Está en la página 1de 4

EUTANASIA EN COLOMBIA

(ENSAYO)

DIEGO ANDRÉS HERAZO MUÑOZ

(ESTUDIANTE)

JAVIER MARTÍNEZ

(DOCENTE)

UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA

FACULTAD DE INGENIERÍA

DEPARTAMENTO DE INGENIERÍA MECÁNICA

INGENIERÍA MECÁNICA

COMPETENCIAS COMUNICATIVAS II

MONTERÍA – CÓRDOBA
2

2020

EUTANASIA EN COLOMBIA
(ENSAYO)

Para empezar, cabe decir que como seres humanos tenemos una gran resistencia al
dolor, puesto que biológicamente nuestro cuerpo es capaz de resistir dolor hasta cierto punto
antes de colapsar, más aún cuando nos encontramos en situaciones extremas que llevan a nuestro
cuerpo a sus límites, pero ¿qué pasa cuando el dolor está por encima de lo que podemos soportar
o peor aún, cuando es constante, casi que perdura en cualquier circunstancia?, hay dolores que
horrorizan la existencia de cualquier persona, por muy grande que sea su resistencia a la misma,
si se somete día tras día a tan bárbaro sufrimiento y con tal constancia, no es extraño escuchar
expresiones tales como: “¿por qué no me muero y ya?, prefiero morirme y dejar de sufrir, ya no
soporto más, prefiero estar muerto”, entre muchas más que por mucho que parezcan exageradas
o sin importancia, tienen un gran reflejo y veracidad de los pensamientos que surgen de un ser
desesperado que busca tener un buen estado de salud física y, en efecto, mental.

Ahora bien, por muy inhumano que parezca recibir la muerte por decisión propia, este
acto también es asumido como despreciable y fuera de contexto, pero quién tiene realmente
derecho a decidir sobre la vida de una persona mentalmente sana o estable o debería decir
“normal” sí, normal porque es lo que realmente interpretamos como un estado de salud mental
optimo, el que seamos capaces de pensar y comportarnos de manera similar a los demás, de
valorar la vida y muchas cosas más. No obstante, si todos pensáramos de forma contraria,
entonces seríamos calificados como suicidas, por el simple hecho de querer tener una vida plena
dejando de lado el sufrimiento, entonces ¿querer omitir el dolor te hace un suicida o depresivo
con problemas de salud mental?, lo dejaré a tu preferencia.

Seguidamente, si contemplamos a alguien como una persona “normal” y con un buen


estado de salud mental, que decide ponerle fin a su vida por decisión propia, no por problemas
3

económicas, ni por problemas familiares o sentimentales, sino por querer tener una muerte digna,
libre de dolor, libre de falsas esperanzas, libre de tratamientos experimentales que de una u otra
forma ponen su vida en riesgo, ¿entonces podemos oponernos a este tipo de decisiones?, ¿con
qué bases?

Que en todo los casos de enfermedad desesperada y dolorosa, debe ser el deber reconocido del
asistente médico, siempre que así lo desee el paciente, administrar cloroformo, o cualquier otro
anestésico que pueda reemplazar a éste, de forma gradual para destruir la conciencia al primer
intento, y disponga al paciente a una muerte rápida e indolora. Se debe tomar todas las
precauciones necesarias para prevenir cualquier posible abuso de tal deber, lo que implica que
debe ser establecido, más allá de la posibilidad de duda o cuestionamiento, que el remedio fue
aplicado por el deseo expreso del paciente

Samuel williams(1872) Euthanasia Willians y Northgate: Londres

ahora bien, en muchos casos la eutanasia esta mal vista por el enfoque cultural y social que nos
rodea y en el cual nos desempeñamos de manera cotidiana, pero podemos encontrar culturas o
tradiciones en las cuales, bajo algunas circunstancias el “ suicidio ” se considera como el acto
mas digno que puede realizarce por ejemplo; el Harakiri, es una costumbre japonesa, consite en
llevar a cavo el suicidio de forma voluntaria puesto que estos consideran que morir de esta
manera conservan su horgullo, y lo prefieren asì antes que morir a manos de un enemigo, ahora
si bien pensamos en la autanacia como la manera mas digna de perecer sin decaer ante una
enfermedad cronica que podemos conciderer como un enemigo, ademas de quere evitar todo el
pesar y sufrimiento que esta trae con sigo podemos decir que se busca una muerte digna y
honorable siendo asi que podemos relacionar este acto con el practicado por los samurais hace
tiempo.

argumento de ejemplo 1

El famoso Dr. Lauren Ackerman, quien fuera profesor de patología en la Escuela de Medicina de la
Universidad Washington, en San Louis Missouri, y después en la Escuela de Medicina de la
Universidad del Norte de Nueva York, en Stony Brook, EUA, a quien a los 88 años de edad se le
diagnosticó un adenocarcinoma del colon, se preparó para una laparotomía exploradora y, en su
caso, extirpación del tumor. Conocedor como pocos de la historia natural de las enfermedades
neoplásicas, antes de la operación le pidió al anestesiólogo (que era su amigo y compañero de
4

golf ): “Si tengo metástasis hepáticas ya no me despiertes...”. El Dr. Ackerman murió en la mesa de
operaciones de un paro cardíaco para el que no se hicieron maniobras de rescate.

El reverso de la moneda es el caso de Ramón Sampedro, español de 54 años –30 años


tetrapléjico tras un accidente– que desde 1993 planteó por la vía judicial su derecho a “morir con
dignidad” para salir de su “infierno” sin que quien le ayudase tuviera que ser castigado por ello. En
1997 solicitó amparo al Tribunal Constitucional por segunda vez (la primera se rechazó por defecto
de forma), sin poder admitirse su caso en el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos de
Estrasburgo hasta que no agotara la vía judicial española. Después de una sentencia desfavorable,
se suicidó. Antes de ello, dejó grabado un video en el que se exponía además su deseo de morir, y
la petición expresa de que no se acusara a nadie por la colaboración necesaria para llevar a término
su proyecto. Manteniendo la grabación del video, bebió una solución con cianuro que le causó la
muerte en veinte minutos.

También podría gustarte