Además la retracción de la carga narcisista al-
ruptura de la continuidad (prohibición de ir más allá, Hmitación del espacio canzará capas sucesivas cada vez más profundas, y en lugar de
que representa una solución de continuidad). cargar el contenido del pensamiento, será cargado el funciona-
La continuidad también es anulada por el equilibrio absoluto entre los
dos factores; el equilibrio absoluto (el automovilista en medio del puente)
miento mental cQmo tal, y al tender a sustituir al objeto del
suprime, en efecto, la condición esencial de la relación de objeto anal, ya deseo, el acto de pensar se convertirá así en la enfermedad ob-
que la "relación de fuerzas" dinámica que se t!l'E>a. entre el sujeto y e-1 sesiva. El pensamiento funcionará en vacío y el Grübelsucht, o
objeto sólo puede establecerse gracias a una asimetría energética (pequeño rumia mental será vivida muy penosamente porque de hecho el
y grande, fuerte y débil, etcétera). desplazamiento de la carga narcisista está condenado al fracaso,

146 147
más aún porque el perpetuo hostigamiento sólo disimula super- indecisión, en una palabra, el carácter timorato del yo ante su
ficialmente la representación del objeto real. tentativa permanente. ·
El pensamiento recurrirá siempre a los desplazamientos, a Este carácter timorato proviene, en nuestra opinión, de que
las sustituciones absurdas, superficiales, aparentemente insigni- el proyecto del acto queda despojado de todos sus componentes
.ficantes y siempre sufridas como cuerpos extraños coercitivos, instintivos y esto sólo puede terminar en el derrumbe energético
calificados por el enfermo como ideas "parásitas". del pensamiento (no sostenido ahora por la sustancialidad que
De hecho esta cobertura será cada vez menos eficaz frente le conferiría la energética pulsional) y que entonces culmina ne-
a la pulsión. Como este mecanismo concernirá solamente a lo cesariamente en la duda. Encontramos aqui el descenso de la
que tiene relación con la fantasía sádica anal y en última ins- tensión psicológica de los psicasténicos de Janet; no obstante, el
tancia con la pulsión edípica, tendremos lo que Freud denomina quehacer freudiano nos permite ver en esto no una causa primera
el "doble pensamiento" del obsesivo porque, junto al pensa- sino el efecto de un proceso patológico profundo.
miento regresivo tributario de este factor patológico, el pensa-
miento normal evolucionado subsistirá y estará dotado, como
todos lo sabemos, de cualidades a menudo sobresalientes.
Para cerrar nuestra exposición hablaremos del síntoma
central de la neurosis obsesiva, la duda, mostrando que es tri-
butaria de un factor sobre el que hemos querido insistir y que,
en principio, es suceptible de dar cuenta de toda la sintomatolo-
gía obsesiva.
En La disposición a la neurosis obsesiva Freud dice: "Sobre
todo, el instinto de saber nos da la impresión de poder susti-
tuirse al sadismo eil el mecanismo de la neurosis obsesiva, siendo
realmente, en el fondo, una hijuela sublimada y elevada a lo in-
telectual del instinto de aprehensión. Su repulsa a la forma de
la duda ocupa en el cuadro de la neurosis obsesiva un impor-
tante lugar" (O. C., l. p. 986).
Nos parece que la duda del obsesivo se refiere a .una lucha
entre su pulsión fundamental, pulsión prevaleciente, es decir la
captación del pene, y las defensas contra éste: decir saber es
decir lo contrario de dudar, como señala Freud, es aprehender,
ya que el objeto de esta aprehensión, en nuestra opinión, es
siempre en último análisis el pene, así como el voyeurismo del
cual hemos partido y que, según Freud, mantiene vínculos es-
trechos con la epistemofilia.
El deseo de saber o de conocer equivale a la introyección
captativa del pene. Por la prohibición a que es conminado este
movimiento pulsional, la duda debe ocupar el lugar del saber.
Este esquema: deseo de captar el pene y defensa ante el deseo,
se encuentra detrás de todas las manifestaciones obsesivas.
Se agrega al contenido de la duda la cualidad particular del
afecto que la acompafia, una tonalidad esténica negativa y que
traduce la incertidumbre, la falta de convicción, la cavilación, la

148 149
Debate sobre "Al margen de
El Hombre de las Ratas"
S. Lebovic4 J Chas.reguet-Smirgel y
B. Grunberger

La exposición de Bela Grunberger dio lugar, en la Societé Psy-


chanalytique de París, el 18 de mayo de 1965, a las discusiones
.IJ la· respuesta del autor que reproducimos a continuación.

M. Fain señala el ·interés de dos puntos particulares de la ex-


posición: la génesis de la regresión obsesiva y la equivalencia
del Edipo positivo y el Edipo negativo. Relata un ejemplo clí-
nico y recuerda la posición de Freud en La disposición a la neu-
rosis obsesiva.
J. Chasseguet~Smirgel hace notar el valor ·de verificación
de la castración anal del pene y demuestra la relación entre la
introyección anal y las fantasías de muerte en el obsesivo.
S. Lcbovici confirma los puntos de vista de B. Gunberger
exponiendo las relaciones entre la homosexualidad y la neurosis
obsesiva.
F. Pasche tlt> 1:1c~ta la tesis según la cual la perversión es
"lo contrario" de la neurosis obsesiva. Lo que quiere el obse-
sivo no es no tocar un objeto parcial sino no ensuciar a una per-
sona. Existirían ideas de sacrilegio y defensa contra este sa-
crilegio. ·
B. Grunberger responde a las intervenciones.
S. Decobert

151
J.ntervención de S. Lebovici de los desplazamientos edípicos invertidos en el marco del ero~
tismo anal. Así las relaciones entre la homosexualidad y la neu~
Para q>nfirmar ciertos puntos de vista de la notable conferencia rosis obsesiva parecen confirmarse, como Grunberger lo ha visto
de Grunberger respecto del intento de dominio [maitrise J * de y como lo había notado Freud retrospectivamente en el análisis
del Hombre de los Lobos.
la pulsión .anal en la génesis de la neurosis obsesiva, me referiré
3 ciertos puntos de vista de Freud expresados en el análic;is del
Hombre de los Lobos. Como se sabe, Freud opone el destino
del erotismo anal reprimido sobre la imagen del padre con el Intervención de ]. Chasseguet~Smirgel
desplazamiento fóbico que es su consecuencia. Respecto de una
investigación sobre el destino de lo que se puede denominar la
Simplemente quisiera decir algunas palabras que concuerdan. me
homosexualidad en los varones, he podido poner en evidencia
parece, con el sentido del intento de Grunberger de reducir todas
la doble orientación posible de algunas observaciones. En al- las manifestacio.nes obsesivas a la regresión sádica anal y, en
gunos es la perversión lo que causa temor en función del grado
particular, a la captación anal del pene paterno. Esencialmente
de represión del erotismo anal; en otros la orientación se real~za
pienso en ese síntoma típicamente obsesivo que es la verificación,
hacia la neurosis obsesiva, en la que todo el esfuerzo del niño y en la fantasía del asesinato edípico, tal como se inscribe en
consiste en dominar [ maitriser] la pulsión anal desintricada, y numerosos síntomas en el obsesivo. Como lo demuestra la dí~
la agresividad proyectada sobre la imagen paterna responsable nica, la .verificación deriva del modo particular que reviste la
fantasía del asesinato en el obsesivo en razón de la regresión
sádica anal.
* El término maitr'3e utilizado abundantemente por el autor no es fácil de
tradu :ir sin equívocos y mediante un solo término espaftol. El contexto Respe~t-o de la verificación, tuve un enfermo obsesivo al
permite en cambio verificar que el autor utiliza los conceptos que se des- que Grunberger se ha referido en su texto, que me sugirió una
pren len del término freudiano de Bemachtigungstrieb, certeza que se ve con- interpretación "anal" de este síntoma. En efecto, cuando este
firmada por la cita que hace de un fragmento de La duposición a la neurosis paciente iba en coche, temía atropellar a los hombres o a los
obse.siva (p. 19), donde en efecto se trata de la Bemachtigungstrieb y que niños y arrojarlos a las zanjas, charcos de barro o basurales; y
Ballesteros ha traducido con valedera p¡-rspicacia por "instinto de aprehen· se veía obligado, de tanto en tanto, a hacer lo que llamaba
sión". En el. Vocabulaire de la Psychanalyse, Laplanche y Pontalis llaman
la att>nción sobre la dificultad que surge ya cuando se quiere vertir al fran·
"volver hacía atrás" con el fin de verificar si no se había pro~
cés fa palabra alemana. "Le terme Bemachtigungstrieb est difficile a tradui· ducido el asesinato. Verificar volviendo hacia atrás era una
re. ú s terme.s pulsion de maitrise ou lnstinct de posse.ssion auxquels on a manera de ver lo que había pasado detrás ( derriere) de él, o sea
. eu raour.s ne parai.ssent . pa.s convenir parfaitement: maitrise évoque une en el nivel de la zona erógena anal.
domina'ion contrólée. possession l'idée d'un avoir a conserver alor.s que sich · En el caso de este paciente, el acto de verificación se ins~
bemacht.gen .signifie s'emparer ou dominer par la force . 11 nous a semblé cribía en el espacio (se trata de una "vuelta hacia atrás" real)
qu·en pa ~lant de pulsion d'emprise on respectait mieux cette nuance." Aho- y es más fácil reconocer su carácter anal; pero de hecho, en este
ra bien, en la misma entrada (véase pulsion el' emprise) los autores del V o-
cabulaire recuerdan que el mismo Grunberger habla adoptado la traducción .
síntoma lo que se busca siempre es volver a un punto superado,
pulsion d'emprise en su artículo de 1960. Pero ocurre que en el presente
trabajo de 1965 adopta en cambio el término maitrise. Si bien Grunberger
quiere subrayar aquí la doble vectoriz¡;ición que subyace al concepto (pul-
sión de dominio y dominio de la pulsión; deslibidinazaclón de la pulsión y der". Pero hay que desembarazar al término de la connotación que proviene
erotización del pensamiento) (véase su nota 20) , la utilización del término de su uso por "aprender", galicismo imperdonable, y restituirle su sentido
resulta un poco dura y perturba asimismo la claridad de su traducción es- de "coger", "asir", •"apresar" (aprehender por fuerza al culpable de un
pafiola. Siguiendo el consejo (errado a nuestro entender) del Vocabulair~ delito). Pero era imposible reproducir automáticamentP el término "apre·
podríamos haber traducido entonces maitrise por el término espaftol "do- hensión" cada vez que aparecía maítrise en el texto de Grunberger. Según
minio"; pero resulta fácil ver que la solución de Ballesteros es más fiel al las exigencias del contexto hemos utilizado también "dominio", aclarando
contenido del término alemlm. Se trata en efecto del instinto de "aprehen- al lado el término francés de origen: [maitri3e) (N. del E.).

