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PROFESIÓ N: PROFESOR EN BETANIA ANTIOQUIA

POR LUIS GONZALO HENAO HENAO

La Señ orita Margarita – enseñ ando Inglés en una escuela rural de las Mercedes en
1979, cuando ni siquiera el currículo incluía un segundo idioma. Era hermosa y
bondadosa, nos calentaba la aguapanela en su casa. Lloraba delante de nosotros
extrañ ando a su familia que vivía en Medellín, era su primer añ o de docencia. Me
enseñ ó mis primeras palabras en inglés y es mi primer recuerdo de la profesió n
docente en Betania.

Con ella estaba Doñ a Nubia Zapata la fundadora de la Escuela, esposa de Don Aicardo
Loaiza y madre de Adriana Loaiza. Doñ a Nubia atendía junto con la Señ orita Omaira
Raigoza, a niñ os del Tablazo, el Alto el Oso el Pedral Abajo, las Mercedes, La Hermosa,
Media Luna. Por ello terminamos estudiando los Henao, los Martinez, los Osorio, los
Alzate, los Ruiz , los Loaiza y los Ortiz juntos, hasta 3º y pal pueblo los que podíamos,
porque no había má s posibilidad de terminar la primaria. Después recibiría el legado
de esa escuela, la señ orita Margarita Guerra esposa de Chaverra, uno de nuestros
policías desaparecidos sin noticias, que le dejó a Margarita, como herencia, a la
hermosa Soraya Chaverra.

Hoy la Institució n Educativa la Merced cuenta con sedes en dichas veredas y hay
profesores en todas, donde se han construido Centros Educativos Rurales(CER), bajo
la acertada direcció n de Luz Delia Valencia, una jericoana que ha puesto su vida al
servicio de nuestras educació n betaneñ a y rural junto con sus profes así: En el Alto del
Oso el profe Juan Pedro Armijo Agualimpia, en el Pedral Abajo la profe Leída Yasiri
Mosquera Mosquera, en Las Mercedes está Nelcy Gonzalez Bejarano, en la Hermosa
María Elena Acevedo, y en Media Luna Maricela Florez. En el Tablazo: Luz Ney
Herná ndez Martínez que pertenece al Municipio de Hispania. En todo el municipio
tenemos 25 CER y 40 profesores poniendo el alma de verdad.

Pero no crean que porque son má s, la cosa es fá cil. No señ ores, la educació n sigue
siendo una tarea atravesada por detalles increibles que me tocó presenciar: Vi a
Wilson Andrés Rivera sacando las fotocopias de talleres los domingos en el pueblo
para llevar al Contento y pagando de su propio pecunio. La Profe María Cenovia Chica
de Media Luna recogiendo el mercado del PAE, así como otros profes pagando quién
se los lleve hasta su casa, meten todo a su nevera, el día que van para la escuela lo
vuelven a empacar, lo llevan hasta el vehículo veredal y ellos (as) mismos(as)lo tienen
que custodiar en la escuela. He visto profes como Claudia Bustamante en Palenque
ayudando en la preparació n de los alimentos, surtiendo el botiquín con sus propios
instrumentos o a Carlos Sossa en Santa Ana utilizando sus datos de internet para que
los estudiantes puedan asomarse a los recursos virtuales. En fin, profes
multipropó sito como dirían en el DNP.

En la zona urbana fue otro cantar. Conocí a La Señ orita Libia Rosa, profesora de la
otrora Escuela Urbana de Varones Juan XXIII, que ademá s de todas las á reas nos
enseñ ó a ir al “cuartico”(se traduce bañ o). Nos tenía que enseñ ar porque en aquel
entonces en la escuela en Betania no había tasas sanitarias para sentarse, sino una
larga cañ ería con corriente de agua permanente, en la que hacíamos la necesidad
parados, poniendo cada pie al lado y lado, cada servicio estaba separado por cuarticos
de madera. En las escuelas del campo se usaban “letrinas”. Consistía en un hueco
hondísimo al que le ponía una tasa de cemento y los niñ os se sentaban y hacian su
necesidad. Las Tasas siempre eran muy grandes para el pequeñ o cuerpo de los niñ os y
niñ as. Eso me hace acordar que en una escuela que hubo en la vereda Agualinda,
después de un descanso, el niñ o má s pequeñ o del saló n no entró a clase. La profe lo
llamó desde la puerta, pero nadie respondió . Todos salieron a buscar por los
alrededores de la escuela, se corrió la voz, vinieron los vecinos, buscaron, pero nunca
lo encontraron. Algunos afirmaron después de mucho tiempo, que el niñ o
desaparecido, se pudo ir al hueco de la letrina y por ello nunca fue encontrado.

