La chancla es un tipo de calzado ligero y muy cómodo, que se caracteriza por llevar el
talón suelto, sujetándose al pie por la parte anterior. En algunos países
hispanohablantes, la chancla se diferencia de la chancleta por tener un empeine continuo sobre los dedos del pie en vez de utilizar una tira que separa al pulgar del pie del resto de dedos. En otros países es a la inversa, por lo que el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia valida ambas posibilidades.[1]
Un par de chanclas de velcro.
DescripciónEditar
Chanclas de hombre color café oscuro, hechas enteramente de plástico.
Las chanclas están generalmente constituidas de una suela y de un simple fragmento
de tela, plástico o cuero en el emplazamiento del empeine. Esta última pieza se encarga de mantener el pie atado a la suela. Las chanclas en general no tienen tacón pero las chanclas de señora pueden tener una cuña poco pronunciada. El empeine de una chancla puede ser liso y continuo o bien tener diferentes tipos de ataduras, como hebillas o velcro. Las chanclas son un calzado abierto y dejan el talón del pie al descubierto. Las chanclas están concebidas para ser ligeras y confortables y para no dificultar la transpiración del pie en los días de calor. Es tanto calzado de mujer como de hombre, interior como de exterior usándose tanto para estar en casa como para ir a la playa o a la piscina.