152 153
que se halla entonces en el tiempo o en el espacio detrás del Respuesta de Bela Grunberger a las intervenciones sobre su ex-
sujeto. posición: "Al margen del Hombre de las Ratas"
Las asociaciones, los sueños, las fantasías que acompañaban
a la fantasía de asesinato de este paciente demostraban clara- Agradezco a todos los que han intervenido, así como a H. Sau-
mente que los charcos de barro, las zanjas y los basurales re- get por sus amables palabras. ·
presentaban de este modo su ano proyectado sobre el mundo En lo concerniente al caso que M. Fain nos comunicó, se
exterior, mientras que los hombres o los niños representaban al parece, en efecto, en cuanto a su dinámica específica, al caso del
padre o su pene que desaparecía en el ano del sujeto: la fanta- cual he presentado un pequeño fragmento, y me ha ayudado por
sía de muerte era consciente en el sujeto pero la había vivido esto a profundizarlo y comprenderlo mejor. El efecto decisivo
como un temor y no como un deseo. El objeto de la fantasía de su interpretación respecto del tema de las dos vertientes de la
permanecía desconocido, lo mismo quedaba reprimido el modo situación edípka de su paciente demuestra la importancia de
anal en que se realizaba el asesinato, al igual que la coincidencia esta "posieión de equilibrio" que intenté describir. Le agradezco
entre la íntroyección anal del pene paterno y el asesinato cdí- que con 'la ayuda de un material interesante haya confirmado
pico. Esta perfecta coincidencia es particularmente clara en el algunas de mis hipótesis.
lapsus de este paciente al contarme el entierro del padre. Se ~erge Lebovh.:i, de quien todos conocemos b gran expe-
había realizado en Saint-Etienne-du-Mont, plaza del Panteón, riencia clínica en general, y en particular en lo que concierne al
pero el paciente dice "plaza del Pantalón", confundiendo de este análisis infantil. ha tenido la amabilidad de venir a corroborar
modo el cuerpo entero y el pene del padre. Lo mismo ocurre en lo que dije de la desintri<:.ación en el interior de la pulsión anal.
un sueño; un pájaro cae en un charco de barro y cuando lo tomando como base un material de su propio trabajo.
sacan es un cadáver humano, el de uno de los directores del pa- Agradezco a Janine Chasseguet-Smirgel haber expuesto un
ciente. De hecho, nos encontramos en esta fantasía de muerte material que completa favorablemente lo que he dicho, en par-
ante la condensación de tres deseos realizados: ticular lo que concierne al mecanismo de la verificación. En
cuanto a los deseos de muerte a que se refiere, los he dejado
1 ) fa muerte del padre; de lado con toda intención, precísamente en función de su im-
portancia en el obsesivo. Esto hubiese desequilibrado mi expo-
2) la reducción del objeto total (padre) al objeto parcial sición, ya que el problema exige un estudio en particular. No
(pene), inherente al nivel sádico anal de la regresión donde .el obstante. pienso que era esencial señalar, como lo hizo Janine
objeto es llevado, en último análisis, al objeto anal prototípico: Chasseguet-Smirgel, sus relaciones con el erotismo anal.
el excremento (o el pene fecal); La observación de Pasche concierne a la distinción entre
3) el coito homosexual con el padre. objeto parcial y objeto total. Mientras que el · obsesivo comete
el sacrilegio sobre un objeto total --de ahí su culpabilidad- el
De hecho, para el análisis el deseo de una relación homo- objeto del perverso es un objeto parcial. De hecho, sín poder de-
sexual con el padre representa una defensa en dos niveles. En limitar aquí el problema de la diferencia entre la perversión y la
el nivel edípico, por la fuga ante el deseo cuyo objeto es la madre neurosis obsesiva, haré notar, no obstante, que como acaba de
edípica: eri el nível pregenital. por la fuga ante la madre pre- expresar Janine Chasseguet.-Smirgel, el objeto en la regresión
edípica y la búsqueda de una protección ante el padre. En los sádica anal tiende siempre a ser arrastrado a su forma anal pri-
dos casos el obsesivo fracasa por el carácter ambivalente de su mitiva de objeto parcial fecal.
relación con el padre: la relaci,ón homosexual. la introyección
anal de pene pate¡no, toma la forma del asesinato edípko por
los residuos de su odio hacia el padre, inherente al edipo normal.
asi como por el carácter intrínsecamente agresivo de su deseo
homosexual propio de la fase anal sádica hacia la cual expe-
rimenta una regresión.

154 155
Regresión funcional del Yo y
problemas técnicos en el
análisis de las neurosis obsesivas
F. Morgenthaler

Desde el momento en que se plantea un análisis. los "hábitos


defensivos"· del analizado empiezan a dibujarse cada vez más
claramente. El analista comienza a conocer a la persona a quien
está analizando. Las particularidades del comportamiento del
analizado. sus actitudes frente al analista, no tienen origen en
la actividad pulsional del Ello sino en la actividad defen siva del
Y o. Se puede observar que algunos mecanismos de defensa
están privilegiados y que hay una secuencia más o menos ca-
racterística e individualmente específica en la sucesión de sus
apariciones.
Mientras que el desarrollo libidinal. que progresa por fases.
obedece a una ley biológica válida pára todo ser humano. el
desarrollo de la organización defensiva parece prc.:eder de un
modo diferente. Se cree que la formación de la organización
defensiva es altamente específica en cada individuo. Probable-
mente, ésta es una de las razones por las que no ha sido posible
hasta ahora demostrar que la organización defensiva está cons-
tituida jerárquicamente, ni deducir su génesis. Si la or~anización
defensiva se caracteriza por una gran especificidad individual se
puede. no obstante, admitir que la organización defensiva está
constituida en un orden jerárquico que sigue las líneas de desa-
rrollo del Y o. Generalmente la organización defensiva tiene una
estabilidad relativa y considerable a la vez. Por ello, nos parece

