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07 de septiembre de 2017 0
Si trabajas con niños, es muy probable que algunos sean muy inquietos o presenten dificultades para
lidiar con ciertas áreas. ¡Conoce estas tácticas sencillas para facilitar su aprendizaje!
2. Forma parejas
Juntar a los alumnos en binas para realizar trabajos o proyectos puede ser muy útil para ambas
partes, ya que entre los dos pueden ayudarse a copiar las tareas, tomar apuntes o leer el material
en voz alta para entender mejor la propuesta.
3. Fomenta la oralidad
Si plantear las respuestas por escrito es una gran dificultad para algunos estudiantes, puedes
considerar permitirles expresarlas de forma oral para ciertas tareas o pruebas. En algunos casos,
también podrías brindar la posibilidad de grabar las respuestas de sus tareas domiciliarias.
4. Aplica las pruebas a la mañana
Si los exámenes o pruebas son a última hora, es probable que esto reduzca la capacidad de
concentración de los alumnos. Intenta planificar estas instancias de evaluación para las primeras
horas del día.
5. Canta
Expresar la información de forma melódica puede ayudar a los estudiantes a recordarla. Si no
encuentras una canción en internet que refiera a lo que quieres enseñarles, ¡invéntala!
7. Destaca lo importante
Resalta, ya sea con un color flúo, con cursivas o con negrita, la información más importante en el
material. De esta manera, ayudarás a los estudiantes a recordarla más fácilmente. Más adelante,
ellos mismos podrán resaltar sus propios textos.
9. Realiza listas
Al momento de plantearles una tarea que requiera seguir múltiples pasos, intenta hacerlo
mediante una lista que enumere claramente cada paso a seguir. Entrégale una lista a cada
estudiante para que puedan ir tachando a medida que completen los pasos.
Estrategias eficaces para que los niños con problemas de aprendizaje para
estudien y tomen exámenes
Muchos niños con dificultades de aprendizaje necesitan instrucciones explícitas sobre técnicas para
estudiar y tomar exámenes. Aprenda cómo ayudar a su hijo en el hogar.
by: GreatSchools Staff | Septiembre 2, 2016
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Las estrategias eficaces para estudiar son la la clave del éxito escolar, de la graduación, del ingreso a la
universidad y del progreso laboral. Los malos hábitos de estudio pueden impedir que hasta los
estudiantes más brillantes, accedan a muchas oportunidades importantes que podrían permitirles
alcanzar su potencial. Para muchos niños con dificultades de atención y/o aprendizaje, estudiar es un
reto abrumador. Tenga en cuenta las técnicas actuales de estudio de su hijo; es posible que no
sepa qué estudiar o cómo abordar el estudio; puede tener dificultades para recordar la
información incluso si ha estudiado; puede tener problemas para expresar lo que sabe(especialmente
en los exámenes). Si su hijo se enfrenta a estos problemas, está lejos de ser el único.
Desde los últimos años de la escuela primaria hasta la universidad, los problemas en el estudio y la
preparación para los exámenes representan el mayor obstáculo para la mayoría de los niños y
adolescentes, especialmente para aquellos que tienen problemas de atención y de aprendizaje. 1Con
frecuencia, estas dificultades sólo se identifican después de que se descubren discrepancias entre las
notas altas de estos estudiantes por el trabajo realizado en la clase y sus bajos resultados en los
exámenes estándares. A menudo, sus puntajes en los exámenes no reflejan su gran comprensión de
conceptos los o su capacidad. Como resultado, habitualmente las sesiones de estudio son muy
complicadas y extremadamente estresantes tanto para estos estudiantes como para sus pa dres.
Ayude a su hijo a entender que su maestra puede ofrecerle pistas sobre detalles importantes en los
cuales concentrarse cuando estudie para un examen. Las palabras que su maestra usa para
remarcar la importancia incluyen:
Luego, evalúe la capacidad de su hijo para escuchar, prestar atención y concent rarse. ¿Escucha las
“pistas” de su maestra para detectar qué es importante? Durante las lecciones diarias, escuchar
activamente en el aula ayuda a los niños a “concentrarse” en los datos fundamentales o técnicas que la
maestra puede incluir en el examen.
Los libros de texto ofrecen pistas que identifican información importante. Si es posible, revise los
libros de texto de su hijo y háblele sobre el uso de los diferentes tamaños o colores de letras, las barras
laterales, los gráficos, etc. incluidos en los capítulos abarcados en el examen. Piense en el estilo de
aprendizaje y lectura de su hijo. Recuérdele usar técnicas de lectura activa cuando lea sus libros de
texto, tales como:
Alentar a su hijo a usar resaltadores de colores o notas en Post-it™ para marcar la información
importante en los libros de texto y los apuntes tomados en clase. Eso lo ayudará a repasar el material en
forma más eficiente.