En la escuela del pueblo conocí al profe Orlando, el primer profesor de cabello largo.
Rebelde. Sin embargo, antes de la clase de Matemá ticas nos enseñ aba mú sica
colombiana con ese olvidado tema “Compañ ero Compañ ero” cantado por los
Hermanos Martinez y nos hacía énfasis en esa frase que dice: “Aunque neguemos la
enjalma y el ancestro montañ ero, llevamos dentro de un arriero que le da perrero al
alma”. Ese fue quien en la celebració n del día del niñ o nos dijo a Luis Carlos Villada,
José Luis Estrada y a mi: “Ustedes bajen a Miraflores por las yucas para el marrano.
No vuelvan sin las yucas”. Eso hicimos después de “la alborada”, que consistía en pasar
por todas las calles del pueblo desde las 4 de la mañ ana sonando tapas de ollas o
golpeando tarros para despertar a todos los vecinos y avisarles que está bamos de
fiesta en la escuela. Pura educació n integral carajo!

Conocimos al profesor sabio, Don Dariel, lo mirá bamos como un dios con su
matemá tica perfecta, a la Señ orita Aliria, la esposa del alcalde. Me enseñ ó casi todo lo
que se hoy de ortografía. Repetí muuuuuuchas “planas” para no volver a cometer mis
errores. Y cuando nos excedíamos en recocha, pasá bamos nuestro buen rato parados
al lado de los pupitres con las manos arriba, mientras ella pasaba notas o calificaba
cuadernos, só lo cuando ella terminaba podíamos bajar las manos.

Después la primaria en Betania estuvo marcada para muchos por profes especiales
como Merceditas, Gloria Gutierrez, Nury Benilda, la Profe Albita, Nazareth Palacio,
Mariela Gallo, Cecilia Trujillo, La profe Dolly, el profe William Ortiz, el profe Eliseo.
Carmelina. Adiela, Leticia. Nombres que le suenan a muchos y que han tenido en sus
manos varias generaciones de Betaneñ os.

Hasta aquí todas las profes eran “señ orita”, así estuvieran casadas. En Bachillerato
teníamos que acostumbrarnos a una nueva metodología que era “el profesorado”.
Pasaron por acá nombres muy recordados por unos y otros: Marlen que hizo la gruta
de piedra para la Virgen del colegio, Pacho el gordo que daba educació n física, el profe
Jorge Castañ eda de Sociales, Sonia Alvarez(nos encantaba su voz gruesa) y Mercedes
Barreiro (contagiaba alegría en medio de su seriedad y dulzura), Herná n Mejía, el
profe Hugo de Religió n, Oswaldo el profesor de Física, Química y Trigonometría, él le
advertía al estudiante cansó n, le decía, “Siga molestando que yo tengo 3”. Todos nos
reíamos por la ocurrencia. Llegaba al saló n ú nicamente con una tiza y un borrador,
preguntaba: -Qué grado es este? Y Qué materia les toca hoy?- era suficiente
informació n. Con ello llenaba todo el tablero de ecuaciones, enlaces o cá lculos. -
Resuelvan y recibo só lo a los 10 primeros, los demá s tienen 1.0-. Decía y salía a tomar
tinto a la cafetería. Eso si era adrenalina!

Má s recientemente nuestras generaciones han sido acompañ adas por Pablo Arboleda,
El negro Asprilla Klinkert, Jota Mario, Hector Barrientos el filó sofo, Dora Guarín,
Fabian Romero. La profe Mercedes de Estética, El popular Tato. Wilson Martinez el
filó sofo-matemá tico. El profe Julio “Película” (así le decían por su emprendimiento
familiar), El Padre Mario Pelaez con su acompañ amiento religioso. Yo mismo tuve la
oportunidad de acompañ ar procesos educativos en nuestra Perla del Citará .

Todos los profes, maravillosos seres humanos con sus cualidades, sus defectos y sus
problemá ticas, tratando de dejar una huella positiva en medio de esa generació n
explosiva que es la juventud. No recuerdo el nombre pero tuvimos un profe que era
muy aficionado a las bebidas alcohó licas. Nos daba artística, creo. El caso es que un
Lunes no llegó . El comentario era que había bebido la noche anterior, pero todos
sabíamos que vivía só lo y por ello a medio día fuimos a ver qué le pasaba. Vivía en
unos apartamenticos que la señ ora Miriam Ríos tenía bajando por la calle hacia
Rancho Plancho. Nos subimos unos sobre otros y por la ventana vimos que se había
colgado de una de las vigas. Inmediatamente tumbamos la puerta, pero ya estaba sin
vida. Eso nos golpeó bastante nuestro espíritu juvenil, pero fue el momento para
muchas reflexiones en clase de Comportamiento y Salud con la profesora Yolanda
que fue la novia y posterior esposa de Alfredo el profesor de españ ol. Los dos
excelentes!!!.

Un reconocimiento a los de ayer y a los de hoy. Mas que profesió n: Vocació n.

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