157
útil hablar de una estructura defensiva que representa una parte zación defensiva del Yo. También se poana decir de este
de la estructura del Y o. proceso hacia la confusión, que se trataba de una regresión fun-
La experiencia analítica demuestra que la estabilid<.d de la cional del Y o. En el curso del análisis del Hombre de las Ratas,
actividad defensiva es tan constante entre los neuróticos, en Freud describió, desde la tercera sesión, esa confusión. El pa-
quienes la defensa a menudo fracasa, como entre los no neuró- ciente, sin duda, había hecho una transferencia masiva desde el
ticos, en quienes la defensa es positiva. Dado el valor clínico de principio del tratamiento. Los s~timientos que el analizado ha-
esta consideración, quisiéramos insistir en el hecho de que el bía transferido sobre .la persona de Freud correspondían a las
fracaso de una manifestación defensiva no debe cuestionar for- potentes pulsiones agresivas · que habían determinado la refación
zosamente la estabilidad de la estructura defensiva correspon- inf<':lntil con su padre. Freud representaba entonces al padre.
diente. Quisiéramos ir más lejos aún: creemos que el éxito en Poco faltó para que la agresividad reprimida contra éste se li-
la aplicación del método psicoanalítico depende específicamente berara en la transferencia. Pero la angustia de castración era
de la estabilidad de la organización defensiva. Eso no quiere demasiado violenta para permitir esa liberación. De este modo.
decir que el éxito de la aplicación de este método no dependa se mantuvo la represión de las pulsiones agresivas. El paciente
también de muchas otras condiciones, pero éstas no entran en se zafó de esta evolución amenazadora porque, por una parte,
el ámbito de nuestra exposición. Se sabe que los trastornos psí- estaba invadido por la angustia surgida de una nueva amenaza,
quicos que provocan una importante regresión del Y o sólo ad- la fantasía del "castigo por medio de las ratas"; y por otra parte.
miten el procedimiento analítico a costa de dificultades frecuen- producía la confusión que Freud calificó de delirio.
temente invencibles. Sólo en 1923, catorce años después de la primera redacción
Desde un punto de vista general se puedt. decir que esas de su texto, Freud creyó poder eliminar la confusión mediante
dificultades provienen de la incapacidad del enfermo para cons- un agregado.
tituir relaciones de objeto estables. Es poco lo que conocemos. La tendencia a la confusión puede ser entendida como una
sin embargo, sobre la psicodinámica de algunas dificultades que actividad del Y o al servicio de la defensa. Sin embargo, es ne-
presenta el análisis de enfermos perfectamente capaces de cons- cesario preguntarse si esta manera de ver puede resolver el pro-
tituir relaciones objetales, pero que ofrecen una insuficiente es- blema planteado.
tabilidad de su organización defensiva. Alternativamente la, de- Desde un punto de vista técnico, la acción de un mecanis-
fensa aparece desorganizada, y luego bien estructurada y mo de defensa se manifiesta por una resistencia en el contexto
transparente otra vez. Se podría hablar de una desintegración transferencia!. Ciertamente, esta condición se cumple en el caso
aislada y reversible de la estructura de la organización defen- del Hombre de las Ratas, cuando éste entra en un estado de
siva. De hecho, se trata de una regresión funcional del Y o (J. confusión.
Sandler y W. G. Joffe). Además, se exige que la resistencia disminuya si, en la
La estructura defensiva parece, hasta cierto punto, trans- situación analítica, ha sido descubierta y verbalizada la inter-
parente y estable en las neurosis obsesivas. Ocurre que en el pretación justa del deseo inconsciente oculto detrás de esa re-
curso de un análisis a un obsesivo se instala, bajo la influencia sistencia. Esta segunda condición no parece cumplirse cuando
de pulsiones instintivas reprimidas, una extraña confusión. La se trata de una evolución confusional en el sentido que acaba-
defensa parece desorganizarse. El Hombre ae las Ratas es tal mos de ver. No obstante, se podría intervenir aquí para decir
vez el ejemplo más impresionante. Freud describe en su texto la que debe ser particularmente difícil encontrar, en casos simi-
confusión que había invadido los pensamientos del enfermo (con- lares, las interpretaciones correctas. Freud fue un maestro para
taminando, por otra parte, los del analista) cuando apareció adivinar y hallar la interpretación justa. Del mismo modo, logró
"la obsesión de las ratas". Esa fantasía obsesiva había surgido esclarecer la asombrosa confusión en que se había enredado stt
del contexto concerniente a la deuda que el enfermo afirmaba paciente, en su relato sobre las difetentes personas consideradas
haber contraido a raíz del encargo de unos anteojos. Esta con- para pagar su deuda. Freud interpretó así la negación, ya que.
fusión nos parece un ejemplo de lo que hemos llamado una de- desde el comienzo, el paciente debía saber que la joven empleada
sintegración aislada y reversible de la estructura de la organi- en la oficina de correos de "Z" había pagado por él el reembolso

158 159
postal. Conforme a este hecho el paciente debía saber que era Las manifestaciones clínicas así descritas aparecen bajo aspectos
absurdo continuar aferrándose a la idea de una deuda irrisoria muy distintos. En casos semejantes, el material inconsciente pa-
con el teniente. Freud interpretó la indudable falsificación de la rece surgir en forma relativamente incoordinada, o al menos apa-
realidad, y el paciente fue capaz de entender esas interpreta- recer con una facilidad que permite comprobar que los modos
ciones y aceptarlas. "Y sin embargo hizo, sobre la base de tal de defensa habituales del paciente (a l.os que entretanto se han
error, el juramento que había· de atormentarlo", escribe Freud, y podido conocer) no intervienen para desalojarlo. La observación
termina: "De todos modos, reconozco que después de esta rec- clínica demuestra que en esas fases los analizados no se inclinan
tificación aún se nos hace más insensata e incomprensible que a profundizar su relación libidim~l ni se ven forzados, según pa-
antes su conducta." · rece, a reducir sus relaciones objetales a un nivel regresivo. En
Es necesario subrayar que en ese contexto el Hombre de este punto estos neuróticos se distinguen fundamentalmente de
las Ratas había asociado en su delirio recuerdos muy importa,n - los enfermos que tienen una infraestructura psicótica del Y o,
tes que demostraban la agresividad inconsciente dirigida contra Será útil considerar muy de cerca lo que escribe Freud en
su padre. Freud interpretó esas pulsiones inconscientes, las ligó el anexo ya citado: "Tales discusiones no tienen nunca por ob-
estr.e chamente a los recuerdos de la infancia y permitió a su en- jeto convencer al enfermo. Tienden tan sólo a llevar a la con-
fermo elaborar, hasta cierto punto, su comprensión de esas co- ciencia Jos complejos inconscientes, trasladar al terreno de Ja
nexiones inconscientes. No obstante se ve que esta actitud ori- actividad anímica consciente la pugna en torno de ellos em-
ginó una controversia: como si los esfuerzos de Freud destinados p_eñada ... " (0. C., 11, p. 635).
a ·dominar la confusión hubieran contribuido a crear un estado Se plantean entonces las siguientes preguntas:
confusional en la relación analítica, que por añadidura se suma- ¿Cuáles son los complejos reprimidos introducidos en la
ba a la confusión temática desprendida de "la obsesión de las conciencia del Hombre de l'as Ratas durante esas interminables
ratas ... discusiones?
En el contexto de las interminables discusiones con su en- ¿Cuál fue, hablando con propiedad, la lucha de que fueron
fermo, Freud escribe: "Tales discusiones no tienen nunca por objeto estos complejos, lucha perseguida con empeño cada vez
objeto convencer al enfermo. Tienden tan sólo a llevar a la con- mrás intenso a medida que esos complejos se tornaban cons-
ciencia los complejos inconscientes, trasladar al terreno de la .cientes?
actividad anímica consciente la pugna en · torno de ellos empe- Del material expuesto por Freud surge con claridad que se
ñada y facilitar la aparición de nuevo material inconsciente." trata del complejo de Edipo, más precisamente del odio incons-
Desde el punto de vista de la teoría de la técnica, existen ciente dirigido contra el padre y de los deseos incestuosos re-
numerosas condiciones según las cuales " la aparición de nuevo primidos, introducidos en la conciencia.
material inconsciente" hace evolucionar el proceso analítico pro- A partir de la temática de numerosas asociaciones del ana-
piamente dicho. Para dar un ejemplo, la aparición de recuerdos lizado, se podría deducir el modo de desarrollo de la toma de
hasta ese momento inconscientes es válida, para el procedimiento conciencia del odio ,contra el padre y de sus deseos incestuosos.
analítico, siempre que esos recuerdos aparezcan en el seno de la Seguir esta vía para hallar las respuestas a los problemas plan-
situación analítica, constantemente mantenida y respetada. No teados no aclara finalmente nada de la problemática sobre teoría
queremos estudiar aquí todas esas condiciones. Es ·suficiente re- de la técnica, porque este modo de ver no permite llegar a de-
cordar que un material que surge abundantemente del incons- ducciones útiles para la técnica misma.
ciente no siempre favorece el proceso analítico, lo que se puede Una respuesta satisfactoria a esos dos problemas presupone
observar analizando a enfermos psicóticos o afectados por pro- la sustitución de un punto de vista temático por uno ·dinámico.
fundas regresiones estructurales del Yo. Sin embargo, el Hom- En el Hombre de las Ratas los complejos reprimidos, punto de
bre de las Ratas de Freud no puede ser contado entre los en- partida del delirio (ideas alucinadas), se hallan ante todo indi-
fermos de este grupo. solublemente unidos al estado confusional en que se encuentra
La evolución confuslonal descrita a raíz del Hombre de las sumido el paciente, e implican también a Freud en la confusión.
Ratas puede encontrarse en muchos casos de neurosis obsesiva. Lo que se hacía consciente era la tendencia del enfermo a con-