Revisar los títulos de los capítulos y secciones, y convertirlos en preguntas. Por ejemplo, el título, “Causas de
la primera guerra mundial” puede cambiarse a “¿Cuáles fueron las causas de la primera guerra mundi al?”
Revisar las palabras, frases y oraciones que aparecen en negrilla para indicar su importancia.
Asegurándose de que está cumpliendo con sus tareas diarias de lectura y está usando un sistema para anotar
o resumir, tal como tomar apuntes, escribir resúmenes de los capítulos o secciones en notas adhesivas, o
contestando las preguntas al final de cada capítulo.
Pidiéndole que le resuma oralmente lo que leyó para estar seguro de que captó las ideas principales.
Ayudándole a organizar los materiales; por ej., a limpiar carpetas, a crear secciones con lengüetas o
separadores, y asegurándose de que todos los materiales de estudio, incluso las guías de estudio o las hojas
de revisión estén juntas en un mismo lugar.
Es probable que su hijo recuerde mejor la información cuando sea significativa, familiar, ¡o hasta tonta!
Las siguientes estrategias para memorizar pueden ayudar a su hijo con esos detalles y hechos que
sencillamente “no puede recordar”.
Frases locas: Si su hijo debe recordar una lista de ítems en orden como, por ejemplo, los planetas en el
sistema solar, ayúdelo a empezar con una oración simple usando la primera letra de cada ítem en la lista. El
siguiente es un ejemplo que muchos maestros usan para ayudar a los estudiantes a recordar los nombres de
los nueve planetas en orden:
Mi Valiente Tortuga Manuela Juega Sola Una Noche Primaveral
(Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno, Plutón).
Siglas: Cuando el orden de la información no interesa, su hijo puede tomar la primera letra de cada item en
la lista y tratar de formar con ellos una palabra. Por ejemplo, para ayudar a recordar los sistemas del cuerpo
en inglés, se pueden usar las siglas “RED CRaNES”:
Reproductive (reproductivo)
Excretory (excretor)
Digestive (digestivo)
Circulatory (circulatorio)
Respiratory (respiratorio)
a – (no es un sistema, sirve de relleno para poder usar la palabra)
Nervous (nervioso)
Endocrine (endocrino)
Skeletal (óseo)
Caricaturas o ilustraciones: Si su hijo aprende visualmente, puede ser útil hacer caricaturas para ilustrar
los conceptos (por ejemplo, historia y ciencias) o dibujar una pequeña ilustración que active los mecanismos
de su memoria para encontrar palabras del vocabulario.
Asociación de palabras: Puede ayudar a su niño haciendo conexiones con otra información que él conozca
usando los sonidos o una representación visual de las palabras. Por ejemplo, si tiene que recordar la palabra
“distinct” que, en inglés, significa “diferente o inconfundible” puede ayudarlo encontrando otra palabra que
suene parecido, como “stink”, que en inglés significa mal olor. ¡Si algo apesta (stinks), es sin dudas “diferente
e inconfundible”!
Pídale al maestro ejemplos de preguntas y de respuestas de alta calidad, y repáselas con su hijo.
Haga que su hijo conozca palabras clave específicas, que clarifiquen el significado de la pregunta (para
respuestas cortas y largas) y ayúdelo a eliminar algunas de las opciones de respuesta (en preguntas con
respuestas de opciones múltiples). Una forma de recordar estas palabras clave es usar una sigla como por
ejemplo RED CRaNES tal como se mostró anteriormente. Además de memorizar la sigla, es importante
asegurarse de que su hijo conozca el significado de cada una de las palabras y que pueda aplicar este
conocimiento para tener éxito en el examen.
Aliente a su hijo a practicar preguntas con respuestas de opciones múltiples si los maestros usan este tipo
de preguntas en los exámenes. En exámenes de preguntas con respuestas de opciones múltiples, el
vocabulario y el diagrama visual de la hoja de respuesta pueden confundir a los niños. P or ejemplo, los niños
con dificultades visuales-espaciales y de motricidad podrán tener dificultades para llenar los formularios del
Scantron de manera rápida y exacta, o para copiar las respuestas en una hoja de respuestas por separado. Si
su hijo tiene grandes dificultades para comprender el diseño del examen o de la hoja de respuestas, hable
con el maestro y sugiérale que use un formato diferente o le permita contestar directamente sobre el
examen.
