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tampoco podía negarme a ellas, pues sabéis que sois cada uno de vosotros y vosotras
una parte importante de mi vida, intentaré hacerlo sin que la emoción me embargue,
intentando contener las lágrimas (aunque ya sabéis que nunca lloro, pero hoy es un
día especial).
He dado muchas vueltas para elaborar este texto que ahora os dedico, para que
cumpliera con todas las propiedades textuales, fuera adecuado, coherente y estuviera
cohesionado. Sin embargo, llegó un momento en que lo importante era la transmisión
de mi mensaje y no tanto, las propiedades que pudiera cumplir, darle un poco de
cordura ,puesto que es un mensaje que nace del alma, de este corazón del que formáis
parte todos vosotros.
Corría el año 2012 cuando os adopté por primera vez a muchos de vosotros, , los
demás fuisteis llegando en años sucesivos, pero como a cualquier madre no importa
el momento de llegada de los hijos, sino el cariño y el afecto que se les tiene.
Comenzó así nuestra andadura en este proceso de enseñanza aprendizaje, del que si
alguna vez me he sentido plenamente satisfecha ha sido durante esta trayectoria de
seis años, cómo os he visto crecer, cómo os he visto evolucionar y en esas personas
tan maravillosa en las que os habéis convertido.
Si en algún momento de esta profesión que amo y ejerzo, cobra sentido el concepto
de docente os puedo asegurar que es ahora.
Hemos corrido muchas aventuras, hemos conquistado tierras suecas, hemos paseado
neuronas por Barcelona, hemos vivido momentos de tristeza, de muchas lágrimas, de
muchas alegrías, de risas compartidas, donde espero haberos aportado el cariño que
os profeso , por supuesto, cómo no, conocimientos que os vayan a servir en vuestra
vida futura.
Desde esas muditas que me hacían explotar la cabeza porque casi no hablan, hasta
esos huevos kinder compartidos, ese no te muerdas las uñas, ese llora ahora que es el
momento, ese mide el nivel de odio que me tienes, esas cotorritas que no paraban de
hablar, esos niños que descendían del cielo, mi pecas, mi negra, mi morena, mi niña
artista, mi chiquitina, mi huevito, tantos nombres cambiados, que nos han unido más,
si cabe.
Esos momentos que son inolvidables, esos momentos que, aunque los hubo críticos,
porque a veces, las hormonas juegan malas pasadas y hasta hubo que convocar (algo
histórico en nuestro centro) un comité de guerra para que pudierais reorganizar
vuestras tropas y vencer a ese ejército de calabazas que nos amenazaban en aquel 3º
De secundaria.
Sin embargo, unidos padres, equipo docente y por supuesto, todos y cada uno de
vosotros/-as conseguimos vencer y salir airosos.
No sólo sois buenos académicamente, sino que vuestra calidad humana, hace que hoy
me sienta profundamente orgullosa y agradecida a la vida por haber podido compartir
y disfrutar de y con vosotros.
Todos esos momentos salvados, hacen que hoy estéis aquí, que hayáis conseguido
otro objetivo más en vuestra vida y que podáis seguir cumpliendo vuestro sueño
futuro (porque como leí una vez en el estado de uno de vuestros wasaps, “ te concedo
tres deseos, pero si lo tienes claro, te sobran dos”) y vosotros lo tenéis claro y lo
habéis demostrado.
Os deseo toda la suerte del mundo y mi cariño siempre os acompañará, pues cada uno
de vosotros representa una pieza del puzzle que da forma a mi corazón
A) Unos versos que una de mis niñas me regaló hace unos años:
Os quiero