160 161
2) ¿Cuál es el instrumento técnico que se debe adoptar
fundirse y ·a confundir a los que lo rodeaban. La lucha entre la
para resolver ese problema? ·
tendencia confusional por una parte y la neurosis de transferen-
cia por otra fue lo que se dibujó en el plano de las actividades Para responder a la primera pregunta hay que transformar
psíquicas conscientes. El texto de Freud demuestra claramente la tendencia a la confusión en disponibilidad para elaborar una
que la parte principal de la neurosis de transferencia ocupa en- porción suplementaria de neurosis de transferencia. Para nos-
tonces el lugar de la confusión. La confusión había inhibido el otros, la tendencia a la confusión es la expresión de una regre-
desarrollo de la neurosis de transferencia.' En el final del ca- sión funcional del Y o que no afecta prácticamente, por lo menos
pítulo sobre el origen ocasional de la enfermedad, Freud expone en su mayor parte, sino a las funcione:s del yo puestas al ser~
la fantasía transferencia! del Hombre de las Ratas: el analizado vicio de la estructuración defensiva. Se puede hablar también
había imaginado que una joven con la que se había cruzado un de una regresión parcial del Yo, o aun de una "psicosis de defen-
dia en la escalera de la casa de Freud era la hija de éste. Sigue sa" aislada, responsable de la ausencia de desarrollo de la neu-
a este relato, en el texto de Freud, el capítulo titulado: "El com- rosis de transferencia o, en rigor, de su desarrollo en un sentido
plejo paternal y la solución de la idea de las ratas", donde Freud inutilizable para los fines psicoanalíticos.
escribe: "Así pues, para llegar a la convicción de que su actitud Quisiéramos recordar aquí las crisis histéricas agudas ( sín-
con respecto al padre exigía aquel complemento inconsciente copes, etcétera) en que la organización defensiva parece derrum-
tuvo que recorrer el doloroso camino de la transferencia." (Se barse de manera total pero pasajera, y el proceso primario priva
trata de las pulsiones hostiles reprimidas, dirigidas contra su en el momento en que la conciencia se desvanece. En el estado
padre, a quien en el fondo había querido tiernamente.) Freud confusional de la neurosis obsesiva se nota igualmente la pre-
continúa: "No tardó en llegar a injuriarme groseramente e in- valencia del proceso primario. El fenómeno permanece entre-
juriar a todos los míos en ~us sueños, fantasías diurnas y ocu- tanto estrictamente aislado con respecto a las otras funciones del
rrencias , en tanto que intencionadamente nunca me manifestaba Y o. Gracias a su aislamiento, y a pesar de su crecimiento, el
sino el mayor respeto." proceso primario no altera a la conciencia. Se tiene la impresión
"En tan dolorosa escuela " , prosigue Freud, "adquirió poco de enfrentarse solamente a una regresión parcial del Y o. El
a poco la convicción que le faltaba y que cualquier otro sujeto no estado confusional sustituye primero a la neurosis de transfe-
interesado personalmente hubiera adquirido en el acto~ quedan- rencia, para arrastrar después en su corriente al analista y a la
do entonces también abierto el camino para la solución de la relación con él. Dejando a un lado el estado confusional, las
idea de las ratas." funciones del Y o del Hombre de las Ratas quedan intactas. Du-
Partiendo de esta descripción de Freud y desde el punto rante el tratamiento, el Hombre de las Ratas revela una fijación
de vista de la teoría de la técnica psicoanalítica, se presentan libidinal relativamente estabilizada en el plano sádico-anal y no
numerosos interrogantes referidos al problema fundamental de sufre una regresión hacia una dependencia global de nivel oral.
la evolución de lá neurosis de transferencia. La posición sádico-anal y las funciones del Y o se mantienen casi
¿Por qué pudo ésta desarrollarse, a pesar de que el anali- intactas. El Y o sólo aparece "flojo" en un sector aJslado: el de
zado había logrado defenderse con éxito durante tanto tiempo? .la labilidad en el seno de la organización defensiva.
La respuesta a este interrogante será tanto más difícil si se pien- Nuestra segunda pregunta depende del problema técnico.
sa que el paciente, muy probablemente, no se había "defendido" ¿Cómo proceder para solucionar el fenómeno que hemos des-
contra nada. Sin duda, el paciente no trató de oponerse al desa- ' crito? ¿Qué nos enseña Freud sobre este punto?
rrollo de la neurosis de transferencia movilizando los mecanis- Cuando cuenta la fantasía transferencia! citada anterior-
mos de defensa, sino que simplemente no fue capaz de desarrollar mente, habla de un período oscuro y difícil. Dice: "Después de
completamente su transferencia. De aquí que la pregunta con- un período harto oscuro e intrincado del tratamiento, se reveló
cerniente a la teoría de la técnica se divide en dos partes: que había supuesto hija mía a una muchacha con la que se había
cruzado una tarde en la escalera de mi casa.'' Freud demuestra
1) ¿Qué hay en el fondo de este fenómeno que debe ser
que el problema técnico puede resolverse. Durante el tratamien-
elucidado utilizando nociones técnicas?

162 163
to, Freud tuvo la seguridad absoluta de llegar a una verdadera El objeto de esta interpretación es que el paciente tome con-
comprensión, por compleja que fuera la confusión.· Esta convic- ciencia de su tendencia confusional. Debe desarrollar sus medios
ción de Freud caracteriza su obra y es parte de su personalidad de introspección en el sentido del Dynamic lnsight invocado por
científica sin igual. El Hombre de las Ratas no pudo resistir a· R. Loewenstein. De ordinario el analizado responde a esta in-
este empuje. Admiró e idealizó a Freud tal como en su infancia terpretación mediante una readaptación a la situación real, aun
había deseado poder idealizar a su propio padre. La regresión cuando este efecto sea muy transitorio. En general se lo ve
funcional de su Y o, manifestada en la labilidad de la· organiza- aferrarse a su tendencia confusional·con una retentividad típi-
ción defensiva, no armonizó ya con su manera de elaborar una camente sádico-anal. Pronto se desarrolla una verdadera resis-
relación de objeto, pero empezó a dificultar sus sentimientos tencia. Pero esta resistencia cede ante el trabajo de la interpre-
con respecto a Freud. tación. Al final el analizado renuncia a la confusión. Es
La profunda convicción de alcanzar finalmente la completa i~presionante comprobar la intensidad de los esfuerzos incons-
comprensión de lo que sucedía en el al~a .de su analizado (por cientes del obsesivo por mantener el estado confusional. como si
más que la confusión fuera total al comienzo) era el instrumento fuera el objeto de un deseo inconsciente. A medida que la con-
infalible del analista, que por una parte se oponía, a la regresión fusión disminuye, aparecen nuevas fantasías transferenciales.
aislada del Y o del Hombre de las Ratas, y por otra conseguía A menudo, esas fantasías tienen un contenido sádico-anal y la
hacer evolucionar la neurosis de transferencia. verbalización choca con fuertes resistencias. Ahora bien. esas
Pero la teoría de la técnica no puede contentarse con una resistencias pueden ser analizadas.
proposición semejante para responqer a la pregunta formulada, Hemos hablado de la interpretación de las tendencias con-
puesto que no permite deducir nada útil para la técnica psico- fusionales y no de una confrontación, porque el analizado es-
analítica. El instrumento soberano de Freud debe ser adaptado taba al corriente de modalidades pertenecientes a su Y o y a la
a los procedimientos corrientes de la técnka. transferencia. Es necesario agregar que esta interpretación im-
La neurosis obsesiva dispone de una serie de funciones del plica habitualmente un cambio en la situación transf erencial, lo
Y o intactas para ponerlas al servicio del análisis. Se puede ad- que generalmente no sucede en una simple confrontación.
mitir que existen medios técnicos para llegar a este resultado. Cuando uno se encuentra, en el análisis, con neurosis ob-
Medios sin duda más simples que la presencia de una persona- sesivas enmarañadas por una confusión semejante a la del
lidad tan extraordinaria como la de Freud. Si bien es aierto que Hombre de las Ratas, nos parece importante señalar que la in-
la presencia de Freud favoreció al Hombre de las Ratas con un terpretación reconstructiva sólo tiene sentido si la aparición de
análisis privilegiado. signos ciertos demuestra que la tendencia confusional ha sido
Cuando se habla de psicoanálisis, y sobre · todo de técnica reemplazada por nuevos aspectos de la neurosis de transfe-
psicoanalítica, se tiene en vista, en primer lugar, la interpre- rencia.
Vamos a ilustrar la aplicación de este procedimiento téc-
tación. nico en el breve relato de un caso:
El objeto de la interpretación es aquí la regresión parcial
El neurótico obsesivo que presentamos, de cuarenta y seis
(funcional) del Yo en su conjunto. es decir, la tendencia a años de edad, me había idealizado desde el .comienzo del aná-
quedar enredado en la confusión y enredar a los otros. Esta lisis. Al mismo tiempo se hacía tratar por un quiropráctico al
idea parece fundamental porque la confusión, precisamente. im- que calificaba, en fono desconfiado, de charlatán. La interpreta-
pide una evolución ulterior de la neurosis de transferencia. Gra- ción del desplazamiento de la desconfianza secreta que sentía
cias a las funciones intactas .de su Yo, el analizado es capaz hacia mí fue seguida por un nuevo desplazamiento de sus sen-
de comprender esta interpretación, y a ello lo ayuda también su timientos hostiles. Una larga y complicada disputa había esta-
tendencia a supeditar sus sentimientos a su inteligencia. El ana- llado entre él y la propietaria de la casa que alquilaba por ra-
lista dice a su enfermo: "La coniusión a la que usted me arrastra zones profesionales. Cuandó intenté interpretar este segundo
me impide seguirlo: no puedo ya comprender lo que usted dice desplazamiento, el analizado me contó que cuando venía a la
y creo que usted mismo no lo comprende". sesión analítica había atrapado una gaviota con la mano. Ase-