Recuérdele que con frecuencia las preguntas con respuestas de opciones múltiples tienen una respuesta
correcta, una respuesta que obviamente está mal, y luego una o dos opciones que se aproximan a la
respuesta correcta. Será necesario que lea cada opción atentamente y trate de eliminar tantas respuestas
como sea posible antes de escoger una. Anime a su hijo a que mantenga su primera respuesta, a menos que
sepa que cometió un error por descuido.
Para las preguntas de correspondencia, sugiérale que lea todas las opciones, relacione los items sobre los
que esté seguro, tache las opciones que ya usó y luego prosiga con los items restantes. Algunos niños tienen
dificultades con el aspecto visual de la tarea: mirar a dos listas y recordar cuáles fueron las respuestas que ya
escogieron. Otros podrán tener problemas para recordar el vocabulario específico o las conexiones entre los
items.
En las preguntas de respuesta corta, aliente a su hijo a planear las preguntas para desarrollar por
adelantado, usando diagramas u organizadores de 3 columnas. Puede ayudar a s u hijo a revisar las guías de
estudio, los exámenes de práctica, los libros de texto y las notas que tomó en clase, para detectar antes las
“señales” brindadas por el maestro, para que pueda predecir las preguntas que requieren una respuesta
larga o las preguntas de respuesta corta. Eso le permitirá a su hijo planear los puntos clave y los argumentos
por adelantado. Aun cuando las preguntas reales que prepare no estén en el examen, el trabajo que hace le
dará la práctica para pensar en cómo formular las preguntas y abordar las respuestas.
Recuérdele a su hijo que no se quede atascado en un solo item. Enséñele a continuar con la próxima pregunta
si no sabe la respuesta. Es probable que la respuesta “aparezca” en su mente más tarde durante el examen.
Dado que la ansiedad puede afectar negativamente a la memoria y la atención al detalle, aliéntelo a verificar
su tarea lo más posible para detectar errores por descuido. Podrá ser útil preparar una lista de
verificación personalizada de la clase de errores más comunes que comete su hijo (basándose en exámenes
anteriores), para dar prioridad a los problemas o preguntas que debe revisar antes de entregar el examen.
Poniéndolo en perspectiva
Algunas veces, la ansiedad puede obstruir el rendimiento de un estudiante en los exámenes aún cuando
se haya preparado bien. Si su hijo entra en pánico o se pone muy ansioso cuando estudia para los
exámenes, aquí encontrará algunas estrategias que puede aplicar:
Aliente a su hijo a que se concentre en sus virtudes. “Recuerda: Tienes una memoria muy buena y puedes
recordar todos los hechos importantes”.
Ayude a su hijo a poner el examen en perspectiva. “Recuerda que sólo se trata de un examen: te ha ido tan
bien en los trabajos y proyectos, que no importará si cometes algunos e rrores”.
Resalte la importancia del esfuerzo de su hijo y las estrategias utilizadas. “Estudiaste muy bien y
puedes estar orgulloso de eso… Verás los resultados en el examen”, o apuntando al resto de su vida… “A
nadie le va a importar cómo te fue en este examen dentro de un año, dentro de veinte años…”
Many of the examples provided in this article are from BrainCogs®, a CD -ROM that helps children learn study
strategies in a self-directed way. Institute for Learning and Development -Fable Vision, 2002.
Referencias en inglés
Mastropieri & Scruggs, 1991; Scruggs & Mastropieri, 1988, 1995
Mastropieri & Scruggs, 1991
Meltzer & Montague, 2001;Meltzer, Roditi, Houser, & Perlman, 1998
Putnam, Deshler, & Schumaker, 1993
Scruggs & Mastropieri, 1995
Swanson, Hoskyn, & Lee, 1999
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Meltzer, Roditi, Haynes, Biddle, Paster, & Taber, 1996 9. Swanson, 1989
Meltzer, Roditi, Steinberg, Biddle, Taber, Caron, Kniffin, 2005. 11. Stone & Michals, 1986
Stein, Meltzer, Krishnan, Pollica, Roditi, in press
Meltzer, Roditi, Steinberg, Biddle, Taber, Caron, Kniffin, 2005
Meltzer, Roditi, Taber, Stein, Steinberg et al., 2002
Meltzer, Roditi, Haynes, Biddle, Paster, & Taber, 1996
Meltzer, Roditi, Houser, & Perlman, 1998; Meltzer, 2004; Meltzer, Reddy, Pollica, Roditi, Sayer, et al., 2004
Meltzer, Roditi, Haynes, Biddle, Paster, & Taber, 1996
Meltzer, Roditi, Houser, & Perlman, 1998; Meltzer, 2004; Meltzer, Reddy, Pollica, Roditi, Sayer, et al., 2004
Los trastornos del aprendizaje (TA) tienen gran protagonismo a día de hoy, pues son una de
las causas más frecuentes de fracaso escolar.