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guró que hubiera podido matarla fácilmente, pero, compadecido contraba su jardín. Los árboles del vecino sombreaban su huer-
del pájaro, lo había dejado escapar. to, lo que se le hizo insoportable. En un impulso masoquista y
La interpretación de las conexiones inconscientes entre la obsesivo se puso a remover grandes car¡tidades de tierra en el
disputa, la gaviota y el análisis terminó por hacer admitir al jardín. Esto representaba una contracarga, que apuntaba a re-
analizado la hostilidad que sentía hacia mí. Comprendió tam- primir sus fantasías sádicas. A partir de ese momento, observa-
bién que primero trató de suprimir sus sentimientos hostiles ciones triviales y asociaciones inofensivas provocaron en él
hacia el analista y que luego los había disimulado. La idealiza- ideas de referencia y extraños sentimientos de participación. Se
ción era una formación reactiva. El mecanismo de defensa re- sentía perseguido, inquieto por fantasías monstruosas. Fantasías
presentado por su tendencia a aislar se volvió consciente, una que escapaban a sus deseos de humillación y concluían habi-
vez evaluados los motivos reales de la disputa con su propietaria tualmente con una rehabilitación brillante : se imaginaba como.
y los de las otras actividades que actuaban en el plano de los salvador de su· ciudad natal. Se representó más de una vez una
desplazamientos. Sólo entonces me confió que estaba obsesiona- catástrofe mundial. Los problemas que parecía plantearle la .
do por ideas coprofílicas que lo excitaban sexualmente. Según él, configuración de su jardín tomaba proporciones gigantescas y se
el conflicto permanente en que vivía con su mujer había sido de- extendían de modo megalomaníaco al país, y aun a toda Euro-
sencadenado por la eyaculación precoz que sufría. En realidad, pa. En el curso de esta fase se decidió a hacer transformar su
sus conflictos conyugales eran una consecuencia de sus actos jardín. Había que construir paredes que permitieran subdividirlo
obsesivos. Después de comunicarme esos pensamientos, la situa- en numerosas terrazas, cuya horizontalidad se prestaría mejor
ción transferencia! se aflojó. El analizado se sintió menos ame- para ciertas plantaciones que planeaba. Los trabajos necesarios
nazado y pudo recordar la historia de su infancia. eran importantes y, por consiguiente, muy costosos.
Su padre, irascible, azotaba a sus siete hijos -verdaderas Y o había presentido que el paciente quería, en el fondo,
escenas de castigó-- exceptuando sin embargo al menor, el ana- transformar su jardín para que fuera tan hermoso y placentero
lizado. Su madre, por el contrario, lo humilló siempre. No re- como el jardín de sus padres, en la época de su infancia. La su-
cordaba una época en que no la hubiera detestado. Ella murió perficie del jardín paterno era plana. Durante largo tiempo el
cuando él tenía veinte años. Mi paciente aventajaba a todos los paciente vaciló en describir la dificultad en que se había metido.
miembros de la familia en inteligencia, en éxito profesional y Quería aplanar su jardín haciendo elevar terrazas. Las paredes
logros en la vida. Sufría por su aislamiento y sentía consciente- que hubiera debido edificar para esto lo molestaban. Al describir
mente el deseo diabólico e incesante de ser humillado y some- las condiciones del terreno, se enredó en una confusión que
tido por su padre. El deseo de someterse a mí comenzó después me obligó a modificar progresivamente mi idea acerca de su
a representar un papel importante en la transferencia. El ana- jardín. Finalmente creí comprender que la orientación de las pa-
lizado trató de eludir el análisis mediante severas formaciones redes que había que construir estaba dictada por las fantasías
reactivas y acting out. Proyectó viajes insensatos, ocultó sus in- de venganza que alimentaba desde hacía mucho tiempo contra
tenciones y finalmente las realizó, nada más que para faltar a el vecino, propietario de los árboles que él quería envenenar.
las sesiones de análisis. El traba jo interpretativo terminó por Pero a él le parecía imposible satisfacer mediante el mismo pro-
elucidar los motivos de esas actividades neuróticas; después, el cedimiento su fuerte deseo de tener un jardín tan plano, simé-
paciente pudo reconocer que en el fondo quería venir al análisis trico y ll'Jaravilloso como el de sus padres.
y que sentía ternura por mí. La interpretación de las fantasías de venganza no aclaró
Durante las semanas siguientes se enredó en un estado de nada. Por el contrario, el paciente se hundió en nuevos proble-
confusión en el que también yo me vi arrastrado. Esta evolu- mas que surgieron cuando hubo que decidir, por una parte, la
ción recuerda en más de un aspecto los datos extraños de la orientación de las paredes, y por otra la dirección de un pequeño
historia del Hombr.e de las Ratas. Esta fase del análisis em- sendero, interrumpido aquí y allá, además, por pasajes de esca-
pezó con actos obsesivos y fantasías sádicas centrados en el leras. El espesor de las paredes, sus cimientos, la eventualidad
deseo compulsivo de envenenar los árboles. El enfermo poseía de un encuentro entre muros y alcantarillas, la cantidad de
una casa situada en una pendiente escarpada. En ella se en- losas de piedra del sendero y la de los peldaños de las escale-

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ras, todo se embrolló en un delirio de conexiónes fantasmáticas. la que no había podido hablar durante tanto tiempo, estaba ín-
Se decidió luego a cambiar de sitio montones de tierra y de gui- timamente ligada al deseo incestuoso de poseer a la madre ama-
jarros para trasplantar las .verduras de modo que no las tapara da de su primera infancia.
ya la sombra de los árboles ignominiosos. Comenzó ese trabajo Durante el tratamiento analítico ulterior. la tendencia a la
de noche, para no llamar la atención. A pesar de todo, estaba confusión se manifestó aun en numerosas ocasiones. Sin embar-
decidido a envenenar los árboles del vecino. Creía que el día . go, fue posible mantener al paciente en equilibrio afectivo frente
en que cumpliera ese acto, las verduras transplantadas probarían a la realidad, cada vez que se aproximaba al delirio. La interpre-
su inocencia. tación eficaz para este propósito consistía en recordarle su pro-
Le dije entonces a mi paciente: "Aunque procuro compren- pensión a comprometerse y a compromi>ter a los demás en la
derlo, no atino a seguirlo porque usted me arrastra a la con- confusión. Para asegurar a estos obsesivos una toma de con-
fusión. Pienso que tampoco usted comprende ya cuál es el pro- ciencia continua de la realidad que los rodea, es muy impor-
blema; usted mismo se ha enredado en la confusión. Ya no sabe tante apelar a las funciones del Yo no comprometidas en la re-
lo que quiere." El paciente replicó: "Quiero construir una pis- gresión funcional que desintegra la organización defensiva. Esa
cina porque me la pide mi mujer." toma de conciencia es necesaria para reconstituir la relación ob-
Este argumento era nuevo y me resultó muy esclarecedor. jeta! en la situación analítica.
El estanque debía ubicarse en la terraza más alta. Desde ese Para terminar, quisiéramos subrayar que el estado confu-
momento, el temor de que los muros no resistieran la presión sional. comprobable con tanta frecuencia en las neurosis obse-
del agua del estanque dejó de parecerme insensato. Pero pronto sivas, no representa más que un aspecto de las manifestaciones
la confus_ión se reanudó con más intensidad. Y o he interpretado desencadenadas por una desintegración reversible y aislada de
varias veces la tendencia del paciente a hacer reinar la co:1;1fu- la organización defensiva, es decir, por una regresión funcio-
sión, en la cual me sumía también a mí. nal del .Yo.
A medida que proseguía el trabajo interpretativo, el pa-
ciente completó la descripción de su jardín. Mencionó hechos
mantanidos en secreto hasta entonces. Por fin, pude entrever la
disposición de su jardín y entender que las construcciones em-
prendidas eran apropiadas y útiles. Por su parte, el paciente
comprendió que la confusión en la que se había enredado difi-
cultaba el desarrollo del análisis.
Un buen día se bloquearon por su' culpa las alcantarillas Referencias bibliográficas
de la casa. El domingo por la mañana, mientras su mujer se ha-
llaba en la iglesia, el paciente abrió las alcantarillas situadas en
medio del jardín. Provisto de elementos inadecuados, él mismo l , Freud Anna, Le moi et les mécanismes de défense, Presses Universitair~s
de France. 1964.
intentó destapar la cañería. Pero una fantasía lo obsesionaba: su
analista podría sorprenderlo en esas actividades humillantes. si 2. Loewenstein R., "Sorne Considerations on Free Association". Journa! of
the American Psychoanalgtic Association, vol. XI, nQ 3, 1963.
se le ocurría visitarlo para admirar )a piscina.
El analizado vaciló en contar esta· fantasía transferencial. 3. Hoffer W., "Defensive Process and Defensive Organization: their place
in psychoanalytic technique", lnf. of Psycho-analysis, vol. XXXV, 2•
Resistió durante mucho tiempo, pero terminó por confesarla, y parte, 1954, pp. 194-198.
así concluyó el delirio del jardín.
4. Freud S., Remarques sur un cas de névrose obsessionnelle. en Cinc¡ Psy-
Una parte esencial de la neurosis de transferencia había chanalyses, Presses Universitaires de France, 1966. [Análisis de trn caso de
evolucionado. A continuación de este desarrollo analítico, fue neurosis obsesiva, O. C., II.]
posible interpretar las conexiones inconscientes que yo había 5. Id., nota al pie de la p. 237 (con croquis), capítulo g ("Le complexe
adivinado hacía mucho tiempo. La piscina, por ejemplo, que paternel et la solution de l'obséssion aux rats") ("El complejo paterno y
según él había hecho construir por iniciat_iva de su mujer, y de la solución de la idea de las ratas"] .

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6. Id .. p. 211. hacia el final del capítulo e ("La grande appréhension obse-
dante") ["El gran temor obsesivo" J. La neurosis de transferencia
7. Id., nota al pie de la p. 216 capítulo d ( " Introduction a l'intelligence de
la cure") ["Introducción a la inteligencia de la cura" J. del "Hombre de las Ratas"
8. Id., p. 235, capítulo g ("Le complexe paternel et la solution de I' obséssion
aux rats") ["El complejo paterno y la solución de la idea de las ratas"]. Mark Kanzer
7. Id., nota al pie de la p. 216, capítulo d ( "lntroduction a l'intelligence de
rnaladie") ["La motivación de la enfermedad"].
10. Id., pp. 210-211. capitulo e ("La grande appréhension obsédante) ("El
qran temor obsesivo" ].

Lo que se conoce familiarmente como el Hombre de las Ratas


es la clásica descripción que hace Freud 1 con el título de Aná~
"' lisis de un caso de neurosis obsesiva ( 1909) y que representa
una fase temprana de la teoría y la técnica psicoanalítica. Como
señala Kris, 2 ese caso refleja el evidente adoctrinamiento inte~
lectual de Jos pacientes que prevalecía en ese momento y la poca
i!llporta ncia que se asignaba al revivir en la transferencia, un
rasgo· que el análisis habría de adquirir más tarde. Sin embargo.
incluso en ese trabajo, Freud destacaba que la transferencia es
el agente terapéutico efectivo, aunque lo interesante desde el
punto de vista de la evolución del pensamiento analítico es que
en ese entonces no captara cla ramente la significación transfe-
rencia] de muchos de los intercambios que se produjeron entre
d y el Hombre de .las Ratas. Al reconstruir esa etapa de la téc-
nica analítica, surge que buena parte del adoctrinamiento inte-
lectual que entonces se consideraba necesario y compatible con
el "rol del espejo" del analista era en realidad, por lo menos en
un nivel inconsciente, un reconocimiento de las resistencias y
una intervención más o menos activa que modificaba la actitud
del paciente hacia el médico. El Hombre de las. Ratas es un

t f'r eud, Sigmund, AnMisis de un caso de neurn>is obsesi un ( 1909),


O. C.: .. II.
~ Kris. Ernst. "Ego Psychology and lnterpretation in Psychoanalytic The-
r<tp y", Th r: Psychoanalytic Quarterly, XX. 1951. pp. 15-30.

170 171
caso que contiene notables materiales para un estudio de los Es de presumir que de esa manera iban tendiéndose las líneas
procesos intuitivos mediante los cuales Freud exploraba la vida de la batalla con el analista.
anímica de sus pacientes, como también de las experiencias clí- La entrevista siguiente, con el famoso relato del encuentro
nicas que determinaron la dirección que habrían de tomar las entre el paciente y el sádico ofieial del ejército que precipitó su
formulaciones analíticas. neurosis, no fue un simple episodio de la anamnesis, tal como se
Al introducirnos en su metodología, Freud citaba a Alfred lo consideró, sino que constituía ya un florecimiento de la trans-
Adler, "anteriormente analista", que había llamado la atención ferencia. Se recordará que la historia del Hombre de las Ratas
sobre la especial importancia de las primerísimas comunicaciones hacía referencia a un militar neurótico que mostró violenta agi-
emitidas por los pacientes. Freud confirma esta observación tación cuando una conversación mantenida en el comedor giró
dando como prueba la elección de objeto homosexual en las oh- sobre tln castigo sádico que se practicaba en Oriente: un reci-
. servaciones iniciales del Hombre de las Ratas. Sin embargo . piente que contenía ratas era volcado sobre las nalgas de los
Freud nq extrajo de ello las conclusiones que surgían con res- criminales. Poco después, en el paciente habían aparecido dudas
pecto a la transferencia que estaba desarrollándose: además, en obsesivas sobre los detalles del pago de un paquete que le había
esa época no se relacionaba a la homosexualidad con el funcio- traído el mismo oficial que había relatado con manifiesto placer
namiento del yo y del superyó. Así por ejemplo, las primeras esa tortura exótica.
palabras del Hombre de las Ratas se referían a un amigo a Mientras contaba esos sucesos, el paciente se mostró tan
quien siempre solía recurrir cuando lo atormentaba algún im- perturbado que con frecuencia tenía que interrumpirse y levan-
pulso criminal, para ver si ese hombre lo consideraría culpable. tarse del diván. El analista procuró ayudarlo completando los
Sin embargo, el amigo lo apoyaba moralmente asegurándole que detalles que el analizado no era capaz de verbalizar : "Le dije
era una persona de excelente carácter y que únicamente tenía la entonces", relata Freud, "que haría lo posible por .. . adivinar
costumbre de verse a sí mismo bajo una luz muy negativa. El lo que él se limitara a indicarme, sin entrar en detailes" [O. C ..
curso posterior del análisis permitió comprobar que esta presen- p. 629]. Al parecer, este juego de las adivinanzas dio paso a
tación introductoria sintetizaba la · motivación para buscar trata- \lna divertida - y aparentemente insospechada:__ manifestación
miento, y ponía en claro la necesidad de apaciguar al superyó de acting out. Cuando el muchacho llegó a los detalles decisivos
al mismo tiempo que se lo engañaba, todo lo cual constituía un del castigo de las ratas, se las arregló para llevar a Freud a un
inconf.u ndible punto focal para descubrir y afrontar la resis- diálogo que era, en realidad, la reproducción de los procedimien-
tencia. tos que describía. Cuando contó, tartamudeando, cómo arroja-
También el resto de la primera sesión analítica parece, re- ban los roedores sobre las nalgas de los condenados, volvió a
trospectivamente, plantear algunas dudas en lo tocante a la es- levantarse del diván exclamando, con signos de horror y resis-
crupulosidad con que el paciente cumplió su " compromiso" d~ tencia: " ... Se iban introduciendo en .. . " [O. C., p. 629]. sin
seguir la regla de asociación libre. Se nos informa qtle suminis- poder terminar la frase. En ese momento intervino Freud para
tró una historia detallada de sus primeras experiencias sexuales completar el ·pensamiento no verbalizado, sugiriendo correcta-
infantiles, circunstancia que sin duda no deja de tener relación mente que las ratas se introducían en el ano.
con el hecho de que había leído La psicopatología de la vida co- En realidad, la seducción del paciente empujaba al analista
tidiana y por esa misma razón había elegido como terapeuta a no sólo al rol del oficial cruel que había narrado la historia, sino
Freud. Estos recuerdos tampoco carecen de interés desde el también al de las ratas que invadían el cuerpo de la víctima. Es
punto de vista de la formulación de la dinámica inicial de la claro que las reglas del análisis se prestaban a la interpretación
transferencia y las resistencias. Abundaban en ellos las fanta- del inconsciente como una violación por la fuerza de la mente del
sías voyeuristas, unidas a temores de ser observado. El paciente paciente, algo que ya había sido anunciado en la sesión prece-
recordaba que en su infancia había temido que sus padres pu- dente por los recuerdos de la preocupación del paciente en e}
dieran leer sus pensamientos, idea que debe de haber alcanzado sentido de que sus padres hubieran podido leer sus pensamien-
su cµlminación en la confesión del pensamiento obsesivo de que tos: " ... le hice prometer que observaría la única· condición del
el padre moriría al comprender las fantasías secretas de su hijo. tratamiento", cuenta Freud, "o sea, decir todo lo que le pasara