La prevalencia de los TA se sitúa entre el 5 y el 15% de la población en infantil, de manera
que podemos inferir que en prácticamente en todas las aulas podemos encontrar a algún niño
o niña con uno u otro trastorno del aprendizaje.
Son trastornos, la mayoría con base biológica y a veces genética, que condicionan a un niño
o niña con un nivel de inteligencia normal.
Estos niños y niñas, a pesar de recibir una instrucción adecuada en la escuela, no consiguen
avanzar en alguno de los aprendizajes de forma adecuada, y sus resultados en algunas
materias pueden distar mucho de lo esperable por su edad, por su esfuerzo y por su nivel de
inteligencia.
Los TA pueden afectar a los niños y niñas de manera muy diferente o en áreas distintas.
Pueden afectar al lenguaje global, a la escritura, la lectura o al cálculo matemático. También
las dificultades del aprendizaje pueden expresarse en forma de despistes, problemas de
atención y concentración, dificultades para organizarse, impulsividad, nerviosismo…
¿Te suenan alguna de estas características? Entonces es posible que alguien de tu entorno
tenga problemas de aprendizaje.
¿Qué trastornos del aprendizaje son los más comunes y qué puedes hacer para ayudar?
La dislexia
Jugar con el niño a juegos que ayuden a conocer cómo se deletrean las palabras, y
cómo suenan las letras cuando se unen. Un buen juego sería El Ahorcado.
Jugar a juegos que ayuden a detectar las sílabas de las palabras y su pronunciación.
Por ejemplo, las palabras encadenadas o inventar canciones juntos.
Leer con el niño siempre ayudará a que aprenda cómo suenan los símbolos escritos
y cómo se agrupan. Puedes leer tú primero y que luego lea lo que tú has leído, así
harás de modelo. También puedes pedirle que te lea a ti, mientras tú supervisas lo
leído.
Leer palabras inventadas. Cuando leemos una palabra inventada, nos obligamos a
decodificar en nuestro cerebro cada letra, su unión en sílabas y su sonido. Esto es
muy bueno para los niños con dislexia.
Marcarle rutinas. Si le ayudas a organizar su día y a ser consciente del tiempo, poco
a poco estas rutinas ayudarán a tener una vida más ordenada. Por ejemplo, podéis
hacer juntos un calendario semanal con las horas de levantarse, comer, hacer los
deberes…
Los contratos conductuales. Es un acuerdo que tomáis juntos el niño y tú de
determinados comportamientos que debe corregir poco a poco.
Entrenar las autoinstrucciones. Ayudar al niño a pararse y decidir qué tiene que
hacer.
Tiempo de recreo libre. No es bueno limitar al niño constantemente. Por eso, debe
tener un tiempo diario para jugar al aire libre, con otros niños si es posible.
La disgrafía
Revisar la postura que toma el niño o niña a la hora de escribir, puesto que en
muchas ocasiones la disgrafía la causa una mala postura o una tensión muy fuerte
en los musculos que van del cuello a la mano.
Por último, le podemos enseñar al niño a hacer punto de cruz, con todo lo que ello
conlleva: Ensartar la aguja, seguir un patrón y copiarlo en la tela, tener puntería a
la hora de clavar la aguja…
La discalculia
El sentido numérico es una capacidad innata que tenemos las personas, y nos permite
cuantificar los elementos de nuestro entorno, así como distinguir entre cantidades.
La discalculia es una gran desconocida entre los trastornos del aprendizaje, a pesar de que
las dificultades en las matemáticas están a la orden del día y no es raro considerar a esta
asignatura como la asignatura difícil. De hecho, es una de las asignaturas con mayor índice
de suspensos.
Lógicamente, no todas las personas a las que les cuestan las matemáticas son discalcúlicas.
Seguramente, sus dificultades con las matemáticas sean debidas a lagunas elementales sin
resolver. Sin embargo, las dificultades de las personas con trastorno del cálculo van más allá
de lagunas que no están resueltas, y los errores se dan en las cuestiones más básicas.
Mala lectura de los números, a pesar de que el nivel escolar es bastante superior.
Cambios de lugar de los números o números olvidados. Por ejemplo, escribir: 1.19
en vez de 1.019.