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por la cabeza, aunque fuera desagradable ... " [O. C., p. 625]. buscado un médico con el único fin de que le diera un certifi-
Precisamente cuando descr:ibía el castigo de las ratas, el analiza- cado que le habría permitido volver al ejército y llevar a la
do pidió que lo eximieran de 1a promesa: "Le aseguré que, por pr~ctica los términos de su obsesión. Tal oscilación entre perso-
mi parte, no tenía tendencia alguna a la crueldad y que, desde nas y lugares es característica de ese tipo de neurosis. "Muchos
luego, no quería atormentarlo" . . escribe Freud. que evidente- meses después", comenta Freud, "en el punto culminante de la
mente percibió la sutil acusación de que era objeto, "pero que re~istencia, le acometió de nuevo la tentación de ir a P., buscar
no podía concederle lo que me pedía, puesto que la superación al teniente Z. y representar con él la comedia de la devolución
de la resistencia era un mandato ineludible de la cura" [O. C.. del dinero" [O. C., p. 631 ].
p. 628]. Es de presumir que en la entrevista siguiente prosiguió el
El paciente, con la astucia típica del neurótico obsesivo. se debate interior referente a la é!apacidad del paciente para contar
las arregló para distorsionar la regla analítica hasta convertirla con su médico y confiar en él. Lo preocupaba el miedo a su
en un instrumento adecuado a sus propios fines; persuadió ade- propia agresión y a la hostilidad de ·la represalia consiguiente.
más al analista a perdonar la violación de la promesa. permi- Evocó la muerte· súbita de su padre y la culpa que él había ex-
tiendo que el paciente se levantara del diván y cqlaborando ac- perimentado después: el padre había fallecido mientras el joven
tivamente en la violación al revelar sus propios contenidos se tendía una hora a descansar (¿deseos de muerte hacia Freud?)
psíquicos en vez de descubrir los del paciente, es decir, al pro- y, sin embargo, él nunca había terminado de aceptar la realidad
nunciar él mismo las palabras mágicas que eran el equivalente de esa muerte y al oír algún chiste divertido solía encontrarse
de la acción: "en el ano" [O. C. , p. 629] . pensando: "Tengo que contárselo a papá" (¿la regla analítica?)
"En todos los momentos importantes del relato podía ob- Cuando entraba en una habitación esperaba encontrar a su
servarse en él una singular e.x presión fisonómica compuesta, que padre en ella (¿el consultorio del analista?); sin embargo, en
sólo podía interpretarse como signo de horror ante un placer del otras ocasiones se sentía tan deprimido por los reproches que se
que no tenía la menor conciencia" [O. C. , p. 629]. relata Freud. formulaba por la muerte de su padre, que sólo su amigo lograba
La cabal significación de ese placer podía haber sido inferida del ayudarlo asegurándole que no era culpable, circunstancia que
hecho de que " ... el sujeto se conducía como aturdido y enaje- nos retrotrae a las primeras manifestaciones del paciente y a su
nado, llamándome repetidamente «mi capitán» .. . ". Freud ex- necesidad de encontrar personas (incluso Freud) que dieran
plicaba el hecho (pasando totalmente por alto la pro habilidad testimonio de su confianza en él. El amigo o el analista, como
alternativa) "sin duda porque al principio de la sesión le había
sustituto inconsciente del padre, aseguraban su inocencia en la
dicho que yo no era un hombre cruel como el capitán d·e su his-
toria ... " [O. C., p. 630]. . forma más convincente al demostrarle, por el hecho de existir,
que él no los había matado.
En la sesipn siguiente el paciente seguía teniendo un con-
flicto respecto de una promesa, referida esta vez a un ritual ob- Freud respondió a esto con un largo discurso teórico sobre
sesivo que había urdido con el fin de pagar un paquete postal la idea y el afecto en las neurosis, con el fin de convencer al
que le había sido entregado por el capitán. Esto había determi- paciente de que su sentimiento de culpa debía tener, en realidad,
nado que escapara del acantonamiento del ejército para buscar alguna justificación inconsciente válida, y de inducirlo a buscar
refugio en Viena, donde buscó alivio a su culpa. recurriendo dentro de sí la explicación de los reproches que él mismo se
primero a su amigo y posteriormente a Freud. El relato que hizo formulaba. De tal manera el análisis se diferenciaba nítidamen-
durante la sesión despierta la sospecha de que una . vez más no te de las técnicas tranquilizadoras que había urdido el paciente
se trataba de una simple anamnesis, sino que tenía definidas im- para sí y que otras formas de terapia habrían gratificado en
plicaciones transf.e renciales. Ahora que el analista había ocupado su mayoría. Sin ,embargo, también Freud lo tranquilizaba en
el lugar del capitán cruel ¿planeaba nuevamente el pacien.f:e forma indir,ecta, pues cuando el paciente preguntó qué valor ten-
romper un compromiso (el de someterse a tratamiento), escapar dría el descubrimiento de sus motivos ocultos, la respuesta fue
de Viena y regresar al campamento? En todo caso, en el curso de que probablemente de esa manera se disiparían los sentimien-
esta sesión le dijo a Freud que en un primer momento había tos que lo perturbaban.

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Esta absolución implícita fue seguida por la confesión, vaga cesitaba para descubrirla era seguir el hilo de sus propios pen~
y tentativa, de pequeñas frchorías de su infancia. Freud apro- samientos.
vechó inmediatamente esta circunstancia para asegurar que pre- Siguió a esto una cadena de asociaciones de~de, primero,
cisamente los incidentes que tenían lugar en lé;3s primeras etapas cosas que no se podían comunicar al padre, hasta, en segundo
de l? vida eran de la mayor importancia y que el paciente des- lugar, la envidia experimentada hacia un hermano menor, y por
cubriría por sí mismo las leyes del inconsciente. (No está del último los rectlerdos de un incidente en que el paciente había
todo claro en qué sentido fue dicho esto, puesto que el Hombre inducido a ese hermano a que mirara dentro del caño de una
de las Ratas estaba ya familiarizado con los escritos de Freud.) escopeta, después de lo cual había apretado el gatillo. Aquí
Esta explicación intelectual parece haqer estado acompañada se puede interpretar la transferencia tanto de modo activo
de algunos signos de aprobación y satisfacción de parte del ana- como pasivo: -e n la lucha tácita por la recíproca penetración
lista; además el paciente volvió a ser invHedo, de manera amis- anímica, d paciente procuraba a la vez que temía la agresión
tosa, a demostrar su capacidad para el autoanálisis. En realidad. en su relación con el médico; el "castigo de las ratas" había
la siguiente reacción del analizado fue de sospecha; qaería sa- penetrado totalmente el significado inconsciente de la regla fun-
ber si el procedimiento que de modo tan positivo se le presen- damental y la tarea analítica consistía en ponerló en evidencia
taba podía contrarrestar. realm ente ideas de tan larga data. A y desalojarlo.
ello Freud le aseguró que se h<1hía formado una buena opinión Freud siguió su orientación en tal situación, insistiendo en
de él, juicio "que le satisfizo visiblemente". En una palabra, el que el recuerdo del incidente con ·el hermano no hacía más que
terapeuta recurrió durnnte esa entrevista a mucho más que ex- encubrir intenciones hostiles hacia el padre; de tal manera, se
posiciones teóricas. mantenía en primer plano el problema de la agresión oculta.
De todas maneras, esas conversaciones parecen haber dis- Los comentarios teóricos del analista constituían un incisivo ins-
minuido la resistencia. Al comienzo de la sesión siguiente, el trumento de indagación; el paciente mismo, en la imagen de su
paciente renoYó sus primeras afirmaciones de que había creído propio inconsciente, estaba cada vez más reducido a la condi-
que sus padres eran capaces de adivinar sus pensamientos (¿tri- ción de una rata acorralada. En este momento se quejó de su
buto a Ja destreza del analista?) y llevó su coraje hasta el propia "cobardía'', pero Freud suavizó su situación diciéndole
punto de confesar üna fantasía infantil referente a la muerte que no debía considerarse responsable de los residuos de dispo~
del padre. Como Freud ya había <.!divinado semejante idea y siciones infantiles que albergaba dentro de sí. De tal manera
se había mostrado tolerante ante ella, el recuerdo podía ser ad- el paciente se las arreglaba para manejar en términos analíticos
mitido. Sin embargo, el terapeuta todavía no estaba satisfecho su habitual disposición a persuadir a un amigo a quien respetaba
y después de azuzar y tranquilizar un poco más al paciente de que lo tranquilizara asegurándole que en realidad no era un
mediante "explicaciones. teóricas", obtuvo nuevas confesiones. criminal, pese a sus impulsos reprensibles.
Freud comenta en una nota que "Tales discusiones no tie- Es lamentable que Freud pusiera término en este punto a
nen nunca por objeto convencer al enfermo. Tienden tan sólo su presentación formal del caso, para pasar a discutir los aspec-
a llevar a la conciencia los complejos inconscientes. trasladar al tos teóricos de las neurosis obsesivas, de los cuales el Hombre
terreno de la actividad anímica consciente la pugna en torno de las Ratas le había permitido obtener una comprensión sin
de ellos empeñada y facilitar la aparición de nuevo material precedentes. Sin embargo, hay algunas referencias más que nos
inconsciente" [O. C.. p. 635]. El Hombre de las Ratas reaccionó permiten recoger algunos detalles del análisis subsiguiente. El
ante la exposición de Freud con la actualmente bien conocida recuerdo de haber herido al hermano después de convencerlo
tendencia del obsesivo a pro,·ocar al terapeuta para que le ofrez- de que mirara dentro del caño de la escopeta tiene inconfun-
ca más explicaciones intelectuales en el curso de las cuales se dibles implicaciones sexuales, que se esclarecen probablemente
invierte cada vez más la regla fundamental. Sin embargo, en por medio de un extraño ritual que el paciente había practicado
~s te caso Freud evitó limpiamente la trampa que le tendían las en cierta época. Durante sus días de estudiante y después de la
preguntas del paciente ~bservando que, sin duda, este último muerte de su padre, había contraído el hábito de interrumpir
clehía tener ya al(lttna respuesta preparada y lo único que ne- sus estudios ·entre las doce de la -hoche y la una, para abrir la

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hasta qué punto los recuerdos del pasado representan actitudes
puerta como si alguien estuvi~ra parado allí afuera. Después actuales o están constituidos por reflejos de aquéllas. Se daba
de ello se contemplaba el pene en el espejo. preferencia a la reconstrucción de sucesos anteriores antes que
La explicación de Freud suponía que el paciente expresaba a un análisis dinámico de la transferencia inmediata, lo ·que
su .a mbivalencia hacia el padre, en cuanto intentaba compla- constituía un riesgo que Freud ya había alcanzado a ver en el
cerlo con su diligencia al estudiar a altas horas de la noche, caso de Dora, pero cuya aplicación no había captado . todavía
pero al mismo tiempo lo insultaba con el juego sexual. Sin duda, del todo. Las notas al pie que completan el trabajo sobre el
este incidente sugiere cierta transposición del incidente anterior Hombre de las Ratas discuten ciertamente el hecho de que los
con el hermano, a quien había inducido de mala fe a mirar la sucesos de años posteriores distorsionan y consolidan los "re-
escopeta (pene). También cabe distinguir implicaciones trans- cuerdos infantiles'.'; sin embargo, mucho quedaba por resolver
ferenciales en el intervalo de una hora durante el cual el pa- con respecto a las implicaciones que de ello resultaban.
ciente oscilaba entre obede.c er y desafiar los deseos de su padre La predilección por la reconstrucción del pasado también .
(la regla fundamental); en el hecho de abrir la puerta para desempeñó un importante papel, como se observa en el caso del
enfrentarse con el fantasma de ·St~ padre que, como vimos, se Hombre de las Ratas, condicionando el adoctrinamiento teórico
había instalado en la figura del analista; en la lucha por con- del paciente y ia necesidad consiguiente de encontrar otros me-
trolar su exhibicionismo (la urgenciá por confesarse con el te- dios para proporcionarle convicción emocional. Las interpreta-
rapeuta, con fines en última instancia sexuales). e incluso en el ciones transferenciales, centradas en el afecto inmediato (la
rol del espejo (espejo = ¿analista?). agresión y la desconfianza hacia el analista) tienen mayor
Las pruebas se acumularon para justificar la declaración de capacidad de llegar al núcleo afectivo de la resistencia y se ade-
Freud de que "para llegar a la convicción" de la verdad de los cuan más a menudo a la regla según la cual hay que interpretar
postulados teóricos [el paciente], "tuvo que recorrer el doloroso la resistencia antes que el contenido. Sin embargo. retrospec-
camino de la transferencia". Soñó que veía a la hija de su tivamente se ve con qué habilidad e intuición reconocían y ma-
analista, de pie ante él. con· dos montones de basura en vez nejaban la transferencia las explicaciones teóricas de Freud.
de los ojos, lo que Freud interpretó en el sentido de que el sujeto
se casaría con su hija, no por sus lindos ojos 'sino por su dinero.
(Surgen otras posibilidades si suponemos que la figura del sue-
ño es el propio Hombre de las Ratas.) Hubo fantasías suple-
mentarias en las que Freud aparecía como un hombre rico y
poderoso cuyo interés por el joven era fruto de su deseo de
tenerlo como yerno. Sirven como prueba de esta hipótesis algu-
nas actuaciones del paciente, que preguntaba a Freud: "¿Cómo
es posible que usted consienta dejarse injuriar por un hombre
despreciable .c omo yo? Debe usted arrojarme de su casa. No
merezco otra cosa" [O. C .. p. 645]. Aprovechaba entonces la
ocasión de violar e invertir la regla analítica levantándose del
diván para pasearse de un lado a otro mientras observaba al
analista, declarando que temía que éste lq atacara por su des-
vergüenza, situación que constituía una contraparte más desa-
rrollada de la primera sesión, en la que indujo tácitamente a
Freud a representar la parte del capitán cruel y de la rata que
se introducía en el ano. Los elementos transfer¡nciales e'.'.an
ahora más fáciles de discernir.
Retrospectivamente, podemos decir que en esta etapa del
desarrollo del psicoanálisis no se apreciaba todavía cabalmente
179
178
Indice

Osear Masotta
Introducción. Consideraciones sobre el padre en el "Hombre
de las Ratas" 9

Notas originales de S. Freud sobre el caso del "Hombre


de las Ratas" 27

28 9 protocolo. Cuarta y quinta sesiones vespertina~ 81

Octave Ma.nnoni
El "Hombre de las Ratas" 87

Elizabeth R. Zetzel
Notas suplementarias sobre un caso de neurosis obsesiva 105

Paul G. Myerson
Comentario sobre ei ensayo de la doctora Zetzel 121

Bela Grunberger
Al margen de "El Hombre de las Ratas" 129

"' S. Lebovici, J. Chasseguet~Smirgel Y. B. Grunberger


Debate sobre "Al Margen de 'El Hombre de las Ratas'" 151

181
r
E. Morgenthalec
Regresión funcional del Y o y problemas técnicos en el
análisis de las neuiOsis obsesivas 157

Mark Kanzec
La neurosis de transferencia del "Hombre de las Ratas" 171

Este libro se terminó de imprimir


" en el mes de setiembre de 1976, en
los talleres gráficos OFFSET
GRAMA - Matheu 1165 - Bs. As.
Argentina
La tirada consta de 2.000 ejemplares
182
En -[894 Freud encontraba las grandes líneas de la investigación psicoanalítica de
la, patología del obsesivo. Su trabajo sobre las psiconeurosis de defensa y su breve
e,nsayo sobre obsesiones y fobias delimitaron un campo que nada debía a los psi-
uiatras de su tiempo. El Hombre de las .Ratas (1909), arduo relato de ios "deliria"
de un joven abogado que venía de participar en ejercicios militares, constituye
aún hoy uno de los hitos relevantes de esa investigación. Freud continuaria sus
búsquedas en torno a la neurosis obsesiva en La predisposición a la neurosis ob-
sesiva (1913), en los artículos de la Metapsicología (1915) · y en la obra maestra
donde el problema teórico de la relación entre represión y angustia encuentra su
caracterización definitiva: Inhibición, sin.toma y angustia (1926).
Con el estudio de la neurosis obsesiva Freud se libera de las seudodescripciones
y de las confusiones constructivas de la psiquiatría clásica (los medios de de-
fen~a del obsesivo no eran más que subterfugios contra la aparición de las obse-
siones) . Freud contesta con su concepto de defensa y trae a primer plano el
problema del deseo. Desde entonces los síntomas del obsesivo constituyen las
etapas de una estrategia contra la expresión del deseo y la angustia concomitante.

Los grandes y constantes temas de la neurosis obsesiva (religiosos, sagrados,


metafísicos, morales ; los temas de pureza y protección corporal; el orden y la
simetría; los temas de la muerte, el tiempo ; los pruritos de ' precisión) se reducen
en el Hombre de las Ratas a los hilos de un telar cuyo nudo es el complejo del
padre. Texto ejemplar que ayuda a corregir el énfasis postfreudiano sobre la ana-
lidad del obsesivo. ·
Freud pudo reducir en términos de meses la frondosa sintomatología del Hombre
de las Ratas. Y si nada podemos saber sobre la estabilidad del éxito logrado en el
tratamiento (el paciente moriría en la primera g4erra mundial), el texto de Freud
permanecerá como lugar obligado para introducirnos a las dificultades de su téc-
nica.
El · presente volumen, que reúne trabajos de Mannoni, Grunberger, Lebovici, Mor-
genthal er, i;etzel y otros, contiene además las Notas originales (previas a la re-
dacción d°el c aso) que Freud tomó diariamente durante el tratamiento, las únicas
que escaparon a la destrucción sistemática que el creador del psicoanálisis hacía
soportar a tan peculi ar escritura.

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