Dificultades a la hora de colocar las cifras en la posición correcta para el cálculo.
No distinguir entre unidades, decenas y centenas, aunque el nivel escolar es
significativamente superior.
Dificultades a la hora de decir si un número es mayor o menor que otro. No se
distinguen bien las cantidades.
Dificultades a la hora de hacer sumas y restas “con llevadas”.
Confusión entre sumas y restas.
Lo más importante es que tengas una enorme paciencia, pues la mayoría de las
intervenciones se centran en repetir, repetir y repetir ciertos ejercicios hasta que el
niño o niña automatiza su aprendizaje. Lo importante es repetir las tareas una y otra
vez y que sean divertidas.
Usar juegos que relacionen los números y las operaciones con la vida real. Por
ejemplo, ir a comprar golosinas juntos o material escolar, y que el niño o niña tenga
que hacerse cargo de sumar los precios y comprobar que la vuelta es correcta.
Cuantos más sentidos estén implicados en su aprendizaje mejor. Por eso, una buena
manera de aprender los números sería, por ejemplo, con el número 3: el niño escribe
el número diciéndolo en voz alta, luego dibuja 3 manzanas, después reúne 3 cubos,
y por último da tres saltos. Una buena idea también sería jugar al parchís, teniendo
que contar en voz alta mientras mueve la ficha, y haciendo también las operaciones
en voz alta.
La gran mayoría de los niños con problemas de aprendizaje, tienen algún problema emocional
asociado con la dificultad de aprendizaje (Cheng, 2016).
A continuación, puedes encontrar qué emociones y signos son los más comunes y qué hacer
para poder abordarlos con el niño o niña.
Ansiedad
Es común que los niños y niñas se sientan nerviosos y tensos a la hora de ir a la escuela y
ver que no rinden como el resto de sus compañeros a pesar de sus esfuerzos. Esto puede
llegar a ser verdaderamente frustrante y en muchas ocasiones lleva al niño a rechazar la
materia en la que presenta dificultades o a no querer ir al colegio.
Es muy importante tener en cuenta que la ansiedad en la infancia no se demuestra igual que
en la edad adulta, y que puede expresarse mediante rabietas, llanto, llamadas de atención o
desobediencia.
Por eso, debes tener mucha paciencia siempre y hacerle ver al niño o niña que tú lo
acompañarás siempre en su aprendizaje y que no debe preocuparse si no consigue seguir el
ritmo de sus compañeros, porque cada niño o niña tiene su propio ritmo en todas las cosas,
y seguramente él tenga otras habilidades que sus compañeros no.
Si nos ponemos en el lugar de un niño con dislexia que apenas consigue leer, acompañado
de compañeros de 4º de primaria que ya leen sin problemas, podremos imaginarnos cómo se
sienten muchos de los niños con dificultades del aprendizaje.
Como adulto, sería buena idea que focalices la atención del niño o niña en sus otras
habilidades y que potencies su desarrollo con respecto a esa área. Por ejemplo, el niño que
comentábamos antes con dislexia, puede tener los problemas de lectura que hemos
comentado, pero puede gustarle mucho el atletismo y ser un gran atleta.
De este modo, su autoestima no estará tan basada en la escuela y sí en otras habilidades con
las que disfruta y en las que es competente.
Depresión
Algunos de los niños y niñas con dificultades del aprendizaje se ven superados por los
problemas en la escuela al ver que no consiguen mejorar, o que un gran esfuerzo les supone
muy poca mejoría. Es muy importante que prestes mucha atención al niño o niña con
problemas de aprendizaje, dado que, al igual que la ansiedad, la depresión en niños no se
expresa como en adultos.
Los niños con depresión tienden a enrabietarse, aislarse, tener problemas de conducta en el
aula o en casa, o presentar sintomatología física como dolores de cabeza persistente, o de
barriga.
Lo mejor para estos casos es tener mucha paciencia y afecto con el niño o niña. Hablarle de
cómo se siente y por qué, y preguntarle qué es lo que puedes hacer para que se sienta mejor.
Los niños, por ser niños, no dejan de saber qué les pasa o qué necesitan, y nosotros como
adultos tenemos que hacerles sentir que estamos para acompañarles y ayudarles.
Si finalmente el profesional considera que el niño presenta algún trastorno del aprendizaje,
te asesorará en todo lo que necesites. Además, sería bueno que hicieras saber en el centro
educativo el diagnóstico, puesto que es necesario para que tengan en cuenta sus dificultades
y ayuden al niño en el aula y la escuela.
Referencias